¿Es arte el grafiti?

Grafiti, palabra tomada del italiano graffiti, graffire, designa a

varias formas de inscripción o pintura, generalmente sobre

superficies públicas o privadas, los grafitis están en diversas

partes como paredes, edificios, pista de skate, etc; los hay de

muchas formas y tamaños, pueden ser autorretratos, palabras

o figuras abstractas, y a pesar de que puedan parecer

extraños, transmiten un historia, una realidad, y pueden

provocar todo tipo de reacción.

Es una forma de expresión e incluso pueden ser considerados

como constructores de la identidad colectiva; es una forma de

expresión muy joven, el grafiti empieza en Estados Unidos,

básicamente a finales de los 60’s y empieza con firmas, un

nombre o un seudónimo, después esas letras van

evolucionando y se vuelven más grandes, incluyen color y

grosor, se vuelven cuadradas o parecen burbujas y después

empiezan a incluir personajes.

Para muchas personas es arte, para otras es vandalismo,

depende de la perspectiva, de la mentalidad de cada persona.

Se puede decir que los grafiteros y los grafitis responden a

condiciones sociales o políticas de cada sociedad; la realidad

es la que influye sobre el arte.

Los grafiteros pintan en los muros de las calles por que son

puntos de “reunión” lugares donde la gente puede ver lo que

ellos expresan mediante sus creaciones. El grafiti tiene

características propias de él: la ilegalidad, en un principio el

grafiti se ve como una forma de vandalismo, de rebelión o de

rechazo hacia lo que esta sociedad nos plantea, nos impone;

otro es que sea en las calles; otro es que se genera en las

ciudades, especialmente las más grandes.

El hecho de hacer arte urbano, grafiti, amplia la forma de la

difusión de la información, es un lenguaje artístico y no debe

ser aislado, debe ser admirado y difundido.

La definición de arte es abierta, subjetiva, discutible. No existe un

acuerdo unánime entre historiadores, filósofos o artistas. Por

consiguiente, no se puede denominar en automático al grafiti como

vandalismo.

Se suele considerar al arte como una actividad creadora del ser

humano, por la cual produce una serie de objetos (obras de

arte) que son singulares, y cuya finalidad es principalmente

estética. Siguiendo esta idea, el grafiti, y en general cualquier

forma de expresión, son concepciones diversas del mundo que

nos rodea, es como respondemos antes ciertos

acontecimientos a nuestro alrededor, espontaneo, fugaz y

anónimo. Por ejemplo, después de la muerte del gran músico

de jazz, Charlie Bird Parker, en los años 50’s, la canción Bird

Lives se pinto en muchos muros de los clubes de jazz en Estados

Unidos, en particular en Nueva York, y fue efímero.

Como cualquier arte, el graffiti tiene géneros:

Art graffiti: extraído del hip-hop de los 70’s y 80’s, y el nombre del

artista se plasma de 3 formas diferentes: Tag, Throw-up y Piece.

Slogans: parten de la opinión personal de problemas políticos, pero

todos parten de la idea de querer expresar su propia forma de ver

el mundo.

Latrinalia: Es el tipo de graffiti que es hecho en los baños, es decir,

en las paredes, puertas, espejos que se encuentran en los baños.

Hay ocasiones que contiene dibujos, palabras, incluyendo poesía o

reflexiones personales.

Tagging: Un tag o tager ("etiqueta") prácticamente es una firma o

un acrónimo de una persona o un grupo de personas,

generalmente Crews.

Estilos propios: nace en 1972 con SuperKool 223

Throws ups

Era Die Hard (1976-1988)

Era Movimiento Tren Limpio (1989-presente): En 1989 el tránsito

del metro de la Ciudad de Nueva York estaba básicamente limpio,

excepto la 5ª línea en el Bronx y la J y LL líneas en Brooklyn.

Muchos grafiteros se habían marchado y muy pocos continuaban

pintando. Hacia septiembre de 1989, el último tren fue limpiado lo

que condujo a muchos grafiteros a marcharse debido a la

severidad de las leyes y el tiempo de cárcel establecido. También

fomentó la resurrección del writing de forma inconsciente el acto de

que la MTA empezó a retirar vagones averiados a cocheras para

chatarra en Brooklyn, lo que hizo que los apasionados del metro

volvieran a la carga impulsados por la esperanza de revivir los

viejos y mejores tiempos, o por el simple hecho de tener una foto

con su pieza en un vagón de metro neoyorkino.