“Estudios de Génesis”Ps Alex Donnelly

GÉNESIS 25

Introducción

A pesar de que Jacob no es un personaje tan conocido como Abraham, es más complejo e interesante para estudiar. Al igual que su abuelo Abraham, Jacob tuvo que crecer y madurar en su fe. Este proceso no fue fácil. Al principio Jacob era una persona muy poco agradable; pero al final, aunque imperfecto, se había transformado en una mejor persona. En los siguientes estudios veremos la manera en la que Dios fue moldeando el carácter de este personaje, a quien después nombró: ‘Israel’ (el nombre que se dio al pueblo de Dios en el Antiguo Testamento).

Antes de comenzar este estudio, veamos algunos detalles interesantes acerca de la cronología de los patriarcas. Sus respectivas edades y los momentos más importantes en sus vidas:

LA EDAD DE: Sara Abraham Isaac Esaú/Jacob

INCIDENTE

Nac. de Isaac 90 100 -- --(Gén 21:5)

Muerte de Sara 127 137 37 --(Gén 23:1)

Matrim. de Isaac -- 140 40 --(Gén 25:20)

Nac. de Esaú/Jacob -- 160 60 --(Gén 25:26)

Muerte de Abraham -- 175 75 15(Gén 25:7)

1. EL NACIMIENTO DE ESAÚ Y JACOB (v.21-26)

A veces las personas nacen en un contexto muy interesante, el cual es de gran importancia cuando queremos entender la vida de esa persona. Fue así en el nacimiento de Jacob.

a. La Oración de Isaac (v.21)

Isaac se casó a los 40 años (v.20). Dios había guiado la selección de su esposa (ver Gén 24); por lo tanto, Isaac estaba seguro que casarse con Rebeca, estaba dentro

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de la voluntad de Dios. Sin embargo, después de veinte años de casados, Rebeca no ha concebido aún. La razón era que Rebeca era estéril (v.21). ¡Qué cosas no comentaría la gente – los siervos, los amigos y los vecinos de Abraham e Isaac!

¿Cómo se habrá sentido Abraham, viendo todo esto? Ya tenía más de 150 años de edad, y aun no le había nacido un nieto – un bebé en quien se iba a cumplir la promesa de Dios de dar una descendencia numerosa. Las dificultades se presentaban una tras otras, primero con Sara, y luego con Rebeca. En otras personas la duda se habría sembrado y echado raíces profundas, desconfiando de la promesa de Dios. Podemos imaginarnos a Abraham aconsejando a Isaac, animándolo a confiar en Dios. Él tuvo que esperar tantos años por Isaac.

Aunque Moisés no lo menciona explícitamente, se supone que Abraham oró mucho por Sara, pidiendo a Dios que le concediera un hijo. Isaac hizo lo mismo (v.21). Al orar por ella, Isaac nos enseña dos cosas:

i. El esposo es responsable de la esposa, y no debe dejarla sola, en momentos difíciles.

ii. El esposo es el ‘sacerdote’ para su esposa. Debe llevar sus necesidades ante el Señor.

Es hermoso leer lo que pasó, como consecuencia de la oración de Isaac. La Biblia dice: “lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca…” (v.21)

b. La Consulta de Rebeca (v.22-23)

¿Cómo era la vida espiritual de Rebeca? Recordemos que ella no gozó de una crianza espiritual. ¡Su trasfondo fue muy diferente al de Isaac! Más adelante, veremos como Rebeca enseñó a Jacob a engañar, a mentir y a robar. Ella tuvo padres inconversos, y trajo a la familia de Isaac valores del ‘mundo’.

Sin embargo, Dios escuchó la oración de Isaac, y Rebeca concibió (v.21b). Pero un nuevo problema surgió. Durante el embarazo hubo una gran lucha entre los dos bebes (v.22). La palabra en hebreo es fuerte1; indica una lucha violenta. Esta pugna entre sus bebés, al parecer, afectó mucho a Receba. Por eso exclamó, “Si es así, ¿para qué vivo yo?” (v.22).

En esa situación, Rebeca acudió a Dios (v.22b). Esto indica que al menos había conciencia de Dios en ella. Los veinte años con Isaac (y con Abraham), no fueron vanos. Dios, en Su gracia, le contestó personalmente, con las palabras que leemos en el v.23. La respuesta de Dios anunciaba a Rebeca cuál sería el futuro de sus dos hijos:

i. Ambos hijos iban a ser ancestros de dos naciones (“Dos naciones hay en tu seno”).

ii. Ellos estarían en discordia constante, y sus destinos serían muy diferentes (“Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas”).

iii. El hijo menor sería el vencedor (“Y el mayor servirá al menor”).

1 Se usa en textos tales como Juec 9:53 (“le rompió el cráneo”) y Sal 74:14 (“Magullaste las cabezas del leviatán”).

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Ella no lo sabía aún, pero el menor iba a ser JACOB.

c. El Momento del Parto (v.24-26)

El parto es un momento emocionante para toda mujer; especialmente el primero. Este parto fue aún más dramático y emocionante de lo normal.

i. Nacieron Mellizos (v.24)

Aunque la RV traduce, “gemelos”, hay que recordar que no fueron idénticos (ver v.25); por lo tanto, sería mejor traducir, ‘mellizos’. Teológicamente, el hecho de ser mellizos es muy importante, como Pablo nota en Rom 9:10-13. Ambos tuvieron las mismas oportunidades, pero sus destinos fueron muy diferentes. ¿Por qué? Porque así era el propósito de Dios para sus vidas.

ii. El primero en nacer fue ESAÚ (v.25).

Él fue le primogénito. Nació “rubio, y…todo velludo”. A pesar de ser el primogénito, Esaú no heredó las promesas que Dios hizo a Abraham. Al pasar por alto al primogénito (cosa que ocurrió en repetidas oportunidades, a través de la Biblia), Dios estaba indicando que para Él, los méritos humanos no son importantes. En realidad, muchas veces los méritos humanos se convierten en defectos de las personas, resultando ser rechazados por Dios.

iii. Segundo nació JACOB (v.26).

Inmediatamente después del nacimiento de Esaú, nació Jacob. Nació con una inusual particularidad, con su mano trabada en el del “calcañar” de Esaú (eso es, de su talón). Por la forma en que nació, se le dio el nombre de “ Jacob”, que significa "el que suplanta" (ver Gén 27:36). Jacob nació luchando, y vivió luchando (Gén 32:28). ¡Era parte de su temperamento! Sin embargo, Dios ya había decidido que él sea el heredero de las promesas de Dios a Abraham.

2. ESAÚ VENDE SU PRIMOGENITURA (v.27-34)

Moisés deja en silencio los detalles de la infancia de estas dos personas. Simplemente dice, “crecieron los niños”, y luego pasa al tiempo en que eran jóvenes adultos. El primer relato de sus vidas tiene que ver con el episodio triste de la venta de la primogenitura. En ese relato, tanto Esaú como Jacob actúan mal.

Veamos los detalles:

a. Dos Personajes Muy Diferentes (v.27)

Aunque Esaú y Jacob nacieron de los mismos padres, y en el mismo momento, sus personalidades y destinos fueron muy diferentes. Eso nos enseña claramente cuán equívoco es creer en la influencia de los signos zodiacos. El que determina nuestra personalidad y destino, no son los astros sino su Creador.

i. Esaú fue un cazador, vivía en el campo, y era un hombre de ACCIÓN (v.27a).

ii. Jacob fue un hombre quieto; su ámbito preferido fue el hogar. Quizá, en un

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principio, fue un hombre un poco perezoso y apático (v.27b).

De los dos, Esaú parecía ser la persona más indicada para heredar las promesas de Dios (humanamente hablando)

b. La Relación Entre Padres e Hijos (v.28)

Antes de entrar en los detalles, valdría la pena preguntar: ¿se acordarían Rebeca e Isaac del oráculo de Dios (v.23)? ¿Lo habrían tomado en cuenta, al establecer su preferencia por uno de sus hijos?

i. Isaac amaba más a Esaú, pero por una razón muy humana (v.28a). ii. Rebeca amaba más a Jacob; al parecer, no era por la palabra profética, sino simplemente porque pasaba más tiempo con ella en casa.

Cada hijo creció siendo el favorito de uno de los padres, y sin la corrección necesaria en su crianza.

LECCIÓN: Es un riesgo tener preferencia por algún hijo. Si no lo disciplinamos bien, le podemos hacer mucho daño.

En vez de reducir las tensiones entre los hijos, el favoritismo de parte de cada padre aumentó las tensiones entre Esaú y Jacob.

c. La Venta de la Primogenitura (v.29-34)

Este relato es muy interesante, porque demuestra el carácter de ambos hijos.

i. ESAÚ - un hombre carnal; motivado por los deseos carnales; viviendo para el momento, y no tomando en cuenta el futuro.

ii. JACOB - un hombre aprovechador y egoísta; en vez de darle un plato de comida a su hermano, buscó sacar provecho de la necesidad de Esaú.

¡Los dos actuaron mal!

Esaú: por no valorar su primogenitura (v.34b); ver Heb 12:16,17. Jacob: por no confiar en Dios, y esperar que Él obre.Si Dios había hecho la promesa (v.23), entonces Jacob no tenía por qué estafar a su hermano para quitarle el título.

MEDITAR: Si los dos hermanos eran igualmente malos, ¿sobre qué se basó Dios para escoger a uno sobre el otro (ver Rom 9:11)?

Conclusión

Al parecer, Jacob se limitó a satisfacer las necesidades materiales de sus hijos. Olvidó que lo más importante era lo espiritual - toda esa riqueza espiritual que heredó de su padre Abraham. Podemos meditar en lo importante que es que los padres trasmitan a sus hijos valores espirituales.

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