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Equipo 25 Nº 1 Suplemento especial

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Mauro Riano, Juan Pablo Lazo, Agustina Quinteros, Juan Pa-blo Magri, Leandro Lapido, Johana Salegas, Natalia Rost, Rei-na Rost, Diego Bercholc, Fernando Masini, Santiago Tangir.

Artista invitada: Mora Sarquis Adamson.

14 DE NOVIEmBrE de 2015SUPLEMENTO ESPECIALINDICE

2 Los derechos no se negocian

STAFF

Los derechos no se negocian

Cuando hablamos de dere-chos, crecimiento y progreso, estamos ante un escenario en el cual podemos observar ha-cia atrás y decir que marcamos un rumbo. Es entonces cuan-do nos preguntamos... ¿y aho-ra qué? Quiero estar mejor. Y está bien que así sea porque el pueblo renueva sus exigencias hacia la clase política.

Pero ese progreso sólo es posible si se da un marco de políticas públicas que lo fo-menten. En ese sentido, las leyes son los instrumentos necesarios para delinear políti-cas de estado. Así, sólo entre 2013 y 2014, se aprobaron en el Congreso 263 leyes.

Algunas de ellas decisivas para la recuperación y el fu-turo de la Patria, como la es-tatización de empresas y ser-vicios públicos que nunca deberían haber pasado a manos de privados; otras que se orien-tan a las minorías, la ciencia, la salud y el trabajo.

Podríamos preguntarnos, con

Por: Fernando Masini

cierto fundamento entonces, si la Alianza “Cambiemos” tu-viera la posibilidad de acceder a la Casa Rosada, ¿qué haría con todos esos derechos amplia- dos que votó sistemática- mente en contra? A pesar de que su jefe político intentó un -muy mal actuado- cambio de discurso cuando casi pierde la ciudad frente a Martín Lousteau.

Aunque algunos indicios fueron revelados por Ernesto Sanz -uno de los referentes de esa Alianza-, quien manifestó que de llegar al poder no le temblaría la mano para usar decretos de necesidad y urgen-cia, y anularía o derogaría al-gunas leyes.

Entonces, resulta imperio-so que nos cuestionemos qué significa el cambio que pro-ponen, porque lo que está en juego es demasiado, y de estas decisiones depende el progreso colectivo, porque si prosperan los trabajadores, puede hacerlo la sociedad en su conjunto.

Por Fernando Masini

3 Dos proyectos de país

Por Juan Pablo Magri

5 Por las convicciones, los sueños y la Patria.

Por Natalia Rost

6 Económicamente diferentes

Por Johana Salegas

8 Un museo de grandes novedades

Por Diego Bercholc

11 Patria Grande o relaciones carnales

Por Santiago Tangir

12 Esto es poco serio

Por la ilustradora Mora

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Dos Proyectos de PaísDos Proyectos de PaísPor: Juan Pablo Magri

de una generación de empresarios templados al calor de la expoliación y la especulación fi-nanciera. De un grupo reducido que le dio la espalda a su mandato histórico de consti- tuirse en una “burguesía nacional”, como tienen otros países de Latinoamérica, para conformar un núcleo de presión a las democracias po-

pulares, a través de la imposición de políticas económicas de ajuste, achicamiento del gas- to público y liberalización de los mercados.

Las dos primeras las vivimos en la Ciudad de Buenos Aires los últimos ocho años. El abando-no de los sistemas de Educación y Salud Públi-ca, la falta de vivienda social, el incremento indiscriminado de impuestos y la creación de una fuerza de seguridad que tuvo su bautismo reprimiendo salvajemente a médicos, periodis-tas e internos de un hospital neuro-psiquiátrico.

Nuestro país es complejo, con diversas reali-dades sociales que requieren atención y trabajo. Sin maquillaje ni promesas vacías, Daniel Scioli representa doce años ininterrumpidos de expan-sión de derechos, de recuperación de soberanía, de independencia económica de los organismos de crédito internacionales y del desarrollo de un estado presente, que se pone del lado del más débil para mejorar sus condiciones de existencia a través de la creación de empleo, del acceso a un sistema de educación y salud gratuito y de brindar

En el marco de todo proceso electoral las fuerzas políticas en pugna utilizan diversos mé- todos para seducir a los votantes. Uno de los más comunes es el de construir para el candidato un perfil camaleónico, que se adapte a los distintos sectores sociales en virtud de las demandas que emanen de cada uno de ellos. Este efecto distor-sivo de las doctrinas y plataformas que las fuerzas políticas presentan ante los electores, es cuanto menos sospechoso. Si precisás disfrazar lo que sos, es porque esencialmente tu proyecto de país no representa a la sociedad que buscás cautivar.

La Alianza Cambiemos demostró, desde su origen como fuerza en la Ciudad Autóno-ma de Buenos Aires, tener una gran habilidad para este tipo de prácticas. Globos de colores, obras cosméticas y un discurso despolitiza-do, llevado a su máximo exponente en los úl-timos meses, en los que Mauricio Macri, su candidato a presidente, promete entelequias impracticables como la “Revolución de la alegría” o “La unión de los Argentinos”, sin especificar acciones de gestión, políticas socia-les u objetivos a mediano plazo de ningún tipo.

Este tipo de discurso se ciñe a la lógica neo-liberal de la muerte de las ideologías, en donde la fuerza rectora de la acción de gobierno e- mana del comportamiento del mercado y de la visión estratégica dictada por actores forá-neos en el escenario global. Macri es producto

DANIEL SCIOLI REPRESENTA 12 AÑOS ININTERRUMPIDOS DE

EXPANSIÓN DE DERECHOS, DE RECUPERACIÓN DE SOBERANÍA, DE INDEPENDENCIA ECONÓMICA.

LA ALIANZA CAMBIEMOS

PROMETE ENTELEQUIAS IMPRACTICABLES COMO LA “REVOLUCIÓN DE LA ALEGRÍA” O

“LA UNIÓN DE LOS ARGENTINOS”

las garantías de desarrollo que continúan conse-cuentemente llevando a la Nación en ese sentido.

Scioli expresa la continuidad con cambio, como él se define “es el candidato peronista dentro del Frente para la Victoria”, lo que nos garantiza un compromiso con la doctrina de un Movimiento Nacional cuya única finalidad es la felicidad del Pueblo. Macri representa a los sectores empresarios y agrarios que piden des-de hace años la liberación de importaciones, la flexibilización laboral, la reducción de costos a través del salario, la eliminación de todas las re-tenciones a la exportación, con el consecuente

achicamiento del gasto público y del alcance del Estado. Aplican una fórmula que los argentinos hemos padecido en varias oportunidades, y la aplican porque saben que sus márgenes de ga-nancia se multiplican, tanto como el hambre, la

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LA ALIANZA CAMBIEMOS

PROMETE ENTELEQUIAS IMPRACTICABLES COMO LA “REVOLUCIÓN DE LA ALEGRÍA” O

“LA UNIÓN DE LOS ARGENTINOS”

desocupación y la desesperanza de los argenti-nos.

Los avances en la transformación de la reali-dad de este proyecto político lograron que las de-mandas sociales cambiaran. En el transcurso de esta campaña, nuestro candidato demostró tener la capacidad de escuchar estos reclamos y propo- ner soluciones concretas para reducir la presión tributaria a los trabajadores, achicar la brecha cambiaria e incrementar el monto porcentual de las jubilaciones y pensiones. Esto demuestra cabalmente que los horizontes de este proyecto se siguen expandiendo, en base a las propuestas generadas por la misma sociedad que siempre fue protagonista de la acción de gobierno del proyec-to Nacional y Popular que se inició en 2003.

El 22 de Noviembre, cuando el pueblo vaya a votar, lo debe hacer sabiendo que está eligiendo un modelo de país, pues eso es lo que representa cada candidato.

De todos depende elegir seguir haciendo, con-struyendo, corrigiendo y avanzando como Na-ción, o regresar a un pasado vergonzante para todos los argentinos.

década, se enfrentó a gigantes internos y externos en pos de defender los derechos de los sectores más vul-nerables, esos sectores invisibles para nuestros con- trincantes. De esta manera, se vislumbran los motivos de quienes hoy salen a ganar las calles con una sola consigna que se replica, se repiensa y se simplifica: Contra nuestros derechos, no.

Es que el pueblo entendió que éste era el momento de recoger el mandato que Cristina Fernández había expresado aquel 25 de mayo de 2013. Ese día, desde la Plaza de Mayo, los argentinos fuimos exhortados a organizarnos para “defender las conquistas y los dere-chos” que se alcanzaron en los últimos años: “Si no cuidan lo que es de ustedes, van a venir otra vez por ustedes, como han hecho en toda nuestra historia”, planteó entonces.

Hoy, esa advertencia devino en realidad, y la gen-te lo sabe. La discusión ahora, no gira en torno a dos nombres: Scioli o Macri; sino que –como ya se ha di-cho-, debe centrarse en cuál es el alcance que los ar-gentinos queremos darle al Estado.

Y es que hay tanto por defender, que no alcanzarían las presentes páginas para enumerar en forma taxati-va todos los logros obtenidos, como asimismo es por todo ello, que entendemos que hoy más que nunca es el momento de salir a militar con alegría por todo aquello en lo que creemos.

Porque al militar con tantas convicciones ya co- rremos con ventaja, porque no nos cansamos de repe-tir que el amor vence al odio, y porque como dijo Jauretche “Ignoran que la multitud no odia, odian las minorías, porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor”.

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Por las convicciones, los sueños y la PatriaPor las convicciones, los sueños y la Patria

Por: Natalia Rost

El pueblo salió a la calle. Pero esta vez, la consigna se ve y se siente diferente.

En contraposición a las ya habituales manifesta-ciones cargadas de odio y a las operaciones mediáti-cas -actualmente más funcionales que nunca a los intereses de la derecha neoliberal representada por la Alianza Cambiemos-, desde el pasado 25 de octubre, los militantes del proyecto político impulsado por el Frente Para la Victoria, -cuya continuidad se encuen-tra en cabeza del compañero Daniel Scioli-, nos mul-tiplicamos de una manera extraordinaria.

Y es que, los que hasta ahora bancaban el proyecto desde sus ámbitos cotidianos, es decir, aquellos que aplaudían, escuchaban –y escuchan- con orgullo las cadenas nacionales de la Jefa para saber cuál era el nuevo logro obtenido en cada anuncio, entendieron que era necesario salir de su letargo, dejar la comodi-dad de sus casas y de las redes sociales, para pasar a ocupar un rol militante más activo. Entendieron bási-camente que éste es el momento de defender lo que tanto esfuerzo costó conseguir.

Compañeros, hoy somos miles, millones, los que aprovechamos hasta la más pequeña oportunidad para contar lo que este proyecto que se inició hace doce años hizo por nosotros. Hoy más que nunca, hoy con todo el ímpetu, el cuerpo y el corazón.

Porque lo que se disputa, no es nada más ni nada menos que todas nuestras conquistas, todos nuestros derechos a los que no estamos dispuestos a renunciar.

Los caminos se encuentran perfectamente delinea-dos y son antagónicos sin lugar a dudas.

Lo que aquí se encuentra en juego, es la continui-dad de un proyecto político que durante más de una

Económicamente distintos

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Económicamente distintosPor: Johana Salegas

La deuda pública externa ha sido un condicionante central, en el escenario económico y político de la Ar-gentina; su continua expansión a lo largo de los años de políticas neoliberales de apertura al mercado in-ternacional ha construido uno de los obstáculos más difícil para el crecimiento del país. La declaración de default a fines del año 2001 y la posterior renegocia-ción de los pasivos externos, dirigida por el ex presi-dente Néstor Kirchner en 2005 y que luego continuó nuestra actual presidenta, Cristina Fernández en 2010, lograron compromisos de pago con perfil sustentable; es así que hoy puede afirmarse que la deuda no repre-senta un obstáculo central para la economía.

El actual proceso de desendeudamiento que lide-ra el Gobierno Nacional, en el marco de políticas de desarrollo con ahorro interno, ha experimentado una fuerte reducción porcentual de la deuda en moneda extranjera sobre la producción nacional en un año (PBI), manteniéndose al margen de los mercados fi-nancieros internacionales. La deuda con privados en moneda extranjera (dólar) paso del 96% a 9,4% en

Desendeudamiento Nacional septiembre de 2013. Esto se logró en base a un fuerte mercado interno y el uso criterioso de la moneda ex-tranjera.

Sin embargo, la deuda externa también debe anali-zarse en términos de las reservas internacionales dis-ponibles o exportaciones, ya que los niveles de estos indicadores todavía presentan serios desafíos para el futuro sobre todo en un contexto de fuertes déficits industrial energéticos.

Por lo tanto, es necesario tener presente que la lógi-ca del endeudamiento en moneda extranjera, tomar deuda para pagar deuda indefinidamente, es una práctica incompatible con un modelo de desarrollo e inclusión social.

Política Fiscal Nación

El incremento del gasto público, financiado con im-puestos, aumenta la demanda interna, generando el principal incentivo para la producción nacional. El re-sultado es mayor actividad económica y crecimiento del empleo. En ese marco, la política fiscal argentina mantuvo un sesgo expansivo desde 2003 a partir de

la mayor progresividad tributaria y del crecimiento significativo en jubilaciones, transferencias sociales, salarios, con-sumo e inversión pública.

En el periodo 2003-2012, hubo un su-perávit fiscal promedio del 2% como por-centaje del PIB. El superávit se mantuvo entre 2003 y 2010; recién entre los años 2011 y 2013 se pasó de un déficit fiscal de 2,6 a 1,7 por ciento del PIB, respecti-vamente.

El aumento significativo del aporte de los impuestos en el crecimiento de los

fondos destinados al gasto público, refleja las medi-das adoptadas en materia de política tributaria incre-mentándose la presión sobre los sectores con mayores ingresos con el objetivo primordial de diseñar una estructura impositiva progresiva sin afectar la acti- vidad productiva en crecimiento.

Argentina sólo mejoró su resultado fiscal cuando creció, no a la inversa. Por ende, una agenda de de-sarrollo nacional debe sostener la política de subsi- dios y profundizar las políticas sustitutivas de energía, a través de empresas nacionales como YPF.

Deuda pública CABA

Al momento de generar una deuda, no sólo es rele-vante medir el beneficio de la obra a llevar a cabo, sino también el costo de contraerla y la capacidad futura de repago. Esta decisión debe evaluarse a los fines de evitar consecuencias perjudiciales que hipotequen el futuro de los ciudadanos.

A fines del año 2007, la administración del PRO recibió una ciudad de Buenos Aires con un stock de deuda de $1.797,7 millones de los cuales el 11,2% de la deuda total, corresponden a obligaciones contraí-das en pesos y el 88,9% en divisas extranjeras (dólar) o ajustadas al tipo de cambio. Para fines de 2014, el stock de deuda se multiplicó aproximadamente 10 veces ascendiendo a $18.302 millones. Además, la deuda en divisas o en pesos ajustadas al tipo de cam-bio, aumentó su participación en el total de la deuda, llegando al 95,1% del total en 2014.

Una política de creciente incremento de la deuda atada al valor de la divisa podría ser el resultado de una confianza en la estabilidad cambiaria. Sin embargo las frecuentes declaraciones de los referentes económicos de la Alianza Cambiemos, reflejan propuestas con- tradictorias con esa política, eliminar los controles y restricciones para la compra de dólares junto con una fuerte apertura económica son las principales medi-das de su plataforma de campaña económica.

Para saber a qué fin se destinó la deuda asumida por la Ciudad se puede ver cómo evolucionó la In-versión Real Directa, es decir los recursos que se des-tinaron a obras de infraestructura del Gobierno PRO. Este indicador se mantuvo en promedio en un 15,6%, de acuerdo con los datos del Ministerio de Hacienda porteño, el mismo nivel que en 2005. Si se mantienen los mismos niveles de inversión que antes, enton- ces es correcto asumir que el endeudamiento público fue destinado en su mayoría a gastos corrientes de la gestión porteña.

Analizando estos comportamientos podemos comprender que la política del PRO de creciente en-

deudamiento atado al valor de la moneda extranjera parece descansar en reducir los pagos de intereses en el presente, a costa de dejar los pagos a las próximas administraciones.

Política tributaria CABA

El Sistema tributario de la Ciudad de Buenos Aires percibió sucesivas modificaciones de la Ley Tarifaria. Esos cambios en la recaudación se deben a cambios en la economía, el incremento de la recaudación está explicado por las modificaciones en Ingresos Brutos, patentes, sellos y la nueva valuación fiscal, el ABL, que incluye el impuesto inmobiliario.

El ABL y las patentes, sufren un incremento no- minal muy fuerte entre 2007 y 2015, 756 % y 582% res- pectivamente, debido a los sucesivos aumentos apli-cados año a año con la aplicación de la nueva fórmula para el cálculo de la Ley Tarifaria.

Los impuestos sobre los inmuebles pasaron del 10.06% al 7,41% y los impuestos sobre los vehículos pasaron del 7,03% al 4,89%.

Los impuestos que se agrupan bajo “comercio, con-sumo y transacciones” pasaron del 62,8% en 2008 al 71,01% en 2014.

Con respecto, a los ingresos brutos y sello, aumentó 59,6% en 2008 al 64,53% en 2014; y el segundo 2,53% a 5,99%.

Para el año 2014, los impuestos al patrimonio (ABL y patente) representaron 13,6% y los impuestos a la producción, el consumo y las transacciones fueron de 70,64%. En 2007, los impuestos al patrimonio repre-sentaron más del 15%, mientras que los impuestos so-bre el consumo fueron del 66%.

Podemos ver cómo la política fiscal de la gestión PRO genera incrementos de la presión tributaria so-bre el consumo el comercio y las actividades produc-tivas.

A diferencia de los impuestos sobre el patrimo-nio los impuestos sobre las empresas son trasladados a precios atacando el poder adquisitivo de las fami- lias y disminuyendo el nivel de demanda interna de la economía.

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Un museo de grandes novedadesUn museo de grandes novedades

Por: Diego Bercholc

tos de la nacionalización de la deuda privada ins- trumentada en 1982 por el entonces Presidente del BCRA, Domingo Cavallo.

En 1989, el Grupo logró la prórroga del contrato de concesión recolección de residuos de su empresa controlada Manliba con la Municipalidad de Buenos Aires, a pesar de diversos incumplimientos contrac-tuales y de un servicio mucho más oneroso que el de sus competidoras. Itron, otra empresa del Grupo, logró alzarse con la contratación de la facturación de ABL y del impuesto automotor.

Asimismo, Mauricio Macri fue presidente de Sevel, empresa automotriz que promovió a prin-cipios de los años 90 un fuerte déficit en intercam- bio comercial con el exterior que indujo mayores nive-les de endeudamiento. A esto hay que agregar el pro- cesamiento por contrabando dispuesto en 1993 con-tra el propio Macri, por la evasión de unos 55 millones de pesos producto de una operatoria comercial rea- lizada vía Uruguay que permitía a la empresa obtener reintegros de forma espuria.

Con la llegada del menemismo al poder, el Grupo Macri amplió sus negocios a través de algunas de las privatizaciones más escandalosas. En 1990, Servicios Viales S.A. se adjudicó la concesión de los peajes de 1.080,51 kilómetros de rutas nacionales, iniciando un proceso continuado de aumento de tarifas.

Pero el contrato más escandaloso que obtuvo fue el del Correo Argentino, reestatizado por Néstor Kirch-ner en 2003. Correo Argentino S.A. adeudaba a esa

“Si hubiese dicho lo que iba a hacer, no me votaba nadie”. La cínica frase pertenece al expresidente Car-los Saúl Menem, quien resultó vencedor en los comi-cios de 1989 embanderado en las consignas peronistas de “salariazo” y “revolución productiva”. Luego devi-no, la historia conocida y la traición (por dentro) al peronismo: privatizaciones, ajuste, achicamiento del gasto, despidos, aumento de impuestos, flexibilización laboral, dolarización, apertura económica, cierre de fábricas, desindustrialización, desempleo, pobreza.

Karl Marx decía que la historia suele repetirse dos veces, una vez como tragedia y otra vez como come-dia. El escenario electoral 2015 de la Argentina no permite desmentirlo. Mauricio Macri y su movimien-to de “revolucionarios de la alegría” han tomado nota de la experiencia menemista y de un dogma de nues-tra historia: los partidos políticos de Derecha nunca han ganado elecciones libres y democráticas en la Ar-gentina con un discurso electoral de Derecha. Se trata de un hecho político que se sostiene en una premisa que parece ser una verdad de perogrullo: el pueblo (o las mayorías populares compuestas por la clase tra-bajadora y la clase media) no vota en contra de sus propios intereses económicos.

El problema en las sociedades contemporáneas, en las que la experiencia cotidiana se encuentra absor-bida por los medios de comunicación, radica en las dificultades crecientes que evidencian los sectores populares para lograr identificar sus propios intereses.

Mauricio Macri es, fue y será un hijo pródigo de la Derecha Argentina. Hijo del empresario Franco Ma- cri, egresado del Colegio Cardenal Newman, la Uni-versidad Católica y el UCEMA, realizó buena parte de su carrera privada haciendo grandes negocios con (y a costa de) el Estado.

El Grupo Macri fue uno de los beneficiarios direc-

CON LA LLEGADA DEL MENEMISMO

AL PODER, EL GRUPO MACRI AMPLIÓ SUS NEGOCIOS A TRAVÉS DE LAS

PRIVATIZACIONES MÁS ESCANDALOSAS.

fecha el pago del canon correspondiente a 4 semestres e incumple con las inversiones y las obligaciones pre-visionales y sociales, redondeando una deuda de unos 207 millones de pesos con el Estado Nacional.

Por último, en 2002, las grandes empresas del Gru-po Macri (Correo Argentino, Sideco, Socma) fueron beneficiadas por la pesificación de sus deudas dis-puesta por Duhalde. La transferencia de ingresos des-de el conjunto de la sociedad argentina hacia estas tres compañías que integran el grupo fue del orden de los 200 millones de dólares.

La vida política y las declaraciones públicas de Mauricio Macri siempre han sido consecuentes con su trayectoria en el sector privado. De predicamento li- beral-conservador, el Ingeniero siempre se ha carac-terizado por decir lo que piensa de forma cristalina. Tal vez por ese motivo la Presidenta lo eligió desde hace tiempo como su enemigo político predilec-to, incluso elogiando más de una vez su “sinceridad ideológica”.

En este sentido, a lo largo de su carrera política, Macri ha dejado un sinnúmero de contundentes defi-niciones: que los salarios constituyen un costo y que cada uno debe estar dispuesto a ganar lo mínimo in-dispensable para subsistir; que reprivatizaría los fon- dos de pensión y jubilación, Aerolíneas Argentinas e YPF (sus legisladores votaron en contra de las leyes de estatización); que reprivatizaría la transmisión del fútbol; que habría que pagarle a los fondos buitres de acuerdo a lo que disponga el Juez Griesa; o que levan-taría el cepo cambiario el 10 de diciembre en caso de

Por su parte, el bloque del PRO ha votado en con-tra de la ley de matrimonio igualitario, de la ley de fertilización asistida, de la ley de medios, de todas las leyes de estatización, de la ley de movilidad jubilato-ria, del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación.

El equipo económico de Macri también ha hecho uso y abuso de la palabra antes y durante la presente campaña electoral, evidenciando posiciones de cla-ro corte neoliberal que en nada se diferencian de las recetas ortodoxas que constituyeron el pensamiento único de los años 90 y desembocaron en la peor crisis de nuestra historia.

Indudablemente, lo más apabullante fueron las declaraciones de Miguel Angel Broda, Carlos Mel-conian y José Luis Espert –todos ellos ex asesores o funcionarios de Cavallo durante el gobierno mene-mista - en una conferencia convocada por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp). La receta que propusieron en dicha ocasión es vieja

y conocida por los argentinos: ajuste, achicamiento del gasto público y del déficit fiscal, libre comercio sin aranceles ni retenciones. El “chicago boy” Broda se animó a pedir directamente “un equipo económico como el de Cavallo”, mientras que Espert señaló que

EL EQUIPO ECONÓMICO DE MACRI

HA EVIDENCIADO POSICIONES QUE CONSTITUYERON EL PENSAMIENTO

ÚNICO DE LOS 90 Y DESEMBOCARON EN LA PEOR CRISIS DE NUESTRA HISTORIA

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habría que eliminar las paritarias puesto que son “fa- scistas” y que el Estado no tiene por qué meterse allí.

Por su parte, Melconian –cercano a Cavallo, can-didato a Ministro de Economía de Menem en 2003 y defensor de la convertibilidad-, en otras interven-ciones públicas, expresó que la economía necesitaba una devaluación del 60% y el levantamiento del cepo cambiario. También, que los salarios y jubilaciones no deben aumentar más y que el autoabastecimiento e- nergético no era prioritario.

También Federico Sturzenegger –otro férreo de-fensor de Cavallo y la convertibilidad- se sumó a la fiesta de sincericidio ideológico, al comentar de forma jocosa en un seminario en el extranjero como el gurú macrista Durán Barba exhortaba a los candidatos del PRO al cinismo público y la elusión del debate real con el único objetivo de ganar las elecciones.

La frutilla del postre la aportó la semana pasada Al-fonso Prat Gay, quien suena como posible Ministro de Economía de Macri. En una conferencia reciente, dejó plasmada su concepción unitaria, centralista y excluyente de la política, menospreciando a los “cau-dillos” de “provincias chicas del interior”, que “vienen a cooptar la política argentina cada 10 años”.

En este contexto, la sorprendente performance electoral de la Alianza Cambiemos se explica a nues-tro entender por dos motivos: el voto contra el gobier-no, y el giro discursivo pro-peronista (nacional y po- pular) de su líder. Infundido en la lógica del marketing político y de la mera conveniencia electo- ral, Macri comprendió que la mejor forma de supe- rar su propio techo (que los encuestadores marcaban bien por debajo del 50%) era no decir al electorado tan explícitamente lo que piensa hacer, esconder a sus tenebrosos economistas y hacer un viraje radical en su discurso y plataforma electoral.

En efecto, el día en que el oficialismo porteño casi pierde su propio distrito a manos de Martín Lousteau, y que las encuestas marcaban una clara ventaja de Daniel Scioli, Mauricio Macri decidió dar un violento giro en su mensaje. Ese día, habló de justicia social y reivindicó al peronismo, defendió la Asignación Uni-versal por Hijo y hasta la continuidad en manos del Estado de la empresas nacionalizadas por el kirchne- rismo.

El detrás de escena de tal decisión, que en su mo-mento pareció ser un suicidio político, respondía a la inapelable realidad de las encuestas de opinión: todas las políticas otrora defenestradas y ahora defendidas por Macri, contaban con un amplísimo respaldo po- pular.

Superado el cimbronazo inicial por la “casi” derrota en su propio distrito, y por su desopilante volantazo

(que por lo visto no resiste archivo alguno), el Inge-niero profundizó durante toda la campaña nacional esa misma línea discursiva. Sus spots fueron escasa-mente propositivos y casi exclusivamente orientados a desmitificar o desestigmatizar su figura. Se preocupó por mostrarse como un hombre cercano “a la gente” (como gustan decir), destacando sus valores humanos y sus supuestas “formas” (el diálogo, la humildad, la tolerancia), y sobre todo por prometer que no daría marcha atrás con los derechos consagrados durante el kirchnerismo, incluso llegando al absurdo de ani-marse a inaugurar un monumento de Perón en la Ciu-dad de Buenos Aires.

Los resultados de la campaña están a la vista. Al margen de los guarismos del 25 de Octubre, recientes encuestas han reflejado que los votantes de Macri no creen que el líder de Cambiemos aplique durante su eventual gobierno muchas de las políticas que él mis-mo pregonó durante décadas.

Si Cambiemos tiene la posibilidad concreta de ga-nar la elección, ello es porque Macri entendió que debía dejar de presentarse como Alsogaray –un claro exponente de la Derecha argentina-, y que debía pre-sentarse como Menem en su campaña de 1989.

El 22 de Noviembre, como en 1946, como en 2003, el pueblo argentino se debate entre dos proyectos de país. Para quienes sostienen que la historia se repite con diferentes caras, solo resta dilucidar si el pueblo argentino se dejará seducir (o engañar) por la nueva cara (por lo visto, no tan nueva) de la Derecha Argen-tina. Más que nunca, ese día, al ingresar al cuarto os-curo, habrá que recordar, como solía decirnos Néstor Kirchner, que “Mauricio” no es otro que Macri.

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A diez años del NO al ALCA, la antinomia inte-gración latinoamericana o dependencia sigue más vi-gente que nunca. En el marco de la disputa electoral de dos modelos de país, las relaciones internacionales son uno de los temas principales, ya que estructu- ran la manera en la que la Argentina se para frente al mundo.

En el Frente para la Victoria, desde un comienzo entendimos que sólo a partir de la unión latinoame- ricana podemos constituir un bloque de peso especí- fico en el tablero de la geopolítica. Porque teniendo en cuenta que pertenecemos a un país que en la disputa de poder mundial se considera “periférico”, la alianza con las demás naciones de nuestro continente es esen- cial para no ser avasallados por los intereses foráneos, que hoy se expresan en los Estados Unidos, el FMI y los Fondos Buitre, por ejemplos. La independencia económica de nuestra región, es una condición sine qua non para la consolidación de un modelo que apueste a la justicia social.

En esa línea, durante estos años se ampliaron las bases de nuestra integración regional, incorporando a países como Bolivia y Venezuela al MERCOSUR, y creando nuevos organismos como lo es la UNASUR. Todo esto fue posible gracias a la coincidencia de go-biernos conducidos por líderes con la fuerte convic-ción de romper los lazos de la dependencia, para tra-bajar por y para nuestra América.

Para dilucidar un poco las dimensiones de la ac-tual integración, y como se traduce esto en nuestra economía, cabe destacar que desde la conformación del bloque, se multiplicó 12 veces el comercio entre los socios, a los que Argentina destina más del 50 por ciento del total de sus exportaciones de manufactur-as de origen industrial. Mientras que hacia los países centrales, sus exportaciones se basan en patrones pri-

Patria Grande o relaciones carnales Patria Grande o relaciones carnales

Por: Santiago Tangir

mario-exportadores, es decir sin valor agregado y que generan muchos menos puestos de trabajo.

Del otro lado, en la Alianza Cambiemos, se ex-presa una postura completamente subordinada a los intereses imperialistas que operaron en toda nuestra historia a partir del supuesto “Divide y reinarás”. Esas posiciones, nostálgicas de las “relaciones carnales” de los noventa, fueron explicitadas recientemente por el referente más importante en materia de relaciones exteriores del macrismo, Fulvio Pompeo señaló como uno de los objetivos centrales la profundización del vínculo con Washington: “Queremos tener una re- lación sensata, constructiva y cooperativa con Esta-dos Unidos. Una relación de confianza.”. Y respecto al viejo continente expresó: “Somos la traba para firmar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea”, como también advirtió la necesidad de desmalvinizar y profundizar la relación con el Reino Unido, en línea con su jefe político Mauricio Macri, que en noviembre de 2013 como acto simbólico le cambió el nombre a la calle “2 de Abril” por “Inglaterra”.

Pompeo, para nuestra Patria Grande propuso en primer lugar apoyar la expulsión de Venezuela del MERCOSUR, y estratégicamente determinó que hay que confluir con la Alianza del Pacífico, es decir el blo-que de países funcionales a los Estados Unidos -Méxi-co, Chile, Perú y Colombia-, para luego insertarnos en el Acuerdo Transpacífico. El ATP, al que los especia- listas llaman “ALCA maquillado”, consiste en un tra- tado de libre comercio con EE.UU., Canadá, Austra-lia y varias potencias asiáticas como Japón, Malasia y Singapur, en el que por supuesto los países latinoame- ricanos no ocupan otro rol que el de proveedores de materias primas.

Hoy la encrucijada está más clara que nunca, es Pa-tria Grande o “relaciones carnales”, es Patria o Macri.