Estructura de valores en la empresa familiar

Una aspecto poco implementado por las empresas familiares que es básico para la perseverancia de los negocios de generación en generación tiene que ver con la transmisión de las cosas fundamentales, aquellas que no pueden dejar de existir porque son la base del éxito de la empresa familiar en cuestión. La herencia de los diversos componentes patrimoniales son sólo una parte de las muchas transmisiones que se hacen de un empresario a los miembros de su familia. Pero más allá de los bienes materiales que se deben transmitir con agilidad y claridad entre generaciones, existen cuestiones aún más fundamentales para la supervivencia de los negocios, me refiero específicamente a los valores que trascienden dentro de la familia, e inclusive hacia fuera de la propia familia empresaria.

Existen valores entendidos (o a veces no tanto), que se desarrollan, se aprenden y se testimonian en las familias empresarias a partir del fundador y hacia las personas que le rodean, principalmente sus colaboradores y sus descendientes. Valores que tienen que ver con el esfuerzo, con la perseverancia, la disciplina, la austeridad, el emprendimiento, la honradez, la capacidad de organización, el arrojo, la solidaridad, el apoyo a todos los miembros del grupo, el respeto a la individualidad, el compromiso con el trabajo productivo, con el estudio.

Los valores que como empresa familiar se desean promover deben ser congruentes con los valores que se viven dentro de la empresa. Y de la misma manera que en la empresa se pueden y se deben hacer explícitos los valores institucionales, hacia dentro de la familia se deben resumir los ideales, valores y filosofía de los accionistas para su transmisión a las futuras generaciones y así poder organizar a las familias-accionistas en su responsabilidad y permanencia patrimonial.

Para lograr esto, la interacción y la convivencia entre el fundador de la empresa y sus descendientes es algo insustituible. Difícilmente podemos pensar en una sucesión generacional cuando el fundador no ha logrado transmitir en la acción y en base a su testimonio directo, los valores referidos con anterioridad. Si la trascendencia de la familia empresaria como unidad indivisible y su relación hacia los negocios comunes se quiere transmitir a las futuras generaciones, entonces existen compromisos recíprocos de padres a hijos. Estos compromisos necesitan de medios específicos para poderse cumplir, de manera que los valores fundamentales a definir (que pueden ser religiosos, éticos, humanos, etc.) y que facilitan la convivencia y la unión familiar, necesitan de una estructura, misma que se da con mayor facilidad cuando el fundador tiene la capacidad de reunir a sus descendientes para iniciar una reflexión sobre la pregunta ¿cómo y qué transmitimos como valores en nuestra empresa hacia nuestra familia?

Escrito por Jorge Fabre Mendoza