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Ensayo No. 8
La Globalización Imaginada
(Basado en la Lectura del Texto “La Globalización Imaginada” de Néstor García Canclini)
Por: Jorge A. Martínez M.
Con este documento, respaldado de una vasta bibliografía, el autor García
Canclini explora como este fenómeno de la globalización es visto en diferentes países y
como cada uno de sus miembros asume el papel que le toca jugar en él. Establece,
también una referencia numérica (cifras y datos) con los cuales compara los distintos
modos en que se ven globalizados los mercados, las finanzas, las diversas
sociedades, las artes visuales, la música entre otros elementos de nuestra sociedad.
Los argumentos con que nos presenta dicha información, los representa en las
relaciones que convergen, por decirlo así entre Europa, América Latina y los Estados
Unidos. Son, por una parte, presentados a través de metáforas1 empleadas para
establecer los conflictos fronterizos, y por la otra, en un tono humorístico los
malentendidos interculturales que existen. Este análisis de la globalización presentado
por el autor hace referencia que otros, financistas y académicos, la ven de forma
circular. El resto imagina globalizaciones secundarias: con los que hablan inglés, con
naciones de la propia región, o en acuerdos de libre comercio para protegerse de la
competencia generalizada, o simplemente procesos en los que participa las personas,
es decir, los movimientos migratorios. Junto a la homogeneidad generada por la
circulación de capitales y bienes, emergen las diferencias culturales. Diferencias
culturales que nos llevan a identificar como los imaginarios que acompañan a los datos
de la globalización son en primer lugar, como centros de poder, del cual tiene que ver
con la pretensión de realizar esa homogeneidad cultural global en clave neoliberal, pero
por otra parte, la globalización activa la interculturalidad y provoca el surgimiento de
otros imaginarios opuestos a las narrativas superiores.
1 Algunos economistas, políticos y empresarios han definido la globalización como: Tercera Ola, Disneylandia Global, Aldea
Global, Sociedad Amébica, Nueva Babel, Shopping Center Global. 1
La globalización no es un hecho concreto en el cual se pueda tener una certeza
de sus orígenes que nos permitan identificar su motivos por la cual se ha ido
desarrollando hasta conseguir la estructura que tenemos en las sociedades modernas
de hoy día, así como de sus expansiones y hasta donde pretenderá llegar por parte de
algunas naciones de acuerdo a sus potenciales económicos, tecnológicos y
comunicacionales, incluyendo la cultura. Sin embargo, siguiendo estas líneas, existen
autores que le dan un mayor apego a su nacimiento en lo económico, no obstante
existen otros, como Giddens, que argumentan y le da mayor énfasis a la aparición de
ésta por el desarrollo y expansiones de las dimensiones políticas, culturales y
comunicacionales.
Al respecto, autores como Appadurai2, Sassen y el propio Giddens manifiestan
que la globalización en un nuevo régimen de producción del espacio y el tiempo. No
obstante, hay quienes expresan que este proceso o fenómeno debe denominarse
globalización o mundialización. No cabe duda, que al referirse a esto del proceso de
globalización, algunos autores manifiestan que la globalización constituye un conjunto
de narrativas que tienen puntos divergentes en su desarrollo. De esta manera, las
tendencias esclarecidas por el autor García Canclini a través de un esbozo
metodológico nos expone conceptos que llegan, algunas veces, a confundir a los
miembros de las sociedades modernas. Sin embargo, en su documento establece unos
principios de docencia o metodología en donde esclarece dichos conceptos.
Nos referimos, por un lado, a la Internacionalización, que inicia con la
ampliación geográfica de las actividades económicas más allá de las fronteras
nacionales y que se suscitan precisamente con las grandes colonizaciones de
Europeos a América, Asia y África; y por el otro, a la transnacionalización, considerado
como un proceso económico que pasa a depender de empresas multinacionales, cada
una con actividades productivas y comerciales en varios países, no obstante el
concepto también, como manifiestan algunos autores, este término no sólo es aplicable
2 Si los movimientos globales son la realidad actual y cotidiana, entonces, como bien menciona este autor, la imagen, lo imaginado y el imaginario son conceptos que nos dirigen en los procesos culturales globales, ala imaginación como práctica social.
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a las actividades económicas de las empresas, sino que también puede ser utilizado
por otro tipo de conexiones transnacionales efectuados por movimientos sociales,
ecológicos, de derechos humanos e incluso de flujos migratorios que circulan por varios
países.
Y, por supuesto, al concepto globalización, que hemos tratado de esclarecer en
muchos de nuestros escritos, y al que hacemos referencia en el análisis de este
documento. Esta puede ser analizada como la culminación de las dos anteriores y
que manifiesta algunos rasgos específicos de su desarrollo: la desterritorialización de la
producción, gracias al desarrollo y proliferación de las innovaciones y comunicaciones
tecnológicas, la formación de una cultura, como manifiesta Ortiz, internacional-popular,
que organiza a los consumidores de los países con información y estilos de vidas nada
homogéneos, las restricciones aduaneras quedan obsoletas por la integración de
productores y consumidores, entre otros rasgos.
El eje de García Canclini es la cultura y los lentes a través de los cuales
construimos y procesamos el mundo. Su propuesta es fundamental, la globalización no
es simplemente una exacerbación de lo ya conocido. Más bien, es una mezcla de
cosas viejas -por decirlo así, antiguas- y cosas verdaderamente nuevas e innovadoras.
También, es un proceso dinámico en crecimiento y en desarrollo; y que no debemos
considerarla como una sola globalización, sino que por el contrario encontrarnos que
hay muchas. La globalización es, ante todo, un proceso que está alterando y
transformando dos de nuestros parámetros más básicos: el tiempo, en algunos casos
haciéndose más elástico, en otros más rígido y el espacio, lo que antes estaba lejos
hoy está cerca, lo que antes parecía cercano se aleja.
La globalización es homogeneización, pero también desgarramiento.
Fragmenta y desgarra no sólo entre naciones ricas y pobres, también dentro de ellas,
de ambas, de los grupos, de las personas, en fin hace sus incursiones en lo global y en
lo local.
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Resumiendo nuestras ideas, el resultado de todos los cambios que se han
generado a consecuencia de la llamada globalización, podemos manifestar que nos
está enmarcando en la creación de un mundo más pequeño e interdependiente, pero
sobre todo más desigual. Para ello, y que con el fin de garantizar sus efectos se
legalizan ante las sociedades modernas sobre un discurso propuesto por una ideología
–el globalismo– hoy por hoy, con supremacía. Un discurso verdaderamente frágil
que pasa entre diversas cuestiones por no distinguir cuánto tiene de real, cuánto de
discurso con aristas de falsedad y de autolegitimador, en sí mismo. Un proceso que no
se plantea, ni es considerado por sus efectos desiguales. En estas mismas líneas, y
manifestando lo que acarrea la globalización, con respecto a los flujos culturales los
cuales están transformando constantemente los referentes para la identificación entre
grupos, implicaría que los clásicos modelos polares se tornan hoy insuficientes para el
análisis global, e incluso podemos observar el modo en que algunos de ellos conviven
sin conflicto.
Así que, para analizar la multiculturalidad y pluriculturalidad, es preciso que,
transformemos, por consiguiente la visión estática de la identidad que la vinculaba
además a los principios de tradición y territorio. La nueva identidad que estamos
proponiendo, por los efectos de la globalización deberá construirse al compartir un
universo simbólico común, asentado sobre diversos fenómenos –no necesariamente
entre ellos el del territorio–. Existe de hecho la posibilidad de partir con diferentes
grupos sus respectivos universos simbólicos, lo cual lleva implícita que una persona
pueda adscribirse a varios referentes de identidad.
A modo de conclusión, es a partir de estas premisas que la globalización hace
carta de presentación como fin de la historia, nueva era, mundo sin fronteras,... Sin
embargo, otras posiciones al respecto sostienen por el contrario que aquello que
caracterizaría nuestra época es más bien la radicalización o el hecho que se estén
universalizando las consecuencias de la modernidad misma.
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