158

Entre Tupas y Perros

  • Upload
    abril

  • View
    75

  • Download
    0

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Entre Tupas y Perros, Daniel de Santis

Citation preview

Page 1: Entre Tupas y Perros
Page 2: Entre Tupas y Perros
Page 3: Entre Tupas y Perros

EEnnttrree TTuuppaass yy PPeerrrrooss

Carta abierta a Eleuterio Fernández Huidobro a propósito de la experiencia guerrillera

en América Latina

Daniel De Santis

Page 4: Entre Tupas y Perros
Page 5: Entre Tupas y Perros

EEnnttrree TTuuppaass yy PPeerrrrooss

Carta abierta a Eleuterio Fernández Huidobro a propósito de la experiencia guerrillera

en América Latina

Daniel De Santis

Page 6: Entre Tupas y Perros
Page 7: Entre Tupas y Perros

ÍÍNNDDIICCEE

Prólogo de Luis Horacio Santucho......................................

Introducción...........................................................................

Carta abierta a Eleuterio Fernández Huidobro.................

APÉNDICE:

a. Un postergado debate (una respuesta a Luis Mattini).........

b. La lucha obrera en Propulsora Siderúrgica y las Jornadas de junio y julio de 1975.............................

Page 8: Entre Tupas y Perros
Page 9: Entre Tupas y Perros

...el MLN Tupamaros, el Movimiento de IzquierdaRevolucionario (MIR), el Ejército de Liberación Nacional (ELN)y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), llaman a los tra-bajadores explotados latinoamericanos, a la clase obrera, a loscampesinos pobres, a los pobres de la ciudad, los estudiantes eintelectuales, los cristianos revolucionarios y a todos aquelloselementos provenientes de las clases explotadoras dispuestos acolaborar con la justa causa popular, a tomar con decisión lasarmas, a incorporase activamente a la lucha revolucionariaantiimperialista y por el socialismo que ya se está librando ennuestro continente bajo la bandera y el ejemplo del ComandanteGuevara.

“A los pueblos de América Latina”,Che Guevara,

Revista de la Junta de Coordinación Revolucionaria,nº 1, noviembre de 1974

Page 10: Entre Tupas y Perros

10

Page 11: Entre Tupas y Perros

NNOOTTAA SSOOBBRREE LLAA EEDDIICCIIÓÓNN::

El libro que el lector tiene entre manos se compone de trestextos. El primero (y que constituye su cuerpo central) es unextenso debate entre el autor, militante del PartidoRevolucionario de los Trabajadores (PRT-ERP) de Argentina yEleuterio Fernández Huidobro, el dirigente tupamaro uruguayo,a propósito de las causas de la derrota de los años '70. Ha sidoescrito exclusivamente para esta edición. A los efectos de aclararaspectos del debate que el lector pueda desconocer, se editan tam-bién como apéndice dos trabajos más de Daniel De Santis. Unode ellos está destinado a la polémica con Luis Mattini acerca dela división del PRT en el exilio. El otro busca informar sobreaspectos de la lucha de clases en la coyuntura revolucionaria y ellugar que De Santis ocupó en ella. Ambos circularon en versionesque han sido corregidas para esta ocasión, el primero en diferen-tes formatos y publicaciones, el segundo, en la revista Taller.

Los Editores

11

Carta a un Tupamaro

Page 12: Entre Tupas y Perros

12

Daniel De Santis

Page 13: Entre Tupas y Perros

PPRRÓÓLLOOGGOOLuis Horacio Santucho

“Desde el alma y con dolor”, cual si fuera el Gaspar Ruiz deJoseph Conrad, noble guerrero sanmartiniano, el compañeroDaniel De Santis, empapado de pasión revolucionaria, recons-truye la historia de su amado PRT-ERP, la suave doncella esplen-dente de los tiempos del vencer o morir por la Argentina.

El Teniente Federico Méndez, sobreviviente de la guerrilladel EGP al mando del Comandante Jorge Ricardo Masetti, dijoalguna vez que había que esperar 20 años para escribir la historiade esa experiencia revolucionaria. Lamentablemente, este heroi-co guerrillero falleció cuando se disponía a exhumar los doloro-sos recuerdos, guardados respetuosamente entre el silencio y elninguneo de propios y extraños. Su compañera Sara y sus hijosconservan escrupulosamente la memoria de este acontecimientofrustrante en la historia de la guerra popular y se mantienenindignados y decorosos ante las múltiples versiones en torno aeste fallido intento guevarista.

Más tarde, otro egregio guerrero de la revolución, CarlosSamojedny, desaparecido en el fallido intento de copamiento alRegimiento 3 de La Tablada, el 23 de enero de 1989, había escritola historia del PRT-ERP y ahí está, aún guardada bajo el rescoldode amor de su compañera Cintia Castro.

Otros por el contrario, y al mejor estilo de un Regis Debrayadocenado, prefirieron escribir la historia desde el sitio de la asep-sia absoluta o desde la psicosis del arrepentimiento preclusivo, ycuando aún todos aturdidos por los fogonazos de Monte Chingoloy la división perretiana en el exilio.

13

Carta a un Tupamaro

Page 14: Entre Tupas y Perros

De este modo nace la primera versión de la historia del PRT-ERP, bajo la pomposa denominación de “Hombres y Mujeres delPRT-ER”, escrita por el “renunciante” y responsable directo de laposición liquidacionista que se fue elaborando posteriormente enun sector del partido.

Así llega este Señor K, que ve siempre desde lejos, envuel-to en el aroma pulcro de su atalaya intelectual, increpando enduros términos a la doncella revolucionaria. Así aparecen lossiguientes epítetos arrojados impunemente: “soberbia elitista”,“infantil interpretación del proceso cubano”, “foquistas”, “espí-ritu de clan casi de gens en el FRIP”, “El Vº Congreso comete unerror fatal al declarar la guerra revolucionaria en la Argentina”.Hasta alcanzar, vacío de sutileza, la figura del Comandante:“Santucho no entiende la política”, “impulsivo”, son algunos tra-mos ejemplificadores del daño inferido al honor de la generaciónmás brillante de la historia argentina.

Lamentablemente, desde esta algazara derrotista,Eleuterio Fernández Huidobro hace suya esta devaluada y des-acreditada versión de la historia del PRT-ERP. En función deello, condena arbitrariamente el proyecto más claro de poder enla Argentina setentista. Digna y triste respuesta la de Daniel DeSantis, porque hay tristeza cuando se responden golpes upalleros.Pero a la vez digno y altivo, reivindicando “la verdadera verdad”de una historia que debe ser contada sin ocultamientos pero almismo tiempo “aventando la espesa niebla del diversionismo ide-ológico”, como decía nuestro Comandante Santucho. Por elloaquí está la respuesta de un auténtico revolucionario de estirpe.Digna y triste como la mirada de Raúl Sendic, que desde algúnsitio horada la conciencia de todos nosotros…

14

Daniel De Santis

Page 15: Entre Tupas y Perros

DDEESSDDEE EELL AALLMMAA YY CCOONN DDOOLLOORR

Carta abierta a Eleuterio Fernández Huidobro

En la Cátedra Che Guevara que coordino aquí en la ciudadde La Plata, teníamos programada, como cierre del curso “LasRevoluciones del siglo XX en América Latina”, la clase sobre losTupamaros. Habíamos tenido la suerte de contar, en clases ante-riores, con compañeros de países limítrofes: Bolivia, Chile yBrasil que nos ilustraron, mucho mejor de lo que podíamoshacerlo nosotros, sobre sus respectivos procesos de lucha. En elcaso de Uruguay intentamos invitar un dirigente histórico de lahermana organización Tupamaros, invitación que no pudimosconcretar.

Dadas así las cosas, no hubo otro remedio que ponerse aleer de apuro. Contábamos, entre otros textos, sus tres tomossobre la Historia de los Tupamaros. Consultado un librero amigonos recomendó lo que podríamos llamar el tomo 4, que no cono-cíamos, titulado En la nuca. El martes 7 de setiembre a las 6:30hs. de la mañana, pronto a salir para contribuir como fiscal demesa con la lista de la alianza de izquierda en las eleccionessindicales de CTERA (gremio docente al que pertenezco desdepoco tiempo después de mi retorno del exilio, en diciembre de1983), hojeé las primeras páginas. Muy grande fue mi sorpresa alleer que teníamos, el PRT-ERP, una destacada actuación en elgolpe en la nuca propinado a los Tupamaros. Dada la pocaafluencia de votantes, y previo aclararle a mi ocasional contrin-cante que si bien yo era bastante locuaz tenía que preparar una

15

Carta a un Tupamaro

Page 16: Entre Tupas y Perros

clase para el viernes siguiente, me dediqué, en esas 10 horas devotación, a devorar las páginas de En la nuca, lectura que mecausó un tremendo impacto emocional y me dejó una mezcla dedesazón y dolor que motivan esta carta.

AA mmooddoo ddee pprreesseennttaacciióónn

Usted probablemente no me conozca, salvo que hayareparado en mi presencia en la feria del libro de Buenos Airesde 1995, cuando se acercó a saludar a Luis Mattini. En aquellaoportunidad, me tocó hacer de panelista en la presentación dela reedición del libro de éste, Hombres y mujeres del PRT-ERP,que usted utiliza en las citas de En la nuca. Le recuerdo que miintervención generó una situación de tensión en el autor ydemás co-presentadores, debido a mi caracterización de comu-nista ortodoxo y no inspirado en el marxismo latinoamericanodel libro (cosa que no le podía sorprender al autor, con quiénhabía polemizado duramente en varias oportunidades y en parti-cular en el proceso de nuestra división, ni al editor, a quién lehabía advertido de mi posición).

Paso a presentarme en los términos que creo vinculadoscon el tema que nos ocupa. Nací en 1948. Soy originario deChivilcoy, ciudad de la pampa gringa de la provincia de BuenosAires en la que varios miles de campesinos sin tierra se convir-tieron en chacareros (gracias a un efectivo programa de coloniza-ción) y en la que poco después, sus trabajadores, el 1 de mayo de1890, realizaron uno de los cuatro actos fundadores del movi-miento obrero argentino. Quizás influenciado por la activa mili-tancia radical de mi padre y la formación católica de mi madre yabuela me inicié de muy niño en la militancia. Primero en agru-paciones católicas y luego, también, en el centro de estudiantesde mi escuela secundaria. En la época en que cursaba el cuartoaño mantuve, dentro de la Acción Católica, una polémica contrala posición saavedrista, rosista, peronista y antisemita del Cura yen defensa de la Revolución de Mayo, de Mariano Moreno y con-

16

Daniel De Santis

Page 17: Entre Tupas y Perros

tra el antisemitismo, la que marcó el inicio de mi ruptura con laIglesia Católica.

Llegué a La Plata en enero de 1966 para estudiar en laUniversidad. A poco de eso se produjo el golpe de estado del 28de junio y, como muchos otros jóvenes, fui conmovido por laintervención a la Universidad y por el golpe mismo ya que, comodije, provengo de una familia de activos militantes radicales. Enoctubre de 1967, recibimos con dolor la caída del Che Guevara yen enero del año siguiente seguimos con sumo interés la ofensivadel año nuevo lunar del Vietcong contra los yanquis. Al prome-diar esta ofensiva sentí que no sólo la razón me vinculaba con losvietnamitas, sino que mi corazón ya latía junto a ellos. El Che ylos vietnamitas me ganaron para las ideas del socialismo y mepuse a militar en una agrupación que curiosamente se llamabaMovimiento de Liberación Nacional, pero no Tupamaros sinoMalena. La mayor parte del tiempo de nuestra militancia eraocupado por la solidaridad con la recién nacida CGT de losArgentinos, cuyo periódico vendíamos, y con la heroica huelga de61 días que sostuvieron los seis mil obreros petroleros de laDestilería de Berisso. El Malena reivindicaba la revolución cuba-na, pero no a la guerrilla, aunque yo aún no cerraba posición alrespecto. Al año siguiente, 1969, hice la “colimba” y de regreso“mi” MLN, Cordobazo y Rosariazo mediante, se había disuelto.Los compañeros con los que me reuní hablaban de la tupamari-zación, idea a la que adherí inmediatamente, ya que la brillantelínea operativa de los tupamaros a muchos nos había ganado parala estrategia guevarista. Unos días antes de comenzar a escribiresta carta comentaba esto a dos compañeras del PRT de mimisma edad. Les dije que el Che y los vietnamitas me habíanganado para el socialismo, pero que los que me habían ganadopara la guerrilla habían sido los tupamaros. Me contestaron queellas sentían lo mismo. Como dice el cantor que tuvieron ustedes,“una gota con otra se hace aguacero”. En esta época, comenzabanlas acciones guerrilleras en la Argentina y tanto los diarios comola población decían: “fueron los tupamaros”. No por confusiónsino porque de este lado del Río de la Plata llegó primero la pala-bra tupamaro que guerrillero.

17

Carta a un Tupamaro

Page 18: Entre Tupas y Perros

Después de estar un año sin pertenencia orgánica, me deci-dí por los que tenían una clara concepción marxista, una líneaoperativa muy dinámica y que mejor realizaban la propagandaarmada. Entonces, me incorporé al PRT y al ERP como militan-te del frente universitario. A finales del 71, en una reunión de laagrupación universitaria, un compañero de incipiente bigote,muy bajito, muy chiquito y muy buen militante nos dijo que él,por problemas personales, por un tiempo no iba a poder venir alas reuniones, pero que nosotros no nos desalentáramos ya que éliba a volver a militar. Me llamó la atención que sus palabras notransmitieran tristeza sino convicción. No lo vimos más ni supi-mos de él hasta que en El Combatiente, periódico del PRT, leímosun comunicado del MLN Tupamaros que decía: “el 22 de agostode 1973 fueron asesinados en el cuartel Florida, de Montevideo,los compañeros Walter Arteche y Gerardo M. Alter, miembros deMLN Tupamaros. Alter era también militante del PRT y comba-tiente del ERP y había sido enviado al Uruguay en ejercicio delinternacionalismo proletario, concepción común a ambas organi-zaciones”.

A partir del 72, comenzaron a llegar uruguayos a laArgentina. La solidaridad con ellos y una escuela política concompañeros bolivianos (que funcionaba clandestinamente enuna casa que me habían prestado), me hizo comprobar que lo delinternacionalismo para el PRT no era una cuestión sólo de decla-raciones o de programa. Sabíamos que en el ERP militabanmuchos tupas y que su tarea era de primera. Gran admiracióncausaban las obras de ingeniería clandestina que los comentariosatribuían fundamentalmente a nuestros vecinos. Se hablaba delas “tatuceras”, esas cosas mitológicas que ellos habían construi-do en su paisito sin montañas ni bosques.

Ese mismo año había dejado la universidad y me habíaproletarizado1. Fue lo mejor que me pasó en la militancia. Trabajéen fábrica hasta mediados de 1975 y participé en la lucha de sustrabajadores. A fines de julio, el PRT realizó la reunión delComité Central Ampliado “Vietnam Liberado”, con la presenciade compañeros de la Junta de Coordinación Revolucionaria2 (elMayor Sánchez de Bolivia, Edgardo Enríquez de Chile y Juan

18

Daniel De Santis

Page 19: Entre Tupas y Perros

-por lecturas actuales supongo que se trata de Félix Bentín- unPeludo del MLN). En esta reunión se entregaron condecoracionespor acciones militares y trabajos de masas, siempre guardé comouno de mis mayores orgullos el diploma por el trabajo de masasque me entregó el Peludo tupamaro Juan, quién, recuerdo, habíaperdido un ojo en la lucha de clases, no sé si por la explotación oen un combate (un culatazo, me dijo hace poco Cacho Ledesma).Años después mi hijo mayor cavó todo el jardín de su abuela,buscando el pergamino que desafortunadamente, para ambos, sehabía tragado la tierra. En aquella reunión, el Negro CarlosFerreyra, un tucumano, militante de base hasta ese momento yobrero de la gran industria en Buenos Aires, me propuso paraintegrar el CC, propuesta que fue aprobada.

En mayo-junio de 1977, mientras cumplía una tarea en elexterior junto a otros compañeros, se produjo la caída de laestructura nacional del PRT, lo que motivó que replegáramoshacia el exterior a los grupos de compañeros sobrevivientes y quenos quedáramos los que ya estábamos. Luego, ante la incapaci-dad de organizar el retorno, se produjo la división del Partido.Esta significó, para casi todos nosotros, la mayor tragedia denuestra vida militante. El PRT lo era todo, allí nos habíamos for-mado, con él teníamos puestas las esperanzas de construir unmundo mejor, le habíamos dedicado los mayores esfuerzos, habí-amos contribuido a su construcción, habíamos abierto frentes,construido zonas y dirigido regionales, lo habíamos ligado al pro-letariado de las grandes fábricas y dirigido muchas de sus luchas:estábamos derrotando al populismo en sus mismas entrañas y,después de muchos años de hegemonía peronista, la juventudobrera se estaba haciendo socialista. En él aprendimos a comba-tir, a tener miedo y controlarlo. El estrecho pero fructífero marcode la célula nunca fue un obstáculo para nuestro desarrollo indi-vidual, por el contrario, el Partido lo potenciaba, teníamos nues-tros amigos y nuestros amores. Habíamos perdido a muchosentrañables compañeros, pero el Partido era nuestra casa, nuestrafamilia y también nuestro padre.

Yo me fui con mi sector a militar a Nicaragua. En esos añosde división y soledad, cuando las fuerzas flaqueaban, tuve un

19

Carta a un Tupamaro

Page 20: Entre Tupas y Perros

amigo, El Coco, que era un militante tupamaro. En una de esasconversaciones de exiliados nostálgicos, llenas de dolor por todaslas pérdidas que se nos juntaban, escuché de Coco el mejor de loselogios, de esos que ayudaban a llenar un rinconcito del vacío enel alma que teníamos. Me dijo que le hacía acordar a los viejosmilitantes tupamaros. Años después, a fines de los 80, calculo, meencontré en Buenos Aires con un dirigente del MLN. Después devarias horas de conversación, cuando la charla derivó haciaNicaragua, le describí a mi amigo tupa. Llegó a la conclusión queCoco era su hermano. No pasó mucho tiempo para que viajara aMontevideo a visitar a mi amigo del exilio. Al encontrarme conel dirigente del MLN me dijo que estaba confundido, que Coco noera su hermano, no existía, Coco se transformó en una entelequia.Regresé con cierta incertidumbre.... Luego hice algunos intentosde vincularme al MLN, pero todos estuvieron regidos por unaformalidad rayana en el más polar de los fríos. Algo comencé asospechar cuando hace unos años Juan Carlos Cacho Ledesma medijo que los tupamaros estaban enojados con el Gringo Mennaporque había influido en ellos en la época de la Junta deCoordinación Revolucionaria. Estos desencuentros fueron inex-plicables, para mí, hasta la mañana del 7 de setiembre de 2004.

Comenzaré citando ampliamente todo lo referido al PRT-ERP de En la nuca, para responder, primero, apreciaciones par-ciales que usted hace y, luego, las dos cuestiones de fondo: lasupuesta colonización del MLN por el PRT y su opinión acercade que fue nuestra ideología la que nos llevó al desastre. La simi-litud en la derrota de ambas organizaciones y las crisis posterio-res que llevaron a sus respectivas fragmentaciones son tan simi-lares, cosa que intentaré demostrar, que me veré en la obligaciónde relatar los hechos e ideas que provocaron la nuestra. Desdehacía algunos veranos, le venía prometiendo a mis jóvenes com-pañeros que escribiría sobre este tema pero nunca había encon-trado el empuje para meterme en tan dolorosos y tristes sucesos.Para bien o para mal, el tiempo dirá, usted me ha dado el empujónque me faltaba.

20

Daniel De Santis

Page 21: Entre Tupas y Perros

EEnn llaa nnuuccaa

Usted comienza el tomo 4 de su Historia de los Tupamaros(En la nuca), con una de cal: “Hay que entrar con mucho respetoen la Argentina de 1975. Vamos a tocar lugares, personas, pueblosque llegaron a los puntos más altos de heroísmo (...) Nivel sóloparangonable en la región y hasta la fecha con el 1810. (...) Esa espor lo tanto nuestra pprriimmeerraa ccoonncclluussiióónn”. Conclusión con la queestamos de acuerdo.

Luego continúa relatando que, en 1985, se reunieron lamayoría de los tupamaros en la Tercera Convención Nacional delMLN, que marcó el comienzo de su reconstrucción. El tema de laautocrítica fue uno de los centrales. Y nos dice que entre las cua-renta y tres tesis sobre el “temita”, estaba la suya que sostenía que:

“El gran golpe al MLN se produjo después de 1972 debidoa las gravísimas decisiones tomadas en Chile y en Argentina.Entre ellas hubo una que resultó fatal: ssee rreessoollvviióó llaa aauuttooccrrííttiiccaa.(…) Esta autocrítica y sus funestas consecuencias deberían for-mar parte de la de hoy. Autocrítica de la autocrítica porque fue elgolpe en la nuca del MLN. (…) En los casos de más cruda res-ponsabilidad, los que entonces dirigían con absolutismo al MLNy lo transformaron por decreto en el ‘Partido del proletariado’para sacarlo de sus deformaciones pequeño burguesas (causaprincipal, según ellos, de la derrota de 1972), terminaron en elPartido Nacional unos y en el Colorado otros... Hasta hoy.Traicionaron desde la dirección suprema, abandonaron en plenabatalla armas y bagajes (...) Pero no estuvieron solos: muchos losacompañaron (...) y muchos (…) acompañaron las disparatadasconclusiones teóricas. El agujero negro en la historia del MLN yen especial la única autocrítica oficial y orgánica elaborada hastala fecha reconoce orígenes varios y muy ‘comprensibles’.”

Luego continúa citando otro de sus libros, escrito en cola-boración con Graciela Jorge, Chile Roto. Allí leemos que:

21

Carta a un Tupamaro

Page 22: Entre Tupas y Perros

“En febrero de 1973 los tupamaros de Uruguay, Argentinay Chile realizan una importantísima reunión en Viña del Mar. Aese encuentro lo llamaron Simposio (…). En Chile, los uruguayos‘descubrieron’ a las masas movilizadas. (…) Se dice en Viña delMar que el principal error del MLN (…) era la debilidad ideoló-gica: no habíamos sido suficientemente marxistas-leninistas. Porlo tanto (…) se pasa a transformar al MLN en un Partido (‘ElPartido’), ‘recaracterizar’ a los cuadros y a una campaña (...) deformación ideológica ‘proletarizando’ a los militantes (en sumayoría, según el Simposio, pequeño burgueses o influidos por lapequeña burguesía y sus deformaciones...). (…) El MIR chileno yffuunnddaammeennttaallmmeennttee3 el PRT argentino cobrarán una influencia yun peso determinantes en la vida interna del MLN. Habrá unacolonización ideológica. Un vicio -la copia- del que los tupama-ros se venían salvando al extremo que su ‘heterodoxia’ los carac-terizaba. Se crea la Junta de Coordinación Revolucionaria entreel MIR chileno, el ELN boliviano, el PRT argentino y el MLNuruguayo. Se funda y comienza a funcionar en Chile una aplas-tante ‘escuela de cuadros’ internacional. (…) Este proceso va aser el golpe en la nuca del MLN. Se trataba, como los hechosdemostraron después, de una sofisticada racionalización de laderrota y de la falta de respuestas (o falta de ganas) frente a lo quehabía que hacer -concretamente- en el Uruguay. (…) Viña delMar, Chile, febrero de 1973, es el comienzo de lo que va a condu-cir, en dos años, a la atomización del MLN (...).”

Como la crítica de sus dichos nos llevaría a un ir y volverpermanente a su libro, prefiero citar, ahora y de un tirón, todo loque le hace falta saber al lector para comprender el debate. Cito,entonces, extensamente y sin comentarios, a Huidobro:

“El dedo está puesto en la llaga por algo que tambiénsigue surgiendo, como fantasma que no cesa, desde Argentina:el tono paternalista. Forma parte, a nuestro juicio, de unaestructura ideológica o, más bien, psicológica, que por lo generalcondujo y conduce al desastre. Fantasma porque vamos a demos-trar que ese paternalismo dio sus frutos en 1975. El PRT-ERP colo-

22

Daniel De Santis

Page 23: Entre Tupas y Perros

nizó ideológicamente a la Dirección del MLN (entendiendo por talno sólo al grupo que la ocupaba sino a su entorno de colaborado-res). Debido a ello el MLN pasó, por decreto, a ser el brazo arma-do del ‘Partido’ que comenzó a construirse seleccionando paraello, a dedazo limpio desde la Dirección, a los ‘cuadros’ que porsu ‘extracción de clase’ o su nivel teórico en la ‘ciencia’ del mar-xismo-leninismo o por su ‘firmeza ideológica’ estaban ‘en condi-ciones’ de dirigir al resto. (…)

Para poder llevar adelante la ímproba tarea (no carecía deaudacia el disparate) se decretó desde el ‘Bureau’ Político (quepor un restito de pudor fue denominado ‘Comisión Política’ parasu traducción uruguaya) un descomunal y macarrónico procesollamado de ‘recaracterización de los militantes’ a lo largo y anchodel por entonces inmenso MLN. (…)

Se tomaron otras dos importantes medidas para construirel Partido y corregir ‘los errores del pasado’. A una se la llamó‘Proceso de homogeneización ideológica’. La denominación, porsí sola, ya es temible. Y elocuente. Para ello se constru-yeron -nopodía ser menos- unas formidables aplanadoras denominadas‘Escuelas de Cuadros’, destinando ingentes recursos materiales yhumanos tanto en Chile como en Argentina. Por aquellas tritura-doras debían ir pasando los pobres tupamaros para ser cortadosparejito sacándoles, como en máquina de picar carne, las densasnervaduras pequeño-burguesas ‘causantes de la derrota del 72’.

Para complementar la colosal tarea de homogeneizar -setrabajaba febrilmente-, los mimeógrafos y las imprentas clandes-tinas sudaron ríos de tinta editando manuales de estudio (elabo-rados por la dirección) sobre el marxismo-leninismo. Los quetenemos a la vista -pruebas documentales de lo que venimosdiciendo e insuperables piezas de museo- no tienen desperdicioen materia de catecismos pero tampoco tenían ninguna novedad:los viejos militantes de la izquierda tradicional uruguaya (aque-lla de la que nos habíamos ido para fundar el MLN) ya los habí-amos sufrido como tres o cuatro veces a lo largo de nuestradoliente vida. Casi todos esos cuadernillos coleccionables y delectura obligatoria so pena de baja inmediata, terminan ordenan-do tres o cuatro ‘lecturas de apoyo’ (Marx, Lenin, Mao, Engels...)

23

Carta a un Tupamaro

Page 24: Entre Tupas y Perros

que montaban a veces la friolera de unas cuatrocientas páginaspor cuadernillo... Era, como se ve, algo muy apropiado para laclase obrera y para transformar la recua de pequeñoburgueses enciclópea falange de hoplitas proletarios.

La otra gran medida destinada a dar cabal cumplimiento ala ‘autocrítica’ consistió en lo que dio en llamarse al principio:‘Proceso de proletarización de los militantes’. Sin embargo, yantes de pasar adelante, debe decirse que la palabra ‘proletariza-ción’ dio lugar a una polémica ‘de fondo’ en el seno de la brillan-te Dirección que nos conducía. Finalizada la misma, que fuelarga y tendida, emitieron el veredicto: En el ‘Partido’, la palabraque debía utilizarse era ‘peludización’. Gracias a esa genialidad,el proceso pasó a llamarse entonces ‘Proceso de peludización delos militantes’ y las profundas razones y significación de tal cam-bio fueron, para que nadie se animara a sonreír tan siquiera, eru-ditamente fundamentadas en largas diarreas teóricas abarrotadasde citas clásicas... (…)

Pero, la ‘peludización’, esa cosa, no quedó reducida a libros:la militancia debió pasar por un dantesco proceso ffííssiiccoo.‘Peludizarse’ era vestir, comer, cortarse el pelo de cierta manera,en especial las compañeras, realizar mucho trabajo físico y de serposible vivir en colonias anaerobias... Como ciertos protozoarios.Este patológico fenómeno es por otra parte muy conocido.Cualquier estudiante de psiquiatría puede describir causas y con-secuencias. Las sectas son tan viejas como la humanidad y nopueden existir sin dogmas.

También sabemos, cualquiera lo sabe, que este tipo de‘partidos’ produce, segrega -y fatalmente- el jugo de la superio-ridad. Los ‘elegidos’ estarán orgullosos de serlo y en el mejor ymás complaciente de los casos tratarán a los demás con un bene-volente paternalismo, tanto a las ‘masas atrasadas’ como a lasdemás desgraciadas organizaciones amigas que aún no han lle-gado a escalar la cordillera ideológica desde la que nosotros losvanguardizamos -mal que les pese- por no poder llegar a ser partedel ‘partido’ que representa indudablemente los intereses histó-ricos del proletariado de los que ni la mismísima clase obrera,pobrecita, es consciente. Si a todo esto le agregamos unas gotas de

24

Daniel De Santis

Page 25: Entre Tupas y Perros

lucha armada, el cóctel resultante puede ser pavoroso. (…)Los tres o cuatro conceptos: el Partido dirigiendo al

Ejército, la proletarización, la importancia desmesurada de lasEscuelas de Cuadros y los Órganos Centrales de Línea yFormación, la imprescindible homogeneización ideológica, ade-más de ser universales en la materia (como leyes físicas que rigeneste tipo de fenómenos) son fundamentos explícitos del PRT-ERP y podemos demostrarlo con documentos a la vista.

Aquellos dirigentes del MLN fueron encandilados por llaavveerrbboorrrraaggiiaa ttrroossccooiiddaall ppeerrrreettiissttaa mmuuyy ccoonnoocciiddaa ppoorr llooss vviieejjoossTTuuppaammaarrooss4. Por cuatro causas. UUnnaa: por su juventud en el MLNy -paradójicamente- por su extracción de clase en el sentido desus antecedentes militantes.

OOttrraa: porque algunos de ellos, habiendo sido derrotados enla I Convención Nacional de enero de 1966 cuando propusieronexactamente lo mismo, se tuvieron que ir pero luego, reconocien-do su error, abandonaron el ‘Partido’ que en vano trataron deconstruir y reingresaron al MLN, llegaron por casualidad y pornuestros propios errores a la Dirección y dando otra ‘vuelta decarnero’ para atrás, con la cancha libre, impusieron a partir del‘Simposio de Viña del Mar’ la receta que no pudieron imponer enla I Convención del MLN. La crucial opción estratégica dirimidaen enero de 1966 fue revisada en 1973 como parte sustancial de laautocrítica. Los que se impusieron en la I Convención Nacional,del MLN, fueron derrotados siete años después sin que casi nadiese diera cuenta. Subrepticiamente. Detrás de la denominada‘desviación ideológica’ como explicación de la derrota del ‘72venía, de contrabando, una formidable revancha y un destino queya había sido previsto en 1966 cuando la mayoría de aquellaConvención también fue caracterizada como pequeñoburguesapor la minoría. Según ellos, no comprendíamos la importanciadel ‘Partido’ y, por lo tanto, que esa era la ggrraann ttaarreeaa. A la ‘mayo-ría’ se nos ocurría la frivolidad pequeñoburguesa de fundar elMLN.

OOttrraa: porque a falta de análisis y respuesta serios venía muybien esta envasada ‘explicación’ que explicaba todo sin explicarnada.(…) OOttrraa: tal vez la decisiva: se necesitaba urgentemente una

25

Carta a un Tupamaro

Page 26: Entre Tupas y Perros

buena racionalización, lo más grandilocuente e ‘izquierdista’posible para justificar lo injustificable: quedarse en el ‘cómodo’ -para los dirigentes- exilio, sin arriesgar, de ser posible, un milí-metro de pellejo, una gota de hemoglobina propia.

Porque todo esto se hace mientras en Uruguay ocurren acon-tecimientos históricos decisivos. Mientras en Chile se monta y pro-duce la epopeya y la tragedia. Mientras en Argentina y en Boliviase desatan batallas definitivas. Esta causa resulta irrefutable: losprincipales dirigentes huirían a la postre, vergonzosamente y parasiempre, rumbo a Europa. Después de hacer tanto desaguisado, sebajan del caballo por la izquierda. Se van del MLN con una rim-bombante ddeeccllaarraacciióónn autocrítica: según ellos, renuncian al inten-to idealista de transformar una organización tan pequeñoburguesacomo el MLN en un Partido Proletario. (…)

Ese ‘nacionalismo’ -típica desviación pequeño-burguesa,según ellos- fue uno de los centros de su autocrítica devenida enlisa y llana crítica trapera a los viejos tupamaros que no se podíandefender porque estaban muertos, presos, o ppeerrsseegguuiiddooss iinntteerrnnaa--mmeennttee por esta gente. Ingobernables porque fue allí, en la base,en la historia, en las cárceles, en el exilio heroico y en la clandes-tinidad peleadora de Uruguay, donde se mantuvo viva la llama denuestra identidad.

Se van entonces por la ultraizquierda diciendo que a fundarel Partido del Proletariado para entrar poco después, triple saltomortal, en las proletarias filas de Wilson Ferreira Aldunate (…).

A Sendic estos proletarios de pacotilla lo transformaron en'modelo' de material plástico para la ‘peludización’ (por suerte nolo pudieron broncear), sin confesar que Raúl -como ellos sabíanmuy bien- jamás aceptó, dados tal vez sus antecedentes socialis-tas, a Lenin dogmáticamente (aquel canario se animaba a hacer-le críticas nada menos que a Lenin...) y mucho menos al mate-rialismo dialéctico en el marco de una herejía rayana en la exco-munión varias veces. Raúl era, para ellos, modelo de proletariomarxista-leninista por el modo de vestirse... Esa sarcástica patra-ña resultó intragable por más disciplinados que fueran (quenunca lo fueron mucho gracias a Dios) los tupamaros.

Porque esta gente copió -como siempre pasa cuando se

26

Daniel De Santis

Page 27: Entre Tupas y Perros

copia- lo ppeeoorr del Perreté. Organización y proceso que por otraparte eran muy conocidos por Sendic (‘El Trosco’) y los viejostupamaros. Habíamos leído a Nahuel Moreno... Buenas palizasteóricas se habían llevado años antes algunos charlatanes de feriaque luego fundaron el PRT-ERP después que los echamos delMLN por desertores y cuentamusas en plena ‘derrota’ de diciem-bre de 1966.

Tal el caso de Joe Baxter (ver ‘Historia de los Tupamaros’por E.F. Huidobro Tomo III, páginas 74 y 89), quien pocos añosdespués aparece en pleno Congreso del PRT como mano derechade Santucho y delegado nada menos que de la IV Internacional(fue peronista de derecha, luego pro-chino, después tupamaro,posteriormente dirigente del PRT-ERP, trotskista cuandoSantucho dejaba de serlo, conspirador contra Santucho, fraccio-nalista y a la postre sinvergüenza acusador -desde Chile y a buenresguardo como siempre- de los fugados de Trelew... Nada menos.Murió en su ley: viajando a París se le cayó el avión en Orly), des-lumbrando con su parafernalia teórica al PRT. Oigamos:

‘Santucho se presentó acompañado de un extraño persona-je que parecía saberlo todo, no tener la mínima duda y dar porsentado que todo lo que se había discutido acerca de las formasde llevar adelante la guerra revolucionaria no tenía absolutamenteningún valor, hablaba con la soltura con la que podía haberhablado el general Giap después de haber derrotado a los nortea-mericanos en Vietnam. Este señor fue presentado con el nombrede guerra Rafael, y después se supo que se trataba del famoso JoeBaxter.’ (Luis Mattini, Hombres y mujeres del PRT-ERP. p. 58.)

Mattini, único sobreviviente junto con Gorriarán de laDirección del PRT-ERP, agrega en la página 99: ‘En realidad estepersonaje resultó ser, tal cual lo intuía la base en el V Congreso,un típico chanta (difícilmente pueda encontrar en el castellanouna palabra más apropiada que este lunfardo para calificar a JoeBaxter, un charlatán del cual no consta su participación efectiva-mucho menos como jefe- en ninguna operación del ERP)’. Baxterhizo con el tiempo y sin saberlo una genial carambola a tres bandas:

27

Carta a un Tupamaro

Page 28: Entre Tupas y Perros

deslumbró a los del PRT, quienes con la misma verborragia des-lumbraron luego a la Dirección del MLN que así compró un tran-vía de tercera mano cuyo origen y fin provenía... ¡del MLN! ¡Sihabremos ‘lavao’ cebaduras en Montevideo discutiendo con Baxteren 1964 y 1965 para lograr descubrir que era un chanta! (…)

Pues a dos años de la autocrítica oficial y orgánica, quienesla hicieron, impusieron, y aplicaron ya la estaban autocriticandotajantemente; presos en las mallas de esa enfermedad propia delas derrotas: la autocriticonitis aguda, no pararán. Los pequeño-burgueses, como se verá, siguen siendo los demás y al barrer. Enella reconocen plenamente (y ésta no es la única prueba que tene-mos) haber caído en una desviación trotskista (eufemismo por nonombrar a Mario Roberto Santucho, concretamente). (…)

Los renunciantes se autodisolverán (autocrítica suprema)apenas dos años después (1977), entrando alegremente en ambospartidos tradicionales, donde no sabemos cuántos desastres yautocríticas más habrán causado. No le deseamos mal a nadiepero ojalá no hayan perdido capacidad. Por último, cabe señalarque este tramo final del triste proceso se vive a fines de 1974 yprincipios del 75. Los renunciantes no se irán solos: muchos seunirán, entusiasmados, el rumbo propuesto (?) en este documen-to. Por la fecha, cualquiera puede imaginar las consecuencias quetuvo para el MLN esta deserción en masa de su Dirección en lomás crudo de la batalla, tanto en Chile, como en Argentina o enUruguay. Se van con gente, contactos vitales, secretos peligrososy recursos financieros, dejando colosales deudas (un millón dos-cientos mil dólares que aún le estamos debiendo al MIR de Chile,por ejemplo) de las que hasta hoy no han rendido cuentas. (…)

El MLN fue colonizado a partir de 1973 por la influenciaideológica del PRT-ERP y las consecuencias fueron funestas.Viejos documentos internos lo evidencian. Presentaremos docu-mentos ACTUALES [1995] corroborantes y demostrativos de queaquel error tiene aún hoy consecuencias. Los fantasmas de haceveinte años vuelven desde Argentina. Entre 1983 y 1987, enSuecia, Luis Mattini (sobreviviente del Buró Político) dio a luzun libro autocrítico: Hombres y mujeres del PRT-ERP que, amplia-do y corregido, ha sido reeditado este año (1995). Según dice

28

Daniel De Santis

Page 29: Entre Tupas y Perros

(pág. 103), en julio de 1971 Santucho realizó en Cuba (?) los pri-meros contactos con el MLN tendientes a la coordinación regio-nal. Cabe señalar que, al mismo tiempo, el PRT mantenía durapolémica con la IV Internacional (de la que se irá separando) ycon el Partido Comunista de Cuba. Dicha coordinación plasmóen 1973 con la creación de la Junta de Coordinación Revolucio-naria entre el PRT, MLN, MIR de Chile y ELN de Bolivia. LaJCR tuvo funcionamiento activo entre 1973 y 1976, disolviéndo-se en Europa entre 1976 y 1977 con pena y sin gloria... DiceMattini en la pág. 375:

‘El PRT, por iniciativa y cuidado especial de Santucho yMenna, justo es destacarlo, puso mucho celo en el apoyo a lasorganizaciones de los países vecinos. Santucho insistía en que lasuperación de las diferencias políticas pasaba en primer lugarpor la práctica en común y por lo tanto abrió las puertas del PRTpara que los militantes de las otras organizaciones que residíanen Argentina, participaran en los frentes de masas, incluso en lasunidades de combate del ERP. Al mismo tiempo, en una muestrade legítima generosidad internacionalista, invitaba a las direc-ciones de las organizaciones miembros de la JCR para participarcotidianamente en las sesiones políticas y organizativas del BuróPolítico, como así también en las reuniones del Comité Ejecutivoo los plenos del Comité Central. Entre los resultados prácticosmás importantes que logró la JCR, merecen especial mención losesfuerzos para ayudar a reorganizarse al Movimiento deLiberación Nacional Tupamaros en el exilio y su intento de rein-gresar a la lucha en el Uruguay. En esa tarea no se ahorró ni en lohumano ni en lo material y el PRT en particular puso todo elpeso de sus recursos y su fuerza militante. Si el cometido no logróéxito se debió a causas que no son motivo de este libro. En lamisma dirección se orientaron las energías sobre el ELN deBolivia quien regresó al país organizado como PRTB, es decirPartido Revolucionario de los Trabajadores de Bolivia. A su vez,para el PRT significó la acumulación de una enorme experienciapolítica y también muy especialmente avances técnicos, enmateria de documentación, en infraestructura, etc. Uno de los

29

Carta a un Tupamaro

Page 30: Entre Tupas y Perros

productos más notables fue la fabricación conjunta de una subame-tralladora que se llamó precisamente JCR y que ya se ha men-cionado.’

Más adelante (pág. 377) agrega:

‘En el Buró Político se habían dado algunas discusionesmás o menos parciales sin llegarse a fondo, pues precisamentepor el carácter práctico de que hemos hablado, no afloraban posi-bles dudas o diferencias. La discusión a fondo del tema puso enrelieve la falta de homogeneidad en el organismo ya que algunosmiembros concebían la JCR como una alternativa a los partidoscomunistas y un instrumento en la lucha ideológica contra elreformismo, mientras que otros tendían a verla como una simplecoordinadora. Con respecto a la valorización de cada miembro dela Junta, aquí se puso en evidencia una vez más la existencia depuntos de vista cargados de formalismo que interpretaban, porejemplo, que los Tupamaros era la organización más afín al PRT.Esta afirmación errónea partía del hecho de que los Tupamaroseran menos discutidores y su experiencia de lucha armada leshacía hablar menos y hacer más. Tampoco se tenía en cuenta enesta observación formal el indiscutible hecho de la mayor simili-tud en idiosincrasia y tradición histórica entre argentinos y uru-guayos. Las opiniones de Santucho cayeron como mazazos en elseno del Buró Político y no abandonó el tema hasta que la discu-sión estuvo agotada y se cercioró de que todos estaban convenci-dos. Afirmó cate-góricamente con esa seguridad que le caracteri-zaba que la mayor afinidad ideológica y política del PRT era conel MIR, ya que se trataba de partidos marxistas-leninistas y no deMovimientos de Liberación de corte nacionalista progresista yrevolucionario que todavía tenían un largo camino hacia su pro-letarización ideológica. Reiteraba que la aparente unidad de cri-terios políticos e ideológicos con el MLN Tupamaros se debía aque dicho movimiento carecía en lo esencial de ideología y por lotanto, vitales aspectos estratégicos no entraban en la discusión.No en vano la mayor parte de los temas tratados con losTupamaros giraban en torno a la técnica y al aparato militar. En

30

Daniel De Santis

Page 31: Entre Tupas y Perros

cambio el MIR, definido ideológicamente y con gran experien-cia política, tenía mucho que trasmitir y discutir. Por últimoremataba Santucho afirmando que esa equivocada valoriza-ción, revelaba una expresión del militarismo cuyo simplismohacía ver como principales aliados a los que están con lasarmas en la mano, sin tener en cuenta las circunstancias de larealidad observada.

Santucho impulsó una práctica común con los cuatro par-tidos de la JCR para -además de las tareas intrínsecas de lamisma- desarrollar un intenso intercambio y discusión política alos efectos de hacer avanzar a los dos movimientos, el MLN y elELN, hacia la concepción de partido y decidirlos a construir elPartido Revolucionario en sus respectivos países. En ese terrenoverdaderamente logró mucho, toda vez que tanto el ELN como elMLN tomaron el estudio del marxismo y empezaron a trazar unaestrategia para sus propios países que tuviera en cuenta la política,el papel de la clase obrera y las necesidades de alianzas con otrasclases interesadas en la revolución. Fue notable el impulso dadoa la propaganda con sentido leninista, la necesidad del periódicopartidario, la conformación de ese periódico, su regularidad rigu-rosa como instrumento de educación de las capas populares.

También se hicieron acuerdos y se concretaron entre elPRT, el ELN y el MLN para que algunos cuadros del PRT fuerana militar al Uruguay y Bolivia ayudando en la reconstrucción delas organizaciones en la clandestinidad. Fue, en palabras deSantucho: una pálida reciprocidad frente al aporte de tantos compa-ñeros bolivianos y uruguayos a nuestra organización. Más adelante serepetirá con chilenos. Quizás precisamente por ser la organiza-ción más afín, el PRT mantenía la discusión político-ideológicamás aguda con el MIR de Chile. Tres eran los puntos en que elPRT hacía hincapié en la crítica del MIR: a) La falta de una seriapolítica de proletarización; b) La aparente indefinición con res-pecto a Partido o Movimiento; c) Su indecisión para dar comienzoa la lucha armada en Chile contra el régimen de Pinochet.’

Se podría decir que a reconocimiento de parte relevo deprueba. El paternalismo del PRT, propio de su ideología, sigue

31

Carta a un Tupamaro

Page 32: Entre Tupas y Perros

vivo. Cabría agregar que también la Dirección del MLN abrió susreuniones a la presencia de dirigentes del PRT; hecho insólito,producto del servilismo en la imitación. Las consecuencias fue-ron nefastas. Pero, la verdad sea enteramente dicha, aquella ide-ología llevó también al desastre al PRT. La historia dictó vere-dicto. Veamos ahora de dónde venía la idea macarrónica de lahomogeneización ideológica y la proletarización (o peludiza-ción). Dice Mattini (págs. 45 y ss.):

RReevvoolluucciióónn iiddeeoollóóggiiccaa yy rruuppttuurraa ccoonn MMoorreennoo

El conjunto del Partido, pegado a todos los conflictos socia-les que empezaron a crecer después de pasada la expectativa anteel golpe militar, se preparaba para la guerra revolucionaria. Estapreparación no era sólo en estudios de la ciencia militar; acumu-lación de pertrechos, propaganda en el pueblo, etc., sino muyespecialmente en la preparación “ideológica” interna. Es en esecamino que se da la revolución ideológica en el PRT, la cual, ajui-cio de Santucho, no fue más que ‘los aspectos ideológicos de laproletarización partidaria’. Esa “revolución ideológica” estuvoguiada por los siguientes criterios posteriormente desarrolladosen un extenso artículo en los números 54 y 55 de El Combatiente:‘Se produce entonces un doble proceso de formación dentro delPartido revolucionario: de un lado los obreros de vanguardia seelevan a la comprensión de su ideología de clase que les lleva laintelectualidad pequeño-burguesa. De otro lado los elementosobreros del Partido exigen a sus camaradas intelectuales la prole-tarización de su modo de ser y de vivir, obligándoles a romper consu clase. A trabajar, convivir y luchar con las masas, adoptandosus puntos de vista y sus características de clase…’ Natural-mente, ningún obrero, ningún militante honesto, aceptarían uncamarada que mantuviera una forma de vida burguesa con bru-tales privilegios. Todo militante debe adoptar una forma sencillade vida. Pero en la Argentina de los años sesenta y setenta, lafrontera formal en el nivel de vida entre los obreros de la granindustria y la pequeña burguesía no eran tan fácil de discernir.Frecuentemente los obreros industriales tenían una entrada eco-

32

Daniel De Santis

Page 33: Entre Tupas y Perros

nómica superior a los demás asalariados (maestros, profesores,técnicos, empleados, etc.) y no sólo en Buenos Aires, sino allídonde estuviera la gran industria.

Las diferencias de nivel de vida de los trabajadores varia-ban de acuerdo a grupos industriales o regionales del país. Por lotanto los abnegados militantes que provenían de la pequeña bur-guesía, en su afán de “proletarizarse” optaban por seguir elmodelo de los sectores más postergados y con harta frecuencia setransponían los niveles de la clase obrera para orillear el lumpe-naje. En todo caso se podía adoptar un modo de vida, porque esoes concreto y tangible; pero lo que no se podía “adoptar” eran los“puntos de vista” y mucho menos las “características de clase”,sin caer en el formalismo más atroz y deformante de la persona-lidad del individuo. Así, la moral, una supuesta “moral proleta-ria”, se confundía con la ideología. Era la reacción contra el inte-lectualismo inoperante y charlatán de la escuela morenista que sellevó a cabo con conceptos casi jesuíticos y lo que es peor aun, porsupuestos teóricos de un “materialismo dialéctico” teñido depositivismo, a lo que se sumaba el reciente descubrimiento delmaoísmo que había “simplificado” tanto la dialéctica hasta qui-tarle el contenido.

Las divergencias internas sobre distintos puntos de vistafueron poco a poco interpretadas como la expresión de las clasessociales dentro del Partido y se fue incubando en la mente deSantucho su teoría sobre “la lucha de clases en el seno delPartido”. Se comenzaron a buscar “modelos” de partidos y, asícomo había sido distorsionada la experiencia cubana por losfoquistas, ahora se interpretaba a gusto propio, la mal conocidatrayectoria del Partido del Trabajo de Vietnam. La práctica bol-chevique empezaba a ser mirada con desdén porque fuerondemasiado “discutidores”. Toda la trayectoria del marxismoeuropeo en las tres internacionales se la desdeñaba y pasó a seruna regla no escrita que cuando más analfabeto, más proletariosería el militante. Sólo en el Partido se adquiría la verdadera“cultura”. Algunos vicios morenistas no fueron superados duran-te años y, por el contrario, se incrementaban más en este proceso.[...]

33

Carta a un Tupamaro

Page 34: Entre Tupas y Perros

Los resultados de la “revolución ideológica” fueron lahomogeneización de la militancia en pos del objetivo de la “gue-rra revolucionaria”, la formación de una escuela de “militantesde bronce”, entregados de ‘cuerpo y alma’ a la causa, capaces delas hazañas más increíbles de la voluntad. Fue en realidad unarevolución moral, no ideológica. Esto explica por qué la moralcombatiente fue el rasgo más distintivo del PRT. En cuanto alfenómeno negativo de la castración ideológica que hemos des-cripto, el mismo no hubiera tenido demasiadas consecuencias sisólo hubiera sido una expresión momentánea de la infancia delPartido. Pero sus efectos no sólo persistieron, sino que se incre-mentaron hasta niveles casi surrealistas por lo menos hasta1974/75.’

Fue así como, producto de la copia, Walter González, viejodirigente de UTAA, pudo ver en una de las ‘colonias’ proletari-zantes a otro compañero enderezando miles de clavos en supliciointerminable. Extrañado, le preguntó qué estaba haciendo: ‘ElPartido resolvió que mi principal defecto pequeñoburgués es lafalta de constancia y por eso me encomendaron esta tarea... Hastaque me ccoorrrriijjaa’.5

CCaabbooss ssuueellttooss

Antes de pasar al análisis detallado de sus dichos, unadigresión necesaria. A raíz de unas declaraciones de EnriqueGorriarán de 1995, la prensa uruguaya de derecha, sacándolas decontexto, las utilizó para criticar a los Tupamaros. Debido a ellousted relata situaciones que no hacen al tema que yo me he pro-puesto tocar, pero dentro de ellas hay una que se vincula y que meinteresa aclarar. Para mejor entendimiento de los lectores repro-duzco, de su libro, lo siguiente: “Que en noviembre de 1972 sefundó en Chile -y se lo declaró públicamente- la Junta deCoordinación Revolucionaria entre el PRT-ERP de Argentina, elMIR de Chile, el ELN de Bolivia y el MLN de Uruguay. Que esoscontactos venían de mucho antes”. Y luego para aclarar la mala

34

Daniel De Santis

Page 35: Entre Tupas y Perros

intención usted dice: “Que la coordinación no era ‘con Gorriarán’sino con el PRT-ERP, a cuya dirección éste dejó de pertenecer en1974 (recién después de la caída en combate de Santucho en 1976Gorriarán volverá a la dirección del PRT-ERP)”.

Que la coordinación no era con Gorriarán sino con el PRT-ERP es obvio que así era, pero luego usted recoge una verdad amedias originada en la versión mattinista de nuestra historia.Gorriarán fue separado de los organismos ejecutivos de la direc-ción partidaria (situación informada internamente por medio delBoletín Interno n° 74 del 31 de enero de 1975), no así del ComitéCentral organismo que siguió integrando. Durante la mayorparte de ese año fue el responsable militar de Córdoba y luego decumplir con un trabajo de masas en la zona rural y logístico enrelación a la Compañía de Monte en Tucumán, hasta junio delaño siguiente, (¡no lo enviaron a enderezar clavos!) había sidodesignado, antes de la caída de Santucho, Jefe del BatallónGeneral San Martín de Buenos Aires, principal unidad militardel ERP en ese momento, cargo que en la práctica correspondíaa la máxima responsabilidad militar. Si, como afirma Mattini, nohabía sido Gorriarán designado Jefe del Estado Mayor, el cargoestaba sin cubrir. Le aclaro que sobre estos hechos y en la inme-diata posterior caída de Santucho y demás compañeros del BuróPolítico media un abismo entre la versión de Mattini y la deGorriarán.

Eleuterio, en el PRT no usábamos la palabra bbuurreeaauu, sinobbuurróó (figura como tal en el diccionario de la lengua española),que es la castellanización de aquel término francés. Es como chó-fer (en Argentina chofer) del francés chauffeur. Pero mejor ejem-plifica la palabra ccoommiittéé, que tanto ustedes como nosotros usába-mos para denominar, por ejemplo, al Ejecutivo, proveniente de lapalabra inglesa ccoommmmiitttteeee. Ese tipo de argumentos pueden servircómo golpe de efecto en una discusión, pero para tratar temas tanserios y graves como estos habría que obviarlos.

Tampoco es correcta su afirmación de que Baxter fundó elPRT, ya que este se incorporó al mismo en su V Congreso en juliode 1970. Este Congreso sí fundó al ERP. Por otro lado usa el plu-ral. No tenemos conocimiento de qué otro desertor del MLN,

35

Carta a un Tupamaro

Page 36: Entre Tupas y Perros

como Baxter, haya participado del V Congreso. Sí tenemos noti-cias de que un tal Diego acompañaba a Baxter y fue incluido conél en el CC, pero no sabemos quién es y creemos muy improba-ble que hubiese militado en el MLN. El tal Diego fue expulsadojunto con Baxter. Le observo lo del plural porque deja picando laidea de que la resaca de los tupamaros fundó al PRT o al ERP,cosa que no es verdad.

Baxter era un “legendario” militante del nacionalismorevolucionario, luego devenido en marxista y trotskysta. Se habíahecho conocido a raíz del asalto al Policlínico Bancario en 1963.Fue presentado al PRT, previo al V Congreso, por la CuartaInternacional -organización a la que adhirió el PRT hasta finesde 1972-. Baxter integró la dirección del Partido y la de suRegional Buenos Aires junto a Luis Enrique Pujals y RubénPedro Bonet, ambos de formación trotskysta, quienes al calor dela lucha supieron convertirse en destacados dirigentes revolucio-narios (lo que demuestra que no se debe encasillar a nadie, ni porderecha ni por izquierda). El propio Luis tuvo que superar elescollo que significaba Baxter, que trababa la actividad del ERP.Es así que en abril de 1971, los comandos general San Martín yÁngel Bengochea6 del ERP tomaron la localidad de Gonnet diri-gidos por Pujals. Posteriormente, Bonet, estando en la cárcel(había sido detenido cuando participaba de una acción) recono-ció las debilidades que tuvo ante el chanta Baxter, y no en teoríasino en la práctica, se cubrió de gloria cumpliendo un destacadopapel dirigente en la fuga del Penal de Rawson y en los sucesosde Trelew, que culminaron el 22 de agosto de 1972 con el fusila-miento y masacre de los 19 compañeros fugados.

De su mismo relato surge que a ustedes tampoco les fuefácil descubrir a Baxter, les llevó el mismo tiempo que a nosotrosy, tenga en cuenta que cuando llegó a nuestro V Congreso, suma-ba a su “curriculum” haber sido tupamaro y haber “combatido”en Viet Nam. Cuando habla de la carambola a tres bandas y, mássutilmente, a lo largo de toda la Primera Parte de En la nuca,usted pone en el mismo plano a Santucho y a los demás dirigen-tes del PRT, héroes sin tacha de nuestra revolución, con Baxter.Creo que usted se equivoca y mucho. Santucho no era un chanta,

36

Daniel De Santis

Page 37: Entre Tupas y Perros

ni un burócrata que hablaba y hablaba sin hacer nada, que man-daba a sus compañeros al frente, que dirigía desde algún exótico“bureau”. Santucho siempre fue el primero en todo y en particu-lar en el combate. Si hasta los peores detractores nos reconocenque para nosotros el decir y el hacer eran una misma cosa. Y eneso Robi llevaba la bandera.

Le cuento una chiquita: apenas fundado el ERP, una de lasacciones que más se realizaban eran desarmes a policías que ibano volvían de su trabajo. Cómo se habían dado varios casos en quelos policías se resistieron, Santucho explicó que esto se debía aque no se “apretaba” con suficiente energía, pero no se quedó enla explicación: acompañó a todos los equipos del ERP enseñán-doles en la práctica cómo se debía apretar a un policía.

Eleuterio, usted es un hombre culto, un líder revoluciona-rio y un nombre grande en la historia uruguaya: no se puederebajar a repetir afirmaciones de segunda mano de alguien comoSantucho, sin haber hecho una revisión, al menos medianamenteprofunda, del personaje. Para evitar en el futuro error tan grose-ro le relato muy brevemente los orígenes de la formación políticoideológica de nuestro jefe, a quién consideramos no menos quevuestro (y nuestro) Raúl Sendic.

PPrriimmeerraa ffoorrmmaacciióónn tteeóórriiccaa ddee SSaannttuucchhoo

Nacido el 12 de agosto de 1936 en Santiago del Estero, fueel octavo hijo y séptimo varón de Francisco Santucho. Su padrefue diputado radical en la década de 1930. De los diez hermanos,casi todos fueron militantes: el mayor, Amílcar, dirigente delPartido Comunista en la Provincia, Carlos Híber peronista, Raúly Omar Rubén radicales, Francisco René, al igual que OscarAsdrúbal, eran nacionalistas e indigenistas, simpatizaban con elAPRA peruano de Haya De la Torre (Alianza PopularRevolucionaria Americana). Se crió en un ambiente del que sonconocidas las polémicas ideológicas en la mesa familiar.Francisco René fue el que mayor influencia ejerció sobre MarioRoberto. En esa época leyó, entre otros, a Scalabrini Ortiz,

37

Carta a un Tupamaro

Page 38: Entre Tupas y Perros

Manuel Gálvez y Arturo Jauretche. Todo esto nos hace pensar queconocía las diferencias entre Haya De la Torre y José CarlosMariátegui, fundador del marxismo latinoamericano, y tambiénotras controversias del marxismo de la época.

Por iniciativa de la librería Aimará, de Francisco René, y através de la revista Dimensión, por él orientada, realizaron enSantiago una intensa actividad político cultural por la que pasa-ron los más destacados intelectuales de la izquierda, del naciona-lismo, y de la cultura de la época: Atahualpa Yupanqui, RodolfoKuhn, Beatriz Guido, Sergio Bagú, Héctor Agosti, BernardoCanal Feijóo, Carlos Astrada, Juan José Hernández Arregui. Esteúltimo, un escritor nacionalista, hispanista, muy erudito, queposteriormente va a ser tomado como principal teórico por losmilitantes de Montoneros y de otros sectores del peronismo revo-lucionario. Por supuesto que también conocía a Rodolfo Puiggrósy su teoría nacionalista de las “causas internas”, en contraposi-ción con la concepción leninista de estudiar las situaciones polí-ticas y las relaciones de fuerzas sociales partiendo de la situacióninternacional.

Mario Roberto, siendo estudiante universitario enTucumán, fundó el MIECE (Movimiento Independiente deEstudiantes de Ciencias Económicas), diferenciado de lascorrientes estudiantiles hegemónicas de aquella época: el huma-nismo, el integralismo y el reformismo. Su planteo innovador fuesacar al estudiantado de los marcos estrictamente universitario.De allí su propuesta de la unidad obrero-estudiantil, consignaque significó un completo cambio en la política universitaria dela época.

Junto a Francisco René, Oscar Asdrúbal y otros compañe-ros fundaron, el 99 ddee jjuulliioo de 1961, el Frente RevolucionarioIndoamericanista Popular, cuyo contenido ideológico está explí-cito en el nombre de la organización. El FRIP editaba un boletínmensual bilingüe, en castellano y en quichua. En poco tiempologró extenderse a todo el noroeste argentino.

La reciente Revolución Cubana apuró la radicalizaciónideológica del FRIP, terreno fértil debido a su activa participa-ción entre los campesinos y los trabajadores de la industria fores-

38

Daniel De Santis

Page 39: Entre Tupas y Perros

tal en Santiago y de los azucareros tucumanos, principal lugar demilitancia de Robi, además del estudiantado universitario. Estamaduración está contenida en las diez Tesis políticas del FRIP7 deenero de 1964, previo al acuerdo con Palabra Obrera, cuyo líderera Nahuel Moreno. Estas tesis, con muy pocas modificaciones,van a estar presentes en la línea del PRT hasta su fragmentaciónen 1979. La tesis 1 se titula: La República Argentina es un país semi-colonial seudo industrializado. Con la primera parte define el carác-ter de la dependencia y, con la segunda aplica y amplía, a la rea-lidad argentina, la tesis de Lenin del desarrollo desigual y la deTrotsky del desarrollo desigual y combinado. Con esto resolvíauna vieja polémica en la izquierda “negando que nuestro paíshaya llegado a través del desarrollo de sus fuerzas productivas alcapitalismo y de lo que se trate ahora sea de desbrozar el caminode las supervivencias feudales para un más amplio desarrollo deese capitalismo, esto es, que la burguesía argentina realice lainconclusa revolución democrático-burguesa”. La tesis 2 comien-za afirmando: “La burguesía nacional en su conjunto es incapazde luchar por la liquidación de la dependencia de nuestra patria,por un desarrollo nacional independiente”. Esta tesis, que com-pleta la anterior, se contrapone con la de la revolución en etapas delos partidos comunistas. Estos esperaban que en América Latina seprodujera una revolución democrático burguesa liderada por laburguesía nacional que barrería las relaciones de producciónfeudal (luego le llamaron precapitalistas) que abriría recién lasposibilidades de iniciar la lucha por el socialismo. El FRIP usa elconcepto burguesía nacional, en el sentido marxista, porque conél está indicando a la burguesía autóctona, en este caso la argen-tina. Este concepto fue tergiversado por el estalinismo y porcorrientes del nacionalismo de izquierda para denominar con éla una supuesta burguesía antiimperialista. La RevoluciónCubana vino a derribar esta concepción de la revolución poretapas y del supuesto papel revolucionario de la burguesíanacional. Ambas tesis habían sido desarrolladas años antes porel intelectual (historiador, abogado y sociólogo) militante SilvioFrondizi8, y por el también intelectual militante Milcíades Peña9.

Santucho, al momento del Frente Único entre el FRIP y

39

Carta a un Tupamaro

Page 40: Entre Tupas y Perros

Palabra Obrera, estaba por cumplir 28 años y tenía ya una impor-tante experiencia militante y una sólida formación teórica. EnCuba había estado presente cuando la Segunda declaración de LaHabana. Indudablemente, el vínculo con Palabra Obrera les abrióun horizonte más amplio a los jóvenes militantes del FRIP. Nodescubrieron a Trotsky pero incorporaron su lectura, eso es ver-dad, lo cual no es un pecado sino una virtud. Pero estas lecturaslas hacían militantes que tenían pensamiento crítico. Además,algunos teóricos tienden a pensar que toda la realidad es la queestá escrita en los libros, que todo venía de Moscú o Pekín, lo queles impide recoger la otra parte de la historia. Estos jóvenestenían, además de sus firmes convicciones ideológicas y su sólidaexperiencia política, sus muy bien arraigados principios éticosque diferían del manijeo, la rosca, el primereo, el chamuyo, elmeloneo, el fin justifica todo, la inflación, la mentira, el dogma-tismo, etc. Tenían, además, otra concepción de las relacioneshumanas. Estas concepciones, que logró imponer la Tendencialeninista en el Frente Único y luego en el PRT, estaban origina-das en su auténtico compromiso de asumir los riesgos de lucharpor la revolución.

Del Primer Congreso del PRT, no realizado por casualidadel 2255 ddee MMaayyoo de 1965, fue memorable la polémica que llevaronadelante “la gente del Norte” contra la consigna “CGT partidopolítico” que, como veremos más adelante, dividía aguas con eltrotskysmo argentino, particularmente con el morenista.

También contradicen la idea de la homogeneización ideo-lógica, que siguiendo a Mattini usted nos achaca, las recomenda-ciones que hacía Santucho para que se leyera la Historia de SanMartín, de Bartolomé Mitre, en particular el capítulo sobre laguerra de guerrillas en las republiquetas. Mitre, como sabe, eraun liberal que escribió la historia oficial argentina, pero allínarraba con muchos detalles las tácticas y proezas de los guerri-lleros (Güemes, Padilla, Juana Azurduy, etc.), que había instrui-do San Martín para frenar el avance español por el Alto Perú(Bolivia). Santucho la tomaba porque tenía apertura mental, sólofalta que algunos se la reconozcan.

Por esto le digo, Eleuterio, que plantear que Santucho se

40

Daniel De Santis

Page 41: Entre Tupas y Perros

formó al lado de Nahuel Moreno... bueno, un aspecto de verdadtiene, consolidó su formación en lucha contra Moreno. O plante-ar que era trotskysta, o que estaba dejando de serlo, son simplifi-caciones que rayan en la falsedad y que no sirven para escribir lahistoria desde este lado. Cito a Huidobro de nuevo: “Porque estagente copió -como siempre pasa cuando se copia- lo ppeeoorr delPerreté. Organización y proceso que por otra parte eran muyconocidos por Sendic (‘El Trosco’) y los viejos tupamaros.Habíamos leído a Nahuel Moreno... Buenas palizas teóricas sehabían llevado años antes algunos charlatanes de feria que luegofundaron el PRT-ERP después que los echamos del MLN pordesertores...”. Epa, Eleuterio, ¿qué le pasó? ¿Se le fue la mano ose le soltó la lengua? Usted no es ingenuo, ni inocente.Detengámonos en este juego de ideas que realiza. Para un lectordesapercibido, y no tanto, usted está diciendo que los charlatanesde feria del PRT eran desertores del MLN que tenían la líneapolítica de Nahuel Moreno, a los cuales, Sendic y los viejos tupa-maros les habían dado buenas palizas teóricas. Esta porquería degente, como Ud. insinúa, habrían fundado el PRT.

Su afirmación, redactada como lo hizo antes usted, es deuna falsedad absoluta. No tiene contestación ya que no es unacuestión de interpretación porque que sus afirmaciones no tienenni una pizca de asidero en los hechos reales, ni en la cronologíahistórica. Y, por otro lado, los que si acaso ccooppiiaarroonn, no lo peorsino mmuuyy mmaall, fueron militantes formados por ustedes no pornosotros. Es de buena gente no hacer leña del árbol caído, hacer-se cargo de las propias miserias y no enchufárselas al primero quepasa como ocurre habitualmente en esta época de hegemonía delindividualismo.

No sabía que a Sendic le decían El Trosco. Seguro que suforma de pensar y actuar no cuadraban en los moldes oficialesde la izquierda uruguaya. Acabo de leer la biografía de Sendicde Samuel Blixen, en la que cuenta que este apodo le quedó deuna vez que lo confundieron con su hermano Alberto (que eratrotskysta) y reforzado por un entrevero con el SecretarioGeneral del Partido Socialista, lo que no desmiente mi suposi-ción. Mire qué casualidad a nosotros, gran parte de la izquierda

41

Carta a un Tupamaro

Page 42: Entre Tupas y Perros

y del progresismo de Argentina, todavía nos caen encima con elmismo mote.

Sobre la Junta de Coordinación Revolucionaria (JCR), en lacita de Mattini que usted reproduce, leemos que: “La discusión afondo del tema puso en relieve la falta de homogeneidad en el orga-nismo -se refiere el Buró Político- ya que algunos miembros con-cebían la JCR como una alternativa a los partidos comunistas y uninstrumento en la lucha ideológica contra el reformismo, mientrasque otros tendían a verla como una simple coordinadora”.

Podría citar varios documentos pero para evitar cuestionesde interpretación lo voy hacer con uno inapelable, el artículo 43del Estatuto del PRT (Título IX. Internacional), aprobado enjulio de 1975, referido a la Junta:

“El PRT está afiliado a la Junta de CoordinaciónRevolucionaria, organismo regional internacional del Cono SurLatinoamericano, desde cuyo seno impulsa e impulsará con todaenergía revolucionaria y método proletario la herencia leninistay el espíritu internacionalista del Che, hacia la coordinación yunidad orgánica del campo socialista de todas las fuerzas revolu-cionarias de nuestro continente y del mundo, porque para los finesde la revolución proletaria el PRT, interpretando cabalmente laconcepción marxista del internacionalismo proletario y la expe-riencia de la lucha revolucionaria universal, considera de plenavigencia la tesis leninista de oponer al frente mundial del impe-rialismo el frente mundial de la revolución.”

Usted sabe que un estatuto se aprueba en un Congreso oConvención y que sólo ella lo puede modificar. Por lo tanto no esuna resolución de valor circunstancial sino estratégico. No niegoque en el BP haya habido alguna discusión pero le puedo asegu-rar que en ningún momento sentimos un “mazazo” al debatir estepunto: habíamos nacido en una Internacional y lo más natural eraque buscásemos su reemplazo por otra que estuviera integradapor verdaderos partidos y/u organizaciones revolucionarias. Loque ocurre es que Mattini ha hecho esfuerzos, con bastante éxito,para modificar la historia del PRT de tal modo que justifique elcambio de rumbo que tomó nuestro Partido a la muerte de susprincipales dirigentes y bajo su dirección.

42

Daniel De Santis

Page 43: Entre Tupas y Perros

NNuueessttrroo rreennuunncciiaannttee

Como en el resto de esta carta voy a referirme nuevamente,y en reiteradas ocasiones, al que fuera Secretario General, luegode la caída del Buró Político del PRT, me adelanto para presen-tarle una similitud más entre vuestra derrota y golpe en la nucay nuestra derrota y golpe en la nuca. Mire cómo son las cosas lahistoria se repite, en este caso, las dos veces como tragedia. Unode vuestros renunciantes llamado, Kimal Amir, era maoísta en1966 y lo seguía siendo en 1974. En cambio Mattini primero mili-tó junto a Silvio Frondizi, a quién no leyó, me consta; luego fuetrotskysta; posteriormente marxista-leninista; simultáneamentesantuchista de izquierda mientras éste estuvo vivo, también meconsta; para seguir “evolucionando” como santuchista de derechadespués de su muerte; stalinista tardío, en 1986 se incorporó alCC del PC argentino; libre pensador, partidario de Chacho Álva-rez todavía cuando éste se alió con De la Rua; ex marxista y anar-quista libertario como lo asumió públicamente en la Asamblea deParque Lezama o situacionista según cuadre y actual funcionariodel gobierno justicialista. Este personaje, al que podríamos lla-mar saltimbanqui ideológico si no estuviésemos tratando temasserios y graves, fue quién planificó y ejecutó la división del PRTen 1978, proceso que detallaré más adelante, pero al igual quevuestros renunciantes no estuvo solo, muchos lo acompañaron Esmás, tengo el dato preciso, fue el 50 % de la militancia en el exi-lio protagonista única de nuestra división, ya que integré, enrepresentación de la Tendencia Leninista, la Comisión deFiscalización y de Garantías hacia el divisionista VI Congreso.Esta fracción del PRT lo eligió Secretario General hasta que, en1980, según su propio relato, “el CC me separó de la secretaríageneral... y finalmente renuncié al Partido convencido de queestaban agotadas todas las posibilidades de reconstruirlo en elexilio”. Como usted bien dice Eleuterio, la disolución y renunciaconstituyen la autocrítica suprema. Siguiéndolo a usted en el sen-tido de no cargar las tintas con adjetivos muy fuertes, sobre todo

43

Carta a un Tupamaro

Page 44: Entre Tupas y Perros

para esta época, a partir de ahora nos vamos a referir a él comonuestro renunciante.

Eleuterio, qué pensaría usted, o cualquier otro tupamaro, sia alguno de nosotros se nos hubiese ocurrido utilizar el docu-mento de ruptura de los renunciantes para hacer una caracteri-zación del MLN, ensuciar el nombre de Sendic y luego concluir“a reconocimiento de parte...”. Se lo observo porque es lo que hahecho con nosotros.

¿¿LLooss ttuuppaammaarrooss yy RRaaúúll SSeennddiicc ppeeqquueeññoo--bbuurrgguueesseess??

Ni ebrio ni dormido a ningún militante del PRT se lehubiese ocurrido decir, ¡que digo, decir!, ni siquiera pensar queRaúl Sendic, o alguno de los nueve rehenes o un peludo o cual-quier militante tupamaro, por el hecho de serlo, fuera unpequeño burgués. Todo lo contrario, Raúl Sendic era y es paranosotros, quizás más local, tan grande como el Che. Las mar-chas cañeras por las Tierras y con Sendic, de las que sólo cono-cíamos estos datos y que bajaban del norte, se nos presentabancomo leyendas épicas que fortalecían nuestra convicción en eltriunfo de la revolución.

De creerle a nuestro renunciante, lo cual supone una grancuota de audacia, del mismo párrafo citado no se desprende quenosotros caracterizáramos al MLN, o a Sendic, como una organi-zación pequeño burguesa. Pero de la lectura de su propio libroqueda claro que ustedes no se reivindicaban marxistas (lo queconstituye una real diferencia) y le dan la razón a Santucho en elsentido de que había más diferencias que con el MIR.

LLaa rreevvoolluucciióónn iiddeeoollóóggiiccaa

El libro de nuestro renunciante es muy peligroso, más queel documento de ruptura de vuestros renunciantes, ya que estáescrito “desde adentro” con ese tono de ambigua “objetividad”donde el vaso está siempre medio vacío. No es una forma ingenua

44

Daniel De Santis

Page 45: Entre Tupas y Perros

de escribir, está muy bien estudiada sicológicamente. Tras unaaparente objetividad que “reconoce” el lado positivo de las cosas,luego se potencia lo negativo, que siempre existe, hasta darle unadimensión que desfigura la realidad alcanzando el resultado bus-cado: ensuciar, destruir. El párrafo que vamos a analizar es unclaro ejemplo de esta afirmación10.

Este comienza diciendo algunas verdades, algo distorsio-nadas, hasta la cita de El Combatiente, cuyo contenido reivindi-camos. Primero veamos como distorsiona el contenido de laspalabras de Santucho. Éste, en las resoluciones del V Congreso,bajo el título La lucha de clases en el seno del Partido, nos narraacerca del contenido de clase y del proceso histórico por el cualel PRT pasó de círculo de propaganda economista a partido decombate. Vamos a citar cuatro párrafos de este documento para quelas afirmaciones de Santucho adquieran su verdadero significado:

“En los últimos meses de 1966, la base obrera de la RegionalTucumán comienza a plantear la necesidad de pasar a la luchaarmada. Los compañeros que hacían este planteo venían devarios años de lucha pacífica, predominantemente sindical: habí-an dirigido importantes movilizaciones obreras y sufrido final-mente una brutal derrota en ese terreno, pese a haber comenza-do a utilizar métodos crecientemente violentos.

El planteo de la lucha armada irrumpe en el PRT entonces noa través de estudiantes o intelectuales revolucionarios influidospor la experiencia revolucionaria de otros países. Surge de laexperiencia directa de las masas obreras argentinas y es incorpo-rada al Partido por su vanguardia, que ha recorrido previamenteel camino de la lucha pacífica, que ha comenzado por las huelgascorrientes, por la participación en elecciones, que ha pasado a laocupación de fábricas con rehenes, a las manifestaciones calleje-ras violentas, hasta que, cerradas todas las posibilidades legalescon la asunción de Onganía, se orienta correctamente hacia laguerra revolucionaria...

Es en ese enero de 1967 que los dirigentes de la RegionalTucumán llevan verbalmente a la Dirección Nacional el planteoformal de adoptar una línea armada centrada en una guerrilla

45

Carta a un Tupamaro

Page 46: Entre Tupas y Perros

rural en Tucumán (...) Moreno no rechazaba en teoría a la gue-rrilla, pero en lugar de concebirla como el inicio de una guerrarevolucionaria prolongada, la ubicaba como un elemento de pre-sión en el marco de la concepción estratégica espontaneísta deque ya hemos hablado, y sobre todo, no estaba dispuesto a prota-gonizarla.

A lo largo de 1967, mientras la corriente leninista adopta pro-gresivamente una correcta óptica de guerra revolucionaria,comienza a manifestarse la lucha de clases en el seno del Partido.La agudización de las contradicciones sociales en el país influyefavorablemente en el Partido facilitando que la presión proleta-ria en la Regional Tucumán, con su punto de vista de clase,comience a repercutir en el conjunto del Partido. Los militantesy los cuadros obreros, en distintas regionales, adoptan posicionesmás activas y parte de la intelectualidad revolucionaria, en espe-cial los cuadros y militantes jóvenes, encabezan lo que se dio enllamar ‘la revolución ideológica en el Partido’, que no es otra cosaque los aspectos ideológicos de la proletarización partidaria.”

Como hemos leído, con esta expresión, Santucho se estárefiriendo a la transformación en la situación interna partidaria,al cambio radical de la línea empujada por la base obrera deTucumán, y a la nueva formación que iban adquiriendo los mili-tantes del PRT antes y después del IV Congreso, proceso que seprofundizaría después del V Congreso que fundó al ERP. Comose ve con claridad, no se trata de una confusión entre moral pro-letaria e ideología, el renunciante confunde a ambas con la histo-ria, ya leímos a Santucho, y con la política.

Para confirmar que la transformación arrancaba en la polí-tica, un botón alcanza como muestra. Antes del IV Congreso elPRT levantaba consignas como “la CGT partido político” o como“el partido obrero de Vandor”11, ambas expresiones de un econo-micismo seguidista de la burocracia sindical. En su lugar, en elIV Congreso se proponía:

“que, junto con la preparación e inicio de la lucha armada, elsegundo gran salto que debe pegar nuestro Partido es el de trans-formarse de círculo de propaganda que hace actividad sindical,

46

Daniel De Santis

Page 47: Entre Tupas y Perros

en partido revolucionario que hace propaganda de alto nivel polí-tico sobre la vanguardia política del movimiento obrero, y unapermanente agitación política sobre las mas amplias capas del pro-letariado... Así, desentumeceremos los miembros del Partido... [y]crearemos en cada militante una aaccttiittuudd mmááss aagguueerrrriiddaa.”

Eleuterio, ¿aquellas consignas morenistas habrán sido lasque leyeron Sendic y los viejos tupamaros? Para que calibre nues-tro trotskysmo, le amplío con esta cita de una nota del ElCombatiente de julio de 196912: “Para los grupos, sectas o movi-mientos seudorevolucionarios que proclaman la ‘necesidad de lalucha armada’, la cuestión se reduce a incorporar esta lucha comoun ‘principio’ a su programa (...) para el partido revolucionario lacuestión es distinta. La guerra revolucionaria y la construccióndel ejército del pueblo no es un ‘principio’ del ‘programa máxi-mo’, sino una tarea práctica, concreta, inmediata, cotidiana, queempieza hoy mismo (...)”. Y como los compañeros del ala leni-nista del PRT eran revolucionarios de verdad, no se quedaron enlos análisis sino que los concretaron ampliamente.

No sólo que no nos vamos a autocriticar de esta “revoluciónideológica” sino que esos cambios fueron la base, el cimiento, dela organización que llevó más a fondo en la Argentina el cuestio-namiento del capitalismo y a la lucha por la revolución socialis-ta. Esta transformación amplió la Tendencia Leninista nacida alcalor de las luchas del proletariado azucarero en 1965/67, ten-dencia que derrotaría al morenismo en el IV, al neomorenismo enel V Congreso, y cuyos restos (la gran mayoría estaban muertos odesaparecidos) enfrentó a nuestro renunciante y los suyos cuan-do en 1978 y en el exterior quisieron transformar al PRT en un“maduro” partido stalinista, en el mejor de los casos.

También encontramos la misma expresión en el documen-to del IV Congreso de febrero de 1968, refiriéndose a la claseobrera y no a la militancia partidaria. Bajo el título Qué sentidotiene el “retroceso” de nuestra clase obrera, se decía:

“Tratemos ahora de penetrar en el sentido del actual ‘retroce-so’ de la clase obrera... Nuestra clase obrera industrial, desde el

47

Carta a un Tupamaro

Page 48: Entre Tupas y Perros

surgimiento del peronismo hasta hoy, apoyó la política y las con-cepciones de la dirección peronista y la burocracia sindical. Enesta etapa vivió ascensos y descensos, períodos de luchas y perío-dos de retroceso, pero el común denominador de todos ellos fueque la dirección burguesa y la burocracia sindical siguieran con-tando con el apoyo de la clase obrera (...) Hoy la situación hacambiado, llaa ccllaassee oobbrreerraa vviivvee uunnaa eenn iinntteennssaa rreevvoolluucciióónn iiddeeoollóó--ggiiccaa. Las concepciones pequeño burguesas que le inculcó el pero-nismo, la confianza en las direcciones sindicales burocráticas, seencuentran profundamente corroídas por las duras derrotassufridas en los últimos 12 años y por el ejemplo que significa laexistencia de una dirección revolucionaria continental: el cas-trismo (...) Por primera vez en 25 años comienzan a darse las con-diciones para que un reanimamiento de la clase obrera desembo-que en un auge ‘verdaderamente’ revolucionario. En la prepara-ción y en el curso de ese auge, se fortalecerá, desarrollará y adqui-rirá influencia en grandes sectores de masas, nuestro Partido; enla preparación armada y en el curso de ese auge, nuestro Partidofortalecerá el ejército revolucionario, sin el cual, desde Leninhasta el presente, todos los revolucionarios sabemos que la victo-ria es imposible, y al cual debemos comenzar a crear ya mismo,con la preparación e iniciación de la lucha armada.”

Si uno lee los capítulos 4 y 5 de este documento, va a teneruna cabal compresión del radical cambio en la concepción ideo-lógica y política del PRT. Independientemente del nombre que sele quiera poner, no cabe ninguna duda de que significó una asun-ción plena del marxismo revolucionario y sobre todo una verda-dera revolución política en el seno del Partido: nos habíamossacado de encima el economismo, oportunismo y ‘pacifismo’morenista. Considero, además, que este análisis que se hacía en1968 significó un completo acierto, confirmado por el Cordobazo.Y no sólo un acierto en lo político, sino también muestra de queen la práctica teórica, el PRT, pensaba en abierta confrontacióncon las esclerosadas concepciones del materialismo dialéctico delstalinismo.

48

Daniel De Santis

Page 49: Entre Tupas y Perros

SSoobbrree llaa pprroolleettaarriizzaacciióónn

Veamos ahora el controvertido tema de la proletarizaciónde los militantes. Esta era una práctica habitual en algunos par-tidos de la izquierda argentina, pero en el PRT tenía una mani-festación bastante diferente, tan diferente como lo eran las líneaspolíticas. Para nosotros no era hacer “la experiencia en fábrica”.Tenía objetivos bien prácticos: llevar la teoría revolucionaria y elsocialismo a la clase obrera y luego organizar la célula y el comitéfabril partidario en esa fábrica y, complementariamente, el fortale-cimiento ideológico del militante. Pero este trabajo no era unesquema dogmático, se podía comenzar por cualquier actividad.De hecho muchas veces se comenzaba por la sindical, aunquemanteniendo la propaganda y la agitación política, y se daba habi-tualmente el caso de que se llegaba a dirigir sindicalmente unafábrica antes de construir la célula. Se dieron otros casos en los quese formaba primero la escuadra del ERP antes de la célula misma,o que el Boletín Fabril del Partido se ganara la estima de los obre-ros y múltiples variantes del trabajo de organización partidariaentre los trabajadores. Que hubo errores, seguro, pero muchos másaciertos. Está por escribirse esa parte de la historia.

El trabajo de organización partidaria se iniciaba observan-do pacientemente, participando en las distintas actividades de lavida social de los trabajadores, “mostrando” una actitud cohe-rente ante la vida y sus dificultades, no siendo un marciano,actuando con prudencia pero con firmeza. Luego a través de lapropaganda, la agitación y la participación plena en sus luchas.Por otro lado, el no obrero aprehendía hábitos de la clase obreraque difícilmente un intelectual tenga incorporados.

Por mi propia experiencia, le puedo contar que lo primeroque aprendí, en el mismo momento que me presenté, fue a aga-char la cabeza, dejar el orgullo pequeño burgués para mejoroportunidad. Me preguntaba lo que debía sufrir un proletario deverdad que debe agacharla, no guiado ideológicamente comotuve que hacerlo yo, sino de verdad. Porque éste si se queda sin

49

Carta a un Tupamaro

Page 50: Entre Tupas y Perros

trabajo se queda sin comer. El primer día me tocó participar enel llenado de una losa, 13 hs. con una de descanso y 7 hs. más alotro día, hasta terminar. Recuerdo que luego de comer el asadode falda, que era característico en esa época, a las 3 menos 25 dela tarde, me descomponía y me caía de cansancio. Pero aguantécon la cabeza. Que nuestro renunciante le llame como quiera,pero le puedo asegurar que esto servía y mucho. Le podría nom-brar a varias/os compañeras/os (recuerdo a muchas más mujeresque hombres) que se proletarizaron. Ninguna/o tuvo esas aluci-naciones que cuenta nuestro renunciante, ni mucho menos vivíanen el limite del lumpenaje. Todas/os se fortalecieron y muchas/osrealizaron buenos trabajos políticos. Siempre pensé que si heseguido militando, pese a todo, mucho tiene que ver esta expe-riencia de proletarización, sobre todo los dos años en una granfábrica.13

Que nosotros no teníamos una visión escolástica de la mo-ral proletaria queda claro en uno de los documentos más leídosen el PRT, escrito en la cárcel por Julio Parra a mediados de 1972,que se llamó Moral y proletarización. Mucho se lo ha estigmatiza-do posteriormente, pero pocos lo releyeron. Treinta y cuatro añosdespués se le podrán hacer algunas observaciones, a cuál no, peroen lo esencial este es un documento marxista. Con sólo citarbreves párrafos se desmorona todo la pirotecnia de nuestrorenunciante en torno a la proletarización:

“¿Quiere decir esto que los obreros por el sólo hecho de sertales están libres del nefasto individualismo? Categóricamentennoo (...) Pero sucede que el propio papel que el obrero desempeñaen la producción mercantil, origina en él la tendencia contraria(...) Así la propia situación de explotado origina en el obrero pro-fundo odio de clases y una tendencia al igualitarismo (...) Marxlo señala con toda claridad en el capítulo VI del Libro I de ElCapital (hasta hace poco inédito) cuando dice: ‘Aquí el obreroestá desde un principio en un plano superior al del capitalista, porcuanto este último ha echado raíces en ese proceso de enajenación(del trabajo) y encuentra en él satisfacción absoluta, mientras que porel contrario, el obrero en su condición de víctima del proceso seencuentra de entrada en una situación de rebeldía y lo siente comoun proceso de avasallamiento’. ¿Cuál de las dos tendencias prima enla conciencia del obrero, la tendencia individualista, negativa que le

50

Daniel De Santis

Page 51: Entre Tupas y Perros

impone la hegemonía burguesa en la sociedad o la tendenciacolectivista positiva, que surge de su carácter de explotado? Es unproblema que se resuelve en las luchas de clases.”

Como puede verificar, Eleuterio, no hacíamos una ideali-zación del obrero, sino que al desarrollo de su conciencia la veía-mos como resultado de la lucha de clases. Y nos basábamos enMarx quien, algo más que nuestro renunciante, profundizó sobrelas contradicciones en la sociedad capitalista.

SSoobbrree llaa ffoorrmmaacciióónn tteeóórriiccaa

Con respecto al estudio es otra falsedad total. Desde ladirección se alentaba con mucha firmeza el estudio, se leía todoy, dentro del marxismo, fundamentalmente a los clásicos. No serecomendaba o se desalentaba (nunca se prohibió leer nada) lalectura de manuales o resúmenes, ni los soviéticos ni los de MartaHarnecker. Se alentaba el estudio individual, parte del temariode la célula era la lectura, teníamos al menos tres niveles deescuelas de formación política y dos militares, y le puedo asegu-rar que no producían ninguna asfixia. Yo estuve en dos niveles. Elprimero daba una formación básica en el marxismo y la historiadel movimiento obrero. Le puedo contar con qué alegría pasabanpor ella los compañeros de las fábricas al entender teóricamenteel proceso de explotación capitalista. La escuela de tercer nivelconsistía en un seminario de un mes, con un programa y una tre-menda biblioteca a nuestra disposición. En el PRT no había oscu-rantismo como ha habido en otras parroquias de la izquierda(alguno más papista que el Papa siempre hay pero no era la reglani la línea).

Si bien en un momento se comenzó a leer mucho a los viet-namitas, no se dejó de hacerlo con Marx, Engels y Lenin y el restode los clásicos. Además, la apreciación del renunciante es ahistó-rica: para ninguna organización en la Argentina fue lo mismo ladécada del '60 que la del '70. La primera fue la fragua teórico-práctica de la línea revolucionaria, lo cual llevaba al estudio delos clásicos (sobre todo, teníamos más tiempo para hacerlo).

51

Carta a un Tupamaro

Page 52: Entre Tupas y Perros

Cuando nuestro renunciante dice que se desdeñaba a los bolche-viques porque eran discutidores, como todas sus verdades, es unaverdad a medias. No todos pensábamos así, menos que menos losdirigentes, y si él era un débil de espíritu, no es culpa del Partidoya que, además de los dirigentes, fuimos muchos los que empu-jábamos en otra dirección. Es también una verdad a medias por-que lo que realmente no se quería discutir más eran temas yaresueltos (si partido de masas o partido de cuadros, el carácter dela revolución en la Argentina, guerrilla rural o guerrilla urbana)y otros bizantinismos con que se entretenía la izquierda que nometió las patas en el barro, las manos en la grasa y el dedo en lacola del disparador.

Que en el PRT no se orientaba hacia una homogeneizaciónideológica es algo fácil de demostrar ya que cualquier militantelo sabía. Según el propio renunciante, en el Buró Político se estu-diaba fuerte, en particular se leía la Ciencia de la Lógica de Hegel.Le decía, Eleuterio, que cualquier militante sabía que Santuchono recomendaba la lectura de los manuales “marxistas”, sino lalectura de los clásicos sin intermediarios, pero esto para el renun-ciante parece ser un síntoma del pensamiento positivista (nologro descifrar que quiso decir). En el próximo título amplíosobre el tema.

“¡Qué cuando más analfabeto, más proletario sería elmilitante!” Sólo se puede decir que es una afirmación falsa, ¡nopensábamos así! Todo lo dicho y lo que seguiremos diciendo loniega categóricamente. ¡Qué algunos vicios morenistas no fueronsuperados sino que se incrementaron! ¡Qué diga cuáles! Ese juegode las escondidas es muy usado por la propaganda burguesa.Bueno, no le podemos pedir a nuestro renunciante otra actitud.Mientras los dispersos fragmentos del PRT, que él logró destruir,pugnábamos más mal que bien por encontrar un camino de retor-no, nuestro renunciante se retiró por largos años a “cuarteles deinvierno” -Suecia- para mal escribir sobre la historia heroica delPRT y del ERP, con el que reafirmaría su derrotero de inconse-cuencia ideológica (que lo condujo en la actualidad a formarparte del gobierno justicialista).

El concepto de lucha de clases en el seno del partido no se

52

Daniel De Santis

Page 53: Entre Tupas y Perros

fue incubando en Santucho, ya que está expresado con toda cla-ridad en el V Congreso partidario. Pero negar la existencia de lalucha de clases dentro de una organización revolucionaria, seanpartidos o movimientos14, es cerrar los ojos deliberadamente. Elrenunciante, entonces stalinista, recoge los conceptos, elaboradosen infinitas masturbaciones teóricas y vertidos por los dirigentesde la Cuarta Internacional trotskysta en polémica con nuestroPartido en la época en que nos armaron una fracción (hecho queapuró nuestro alejamiento de esa Internacional). Ellos queríanjustificar como actividad principal de militancia la lucha deideas, desde un cómodo, sin comillas, Bureau en el centro deParís. La práctica social influye sobre la conciencia y esta con-ciencia se expresa, unas veces, como lucha de ideas que reflejandistintas prácticas en la actuación revolucionaria y, otras, comolucha de clases producto de intereses bien definidos.

SSoobbrree eell mmaarrxxiissmmoo--lleenniinniissmmoo yy eell ttrroottsskkyyssmmoo eenn eell PPRRTT

La definición marxista-leninista que asumía el PRT no seemparenta con la del marxismo-leninismo pensamiento Mao, nicon la de los partidos stalinistas ya que para ellos era como undogma en el que todo pensamiento culminaba en Lenin o enMao, o sea en el pasado. Por el contrario, con marxista-leninistaqueríamos decir dos cosas: una estricta, que no nos reivindicába-mos trotkystas; y una amplia: que tomábamos todas las vertientesdel marxismo revolucionario sin cerrarnos sobre ninguna. Paranosotros esto ya estaba claro, al menos, desde el IV Congreso,como veremos. Luego, en polémica con la internacional trots-kysta afirmábamos en el artículo de El Combatiente del 17 agostode 1973 Por qué nos separamos de la cuarta internacional:

“Para nosotros el socialismo científico, la teoría revolucionariadel proletariado, ha sido elaborada en lo fundamental por Marx yEngels. Lenin ha realizado a esta teoría aportes esenciales, espe-cialmente la teoría científica del partido revolucionario, que justi-fican plenamente la designación del socialismo científico comomarxismo-leninismo. Mao-Tse-Tung, Ho-Chi-Minh, Giap, Le Duan,

53

Carta a un Tupamaro

Page 54: Entre Tupas y Perros

Kim-Il-Sung, Fidel Castro y el Che Guevara han realizado grandesaportes al marxismo-leninismo, en el curso de su experiencia comodirigentes de la revolución en sus países, sobre todo en lo que hacea la teoría de la guerra revolucionaria y a la construcción del socia-lismo. León Trotsky, también ha hecho aportes valiosos, especial-mente la teoría de la revolución permanente y la caracterización dela burocracia y el fascismo. Otros aportes menores podemos encon-trar en Antonio Gramsci y otros y todos los que con aciertos o erro-res han luchado y luchamos por el triunfo de la revolución socia-lista. Pero ninguno de estos aportes justifica ya el cambio de desig-nación a la teoría científica de la clase obrera. Esta no es una meracuestión de nombres, sino que la IV Internacional, al sostener que‘el trotskysmo es el leninismo de nuestro tiempo’, desvaloriza elaporte de otros revolucionarios y maneja el pensamiento deTrotsky en bloque, negando sus errores (...) La IV niega el carácterde verdaderos y completos partidos marxistas-leninistas a los com-pañeros vietnamitas y cubanos (...) Y a nadie puede caber dudaalguna sobre lo que vietnamitas y cubanos han hecho en el terrenode la práctica revolucionaria.”

Resulta común, ante la carencia de conceptos que permitanaprehender nuevas situaciones, etiquetar a las personas, a lasorganizaciones y a esas mismas situaciones. Tal es el caso delPRT, que no cabía en los moldes conocidos. Como la etiquetatrotskysta sobre el PRT está pegada con fuerza en la jerga mili-tante argentina, merece que ampliemos sobre su constituciónpolítica e ideológica. En el Partido Revolucionario de losTrabajadores confluían distintas vertientes: había mucha genteque venía del trotskysmo, muchos otros del indoamericanismo ydel nacionalismo, otros eran más afines al maoísmo, inclusohabía algunos que simpatizaban con Stalin. También había com-pañeros que venían de distintas corrientes universitarias como elintegralismo. El grueso de los que nos incorporamos al PRT,como no podía ser de otra manera en la Argentina de aquellosaños, teníamos ascendencia familiar en el radicalismo y en elperonismo. Pero el PRT fue una identidad nueva. Pudo amalga-mar esas distintas expresiones, esas distintas corrientes. Una

54

Daniel De Santis

Page 55: Entre Tupas y Perros

expresión de eso es el primer capítulo del Cuarto Congreso,cuando se hace la valoración de la estrategia de poder y luchaarmada de los clásicos, Marx, Engels, Lenin, del trotskysmo, delmaoísmo y del castrismo. Eso fue lo novedoso, lo rico del PRT: nohaberse quedado encasillado en una corriente del marxismo,haber aplicado sin ataduras mentales el método marxista, laexperiencia del marxismo, a una realidad concreta que era laArgentina.

Para los demás éramos trotskystas, es cierto. Pero, lo queocurre es que el PRT tenía un componente importante de ese ori-gen, porque toda la gente que venía de Palabra Obrera se habíaformado en el trotskysmo. Por ejemplo, Leandro Fote que era unimportante dirigente azucarero y mantuvo la táctica del entrismoen el peronismo más allá de la línea del Partido. Hay testimoniode eso: en la película La hora de los hornos, de Pino Solanas, lo pre-sentan como un militante del peronismo. El Negrito Fernández,por dar otro ejemplo, se formó al lado de Leandro y de Santucho.Los compañeros de Rosario tenía una fuerte influencia trots-kysta: Luis Pujals, Cacho Delfino, Susana Gaggero (que era lamujer de Luis), etc. Pero también venían de, o tenían, influenciatrotskysta, en Córdoba, el Gringo Menna y Pichón Foti y, enBuenos Aires, Rubén Pedro Bonet, que luego fuera fusilado enTrelew y que era uno de los compañeros más representativos.

Una cosa que se asociaba con el trotskysmo era la firmeposición del PRT con respecto a la burguesía nacional, nosotrosplanteábamos que no había que tener expectativas en la burgue-sía nacional, porque no jugaba ese papel antiimperialista que leatribuían las corrientes nacionalistas y stalinistas. Esto quedómuy claro una vez que triunfó la revolución cubana, allí la bur-guesía “nacional” (en realidad, sería más correcto decir “burgue-sía no azucarera”), después de una tibia participación en contrade la dictadura de Batista, se pasó abierta y beligerantemente a lacontrarrevolución armada. Muchas corrientes que militaban enel marxismo, en particular el PC y sectores del peronismo com-bativo no sacaron esta conclusión. Por ese elemento se nos seguíadiciendo trotskystas, pero esto no era patrimonio sólo de algunascorrientes trotskystas sino que salía de la experiencia de lucha en

55

Carta a un Tupamaro

Page 56: Entre Tupas y Perros

Argentina, en América Latina. También es cierto que reivindicá-bamos aspectos de Trotsky, de su participación en la RevoluciónRusa, la construcción del Ejército Rojo, la teoría de la revoluciónpermanente, la crítica a la burocracia soviética. Pero hasta ahí,otras cosas no. También hay que tener en cuenta que durantemucho tiempo, y aún subsiste, el mote trotskysta era una formade hacer maccartismo dentro de la misma izquierda (incluso,más correcto sería decir: de hacer stalinismo). Pero si se estudiala historia del PRT se verá que ya en el Quinto Congreso la adhe-sión a la Cuarta Internacional trotskysta estaba condicionada,limitada. A diferencia de la Cuarta, el PRT no se reivindicabatrotskysta, sino marxista-leninista. Estas diferencias hicieron cri-sis en 1972 cuando un sector de la Cuarta realizó un trabajo frac-cional dentro de nuestro Partido. Allí nos separamos de esta orga-nización y progresivamente nos fuimos alejando de las influen-cias trotskystas. Después del ‘76-‘77, hay como un rechazo altrotskysmo que progresivamente nos fue acercando al sovietismo,que creo yo es la parte menos reivindicable del PRT.

Del maoísmo hay elementos más diluidos. Del que se decíaque era maoísta era Benito Urteaga. Una vez tuve una discusióncon él porque le daba una gran importancia al campesinado y yole dije que en la Argentina el porcentaje de campesinos eramucho más chico que en China, que la clase obrera era muchomás grande. Hizo un gesto como asintiendo, y se me quedómirando como pensando en lo que le había dicho. Ahí se terminóla discusión. Lo que ocurría, al respecto, era que desde el puntode vista de la estrategia del PRT esta discusión ya tenía una reso-lución práctica. Nosotros habíamos dividido a la Argentina endos regiones estratégicas: el Sur, urbano, proletario y popular, yel Norte, rural, proletario y campesino. En general yo he escu-chado decir que Benito era maoísta. Pero esto en sí no era nibueno ni malo. Era bueno en la medida que expresaba una plu-ralidad dentro del pensamiento marxista, que no tenía nada quever con el pluralismo ideológico que le quieren imponer a Cuba(pluriporquería dijo Fidel). Ideología burguesa agregamos noso-tros. Nosotros leíamos cosas de Mao. Se reivindicaba la guerrapopular, la formación del ejército, las cuatro tesis filosóficas.

56

Daniel De Santis

Page 57: Entre Tupas y Perros

Luego comenzamos a leer mucho a los vietnamitas a Giap,Le Duan, Trong Ching, a Burchett, un periodista australiano queescribió mucho sobre Viet Nam. Hay un autor importante que sellama Michael Löwy, que creo que en su Antología El marxismo enAmérica Latina nos caracterizaba como marxismo vietnamita.Según Löwy no éramos ni trotskystas, ni castristas, ni stalinistas,ni maoístas, sino vietnamitas. Lo dice con fundamento, no es quelo inventa. Nosotros tomábamos mucho de la experiencia vietna-mita: el tipo de partido, la relación partido-ejército, la formaciónde los cuadros, todo eso era tomado, copiado casi tal cual de losvietnamitas; incluso, creo yo, que en la eterna polémica acerca desi “partido de cuadros” o “partido de masas”, en la conclusión ola síntesis a la que llegamos (que se expresaba como “partido delas masas”) mucho han tenido que ver los vietnamitas.

El leninismo estaba muy presente en nuestra formación. Alque más leíamos era a Lenin, desde el ¿Qué hacer?, pasando porEl Estado y la Revolución, El imperialismo, fase superior del capitalis-mo, El Izquierdismo, enfermedad infantil en el comunismo, Dos tácti-cas..., hasta La Insurrección de Moscú, La guerra de guerrillas, Lastesis de abril... Cada vez que había una situación política comple-ja Santucho recurría a Lenin y eso lo expresaba en las editorialesde El Combatiente.

Por todo esto creo que circunscribir la identidad del PRT auna de las vertientes del marxismo es equivocado. Incluso al finalhabía compañeros que admiraban a Stalin, la época menos reivin-dicable del PRT, sobre todo el período del exilio (de hecho el tra-bajo que hice de recopilación de documentos, lo interrumpo enmarzo de 1977, ya que a partir de esa fecha son documentos delexilio que para mí no reflejan la historia del PRT). Nosotros nosreivindicábamos marxistas-leninistas, pero yo creo que habíamosgenerado una identidad política propia, que la podríamos definircomo “guevarismo argentino” y denominarla con la palabra“revolucionario”, ya que éramos la única organización que toma-ba ese adjetivo en su nombre. Otros se llamaban comunistas,comunistas revolucionarios, socialistas, montoneros, peronistas,maoístas, trotskystas, en cambio nosotros nos llamábamosPartido Revolucionario, Ejército Revolucionario.

57

Carta a un Tupamaro

Page 58: Entre Tupas y Perros

SSoobbrree eell ppaarrttiiddoo lleenniinniissttaa

Además de su opinión, Eleuterio, he leído la de OsvaldoChato Peredo, dirigente del ELN boliviano que integraba la JCR,expuesta en su libro Volvimos a las montañas. En él tiene opinio-nes coincidentes con las suyas sobre el concepto de partido leni-nista. Aunque con respecto al PRT argentino es muy respetuoso,quizás porque durante 1975 militó en sus filas realizando unaexperiencia en la fábrica Rigolleau. Él carga las tintas contra suscompañeros bolivianos. De la lectura de ambos libros y por mipropia experiencia sobre el tema veo con mucha claridad quegran parte de vuestras críticas a los llamados partidos leninistasson correctas pero, creo, que no se corresponden con nuestro par-tido ni con nuestra experiencia. Es más, el PRT se forjó en luchacontra esas concepciones. La introducción al documento del IVCongreso se inicia así: “Nada estuvo más alejado de las preocu-paciones de los ‘marxistas’ argentinos hasta el presente que elproblema del poder y la lucha armada”. El Chato Peredo descri-be a los integrantes de la máxima dirección ejecutiva del PRT deBolivia (nombre que adoptó el ELN en 1975) como teorizantes,ratas de bibliotecas, discutidores, remadores exhibicionistas, queel organismo escindía la actividad política de la militar, etc. Siesto es verdad, le puedo asegurar que no se parecían en nada a losaguerridos miembros de nuestro Buró Político y que en el PRT lapolítica siempre se hizo, en lo fundamental, armada. El PRT eratodo lo contrario a una secta burocrática y discutidora. Era unpartido creado para el combate y forjado en el combate. Quemuchas veces se pecaba de formalismo es verdad, pero ¿ustedpuede afirmar que en el MLN nunca se expresó el formalismo?

Creo que en ambas experiencias, uruguaya y boliviana, seintentaron construir formalmente partidos como el nuestro, elque, le puedo asegurar, tenía muchas virtudes. Vuestros dirigen-tes debieron ser los artistas que tomaran lo que les servía y dese-charan lo que no se correspondía con otras realidades -le digoesto fuera de todo paternalismo ya que nosotros tomábamos deustedes, de los chilenos, de los bolivianos, de los cubanos y de

58

Daniel De Santis

Page 59: Entre Tupas y Perros

todos los revolucionarios-. La diversidad es algo que surge másallá de la teoría. En el mismo PRT no era lo mismo el partido enCórdoba que en Tucumán o que en Santiago del Estero, y todoséstos diferían con el de Buenos Aires, sobre todo con el de laCapital, donde más dificultades tuvimos (una confirmación másde que éramos un partido provinciano y el resto de la izquierdaargentina eran y son partidos metropolitanos).

En la actualidad junto con un grupo de compañeros inten-tamos construir un partido inspirado en el PRT y fracasamosolímpicamente, porque la gente tiende a pensar que los proble-mas se resuelven teóricamente y que luego la práctica fluye por sísola de la teoría revolucionaria. Sabemos que no es así. No heabandonado mi idea acerca de la importancia de la organizaciónde tipo leninista, pero creo que no hay que perder de vista que elnivel de la organización, en todos los aspectos, se correspondecon el nivel de la lucha de clases, y por supuesto hay que estarabiertos a las nuevas realidades de la estructura de clases y secto-res de clases de nuestras sociedades y de otros tipos de manifes-taciones sociales. Esa apertura mental la aprendimos en el PRT.Mi gran dilema es cómo se construye, o se aporta a construir, unaorganización revolucionaria sin una situación revolucionaria.

Otro aspecto que ustedes critican creo correctamente,incluyo al Chato, es la escisión de la organización partidaria conel trabajo entre las masas y la construcción de organizaciones demasas. Eso es así en un partido donde se ha adoptado formal-mente y superficialmente la concepción leninista. En el PRT nosin lucha, a veces sorda pero feroz, se enfrentaban estas dos con-cepciones y en general, a la larga o a la corta, siempre lograbatriunfar la que tenía una genuina vocación hacia las masas, y losmáximos dirigentes siempre apuntalaron a esta.

Le cuento una anécdota con doble moraleja. En abril de1974 se reunió el II Congreso del Movimiento Sindical e Basesimpulsado y hegemonizado por el PRT. En el primer día se reu-nieron los delegados, además de otras resoluciones, eligieron unaMesa Nacional integrada por quince miembros, doce del PRT ytres aliados. Al día siguiente, en el acto de clausura del Congreso,al que asistieron unos cuatro mil trabajadores, compañeros de

59

Carta a un Tupamaro

Page 60: Entre Tupas y Perros

cuatro agrupaciones pidieron que se ampliara la Mesa a dieciséisintegrantes, para incluir uno que los representara. Se llevó la pro-puesta a votación y le impusimos la “democracia” de los números.La propuesta fue rechazada. Santucho al bajar del Monte y ente-rarse de este desastre sectario realizó una furibunda crítica yejemplificó diciendo que en ese caso habría que haber elegidotres del Partido y doce aliados. Nuestro renunciante, santuchistade izquierda en esa época, fue uno de los responsables pero,zorrastrón, metió la cola entre las piernas y todo el peso de la crí-tica cayó sobre Carlos Germán.

El problema grave se presentó en el exterior dónde no esta-ban las masas (ni Santucho) como “árbitro” (entre comillas por-que no estoy haciendo un culto al espontaneísmo: la políticarevolucionaria se hace con y para el pueblo y si éste no está, nohay criterio de verdad). En ese contexto intentamos recurrir a loscompañeros con más trayectoria, más probados y con más expe-riencia. Ya veremos de todo lo que nos acusaron, nuestro renun-ciante y sus acólitos, por recurrir a la trayectoria militante.

SSoobbrree llaa iiddeeoollooggííaa qquuee nnooss lllleevvóó aall ddeessaassttrree

¿Nuestra ideología nos llevó al desastre? ¿A qué o cuáldesastre? No voy a repetir ahora aspectos de nuestra línea parapreguntarle cuál de ellos nos llevó al desastre porque la cuestiónes mucho más sencilla. Si usted compara, ambas organizacionessufrieron un primer desastre ante las fuerzas represivas de las mis-mas proporciones y por razones políticas, más precisamente, por noadecuar su estrategia, o no hacerlo a tiempo, ante el cambio deetapa. Pero encuentro una diferencia en las políticas de aniquila-miento de las organizaciones revolucionarias y de sus militantespor los genocidas de aquí y de allá. Las comparaciones son odiosasy esta es la más odiosa de las comparaciones, ya que puede originarinterpretaciones desafortunadas, pero usted me ha obligado debidoa la virulencia de su crítica: en Argentina, la desaparición forzada yel asesinato alcanzaron su máxima expresión en América Latina.Metodología de exterminio no irracional, aplicada por parte de losmilitares argentinos y que va a tener sus consecuencias.

60

Daniel De Santis

Page 61: Entre Tupas y Perros

Con respecto al segundo desastre, que motivó la fragmenta-ción de las organizaciones, veremos que no sólo en el MLN sinotambién en el PRT, luego del primero, crecieron como hongos con-cepciones dogmáticas amparadas ambas en el marxismo-leninis-mo, pensamiento Mao allí, pensamiento Mario Roberto Santuchoaquí. Ese dogmatismo y el sectarismo que lo acompañó, llevaron aque en las dos organizaciones se produjeran una serie de divisionesque le quitaron toda posibilidad de reorganizarse efectivamentedurante ambas dictaduras. En el caso de los tupamaros, usted nosrelató que, en la Tercera Convención Nacional realizada en 1985,iniciaron su reconstrucción. Veamos ahora la situación del PRT.

En 1975 o 1976, cualquier militante del PRT preguntadosobre los principales dirigentes del Partido no hubiese tenido lamenor duda en mencionar a Rubén Pedro Bonet, Juan ManuelCarrizo, Antonio del Carmen Fernández, Enrique HaroldoGorriarán, Juan Eliseo Ledesma, Domingo Menna, Luis EnriquePujals, Mario Roberto Santucho y Jorge Benito Urteaga. Entre losnueve estaba Santucho, nuestro líder. Nueve compañeros, el mismonúmero que los héroes tupamaros rehenes de la dictadura urugua-ya, entre ellos Raúl Sendic, que fueron el factor aglutinante de lasdispersas fuerzas tupamaras.

EEll PPRRTT sufrió su primera división por la acción deliberada,como demostraremos, de nuestro renunciante (entonces stalinis-ta) y nnoo ssee ppuuddoo rreeuunniiffiiccaarr,, nnoo ppoorr sseerr mmaarrxxiissttaa--lleenniinniissttaa ssiinnooppoorrqquuee ssuuss nnuueevvee pprriinncciippaalleess ddiirriiggeenntteess hhaabbííaann ssiiddoo ffuussiillaaddooss ooddeessaappaarreecciiddooss (salvo Gorriarán). Además, otros cinco cuadros delmismo nivel (Castello, Germán, Fote, Merbilháa y Pujol) tam-bién estaban desaparecidos. Con sus dos Comités Centrales (ele-gidos en 1970 y en 1975), más los cooptados al CC entre 1971 y1975, contando también a los principales cuadros y jefes milita-res, suman alrededor de 100 compañeros (80 de ellos muertos encombate) asesinados o desaparecidos. De los seis mil militantesque llegó a tener, aproximadamente la mitad, o sea tres mil, estánmuertos o desaparecidos (estimación hecha por integrantes delEquipo de Antropología Forense). En vuestro caso, los nueverehenes y muchos otros héroes tupamaros (la palabra es muybreve para poder significar lo que son ustedes, la uso porque no

61

Carta a un Tupamaro

Page 62: Entre Tupas y Perros

tengo otra mejor) estaban vivos. Alrededor de ellos, afortunada-mente, se reunificaron, hecho que nos llenó de profunda alegría.Yo los buscaba justamente por eso, porque pudieron reunificarsey vincularse con su pueblo, para que nos dieran una mano. Si noera a ustedes, ¿a quién debí haber recurrido?

Quisiera hablarle, Eleuterio, de esos otros cinco cuadros.Leandro Fote fue, sin dudas, uno de los mayores dirigentes obrerosde la Argentina. No sólo destacadísimo dirigente sindical azucare-ro y fundador del sindicato de los obreros citrícolas sino, también,diputado obrero, guerrillero urbano y finalmente guerrillero rural.Si no tiene aquel reconocimiento es por el sectarismo de la izquier-da, que no quiere reconocer semejantes méritos en un militanteorgánico del PRT. Leandro venía de Palabra Obrera, debería habersido trosco. Luego no sé, él era Leandro Fote no necesitaba más.Hugo Castello, otro obrero surgido de la fábrica Fíat en Córdoba,como Ledesma, era dirigente de masas y cuadro organizador delPartido, posteriormente miembro del Buró Político, verdaderoanimador, junto con Fote, de la Mesa Sindical del PRT (que coor-dinaba nuestro renunciante). Carlos Germán, que había militadoen el PC, fue un legendario dirigente del proletariado cordobés ymiembro del Buró Político. Bajo su dirección, la RegionalCórdoba se constituyó en la más importante del Partido. El PiquiPujol fue otro gran cuadro del partido. Venía del viejo PRT, unsantafecino que había estudiado en La Plata, expulsado de laUniversidad en el '68, reincorporado, detenido, muy torturado,preso político, cuadro organizador, olfato de masas, brillante ora-dor: ¿qué más se le puede pedir a un compañero? También lequiero nombrar a Eduardo Merbilháa, que si bien no era unhistórico, como los nueve o como Fote, silenciosamente se habíaconvertido en uno de los principales dirigentes, al punto quetodavía hoy Gorriarán y el renunciante se disputan su amistad.Yo pienso que, por la autoridad que había ganado, de haberestado vivo Merbilháa quizás la historia de nuestra divisiónhubiese sido diferente.

Le traigo el recuerdo de esos nombres de nuestros diri-gentes y podría hacerlo con varios más (el Zurdo Ramón RosaJiménez, César Cerbato, el Negrito Berra Crecencio Ibáñez, Mario

62

Daniel De Santis

Page 63: Entre Tupas y Perros

Cacho Delfino, Osvaldo Sigfrido Debenedetti), o el de losCapitanes del ERP (Jorge Carlos Molina, Oscar AsdrúbalSantucho, Guillermo Rubén Pérez, Hugo Alfredo Irurzún, LionelMc Donald, Jorge Arreche, Santiago Hernán Krasuk, JuanMangini, y el Teniente Manuel Negrín, el más veterano guerri-llero rural argentino), para decirle que ninguno de ellos estabanvivos al final de la dictadura. O Eduardo Foti, que padece condignidad las consecuencias de la represión. Tampoco estaba eltambién Capitán Abigail Attademo, Capitán Miguel, Pedro oPanfleto, sobrenombre que sugiere que sería algo dogmático. Peromire usted, hasta donde llegó: al frente de los 70 combatientes dela Compañía de asalto al Batallón de Arsenales de MonteChingolo, les tomó la mitad del cuartel pese a que nos estabanesperando con artillería pesada. Mientras reagrupaba sus fuerzaspara ocupar el resto del cuartel llegaron las tropas delRegimiento 3 de Infantería. En tan delicada situación ensayó uncontraataque para permitir la retirada propia. ¡Qué presencia deánimo! ¡Qué capacidad de mando! ¡Qué experiencia militar! ¡Quéhuevos hay que tener para resolver brillantemente una situacióncomo esa! Un jefe como él y como muchos otros, no se “encandi-laron por la verborragia troscoidal perretista”. Y soy injusto por-que me “olvido” de muchos otros compañeros de similar valor.Usted sabe mejor que yo que los militantes se forman en la líneade la organización. Estos compañeros se formaron en la línea delPRT, que no era verborrágica, ni troscoidal. Sí era perretista y deeso estamos más que anchos de orgullo los que no hemos bajadolas banderas.

Le cuento una anécdota menor para que sopese la verbo-rragia troscoidal perretista y el tipo de partido que era el nuestro,muy distinto al pensamiento Mao uruguayo. Cuando se estabaorganizando el asalto al Batallón de Monte Chingolo, fueronsecuestrados Juan Ledesma, Jefe del Estado Mayor del ERP, quetenía el grado de Comandante y varios compañeros más. Por estehecho, del plan operativo original se suspendió la parte que con-templaba la agitación política entre las masas, que incluía movi-lizaciones con cortes de calles y rutas, tarea a cargo de la estruc-tura política del Partido. En una actitud para nada verborrágica,

63

Carta a un Tupamaro

Page 64: Entre Tupas y Perros

ni burocrática; los cinco miembros del Secretariado de laRegional Sur de Buenos Aires del PRT -dentro de su área de res-ponsabilidad estaba ubicado el Cuartel- participaron de laacción. El responsable militar, como jefe de todas las accionesfuera del Cuartel, el responsable político colaboraba con elmando de la operación y los otros tres, que no habían sido con-vocados, cada uno por su cuenta se “escaparon” para participaren la Batalla de Monte Chingolo, como la llamó Gustavo Plis-Sterenberg, autor de una brillante investigación sobre estoshechos que le recomiendo leer. Tres de ellos cayeron en la Batalla:Jorge Arreche responsable militar, Hugo Colautti responsable deltrabajo legal y Alejandro Bulit, responsable de propaganda.

““LLaa hhiissttoorriiaa ddiiccttóó vveerreeddiiccttoo””

No Eleuterio. No hemos llegado al final de la historia. Lahistoria sigue. La verdadera historia, que se abre paso entre lahistoria oficial de los vencedores y la historia oficial de los renun-ciantes, está escribiéndose. La historia está dictando su veredictocon la publicación de los documentos del PRT-ERP que le reco-miendo leer, con la publicación de La Batalla de Monte Chingolo,cuando se escriba la historia de la Compañía de Monte enTucumán, cuando se investigue el enorme desarrollo de masas delPartido, cuando en toda la Argentina Santucho de diablo se trans-forme en santo, como está ocurriendo en Santiago del Estero, lahistoria dictará otro veredicto. Por ahora seguimos remandocomo podemos. El que yo espero es el veredicto que dicten lospueblos en el próximo auge revolucionario.

LLaass ccaauussaass ddee llaa ddeerrrroottaa

Comenzaremos con un breve repaso de la vida del PRTcorrespondiente al período de su mayor crecimiento. Con lacaída de la Dictadura, la consecuente ampliación de los marcosdemocráticos y la liberación de los presos políticos, el 25 de mayo

64

Daniel De Santis

Page 65: Entre Tupas y Perros

de 1973, el PRT se fortaleció mucho. En los tres años posteriores,de 450 pasó a contar con alrededor de 6.000 miembros orgánicos,sumando militantes del Partido (los que a su vez eran comba-tientes), combatientes del ERP que no eran militantes del Partido(estos nunca llegaron a ser muchos) y los militantes de laJuventud Guevarista. El PRT tenía unos 30.000 simpatizantes ycontactos y se vendían semanalmente y en la clandestinidad másde 10.000 ejemplares de El Combatiente y quincenalmente 14.500de Estrella Roja. De este último, de cada uno de sus cuatro núme-ros legales se vendieron alrededor de 40.000 ejemplares.

El 22 de agosto de ese año, en el primer homenaje a losHéroes de Trelew asistieron, en Buenos Aires, entre diez y quin-ce mil personas al acto realizado en la Plaza Congreso. Los actosunitarios impulsados por el PRT en Córdoba, Tucumán y Saltafueron los más numerosos. A los pocos días en las masivas movi-lizaciones de condena al golpe militar en Chile, varios miles demanifestantes se encolumnaron tras las banderas del ERP. Lossucesivos Congresos del Frente Antiimperialista y por elSocialismo, liderado por el PRT, convocaban cada vez más com-pañeros: seis mil en el cuarto realizado en Sáenz Peña, Chaco15;ocho mil en el quinto, en la ciudad de Córdoba; y finalmente, amediados del ‘74, se llenaron las tribunas y campo de juego delestadio del Club Tiro Federal, en la ciudad de Rosario, con vein-ticinco mil asistentes. Rosario, Buenos Aires y Córdoba aporta-ron el grueso de la concurrencia, pero el impacto lo provocó, yacon el estadio lleno, el ingreso de los dos mil compañeros tucu-manos al grito de: ¡A la lata, al latero, los ranchos tucumanos son for-tines guerrilleros! A lo que la concurrencia respondía: ¡Y ya lo ve, yya lo ve, es el glorioso Perreté!

Hacia 1973, según encuestas de la época, la guerrilla contabacon algo más del 50% de apoyo en la población, principalmenteentre los trabajadores y la clase media. El PRT centró su trabajoorganizativo entre los sectores más dinámicos de las masas, entrelos obreros de las grandes fábricas (en particular en muchas de lasdoscientas cincuenta fábricas con más de quinientos trabajadores),el estudiantado universitario y secundario, en las villas y barriospopulares, en el campesinado pobre del noroeste y el noreste.

65

Carta a un Tupamaro

Page 66: Entre Tupas y Perros

El PRT, junto a sus aliados del FAS, se encontraron con unasituación tremendamente complicada, ya que la guerrilla pero-nista se alineó con el gobierno y con Perón, mientras que elPartido Comunista, que en los primeros meses se mantuvo enoposición al Gobierno, a partir del discurso de Perón del 12 dejunio de 1974 le brindó un apoyo total al ala Gelbard. Con suspoco más de cuatrocientos aguerridos militantes, la mayoría cua-dros con experiencia (pero que casi la mitad recién salía de lascárceles y tenía que reinsertarse entre las masas), debió enfrentaral conjunto de la burguesía que se había unido con el objetivo desalvar al sistema capitalista ante el peligro de la revoluciónsocial. El PRT optó por el camino correcto: apoyar y apoyarse enel impetuoso avance de las masas, su creciente toma de concien-cia, y denunciar y enfrentar la táctica del engaño tramada entrePerón y Lanusse. La actitud consecuente del Partido con susprincipios políticos e ideológicos, llevó a que de entre los sectorespopulares surgieran hombres y mujeres que se incorporaronmasivamente y dieran lugar a su acelerado crecimiento.

La aplicación de esta línea maduró en 1974, un año de unrápido crecimiento y de profunda inserción en el movimientoobrero y con el fogueo de los oficiales y combatientes del ERP encientos de acciones, incluidas dos tomas de cuarteles, una exi-tosa y la otra frustrada. Este crecimiento era consecuencia de lasostenida movilización de masas que se mantenía desde elCordobazo y de la radicalización en la conciencia de cada vezmás amplios sectores populares, en particular la clase obreraindustrial.

Como el PRT visualizaba bastante claramente la complejacomposición de clases sociales de Argentina, en su línea tratabade darle respuestas a todos los sectores que podían enfrentarse encada etapa con el enemigo principal. En primer lugar, partido dela clase obrera, pero no era un partido cerrado ya que por ejem-plo incorporaba en sus filas hasta sacerdotes, uno de ellos llegó aintegrar la dirección de la Regional Córdoba. Tampoco era unpartido meramente “político” ya que todos sus militantes erancombatientes del ERP. Al Ejército no se lo concebía como elbrazo armado del partido sino del pueblo, o sea como un ejército

66

Daniel De Santis

Page 67: Entre Tupas y Perros

popular que pudiera contener en su seno compañeros proceden-tes de distintas clases sociales y de distintas filiaciones políticase ideológicas del campo popular, aún procedente de los movi-mientos y partidos de la burguesía como el peronismo y el radi-calismo, o del cristianismo. Proponíamos una alianza básica entrela clase obrera, el campesinado y la pequeña burguesía urbana consus organizaciones políticas y sociales, y distintos frentes tácticospara ampliar al máximo las alianzas de acuerdo a cada coyunturae intentar aislar al enemigo principal. Así se propusieron, primeroun Frente Antiimperialistas y por el Socialismo y luego distintosfrentes con contenido antiimperialista, democrático, patriótico,antifascista o una combinación de estos contenidos. No éramos unmovimiento pero ello no implicaba carecer de una política abarca-dora de las más amplias capas y clases sociales argentinas. Por elcontrario, el Partido la propiciaba.

La maduración de la que estamos hablando se reflejó en lareunión del CC de setiembre de 1974, en sus resoluciones sobreorganización y en el folleto Poder burgués poder revolucionario. Enél Santucho realizó un planteo muy audaz, que siempre fue muyelogiado pero que, indirectamente, recibió críticas vergonzantesluego de la derrota revolucionaria. Desde nuestro punto de vistaSantucho estuvo a la altura de los grandes líderes revolucionariosen situaciones similares:

“Las tendencias de la lucha de clases argentina que se veníanmarcando cada vez más nítidamente apuntando hacia el fin delproyecto populista, y el comienzo de un período de grandesenfrentamientos de clase, han comenzado a cristalizar a partir delmes de julio de 1974. Perón, líder de masas, pese a su intransi-gente defensa de los intereses capitalistas conservaba aún algunainfluencia sobre sectores de nuestro pueblo. Poseía autoridad,experiencia y habilidad para mantener a flote el desvencijadobarco del sistema capitalista en el tormentoso mar de la luchaobrera y popular; y había logrado restablecer trabajosa y preca-riamente el equilibrio con la maniobra táctica del 12 de junio. Poreso es que su muerte colocó a la burguesía ante la necesidad deadoptar de inmediato definiciones políticas -que explotadores y

67

Carta a un Tupamaro

Page 68: Entre Tupas y Perros

opresores deseaban postergar aún por unos meses- con la consi-guiente agudización de la crisis interburguesa. Este fenómeno, unnotable impulso del auge de las masas, y un fortalecimiento ace-lerado de las fuerzas revolucionarias, políticas y militares, se com-binan para configurar el inicio de una etapa de grandes choquesde clases, antesala de la apertura de una situación revolucionariaen nuestra Patria. En otras palabras, entramos en un período degrandes luchas a partir del cual comienza a plantearse en laArgentina la posibilidad del triunfo de la revolución nacional ysocial, la posibilidad de disputar victoriosamente el poder a laburguesía y al imperialismo. Pero apertura de una situación revo-lucionaria (...) no quiere decir que ello pueda concretarse deinmediato (...) Ese período -que debe contarse en años- será mayoro menor en dependencia de la decisión, firmeza, espíritu de sacri-ficio y habilidad táctica de la clase obrera y el pueblo, del gradode resistencia de las fuerzas contrarrevolucionarias, y fundamen-talmente del temple, la fuerza y capacidad del Partido proletariodirigente de la lucha revolucionaria.”

La primera mitad del año 1975 fue de grandes triunfospopulares y del PRT y el ERP en particular. A principios de esteaño Santucho, en el editorial de El Combatiente del 7 de abril,titulaba Nítidas luchas político-revolucionarias y analizaba que:

“los meses de febrero y marzo de 1975 han mostrado clara-mente el nuevo carácter de la lucha de clases, el nuevo carácter delpotente auge revolucionario de la clase obrera y el pueblo argentinoy de los propósitos y límites del accionar de las fuerzas contrarre-volucionarias. El fracaso del gobierno peronista, la gravísima cri-sis económica y la experiencia de lucha y grado de organizaciónadquiridos por nuestro pueblo particularmente en los últimosaños, ha dado un nuevo contenido a los actuales combates obrerosy populares (...) En cuatro frentes principales se está hoy comba-tiendo y en ellos es posible comprobar fácilmente que se trata deenfrentamientos políticos, de fondo revolucionario. En el IngenioLedesma de Jujuy, en los departamentos de Famaillá, Monteros yChicligastas de Tucumán, en la ciudad de Córdoba y en las ribe-ras del Paraná, la clase obrera y el pueblo se bate vigorosamente

68

Daniel De Santis

Page 69: Entre Tupas y Perros

con todos sus recursos y motorizado por las fuerzas revoluciona-rias, frente a los personeros del capitalismo que empeñan tambiéngran parte de sus fuerzas (...) Para comprender cabalmente elmomento político que vive nuestra Patria es muy importantetener claro que estos cuatro frentes son las trincheras avanzadasdel combate político-revolucionario (...) son los primeros choquesde una lucha por el poder, de una verdadera lucha revolucionariaque comienza a tomar fuerza de masas (...) El carácter político dela lucha y la existencia de dinámicas fuerzas revolucionarias polí-ticas y militares le ha dado consistencia al campo popular y exten-derá los combates mucho más allá de su desenlace inmediato.”

Seis días después de publicado este editorial, el ERP reali-zó, en las cercanías la ciudad de Rosario, la más grande e impor-tante acción militar exitosa de todo el período revolucionario ini-ciado con el Cordobazo, tal como podemos leer en el periódicodel ERP Estrella Roja: “Reverdeciendo los gloriosos laureles deSan Martín, en las históricas barrancas del Paraná, que fueranescenario de aquel victorioso combate de la guerra de nuestra pri-mera independencia, la Unidad Combate de San Lorenzo del ERPescribió una vibrante página militar, cubriéndose de gloria en eltriunfal ataque al batallón de Arsenales 121 del ejército opresor”.Lo que hizo más resonante el triunfo de las armas del pueblo fueque los militares lograron montar el sistema de defensa delCuartel, pese a lo cual el ERP logró todos sus objetivos, derro-tando en combate abierto a las fuerzas enemigas. Curiosamenteeste hecho de armas no se encuentra o se encuentra muy dismi-nuido en los analistas que se han dedicado a opacar o destruir lahistoria del PRT.

A los cuatro frentes principales que mencionaba Santuchose le sumarían en los meses de junio y julio, luego de años de pre-paración, las luchas del proletariado de Buenos Aires que llegabacon retraso pero con una acelerada toma de conciencia políticarevolucionaria y con toda la significación de su enorme pesonumérico. En estas movilizaciones, conocidas como las Jornadasde junio y julio, que se dieron en todo el país al calor de las discu-siones por los Convenios Colectivos de Trabajo, jugaron un papel

69

Carta a un Tupamaro

Page 70: Entre Tupas y Perros

dirigente las Coordinadoras de Gremios en Lucha, constituidaspor militantes del sindicalismo clasista y entre ellos, jugando enla mayoría de los casos un papel dirigente, los militantes del PRT,de Montoneros y de la OCPO. Las luchas obreras de este año, conpeso decisivo en las que se dieron hasta el mes de agosto, suma-ron 25 millones de jornadas de huelga, superando en número atodas las realizadas en América Latina en la década16.

En el intento de ampliar las libertades democráticas soste-nidas por las luchas recientes, el PRT adoptó tardíamente la pro-puesta de convocar una “Asamblea Constituyente Libre ySoberana”. Mientras tanto Montoneros impulsaba la “Renunciade Isabel Perón y Elecciones Libre en 60 días”, y el PC clamabapor un “Gobierno de Amplia Coalición Democrática CívicoMilitar”. Las principales organizaciones del campo popular tení-an distintas propuestas y no llegaron a coordinar una políticapara darle a ese enorme estado de movilización obrera y popularuna salida política. Santucho, consecuente con su lucha por launidad, había titulado el editorial de El Combatiente y a la vezinforme al CC ampliado: Ante las posibilidades democráticas Forjary Fortalecer la Unidad. Las consignas eran distintas pero no anta-gónicas, las tres estaban en el terreno democrático, explicabaSantucho.

Al no lograrse la unidad del campo popular y decaermomentáneamente el accionar de la guerrilla, al no lograr “unirla lucha reivindicativa a la lucha democrática y formular, progre-sivamente, un único programa democrático y reivindicativo, queexponga sintéticamente las principales aspiraciones del puebloargentino (...) en la perspectiva de un extenso Frente Democrá-tico y Patriótico”, comenzó un decaimiento en las movilizacionestal como lo observó correctamente el Partido en un artículo delBoletín Interno del 25 de setiembre titulado Por qué no se ha con-cretado la movilización. Este boletín, cuyas ideas hemos resumidoal inicio del párrafo, concluía que:

“Tal como se desarrolla en el editorial de EC nº 184 y como loseñala el informe de la situación de las masas del último CE, elestado de ánimo de las masas, si bien es favorable para el trabajo

70

Daniel De Santis

Page 71: Entre Tupas y Perros

revolucionario, para organizar y preparar grandes movilizaciones,éstas ni se mantuvieron ni se ampliaron en relación a las de junio-julio, lo que produjo una relativa calma para las fuerzas enemigas.No se concretaron las contundentes movilizaciones generales quese requerían para forzar una situación de legalidad. Tampoco elPartido supo incidir lo suficiente en las masas como para influiren su estado de ánimo y en la lucha; y si se hizo, fue sólo en algu-nos lugares, como en Córdoba, donde se logró la destitución delinterventor fascista Lacabanne, pero no lo suficiente como paraincidir en el conjunto del país.”

Como causantes del retroceso en las movilizaciones esnecesario considerar dos hechos. Uno, la división del puebloentre una numerosa vanguardia social, que se identificaba con lasorganizaciones revolucionarias (integrada por la clase obreraindustrial, gran parte del estudiantado universitario, elevadoporcentaje de la población de algunos centros urbanos comoCórdoba y Villa Constitución y muchos barrios de otras ciudadesmuy politizados y algunas regiones particulares como la pobla-ción rural de Tucumán) y el grueso de la población, que mante-nía expectativas en el gobierno peronista y en Perón. El otro, ycomplementario con el anterior, el aislamiento de la clase obreraindustrial, por el agotamiento de las clases aliadas y el aniquila-miento de sus dirigentes.17

MMoonnttee CChhiinnggoolloo

En este contexto nacional, el ERP realizó, el 23 de diciem-bre de 1975, el asalto al Batallón de Arsenales de MonteChingolo, ubicado a menos de 20 km. de la casa de Gobierno. Elobjetivo militar que se perseguía era el siguiente: “De acuerdo alo que se sabía de seguro que había, y a la capacidad instalada denuestros depósitos, se pensaba sacar: 900 FAL con 60.000 tiros,100 M-15 con 100.000 tiros, 6 cañones antiaéreos automáticos de20 mm. con 2.400 tiros, 15 cañones sin retroceso con 150 tiros, ita-lasas con sus proyectiles, 150 subametralladoras, etc., totalizando

71

Carta a un Tupamaro

Page 72: Entre Tupas y Perros

aproximadamente unas 20 toneladas”. Desde el punto de vistaoperativo: “Se consideraba posible cumplir ese objetivo aislandopor varias horas el Cuartel mediante el corte de los 9 puentescarreteros del Riachuelo y las dos rutas La Plata-Capital Federal,únicos accesos para los refuerzos militares enemigos, y neutrali-zando las Comisarías principales con ataques de hostigamiento.Además se estableció un cordón defensivo en las calles principa-les de acceso, a una distancia aproximada de 2.000 metros delArsenal”.18

El principal objetivo político era dificultar y retrasar losplanes golpistas del Partido militar. Una acción revolucionaria detamaña envergadura, si resultaba exitosa, obligaría a los milita-res a una mayor preparación del golpe y podría alentar la movi-lización de masas, lo que también dificultaba los planes enemi-gos. Como es conocido, ese día se produjo el mayor encuentro dearmas entre la burguesía y el proletariado de toda la historiaargentina. De la derrota sufrida por nuestras fuerzas y de las crí-ticas a nuestros dirigentes se han escrito páginas que consumie-ron ríos de tinta. Pocos se detuvieron a analizar en detalle lo ocu-rrido en la ahora denominada Batalla de Monte Chingolo porGustavo Plis-Sterenberg en su libro que precisamente lleva estenombre. Del relato de Gustavo surge un tipo de militante y untipo de organización revolucionaria de nuevo tipo (muy alejadadel marxismo-leninismo pensamiento Mao) que sólo se pudo for-jar, como ya le he dicho antes y usted lo sabe por su experiencia,por una línea política también revolucionaria y de nuevo tipo. Loque aquí nos importa decir es si esta acción estaba justificada políti-camente y si se inscribía en la línea del PRT o se debía a que los diri-gentes del PRT “a esta altura estaban perdiendo totalmente la con-ciencia, la iniciativa y entraban en la desesperación”19, como afirmael renunciante en el libro que usted cita. Respecto a lo primero esnecesario considerar todos los elementos de la realidad y no hacerlobajo un corte populista de la misma. Respecto a lo segundo creo quesignificaba un necesario salto en el desa-rrollo de la guerra y de lasfuerzas militares revolucionarias, opiniones que paso a exponer.

La mayoría de los análisis del período critican la continui-dad de la lucha armada bajo un gobierno constitucional pero,

72

Daniel De Santis

Page 73: Entre Tupas y Perros

esos análisis, no mencionan un hecho determinante en la situa-ción política, tan o más importante que la enorme fiesta popularque significó la asunción del presidente Cámpora, representantede Perón y del ala progresista del peronismo (y su punto culmi-nante con la liberación de los presos políticos el 25 y 26 de mayo).Nos referimos a la “Masacre de Ezeiza”, el 20 de junio de 1973, asólo veintiséis días de asumido el nuevo Gobierno. Ese día, pararecibir a Perón que regresaba del exilio, se realizó la movilizaciónde masas más grande de toda la historia argentina, alrededor dedos millones de personas. La derecha peronista, responsable de laorganización del acto, planificó y ejecutó una verdadera embos-cada a las enormes columnas de Montoneros y la Juventud Peronistay en realidad contra todos los asistentes al acto. Desde el palco ydesde distintos puntos elegidos tácticamente se lanzó una lluvia dedisparos, con armamento de guerra, sobre la masa indefensa. ¡Lamisma cúpula peronista masacró a sus propios simpatizantes! Perón,jefe del peronismo, realizó declaraciones esa misma noche avalandocompletamente la matanza. Decir esta verdad es muy difícil en laArgentina, ya que se nos responde con una suerte de terrorismo ide-ológico. Les respondemos: ¡no nos crean a nosotros, lean a Perón!

Este hecho marcó el inicio de la contraofensiva derechistacontra las fuerzas populares que la habían tomado el 29 de mayo de1969 con el Cordobazo. El BP del Partido, debido a varios hechos designo progresista del gobierno, consideró la posibilidad de suspen-der la continuidad de las acciones militares, posibilidad descartadadespués de Ezeiza. Decisión reforzada luego de consumado el auto-golpe contrarrevolucionario del 13 de julio de 1973, que derrocó aCámpora, a sólo cuarenta y nueve días de asumido el nuevoGobierno. De todas maneras el ERP no realizó ninguna acciónarmada durante el Gobierno de Cámpora, ni luego de derrocadoeste, hasta el mes de setiembre, pese a que nuestro compañeroEduardo Giménez, mientras realizaba una pegatina, fue detenido yasesinado el 29 de julio. Es necesario remarcar la verdad histórica yaque, muy superficialmente, casi todos nuestros críticos no se tomanel trabajo de investigar los hechos y nos achacan haber realizadoacciones durante el Gobierno de Cámpora y soslayan a la Masacrede Ezeiza.

73

Carta a un Tupamaro

Page 74: Entre Tupas y Perros

Los análisis que ven en Monte Chingolo las causas de laderrota, parten de los mismos supuestos que los que critican lalucha armada revolucionaria. El más utilizado es que: las masasno habían madurado lo suficiente. Por lo tanto, no era el momen-to, se debía esperar. Para los críticos nunca llegará el momento dela lucha con la esperanza infantil de que las masas le saquen lascastañas del fuego. En cambio, para la concepción guevarista hayuna relación, si me permite, dialéctica entre lucha de masas ylucha armada, en la que una se alimenta de la otra. En particular,nuestros críticos no tienen en cuenta que se trataba de una granacción de cuyo resultado dependía la situación política posterior.Un éxito hubiese fortalecido política y orgánicamente al Partidoy al ERP, hubiese multiplicado al menos por 10 su poder defuego, se podrían haber armado varias compañías en la zona rural-hombres y mujeres dispuestos había- y completado el armamen-to de todas las urbanas. Pero la afirmación que puede resultarmás controvertida, que está en la esencia de la línea del PRT y enla del guevarismo, es que una acción victoriosa en ese momentohubiese repercutido favorablemente en el estado de ánimo de lasmasas, fortaleciendo políticamente al conjunto del movimientorevolucionario.

Debemos recordar que en la otra región estratégica, elmonte, habíamos sufrido pocos meses antes, el 28 de mayo, unaderrota en el plano político aunque, paradójicamente, un triunfomilitar. El ERP, por intervención de su Compañía de Monte(reforzada), se dirigía al departamento de Famaillá, en laProvincia de Tucumán, donde estaba asentado el ComandoTáctico de la V Brigada del ejército enemigo con el objetivo detomarlo completamente. Para ello debió salir del Monte o seaoperar en terreno desfavorable. En la marcha de aproximación,en el paraje llamado Manchalá, la cabeza de la columna fue ata-cada por fuerzas enemigas. La actuación de los combatientes yoficiales del ERP fue muy destacada ya que, pese a la sorpresa,batieron a las fuerzas enemigas y se retiraron ordenadamente.Pero esta suerte de emboscada enemiga abortó los objetivos de laacción. Este desenlace negativo del proyectado copamiento delComando Táctico y una línea táctica errada que había fijado la

74

Daniel De Santis

Page 75: Entre Tupas y Perros

guerrilla al terreno, sobre la cual no nos vamos a referir ahora,llevaron a que el ERP perdiera la iniciativa militar en la Regióny con ella la política. Por su parte no había sido completamenteexitosa la mayor acción militar llevada adelante por losMontoneros. El 5 de octubre de 1975 se ocupó parcialmente y serecuperó importante armamento del Regimiento de Infantería deMontaña n° 29 con asiento en la ciudad de Formosa, cercana a lafrontera paraguaya.

Anteriormente sólo hemos detallado algunos de los hechosmás importantes, los que dan cuenta de un año de enormes avan-ces y de un despliegue inusitado de las fuerzas revolucionarias,políticas y militares, de las masas y de la vanguardia (debemosagregar que Montoneros y otras fuerzas revolucionarias se mos-traban muy activas en el plano militar y en la acción de masas)pero que no habían culminado en la unidad de los revoluciona-rios y del campo popular sino que este seguía dividido, lo que nopermitió explotar al máximo la situación favorable generada porlas masas en las jornadas de junio y julio. En este contexto polí-tico y militar se inscribe la decisión del PRT, en todo de acuerdocon la tradición revolucionaria mundial: llaa aassppiirraacciióónn aa mmaannttee--nneerr llaa ooffeennssiivvaa. Dentro de esta concepción hay que analizar ladecisión de realizar la ocupación del Comando Táctico de la VBrigada en Tucumán y la toma del Batallón de Monte Chingoloen el Gran Buenos Aires.

Sólo después de ocurridas las dos derrotas del ERP, unapolítica en el Monte Tucumano, y la derrota militar y política deMonte Chingolo, y de un éxito parcial de Montoneros enFormosa, a las que debemos agregar el desbaratamiento a media-dos de febrero de 1976 del intento del ERP de abrir un segundofrente rural en El Cadillal, al norte de la ciudad de Tucumán y,de un primer frente, en la misma zona y en el mismo momento,por parte de Montoneros; repito sólo después de estos hechos,hubiese sido correcto prever que el retroceso en las movilizacio-nes de los últimos meses de 1975 se podía convertir en un reflu-jo de masas, producto del golpe militar que se esperaba. Se reque-ría realizar un análisis muy valiente y descarnado de la situaciónen aquel momento (ahora es muy fácil), pero a su vez muy difícil

75

Carta a un Tupamaro

Page 76: Entre Tupas y Perros

de realizar por verdaderos revolucionarios que habían logrado,debido a su espíritu de ofensiva, hacer avanzar las luchas hasta laspuertas de un situación revolucionaria. Este hipotético análisis noshubiese indicado que el golpe militar en lugar de provocar unnuevo auge hubiese producido el efecto contrario. Esta conclusiónhay que sostenerla con firmeza pero con voz muy serena, conmucho respeto por los compañeros que tuvieron esa responsabili-dad porque ellos, desde hace muchos años, no tienen voz.

AAnnttee eell ggoollppee mmiilliittaarr

En varios documentos del Partido se afirmaba que en laArgentina se vivía un auge ininterrumpido del proceso revolu-cionario iniciado en 1969 con el Cordobazo, y que este se sosten-dría por el desarrollo de las fuerzas revolucionarias políticas y enparticular militares. Nuestro renunciante, en su libro Hombres yMujeres del PRT-ERP, atribuye la visión de un auge ininterrum-pido al contenido positivista (sic.) del pensamiento de Santucho.A nuestro entender este concepto provenía, más que de un aná-lisis lógico, de una generalización de las revoluciones China,Cubana y Vietnamita, las que eran tomadas como ejemplos derevoluciones donde se había seguido un proceso de guerra popu-lar prolongada, en los que la lucha de las masas se habían soste-nido en las fuerzas militares de la revolución.

Coherente con esta concepción, al producirse el golpe del24 de marzo, el Comité Central que se reunió inmediatamente,llegó a la conclusión de que la ofensiva militar era un paso másen la espiral represión-resistencia, la que se quebraría en elmomento en que las fuerzas populares y revolucionarias supera-ran a las del sistema. En consecuencia se redactó un llamamien-to en el que se instaba a los “¡Argentinos a las Armas!”. En él seanalizaban las características de la dictadura y se concluía que:“No se trata de un régimen provisorio (...) Es el tipo de gobiernodefinitivo que se dan las fuerzas burguesas-imperialistas paraluchar contra las fuerzas revolucionarias argentinas”.20 En lamisma proclama Santucho puso especial acento en el elemento

76

Daniel De Santis

Page 77: Entre Tupas y Perros

principal y permanente de su concepción revolucionaria: la nece-sidad de fortalecer y mantener unido al Partido. Decía al respec-to: “Y hoy más que nunca, la principal de nuestras tareas, la quegarantizará avances consistentes en todos los aspectos de la acti-vidad revolucionaria, es la construcción del Partido, su consoli-dación y desarrollo, su fortalecimiento incesante”. Ya veEleuterio, no hace falta demostrar que en el centro de nuestraconcepción se encuentra la idea del partido revolucionario, aquíSantucho lo reafirma, una vez más, en forma contundente.

Pero más interesante resulta leer el párrafo con que el Robiculmina el llamamiento, con el que seguramente usted estará deacuerdo y que nuestro renunciante olvidó dos años después.Cuando muchos años después volví a leer el párrafo que voy acitar me causó una viva impresión, sentí que Santucho estabaexpresando un mandato, y a la vez una clara visión del futuro quese avecinaba, ya que era probable que él y otros dirigente cayeranen la lucha pero que la continuidad estaría dada por la unidad entorno al CC, y así lo creíamos firmemente. Leamos con qué con-vicción lo expresaba: “EEssttrreecchhaammeennttee uunniiddooss eenn ttoorrnnoo aall CCoommiittééCCeennttrraall, siguiendo el elevado y poderoso ejemplo de nuestroshéroes y mártires, los militantes del PRT cumpliremos cabal-mente y con honor nuestras misiones revolucionarias”.

En los dos meses siguientes al golpe, la imposibilidad deaplicar la línea votada y una serie de caídas de importantes cua-dros del Partido y la pérdida de grandes recursos materiales,hicieron comprender a Santucho que se había cometido un “errorde apreciación táctica que nos debilitó en lo ideológico y en loorgánico. En lo ideológico en cuanto dificultó el enraizamientode la concepción de guerra prolongada, y en lo orgánico en cuan-to no nos orientamos con máxima energía a simplificar el apara-to y volcar más compañeros a los frentes de masas”.21 El error con-sistía en no haber previsto el reflujo del movimiento de masas.Inmediatamente se reunió el CE, se modificó la línea táctica, lacual consistió en replegar al Partido y al ERP, una reducción gene-ral de los aparatos nacionales, y de la Compañía de Monte, dirigirel trabajo de esos compañeros hacia las masas, suspender las gran-des unidades militares y por lo tanto las grandes acciones, pero

77

Carta a un Tupamaro

Page 78: Entre Tupas y Perros

manteniendo activos los comandos guerrilleros ya que “el accio-nar guerrillero mantendrá viva la llama de la resistencia popu-lar... porque en el presente período la lucha armada ocupa el cen-tro de la lucha política, es y será el eje de la política nacional”.22

En un intento por fortalecer al Partido en lo orgánico, entreotras cosas, se resolvió democratizar su vida interna, para lo cualdebían ser elegidos por la base todos los responsables de las célu-las, elegir en plenarios estatutarios las direcciones zonales yregionales (los Estatutos contemplaban estas elecciones peromuchas veces no se cumplían). El CC había sido elegido en agos-to de 1975, por un Comité Central Ampliado, previo plebiscito enla base del Partido consultada sobre la suspensión del VICongreso. Santucho siempre estuvo muy atento a la democraciainterna, esto es de mucha importancia, porque un partido decombate en el que no hay posibilidad de obtener bienes materia-les y en el que la mayor responsabilidad trae como consecuenciamayores riesgos y compromisos, no está ajeno al surgimiento dedesviaciones como el burocratismo, el culto a la personalidad y laobsecuencia. Estas desviaciones, en germen, estuvieron presentesen la aceptación pasiva del error de Santucho por el ComitéCentral y luego del conjunto del Partido de lo resuelto por el CC.

Santucho no desfallecía ante las crecientes dificultades,miraba con optimismo el presente y, sin dudas, con mucho rea-lismo percibía la aparente contradicción entre el reflujo de lasmasas y la creciente toma de conciencia de las mismas. A partirde los nuevos análisis proponía, como corresponde a un revolu-cionario, nuevas tareas:

“En aparente contradicción con el reflujo, las masas vivenuna intensa vida política de características profundas y singula-res (...) las masas obreras y populares van dejando de ser merasespectadoras del choque entre la guerrilla y las fuerzas represivasy comienzan a tomar partido activamente por los revoluciona-rios. Al mismo tiempo amplias capas de proletariado y el puebloacrecientan su interés por el socialismo, comienzan a considerarseriamente la necesidad y la posibilidad de un profundo cambiode sistema. Y una nueva vanguardia obrera y popular, mucho

78

Daniel De Santis

Page 79: Entre Tupas y Perros

más amplia que la anterior irrumpe en la política nacional (...)Educar y formar esa nueva vanguardia, en el curso de la resis-tencia a la dictadura de Videla, transmitirle la rica experienciaacumulada, aprender de ella, renovando con su fresco y vigorosoimpulso las estructuras revolucionarias, es una de las misionesfundamentales de la reciente ‘promoción’ de templados cuadrosque se forjó en los primeros seis años de guerra revolucionaria.”23

Pero que Santucho no tenía una visión estrecha de la polí-tica revolucionaria y que no se plantaba ante ella con una actitudsectaria para nosotros siempre estuvo claro. El ERP desde su fun-dación venía levantando una consigna que proponía la unidad delas organizaciones revolucionarias. Cuando esta unidad estaba alas puertas de concretarse nos transmitió su enorme entusiasmo,en su penúltimo escrito que acabamos de citar. Bajo el subtítulode “Un gran paso unitario” y a continuación de la frase antes cita-da escribió:

“Esta gran tarea se verá considerablemente facilitada por losrecientes avances unitarios en el campo revolucionario que noshan colocado ante la posibilidad real e inmediata de construiruna organización frentista integrada por el PRT, Montoneros yPoder Obrero, que unifique la lucha antidictatorial y encauce untranscendental proceso hacia la completa unidad política y mili-tar de las organizaciones revolucionarias proletarias y populares(el partido de la clase obrera, el ejercito popular y el frente deliberación nacional). Dar este paso significará iniciar un procesode convergencia quizás complejo, pero de un positivismo difícilde exagerar.”

Luego analizaba el impacto que este hecho tendría en elánimo de las masas, la repercusión a nivel internacional y dabauna serie de recomendaciones para que este paso no se frustrara.El CE del Partido había resuelto que Santucho saliera del país.Este solicitó quedarse unos días más para dejar firmado el acuer-do unitario, porque temía que diferencias secundarias pudieranfrustrarlo. Insistía en que si se podía realizar un acuerdo que

79

Carta a un Tupamaro

Page 80: Entre Tupas y Perros

condujera a concretar los tres ejes estratégicos antes menciona-dos (partido, ejército y frente) era aconsejable, si era necesario,ceder en los demás puntos. Ponía como ejemplo el hecho de queMontoneros impulsaba una CGT en la Resistencia y nosotros noacordábamos con ella. Es así que Santucho, además de un héroey mártir de la revolución, lo fue también de la unidad de losrevolucionarios.

El conjunto de resoluciones que rectificaban la línea nuncapudo ser aplicado plenamente, porque el enemigo fue asestandogolpe tras golpe. Poco antes del 19 de julio habían caído elComandante Juan Manuel Carrizo y Eduardo Castello. La caídade Santucho originó un estado de sospecha entre los dirigentesque nos desviaron de la tarea central, que era reorganizar alPartido con la táctica de repliegue. En los meses siguientes caye-ron, junto a muchos compañeros, otros importantes dirigentes:Eduardo Merbilháa, Carlos Germán, Leandro Fote y NorbertoPujol, lo que nos impidió reorganizarnos eficazmente. Esto llevóa que un error que se apreciaba como táctico se convirtiera enestratégico.24 Queremos insistir sobre esta conclusión: el errorque llevó a la desarticulación del PRT, luego de haber realizadolos mayores esfuerzos en mantener la ofensiva, fue no prever, ysobre todo no ver, el reflujo de masas en los términos en que lohemos expuesto. Incluso en junio/julio de 1976 se estaba a tiem-po de rectificar el rumbo, lo que no se pudo concretar por la caídade Santucho y los demás compañeros. En muchos balances deesta experiencia se pone el acento en que la equivocación fuehaber continuado la lucha armada durante el gobierno peronista,o, como veremos, que no fuimos suficientemente marxistas-leni-nistas. Nosotros ya hemos dado nuestra opinión. Para ser conse-cuentes con la teoría del conocimiento del marxismo debemosdecir que lo primero es un hecho objetivo: muertos, desapareci-dos, pérdidas materiales, derrota, exilio, división, desintegracióncomo fuerza política. Lo segundo es un análisis político que notiene en cuenta que aquellos grupos revolucionarios que apoya-ron al gobierno peronista corrieron nuestra misma suerte. Encambio, el punto en común a todas las organizaciones revolucio-narias fue no ver el reflujo de masas y replegarse a tiempo. Por su

80

Daniel De Santis

Page 81: Entre Tupas y Perros

parte la insuficiencia de marxismo-leninismo es una abstracciónque no dice nada.

Desde el 20 de junio de 1973, con la masacre de Ezeiza,hasta Monte Chingolo, la lucha de clases había tomado contornosmuy definidos: de un lado la gran burguesía y el imperialismo consu Partido militar, el peronismo burgués y burocrático, la mayoríade la dirigencia radical y las demás formaciones políticas de laburguesía; del otro la clase obrera, fundamentalmente la indus-trial de las grandes fábricas, el sindicalismo clasista con susCoordinadoras de Gremios en Lucha, las Ligas Agrarias, los curasdel tercer mundo, los cristianos por el socialismo, el peronismorevolucionario, dignas individualidades del radicalismo y de otrospartidos burgueses, la intelectualidad revolucionaria, gran partedel estudiantado universitario y las organizaciones revoluciona-rias que los acaudillaban. Los dos polos de la lucha de clases sedisputaban los sectores intermedios de las masas. En la resoluciónde esta lucha jugó un gran papel a favor de la burguesía el pero-nismo burgués y burocrático. Las fuerzas revolucionarias pusie-ron todas sus fuerzas por mantener la ofensiva iniciada con elCordobazo y esas fuerzas mantuvieron la disputa hasta finales de1975. Valoro como absolutamente correcto haber aceptado el desa-fío. Disputa que a nuestro entender comenzó a definirse en lasegunda mitad del año 1975 por los motivos enunciados.

Como acaba de leer, Eleuterio, en mi opinión, la derrota delas fuerzas revolucionarias y de las masas argentinas se dio en elterreno de la lucha política, no en el ideológico. A esta altura delanálisis es legítimo preguntarse si el agotamiento de los sectoresaliados del proletariado y luego del proletariado mismo se produ-jo por la táctica del engaño de la burguesía con el Gran AcuerdoNacional, la acción terrorista de los paramilitares, la cuña metidapor Perón y el peronismo burgués y burocrático entre el grueso dela población y sus sectores sociales de vanguardia, los fracasos delas últimas y más importantes acciones guerrilleras, o una combi-nación de ellos y otro factor de suma importancia que hemos men-cionado, la división en la vanguardia. Pero como nuestra inten-ción no es dar una respuesta cerrada, y para que el balance nossirva como guía ante posibles futuras situaciones revolucionarias,

81

Carta a un Tupamaro

Page 82: Entre Tupas y Perros

le cedemos la palabra a Santucho quien, en su último escrito, nosdejó como enseñanza cuál debe ser la actitud de un revoluciona-rio ante las más grandes dificultades:

“Pero los profundos cambios que registra la realidad nacionalno provienen de una evolución lineal e incruenta. Como todoproceso revolucionario se viene desarrollando en espiral, conavances y retrocesos, en tendencia siempre ascendente, y a costade sensibles pérdidas. Como dijo Mao Tsé Tung ‘luchar, fracasar,volver a luchar, volver a fracasar, volver a luchar hasta la victoria’es una ley de la lucha revolucionaria. En la guerra de nuestra pri-mera independencia los ejércitos patrios intentaron avanzar dosveces por Bolivia hacia Perú, hasta descubrir el triunfal caminode Chile; Bolívar, a su vez, fue 4 veces vencido en Venezuela y 4veces se exilió, hasta encontrar en su quinto intento el camino dela victoria definitiva. Así ocurre y ocurrirá en nuestra guerrarevolucionaria. Cada paso adelante ha sido conquistado atrave-sando pruebas y errores, sufriendo dolorosas pérdidas (...) Y eneste momento de reflujo de las masas (...) las fuerzas revolucio-narias podrán analizar serenamente las experiencias, ‘hacer unalto en el camino’, reagrupar, reorganizar y consolidar el poten-cial revolucionario para estar en condiciones de aportar vigorosay organizadamente para la máxima extensión y potencia del pró-ximo auge obrero-popular.”25

RReessppuueessttaa aa llaa ssuuppuueessttaa ccoolloonniizzaacciióónn ddeell MMLLNN ppoorr eell PPRRTT

Una primera respuesta que, creo, casi nos eximiría deotros comentarios es que usted nos acusa de haber introducidoen el MLN una concepción política que no tiene absolutamentenada que ver con la nuestra. Muy difícilmente nosotros hayamospodido introducir en el movimiento tupamaro esa concepciónllamada marxismo-leninismo pensamiento Mao ya que nos eracompletamente ajena y hasta antagónica con la nuestra.

82

Daniel De Santis

Page 83: Entre Tupas y Perros

MMaarrxxiissmmoo--lleenniinniissmmoo ppeennssaammiieennttoo MMaaoo

Usted nos vincula a esa ideología denominada marxismo-leninismo pensamiento Mao, con la que nosotros no tenemos nadaque ver, mucho menos que ustedes, ya que entre 1964 y 1965 for-maron un Coordinador con compañeros de esa tendencia ideoló-gica y algunos regresaron al MLN y llegaron a la dirección tupa-mara, como usted mismo lo informa. Nosotros no estamos vincu-lados ni histórica ni ideológicamente con ese pensamiento. Esmás, aquí en la Argentina también existe esa corriente y tiene, almenos, dos vertientes bien definidas las cuales nunca tuvieronnada que ver con nosotros, ni nosotros con ellos. Por lo queconozco, he leído y comprobado en la militancia práctica, esascorrientes se parecen a lo que usted describe en sus críticas de losgrupos que ocuparon la dirección del MLN después de 1972.

En cambio nosotros no hablábamos de construir un parti-do, lo construimos. Fundamentalmente, en el proletariado de lasgrandes fábricas, para ello antes nos tuvimos que desprender dellastre morenista que se negaba a tomar en sus manos la luchapolítica y condenaba a la organización a un tímido sindicalismocombativo. Nosotros no hablábamos de construir un ejército,aquí también tuvimos que derrotar teóricamente al morenismo,que en algún momento llegó a coquetear con la lucha armadapero que le tenía terror pánico a efusión de hemoglobina. Enenero de 1969 iniciamos la lucha armada revolucionaria y fuimosconstruyendo esa fuerza militar al calor del combate armado. Enjulio de 1970 fundamos el ERP. Teníamos un semanario partida-rio El Combatiente y una revista quincenal del ERP, el EstrellaRoja. A través de ellos se homogeneizaba la línea política y lalínea militar, no la ideología, al menos en el sentido que usted lausa. En ellos se reflejaba la historia de lucha de nuestro pueblo yla lucha de otros pueblos del mundo. Para nosotros no había con-tradicción entre el internacionalismo proletario, el latinoameri-canismo y la lucha nacional. En las reuniones importantes se can-taban el Himno Nacional Argentino, La Internacional y laMarcha del ERP, y eso nunca se vivió como una contradicción. La

83

Carta a un Tupamaro

Page 84: Entre Tupas y Perros

bandera del Partido era roja con la sigla PRT en negro, la bande-ra del ERP combinaba los colores de la bandera de San Martíncon la estrella roja del socialismo. Lo que nunca nos sentimos fuenacionalistas, no adheríamos a la artificial línea Rosas-Irigoyen-Perón, ni a la de Mitre y Roca. Antiimperialistas si, latinoameri-canistas también, que teníamos un proyecto para la NaciónArgentina seguro, que éramos argentinos y no rusos, ni chinostambién, que metíamos las raíces en lo más profundo de nuestrahistoria no lo dude. Si hasta en los inicios llegamos a publicaruna revista bilingüe, en castellano y en quichua. Si a eso es a loque usted llama la homogeneización ideológica entonces sí, ledigo, que no coincidimos. En ese caso, lo invito a que critiquedirectamente nuestra concepción y no lo haga a través de la críti-ca al marxismo-leninismo pensamiento Mao que, como ya dije,nos es completamente ajeno.

LLaa ssuuppuueessttaa ccoolloonniizzaacciióónn

Clara Aldrigui, autora de una investigación sobre la ideo-logía y la identidad de los tupamaros, resume el del militanteMartín: “al conocerse las resoluciones de Viña del Mar en elPenal Libertad, los dirigentes históricos estimaron que revelabanno tanto la influencia de las organizaciones marxista-leninistasde Chile, Argentina y Cuba, sino el peso político que habíanadquirido en la dirección militantes de origen pro-chino, comoKimal Amir”. Luego el propio Martín relata que: “el Regional dela isla ocultó deliberadamente (...) la carta de los compañerospresos, es decir la autocrítica que analizaba las razones de laderrota, elaborada en el Penal en 1973, y que no tenía ningúnpunto de contacto con las resoluciones de Viña”.26 Como usteddice, Eleuterio, “a reconocimiento de parte...” y de una parte quetiene mucho más valor que la de vuestros y nuestro renunciante.

Por su parte vuestro renunciante Luis Alemañy reconoceque integrantes de la dirección tupamara conocieron en Chile amilitantes brasileños, bolivianos y chilenos del MIR, con quienesrealizaron un proceso de maduración que los llevó a adoptar el

84

Daniel De Santis

Page 85: Entre Tupas y Perros

marxismo-leninismo en febrero de 1973. Este renunciante invo-lucra en esta decisión principalmente a chilenos del MIR y cuba-nos. Aclara que el objetivo más importante que se logró en Viñadel Mar fue impedir que se reiniciaran las acciones armadas.Luego amplía el propio renunciante diciendo que “posterior-mente el PRT-ERP tuvo una grandísima influencia en el MLN deArgentina, pero también el Partido cubano”.27

Más interesante resulta el testimonio de “Elena” ya que porla forma de expresarse o sigue en el MLN o siente un gran respe-to por él: “Pero nuestra aceptación del marxismo no tenía nadaque ver con los dogmatismos que los renunciantes quisieronimponer después, la ‘pureza marxista-leninista’ y las formas deaplicarla. Curioso, porque luego terminaron en el PartidoNacional, creo (...) Se fueron para construir el partido según laideología, y no hicieron nada. Nada de nada. Desmovilizaron, esosí. AA ppeessaarr ddee eessttaa aaddhheessiióónn aall mmaarrxxiissmmoo--lleenniinniissmmoo,, nnii eell MMIIRR nniieell PPRRTT qquuiissiieerroonn mmaanntteenneerr rreellaacciioonneess ccoonn eellllooss ccuuaannddoo ffrraacccciioo--nnaarroonn llaa oorrggaanniizzaacciióónn; comprendían que una cosa es lo que sedice y otra lo que se hace. Y eso que habían sido ellos mismos losque habían mantenido los vínculos con el MIR y el PRT”.28

La lectura del libro de Aldrighi resulta muy esclarecedoraal respecto. De los citados y de varios testimonios más resultaclaro que la asunción dogmática del marxismo-leninismo y de laconcepción del partido tenía su origen en el estado de concienciacreado por la derrota. En aquel momento nuestros dirigentes nohabían vivido una experiencia similar, como nos tocó luego a losque sobrevivimos. Recién pasados varios años pudimos compro-bar comportamientos similares en nuestra organización y com-prender estos fenómenos mentales.

Detengámonos en lo que termina diciendo “Elena”: ni elMIR ni el PRT continuaron teniendo relaciones con los renun-ciantes. Eso fue así porque nosotros teníamos relación con elMLN a través de su dirección y en ese momento ellos eran ladirección. Tenga en cuenta que éramos muy respetuosos de vues-tra organicidad, al igual que con la de las demás organizacionesde la Junta. De la misma forma actuó siempre el PC cubano connosotros. En 1978 en plena lucha interna dentro del Partido,

85

Carta a un Tupamaro

Page 86: Entre Tupas y Perros

nuestro posteriormente renunciante y sus aliados en la dirección,“descubrieron” al supuesto agente infiltrado que había entregadoa Santucho y, además, se le cargaba con una larga lista de hechos.El supuesto agente era un miembro del BP que se alineaba conla mayoría del CC. Los compañeros del PC cubano siempremantuvieron las relaciones con nosotros a través del SecretarioGeneral. Pese a ello nunca se nos ocurrió echar la culpa a loscubanos de nuestros males. Nuestros males eran gravísimos,pero eran nuestros.

De las palabras de vuestro renunciante Luis Alemañy que-dan despejadas, si acaso subsistiera alguna duda, las responsabi-lidades en la ruptura del MLN: “Llego a la Argentina en 1974discrepante con todo, con el ERP, con el proyecto de asimilar elMLN al ERP (...) Ahí comienza el proceso de ruptura del MLN,a partir de los que tomamos distancia. LLaa rruuppttuurraa llaa iinniicciiaammoossnnoossoottrrooss,, nnii bbiieenn yyoo ssaallggoo ddee UUrruugguuaayy ppaarraa AArrggeennttiinnaa”.

Pasemos, ahora, a analizar las cuatro causas que ustedesgrime como elementos de la colonización del MLN por el PRT.Usted dice que “Aquellos dirigentes del MLN fueron encandila-dos por la verborragia troscoidal perretista muy conocida por losviejos tupamaros”. Esto, más que una opinión es una afrenta,como hay varias en su texto. Le confieso que me he propuesto noentrar en ese juego, pero esté seguro que me está costando ungran esfuerzo. Quizás lo logre por la alta estima que siempre hetenido y sigo teniendo por ustedes. Veamos las “cuatro causas”que Ud. enumera para explicar el “encandilamiento”.

“UUnnaa: por su juventud en el MLN y -paradójicamente- porsu extracción de clase en el sentido de sus antecedentes militan-tes”. Es una causa fuerte, la misma que le permitió a nuestrorenunciante catequizar a sus acólitos, desperretizarlos en lasescolásticas escuelas de cuadros de Italia, en 1978, destinadas ademostrar que la tierra no se movía y que Santucho y el PRT erandemócratas revolucionarios. “OOttrraa: porque algunos de ellos,habiendo sido derrotados en la I Convención Nacional de enerode 1966 cuando propusieron exactamente lo mismo, se tuvieronque ir pero luego, reconociendo su error, abandonaron el ‘Partido’

86

Daniel De Santis

Page 87: Entre Tupas y Perros

que en vano trataron de construir y reingresaron al MLN, llega-ron por casualidad y por nuestros propios errores a la Dirección.”En nuestro caso la revancha no se dio portada por los mismoshombres, Nahuel Moreno y los suyos nunca volvieron al PRT,pero algunas de sus ideas se enseñorearon en el CE de abril de1977 en Roma. Peor todavía, ahora se habían puesto el ropaje delstalinismo y el sovietismo que nosotros muy bien habíamosrechazado y criticado durante muchos años. Se volvía a una suer-te de pacifismo, a la espera del auge que nos redima de los malesdel retroceso, no explícito, solapado, muy conocido por los viejosmilitantes de la Tendencia leninista. Viraje del que casi todos fui-mos partícipes, aunque no necesariamente conscientes. Peroobserve que aceptamos pasivamente el viraje en el plano ideoló-gico en el que no teníamos esa homogeneidad que el renunciantey usted nos atribuyen; cuando este viraje se intentó aplicar en lopolítico se produjo la reacción de la vieja Tendencia leninista. Yave cómo las derrotas nos llevaron, en busca de explicaciones teó-ricas “profundas”, por caminos más equivocados que los supues-tos errores de la época del período revolucionario.

“OOttrraa: porque a falta de análisis y respuesta serios veníamuy bien esta envasada ‘explicación’ que explicaba todo sinexplicar nada”. Coincidentemente, en ese CE de Roma se hizomucha alharaca diciendo que habíamos descubierto el origen delos errores al comprender que el reflujo de masas no habíacomenzado con el golpe del 24 de marzo, sino después de lasmovilizaciones de junio y julio de 1975. Simple canto al esponta-neísmo como vimos en las causas de la derrota. Y pregonaban queno lo habíamos detectado, al reflujo, por no haber sido suficien-temente marxistas-leninistas. “OOttrraa: tal vez la decisiva: se necesi-taba urgentemente una buena racionalización, lo más grandilo-cuente e ‘izquierdista’ posible para justificar lo injustificable:quedarse en el ‘cómodo’ -para los dirigentes- exilio, sin arriesgar,de ser posible, un milímetro de pellejo, una gota de hemoglobinapropia”. Léase usted El partido de calidad, escrito por nuestrorenunciante en 1978, súmele la consigna de la insuficiencia demarxismo-leninismo, más las escolásticas escuelas de Italia, laadopción de la palabra “científico” que usaban cada tres renglones

87

Carta a un Tupamaro

Page 88: Entre Tupas y Perros

cubría su falta de ideas, y la grandilocuente Tendencia Marxista-Leninista pensamiento Mario Roberto Santucho que proponíaun temario de discusión que iba desde la revolución agrícola alespacio virtual y comprobará que la misma receta y la mismaactitud de vuestros renunciantes, cobró vida en nuestro Partidorevestida de una profundización del marxismo-leninismo.

EEnn llaa nnuuccaa ddeell PPRRTT

Luego de la caída de Santucho, Urteaga y Menna, el 19 dejulio de 1976, en los meses anteriores Carrizo y Ledesma y amediados del ‘74 el Negrito Fernández, el único miembro titu-lar de Buró Político del PRT que quedó con vida fue el a la pos-tre renunciante. Él afirma que fue designado (no elegido)Secretario General por el CE reunido en agosto, sus acólitos enun documento de mayo de 1979 dicen que fue designado enforma interina. Por su parte, Gorriarán afirma que en esa reu-nión Norberto Pujol planteó que no había condiciones para ele-gir Secretario General y se aceptó. Más allá de las formas son opi-niones confluyentes.

La presión enemiga se acentuó en los meses siguientes de1976 sobre el conjunto de la organización, en particular sobre ladirección y los principales cuadros y estructuras. Pese a las enor-mes dificultades, el conjunto de la militancia partidaria no bajólos brazos y siguió luchando con la misma entrega. En setiembrede este año salieron al exterior el renunciante y Gorriarán con elobjetivo de establecer vínculos internacionales y crear condicionesen el exterior para replegar parte de la dirección partidaria y otroscuadros políticos y militares. Al regresar Gorriarán, en diciembre,se encontró con que varios de los principales cuadros habían des-aparecido: Merbilháa, Fote, Pujol, Germán y Mc Donald. Se com-pletó la lista de compañeros a replegar al exterior junto con losdemás miembros del BP y algunos cuadros de la dirección del tra-bajo político “Legal”. El repliegue de estos compañeros se efectuóentre enero y marzo de 1977, quedando a cargo del Partido y delERP una Dirección Interior integrada por tres compañeros.

88

Daniel De Santis

Page 89: Entre Tupas y Perros

Poco después, en abril de 1977, se realizó una extensa reu-nión del CE en Roma (asistimos varios que integrábamos el CC).Esta reunión no aportó, en el mejor de los casos, nada nuevo yaque su principal conclusión política fue que el reflujo de masashabía comenzado luego de las jornadas de junio y julio. Situaciónque ya estaba presente en los análisis de la dirección partidaria ypublicado en el Boletín Interno de setiembre del ‘75 que hemoscitado. Diez días de discusión para tan poco. En realidad al estarpensando y escribiendo este trabajo me di cuenta que ese análisiscontenía, desapercibidamente, un cambio en la concepción delPRT. La derrota nos hizo retroceder hacia lo que habíamos lla-mado el espontaneísmo, el cual se expresaba con pensamientoscomo este: si el reflujo comenzó en julio del ‘75 no se debió hacerMonte Chingolo y se debió suspender la actividad militar a laespera del nuevo auge, un canto al morenismo que habíamosderrotado en 1968.

Pero que el proceso de nuestra división no se dio en elplano de la ideología, como usted afirma, sino en el de la políti-ca, de a poco va a ir quedando claro. Ya vimos el primer punto.Veamos ahora el segundo. En la misma reunión de Roma, conso-lidamos el viraje hacia el stalinismo o sovietismo: se aprobó el ali-neamiento con la URSS y su teoría de los dos campos -la contra-dicción fundamental campo socialista vs. campo capitalista-; lastres vertientes -los países socialistas, el movimiento obrero de lospaíses capitalistas y los movimiento de liberación nacional- y laURSS como bastión fundamental. La JCR pasó a ser una simpleCoordinadora. Es por esto que el renunciante, en su libro, escan-daliza sobre este punto. Ningún mazazo, revisionismo puro. Estaresolución que se presentó como el abandono definitivo del trots-kysmo no era más que una justificación teórica, ante el descon-cierto, por la derrota que no se lograba asumir. De estas resolu-ciones casi todos fuimos partícipes, pero ya veremos que cuandoesta línea ideológica se intentó llevar al plano de la política prác-tica, estallaron las diferencias.

El CE eligió, ad referéndum del CC, al futuro renunciantecomo Secretario General y al BP que quedó integrado por elrenunciante, Enrique Gorriarán, Julio Oropel, Leopoldo (o

89

Carta a un Tupamaro

Page 90: Entre Tupas y Perros

Rogelio Galeano) y el Vasco Daniel Martín. Recuerdo que elargumento más concreto que se esgrimió fue que como él estabaen funciones que siguiera: “no vamos andar haciendo cambiosahora” dijo alguien, que creo era Leopoldo. A mi me pareció sufi-ciente el argumento debido a que pensaba que esta elección erauna cuestión secundaria, ya que el Partido estaba unido y esa uni-dad se había consolidado en todos esos años de lucha; por lo tantono había que preocuparse porque el colectivo resolvería correcta-mente los problemas. ¡Estaba equivocado!

Otro punto que sutilmente fue contrabandeado en el docu-mento que “resumió” las resoluciones de Roma, y que más ade-lante sería asumido como bandera de firmeza revolucionaria porlos acólitos del renunciante, fue la cuestión de sobre quién habíacaído la derrota, si sobre la vanguardia exclusivamente o tambiénsobre el movimiento de masas. La primera posición en aparien-cia es más revolucionaria, más de izquierda, pero en la prácticaes otro canto al espontaneísmo. Como comprobamos en la prác-tica posterior, este argumento abrió de par en par las puertas paraque todo tipo de concepciones reformistas se colaran en los movi-mientos revolucionarios y que en la actualidad impregnanmuchos genuinos esfuerzos populares. En cambio la posiciónderrotista, como la llamaron los acólitos, tenía en cuenta que lavanguardia era tal y, en consecuencia, esas masas acompañaronhasta el final. Es más, luego del golpe fue la clase obrera indus-trial y de servicios la protagonista principal de los enfrentamien-tos a la dictadura y si no pasó a la ofensiva, como correctamentehabía previsto Santucho, fue porque se había quedado sin van-guardia. Lo dicho no niega el reflujo de masas, pero los acólitos,en las asfixiantes escuelas de Italia, en lugar de estudiar el mar-xismo se dedicaron a beber como maná del cielo la metafísicamaterialista de DIAMAT stalinista. No podían comprender queel profundo reflujo de masas no excluyó que las luchas obrerascontinuaran al menos durante un año más, hasta que finalmentey junto con su vanguardia se consumara su derrota durante 1977,a manos de la dictadura terrorista.

Pero la posición triunfalista no era inocua. En la reunión delEjecutivo los compañeros del Comité Interior habían informado

90

Daniel De Santis

Page 91: Entre Tupas y Perros

que, al asumir, se encontraron un Partido paralizado y que éste,ahora, se encontraba “formado esperando la orden de combate”.Por parte de alguno de los asistentes hubo un intento de reacción,neutralizado por Leopoldo para no ventilar, en el plenario de lareunión, las diferencias en el Buró Político. La irresponsabilidadizquierdista tuvo consecuencias inmediatas.

Finalizada la extensa reunión del CE, los compañeros delComité Interior regresaron a la Argentina. Casi inmediatamente,en los primeros días de mayo, se inició una serie de caídas que seprolongaron hasta principios de julio y que alcanzaron toda laestructura nacional del Partido. Desde Europa fueron enviadosvarios compañeros para hacer contactos con los sobrevivientes yreplegar al exterior a los que estuvieran en una situación com-prometida; o sea casi la totalidad de los compañeros que queda-ban. En este contexto alguien dijo “al exterior todo el mundo” ygran parte de los compañeros salieron. El renunciante, fiel a suposición izquierdista, escandaliza contra esta decisión. Afirmaque no se cumplió con el “muy elaborado plan de repliegue haciael movimiento de masas”. Puras patrañas, no había plan. La deci-sión del repliegue se tomó en junio de 1976, se lo profundizó ver-balmente luego de la caída de Santucho, se le dio otra vuelta detuerca cuando volvió Gorriarán en diciembre, se insistió confusay contradictoriamente en el Ejecutivo de Abril de 1977, y justa-mente por esto último no se aplicaba, cayendo la estructuranacional. El renunciante, Leopoldo y Oropel, la troica izquier-dista del BP, no había asumido que “el error de apreciación tácti-ca nos debilitó en lo ideológico”. Santucho, en junio de 1976, viomucho más lejos que todos los “científicos” análisis del renun-ciante, la troica y sus acólitos. Hace unos años me informaronque el que dijo “al exterior...” fue el compañero Mario de Capital.Creo que, sobre el terreno, tomó una decisión valiente y acertada.

EEnn llaa nnuuccaa,, ddooss

Con la mayor parte del Partido en el exterior, con pocosrecursos y la incomprensión del campo socialista (salvo el PC

91

Carta a un Tupamaro

Page 92: Entre Tupas y Perros

cubano), de la Socialdemocracia y de todo el progresismo euro-peo, ya que para ellos en la Argentina se había derrocado ungobierno fascista (fascistoide lo llamaba Santucho, lo cual eraaproximadamente cierto pero incompleto), había algo peor: laDictadura terrorista. La solidaridad la tuvimos que ganar apulso. En esto hay que destacar la persuasiva tarea de los compa-ñeros a cargo de las relaciones políticas en Europa, acompañadospor la militancia partidaria. En 1978, los militantes del Partidonos encontrábamos en su mayoría diseminados en casi todos lospaíses de Europa, un número importante de ellos concentradosen dos escuelas en Italia, pero también había numerosos compa-ñeros en México, Brasil, Venezuela y algunos otros países deLatinoamérica, cuatro núcleos de militantes de masas y otro deinteligencia en Argentina y una enorme cantidad de compañerospresos en las cárceles. Un número similar estaba todavía con vidaen los campos clandestinos de la dictadura.

En el marco de esta situación, en diciembre de 1977 y enabril del año siguiente, se realizaron dos reuniones del CC que noresolvieron nada, absolutamente nada. La falta de acuerdos en elBP que no trascendían, salvo en el CC de abril de 1978 en el queinformaron que había habido diferencias pero que éstas ya esta-ban superadas, nos tenía paralizados. Después de esta últimareunión los ánimos comenzaron a calentarse.

El a la postre renunciante apuró los planes para transfor-mar al PRT de partido de combate (como habíamos sido) en untímido partido stalinista clásico, obviamente disfrazado; enforma vergonzante se aceptaba la lucha armada pero en loshechos se trabajaba en la dirección opuesta (año 1978); en el másoportunista de los análisis se consideraba que la derrota habíasido sólo de la vanguardia pero no de las masas. El plan de rup-tura estaba bien pensado: a los nuevos militantes se les podíainculcar el stalinismo o el sovietismo, disfrazado de profundiza-ción del marxismo-leninismo; a los viejos perros de la Tendencialeninista que habían fundado el ERP era más difícil hacerles tra-gar gato por liebre. La reacción surgió de la vieja militancia par-tidaria o al menos lo que quedaba de ella que estaba dispersa envarios países.

92

Daniel De Santis

Page 93: Entre Tupas y Perros

Luego de una numerosa cantidad de indecisiones, se resol-vió que un grupo del CC y otros compañeros fuésemos a realizaruna escuela política a Cuba. Eleuterio, le tengo que confesar quetengo una estructura mental ingenua ya que recién a esa alturacomencé a sospechar que las cosas no andaban bien. Le cuento unchismecito de la interna. En una reunión preparatoria de nuestroviaje a Cuba, de la que participábamos sólo cinco personas, elfuturo renunciante me pasó, por debajo de la mesa, una tirita depapel en la que se leía: “Consulta a los miembros del CC. Está deacuerdo con la realización del VI Congreso. Si - No. Tache lo queno corresponda. Secretario General”. Me tomó por sorpresa yaque realizar un Congreso en esas condiciones era un despropósi-to. Al finalizar la reunión, mientras el futuro renunciante habla-ba con los otros dos compañeros presentes, le pregunté a JulioOropel, miembro del BP: “¿de qué se trata esto?”, mostrándole elpapelito. Me respondió: “no sé, preguntale a Luis”. Guardé elpapelito y me dije, “¡está todo podrido!”. Allí comencé a preocu-parme por el futuro del Partido. Me quedé pensando en que ya noéramos una gran familia, se estaban jugando métodos desconoci-dos en el PRT desde el V Congreso.

En su afán de sacarnos del medio, para travestir el pasadoheroico del Partido de Santucho y el Negrito Fernández, nos envia-ban a Cuba. Nos dijeron y escribieron que era una tarea estratégi-ca, pero ya no les creímos. Simultáneamente preparaban la “reno-vación del CC”29 elegido en el combate por otro que surgiría en losAlpes italianos. El dulce era tentador ¡Cómo negarnos a conocer lacuna de nuestro sueño! Bajo protesta fuimos. Pero no calcularonque estaban cometiendo un error, nos reunieron en un mismo lugar,en el que además soplan vientos de revolución. Estos vientos (paranada estoy hablando de injerencia cubana, ellos eran respetuosos,como lo fuimos nosotros con ustedes, de la organicidad) nos ayuda-ron a despabilarnos. A los pocos días de llegar, después de un inter-cambio de opiniones, nos dimos cuenta que ninguno había queridoir, dada la gravedad de la crisis partidaria. A Gorriarán, que veníade una visita a las FAR colombianas, le expusimos nuestra visión dela situación partidaria, la cual dijo compartir. Luego de un silenciode más de dos meses nos llegaron tres documentos juntos.

93

Carta a un Tupamaro

Page 94: Entre Tupas y Perros

Del primero surgían diferencias acerca del papel delPartido en el Frente Antifascista o Antidictatorial, pero esta erauna diferencia secundaria en el sentido de que no atentaba con-tra la unidad partidaria, ya que se podían contener esos maticese incluso sintetizarlos en un debate de ideas. El segundo era unmamotreto de 65 páginas en dos tomos, llamado El Partido decalidad, firmado por el Secretario General de entonces. A noso-tros que sabíamos de memoria el Qué hacer y lo habíamos aplica-do, nos venían a decir que la derrota del PRT había sido por uninsuficiente dominio del marxismo-leninismo en cuestiones deorganización. Me he tomado el trabajo de releer estas aburridas ytediosas páginas. De ellas no se puede sacar una idea, es sólo unaarenga abstracta llena de buenas y malas intenciones. Ya ve queesta cantinela de la insuficiencia de marxismo-leninismo no seescuchó sólo en las filas tupamaras, a nosotros, nuestro renun-ciante, troica y acólitos, también nos corrían con la necesidad delestudio del marxismo-leninismo. ¿Qué cree usted que estábamosestudiando nosotros? Justamente eso, pero así y todo espantabancon esa bandera.

El tercero era una comunicación en la que se llamaba al VICongreso partidario, prácticamente al otro día de nuestra parti-da hacia la escuela en Cuba, convocatoria que no había sido for-mulada por el CC como estatutariamente correspondía, inclusosabiendo que la mayoría de éste no estaba de acuerdo. Para noaburrirlo, voy a destacar sólo dos elementos que se daban alrede-dor de esta convocatoria, además de la ilegalidad partidaria. Seproponía un temario maratónico, que justificaba la inacción de ladirección y la permanencia en Europa, reconociendo una faltamás grave todavía: “el llamado al Congreso se hizo públicomediante el Boletín Interno 112 y mediante una charla delSecretario General dada en Madrid, acompañado de M, para con-versar con distintas fuerzas políticas, a los efectos de que aporta-ran su propia experiencia...”30. ¡¡CCoonnggrreessoo ddeell PPRRTT ppúúbblliiccoo eennEEuurrooppaa yy ccoonn iinnvviittaaddooss ddee eessee ccoonnttiinneennttee!! No me voy a extendersobre lo que esto significaba para la Argentina de 1979. En estascircunstancias enviamos una propuesta de suspensión delCongreso, una inmediata reunión del CC, que en todo caso

94

Daniel De Santis

Page 95: Entre Tupas y Perros

resolvería sobre esta convocatoria, reemplazar el Congreso conun CC ampliado y con un temario acotado poniendo la atenciónen los planes de retorno al país.

Fue entonces que utilizaron el arma mortal, eell ggoollppee eenn llaannuuccaa ddeeffiinniittiivvoo: acusaron de anti democráticos y fraccionalistas a lamayoría del CC. Reitero la mayoría del CC pasamos a ser “los frac-cionalistas” y la minoría “el Partido”. El pecado de leso marxismo-leninismo santuchismo fue pedir la reunión de la máxima direc-ción partidaria en condiciones estatutarias. Pero no sólo de losestatutos se habían olvidado. También se habían “olvidado” delmensaje de Santucho a la semana del golpe: “Estrechamente uni-dos en torno al Comité Central”. El “trotskysta” y “demócratarevolucionario” Santucho se “bancó” tres años siendo minoría enel CC liderado por Moreno31, el marxista-leninista “maduro” nose bancó ni una sola reunión.

Habíamos explicado que en la editorial de El Combatientedel 9 de junio, que reflejaba las resoluciones del CE recién reu-nido, Santucho nos habla de un “error de apreciación táctico quenos debilitó en lo ideológico y en lo orgánico”, él explica detalla-damente las implicancias de este error, el cambio en la línea yenumera una serie de medidas prácticas de corrección. Leamoscómo valoraban, el renunciante y los suyos, esas conclusiones deSantucho y del CE con la mayoría de sus cuadros vivos: “La valo-ración de nuestros errores, por parte del CE, ha quedado amplia-mente superada por la autocrítica actual”. ¿Le suena Eleuterio?Pero hay más: “No fue error de apreciación táctica, sino errores decarácter estratégico de origen ideológico”32.

Santucho, en un texto escrito poco antes de morir, que no seha conservado, afirmaba que habíamos “manejado sólo briznas demarxismo”. El renunciante, para combatir esos males ideológicosque según él provenían de la época del morenismo, que tardó 10años en descubrir y luego de la derrota partidaria, se había apro-piado de esa expresión de Santucho, modificada a su gusto como“insuficiente dominio del marxismo-leninismo”, para introducir ala militancia partidaria en el estudio de la obra del DIAMAT(materialismo dialéctico) stalinista y para que, con estas “nuevasherramientas teóricas”, descubriésemos el origen de la derrota.

95

Carta a un Tupamaro

Page 96: Entre Tupas y Perros

Bajo el eslogan de que Santucho y la dirección partidariapadecieron de una insuficiencia de marxismo-leninismo, proce-dieron a liquidar la concepción revolucionaria del PRT. Veamossólo unos breves párrafos de un kilométrico documento paraconocer cómo opinaban al momento del ataque fraccionalista:

“Lo que el Partido careció, fundamentalmente, fue de unaestrategia precisa para el proceso revolucionario argentino, quedefiniera científicamente las etapas de la revolución, las clases aderrotar en cada etapa dada y las alianzas en dichos períodos.Confundimos frecuentemente formas de lucha con estrategia,táctica política con respuestas coyunturales, desarrollándosesimultáneamente un erróneo concepto de ininterrumpibilidad(¡sic!) del proceso revolucionario que no tenía en cuenta flujos yreflujos en la lucha de las masas. Esta falta de precisión en nues-tra estrategia, estos equivocados conceptos acerca de la táctica ysu relación con la estrategia, la carencia de una mayor precisión enlas fases posibles del proceso revolucionario argentino y plataformasprogramáticas para esas fases, son la expresión concreta de nuestroinsuficiente dominio del marxismo-leninismo; y es lo que expli-ca que invariablemente la pauta que se repite en la experienciade los últimos nueve años, es que en las distintas coyunturasdamos una respuesta parcialmente correcta, producto de un aná-lisis que en lo general es correcto, pero que en su implementa-ción, invariablemente adolece de gruesos errores. Porque la res-puesta a la coyuntura no prevista, es fundamentalmente impro-visada sobre la marcha.”

Para que se ría un poco Eleuterio, ¡gárgara de palabras! Perocurioso, en su libro el renunciante le atribuye a Santucho un pen-samiento positivista porque proyectaba políticas para el futuro.Vaya uno a entender al aprendiz de filósofo. Pero no desesperemoshay más: “Es importante tener en cuenta que el insuficiente domi-nio del marxismo-leninismo, la corta experiencia y juventud delPartido, favorecía la convivencia dentro de la organización de lascorrientes no leninistas, las cuales, según la agudeza de la lucha, lapresión del enemigo, cobraban mayor o menos influencia”. ¡Qué

96

Daniel De Santis

Page 97: Entre Tupas y Perros

sinuoso equilibrio para no decir la lucha de clases en el seno delpartido, por la presión de las clases hostiles, cuyo núcleo es la con-tradicción pequeña burguesía-proletariado!

Un último esfuerzo Eleuterio y no lo atormento más. “Tales el caso más conocido y claro de la desviación militarista de losaños ‘71-‘72, que condicionaron seriamente nuestras posibilida-des de participación en la apertura democrática”33. Mire lo queuno viene a descubrir en este tipo de investigaciones. La menta-da desviación militarista del año 1971, ya analizada largamentepor el Partido en 1973, se dio en un momento en el que la mayorparte de la dirección partidaria había sido detenida: Santucho,Gorriarán, Menna, Bonet, Foti y Pujals desaparecido, mientrasque Benito Urteaga se batía casi solo contra ella y CarlosGermán se destacó por orientar correctamente su trabajo enCórdoba. La pregunta que me queda para nuestro renunciantees: ¿Qué hacías tú en la guerra, papá?

Volviendo al relato histórico, le cuento que los revisionistasse atrincheraron bajo la autoridad del Secretario General y comono podían plantear abiertamente sus concepciones (abandono dela lucha armada, que la derrota había sido solamente de la van-guardia y no de las masas, partido stalinista tipo europeo,Congreso público con invitados de ese continente, eliminación delos puestos dirigentes de las viejos militantes de la Tendencialeninista) se enmascararon detrás de la ampulosa definición deTendencia Marxista-Leninista “pensamiento” Mario RobertoSantucho. Lo de pensamiento es una ironía que me permití paramostrarle hasta qué punto las derrotas producen comportamien-tos similares y si no se lo pusieron fue justamente porque no pro-veníamos de esa cultura política, pero no dude de que actuaronen consecuencia.

El renunciante confiesa en su libro que le faltó valor paraplantear sus posiciones a fondo. Con esta expresión quiso con-mover al lector demostrando un rapto de honestidad y humil-dad, mentiras, pura pose para la foto. No planteó sus posicionesporque se quedaba solo, ni sus acólitos lo hubiesen seguido deconocer sus planes. Muchos de ellos fueron seducidos por el dis-curso ideologizado del renunciante, aunque no todos. No era

97

Carta a un Tupamaro

Page 98: Entre Tupas y Perros

fácil descubrirlo, le quedaban las mañas de su origen sindicalero,discursear por izquierda y cerrar por derecha. En 1980 cuandosus seguidores, que él había catequizado en las escuelas de Italia,descubrieron sus verdaderas actitudes, más que sus posicionesque nunca pudieron superar, lo pasaron a la base y se convirtió ennuestro renunciante.

Luego de trastabillar con la estratagema del Congreso, pararecuperar la iniciativa, no vaciló en acusar de agente enemigo aun integrante de la mayoría del CC y miembro del BP. Justo vein-te años después, en diciembre de 1998, en un bar del barrio deBoedo en Buenos Aires, me confesó que se trató de una locurasectaria. Pero no les alcanzó. Luego realizaron una conferencia deprensa en Madrid en la que se denunció al supuesto agente ene-migo, la “expulsión del traidor a la revolución Gorriarán” y la“expulsión como traidores al PRT” del resto de la mayoría delCC. Con este movimiento no quedó ningún resquicio para conti-nuar la discusión política, que casi no había comenzado por losmotivos expuestos. Un mes después regresamos los miembros delCC que estábamos en Cuba, los compañeros comenzaron a cono-cer los hechos que estamos narrando y en dos semanas se equili-braron las fuerzas lo que nos permitió realizar un esfuerzo máspor mantener la unidad, pero más por voluntarismo que por rea-les posibilidades de revertir una situación consolidada.Integramos la Comisión de Fiscalización y Control hacia elCongreso, en ella estaban en absoluta mayoría pero como noesperaban la reacción de la militancia partidaria, boicotearon susfunciones. Como allí se sentían dueños de los destinos de la frac-ción que lograron construir, terminaron reconociéndose, a los gri-tos, como los responsables de la división del Partido.

Para tranquilizar su conciencia el renunciante escribió enel prólogo a la segunda edición: “permítaseme algunas conside-raciones (...) que me llevan a dar por cerrada la historia del PRT-ERP (...) Existe hoy una ruptura histórica que tiene múltiplesmanifestaciones pero que se sintetizan (...) en el ocaso de la eraindustrial y la caída de las absolutizaciones de la modernidad”.Aquí, sin tapujos, exhibe su soberbia, no se sentía satisfecho conhaber destruido el PRT, ahora “decretaba” su muerte definitiva.

98

Daniel De Santis

Page 99: Entre Tupas y Perros

Esta clase de inveterados elitistas luego serán los teóricos de lahorizontalidad, el situacionismo y esas nuevas formas que adop-tó, en el campo popular, la ideología de la clase dominante. Coneste tipo de razonamiento está propiciando la disolución del PCcubano para que, todos los que nos juntamos bajo la herenciaguevarista, corramos presurosos al Departamento de Estado nor-teamericano a preguntarle a Francis Fukuyama cómo continua-ría la historia del lagarto verde del Caribe y los sueños de liber-tad de los pueblos de la América Latina.

Un día a principios de 1976, llegó Benito Urteaga, comohabitualmente lo hacía, a la reunión semanal del Secretariado dela Regional Sur. En un momento, fuera de toda afectación, en undialogo natural que se refería a las dificultades que tendríamosante el inminente golpe militar dijo que mientras quedara unsolo militante del PRT vivo, éste seguiría existiendo. Pese a la tra-gedia que significó para todos nosotros la división partidaria, undestacamento de nuestro sector (encabezado por Gorriarán, esjusto decirlo) participó en la ofensiva final que culminó con eltriunfo de la Revolución sandinista y posteriormente otros con-tingentes se sumaron a colaborar con el Frente Sandinista enNicaragua. En el hermano pueblo de Sandino y Carlos Fonseca,los aguerridos militantes del PRT cumplimos otras misionesrevolucionarias y dejamos en ellas un héroe, como Hugo AlfredoIrurzún, ascendido luego a Comandante sandinista.

¿¿CCóómmoo vvaalloorraabbaa nnuueessttrroo rreennuunncciiaannttee aa SSaannttuucchhoo eenn 11998833//8877??

En el libro del cual usted toma las citas el renunciante dice:“Pero, aún en esta sencilla minuta, este Santucho convive con elotro, el ‘demócrata revolucionario’, con sus prejuicios políticosque lo llevan a no entender la política, ni siquiera a nivel de polí-tica sindical”34. Lo dice porque Santucho impulsaba una corrien-te sindical por la “guerra y el socialismo” que era resistida por losdirigentes sindicales que militaban en el PRT. Pero aún en estoSantucho demostró ver más allá de la nariz de Pinocho de nues-tro renunciante, ya que preveía la necesidad de la lucha sindical

99

Carta a un Tupamaro

Page 100: Entre Tupas y Perros

en condiciones de máxima represión y por lo tanto de clandesti-nidad. Claro, afirma eso luego de la derrota revolucionaria y dela proliferación de concepciones oportunistas y pro capitalistasque, con el prestigio de haber sido Secretario General del PRT ycon el de Comandante Jefe del ERP que nunca ejerció, él contri-buye a embellecer.

Pero para penetrar en lo más profundo de su pensamiento,nada mejor que leer, no sus críticas sino, sus más encendidos elo-gios que escribe como epitafio de su mentor y Jefe: “el argentino,que reflejó mejor que nadie en su garra, en su talento, en su indis-cutible altruismo, a la generación de su tiempo. Cualquierahayan sido sus limitaciones y errores, no invalidan en lo másmínimo su mensaje ético, la perspectiva histórica y el papel delhombre en la transformación social”35.

Claro, de política Santucho no entendía nada, de organiza-ción revolucionaria tampoco, de formación de cuadros ni quehablar, representante de la clase obrera argentina una locura,tampoco principal enemigo del capitalismo en la Argentina, pen-sador revolucionario ya sería un exabrupto, y menos que menosmáximo exponente del guevarismo en Argentina, como lo ha lla-mado hace poco un joven intelectual argentino. Sólo la garra, eltalento, el altruismo, la ética, sus errores y limitaciones. Yo mepregunto ¿cuántos argentinos/as por generación merecen estoscalificativos? Sin lugar a dudas muchos miles, quizás millones.¿Por qué, entonces, todavía recordamos, hablamos, escribimos,homenajeamos, nos inspiramos, los jóvenes que se acercan a lasideas revolucionarias lo toman como referencia? Me respondo: loque a Santucho no le perdonarán nunca, ni la burguesía, ni lospseudo intelectuales pequeño burgueses, ni nuestro renunciante,es que haya sido el mejor de todos, el que sacó al marxismo argen-tino de su cómoda modorra y lo transformó en una política revo-lucionaria. El que puso en un rincón a la burguesía y la tuvogroggy. En definitiva, el que construyó una política que le dispu-tó el poder.

Me sigo preguntando ¿por qué nunca se desmitifica al Che,a Sendic, a Enríquez, a Fonseca, a los Peredo, a de la Puente, etc.etc.? ¿Por qué esa saña con Santucho? Será que era provinciano,

100

Daniel De Santis

Page 101: Entre Tupas y Perros

negrito, por sus venas corría sangre indígena, feúcho para la esté-tica occidental y cristiana, hablaba con la zeta, no da para póster,no es una respuesta pero ayuda. No lo sé, quizás así ocurra concada líder revolucionario en su propio país. Como vivo en laArgentina y tenemos el cuero curtido de recibir lonjazos “pro-pios” sobre nuestra historia, este que llegó de Montevideo no loesperábamos. Espero haber contribuido en algo para cambiar laerrónea idea que usted expresa sobre nosotros en En la nuca.

***

Acuerdo con usted en muchos puntos de vista. Quiero resaltartres. UUnnoo es la banalización y manipulación de la autocrítica. Ésta,en muchos casos, se transformó en el levantamiento cotidiano de labandera blanca de rendición ante el enemigo. No ahorran esfuerzospara que les crean: ¡ahora somos serios, nunca más la revolución!OOttrroo es cuando usted asume que fueron foquistas -entiendo quecomo recurso polémico ya que no lo fueron- y que les fue bien, ¡ycómo, si hasta captaban militantes en otros países! En nuestro casonos acusan de haber sido militaristas (también foquistas pero no esuna acusación seria). Les respondemos que sí. Tomábamos cuartelesy pensábamos y pensamos que la lucha armada es parte esencial dela lucha revolucionaria y que en determinados momentos la lucha demasas se sostiene en la lucha armada. El tteerrcceerroo es que la derrota nofue nacional sino latinoamericana y mundial. Por lo tanto, que no esbueno flagelarse buscando la “quinta esencia” de la derrota o el eli-xir que nos redima de ella. Como éstos no existen, esa infructuosabúsqueda a lo único que conduce es a un vaciamiento de las con-cepciones revolucionarias.

Eleuterio, por mi parte, hemos llegado al final de esta polé-mica. Le cuento una anécdota de la adolescencia. Tendríamos 13o 14 años, la edad que aquí se le llama “del pavo”. Con mis ami-gos nos reíamos de los nombres de nuestros padres. El que sellevó las palmas de la pavada adolescente fue Cándido Eleuterio.Como me ha ocurrido en muchos casos, y creo que en generalocurre, un nombre desprovisto de la persona que lo porta puedesonar más lindo o más feo, pero cuando se encarna en personas

101

Carta a un Tupamaro

Page 102: Entre Tupas y Perros

reales ese nombre se resignifica. Para mí, después de la adoles-cencia y ya entrado en la juventud, el nombre Eleuterio siempreestuvo asociado a los grandes hechos de la historia uruguaya.Desde la otra orilla le envío a usted, Eleuterio FernándezHuidobro, un afectuoso abrazo de militante.

La Plata, 24 de febrero de 2005

102

Daniel De Santis

Page 103: Entre Tupas y Perros

NNOOTTAASS

1 Se le llamaba así cuando un estudiante iba a trabajar a una fábricapara hacer trabajo político en ella y también vivir directamente, almenos en parte, las calamidades de la explotación capitalista.2 Fragmento del artículo “Junta de Coordinación Revolucionaria oríge-nes y perspectivas”:

“A 1968 se remontan los antecedentes de la colaboración mutuaentre las cuatro organizaciones que hoy integran la Junta deCoordinación Revolucionaria. Hasta noviembre de 1972, que comoveremos es la fecha en que empieza a concretarse la idea de unacoordinación orgánica permanente, se producen numerosos contac-tos bilaterales entre el ELN, el MIR, el MLN (T) y el PRT-ERP.Recordamos entre ellos la reunión entre un miembro de la direcciónnacional del PRT y el Inti Peredo, en 1969 en La Paz, la serie de reunio-nes entre un delegado del MLN y Chato Peredo, en 1970 en La Paz,varios contactos entre compañeros del MLN y del PRT-ERP enBuenos Aires y Montevideo en 1971 y 1972, varias reuniones entredirigentes del MIR y del PRT en Santiago de Chile desde julio de1971 en adelante etc. (…) Los primeros días de noviembre de 1972,se realiza en Santiago de Chile una reunión trascendental. Participala Comisión Política del MIR en pleno, tres miembros de la direc-ción nacional del MLN (T) y tres miembros del Buró Político delPRT. Inicia la sesión Miguel Enríquez, Secretario General del MIRy expone lúcidamente la necesidad de una nueva organización inter-nacionalistas a partir de nuestras tres organizaciones. Un ‘pequeñoZimmerwald’ llama Enríquez a la organización que propone cons-truir, una referencia inequívoca al antecedente leninista de 1915 (...)La propuesta de Miguel Enríquez es aceptada unánimemente sinobservaciones y en pocos minutos se pasa a discutir los pasos prácti-cos para concretar el objetivo propuesto. Ya en la reunión de noviem-bre se informó de conversaciones sostenidas por dirigentesTupamaros con dirigentes del ELN en las que se hablo de la posibi-lidad de que el ELN participara en el proyecto del ‘pequeñoZimmerwald’. Posteriormente, en conocimiento de las resolucionesde noviembre, el ELN planteó formalmente su total coincidencia ysu voluntad de incorporarse a ese esfuerzo internacionalista”. EnChe Guevara, Revista de la Junta de Organización Revolucionaria,

103

Carta a un Tupamaro

Page 104: Entre Tupas y Perros

nº 2, febrero de 1975.3 La negrita es de Fernández Huidobro, Eleuterio: En la nuca. Historiade los Tupamaros, Ediciones La Banda Oriental. Montevideo, 2004. p. 15.4 La negrita es mía.5 Hasta aquí llega la cita de Huidobro. Por razones de tipo estético-edi-torial, no hemos respetado la separación de párrafos original, aunque síreproducido puntillosamente el texto, indicando con (…) las partessuprimidas. Los extractos citados se encuentran entre las páginas 17 y43 de En la nuca. [Nota del editor]6 El Vasco Ángel Bengoechea fue militante del trotskysmo desde 1947.Rompió con Nahuel Moreno en 1962 y se convirtió en el precursor delmarxismo revolucionario en la Argentina. Compañero del Che, al igualque Jorge Massetti, en su proyecto de revolución latinoamericana enterritorio argentino.7 De Santis, Daniel: A vencer o morir. Historia del PRT. Documentos. T. I V.1., Nuestra América, Buenos Aires, 2004, pág. 84 a 93.8 Silvio Frondizi adhirió al marxismo siendo un hombre de una sólidaformación intelectual, lo que le permitió superar la polarización stali-nismo-trotskysmo y realizar aportes originales a la teoría marxista,como su tesis acerca de La integración mundial capitalista, a mediados dela década de 1940. Por supuesto que, al no entrar en los moldes ideoló-gicos de la época, fue catalogado de trotskysta y combatido por el PCargentino. Silvio murió asesinado por la Triple A a los 67 años, siendomilitante del PRT. Sus asesinos, que sabían del poder de su pensamien-to, dirigieron a su cerebro los más de ochenta disparos con que lo asesi-naron. Compartimos con Néstor Kohan que “El balance de Frondizi seasentaba en un extenso estudio previo sobre las condiciones del capita-lismo latinoamericano, en tiempos de integración mundial imperialis-ta, bajo la hegemonía del imperialismo norteamericano. Formulaba lahipótesis del agotamiento histórico del intento de las burguesías nacio-nales latinoamericanas por desarrollar un ‘capitalismo autónomo’.Como ejemplo puntual, analiza el fenómeno peronista, ensayo frustra-do de realizar -bajo una forma política bonapartista- la revolucióndemocrático-burguesa en Argentina. De allí, Silvio Frondizi infería queel carácter de la revolución argentina y latinoamericana no podía serotro que el de una revolución antiimperialista y socialista (como fasesde un mismo proceso ininterrumpido). Es por ello que, cuando viaja aCuba, se encuentra con la confirmación del diagnóstico que él mismohabía vaticinado y propuesto pocos años antes. Probablemente, ésa seauna de las razones principales por las que Frondizi defiende con tantoahínco la revolución cubana en su libro de 1960. Habría que esforzarsedemasiado para no detectar y no reconocer la presencia de todo estecúmulo de lecturas en el pensamiento político maduro de RobiSantucho y en el modo como él y sus compañeros visualizaban la estra-tegia continental de la revolución cubana, de la que se sentían vital-

104

Daniel De Santis

Page 105: Entre Tupas y Perros

mente parte”. Néstor Kohan: Otro mundo es posible, Nuestra América,Buenos Aires, 2003. 9 Milcíades Peña fue un autodidacta, no terminó la escuela secundaria y,por su propio esfuerzo y en el marco de la organización en la que mili-taba desde muy joven, Palabra Obrera, se había convertido en un desta-cadísimo historiador y economista. Su obra sobre la historia argentinaes diferente a la historia oficial de la corriente liberal burguesa(Bartolomé Mitre, Vicente Fidel López), como también de la historio-grafía oficial del Partido Comunista, del peronismo de izquierda(Rodolfo Puiggrós) y de la izquierda nacional (Abelardo Ramos). “Bastedecir que la conocida teoría sobre el carácter ‘feudal’ de la colonizaciónsirvió durante largo tiempo a los moscovitas criollos como telón defondo para afirmar que la Argentina ‘muestra aún hoy en su estructurarasgos inconfundiblemente feudales’ y para enrollar la madeja de unafantasmagórica revolución ‘antifeudal’ que abriría el camino a unasupuesta ‘etapa’ capitalista. Atados a sus dogmas y compromisos políti-cos y frenados por su propia incapacidad, los teóricos comunistas pos-teriores a Puiggrós usan su definición de la colonia como sociedad feu-dal sólo para oponerse al socialismo en la Argentina de hoy, puesto quesignificaría 'proponernos hoy tareas históricas inexistentes’... ¡Y esto fueescrito cuatro años después de la revolución cubana!”. Milcíades Peña:Antes de mayo., Fichas, Buenos Aires, 1973.10 VVééaassee ppáággiinnaa xxxx,, ppáárrrraaffoo xxxx11 Vandor fue el arquetipo de dirigente burocrático, jefe absoluto delmovimiento obrero en la década de 1960 y maestro de todos los traido-res a la clase obrera argentina.12 En enero de 1969 se había realizado el asalto al Banco de Escobar, pri-mera acción militar importante del PRT.13 Remitimos al lector al apéndice sobre la experiencia del PRT (y delautor) en Propulsora Siderúrgica.14 No es tan tajante la diferencia entre partido y movimiento. En reali-dad un movimiento del tipo del 26 de julio cubano y sus similares nodejan de ser partidos, aunque es verdad que no necesariamente leninis-tas.15 De este encuentro recordamos la masiva presencia de los pueblosToba, Matacos y Mocovíes y las palabras de uno de sus jefes: que elloseran pocos numéricamente, por lo que la liberación de sus pueblos pasa-ba por la alianza con la clase obrera argentina.16 Revista Internacional, Praga, 1975.17 Años después los Montoneros analizaban que el reflujo de masashabía comenzado a partir del 1 de mayo de 1974, día en que Perón losechó de la Plaza de Mayo. En cambio, el PRT, en el CE de abril de 1977,analizaba que el reflujo comenzó después de las movilizaciones de junioy julio de 1975. Hoy, a la distancia, podemos ver que en la primera fechacomenzó la desmovilización de la Juventud Peronista, del movimiento

105

Carta a un Tupamaro

Page 106: Entre Tupas y Perros

estudiantil, y de los barrios, y se amplió la movilización reivindicativadel movimiento obrero; al llegar a la época del Rodrigazo (culminaciónde Jornadas de junio y julio) éste último produjo las más grandes movili-zaciones de nuestra historia. Aunque decreciendo en intensidad, lamovilización obrera se mantuvo hasta el golpe militar, sobre todo en eloeste y en el sur del Gran Buenos Aires.18 Ambas citas son del Boletín Interno del PRT, n° 98 del 27 de diciembrede 1975.19 Luis Mattini, op. cit., p. 435.20 “¡Argentinos a las Armas!”, editorial de El Combatiente, n° 210, miércoles31 de marzo de 1976.21 “Con Fuerza hacia las Masas”, editorial de El Combatiente, n° 220,miércoles 9 de junio de 1976.22 Ibid.23 Boletín Interno nº 121, del 14 de julio de 1976.24 Los conceptos táctica y estrategia son relativos. Si tomamos en cuen-ta que el PRT denominaba a su estrategia como de una guerra popularprolongada, el error cometido fue de orden táctico, lo cual no quieredecir que fuera de menor importancia.25 “Diez años de luchas y experiencias”, editorial de El Combatiente, n°225, miércoles 21 de julio de 1976.26 Aldrighi, Clara: La izquierda armada. Ideología, ética e identidad en elMLN Tupamaros, Ediciones Trilce, Montevideo, 2001, p. 99.27 Ibid, p. 99.28 Ibid, p. 123.29 El CC había quedado reducido a 11 miembros. En los temas centralesque venimos y seguiremos exponiendo fue quedando claro que habríauna mayoría de seis miembros y una minoría de cinco. Esta distribu-ción no necesariamente se reflejaba en todas las demás cuestiones.30 Boletín Interno n° 113, del 16/1/79, correspondiente a la fracción enca-bezada por el renunciante. A partir de este número comenzaron a salirdos BI, uno de cada sector.31 Al ganar Santucho la mayoría, Moreno se retiró del CC y del Partidoen enero de 1968.32 VI Congreso, mayo 1979. El destacado es del original.33 Las cuatro últimas citas son de VI Congreso, mayo de 1979.34 Mattini, op. cit. p. 11435 Idem, p. 475

106

Daniel De Santis

Page 107: Entre Tupas y Perros

UUNN PPOOSSTTEERRGGAADDOO DDEEBBAATTEE

Para abordar con mayor profundidad algunos temas, queamplían el balance realizado, me valdré de un recurso muy usadopor los fundadores del marxismo: el debate.1 En este caso conLuis Mattini (quien después de la muerte de Santucho, Urteagay Menna fuera elegido Secretario General del PRT2), por consi-derar que su libro Hombres y Mujeres del PRT es el trabajo queanaliza con mayor amplitud y profundidad la historia que nosocupa.

Aunque la polémica que sigue encerrara tan sólo un valorhistórico, sería desde ya importante. Pero, desde mi punto devista, además de ello, tiene un valor actual, o sea tiene importan-cia política. Si el PRT fue una organización que expresó laDemocracia Revolucionaria, como intenta demostrar Mattini,como él mismo dice, fue el Partido de un auge, entonces no tienemás valor hacia el futuro que el de un ejemplo ético y volitivo. Encambio, si es como pensamos nosotros, que constituyó el intentomás importante en la construcción de un partido revolucionariode la clase obrera, si fue la organización que aplicó y desarrolló elmarxismo leninismo en la Argentina, entonces será obligatorioconocer, estudiar y referenciar los presentes y futuros esfuerzosrevolucionarios con la experiencia del PRT.

Comenzaré citando extensamente a Mattini, de forma talque aparezca expresada claramente su concepción y luego irérefutando los puntos centrales de ella. En el prólogo a la segundaedición de su libro Mattini dice:

“El párrafo inicial del capítulo primero refleja sintéticamentetoda mi concepción sobre los procesos sociales y la historia en

107

Carta a un Tupamaro

Page 108: Entre Tupas y Perros

aquel momento. Una concepción con fuerte contenido ddeetteerrmmii--nniissttaa de la historia. Estaba todavía convencido que el mundo vivíala etapa del tránsito del capitalismo al socialismo. Y seguía soste-niendo la existencia de un ssuujjeettoo hhiissttóórriiccoo ‘‘ssuussttaanncciiaall’’,, ddeetteerrmmii--nnaaddoo ppoorr ssuu ppaappeell eenn llaa pprroodduucccciióónn mmaatteerriiaall (...): el proletariadoindustrial. La interpretación de este ensayo-testimonio estáimpregnada de dichas concepciones y, según éstas, el mayor logrodel PRT-ERP fue su capacidad para aproximarse a, y hasta ganar-se parcelas de, este sector social; y su defecto, precisamente lo con-trario: las limitaciones para fundirse en el mismo. La hhiippóótteessiiss deque el PRT reflejaba los puntos de vista de ‘la democracia revolu-cionaria’ y no del proletariado se inscribe dentro de este intentode establecer un modelo teórico para el análisis de los aciertos yerrores. Por otra parte el libro no buscaba sólo reflejar una histo-ria sino que pretendía... formar parte de las fuentes de referenciapara la constitución de un nuevo proyecto político popular. Demodo que cada aspecto relatado y analizado de la historia del PRTy de la parte de la lucha de clases nacional, tenía y tiene al mismotiempo (...) pretensión de tteessiiss.”3

Mattini, por confusión o deliberadamente, invierte lostérminos, ya que su hipótesis es en realidad lo que quieredemostrar: que el PRT expresaba la Democracia Revolucionariay no al proletariado con su concepción del mundo, el marxismoleninismo. Se apoya para eso en su verdadero punto de partida,su verdadera hipótesis, según el cual en la Argentina lo que esta-ba y está planteado es la Revolución Democrática, idea que expo-ne en el último renglón del capítulo 16, página 318. En el párra-fo inicial del capítulo primero, refiriéndose al PRT, dice: “ellos,que se creían sinceramente la ‘vvaanngguuaarrddiiaa ddee llaa ccllaassee oobbrreerraa’ hansido quizás, la expresión más honesta decidida y radicalizada (yhasta ‘pprroolleettaarriizzaaddaa’, si se quiere) de la ‘Democracia Revoluciona-ria’.”4 Y en la llamada al pie de la misma página se amplía el con-cepto de Democracia Revolucionaria diciendo que:

“El estudio del papel positivo y revolucionario de la ‘Demo-cracia Revolucionaria’, era un enfoque relativamente nuevo en el

108

Daniel De Santis

Page 109: Entre Tupas y Perros

marxismo, pues sería un fenómeno particular de los países en víade desarrollo, en especial América Latina por las peculiaridadesde su desarrollo socioeconómico y se distingue claramente de lasexpresiones de la ‘desesperación pequeño-burguesa’ típica de lospaíses europeos (populismo, anarquismo y otros ‘revoluciona-rios’). La ‘Democracia Revolucionaria’ representaría los intere-ses y puntos de vista de las masas de trabajadores no proletarios,que en las condiciones de nuestros países, se nutren del ascensodel movimiento obrero y de las ideas del comunismo científico,logrando cierta autonomía e incluso hasta la conducción transi-toria de los procesos revolucionarios.”5

Luego, en varios capítulos, Mattini intenta presentar unSantucho dual: por un lado un revolucionario marxista-leninistay por el otro un demócrata revolucionario, para concluir que setrataba de esto último. En el capítulo 7 pág. 144, leemos:

“Este Santucho, el que trabaja así, que orientaba hacia lasmasas, que combatía el ultraizquierdismo y hasta el espontaneís-mo, que podía incluir hasta el detalle en [el] funcionamiento delas células, éste era el que avanzaba y en ese sentido podía pre-sentar la faz de intérprete de los intereses históricos del socialis-mo en la Argentina. Pero, aún en esta sencilla minuta, esteSantucho convive con el otro, el ‘demócrata revolucionario’, consus prejuicios políticos que lo llevan a no entender la política, nisiquiera a nivel de política sindical.”6

Como hemos leído, nuevamente Mattini caracteriza aSantucho y al PRT como demócratas revolucionarios y no comomarxistas, y lo acusa de no entender la política ni siquiera anivel de política sindical. Mattini dice esto porque Santuchoimpulsaba, entre otras, una agrupación sindical por la guerra yel socialismo, la que era resistida por los sindicalistas delPartido. Pero desprender de esto que no entendía nada de polí-tica es una afirmación muy audaz, aún en el ámbito de la polí-tica sindical, ya que Santucho hizo muchos aportes en esteterreno. Veremos luego que Mattini no usa la misma vara con

109

Carta a un Tupamaro

Page 110: Entre Tupas y Perros

que mide una táctica sindical para medir la desviación refor-mista del PC.

De la lectura atenta de todo el libro se va intuyendo queMattini le exige a Santucho que éste tenga “la idea absoluta” dela revolución en la Argentina, es decir la idea de la RevoluciónDemocrática, idea a la cual el Santucho proletario se acercaba yde la que el Santucho demócrata revolucionario se alejaba; ideaque él “descubre” recién en 1985, y expone en la página 318 comouna tesis renovadora y reveladora:

“Los comités fabriles del PRT, fueron una de sus mejoresherencias (...) Órganos de éste tipo, que si bien en el caso delPRT, fueron estrechamente partidarios y carentes de política,pueden ser estudiados como la base para la formación de orga-nismos frentistas populares que ampliando el concepto de demo-cracia, sirvan de escuela política, no sólo de la clase obrera sinodel conjunto del pueblo, consoliden día a día las libertades demo-cráticas y acumulen fuerza política hacia la RReevvoolluucciióónnDDeemmooccrrááttiiccaa.”7

Este es uno de los pocos párrafos de todo el libro en el queMattini expone su verdadera hipótesis, su verdadero punto departida. Nos vamos a detener en él y desde aquí empezaremos aresponder. Al comenzar la cita leemos: “Los comités fabriles (...)fueron estrechamente partidarios (...) pueden ser estudiadoscomo la base para la formación de organismos frentistas popula-res”. En primer lugar se confunde la organización política de lostrabajadores, su Partido, con un Frente (confusión agravada por-que Mattini no aclara qué tipo de Frente, si un Frente populardirigido por la burguesía o un Frente antiimperialista dirigidopor el proletariado). A este tipo de enredo se llega cuando se olvi-da de que en la sociedad capitalista existen las clases sociales. Ypor lo tanto el proletariado necesita de una organización propiapara mantener su independencia de clase y, con ella, su Partido,intentar acaudillar la alianza de clases necesaria en las distintasetapas de lucha en un país dependiente. Al respecto será muy útilanalizar la experiencia del Frente Grande, al cual concurrieron

110

Daniel De Santis

Page 111: Entre Tupas y Perros

varios grupos obreros y socialistas sin contar con un partido quelos representara. La experiencia demostró que nada pudieronhacer por imponer una dirección consecuentemente antiimperia-lista y, el Frente Grande, hegemonizado por la pequeña burgue-sía giró, a partir del 10 de abril de 1994, en pocas semanas, delantiimperialismo al proimperialismo.

En este punto, como en muchos otros, el PRT había resuel-to correctamente los niveles organizativos correspondientes a losrespectivos niveles políticos: Comités Fabriles como organismos debase del Partido y Comités de Base como órganos de base y demasas de la política de alianzas. ¿¡Estrechos!?, nos dice Mattini.¡Pero si justamente se crearon para ampliar la política del Partidoy de la clase obrera! El comité fabril no sólo debía organizar eltrabajo y la lucha en la fábrica, sino ser el centro de la actividaden toda la zona de influencia de esa fábrica: el barrio, la escuela,el hospital, los talleres, el club, etc. Eran concebidos como laforma organizativa de la hegemonía del proletariado dentro delconjunto de las masas.

“...carentes de política”. Es parcialmente cierto, pero aveces una verdad a medias se convierte en una falsedad; es comopedirle a un niño recién nacido que juegue al fútbol, cuandotodavía no sabe caminar. Los Comités Fabriles, por su misma con-cepción, tendían a politizar la línea del Partido en su zona deactuación. Por nuestra experiencia directa podemos afirmar quese politizaban en la medida que iban ganando influencia entre lasmasas y la consecuente necesidad de responder a ese sector delpueblo obligaba a sus miembros a elevar el análisis político delComité Fabril en su zona y vincularlo con la realidad provincial ynacional. Y no es un detalle menor observar que los ComitésFabriles o las células ganaban influencia entre las masas por sutrabajo consecuente, pero sobre todo por la política del PRT.

El párrafo finaliza diciendo: “consoliden día a día las liber-tades democráticas y acumulen fuerza política hacia la Revo-lución Democrática”. En primer lugar esta afirmación encierrauna tautología, ya que si se consolidan día a día las libertadesdemocráticas, entonces deja de ser necesario hacer una revolu-ción democrática, porque el objetivo se ha logrado por evolución.

111

Carta a un Tupamaro

Page 112: Entre Tupas y Perros

Pero contradictoriamente a esta línea de pensamiento, sujeta a lalógica formal, la realidad de Argentina y América Latina nosmuestra y demuestra que la estabilidad del sistema democráticoha traído como consecuencia la pérdida de libertades democráti-cas y no su ampliación. Y esto es así porque, como nos enseñaraSilvio Frondizi primero, lo confirmara la Revolución Cubanaluego y fuera línea del PRT, la burguesía nacional ha perdidotoda capacidad de liderar un proceso de avance democrático de lasociedad, y este objetivo se encuentra mucho más lejos aún de losintereses del gendarme económico y militar del mundo, el impe-rialismo norteamericano.

Dejamos para el final la verdadera hipótesis política dellibro, y que nosotros la hemos asimilado a la idea absoluta hege-liana: la RReevvoolluucciióónn DDeemmooccrrááttiiccaa8. Justifica este ejercicio teóricoel no encontrar, en todo el libro, ningún argumento, ningunafrase, ni siquiera una palabra, que sostenga la supuesta conclu-sión hacia la cual están dirigidas todas sus reflexiones. Si no queesta idea se posa sobre la realidad como dictada por una fuerzaexterior a ella. Pero, como ya dijimos antes, esto ocurre porque enrealidad éste es su verdadero punto de partida, que no puededemostrar. Y no lo puede demostrar porque la historia deArgentina y América Latina se encargó de refutar las posicionessimilares, aunque no tan retrógradas, sustentadas por el PartidoComunista Argentino durante aquellos años, cuando caracteriza-ba a la revolución en la Argentina como democrática, popular yantiimperialista, cuyo instrumento político era un amplio frentede coalición democrática, cívico-militar, el cual, agregamos noso-tros, siempre estaría dirigido por la burguesía.

Para caracterizar la revolución en nuestro país Mattinidebería haber comenzado por analizar las relaciones de produc-ción. Allí encontraría que las relaciones de producción dominan-tes en nuestro país, tanto vertical como horizontalmente, son lascapitalistas, las relaciones pre-capitalistas son totalmente secun-darias y la destrucción actual de la fuerza de trabajo es provocadapor la globalización capitalista y el carácter dependiente de “nues-tra” economía. En segundo lugar, debiera hacer un análisis histó-rico de las clases en un país dependiente y así verificaría, junto

112

Daniel De Santis

Page 113: Entre Tupas y Perros

con Guevara, que “las burguesías nacionales han perdido todacapacidad de oposición al imperialismo, si alguna vez lo tuvie-ron”. En tercer lugar, si se colocara en el punto de vista de la claseobrera, vería que en la Argentina no están planteadas tareasdemocrático-burguesas en el sentido clásico, ya que éstas fueronresueltas, a su modo, por la burguesía nacional. Las tareas dedemocratización de la sociedad tienen un contenido altamenteclasista, es decir, deben ser dirigidas por el proletariado. Las tare-as antiimperialistas tienen el mismo sentido. De esta manera lle-garía a la misma conclusión que Ernesto Guevara: “o RevoluciónSocialista o caricatura de revolución”.

Pareciera que Mattini ha comprendido mal a Marx y aHegel, tomando de este último sólo su sistema (su dogma), puesreclama que las ideas se vayan desarrollando dialécticamentehacia la idea absoluta (la Revolución Democrática) y no su méto-do (la dialéctica), según el cual el proceso del conocimiento y dela verdad se adquiere en la praxis, o sea en la realidad práctico-crítica.

Mattini reconoce en el primer párrafo citado que todavía sesiente influido por una concepción determinista, y quiere hacerresponsable de sus limitaciones filosóficas, a la política del PRTde 1970. El marxismo que nos llegó a la Argentina en gran parteestuvo influido por su desviación stalinista, que lo había impreg-nado de un fuerte dogmatismo. El marxismo y las enseñanzas delas revoluciones triunfantes, y en muchos casos deformaciones deestas, se presentaban como verdades absolutas tal como intentahoy (1985) hacer Mattini con su teoría de la RevoluciónDemocrática. En cambio Santucho y el PRT comenzaban (y digosólo comenzaban) a romper con ese dogmatismo y a redescubrirel marxismo como una concepción del mundo y una teoría de lapraxis llena de vida que se crea y se recrea todos los días, o sea enla actividad teórico-práctica, basando su criterio de verdad en lapráctica social y no en dogmas preestablecidos.

Muchos teóricos post-modernos afirman que el positivismofue la expresión filosófica del avance extraordinario de las cien-cias naturales en el siglo XIX, e incluyen dentro del positivismo almarxismo. En el fin del siglo XX concluyen en que el positivismo

113

Carta a un Tupamaro

Page 114: Entre Tupas y Perros

ha sido superado. Por supuesto que ha perecido el dogma que seconstruyó en reemplazo del materialismo histórico y el dialéctico.Creemos necesario que la reflexión sea hecha sobre las verdaderasideas de Marx y Engels. Tomemos por ejemplo este párrafo delEngels maduro (no sospechado de idealismo) escrito en 1886 ensu trabajo sobre Ludwig Fehuerbach en el cual expone el métodode Hegel:

“En Hegel, la verdad que trataba de conocer la filosofía, noera ya una colección de tesis dogmáticas fijas que, una vez encon-tradas, sólo haya que aprenderse de memoria; aahhoorraa,, llaa vveerrddaaddrreessiiddííaa,, eenn eell pprroocceessoo mmiissmmoo ddee ccoonnoocceerr, en la larga trayectoriahistórica de la ciencia, que, desde las etapas inferiores, se remon-ta a fases cada vez más altas de conocimiento, pero sin llegarjamás, por el descubrimiento de una llamada verdad absoluta, aun punto donde ya no pueda seguir avanzando, en que sólo lereste cruzarse de brazos y sentarse a admirar la verdad absolutaconquistada (...) Todas las fases son necesarias y, por lo tanto,legítimas para la época y para las condiciones que la engendran;pero todas caducan y pierden su razón de ser al surgir condicio-nes nuevas y superiores, que van madurando poco a poco en supropio seno, tienen que ceder el paso a otra fase mas alta, a la quetambién le llegará, en su día, la hora de caducar y perecer.”9

Comprender esto nos permitirá asumir que el marxismo noes una concepción concluida en 1883, ni en 1895, ni tampoco conla muerte de Lenin, sino que debemos “exprimir” nuestros cere-bros, alimentados en la práctica social, para que de ellos salganllaass nnuueevvaass iiddeeaass que actualicen la visión marxista de la historia yla sociedad. Pero el gnoseológico no es el único error que cometeMattini. Citamos antes su nota al pie de la página 28, donde noshabla de la Democracia Revolucionaria como un enfoque relati-vamente nuevo en el marxismo. (¿Quiénes son los marxistas paraMattini? Nos lo dirá más adelante).

Según nuestro conocimiento ya se llamaban demócratas(revolucionarios) los jacobinos del grupo encabezado porRobespierre (1790)10. Dentro de la terminología marxista lo

114

Daniel De Santis

Page 115: Entre Tupas y Perros

encontramos en 1895, cuando Plejanov y Lenin lo usaron paracaracterizar a los socialistas pre-marxistas rusos: Herzen,Chernishevsky y otros11 (1860-80), quienes veían en el campesi-nado la fuerza revolucionaria fundamental y al grupo “la volun-tad del pueblo”, los que el 1 de marzo de 1881 realizaron un aten-tado con una bomba contra el Zar Alejandro II, matándolo, grupoal que pertenecía Alejandro Úlianov, hermano mayor de Lenin12.Y, por último, creemos que Mattini no reparó en que tambiénLenin caracterizaba como demócrata revolucionario al popeGapón13 quien condujo, el 9 de enero de 1905, a la masacre decientos de obreros y campesinos rusos, hecho conocido como el“domingo sangriento”.

Hemos citado tres ejemplos del uso de la categoría “demó-crata revolucionario” por los marxistas. Ellos -los verdaderos mar-xistas- la usaron para definir a los movimientos revolucionariosanteriores al surgimiento del marxismo. Luego de la aparición ydesarrollo de éste se siguió utilizándolo, pero ahora para caracte-rizar a movimientos retardatarios, retrógrados o directamentereaccionarios y contrarrevolucionarios. Como hemos visto estaterminología no es nueva ni feliz. Sí es de reciente incorporación(fines de los ‘70) al acerbo conceptual de los Partidos Comunistasen un intento por producir un acercamiento con los movimientosrevolucionarios del Tercer Mundo inspirado, entre otras cosas, porla presión del Partido Comunista Cubano.

Los comunistas de aquellos años se pensaban a sí mismoscomo los únicos revolucionarios y, por lo tanto, los movimientosde liberación nacional y social, e incluso partidos marxistas leni-nistas, eran caracterizados como pequeño-burgueses desespera-dos, o con adjetivos aún peores. Y en la página 312, Mattini nosdice quiénes son, para él, los marxistas:

“Posiblemente Handal y Santucho sean las expresiones máslúcidas de las dos corrientes revolucionarias latinoamericanas(exceptuadas las direcciones del Partido Comunista Cubano y delFrente Sandinista) que necesariamente deben converger en unacorriente única (...) Pero la diferencia fundamental entre estos dosrevolucionarios ejemplares está en que, mientras el primero eshijo de la tradición comunista, y por lo tanto proletaria -con el

115

Carta a un Tupamaro

Page 116: Entre Tupas y Perros

reformismo incluido- y pudo descartar los lastres negativos ymantener y desarrollar la enorme acumulación de experiencia deesa tradición, auténticamente marxista, el segundo, arrastraba elfuerte contrapeso de la influencia de la ‘democracia revoluciona-ria’, agravado por su formación en el trotskismo.”14

Para Mattini la tradición comunista, con el reformismoincluido (Mattini no se priva de nada), es la proletaria auténti-camente marxista. Por lo tanto asume esa posición política ydefiende su concepción de la Revolución Democrática, hipóte-sis desde la cual intentó negar (¿dialécticamente?) la experien-cia del PRT.

Por respeto a miles de heroicos militantes obreros delPartido Comunista que dedicaron su vida a la lucha revoluciona-ria por el socialismo, sentimos pudor en recordar que en laArgentina de 1976 no podía haber confusión sobre quiénes eranlos militares argentinos, y menos en 1985. Para Mattini esto es undetalle sin importancia: Santucho era demócrata revolucionarioy no entendía nada de política porque proponía una agrupaciónsindical que no se desarrolló15, y la colaboración del PartidoComunista con la Dictadura de Videla era una política queexpresaba, según Mattini, al proletariado.

Éstas son, a mi entender, algunas de las ideas que MarioRoberto Santucho, Benito Jorge Urteaga, Domingo Menna, todoel PRT, con sus héroes, sus mártires y sus sobrevivientes, se mere-cían que fueran discutidas cuando en los años ‘78-‘79 nos dividi-mos, en lugar de ocultarlas tras la fábula de una lucha entredemocráticos y antidemocráticos, como se afirma en el libro deLuis Mattini. Nosotros sabemos que hemos cometido erroresgrandes y errores pequeños, tácticos y estratégicos, que hemosmanejado sólo “briznas de marxismo”, pero aquí se ha intentadodiscutir algo diferente, algo que creemos también esencial, y esoes la actitud teórico-práctica de un revolucionario frente a larevolución social.

La Plata, 19 de julio de 1996

116

Daniel De Santis

Page 117: Entre Tupas y Perros

NNOOTTAASS

1Este texto forma parte de un escrito más extenso inicialmente tituladoEn homenaje a Santucho, Urteaga y Menna, publicado el 19 de julio de1996 con motivo de cumplirse el 20 aniversario de la caída en combatede nuestros compañeros. Este trabajo fue ampliado y su versión defini-tiva, bajo el nombre Apuntes para un balance, apareció publicada comointroducción al Tomo 2 de A vencer o morir, el 19 de julio de 2000.2En realidad fue designado interinamente, no elegido. En la carta aHuidobro se analiza más ampliamente esta situación. Este error secometió por falta de información al momento de su publicación. Enhomenaje a Santucho (...) fue el inicio de mis esfuerzos por rescatar lahistoria y los documentos del PRT y del ERP.3Mattini, Luis: Hombres y mujeres del PRT-ERP, Editorial La Campana(edición ampliada), 1995, p. 14. Los subrayados son nuestros.4Op. cit. p. 27 y 28.5Op. cit. p. 28.6Op. cit. p. 144. 7Op. cit. p. 318. La negrita es nuestra.8La Revolución Democrática es, para los marxistas, la revolución políti-ca de la burguesía en aquellos países en los que han madurado las rela-ciones de producción capitalistas, y por lo tanto la modificación radicalde la superestructura de la sociedad, que le permita a la clase revolu-cionaria eliminar las relaciones económicas sobrevivientes del feudalis-mo y otras relaciones de producción precapitalistas. La RevoluciónDemocrática típica fue la francesa de 1789, y la única en Europa en laque la burguesía jugó “su” papel revolucionario. Luego, los marxistashan escrito toneladas de libros analizando las inconsecuencias de lasburguesías en “su” revolución, por lo que se concluye que este papeldebió jugarlo el proletariado. En nuestro país se han alternado la dicta-dura militar (bonapartista primero y terrorista después) con la demo-cracia parlamentaria como formas de dominación, sin modificaciónprogresista de la estructura económica. Peor aún, la contradicción entredemocracia y dictadura no fue resuelta por las fuerzas revolucionariassino por su derrota. Esto les ha permitido imponer una democracia par-lamentaria restringida, corrupta, mafiosa, donde los representantes sur-gen, igual que en la época de Lenin, por el poder del dinero. Esta demo-cracia no puede evolucionar progresivamente, porque su esencia es,como hemos visto, reaccionaria.

117

Carta a un Tupamaro

Page 118: Entre Tupas y Perros

9Engels, Federico: Ludwig Fehuerbach y el fin de la filosofía clásica alema-na, La Rosa Blindada, Buenos Aires, 1975, p. 30 y 31. El subrayado esdel autor.10Atlas Histórico Mundial, Istmo, Madrid, Tomo 2, p. 19.11Historia de la Ideas Políticas, Cartago, Buenos Aires, 1959, cap. XX.12Al cumplirse el sexto aniversario del atentado, un grupo de la mismaorganización encabezado por Alejandro, el hermano de Lenin, intentórepetir el atentado con el Zar Alejandro III, pero fue descubierto yAlejandro y cuatro de sus compañeros fueron ahorcados.13Lenin: “Dos tácticas de la Socialdemocracia en la RevoluciónDemocrática”, en Obras Escogidas, Problemas, Buenos Aires, 1946, p. 52.14Mattini, op. cit., p. 312.15Incluso este tema está sujeto a discusión. Santucho veía en 1974 máslejos que Mattini en 1985. El primero proponía una agrupación sindicalpor la guerra y el socialismo porque preveía la necesidad de una orga-nización sindical clandestina en condiciones de una dictadura militarcuyo advenimiento era inminente.

118

Daniel De Santis

Page 119: Entre Tupas y Perros

LLAA LLUUCCHHAA OOBBRREERRAA EENN PPRROOPPUULLSSOORRAA SSIIDDEERRÚÚRRGGIICCAA

YY LLAASS JJOORRNNAADDAASS DDEE JJUUNNIIOO YY JJUULLIIOO DDEE 11997755

IInnttrroodduucccciióónn

Recoger los hechos históricos parece una cosa natural paralos pueblos, por que lo hacen desde la antigüedad, y pareceríaque no es necesaria mayor justificación para ello. En nuestrocaso, además de esta actitud, creemos que existen motivos parti-culares que lo hace útil y necesario. En la historia de lucha de lospueblos y de las clases explotadas es natural que la historia oficialsea escrita por los vencedores, y relegada al olvido, en el mejor delos casos. Es común también que sean calumniados los pueblos oclases que sufrieron la derrota; otro tanto se hace con los hombresque participaron en aquellas contiendas. Hoy es doblementeimportante y difícil rescatar la experiencia del movimiento obre-ro y de los revolucionarios que dentro de él protagonizaron lasluchas del período 1966/76. Es doblemente difícil porque en eseperíodo se construyó un poderoso movimiento obrero y popular,revolucionario, que tal vez como nunca antes cuestionó el poderde las clases dominantes, motivo fundamental que llevó a éstas algolpe de 1976 y a ejercer sistemáticamente el terrorismo deEstado contra el pueblo.

Nos proponemos contar una experiencia desarrollada en lazona de Ensenada, Berisso y La Plata, donde había surgido unactivismo fabril que planteaba posiciones combativas y se con-traponía a las direcciones sindicales, otrora combativas, surgidasen su mayoría, en los planes de lucha de la CGT entre los años1964 y 1965, las que se habían ido burocratizando. Podemos men-cionar, entre otras, luchas desarrolladas en Hilandería Olmos, enla construcción, en UTA, en los frigoríficos Swift y Armour, en las

119

Carta a un Tupamaro

Page 120: Entre Tupas y Perros

metalmecánicas INDECO, SIAP, Káiser Aluminio, OFA y Casade las Juntas, en Corchoflex, en Judiciales, ATULP, Hospital deGonnet, Hospital Gutiérrez, Astilleros Río Santiago y PropulsoraSiderúrgica. Por haber participado directamente en esta última,centraré el relato allí, lo que no implica desconocer al resto delmovimiento obrero y sus luchas, las que en buena medida con-fluyeron hacia 1975 en la Coordinadora de Gremios, ComisionesInternas y Delegados en Lucha de La Plata, Berisso y Ensenada.1

EEll ffrraauuddee eelleeccttoorraall

Propulsora Siderúrgica fue una fábrica que comenzó suproducción de laminados planos en 1969, con una tecnologíamuy avanzada a la que incorporó a obreros jóvenes -promedio 25años- con mediana y alta calificación, técnicos de las escuelasindustriales o jóvenes habían cursado algunos años de la escuelasecundaria, y un nivel salarial alto para el mercado. Sindical-mente se organizó un cuerpo de delegados a instancias de laDirectiva de la seccional de la UOM, integrada por miembros dela Lista Azul Rosendo García. En el mes de octubre de 1973 fue-ron convocadas elecciones para renovar la totalidad del Cuerpode Delegados, del que surgiría luego la Comisión Interna. LaComisión Directiva de la UOM propuso la integración de unalista única, con la condición de excluir de ella a SalvadorDelaturi, por ser comunista. La propuesta no fue aceptada.Rápidamente se produjo la reacción de la mayoría de los delega-dos entre los cuales había militantes de la Juventud Peronista, delPartido Comunista y del Peronismo de Base y numerosos delega-dos independientes, los que tenían posiciones democráticas ycombativas. Finalmente se produjo la ruptura y se conformarondos listas: la Azul, ligada a la directiva de la UOM, y la Blancaintegrada por la mayoría de los delegados.

La elección se desarrolló durante tres días, por lo que laurna debía guardarse, en las dos noches intermedias, en el localde la Seccional. Los de la Directiva, además de la urna, proveye-ron los sobres para emitir los votos. Estos eran translúcidos -por

120

Daniel De Santis

Page 121: Entre Tupas y Perros

lo que dejaban ver el color de la boleta colocada en su interior-.Al finalizar el segundo día de votación, con voto “cantado” yescrutinio contado, era evidente que ganaba la Lista Blanca poramplio margen. Esto decidió a los azules a consumar el fraudeque tenían planificado ante la emergencia. Cargaron la urna enun auto Falcon para llevarla al Sindicato, mientras eran perse-guidos por delegados de la Lista Blanca en un Citröen. Los pri-meros se perdieron en la zona del Bosque de La Plata y cambia-ron los votos. Al otro día se realizó el escrutinio y ganó la listaAzul, por 550 a 350 votos aproximadamente. La reacción de losmiembros de la Blanca, ante el fraude, fue levantar firmas queavalaran la anulación de la elección. En cuarenta y ocho horas serecogieron setecientas treinta y dos firmas, más del doble de losvotos “obtenidos”, las que fueron llevadas al local sindical poruna comisión de obreros acompañados por una escribana. Alintentar ingresar al Sindicato fueron arrojados violentamente.De esta manera concluyó esa primera resistencia y así se consu-mó el fraude electoral.

En los meses siguientes hubo mucha bronca por este hechoy porque los delegados fraudulentos no respondían a los interesesde los trabajadores. Puedo relatar una pequeña anécdota muydemostrativa de su actitud. Me encontraba trabajando, en unlugar bajo techo, con un compañero que era afiliado comunista-esto era conocido en la fábrica- embalando bobinas de chapa.Una gran máquina que se usaba para mover las bobinas, unHyster, quemaba mucho aceite y sumado al lugar cerrado nosafectaba considerablemente. Cuando llamamos a un delegadopara que lo parara, nos acusó de haraganes y comunistas, que loque queríamos era hacer lío. Luego, recurrimos al jefe de turno yéste paró el Hyster. Ante hechos como estos los trabajadores fue-ron acumulando mucha bronca. Mientras tanto, por la inflación,nuestro salario iba cayendo.

LLaa hhuueellggaa ggrraannddee

Entre abril y mayo de 1974 se reactivó el grupo de traba-jadores que habían formado la Lista Blanca2. En las sucesivas

121

Carta a un Tupamaro

Page 122: Entre Tupas y Perros

reuniones que se realizaron se decidió convocar a una asambleapara el día jueves 23 de mayo, con el objetivo de solicitar unaumento de salarios. El volante con la convocatoria tenía un textobrevísimo y de muy pequeño tamaño, casi ridículo para la subje-tividad de un militante que venía de la Universidad, pero esaspequeñas tiras de papel eran pasadas de mano en mano como untesoro. Al día siguiente en el diario El Día de La Plata se podíaleer entre los principales titulares: “Paro docente en todo el país,con elevados índices de ausentismo, en La Plata fue práctica-mente total. Realizaron una manifestación; Se levantó ayer elparo de FATUN; Bombas a dos médicos del Swift; Empresariosde Ensenada dijeron que hay desabastecimiento y mercado negroen muchos productos; OOccuuppaarroonn llaass iinnssttaallaacciioonneess eenn PPrrooppuullssoorraaSSiiddeerrúúrrggiiccaa”.

Ese día jueves a las 14:00 horas -cambio de turno- se reu-nieron los trabajadores frente a los vestuarios y se improvisóuna tribuna con un tanque de 200 litros, la concurrencia eranumerosa y expectante. Lo primero que hicimos fue explicar losmotivos de la convocatoria y solicitar la presencia de los delega-dos, pero se informó que se habían escapado por los fondos de lafábrica. Inmediatamente preguntamos por el monto del aumen-to: “¿70.000 $ m/n? ¡No!”, respondió la asamblea. “¿80.000 $ m/n?¡No!”, resuelve nuevamente. “¿90.000 $ m/n?” y otra vez la nega-tiva, hasta que se aprobó la cifra mágica de 100.000 $ m/n.

El paso siguiente fue elegir una Comisión de quince obre-ros para elevar la solicitud a la patronal. Ésta no recibió a laComisión, lo que provocó una situación indefinida. Por parte dela patronal, interpretaron que se había ocupado la Planta; porparte de los trabajadores no se sabía muy bien qué hacer y seesperaba. Pasadas unas dos o tres horas se comenzó a tomar con-ciencia de que, aún sin proponérnoslo, habíamos tomado la fábri-ca. En consecuencia se resolvieron algunas medidas: se organiza-ron las entradas y salidas, se comenzó a acumular comida, se for-maron comisiones de propaganda, de vigilancia, etc.

A las 19:00 horas llegó un representante del Ministerio deTrabajo, se interesó por la situación general y preguntó por losrehenes a lo que se respondió que los ejecutivos presentes no eran

122

Daniel De Santis

Page 123: Entre Tupas y Perros

tales y que sino se habían ido era porque no lo querían. Cuandoestos se enteraron abandonaron el lugar precipitadamente. Antesde finalizar el día ampliamos la Comisión de 15 a 33 compañe-ros. De esta manera quedó constituido el Cuerpo de Delegadosde acuerdo con la proporcionalidad que establecían los estatutos.Dentro de la fábrica, tanto en la planta de producción como en eltaller mecánico y aún en las oficinas, reinaba gran actividad;todos nos preparábamos para sostener la ocupación. La solidari-dad y afecto de los compañeros se manifiesta en forma exultante.A media noche, al llegar a mi sección, Decapado3, los compañerosme habían preparado una cama con papeles de envolver bobinasdentro de una de las cabinas de la sección.

Al amanecer mateamos y la actividad continuó. Me vinie-ron a ver el Turco Cherri y Roberto Lopresti. Me dijeron: “Te bus-camos toda la noche porque queremos saber tu opinión. Creemosque al Cuerpo de Delegados y al movimiento en su conjunto hayque darle una dirección centralizada. Los estatutos establecenque para esta fábrica corresponde una Comisión Interna de 5miembros, la cual tendría que estar integrada por nosotros dos deMontoneros, el Pato Rave del Peronismo de Base, el PampaDelaturi del Partido Comunista y vos del Partido Revolucionariode los Trabajadores, ¿qué opinás?” Les respondí que me parecíabien. “Pero, insistieron, el problema es que no sabemos cómohacer la propuesta”. Les respondí: “es muy fácil, se convoca alcuerpo de delegados, se hace la propuesta y se vota. Luego estaresolución se la lleva a una asamblea como propuesta del Cuerpode Delegados”. Ese mismo día se efectuó esta propuesta por elprocedimiento indicado y una asamblea la aprobó. La composi-ción de la Comisión Interna representaba a los compañeros quehabíamos organizado el movimiento y a las fuerzas políticaspopulares que existían en la fábrica.

Dentro de la fábrica había gran actividad, pero el aspectomás destacado era la realización permanente de asambleas paratomar las decisiones, todo se discutía y resolvía colectivamente.Se inició así una rica experiencia de democracia obrera, la quecon altibajos se mantuvo hasta marzo de 1976. Esto es necesariorecalcarlo porque por parte de la patronal, la burocracia y los ser-

123

Carta a un Tupamaro

Page 124: Entre Tupas y Perros

vicios se ha intentado ocultar y tergiversar esta situación. Fueronlos activistas encuadrados en las organizaciones revolucionariaslos que impulsaron y educaron a sus compañeros en la democra-cia obrera, ya que el sistema de explotación y la burocracia no lohacían.

El mismo viernes una delegación de trabajadores concurrióa la casa de gobierno, fueron recibidos por el secretario generalde la gobernación de la Provincia de Buenos Aires, a quien se leinformó de la real situación en la planta y los objetivos de lamedida de fuerza. Luego la delegación se entrevistó con el perio-dismo para informarle de la situación y desvirtuar las versionesde toma violenta y la existencia de rehenes. También se explicóque desde un primer momento se había recabado la presencia dedirectivos de la UOM, para que tomaran la representación de lostrabajadores y buscaran una solución al conflicto, pero “hasta elmedio día del viernes no hemos contado con la presencia de losdirigentes gremiales”. Asimismo se denunció que la empresa esta-ba incurriendo en acaparamiento de material. Por su parte, repre-sentantes de la patronal señalaron a la prensa que no podían hacertratativas porque desconocían la representatividad gremial de losdelegados recién elegidos. Ese día se recibieron adhesiones de laRegional VIII de la Juventud Peronista, la agrupación Evita y elPartido Socialista de los Trabajadores.

Se intentaron distintas vías para quebrar el conflicto. Elsábado 25 de mayo la Comisión Directiva de la UOM convocó auna asamblea en la sede sindical a la que concurrió una gruesacolumna de obreros -otros quedaron en la planta- y la asambleano se realizó porque la burocracia no la podía controlar. Mientrastanto, dentro de la planta se organizó una olla popular la que sesostuvo con contribuciones de la población, fundamentalmentede Ensenada. Desde el Comedor Universitario la FederaciónUniversitaria de La Plata envió comida.

Mientras en la fábrica se formaban comisiones para distri-buir alimentos y medicamentos que recibíamos de la solidaridadpopular, se le reclamaba a la Comisión Directiva de la UOM quereconozca la representatividad de los delegados, para así iniciartratativas tendientes a solucionar el conflicto. La Comisión

124

Daniel De Santis

Page 125: Entre Tupas y Perros

Directiva, manifestó que la UOM no dialogaría con los ejecuto-res de la medida de fuerza hasta tanto no desocuparan la fábrica.Su Secretario Adjunto, Rubén Diéguez, expresó a la prensa que“hasta ahora nos hemos negado a hablar con los trabajadores dela planta (...) pero cuando ellos se den cuenta que han sido enga-ñados, los que pudieran estar en el establecimiento, porque lamayoría no está, y otros que se hallan presionados o amenazadosy normalicen sus tareas, la asamblea que ellos solicitan la convoca-rá directamente el gremio, como así asumirá la derivación de estasituación con toda la responsabilidad en defensa de los obreros”.Otro directivo agregaba que se está “aguardando que se expida eljuez interviniente en la causa que fue iniciada por la subsecreta-ría de trabajo, Dr. Ramón Silva Pelossi”.

Se vivieron todo tipo de experiencias. Dentro de la plantahubo activistas que intentaron quebrar la lucha. Respondían acorrientes políticas sin representatividad entre los trabajadores.Así, por ejemplo, en una reunión del cuerpo de delegados, uno deellos sostuvo que para mayor democracia era necesario hacerasambleas cada dos horas. Este planteo era ridículo desde todopunto de vista, ya que implicaba prácticamente vivir en asam-blea. Por lo tanto se decidió, como ocurría hasta ese momento,que ellas fueran convocadas cuando había algo importante quedecidir, pues llamar a asamblea mecánicamente sin tener algúntema que resolver sólo podía producir el desgaste de los delega-dos, de los trabajadores y de la misma institución asamblea.

El día domingo 26, fue el pico más bajo en la toma, debidoa los días feriados seguidos y la consecuente falta de novedades.Esta situación fue aprovechada por otros “quinta columna” parasembrar la duda y el desánimo. Recuerdo que agitaban la necesi-dad de realizar una asamblea para discutir la situación y la faltade resultados. Se llamó a asamblea y se expresó el objetivo bus-cado: desconocer al cuerpo de delegados, “ya que estos sólo quie-ren el conflicto y no se ha logrado nada hasta ahora”. La pro-puesta recibió algunos apoyos. Nosotros no sabíamos qué hacer,pues era real que no había novedades, ya que la patronal buscabael desgaste del movimiento. En pocas palabras, nos quedamos sinlínea. En ese momento pidió la palabra un compañero que vivía

125

Carta a un Tupamaro

Page 126: Entre Tupas y Perros

en Berisso, descendiente de polacos, que había sido obrero de lacarne en el frigorífico Swift y era de más edad que la mayoría denosotros, o sea tenía más experiencia, un veterano de treinta ypico. Les habló a los compañeros y les pidió que no se dejaranconfundir, que apoyen a los delegados, ya que en sus años defábrica nunca había visto tanta democracia y participación y queen esto tenía que ver la actitud de los delegados; esto argumentosrevirtieron la situación. No recuerdo haber escuchado nueva-mente a este compañero hablar en las asambleas, lo que sí recuer-do es que se repitieron hechos como éste. Compañeros que noeran activistas intervinieron en momentos claves y resolvieronsituaciones difíciles. Una de las enseñanzas que nos dejó estaexperiencia es que cuando un fenómeno es realmente de masas laparticipación es inagotable.

Es muy difícil describir tantos años después la solidez queenvolvía a aquel grupo, basada en el trato fraternal y solidarioentre los compañeros, que se guiaba por la simple consigna oottooddooss oo nniinngguunnoo. Lo que sí puedo afirmar es que en estas jornadasse fue fraguando una conciencia que quince años después todavíavive en los protagonistas de aquellos días de gloria. La solidari-dad se expresó desde todos los sectores: tuvieron una participa-ción activa la población de la zona, la Cámara de Comercio eIndustria de Ensenada, la JTP, FULP, ATULP, Judiciales, el FIP,APR, UCR, JR, las agrupaciones estudiantiles, el cura Chicho, osea el párroco de Cambaceres, Félix Bianchini.

El lunes 27 de mayo se le presentaron a la patronal los cincopuntos que serían los que sostuvieron al conflicto (que se prolon-gará hasta el 9 de setiembre): 1) Ningún despedido; 2) Pago de losjornales caídos; 3) No represión; 4) Cien mil pesos de aumento; 5)Reconocimiento del Cuerpo de Delegados y de la ComisiónInterna de Reclamos. A la actitud patronal y de la UOM, se sumóla del gobierno que desplegó sus efectivos sobre la planta. Así rela-tó el diario El Día del 28 de mayo lo acontecido el día anterior(diario no sospechado de parcialidad hacia los obreros):

“Se reforzó considerablemente el número de efectivos y semovilizaron carros de asalto y ambulancias en previsión de tener

126

Daniel De Santis

Page 127: Entre Tupas y Perros

que desalojar a los obreros de acuerdo a la orden judicial. A las14:30 horas se hizo presente el juez en lo penal Dr. Ramón SilvaPelossi. También arribaron a la planta el diputado nacionalLeonardo Bettanin, y el dirigente de la JTP Enrique Juárez. Eljuez se retiró una hora después y volvió a ingresar a las 19:30horas. Se temía que se iniciara la represión. Ingresaron tambiénBettanin y Juárez y se prosiguió la reunión hasta las 21:45 hs. enque se retiró el juez Pelossi. De hecho la patronal reconocía a losdelegados obreros ya que accedió a dialogar con ellos. La patro-nal accedió al pago de los días caídos, que no habría despedidosy que se trataba de llegar a una desocupación pacífica de la plan-ta. (…) Eran cuestionados (por parte de la patronal) los puntosreferidos al aumento y al reconocimiento de la representaciónobrera (…) Los principales accesos a Propulsora Siderúrgica fue-ron fuertemente custodiados por efectivos de la policía provin-cial. Se notó el desplazamiento de carros de asalto y otros vehí-culos. El acceso de personas fue rigurosamente controlado y des-pués de justificar que vivían en la zona se les permitía el paso (...)Los obreros y el diputado Bettanin hicieron gestiones para que sepermitiera el acceso al periodismo, pero no se accedió a ello. (…)Una delegación de trabajadores dialogó con Ricardo Balbín, fue-ron acompañados por el párroco de Cambaceres Felix Bianchiniy el presidente del comité de agrupaciones políticas de EnsenadaVicente Seguini.”

De las reuniones que se realizaron con funcionarios y políti-cos la que tengo más presente es la realizada, dentro de la planta,entre los cinco miembros de la Comisión Interna y dos altos jefesde la Policía de la Provincia. Uno de ellos tenía tres soles y el otrodos, por lo que deduje que el gobierno le daba mucha importan-cia a la situación planteada. Ellos nos exigieron la desocu-pacióninmediata de la planta. Luego, más relajados hicieron insinua-ciones sobre la militancia política de algunos de nosotros y trata-ban de obtener o precisar la de los que no tenían esa información.Nuestra actitud fue firme y cortante en todo momento. Nuestromejor argumento y nuestra mayor verdad era que no podíamostomar una decisión, ya que ello era privativo de una asamblea.Además le expresábamos algo que ellos podían comprobar: que

127

Carta a un Tupamaro

Page 128: Entre Tupas y Perros

nadie tenía deseos de desalojar la planta y nos manteníamos uni-dos, organizados y dispuestos a ofrecer resistencia. Finalmenteacordamos seguir conversando al día siguiente, ya que se hacía denoche y en esa situación no se podían realizar modificaciones.

Mientras tanto, dentro de la planta, en las primeras horasde la noche se realizó una asamblea en la que hablaron muchoscompañeros proponiendo resistir hasta la última gota de sangre.Lo que finalmente resolvió la asamblea fue resistir y preparar ladefensa. En esta asamblea se lució la oratoria y la capacidad deorganización del Pampa Delaturi, quien le habló a sus compañe-ros como un general revolucionario le hablaría a sus soldados.Para la defensa se ubicaron bobinas colgadas de las grúas y carrosen los lugares de acceso, nos distribuimos planificadamente den-tro de la planta, se reforzaron los puestos de observación en laperiferia de la fábrica.

Durante la noche se siguió conversando y con mayor sere-nidad se fue llegando a la conclusión de que había que desalojarla planta pero negociando una salida decorosa. Esta posición sesustentaba en el relativo equilibrio de fuerzas. Ellos disponían dela fuerza para reprimir y, pese al enorme costo político que ellosignificaba en aquel momento, habíamos llegado a la conclusiónde que era una decisión tomada. Por nuestra parte había gran dis-posición para resistir, conocíamos bien el lugar, contábamos conenormes máquinas rodantes, centenares de bobinas que podía-mos mover y, dentro de la planta, los puentes grúas. Pero nuestramayor fortaleza era política. Existía una unidad monolítica y lospocos opositores estaban neutralizados, teníamos el apoyo de lasagrupaciones populares y fundamentalmente la manifiesta sim-patía de la población de la zona.

De haber mantenido la toma se hubiese producido un duroenfrentamiento con alto costo para las dos partes, pero por lanuestra peligraba la integridad física y las vidas de nuestros com-pañeros, por lo tanto el costo mayor sería el nuestro. Además esti-mábamos que no era correcto jugarnos al todo o nada, sino quedebíamos ceder algo pues teníamos fuerza para proseguir lalucha de otra forma. Con esta convicción se accedió a salir a las11:00 hs. de la mañana, para permitir la llegada de los grupos de

128

Daniel De Santis

Page 129: Entre Tupas y Perros

manifestantes que nos apoyaban y, para hacer una picardía,pedimos que un destacamento de policía se ubicara frente a laentrada principal.

Se entregó la planta en perfectas condiciones. Se firmó unacta que a su vez se entregó al periodismo como comunicado deprensa. Allí se consignó que:

“en la ciudad de Ensenada, Provincia de Buenos Aires, en laplanta de Propulsora Siderúrgica, a los veintiocho días del mesde mayo de 1974, el personal del establecimiento que se encon-traba realizando una asamblea que se desarrolló sin solución decontinuidad, procedió a desalojar las instalaciones de la misma,sin que se produjeran incidentes. Ante la ausencia de personaljerárquico la planta se encuentra bajo custodia del comisario deEnsenada. En el interior de la planta no se produjo pérdida algu-na de bienes materiales, encontrándose las instalaciones en per-fectas condiciones.”

En un clima de extrema tensión se organizó la columnaobrera, formada por secciones y estas por escuadras de 10 tra-bajadores, todos con ropas de trabajo. El guía derecho de laprimera escuadra llevaba una banderola que identificaba a susección y así todas las secciones. El departamento de produc-ción, encabezado por la sección Tandem4 se identificaba por suscascos amarillos; luego seguían las secciones del taller mecá-nico y de mantenimiento con sus cascos azules y por último,cerrando la marcha, los compañeros de control de calidad y delas oficinas con sus cascos grises y blancos respectivamente.

La columna obrera era imponente. La marcha, tensa ysolemne. Se comenzó a cantar el Himno Nacional, lo que obligó aldestacamento policial a saludar militarmente a los trabajadores. Eldía era soleado, la atmósfera diáfana, lo que permitía ver a lo lejos,en el acceso, a nuestros familiares y a las más de dos mil personasque nos esperaban. El encuentro fue emotivo, después de saludar-nos, marchamos todos juntos hasta la plaza Belgrano de Ensenada,de allí marchamos a La Plata hasta las calles 7 y 49. Durante el tra-yecto un cordón de personas nos saludaba y alentaba.

129

Carta a un Tupamaro

Page 130: Entre Tupas y Perros

Desde allí una delegación del cuerpo de delegados sedirigió al Ministerio de Economía para entrevistarse con eldelegado del Ministerio de Trabajo de la Nación, CentenoQuiroga. “La reunión duró desde las 17 hs. hasta las 20:30 hs.La representación obrera estaba integrada por Omar JacintoCherry, Salvador Delaturi y Daniel De Santis a quienes acom-pañaban sus abogados Cesar Calcagno y Jorge Brandwaiman”.Allí solicitamos la firma de un acta donde se comprometía auna reunión conjunta de directivos de Propulsora Siderúrgica,de la UOM y la Comisión Interna con participación delMinisterio de Trabajo. El delegado del Ministerio de Trabajono accedió a este pedido. Para este y su secretario DaríoAlesandro, militantes de la derecha peronista, la reunión noera más que parte del enfrentamiento con la izquierda de sumovimiento. Para nosotros no era así, estábamos compenetra-dos de nuestras reivindicaciones como trabajadores.

El secretario Darío Alessandro, en la conversación previaa la reunión, comenzó a chicanearnos, entre otras cosas nosdecía que habíamos repartido cascos a los estudiantes univer-sitarios, ya que allí no había trabajadores. Esto dio origen a uncontrapunto con el Turco Cherry, curtido en la vida de la calle,que dejó al militante de la Concentración NacionalUniversitaria sin palabras. Allí comencé a conocer las caracte-rísticas del Turco y del Pampa en las reuniones con la patronal.El primero conversador, de rápida respuesta y proclive al ping-poneo dialéctico en el que se sabía hábil; el Pampa era la perso-nalidad opuesta, ya de por sí serio, con la patronal era una roca,inflexible, de pocas palabras, nunca esbozó una sonrisa ni enesa reunión ni en ninguna otra. Él pensaba que iba a la guerrade clases con la burguesía y así actuaba en todo momento. ElPampa parecía forjado en acero.

Mientras se desarrollaba esta reunión en el hall delMinisterio, encabezados por el Pato Rave estaban presentes 18delegados que gestionaron el ingreso del periodismo a la salade reunión, pero tampoco se accedió a este pedido. Para mati-zar la espera, subió a la sala una fuerte dotación policial paraintimidar a los compañeros allí reunidos. La confianza que se

130

Daniel De Santis

Page 131: Entre Tupas y Perros

fue ganando aquella dirección se basaba además de la combati-vidad y la participación democrática, en la permanente y másamplia información de todos los pasos y gestiones realizadas.

Finalizada la reunión nos dirigimos nuevamente hasta lascalles 7 y 49 donde aguardaban, además de nuestros compañeros,alrededor de 5.000 personas que eran solidarias con nuestralucha. Dimos allí un amplio informe de lo actuado e invitamos amarchar hasta la casa de gobierno y allí desconcentrarnos. Eranlas 22:00 hs., de lo que había sido un día agitado. Después de seisdías de toma de fábrica, movilizaciones, negociaciones, y de lafebril actividad que ello implicaba, estábamos muy cansados,pero rebosantes de felicidad. Todas estas jornadas tenían paranosotros sabor a gloria, habíamos desplegado energías inmensasy era nuestra convicción que serían coronadas con el éxito.

Al día siguiente nos concentramos en el local de laAsociación Trabajadores de la Universidad de La Plata (ATULP),un sindicato amigo y solidario con nuestra lucha y en general conla de todos los trabajadores. Alrededor de las 17:00 hs. comenzóla asamblea citada el día anterior, con un marco ya tradicionalformado por los grupos juveniles de los distintos sectores de laizquierda y el peronismo por un lado, y por otro un amplio dis-positivo policial encabezado por la brigada antiguerrillera. En laasamblea se ratificó el paro y luego se inició una marcha hacia lascalles 8 y 48, permaneciendo allí hasta las 20:30 hs. ¿Por qué, siesa era una asamblea obrera, se la controlaba con la brigada anti-guerrillera? Esta era otra evidencia que la tan promocionada gue-rrilla industrial no era más que la disposición de lucha y ascensode la movilización en las fábricas. ¿Se le podrá llamar, acaso, gue-rrilla industrial a la organización obrera?

Ya una vez fuera de la fábrica fue necesario reforzar la orga-nización del cuerpo de delegados con una red de comunicacionesde tal manera que, en menos de 24 horas, se pudiera convocar alconjunto de los compañeros. Como base organizativa tomamos lamisma organización implantada por la patronal para la produc-ción, la cual ya la hemos descrito en la formación de la columnaque abandonó la fábrica después de la toma: escuadra, integradapor diez obreros, cuatro escuadras formaban una sección, un

131

Carta a un Tupamaro

Page 132: Entre Tupas y Perros

grupo de secciones formaban un departamento. Entre los cuatrodepartamentos (Producción, Taller Mecánico y Mantenimiento,Control de Calidad y Administración) estaban incluidos la totali-dad de los trabajadores. Cualquiera que haya hecho el servicio mili-tar sabe que ésta es la estructura de un batallón o de un regi-miento; incluso, hasta los nombres coinciden: diez soldadosintegran una escuadra, tres o cuatro escuadras forman una sec-ción o pelotón, tres secciones una compañía y tres de estas, unbatallón. Y algo más y muy importante, la disciplina impuestapor la producción en serie es muy similar a la disciplina mili-tar. Ya en el Manifiesto del Partido Comunista Carlos Marx reali-za esta comparación.

El jueves 30 se dedicó a la organización interna y ademásse hicieron gestiones ante el gobernador Victorio Calabró (quetambién era dirigente de la UOM), el que se desligó del conflictodiciendo que estaba en la jurisdicción del Ministerio de Trabajo.Antes de finalizar el día se convocó a una conferencia de prensaen ATULP para informar el estado del conflicto y las negociacio-nes realizadas.

El viernes 31 de mayo la UOM convocó a asamblea en lasede gremial, se reunió el cuerpo de delegados y decidió invitar alos compañeros a participar. En este sentido se tenía la posiciónde participar en las instancias orgánicas del gremio. Por la tardese realizó la asamblea con la asistencia de más de 800 compañe-ros dentro del local. Afuera quedaba la multitud que movilizabael conflicto: agrupaciones políticas de izquierda y de la tendenciarevolucionaria del peronismo, junto a la “compañía” normal dela policía con sus carros de asalto, patrulleros, policía montada eintegrantes del Grupo Tigre de la brigada antiguerrillera.

En la asamblea participó Rubén Diéguez, que además deser el Secretario Adjunto a cargo de la Secretaría General de laseccional de la UOM, era diputado provincial. Este se compro-metió a gestionar ante la patronal para que no hubiera ningúndespedido, el pago de los días caídos, la renuncia de los delega-dos elegidos fraudulentamente, e intervenir gremialmente lafábrica para llamar a nuevas elecciones en treinta días. Despuésde nueve días de lucha, el conjunto consideró que era una buena

132

Daniel De Santis

Page 133: Entre Tupas y Perros

base para continuar la lucha dentro de fábrica, por lo que se acep-tó la propuesta, con la condición de que si había un solo compa-ñero despedido se proseguía el plan de lucha. El oo ttooddooss oo nniinngguunnooseguía pesando. Ese mismo día se formó en Ensenada una comi-sión de solidaridad encabezada por el padre Bianchini.

Ese sábado primero de junio, a las 6:00 de la mañana, notodos los compañeros recibieron el telegrama de ingreso.Calculamos que faltaban alrededor de 200 telegramas, por lo queen asamblea de puerta de fábrica se decidió no ingresar y prose-guir con el plan de lucha tal como habíamos resuelto. Se llamóuna nueva asamblea general para el lunes siguiente. Ese día secongregaron los trabajadores en ATULP y resolvieron continuarcon el paro. En ese momento llegaron activistas de la Lista Azula informar que la UOM llamaba a una asamblea en su sede, antelo cual decidimos concurrir. Al concentrarnos cerca de la seccio-nal se acercó un activista de la UOM, quien nos invitó a pasardiciendo que nuestra casa era el sindicato. Recogimos la “invita-ción”, arengamos a nuestros compañeros para entrar ordenada-mente y con los dirigentes encabezando la columna.

Comenzó la asamblea hablando Rubén Diéguez. Este insis-tió en que la solución llegaría por medio del diálogo y que debía-mos dejar el conflicto en manos de la Comisión Directiva delSindicato. Nosotros reivindicamos las acciones desarrolladashasta allí y denunciamos la traición de la Comisión Directiva. Laasamblea bramaba, hasta que habló Salvador Delaturi con unaposición conciliadora. Paulatinamente el clima se fue modifican-do hasta que nos era evidente que el estado de ánimo había cam-biado. Diéguez aprovechó la situación y propuso el reingreso a lafábrica, que no hubiera despedidos y el pago de los días caídos.Con este nuevo marco sentimos que si repetíamos las interven-ciones del principio de la asamblea los abucheados íbamos a sernosotros, por lo que tuvimos que acceder a los planteos deDiéguez pero condicionándolos con seguir la huelga de brazoscaídos dentro de la fábrica. Además, si el viernes siete no habíaningresado todos los trabajadores se abandonaría la fábrica a par-tir de las 14:00 hs.

¿Qué había ocurrido? Previo a la asamblea, la dirección del

133

Carta a un Tupamaro

Page 134: Entre Tupas y Perros

Partido Comunista de La Plata había negociado con Diéguez elreingreso a la fábrica y el descabezamiento del conflicto. En losdías previos, por iniciativa de Delaturi quién era un organizadorconsumado, se constituyó un “Cuerpo de Representantes” confunciones superpuestas con las del Cuerpo de Delegados. Estehecho nos abrió un nuevo frente de conflicto, esta vez interno, elque logramos neutralizar mediante una táctica algo sutil ya queen lugar de enfrentarlo, junto con el Turco Cherri, nos pusimos alfrente de este nuevo cuerpo y le asignamos la tarea de organizarpiquetes de huelga, los que por otro lado también eran organiza-dos por el Cuerpo de Delegados. En pocos días dejó de existir elCuerpo de Representantes.

¿Cómo explicar que un compañero como el Pampa hicieraesto? Ya lo hemos caracterizado en parte. Podemos agregar ahoraque era muy disciplinado, y en particular fiel a su Partido al cualse había incorporado hacía diez años siendo obrero ferroviario ensu provincia natal. Delaturi vivía la contradicción de ser un mili-tante proletario revolucionario, fiel a su clase y pertenecer a unpartido no proletario, reformista. Posteriormente la agudizaciónde la lucha obrera en Propulsora Siderúrgica, en el gremio meta-lúrgico, en Villa Constitución, y la situación general irán agudi-zando esta contradicción hasta que finalmente la resolvió aban-donando el Partido Comunista e incorporándose plenamente alPartido Revolucionario de los Trabajadores.

El martes 4 a las 6:00 hs. de la mañana ingresarán los tra-bajadores con un sabor amargo en la boca ya que se tenía con-ciencia que había compañeros que no podían ingresar. De todasformas, la lucha siguió con la huelga de brazos caídos dentro dela planta. Se recibió la adhesión solidaria de la AsociaciónJudicial Bonaerense. Al día siguiente la Comisión Directiva de laUOM aceptó las renuncias de los delegados fraudulentos.Hicimos un balance y se calculó que faltaban 85 telegramas dereincorporación y se recibió información de que habría entre 40y 45 despedidos. Algunos puestos de trabajo de compañeros noreincorporados fueron ocupados por personal contratado.

El jueves 6 se reunieron en el Ministerio de Trabajo losdirectivos de la UOM y los de Propulsora Siderúrgica y acorda-

134

Daniel De Santis

Page 135: Entre Tupas y Perros

ron que no habría despidos. En este “acuerdo”, como en otroscompromisos anteriores, se puso de manifiesto que eran tácticasde distracción para que se levantaran las medidas de fuerza.Como buen discípulo del lobo Vandor, Diéguez se comprometió anegociar para que no hubiera despedidos pero, en realidad, con-feccionó con la empresa la lista de los mismos.

Durante la semana siguiente en la planta de Obras Sani-tarias, pegada al acceso de la fábrica, se realizaron tres asam-bleas. En la primera, el lunes 10, la Comisión Interna propusocontinuar con la huelga de brazos caídos dentro de la planta; laLista Azul mocionó el quite de colaboración. La primeramoción obtuvo un 90% de los votos. En la segunda asamblea, elmiércoles 12, se repitieron las mismas mociones y volvió a ganarla primera moción con el 70% de los votos. Pero a la tarde seprodujo un hecho importante: habló el presidente Perón, quienhizo un llamado a sostener el Pacto Social. El resultado en elcampo sindical fue el levantamiento de muchas medidas defuerza. En este marco, el viernes 14 de junio, en una nuevaasamblea, se repitieron las mociones y volvió a ganar la conti-nuidad de la huelga de brazos caídos pero por estrecho margen.Rápidamente los miembros de la Comisión Interna comprendi-mos que con esta pequeña mayoría no se podía sostener unahuelga prolongada y contrapropusimos, ante la paridad de lavotación, levantar la huelga y aplicar un quite de colaboracióncon algunas medidas accesorias. Esta moción fue aprobada porunanimidad y nos permitió seguir conduciendo el conflicto.

A los pocos días se realizó una nueva asamblea, esta vezdentro de la fábrica. Habían transcurrido veinte días desde el ini-cio del conflicto y se iba desinflando; la totalidad del Cuerpo deDelegados y de la Comisión Interna estaban fuera de la fábrica,aunque aún no había despidos efectivizados. A las posiciones dela Lista Azul se le sumó un sector político de poca incidencia enla fábrica pero que contaba con el apoyo de algunos directivos delSMATA Córdoba. Ingresaron a la fábrica, estuvieron presentesen la asamblea y expresaron su “solidaridad”. Un delegado deesta corriente propuso que se eligiera un nuevo Cuerpo deDelegados, con el argumento de que los otros estaban afuera y no

135

Carta a un Tupamaro

Page 136: Entre Tupas y Perros

podían actuar. Esta moción en los hechos significaba desconoceral Cuerpo de Delegados y a la Comisión Interna y abonar el terre-no para su despido.

Ante la ausencia de la mayoría del activismo, otra vez sepuso de manifiesto la riqueza de un movimiento de masas, uncompañero planteó que no se podía desconocer a los delegadosporque ellos mismos los habían elegido y estos habían dado lacara por todos, y que había un compromiso de honor: oo ttooddooss oonniinngguunnoo. Finalizó diciendo que el desconocimiento sería el avalpara el despido de los delegados. Se impuso la moción de estecompañero que nunca antes había hablado y que nunca despuésvolvió a hablar y que, como dato curioso, complementaba susingresos trabajando como modelo de ropa.

Durante el resto del mes de junio y todo julio continuó elquite de colaboración el que fue muy efectivo, ya que era prácti-camente una huelga de brazos caídos, porque al no completarselas escuadras, el trabajo no se iniciaba. El grado de solidaridad ycombatividad se ponía de manifiesto todos los días buscandoalguna argucia para no completar las escuadras. Una noche en lasección Decapado se había intentado todo y de todas formas laescuadra se completó, por lo que había que comenzar a trabajar.Un compañero, el Pelado Candia, tomó un casco, se golpeó lamano y pidió ir a la enfermería. Esta vez tampoco se trabajó enaquella sección.

Llegado el mes de agosto, los compañeros del Tandem -sec-ción que era el corazón de la fábrica, lo que ocurría allí teníamucho peso en el resto- decidieron incrementar el quite de cola-boración con un paro de media hora por turno. Como nosotrosestábamos afuera -en el acceso- no conocimos los detalles de loque ocurrió, pero sabemos que se originó un enfrentamiento conlos pichones de burócratas y finalmente se decidió un abandonode la planta. Los que estábamos afuera esperábamos a que salie-ra hasta el último compañero. Para confirmar que no había que-dado nadie reingresó un compañero a recorrer el vestuario, por loque en el acceso quedábamos sólo dos trabajadores y despedidos.En ese momento se nos acercaron lentamente dos Chevy del ser-vicios de vigilancia que había contratado la Empresa a raíz del

136

Daniel De Santis

Page 137: Entre Tupas y Perros

conflicto. Se detuvieron, bajaron, se abrieron en abanico, nosrodearon cuatro parapoliciales a cada uno y nos comenzaron agolpear con sus armas y a insultarnos. Recuerdo uno de los insul-tos porque lo repetían: “¡huelguistas hijos de puta!”. A mí me las-timaron la cabeza con la punta de una pistola. Luego nos orde-naron correr y efectuaron un disparo, supongo que al aire porqueno nos dieron. Corrimos hasta la Planta Depuradora de agua, alllegar a ella miramos hacia atrás y justo pasaba un colectivo de lalínea 202 hacia Ensenada, que tomamos, mientras nos seguían losservicios que venían en los Chevys. Algunas cuadras despuésabandonaron la persecución. Finalmente nos dirigimos a RadioUniversidad -en manos de la Tendencia revolucionaria del pero-nismo- donde hicimos públicamente la denuncia de la agresiónsufrida.

El viernes 2 de agosto a las 14:30 hs., bajo una copiosa llu-via, desde un automóvil Torino de color blanco con cuatro hom-bres en su interior, se efectuó una ráfaga de ametralladora contravarios trabajadores que estaban en el mismo refugio, la parada demicros en la que habíamos sido atacados días pasados. Luegodirigieron el fuego hacia la guardia y al ser repelido el ataque seoriginó un tiroteo. Diez minutos después, cerca de allí, otros cua-tro integrantes del mismo grupo que viajaban en un Peugeot 504color gris, atacaron a tiros y con golpes a Julio Quiroga, CarlosAlberto Fauci y Roberto Urriza. Urriza recibió dos tiros y losdemás también fueron heridos. Omar Cherri y Roberto Loprestidenunciaron que los atacantes fueron integrantes de la UOM ydel Gobierno Provincial, y que, curiosamente, los dos patrullerosque estaban de custodia en forma permanente frente a la fábrica,fueron retirados poco antes del atentado. Como respuesta a laagresión el domingo se concretó un paro total de actividades.

Informará el diario El Día que el lunes 5 de agosto, en “res-puesta al cese de actividades que un grupo de trabajadores llevóa cabo el domingo último, sin autorización de la organizaciónnatural que los nuclea, la Unión Obrera Metalúrgica”, la empre-sa suspendió las actividades hasta las seis horas del martes y des-pidió a doce compañeros de los que no habían sido reincorpora-dos, entre ellos a la totalidad de la Comisión Interna, “por no

137

Carta a un Tupamaro

Page 138: Entre Tupas y Perros

estar comprendidos dentro de lo que exige la empresa para eldesarrollo de sus tareas”. Diéguez reclamó el pago de los días caí-dos, mientras la directiva de la UOM, por él encabezada, les apli-caba el famoso artículo 9 del estatuto a los mismos doce compa-ñeros que habíamos sido despedidos por la patronal. El artículoen cuestión habla de las causales de expulsión del gremio.

La Comisión Interna denunció que el conflicto continuaba,sin interrupción, desde el 23 de mayo, y que no había comenzadoel 4 de agosto, ya que no se hacían horas extras y se llevaban acabo paros por sector. (El Día). El martes 6 se realizó una asam-blea que ratificó la continuidad de la lucha. Días más tarde, seprodujo una nueva agresión por parte de los parapoliciales -unacustodia especial contratada por la patronal para la huelga- a uncompañero. La UOM, en un intento de tomar la dirección delmovimiento, decretó un paro para el día sábado 24 de agosto. Ellunes 26 según el diario El Día, “la empresa decide un cese deactividades por 72 horas ante la irregularidad en que se vienendesarrollando las tareas, dado el retiro de colaboración dispuestopor los obreros”. Al otro día, a las 9:00 hs el Ministerio de Trabajollamó a una audiencia de conciliación entre las partes: la UOM yla Empresa. La UOM acusó a la Empresa de que la medida se ori-gina en el paro de 24 hs. La empresa dice que “por la irregularidaden que se desenvuelven las tareas a raíz del trabajo a reglamentodel personal y a la falta de definición del Ministerio de trabajo”,pero acepta levantar la suspensión por 72 horas. Se manifestabancon claridad los roces entre la patronal y la burocracia. Esta últimaera la más dura en contra de la solución del conflicto.

El martes 3 de setiembre se declaró conflicto colectivo. “Lasolución vendrá por las resoluciones de esta autoridad deAplicación” dijo el delegado del Ministerio de Trabajo. Aquíaprendimos la trampa de la conciliación obligatoria ya que éstase dictó, no a partir del 23 de mayo sino, en una fecha posterioral 5 de agosto cuando ya se habían producido los despidos. Esemismo día a las 14:00 hs. la Comisión Interna se reunió con lapatronal, mientras en la planta se desarrollaba una asambleapara decidir si se acataba o no la conciliación. Nuestra posiciónen un principio era dura, de no aceptación de la conciliación

138

Daniel De Santis

Page 139: Entre Tupas y Perros

obligatoria pero, en ese momento, nos llegó la información deque la asamblea había decidido acatar la conciliación obligatoria.Pedimos un cuarto intermedio y finalmente decidimos acatar laconciliación. Siempre nos guiábamos por la decisión de lasasambleas. Más tarde corrió el rumor de que había sido secues-trado el ingeniero Mascardi, directivo de la Empresa. Final-mente el viernes 6 se confirmó que la organización Montonerosse hacía responsable.

El lunes 9, Omar Jacinto Cherry, delegado y miembro de laComisión Interna, anunció ante los trabajadores que había llega-do un mensaje, portado por una paloma blanca, en el que se afir-maba que el Ingeniero Mascardi se encontraba en su casa y laempresa se comprometía a aceptar cuatro de los cinco puntos delpliego de reclamos y de hecho ya había reconocido el quinto.Estos eran: 1) Pago de los días caídos; 2) Reincorporación de los12 despedidos; 3) Ninguna sanción; 4) Aumentos de salarios queiban entre 70.000 y 100.000 $m/m; 5) Reconocimiento del Cuerpode Delegados y de la Comisión Interna.

Se habían suspendido las tareas, el entusiasmo y la alegríade los asambleístas se transformó en un festejo que adquirió“mil” formas: nos abrazábamos, llorábamos y gritábamos nuestraalegría, los puentes grúas hacían sonar sus sirenas... En medio dela euforia, y todavía reunidos en asamblea, el Turco Cherry, héroede la jornada, me dijo que propusiera la incorporación de losobreros de Propulsora a la Coordinadora de Gremios, ComisiónInterna y Delegados en Lucha. Esta propuesta fue transmitida ala asamblea, la cual provocó un profundo silencio demostrativode que el planteo era descolgado. Comprendiendo esto, reaccio-namos rápidamente y propusimos dejarla como una propuestapara pensar lo que aflojó la tensión producida. De haber forzadola cuestión seguramente se hubiese aceptado la participaciónpero formalmente. Más adelante esta idea fue madurando en elconjunto de los compañeros.

Estos fueron los hechos objetivos de aquella lucha. Me per-mitiré hacer sólo una conjetura: el secuestro de Mascardi estuvoacordado entre la Empresa y Montoneros y esta suposición sebasa en los siguientes hechos: 1) El conflicto después de tres

139

Carta a un Tupamaro

Page 140: Entre Tupas y Perros

meses no había podido ser quebrado, lo que indicaba la fortalezay unidad de los trabajadores; 2) La empresa se había convencido,hacía tiempo, que los verdaderos representantes éramos los dele-gados elegidos democráticamente; 3) La UOM se opuso a todoarreglo con los trabajadores y sobre todo exigía el despido de losactivistas a los que expulsó del Sindicato; 4) La patronal queríaarreglar porque en tres meses y 18 días había producido menos delo equivalente a un mes y, además, se le vencían compromisos deexportación; 5) Una forma “elegante” de zafar de este aprieto erael secuestro; 6) La limpieza, prolijidad y la falta de dramatismocon se vivió el secuestro, además de lo rápido de la resolución; 7)Mascardi no era un ejecutivo de mayor jerarquía5.

Pero, reiteramos, el punto fundamental que llevó a la reso-lución del conflicto fue, la fortaleza y la unidad de los trabaja-dores y el compromiso inclaudicable con la lucha de su direc-ción. Todo lo demás, incluido el secuestro, pudo ser posible porel coraje demostrado. Si bien este fue el fin de un conflicto, seabrió en la zona una nueva situación para el movimiento obreroy sindical. En ella el clasismo, la combatividad, la juventud y elcoraje se pudieron conjugar con la coherencia y la sensatez delconjunto y sus dirigentes.

LLaa lluucchhaa ssiinnddiiccaall ccoommiieennzzaa aa ttoommaarr eelleemmeennttooss ddee lluucchhaa ddee ccllaasseess

Finalizada la huelga se normalizó el trabajo. Los delegadoscumplían con su labor, pero la situación política general era muy crí-tica. La triple A estaba actuando abiertamente. Amenazaron demuerte al Turco Cherry y a Roberto Lopresti, que tuvieron que dejarla fábrica, una tremenda baja para la Comisión Interna. Un tercerintegrante de la misma, el Pampa Delaturi, renunció porque su par-tido, el PC, le impuso una política de conciliación con la burocracia(el mismo partido aportó dos de sus militantes como colaboradoresde la intervención que suplantó al Cuerpo de Delegados fraudulen-to). Las bajas en la Comisión Interna se cubrieron con dos compa-ñeros de la JTP, Manuel Carrete y el Muerto Suárez, y otro del PRT,el Rifle Passini.

140

Daniel De Santis

Page 141: Entre Tupas y Perros

Pasaron algunos meses sin hechos de relevancia, lo que fueinterpretado, por algunos, como el “desinfle” del Cuerpo deDelegados, y sobre todo por la gente de la Lista Azul. Se decidie-ron a explotar esa situación, organizando una amplia campaña depropaganda dentro y fuera de la fábrica. Imprimieron, segúndecían, “cien mil” volantes que fueron repartidos, profusamente,por las tres ciudades de la región y hasta en los partidos de fút-bol. Denunciaron un acuerdo “zurdo-patronal”, capitaneado porAgustín Roca, Presidente de Techint y Daniel De Santis, delega-do y miembro de la Comisión Interna.

Uno de esos hechos sin relevancia fue la respuesta de laComisión Interna ante la falta de información sobre la actividaddel Cuerpo de Delegados, por lo que se decidió a editar una hojade fábrica con las actividades desarrolladas y los reclamos detodos los trabajadores. Esta hoja tuvo una importancia muy gran-de ya que organizó el trabajo y fue expresando a las secciones ensus reclamos; por otro lado le daba presencia al Cuerpo deDelegados entre sus compañeros y nucleaba al movimiento. Laaparición de este boletín fortaleció inmediatamente la imagendel Cuerpo de Delegados.

Simultáneamente con esta campaña, en febrero de 1975, sepercibió la necesidad de pedir un reajuste de salario, por lo tantose puso en marcha el mecanismo de la democracia obrera, el quefuncionaba así: después de percibida la inquietud obrera, elCuerpo de Delegados elaboraba un petitorio, el que volvía a serdiscutido en las secciones, las que a su vez enviaban por medio desus delegados el mandato; se reunía el Cuerpo, este elaboraba susconclusiones y luego las llevaba como temario a la asamblea. Enesta oportunidad se la convocó el lunes 12 de marzo a las 14:00hs. para discutir los siguientes puntos: 1) Realización de eleccio-nes libres; 2) Aumento de salarios de 150.000 $; 3) Participaciónen las paritarias.

Producto de esta convocatoria y la expectativa existenteentre los trabajadores, la patronal y su aliado, la burocracia, tra-tando de enfriar, otorgaron una sentida reivindicación: la bonifi-cación al turno rotativo por un monto promedio de 60.000 pesos.Días antes habían incrementado el pago de horas extras al 100 %

141

Carta a un Tupamaro

Page 142: Entre Tupas y Perros

durante el día, y al 120 % por la noche, con lo cual intentabanestimular la superexplotación.

El viernes 9 de marzo, luego de reunirse con la patronal yfirmar el acta por la bonificación al turno rotativo, el SecretarioGeneral de la Seccional, Héctor Dateo, se reunió con la ComisiónInterna provisoria “para llegar a un acuerdo entre dirigentes”,dejando a un lado, por ambas partes, a las “cabezas irritativas”.Ante este planteo se le respondió que el único pacto y la únicaunidad posible era con el estricto acatamiento de la voluntad delos compañeros, que debían elegir libremente y sin proscripcio-nes a sus representantes, sección por sección, fueran blancos,azules, o del color que fueran. Seguros de su derrota en eleccio-nes libres, Dateo se negó a aceptarlas argumentando que prime-ro se tenían que conocer, realizando varias entrevistas y hacerbuena letra. Como culminación de su campaña la Lista Azulllamó a asamblea de fábrica, el mismo 12 de marzo, en el mismolugar: los vestuarios, pero, a las 13:00 hs. Colocaron como tribu-na un trailer, ya que ellos manejaban la sección transporte (en lasasambleas convocadas por el Cuerpo de Delegados se usaba, conel mismo fin, un tanque de 200 litros).

El día 12, llegadas las 13:00 hs., se juntó un reducido grupode trabajadores, principalmente de las secciones transporte ytaller mecánico, porque varios de sus delegados respondían a laAzul. Pero el grueso recién se nucleó a las 14:00 hs. que era lahora del cambio de turno. Se inició la asamblea con gran concu-rrencia de compañeros y se informó todo lo actuado por el Cuerpode Delegados y la Comisión Interna provisoria; los miembros de laAzul que eran también colaboradores de la intervención, tratabande confundir. Intervino el colaborador Fernández acusando a losdelegados de hacerle el juego a la patronal por disminuir la pro-ducción, por provocar el ausentismo, y que se buscaba un nuevoChile, etc. Después de varias acusaciones y al quedarse sin aire ysin línea, un miembro de la Comisión Interna, dando un paso alfrente le respondió, refutando una por una las acusaciones y reto-mando así la iniciativa. En ese momento hubo un intento, porparte de los activistas de la azul, de desalojar del trailer a laComisión Interna. Este hecho fue percibido por los asambleístas:

142

Daniel De Santis

Page 143: Entre Tupas y Perros

desde arriba se vio claramente como la asamblea, como un solocuerpo, se movió suavemente hasta rodear parcialmente el trailer.Segundos después sólo quedaron allí los miembros de laComisión Interna, los que fueron aplaudidos por sus compañe-ros. La asamblea, hasta ese momento había tenido carácter rei-vindicativo, pero en un nuevo intento de derrocar a la ComisiónInterna apareció un “tapado”, invocando los seis millones devotos del gobierno popular y diciendo que lo que buscaban losdelegados era derribarlo, creando el desabastecimiento. Se escu-charon silbidos y abucheos. El repudio a esos argumentos setransformó indirectamente en un repudio al gobierno. La asam-blea terminó con un amplio triunfo obrero aprobando los trespuntos y autoconvocándose para el miércoles 19 de marzo con elfin de discutir el plan de lucha en caso que no prosperasen lasnegociaciones con la patronal y la burocracia.

En la nueva asamblea hubo dos posiciones, la mayoría delcuerpo de delegados planteó lanzar un plan de lucha que se ini-ciaría con un quite de colaboración. Por su parte, MurmulloGómez6, de un sector de la Azul, dijo que no se habían agotado lasinstancias, que no se había hablado con la UOM para que esta asu vez gestione ante la empresa. Aunque para nosotros era clarode que se trataba de una maniobra dilatoria, también percibimosque la propuesta logró algún consenso. De haberse votado proba-blemente hubiese ganado la primera moción, sobre todo por elprestigio de los delegados, pero sin un consenso suficiente comopara sostener una lucha que podría ser más o menos prolongada.Se retiró la primera moción y se integró una propuesta para ago-tar las negociaciones.

El murmullo de Gómez venía con eco. El día jueves 20 demarzo a las 4:00 hs. de la mañana se produjo la intervención a laUOM de Villa Constitución7 y se lanzó, desde Rosario a SanNicolás, un gran operativo represivo. Mientras en las oficinas serealizaban las últimas negociaciones, en las secciones se discutióy se aprobó que si no había una respuesta positiva al petitorio seiniciaría el plan de lucha, el que debía ser aprobado en la asam-blea prevista para el lunes 24 de marzo a las 14:00 hs.

Ese día, durante la mañana, se citó a una reunión del cuerpo

143

Carta a un Tupamaro

Page 144: Entre Tupas y Perros

de delegados para evaluar la situación. Entre los delegados habíatemor de que se repitiera contra el Cuerpo de Delegados dePropulsora la represión que vivían los trabajadores de VillaConstitución, por lo que se opinaba que no era conveniente llevaradelante el plan de lucha en ese momento. Algunos compañerosse mantuvieron firmes y sostuvieron que menos que nunca habíaque aflojar, que el plan del gobierno se debía enfrentar con luchay no replegándose y, además, las secciones ya se habían manifes-tado a favor del lanzamiento del plan de lucha. Después de unaprolongada discusión se impuso esta última opinión, la que sellevó como moción a la asamblea. Allí algunos delegados infor-maron sobre las tratativas realizadas sin obtener respuesta, otrosexplicaron el carácter anti-obrero de la intervención a la UOM deVilla, poniendo en evidencia la colaboración de la dirigenciametalúrgica al denunciar que, ni la directiva nacional ni la sec-cional habían dicho una sola palabra, al contrario se mostrabaneufóricos. Al respecto, por nuestra parte, se aprobó la solidaridadactiva con los compañeros, también se afirmó el carácter antipo-pular del gobierno, argumentos que fueron seguidos con singularatención por la asamblea, que ante el calificativo de traidores a laclase obrera aplicado a los dirigentes nacionales de la UOM, sepronunció con un fuerte y sostenido aplauso. La burocracia ya nointentó respuesta, pero militantes del Partido ComunistaRevolucionario asumieron su defensa y la del gobierno con elargumento de estar contra el golpe yanqui o ruso, pidiendo quese definan los delegados si estaban por el golpe. Las intervencio-nes de estos compañeros fueron abucheadas y se escuchó, desdela masa de los asambleístas gritar: “No hagas política”. Alguienen falsete agregó: “Que no me gusta”. La asamblea tuvo un netocontenido político, pero con una diferencia: con una política declase, con la política de la clase obrera.

Por parte de la patronal y la burocracia se acusaba decomunistas a los obreros de Villa Constitución con la intensiónde dividir y debilitar la solidaridad. Pese a ello se envió una comi-sión que llevó la solidaridad militante y material con una impor-tante suma de dinero recaudado entre los trabajadores dePropulsora Siderúrgica. Después de veinte días de quite de cola-

144

Daniel De Santis

Page 145: Entre Tupas y Perros

boración se obtuvo el triunfo en lo salarial, al que intentó mon-tarse Héctor Dateo, que no estaba tan quemado como su adjuntoRubén Diéguez. Por nuestra parte se puso de manifiesto que lasconquistas obtenidas habían sido el resultado de la lucha colectiva.

En una de estas asambleas se decidió participar activa-mente en la Coordinadora de Sindicatos, Comisión Interna yDelegados en lucha de La Plata, Berisso y Ensenada. A diferen-cia de lo ocurrido cuando el festejo de setiembre, la idea de laCoordinadora había ido madurado en el conjunto de los trabaja-dores, por lo que esta decisión tuvo mucha fuerza dentro de fábri-ca y produjo un salto en calidad de la propia Coordinadora.

Poco tiempo después, a mediados de abril, se produjeronnuevos cambios en la Comisión Interna, ya que la dirección de mipartido, el PRT, me recomendó que dejara la fábrica porque esta-ba muy expuesto por mi actividad pública y porque, por otras cir-cunstancias, había llegado al ejército enemigo detalles de mimilitancia partidaria. También por esta época Salvador Delaturirompió con el Partido Comunista y se incorporó al PartidoRevolucionario de los Trabajadores, lo cual le devolvió el créditoque había perdido y se reincorporó a la Comisión Interna.Resulta interesante repasar el rápido y amplio desarrollo alcan-zado por el Partido Revolucionario de los Trabajadores: variosdelegados se habían incorporado o eran simpatizantes delmismo, principalmente los de las secciones Tandem, Temper8,Decapado y Línea de Corte9, en las que se realizaba lo esencial delproceso productivo y el trabajo alcanzaba la mayor coordinaciónentre los integrantes de cada escuadra. La lectura de ElCombatiente era habitual en las secciones y las simpatías por elPRT y el ERP eran amplias.10

LLaass jjoorrnnaaddaass ddee jjuunniioo yy jjuulliioo

El 2 de junio, en el marco de las discusiones paritarias parallegar a los convenios colectivos de trabajo, asumió comoMinistro de Economía Celestino Rodrigo. Estas negociaciones sefueron recalentando por las medidas tomadas por el gobierno. El

145

Carta a un Tupamaro

Page 146: Entre Tupas y Perros

5 de junio los combustibles y la electricidad aumentaron entre un50% y un 75%, se devaluó el peso aumentando el dólar el 100%,se liberaron las tasas de interés y, había versiones sobre, un topede 45 % para los aumentos de salarios. Entre el diez y el docehubo reuniones entre la CGT y CGE y el Ministerio de Economíapara dar por terminadas las paritarias. En un marco de moviliza-ción permanente, el 17, se movilizaron las automotrices y losAstilleros de la zona norte del Gran Buenos Aires: Ford, GeneralMotors, Crysler, Peugeot y Astilleros de Tigre. El 20 de junio sefirmaron numerosos convenios con aumentos que iban entre el45% y el 110%. Beneficiaban a 600.000 metalúrgicos, a 350.000textiles. Siguieron las movilizaciones: Luz y Fuerza, Telefónicos,Petroleros, Correos. El 25 de junio fue declarado ilegal el paro dela CTERA. Pero el 28 de junio se produjo el hecho detonante delo que se conocerá como el Rodrigazo. La Presidente MaríaEstela Martínez de Perón, junto a todo su gabinete, el Presidentede la Cámara de Diputados y los Comandantes de la FuerzasArmadas, anunció que no se homologarían los convenios firma-dos en paritarias y en su lugar habría un aumento del 50% desdeel 1ro. de junio, un 25% en octubre y otro 15% en enero de 1976.Toda la Argentina, que poco a poco se venía recalentando, se esta-ba convirtiendo en una caldera pronta a estallar. El movimientoobrero se expresaba de distintas formas, con quites de colabora-ción, paros, pero sobre todo movilizaciones en las calles. Las ciu-dades de La Plata, Ensenada y Berisso se convirtieron en uno delos principales centros de la lucha obrera.

En la semana del 22 al 28 de junio se discutió la modalidadque debía adquirir la lucha para enfrentar la decisión del gobier-no. En Propulsora Siderúrgica había quedado muy arraigado enel activismo la idea de que el quite de colaboración era una medi-da muy efectiva. En realidad lo era porque se demostró eficaz enla huelga grande del año anterior y en el plan de lucha de marzoy abril de ese año. Pero la situación había cambiado, se trataba deun enfrentamiento global entre el movimiento obrero y el gobier-no por la vigencia de los acuerdos paritarios. Preocupado por estasituación, el 28 de junio, llamé por teléfono a la fábrica enmomentos en que se desarrollaba una asamblea. A través de mi

146

Daniel De Santis

Page 147: Entre Tupas y Perros

compañero delegado de la Comisión Interna, el Rifle Passini, hicellegar mis ideas expuestas anteriormente y les proponía que “si sequiere que se realice un quite de colaboración, pero lo funda-mental es salir a la calle”.

El lunes 30 me dirigía a presenciar la asamblea prevista parala fecha y poco antes de llegar me encontré con los compañeros queya estaban marchando hacia el Astillero. Habían decidido la movi-lización y toda Propulsora Siderúrgica le llevaba la propuesta a loscompañeros de Astilleros, donde a su vez se estaba desarrollandouna asamblea para tratar el mismo tema. Al llegar debimos espe-rar alrededor de una hora en la entrada, muy lejos de la planta deproducción, cuando finalmente nos informaron que la asambleano decidió la movilización. Este he hecho produjo bronca entrelos trabajadores de Propulsora, “¡ya va a venir a hacer horasextras en Propulsora!” se escuchaba rezongar a muchos compa-ñeros, y una actitud más comprensiva entre el activismo debido aque éramos conscientes que allí, en el Astillero, si bien había unestado de gran combatividad y numerosos activistas revoluciona-rios todavía mantenían su prestigio dirigentes de la burocracia yde la izquierda reformista. Ante esto resolvimos marchar a LaPlata y, una vez allí, “tomamos” varios colectivos para llegarnos auna concentración que se estaba desarrollando desde la mañanaen la puerta de la CGT, en la calle Azopardo de la Capital.Cuando arribamos, alrededor de la seis de la tarde, 20.000 traba-jadores exigían a la conducción un plan de lucha nacional.Nuestra columna irrumpió en perfecta formación de fábrica, loque impactó en la concurrencia por su disciplina y masividad,hecho que nos permitió llegar hasta el lugar que hacía las vecesde palco y desde allí hablar a la concentración. Pese a la masivi-dad y a lo amplio de la movilización obrera, se nos hizo evidenteque no teníamos propuesta para seguir11.

Durante el regreso ocurrió un hecho que recuerdo profun-damente y el que en los años de exilio me volvía reiteradamentea la memoria. Como había dejado la fábrica y expresado pública-mente en asamblea mi militancia en el Partido Revolucionario delos Trabajadores, mis compañeros -y no me refiero sólo a los mili-tantes de mi organización- me plantearon que, por seguridad,

147

Carta a un Tupamaro

Page 148: Entre Tupas y Perros

regresara aparte. Para llevarme se ofreció una pareja de jóvenesque tenían un pequeño automóvil marca Decarlo. Al cruzar elpuente Avellaneda nos detuvo el control policial, nos pidieron losdocumentos, mientras nos apuntaban con sus fusiles FAL. Comomi documento estaba muy deteriorado el policía me dijo que esono servía. Afortunadamente, en ese instante comenzó a cruzar lacolumna de colectivos con los obreros de Propulsora. Al vernos sedetuvieron los colectivos, bajaron los compañeros y rodearon algrupo de policías fuertemente armados. Algunos compañeroscomenzaron a discutir con los policías, se produjo una situaciónmuy tensa, la que aproveché para retirarme con mi destruidodocumento y subir a uno de los colectivos. Los compañeros delautito también pudieron irse.

Este y otros hechos similares, vividos en esos tiempos,ponían de manifiesto la solidaridad de los trabajadores aún ariesgo de su propia seguridad y también desmienten ese mito deque los trabajadores “usaban” a los jetones -mito arraigado entrela vieja militancia de la pequeña burguesía- para que den la caray no correr riesgos ellos, aún sin considerarlos sus dirigentes. Nosé si en algún lugar ocurría esta utilización de los jetones, miexperiencia me dice lo contrario. Los obreros democráticamenteelegían a aquellos que consideraban más capaces para defendersus intereses, los respetaban y reconocían como sus dirigentes. Esmás, entre los militantes de origen pequeño-burgués existía elmito de que el dirigente obrero tenía que hablar mal, comerse laseses, tomar mucho vino y decir malas palabras, nada más alejadode la realidad. Puedo asegurar que nunca escuché tantas malaspalabras y bromas pesadas como en el vestuario de la fábrica,pero en las asambleas la cosa era muy diferente, se debía ser muyrespetuoso y educado, ante alguna palabra fuerte la asambleaabucheaba. Recuerdo que en una de estas, oportunidad en la queestaba muy enojado, sentí la obligación de pedir permiso paradecir la palabra cojones.

Durante el martes primero y el miércoles 2 hubo gran agi-tación en todo el movimiento obrero. Se debatía la actitud aseguir. Interpretando el sentir del conjunto y a su vez impulsan-do la movilización, la Coordinadora de Gremios, Comisiones

148

Daniel De Santis

Page 149: Entre Tupas y Perros

Internas y Delegados en lucha de La Plata, Berisso y Ensenadaconvocó, para el jueves 3 de julio a las 10:30 hs., una concentra-ción en la Plaza Belgrano de Ensenada. De allí marcharían a LaPlata y para confluir con los demás trabajadores de la zona en lasede de la CGT Regional, que en aquella época funcionaba en ellocal de la UOCRA.

Debido a que los canales de comunicación con mis compa-ñeros eran rudimentarios, a que por seguridad, ya no vivía en LaPlata y porque tenía muchas tareas en la estructura de miPartido, no me había enterado de la convocatoria. Ese día a las8:00 hs. de la mañana concurrí a una reunión del SecretariadoRegional del PRT en algún barrio de Berazategui. Al comenzar lareunión, leyendo el diario, nos enteramos de la convocatoria, dis-cutimos y decidimos que dejara la reunión y concurriera aEnsenada. Antes de salir les pregunté a mis compañeros “¿quéplanteo?”. Se hizo un silencio llamativo, hasta que uno de ellos,el responsable, me dijo: “y, si te apuran mucho planteá las elec-ciones”. El Partido Revolucionario de los Trabajadores, si bien amediados del año anterior había previsto esta evolución de lasmovilizaciones, no tenía propuesta para la coyuntura12.

Así, desnudo políticamente, me dirigí a la plaza Belgrano deEnsenada. Al llegar me encontré con unos 3.000 obreros deAstilleros. Alguien me informó que la columna que marchabadesde Propulsora Siderúrgica no podía avanzar, pues en el puentede la calle Bosinga la había detenido un cordón policial. Ante estanovedad me dirigí a uno de los delegados de Astilleros de apellidoFlamini, quien a su vez era dirigente regional del PC, para pedirlemarchar con una columna de trabajadores de su fábrica hastadonde estaba la columna de Propulsora Siderúrgica y entre ambascolumnas presionar el cordón policial. No fue posible. Me recibió algrito de “¡traidor, abandonaste a los compañeros en medio de lalucha!”. Mi respuesta tampoco fue prudente. Le dije al oído: “¡calla-te, hijo de puta, vas a aparecer flotando en el Río de la Plata!”. Elcompañero comenzó a gritar: “¡me amenazó!, ¡me amenazó!”. Locual provocó que me rodeara un grupo de trabajadores con inten-ciones de pegarme. Advertidos de esto otro grupo de compañeros,que me conocían, a su vez me rodearon para que no me golpearan.

149

Carta a un Tupamaro

Page 150: Entre Tupas y Perros

Esperamos un rato mientras seguían llegando trabajadoresde distintos talleres y fábricas de Ensenada y Berisso, de Ipako ymunicipales. Finalmente apareció la columna de 1.500 trabaja-dores de Propulsora Siderúrgica engrosada por obreros de laconstrucción, de la planta depuradora de agua de Cambaceres yde talleres de la zona. Aproveché la situación y me “escapé” haciamis compañeros. Estos al advertir mi presencia me subieron enandas y comenzaron a corear mi apellido. Rodeamos la concen-tración hasta ubicarnos frente al monumento que hizo de tribu-na. Allí comenzó una novedosa asamblea obrera, hablaron com-pañeros de distintos lugares de trabajo, se discutió sobre la situa-ción política y cuál debía ser la actitud a asumir.

Si bien la concentración estaba convocada por la vigenciade los convenios colectivos de trabajo, rápidamente tomó un tonopolítico, se criticó a López Rega, a Rodrigo y a la política econó-mica del gobierno. El otro eje del debate se desarrollaba entredelegados de Astilleros. Las intervenciones más relevantes fueronlas de Flamini, quien insistía en que ya estaban cumplidos losobjetivos y había que volver a Astilleros, y la de un militante dela JTP, que proponía marchar con los demás trabajadores.Finalmente la vibrante y combativa oratoria de Carlos Peláez, elMono de la JTP, logró imponerse y alrededor del 70% de los com-pañeros de Astilleros adhirieron a la marcha, aunque un nutridogrupo siguió a Flamini y regresó a la planta.

El camino Rivadavia, que une Ensenada con La Plata, seconvirtió en escenario de la marcha obrera jamás vista en aquellazona. La columna era tan larga que cuando la cabeza llegaba a lacalle 122 (límite entre La Plata y Ensenada) dejaba la cola aúnsaliendo de Ensenada, por lo menos así se veía en perspectiva yes como lo guardamos en el recuerdo. Años después, el Lonchaque en aquella jornada era un aprendiz de quince años deAstilleros dirá: “no sabíamos muy bien a donde íbamos, perosabíamos que íbamos a la lucha”. Allí, en la calle 122, nos espe-raban los trabajadores de SIAP, OFA, INDECO y en general delos talleres y otros lugares de trabajo de los caminos GeneralBelgrano y Centenario. Como siempre ocurre, en estas situacio-nes, el encuentro generó alegría e hizo crecer el entusiasmo y la

150

Daniel De Santis

Page 151: Entre Tupas y Perros

confianza en las propias fuerzas. Todos juntos marchamos ahorahacia la sede de la CGT Regional.

De esta parte de la marcha recuerdo una anécdota que sirvepara pintar el clima y que a su vez nos muestra la rápida evolu-ción de la conciencia en los momentos álgidos de la lucha.Cuando en marzo realizábamos el plan de lucha por mejores sala-rios, simultáneamente con la lucha de los metalúrgicos de VillaConstitución, uno de los argumentos de la burocracia sindicalpara quebrar nuestra solidaridad con ellos fue que los obreros deVilla Constitución eran comunistas. Volvamos a la marcha, se meacercó un compañero y me preguntó: “Daniel, ¿así eran las movi-lizaciones en Villa Constitución?”, a lo que respondí: “mirá, noestuve, pero por lo que sé, calculo que más o menos así. ¡No!, ¡no!-me corrigió- ¡esto es superior!”.

El jefe del pelotón del Ejercito Revolucionario del Pueblode La Plata me informó que una escuadra del mismo marchabacon la columna y que se ponía a mis órdenes. La llegada se pro-dujo alrededor de las 14:00 hs., nos encontrábamos reunidos másde 10.000 trabajadores, en su mayoría obreros industriales, puesla Coordinadora no había logrado aún incidencia entre losempleados públicos. De todas maneras se enviaron piquetes a losMinisterios para proponer allí el abandono de los mismos. Otrospiquetes que se formaron levantaban colectivos para ir a buscar alos compañeros de Petroquímica Sudamericana, que marchabanhacia la CGT. Nos encontrábamos concentrados trabajadores dePetroquímica General Mosconi, Petroquímica Sudamericana,OFA, Cochoflex, IPAKO, SIAP, INDECO, PropulsoraSiderúrgica, Káiser Aluminio, Hospital de Gonnet, HospitalGutiérrez, Judiciales, ATULP, ATUDI, Municipales deEnsenada, Astilleros Río Santiago, ocupando la avenida 44 desdecalle 4 hasta Plaza Italia. En la esquina de 4 y 44 se encontrabaapostado un fuerte destacamento de la policía de la Provincia.

El edificio de la UOCRA era una moderna construcción detres pisos, retirada varios metros de la línea de edificación y cer-cada por altas y gruesas rejas. Allí dentro se encontraba la con-ducción de la CGT Regional, Antonio Balcedo, Rubén Diéguez yotros dirigentes. Comenzó a hablar Rubén Diéguez, traidor de la

151

Carta a un Tupamaro

Page 152: Entre Tupas y Perros

huelga de Propulsora Siderúrgica. Tenía una aparente actitudconciliadora, pero era tan grande el odio de los trabajadores dePropulsora Siderúrgica, que ocupaban el frente del edificio, quelo rechiflaron durante toda su intervención. Luego hablé yo ypropuse la formación de una comisión de movilización integradapor el secretariado de la CGT y la Coordinadora de Gremios enLucha, para llamar a un plan de lucha nacional por el objetivocomún de la vigencia de la ley 14.250 y la homologación de losacuerdos paritarios. Se nos acercó hasta la reja un representantedel secretariado de la CGT y nos dijo que esperemos, que ya nosiban a contestar. Eran las 14:30 hs., estábamos movilizados desdelas seis de la mañana, había cansancio general e inocencia pornuestra parte, por lo que nos dispusimos a esperar la respuesta,previo haber informado al conjunto de los compañeros.

Artera y sorpresivamente, a las 15:30 hs., comenzó la repre-sión desde todas las direcciones posibles. Desde la Avenida 4esquina 44 atacó, con gases, la policía allí apostada. Simultánea-mente hicieron lo mismo desde un helicóptero que sobrevolaba laconcentración. Se sumaron los efectivos apostados dentro y en laterraza del edificio ubicado en la esquina de 44 y 5. Esto produjouna estampida imposible de controlar. Pasada la sorpresa inicial,se reorganizaron grupos de trabajadores, algunos armados, tras loque se sucedieron enfrentamientos en todo el centro de la ciudadhasta que, pasadas las 18 hs., comenzó el repliegue hacia losbarrios. Una vez más los trabajadores que manifestaban pacífica-mente, pero con independencia de la burguesía y la burocracia,eran reprimidos violentamente. Luego, como es de costumbre, seacusará a activistas subversivos por la responsabilidad de loshechos13.

Al día siguiente la CGT Regional dispuso, desde el medio-día, un paro de 48 hs., que se cumplió con total acatamiento, y enespera de que el Comité Central Confederal instrumentara medi-das de lucha. Finalmente el Comité Central Confederal resolvióun paro de 48 hs. a partir del lunes 7 de julio, el que se cumpliónacionalmente y al que adhirió la población en su conjunto. Elgobierno aceptó la derrota y en consecuencia se confirmó lavigencia de los acuerdos paritarios. Se produjo la renuncia de

152

Daniel De Santis

Page 153: Entre Tupas y Perros

todo el gabinete y se aceptó en forma inmediata la de José LópezRega, que abandonó el país. Días después, renunciaron tambiénRocamora, Sabino y Rodrigo y Luder fue designado presidenteprovisional del Senado. Como consecuencia de esto el paro selevantó el martes 8 a partir de las 14:00 hs. El día12 las Cámaraslegislativas interpelaron a Celestino Rodrigo, el 18 presentó surenuncia y, al día siguiente, abandonó el cargo quien pasaría a lahistoria por ser el detonante de estas jornadas aquí relatadas yque se repitieron en todo el país. Jornadas que se conoceránpopularmente como Rodrigazo y que nosotros preferimos llamarlas Jornadas de junio y julio de 1975. El plan de Rodrigo fue un anti-cipo de la política económica que luego implementará la dictadu-ra militar, más radicalmente favorable a los grandes monopolios, elcapital financiero, y el imperialismo. Pero el pueblo estaba organi-zado, contaba con importantes organizaciones revolucionarias y,sobre todo, con un fuerte movimiento obrero, que comenzaba aencontrar las formas organizativas y de acción para expresarse conindependencia de la clase capitalista que fueron suficientes paraderrotar este intento de los monopolios.

De esta manera, las Jornadas de junio y julio de 1975 finali-zaron con un amplio triunfo obrero. Significaron el punto másalto de organización e independencia de clase del proletariadoargentino. Simultáneamente, la sensación apenas perceptible enaquel momento fue que la clase obrera industrial estaba sola.Comprendimos años después que la táctica del engaño combina-da con represión, del gobierno peronista, había captado la expec-tativa de amplios sectores de las masas menos politizadas y habíadiezmado las filas del estudiantado revolucionario y otros secto-res medios muy movilizados. La otra limitación fue la división dela vanguardia organizada en partidos políticos, ya que las tresorganizaciones de mayor influencia en la masa obrera sostuvie-ron diferentes alternativas. El Partido Comunista propuso un“Gobierno de amplia coalición democrática cívico-militar”;Montoneros pedía la “renuncia de Isabel y el llamado a eleccio-nes en 60 días”; el PRT propugnaba una “Asamblea Consti-tuyente libre y soberana”. Pensamos nosotros que esta propuestaera la más avanzada, acorde con la situación, pero llegó tarde

153

Carta a un Tupamaro

Page 154: Entre Tupas y Perros

pues ya había pasado la cresta de la movilización.Tendrán que recurrir más tarde al golpe militar y al terro-

rismo de Estado para doblegar la valentía y la generosidad delproletariado industrial y destruir las organizaciones de vanguar-dia y de masas que él había logrado construir.

La Plata, mediados de 1990

154

Daniel De Santis

Page 155: Entre Tupas y Perros

NNOOTTAASS

1Trabajé en Propulsora Siderúrgica (Grupo Techint, actual planta deSiderar en Ensenada) entre el 1° de agosto de 1973 y fines de abril de1975. Integré la Comisión Interna de Reclamos desde mayo de 1974.2En la primera de estas reuniones me incorporé activa y públicamente ala actividad sindical dentro de la fábrica. Quiero destacar el positivorecibimiento de mis compañeros, los que en su mayoría eran militantesorgánicos de fuerzas políticas. En particular la generosidad de los doscuadros de la JTP, uno de ellos, el Turco Cherry, líder de los trabajado-res junto a Delaturi (quien en esa reunión me dio un entusiasta apoyoen público), y el Gringo Lopresti, cuadro organizador que desde un pri-mer momento sostuvo insistentemente, ante la conducción montonera,mi inclusión en la Comisión Interna.3Decapado: sección de la fábrica en la que se iniciaba el proceso de lami-nado. La materia prima eran bobinas laminadas en caliente que pesa-ban en su mayoría más de 10 toneladas, llegando algunas hasta las 20toneladas. La bobina se desenrrollaba para que la chapa pasara por pile-tones de ácido para quitarle el oxido, y luego por piletones de agua paraquitarle el ácido, a una velocidad de hasta 200 m por minuto, para final-mente ser enrolladas nuevamente.4Tandem: en esta sección se realizaba específicamente el laminadoplano. La chapa entraba con un espesor de unos 5 mm y salía con elespesor definitivo, menos de un milímetro para hojalata, y entre 2 y 3milímetros o más para la industria automotriz. Este aplastamiento selograba por presión, para esto la chapa pasaba por 4 o 5 pares de enor-mes rodillos (cada par de rodillos eran llamado jaula) a una velocidadde hasta 800 metros por minuto. Como la refrigeración de la chapa y delos rodillos se hacía con agua, de las jaulas salían densos chorros devapor. En este sentido el Tandem se parecía a una gran locomotoraferroviaria de vapor. El final de una bobina, o sea la cola, se soldaba conla punta de la siguiente, cuando este trabajo estaba listo un silbato indi-caba que la chapa iba a comenzar a pasar por las jaulas. Los diez inte-grantes de la escuadra saltaban al mismo tiempo hacia sus puestos deoperaciones, comenzando lo que parecía una danza frenética, pormomentos velada por nubes de vapor, que concluía con un nuevo silba-to que indicaba la finalización de la bobina.5Cuando algunos compañeros me manifestaron que al decir esto hago

155

Carta a un Tupamaro

Page 156: Entre Tupas y Perros

quedar mal a Montoneros, les remarqué que de ninguna manera, todolo contrario. De haber existido el acuerdo no fue más que una salidapara un conflicto que en sus dos actores principales, los trabajadores yla patronal, ya tenía una resolución desde hacía tiempo. En otras pala-bras, Montoneros no habría hecho más que aportar el escenario quedejaba afuera al obstáculo que significaba la UOM.6Este sobrenombre provenía de que tenía muy mala dicción al hablar,pero era un hombre con mucha experiencia y clara percepción del esta-do de ánimo de las masas.7La Seccional Villa Constitución, después de un largo proceso de luchas,era dirigida, desde mediados del año anterior por una ComisiónDirectiva clasista, combativa y antiburocrática. Era una astilla clavadaen el corazón de la burocracia peronista de la UOM. El gobierno deIsabel y López Rega cumplió con gusto y ferocidad antiobrera el deseode Lorenzo Miguel al declarar zona de emergencia toda la ribera delParaná, desde Campana hasta Rosario, e intervenir la Seccional, dete-ner a todos los dirigentes que encontraron y reprimir con la brigabaantiguerrillera la heroica huelga de 60 días de los metalúrgicos y todo elpueblo de Villa Constitución, que contó con el apoyo de las poblacionesvecinas y la simpatía de todo el movimiento obrero clasista.8Temper: Sección de la fábrica donde se le daba maleabilidad a la chapa.9Después de pasar por el Tandem, las bobinas de chapa dividían sucamino: las que se destinaba para hojalata iban a la Sección Recocido;las que se usaban para trabajos más finos, como chapa de automóvilesiban a Temper y de allí a la Línea de Corte, donde, como su nombre loindica, se cortaba la chapa en planchas de 2 a 3m según los pedidos.10Por otra parte, se ha convertido en lugar común afirmar que el PRTretiraba de las fábricas a sus cuadros o militantes para enviarlos alMonte. Esto es una opinión muy ideologizada que oculta el criterio deselección que se aplicaba. O sea, lo esencial, por lo que termina siendouna falacia. El PRT distribuía a sus militantes de acuerdo a una con-cepción de partido revolucionario, que tenía en la lucha armada suforma principal -no única- de lucha y, al proletariado fabril como suprincipal lugar -no único- de construcción partidaria. Formas de luchay principales lugares de trabajo son tareas que se encuentran en dos pla-nos diferentes y paralelos, por lo tanto no excluyentes entre si, concep-ción del PRT y del leninismo incomprensibles para el reduccionismo dela izquierda reformista. Voy a dar dos ejemplos que aclaran más quemuchas palabras. En la fábrica del vidrio Rigolleau de Berazategui, elPRT había alcanzado un importante desarrollo, sus cuadros, en parti-cular Luis Angelini, habían sido los organizadores del cuerpo de dele-gados, integraban mayoritariamente este Cuerpo, la Comisión Internay la lista Naranja ganadora de las elecciones de la seccionalBerazateguy, incluyendo su Secretario General. De allí salió más de uncombatiente del ERP, incluso para el Monte, sin debilitar la estructura

156

Daniel De Santis

Page 157: Entre Tupas y Perros

sindical de la fábrica. En el caso de Propulsora mi salida no fue para iral Monte ni para pasar a la estructura militar, sino para hacerme cargode la responsabilidad sindical en la Provincia de Buenos Aires y laCapital. Meses más tarde una demora en retirarlo de la fábrica, por nodebilitar la estructura interna partidaria y sindical, permitió a la repre-sión secuestrar a Salvador Delaturi, perdiendo así el proletariado argen-tino y el Partido a uno de sus más experimentados cuadros.11El empuje de la columna de Propulsora me permitió llegar hasta elmegáfono desde el que hablaban los oradores y hacerme de él. Hablé yen el desarrollo de mis breves palabras me fui dando cuenta que con elaumento de salarios no alcanzaba, que había que ir más lejos, por lo queimprovisé una propuesta: “Vayamos al Congreso a...” La falta de con-vicción por la falta de línea hizo que otro se hiciera con el megáfono.12Santucho desde hacía un tiempo se encontraba en el Monte tucumano.A su regreso va a dotar al Partido de la línea de la Asamblea Constitu-yente libre y soberana, pero ya pasado el pico de las movilizaciones.13Para ubicar esta movilización en el contexto nacional reproducimos unpárrafo del artículo “Victoriosa movilización de masas”, del quincena-rio Estrella Roja: “Culminando esta formidable ola de movilizaciones eljueves 3 de julio, cuando el proletariado de Buenos Aires escribió unade las mejores páginas de su historia hasta nuestros días. (…) Al norte,desde Pacheco, acaudillados por los obreros de la Ford MotorsArgentina, más de 15.000 obreros se lanzaron por la ruta Panamericanaen una interminable caravana de cerca de 200 ómnibus en dirección ala Capital Federal (...) Al llegar a la avenida General Paz (...) encontrá-banse apostadas las hordas de la Policía Federal. La presencia de lasfuerzas represivas enardeció más a los trabajadores, pero no faltaronaquellos miembros de organizaciones reformistas y populistas que sem-braron la confusión en las filas obreras (...) Simultáneamente, los obre-ros de General Motors, en asamblea, resolvían organizarse para marcharjunto a sus compañeros de Ford. (…) Ese mismo día... encabezados porlos trabajadores de Propulsora y Astilleros, el grueso de los obreros deEnsenada y La Plata iniciaron con renovada combatividad y energía lamarcha hacia la Capital Federal (…). Mientras tanto en Rosario, gigan-tescas columnas de 6 y 7 cuadras colmadas de manifestantes obreros (...)revivieron las jornadas del Rosariazo (...) en otras ciudades argentinascomo Santa Fe, Mendoza, etc. miles de trabajadores y amplios sectorespopulares daban muestras de su repudio al gobierno”.

157

Carta a un Tupamaro

Page 158: Entre Tupas y Perros

158

Daniel De Santis