Este ensayo tiene como objetivo, hacer un recorrido alrededor del

tratamiento jurídico que se le da al adolescente infractor dentro de la ley penal

colombiana; por lo tanto es necesario inicialmente, conocer la categorización

del concepto de niño en Colombia.

A partir de la convención de los derechos del niño, se habla del concepto

“niño” como todo ser humano menor de 18 años de edad, y la ley 1098 de 2006

define a los adolescentes como aquellas personas entre 13 y 18 años de edad

y, en tanto personas, como sujetos de derechos y obligaciones. (Holguín-

Galvis, 2010)

Con referencia a esta categorización se puede decir, que no siempre ha

sido la misma, es decir, que ha variado con el paso del tiempo y actualmente la

infancia es entendida como el resultado de un complejo proceso de

construcción social.

Anteriormente, en Roma, los recién nacidos los ponían en la puertas del

palacio imperial, donde se elegían, y lo que no eran elegidos los mataban; esto

hace alusión en la actualidad a lo que es el aborto (cuando los niños no son

deseados). Siguiendo con la historia, en la edad media los niños y las niñas no

eran tenidos en cuenta como sujetos de derecho, ya que se era niño cuando se

tenía alguna dependencia física con un adulto encargado de la crianza, al

momento de que ya esa dependencia no existía, se convertía en adulto.

En la actualidad, algunas cosas han cambiado, ya que el niño tiene un

lugar importante dentro de la sociedad, donde ya no solo se tiene en cuenta el

aprendizaje generado dentro del núcleo familiar sino que también existe un

modelo educacional dirigido por un grupo de personas capacitadas para tratar

las diferentes características de personalidad que se dan a lo largo del

desarrollo evolutivo del niño. Por esta razón la escuela se ha considerado con

el paso de los años como un espacio donde se consolida el afecto dirigido al

niño, se corroboran las bases fundamentales de los valores y por ende el niño

empieza a convertirse en un ser sociable, mas allá de su sola familia

generando en el niño costumbres civilizadas que puedan convertirse en la

mayor fortaleza de su infancia.

Por otro lado y luego de esta etapa, podremos visualizar como se da la

categorización de adolescente, como menor infractor.

Anteriormente (siglo XIX) los adolescentes podían infringir la ley y no

existía ninguna penalización jurídica ni sanción que se les pudiera adjudicar

para darles una sanción.

En Colombia, en el siglo XX, el poder que controlaba al menor de edad

se hallaba en el campo social, donde desempeñaba un papel productor. Erna

la familia, la escuela, la iglesia en fin, las instituciones de control informal las

encargadas de regular y encaminar sus conductas. (Holguín-Galvis, 2010)

En ese entonces la iglesia católica se convirtió en un instrumento para

tratar de mantener el control sobre el menor, a traves de normas morales y

religiosas que practican dentro de la familia, la escuela y las correccionales;

influyendo hasta el punto de participar en la crianza que los padres deberían

darle a sus hijos. La iglesia podía influir a traves de establecimientos de

educación, donde se infundía disciplina, es estudio y la moral por medio de la

enseñanza de preceptos católicos.

Con todos estos constructos teóricos acerca de la historia de la

categorización niño y adolescente y además la forma de penalización. Se

concluye que no solo tiene como elemento determinante la edad, ya que esta

no garantiza la madurez mental de una persona; aunque si se está de acuerdo

con el concepto que el autor propone con respecto a la dependencia y la

mayoría de edad. Con base a esto se puede hacer una relación con la

fenomenología humanista ya que su enfoque está tan cerca del enfoque de

Maslow donde se pueden considerar ambos enfoques complementarios.

Rogers pensaba que cada persona vive y construye su personalidad a partir de

ciertos objetivos; y el objetivo más alto sería ser feliz, autorrealizarse.

Sin embargo, Rogers le da mucha importancia a una idea que coge de

un filósofo noruego llamado Kierkegaard: el único modo de autorrealizarse y

ser feliz es aceptarse a sí mismo y llegar a ser quien se es sin máscaras.

Rogers está convencido que toda la infelicidad de las personas proviene de no

aceptarse como son y dejar que su personalidad se vaya construyendo sin

trabas. Sólo cuando una persona se acepta a si misma, pierde todos los

complejos de mostrarse tal y como es frente a los demás y frente a sí mismo

puede realmente realizarse. Esto tiene una estrecha relación con la frase el “el

fin justifica los medios”, ya que cuando un menor infringe la ley tiene una razón

“válida” para sí mismo y de acuerdo a nuestra cultura en la mayoría de los

casos son razones económicas, donde la persona no se acepta a sí mismo ni

su condición. Sin embargo, esto no quiere decir que por el hecho de nacer

pobre esa vaya a ser la ruta en la vida de la persona, pero sí constituye un

elemento determinante para la formación de la estructura de personalidad de la

persona.

Por tanto el menor de edad en la actualidad, puede llevar a cabo actos u

omisiones típicos, pero no culpables, pues para que se le pueda reprochar su

conducta, a título doloso o culposo el menor debe tener la capacidad de

entender y querer su conducta.