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ESTADO DE SITUACIÓN SOCIAL DE GRAN MENDOZA HACIA EL FINAL DEL BICENTENARIO
OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA
UNIVERSIDAD CATÓLICA ARGENTINA
Autores
Agustina Francesca Zamprile Antonini
Bautista Gutiérrez Guerra
Coordinador
Agustín Salvia
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 2
VARIABLES DE ESTRATIFICACIÓN SOCIAL ...................................................................................... 4
FICHA TÉCNICA DE LA ENCUESTA ................................................................................................ 10
RESUMEN EJECUTIVO .................................................................................................................. 11
1. SUBSISTENCIA MATERIAL Y BIENESTAR ECONÓMICO DE LOS HOGARES ....................... 13
2. CONDICIONES DEL HÁBITAT URBANO Y DEL DERECHO A LA CIUDAD ............................ 18
3. ESTADO DE LOS DERECHOS LABORALES Y DE LA SEGURIDAD SOCIAL............................ 24
4. SITUACIÓN DE LA SALUD Y CONDICIONES PSICOSOCIALES ............................................ 30
5. CULTURA DEMOCRÁTICA, CONFIANZA INSTITUCIONAL Y VIDA CIUDADANA ................ 36
CONCLUSIONES ........................................................................................................................... 42
BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................................. 44
2
INTRODUCCIÓN
Desde el Observatorio de la Deuda Social Argentina se ha venido estudiando, en el marco de los denominados “Informes de los Bicentenarios 2010-2016”, la evolución de la problemática social de nuestro país en materia de bienestar económico, desarrollo humano e integración social. Con el objetivo de develar la particular situación social del aglomerado Gran Mendoza hacia el fin del Bicentenario (2015-2016), el presente documento compila los principales resultados arrojados por la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA) – Serie Bicentenario, relevándose información sobre el barrio, la vivienda, el hogar y las personas que forman el grupo doméstico.
El Observatorio de la Deuda Social Argentina ha definido la “deuda social” como el conjunto de privaciones económicas, sociales, políticas, psicosociales y culturales que recortan, frustran o limitan el progreso histórico de las necesidades y capacidades de desarrollo humano y de integración social de nuestra sociedad. En este marco, el enfoque de derechos se constituye como fundamento de los criterios normativos que definen los distintos espacios de privación. Esto puede verificarse en distintos instrumentos suscritos por los países en el marco de las Naciones Unidas, como la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966), la Cumbre Mundial de Desarrollo Social (1995), la Cumbre de Desarrollo del Milenio (2000), y más recientemente, la Agenda 2030 del Desarrollo Sustentable (ONU, 2015).
Esta perspectiva amplía la noción de desarrollo humano e integración social partiendo del reconocimiento de los derechos como la expresión de realizaciones que, por su urgencia e importancia, son considerados comunes a todos los seres humanos. Este argumento se basa en la premisa de que toda persona debe contar con una serie de garantías indispensables para su dignidad y plena integración social, que al ser adoptadas por el marco jurídico nacional o internacional, se convierten en obligaciones para los Estados, los cuales deben generar los mecanismos que permitan el acceso de los ciudadanos al pleno ejercicio de los derechos sociales.
En este marco, el presente informe ofrece -a partir de los resultados arrojados por la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA) – Serie Bicentenario- un diagnóstico integral de las particulares condiciones de vida, formas de integración social y ejercicios ciudadanos que presenta la población del Área Metropolitana del aglomerado Gran Mendoza.
Los datos son presentados en 5 dimensiones siguiendo esta perspectiva de derechos, la cual cumple un rol fundamental al fijar de manera universal cuáles son los umbrales mínimos de realización que deben ser garantizados a todos los miembros de la sociedad. (Ver cuadro 1)
El primer grupo de dimensiones lo integra el estudio de las condiciones materiales de vida, cuyo análisis implica la evaluación de un conjunto de funcionamientos asociados a fuentes de bienestar material. Si bien se incluyen indicadores de ingresos monetarios, la definición de desarrollo humano y social utilizada es mucho más compleja, y abarca una serie amplia de satisfactores económicos y realizacionales materiales por parte de los hogares. Esta dimensión de análisis distingue dos aspectos básicos que agrupan a los indicadores relacionados con las condiciones materiales para el desarrollo humano desde la perspectiva de los derechos: a) las capacidades de subsistencia material y bienestar económico de los hogares; y b) las condiciones de vida en el hábitat urbano y del derecho a la ciudad.
Las restantes 3 dimensiones se agrupan en el espacio de la integración humana y social. La misma se vincula con las capacidades productivas, biológico-psicológicas y político-ciudadana, de modo que incluyen un conjunto de funcionamientos asociados a fuentes de bienestar social
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que encuentran su realización a través de las oportunidades de empleo, la inversión social, y el fortalecimiento de las instituciones sociales, culturales y políticas. Aquí se distinguen tres dimensiones básicas: a) el estado de los derechos laborales y de la seguridad social; b) la situación de la salud y condiciones psicosociales; y c) la cultura democrática, confianza institucional y vida ciudadana.
Cuadro 1.
ASPECTOS BÁSICOS COMPRENDIDOS POR LAS CONDICIONES MATERIALES DEL DESARROLLO HUMANO A NIVEL DE LOS HOGARES
CAPACIDADES DE SUBSISTENCIA MATERIAL Y BIENESTAR ECONÓMICO:
INSEGURIDAD ALIMENTARIA Y NECESIDADES BÁSICAS INSATISFECHAS
INGRESOS MONETARIOS Y CAPACIDAD DE SUBSISTENCIA
CAPACIDADES DE CONSUMO Y AHORRO
PROGRAMAS SOCIALES DE TRANSFERENCIA DE INGRESOS
CONDICIONES DE VIDA EN EL HÁBITAT URBANO:
VIVIENDA DIGNA
SERVICIOS DOMICILIARIOS DE RED
INFRAESTRUCTURA URBANA BÁSICA
CONDICIONES AMBIENTALES SALUDABLES
ASPECTOS BÁSICOS COMPRENDIDOS POR LAS CONDICIONES DE INTEGRACIÓN SOCIAL DEL DESARROLLO HUMANO A NIVEL DE LA POBLACIÓN
ESTADO DE LOS DERECHOS LABORALES Y DE LA SEGURIDAD SOCIAL:
CALIDAD DEL EMPLEO Y RIESGO DE DESEMPLEO
PARTICIPACIÓN EN EL SISTEMA DE PROTECCIÓN SOCIAL
SECTOR DE INSERCIÓN LABORAL
SITUACIÓN DE LA SALUD Y CONDICIONES PSICOSOCIALES:
CONDICIÓN DE LA SALUD Y HÁBITOS PREVENTIVOS
RECURSOS PSICOLÓGICOS PARA EL BIENESTAR SUBJETIVO
CAPACIDADES SOCIALES DE AGENCIA
CULTURA DEMOCRÁTICA, CONFIANZA INSTITUCIONAL Y VIDA CIUDADANA:
PREFERENCIAS, CONFORMIDAD Y ATRIBUTOS DE LA DEMOCRACIA
CONFIANZA EN LAS INSTITUCIONES CIUDADANAS
PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN ACTIVIDADES POLÍTICAS Y SOCIALES
4
VARIABLES DE ESTRATIFICACIÓN SOCIAL
REGIONES URBANAS Clasifica los aglomerados considerados en la muestra según su distribución
espacial y grado de consolidación socioeconómica. Las regiones urbanas
fundamentales son cuatro:
a) Ciudad Autónoma de Buenos Aires (17,9%);
b) Conurbano Bonaerense (45,7%);
c) Otras áreas metropolitanas (21,0%); y
d) Resto urbano del interior (15,5%).
NIVEL SOCIO-
ECONÓMICO
Mide la concentración de capital socioeducativo familiar, el acceso a bienes y
tecnología, y las condiciones generales de la vivienda habitada, a través de un
índice factorial clasificado en cuatro categorías de igual tamaño:
a) Medio alto (primer cuartil);
b) Medio bajo (segundo cuartil);
c) Bajo (tercer cuartil); y
d) Muy bajo (cuarto cuartil).
CONDICIÓN SOCIO-
RESIDENCIAL
Mide tres modalidades diferentes de urbanización con diversos grados de
presencia del Estado en lo que atañe a la planificación, regulación e inversión
pública en bienes urbanos, y con una presencia también dispar de los distintos
estratos socioeconómicos. Categorías:
a) Barrios de trazado urbano de NSE Medio alto (26,8%);
b) Barrios de trazado urbano de NSE Medio y Medio bajo (44%);
c) Barrios de trazado urbano de NSE Bajo/vulnerable (23,0%); y
d) Villas y asentamientos precarios (6,2%).
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AGLOMERADO GRAN MENDOZA SEGÚN CENSO 2010
Según el último censo nacional (INDEC, 2010) (Ver Cuadro 2), el aglomerado Gran Mendoza cuenta con un total de 1.086.633 habitantes y 309.061 hogares, distribuidos entre sus 6 cabeceras departamentales: Capital, Las Heras, Guaymallén, Godoy Cruz, Maipú y Luján de Cuyo. Siguiendo estas cifras, se constituye como el cuarto aglomerado del país en cantidad de habitantes, y el primero de la provincia, representando el 62% de su población. Asimismo, ocupa 168 km2, extendiéndose de forma regular hacia el norte, este y sur, mientras que la Cordillera de los Andes impide su crecimiento hacia el oeste. Se encuentra en una ubicación privilegiada, tan solo a mil kilómetros de Buenos Aires, cuatrocientos de Santiago de Chile y tres mil doscientos de San Pablo.
La provincia de Mendoza ha crecido sostenidamente en los últimos años debido principalmente a su matriz productiva diversificada, encontrándose entre las provincias de mayor desarrollo relativo del país y destacándose por su capital humano, infraestructura y recursos naturales. Además, se caracteriza por su producción agrícola y la industrialización de materias primas como vid, frutas y hortalizas. Por la calidad de sus viñedos y la incorporación de tecnología de vanguardia, es líder mundial en la elaboración y comercialización de vinos. A esto se le suma la industria metalmecánica, el sector de la construcción, el comercio y los servicios, como así también el desarrollo de las tecnologías de información y comunicación. Las actividades relativas al petróleo, la minería y la energía son también relevantes en la matriz productiva de Mendoza.
Adicionalmente, cabe mencionar que la provincia cuenta con 8 universidades, 7 institutos universitarios, 74 institutos de educación superior y más de 2700 escuelas de nivel inicial, primario y secundario. Dos de las universidades son nacionales y públicas y las 6 restantes se encuentran en manos de privados. Es la segunda provincia del país con más universidades, siendo la primera Buenos Aires.
En referencia a sus recursos naturales, Mendoza es considerada un polo generador de energía. Existen 12 centrales hidroeléctricas y 3 grupos térmicos. Además, posee una elevada heliofanía e irradiación solar que, sumadas a la disponibilidad de zonas desérticas y semidesérticas no aptas para actividades agropecuarias, posibilitan el desarrollo de centrales solares. Posee también 16 áreas naturales protegidas para la conservación de sectores representativos de diferentes ambientes y poseen un valor especial desde el punto de vista escénico, recreativo, cultural y natural.
Su capital social, es decir, la colaboración entre los diferentes grupos de la sociedad y el uso individual de las oportunidades surgidas a partir de ello, está fuertemente influido por su historia, fundamentalmente por el aporte de la inmigración; su presente, condensado en sus atractivos naturales y su paisaje cultural; un patrimonio común, dado por la idea de vencer al desierto y de administrar el agua; y una actividad económica emblemática, la vitivinicultura. La combinación de estos elementos se da en el territorio local o regional, que aparece finalmente fundiendo estos componentes en un elemento nuevo, integrador y distintivo.
Los inmigrantes europeos instituyeron la industria vitivinícola como actividad central de su economía. Aquellos inmigrantes conformaron desde el principio núcleos familiares que veían en el trabajo industrial y en la educación los dos valores fundamentales del progreso, creando
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una gran clase media progresista asentada en haciendas y fincas que permitía vivir a las familias de su trabajo. Tales son las raíces del perfil socioeconómico y cultural actual de Mendoza, una provincia de clase media asentada al costado de la Cordillera de los Andes, compuesta de oasis productivos que abarcan solo el 5% del territorio provincial. Allí se despliega una sociedad caracterizada por un perfil único en el interior del país: los mendocinos se muestran a sí mismos limpios, ordenados y trabajadores, como una sociedad que ha logrado domar el desierto y transformarlo en un territorio productivo.
Así, con sus más y sus menos, Mendoza ha logrado un particular modo de desarrollo en el interior del que merece ser valorado en su distintiva y progresista dimensión. Posiblemente sea este singular capital social la fuente de los contrastes con el resto del país en cuanto a su desempeño en los indicadores de desarrollo humano e integración social, tal como será posible observar en el desarrollo de este informe.
Los apartados que siguen ofrecen al lector una descripción detallada de la situación del desarrollo humano y social para cada una de las dimensiones mencionadas anteriormente (ver Cuadro 1). Los indicadores son abordados considerando las características socio-demográficas, socioeconómicas y socio-residenciales que en clave de desigualdad social atraviesan a la población de esta importante región urbana del país (las definiciones de las variables de estratificación social se encuentran al final del informe en la página 40).
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Cuadro 2.
Fuente: Censo Nacional INDEC 2010.
Gran MendozaSegmento socioeconómico
Clase altaClase media
alta
Clase
media
Clase media
bajaPopulares
Muy
pobresIndigente Total
Cantidad total de personas 3.614 200.134 262.664 63.274 226.505 74.824 81.257 912.272Total de personas 0,4 21,9 28,8 6,9 24,8 8,2 8,9 100,0Cantidad total de hogares 1.322 69.858 79.704 18.504 59.573 18.782 19.452 267.195Total de hogares 0,5 26,1 29,8 6,9 22,3 7,0 7,3 100,0Indicadores de pobreza estructural en el espacio de la vivienda (%)Hogares con al menos un indicador NBI 1,4 1,7 2,4 3,6 7,2 9,7 17,3 5,0Hogares total con marginalidad 0,6 0,8 2,5 4,6 7,4 12,8 29,1 5,9Hogares con calidad de la vivienda insuficiente 1,5 2,0 5,1 6,0 11,2 16,2 30,1 8,3Hogares con calidad de la vivienda precaria 14,8 19,0 28,7 37,8 43,8 68,1 74,2 36,2Hogares sin sistema de botón, cadena o mochila para 0,5 0,3 0,8 2,0 3,6 6,2 14,9 2,8Hogares con hacinamiento (>= 3 personas por cuarto) 0,1 0,3 1,1 1,8 4,6 6,3 11,1 2,8Hogares sin cañería de agua en la vivienda 0,9 0,7 1,3 2,3 4,1 6,6 14,8 3,2Hogares sin cloaca / red pública 1,1 1,8 5,3 18,2 11,1 20,5 30,1 9,4Hogares con desague a hoyo o pozo ciego sin cámara 0,8 0,5 1,9 6,8 4,9 11,2 19,4 4,5Hogares sin piso tipo 1 (cerámica, baldosa, mosaico, mármol, 1,8 1,9 3,9 14,5 14,9 24,5 38,7 10,5Hogares con garrafa o leña como combustible usado 1,2 2,0 7,2 12,3 23,8 33,1 58,9 15,5Hogares propietarios de la vivienda 63,7 62,0 65,8 67,4 66,5 70,2 72,0 65,8Hogares inquilinos de la vivienda 28,3 30,1 23,1 19,8 16,5 11,9 8,3 21,4Hogares ni propietarios ni inquilinos 8,0 7,9 11,2 12,8 17,1 17,9 19,7 12,8Indicadores de los recursos materiales de los hogares: Acceso a bienes y servicios (%)Hogares con computadora 78,4 67,3 53,9 56,5 38,3 37,4 24,8 51,0Hogares sin heladera 0,8 1,1 1,6 2,0 4,2 4,9 10,8 3,0Hogares con teléfono fijo 82,1 77,6 72,0 67,2 56,4 49,3 31,1 65,1Hogares con teléfono celular 92,3 89,0 86,3 88,9 84,7 87,0 85,7 86,9Hogares con una o más personas de servicio doméstico sin 3,5 0,4 0,1 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2Indicadores de población (%)Población de 0 a 12 años 12,4 15,6 18,6 20,8 23,7 25,8 29,8 20,9Población de 13 a 15 años 3,2 3,8 4,4 4,9 5,6 6,3 6,8 5,0Población de 16 a 17 años 2,2 2,6 3,0 3,2 3,8 4,1 4,5 3,3Población de 18 a 29 años 22,4 19,7 19,3 19,1 20,5 20,7 22,1 20,1Población de 30 a 54 años 30,9 33,0 31,3 32,1 28,8 29,3 26,1 30,5Población de 55 a 69 años 17,4 15,4 14,4 13,1 11,8 9,7 7,8 12,9Población de 70 años y más 11,5 10,0 9,0 6,7 5,8 4,0 2,8 7,3Hogares con jefatura femenina 39,0 35,2 31,1 29,1 29,8 26,7 28,0 31,2Hogares con jefe nacido en país limítrofe + Perú 3,2 2,2 2,4 2,5 3,2 3,0 4,3 2,7Población de 18 y más nacida en país limítrofe + Perú 3,3 2,4 2,4 2,5 2,8 2,6 3,7 2,6Indicadores de clima educativo del hogar (%)Hogares con jefes sin secundaria completa 12,9 25,3 52,0 49,8 74,1 75,5 85,4 53,7Hogares con cónyugues sin secundaria completa 4,2 12,5 28,2 29,2 43,7 47,3 54,1 30,7Hogares con jefes con secundaria completa 87,1 74,7 48,0 50,2 25,9 24,5 14,6 46,3Hogares con jefes con universitario completa 46,9 25,1 9,0 13,7 2,8 2,4 0,9 11,3Indicadores de clima educativo a nivel de la población (%)Niños de 3 y 4 años que no asisten a jardín 20,6 35,6 48,1 47,7 58,3 56,9 61,8 51,6Población de 5 a 12 que no asiste 0,4 0,9 1,3 1,4 1,7 1,9 2,2 1,5Población de 13 a 18 que no asiste (sin secundaria completa ) 1,6 4,4 8,6 10,8 16,4 16,4 25,0 12,9Población de 18 y más hasta primaria 10,6 20,7 38,0 36,5 50,3 50,7 53,1 38,5Población de 18 y más con primaria y secundario completo 43,3 45,6 39,1 36,3 26,5 25,5 17,2 34,9Población de 18 y más con secundario completo o terciario 49,5 53,9 45,0 42,2 29,4 28,0 18,4 40,1Población con universitario completo o más 31,1 16,9 6,3 8,4 1,9 1,6 0,7 6,9Población de 18 a 29 sin secundaria completa que no asiste 4,5 9,6 23,2 27,4 45,3 47,2 61,0 31,8Población de 18 y más que usa computadora 79,3 70,8 56,9 59,0 41,6 41,7 31,7 53,9Indicadores de actividad socio-ocupacional* (%)Varones ocupados de 18 y más 77,1 77,0 77,6 79,4 79,9 81,5 84,2 79,0Varones desocupados de 18 y más 2,6 4,7 5,2 4,6 5,5 5,9 5,2 5,2Varones inactivos de 18 y más 20,9 19,2 18,2 16,8 15,4 13,4 11,2 16,8Mujeres ocupadas de 18 y más 61,6 57,8 53,2 54,7 48,9 49,2 46,3 52,7Mujeres desocupadas de 18 y más 3,6 6,9 9,6 9,0 12,8 13,3 14,4 10,1Mujeres inactivas de 18 y más 36,1 37,9 41,2 39,9 43,9 43,3 45,9 41,4Varones ocupados de 30 a 54 años 97,1 94,7 93,7 94,5 92,4 92,9 92,5 93,5Varones desocupados de 30 a 54 años 0,4 2,4 3,1 2,5 3,4 3,4 3,5 3,0Varones inactivos de 30 a 54 años 2,4 3,0 3,3 3,0 4,3 3,9 4,2 3,6Varones ocupados de 55 a 69 años 88,6 78,0 74,8 75,3 73,1 73,5 77,2 75,4Varones desocupados de 55 a 69 años 2,5 3,5 4,2 3,7 4,7 5,3 4,8 4,2Varones inactivos de 55 a 69 años 9,1 19,2 21,9 21,8 23,3 22,4 18,8 21,3Varones ocupados de 70 y más 50,0 28,9 23,4 25,7 25,4 25,9 30,3 26,0Varones desocupados de 70 y más 0,0 1,8 2,4 2,9 3,3 3,4 5,1 2,6Varones inactivos de 70 y más 50,0 70,6 76,1 73,6 73,7 73,2 68,1 73,3Mujeres ocupadas de 30 a 54 años 83,7 79,5 71,1 70,2 61,8 59,3 54,6 68,9Mujeres desocupadas de 30 a 54 años 2,4 4,8 7,2 6,8 9,9 10,3 10,9 7,5Mujeres inactivas de 30 a 54 años 14,2 16,4 23,4 24,6 31,4 33,9 38,6 25,5Mujeres ocupadas de 55 a 69 años 58,7 48,4 43,1 44,3 40,2 40,7 42,9 43,9Mujeres desocupadas de 55 a 69 años 0,5 4,1 5,0 4,6 6,9 6,8 7,1 5,3Mujeres inactivas de 55 a 69 años 41,0 49,5 54,6 53,6 56,8 56,4 53,8 53,6Mujeres ocupadas de 70 y más 23,2 12,7 11,5 11,9 11,6 12,8 15,2 12,2Mujeres desocupadas de 70 y más 0,0 2,0 2,9 3,5 2,8 4,9 5,7 2,8Mujeres inactivas de 70 y más 76,8 87,0 88,1 87,7 88,0 86,5 83,9 87,5Indicadores educativos y socio-ocupaciones en jóvenes de 18 a 29 años* (%)Varones ocupados de 18 a 29 años 56,0 66,0 74,0 72,8 78,8 78,4 82,8 74,6Varones desocupados de 18 a 29 años 7,6 10,7 9,9 9,1 9,3 10,0 7,4 9,5Varones inactivos de 18 a 29 años 39,4 26,1 17,9 19,9 13,2 12,9 10,6 17,5Mujeres ocupadas de 18 a 29 años 54,8 57,1 54,7 53,3 48,1 46,9 42,1 51,6Mujeres desocupadas de 18 a 29 años 10,0 13,9 17,6 16,5 20,8 21,0 21,7 18,1Mujeres inactivas de 18 a 29 años 39,1 33,7 33,6 36,1 39,2 40,5 46,2 37,0Población de 18 a 29 que no estudia ni trabaja 8,2 10,2 15,7 16,6 23,7 24,6 28,5 18,6Varones de 18 a 29 que no estudian ni trabajan 7,7 7,7 9,5 9,7 11,5 11,8 11,3 10,0Mujeres de 18 a 29 que no estudian ni trabajan 8,6 12,6 21,8 23,5 36,1 37,7 45,8 27,2Población de 18 a 29 sin secundaria completa que no asiste 4,5 9,6 23,2 27,4 45,3 47,2 61,0 31,8Población de 18 a 29 años que utiliza computadora 97,2 93,2 84,5 83,1 65,1 63,6 49,1 76,2
Variable
*Desocupación calculada sobre PEA. Ocupación e inactividad sobre total
8
Mapa con el área urbana y las cabeceras departamentales del Gran Mendoza (Provincia de
Mendoza, Argentina).
9
Mapa georreferenciado del Aglomerado Gran Mendoza según segmentos socio-económicos (INDEC 2010).
10
FICHA TÉCNICA DE LA ENCUESTA
FICHA TÉCNICA DE LA ENCUESTA DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA / BICENTENARIO:
AGLOMERADO GRAN MENDOZA 2015-2016
Dominio Aglomerado Gran Mendoza.
Universo Hogares particulares. Población de 18 años o más.
Tamaño de la muestra Muestra puntual hogares: 624 hogares por año.
Tipo de encuesta Multipropósito longitudinal.
Asignación de los casos No proporcional post-calibrado.
Puntos de muestreo 104 radios censales por año.
Dominio de la muestra Aglomerado urbano con 80.000 habitantes o más: Gran Mendoza
(Departamentos: Capital, Las Heras, Guaymallén, Godoy Cruz, Maipú y
Luján de Cuyo).
Procedimiento de
muestreo
Polietápico, con una primera etapa de conglomeración y una segunda de
estratificación. La selección de los radios muestrales dentro de cada
aglomerado y estrato es aleatoria y ponderada por la cantidad de hogares
de cada radio. Las manzanas al interior de cada punto muestral y los
hogares de cada manzana se seleccionan aleatoriamente a través de un
muestro sistemático, mientras que los individuos dentro de cada vivienda
son elegidos mediante un sistema de cuotas de sexo y edad.
Criterio de
estratificación
Estratificación socioeconómica efectuada por clasificación y ordenación
de los radios censales, según el promedio de nivel educativo del jefe de
hogar en cada radio censal.
Fecha de realización Cuarto trimestre de 2015 y tercer trimestre de 2016.
Error muestral +/- 1,48%, con una estimación de una proporción poblacional del 50% y
un nivel de confianza del 95%.
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RESUMEN EJECUTIVO
Con respecto a la subsistencia material y bienestar económico de los hogares, la información obtenida revela un desempeño general muy similar al registrado a nivel nacional.
No obstante, se destaca en Mendoza una situación favorable en materia de pobreza (18,9% de hogares pobres, contra el 22,0% nacional), y de capacidades de consumo y ahorro. Así, los hogares mendocinos presentan menores dificultades para satisfacer sus necesidades y patrones habituales de consumo que en el resto del país.
También es destacable el desempeño mendocino al analizar las condiciones del hábitat urbano y del derecho a la ciudad, tal como sucede con los indicadores referidos al acceso a servicios domiciliarios de red. En este punto es particularmente remarcable el dato registrado para acceso a la red de agua corriente, con solo un 0,4% de déficit, incluso inferior al relevado en CABA.
En cuanto a los datos que refieren al acceso a servicios públicos e infraestructura urbana clásica, tanto el déficit en calles pavimentadas como en recolección de residuos son menores en Mendoza que en el total urbano.
La excepción la configura el déficit de vigilancia policial, que alcanza al 69,0% de los hogares mendocinos, duplicando la media nacional. Sin embargo, el registro de venta de drogas en el barrio presenta un valor inferior en Gran Mendoza con respecto al total nacional, con una diferencia de 8,9 puntos porcentuales.
Analizando la calidad del empleo, Gran Mendoza presenta un alto porcentaje de empleo pleno de derechos (45,2%), siendo 4,1 puntos porcentuales mayor al registrado a nivel nacional. A su vez, la incidencia del empleo precario, del subempleo inestable, del desempleo y del riesgo de desempleo son menores que en el total urbano, con lo cual es posible afirmar que la calidad del empleo en Mendoza es superior que la media nacional.
Algo similar ocurre al comparar el desempeño en materia de participación en el sistema de seguridad social. Así, por ejemplo, menos de un cuarto de los asalariados mendocinos no tienen aportes, mientras que esta proporción alcanza a un tercio de los asalariados a nivel nacional.
Adicionalmente, observando el sector de inserción laboral, se destaca una menor proporción de trabajadores mendocinos en el sector informal, aunque mayor en el sector público en comparación con el nivel agregado.
Las condiciones de la salud y los hábitos preventivos reflejados a través de diferentes indicadores muestran valores similares al comparar las respuestas de los entrevistados en Mendoza y en el total urbano.
Sin embargo, con respecto a la sensación de infelicidad no se presenta la misma tendencia. En términos de proporciones, hay más personas felices en Gran Mendoza que en la población total urbana (5,9 puntos porcentuales de diferencia), lo que se repite al analizar la variable creencia de control externo (7,3 puntos porcentuales). Esta tendencia continúa en los indicadores sobre capacidades sociales de agencia, cada uno de los cuales presenta valores superiores en Gran Mendoza que en el total urbano.
Por último, de la sección de cultura democrática, confianza institucional y vida ciudadana, una variable que merece ser mencionada es preferencia por un gobierno con un poder presidencial fuerte. El valor mendocino es levemente inferior al total urbano (9,2% contra 13,2%), es decir, una menor cantidad de personas prefiere un gobierno cuyo poder esté concentrado en la figura presidencial.
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Por otra parte, al analizar la confianza en las instituciones ciudadanas, los valores en todos los indicadores muestran que los mendocinos proporcionalmente confían más en las instituciones ciudadanas que la población total del país.
Finalmente, y en relación a la participación ciudadana, los mendocinos participan de manera menos activa en diferentes actividades y grupos ciudadanos, exceptuando la participación en actividades políticas o partidarias en donde se ve una mayor participación de esta población si se compara con el total urbano.
Más allá de puntualizar aquellos aspectos favorables en cuanto al desempeño de Gran Mendoza para los distintos indicadores seleccionados en comparación con el total urbano, es importante no dejar de señalar las diferencias al interior de la estructura social. Las mismas afectan particularmente a los estratos socioeconómicos y residenciales más vulnerables, constituyendo el principal desafío para la acción, el debate y la implementación de políticas.
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1. SUBSISTENCIA MATERIAL Y BIENESTAR ECONÓMICO DE LOS HOGARES
Analizando los indicadores de pobreza estructural en los hogares del Gran Mendoza, se observa que la inseguridad alimentaria es superior en comparación con el total urbano relevado. En este sentido, el porcentaje de hogares que percibieron hambre y/o reducción en sus porciones de comida durante el último año en Mendoza alcanzan al 13,8%, contra un 12,5% a nivel nacional.
Según las características estructurales del hogar, la inseguridad alimentaria se encuentra estrechamente relacionada tanto con el nivel socioeconómico como por la condición socio-residencial del hogar. Así, los hogares ubicados en villas y asentamientos precarios y aquellos del nivel socioeconómico muy bajo experimentan los mayores riesgos: 31,3% y 45,6% respectivamente.
Por otra parte, con respecto al acceso a los recursos estructurales de bienestar, medido a través del indicador de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), la Tabla 1 muestra un 10,1% de incidencia en los hogares del Gran Mendoza, coincidiendo con el conjunto del país: 1 de cada 10 hogares presenta NBI. Un dato significativo en el análisis por aglomerados es que en Mendoza la incidencia es casi tres puntos porcentuales menor que en el resto de las áreas metropolitanas, categoría que alcanza al 12,9% de los hogares.
Al evaluar el indicador según el nivel socioeconómico, se comprueba que los hogares de nivel muy bajo son los que presentan mayores niveles de déficit (casi 1 de cada 4 hogares). En contraposición, no se observa déficit en el acceso a recursos estructurales entre los hogares del nivel medio alto (0,0%). En referencia a los diferenciales en el alcance de las NBI según la condición socio-residencial, se registra un porcentaje muy elevado de déficit en villas y asentamientos precarios, categoría que asciende al 66,2% de los hogares, casi 7 veces superior al nivel agregado.
En cuanto a las capacidades de subsistencia, los datos de indigencia y de pobreza medidos por ingresos surgen de comparar los ingresos per cápita del hogar con el precio del mercado en el tercer trimestre de 2016 de una Canasta Básica Alimentaria (CBA) y una Canasta Básica Total (CBT) para un adulto equivalente.1
Para el caso de la tasa de indigencia (insuficiencia de ingresos para cubrir la CBA), la Tabla 1 muestra resultados similares entre Gran Mendoza y el Total Urbano, con 3,8% y 4,0% de hogares indigentes. Por su parte, en referencia a la tasa de pobreza (insuficiencia de ingresos para cubrir la CBT), el porcentaje de hogares pobres en el Gran Mendoza (18,9%) es inferior al registrado a nivel nacional, con un 22%, e incluso a otras áreas metropolitanas (22,9%).
A su vez, ambos indicadores se encuentran vigorosamente asociados al nivel socioeconómico y a la condición socio-residencial del hogar: son elevados en las unidades domésticas ubicadas en villas y asentamientos precarios y cuyo nivel socioeconómico es muy bajo y, análogamente, disminuyen a medida que aumentan los estratos. Así, por ejemplo, entre los hogares ubicados en villas, el 23,4% es indigente y el 47,0%, pobre, mientras que para el nivel NSE Medio alto, los porcentajes alcanzan el 1,8% y el 5,1% respectivamente.
1 El ODSA no mide la variación de los precios de la CBA ni calcula el Coeficiente de Engel utilizado para estimar la CBT. Es por este motivo que las canastas empleadas para la estimación de las tasas de indigencia y pobreza se recogen de fuentes de secundarias. Al tercer trimestre de 2016, la CBA y la CBT para un adulto equivalente se establecieron en $1437 y $3004 respectivamente.
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En términos de capacidades de consumo y ahorro monetario de los hogares, también pueden observarse algunas diferencias. Las mismas se dan principalmente en la percepción de insuficiente de ingresos en el nivel agregado (45,7%), considerablemente superior al 38,2% de los hogares del Gran Mendoza. Esta diferencia se reduce al comparar la capacidad de ahorro de los hogares, que a nivel nacional llega al 12, 1% mientras que para Mendoza asciende al 12,9%.
Pero más allá de estas tendencias generales, interesa también indagar hasta qué punto los hogares perciben su capacidad de consumo de manera desigual según sus características estructurales. Si se explora la insuficiencia de ingresos según el nivel socioeconómico, se verifica que los hogares de nivel socioeconómico bajo y muy bajo son los que padecen mayores niveles de déficit: aproximadamente 5 y 6 (respectivamente) de cada 10 hogares de estas categorías declararon contar con ingresos insuficientes para cubrir sus gastos básicos mensuales. En contraposición, son los hogares del estrato Medio alto los que presentaron menor riesgo: menos del 10% en estos grupos de la estratificación social. Algo similar ocurre cuando se analiza este indicador según la condición socio-residencial: el mayor déficit se registra en los hogares ubicados en villas y asentamientos precarios (casi 7 de cada 10 hogares), mientras que para las unidades domésticas de NSE Medio alto es del 13,9%.
Esta relación se invierte al estudiar la capacidad de ahorro. En este sentido, se destaca que en los hogares de nivel socioeconómico muy bajo o ubicados en villas, la misma resulta muy débil (4,5% y 4,7%). Comparativamente, son los hogares del nivel socioeconómico Medio alto y NSE Medio alto los que evidencian mayores chances de poder ahorrar (30,7% y 27,2%)
Al estudiar la capacidad de subsistencia material y bienestar económico de los hogares, también resulta fructífero analizar el alcance de los programas de transferencias de ingresos no contributivos y la asistencia alimentaria directa dirigidos a poblaciones socialmente vulnerables. Así pues, es posible observar que el 33,1% de los hogares mendocinos recibe programas sociales de transferencias monetarias, asignaciones familiares no contributivas o asistencia alimentaria directa, en un nivel bastante similar al registrado para el total de aglomerados urbanos (32,2%), aunque menor en comparación con otras áreas metropolitanas (38,0%). Al considerar solamente los hogares en situación de pobreza, el alcance de la política social prácticamente se duplica, alcanzando al 66,7% de los hogares pobres en Gran Mendoza, y al 68,7% en todo el país.
Atendiendo a las características estructurales del hogar, las cifras cotejadas dan cuenta del mayor acceso a programas sociales en los hogares de nivel socioeconómico bajo y muy bajo (45,4% y 55,7%). En lo que concierne a la desigualdad según la condición socio-residencial, los encuestados revelan que 6 de cada 10 hogares ubicados en villas y asentamientos precarios perciben programas sociales. Este resultado también resulta elevado entre las unidades domésticas situadas en barrios de NSE bajo o vulnerable.
Por último, y en lo que concierne a este aspecto, los datos revelan una mayor homogeneidad en el acceso a programas sociales por parte de los hogares pobres según el nivel socioeconómico y la condición socio-residencial. Es decir, si bien los hogares de estratos más bajos siguen siendo los que exhiben un mayor acceso, la brecha con el resto de la estructura social desciende al analizar solamente los hogares en situación de pobreza.
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SUBSISTENCIA MATERIAL Y BIENESTAR ECONÓMICO DE LOS HOGARES
POBREZA ESTRUCTURAL
INSEGURIDAD
ALIMENTARIA (IA)
Expresa la reducción involuntaria de la porción de comida
y/o la percepción de experiencias de hambre por problemas
económicos durante los últimos 12 meses.
Porcentaje de hogares que
expresan tener inseguridad
alimentaria severa o total (más
allá de la intensidad, sea la
misma moderada o severa).
NECESIDADES BÁSICAS
INSATISFECHAS (NBI)
Método directo de identificación de carencias y privaciones.
Los hogares con NBI presentan al menos una de las
siguientes situaciones: 1- más de tres personas por cuarto
habitable; 2- habitar una vivienda de tipo inconveniente
(pieza en inquilinato, vivienda precaria); 3- hogares sin
ningún tipo de retrete; 4- hogares con algún niño en edad
escolar (6 a 12 años) que no asiste a la escuela; 5- hogares
con cuatro o más personas por miembro ocupado y, además,
cuyo jefe tuviera como máximo hasta primaria completa.
Porcentaje de hogares que
presentan al menos una de
estas situaciones.
LOS INGRESOS MONETARIOS Y LA CAPACIDAD DE SUBSISTENCIA
HOGARES EN
SITUACIÓN DE
INDIGENCIA
Se considera indigentes a aquellos hogares cuyos ingresos no
les permiten adquirir el valor de la Canasta Básica
Alimentaria (CBA). La misma incorpora una serie de
productos requeridos para la cobertura de un umbral
mínimo de necesidades alimenticias (energéticas y
proteicas).
Porcentaje de hogares en
situación de indigencia.
HOGARES EN
SITUACIÓN DE
INDIGENCIA
Se considera pobres a aquellos hogares cuyos ingresos no
superan el umbral del ingreso monetario necesario para
adquirir en el mercado el valor de una canasta de bienes y
servicios básicos (Canasta Básica Total - CBT).
Porcentaje de hogares en
situación de pobreza.
CAPACIDAD DE CONSUMO Y AHORRO MONETARIO DESDE UNA PERSPECTIVA SUBJETIVA
INSUFICIENCIA DE
INGRESOS
Percepción sobre la capacidad de los ingresos totales del
hogar para cubrir consumos básicos mensuales y sostener
patrones de consumo.
Porcentaje de hogares que
perciben que los ingresos no le
resultan suficientes para cubrir
sus gastos mensuales.
CAPACIDAD DE
AHORRO
Percepción sobre la capacidad de los ingresos totales del
hogar para generar ahorro.
Porcentaje de hogares que
perciben que los ingresos le
permiten ahorrar más allá del
consumo realizado.
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ACCESO A PROGRAMAS SOCIALES DE TRANSFERENCIA DE INGRESOS
HOGARES CON
PROGRAMAS SOCIALES
Asignación de ingresos a través de programas sociales de
transferencias monetarias (incluye tarjeta
alimentaria/social), asignaciones familiares no contributivas
o asistencia alimentaria directa (recepción de caja/bolsón de
alimentos o comida de comedores públicos que no sean
escolares).
Porcentaje de hogares que
reciben programas sociales de
transferencias monetarias,
asignaciones familiares no
contributivas o asistencia
alimentaria directa.
PERCEPCIÓN DE
PROGRAMAS SOCIALES
EN HOGARES EN
SITUACIÓN DE
POBREZA
Asignación de ingresos a través de programas sociales de
transferencias monetarias (incluye tarjeta
alimentaria/social), asignaciones familiares no contributivas
o asistencia alimentaria directa (recepción de caja/bolsón de
alimentos o comida de comedores públicos que no sean
escolares).
Porcentaje de hogares en
situación de pobreza que
reciben programas sociales de
transferencias monetarias,
asignaciones familiares no
contributivas o asistencia
alimentaria directa.
Tabla 1.1. Subsistencia material y bienestar económico de los hogares. Gran Mendoza (2015-2016) comparado con Total Urbano y Regiones Urbanas (2016). En porcentaje de hogares.
TOTAL
URBANO
Regiones Urbanas GRAN
MENDOZA CABA
Conurbano Bonaerense
Otras áreas metropolitanas
Resto urbano
Pobreza Estructural
Inseguridad Alimentaria 12,5 5,5 15,5 12,3 11,5 13,8
Necesidades Básicas Insatisfechas 10,1 2,8 12,2 12,9 8,4 10,1
Capacidades de subsistencia
Hogares en situación de Indigencia 4,0 0,5 5,4 3,7 4,2 3,8
Hogares en situación de Pobreza 22,0 6,1 27,3 22,9 22,9 18,9
Capacidad de consumo y ahorro monetario desde una perspectiva subjetiva
Insuficiencia de ingresos 45,7 21,9 59,8 42,6 35,2 38,2
Capacidad de ahorro 12,1 27,1 5,1 11,7 16,3 12,9
Acceso a programas sociales de transferencia de ingresos
Hogares con programas sociales 32,2 9,7 36,9 38,0 35,4 33,1
Hogares pobres con programas sociales 68,7 62,6 66,7 73,2 71,2 66,7
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
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Tabla 1.2. Subsistencia material y bienestar económico de los hogares. Gran Mendoza según características estructurales del hogar. Años 2015-2016. En porcentaje de hogares.
CARACTERÍSTICAS ESTRUCTURALES DEL HOGAR
Nivel Socio-Económico Condición Socio-Residencial
Medio alto
Medio bajo
Bajo Muy bajo NSE
Medio alto
NSE Medio y Medio bajo
NSE Bajo / vulnerable
Villas y asent.
precarios
Pobreza Estructural
Inseguridad Alimentaria 1,5 5,4 16,9 31,3 1,7 11,9 27,6 45,6
Necesidades Básicas Insatisfechas 0,0 5,2 11,5 23,4 1,5 7,2 17,3 66,2
Capacidades de subsistencia
Hogares en situación de Indigencia 1,0 0,3 3,1 11,6 1,8 2,3 6,1 23,4
Hogares en situación de Pobreza 2,0 7,7 26,7 38,2 5,1 17,3 35,1 47,0
Capacidad de consumo y ahorro monetario desde una perspectiva subjetiva
Insuficiencia de ingresos 10,1 24,1 51,5 64,2 13,9 39,3 61,7 69,3
Capacidad de ahorro 30,7 14,0 5,9 4,5 27,2 8,2 5,8 4,7
Acceso a programas sociales de transferencia de ingresos
Hogares con programas sociales 7,1 21,4 45,4 55,7 11,2 35,0 52,8 60,3
Hogares pobres con programas sociales 41,8 50,4 64,2 74,1 53,0 57,5 77,0 74,8
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
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2. CONDICIONES DEL HÁBITAT URBANO Y DEL DERECHO A LA CIUDAD
Cuatro son los indicadores que dan cuenta del déficit con respecto a la vivienda digna, los cuales arrojan resultados diferentes cuando se compara el conjunto del país con Gran Mendoza. El primero de ellos refiere a la tenencia irregular de la vivienda que, con un 11,0% de incidencia en Mendoza, registra niveles menores que en el total nacional (12,0%) y el resto de las regiones urbanas, exceptuando CABA. Lo mismo ocurre con vivienda precaria (10,9%) y déficit en el servicio sanitario (1,6%, 6 puntos porcentuales menos que a nivel nacional). La excepción la cumple el cuarto indicador: hacinamiento, que en Mendoza alcanza al 7,8% de los hogares urbanos, apenas superando la media nacional de 7,7%.
En lo que hace al análisis de las características estructurales del hogar, es posible observar diferencias significativas. Como es de esperar, la mayor incidencia de los cuatro indicadores se da en los hogares de estratos más bajos. Sin embargo, se observan importantes desigualdades entre los hogares definidos a partir de su condición socio-residencial, en este caso las distancias entre los distintos grupos se muestran más elevadas que para el caso del nivel socioeconómico. Así, por ejemplo, las posibilidades de estar en una situación de tenencia irregular para los hogares de nivel socioeconómico muy bajo son de 2 de cada 10, mientras que para los hogares ubicados en villas y asentamientos urbanos ascienden a 3 de cada 4. Por su parte, los hogares de los estratos más altos presentan incidencias menores al 10% cualquiera sea el indicador que se examine, e incluso llegan a ser menores al 1% en déficit en el servicio sanitario y en hacinamiento.
Con respecto al acceso a servicios domiciliarios de red, los tres indicadores analizados en los hogares de Gran Mendoza registran niveles de déficit significativamente menores que en el agregado nacional. Así pues, solo el 0,4% de los hogares mendocinos no tienen acceso a la red de agua corriente, mientras que a nivel agregado se registra un 11,8% de déficit. A su vez, el déficit registrado en Mendoza es menor que en todas las regiones urbanas, incluso en CABA. Algo similar ocurre con el déficit en la conexión a la red de gas natural, con un 10,1% de incidencia en Mendoza, 15 puntos porcentuales menos que en el total urbano, y con el déficit en el acceso a la red cloacal, que en el Gran Mendoza alcanza al 5,9% de los hogares, porcentaje 6 veces menor que el registrado a nivel nacional. Al mismo tiempo, los datos de Mendoza para estos dos indicadores son significativamente menores a los relevados en las regiones urbanas, esta vez exceptuando CABA.
El examen por estratos, como es evidente, muestra un mayor riesgo de carecer de acceso a los servicios domiciliarios de red por parte de los hogares de nivel socioeconómico muy bajo o ubicados en villas. Otra vez, las desigualdades son mayores observando a los hogares según su condición socio-residencial: la diferencia entre hogares situados en villas y asentamientos precarios con el resto, resulta abrumadora. De esta manera, por ejemplo, más de 3 de cada 4 hogares en villas no están conectados a la red de gas natural, mientras que el déficit entre las unidades domésticas de NSE Medio alto sólo alcanza al 2,4%. En contraste, cabe destacar la particular homogeneidad entre los grupos sociales observada para el caso del déficit en el acceso a la red de agua corriente, cuya incidencia entre los estratos más bajos y los más altos rondean los 2 puntos porcentuales.
Analizando el acceso a servicios públicos e infraestructura urbana clásica, se evidencia que los datos relevados en Gran Mendoza son menores en comparación al total nacional para los indicadores de déficit de calles pavimentadas y déficit de recolección de residuos (5,3% y 1,5% de los hogares mendocinos, respectivamente). También son menores a la hora de compararlos con las regiones urbanas, exceptuando CABA. No ocurre lo mismo con el déficit de vigilancia policial, indicador que incide en el 69,0% de los hogares del Gran Mendoza, mientras que a nivel
19
total urbano afecta al 34,5% de los hogares, esto es, la mitad. El dato de los hogares mendocinos es, además, el más alto de todas las regiones urbanas.
Al interior de la estructura social, los hogares más vulnerables a padecer restricciones en el acceso a estos servicios públicos vuelven a ser los ubicados en villas y asentamientos precarios y, en menor medida, los de nivel socioeconómico muy bajo. Así lo demuestra la polarización en el déficit de recolección de residuos según condición socio-residencial, con un tercio de incidencia en los hogares ubicados en villas, mientras que para el resto de los estratos no llega al 0,5%. En cuanto a la vigilancia policial, finalmente, los porcentajes de déficit son visiblemente más elevados entre los distintos grupos sociales, superando incluso la mitad de los hogares de nivel socioeconómico medio alto.
Comprender el medio ambiente implica analizar el conjunto de elementos físicos, biológicos, sociales y culturales que interactúan y conforman un sistema complejo en el cual se genera el desarrollo humano y se desenvuelven las comunidades. En este sentido, atendiendo al acceso a condiciones socioambientales saludables, los tres indicadores utilizados muestran resultados favorables para Gran Mendoza en comparación con el total nacional así como las regiones urbanas. Así, tanto la presencia de basurales (15,7%), como la presencia de fábricas contaminantes (6,9%), y el registro de venta de drogas en el barrio (39,6%) registran porcentajes menores que los relevados a nivel agregado (20,2%, 10,1%, y 48,5% respectivamente). También son menores que en todas las regiones urbanas, con la excepción de la presencia de basurales en CABA, que alcanza al 9,2% de los hogares.
Tal como se observa en la Tabla 4, las características estructurales del hogar inciden de manera relevante sobre la posibilidad de residir en un espacio con basurales cercanos. De esta manera, las posibilidades ascienden a medida que tanto el nivel socioeconómico como la condición socio-residencial son inferiores. En términos del nivel socioeconómico se destaca que los dos grupos inferiores presentan niveles similares, aproximadamente 2 de cada 10 hogares de nivel bajo o muy bajo reside en un área cercana a un basural. Una incidencia mayor se evidencia entre los hogares de condición socio-residencial más bajos: uno de cada dos hogares ubicados en villas declararon tener basurales en las inmediaciones de la vivienda. Algo similar sucede al analizar la presencia de fábricas contaminantes: las desigualdades se manifiestan entre los hogares de estratos menos favorecidos, alcanzando al 11,6% de las unidades domésticas de nivel socioeconómico muy bajo, y al 34,9% de los ubicados en villas y asentamientos precarios.
Por último, al evaluar el registro de venta de drogas en el barrio, se verifica la mayor incidencia entre los hogares de condición socio-residencial más desfavorable: casi 8 de cada 10 hogares asentados en villas ha declarado percibir venta de drogas en su barrio. Es de subrayar, asimismo, la incidencia del 56,2% en los hogares de nivel socioeconómico muy bajo, y del 40,1% en los hogares de nivel bajo. En referencia a los estratos altos, el registro de venta de drogas en el barrio alcanza a aproximadamente 1 de cada 4 unidades domésticas de nivel socioeconómico Medio alto, y al 16,8% de los hogares de NSE Medio Alto.
20
CONDICIONES DE HÁBITAT URBANO Y DEL DERECHO A LA CIUDAD
ACCESO A UNA VIVIENDA DIGNA
TENENCIA IRREGULAR
DE LA VIVIENDA
Posesión jurídica de la vivienda en la que los habitantes
no son propietarios ni inquilinos. Suele corresponderse
con préstamo de terceros o con la ocupación de hecho.
Porcentaje de hogares que no
son propietarios ni inquilinos de
la vivienda que habitan.
VIVIENDA PRECARIA Viviendas que por su estructura o materiales de
construcción no cumplen con las funciones básicas de
aislamiento hidrófugo, resistencia, delimitación de los
espacios, aislación térmica, acústica y protección
superior contra las condiciones atmosféricas.
Porcentaje de hogares que
habitan casillas, ranchos o
viviendas sin revoque en las
paredes.
DÉFICIT EN EL SERVICIO
SANITARIO
Situación en la que una vivienda no cuenta con baño,
retrete, o en caso de tenerlo carece de descarga
mecánica o arrastre de agua.
Porcentaje de hogares sin baño,
retrete o descarga mecánica o
arrastre de agua.
HACINAMIENTO Número elevado de personas por cuarto habitable, lo
que afecta la salubridad y la privacidad de las personas.
Porcentaje de hogares en cuyas
viviendas conviven tres o más
personas por cuarto habitable.
ACCESO A SERVICIOS DOMICILIARIOS DE RED
SIN CONEXIÓN A LA RED
DE AGUA CORRIENTE
Carencia de conexión a la red pública de agua corriente,
lo que constituye un factor de riesgo sanitario por la
transmisión de patologías infectocontagiosas.
Porcentaje de hogares cuyas
viviendas no se encuentran
conectadas a la red pública de
agua corriente.
SIN CONEXIÓN A LA RED
DE GAS NATURAL
Carencia de conexión a la red de gas natural domiciliario,
con consecuencias no solo regresivas en lo económico
sino también en la seguridad de quienes deben utilizar
garrafas.
Porcentaje de hogares cuyas
viviendas carecen de conexión a
la red de gas natural
domiciliario.
SIN CONEXIÓN A LA RED
CLOACAL
Carencia de conexión a la red de cloacas, lo que
constituye un problema con consecuencias sanitarias de
fuerte impacto epidemiológico.
Porcentaje de hogares
habitando viviendas sin
conexión a la red cloacal.
21
ACCESO A SERVICIOS PÚBLICOS E INFRAESTRUCTURA URBANA CLÁSICA
SIN CALLES
PAVIMENTADAS
Carencia de infraestructura vial que facilita el transporte
y la movilidad urbana.
Porcentaje de hogares en
viviendas sin pavimento en las
calles perimetrales.
SIN RECOLECCIÓN DE
RESIDUOS
Falta de recolección municipal de residuos de manera
periódica, lo que constituye un problema de salubridad
pública.
Porcentaje de hogares que no
tienen recolección municipal de
residuos al menos día por
medio.
SIN VIGILANCIA
POLICIAL
Medida subjetiva sobre la ausencia de vigilancia policial
frecuente en el barrio donde se ubica la vivienda.
Porcentaje de hogares en los
que el respondente afirma que
no hay vigilancia policial
frecuente.
ACCESO A CONDICIONES SOCIOAMBIENTALES SALUDABLES
PRESENCIA DE
BASURALES
Presencia en las inmediaciones del hogar de basurales,
afecta la salubridad pública.
Porcentaje de hogares con
presencia de basurales en las
inmediaciones de sus viviendas.
PRESENCIA DE
INDUSTRIAS
CONTAMINANTES
Presencia en las inmediaciones del hogar de fábricas e
industrias contaminantes, afecta la salubridad pública y
el medio ambiente
Porcentaje de hogares con
presencia de fábricas
contaminantes en las
inmediaciones de la vivienda.
REGISTRO DE VENTA DE
DROGAS EN EL BARRIO
Es una medida subjetiva sobre la percepción de la
existencia de venta, tráfico o intercambio de
estupefacientes en el barrio
Porcentaje de hogares en los
cuales el respondente afirma
que en el barrio donde vive
existe venta, tráfico o
intercambio de estupefacientes.
22
Tabla 2.1. Condiciones del hábitat urbano y del derecho a la ciudad. Gran Mendoza (2015-2016) comparado con Total Urbano y Regiones Urbanas (2016). En porcentaje de hogares.
TOTAL
URBANO
Regiones Urbanas GRAN
MENDOZA CABA
Conurbano Bonaerense
Otras áreas metropolitanas
Resto urbano
Acceso a una vivienda digna
Tenencia irregular de la vivienda 12,0 7,2 14,1 11,6 11,6 11,0
Vivienda precaria 11,8 4,6 14,1 12,5 12,4 10,9
Déficit en el servicio sanitario 7,6 1,4 12,1 3,9 3,4 1,6
Hacinamiento 7,7 2,6 8,8 9,6 7,5 7,8
Acceso a servicios domiciliarios de red
Sin conexión a la red de agua corriente 11,2 0,7 23,4 1,0 1,0 0,4
Sin conexión a la red de gas natural 25,1 5,8 31,4 26,3 26,8 10,1
Sin conexión a la red cloacal 30,8 1,9 47,9 28,0 17,0 5,9
Acceso a servicios públicos e infraestructura urbana clásica
Sin calles pavimentadas 17,2 1,0 26,0 11,0 17,8 5,3
Sin recolección de residuos 3,4 0,9 4,7 3,6 2,1 1,5
Sin vigilancia policial 34,5 19,8 35,2 50,4 27,6 69,0
Acceso a condiciones socioambientales saludables
Presencia de basurales 20,2 9,2 21,1 24,1 23,9 15,7
Presencia de fábricas contaminantes 10,1 8,2 12,1 8,5 8,2 6,9
Registro de venta de drogas en el barrio 48,5 43,9 52,2 57,0 42,1 39,6
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
23
Tabla 2.2. Condiciones del hábitat urbano y del derecho a la ciudad. Gran Mendoza según características estructurales del hogar. Años 2015-2016. En porcentaje de hogares.
CARACTERÍSTICAS ESTRUCTURALES DEL HOGAR
Nivel Socio-Económico Condición Socio-Residencial
Medio alto
Medio bajo
Bajo Muy bajo NSE
Medio alto
NSE Medio y Medio bajo
NSE Bajo / vulnerable
Villas y asent.
precarios
Acceso a una vivienda digna
Tenencia irregular de la vivienda 3,9 9,2 10,1 20,8 8,1 8,1 9,6 74,8
Vivienda precaria 5,6 6,2 9,9 22,9 4,4 10,4 12,5 54,2
Déficit en el servicio sanitario 0,0 0,3 1,1 5,3 0,3 0,6 1,8 21,9
Hacinamiento 0,0 4,9 9,5 16,3 0,6 6,6 14,2 38,2
Acceso a servicios domiciliarios de red
Sin conexión a la red de agua corriente 0,0 0,0 0,0 1,9 0,0 0,0 1,6 2,2
Sin conexión a la red de gas natural 0,3 6,0 6,1 29,0 2,4 5,9 17,2 76,3
Sin conexión a la red cloacal 4,8 2,3 3,1 14,8 4,6 2,0 5,7 61,7
Acceso a servicios públicos e infraestructura urbana clásica
Sin calles pavimentadas 1,0 1,2 2,6 17,6 1,5 0,7 11,5 52,2
Sin recolección de residuos 0,0 0,0 0,3 6,1 0,0 0,2 0,4 33,0
Sin vigilancia policial 56,3 65,3 71,8 81,6 50,4 71,7 83,2 92,8
Acceso a condiciones socioambientales saludables
Presencia de basurales 7,7 12,0 18,9 23,6 6,1 14,1 26,5 44,5
Presencia de fábricas contaminantes 4,2 6,0 6,0 11,6 1,9 6,3 9,8 34,9
Registro de venta de drogas en el barrio 26,1 35,2 40,1 56,2 16,8 34,6 45,8 78,8
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
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3. ESTADO DE LOS DERECHOS LABORALES Y DE LA SEGURIDAD SOCIAL
Analizando las condiciones del mercado de trabajo, es posible detectar porciones de la población que realizan sus actividades en empleos plenos de derecho (en cumplimiento de la normativa vigente), en empleos precarios (sin cumplimiento de la normativa, pero con cierta continuidad) o en subempleos inestables (de baja remuneración y/o alta inestabilidad). A su vez, hay personas dentro de la población económicamente activa de 18 años o más que no tienen la posibilidad de conseguir un empleo (desempleo), o que estuvieron por lo menos una vez desocupados en el último año (riesgo de desempleo).
A grandes rasgos, Gran Mendoza se encuentra en una situación semejante e incluso más favorable que el conjunto del país. Así, el empleo pleno de derechos alcanza al 45,2% de la población activa de 18 años y más, mientras que a nivel nacional llega al 41,4%. El valor de este indicador es también más alto que en el Conurbano Bonaerense (32,4%) y en otras áreas metropolitanas (43,9%). Por su parte, el porcentaje de la población activa de Mendoza que realiza sus actividades en empleos precarios (29,2%) es levemente inferior que el relevado a nivel agregado, alcanzando prácticamente a 3 de cada 10 trabajadores. En el análisis por regiones urbanas, el dato mendocino solo es superado por el registrado en el Conurbano Bonaerense, con un 34,5%. De manera análoga, el subempleo inestable es más bajo en Mendoza que a nivel nacional: los ocupados en actividades de escasa remuneración y/o alta inestabilidad, así como los beneficiarios de políticas de empleo que realizan contraprestación, representan en el 16,1% de los activos de 18 años y más, mientras que en el total urbano llegan al 18%. En cuanto a los indicadores de desempleo y riesgo de desempleo, los valores de los mismos no muestran diferencias significativas en la comparación entre aglomerados: el desempleo llega al 9,6% (contra el 9,9% nacional), mientras que el porcentaje de activos que estuvo por lo menos una vez desocupado en el último año es del 26,5% (en contraste con el 27,7% total). Observando las regiones urbanas, tanto CABA como el resto urbano del interior muestran resultados más favorables que Gran Mendoza con respecto a estos dos últimos indicadores.
La Tabla 6 permite examinar algunos de los factores socialmente relevantes asociados a estos indicadores. Así, al comparar la situación de un trabajador en el nivel socioeconómico medio alto respecto a otro perteneciente al nivel muy bajo, la probabilidad de empleo pleno se incrementa más de cinco veces, la de empleo precario se reduce a más de la mitad y la de subempleo inestable a una mínima expresión. Asimismo, frente a los habitantes de villas y asentamientos precarios, aquellos que residen en barrios de trazado urbano de NSE Medio alto tienen dos veces más chances de conseguir un empleo pleno y cinco veces menos probabilidades de tener que desempeñarse en un subempleo inestable. Por otra parte, los trabajadores pertenecientes al nivel socioeconómico más bajo o residentes en barrios de NSE bajo/vulnerable y en villas presentan las probabilidades más altas de encontrarse desocupados o en riesgo de desempleo, en contraste con aquellos trabajadores de estratos más altos.
Al examinar la participación en el sistema de protección social, es posible destacar algunas observaciones. Por un lado, tanto el porcentaje de trabajadores como de asalariados que no participan de la seguridad social en Gran Mendoza (47,4% y 23,1%) son menores que los registrados a nivel nacional (51,3% y 33,3%), llegando a una diferencia de 10 puntos porcentuales en el caso de asalariados sin aportes. Estos valores son también inferiores que en las regiones urbanas, con la excepción de CABA. Por el otro lado, prácticamente 8 de cada 10 trabajadores no asalariados en Mendoza no participar de la seguridad social (78,2%), en una proporción levemente superior a la relevado en el total urbano (71,5%) y en las regiones urbana, exceptuando al Conurbano Bonaerense. En cuanto al porcentaje de trabajadores sin cobertura nominativa de salud, aproximadamente alcanza a un tercio de la población activa de 18 años y
25
más en Mendoza (34,5%), de manera análoga a lo que sucede a nivel nacional (34,2%). En el análisis por regiones urbanas, solo el Conurbano Bonaerense arroja una cifra mayor.
Evaluando las desigualdades sociales en los cuatro indicadores analizados, se destaca una mayor vulnerabilidad en el acceso al sistema de protección social para los trabajadores de nivel socioeconómico más bajo o que residen en villas y asentamientos precarios, contrariamente a lo que acurre con los pertenecientes a estratos más acomodados. Así, por ejemplo, en el nivel socioeconómico muy bajo, el déficit de participación en la seguridad social alcanza al 81,9% de los trabajadores, en una proporción más de cuatro veces superior que en el nivel medio alto.
En lo referente al sector de inserción laboral, es posible evidenciar cierto correlato entre la situación de Gran Mendoza con respecto al total urbano. Sin embargo, es importante poner de manifiesto algunas particularidades. En Mendoza, 2 de cada 10 trabajadores se desempeñan en el sector público, un tercio en el sector formal, y el restante 45,9% en el sector informal. Contrastando estos datos con los arrojados a nivel nacional, surge que en Mendoza es mayor la proporción de empleo público (21% contra 13,5%), mientras que los valores de trabajadores que realizan sus actividades tanto en el sector formal como en el informal son menores (33,1% contra 36,8%, y 45,9% contra 49,7%, respectivamente). En tanto, el porcentaje de empleo público es mayor que en todas las regiones urbanas y el de empleo formal, el menor (con la excepción del Conurbano Bonaerense).
A su vez, las desigualdades más significativas se observan entre los distintos niveles socioeconómicos. En este sentido, comparando la situación de un trabajador en el estrato más alto respecto a otro perteneciente al nivel muy bajo, la probabilidad de desempeñarse en el empleo público se incrementa cinco veces, la de trabajar en el sector formal más de tres veces, mientras que en el sector informal se reduce a la quinta parte.
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ESTADO DE LOS DERECHOS LABORALES Y DE LA SEGURIDAD SOCIAL
CALIDAD DEL EMPLEO
EMPLEO PLENO DE
DERECHOS
Incidencia de las relaciones laborales de calidad
en el total de la población económicamente
activa, considerando la realización de aportes
previsionales y la continuidad laboral.
Porcentaje de personas ocupadas en
relación de dependencia que declaran que se
les realizan descuentos jubilatorios;
cuentapropistas profesionales y no
profesionales con continuidad laboral que
realizan aportes al Sistema de Seguridad
Social; y patrones o empleadores con
continuidad laboral que también realizan
aportes a dicho sistema, respecto del total
de personas activas.
EMPLEO
PRECARIO
Incidencia de las relaciones laborales precarias
en el total de los activos, considerando la no
realización de aportes previsionales y la
ausencia de continuidad laboral.
Porcentaje de personas ocupadas en
relación de dependencia que declaran que
no se les realizan descuentos jubilatorios;
cuentapropistas no profesionales que no
realizan aportes al Sistema de Seguridad
Social y/o sin continuidad laboral; y patrones
o empleadores que no realizan aportes a
este sistema y/o sin continuidad laboral,
respecto del total de personas activas.
SUBEMPLEO
INESTABLE
Incidencia de las relaciones laborales de
subempleo inestable en el total de los activos,
considerando la no realización de aportes
previsionales, la ausencia de continuidad
laboral, la baja remuneración y/o la situación
de los beneficiarios de programas de empleo.
Porcentaje de personas ocupadas en
trabajos temporarios de baja remuneración
o changas, trabajadores sin salario y
beneficiarios de planes de empleo con
contraprestación laboral, respecto del total
de personas activas.
DESEMPLEO
Incidencia de la situación de desocupación
(búsqueda activa) en la población
económicamente activa.
Porcentaje de personas que no trabajan pero
que en el momento del relevamiento buscan
activamente trabajo y están en
disponibilidad de trabajar, respecto del total
de personas activas.
RIESGO DE
DESEMPLEO
Riesgo de desocupación, expresado por la
intensidad de la desocupación en el último año
en la población económicamente activa.
Porcentaje de personas que se encontraron
desocupadas, por lo menos una vez durante
los últimos 12 meses, por razones ajenas a la
propia voluntad, respecto del total de
personas activas.
27
PARTICIPACIÓN EN EL SISTEMA DE PROTECCIÓN SOCIAL
TRABAJADORES
SIN APORTES
Incidencia de las situaciones laborales no
registradas en el total de los ocupados,
considerando la realización o no de aportes
previsionales.
Porcentaje de trabajadores en relación
de dependencia a los que no se les
realizan los aportes jubilatorios y
trabajadores cuentapropistas, patrones o
empleadores que no realizan los pagos al
Sistema de Seguridad Social, respecto del
total de trabajadores en relación de
dependencia, cuentapropistas, patrones
y empleadores.
ASALARIADO SIN
APORTES
Incidencia de las relaciones laborales no
registradas en el total de los asalariados,
considerando la realización o no de aportes
previsionales.
Porcentaje de trabajadores en relación
de dependencia a los que no se les
realizan los aportes jubilatorios, respecto
del total de trabajadores en relación de
dependencia.
NO ASALARIADO
SIN APORTES
Incidencia de las situaciones laborales no
registradas en el total de los no asalariados,
considerando la realización o no de aportes
previsionales.
Porcentaje de trabajadores
cuentapropistas, patrones o
empleadores que no realizan los pagos al
Sistema de Seguridad Social, respecto del
total de trabajadores cuentapropistas,
patrones y empleadores.
TRABAJADORES
SIN COBERTURA
DE SALUD
Incidencia de la falta de cobertura de salud en el
total de los ocupados, considerando si poseen o no
obra social, mutual o prepaga.
Porcentaje de trabajadores que no
cuentan con cobertura de obra social,
mutual o prepaga, respecto del total de
trabajadores.
SECTOR DE INSERCIÓN LABORAL
SECTOR PÚBLICO Actividades laborales vinculadas al desarrollo de la
función estatal en sus distintos niveles de gestión
(nacional, provincial, municipal u organismos
descentralizado).
Porcentaje de trabajadores en el sector
público.
SECTOR FORMAL Actividades laborales de elevada productividad y
altamente integradas económicamente a los
procesos de modernización. En términos
operativos, son ocupaciones en establecimientos
medianos o grandes o actividades profesionales.
Porcentaje de trabajadores en el sector
privado formal.
28
SECTOR
INFORMAL
Actividades laborales de baja productividad, alta
rotación de trabajadores y no funcionales al
mercado formal. Son ocupaciones en
establecimientos pequeños, de servicio doméstico
o independientes no profesionales.
Porcentaje de trabajadores en el sector
privado informal.
Tabla 3.1. Estado de los derechos laborales y de la seguridad social. Gran Mendoza (2015-2016) comparado con Total Urbano y Regiones Urbanas (2016). En porcentaje de población de 18 años y más.
TOTAL
URBANO
Regiones Urbanas GRAN
MENDOZA CABA
Conurbano Bonaerense
Otras áreas metropolitanas
Resto urbano
Calidad del empleo
Empleo pleno de derechos 41,4 59,7 32,4 43,9 48,5 45,2
Empleo precario 30,7 23,2 34,5 28,8 28,8 29,2
Subempleo inestable 18,0 2,1 21,9 17,2 14,8 16,1
Desempleo 9,9 7,5 11,2 10,0 8,0 9,6
Riesgo de desempleo 27,7 15,2 34,7 25,4 21,2 26,5
Participación en el sistema de protección social
Trabajadores sin aportes 51,3 25,2 62,6 48,6 45,5 47,4
Asalariados sin aportes 33,3 26,2 40,0 28,4 27,3 23,1
No asalariados sin aportes 71,5 24,1 86,9 69,9 70,9 78,2
Trabajadores sin cobertura de salud 34,2 7,3 45,5 29,1 31,9 34,5
Sector de inserción laboral
Sector Público 13,5 12,8 11,1 13,9 20,6 21,0
Sector Formal 36,8 65,9 28,2 37,6 34,7 33,1
Sector Informal 49,7 21,3 60,8 48,5 44,7 45,9
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
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Tabla 3.2. Estado de los derechos laborales y de la seguridad social. Gran Mendoza según características estructurales. Años 2015-2016. En porcentaje de población de 18 años y más.
CARACTERÍSTICAS ESTRUCTURALES
Nivel Socio-Económico Condición Socio-Residencial
Medio alto
Medio bajo
Bajo Muy bajo NSE
Medio alto
NSE Medio y Medio bajo
NSE Bajo / vulnerable
Villas y asent.
precarios
Calidad del empleo
Empleo pleno de derechos 74,9 60,6 27,2 14,4 63,8 41,0 29,8 26,6
Empleo precario 14,9 25,3 39,8 34,6 22,6 33,2 29,0 28,5
Subempleo inestable 5,8 6,5 21,8 34,9 6,0 17,3 26,5 31,3
Desempleo 4,5 7,6 11,2 16,1 7,6 8,5 14,8 13,6
Riesgo de desempleo 13,1 17,0 28,9 53,8 16,3 28,0 33,8 59,2
Participación en el sistema de protección social
Trabajadores sin aportes 19,6 30,6 66,8 81,9 27,5 52,7 63,4 69,2
Asalariados sin aportes 8,8 17,1 37,0 56,6 10,7 28,1 33,5 35,1
No asalariados sin aportes 50,5 59,1 88,1 94,9 57,5 80,8 93,9 98,0
Trabajadores sin cobertura de salud 5,7 20,5 50,8 69,8 15,0 37,0 55,4 71,2
Sector de inserción laboral
Sector Público 39,3 25,5 10,0 7,8 28,4 18,3 15,9 22,9
Sector Formal 44,7 42,8 25,0 13,3 44,0 32,0 19,6 18,4
Sector Informal 16,0 31,7 64,9 78,8 27,7 49,7 64,6 58,7
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
30
4. SITUACIÓN DE LA SALUD Y CONDICIONES PSICOSOCIALES
Desde un enfoque sostenido en el desarrollo humano, es posible pensar a la salud como un eslabón que integra el logro de las capacidades para actuar con iniciativa y generar cambios positivos en la vida. En esta línea, es importante notar la influencia de factores relativos a la salud, los recursos psicológicos y los soportes sociales.
Cuatro son los indicadores útiles para examinar el estado de la salud y sus conductas preventivas, que en la comparación entre Gran Mendoza y el total urbano, arrojan datos similares. El primero de ellos es el déficit en el estado de salud, el cual se constituye con la percepción del propio sujeto encuestado, sin considerar el diagnóstico médico: 13,7% de los mendocinos enuncian tener bastantes o graves problemas de salud, valor semejante al registrado en el nivel nacional (12,9%) y en las regiones urbanas. En cuanto al malestar psicológico, es decir al déficit de las capacidades emocionales a través de sintomatología ansiosa y depresiva, la incidencia entre los habitantes de Mendoza es del 21% (contra el 22,3% a nivel agregado). El dato de Mendoza, asimismo, registra un valor algo más bajo que en las distintas regiones urbanas del país, con la excepción de CABA. Por otra parte, prácticamente 3 de cada 10 personas en Gran Mendoza declaran no haber realizado una consulta médica durante el último año, proporción que se repite observando el total urbano. A su vez, el valor mendocino es 10 puntos porcentuales más bajo que en las diferentes regiones urbanas (otra vez, con la excepción de CABA que registra un 9,5% de déficit). Por último, el déficit de ejercicio físico constituye el cuarto indicador para evaluar el estado de la salud de las personas, alcanzando al 63,7% de la población mendocina, valor equivalente al que se da a nivel nacional (63,6%).
Analizando estos cuatro indicadores a la luz de las variables estructurales, pueden verificarse mayores problemas de salud cuanto más bajo es el nivel socioeconómico y la condición socio-residencial. Así, por ejemplo, mientras que un cuarto de la población de nivel socioeconómico muy bajo dice padecer bastantes problemas de salud o enfermedades graves/crónicas, el déficit desciende al 4,4% entre los mendocinos pertenecientes al nivel Medio alto, verificándose la misma tendencia según la condición socio-residencial. Algo similar ocurre al analizar malestar psicológico. Empero, el déficit de consulta médica no muestra variaciones significativas entre las categorías de las variables analizadas, siendo aproximadamente 3 de cada 10 mendocinos los que no han asistido a una consulta médica en el último año. La excepción en este caso la ocupan las personas de nivel socioeconómico Medio alto, con un 18,2%. Las mayores desigualdades se aprecian para déficit de ejercicio físico: los ciudadanos empobrecidos en términos socioeconómicos y residenciales prácticamente duplican los porcentajes de los encuestados que se encuentran en estratos de mejores condiciones, siendo 8 de cada 10 las personas que afirman no realizar ejercicio físico por lo menos una vez por semana.
Los indicadores referidos a los recursos cognitivos y emocionales, por su parte, denotan características psicológicas representadas en la creencia de control externo, el sentimiento de felicidad y la capacidad de tener proyectos de vida.
Con respecto al déficit en proyectos, en Gran Mendoza el 13,7% de las personas afirmaron carecer de proyectos de vida, porcentaje levemente mayor al comprarlo con el nivel agregado (13,1%). Sin embargo, en cuanto al déficit de felicidad, solo el 5% de la población mendocina declaró sentirse poco o nada feliz, valor que se duplica en el total urbano (10,9%), siendo también menor que en el resto de las regiones urbanas. Por otro lado, la creencia de control externo se entiende como la convicción de estar sometido al destino, a circunstancias externas o a la influencia de otros con mayor poder. El dato de Mendoza para este indicador también registra un valor más bajo que a nivel nacional (11,1% contra 18,4%).
31
En el análisis de las desigualdades sociales es posible destacar algunas observaciones. A nivel general, los tres indicadores exhiben brechas persistentes a medida que se asciende en la escala social según características socioeconómicas y residenciales. Atendiendo al déficit de proyectos personales, en el estrato socioeconómico muy bajo, el valor es más de tres veces mayor con respecto al estrato más alto (23,7% contra 5,4%). Esta brecha es menos amplia cuando se analiza al mismo indicador según la condición socio-residencial, percibiéndose dos veces más entre aquellos mendocinos que habitan en villas y asentamientos precarios en comparación con los que residen en barrios de trazado urbano de NSE Medio alto. Los aumentos de infelicidad y creencia de control externo, a su vez, se perciben de manera escalonada hasta alcanzar valores de 11,1% y 23,8% respectivamente, en el nivel socioeconómico más bajo. Una situación similar ocurre al analizar estos indicadores a la luz de la condición socio-residencial.
Las habilidades sociales de ayuda representan mucho más que un aspecto valioso del bienestar subjetivo, puesto que las mismas constituyen un indicador robusto sobre las condiciones de cohesión, solidaridad e integración que ofrece la sociedad a sus miembros. Según la perspectiva desde la que se estudia el apoyo social, se pueden distinguir dos tipos de abordaje: la perspectiva estructural y la perspectiva funcional. En cuanto a la primera, se analiza el indicador déficit de apoyo social estructural, es decir, no contar con una red de vínculos a quien recurrir frente a una necesidad. En Gran Mendoza, el valor de este indicador es mayor (22,1%) al compararlo con el total urbano (18,7%) y con todas las regiones urbanas, a excepción de otras áreas metropolitanas (23,4%).
La segunda perspectiva es la funcional, la cual analiza los efectos o consecuencias que le reportan al sujeto el acceso y conservación de las relaciones sociales que tiene en su red. El déficit de apoyo social afectivo representa el sentimiento personal de no tener a alguien que demuestre amor y cariño hacia uno. Entre la población mendocina, 1 de cada 10 personas declaran no tener a alguien que los abrace y/o les muestre amor y afecto, en una proporción algo menor a la registrada a nivel nacional (14%). Asimismo, se presenta como el valor más bajo al compararlo con las otras regiones urbanas, cuyos porcentajes no bajan del 13%. En cuanto al déficit de apoyo social instrumental, tangible o material, hace referencia a la posibilidad de no disponer de ayuda directa frente a situaciones cotidianas domésticas. Se observa que en Gran Mendoza hay un menor déficit de apoyo instrumental al compararlo con el total urbano (22,4% y 26,8% respectivamente). Una situación similar se da con el déficit en apoyo social informacional, que consiste en la falta de provisión de consejo o guía para ayudar a las personas a resolver sus problemas (22,0% en Gran Mendoza contra 28,2% del total nacional). Además, se presenta como el valor más bajo al compararlo con las otras regiones urbanas.
Tal como se observa en la Tabla 8, las características estructurales de la población inciden de manera relevante sobre estos cuatro indicadores. El déficit de apoyo social estructural se registra de manera escalonada ascendente a peores indicadores socioeconómicos y residenciales. Mientras que en el nivel socioeconómico más alto se presenta un valor de 12,0%, alcanza los 32,6% en el estrato más bajo, situación que se repite al analizar la condición socio-residencial. Por otra parte, al analizar el apoyo social afectivo en relación con el nivel socioeconómico, se verifica que quienes integran el estrato muy bajo presentan déficit en una proporción que representa más del doble de la registrada por los entrevistados del nivel más alto. En contraste, no parece apreciarse desigualdades significativas al comparar estos valores teniendo en cuenta la condición socio-residencial, siendo el déficit de 10,4% para la población más favorecida, y de 11,8% para aquellos que residen en villas y asentamientos precarios. Algo similar ocurre al evaluar el déficit de apoyo instrumental, indicador para el cual no se corroboran importantes diferencias entre los grupos sociales, salvo para las personas de nivel socioeconómico más acomodado, que registran el menor porcentaje. Por último, la falta de contención social informacional conforme a las características individuales de los entrevistados
32
arroja resultados mucho más claros. Este indicador llega a manifestarse en 3 de cada 10 personas que pertenecen al nivel socioeconómico muy bajo, duplicando la proporción registrada en el nivel Medio alto. Asimismo, el déficit alcanza a más de la mitad de los mendocinos que habitan en villas y asentamientos precarios (55,5%), prácticamente tres veces más que quienes residen en barrios de trazado urbano de NSE Medio alto (18,6%).
SITUACIÓN DE LA SALUD Y CONDICIONES PSICOSOCIALES
CONDICIÓN DE LA SALUD Y HÁBITOS PREVENTIVOS
DÉFICIT DE ESTADO
DE SALUD
Estado general de salud percibido por las
personas desde una noción que integra las
dimensiones física, biológica y psicológica.
Porcentaje de personas que dicen tener
bastantes problemas de salud, padecer
enfermedades crónicas o graves.
MALESTAR
PSICOLÓGICO
Mide el déficit de las capacidades
emocionales a través de sintomatología
ansiosa y depresiva de las personas. El
malestar psicológico dificulta responder a las
demandas ordinarias de la vida cotidiana,
desenvolverse socialmente y tener
relaciones satisfactorias con los otros.
Porcentaje de personas que mencionaron
síntomas de ansiedad y depresión integradas en
una puntuación que indica riesgo moderado o
alto de malestar psicológico en la escala KPDS-
10.
NO REALIZAR
CONSULTA MÉDICA
Mide la falta de asistencia a una visita
profesional médica para realizar control,
prevención o tratamiento.
Porcentaje de personas que afirmaron no haber
realizado una consulta médica durante el último
año.
DÉFICIT DE EJERCICIO
FÍSICO
Se considera ejercicio físico el conjunto de
acciones motoras musculares y esqueléticas.
Habitualmente se asocia a cualquier
actividad física que mejora y mantiene la
aptitud física, la salud y el bienestar del
individuo.
Porcentaje de personas que afirmaron no
realizar ejercicio físico por lo menos una vez por
semana.
33
RECURSOS COGNITIVOS Y EMOCIONALES
DÉFICIT DE
PROYECTOS
Percepción de incompetencia para
proponerse metas y objetivos en procura de
su bienestar personal.
Porcentaje de personas que indicaron no tener
proyectos personales en su vida.
SENTIRSE POCO O
NADA FELIZ
Percepción negativa del estado de ánimo
que produce en la persona una sensación
de insatisfacción y tristeza en su vida.
Porcentaje de personas que aseveraron
sentirse nada o poco felices en su vida.
CREENCIA DE
CONTROL EXTERNO
Creencia acerca del grado en que la propia
conducta es o no eficaz para modificar
positivamente el entorno. Sensación de
estar a merced del destino y considerar que
sus conductas están exteriormente dirigidas.
Porcentaje de personas que presentaron un
predominio de creencia de control externo.
CAPACIDADES SOCIALES DE AGENCIA
DÉFICIT DE APOYO
SOCIAL
ESTRUCTURAL
Percepción de no contar con una red de
apoyo por considerarse sin amigos y en
ausencia de alguien a quien recurrir frente a
una necesidad.
Porcentaje de personas que afirmaron no tener
amigos y/o sentirse solos y no tener a nadie a
quien acudir.
DÉFICIT DE APOYO
SOCIAL AFECTIVO
Percepción de no contar con alguien que le
demuestre amor y cariño.
Porcentaje de personas que declararon no tener
a alguien que los abrace y/o les demuestre amor
y afecto.
DÉFICIT DE APOYO
SOCIAL
INSTRUMENTAL
Percepción de no contar con otras personas
cuando necesita ayuda en tareas cotidianas
o domésticas.
Porcentaje de personas que indicaron no contar
con alguien que les prepare la comida y/o los
ayude en tareas domésticas si está enfermo.
DÉFICIT DE APOYO
SOCIAL
INFORMACIONAL
Percepción de no contar con alguien que lo
aconseje, ayude o informe en temas
personales.
Porcentaje de personas que mencionaron no
tener a alguien que los aconseje sobre cómo
resolver problemas personales y/o los ayude o
les proporcione información para comprender
una situación.
34
Tabla 4.1. Situación de la salud y condiciones psicosociales. Gran Mendoza (2015-2016) comparado con Total Urbano y Regiones Urbanas (2016). En porcentaje de población de 18 años y más.
TOTAL
URBANO
Regiones Urbanas GRAN
MENDOZA CABA
Conurbano Bonaerense
Otras áreas metropolitanas
Resto urbano
Condiciones de la salud y hábitos preventivos
Déficit de estado de salud 12,9 14,5 13,7 12,2 10,6 13,7
Malestar psicológico 22,3 17,0 23,3 23,6 21,5 21,0
No realizar consulta médica 29,9 9,5 38,7 35,7 36,7 27,8
Déficit de ejercicio físico 63,6 37,5 72,5 62,9 59,7 63,7
Recursos cognitivos y emocionales
Déficit en proyectos 13,1 10,1 12,1 15,5 15,4 13,7
Sentirse poco o nada feliz 10,9 11,7 12,4 6,1 11,9 5,0
Creencia de control externo 18,4 4,4 25,9 17,0 10,2 11,1
Capacidades sociales de agencia
Déficit de apoyo social estructural 18,7 8,2 19,0 23,4 20,1 22,1
Déficit de apoyo social afectivo 14,0 17,1 13,2 13,0 14,8 9,8
Déficit de apoyo social instrumental 26,8 48,9 20,3 24,6 30,6 22,4
Déficit de apoyo social informacional 28,2 36,4 25,5 27,3 30,9 22,0
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
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Tabla 4.2. Situación de la salud y condiciones psicosociales. Gran Mendoza según características estructurales. Años 2015-2016. En porcentaje de población de 18 años y más.
CARACTERÍSTICAS ESTRUCTURALES
Nivel Socio-Económico Condición Socio-Residencial
Medio alto
Medio bajo
Bajo Muy bajo NSE
Medio alto
NSE Medio y Medio bajo
NSE Bajo / vulnerable
Villas y asent.
precarios
Condiciones de la salud y hábitos preventivos
Déficit de estado de salud 4,4 7,9 15,2 25,9 5,8 13,6 20,2 28,0
Malestar psicológico 12,7 15,8 22,5 32,0 16,5 20,1 26,9 32,7
No realizar consulta médica 18,2 27,5 32,8 29,6 28,2 26,5 30,7 28,1
Déficit de ejercicio físico 42,9 56,2 71,5 79,4 45,5 66,6 74,0 80,4
Recursos cognitivos y emocionales
Déficit en proyectos 5,4 8,3 16,4 23,7 10,4 13,3 17,3 22,8
Sentirse poco o nada feliz 1,8 1,4 5,6 11,1 2,7 3,9 8,9 13,5
Creencia de control externo 2,3 5,9 11,6 23,8 6,1 10,5 18,8 25,5
Capacidades sociales de agencia
Déficit de apoyo social estructural 12,0 17,8 24,2 32,6 11,4 22,8 26,5 33,4
Déficit de apoyo social afectivo 5,5 8,6 10,8 13,3 10,4 10,0 8,2 11,8
Déficit de apoyo social instrumental 16,6 23,7 22,9 24,4 21,9 24,6 22,8 26,3
Déficit de apoyo social informacional 15,3 20,3 19,9 31,6 18,6 22,2 20,7 55,5
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
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5. CULTURA DEMOCRÁTICA, CONFIANZA INSTITUCIONAL Y VIDA CIUDADANA
Analizando las preferencias, conformidad y atributos de la democracia, el aglomerado de Gran Mendoza muestra una preferencia por un gobierno con fuerte poder presidencial algo menor que el total urbano. En este sentido, casi 1 de cada 10 ciudadanos mendocinos declararon preferir una figura presidencial con poder concentrado antes que un gobierno cuyo poder se encuentre repartido entre los 3 poderes. Esta proporción es algo mayor en el nivel agregado (13,2% de las personas de 18 años y más) y en todas las regiones urbanas, con la excepción de CABA (4,1%).
Además, se evalúa qué imagen muestran los ciudadanos sobre el funcionamiento de la democracia y de qué modo valoran su eficacia para resolver los diferentes problemas que aquejan a la sociedad. Una manera de realizar esta evaluación es a partir del estudio del déficit presente en la ciudadanía en lo que concierne a la conformidad con el funcionamiento de la democracia. Los resultan evidencian que, análogamente a lo que ocurre a nivel nacional y en las distintas regiones urbanas, aproximadamente 1 de cada 2 personas en Gran Mendoza muestran disconformidad con el funcionamiento de la democracia en Argentina.
El tercer indicador relevante refiere a la consideración del voto como factor de cambio. El ejercicio del derecho a elegir garantiza la participación en la vida pública, por lo cual es importante la percepción de los ciudadanos al considerar al voto como una herramienta que pueda o no generar cambios en la realidad. Como se puede observar en la Tabla 9, prácticamente un tercio (33,5%) de la población mendocina considera que el voto no es un instrumento eficaz a la hora de generar cambios en la realidad. El dato de Gran Mendoza es muy similar al registrado a nivel total urbano, aunque más elevado que en el resto de las regiones urbanas salvo en el Conurbano Bonaerense, donde el déficit alcanza al 42,1% de la población.
Por su parte, la Tabla 10 permite corroborar las variaciones de estos tres indicadores según los aspectos estructurales examinados. De esta manera, es posible verificar que quienes presentan condiciones de mayor vulnerabilidad, ya sea por su nivel socioeconómico muy bajo o por residir en villas o en barrios de trazado urbano de NSE Bajo/vulnerable, tienden a manifestar una mayor preferencia por un gobierno con fuerte poder presidencial, así como mayor disconformidad con el funcionamiento de la democracia que aquellas personas que se encuentran en condiciones más acomodadas.
No ocurre lo mismo al observar las variaciones para el déficit en la conformidad con el funcionamiento de la democracia. Examinando al indicador según el nivel socioeconómico, se aprecia que los porcentajes son similares en todas las categorías, aunque es en el nivel Medio alto donde se registra el más bajo (26,8%). Medido por condición socio-residencial, en contraste, parece observarse una tendencia particular: a medida que los niveles son mayores, las personas muestran más reticencia a considerar al voto como una herramienta que favorece el cambio. Así, entre las personas que residen en barrios de trazado urbano de NSE Bajo/vulnerable el déficit es del 30,5%, mientras que para la población de NSE Medio alto, alcanza el 36,6%.
La confianza en las instituciones ciudadanas es otro componente clave en esta dimensión. La integran en este caso seis instituciones de gobierno, de representación de intereses y de la sociedad civil, cada una configurando un indicador: el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial, el Congreso, los partidos políticos, los sindicatos y los medios de comunicación. A nivel general, y tal como se aprecia en la Tabla 9, los datos relevados en el Gran Mendoza dan cuenta de una mayor confianza hacia las instituciones que la registrada a nivel nacional.
Dentro de las instituciones de gobierno, el 25,0% de los mendocinos confía en el Poder Ejecutivo, una cifra algo mayor que la registrada en el total urbano (21,2%) y que en las regiones urbanas,
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con la excepción de CABA. En cuanto al Poder Judicial, la confianza es del 17,0% en Mendoza, y del 12,9% a nivel agregado, similar a lo que ocurre con la confianza en el Congreso (16,4% y 13,3% respectivamente). Por otra parte, entre las instituciones de representación de intereses, el 6,1% los ciudadanos de Mendoza dicen confiar en los partidos políticos, porcentaje que coincide con el relevado a nivel nacional, mientras que la confianza en los sindicatos es algo mayor en la provincia en comparación con el país (11,5% contra 10,8%). Analizando las regiones urbanas, solo los habitantes del Conurbano Bonaerense confían más en los sindicatos que en los mendocinos. En lo que refiere a los medios de comunicación, el 37,1% de los habitantes del Gran Mendoza dicen confiar en ellos, proporción que supera al total nacional y a todas las regiones urbanas.
Evaluando estos mismos indicadores a la luz de las características estructurales de la población mendocina, es posible afirmar que a nivel general no se observan grandes variaciones entre los diferentes grupos sociales. Sin embargo, es importante subrayar algunos datos particulares. Por ejemplo, prácticamente el 40% de las personas residentes en villas y asentamientos precarios dicen confiar en el Poder Ejecutivo, una cifra considerablemente superior a las registradas en el resto de la las categorías socio-residenciales. Algo muy similar sucede con la confianza en el Congreso (24,6% de la población residentes en villas) y en los medios de comunicación (60,9%).
La democracia no se agota en las elecciones de los gobernantes cada dos o cuatro años. La necesidad de que los ciudadanos puedan sentirse parte del sistema democrático y no lo observen con desinterés se puede analizar a partir de la participación en distintas asociaciones y grupos sociales. Los indicadores utilizados hacen referencia a la participación en espacios que contribuyen a profundizar y ampliar el debate público entre los ciudadanos: participación en actividades políticas o partidarias, participación en actividades sindicales, participación en actividades o grupos de protesta, y participación en grupos sociales. Tal como quedó en evidencia con los indicadores de confianza en las instituciones, en este caso los niveles de participación registrados entre la población de Gran Mendoza tampoco muestran diferencias significativas a los relevados en el total nacional. Asimismo, los mismos son muy bajos, dando cuenta de una ciudadanía poco interesada y escasamente comprometida con la actividad pública. Estos bajos niveles de participación ciudadana tienen su correlato con la desconfianza generalizada que los entrevistados tienen de las condiciones de funcionamiento del sistema democrático y sus instituciones, como fue analizado anteriormente.
Observando los datos para Gran Mendoza en la Tabla 9, se puede apreciar que sólo el 2,7% de sus ciudadanos participan en actividades políticas y partidarias, porcentaje apenas superior al 2,3% registrado a nivel nacional. Para el caso de los sindicatos, la participación en Mendoza es del 3,7% (y de 4,5% a nivel agregado), mientras que sólo el 1,6% ha declarado participar en actividades o grupos de protesta (contra el 2,1% del total urbano). Por último, la participación en grupos sociales es algo mayor, con un 6% (y con un 7,1% a nivel nacional). En el análisis por regiones urbanas no se aprecian variaciones importantes, salvo para el caso de CABA, que da cuenta de una mayor participación que en el resto de los aglomerados. Así, por ejemplo, el 32% de su población declara participar de grupos de protesta, en una proporción más de 5 veces mayor que en Gran Mendoza.
El análisis según las variables estructurales, por su parte, deja en evidencia que son las personas pertenecientes al nivel socioeconómico más alto y las que habitan en barrios de trazado urbano de NSE Medio alto quienes más participan de estas actividades. Para el resto de los estratos, los niveles son más bajo y, en general, homogéneos. Así pues, las personas que integran el nivel socioeconómico más alto son las que más participan en actividades políticas o partidarias (4,8%), prácticamente duplicando a los niveles de participación para el resto de las categorías, que no ascienden del 2,7%.
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5. CULTURA DEMOCRÁTICA, CONFIANZA INSTITUCIONAL Y VIDA CIUDADANA
PREFERENCIAS, CONFORMIDAD Y ATRIBUTOS DE LA DEMOCRACIA
PREFERENCIA POR UN
GOBIERNO CON FUERTE
PODER PRESIDENCIAL
Es una medida subjetiva sobre la
preferencia ciudadana por un gobierno con
un presidente con fuerte poder.
Porcentaje de personas de 18 años y más
que declararon preferir un gobierno con
un presidente con fuerte poder.
DÉFICIT EN LA
CONFORMIDAD CON EL
FUNCIONAMIENTO DE LA
DEMOCRACIA
Es una medida subjetiva sobre el nivel de
conformidad con el funcionamiento de la
democracia.
Porcentaje de personas de 18 años y más
que se declaran nada o poco conforme
con el funcionamiento de la democracia.
DÉFICIT EN LA
CONSIDERACIÓN DEL
VOTO COMO FACTOR DE
CAMBIO
Es una medida subjetiva sobre la capacidad
que tiene el voto para generar cambios en
la realidad social y política de nuestro país.
Porcentaje de personas de 18 años y más
que declararon que el voto no sirve como
factor de cambio social.
CONFIANZA EN LAS INSTITUCIONES CIUDADANAS
CONFIANZA EN EL PODER
EJECUTIVO
Es una medida subjetiva de los niveles de
confianza en el Poder Ejecutivo.
Porcentaje de personas de 18 años y más
que declararon confiar mucho o bastante
en el Poder Ejecutivo.
CONFIANZA EN EL PODER
JUDICIAL
Es una medida subjetiva de los niveles de
confianza en el Poder Judicial.
Porcentaje de personas de 18 años y más
que declararon confiar mucho o bastante
en el Poder Judicial.
CONFIANZA EN EL
CONGRESO
Es una medida subjetiva de los niveles de
confianza en el Congreso.
Porcentaje de personas de 18 años y más
que declararon confiar mucho o bastante
en el Congreso.
CONFIANZA EN LOS
PARTIDOS POLÍTICOS
Es una medida subjetiva de los niveles de
confianza en los partidos políticos.
Porcentaje de personas de 18 años y más
que declararon confiar mucho o bastante
en los partidos políticos.
CONFIANZA EN LOS
SINDICATOS
Es una medida subjetiva de los niveles de
confianza en los sindicatos.
Porcentaje de personas de 18 años y más
que declararon confiar mucho o bastante
en los sindicatos.
CONFIANZA EN LOS
MEDIOS DE
COMUNICACIÓN
Es una medida subjetiva de los niveles de
confianza en los medios de comunicación.
Porcentaje de personas de 18 años y más
que declararon confiar mucho o bastante
en los medios de comunicación.
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PARTICIPACIÓN CIUDADANA
PARTICIPACIÓN EN
ACTIVIDADES POLÍTICAS O
PARTIDARIAS
Es una medida objetiva de participación en
partidos políticos.
Porcentaje de personas de 18 años y más
que declararon haber participado en los
últimos 12 meses en algún partido político
o actividad partidaria.
PARTIVIPACIÓN EN
ACTIVIDADES SINDICALES
Es una medida objetiva de participación en
sindicatos o gremios.
Porcentaje de personas de 18 años y más
que declararon haber participado en los
últimos 12 meses en algún sindicato o
gremio.
PARTICIPACIÓN EN
ACTIVIDADES O GRUPOS
DE PROTESTA
Es una medida objetiva de participación en
grupos de protesta.
Porcentaje de personas de 18 años y más
que declararon haber participado en los
últimos 12 meses en grupos de protesta.
PARTICIPACIÓN EN
GRUPOS SOCIALES
Es una medida objetiva de participación en
grupos sociales.
Porcentaje de personas de 18 años y más
que declararon haber participado en los
últimos 12 meses en algún grupo social.
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Tabla 5.1. Cultura democrática, confianza institucional y vida ciudadana. Gran Mendoza (2015-2016) comparado con Total Urbano y Regiones Urbanas (2016). En porcentaje de población de 18 años y más.
TOTAL
URBANO
Regiones Urbanas GRAN
MENDOZA CABA
Conurbano Bonaerense
Otras áreas metropolitanas
Resto urbano
Preferencias, conformidad y atributos de la democracia
Preferencia por un gobierno con fuerte poder presidencial 13,2 4,1 14,0 14,8 16,3 9,2
Déficit en la conformidad con el funcionamiento de la democracia 55,8 50,1 55,5 58,7 57,1 54,2
Déficit en la consideración del voto como factor de cambio 32,8 12,4 42,1 30,0 26,4 33,5
Confianza en las instituciones ciudadanas
Confianza en el Poder Ejecutivo 21,2 43,0 15,8 18,2 22,9 25,0
Confianza en el Poder Judicial 12,9 12,9 12,3 10,5 17,6 17,0
Confianza en el Congreso 13,3 23,7 9,8 12,6 15,4 16,4
Confianza en los partidos políticos 6,1 9,4 6,6 4,5 4,3 6,1
Confianza en los sindicatos 10,8 8,7 12,1 10,3 9,6 11,5
Confianza en los medios de comunicación 33,3 31,5 31,0 36,4 36,9 37,1
Participación ciudadana
Participación en actividades políticas o partidarias 2,3 7,8 0,4 2,4 3,4 2,7
Participación en actividades sindicales 4,5 9,2 3,2 4,4 4,8 3,7
Participación en actividades o grupos de protesta 2,1 7,9 0,4 1,8 2,7 1,6
Participación en grupos sociales 7,1 32,0 1,3 4,7 6,9 6,0
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
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Tabla 5.2. Cultura democrática, confianza institucional y vida ciudadana. Gran Mendoza según características estructurales. Años 2015-2016. En porcentaje de población de 18 años y más.
CARACTERÍSTICAS ESTRUCTURALES
Nivel Socio-Económico Condición Socio-Residencial
Medio alto
Medio bajo
Bajo Muy bajo
NSE Medio
alto
NSE Medio y Medio bajo
NSE Bajo / vulnerable
Villas y asent.
precarios
Preferencias, conformidad y atributos de la democracia
Preferencia por un gobierno con fuerte poder presidencial 2,2 7,6 10,8 14,6 6,5 9,5 10,8 13,9
Déficit en la conformidad con el funcionamiento de la democracia 45,8 55,3 56,0 57,1 49,0 55,6 59,4 ///
Déficit en la consideración del voto como factor de cambio 26,8 36,8 31,6 36,7 36,6 34,7 30,5 ///
Confianza en las instituciones ciudadanas
Confianza en el Poder Ejecutivo 26,3 23,2 25,1 26,2 25,7 24,3 23,8 39,8
Confianza en el Poder Judicial 20,0 15,7 17,3 16,1 19,5 14,5 19,6 22,7
Confianza en el Congreso 18,6 16,4 18,1 12,7 16,6 16,2 15,3 24,6
Confianza en los partidos políticos 4,1 8,0 7,2 4,1 5,3 7,0 4,5 9,0
Confianza en los sindicatos 11,3 12,1 12,5 9,9 9,6 10,5 17,9 7,5
Confianza en los medios de comunicación 31,3 32,7 36,3 48,0 32,1 34,1 47,2 60,9
Participación ciudadana
Participación en actividades políticas o partidarias 4,8 2,7 2,6 1,3 4,0 2,3 2,4 2,1
Participación en actividades sindicales 7,7 3,0 3,3 2,1 5,1 2,9 4,3 2,4
Participación en actividades o grupos de protesta 3,5 1,0 1,6 1,2 2,1 1,5 1,5 0,9
Participación en grupos sociales 12,3 7,1 4,4 1,8 12,0 4,4 2,7 7,9
/// La cantidad de casos no permite una estimación estadísticamente fiable. Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
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CONCLUSIONES
Las estadísticas sociales ofrecen información sobre problemas relevantes que una vez interpretados constituyen un conocimiento relativamente objetivo de la realidad representada. Este modo de generar conocimiento permite hacer comparaciones, establecer conexiones y sacar conclusiones sobre los problemas que preocupan a la sociedad. En este sentido, cabe mencionar algunos aspectos destacados en el Gran Mendoza, en especial teniendo en cuenta su comparación con el total urbano.
Con respecto a la subsistencia material y bienestar económico de los hogares, la información obtenida revela un desempeño general muy similar al registrado a nivel nacional. No obstante, se destaca en Mendoza una situación favorable en materia de pobreza (18,9% de hogares pobres, contra el 22,0% nacional), y de capacidades de consumo y ahorro. Así, los hogares mendocinos presentan menores dificultades para satisfacer sus necesidades y patrones habituales de consumo que en el resto del país.
También es destacable el desempeño mendocino al analizar las condiciones del hábitat urbano y del derecho a la ciudad, tal como se observa en indicadores referidos al acceso a servicios domiciliarios de red, cuyos déficits son notoriamente inferiores en comparación a los relevados a nivel nacional. En este punto es particularmente remarcable el dato registrado para acceso a la red de agua corriente, con solo un 0,4% de déficit, incluso inferior al relevado en CABA. En cuanto a los datos que refieren al acceso a servicios públicos e infraestructura urbana clásica, tanto el déficit en calles pavimentadas como en recolección de residuos son menores en Mendoza que en el total urbano. La excepción la configura el déficit de vigilancia policial, que alcanza al 69,0% de los hogares mendocinos, duplicando la media nacional. Sin embargo, el registro de venta de drogas en el barrio presenta un valor inferior en Gran Mendoza con respecto al total nacional, siendo esta diferencia de 8,9 puntos porcentuales.
Asimismo, en cuanto al estado de los derechos laborales y de la seguridad social, cabe distinguir algunas diferencias puntuales en cuanto a los valores de los indicadores entre Gran Mendoza y el total urbano. Analizando la calidad del empleo, Gran Mendoza presenta un alto porcentaje de empleo pleno de derechos (45,2%), siendo 4,1 puntos porcentuales mayor al registrado a nivel nacional. A su vez, la incidencia del empleo precario, del subempleo inestable, del desempleo y del riesgo de desempleo son menores que en el total urbano, con lo cual es posible afirmar que la calidad del empleo en Mendoza es superior que la media nacional. Algo similar ocurre al comparar el desempeño en materia de participación en el sistema de seguridad social. Así, por ejemplo, menos de un cuarto de los asalariados mendocinos no tienen aportes, mientras que esta proporción alcanza a un tercio de los asalariados a nivel nacional. Adicionalmente, observando el sector de inserción laboral, se destaca una menor proporción de trabajadores mendocinos en el sector informal, aunque mayor en el sector público en comparación con el nivel agregado.
Las condiciones de la salud y los hábitos preventivos reflejados a través de diferentes indicadores muestran valores similares al comparar las respuestas de los entrevistados en Mendoza y en el total urbano. Sin embargo, con respecto a la sensación de infelicidad no se presenta la misma tendencia. En términos de proporciones, hay más personas felices en Gran Mendoza que en la población total urbana (5,9 puntos porcentuales de diferencia), lo que se repite al analizar la variable creencia de control externo (7,3 puntos porcentuales). Esta tendencia continúa en los indicadores sobre capacidades sociales de agencia, cada uno de los cuales presenta valores superiores en Gran Mendoza que en el total urbano.
Por último, la sección de cultura democrática, confianza institucional y vida ciudadana, permite observar y analizar 3 temas fundamentales: preferencias, conformidad y atributos de la democracia, confianza en las instituciones ciudadanas, y participación ciudadana. Dentro del
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primer tema, una variable que merece ser mencionada es preferencia por un gobierno con un poder presidencial fuerte. El valor mendocino es levemente inferior al total urbano (9,2% contra 13,2%), es decir, una menor cantidad de personas prefiere un gobierno cuyo poder esté concentrado en la figura presidencial. Por otra parte, al analizar la confianza en las instituciones ciudadanas, llama la atención que los valores en todos los indicadores muestran que los mendocinos proporcionalmente confían más en las instituciones ciudadanas que la población total del país. Estas instituciones son: Poder Ejecutivo, Poder Judicial, Congreso, partidos políticos, sindicatos y medios de comunicación. Finalmente, y en relación a la participación ciudadana, los mendocinos participan de manera menos activa en diferentes actividades y grupos ciudadanos, exceptuando la participación en actividades políticas o partidarias en donde se ve una mayor participación de esta población si se compara con el total urbano.
Más allá de puntualizar aquellos aspectos favorables en cuanto al desempeño de Gran Mendoza para los distintos indicadores seleccionados en comparación con el total urbano, es importante no dejar de señalar las diferencias al interior de la estructura social. Como se ha señalado en el desarrollo de este informe, las mismas afectan particularmente a los estratos socioeconómicos y residenciales más vulnerables, constituyendo el principal desafío para la acción, el debate y la implementación de políticas.
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BIBLIOGRAFÍA
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Web oficial de la Provincia de Mendoza: http://www.mendoza.gov.ar/la-provincia/