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ESPECIAL: Democracia y participación política de las mujeres Hablan las regidoras de las regiones: las claves para la acción política “A lo mejor nada sea tan importante hoy en la economía política del desarrollo como el hecho que se reconozca en forma debida la participación y el liderazgo de las mujeres en el territorio político, económico y social. Se trata de un aspecto muy importante del “desarrollo como libertad”´. Desarrollo y libertad. Amartya Sen Formación académica para una mejor participación política de las mujeres Desde Estados Unidos, Meredith Tax se pregunta: ¿por qué necesitamos una izquierda feminista? Revista feminista sobre género y mujer rural Red Nacional Mujer Rural Nº 37

ESPECIAL: Democracia y participación política de las mujeres · y mujer rural Red Nacional Mujer ... Con las lideresas se trabaja acceso a recursos productivos, mecanismos de participación

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ESPECIAL: Democracia y participación política de las mujeres

Hablan las regidoras de las regiones: las claves para la acción política

“A lo mejor nada sea tan importante hoy en la economía política del desarrollo como el hecho que se reconozca en forma debida la participación y el liderazgo de las mujeres en el territorio político, económico y social. Se trata de un aspecto muy importante del “desarrollo como libertad”´.

Desarrollo y libertad. Amartya Sen

Formación académica para una mejor participación política de las mujeres

Desde Estados Unidos, Meredith Tax se pregunta: ¿por qué necesitamos una izquierda feminista?

Revista feminista sobre género y mujer ruralRed Nacional Mujer RuralNº 37

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Agradecemos el apoyo de la Comunidad deMadrid y de la Fundación Madrid Paz ySolidaridad, que hacen posible la presenteedición de la revista Chacarera.

Chacarera 37

Lima, Perú,Febrero, 2008

Revista de la Red Nacional de la Mujer RuralCentro de la Mujer Peruana Flora Tristán

Parque Hernán Velarde 42, Lima 1Tlf. 4331457, fax 4339500E-mail: [email protected]

Consejo editorial: Blanca Fernández, GabyCevasco, Elena Villanueva, Martha Rico.

Edición: Gaby CevascoDiseño y diagramación: Marisa GodínezDibujos de historieta: Marisa GodínezFotografía: Walter Hupiú, Martha Rico Ll., ElenaVillanueva y archivo CMPFT.Impresión: Editorial Línea Andina

Colaboran en este número: Diana MiloslavichTúpac, Susel Paredes Piqué, María YsabelCedano, Laura Balbuena, Máximo Gallo, MaríaIsabel Remy S., Dora Gómez Ferrer, MeredithTax (Estados Unidos), Martha Rico Ll.

Programa de Formación de Mujeres Líderes Regionales y Locales

Demandas

Las integrantes de las Escuelas de las siete regiones (Cusco, Junín, Ayacucho, Arequipa, Puno,Lambayeque y Piura), que formamos parte del Programa de Formación de Mujeres LíderesRegionales y Locales, que impulsa el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, en el proceso delos talleres hemos reflexionado y debatido la presente agenda, que está siendo entregada a lasautoridades de nuestras localidades para que sea incorporada a los Planes de DesarrolloRegionales y Locales, en la perspectiva de lograr la igualdad de derechos y de oportunidadespara hombres y mujeres.

• Garantizar una política efectiva para erradicar la violencia hacia las mujeres. La reposicióndel Programa Nacional contra la Violencia, con incidencia en las zonas rurales que abordeotras formas de violencia contra la mujer como el acoso sexual y el feminicidio.

• Elaborar un sistema de información que sincere las cifras de violencia contra las mujeresa nivel nacional.

• Garantizar los derechos sexuales y los derechos reproductivos aprobando una ley sobreeducación sexual integral.

• Proveer la más amplia gama de información y métodos anticonceptivos, incluyendo losmétodos de barrera como medida efectiva contra el VIH/Sida y los embarazos no deseados.

• Adoptar las medidas necesarias para eliminar la discriminación a la mujer en la atenciónmédica referida a embarazo, planificación familiar y atención pre y post natal, a partir deprotocolos de atención desde un enfoque intercultural.

• Garantizar la participación de las mujeres en espacios de participación ciudadana y tomade decisiones, tal como dicta la ley.

• Garantizar la documentación inmediata de las mujeres, por ser el grupo más afectado.

• La puesta en práctica de la Ley de Igualdad de Oportunidades y la aprobación de PlanesRegionales de Igualdad de oportunidades.

• La construcción de protocolos para la atención del aborto terapéutico.

• Mejores condiciones de trabajo, especialmente en la agroindustria y en la agricultura.

• Respeto el derecho a la organización y sindicalización.

Marzo, 2008

Índice

1 EditorialParticipación política de las mujeres.

2 Chacarera informa

7 Actualidad- Las cuotas y la participación política de lasmujeres. Diana Miloslavich Túpac.- Formación académica para una mejorparticipación política de las mujeres. DoraGómez Ferrer.- Entrevista: María Colina de Gotuzzo. Unamirada al pasado y al presente del Congreso.Martha Rico Ll.

18 Nacional- Hablan las regidoras de las regiones: lasclaves para la acción política.

23 HistorietaFormándonos para ser políticas.

27 EspecialPresentación. Democracia y participaciónpolítica de las mujeres.- Feminizando la política. Las mujeres y elespacio público. Laura Balbuena.- Mujeres y participación electoral. Los retosde la institucionalidad partidaria. MáximoGallo.- Participación electoral rural: un procesolento pero firme. María Isabel Remy S.- ¿Es posible una izquierda feminista? SuselParedes, María Ysabel Cedano.

47 Internacional- ¿Por qué necesitamos una izquierdafeminista? Meredith Tax.

55 Publicaciones- Últimas publicaciones.

D.L. Nº 2004-2726ISSN Nº 1811-4911

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Participación políticade las mujeres

Cuando nos referimos a la participación política de las mujeres surgen dos preguntas recu-rrentes: qué cambios implica en el modo de hacer política y qué impacto tiene en la vida de lasotras mujeres.

En tiempos en que el mercado se impone sobre la ciudadanía impulsar la participación delas mujeres en los espacios de decisión formales es fundamental, pero mujeres comprometi-das con la democracia y con la tarea de transformar la situación femenina en nuestras socie-dades. Son importantes los mecanismos existentes para promover esta participación, como laLey de Cuotas, pero ello no garantiza el compromiso de género ni la vocación democrática delas mujeres que optan por la política.

En este sentido, es un reto para las organizaciones, especialmente para las feministas,promover un quehacer político diferente entre las mujeres. De allí la importancia de propiciarespacios que se orienten a ese objetivo, como el Programa de Formación de Mujeres LíderesLocales y Regionales, que impulsa el Centro Flora Tristán en alianza con instituciones de lasregiones. Trabajar desde los espacios democráticos más cercanos a las mujeres y de mayoresposibilidades de acción y de alianza con la población, de manera que vayan construyendo unatrayectoria política sensible a los intereses de la ciudadanía, sobre todo de las mujeres. Espe-cial énfasis se está dando a las mujeres rurales, quechuas y aymaras, históricamente exclui-das del ejercicio de la política.

Con las lideresas se trabaja acceso a recursos productivos, mecanismos de participaciónciudadana, planificación y gestión del desarrollo, políticas públicas, ciudadanía, violencia, en-tre otros. Son transversales los derechos humanos, género, interculturalidad y los derechossexuales y derechos reproductivos.

Los derechos sexuales y la diversidad sexual constituyen los temas más transgresores dela agenda feminista, y los que generan ciertas resistencias en las lideresas. Sin embargo, sonun aspecto fundamental, por las implicancias culturales, religiosas e institucionales que tienesu ejercicio y que han influido en las mujeres, y por ello mismo son los derechos que menosgozan.

La participación política de las mujeres es esencial para la construcción de la democraciade nuestro país, pero debe ser una participación autónoma, eficiente y comprometida, quepermita a las mujeres desarrollar todas sus capacidades. Precisamente esta edición de larevista Chacarera apunta a propiciar una espacio de reflexión y de debate sobre este tema yanimar a las mujeres que tengan vocación para actuar en política a que lo hagan, pero marcan-do la diferencia frente al modo lamentable en que opera hoy el ejercicio del cargo político ennuestro país, salvo excepciones.

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a conjuntamente, la metodología y or-ganización del trabajo que generemayor impacto en el afán de afianzarlos liderazgos y participación de lasmujeres y sus organizaciones.

De otro lado, se planificaron lasferias ciudadanas como primera acti-vidad del tercer año del Programa, enel marco del 8 de marzo, para lo cualse socializaron los avances y coordi-naciones de las lideresas con losConsejos Regionales de la Mujer, go-biernos regionales, Mesas Multisec-toriales de Lucha contra la Violencia,entre otros colectivos de cada regiónde intervención. La idea es la organi-zación de actividades que permitanvisualizar los avances de las mujeres,así como también sensibilizar a lascomunidades sobre las limitacionesque tienen las mujeres para partici-par en política.

Las ferias son un espacio para lasensibilización de la población sobreel significado del Día Internacional dela Mujer y la situación de las mujeres

En el marco del Programa de For-mación de Lideresas Locales y Regio-nales se realizó en Lima un encuentrode las coordinaciones de las Escue-las de las regiones de Arequipa, Puno,Junín, Ayacucho, Cusco, Lambayequey Piura. Este espacio de diálogo per-mitió evaluar el avance formativo y departicipación de las 125 lideresas queparticipan en el proceso, que se vioexpresado en tres momentos:

1. Balance de las Escuelas desdela coordinación Lima y las siete coor-dinaciones regionales, lo que posibili-tó el ajuste de estrategias para mejo-rar nuestro desempeño a favor de laslideresas y sus organizaciones.

2. Una mirada del contexto políti-co desde las regiones, lo que permitióanalizar nuestras estrategias, en par-ticular las acciones de incidencia.

3. La socialización de las activida-des previstas para el tercer año delPrograma, lo que hizo posible definir,

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rurales. Así también se propone llamarla atención de la sociedad civil, Esta-do y sector público en general de lasregiones de Arequipa, Ayacucho,Junín, Lambayeque, Piura, Puno yCusco sobre la problemática de lasmujeres rurales y su aporte al desa-rrollo de sus regiones, así como so-bre la importancia de su participaciónpolítica. En este marco, se espera quelas lideresas alcancen sus agendas depropuestas a las autoridades, como esel caso de la región Junín, en dondese realizarán audiencias públicas concongresistas de la región.

Asimismo, en el marco del Pro-grama de Formación de Mujeres Lí-deres Locales y Regionales, las lide-resas de las Escuelas Norte (Lamba-yeque y Piura); Centro (Ayacucho yJunín) y Sur (Arequipa y Puno) hanrealizado sus jornadas de réplicaspara compartir con las compañerasde sus bases, la temática de inciden-cia política, desarrollada en el últimotaller, como estrategia para propiciare influir en la implementación de polí-ticas públicas y en la aprobación deordenanzas y reglamentos a favor delas mujeres.

Desde las RegionesArequipa

Desde que se anunció la creacióndel Consejo Regional de la Mujer enel mes de marzo del 2007, en el mar-co del Día Internacional de la Mujer,se ha venido trabajando con el Con-sejo Regional a través de la conseje-ra Dra. Nuri Hinojosa, labor que hatenido como resultado la aprobaciónde la ordenanza que crea el ConsejoRegional de la Mujer de la Región Are-quipa-CREM. Su objetivo es «concer-tar, coordinar y formular propuestas depolíticas públicas, normas, programas,planes, proyectos y acciones concre-tas, conducentes a resolver la proble-mática de la mujer, con prioridad enlas zonas alto-andinas».

A partir de allí se constituyó uncomité técnico transitorio con la fina-lidad de elaborar la estructura y el plande igualdad de oportunidades, el cualserá consultado con diversos secto-res para evaluar si recoge los intere-ses de la población, en especial delas mujeres.

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a De otro lado, las integrantes delPrograma de Formación de MujeresLíderes vienen buscando tener unamayor participación en el espacio pú-blico de la región, como Tarita Fernán-dez Cuadros, quien asumió la pre-sidencia de la Federación de Muje-res en la Provincia de la Unión. Laacompañan en su directiva mujeresque participan en las réplicas. Porsu parte, Anita Suyco asumió el cargode gobernadora en la provincia de laCaylloma, distrito de Yanque.

Tarapoto

Con la finalidad de discutir sobrela importancia de construir protocolospara la interrupción del aborto legal enla región, a fin de evitar más muertesmaternas, se realizará una jornada dereflexión y debate con autoridades dela Región, entre ellas, la responsablede la Estrategia de Salud Sexual y Re-productiva, representantes de la Direc-ción Regional de Educación, Defen-soría del Pueblo, entre otras institucio-nes. El objetivo es reiterar la urgenciade difundir los derechos sexuales y de-rechos reproductivos en las/os jóve-nes, además de la elaboración del pro-tocolo. Esta reunión viene siendo co-ordinada por el Centro Flora Tristán,Pathfinder Internacional y Prode-mu.

Piura

Diversas organizaciones de lasociedad civil de Piura, lideradaspor el Colegio de Obstetrices dela Región, se congregarán en elsegundo taller regional sobre de-rechos sexuales y derechos repro-ductivos de las mujeres, para de-finir sus planes de incidencia y vi-gilancia a favor de la elaboraciónde un protocolo para la interrup-ción legal del embarazo.

Junín

Organizaciones juveniles y jóve-nes activistas de Huancayo se reuni-rán para elaborar un plan de trabajoanual para la defensa de los derechossexuales y derechos reproductivos dela región. Las/os jóvenes de la regiónhan elaborado una agenda política queserá la base para sus acciones, con lafinalidad de exigir al gobierno regionaly provincial que incluyan dentro de susplanes de desarrollo aspectos queestán vinculados con la salud sexual yreproductiva de las/os jóvenes de laregión. Esta jornada está siendo orga-nizada por el Frente Jodasex de Huan-cayo, la Red InterQuorum de Junín, elespacio Agenda Joven en DerechosSexuales y Derechos Reproductivos deLima y el Centro Flora Tristán.

El Consejo Regional de la Mujerde Junín tendrá una serie de reunio-nes con la finalidad de debatir los com-promisos de respaldo al Plan de Ac-ción de la Mujer de Junín, entre otrospuntos.

Cusco

Sobre la base de los ejes estraté-gicos del Plan de Desarrollo Regional,

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se definieron los lineamientos políti-cos para el Presupuesto Participativo2007. Para ello se elaboró una meto-dología propia, con énfasis en la asig-nación de la inversión pública y la de-finición de criterios para señalar prio-ridades con la participación de un Co-mité Técnico Mixto.

A partir de este proceso se ha lo-grado hacer un balance que señalaque se han ampliado los niveles de re-presentación del Consejo de Coordi-nación Regional, lo que permite con-tar con una mayor participación. Den-tro de los problemas se advierte queexiste una limitada representatividady debilidad organizativa, lo que impli-ca la ausencia de organizaciones cen-tralizadas y de nivel regional. Sin em-bargo, se ha avanzado en la calidadde las propuestas de las organizacio-nes, en el ejercicio de nuevas formas

de liderazgo y mecanismos de nego-ciación y resolución de conflictos, a tra-vés de mesas de diálogo.

Se conformó la Comisión para laelaboración del Plan Regional deIgualdad de Oportunidades de Hom-bres y Mujeres (PRIO), integrada porel Gobierno Regional del Cusco, laRed de Promoción de la Mujer, el Cen-tro Flora Tristán, la Central Nacionalde Mujeres de Sectores Populares delPerú Micaela Bastidas, la Coordinado-ra Departamental de Defensorías Co-munitarias del Cusco, Cadep José Ma-ría Arguedas, la Asociación Amauta,Centro Bartolomé de las Casas, entreotros colectivos y ONG.

Para este proceso, la Gerencia deDesarrollo Social del Gobierno Regio-nal, comunidades y organizacioneshan levantado información para ela-borar los principales lineamientos.

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a El Cadep José María Arguedasentrevistó a Clotilde Laime Sotelo, de-legada a la comisión en representa-ción del Colectivo por los DerechosSexuales y Derechos Reproductivos,sobre el proceso que se desarrolló conmiras a la elaboración del PRIO. In-formó que realizaron un encuentro derepresentantes de organizaciones,asociaciones, partidos políticos, insti-tuciones y mujeres a título personal,con la finalidad de colocar en unaagenda sus principales demandas ynecesidades que alimentaran el PRIOque va a orientar el plan de acción yde inversión del gobierno regional.

Igualmente, sostuvieron reunionescon el Presidente Regional para sus-tentar la importancia de implementarel Consejo Regional de la Mujer y quelos planes y programas respondan aproblemas como la violencia contra lamujer, la generación de ingresos, laparticipación política femenina y la pre-vención de embarazo adolescente.

Desde entonces la Gerencia deDesarrollo Social del gobierno regio-nal se ha incorporado al Comité PRIO,

hecho que ha permitido permanentesreuniones con la población para ir le-vantando, a través de talleres descen-tralizados, un diagnóstico en temascomo los derechos sexuales y dere-chos reproductivos, participación ciu-dadana y política de las mujeres, pre-vención de violencia contra las muje-res, educación e interculturalidad, ge-neración de ingresos y trabajo, medio-ambiente y recursos. Todos estos as-pectos componen los ejes del PRIO.

Actualmente se ha constituido unasub comisión de sistematización y re-dacción del PRIO, en la que partici-pan el Colectivo por los DerechosSexuales y Reproductivos, Centro Flo-ra Tristán, Cadep, la Red de Promo-ción de la Mujer y Centro Bartoloméde las Casas.

Es importante destacar la partici-pación de las mujeres en los talleresdescentralizados, como las lideresasde la Escuela de Formación de Cus-co, de organizaciones sociales, de laFederación Provincial de Anta, regido-ras, quienes propusieron el debate deestos ejes.

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El artículo da cuenta de

los antecedentes y proceso

del debate de una de las

normas fundamentales

para el avance de las

mujeres en el país.

Las cuotasy la participación política delas mujeres

Diana Miloslavich Túpac*

Cuando preparaba este artículo sobre el impacto de lascuotas en Perú quería destacar la invisibilización de las muje-res en los procesos políticos que condujeron a cambios en elsistema electoral peruano en los últimos veinte años. En lasúltimas semanas tres situaciones enriquecieron mi análisis.

En primer lugar, la presentación del estudio testimonial deAnel Townsend, ex parlamentaria, sobre el protagonismo de lascongresistas en la legislación peruana a favor de las mujeres,además de los testimonios de Lourdes Flores Nano y Merce-des Cabanillas en la presentación del informe en el Congreso.El mencionado estudio recoge los debates parlamentarios y lasustentación de las congresistas a favor de las cuotas. Así como

Actualidad

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1 Reunión realizada el 23 de agosto del 2008, en el local de Construcción Civil.2 TOWNSEND Diez Canseco, Ana Elena.Reporte: La introducción del enfoque de género en la formulación de leyes nacionales y políticaspúblicas en el Perú. Los casos de la Ley de Cuotas y la Ley de Igualdad de Oportunidades, presentado el 20 de agosto del 2008 en elCongreso Peruano, por la Mesa de Mujeres Parlamentarias e Idea Internacional.

El Proyecto de Ley de Alternancia en las Elecciones Generales, Regionales y Municipaleshace las siguientes modificaciones:

Artículo 1, modifica el artículo 104 de la Ley Orgánica de Elecciones y agrega:«Los candidatos a la Presidencia y Vicepresidencias de la República... solicitan su inscrip-

ción en una sola y misma fórmula. Asimismo, el orden de los integrantes de la fórmula presi-dencial se fijará alternando varones y mujeres desde el primer lugar hasta el último, según seael género del candidato presidencial».

Se modifica el artículo 12 de la Ley 27683, Ley de Regiones, y el artículo 3 de la Ley deElecciones Municipales con un texto similar que dice: «Asimismo, el orden de las listas se fijaráalternando varones y mujeres. Desde el primer lugar hasta el último que corresponda...».

la historia tiene sus protagonistas, hoy tenemosuna lectura desde quienes lidiaron en el Parlamen-to peruano por obtener esta legislación a favor delas mujeres.

En segundo lugar, la lectura del libro Mujeresy política en América Latina. Sistemas electoralesy cuotas de género de Nélida Archenti y María InésTula que se acaba de publicar este año; que vancompletando el panorama de las mujeres en sulucha por obtener derechos políticos con los tra-bajos de Yánez (2001), Del Águila (2004), Sam-ple (2005) y León (2005).

En tercer lugar, la participación en la Asambleade la Coordinadora Político-Social (CPS)1 en la quese puso al debate una medida de discriminaciónpositiva para la elección de una mujer como miem-bro de una de las mesas de trabajo. Discusión queduró casi media hora y en la que los representan-tes de los partidos desconocieron los avances res-pecto de estas medidas a favor de las mujeres.Preocupa que este sector ponga en duda los avan-ces en el sistema electoral peruano.

Estas tres apasionantes experiencias vividasen las últimas semanas han enriquecido mi visión:la presentación del Estudio Townsend, la lecturadel libro, la participación en la reunión de la CPS.De la primera destaco la importancia de que las

protagonistas en los Congresos escriban sobre losprocesos parlamentarios; hoy ya contamos en elPerú con un estudio que nos sirve para comple-mentar visiones en las que la ciencia política pa-rece haber sido sustituida por la estadística.

Sobre la lectura de Archenti y Tula, que ahon-da en los sistemas electorales en la región, des-taco, de sus conclusiones, el éxito de las cuotas,«a grandes rasgos, puede afirmarse que la apli-cación de las acciones afirmativas a través de lasleyes para incrementar la participación política delas mujeres resultó una medida exitosa».

Una segunda conclusión que comparto seña-la que «en aquellos países donde la participaciónde las mujeres en las legislaturas alcanzó un nú-mero importante se observa la incorporación denuevas temáticas en la agenda parlamentaria yen la agenda pública vinculadas a la defensa delos derechos de las mujeres», escrita por AnaMaría Yánez al hacer una revisión de la legisla-ción peruana a favor de las mujeres en los últi-mos diez años.

Ellas, entre los requisitos mínimos para quelas leyes de cuotas alcancen sus objetivos, des-tacan ciertos rasgos de la cultura política, las ca-racterísticas particulares del sistema electoral ylos contenidos de las normas que establecen las

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acciones afirmativas. Con relación a la culturapolítica destacan los rasgos patriarcales y el gra-do de democratización interna de cada partido,el que condiciona el cumplimiento de las cuotasen los procesos de selección; a lo que se sumala ausencia de un mandato de posición que obli-gue a los partidos a ubicar a las mujeres en luga-res expectantes; visión de los confeccionadoresde las listas orientada por el desempeño electo-ral y búsqueda de mujeres que ayuden al éxitopartidario.

En el caso de Perú, sin duda, hay una ausen-cia de prácticas democráticas cuando se selec-cionan las candidaturas; muchas se hacen en es-pacios cerrados y no se respetan las elecciones

internas. Hay designaciones de mujeres con pocaautonomía pero que garantizan lealtades.

En la región tienen mandato de posición Ar-gentina, Bolivia, Costa Rica, Honduras, México yParaguay (ver Cuadro 2). En Perú2, esto es partede la agenda pendiente y por eso incluimos un re-sumen de la Ley de Alternancia de la congresistaMercedes Cabanillas que se encuentra en la Co-misión de Constitución. En nuestro caso el voto pre-ferencial es lo que ha garantizado, de manera com-plementaria a la Ley de Cuotas, el acceso de lasmujeres al Congreso. Esto no sucede en las elec-ciones regionales ni municipales. Cuba, Argentina,Perú y Ecuador cuentan con un mayor número demujeres en sus parlamentos (ver Cuadro 1).

Argentina

Costa Rica

PerúEcuador

Honduras

México

República Dominicana

Venezuela

Nicaragua

Bolivia

El SalvadorPanamá

Chile

Paraguay

Uruguay

Guatemala

Brasil

Colombia

Cuba

Am

éric

a La

tina

y el

Car

ibe

Cuadro Nº 1Mujeres en los Parlamentos en América latina y el Caribe

Por países y cuotas alcanzadas en las últimas elecciones

Fuente: Organización I Know Politics y Clasificación Mundial de Mujeres Parlamentarias de la Unión Parlamentaria. Elaboración: CarlaJiménez / PPD CMP Folora Tristán 2008

0,0 5,0 10,0 15,0 20,0 25,0 30,0 35,0 40,0 45,0 50,0

43,2

40,0

36,8

29,2

25,0

23,4

23,2

19,7

18,6

18,5

16,9

16,7

16,7

15,0

12,5

12,1

12,0

9,0

8,4

% de escañosparlamentariosocupados pormujeres en las úl-timas elecciones

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En la actualidad, Argentina, Bolivia, Brasil,Costa Rica, Ecuador, México, República Domini-cana y Perú cuentan con sistema de cuotas. Se-ría importante analizar, de manera comparativa,cómo se amplió la agenda parlamentaria con le-gislación favorable a las mujeres en estos países.Para el caso de Perú hay un avance significativo,estudiado y analizado por diversas organizacio-nes como Manuela Ramos. También es importan-te destacar el papel de las organizaciones femi-

nistas y el movimiento de mujeres. Pero es nece-sario trabajar sobre los sistemas políticos y su fun-cionamiento en cada país para poder modificar-los y seguir argumentando y sosteniendo las me-didas de discriminación positiva y las cuotas comoparte de la agenda feminista, de manera perma-nente.

*Integrante del Centro Flora Tristán.

Cuadro Nº 2Cuotas en América Latina y el Caribe

Países de AméricaLatina y el Caribe

Cuba1

Argentina

Costa RicaPerú

Ecuador

HondurasMéxico

RepúblicaDominicana

Venezuela***Nicaragua1

BoliviaEl Salvador1

PanamáChile1

ParaguayUruguay1

Guatemala1

Brasil*Colombia**

% de escaños parlamentariosocupados por mujeres en las

últimas elecciones

43,240,0

36,829,2

25,0

23,423,219,7

18,618,516,916,716,715,812,512,112,09,08,4

Año

20082007

20062006

2006

200520062006

2005200620052006200420052008200420072006

2006

Cuota

/30%

40%30%

50%

30%30%33%

1998/

30%35%30%40%20%30%

/30%

30%

Año depromulgación

de Ley de Cuotas

/1991

199730% a partir

del 200030% en 2000 y45% en 2006

20001996

33% apartir de 2000

30%/

1997

199719981996

/19971999

Tipo de Cuota

Constitucional, Legal, PartidosPolíticos

Legal, Partidos PolíticosConstitucional,Legal

Legal, PartidosPolíticos

LegalLegal, PartidosPolíticosLegal, PartidosPolíticos

LegalPartidosPolíticos

LegalPartidos Políticos

Legal, Partidos PolíticosPartidos Políticos

Legal, Partidos PolíticosAdministrativo y Judiciales

Sancionesen caso de

incumplimiento

SíSí, pero nuncase aplicaron

NoSíSí

s.d.

No

Fuente: Organizaciones I Know Politics, Defensoría del Pueblo del Perú. IDEA, Clasificación Mundial de Mujeres Parlamentarias de la UniónParlamentaria e Idea Internacional, Payne, Zovatto, Carrillo Flores y Allamand Zavala y www.diputados.bo. Elaboración: Carla Jiménez / PPDCMP Flora Tristán 2008.1 Cuba, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Chile y Uruguay no tienen ley de cuotas a excepción de algunas que sí tienen ley de partidos.* En Brasil a partir del 2002 se incrementa a 30%.** Colombia en 1999 establece una ley de cuotas de 30% para ambas cámaras y en el 2001 fue declarada inconstitucional. El 2002 una nuevaley estipula un 30% para cargos administrativos y judiciales pero no incluye legislativos.*** En Venezuela en 1997 se aprobó una Ley de cuotas del 30% para ambas cámaras legislativas, pero solo en los cargos plurinominales ode lista. Se aplicó solo una vez en 1998 y en el 2000 se declaró inconstitucional.

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Actualidad

Formación académica parauna mejor participación po-lítica de las mujeresDora Gómez Ferrer*

En este artículo expreso algunas reflexiones respecto a lalimitada participación política de las mujeres y desarrollo unapropuesta para que, a partir de la cátedra y las actividades aca-démicas de la universidad, se proporcione una formación quecontribuya a mejorar la inserción de la mujer en el espacio pú-blico.

La incorporación oficial de la mujer en la política peruana aligual que en muchas partes en el mundo es reciente. La mujeres considerada como ciudadana recién el año 1955; solo se lereconocía el derecho al voto y su correspondiente inscripciónen el registro electoral. El año 1979 se da el voto a las/os anal-fabetas.

Junto a esta postergación histórica se suma un conjunto derazones que dificulta una real participación política de las muje-res, entre las que podemos mencionar la pobreza y extremapobreza en que se encuentra un gran porcentaje de mujeres;las más afectadas son las analfabetas e indocumentadas queviven en zonas rurales. La educación sexista que limita el desa-rrollo de las capacidades de las mujeres. Esta mirada conducea relacionar, en el plano de la educación superior, determina-das carreras profesionales como predominantemente femeni-

Formar mujeres con posibi-

lidades de un liderazgo

público implica cambios

sustanciales en las currí-

culas universitarias y la

construcción de bibliotecas

con documentos que ayu-

den a la formación de do-

centes y alumnas/os. Pero

para ello se requiere un

compromiso político de las

universidades y autorida-

des, y de profesoras/es sen-

sibles a la equidad y a una

nueva concepción de demo-

cracia.

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nas (educación inicial, obstetricia, enfermería, tra-bajo social, nutrición, entre otras) que están vin-culadas a las concepciones de la ética del cuida-do. La violencia también es un factor que impideel desarrollo y la autonomía y ciudadanía plenade las mujeres.

Estamos inmersas en un sistema de géneroque se expresa en la ideología patriarcal y andro-céntrica, en los valores, costumbres, las institu-ciones (familia, escuela, iglesia, entre otras), nor-mas jurídicas, prácticas cotidianas, lenguaje ex-clusivo, imaginarios colectivos, el discurso oficialque incide en el cumplimiento de los roles repro-ductivos de las mujeres. Todo ello implica restric-ciones en su desenvolvimiento al interior del es-pacio público, limita su participación en los nive-les de dirección al interior de los partidos paraquedar relegada a labores de apoyo logístico yorganizativo. En síntesis, la falta de autonomía yempoderamiento de las mujeres no les posibilitaun adecuado protagonismo político.

En nuestro país se viene dando una serie dedisposiciones legales para incrementar la inclu-sión de las mujeres en el campo político. Pode-mos citar la Ley de Cuotas, la Ley de PartidosPolíticos, la Ley de Igualdad de Oportunidades.Sin embargo estas normas legales si bien han in-crementado la cantidad de mujeres en los espa-cios políticos, por sí solas no logran resolver lacalidad de dicha participación. Esta dimensión tie-ne que ser abordada desde la educación y el ám-bito académico.

Universidades para el cambio

La universidad en el siglo XXI y en el contextode la globalización constituye un espacio impor-tante de formación académica, producción de co-nocimientos y tecnología. Ésta se convierte en unainstitución central en las sociedades actuales alcontribuir en la construcción de un orden demo-crático y el desarrollo de la ciudadanía. En susaulas se forman no solo las/os profesionales queel país requiere sino, además, la clase política queadministra el Estado y gobierna el Perú.

Sin embargo, la universidad no está exentade ideologías, paradigmas epistemológicos y prác-ticas sociales que se manifiestan en la formaciónacadémica que brinda a sus estudiantes. Todavía

predomina en la currícula universitaria una con-cepción androcéntrica del mundo que se expresaen el contenido de las asignaturas, lo cual contri-buye a la deficiente incorporación de las mujeresen el escenario político. Esta limitación se explici-ta nítidamente en la poca participación de las do-centes en los órganos de gobierno de la universi-dad (Consejo Universitario, Asamblea Universita-ria, Consejos de Facultad) y de las alumnas enlas instancias referidas. Situación que se proyec-ta en la poca incorporación de las mujeres en go-biernos locales, regionales y a nivel nacional en elCongreso y Poder Ejecutivo.

Para que la formación académica contribuyaa mejorar la participación política de las mujeresse requiere una sensibilización respecto a esta ne-cesidad de parte de las autoridades universitarias,docentes y estudiantes, y deberá ir acompañadade la voluntad política y académica necesaria paraenfrentar este reto.

En este sentido es necesario transversali-zar el enfoque de género en la currícula univer-sitaria, con mayor énfasis en las carreras de cien-cias sociales y de la salud. La transversalizacióndebería darse en los ejes de formación episte-mológica y del conocimiento, teorías sociales,metodología de investigación, procesos socialese intervención social.

La formación académica así planteada debecomplementarse con talleres, conferencias, deba-tes, cursos extracurriculares, diplomados y maes-trías en género. Es importante la formación de bi-bliotecas especializadas con este enfoque.

En las asignaturas de epistemología debeplantearse una discusión respecto al nuevo para-digma de la ciencia, al cual ha contribuido el femi-nismo al deconstruir el discurso oficial de la cien-cia. Ha develado que la pretendida universalidaddel conocimiento oculta una mirada homogénea yunilineal de la historia y de la realidad social. Lamirada euro-céntrica se ha justificado como la úni-ca y se ha validado como científica, sin tomar enconsideración otras realidades de países ubica-dos en América, Asia, África u Oceanía. Más aúnsi esta concepción del mundo la han sostenidohombres ligados al poder económico y político delos imperios colonizadores.

El conocimiento es, pues, un producto socialelaborado por hombres en determinados contex-

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tos históricos, sociales, políticos y económicos conmiradas particulares e intereses determinados. Ladenominada objetividad científica queda entoncesen tela de juicio en la medida que el investigadorno puede colocar una distancia absoluta respectodel objeto que estudia. Por consiguiente, todo co-nocimiento deviene en relativo y transitorio. Laciencia así planteada excluye el aporte de lasmujeres en la construcción del conocimiento.

En el eje de teorías sociológicas es necesarioincorporar la teoría social feminista y el enfoquede género. Ésta constituye un sistema de ideasgenerales que estudia la situación y la experien-cia de las mujeres en la sociedad, considerándo-las como sujetos centrales del proceso de investi-gación; representa un intento de ver el mundodesde la mirada de las mujeres.

El feminismo constituye una teoría crítica yactivista que propugna cambios con el objetivo deun mundo mejor para las mujeres. Y esta teoríaes revolucionaria porque a la vez que proclama lamirada de un sector de la sociedad marginado einvisibilizado, construye utopías para su liberación.Es una teoría que no solo permite interpretar elmundo desde una perspectiva diferente sino que,además, influye poderosamente en transformar-lo. La finalidad de la teoría feminista es un mundodonde las mujeres tengan acceso a los derechosque les han sido negados a través de la historia.

En lo que respecta al eje de metodología dela investigación, la teoría feminista y el enfoquede género pretenden describir la complejidad dela situación de las/os actoras/es sociales, inter-pretar su posición y punto de vista en la clase so-cial, etnia o raza en que se ubica el sujeto de in-

vestigación. Se torna necesario estudiar la vidacotidiana de las mujeres, invisibilizadas en la his-toria.

Los métodos cualitativos que están estrecha-mente relacionados a la epistemología y teoría fe-ministas contribuyen al abordaje de la identidadsubjetiva de las mujeres. En ella se manifiestansus representaciones y percepciones del mundocomo la elaboración de su identidad de género.Las técnicas de investigación que posibilitan el co-nocimiento de la manera de sentir, pensar, com-portarse y actuar de las personas son las histo-rias de vida, los testimonios, los grupos focales.La observación es una técnica utilizada por losmétodos cualitativos para realizar trabajos etno-gráficos.

Para el feminismo lo subjetivo constituye unnivel de la realidad social. Tal como se da la so-cialización, las mujeres se ven a sí mismas a tra-vés de los ojos de los hombres. Incluso logranadoptar el punto de vista masculino para sí mis-mas y para otras mujeres. El otro para las muje-res es el varón. La ideología patriarcal hace quelas mujeres se crean inferiores a los hombres. Ala mujer se le enseña a equilibrar los diversos in-tereses de los actores. A vivir en función del éxito,felicidad, fracaso o infelicidad de los otros.

Docencia y enfoque de género

En el área académica de procesos socialesdeberían incluirse asignaturas de introducción alos estudios de género en los primeros semestresy, en los ciclos posteriores, cursos como género ydesarrollo. Es preciso incorporar el enfoque de gé-

A la mujer se le enseña a equilibrar

los diversos intereses de los actores.

A vivir en función del éxito, felici-

dad, fracaso o infelicidad de los

otros.

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nero y la participación de las mujeres en la histo-ria y el pensamiento social peruano. Recordemosque la narrativa de los procesos históricos y so-ciales ha invisibilizado la participación y el aportede las mujeres. El plan de estudios podría propor-cionar alternativas con cursos electivos sobre fe-minismo, sexualidad, laicidad y estado laico, en-tre otros a proponer. En este sentido es importan-te la formación de docentes en la perspectiva degénero.

El área de intervención social abarca las di-mensiones teórica y práctica. En ella encontramoscursos como: políticas sociales, gerencia social,diseño de proyectos de desarrollo, evaluación deimpacto social, prácticas curriculares y prácticas preprofesionales. En la parte teórica existe la necesi-dad de conocer el enfoque de género y la metodo-logía para su transversalización y aplicación enpolíticas, programas y proyectos. En los talleresparticipativos con mujeres debe incidirse en su for-mación sobre derechos y deberes ciudadanos.

Son también fundamentales las actividadesextracurriculares, como conferencias y debatessobre la violencia de género, la participación polí-tica, los derechos sexuales y reproductivos, incor-poración al mercado laboral, que no solo contri-buirán a conocer nuestras principales demandas,sino a tomar una posición respecto a las mismas.

Los talleres de formación en el enfoque degénero para alumnas/os constituyen un mediopara complementar la formación académica. Porsu flexibilidad permiten relacionar la producciónteórica a la experiencia cotidiana y la puesta enpráctica de habilidades y competencias para de-construir el discurso oficial y desarrollar miradas ypropuestas referidas a la equidad de género y laconstrucción de la ciudadanía. Resulta indispen-sable la participación de las alumnas en las con-tiendas electorales estudiantiles y su mayor incor-poración en gremios como la federación universi-taria, centros federados, y órganos de gobiernocomo la asamblea universitaria, el consejo univer-sitario y consejos de facultad.

Las/os docente deben participar activamenteen cursos de formación en esta perspectiva deanálisis, abarcando temas que van desde el de-bate teórico y epistemológico hasta los de forma-ción y currícula universitaria. El docente es unaparte fundamental en la formación académica. Consus conocimientos, posiciones teóricas y actitu-

des ejerce una gran influencia en los estudiantes.Los estudios de postgrado son importantes.

Aquí ubicamos los diplomados y maestrías. Enellos se forman no solo docentes sino también pro-fesionales que trabajan en instituciones públicasy privadas, actuando en la realidad social y con-tribuyendo a formular soluciones a los diversosproblemas existentes.

Ya hemos mencionado la importancia de lasbibliotecas especializadas. También, a través delos institutos de investigación y seminarios de te-sis de las respectivas escuelas profesionales, debeapoyarse el desarrollo de investigaciones de do-centes y tesis de grado con enfoque de género.Deberá promoverse la publicación de los mejorestrabajos. La promoción de concursos de ensayosy elaboración de artículos acerca de la realidadde las mujeres incentiva el interés por esta pers-pectiva de análisis

Existe una relación directa entre el conoci-miento y el poder. Históricamente los puntos devista de los actores mejor situados en la sociedadse han convertido en los «puntos de vista de lasociedad». La ideología y los intereses de las cla-ses dominantes se convierten en el discurso ofi-cial de la época. Este discurso se internaliza en lasubjetividad de los distintos actores. Si éste es undiscurso patriarcal tenderá a orientar la subordi-nación de la mujer, asignándole roles secunda-rios en la sociedad.

La mujer requiere una nueva forma de ver elmundo, que le permita conocer y explicar el ori-gen de su condición de subordinación y discrimi-nación. El feminismo y el enfoque de género pro-porcionan a la mujer el imperativo de la autocon-ciencia de esta situación, así como de la necesi-dad de autoafirmarse, de desarrollar su autono-mía y lograr su pleno desenvolvimiento en el es-pacio público.

La universidad como espacio de creación denuevos conocimientos y difusión de las ideas devanguardia está llamada a contribuir desde lo aca-démico a la construcción de una ciudadanía conequidad y mejorar el posicionamiento de las mu-jeres en el espacio público. Las alianzas estraté-gicas con el gobierno regional y los gobiernos lo-cales para impulsar nuevos estilos de liderazgoses aún una tarea pendiente.

*Docente de la Universidad Nacional del Centro del Perú.

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NNu

Entrevista a María Colina de Gotuzzo

Una mirada al pasadoy al presente del Congreso

Martha Rico Ll.*

¿Cómo se inició su vínculo con la política?Mi acercamiento a la política fue por mi familia. Siempre he

estado vinculada al Partido Aprista, mi madre era aprista. Mihermano también. Yo he sido aprista desde que nací y hastaque me muera. Mi hermano Ulises era el que cargaba a VíctorRaúl, era soldado raso y hubo un levantamiento en el norte,resultó preso y estuvo en El Frontón por diez años, se escapóa nado.

Mi contacto directo con la política se inició con Manuel SeoaneCorrales, quien fue el segundo de Haya de la Torre, un hombremuy inteligente, con él trabajé tres años. Participé en una convo-catoria para trabajar en el Diario La Tribuna como secretaria, queél dirigía, y fui seleccionada para el puesto por mi buena puntua-ción. Manuel Seoane me dictaba los editoriales. Tenía 18 añoscuando empecé a trabajar en el diario y al poco tiempo me dijo

De 1956 a 1980, la repre-

sentación de las mujeres

en el Congreso fue débil,

hasta 1980, en que se fue

configurando un grupo

destacado de parlamenta-

rias, especialmente apris-

tas. La presente es una en-

trevista a una de las ocho

primeras mujeres elegidas,

quien señala que compro-

miso, conocimiento del

país, empuje y solidari-

dad, son algunas de las

virtudes que debe desarro-

llar toda mujer política.

Actualidad

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que fuera a trabajar con él en el Congreso. En lasmañanas trabajaba en el diario y en las tardes enel Congreso. Manuel Seoane era el Primer Vice-presidente del Senado. Recuerdo que trabajabadesde las 5 de la tarde hasta la hora en que finali-zaban las sesiones del Congreso.

Luego vino la revolución y salió ManuelSeoane del diario, casi lo deportan y estuvo asila-do en la embajada de Brasil. Después trabajé enuna empresa durante ocho años, durante toda laépoca de receso del Apra, pero nunca me desvin-culé del partido.

¿Qué impacto tuvo la Ley 12391 y el otorga-miento del voto a las mujeres? ¿Cómo se vivióese momento en el país?

En realidad la mayoría de mujeres estaba ale-jada de la política, por las persecuciones que vi-vía. No solo los hombres estaban presos. Lasmujeres también. Conozco a mujeres que estu-vieron presas durante varios años por apristas.Recuerdo a una compañera del Callao que la tra-jeron de Chorrillos, le decían Catalina Huanca, eseera su apodo. La llevaron un día al Ministerio deGobierno y llamaron a su hija. Le dijeron «Hemosvenido para darle libertad, pero me firma este pa-pel», era un papel donde renunciaba a ser apris-ta. Ella respondió «Para eso me han traído acá,regreso a la cárcel, ahí estaba mejor». Así éra-mos las mujeres antes, siempre se ha luchado.

Se otorgó el voto en 1955, y quien lo otorgófue el que más persiguió al Apra y a las mujeres,Odría. Su señora era una mujer campechana, muybuena y apegada a las mujeres de organizacio-nes. Ella invitaba a las mujeres al palacio. Odríase dio cuenta que su mujer estaba muy vinculada,entonces dijo: «El año entrante van haber elec-ciones, yo me lanzo y salgo porque las mujeresvotan por mí». El firmó la ley dando el voto a lasmujeres en el 55.

¿Cómo fue el proceso de ser candidata alParlamento?

En el 56 fueron las elecciones y Víctor Raúltuvo la gentileza de ponerme en la lista porquesoy del departamento de La Libertad. Viajé portodo el Perú en auto, en caballo, en mula, en todo.He pasado momentos muy dificultosos, arriesgan-do mi vida, pero con la voluntad de llegar a la po-blación. Víctor Raúl no decía a qué lugares ir, yodecía «vengo en nombre del partido y de Víctor

Raúl Haya de la Torre». La campaña fue dura.Había que viajar mucho, tratar con la gente. Yotenía la ventaja de ser de La Libertad, mis pa-dres eran de Patas, Cayabamba. Ahí casi todoseran mis parientes, casi todos eran compañeros,todos apristas. Me acuerdo cuando llegué a Tru-jillo después de las elecciones y Víctor Raúl medijo: «Así que compañera, usted me ganó en laprovincia de Patás», yo saqué más votos queVíctor Raúl. Le dije «así es jefe, es que todosson compañeros y muchos son mis parientes,Patás es aprista».

Fuimos varias candidatas al Parlamento, re-sultamos electas ocho diputadas y una senadora,Inés Silva de Santolalla. Yo estoy entre las ochoprimeras mujeres parlamentarias del Perú.

¿Cómo recuerda usted su elección y el mo-mento en que juramentó?

Fueron momentos muy gratos. Recuerdo lasinvitaciones de ese entonces, decía «Hombres confrac, mujeres con traje largo y sombrero», era obli-gatorio. Fue muy bonita la juramentación. Fuimosnueve mujeres elegidas, las diputadas represen-tamos a Piura, Loreto, Cajamarca, Lima, Junín,La Libertad, la senadora salió por el grupo deOdría.

Hubo respaldo de la población, para que ha-yamos salida electas nueve, muchas personashombres y mujeres, no dudaron en apoyarnos yen votar por nosotras. Recuerdo que cuando jura-menté, lo hice con la mano izquierda en alto y dije:«Juro por la patria, el Perú y por Víctor Raúl Hayade la Torre». Las galerías estaban llenas de miscorreligionarios y era la única aprista que habíalogrado ingresar al Congreso para ese periodo. ElApra en ese momento no pudo presentarse comopartido porque estaba fuera de la ley, así fue de-clarado y Víctor Raúl permaneció asilado en laembajada de Colombia.

¿Qué implicancias tuvo en su vida el ser par-lamentaria?

Felizmente tuve el apoyo unánime, especial-mente de La Libertad. A mí me dieron toda la sie-rra. En el Congreso también fui muy bien recibi-da. Nos acogieron. Mi familia también me apoyó,claro que tenía algunos parientes reaccionarios,recuerdo que un tío mío le escribió una carta a mimamá, que vivía con nosotros en Lima, diciéndo-le que cómo era posible que permitiera que su

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hija, la menor de todas, sea candidata al Parla-mento, «dile que renuncie», le dijo. Mi mamá lerespondió: «No, mi hija está en lo que ella cree yyo la apoyo».

Mi esposo también mi apoyó, tuve dos hijosmientras estuve como parlamentaria. Hubo bue-na respuesta de los parlamentarios hombres.Cuando me casé firmaba como María Colina Lo-zano de Gotuzzo, muchos no sabían que yo eraaprista, yo no le dije a nadie. Así que cuando lle-gué al Parlamento a la hora que juramenté porHaya, se enteraron todos. Hubo muchos aplau-sos desde las graderías que estaban llenas.

¿Recibieron respaldo en sus propuestas?Nos recibieron bien, la mayoría se mostró

abierta a nuestra participación. Hasta en la vesti-menta, nos incluyeron en las invitaciones...

¿Qué estrategias utilizaron para impulsar suspropuestas? ¿Había unidad en las votaciones demujeres?

En realidad cada una votaba por su partido,salvo para apoyarnos en iniciativas dirigidas a im-pulsar a las mujeres, como en el caso de reforzarel voto de las mujeres, por ejemplo. Ahí sí nos unía-mos para ser un bloque fuerte y recibir adhesio-nes. Éramos muy unidas, desgraciadamente de lasocho mujeres, solo quedamos vivas cuatro.

¿Cómo fueron las elecciones de 1963?En las elecciones del 63, solo fuimos elegi-

das cuatro mujeres, fuimos electas Matilde PérezPalacios y yo. Siempre ha habido diferencia entrehombres y mujeres. Había de todas maneras re-sistencias de parte de la población, siempre hahabido discriminación hacia las mujeres, aunqueno era una cosa muy notoria. Fui reelegida por LaLibertad, que es puro aprismo. Allá el que no esaprista es traidor a su tierra, porque ahí nació Víc-tor Raúl y ahí murió Víctor Raúl.

¿Cuáles recuerda que eran las principales rei-vindicaciones y demandas de las mujeres en elmomento en que salió parlamentaria?

Siempre nos pedían cosas, iban a título per-sonal y como organizaciones, yo las atendía, siem-pre serví. Tuve el gusto de servir a mucha gente,sobre todo a los maestros. Recuerdo haber pre-sentado muchas iniciativas desde las comisionesa las que pertenecía, Comisión de Municipalida-des y Comisión de la Mujer. Recuerdo que nosolo yo; también las otras parlamentarias presen-

tamos muchas iniciativas, pero siempre hubo unadiferenciación hacia nosotras, nos escuchaban,pero nos rezagaban un poco. Por ejemplo, noapoyaron la iniciativa que presentamos para res-paldar el voto de las mujeres. Esa es la idiosincra-sia, de la diferencia entre el hombre y mujer. Nosveían nuevas y a pesar de reconocer que estába-mos preparadas, ellos se reconocían con másexperiencia que nosotras. Presenté muchas ini-ciativas, pero casi todas las pusieron de lado, so-bre todo cuando se trataba de temas de mujeres.

¿Cuál es el balance que tiene usted de su pasopor la política?

Creo que me superé mucho, en general creoque con el paso de los años las mujeres nos he-mos superado mucho. Hemos llegado a presidirel Congreso. Yo llegué a ser parte de la directivadel Congreso, de la segunda directiva, en el se-gundo año del gobierno. Víctor Raúl pensaba quela mujer debía estar representada, él respetabamucho a las mujeres.

¿Cómo ve la participación de la mujer en lapolítica en la actualidad?

Creo que en la actualidad ha bajado nuestraparticipación. Me da mucha pena y vergüenza verlo que sucede con el actual Congreso y el papelde las mujeres. Cómo va a ser posible que unaparlamentaria contrate a la empleada de casacomo asesora, están metiendo la pata, es una bar-baridad. También veo que hay algunos liderazgos,muchas mujeres preparadas, pero que no quie-ren intervenir en política, por la familia, las res-ponsabilidades, pero también porque está desle-gitimada.¿Qué papel juega la preparación para participaren política?La capacitación para estar en el Parlamento esmuy importante, lo fundamental es ser profesional,contar con un título, y estar en constantepreparación y actualización, porque una mujercuando se prepara triunfa. Para hacer una buenalabor hay que viajar, conocer el país, a la gente,hay que identificarse con las personas y hacersecercana. En el caso de La Libertad no se hablabaquechua, pero si hubiera sido el caso, me hubierapreocupado por aprenderlo.

* Integrante del Centro Flora Tristán

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Nacional

Hablan las regidoras de lasregiones: las claves para laacción política

Las mujeres no solo quieren tener una mayor participaciónpolítica. También se proponen eficientes gestiones, cercanas ala ciudadanía. ¿Significa esto que están buscando un mododiferente de hacer política? La respuesta la encontraremos enla conversación con Nelly Muñoz Dixon (Municipalidad Distritalde La Brea, Negritos, Provincia de Talara), Elizabeth Risco Yo-vera (Municipalidad de El Tallán), Rosa Median (Municipalidadde Catacos), todas ellas de Piura.

Etel Mego Ortiz (Municipalidad de José Leonardo Ortiz,Provincia de Chiclayo), Flor Reaño (Municipalidad de Saña,Provincia de Chiclayo), de Lambayeque.

También fueron entrevistadas Felicitas Pañao Huamán (Mu-nicipalidad de Anco, La Mar) de Ayacucho; y Flor Rivera LLa-

¿Qué lleva a las mujeres a

participar en política?

¿Cuáles son las dificulta-

des que enfrentan? ¿Qué

cambios en sus vidas ha

implicado la actividad

pública? Para responder a

estas interrogantes con-

versamos con ocho regido-

ras distritales en las re-

giones de Lambayeque,

Piura, Ayacucho y Junín.

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cuachaqui (Muncipalidad de Quilcas, Provincia deHuancayo) y Gledy Turín Contreras (Municipali-dad de San Agustín de Cajas, provincia de Huan-cayo), de la Región Junín.

Una de las primeras constantes en las muje-res entrevistadas es el tener una trayectoria diri-gencial previa a la experiencia de ser electascomo autoridades. Esta participación se ha dadoen organizaciones sociales, comités de autode-fensa, federaciones, entre otras. Ellas reconocenque estos espacios les han brindado un mayorcontacto con la realidad local, así como la posi-bilidad de relacionarse con otras/os actoras/eslocales, como autoridades, dirigentes/as, funcio-narias/os, ONG, etc.

Un aspecto resaltante es que su interés porparticipar en política se relaciona básicamente conla idea de alcanzar propuestas para contribuir albienestar de la población, combatir la pobreza ybuscar mecanismos para la equidad entre hom-bres y mujeres. «Como regidora me considero vee-dora, facilitadora e intermediaria, ya que puedoencaminar la solución de problemáticas, deriván-dolas a las autoridades competentes y haciendoseguimiento de los acuerdos», señala Felícitas Pe-ñao, regidora de la Municipalidad de Anco.

Asimismo, Elizabeth Riesco, regidora de ElTallán, sostiene: «Siempre he tenido la motivaciónde participar en dar solución a las problemáticasde mi localidad, en fiscalizar y mejorar el manejode la gestión municipal, por eso me animé a parti-cipar como candidata en las últimas elecciones».

Por su parte, Nelly Muñoz, regidora de la Mu-nicipalidad Distrital de La Brea, dice que siempretuvo el interés de aportar en el desarrollo de sudistrito, es así como en las últimas elecciones fueinvitada a participar por Unidad Nacional repre-sentando a la zona norte de su distrito. Mientrasque Etel Mego Ortiz, regidora de José LeonardoOrtiz, precisa: «Anteriormente había recibido invi-taciones para participar como candidata, pero pre-fería capacitarme para llegar al cargo más prepa-rada, así es como opté por llevar cursos de ges-tión municipal antes de participar como candidataen las elecciones».

Las principales dificultades que identifican enel ejercicio de sus cargos se relacionan con la ino-

perancia del sistema de administración pública, lademora en los trámites y el limitado presupuestocon el que se cuenta para la gestión. Al respecto,Flor Reaño, regidora de la Municipalidad de Ca-yaltí, sostiene: «Las mujeres debemos aprovechartodos los espacios de participación; si contamoscon la capacidad y manejo en los temas, debe-mos hacernos escuchar y negociar nuestra agen-da, para que sea una realidad, que se dé priori-dad y cuente en la práctica con un presupuestoreal. Las mujeres estamos preparadas para parti-cipar, ya lo estamos haciendo y podemos llegarmás lejos».

La acción de vigilar y fiscalizar la gestión mu-nicipal también les genera muchas dificultades,como son las trabas para el acceso a la informa-ción, la negativa al pago de dietas, entre otras li-mitaciones.

Las regidoras también señalan como un obs-táculo las rivalidades políticas por el protagonis-mo, que genera demoras en la ejecución de ini-ciativas. Opuesto a este tema está el poco interésy sensibilidad frente a los problemas locales deaquellas autoridades que no viven en el distritoque representan, lo que tiene como consecuen-cia un menor apoyo a sus iniciativas.

En el plano relacionado a los imaginarios ypatrones culturales, las regidoras mencionan, enprimer lugar, el problema del machismo, que seevidencia en algunas prácticas que han transita-do del espacio privado al público, como es el he-cho de que a las mujeres se le asigne en los mu-nicipios los programas sociales y comisiones liga-das a la mujer e infancia. También están las resis-tencias frente a las iniciativas de las mujeres, quelimitan su acción.

Otro obstáculo que señalan las entrevistadases que muchos de los alcaldes y regidores conlos que trabajan siguen reduciendo el conceptode desarrollo a la inversión en obras públicas. Apesar del avance en servicios sociales no se re-conoce el valor que tiene la inversión en las per-sonas, en el desarrollo de sus capacidades. Sos-tienen que esta mentalidad trae consigo que en lapráctica no se apueste por el desarrollo de habili-dades y capacidades de la población. ElizabethRisco, regidora de la Municipalidad de El Tallán,

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señala que esta visión se expresa en «la prioridadque se otorga en los presupuestos de las munici-palidades a la realización de obras de infraes-tructura». Es decir, «Se sigue asociando desarro-llo a concreto», enfatiza.

Conocimiento de la gestión

Uno de los aspectos sensibles de la gestiónde un cargo público es el conocimiento que setiene de ella. Rosa Medina Ato, regidora de Cata-caos, señala que muchas mujeres regidoras sesienten limitadas a nivel personal por este moti-vo. Si bien el afán por participar e involucrarseen las decisiones que se toman las motiva a in-formarse y actualizarse, en la práctica se sientenen desventaja frente a otros/as regidores/as, porejemplo, en términos de convocatoria y en la sus-tentación de propuestas.

Las entrevistadas señalan que han tratado dellegar a sus cargos de la manera más preparadaque les ha sido posible, en este sentido resaltanla importancia de estar bien asesoradas y de ac-tualizarse constantemente. Así lo señala FlorReaño, regidora de la Municipalidad de Cayaltí ylideresa del Programa de Formación de MujeresLíderes Locales y Regionales del Centro FloraTristán: «Quienes querramos participar en políti-ca debemos tener capacidad para facilitar accio-nes de promoción, liderazgo y manejo de estra-tegias para incorporar el enfoque de género. Asi-mismo, debemos conocer la realidad de nuestraslocalidades, manejar cifras y tener capacidad deelaborar iniciativas, de concertar, incidir y nego-ciar, así como conocimientos ligados a la planifi-cación del desarrollo, con presupuestos sensi-bles al género».

No obstante que las mujeres reconocen esta

La invitación a integrar

las listas de partidos y

movimientos es un reco-

nocimiento a su lideraz-

go, pero la experiencia

dirigencial no es sufi-

ciente para llevar ade-

lante un cargo...

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falta de preparación y el interés por fortalecer suscapacidades, continúa siendo un problema queenfrentan las mujeres. La invitación a integrar laslistas de partidos y movimientos es un reconoci-miento a su liderazgo, pero la experiencia dirigen-cial no es suficiente para llevar adelante un cargode alcalde/sa, regidor/a, consejero/a. Esta falta deformación limita su participación en los debates,al momento de elaborar propuestas, proyectos denormas, etc.

Como lo menciona Rosa Medina Ato, regido-ra de Catacaos, «las mujeres tenemos la capaci-dad para participar en la vida política, de demos-trar a la sociedad que a partir de nuestro trabajodedicado y transparente, podemos generar cam-bios a nivel de las mentalidades, de la gestión ycontribuir de manera real al bienestar de la pobla-ción. Las mujeres debemos acceder al ejerciciode nuestros derechos, para lo cual resulta básicomanejar información y tener la asertividad y capa-cidad suficiente para hacerlo».

Por ello, experiencias como la Escuela de For-mación de Lideresas Regionales y Locales sonespacios importantes, pues les brinda la oportuni-dad de informarse en temas relacionados a ellascomo mujeres, sobre sus derechos, sobre el con-texto y lo que implica acceder a un cargo público.Sumar la formación a su vocación por generarcambios a nivel político y socioeconómico, articu-lando sus necesidades prácticas y estratégicas yel impacto de las relaciones de género en sus vi-das privadas como públicas.

Las regidoras también hacen referencia al fac-tor tiempo. A pesar de la buena administración quehacen de él, sienten que no cuentan con todo eltiempo que quisieran para visitar a la población,seguir participando de sus organizaciones y dedi-car tiempo a su vida personal y familiar.

Propuestas desde las regidoras

Las propuestas que plantean las regidoras seorientan, sobre todo, al fortalecimiento de las ca-pacidades de las mujeres como estrategia paraprevenir y enfrentar la violencia, en gestión orga-nizacional y desarrollo productivo. Reconocen el

valor del tejido social y la importancia de fortale-cer a los movimientos y organizaciones de muje-res, y uno de los medios es el fortalecimiento desus capacidades.

Felícitas Pañao, regidora de Anco y lideresadel Programa de Formación de Mujeres LíderesLocales y Regionales del Centro Flora Tristán, con-fiesa: «Mi principal dificultad fue acudir a las asam-bleas comunales para dar solución a los proble-mas. Tenía dificultades para convocar porque lohacía sola, luego las autoridades me fueron apun-talando y finalmente mis bases, que son las queme dan el apoyo y la confianza para liderar algu-nas iniciativas. Ahora estoy orgullosa porque helogrado dos memoriales, uno referido al incremen-to de las/os beneficiarias/os de los programas so-ciales en mi distrito y otro para el apoyo en finan-ciamiento de cocinas mejoradas».

Las regidoras señalan los retos que tienenpara el periodo que queda de sus gestiones: ha-cer cumplir los planes de desarrollo concertado;fortalecer las capacidades de las mujeres de suslocalidades; aportar en la prevención de la violen-cia; generar oportunidades en el empleo para lasmujeres; y propiciar una mayor participación delas mujeres en el ámbito político.

Sostienen que para logran estos objetivos esnecesario seguir trabajando en la incidencia polí-tica a nivel de las autoridades locales y regiona-les, en tanto es importante que desde estas ins-tancias se garantice la participación de las organi-zaciones femeninas en el desarrollo de progra-mas y proyectos de desarrollo, como es el casode los Consejos de Coordinación Local.

Todo ello en la perspectiva que comparten lasentrevistadas: que las mujeres cuenten con lasmismas oportunidades para participar en el espa-cio público, visibilizando su aporte en la econo-mía familiar, así como a través de su participaciónen los procesos de desarrollo local. Como señalaNelly Muñoz, regidora de la Brea, Negritos: «Tan-to la mujer como el hombre tienen capacidadespara participar en la política y espacios públicos.No solo se trata de buscar trabajo sino de poderconservar nuestras sueños y tener ambiciones,que nos permitan mejorar en la vida personal yfamiliar» (Martha Rico Ll.).

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La democracia se debilita cada vez más si al momento de tomar las decisiones nose tienen en cuenta los derechos de las/os ciudadanas/os, a través de la consulta y deldiálogo. Lamentablemente, al momento de hacer uso de las facultades otorgadas por elCongreso para la implementación del TLC con Estados Unidos, el Ejecutivo obvió estosderechos de las comunidades campesinas, nativas y pequeñas/os agricultoras/es.

Han sido 99 los decretos legislativos aprobados y 25 de ellos están relacionadosdirectamente con el tema agrario. Aquí señalamos algunos que deben ser informados enel trabajo de promoción al desarrollo con las mujeres y las comunidades. Igualmente, hayque estar atentas/os a los cambios que demanden las comunidades y agricultoras/es engeneral.

D. Leg. 994: tierras eriazas de propiedad del Estado se entregarán a particularespara obras de irrigación. Se propone ampliar la frontera agrícola.

D. Leg. 995: modifica norma de relanzamiento del Banco Agropecuario (aumenta sucapital, promueve la inversión privada en su capital, entre otros).

D. Leg. 997: define el objetivo, ámbito y funciones del Ministerio de Agricultura. Creala autoridad nacional del agua, dependiente del mismo.

D. Leg. 1015: las comunidades pueden disponer de sus tierras con el voto a favordel 50% de las/os asistentes a la asamblea.

D. Leg. 1020: promueve la organización de las/os productoras/es para el créditoagrario.

D. Leg. 1035: adecúa algunas normas al acuerdo sobre comercio de la organizaciónMundial del Comercio en materia de inversiones.

D. Leg. 1064: define el régimen jurídico para el aprovechamiento de las tierras parauso agrario.

D. Leg. 1073: facilita la adquisición de tierra comunal por los comuneros posesionarios,así como por terceros.

D. Leg. 1077: crea el programa de compensaciones para la competitividad dentrodel Ministerio de Agricultura.

D. Leg. 1081: crea el sistema nacional de recursos hídricos.D. Leg. 1082: crea el Sistema integrado de estadística agraria como parte del Sistema

Estadístico Nacional.D. Leg. 1083: declara la conservación del agua y su aprovechamiento eficiente de

interés nacional.D. Leg. 1089: por cuatro años Cofopri asumirá la formalización y titulación de predios

rústicos y tierras eriazas habilitadas.

Decretos legislativos que debenanalizarse colectivamente

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Revista Chacarera Nº 37

Preparándonos para ser

políticas

¿De qué hablan que

hacen tanto alboroto?

Pues que aceptaré la

invitación del

Partido Socialista y

me lanzaré de

candidata.

¡Uy que miedo!

Para ser política

hay que saber

mucho!

¡Qué buena noticia!

Yo la felicito

comadre, me parece

que Ud. puede hacer

mucho

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¿Acaso no estamos

preparadas? Participamos

en el club de mujeres.

Llevar la economía de la casa

con tan pocos ingresos también

es un aprendizaje

¿Y los talleres de formación

a los que hemos asistido?

¡Tienen razón!

Pero en política hay que

pelear fuerte para

lograr algo

No necesitamos

pelear, tenemos que

ser políticas

Caray Lucila,

¿qué significa

eso?

La política es lograr

consensos, y para eso

hay que dialogar,

intercambiar ideas,

argumentos.

Eso es lo ideal, pero en el Perú

ni la política es eso, ni hacen

caso a las mujeres.

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Como falta todavía bastante tiempo para las elecciones, voy a

ir preparándome. Me voy a presentar a la Escuela de Formación

de Lideresas de Flora Tristán.

Tenemos que cambiar el modo de hacer política.

Yo quiero empezar por mi distrito.

Las mujeres tenemos que marcar el

cambio, no importa la tendencia ideológica.

Socialistas, apristas o nacionalistas,

a todas las mujeres nos unen muchos

problemas. Por eso debemos empezar,

por lo que nos une

Tenemos como ejemplo

la Mesa de Mujeres

Parlamentarias.

La mayoría se unió

para lograr la Ley

de Igualdad de

Oportunidades.

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Hay que pasar la voz a otras

mujeres de la organización.

¡Muy bien

comadre, eso es

aprender a

participar en

política. Vamos!

Vamos a inscribirnos

en la Escuela de Lideresas de

Flora Tristán.

Pero mamá,

ahora adónde

nos vamos.

Y por qué no vamos todas; así aprendemos

juntas a ser mujeres con opinión propia, a

tomar decisiones justas y a ayudar a nuestra

población. ¡Y quién sabe, de repente una de

nosotras sale elegida alcaldesa!

¡Qué bueno! He visto la convocatoria.

Te fortalecen como mujeres, fortalecen

a la organización y te enseñan

cómo participar activamente en

espacios de decisión.

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Democracia y participación política de las mujeres

El especial da énfasis a algunos temas de esta edición de la revista Chacarera,dedicada íntegramente a la participación política de las mujeres. Por un lado, sebusca analizar el tema desde la teoría de género, en el marco del debate actualsobre la relación con el Estado, la libertad en la agenda feminista, el quehacer polí-tico antes que sociológico en el espacio público.

Otro tema sensible es el acceso de las mujeres a la institucionalidad partidaria ysi ello implica un mayor acceso de las mujeres a cargos de decisión política, víaprocesos electorales o, por el contrario, los procedimientos internos son un obstácu-lo para esta participación. Una pregunta que nos planteamos es: ¿qué tanto interéstienen las mujeres por militar en los partidos?

Un dato importante es el incremento de las mujeres rurales en el ejercicio de suderecho al voto, lo que puede expresar un mayor interés por los problemas públicosy la conciencia del poder de su voto a la hora de elegir autoridades; ¿significa estoque se está dando en las mujeres una mayor conciencia de su ciudadanía?

Interrogantes que este especial plantea y que espera sea motivo de reflexión enel trabajo de promoción con las mujeres, sobre todo con las rurales.

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Feminizandola política

Laura Balbuena*

la mujer y el es-

la mujer y el es-

la mujer y el es-

la mujer y el es-

la mujer y el es-

pacio públicopacio públicopacio públicopacio públicopacio público

Introducción

Desde los 1990s con las mujeres de Fujimorihasta las últimas elecciones peruanas en las quetuvimos dos candidatas a la presidencia de la re-pública, la presencia femenina es cada vez másvisible en espacios tradicionalmente masculinoscomo es el ámbito político. Pero ¿qué significarealmente esto? ¿Podemos entender la presen-cia política de las mujeres como un cambio en lapolítica y el espacio público? Como señala PepiPatrón, «las dificultades de acceso de las muje-res y de las voces femeninas al sistema público,entendido en sentido restringido de ámbito de po-der y toma de decisiones, puedan tal vez com-prenderse un poco más a partir de la inexistenciao la precariedad de espacios (realmente) públi-cos en los que los problemas que normalmenteencaran las mujeres en una sociedad como laperuana dejen de ser estrictamente femeninos yse conviertan en asuntos de interés común1.

Se debe dar una combinación entre

una mayor participación numérica

de las mujeres de manera que exista

una real representación de aquellas

que aún no tienen voz en la arena

política, al mismo tiempo que un

cambio en la política que la convierta

en una armonía (y no en una esci-

sión excluyente y jerárquica) entre lo

masculino y lo femenino.

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Al hablar de la necesidad de una participa-ción política de las mujeres, entonces, cabe pre-guntarnos de qué estamos hablando: ¿de la ne-cesidad de una mayor participación numérica-mente hablando de la mujer, de una discusiónen el espacio público sobre temas de mujeres,como señala Patrón, o del cambio de la políticade una política masculinizada hacia una políticafemenina?

Revisando los números

Cuando hablamos de números estamos ha-blando de la representación femenina en puestospolíticos o lo que llamamos «la cuota de género».Esta cuota obliga a que el 30% de las personasen una lista sean de género femenino. La cuotase aplica para listas de candidaturas al Congreso,gobiernos regionales y locales, el Parlamento An-dino y los cargos directivos de los partidos políti-cos. ¿Ha logrado la cuota algún cambio numéricosignificativo en la participación política de la mu-jer? Los números, con relación a los cargos másimportantes a nivel regional, no han mejorado sinoque, por el contrario, han disminuido. Así tene-mos que de tres presidentas regionales en el año2002, pasamos a tener ninguna presidenta regio-nal para el año 2006. Podríamos afirmar enton-ces que la cuota si bien garantiza presencia fe-menina dentro de las opciones disponibles, nogarantiza su elección.

En lo que se refiere a la participación comolíderes en los partidos políticos, nos encontra-mos con 23% de mujeres en las direcciones na-cionales de los partidos políticos inscritos. Valedecir que no existe un porcentaje igual o supe-rior a la cuota solicitada dentro de las esferasdirectrices. Como hemos visto anteriormente, enel caso de las presidencias regionales, la cuotano garantiza necesariamente que un porcentajesuficiente de mujeres sea elegido para ocuparcargos directivos.

Otro porcentaje interesante es que el 14% delos partidos políticos tiene a una mujer como pre-sidenta o vice presidenta, a la vez que el 14% departidos políticos tiene a una mujer como secreta-ria general o equivalente. Lourdes Flores, KeikoFujimori y Susana Villarán son las representantesmás notorias del liderazgo femenino dentro de lospartidos políticos existentes, siendo cada una de

ellas de espectros políticos y de formas de actuarpolíticamente completamente diferentes. Podemospreguntarnos otra vez, ¿el tener a una mujer en elpoder garantiza, necesariamente, un cambio enla política? Trataremos de hablar de esto más ade-lante.

Si hablamos ya no de participación en las es-feras altas políticas si no de discusión de asuntosde mujeres, tenemos que el 55% de los partidospolíticos cuenta con una comisión de la mujer osimilar. Si bien este porcentaje suena alentador,habría que ser cautas y analizar qué es lo que seentiende por asuntos femeninos. Pues puede re-sultar que estas comisiones en vez de significarun avance, signifiquen un retroceso en el sentidode que entrampen a las mujeres en el plano de loprivado y las mantengan dedicadas exclusivamen-te a «asuntos femeninos». Como dice Patrón enla cita inicial, es necesario que los temas femeni-nos pasen a ser temas de interés público y nosolo un problema de mujeres.

Si podemos pensar que un número mayor demujeres no significa necesariamente ni que la po-lítica cambie hacia una forma de hacer política «fe-menina» ni que los temas «femeninos» se con-viertan en temas de interés público; ¿de qué nossirve entonces «la cuota»? Creo que un punto im-portante es el reconocer que un número mayorde mujeres (así sean mujeres masculinizadascomo el caso de las fujimoristas durante el go-bierno de Fujimori)2 ha logrado la «visibilización»de estas en un espacio que tradicionalmente noera el suyo.

Estemos o no de acuerdo en la forma comorealizan la política, el hecho de tenerlas en el es-pacio público significa que las niñas que las veanpodrán ver para ellas mismas más alternativas quelos trabajos vistos como tradicionalmente femeni-nos. Sin embargo, existe un número de mujeresque no puede acceder al espacio público debidoa que sufren múltiples tipos de discriminación: porser mujeres, por ser rurales, por ser pobres y porno ser «educadas».

Indocumentación y género

Un tema que es crucial al momento de hablardel acceso a la política es el hecho de que ciertasmujeres poseen una ciudadanía de segunda cla-se, vale decir, una ciudadanía que no goza de los

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Los obstáculos para que una mujer pueda

ser documentada están en estrecha rela-

ción con las razones por las cuales es dis-

criminada...

derechos que debería gozar. Uno de los mayoresmotivos de esta falta es el hecho de que las muje-res no poseen documentos de identidad. Una mu-jer indocumentada es una mujer sin acceso a laciudadanía, sin acceso al espacio público, sin de-rechos políticos ni sociales.

Los obstáculos para que una mujer pueda serdocumentada están en estrecha relación con lasrazones por las cuales es discriminada: la falta deuna partida de nacimiento, la necesidad del DNIdel padre y de la madre para inscribir al/la niño/a3

o el costo de la partida. Dentro de esto un cambioimportante es la promulgación de la Ley Nº 28720que permite la inscripción de hijas/os no recono-cidas/os por el padre. Sin embargo, la posibilidaddel acceso al DNI es a veces negado a las muje-res por parte de la familia misma puesto que, enuna cultura machista como la nuestra, se asumeque la mujer no necesita del DNI por no ser ellacabeza de familia y, por lo tanto, no realiza ningúntrámite que amerite tener el documento. Otrosproblemas son el costo del DNI y el acceso porparte de las mujeres de las zonas más alejadasdel país a alguna oficina del Registro Nacional deIdentificación y Estado Civil-RENIEC4.

Los usos del DNI, los cuales no podrán seraprovechados por estas mujeres, son el de podervotar, hacer juicios, la realización de trámites no-tariales, poder realizar contratos, ser nombradafuncionaria pública, obtener un pasaporte o ins-cribirse en el sistema de seguridad o previsiónsocial. Lo que implica que las mujeres indocumen-tadas no pueden tomar ventaja de programas delEstado como son las reparaciones hacia las vícti-mas o familiares de víctimas del conflicto armadointerno o programas como Juntos.

Feminizando la política

¿De qué hablamos entonces cuando decimosque si bien un número de mujeres en la políticasignifica una visibilización de éstas en el espaciopúblico, esto no implica necesariamente que la po-lítica en sí se feminice? Chantal Mouffe nos hablasobre que las feministas liberales han estado lu-chando por un espectro amplio de nuevos dere-chos para las mujeres que las conviertan en ciuda-danas iguales, pero sin retar los modelos liberalesde ciudadanía y política5. Vale decir, que la política«masculina» no es cuestionada. ¿Qué se entiende

por política masculina? Pues una política jerárqui-ca, racional, que menosprecia al espacio privado yque tiene como valores importantes la fuerza, lafalta de sentimientos y la individualidad.

Quienes han retado esta visión de la políticason autoras como Sara Ruddick o Jean BethkeElshtain. Ruddick es una de las autoras más re-presentativas del llamado pensamiento maternal6mientras que Elshtain lo es del llamado feminis-mo social. Como señala Mouffe, de acuerdo conlas posturas de estas autoras, las feministas de-ben pelear por un tipo de política que es guiadapor los valores específicos de amor, cuidado, elreconocimiento de las necesidades y la amistad.(…) La política feminista (dicen Ruddick y Elshtain)debe privilegiar la identidad de las ‘mujeres comomadres’ y el espacio privado de la familia.7

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Mary Dietz8, por su lado, critica estas postu-ras. Dietz dice que las virtudes maternales no pue-den ser políticas porque están conectadas con yemergen de una actividad que es especial y úni-ca. Ellas son la expresión de una relación des-igual entre la madre y su hijo/a que es una activi-dad que es a la vez íntima, exclusiva y particular.La ciudadanía democrática, por el contrario,debe ser colectiva, inclusiva y generalizada. Yaque la democracia es una condición por la cuallos individuos buscan ser iguales, la relaciónmadre-hijo/a no puede proveer un modelo ade-cuado de ciudadanía9. Una crítica entonces aestas posturas es justamente el hecho de queesencializan a la mujer sin lograr un equilibrio en-tre espacio privado y espacio público.

Una postura más interesante sobre este ba-lance y sobre lo que podría entenderse como unapropuesta para una política femenina es la de lapolitóloga norteamericana Joan Tronto10. Trontonos presenta lo que es la ética del cuidado basa-da en el trabajo de la psicóloga Carol Gilligan11.Tronto no ve a la política como meramente mas-culina ni meramente femenina, sino como un ba-lance entre el cuidado (femenino) y la justicia (mas-culina), en la que se reformula al sujeto políticoentendiendo la importancia de valores antes vis-tos como negativos (y ligados al espacio privado)como el de la vulnerabilidad que permiten desa-rrollar mejor políticas públicas a favor de las/osmás necesitadas/os.

Otra crítica interesante a la fundación del pen-samiento político occidental es la de Carole Pate-man12. Pateman cuestiona la fundación de la co-munidad política, vale decir, el contrato social porser un arreglo básicamente masculino que ha de-jado de lado al espacio privado y que ha asumidolo que ella llama un contrato sexual tácito que se-para esferas y relega a la mujer y a lo femenino aun espacio subordinado.

Mouffe, por su parte, propone que las limita-ciones de una concepción moderna de la ciuda-danía deben remediarse, no convirtiendo las dife-rencias sexuales relevantes políticamente para ladefinición de la ciudadanía, sino construyendo unnuevo concepto de ciudadanía donde las diferen-cias sexuales sean efectivamente no pertinentes13.Coincidiendo con la politóloga belga, las diferen-cias sexuales no deben ser relevantes en la de-finición de ni en el acceso a la ciudadanía; sin em-

bargo, como hemos visto anteriormente, en el Perúno es solo la diferencia sexual lo que puede res-tringir el acceso a la ciudadanía y, por ende, al ejer-cicio político, sino otros factores como el de la raza,el lugar de procedencia, la condición social, etc.

Volviendo a las preguntas hechas a lo largodel presente artículo, creo importante que existauna combinación de ambas: por un lado, una ma-yor participación numérica de las mujeres (puesaún es necesaria la visibilización de ellas en elespacio público), aunque no solo en tanto muje-res sino una mayor participación de aquellas ex-cluidas que signifique una real representación delas mujeres que aún no tienen voz en la arenapolítica. Y, por otro lado, un cambio en la políticaque la convierta en una armonía (y no en una es-cisión excluyente y jerárquica) entre lo masculinoy lo femenino (o como dice Tronto, entre la éticadel cuidado y la justicia) que venga no solo desdelas mujeres, sino también por parte de los mis-mos hombres.

* Docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

1 PATRÓN, Pepi. Presencia social y ausencia política. Espaciospúblicos y participación femenina. Agenda: Perú. 2000.2 Para mayor información sobre este tema: BLONDET, Cecilia. Elencanto del dictador: Mujeres y política en la década de Fujimori.IEP, 2002.3 ¿Qué ocurre cuando no existe padre o cuando la madre no poseeella misma algún documento de identificación?4 Esto lo vemos no solo a nivel de obtención de DNI, sino tambiénen otros casos como es el del parto; las mujeres de las zonas ruralesandinas y amazónicas no cuentan con postas médicas cercanas asus lugares de residencia y no pueden recibir la ayuda necesaria encaso de emergencias. Es por esta razón el porcentaje mucho mayorde muertes materno-infantiles en estas zonas comparado con laszonas urbanas.5 MOUFFE, CHANTAL. «Feminism and Radical Politics». En: Butler,Judith & Scott, Joan. Feminist Theorize the Political Routledge, 1992.p.3736 RUDDICK, Sara. Maternal Thinking: Toward a Politics of Peace.Beacon Press, 1995.7 MOUFFLE, Chantal. Ibid. p.3748 DIETZ, Mary. Ciudadanía con cara feminista. El problema con elpensamiento maternal. Texto disponible en la biblioteca virtual delIEP, Cholonautas.9 Citada por MOUFFE, Chantal. Ibid. p.37410 TRONTO Joan. Moral Boundaries: A Political Argument for an Ethicof Care. Routledge, 199311 GILLIGAN, Carol. In a Different Voice: Psychological Theory andWomen’s Development. Harvard Press, 1971.12 PATEMAN, Carole. The Sexual Contract. Stanford University Press,1988.13 MOUFFE, Chantal. ibid. p.376.

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instituciomalidad

partidaria

partidaria

partidaria

partidaria

partidaria

Máximo Gallo*

Mujeres y participa-ción electoral

El análisis de la presencia de las mu-

jeres en los partidos políticos lleva a

plantear al autor que no basta la mi-

litancia en estos y el logro de normas

positivas, sino que es fundamental un

cambio en la cultura partidaria nacio-

nal para lograr que las listas de can-

didatas/os sean elaboradas desde un

enfoque de género.

Para nadie es un secreto el enorme avanceque han significado las cuotas de género para pro-piciar condiciones más equitativas en la compe-tencia electoral entre candidatos hombres y mu-jeres. Sin embargo, los avances alcanzados porla utilización de este mecanismo de discrimina-ción positiva pueden verse diluidos si es que nose atacan las otras condiciones que influyen en laeficacia de las medidas adoptadas para conse-guir la equidad de género en las contiendas elec-torales.

En un estudio que se me pidió realizar res-pecto de las condiciones de competencia entrehombres y mujeres en la contienda electoral delas elecciones congresales del 20061, señalé trescondiciones o escenarios que a mi juicio puedeninfluir positiva o negativamente en la aplicacióneficaz de las cuotas de género: (i) las condicionesinstitucionales partidarias, (ii) las condiciones dediseño del sistema electoral y (iii) las condicionesde estrategia y contienda político partidaria.

Por lo general, la preocupación mayoritaria dequienes se acercan a indagar sobre cómo mejo-rar la eficacia de las medidas que permitan una

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contienda más equitativa se detienen en anali-zar sobre el segundo punto (número de candida-turas, tamaño de las circunscripciones electora-les, formas de candidatura, sistema de votación,aplicación real de la cuota, mandatos de posi-ción, etc.). Siendo estos temas muy importan-tes, se nos escapa muchas veces que a la basede estas normas o procedimientos, están las con-diciones institucionales de las propias organiza-ciones políticas y que, en la mayoría de los ca-sos, es la estructura y la cultura organizacional delos partidos las que determinan la verdadera po-sibilidad de propiciar u obstaculizar la participa-ción política y electoral de las mujeres.

Si no se atienden estas condiciones, se correel riesgo de que los avances alcanzados en unamayor presencia de mujeres en cargos de elec-ción popular puedan tener un retroceso en unpróximo proceso electoral.

Institucionalidad partidaria y equidad de gé-nero

Es conocido que tanto el número de candi-datos hombres o mujeres como la posición delas candidaturas de uno u otro género en las lis-tas, son fundamentales para el acceso a los car-gos de elección. Por lo tanto, las condiciones enlas que se toma las decisiones de tener un ma-yor o menor número de candidatas mujeres o lasinstancias que definen los procedimientos oacuerdan el orden en que aparecen las/os can-didatas/os en las listas tiene una enorme influen-cia en la posibilidad de ser elegido.

En ese sentido, la cantidad y calidad de la pre-sencia de mujeres al interior de los partidos políticosdebería ser un factor relevante a tomar en cuenta.

En el estudio antes mencionado indagábamossobre cuatro elementos de la institucionalidad par-tidaria que consideramos directamente relaciona-dos con las condiciones para que las mujeres ten-gan más fuerza al interior de los partidos: (1) lamilitancia partidaria, (2) los cargos directivos (3)la democracia interna partidaria, y (4) los candi-datos invitados.

1) Mujeres y militancia partidariaEl hecho de que históricamente hayan más

candidatos hombres en las listas que presentan

los partidos en las elecciones, ¿obedece a quehay mayor presencia de estos que de mujerescomo militantes partidarios? Ésta ha sido una delas explicaciones más recurridas y fáciles que seha dado siempre, y nunca hubo oportunidad derebatir esta aseveración porque nadie podía sa-ber cuántos militantes tenía un partido político.

...el enorme avance que han significado las

cuotas de género para propiciar condicio-

nes más equitativas en la competencia

electoral entre candidatos hombres y mu-

jeres.

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Organización Partido político Hombres Mujerespolítica # % # %

Unión por el Perú 11,265 57.60 8,563 42.40Partido Aprista1 179,265 55.20% 144,943 50.89

PPC 76,912 49.11 79,695 50.89Unidad Nacional SN 4,838 53.49 4,2307 64.51

RN 2,424 53.79 2,082 46.21Alianza por NM 4,872 55.18 3,957 44.82el Futuro C90 3,452 51.31 3,276 48.69Frente AP 79,921 54.05 67,943 45.95

de SP 33,351 52.37 30,338 47.63Centro CNI 6,120 54.45 5,119 45.55

Perú Posible 58,600 58.44 41,677 41.56Restauración Nacional2 3,404 53.16 2,999 46.84

Entre las reformas que introdujo la Ley dePartidos Políticos se estableció la obligación dellevar un padrón de militantes y registrarlo en laOficina del Registro de Organizaciones Políticasdel Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Duran-te el primer trimestre de cada año, todos los parti-dos políticos deben entregar la relación total desus afiliadas/os2. Recién desde el 2005, se empe-zó a hacer efectiva esta obligación y las eleccio-nes para el actual Congreso fueron las primerasen las que se pudo contar con información sobrelas/os ciudadanas/os militantes de un determina-do partido político.

Lo interesante de tener esta información fuecomprobar que no era tan cierta la afirmación deque hay una abrumadora mayoría de hombres enlos partidos políticos, sino que, en promedio, lospartidos que lograron una representación en elCongreso tenían más del 45% de mujeres entresus militantes.

2. Mujeres en los órganos directivos partida-rios

La constatación positiva de la importante pre-sencia de mujeres militantes de los partidos serelativiza al indagar sobre su participación en lasinstancias de gobierno y decisión. ¿De qué valeque las mujeres tengan una presencia considera-ble en la militancia partidaria si es que estaránausentes de los órganos que tomas las decisio-nes más importantes?

De la información revisada antes de las Elec-ciones del 2006, el estudio mencionado constataque aún existen importantes distancias entre losniveles de militancia y los niveles de inclusión delas mujeres en las estructura de dirección, puesel promedio de mujeres dirigentes de los partidosque superaron la barrera electoral es de casi 26%,mientras que el promedio de militantes o afiliadasestá por el orden del 45%.

Sin embargo, el cumplimiento de las normas

Militantes por sexo de los partidos políticos que superaron la barrera electoral(Según data entregado al JNE hasta agosto del 2006)

1 El Partido Aprista Peruano no había entregado su padrón electoral al JNE. La información se confeccionó en base al padrón entregado porel PAP a la ONPE, para asesoría en su proceso de elecciones internas.2 La información de Restauración Nacional se hizo en base a los afiliados presentados en cada uno de los comités provinciales presentadospara su inscripción.Fuente: Elaboración propia en base a los datos de JNE y ONPE.

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de democracia interna partidaria que ha introduci-do la Ley de Partidos Políticos es una herramien-ta importante que, de aplicarse efectivamente, po-dría servir para mejorar la participación de lasmujeres en las dirigencias partidarias.

3. Participación de las mujeres en las eleccio-nes internas de dirigencias y definición de candi-daturas

Como un mecanismo para garantizar al me-nos un mínimo de participación de las mujeresen los espacios de dirección partidaria, la Ley dePartidos Políticos establece que en la elecciónde los cargos de dirección de los partidos, laslistas de candidatas/os no pueden tener un nú-mero inferior de 30% de hombres o mujeres, ga-rantizando así la cuota de género. Lo mismo ope-ra para la determinación de las listas de candi-datas/os.

La mayoría de partidos políticos que se ade-cuó a la Ley de Partidos se inscribió por primeravez durante su vigencia o realizó sus procesos deelección de dirigencias en momentos en que sepreparaban para la participación en el procesoelectoral general. Pero si se revisa la decisiónadoptada por cada partido político respecto a la

modalidad de elección de sus candidatas/os, com-probaremos que la gran mayoría (8 de los 12 par-tidos) hizo uso de la modalidad indirecta, en lacual no hay una participación masiva de la mili-tancia, sino que se reserva la decisión a un órga-no colegiado. Solo el APRA, el PPC, AP y SomosPerú usaron modalidades de elección en las quepodían participar todos sus militantes (en el casodel APRA incluso los simpatizantes).

El Estudio señala la imposibilidad de accedera información confiable de dichos procesos elec-torales, pero aún esta escasa información señalaque se pudieron corroborar diversas carencias (po-quísima participación de militantes, escaso nivelde competencias por listas únicas, entre otras) quehacen pensar que estos procesos no cumplieroncon el objetivo de verificar la equidad de géneroque las normas propician.

4. «Competencia desleal» de las candidatasinvitadas

Un elemento adicional que debe llamar a re-flexión es el elevado número de mujeres no mili-tantes o no afiliadas a los partidos políticos que sonpresentadas como candidatas. ¿De qué vale mili-tar en un partido político si a la hora de designar a

Participación de mujeres en los máximos organismospartidarios al 2006

Candidaturas y afiliación partidaria

Candidaturas Afiliación Afiliados por sexo

Hombre Mujeres Afiliados No afiliados Hombres Mujeres

# % # % # % # %

Unión por el Perú 72 54 59 62.7 47 37.3 50 69.44 29 53.7

Partido Aprista 83 47 20 15.38 110 84.62 15 18.07 5 10.64

Unidad Nacional 77 49 101 80.16 25 19.84 61 79.22 40 81.63

Alianza para el Futuro 77 45 60 49.18 62 50.82 38 49.35 22 48.89

Frente de Centro 77 50 108 85.04 19 14.96 66 85.71 42 84.00

Perú Posible 70 42 58 51.79 54 48.21 38 54.29 20 47.62

Restauración Nacional 69 39 36 33.33 72 66.67 25 36.23 11 28.21

525 326 462 58.63 389 45.71 293 55.81 169 51.84

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las/os candidatos serán «invitadas/os» las/os quevayan en las listas?

El cuadro que se presenta nos muestra que,en promedio, existe un 45.71% de candidatos queno son militantes partidarios. En el caso de lasmujeres, este promedio sube a 51.84%.

Esta situación puede estar desincentivando laparticipación política de las mujeres al interior delos partidos, puesto que su mayor presencia en lamilitancia y el avance de su participación en losórganos directivos internos, no se refleja necesa-riamente en la oferta electoral que los partidos pre-sentan a la ciudadanía.

Órgano Ejecutivo MáximoOrganización Partido político Órgano Número de Hombres Mujeres Presidencia

política integrantes # % # % del PartidoUnión por el Perú CDN 26 17 65 9 35 HombrePartido Aprista1 CEN 40 33 85 6 15 Hombre

PPC CEN 13 11 85 2 15 MujerUnidad Nacional SN CEN 17 9 53 6 35 Hombre

RN CEN 101 6 60 4 40 HombreAlianza por NM CEN 6 4 67 2 33 Mujerel Futuro C90 CEN 6 3 75 1 25 HombreFrente AP CEN 25 16 64 9 36 Hombre

de SP CEN 27 20 74 7 26 HombreCentro CNI 20 14 78 4 22 Hombre

Perú Posible CEN 27 23 85 4 15 HombreRestauración CEN 18 16 89 2 11 Hombre

Nacional2

Candidatas militantes vs. candidatas invitadas

En resume, no basta con luchar por mejorarlas normas legales para garantizar mejores con-diciones de equidad de género en la contiendaelectoral. El trabajo por cambiar las prácticas, cul-tura y costumbres partidarias juega un papel fun-damental. La pelea también debe darse al interiorde los partidos políticos.

*Consultor.

1 El Estudio se editó y publicó en agosto del 2007: «La igualdadEsquiva. Una mirada de género a las Elecciones Generales del2006«, por International IDEA. Lima. Perú.2 Artículo 18° de la Ley 28094, Ley de Partidos Políticos.

CDN: Comité Directivo Nacional/CEN: Comité Ejecutivo Nacional.1 Los fundadores son miembros plenos y algunos tienen cargos. Puede aumentar cuando se elijan delegados regionales.2 La información se hizo en base a los afiliados registrados en cada uno de los comités provinciales presentados para su inscripción.Fuente: Elaboración propia con información del Registro de Afiliados y Comités Provinciales presentados ante el JNE por los partidospolíticos.

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María Isabel Remy*

un proceso

un proceso

un proceso

un proceso

un proceso

lento pero firme

lento pero firme

lento pero firme

lento pero firme

lento pero firme

Participaciónelectoral rural

Las últimas elecciones municipales y

regionales y nacionales expresan una

reducción del ausentismo rural, lo

que significa un avance importante

en términos de ciudadanía, especial-

mente con relación a las mujeres.

Desde hace unos años, cuando hablamos departicipación ciudadana nos referimos, por lo ge-neral, a un conjunto de nuevos mecanismos derelación entre el Estado y la Sociedad: el presu-puesto participativo, los planes concertados de de-sarrollo, los consejos de participación en las insti-tuciones educativas, los Consejos de Coordina-ción Local o Regional, entre otros.

Pero normalmente tenemos poco en cuentala participación ciudadana más básica y más uni-versal en las democracias: la participación electo-ral; es decir, el ejercicio del derecho de elegir alas personas que ejercerán el gobierno o que de-ben representarnos.

Decir que la participación electoral es un de-recho universal requiere, sin embargo, algunasaclaraciones. Efectivamente, todos y todas tene-mos derecho a votar, pero en la expresión «todosy todas» no se encuentran, por ejemplo, los me-

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nores de edad, los presos y, solo desde las últi-mas elecciones, el personal de las fuerzas arma-das. En realidad, la «universalidad» de la partici-pación electoral se ha ido construyendo histórica-mente. En nuestro país, hasta finales del siglo XIX,los que podían votar eran todos los mayores de21 años que fueran hombres (no las mujeres por-que se consideraba que no eran autónomas sinodependientes de un padre o un marido) que supie-ran leer y escribir (se consideraba que las perso-nas analfabetas no tenían el criterio propio y po-dían ser manipuladas) y que tuvieran un determi-nado nivel de ingresos, relativamente alto, por elque pagaran impuestos. Es decir, el «todos» de lademocracia, «el pueblo soberano» que decide consu voto quién debe gobernar a todos (a todos real-mente, a todas/os las/os peruanas/os, voten o no),

terminaba siendo el residuo de múltiples exclu-siones.

La primera exclusión que cayó fue la de losque no pagan impuestos: desde comienzos delsiglo XX en el «pueblo soberano» entraban lospobres pero solo si eran hombres y alfabetos. Laexclusión de género cayó también a mediados delsiglo XX y por primera vez las mujeres votamosen 1956. La exclusión por condición de analfabe-tismo es la que se mantuvo más tiempo y reciénen 1980, hace solo 28 años, la Constitución reco-noció que también las personas analfabetas te-nían ciudadanía. El gráfico siguiente, que presen-ta el porcentaje de población inscrita en el padrónelectoral respecto de la población total1 muestralo que estas exclusiones han significado.

La exclusión por analfabetismo fue siempre

Porcentaje de población con derecho a voto y excluida de voto

100%

90%

80%

70%

60%

50%

40%

30%

20%

10%

0%

9%

91%

21%

79%

50% 50%

Con derecho a votar Sin derecho a votar

1939 1962 1993

No votan nimujeres ni

analfabetos;ciudadanía alos 21 años

Votan mujerespero no votananalfabetos;ciudadanía alos 21 años

Voto sinexclusiones yciudadanía alos 18 años

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una exclusión principalmente rural; en tanto enlas ciudades las escuelas públicas redujeron tem-pranamente el analfabetismo, en las zonas rura-les el analfabetismo ha sido importante, mayori-tario (aún hoy es mucho más alto que en espa-cios urbanos) y, particularmente, mayor entre lasmujeres. Así, en tanto algunas reformas de sig-no inclusivo iban ampliando el «todos», las mu-jeres, las personas rurales, los indígenas y losmás pobres, por la vía de la exclusión por anal-fabetismo, han seguido quedando fuera de «elpueblo soberano» con capacidad de decidir laorientación de los gobiernos.

La exclusión formal terminó en 1980: todos ytodas (mayores de 18 años), por mandato consti-tucional, formamos parte de esta comunidad polí-tica con derecho a participar.

Pero qué ha sucedido con el ejercicio de esederecho desde 1980 hasta ahora. Lo que ha su-

cedido es que, por la mayor dificultad y costo dedesplazamiento de los ciudadanos y ciudadanasrurales para ir a la capital a votar, su inclusión enla «comunidad política», en el «pueblo soberano»que ejerce su derecho, ha sido muy lenta, por loque el voto urbano ha terminado teniendo un pesomayor del que le correspondería estadísticamen-te2. El indicador que nos lleva a ello es el nivel deausentismo en cada elección3.

El único estudio realizado sobre el voto ruraldespués de 1980, el de Carlos Monge4, muestrapara los procesos electorales realizados entre1980 y 1990 dos cosas: la primera, que el ausen-tismo en las provincias de mayor ruralidad era sis-temáticamente mayor que el promedio nacional y,la segunda, que el ausentismo total y rural eramayor en las elecciones municipales que en laspresidenciales. El cuadro siguiente resume estainformación:

Ambos elementos, a 16 años de las observa-ciones de Monge, han cambiado. Entre las elec-ciones presidenciales (primera y segunda vuelta)y las municipales realizadas en 2006, la diferen-cia en términos de ausentismo ha sido mínima.Habría que mencionar que en 1980 se inicia unciclo ininterrumpido de elecciones de alcaldes, loque no había sucedido nunca, a lo largo del cual,las competencias y los presupuestos de las muni-cipalidades han ido incrementándose. Así, si bienen los años 80 no se tenían muy claras las funcio-

nes de un alcalde electo y, en general, en los po-blados rurales se consideraba que el alcalde go-bernaba en la capital y para ella, hoy en día sí seconoce lo que puede hacer para que mejoren lascondiciones de vida de la población, incluso la ru-ral, y se sabe además que tienen recursos econó-micos mucho mayores que antes. Ello estaría ha-ciendo disminuir el ausentismo en eleccionesmunicipales que pasa de alrededor de 30% amenos de 13%5.

Ausentismo electoral (en %) 1980-1990: nacional y provincias mayoritariamente rurales

Elecciones presidenciales Elecciones municipales

1980 1985 1990 1980 1983 1986 1989

Nacional 21.3 9.4 21.7 31.1 35.6 22.1 34.9

Rural 22.0 13.6 34.6 45.3 52.6 34.1 47.1

Fuente: Monge op.cit. Los datos se construyeron sin considerar las provincias en estado de emergencia.

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Pero quizá lo más interesante de los últimosaños sea la clara disminución del ausentismo ru-ral, que se acerca, aceleradamente, al promedionacional. Para verlo, hemos identificado las 101provincias donde la población rural supera la ur-bana en el último censo.

Ausentismo electoral 2006.Nacional y provincias rurales

Presidenciales Municipales

Nacional 10.6% 12.6%

Rural 12.4% 14.1%

Fuente: ONPE e INEI, elaboración nuestra.

Efectivamente, si en el periodo analizado porMonge la diferencia en el ausentismo urbano yrural era del orden de 12 a 15 puntos, actualmen-te la diferencia es mucho menor.

Esta reducción del ausentismo, es decir, esteincremento de la participación, puede verse de cer-ca comparando la participación electoral en laselecciones municipales 2002 y las de 2006. El cua-dro siguiente muestra este incremento por depar-tamentos, pero adiciona un dato: qué tanto incre-menta la participación electoral de las mujeres (in-fortunadamente, para años anteriores no conta-

mos con esa información, y solo podemos verlapara estas elecciones)

El cuadro siguiente requiere pocos comen-tarios: el incremento nacional de participación vie-ne impulsado por el incremento en los departa-mentos más pobres y más rurales y, en algunosde ellos (Huancavelica, Ayacucho, Huanuco, Apu-rimac), por la creciente participación de las mu-jeres.

Si bien la «cuota de género» aún no sig-

nifica una importante proporción de mu-

jeres electas a cargos de representación

política, sí podría estar mostrando a las

mujeres rurales, a través de campañas

electorales de mujeres, un nuevo rol pú-

blico, antes principalmente masculino.

Ausentismo electoral 2006(votación nacional)

Elecciones presidenciales ymunicipales

Elecciones % Ausentismo

Presidenciales 1° 10.57%

Presidenciales 2° 11.55%

Municipales 12.61%

Fuente: ONPE. Elaboración nuestra.

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Varios procesos pueden estar explicando estadisminución del ausentismo rural. Uno, sin duda,es la apertura o el mejoramiento de caminos enlas zonas de alta ruralidad, que ponen en relaciónde manera más rápida, segura y barata, a los ca-seríos y comunidades con las capitales distritalesdonde se ubican los lugares de votación. El espe-cífico caso de la mayor presencia de mujeres dedepartamentos rurales votando podría adicionara lo mencionado sobre la mayor facilidad de trans-porte, una mayor consciencia de derechos indivi-

duales y ciertos rasgos de autonomía. Si bien la«cuota de género» aún no significa una importan-te proporción de mujeres electas a cargos de re-presentación política, sí podría estar mostrando alas mujeres rurales, a través de campañas electo-rales de mujeres, un nuevo rol público, antes prin-cipalmente masculino.

Aún hay diferencias entre el ausentismo ur-bano y rural. Los dos o tres puntos de diferenciaen el promedio nacional ocultan diferencias quetodavía son grandes: mientras en Lima vota el 99%

Incremento de participación % de mujeres que votaronTotal Hombres Mujeres 2002 2006

Huancavelica 13.4% 9.3% 17.5% 75% 88%Ayacucho 12.2% 8.9% 15.5% 74% 85%Madre de Dios 10.5% 13.5% 6.6% 82% 87%Huánuco 9.5% 6.9% 12.4% 76% 85%Apurímac 9.3% 7.1% 11.5% 78% 86%Ucayali 7.7% 9.2% 6.0% 82% 87%Cusco 7.0% 6.0% 8.1% 81% 87%Loreto 6.9% 8.2% 5.5% 83% 88%Ancash 6.3% 5.1% 7.6% 82% 88%Cajamarca 6.0% 6.1% 5.9% 83% 88%Pasco 5.9% 5.3% 6.6% 82% 87%Amazonas 5.4% 5.0% 5.8% 79% 84%San Martín 5.5% 6.2% 4.5% 83% 87%Puno 4.0% 3.0% 5.1% 88% 92%Piura 3.9% 4.2% 3.5% 87% 90%Junín 3.0% 1.6% 4.4% 83% 87%La Libertad 2.8% 1.9% 3.7% 84% 87%Ica 1.8% 1.5% 2.1% 90% 92%Tumbes 2.0% 2.1% 1.9% 91% 92%Arequipa 1.6% 1.1% 2.2% 89% 91%Moquegua 1.5% 0.6% 2.6% 90% 92%Lambayeque 0.9% 0.4% 1.3% 87% 89%Tacna 1.0% 0.5% 1.5% 91% 92%Lima 0.3% 0.3% 0.3% 99% 99%Total Nacional 3.0% 2.6% 3.4% 91% 93%

Fuente: ONPE

Incremento neto de participación por departamentos, según género.Elecciones municipales 2002 y 2006

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La correlación entre porcentaje de pobla-

ción rural y porcentaje de ausentismo en

todo el país, es de caso 90%.

de la población en las elecciones municipales2006, en departamentos de la selva (San Martín,Ucayali, Amazonas, Madre de Dios, Huánuco), congraves dificultades de comunicación, o algunosde la sierra más pobre, la participación no superael 85%. De las 101 provincias más rurales, 70mostraron en las elecciones municipales 2006 unausentismo por encima del promedio nacional (ouna participación por debajo). La correlación en-tre porcentaje de población rural y porcentaje deausentismo en todo el país, es de caso 90%. Parahacerse una idea de lo que significa el ausentis-mo, señalemos que el número de personas queno asistieron a votar en todo el país en la elecciónpresidencial en segunda vuelta (1’851,681 perso-nas) casi triplica la diferencia de votos que le per-mitió al actual Presidente superar a su oponenteOllanta Humala (694,937 votos).

La universalidad del ejercicio del voto no agotalas discusiones sobre la democracia en el país (fal-ta ver aún lo que sale de esta movilización masivade hombres y mujeres, más esforzada aún en elárea rural); pero nos permite aproximarnos a quétanta igualdad política logra nuestra sociedad o quétantas exclusiones subsisten. Es probable que lossorprendentes resultados de la primera vuelta elec-toral se asocien al hecho de que sectores de lapoblación que antes estaban formal o prácticamenteexcluidos del derecho al voto, ahora sí se expre-san y buscan ser representados. Conforme avan-ce la participación rural y nuestra sociedad deje deexcluir a las personas por el lugar en el que viven,quizá el campo tenga un mayor peso en los pro-gramas políticos o empiece a ser interesante paralas/os candidatas/os encargar encuestas en áreasrurales. Entre tanto, lo que podemos afirmar es queestamos en una pista de creciente igualdad… aun-que todavía falta un tramo.

* Instituto de Estudios Peruanos.1 Hemos seleccionado los procesos electorales más cercanos a losaños en que se tomó un censo; así, la población de referencia parala elección de 1939 es el censo de 1940; la de las elecciones de1962 es el censo de 1961 y la de 1993 es el censo del mismo año.Los datos de elecciones son tomados de la estadística electoral dela ONPE y los datos poblacionales son tomados de INEI, Perfilsociodemográfico del Perú en http://www.inei.gob.pe/biblioineipub/bancopub/Est/Lib0007/caP0101.htm

2 Pasa con el voto algo semejante que con los mecanismos nuevosde participación ciudadana. Un estudio de casos sobre presupuestoparticipativo mostró que en varios de los casos bajo análisis, enprovincias o distritos de muy alta ruralidad, la participación deorganizaciones de pobladores rurales era muy poco significativarespecto de las organizaciones asentadas en la capital. VerGrompone, Romeo, «El heterogéneo universo de los presupuestosparticipativos» en

http://www.municipioaldia.com/index.php?fp_verpub=true&idpub=401

3 El «ausentismo» es el porcentaje de los que estando inscritos enel padrón electoral, no asistieron a votar a una elección; su inversaes la «participación».4 Ver Monge, Carlos, «El comportamiento electoral de la poblaciónrural peruana 1980-1990», en Gonzáles de Olarte, Efraín; Revesz,Bruno; y Tapia, Mario, Perú: El problema agrario en debate - SEPIAVI. Lima: SEPIA, 1997.5 Quizá por la misma razón (hay recursos) se presenta un alto númerolistas para disputar estos votos que cada vez significan una mayorparticipación.

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«La transformación de la sociedadrequiere de las mujeres»Susel Paredes Piqué, secretaria general del Par-tido Socialista del Perú

Provocadora la pregunta de las compañerasdel Centro Flora Tristán y me encantará respon-derla. Iniciaré estas líneas señalando que en miopinión la izquierda en el Perú debe ser feminista.Una propuesta socialista requiere de un cambioradical, necesita la visión de una nueva sociedad,en la que hombres y mujeres vivamos libres delas crueldades del machismo.

Son muchas razones por las que la izquierdaen el Perú debe ser feminista, somos conscientesque lograrlo es un reto, y que hacerlo requieretrabajo al interior de los partidos, por esta razónlas escuelas de formación política deben incluircontenidos con los fundamentos ideológicos delfeminismo, como herramienta de interpretación ytransformación de la realidad.

Recuerdo con claridad cómo en el congresofundacional del Partido Democrático Descentra-lista, actualmente Partido Socialista, las feminis-tas socialistas luchamos para que se incluya en elprograma partidario la despenalización del abor-

Para muchas militantes feministas es

natural en el Perú y en América Lati-

na la relación feminismo-socialismo.

Ello nos llevó a preguntar el porqué de

esta relación a dos feministas que,

además de ser activistas por los dere-

chos de las mujeres, son militantes re-

conocidas de un partido socialista.

¿Es posible

¿Es posible

¿Es posible

¿Es posible

¿Es posible

una izquierdauna izquierdauna izquierdauna izquierdauna izquierda

feminista?feminista?feminista?feminista?feminista?

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to. El debate fue intenso, recuerdo que trabaja-mos todo el día haciendo incidencia para lograr laaprobación de nuestra propuesta, recuerdo lasenormes resistencias de algunos compañeras/os(más compañeros por cierto), pero lo que más mellamó la atención fue una muchacha, muy jovenci-ta, que activamente proponía la penalización delaborto.

El debate lo ganamos las socialistas feminis-tas, con el apoyo de algunos compañeros líderesdel Partido que votaron mostrando su voto a las/osmilitantes. Aquí debo decir que a veces el caudi-llismo puede ser útil, pues algunos votos se logra-ron por no quedar mal con esos líderes.

Un partido socialista no puede ignorar que quie-nes ponen las muertas en los casos de interrupcio-nes de embarazos no deseados son las mujeresjóvenes, rurales y pobres, que no pueden accedera servicios privados de atención médica, ni tienenacceso a atención psicológica, para superar la cul-pa que generan las religiones opresoras. Esto seha probado en estudios científicos serios como elde Delicia Ferrando: «A pesar de ser ilegal, el abortoinducido es utilizado frecuentemente en el paíscomo una medida extrema para terminar embara-zos no deseados. Las condiciones en que se pro-duce depende del nivel socioeconómico de la mu-jer, de su lugar de residencia urbana o rural y de sucapacidad de autonomía, encontrándose enormesdesigualdades por estratos socioeconómicos en lascircunstancias que rodean la práctica del aborto yque traducen la situación desfavorable de los gru-pos pobres y rurales de mujeres»1.

Un partido socialista no puede ignorar queel acceso a la más amplia gama de métodos anti-conceptivos no alcanza a todas las mujeres enedad productiva, tampoco podemos ignorar quetodo esto se podría solucionar con una educa-ción sexual científica y libre de prejuicios religio-sos. «3.8 millones de mujeres sexualmente acti-vas, alrededor del 30% o sea 1.4 millones está enriesgo de salir embarazada sin desearlo. Frente aesta contingencia algunas optan por tener un hijono deseado y otras por interrumpir el embarazo.En este sentido cada año se producirían 376 milabortos clandestinos en el país y aproximadamen-te 1.8 millones de nacimientos no deseados. Lacifra de abortos anuales sería mayor si no fuera

por el uso de la píldora anticonceptiva de emer-gencia que ha permitido evitar miles de embara-zos no deseados»2.

La izquierda peruana debe ser feminista paratransformar radicalmente la situación de inequi-dad entre hombres y mujeres, cuando, por ejem-plo, la educación no presenta iguales oportunida-des de acceso para niños y niñas, pues a pesarde la existencia de normas está interiorizado quesolo vale la pena mandar a los «hombrecitos» a laescuela. Esto, por supuesto, tiene impacto direc-to en las oportunidades para encontrar trabajo,pues la relación entre educación y posición labo-ral es directamente proporcional.

De otro lado, la familia jefaturada por el va-rón, por el «pater familia», es uno de los últimosreductos de sometimiento de las mujeres, del con-trol de sus vidas, su libertad y sus cuerpos. Enella también se somete a lesbianas, gays, y trans,quienes son maltratadas/os y expulsadas/os e in-cluso son víctimas de asesinato.

Las nuevas familias que expresan la diversi-dad tienen que ser reconocidas en una sociedadsocialista. Las familias en sus distintas manifesta-ciones existen al margen de los deseos de las/osconservadoras/es, por esta razón un gobierno so-cialista tendrá que reconocer y regular la vida so-cial de acuerdo con la realidad.

La izquierda peruana debe ser feminista por-que la transformación radical de la sociedad re-quiere de la participación de las mujeres en todoslos procesos de tomas de decisión y por eso en elPartido Socialista, no solo tenemos una cuota degénero del 30 por ciento (para el género de parti-cipación minoritaria), tenemos además un man-dato de posición que impide que ese 30 por cien-to se ponga al final de las listas. Es más, tengo lasatisfacción de decir que firmo este artículo comoSecretaria General elegida por el sistema de un/amilitante un voto, lo que no solo significa que lascuotas se cumplen sino que la militancia imaginó,conformó y concretó una lista encabezada por unamujer lesbiana que fue legitimada por la votación.Esto evidencia un cambio de mentalidad que debeser el principio de una nueva etapa.

La izquierda crecerá cuando nuestro discur-so recoja los sentimientos, expectativas y necesi-dades reales de las mujeres en este siglo que se

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inicia, cuando nuestro lenguaje suene como sue-nan las voces en la calle, en la chacra, en la aca-demia, en la casa, en la fábrica, en las oficinas,en los aviones, en los autobuses, en fin en loscorazones de nosotras las mujeres. Cuando nonos preguntemos cómo vamos a cubrir las cuotasde género, sino cómo hacemos para que las mu-jeres militen, cómo hacemos para que sientan quetienen un espacio democrático en el que puedendesarrollar sus proyectos de vida y de sociedad.

En fin, la izquierda en el Perú debe ser femi-nista, porque como dijo Meredith Tax3, necesita-mos… «proyectos que muestren un compromisode servicio a las personas, para ayudarlas a lidiarcon sus problemas cotidianos, concretos, abordarlas contradicciones que existen en sus vidas, y com-prender que lo personal es político».

«Un concepto de poder diferente»María Ysabel Cedano

No hay imposibles, hay incapaces.Actitud María MartaAluciné que tenía poder, y más poder.La Sarita.

La pregunta alude a si ¿existe una teoría ypráctica feminista socialista? o si ¿es posible cons-truir una sociedad feminista socialista?

De hecho, desde el año 2005, existe un co-lectivo autodenominado Lesbianas Independien-tes Feministas Socialistas, en Lima. Además, casila totalidad de sus integrantes son activistas delmovimiento feminista y están inscritas en el Parti-do Socialista.

A su vez, cabe señalar que varias de las or-

ganizaciones que son parte del movimiento femi-nista contemporáneo fueron fundadas por muje-res que salen de los partidos de izquierda por vo-luntad propia y como rechazo a los límites, en di-chos organismos, de la estructura patriarcal y lasprácticas machistas que marcaban el concepto delpoder, el quehacer político, la toma de decisio-nes, la militancia y las relaciones interpersonales.Sin embargo, esto no significó, en todos los ca-sos, una negación de la ideología socialista y alsocialismo como horizonte.

Lo cierto es que ser feminista y socialista enel Perú tienen de común el estigma, de todo pen-samiento y práctica revolucionaria radical, la acu-sación de trastocar el orden establecido, socavarlas bases del sistema, cuestionar la desigualdad,la jerarquía, el dominio y la subordinación de gé-nero o clase, aunque no necesariamente con lafuerza que les daría la unidad de la acción.

Sin embargo, una diferencia sustancial estáen los alcances de la crítica sobre el poder y lanoción de un poder alternativo. En otras palabras,la crítica a la violencia.

El feminismo ha aportado a la crítica de la di-cotomía jerarquizadora y excluyente de lo públi-co/privado y lo productivo/reproductivo que se-cuestró por siglos a las mujeres en sus «hoga-res» y la «maternidad», a la crítica de la divisiónsexual del trabajo, de los roles tradicionales y es-tereotipos de género, de la familia patriarcal comobase de la sociedad, a la crítica del matrimoniocivil y religioso que impone la doble moral y la mo-nogamia para las mujeres, aportó también al cues-tionamiento de la regulación heteronormativa dela sexualidad, de la defensa de la laicidad del Es-tado, a la crítica del machismo como fenómenosocial y cultural que naturaliza la violencia sexual,

...una diferencia sustancial está

en los alcances de la crítica

sobre el poder y la noción de

un poder alternativo...

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del capitalismo que se asienta en estas normas,instituciones, creencias y costumbres, entre otrosaportes políticos, teóricos y prácticos.

El socialismo ha aportado a comprender laexistencia de clases sociales y el conflicto de cla-se en la sociedad capitalista. A cuestionar ladesigualdad económica y social, producto de laexplotación de una clase sobre la otra; la apropia-ción capitalista de la plusvalía, la concentraciónde la riqueza que garantiza bienestar a unas po-cas familias y condena a la pobreza, en el casodel Perú, a más de la mitad de las/los perua-nas/os. A cuestionar la corrupción del sistema po-lítico y la coptación de la clase trabajadora, comomecanismo que usa el poder económico.

Pero, para responder a la pregunta de si esposible una sociedad feminista y socialista, exis-ten desafíos que solo la lucha unitaria de todaslas fuerzas sociales y pensamientos emancipado-res podrán vencer.

Para ello considero que un desafío feministaes si es posible un poder feminista, un poder so-cialista, como un concepto de poder diferente. Laexperiencia del dolor, del miedo, de las secuelasdel poder tradicional que usa la violencia comomecanismo para controlar cuerpos, vidas, deseos,esperanza y voluntades, nos deben conllevar a larenuncia del poder como base de las relacionesentre las personas y con la naturaleza. Debemospensar en un contrapoder como experiencia quea partir del reconocimiento de los límites y contra-dicciones del poder y sus consecuencias, puedellevarnos a apostar por otra forma de relacionespara ser y el hacer.

Otro desafío feminista es desarrollar y difun-dir sus ideas y propuestas alternativas de organi-zación de la economía, la producción, la repro-ducción y la distribución, por ejemplo, rompiendolas dicotomías antes mencionadas. Asimismo, susesfuerzos por recuperar la dimensión ética de lapolítica y humanizar el poder. Supone una nuevamanera de vivir las relaciones primarias afectivas,la maternidad y la paternidad. El reconocimientode la diversidad sexual y los derechos humanoscomo bases de una nueva sociedad.

Desde mi experiencia como feminista socia-lista, el desafío de organizar las relaciones huma-nas y con la naturaleza, en base al afecto y alcuidado, así como la comprensión y ejercicio del

poder como hacer, capacidad y potencia, no comopotestad.

Por supuesto que todo esto es difícil por ladesigualdad de acceso a bienes y servicios, liber-tades y derechos, por razones de género, etnia yclase; por la alienación de la conciencia a travésde la industria del entretenimiento, los mediosmasivos de comunicación y la cultura del consu-mo; por las secuelas individuales y colectivas dela guerra que vivimos, que oficialmente se reco-noce entre los años 1980 y 2000, así como porlas guerras históricas y cotidianas, que enfrenta-mos en nuestros cuerpos, provocadas por la mi-soginia, el machismo, el etnocentrismo, el racis-mo, la lesbofobia, la transfobia y la homofobia.

Sin embargo, la disputa de sentidos ha sidouna permanente acción feminista. De la mismamanera que el conflicto de clase no ha sido anu-lado por la represión y el terrorismo estatal, la vio-lencia machista no ha imposibilitado la acción fe-minista. Las contradicciones de clase del feminis-mo, las contradicciones de género del socialismoy las contradicciones étnico-culturales, en amboscasos, han demandado y siguen demandando so-lución. Felizmente, la dialéctica persiste. La so-brevivencia, las identidades y el deseo están enjuego. No se puede controlar todo y siempre.

Y el feminismo tiene dos valiosas herramien-tas políticas que pone al servicio de las luchasvarias para enfrentar al capitalismo: el cuerpo y elerotismo, materia y fuente energética potente,queprecisamente, por ello, las fuerzas del mercado yde la jerarquía eclesial católica persisten en cas-trar y expropiar.

Asimismo, aunque le han puesto un alto pre-cio a la felicidad, al respeto, el bienestar y la liber-tad, y persisten las cacerías de brujas, que lo di-gan las feministas nicaragüenses, las feministas,las lesbianas, las socialistas, las indígenas, nosseguimos encontrando y reconociendo. En ese es-fuerzo andamos, y la intuición me dice que juntasy revueltas podremos lograr lo imposible.

1 Ferrando Delicia, El aborto clandestino en el Perú. Revisión. CentroFlora Tristán, Pathfinder, Ford Foundation. Lima, 2006, p. 35.2 Ibid, p.35.3 Tax Meredith, ¿Por qué necesitamos una izquierda feminista?Lima, 12 de junio 2008.

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Internacional

¿Por qué necesitamos unaizquierda feminista?*

Meredith Tax**

¿Existe todavía una izquierda en EEUU? Escasamente.Existen algunos medios de izquierda: revistas que van desdeThe Nation y Mother Jones a pequeñas publicaciones secta-rias o de jóvenes, sitios web y listas electrónicas de izquierda,radio Pacifica y Democracy Now (Democracia Ahora), e innu-merables blogs. Existe un pequeño movimiento contra la gue-rra liderado por United for Peace and Justice (Unidos por laPaz y la Justicia), y alguna actividad antibélica feminista lide-rada por Code Pink (Código Rosa). Hay unas pocas sectasmarxistas remanentes de épocas anteriores. Existen peque-ños grupos homosexuales que hacen trabajo organizativo ensus comunidades, algunos de los cuales tienen una importan-te historia de activismo militante en VIH-Sida.

Hay muchos grupos locales de base que trabajan temascomo la justicia económica o la reforma educativa, organizan-

La autora presenta un

panorama sobre la iz-

quierda en Estados

Unidos y analiza las

razones por las que la

izquierda debe ser fe-

minista y el feminis-

mo debe trabajar por

construir un movi-

miento socialista.

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do a sus comunidades o a trabajadoras/es migran-tes. Muchos de estos grupos son liderados pormujeres y hacen un trabajo muy interesante, perocarecen de fondos y no pueden llegar mucho másallá de sus propias redes y comunidades. No hantenido aún mucho impacto en las/os trabajadoras/es sindicalizadas/os a pesar que existen aún al-gunos izquierdistas en el movimiento sindical, res-ponsables de gran parte del soporte e iniciativaque han logrado.

Se está iniciando también un nuevo movimien-to estudiantil; es muy pronto para saber hasta dón-de llegará. Existe un movimiento potencialmentemasivo pero temeroso a favor de los derechos delos inmigrantes, que logró impulsar impresionan-tes marchas nacionales tres años atrás bajo el li-derazgo políticamente ambiguo de la Iglesia Ca-tólica, pero que tuvo que enfrentar una enormecampaña antimigrantes y acciones punitivas porparte del gobierno, y desde entonces se desva-neció. Y existe una gran oleada de energía popu-lar en torno a la política electoral, particularmenteel activismo de las/os jóvenes que trabajan conBarack Obama.

Pero las dos cosas más importantes que danautoridad y cohesión a un movimiento de izquier-da –una organización nacional y un conjunto cla-ro de ideas susceptibles de congregar a las per-sonas– están completamente ausentes en losEE.UU. El nivel de discusión es pobre; los deba-tes existentes tienden a ser académicos e impro-ductivos. En pocas palabras, la izquierda norte-americana no ha encontrado todavía una formade recuperarse de los dos golpes de los ochenta,el colapso del comunismo y la ofensiva política dela derecha.

En cierto punto, según la teoría, aunque notuviéramos una organización nacional o un parti-do de izquierda que abordara cuestiones múlti-ples, los nuevos movimientos sociales –movimien-to de mujeres, movimiento gay, movimiento ne-gro, movimiento latino, movimiento asiático-ame-ricano, movimiento nativo americano, movimien-to sindical, etc.– llenarían el vacío. Pero todos es-tos movimientos se han visto afectados por el abru-mador clima conservador de los últimos veinticin-co años, que los empujó a asumir una posturadefensiva. Han tenido que luchar tan intensamen-

te para preservar lo que habían logrado, como losderechos al aborto y la acción afirmativa, que noles ha quedado espacio para pensar cómo avan-zar. En este clima, la gente de izquierda no halogrado conducir exitosamente los debates y lu-chas internas requeridas para construir una basedemocrática amplia, un programa unificado y, cla-ro, un liderazgo con conciencia de clase en nin-guno de los nuevos movimientos sociales.

Este debate es fundamental porque muchasde estas organizaciones son burocráticas y verti-cales, marcadas por el deseo de ascender en lapolítica de Washington. Su cultura organizacionales corporativa: se concentran en conseguir fon-dos, y piensan en términos de marcas y de cons-trucción de su propio prestigio y participación enel mercado, no en la construcción de un movimien-to amplio.

Las organizaciones de mujeres de la corrien-te principal o mainstream, por ejemplo, comoNOW, Feminist Mayority (Mayoría Feminista) y laNational Women’s Political Caucus (AsambleaPolítica Nacional de Mujeres) tienen grandes pre-supuestos que cubrir; buscan una visibilidad queles ayude a obtener fondos y han sido, en su ma-yoría, completamente moldeadas por su interac-ción con el Estado, de manera que su perspectivaes siempre: qué es lo que favorecerá el lobby, quéserá útil en la próxima elección. Su lealtad políticale pertenece al Partido Demócrata más que a cual-quier base amplia de mujeres.

Por supuesto, la formación de un movimientoamplio, democrático y diverso de mujeres contri-buiría, en el largo plazo, a los objetivos de tipoelectoral y legislativo. Pero incluso si una pudieradejar de lado las cuestiones vinculadas al ego y alcontrol, las feministas de la corriente principal tien-den a pensar que los esfuerzos orientados a cons-truir un movimiento amplio compiten con los es-fuerzos por construir su propia organización. Es-tas mujeres y sus organizaciones son la cara pú-blica del feminismo en mi país; la cara es blanca,vieja y corporativa. Como resultado, la mayoríade mujeres jóvenes y de color afirman que nopueden relacionarse con el movimiento feminista,aún cuando tengan ideas feministas.

Pero el clima político está cambiando. En losúltimos años, el Huracán Katrina, la guerra en Iraq

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y ahora las elecciones han creado nuevas condi-ciones para redefinir el movimiento feminista. Estoqueda claro en los debates en torno a la nomina-ción del Partido Demócrata, en los cuales las mu-jeres negras y de izquierda se han manifestadofuertemente en contra del intento de la campañade Clinton de hablar por ellas. En otras palabras,en los EE.UU., la elección ha traído a primer planolas cuestiones de clase y raza y nos ha dado laoportunidad de preguntarnos qué tipo de movimien-to de mujeres necesitamos, aunque estamos lejosde hacer esta pregunta de manera organizada.

Creo que, para los EEUU, la respuesta a estapregunta es que necesitamos construir una izquier-da feminista. Es decir, tomar todo lo que hemosaprendido como feministas en los últimos cuaren-ta años e integrarlo a lo que la izquierda solía sa-ber, pero que ha olvidado ampliamente. El pro-yecto de integrar el feminismo y la izquierda esclave en este periodo, porque las mujeres consti-tuyen un aspecto crucial en el gran conflicto diná-mico de nuestros tiempos, el conflicto entre la mo-dernización capitalista globalizada, liderada por losprofetas norteamericanos del libre mercado, y losmovimientos identitarios de derecha nacionalistas,religiosos y étnicos que emergen de las ruinasdel sistema de la Guerra Fría en 1989. Para ras-trear el desarrollo de esta contradicción, retroce-damos a 1989.

La contradicción central

Como 1968, 1989 fue uno de esos años enlos que todas las contradicciones sociales y eco-nómicas que venían forjándose por largo tiempo,salieron a la superficie con una gran explosión deenergía popular. La Guerra Fría terminó y los pue-blos de Europa oriental rechazaron no solo la do-minación soviética, sino el propio comunismo. EnChina, un resurgimiento democrático similar fueaplastado por tanques pero, salvo en este país,1989 fue un año de esperanza, en el que se ha-blaba de un «dividendo de paz». En Sudáfrica, elgobierno inició negociaciones secretas con Nel-son Mandela, aún en prisión, las que conduciríanal fin del apartheid, y que otorgó el liderazgo polí-tico a los negros pero dejó intacta la estructuraeconómica subyacente, controlada por los blan-cos. En América Latina, el final de la era de lasdictaduras estuvo marcado por las eleccionesdemocráticas en Chile y Brasil.

Sin embargo, en lugar de iniciar una era dedividendos de paz y democratización, la caída delcomunismo condujo a una oleada conservadoraglobal en la medida en que los políticos de libera-ción nacional, previamente de izquierda, empe-zaron a convertirse a la política identitaria de de-recha. Los siguientes eventos ocurrieron, todos,en 1989: Los Talibanes llenaron el vacío dejado

El proyecto de integrar el femi-

nismo y la izquierda es clave

en este periodo, porque las mu-

jeres constituyen un aspecto

crucial en el gran conflicto di-

námico de nuestros tiempos...

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por las tropas soviéticas que abandonaron el país.El Ayatollah Khomenei proclamó una fatwa sobreSalmon Rushdie, que condujo a una movilizaciónglobal de los fundamentalistas islámicos. Slobo-dan Milosevic consolidó su ascenso al poder conun discurso en Kosovo, haciendo un llamado alnacionalismo serbio. Los fundamentalistas hindúesde Shiv Sena derribaron la Mezquita de Ayodhaen India y cientos de personas murieron en losdisturbios posteriores. En los Estados Unidos, PatRobertson formó la Christian Coalition, centro or-ganizativo de la campaña impulsada por los Pro-testantes Evangélicos, para transformar el Parti-do Republicano en defensor de los valores fami-liares contra las elites liberales y sus prácticasculturales degeneradas.

Sin ningún oponente que los mantuviera bajocontrol, también los profetas del libre mercado sa-lieron a la ofensiva. Trabajando a través del Ban-co Mundial y el Fondo Monetario Internacional,empezaron a presionar para abrir los merca-dos del mundo al capital del Norte. Desdeentonces, el conflicto entre estas dos fuer-zas políticas, la globalización de libre mer-cado y los movimientos identitarios de de-recha, que salieron a la superficie en 1989,ha configurado la política mundial.

No hablaré mucho sobre la globaliza-ción porque creo que las personas enel Perú la entienden probablementemejor que yo. Baste con decir quetodos los trabajos tradicional-mente a cargo de las mujeres,incluyendo el cuidado de los ni-ños y los ancianos, se han con-vertido en mercancías que sevenden y compran en el mer-cado global. La globalización haincrementado el valor de merca-do de las mujeres y les ha dado laoportunidad de alejarse del clan, elpadre y el hogar, del mismo modo enque el capitalismo temprano las sacódel campo a la economía industrial,para mejor o peor.

Para mejor, porque las mujeresadquirieron los medios para forjar

sus identidades individuales y su autonomía. Parapeor, porque son objeto de las formas más violen-tas de explotación, en calidad de trabajadoras tex-tiles o electrónicas encadenadas a sus máquinas,trabajadoras sexuales controladas por criminales,empleadas domésticas importadas, trabajadorasmigrantes del campo cuya salud es destruida porlos pesticidas, o ilegales que pueden ser deporta-das en un abrir y cerrar de ojos, dejando atrás asus hijas/os. En todas estas formas, las mujeresse han vuelto una pieza clave dentro del proyectode integración económica global y modernización.

Pero las mujeres son también una pieza cla-ve para los proyectos de los movimientos identita-rios de derecha. Sean estos movimientos nacio-nalistas, fundamentalistas o étnicos, todos evo-can la ilusión de una antigua comunidad homogé-nea, gobernada por hombres ancianos; todos con-

gregan a sus tropas para enfrentar a losgrupos étnicos o religiosos vecinos;

todos utilizan la violencia como he-rramienta principal.

El control de las mujereses fundamental para estosmovimientos: las niñas sonasesinadas solo por ir alcolegio; se prohíbe a lasmujeres que trabajen fuerade su casa, incluso si son el

único soporte de sus familias;se les mata a pedradas si son

acusadas de adulterio; las niñasson asesinadas por sus familia-

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res si salen con el chico equivocado. De hecho, lafuriosa energía con la que muchos movimientosidentitarios de derecha luchan contra el imperioamericano tiene mucho que ver con el miedo deperder el control sobre las mujeres.

¿Por qué estos movimientos se han fortale-cido tanto desde 1989? Generalmente, se dan dosrazones: 1) Con la remoción de la presión soviéti-ca, el vapor acumulado durante décadas por losmovimientos identitarios nacionalistas y religiososhizo volar la tapa de la olla a presión. 2) Con laglobalización, las formas capitalistas de organiza-ción y los valores capitalistas –definidos como oc-cidentales– penetran actualmente las áreas másremotas, trayendo sus valores, medios de comu-nicación y seducciones, amenazando las formastradicionales de vida y socavando las economíaslocales. Esto molesta a las elites masculinas tra-dicionales. Pero existe una tercera razón:3) El éxito del movimiento global demujeres que, a pesar de los reve-ses y la masiva cooptación se hafortalecido en los últimos vein-te años –alcanzando elpunto más alto con la con-ferencia de El Cairo en1994 y la conferencia deBeijing en 1995–, ha he-cho sonar la alarma en losenclaves tradicionalistas,desde el Vaticano y Saudi Ara-bia hasta Borough Park, N.Y.

El impacto del movimiento

global de mujeres en los noventas generó expec-tativas crecientes y una mayor asertividad en lasmujeres de todo el mundo, y condujo a logros rea-les. Algunos países (India, Francia, Suecia, lamayoría de países en Latinoamérica) aprobaronnormas que establecían cuotas para las mujeresen el Congreso. Las mujeres pasaron a realizartrabajos antes restringidos a los hombres y, consalarios más altos, tuvieron mayores posibilida-des de dejar matrimonios violentos o insatisfacto-rios. Incluso trataron de ganar acceso a la propie-dad de la tierra, todavía reservada a los hombresen muchos lugares del mundo, y en algunos tu-vieron éxito, aunque limitado.

El movimiento global de mujeres también in-sistió en el hecho que los derechos humanos sonindivisibles y se aplican tanto en la casa como enel ámbito público. Esto significa que los princi-pios de derecho deben ser lo suficientemente

fuertes como para romper la histórica divisiónentre lo público y lo privado, y poner sobre el

tapete asuntos como la mutilación genital,la violencia doméstica, el incesto, el matri-monio forzado, el maltrato de las viudas ylos asesinatos por afrentas al honor. Dadoque la familia es el último baluarte de laautoridad masculina tradicional, los inten-tos de dar a las mujeres iguales dere-

chos y protección legal son enorme-mente amenazantes, y los movi-

mientos identitarios de derechase han resistido ferozmente aeste cambio en nombre de latradición, las creencias religio-sas o la defensa de la familia.

Construyendo una izquier-da feminista

En la medida en que el con-trol de las mujeres es tan importan-

te para la globalización como paralos movimientos identitarios de dere-cha, la defensa de los derechos so-ciales y económicos de las mujeresdebe ser un aspecto crucial para laizquierda. Es imposible desafiar es-

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tos movimientos de manera efectiva, sin oponer-se a su visión de las mujeres, la sexualidad y lafamilia, adoptando una visión feminista del mun-do que no esté estructurada sobre la base de ladominación, la explotación y la guerra. Cualquiermovimiento de izquierda que espere poder enfren-tar los retos políticos actuales debe comprendereste hecho y aprender del feminismo.

Pero las feministas norteamericanas necesi-tamos una izquierda más fuerte tanto como la iz-quierda nos necesita a nosotras, para proveer unabase desde la cual luchar contra la tendencia alelitismo y el conservadurismo tan fuertes en nues-tro movimiento. Necesitamos construir un nuevotipo de movimiento en los EE.UU., uno que com-prenda la importancia del trabajo de las mujeres yde la reproducción social para esta etapa del ca-pitalismo, y que se movilice en contra de las agre-siones de la globalización y la derecha contra lasmujeres. Dicho movimiento tendrá que abordartres cuestiones: la ideología, el programa y la or-ganización.

1) Ideología

En los EE.UU., desde 1989 ha sido casi im-posible usar el lenguaje del marxismo o el socia-lismo e, incluso, hablar de la necesidad de unatransformación social. Tampoco era fácil hablar deestos temas antes del final de la Guerra Fría, de-bido a la fuerza del capitalismo en EE.UU., peroahora ni siquiera sabemos qué lenguaje usar. Esteproblema resulta evidente en el lenguaje de lacampaña de Obama.

Creo que Obama es una genuina fuerza pro-gresista, y su campaña me ha dado más espe-ranzas que cualquier otra cosa que haya visto enlos EE.UU. desde los setenta. Pero su lenguaje ysus ideas son muy simples –Queremos el cam-bio!». «Sí podemos» –. Hay algún cuestionamientosobre el lugar de los EE.UU. en el mundo, algu-nas palabras sobre la necesidad de que el gobier-no intervenga cuando fallan las fuerzas del mer-cado, pero no un análisis real. Parte de ello sedebe a que la cultura norteamericana es siempremuy pragmática, y sin duda su campaña está sien-do muy cuidadosa porque ya los están criticando

y encasillando como «rojos» o por su enfoque ra-cial. Pero gran parte del problema se debe a queno contamos con un lenguaje que permita descri-bir lo que queremos. El lenguaje del socialismomarxista fue desacreditado por décadas de prác-tica Estalinista y todavía no hemos desarrolladoningún otro.

La discusión más dinámica sobre formas al-ternativas de vivir y ver la política proviene de losambientalistas, que tratan de empujarnos a lidiarcon la crisis ambiental –una crisis aterradora quedifícilmente, pensamos, será enfrentada con la ur-gencia suficiente. De la síntesis entre ambienta-lismo y feminismo está empezando a emerger unnuevo paradigma, que se distancia de la políticade oposición binaria y transformación por la fuer-za que ha sido central a la filosofía política occi-dental, incluyendo el marxismo. Este nuevo para-digma busca un tipo de transformación diferente,que nos permita seguir viviendo en la tierra a tra-vés no de la dominación, sino del equilibrio y lasustentabilidad.

Estas ideas pueden encontrarse, en sus dife-rentes manifestaciones, en los escritos de filóso-fas, historiadoras y antropólogas feministas, enanálisis ambientales y ecológicos de hombres ymujeres, y en la ciencia ficción de escritoras/esvisionarias/os como Úrsula Le Guin y Kim StanleyRobinson. Estas ideas están recién empezando apermear el discurso más oficial de la política y laspolíticas. Encontrar las maneras de explorarlos yanalizar cómo encajan en los paradigmas políti-cos previos, y en la justicia social, es parte de latarea que tenemos por delante.

2) Programa

Una izquierda feminista necesitaría un pro-grama escrito que establezca qué es lo que re-presenta. Fuera de eso, necesitaría proyectos quemuestren un compromiso de servicio a las perso-nas, para ayudarlas a lidiar con sus problemascotidianos concretos, abordar las contradiccionesque existen en sus vidas, y comprender que lopersonal es político. Servir a las personas no esrealizar un trabajo social, sino desarrollar progra-mas que aborden las necesidades cotidianas de

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la gente, sean éstas alimen-tación, vestido, vivienda,seguro de salud, educaciónpara adultos, guarderíasdiurnas y programas extra-curriculares, clínicas deaborto, mejores escuelaspúblicas, servicios de saludambulatorios. Una de lasrazones por las que las igle-sias hacen un mejor traba-jo que la izquierda en mipaís, es que proveen ali-mentos, vestido y abrigo,así como una ideología co-herente.

Una izquierda feminis-ta tendría que construir es-pacios alternativos, territo-rios liberados, lugares don-de las personas puedan re-organizar sus vidas, discu-tir temas vinculados a la fa-milia, la sexualidad, el gé-nero, la violencia, el inces-to, el abuso infantil, y recibir apoyo para abordarestos problemas. La construcción de este tipo deespacios alternativos gratuitos es también partede una estrategia de largo plazo orientada a crearámbitos de poder dual, para lograr una situaciónde abierto desafío al sistema.

Este modelo de provisión de servicios es muydiferente al modelo utilizado actualmente por lasONG, cuyos programas financiados funcionanesencialmente como un brazo del gobierno. Estambién diferente al modelo de Estado socialista,que demanda que el gobierno provea todos losservicios sociales que se requieran. Sí, a largoplazo, el gobierno debería asegurar el bienestarde sus ciudadanos, pero en periodos como elactual, donde esta idea es irrisoria, la izquierdadebe encontrar maneras de cubrir por sí mismaalgunas necesidades: proveer la educación queno está disponible en la escuela, la proteccióncontra la ejecución de una hipoteca que no pro-porciona el gobierno, el seguro de salud que noexiste en ningún otro lugar. En periodos anterio-

res de la historia de EE.UU.,cuando la izquierda estabamás organizada, sabíamoscómo hacer estas cosas:

a) Antes de la PrimeraGuerra Mundial, cuando elPartido Socialista era unmovimiento de masas, colo-caba gran énfasis en la edu-cación. En los días previosa la radio o televisión, losoradores socialistas, mu-chos de ellos mujeres, cru-zaban el país y se alojabanen las casas de los camara-das, dando charlas gratuitasy vendiendo literatura encada lugar en el que parabael tren. En los veranos, exis-tían campamentos socialis-tas en el territorio de Kansasy Oklahoma; las personasvenían de muy lejos, reco-rriendo hasta sesenta millasde distancia, muchos en va-

gones cubiertos en los que permanecerían duran-te semanas, recibiendo educación, leyendo, cono-ciendo gente.

b) El movimiento Farmers’ Holiday surgió delas profundidades de la Depresión de 1932, cuan-do los precios bajaron tanto que la población ru-ral literalmente moría de hambre y perdía sus gran-jas. Para restringir la oferta y elevar los preciosde sus cultivos, convocaron a huelgas y quema-ron el maíz en los campos. Bloquearon los cami-nos para evitar que los alimentos llegaran al mer-cado. Cuando los bancos ejecutaban una hipote-ca en una graja vecina, todos aparecían en lasubasta, pero habría solo una oferta de, digamos,cinco centavos. El banco tenía que vender al queofrecía más, que devolvía la tierra a su dueño.

c) La International Working Order (IWO) erauna federación de grupos idiomáticos afiliados alPartido Comunista. En la época de mayor exten-sión, en los años cuarenta, alcanzó a tener 200mil miembros. La rama más grande era la Yidish,con base en Nueva York. Tenían un amplio cole-

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gio, con clases de marxismo, literatura, inglés, alas que asistían amas de casa y trabajadoras/esde la industria textil. Implementaron dos clínicas,una de salud y una odontológica de la IWO, paraofrecer atención médica a sus miembros, gestio-naban sus propios cementerios, tenían un cam-pamento de verano, el Camp Kinderland. Y esta-blecieron el primer programa de seguro médicosin fines de lucro, que fue tan exitoso que la in-dustria de seguros hizo que la cerraran duranteel periodo Macartista.

3) Organización

Para que un movimiento pueda tener unprograma amplio de este tipo, requiere de unaorganización nacional. Solo con la organizaciónes posible lograr una división del trabajo quepermita a la gente concentrarse en una o doscuestiones o proyectos, y saber que todos trabajanjuntos por un objetivo mayor. El problema en losEE.UU. es que nuestra experiencia histórica conlas organizaciones ha sido tan distorsionada porel sexismo, el racismo, la burocracia, el sectarismoy el estalinismo que mucha gente –incluyendo lasfeministas de mi generación– decidió que eramejor tener la menor organización posible.Arrojamos al bebé junto con la bañera.

La cuestión no es cómo actuar sin organiza-ciones, sino cómo construir organizaciones de-mocráticas, transparentes, con una estructura tanhorizontal como sea posible, y que aun así brin-den la coordinación necesaria para desarrollarnuestro programa. ¿Cómo sería una organizaciónfeminista de izquierda? No tengo un diseño claro,pero sí algunas reflexiones:

- Una organización de izquierda feminista es-taría profundamente comprometida con la demo-cracia, con la escucha, con fomentar el liderazgode gente nueva y diversa. Tendría un estilo de tra-bajo de abajo hacia arriba, con métodos para ase-gurar que las y los lideres en cada nivel escuchena las bases.

- Trabajaría siguiendo los principios que guíana los movimientos, no a las ONG. No dependeríade financiamiento de grandes donantes o funda-ciones, sino que establecería cuotas y depende-

ría del trabajo voluntario. Sus procesos seríantransparentes y su equipo de trabajo no ganaríagrandes sumas en los niveles altos y sueldos dehambre en los niveles bajos. La labor del perso-nal sería llevar a cabo los mandatos de sus miem-bras/os, motivarlas/os y ayudarlas/os a organizar-se, no reemplazarlas/os.

- Valoraría la investigación pero consciente-mente extraería su teoría de la práctica, y comba-tiría el sectarismo y el dogmatismo. Lucharía porsuperar la división entre trabajo intelectual y ma-nual, entre hablar y escribir y trabajar con las ideas,y entre hacer trabajo de campo, organización yoficina.

- Seria internacionalista en teoría y práctica,comprometido con la lucha contra el racismo, laxenofobia, el sexismo, la homofobia, y los prejui-cios contra las personas transgénero. Combati-ría estas cosas en el mundo y en sus propias or-ganizaciones, pero lo haría enfatizando progra-mas, la interacción y la educación, no haciendoun fetiche del lenguaje.

Creo que, para las feministas norteamerica-nas, la tarea es empezar el trabajo intelectual y eldebate necesarios para preparar las bases de unaizquierda feminista. Debemos formular las pregun-tas básicas: ¿Qué queremos? ¿Cómo podemosconstruir una nueva narrativa? ¿Qué lenguaje usa-mos?

En la mayoría de épocas, las feministas nohan visto como su tarea el tratar de elaborar unaestrategia para la izquierda en su conjunto; noshemos concentrado en las necesidades de lasmujeres. Pero, incluso en los EE.UU., con todassus limitaciones, el movimiento de mujeres ha te-nido muchos logros en los últimos treinta años yha mostrado un considerable poder para mante-nerse. Tal vez es hora que nos hagamos respon-sables de la izquierda. Creo que esta es la únicamanera en que podemos abordar efectivamentelas necesidades de las mujeres.

*Exposición presentada en conversatorio organizado por elProgramas de Estudios de Género-UNMS, realizado en el CentroFlora Tristán.

**Escritora y activista política, presidenta de Women’s World.

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Participación política de las mujeres en el siglo que comienzaVirginia Vargas.Análisis sobre la importancia de las leyes de cuotas y qué ha significadoel ingreso de más mujeres a los espacios de la política formal.ALOP. Lima, 2008.

La igualdad esquiva. Una mirada de género a las elecciones generales2006Analiza los resultados y las condiciones que afrontaron las mujeres en lacompetencia electoral, tanto en el ámbito presidencial como parlamentario.Serie Ágora democrática. Idea Internacional, Transparencia. Lima, 2007.

Cultura política de la democracia en el Perú: 2006. Barómetro de lasAméricasJulio F. Carrión, Patricia Aárate, Mitchell A. Seligson.Análisis de la medición de los valores y comportamientos democráticosen el continente. Vanderbilt University, Instituto de Estudios Peruanos-IEP. Lima, 2007.

Democracia en los partidos políticos. Análisis de las eleccionesinternas 2005-2006Análisis de las elecciones internas de los partidos políticos, en el marcode una ley específica sobre partidos. Oficina Nacional de ProcesosElectorales-ONPE. Lima, 2007.

La identidad en democraciaAmy Gutmann.Reflexiona sobre el papel que cumple la identidad grupal al definir a gruposde trascendencia política que actúan en democracia. Katz Editores. Madrid,2008.

El feminismo y el abismo de la libertadLinda M.G. ZerilliAnálisis del problema central de la teoría y la práctica feminista: una políticacomprometida con la libertad.Fondo de Cultura Económica. Argentina, 2008.

Publicaciones

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30 años de democracia: ¿En la cresta de la ola? Participación políticade la mujer en América LatinaDiagnóstico sobre los avances de las mujeres en el acceso a la política.Idea Internacional. Lima, 2008.

Participación política de las mujeres en el ámbito local en AméricaLatinaAlejandra Massolo.Revisión y análisis de información, estudios, tesis, libros, artículos, etc.,sobre la participación política de las mujeres en la gestión local y laincorporación del enfoque de género.UN-Instraw. República Dominicana, 2006.

Del dicho al hecho. Manual de buenas prácticas para la participaciónde mujeres en los partidos políticos latinoamericanosDa cuenta de experiencias positivas orientadas a propiciar una mayor ymejor inclusión de las mujeres en las estructuras de los partidos de 18países de la región.Idea Internacional. Perú, 2008.

Otras publicaciones

Género en las políticas públicas locales y presupuestosparticipativos. Red-Perú. Fovida, Calandria, Centro Ideas, Centro FloraTristán, Tierra Nueva. Lima, 2007 (cd)

La política por dentro. Cambios y continuidades en las organizacionespolíticas de los países andinos. Serie Ágora democrática. IdeaInternacional, Transparencia. Lima 2007.

Con las mujeres sí se gana. Avances en la participación política delas mujeres en el Perú. Serie Ágora democrática. Idea Internacional,Transparencia. Lima 2007 (cd).

Disculpe las molestias. Mujeres resistiendo. Cuadernos feministas.año 9, número 28. México.

Biblioteca Flora TristánParque Hernán Velarde N° 42, Santa Beatriz, Lima.Atención de lunes a viernes de 1 a 5 p.m.