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1 ESTUDIO DEL TALLER DE ARTISTA COMO ARQUETIPO DEL PROCESO CREATIVO CONTEMPORÁNEO: EL TALLER DE ANSELM KIEFER Por: Giovanna Castillejos Saucedo RESUMEN Este ensayo propone exponer y analizar el taller del artista Anselm Kiefer como arquetipo de las relaciones epistemológicas e intuitivas que se encuentran al interior de cada pieza de arte, colocando a ésta como acontecimiento (innovador, revolucionario, y transfigurador). Esta visión propone la construcción constante de un trayecto entre un pasado ajeno, un presente efímero y un futuro inalcanzable. Tal vez así, haya posibilidad de superar la idea de la “incomprensible naturaleza humana” y contribuir al desarrollo individual y colectivo de las disciplinas artísticas. EL TALLER DEL ARTISTA

Ensayo EHA

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Análisis del taller de artista Anselm Kiefer

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Page 1: Ensayo EHA

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ESTUDIO DEL TALLER DE ARTISTA COMO ARQUETIPO DEL PROCESO CREATIVO CONTEMPORÁNEO: EL

TALLER DE ANSELM KIEFER

Por: Giovanna Castillejos Saucedo

RESUMEN

Este ensayo propone exponer y analizar el taller del artista Anselm Kiefer como arquetipo de las

relaciones epistemológicas e intuitivas que se encuentran al interior de cada pieza de arte, colocando a

ésta como acontecimiento (innovador, revolucionario, y transfigurador). Esta visión propone la

construcción constante de un trayecto entre un pasado ajeno, un presente efímero y un futuro

inalcanzable. Tal vez así, haya posibilidad de superar la idea de la “incomprensible naturaleza humana”

y contribuir al desarrollo individual y colectivo de las disciplinas artísticas.

EL TALLER DEL ARTISTA

Considero que la pintura El taller del artista (1854-55) de Gustave Courbet (1819-1877) guarda cercanía

con la propuesta de este ensayo. Así pues los elementos que de aquí se destaquen fungirán como puente

conceptual hacia el tratamiento del taller en Anselm Kiefer, siendo al mismo tiempo un precedente de

esta presente propuesta.

Gustave Courbet, pintor, máximo representante del realismo francés. Artista controvertido que rechaza

la idealización del arte y el canon de belleza académico; oponente de un mundo idealizado por sus

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producciones estéticas. Al contrario, es partidario de la presentación del mundo “tal cual es”, representa

por medio de la cotidianidad, el naturalismo, y la heterodoxia estética.

El taller del artista, obra alegórica por medio de la cual Courbet busca una integración de los valores

que conformaron el trayecto de su proceso creativo. Un tipo de composición heterogénea cuyas

relaciones se dejan ver en dos sentidos, uno como un autorretrato de su profesión y otro como la visión

del presente en ese momento.

Courbet dejó testimonio de lo que para él representaba la función social del artista, por medio de esta

obra que es “pintura de la historia.”1 De manera que, esta relación entre la individualidad y la vivencia

con el entorno (relación entre opuestos), está siendo ejecutada en el interior de un espacio –el taller—

que para el pintor representa el cruce de estas dos vivencias: intimidad y racionalización social. Este

cruce dará paso a la multiplicación de las relaciones que se hallarán tanto en la obra misma con a lo

subyacente en ella: el proceso creativo.

EL PROCESO CREATIVO

El proceso creativo al que se somete el artista le permite articular significados provenientes de distintas

disciplinas, de manera que, la red de significación que resulta subyace en cada una de sus obras, y más

allá de ellas brilla la presencia implícita del crisol donde todo comienza: el taller del artista.

Reflexionar acerca del taller del artista coloca a la teoría del arte directamente en los procesos de

creación, que a su vez permiten, el acercamiento a las estructuras que sostienen, al interior y en el

entorno, a cada pieza de arte.1 Mussé d’Orsay, Obras comentadas, en línea: http://www.musee-orsay.fr/es/colecciones/obras-comentadas/busqueda/commentaire/commentaire_id/latelier-du-peintre-7091.html?no_cache=1. Consultada el 29 de enero del 2014.

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Sin embargo, no es el objetivo señalar a la obra de arte como insuficiente en sí misma, al contrario, se

busca concebirla como acontecimiento. El acontecimiento siendo de naturaleza contingente, solo se

puede presentir una vez ejecutadas y entrelazadas las relaciones que lo componen.2

Analizar la presencia del taller del artista como punto de articulación donde se experimenta, transfigura,

y reformula el mundo. Desde el cual es posible la interconexión entre un pasado lejano, un presente hoy

en día inasible y un futuro en constante construcción. Conexiones desde donde es posible superar la idea

de la “incomprensible naturaleza humana y sus productos.”3

Me tomo el atrevimiento de afirmar, que el mismo Courbet se encontraba expuesto a condiciones

similares a estas –contradictorias— y sin embargo, logra reunir las temporalidades turbulentas y permitir

que emane una obra como acontecimiento.

LA ERRANCIA

Llegar hasta las redes de significación de la obra –el proceso creativo— se debe enfrentar a la obra en sí

misma, pues la obra como acontecimiento es el paso antecedente para tratar el movimiento de ida y

vuelta entre la intimidad y la racionalización, ya que el acontecimiento es una figura determinante que

pone en acción dichos procesos.

Alain Badiou, filósofo francés, expone las cualidades del acontecimiento como posibilidades desde las

cuales el creativo puede engendrar de manera innovadora, revolucionaria, inventiva y transfiguradora; es

2 BOSTEELS, Bruno. Badiou o el recomienzo del materialismo dialéctico, Palinodia, Santiago de Chile, 2007.

3 Simón Sol, Gabriel (comp., 2009). Más de 100 definiciones de diseño, UTEM, UAM, México.

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un horizonte que le permite entrar en un proceso dialéctico, en donde los usos del lenguajes se vuelven

duales, y el acontecimiento toma una forma inesperada. 4 Así la obra de arte es acontecimiento.

El acontecimiento está ligado necesariamente a sus procesos, y para efectos de delimitación en este

ensayo se hace énfasis en aquello que guarda estrecha relación con el taller de artista: el proceso

creativo. Proceso compuesto de relaciones móviles, pasajeras y múltiples5, cualidades que comparten

con un presente inasible.

Así, la filosofía ofrece un horizonte desde el cual superar la idea de la “incomprensible naturaleza

humana y sus relaciones” o en este caso la incomprensible cosificación del mundo desde el arte y el

diseño.6

Tomando como punto de referencia el concepto de errancia7, es posible desarrollar la condición del

proceso creativo entre la profundidad de la historia humana y la sencillez de una historia cualquiera del

mundo cotidiano permitiendo así ver en el creativo un proceso de ida y vuelta constante entre una propia

autonomía ajustada a su deseo y el arraigo en el mundo humano8 resultado de la primera condición,

permitiéndole un conocer y pensar plural y propositivamente.

Sáez Rueda pone en discusión su propio concepto de errancia con el de Martin Heidegger. Este último

coloca al hombre errático “en un comportamiento temeroso. De la angustia que se experimenta ante la

4 BOSTEELS, Bruno. Badiou o el recomienzo del materialismo dialéctico, Palinodia, Santiago de Chile, 2007.

5 Brumaria (2013: Buenos Aires, Argentina). Las condiciones del arte contemporáneo [en línea]: http://www.brumaria.net/284-alain-badiou/ Consulta: 3 abril 2014.

6 Sáez, op.cit.

7 Brumaria, op.cit.

8 Sáez, op.cit.

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vida de los hechos prácticos, ante el existir arrojado y comenzado, y del miedo que provoca la

responsabilidad que ahí yace, hace surgir el vagar sin rumbo, que es una huida.”9

Esta perspectiva, efectivamente habla de un mundo, que desde el arte y el diseño, se experimenta

continuamente: crear en la superficie de los prejuicios, imágenes y bagajes adquiridos tempranamente,

faltos de observación y experiencia crítica propia; crear desde lo cotidiano para lo cotidiano sin que los

resultados adquieran trascendencia o profundidad; una práctica tiránica del lenguaje que queda en una

ejecución de las voluntades individuales.

Sin embargo, Sáez Rueda recupera la otra cara de esta visión recociendo la presencia de lo extraño en el

concepto de errancia de Heidegger. “Lo extraño contiene por un lado, el alejamiento del individuo para

con el mundo, pero por otro lado, contiene la necesidad de apropiación de aquello con lo que hay

distancia. Así pues, gracias al sentido de extrañeza, se puede asir lo extraordinario en lo ordinario, el

azar en su necesidad, la contingencia y eventualidad de su destinación y, en suma, ex-ponerse en lo otro

de sí y de su mundo. El extrañamiento es la fuente, tanto de la radicación como de la errancia.”10

Es en estas resoluciones donde adquiere presencia el taller de Anselm Kiefer. Hablando sobre el acto de

creación, uno de los posibilitadores del arte y del pensamiento es un cierto extrañamiento o duda de ser

en tanto individuo. Anselm Kiefer nace en 1945 en Donaueschingen, Alemania. Desde sus comienzos

como artista se enfrenta al pasado bélico de su historia nacional, y cuya postura de frente se resuelve en

nunca dejar caer en el olvido una memoria que estrictamente no le pertenece, pero cuyas eventualidades

lo confrontan exponiéndolo al otro que es él mismo.

9 Sáez, op.cit. p.67

10 Ibid, p.101

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El caso de Anselm Kiefer resulta paradigmático pues en el trayecto de su obra se esclarecen relaciones

duales del lenguaje: cultura/naturaleza, nigredo/albedo, vacio/colmado, memoria/olvido,

creador/destructor, iluminación/oscuridad; donde queda claro que un pluralismo epistemológico es

posible.

Desde mediados de la década de 1990, el estudio-vivienda en Barjac de Kiefer, se extendió más de 35

hectáreas, y se convirtió en su proyecto más ambicioso, donde expande las necesidades integrales que le

permiten crear, exhibe sus propuestas sin formalmente un público invitado, las almacena y trae a la vida

una y otra vez en el proceso de composición de su obra.

Una antigua fábrica de seda en una colina que el expatriado alemán transformó en un vasto y complejo

espacio de vida. Estudios, talleres e instalaciones de almacenamiento, forman parte de un entorno que,

pudiera denominarse “land art”; pero el proyecto va más allá de toda limitación temporal, conceptual; se

remonta a la concepción primitiva de transformación de un entorno y paradójicamente resulta la

representación del proceso creativo contemporáneo.

Gigantescas estructuras de hormigón, tanques, aviones de guerra inutilizados e intervenidos por el

artista, todo en medio de la campiña rural francesa. Podría pensarse la monumentalidad de este taller no

en vertical, pero de tal manera expandida en el horizonte que se experimenta la teatralidad de una obra

total e al mismo tiempo inacabable en sus procesos creativos.

CONCLUSIÓN

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Anselm Kiefer construye en vida las ruinas de sí mismo. El taller del artista se encuentra en el interior de

cada obra, y al mismo tiempo es el universo de las obras en conjunto. Éste espacio errático, deviene

microcosmos y macrocosmos en la conciencia del creativo, sepulcro expandido entre pasado y presente,

y legado en constante construcción.

Conocer estos procesos coloca a la Historia de Arte expuesta a una especie de ensimismamiento donde

los procesos de un individuo brindan al mundo formas y conocimiento, claridad y misterio.

El taller del artista y la vivencia del proceso creativo permiten dar vida a una obra de manera

innovadora, revolucionaria, inventiva y transfiguradora. Este horizonte permite entrar en un proceso

dialéctico que aporte a su vez figuras teóricas para cimentar las prácticas culturales y contribuir al

desarrollo individual y colectivo de la disciplina artística.

Desde la visión de un entorno mundial heterogéneo donde se encuentran intereses económicos

particulares en intereses globales, educación de valores morales en ambientes adversos, movimientos

migratorios donde se diluyen las fronteras pero al mismo tiempo se enfrentan a un arraigo nacionalista;

parece disonante la presencia del arte y mucho más confusa es la presencia del creativo.

Sin embargo, la visión que nos entrega Anselm Kiefer, resulta conciliadora de estas relaciones

contradictorias. Me parece pertinente situar la crítica y la teoría del arte desde una postura ontológica,

donde se cuestione la pertinencia de sus procesos y resultados en este mundo heterogéneo: ¿Qué tipo de

valores está produciendo hoy en día el arte y el diseño contemporáneo como legado para este mundo

humano?, ¿la ejecución de los procesos creativos fomentan la construcción de un individuo integrado

con su entorno?, ¿cuáles son los límites en el encuentro con la visión de la continua producción estética,

y con la visión del cese de la misma?

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BIBLIOGRAFÍA

BIRO, Matthew. Anselm Kiefer, Phaidon, Londres, 2013.

BOSTEELS, Bruno. Badiou o el recomienzo del materialismo dialéctico, Palinodia, Santiago de Chile,

2007.

SÁEZ Rueda, Luis. Ser errático. Una ontología crítica de la sociedad, Editorial Trotta, México, 2009.

SIMÓN Sol, Gabriel (comp., 2009). Más de 100 definiciones de diseño, UTEM, UAM, México.

Fuentes electrónicas:

Mussé d’Orsay, Obras comentadas, en línea: http://www.musee-orsay.fr/es/colecciones/obras-

comentadas/busqueda/commentaire/commentaire_id/latelier-du-peintre-7091.html?no_cache=1.

Consultada el 29 de enero del 2014.

Brumaria (2013: Buenos Aires, Argentina). Las condiciones del arte contemporáneo [en línea]:

http://www.brumaria.net/284-alain-badiou/ Consulta: 3 abril 2014.