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ENLACE13_6° 1 ESPAÑOL Lee el siguiente texto y contesta las preguntas correspondientes. ¿ME ACOMPAÑAS? En la escuela hay un cuarto al final del pasillo del segundo piso, donde se guardan algunas cosas algo viejas, como un globo terráqueo, un mapamundi que se colgaba de un clavo en la pared y un modelo de plástico que servía para aprender las partes del corazón. Te digo esto porque una vez acompañé al maestro a guardar unos materiales que habíamos usado y pude ver algo. Aunque, la verdad, él trató de taparme la vista. Como te imaginas, yo tenía curiosidad de saber qué había dentro del cuarto porque había oído decir que… Bueno, cosas que dicen. Así que cuando el maestro preguntó “¿Quién me ayuda?”, no lo pensé dos veces y dije “¡Yo!”. Sentí que todo el grupo me vio con sorpresa porque apenas habíamos escuchado decir que el otro día… ¿Quién cree en eso? Mis amigas y amigos me preguntaron si no había sentido miedo. “Claro que no”, les contesté. La cosa es que volví a acompañar al maestro otro día para guardar unas maquetas. Era una tarde de invierno, de esas que huelen a vacaciones. Ya estaba algo oscuro y éramos el único grupo que quedaba en la escuela porque el maestro estuvo calificando las maquetas una por una. Él llevaba dos maquetas y yo otras dos. A la pasada, bajó la palanquita que enciende los focos del pasillo y se siguió caminando. Los focos no se prendieron de inmediato, pero pensé que eso era normal porque son ahorradores y siempre tardan en encender. Esa vez, sin embargo, ya estábamos cerca de la puerta del cuarto y no se encendían. Eso no me gustó nadita y me entraron los nervios porque decían que… “¡Bah!”, pensé. Desde el salón, como a 50 pasos, estaban asomados Güicho, Dante y Alfonsina. Karlita de plano estaba en el pasillo. Me parecía oír sus voces, pero no entendía. ¿O no eran ellos? “De seguro se hacen los graciosos”, pensé. Aunque esa parte del pasillo estaba oscura, me di cuenta de que el maestro dejó en el piso las maquetas que llevaba para abrir la puerta, que estaba dura y rechinó un poco. El maestro debió dejar la maqueta sobre una repisa al tiempo que dijo: “¡Fuuuu! ¡Qué olor, parece que hubiera un…!”. ¿Dijo “muerto”? Controlando mis nervios, le pasé las maquetas que llevaba y me di la vuelta hacia el salón. Ya no estaban Güicho, Dante ni Alfonsina. Pensé: “A ver si no se escondieron para tratar de asustarme”. Solamente Karlita seguía en el pasillo. “Y ella les va a echar aguas”. Entonces sentí que alguien me seguía, pero quién iba a ser si no el maestro. Me tocó el hombro y sentí su contacto tan frío que quise gritar. ¿Y si no fue el maestro?... Entramos al salón y comenzamos a guardar nuestras cosas. En eso se oyeron unos pasos en el pasillo. Todos nos asustamos y hasta creo que el maestro también, pero dejó sus cosas en el escritorio y se enfiló a la puerta. Todo el grupo lo siguió con la mirada mientras los pasos se oían más y más cerca. Poco a poco se fue distinguiendo una respiración agitada. Volteé a ver a Dante: así era como nos habían contado… Primero el ruido de unos pasos lentos como d e alguien muy cansado, y después el sonido de una respiración profunda. Vi cómo los ojos de Dante no querían ver hacia la puerta pero tampoco volteaba para otro lado. ¡Estaba paralizado! ¡Usted! exclamó el maestro dando un paso atrás y todos saltamos de nuestros pupitres. Pudimos ver una silueta a través de los gruesos vidrios del salón y por fin la figura que quedaba en la puerta. Era el conserje. Ésa era la primera vez que lo veía bien, pues apenas había llegado a la escuela un mes antes, justamente cuando empezó a contarse que… ¿Será cierto?

ESPAÑOL - Liceo Thezia § La buena formación es para siempre · Mis amigas y amigos me ... Si necesitas localizar las opciones en el cuento, ... viento le voló las tarjetas y al

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ENLACE13_6°

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ESPAÑOL

Lee el siguiente texto y contesta las preguntas correspondientes.

¿ME ACOMPAÑAS?

En la escuela hay un cuarto al final del pasillo del segundo piso, donde se guardan algunas cosas algo viejas, como un globo terráqueo, un mapamundi que se colgaba de un clavo en la pared y un modelo de plástico que servía para aprender las partes del corazón. Te digo esto porque una vez acompañé al maestro a guardar unos materiales que habíamos usado y pude ver algo. Aunque, la verdad, él trató de taparme la vista.

Como te imaginas, yo tenía curiosidad de saber qué había dentro del cuarto porque había oído decir que… Bueno, cosas que dicen. Así que cuando el maestro preguntó “¿Quién me ayuda?”, no lo pensé dos veces y dije “¡Yo!”. Sentí que todo el grupo me vio con sorpresa porque apenas habíamos escuchado decir que el otro día… ¿Quién cree en eso? Mis amigas y amigos me preguntaron si no había sentido miedo. “Claro que no”, les contesté.

La cosa es que volví a acompañar al maestro otro día para guardar unas maquetas. Era una tarde de invierno, de esas que huelen a vacaciones. Ya estaba algo oscuro y éramos el único grupo que quedaba en la escuela porque el maestro estuvo calificando las maquetas una por una. Él llevaba dos maquetas y yo otras dos. A la pasada, bajó la palanquita que enciende los focos del pasillo y se siguió caminando. Los focos no se prendieron de inmediato, pero pensé que eso era normal porque son ahorradores y siempre tardan en encender.

Esa vez, sin embargo, ya estábamos cerca de la puerta del cuarto y no se encendían. Eso no me gustó nadita y me entraron los nervios porque decían que… “¡Bah!”, pensé. Desde el salón, como a 50 pasos, estaban asomados Güicho, Dante y Alfonsina. Karlita de plano estaba en el pasillo. Me parecía oír sus voces, pero no entendía. ¿O no eran ellos? “De seguro se hacen los graciosos”, pensé.

Aunque esa parte del pasillo estaba oscura, me di cuenta de que el maestro dejó en el piso las maquetas que llevaba para abrir la puerta, que estaba dura y rechinó un poco. El maestro debió dejar la maqueta sobre una repisa al tiempo que dijo: “¡Fuuuu! ¡Qué olor, parece que hubiera un…!”. ¿Dijo “muerto”?

Controlando mis nervios, le pasé las maquetas que llevaba y me di la vuelta hacia el salón. Ya no estaban Güicho, Dante ni Alfonsina. Pensé: “A ver si no se escondieron para tratar de asustarme”. Solamente Karlita seguía en el pasillo. “Y ella les va a echar aguas”. Entonces sentí que alguien me seguía, pero quién iba a ser si no el maestro. Me tocó el hombro y sentí su contacto tan frío que quise gritar. ¿Y si no fue el maestro?...

Entramos al salón y comenzamos a guardar nuestras cosas. En eso se oyeron unos pasos en el pasillo. Todos nos asustamos y hasta creo que el maestro también, pero dejó sus cosas en el escritorio y se enfiló a la puerta. Todo el grupo lo siguió con la mirada mientras los pasos se oían más y más cerca. Poco a poco se fue distinguiendo una respiración agitada. Volteé a ver a Dante: así era como nos habían contado… Primero el ruido de unos pasos lentos como de alguien muy cansado, y después el sonido de una respiración profunda.

Vi cómo los ojos de Dante no querían ver hacia la puerta pero tampoco volteaba para otro lado. ¡Estaba paralizado! —¡Usted! —exclamó el maestro dando un paso atrás y todos saltamos de nuestros pupitres.

Pudimos ver una silueta a través de los gruesos vidrios del salón y por fin la figura que quedaba en la puerta. Era el conserje. Ésa era la primera vez que lo veía bien, pues apenas había llegado a la escuela un mes antes, justamente cuando empezó a contarse que… ¿Será cierto?

Auxiliar
Text Box
PRÁTICA ACADÉMICA (1) GRADO: __________ Nombre: _______________________________________ Grupo:_________________ Fecha: _________

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—¡Qué susto me dio! —continuó el maestro. A Dante le volvió el color a la cara. —Es que pensé que habían dejado la luz prendida —dijo el conserje—. Como creí que ya se habían ido todos…

—Sí ya nos vamos —respondió el maestro. Salimos del salón y a Güicho que se le va su balón al fondo del pasillo.

—A ver, ¿vas a ir por el balón o vas a dejarlo ahí hasta mañana? Qué tal si se lo roban —dijo Alfonsina.

Güicho dejó la mochila en el piso, disponiéndose a ir por el balón, pero en eso dejaron de escucharse las pisadas de nuestros compañeros en la escalera. Ya sólo nosotros tres estábamos en el pasillo. Güicho dijo:

—Mejor lo recojo mañana, ahorita no se ve dónde está.

En eso que el conserje apaga las luces y bajamos corriendo. Al otro día no estaba el balón de Güicho.

1. ¿Cuál de los siguientes personajes está rodeado de misterio en el cuento?

A) Dante. B) Karlita. C) El maestro. D) El conserje.

2. Lee las siguientes partes que encontrarás subrayadas en el texto.

1. En la escuela hay un cuarto al final del pasillo del segundo piso…

2. Como te imaginas, yo tenía curiosidad de saber qué había dentro del cuarto…

3. La cosa es que volví a acompañar al maestro otro día para guardar unas maquetas.

4. Controlando mis nervios, le pasé las maquetas que llevaba y me di la vuelta hacia el salón.

¿Con cuál de las partes anteriores inicia el conflicto que se desarrolla en el cuento?

A) La 1. B) La 2. C) La 3. D) La 4.

3. Los siguientes elementos del cuento anterior son característicos de los cuentos de terror, excepto:

A) Los pasos lentos. B) El salón de clases. C) La respiración agitada. D) Las voces que no se entienden.

4. En los cuentos de misterio o terror es común que haya un lugar oscuro. ¿En el cuento que acabas de leer aparece un lugar que cumpla esta situación?

A) No, lo único que pasa es que hay poca luz porque ya es de noche.

B) No, lo más parecido es el cuarto, pero se entiende que es una bodega.

C) Sí, es el pasillo que va del salón al cuarto donde se guardan las maquetas.

D) Sí, es la escalera, aunque ésta queda a oscuras porque el conserje apaga la luz.

5. El personaje que cuenta la historia acompaña al maestro porque

A) tiene curiosidad. B) no tiene miedo a la oscuridad. C) quiere ver dónde queda su

maqueta. D) no quiere estar con sus

compañeros.

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6. Cuando el maestro exclama “¡Usted!” es porque siente

A) alivio. B) enojo. C) disgusto. D) sorpresa.

7. Elige la opción que presenta un fragmento del cuento escrito en primera persona.

A) “Era una tarde de invierno, de esas que huelen a vacaciones”. B) “Desde el salón, como a 50 pasos, estaban asomados…”. C) “La cosa es que volví a acompañar al maestro…”. D) “De seguro se hacen los graciosos”.

8. En los siguientes fragmentos del cuento está subrayada una parte. ¿En cuál opción esta parte sirve para dar suspenso a la acción? Si necesitas localizar las opciones en el cuento, las encontrarás remarcadas.

A) “Y ella les va a echar aguas”. B) “A la pasada, bajó la palanquita…”. C) “Como creí que ya se habían ido todos….”. D) “Poco a poco se fue distinguiendo una respiración agitada”.

MATEMÁTICAS

9. La señora Leonor compró 1.15 kilogramos de jamón. ¿A cuánto equivale el .15?

A) 15 décimos. B) 15 centésimos. C) 15 milésimos. D) 15 diez milésimos.

10. Al repartir una barra de chocolate

Jorge recibe 61 , Ramón

51 , Carmen

101 y Emma

31 . ¿Quién recibió la

fracción de chocolate más grande?

A) Jorge. B) Ramón. C) Carmen. D) Emma.

11. Ariadna escribió en tarjetas una sucesión de números fraccionarios; sin embargo, el viento le voló las tarjetas y al acomodarlas nuevamente le faltaron cuatro, así que colocó tarjetas nuevas en los espacios faltantes:

43

45

49

411

4

15

¿Qué fracciones debe escribir en esas tarjetas?

A) 42 , 4

6 , 412 y 4

16 B) 41 , 4

7 , 413 y 4

17

C) 42 , 4

8 , 414 y 4

18 D) 41 , 4

6 , 414 y 4

16

12. La mamá de Fernando puso en la mesa 65 de queso y al terminar de comer

quedaron 62 . ¿Cuánto quedó del queso inicial?

A) 63 B) 6

7

C) 61 D) 6

4

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