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Epistemología y Teoría de La Ciencia
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Epistemologa y Teora de la Ciencia: El Viaje a Ninguna Parte
Ramn Snchez Viedma y Florentino Blanco Trejo
Departamento de Psicologa Bsica
Universidad Autnoma de Madrid
Telfono: + 34 91 4973237; +34 645480937
Correo electrnico: [email protected]; [email protected]
rea Temtica: La formacin filosfica y epistemolgica del psiclogo.
Modalidad de Produccin: Relato Experiencia
Introduccin
El Viaje a Ninguna Parte (El Viaje a Ninguna Parte, 1986) es una pelcula escrita y
dirigida por Fernando Fernn-Gmez, basada en la novela homnima tambin del mismo
autor. Galvn es un cmico itinerante que se ha pasado la vida de pueblo en pueblo
interpretando malas adaptaciones de comedias en lugares que difcilmente podran
denominarse teatros. El argumento nos sita en un momento de crisis, de trnsito entre el
teatro y el cine en una Espaa desolada por la dictadura de Franco. Una compaa itinerante
de cmicos ve cmo, poco a poco, la industria del cine va ganando terreno. La compaa se va
deshaciendo paulatinamente y los actores y actrices van pasando a formar parte de otras
compaas, o bien, como el propio Galvn, pasan a trabajar como extras en producciones
cinematogrficas. Era el signo de los tiempos: la lucha por el mercado del entretenimiento
entre cmicos y peliculeros. Lo ms grave es que en un momento determinado Galvn
cuenta una vida que nunca le perteneci: recuerda el esplendor, los estrenos, los viajes, etc., y,
sin embargo, nada de eso form parte de su vida de actor; era la vida de otros.
Quienes suscribimos este trabajo tenemos una impresin semejante a la de Galvn.
Quisimos creer que la Epistemologa y, en general, la reflexin metaterica dentro de nuestra
disciplina tena sentido, mereca la pena, y durante poco ms de 20 aos intentamos armar
artesanalmente una forma peculiar de concebir la asignatura Epistemologa y Teora de la
Ciencia1. El signo de los tiempos es, en este caso, el denominado Espacio Europeo de
Educacin Superior (en adelante EEES), ms conocido como Plan Bolonia. Comencemos.
Epistemologa y Teora de la Ciencia era una asignatura anual que se cursaba, junto
con Historia de la Psicologa, en Primer Curso de Licenciatura. La reorganizacin de los
planes de estudio de 1992, reformados de nuevo en 1999, es el punto de partida de nuestro
relato. Inauguramos en Espaa la cultura del cuatrimestre y del crdito, es decir,
transformaron el tiempo de la docencia.
No hace mucho, uno de nosotros coedit un nmero monogrfico sobre el sentido de
la Historia de la Psicologa en la revista que edita la Universidad de Valencia2, en un ltimo
intento, quiz, de reivindicar un espacio para nuestra disciplina. En el texto introductorio
quedaba sealado el oscuro horizonte al que se diriga la Historia de la Psicologa, paralelo al
de la epistemologa, en el contexto del EEES. Era inevitable evocar, con cierta nostalgia, los
tiempos en los que an no estbamos sometidos a la lgica de la excelencia:
1 En realidad, de los dos autores, Florentino Blanco es quien lleva trabajando la asignatura desde ese nmero de aos. Ramn Snchez se incorpor ms tarde a ese modo de hacer que vamos a intentar mostrar en este trabajo.2 Revista de Historia de la Psicologa, 2007, vol. 28, n 1.
Los profesores vagbamos lentos y reflexivos, incluso, a veces, ociosos, por los
pasillos buscando conversacin, organizbamos seminarios paralelos sobre las
materias ms sofisticadas e intiles y encontrbamos cierto placer moral en el
reconocimiento de nuestra ignorancia. Creamos la mayora que haba tiempo para
aprender. Creamos que este era un espacio vagamente sagrado, tal vez el ltimo,
donde nunca entraran los bancos, ni los cambistas, con sus tarjetas electrnicas, sus
auditoras, sus sistemas de control de calidad, () su moderacin, su ponderacin, su
buen gusto, su realismo, su sano escepticismo, () vagamente sonrientes ante nuestra
estupefaccin. Autnticos stakeholders, valedores del progreso, la abundancia y el
equilibrio. (Blanco y Castro, 2007, pp- 13-14).
El ao 1992 sirvi para que las materias metatericas fueran desapareciendo, lenta y
dolorosamente, de nuestros planes de estudio. En noviembre de ese ao se publica en el
Boletn Oficial del Estado Espaol el Plan de Estudios de la Licenciatura en Psicologa de la
Universidad Autnoma de Madrid, que se pone en marcha en el curso acadmico 1997/98,
pasando de 5 a 4 aos. Dos aos despus pas, de nuevo, a ser una carrera de 5 aos como
consecuencia, sobre todo, de la dificultad para impartir todas las materias en slo 4 aos3. Lo
nico que cabe resaltar, para nuestros intereses, es que Epistemologa y Teora de la Ciencia
no se movi, es decir, qued en el segundo cuatrimestre de tercero. Con todo, y al cabo de los
aos, el lugar que ocup esta asignatura no fue tan desfavorable como podra parecer.
Quedara, para cerrar esta introduccin, mostrar el programa de la asignatura que ha
guiado nuestro quehacer en el aula4. Aunque a primera vista pudiera parecer que estamos ante
un programa clsico, libresco, centrado nica y exclusivamente en la lgica interna de la
evolucin de la ciencia, inmediatamente comprobaremos que no es as. El programa cumple
una funcin orientativa, sobre todo, para el alumnado que se enfrenta, casi por primera vez, a
una materia de carcter reflexivo, y no est de ms aclarar el mapa. Por otra parte, la
asistencia clase no es obligatoria, y, por tanto, es nuestra obligacin ofrecer al alumnado un
programa lo ms claro posible para que, por su cuenta, pueda preparar la materia. Otra cosa es
lo que ocurre en el aula, y de ello hablaremos en la segunda parte de este trabajo.
El viaje contina, es decir, estos planes de estudio de 1992 y 1997 suponen el primer
cruce de caminos entre cmicos y peliculeros. Nos gustaba perder el tiempo, reconocer
nuestra ignorancia, y, sin que quisisemos darnos cuenta, la cultura de la eficacia, la eficiencia
y el resultado a corto plazo se nos haban echado encima. Los peliculeros redujeron a la mitad 3 Vase Anexo, Tabla 1.- Planes de Estudio de la Licenciatura en Psicologa. 4 Vase Anexo, Tabla 2.- Programa de la Asignatura, en el que aparece la bibliografa correspondiente y el sistema de evaluacin que hemos venido utilizando.
el tiempo de nuestra asignatura y pareca que las cosas continuaran sin pena ni gloria. Sin
embargo, no se dieron cuenta de que su ubicacin en el plan de estudios iba a resultar, en
algunos casos, crucial para un buen puado de alumnos.
La tragicomedia del viaje
En este apartado vamos a mostrar los tres ncleos fundamentales de la asignatura
Epistemologa y Teora de la Ciencia. En primer lugar, hablaremos de la manera en que
organizamos los contenidos alrededor de la Teora de la Ciencia contempornea, es decir, las
corrientes de pensamiento cientfico desde finales del siglo XIX hasta los aos 80 del XX. En
segundo lugar, y una vez que el cuatrimestre ya ha avanzado, entramos en los contenidos
especficos de Epistemologa de la Psicologa cuyos problemas fundamentales son, a nuestro
modo de ver, el de la diversidad de escuelas, modelos, enfoques, etc., y, por otra parte, el del
propio nivel de anlisis psi- que, desde algunos otros puntos de vista, resulta prcticamente
irrelevante. A estas alturas de curso, muchos estudiantes ya han perdido por completo el
horizonte, es decir, se han dado cuenta de que la psicologa no es una ciencia natural al uso,
creencia que les proporcionaba una enorme confianza en s mismos, y, por otro lado, la
psicologa clnica, esto es, la vocacin a la que muchos de ellos quieren encaminar su carrera,
no es otra cosa que un ejercicio disciplinado para proporcionar al paciente y/o cliente un
conjunto de categoras (cargadas de valores) para organizar su vida cotidiana. Dicho de otra
manera, lo ven como un ejercicio de control sobre el que, como es lgico, aparecen todo tipo
de posicionamientos de carcter tico. La alternativa, si es que podemos denominarla as,
consiste en elaborar una suerte de tica del cuidado, cuyo horizonte sealamos, agnicos, en
la ltima semana del curso.
Teora de la Ciencia
A lo largo de estos ltimos aos hemos venido desarrollando diferentes versiones del
juego de la caja, una actividad que, en buena medida, permite reflexionar sobre los
contenidos propios de la Teora de la Ciencia. La caja es, sencillamente, una caja de madera,
de dimensiones manejables, que en algn momento fue cerrada sin que, en la actualidad,
podamos recordar qu objetos contiene. Conviene precintarla para no caer en la tentacin de
averiguar qu hay. La caja es, pues, una caja negra5.
El segundo da de clase aparecemos con nuestra caja negra y pedimos a tres
voluntarios que salgan al estrado. Les proponemos el siguiente juego: deben intentar
averiguar qu hay dentro a travs de los procedimientos que consideren oportunos, con la
nica condicin de no abrirla. Tardan un rato en entender la consigna, nos miran extraados,
5 En el anexo al presente trabajo se pueden ver las dos cajas negras con las que hemos venido trabajando.
buscan la cmara oculta, etc., pero inmediatamente comienza el juego. El resto del aula tiene
una tarea esencial: deben anotar lo que consideran aciertos y errores en las estrategias que
utilizan los tres estudiantes que manipulan la caja. En definitiva, quienes manipulan la caja
estn actuando como cientficos y quienes observan lo hacen como epistemlogos.
La agitan como un sonajero, comprueban su peso, intentan calcular de odo el nmero
de objetos que contiene o el material que los compone (metal, madera, plstico, etc.), y
comienzan a decir objetos que creen que puede contener la caja. Nos miran buscando
respuesta, pero nosotros no sabemos qu hay en la caja, es ms, nos importa poco. Para que
el juego funcione es absolutamente necesario no abrirla. No tardan mucho en darse cuenta de
que no todos los objetos caben en la caja, de modo que ya hay infinidad de ellos que no
pueden estar dentro. Otra estrategia consiste desarrollar modelos anlogos, es decir, idear una
caja de similares dimensiones e ir metiendo en ella objetos que, de acuerdo con lo que han
odo o percibido de su peso, consideran candidatos posibles. De este modo tendramos un
modelo real o virtual (tambin aparecen los programadores informticos que disean modelos
en el ordenador) de la caja. Al cabo de un rato, cuando su sentido del odo o del tacto parece
que est saturado, comienzan a observar la superficie de la caja, las inscripciones, pinturas,
dibujos, etc., y hacen la pregunta clave: dnde la conseguiste? A partir de ese momento,
empezamos a hablar de la historia de la caja, de sus vicisitudes, verdaderas o verosmiles,
acerca de ella: cmo la conseguimos, por qu la guardamos, en qu momento qued olvidada
en algn lugar de nuestra casa, cmo la recuperamos, precintamos, etc.
En una sola sesin hemos sido capaces de sealar los cuatro grandes movimientos en
Teora de la Ciencia contempornea: Positivismo, Racionalismo, Historicismo y Sociologa
de la Ciencia. La caja se convierte, entonces, en un referente constante, en un lugar comn al
que volver de vez en cuando, mientras, en clase, trazamos las caractersticas esenciales de
estos modos de entender la ciencia. De paso, tambin les hacemos ver que el conocimiento
cientfico, la actitud cientfica, no es una actitud natural como pudiera ser, por ejemplo, la
procreacin en otras especies animales. De la mano de Max Weber y Robert K. Merton, entre
otros muchos, reflexionamos sobre la manera en que nuestra cultura ha producido un tipo de
conocimiento sumamente especfico, y, a la vez, con vocacin universalizante.
Resumiendo en exceso un argumento que aparece en otros lugares (Blanco, 2001,
2002), diramos que el humanismo renacentista se construye en paralelo a la denominada
antropologa de la contemplacin. Desde entonces hemos venido elaborando mtodos cada
vez ms sofisticados para descubrir la naturaleza, esto es, la obra de Dios, a travs, en buena
medida, del espritu contemplacionista que desarrolla la Reforma protestante.
El centro tico de esta antropologa de la contemplacin era la neutralidad, la
objetividad. El puritanismo representa la pretensin de que la contemplacin objetiva
de la obra de Dios slo es posible en la dura renuncia al arte y la literatura, en la
austeridad de las costumbres, en la purificacin progresiva de la mirada a travs de
la observacin rigurosa de la norma y del mtodo. (Blanco, 2002, p. 226).
Este primer lazo entre puritanismo y ciencia, es decir, entre ciencia y religin, pone de
manifiesto lo que todo el mundo sabe, pero que las historias oficiales de la ciencia, y, en
particular, las de la psicologa, tratan de ocultar: la ciencia es un producto cultural sometido,
en trminos generales, a las mismas vicisitudes que el arte, la cultura o la poltica.
As, queda suficientemente trazado el mapa de teoras de la ciencia contemporneas, al
menos para el estudiante de psicologa de la Universidad Autnoma de Madrid. El objetivo
fundamental es que entienda que existen otros modos de hacer ciencia, esto es, que producir
conocimiento riguroso, consciente de su propio proceso de elaboracin, puede ser algo
distinto de lo que condensa el mtodo hipottico-deductivo. Por otra parte, ofrecemos al
estudiante la posibilidad de que entienda que la ciencia y, por tanto, el sujeto de la ciencia,
son productos locales, especficos de nuestra cultura occidental.
Por lo dems, tambin ofrecemos la posibilidad de trabajar la versin larga de la caja,
que consiste en que diversos grupos de 3 o 4 estudiantes hagan una caja negra, la
intercambien entre grupos y trabajen con ella durante todo el cuatrimestre. A final de curso
los diferentes grupos presentan al resto de compaeros sus resultados, es decir, las personas a
quienes les han pedido que jueguen con la caja, los resultados obtenidos, las dificultades,
etc., y, por supuesto, las relaciones que han ido estableciendo entre La caja y la asignatura.
Una de ellas es, sin lugar a dudas, la metfora de la mente.
Epistemologa de la Psicologa
Me llamo Violeta y tengo 19 aos. Mido 1,52 centmetros y actualmente peso 53 Kg.
Desde los doce aos la anorexia ha sido una pesadilla de la que no logro despertar.
Todo empez cuando iba al colegio. Un da alguien me dijo oye, cmo te ests
poniendo. Fue como un balde de agua helada, el subtexto era ests engordando.
Comenc a evitar el alimento y a tratar de vomitar, pero como no poda compr unos
laxantes que lo nico que me provocaron fue dolores estomacales. Tambin comenc
a hacer ejercicios. Despus de mucho intentarlo, logr vomitar y lo comenc a hacer
a diario, tanto que se convirti en mi rutina. Llegu al borde de los 30 kilos. La gente
me deca que me vea mal, pero yo pensaba que me lo decan por envidia. Empec a ir
a un psiclogo, y fue ah donde me detectaron la anorexia. Me internaron varias
veces en clnicas psiquitricas, donde me daban tranquilizantes, antidepresivos,
suero, sonda... Pero yo segua sin comer; me recuperaba un poco, pero en cuanto
volva a la vida normal y sala de la clnica, volva a perder el peso recuperado. Esta
enfermedad me ha hecho cambiar mucho porque me ha vuelto mentirosa y bandida.
Me gustara que alguien me ayudara, y, si les interesa, comunquense conmigo.
Este conmovedor relato de una persona que ha sufrido una de las enfermedades
psicolgicas ms representativas de nuestro tiempo es el punto de partida (o el lugar de
llegada), de la segunda parte de la asignatura. En el aula pedimos, tpicamente, que sea una
alumna quien lea en voz alta el testimonio de Violeta, de tal manera que resulte ms fcil
aproximarse a su sufrimiento. Ocupamos unos minutos en reflexionar sobre la enfermedad,
sus causas, consecuencias, dimensiones sociales, etc., para, una vez que hemos creado el
clima adecuado, destapar la trampa.
En realidad, el testimonio de Violeta est fabricado con los trozos de otros relatos, de
otros tantos testimonios sacados de una de las cientos de pginas web que existen en internet
(Maestro, 2003). Todos los relatos tienen la misma estructura, la misma gramtica de texto, y,
por tanto, una gramtica existencial muy parecida. El sufrimiento es, en cierto sentido,
intercambiable. En estas circunstancias el sufrimiento es un elemento a travs del que
construimos nuestra identidad, nuestro lugar-en-el-mundo, y, por tanto, pasa a un segundo
plano. Lo importante es la comunidad a la que uno pertenece. La cuestin es en qu medida
los psiclogos colaboramos en este negocio. Hemos descubierto (inventado, diramos
nosotros) el sndrome postvacacional, el prevacacional, e incluso el sndrome del gourmet.
Independientemente de que estemos o no de acuerdo con los sndromes que acabamos
de caricaturizar, lo relevante en nuestra reflexin es que la subjetividad ha pasado a ser
nuestro objeto de estudio. Hemos sido capaces, histricamente, de segregar (una categora de
anlisis) un intento, un espacio de atribucin que nos ha permitido ir ganando agencialidad,
esto es, una mayor responsabilidad sobre nuestras acciones, y, simultnea y progresivamente,
ir perdiendo seguridad, estabilidad, tranquilidad existencial a medida que los dioses, Dios, los
planetas, los astros, etc., han dejado de ser los depositarios y conocedores de nuestros
mundanos destinos. El Renacimiento, ya lo hemos sugerido antes, se convierte en el espacio
adecuado para empezar a desarrollar de manera genuina lo que, con el paso de estos
aproximadamente ltimos cinco siglos, vamos a denominar subjetividad a la intemperie:
El desarrollo pleno de semejante antropologa psicolgica en el renacimiento,
impulsado por la reforma protestante, concluye con un sujeto lleno de debilidades y
conflictos, pero responsable y constructor de su propia objetividad. Capaz de
reconocer su condicin mundana, de renunciar a la certidumbre, sin caer en el
victimismo histrico o perder el pulso tico. (Blanco, 2002, p. 190).
Para el hombre del medievo no es posible el conflicto, no entra dentro de su horizonte
existencial. Cualquier acontecimiento era gracias a o por culpa de los designios de Dios.
La reforma protestante abre una brecha que ya no se cerrar jams, cuyo contenido, la
subjetividad, desemboca en nuestros das en el sujeto de la psicologa por excelencia: el
cabeza de familia. Sujeto de derechos y obligaciones, sometido a conflictos porque l es el
que tiene la responsabilidad de llevar adelante un proyecto existencial, un conjunto de vidas
(esposa, hijos, etc.) que, de diferente manera, dependen de l. La familia se convierte en el
lugar adecuado para que sus componentes tengan la condicin de sujetos o no-sujetos, en
ltima instancia, de derecho. Un hijo pasar a ser individuo, ciudadano de pleno derecho
cuando, emancipado de la familia de origen, forme la suya propia (Blanco, 2002).
Sin embargo, no slo los padres o los hijos tienen derecho a tener derecho. Las
mujeres, nios y personas mayores, gays y lesbianas, deportistas y conductores, alcohlicos y
fumadores, altos ejecutivos y trabajadores de una cadena de montaje; maestros, adolescentes,
enfermos mentales, etc., son, en buena medida, fragmentaciones de ese sujeto de la psicologa
por excelencia que reclaman un espacio de reconocimiento social, de derecho. Tambin,
cmo no, las anorxicas, colectivo con el que abramos este epgrafe.
Por lo dems, la diversidad terica en psicologa, es decir, los diferentes modelos,
escuelas, perspectivas, enfoques, etc., son un intento provisional y efmero de dar sentido a
semejante panorama de crisis. La psicologa, por s misma, parece que no ofrece un horizonte
halageo.
Hacia una tica del cuidado
Nos encontramos, en este momento del curso, a finales del mes de mayo, a punto de
finalizar las clases, a punto de entrar en poca de exmenes. Se avecinan horas de mucho
estudio y dormir poco, horas delante del porttil para hacer los trabajos que, obligatoria o
voluntariamente, el alumnado tiene que entregar. Abrimos este texto evocando la distincin
entre cmicos y peliculeros que ahora queremos hacer extensiva a los estudiantes. A estas
alturas de curso muchos han dejado la compaa porque nunca les interes el teatro, mucho
menos la comedia; otros tantos la han abandonado con la mala conciencia de saber que para
ser un buen actor es absolutamente necesario formarse en teatro, pero creen que no tienen
garantizada una rentabilidad suficiente como para que les resulte interesante la inversin;
otros, los menos, deciden quedarse en la compaa, en el viejo teatro, hasta que el
acomodador o el taquillero les diga que tienen que marcharse porque hay que cerrar. Quiz
tambin porque llegue la orden de demolicin del edificio.
Birger Sellin es un autista inteligente que se dio a conocer al gran pblico a travs de
un escalofriante texto: Quiero Dejar de Ser un Dentrodemi, en el ao 1994. Birger naci el 1
de febrero de 1973, y, al ao siguiente, como la mayor parte de los bebs fue a pasar sus
primeras horas en su primera Escuela Infantil. Sus padres tuvieron que ir a recogerle casi
inmediatamente porque no paraba de llorar, de gritar como si le estuvieran matando6
(Klonovsky, p. 33). A partir de este momento, Birger es sometido a todo un angustioso
periplo por instituciones, hospitales, centros especializados, etc., hasta que a los cuatro aos y
medio aparece, por primera vez, el trmino autismo. Una categora diagnstica que, al fin,
ayuda a poner orden en medio de la incertidumbre (Almazn y Snchez, 2004, 2005).
Lo que nos interesa resaltar en este momento, y que es, por supuesto, lo que
mostramos en el aula, es que la comunicacin facilitada, mtodo por el que Birger aprende a
comunicarse con el resto del mundo a travs del ordenador ilustra, de manera ejemplar,
algunas de las dimensiones que, a nuestro modo de ver, articularan lo que hemos denominado
una tica del cuidado, cuyo alcance es mucho mayor que la satisfaccin de las necesidades
psicolgicas, en este caso, de Birger. La comunicacin facilitada consiste en que, frente al
teclado de la computadora se sientan Birger y una persona de su confianza, sta toma la mano
de Birger y le ayuda a llevar su dedo de una tecla a otra de tal manera que vayan
apareciendo palabras en la pantalla, supuestamente, de acuerdo con las intenciones de Birger.
Con el tiempo, la mano de Birger se va haciendo ms autnoma y ya no necesita que le
guen de cerca, sino que slo es necesario sentarse a su lado y poner la mano sobre su
hombro. El siguiente paso, por as decir, es que la persona de confianza slo est presente en
la habitacin. Finalmente, Birger es capaz de escribir a solas.
Durante el proceso de aprendizaje no sabemos, en realidad, qu intencin es la que
prima, si la de Birger o la de su ayudante, en caso, por supuesto, de que sepamos distinguir
claramente entre ambas. En realidad, cada vez que escribimos estamos atravesados por las
intenciones de otros, por las voluntades de otros, o, al menos, por lo que creemos que son sus
intenciones o sus voluntades. Escribimos pensando que otro lo va a leer. La primera
dimensin es, pues, que estamos hechos, literalmente, de trozos de otros seres, compuestos
de retales que vamos reuniendo gracias a otros, a pesar de otros7.6 Formalmente, el autor del texto es Birger Sellin, aunque la recopilacin y seleccin de textos corresponde al periodista Michel Klonovsky, que es, tambin, quien escribe la introduccin.7 Colocar estas dimensiones en un orden determinado no significa que vayan en ese orden, en realidad son simultneas. Conviene decir tambin que estas dimensiones, aqu resumidas, se encuentran desarrolladas en Blanco, 20??.
La segunda dimensin de esta tica del cuidado es que somos seres movidos por
motivos, ms que por causas, es decir, somos seres futurizos. Nos importa ms aquello que
podemos ser que lo que fuimos, porque lo que fuimos resulta relevante, precisamente, para
poder llegar a ser, quizs, otra cosa distinta. El itinerario que tiene que seguir la familia Sellin
tiene un horizonte claro: diagnosticar a Birger de alguna manera que le permita desarrollarse
lo ms razonablemente posible.
El despliegue de recursos humanos y materiales que, por un lado, han hecho posible la
categora diagnstica autismo8, y, por otro, hicieron posible el diagnstico de Birger es
verdaderamente impresionante. La comunicacin facilitada es uno ms, entre los muchos que
existen, de los mtodos de tratamiento de personas con este tipo de trastornos. Lo que
queremos indicar con este breve apunte es que, dicho con voz latouriana, formamos parte de
un complejo entramado de humanos y no humanos en el que resulta cada vez ms difcil
distinguir entre lo natural y lo artificial. Esta tercera dimensin tambin podra decirse as:
Metemos en nuestros cuerpos trozos de los cuerpos de otros (hgados, pncreas,
riones, incluso corazones), instalamos tambin mecanismos artificiales que
sustituyen a los defectuosos (vlvulas, by passes), introducimos incluso otros seres
vivos (virus, bacterias, anticuerpos) que nos ayudan a sobrevivir, usamos
respiradores artificiales, muletas, lentes, ortopedias, sillas de ruedas. Comemos, en
fin, alimentos producidos artificial y deliberadamente, y controlamos artificialmente
nuestras estrategias reproductivas. (Blanco, 2006)
Casi como un epgrafe de esta ltima dimensin, aparece la siguiente: las categoras
biolgicas y culturales resultan extremadamente difciles de distinguir. La propia distincin
se hace, a la vez, problemtica, entre otras muchas razones, porque es demasiado reciente,
porque depende, en buena medida, de la manera en que hemos venido entendiendo la ciencia
en nuestra cultura. La intencionalidad de Birger, si es que podemos hablar en estos trminos,
se dirime justo en el lmite entre la mano de su ayudante, la mano de Birger y la superficie del
teclado, y se proyecta, supuestamente, sobre la pantalla del ordenador y sobre las conciencias
de ambos seres humanos.
Por ltimo, la quinta dimensin es la que, seguramente, nos hace seguir pensando que
esta empresa, este viaje, tiene algn sentido: la idea de dignidad que, por cierto, debe ser
siempre supuesta, sobreatribuida o imaginada. Gracias a ella, en este caso, gracias a la
dignidad con la que investimos a Birger (un individuo solitario, arisco, agresivo, etc.), somos
capaces de trazar un horizonte de sentido para l y para todos los que le rodean. Por cierto,
8 Actualmente, como sabemos, se denomina Trastornos del Espectro Autista.
por todo lo que acabamos de decir, tampoco resulta fcil trazar una distincin clara entre la
mente y el cuerpo.
El destino
Durante estos aos vagabundeando por las ridas tierras del teatro cmico fuimos
capaces de conseguir que ciertos estudiantes objetivasen nuestra disciplina lo suficiente como
para poder pensarla desde cierta distancia, como mirndola de reojo. Hay estrellas que, para
ser vistas, la fvea debe apuntar hacia otro lado.
Javier Monserrat, querido amigo y autor de uno de los mejores manuales de
Epistemologa clsica que existe en lengua castellana, Epistemologa Evolutiva y Teora de la
Ciencia (1984), nos ensea que la epistemologa, la teora de la ciencia, suponen una
involucin crtico-fundamental del pensamiento. Fundamental porque supone ir a los
fundamentos de aquello que queremos estudiar, en nuestro caso, la psicologa; y crtica
porque supone hacer un ejercicio de revisin crtica que, en el mejor de los casos, nos llevar
a tomar genuina conciencia de la provisionalidad de los fundamentos de las disciplinas
llamadas humanas, o, dicho con voz diltheyana, de las ciencias del espritu.
Pues bien, este peculiar modo de abordar una asignatura como la que venimos
glosando ha permitido que algunos estudiantes hayan transformado su manera de aproximarse
a la psicologa, su manera de vivirla y, por supuesto, su manera de ejercerla. Algunos, incluso,
han dejado de hacerlo. Son slo unos pocos, ya lo dijimos en el epgrafe anterior, no
aspirbamos a mucho ms. Recogemos a continuacin, brevemente, algunos testimonios de
estudiantes sobre la importancia de la asignatura desde diferentes puntos de vista9:
Vemos la epistemologa como un espacio donde ejercer la crtica, donde reflexionar
sobre las veridicciones, sobre esas formas en las que los discursos sobre distintos
dominios de saber pueden ser juzgados como verdaderos o falsos. Es el espacio en el
que uno se compromete a lo que, en trminos foucaultianos podramos llamar pensar
de otro modo, con el objetivo de entender cmo se crean los objetos que se investigan,
las cosas de las que se dice algo, cmo ponemos objetos en el mundo. Esto es,
un espacio donde reflexionar sobre nuestra accin, nuestro conocimiento, nuestra
responsabilidad, sobre las condiciones de posibilidad de los mismos y, por tanto,
sobre las condiciones de posibilidad para la creacin de libertad. Es una manera de
estar en el mundo y de entendernos. Sea o no esta la funcin que se le ha asignado
oficialmente a la Epistemologa, pensamos que, especialmente en el dominio de las 9 Es nuestra intencin editar, en un futuro prximo, un volumen que recoja los contenidos de la asignatura que aqu hemos apuntado. Una segunda parte est dedicada recoger textos de estudiantes, cuyos fragmentos acabamos de leer.
Ciencias Sociales, ha derivado en convertirse en el espacio en el que se nos recuerda
quienes somos, cmo hemos llegado a ser lo que somos, qu podemos ser. (A.C.)
En aqul curso, que recuerdo desconcertante y a la vez extremadamente sugerente,
fue donde descubr otras formas de mirar, otras formas de hacer preguntas y de
proporcionar respuestas. All perd el miedo a las palabras describir e
interpretar y aprend a sospechar del omnipresente adjetivo cientfico en el
campo de la Psicologa. En el pequeo relato que aqu presento, pretendo reflejar
algunas de las cuestiones que, como a tantos otros, me fueron surgiendo mientras
estudiaba esta asignatura. (I.R.)
A efectos de produccin, se puede decir que la ma en Epistemologa ha sido escasa,
por no decir nula. No tengo apuntes. Eso inquieta en un estudiante. Pero puedo decir
que el rastro, el producto (ya que estamos hablando en trminos econmicos) o el
conocimiento que deja esta asignatura, no se lleva en hojas bien conservadas dentro
de alguna carpeta, hiperprotegidas entre los brazos, o en el interior de alguna
mochila a modo de coraza, como si lo tuviramos que defender de posibles villanos o
del mal que nos acecha entre el trayecto del tren a la facultad. Creo que el secreto, la
magia de esta asignatura es precisamente, que no hay que preservar ni conservar
nada, porque sin saber demasiado bien cmo, sencillamente pasa a formar parte de
nosotros. No slo aade algo, que tambin, sino que transforma. (M.B.)
Por eso decamos al inicio que, aunque pareciese que despus de la reforma de los
planes de estudio la asignatura iba a pasar desapercibida en el itinerario de la Licenciatura, el
efecto ha sido, en buena medida, paradjico. Despus de dos cursos y medio, los estudiantes
vienen con la mochila cargada de psicologa cientfico-naturalizada como nica opcin. La
epistemologa, en todo caso, debera servir, desde este punto de vista, para que los criterios de
demarcacin cientfica estuviesen mucho ms claro, para que el rigorismo cientifista est
siempre bien resguardado. Y, sin embargo, es fcil comprobar el calado de los comentarios
que acabamos de leer.
El destino del viaje es, ya lo habamos anticipado, ninguna parte, al menos de
momento. Como Galvn, entraable personaje con el que abramos este trabajo, dentro de
unos aos recordaremos que un da impartimos Epistemologa y Teora de la Ciencia, que
fuimos cmicos, que vivimos un momento de esplendor, y, lamentablemente, algn peliculero
vendr a decirnos que est convencido de que nada de eso fue cierto, que todo forma parte de
un mal recuerdo, de una terrible pesadilla.
Todava no tenemos la perspectiva suficiente como para saber el efecto que pueda
tener la asignatura que, de algn modo, aglutina los contenidos de Historia de la Psicologa y
de Epistemologa y Teora de la Ciencia en los Planes de Estudio de Bolonia, sobre todo, por
el lugar que ocupa en el currculum. La materia en cuestin se denomina Historia de la
Psicologa, Ciencia y Profesin10 y se encuentra ubicada en el primer semestre del Grado, es
decir, con los estudiantes recin llegados de la secundaria, con 17-18 aos.
Es necesario que pase algn tiempo para poder estimar siquiera el peso relativo de esta
nueva asignatura en la formacin de los futuros psiclogos, pero nuestras sensaciones de este
primer curso de prueba no son muy esperanzadoras. Los nuevos planes de estudios estn
diseados por peliculeros, e incluso por cmicos renegados, para instruir a peliculeros, para
ensearles a renegar del pasado y someterse al vrtigo de los 24 fotogramas por segundo.
Historia de la Psicologa, Ciencia y Profesin se convertir poco a poco en el espacio
previsto por esta cultura del crdito para confirmar retricamente la hiptesis identitaria que
los tiempos exigen y que hemos ido perfilando dolorosamente a lo largo de esta
comunicacin.
10 Habamos pensado, al igual que hicimos con los planes de estudio de 1992 y 1999, elaborar una tabla con los contenidos del Grado en Psicologa y comprobar que la Epistemologa ha desaparecido definitivamente. Hemos credo que, en realidad, no merece la pena. Para quien est interesado puede consultar la pgina web de la Facultad de Psicologa de la UAM (http://www.uam.es/centros/psicologia/paginas/)
REFERENCIAS
Cinematogrficas:
El Viaje a Ninguna Parte (El Viaje a Ninguna Parte, 1986)
Bibliogrficas:
Almazn, C. and Snchez, R. (2004) Lolo Lozone and Birger Sellin: the limitation of the
word. En Fris, J. P., Andrade, P. and Marques, F. (Eds.) Art and Science.
Proceedings of the XVIII Congress of the International Association of Empirical
Aesthetics. Lisboa: IAEA2004.
Almazn, C., y Snchez R. (2005) Cuidando y diagnosticando la locura: Birger Sellin y
Lolo Lozone. Evidentia. Resumen de comunicaciones. VII reunin sobre
Investigacin Cualitativa en Salud. IV Jornadas Internacionales sobre Cultura de los
Cuidados. II Runin de Enfermeras y Enfermeros Antroplogos. Investigacin
cualitativa+cultura de los cuidados=conocimiento humanista. Evidentia 2005 sept-dic;
2(6). En: http://www.index-f.com/evidentia/n6/157articulo.php [ISSN: 1697-638X]
Blanco, F. (2001) Objetos en Accin. En Rosas, R.: La Mente Reconsiderada. En Homenaje
a Angel Rivire. Santiago de Chile: Psykhe.
Blanco, F. (2002) El Cultivo de la Mente: un Ensayo Histrico-crtico sobre la Cultura
Psicolgica.. A. Machado: Madrid.
Blanco, F. (2006) La vida a ti debida: fundamentos antropolgicos para una tica del
cuidado. Leccin de clausura del curso acadmico 2005/06, leda en la Escuela de
Enfermera de la Fundacin Jimnez Daz, adscrita a la Universidad Autnoma de
Madrid.
Blanco, F. y Castro, J. (2007) El rapto de [la Psicologa en] Europa: mtica y nostalgia en
tiempos de convergencia. Revista de Historia de la Psicologa, 28, 1, pp. 7-18.
Klonovsky M. (Ed.) (1994). quiero dejar de ser un dentrodemi. Mensajes desde una crcel
autista. Madrid: Crculo de Lectores.
Maestro, M. (2003) Testimonios de la anorexia: el sufrimiento intercambiable. Poster
presentado en el II Symposium Internacional de Psicologa y Esttica, Madrid, 30 de
Octubre - 2 de Noviembre.
Monserrat, J. (1984) Epistemologa Evolutiva y Teora de la Ciencia. Madrid: Universidad
Pontificia de Comillas.
ANEXO
Tabla 1: Planes de estudio de la Licenciatura en Psicologa
PLANES DE ESTUDIO DE LA LICENCIATURA EN PSICOLOGACuatro aos (1992) Cinco aos (1999)
Primer cicloPrimer curso
Primer cuatrimestre
Asignatura Crd Asignatura CrdAntropologa 6 Antropologa 6Diseo de Investigacin 6 Diseo de Investigacin 6Neurociencia y conducta I : Fundamentos 6 Neurociencia y conducta I : Fundamentos 6Psicologa del Desarrollo I 6 Psicologa del Desarrollo I 6Psicologa Social I 6 Psicologa Social I 6Libre Configuracin 6
Segundo cuatrimestre
Anlisis de Datos I 6 Anlisis de Datos I 6Aprendizaje y Condicionamiento 6 Aprendizaje y Condicionamiento 6Motivacin y Emocin 6 Motivacin y Emocin 6Neurociencia y Conducta II: Ps. Fisiolgica 6 Neurociencia y Conducta II: Ps. Fisiolgica 6Libre Configuracin 9 Libre Configuracin 6
Segundo curso
Primer cuatrimestre
Anlisis de Datos II 6 Anlisis de Datos II 6Evaluacin Psicolgica (ANUAL) 9Gentica, Evolucin y Conducta 6 Gentica, Evolucin y Conducta 6Psicologa de la Memoria 6Psicologa de las Diferencias Individuales 6 Psicologa de las Diferencias Individuales 6Psicologa del Desarrollo II (ANUAL) 9 Psicologa del Desarrollo II (ANUAL) 9Psicologa Social II 6 Psicologa Social II 6
Segundo cuatrimestre
Etologa 6 Etologa 6Historia de la Psicologa 6Introduccin a la Psicometra 6 Introduccin a la Psicometra 6Percepcin y Atencin 6 Percepcin y Atencin 6Psicologa de la Personalidad 6 Psicologa de la Personalidad 6Libre Configuracin 3 Libre Configuracin 3
Segundo CicloTercer Curso
Primer cuatrimestre
Psicologa de los Grupos 6 Evaluacin Psicolgica (ANUAL) 9Psicofisiologa 6 Psicofisiologa 6Psicologa del Lenguaje 6 Psicologa de la Memoria 6Psicologa Educativa (ANUAL) 9 Libre Configuracin 9Psicopatologa 6Optativas 6
Segundo cuatrimestre
Psicologa de las Organizaciones 6 Adquisicin del Conocimiento 6Adquisicin del Conocimiento 6 Epistemologa y Teora de la Ciencia 6Epistemologa y Teora de la Ciencia 6 Historia de la Psicologa 6Psicologa del Pensamiento 6 Libre Configuracin 12Tcnicas de Intervencin Psicolgica 6Optativas 9
Cuarto Curso
Primer cuatrimestre
Prcticum (ANUAL) 15 Psicologa de los Grupos 6Optativas 24 Psicologa del Lenguaje 6
Psicologa Educativa (ANUAL) 9Psicopatologa 6Optativas 6
Segundo cuatrimestre
Optativas 24 Psicologa de las Organizaciones 6Libre Configuracin 12 Psicologa del Pensamiento 6
Tcnicas de Intervencin Psicolgica 6Optativas 9
Quinto CursoPrimer cuatrimestre
Prcticum (ANUAL) 15Optativas 15
Segundo cuatrimestre
Optativas 30
Tabla 2. Programa de la Asignatura.
Programa Terico de Epistemologa y PsicologaTercer Curso. Grupos 31, 32, 36 y 37
Profs.: Florentino Blanco Trejo y Ramn Snchez ViedmaDpto. de Psicologa Bsica
Tema 0: Conocer cmo conocemos0.1. Conocimiento ordinario y conocimiento
cientfico0.2. Definicin provisional de epistemologa0.3. Parecidos de familia: epistemologa, gnoseologa,
teora de la ciencia0.4. Posibles funciones de la epistemologa
1 Parte: Epistemologa y Teora de la Ciencia. Perspectivas contemporneas.
Tema 1: Positivismo lgico.1.1. El Crculo de Viena. 1.2. El Ideal de la Ciencia Unificada. Un lenguaje
universal contra la irracionalidad.1.3. Un lenguaje: el fisicalismo y los enunciados
protocolarios.1.4. La verificacin como criterio de demarcacin
cientfica.1.5. Induccin, probabilidad y universalidad.1.6. El positivismo despus del Crculo de Viena.1.7. Reichenbach y el debate entre contexto de
justificacin lgica y contexto de descubrimiento.
1.8. Axiomatizacin.1.9. Terico vs. observacional.1.10. Crticas a la posicin heredada. Hanson, Quine.
Tema 2: El racionalismo crtico.2.1. Evolucin biolgica y progreso cientfico: hacia una antropologa liberal de la ciencia.2.2. Deduccin e induccin.2.3. La falsacin como criterio de demarcacin cientfica.2.3. La ontologa de los tres mundos.
Tema 3: Kuhn y la lgica de las revoluciones cientficas.3.1. Conceptos bsicos: paradigma, matriz disciplinar,
ejemplar compartido.3.2. Ciencia normal y ciencia revolucionaria.3.3. Inconmensurabilidad.3.4. La funcin de la historia de la ciencia.
Tema 4: Imre Lakatos. La verdadera lgica estaba dentro.4.1. El falsacionismo revisado.4.2. Programas, tradiciones de investigacin y
progreso.4.3. Historia externa vs. historia interna.
Tema 5: Epistemologa postkuhniana.5.1. Concepciones semntica, estructural y
representacional.5.2. Feyerabend y el anarquismo epistemolgico.5.3. Toulmin y el debate cientfico.5.4. Leblond y la crtica marxista de la ciencia.5.5. Ciencia y cognicin.
Tema 6: Sociologa y etnometodologa de la ciencia.6.1. Merton, un clsico que daba ms de s.6.2. Bloor y el programa fuerte.6.3. Etnometodologa, socioconstruccionismo y la
Actor-Network Theory6.4. Retrica de la ciencia.2 Parte: Epistemologa de la Psicologa
Tema 7: El problema de la diversidad.7.1. El problema de la explicacin en las ciencias del
comportamiento.7.2. Epistemologas regionales: conductismo,
psicoanlisis, cognitivismo, construcitivismo, socioconstructivismo.
7.3. Es posible una epistemologa de la psicologa? Tema 8: Antropologa psicolgica.
8.1. Una idea de discurso.8.2. Una antropologa de la contemplacin para la
psicologa.8.3. La ciencia como proyecto lmite de la psicologa.8.4. Las teoras de la ciencia y sus proyectos
psicolgicos.8.5. tica y retrica de la ciencia.
Tema 9: Historia, psicologa y teora de la accin.9.1 La accin de narrar.9.2 Explicar y comprender: el silogismo prctico y
la primaca del relato.9.3 El carcter multidimensional de la actividad.
Tema 10: Psicologa: la subjetividad disciplinada.10.1. Psicologa y subjetividad.10.2. La cultura psicolgica: crisis, hipernormatividad
y psicologicidad.10.3. Hacia una antropologa de la accin.
Tema 11: El futuro de la psicologaBibliografa bsicaBlanco, F. (2002) El Cultivo de la Mente. A. Machado: Madrid. Borger, R. y Cioffi, F. (comp.) (1982) La Explicacin en las
Ciencias de la Conducta. Madrid: Alianza.Echeverra, J. (1999) Introduccin a la Metodologa de la
Ciencia. La filosofa de la ciencia en el siglo XX. Madrid: Ctedra.
Ferrater, J. (1982) Diccionario de Filosofa. Madrid: AlianzaMonserrat, J. (1984) Epistemologa Evolutiva y Teora de la
Ciencia. Madrid: Universidad Pontificia de Comillas.Stevenson, L. y Haberman, D.L. (2001) Diez Teoras sobre la
Naturaleza Humana. Madrid: Ctedra.Lpez, J.A. y Snchez, J.M. (eds.) (2001) Ciencia, Tecnologa,
Sociedad y Cultura en el Cambio de Siglo. Madrid: Biblioteca Nueva.
EVALUACIN:1. Examen final, con dos partes:
(1) una prueba tipo test obligatoria(2) una pregunta abierta a elegir entre tres posibles (optativo)
(En el examen se pueden utilizar apuntes, libros y cualquier otro recurso que no perturbe la buena marcha del negocio)
2. Informes de prcticas (optativo)MATERIAL:
Los contenidos bsicos de la primera parte del temario, a excepcin del Tema 6, se encuentran adecuadamente recogidos en los cinco primeros captulos de Monserrat, J. (1984) Epistemologa Evolutiva y Teora de la Ciencia. Madrid: Univ. Pontificia Comillas.La segunda parte del temario se puede seguir por Blanco, F. (2002) El Cultivo de la Mente. Madrid: A. Machado.Los guiones del los temas se pueden descargar de la webs de docencia de Florentino Blanco y de Ramn Snchez.(http://innova.decp.uam.es/main.php?id=72 http://innova.decp.uam.es/main.php?id=452).En el examen incluiremos 2 o 3 preguntas bsicas sobre el texto de Chalmers, A.F. (1984) Qu es esa cosa llamada ciencia? Madrid: Siglo XXI.Conviene tener a mano un buen diccionario de filosofa, por ejemplo el de Ferrater Mora.
Tabla 3. Cajas Negras
Tabla 1: Planes de estudio de la Licenciatura en PsicologaCrdCrdSegundo CicloTercer CursoTema 1: Positivismo lgico.Tema 2: El racionalismo crtico.Tema 3: Kuhn y la lgica de las revoluciones cientficas.Tema 5: Epistemologa postkuhniana.Tema 6: Sociologa y etnometodologa de la ciencia.Tema 8: Antropologa psicolgica.Tema 9: Historia, psicologa y teora de la accin.Tema 10: Psicologa: la subjetividad disciplinada.Tema 11: El futuro de la psicologa