EnsayoEnsayo sobre la santificación

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sobre la tantificacion

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    Breve ensayo sobre:

    LA SANTIFICACIN

    Alumna: Berenice Resndiz Sales

    Teologa Sistemtica II

    Prof. Gamaliel Hernndez Hernndez

    Escuela Bblica Central Para Misioneras

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    Despus de la cada del hombre que se relata en Gnesis cap. 3 ha existido

    la necesidad de que el hombre regrese al estado de santidad en que fue creado.

    Sobre todo en la actualidad, la santidad es un tema que se va dejando de lado, y

    pocas veces nos detenemos a meditar en esta accin que proviene del Espiritu

    Santo.

    Cmo entendemos la Santificacin? Es un proceso o, es algo instantneo?

    Quin o quienes intervienen en la Santificacin?

    Sin lugar a dudas hablar sobre la santificacin dar luz a nuestra vida, no solamente

    ampliar nuestros conocimientos teolgicos de ste proceso del Ordo salutis, sino

    que tambin nos ayudar a entender mejor todo lo que sucede en nuestra vida,

    porque es a travs de las circunstancias y de otros medios que el Espritu Santo

    acta en nuestra vida a fin de santificarnos.

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    Introduccin

    Para poder hablar de la santificacin tenemos que dejar bien en claro que

    somos seres imperfectos y que necesitamos ser santificados.

    Cuando una persona sufre de alguna adiccin primero debe aceptar que es adicto

    para poder ser auxiliado y recuperarse, en la santificacin ocurre algo similar. Esto

    lo podemos vivir cuando en nuestra vida nos sentimos espiritualmente dbiles y

    derrotados. Con frecuencia los creyentes, lderes o laicos muestran desnimo

    debido a las mltiples cadas que tienen.

    Parte del propsito de este presente ensayo es que podamos entender que las

    cadas son parte de la vida cristiana. Sin ellas sera imposible darnos cuenta de que

    necesitamos al Espritu Santo para que obre en nosotros. Si andamos por la vida

    sintindonos como personas perfectas que no necesitan ser santificadas tenemos

    un problema. Edwin H. Palmer comenta la verdad sorprendente es que cuanto ms

    santo y ms santificado se encuentra un cristiano, mayor es la conciencia que tiene

    de su propio pecado 1

    Somos personas espiritualmente enfermizas, atacadas por el pecado y vulnerables

    a caer en l ya que la Biblia dice en Hebreos 12:1 Despojmonos de todo peso y

    del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por

    delante ().

    Estamos en una carrera de perfeccionamiento en la cual uno de nosotros va a

    enfrentar diversos obstculos que impedirn llegar hasta la meta de la santidad

    completa en Cristo Jess, pero ante cualquier situacin tenemos la Palabra de Dios

    que nos dice en Romanos 6:14 el pecado no se enseorear de vosotros.

    1 Palmer, H. Edwin. El Espritu Santo, El espritu Santo y la Santificacin. Barcelona: Ed. El estandarte de la verdad. 1995, V. p. 107

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    1.- La historia de la doctrina de la santificacin

    En realidad dentro de la iglesia primitiva se habla muy poco sobre la doctrina

    de la santificacin.

    Hasta antes de que se desarrollara como tal la doctrina de la santificacin, la Iglesia

    haba enfrentado algunas confusiones dentro de la doctrina. Una de estas era que

    la santidad solo se relacionaba con Jess.

    Los pecados cometidos antes del bautismo quedaban lavados por el bautismo;

    pero para los que se cometan despus, el hombre tena que recurrir a la penitencia

    y a las buenas obra. Tena que llevar una vida virtuosa, y ganarse de este modo la

    aprobacin del Seor2

    Estas ideas influyeron mucho en el desarrollo del ascetismo y toda la cuestin

    monacal. Empezaron a pensar que la santidad se refera ms hacia tener una vida

    alejada de todo lo malo del mundo, cayeron en un dualismo increble; al punto de

    creer que hasta hablar era malo. Que en realidad hoy da pareciera que an quedan

    restos de esas ideas, lo comprobamos cuando vemos que hay personas que creen

    que todo lo que est dentro del templo es santo y lo que est fuera es malo o

    secular.

    Uno de los principales Padres de la Iglesia que desarroll un poco la doctrina de la

    santificacin fue Agustn. Aunque no hizo una definicin exacta de santificacin se

    acerc un poco ms a lo que hoy sabemos. Agustn plantea que la santificacin es

    una especie de gracia, algo que viene de lo alto.

    Despus de los reformadores, se hizo una distincin entre la justificacin y la

    santificacin (que los Padres de la Iglesia no haban hecho). Ellos consideran a la

    primera como un acto legal de la gracia divina que afecta al status judicial del

    2 Berkhof, L. Teologa Sistemtica, La Santificacin. E.E.U.U: Ed. Libros desafo. 1949 V.

    p. 633

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    hombre, y a la segunda como una obra moral o re-creadora que cambia la

    naturaleza interna del hombre3

    2.- Qu es la Santidad

    La santificacin es un proceso que tiene como fin ltimo la santidad del

    hombre para la gloria de Dios, por lo tanto, debemos primero definir qu es la

    santidad y para esto debemos tomar en cuenta bsicamente dos trminos que son

    los ms comunes:

    En el A.T el trmino usado para santidad es Qad que significa cortar, de ah la idea

    de que santidad o santificacin es ese cortar de algo o apartarse para el servicio a

    Dios.

    En el N.T el trmino que se usa ms frecuentemente es: hagiazo que tambin se

    traduce como separar. Puede referirse a personas para el servicio a Dios, pero

    tambin a objetos o en un sentido de ritual.

    La palabra hagios es la que en lo particular creo que da ms luz al sentido de

    santidad que aqu abordar. Hagios no solamente va a hablar de un separar sino

    tambin de lo que implica sta separacin, lo aborda el telogo L. Berkhof como la

    cualidad que se necesita para permanecer en relacin estrecha con Dios y para

    servirle en forma aceptable 4

    Esto me deja la reflexin de que la santidad no es meramente el servirle a Dios, sino

    que el desafo ms grande est en nuestra condicin interior o espiritual con que lo

    hacemos.

    3 Berkhof, L. Teologa Sistemtica, La Santificacin. E.E.U.U: Ed. Libros desafo. 1949 V.

    p. 635

    4 Op. Cit., Berkhof, p. 632

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    Podemos ser personas activas dentro de nuestra comunidad de fe, pero si

    interiormente no hemos luchado contra el pecado, difcilmente nuestro servicio a

    Dios llegar como olor fragante, ese uno de los problemas ms graves en las

    iglesias: la doble vida o doble moral.

    Una situacin muy comn es que intentamos simular una vida en relacin con Dios

    cuando en realidad hemos dejado de lado nuestro primer amor.

    3.- Qu es la santificacin

    Algunos telogos como Kant, Schleirmacher y Ritschl dicen que la

    santificacin es un proceso en el que no hay una intervencin sobre natural, es

    decir, del Espritu Santo, sino que es el hombre mismo tratando de dar un

    mejoramiento moral a su vida. Por eso es importante definir bien qu es la

    santificacin.

    A diferencia de la Justificacin, la santificacin es un proceso gradual por el cual

    Dios va limpindonos de todo el pecado que hay en nosotros y tambin va

    sembrando en nuestra vida esa naturaleza de santidad, hacindonos personas cada

    vez ms inclinadas hacia las obras que proceden del bien. El Espritu Santo es el

    autor de este proceso. L. Berkhof hace una separacin entre estas dos partes en la

    santificacin, a una la nombra negativa y a la otra positiva.

    Negativa porque primero Dios nos hace despojarnos del viejo hombre, llevndose

    con l todo nuestro pasado pecaminoso. Y positiva porque va vivificando ese nuevo

    hombre que se va a inclinar hacia todo lo que procede del Espritu.

    Ambas partes van desarrollndose a lo largo de nuestra vida. Cada da estamos

    alejndonos ms del pecado y acercndonos ms a la Santidad.

    4.- Qu afecta la santificacin

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    La santificacin afecta todas las reas del ser humano, aunque el Espritu Santo

    trabaja en nuestro interior, todo nuestro ser se ver afectado por ese toque divino.

    Nuestras acciones, nuestro comportamiento va cambiando a medida que

    vamos siendo ms santificados.

    1 Tesalonicenses 5:23 dice: Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y

    todo vuestro ser, espritu, alma y cuerpo sea guardado irreprensible para la venida

    de nuestro Seor Jesucristo. Esto quiere decir que todo nuestro ser debe ser

    sometido al proceso de santificacin, no se trata de someter nuestro cuerpo a

    santidad, tambin nuestros pensamientos y nuestra alma, y tampoco debemos

    someter solo nuestro pensamiento y nuestra alma, sino tambin nuestro cuerpo: 2

    Corintios 5:17; Romanos 6:12; Ezequiel 36:25-27.

    Aunque el cuerpo es algo que va a santificarse por completo hasta que llegue la

    resurreccin de los muertos, es instrumento del alma pecadora por medio del cual

    se expresan las inclinaciones, los hbitos y las pasiones pecaminosas 5

    5.- Quin la realiza

    Dios es quien realiza la accin de la santificacin, Jess es quien la gan

    para nosotros, pero se le atribuye ms objetivamente al Espritu Santo (1 pedro 1:2).

    No obstante, el hombre tambin coopera en ste proceso de dos formas: activa y

    pasiva, a continuacin las explico:

    - Pasivamente. Porque reconoce que el Espritu Santo es el que tiene el poder

    de tocar nuestra alma, el hombre de ninguna manera podra por s mismo

    buscar la santidad. El rol del hombre pasivamente es orando y pidiendo al

    Espritu Santo que lo santifique.

    5 Berkhof, L. Teologa Sistemtica, La Santificacin. E.E.U.U: Ed. Libros desafo. 1949

    V. p. 639

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    - Activa. No porque el Espritu Santo es quien hace la obra el hombre debe

    des afanarse de su responsabilidad como hijo de Dios. La cooperacin activa

    consiste en que el hombre evite el pecado (1 Corintios 6:9-11; Glatas 5:16-

    23) Cuando nosotros hacemos frente a nuestras tentaciones y nos resistimos

    a caer en ellas estamos cooperando con el Espritu Santo en este proceso.

    El telogo Wayne Grudem lo expresa de la siguiente manera:

    Es importante que continuemos creciendo tanto en la confianza pasiva en Dios para

    nuestra santificacin y en nuestro esfuerzo activo por la santidad y una mayor

    obediencia en nuestra vida. Si descuidamos el esfuerzo activo para obedecer a Dios,

    nos hacemos cristianos pasivos y perezosos. Si descuidamos el papel pasivo de

    confiar en Dios y entregarnos a l, nos hacemos orgullosos y excesivamente

    confiados en nosotros mismos (). Debemos mantener la fe y la diligencia en

    obedecer al mismo tiempo6

    6.- Los Medios de Santificacin

    1 Pedro 1:2 nos muestra los dos pasos antes citados: Desechando, pues, toda

    malicia, todo engao, hipocresa, envidias. Esto forma parte del proceso de

    deshacernos de nuestro viejo hombre que est cargado de todas estas cosas, y

    para que este proceso de santificacin sea efectuado en nuestra vida, Dios usa de

    varios medios para hacerlo.

    El primero y ms importante de ellos es su Palabra, como lo cita 1 Pedro 2:1-2

    debemos buscar su Palabra como los nios recin nacidos buscan la leche. Cuando

    nosotros nos acercamos a la Palabra el Seor nos confronta.

    La Leche es algo necesario para un beb, para que se desarrolle y crezca, sin ella

    el beb ser desnutrido, enfermizo y carecer de los elementos para seguir su

    crecimiento. Por eso el apstol Pedro nos insta a buscar su Palabra, y con este

    6 Grudem, W. Teologa Sistemtica, La santificacin, Florida: Ed. VIDA, Trad. Mesias, M.

    Martinez, J.L., Daz de Arce, Omar, 2007, v.p. 793.

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    ejemplo nos quiere dar a entender la gravedad de alejarnos de este alimento

    espiritual. Sin l, el cristiano difcilmente se desarrollar como un fuerte en la fe.

    Otro de los medios que Dios usa para santificarnos son los eventos que

    ocurren en nuestra vida, sean favorables o adversos.

    El proceso de santificacin no siempre es algo placentero. Dios usa tambin de su

    soberana para controlar todo lo que sucede en nuestra vida y para que cada suceso

    nos lleve a esa santidad. El salmista expresa en Salmos 119:71 su experiencia

    despus de haber sufrido una humillacin: Bueno me es haber sido humillado, para

    que aprenda tus estatutos.

    La humillacin no es algo agradable, pero cuando pasamos por un momento as, en

    el que nuestro yo se minimiza y crece el poder de Dios no volvemos a ser los

    mismos. A travs de las circunstancias adversas es cuando el Espritu Santo toca

    las fibras ms sensibles de nuestro corazn y hace que dentro de nosotros exista

    ese quebrantamiento de aquel hombre viejo y se forme en nosotros el carcter de

    humildad, sujecin y amor que hemos de imitar de Cristo.

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    Aplicacin

    Considero que es muy importante que cada uno de los creyentes estemos

    convencidos de que estamos en un proceso de santificacin.

    A pesar de que la santidad es algo que no se va a lograr perfectamente en nuestra

    vida terrenal y presente, debemos esforzarnos y cooperar con el Espritu Santo para

    que da a da crezcamos a la estatura del varn perfecto.

    La Biblia dice en Isaas 49:2 Y puso mi boca como espada aguda, me cubri con

    la sombra de su mano; y me puso por saeta bruida, me guard en su aljaba.

    Quisiera detenerme en esta porcin de la Biblia que me parece clave para ste

    tema.

    Isaas era un profeta, humano como cualquiera de nosotros, con errores y pecados,

    con aciertos y desaciertos. Fue un siervo de Dios y un hombre entregado totalmente

    a su ministerio proftico, pero me llama la atencin que Dios lo compare con una

    saeta bruida. El objetivo de bruir algo, en este caso un metal, es que sea precisa

    y con buena calidad. Los guerreros de la antigedad tenan que tener todas sus

    saetas bruidas a fin de que sirvieran para la batalla, sin el proceso de bruido sera

    poco tiles y no daran la victoria esperada. Un buen guerrero mantiene en buen

    estado sus saetas.

    En este caso, es Dios el que usa al profeta Isaas como una saeta, pero como tal

    tiene que ser perfeccionado. Nuestra vida es similar a este proceso.

    Como cristianos estamos siempre en una lucha contra el enemigo, una lucha en la

    que ocupamos el papel de saetas en manos de Dios. Dios nos tiene por dignos al

    ser su instrumento, pero cada da nos va puliendo, toma nuestra vida y la re

    direcciona cuando ya no somos precisos.

    En el proceso de santificacin el Espritu Santo trabaja en todo nuestro interior,

    cambiando aquello que no proviene del Padre. Implanta en nosotros una semilla

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    que da su fruto: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,

    templanza. Slo el Espritu Santo puede hacer que nuestra vida d este fruto,

    nosotros por nosotros mismos no podramos dar ese buen fruto.

    En el camino hacia la santidad no existen atajos. Es necesario que todo creyente

    atraviese por diversas pruebas. El Espritu Santo es como fuego, y al ser

    santificados somos pasados por fuego. Recordemos que el fuego purifica.

    Nuestra vida es un largo viaje en el que cruzaremos por baches, por brechas y a

    veces por angostas veredas en las que tenemos que abrazarnos del Espritu Santo

    pidindole que os mantenga firmes hasta ser completamente santificados.

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    Conclusin

    En alguna ocasin escuch a una cantante cristiana realmente talentosa, ella

    sostena una pltica con una chica que quera halagarla por su gran participacin.

    La chica le dijo: cantas muy bien! Yo creo que Dios sonre al ver la perfeccin y la

    dedicacin con que lo haces para l, a lo que la cantante le respondi: Gracias,

    pero yo creo que Dios sonre con nuestra santidad.

    Esto me dej pensando que a veces nos esforzamos por hacer las cosas lo ms

    perfecto posible, pero nos olvidamos de nuestra condicin interna.

    La Biblia dice en Salmos 51: 16-17 Porque no quieres sacrificio, que yo lo dara;

    No quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espritu quebrantado; al

    corazn contrito y humillado no despreciars t, oh Dios.

    La santificacin es un proceso que dura toda nuestra vida, y en el habr dolor,

    cadas, confusin, llanto, y a veces prdidas, pero nuestros ojos siempre deben

    permanecer puestos en el altar de nuestro Dios, el cual est esperndonos para

    vernos llegar con la mejor ofrenda que le podemos dar: nuestra santidad.

    Bibliografa:

    Berkhof, L. Teologa Sistemtica, La Santificacin. E.E.U.U: Ed. Libros desafo. 1949

    Grudem, W. Teologa Sistemtica, La santificacin, Florida: Ed. VIDA, Trad. Mesias, M.

    Martinez, J.L., Daz de Arce, Omar, 2007

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    Palmer, H. Edwin. El Espritu Santo, El espritu Santo y la Santificacin. Barcelona: Ed. El estandarte de la verdad. 1995