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  • 8/17/2019 Estado en KANT

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    InterSedes: Revista de las Sedes Regionales

    ISSN: [email protected] de Costa RicaCosta Rica

    Abarca Hernández, OriesterEl estado como necesidad racional y el derecho de propiedad en la teoría política de kant

    InterSedes: Revista de las Sedes Regionales, vol. 2, núm. 2-3, 2001, pp. 13-29Universidad de Costa Rica

    Ciudad Universitaria Carlos Monge Alfaro, Costa Rica

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=66620303

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    EL ESTADO COMO NECESIDAD RACIONAL Y EL DERECHO DE PROPIEDAD EN LA TEORÍA POLÍTICA DE KANT

    RESUMEN

    La importancia de Kant como pensador político nose da en cuanto a los contenidos de sus ideas, que ha-bían sido previamente elaboradas por otros pensa-dores, sino en cuanto a su sistematización y armoni-zación. Kant pretende demostrar, como una verdad

    racionalmente deducida, la necesidad del estado, elque justifica como garante del derecho y específica-mente del derecho de propiedad, que para él no esotro que la propiedad privada e individual. La formade la organización política también se derivará deesa forma específica de propiedad, que se constituyeen el núcleo y a la vez es expresión del concepto delibertad. El pensamiento político de Kant es una ma-nifestación, elaborada por un genio, del liberalismode la época.

    ABSTRACT

    The importance of Kant as a political thinker is not related to the content of his ideas, considering that they had been previously developed by several otherthinkers, but to their systematization and harmoni-zation.Kant pretends to prove that the need for the State isa rationally deduced truth. In his opinion the Stateis justified as guarantor of the law, and specifically of the right of property, which for him is no other thanthe private and individual property. The politicalorganization will also be a result of that specific typeof property, which constitutes the heart and theexpression of the concept of freedom. Kant’s politi-cal thought is a manifestation of a genius about theliberalism of his time.

    Oriester Abarca Hernández

    Inter Sedes. Vol. 2. (2-3, 2001) 13-30

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    La necesidad racional del derecho y del estado

    La importancia de Kant como pen-sador político no ha sido suficiente-mente valorada. Su aporte significóuna inversión del problema delestado ,tal y como había sido planteado hastaentonces pues no aborda el asuntodesde una perspectiva práctica o utó-pica sino teórica, al partir de la deduc-ción trascendental del concepto1. To-ma los estados concretos, en su máspeculiar concreción, para despojarlosde su individualidad y descubrir losrasgos permanentes y necesarios delconcepto, prescindiendo de toda cir-cunstancialidad. El estado kantiano esuniversal y abstracto porque la inten-ción del filósofo no sólo es explicarcómo son posibles los estados concre-tos sino deducir el“estado en la idea”.(Kant, 1943: 148)

    No obstante, su concepción políticafundamental sigue dentro de las ideasque habían adquirido expresión teórica

    en Rousseau y acción práctica, visible y tangible, en la Revolución Francesa, alpunto que vio en ésta la promesa de larealización de los derechos de la razónpura (Cassirer, 1968: 434). El racionalis-mo ilustrado y el pensamiento liberal in-fluyeron profundamente en la filosofíapolítica kantiana2.

    Para el filósofo el problema de todateoría política reside en la posibilidad dehacer compatibles las diferentes volunta-des individuales con una voluntad total,

    de modo que la autonomía de la volun-tad individual no se ve destruida sino quese la hace valer y se la reconoce en unsentido nuevo.

    La influencia del liberalismo y de laIlustración es patente en la fundamenta-

    ción que Kant realiza del estado, al cen-trarse en el concepto de propiedad, se-

    gún se analizará más adelante.El racionalismo que defiende Kant

    recibe múltiples influencias, sobre todode Rousseau y, en menor medida, deLocke y Hobbes. Kant retoma el concep-to de estado de naturaleza , pero con él nose refiere a un hecho histórico cuyo cum-plimiento sea comprobable fácticamen-te; más bien se servirá de éste para de-mostrar una contradicción lógica y deri- var de esa manera la necesidad racional

    del estado. Elestado de naturaleza es unconcepto , y por tal razón no reviste exterio-ridad y es utilizado para “...hacer posible el entendimiento de una idea tenida como nece- saria teóricamente, poniendo de manifiesto la contradictoriedad de la noción opuesta .”(González Vicén, 1952: 56)

    Tal uso del concepto asumirá dife-rentes funciones a través del conjuntodel sistema crítico. Específicamente, enla filosofía del derecho, la noción de es-

    tado de naturaleza opera por vía negati- va para postular el concepto del dere-cho como una realidad racional, pres-cindiendo de la concreción de la orga-nización que lo posibilita. Para Kant elderecho, por ser racional, se refiereúnicamente a las leyes que rigen el ejer-cicio de la libertad externa en sociedad,no a los contenidos específicos de su ac-tuar sino en cuanto a formas universales y válidas.

    El estado de naturaleza no reviste enKant una naturaleza asocial. En tal esta-do se dan ciertamente relaciones socialescomo la conyugal y la paternofilial3, porlo que es un estado social, sin discusiónalguna. (Kant, 1943: 139)

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    La condición de animal gregario que

    presenta el hombre también lo impulsa abuscar el propio provecho a costa delmal ajeno; por un lado, no puede vivir so-lo y, por otro, no deja de comportarseegoístamente. El estado de naturaleza secaracteriza como aquel en quecada uno se da a sí mismo su ley . Sin embargo, obser- va Kant, contra la opinión de Hobbes, noes un estado en que necesariamente to-dos estén en guerra, unos contra otros.Comoconcepto que es, el estado de natu-raleza no se basa en ningún hecho empí-

    rico y, por lo mismo, no se fundamentaen la violencia ni en la maldad de loshombres, tampoco en su bondad.

    El concepto de estado de naturaleza,frente al concepto de estado civil, másbien se funda en la pretensión y búsque-da de la certeza. Kant plantea su teoríadel conocimiento como medio para fijarlos límites de la razón, para saber quépuede ser conocido por la razón y quéno. Ela priori de las formas de la Estética

    y laAnalítica trascendentales garantizan talcerteza porque son incambiables y uni- versales, según la razón. En la ética, tam-bién busca las leyes universales y válidas,es decir, ciertas, del actuar. Kant rechazalo empírico como fundamento porquedesea desterrar de su sistema lo incierto.

    El estado de naturaleza es tal porquees incierto y ningún individuo puede te-ner seguro su derecho. En ese estado noes necesario que predominen las hostili-

    dades, basta con que exista la amenazade que los derechos sean violados. Se ca-racteriza por la imposibilidad de asegu-rar y realizar lo que se haya reconocido justo.La falta de certeza es su característica esencial . En él ocurre que cada uno se daa sí mismo su ley; lo que induce a pensar

    que se fundamenta en un estado de auto-nomía, como en elestado civil ; no obstan-

    te, tal autonomía no adquiere un carác-ter inteligible, no se deriva de la razón y no explicita ni manifiesta sus leyes. Ade-más, en el estado de naturaleza cada unoes su propio juez y al mismo tiempo elejecutor de sus veredictos, situación queatenta contra toda pretensión de validezuniversal.

    Kant verá una necesidad de tipo ra-cional en la superación del estado de na-turaleza por elestado propiamente dicho

    o, como también lo denomina, elestado civil . La contradicción que existe en elprimero es la existencia de una sociedadque exige la garantía de unos derechospero que es incapaz de garantizarlos. Elestado civil se contrapone, de esa mane-ra, al estado de naturaleza. Se diferen-cian, no en el sentido de que un estadoposea leyes y el otro no, sino porque unestado está dotado de un poder coerciti- vo que puede garantizar la integridad delos derechos con respecto al otro que ca-

    rece de ese poder. (Truyol y Serra, 1982:323)

    Así, la falta de un poder que por en-cima de las voluntades particulares ga-rantice el derecho, es lo que impulsa la creación del estado civil y lo que definirá su función.

    Algunos autores, entre ellos Lisser(1959: 39) sostienen que la deducciónkantiana del estado a partir del concepto

    de estado de naturaleza es una tautolo-gía. Ello porque según Kant el estado sur-ge como superación lógica de las contra-dicciones del estado de naturaleza, que asu vez se define como ausencia de estado(poder coactivo garante del derecho). Sinembargo, puede argumentarse que no

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    existe tal contradicción porque se trata,en ambos casos, deideas que se presupo-

    nen y en ello no hay más que entender ladefinición kantiana deidea como un con-cepto que sobrepasa la posibilidad de laexperiencia, con el cual no puede haberningún objeto congruente en el mundosensible.“Esto es lo que la razón proclama co- mo un postulado, que no es susceptible de

    prueba ulterior” (Kant, 1943: 47).

    En el estado de naturaleza no hay, pa-ra Kant, coerción por parte de un podersuperior que garantice de una manera

    general elderecho . Ahora bien, ello supo-ne entonces que el estado de naturalezano es de ilegalidad, pues suponerlo asíharía innecesario al estado civil; si no hay derechos en absoluto no es necesarioprotegerlos, no sería necesario tutelarbienes y relaciones jurídicas inexistentes(Lisser, 1959: 39). Es decir, el estado denaturaleza es un estado donde, si bienprecarios, ya existen algunos derechos.Supone la existencia de al menos algu-nos bienes jurídicos. La posición de Kant

    al respecto es claramenteiusnaturalista 4 ,aunque, como se verá, su posición tam-

    bién anuncia el positivismo jurídico, porlo que su doctrina puede ser calificadacomo iusnaturalismo protopositivista.

    Cabe preguntarse si además el estadode naturaleza es un estado de injusticia.Kant afirma que debido a la constante violación del derecho, se constituye enun estado injusto, pero tal característicano es esencial sino casual.

    El paso del estado de naturaleza al es-tado civil pareciera adquirir connotacio-nes utilitarias, pero no es así. La obten-ción de la certeza se convierte para Kant en un deber moral y no meramente en undeber jurídico: los hombres, aunque no

    cometieran violaciones al derecho, noobran racionalmente“... al querer continuar en un estado que no es jurídico, es decir, en el cual nadie está seguro de lo Suyo contra la vio- lencia” de los demás (Kant, 1943: 141).

    Para Kant la historia no será, en sen-tido estricto, el simple acaecer temporalde los hechos (fenómenos) sino una uni-dad abstracta de sentido propuesto porla razón. El estado de naturaleza no pue-de garantizar tal desarrollo, que sólopuede ser logrado en el estado. El filóso-fo expresará su “ postulado del derecho públi- co” (el derecho garantizado por el estado

    a través de la coacción) de la siguientemanera: “Tú debes, juntamente con los de- más, en una coexistencia necesaria, salir del estado natural, para entrar en un estado de derecho en las relaciones exteriores por oposi- ción a la violencia.” (Kant, 1943: 140)

    Para Kant el valorseguridad está en unprimer plano en el ordenamiento jurídico,tanto así que lo contrario del derecho noes, para él, una regulación injusta sino unaregulación casual (contingente, no necesa-ria) de las relaciones humanas. El protopo-

    sitivismo de Kant es notorio en cuanto a suplanteamiento del derecho como seguri-dad y coactividad.

    Derecho privado y derecho público

    El estado de naturaleza no es ajurí-dico; en él ya existen ciertos derechosque se caracterizan por ser provisorios.El derecho en el estado de naturalezaexpone un patrón de conducta para elactuar externo, pero lo hace sin que lle-gue a convertirse en un orden real de la vida social.

    El derecho existe antes que existael estado; más aún, la razón de ser delestado es convertir en definitivo lo quees puramente provisorio, como dere-

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    cho, en el estado de naturaleza. Pero elpoder coactivo que viene a significar el

    estado no le da contenido al derechoen general ni a los derechos específi-cos. El contenido normativo de los de-rechos, al menos de los provisorios, vie-ne a quedar definido por hechos socia-les: la ocupación, el contrato, el impe-rio sobre otros, etc. El estado se consti-tuye referido a tales contenidos y comoforma de ellos en la medida que sonposibles. Sólo por el derecho es posiblesuperar la provisoriedad del derechoconstituido precariamente en el estado

    de naturaleza.Kant llamaderecho privado 5 al derechono tutelado por el poder coactivo del es-tado. Es un derecho no asegurado porningún órgano de poder. Elderecho públi- co , en cambio, es aquél que surge con laaparición del estado y es“... el conjunto de aquellas leyes que necesitan de publicación ge- neral para establecer un estado jurídico, ... un sistema de leyes para una pluralidad de hom- bres ... que precisan de ellas para participar del Derecho ” (Kant, 1943: 145). En otras

    palabras, el derecho público es el vehícu-lo por el cual el estado es sujeto jurídicoo al menos objeto de leyes jurídicas quelo posibilitan.

    Según Kant, el derecho público esel conjunto de las leyes externas quehacen posible la coincidencia de la li-mitación de lalibertad de cada uno conla libertad de los demás. Delimita la es-fera de libertad de cada sujeto y a la vezlo asegura contra cualquier ataque, porlo que permite que todos los sujetos a

    él sometidos se encuentren en un estado jurídico. A su vez, el concepto decoac- ción , considerado como una mutua re-lación de acción y reacción en lo jurídi-co, equivale al concepto deigualdad ,pues, ante una infracción al derecho,

    cualquiera puede exigir el cumplimien-to coactivo sin atención a sus condicio-

    nes personales (Kant, 1991: 16).Debe quedar claro que los concep-tos “derecho público” y “derecho privado” no se contraponen; por lo contrario,aunque son diferentes, sólo pueden en-tenderse como correlacionados y mu-tuamente necesarios. Si existe un dere-cho que, como provisorio, necesita serasegurado por otro tipo de derecho,entonces existe un derecho aseguradoro más bien“posibilitador” , que no puedeser tal sin un derecho que le sirva de

    contenido o sustrato. Derecho privado y derecho público expresan una mismaidea: la delderecho en general.

    Al respecto, Kant fue claro cuandoescribió que el derecho público “...no contiene en sí más ni otras obligaciones de los hombres, que las que puedan ser pensa- das en el Derecho privado: de tal manera que la materia jurídica es la misma en las dos ”(Kant, 1943: 140). Leemos en laDoctri-na del Derecho:

    “Si no se tuviera por jurídica ninguna adquisición antesde entrar en el estado civil ..., éste mismo sería imposi-ble. Desde un punto de vista formal, las leyes sobre loMío y lo Tuyo en el estado de naturaleza contienen exac-tamente lo mismo que lo que prescriben en el estado ci-

    vil .. . sólo que en éste se formulan las condiciones quepermiten el ejercicio de aquéllas” (Kant, 1943: 147).

    Esto conduce al punto de vista kantia-no sobre el derecho de propiedad.

    El derecho de propiedad como

    predicado de la personalidadEl creciente poderío de la burgue-

    sía frente a institutos jurídicos medie- vales, sobre todo en lo relacionado conla posesión y la propiedad de la tierra,

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    planteó un campo de abundante discu-sión durante la Edad Moderna. Kant

    expone sus ideas sobre el estado de na-turaleza precisamente en torno a uninstituto jurídico particular: el derechode propiedad.

    El gran innovador en este campo fueLocke, para quien el derecho de propie-dad no es una mera institución jurídicaconcreta sino la expresión resumida delámbito de derechos que son predicadode la personalidad. Además, considerabaLocke, que el derecho de propiedad nosurge del contrato social sino que es in-

    herente al hombre, como pertenecientea su naturaleza, por lo que es consecuen-te afirmar que tal derecho ya existe en elestado de naturaleza. Precisamente, se-gún Locke, esa es la razón por la que seconstituye el estado.

    Kant armonizó las ideas de Lockecon su propio sistema, asumiendo co-mo válido el planteamiento de aquélen sus términos globales. No obstante,el genio formalizador y racionalista deKant plantea la fundamentación abso-

    luta del derecho de propiedad desdeun punto de vista racionalista, despro- vista de cualquier referencia a hechos uobjetos externos. Se trata de una fun-damentación lógico-formal, al igualque el planteamiento de la necesidadracional de superar las contradiccionesdel estado de naturaleza. Afirma Lisser(1959: 41):

    “Si en el estado de naturaleza se acepta una propiedadprovisoria, la idea del estado resulta necesaria para podertransformar esta propiedad provisoria en una propiedad

    definitiva ( peremtorisch ). Por consiguiente, Kant deduce elconcepto de estado al demostrar que es condición indis-pensable de la posibilidad de la propiedad.”

    Ciertamente en la filosofía crítica,el tránsito del estado de naturaleza alestado civil no se da por la creación de

    nuevos derechos, sino por el surgi-miento de un poder capaz de propor-

    cionar seguridad o certeza por mediode la coacción. Los derechos que son“provisionales” en el estado de naturale-za dejan de ser tales para adquirir unacondición más estable.

    El derecho de propiedad, como prin-cipio supremo, es un concepto jurídico,pero a la vez precede a todo orden jurídi-co. Refiriéndose al análisis que hace Kant del derecho de propiedad, Krüger expre-sa que el filósofo“... ha analizado el derecho solamente desde la perspectiva de la legalidad

    y no desde el punto de vista de su génesis an- tropológica.” (Krüger, 1961: 123, traduc-ción nuestra).

    Kant no deduce este concepto empíri-camente, por lo tanto no lo hace procederdel trabajo (es decir, en términos económi-cos) sino de la posesión. Según Lisser:

    “El fundamento de todo esto se encuentra, en últimotérmino, en el derecho natural: en el estado de naturale-za se violarían sus principios, entre los que se encuentra

    –según Kant- la llamada propiedad provisoria . En elestado de naturaleza no se viola algo así como los dere-

    chos humanos innatos que, por tanto, precederían a to-do orden jurídico positivo, sino sólo a esa propiedad queno es jurídico positiva y por tanto es jurídico natural, lacual no ha sido aún distinguida de la posesión física”.(Lisser, 1959: 42)

    El iusnaturalismo de Kant salta a la vis-ta pues crea no sólo formas sino inclusocontenidos jurídicos (el derecho depropiedad, los derechos provisorios engeneral) que asumen el carácter de de-rechos naturales que se positivizan en elestado civil.

    Expone el filósofo en laMetafísica de las costumbres que en el estado de natura-leza rige como postulado de la razónpráctica que“... puedo tener como mío cual- quier objeto externo sometido a mi voluntad” eimponer“... la abstención en el uso de aquello

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    que hemos hecho nuestro” (Kant, 1943: 64).En otro pasaje afirma:“... aquello que yo so- meto a mi poder de acuerdo con las leyes de la li- bertad externa, con la intención de hacerlo mío,se convierte en mío.” (Kant, 1943: 63).

    Lo que expone Kant es una posesiónempírica o posesión física (como la llamaLisser) que no resulta ser el ejercicio deun derecho sino que se deriva del ejerci-cio de la libertad: puedo poseer cualquiercosa siempre y cuando ya no esté poseídapor otro. De igual manera, si otro mearrebata algo que poseo,no atenta contra un derecho específico sino contra mi libertad .

    La posesión física es un hecho que expre-sa el ejercicio según el actuar libre. Si secancela de un modo general la posesiónindividual como hecho, se cancelaría la li-bertad y, como sostiene Cassirer, en Kant “... toda teoría del derecho y del estado no debe

    pretender ser, filosóficamente considerada, otra cosa que la solución del problema de hasta qué

    punto la libertad de cada cual debe limitarse a sí misma, por obra de la necesidad de una ley racional por ella reconocida y acatada, de tal modo que admita y fundamente la libertad de

    los demás” (Cassirer, 1968: 435). Por otraparte, afirma Kant que“... el principio de la posesión empírica no dice nada que no esté ya contenido en el derecho de una persona a sí misma.” (Kant, 1943: 69)

    No obstante, también afirma Kant que el derecho positivo no añade nada alcontenido del derecho de propiedad, yaanticipado. Lo que sea la propiedad seha decidido ya en el estado de naturalezapor medio de la violencia física. La fun-ción delderecho positivo no va más allá del

    aseguramiento de esa propiedad. Es ob- vio, entonces, que parece haber una con-tradicción porque no hay distinción en-tre la propiedad precaria como hecho ocomo derecho precario (natural). Esto sepuede elucidar afirmando que la divisiónde los dos conceptos de propiedad revis-

    te un carácter metódico y no histórico; lapropiedad provisoria existe antes del or-

    den jurídico positivo pero a la vez sóloexiste en relación con él, por lo que elcontenido de la propiedad es el mismo,tanto en lo provisorio como en lo defini-tivo ( peremtorisch ).

    Vale aclarar, no obstante, que segúnel filósofo no basta poseer la cosa, el apo-deramiento debe haberse dado según lasleyes de la libertad externa y elanimus detal posesión debe corresponder a una po-sible voluntad colectiva. Tal propiedad vale aunque aún no exista derecho posi-

    tivo, porque corresponde a un principiode derecho natural.Kant también expone el concepto de

    la posesión inteligible, que entiende comoun vínculo puramente jurídico entre la vo-luntad del sujeto y el objeto, pensado conindependencia de toda posible relaciónentre ambos en el tiempo o en el espacio(ver Krüger, 1961: 123). Se asimila esa ideaa la de la posesión civilísima en la teoría ro-mano-germánica de los derechos reales.La posesión inteligible es una relación ne-

    tamente jurídica: su esencia no se encuen-tra en una relación fáctica entre el hombre y la cosa, sino en una relación del titular dela posesión con las demás personas en lacual el titular ostenta una pretensión y losotros un deber general de abstención.(González Vicén, 1952: 61)

    Esto indica que la naturaleza de laposesión inteligible es de una posesiónsin detentación. La posesión inteligibleno es más que una relación intelectual6.

    Al respecto señala Kant:

    “Sólo puedo llamar mío un objeto en el espacio... si, aún nohallándome en posesión física de él, puedo, sin embargo,afirmar que me encuentro en posesión real del mismo. Y así no llamaré mía una manzana por el hecho de tenerlaen la mano, es decir, de poseerla físicamente, sino sólo sipuedo decir que la poseo, aun habiéndola dejado de la ma-no y colocado en otro sitio cualquiera” (Kant, 1943: 66).

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    No es posible la posesión intelectualen el estado de la naturaleza. La absten-

    ción como obligación general resultaallí una vinculación casual y no necesa-ria, no contenidaa priori en la razón.Tal carácter contingente debe originar-se en una voluntad que la haga valer,pero en el estado de naturaleza sólo te-nemos voluntades singulares donde ca-da uno es legislador y juez de su propiacausa. Se obtiene entonces una situa-ción que quebranta el postulado de lalibertad, de acuerdo con el cual“... una

    persona no puede estar sometida a otras leyes

    que a aquellas que ella misma se da, bien so- la, bien de consuno con otras” (Kant, 1943:37), por lo que resulta necesaria una vo-luntad legisladora única (Kant, 1943:81). Así un“... estado en el que existe una legislación general ... revestida de poder coactivo, es ya el estado civil: luego sólo en el estado civil es posible un mío y un tuyo exter- nos” (Kant, 1943: 76).

    La propiedad, incluso la provisoria,impone a todos un deber de absten-ción, pero en el estado de naturaleza no

    puede imponerse una verdadera obliga-ción como ley coactiva. Únicamente la voluntad de todos en acuerdo hace quese produzca una obligación general pa-ra los copartícipes del derecho. Surgeasí el estado como una necesidad racio-nalmente deducida.

    La función del estado en relación conel derecho de propiedad (que sirve de justificación racional de la adquisición)es sólo garantizarlo, no originarlo ni defi-nir sus límites y contenidos.

    En realidad, el derecho de propie-dad, tal y como es pensado por Kant, esel derecho de propiedad privada que exi-gían las nuevas y florecientes condicionesdel capitalismo del siglo XVIII y del capi-talismo en general. El estado no entraríaa intervenir sino sólo a vigilar y garanti-

    zar el libre ejercicio de los derechos, es-pecialmente el derecho de propiedad,

    que se convierte en la columna vertebral,en la razón, del ordenamiento jurídico y del estado mismo. Por ello, Kant definela propiedad privada como un derechonatural, con un valor universal y absolu-to, como expresión de la libertad y de lapersonalidad en cuanto jurídica.

    El derecho de propiedad y la organi-zación del estado

    Se ha expuesto la manera en que elestado surge como una necesidad racio-nal de superar la carencia de seguridadsobre los derechos que ya existen en elestado de naturaleza y cómo el derechode propiedad reviste un carácter medu-lar en ese planteamiento. Se expondrácómo el derecho de propiedad y su ase-guramiento definen la forma del estado,es decir, cómo la forma de la organiza-ción política está determinada por su sus-tancia, que es el derecho de propiedad y que en la teoría kantiana es la propiedad

    privada e individual .La teoría kantiana del estado es una

    teoría republicana y liberal, que, segúnafirma Ayala,“... transparenta de continuo,a pesar de su rigurosa sistemática, los motivos de su tiempo” (Ayala, 1943: 12). En reali-dad Kant no desarrolla, a través de su fi-losofía del estado, una crítica de la socie-dad en que vive. No obstante, hay en élsuficientes referencias a la ya relativa-mente floreciente sociedad capitalista desu tiempo. La ausencia de una crítica dela sociedad en la que se desarrolla Kant semuestra con facilidad.“Su juicio sobre la es- tructura social y política en la que la economía capitalista se estaba desarrollando aparece co- mo sorprendentemente acrítico.” (Ureña,1979: 141)

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    La falta de criterio de Kant da origena múltiples inconsecuencias: entre ellas

    podemos decir que Kant creyó ver en laRevolución Francesa una prueba indubi-table del progreso continuo e inevitablede la historia, cuyo sentido, según él, vie-ne dado por la razón. Esa Revolución ve-nía a demostrar que, por medio de la ilus-tración y la razón, la historia era conduci-da a la superación misma del hombre.Kant, que pretendía superar toda deter-minación histórica, toda alusión a lo con-creto o accidental como fundamento delsaber, veía corroborado empíricamenteen ese hecho lo que debía ser demostradoa priori como inherente a la razón universal(el sentido y progreso de la Historia).

    Otra inconsecuencia es su posiciónen cuanto al concepto de igualdad frentea la realidad. EnLa paz perpetua Kant serefiere a lo que él considera una constitu-ción perfecta:

    “Es la constitución fundada, primero, sobre los princi-pios de la libertad de los miembros de una sociedad (encuanto hombres); segundo, sobre los principios de la de-

    pendencia de todos de una única legislación común (en

    cuanto súbditos); y tercero, la fundada sobre la ley de laigualdad de los mismos (en cuanto ciudadanos del Esta-do)”. (Kant, 1991: 15)

    Esa definición, en la que está implíci-ta la de estado, la modificó luego en laMetafísica de las costumbres :

    “El estado burgués, considerado puramente como esta-do de Derecho, está fundamentado sobre los siguientesprincipios a priori: 1) la libertad de todo miembro de lasociedad, en cuanto hombre , 2) la igualdad de éste respec-to de todos los demás, en cuanto súbdito, 3) la independen- cia de cada miembro de una comunidad, en cuanto ciuda- dano”. (Kant, 1943: 149, subrayado del original)

    El filósofo de Königsberg deducía laindependencia de cada miembro de la co-munidad, en cuanto ciudadano, de la ra-zón. Tal independencia quedaba así ele- vada como principio de moral universal,

    fundamentadoa priori . El principio de laindependencia va unido al de laigualdad de todos, en el pensamiento de Kant. Noobstante,la independencia e igualdad de to- dos se ven negadas por la realidad cotidiana :

    “El muchacho empleado en casa de un comerciante o fa-bricante, el sirviente que no está al servicio del Estado, el

    pupilo( naturaliter, vel civiliter ); todas las mujeres, y en generalcualquiera que se encuentra compelido a proveer a su exis-tencia, no por medio de una dirección personal sino segúnlas órdenes de otro (excepto del Estado), carece de perso-nalidad civil y su existencia no es en manera alguna másque un accesorio de la de otro. El leñador que establezcoen mis propiedades; el herrero en la India, que va de casaen casa con su martillo, su yunque y su fuelle para trabajarel hierro, así como el carpintero o el albéitar europeo quepuede poner a la venta en la plaza pública el producto desu trabajo; el preceptor doméstico, así como el maestro degimnasia, el censatario rústico, así como el arrendatario,etc., son simples operarios de la cosa pública, porque de-ben ser mandados y protegidos por otros individuos, y porconsiguiente, no gozan de ninguna independencia civil.”(Kant, 1943: 150)

    Esta patética desigualdad real que elfilósofo expone con tantos ejemplos noson para él prueba de ninguna desigual-dad: “Esta dependencia respecto de la volun-

    tad de otro; esta desigualdad no es, sin embar- go, opuesto a la libertad y a la igualdad de aquellos que, como hombres , forman juntos un mismo pueblo. Hay más: es muy favorable a la formación de la ciudad y a la constitución civil.” (Kant, 1943: 150)

    Kant intenta probar que la desigual-dad real no está en contra de la igualdaddeducida “a priori” por la razón moralpuesto que jurídicamentetodos tienen laposibilidad de superar su estado social y pasar de asalariados a propietarios. El

    formalismo kantiano salta a la vista por-que la igualdad que defiende no pasa deser puramente formal. Se está frente a unconcepto netamente liberal.

    Kant distingue entre ciudadanos ac-tivos y ciudadanos pasivos. Los primeroscorresponden a los propietarios y son

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    los que toman“... parte en la comunidad,no dependiendo más que de su voluntad”

    (Kant, 1943: 149). Los ciudadanos pasi- vos no tienen

    “... el derecho de organizar el Estado, o de concurrir a laformación de ciertas leyes; sino que su derecho es, quelas leyes positivas que votan, cualquiera que sea su obje-tivo, no sean jamás contrarias a la libertad natural y a esaigualdad proporcional de todos en el pueblo que permi-te a cada uno trabajar para elevarse de la condición pasi-

    va a la condición activa.” (Kant, 1943: 143)

    Son atinadas al respecto las palabrasde Gramsci: “El derecho no expresa todala sociedad (para la cual los violadoresdel derecho serían seres antisociales pornaturaleza o disminuidos psíquicos), si-no la clase dirigente que ‘impone’ a todala sociedad las normas de conducta queestán ligadas a su razón de ser y a su de-sarrollo. La función máxima del derechoes la de presuponer que todos los ciuda-danos deben aceptar libremente el con-formismo por él señalado, en cuanto to-dos pueden transformarse en elementosde la clase dirigente. En el derecho mo-

    derno, por lo tanto está implícita la uto-pía democrática del siglo XVIII”.(Gramsci, 1975: 168)

    Kant depende así de elementos empí-ricos e históricos, a la vez que es inconse-cuente con la propia defensa que hace dela libertad, la independencia y la igualdad.Por ello, con acierto, Enrique Ureña cri-tica a Kant el haber intentado justificaruna situación concreta e históricamentedeterminable por medio de derivacionesapriorísticas: “... Kant intenta curiosamen-

    te consagrar una situación empírica e his-tórica contingente, una estructura típicade la naciente sociedad burguesa con elhalo místico de lo racional y ‘apriorístico’... Kant encubre así la injusticia e inmorali-dad real de una determinada estructurasocial con la justicia y moralidad de una le-

    gislación jurídica.”(Ureña, 1979: 143, su-brayado del original)

    Pero dejando aparte las inconsecuen-cias kantianas, es necesario analizar laforma que el estado debe tener para ga-rantizar su cometido como superaciónracional del estado de naturaleza. En laépoca en que Kant escribe¿Qué es ilustra- ción? , él mantiene una posición favorablea la doctrina ilustrada del despotismo.Sin embargo, tal y como señala WhiteBeck (1963: XI), luego de la muerte deFederico el Grande y el ascenso al poderde Federico Guillermo II y el triunfo de

    la Revolución Francesa, el filósofo se in-clinará a una posición más cercana al re-publicanismo, pero aún admitiendo lafactibilidad de la monarquía constitucio-nal. Al final de su vida sostendrá que lareforma civil tiene poca viabilidad a noser que sobrevenga desde “arriba”7.

    Como quiera que sea, Kant sostiene,en las tesis más relevantes de su filosofíapolítica, que un gobierno republicano y una ciudadanía ilustrada son los prerre-quisitos para el logro de un orden jurídi-

    co internacional de armonía.Kant contrapone al despotismo ilus-trado la forma de gobierno republicana.El verá el despotismo tanto en el estadopaternalista de la Ilustración como en lademocracia.

    Varios autores, entre ellos Abellán(1991: XXV), concuerdan en que Kant rompe con la tradición al dar una res-puesta enteramente nueva a la pregun-ta por los fines del estado pues desde Aristóteles la filosofía occidental había

    entendido la política desde el punto de vista de cómo debe vivir el hombre y quécondiciones deben darse para que puedahacerlo. El absolutismo ilustrado se situa-ba dentro de esta tradición al compren-der como actividades estatales aquellasdirigidas al bienestar y felicidad de los

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    súbditos, englobados en el concepto y lapráctica de la Policía.

    Kant se aparta de esta manera de plan-tear y resolver el problema pues el estadono se justifica ni existe por la felicidad outilidad que pueda proporcionar sino quequeda vinculado exclusivamente al dere-cho como su condición de posibilidad. Ladeducción trascendental del estado exclu- ye cualquier fundamentacióneudemonista 8de éste. Nos dirá Kant enPrincipios metafí- sicos del derecho : “El fin del derecho no esel bienestar y la felicidad de los ciudada-nos, ya que esto puede lograrse de mejor

    manera incluso en el estado de naturalezao bajo un gobierno despótico, sino la má-xima coincidencia de la constitución conlos principios del derecho, que es a lo quenos obliga la razón por un imperativo ca-tegórico.” (Kant, 1943: 156)

    Pero, ¿qué entiende Kant por despo-tismo? Para él la forma despótica de go-bierno se caracteriza por la utilización dela voluntad pública como si fuera la pro-pia y particular voluntad del gobernante. A este despotismo se llega por la no sepa-

    ración de poderes, en especial entre elejecutivo y el legislativo. En el modo re-publicano, en cambio, se da una adecua-da separación de poderes y la idea de re-presentación. De seguido se exponen lasnotas distintivas del modo republicano.

    Los principios de igualdad y libertadfundamentan la constitución republica-na. La filosofía del siglo XVIII había ge-neralizado la tesis de que el individuo, encuanto ser humano, posee derechosnaturales inalienables. Sin embargo, se

    consideraba que tales derechos poseenun contenido jurídico inmediato y sepresentaban, por ejemplo, en Wolf, co-mo preceptos morales o simples conse- jos de prudencia.

    En la etapa que corresponde a 1760Kant había estudiado a Hume y la crítica

    de éste a la afirmación de la validez su-prapositiva de los derechos individuales,

    pretendida por Locke; pero hasta esemomento Kant no había ido más lejosque el mismo Wolf, en su planteamiento.No es sino con el libroSobre la paz perpe- tua , que formularía la tesis de que los de-rechos individuales se fundan en el pro-pio ser humano, es decir, que tales dere-chos reciben una fundamentación pre-política. (Kant, 1991: 16)

    El principio de libertad se fundamen-ta en los derechos innatos, inalienables,que se tienen en cuanto se es persona;

    por esto reitera Kant que la persona esun ser que tiene derechos y que no pue-de someterse nada más que a aquellas le- yes que se da a sí misma. Tal es el sentidode la libertad en el plano de la política.Expresa enLa paz perpetua : “Mi libertad exterior (jurídica) hay que explicarla, más bien, de la siguiente manera: como la facultad de no obedecer ninguna ley exterior sino en tanto en cuanto he podido darle mi consenti- miento.” (Kant, 1991: 16)

    Como consecuencia, viene a ser des-

    pótico un estado asistencial que preten-de obligar a los ciudadanos a ser felices.Para que la libertad sea respetada cadacual debe conformar su propia manerade lograr la felicidad, sin imposicionesde las autoridades. Se ve en esto una cla-ra posición liberal en cuanto se concibeal estado como un aparato neutral quesólo debe garantizar formalmente elfuncionamiento de la sociedad segúnnormas de derecho, pero que no puedeintervenir en la actividad sustantiva de ella.

    Un segundo principio característicode una constitución republicana es laigualdad de los súbditos ante la ley. Hay que advertir, como ya se expresó, que laigualdad que propone Kant reviste un ca-rácter formal compatible con la desigual-dad material.

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    Kant define ese principio con clari-dad: “La igualdad exterior (jurídica) en

    un estado consiste en la relación entrelos ciudadanos según la cual nadie puedeimponer a otro una obligación jurídicasin someterse él mismo también y poder ser, de la misma manera, obligado a su vez” (Kant, 1991: 16). Esta, podría decir-se, es la definición de igualdad en su sen-tido formal, porque bien puede existirésta sin que exista igualdad material, co-mo ya se expuso.

    Como es sabido, Kant distingue entreciudadanos activos y pasivos (Kant, 1943:

    149 y 150), concediendo derechos políti-cos exclusivamente a los primeros. Losciudadanos pasivos son aquellos que ca-recen de propiedad y en consecuencia vi- ven de la prestación de servicios, así co-mo las mujeres y los niños. Es decir, sólolos propietarios son y pueden ser ciuda-danos activos.

    Finalmente, en una república deberáhaber independencia civil , que consiste pa-ra cada individuo“... en ser deudor de su existencia y de su conservación, como miembro

    de la república, no al arbitrio de otro en el pue- blo sino a sus propios derechos y facultades; y por consiguiente en que la personalidad civil,no pueda ser representada por ningún otro en los asuntos de derecho”.(Kant, 1943: 149)

    Libertad, igualdad e independenciacivil son precisamente los derechos“in- natos e inalienables” del ciudadano (talcomo los llama en el tratadoSobre la paz

    perpetua (Kant, 1991: 16) o bien, los“atributos jurídicos inseparables de su natu- raleza de ciudadano” , como los llama en

    Principios metafísicos del derecho . (Kant,1943: 149)Pero junto a estos derechos indivi-

    duales la constitución republicana revisteotra nota característica distintiva: la exis-tencia de un sistema representativo, en elcual“... el poder legislativo no puede pertene-

    cer más que a la voluntad colectiva del pueblo” (Kant, 1943: 148), expresado por medio

    de sus diputados. También afirma:“... la voluntad concordante y conjunta de todos, en cuanto cada uno decide para todos y todos pa- ra cada uno, esto es, la voluntad colectiva del

    pueblo, puede únicamente ser legisladora” (Kant, 1943: 148). La idea de fondo esque nadie puede ser libre si obedece a le- yes que él mismo no se ha dado, porqueatentaría contra su libertad, valor supre-mo en el sistema kantiano.

    Para no confundir la constituciónrepublicana con una constitución de-

    mocrática, Kant distingue las formas deestado, que pueden clasificarse segúndos criterios:

    a) por las personas que poseen el supre-mo poder del estado;

    b) por el modo de gobernar el pueblo(sin importar quién es el que go-bierna).

    La primera forma hace alusión a la forma imperii o forma de lasoberanía y se

    expresa de tres maneras posibles:a.1) la autocracia (en la que la soberanía

    la posee uno solo);a.2) la aristocracia (en la que sólo algu-

    nos pocos relacionados entre síejercen el poder) y

    a.3) la democracia (en la que la sobera-nía es poseída por todos los queconforman la sociedad civil).

    La clasificación según el sujeto queostenta la soberanía: autocracia, aristo-

    cracia y democracia; equivale al ejerciciodel poder por parte del príncipe, la no-bleza o el pueblo, respectivamente.

    Kant llegará a afirmar, refiriéndose ala constitución republicana, que“... llegar a esta única constitución totalmente jurídica resulta más difícil en la aristocracia que en la

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    monarquía e imposible en la democracia” .(Kant, 1991: 20)

    Una segunda opción ( formae regimi- nis ) para caracterizar las formas de un es-tado, se refiere a los distintos modos deutilización del poder estatal y se basa enla forma de la constitución, que paraKant es el acto de la voluntad general porel que una masa se convierte en pueblo.Según esta caracterización la constitu-ción sólo puede ser:

    b.1) o republicana, ob.2) despótica.

    Para que se dé el republicanismo esnecesario el principio político de la sepa-ración del poder ejecutivo del legislativo.Para Kant cada“ciudad” (estado) encie-rra en sí tres poderes, que define como“la voluntad universalmente conjunta enuna triple persona (trias política).” (Kant,1943: 148)

    El poder soberano está en manos dellegislador. El poder ejecutivo radica en lapersona del gobierno y está en todo mo-

    mento sometido a la ley. El poder judi-cial, por su parte, es ejercido por el juez y consiste en el “ ... reconocimiento de loMío de cada cual según la ley”. (Kant,1943: 148)

    La división de poderes en la ciudad y los poderes mismos derivan necesaria-mente de la“Idea de una ciudad en general,como esenciales a su establecimiento (de la constitución)” (Kant, 1943: 150); esto por-que para Kant “una ciudad (civitas ) es lareunión de un número mayor o menor

    de hombres bajo leyes del derecho. Encuanto leyes a priori, son necesarias, esdecir, derivan espontáneamente en gene-ral (y no por vía de disposición legislati- va) de la noción del derecho exterior, laforma de la ciudad es la de una ciudad

    en general, es decir, la ciudad enIdea , co-mo debe ser según los principios de dere-

    cho puro. Esta idea sirve de regla (nor-ma) a cada reunión efectiva en república(por consiguiente a lo interior)” (Kant,1943: 148). El idealismo platónico pareceinfluenciar al kantiano en este extremo.

    Los tres poderes deben sercoordina-dos (el uno es el complemento del otropara la organización perfecta de la cons-titución del estado) ysubordinadosentresí (de modo que el uno no pueda usur-par la función del otro al cual presta con-curso). De ambas características reunidas

    resulta el derecho de cada sujeto. Sin em-bargo, a esto agrega Kant que “la volun-tad del legislador (legislatoris ) con respec-to a lo que concierne a lo Mío y lo Tuyoexterior es irreprensible; que el poderejecutivo delgobierno (summi rectoris ) esirresistible , y que la sentencia del juez su-premo (supremi judicis ) es sin apelación”.(Kant, 1943: 150)

    La resistencia al poder es un crimen,para Kant, contra los mandatos de la ra-zón práctica pues “... es el trastorno de

    todas las relaciones civiles jurídicas, y porconsiguiente de todos los derechos”(Kant, 1943: 181). Precisamente el esta-do surge como una necesidad, racional-mente inferida, de garantizar y asegurar,en forma definitiva, lo suyo a cada cual.

    Lo que propone el filósofo es un esta-do en que el poder se autolimita por me-dio de las normas de derecho, elevandoel valor seguridad como el supremo deun ordenamiento jurídico. Así, si el po-der ejecutivo obracontra legem , el ciuda-

    dano puede usar las acciones que le otor-gue el ordenamiento jurídico pero nun-ca la resistencia (Kant, 1943: 156). Másaún, siguiendo a Hobbes, opina que elgobernante nunca procede injustamenteporque si éste actúa en virtud del pacto

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    originario, sus acciones son imputables alpueblo ynadie actúa en contra de sí mis-mo (Carpintero, 1985: 76).La invasión de competencias de unpoder frente a otro también es un tras-torno del estado en su forma y en elloconsiste el despotismo, específicamentees la invasión del poder legislativo porparte del poder ejecutivo.“El preceptor del

    pueblo (el legislador), no puede, pues, ser al mismo tiempo su gobernador ; porque éste está sometido a la ley, es obligado por ella, por con- siguiente a virtud de otro, del soberano” .(Kant, 1943: 152)

    La única manera de superar el despo-tismo es a través de un sistema represen-tativo. El espíritu de este último puedeser asimilado por la monarquía (Kant,1991:18). Como señala Abellán, paraKant“el pueblo en su totalidad no puede go- bernarse a sí mismo con inmediatez, pues eso supondría la vuelta al estado de naturaleza” (Abellán. 1991: XXXI). Esto significaque es posible que un príncipe gobierneel estado y realice el ideal republicano;los tres poderes bien pueden estar en

    una sola mano siempre y cuando la sepa-ración de poderes se mantenga. (Kant,1964: 204-205)

    “Hay, pues, tres poderes diferentes( potestas legislatoria, excecutoria, judiciaria ),por los cuales la ciudad tiene su autono-mía, es decir, se forma y se conserva se-gún leyes de libertad. En su reunión con-siste la salvación del Estado (salus rei pu-blicae suprema lex est)”. (Kant, 1943:153). También escribe Kant: “Toda ver-dadera república es y no puede ser más

    que un sistema representativo del puebloinstituido en nombre del mismo, paraproteger sus derechos por diputados desu elección”. (Kant, 1943: 184), pero, co-mo hemos visto, la división de poderes sederiva de la necesidad de representar larealidad político-estatal de la voluntad

    del auténtico portador de la soberaníaque es el conjunto de los ciudadanos pro-

    pietarios (Abellán, 1991: XXXI).Todo el sistema político propuestopor Kant es la defensa y consagración dela propiedad privada, donde el estado esel aparato garante del dominio, el quehace que tal derecho no sea ya más pro- visional sino definitivo. La garantía de lapropiedad privada contra otros modosde propiedad (corporativa, municipal,etc.) viene a ser una exigencia del siste-ma capitalista y de la ideología liberal.

    El sistema republicano como tutela de la propiedad privada

    Ya se expuso el derecho de propie-dad como predicado de los derechos dela personalidad y sus implicaciones en laconfiguración del derecho público en elestado civil. Como se ha expresado, el sis-tema representativo de la república es unmedio de tutelar y asegurar el derecho ala propiedad privada frente al poder mis-

    mo, en un contexto histórico en que seconfigura un modo de propiedad dife-rente al típicamente medieval. (AlvarezCaperochipi, 1985: 45-48)

    En esta línea Alvarez Caperochipi haobservado con mucha agudeza un para-lelismo entre la evolución del conceptode propiedad y la evolución histórica delos presupuestos de la teleología lutera-na, de la cual Kant recibió influencia:a. En un primer momento prevalece el

    individualismo (directo y sin media-ciones) de la relación con Dios.

    b. En un segundo momento, se manifies-ta la predestinación salvífica y la igual-dad de participación en la gracia.

    Ambos aspectos tienen su correlativoen el pensamiento político y jurídico mo-

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    derno: “En una primera fase, que culmi-na en la revolución liberal, se afirma el

    carácter exclusivamente privado e indivi-dual de la propiedad, y se destruyen to-das las formas de propiedad común y corporativa (negándose cualquier géne-ro de intermediación entre el hombre y el poder); en la segunda fase, destruidas ya todas las formas comunitarias y corpo-rativas de propiedad, se propugna la inte-gración orgánica de todos en el estado.El mundo jurídico reproduce, en la con-figuración de la propiedad, los mismospresupuestos ontológicos que antes se

    plantearon en la teología”. (Alvarez Ca-perochipi, 1985: 45)El liberalismo viene a plantear la des-

    trucción de los grupos intermedios entreindividuo y estado porque restringen lalibertad individual. Esta idea se traduceen una nueva noción de propiedad quese propugna, a lo que Kant no escapa, co-mo ideal. Toda propiedad colectiva ocorporativa (gremial, estamental y otras)diferente a la privada se rechaza por“...estar en contraposición con la noción de liber-

    tad individual y la configuración del estado como unidad exclusiva de lo universal.” (Al- varez Caperochipi, 1985: 45)

    En este entendido Kant declara queni aún el soberano puede tener tierrascomo propiedad privada porque pasaríaa ser una persona privada, particular. Só-lo como un ideal puede afirmarse que elsoberano es dueño de todo, según Kant,para que pueda, de ese modo, procedera la determinación de la propiedad parti-cular según normas de derecho.

    La defensa de la propiedad privadaindividual la expresa reiteradamente: “Lapropiedad privada no puede convenirmás que al pueblo (y no colectivamenteconsiderado, sino distributivamente)”(Kant, 1943:162). La propiedad corpora-tiva eclesiástica reviste un carácter pura-

    mente provisional y nunca se llega a con-solidar. Entidades como órdenes de caba-

    llería y las iglesias pueden disfrutar deciertos bienes que éstas consideran de supropiedad siempre y cuando la opiniónpública asuma tal tipo de propiedad co-mo necesaria para garantizar mejor losintereses del estado. En palabras de Kant:“Los bienes de las órdenes militares poruna parte, los de las iglesias por otra,pueden serles quitados sin temor, perosiempre bajo la condición precedente, asaber: cuando la opinión pública llega acambiar acerca de los medios ya de de-

    fender al Estado por medio deinstitucio- nes militares privilegiadas a falta del patrio-tismo de la población, ya de preservar alos hombres del fuego eterno por mediode misas de difuntos, oraciones y otramultitud de prácticas. Los que han expe-rimentado esta reforma no pueden que- jarse de que se les haya quitado su pro-piedad; porque el principio de su pose-sión no se ha fundado hasta allí más queen laopinión del pueblo , y debía prevalecermientras ésta durase”. (Kant, 1943: 163)

    Como se ve, en realidad Kant rechazacualquier tipo de propiedad colectiva aldarle un carácter revocable e instrumen-tal, acercándose a conceder un tipo deusufructo a favor de estos grupos mediosen tanto cumplan un fin público.

    El carácter liberal de su principio re-publicano resulta obvio cuando afirmaque sólo mediante leyes el soberanopuede imponer tributos o servicios a lospropietarios privados, “... de tal manera, sinembargo, que el pueblo se imponga a sí

    mismo, porque es la única manera de ha-cerlo legalmente, si la ley es la obra de losDiputados de la nación” (Kant, 1943: 163).La propiedad privada es el núcleo que de-fine la ciudadanía (en cuanto condición) y el estado sólo puede regirse por leyes queel pueblo (el conjunto de ciudadanos ) se ha-

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    yan podido dar a sí mismos (como posibili-dad y no necesariamente como hecho).

    El estado es la condición de asegura-miento del derecho (para adoptar un ca-rácter definitivo) y su forma ha de ser re-publicana para asegurar el primero detodos los derechos: el de propiedad pri- vada que a su vez es requisito para queexista la libertad. (Kant, 1943: 162)

    En El Conflicto de las Facultades Kant expone que ese principio representati- vo es en realidad un principio regulati- vo que ofrece solamente un criterio de valoración. Según Kant el legislador se

    obliga a dar leyes como habrían podidosurgir de la voluntad del pueblo y secompromete a considerar a los súbdi-tos, en tanto que quieren ser ciudada-nos, como si hubieran prestado consen-timiento a esa voluntad. De esta manerael concepto de libertad deviene en unconcepto de participación política figu-rativo, que tiene como trasfondo el de-recho de propiedad, privada e indivi-dual, y que configura la forma particu-lar de organización que debe adoptar el

    estado.

    Notas

    1 Kant, en laCrítica de la razón pura , define como“... trascendental a todo conocimiento que se ocupa, no tanto de los objetos como de nuestro modo de conocerlos,siempre y cuando sea posible a priori ese conocimiento”.(1983: 164)

    2 Sirva como ejemplo la importancia que el concep-to de libertad reviste dentro del sistema crítico.

    3 Nótese por lo demás que los ejemplos que pre-senta Kant se refieren a la sociedad occidental.

    4 Se entiende poriusnaturalismo la posición segúnla cual existen derechos preexistentes al hom-bre, que no son su creación y por lo tanto nopueden ser modificados o abolidos convencio-nalmente. Existen varias manifestaciones del ius-naturalismo, entre ellos el teológico según elcual exisetn leyes divinas que deben ser obedeci-das por el hombre; y el racionalista, que postula

    que es posible a la razón conocer por su sólo me-dio ciertas leyes universales e intemporales quegobiernan la naturaleza y la moral.

    5 No debe confundirse tal concepto con el de De-recho Privado de las ciencias jurídicas actuales.

    6 Puede afirmarse que se trata del derecho de po-sesión y no del hecho de poseer, según nuestroordenamiento jurídico.

    7 Especialmente enLa vieja pregunta surge denuevo: ¿está el género humano en constante pro-greso?, obra que escribió a los 74 años.

    8 Teoría moral que explica la virtud por el gradode felicidad o bienestar que encuentran los hom-bres al realizar el bien.

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