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LA ILEGALIDAD COLONIALISTA DE ISRAEL SÁBADO 2 de agosto de 2014 / Año 2 / N° 75 AFP Nelson Mandela luchó contra el racismo del Apartheid. Yaser Arafat luchó contra racismo sionista.

Especial Internacional 02-08-14

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LA ILEGALIDAD COLONIALISTA DE ISRAEL

SÁBADO 2 de agosto de 2014 / Año 2 / N° 75

AFP

Nelson Mandela luchó contra el racismo del Apartheid. Yaser Arafat luchó contra racismo sionista.

La ilegalidad colonialista de Israel

IntroducciónEl año 2009 y como reacción a crímenes de guerra cometidos por Israel en la franja

de Gaza, que no alcanzaron el sal-vajismo y la barbarie del actual ac-cionar israelí en este lugar, el presi-dente Evo Morales rompe relaciones con Israel. El hecho fue seguido por el entonces presidente bolivariano, Hugo Chávez.

En la situación actual se puede afirmar que América Latina está unida en su condena al salvajismo que aplica las últimas tecnologías no sólo en asesinatos colectivos contra civiles: ancianos, hombres, mujeres y niños, sino la aplica en la destruc-ción de viviendas, escuelas, hospita-les y toda infraestructura necesaria para la vida de los humanos.

No obstante hay matices. La de-claración conjunta de la Cumbre del Mercosur tuvo la reticencia de la parte paraguaya. En el otro polo, de nuevo Bolivia y Venezuela, se desta-caron en la claridad de sus posturas tanto en su condena a los crímenes de Tel Aviv como en su plena y hu-mana solidaridad con el pueblo pa-lestino y su derecho a vivir libre y soberanamente en su suelo patrio.

En medio de estos dos polos opuestos llamaron la atención cier-tas expresiones de disculpas por condenar a Israel realzando los valo-

Redacción internacional

2 2 de agostode 2014 32 de agosto

de 2014

EL DERECHO PALESTINO AL RETORNO A SU PATRIA 1948

USO DE LA FUERZA NO LEGALIZA ADQUICISIÓN TERRITORIAL

EL ANTISEMITISMO

PARTICIÓN DE PALESTINA 1947

DECLARACIÓN BALFOUR 1917

La resolución 194 fue adoptada el 11 de diciembre de 1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. La Asamblea decidió, como consecuencia de la expulsión forzada de centenares de miles de palestinos: “Que hay lugar para permitir a los refugiados que lo deseen regresar a sus hogares lo más pronto posible y vivir en paz con sus vecinos, y que se deben pagar indemni-zaciones a título de compensación por los bienes de aquellos que decidan no regresar a sus hogares y por todos los bienes que hayan sido perdidos o da-ñados, en virtud de los principios del derecho internacional”.Al año siguiente, las Naciones Unidas, al aceptar a Israel como miembro de la misma, lo condicionó a la aplicación de parte de Israel a esta resolución. A los 65 años desde entonces, está resolución sigue sin conseguir su aplicación y ninguna instancia internacional lo reclama.

Resolución 242, adoptada por unanimidad en el Consejo de Seguridad el 22 de noviembre de 1967, seis meses después de la guerra de 1967. La resolución “exige la instauración de una paz justa y perdurable en Oriente Medio, que pasa por la re-tirada del ejército israelí de los territorios ocupados durante el reciente conflicto (franja de Gaza y Cis-jordania, Península del Sinaí y las Alturas del Golán) y el “respeto y reconocimiento de la soberanía y la integridad territorial y la independencia política de cada Estado de la región, y su derecho a vivir en

El significado literal del término es estar contra los se-mitas, esto incluye a los árabes, pero el uso y aplicación europea de esta actitud terminó limitándolo a los judíos, ignorando su pertenencia a varios pueblos. Para entender este último basta consultar el libro esta-dístico anual del Gobierno de Israel. Según estas esta-dísticas, la población israelí procede de casi un centenar de países hablando (aparte del recién creado idioma he-breo) otro centenar de idiomas. Para profundizar en el análisis, cabe señalar que hoy en día un inmigrante con una residencia de cinco años en el país de acogida obtiene (en la generalidad de los casos) el derecho de convertirse en un nacional La presencia de judíos en Europa es anterior incluso al imperio romano. Es decir que después de siglos de per-

manencia en cualquiera de los países europeos los con-vierte en un ciudadano más que se diferencia sólo por su fe religiosa. Si se hubiese aplicado este criterio, el antise-mitismo no habría existido. Era necesario diferenciarlos de modo más radical, se tenía que darles la categoría de etnia, de raza, incluso ‘maldita’ para discriminarlos y de hecho se les discriminó durante siglos, donde el etno-centrismo europeo brilló por su crueldad.El auge y maduración del proceso colonial en la segun-da mitad del siglo XIX produjo las condiciones del sur-gimiento del sionismo como movimiento colonial que reclama una tierra a colonizar en coincidencia y alianza con las políticas antisemitas de las potencias coloniales del viejo continente. Después de barajar varios lugares en varios continentes se decide por Palestina

La resolución 181 de la Asamblea General de Naciones Unidas, votada el 29 de noviembre de 1947, recomien-da la partición de Palestina en un Estado judío, un Estado árabe y una zona bajo régimen internacional particular. 14.000 km², con 558.000 judíos y 405.000 árabes para el Estado judío, 11.500 km², con 804.000 árabes y 10.000 judíos para el Estado árabe, 106.000 árabes y 100.000 judíos para la zona bajo control in-ternacional que comprende los santos lugares Jeru-salén y Belén. Fue aprobada por 33 votos (incluidos Estados Unidos y la URSS), frente a 13 votos en contra y 10 abstenciones.Aquí se tiene que señalar que la resolución no es tal, sino una recomendación de parte de la Asamblea General, que sus decisiones en sí no son vinculantes como las del Consejo de Seguridad. El otro aspecto se refiere a las reiteradas votaciones realizadas mientras EEUU ejercía enormes presiones a varios gobiernos hasta lograr los suficientes votos positivos. Finalmente, habrá que resaltar el carácter de migra-ción reciente de la población sionista minoritaria re-flejada en la desequilibrada distribución de tierras y población en este reparto.

Es la declaración por la cual el Gobierno de Londres promete al millonario Rouchild, cabeza visible del sio-nismo, la creación de Israel en Palestina. Lloyd George presidía el gabinete y Arthur Balfour, ministro del Ex-terior, fue el autor de la promesa. Ambos eran antisemitas. En la primera década de este siglo legislaron varias medidas tendientes a res-tringir la entrada de judíos en Inglaterra con el agra-vante de que gran parte de estos inmigrantes escapa-ban de las matanzas antisemitas en Europa oriental y la Rusia zarista.Ambos eran racistas con marcada participación en la constitución de los regímenes segregacionistas de Rhodesia y Sudáfrica. Cuando se realiza la declaración, Londres no tenía ningún título sobre Palestina. Es decir que desde la perspectiva del derecho colonial vigente entonces, Inglaterra no tenía ningún soldado presente en terri-torio palestino y no podía prometer lo que no tenía en posesión. La entrada del ejército británico es posterior. Se im-planta el Gobierno Mandatario inglés sobre Palestina con el fin de crear las condiciones para la…

El crecimiento de la colonización sionista de las tierras palestinas desde el siglo XIX hasta el momento actual.

Los 33 países en color verde votaron a favor de la creación de Israel, los de color rojo votaron en contra (esto incluye a Cuba). Los de color amarillo se abstuvieron. Los de color gris no eran miembros de las Naciones Unidas.

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res del ‘pueblo judío’ al bagaje de la humanidad.

Lo que se cuestiona aquí es el con-cepto colonialista y antisemita euro-peo de ‘pueblo judío’. Si el término es figurativo, parecido al término de ‘pueblo cristiano’ o musulmán o bu-dista, se puede entender en el senti-do de que sabemos que los creyentes de una fe pertenecen a varias nacio-nes o pueblos. Pero lamentablemen-te en este caso se entiende que los creyentes en la fe judaica confor-man, coincidiendo con el concepto nazi, un pueblo, además diferencia-do de los demás.

Para entender lo anterior se pue-de tomar el caso Calos Marx. Su enorme aportación al conocimien-to de la realidad humana, sus pro-blemáticas y contradicciones, ¿se la puede entender como aportación judía como reclaman los nazis en contra de la conspiración judía bol-chevique o judía masónica? ¿O es simplemente la producción cientí-fica de un alemán de religión judía producto de su sociedad y sus cir-cunstancias materiales. El caso de León Trotsky no es diferente, tam-poco el caso de Sigmund Freud y otros tantos. En cada caso se trata de científicos de gran talla, produc-to de un contexto socioeconómico concreto, donde la fe que tengan, si tiene algo que ver, será dentro de un margen bien pequeño en compara-

ción con el contexto material en el que se desenvuelven.

De todos modos cabe señalar que dentro el contexto de cinco siglos de dominio colonial europeo de nues-tro continente no debe de extrañar-nos esta confusión que nos la trajo la cultura colonial. Se ha avanzado en el proceso libertario, pero aún queda un largo trecho por recorrer.

Para entender este complejo pro-ceso del conocimiento se puede se-ñalar que tanto en Europa como en EEUU son múltiples los centros aca-démicos dedicados al estudio de Áfri-ca, América Latina y Asia con una enorme producción de herramientas para los centros de decisión y de po-der. En cambio en nuestro continen-te, estos estudios en algunos países están en báñales y en otros ni siquie-ra existen. Dicho de otro modo nues-tros conocimientos sobre las otras partes de nuestro Sur, proceden de fuentes colonialistas.

En este suplemento se pretende arrojar cierta luz que desmitifique esta herencia colonialista de modo que nos aproxima al conocimiento de la realidad y así poder entender el complejo proceso colonial euro-peo que produjo la creación de Is-rael en tierras palestinas y de este modo esta solidaridad a flor de piel que se siente con Palestina adquiera el conocimiento materialista que la solidifique.

paz en el interior de fronteras reconocidas y segu-ras, al abrigo de amenazas y actos de fuerza”. Aquí ya estamos, supuestamente dentro la vigen-cia del Derecho Internacional que, a diferencia del Derecho Colonial, no admite la adquisición de tierra por medio del uso de la fuerza, más bien la prohíbe y la considera ilegal.En este caso, la resolución es adoptada por unani-midad por el Consejo de Seguridad y por lo tanto es vinculante. Ya entrados en el siglo XXI, la resolución sigue sin aplicación en el caso de las tierras palesti-nas y sirias ocupadas.Tampoco lo está la Resolución 338 adoptada por el Consejo de Seguridad durante la guerra octu-bre de 1973, la resolución confirma la validez de la resolución 242.

La ilegalidad colonialista de Israel

IntroducciónEl año 2009 y como reacción a crímenes de guerra cometidos por Israel en la franja

de Gaza, que no alcanzaron el sal-vajismo y la barbarie del actual ac-cionar israelí en este lugar, el presi-dente Evo Morales rompe relaciones con Israel. El hecho fue seguido por el entonces presidente bolivariano, Hugo Chávez.

En la situación actual se puede afirmar que América Latina está unida en su condena al salvajismo que aplica las últimas tecnologías no sólo en asesinatos colectivos contra civiles: ancianos, hombres, mujeres y niños, sino la aplica en la destruc-ción de viviendas, escuelas, hospita-les y toda infraestructura necesaria para la vida de los humanos.

No obstante hay matices. La de-claración conjunta de la Cumbre del Mercosur tuvo la reticencia de la parte paraguaya. En el otro polo, de nuevo Bolivia y Venezuela, se desta-caron en la claridad de sus posturas tanto en su condena a los crímenes de Tel Aviv como en su plena y hu-mana solidaridad con el pueblo pa-lestino y su derecho a vivir libre y soberanamente en su suelo patrio.

En medio de estos dos polos opuestos llamaron la atención cier-tas expresiones de disculpas por condenar a Israel realzando los valo-

Redacción internacional

2 2 de agostode 2014 32 de agosto

de 2014

EL DERECHO PALESTINO AL RETORNO A SU PATRIA 1948

USO DE LA FUERZA NO LEGALIZA ADQUICISIÓN TERRITORIAL

EL ANTISEMITISMO

PARTICIÓN DE PALESTINA 1947

DECLARACIÓN BALFOUR 1917

La resolución 194 fue adoptada el 11 de diciembre de 1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. La Asamblea decidió, como consecuencia de la expulsión forzada de centenares de miles de palestinos: “Que hay lugar para permitir a los refugiados que lo deseen regresar a sus hogares lo más pronto posible y vivir en paz con sus vecinos, y que se deben pagar indemni-zaciones a título de compensación por los bienes de aquellos que decidan no regresar a sus hogares y por todos los bienes que hayan sido perdidos o da-ñados, en virtud de los principios del derecho internacional”.Al año siguiente, las Naciones Unidas, al aceptar a Israel como miembro de la misma, lo condicionó a la aplicación de parte de Israel a esta resolución. A los 65 años desde entonces, está resolución sigue sin conseguir su aplicación y ninguna instancia internacional lo reclama.

Resolución 242, adoptada por unanimidad en el Consejo de Seguridad el 22 de noviembre de 1967, seis meses después de la guerra de 1967. La resolución “exige la instauración de una paz justa y perdurable en Oriente Medio, que pasa por la re-tirada del ejército israelí de los territorios ocupados durante el reciente conflicto (franja de Gaza y Cis-jordania, Península del Sinaí y las Alturas del Golán) y el “respeto y reconocimiento de la soberanía y la integridad territorial y la independencia política de cada Estado de la región, y su derecho a vivir en

El significado literal del término es estar contra los se-mitas, esto incluye a los árabes, pero el uso y aplicación europea de esta actitud terminó limitándolo a los judíos, ignorando su pertenencia a varios pueblos. Para entender este último basta consultar el libro esta-dístico anual del Gobierno de Israel. Según estas esta-dísticas, la población israelí procede de casi un centenar de países hablando (aparte del recién creado idioma he-breo) otro centenar de idiomas. Para profundizar en el análisis, cabe señalar que hoy en día un inmigrante con una residencia de cinco años en el país de acogida obtiene (en la generalidad de los casos) el derecho de convertirse en un nacional La presencia de judíos en Europa es anterior incluso al imperio romano. Es decir que después de siglos de per-

manencia en cualquiera de los países europeos los con-vierte en un ciudadano más que se diferencia sólo por su fe religiosa. Si se hubiese aplicado este criterio, el antise-mitismo no habría existido. Era necesario diferenciarlos de modo más radical, se tenía que darles la categoría de etnia, de raza, incluso ‘maldita’ para discriminarlos y de hecho se les discriminó durante siglos, donde el etno-centrismo europeo brilló por su crueldad.El auge y maduración del proceso colonial en la segun-da mitad del siglo XIX produjo las condiciones del sur-gimiento del sionismo como movimiento colonial que reclama una tierra a colonizar en coincidencia y alianza con las políticas antisemitas de las potencias coloniales del viejo continente. Después de barajar varios lugares en varios continentes se decide por Palestina

La resolución 181 de la Asamblea General de Naciones Unidas, votada el 29 de noviembre de 1947, recomien-da la partición de Palestina en un Estado judío, un Estado árabe y una zona bajo régimen internacional particular. 14.000 km², con 558.000 judíos y 405.000 árabes para el Estado judío, 11.500 km², con 804.000 árabes y 10.000 judíos para el Estado árabe, 106.000 árabes y 100.000 judíos para la zona bajo control in-ternacional que comprende los santos lugares Jeru-salén y Belén. Fue aprobada por 33 votos (incluidos Estados Unidos y la URSS), frente a 13 votos en contra y 10 abstenciones.Aquí se tiene que señalar que la resolución no es tal, sino una recomendación de parte de la Asamblea General, que sus decisiones en sí no son vinculantes como las del Consejo de Seguridad. El otro aspecto se refiere a las reiteradas votaciones realizadas mientras EEUU ejercía enormes presiones a varios gobiernos hasta lograr los suficientes votos positivos. Finalmente, habrá que resaltar el carácter de migra-ción reciente de la población sionista minoritaria re-flejada en la desequilibrada distribución de tierras y población en este reparto.

Es la declaración por la cual el Gobierno de Londres promete al millonario Rouchild, cabeza visible del sio-nismo, la creación de Israel en Palestina. Lloyd George presidía el gabinete y Arthur Balfour, ministro del Ex-terior, fue el autor de la promesa. Ambos eran antisemitas. En la primera década de este siglo legislaron varias medidas tendientes a res-tringir la entrada de judíos en Inglaterra con el agra-vante de que gran parte de estos inmigrantes escapa-ban de las matanzas antisemitas en Europa oriental y la Rusia zarista.Ambos eran racistas con marcada participación en la constitución de los regímenes segregacionistas de Rhodesia y Sudáfrica. Cuando se realiza la declaración, Londres no tenía ningún título sobre Palestina. Es decir que desde la perspectiva del derecho colonial vigente entonces, Inglaterra no tenía ningún soldado presente en terri-torio palestino y no podía prometer lo que no tenía en posesión. La entrada del ejército británico es posterior. Se im-planta el Gobierno Mandatario inglés sobre Palestina con el fin de crear las condiciones para la…

El crecimiento de la colonización sionista de las tierras palestinas desde el siglo XIX hasta el momento actual.

Los 33 países en color verde votaron a favor de la creación de Israel, los de color rojo votaron en contra (esto incluye a Cuba). Los de color amarillo se abstuvieron. Los de color gris no eran miembros de las Naciones Unidas.

radi

ofut

ural

apla

ta

Asa

mbl

ea G

ener

al d

e la

s N

acio

nes

Uni

das

res del ‘pueblo judío’ al bagaje de la humanidad.

Lo que se cuestiona aquí es el con-cepto colonialista y antisemita euro-peo de ‘pueblo judío’. Si el término es figurativo, parecido al término de ‘pueblo cristiano’ o musulmán o bu-dista, se puede entender en el senti-do de que sabemos que los creyentes de una fe pertenecen a varias nacio-nes o pueblos. Pero lamentablemen-te en este caso se entiende que los creyentes en la fe judaica confor-man, coincidiendo con el concepto nazi, un pueblo, además diferencia-do de los demás.

Para entender lo anterior se pue-de tomar el caso Calos Marx. Su enorme aportación al conocimien-to de la realidad humana, sus pro-blemáticas y contradicciones, ¿se la puede entender como aportación judía como reclaman los nazis en contra de la conspiración judía bol-chevique o judía masónica? ¿O es simplemente la producción cientí-fica de un alemán de religión judía producto de su sociedad y sus cir-cunstancias materiales. El caso de León Trotsky no es diferente, tam-poco el caso de Sigmund Freud y otros tantos. En cada caso se trata de científicos de gran talla, produc-to de un contexto socioeconómico concreto, donde la fe que tengan, si tiene algo que ver, será dentro de un margen bien pequeño en compara-

ción con el contexto material en el que se desenvuelven.

De todos modos cabe señalar que dentro el contexto de cinco siglos de dominio colonial europeo de nues-tro continente no debe de extrañar-nos esta confusión que nos la trajo la cultura colonial. Se ha avanzado en el proceso libertario, pero aún queda un largo trecho por recorrer.

Para entender este complejo pro-ceso del conocimiento se puede se-ñalar que tanto en Europa como en EEUU son múltiples los centros aca-démicos dedicados al estudio de Áfri-ca, América Latina y Asia con una enorme producción de herramientas para los centros de decisión y de po-der. En cambio en nuestro continen-te, estos estudios en algunos países están en báñales y en otros ni siquie-ra existen. Dicho de otro modo nues-tros conocimientos sobre las otras partes de nuestro Sur, proceden de fuentes colonialistas.

En este suplemento se pretende arrojar cierta luz que desmitifique esta herencia colonialista de modo que nos aproxima al conocimiento de la realidad y así poder entender el complejo proceso colonial euro-peo que produjo la creación de Is-rael en tierras palestinas y de este modo esta solidaridad a flor de piel que se siente con Palestina adquiera el conocimiento materialista que la solidifique.

paz en el interior de fronteras reconocidas y segu-ras, al abrigo de amenazas y actos de fuerza”. Aquí ya estamos, supuestamente dentro la vigen-cia del Derecho Internacional que, a diferencia del Derecho Colonial, no admite la adquisición de tierra por medio del uso de la fuerza, más bien la prohíbe y la considera ilegal.En este caso, la resolución es adoptada por unani-midad por el Consejo de Seguridad y por lo tanto es vinculante. Ya entrados en el siglo XXI, la resolución sigue sin aplicación en el caso de las tierras palesti-nas y sirias ocupadas.Tampoco lo está la Resolución 338 adoptada por el Consejo de Seguridad durante la guerra octu-bre de 1973, la resolución confirma la validez de la resolución 242.

4 2 de agostode 2014

Los países en verde (138) votaron a favor del ingreso de Palestina en las Naciones Unidas. Los países en negro (41) se abstuvieron y los de color rojo (9) votaron en contra.

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VIOLACIÓN DE LOS CONVENIOS DE GINEBRA

CONCLUSIONES

Resolución 446, adoptada por el Consejo de Seguridad el 22 de marzo de 1979. Esta reso-lución declara que la creación de asentamien-tos por parte de Israel en los territorios árabes ocupados desde 1967 no tiene validez legal y constituye un serio obstáculo para el logro de una paz completa, justa y duradera en el Oriente Medio. Además, exhorta a Israel para que, como potencia ocupante, respete escru-pulosamente el Convenio de Ginebra relativo a la protección de personas civiles en tiem-po de guerra, rescinda sus medidas anterio-res y “desista de adoptar medida alguna que

ocasione el cambio del estatuto jurídico y la naturaleza geográfica y que afecte apreciable-mente la composición demográfica de los te-rritorios árabes ocupados desde 1967, incluida Jerusalén y, en particular, que no traslade par-tes de su propia población civil a los territorios árabes ocupados”.Desde entonces, Israel sigue expropiando tie-rras palestinas y creando asentamientos para su propia población en estos territorios. En las varias ocasiones en que el Consejo de Seguri-dad trató el tema, el veto de EEUU impidió cual-quier condena al régimen de Tel Aviv.

El judaísmo es la primera de las religiones mo-noteístas, y por el proselitismo innato en toda religión sus creyentes proceden de varios pueblos o naciones. Como tal merecen todo el respeto a sus derechos como a su dignidad e integridad. Esto entra en contradicción de la pretensión an-tisemita y colonial de considerarla una nación con derecho a colonizar una tierra que pertene-ce a un pueblo milenario como es el palestino, heredero del proceso monoteísta en su transcu-rrir histórico en sus tierras.Entre otros aspectos a considerar está el hecho de que el problema palestino es el que más pone en evidencia la vulnerabilidad del derecho internacional por las permanentes violaciones de éste de parte de Israel, pero sobre todo por el comportamiento de la Europa colonial y del imperialista EEUU, por su apoyo a Israel y sus violaciones de este derecho. El hecho se entiende en la medida en que Israel es creación colonial de ambas partes y sirve a sus intereses. No es apoyo gratuito.

Pero estas implicaciones van más allá al cues-tionar la validez de este mismo derecho y sus instituciones. Las Naciones Unidas fueron una de las partes que participaron en la creación y consolidación de este proceso colonialista.El caso palestino no es el único que evidencia la inutilidad de las Naciones Unidas, hay bastantes casos y conflictos donde el organismo interna-cional muestra con claridad su ineficiencia.Las cuestiones en donde las NNUU fueron ope-rantes fueron cuando EEUU las utilizó como he-rramienta a favor de sus intereses. Están aún re-cientes los casos de Irak, Libia, Siria, entro otros.Está clara la necesidad de una reestructu-ración de NNUU, que el poder del veto de EEUU lo impide.El mes pasado el encuentro entre América Lati-na con los BRICS ha abierto el camino a una nue-va estructura financiera, comercial y económica que puede ser alternativa al sistema neoliberal y colonial vigente. Habrá que contemplar, aun-que sea a mediano y largo alcance, la alternati-va de un nuevo sistema jurídico alternativo

JERUSALÉN NO ES LA CAPITAL DE ISRAEL

La Resolución 478 fue adoptada, con la única abstención de los Estados Unidos, por el Con-sejo de Seguridad el 20 de agosto de 1980 tras la aprobación de la Ley de Jerusalén por el Parlamento israelí el 30 de julio de 1980, que proclamó la anexión de Jerusalén y la declaró “eterna y unificada” capital de Israel. La resolu-ción “censura en los términos más enérgicos” la Ley de Jerusalén y afirma que esta ley es una violación del derecho internacional y no afecta a la continua aplicabilidad en Jerusalén del Convenio de Ginebra. Además, determina que

la Ley de Jerusalén y todas las demás medidas y actos legislativos y administrativos adopta-dos por Israel, la potencia ocupante, que han alterado o pretendan alterar el carácter y el estatuto de Jerusalén “son nulos y carentes de valor y deben dejarse sin efecto inmedia-tamente”. La resolución “no reconoce” la Ley de Jerusalén y demás medidas de Israel y hace un llamamiento a todos los miembros de la ONU para que acaten esta decisión y para que retiren las representaciones diplomáticas que hayan establecido en Jerusalén.