ENSEÑANZA-APRENDIZAJE EN AGRONOMÍA

Wilfredo D. Gonzáles Guzmán

Siempre se ha fomentado al proceso extensionista universitario, la denominación de

acción social, interacción social y proyección social, entre otras. Con mayor fuerza en los

últimos años, se ha extendido una “nueva definición” que ha dado en llamarla “tercera

misión”. Sea interesante la propuesta normativa o no en el tapete universitario, la acción

ha sido real, precisa, voluntaria y muchas veces silenciosa.

En la época actual, que continúa estando signada por inciertos escenarios en lo político,

lo social, lo tecnológico, lo económico y lo cultural, muchos estudiantes sancristobalinos

y agrónomos, entran en la enseñanza-aprendizaje con mucho esfuerzo y dedicación en las

comunidades andinas del ámbito ayacuchano.

Una prueba lo constituyen los estudiantes de la serie 400, y que imbuidos por asignaturas

del área de Producción animal viajan a comunidades como Cusibamba, Llachuqmayu,

Satica, Munaypata, Vinchos, Catalinayocc, Acocro y Allpachaka para evaluar, aprender,

experimentar y conocer los trabajos comunales a nivel de acompañamiento o apoyo.

Encuentran resultados interesantes en vacunos, ovinos, caprinos y cuyes. Además de la

labor integral (riegos, abonamientos, infraestructura, sanidad, etc.) que corroboran el

predominio de la pequeña ganadería en las crianzas rurales familiares y que representan

las principales abastecedoras de alimentos de la región, constituyéndose en la gran

importancia nutritiva y culinaria con sus productos artesanales y que necesitan ser

reforzadas para un mejoramiento en su calidad sanitaria. Y es que no sólo van

aprendiendo o experimentando sus aportes teóricos, sino que comparten, acompañan y

respetan sus costumbres, sus quehaceres cotidianos e ilustran con sus acciones

persistentes y teóricos en acciones pragmáticas, ejecutables y de valor para la agricultura

familiar.

Por ejemplo, la alimentación-nutrición en cuyes y vacunos a base de pastos y forrajes, la

elaboración-aplicación de los compost y estiércoles tratados previamente, la composición

de sus suelos y su repercusión en los forrajes y por ende en el ganado. Algunos pequeños

productores los acogen, los reciben con gran agradecimiento; y otros pocos, se retractan

porque sólo llevan sus brazos o sus hombros en la ardua tarea agrícola cotidiana. Estos

estudiantes no regalan nada, como tampoco piden nada, sólo absorben las experienc ias

vivenciales y que luego interpretarán, correlacionándola con sus estudios teórico-

prácticos. Bien por ellos.