8
Especial Día de Punto Fijo Punto Fijo- Coro, viernes 27 de febrero de 2009

Especial Día de Punto Fijo Viernes 27-02-2009

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Especial Día de Punto Fijo Viernes 27-02-2009

Citation preview

Page 1: Especial Día de Punto Fijo Viernes 27-02-2009

Especial Día de Punto FijoPunto Fijo- Coro, viernes 27 de febrero de 2009

Page 2: Especial Día de Punto Fijo Viernes 27-02-2009

José Vicente Rojas / Texto y fotos

Un pionero de la arquitectura que lle-gó y vio la necesidad de darle al “caserío más grande del mundo” un perfil urbano, cree que el nativo ha comenzado a perder su hospitalidad, amabilidad, y se está tor-nando más desconfiado ante el desarrollo económico que experimenta y la inseguri-dad que se vive hoy en el Punto Fijo de la Zona Libre.

Eduardo José Mora es arquitecto na-cido en la población de Toledo, norte de Santander, Colombia. graduado en la Uni-versidad Corporación Piloto de Bogotá en 1976, emigró a Venezuela en 1977, mo-tivado por compañeros de la universidad que le hablaron de las oportunidades de trabajo.

Aunque llegó inicialmente al oriente del país, un contrato con la entonces Maraven, lo trajo a Para-guaná para desarrollar un proyecto urbanístico en la Comunidad Car-dón. La urbanización Fedepetrol es una de sus primeras obras en Punto Fijo.

Impactado por el caos urbanoRecuerda que lo impactó el caos

urbanístico de la insipiente ciudad, que pocos años atrás había dejado de ser caserío para ser un pueblo grande, con más habitantes que la capital del

mismo estado Falcón.Era un gran desorden con todo tipo de

casas, ranchos y pocos edificios. No había aceras y las calles prácticamente pasaban por la sala de las casas y eso le impactó. Pocas avenidas y calles que aún siguen inundándose con cualquier lluvia.

Ni en la universidad había estudiado un fenómeno urbano semejante al de la “ciu-dad de los mil bares”. El transporte urbano eran los carritos por puesto, cuyos choferes les gritaban la ruta a los pasajeros parados en las aceras. Recuerda que ya había una incipiente actividad comercial, sin la que no habría sido posible el desarrollo actual.

Contrastaba el desorden del casco ur-bano con la armonía urbanística que se vi-vía en los campos petroleros de Judibana y Campo Maraven, los cuales habían sido planificados por las transnacionales.

Atrapado por la amabilidad La amabilidad, espontaneidad y hos-

pitalidad del paraguanero, hicieron que le tomara amor por la tierra a la

que llegó para t ra-

bajar. “Todas las personas eran muy sen-cillas y bien intencionadas, confiaban en la buena fe de los que llegaban”, acota el arquitecto.

Se respiraba mucha tranquilidad, se podía caminar confiadamente y a toda hora por la calles del centro, o co-mercio, como se le llamaba para en-tonces. H a b í a m u c h o t r a b a j o en la pe-trolera ya que la Flúor C a r i b e a n realizaba la ampliación de la Refinería de Amuay.

El sentir-se puntofijense adoptado, desper-tó en él la inquie-tud de darle al con-glomerado un perfil de ciudad, la idea era compartida por otros pocos arquitectos que ya se encontraban en la zona.

Resalta Mora que eran tiempos previos al “Vier-nes Negro” y había movi-miento de dinero e inversio-nes, era la oportunidad de crear el perfil de ciudad a Punto Fijo.

Así fue como diseñó los edificios que caracterizan la época de los años

ochenta, cuando comenzó a hablarse de la ciudad

metropolitana que crece

expo-

nencialmente hoy. Sólo el edificio Cantv despuntaba en el cielo de Punto Fijo. Pero en la mesa de diseño de Eduardo Mora se concibieron edificios como el de Meca-venca, San José y González Hermanos, los tres en Caja de Agua.

El Vessada y Luigy en la hoy avenida Raúl Leoni, antes Vía Aeropuerto. En el casco central destacan el Centro Comercial Cari-be, Edificio Los Olivares, el Se-minario Menor de la Sagrada Familia en Santa Irene, la culminación del edificio Belmeni y la torre de a m p l i a -ción del Hotel Vi-lla Real, q u e junto a

otros edi-f i c i o s son em-blemá-t i c o s

del Punto Fijo del siglo XX.

Hoy hay mucho más por hacer y se está comenzando a construir la ciudad turística y comercial del Caribe, pero en opinión del “paraguachero” Mora, se deben imple-mentar campañas educativas para que los puntofijenses sean amables con propios y visitantes. Por algo ya casi nadie resalta el calificativo de “Península de la Amistad”. Hay que rescatar la amabilidad de los habi-tantes de Punto Fijo, antes que se termine de perder esa virtud que los sigue caracte-

rizando.

Especial Día de Punto Fijo

Eduardo José Mora, arquitecto que ayudó a crear el perfil urbano de la ciudad del viento

En 1977 le impactó el caos de la ciudad y

comenzó a proyectar el nuevo perfil urba-

no de Punto Fijo

Proyectó edificios que perfilaron la creciente urbe

2

Eduardo Mora:

Punto Fijo- Coro, viernes 27 de febrero de 2009

Especial Día de Punto Fijo

Coordinación:Unidad de Investigación/Laura Arismendi

Diseño y Diagramación/Rubmilia BritoAbner Romero

ColaboraciónMuseo de Antigüedades de Punto Fijo

Page 3: Especial Día de Punto Fijo Viernes 27-02-2009

José Vicente Rojas / Texto y fotos

La ciudad del viento tiene bien ga-nado el calificativo de “portón universal”, ella que en su corta historia ha recibido con los brazos abier-tos a gente venida de todas partes, muchos emigraron desde otros pueblos venezolanos y otro grueso llegó des-de países del resto de América, Asia, Europa y hasta de África.

Desde la isla de Madeira, en el atlántico portu-gués, llegó Mar-celino Goncalves, quien a primera vista se enamoró de Pun-to Fijo y la tranquilidad de la ciudad. Se quedó para echar raíces, crecer y ofrecer desde hace más de 28 años las exquisi-teces del lugar favorito por propios y visitantes, la arepera y restaurante “La Marina”.

Marcelino dice con orgullo que fueron los primeros en lanzar al mercado gastronómico la novedad de las arepas de mariscos, que causa-ron gran impacto en la época de los setenta y hoy son referencia del Punto Fijo turístico.

El propietario de “La Marina” y sus socios re-ciben miles de turistas que buscan la esquina de la calle Páez con avenida Bolívar para comer las exquisiteces creadas tras la fusión de la tradicio-nal cocina madeirense con la típica arepa vene-zolana.

En una ciudad muy tranquila M a r -

c e l i n o Goncalves nació en San Jorge, sus primeras refe-rencias sobre Venezuela las conoció de su padre, quien emigró de Portu-gal en la época de la dic-tadura en 1946. Su padre fue de los primeros in-migrantes ibéricos que se vio forzado a dejar su familia, y trabajar para mantenerla al otro lado del Atlántico.

Entonces se hablaba muy bien de Venezuela y por ello viajó en 1977 para encontrarse con un hermano. Trabajó la agricultura en San An-tonio de los Altos, en el estado Miranda, luego en un restaurante de La Victoria y otro en Cha-rallave.

Lo invitaron a cono-cer Punto Fijo en 1982, donde vivían otros fami-liares. Como si se tratara de amor a primera vista se quedó de una vez, en-cantado por l a

tranquilidad y prosperidad que visuali-zaba desde entonces.

Acota Marcelino que hasta vendió el local de Charallave para invertir en “La Marina”.

Para entonces era un pequeño local, donde la gente comía de pie, en la acera. Por la tranquilidad y seguridad de la peque-ña ciudad de entonces, fueron pioneros en traba-jar las 24 horas y los pri-meros en ofrecer arepas rellenas de mariscos.

Una pequeña y pujante ciudadLa arepera abrió sus

puertas en tiempos de mucha abundancia en Punto Fijo. Para enton-ces había gente de to-dos lados que venían a trabajar en la Flúor, que ejecutaba el “Proyecto Mpra”, en la Refinería de Amuay. Abundaban los bares y por consiguiente

los clientes,

que al cul-minar sus r u m b a s llegaban a comer en “La Mari-na”.

D i c e Marcelino que había poca com-petencia, ya que sólo esta-ban las arepe-ras Mundial, Miss Aruba, El Chicote y Vitelsan, pero ninguna permanecía abierta las 24 horas.

Desde el rincón de la calle Páez han sido tes-tigos del crecimiento de Punto Fijo. Antes había pocos comercios que por el decreto de la Zona Li-bre se han multiplicado en los últimos 10 años.

“Hasta ahora hemos podido hacer tres amplia-ciones para poder atender mejor a los turistas que

nos llegan

todos los días”, dice Goncalves, pero es opti-mista y sabe que seguirá creciendo su negocio.

Cree que a pesar del incremento de la inse-guridad, la ciudad sigue siendo segura, ya que en los casi 30 años de traba-jo, sólo los asaltaron una vez, y a los delincuentes los atraparon a las pocas horas, eran unos malan-dros de Caracas.

Extraña la ciudad tranquila Si hay

algo que extrañar del Punto Fijo de antes es la tranquilidad, ya que con el crecimiento se ve que la gente anda agitada y prevenida para que no los roben. Pero asegura el comerciante que Pun-to Fijo sigue siendo una de las ciudades más se-guras de Venezuela, si se compara con otras como Caracas, Maracaibo y Valencia.

Hay poco que extra-ñar del pequeño pobla-do al que llegaron tantos inmigrantes como Mar-celino, antes no había ningún parque y ahora está el Metropolitano. Asimismo en lo cultural se cuenta con el Ateneo y cada día se constru-yen más canchas para

el deporte. Antes las calles eran casi todas de tierra y ahora hay muchas avenidas y autopistas. No había centros comerciales, en la actualidad hay varios y se constru-yen unos más gran-des. Los hoteles eran muy pocos y hoy son muchos los que atienden a

los visitantes.Algo que si

extrañan todos, comentó entre risas, es lo ba-

rato de los precios del pasado. Las arepas full equipo y las de mariscos costaban entre 2,50 y 3 bolívares, el café peque-ño valía un real y un bo-lívar el grande.

Como si se tratara de un puntofijense más, Marcelino Goncalves es optimista sobre el futuro de la ciudad del viento, que se desarrolla y crece cada día más.

Marcelino Goncalves:

Marcelino Goncalves se enamoró de Punto

Fijo a primera vista

Punto Fijo sigue siendo segura, aunque no tan tranquila como antes

Esperan que el negocio siga creciendo en la mis-

ma medida que se desarrolla el turismo Pioneros gastronómicos y referencia de Punto Fijo

Muchos turistas buscan la arepera “La Marina”

para degustar las arepas de mariscos

Especial Día de Punto Fijo3

Punto Fijo- Coro, viernes 27 de febrero de 2009

Page 4: Especial Día de Punto Fijo Viernes 27-02-2009

Especial Día de Punto Fijo4

Punto Fijo- Coro, viernes 27 de febrero de 2009

Vicar GuzmánFotos/ Miguel Gómez

Transcurría el año 1960 cuando Pe-dro Manuel Marval Marcano pisó Punto Fijo. Había culminado el 6to grado en

Margarita, estado Nueva Esparta, y se vino a esta tierra a cursar 1er año de ba-chillerato en el liceo Mariano de Tala-vera.

Llegó en avión al Aeropuerto Las Piedras, ubicado en aquel entonces en

lo que hoy se conoce como el sector Antiguo Aeropuerto.

Relató Pedro que sólo duró ocho meses en el liceo, no aguantó los intensos re-gaños de sus profesores, especialmente del profesor Galea, a quien recuerda como un severo, pero ex-celente educador.

Inmediatamente co-menzó a trabajar en la “Tamborera”, y así fueron transcurriendo sus años en diversas empresas. Vivió por mucho tiempo en una

casa situada en la calle Garcés del casco central de Punto Fijo, pro-piedad de Leonardo Castillo, hombre que poseía numerosas viviendas en la localidad.

Cuenta que la cordialidad de la gente y la tranquilidad del pueblo fueron las razones que lo llevaron a decidir hacer su vida en esta tierra. Se casó con una paraguanera con quien procreó cinco hijos.

Recuerda de aquella época el Pasaje Zeiter, centro comercial que se sostiene en el tiempo. Con

picardía habló de los bares,

“aquí habían muchos bares, eran como 10 en una cuadra, visité muchos, sobre todo uno que se llamaba Bar 51, ahí nos reuníamos a jugar dominó, caballo y a beber”.

Don Pedro se mudó a Banco Obrero, sector que tiene más de 40 años de crea-do. Cuenta que en el terreno donde ahora está el estadio Eduardo “Tata” Amaya, estuvo por muchos años el primer hi-pódromo de Punto Fijo, ahí veía las ca-rreras de caballo. También recordó con añoranza el estadio Mene Grande, lugar

donde jugaba pelota.

Con casi 50 años en Punto Fijo, el señor Pedro recuerda con nostalgia a la ciudad de ayer, pueblo tranquilo y sano. Actualmente observa cómo crece acele-radamente en lo urbanístico, en el turis-mo y en servicios.

Piensa que a futuro será una gran ciudad, sin embargo no deja de recordar la mejor época de su vida, la vivida en el Punto Fijo del ayer.

Don Pedro recuerda con nostalgia el

Punto Fijo tranquilo y sano del ayer

Don Pedro, enamorado de Punto Fijo

Visitaba muchos bares con sus amigos

Olga Díaz

Neida OlivaresFotos / Claudio García

Al hablar de Punto Fijo, antes como distrito y ahora como municipio, no es justo olvidar a los protagonistas que con-tribuyeron de una u otra forma a la for-mación educativa de sus habitantes.

Olga Díaz de Díaz, integra la lista de las personalidades

que formaron a más de un paraguanero en la primera escuela del “caserío más grande del mundo”.

Nacida en Los Taques, graduada de normalista a los 17 años, inició su carre-ra de enseñanza en la primera escuela de Punto Fijo. Diariamente iba y venía a pie, “pero me sentía orgullosa de servir a los

demás”, enfatiza doña Olga.A pesar de que en esa época

el único requisito para ser maes-tra era tener educación primaria, ella no se conformó con el grado de normalista, y continuó estu-dios en lo que se llamó instituto de capacitación y mejoramien-to profesional del magisterio, hoy conocido como Univer-sidad Pedagógica Libertador (UPEL).

Doña Olga procreó cuatro hijos, dos varones y dos hem-bras, quienes le han propor-cionado la dicha de ser abue-la de 12 nietos y bisabuela de

seis.A sus casi 92 años, rememo-

ra con orgullo que para realizar sus estudios de mejoramiento docente, se trasladaba en su vehículo hasta la ciudad de Coro, acompañada de otras cuatro compañeras de trabajo y estudio.

Menciona que fueron tiempos duros, porque iban y regresaban el mismo día, pero la satisfacción del logro era más sig-nificativo para ellas que el sacrificio que debían hacer.

Refiere que de la enseñanza de esos tiempos añora el respeto y la obediencia, en la que eran formados los muchachos de entonces, “cuando me encuentro con alguno de ellos, que ya son hombres vie-jos, me contento mucho al verlos, y al pa-sar por el sitio de la escuela, recuerdo los inicios de Punto Fijo”.

Dice que fueron tantos sus estudian-tes, que hoy su mente recuerda a duras

penas a Roberto Velazco, Olinto Quevedo –alumno excelente- cuando los niños tenían respeto, cierta enseñanza hogareña y cultura natural, menciona con nostalgia doña Olga.

Recomiendo a los padres de hoy que sean más responsables, que trasmitan buenas costumbres, valores religiosos, los eduquen con una dosis mayor de res-pecto aunada al cariño, porque no es con castigo, sino con mucho amor como se consiguen personas de bien.

Doña Olga Díaz de Díaz, primera maestra de Pun-

to Fijo

Fachada de la primera escuela del caserío más

grande del mundo

Page 5: Especial Día de Punto Fijo Viernes 27-02-2009

Vicar GuzmánFotos/ Miguel Gómez

Una fuerte discusión con su suegra la empujó junto a su esposo y pequeña hija, en aquel entonces, al pueblo de Punto Fijo.

Rosa de Colmenares llena de recuerdos, relató con entu-siasmo que jamás imaginó que un via-je de disfrute se con-vertiría en 29 años de amor, entre-ga, esfuerzo y trabajo a esta tierra.

A los 16 años partió en compañía de su esposo e hija des-de la ciudad de San Cristóbal. Para ese entonces todo le era desconocido, nunca había visitado Punto Fijo.

Con brillo en los ojos cuenta que esta ciu-dad tiene algo que atrapa a la gente, “llegamos con dos cajas de artesanía para vender por unos días, y nos quedamos para toda la vida, es algo inexplicable, esta tierra nos atrapó”.

Junto a su esposo comenzó a vender artesanía de varios esta-dos a las afuera del supermercado CADA, en Judibana, ahora tiene su propia tienda en la casa donde resi-de, lugar que ha acondicionado para atender a propios y turistas.

La familia de Rosa continúo creciendo, tiene tres hijos y un esposo incondicional con quien comparte el trabajo y la responsa- bili-dad de una familia.

Asombrada aún, manifestó que lo que más le sorprendió cuando llegó a Punto

Fijo fue la cantidad de ba-

res que h a b í a

en una misma calle. “Era impresio-

nante, eran como 18 por calle; los hombres se la pasaban en esos luga-

res, mi esposo a veces se me perdía”.Por más de 20 años vivió alquilada.

Primero residió en la población de Santa Ana, lugar que definió como un caserío con poca gente, en aquel momento.

Después de un año se mudaron a Jaya-na, de ese sitio recuerda una historia que

nunca olvidará. Un día esta-ba lavando en el patio de la casa, cuando de repen-te vio una sombra, ¡era un

espanto! Como algo muy folklórico de campo, la es-pantaron. En ese momento no

dudó en mudarse.La última vivienda, que ad-

quiere luego de tantos años, está ubicada en la calle Sucre, entre

Colombia y Bolívar, en pleno cas-co central. Allí acondicionó un área

donde exhibe la artesanía para la venta, ahora convertida también en el

Centro de Información Turístico y Ar-tesanal “Nuestros Hijos”.

Con su rostro rozagante, Rosa consi-dera que Punto Fijo ya no es el mismo de antes, el pueblo tranquilo que le abrió las

puertas para la superación de

ella y su familia, ahora es una ciudad que cada día se desarro-

lla con una avasallante Zona Libre y u n gran aumento urbanísti-co.

Especial Día de Punto Fijo5

Punto Fijo- Coro, viernes 27 de febrero de 2009

Rosa de Colmenares manifestó haber tomado la mejor decisión de

su vida, quedarse en Punto Fijo Hoy el Pasaje Zeiter alberga innumerables peque-

ños comercios

El Pasaje Zeiter en sus inicios

Rosa de Colmenares:

Page 6: Especial Día de Punto Fijo Viernes 27-02-2009

Especial Día de Punto Fijo6

Punto Fijo- Coro, viernes 27 de febrero de 2009

Neida OlivaresFoto / Claudio García

Daniel García, decimista del sector La Trinidad,

m u -

nicipio Carirubana desde el año 1943, a sus 71 años ha sido tes-tigo de mucha historia por contar acerca de Punto Fijo, otrora case-río más grande del mundo, y ahora capital económica del estado Fal-

cón.Conoció a Pun-

to Fijo cuan-do li-teral-

mente era un

case r ío , cada una

de las casas

tenían su corralito de chivos, ma-rranos y algunos tenían ganado vacuno.

Estaba cir-cunscrito a unos pedacitos de ca-lle, como eran la Rafael González, la Sucre y una pe-queña parte de la Comercio.

Cuenta que se cocinaba con leña que se traía del cam-

po, desde don-de también

venían a v e n d e r

la carne, huevos, ga-

llinas y mu-chos otros pro-

ductos que traían Luis Atacho,

Maxiniano Velazco, Quintín García, Florencio López,

entre otros.“Añoro de esa época la tran-

quilidad, porque se acostumbraba sentarse a las puertas de la casa, a conversar con los vecinos a la caí-da de la tarde, era algo placentero intercambiar las tareas cotidianas, todos nos conocíamos”.

“El otro aspecto que añoro con pasión –comentó- es la seguri-dad que gozábamos,

p o d í a s dormir con las venta-

nas y la puerta abierta y no pasaba nada, no había ladrones ni miro-nes indiscretos”.

“Otra cosa era el fiao, a razón de que todos nos conocíamos se daban el Lujo de darnos mercan-cía que pagábamos después”.

Aunque García está claro que volver al pasado es imposible, porque Punto Fijo ha crecido de-masiado, cree que el puntofijense no debe cambiar su forma de ser.

Apuntó que el crecimiento de la ciudad se ha criticado por la anarquía que reina, incluso el colapso de los servicios públicos que considera ser producto de una falta de pla-nificación, “muchos creyeron

que siempre iba a ser pequeño”.

Añora los per-sonajes populares como Felipe Me-dina, nativo de El Cardón, “lo llamá-bamos ‘Lipe’, fue aquel que por las tardes le daba por dirigir el tránsito en la esquina de la calle Ecuador con Comer-cio”.

También Bernardo Garcés, “Pataruco”, el personal más anecdó-tico de Punto Fijo, fue detenido varias veces por boca sucia, ebrio y escandaloso, hasta lo tu-vieron que sacar en dos oportunidades, lo envia-ron a Morón y Pueblo Nuevo, pero siempre re-gresaba. “Fue el perso-naje más popular que ha

habido aquí”.

Daniel García: “Añoro la tranquilidad y la seguridad

de esa época”

La avenida Colombia en los tiempos de caserío

Daniel García:

El popular personaje “Pataruco”

forma parte de los recuerdos

Page 7: Especial Día de Punto Fijo Viernes 27-02-2009

Heberto León B.Fotos/ Anavid Quevedo

En el pasado Punto Fijo tuvo eventos depor-tivos emble-máticos que aún perduran intactos en la memoria del paraguanero, los juegos Shell, los torneos de béisbol mayor Martiniano Zavala o las prime-ras Copa Génesis.

Pero una activi-dad que se proyec-taba con gran magni-tud era el Maratón de Punto Fijo, una carre-ra cuya perspectiva a futuro apuntaba a que la ciudad del viento sería referencia na-cional para los me-jores corredores del país que viniesen a desafiar la brisa y ser campeones en suelo caquetío.

“Yo no exagero, pero estuvimos a punto de que esa prueba fuese tan importante como el Maratón de San Sebastián o el Maratón de Maracai-bo”, rememora el nervio motor de la competencia de fondo más relevante que se ha corrido en pavimento puntofijense, Leonel Salas.

Salas era para ese entonces un atleta de esa especialidad pero reti-rado, que buscaba con el Maratón de Punto Fijo trabajar en pro de la prueba y, además, realzar más el deporte de pista y campo en Falcón.

El I Maratón de Punto Fijo se corrió en 1987 y los dos siguientes años sucesivos las ediciones fue-ron una mejor que otra. “En el tercer maratón

vino para acá Armando Azo-car, para esa

época el mara-tonista del momento en

Venezuela, y claro, ganó sobrado”, re-cuerda el dirigente, quien aclaró que la distancia siempre fue 12 kilómetros y no los 42 que se esti-pula en esta prueba. “Era una carrera más pedestre, pues lo que buscábamos era institucionalizarla a nivel nacional”.

Muchas características significativas tuvo esta justa de campo, en ella corrió un invidente, César Velazco (guiado por el luchador y sambista Alber-to Lugo), tomó parte la selección de discapacitados de Venezuela como preparación para un Surame-

ricano en México y la disputaron persona-lidades del actual acontecer deportivo del estado como Yamil Ramones (expresidente de Fundefal), Luis Lugo (de la dinastía se-rrana), entre otros.

Sin embargo sólo las tres primeras con-tiendas brillaron en organización, en los años siguientes faltó entusiasmo, voluntad de la di-rigencia deportiva de turno, y el Maratón de

Punto Fijo se esfumó en el tiempo, perdiendo el gran empuje que le habían dado Carmen de Labino, Alejandro Weffer, el Consejo de Cari-rubana, Carlos Centeno, el personal técnico de Maraven, la Asociación Falconiana de Atletis-mo, la Escuela Jigoro Kano, Guillermo Arrioja (periodista de Meridiano) y Guzmán Antonio Macho.

Leonel Salas recuerda la vistosidad del clásico maratón,

quiere que vuelvan esos tiempos

Esta gráfica rememora un anuncio del extinto diario vespertino Eco

Los discapacitados causaron gran impresión

Ni siquiera el maratón era una competición fa-miliar para el Punto Fijo deportivo de esa época. Por ello cuando la ciudadanía vio la participa-ción de algunos atletas discapacitados, corre-dores en sillas de ruedas y en muletas, otros que habían venido a prepararse para una con-tienda en México, sintió gran asombro. “Eso fue una nota muy jocosa de este clásico puntofi-jense, pues más de uno creyó que estos com-petidores eran unos prófugos del hospital (se ríe de las ocurrencias del paraguanero), es que hasta tenían basamento, pues detrás de estos corredores venía la ambulancia resguardándo-los y más atrás la patrulla de la policía”, contó Leonel.

Cuadro general del último maratón

Campeón absoluto: Armando Azocar

Libre masculino1er. lugar: Luis Lugo2do. lugar: Diego Hernández3er. lugar: Sergio Ortiz4to. lugar: Jesús Romero

Otros que figuraron: Yamil Ramones, Ángel García, Noemí Lugo, Ecnivis Aguillón, Alida Bloquet, José Blanco, María de Riera.

Libre femenino1er. lugar: Norvelis Rodríguez 2do. lugar: Lisbeth García3er. lugar: Grisli Fonseca

Submaster1er. lugar: José Faría2do. lugar: Fernando Espejo3er. lugar: Leoni Alvarado

Especial Día de Punto Fijo7

Punto Fijo- Coro, viernes 27 de febrero de 2009

Page 8: Especial Día de Punto Fijo Viernes 27-02-2009