2
Un estilo topológico Arturo Franco A estas alturas nadie puede dudar de la existencia de otras maneras de interpretar la realidad, de posicionarse ante ella, de participar en ella. Es necesario aceptar otro tipo de conciencia sobre lo que sucede, otro punto de vista, otra ciencia, una ciencia excéntrica. Gilles Deleuze y Félix Guattari la resumen en tres puntos: “1) El modelo sería sobre todo hidráulico, en lugar de ser una teoría de los sólidos que considera los fluidos como un caso particular. 2) Es un modelo de devenir y de heterogeneidad, que se opone al modelo estable, eterno, idéntico, constante.3) El modelo es turbulento, en un espacio abierto en el que se distribuyen las cosas-flujo.” Frente a esto, la civilización occidental ha girado tradicionalmente entorno a la ciencia clásica, la filosofía griega o la geometría euclidiana. De una forma cultural se asume este convencionalismo y se convierte para nosotros en conciencia, una conciencia métrica, mesurable, estática. Parte de una definición y analiza las propiedades que se derivan de ella, podría entenderse como un método comparativo. Un mundo donde aceptamos que el camino más corto entre dos puntos es una recta. Pero existen otros mundos, otras realidades, o al menos otra manera de interrelacionarse con el entorno. Una visión sensible a los cambios, a lo heterogéneo, a los acontecimientos y a los accidentes que los condicionan como escribe Deleuze. Un modelo topológico que despliega geometrías no euclidianas en constante movimiento, un caos embriagador. Para centrar los términos conviene recordar su significado según el diccionario Metápolis: “Topología es la rama de la matemática que estudia las propiedades de aquellas figuras geométricas generadas bajo continuas transformaciones.” La topología, la ciencia excéntrica, el nomadismo, el espacio liso, la teoría del caos o cualquiera de las definiciones que se refieren a esta otra visión de la realidad están íntimamente ligados al movimiento, a la transformación permanente, al cambio constante y aparentemente aleatorio. Un mundo compuesto de esencias difusas. Según Gilles Deleuze y Félix Guattari: “Las esencias difusas liberan una corporeidad que tiene dos características: por un lado es inseparable de pasos al límite como cambios de estado, de procesos de deformación o de transformación que operan en un espacio- tiempo a su vez inexacto, que actúan como acontecimientos; por otro, es inseparable de cualidades expresivas o intensivas.” Hasta aquí no se ha dicho nada nuevo. Todo parece razonable o felizmente irracional. El problema aparece cuando alguien nos intenta hacer creer que ha descubierto una arquitectura topológica, fractal, generada a partir de geometrías no-euclidianas, la arquitectura excéntrica, el nomadismo u otro tipo afirmaciones vacías. Sin insistir demasiado en su dogmatismo envuelto en piel de cordero podríamos encontrar frases tan lapidarias como la de Michael Batty en <Sobre el crecimiento de la ciudad>: “Hay pocas dudas hoy de que las ciudades sean fractales y que la manera más adecuada de vincular su función a su forma sea mediante la geometría fractal” o como la de Cedric Price: “La única razón de ser de la arquitectura es proporcionar situaciones hasta ese momento consideradas imposibles. Si te limitas a reproducir situaciones que ya se encuentran en otras arquitecturas, estás malgastando tu vida” o la del entrañable Toyo Ito: “Proyectar arquitectura es un acto de generar vórtices en las corrientes de aire, viento, luz y sonido. Contrariamente, una pieza de arquitectura que es anacrónicamente monumental, confiando en un estilo que no es más que un cliché, no debería lograr empatía en nuestro dinámico mundo contemporáneo.” Este tipo de afirmaciones han encontrado respuesta por parte de algunos críticos en la palabra <Deleuznable>. Adjetivo claramente equivocado al matar al mensajero y olvidarse de cómo se utiliza el mensaje. Kee Ness y Suoi Yho en su “Diccionario por fascículos” definen el agravio

estile topograp

Embed Size (px)

DESCRIPTION

frnacco y deleuze

Citation preview

Un estilo topológicoArturo FrancoA estas alturas nadie puede dudar de la existencia de otras maneras de interpretar la realidad, de posicionarse ante ella, de participar en ella. Es necesario aceptar otro tipo de conciencia sobre lo que sucede, otro punto de vista, otra ciencia, una ciencia excéntrica. Gilles Deleuze y Félix Guattari la resumen en tres puntos: “1) El modelo sería sobre todo hidráulico, en lugar de ser una teoría de los sólidos que considera los fluidos como un caso particular. 2) Es un modelo de devenir y de heterogeneidad, que se opone al modelo estable, eterno, idéntico, constante.3) El modelo es turbulento, en un espacio abierto en el que se distribuyen las cosas-flujo.”Frente a esto, la civilización occidental ha girado tradicionalmente entorno a la ciencia clásica, la filosofía griega o la geometría euclidiana. De una forma cultural se asume este convencionalismo y se convierte para nosotros en conciencia, una conciencia métrica, mesurable, estática. Parte de una definición y analiza las propiedades que se derivan de ella, podría entenderse como un método comparativo. Un mundo donde aceptamos que el camino más corto entre dos puntos es una recta. Pero existen otros mundos, otras realidades, o al menos otra manera de interrelacionarse con el entorno. Una visión sensible a los cambios, a lo heterogéneo, a los acontecimientos y a los accidentes que los condicionan como escribe Deleuze. Un modelo topológico que despliega geometrías no euclidianas en constante movimiento, un caos embriagador.Para centrar los términos conviene recordar su significado según el diccionario Metápolis: “Topología es la rama de la matemática que estudia las propiedades de aquellas figuras geométricas generadas bajo continuas transformaciones.” La topología, la ciencia excéntrica, el nomadismo, el espacio liso, la teoría del caos o cualquiera de las definiciones que se refieren a esta otra visión de la realidad están íntimamente ligados al movimiento, a la transformación permanente, al cambio constante y aparentemente aleatorio. Un mundo compuesto de esencias difusas. SegúnGilles Deleuze y Félix Guattari: “Las esencias difusas liberan una corporeidad que tiene dos características: por un lado es inseparable de pasos al límite como cambios de estado, de procesos de deformación o de transformación que operan en un espacio-tiempo a su vez inexacto, que actúan como acontecimientos; por otro, es inseparable de cualidades expresivas o intensivas.”Hasta aquí no se ha dicho nada nuevo. Todo parece razonable o felizmente irracional. El problema aparece cuando alguien nos intenta hacer creer que ha descubierto unaarquitectura topológica, fractal, generada a partir de geometrías no-euclidianas, la arquitectura excéntrica, el nomadismo u otro tipo afirmaciones vacías. Sin insistir demasiado en su dogmatismo envuelto en piel de cordero podríamos encontrar frases tan lapidarias como la de Michael Batty en <Sobre el crecimiento de la ciudad>: “Hay pocas dudas hoy de que las ciudades sean fractales y que la manera más adecuada devincular su función a su forma sea mediante la geometría fractal” o como la de Cedric Price: “La única razón de ser de la arquitectura es proporcionar situaciones hasta ese momento consideradas imposibles. Si te limitas a reproducir situaciones que ya se encuentran en otras arquitecturas, estás malgastando tu vida” o la del entrañable Toyo Ito: “Proyectar arquitectura es un acto de generar vórtices en las corrientes de aire, viento, luz y sonido. Contrariamente, una pieza de arquitectura que es anacrónicamente monumental, confiando en un estilo que no es más que un cliché, no debería lograr empatía en nuestro dinámico mundo contemporáneo.” Este tipo de afirmaciones han encontrado respuesta por parte de algunos críticos en la palabra <Deleuznable>. Adjetivo claramente equivocado al matar al mensajero y olvidarse de cómo se utiliza el mensaje. Kee Ness y Suoi Yho en su “Diccionario por fascículos” definen el agravio

con su particular ironía para afiliados: “<Deleuznable>: (Del castellano deleznable).// Lo pretendidamente formado como poco durable en su estado actual, susceptible de convertirse en cualquier momento en cualquier otra cosa en estrecha dependencia de sus condiciones de contorno. // Cuanto es repugnado en la arquitectura por desconocido, al ser difícilmente asequible a los procedimientos dogmáticos e inflexibles convencionales: las leyes.” Toyo Ito habla de estilo, habla de cliché en una arquitectura generada a partir de parámetros convencionales. Nadie lo duda siempre que eso no suponga lo contrario en una arquitectura de inspiración topológica. Las mejores arquitecturas de inspiración topológica, de procedimientos fractales, o que pretenden basarse en geometrías no-euclidianas se olvidan del final. Se olvidan de que la arquitectura está íntimamenteligada al hecho construido, a un momento concreto, a una realidad estática, a un instante, a su conclusión. Cualquier arquitectura falsamente llamada topológica se detiene en un instante convirtiéndose en una imagen congelada del mundo topológico. Una mueca de una realidad en constante transformación, por definición ligada al movimiento físico, no metafísico. Una imagen de la realidad (de su realidad), un cliché, una copia, un convencionalismo platónico, un estilo tan evidente como cualquier otro. Estilo como uso, práctica, costumbre, moda. Como hablar de esto parece inevitable propongo sustituir la definición de <arquitectura topológica> por un evidente <estilo topológico>.

¡