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Esther Summerson, abandonada al nacer por sus padres, es ... · >Hace unos meses, en una ceremonia pública, un magistrado de la Cancillería tuvo la amabilidad de comunicarme, como

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  • Representa,paraChesterton,elpuntomásaltodelamadurezintelectualdeDickens,suobracentral.

    EstherSummerson,abandonadaalnacerporsuspadres,eslaprotegidadeJohnJarndyce,unpoderosogentlemandebuencorazónquellevaañospleiteandoacausadeunaherencia.EstherviveenlaresidenciadeJarndyce,«CasaDesolada»,desdelosdieciochoaños,juntocon Ada y Richard, primos adolescentes de John, huérfanos e indigentes a causa de ladisputadaherencia,alosqueéstetratadeorientarenlavida.Lanovelagiraentornoalosavatares biográficos de Esther cuyo relato en primera persona se intercala con el delnarrador, siempre luchando por encontrar su identidad, superar su origen y triunfarsocialmente.

  • CharlesDickens

    CasadesoladaePubr1.0

    Pepotem215.05.14

  • Títulooriginal:BleakHouseCharlesDickens,1853

    Editordigital:Pepotem2ePubbaser1.1

  • Dedicado,enrecuerdodenuestraamistadycooperacion.Amisamigosdela

    Ligadelaliteraturaylasartes

    Dedicatoriadelaediciónde1853

  • Prefacioalaprimeraedición

    >Haceunosmeses,enunaceremoniapública,unmagistradodelaCancilleríatuvolaamabilidaddecomunicarme,comomiembrodeungrupode150hombresymujeressospechososdedemencia,queelTribunaldeCancillería,pesea serobjetode tantísimosprejuiciosdelpúblico (encuyomomentomeparecióqueelmagistradomeechabaunamiradade reojo),eraalgocasi inmaculado.Reconocióquehabía habido alguna cosilla que criticar en el ritmo de sus actuaciones, también se había exageradomucho, y todo se había debido a la «parsimonia del público», cuyo culpable público, segúnparecía,había estado empeñado hasta hacía poco y con la mayor terquedad en no aumentar en absoluto elnúmerodemagistradosdeCancilleríaestablecidopor…creoqueporRicardoII,perodaigualcualquierrey.

    Aquelchistemepareciódemasiadobuenoparainsertarloenelcuerpodeestelibro,puessinoselohubiera atribuido aConversationKenge o al señorVholes, uno de los cuales creo que debió ser sucreador.EnbocadeunodeelloslopodríahaberapareadoconunacitaidóneadeunodelossonetosdeShakespeare:

    MinaturalezaestásometidaAlmaterialquetrabaja,comolamanodeltintorero:¡Apiadaos,pues,demí,ydeseadmerenovado!

    Perocomoesbuenoqueelparsimoniosopúblicosepaloquehaestadopasando,ysiguepasando,aesterespecto,mencionoaquíquetodolonarradoenestaspáginasacercadelTribunaldeCancilleríaesfundamentalmentecierto,yseajustaalaverdad.ElcasodeGridleysehatomadoentodoloesencialdeuncasoreal,hechopúblicoporunapersonadesinteresadafamiliarizadapormotivosprofesionalescontoda aquella monstruosidad desde el principio hasta el final. Actualmente[1] hay un caso ante eseTribunalqueseinicióhacecasiveinteaños,enelcualsesabequehanllegadoacomparecerde30a40abogados almismo tiempo, en el cual se han acumulado costas de 70.000 libras, que no es sino unpleitoqueresolveramigablemente,yque(segúnmeaseguran)nosehallaahoramáscercadesufinquecuandoseinició.HayenCancilleríaotrofamosopleito,todavíasinfallar,queseinicióantesdefinesdel siglopasado,yenelcual lascostasyahanengullidomásdeldoblede70.000 libras.Siquisierabuscar más bases para JARNDYCE Y JARNDYCE podría llenar páginas enteras al respecto, para granvergüenzade…unpúblicoparsimonioso.

    Nodeseohacersinootraobservaciónmás.LaposibilidaddelallamadaCombustiónEspontáneasevienenegandodesdequemurióelseñorKrook,ymibuenamigoelseñorLEWES[2](quienenseguidaaveriguó que se había equivocado, al suponer que las autoridades habían abandonado la cuestión)publicóalgunascartasingeniosas(dirigidasamí)cuandosepublicóelrelatodeaquelacontecimiento,enlascualesaducíalatotalimposibilidaddequeexistieralaCombustiónEspontánea.Huelgaobservarquenopretendoinduciraerroramislectoresporacciónniporomisión,yqueantesdeescribirloquedigome preocupé de investigar el asunto. Hay constancia de unos 30 casos, el más famoso de loscuales,elde laCondesaCorneliadeBandiCesenate, lo investigóydescribiócongranminuciosidad

  • GiuseppeBianchini,prebendariodeVerona,personadistinguidaenelmundodelasletras,quepublicóunrelatoalrespectoen1731enVeronaydespuésloreeditóenRoma.LasaparienciasobservadasenaquelcasofueradetodadudaracionalsonlasmismasobservadasenelcasodelseñorKrook.ElcasomásfamosodespuésdeaquélocurrióenRheimsseisañosantes,yenaquellaocasiónelcronistafueLECAT,unodelosmédicoscirujanosdemásrenombredeFrancia.Elsujetofueunamujer,acuyomaridola ignorancia lo condenó por asesinato, pero tras un recurso solemne a una instanciamás alta, salióabsuelto, pues sedemostró en lapruebaque la esposahabía fallecidode lamuerte a laque seda elnombre de Combustión Espontánea. No creo necesario añadir más de estos notables datos ni a lareferenciageneral, lasopinionesy las experiencias escritasdedistinguidoscatedráticosdeMedicina,franceses, ingleses y escoceses, de tiempos más modernos, y me contento con observar que norechazaréesosdatoshastaquesehayaproducidounaCombustiónEspontáneadelostestimoniosquehabitualmentesirvenparademostrarlosacontecimientoshumanos.

    EnCasadesoladamehe detenido adrede en el lado romántico de las cosas corrientes.Creo quenuncahetenidotantoslectorescomoenestelibro.¡Ojalávolvamosaencontrarnos!

    Londres,agosto1853

  • I

    EnCancillería[3]

    Londres.HacepocoquehaterminadolatemporadadeSanMiguel,yelLordCancillerensusaladeLincoln’s Inn’s[4]. Un tiempo implacable de noviembre. Tanto barro en las calles como si las aguasacabaranderetirarsedelafazdelaTierraynofueranadaextrañoencontrarseconunmegalosauriodeunos40pieschapaleandocomounlagartogigantescoColinadeHolbornarriba.Humoquebajadelossombreretesdelaschimeneascreandounalloviznanegrayblandaconcoposdehollíndeltamañodeverdaderoscoposdenieve,quecabría imaginarde lutopor lamuertedelsol.Perros, invisiblesenelfango.Caballos,pocomenos;enfangadoshastalasanteojeras.Peatonesqueentrechocansusparaguas,en una infección general demal humor, que se resbalan en las esquinas, donde decenas demiles deotrospeatonesllevanresbalandoycayéndosedesdequeamaneció(sicupieradecirquehaamanecido)yañadennuevossedimentosalascostrassuperpuestasdebarro,queenesospuntossepegatenazmentealpavimentoyseacumulaainteréscompuesto.

    Niebla por todas partes. Niebla río arriba, por donde corre sucia entre las filas de barcos y lascontaminacionesacuáticasdeunaciudadenorme(ysucia).NieblaenlospantanosdeEssex,nieblaenlos cerros deKent.Niebla que semete en las cabinas de los bergantines carboneros; niebla que caesobre los astilleros y que se cierne sobre el aparejo de los grandes buques; niebla que cae sobre lasbordas de las gabarras y los botes. Niebla en los ojos y las gargantas de ancianos retirados deGreenwich,quecarraspeanjuntoalaschimeneasenlassalasdeloshospitales;nieblaenlaboquillayen la cazoleta de la pipa que se fuma por la tarde el patrón malhumorado, metido en su diminutocamarote;nieblaqueenfríacruelmentelosdedosdelospiesydelasmanosdelaprendizquetiritaencubierta.Gentesquepasanporlospuentesymiranporencimadelparapetoelcielobajolaniebla,todasrodeadasdeniebla,comosiestuvieranmetidasenunglobo,colgadasenmediodelasnubesneblinosas.

    Los farolesdegascreanconfusasaureolasenmediode lanieblaendiversaspartesde lascalles,comolasquepareceríacrearelsol,vistodesdeloscamposesponjosos,aojosdelpastoryellabrador.Casitodaslastiendashanencendidoelalumbradodoshorasantesdelonormal,yelgasparecedarsecuentadeello,puestieneunaspectosombríoyrenuente.

    Dondemáshoscaestálatarde,ydondemásdensaestálaniebla,ydondemásembarradasestánlascalles,esjuntoaesamoleantiguaypesada,ornamentoidóneodelumbraldeunacorporaciónantiguaypesada:TempleBar.YjuntoaTempleBar,enLincoln’sInnHall,enelcentromismodelaniebla,estásentadoelLordGranCanciller,ensuAltoTribunaldeCancillería.

    Jamáspodráhaberunanieblademasiadodensa,jamáspodráhaberunbarroyuncienotanespesos,comoparaconcordarconlacondicióntitubeanteydubitativaqueostentahoydíaesteAltoTribunaldeCancillería,elmáspestilentedelospecadoresempelucadosquejamáshayanvistoelCieloylaTierra.

    Sihayunatardeadecuadaparaello,estaeslatardeenqueelLordGranCancillerdeberíaestarensusala—comoloestáahora—conunhalodenieblaentornoalacabeza,blandamenteenmarcadaenpañosycortinasescarlatas,mientrasescuchaaunabogadocorpulentodegrandespatillas,escasavozy

  • un expediente interminable, y él dirige lamirada a la lámparadel techo, dondenovenadamásqueniebla.Sihayunatardeadecuadaparaello,estatardedeberíahaberunaveintenademiembrosdelAltoTribunaldeCancillería—yloshay—ocupadosneblinosamenteenunadelas10.000fasesdeunacausainterminable,echándosezancadillas losunosa losotrosconprecedentesescurridizos,hundidoshastalasrodillasentecnicismos,dándosedecabezazosempelucadosdepelodecabraycrindecaballocontramurosdepalabras,ypresumiendodeequidadcongestosmuyserios,comosi fueranactores.Enunatardeasí,losdiversosprocuradoresdelacausa,dosotresdeloscualeslahanheredadodesuspadres,que hicieron una fortuna con ella, deberían estar en fila —¿no lo están?— en un foso alargado yafelpado (en el fondo del cual, sin embargo, sería vano buscar la Verdad), entre la mesa roja delescribano y las togas de seda, con peticiones, demandas, réplicas, dúplicas, citaciones, declaracionesjuradas, preguntas, consultas a procuradores, informes de procuradores, montañas de necedadescarísimas, todo amontonado ante ellos. ¡Es lógico que el tribunal esté oscuro, con unas velasmoribundas acá y acullá; es lógico que sobre él se cierna una niebla densa, como si nunca fuera adesvanecerse; es lógico que las ventanas de vidrieras coloreadas pierdan el color y no dejen entrarningunaluz;eslógicoquelosnoiniciados,queatisbanporlospanalesdevidriodelapuerta,seveandisuadidosdeentrarporelambientesolemneyporloslentosdiscursosqueretumbanlánguidoseneltecho,procedentesdelestradodondeelLordGranCancillercontempla la lámparaquenoalumbraydondeestáncolgadas laspelucasde todossusayudantesenmediodeunbancodeniebla!EselAltoTribunaldeCancillería,quetienesuscasasenruinasysustierrasabandonadasentodosloscondados;quetienesuslunáticosesqueléticosentodoslosmanicomios,ysusmuertosentodosloscementerios;quetieneasuslitigantes,consustaconesgastadosysusropasgastadas,quevivendelospréstamosylaslimosnasdesusconocidos;quedaalospoderososyadineradosabundantesmediosparadesalentaraquienestienenlarazón;queagotahastatalpuntolahacienda,lapaciencia,elvalor,laesperanza;quehastatalpuntoagotalascabezasydestrozaloscorazonesqueentretodossusprofesionalesnoexisteunhombrehonorablequenoestédispuestoadar—quenodéconfrecuencia—laadvertencia:«¡Másvalesoportartodaslasinjusticiasantesqueveniraquí!».

    ¿Y quién está en la Sala del Lord Canciller esta tarde sombría, además del Lord Canciller, elabogado de la causa, dos o tres abogados que nunca tienen una causa y el foso de abogados antesmencionado?Estáelescribano,sentadomásabajodelmagistrado,consupelucaysutoga,yhaydosotres maceros, o bolseros, o saqueros, o lo que sean, con los uniformes de su oficio[5]. Todos ellosbostezan,porqueyanoesposibledivertirseconJARNDYCEYJARNDYCE[6](queeslacausadelaquesetrata),quequedóexprimidahastaeltuétanohaceaños.Lostaquígrafos,lossecretariosdetribunalesylos periodistas de tribunales se marchan siempre que reaparece Jarndyce y Jarndyce. Sus sitios sequedanvacíos.Subidaenunasillaaunladodelasala,conobjetodevermejorelsantuarioencortinado,hayunaancianitalocatocadaconungorrofruncido,quesiempreestáeneltribunal,desdequeempiezalasesiónhastaqueselevanta,yquesiempreesperaquesepronunciealgúnfalloincomprensibleensufavor.Hayquiendicequeefectivamentees,ofuealgunavez,parteenunpleito,peronadieestáseguro,porqueanadieleimporta.Llevaensuridículocachivachesalosquecalificadedocumentos;setratafundamentalmentedefósforos,depapelydelavandaseca.Apareceunpresocetrino,detenidoporsextavez,afindepresentarunainstanciapersonal«parapurgarsudesacato»,perocomosetratadelúnicosupervivientedeunafamiliadealbaceas,yhacaídoenunestadodeconfusióndecuentas,delascuales

  • nadie leacusadehabersabidonada,noesenabsolutoprobableque lovayaa lograr.Entre tanto,notieneningúnfuturoenlavida.Otropleiteantearruinado,quellegaperiódicamentedesdeShropshire,yseesfuerzaporhablarconelCancilleraúltimahoradeldía,yalquenohaymediodehacercomprenderqueelCancillerignoralegalmentesuexistenciadespuésdehabérseladestrozadoduranteuncuartodesiglo,seplantaenunbuensitioymiraatentamentealMagistrado,dispuestoaexclamar«¡Señoría!»,con sonora voz de queja en el momento en que Su Señoría se levante. Unos cuantos pasantes deabogadosyotrosqueconocendevistaalpleiteantedeambulanporallí,por sihacealgodivertido,yanimaunpocoestedíatantriste.

    Jarndycey Jarndycesearrastra.Estepleitodeespantapájaros seha idocomplicando tantoconeltiempoqueyanadierecuerdadequésetrata.Quienesmenoslocomprendensonlaspartesenél,perosehaobservadoqueesimposiblequedosabogadosdelaCancilleríalocomentendurantecincominutossinllegarauntotaldesacuerdoacercadetodaslaspremisas.Durantelacausahannacidoinnumerablesniños;innumerablesjóvenessehancasado;innumerablesancianoshanmuerto.DocenasdepersonassehanencontradodelirantementeconvertidasenpartesenJarndyceyJarndyce,sinsabercómoniporqué;familias enteras han heredado odios legendarios junto con el pleito. El pequeño demandante, odemandado, al que prometieron un caballito de madera cuando se fallara el pleito, ha crecido, haposeídouncaballodeverdadysehaidoaltrotealotromundo.Lasjovencitaspupilasdeltribunalhanidomarchitándosealhacersemadresyabuelas;sehaidosucediendounalargaprocesióndeCancilleresque han ido desapareciendo a su vez; la legión de certificados para el pleito se ha transformado enmeroscertificadosdedefunción;quizáyanoquedenenelmundomásde tresJarndycedesdequeelviejo Tom Jarndyce, desesperado, se voló la tapa de los sesos en un café de Chancery Lane, peroJarndyceyJarndycesiguearrastrándosemonótonoanteelTribunal,eternamenteuncasodesesperado.

    JarndyceyJarndycesehaconvertidoenuntemadebroma.Esloúnicobuenoquehaproducido.Haacarreadolamuerteamuchagente,peroenlaprofesiónesmotivoderisa.TodoslosprocuradoresenCancilleríatienenalgoquecontarasurespecto.TodoslosCancillereshan«estadoenél»ennombredeunosodeotros,cuandoeranmerosabogados.Hanhabladobiendelcasoviejosmagistradosdenaricesrojas y gruesos zapatos en comités selectos mientras tomaban su oporto después de cenar en susoficinas.Losabogadillosqueestánhaciendosuspasantíashanprofundizadoenél susconocimientosjurídicos. El último Lord Canciller lo manejó muy bien cuando, al corregir al señor Blowers, eleminenteAbogadode laCorona, quehabíadichode algoquenopasaría hasta que las ranas criaranpelo,leseñaló:«OhastaquehayamosterminadoconJarndyceyJarndyce,señorBlowers»,bromaquehizoparticulargraciaalosmaceroslosbolserosylossaqueros.

    Sería muy difícil saber a cuántas de las personas implicadas en el pleito ha tocado Jarndyce yJarndyce con su mano enferma para deformarlas y corromperlas. Desde el procurador, en cuyosarchivoslasresmaspolvorientasdeatestadoparaJarndyceyJarndycehanidoarrugándoseensombríasymúltiplesformas,hastaelcopistadelaOficinadelosSeisSecretarios[7],quehacopiadodocenasdemilesdepáginasdefoliosoficialesdelaCancilleríabajoeseepígrafeeterno,nadiehallegadoaserunapersonamejorgraciasalpleito.Elengaño,laevasión,losaplazamientos,elsaqueo,elhostigamiento,las falsedadesde todo tipo, no contienen influencia algunaquepueda jamás llevar anadabueno.Esposible que hasta los meritorios de los procuradores, que han mantenido a distancia a los sufridospleiteantes,consuspermanentesprotestasdequeelseñorChizzle,Mizzle[8],oloquefuera,estabamuy

  • ocupado y tenía visitas hasta la hora de cenar, se hayan vistomoralmente influidos por Jarndyce yJarndyce.Eladministradorjudicialdelacausahaadquiridounabuenasumadedinerograciasaella,pero tambiénha llegado adesconfiar hasta de supropiamadrey a despreciar a suspropios colegas.Chizzle,Mizzle,oquienessean,hancaídoenelhábitodeprometerseasímismosquevanaestudiareseasuntillopendienteyverloquesepuedehacerporDrizzle—alquenoselehatratadodemasiadobien—cuandoelbufetepuedaterminarconJarndyceyJarndyce.Lamalhadadacausahaesparcidoportodasparteslaperezaylacodicia,entodassusmúltiplesformas,einclusoquieneshancontempladosuhistoriadesdeelcírculomásremotodetantaperversiónsehanvistoinsensiblementetentadosadejarquelamaldadsiguierasumalcaminoyaopinarvagamentequesielmundovamaleraporque,quizápordistracción,nadiepretendiónuncaquefuerabien.

    Así,enmediodelbarroyenelcentrodelanieblaestáelLordGranCancillersentadoensuAltoTribunaldeCancillería.

    —SeñorTangle[9]—diceelLordGranCanciller,queúltimamenteseestácansandountantodelaelocuenciadeleruditojurista.

    —Señoría—diceelseñorTangle.ElseñorTanglesabemásquenadiedelcasoJarndyceyJarndyce.Esafamatiene;sedicequedesdequesaliódelaFacultadnosehaocupadomásquedeél.

    —¿Lequedamuchoporexponer?—No,señoría…,variosaspectos…,mesientoobligadoaseñalar…señoría—es la respuestaque

    susurraelseñorTangle.—Creoquetodavíahandeintervenirvariosletrados,¿no?—diceelCancillerconunalevesonrisa.

    DieciochodistinguidoscolegasdelseñorTangle,cadaunodeellosarmadosconunbreveresumende1800folios,asientensubiendoybajandolascabezascomo18teclasdeunpiano,hacen18reverenciasyvuelvenaocuparsus18asientosanónimos.

    —Continuaremoslaaudienciadelmiércolesenquincedías—anunciaelCanciller.Pueseltemaenestudionoesmásqueunacuestióndecostas,unameragotaenelocéanodelpleitoprincipal,yéstasíquesevaaresolverencuestióndedías.

    ElCancillerseponeenpie;llevanalpresoatodaprisaalfrente;elhombredeShropshireexclama:«¡Señoría!».Maceros,bolserosysaquerosexigensilencio,indignados,ymiranceñudosalhombredeShropshire.

    —Por lo que hace—continúa el Canciller, que sigue refiriéndose a Jarndyce y Jarndyce— a lajovencita…

    —ConlaveniadeSuSeñoría…,eljoven—diceelseñorTangleprematuramente.—Porloquehace—continúaelCanciller,vocalizandoexageradamente—alajovencitayaljoven,

    losdosmenores—el señorTanglequedaaplastado—,queordenéestuvieranpresenteshoy,yquesehallan en estosmomentos enmidespacho, voy averlosparaver si procedequeordenequepasen aresidirconsutío.

    ElseñorTanglevuelveaponerseenpie:—ConlaveniadeSuSeñoría…,fallecido.—Consu…—yelCancillercontemplalospapelesquetieneenlamesaatravésdelosanteojos—,

    suabuelo.—ConlaveniadeSuSeñoría…,víctimadeactotemerario…,tapadelossesos.

  • Depronto,unabogadomuybajito,contremendavoztonante,selevanta,todoinflado,enmediodelosbancostraserosdeniebla,ydice:

    —¿PermiteSuSeñoría?Actúoyoensunombre.Setratadeunprimolejano.DemomentonopuedoinformaralTribunaldecuáleselgradodeparentesco,peroessuprimo.

    Trasdejarqueestediscurso(pronunciadocomounmensajedeultratumba)resuenehastalasvigasdeltecho,elabogadobajitosedejacaerenelasientoydesapareceenlaniebla.Todoelmundolobusca.Nadielove.

    —Voyahablarconlosdosjóvenes—vuelveahablarelCanciller—paraversiprocedequepasenaresidirconsuprimo.HablarédelasuntocuandovuelvaalaSala,mañanaporlamañana.

    El Canciller está a punto de hacer una inclinación a los abogados cuando comparece el preso.Imposiblehacernadarespectodelconfusoestadodesusasuntos,salvovolverloaenviaralacárcel,yesoesloquesehaceinmediatamente.ElhombredeShropshireaventuraotro«¡Señoría!»,dereproche,peroelCancilleryahaadvertidosupresenciayhadesaparecidohábilmente.Todoelmundodesapareceagranvelocidad.Sellenaunabateríadesacasazules[10]ycongrandescargasdepapelesquesellevanlossecretarios;laviejecitalocasemarchaconsusdocumentos;lasalavacíasecierraconsietellaves.¡Si todas las injusticiasquesehancometidoenellay todos lospesaresqueellahacausadopudieranencerrarseconellayquemarlotodoenunaenormepirafuneraria,tantomejorparaotraspartes,ademásdelaspartesenJarndyceyJarndyce!

  • II

    Elgranmundo

    Lo único que queremos en esta tarde neblinosa es echar un vistazo al gran mundo. No es tandiferentedelTribunaldeCancilleríacomoparaquenopodamospasardeunaescenadirectamentealaotra. Tanto en el gran mundo como en el Tribunal de Cancillería imperan los precedentes y lascostumbres; sonRipVanWinkles que han dormido demasiado, que se dedican a extraños juegos enmediodelasmayorestormentas;bellasdurmientesa lasquealgúndíadespertaráelPríncipe,cuandotodoslosasadoresinmóvilesenlacocinaseponganagiraravelocidadprodigiosa.

    Noesunmundomuygrande.Encomparacióninclusoconestemundonuestro,quetambiéntienesuslímites(comoaveriguaráVuestraAltezacuandolohayarecorridoyhayamosllegadoalbordedelMás Allá), es como una mota de polvo. Tiene muchos aspectos buenos; mucha de la gente quepertenece a él es buena y leal; tiene un papel que desempeñar. Pero lomalo que tiene es que es unmundoenvueltoentantoalgodónylanafinadejoyero,yesincapazdeescuchareltumultodemundosmásanchurosos,yesincapazdevercómogiranéstosalrededordelSol.Esunmundoamortiguado,ysuvegetaciónsemarchitaavecesporfaltadeaire.

    MiladyDedlock[11]havueltoa sucasadeLondresapasarunosdíasantesde irseaParís,dondeMiladyseproponepasarunassemanas;despuésdelocualnosesabeadóndeirá.Esloquedicenlosrumores del granmundo, para gran tranquilidad de los parisinos, y se trata de gente bien informadasobre todo loqueocurreenelgranmundo.Elenterarsede lascosasporotrosconductosnoseríadebuen tono.Milady Dedlock ha estado pasando algún tiempo en lo que, cuando habla en confianza,califica ellade su«residencia»deLincolnshire.EnLincolnshirenoparade llover.Las aguas sehanllevadounarcodelpuentedelparqueylohanarrastradoconellas.Lastierrasbajasadyacentessehanconvertido,enunaanchurademediamilla,enunríoestancado,enelcualhayárbolesenlugardeislas,y cuya superficie está puntuada en todas partes por la lluvia que cae sin cesar. La «residencia» deMilady Dedlock ha estado de lo más lúgubre. Desde hace muchos días y muchas noches, hace untiempotanhúmedoquelosárbolesparecenestarsaturadosyquelasramascortadasblandamenteporelhachadelleñadornohacenelmenorruidoalcaer.Cuandosaltanlosciervos,empapados,hacensaltarelaguaasupaso.Eldisparodeunaescopetapierdesumordienteenelairesaturadodeagua,ysuhumoasciende en una nubecilla perezosa hacia la pendiente verde, coronada por un bosquecillo, queconstituyeeltelóndefondodelalluvia.LavistadesdelasventanasdeMiladyDedlockes,segúnlosmomentos, un panorama de plomo o de tinta china. Los jarrones de la terraza empedrada en primerplanoatrapanlalluviaalolargodeldía,ylaspesadasgotassiguencayendo,plas,plas,plas,enelgranaceróndelosasdepiedraconocidocomoelPaseodelFantasma.Losdomingos,laiglesitadelparqueestátodahúmeda;elpúlpitoderoblerompeenunsudorfrío;ytodoexhalaunolorysugiereunsaborgeneralcomodelosantiguosDedlockensustumbas.MiladyDedlock(quenotienehijos)hamiradoal

  • principiodelatardecerhaciaelpabellóndeunode losguardas,desde laventanade su tocador,yhavisto a un niño, perseguido por unamujer, salir corriendo enmedio de la lluvia a abrazar la figurabrillantedeunhombreabrigadoqueentrabaporlapuertadelparque,ysehapuestodemuymalhumor.MiladyDedlockdiceque«sehaestadomuriendodeaburrimiento».

    PoresosehaidoMiladyDedlockdesuresidenciadeLincolnshireylahadejadoabandonadaalalluvia,yaloscuervos,yalosconejos,yalosciervos,yalasperdices,yalosfaisanes.LoscuadrosdelosDedlockdelpasadoparecenhabersehundidoen lasparedeshúmedasdepurodesaliento, cuandopasalaancianaamadellavesporlosviejossalonesyvacerrandolaspersianas.Ylosrumoresdelgranmundo—quealigualqueelEnemigosonomniscientesencuantoalpasado,yalpresente,peronoencuantoalfuturo—nosecomprometentodavíaadecircuándovolveránasalirdelasparedes.

    Sir Leicester Dedlock no esmás que un baronet, pero no hay baronetmás poderoso que él. SufamiliaestanantiguacomoMatusalén,einfinitamentemásrespetablequeél.Élopina,engeneral,queelmundopodríaprivarsemuybiende losmatusalenes,peroqueseacabaríasin losDedlock.Estaríadispuesto,engeneral,areconocerquelaNaturalezaesunabuenaidea(quizáunpocovulgarcuandonoestáencerradaporlaverjadeunparque),perounaideacuyaejecucióndependedelasgrandesfamiliasde cada condado. Es un caballero de conciencia estricta, que desdeña todo lo que sea pequeño ymezquino y que estaría dispuesto a morir, inmediatamente, como fuera, antes que dar ocasión acualquier crítica a su integridad.Se tratadeunhombrehonorable,obstinado,veraz,dealtos ideales,intensosprejuicios,deunhombreperfectamenteirracional.

    SirLeicestertieneporlomenosveinteañosmásqueMilady.Yanocumplirálossesentaycinco,niquizálossesentayseis,nilossesentaysiete.Devezencuandotieneunataquedegota,yandaunpocotieso.Tieneunamagníficapresencia,consupeloysuspatillasdecolorgrisclaro,susfinascamisasdeencaje, su chaleco de un blanco inmaculado y su levita azul, cuyos botones brillantes siempre estánabotonados. Es ceremonioso, solemne, muy cortés conMilady en todo momento, y tiene la mayorestimaportodoslosatractivospersonalesdeMilady.SugalanteríaparaconMilady,quenohavariadodesdequelacortejaba,eselúnicodetallerománticodesupersona.

    De hecho, se casó con ella por amor. Todavía se rumorea que ella no tenía ni familia; pero SirLeicesterteníatantafamiliaquequizálebastaraconlasuyaypudierarenunciaraadquirirmás.Peroellateníabelleza,orgullo,ambición,unadeterminacióninsolenteysuficientebuensentidocomoparadotar a una legión de damas finísimas. Cuando a todo eso se añadieron riqueza y posesión social,ascendió rápidamente, y desde hace añosMilady Dedlock está en el centro del gran mundo, en lacúspidedelapirámidedelgranmundo.

    TodoelmundosabequeAlejandrollorócuandoyanolequedaronmásmundosqueconquistar,omásbiendeberíasaberlo,puesesunasuntodelqueyasehahabladomucho.CuandoMiladyDedlockconquistósumundo,nocayóenunestadodeaflicción,sinodegelidez.Lostrofeosdesuvictoriasonungestodecansancio,unaplacidezgastada,unaecuanimidadfatigadaquenopuedenagitarelinterésni la satisfacción.Tieneunosmodales perfectos.Simañana la asumieran, alCielo, es deprever queascenderíasinelmenorgestodedeliquio.

    Todavíaconservasubelleza,yaunqueyanoestéensuapogeo,tampocosehallaenelotoño.Tieneunahermosafaz, inicialmentedeun tipoalquesehubieracalificadodeguapa,másquedehermosa,peroqueha idomejorandohastaconvertirseenclásicagraciasa laexpresiónque leha idodandosu

  • elevadacondición.Tieneunafiguraelegante,ydalaimpresióndeseralta.Noesquelosea,sinoque,como ha afirmado en varias ocasiones el Honorable Bob Stables, «aprovecha al máximo todas susventajas».Lamismaautoridadafirmaqueseatavíaperfectamente,yobserva,alelogiarenespecialsuscabellos,queeslamujermejorpeinadadetodalacuadra.

    Revestidade todassusperfecciones,MiladyDedlockha llegadodesu residenciadeLincolnshire(perseguidaentodomomentoporlosrumoresdelgranmundo)apasarunosdíasensucasadeLondresantesdeirseaParís,dondeSuSeñoríaseproponepasarunassemanas,ydespuésnosabeadóndeir.YensucasadeLondressepresenta,enestatardesombría,uncaballeroanticuadoyviejo,queesabogadoyademásconsejerodelAltoTribunaldeCancillería,quetieneelhonordeserelasesorjurídicodelosDedlockytieneensudespachotantascajasdehierroconelnombredeéstosescritoenelexteriorcomosi el baronet actual fuera la moneda del truco del prestidigitador y alguien lo estuviera pasandoconstantementedeunladoaotrodelescenario.UnMercurioempolvadoloconduceporelvestíbulo,lasescaleras, lospasillosy las salas,quebrillandurante la temporaday seentenebrecendespuésdeella(comounpaísde lashadasparaelvisitante,peroundesiertoparaquienallíhabita)hasta llegara lapresenciadeMilady.

    El viejo caballero tiene un aspecto oxidado, pero también fama de haber obtenido bastantesbeneficiosconcontratosdematrimoniosaristocráticosyaristocráticostestamentos,ydesermuyrico.Está rodeadodeun auramisteriosade confidencias familiares, de las que se sabeque es depositariosilencioso. Hay noblesmausoleos, iniciados hace siglos en claros retirados demuchos parques, quequizácontenganmenossecretosdelanoblezaquelosqueenelmundodeloshombresencierraelpechodeTulkinghorn[12].Perteneceaesoquesellamalaviejaescuela(términoque,porlogeneral,significatodaescuelaquejamásparecehabersidojoven)yllevacalzoneshastalarodillaatadosconlazos,asícomopolainasomedias.Unapeculiaridaddesuropanegra,ydesusnegrasmedias,seandesedaodeestambre,esquenuncabrillan.Suatavío,mudo,apretado,insensibleacualquierluzqueincidesobreél,esigualqueélmismo.Nuncaconversa,salvoqueselehagaunaconsultaprofesional.Avecesseleve,sin decir una palabra, pero perfectamente a sus anchas, sentado al extremo de unamesa durante unbanqueteenunadelasgrandescasas,ojuntoalaspuertasdeunsalón,enacontecimientosdelosquelosrumoresdelgranmundosiempretienenmuchoquedecir;todoelmundoloconoce,ylamitaddelaAlta Nobleza se detiene a decir: «¿Cómo está usted, señor Tulkinghorn?». Él recibe estos saludosgravementeylosentierrajuntoconelrestodelascosasquesabe.

    Sir LeicesterDedlock está conMilady y celebra ver al señor Tulkinghorn. Éste tiene un aire deprescripción legal que siempre agrada a Sir Leicester; lo recibe como una especie de homenaje. Leagrada cómo viste el señor Tulkinghorn; también eso es como un homenaje. Es eminentementerespetabley,almismotiempo,comounaespeciedeuniformedeserviciodistinguido.Expresa,porasídecirlo, la administración de los servicios jurídicos, la mayordomía de la bodega jurídica, de losDedlock.

    ¿TienealgunaideadetodoestoelseñorTulkinghorn?Quizásíyquizáno,peroexisteunanotablecircunstanciaqueobservarentodolorelacionadoconMiladyDedlockcomopartedeunaclase,comoparte de los líderes y representantes de su pequeño mundo. Ella se considera un Ser inescrutable,totalmentefueradelalcanceylacomprensióndelosordinariosmortales,cuandosecontemplaanteelespejo,yentoncesefectivamentepareceserlo.Perotodaslasestrellasmenoresquegiranasualrededor,

  • desde su doncella hasta el director de la ópera Italiana, conocen sus debilidades, sus prejuicios, suslocurasysuscaprichos,yvivenconuncálculoyunamedidatanexactosdesucaráctermoralcomolosquetomasumodistadesusproporcionesfísicas.¿Hayqueprepararunnuevovestido,unnuevoatavío,unnuevocantante,unnuevobailarín,unnuevoenanooungigante,unanuevacapilla,unnuevoloquesea?Existe una serie depersonasdiferentes, enunadocenadeoficios, dequienesLadyDedlocknosospechaquehaganotracosaquepostrarseanteella,quepuedendeciroscómomanejarlacomosifueraunbebé,quelaguíanatodololargodesuvida,queafectanhumildementeseguirlacontotalsumisión,yqueenrealidadlaguíanaellaya todosugrupo;quealengancharauna,enganchana todosellos,igualqueLemuelGulliverarrastrótrasdesíalasolemneflotadelmajestuosoLilliput.«Siquiereustedtratarconnuestropersonal,señormío»,dicenlosjoyerosBlazeySparkle[13](quealdecir«personal»serefierenaMiladyDedlockyelresto),«haderecordarquenoestátratandoconelpúblicoengeneral;hay que dar a esa gente en su punto flaco, y ése es su punto flaco». «Señores, para hacer que esteartículosevenda»,dicenSheenyGloss,lospañeros,asusamigoslosfabricantes,«tienenqueveniranosotros,porquenosotrossabemosadóndellevaralgranmundo,yhacerquealgosepongademoda».«Siquiereustedhacerqueestalitografíalleguealossalonesdemisaltasrelaciones,señormío»,diceelseñorSladdery,ellibrero,«osiquiereustedllevaratalgiganteoacualenanoalascasasdemisaltasrelaciones, señor mío, o si quiere usted conseguir para esta compañía el patrocinio de mis altasrelaciones, señor mío, tenga usted la bondad de dejarlo en mis manos, pues estoy acostumbrado aestudiaralasprincipalesdemisaltasrelaciones,señormío,ypuedodecirlesinvanidadquehacenloqueyolesdigo»,enlocualelseñorSladdery,queeshombrehonrado,noexageraenabsoluto.

    Porende,sibienesposiblequeelseñorTulkinghornnosepaloquepasaahoraporlascabezasdelosDedlock,tambiénesmuyposiblequesílosepa.

    —¿HavueltoaversehoylacausadeMiladyanteelCanciller,señorTulkinghorn?—preguntaSirLeicesteraldarlelamano.

    —Sí.Hoy se ha vuelto a ver—replica el señor Tulkinghorn con una de sus leves reverencias aMilady,lacualestásentadaenunsofáfrentealachimenea,protegiéndoseelrostroconunapantallademano.

    —Supongoqueesinútilpreguntar—diceMilady,presatodavíadelamonotoníadelaresidenciadeLincolnshire—sisehahechoalgo.

    —Hoynosehahechonadaquepudieraustedcalificardealgo—contestaelseñorTulkinghorn.—Ynuncasehará—observaMilady.SirLeicesternotieneningunaobjeciónaunpleitointerminableenCancillería.Esuntrámitelento,

    caro,británico,constitucional.Claroqueaélenesepleitonolevanadavital,puesloúnicoqueaportóMiladyasumatrimoniofuesuparticipaciónenesepleito,ytieneunavagaimpresióndequeelquesunombre—elnombredeDedlock—figureenesacausaynoseaeltítulodeesamismacausaconstituyeelmásridículodelosaccidentes.PeroconsideraqueelTribunaldeCancillería,peseaentrañaralgúnqueotroretrasoenlajusticia,yunciertovolumendeconfusión,esalgoideado,juntoconmuchasotrascosas, por la perfección de la sabiduría humana y para la solución eterna (en términos humanos) detodaslascosas.Yopina,engeneral,decididamentequeeldarlasancióndesuaprobaciónacualquiercríticarespectodeeseTribunalequivaldríaaalentaraalguiendelasclasesinferioresaqueserebelaraenalgunaparte,aalguiencomoWeatTyler[14].

  • —Como se han inscrito unas cuantas declaraciones juradas nuevas, y como son breves, y comoparto del incómodo principio de solicitar a mis clientes que me permitan informarles de todas lasnovedades de una causa —dice el señor Tulkinghorn, que cautelosamente no acepta másresponsabilidadesquelasnecesarias—,yademáscomosevaustedaParís,loshetraídoenelbolsillo.

    (SirLeicester también ibaaParís,pero loque interesabaal rumordelgranmundoeraque fueseMilady).

    ElseñorTulkinghornsacasusdocumentos,pidepermisoparadepositarlosenunamesaqueesuntalismándoradopuestoalladodeMilady,yempiezaaleeralaluzdeunalámparademesa.

    «EnCancillería.EntreJohnJarndyce…».Miladyinterrumpeylepidequeprescindadetodaslaspesadecesformalesqueseaposible.ElseñorTulkinghornmiraporencimadesusimpertinentesyvuelveaempezarmásabajo.Milady,

    distraídaydespectivamente,vadesviandosuatención.SirLeicester,sentadoenunbutacón,contemplala chimenea, y parece sentir un agrado ceremoniosopor las reiteracionesy las prolijidades jurídicas,como si formaran parte de los bastiones de la nación. Da la casualidad de que donde está sentadaMiladyelfuegodelachimeneacalientamucho,ydequelapantallademanoesmásbonitaqueútil,yes inapreciable, pero pequeña.Milady cambia de postura y ve los papeles que hay en la mesa, loscontemplamásdecerca,cadavezmásdecerca,ypreguntaimpulsivamente:

    —¿Quiénhizoesascopias?ElseñorTulkinghornseinterrumpe,sorprendidoantelaagitacióndeMiladyysutonodesusado.—¿Esesoloquellamanustedesletracancilleresca?—preguntaella,quelomiraalosojos,unavez

    máscongestoinexpresivoyjugandoconlapantalla.—Noexactamente.Probablemente—yelseñorTulkinghornexaminaeldocumentomientrashabla

    —,eseaspectojurídicoquetieneseadquiriesedespuésdequesefueraformandolaletradelcopista.¿Porquémelopregunta?

    —Cualquiercosacontaldevariarestadetestablemonotonía.¡Perosiga,siga!ElseñorTulkinghornvuelvealeer.ElcalorvaenaumentoyMiladyvuelveaprotegerseelrostro

    conlapantalla.SirLeicesterdaunacabezada,sedespiertaderepenteyexclama:—¿Eh?¿Quédecía?—Decíaquemetemo—contestaelseñorTulkinghorn,quesehalevantadoapresuradamente—que

    MiladyDedlocksesientemal.—Unvahído—murmuraMilady,aquienselehanpuestoblancosloslabios—;nadamás,perome

    sientomuydébil.Nomedigannada.¡Llamenparaquemelleveamisaposentos!ElseñorTulkinghornseretiraaotrasala;suenantimbres,ruidosdepasos,primerolentosydespués

    alacarrera;después,silencio.Porfin,MercurioruegaalseñorTulkinghornquevuelva.—Yaestámejor—diceSirLeicester,conungestoalabogadoparaquesesienteysigaleyendoante

    élsólo.Meheasustadomucho.NuncahabíavistodesmayarseaMilady.Perohaceuntiempoterrible,ylaverdadesquesehamuertodeaburrimientoennuestraresidenciadeLincolnshire.

  • III

    Unrecorrido

    Me resulta muy difícil empezar a escribir mi parte de estas páginas, pues sé que no soy lista.Siemprelohesabido.Recuerdoquecuandoeramuypequeñasolíadecirleamimuñequita,cuandonosquedábamosasolas:

    «¡Vamos,Muñequita, sabes perfectamente que no soymuy lista, y tienes que ser buena y tenerpacienciaconmigo!».Yellasequedabasentaditaenunagranbutaca,conlateztanbonitayloslabiossonrosados, contemplándome, o más bien contemplando la nada, mientras yo me ocupaba en mislaboresylecontabacadaunodemissecretos.

    ¡Cuántoqueríayoaaquellamuñeca!Entonceserayo tan tímidaqueapenasmeatrevíaaabrir laboca,y jamásmeatrevíaa revelarmispensamientosantenadie,másqueella.Casimeechoa llorarcuandorecuerdocómometranquilizaba,alvolverdelaescuela,elsubircorriendolasescalerashastamihabitaciónyexclamar:«¡Ay,muñequitafiel;yasabíayoquemeestaríasesperando!»,yluegomesentabaenelsuelo,apoyadaenelbrazodesubutacón,yledecíatodoloquehabíavistodesdequenosseparamos. Yo siempre había sido muy observadora —¡aunque no muy viva, eso no!—, unaobservadora silenciosa de lo que pasaba antemí, y solía pensar queme gustaría comprenderlo todomejor. No es que sea de comprensiónmuy rápida. Cuando quieromuchísimo a alguien, parece quecomprendomejor.Perotambiénesposiblequeesoseaunavanidadmía.

    Desdemisprimerosrecuerdos,quienmecriófuemimadrina,igualqueaalgunasdelasprincesasdeloscuentosdehadas,sóloqueyonoeranadaencantadora.¡Mimadrinaeraunamujerbuenísima!Ibaalaiglesiatresvecestodoslosdomingos,yalasoracionesdelamañanalosmiércolesylosviernes,yalossermonescuandoloshabía,ynofallabanunca.Erahermosa,ysialgunavezhubierasonreído(pensabayoentonces),hubierasidocomounángel,peronuncasonreía.Siempreestabamuyseria,yeramuyestricta.Amímeparecíaquecomoellaeratanbuena,lamaldaddelosotroslehacíapasarselavida con el ceño fruncido.Me sentía tan diferente de ella, incluso si se tienen en cuenta todas lasdiferenciasquehayentreunaniñayunamujer;mesentíatanpobre,taninsignificante,quenuncapodíaactuarconnaturalidadanteella;no,nisiquierapodíaquererlacomoyohubieradeseado.Mesentíamuytristealpensarlobuenaqueeraellayloindignadeellaqueerayo,ysolíaconfiarardientementeenquemásadelantetendríayomejorcorazón,yhablabamuchodeesoconmiqueridaMuñequita,peronuncaquiseamimadrinacomohubieradebidoquererla,ycomocreíaquedebíaquererlasiyohubierasidounaniñamásbuena.

    Yodiríaqueaquellomehacíasermástímidayretraídadeloqueyaerapornaturaleza,yhacíaquemiMuñequita fuera la única amiga con la queme sentía a gusto. Pero cuando todavía era yomuypequeña,pasóalgoquemesirviódemucho.

    Nuncahabíaoídohablardemimamá.Tampocohabíaoídohablardemipapá,peromimamáme

  • interesabamás.Queyopudierarecordar,nuncamehabíanvestidodenegro.Nuncamehabíanenseñadolatumbademimamá.Nuncamehabíandichodóndeestaba.Perotampocomehabíandichoquerezarapornadiemásquepormimadrina.MásdeunavezlehabíaplanteadoestasideasalaseñoraRachael,nuestraúnicasirvienta,queeralaquesemellevabalaluzcuandomeacostaba(tambiénellaeramuybuena,peroausteraconmigo),ynomehabíadichomásque:«¡Buenasnoches,Esther!»,yseibaymedejabasola.

    Aunque en la escuela local a la que iba yo había siete niñas, y aunqueme llamaban la pequeñaEstherSummerson,yonuncaibaasuscasas.Claroquetodasellaseranmayoresqueyo(yoeralamáspequeña, conmucho),peroparecía comosi entrenosotrashubiera algunadiferencia apartedeésa,yademásdeesotodaseranmuchomáslistasqueyoysabíanmuchomásqueyo.Meacuerdomuybiendequeunadeellas,laprimerasemanaquefuialaescuela,meinvitóaquefueraaunafiestaasucasa,ymealegrémucho.Peromimadrinaescribióunacartamuytiesadiciendoquenopodíair,ynofui.Yonosalíanunca.

    Eramicumpleaños.Cuandoeranloscumpleañosdeotras,siemprehabíafiestaenlaescuela,perocuandoeraelmío,no.Enotroscumpleañossehacíafiestaenlascasas,yyolosabíaporqueoíaloquesecontabanlasotrasniñas,peroenlamíanuncasehacíanada.Enmicasa,micumpleañoseraeldíamásmelancólicodetodoelaño.

    Yahemencionadoque,salvoquemeengañaramivanidad(cosaqueesposible,puesesposiblequeseamuyvanidosasinsospecharlo,aunquelaverdadesquenolocreo),micomprensiónseavivacuandose anima mi afecto. Soy muy afectuosa, y quizá todavía pudiera volver a sentirme herida, si fueraposiblerecibirunaheridamásdeunavez,deformatanagudacomoaquelcumpleaños.

    Habíaterminadolacena,ymimadrinayyoestábamossentadasalamesaantelachimenea.Elrelojtictaqueaba,elfuegocrepitaba,ynienaquellahabitaciónnientodalacasaseoíaotroruidodesdehacíano recuerdo cuánto tiempo. Por casualidad miré tímidamente por encima de mi costura hacia mimadrina,yelgestoque levien lacara,mientrasmemirabasombría,decía:«¡Cuántomejorhubierasido,pobrecitaEsther,quenohubierasidotucumpleaños,quenuncahubierasnacido!».

    Rompíenllantoysollozos,ydije:—Ay,madrinaquerida,dime,porfavor,dime,¿sémuriómamácuandonacíyo?—No—respondió—.¡Ynopreguntesmáscosas,niña!—Porfavor,cuéntamealgodeella.¡Dimealgoporfin,madrinaquerida!¿Quélehiceyo?¿Cómola

    perdí?¿Porquésoytandistintadelasdemásniñas,yporquéesculpamía,madrina?No,no,no,notevayas.¡Dimealgo!

    Yo teníamásmiedo que pena, y la agarré del vestido yme dejé caer de rodillas. Ella no habíaparadodedecir:«¡Suelta!».Peroahorasequedóinmóvilyensilencio.

    Sugestoadustoteníatalpodersobremíquemeinterrumpióenmediodemivehemencia.Alcéunamanita temblorosapara tomar lasuya,oparapedirleperdóncontodoel fervorposible,pero laretirécuandomemiró y me la llevé al corazón tembloroso.Me levantó del suelo, se sentó en su silla yponiéndomeenpieanteellamedijolentamente,envozbajayfría,conelceñofruncidoyapuntándomeconeldedo:

    —Tumadre, Esther, es tu vergüenza, igual que tú fuiste la suya.Ya llegará elmomento (ymuypronto) en que lo comprenderás mejor, y también en que lo comprenderás, como sólo puede

  • comprenderlounamujer.Yolaheperdonado—peronoablandóelgesto—poreldañoquemehizo,aunque fuemayor de lo que jamás puedas tú llegar a comprender, y no diré nadamás al respecto,aunquefuealgomayordeloquejamásllegarástúasaber,deloquejamásllegaránadieasaber,másqueyo,quefuiquienlosufrió.Ytú,pobrecita,huérfanayenvilecidadesdeelprimerodeestoshorriblescumpleaños,rezatodoslosdíasparaquenocaigansobretucabezalospecadosdelosotros,segúnestáescrito.Olvídatedetumadreydejaquetodoslosdemásquequieranteneresabondadparasupobrehijatambiénlaolviden.Yahora,¡vete!

    Sinembargo,cuandoestabaapuntodesepararmedeella—¡hastatalpuntomesentíapetrificada!—,medetuvoyañadióestaspalabras:

    —La obediencia, la renuncia y el trabajo diligente son los preparativos para una vida que se hainiciadoconunasombraasí sobreella.Eresdiferentedeotrasniñas,Esther,porquenonacistecomoellascomofrutodelmismopecadoydelamismairaquetodas.Túeresdistinta.

    Subíamihabitación,memetíen lacamayacerqué lamejilla llenade lágrimas juntoa lademiMuñeca,yconaquellaúnicaamigaapretadacontramipechomequedéllorandohastadormirme.Porimperfectaque fuerami comprensióndemipena, loque sí sabía eraqueyonohabíadadoningunaalegría,enningúnmomento,aunsolocorazón,yqueloquemiMuñequitaeraparamíyonoloeraparanadieenelmundo.

    Diosmío,lacantidaddetiempoquepasamossolasdesdeentonces,ylacantidaddevecesquerepetíamiMuñequita la historia demi cumpleaños, y que le confié que intentaría, con todasmis fuerzas,repararelpecadoconelquehabíanacido(delquemeconfesabaculpableyalmismotiempoinocente),yquesegúnfueracreciendoharíatodoloposibleporserindustriosa,alegreyamable,yporhaceralgodebienaalguien,ylograrquealguienmequisiera,sipodía.Esperoquenoseaegoístaalderramarestaslágrimascuandopiensoenello.Mesientomuyagradecidayestoymuyanimada,peronologroimpedirquemevenganalosojos.

    ¡Bien!Yamelashesecado,yahorapuedoseguiradelantecomoesdebido.Después del cumpleaños, advertí tantomás la distancia entremimadrina y yo, y advertí con tal

    claridad que yo ocupaba un lugar en su casa que debería haber estado vacío, queme resultabamásdifícildirigirmeaella,aunqueenmicorazónmesentíamásfervientementeagradecidaaellaquenunca.Lo mismo sentía respecto de mis compañeras de escuela. Lo mismo sentía respecto de la señoraRachael,queeraviuda,ydesdeluegorespectodesuhija,queveníaaverlacadadossemanas.Yoeramuyretraídaysilenciosa,ytratabadesermuydiligente.

    Unatardedesol,cuandoacababadevolveracasaconmislibrosymicartera,mientrasobservabamilargasombraquecaminabaamilado,ymientrassubíalasescalerasensilenciohaciamihabitación,comodecostumbre,mimadrinamirópor lapuertadel salónyme llamó.Sentadoa su ladovi aundesconocido,loqueeradelomásdesusado.Uncaballeroregordetedeaspectoimportante,todovestidodenegro,conuncorbatín,blanco,grandessellosdeoroenelreloj,unasgafasdeoroyungrananillodeselloenelmeñique.

    —Ésta—dijomimadrinaamediavoz—eslaniña.—Después,consutononaturaldevoz,añadió—:ÉstaesEsther,señormío.

    Elcaballerosepusolasgafasparamirarmeydijo:—Venaquí,guapa.—Mediolamanoymepidióquemequitaraelsombrero,todoellosindejarde

  • mirarme.Cuandoobedecídijo—:¡Ah!—ydespués—:¡Sí!—Yluegosequitólasgafasytrasmeterlasenunestucherojosereclinóenelsillóndandovueltasalestucheentrelasmanos,ehizoungestodeasentimientoamimadrina.Entonceséstamedijo:

    —¡Yapuedesirarriba,Esther!—demaneraquelehiceunareverenciaymefui.Debedehabersidodosañosdespués,yyoteníacasicatorce,cuandounanocheterribleestábamos

    mimadrinayyosentadasjuntoalachimenea.Yoleíaenvozaltayellaescuchaba.Habíabajadoalasnueve,comoeramicostumbre,paraleerlelaBiblia,yahoraestabaleyendoenSanJuancómoNuestroSeñorsehabíainclinadoaescribirconlamanoenelpolvo,cuandolellevaronalapecadora:

    «Ycomoinsistieranenpreguntarle,seenderezóylesdijo:«Elquedevosotrosestésinpecado,seaelprimeroenarrojarlapiedracontraella»».

    Meinterrumpícuandomimadrinaselevantó,sellevólamanoalacabezayexclamóconunavozhorrible,citandodeotrapartedelLibro:

    «¡Velad,pues!Paraquecuandovengaderepentenooshalledurmiendo.Yloqueavosotrosdigo,atodoslodigo:¡Velad!».

    Ydepronto,mientrasestabaantemírepitiendoaquellaspalabras,cayóalsuelo.Notuvequegritar;suvozhabíaresonadoportodalacasa,ysehabíaoídoenlacalle.

    Lallevaronalacama.Allíestuvomásdeunasemana,singrandescambiosdeaspecto,consuceñodecidido de siempre, que tan bien conocía yo, como esculpido en su hermoso rostro. Fueronmuchísimaslasvecesenque,dedíaydenoche,conlacabezapuestajuntoalasuyaenlaalmohadapara que oyera mejor mis susurros, le di besos, le dije mi agradecimiento, recé por ella, pedí subendiciónysuperdón,leroguéquemedieraelmenorindiciodequemeconocíaomeoía.No,no,no.Teníaungestoinmutable.Hastaelfinal,einclusodespués,mantuvoelceñoinalterable.

    Eldíadespuésdelentierrodemipobremadrinareaparecióelseñordenegroconelcorbatínblanco.LaseñoraRachaelmemandóllamar,yloencontréenelmismositio,comosinuncasehubieraidodeallí.

    —MellamoKenge—dijo—;quizámerecuerdes,hija;KengeyCarboy,Lincoln’sInn.Respondíquerecordabahaberlovistounavezantes.—Siéntate,porfavor…aquí,amilado.Notemas;nodebestemerme.SeñoraRachael,nonecesito

    comunicarleausted,queestabafamiliarizadaconlosasuntosdelafinadaseñoritaBarbary,queconelladesaparecensusmediosdevida,yqueestaseñorita,ahoraquehafallecidosutía…

    —¡Mitía,señor!—Denadavalemantenerunengañocuandonadasepuedeganarconello—dijoelseñorKengesin

    alterarse—. Tía de hecho, aunque no ante el derecho. ¡No te preocupes! ¡No llores! ¡No tiembles!SeñoraRachael,sindudanuestrajovenamigasabe…que…ah…JarndyceyJarndyce.

    —Jamás—dijolaseñoraRachael.—¿Esposible—continuóel señorKengeponiéndose lasgafas—quenuestra jovenamiga (¡te lo

    ruego,noteinquietes!),nohayaoídohablarnuncadeJarndyceyJarndyce?Neguéconlacabeza,preguntándomedequésetrataba.—¿QuenosepanadadeJarndyceyJarndyce?—preguntóelseñorKenge,mirándomeporencima

    delasgafas,ydándolelentamentevueltasalestucheentrelasmanos,comosiestuvieraacariciándolo—.¿QuenohayaoídohablardeunodelosmayorespleitosjamásplanteadosenCancillería?¿Queno

  • haya oído hablar de Jarndyce y Jarndyce, que es, ah, por sí solo un monumento a la práctica deCancillería? ¿En el cual (diría yo) se presentan una vez tras otra todas las dificultades, todos losimponderables, todos los inventos magistrales, todas las formas de procedimiento que conocen lostribunales?Es una causa que no podría existirmás que en este país libre y grande.Yo diría que lascostas agregadasde Jarndycey Jarndyce, señoraRachael—me temoque ledirigía lapalabra a ella,porqueyoparecíanoenterarme—,asciendenahoramismoa¡entreSESENTAySETENTAMILLIBRAS!—dijoelseñorKenge,echándoseatrásenlasilla.

    Yome sentíamuy ignorante, pero, ¿qué iba a hacerle?Era talmi desconocimiento del temaqueinclusoentoncesnomeenterédenada.

    —¡Yesciertoquejamáshaoídohablardelacausa!—dijoelseñorKenge—.¡Sorprendente!—La señoritaBarbary, señormío—contestó la señoraRachael—, que se encuentra ya entre los

    Serafines…—Así confío, con toda seguridad—dijo el señorKenge, cortésmente—.No deseaba que Esther

    supieramásqueloquelefueraútil.Yenestacasanoselehanenseñadomásquecosasdeesegénero.—¡Bueno!—exclamóelseñorKenge—.Engeneral,cabedecirqueesoeslocorrecto.Perovamos

    algrano—ysedirigióamí—.LaseñoritaBarbary,queeratuúnicapariente(esdecir,dehecho,puesante el derecho no tenías ningún pariente), hamuerto, y comonaturalmente no es de esperar que laseñoraRachael…

    —¡Ah,no,Diosmío!—dijolaseñoraRachaelinmediatamente.—Exacto—asintió el señor Kenge—…, que la señora Rachael se haga cargo de tu sustento y

    mantenimiento (te ruego que no te inquietes), te hallas en posición de recibir la reiteración de unofrecimientoquerecibíordendehaceralaseñoritaBarbaryhacedosañosyque,sibiensevioentoncesrechazado,quedabaentendidoqueerareiterableenlaslamentablescircunstanciasquesehanproducidoulteriormente.Yahora,siconfiesoquerepresento,enJarndyceyJarndyceyenotrosrespectos,aunapersonamuyhumanitaria,peroalmismotiemposingular,¿cabríadecirquemeexcedoenalgodemidiscreciónprofesional?—preguntóel señorKenge,volviendoaarrellanarseen la sillaymirándonoscalmosamenteaambas.

    Parecíaque loquemás legustaradelmundofuerael sonidodesupropiavoz.Nomeextrañaba,pues era rica y sonora, e imprimía gran importancia a cadaunade las palabras quepronunciaba.Seescuchaba a símismocon evidente satisfacción, y a veces llevaba suavemente el ritmode supropiamúsicaconlacabeza,oredondeabaunafraseconlamano.Mesentímuyimpresionadaconél,inclusoentonces,antesdeenterarmedequehabíacopiadoelmodelodeungranlordqueeraclientesuyo,ydequelagentelollamabaKengeelConversador.

    —El señor Jarndyce —continuó—, consciente de la situación… diría yo que lamentable… denuestrajovenamiga,ofrececolocarlaenunestablecimientodeprimeraclase,enelcualseterminarásueducación, se asegurará su comodidad, se contemplarán todas sus necesidades razonables y quedaráeminentementecualificadaparadesempeñarsusfuncionesenelpuestoque(¿diríamoslaProvidencia?),sehaservidoasignarleenestemundo.

    Micorazónsesentíatanhenchido,tantoporloqueacababadedecirélcomoporlaformaenquelohabíadicho,quenologrédecirnada,aunquelointenté.

    —ElseñorJarndyce—prosiguió—noestablececondiciónalguna,salvoladeexpresarsuesperanza

  • dequenuestrajovenamiganosevayaenningúnmomentodelestablecimientoalquenosreferimossinel consentimiento y el conocimiento de él. Que se aplicará fielmente a la adquisición de losconocimientosdecuyoejercicioacabarápordepender.Quecaminarásiempreporlavíadelavirtudylahonray…que…,ah…,etcétera.

    Mesentítodavíamenoscapazdedecirpalabraqueantes.—Bueno, ¿y qué dice nuestra joven amiga?—continuó el señor Kenge—. ¡Tómate tu tiempo!

    ¡Tómatetutiempo!Haréunapausaparaquerepliques.¡Perotómatetutiempo!Huelga repetir lo que intentó decir el pobre objeto de aquel ofrecimiento.Podría contar conmás

    facilidadloquesídijo,simerecieralapenacontarlo.Loquesintióyseguirásintiendohastalahoradesumuerteesalgoquejamáspodríarelatar.

    AquellaentrevistasecelebróenWindsor,donde(queyosupiera)habíatranscurridotodamivida.Ochodíasdespués,bienprovistadetodolonecesario,mefuideallíaReading,enladiligencia.

    LaseñoraRachaelerademasiadobuenaparasentiremociónalgunaantenuestraseparación,peroyonoeratanbuenayllorémuchísimo.Pensabaquealcabodetantosañosdeberíahaberlaconocidomejor,ydeberíahaberleinspiradosuficientecariñocomoparahacerqueentoncestambiénellasintierapena.Cuandomediounfríobesodedespedidaenlafrente,comounagotadehieloquecaedelporchedepiedra—eraundíamuyfrío—,mesentítandesgraciadaytanculpablequemeasíaellayledijequeeraculpamía,yalosabíayo,quemepudieradeciradióscontantatranquilidad.

    —¡No,Esther!—replicó—.¡Estudesgracia!Ladiligenciaestabaante laportezueladel jardín (porquenohabíamossalidohastaqueoímos las

    ruedas),yallíladejé,llenadepena.Volvióaentrarencasaantesdequehubieranterminadodeponermismaletasenlabaca,ycerrólapuerta.Entrelágrimas,seguímirandolacasaporlaventanillahastaquedejódeverse.MimadrinahabíalegadoalaseñoraRachaellopocoqueposeía,yseibaarealizarunasubasta,yafuera,enmediodelhieloydelanieve,colgabaunaviejaalfombrillabordadaderosas,queamímehabíaparecidosiemprequeeraelmásantiguodemisrecuerdos.HacíaundíaodosquehabíayoenvueltoamiviejayqueridaMuñecaensuviejochalylahabíaenterradoensilencio—casimedavergüenzaeldecirlo—eneljardín,bajoelárbolqueledabasombraamiantiguaventana.Yanomequedabamáscompañíaquemipájaro,yveníaconmigoensujaula.

    Cuandoseperdiódevistalacasa,mequedésentadaconlajaulademipájarodepositadasobrelapajaquehabíaamispies,ydesdelabarquetadeladiligenciaibacontemplandolosárboleshelados,queerancomopedazosmaravillososdeespato,y loscampos, todosblandosyblancoscon lanievede lanochepasada,yelsol,tanrojo,peroquedabatanpococalor,yelhielo,oscurocomoelmetal,dondelospatinadoresylosdeslizadoreshabíanidoapartandolanieve.Enladiligenciahabíaunseñorsentadojustofrenteamí,queparecíaenormedetantaropacomollevaba,peroibamirandoporlaotraventanillaynoparecíadarsecuentademiexistencia.

    Penséenmimadrinamuerta,enlanocheenquelehabíaestadoleyendo,enaquelceñotanfruncidoytanseriocuandoestabaenlacama,enaquellugardesconocidoalquemedirigía,enlagentealaqueiba a conocer allí y cómo seríayquémediría, cuandounavozque sonóen ladiligenciameasustóterriblemente:

    —¿Porquédiabloestáslloriqueando?—mepreguntó.Mediotantomiedoquemequedésinvozynopudesinoresponderconunsusurro:

  • —¿Mediceamí,señor?—Pues,naturalmente,comprendíquehabíadebidodeseraquelseñorcontantaropa,aunqueseguíamirandoporsuventanilla.

    —Si,ati—dijo,volviéndosehaciamí.—Nomehabíadadocuentadequeestaballorando,señor—tartamudeé.—¡Puessíqueloestás!—exclamóaquelseñor—.¡Mira!Seacercóamídesdelaotrapuntadelcoche,mepasóporlosojosunodesusgrandespuñosdepiel

    (perosinhacermedaño)ymemostróquehabíaquedadomojado.—¡Bien!Ahorayavesqueestabasllorando—dijo—.¿No?—¡Sí,señor!—contesté.—¿Yporquélloras?—preguntóaquelseñor—.¿Noquieresirallí?—¿Adónde,señor?—¿Adónde?Puesadondevasair—respondióelseñor.—Estoymuycontentadeir,señor—contesté.—¡Puesentonces!¡Poncaradeestarcontenta!—exclamóelseñor.Meparecióunapersonamuyrara,opor lomenos loqueseveíadeéleramuyraro,puesestaba

    envueltoenropajeshasta labarbilla,y llevaba lacaracasi tapadaporunagorradepiel,conorejerasmuyanchasquellevabaatadasbajolabarbilla,peroyomehabíarecuperadoyyanoleteníamiedo.Asíque le dije que creía quedebía de haber estado llorandopor lamuerte demimadrina y porque a laseñoraRachaelnoledabapenasepararsedemí.

    —¡Al diablo con la señora Rachael! —exclamó aquel señor—. ¡Que se vaya en una tormenta,montadaensuescoba!

    Entoncesmeempezóadarmiedodeverdad,ylomirémuyasombrada.Peromeparecióqueteníaunamiradaagradable,aunquenohacíamásquemurmurarcosasentonoenfadado,yllamandodetodoalaseñoraRachael.

    Alcabodeunratoseabrióelabrigo,queamímeparecíalobastantegrandecomoparaenvolvertodaladiligencia,ysemetiólamanoenunbolsillomuyhondoqueteníadentro.

    —¡Vamos,miraaquí!—dijo—.Enestepapel—queestabamuybiendoblado—hayuntrozodelamejortartadeciruelasquehayenelmercado;tieneporfueraporlomenosunapulgadadeazúcar,tantocomograsatienenlaschuletasdecordero.Yésteesunpastelito(unajoyita,tantodetamañocomodecalidad)hechoenFrancia.¿Ydequétecreesqueestáhecho?Dehígadosdegansosbiengordos.¡Vayaunpastel!Avercómotelocomestodo.

    —Gracias,señor—repliqué—.Seloagradezcomucho,deverdad,peroesperoquenoseofendasiledigoquesondemasiadollenantesparamí.

    —¡MehavueltoadejarK.O.!—dijoaquelseñor,cosaquenocomprendíenabsoluto,ytirólasdoscosasporlaventanilla.

    Nomevolvióadecirnadahastaqueseapeódelcoche,pocoantesdellegaraReading,yentoncesmeaconsejóquefueraunaniñabuena,yquefueraestudiosa,ymediolamano.Hededecirquemesentíaliviadacuandoseapeó.Lodejamosjuntoaunapiedramiliar.Muchasvecesvolvíapasarporallí,ydurantemuchotiemponingunadeellasdejéderecordarlo,depensarenél,ydemedioesperarquemelo iba a encontrar. Pero nunca fue así, demanera que amedida que fue pasando el tiempo,me fuiolvidandodeél.

  • Cuandoparóladiligencia,unaseñoramuybienarregladamiróporlaventanillaydijo:—LaseñoritaDonny.—No,señora;soyEstherSummerson.—Exactamente—dijolaseñora—.LaseñoritaDonny.Comprendíentoncesqueseestabapresentandoella,pedíperdónalaseñoritaDonnypormierrory

    le señalé mis maletas cuandome lo pidió. Conforme a las instrucciones de una doncella muy bienarreglada,laspusieronenuncochecitoverdemuypequeño,ydespuéslaseñoritaDonny,ladoncellayyomontamosenélynosfuimos.

    —Yalotienestodopreparado,Esther—dijolaseñoritaDonny—,ytuplandeactividadesestátodoorganizadoexactamenteconformealosdeseosdetututor,elseñorJarndyce.

    —De…,¿cómohadicho,señorita?—Detututor,elseñorJarndyce—dijolaseñoritaDonny.Mesentítanconfusa,quelaseñoritaDonnypensóqueelfríodelviajehabíasidoexcesivoparamí,

    ymepasósufrascodesales.—¿Conoceustedami…tutor,señorita?—pregunté,trasdudarlomucho.—Nopersonalmente,Esther—respondiólaseñoritaDonny—;sóloporconductodesusabogados,

    losseñoresKengeyCarboy,deLondres.ElseñorKengeespersonadegrandignidad.Ymuyelocuente.¡Hablaenunosperíodosverdaderamentemajestuosos!

    Yo estaba totalmente de acuerdo, pero me sentía demasiado confusa para hacerle caso. Nuestrarápidallegadaalpuntodedestino,antesdequetuvieratiempopararecuperarme,nohizosinoaumentarmiconfusión,yjamásolvidaréelaspectoinciertoeirrealqueteníatodo,aquellatarde,enGreenleaf(lacasadelaseñoritaDonny).

    Peroenseguidameacostumbré.TardétanpocotiempoenacostumbrarmealarutinadeGreenleafqueeracomosillevaramuchotiempoallí,ycasicomosihubierasoñado,enlugardevivido,mividaanterior en casa demimadrina.Nopodía haber nadamáspreciso,más exacto nimásordenadoqueGreenleaf.Paracadahoradeldíahabíaalgoquehacer,ytodosehacíaasuhoraexacta.

    Éramosdocepensionistas,yhabíadosseñoritasDonny,queerangemelas.Estabaentendidoqueconeltiempoyotendríaqueganarmelavidacomoinstitutriz,ynosólosemeinstruyóentodoloqueseenseñabaenGreenleaf,sinoqueenseguidamededicaronaenseñaraotras.Aunqueentodoslosdemásrespectossemetratabaigualquealrestodelasalumnas,enmicasoseestablecióestadiferenciadesdeelprincipio.Amedidaqueibaaprendiendomás,ibaenseñandomás,deformaqueconeltiempolleguéatenermuchoquehacer,ymegustabahacerlo,porquehacíaquelasniñitasseencariñasenconmigo.Porúltimo, cadavezque llegabaunanuevapupilaqueestabaunpoco tristeymelancólica, sehacíainmediatamente—nosémuybienporqué—tanamigamíaqueconeltiempotodaslasreciénllegadasquedabanconfiadasamicuidado.Decíanqueyoeramuyamable,peroestoyseguradequeeranellaslasamables.Pensémuchasvecesenlaresoluciónquehabíahechoeldíademicumpleaños,detratardeserindustriosa,alegreyamable,ydehaceralgúnbienaalguien,ydeconseguirquealguienmequisierasipodía,ydeverdad,deverdad,casimedabavergüenzahaberhechotanpocoyconseguidotanto.

    Pasé en Greenleaf seis años felices y tranquilos. Gracias a Dios, mientras estuve allí jamás vireflejadalaideaenningúnrostrodequemejorhubierasidoqueyonohubieranacidonunca.Cuandollegaba aquella fecha, me traía tantos símbolos de recuerdo afectuoso que mi habitación estaba

  • adornadoconellosdesdeAñoNuevohastaNavidad.Enaquellosseisañosnuncasalídeallí,salvoparahacervisitasalosvecinosdurantelasfiestas.Al

    cabodeunosseismesesseguíelconsejode la señoritaDonnyenel sentidodeque locorrectoseríaescribiralseñorKengeparadecirlequeestabacontentayagradecida,yconlaaprobacióndelaseñoritaescribíunacartaenesostérminos.Recibíunarespuestaformalenlaqueseacusabarecibodelamíaydecía:«Tomamosnotadesucontenido,quesecomunicarácomoprocedeanuestrocliente».Despuésdeeso,algunavezoícomentaralaseñoritaDonnyysuhermanalapuntualidadconlaquesepagabanmiscuentas,yunasdosvecesalañomeaventurabaaescribirotracartaparecida.Siemprerecibíaavueltadecorreoexactamentelamismarespuesta,escritaconlamismaletraredondilla,conlafirmadeKengeyCarboyescritaconotraletra,queyosuponíaeraladelseñorKenge.

    ¡Me resulta tan curioso estar obligada a escribir todo esto acerca de mí misma! ¡Como si estanarraciónfueralanarracióndemivida!Perofaltapocoparaquemipersonillasefundaenuncontextomásgeneral.

    Habíapasadoyo seis años tranquilos (veoque lodigopor segundavez) enGreenleaf, viendoentodas las queme rodeaban, como enun espejo, todas las fases demi propio desarrollo y cambio enaquellacasa,cuando,unamañanadenoviembre,recibílasiguientecarta,cuyafechaomito:

    OldSquare,Lincoln’sInnSeñorita:JarndyceyJarndyceHabidacta.deq.nuestroclte.elSr.Jarndycerecibiráenbreveensucasa,porordendelTbl.de

    Canc.aunapupiladelTbl.enestacausa,paraquiendeseaunaCía.adecuada,dichoclte.nosencargainformemosaVd.dequecelebraríamcho.contarconsusscios.entalcalidad.

    Hemosencargadoeltpte.deVd.atítulogratuitoenladgcia.delas0800deReadingellunesa.m.próximo,destinoaWhiteHorseCellar,Piccadilly,Londres,donde la esperaráunodenuestrosptes.paraguiarlaaVd.anuestraOfna.mencionada.Quedamosasuspiessusss.SS.,

    KengeyCarboy

    Srta.EstherSummerson

    ¡Jamás,jamás,jamásolvidarélaemociónqueaquellacartacausóenlacasa!Erantancariñosasalocuparsetantodemí,eratangenerosoporpartedeaquelPadre,quenomehabíaolvidado,elhacerquemividadehuérfanafueratanfácilyagradable,yelhaberinclinadoatantosespíritusinfantileshaciamí,queyoapenassipodíasoportarlo.Noesquehubierapreferidoquelosintieranmenos;metemoqueno,peroelplacerquemedieron,yalmismo tiempoeldolor,yelorgulloy laalegría,yelhumildepesar que todo aquello me provocó eran cosas tan mezcladas que casi parecía que se me partía elcorazónalmismotiempoquesemellenabadegozo.

    Lacartasólomedabacincodíasdeavisoantesdemimarcha.Cuandocadaminutometraíanuevaspruebas del amor y la amabilidad que se me demostraron aquellos días, y cuando por fin llegó lamañana,ycuandomehicieronrecorrertodalacasaparaquelavieraporúltimavez,ycuandoalguienmegritó:«¡Esther,queridamía,venadecirmeadiósjuntoamicama,dondeporprimeravezmedijiste

  • cosas tanbonitas!»,ycuandootrassólomepidieronqueescribierasusnombresy laspalabras«ContodoelcariñodeEsther»,ycuandotodasmerodearonconsusregalosdedespedida,yseagarraronamíllorandoy exclamando: «¿Quévamos ahacer cuandoyano esté nuestra queridaEsther?», y cuandotratédedecirles lobuenasy lopacientesquéhabíansido todasconmigo,ycuánto lasbendecíay lesdabalasgraciasatodas,¡cómosemepartíaelcorazón!

    Ycuando lasdos señoritasDonny, tan tristesal separarsedemícomo lasquemás,ycuando lasdoncellas dijeron: «¡Que Dios la bendiga, señorita, dondequiera que vaya!», y cuando el jardinero,viejo, feoy cojo, queyo creía queni se habíadado cuentademi existencia en todos aquellos años,corriójadeandotrasladiligenciaparadarmeunramilletedegeranios,ymedijoqueyoeracomolasniñas de sus ojos—¡de verdad que eso fue lo queme dijo aquel anciano!—, ¡cómo semepartía elcorazón!

    ¿Y cómo podía yo impedir que con todo aquello, y con la llegada a la escuelita, y la visióninesperadade losniñospobresqueestabanal ladodeéstadiciéndomeadióscon lossombrerosy lasgorras,yladeuncaballerodepelocanosoysuseñora,decuyahijahabíasidoyoprofesoraparticular,yacuyacasahabíaidodevisita(aunquedecíanqueeralafamiliamásorgullosadelcondado),quesinningúnrebozoexclamaban:«Adiós,Esther.¡Queseasmuyfeliz!»…,cómopodíayoevitarinclinarlacabezamientrasibaenelcocheydecirme:«¡Ay,quéagradecidaestoy,quéagradecidaestoy!»,unaveztrasotra?

    Pero,naturalmente,prontoconsideréquenodebía llegar llorosaamidestino,despuésde todo loquesehabíahechopormí.Porlotanto,claro,meforcéasollozarmenosymepersuadíamímismadeque debíamantenerme en silencio, diciéndome una vez tras otra: «¡Vamos, Esther, es tu obligación!¡Estonopuedeser!».Porfinlogrésentirmebastanteanimada,sibienmetemoquetardébastantemásdeloquehubieradebido,ycuandomerefresquélosojosconaguadelavanda,eralahoradeirllegandoaLondres.

    Estabapersuadidadequeyahabíamosllegadocuandotodavíanosfaltabandiezmillas,ycuandodeverdad llegamos, de que nunca íbamos a llegar. Pero cuando empezamos a dar botes sobre unpavimento de piedra, y especialmente cuandopareció que otro vehículo iba a chocar con el nuestro,empecéacreerquedeverdadseacercabaelfinaldenuestroviaje.Muypocodespuésnosdetuvimos.

    Unjovencaballerollenodemanchasdetintamedirigiólapalabradesdelaaceraydijo:—Señorita,vengodepartedeKengeyCarboy,deLincoln’sInn.—Hágameustedelfavor,caballero—respondí.Fuemuyamable,ycuandomeayudóasubirauncoche,trasvigilareltransbordodemismaletas,le

    preguntésihabíaunincendioenalgunaparte.Porquelascallesestabantanllenasdeunhumodensoypardoquecasinoseveíanada.

    —Ah,no,señorita—contestó—.Eslasopadeguisantes.Jamáshabíaoídoyohablardetalcosa.—Unaniebladensa,señorita—aclaróeljovencaballero.—¡Ah,claro!—dije.Fuimosrecorriendolentamentelascallesmássuciasymásoscurasquejamássepudieranverenel

    mundo(creíayo),yenunestadotaldeconfusiónquemepreguntécómomanteníasucorduralagente,hasta que llegamos repentinamente a la tranquilidad bajo una puerta antigua, y cruzamos una plaza

  • silenciosahastallegaraunsalienteextrañoenunaesquina,dondehabíaunaentradaporuntramodeescalerasanchasyempinadas,comolaentradadeunaiglesia.Yefectivamentehabíaunpatiodeiglesia,bajounclaustro,puesvilastumbasdesdelaventanadelaescalera.

    EraelbufetedeKengeyCarboy.Eljovencaballeromehizopasarporunaantesalaaldespachodelseñor Kenge—donde no había nadie— y cortésmenteme arrimó una silla a la chimenea. Despuésseñalóamiatenciónunespejitoquecolgabadeunclavoaunladodelarepisadelachimenea.

    —Porsideseaustedverseenél,señorita,traselviaje,puesvaustedaveralCanciller.Claroquenolehaceningunafalta,amijuicio—dijoeljovencaballeroatentamente.

    —¿QuevoyaveralCanciller?—dije,asombradaporunmomento.—Noesmásqueuntrámite,señorita—replicóeljovencaballero—.ElseñorKengesehallaeneste

    momentoenelTribunal.Mehaencargadoquelasaludeatentamenteylepreguntesideseatomaralgo—enunamesitahabíaunasgalletasyunabotelladevino—yleerelperiódico—quemediomientrashablaba.Despuésatizóelfuegoysefue.

    Todomeparecía tanextraño (y tantomásextrañocuantoqueeradenocheenplenodía,que lasvelas ardían con una llama blanca y todo tenía un aire tan frío e inhóspito) que leí las frases delperiódicosinsaberloquedecían,ymeencontréleyendovariasveceslasmismasfrases.Comodenadavalíaseguirasí,dejéelperiódico,memiréelsombreroenelespejoparaversiestababienycontempléelaposento,quenoestabanimedianamentebienalumbrado,y lasmesaspolvorientasyviejas,y losmontonesdeescritos,yunaestantería llenade librosconelaspectomás inexpresivoque jamáshayatenidounlibroenelmundo.Despuésseguípensando,pensando,pensando,yelfuegosiguióardiendo,ardiendo,ardiendo,ylasvelassiguierontemblandoychisporroteandoynohabíadespabiladeras,hastaquealcabodeunratoeljovencaballerotrajounpardeellas;yasíestuvedoshoras.

    PorfinllegóelseñorKenge.Élnohabíacambiado,perosesorprendióalvercómohabíacambiadoyo,yparecióbastantesatisfecho.

    —Comova usted a ser la señorita de compañía de la señorita que se halla ahora en el despachoprivadodelCanciller, señoritaSummerson—dijo—,hemosconsideradooportunoque tambiénasistausted.¿NosepondránerviosaanteelLordCanciller,espero?

    —No,señor—respondí—.Nocreo.Ylaverdadesque,pensándolobien,noveíaporquéibaaponermenerviosa.EntonceselseñorKengemedioelbrazo,yfuimosaunrincón,bajounagrancolumnata,paraentrar

    porunapuertalateral.Yasí,alfinaldeunpasillo,llegamosaunaposentobastanteconfortable,dondehabíaunaseñoritayuncaballerojóvenes,depiejuntoaunachimeneaconunfuegoenorme.Entreellosyelfuegohabíaunapantalla,enlaqueellosseapoyabanmientrascharlaban.

    Amboslevantaronlacabezaalentraryo,ylaseñorita,enlaquesereflejabalaluzdelfuego,¡eratanbella!¡Quéhermosopelorubioyabundante,quéojosazulestandulcesyquérostrotanbrillante,taninocenteyconfiado!

    —SeñoritaAda—dijoelseñorKenge—,éstaeslaseñoritaSummerson.Se acercó ella a saludarme con una sonrisa de bienvenida y alargándome la mano, pero en un

    instantepareciócambiardeopiniónymediounbeso.Enresumen, teníaunosmodales tannaturales,tan cautivadores, tan encantadores, que al cabo de unos momentos estábamos sentadas junto a laventana, iluminadas por la luz de la chimenea, y charlando con lamayor sencillez y naturalidad del

  • mundo.¡Quépesosemehabíaquitadodeencima!¡Eratandeliciososaberqueellaconfiabaenmíyqueyo

    legustaba!¡Eratanbondadosoporsuparte,ymeresultabatanalentador!El joven caballero era un primo lejano, me dijo ella, y se llamaba Richard Carstone. Era un

    muchachoapuesto,derostrofrancoydotadodeunarisamuyatractiva,ycuandoellalollamóparaquese acercara a nosotras, se quedó a nuestro lado, también a la luz de la chimenea, hablandoanimadamentecondespreocupación.Eramuyjoven;comomáximotendríadiecinueveaños,siesquellegaba,peroteníacasidosmásqueella.Amboseranhuérfanosy(loqueyonohabíaimaginadoymepareciómuycurioso)nosehabíanconocidohastaaquelmismodía.Elque los tresnosviéramosporprimeravez,enunlugartandesusado,yaeramotivodeconversación,ydeesohablamos,yelfuego,quehabíadejadodecrepitar,nosguiñabalosojosrojos,igualque—segúndijoRichard—unviejoleónsoñolientodelaCancillería.

    Hablamosenvozbaja,porqueconstantementeentrabaysalíauncaballerovestidodegalayconunapeluca recogidapordetrásenuna redecilla,yacadaentradaysalidaoíamosunavozmonótonaa lolejos,quesegúnaquelseñoreraunodelosabogadosdenuestrocasoquesedirigíaalLordCanciller.DijoalseñorKengequeelCancillerterminaríadentrodecincominutos,ypocodespuésoímosunruidodegenteyunrumordepasos,yelseñorKengedijoqueelTribunalhabíalevantadolasesiónyqueSuSeñoríasehallabaeneldespachodeallado.

    ElcaballerodelapelucaconredecillaabriólapuertacasiinmediatamenteypidióalseñorKengequepasara.Entoncesentramostodoseneldespachodeal lado;primero,elseñorKengeconminiña(ahorame resulta tannatural llamarlaasíquenopuedoevitarescribirlo),yallí, conunsencillo trajenegro y sentado en una butaca junto a la chimenea, estaba Su Señoría, cuya toga, con un preciosobordadoenoro, estabadepositadaenotra silla.Nosmiró inquisitivamente cuandoentramos,pero sugestoeraalmismotiempoponderadoyamable.

    Elcaballerode lapelucaconredecillapusounosmontonesdepapelesen lamesadeSuSeñoría,quienseleccionóunodeellosensilencioysepusoapasarlashojas.

    —¿LaseñoritaClare?—preguntóelLordCanciller—.¿LaseñoritaAdaClare?ElseñorKengelapresentó,ySuSeñoríalepidióquesesentaraasulado.Inclusoyopudeadvertir

    en un momento que la admiraba y que se interesaba por ella.Me emocionó que la familia de unamuchachita tan hermosa pudiera estar representada por aquel lugar oficial y austero. El Lord GranCanciller,enelmejordeloscasos,parecíaserunpobresucedáneodelamoryelorgullodeunospadres.

    —ElJarndycedelquesetrata—añadióelLordCanciller,queseguíadandovueltasalashojas—,¿eselJarndycedelaCasaDesolada?

    —ElJarndycedelaCasaDesolada,Señoría—confirmóelseñorKenge.—Tristenombre—dijoelLordCanciller.—Peronoesunlugartristeactualmente,Señoría—dijoelseñorKenge.—YlaCasaDesolada—dijoSuSeñoría—sehallaen…—Hertfordshire,Señoría.—¿ElseñorJarndycedelaCasaDesoladanoescasado?—preguntóSuSeñoría.—No,Señoría—dijoelseñorKenge.Unapausa.—¿SehallapresenteeljovenseñorRichardCarstone?—preguntóelLordCanciller,mirandohacia

  • él.Richardhizounainclinaciónydiounpasoalfrente.—¡Ejem!—dijoelLordCanciller,pasandomáshojas.—El señor Jarndyce de CasaDesolada, Señoría—observó el señorKenge en voz baja—, si Su

    Señoríamepermitequeselorecuerde,vaadotardeunacompañíaadecuadaa…—¿AlseñorRichardCarstone?—mepareció(aunquenoestoytotalmentesegura)oírquedecíaSu

    Señoría,envozigualdebajayconunasonrisa.—AlaseñoritaAdaClareÉstaeslaseñoritaSummerson,dequiensetrata.SuSeñoríamemiróconindulgenciayasintiócongrancortesíaamireverencia.—¿LaseñoritaSummersonnoestáemparentadaconningunadelaspartesenlacausa,segúncreo?—No,Señoría.El señorKengese inclinópocoantesde terminar su respuestay susurróalgo.SuSeñoría, con la

    vista fijaen lospapeles,escuchó,asintiódosveceso tres,pasómáshojasynovolvióamirarenmidirecciónhastaquenosfuimos.

    El señor Kenge se retiró entonces, y con él Richard, hacia donde estaba yo, cerca de la puerta,dejandoaminiña(¡unavezmás,meresultatannaturaleldecirloquenopuedoevitarlo!),sentadaalladodelLordCanciller,queledirigiólapalabraenunpequeñoaparte;segúnmedijoelladespués,lehabíapreguntadosihabíapensadobienenelsistemapropuesto,sihabíapensadoqueibaaserfelizbajoeltechodelseñorJarndyce,deCasaDesolada,yporquécreíaquesí.Alcabodeunratosepusoenpiecortésmente y la dejó ir, y después habló unos momentos con Richard Carstone, a quien no hizosentarse,sinoquedejóenpie,conmuchamássencillezymenosceremonia,comositodavíasupiera,aunqueeraelLordCanciller,cómollegardirectamentealcorazóndelmuchacho.

    —¡Muybien!—dijoyaenvozaltaelLordCanciller—.Dictarélaorden.ElseñorJarndycedeCasaDesolada ha escogido, ami entender—y esto lo dijomirándome amí— una excelente señorita decompañía para esta señorita, y esta disposición parece, con mucho, la mejor que admiten lascircunstancias.

    Sedespidiódenosotrosconfrasesamables,ytodossalimosmuyagradecidosaélporsucortesíaysu afabilidad, con las cuales, desde luego, no había perdido ninguna dignidad, sino que nos parecíahaberganadomásdignidad.Cuandosalimosbajolacolumnata,elseñorKengerecordóqueteníaquevolver un momento a preguntar algo, y nos dejó en medio de la niebla, mientras el carruaje y lossirvientesdelLordCancilleresperabanaquesalieraéste.

    —¡Bueno!—dijoRichardCarstone—. ¡Esoya seha terminado!¿Ydóndevamosahora, señoritaSummerson?

    —¿Nolosabenustedes?—pregunté.—Enabsoluto—medijo.—Ytú,cariñomío,¿tampocolosabes?—preguntéaAda.—¡No!—dijo—.¿Ytú?—¡Enabsoluto!—repliqué.Nosmiramoslostres,casiriéndonosalverqueestábamosenlamayorignorancia,cuandosenos

    acercó una viejecita extraña, tocada con un hombrero estrecho y que llevaba un ridículo, llena dereverenciasysonrisasyconairedegranceremonia.

    —¡Ah!—exclamó—.¡LospupilosdeJarndyce!¡Peroquégranplacerestenerelhonor!Esunbuen

  • augurioparalajuventud,laesperanza,ylabelleza,elhallarsejuntasaquí,ynosaberloquevaaocurrirdespués.

    —¡Estáloca!—dijoRichard,creyendoquenolooiría.—¡Exacto!Loca,jovencito—respondióellacontalrapidezqueRichardsesintiómuyavergonzado

    —.Yotambiéntuveuntutorentiempos.Entoncesnoestabaloca—dijoconunagranreverenciayconunasonrisaentrecadafrase—.Teníajuventudyesperanzas,ycreoquebelleza.Ahorayanoimporta.Ningunadelastrescosasmesirviódenada,nimesalvó.TengoelhonordeasistirregularmentealosTribunales.Conmisdocumentos,esperoqueseemitaeljuicio.Dentrodepoco.ElDíadelJuicio.Hedescubierto que el sexto sello que semenciona en elApocalipsis es elGran Sello[15]. ¡Hacemuchotiempoqueseabrió!Lesruegoaceptenmibendición.

    Como Ada estaba un poco asustada, dije, para llevarle la corriente a la pobre ancianita, que leestábamosmuyagradecidos.

    —Sí,sí—respondióirónicamente—.Yamelosupongo.YahoraaquívieneKengeelConversador.¡Consusdocumentos!¿CómoestásuhonorableSeñoría?

    —¡Muybien,muybien! ¡Ahora,nonosmoleste, seabuena!—dijoel señorKenge,que inicióelcaminodevuelta.

    —Enabsoluto—dijo lapobre ancianita, quemarchabaamipasoy eldeAda—.Cualquier cosaantesquemolestar.Legaréherenciasaambas,locualnoesmolestar,creoyo.Queseemitaunjuicio.Enbreve.ElDíadeljuicio.Éseesunbuenaugurioparaustedes.¡Aceptenmibendición!

    Sedetuvoal piede la escalera anchay empinada,pero al subir echamosunamirada atrás, y allíseguíaella,diciendo,todavíaconunareverenciayunasonrisaentrecadafrase:«Juventud.Yesperanza.Ybelleza.YCancillería.¡YKengeelConversador!¡Ja!¡Lesruegoqueaceptenmibendición!

  • IV

    Unafilantropíatelescópica

    Pasaríamoslanoche,nosdijoelseñorKengecuandollegamosasudespacho,encasadelaseñoraJellyby[16], y después se volvió a mí y dijo que estaba seguro de que yo sabía quién era la señoraJellyby.

    —Laverdad,señor,esqueno—respondí—.QuizáelseñorCarstone,olaseñoritaClare.Perono,nosabíannadarelacionadoconlaseñoraJellyby.—¡Ver-da-de-ra-mente! La señora Jellyby —dijo el señor Kenge, que estaba de espaldas a la

    chimenea y contemplaba la alfombra polvorienta que tenía ante sí como si fuera la biografía de laseñora Jellyby— es una dama de notable fuerza de carácter que se ha consagrado enteramente alpúblico.Sehaconsagradoaunagranvariedaddetemaspúblicos,endiversosmomentos,yactualmente(hasta que se sienta atraída por otra cosa), está consagrada al tema de África, con miras al cultivogeneralde labayadelcafé—yde los indígenas—ya la felizcolonizaciónen las riberasde los ríosafricanosdenuestrasuperabundantepoblaciónnacional.ElseñorJarndyce,quedeseaayudaratodaslasobrasquequepaconsiderarcomobuenasobras,yaquienrecurrenmucholosfilántropos,tiene,segúncreo,unaopiniónelevadísimadelaseñoraJellyby.

    ElseñorKengeseajustóelcorbatínynoscontempló.—¿YelseñorJellyby,caballero?—sugirióRichard.—¡Ah!ElseñorJellyby—dijoelseñorKenge—es…,ah…Noséquémejorformadedescribírselo

    salvodecirqueeselmaridodelaseñoraJellyby.—¿Notienepersonalidadpropia,caballero?—sugirióRichard,conunamiradadivertida.—Nohedichoeso—respondiógravementeelseñorKenge—.Dehecho,nopuedodecirnadade

    eso,puesnosénadaenabsolutoacercadelseñorJellyby.Queyosepa,nuncahetenidoelplacerdeveral señor Jellyby.Esposiblequese tratedeunser superior,pero,porasídecirlo, seha fusionado; sí,fusionado,enlasmásbrillantescualidadesdesuesposa.

    ElseñorKengepasóentoncesadecirnosquecomoelcaminodelaCasaDesoladahabríasidomuylargo,oscuroytediosoenunatardeasí,ycomoyahabíamoshechounviajeaquelmismodía,elpropioseñorJarndycehabíapropuestoestesistema.Aprimerahorade lamañanasiguientenosesperaríauncarruajealapuertadelacasadelaseñoraJellybyparasacarnosdelaciudad.

    Despuéstocóunacampanillayentróeljovencaballero.ElseñorKengesedirigióaélllamándoloGuppy[17],ylepreguntósilasmaletasdelaseñoritaSummersonyelrestodelequipaje«yasehabíanllevado».ElseñorGuppydijoquesí,quesehabíanllevado,yqueestabaesperándonosuncocheparallevarnostambiénanosotrosencuantoquisiéramos.

    —Entonces —dijo el señor Kenge, dándonos la mano—, sólo me queda expresar mi gransatisfacción al ver (¡tenga usted buen día, señorita Clare!), que lo dispuesto para el día de hoy está

  • concluidoy(¡tengaustedmuybuendía,señoritaSummerson!),migranesperanzadequetodoelloseaconducente a la felicidad (¡ha sido un placer conocer a usted, señor Carstone!), el bienestar y elprogresoentodoslosórdenes,detodoslosinteresados.Guppy,encárgatedequetodoslleguenabuenfin.

    —¿Dóndeestáese«fin»,señorGuppy?—preguntóRichardmientrasbajábamoslaescalera.—Aquíallado—dijoelseñorGuppy—,justoenTaviesInn,yasaben.—Yonopuedodecirquelosepa,porquesoydeWinchesterynoconozcoLondres.—Aquíal lado—dijoel señorGuppy—.Nohaymásque torcerporChanceryLaneycortarpor

    Holborn,yllegamosencuatrominutos,segundomásomenos.¡Estosíqueespurédeguisantes!,¿eh,señorita?—Parecíacelebrarlomuchísimopormí.

    —¡Ciertamente,lanieblaesmuydensa!—contestó—.Claroqueaustednoleafecta—dijoelseñorGuppymientras plegaba la escalerilla del coche—.Por el contrario, parece sentarle bien, señorita, ajuzgarporsuaspecto.

    Comprendíquealhacermeaquelcumplidoteníabuenaintención,asíquemereídemímismaporsonrojarmeante él cuandocerró laportezuelay subió al pescantedel coche, y los tres nos reímosyestuvimoshablandodenuestrainexperienciaydeloextrañoqueeraLondres,hastadarlavueltabajounarco,yllegaranuestrodestino:uncallejóndecasasaltas,comounacisternaoblongaparacontenerlaniebla.Habíaungrupitoconfusodegente,sobretodoniños,reunidoentornoalacasaenlaquenosparamos,queteníaunaplacadelatónsucioenlapuertaconunletrero:JELLYBY.

    —¡Noseasusten!—dijoelseñorGuppy,quemetiólacabezaporlaventanilla—.ParecequeunodelosJellybychicoshametidolacabezaentrelosbarrotesdelabarandilladelaentrada.

    —¡Pobrecito!—exclaméyo—.¡Déjenmesalir,porfavor!—Leruegotengacuidado,señorita.LosJellybychicossiempreestántramandoalgo—dijoelseñor

    Guppy.Meabrícaminohastaelpobreniño,queeraunadelascriaturasmássuciasquejamáshayavisto,y

    loencontréfebrilyasustado,yllorandoagritos,aprisionadoporelcuelloentredosbarrotesdehierro,mientrasunlecheroyunalguacil,conlasmejoresintencionesdelmundo,tratabandetirardeélporlaspiernas, con la impresióngeneraldequeporaquelmediopodíancomprimirleel cráneo.Alver (trastranquilizarlounpoco)quesetratabadeunmuchachitoconunacabezanaturalmentegrande,penséque,quizá, por donde le cabía la cabeza podía seguirle el cuerpo, y mencioné que la mejor forma deextraerloseríaempujarlohaciaadelante.Misugerenciafuetanbienrecibidaporellecheroyelalguacil,queinmediatamentelohubieranlanzadodeungolpehaciaelsemisótanosinolohubieraagarradoyopor el delantal,mientrasRichard y el señorGuppybajaban corriendohacia la cocina para recogerlocuandoquedarasuelto.Porfinsalióbien,sinningúnaccidente,yentoncesempezóagolpearalseñorGuppyconlaguíadeunaroydemaneratotalmentefrenética.

    Nohabíaaparecidonadiequepertenecieraalacasa,salvounamujerconzuecosquehabíaestadodándolegolpesalniñodesdeabajoconunaescoba,noséparaqué,nicreoquelosupieraella.PoresosupusequelaseñoraJellybynoestabaencasa,ymesentímuysorprendidacuandolamujeraparecióenelpasillo,sinloszuecosya,yalsubiralcuartodeatrásdelprimerpiso,pordelantedeAdaydemí,nospresentó:

    —¡Aquílasdosseñoritas,aquílaseñoraJellyby!

  • Mientras subíamos, pasamos junto a varios niñosmás, a los que resultaba difícil no pisar en laoscuridad,ycuandollegamosalapresenciadelaseñoraJellyby,unodelospobrecillossecayóporlasescaleras,todountramo(segúnmepareció),conungranruido.

    LaseñoraJellyby,encuyafaznosereflejabaningunadelainquietudquenosotrosnopodíamospormenosdemostrarenlasnuestras,dadoquelacabezadelpobrecitodejabaconstanciadesuchoqueconcadaescalón(mástardeRicharddiríaquehabíacontadosiete,ademásdeldescansillo),nosrecibióconperfectaecuanimidad.Eraunamujercitaregordeta,atractiva,muybajita,deentrecuarentaycincuentaaños,conojosbonitos,aunqueteníanlaextrañacostumbredequesiempreparecíanestarcontemplandoalgoenladistancia.Comosi(yvuelvoacitaraRichard)nopudieranvernadamáscercanoqueÁfrica.

    —Es paramí un gran placer—dijo la señora Jellyby, con voz agradable— el recibir a ustedes.SientoungranrespetoporelseñorJarndyce,ynadieporquienélseinteresemepuedeserindiferente.

    Expresamos nuestro agradecimiento y nos sentamos tras la puerta, donde había un viejo sofádespanzurrado.La señora Jellyby tenía abundante cabellera, pero estaba demasiado ocupada con susdeberesparaconlosafricanoscomoparacepillársela.Elchalqueapenaslacubríaselehabíacaídoenlasillacuandoselevantóadarnoslabienvenida,ycuandosediolavueltaparavolverasuasientonopudimos evitar el ver que el vestidoque llevabano le cerraba a la espalda, y que el espacio abiertoestabaentrecruzadoporunatramaromboidaldeencajequelosostenía,comoenuninvernadero.

    El aposento, llenodepapelesy casi enteramenteocupadoporungranescritorio llenodelmismodesorden, estaba, debo decirlo, no sólo muy desordenado, sino muy sucio. Nos vimos obligados aadvertirlopornuestrosentidodelavista,almismotiempoqueconelsentidodeloídohabíamosseguidoal pobre niño que caía de cabeza por las escaleras, creo que hasta llegar a la cocina de atrás, dondealguienpareciócontenersusgritos.

    Peroloquemásnosllamólaatenciónfueunajovenpálidaydeaspectomalsano,aunquenadafeaenabsoluto,queestabasentadaalescritoriomordisqueandosuplumadeescribirycontemplándonos.Creoque jamáshevistoanadie tanmanchadode tinta.Ydesdeelpelodesordenadohastaunospiesmuy bonitos, desfigurados por unas zapatillas de raso viejas, rotas y con los talones gastados,verdaderamentenoparecíallevarunasolaprendaque,desdeelúltimoalfilerenadelante,estuvieraenbuenacondiciónoenelsitioquelecorrespondía.

    —Me encuentran, queridas mías —dijo la señora Jellyby, despabilando dos grandes velas deescritoriopuestasenpalmatoriasquedabanalaposentounfuerteolordesebocaliente(lachimeneasehabíaapagado,ynoquedabanenellasinocenizas,unmontóndeleñayunatizador)—;meencuentran,digo, queridas mías, muy ocupada, como de costumbre, pero espero que me disculpen. En estosmomentos el proyecto africano ocupa todo mi tiempo. Me hace entrar en correspondencia conorganismospúblicos, así comoconparticulares deseosos del bienestar de su especie en todo el país.Celebro decir que vamos progresando. Para el año que viene por estas fechas esperamos tener entrecientocincuentaydoscientasfamiliassanascultivandocaféyeducandoalosindígenasdeBorriobula-Gha,enlariberaizquierdadelNíger.

    Como Ada no dijo nada, sino que me miró a mí, comenté que aquello debía de resultar muysatisfactorio.

    —Resultasatisfactorio—dijo laseñoraJellyby—.Entraña laconsagraciónde todasmisenergías,laspocasquetengo,peroesonoesnada,contaldequesalgaadelante,ycadadíaquepasaestoymás

  • seguradeléxito.¿Sabeusted,señoritaSummerson?CasimeextrañaqueustednohayapensadonuncaenÁfrica.

    Aquelgirodeltemameresultótantotalmenteimprevistoquenosupeenabsolutocómoreaccionar.Sugeríqueelclima…

    —¡Elmejorclimadelmundo!—protestólaseñoraJellyby.—¿Sí,señora?—Desde luego. Con precauciones —siguió observando la señora Jellyby—. Puede usted ir a

    Holborn,sinprecauciones,yquelaatropellen.PuedeustediraHolborn,conprecauciones,yquenuncalaatropellen.LomismopasaenÁfrica.

    —Sinduda…—dije,refiriéndomeaHolborn.—Sideseausted—dijolaseñoraJellyby,alargándonosunmontóndepapeles—observaralgunos

    comentariosaesterespecto,asícomosobreeltemageneral(queyahansidoobjetodegrandifusión),mientrasterminounacartaqueestoydictandoamihijamayor,queesmiamanuense…

    Lamuchachaqueestabasentadaalamesadejódemordisquearlaplumaysevolvióasaludarnos,conungestomitadvergonzosoymitadenfurruñado.

    —…entonceshabré terminadoporelmomento—continuó la señora Jellyby, conuna sonrisadeorejaaoreja—,aunquemitrabajonuncaestáterminado.¿Dóndeestabas,Caddy?

    —«SaludaatentamentealseñorSwallowysesirve»—dijoCaddy.—«Ysesirve»—siguiódictandolaseñoraJellyby—«comunicarle,conreferenciaasucartacon

    consultassobreelproyectodeÁfrica…».¡No,Peepy!¡Nadadeeso!Peepy(segúnparecía)eraelpobreniñoquesehabíacaídoporlasescalerasyqueahorainterrumpía

    lacorrespondenciaalpresentarseconunesparadrapoenlacabezaparaexhibirlasheridasqueteníaenlasrodillas,acuyorespectoAdayyonosabíamosquéeraloquemáspenanosdaba,silasheridasolasuciedadque las rodeaba.La señora Jellyby se limitó a añadir, con la serena compostura con la quedecíatodo:«¡Vete,Peepy,noseasmalo!»,yvolvióafijarsushermososojosenÁfrica.

    Sinembargo,comocontinuóinmediatamenteconsudictadoycomo,hicieraloquehicierayo,nointerrumpía nada, me aventuré silenciosamente a detener al pobre Peepy cuando se marchaba, y atomarlo en brazos. Aquello pareció asombrarlomucho, al igual que los besos que le dio Ada, peroprontosequedódormidoenmisbrazos,mientrassussollozos ibanespaciándosecadavezmás,hastaparardeltodo.EstabayotanabsortaconPeepyquemeperdílosdetallesdelacarta,aunqueobtuvelaimpresióngeneraldelaenormeimportanciaqueteníaÁfricaydelatotalinsignificanciadetodoytodoslos demás, hasta el punto de sentirme totalmente avergonzada de haber pensado tan poco en aquelcontinente.

    —¡Las seis! —dijo la señora Jellyby—. ¡Y nuestra hora de cenar es nominalmente (porquecomemosacualquierhora)lascinco!Caddy,llevaalaseñoritaClareyalaseñoritaSummersonasushabitaciones.¿Quizádeseenustedescambiarseoalgo?Séquemedisculparánporloocupadaqueestoysiempre.¡Quéniñomásmalo!¡Porfavor,señoritaSummerson,déjeloenelsuelo!

    Pedípermisoparallevarloconmigo,ydijesinmentirqu