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Estudio Comparativo Sistemas de Innovación en Europa - Víctor Tello Hurtado

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Trabajo realizado para la asignatura "Diseño y desarrollo del producto" del campus virtual G9

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Víctor Tello Hurtado

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En el presente estudio nos centraremos en detallar de una manera clara y ordenada los sistemas nacionales de innovación, es decir, hablaremos sobre los factores relativos a la organización de las empresas y las relaciones que surgirán entre las mismas, junto con el funcionamiento del sistema institucional de la I+D, el sistema financiero y las estrategias empresariales, sobre todo, del sector público o Administraciones Públicas. Partiremos de una de una investigación básica hasta llegar, finalmente a la producción y distribución de bienes y servicios. El “sistema nacional de innovación” se define a partir de las diferencias que surgen entre los sistemas institucionales de una nación que influyen en los procesos innovadores y las estructuras económicas que definen las oportunidades del desarrollo tecnológico, es por esto que es importante conocer de buena tinta los aspectos nacionales de un país, puesto que un organismo que comparte nombre en diferentes naciones, su sentido y comportamiento de un país a otro puede ser totalmente distinto. Este se compone, para poder cubrir todos los aspectos a los que debe hacer frente, de diferentes “sub-sistemas”, entre los que se encuentran “La organización interna de las empresas”, “Las relaciones entre empresas”, “El sistema de I+D”, “Las relaciones entre el sistema financiero y el de producción”, “El sector público”, “Los factores culturales e ideologías nacionales” y “La estructura productiva y la distribución del tamaño de las empresas”. En este estudio, y debido a la complejidad que posee un sistema nacional de innovación, nos basaremos en estudiar un único factor: el papel de las Administraciones Públicas de diferentes países de la Comunidad Económica Europea, analizando en detalle su “política” de innovación y los objetivos e instrumentos llevados a cabo para estimular la innovación nacional. Francia se caracteriza por su elevada centralización en torno a sus organismos públicos. Estadísticas de la OCDE fijan el gasto interno francés de 1990 en I+D en torno al 2’38% del PIB, estando por debajo del realizado por países como Alemania y Japón, hecho al que se le suma un saldo negativo, cada año más acusado de su balanza de pagos. A su vez, se puede decir que la tendencia seguida por Francia es de innovar tecnológicamente cada vez más en el sector privado, dejando a un lado el sector público, y destacando el Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) el centro de investigación que destaca a nivel nacional e incluso es un referente a internacionalmente. Como instituciones estatales del país en cuestión, destaca el Ministerio de Investigación y Tecnología (MRT), el cual se divide a su vez en diferentes sub-instituciones especializadas en diferentes materias que agilizan las labores y son capaces de ofrecer un servicio de más calidad. Destaca por encima de las demás la Agencia Nacional de Valoración de la Investigación (ANVAR) al encargarse de adjudicar la financiación de la innovación tecnológica a los solicitantes de las ayudas directas, como podrían ser ayudas a las transferencias tecnológicas o a los servicios de la innovación, de las ayudas indirectas tales como las denominadas al régimen fiscal de la propiedad industrial o las ventajas fiscales a favor de la investigación, y también de las ayudas de capital-riesgo, es decir aquellas que buscan obtener beneficios potenciales elevados pero a un alto riesgo de inversión. En Gran Bretaña el retraso de la innovación es evidente, ya que si hablamos cuantitativamente, ya que solo se le destinó en 1989 el 3’9% de los gastos totales del Gobierno, lo que supone menos del 1’8% del PIB de Reino Unido. Por lo anterior, existen diferentes programas complementarios de ayuda a la innovación, que desarrollan diferentes entes como el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación (MAFF), el Ministerio de Educación y Ciencia (DES), el Consejo de Investigación Económica y Social (ESRC), el Consejo de Investigación Médica, el Consejo de Investigación del Entorno Natural (NERC) y el destinado a la Investigación sobre Ciencia e Ingeniería (SERC). A todos los anteriores hay que añadir los diferentes departamentos ministeriales que se interesan por la investigación y en consecuencia facilitan las labores que deben realizarse para llevar a cabo dicha tarea. Por otro lado, sin duda, el British Technology Group (BTG) es el organismo gubernamental más importante a nivel nacional para Reino Unido, al ser el encargado de patentar las ideas innovadoras, financiar el desarrollo de invenciones académicas, financiar los proyectos de innovación en la industria, invertir en los desarrollos innovadores de las empresas, establecer los

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acuerdos de licencias entre las empresas e incluso fomenta el lanzamiento de las empresas que destinan su actividad a la alta tecnología. Por último, destacar dentro de este país que las universidades y escuelas superiores de investigadores junto con los denominados parques tecnológicos y las nuevas empresas High-Tech, están ayudando a la reconversión tecnológica británica en los últimos años. Pasando a analizar la política de innovación de Alemania, no podemos dejar pasar por alto las denominadas regiones o “landers” por las que se compone la totalidad de su territorio, ya que debido a esto existen numerosas instituciones que participan en la composición y fortalecimiento del proceso de I+D. A su vez, las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) están muy presentes en la región alemana, ya que las dos terceras partes del empleo del país se sitúan en este tipo de empresas, es por ello, por lo que los programas dedicados a la subvención y mejora de la I+D en las PYMES son los que más destacan en Alemania. Concretamente, se pretende potenciar el desarrollo interno de la tecnología en las pequeñas y medianas empresas, subvencionar la cooperación de estas empresas con las universidades o instituciones científicas, la transferencia de tecnología entre ellas y la mejora de las condiciones para la innovación. Italia ha sido uno de los países que más tarde ha incorporado una auténtica política de fomento de la innovación, ya que hasta 1982 no contaba con lo mencionado. Por situar la inversión, en 1989 en cifras de porcentaje del PIB, Italia destinó a la innovación tecnológica tan solo un 1’29, suponiendo la mitad de lo que los países analizados con anterioridad en el presente estudio destinaron en sus respectivas economías. Los estímulos para la innovación en el estado italiano se dividen en ayudas nacionales, ayudas meridionales (del Mezzogiorno), y en ayudas regionales. Además muchas de estas pertenecen solamente a sectores determinados y otras simplemente se destinan a las PYMES. Estas ayudas proceden de diferentes organismos como el Fondo Especial para la Investigación Aplicada del Istituto Mobiliarie Italiano (IMI) o del Fondo Especial Rotatorio para la Innovación Tecnológica (FIT). Con el primero de estos dos pueden beneficiarse de las ayudas todas las empresas públicas y privadas cumpliendo diferentes requisitos sobre los que no voy a profundizar. El FIT se orienta a los programas de avance tecnológico considerable para la creación de nuevos procedimientos o productos; se incluye dentro de este organismo el programa EUREKA y Mezzogiorno que pueden llegar a superar las ayudas el 80 y el 70% del total respectivamente. Existen también otras ayudas a la innovación como el programa ENEA (Ente Nazionale per le Energie Alternative) que versan sobre el campo nuclear de las nuevas tecnologías y el medio ambiente y la Agencia para la Promoción del Desarrollo del Mezzogiorno (APSM) que se encarga de conceder los créditos a tipos de interés preferentes, entre otras alternativas. A su vez, existe el Consejo Nacional de Investigación (CNR), cuya misión es promocionar y coordinar la actividad italiana básica y aplicada, prestando especial atención en las referentes a las relaciones universidad-industria. Junto con la anterior, no se debe dejar de mencionar a la Agenzia Per la Promozione Della Ricerca Europea (APRE), que se trata de una asociación sin ánimo de lucro que informa a las empresas del país de los proyectos europeos y llegar a promover su participación en los programas comunitarios. Además y para concluir, debe estar presente en todo momento para llevar a cabo todas las tareas de innovación y la concesión de ayudas para las mismas, la legislación vigente italiana. El sistema de innovación de Bélgica se caracteriza por poseer un sistema de I+D menos desarrollado que el resto de países de su entorno, debido a que, desde antaño presenta un cierto abandono de este al no poseer multinacionales de origen, ni investigación militar propia y tener una ausencia de grandes laboratorios estatales. Lo anterior conduce al la nación a mantener estables sus inversiones de I+D pero a un nivel bajo. De igual manera, en este país se han desarrollado numerosas pequeñas y medianas empresas. Debido a la encrucijada de naciones, tanto los organismos públicos de investigación como las ayudas que se prestan a la misma, se debe hacer una distinción entre las que pertenecen a un

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nivel nacional como a nivel regional. Al primero de estos niveles pertenecen el laboratorio Nuclear, el Agronómico y el de Higiene Pública y Epidemiología. Pasando a analizar el nivel regional, se distinguen las Universidades, puesto que cada región conserva las suyas con sus propias competencias y diferentes Centros de I+D, destacando que la Aglomeración de Bruselas no posee ningún organismo público de estas características, por lo que las ayudas las proporciona el Instituto para el Fomento de la Investigación Científica en la Industria y en la Agricultura (ISRIA), al ser este el organismo más importante de Bélgica. En cuanto a los organismos privados de investigación, no le dedicaremos más extensión puesto que el análisis global se centra en el sector público. Por último, los Países Bajos se dotan de un sistema muy completo de organismos de I+D por su gran aportación a la innovación de empresas, entre todos los organismos destaca la Organización Neerlandesa de Tecnología (TNO), que posteriormente explicaré. Los programas y los organismos de ayuda a la innovación de los Países Bajos son el INSTIR, es decir, un programa de fomento de la investigación que permite solicitar una subvención de los costes salariales; el Crédito de Desarrollo Tecnológico, que versa sobre los costes de desarrollo de productos prometedores. A los anteriores se les suman el IOP y los Centros locales de innovación, referidos a la biotécnica, la tecnología de las membranas, las cerámicas y la tecnología de los hidratos de carbono, y a las pequeñas y medianas empresas con mentalidad innovadora respectivamente, entre otras. El organismo autónomo TNO debe apoyar en la innovación tecnológica a la industria, al comercio, a las autoridades locales y a los organismos; ayudando a sus clientes y patrocinadores a resolver sus problemas tecnológicos. No obstante, para mejorar este pequeño país se deben estimular a la innovación a las PYMES. Para concluir este informe, se debe aludir a los diferentes programas europeos de ayuda a la innovación tecnológica en las PYMES. En primer lugar, me basaré en el llamado EUREKA a causa de que promueve la alta tecnología pero no se trata un programa comunitario como lo pueden ser el BRITE-EURAM, que versa sobre la industria tradicional; el COMETT dedicado a enseñanza de las nuevas tecnologías; el ESPRIT, basado en ayudas a la tecnología de la información; o el Programa SPRINT orientado a promover la cooperación internacional entre empresas. Además, no podemos olvidar que en Europa existen una serie de órganos comunitarios encargados de desarrollar las pequeñas y medianas empresas. En concreto estoy haciendo referencia al Fondo Social Europeo, el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y el Banco Europeo de Inversiones (BEI). A modo de colofón, no debemos olvidar que nos encontramos inmersos en una gran época de recesión económica internacional, de la cual, las pequeñas y medianas empresas son las que, en principio, más sufren. Por ello, la implantación de ayudas a la innovación me parece un acto realmente acertado, ya que, además, llevamos unos años desarrollando la nueva era denominada de la Tecnología de la Información y Comunicación, lo que hace surgir una “nueva economía” o “economía digital”, que hace que la mayoría de las actividades versen en torno a las nuevas tecnologías, y en consecuencia en torno a la innovación. Así pues, dado que todos los países se encuentran a groso modo, en la misma situación económica, para que uno de estos destaque por encima de los otros deberá innovar y ofrecer nuevos productos o servicios; por ello, desarrollar I+D en las PYMES, puesto que son las que predominan en cada nación, tendrá efectos positivos sobre la productividad, aumentando, ya no solo el número de bienes y/o servicios que ofrecerán a los consumidores, sino también la calidad de los mismos, ofreciendo mejores prestaciones, lo que en consecuencia aportará más valor a quienes lo adquieran.