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Estado Libre Asociado de Puerto Rico
17ma Asamblea 6ta Sesión Legislativa Ordinaria
SENADO DE PUERTO RICO
COMISIÓN DE GOBIERNO, EFICIENCIA GUBERNAMENTAL E INNOVACIÓN ECONÓMICA
18 DE SEPTIEMBRE DE 2015
INFORME RECOMENDANDO LA NO APROBACIÓN DEL P. DEL S. 1201
AL SENADO DE PUERTO RICO
Vuestra Comisión de Gobierno, Eficiencia Gubernamental e Innovación
Económica tiene a bien recomendar a este Alto Cuerpo la no aprobación del
P. del S. 1201.
Informe P. del S. 1201 Comisión de Gobierno, Eficiencia Gubernamental e Innovación Económica Página 2
Tabla de Contenido
Introducción ..................................................................................................................... 3 Resumen Ejecutivo del Proyecto ............................................................................................................ 3
Informe ............................................................................................................................ 4 Alcance del Informe ............................................................................................................................. 4 Análisis de la Medida ........................................................................................................................... 5
Conclusión/Recomendaciones ........................................................................................ 15
Informe P. del S. 1201 Comisión de Gobierno, Eficiencia Gubernamental e Innovación Económica Página 3
Introducción
Resumen Ejecutivo del Proyecto
Propósito
del P. del S.
1201
El Proyecto del Senado 1201 propone que, de acuerdo a un supuesto
mandato del Pueblo de Puerto Rico, mediante una elección general
se seleccionen “congresistas” que representen a Puerto Rico y exijan
su admisión como un Estado de la Unión. Estos “congresistas” se
seleccionarían en la elección general de 2016.
Por qué el
P. del S.
1201 no
debe ser
aprobado
Al Proyecto del Senado 1201 levanta, al menos, las siguientes
objeciones fundamentales:
La propuesta carece de legitimidad democrática ya que
Puerto Rico no ha favorecido la estadidad en un proceso justo.
Solamente electores en un estado ya anexado pueden elegir
senadores o representantes al Congreso.
Aún si Puerto Rico pidiera la estadidad en las urnas, enviar
seudo-congresistas a Washington no sería la forma válida de
intentar la admisión como estado. Quienes lo han intentado en
tiempos recientes no han tenido éxito. Lo que hace falta para
lograr la estatidad es la voluntad de la mayoría de los electores
puertorriqueños y la voluntad política del Congreso.
Agencias federales como la U.S. Government Accountability
Office (GAO), han determinado que la estadidad sería un duro
golpe a la economía de Puerto Rico. El impacto sustancial de
aplicar los impuestos federales en Puerto Rico no se
compensaría con el esperado aumento en fondos federales. La
estadidad tendría un costo de aproximadamente 900 millones
de dólares anuales, sin tomar en cuenta el golpe económico de
la pérdida de la manufactura y la reducción en el empleo
público.
Ante esas realidades, entendemos que el Proyecto del Senado 1201:
no es buena política pública, no representa la voluntad del pueblo
libremente expresada, no es un mecanismo legítimo y facilitaría un
golpe mortal a la economía del País. Es un mal medio para un terrible
fin.
Informe P. del S. 1201 Comisión de Gobierno, Eficiencia Gubernamental e Innovación Económica Página 4
Informe
Alcance del Informe Metodología Esta Comisión evaluó el Proyecto del Senado 1201 conforme a la
normativa jurídica y la condición política de Puerto Rico y los
Estados Unidos.
Utilizó la literatura científica y política sobre el tema del estatus
político de Puerto Rico, los diferentes informes producidos por el
Gobierno de los Estados Unidos y el Gobierno del Estado Libre
Asociado de Puerto Rico. También hizo referencia a materiales
primarios tales como leyes para la admisión de estados, tratadistas
jurídicos y récords de los debates congresionales. Finalmente, hizo
referencia a la jurisprudencia aplicable en la esfera federal y en la
esfera estatal.
Informe P. del S. 1201 Comisión de Gobierno, Eficiencia Gubernamental e Innovación Económica Página 5
Análisis de la Medida
El “Plan
Tenesí” De su exposición de motivos se desprende que el P. del S. 1201,
parte de la premisa falsa de un supuesto triunfo de la estadidad en
la consulta plebiscitaria celebrada en 2012.
El Proyecto del Senado 1201 no es otra cosa que una forma de
implementar lo que se ha llamado en Puerto Rico el “Plan Tenesí”.
El supuesto plan consiste en que un territorio alcance la estatidad
mediante el proceso de presión que supone la elección de
congresistas de un territorio cuál si se tratase de un estado de la
Unión. Esto, sin haber sido electos bajo ninguna ley de los Estados
Unidos. De esa forma se espera demostrar, sin legitimidad electoral,
que se cuenta con amplio apoyo para “forzar” la estadidad.
Hay dos formas para seleccionar tales seudo-congresistas (“shadow
congressmen”). Una es que la Asamblea Legislativa los seleccione.
La otra es que sean electos por el pueblo mediante elección
democrática. La presente medida propone una elección general de
pueblo simultánea con las elecciones generales de 2016. Ésta
propuesta carece de fundamentos jurídicos, electorales y políticos.
Normas para
elegir
Senadores y
Representates
al Congreso en
la Constitución
de los Estados
Unidos
Sabido es que la Sección 3 del Artículo IV de la Constitución de los
Estados Unidos delega exclusivamente en el Congreso la autoridad
para admitir nuevos estados. “New states may be admitted by the
Congress into this Union.” Secc. 3, Art. IV, Const. EE.UU. Por otra
parte, dicha Constitución dispone que la Cámara de Representantes
será compuesta por miembros electos por el Pueblo de los
respectivos estados. Igualmente, el Senado de los Estados Unidos
se compondrá de dos senadores de cada estado. “The House of
Representatives shall be composed of Members chosen every
second year by the People of the several States.” Secc. 2, Art. I,
Const. EE.UU. Finalmente, el Congreso no puede alterar la
cualificaciones dispuestas en la Constitución federal con respecto a
quiénes serán miembros del Senado o de la Cámara; y mucho
menos los estados pueden alterarlas. Powell v. McCormack, 395
U.S. 486 (1969). Huelga afirmar que una jurisdicción que no es
estado, como Puerto Rico, no tiene autoridad alguna para elegir
supuestos senadores o representantes al Congreso de los Estados
Unidos, pues ello incumpliría como mínimo estas disposiciones
constitucionales. Además, la medida propone un plan contrario a la
voluntad democrática del pueblo puertorriqueño.
El “Plan
Tenesí” no es
una opción
legítima para
atender el
Quienes promueven implementar el llamado “Plan Tenesí” lo
justifican en los confusos resultados del “plebiscito” de 2012, no
cuentan con el aval del Congreso. Por lo tanto, no constituye un
proyecto legítimo sobre el cual pueda comprometerse la
participación electoral del pueblo puertorriqueño.
Informe P. del S. 1201 Comisión de Gobierno, Eficiencia Gubernamental e Innovación Económica Página 6
estatus En marzo de 2011, el President's Task Force on Puerto Rico
(conocido en español como el Grupo de Trabajo de Casa Blanca)
rindió su informe sobre el futuro político de Puerto Rico. En su
informe, el Task Force estableció varias guías de consenso para la
solución del estatus político de Puerto Rico. Hagamos un breve
análisis de sus propuestas.
El Informe recomendó que se llevaran a cabo uno o dos
“plebiscitos” entre las diferentes alternativas de estatus en igualdad
de condiciones. El documento enumeró las siguientes alternativas:
estadidad, independencia, libre asociación o Estado Libre Asociado.
También propuso que se organizara un proceso de dos rondas que
consultaría primero la contestación de Puerto Rico de ser parte de
Estados Unidos. Si prevaleciera una respuesta negativa a dicha
pregunta entonces en una segunda ronda la preferencia entre las
alternativas de libre asociación o independencia. Si la respuesta
fuese positiva, la segunda votación sería entre la estadidad y el
Estado Libre Asociado. Report by The President’s Task Force on
Puerto Rico’s Estatus, págs. 26-29 (2011).
El llamado “plebiscito” del 2012, realizado en virtud de la Ley 283-
2011, según enmendada, no siguió las recomendaciones del Task
Force. De hecho, la papeleta que se aprobó mediante esta Ley
proveyó dos preguntas:1) si se estaba de acuerdo con mantener el
estatus actual 2): la preferencia entre estadidad, libre asociación o
independencia. En efecto, en esa segunda pregunta los defensores
del Estado Libre Asociado no encontraban espacio adecuado para
expresarse. Además, se podía votar en la segunda pregunta sin
importar como el elector hubiera votado en la primera pregunta. De
esta forma el resultado de la primera pregunta en ninguna manera
establecía un vínculo entre la siutuacion política actual. Era
meramente un concurso de simpatía. Esta papeleta violaba varios
de los principios expuestos en el informe del Task Force.
Primeramente, el diseño de la papeleta de 2012 no puso a las
alternativas a competir en igualdad de condiciones. Reflejó una
preconcepción de la Asamblea Legislativa de ese entonces de que
el Estado Libre Asociado no era un estatus legítimo. Por esa razón,
se aisló al Estado Libre Asociado en la primera parte de la papeleta.
Se le llamó “el estatus territorial actual” y se le excluyó de la
segunda parte de la papeleta. Al excluir en la segunda pregunta al
Estado Libre Asociado, se violó el espíritu y letra de la
recomendación de Task Force de que las cuatro (4) alternativas
compitieran en igualdad de condiciones.
Segundo, el Task Force propuso en su informe varias alternativas
aceptables en un proceso electoral de varias consultas. Por
ejemplo, hacer una ronda para consultar al pueblo sobre su
Informe P. del S. 1201 Comisión de Gobierno, Eficiencia Gubernamental e Innovación Económica Página 7
predilección con respecto a alternativas diferentes al Estado Libre
Asociado, y que de esa ronda surgiera la alternativa que competiría
con el Estado Libre Asociado. El informe discutió cinco (5)
alternativas viables de procesos plebiscitarios. El “plebiscito” de
2012 no incluyó ninguna de las cinco (5) propuestas del Task Force.
Tercero, la papeleta de 2012 no incluyó ninguna posibilidad de un
Estado Libre Asociado mejorado. Se han planteado alternativas
importantes para mejorar nuestra relación política actual dentro de
su propia naturaleza. Entre esas alternativas existe la aplicación del
Capítulo 9 de la Ley de Quiebras Federal1, una exención de las
leyes de cabotaje, paridad de fondos de Medicare, el voto
presidencial, control de Puerto Rico sobre las leyes de propiedad
intelectual o facultades expandidas para realizar acuerdos
internacionales. Sin embargo, ninguna de esas alternativas estaba
en la papeleta. Evidentemente, el “plebiscito” no estaba diseñado
para producir una decisión justa, ni para cumplir los estándares
mínimos de una consulta legítima, descritos por el Task Force
presidencial. Estaba diseñado para poder manipular sus resultados.
El Task Force no contempló lo que se hizo en Puerto Rico en el
llamado “plebiscito” de 2012. Es más, el Task Force presidencial en
ningún momento mencionó o consideró el llamado “Plan Tenesí”
como una alternativa. De hecho, se mencionó hasta la Asamblea
Constitucional de Estatus y un proceso de negociación directa como
el Comité Ad-Hoc de 1975. Todo menos el “Plan Tenesí”. El
proyecto bajo consideración va en contra de la voluntad del pueblo
puertorriqueño.
Adoptar el
“Plan Tenesí” a
base de los
resultados del
“plebiscito”
del 2012 sería
representar
falsamente la
voluntad
mayoritaria del
pueblo de
Puerto Rico
que no endosa
la estadidad
Aún en un proceso amañado, como el de noviembre de 2012, la
estadidad no obtuvo el favor de la mayoría del electorado.
Los resultados informados por la Comisión Estatal de Elecciones
para la primera pregunta fueron 54%-46% en contra del estatus
político actual, que la propia papeleta impuesta al electorado definió
peyorativamente como “territorial”. Con respecto a la segunda
pregunta, los resultados fueron 61.2% a favor de la estadidad,
33.2% para el estado libre asociado soberano y 5.5% para la
independencia. Sin embargo, dicho cómputo ignora la cantidad
significativa de votos en blanco que los electores emitieron. Es de
conocimiento público que el Partido Popular Democrático, que
defiende el Estado Libre Asociado, pidió un voto en blanco como
protesta a la manipulación de aquel proceso. Si se consideran los
votos en blanco obtenidos, el resultado del referéndum cambia
dramáticamente: la estadidad sólo obtuvo el 44.4%, el estado libre
1 Véase, e.g., H.R.870 - Puerto Rico Chapter 9 Uniformity Act of 2015, presentado en el Congreso de los Estados Unidos.
Informe P. del S. 1201 Comisión de Gobierno, Eficiencia Gubernamental e Innovación Económica Página 8
asociado soberano obtuvo 24.2%, la independencia 4.0% y los
votos en blanco 26.5%. Claramente, la estadidad no obtuvo un
mandato en el “plebiscito”, aún en un proceso que tuvo un diseño
claro, para manufacturar un resultado favorable a la estadidad. Aún
así, más de la mitad de los electores (54.7%) rechazó la estadidad.
No es legítimo el uso de fondos públicos para defender el resultado
de un proceso pues fue diseñado para generar un resultado artificial
en cuanto a la opinión mayoritaria. Tampoco le conviene a los
estadistas que se dejen dudas sobre el respaldo a la estadidad.
Adoptar el llamado “Plan Tenesí” a base de estos resultados sería
representar falsamente la voluntad mayoritaria del pueblo de Puerto
Rico expresada en las urnas.
Comisionado
Residente
Pierluisi acepta
que el
“plebiscito” de
2012 no es
concluyente
A raíz del plebiscito de 2012, no debe sorprender a nadie que el
Comisionado Residente Pedro Pierluisi haya radicado en 2015
legislación ante el Congreso mediante la cual se consultaría al
Pueblo de Puerto Rico sobre si desea o no ser estado de la Unión,
el H.R. 727. La Sección 3 de dicho proyecto de ley establece que
Puerto Rico debería ser consultado sobre si acepta o no la
estadidad.2 El Comisionado Residente, sabe que el plebiscito de
2012 no tiene credibilidad alguna en el Congreso y un “Plan Tenesí”
tendría menos.
El “Plan
Tenesí” ni
siquiera es
efectivo para
pedir la
estadidad
La inmensa mayoría de los estados (31 de los 37 anexados luego
de la ratificación de la Constitución) no alcanzaron la estadidad
mediante un “Plan Tenesí”. Los pocos que sí utilizaron el “Plan
Tenesí” obtuvieron la estadidad, no por dicho Plan, sino porque las
condiciones políticas en el Congreso les fueron favorables. Como
veremos a continuación, es la voluntad política del Congreso la que
hace viable la estadidad después. Bajo ninguna circunstancia habrá
esa voluntad política si no existe un reclamo diáfano del pueblo de
Puerto Rico. El “plebiscito” de 2012 no es ese reclamo diáfano.
Cómo
realmente se
logró la
estadidad
Con contadas excepciones, luego de la adopción de la Constitución
de los Estados Unidos todos los estados han alcanzado la anexión
después de constituirse como territorios incorporados. Sólo la
República de Texas y, según entienden algunos, la República de
Vermont (cuyo territorio reclamaba New York, a cuya anexión como
estado separado consintió expresamente), alcanzaron la estadidad
siendo repúblicas independientes. Kentucky, West Virginia y Maine
fueron creados siendo parte de otros estados federados. En total,
32 de los 50 estados eran territorios incorporados originalmente.
2 Véase H.R.727 - Puerto Rico Statehood Admission Process Act , secc. 3 (a) (February 4, 2015) (“ Vote.—The State Elections Commission of Puerto Rico is authorized to provide for a vote on the admission of Puerto Rico into the Union as a State within one year of the date of enactment of this Act, in accordance with rules and regulations determined by the Commission, including qualifications for voter eligibility. The ballot shall ask the following question: “Shall Puerto Rico be admitted as a State of the United States? Yes__ No__”).
Informe P. del S. 1201 Comisión de Gobierno, Eficiencia Gubernamental e Innovación Económica Página 9
El proceso usual para la anexión como estado federado era que
territorios que le pertenecían al Gobierno federal, a medida que
ganaban población, se organizaban políticamente, y entonces
podían solicitar (o el Congreso podía conceder) la estadidad. Dicha
concesión podía estar sujeta a ciertas exigencias del Congreso. Por
ejemplo, la Ordenanza del Noroeste del 1787 disponía que entre
tres a cinco estados se formarían del territorio una vez sus
habitantes excedieran los 5,000 habitantes y se organizaran. Se
aceptarían como estados una vez sus habitantes excedieran los
60,000. Pero de igual forma la Constitución les aplicaba plenamente
a los habitantes de estos territorios ya que eran parte de Estados
Unidos y por lo general eran ya ciudadanos estadounidenses.
El proceso
usual: la ley
habilitadora
En la mayoría de los casos, el Congreso fue el que estableció un
proceso para la redacción de una constitución estatal e impuso
condiciones para la admisión. Se establecía una ley habilitadora
(Enabling Act) que facultaba a los habitantes a redactar una
constitución. Una vez se proclamara la admisión, se admitían como
estados. El primer ejemplo de esas leyes habilitadoras fue el
Enabling Act of 1802 que estableció las condiciones para que
diferentes partes del Territorio del Noroeste se conviertieran en
estados.
Las leyes habilitadoras podían establecer condiciones para la
admisión a la Unión. Por ejemplo, Utah había sido colonizado por
miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos
Días. Esa Iglesia en ese momento practicaba la poligamia. Utah no
fue admitido hasta que su constitución estatal prohibiera la
poligamia, por mandato explícito del Congreso. Utah Enabling Act,
28 Stat. 107, secc. 3 (1894). La controversia sobre ese asunto fue
tal que Utah fue aceptado como estado en 1896, 50 años después
de su colonización y organización política. Por su parte, el Estado
de Nuevo México tuvo que comprometerse a que la enseñanza
pública fuera realizada exclusivamente en inglés. New Mexico
Enabling Act, 36 Stat. 557, secc. 20.
Ocasiones en
que el “Plan
Tenesí” ha sido
parte del
proceso de
admisión de un
estado
En algunos casos, como demostración de la organización de un
territorio, las poblaciones organizaban sus gobiernos eligiendo
gobernadores y legisladores, y luego enviaban representantes al
Congreso. Esto ocurrió principalmente en los territorios admitidos al
principio de la historia de los Estados Unidos ya que los medios de
comunicación eran escasos y poco eficaces. Antes de la Guerra
Civil de los Estados Unidos, la lucha ideológica más controversial
era sobre la esclavitud. Se había logrado un balance entre los
estados. Para mantener ese balance entre estados esclavistas y
estados “libres”, el Congreso estableció una política para que sólo
se aceptarían estados conjuntamente: uno libre y otro esclavista.
Informe P. del S. 1201 Comisión de Gobierno, Eficiencia Gubernamental e Innovación Económica Página 10
Por esa razón, estados libres o esclavistas que ya estaban
organizados no se admitían inmediatamente hasta que otro estado
de la persuasión opuesta fuera admitido. Los seis (6) estados
comúnmente citados como que fueron aceptados por el Plan
Tennesse son Tenesí, Michigan, Iowa, California, Oregon y Alaska.
De esos seis (6) estados aceptados bajo el “Plan Tenesí”, cuatro (4)
fueron admitidos durante la pugna sobre estados esclavistas y
estados no esclavistas. Tenesí, el primero, envió sus
representantes al Congreso para demostrar que estaban
organizados. El Congreso no demoró en aceptarlos. Luego de eso,
Michigan e Iowa fueron aceptados como estados libres junto a
Arkansas y Texas, conforme a los términos del Acuerdo de Missouri
que codificó el balance entre estados libres y esclavistas en 1820.
Posteriormente, se formó una pugna sobre si aplicaría dicho
acuerdo a los territorios adquiridos durante la guerra mexicano-
americana de 1848. El congresista David Wilmot intentó legislar
infructuosamente para que los territorios conquistados fueran libres.
California y Oregon enviaron sus “congresistas” a Washington, D.C.
Pero sólo fueron admitidos a la Unión como parte de un Acuerdo de
1850 que actualizó las condiciones del Acuerdo de Missouri entre
estados libres y esclavistas. California y Oregon se convirtieron en
estados federados una vez las condiciones políticas permitieron un
consenso en Washington sobre su admisión. Sin el ambiente
político, ninguno de esos estados que recurrieron al “Plan Tenesí”
hubiera sido aceptado. Michael F. Holt, The Rise and Fall of the
American Whig Party, cap. 14 (1999).
Algunos utilizan a Kansas como ejemplo de un estado que fue
aceptado por causa del “Plan Tenesí”. Sin embargo, la estadidad de
Kansas también fue matizada por las luchas esclavistas-
abolicionistas. En 1854 se aprobó la Ley Kansas-Nebraska que
revocó el Acuerdo de 1850. Se permitiría a las poblaciones de los
Territorios elegir si serían esclavistas o libres. La aprobación de la
Ley Kansas-Nebraska desató una guerra civil, conocida como
Bleeding Kansas, siete (7) años antes del comienzo de la guerra
civil entre los estados fieles a la Unión y los estados fieles a la
Confederación. Los respectivos bandos desataron violencia y hubo
masacres de todo tipo. Cada bando aprobó su propia constitución
para el futuro estado de Kansas. Eventualmente, se redactaron 4
constituciones diferentes, aceptándose por el Congreso la
Constitución de Wyandotte en 1861 luego de que las fuerzas
esclavistas fueran derrotadas y las delegaciones sureñas
abandonaron el Congreso una vez sus estados se separaron de la
Unión. Kansas fue aceptado cuando hubo paz en el territorio y la
oposición congresional, que favorecía la esclavitud, literalmente
abandonó el Congreso. El conflicto entre las cuatro (4) diferentes
Informe P. del S. 1201 Comisión de Gobierno, Eficiencia Gubernamental e Innovación Económica Página 11
constituciones significó que Kansas no fue aceptado mediante el
“Plan Tenesí”, ya que en realidad había un conflicto entre
constituciones y delegaciones. James McPherson, Battle Cry of
Freedom, cap. 5 (2003).
Es decir que por sí solo, el “Plan Tenesí” no fue el camino aceptado
para la estadidad. Fue necesario el reclamo de la población del
estado combinado con la voluntad política del Congreso para
concederla, en el agrio contexto histórico previo a la guerra civil.
Alaska y el
“Plan Tenesí” El último estado admitido a la Unión en seguir el “Plan Tenesí” fue
Alaska. Es el ejemplo que mejor simboliza la futilidad y el carácter
confrontacional de esta estrategia: una jurisdicción envíe seudo-
congresistas al Congreso, y allá no se les toma con seriedad (véase
la triste suerte de Washington, D.C. y su “Plan Tenesí”, infra).
El territorio de Alaska fue comprado a Rusia en 1867. Fue
colonizado por personas en búsqueda de oro y por militares. Su
búsqueda de la estadidad fue complicada por consideraciones
partidistas.
Un artículo de la reconocida revista Congressional Quarterly de esa
época resume brevemente los requisitos y el proceso para la
estadidad según entonces era entendido por el Congreso. Citan de
un informe senatorial que expone tres requisitos, a saber: que los
habitantes del territorio crean en la democracia, que una mayoría
del electorado apoye la estadidad y que el propuesto territorio
pueda asumir el costo económico de un gobierno estatal y su
participación del costo del gobierno federal. “Statehood Considered
by Congress since 1947”, CQ Almanac 1957.
En 1946 se celebró un plebiscito en Alaska en el que la estadidad
triunfó con aproximadamente 60% del voto. Posteriormente, se
radicó en la Cámara de Representantes federal legislación para
admitir a Alaska como estado. En 1948 el proyecto de admisión
obtuvo el aval del Comité Congresional correspondiente. En 1950 la
Cámara aprobó legislación y el Comité senatorial correspondiente
recomendó su aprobación pero nada ocurrió. En 1952 ocurrió lo
mismo pero el informe se devolvió a comité por el Senado en pleno.
Es en estas circunstancias que Alaska implementa el “Plan Tenesí”.
Hawaii, en una situación similar opto por no seguirlo. “Statehood
Considered by Congress since 1947”. Id.
Las razones para que Hawaii y Alaska no se convirtieran en estados
de la Unión de inmediato fueron políticas. Los senadores sureños,
para quienes la resistencia a la integración racial era su tema
principal, se oponían a añadir cuatro (4) senadores de regiones que
no veían con buenos ojos la segregación. Legisladores de otros
Informe P. del S. 1201 Comisión de Gobierno, Eficiencia Gubernamental e Innovación Económica Página 12
estados no veían con buenos ojos que se diluyera sus votos con la
llegada de senadores y representantes de nuevos estados.
Además, la situación política de esos territorios entonces era que
Alaska usualmente votaba demócrata y Hawaii republicano. Ambos
partidos estaban separados por márgenes estrechos en el
Congreso. El Presidente Eisenhower, republicano, impulsaba la
estadidad para Hawaii pero planteaba objeciones de defensa
nacional para la estadidad para Alaska. “Statehood Considered by
Congress since 1947”; id. La existencia de voluntad política, y no el
mecanismo de presión utilizado, es lo que consiguió la estadidad.
En ese momento la duda sobre la integración de un estado
republicano con uno demócrata o viceversa detuvo la estadidad.
“Statehood Shenanigans,” New York Times, 10 de febrero de 1958.
El fracaso del
“Plan Tenesí”:
Washington,
D.C.
Los habitantes de Washington D.C. tienen voto presidencial, pagan
impuestos federales y su gobierno local está sujeto a los mandatos
del Congreso en cuanto a su gobierno interno; incluso han tenido
una junta de control fiscal nombrada por el gobierno federal sin su
consentimiento.
El movimiento pro estadidad de Washington D.C. tiene mucha
fuerza. El Presidente Obama está a favor. “President Obama on
D.C. Statehood: ‘I’m for It’”, New York Times, 21 de julio de 2014.
Un comité senatorial celebró audiencias con el apoyo del entonces
Portavoz de la Mayoría Demócrata pero nada ocurrió. “D.C.
Statehood to Get Hearing on Capitol Hill”, New York Times, 8 de
septiembre de 2014. Sin embargo, el ambiente del Congreso nunca
ha sido favorable.
Washington, D.C. ha tomado medidas extremas para intentar
alcanzar la estadidad. En 1982 Washington, D.C. aprobó una
constitución estatal que el Congreso nunca ha aceptado. Para
luchar por su admisión, Washington ha recurrido al llamado “Plan
Tenesí” y envia al Congreso dos senadores y un representante
desde 1990. No ha logrado nada. Periódicamente aparecen
artículos detallando su impotencia política. “Shadow Delegation
Toils in Obscurity for D.C.'s Day in the Sun”, The Washington Post,
16 de enero de 2007. “D.C.’s ‘shadow senator’ will take statehood
cause to Des Moines this weekend”, The Washington Post, 11 de
febrero de 2015.
Washington, D.C. lleva 25 años utilizando el “Plan Tenesí”. Se
especula que una razón importante para la oposición a su admisión
como estado es que el Distrito de Columbia sería un estado
demócrata que añadiría dos senadores demócratas al Gobierno
federal. “First D.C. Statehood Bill in 20 Years Gets a Senate
Hearing”, Governing Magazine, 16 de septiembre de 2014.
Informe P. del S. 1201 Comisión de Gobierno, Eficiencia Gubernamental e Innovación Económica Página 13
Sin voluntad política en el Congreso, los esfuerzos de Washington,
D.C. fracasarán consistentemente.
El Territorio
Incorporado La estrategia de la estadidad a la fuerza que representa el recurrir a
estrategias como el “Plan Tenesí” conlleva otra consecuencia
negativa: la aplicación de impuestos federales sin que se nos
admita como estado. Esa es la consecuencia de la incorporación
territorial.
El camino a la estadidad históricamente ha sido la incorporación.
Hawaii y Alaska fueron territorios incorporados por décadas hasta
que lograron su anexión. Todo ese tiempo pagaron impuestos
federales. Sin embargo, Puerto Rico no se ha puesto decisivamente
en el camino de la estadidad. Si Puerto Rico votara a favor de la
estadidad, el Congreso podría convertirnos en un territorio
incorporado indefinidamente. Eso nos sometería a las
consecuencias contributivas nefastas de la estadidad sin sus
capacidades políticas. La búsqueda irresponsable de la estadidad
nos podría colocar en esa difícil posición. Esto atrasaría aún más
los esfuerzos por salir de la crisis económica que aqueja a Puerto
Rico hoy.
Las
contribuciones
federales y la
economía
En 2014 el Government Accounting Office expuso un análisis fiscal
de las consecuencias de la estadidad. Sus conclusiones son
reveladoras y no son positivas para la estadidad ni para el territorio
incorporado. Government Accounting Office, Puerto Rico:
Information on How Statehood Would Potentially Affect Selected
Federal Programs and Revenue Sources (2014).
La imposición de la carga contributiva de la estadidad tendría
efectos nefastos sobre nuestra economía. Aún con el crédito al
trabajo federal, los puertorriqueños pagarían 2,200 a 2,300 millones
de dólares adicionales en contribución sobre ingreso. GAO, págs.
104-108. Las corporaciones pagarían entre 5,000 a 9,300 millones,
provocando la salida de 25,000 millones de dólares en actividad
económica y poniendo en peligro 100,000 empleos. Además, le
restaría 2,000 millones de dólares a las maltrechas finanzas del
gobierno con la salida de sus contribuciones sobre ingreso y el
pago del arbitrio de Ley 154-2011 de 4%. Aún con la salida de esas
corporaciones foráneas, los impuestos sobre las corporaciones
impondrían una carga de hasta 3,400 millones en nuestra
economía. GAO, págs. 105-109.
El informe del GAO no toma en cuenta la imposición de arbitrios
federales sobre la actividad económica de Puerto Rico. Sin
embargo, Puerto Rico consume casi mil millones de galones de
gasolina al año. Podemos estimar que se pagarían 200 millones en
arbitrios sobre el petróleo. Estimados similares nos llevarían a
Informe P. del S. 1201 Comisión de Gobierno, Eficiencia Gubernamental e Innovación Económica Página 14
concluir que Puerto Rico pagaría en arbitrios cerca 500 millones de
dólares y su efecto multiplicador agravaría la situación económica.
El saldo sería de entre 2,700 a 6,200 millones de dólares en
impuestos federales.
El efecto
económico de
la estadidad o
el territorio
incorporado
La pérdida de la autonomía fiscal también significaría el fin de la
triple exención contributiva. El ya maltrecho valor de nuestros bonos
y nuestro acceso a los mercados se vería aún más reducido.
Perderíamos la oportunidad de hacer nuestras propias leyes
contributivas. Además pondría fin al programa de incentivos
turísticos y a los hospitales. Los recursos que producen los
impuestos que hoy cobramos y manejamos no estarían disponibles.
La entrada de 500 a 1,400 millones de dólares en fondos
adicionales de Medicaid no compensaría el final del arbitrio de 4%
que produce casi 2,000 millones de dólares. En una economía ante
una crisis fiscal, es casi impensable que la imposición de
contribuciones federales sea una alternativa viable para Puerto
Rico.
En el sector público, la estadidad también tendría efectos nefastos.
El recorte de al menos 2,000 millones de dólares en contribuciones
sobre ingreso y demás impuestos locales para compensar la
imposición de impuestos federales, significaría el despido de al
menos 40,000 empleados públicos permanentes. Convertir a Puerto
Rico en un territorio incorporado tendría estos costos, sin las
capacidades políticas de la estadidad. La lucha desbocada por la
estadidad, sin un análisis cuidadoso de sus costos y beneficios,
conllevaría un golpe fatal a nuestra economía.
El efecto de la
estadidad
sobre la gente
En el nivel individual, Puerto Rico exime de contribución sobre
ingresos los pagos por desempleo, el seguro social y los primeros
2,000 dólares mensuales en pensiones. Las contribuciones
federales se aplican sobre todos esos pagos. Los que ganen más
de 917 dólares mensuales tendrán que pagar contribuciones
federales. Para los mayores de 60, si ganan más de 1,250 dólares
mensuales, tendrán que pagar contribuciones federales. Esa
cantidad incluye seguro social y pensiones. El efecto, por ende,
sería especialmente fuerte sobre los jubilados. Las corporaciones
locales verían sus impuestos sobre ingreso duplicarse. Todo esto
sin el aumento que la pérdida de ingresos obligaría a realizar en los
impuestos sobre el consumo y sobre la propiedad inmueble para
cuadrar la caja. Si distribuimos esa carga en la familia típica de 4
personas, significaría un aumento contributivo federal de entre
3,100 a 7,100 dólares anuales por familia, sin la posibilidad de una
reducción en los impuestos estatales.
Informe P. del S. 1201 Comisión de Gobierno, Eficiencia Gubernamental e Innovación Económica Página 15
Conclusión/Recomendaciones
La Comisión realizó un examen exhaustivo de los documentos primarios, la literatura y
el record histórico de los Estados Unidos. La estadidad, como se expresó en el informe
del Senado federal sobre la estadidad de Alaska, requiere compromiso con valores
democráticos, una petición firme de estadidad y la capacidad económica de poder
contribuir su parte de la carga fiscal de la nación. Nadie puede dudar del compromiso
de Puerto Rico con la democracia. Nuestra vigorosa cultura política así lo demuestra.
Pero Puerto Rico no pidió la estadidad. El “plebiscito” de 2012 no refleja nuestra
voluntad de crecimiento político porque la estadidad no ganó, y fue un proceso
amañado. No es política pública seria utilizar fondos públicos para impulsar una opción
de estatus que no cuenta con el aval mayoritario del país.
El llamado “Plan Tenesí” tampoco es la forma de solicitar la estadidad. El proceso
correcto para solicitar la admisión como estado es a través de una Ley Habilitadora
que goce del favor del Congreso. El “Plan Tenesí” no ha sido efectivo a través de la
historia, porque la voluntad política del Congreso es crucial. Los electores de Puerto
Rico no han solicitado la estadidad y en el Congreso no existe la voluntad para admitir
a Puerto Rico a la Unión.
Otro requisito para la estadidad es la capacidad económica para contribuir su parte de
la carga fiscal de Estados Unidos. Puerto Rico no puede contribuir su parte en
impuestos federales sin darle un golpe mortal a su economía. La pérdida de decenas
de miles de empleos privados y públicos haría imposible que Puerto Rico cargue con
su porción de la carga económica. Ante ese cuadro, nadie debe esperar voluntad
política en el Congreso.
POR TODO LO ANTES EXPUESTO, esta Comisión de Gobierno, Eficiencia
Gubernamental e Innovación Económica, luego del estudio y consideración
correspondiente, tiene a bien someter a este Alto Cuerpo, su informe recomendando
que el Senado no apruebe el Proyecto del Senado 1201.
Respetuosamente sometido,
Ángel R. Rosa
Presidente