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  • contenido

    02 perfilElizer Otaiza

    04 el MenJUrJe Mancheta y dems

    08 MSicA La gran familia de Cheo

    11 MirAdAS Joropo: patrimonio nacional

    20 SexodiverSidAd El tringulo dorado

    24 GAStronoMA Sibaritas y pelabolas

    27 novelAPiedra de mar (IV)

    32 cUentoSdel ArAero

    05 ciUdAdSincretismo milenario

    10 MitoS La sbila: guardiana curativa

    18 MinicrnicASViajeros

    21 entreviStAManuel Mayan

    26 crnicASbUrocrticAS

    31 crUcicoMpActo

    Revista GRatuita CirCula los domingos Con el diario Ciudad CCs

    bsCala de lunes a viernes en nuestra sede: esq. san jaCinto,

    edif. gradillas "C", piso 1, al lado de la taquilla niCa de serviCios muniCipales

    conSeJo editoriAlJorge Rodrguez GmezFreddy ezFelipe SaldiviaGustavo Borges Revilla

    directorAMercedes Chacn

    editor JefeCarlos Cova

    directorA de ArteEdarlys Rodrguez

    coordinAdor de fotoGrAfAAsdrbal Briceo

    ASeSor editoriAlReinaldo Gonzlez

    redAccinRoco CazalMabe ChacnKay Yam HungGustavo Mrida

    diSeAdorASZonia GarcaMelany Prez

    ilUStrAdorAlfredo Rajoy

    fotGrAfoSAmbrosio PlazaJonathan Mendoza

    correctorRodolfo Castillo

    loGSticAIdania BracamonteDaniela Fernndez

    colAborAn en eStA edicinClodovaldo Hernndez, Jessica Dos Santos, ngel Mndez, Mal Rengifo, Oscar Hernndez, Hrold Escalona, Marianny Snchez, Nathaly Bonilla y Nataly Sanoja. Archivo Ciudad CCS.Fotografa de portada: Luis Bobadilla

    iMpreSin Editorial Metrpolis, C.A.

    [email protected]/@epaleccs

    Comercializacin y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114Distribucin: 0212-3686750 Depsito Legal: pp201202dc4166

    Una publicacin de la

  • PERFIL02

  • ElizEr Otaiza: la tErcEra muErtE dE un sOldadO

    POR CLodovaLdo HERnndEzILUSTRACIN aLFREdo RaJoY

    Se le haba eScapado doS veceS a la fatalidad, pero eSta lo alcanz el fin de Semana paSado bajo la forma de un cruel aSeSinato. en Su momento, el comandante chvez le dedic uno de loS mayoreS elogioS que era capaz de pronunciar: eSe muchacho eS un Soldado!, dijo

    A la tercera fue la vencida. La muerte ya lo haba visitado fallidamen-te dos veces, pero en esta ocasin Elizer Otaiza no logr zafrsele.

    Su primera huida haba ocurrido el 27 de noviembre de 1992, du-rante la segunda sublevacin militar de ese ao. Segn cuenta la historia ya hecha leyenda, ese da lo dieron por muerto y hasta haba ido a parar a la morgue del Hospital Militar. Por fortuna, un mdico not que respiraba. Estaba tan maltrecho que, prcti-camente, lo reconstruyeron y fue solo gracias a sus inmejorables condiciones atlticas (era nadador de alta competencia) que aquel teniente de 27 aos pudo recuperarse por completo. Una persona que lo conoci, a mediados de los 90, relata que cuando alguien le preguntaba si haba quedado con alguna discapacidad luego de aquel episodio en el que recibi cuatro disparos, Otaiza le deca: Quieres que te muestre?, y all mismo se fajaba a hacer abdomi-nales, lagartijas y todo tipo de flexiones.

    La segunda cita con la fatalidad fue en 2005, cuando sufri un ac-cidente de moto en el que su acompaante, una joven de 23 aos, perdi la vida instantneamente. Otaiza tuvo graves lesiones, pero tampoco entonces era su hora.

    El pasado fin de semana se acab su providencial suerte. Por cau-sas que no se han precisado (al momento de escribir esta nota), el mayor retirado del Ejrcito Bolivariano, a la edad de 49 aos, fue asesinado a tiros tras haber sufrido torturas. Su cuerpo fue aban-donado en una zona boscosa de El Hatillo.

    Las reseas biogrficas han abundado. La mayora destaca el hecho de que Otaiza fue el encargado de proponer en la Asamblea Na-cional Constituyente que se incorporara la palabra bolivariana al nombre oficial de Venezuela. Esos recuentos de su vida tambin

    sealan que fue director de la Disip, la polica poltica que aho-ra lleva el nombre de Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin); presidente del Instituto Nacional de Capacitacin y Educacin So-cialista (Inces); del Instituto Nacional de Tierras (INTI); director del Servicio Nacional de Contrataciones; coordinador del Termi-nal La Bandera; director del Instituto Municipal de Deportes y Re-creacin de Libertador; concejal electo en 2013 y presidente de la Cmara Municipal de Caracas.

    Una periodista (a la que prefiero no nombrar) dijo en una oportu-nidad que a Otaiza le pasaba como a esas mujeres que estn bien buenas y, por eso mismo, casi nadie les cree que son inteligentes y estudiosas. Un ejemplo: el oficial se haba destacado tanto en la maestra en Ciencias Polticas de la Universidad Simn Bolvar (la misma que curs Chvez) que hasta se haba convertido en amigo de uno de los dioses del Olimpo de ese postgrado, el filsofo Luis Castro Leyva. Sin embargo, los maledicentes aseguraban que su relacin no era acadmica sino deportiva, dado que Castro Leyva tambin practicaba natacin. Era la forma de negar que ese mo-reno con estampa de modelo (que lleg a trabajar como estrper) tuviera tambin algo funcionando dentro de su cabeza.

    Quien s crey siempre que Otaiza no era puro fsico fue el pre-sidente Chvez y, por eso, le encomend tan importantes tareas en la Constituyente y en el Gobierno. En estos das signados por la tragedia ha salido a relucir uno de los Cuentos del araero en el que el lder relata que Otaiza, siendo oficial activo, fue a visitarlos a Yare disfrazado de mujer: Una negra grandota y bien fea, segn lo describe jocosamente. Ms all de la ancdota, Chvez le dedic a Otaiza uno de los mayores elogios que caba en su boca de co-mandante bolivariano: Ese muchacho es un soldado!. Despus de eso, qu ms puede decirse?

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    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PaLE CCSCaracas, 4 de mayo de 2014.

  • el menjurje04

    Caracas, 4 de mayo de 2014. Edicin Nmero Sesenta y ocho. Ao 02. PAle CCS

    Tras el discurso

    Pobrecito Wall Street. cdigo som-bra: Jack ryan es un filme de cine americano en estado puro, con un fallido intento de posi-cionar en el subconsciente colectivo mundial una nueva raza de hroe: intelectual, noble, patriota, de carne y hueso, basado en un per-sonaje de best seller creado por Tom Clancy, cuyo principal atributo es el de ser un espa on line. No poda faltar el recurrenete leitmotiv del cine estadounidense de la ltima dcada: el ataque a las Torres Gemelas, comodn que justifica cualquier aventura intervencionista.Jack, luego de ser herido en Afganistn, contina su senda patriotera y se deja reclutar por la CIA como agente de bolsa encubierto en Wall Street con el propsito de investigar el origen de los fondos que financian el terroris-mo internacional, mas no el domstico, claro est. El hroe en ciernes comienza a edificar su constructo cuando descubre un inminente atentado terrorista financiero que pretende realizar el gobierno ruso contra el corazn de Wall Street y acta, en consecuencia, para evitarlo. Pasa de ser un agente de escritorio a la confrontacin directa: suerte del nuevo James Bond que reclama la inminente nueva Guerra Fra. El hilo narrativo obliga a desarrollar gran parte de la historia en territorio ruso, y consi-derando la cantidad de recursos tecnolgicos utilizados para la beligerancia, podemos hablar de una guerra digital que, ms que fra, reporta una temperatura ms cercana a la tibieza y se fragua ms en el mbito econmico que en el poltico-militar, sin medias tintas ni vedados propsitos. Pero lo que s pretende ser un velo que suavice los despojos de la poltica econmi-ca estadounidense es fabricar un nuevo hroe ciberntico que salve al desamparado Wall Street de las malvolas garras del terro-rismo financiero internacional, en este caso personificada por la otrora contraparte ideolgi-ca: Rusia. Fundamentalistas islmicos y chinos tendrn, sin duda, en el futuro, su oportunidad.Habr que inventar un nuevo lxico, en cual-quier idioma, para definir esta clase de cinismo. Trmino que, seguramente, ser utilizado por los siete millones de ciudadanos vctimas de los crditos inmobiliarios subprime.

    rodolfo [email protected]

    Cine latino en Caracas

    Hasta la victoria siempre!

    Aprende a tocar guitarra

    El Primer Festival Internacional de Cine de Caracas se celebrar del 12 al 21 de septiembre de este ao. Contar con la participacin de 33 pases miembros de la Comunidad de Estados Latinoameri-canos y Caribeos (Celac) y Puerto Rico como pas invitado. Las salas de cine recuperadas sern los escenarios para presentar esta nueva feria.

    Un taller de Guitarra Popular, dirigido a adultos y jvenes de todas las edades a travs de un mtodo de aprendizaje pleno y creativo del instrumento de cuerdas, comienza el 10 de mayo en el Celarg, con clases los sbados de 2 a 5 pm. Tiene un costo de Bs. 650 y dura 16 sesiones. Para mayor informacin, ingresa en la pgina del Celarg: http://www.celarg.org.ve.

    Una disciplina voladoraEl parkour & free running es

    un mtodo natural que entrena al cuerpo humano para avanzar, lo ms rpido posible, en medio de un entorno urbano o natural. Este arte de desplazamiento no necesita de estructuras especficas ni de accesorios para su prctica: el cuerpo es la nica herramienta. Se requiere perse-verancia, valor y disciplina. En Caracas, el grupo Family of the Wind PK Venezuela (consultar perfil en Facebook para ms informacin) practica los martes y jueves de 2 a 4 pm y los sbados y domingos de 1 a 5 pm en el parque Generalsimo Francisco de Miranda. FoTo ASdRBAl BRICEo

    Mancheta

  • Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCS

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    Caracas, 4 de mayo de 2014.

    CIUDAD

    Cruz de Mayo: SinCretiSMo Milenario En un intEnto conciliador EntrE difErEntEs doctrinas, nacEn los vElorios dE cruz dE mayo como una muEstra dE nuEstro mEstizajE cultural, dondE sE mEzcla lo hispano, lo caribEo y lo africano POR mAbE ChACn

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    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCS Caracas, 4 de mayo de 2014.

    Cuando Coln lleg a las costas venezola-nas, hace ms de 500 aos, tom posesin en nombre de los Reyes de Castilla, de Dios y de una religin que perseguira a Vene-zuela y a muchos pases latinoamerica-nos por el resto de su existencia y, aunque eso no da ni pizca de orgullo, sus smbolos, estampas y objetos tecnolgicos se mezcla-ron con la cultura aborigen hasta el punto de crear nuevos sincretismos y manifesta-ciones culturales, que hoy da han mutado y se han adaptado a la idiosincrasia criolla.

    Uno de los objetos trados por los espao-les fue la cruz y, aunque es un emblema de muchas culturas y religiones, la carga se-mitica que tuvo en aquel momento fue la del cristianismo y la religin catlica, cul-tos que trataban de cambiar las creencias de la mitologa indgena y que formaban parte de la agenda conquistadora. Los in-dgenas asociaron la estructura de la cruz con una constelacin que apareca en el cielo cada vez que llova; de ah, la razn de que en la tradicin actual se vista la cruz con flores: cuando llova, los rboles flo-recan. Esta es una tradicin de carcter colectivo que ya lleva muchos aos hacin-dose en Venezuela. Pero no solo nos co-rresponde a nosotros: se celebra a lo largo y ancho de toda Latinoamrica. En Vene-zuela, esta tradicin est vinculada a la lle-gada de las aguas, de las lluvias y, con ellas, el florecimiento en la primavera; por eso se celebra el 3 de mayo, poca primaveral en las geografas donde ocurren las cuatro estaciones. Aunque esta tradicin tiene sus races en las civilizaciones europeas, en Ve-nezuela se ha ido cambiando a travs del tiempo. Nosotros veneramos a la cruz con un velorio, cosa que no tiene nada que ver con difuntos sino con las velas que se co-locan en el altar. Es una tradicin que se celebra en todo el pas, pero con ms fuer-za en Oriente y Centro-occidente, explic el profesor Arnoldo Barroso, licenciado en Letras, fiel investigador de las tradiciones de la costa venezolana y creyente de los po-deres espirituales y ancestrales de la cruz, razn por la cual siempre le invitan para que lleve la batuta ceremonial y explique la tradicin en plena puesta en escena; nunca se pierde un velorio en las distintas comu-

    nidades, pero al que ms le tiene cario es al que se celebra en el barrio El Cardn de la parroquia San Jos del vila.

    Est prohibido bailar a la Cruz de Mayo en sus velorios, aunque suenen los majestuosos tambores de la fula barloventea gran in-fluencia africana de la que muchos criollos s se enorgullecen desde que empieza hasta que termina el ritual. No se baila pero s se bebe guarapa, a diferencia de las dems fes-tividades que tambin incluyen tambores, como las de San Juan Bautista, donde s se baila y, por supuesto, se bebe guarapa y quin sabe qu otra bebida espirituosas. Antes de empezar se hace un rezo muy pero muy bre-ve con un Ave Mara y un Padre Nuestro; despus de eso, las nicas oraciones que se

    entonan son las dcimas improvisadas. Esto ltimo se hace as solo en la regin central y capital, una influencia directa de los estados Miranda y Aragua; en los Llanos, Oriente y Occidente se celebra diferente, ms lento, con menos euforia, quiz en corresponden-cia con el letargo en que viven los pueblos del interior, quin sabe. Lo cierto es que en Oriente se cantan galerones mientras se to-can las maracas, la mandolina y el cuatro, al mismo tiempo que varios cantantes se alter-nan para entonar las dcimas; en los Llanos el ritual es ms familiar y la mayor parte est comprendida por rezos. En Lara se baila el tamunangue. La vestimenta de las cruces es tarea de las abuelas. Y as ha sido desde que la religin catlica se asent entre los latinoa-mericanos, tanto as que los nacidos el da de

    A golpe de tambor se improvisan dcimas a la Cruz. FOTO MARCOS COLINA

  • Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCSCaracas, 4 de mayo de 2014.

    noSotroS vEnErAmoS A LA CrUz Con Un vELorIo, CoSA qUE no tIEnE nADA qUE vEr Con DIfUntoS SIno Con LAS vELAS qUE SE CoLoCAn En EL ALtAr (ArnoLDo bArroSo)

    la cruz 3 de mayo deberan llamarse como ella para rendirle honores y salvarse de una sancin por no ser agradecidos. Una teora que siempre mantendr es que cada pueblo tiene su complejidad cultural. En el caso de Venezuela se mezclan muchas ma-nifestaciones, somos mestizos: la tradicin es una mezcla entre lo hispano, lo caribe y lo africano. Se pierde el origen y se crea un sincretismo infinito. As es Venezuela. As lo ha permitido nuestra ubicacin geogrfica, concluye el profesor Barroso.

    Ahora bien, el Velorio de la Cruz es una fiesta al ritmo de la fula barloventea (en las costas centrales). Eso tambin tiene una compleji-dad a la hora de su ejecucin, prctica que no debe ser corrompida por ninguna maa.

    Para tocar este gnero tpico de nuestro labe-rinto musical es necesario tener tres tambores que se ejecutan con diferentes golpes, cuya conjugacin producen una armona o equi-librio. En cuanto a la metodologa y clases prcticas para aprender a tocar los tambores de la fula, vale destacar una cita textual del propio profesor Barroso, cuando, en un velo-rio del barrio El Cardn, trataba de explicar-les a nios: Este es el tambor prima, tocarlo es muy sencillo, solo hay que sacar un sonido que pareciera que dijera pap y mam, pap y mam. Luego, tenemos el tambor cruzado que dice: Vamos pa la playa, vamos pa la playa. Y, por ltimo, el tambor pujao, que es el ms grande de los tres y dice: Dame cacha-pa, dame cachapa. Ahora, vamos a ver cmo suenan los tres juntos.

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  • MSICA

    la gran familiade cheo felicianosu mayor anhelo era interpretar la guitarra o el trombn, pero el destino le tena deparado destacarse en otro instrumento, el que lo inmortalizara: la voz

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    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCS Caracas, 4 de mayo de 2014.

    POR ngEL MndEz FOTOGRAFAS HAroLd ESCALonA

    Ser difcil olvidar este 17 de abril. Dios debe haberse levantado muy arrecho para llevar-se, sin aviso y sin protesto, a cuatro perso-najes queridos en demasa por los pueblos latinoamericanos: Gabriel Garca Mrquez, Sonia Silvestre, Mayra Alejandra Rodrguez y a mi hermano Cheo Feliciano.

    Me gustara referirme a cada uno de ellos, pero no alcanzara el espacio para destacar sus virtudes. Me concretar en hablar, por ahora, de uno de ellos: Jos Feliciano Vega, a quien todos en la calle Guadalupe de Ponce

    llamaban Cheo; personaje que me honr con su amistad por ms de 35 aos y quien demostr, con su canto, con su manera de ser y de conducirse en la vida, que nuestro gnero (la salsa) no es msica de monos ni de malandros y que sirve, por el contrario, para cantarle bajito a esa que nos mira y re mientras llora.

    Cheo es un fuera de serie (no hablar en pa-sado, porque as lo siento). Aprendi de Tito Rodrguez el desenvolvimiento en la tarima. Con Cheo no hay un antes y un despus

    porque, antes de entrar en Hogares Crea y luego cumplir su perodo de desintoxi-cacin, siempre fue el mismo. No s si por fin aprendi a tocar la guitarra y el trom-bn (nunca se lo pregunt), su caro anhelo al ingresar en la Escuela Libre de Msica Juan Morel Campos de Ponce, la segunda ciudad de Puerto Rico, donde naci. Fue el msico Julio Alvarado, director de la orquesta Casino de Ponce, quien le ense- solfeo y los valores fundamentales de la msica, herramientas que a la postre aco-plara a su definitivo instrumento: la voz.

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    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCSCaracas, 4 de mayo de 2014.

    Es que cuando el trombn lleg a la Escue-la, la familia Feliciano se vio obligada a irse a Nueva York.

    EL BooM dE CHEo En LA BIg APPLECheo recal en la 110, donde dicen que hubo Fuego en el 23, en palabras de Arse-nio Rodrguez. All vivi por largo tiempo la familia Feliciano. Recuerda Cheo que eso de familia se le qued porque, entre tanto gringo, su padre saludaba a sus coterrneos con esa expresin, que vendra a ser un sen-tido de pertenencia.

    Como es de imaginar, el tuteo con los msicos despert, una vez ms, el inters de Cheo por el ambiente que, en un primer momento, se lo trag. Cheo tuvo su prime-ra experiencia en un grupo gracias a Kako Bastard, quien vena dndole nociones de percusin. Kako se casaba y le pidi que lo sustituyera. Fue la gran oportunidad.

    Lograda la amistad de los msicos, Cheo comenz a codearse con los grandes. Lleva-ba las maletas, los atriles y lo que le dijera ese selecto grupo formado por Tito Puente, Machito (Frank Grillo), Mon Rivera y Tito Rodrguez. Al final se qued como band boy de Tito Rodrguez, quien un buen da en el Palledium lo presenta como el mejor can-tante del mundo. Hoy diramos que Tito, adems de msico, fue un gran profeta. Se-guro que s.

    dESdE FAnIA HASTA HoYCheo comenz a cantar y a vacilar con todo el mundo, pero ese mundo se le vino encima. Haba conquistado parte del mis-mo como cantante de Joe Cuba, con quien peg algunos de los grandes xitos con los que luego sera conocido, como El ratn y El pito, entre otros. Ya haba grabado el clebre disco Para enamorados, un proyec-to de Seeco Record que presentaba a Cheo acompaado del mismo Joe Cuba.

    Fue en 1967 cuando se lanza en firme como solista. Deja a Joe Cuba y no acepta unirse a otra agrupacin. Colabora con muchas y graba con Eddie Palmieri el nmero Busca lo tuyo en el disco Champagne. El resto de ese disco lo grab Ismael Quintana porque Cheo no lleg a la grabacin.

    En 1969 visita Puerto Rico con la orquesta de Kako Bastard y decide quedarse en su tie-rra para resolver su problema de adiccin a las drogas. Mientras estuvo all lo visitaban dos personas, aparte de Coc, quien siempre estuvo a su lado: Tite Curet y Jerry Masu-chi, quienes lo queran firmar para la Fania. Cheo sali y firm; se convirti as en el gran intrprete del Tite, quien cuidaba los deta-lles de sus letras para que Cheo resurgiera, como lo hizo, en el mundo del espectculo.

    A Cheo se le debe calificar como sonero y el gran romntico de Puerto Rico. No duda-mos insertarlo en ese selecto grupo de voces

    puertorriqueas que, aparte de cantarle a su isla, le susurraron a la mujer. Daniel Santos, Tito Rodrguez, Jos Luis Moner, Bobby Cap, Chucho Avellanet, Gilberto Mon-roy y Danny Rivera hace rato reconocieron a Cheo como uno de los suyos, no solo por boricua sino por esos boleros extraordina-rios que hoy quedan como legado para la juventud de Borinquen.

    Cheo no se fue! De seguro est por all, re-cogiendo los caballos que se le soltaron. Si acaso lo llegan a ver, l, como si les conocie-ra de toda la vida, les brindar su mano y les dir: Familia!.

    Cheo, adems de sonero se destac como bolerista romntico

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    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCS Caracas, 4 de mayo de 2014.

    MITOS

    lA SBIlA: GUARDIANA CURATIVA

    Tener una mata de sbila en la puerta de la casa es ms que una costumbre; dicen que absorben las malas energas que quieran entrar a la casa. Pero no solo es protectora del hogar, tambin es una planta curativa en diversas facetas, hasta nos ayuda a quitar esos kilos de ms.

    El aloe o sbila, que significa sustancia amar-ga brillante y fue trada desde frica hasta Amrica a principios del siglo XVI, posee hojas verdes llenas de un gel claro y viscoso.

    Tambin se le conoce como la planta de la inmortalidad, y no precisamente porque tenga la frmula para vencer la muerte, sino porque, segn el Antiguo Testamento, Nicodemo realiz una mezcla con mirra y aloe vera para embalsamar a Jess. Los an-tiguos egipcios le dieron un uso semejante al aloe y lo incluyeron dentro de los regalos con que se enterraban a los faraones; ade-ms, Cleopatra atribua su belleza al uso de gel de aloe vera.

    Todas estas teoras pueden ser ciertas debi-do a que, dentro de sus pencas, se encuen-

    POR kAy yAM hungILUSTRACIN nAThALy BOnILLA

    tra una sustancia llamada acbar, rica en vi-taminas A, B1, B2, B6, B12 y C, adems de poseer calcio, sodio, potasio, zinc, hierro, magnesio y cobre.

    Esta planta es verdaderamente un combo completo de curaciones que la naturaleza nos regal y que est al alcance de nues-tras manos. Pero tambin es cierto que se le han atribuido algunas propiedades que no son correctas.

    Verdad: su gel es bueno para la piel, por-que la nutre y, a la vez, regula su pH. Se utiliza para refrescarla y regenerarla luego de la depilacin o el afeitado. Tiene la ca-pacidad de penetrar muy profundo en las tres capas de la piel: epidermis, dermis e hipodermis. Tambin regula el sistema digestivo gracias a sus componentes bac-tericidas y sus enzimas y coenzimas. As, ayuda a mejorar la digestin y combate los problemas de estreimiento.

    La dermatitis de contacto, la cada, la cas-pa, el cuero cabelludo graso y la psoriasis son males que pueden atenuarse gracias al

    aloe. Por eso, varios productos cosmticos lo contienen en sus frmulas. Adems, es un buen antiinflamatorio.

    Se dice que es un buen humectante: por su gran poder astringente, sirve para quitar impurezas y eliminar puntos negros; sin embargo, no hidrata la epidermis. Se dice que puede curar la diabetes: no se reco-mienda esta planta para los que padecen esta enfermedad debido a que baja los nive-les de glucosa en la sangre, lo que puede in-ducir una hipoglucemia. Se dice que es muy efectiva para tratar el cncer: la nica con-clusin que se pudo sacar de unos estudios realizados por la Universidad de Cdiz es que sus principios activos pueden mejorar algunos sntomas que producen tratamien-tos invasivos, como la quimioterapia, pero el aloe no cura el cncer.

    No se les ocurra consumirla si estn em-barazadas y mucho menos darle a menores de edad. Es una planta que te ayudar pero no te curar por completo. Es necesario ir al mdico para que est al corriente de lo que consumes.

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    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCSCaracas, 4 de mayo de 2014.

    patrimonio naCionaL

    MIRADAS

    EL PASADo 15 DE MARzo SE DECLAR EL joRoPo, En Su DIvERSI-DAD, CoMo PAtRIMonIo CuLtuRAL DE LA nACIn. ESto SIgnIfI-CA quE EL gnERo LE PERtEnECE A toDoS LoS y LAS vEnEzoLA-nAS. PERo DE quIn Lo hEREDAMoS? CMo fuE EStE PRoCESo? REALMEntE REConoCEMoS EStA ExPRESIn MuSICAL MS ALL DE LAS DEfoRMACIonES quE LA InDuStRIA noS MuEStRA?POR jESSICA DoS SAntoS jARDIM

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    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCS Caracas, 4 de mayo de 2014.

    fRICA toDo Lo DAPor all, por 1500, los invasores europeos, en su afn de tener esclavos, trajeron al Ca-ribe insular a muchsimos negros africanos. Estos esclavos llegaron a nuestro continen-te con sus danzas y cantares consagrados a los dioses ancestrales, en los cuales crean fervientemente. Por ellos conocimos la za-rabanda congolesa, la jinca de Angola y el fandango de Guinea Ecuatorial.

    De hecho, este fandango se arraig tanto en Cuba y Santo Domingo que los conquista-dores se lo llevaron a Espaa para ver qu tal, y fue tal su fuerza que en 1640 el Con-sejo de Castilla decidi prohibirlo por ser una danza diablica proveniente de los indios y negros. Sin embargo, el espaol promedio decidi ignorar el decreto y hasta

    El aporte de Ismael Querales al joropo venezolano es incuantificable

    le incorpor al gnero instrumentos euro-peos, los cuales generaron una mezcla que, de regreso a nuestra Amrica, conquist nuevamente a los pobladores.

    De esta nueva versin del fandango surgi el zapateo cubano, el seis de Puerto Rico, la zambacueca peruana (convertida en mari-nera), la cueca chilena, la zamba y el gato de Argentina y el jarabe o joropo escobillao de Venezuela.

    EL ESCobILLAoResulta que nuestra gente escuch esta l-tima versin del fandango en las fiestas or-ganizadas por los mantuanos y no solo se aprendieron con rapidez la msica sino que, adems, le imprimieron la fuerza rtmica de los negros con los bordones o cuerdas grue-

    sas de un arpa rstica hecha de bamb, as como las maracas inventadas por nuestras tribus indgenas.

    De hecho, el historiador, etnlogo y lingista venezolano Lisandro Alvarado en su libro Glo-sario de voces indgenas de Venezuela, publicado en el ao 1921, cita una leyenda contada ante-riormente por el historiador Juan Jos Chou-rin que reza: En algunas villas y lugares de la Capitana General de Venezuela se acostum-bra un baile que denominan joropo escobillao, y que por sus extremos movimientos, desplan-tes, tacones y otras suciedades ha sido mal visto por las personas con sesos (cerebro). Actualmente, el joropo escobillao posee la misma descripcin pero totalmente liberada de los moralismos pajos de los sifrinos de aquella poca.

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    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCSCaracas, 4 de mayo de 2014.

    Cojedes, Portuguesa, Barinas y Apure, as como pequeas partes de otros estados li-mtrofes. Cmo no iba a surgir, entre tanta inmensidad, un gnero musical que le can-tase a nuestra patria, a las mujeres, al olor a bosta y ganao, al pasto fresco y al cafecito recin colao? Ese es el joropo llanero.

    Al respecto, el musiclogo venezolano Ra-fael Salazar explica: El joropo llanero re-crea el paisaje y las faenas a travs de un lenguaje popular de poesa difana y senci-lla. All estn las voces de la tierra: arestn, mastranto, tremedal, jagey, botaln, ca-bestrero, ordeador, sabana, morichal, este-ro, espejismo y porfa, acompaadas por el arpa o la bandola, el cuatro y las maracas. A travs del joropo llanero surgi el corrido como romance cantado para narrar histo-rias, a la manera reporteril de trovadores y juglares de la Espaa medieval. Este joropo representa tambin el canto a lo humano.

    Adems, este joropo tambin nos regala los famosos cantos de porfa, mejor cono-cidos como contrapunteos llaneros, don-

    Adems, el joropo hoy se divide en val-siao, escobillao y zapatiao. El primero se da durante el inicio del baile, cuando las pa-rejas se abrazan suavemente recorriendo el espacio en tres tiempos propios del vals y con vueltas rpidas en giros espirales. El siguiente, el escobillao, es una figura don-de los bailarines colocados de frente mue-ven los pies a manera de cortos avances y retrocesos como si estuvieran cepillando el suelo. En el tercero, el zapatiao, el hombre hace sonar bien fuerte sus pisadas mientras la mujer escobillea.

    Sin embargo, la manera correcta de dividir el joropo es tomando en cuenta las cuatro grandes categoras del gnero: joropo llane-ro, joropo oriental, joropo central y joropo andino.

    EL LLAno huMAnoNuestros llanos abarcan desde el piede-monte andino, al occidente del pas, hasta el delta del Orinoco, en el oriente, y com-prenden la mayor parte de la superficie de los estados Monagas, Anzotegui, Gurico,

    En el este de Caracas hay restau-rantes costossimos donde te cobran un realero por comerte un pedazo de carne asada mientras escuchas cantantes de joropo, muchas veces comerciales, tocar en vivo un rato. Sin embargo, en el oeste y centro de la ciudad existen unas viejas taguaras donde, desde siempre y de jueves a domingo, varios intrpretes, hombres y mujeres de distintos estados del pas, hacen retumbar el joropo hasta las 3 am, venden sus CD quemados y se dan a conocer en los ya ni tan bajos fondos. Por ejemplo: justo entre las esquinas de Padre Sierra y El Conde hay un point donde, al llegar la tarde, hasta mod-ifica el men para que uno se sienta en plena llanura. Ms abajito, en la conocida esquina Cipreses, ms de una pollera le abre sus reducidos espacios a la msica tradicional de la patria. Bien vale la pena darse una vuelta por esos lares.

    La CaraCas joropera

    Algunos jams bailan joropo. Otros empiezan desde muy pequeos

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    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCS Caracas, 4 de mayo de 2014.

    de varios competidores usan los ms in-geniosos argumentos y trampas verbales, totalmente improvisadas, para ganar una contienda que se extiende hasta el amane-cer. S, hasta el amanecer. Esos contrapun-teos de tres minuticos que suenan ahorita por la radio son la adaptacin del joropo original a las necesidades y exigencias de una industria musical, para la cual no es rentable grabar canciones de tres, cuatro o cinco horas. Por cierto, el Estado vene-zolano anunci que crear una emisora dedicada nicamente a la difusin del jo-ropo, cuya programacin se escuchar las 24 horas del da, en Caracas. Ya veremos si ah se logra cambiar un poquito esta lgica mercantilista.

    EL oRIEntE fEMInIStAEn oriente las mujeres son protagonistas del joropo. Ver a dos damas bailando juntas no es motivo de asombro, pese a las letras pi-carescas de doble sentido que a veces prota-gonizan las fiestas donde el pueblo oriental revive su historia. El joropo oriental es con acompaamiento de bandoln, cuereta o acorden, cuatro, guitarra, maracas y caja. Est sembrado en los ritmos del golpe, el golpe de arpa, el estribillo, el manzanares, la sabanablanca y el zumba que zumba, que son expresin de la faena agrcola y mari-nera, explica el musiclogo Rafael Salazar.

    Vale aclarar que el joropo oriental se puede dividir en sucrense, margariteo y guayans.

    S, seor, guayans. Es un joropo trashu-mante, venido de all abajo o llabajero, como le dicen en Oriente por haber remontado el ro Apure hasta el Orinoco, que penetr la Guayana. Este joropo guayans se expresa a travs de una bandola de ocho cuerdas, la misma que en el siglo XVI se asentara en Cu-man y Cubagua gracias a los padres domini-canos y franciscanos. Adems de la bandola, el joropo guayans se acompaa de cuatro y maracas en los aires. Refleja las voces propias de su medio geogrfico y su faena, la sarrapia, el seje, la sapoara, el lau-lau, explica Salazar.

    EL CEntRo RESIStEntEDesde los caseros ubicados al norte del hoy municipio San Jos de Guaribe, en el

    El arpa es elemento fundamental del joropo llanero y central. FOTO LUIS GRATEROL

  • Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCSCaracas, 4 de mayo de 2014.

    Confieso que he ledo

    DurA lA lluvIA QuE cAE

    Esa maana, haba tres indios de pie ante la oficina de Correos cuando la motocicleta

    atraves la calle Walnut a toda pastilla, haciendo que Mel Weatherwax retroce-

    diera en su camioneta y atropellara al vaquero que estaba cargando sacos de

    cal. Probablemente, el hombre y la mujer que iban en la moto ni se percataron del

    accidente que haban causado, de lo rpido que circulaban.

    Don Carpenter.Dura la lluvia que cae

    De entrada lo afirmo: Dura la lluvia que cae es una novela inteligente y atrapado-ra. La narracin te toma y te jamaquea, te dice dnde ests y te lleva para donde no imaginas; sin embargo, corres con ella hasta llegar all, donde est la violencia, la crcel, la homosexualidad, el amor y la ternura. Te lanza contra el suelo y te le-vanta, porque es el mundo de la gente que sale hurfana a la calle a derrotar su mala racha, su mal momento, su mal destino.

    Haba cosas peores que estar sin blanca, pero en ese momento a Jack Levitt no se le ocurra ninguna. As arranca la novela. y su personaje. Con Levitt vamos a viajar por ese mundo violento y desdichado. Lo acompaamos en sus enfrentamientos callejeros y amores. Luego descubrimos a Billy Lansing, joven negro dedicado al mundo del billar. Y all va la aventura donde, con mucho gusto y rabia, uno los acompaa. Hay que decir que la novela tiene una presentacin, una especie de prlogo donde conocemos a los padres de Jack Levitt. All sabemos cmo su madre lo abandona y vuelve al pueblo a encon-trarse con el padre. Ese primer escenario es un planteamiento de lo que va a ser su vida. Conoces cmo viven y mueren sus padres y luego vas a acompaar al hijo en su aventura, en su enfrenamiento diario con esa sociedad violenta y separadora.

    En una entrevista, en 1975, para la colec-cin Fiction, don Carpenter dijo: Es mejor escribir una buena historia para mucha gente que una gran historia para unos pocos. Y tiene toda la razn.

    roberto [email protected]

    estado Gurico, hasta los lados de Bata-tal, en el estado Miranda, suena este jo-ropo central, y la pasin de los bailadores levanta el piso polvoriento en las fiestas campesinas de verano o hace que queden embarrialaos en las fiestas de San Ramn en invierno.

    Este joropo se manifiesta en las voces de la siembra y recoleccin de cafetales, de la caa y del cacao, y de cayapas colectivas para celebrar la abundancia de las cosechas o cantarle al amor por el terruo. Los aires del joropo central los escuchamos en las manos prodigiosas de Juan Esteban Garca, el bandolista mayor de la estancia guarique-a, expreso el musiclogo.

    LoS AnDES ALEgRES PERo MELAnCLICoSPor su parte, el joropo andino est presente en los estados Tchira, Trujillo y, de forma muy marcada, en Mrida. Se acompaa con el violn y se baila con actitud, postura y pa-sos muy peculiares, propios de la idiosin-crasia del hombre y la mujer de la cordillera andina quienes, zapateando, realizan una figura conocida como el caracol.

    El baile caracoleado es una diversin popu-lar que se inicia con el pique o reto que hace el mejor o ms extrovertido bai-lador de la localidad a los otros bailadores presentes, quienes se van incorporando con su respectiva bailadora, uno detrs del otro, formando una hilera que, al son de la msi-ca y el peculiar zapateo masculino, buscan el centro de la sala para enroscarse y des-enroscarse acompaados del bullicio de sus espectadores.

    Pero en las cumbres andinas el joropo tambin se mimetiza con el paisaje y su fae-na montaera y adquiere un aire melanc-lico a travs del galern, el fandanguillo, el pato bombeado y otros golpes de pramo, agrega el experto.

    y qu vIEnE AhoRA?Bueno, el Gobierno, a travs del Ministe-rio del Poder Popular para la Cultura, anda realizando talleres informativos a lo largo y ancho del territorio nacional. Los primeros lugares seleccionados fueron Caracas, Bar-quisimeto (en el estado Lara) y Bocon (en el estado Trujillo). Inclusive, a los periodis-tas nos toc ir a enfrentar nuestros clichs y abrirnos al conocimiento el pasado 7 de abril en el Instituto de Patrimonio Cultural de Caracas. Esta especie de ctedra itine-rante tambin pisar las fbricas, universi-dades y comunidades, segn el plan.

    Asimismo, se prevn estmulos para las in-vestigaciones sobre el joropo y se reedita-rn libros y trabajos anteriores que ayuden a lograr un expediente, lo suficientemente slido, para poder postular ante la Organi-zacin de las Naciones Unidas para la Edu-cacin, la Ciencia y la Cultura (Unesco) al joropo como Patrimonio de la Humanidad., tal como sucedi con los Diablos Danzan-tes y la Parranda de San Pedro.

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    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PaLE ccs Caracas, 4 de mayo de 2014.

    El rugido dE la bEstia blancaTarde a tarde, en el autobs Magallanes-Chacato, viajan los nostlgicos. El rugido de una bestia blanca con rayas azules y rojas suena como el tiempo que se fue bajo las ruedas. El torniquete, ese polica vestido de metal oxidado, determina quin sube, quin salta y quin se queda en la puerta. Las ma-nos del conductor, casi siempre arrugadas y morenas, sueltan el volante para recibir y dar los billetes, sin intermediacin. Mujeres de rostro cansado con bolsas empiezan a subir en las paradas, hombres con la marca que deja el trabajo duro se sientan con la mirada ajena, esperando llegar. Desde los asientos de atrs solo se ven cabezas cano-sas y manos furtivas que pellizcan un pe-dazo de pan, sacado de una bolsa de papel, para masticarlo lentamente. En el autobs nunca hay apuro.

    All, a diferencia de otros medios de trans-porte en Caracas, ms modernos, general-mente existe un pacto: quienes no tengan para pagar el pasaje, previo acuerdo con el conductor, pueden saltar el torniquete de la parte de atrs y sentarse en los lti-mos puestos. Los asientos los comparten hombres y bolsas negras llenas de latas. Barbas, sonrisas sin dientes y miradas vi-driosas se quedan en la llamada cocina de los Mercedes Benz que ruedan desde el ao 1964.

    Una de esas tardes, uno de esos hombres que no pag grita desde su ventana: Su-ban, suban, tengan su pasaje en la mano, en cada una de las improvisadas paradas. Es su servicio para compensar el via-je gratuito. Muvete, muvete antes de que cambie el semforo, le grita al chofer. Cada vez que el nmero 48 se para ms de lo debido, l pide acelerar la marcha. Quiere llegar rpido, a diferencia de los otros pasajeros, quienes hacen el mismo viaje rutinario, sin mucha variacin, cada vez que empieza a llegar una nueva noche.

    Esa pausa sin tiempo solo se ve interrum-pida por los gritos del hombre y por los zigzagueos que hay que dar por el pasi-llo antes de que arranque el autobs. Los viajantes saben que solo tendrn pocos segundos para correr y sentarse, bien sea voluntariamente o por un frenazo.

    Ah, pues, qu vas a esperar para arran-car?, vuelve a vociferar. Intranquilo, el hombre que hace las veces de colector espontneo durante casi todo el viaje, se

    ViajerosFOTOMONTAJES asDrBaL BricEO

    baja rezongando y sigue por la acera como quien reclama y manotea al destino.

    Ay, chica, qu pas? Se baj el loco?, le pregunta una mujer a otra. S, le respon-de la interlocutora mientras saca un polvo para retocarse el maquillaje de la cara.

    A partir de ah, solo el rugido de la bestia blanca gua a los pasajeros.

    POR Nathali Gmez

  • Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PaLE ccsCaracas, 4 de mayo de 2014.

    ENVE SU MINICRNICA [email protected]

    El viEjo vEncEdor dE la montaaIba con pasos lentos desmitificando un vr-tigo que saba era camino de su disolucin. Obvi un letrero que indicaba direccin en sentido del sol equivocado. Sus dudas lo ex-tremaron de precauciones. Vano es decir que su victoria se senta protegida de augurios in-ducidos, como su abrigo lo protega del fro. Su visin lo alejaba de las obnubilaciones de la niebla atravesada por la luz. Llevaba con-sigo un calor interno, que reservaba para los momentos en que la desesperacin toca las fibras y la fe se esfuma entre vacilaciones.

    Intil ocultar que la lentitud de sus pasos le confera los cantares de una danza antigua, que le otorgaba majestad secreta a las segu-ridades de su bondad, como empresa de los desprendimientos, que compensaba su co-razn de nio. Por eso amaba las fiestas de la Navidad y de la primavera. Saba que los tiempos de los renacimientos alumbran el ca-mino de los hombres. Que la poesa le abra sin sombras regazos y solemnidades animo-sas que su corazn atesoraba. Por ello sus pasos eran acompaados por los intervalos de versos que declamaba su memoria. As, aprendi a acortar las geometras de las dis-tancias. Como un mortal comn acompaa-do de cualquier rocinante del camino.

    As, se aliment con el pan secreto de los ver-sos, aprendi a mitigar el llanto de los hom-bres en las adversidades. A calmar las furias de las tempestades del alma, a detenerse a mirar una msera rosa perfecta y abandona-da a las orillas del trajinar de su destino. No le preocupaba en demasa el maana porque saba que los atavismos y riscos del da le eran suficientes. Nunca disput con el tiempo del cual se hizo amigo desde su niez. Entona-ba msica de Chopin sin haberla escuchado. Conoca el pentagrama cotidiano del viento en la montaa matutina.

    Hizo de su espacio una barca que lo con-dujo por montaas y nubes de colores y

    responda las interrogaciones de la natura-leza con la parsimonia y el amor que le eran formuladas. Comprenda las ddivas de los solsticios y saba la cronologa de los equi-noccios solo observando los colores de las puestas de sol.

    Del mar amaba la tumultuosidad de las olas, cuando se hacan dibujos infinitos y

    se entregaban como amantes eternas a las playas.

    Se dice que, al no temer las aprehensiones in-fundadas de la muerte, no dej cruces ni epi-tafios ni tumbas para no interrumpir el paso lento y seguro de los hombres hacia su destino.

    POR aNdrs eloy herNNdez

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    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCS Caracas, 4 de mayo de 2014.

    SOBERANAS SEXUALES

    Mientras el olor a algodn de azcar inundaba la esquina Curamicha-te, en el techo de la habitacin nmero 12 del Tringulo Dorado se reflejaba el ltimo coito de la pareja de amantes que despeda su pacto poliamoroso ante el advenimiento de la imposibilidad. Poco ms de dos meses haba transcurrido desde que el azar y las voluntades los haban hecho desearse en sentido extramoral, obviando el hecho de que l ya comparta su libertad con otro vrtice.

    Especmenes de la fauna joven-chavista, militantes de calle y palabra, el encantamiento se les sobrepuso al cdigo de la monogamia. Anun-ci l la partida abierta, permisiva de otra historia de bocas, piernas, epstolas y sexo en moteles baratos del centro de Caracas durante las horas de almuerzo o los das de efemrides.

    El cuerpo como laboratorio y el vnculo como experimento para que-rerse y ofrendarse fuera de las constricciones? de la exclusividad. En nombre del feminismo, del anticapitalismo, contra la moral burguesa, la propiedad privada y amn. La demagogia y el afecto danzando en una cama con olor a cigarro y residuos de perico de otros huspedes.

    Pero, ese 5 de julio, la realidad impuso su peso: el otro ngulo deman-d exclusividad. El experimento poliamoroso que quiz nunca fue ms que la antigua y machista ecuacin de un hombre, una novia y una amante se trastoc en telenovela. La ley apel a la manida tc-tica del descrdito de la amante: mujer mala, mujer puta, mujer fcil, mujer bruja; y l ahora inquisidor del siglo XXI se transfigur en perfecto judas cuando traicion el pacto de afecto triangular y acus tambin al cuerpo que fue su cuerpo, el afecto que fue tambin para l, el sexo libre compartido sin importar terceros, hasta verlo arder.

    Ni tan poliamor. De la moda a la media, como en la estadstica, la con-versin de la teora a la prctica transita por los bordes de la tradicin. Quiz porque, como dira Merleau Ponty, el cuerpo y el sujeto no coin-ciden plenamente; experimentamos el afecto de y hacia lxs otrxs sobre la dislocacin que marca el gobierno del cuerpo y el gobierno de la moral. Se pregonan consignas en la calle y en muros de Facebook cual vitrinas de mercadeo que resultan progres dentro de la correc-titud poltica de moda; pero, a la hora del t, quiz valga atender la ad-vertencia Cuidado, no pise la grama (que esa grama ya tiene duex).

    En la habitacin nmero 12, minutos antes de que concluyeran las tres horas por 300 bolvares que haban pagado por un adis de cuerpo, Ella guard silencio y l bes su espalda tatuada. Incapaz de prever el desenlace de la historia, sinti entonces que aquel tringulo no era equiltero. Mientras tanto, probablemente, en las habitaciones conti-guas otros empezaban recin el experimento, seducidos todava por la idea revolucionaria del poliamor, cuya concrecin puede que amerite muchas y hogueras ms. Salvaos de arded en la llama dorada.

    POR MARiANNy SNChEzILUSTRACIN NAthALy BONiLLA

    El Tringulo DoraDo

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    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCSCaracas, 4 de mayo de 2014.

    ENTREVISTA

    Chvez y Lina viven, La LuCha y La patria sigueneste pregonero mestizo, hijo de guajira y gallego y revoluciona-rio hasta las vsceras, es la viva imagen de la venezuela actual: profundamente humilde y trabajador incansablePOR GUSTAVO MRIDAFOtOgRaFas JONATHAN MENDOZA

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    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCS Caracas, 4 de mayo de 2014.

    Finalizando la entrevista, Mayan detiene su moto japonesa en la esquina Padre Sierra. Me bajo y le pregunto por su horario. Yo me paro a las dos de la maana, ms tar-dar a las dos y diez. Lo primero que hago es orar, yo soy cristiano-evanglico. Oro, pido que me proteja en las calles y todas esas co-sas que uno hace en oracin: pido por la fa-milia, por los amigos. A golpe de dos y vein-te ya estoy en el bao, me cepillo, me lavo la cara, monto caf y me preparo un sandu-chito con mucha discrecin para que mi se-ora no se despierte, trato de no molestarla mucho. A golpe de tres y diez, tres y veinte ya voy saliendo para la imprenta. Llego all y empaqueto. Hay unos sobres especiales,

    que son los del alcalde y de mi general Prez Arcay. A Cantar de gallos tambin le pongo un sobre, al igual que a mi camarada jefa de Gobierno le pongo un sobre con uno y uno porque, aunque no es mi responsabili-dad ponerle el Correo del Orinoco, me nace, como un granito de arena, ya que no me cuesta nada, si salen de la misma imprenta, cumplirle con los dos peridicos. Reparto mis diez paquetes....

    CUNTOS PERIDICOS TRAE UN PAqUETE?Cien. Son puntos madrugadores que ameritan tener la informacin temprano. Incluso, en Cantar de gallos una vez me

    pidieron, no me exigieron, me pidieron amistosamente que si poda dejarles el pe-ridico antes de las cinco y les dije: No te preocupes, antes de las cuatro y media es-toy ah. Vengo terminando a golpe de nue-ve de la maana.

    Y DESPUS, qU HACES?Me voy a comer y a dormir porque, coo-oo!, pararse a las dos de la maana sin fal-ta es duro, pero me siento orgulloso. Le doy, primeramente, las gracias a Jesucristo y le pido que bendiga a todo el personal de Ciu-dad CCS, desde el que limpia hasta nues-tro jefe, Jorge Rodrguez, porque hace falta siempre ese peridico porque los peridicos son informativos, son una artillera pero no para matar gente, son para informar.

    Cerca de Padre Sierra empezaba la cola para rendirle homenaje a Elizer Otaiza en capilla ardiente en la Asamblea Nacional. Al pasar por la esquina Las Monjas se es-cucha a Al Primera. Justo en las escaleras de la Plaza Bolvar, en esa esquina caliente, empez la entrevista con Manuel Ramn Mayan Araujo. Ah fueron las primeras fotos y ah empez a contar: Esta Revo-lucin nos dignific, nos valoriz a noso-tros los pobres, los humildes, a los que nos llaman los pata en el suelo. Entonces, no-sotros defendemos esta Revolucin, como le dije yo hace poco al comandante de la Guardia Nacional, quien me pregunt si estbamos armados, porque ramos como 25 motorizados prestando seguridad en un Mercal de la avenida Andrs Bello. Y yo le dije que s, pero de valor, y l se lo tom a mal y me dijo que no estaba mamando gallo. Le dije que yo tampoco estaba ma-mando gallo, que as hablamos los revolu-cionarios. Que estamos armados de valor, de espritu para defender este proceso que hoy lidera nuestro presidente Nicols Ma-duro. En la esquina El Conde le tomaron las segundas fotos. Luego, el fotgrafo fue parrillero para la tercera tanda. Y desde la esquina, esa misma esquina, nos fuimos hasta la plaza 4F, cerca del Cuartel de la Montaa. En la plaza le pregunt si co-noci a Otaiza. Y lo conoci. Le estrech la mano hace poco, en un acto en el Mi-rador Boyac. Fue un hroe. Desde nio yo vea que Venezuela estaba ultrajada, robada, despelucada, porque Venezuela es una mujer, sabas? Cuando lleg Chvez, con ese grupo de soldados, yo sent que se iba a recuperar algo, que se estaba salvando

  • Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 01. PALE CCSCaracas, 4 de mayo de 2014.

    filo y borde Wojtyla, Caldera y jos GreGorio. Con Carol J. Wojtyla, mejor conocido como el papa Juan Pablo II, pas lo mismo que con Rafael Caldera: la edad los fue limando, les quit lentamente el odio y los transform hasta alcanzar cier-tos niveles de tolerancia y algunos propsi-tos de enmienda.Ambos entraron en sus vidas profesionales como cristianos y radicales de derecha: Wojtyla como sacerdote y Caldera como poltico.Frente al empuje de izquierda de la genera-cin de 1928 y su Federacin de Estudiantes de Venezuela (FEV), Caldera respondi con la creacin de la Unin Nacional de Estu-diantes (UNE). Desde all expres simpatas por Hitler y Franco y una abierta confronta-cin con cualquier posicin marxista.Sera injusto decir que Caldera fue as toda su vida. Insisto, el tiempo lo lim y, a pesar de haber ordenado el allanamiento de la UCV en 1969, result ser una voz sensata el 4 de febrero de 1992 y gobern durante su ltimo perodo con una victoria apoyada en partidos medio y hasta muy marxistas.Nombrado en 1978, Wojtyla fue el primer papa no italiano desde 1523 y ejerci sus funciones durante 27 aos.Lo ms destacado de la gestin de Wojtyla fue la persecucin y sanciones en contra de la Teologa de la Liberacin, corriente que aspiraba a colocar a la Iglesia, en trminos reales, como un camino de redencin para los pobres.Un hito importante de su campaa fue la humillacin pblica a la que someti al sacerdote nicaragense Ernesto Cardenal, en 1982. "Lo que ms le disgustaba al Papa de la revolucin de Nicaragua es que fuera una revolucin que no persegua a la Iglesia. l hubiera querido un rgimen como el de Polonia, que era anticatlico en un pas mayoritariamente catlico y, por lo tanto, impopular", escribi el poeta y sacerdote.Al igual que con Caldera, no se puede afirmar que todo el papado de Wojtyla fue as. El tiempo dulcific su pontificado hacia el final.Con Wojtyla beatificado, uno recuerda la espera de Jos Gregorio Hernndez . Por qu no lo beatifican? A veces se siente como si el problema estuviera en que el doctor entr en la fe de los ms pobres sin pasar por los trmites del Vaticano.

    Freddy Fernndez@filoyborde

    Venezuela, pues. No se pudo, y fue cuan-do l dijo el por ahora. Y Otaiza cumpli un rol muy importante. Era leal a la patria. Dios me lo tenga en la gloria y su alma en santa paz!. Mayan fue, y sigue siendo, pa-nadero. Perdi a parte de su familia en la tragedia de Vargas. Su mam era guajira mestiza y su pap gallego. Se asust cuando vio sangre derramada muy cerca, el 11 de abril de 2002 en puente Llaguno, y el nimo se lo dio Rafael Cabrices, a quien conoci en Carmen de Uria: Vamos a echarle bolas, Mayan, ahora es cuando te necesitamos!.

    VISTE LA PELCULA LIbERTA-DOR MORALES, EL JUSTICIERO?S. Magnfica.

    T EN LA MOTO, TE PORTAS bIEN?Claro! Es ms, djame decirte: tengo una observacin que hacerle a quien hizo la pe-lcula. Nadie puede quitarle a los dems su forma de ser. Un ejemplo: yo tengo mi pro-pio lema que es: Esta Revolucin tenemos que quererla de corazn y alma mas no de boca. Y al final de la pelcula, el motorizado dice: Bueno, mi amor, te quiero de corazn y alma, y yo dije: No, eso es mo!, porque yo me acuerdo que estaban grabando por la Lecuna y me preguntaron: Cmo fue que dijiste?, y yo respond: De corazn y alma mas no de boca. Y entonces usaron eso para ponerlo ah. No tengo ningn pro-blema, pero debera haber un respeto en-

    tre camaradas: Mira, te voy a agarrar esto para ponerlo ah. Bueno, magnfica pelcu-la, que Dios los bendiga.

    Nos tomamos un caf frente a la plaza 4F. Mayan es miliciano y ranchero, desde cuan-do se cocinaba con lea para todos los sol-dados. Invito a Mayan hasta el sitio donde entrevistamos, en diciembre del ao pasa-do, a Elizer Otaiza. Desde aqu se ve parte de la Caracas que lo quiso mucho.

    ALGO MS qUE qUIERAS DECIR, MAYAN?Hay muchas cosas que decir, pero cuan-do uno las dice desde el corazn y del alma son pocas. Yo lo que quiero es que todos aquellos camaradas, hombres y mujeres que de verdad creemos en este proceso y en esta lucha que nos dej nuestro pre-sidente Chvez, nos unamos y apoyemos de corazn y alma a este proceso. Si pas lo que pas con Otaiza, bueno, haca falta all arriba y Dios lo reuni con Chvez, con Cabrices, con Lina, con Bolvar, estn todos ellos juntos all. Pero nosotros, que estamos aqu todava, que no nos ha tocado la ida, bueno, hermano, vamos a luchar por la dig-nidad, para dejar ese camino bien limpio e impecable a nuestros hijos y nuestros nietos que se lo merecen, que nos unamos ms de corazn y alma mas no de boca.

    Y Mayan dijo eso con su brazo izquierdo, el del brazalete tricolor, sealando al cielo.

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    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCS Caracas, 4 de mayo de 2014.

    GASTRONOMA

    LAS PALMAS CON DOS BPOR kAy yAM huNGFOTOGRAFA ASdRbAL bRiCEO

    Se haba recin mudado la pelabola. Luego de mucho buscar, consi-gui un portal donde dar a luz una nueva vida, como Mara de Naza-reth, pero sin Jos y sin la barriga: pura caja de cartn, libros y ropa.

    Como se mudaba tanto, tena poquiticas cosas. Para cocinar, solo una ollita, pero ya en su casa nueva y decidida a alimentarse de la forma ms decente que pudiera, se dispuso a cocinar pasta corta, caraotas rojas y una chuleta ahumada que compr a 22 bolos en una carnicera donde el seor le dio el vuelto en moneditas de cero con diez, el malnacido.

    El plan era una evocacin a la miseria: con una sola olla, preparara pri-mero las caraotas, que se tardaban ms; luego, las pasara para un plato

    EL MiNEStrONE iNvENtADOPOR MAL RENGifO [email protected]

    PICHONES DE SIBARITA

    RECETARIO DEL PELABOLA

    Conseguir un sitio donde te vendan algo bueno, bonito y barato es como una misin imposible, y sin agregar que te brinden un buen servicio.

    El restaurante Las Palmas, que queda ubi-cado en la esquina Valle Verde de la aveni-da San Martn, no es que cumpla con esta regla de las tres B, pero es bueno y barato. Queda ya a la eleccin de cada comensal acercarse y probar un poco de la comida casera que preparan en este pequeo y ca-luroso local.

    El fotgrafo me recomend el sitio y nos aventuramos a ir hasta all. A una cuadra y media de la estacin del Metro Maternidad se encuentra el lugar. En la entrada vas a visualizar lo que tienen ese da para comer, tipo bufet. Entras y como puedas te acomo-

    das, debido a sus pequeas dimensiones. Tiene tres mesitas y tres barras: dos a los lados y una al final, justo al frente a la co-cina. En esta ltima nos ubicamos.

    Para confesarles algo, el sitio me inspir confianza porque lo primero que vi fue una cocina con una pulcra campana; si esta no est limpia, amigo y amiga, no co-man en ese sitio.

    Particularmente este restaurante, aunque no cuenta con mesas lujosas ni aire acon-dicionado, puede utilizar esa campana como un espejo de lo impecable que en-contrar el lugar. La muchacha te pregun-ta qu vas ordenar. Men con sopa o sin ella. Ped men completo a sabiendas que la sopa era mondongo, junto con el pavo y los contornos que le acompaan.

    El mondongo, o mute, es una sopa espesa con aires espaoles. Se prepara con panza de res (muy limpia y finamente troceada), pati-cas de cochino (blandas y picadas) y diver-sos vegetales y verduras cocinados por largo tiempo y acompaados de alios y especias.

    Si este singular plato no se prepara bien, y no se hace con la higiene pertinente, sen-tirs un mal sabor y no podrs terminarlo.

    En nuestro caso, estbamos disfrutando cada bocado caliente, sin decir ni una pala-bra y tratando de no sofocarnos con el ca-lor una vez terminado todo lo servido en el plato. Eso, queridos lectores, significa que estaba bueno.

    Siempre he dicho que no juzgues el libro por su portada.

  • Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCS

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    Caracas, 4 de mayo de 2014.

    y pondra a cocer la pasta; y, por ltimo, asara la chuleta en la olla, como si fuera una sartn, con las tiras de un pimentn chiquitico que compr con las monedas de cero con diez que el seor del abas-to recibi con arrechera dicindole, entre dientes, malnacida!.

    Pero el plan no poda salir tan fcil: la pelabola not que haba que cambiar los planes cuando, pasadas tres horas de candela pura y olor a caraota dura, todava no se avistaba en el horizonte el remo-to momento de echarle la sal a los granos.

    Piqumosle el pimentn en cuadritos pequeitos a esta vaina! decidi. Y lo dijo en voz alta porque a los pelabolas nos gusta mucho echar cuentos, aunque sea con las paredes de la casa. Y la chuleta en cuadritos tambin, punto. Eso solo lo pens.

    Y as hizo. Y dej la guasasa de caraotas, chuleta y pimentn bastan-te rato, como hora y media ms. Y los trocitos de chuleta ya haban perdido su excelsa lozana y toitica la sal, y nada que las caraotas se ablandaban. Lejos de esmirriarse cremosas en la lengua, haba que masticarlas un poquito y convertirlas en un pequeo bocado de arena muy finita bailndole entre los dientes, hasta tragarlas.

    No se poda apagar aquella cocina todava, no se podan sacar las caraotas de la paila, y an faltaba la pasta. Qu desastre y cunta hambre!

    Pero pelabola es creativo y, tras otra media hora de paciencia, lo entendi: el destino le estaba diciendo que haba llegado el mo-mento de inventar el primer minestrone de su vida. Le ech la pasta a la olla con caraotas y dej cocinar todo el menjurje hasta que la pasta estuvo lista, y todava un rato ms. Sazon esa gua-randinga con comino, sal y el fondito del frasquito de ajo en polvo y, juas!, lo prob.

    EL iNfORMEDel total de las caraotas, aproximadamente 40% se ablandaron casi, casi por completo, digamos cremosas-firmes. Otro 40% entrara en la categora cremosas-duras; y 20% restante, digamos, casi tiesas. Pero quedaron sabrosas.

    As que ya sabe: as se hace el minestrone, pero dele con paciencia, que se tarda, o la prxima vez que se mude procure no perder su olla de presin.

    Ambiente

    Precio

    Calidad

    Atencin

    A su r

    iesgo

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    nLas Palmas

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    MMaternidad

  • POR AsdrbAl briceo ILUSTRACIN nAthAly bonillA

    ArtistAs de lA burocrAciA

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    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PAle ccs Caracas, 4 de mayo de 2014.

    crnicAs bUrocrticAs

    ENVE SU HISTORIA A [email protected]

    Ya es costumbre que los fotgrafos nos en-frentemos al tortuoso camino de la buro-cracia cuando intentamos captar imgenes que divulguen los avances de la Revolu-cin, que defiendan los espacios ganados, que den a conocer los avances del proceso o que denuncien los ataques radicales de quienes se oponen. En esas ocasiones a uno le vienen a la mente las frases que, una y otra vez, espet Chvez con profunda frus-tracin, denunciando la burocracia, la in-eficiencia, alertando sobre la tergiversacin del rol de servidores en defensores de es-pacios de poder, o cuando haca pblica su frustracin por las fallas en comunicar las cosas de la Revolucin con tanta falta de cooperacin, cmo vamos a comunicar?

    El ltimo caso al que nos enfrentamos fue algo que, adems de los ingredientes des-critos, tena su dosis irracional. Debamos fotografiar los museos contiguos a Parque Central. En el Museo de Arte Contempo-rneo, en el rea de Informacin, pregun-tamos si podamos tomar fotos sin flash. La respuesta de la funcionaria fue que no haba ningn inconveniente. Hasta aqu todo normal. Decid quedarme con los morrales de mi pana y el mo para no per-der tiempo, resguardndolos. Mi compin-che, entendiendo la sea, marc la milla y se pir, cmara en mano, hacia el interior del museo. A los pocos minutos me pre-gunta la funcionaria: Ustedes son de al-gn medio?. En un flashazo premonito-rio me dije: Deb desaparecer de su vista. Sabiendo ya por dnde iba la cosa, trat de darle la relacin ms pormenorizada de nosotros: S, del proceso. De Ciudad CCS, de la revista pale CCS, de la Alcalda de Caracas. En adelante se mezclaron t-picas escenas de pelculas de espionaje de Joligud y policiales del cine venezolano de los 80. Ella marc la extensin de Segu-ridad, entre nerviosa y molesta, mientras

    yo le preguntaba, incmodo, por el hecho de que llamara a Seguridad sin que hubi-semos cometido ninguna falta, si siendo cualquier persona no tendramos proble-ma de publicar en feisbuk las fotos que tomramos. A la espera de que le atendiera Seguridad, me propin un no, no habra problema.

    Al, tenemos en sala un fotgrafo sin au-torizacin. Llegado ese punto, me pare-ci el colmo. Ya no era un tema de analizar si la persona sufra de amnesia temporal sino de evitar que maltrataran a mi compa-ero, as que lo nico que alcanc a pedirle fue moderacin en la forma de abordar a mi compaero puesto que l haba entrado con autorizacin y estbamos all de buena fe. Ella solo repeta lo que nos han dicho hasta el cansancio en tantas instituciones:

    que debamos solicitar por escrito una au-torizacin. A los pocos segundos apareci Seguridad.

    Despus, solo recuerdo mi indignacin y al seor Seguridad decir que haba que pedir permiso por escrito, mientras me daba la espalda para consultar no s con quin. Al llegar mi compaero, solo atin a decirle a la funcionaria: Ya mi compaero termi-n, podemos irnos?. Ella volvi a marcar la extensin, repiti la pregunta en tercera persona, y nos dijo amablemente: S, pue-den irse.

  • NOVELA 27

    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCSCaracas, 4 de mayo de 2014.

    Piedra de mar (iV)POR FRANCISCO MASSIANIIlustRacIOnes OSCAR HERNNDEZ

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    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCS Caracas, 4 de mayo de 2014.

    En la autopista no abrimos la boca. Mar-cos cerr el pico y yo lo imit como si no hubiera nada que contarse. La verdad es que me senta mal, muy mal. Con lo de Carolina se vino algo abajo. Y cuando me siento muy mal, no puedo decir ni po. Se me sube algo amargo a la garganta. La gar-ganta se me cierra y quedo mudo. Marcos me miraba, y yo notaba que quera decir-me algo. De repente viene y me dice:

    Vas a ir a la fiesta?

    No le respond. Me senta demasiado mal para pensar en fiestas, pero agreg:

    Carolina tambin va.

    Y volv a darle vueltas al asunto. Que si Carolina va. Que si la playa. No joda. Pero, en todo caso, haba una posibilidad para establecer contacto y hacer que nuestras relaciones volvieran a la normalidad, as que lo pens varias veces y por fin le pre-gunt:

    Ests seguro?

    Marcos me dijo:

    S. Seguro. Creo que va con Nancy. Creo que estn invitadas.

    Pero no ests seguro, idiota?

    Se call de nuevo. Eso me tumb. Marcos se siente importantsimo cuando lo inte-rrogan porque es un tipo que no es tomado en cuenta para nada. Si vieran la carita de sabelotodo que tena. Pasando por el tnel de El Silencio, me acuerdo que justamente cuando nos metimos en el tnel de El Si-lencio, con las cornetas, y el calor, y todo ese asco, estuve a punto de preguntarle de nuevo por Carolina. Este desgraciado est enamorado de Carolina y es capaz de aprovechar cualquier cosa para anotarse un punto a su favor. Fjense lo que hizo

    con el aceite del sol. Y lo que hizo con el cortaas. Es realmente un tipo mezqui-no. Y est convencido de que si deja de ser el mezquinito que es, perder dos o ms centmetros de estatura. No s si dije que Marcos es un enano. O casi un enano. Y los enanos se sienten ms chiquitos cuan-do hacen un favor. No s exactamente cul es la razn, se dice razn?, o la causa, pero l caso es que todos los asquerosos enanos que he conocido en mi vida son as. Pala-bra. No les miento. Lo cuento porque si, en todo caso, ustedes conocen a Marcos, hay una persona que se llama Jania que no lo conoce. Carolina, como chiste, es prima de ella. Habl del cortaas? Y del aceite? Ahora ni s de lo que habl ni de lo que no habl. Supongo que cont lo del cortaas. Tambin cont lo de la playa. Exacto. Por fin llegamos a la Plaza Venezuela y Marcos me dijo:

    Qu tal te parece ahora?

    Quin?

    Carolina.

    Me parece que est igual. Por qu lo di-ces?

    No te parece como ms vieja que an-tes? No te parece? que si no te parece... Pero, bueno. Lo que me pregunt es que si yo notaba alguna diferencia entre la Ca-rolina que se fue para Espaa y la Caroli-na recin llegada. Claro que est cambia-da. Y te lo digo a ti, Carolina: cambiaste, pero no mucho. Todava gozas burlndo-te cruelmente de mi timidez. Todava te res de mi miedo. Y haces lo posible por ponerme en ridculo. Pero deja que pase el tiempo. Un da de estos te vas a ena-morar de m. Cuando esto suceda, pala-bra que te voy a hacer pagar las de Can. Te lo digo desde ahora para que lo sepas. Para que te armes. Para que te consigas un alicate o un martillo. Porque la pelea va

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    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCSCaracas, 4 de mayo de 2014.

    a ser buensima. Primero te voy a arras-trar por toda Sabana Grande como una carreta vieja. Despus te voy a cortar los pelos. Despus te voy a meter un triqui-traqui por la ventana. Despus te voy a espichar los cauchos del asqueroso carro de tu casa. Te voy a volar la puerta con un tumbarrancho y, de postre, una noche de estas voy a meter un gato incendiado so-bre tu cama.

    Me oyes?

    Bueno. El caso es que pasamos por la Pla-za Venezuela, Marcos meti los frenos de repente, y pegu la frente del vidrio. No lo mat porque Dios es muy grande. Me acuerdo que, antes de que llegramos, Marcos pone carita de buena gente y me dice, as mismo:

    Oye, qu tal si te vienes al cine?...

    No le respond. Despus le tir la puerta y me re. Se baj del carro y me grit:

    Paga tu arrechera con otro. Imbcil.

    Entonces me devolv.

    Qu pasa chico? Quieres peo?

    Aqu mismo si te da la gana.

    Vamonos, pues. Scate el palt le grit dndomelas de matn.

    No es fundamental.

    Que si no es fundamental. Se dan cuenta? El pobre tipo estaba tan chorreado que se le enred la lengua. Bueno. A m tambin me sucede. Confieso que siempre que me caliento, si hablo, como ya dije, digo dispa-rates y todo se me enreda. Marcos termin por sonrerse y me dijo suavecito:

    Como que estamos locos, no?

    Le di la espalda y salt los tres peldaos de la entrada.

    Apenas llegu, puse la oreja a ver si oa a Jos, y sent que haba ms de dos per-sonas. Eso me alegr. Pero por otro lado me molest. Saba perfectamente que Jos me iba a preguntar por Carolina, as que me sent en la escalera y saqu un cigarro. Quera calmarme, y me fum como mil ci-garrillos, pero segua enfermo, mal, triste, angustiado, desesperado.

    La verdad es que los cigarros me hicieron dao.

    Y ESt CONVENCIDO DE quE SI DEjA DE SER EL MEZquINItO quE ES, PERDER DOS O MS CENtMEtROS DE EStAtuRA. NO S SI DIjE quE MARCOS ES uN ENANO. O CASI uN ENANO. Y LOS ENANOS SE SIENtEN MS CHIquItOS CuANDO HACEN uN FAVOR.

  • 30

    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCS Caracas, 4 de mayo de 2014.

    Como a los diez minutos, volv a la puerta, toqu de nuevo tres veces, y nadie respon-di. Fjate cmo me senta, Jos. No eran ganas de fastidiarte, ni muchsimo menos. Pero a dnde iba en ese instante? Para dnde coga? A la casa? Jos me abri, me puso cara de ests ladillando demasiado y pas por la sala sin mirar hacia el silln. No quera saludar a Julia. Despus puse la toalla y el traje de bao en la mesa de no-che, y abr la gaveta. Ah estaba el revlver del pap de Jos. Lo cog, lo tom, y sent la cacha helada. Yo no s usarlo. No s cmo se dispara. Jos lo carg anteayer por si aca-so. Uno no sabe nunca si se va a meter un ladrn o un asesino a las doce y, si en todo caso entra, estamos de acuerdo en que hay que dispararle.

    Pero, bueno. Yo no quera hablar de los la-drones. Quera decir que busqu el revl-ver, porque quera matarme, y esto no es paja. Me senta tan mal que quera abrir-me un agujero en esa vaina para salir de todo. No es la primera vez que me sucede. Ni mucho menos. Pero no creo que pueda llegar a hacerlo. Siempre lo cojo. Lo veo. Lo toco. Lo acaricio. Me lo pongo en el pe-cho, y me da un miedo horroroso. Dga-me si se escapa una bala? Cuando lo pien-so me chorreo. El imbcil de Jos se la pasa apuntndome con el revlver. Por eso lo cuento. Esa es otra de las cosas que me tie-ne enfermo. Jos no quiere abandonar el revlver un segundo. Se va a la cocina y se lleva la pistola. Se mete en el bao y se va con la pistola. Y claro. Ustedes saben que hay un poco de teatro en todo esto no?, pero de todos modos es desesperante. Que si un tipo con el bendito revlver en la mano. Y lo peor es que sobran momen-tos en que uno se siente perdido y todo eso no?, as que hoy es muy fcil pegarse un tiro, y listo. Ayer, por ejemplo, me iba dando un infarto. Me estaba durmiendo, y de repente son una bomba en la cocina.

    Este imbcil siempre se levanta a las tres de la maana para comerse un snduche. Recuerdo que me fui caminando, con el corazn paf-paf-paf, hasta que llegu a la cocina, y cuando lo vi de espaldas pens que el tiro lo tena en la barriga porque es-taba un poco inclinado, y estuve a punto de desmayarme. Jos se estuvo riendo toda la noche. Lo que son fue la tapa del ba-surero.

    Despus me fui a ver en el espejo que est en el cuarto de Jos. Uno se ve de cuerpo entero. Ah me qued ensayando poses, hasta que se me salieron las lgrimas. Es-taba completamente arruinado. Esa es la verdad. Me senta demasiado mal.

    Bueno, termin de verme en el espejo, y se me ocurri que Carolina haba llegado a su casa. Ni siquiera le pregunt esta maana en la playa a qu hora piensa regresar. La llam desde el telfono del cuarto, porque hay dos telfonos, y no me atendi nadie. Ya demasiado cansado, con ese peso inc-modo, con ese peso como muerto, me ech de nuevo en la cama hasta que entr Jos. No s qu diablos buscaba en el cuarto. Pero entr, se me qued mirando, estuvo unos segundos y volvi a salir. O algo as como una discusin, y ya desesperado, harto de estar en la cama, me sent a es-cribir lo que me sucedi en la playa, que ya est escrito.

    Julia se fue hace dos horas, y ahora Jos est botado en la cama. Me ha interrum-pido en varias oportunidades para pe-dirme un fsforo, un cigarro, y para hacer un comentario sin importancia. Ahora deben ser las cuatro de la tar-de. Quizs sean las tres. No tengo hora y no me interesa para nada. Lo nico que deseo es encontrarme con Carolina. Contina la prxima semana.

  • SO

    LU

    CI

    N D

    EL

    AN

    TE

    RIO

    R

    1 2 3

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    6

    Y esa luna que amanece / alumbrando pueblos tristes, / qu de historias, qu de penas, / qu de lgrimas me dice.

    Pueblos Tristes Otilio Galndez

    LA RANA PLATANERAPOR NATALY [email protected]

    pUEBLOS DE VENEZUELA II

    Figura 4

    Presente 2da pers. sing. haber Aquel

    Natural de Jan, Espaa

    Dominio web para Espaa

    Inic.Ninoska Torres

    Articulad, conectad

    (inv.)

    Nota musical (inv.)

    Figura 3

    Levantis el cuarto delan-tero

    Cogollo, botn Niera

    Sulfato de calcio

    Asamblea Nacional

    Labe-rinto,

    enredo

    rbol ecua-

    toriano (pl.)

    Concurrir Fbula, mito

    Figura 5 Pez azul

    Espante las aves domsti-

    cas

    tomo con

    carga elctrica

    Inic. Quentin

    Neill

    lceras Energa renovableInmuno-

    globulina AAislado, rebelde

    3,1416

    Figura centralUno de los 5 sentidos

    Loco, demente

    ImprGesti-cula,

    contrae

    Tanto (inv.)Agit, sacud

    Creen, diagra-

    men

    Docil, sumiso Malfico

    Chiste Figura 1

    Negacin

    El mismo, lo

    mismo

    ngulos, dobleces

    Tomar, coger Fruto de

    la vidUnsono, confor-

    me

    Perra, doga y lebrel Aligerar,

    apurar

    Dominio web para Colombia

    Estado (abrev.)

    Belleza Integral

    Profesio-nal (s.)

    Mancha del ojo

    Art. poses. (inv.)

    PonchoI

    Tela fina y trans-parenteLetra B Empleo

    Figura 6Presa, botn

    Letra L (pl.)

    Festivi-dad, cele-bracin

    Pimiento, pimen-

    tnDominio web para Argentina

    Gira Ro de Italia

    Entregan

    Art. neutro

    Reparte, adjudicaTaguara,

    tasca

    Tela gruesa

    De esta manera Duea, seoraCatarro

    (inv.)

    Trabaja la tierra

    Deteriora, estropea

    Gordo Smbolo qumico

    del osmioNm. de comput.

    Sociedad Annima

    Inagota-ble

    Adoro, quiero

    Figura 2Arte-facto,

    mquina

    Existe, est

    B R O A D W A Y C A R A O G

    A L T E R N O A L E N T A R

    B R I O A O C H O S M A

    A A Y A C U C H O A M O S

    R E R E S L I A R E E R O

    A N T E S M A O R I U N A S

    L O M H A V I L A

    T R O L O L E N

    M E S O N A S G B

    A S M O R I R A

    E R I Z A R M I T I N

    S E D E F E I A C

    J U N I N E S A I S L A

    T A O D O T A T L A S T

    U D R A D I O C I T Y E O N

    L A Z O S B R A C E A R E O

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    Edicin Nmero Setenta y ocho. Ao 02. PALE CCS Caracas, 4 de mayo de 2014.

    CUENTOS DEL ARAERO

    POR HUGO CHVEZ FRAS ILUSTRACIn MELANY PREZ

    Otaiza Castillo, este muchacho que est vivo gracias a Dios. Ese muchacho es un soldado! El 4 de Febrero no pudo hacer nada porque no le avisamos. Estaba lejos, en un curso. Regres al pas, al Ejrcito y se puso a trabajar. Se meti una vez en la crcel de Yare disfrazado de mujer, y se vea muy fea, por cierto. Quin es esta negra grandota que entr aqu?. Otaiza disfrazado de mujer, en Yare, en una celda all, y tuve que entrar yo y le dije: Pero t eres loco?. Era teniente activo, chico, y tena un plan para sa-carnos. Le dije: No, ya va, un momentico, porque es un soldado combatiente y andaba encendido: Mi comandante, lo vamos a sacar. Tenemos tres helicpteros. Y le dije: No, no te pongas a inventar, que la cosa va bien. Aqu estamos tranquilos, sigan us-tedes all afuera. Al tiempo, me entero que andan formando los grupos. Quin poda parar eso? Era una ra que se vena encima. El pueblo estaba encendido y los militares tambin. Nadie poda parar el 27 de Noviembre.

    Otaiza es un soldado que, con su sangre, reg las calles de Cara-cas el 27 de Noviembre. Fjate lo que hizo, junto a otro muchacho que s perdi la vida, entrando all al Palacio. Ellos estaban en las inmediaciones de Fuerte Tiuna, en la madrugada, esperando. No tenan comando de tropa porque andaban rebeldes y los te-nan muy vigilados. Unas tropas del Fuerte Tiuna que iban a salir hacia Miraflores no salieron, porque algunos oficiales develaron el plan. Estos muchachos ven que sale el sol y no haba tropas, estaban solos, solos con sus fusiles y una pistola. Decidieron, cual locos patriotas, irse al Palacio de Miraflores. Y le han entrado a plomo a las puertas de Miraflores. A Otaiza le dieron cuatro tiros de fusil en el pecho. Pero es un atleta, un hombre muy joven, con gran vitalidad. Lo dejaron por muerto. l confiesa que sinti que se mora. Los mdicos del Hospital Militar dicen que lleg clni-camente muerto. Pero le vieron alguna seal, t sabes, de posible vida, y lo metieron al quirfano, y all est Otaiza, chico!

    l pas todos estos aos estudiando, es doctor en Ciencias Po-lticas, un hombre muy inteligente. Despus, se recuper tanto que fue a un mundial de natacin y gan, trajo su trofeo. Y ahora resulta que una madrugada de estas me dijo: Mi comandante, quiero hablar con usted. Porque l estaba en mi caravana, fjate t, l estaba en seguridad, haba hecho cursos especiales de segu-ridad y es comando. Me dijo: Mi comandante, yo me quiero ir para la Constituyente.

    ElizEr Otaiza CastillO