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65 Ciudades de muros. Supuestos y claves de entrada para el estudio de las urbanizaciones cerradas Jesús Ángel Enríquez Acosta Universidad de Sonora [email protected] Resumen En este trabajo se abordan los supuestos metodológicos y conceptuales más importantes para el análisis de las urbanizaciones cerradas. Se hace un recuento de los principales estu- dios realizados en Estados Unidos y en América Latina, así como de las claves de entrada uti- lizadas para entender el fenómeno de las Gated Communities. Con esos antecedentes, se establece la especificidad de las nuevas formas de ur- banizaciones cerradas nacidas en las ciudades del noroeste de México en años recientes. Palabras clave: miedo, segregación espacial, frag- mentación urbana, espacio público. Abstract This work addresses the most important con- cepts and methodology used for the analysis of the gated communities. It also reviews the main studies developed in U. S. A. and Latin America, besides the key concepts used for understanding the phenomenon of the gated communities. All this information permits to establish the main characteristics of the new urban forms in the northwest cities in Mexico. Keywords: fear, spatial segregation, urban frag- mentation, public space.

Enroquez Acosta Ciudades de Muros

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Análisis acerca de las comunidades cerradas, su impacto en la arquitectura y sus efectos sociales

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    Ciudades de muros.Supuestos y claves de entrada para el estudiode las urbanizaciones cerradas

    Jess ngel Enrquez AcostaUniversidad de Sonora

    [email protected]

    Resumen

    En este trabajo se abordan los supuestosmetodolgicos y conceptuales ms importantespara el anlisis de las urbanizaciones cerradas.Se hace un recuento de los principales estu-dios realizados en Estados Unidos y en AmricaLatina, as como de las claves de entrada uti-lizadas para entender el fenmeno de las GatedCommunities. Con esos antecedentes, se establecela especificidad de las nuevas formas de ur-banizaciones cerradas nacidas en las ciudadesdel noroeste de Mxico en aos recientes.

    Palabras clave: miedo, segregacin espacial, frag-mentacin urbana, espacio pblico.

    Abstract

    This work addresses the most important con-cepts and methodology used for the analysisof the gated communities. It also reviews themain studies developed in U. S. A. and LatinAmerica, besides the key concepts used forunderstanding the phenomenon of the gatedcommunities. All this information permits toestablish the main characteristics of the newurban forms in the northwest cities in Mexico.

    Keywords: fear, spatial segregation, urban frag-mentation, public space.

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    4Introduccin

    Hoy en da las urbanizaciones de tipo cerradoson una forma significativa de vivir en un buennmero de ciudades en el mundo. Aparente-mente es un particular proceso de globaliza-cin urbana, sus alcances y caractersticas songlobales, aunque se tienen especificidades lo-cales. Latinoamrica no est exenta de este pro-ceso. Los estudios ms recientes se han aboca-do a interpretar y analizar las ciudades de Bue-nos Aires, Santiago de Chile, Sao Paulo, Cara-cas, Lima, Ciudad de Mxico y Guadalajara. Enesas ciudades el patrn de urbanizacin cerra-do es la forma principal como las clases mediasy altas han decidido allegarse de tranquilidad yseguridad mediante el uso de tecnologa deproteccin y el levantamiento de bardas y mu-ros, adems de la construccin de los espaciosde las distancias sociales va la representacinde la exclusividad y la seleccin de acuerdo a laparticular posesin de capitales materiales ysimblicos.

    Las urbanizaciones cerradas es un fenmenoen expansin en las ciudades mexicanas, susconsecuencias en la estructuracin del espaciourbano resultan todava difciles de precisar porser an un tema poco estudiado en Mxico.Cierto es que, ms all de la influencia quepuede tener en Latinoamrica el modelonorteamericano como patrn de ur-banizacin, el proceso de creacin deespacios defensivos apunta a la re-creacin de formas de organizacinsocial que rebasan el marco meramentejurdico que lo ampara o del mercadoinmobiliario que lo oferta comonovedad en la ciudad. Los espacioscerrados, en un escenario urbano depobreza e inseguridad, evocan la per-

    secucin de valores que artificialmente pugnanpor la creacin de comunidades supuestamenteperdidas o debilitadas, el retorno a los lazosde cohesin social basados en la familia y lanaturaleza, el formar identidades homogneasalrededor de la comparticin del prestigio sim-blico y econmico que otorga el espacio. Enese sentido, las comunidades cerradas pudie-ran pensarse como formas emergentes de cons-truccin de sociabilidad basada en el prestigio,la seguridad del espacio regulado y vigilado, laexclusividad del espacio delimitado por las bar-das, el respeto a las reglas compartidas por to-dos y la accesibilidad a un estilo de vida. Es-taramos refiriendo el fenmeno de las comu-nidades cerradas como la disposicin de unhabitus de clase media, donde las percepcionesacerca del espacio, los valores acerca de la fa-milia, la comunidad y la seguridad, se remitena condiciones especficas socialmente comparti-das por determinados grupos sociales con finesde expresar distincin y prestigio.

    Ligado al escenario urbano fragmentado enmltiples partes que no forman una unidad,con altos desniveles en la calidad de vida, conbastantes imgenes ms transitorias que iden-titarias o comunitarias, con crecientes espaciosmiserables en las periferias de las ciudades yespacios pblicos deteriorados o privatizados,

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    se tiene el problema de la inseguridad de lasciudades como uno de los elementos princi-pales que animan la aparicin de las comu-nidades cerradas. La inseguridad propicia lacreacin de las nsulas urbanas, los espacios secierran con bardas perimetrales, los guardiasprivados sustituyen las funciones del gobier-no local, las puertas excluyen las miradas ex-traas y la tecnologa refuerza el control y lavigilancia.

    Cuando referimos comunidades cerradasestamos hablando, en primer lugar, de segrega-cin espacial,1 que para el caso que nos ocupano debe entenderse slo por sus implicacionesa la pobreza, a minoras tnicas o a la margina-lizacin de las ciudades, sino tambin al modocomo los grupos sociales ms favorecidos, cons-tituidos como elites, construyen el deseo y laexpectativa por residir en espacios de exclusivi-dad y prestigio social, protegidos del mundosocial con muros y tecnologa de vigilancia. Enese sentido, segregacin es entendida comodiferenciacin espacial, alude tambin a la exis-tencia de diferencias sociales; en ese caso, dife-rencias construidas como grupo social que com-parte similares caractersticas en referencia aactividades econmicas y productivas, recur-sos econmicos, hbitos y patrones de con-sumo y habilidades y ocupaciones.

    En segundo lugar, al hablar de comuni-dades cerradas se entiende tambin un proce-so de fragmentacin espacial, que implica la sus-titucin o el debilitamiento de la ciudad abiertae integradora por espacios independientes. La

    fragmentacin revela un escenario urbano con-formado por mltiples espacios de bienestarcon altos niveles de servicios, consumo y en-tretenimiento, y espacios de pobreza y mar-ginacin, con deficiencias en servicios e infraes-tructura urbana, relaciones sociales deteriora-das, adems de lugares de los imaginarios de lainseguridad. Dinamismo productivo y social yconectividad global con exclusin de territo-rios y personas La ciudad dual de Castells en-carna este proceso.

    La globalizacin tendra una influencia claraen el proceso de fragmentacin urbana. Laciudad, visto como espacio de flujos y lugares(Castells, 1999) contiene elementos que liganintercambios mundiales y locales, pero conecta-dos por partes, no como totalidad, y crea reascompetitivas en servicios e informaciones jun-to con reas excluidas de la especializacin.Este proceso apunta a un debilitamiento de loslugares (entendidos como elementos de iden-tidad y relaciones sociales fuertes), a la fracturasocial y, por tanto, a una ciudad contradictoriaque requiere de un sistema urbano eficiente ycompetitivo que tambin excluye y disgrega.

    En tercer lugar, las urbanizaciones de tipocerrado pueden ubicarse dentro de otro rasgocaracterstico de la ciudad contempornea, elproceso de privatizacin del espacio pblico.Clsicamente el espacio pblico se ha entendi-do como parte del dominio pblico, por man-tener un uso colectivo, ser accesible y ser uti-lizado de mltiples formas. Contiene tambinla idea de que facilita la intensidad de los con-tactos sociales, favorece la creacin de identidadsocial y sentido de comunidad. Al hablar deprivatizacin del espacio pblico se debe referirque no se trata slo de espacios especficos sinotambin de diferencias en las relaciones estable-

    1 Por segregacin espacial entendemos: el grado de proxi-midad espacial o de aglomeracin territorial de las familiaspertenecientes a un mismo grupo social, sea que ste se de-fina tnicos, erarios, de preferencias religiosas o socioeco-nmicas, entre otras posibilidades. Vase Sabatini, Cceresy Cerda (2001).

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    4cidas; hablamos de lazos sociales dirigidos, re-gulados y construidos artificialmente por el es-pacio privado del centro comercial o el parquetemtico.

    El nuevo espacio pblico de la ciudad mo-derna, con su carcter privado, orientado al ocioy consumo, la tecnologa de vigilancia y losmecanismos de regulacin, habla de un espa-cio que no ve a la ciudad en su conjunto, sinoaislado y defendido, fortalecido por el deseode uniformidad e intolerante con lo diferente,manteniendo a distancia al otro, evitndolo porlos mecanismos de seleccin social.

    El miedo y las urbanizaciones cerradas como

    salida al caos

    En el estudio de las urbanizaciones cerradasen Estados Unidos y Amrica Latina sobresaleel tema del miedo como variable que envuelvelos problemas y la complejidad de la vida ur-bana. Se parte del supuesto de que el miedocontribuye a reducir los espacios pblicos aldisminuir sus usos sociales: los ciudadanos losabandonan al incrementarse la violencia real oimaginada en la ciudad, las imgenes de tierrade nadie se acentan, los gobiernos se ven in-capaces de preservar las reas de socializacin,la percepcin del miedo aumenta con el dete-rioro del espacio pblico.

    De esta forma, se considera que el miedoayuda a la privatizacin del espacio pblico enel sentido de favorecer que la iniciativa privadaimpere sobre los asuntos y espacios pblicos.Se piensa que la eficiencia de un gobierno dis-minuye cuando no puede garantizar seguridada los habitantes de la ciudad, de manera que seprivilegia la creacin de espacios privados quegaranticen tranquilidad en la vida cotidiana, a

    pesar de ser ambientes vigilados y regulados.La competencia pblica de los gobiernos enmateria de provisin de servicios, creacin deequipamientos culturales y sociales y generacinde infraestructura urbana, se debilita en raznde las penurias econmicas y polticas que pare-cen caracterizarlo. Tambin se explica esta dis-minucin de lo pblico a partir de la influen-cia que tienen las llamadas polticas neoliberalesinstrumentadas en las ltimas dcadas a nivelmundial y que precisan el retraimiento del Es-tado en su participacin en la vida pblica. ElEstado de bienestar es sustituido por el Esta-do neoliberal, aquello que era competencia p-blica pasa a ser competencia privada.

    Estamos refiriendo una crisis al nivel de lasinstituciones sociales y polticas que no puedenresolver el fenmeno de la inseguridad. Lavisin de la ciudad y su gobierno, pensado paracontribuir a formar espacios de encuentro en-tre grupos sociales diferentes, fomentar la in-teraccin y participacin entre ciudadanos desus problemas comunes, construir sentido dearraigo e identidad urbana mediante la repre-sentacin simblica de los espacios ligados ala comunidad, comienzan a verse amenazadaspor el problema de la inseguridad.

    Adems, contribuye a suscitar la percepcindel miedo la denominada fragmentacin espa-cial que caracteriza a la ciudad contempornea.La traza urbana clsica, construida a partir deun centro poltico, histrico o religioso, quecaracteriz a las ciudades de origen latino, o lamain street en la versin norteamericana (mono-centrismo), se debilita en funcin de una ciudadque obedece ms la permanencia de mltiplescentros (policentrismo). La ciudad deja de pen-sarse como conjunto articulado o formandouna unidad y la sustituye la imagen de la ciudad

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    fragmentada (Soja, 2000). La ciudad se divideen zonas competitivas que concentran los ser-vicios financieros, comerciales, calidad en losequipamientos y urbanizaciones cerradas paragrupos medios y altos y zonas excluidas queconcentran a los sectores populares en espa-cios deteriorados, en asentamientos informales,infraestructura y servicios urbanos deficienteso ausentes, pequeo comercio y mercado in-formal en los intersticios donde no alcanza elcentro comercial. Pero an en los espacios po-pulares y medios existe una tendencia hacia lafragmentacin, sobre todo cuando, bajo el pre-texto de la inseguridad, las calles son cerradaspara impedir la circulacin general, y en parti-cular de los habitantes de las zonas ms po-bres de la ciudad. Se establece en el imaginariourbano la relacin entre pobreza y delincuen-cia, pero tambin la separacin fsica obedece ala construccin de un nosotros y un ellos,as como a una aspiracin a mantener el valorde las propiedades sin contaminarse de los mspobres de la ciudad.

    Pero esta fragmentacin espacial tiene apare-jada la imagen de la seguridad y la exclusinsocial mediante el fortalecimiento de los dis-positivos defensivos presentes en los espaciospara vivir, trabajar, entretener y consumir. Laautosegregacin expresada en las urbaniza-ciones fortificadas tiene que ver con la for-macin de imaginarios de seguridad y tranqui-lidad, homogneos y asegurantes del estatussocial. En cambio, sectores importantes deciudad pasan a formar las imgenes de la inse-guridad y la violencia latente, con escasos oausentes espacios pblicos y en proceso dedescomposicin. El imaginario urbano identi-fica las zonas peligrosas, poco accesibles porel miedo generado y con ambientes en donde

    predomina la informalidad en sus diversas ex-presiones. La nueva disposicin de los tiemposde la globalizacin es la exclusin de personas,actividades y territorios que no contengan va-lor para el mercado o elementos que les per-mitan competir, de manera que no es la ciudaden s misma la que excluye, sino el proceso deconsolidacin del mercado, el cual influye enel crecimiento y la transformacin de la ciudad.

    A la fragmentacin espacial se le ana la frag-mentacin social. Si bien el espacio contem-porneo deviene fragmentado, excluyente depersonas y territorios no competitivos, debili-tado el mbito pblico en relacin al privado,con zonas seguras e inseguras, valorizadas unossectores y otros rezagados por el mercado, nose debe olvidar que al mismo tiempo opera unproceso social que apunta a la reduccin delos contactos entre personas. Los problemasdel espacio pblico y la fortificacin de las ur-banizaciones cerradas tienen que ver con el tipode interacciones que la sociedad actual repro-duce en el plano de la vida cotidiana. Al rom-perse la seguridad ontolgica, definida porGiddens (1990) como el sustento que permitela construccin de identidad e integracin so-cial, auxiliada por la fiabilidad a los sistemasde expertos, el sentimiento de seguridad sedebilita e impera la percepcin del miedo a laviolencia en la persona y en sus bienes. La in-certidumbre, definida por Beck (2002) comoinherente a la sociedad del riesgo, donde todoaparece como poco seguro, poco fiable, sin dis-tinciones temporales, espaciales o de clase so-cial, propicia el temor individual y colectivo.El resultado de esta sensacin de miedo gene-ralizado es percibir los espacios desde la segu-ridad o inseguridad que transmitan, pero tam-bin a identificar al otro, el extrao, al indi-

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    4viduo al cual no se le tiene confianza, se le temey somete a la creacin de estigmas por su apa-riencia, color de piel o condicin social. Al trans-formarse la vida cotidiana del individuo porlas prcticas que refieren miedo en los espa-cios utilizados para trabajar, recrearse, consu-mir, estudiar, privilegiando los fragmentos es-paciales defensivos para llevar a cabo su modode andar por la vida, estamos hablando de frag-mentacin social. De igual modo, cuando los pa-ses latinoamericanos mantienen tasas de po-breza altos, un repliegue del Estado en su par-ticipacin pblica en la provisin de serviciosurbanos, inseguridad urbana en crecimiento yprecariedad en el empleo, se puede pensar quela cohesin social disminuye y se fragmenta.

    El miedo existente en las ciudades est rela-cionado con el proceso de segregacin socialexpresado en las urbanizaciones cerradas, sepuede pensar que en realidad se trata de un pro-ceso donde las clases medias y altas buscan laautosegregacin (Roitman, 2003a) del resto dela ciudad buscando el estilo de vida acorde conel estatus; cierto es que se trata de un procesodonde discursivamente se construye comunidad,se vive entre iguales, se fortalece el espacio de-fensivo con muros, rejas, puntos de chequeo ytecnologa de vigilancia, creando el gueto detranquilidad y seguridad, en contraste con laciudad pensada como el escenario de los pro-blemas de inseguridad, caos e incertidumbre.

    El discurso del miedo presente en los espa-cios cerrados establece que los propios veci-nos se constituyan en la primera lnea de de-fensa de su espacio por medio de las reglas queregulan los comportamientos; la vida ntimade las familias es sujeta a vigilancia y controlpara que no incumplan las reglas del juego yamenacen la tranquilidad y seguridad deseada.

    La segunda lnea de defensa lo constituyen losrefuerzos de muros perimetrales, puertas decontrol y guardias privados. La proteccin delespacio hacia lo externo y las posibles desvia-ciones en lo interno procuran mantener dis-cursivamente los valores basados en el sentidode comunidad, la familia como vanguardia, lacalidad en los servicios como garantes de la dis-tincin, el sentido de felicidad depositada en-tre los iguales y la recuperacin de imgenesidlicas de territorios y lugares en los nombresde los espacios.

    Es importante destacar que la privatizacindel espacio pblico, la segregacin espacial y lafragmentacin urbana, son el teln de fondodonde se ubican las comunidades cerradas y seconstruye la seguridad ante el miedo urbano.Los trabajos realizados en Estados Unidos porBlakely, Amendola, Davis, Ellin, Low y Kohn,corroboran esos supuestos para entender a lasurbanizaciones cerradas y el proceso de expan-sin en las ciudades norteamericanas.

    Las gated communities de Estados Unidos

    Dentro de los estudios realizados en EstadosUnidos sobre urbanizaciones cerradas, sobre-sale que el tema del miedo es consecuencia a lavez que causa de la transformacin ocurridaen las ciudades norteamericanas en las ltimasdcadas. Reduccin del espacio pblico, frag-mentacin espacial, segregacin residencial,blindaje espacial, entre otros, son las dimen-siones tratadas exhaustivamente para explicarel tema de las urbanizaciones cerradas, pero larecurrencia al miedo y, ms especficamente, ala percepcin del miedo a la violencia, estaraubicando la transformacin social y culturalocurrida en la sociedad norteamericana, con-

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    mocin que tiene que ver con el desencantoprovocado por los cambios y sus consecuenciasen la intimidad de la vida del norteamericano.

    Los valores referidos a la comunidad, el es-fuerzo individual, las tradiciones, el poder lo-cal, la religin permeando todo, se consideranen proceso de debilitamiento por la frialdadde la ciudad planeada, heterognea, cosmopo-lita, multicultural. Esa ciudad genera miedo. Almenos ese es el punto de vista de los enfoquesllamados posmodernos como el de Amendola,Davis, Flusty o Ellin. Para el caso de Low yBlakely, sobresale el esfuerzo por situar el fen-meno de las urbanizaciones cerradas, no slopor la presencia del miedo, sino que introducenlas variables que apuntalan lo cerrado comoun elemento de construccin del prestigio so-cial. McKenzie y Kohn consideran las urbani-zaciones cerradas como un resultado de las po-lticas inmobiliarias seguidas en Estados Uni-dos y el poder poltico representado por lasasociaciones de propietarios.

    El miedo a vivir en la ciudad de todos

    Amendola (2000), refirindose a las ciudadesnorteamericanas, considera que el actual espa-cio urbano presenta una dicotoma entre la

    ciudad del imaginario deseada, opti-mizada, espacio de encantamiento yldica y la otra ciudad escondidapero real, conformada por los exclui-dos de los sueos y desagradable pors misma.

    Para este autor, la ciudad posmo-derna encarna la imagen del deseo y laadquisicin de estatus al organizar yjerarquizar el espacio de acuerdo a lacapacidad de los grupos sociales parasatisfacer sus deseos. La diferenciacin

    social est marcada por la accesibilidad o inac-cesibilidad al espacio urbano de acuerdo a lacapacidad del individuo para allegarse de esta-tus. En el plano de la vida urbana, todo es meroasunto de maximizacin del deseo de acuerdoa la capacidad, de modo que se favorece la ex-clusin social precisamente por el criterio deaccesibilidad a los recursos materiales, simbli-cos, y a la competencia por mantener un estilode vida basado en el consumo de bienes.

    Para Amendola a la ciudad contemporneala caracteriza la polarizacin social entre lasclases pudientes que mantienen un estilo devida a tono con la sociedad de consumo, losespacios regulados y un estatus social alto, yclases sociales excluidas e identificadas con lonegativo de la ciudad. Retomando la metforadel flaneur en la Pars Haussmasiana del sigloXIX, Amendola menciona que aquella reconfi-guracin de la ciudad hizo visibles a los exclu-idos, a los otros, abriendo la ciudad mediantelos bulevares; en cambio, la ciudad del shoppingmall y el parque temtico los vuelve a ocultar,la figura del otro se identifica con lo ajeno, loextrao a que se debe temer. La experiencia delflaneur contemporneo se limita a quienes tienenla capacidad para satisfacer los deseos, recorrer

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    4los espacios higienizados y libres de la presen-cia de la otredad; el resto tiene una experienciamuy limitada de la representacin y la simu-lacin ofrecida por los escaparates del consumo.Detrs de esta evocacin de la ciudad posmo-derna excluyente, que seduce con la simulacinde lo real, con la representacin de los espa-cios para el goce y disfrute discrecional, con-trolado y regulado, se tiene la construccin dela distincin, la desigualdad social purificadapor el espacio diseado para exaltar el gusto ydejar por fuera los efectos de la polarizacin,naturalizando la desigualdad.

    La ciudad posmoderna que encarna la figu-ra del deseo y la representacin simblica deestatus contiene los elementos que le provo-can incertidumbre y zozobra entre los indivi-duos puestos a competir, as tambin los es-pacios pueden al mismo tiempo evocar un sen-tido de seguridad o de riesgo de acuerdo a losimaginarios construidos. El miedo es, a con-sideracin de Amendola, lo ms representati-vo de ello. Dentro de esas figuras del miedo seencuentra el graffiti, que evoca la incertidumbreen el orden urbano y revela la presencia del otro,el marginal habitante del gueto que vulneracontinuamente la seguridad y la tranquilidadde los espacios en disputa y que genera temor,la percepcin de inseguridad en las calles y laposibilidad de la violencia; desde esa referen-cia se construye el imaginario de los espaciosseguros o de riesgo.

    Dentro de los elementos urbanos que gene-ran el miedo, Amendola indica que es el miedoa la violencia el que propicia la fortificacinfsica y electrnica de los espacios, Es el miedodel hombre metropolitano de poder ser agre-dido en su persona y en sus bienes, en cualquierparte y en cualquier momento (Amendola,

    2000: 316). Para este autor hay varios elemen-tos que impulsan el miedo: la dicotoma entrepromesas de seguridad y la realidad insegura;la afirmacin de la violencia como un asuntode azar y contingencia sin importar espacio ytiempo; la mezcla de violencia real y la repre-sentada en los medios de comunicacin. Es-tos elementos apuntan a construir una realidaddonde las imgenes de la violencia conviertena la ciudad como insegura y peligrosa. La per-cepcin del miedo a la violencia real o imagi-nada aumenta con la difusin en los mediosde actos lejanos o cercanos, pasados o presentes,programas televisivos que exaltan la violenciay convierten en un reality show cotidiano las his-torias de ciudadanos vctimas de algn crimen,aumentando con esto la ansiedad individual yla sensacin del riesgo latente.

    Es necesario mantener los espacios para vi-vir, consumir, entretener y trabajar, controla-dos y vigilados por dispositivos que den certi-dumbre y tranquilidad a las personas. Las con-secuencias del miedo en la organizacin de losespacios, en las relaciones entre grupos tni-cos, en el diseo arquitectnico de las casas,en la tipologa defensiva de los espacios pbli-cos, shopping malls y corporativos financieros ocomerciales, son variadas. En Amendola se en-cuentra la visin de que el miedo a la violenciapresente en la sociedad norteamericana conducea una privatizacin del espacio pblico, a unaarquitectura urbana de tipo hermtica y al for-talecimiento de las asociaciones de propieta-rios de las llamadas gated communities.

    Amendola refiere la privatizacin del espa-cio pblico para indicar el fortalecimiento dela esfera privada en la defensa de territorios yvecindarios. La ciudad del deseo y de lossueos requiere ser defendido por la iniciativa

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    de los individuos y de las empresas, de esemodo los centros comerciales son el espacioblindado por guardias privados y tecnologa,el parque temtico, que tiene en Disneylandiasu mejor ejemplo, sustituye al parque pblico,el vecindario queda en manos de los propieta-rios que organizan las reglas del juego para regu-lar el acceso, comportarse, disear las casas,establecer muros perimetrales y guardias pri-vados. La fragmentacin de la ciudad en mbi-tos privados es el resultado.

    La arquitectura urbana, a su vez, hace eco delmiedo y establece en los diseos de las casas,edificios corporativos y centros comerciales, dis-positivos eminentemente defensivos e inhibi-torios de conductas agresivas hacia los indi-viduos y los bienes; el panptico de Benthames uno de principales dispositivos presentes enel diseo. Los controles tecnolgicos y los guar-dias para vigilar los usos del espacio refuerzanel diseo arquitectnico y apuntan al nacimien-to de una nueva ciudad: la ciudad defendida oanalgica en el interior de la considerada peli-grosa (Amendola, 2000: 332).

    El fortalecimiento de las asociaciones depropietarios est ligado al sentimiento de co-munidad amenazada por los peligros conteni-dos en la ciudad. La recuperacin discursivadel sentido de comunidad parte del supuestode que las ciudades norteamericanas han per-dido sentido de pertenencia y se encuentranfragmentadas por el melting pot de la diversidadtnica y la inseguridad. Las comunidades ubica-das en los suburbios de las ciudades tienencomo comn denominador la disposicin dereas y equipamientos comunes exclusivos alos residentes, reglamentos que regulan losderechos y obligaciones de los habitantes y ungobierno privado seleccionado por los residen-

    tes. Segn Amendola, En 1964 las asociacioneseran menos de quinientos, en 1970 alrededorde diez mil, en 1975 veinte mil y en 1992 eranciento cincuenta mil y controlaban a aproxi-madamente a 32 millones de norteamericanos(Amendola, 2000: 343).

    Los suburbios la edge city de las ciudadesson el asiento principal de las urbanizacionesde tipo cerrado, en su mayora son habitadaspor norteamericanos de clase media, son ho-mogneas social y tnicamente. Este fenmenofavorece la privatizacin de la ciudad en tantoque los gobiernos locales no intervienen en loscostos de equipamientos o infraestructuras, enlos servicios pblicos y en la provisin de segu-ridad. Pero, adems, los reglamentos establecenestilos de vida determinados, comportamien-tos individuales y colectivos, caractersticas delos residentes, horarios establecidos para todoquehacer cotidiano por fuera de las viviendas,colores y diseos de las mismas; en fin, unalarga lista de regulaciones que propician co-munidades homogneas, aisladas y protegidasdel mundo exterior. La arquitectura de la ur-banizacin contribuye a la fortificacin del es-pacio mediante los muros, rejas y los diseosque enfatizan su esttica hacia el interior delconjunto. Finalmente, la ciudad del deseo y lossueos alcanza plenitud con las islas genera-das por las comunidades protegidas y vigila-das, alejando con esto al otro, al extrao, al quesuscita miedo por ser desconocido y, final-mente, a la ciudad misma.

    En City of Quartz (Davis, 1992) la crudezade la dualizacin espacial presente en Los n-geles, California, perfila un escenario donde lascomunidades defensivas se constituyen en elremanso de seguridad y tranquilidad, mientrasque en los guetos la violencia es la constante

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    4de las minoras y la polica. Sin duda, este esun estudio clsico que pone atencin en el es-tado de California, por concentrar ste el ma-yor nmero de comunidades cerradas en Esta-dos Unidos; pero tambin de la violencia.

    Para Davis, Los ngeles encarna un pasadomtico que la erigi en la tierra de las opor-tunidades. La ciudad se aliment hacia finalesdel siglo XIX y buena parte del XX de la herenciaespaola para construir una imagen de s mis-ma que result atractiva para los desarrolladoresy especuladores venidos del este de EstadosUnidos. La ciudad, con un clima ideal y exten-sas reas para hacer negocios, creci rpida-mente con oleadas de emigrantes provenientesde todo el pas y del extranjero. Es interesanteobservar la influencia que guarda el mito cons-truido y las relaciones de poder poltico yeconmico establecidas en el diseo de laciudad, de manera tal que en, opinin de Davis,hoy en da la ciudad mantiene grupos de poderprivado muy fuertes que constantemente im-primen su huella en la superficie de Los nge-les. El poder de los grupos de propietarios paraimpactar el espacio urbano tiene como resulta-do construir una ciudad formada por segmen-tos. La fragmentacin de la ciudad se expresaen su diseo que favorece que ciertas partessean seleccionadas por el mercado para estable-cer los negocios caractersticos de la ciudad glo-bal, los desarrollos inmobiliarios y financieros,y otras por segmentos donde se ubican los gru-pos sociales y tnicos ms desfavorecidos. Estetrazado policntrico, con mltiples espaciosautnomos conectados por carreteras y bule-vares, ayuda a conformar una ciudad eminente-mente dualizada espacial y socialmente, cosamuy diferente a la tierra prometida construidapor el mito de creacin de Los ngeles.

    Como consecuencia de la fragmentacin es-pacial, que tambin es social, la ciudad incre-menta la segregacin entre las clases sociales ylos grupos tnicos. El paisaje de opulencia y po-breza, imgenes de espectculo y entreteni-miento de Hollywood y Disneylandia, contras-tado con imgenes del gueto mexicano o afro-americano, lleno de drogas y bandas crimina-les, espacios prohibitorios por la violencia co-tidiana y espacios prohibidos dadas las restric-ciones de la fortificacin fsica de las gated co-munities , son el escenario ms caractersticode Los ngeles. Pero tambin aumenta la mili-tarizacin del espacio urbano; los desarrollosinmobiliarios, comerciales, financieros y resi-denciales, apuntan a la creacin de espaciosdefendibles. Los dispositivos de vigilancia elec-trnica en calles y edificios, obligatoriedad deexhibir pases de identidad, vida domstica su-jeta a escrutinio de la polica, revisiones cor-porales al acceder a los edificios, seales de res-tricciones visibles, entre otras cosas, piensaDavis que apuntan a una prdida de libertadcomo precio de una mayor seguridad.

    En la arquitectura y el urbanismo podemosencontrar posturas que retoman el factor miedopara explicar los particulares diseos defensi-vos que caracterizan a la ciudad contempornea.

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    Dentro de la tradicin posmoderna del urba-nismo se encuentra Nan Ellin (1995), quienconsidera importante retomar el miedo comoun factor que permite explicar, al menos enOccidente, las diversas representaciones que dela ciudad se han construido a lo largo del tiem-po. Para Ellin toda construccin urbana con-tiene la necesidad de protegerla del peligro yde las amenazas de toda ndole. En la anti-gedad, la proteccin contra invasores animerigir muros y defensas en las ciudades; laciudad feudal es el ejemplo sobresaliente.

    El pensamiento moderno dot, en el sigloXVIII y XIX, las representaciones ligadas a la met-fora de las ciudades como mecanismo prime-ro, y ms adelante como organismo vivo. Ejem-plo de la influencia de la representacin delorganismo es la transformacin de Pars porHaussmann (Berman, 1988), quien demolibuena parte de la ciudad medieval para crearun sentido del orden, darle funcionalidad y racio-nalidad a una ciudad amenazada por las pasio-nes revolucionarias; convirti al bulevar y la pla-neacin en el diseo constructivo en elementosque otorgaran seguridad e higiene. El modernis-mo presente en la arquitectura y el urbanismoexpres los deseos de liberarse de las tradicionessociales y las barreras entre las clases sociales.La Carta de Atenas fue el resultado ms im-portante de las ideas del naciente urbanismo yde los intentos por establecer los elementospara la organizacin del espacio, aunque el re-sultado en los imaginarios urbanos fue unaincentivacin del miedo ante la transformacinvertiginosa de la sociedad y la ciudad.

    El siglo XX tiene para las ciudades una ar-quitectura y un urbanismo que expresa la con-mocin de la racionalizacin del espacio, lafuncionalidad del zoning y la planificacin del

    diseo. El escenario urbano de la posguerra enEstados Unidos tiene en las torres financieraso corporativas aisladas y solitarias, en el entor-no y los bloques de viviendas producidas enmasa, la puesta en escena de los esfuerzos deplaneacin del urbanismo y la arquitecturamodernista.

    Se ha criticado que las consecuencias paralas ciudades fueron diversas, pero sobresale lacreacin de paisajes uniformes donde la mono-tona abruma a los ciudadanos, un abandonode los centros de las ciudades que no se adap-tan a la racionalidad moderna del zoning, la des-truccin de las comunidades y de sus tradi-ciones al interior de las ciudades; el espaciopblico se convierte en tierra de nadie y en es-pacio de conflicto entre grupos tnicos, la in-fraestructura del high way socava el sentido delugar de los ciudadanos, obligados a viajar asus trabajos o a sus casas, la esfera pblica sedebilita en funcin de la esfera privada que es-tablece las razones del mercado para la orga-nizacin del espacio. La suburbanizacin fueuna de las salidas del urbanismo norteameri-cano a estos procesos urbanos.

    Para Ellin, a partir de los aos sesenta, lasciudades norteamericanas ven crecer el factormiedo. Indicativo de este crecimiento es la apa-ricin de las gated communities o secure communi-ties, los sistemas de seguridad en casas y au-tomviles, el incremento de la vigilancia de losespacios pblicos y los mensajes de peligro delos medios de comunicacin. Tres elementoscaractersticos del miedo contemporneo, con-sidera Ellin, fueron retomados por la arquitec-tura y el urbanismo como respuestas a la mo-dernidad postindustrial y su impacto urbano.El primero de ellos apunta a un deseo de preser-var las diferencias o retribalizacin, que el cos-

    Ciudades de muros. Supuestos y claves de entrada para el estudio de las urbanizaciones cerradas

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    4mopolitismo modernista amenazaba. En el di-seo urbano, esta retribalizacin consisti enel desarrollo de comunidades de jubilados, ascomo de comunidades segregadas por clasesocial o etnicidad.

    El segundo elemento, motivado por los ace-lerados cambios de la sociedad contempornea,es la creacin del sentimiento de nostalgia, undeseo por retornar a los orgenes en reaccin almodernismo que rompe con el pasado. El sen-tido de la nostalgia crece junto con el sentidode la inseguridad propiciada por la sociedaden transformacin. Entre los indicadores deeste proceso est la recuperacin de las viejasviviendas, la renovacin (gentrification) de reasurbanas y la exaltacin de los estilos de vidarurales. En el urbanismo lo ms representativodel deseo de nostalgia es lo que se denominael nuevo urbanismo, que intenta proveer ensus diseos espacios de calidad, trazados semi-cerrados y legibles, fcilmente conectados a losespacios que la gente utiliza, amplias reas ver-des con equipamiento para el entretenimiento.Este diseo pretende, ms que incrementar elmiedo o la fortress mentality, ayudar a aligerar elsentido de inseguridad.

    En tercer lugar se tiene lo que Ellin deno-mina el escapismo. Las prcticas sociales estnmarcadas por una tendencia a escapar de la rea-lidad que provoca incertidumbre. El debilita-miento de las comunidades fuertes propicia unatransformacin de los individuos, ante laausencia se recurre a todo tipo de dimensinque permita cierta seguridad. Dentro de esediscurso escapista, de nuevo aparecen las gatedcommunities como desarrollos que, tras susmuros y defensas, establecen una clara sepa-racin de los otros, de los problemas de la vidaurbana y de imprevisibilidad de lo desconoci-

    do. Las gated communities otorgan claridad espa-cial a las divisiones entre las clases, pero tam-bin al desconocimiento entre ellas, de modoque la creacin de mitos del otro, estigmas haciaquienes no son cercanos, sern comunes. Den-tro de la arquitectura el parque temtico es otroejemplo de esta tendencia al escapismo; comonunca se reproducen las fantasas y deseos liga-dos al pasado perdido, al mundo real simu-lado en pequea escala, copia sacada de su con-texto de creacin, protegido por la tecnologade vigilancia y regulando a los espectadores oclientes con mensajes simblicos para recuperarcerteza, al menos por un precio monetario.

    La retribalizacin, la nostalgia y el escapis-mo son dimensiones consideradas por estaautora para expresar el miedo en la sociedadnorteamericana afectada por la transformacinurbana y social, la creacin de distinciones en-tre los grupos sociales; idealizar el pasado yalimentar las fantasas sociales con lo perdidoo deseado es consecuencia de ese miedo. Eneste proceso la percepcin del miedo se incre-menta, el espacio pblico se transforma y laciudad se fragmenta.

    Teniendo como objeto de anlisis la ciudadde Los ngeles, Flusty (1995) observa el predo-minio en el paisaje urbano de las edificacionesde diseo defensivo, la tecnologa de vigilanciay la seguridad privada. Considera que esta preo-cupacin por vigilar los espacios y las perso-nas es un fenmeno relativamente reciente enla ciudad. Est ligado al sentido de inseguridadque ha visto incrementarse constantemente alparejo que las poblaciones de inmigrantes his-panos y orientales, formando una ciudad com-pleja, insegura por las altas tasas de delitos ypor la exaltacin meditica de la violencia.

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    En el predominio de las edificaciones de-fensivas en el paisaje urbano, Flusty distinguecinco tipos especficos que bien pueden ser p-blicos o privados: a) espacios sigilosos, espa-cios que no pueden ser encontrados por estarcamuflados o con obstculos que impiden servisibles en el entorno; b) espacios resbaladi-zos, espacios que no pueden ser alcanzados de-bido a sus contornos, con rutas de acceso dif-ciles y poco accesibles; c) espacios duros, espa-cios a los cuales no se puede acceder debido alos obstculos dispuestos, tales como muros,puntos de chequeo o puertas de acceso con-trolado; d) espacios incmodos, espacios pocoamables para ser ocupados y con dispositivospara espantar a los merodeadores o dificultarsentarse; e) espacios nerviosos, espacios queno pueden ser usados distradamente sin acti-var vigilancia electrnica o ser abordado porguardias privados.

    Esta tipologa de los espacios referida porFlusty son diseos para repeler, interceptar oamedrentar a quienes no tengan una actividadespecfica en ellos. El diseo defensivo de losespacios apuesta a la seguridad, a la tranquili-dad de los moradores o usuarios, a la inhi-bicin de las actividades criminales. Pero tam-bin, este proceso tiene consigo una privatiza-cin de los espacios pblicos, o al menos undebilitamiento del mbito pblico con respec-to al privado, cuando, en la mejor tradicinneoliberal, el gobierno de la ciudad de Losngeles transfiere los servicios pblicos, entreello la seguridad, a administradores privados,los parques pblicos se cierran por peligrosose incosteables en su mantenimiento, estimulala construccin de plazas privadas, favorece laexpansin de las asociaciones de propietarios

    de las gated communities y el cierre de las callespor motivos de la inseguridad reinante.

    A consideracin de Flusty, los espaciospblicos han venido siendo suplantados porlos espacios privados, espacios de consumo enla modalidad del mall; son los nuevos espa-cios postpblicos. Estos lugares sobresalenpor los altos niveles de control utilizados paraprevenir conductas no apropiadas segn lasreglas establecidas e inhibir el acceso de pordio-seros o posibles delincuentes. Sobresale tam-bin que los estacionamientos mantienen res-tricciones, puntos de chequeo, guardias priva-dos y accesos limitados para los automviles.

    La obsesin por la seguridad que se vive enLos ngeles es resultado del crecimiento ver-tiginoso de la ciudad, el aumento constante dela poblacin, la presencia de grupos tnicos di-versos, la inequitativa distribucin de la rique-za, entre otros. Sobresale en esta obsesin porla seguridad la creacin de estigmas y la segre-gacin entre los grupos raciales, por tanto losroces entre ellos. As tambin, sobresale en estarealidad fragmentada y compleja la formacinde vecindarios defensivos que se segregan a smismos de los peligros, deseando mantenerestatus y homogeneidad social limitando susterritorios con muros y guardias de las intru-siones extraas.

    Las urbanizaciones cerradas como reproductores de pres-

    tigio social.

    Low (2000), es otra autora que considera queel miedo es importante para explicar el fen-meno de las comunidades cerradas. Low pien-sa que tras las urbanizaciones cerradas para lasclases medias y altas, construidas en los su-burbios de las ciudades de Estados Unidos, setiene la presencia de un discurso del miedo

    Ciudades de muros. Supuestos y claves de entrada para el estudio de las urbanizaciones cerradas

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    4urbano que justifica el incremento de los de-sarrollos de este tipo y de que un mayor nme-ro de norteamericanos deseen vivir en ellos. Sinembargo, en su opinin, este proceso crea nue-vas formas de exclusin y segregacin social yexacerba las divisiones sociales que ya existen.Adems, las comunidades seguras, con muros,guardias y rejas, contradicen segn Low losvalores norteamericanos, amenaza las prcticassociales que aseguran el acceso pblico a losespacios y la tolerancia entre los grupos socia-les y raciales.

    Las relaciones entre la ciudad y el suburbioson las que entran en conflicto en el fenmenode las urbanizaciones cerradas, sugiere Low.Mientras la ciudad se debate entre la diversidadcultural y las tensiones entre grupos, el subur-bio expresa una homogeneidad social que indi-ca segregacin. Mientras el suburbio es resulta-do de la reestructuracin econmica, la tercia-rizacin de la economa y la desindustrializa-cin ocurrida en Estados Unidos en las lti-mas dcadas, la ciudad, en su conjunto, obser-va conflictos que tienen que ver con la calidadde los equipamientos, el vaciamiento de las cla-ses medias y altas del centro de las ciudades ysu sustitucin por minoras raciales, aumentan-do con esto la percepcin de inseguridad ymiedo, adems de un sentimiento antiurbano.

    Las clases medias y altas, guiadas por esesentimiento antiurbano, perciben a las ciudadescon temor y las consideran inseguras. Las co-munidades que se caracterizan por encerrar alas familias detrs de muros, barreras, guardiasprivados, regulaciones restrictivas y gobiernosprivados, son, a consideracin de Low, urbani-zaciones que codifican relaciones de clase y ra-ciales, pretenden la homogeneidad social se-gregando espacial y socialmente y se legitiman

    refugindose en el discurso del miedo a la vio-lencia. Las comunidades cerradas, continaLow, amenazan el espacio pblico de las callesy parques, privatizndolo, ejerciendo inclusoel gobierno de estos espacios.

    Los orgenes recientes del fenmeno de lascomunidades cerradas se remonta a los aossesenta y setenta del siglo XX con las urbaniza-ciones destinadas para jubilados y veteranosde guerra norteamericanos, a quienes se les ofre-ca el concepto de club, campos de golf, servi-cios mdicos y actividades de entretenimiento.Ms adelante, esta propuesta urbana incluy fa-milias con nios, pero incrementndose las re-gulaciones y construyndose el discurso del mie-do al crimen. Se ubicaron primero en Florida yCalifornia y, ms recientemente, en Texas yArizona y, en general, en el denominado sunbeltdel suroeste norteamericano.

    Low (2003a) estima que slo en la ciudadde Los ngeles existen un milln de casas de-trs de muros y rejas de proteccin. En Esta-dos Unidos, para el ao 2001, siete millonesde familias vivan en comunidades fortificadas,concentrndose la mayor cantidad en el sur-oeste. Low (2003b) seala que la expansin delas comunidades cerradas se debe a los deseosde seguridad, comunidad, homogeneidad yplacer, pretendidos por los norteamericanos declase media, quienes huyen de la ciudad y pre-fieren establecerse en los suburbios por elmiedo al otro, que generalmente pertenece agrupos raciales no blancos. Para Low es im-portante considerar que los deseos de segu-ridad, mantenimiento de un estilo de vida yvalores que pretenden generar, con buen equi-pamiento, arraigo a un espacio amigable, ocul-tan el proceso de exclusin y segregacin so-cial y espacial que representa la comunidad ce-

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    rrada. Sin embargo, se reconoce que las rela-ciones sociales construidas sobre bases artifi-ciales son bastante dbiles y no fomentan elcomunitarismo, objetivo emprendido por losdesarrolladores inmobiliarios, sino ms bienaslan profundamente a los individuos, comoel espacio cerrado respecto a la ciudad. Todavams, esos lazos construidos sobre las bases delos reglamentos y los convenios restrictivos re-ducen los contactos con el exterior, con el otro,con lo diferente y, por tanto, incrementanparadjicamente el miedo ms que la seguridad.

    Uno de los pioneros en el estudio de lascomunidades cerradasen Estados Unidos esBlakely. Para este autor,el fenmeno generamuchas crticas comoseguidores en ese pas,sobre todo por poneren tela de duda los va-lores que se conside-ran norteamericanospor excelencia, tales como el sentido de comu-nidad y la justicia, tomando en cuenta el asun-to de las diferencias tnicas y las desigualdadeseconmicas. Tambin se piensa como un pro-ceso desafortunado pero necesario. Se cuestio-na la eficiencia de los gobiernos para propor-cionar seguridad y proteccin a los ciudadanos,de all que se vea con buenos ojos establecerlas defensas apropiadas del vecindario. Adems,dentro de la sociedad norteamericana persisteun sentimiento que recela de la ciudad, por susconflictos y complejidad, por lo que el nor-teamericano de clase media pugna por habitaren las afueras, en el suburbio.

    En Estados Unidos, a mediados del sigloXIX, hay experiencias de segregacin espacial,

    pero es hacia mediados del siglo XX en adelan-te cuando, se piensa, las comunidades cerradascomienzan a destacar como un patrn de se-gregacin particular, sobre todo a partir de losprocesos de suburbanizacin que configuranla edge city; los suburbios se extienden con indi-viduos de clase media y alta que salen del cen-tro de la ciudad junto con los centros comer-ciales y servicios. En el centro de la ciudad sequedan las minoras, formando ghettos racia-les de pobreza y deterioro urbano.

    Para Blakely, las gated communities son espa-cios que restringen el acceso pblico fsicamen-

    te, privatizndolo. Ca-lles, banquetas y par-ques se cierran a la cir-culacin y al disfrutepor los no residentesdel vecindario, mediantepuertas controladas porguardias, muros peri-metrales que delimitanel territorio y amedren-

    tan a las personas ajenas. Para este autor, lascomunidades cerradas (y su seguridad privada,defensas y muros, restricciones al uso pblicode reas bien delimitadas), son parte de un pro-ceso que amenaza en todo el pas con limitarel acceso a los espacios comerciales, residen-ciales y reas pblicas, de acuerdo a la raza, clasesocial y nivel de ingresos.

    Blakely considera que, hacia los aos ochen-tas del siglo XX, las comunidades cerradas segeneralizan en Estados Unidos, concentrn-dose bsicamente en los estados del sur delpas. Lo que empez como comunidades parajubilados y millonarios devino en comunidadesesencialmente para clases medias y altas. Blakelyidentifica varias tipologas de urbanizaciones

    Ciudades de muros. Supuestos y claves de entrada para el estudio de las urbanizaciones cerradas

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    4cerradas: a) las comunidades cerradas comoestilo de vida que proveen seguridad y entrete-nimiento para el ocio, en las que se incluye alas urbanizaciones para jubilados y el countr yclub con campos de golf y equipamiento parael entretenimiento; b) las comunidades de elite,donde sobresale la bsqueda de prestigio y dis-tincin de los residentes y que incluye los equi-pamientos y la infraestructura de la tipologade estilo de vida. Generalmente se trata de unatipologa que tiene como principal emplaza-miento los suburbios de las ciudades; c) lascomunidades de seguridad, donde el miedo alcrimen y a los extraos es el pretexto para lasedificaciones defensivas. En este caso los veci-nos de espacios abiertos, previamente decidencerrar con muros y defensas los vecindarios,incluyendo las restricciones para el trfico devehculos en la calle.

    Blakely opina que las comunidades cerra-das, dentro del patrn de suburbanizacinnorteamericano, expresan un deseo de separa-cin y segregacin que atena hacia adentro eincentiva hacia fuera de la comunidad cerradala discriminacin social y econmica. Al igual, laseparacin favorece la reduccin del espacio p-blico, disminuyen los contactos entre perso-nas de diverso nivel socioeconmico y tnico,los beneficios para unos son mayores y para otrosdisminuyen. Ahora, la variable miedo al crimenes cuestionada por Blakely, ya que en su estu-dio encontr que el reforzamiento de las defen-sas de los barrios cerrados, en su diversa tipolo-ga, no significaban una atenuacin del miedoo la disminucin del crimen en relacin a la for-tificacin del espacio. Por lo contrario, encon-tr que, en ocasiones, el espacio cerrado fue apro-vechado en su diseo defensivo para que ban-

    das criminales huyeran de la polica o se prote-gieran de ella.

    Las urbanizaciones cerradas como representacin del

    gobierno local

    Otro estudio pionero en Estados Unidos esPrivatopia de Evan Mckenzie. En este trabajosobresale la importancia que tiene el procesode privatizacin del espacio pblico en el augede las comunidades cerradas. Tambin tienegran importancia el papel desempeado por losdesarrolladores inmobiliarios: las reglas priva-das construidas para regular a los residentesque demandan comunidad, que a su vez gene-ra el poder de la administracin del espacio.

    En una lectura de las urbanizaciones cerradasun tanto diferente a los estudios que refierenprincipalmente el estudio del miedo, McKenzie(1995) analiza el poder creciente de las asocia-ciones de propietarios de las comunidades ce-rradas. Para este autor, los conjuntos cerradosson la expresin ms clara del proceso de priva-tizacin del espacio pblico que caracteriza alas ciudades norteamericanas, al ceder los go-biernos locales poder social y poltico a favorde las Common Interest Development (CID).Las CID son desarrollos inmobiliarios donde lapropiedad es socialmente compartida por losresidentes, no slo en las reas comunes o enel equipamiento colectivo, sino tambin en lasregulaciones que rigen a las viviendas indivi-duales. El control del conjunto cerrado se de-posita en la asociacin de propietarios creadaex profeso por el desarrollador inmobiliario.Esta asociacin administra todos los asuntosconcernientes a la vida cotidiana, establece lasreglas del juego, sobre las cuales los residentesno tienen mucho que opinar, mas que acatar.Para McKenzie, las CID expresan tambin un

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    problema que no ha sido suficientemente estu-diado o contemplado por la sociedad nortea-mericana, se trata de la doble tributacin quepagan los residentes de los conjuntos cerrados:los pagos realizados para mantener las reas yequipamientos comunes administrados por laasociacin y los pagos realizados a la ciudadpor las propiedades y que no reditan en unaprovisin de servicios para el conjunto cerrado.

    Para McKenzie el poder depositado en lasasociaciones de propietarios para decidir so-bre la dinmica interior de las comunidadescerradas es cuestionable, en el sentido que setrata de reglas y controles establecidos por eldesarrollador inmobiliario y no por los resi-dentes, quienes difcilmente pueden modificarlas condiciones contractuales establecidas almomento de realizarse la compra. La expli-cacin a este fenmeno se ubica en el terrenode la oferta, dice McKenzie; al tratarse las co-munidades cerradas de un proceso donde esms rentable la suburbanizacin residencialemprendida por el mercado inmobiliario, eldesarrollo en la ciudad y el poder conferido alas asociaciones de propietarios es con el obje-tivo de impedir la disminucin del valor de lapropiedad asegurando el poder de la adminis-tracin. McKenzie contina argumentando quela idea de comunidad y seguridad que est de-trs de las urbanizaciones de tipo cerrado, esparte del juego de las inmobiliarias, pues, msque crear comunidad, crea ms sujeciones ycontroles a los residentes, contradiciendo as alos apoyadores de estos emprendimientos ur-banos, quienes piensan a las urbanizacionescerradas como la prueba ms palpable del idealnorteamericano de democracia y gobierno lo-cal. En ese sentido, critica a los urbanistas yarquitectos seguidores del denominado Nue-

    vo Urbanismo, quienes se encargan del diseode las comunidades cerradas y piensan que cons-truyen comunidad entre iguales, cuando slo uti-lizan artificialmente el discurso comunitario parabeneficiar a los desarrolladores inmobiliarios.

    En un sentido similar a McKenzie, Marga-ret Kohn (2004) considera que la vida pblicaen la ciudad est siendo socavada por el gobier-no privado de las gated communities, el shoping mallsuburbano, los condos complexes y los distritos denegocios, los cuales estn proliferando, crean-do zonas privilegiadas y sin el concurso de laciudad. Para esta autora, son tres las propie-dades que distinguen al espacio pblico: pose-sin, accesibilidad e intersubjetividad. Estastres propiedades se ven amenazadas cuando loprivado implica la regulacin para acceder alespacio, excluyendo a unos e incluyendo a otros.La promesa de la democracia y la igualdad im-plicada en el espacio pblico moderno estdesapareciendo, mientras se fortalece la pose-sin privada en los espacios de seguridad. ParaKohn, este proceso es evidente en la arquitec-tura del miedo, en el paisaje de comunidadescerradas de los suburbios y en los malls vigila-dos por seguridad privada.

    El diseo de las edificaciones incide en lasprcticas sociales y en las interacciones de losindividuos, ya sea propicindolas o restringin-dolos; en ese sentidos el gobierno privado enlas principales urbanizaciones de tipo defensi-vo que distinguen a la ciudad, refuerza el pro-ceso de segregacin existente en la sociedad.Esto es as cuando las urbanizaciones de tipocerrado refuerzan que ciertos grupos socialesprivilegiados tengan acceso y exclusividad areas seguras y servicios comunes, mientras queotros grupos sociales se ven al margen o ex-cluidos a consecuencia del debilitado gobier-

    Ciudades de muros. Supuestos y claves de entrada para el estudio de las urbanizaciones cerradas

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    4no pblico y el sistema impositivo que no setraduce en facilidades para mantener reas p-blicas seguras y accesibles. El espacio pblicose ve as disminuido, la ciudad se debilita comoespacio de encuentro de grupos sociales dife-rentes, la intersubjetividad deviene restringi-da, la cohesin social socava en la indiferenciay el encogimiento en los usos del espacio pblico.

    Kohn considera como comunidades priva-das a los condominios, gated communities y com-plejos de departamentos. Las comunidadesprivadas estn gobernadas por asociaciones deresidentes. Cerca de diez por ciento de los nor-teamericanos viven en comunidades bardeadascon muros y rejas o donde las entradas estnreguladas por el control remoto de la puertaelctrica o el visto bueno de los guardias deseguridad. Se estima que cuarenta y siete mi-llones de norteamericanos viven en doscien-tos treinta y un barrios gobernados por Resi-dential Community Associations (RCA). Kohnpone como ejemplo las ciudades de Los nge-les y San Diego, California, donde setenta porciento de los nuevos desarrollos estn gober-nados por RCA. Estima tambin que en las mayo-res reas metropolitanas de estados Unidos cin-cuenta por ciento de las nuevas viviendas cons-truidas estn regidas por las RCA (Kohn, 2004:116). Esta informacin da una idea de la im-portancia que tienen las comunidades cerradasen Estados Unidos, as como de la expansindel fenmeno a toda la geografa del pas. Perotambin permite apreciar la profundidad y al-cance de la privatizacin del espacio pblico yla segregacin social inherente.

    Kohn opina que las RCA, al ser producto deldesarrollo inmobiliario, difcilmente pueden pro-mover la participacin ciudadana, pues ellosno pueden modificar las condiciones, conve-

    nios y restricciones creadas por el desarrolla-dor con el fin de proteger el valor de la pro-piedad y el sentido de comunidad vendido.Adems, las RCA pueden fomentar la exclusinal favorecer la homogeneidad econmica y t-nica de los barrios privados en contraposicina los valores pblicos. Como ejemplo, se tienea los grupos que propugnan el not in my backyard para separarse de los vecindarios pobres ode aquellos que generen disensos.

    Segn Kohn, las RCA tampoco pueden serlegitimadas con las ideas polticas de Toc-queville o Jefferson, que defendan el gobier-no local y que los desarrolladores inmobilia-rios han incorporado en su discurso para jus-tificarlos, porque ms que facilitar la formacinde un gobierno local constituido por residen-tes, crean la necesidad de contratar compaasprofesionales dedicadas a la administracin delas comunidades privadas. Se estima que se-tenta y tres por ciento de las RCA estn admi-nistradas por compaas profesionales y no porlos propios residentes.

    Asimismo, Kohn critica al nuevo urbanismo,la tradicin dentro de la arquitectura que secaracteriza por los diseos que pretenden re-cuperar el sentido de comunidad y formar es-pacios que simulan ambientes de vida pueble-rina, mediante el juego con los smbolos delpasado incorporados en las construcciones,junto con espacios de calidad y bien provistosde reas comunes para el entretenimiento y ociocolectivo. Si bien el diseo correspondiente alnuevo urbanismo es incorporado por los de-sarrolladores inmobiliarios para construir sen-tido de comunidad, como es el objetivo de ladisciplina, tiene la particularidad que los usosdel espacio son privados y exclusivos a los resi-

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    dentes del vecindario, asegurndose previa-mente las restricciones al extrao.

    Con esta revisin de algunos de los estu-dios ms importantes realizados en EstadosUnidos se deja ver cmo son las comunidadescerradas en ese pas, los riesgos que para la vidapblica conllevan, la exclusin social practica-da mediante la segregacin econmica y social,la seduccin implicada detrs de las imgenesde ensueo que persiguen recrear comunidadesartificiales, la apuesta a la privatizacin del es-pacio de las ciudades con la frmula de gene-rar parasos seguros para unos y que el Estadoglobalizador no garantiza al comn de los ciu-dadanos y la arquitectura del miedo puesta alservicio de los desarrolladores inmobiliariospara construir la distincin y asegurar el estilode vida para ciertos sectores de la clase media yalta norteamericana.

    Las urbanizaciones cerradas en Amrica Latina

    En la bibliografa existente sobre el tema delas urbanizaciones cerradas en Amrica Latina,se coincide en indicar la expansin del fen-meno a todas las ciudades. Para el caso deAmrica Latina, los estudios recientes ponennfasis en las urbanizaciones cerradas y tienencomo principales objetos de estudio a ciudadescomo Buenos Aires, Santiago, Sao Paulo, Cara-cas, Lima, Ciudad de Mxico y Guadalajara.Los estudios han revelado que las urbaniza-ciones de tipo cerrado no se circunscriben so-lamente al esquema de la ciudad metropolitana,sino que tambin asumen rasgos propios enlas ciudades medias y pequeas de los pases.De tal modo no estaramos hablando de unfenmeno aislado a las grandes ciudades, sinocon gran presencia en los territorios y regiones

    donde la bsqueda de seguridad y certidum-bre al caos urbano propicia el traslado a losespacios cerrados. Pero ligado al tema de la se-guridad tendramos el discurso de la distin-cin; las comunidades cerradas se constituyenen espacios de exclusividad y autonoma conrespecto al conjunto urbano.

    En los principales estudios realizados en lasciudades latinoamericanas tambin se coincideen indicar la profundidad del proceso de frag-mentacin espacial que caracteriza a las ciuda-des contemporneas. Parte central en el anli-sis es pensar las ciudades como suma de frag-mentos inconexos, donde prosperan las im-genes de los espacios postpblicos a tono conla globalizacin y se presenta un socavamientodel espacio pblico en relacin con la reduc-cin en la participacin pblica del Estado jun-to con un fortalecimiento de la esfera privada

    Ciudades de muros. Supuestos y claves de entrada para el estudio de las urbanizaciones cerradas

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    4y un proceso de segregacin no slo en trmi-nos espaciales sino tambin sociales.

    Sobresale el estudio de Svampa (2001), endonde plantea que la ciudad de Buenos Aireses campo de un creciente proceso de segrega-cin espacial expresado en el explosivo aumentode los barrios cerrados y countries privados. ParaSvampa, la proliferacin de barrios cerrados fuepropiciado por las transformaciones econmi-cas y sociales ocurridas en el pas en los lti-mos aos, transformaciones encaminadas a laprivatizacin de la economa, al desmantela-miento del Estado interventor, el debilitamien-to de las prestaciones sociales otorgadas por elEstado y a una consiguiente polarizacin so-cial manifestada como empobrecimiento de laclase media e inseguridad creciente.

    Dentro de ese caos social que envolvi aArgentina, los barrios cerrados se constituye-ron en la dcada de los aos noventa en losespacios ganadores y sus residentes en laexpresin ms clara de la polarizacin existenteen la clase media, que benefici sobre todo alos sectores de poblacin empleados en lossectores de la economa globalizada. Los per-dedores fueron los sectores de clase media quese empobrecieron a consecuencia de la crisiseconmica. Para Svampa, la recurrente crisiseconmica creo una nueva estratificacin conuna reducida capa de ganadores, que en el ni-mo de encontrar proteccin y seguridad, vie-ron en los barrios cerrados una oportunidadpara autosegregarse de la creciente fragmenta-cin y polarizacin social.

    Para Svampa, el xito del modelo de losbarrios cerrados coincidi con la tradicin ar-gentina del country, fenmeno suburbano o ru-ral originado en los primeros aos del sigloXX. Los countries son asentamientos de fin de

    semana de las clases acomodadas argentinasubicados en la periferia de la ciudad. Los coun-tries se convirtieron en aos recientes en resi-dencia permanente de la clase alta que huye dela ciudad, mientras que los barrios cerradosfueron la alternativa para la clase media. Deentrada, este proceso, a consideracin de Svam-pa, incentiv la segregacin espacial, pues es-tos espacios se establecieron en zonas baldasde bajo valor econmico contiguas a espacioshabitados por pobres. La proteccin con muros,puertas de acceso y guardias privados separ alos espacios ganadores y perdedores, cons-truyndose los imaginarios de seguridad, tran-quilidad, ocio y el discurso acerca de lo ver-de, el contacto con la naturaleza. Interesantees el trabajo de campo realizado por Svampaen Nordelta, prototipo de las urbanizacionescerradas. Dentro de ese trabajo es importanteresaltar sus consideraciones acerca del tipo ynivel de socializacin lograda entre los residen-tes, el concepto de comunidad instrumentadoy las reglas de operacin, as como las estrate-gias de distincin y mantenimiento del estilode vida por parte de la clase media argentinahabitante de Nordelta, adems de la percepcinde los residentes del afuera y de los otros.

    Caldeira (1999), quien tiene como objeto deestudio Sao Paulo, en Brasil, considera que esuna de las ciudades con la ms inequitativadistribucin de la riqueza en el mundo. Argu-menta que la expansin de lo que ella llamaenclaves fortificados en los ltimos quinceaos en la ciudad de Sao Paulo, ha tenido comoconsecuencia un nuevo modelo de segregacinespacial que transforma la vida pblica, es visi-ble, confiere de smbolos de estatus y de ins-trumentos a la diferenciacin social. Ella de-fine los enclaves fortificados como espacios

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    privados, cerrados y regulado el espacio paravivir, consumir, entretener y trabajar.

    Estos enclaves tendran como caractersticaprincipal que la distancia espacial que separabaa ricos y pobres ha disminuido, as como que sehan incrementado los mecanismos para mante-ner a los pobres fsicamente alejados de los en-claves, dispositivos de control cada vez ms ob-vios. El patrn de segregacin espacial se for-taleci con el discurso del miedo y el incrementode la violencia. Como resultado, la ciudad se llende muros alrededor de las viviendas, plazas, edi-ficios de condominios, as como de tecnologade vigilancia y guardias privados armados.

    Para Caldeira, las barreras fsicas en las vivien-das unifamiliares, en los edificios de condo-minios y los centros comerciales, contribuyena formar una nueva esttica arquitectnica paraconferir seguridad a las construcciones, perotambin para crear ambientes homogneos so-cialmente, no slo en los espacios para habitar,sino tambin en los espacios para el consumoy el entretenimiento. Las clases medias y altasson las ms favorecidas con el blindaje urbano,pero tambin por dotarse fsicamente de ele-mentos simblicos que incrementan la distan-cia social con otros grupos menos favorecidos.Caldeira considera que los enclaves fortifica-dos son parte de una realidad discursiva queofrece el mito de un nuevo concepto de resi-dencia basado en las imgenes de seguridad,aislamiento, homogeneidad y calidad de servi-cios, pero que en verdad consolidan un estilode vida y un estatus para la clase media y alta alligar comunidades cerradas, aisladas, calidad deservicios y vivir entre iguales, con la posibili-dad de vivir seguro. En contrapartida a las islasde seguridad, se tendra a la ciudad con adjeti-vos negativos, con un medio fsico deteriora-

    do, contaminado, heterogneo socialmente, in-seguro y con espacios pblicos abandonados.

    Las consecuencias que este patrn de se-gregacin tiene para la ciudad segn Caldei-ra apuntan a alterar las interacciones y los con-tactos sociales; la vida cotidiana en los espa-cios colectivos privados se ve vigilada y con-trolada, la heterogeneidad social disminuye enellos, la proximidad entre los diversos grupossociales y tnicos es considerada peligrosa ylegitima el miedo. La imagen de la modernidadcomo abierta, libre y con posibilidad de movi-lidad se altera y la sustituyen los muros, la vi-gilancia y la homogeneidad social.

    Caldeira y Svampa no tienen slo en comnestudiar las urbanizaciones cerradas en sus res-pectivos pases, observar la acentuacin deltema del miedo a la violencia o lo cerrado comoun estilo de vida para expresar distincin so-cial, sino tambin por poner atencin a unfenmeno en expansin en Latinoamrica quetiende a ser el principal patrn de urbaniza-cin de las ciudades. Adems, detrs de losmuros y rejas se expresa un conjunto de deseosy aspiraciones que no quedan solamente en elespejo publicitario del mercado inmobiliario,sino que es adems consecuencia de transfor-maciones ocurridas al nivel social y cultural enla sociedad contempornea. No se trata de pen-sar slo en los efectos de la globalizacin eco-nmica y cultural, sino tambin en la expecta-tiva de creacin de nuevos referentes de socia-bilidad en un mundo cambiante al nivel macroy micro de la organizacin social. Aunque pue-da ser criticada la urbanizacin cerrada por susimplicaciones negativas en el espacio pblico,en el trazado urbano tendiente a fragmentarseen zonas competitivas y excluidas, en la for-macin de comunidades pretendidamente ho-

    Ciudades de muros. Supuestos y claves de entrada para el estudio de las urbanizaciones cerradas

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    4mogneas, en la pretensin de construir la dis-tincin segregndose en islas de confort y segu-ridad, la realidad es que cada vez son ms lossectores de poblacin que deciden vivir en es-tos espacios.

    Por eso es que el fenmeno de las urbani-zaciones cerradas, a pesar de su relativo recienteorigen como proceso casi masificado, al menosal nivel de las clases medias y altas, causa pol-mica en disciplinas como el urbanismo, la ar-quitectura, la geografa y la sociologa, entreotras, por sus mltiples claves de entrada paraser estudiado como proceso, fenmeno o pro-blema. Cierto es que se sita en el centro deldebate acadmico por evocar constantementeel estado que guarda la sociedad contemporneaal nivel de su cohesin o fragmentacin, porreferirse a los cambios en los sistemas de creen-cias y valores socialmente compartidos, porremitirse a las transformaciones ocurridas alnivel de las instituciones y en el individuo, porindicar los efectos de los procesos que man-tienen un alcance global y las especificidadeslocales y, por consiguiente, a las formas de habi-tar y vivir en la ciudad. De ese modo puedeexplicarse la diversidad de enfoques y conjetu-ras en el tema de las urbanizaciones cerradas.

    Al respecto puede ubicarse una gran can-tidad de estudios realizados en Amrica Lati-na, principalmente en Chile, Argentina y Bra-sil. Cabrales y Canosa (2002) y Janoschka (2002),coinciden en situar el origen del fenmeno delas urbanizaciones cerradas en Estados Unidosy, desde donde, alimentado por el proceso glo-balizador, llegaron a Amrica Latina en aosrecientes, como espacios reafirmantes del esti-lo de vida para la clase media y alta, adems deconstituirse como zonas de seguridad. AunqueBorsdorf (2003) identifica una larga tradicin

    en cuanto a tendencias de segregacin espacialen las ciudades latinoamericanas, observndoseesa tradicin en la tipologa arquitectnica deorigen espaol de las viviendas y monasteriosreligiosos. Borsdorf tambin indica la existen-cia para el siglo XIX de espacios cerrados cons-truidos para los empleados de las compaasmineras extranjeras y en el siglo XX el desarro-llo del country club en Mxico y Argentina. Cier-to es que a pesar de la existencia de experien-cias tempranas de urbanizaciones cerradas, elfenmeno contemporneo tiene un carcter msexpansivo y con formulaciones similares a laversin norteamericana en cuanto al autogo-bierno, la privatizacin del espacio pblico, lapretensin de crear comunidad y, sobre todo,la defensa del vecindario de la inseguridad la-tente de la ciudad. Borsdorf e Hidalgo (2005)advierten de la formacin de un nuevo sentidode ciudad con la proliferacin de residencialesvallados donde parece predominar el antiurba-nismo, representado por la inaccesibilidad ur-bana, la exaltacin de la exclusividad y el pres-tigio social, escasa interaccin entre los gru-pos sociales, el favorecimiento de la exclusinsobre la inclusin y el poco aprovechamientoa nivel del tejido urbano de la infraestructura yel equipamiento conseguido por las urbaniza-ciones valladas.

    Lacarrieu (2002) enfatiza un aspecto centralen el tema de las urbanizaciones cerradas: lacomunidad. Tomando como ejemplo las urba-nizaciones cerradas existentes en Buenos Aires,indaga en ellas la presencia de la naturaleza, delverde, como un elemento que articula la cons-truccin de un sentido de lugar ligado a la ideadel barrio o comunidad. Si bien considera im-portante el mercado, los medios y el poder po-ltico como elementos que explican los vecin-

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    darios cerrados, tambin concede centralidadal papel de los residentes de esas urbanizacionespara construirse un sentido de pertenencia alos lugares. De ese modo, las explicaciones basa-das en el efecto de los procesos globales sobrelas ciudades o la percepcin del miedo a la vio-lencia, aspectos que reiteradamente se encuen-tran en el anlisis de las urbanizaciones cerra-das, tienen un nuevo matiz consistente en elpapel de la comunidad para mediar en los con-flictos urbanos y en el nivel de la interaccinsocial. Para Lacarrieu, el contacto cara a cara enun nivel microsocial alimenta la construccinde una nueva forma de observar lo urbano y alas urbanizaciones cerradas.

    Tambin hay estudios que explican el fen-meno de las urbanizaciones cerradas a partirde la inseguridad y el miedo existente en lasciudades latinoamericanas; los casos arriba men-cionados de Svampa y Caldeira son ejemplosde ello. Pero autores como Dammert (2001) yNieto (2003), consideran la inseguridad comocausas de las urbanizaciones cerradas, relacio-nan violencia, pobreza y deterioro urbano parajustificar la segregacin socioespacial. Mux(2004) articula los procesos globales que con-tribuyen a acentuar la fragmentacin urbana conla inseguridad de las ciudades que posibilitanla segregacin social para crear reductos ur-banos de felicidad controlada. Para Mux, lasurbanizaciones cerradas no hacen ciudad, porel contrario, la ciudad tiende a ser impermeablepor la instauracin de barreras fsicas que fa-vorecen al mbito privado sobre el pblico. Poneen duda el ideal comunitario de las urbaniza-ciones cerradas diciendo que se trata de un pro-ceso de segregacin a la medida del precio paga-do por vivir en parasos de seguridad.

    Lugar central ocupa dentro de los estudiosrealizados en Amrica Latina, considerar lasurbanizaciones cerradas en trminos de con-secuencia de la fragmentacin espacial de lasciudades, en el entendido de que esta fragmen-tacin est generada por la liberacin del mer-cado del suelo, el proceso de globalizacin econ-mica, las desigualdades sociales existentes y la se-gregacin espacial correspondiente. En esta lnea,y diferencindose por los matices propios de lasciudades estudiadas y el enfoque utilizado, seencuentran Rodrguez y Arriagada (2004), Roit-man (2003b), Prevot (2000) y Janoschka (2003).

    Los fraccionamientos cerrados en la frontera

    noroeste de Mxico

    El inventario de estudios sobre urbanizacionescerradas tiende a incrementarse como su obje-to de estudio en las ciudades latinoamericanas.

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    4Parece indicar que se trata de un objeto deestudio que est adquiriendo su propia iden-tidad y que ya cuenta con marcos bsicos de refe-rencia (Cabrales, 2003). De all que estudiar elfenmeno de las urbanizaciones cerradas en lafrontera noroeste de Mxico puede ser un buenmotivo para poner a prueba los enfoques teri-cos utilizados en estados Unidos y Latinoamri-ca, aprovechando la contigidad de las ciudadesfronterizas mexicanas con el pas donde supues-tamente se inici el proceso.

    Al respecto, son importantes los anlisisrealizados por Mndez y Rodrguez (2004),quienes se acercan por primera vez al estudiode los fraccionamientos cerrados en las ciu-dades de la frontera entre Mxico y EstadosUnidos. Teniendo como fondo la vecindad conEstados Unidos, las ciudades fronterizas ob-servan marcados procesos de polarizacin so-cial y de crecimiento demogrfico, desde loscuales los fraccionamientos cerrados vienen lle-nando los intersticios dejados por el desarrollourbano, para convertirse en la principal ofertapara las clases altas, al igual que la periferia sedestina para los otros grupos sociales. La disper-sin y la ciudad inmanejable son la consecuen-cia de estos procesos. Para estos autores, losfraccionamientos cerrados se encargan de abas-tecer satisfactores materiales entre la poblacin,simulando la seguridad y el confort medianteartificios de tipo escenogrfico que recrean lapuesta en escena de una versin local comocaricatura de sus contrapartes en otros pases.

    Pensando en el tipo de urbanismo y arqui-tectura dispuesta en el espacio de las ciudadesfronterizas, Mndez (2002) retoma las experien-cias tempranas de encerramiento observadas enMxico, para llegar al fraccionamiento cerradocomo lo conocemos hoy en da, con las bardas,

    la ostentosidad interior que resalta con la po-breza de los entornos circundantes y el senti-do de comunidad artificialmente construido amodo de las clases acomodadas. El urbanismorepresentado por el fraccionamiento cerradoasume a las ciudades como facilitadoras de lacompetitividad por el mercado inmobiliario, acosta de privilegiar y excluir. La arquitecturadel fraccionamiento cerrado es recurso esce-nogrfico utilizado para idealizar lo comuni-tario a costa de los mensajes presuntamentetradicionales, pero recontextualizados a la situa-cin fronteriza como mero accesorio de con-sumo. A consideracin de Mndez, prevalecela simulacin en la arquitectura y una propues-ta urbana que reniega de la ciudad preexistentems que construir alternativas abiertas, ama-bles, incluyentes, ambientalmente racionales.

    Rodrguez et al. (2006) observa que en lasciudades fronterizas prevalece un modelo ur-bano que refuerza la fragmentacin urbana y lasegregacin social. Dicha fragmentacin y se-gregacin en buena medida son propiciadas porel mercado inmobiliario, que encabeza el pro-yecto de ciudad cerrada a falta de una eficazintervencin pblica en la hechura urbana quefavorezca el inters colectivo sobre el privado.Rodrguez piensa que las inmobiliarias im-ponen un concepto urbano basado en el rpi-do montaje de viviendas que fcilmente enve-jecen y desmantelan por la precariedad de lasidentidades prefabricadas dentro del paquetede venta de las viviendas. Sin embargo, la pro-puesta cerrada es un tipo de urbanizacin queno slo se ofrece a las elites fronterizas, sinotambin a todos los dems grupos sociales;adems, es un producto demandado y aprecia-do, por lo que sus consecuencias urbanas to-dava no son previsibles. En Rodrguez existe

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    la pregunta acerca de las posibilidades de lasciudades fronterizas por articular una propuestaespacial que se ha diseminado por el territoriourbano en un contexto social con deficientescondiciones de vida y un paisaje urbano carga-do de precariedad. La respuesta, al parecer, es-triba en una decidida participacin de la esferapblica, la cual hasta el momento es bastanteincipiente; el proyecto de ciudad seguir sien-do encabezado por el mercado inmobiliario sinefectos expansivos al conjunto urbano.

    Maycotte (2005), teniendo como referenciaa Ciudad Jurez y las polticas de viviendagubernamentales seguidas en los ltimos aos,introduce una variable que explica en buenamedida el xito inmobiliario de los fracciona-mientos cerrados: la figura del condominio.Ella considera que el marco legal existente dacobertura a polticas que tienden a reducir lascondiciones de habitabilidad de las viviendasde inters social mediante el rgimen de con-dominio, forma de propiedad que permite dis-minuir el tamao de las viviendas y restringirlas posibles ampliaciones a las mismas, ademsde que convierte a las exiguas reas comunesen reas residuales que no promueven la con-vivencia vecinal. Cosa distinta ocurre con losresidenciales medios y altos, donde el ornamen-to es fundamental. Para Maycotte, el condo-minio no debe ser utilizado en urbanizacionesdestinadas a la clase trabajadora por la presingenerada en el nivel de socializacin y las condi-ciones de hacinamiento. El estilo de vida, lavida comunitaria y la seguridad en esas condi-ciones, son difciles de alcanzar, ms cuandose trata de una imposicin forzada por las in-mobiliarias y no un acto voluntario. Para ellael condominio fortalece la segregacin social,

    disminuye la participacin ciudadana y priva-tiza el espacio pblico.

    Los fraccionamientos cerrados en las ciudadesfronterizas de Tijuana, Nogales y Ciudad Jurez,han proliferado en los ltimos quince aos y sonen algunas ciudades la nica forma de urbani-zacin disponible. El fenmeno tiene particu-laridades locales que lo distinguen de otras ciu-dades latinoamericanas, no slo por el contextodel muro que separa a Mxico y Estados Unidos,sino tambin por el tipo y extensin del procesode fragmentacin urbana y segregacin socialpropiciado por el mercado inmobiliario, que notiene contraparte activa en la dimensin pblica.

    Conclusiones

    Estudiar las comunidades cerradas en EstadosUnidos, Amrica Latina y, en particular, en laFrontera Noroeste de Mxico, tiene la opor-tunidad de conocer el proceso de segregacinespacial desarrollado, las formas de fragmen-tacin urbana desplegadas, la dualizacin so-cial presentada y el debilitamiento del espaciopblico en referencia al privado. As tambin,permite conocer las especificidades regionalesen relacin a las urbanizaciones cerradas exis-tentes en otros pases y contrastar los marcosmetodolgicos y conceptuales utilizados parasu estudio.

    Dentro de las especificidades regionales delas urbanizaciones cerradas en la frontera no-roeste de Mxico, se observa con claridad cmoel mercado inmobiliario determina los usos delsuelo urbano, genera los patrones de localiza-cin de los grupos sociales, impulsa los tiposde vivienda y determina hacia dnde crece laciudad. Todo esto, en un escenario fronterizo

    Ciudades de muros. Supuestos y claves de entrada para el estudio de las urbanizaciones cerradas

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    4caracterizado por su elevado crecimiento po-blacional y urbano.

    Adems, la situacin fronteriza de las ciu-dades puede referir la influencia y la importan-cia que tiene la ciudad par norteamericana enlas formas de socializacin establecidas por loscontactos interfronterizos, los usos por los me-xicanos de los espacios pblicos norteameri-canos, las formas de consumir en los malls, lapresencia del norteamericano en la vida coti-diana, las pautas culturales y espaciales espec-ficas creadas por el escenario transitorio de per-sonas, bienes y mercancas que representa lafrontera. De ese modo, se posibilita observarlo especfico de las ciudades fronterizas encuanto al tema de las comunidades o urbani-zaciones cerradas.

    El fenmeno de las comunidades cerradastiene varias claves de entrada para su estudio.Se trata de un proceso socioespacial que hablabastante bien del sentido de las transforma-ciones urbanas ocurridas en los ltimos aosen las ciudades mexicanas, pero tambin de loscambios sociales y culturales observados en lasociedad contempornea, de modo tal que lascomunidades cerradas son indicativas ademsde consecuencias de dichos cambios.

    No se tratara de un fenmeno que slotiene impacto y relevancia para las ciudadesmexicanas o que tan solo sea la incorporacin,como simulacin o copia del modelo existenteen Estados Unidos, de uno de los principalesmecanismos de creacin de asentamientos paralas clases medias y altas. Se tratara, en todocaso, de un patrn de urbanizacin que, si bientiene similitudes con su versin norteamerica-na, en el caso latinoamericano y, en particular,en Mxico, remite a un contexto caracterizadopor la desigualdad econmica existente y la

    construccin de nuevas formas urbanas de ex-clusin social basadas en la bsqueda de pres-tigio y formacin de comunidades homo-gneas, adems de que refiere las diferencias encuanto a la calidad de las viviendas, los mto-dos de construccin y la provisin de espaciopara el entretenimiento, que en el caso mexi-cano son bastantes marcadas con respecto a laversin norteamericana del fraccionamientocerrado.

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