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Entrada:: Alegre la mañana que nos habla de Ti. Alegre la mañana. (bis) Bendita la mañana que trae la gran noticia, de tu presencia joven en gloria y poderío. La serena certeza con que el día proclama, que el sepulcro de Cristo está vacío. Interleccional Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor Ofertorio Este pan y vino, Señor, se convertirán / en tu cuerpo y sangre, Señor, en nuestro manjar. Comunión Qué llevabas conversando me dijiste buen amigo,/ Y me detuve asombrado a la vera del camino. ¿No sabes lo que ha pasado ayer en Jerusalén, De Jesús de Nazaret a quien clavaron en cruz? Por eso me vuelvo triste a mi aldea de Emaús. Por la calzada de Emaús, un peregrino iba conmigo, No le conocí al caminar; ahora sí, en la fracción del pan. Van tres días que se ha muerto y se acaba mi esperanza, Dicen que algunas mujeres al sepulcro fueron de alba; Nos dijeron que algunos otros, hoy también allá buscaron, Más se acaba mi esperanza, no encontraron a Jesús, Por eso me vuelvo triste a mi aldea de Emaús. Qué tardíos corazones, qué ignorancia a los profetas, En la ley no se anunció que el Mesías padeciera; Y por llegar a su gloria escogería la aflicción. En la tarde de aquel día yo sentí que con Jesús nuestro corazón ardía a la vista de Emaús. Salida : Aleluya, aleluya, es la fiesta del Señor. Aleluya, aleluya, el Señor resucitó. Ya no hay miedo ya no hay muerte, / Ya no hay penas que llorar, Porque sigue vivo la esperanza abierta está. Iglesia de San Pablo. Dominicos. Valladolid.- Tel. 983 351 748 http://sanpabloysangregorio.dominicos.es HORARIO DE MISAS. Diarios: Mañana: 8:00, 9:00 y 13:15. Tarde: 19:30 y 20:30. Festivos: Mañana: 8:30, 9:30, 11:30, 12:30, 13:30. Tarde: 18:30, 19:30 y 20:30 LAUDES: 07:55 h.- ROSARIO: 19:55 h.- VÍSPERAS: 20:55. IglesIa de san pablo Valladolid --------- 19 de abril de 2015. Domingo III de Pascua La Palabra de Dios en tiempo de Pascua La alegría pascual crece y tendrá su plenitud en la vida eterna, en la resurrección futura. Por eso, nuestra alegría está motivada por la espe- ranza de llegar a ser herederos del Reino de los Cielos, por la esperanza de resurgir con Cristo también en cuerpo. Una alegría vivida, experi- mentada, pregustada en la tierra como peregrinos, aunque destinada a crecer hasta la meta de la eternidad bienaventurada. Esta alegría de peregrinos -que va siempre unida a la fatiga y al sufri- miento del camino- requiere de nosotros ascesis, conversión del corazón y empeño en su custodia, porque puede verse, fácilmente, turbada y abrumada por el espanto, por el cansancio, por la angustia... En una palabra, por todos los peligros que nos acechan mientras vamos de viaje. De ahí que tengamos necesidad de una fuerza interior, divina: eso que nosotros no seríamos capaces de guardar por nosotros mismos es confiado al Espíritu consolador. ¿Cómo es posible obtener un don tan precioso, gracias al cual podremos vivir como verdaderos testigos del Resucitado y alegrarnos siempre, vayan como vayan las cosas? Debemos desearlo con pureza de corazón y con humildad, pues así lo recibiremos, con gratitud, como don. Si existe esta disposición en nuestro interior podemos ejecutar el testamento que el Señor Jesús nos ha dejado, ¡venga el canto nuevo, la alegría verdadera! OREMOS: Por este camino por el que andamos como peregrinos, con el peso de la soledad en el corazón, vienes tú Señor, el Viviente entre los muertos, a nuestro encuentro y partes el pan del amor. En este largo camino, donde a la puesta del sol se extienden nuestras sombras, enciende, Señor, Viajero envuelto de misterio, el calor de tu Palabra y sabremos que nuestra esperanza ha resucitado más viva, más fuerte. Sí, abre nuestra mente para comprender, que solo tu Palabra puede disipar las dudas que aún surgen en nuestro corazón.... No nos dejes vacilantes y turbados: Que tu presencia infunda en nosotros la paz; que tu espíritu despeje nuestra mirada y nos haga alegres testigos de tu amor.

Entrada: IglesIa de san pablo Alegre la mañana que nos

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Page 1: Entrada: IglesIa de san pablo Alegre la mañana que nos

Entrada::

Alegre la mañana que nos habla de Ti. Alegre la mañana. (bis)

Bendita la mañana que trae la gran noticia, de tu presencia joven en gloria y poderío. La serena certeza con que el día proclama, que el sepulcro de Cristo está vacío.

Interleccional

Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor

Ofertorio Este pan y vino, Señor, se convertirán / en tu cuerpo y sangre, Señor, en nuestro manjar.

Comunión

Qué llevabas conversando me dijiste buen amigo,/ Y me detuve asombrado a la vera del camino.

¿No sabes lo que ha pasado ayer en Jerusalén, De Jesús de Nazaret a quien clavaron en cruz? Por eso me vuelvo triste a mi aldea de Emaús.

Por la calzada de Emaús, un peregrino iba conmigo,

No le conocí al caminar; ahora sí, en la fracción del pan. Van tres días que se ha muerto y se acaba mi esperanza, Dicen que algunas mujeres al sepulcro fueron de alba; Nos dijeron que algunos otros, hoy también allá buscaron, Más se acaba mi esperanza, no encontraron a Jesús, Por eso me vuelvo triste a mi aldea de Emaús.

Qué tardíos corazones, qué ignorancia a los profetas, En la ley no se anunció que el Mesías padeciera;

Y por llegar a su gloria escogería la aflicción. En la tarde de aquel día yo sentí que con Jesús

nuestro corazón ardía a la vista de Emaús.

Salida : Aleluya, aleluya, es la fiesta del Señor. Aleluya, aleluya, el Señor resucitó. Ya no hay miedo ya no hay muerte, / Ya no hay penas que llorar,

Porque sigue vivo la esperanza abierta está.

Iglesia de San Pablo. Dominicos. Valladolid.- Tel. 983 351 748 http://sanpabloysangregorio.dominicos.es

HORARIO DE MISAS. Diarios: Mañana: 8:00, 9:00 y 13:15.

Tarde: 19:30 y 20:30. Festivos: Mañana: 8:30, 9:30, 11:30, 12:30, 13:30.

Tarde: 18:30, 19:30 y 20:30 LAUDES: 07:55 h.- ROSARIO: 19:55 h.- VÍSPERAS: 20:55.

IglesIa de san pablo Valladolid

--------- 19 de abril de 2015. Domingo III de Pascua

La Palabra de Dios en tiempo de Pascua La alegría pascual crece y tendrá su plenitud en la vida eterna, en la

resurrección futura. Por eso, nuestra alegría está motivada por la espe-ranza de llegar a ser herederos del Reino de los Cielos, por la esperanza de resurgir con Cristo también en cuerpo. Una alegría vivida, experi-mentada, pregustada en la tierra como peregrinos, aunque destinada a crecer hasta la meta de la eternidad bienaventurada.

Esta alegría de peregrinos -que va siempre unida a la fatiga y al sufri-

miento del camino- requiere de nosotros ascesis, conversión del corazón y empeño en su custodia, porque puede verse, fácilmente, turbada y abrumada por el espanto, por el cansancio, por la angustia... En una palabra, por todos los peligros que nos acechan mientras vamos de viaje. De ahí que tengamos necesidad de una fuerza interior, divina: eso que nosotros no seríamos capaces de guardar por nosotros mismos es confiado al Espíritu consolador.

¿Cómo es posible obtener un don tan precioso, gracias al cual

podremos vivir como verdaderos testigos del Resucitado y alegrarnos siempre, vayan como vayan las cosas? Debemos desearlo con pureza de corazón y con humildad, pues así lo recibiremos, con gratitud, como don. Si existe esta disposición en nuestro interior podemos ejecutar el testamento que el Señor Jesús nos ha dejado, ¡venga el canto nuevo, la alegría verdadera!

OREMOS: Por este camino por el que andamos como peregrinos, con el

peso de la soledad en el corazón, vienes tú Señor, el Viviente entre los muertos, a nuestro encuentro y partes el pan del amor. En este largo camino, donde a la puesta del sol se extienden nuestras sombras, enciende, Señor, Viajero envuelto de misterio, el calor de tu Palabra y sabremos que nuestra esperanza ha resucitado más viva, más fuerte.

Sí, abre nuestra mente para comprender, que solo tu Palabra puede

disipar las dudas que aún surgen en nuestro corazón.... No nos dejes vacilantes y turbados: Que tu presencia infunda en nosotros la paz; que tu espíritu despeje nuestra mirada y nos haga alegres testigos de tu amor.

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Palabra de Dios

Hechos de los Apóstoles 3, 13-15. 17-19.

En aquellos días, Pedro dijo a la

gente:“El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo.

Rechazasteis al santo, al justo y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos y nosotros somos testigos.

Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que había dicho por los profetas: que su Mesías tenía que padecer.

Por tanto, arrepentíos y conver-tíos, para que se borren vuestros pecados”.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial 42, 4,7,9. R/. Haz brillar sobre nosotros

la luz de tu rostro, Señor.

Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío, tú que en el

aprieto me diste anchura, ten piedad de mí y escucha mi oración.

Hay muchos que dicen:

“¿Quién nos hará ver la dicha, si la luz de tu rostro ha huido de

nosotros?

En paz me acuesto y en seguida me duermo, porque tú sólo, Señor,

me haces vivir tranquilo.

Primera carta del apóstol san

Juan 2, 1-5. Hijos míos, os escribo esto para

que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

En esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: “Yo lo

conozco” y no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en él.

Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él.

Palabra de Dios. Santo evangelio según san Lucas 24, 35-48.

En aquel tiempo, contaban los

discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.

Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: “Paz a vosotros”.

Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. El les dijo: “¿Porqué os alarmáis?, ¿porqué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo”.

Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y

seguían atónitos, les

dijo: “¿Tenéis

algo que comer?

Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: “Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse”.

Entonces les abrió el entendi-miento para comprender las Escri-turas. Y añadió: “Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto”.

Palabra del Señor.

Tríduo a Santa Catalina de Siena I N V I T A C I O N

FAMILIA DOMINICANA * * *

27 abril. Dominicas de Porta Coeli c/ Teresa Gil. Hora 19:30.

Vísperas comunitarias

28 abril, Monjas de Corpus Cristi c/ Prado de la Magdalena, 10.- 19:30 h.

Vísperas comunitarias.

29 abril: Fiesta de Santa Catalina Patrona de la

Fraternidad laical de Santo Domingo Convento, e Iglesia de San Pablo

18:45.h. Película:

Yo, Catalina: de Oreste Palella. 20:30: Celebración eucarística solemne