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SIGLO NUEVO 59 Angélica López / / / / Twitter: @lopgan NUESTRO MUNDO Enfermedad en El amor en los tiempos del cólera E n la novela El amor en los tiempos del cólera de Ga- a a briel García Márquez se cuenta una historia de amor entre Florentino Ariza y Fermina Daza y también del amor entre el doctor Juvenal Urbino y Fermina Daza. Florentino se enamora de la joven Fermina, pero a ella la envían a un viaje para que se olvide de él. A su regre- so se desenamora suspendiendo sus planes de boda con Florentino. Conoce a Juvenal Urbino, médico del pueblo, y se casa con él. Llevan una vida feliz hasta que el doc- tor muere 50 años después. Así Florentino y Fermina se reencuentran siendo ancianos y viven su amor. La trama se desarrolla en el Caribe cercano a un pueblo llamado La Manga a finales del siglo XIX y principios del XX. Según el narrador, el amor se puede confundir con los síntomas del cólera: “De lo único que mi hijo ha estado enfermo es del cólera. Confundía el cólera con el amor, por supuesto (…) cuando Florentino Ariza la vio por pri- mera vez, su madre lo había descubierto desde antes de que él se lo contara, porque perdió el habla y el apetito y se pasaba las noches en claro dando vueltas en la cama.” En esta obra podemos aprender sobre el escorbuto y ser testigos de las medicinas usadas por el doctor Urbino: “Bromuro de potasio para levantar el ánimo; gotas de cornezuelo de centeno para los vahídos y belladona para el buen dormir.” La descripción de las enfermedades de trasmisión sexual, en especial la gonorrea, está presente en Florentino quien, durante medio siglo, mientras espe- raba a Fermina, se acostó con 620 mujeres. La forma de socialización de los personajes se da a tra- vés de la enfermedad. Fermina Daza conoce a su futuro marido porque éste acude a examinarla a su casa por un malestar que tiene: “El doctor Juvenal Urbino solía con- tar que no experimentó ninguna emoción cuando conoció a la mujer con quien había de vivir hasta el día de la muer- te.” En otros pasajes se ve reflejado cómo los personajes sienten empatía por los pacientes; muchos buscan estar enfermos para atraer el afecto de los demás. En el caso de Fermina es precisamente la lástima lo primero que la acerca a Florentino Ariza después de 50 años de haber estado en una relación con él. A los 30 años de casados, Juvenal Urbino conoció a la que sería su amante, una her- mosa mulata que acude a él por cólico menstruales. Hace más de un siglo no existían métodos diagnósticos químicos, éstos se hacían solamente de manera clínica ba- sándose en el color de la piel, el gesto facial, el andar y los signos y síntomas que el paciente refería. Llama la aten- ción el conocimiento del autor al recordar un método diag- nostico que ahora nos resulta extraño y sucio como lo es el probar la orina para diagnosticar una enfermedad. Se sabe que lo que más se diagnosticaba era la diabetes, cuando el médico probaba la orina le resultaba dulce, lo amargo suce- día en caso de insuficiencia renal, y qué decir del sabor en caso de infecciones. En este pasaje hace alusión a los inicios de la vacunación: “No podían soportar que el joven recién llegado saboreara la orina del enfermo para descubrir la presencia de azúcar, que citara a Charcot y a Trousseau como si fueran sus compañeros de cuarto, que hiciera en clase severas advertencias sobre los riesgos mortales de las vacunas y en cambio tuviera una fe sospechosa en el nuevo invento de los supositorios.” La epidemia de cólera que azotó las costas colombia- nas se señala en 1961. La novela se desarrolla cincuenta años antes, pero relata los signos y síntomas de la enfer- medad. Uno de ellos es la coloración azulada (cianosis) de la piel; cuando la enfermedad está muy avanzada con la deshidratación por diarrea y vómito se comienza a comprometer el corazón y se produce la falta de oxígeno en la sangre. Son muchos los padecimientos que se pre- sentan en la novela y repito que resulta sorprendente el conocimiento del autor sobre éstos. García Márquez hizo un gran trabajo de investigación para El amor en los tiempos del cólera. Lo que más se diagnosticaba era la diabetes, cuando el médico probaba la orina le resultaba dulce, lo amargo sucedía en caso de insuficiencia renal.

Enfermedad en El amor en los tiempos del cólera

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S I G L O N U E V O • 59

Angélica López ///// / / Twitter: @lopgan

NUESTRO MUNDO

Enfermedad en El amor en los tiempos del cólera

En la novela El amor en los tiempos del cólera de Ga-El amor en los tiempos del cólera de Ga-El amor en los tiempos del cólerabriel García Márquez se cuenta una historia de amor

entre Florentino Ariza y Fermina Daza y también del amor entre el doctor Juvenal Urbino y Fermina Daza. Florentino se enamora de la joven Fermina, pero a ella la envían a un viaje para que se olvide de él. A su regre-so se desenamora suspendiendo sus planes de boda con Florentino. Conoce a Juvenal Urbino, médico del pueblo, y se casa con él. Llevan una vida feliz hasta que el doc-tor muere 50 años después. Así Florentino y Fermina se reencuentran siendo ancianos y viven su amor. La trama se desarrolla en el Caribe cercano a un pueblo llamado La Manga a fi nales del siglo XIX y principios del XX.

Según el narrador, el amor se puede confundir con los síntomas del cólera: “De lo único que mi hijo ha estado enfermo es del cólera. Confundía el cólera con el amor, por supuesto (…) cuando Florentino Ariza la vio por pri-mera vez, su madre lo había descubierto desde antes de que él se lo contara, porque perdió el habla y el apetito y se pasaba las noches en claro dando vueltas en la cama.” En esta obra podemos aprender sobre el escorbuto y ser testigos de las medicinas usadas por el doctor Urbino:

“Bromuro de potasio para levantar el ánimo; gotas de cornezuelo de centeno para los vahídos y belladona para el buen dormir.” La descripción de las enfermedades de trasmisión sexual, en especial la gonorrea, está presente en Florentino quien, durante medio siglo, mientras espe-raba a Fermina, se acostó con 620 mujeres.

La forma de socialización de los personajes se da a tra-vés de la enfermedad. Fermina Daza conoce a su futuro marido porque éste acude a examinarla a su casa por un malestar que tiene: “El doctor Juvenal Urbino solía con-tar que no experimentó ninguna emoción cuando conoció a la mujer con quien había de vivir hasta el día de la muer-te.” En otros pasajes se ve refl ejado cómo los personajes sienten empatía por los pacientes; muchos buscan estar

enfermos para atraer el afecto de los demás. En el caso de Fermina es precisamente la lástima lo primero que la acerca a Florentino Ariza después de 50 años de haber estado en una relación con él. A los 30 años de casados, Juvenal Urbino conoció a la que sería su amante, una her-mosa mulata que acude a él por cólico menstruales.

Hace más de un siglo no existían métodos diagnósticos químicos, éstos se hacían solamente de manera clínica ba-sándose en el color de la piel, el gesto facial, el andar y los signos y síntomas que el paciente refería. Llama la aten-ción el conocimiento del autor al recordar un método diag-nostico que ahora nos resulta extraño y sucio como lo es el probar la orina para diagnosticar una enfermedad. Se sabe que lo que más se diagnosticaba era la diabetes, cuando el médico probaba la orina le resultaba dulce, lo amargo suce-día en caso de insufi ciencia renal, y qué decir del sabor en caso de infecciones. En este pasaje hace alusión a los inicios de la vacunación: “No podían soportar que el joven recién llegado saboreara la orina del enfermo para descubrir la presencia de azúcar, que citara a Charcot y a Trousseau como si fueran sus compañeros de cuarto, que hiciera en clase severas advertencias sobre los riesgos mortales de las vacunas y en cambio tuviera una fe sospechosa en el nuevo invento de los supositorios.”

La epidemia de cólera que azotó las costas colombia-nas se señala en 1961. La novela se desarrolla cincuenta años antes, pero relata los signos y síntomas de la enfer-medad. Uno de ellos es la coloración azulada (cianosis) de la piel; cuando la enfermedad está muy avanzada con la deshidratación por diarrea y vómito se comienza a comprometer el corazón y se produce la falta de oxígeno en la sangre. Son muchos los padecimientos que se pre-sentan en la novela y repito que resulta sorprendente el conocimiento del au tor sobre éstos. García Márquez hizo un gran trabajo de investigación para El amor en los tiempos del cólera.

Lo que más se diagnosticaba era la diabetes, cuando el médico probaba la orina le resultaba dulce, lo amargo sucedía en caso de insufi ciencia renal.