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"Análisis de las características de la escala de esfuerzo percibido (RPE) de Borg (Ratio of Perceived Exertion)". José Gutiérrez López. Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Master en ARD (COE- UAM). Entrenador Superior de Triatlón. 1. Selección de un instrumento de medición relacionado con algún aspecto del rendimiento deportivo. El instrumento escogido por mi parte para la elaboración de este trabajo, es: La escala de esfuerzo percibido de Borg (RPE). Dicha escala RPE (Rating of perceived exertion) fue creada por G. Borg en 1966, aunque como más adelante veremos sufrió varios reajustes posteriores en las siguientes décadas. Se trata de un instrumento de medición de características psicofísicas, de un concepto subjetivo de por sí, denominado como esfuerzo percibido (perceived exertion), que Borg explica como "grado de pesadez y tensión experimentados durante trabajo físico, estimados de acuerdo a un método específico de valoración en escala". Esta escala ha sido traducida al castellano comúnmente con la denominación de "percepción subjetiva de fatiga", aunque aquí nos referiremos a ella cómo percepción de esfuerzo (PE) o escala de percepción de esfuerzo (RPE). El concepto de percepción de esfuerzo, se refiere principalmente a trabajo muscular pesado, involucrando una tensión relativamente grande en los sistemas cardiovascular, pulmonar y musculoesquéletico. Está muy relacionado con el concepto de intensidad de ejercicio, pero es especialmente atractivo para ser valorado, debido a su gran relación con la carga interna que el organismo recibe ante una dosis de entrenamiento prescrita (con su correspondiente teórica intensidad de carga asociada). Es decir ofrece al técnico la posibilidad de obtener datos sobre como el deportista ha percibido la carga de entrenamiento a la que ha sido sometido (integrando volumen e intensidad). Según Borg, "percepción de esfuerzo es la sensación de cuan duro y extenuante es una tarea física". En la mayoría de los casos la focalización está principalmente dirigida hacia aspectos subjetivos de la intensidad del estímulo y la experiencia sensorial del ejercicio. Pero, la experiencia también puede incluir dolor y componentes afectivos, relativos a estados individuales especiales. La percepción del esfuerzo, depende de factores sensoriales, somáticos, emocionales, grado de desarrollo... integrados en una especie de configuración integral de concepto Gestalt. Todos los factores mencionados interaccionan y dependen de la persona y rendimiento evaluados. Cada uno de los factores aportará su "peso" en el valor final de RPE. En los años iniciales (sobre 1961) Borg separaba entre RPE local y general, para ejercicios de corta duración (segundos) y larga (minutos), aunque actualmente puede ser utilizada para cualquier tipo de tarea física. Como más adelante veremos, se trata de una escala única que utiliza "anclajes" verbales asignados a valores numéricos concretos, para permitir determinar niveles de percepción de esfuerzo. Se basa en que la tensión o carga fisiológica crece linealmente con respecto a la intensidad del ejercicio y que la percepción del esfuerzo debería seguir el mismo incremento lineal o similar. Los métodos de escalas directas son llamados ratios, ya que ofrecen valoraciones subjetivas de intensidades, en una escala que se aproxima a un ratio, qué es, una escala con cero absoluto y puntuaciones de escala

Esfuerzo percibido

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Análisis de las características de la escala de esfuerzo percibido (RPE)

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"Análisis de las características de la escala de esfuerzo percibido (RPE) de Borg (Ratio of Perceived Exertion)".

José Gutiérrez López. Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Master en ARD (COE-UAM). Entrenador Superior de Triatlón. 1. Selección de un instrumento de medición relacionado con algún aspecto del rendimiento deportivo. El instrumento escogido por mi parte para la elaboración de este trabajo, es: La escala de esfuerzo percibido de Borg (RPE). Dicha escala RPE (Rating of perceived exertion) fue creada por G. Borg en 1966, aunque como más adelante veremos sufrió varios reajustes posteriores en las siguientes décadas. Se trata de un instrumento de medición de características psicofísicas, de un concepto subjetivo de por sí, denominado como esfuerzo percibido (perceived exertion), que Borg explica como "grado de pesadez y tensión experimentados durante trabajo físico, estimados de acuerdo a un método específico de valoración en escala". Esta escala ha sido traducida al castellano comúnmente con la denominación de "percepción subjetiva de fatiga", aunque aquí nos referiremos a ella cómo percepción de esfuerzo (PE) o escala de percepción de esfuerzo (RPE). El concepto de percepción de esfuerzo, se refiere principalmente a trabajo muscular pesado, involucrando una tensión relativamente grande en los sistemas cardiovascular, pulmonar y musculoesquéletico. Está muy relacionado con el concepto de intensidad de ejercicio, pero es especialmente atractivo para ser valorado, debido a su gran relación con la carga interna que el organismo recibe ante una dosis de entrenamiento prescrita (con su correspondiente teórica intensidad de carga asociada). Es decir ofrece al técnico la posibilidad de obtener datos sobre como el deportista ha percibido la carga de entrenamiento a la que ha sido sometido (integrando volumen e intensidad). Según Borg, "percepción de esfuerzo es la sensación de cuan duro y extenuante es una tarea física". En la mayoría de los casos la focalización está principalmente dirigida hacia aspectos subjetivos de la intensidad del estímulo y la experiencia sensorial del ejercicio. Pero, la experiencia también puede incluir dolor y componentes afectivos, relativos a estados individuales especiales. La percepción del esfuerzo, depende de factores sensoriales, somáticos, emocionales, grado de desarrollo... integrados en una especie de configuración integral de concepto Gestalt. Todos los factores mencionados interaccionan y dependen de la persona y rendimiento evaluados. Cada uno de los factores aportará su "peso" en el valor final de RPE. En los años iniciales (sobre 1961) Borg separaba entre RPE local y general, para ejercicios de corta duración (segundos) y larga (minutos), aunque actualmente puede ser utilizada para cualquier tipo de tarea física. Como más adelante veremos, se trata de una escala única que utiliza "anclajes" verbales asignados a valores numéricos concretos, para permitir determinar niveles de percepción de esfuerzo. Se basa en que la tensión o carga fisiológica crece linealmente con respecto a la intensidad del ejercicio y que la percepción del esfuerzo debería seguir el mismo incremento lineal o similar. Los métodos de escalas directas son llamados ratios, ya que ofrecen valoraciones subjetivas de intensidades, en una escala que se aproxima a un ratio, qué es, una escala con cero absoluto y puntuaciones de escala

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equidistantes. Se trata en este caso de un método de estimación de magnitudes: el sujeto responde libremente con números, de acuerdo a las sensaciones que percibe ante un estímulo (esfuerzo físico). No es por tanto un método de producción (realización de intensidad física correspondiente a una intensidad subjetiva o estándar), ni una estimación sin magnitudes preestablecidas de medida. La validez de la metodología de las escalas de ratio es difícil de evaluar empíricamente, para Borg una prueba fuerte es la alta correspondencia que pueda existir entre las funciones psicofísicas y las fisiológicas relevantes, y esto es lo que él ha perseguido durante décadas de investigación y experimentación, durante las cuales no sólo ha ratificado su método, sino que también lo ha perfeccionado ligeramente. Durante trabajos de larga duración, la carga produce varios tipos de sensaciones, tanto periféricas como centrales. Casi todos los experimentos han dado como resultado la descripción de funciones "aceleradas" con exponentes cercanos a 1,6. Es difícil asociar la percepción de fatiga a una sola de dichas funciones, ya que todas ellas varían algo entre sí: la evolución de la frecuencia cardiaca (FC) durante el esfuerzo de intensidad creciente es lineal y algo similar ocurre con el consumo de oxígeno (VO2), sin embargo otros factores como la acumulación de lactato presentan curvas exponenciales. Todo ello hace difícil a priori admitir que un instrumento tan simple como este pueda darnos la posibilidad de cuantificar niveles de carga interna. Sin embargo a lo largo de este trabajo presentaré bastante información acerca de sus posibilidades. Mi elección de este instrumento se debe a varias causas que expongo a continuación. Por un lado es una herramienta de medida de utilización muy extendida internacionalmente, dentro del ámbito de la medicina, fisiología y cada vez más el entrenamiento deportivo. Dicha extensa utilización va acompañada del reconocimiento concedido por entidades y autores de reconocido prestigio en el mundo del entrenamiento e investigación deportivos. Otra causa es la sencillez y economía de su aplicación, que hacen del instrumento un elemento sin coste, tanto a nivel económico como en tiempo de dedicación, ya que puede integrarse perfectamente dentro del diario de entrenamiento del deportista. También resulta fácil identificar su rigor en forma de fiabilidad, validez y demás características, debido a que existe numerosa bibliografía de carácter científico sobre el RPE de Borg, aportada tanto por numerosos autores ajenos a su grupo de investigación, como por él mismo durante sus ya cuatro décadas dedicadas a este instrumento (aparte de otros trabajos y estudios). Por último, creo imprescindible para todo entrenador el conseguir un control lo más rico posible sobre la verdadera magnitud de carga interna a la que están siendo sometidos sus atletas, sólo con una buena monitorización de este elemento será posible acercarnos a identificar las adaptaciones que el deportista esta desarrollando y con ellas la posible evolución de su estado de forma y de sus diferentes capacidades condicionales. Definir correctamente el nivel de carga interna real que produce cada tarea es un reto difícil al cual la actual teoría del entrenamiento intenta superar con herramientas de diversa índole: modelos matemáticos (IC, TRIMP...), valoración de variables fisiológicas (FC, VO2, Lactato, control hormonal...), pruebas psicológicas (POMS...), test de rendimiento, etc. La escala de Borg entra dentro de las herramientas psicofísicas, no viene a sustituir a ninguna de las mencionadas, pero nos puede ayudar a completar el espectro de utensilios con los que tratar de monitorizar la carga interna, con muy poco esfuerzo a cambio.

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Antes de pasar al apartado siguiente, me he permitido el lujo de alterar el orden previsto para completar el trabajo. Debido a que el propio G. Borg tiene publicada una obra completamente dedicada a la descripción, análisis de características, evolución y recopilación de estudios sobre sus escalas de esfuerzo percibido y dolor, he preferido primero resolver un capítulo en el que analizar la validez, fiabilidad, objetividad, sensibilidad y normas establecidas respecto al instrumento, basándome en lo aportado en la obra mencionada. Un siguiente apartado lo dedicaré a plantear una revisión bibliográfica independiente a la mencionada obra en la que pueden encontrarse referencias favorables frente a otras discordantes. 2. Análisis de diversas características del instrumento, según el autor. El presente apartado como acabo de mencionar estará desarrollado basándome en la obra de Gunnar Borg como fuente primaria de obtención de información acerca de su escala de esfuerzo percibido (RPE). En la obra escogida, el propio Borg hace permanentes referencias a publicaciones escritas por él mismo, por sus diferentes grupos de investigación durante décadas o por autores ajenos a su círculo más cercano. Esta obra es un compendio de información referente tanto a la escala de Borg RPE (a la que corresponde este trabajo), como a la escala de Borg CR10 (a la que no me voy a referir en esta ocasión). La referencia bibliográfica de la que se obtiene la información principal de este apartado es: BORG, G.: "Borg´s Perceived Exertion and Pain Scales". Human Kinetics. Champaign, IL, USA. 1998. La escala de Borg RPE, data inicialmente de 1962, la versión clásica (utilizada desde 1970 hasta la última versión), es popular por resultar muy fácil de entender y utilizar. Además presenta otras ventajosas propiedades:

- Permite comparaciones de RPE entre ejercicios. - Permite otorgar una calificación al ejercicio. - Permite calificar niveles de esfuerzo de forma relevante para cada sujeto. - Utiliza un lenguaje consistente y común. - Emplea expresiones sencillas que denotan grados de intensidad, con elevado

acuerdo entre sujetos.

2.1 Construcción de la escala Este tipo de escala proviene del conocimiento adquirido desde experimentos psicofísicos y fisiológicos. Las correspondencias entre las cifras de la escala parten de cierto paralelismo con la frecuencia cardiaca: hay una correspondencia común entre el 17 de la escala con una FC de 170 lat/min para un amplio grupo de hombres y mujeres sanos normales de mediana edad, durante ejercicio en cicloergómetro con incrementos de carga cada seis minutos. Es un punto de referencia "submaximal" (considerando máximo el tope de la escala y máximo esfuerzo posible, diferente con el concepto "supramáximo que tiene al VO2 max como referencia) bastante común para comparar RPE y FC dividida entre 10. Sin embargo al no existir una relación lineal pura (rectilínea) entre los ratios habituales y el trabajo, se sometió la escala a algunos reajustes:

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- Transformar la escala original R21 (de 1 a 21) en RPE (del 6 al 21), para ajustarse más a la función de esfuerzo (ver figura).

- Se establece el valor 6 como punto inicial (60 lat/min como valor habitual de

la FC en reposo para adultos). - Se ubican referencias verbales en los valores impares. - Sin cero absoluto. - Buscar cierto incremento lineal con respecto a la FC y VO2 obtenidos en

cicloergómetro y carrera.

La primera presentación de la escala se realiza en 1966. Fue utilizada con la forma clásica durante varios años hasta que en 1980 se reajustó hasta la forma actual:

- El valor 6 se denomina "nada de esfuerzo". - El anclaje verbal del valor 7 se sube medio escalón situándolo entre el 7 y 8. - Los "muy, muy" se sustituyen por "extremadamente". - Los "bastante ligero" se sustituyen por "ligero". - El valor 20 se fija como "máximo esfuerzo". Se refiere a una especie de

máximo absoluto, una intensidad que la mayoría de la gente nunca ha alcanzado anteriormente en su vida.

2.2 Sensibilidad. Escala de puntuación

A continuación presento la escala integra, tal y como suele estar traducida al castellano (el original es en inglés). Se trata de una escala numérica a la cual se han añadido una serie de "anclajes" o referencias verbales cada dos valores numéricos (más o menos) que ayuden a los sujetos a afinar más su valoración con respecto a sus propias percepciones.

Dentro de la clasificación de niveles de medición propuesta por N. J. Salkind (1999), la definiríamos como una razón (ratio), con intervalos (numéricos) iguales entre ellos y con un cero absoluto, la cual a su vez integra de forma pareja una serie de categorías y órdenes (nivel ordinal) en forma de referencias verbales. El rango de sensibilidad o nivel de precisión de la escala es de 6 a 20, es decir 15 posibles puntuaciones, que en algunos casos incluso permiten la utilización de puntos intermedios dentro de la escala (por ejemplo 12,5, 17,5, 7,5 = extremadamente ligero, ...). Podríamos hablar de una escala del 6 al 20, con una sensibilidad de 0,5.

R21 RPE

Estímulo (carga externa)

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La escala (en traducción personal) queda presentada como muestro a continuación:

6 Nada de esfuerzo 7 Extremadamente ligero 8 9 Muy ligero 10 11 Ligero 12 13 Algo duro 14 15 Duro (pesado) 16 17 Muy duro 18 19 Extremadamente duro 20 Máximo esfuerzo

2.3 Objetividad Si consideramos la objetividad como la independencia de los resultados de la

prueba con respecto a la persona que la administra, es decir una correspondencia entre los valores obtenidos por diferentes evaluadores para las mismas situaciones, podemos afirmar que la sencillez de la administración y lo simple de la prueba, permiten considerar que el instrumento no plantea problemas en este sentido.

Sin embargo, la objetividad del RPE puede estar cuestionada debido a que mide

valoraciones subjetivas (inciertas y privadas o personales). Ante este problema, su autor explica que la percepción del esfuerzo es una experiencia muy concreta que resulta fácil de describir e identificar sobre un amplio rango de intensidades. Se acompaña además de factores fisiológicos que pueden ayudar al sujeto a identificar el nivel de intensidad acertado. Sobre esto se dan muchas explicaciones en la obra anteriormente mencionada, acompañados de datos de estudios experimentales abocados a la construcción del tipo de ratio más adecuado. Sin duda se trata de algo muy subjetivo y personal (medir percepciones individuales), pero las dificultades de objetividad tratan de ser compensadas por la función integradora de diversas sensaciones psicosomáticas

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resultantes en el deportista cuando se ve sometido a una carga externa concreta. La objetividad del estímulo es relativamente fácil de valorar: volumen e intensidad prescritos (fácil en deportes individuales, más complejo en deportes de equipo, combate, etc). Algunas de las variables que nos aproximan a la carga interna producida sobre el deportista, pueden ser también medidas (FC, acumulación de lactato...) de forma objetiva. De manera que nos queda el RPE como herramienta de control integradora de muchos de los factores relacionados con la carga interna sufrida (factores psicológicos incluidos e indivisibles de los fisiológicos).

Donde si encuentro más lagunas respecto a la objetividad de la herramienta es

en el momento y forma de presentar y proceder a la valoración. De la lectura de los textos de Borg, se desprende que puede ser utilizada para prácticamente todo tipo de ejercicio físico, lo cual pasa de poder ofrecer valoraciones de esfuerzo muy concretas para momentos muy particulares (por ejemplo una serie maximal de 100 metros de natación) cómo para largas sesiones de entrenamiento o competición (una variada etapa de ciclismo ubicada dentro de una gran vuelta), es de suponer que en el segundo caso el individuo es capaz de integrar de forma ponderada, el resultado de todas las apreciaciones parciales de las diferentes situaciones que completan la sesión, de forma que pueda emitir una valoración global resultante. Borg no aclara mucho este tema, sin embargo así está siendo utilizada su escala, desde valoración de cada uno de los escalones de un test de esfuerzo incremental, hasta la medición resultante de cada una de las etapas de una gran vuelta ciclista. En algún ejemplo de sus recomendaciones para la aplicación en deportes surge el ejemplo del tenis, donde se muestra cómo para jugadores con experiencia es posible autovalorar el nivel de intensidad de cada saque, pero no se hace referencia a la evaluación del nivel de esfuerzo global de un partido, ni siquiera de un juego (¿podemos tomarnos la libertad de utilizarlo para dichas situaciones? Así se está haciendo en varios deportes). Otro problema es cuando se presenta la escala: en el momento en que se está realizando el esfuerzo (por ejemplo señalando el nivel correspondiente con el dedo desde el propio cicloergómetro), justo nada más acabar el esfuerzo (al llegar a meta tras una bajada de slalom gigante), o lo más pronto posible (cuando los ciclistas llegan al hotel tras haber completado una etapa de montaña con final en alto y después haber descendido el último puerto en bicicleta ya sin competir). Dependiendo de cada circunstancia de organización de la competición o del entrenamiento las posibilidades son muy variadas y difíciles de controlar, es de suponer que todo ello haga perder objetividad al instrumento, lo cual por otro lado no tiene por que desaconsejar su utilización.

2.4 Fiabilidad Consideramos la fiabilidad cómo la proporción de la varianza total que es

verdadera (consistencia interna). Puede ser determinada con: correlaciones intratest, análisis de varianza (ANOVA), correlaciones de test repetidos (retest) y fiabilidad indirecta respecto a coeficientes de validez. A continuación se resumen los esfuerzos de G. Borg por demostrar la fiabilidad del RPE.

2.4.1 FIABILIDAD DE TEST PARALELOS: Se han realizados diversos experimentos con conclusiones muy apropiadas. La

correlación entre valores de RPE y FC ofrecen índices superiores a 0,90. Con respecto a la correlación entre RPE y la valoración personal del esfuerzo en forma de porcentaje respecto a una supuesta auto consideración de la capacidad máxima, se encontraron índices de 0,70 durante esfuerzos de 100 w y 0,87 en 150 w (Borg, 1970).De forma

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similar correlaciones respecto a puntuaciones sobre 100, para esfuerzos en cicloergómetro, se encontraron correlaciones de 0,50-0,70 (en 150-200 w) y totales de 0,94 (Borg, 1974). También en cicloergómetro, con 132 sujetos que llegaron a realizar 4 pruebas, la correlación entre RPE y una escala lineal fue de 0,93, y entre la escala 21 clásica (RPE) y otra de 9 grados (Noble y col.) fue de 0,92; otro protocolo comparativo realizado con 89 sujetos ofrecía resultados similares (Borg, 1973).

2.4.2 FIABILIDAD INTRATEST: Está ha sido demostrada para esfuerzos de corta duración (Borg y Dahlström,

1960), por métodos de escalas, con coeficientes de correlación de alrededor de 0,90. Es más difícil de demostrar fiabilidad intratest para ejercicios de larga duración. Con un test de varias cargas, obteniendo RPE de todas ellas, se puede calcular el valor de todos los puntos pares e impares (habiendo dividido la escala en dos para poder comparar puntuaciones de un mismo sujeto en valores pares por un lado e impares por el otro). Con al menos cuatro puntos en un diagrama, para un cierto nivel de RPE, podemos entonces calcular que dos estimaciones pueden ser determinadas por el mismo test y comparadas. El resultado puede ser expresado más fácilmente en dos medidas de carga (W) para cierto nivel de referencia, por ejemplo: RPE 15 corresponde a WR15(1) y WR15(2). En este sentido, Borg, Herbert y CECI (1984) obtuvieron con carreras en tapiz rodante a diferentes velocidades un coeficiente de fiabilidad de 0,93.

2.4.3 FIABILIDAD RETEST: Se desprende varios estudios sobre esfuerzos en carrera. Borg y Ohlsson (1975)

realizaron ters pruebas de 800 m a tres velocidades diferentes obteniendo los siguientes coeficientes de correlación: 0,74 entre las FC de la 1ª y 2ª carreras (0,75 para las mismas RPE), 0,64 entre las FC de la 1ª y 3ª carreras (0,69 para RPE) y 0,89 entre las FC de la 2ª y 3ª carreras (0,87 para RPE); entre dos carreras de 1200 m a dos velocidades distintas, la correlación entre las dos FC medidas era de 0,87 y la correlación entre RPE de ambas 0,91.

Ceci y Hassmén (1991) compararon carreras en tapiz rodante y en pista exterior

en dos ocasiones y a varios niveles de RPE; los coeficientes de correlación resultantes entre RPE y tanto velocidad como FC fueron superiores a 0,90 para todos los casos.

Comí y Karppi (1977)experimentaron con parejas de gemelos de ambos sexos

con pruebas incrementales en cicloergómetro, dos veces en una semana. Se calcularon correlaciones a diferentes niveles de carga entre RPE y FC obteniéndose valores significativos.

Otro estuido de Borg, Karlsson y Ekelund (1977) en cicloergómetro obtiene

correlación de 0,89 para entre la FC y RPE de dos pruebas separadas una semana, a un nivel de RPE de 17.

Lamb (1995) compara el RPE y la Children`s Effort Rating Table (CERT) en 70

niños en cicloergómetro con retest a los siete días. Obtiene coeficientes de 0,91 para CERT y 0,90 para RPE.

Por último Eston y Williams (1988) tras realizar un pretest de VO2max, llevan

acabo retest de RPE a los 5 y 7 días de uno inicial. Consiste en pedalear a niveles de carga correspondientes a RPE de 9, 13 y 17. Las mejores correlaciones respecto a VO2

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se encuentran entre las sesiones 2 y 3 para los niveles de RPE de 9 y 13 (0,83 y 0,94 respectivamente y 9,92 o más para el nivel 17.

2.4.4 FIABILIDAD ESTIMADA DEL COEFICIENTE DE VALIDEZ: Esta aproximación presta un fuerte soporte, cuando la fiabilidad de medidas

obtenidas con RPE deben dar al menos 0,90. Esta conclusión se marca desde el conocimiento del efecto de atenuación y del tamaño de los coeficientes de validez (luego los veremos).

Ecuación de atenuación: rTG = rtg / rtt . rgg

Para rTG = correlación verdadera (sin errores de test y criterio), rtg = correlación

obtenida (validez) y rt t y rgg = fiabilidad de test y de criterio. Si suponemos:

0,90 = 0´85/ rt t . 0,96 (fiabilidad respecto a FC), entonces:

rtt = (0´85/0´90)2 . 1/0,96 = 0,93 Esto parte de que muchos de los estudios realizados de fiabilidad han obtenido

coeficientes superiores a 0,90. Una objeción a los coeficientes de pruebas retest es que los sujetos podrían recordar que puntuaciones dieron anteriormente. Igualmente podrían estar un poco más entrenados para el segundo test. Valorando las altas correlaciones obtenidas entre RPE y FC, la fiabilidad parece ser muy alta con ergómetros en situaciones bien controladas (cercana a 0,92 o superiores). Esto significa que el error de método expresado como porcentaje del valor principal no es más de un 6%.

2.5 Validez Es un concepto fundamental en la tradición psicométrica, aunque no tanto un

problema en la psicofísica. Depende mucho del procedimiento utilizado para obtener las respuestas. Con buenas definiciones de los atributos a medir, un método fiable e instrucciones precisas, aseguramos una alta validez.

Tradicionalmente en psicofísica, la consistencia interna de los juicios es

primordial. Un fundamento teórico asumido por los métodos de escalas de ratio, es que ratios de estímulos iguales producen ratios de respuestas iguales. El hecho de que es posible describir sensaciones crecientes con el mismo tipo de función matemática para la mayoría de las modalidades perceptivas, soporta la posibilidad de generalización de estos métodos.

2.5.1 VALIDEZ DE CONTENIDO La construcción de la escala RPE y sus instrucciones utilizan el significado de

las palabras y las sensaciones perceptivas que éstas implican. La escala hace posible medir la intensidad de percepción de esfuerzo de forma que la mayoría de la gente la pueda utilizar. Medir percepción de esfuerzo se refiere a un estado interior individual y la intensidad que éste estado tiene en el cuadro individual de referencia. Esto depende de la más absoluta sensación interior, no de ciertas situaciones de objetos, posiciones y demás alteraciones externas.

La correspondencia entre puntuaciones de percepción de esfuerzo observadas

por especialistas y auto valoradas por el sujeto son también buenas. Hueting (Ámsterdam, 1968) declaró la posibilidad de estimar el grado de percepción de esfuerzo

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de sujetos en cicloergómetro, a partir de la observación de diapositivas en color. Esta afirmación me parece personalmente muy poco rigurosa y en modo alguno útil para refrendar validez de contenido. Ljunggren (1986) comparó puntuaciones observadas y auto valoradas de ejercicio en cicloergómetro y las correlacionó entre sí, obteniendo muy altos coeficientes (r = 0,98) para un rango de niveles de potencia.

2.5.2 VALIDEZ DE CONSTRUCTO La percepción del esfuerzo es una variable medible cuando está ligada a un

instrumento de medida como la escala RPE. La construcción de la escala RPE resulta de puntuaciones obtenidas durante test ergométrico de carga incremental. Las puntuaciones crecen linealmente con respecto a la carga. Teóricamente, ya que la demanda energética crece linealmente con respecto a la potencia, las respuestas subjetivas en la escala también lo hacen. Esta relación (estímulo - respuesta) también debería ser encontrada para individuos diferentes. Diferencias entre individuos (para un gran amplitud) podrían ser explicadas por demandas físicas fundamentales, los valores absolutos de VO2 o intensidad de ejercicio deberían correlacionar bastante bien con RPE, pero no tan bien como en mediciones individualizadas (corregidas para capacidades individuales de trabajo). El fundamento teórico de constructo de la percepción del esfuerzo (y RPE cómo medida de intensidad de ejercicio principalmente) implica que pueden conseguirse altas correlaciones con medidas simultáneas de criterios fisiológicos de intensidad de ejercicio (validez concurrente) y con criterio de rendimiento previsto.

En cualquier caso, la percepción de esfuerzo podría también dejar hueco para

correlaciones con algunas medidas psicológicas que reflejen aspectos emocionales y motivacionales del rendimiento.

2.5.3 VALIDEZ CONCURRENTE La construcción de RPE implica que deberían obtenerse correlaciones más altas

con variables fisiológicas midiendo intensidades de ejercicio relativas, que absoluta. La FC es una buena medida de intensidad de ejercicio relativa y hay muchos estudios que han mostrado correlaciones entre FC y RPE como evidencia de validez concurrente. El crecimiento lineal entre RPE, VO2 y FC da una validez general a la escala. Altas correlaciones entre RPE y variables fisiológicas entre sujetos muestran que la escala es válida como test diferencial (diferencias individuales), los estudios de Noble y Sherman (1967), Bar-Or, Buskirk y Skinner (1968), Borg, Sherman y Noble (1968), Skiner y col. (1973), Bar-Or y col. (1972) y Borg (1972) apoyan esta línea.

Hay estudios referidos a validez de traducciones de la escala a diferentes

idiomas: Bar-Or (1977) en Israel, mostrando la mayor correlación en adolescentes y decreciente con la edad, probablemente debido al menor rango de FC en los individuos de mayor edad; Ulmer, Janz y Löllgen (1977) en Alemania; Miyashita, Onodera y Tabata (1986) en Japón. Ha habido nuevas revalidaciones: Borg (1977), Pandolf (1983), Borg y Ottoson (1986).

También ha sido correlacionado RPE con otras variables fisiológicas como VO2,

ventilación, lactato, etc. Siendo ligeramente peores los resultados que con la FC (10-20 % menor para VO2 según Ulmer, Janz y Löllgen (1977) y Pandolf (1983)), debido a que RPE es una medida individual de esfuerzo más que un estrés físico absoluto. Por

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ejemplo las correlaciones con la FC de reserva individual son aún más elevadas que con la FC según Pavlina y Savic (1975).

Todos los estudios enumerados en este apartado cómo citados por el propio G.

Borg corresponden a aquellos realizados con poblaciones sanas evitando haber incluido otros referidos a poblaciones con alguna patología concreta, que también han sido objeto de diferentes investigaciones.

2.5.4 VALIDEZ PREDICTIVA Debería mostrarse tan alta como la concurrente. Queremos saber hasta qué nivel

puede ser utilizada la escala RPE para predecir algo en el tiempo (por ejemplo rendimiento o rendimiento máximo). Varios estudios han mostrado que RPE puede ser utilizado con gran confianza para predecir rendimiento: Borg (1962) predecir varios niveles de fuerza en cicloergómetro desde un nivel de RPE, Borg (1982) predecir máximo rendimiento anaeróbico desde intensidad submáxima, Borg (1966) predecir máximo rendimiento desde puntuación submáxima, y Borg y Ottoson (1986) utilizar la potencia referida a un nivel de RPE concreto (WRPE) correlaciona altamente con la capacidad de trabajo.

2.5.5 OTROS COMENTARIOS SOBRE VALIDEZ La mayoría de experimentos bien controlados obtienen altos coeficientes de

validez, los estudios que muestran peor validez presentan algunas características que los hacen poco recomendables, cómo:

- Utilización de grupos demasiado pequeños. - Estudio sobre individuos con poca experiencia en ejercicio físico. - Sujetos con poca motivación hacia la participación en el estudio. - Utilización de rangos de intensidad de ejercicio muy estrechos. - Sobre grupos excesivamente heterogéneos En cuanto a edad o incluso con

diferentes disfunciones patológicas). - Falta de instrucciones suficientes. A menores intensidades de ejercicio puede aparecer mayor distorsión en la

relación: respuesta fisiológica - percepción sensorial. La FC y RPE pueden ser muy variables entre los sujetos y estar más sometidos a factores emocionales. También algunos factores ambientales (música, calor, contexto social...) pueden distraer e influir en el sujeto.

En los máximos niveles de esfuerzo también pueden reducirse los grados de

correlación entre RPE y FC, por existir grandes diferencias entre los sujetos. La aparición de dolores, dificultades respiratorias o ansiedad puede ser interpretada de diferente forma dependiendo de la experiencia de los sujetos, grado de especificidad de la tarea, etc.

2.6 Normas establecidas a partir del instrumento De las múltiples utilidades de la escala RPE ya hemos hablado bastante hasta

ahora, en este apartado me referiré a concretar algunos aspectos muy concretos de su definición, mostrar las instrucciones recomendadas por su creador y plasmar un resumen de todos aquellos campos de actuación en los que, según referencias propuestas por el propio Borg, ha sido aplicada con éxito la escala.

El propósito del test es añadir la propia percepción como complemento

importante a las mediciones fisiológicas o de rendimiento.

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El test mide percepción subjetiva del esfuerzo, basada en sensaciones internas

independientemente del valor externo de la carga de la tarea y de las valoraciones fisiológicas, olvidando lo que otros puedan pensar, decir o sentir en la misma situación.

La situación de realización de la prueba debe evitar elementos de distorsión ya

comentados. Debe procurarse aplicarlo en condiciones habituales, cotidianas, no excepcionales.

2.6.1 INSTRUCCIONES "Durante el ejercicio queremos medir su percepción del esfuerzo, por ejemplo,

cómo de pesado y extenuante siente el ejercicio. La percepción de esfuerzo depende principalmente de la tensión y fatiga en sus músculos y de sus sensaciones de "falta de aire" o dolores en el pecho.

Mire a esta escala de puntuación; queremos que utilice esta escala desde 6 hasta 20, donde 6 significa "nada de esfuerzo" y 20 significa "máximo esfuerzo"".

6 Nada de esfuerzo 7 Extremadamente ligero 8 9 Muy ligero 10 11 Ligero 12 13 Algo duro 14 15 Duro (pesado) 16 17 Muy duro 18 19 Extremadamente duro 20 Máximo esfuerzo

9 corresponde a un ejercicio "muy ligero". Para una persona normal sana es como caminar lentamente a su propio ritmo durante algunos minutos. 13 en la escala es ejercicio "algo duro", pero aún hace sentir bien para continuar.

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17 "muy duro" es muy extenuante. Una persona sana puede aún continuar, pero el o ella tiene realmente que "empujarse". Se hace sentir muy pesado, y la persona está muy cansada. 19 en la escala es un ext remadamente extenuante nivel de ejercicio. Para la mayoría de la gente es el ejercicio más extenuante que nunca hayan experimentado. "Trate de valorar sus sensaciones de esfuerzo tan honestamente como sea posible, sin pensar acerca de la carga actual que es. No subestime o sobre estime sus sensaciones. Son sus propias sensaciones de esfuerzo y fatiga lo importante, no en comparación con otras personas. Lo que otras personas piensen tampoco es importante. Mire a la escala y a las expresiones y entonces de un número". ¿Alguna pregunta?. 2.6.2 AMBITOS DE APLICACIÓN (INTENTOS DE NORMALIZACION) RPE es un buen complemento de monitorización añadido a la FC. De todas formas es difícil de evaluar de forma objetiva en todas las situaciones. Ha y diferentes tipos de esfuerzos, poblaciones..., por lo que la normalización de los resultados no puede resumirse en simples tablas. Por otro lado, como ya se ha señalado, se muestra mucho más adecuado para el control intra sujeto que entre sujetos. Según las referencias aportadas por G. Borg (1998) ha sido utilizado con mayor o menor grado de normalización en los siguientes ámbitos:

- En test de condición física para cicloergómetro y tapiz rodante. - En pruebas aeróbicas en tres niveles de valoración: respiración / dolor de

pecho / dolor muscular. Asociando la intensidad del nivel 17 (en potencia WR17 o velocidad VR17) a steady state relativo al VO2max. También es común la referencia a WR13 o VR13.

- En pruebas de valoración anaeróbicas, para seleccionar de antemano la resistenc ia óptima para realizar el test anaeróbico de un tiempo concreto. Por ejemplo en el CST (cycling strenght test).

- Para estimación de FC máxima y de reposo desde niveles de esfuerzo intermedios.

- Para test de campo sencillos y personales, de carrera o andar, incluyéndose unas normas de uso.

- Se resaltan nuevas vías de investigación: explorar la importancia de factores psicológicos en RPE (motivación, estado emocional, factores de personalidad, etc). Partiendo de datos fisiológicos como variable independiente y RPE como variable dependiente en ejercicio estándar conocido, pueden atribuirse posibles desvíos a factores psicológicos. Utilizando este tipo de estrategia y cuanto más relevantes y fiables predictores utilicemos como sea posible (por ejemplo con análisis de regresión múltiple), podemos crear excelentes e inusuales oportunidades para obtener información sobre el significado de RPE y sus componentes físicos y psíquicos.

- Aplicaciones al entrenamiento y rehabilitación respecto al tipo, frecuencia, duración e intensidad del ejercicio.

- Aplicaciones a ejercicio de corta duración, entrenamiento muscular o entrenamiento de pesas, cómo herramienta de control de la intensidad.

- Aplicaciones en rehabilitación. - Ergonomía, cómo por ejemplo en estudios de valoración para normas ISO.

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- Epidemiología: valorar intensidad del ejercicio encuestado en poblaciones. Encontrar el nivel de esfuerzo aplicado según la modalidad del ejercicio.

- En deporte se incluyen recomendaciones y consideraciones diferentes para los siguientes grupos de modalidades: esfuerzos máximos de corta duración, esfuerzos máximos de larga duración, esfuerzos submáximos de corta duración, esfuerzos submáximos de larga duración y deportes con esfuerzos mezclados de varias duraciones.

3. Revisión de la literatura acerca de la validación del instrumento A continuación voy a presentar varias referencias bibliográficas recientes resumiendo sus contenidos, todas ellas son independientes de la obra principal (ya citada) utilizada para completar los contenidos del apartado anterior, cuyas referencias bibliográficas pueden ser encontradas en el propio texto citado. Se trata ahora pues, de presentar otro grupo de opiniones respecto a este instrumento, probablemente más independientes a los intereses del propio creador del instrumento: G. Borg. La presentación de resúmenes y referencias va a atender a un orden cronológico según fecha de referencia de publicación. Ruhling y Christensen (1980) presentan unos datos que sugieren que la FC y la demanda de oxígeno por parte de la tarea son los mayores determinantes de la percepción de esfuerzo. Cualquier actividad (ansiedad, apreciaciones negativas...) que eleven estas respuestas fisiológicas, aumentarían innecesariamente la valoración de PE. Estrategias que minimicen la atención sobre tales factores fisiológicos o a ellos mismos, mejoraran la aceptación de la tarea demandada. Steed y col. (1993) indican que RPE es adecuado para prescribir intensidades de ejercicio, incluido umbral láctico una concentración de lactato dada. Roach y col. (1993) señalan que la FC en danza aeróbica subestima el VO2max en un 10% aproximadamente. La FC puede no ser tan ajustada como RPE para estimar VO2max. Ueda y col. (1993), determinan la contribución de varios tipos de estrés y esfuerzo en la percepción de esfuerzo general en nadadores de élite de estilo crol. Controlaron varios tipos de PE: FC, frecuencia respiratoria, brazos y piernas. Además se midió VO2, FC, ventilación, frecuencia respiratoria y concentración de lactato en sangre. Hay una relación altamente significativa entre los tipos de RPE y las respuestas fisiológicas asociadas. Cuanto más elevada era la carga como porcentaje del VO2max, el principal factor que contribuye a la PE va cambiando:

- De 20 a 45 % la FC era el más asociado, aunque su significancia en la contribución baja a partir del 50%.

- Por encima del 45 % la valoración en el brazo es percibida como la mayor influencia.

- Entre 66 y 96 % la frecuencia respiratoria fue una significativa influencia secundaria.

Las piernas son sólo influencia secundaria entre el 27 y 35 %.

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Potteiger y Weber (1994), experimentaron ejercicio estandarizado con ciclistas a diferentes temperaturas ambientales (30, 22 y 14 grados Celsius). Resultando más fiable la FC que RPE para identificar la intens idad del ejercicio. Se sugiere que RPE incluye más variables de estrés que las puramente fisiológicas. Consideran RPE muy adecuado con tareas y ambientes familiares, mientras que ante condiciones de ejercicio cambiantes debe acompañarse de variables fisiológicas. Steed y col. (1994) consideran RPE como una herramienta fisiológicamente válida para prescribir intensidades de ejercicio cuando se pretende utilizar umbral láctico o concentraciones de lactato en sangre como criterios de intensidad. Ziogas y col. (1994) consideran RPE como el mejor indicador de respuesta al ejercicio ya que correlaciona con VO2 al final del ejercicio, VE, FC, concentración de lactato, epinefrina, norepinafrina... en varios tipos de ejercicio a varias intensidades. Para Schaeffer y col. (1994) RPE no representa la intensidad de ejercicio (referida a FC y VO2) durante danza aeróbica que combina movimientos de brazos y piernas. Esto contradice un estudio anterior en el que se mostraba para danza aeróbica subestimaba la Fcmax y VO2max en un 10%. Womack y col. (1994) utilizaron RPE en carrera, esquí, esquí de fondo, stepping, ciclismo y remo a intensidades de ambos umbrales ventilatorios y al 60% del VO2max específico de la modalidad. UVT1 equivalía a RPE de 7-8, UVT2 a RPE de 13-14. En cualquier caso, a la misma intensidad de ejercicio relativa, los jóvenes activos perciben los esfuerzos de forma diferenciada en diferentes disciplinas. Ueda y Kurokawa (1995) estudiaron nadadores/as a cinco intensidades submáximas diferentes, midiendo dos tipos de escalas de PE (una verbal y otra mixta), además de VO2, FC y lactato. La resistencia al avance fue utilizada como variable independiente y correlacionaba linealmente con VO2 y este linealmente con FC. Lactato exponencialmente con la resistencia y el VO2. RPE se incrementaba linealmente con la resistencia (CR-10 exponencialmente). Ya que la FC declina con la edad, RPE puede ser utilizada para medir esfuerzo independientemente de la edad. Tiene mayor utilidad para prescribir intensidades de trabajo en nadadores de todas las edades que las populares zonas de FC. Schaeffer y col (1995) continúan estudiando RPE en ejercicio de danza aeróbica durante esfuerzos de 8 minutos, con VO2, % VO2max, VCO2 absoluto, ventilación, pulso de O2, FC, %Fcmax, intercambio respiratorio y coste energético bruto y neto como variables dependientes. Las correlaciones encontradas entre RPE y las demás variables no fueron significativas. En danza aeróbica, RPE puede no ser tan afinado o fiable como en otras formas de ejercicio más consistentes (actividades cíclicas como correr, pedalear o nadar). Acevedo y Hayman (1996) midieron RPE en corredores bien entrenados en tres ocasiones a 70% y 80 % de VO2max. Velocidades de dichas intensidades correlacionan (negativamente) mejor con la marca de 10 km que VO2max absoluto, RPE también obtenía correlación negativa aunque no era sensible a las velocidades y esfuerzos de carrera.

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Pujol y col. (1996) comprobaron el impacto de la música sobre RPE comparando ejercicios con música elegida por los sujetos y ejercicios marcados por metrónomo, obteniéndose valores más bajos de RPE trabajando con la música. Green y col. (1997) evaluaron la utilización de RPE para auto controlar la intensidad de nado. Nadadores competentes realizaron seis pruebas. RPE fueron primero calibradas en ergometría de bicicleta y brazos. Se les pidió nadar a RPE de 12 y 16 después de haberlas establecido en ergómetros y se compararon las FC. El resultado mostraba que RPE es muy fiable para altos niveles de intensidad (16), pero cuando se usa a niveles bajos, necesita ser referido a la actividad específica. Weltman y col. (1997) realizaron 2 pruebas de 30 minutos al 70% del pico de VO2 en dos días diferentes. En un caso se separaron por 2 horas y en otro por 90 minutos. Al parecer el lactato decreció con cada repetición sucesiva de ejercicio en cada sesión, mientras que RPE de piernas y RPE general se incrementaban en cada sesión. RPE de pecho no cambió. RPE no parece relacionado con las concentraciones de lactato. Kang y col. (1997) evaluó la disponibilidad de sustratos de carbohidratos sobre RPE durante carrera prolongada a intensidad submáxima. Utilizó un grupo de control (placebo) y otro alimentado con CH, ambos formados por maratonianos, con los que realizaron carreras en cinta rodante de 2,5 horas al 75-80 % de VO2max. RPE no variaba entre ambos grupos durante la primera hora, pero después era más bajo en el grupo que reponía CH. La glucosa en sangre fue más alta inmediatamente después del ejercicio en el grupo CH. Se concluye que la reposición de CH en periodos prolongados de ejercicio submáximo (carrera) reducen la percepción de esfuerzo. LeMura y col. (1997) estudiaron esquiadores (alpino) niños y su RPE central y periférico (muscular) en pruebas incrementales en cicloergómetro. Encontraron que RPE central era mayor que periférico en todos los escalones. Los valores máximos fueron de 18,5 para central y 8,4 para periférico. Pareciendo el incremento de fatiga central el causante de reducir la toleranc ia a la fatiga. Peoples y col. (1997) comprobaron % del pico de VO2 en carrera, stepping y cicloergómetro a tres intensidades de ejercicio marcadas por RPE (11, 13 y 15). Previamente se realizó un test máximo en cada modalidad para calibrar la escala. Según los resultados, sólo es apropiado comparar RPE dentro del mismo tipo de ejercicio, pero no entre diferentes disciplinas. Dimbar y Khodorkovsky (1998) señalan que las tablas que relacionan % FCmax a RPE se muestran inadecuadas en pruebas de ejercicios graduales. Prescribir intensidades de ejercicio con RPE solo debería hacerse tras establecer rangos de RPE referidos a rangos de FC individualmente. Acevedo y col. (1998) han comparado RPE y escalas de sensaciones (afectivas) a tres intensidades de carrera (VO2 a 10% por debajo de 4mM, a 4mM y 10% por encima de 4mM). Cómo uno se siente acerca del ejercicio y sus RPE del mismo ejercicio cambian diferentemente a bajas intensidades de ejercicio (< 4mM). Por encima de 4mM acumulados de lactato, RPE se va inc rementando y las sensaciones disminuyendo, esta última escala evoluciona de forma curvilínea.

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Herrera y col. (1998) compararon rehidratación oral intravenosa y ausencia de ella y su efecto sobre RPE, sensación de sed y de temperatura durante ejercicio a 37 grados Celsius. La vía oral implicaba valores más bajos en las tres medidas. Además se sugiere que las sensaciones de sed y temperatura pueden influir sobre RPE. Fernández y col. (2000) han comprobado RPE durante una gran vuelta por etapas en un equipo de ciclismo profesional, obteniendo las siguientes conclusiones:

- RPE es una herramienta adecuada para valorar la intensidad de ejercicio en el ciclismo profesional de carretera.

- Cada etapa de la vuelta genera un valor medio de RPE de 14,9 "duro". - Las intensidades de ejercicio que más repercuten en RPE en el ciclismo en

carretera, son los tiempos de ejercicio a nivel anaeróbico y a nivel aeróbico intenso.

- La duración del ejercicio a intensidades bajas no es un factor determinante sobre RPE en competición.

- El Indice de Carga que se obtiene aplicando los coeficientes (15,3.AN; 7,3.AI; 0,83.AE y 1.RE), determinados en función de la relación entre RPE y el tiempo de ejercicio a diferentes intensidades, es un modelo válido para la cuantificación del ejercicio realizado por el ciclista.

A continuación se presenta una recopilación de estudios realizada por Weltman

(1995) referidos a la utilización de RPE en relación a su posible utilización como estimación de la respuesta del lactato en sangre al ejercicio.

Varios recientes estudios han mostrado una fuerte relación entre RPE y la

respuesta del lactato en sangre al ejercicio, relación que parece no estar afectada por sexo, estado de entrenamiento, tipo de ejercicio, especificidad de entrenamiento o intensidad de entrenamiento (Varios, 1989, 1987, 1992, 1991, 1991, 1991, 1990 y 1994).

Seip y col. (1991) examinaron la relación entre estado de entrenamiento,

respuesta del lactato y RPE. Los corredores entrenados corren más rápido y más altos valores de FC, VO2 y ventilación a niveles de umbral láctico y concentraciones de 2, 2,5 y 4 mM, que los no entrenados. Sin embargo no se encontraron diferencias en RPE. Independientemente del estado de entrenamiento, la velocidad de umbral láctico fue asociada a un RPE de 11, RPE 14 asociado a 2mM, RPE 14,5 con 2,5mM y RPE 16,5 con 4 mM.

Otro estudio relacionó dos tipos de ejercicio (tapiz y bicicleta) con RPE y lactato

en sangre (Hetzler y col. 1991). Pese a que en tapiz había valores más altos en FC, VO2 y concentraciones de lactato, en ambos ejercicios las velocidades o potencias de umbral se asociaban a RPE de 10 a 11, 2mM a RPE 13-14, 2,5mM a RPE 14-14,5 y 4mM a RPE 16-16,5.

Examinando los efectos de la especificidad de entrenamiento sobre la relación

entre lactato y RPE (Boutcher y col. 1989), se encontró que pese a que el grupo entrenando en carrera mejoraba su umbral corriendo respecto al ciclismo y viceversa, no había diferencias en RPE a dicho umbral. Siempre fue asociado a RPE 10-11, pese a

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que se midiese en bici o cinta, antes o después de entrenar, se hubiese entrenado corriendo o en bicicleta.

Haskvitz y col. (1992) estudiaron las implicaciones de la intensidad de

entrenamiento. Se compararon grupos entrenando por encima y por debajo del umbral referido anteriormente y al igual que en los estudios anteriores, no se encontraron diferencias, y se asociaron similares valores de RPE: umbral = RPE 11-12, 2mM = RPE 14, 2,5mM = RPE 14-15, 4mM = RPE 16-17.

Vuelve a citar a Steed y col. (1994) probablemente referido a un estudio del que

forman parte las anteriores referencias aquí citadas. En el se examina la relación entre RPE, umbral láctico y concentración de lactato (en protocolo incremental de escalones de 3 minutos). En ellos se determinaron RPE (11,6/14,9/16,8/18,9), VO2 (3,2/3,7/3,9/4,2 l/min) y velocidad (168/196/215/227 m/min) a umbral láctico, 2,5mM, 4mM y Pico. También realizaron carreras de 30 minutos a velocidad asociada a las tres primeras intensidades señaladas, midiendo RPE, lactato y VO2 cada 5 minutos. Durante las carreras de 30 min no había diferencias significativas entre RPE, VO2 y lactato desde el minuto 10 al 30 y los correspondientes asociados observados durante el test incremental. Se hicieron numerosas pruebas y cálculos predictivos entre ambas pruebas relacionando lactato y RPE, para al final obtener coeficientes de correlación de entre r = 0,79 a 0,98. Todo ello sugiere que el uso de RPE para prescribir intensidad de ejercicio es fisiológicamente valido y tiene particular utilidad para prescribir ejercicio referido al umbral láctico o una concentración de lactato dada. Weltman concluye su resumen señalando que la relación entre RPE y concentraciones de lactato parece bastante consistente y estable independientemente de los factores señalados al principio. Para ejercicios de hasta 30 minutos de duración, RPE puede ser una herramienta útil sustituyendo a la comprobación de dichas concentraciones (Umbral láctico = 11-12 RPE; 2mM = 14 RPE; 2,5mM = 14-15 RPE y 4mM = 16-17 RPE). Si tenemos en cuenta las pegas que G. Borg proponía para determinados estudios de investigación referidos a RPE, podemos concluir que algunos de los que muestran opiniones no favorables a su instrumento han podido incurrir en algunos de ellos. También encontramos que la investigación actual al respecto ha abordado mayores posibilidades de utilización del instrumento que las propuestas por el propio autor. Todo ello hace pensar que la herramienta pude resultar verdaderamente útil e interesante, pero que por otro lado requiere una aplicación estable en cuanto a protocolo de utilización. Algunos de los estudios comentados parecen excesivamente optimistas y pudieran necesitar réplicas, pero el instrumento sale muy favorecido del "peinado bibliográfico" realizado. 4. Bibliografía ACEVEDO, E.O., KRAEMER, R.R., HALTROM, R.W, TRYNIECKI, J.L., POWELL, K., & GAYDOS, P.: "Perceptual responses at running velocities proximal to the onset of blood lactate acumulation". Medicine and Science in Sports and Exercise, 30 (5), 1998. ACEVEDO, E.O. & HAYMAN, M.: "Effort sense, arousal and running velocities at realtive oxygen consumptions in web trained runners". Medicine and Science in Exercise and Sports, 28 (5), 1996.

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