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Excesos sin castigo

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El rastro ambiental de las industrias extractivas en el Perú

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EXCESOS SIN CASTIGO EL RASTRO AMBIENTAL DE LAS INDUSTRIAS EXTRACTIVAS EN EL PERÚ

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Excesos sin castigo

EL RASTRO AMBIENTAL DE LAS INDUSTRIAS EXTRACTIVAS EN EL PERÚ

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Directora: Milagros Salazar. Coordinación: Gabriela Flores y Aramís CastroReporteros y analistas de datos: Aramís Castro, Gabriela Flores, Ghiovani Hinojosa, Andy Livise, Milton López, Milagros Salazar y Esteban Valle-Riestra.Diseño y diagramación: Paul Gibson.

Agradecemos a quienes aportaron con sus conoci-mientos, comentarios y esfuerzo en esta serie de reportajes. Detrás de cada historia, hay un equipo de colaboradores y voluntarios que se han unido a Convoca para brindar información de calidad a los

ciudadanos: desarrolladores, infografistas, ingenieros de siste-mas, ingenieros ambientales, estudiantes de periodismo y profe-sionales de diversas especialidades. Un agradecimiento especial al diario La República que ha cedido a Convoca los derechos de publicación de las fotografías principales que acompañan estos reportajes y que, además, es un medio que reproduce nuestras investigaciones en forma permanente en su edición impresa y di-gital; también al equipo de Derecho, Ambiente y Recursos Na-turales (DAR), a Iván Lanegra por sus comentarios agudos y sus sugerencias permanentes y a Patricia Urteaga por el texto de pre-sentación de este libro electrónico que nos alienta a seguir ade-lante. Ella ha logrado resumir de manera precisa los hallazgos de esta serie investigativa y el aporte que intentamos hacer en cada reportaje para servir mejor a la sociedad. Nuestra gratitud since-ra a toda nuestra comunidad de lectores.

Convoca es un medio digital de periodismo de investigación y aná-lisis de datos que une lo mejor de la tradición del oficio, el reporteo permanente, y la tecnología para investigar las redes del poder y la corrupción que afecta la vida de los ciudadanos.

Índice Presentación .....................................................................................................................................4

Revelaciones a tajo abierto ........................................................................................................6

Minería: Cicatrices ambientales a gran escala ................................................................11

El círculo minero de la infracción ...................................................................................12

La tarifa plana de la gran minería ..................................................................................22

S/. 30 millones que no cobró el gobierno en multas mineras ............................30

La bomba que hizo explotar Tía María ........................................................................36

Hidrocarburos: Los papeles ocultos de la Amazonía ...................................................43

Las huellas del petróleo que intentaron esconder .................................................44

La ayuda millonaria del Grupo Banco Mundial a empresas infractoras ..............50

Conflictos de interés y puertas giratorias ..........................................................................59

Estrategia corporativa ........................................................................................................60

14 años más de contaminación para La Oroya .........................................................66

Hallazgos .........................................................................................................................................73

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Convoca agrupa a jóvenes periodistas comprometidos y ri-gurosos académicamente alrededor de una misión: cau-telar la democracia, los derechos humanos y el desarrollo sostenible. Esta misión los ha llevado a investigar casos relacionados con las industrias extractivas que son signi-ficativos en un contexto de 200 conflictos socio-ambien-

tales y más de 60 muertos por reclamar contra esta situación. En sus pri-meros ocho meses de vida, cuenta con una serie de investigaciones bien documentadas que describe la historia del poder en el Perú.

El trabajo de Convoca abarca un período de tiempo bastante amplio que, en algunos casos, incluye tres períodos de gobierno. Tres gobiernos que no cobraron, redujeron o suspendieron las multas reconocidas en la legisla-ción por actos probados de contaminación. Cien procesos sancionadores que beneficiaron económicamente a empresas concretas cuyas operaciones contaminaron la naturaleza en zonas donde habita gente de carne y hueso. Los perdedores: el Estado y las personas que habitan en las regiones donde operan dichas empresas. No se trata entonces solo de acciones aisladas de transgresiones al medio ambiente, sino de prácticas sistemáticas de conta-minación y un sistema establecido por el Estado orientado hacia una mal-entendida protección de la inversión de las industrias extractivas.

Lo interesante del trabajo que desarrolla Convoca es que revela un entra-mado de relaciones ocultas que actúan no solo al filo de la legalidad sino también con base en redes subrepticias cuyas acciones buscan la impuni-dad y el beneficio propio. Desde una política de fiscalización ambiental que revela el carácter capturado del Estado, hasta la identificación de los seres humanos que lamentablemente son las víctimas concretas de estas políti-cas, las investigaciones de Convoca señalan con evidencias y un paciente y riguroso análisis de los datos, diversos casos en los que los poderes público y privado se confunden en irresponsable contubernio, con consecuencias

funestas no sólo para la naturaleza sino también para los seres humanos que la habitan.

El develamiento de la información y el desafío de su carácter oculto es per se una acción democrática de Convoca. Leyes, resoluciones y otras normas hechas ad-hoc por los poderes del Estado para beneficiar a empresas de las industrias extractivas, y que expresan los ingresos que el Estado deja de ganar gracias a estos paquetes normativos ambientales mientras el medio ambiente sigue deteriorándose por acciones comprobadamente degradan-tes. Millonarias multas por transgresiones ambientales se filtran y termi-nan disolviéndose entre documentos probatorios que se pierden y resolu-ciones que benefician a empresas concretas. Leyes y normas que expresan la claudicación del rol de garante del medio ambiente que el Estado debería cumplir. Convoca pone al servicio del público información valiosa para los seres humanos que son las víctimas de estas políticas. Cuántas personas que sufren las consecuencias de la contaminación minera y de hidrocar-buros en más de 21 regiones del país pueden acceder, a partir del trabajo de Convoca, a datos concretos y análisis que sostienen lo que ellos vienen demandando ante los oídos sordos del Estado, el Gobierno y la administra-ción pública. Estos datos muchas veces se encuentran en los mismos expe-dientes de los sectores que Convoca ha investigado, ocultos entre miles de páginas que contienen la evidencia de la trasgresión y que ahora conoce-mos gracias al trabajo de estos jóvenes periodistas de investigación.

Convoca nos ayuda a comprender el obscuro entramado y las dimensio-nes de fenómenos complejos y muchas veces inasibles, como la corrupción, pero también nos muestra que asumir como naturales tales fenómenos tie-ne altísimos costos para el país. Pero sobre todo tiene altísimos costos para las personas más vulnerables como los pueblos y comunidades indígenas del río Corrientes y/o las comunidades y poblaciones de Cerro de Pasco que sufren en carne propia las consecuencias de una multa no pagada al Esta-do por contaminar las aguas de un río, una laguna o un bosque. Gracias a Convoca por este trabajo riguroso y comprometido con la salud y la vida de la población y del medio ambiente, que nos muestra los verdaderos valores que el Estado debería proteger.

Patricia Urteaga - PhDDocente de Derecho en la Pontificia Universidad Católica del Perú

Lima, octubre 2015

Presentación

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Revelaciones a tajo abierto Como resultado de más de cien pedidos de información al Estado, se construyó una base de datos inédita para conocer quién es quién en las industrias extractivas en el Perú

–por milagros salazar*–

El Perú es un territorio esencialmente minero: el quinto productor de oro del mundo, el segundo de plata, el tercero de cobre y zinc y el cuarto de plomo. Las ganancias millonar-ias, los principales ingresos para

el país y el mayor número de conflictos sociales y niveles de contaminación también se generan alrededor de esta actividad extractiva que opera mayoritariamente a tajo abier-to en las cabeceras de las cuen-cas de los ríos que abastecen de agua al país.

Apenas doce empresas de la gran minería lograron gene-rar cerca de 57 mil millones de dólares de utilidades netas entre 2008 y 2014, lo que su-pera en 20 por ciento el pre-supuesto público para más de 30 millones de peruanos en 2015. Aunque, entre 2012 y 2013, hubo una caída del precio internacional de los metales, las ganancias acumuladas son indis-cutibles.

La minería es uno de los sectores más regulados

del país debido a su importancia económica, pero a la vez adolece de una fiscalización eficaz para evitar los daños potencialmente peligrosos para el medio ambiente y la salud pública. La minería ilegal genera condenables y graves daños en suelos, ríos y bosques en un mundo de informalidad de pequeña y mediana

escala, pero al mismo tiempo un grupo de empresas de la gran minería lo hace valién-dose de las propias normas, de abogados y técnicos que van y vienen entre el sector público y privado, y ante los ojos de inspectores contrata-dos por el Estado.

Desde que en julio de 2014, el gobierno del presidente Ollanta Humala promulgó la polémica ley 30230, que con-geló y redujo las multas a las industrias extractivas para re-emplazarlas por medidas co-

rrectivas, se ha especulado mucho sobre la situación de la supervisión al medio ambiente y su impacto en la población. Por ello, el equipo de reporteros y ana-listas de datos Convoca, analizó un registro completo con más de mil 200 procesos sancionadores abiertos

por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Am-biental (OEFA) a empresas del sector minero, hidro-carburos, electricidad y pesca entre 2010 y 2014. De este universo, más de la mitad corresponde a com-pañías mineras, seguidas por las empresas del sector hidrocarburos. Debido a la predominancia de estas actividades en el resultado del análisis inicial, Con-voca se centró en la primera etapa de su serie inves-tigativa ‘Excesos sin castigo’ en estos sectores.

RED DE FUENTESPara profundizar en el hallazgo inicial era insu-

ficiente la información que contenía la hoja de cál-culo que está disponible en la página web de OEFA con la lista de los procesos sancionadores. Era fun-damental hurgar en las resoluciones de sanción de cada caso, revisar expedientes completos, acceder

al registro de procesos llevados por las empresas al Poder Judicial, construir un listado de los represen-tantes de las compañías, un registro de los aboga-dos que llevan sus casos, contabilizar las utilidades que generan, analizar las normas del sector de los últimos quince años y acceder a diversas fuentes de información para llevarlas a nuevas hojas de cálcu-lo que permitieran analizar los resultados de ma-nera integral y construir una base de datos inédita sobre las industrias extractivas en el Perú.

Con ese propósito, realizamos más de cien pe-didos de información al Estado a lo largo de cinco meses, lo que complementó de manera contunden-te un trabajo periodístico previo que realicé para IDL-Reporteros en 2010 en el que pude analizar procesos de sanción de varios años atrás cuando Osinergmin aún estaba a cargo de la fiscalización

Complejo Metalúrgico de La Oroya. Foto: Diario La República “LA MINERÍA ILEGAL GENERA CONDENABLES Y GRAVES DAÑOS EN SUELOS, RÍOS Y BOSQUES, PERO AL MISMO TIEMPO UN GRUPO DE EMPRESAS DE LA GRAN MINERÍA LO HACE VALIÉNDOSE DE LAS PROPIAS NORMAS, DE ABOGADOS Y TÉCNICOS QUE VAN Y VIENEN ENTRE EL SECTOR PÚBLICO Y PRIVADO”.

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ambiental. Esto nos permitió tener una fotografía completa del comportamiento de las industrias ex-tractivas en la última década.

Como resultado, logramos identificar cuáles eran las empresas que repetían la misma infracción año tras año y qué vínculos comerciales tenían entre sí,

qué nexos existían entre los representantes de las empresas y algunos inspectores ambientales, cuá-les eran las faltas más recurrentes y el impacto en la vida de los pobladores, qué estudios de abogados defendían sus intereses, entre otros hallazgos que fueron creciendo en el transcurso de los días.

En el proceso, fuimos acumulando cada vez más evidencia no solo con la construcción de las hojas de cálculo sino también con las entrevistas a más de 60 personas, entre autoridades, expertos, pobla-dores. La colaboración de ingenieros ambientales, ingenieros de minas y toxicólogos fue fundamental

para traducir los hallazgos. Así pudimos determi-nar que la ley 30230, que el gobierno de Humala impulsó con la promesa de activar la economía, permitió que el Estado dejara de cobrar entre S/. 20 millones y más de S/.30 millones (10.9 millones de dólares) por congelar y reducir las multas a las

Derrame de petróleo en la Amazonía peruana. Foto: Internet.

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empresas mineras en los primeros nueve meses de aplicación de la norma. En la práctica se trataba de una amnistía ambiental porque se perdonó sancio-nes económicas impuestas por faltas consumadas incluso cuatro años atrás. Varias de las empresas infractoras también han apelado las medidas co-rrectivas que reemplazaron a estas multas. Esto ha puesto en evidencia la manera en que se ha debili-tado la fiscalización ambiental en el país, quiénes han ganado y quiénes han perdido con esta norma.

UN DATO DISPARADOR, UNA HISTORIAPero la indagación periodística superó cualquier

sospecha. En una entrevista con las autoridades del Organismo de Evaluación y Fiscalización Am-biental a mediados de 2014 como parte de la indagación inicial de esta serie de repor-tajes, conocimos que más de mil informes de supervisión ambiental fueron archivados porque las autoridades no iniciaron los procesos sancio-nadores contra las empresas dentro de los cuatro años que exige la ley. Desde entonces, hicimos reiterados pedidos de información hasta descu-brir que las principales fa-vorecidas fueron poderosas compañías del sector hidrocarburos y electricidad, algunas de las cuales están vinculadas a casos de corrupción y a las altas esferas del poder político. Se trataba de más de mil documentos ocultos que fue-ron encarpetados durante los últimos tres gobier-nos y que demostraban que evidencias de graves infracciones ambientales, en varios casos, lograron ser enterradas en las oficinas de los burócratas.

Para determinar qué empresas fueron las favore-cidas con los informes prescritos, qué poblaciones fueron afectadas y en qué gobiernos, construimos un registro a partir de la revisión de cada documento. La información obtenida y sistematizada por Convoca permitió conocer que estas compañías también eran las más infractoras del sector hidrocarburos. En la actualidad, la Contraloría de la República investiga

a las autoridades involucradas en estos hechos pero hasta el momento no ha hecho público sus hallazgos a pesar de la insistencia de este equipo.

Con la investigación, también lanzamos una he-rramienta para los ciudadanos: el Mapa de Infrac-ciones Ambientales que contiene información com-pleta sobre las multas impuestas a las compañías mineras y petroleras; las faltas ambientales y más de dos mil resoluciones de sanción que han sido or-ganizadas para que el lector pueda ubicar por re-giones en qué campamento minero o lote petrolero sucedieron los hechos debido a que pocas veces los pobladores, autoridades e investigadores del inte-rior del país tienen acceso a estos documentos ofi-ciales sobre lo que sucede en sus territorios.

La herramienta irá crecien-do y mejorando a partir de las sugerencias de sus usuarios. La idea es que sirva como punto de encuentro para de-sarrollar más historias de in-terés público. Este mapa es el resultado del esfuerzo de jóvenes estudiantes de perio-dismo, reporteros de investi-gación, analistas de datos y desarrolladores, al igual que este libro electrónico que hoy ustedes pueden explorar y que Patricia Urteaga, desta-

cada docente de la Pontificia Universidad Católica, ha calificado como la descripción bien documenta-da de “la historia del poder en el Perú”.

“Las investigaciones de Convoca señalan con evi-dencias y un paciente y riguroso análisis de los da-tos, diversos casos en los que los poderes público y privado se confunden en irresponsable contuber-nio, con consecuencias funestas no sólo para la na-turaleza sino también para los seres humanos que la habitan”, sostiene Urteaga. Y mientras la leemos, creemos que un periodismo riguroso al servicio de los ciudadanos es posible.

* Este artículo fue publicado inicialmente el 26 de marzo de

2015 en Convoca con el primer reportaje de la serie investigativa

y ha sido actualizado para la edición de este libro.

“HICIMOS REITERADOS PEDIDOS DE INFORMACIÓN HASTA DESCUBRIR QUE LAS PRINCIPALES FAVORECIDAS FUERON PODEROSAS COMPAÑÍAS DEL SECTOR HIDROCARBUROS Y ELECTRICIDAD, ALGUNAS DE LAS CUALES ESTÁN VINCULADAS A CASOS DE CORRUPCIÓN Y A LAS ALTAS ESFERAS DEL PODER POLÍTICO”.

Minería: Cicatrices ambientales a gran escala

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El círculo minero de la infracción

–por milagros salazar, esteban valle-riestra y aramís castro*–

En el Perú, las sucesivas infracciones ambientales de la gran minería que dejan cicatrices en suelos, ríos y lagunas, pocas veces salen a la luz. Convoca construyó un registro completo de las faltas cometidas por las empresas, las inspecciones y personajes del sector a partir de centenares de datos. El cruce de información, la revisión de más de mil documentos y entrevistas a expertos, reveló que la mayoría de empresas que lidera el ranking de las más multadas cometieron la misma falta una y otra vez, prefirieron apelar ante la última instancia del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) y emprender una batalla legal con la ayuda de prestigiosos estudios de abogados. Varias de estas compañías tienen conexiones empresariales, y por lo menos una de ellas, está relacionada con las sonadas cuentas del HSBC de Suiza. ¿Cuántas veces debe repetirse la misma infracción para que una vida tenga más valor que un mineral?

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A más de 4 mil 300 metros so-bre el nivel del mar, en la ciu-dad de Cerro de Pasco, el frío afilado no solo atraviesa los huesos, también existe un tajo cien veces más grande que la

Plaza de Armas de la capital del Perú, que parte en dos la vida de unos 60 mil pobladores. El tajo ‘Raúl Rojas’ se fue abriendo desde los años 50 a costa de desaparecer las viviendas aledañas de los distritos Chaupimarca, Simón Bolívar y Yanacancha, al com-pás de camiones que transportan toneladas de zinc, plata y plomo sobre ruedas de tres metros de alto. Se desplazan como elefantes siguiendo el trayecto de un serpentín desde el fondo del tajo hasta la su-perficie, una subida que equivale a 190 pisos de un edificio, casi el doble de altura de las desaparecidas Torres Gemelas de Nueva York. A más mineral en el fondo del tajo, esta enorme boca crece y devora una casa, una calle, parte de una plazuela, un vecindario entero.

“Imagínate si abrieran un gran tajo en la Plaza de Armas de Lima, que crece tanto que se vuela parte de la avenida Tacna que te permite llegar ahí. Tiem-po después, desaparece la avenida Abancay y deja aislada tu casa. ¿Cómo demonios vas a pasar?”, in-crepa el ingeniero ambiental Armando Aramayo, profesor de la Universidad Agraria La Molina que ha visitado Cerro de Pasco de-cenas de veces para investigar el impacto en esta ciudad don-de se practica la minería desde hace más de un siglo. Aramayo sabe que “es un lugar donde la gente no es muy feliz”.

La explotación del tajo está en manos de la minera perua-na Volcan desde 1999, la cuarta productora de zinc y plata en el mundo. Tuvo como principal accionista al multimillonario Roberto “Bobby” Letts Colme-nares, que lideró la empresa hasta su muerte, en abril de 2010, confiando “el manejo de su seguridad” a Ós-car López Meneses, hombre cercano al ex asesor de

Fujimori, Vladimiro Montesinos. Hoy, Volcan, tiene como presidente del directorio a José Enrique Picas-so Salinas, que despacha en Lima, a 180 kilómetros del tajo que devora a Cerro de Pasco, una devasta-ción acaso comparable con la irrupción geográfica de la minería ilegal en los campos de Huepetuhe de Madre de Dios.

Volcan no extrae el mineral ilegalmente pero es la empresa de la gran minería que más incumple las normas ambientales en el Perú según las resolucio-nes de sanción de los organismos reguladores en los últimos ocho años.

“El volumen de las multas es muy alto”, reconoció el jueves 19 de marzo el ministro del Ambiente, Ma-nuel Pulgar Vidal. Pero se quedó corto. De acuerdo con un registro completo de sanciones de los prin-cipales sectores extractivos del país que ha procesa-do el equipo de Convoca, 729 expedientes fueron abiertos por el Organismo de Evaluación y Fiscali-zación Ambiental (OEFA) contra 132 empresas mi-neras desde que asumió esta función sancionadora en julio de 2010 hasta diciembre de 2014. Esto re-presenta el 56 por ciento del total de procesos san-cionadores en minería, hidrocarburos, electricidad y pesca por el potencial daño a ríos, lagunas, suelos, bosques, mar: el patrimonio natural del país.

Los procesos han derivado en multas que supe-ran los 77 millones de dólares, lo que equivale ape-

nas al 0,43 por ciento de los más de 20 mil millones de dólares en utilidades que sumaron las diez principa-les empresas del sector por extraer los minerales del te-rritorio nacional entre 2010 y 2014, a pesar de la caída del precio internacional de los metales. Casi la mitad de las sanciones ha sido lleva-da por las empresas al Po-der Judicial con la ayuda de abogados. La historia que comienza en un tajo abierto en los Andes recorre tam-

bién los bufetes jurídicos más reconocidos del país.El ministro Pulgar Vidal explicó a Convoca que

“VOLCAN NO EXTRAE EL MINERAL ILEGALMENTE PERO ES LA EMPRESA DE LA GRAN MINERÍA QUE MÁS INCUMPLE LAS NORMAS AMBIENTALES EN EL PERÚ, SEGÚN LAS RESOLUCIONES DE SANCIÓN DE LOS ORGANISMOS REGULADORES EN LOS ÚLTIMOS OCHO AÑOS”.

OEFA logró, desde agosto de 2013, que las empre-sas dejaran de congelar las multas en los juzga-dos. Cierto. El ministro firmó el decreto supremo 008 para obligar a las compañías a presentar una carta fianza si deseaban obtener una medida cau-telar que les permitiera detener la sanción.Pero también es verdad que de los más de 35 millones de dólares en multas que las compañías lograron judi-cializar hasta el 10 de setiembre de 2014, más del 80

por ciento del dinero no ha podido ser cobrado. Son por lo menos 248 expedientes que descansan en el escritorio de los jueces desde antes que se aprobara el decreto supremo.

Este comportamiento de las empresas no es aislado.Convoca profundizó su búsqueda a partir del

cruce de datos y el análisis de centenares de resolu-ciones de sanción y expedientes de las mineras con la ayuda de ingenieros ambientales, ingenieros de

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“VOLCAN ENFRENTÓ 60 PROCESOS SANCIONADORES ENTRE 2010 Y 2014 PRINCIPALMENTE POR NO RESPETAR LOS LÍMITES MÁXIMOS PERMITIDOS (LMP) DE AGENTES CONTAMINANTES EN EFLUENTES QUE SALEN DE SUS OPERACIONES Y SON ARROJADOS A RÍOS Y SUELOS”.

minas y toxicólogos. Como resultado, se encontró que las compañías más multadas también son las que repiten una y otra vez las infracciones arrojan-do agentes contaminantes a ríos, lagunas y suelos por encima de lo legalmente permitido; las que más presentan apelaciones para dilatar el proceso en la vía administrativa, las que recurrieron a los juzga-dos para congelar el cobro de las multas, incluso de aquellas faltas que repitieron año tras año. Y tam-bién son las que están conectadas entre sí por vín-culos empresariales

COMPORTAMIENTO TÓXICOLa mitad del número de procesos sancionadores

de la gran minería recae en solo 20 empresas de las 132 infractoras. De este grupo, la mayoría comete graves faltas ambientales de manera reiterada. Vol-can lidera el ranking: el 8 por ciento de los procesos sancionadores en minería corresponde a operacio-nes de esta compañía en las regiones Pasco y Junín, de los cuales el 90 por ciento cuenta con resoluciones firmes del tribunal de OEFA, la última instancia del sistema de sanciones. Entre 2007 y 2010, la empresa también encabeza la relación de las más infractoras.

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Si consideramos las faltas cometidas por otras seis empresas del grupo Volcan como Chungar, Vinchos, Empresa Administradora Cerro, Huascarán, Alpa-marca y Vichaycocha, el porcentaje de este grupo em-presarial crece al 11 por ciento del universo total de infracciones ambientales en minería.

Volcan enfrentó 60 procesos sancionadores entre 2010 y 2014 principalmente por no respetar los lími-tes máximos permitidos (LMP) de agentes contami-nantes en efluentes que salen de sus operaciones y son arrojados a ríos y suelos. Casi todos los expedientes de estas infracciones consideradas como muy graves por

OEFA, terminaron en el Poder Judicial, una fórmula que le permitió a la empresa congelar el cobro del 85 por ciento de las multas valorizadas en más de 4 mi-llones de dólares.

Los parámetros de LMP son como termómetros que sirven para prevenir el potencial daño al medio am-biente y la salud de los pobladores que viven en las zonas aledañas. Pero en el caso de Volcan estos pa-rámetros fueron rebasados largamente en un mis-mo punto de monitoreo de los efluentes de la unidad minera Cerro de Pasco según la resolución 125-2013 del Tribunal de OEFA de junio de 2013.

De acuerdo con este documento, el límite de 2 miligramos por litro de agua (2 mg/l) en hierro fue superado en 149 mil por ciento, la valla de 3 mili-gramos en zinc se saltó en más de 12 mil por cien-to, el parámetro de un miligramo por litro de agua en cobre fue rebasado en más de 10 mil por ciento y el tóxico arsénico en casi 8 mil por ciento. El 0.4 miligramo por litro de agua en plomo, que exige la norma, se superó en 1571 por ciento. No son exce-sos sin consecuencias. Entre marzo y mayo de 2012, la Dirección Regional de Salud de Pasco encontró que 45 por ciento de niños menores de 12 años y madres gestantes examinados superaban el nivel de plomo en la sangre establecido por la Organización Mundial de la Salud. En años anteriores, los análisis fueron igual de preocupantes.

Los excesos contaminantes de Volcan terminaron en el río San Juan. Se repitieron una y otra vez en niveles de concentración de arsénico. En grandes cantidades, este mineral es un veneno para los se-res humanos, altamente cancerígeno y su efecto es silencioso. Nuestro cuerpo no lo puede procesar ni eliminar. Si se arroja arsénico a un río, los peces lo

tragan, lo almacenan con facilidad hasta terminar en un plato de comida. “No se me ocurriría jamás comer pescado en Madre de Dios porque se sabe que las aguas de sus ríos están contaminados por la minería ilegal”, advierte el toxicólogo Raúl Loayza de la Universidad Cayetano Heredia.

Loayza destaca lo públicamente conocido. Es ver-dad, la minería ilegal aniquila grandes extensiones de bosques y lechos de ríos con un gran impacto en la salud que es cada vez más condenado por el Estado. En contraste, las reiteradas infracciones ambienta-les de la gran minería pocas veces son denunciadas por las autoridades con esta misma severidad. Y si los funcionarios salen al frente es porque la infrac-ción cobra los niveles de una catástrofe ambiental o cuando la indignación supera la rentabilidad a cor-to plazo en un país que recibe importantes ingresos por la explotación de minerales.

Este es el caso de Doe Run, la empresa estadou-nidense que provocó la contaminación de plomo en sangre de niños y familias enteras en la ciudad de La Oroya por las operaciones de su fundición en la sierra central del país. En los últimos cuatro años,

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esta compañía enfrentó 20 procesos de sanción que derivaron en multas de más de 8 millones de dóla-res, el monto acumulado más alto del ranking de las compañías infractoras.CONEXIONES

Estas empresas no solo están unidas por prácticas comunes, sino también por intereses empresariales.

Volcan es peruana pero tiene entre sus directo-res a personajes vinculados a mineras trasnaciona-les. Daniel Maté, considerado como uno de los hom-bres más ricos de España según la revista Forbes, es uno de los directores de Volcan y a la vez es un alto funcionario del gigante suizo Glencore que controla el 50 por ciento del mercado mundial de cobre y el 60 por ciento de zinc. Lo acom-pañan en la mesa del directorio Christopher Eskdale, también del grupo Glencore y ex direc-tor de varias empresas mineras internacionales como la suiza Perubar, que ocupa el octavo lugar de las compañías con ma-yor número de procesos. Esta empresa ha llevado al Poder Judicial la mitad de estos casos y ha logrado congelar el cobro de las multas de todos estos ex-pedientes. Glencore tiene como subsidiaria a Los Quenuales, otra infractora que rompe récords.

En el directorio, también destacan miembros de la familia del fallecido ‘Bobby’ Letts, líder por an-tonomasia de Volcan, que permiten entender mejor la forma en que esta empresa hace negocios. En-tre ellos, su sobrina Madeleine Osterling Letts, ex candidata a la alcaldía del distrito de San Isidro por Fuerza Popular, partido liderado por Alberto Fuji-mori desde la cárcel y socia del estudio de abogados Osterling que tiene entre sus principales clientes a Volcan.

En marzo de 2013, Madeleine Osterling se convir-tió en accionista de Greeville Overseas Investment, firma off shore registrada en Islas Vírgenes, jun-to a su tía Irene Letts de Romaña, quien también figura en la lista original que filtró Herve Falciani de los clientes peruanos del HSBC de Suiza y a la que Convoca accedió a través del Consorcio Inter-

nacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y el diario francés Le Monde.

El hijo de Irene Letts, José Luis de Romaña, es el actual vicepresidente de Volcan y director de la minera Castrovirreyna, la quinta empresa más rein-cidente por exceder los límites máximos permitidos de minerales en efluentes.

En supervisiones realizadas entre 2006 y 2010 al campamento minero San Genaro de Castrovirrey-na en Huancavelica, se encontró que efluentes con altos niveles de concentración de minerales descar-gaban directamente a la laguna Orcococha, de la cual dependen más de un centenar de familias ga-naderas. En once inspecciones realizadas a lo largo

de cuatro años, se hallaron niveles de zinc superiores a los 3 miligramos por litro de agua permitidos y en cuatro de las supervisiones por en-cima de 800 por ciento.

El directorio de Castrovi-rreyna decidió a inicios de 2004 la suspensión tempo-ral de esta unidad minera por pérdidas acumuladas en un escenario de caída del precio de los metales, según comunicó a la Bolsa de Va-lores. No lo hizo por sus im-

pactos ambientales.Un informe de octubre de 2014 elaborado por la

empresa norteamericana Global Restoration Foun-dation a pedido de autoridades regionales y del Ministerio del Ambiente, confirmó la presencia de metales pesados en la laguna Orcococha y repor-tó siete sitios con una concentración promedio de zinc que excedió “largamente” el Estándar de Cali-dad Ambiental. Precisamente, ese es el mineral que explotaba esta compañía.

A 15 kilómetros de las operaciones de Castrovi-rreyna, en Huancavelica, se levanta el campamento Huachocolpa Uno, que pertenece a uno de los gru-pos empresariales más importantes del país: Cau-dalosa, de la familia Raffo, con negocios en el sector inmobiliario. Es la cuarta empresa con más sancio-nes por sobrepasar los límites máximos permitidos de manera reiterada: catorce, de las cuales diez fue-

ron paralizadas en el Poder Judicial por más de 2 millones de dólares.

La empresa desató el mayor derrame de desechos mine-ros en junio de 2010 debido a que su producción excedió la capacidad de almacenamien-to del depósito de relaves y no invirtió lo necesario para prevenir el impacto ambien-tal que afectó a 100 kilóme-tros del río Opamayo, del que dependían centenares de fa-milias.

El 26 de junio, al día si-guiente del colapso, la Dirección General de Salud detectó en el Opamayo, cercano a la comunidad de Palcas en Angaraes, cantidades industriales de agentes tóxicos que desencadenaron la muerte de cientos de truchas. La presencia de zinc excedió en 9 mil 752 veces lo establecido como Estándar de Calidad para la vida acuática y en el caso del plo-

mo, en 153 mil 119 veces. El ECA mide la concen-tración del mineral en el mis-mo río, mientras que el límite máximo permisible evalúa los efluentes que salen de las operaciones mineras al me-dio ambiente.

Los inspectores de Osinerg-min evaluaron los excesos de LMP del derrame, en julio de ese año como aparece en la resolución 101-2011/DF-SAI. Encontraron más de 11 mil por ciento de hierro de lo exigido por ley, más de 1700

por ciento en zinc y en arsénico 1000 por ciento. Lo revelador es que en inspecciones realizadas an-tes del derrame, entre 2007 y 2008, Osinergmin encontró excesos de minerales en los efluentes en niveles que incluso superaron los registros del de-rrame ambiental. A pesar de ello, tiempo después se relajaron los controles.

“EN LOS ÚLTIMOS CUATRO AÑOS, DOE RUN ENFRENTÓ 20 PROCESOS DE SANCIÓN QUE DERIVARON EN MULTAS DE MÁS DE 8 MILLONES DE DÓLARES, EL MONTO ACUMULADO MÁS ALTO DEL RANKING DE LAS COMPAÑÍAS INFRACTORAS”.

“OSINERGMIN ENCONTRÓ (EN EL CAMPAMENTO HUACHOCOLPA UNO) EXCESOS DE MINERALES EN LOS EFLUENTES EN NIVELES QUE INCLUSO SUPERARON LOS REGISTROS DEL DERRAME AMBIENTAL”.

Cabecera de la laguna Orcococha (Huancavelica) donde opera la minera Castrovirreyna. Foto: Pedro Riveros.

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En 2012, OEFA no programó ninguna super-visión en Huachocolpa Uno. A inicios de ese año, la Defensoría del Pueblo alertó que la población de Huachocolpa y Lircay demandaban a Caudalosa la remediación del río Opamayo. El organismo regu-lador tampoco incluyó en su plan la supervisión de la otra unidad minera de la empresa, Arequipa-M, ubicada en la región Áncash, según el registro de inspecciones de OEFA de 2012 al que accedió Con-voca. En diciembre de 2013 y octubre de 2014 se retomaron las supervisiones a las operaciones, pero aún no se conocen los resultados.

Caudalosa ha recurrido a diversos mecanismos lega-les para evadir sus respon-sabilidades. En los días del derrame cuestionó las com-petencias fiscalizadoras de la Autoridad Nacional del Agua con el asesoramiento del abo-gado Marco Antonio Rivera Noya, del estudio Osterling, precisamente el bufete jurí-dico estrechamente vincula-do a Volcan.

LUCES Y SOMBRASNadie imaginaría que desde una oficina que pro-

voca quedarse por la calidez de sus paredes llenas de cuadros coloridos de la mitología amazónica de Bendayán y las ilustraciones en blanco y negro de hechos históricos y personajes de Fernando Bryce, se toman las decisiones de la segunda empresa más infractora por exceso de minerales en efluentes: Ares, del grupo Hochschild.

Ares tiene 24 sanciones firmes de OEFA como consecuencia de inspecciones continuas realizadas entre 2006 y 2010. El campamen-to minero con más infraccio-nes es Sipán, en Cajamarca, que se encuentra en etapa de cierre y que fue denunciado por las comunidades Pam-pa Cuyoc y San Antonio de Ojos por no remediar las ci-catrices ambientales dejadas. Precisamente, el 28 de enero de 2014 la empresa fue san-cionada por OEFA con 301 UIT (405 mil dólares) por no cumplir con los compromisos

“LA MITAD DEL NÚMERO DE PROCESOS SANCIONADORES DE LA GRAN MINERÍA RECAE EN SOLO VEINTE EMPRESAS DE LAS 132 INFRACTORAS. DE ESTE GRUPO, LA MAYORÍA COMETE GRAVES FALTAS AMBIENTALES DE MANERA REITERADA”.

que asumió en su plan de cierre. La falta fue hallada en diciembre del 2009, casi cuatro años antes.

“Hemos tenido algunos casos de excesos en los lí-mites máximos permisibles, pero son muy puntua-les”, comentó Ivan Vexler, gerente de medio ambiente de Ares. Según el vocero, la mayor parte de las obser-vaciones de OEFA son por temas de “cultura”. Vexler lo traduce como la falta de conciencia ambiental de los trabajadores de la empre-sa que no les permite seguir el tratamiento de desechos a pesar de contar con la in-fraestructura necesaria, una actitud que, en sus palabras, se compararía con tirar la basura en la calle a pesar de tener al frente un basurero.

La minera japonesa San-ta Luisa le sigue a Ares en la lista. La diferencia es que esta compañía prefirió pagar sus multas y no con-gelarlas en el Poder Judicial. Santa Luisa pertenece a Mitsui Mining & Smelting Co. Ltd., el principal productor de zinc en Japón.

En contraste, la Compañía Minera Aurífera San-ta Rosa (Comarsa) de la familia Sánchez Paredes, investigada por narcotráfico y lavado de dinero, es una de las empresas que prefirió llevar a los juzga-dos casi todas sus sanciones por exceso de límites permitidos: diez de once expedientes con multas que OEFA no puede cobrar.

Algo similar sucede con Buenaventura, del me-diático empresario peruano Roque Benavides, que ha preferido iniciar una batalla legal contra diez resoluciones de OEFA, de las cuales ha detenido nueve por un monto de más de 700 mil dólares. Buenaventura también es dueña de El Brocal que figura entre las más infractoras, y es accionista de Yanacocha, la aurífera más importante de América de Sur, que es una de las veinte más multadas.

En los últimos cuatro años, Buenaventura acu-muló más de un millón de dólares en multas y fue

incluida en el Registro de Infractores Ambienta-les por repertir la misma falta en menos de dos años. Pero eso no le ha impedido a que aparezca en forma simultánea, en el Registro de Buenas Prácti-

cas Ambientales de OEFA. ¿Cómo se entiende este do-ble estándar?

Desde el 23 de febre-ro, Convoca solicitó de manera reiterada entrevis-tas con los representantes de Buenaventura, Volcan, Caudalosa, Castrovirreyna y Ares para conocer por qué repiten las infracciones año tras año. Pero solo los voce-ros de Ares aceptaron dar su versión en una entrevis-ta el último 17 de marzo.

En los descargos que las empresas presentan a OEFA, estas argumentan que no se les puede atribuir ningún daño ambiental por

exceder los parámetros de minerales, así desembo-quen sus afluentes en cantidades industriales y re-petidas veces en ríos, suelos y lagunas como se ha demostrado en este reportaje. Ellos consideran que debe probarse el daño.

Convoca insistió con OEFA para conocer si apli-có en estos casos el incremento de sanción por rein-cidencia. Pero el organismo regulador nunca preci-só esta información. En una respuesta enviada por escrito en noviembre último, aseguró que hacen evaluaciones “a nivel casuístico”.

* Este reportaje contó con la colaboración de Carlos Braca-

monte y consideró los aportes de los periodistas de investigación

Gustavo Gorriti, director de IDL - Reporteros y Giannina Segni-

ni, profesora de la Universidad de Columbia.

Portada: Tajo ‘Raúl Rojas’ en Cerro de Pasco. Foto: ONG Source International.Publicado el 25 de marzo de 2015

Ver aquí: http://goo.gl/y6BHfs

Mina San Genaro de la compañía Castrovirreyna en Huancavelica. Foto: Panoramio.

“DE LOS MÁS DE 35 MILLONES DE DÓLARES EN MULTAS QUE LAS COMPAÑÍAS LOGRARON JUDICIALIZAR HASTA EL 10 DE SETIEMBRE DE 2014, MÁS DEL 80% DEL DINERO NO HA PODIDO SER COBRADO. SON POR LO MENOS 248 EXPEDIENTES QUE DESCANSAN EN EL ESCRITORIO DE LOS JUECES DESDE ANTES QUE SE APROBARA EL DECRETO SUPREMO “.

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La tarifa plana de la gran minería

Mientras en los alrededores de los campamentos mineros crece la desconfianza, al interior de las operaciones de decenas de estas compañías, existe otra disputa de fondo: obtener la máxima rentabilidad económica o proteger el medio ambiente. En esta nueva entrega de la serie ‘Excesos sin castigo’, Convoca encontró en cientos de páginas de resoluciones de sanción del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) que aquellas empresas que excedieron de manera reiterada los parámetros legalmente permitidos de minerales en efluentes arrojados a ríos y suelos, tuvieron la misma multa fija y que, a pesar de ello, llevaron más de la mitad de estos procesos al Poder Judicial para evitar pagar al Estado. Hace tres semanas, OEFA reinició el cobro de las multas judicializadas sin medidas cautelares, pero el gremio minero consideró que este hecho atropellaba la Constitución y espantaba las inversiones. Lo que nadie dijo es que durante casi quince años ha sido más fácil para las empresas enfrentar una multa fija por infracciones ambientales, entrampadas en la mayoría de casos en los juzgados, que mejorar procesos productivos que eviten el potencial impacto al medio ambiente y la salud de los pobladores.

–por aramís castro, milagros salazar y esteban valle-riestra–

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D esde una computadora en Lima, sobrevolamos 175 ki-lómetros hacia el centro del Perú hasta aterrizar con va-rios clicks al campamento minero Cerro de Pasco de la

empresa Volcan. Como el mejor piloto, el ingeniero de minas Roger Rodríguez comanda Google Maps y nos ubica en el tajo ‘Raúl Rojas’ que mide más de un millón de metros cuadrados, casi la tercera parte del Central Park de Nueva York, uno de los parques más grandes del mundo. Luego recorremos el depósito de desechos mineros de Volcan, un gran contenedor de relaves rojizo y verdoso. Alrededor, se observan desde lo alto pequeñas casas como si trataran de piezas de una maqueta gris. Son las viviendas de los pobladores de los distritos de Simón Bolívar, Chau-pimarca y Yanacancha, quienes han convivido con la explotación minera desde la década del 50.

El viaje de imágenes satelitales guiado por este ingeniero a quien llamamos Roger Rodríguez por seguridad, nos permitió recorrer el enclave minero más importante de la empresa que registra el mayor número de multas en el país por arrojar excesos de minerales en suelos, ríos y lagunas y que, además, lo hace de manera reiterada. Volcan cometió esta falta, que es la más repetida en la gran minería, en 48 de los 60 procesos sancionadores abiertos en el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental

(OEFA) hasta diciembre de 2014. Las infracciones fueron detectadas en un promedio de cada dos me-ses y medio en supervisiones realizadas a lo largo de cuatro años, entre 2006 y 2010.

La repetición fue a todo nivel. Solo en el campa-mento minero Cerro de Pasco, los límites permi-tidos por ley fueron rebasados 16 veces. Estas fal-tas se repitieron entre dos y tres oportunidades en siete puntos de control de descargas de efluentes, de acuerdo con un registro elaborado por Convo-ca que analizó los excesos por punto de monitoreo y tipo de mineral de todos los procesos sanciona-dores.

Para darnos una idea, en la resolución de san-ción 019-2013 impuesta a Volcan, se encontraron excesos en la concentración de minerales en cua-tro de los puntos de monitoreo de los efluentes de la mina Cerro de Pasco. En el punto E-5A se halló niveles de exceso que superaron en más de 149 mil por ciento el límite permitido en hierro (dos mi-ligramos por litro), y también en el parámetro de zinc (3 miligramos por litro de agua) que fue reba-sado en 12 mil por ciento (ver infografía).

Este comportamiento reincidente no agravó la sanción. El registro de infracciones ambientales de OEFA hasta diciembre de 2014, mostró que en todos los casos en que se estableció una multa por exceso de límites máximos permisibles, siempre fue de 50 UIT (67 mil dólares) como figura en más de 300 re-

Elaboración: Convoca.

El tajo ‘Raúl Rojas’ de Cerro de Pasco es explotado desde hace más de 100 años. Foto: Ciencia Geográfica

soluciones de la Dirección de Fiscalización, Sanción y Aplicación de Incentivos (DFSAI).

Si se compara esta multa fija de la gran minería con lo que sucede con el negocio del dueño de una bodega, las diferencias son rotundas. Si el propieta-rio de esta tienda no entrega boletas a sus clientes

recibe como castigo de Sunat, entidad recaudadora de impuestos en el Perú, el cierre de su negocio por tres días. Si reitera la misma falta, el cierre del local será por cinco días. A la tercera, el cierre se prolonga por diez días.

La repetición de la falta se sanciona con pérdidas

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económicas para este pequeño comerciante, mien-tras que decenas de compañías mineras que factu-ran millones de dólares han sido multadas con una tarifa plana desde hace casi quince años en aplica-ción de la resolución ministerial 353-2000. Esta norma fue aprobada por el Ministerio de Energía y Minas cuando fiscalizaba a las mineras al mismo tiempo que promovía la inversión de las compañías.

La resolución consideraba un rango de 50 a 600 UIT para sancionar el exceso en las descargas de mi-nerales pero al no estar reglamentada, OEFA siem-pre impuso el menor valor del rango de la multa. En marzo de 2013, el organismo regulador aprobó una nueva metodología para calcular las sanciones de las faltas ambientales, que consideraba el incremen-to en 20 por ciento de los montos calculados por infracciones rein-cidentes.

Ocho meses más tarde, en no-viembre de 2013, el Consejo Di-rectivo de OEFA fijó una nueva escala de sanciones para límites máximos permisibles median-te la resolución 045-2013, que estableció las multas según los porcentajes excedidos. Si una empresa supera los parámetros hasta en 10 por ciento, con esta norma se le debe imponer una multa que varía entre 3 y 300 UIT, equivalentes a 3 mil 900 y 397 mil dólares, respectivamen-te. Si la infractora supera en 200 por ciento el límite exigido, la multa varía de 55 UIT a 5 mil 500 UIT (más de 7 millones de dólares).

Pero nada de esto se ha aplicado. En la práctica, no existe ningún caso en el registro de sanciones de OEFA en el que se haya sancionado a una compañía minera con el incremento de una multa por reincidencia o una multa mayor según el grado de exceso de efluentes mi-neros arrojados a ríos, lagunas y suelos.

En un correo electrónico del 5 de junio, OEFA respondió a Convoca que la ley del procedimien-to administrativo establece que debe aplicarse “las disposiciones sancionadoras vigentes en el momen-to” en que la empresa cometió la falta, salvo que las

normas posteriores “le sean favorables”. Todos los procesos sancionadores registrados hasta marzo de 2015 fueron de infracciones cometidas antes de que entrara en vigencia la nueva escala de multas en enero del año pasado.

Con esta explicación se podría pensar que desde 2014 en adelante se aplicará multas más severas a las empresas infractoras. Pero no será así, al menos no con los últimos cambios legales. La ley 30230 de julio de 2014, que sus críticos llamaron ‘Paquetazo ambiental’, reemplazó las multas en primera instan-cia por medidas correctivas y las redujo a un 50 por ciento.

en el caso de las apelaciones ante el tribunal, como un incentivo para promover la inversión mi-

nera impulsado desde el Ministerio de Economía y Finanzas.

La cuestionada norma puso como excepciones las faltas por reincidencia, las que generen un daño real a la vida y salud de las per-sonas y las actividades que no cuenten con un instru-mento de gestión ambien-tal. Sin embargo, a casi un año de la aprobación de la ley 30230 no existe nin-gún caso en el registro de infracciones en el que se haya incrementado la mul-

ta a una minera por reincidencia o nivel de exceso en los límites máximos permisibles.

El mismo incentivo para la promoción de la inver-sión es el que hoy reclama el gremio minero, desde que a inicios de junio OEFA empezó a exigir a las em-presas, que congelaron sus multas en los juzgados, que presenten sus medidas cautelares como único recurso para dejar de pagar hasta que se apruebe una sentencia firme. El organismo regulador empe-zó a aplicar la ley 30231 que le permitía cobrar las multas entrampadas en el Poder Judicial como par-te de la creación del Fondo de Contingencia de Re-mediación Ambiental.

A setiembre de 2014, el 55 por ciento de las mul-

“EN LA PRÁCTICA, NO EXISTE NINGÚN CASO EN EL REGISTRO DE SANCIONES DE OEFA EN EL QUE SE HAYA SANCIONADO A UNA COMPAÑÍA MINERA CON EL INCREMENTO DE UNA MULTA POR REINCIDENCIA O UNA MULTA MAYOR SEGÚN EL GRADO DE EXCESO DE EFLUENTES MINEROS ARROJADOS A RÍOS, LAGUNAS Y SUELOS”.

tas impuestas con la tarifa plana fueron llevadas por las empresas a los juzgados con la ayuda de estudios de abogados para congelar su cobro a pesar que se trataban de faltas muy graves. Convoca reveló en el reportaje ‘El círculo minero de la infracción’ que esto representaba más de 35 millones de dólares en multas. En el fondo, lo que está en juego es dinero.

MULTA VERSUS INVERSIÓNLos costos para mejorar los procesos de producción

en un campamento minero sobrepasan usualmente el valor de las multas. Cuando las operaciones mineras exceden de manera reiterada los límites permitidos de los efluentes como sucede con decenas de empre-sas mineras, se debe evaluar la construcción de una nueva planta de tratamien-to de agua que demanda una inversión que oscila entre los 500 mil y los 10 millones de dólares, un monto que supera abismalmente los 67 mil dóla-res (50 UIT) de la tarifa plana, aseguraron diversos ingenie-ros ambientales consultados.

A lo largo de esta investi-gación, las autoridades de OEFA han reiterado que su institución está priorizando la prevención antes que la sanción económica por rein-cidencia con el propósito de que las empresas implemen-ten medidas correctivas que protejan el medio ambiente y favorezcan a las po-blaciones locales. Sin embargo, Convoca identificó que el organismo regulador aplicó la nueva meto-dología del cálculo de la multa en dos casos, uno de Volcan y otro de Morococha, en el que mide el po-tencial “daño generado por la empresa” y recomien-da medidas correctivas que resultan insuficientes para que la compañía deje de incurrir en la misma falta, de acuerdo con la evaluación de los ingenieros entrevistados.

En el caso de Volcan, en la resolución de sanción 242-2014 de abril del año pasado, OEFA identificó 19 infracciones “graves y muy graves”, de las cuales

once fueron impuestas por exceso de límites máxi-mos permitidos en diversos agentes contaminantes, entre los que aparece el arsénico con un exceso de 86 por ciento, y que desembocaron en el río San Juan.

A pesar de las infracciones reiteradas de esta com-pañía, OEFA consideró como una de las medidas co-rrectivas que la empresa invierta en el tratamiento de aguas residuales con floculante (una sustancia que permite agrupar las partículas para evitar que el agua continúe turbia y es usada en la limpieza de piscinas), y cal, por un valor de 8 mil 300 dólares (6.17 UIT). Para calcular la inversión, el organismo regulador tomó como referencia un catálogo digital de una co-nocida cadena comercial.

“Para mitigar la falta, se puede hacer una inver-sión en reactivos por 50 mil dólares pero si ya recurriste en la misma infracción varias veces, es mejor pensar en una nueva planta de tratamiento de efluentes. Pero el detalle es que puede llegar a costar 10 millones de dólares”, ex-plicó uno de los ingenieros ambientales entrevistados que prefirió que su nombre se mantenga en reserva en este reportaje porque aún trabaja en una consultora que brinda servicios a la gran minería.

Los expertos aseguraron a Convoca que es necesario imponer una multa lo sufi-

cientemente disuasiva para que la minera no come-ta la misma falta. “Como organismo regulador, ten-go que saber cuánto le costaría a la empresa bajar (los niveles de minerales para respetar los paráme-tros ambientales) de 81 a 1. Yo le tengo que poner la multa cercana a ese valor para que puedan hacer la mejora del proceso. Si pagar la multa es más barato no lo hago”, explicó la ingeniera ambiental Lisveth Flores, coordinadora de la Facultad de Ciencias de la Universidad Agraria La Molina.

Después de la publicación del primer reportaje de esta serie investigativa, nuestro equipo recibió di-versas denuncias de ingenieros ambientales sobre lo

“A SETIEMBRE DE 2014, EL 55 POR CIERTO DE LAS MULTAS IMPUESTAS CON LA TARIFA PLANA FUERON LLEVADAS POR LAS EMPRESAS A LOS JUZGADOS CON LA AYUDA DE ESTUDIOS DE ABOGADOS PARA CONGELAR SU COBRO A PESAR QUE SE TRATABAN DE FALTAS MUY GRAVES (...). EN EL FONDO, LO QUE ESTÁ EN JUEGO ES DINERO”.

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que sucede al interior de los campamentos mineros. “Los que vamos a minas a ver asuntos ambientales somos un estorbo para los mineros y justamente para ellos la producción y gastar menos es lo más importante. El medio ambiente es la última priori-dad”, contó uno de ellos.

Pero lo que ocurre en el interior de una mina o en las oficinas del Estado supera cualquier sospecha. La sanción contra Volcan por las 19 infracciones am-bientales que consideró la resolución 242-2014 en primera instancia, no prosperó. En noviembre últi-mo, el tribunal de OEFA ordenó dejar sin efecto una sanción económica de unos 729 mil dólares (536.68 UIT) en todos los puntos apelados por Volcan en medio de cuestionamientos legales, extravíos de do-

cumentos y un escenario de conflicto de intereses que Convoca identificó luego de la revisión del ex-pediente completo del caso.

REGISTRO DE REINCIDENTESHasta 28 de abril de 2015, OEFA aseguró que se

registraron diez resoluciones de sanción que confir-maron la reincidencia de infracciones ambientales de empresas mineras como Buevanentura, Cerro Verde, Ares, Morococha, Castrovirreyna, Nystar y Chungar. Si bien varias de ellas se encuentran en el ranking que elaboró Convoca sobre las compañías más infractoras y con faltas reiteradas, no aparece la que encabeza la lista: Volcan.

Estas compañías fueron incluidas en el Registro de

Ministro Manuel Pulgar - Vidal, el presidente de OEFA Hugo Gómez y su equipo en conferencia sobre el aporte por regulación. Foto: ConvocaInfractores Ambientales (RINA) de la página web de OEFA en su calidad de reincidentes. El castigo con-siste en permanecer en esta especie de lista negra por 30 días hábiles luego del pago de la multa o del cumplimiento de las medidas correctivas considera-das por el organismo regulador. Si la reincidencia es por segunda vez, el plazo de permanencia se amplía a cuatro años.

Según el correo electrónico enviado por el organismo regulador el 5 de junio a Convoca, los criterios que se tomaron en cuenta para determinar que una empresa minera era reincidente fueron la repetición de la falta y que la infracción antecesora cuente con una sentencia firme aprobada por el Tribunal de OEFA. Si se consi-dera solo estas variables, de los 60 procesos sancio-nadores impuestos a Volcan a diciembre de 2014, 45

podrían considerarse como faltas reiteradas por exce-so de límites máximos permisibles que contaban con sentencias firmes del tribunal, una cifra superior a los diez casos de reincidencia de diversas empresas mine-ras que reportó el organismo regulador.

Sin embargo, si se revisa las normas y se toma en cuenta las resoluciones de los técnicos de OEFA, la aplicación de la reincidencia considera otras variables que obstaculizan su cumplimiento, como el periodo en el que debe fijarse la repetición de la falta. Hasta febre-ro de 2013 se tomaba en cuenta 2 años, luego se amplió a cuatro para imponer una mayor severidad que nunca se pudo aplicar porque el denominado ‘Paquetazo am-biental’ redujo el periodo a solo seis meses, es decir, si una empresa comete la misma falta en un plazo mayor a ese tiempo ya no se le podrá incrementar la multa por reincidencia. No solo eso, el presidente de OEFA Hugo Gómez aseguró a este equipo, en marzo último, que la institución que dirige estaba tomando en cuenta la re-incidencia por tipo de mineral en el mismo punto de monitoreo, una versión que no se incluye en la última respuesta del organismo regulador.

Estas contradicciones se pueden ver en los casos de reincidencia considerados por OEFA. Si bien en la resolución 034-2012 se tomó como antecedente el mismo mineral excedido en el mismo punto de control del campamento minero San Genaro de la empresa Castrovirreyna, para la minera Ares se de-terminó la reincidencia por excesos hallados en dis-tintas unidades mineras.

“La evaluación de la reincidencia es a nivel del ad-ministrado, además de aplicarse de acuerdo a las circunstancias de cada caso en concreto”, respondió OEFA mientras que algunos técnicos encargados de evaluar las resoluciones de sanción, confirmaron en diversas ocasiones que los criterios “no están claros”.

Si no existen criterios claramente definidos, ¿cómo puede garantizarse una sanción drástica para aque-llas compañías que en el campo incumplan sus obli-gaciones ambientales una y otra vez? Sin duda, el tema se vuelve aún más controversial con la ley del ‘Paquetazo ambiental’.

Portada - Ilustración: Convoca. Publicado el 26 de junio de 2015

Ver aquí: http://goo.gl/KyvTue

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Los S/. 30 millones que no cobró el gobierno en multas mineras

–por esteban valle-riestra y aramís castro*–

Ha transcurrido un año desde que se empezó a implementar en Perú la ley 30230 que exoneró a las empresas mineras, en la mayoría de los casos, y en otros, a reducir las multas impuestas por infringir normas ambientales en sus procesos de extracción de minerales del territorio del país. Para promover y agilizar la inversión del sector, el Ejecutivo impulsó esta norma aprobada luego que se incrementaron las multas por graves infracciones ambientales. Después de revelar cuáles son las empresas de la gran minería que incumplen sus obligaciones ambientales de manera reiterada y cómo tres gobiernos beneficiaron durante cerca de una década a la mayoría de estas empresas con una tarifa plana de las multas, esta vez Convoca demuestra que en el último año, el gobierno de Ollanta Humala fijó una especie de amnistía ambiental con la ley 30230: dejó de cobrar hasta 30.9 millones de soles (11 millones de dólares) en multas por infracciones ambientales ratificadas por el tribunal y consentidas por las propias empresas. Conoce a las compañías y a los funcionarios que protagonizan esta nueva entrega de la serie investigativa ‘Excesos sin castigo’ sobre quién es quién en las industrias extractivas.

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J ueves, 3 de julio de 2014. A pocas horas de que el Congreso de la Re-pública aprobara la ley 30230, el presidente Ollanta Humala defen-día, entre eufemismos y titubeos, esta norma que redujo y suspendió

el cobro de las multas de las industrias extractivas: “Hemos respetado las multas que puede asignar la OEFA [sic]. Lo que estamos haciendo es darle gra-dualidad, de tal manera que puedan ser realistas”, respondió incómodo a la prensa en un enlace en vivo desde Palacio de Gobierno.

Lo que él llamo “gradualidad” a cambio de prometer que las in-versiones de las empresas favo-recidas incrementen entre 1 a 1.5 puntos porcentuales el PBI, en la práctica significaba una amnistía durante tres años a un grupo de empresas que incumplieron sus obligaciones ambientales y que, en varios casos, han interpuesto reiteradas medidas legales en el Poder Judicial para evitar que el Estado cobre las multas impues-tas (Ver: El círculo minero de la infracción).

A un año de la aplicación de esta norma presentada al Con-greso por el Ministerio de Eco-nomía y Finanzas, Convoca revela los hallazgos de la cons-trucción de un registro de más de cien procesos sancionadores para determinar qué empresas mineras se beneficiaron con la suspensión del cobro de las mul-tas, entre julio de 2014 y marzo de 2015. El aná-lisis se realizó a partir de las resoluciones de san-ción del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA).

AMNISTÍA MINERAEl 80 por ciento de los procesos correspondie-

ron a infracciones detectadas entre 2010 y 2011, es decir hasta cuatro años antes de que se aplicara la ley 30230, que terminó suspendiendo la multa

a pesar que en varios casos se trataron de infrac-ciones graves y muy graves. Con la norma, OEFA reemplazó la sanción económica por medidas co-rrectivas de faltas ya consumadas.

La ley permitió que los procesos evaluados en la Dirección de Fiscalización, Sanción y Aplicación de Incentivos (DFSAI), la primera instancia de OEFA, no terminen en multas para las empresas durante los siguientes tres años y que a cambio se establezcan estas medidas correctivas. En el caso de los procesos que estaban en manos del Tribu-nal, la segunda instancia, las multas disminuye-

ron en 50 por ciento. La ley 30230, que empezó a aplicarse en la quin-cena de julio de 2014, suspendió el incremento de multas escalonadas que OEFA iba empezar a aplicar desde inicios de ese año (Ver: La tarifa plana de la gran mi-nería).

Debido a que la polé-mica norma fue impulsa-da desde Palacio de Go-bierno y el MEF, OEFA defendió la medida pú-blicamente a través de su presidente Hugo Gómez. Y este es el resultado: el organismo regulador dejó de cobrar en san-ciones consentidas por las empresas y ratifica-das por el tribunal hasta 30.9 millones de soles

(10.9 millones de dólares) en multas por 74 proce-sos sancionadores en primera y segunda instancia si se considera el monto máximo de la escala de multas fijadas por los funcionarios de OEFA en las resoluciones de sanción. Si se toma en cuenta el valor mínimo, el monto de las multas suspendidas y reducidas llega a 20 millones 222 mil soles (más de 7 millones de dólares). En este cálculo no se ha incluido una veintena de procesos que aún falta por resolver en el tribunal y que aumentaría la ci-

“DEBIDO A QUE LA POLÉMICA NORMA FUE IMPULSADA DESDE PALACIO DE GOBIERNO Y EL MEF, OEFA DEFENDIÓ LA MEDIDA PÚBLICAMENTE A TRAVÉS DE SU PRESIDENTE HUGO GÓMEZ. Y ESTE ES EL RESULTADO: EL ORGANISMO REGULADOR DEJÓ DE COBRAR EN SANCIONES CONSENTIDAS POR LAS EMPRESAS Y RATIFICADAS POR EL TRIBUNAL HASTA 30.9 MILLONES DE SOLES (10.9 MILLONES DE DÓLARES) EN MULTAS POR 74 PROCESOS SANCIONADORES EN PRIMERA Y SEGUNDA INSTANCIA”.

fra total a 14,5 millones de dólares.De acuerdo con el análisis, en la primera ins-

tancia se dejó de cobrar entre 4.4 y 8.1 millones de dólares en 57 procesos seguidos a 40 mineras mientras que en el tribunal la reducción del 50 por ciento de las multas representó 2.7 millones de dó-lares a favor de 15 empresas. Si se hace una única lista de empresas, sin contar dos veces a aquellas que se beneficiaron en ambas instancias, en total son 49 mineras favorecidas.

De las resoluciones registradas en el tribunal, 38 incluyeron sanciones económicas en las que sí se pudo exigir el cobro total porque eran multas fijas excluidas de la reducción de la ley 30230.

Este es el caso de la falta más recurrente por ex-

ceso de límites máximos permisibles de efluentes mineros arrojados a ríos, lagunas y suelos. A pesar de ello, en 2014 cuando ya empezó a aplicarse la norma, OEFA solo pudo establecer el cobro de 4.4 millones de dólares, lo que representa apenas el 21 por ciento de las multas firmes de OEFA en 2013.

¿Esto tiene algún impacto en la fiscalización am-biental? En OEFA explicaron que el presupuesto de las multas se recauda de manera directa vía el Ban-co de la Nación, precisamente para actividades de supervisión y fiscalización.

El Aporte por Regulación se suponía que iba a significar mayor recaudación para este propósito, pero varias empresas sancionadas han denunciado este pago ante el Poder Judicial e Indecopi.

Operaciones de la minera Morococha (Junín). Foto: David Huamaní - Diario La República

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EL RANKINGEl 65 por ciento de lo que dejó de fijar en multas el

tribunal, corresponde a la multa reducida a una de las empresas más infractoras: Doe Run Perú, la filial nacional fundada por el multimillonario estadou-niEsta compañía que operaba en La Oroya (Junín) está enfrentada al Estado desde hace seis años por el incumplimiento de sus obligaciones ambientales y actualmente se encuentra en proceso de liquida-ción bajo la administración de Profit Consultoría. Aunque su situación es incierta en Perú, en setiem-bre de 2014 se benefició con la reducción de una multa que pasó de tres millones 500 mil dóla-res (2636 UIT) a más de un millón 700 mil dóla-res por infracciones co-metidas en 2010.

Según la resolución del tribunal 009-2014-OEFA, la empresa no cumplió, dentro de los seis meses exigidos, con presentar “las garantías a favor del Ministerio de Energías y Minas que cubran el 100 por ciento del costo del proyec-to” de la planta de ácido sulfúrico y la modificación del circuito de procesamiento de cobre del Comple-jo Metalúrgico La Oroya, que eran indispensables para reducir las emisiones contaminantes de la chi-menea principal de la planta. Convoca insistió en obtener la versión de la empresa en las oficinas que aún tiene en Lima y en La Oroya, pero hasta el cie-rre de la edición no hubo respuesta.

Doe Run no es la excepción. Lo controversial es que las empresas más sancionadas y reincidentes como Volcan, Buenaventura y Santa Luisa, se han beneficiado con multas congeladas por reiteradas faltas ambientales.

La minera Ares no solo se ubica como la segunda empresa más sancionada por OEFA desde que asu-mió su función fiscalizadora a mediados de 2010. La compañía, que pertenece al Grupo Hochschild, es la minera con mayor número de procesos sancio-nadores con multas firmes suspendidas: seis. Las

sanciones económicas llegan hasta 801 mil dólares.La principal extractora de oro de Sudamérica, Ya-

nacocha, es otra beneficiada por la ley 30230. A mar-zo de 2015, registraba cinco procesos, de los cuales tres fueron exonerados de multas por infracciones detectadas en el campamento Chaupiloma Sur en Ca-jamarca, a una hora de la ciudad capital de la región.

En noviembre de 2014, dos meses después de apro-barse todas resoluciones de sanción en Chaupiloma Sur y luego de las denuncias de la población del case-río San José, OEFA detectó en el mismo campamento minero que “existían filtraciones que eran descarga-

das directamente al sue-lo natural” con niveles de acidez que superaban el parámetro permitido en 200 por ciento. La Dirección de Fiscaliza-ción del organismo re-gulador ordenó que la empresa informe sobre la remediación de las zo-nas impactadas, lo que debía incluir “indefecti-blemente” el monitoreo de suelos y de agua de la

quebrada Quishuar San José y el río Grande. Debido a la ley 30230, no se multó a la minera y a

cambio se le pidió que demuestre la subsanación de las faltas detectadas a pesar que superar el impacto por aguas ácidas puede tomar años, según los inge-nieros ambientales consultados. En una respuesta enviada por correo electrónico a Convoca, Yanaco-cha aseguró que implementó “las acciones correcti-vas puntuales (…) dentro de los plazos de ley”.

APELACIONESDiversas organizaciones de la sociedad civil jun-

to a la Coordinadora Nacional de Derechos Huma-nos, presentaron una demanda de inconstitucional contra la ley 30230 en abril último. Sin embargo, OEFA reivindica el espíritu preventivo de las medi-das correctivas establecidas en la norma y asegura que si una empresa incumple estas recomendacio-nes, se le aplicará una multa coercitiva y además la multa original. Pero aún no ha impuesto ninguna

“DE ACUERDO CON EL ANÁLISIS, EN LA PRIMERA INSTANCIA SE DEJÓ DE COBRAR ENTRE 4.4 Y 8.1 MILLONES DE DÓLARES EN 57 PROCESOS SEGUIDOS A 40 MINERAS, MIENTRAS QUE EN EL TRIBUNAL LA REDUCCIÓN DEL 50 POR CIENTO DE LAS MULTAS REPRESENTÓ 2.7 MILLONES DE DÓLARES A FAVOR DE 15 EMPRESAS”.

de estas sanciones económicas porque, según expli-có en una respuesta enviada a Convoca vía correo electrónico en junio, “los plazos para las medidas correctivas no han vencido, las medidas correctivas han sido impugnadas o se encuentran en evalua-ción a partir de la documentación presentada por

la empresa”.Pero el cambio de multas por me-

didas correctivas tampoco ha dejado conforme a todas las empresas. De 97 resoluciones de sanción en primera instancia a marzo de 2015, 31 fueron apeladas por las compañías al no es-tar de acuerdo con las medidas. Al 21 de julio, siete cumplieron con las recomendaciones, entre ellas la mine-ra Ares y Río Tinto, informó OEFA.

Para los casos de reincidencia, la norma no suspendió el cobro pero sí redujo el periodo en el que debía con-siderarse la repetición de las faltas: de cuatro años pasó a apenas seis me-ses. Hasta marzo no se registró nin-gún caso de multa efectiva por reinci-dencia.

Solo en una resolución de sanción de la minera Morococha, que opera en Junín, OEFA declaró la reinciden-cia, decidió que vaya al Registro de Infractores Ambientales, pero cambió la multa por una medida correctiva. En la Dirección de Fiscalización ex-plicaron que hoy solo aplica la rein-cidencia si las dos infracciones tienen una resolución firme después de en-trar en vigencia la ley 30230. Si una de ellas es firmada antes de la polémi-ca norma, se aplica el borrón y cuenta nueva o lo que el presidente Ollanta Humala prefirió llamar “la gradua-lidad” de las multas cuando decidió impulsar esta controversial norma.

* Este reportaje contó con la colaboración de

Milagros Salazar para el análisis y la verificación

de los datos.

Portada: Complejo Metalúrgico de La Oroya. Foto: Virgilio Grajeda - Diario La República.

Publicado el 02 de agosto de 2015Ver aquí:http://goo.gl/d0PYR6

Elaboración: Wendy Vega

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La bomba que hizo explotar Tía María

–por aramís castro y milagros salazar *–

Desde hace más de dos meses, el proyecto minero Tía María, a cargo de la mexicana Southern Copper que espera invertir mil 400 millones de dólares en la extracción de cobre en la provincia arequipeña de Islay, ha desatado un conflicto con tres muertos y decenas de heridos. A mil kilómetros de la zona en conflicto, descansa en las oficinas del Ministerio de Energía y Minas el documento de 10 mil páginas que genera dudas entre los opositores del proyecto: el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de Tía María. Convoca revisó el expediente de 35 tomos de aprobación del estudio con la ayuda de ingenieros ambientales y confrontó los hallazgos con la consultora Geoservice Ingeniería que fue contratada por Southern para elaborarlo. Como resultado se encontraron graves inconsistencias en el manejo de las aguas y el monitoreo de los impactos, y una historia desconocida entre el Ministerio de Energía y Minas, la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) y Geoservice.

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L a tarde del viernes 15 de mayo, el conflicto Tía María movilizó en cuestión de horas a las autorida-des máximas que debían pronun-ciarse en este escenario de crisis: el presidente Ollanta Humala que

dio un mensaje a la Nación de doce minutos desde Palacio de Gobierno y el presidente de la corpora-ción mexicana Southern Copper, Óscar González Rocha, quien anunció desde Estados Unidos una “pausa” de 60 días para “despejar todas las dudas existentes” sobre este conflicto que en los últimos dos meses registró tres muertos y decenas de heri-dos.

Pero ninguno dio nuevas luces sobre el tema más controversial y postergado del conflicto: el estudio de impacto ambiental que fue aprobado en agosto de 2014 por el Ministerio de Energía y Minas (Mi-nem), y que de su sólida elaboración depende evitar

el potencial daño al medio ambiente y proteger la vida de los pobladores de Islay, en la convulsiona-da Arequipa. Humala insistió en que el proyecto de Southern “cumple con todos los requisitos de ley”, y minutos más tarde, en el pleno del Congreso de la República, el ministro del Ambiente, Manuel Pul-gar – Vidal, aseguró que la empresa levantó las 138 observaciones de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) al primer es-tudio del proyecto, a pedido del Minem.

Con la ayuda de ingenieros ambientales, Con-voca contrastó esta versión oficial con puntos cru-ciales del expediente de 35 tomos del proceso de evaluación del nuevo EIA y encontró detalles hasta ahora no revelados de Tía María, que son puestos sobre la mesa como un primer aporte para el deba-te en estos 60 días de “pausa” del proyecto.

Los nombres de estos especialistas, con gran ex-periencia en la revisión de estudios ambientales, no

Ubicación del proyecto minero Tía María de Southern Copper (Arequipa).Elaboración: Convoca - La República

son consignados en este re-portaje debido a que trabaja-ron en importantes consulto-ras que aún brindan servicios a la gran minería y en orga-nismos reguladores del sec-tor. Sus hallazgos fueron con-frontados con la versión del ingeniero César Rodríguez, jefe del equipo de Geoservice Ingeniería que elaboró el EIA de Tía María para Southern. Revisemos.

PUNTOS CONTROVERSIALESDesde que el 5 de noviembre de 2013, Southern

Perú presentó el nuevo Estudio de Impacto Am-biental (EIA), elaborado por la consultora Geoser-

vice Ingeniería S.A.C., los representantes de la empre-sa se han reunido más de treinta veces con los funcio-narios del Minem en mo-mentos claves del proceso de aprobación del estudio.

Uno de los encuentros más importantes fue el del 3 de febrero de 2014. Ese día, el presidente de Southern, Óscar González Rocha, acu-dió al despacho del enton-ces ministro Jorge Merino acompañado de Hans Flury,

secretario general de Southern y ex ministro del sector. A la semana siguiente, la Dirección General de Asuntos Ambientales Mineros del Minem envió

“LA EVALUACIÓN DEL NUEVO EIA TOMÓ NUEVE MESES, UN AÑO MENOS QUE EL ANTERIOR ESTUDIO. SI ALGO QUEDÓ CLARO FUE EL INTERÉS EN LA APROBACIÓN RÁPIDA DEL EIA A PESAR DEL RECHAZO AL PROYECTO DE UN BLOQUE IMPORTANTE DE LA POBLACIÓN EN AREQUIPA”.

Óscar González Rocha, presidente de Southern Copper. Foto: América Economía.

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a la empresa las observaciones al Estudio de Im-pacto Ambiental.

La evaluación del nuevo EIA tomó nueve meses, un año menos que el anterior estudio. Si algo quedó claro fue el interés en la aprobación rápida del EIA a pesar del rechazo al proyecto de un bloque im-portante de la población en Arequipa. Precisamen-te, los puntos más controversiales del expediente evidencian que los evaluadores del Minem pasaron por alto puntos centrales que ameritaban un aná-lisis detallado y no contra el reloj, para evitar un mal manejo de las aguas y garantizar un monitoreo eficaz de los impactos, de acuerdo con los in-genieros ambientales consultados por Con-voca.

Southern presentó el nuevo EIA inclu-yendo apenas diez carillas para explicar cómo se construiría la planta desalinizadora para tratar el agua de mar y no captar agua del río Tambo, del que dependen los pobla-dores de la zona. Los ingenieros entrevista-dos señalaron que una planta de esta dimen-sión, que además es el tema más sensible del conflicto, requiere que la empresa presente como parte de los anexos del EIA, un Estudio de Factibi-lidad que especifique cómo se procesará el agua de mar. Este documento es clave para que los evalua-dores del ministerio determinen que la planta ten-drá la capacidad para procesar el mineral que se ex-plotará sin que luego la minera use al agua del río.

Los técnicos de la Dirección Ambiental de Asun-tos Ambientales Mineros que evaluaron el EIA con-firmaron a Convoca que la empresa no presentó el Estudio de Factibilidad. El ingeniero Rodríguez de Geoservice, quien estuvo a cargo de la Dirección General de Minería del ministerio hasta agosto de 2006, aseguró que la empresa contrató a otra em-

presa para hacer este tipo de “estudios de ingenie-ría” y que no era necesario presentarlo. “¿Cómo pueden constatar los evaluadores, que lo que dice la empresa sobre el manejo del agua de la planta es verdad, si es que no presenta un estudio detalla-do?”, cuestionaron los ingenieros consultados.

En el informe 155, con fecha 7 de febrero de 2014, la Dirección de Asuntos Ambientales Mineros plan-tea 73 observaciones al nuevo EIA de Tía María en el que solicita a la empresa “aclarar en qué etapa se construirá la planta” pero no exige la presentación del Estudio de Factibilidad a pesar que uno de los

motivos principales por los que se declaró “inadmisible” el pri-mer EIA del proyecto es porque “no se ela-boró sobre la base de un proyecto a nivel de factibilidad”, sino que solo tenía informa-ción descriptiva.

El nuevo estudio de impacto ambiental también indica que Southern incremen-tará la explotación de cobre en 12 millones de toneladas métricas: de 638, 082 millones de toneladas que apa-recía en el primer EIA a 650,760 millones.

Como resultado, también habrá 165 millones de to-neladas adicionales de desechos contaminantes.

Otro punto vinculado a la población es el de las estaciones de monitoreo, que servirán para deter-minar si el polvo mineral generado por la explota-ción de los tajos, afectarán a los cultivos y a la po-blación. El estudio señala que una de las estaciones de control estará ubicada a 5.5 kilómetros del tajo más importante del proyecto, La Tapada, lo que equivale a una distancia similar entre la Plaza de Armas de Lima y el distrito de Pueblo Libre, en lí-nea recta. Esto no permitirá medir con precisión si hay o no contaminación y tampoco fiscalizar los pa-rámetros exigidos por ley.

Guillermo Shinno, viceministro de Minas. Foto: Andina.

Rodríguez admitió en parte este punto, y asegu-ró que el Minem le solicitó que instalara adicional-mente dos estaciones cercanas a los tajos. Con-voca revisó el informe de las observaciones y no encontró esta recomendación.

EL PEDIDO A UNOPS El ingeniero de Geoservice informó que luego de

que Southern presentó al Minem el EIA de Tía Ma-ría en noviembre de 2013, solicitó a UNOPS la re-visión del estudio, pero esta institución respondió que solo podía hacerlo si el Minem se lo pedía debi-do a que brinda servicios al Estado, no a empresas privadas. Rodríguez confirmó que, con el permiso de Southern, trasladó esta inquietud a Edwin Re-gente de la Dirección General de Asuntos Ambien-tales Mineros pero el ministerio “lo dejó ahí”. “Nosotros no podemos intervenir en las decisiones del mi-nisterio. No podemos obligarlo”, dijo el gerente general de Geoser-vice, Miguel de la Torre Sobrevilla.

Convoca pudo conocer que las altas autoridades del ministerio, incluido el viceministro de Minas Guillermo Shinno, sabían del pedi-do de Geoservice, sin embargo el vi-ceministro lo negó en una respues-ta enviada por correo electrónico a través de su Oficina de Imagen Institucional. El entonces ministro Jorge Merino dijo a Convoca que tampoco recordaba esta solicitud. Pero el 11 de diciembre de 2013, precisamente en los días en que Geoservice man-tenía conversaciones con UNOPS, aparece en el re-gistro de visita del Minem, una reunión de Shinno con los funcionarios de esta institución. UNOPS evitó dar su versión.

Este caso tiene dividido al gabinete. Al igual que el premier Pedro Cateriano, el viceministro Shinno ha descartado públicamente la posibilidad de que UNOPS revise el EIA. Pero dentro del Consejo de Ministros hay quienes piensan lo contrario como el titular de Agricultura, Juan Manuel Benites. “Si encontramos algunos espacios que deban ser com-plementados estamos dispuestos como gobierno a

financiar los servicios de un tercero como UNOPS para que la empresa tome esas actividades adicio-nales que podrían derivarse de esos estudios”, dijo Benites en Arequipa.

El ex ministro del Ambiente, Ricardo Giesecke, consideró que esta institución debe corroborar si el nuevo EIA de Southern realmente incluyó las 138 observaciones (o recomendaciones como precisa Geoservice) que efectuó en 2011 ante la exigencia de una revisión independiente.

Tía María está marcado por la desconfianza. Quienes cuestionan el proyecto dudan de lo que se decide en las oficinas del ministerio de Energía y Minas. Existen algunos antecedentes que explican estos temores.

EL CASO GEOSERVICE Seis meses después

que el Ministerio de Energía y Minas re-chazara el primer EIA de Tía María, sucedió un hecho que se man-tuvo en reserva hasta ahora. El 13 de octu-bre de 2011, mediante el informe Nº 1002-2011, la Dirección de Asuntos Ambientales Mineros declaró im-procedente el Estudio de Impacto Ambiental del depósito de relaves de la mina Cobriza de

Doe Run, en Huancavelica, y recomendó un “pro-cedimiento sancionador” contra la consultora que elaboró el estudio por presentar fotografías que no correspondían a la situación real del campamento minero. Se trataba de Geoservice Ingeniería S.A.C, la misma de Tía María.

Doe Run, conocida por sus graves infracciones ambientales en La Oroya, presentó el estudio cuan-do ya había iniciado las obras de construcción de dos depósitos de desechos mineros sin autorización tal como comprobaron en el campo técnicos de la Di-rección General de Minería y pobladores de la zona. Para que Doe Run no sea descubierta en esta ilegali-

“SOUTHERN PRESENTÓ EL NUEVO EIA INCLUYENDO APENAS DIEZ CARILLAS PARA EXPLICAR CÓMO SE CONSTRUIRÍA LA PLANTA DESALINIZADORA PARA TRATAR EL AGUA DE MAR Y NO CAPTAR AGUA DEL RÍO TAMBO, DEL QUE DEPENDEN LOS POBLADORES DE LA ZONA”.

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dad, en el EIA se incluyen fotogra-fías del lugar de fechas anteriores a la construcción de los depósitos.

“Es presumible que el EIA fue elaborado por la empresa consul-tora Geoservice Ingeniería SAC a sabiendas que el proyecto mi-nero se encontraba en ejecución. En la información presentada se habría faltado a la verdad, lo cual constituye un supuesto de infrac-ción sancionable”, señala el infor-me. De acuerdo con la resolución mineral 580-98-EM, que regula la inscripción de las consultoras ambientales en el Minem, una de las causas para “la cancelación definitiva” del registro es “la pre-sentación de información falsa en los EIA”. Pero esto no sucedió con Geoservice.

El viceministro de Minas, Gui-llermo Shinno, dijo a Convo-ca “que la empresa no ha sido sancionada (…) y mantiene su registro habilitado, para que sea contratada por cualquier empre-sa minera”. El gerente general de Geoservice, Miguel de la Torre, aseguró que Doe Run inició la construcción dos meses después que sus técnicos terminaran el tra-bajo de campo para el EIA, y que fueron liberados de cualquier sanción en febrero de 2012 mediante la resolución directoral 064-2012. Sin embargo, el vaivén de información que circuló entre Geoservice y Doe Run durante los días de la construcción ilegal solo ha quedado registrado en los correos electrónicos y documentos de ambas empresas privadas.

Los técnicos del gobierno que evaluaron el con-troversial estudio de Southern también cuentan con antecedentes que merecen conocerse. Dos de ellos dieron su visto bueno a otro EIA que puso en jaque al gobierno de Humala: el de Conga. El ingeniero Walter Alfaro López integró el equipo de la Direc-

ción General de Asuntos Ambientales Mineros que aprobó el estudio de Yanacocha en el Minem y Ri-cardo Baca Rueda fue uno de los especialistas que aprobó en la Autoridad Nacional del Agua el cues-tionado manejo de las lagunas y ríos de Conga.

*Este reportaje contó con la colaboración de Gabriela Flores y

Carla Díaz.

Portada: Enfrentamiento entre manifestantes y la policía en

Cocachacra (Arequipa)

Foto: Miguel Mejía - Diario La República Publicado el 22 de mayo de 2015.

Ver aquí: http://goo.gl/7FUAWH

Elaboración: Wendy Vega

Hidrocarburos: Los papeles ocultos de la Amazonía

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Las huellas del petróleo que intentaron esconder

La industria de hidrocarburos ha dejado cicatrices profundas en el territorio peruano que las propias autoridades han reconocido. En los más de 40 años de explotación petrolera en Loreto, el Estado ha declarado la emergencia ambiental y sanitaria de las cuatro cuencas ubicadas alrededor del lote 192 (ex 1AB) que opera en esta región amazónica la empresa Pluspetrol Norte. Durante años, las poblaciones indígenas se han quejado de un impacto silencioso y rotundo en sus vidas. Esta vez, Convoca accedió a reportes de supervisión ambiental en hidrocarburos hasta hoy desconocidos que los tres últimos gobiernos ignoraron a pesar de las gravedad de los indicios. Esta es la historia después de la revisión de más de 20 mil páginas de documentos y la construcción de un registro que abarca 21 regiones del país.

–por gabriela flores y milagros salazar *–

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Wilson Sandy sigue las huellas del petróleo en la Amazonía peruana con la astucia de un detective y la determinación de quien protege su casa: el terri-

torio achuar de Loreto. Tiene 39 años de edad y hace más de diez que dedica su vida a recopilar indicios de contaminación de las petroleras que operan en la re-gión amazónica con más cicatrices ambientales en el país. ¿Por qué lo hace? “Para defender a mis hermanos, para documentar lo que pasa, para que no digan que mentimos”, dice Sandy con esa misma seguridad con la que se abre camino entre los bosques, atraviesa ríos caudalosos y cochas negras de petróleo para registrar evidencias entre plantas marchitas y peces muertos. Toma fotos, vídeos y ubica los sitios afectados con un GPS para revelar lo que sus ojos han comprobado.

Sandy es el líder de 19 monitores ambientales del río Corrientes en Loreto. Pero no es el único testigo de lo que él llama en lengua achuar “nunka nemeskamu”: la tierra contami-nada. Las poblaciones indígenas conviven con derrames de petró-leo, fugas de gas y otros inciden-tes ambientales que muchas veces quedan enterrados en la espesura de la selva durante décadas. Es una cadena de historias silenciosas que puede superar cualquier sospecha.

“Nosotros encontramos en cajas de cartón cientos de informes de supervisión sin pro-cesar”, dijo la abogada María Luisa Egúsquiza, quien tiene a su cargo la Dirección de Fiscalización, Sanción y Aplicación de Incentivos de OEFA, en una entrevista con Convoca a mediados de 2014. Ella se refería a evidencias de potenciales infracciones ambientales que nunca fue-ron evaluadas por las autoridades para sancionar a las empresas responsables. ¿Cuáles eran esas compañías y qué decían los documentos?

Desde entonces, Convoca buscó responder esas pre-guntas y conocer lo que contenían esas cajas apiladas en un rincón de las oficinas del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA). Egúsquiza aseguró que su institución pidió a la Contraloría de República que se investigue a los funcionarios responsables, pero no dio

más detalles en esa entrevista en la que también estuvo el presidente del OEFA, Hugo Gómez. Hoy después de un año revelamos la primera parte de esta historia.PAPELES OCULTOS

Lo que encontramos fueron unas 20 mil páginas de presuntos incumplimientos ambientales principalmente de empresas de los sectores hidrocarburos y energía. Convoca accedió a más de mil documentos comple-tos, entre informes de supervisión ambiental hasta hoy desconocidos, cartas internas y fotografías. Los analizó y elaboró un registro para determinar la gravedad de los casos y quiénes fueron los operadores y responsables.

Como resultado, se identificó que más del 70 por ciento de estos casos correspondían a actividades petroleras y gasíferas en 21 regiones del país y que el más beneficiado fue el grupo Pluspetrol, que tiene la principal operadora de petróleo en el Perú y la que lidera el ranking de las empresas infractoras del sector.

Mientras Osinergmin estuvo a cargo de esta labor dejó prescribir el 98 por ciento de los casos en un lapso de dos

a trece años. OEFA hizo lo propio con veinte casos que prescribieron a los dos años de que este orga-nismo asumiera la supervisión ambiental en este sector. No se inició ningún proceso adminis-trativo sancionador a pesar que se encontraron casos de posibles infracciones graves según los es-pecialistas consultados.

Uno de estos casos fue el de-rrame de 50 mil galones de petróleo del Oleoducto Norperuano de PetroPerú, de los cuales veinticinco mil desembocaron en el río Marañón, en un hábitat de 100 especies de animales, ubicada entre Jaén y Amazonas. El incidente se produjo la madrugada del 8 de mayo de 2006 debido a que una roca de 25 toneladas cayó sobre el ducto y esto terminó afectando un tramo de los poblados Chingaza y Fátima. De acuerdo con el informe 79426-1, la empresa no reportó “el grado de afectación de las riberas, aguas abajo del río Marañón” y permitió que los pobladores recogieran el material contaminado sin protección.

Por esta razón, los inspectores recomendaron eva-luar “los daños físicos, biológicos y sociales”, “deter-minar las zonas vulnerables a los derrumbes” y un

“EL MÁS BENEFICIADO FUE EL GRUPO PLUSPETROL, QUE TIENE LA PRINCIPAL OPERADORA DE PETRÓLEO EN EL PERÚ Y LIDERA EL RANKING DE LAS EMPRESAS INFRACTORAS DEL SECTOR”.

plan de remediación. No se trataba de un incidente cualquiera. Para el toxicólogo Rubén Loayza de la Universidad Cayetano Heredia, este derrame calificaba como una “catástrofe ambiental” por la cantidad de petróleo vertido al río, pero el informe quedó olvida-do durante cinco años y, en 2013, fue archivado por OEFA junto a unos mil 100 informes debido a que los plazos para investigar y sancionar vencieron.COMPAÑÍAS BENEFICIADAS

Del centenar de empresas que figuran entre los más de mil informes prescritos, el 54.2 por ciento corresponden a 17 compañías. La mayoría comparte intereses comerciales y figura, además, entre las más multadas por OEFA. Las dos operadoras del grupo argentino Pluspetrol aparecen entre las más sancionadas por infracciones ambientales entre 2007 y 2014 con más de 22 millones de dólares. Pero las 36 multas que enfrentaron no representan ni la cuarta parte de los reportes encarpetados.

Mientras Pluspetrol Perú Corporation figura con 136 informes prescritos; su gemela Pluspetrol Norte se ubica unos puestos más abajo con otros 13 reportes. Esta última compañía opera en Loreto en el lote 8 y el 192 (ex 1AB), donde las comunidades indígenas de-nuncian la afectación al medio ambiente y a su salud.

Once de los trece informes que fueron archivados

entre agosto de 2013 y setiembre de 2014, precisa-mente corresponden a las operaciones de Pluspetrol Norte en el ex lote 1AB, cuyo contrato vence en agos-to y está siendo sometido a un proceso de consulta previa a los pueblos indígenas.

Sobre estos casos, Pluspetrol respondió vía correo electrónico que “es una empresa seria que trabaja respetando las leyes y compromisos que adquiere con las autoridades y el Estado”.

El gas que Pluspetrol extrae de la selva peruana es trasladado a la costa por Transportadora de Gas del Perú (TGP), que aparece en el segundo lugar de las más multadas por no respetar sus propios estudios ambientales. Estos casos apenas equivalen al 2 por ciento de los 107 informes de supervisión archivados.

En 2005, TGP afrontó cinco rupturas del ducto que trasladaba el gas del Camisea, la principal fuente de energía del país. Aunque el entonces premier Pedro Pablo Kuzcynski defendió a la empresa y hasta deslizó la posibilidad de sabotajes al ducto; Osinergmin sí registró incidentes ambientales.

Debido a la fuga permanente del gas de Camisea, el 29 de agosto de 2005, los inspectores detectaron tres manchas del tamaño de una mesa redonda en los suelos por donde pasa el ducto. De acuerdo con

Poblador de la comunidad de José Olaya (Loreto). Foto: Julio Ángulo - Diario La República

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el informe, transcurrieron tres meses sin que la com-pañía remediara el potencial impacto.

Dos meses después, otro reporte daba cuenta del derrame de 172 toneladas de líquidos de gas natural en el río Chunchubamba de Ayacucho que provocó la muerte de peces de los que dependían cinco comu-nidades. La empresa no remedió el daño según otros informes prescritos entre 2006 y 2007.

Entre las beneficiadas también aparece Graña y Montero Petrolera (GMP), que adquirió en noviembre de 2013 parte de las acciones de Pluspetrol en TGP. Una de las subsidiarias de Graña y Montero Petrolera es Consorcio Terminales, que opera un terminal de almacenamiento de hidrocarburos en Ilo, al lado de un colegio con más de mil estudiantes. Desde 2001, las Oautoridades de esta escuela se han quejado por la fuga de hidrocarburos y la falta de controles, pero hasta hoy no se concretaba el traslado del terminal.

Entre otras observaciones a las actividades de GMP, aparece posible contaminación del aire en tres lotes que opera en Piura por no prevenir la liberación de gas. Pero los clientes de esta compañía también se beneficiaron. Uno de ellos fue Petrotech Peruana, la compañía vinculada al caso “petroaudios”, con once informes ambientales prescritos.

LAS FIRMASLas resoluciones de OEFA que declararon la pres-

cripción de los informes de supervisión ambiental fueron firmadas por Mercedes Aguilar Ramos y su sucesor Jerry Espinoza Salvatierra tras heredar la mayoría de los casos prescritos en el periodo de Osi-nergmin. Aguilar suscribió el 23 por ciento de las prescripciones en poco más de 2 años que estuvo en la Subdirección de Instrucción e Investigación de OEFA, mientras que Espinoza fue el más productivo: firmó el 77 por ciento de las resoluciones en solo 9 meses en 2014.

Los antecedentes laborales de Espinoza resultan in-teresantes: trabajó en el estudio Muñiz, Ramírez,Pérez- Taiman & Olaya entre julio de 2008 y abril de 2013. Dejó el bufete de abogados para convertirse en asesor de la Dirección de Supervisión de OEFA y luego sub-director de instrucción e investigaciones donde firmó las resoluciones de prescripción de por lo menos dos compañías que fueron clientes del estudio donde laboró: Interoil Perú S.A. (antes Mercantile Perú Oil) y TGP.

En la página web del estudio Muñiz, aparece que ambas empresas fueron asesoradas en procesos sancionadores y permisos ambientales. Convoca pidió su versión a Espinoza pero hasta el cierre de la nota no hubo respuesta, tampoco de OEFA.

Estos centenares de casos archivados no son los

Poblador de la comunidad de José Olaya (Loreto). Foto: Julio Ángulo - Diario La República

únicos. Convoca accedió a otras 62 resoluciones de prescripción en los sectores hidrocarburos, minería y pesca, que fueron entregadas por Contraloría. Esta institución evitó dar detalles de las investigaciones que realiza sobre los funcionarios que dejaron pres-cribir los miles de casos que hoy revelamos.

Al cierre de este reportaje, Osinergmin respon-dió que no se “tratan de informes o expedientes administrativos sancionadores” y que en su mayoría son “cartas líneas, documentos de gestión interna” de la entidad. Precisamente lo que demostramos es que nunca se iniciaron los procesos de sanción

a pesar de las evidencias.

*La construcción del registro de los reportes ambientales prescritos

contó con la colaboración de Esteban Valle-Riestra, Aramís Castro,

Gloria Alvitres, Wendy Vega y Claudia Risco.

Portada: Impacto de la actividad petrolera de Pluspetrol en la

comunidad de José Olaya, en la provincia del Datem de Marañón,

Foto: Julio Ángulo - Diario La República Publicado el 23 de julio de 2015

Ver en: http://goo.gl/1zO4fI

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La ayuda millonaria del Grupo Banco Mundial a empresas infractoras

El lunes 5 de octubre, empezaron en Lima las reuniones anuales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Entre 1994 y lo que va de 2015, la Corporación Financiera Internacional (IFC) del Grupo Banco Mundial financió con más de US$ 2.000 millones proyectos de inversión de 48 empresas en Perú. Entre las que recibieron más fondos, aparecen compañías del sector hidrocarburos que incumplieron sus obligaciones ambientales y que se beneficiaron con informes de supervisión ambiental encarpetados por las autoridades y que nunca fueron investigados pese a las evidencias. Dos de ellas son Maple y Perú LNG. Esta última compañía es la empresa que más dinero recibió de la IFC para montar la infraestructura que procesa el gas traído de los lotes 56 y 88 de Camisea. La compañía es operada por una subsidiaria de Hunt Oil, que tuvo como asesor al actual candidato presidencial Pedro Pablo Kuczynski poco tiempo antes que ejerciera como premier en el gobierno de Alejandro Toledo.

–por ghiovani hinojosa y andy livise*–

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A quella noche, Miguel Tuesta decidió darse un chapuzón en las aguas de la quebrada Ya-rina, que queda a unos cuan-tos metros de su casa. Él es un poblador shipibo-konibo

que vive en la comunidad nativa Nuevo Sucre, en la provincia de Ucayali, Loreto. Al salir a la superficie, vio que tenía el cuerpo lleno de una sustancia negra y acuosa. Y sintió un olor repugnante. Sí, se había bañado en crudo de petróleo.

Fue el 28 de abril de 2015. Un ducto de la compa-ñía petrolera Maple, que opera el lote 31-B en esta zona, se había roto dejando que el crudo se escapa-ra y cubriera las aguas de la quebrada Yarina. Se-gún los habitantes de Nuevo Sucre, la empresa, de capitales estadounidenses, parchó el ducto recién el 30 de abril al mediodía. “Para limpiar las aguas,

Maple contrató a 28 pobladores, a quienes les pagó 40 soles diarios. No les dieron ninguna capacita-ción ni los implementos necesarios, como chalecos, guantes y pantalones especiales. Mis compañeros sacaron el crudo con trapos. Les salieron ronchas en el cuerpo y empezaron a tener diarreas. Al no-veno día, abandonaron el trabajo. La empresa, que los había reclutado por 15 días, no pudo reclamar nada”, cuenta Miguel Tuesta en entrevista telefóni-ca con Convoca.

Fue la cuarta vez que Nuevo Sucre se contaminó con petróleo. En 2009 se registraron tres derrames consecutivos: el 13 de enero un ducto se quebró y ennegreció la quebrada Mashiría; el 24 de enero el crudo fluyó a borbotones en la quebrada Yarinillo; y el 8 de abril de 2009 un operario de maquinaria de la compañía hizo una mala maniobra y quebró un tubo, llenando de combustible la quebrada Ya-

Pobladores en la quebrada Mashiría, Nuevo Sucre (Loreto). Foto: Edinson Cupertino

rina, la misma que volvió a ser contaminada este año. En abril de 2009, el crudo fluyó por 4 días seguidos, y para “limpiar” la quebrada la empresa recurrió por primera vez a los nativos. Esta cronología de derrames es narrada por las comunidades del pueblo indígena shipiblo-konibo en una carta enviada en abril de 2010 a la Oficina del Asesor en Cumplimiento Ombuds-man de la Corporación Fi-nanciera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), el brazo financiero para las em-presas privadas del Grupo Banco Mundial (leer aquí la carta completa).

A inicios de 2010, los shipi-bo-konibo se enteraron de un

dato clave: Maple Gas Corporation del Perú S.R.L. recibió, en julio de 2007, 40 millones de dólares de la IFC para llevar a cabo sus operaciones. Y por eso,

los pobladores hicieron lle-gar su queja hasta Washing-ton, la sede de esta organiza-ción internacional. Pero el 10 de mayo de 2012, la Oficina del Asesor en Cumplimiento Ombudsman concluyó que “este caso no merece una au-ditoría del proceso de debida diligencia”. Es decir, encar-petaron la demanda.

Nuevo Sucre tiene unos 230 pobladores. Y la comu-nidad no cuenta con agua potable, por lo que deben ir a sus quebradas para colectar agua. Muchas veces vuelven

“CONVOCA DESCUBRIÓ QUE ENTRE 1998 Y 2005, LOS INSPECTORES DE OSINERGMIN, EL ORGANISMO REGULADOR QUE ESTABA A CARGO DE LA FISCALIZACIÓN AMBIENTAL EN EL SECTOR HIDROCARBUROS ANTES QUE OEFA, ENCARPETARON 16 INFORMES DE SUPERVISIÓN AMBIENTAL DE LAS OPERACIONES DE LA EMPRESA EN UCAYALI, LORETO Y HUÁNUCO”.

Elaboración: Convoca. https://infogr.am/empresas_que_reciben_financiamiento_del_ifc

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a casa con olor a petróleo y denuncian casos graves de contaminación. Desde que ocurrieron los derra-mes, los dirigentes de Nuevo Sucre le pidieron una indemnización a la empresa. Pero ellos aseguran que no les hicieron caso.

El Organismo de Evaluación y Fiscalización Am-biental (OEFA), que depende del Ministerio del Ambiente, aún investiga el último derrame de Ma-ple ocurrido en abril de 2015.

En el registro de procesos sancionadores de OEFA no aparece ninguna resolución firme impuesta a Maple, entre 2010 y marzo de 2015, a pesar de las denuncias reiteradas de los pobladores desde años atrás. Solo figuran dos resoluciones de sanción en primera instancia con expedientes abiertos recién en 2014 pero en estado “confidencial” debido a que no se ha cumplido el plazo de seis meses para que la re-solución pueda ser publicada. Ambos casos son del

lote 31B (Loreto) y la Refinería Pucallpa (Ucayali).Solo existe una multa para Maple de apenas 4 uni-

dades impositivas tributarias (UIT), es decir 15,400 soles, por verter aguas residuales en agosto de 2012 a la quebrada Anís Caño, en Pucallpa. Pero si ahora Maple no figura como una de las más infractoras en el ranking no es por falta de evidencias. Convoca descubrió que entre 1998 y 2005, los inspectores de Osinergmin, el organismo regulador que estaba a cargo de la fiscalización ambiental en el sector hi-drocarburos antes que OEFA, encarpetaron 16 in-formes de supervisión ambiental de las operacio-nes de la empresa en Ucayali, Loreto y Huánuco.

Las autoridades de Osinergmin nunca sanciona-ron a Maple por estos 16 casos: permitieron que se supere largamente los cuatro años que fija la ley como límite para iniciar un proceso sancionador luego de recoger las evidencias iniciales. La Contra-

Ray Hunt, presidente Hunt Oil Company, empresa estadounidensse vinculada a Perú LNG. Foto: Houston Chronicle.

loría de la República abrió una investigación a las autoridades responsables pero hasta agosto último no han reportado sus hallazgos a pesar de la insis-tencia de Convoca que accedió a estos documentos luego de un persistente pedido de información a OEFA y a la misma Contraloría.

Convoca pidió una entrevista a Maple para co-nocer su versión, pero sus representantes no res-pondieron.

LAS MÁS BENEFICIADASLa Corporación Financiera Internacional del

Grupo Banco Mundial financia proyectos de in-versión privados en países en desarrollo. En Perú,

“PERÚ LNG TUVO LA MISMA SUERTE QUE LA PETROLERA MAPLE: 9 INFORMES DE SUPERVISIÓN AMBIENTAL FUERON ARCHIVADOS POR PRESCRIPCIÓN. LAS INSPECCIONES SE REALIZARON AL PROYECTO PAMPA MELCHORITA ENTRE FEBRERO Y DICIEMBRE DE 2006, CINCO DE LAS CUALES SE EFECTUARON CUANDO PEDRO PABLO KUCZYNSKI ESTABA AL FRENTE DE LA PRESIDENCIA DEL CONSEJO DE MINISTROS”.

Antes de convertirse en premier, Pedro Pablo Kuczynski asesoró a Hunt Oil en el proyecto Camisea. Foto: Internet

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en los últimos 21 años, se han financiado proyectos por 2,217 millones de dólares**, según un análisis de datos elaborado por Convoca a partir de cifras y documentos del organismo internacional.Los prin-cipales sectores de la economía beneficiados con créditos son el financiero (38 por ciento), hidrocar-buros y minería (29 por ciento), agro (5 por cien-to) y alimentos (5 por ciento). Entre las empresas extractivas figuran Perú LNG, Cálidda, Maple, Ya-nacocha (ver reportaje publicado por ICIJ), BPZ y Antares.

Perú LNG, la empresa que administra la planta de licuefacción de gas natural de Pampa Melchorita (Cañete), es la más beneficiada por la IFC. En 2008, recibió un préstamo de 300 millones de dólares. El dinero les sirvió para montar la infraestructura que procesa el gas traído de los lotes 56 y 88 de Camisea y lo exporta a otros países a través del puerto Mel-chorita construido por un consorcio liderado por la brasileña Odebrecht, hoy investigada en Brasil por presuntos pagos de coimas. Entre 2011 y 2013, Perú LNG acumuló multas por 68,78 unidades impositi-

vas tributarias (UIT), es decir 252,142 soles. Todas fueron ratificadas por la última instancia del orga-nismo regulador.

En 2013, la compañía que es operada por una subsidiaria de la estadounidense Hunt Oil, tuvo más de una infracción probada. El 14 de enero, la sancionaron por no cumplir con retirar dos pilotes de acero del mar de Cañete. Los habían instalado para construir un rompeolas. El 27 de diciembre, la volvieron a sancionar porque una supervisión demostró que hubo un derrame de combustible en la planta debido a falta de personal. En esa misma inspección se registraron otras dos faltas: Perú LNG retiró rocas de cantera de un cerro en El Carmen y de otro en la comunidad de Ayaví, Huancavelica, sin las autorizaciones necesarias; y un agricultor de Cañete, a quien le empresa le arruinó un centenar de árboles de palta, no fue indemnizado a tiempo a pesar de sus reclamos.

Perú LNG tuvo la misma suerte que la petrolera Maple: 9 informes de supervisión ambiental fue-ron archivados por prescripción. Las inspecciones

Poblador de la comunidad Nuevo Sucre (Loreto).Foto: Internet.

se realizaron al proyecto Pampa Melchorita entre febrero y diciembre de 2006, cinco de las cuales se efectuaron cuando Pedro Pablo Kuczynski estaba al frente de la Presidencia del Consejo de Minis-tros. Osinergmin (entonces Osinerg), el organismo que no investigó estos casos, figuraba adscrito a la PCM que a su vez estaba en manos del hoy candida-to presidencial y ex asesor de Hunt Oil, que opera Perú LNG a través de una subsidiaria.

Antes de convertirse en premier, Kuczynski fue asesor de Hunt Oil para el proyecto de exportación del gas de Camisea. En esos días, la empresa tam-bién formaba parte del Consorcio Upstream y de TgP, encargadas del yacimiento gasífero de Cami-sea. PPK ha reconocido ser amigo de años de Ray Hunt, presidente de la petrolera texana.

Perú LNG tampoco ha respondido al pedido de entrevista de Convoca.

EXPLOSIÓN PETROLERAOtra petrolera financiada por la IFC para operar

en Perú fue BPZ Exploración & Producción S.R.L., también de capitales estadounidenses. La compa-ñía recibió en diciembre de 2006, 50 millones de dólares: 30.5 en calidad de préstamo y 19.5 como parte de su fondo de apoyo. BPZ invirtió el capi-tal en montar su infraestructura de extracción en el mar de Tumbes, frente a puertos pesqueros como Zorritos, La Cruz y Grau.

Todo marchó sin novedad hasta el 30 de enero de 2008. Ese día, a las 8:55 de la mañana, los pobla-dores de las caletas de Zorritos y La Cruz salieron asustados de sus casas para ver el hongo de fuego que se había formado en el mar justo frente a ellos. Un barco conocido como “Supe”, que BPZ había al-quilado a la Marina de Guerra del Perú para tras-ladar su petróleo, se estaba incendiando y, luego de cuatro horas, explotó a sólo 12 kilómetros de la costa. La nave tenía en su bodega 1.300 barriles de petróleo. El fuego consumió buena parte del com-bustible, pero otro tanto cayó al mar, formando una larga estela aceitosa. Un sobrevuelo en la zona esa misma tarde permitió conocer las magnitudes de la mancha de crudo: 16 kilómetros de largo por 50 metros de ancho.

La compañía sostuvo en varios comunicados que

el 80 por ciento del crudo de petróleo se consumió con el fuego y que sólo el 20 por ciento (unos 260 barriles de petróleo) cayó al mar. En los días si-guientes, BPZ contrató a Clean Caribbean & Ameri-cas, una empresa especializada en control de derra-mes, y afirmó que llegaron a sacar todo el crudo de las aguas. Pero testigos aseguraron que lo hicieron por lo menos cuatro horas después de la explosión. Al estallar el “Supe”, cayeron heridos, con quema-duras leves y graves, 14 marinos que estaban traba-jando en el llenado de combustible. Todos fueron trasladados a hospitales de Lima. Dos de ellos mu-rieron.

El 31 de enero de 2008 se formó una comisión multisectorial para investigar la explosión del bar-co carguero. El 1 de febrero de ese año, Osinerg-min suspendió temporalmente las operaciones de BPZ en el lote Z-1, donde ocurrieron los hechos. Un mes y medio después, el 12 de marzo del 2008, el organismo supervisor levantó esta medida, y BPZ reanudó su trabajo. La comisión multisectorial se

desactivó en la más absoluta discreción. El 11 de junio del 2008, la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos, Ambiente y Ecología del Congreso de la República, publicó un informe sobre el derrame que concluía: “Ninguna de las en-tidades del Estado encargadas de la protección de los recursos naturales ha efectuado una cuantifica-ción del daño producido”.

El 18 de diciembre del 2008, los familiares de los dos trabajadores fallecidos presentaron una denun-

“PERÚ LNG, LA EMPRESA QUE ADMINISTRA LA PLANTA DE LICUEFACCIÓN DE GAS NATURAL DE PAMPA MELCHORITA (CAÑETE), ES LA MÁS BENEFICIADA POR LA IFC. EN 2008, RECIBIÓ UN PRÉSTAMO DE 300 MILLONES DE DÓLARES. EL DINERO LES SIRVIÒ PARA MONTAR LA INFRAESTRUCTURA QUE PROCESA EL GAS TRAÍDO DE LOS LOTES 56 Y 88 DE CAMISEA”.

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cia contra BPZ Resources Inc. en el 152 Tribunal del Distrito Judicial del Condado de Harris, Texas, en los Estados Unidos. Cuatro años después, el 8 de mayo de 2012, el tribunal desestimó la demanda.

El del barco “Supe” no fue el único derrame de crudo a cargo de BPZ. El 8 de enero de 2014, en la plataforma de extracción CX11, a 11,7 kilómetros de la costa de Zorritos, se rompió una manguera que cargaba petróleo a una embarcación. Según la em-presa, se virtieron en el mar 0,4 barriles de petró-leo, es decir unos 75,6 litros. De acuerdo a su versión, pu-sieron en marcha un plan de contingencias que mitigó los efectos del derrame. Pero lo cierto es que a partir de ese día los pescadores artesana-les de las caletas de Zorritos, Grau y La Cruz, en Tumbes, tuvieron problemas para rea-lizar su trabajo. “Tuvimos 13 días de baja o nula producción pesquera. Hemos visto que la empresa ha estado haciendo estudios de suelo para poner más plataformas, pero noso-tros no queremos más conta-minación”, asegura a Convo-ca Ego Vinces, dirigente de la Asociación de Pescadores Artesanales de Zorritos.

Gas Natural de Lima y Callao S.A., conocida como Cálidda, también consiguió 50 millones de dólares prestados de la IFC en marzo de 2010. Esta com-pañía, que ha montado la red de ductos en la capi-tal, ha pasado por encima de estándares ambienta-les mínimos. Por eso, el tribunal de OEFA ratificó dos procesos sancionadores con multas que suman 333,9 UIT (1’216,024 soles)

Una de las faltas más graves fue detectada el 23 de agosto de 2008. Los supervisores descubrieron que la compañía no había medido los niveles de ruido y la cantidad de gas metano en el aire próximo a los gaseoductos, como había prometido en su Estudio de Impacto Ambiental.

Pero los proyectos que financia el Grupo Banco Mundial, a través de sus distintas organizaciones

como la IFC, no solo se ejecutan por empresas que infringen las normas ambientales en Perú, sino tam-bién ha financiado tres proyectos estatales que pro-vocaron el desplazamiento de 1142 pobladores. Este es el caso de un proyecto de construcción de vías a cargo del Ministerio de Transportes en cinco regio-nes andinas del país (Cajamarca, Ayacucho, Aban-cay, Junín y Pasco) que se ejecutó entre 2010 y 2014 y que originó el desplazamiento de 861 personas.

El Grupo Banco Mundial asegura que su labor en nuestro país “se centra en apoyar al gobierno para mejo-rar la equidad mediante servi-cios sociales, infraestructura y competitividad, preservando a la vez la estabilidad macro-económica”. Este organismo internacional ha inyectado miles de millones de dólares en proyectos ejecutados por el Estado y las compañías pri-vadas pero si se pone bajo la lupa cómo operan sus clientes en nuestro país, un manto gris cubre las cifras de optimismo de varios proyectos. Uno de los puntos que se espera que ingrese a la agenda de las re-uniones en Lima con los re-

presentantes de este organismo será precisamente revisar los requisitos ambientales y sociales (salva-guardas) que regirán en los próximos años para en-tregar los créditos. Este reportaje muestra hechos que no se deben ignorar.

* Este reportaje contó con la colaboración de Leonardo Flores

Tasayco y la contribución del ICIJ, el diario La República y Dere-

cho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR).

** El monto de los créditos de la IFC incluye un prés-

tamo para Sedapal, empresa pública de derecho privado.

Portada: Planta de licuefacción de gas natural de Pampa Melchorita (Cañete) de Perú LNG

Foto: Internet Publicado el 04 de octubre de 2015

Ver en: http://goo.gl/KJuerY

“EL DEL BARCO “SUPE” NO FUE EL ÚNICO DERRAME DE CRUDO A CARGO DE BPZ. EL 8 DE ENERO DE 2014, EN LA PLATAFORMA DE EXTRACCIÓN CX11, A 11,7 KILÓMETROS DE LA COSTA DE ZORRITOS, SE ROMPIÓ UNA MANGUERA QUE CARGABA PETRÓLEO A UNA EMBARCACIÓN. SEGÚN LA EMPRESA, SE VIRTIERON EN EL MAR 0,4 BARRILES DE PETRÓLEO, ES DECIR UNOS 75,6 LITROS”.

Conflictos de interés y puertas giratorias

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Estrategia corporativa

–por milagros salazar y aramís castro–

Volcan, la compañía minera con más infracciones ambientales en el país, logró en noviembre último que sus abogados archiven una multa equivalente a más de 700 mil dólares (536.68 UIT), la más alta impuesta a esta compañía desde que el Organismo de Evalución y Fiscalización Ambiental (OEFA) asumiera su función fiscalizadora en el tema ambiental a mediados de 2010. Convoca accedió al expediente completo del caso y descubrió que la multa se archivó por la pérdida de documentos y que uno de los abogados que logró la suspensión de la multa a favor de la empresa brindó servicios antes en el propio organismo regulador. Entre los personajes de la historia también se encuentra el actual gobernador regional de Pasco, quien fue gerente de operaciones de Volcan cuando se detectaron las infracciones de la multa archivada y hoy enfrenta una denuncia en el Ministerio Público por presunta contaminación al medio ambiente. El caso evidencia las deficiencias y conflictos de interés que aún permanecen en la fiscalización ambiental.

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S on las 11 de la mañana del 9 de setiembre de 2014. Es un día frío y con llovizna en Lima, pero en una pequeña oficina de OEFA en la que apenas cabe una mesa, un podio y seis personas reunidas, la

temperatura se eleva a puertas cerradas. Está en juego una de las pocas multas más altas que ha impuesto a lo largo de cuatro años esta institución por potenciales daños a ríos, lagunas y suelos.

El caso es especial por donde se le mire.Los abogados Adán Quiñones Quiñones y Jorge

Granados Velarde-Álvarez solicitaron esa maña-na a los miembros del Tribunal de Fiscalización Ambiental de OEFA, organismo regulador que de-pende del Ministerio del Ambiente, que se archive una multa de 536.68 Unidades Impositivas Tribu-tarias (UIT) equivalente a más de 700 mil dólares contra la compañía minera con más infracciones ambientales en el Perú y faltas repetidas a todo ni-vel: Volcan, la cuarta productora de zinc y plata en el mundo (Ver “El Círculo Minero de la in-fracción” ).

Ese día, un oficioso Quiñones y un experimen-tado Granados expusieron en quince minutos sus descargos para convencer al Tribunal, la última instancia en OEFA, que no ratifique la multa que impuso la Dirección de Fiscalización, Sanción y Aplicación el 29 de abril de 2014 mediante la reso-

lución 242-2014-OEFA/DFSAI.La sanción se debió a 19 infracciones “graves y

muy graves”. En la resolución se determinó que los efluentes de las operaciones de Volcan, supe-raron once veces los límites máximos permitidos de diversos agentes contaminantes que desembo-caron en el río San Juan, según el análisis del la-boratorio de SGS.

En el caso del arsénico, considerado altamente cancerígeno para el ser humano, se excedió en 86 por ciento, mientras que las cantidades de zinc que afecta gravemente al sistema nervioso de acuerdo a los microbiólogos consultados, superaron la va-lla en 3000 por ciento.

La compañía tampoco tomó medidas de preven-ción para evitar el deslizamiento de desechos mi-neros almacenados en el depósito Rumiallana que terminó contaminando un bofedal. Volcan per-mitió la filtración de aguas ácidas en el subsuelo del tajo Raúl Rojas ubicado en el corazón de Cerro de Pasco, descargó aguas ácidas sin tratamiento al canal de desagüe de la ciudad que desemboca en el río San Juan y, entre otras irregularidades, echó sin permiso residuos sólidos al relleno tem-poral de la Municipalidad, en donde se encontró a familias y niños recolectores expuestos a la conta-minación, como consta en el informe de la super-visión de abril de 2010 que dio origen al proceso sancionador.

Adán Quiñones y Jorge Granados, abogados de la minera Volcan. Fotos: LinkedIn

Cuatro años y cinco meses más tarde, las eviden-cias de las faltas cometidas por Volcan estuvieron sobre la mesa aquella mañana del 9 de setiembre de 2014 frente al Tribunal de OEFA, la última ins-tancia sancionadora en la vía administrativa. Sin embargo, dos meses después del informe oral de los abogados de Volcan, ésta logró archivar las multas impuestas. ¿Cómo lo consiguió?

ENTRE LO PÚBLICO Y PRIVADOA pesar de las graves infracciones detectadas,

el abogado Adán Quiñones alegó que OEFA debía probar el daño real porque consideraba que la re-solución era “una norma sancionadora en blanco” que no definía de “manera clara y cierta” las in-fracciones de su defendida. En el vídeo del infor-me oral, Quiñones se mostró lo suficientemente diligente ese día para representar los intereses de Volcan, luego de brindar servicios entre febrero y mayo de 2013 para la institución a la que ese día se enfrentó: OEFA.

Quiñones reconoció a Convoca que defendió a Volcan y prestó servicios como abogado a OEFA pero consideró que esto no representaba algún conflicto de interés porque a pesar que en la orden de servicios del organismo regulador aparece que le encomendaron elaborar “informes técnicos acu-satorios de supervisión del subsector hidrocarbu-ros”, él prefirió sostener que esto no representaba que estuviera “subordinado a la institución”.

En el expediente 057-10-MA/E del caso que el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin) entregó a OEFA cuando asumió sus funciones de fiscalización ambiental en 2010, no se encontró el informe de la cadena de custodia que detallaba la toma de muestras con-taminantes realizada por un consorcio de cinco empresas, entre las que figuraba Shesa Consulting S.A y Emaimehsur S.R.L. Cuando Osinergmin es-taba a cargo de la supervisión ambiental, contrata-ba principalmente a consultoras externas para que realicen estas visitas de campo que eran financia-das de manera directa por las compañías mineras según el tiempo invertido por los inspectores, los gastos operativos y de laboratorio que ameritaba la fiscalización.

Debido a que el expediente del caso no tenía es-tos documentos, la Secretaría Técnica del Tribunal los solicitó a Shesa Consulting.S.A., una de las em-presas miembro del consorcio supervisor. En una carta del 6 de octubre de 2014, la gerencia general de la supervisora respondió que “los informes de ensayo y cadenas de custodia correspondiente al monitoreo de los efluentes minero metalúrgicos” no podían ser recuperados “ni en físico ni digital” ya que solo conservaban la documentación de los “tres últimos años”. El laboratorio SGS, que se en-cargó de analizar las muestras, respondió ese mis-mo mes que tampoco era posible enviar al Tribunal estos documentos que dieron origen al informe de

Supervisión encontró a un niño recolector en depósito de desmontes de Unidad Minera Cerro de Pasco. Foto: Expediente 057-10-MA/E.

Teódulo Quispe Huertas, actual gobernador de Pasco y ex gerente de operaciones de Volcan.Foto: Gobierno Regional de Pasco.

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ensayo de las tomas porque ya no se encontraban en sus archivos debido al tiempo transcurrido.

Volcan sustentó su defensa precisamente en esta ausencia de documentos, lo que derivó en el archi-vamiento del 98 por ciento de la multa, 18 de las 19 infracciones detectadas. En el registro de infrac-tores del organismo regulador aún aparece una multa de 78.69 UIT por un error de tipeo según admitieron en las oficinas del Tribunal de OEFA, lo real es que solo se impuso a la empresa 8.69 UIT de multa (equivalente a unos 11 mil dólares)

de 545.27 UIT que era la sanción económica ini-cial, como consta en las resoluciones de sanción. Debido a la ausencia de la cadena de custodia en el expediente, el Estado dejó de cobrar más de 2 millones de soles (700 mil dólares).

Pero esta negligencia no es lo único que revela las debilidades del sistema de fiscalización en los últimos años.

Luis Delgado Barriga, repesentante legal de la consultora Emaimehsur S.R.L que forma parte del consorcio supervisor, fue uno de los dos ingenie-

Elaboración: Wendy Vega https://www.thinglink.com/scene/672668770094809089

ros que recogió las evidencias de las infracciones de Volcan en la supervisión del 25 y 26 de marzo de 2010 que realizó como empresa contratada por Osinergmin, que estaba a cargo de la fiscalización ambiental. Delgado Barriga conoció de cerca el comportamiento de esta minera no solo por sus servicios de supervisor profesional sino por un vínculo familiar hasta ahora desconocido. El inge-niero metalúrgico es herma-no de Jesús Delgado Barriga, quien fue jefe del programa de seguridad e higiene mi-nera de Volcan entre abril de 2005 y octubre de 2009. A pesar que la supervisión se realizó seis meses después que Jesús Delgado dejara el cargo en Volcan, Emaimeh-sur S.R.L ya había inspeccio-nado a la minera entre 2007 y 2009 hasta en doce opor-tunidades.

Pero la historia de los her-manos Delgado Barriga no se quedó en el pasado. Ambos figuran en la web de OEFA como especialistas califica-dos para realizar supervisio-nes.

GOBERNADOR MINEROEn la supervisión a Volcan

de este controversial archivamiento de la mul-ta, aparece un personaje público que merece ser mencionado en la historia por el cargo actual que desempeña: Teódulo Quispe Huertas, actual go-bernador regional de Pasco, donde Volcan realiza sus principales operaciones.

Quispe Huertas fue gerente de operaciones de Volcan durante la supervisión a esta empresa en las que se le detectó estas 19 infracciones graves y muy graves. Fue una de las cuatro personas que firmaron el acta de supervisión en representación de la minera, con fecha 26 de marzo de 2010. Asi-mismo, en el documento aparece la firma del inge-niero Luis Delgado Barriga de Emaimehsur.

El gobernador de Pasco también se enfrenta a

una denuncia de la Procuraduría del Ministerio del Ambiente por presunto delito de contaminación agravada. A Quispe se le acusa junto a José Herre-ra Távara, también ex trabajador de Volcan, de te-ner responsabilidad en el fallecimiento de un niño por altos niveles de plomo en la sangre debido a la constante actividad minera de Volcan en el distrito de Yanacancha.

La audiencia para conocer los descargos del goberna-dor Quispe ya se ha poster-gado tres veces. La última cita estaba programada para el 5 de mayo pasado pero no fue posible por un cruce de fechas en las agendas de los magistrados del Juzgado Pe-nal de Investigación Prepa-ratoria de Pasco.

Elmer Llanto Solís, el fiscal que ha presentado la acusa-ción contra el ex funcionario de Volcan, informó a Con-voca que desde hace dos meses esperan el pronuncia-miento del juez de investiga-ción preparatoria de la Corte Suprema de Pasco, Samuel Cabanillas Catalán, para de-finir si aprueba el inicio del juicio oral contra Teódulo Quispe.

El 5 de junio, Llanto Solís presentó al Juzgado un pedido para que se cumplan los plazos y la in-vestigación no tenga más retrasos.

La experiencia de Quispe Huertas en la gran mi-nería lo ha llevado a la gerencia de operaciones en diferentes compañías: en Milpo pasó 24 años y en Volcan cinco. Siempre en proyectos en Cerro de Pasco. Su último trabajo fue en la Minera San Si-món (2012-2013), propiedad de los Sánchez Pare-des, familia investigada por narcotráfico.

Portada - Ilustración : Wendy Vega Publicado el 1 de julio de 2015

Ver en: http://goo.gl/MmLCSE

“EN EL VÍDEO DEL INFORME ORAL, QUIÑONES SE MOSTRÓ LO SUFICIENTEMENTE DILIGENTE ESE DÍA PARA REPRESENTAR LOS INTERESES DE VOLCAN, LUEGO DE BRINDAR SERVICIOS ENTRE FEBRERO Y MAYO DE 2013 PARA LA INSTITUCIÓN A LA QUE ESE DÍA SE ENFRENTÓ: OEFA.QUIÑONES RECONOCIÓ A CONVOCA QUE DEFENDIÓ A VOLCAN Y PRESTÓ SERVICIOS COMO ABOGADO A OEFA PERO CONSIDERÓ QUE ESTO NO REPRESENTABA ALGÚN CONFLICTO DE INTERÉS”.

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14 años más de contaminación para La Oroya

No importó el Presidente de turno. Tampoco el tiempo consumado: primero diez años, luego tres, dos más y así hasta llegar a los 18 años de incumplimientos y postergaciones de los compromisos ambientales de la empresa Doe Run — la última operadora de la principal fundición de metales del país ubicada en la plomiza ciudad de La Oroya —, que se declaró en quiebra para no cumplir con sus obligaciones y en setiembre de 2014 se benefició con la reducción de una multa millonaria gracias a la ley 30230. Con Alejandro Toledo se le amplió el plazo para implementar el programa de adecuación ambiental, con Alan García se repitió la historia y con Ollanta Humala se aprobó en julio último el Instrumento de Gestión Ambiental Correctivo (IGAC), que se supone, lograría esta vez proteger la salud de los pobladores y garantizar un manejo ambiental de acuerdo a las exigencias vigentes en manos de un nuevo operador de la planta. Convoca exploró este documento de más de 5 mil páginas con la ayuda de ingenieros ambientales y encontró que se ha vuelto a postergar la salud pública de los habitantes de La Oroya, considerada una de las ciudades más contaminadas del mundo.

–por milton lópez y milagros salazar–

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E sas partículas de polvo son tan pequeñas y resistentes al agua que cuando respiras, atraviesan las mucosas, pasan fácilmente por el torrente sanguíneo, las membranas biológicas y pueden

llegar hasta tu ADN: la molécula madre que lleva tu información genética por una célula. Cada partí-cula fina es cien veces más delgada que un cabello humano y la literatura científica la cataloga como PM2.5, partícula que se genera en cantidades in-dustriales durante la fundición de metales que en el caso del principal complejo metalúrgico del Perú, ubicado en la ciudad centroandina de La Oroya, se han acumulado en el aire durante décadas.

El toxicólogo Raúl Loayza de la Universidad Ca-yetano Heredia es quien explica el potencial daño de estas partículas finas en el sistema nervioso y respiratorio del ser humano y advierte que es ne-cesario determinar el daño específico que pueden causar estas partículas microscópicas en los po-bladores que rodean la fundición. Precisamente, el plan decisivo para proteger la salud de los habi-tantes de La Oroya de elementos nocivos liberados

por la fundición de cobre, zinc y plomo, es el Ins-trumento de Gestión Ambiental Correctivo (IGAC) de la planta, que fue aprobado en julio último por el Ministerio de Energía y Minas. Este documen-to es clave porque contiene los nuevos estándares ambientales que deberá cumplir el futuro inversio-nista del complejo, que será elegido por una nue-va administradora luego de que la estadounidense Doe Run entrara en liquidación por declararse en quiebra sin cumplir sus obligaciones ambientales.

Convoca revisó con la ayuda de ingenieros ambien-tales este documento de más de 5 mil páginas y otros anexos de los nueve CD del expediente y encontró varios puntos críticos, en medio del inagotable con-flicto entre los pobladores que defienden parámetros exigentes para proteger su salud y trabajadores que protestan porque la fundición vuelva a operar al 100 por ciento y se defina de una vez al nuevo dueño.

En cualquier caso es inocultable el inventario de evidencias del daño al ambiente y la salud pública. El Ministerio de Salud en convenio con la propia Doe Run concluyeron en tres censos hemáticos, entre 2004 y 2006, que más del 90 por ciento de cientos de niños examinados de las localidades aledañas a

Rosa María Ortíz, ministra de Energía y Minas. Foto: Diario La República.

la planta han sobrevivido con concentraciones de plomo en la sangre que llegan a triplicar los diez microgramos por decilitro que exige el Organismo Mundial de la Salud. El plomo, que modifica el fun-cionamiento de las neuronas y produce males res-piratorios, ha marcado la vida de cientos de niños incluso antes de nacer: más de la mitad de las mu-jeres gestantes evaluadas en estos censos concentraban en su organismo más plomo de lo tolerable. El Instituto Blac-ksmith de Nueva York consi-deró a La Oroya como una de las diez ciudades más conta-minadas en el mundo, junto a Chernobyl, que fue arrasada por un desastre nuclear y el Tribunal Constitucional orde-nó en 2006 al gobierno peruano a tomar medidas para proteger la salud de los pobladores pero éstas solo se han cumplido parcialmente.

El caso de La Oroya parece no tener fin. Y aquí revelamos por qué.

PUNTOS CRÍTICOSEl Instrumento de Gestión Ambiental Correctivo

fue presentado por Doe Run en mayo último porque el decreto supremo 040-2014 del sector Energía y Minas (Minem) exigía que aquellas unidades mine-ras que tenían instrumentos ambientales caducos debían adecuarse a nuevos estándares fijados por el Ministerio del Ambiente (Minam). Cuando Doe Run compró la fundición en los 90 se comprome-

tió a cumplir con un progra-ma de adecuación ambiental (PAMA) en un plazo de diez años que luego fue ampliado en 2006 por dos años y sie-te meses con una norma a su medida a pesar de sus reite-rados incumplimientos.

Esta vez, el gobierno de Ollanta Humala formó un equipo especial “ad hoc”, dijo

el Minem a Convoca, para aprobar en cuatro meses el Instrumento de Gestión Ambiental (IGAC) ante las protestas de los trabajadores que exigen la venta inmediata de la planta. Pero en este proceso de eva-luación acelerada hay varios puntos propuestos por la propia Doe Run que nuevamente postergan la protección de la salud de los pobladores. El prime-ro y más cuestionados de todos: la nueva operadora

Materiales de construcción para el circuito de cobre en el antiguo campamento Exclub Peruano. Foto: Convoca

“CONVOCA COMPROBÓ QUE EL INGENIERO METALURGISTA PRUDENCIO RIVERA CHÁVEZ TRABAJÓ PARA DOE RUN Y LUEGO FUE UNO DE LOS TÉCNICOS QUE APROBÓ EL IGAC DE ESTA COMPAÑÍA”.

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de la planta tendrá catorce años más para adecuar-se a las exigencias ambientales por lo que en ese período no se le podrá sancionar por excederse los parámetros vigentes de dióxido de azufre genera-dos por la fundición de metales. Recién a partir del 2030, los habitantes de La Oroya podrán respirar otros aires a diferencia del resto de enclaves mine-ros del Perú.

Los catorce años se aprobaron a pesar que parte de los principales procesos que debe modernizar el nuevo operador como el circuito de cobre, el prin-cipal mineral procesado en la fundición, ya tienen un avance de más del 50 por ciento y algunos equi-pos que deben implementarse ya están dentro de la planta, según informó Doe Run en un Power Point enviado al Ministerio de Energía y Minas en mayo último y se puede comprobar en fotos tomadas hace apenas una semana, a las que accedió Convoca.

El viceministro de Gestión Ambiental del Minam, Mariano Castro, dijo a Convoca que ahora las obligaciones “son mayores que con el anterior ope-rador (Doe Run)” (un nuevo horno Isasmelt para el circuito de plomo, una planta de lavado de ga-ses y nuevas tuberías para conducir estos gases tó-xicos a una chimenea en el cerro Sumi). Mientras que el Minem respondió, vía correo electrónico, que el plazo de adecuación fue coordinado con el Ministerio del Ambiente y que los proyectos se han “ordenado secuencialmente” de acuerdo a criterios técnicos. Lo real es que esa fue la propuesta de Doe Run, pero no la recomendación técnica inicial del sector Ambiente.

El informe técnico 426-2015-MINAM/VMGA/DGCA de la Dirección de Calidad Ambiental del Minam, firmado el 23 de junio por el especialista Wilder Rojas Ortiz, recomendó que los proyectos

Elaboración: Wendy Vega

de adecuación se realicen “de manera previa y/o paralela, y que además se considere aligerar los tiempos previstos en los trámites de licencia para la construcción de cada proyecto, con el objetivo de reducir el período de 14 a 10 años”.

Esa propuesta va en la misma línea de la que realizaron en 2006, expertos recomendados por el Banco Mundial al Minem sobre las activida-des simultáneas que debía realizar Doe Run para cumplir con el programa de adecuación ambiental (PAMA) cuando se les amplió el plazo de dos años y siete meses.

Convoca pudo conocer que, en realidad, el pla-zo de los catorce años se aprobó en función de “la rentabilidad financiera” de Doe Run, que en su pro-puesta calculó unos 800 millones de dólares de in-versión para los proyectos del plan de adecuación ambiental, curiosamente con un margen de error de 40 por ciento, que haría poco atractivo el com-plejo a cualquier otro inversionista.

Los intereses de Doe Run han estado en la atmós-fera de estas decisiones. Convoca comprobó que el ingeniero metalurgista Prudencio Rivera Chávez trabajó para Doe Run y luego fue uno de los técni-cos que aprobó el IGAC de esta compañía.

PARTÍCULAS PELIGROSASEl nuevo estándar de calidad ambiental de aire

para el dióxido de azufre recién se podrá cumplir en La Oroya a partir de 2030, con un valor de 80 micro-gramos por metro cúbico (ug/m3) diarios y no de 20 microgramos como se le exige al resto del país desde enero de 2014 debido a que en 2013 se exceptuó de esta obligación a las operaciones productivas que se realicen en Arequipa, Ilo y La Oroya.

El viceministro de Gestión Ambiental, Mariano Castro, explicó a Convoca que existe este régimen especial para las cuencas atmosféricas de estas zo-nas porque “tienen una condición acumulada” de dióxido de azufre que proviene del “transporte, la calidad del combustible, los efluentes industriales” que son fuentes de contaminación adicionales al complejo metalúrgico de La Oroya.

Por lo tanto, en los próximos catorce años solo se podrá exigir a la fundición que no supere el pa-rámetro de aire de 80 microgramos de dióxido de

azufre al año y los 365 microgramos cada 24 horas que se le aprobó con el PAMA.

El aire que respiran los pobladores de La Oroya es de tan baja calidad que incluso hoy que la fundi-ción solo opera el circuito de zinc, los nubarrones que salen de la chimenea permiten registrar en la estación Sindicato, a unos 800 metros de la planta, que los niveles de dióxido de azufre excedieron en cinco oportunidades el estándar de calidad de aire de 80 microgramos por metro cúbico al día, según un análisis realizado por Convoca con las cifras de monitoreo de Doe Run, entre julio y la primera se-mana de setiembre.

El Instrumento de Gestión Ambiental Correctivo (IGAC) fue aprobado sin que se exija a la empre-sa que cumpla con el estándar de calidad de aire para las partículas finas PM 2.5 a pesar de su efecto nocivo en las vías respiratorias y que se encuentra vigente desde enero de 2014, un año y medio antes

Resolución directoral que aprueba el IGAC con la firma del ingeniero Prudencio Rivera, quien trabajó para Doe Run.

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de la aprobación de este documento. El ministerio de Energía y Minas respondió que solo se consideró el monitoreo de estas partículas porque el plan de adecuación se ha centrado en el dióxido de azufre.

Pero el instrumento de gestión ambiental tampo-co fue aprobado con informes de salud actualizados y un estudio de factibilidad con información deta-llada para el “modelamiento de dispersión atmos-férica”, que permite evaluar la magnitud del impac-to de las emisiones en el aire. En el levantamiento de observaciones del IGAC, el Minem señala que la empresa presentó un “estudio de pre factibilidad” que “no describe escenarios reales de la propuesta de adecuación a los ECA de aire” y absuelve esta ob-servación con la promesa de que la compañía cum-plirá esta exigencia en el futuro.

Si bien en el expediente aparece un estudio de factibilidad técnico del IGAC, los ingenieros am-bientales consultados por Convoca, resaltaron por lo menos una docena de observaciones de este do-cumento, entre las que figura la falta de estudios de costo sustentados por cada proyecto, la ausencia de la firma del especialista responsable de la consulto-ra CGT Company que elaboró el estudio, y tampoco hay evaluaciones topográficas y de riesgos para la construcción de la nueva chimenea que liberará los gases de la fundición en el cerro Sumi.

Cerca de este cerro se ubican el centro poblado

Norman King, La Oroya Antigua, las comunidades ganaderas Huari y Huaynacancha así como el centro poblado Marcavalle, que serían afectados por la nue-va chimenea. Convoca entrevistó a ex autoridades de Huari que confirmaron este potencial daño. Además, la descarga de emisiones de dióxido de azufre en este cerro fue calificada como la opción menos efectiva por la importante consultora canadiense RWDI en los 90 cuando el Minem debía aprobar el programa de adecuación ambiental a Doe Run debido a que mantenía altas concentraciones de dióxido de azufre en un radio de “9 kilómetros a la redonda”.

Con estos antecedentes y los puntos críticos de este nuevo instrumento ambiental sobre la mesa, la junta de acreedores del complejo metalúrgico de La Oroya que desde el viernes 18 preside la abogada Rosario Pa-tiño, asesora del Minem, deberá encontrar una salida para hacer viable la venta de la principal fundición de metales del país sin postergar la protección de la sa-lud de los pobladores de esta golpeada ciudad.

Portada: Complejo Metalúrgico de La Oroya en donde seven materiales del circuito de cobre

Foto: Convoca Publicado el 20 de setiembre de 2015

Ver en: http://goo.gl/g6hrQ4

Mariano Castro, viceministro de Gestión Ambiental. Foto: Andina.

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Hallazgos

La relación cercana entre el poder público y el poder privado incentivan el incumplimiento ambiental de las in-dustrias extractivas y debilitan el sis-tema de fiscalización. Esto se refleja con situaciones concretas puestas en evidencias en cada uno de los reporta-jes de esta serie investigativa. Aquí los hallazgos principales::

1)Las empresas mineras más infracto-ras son también las que más repi-ten las mismas faltas, las que tie-nen vínculos comerciales y las que más apelan al Poder Judicial para evitar pagar las multas con la ayu-da de estudios de abogados. Más de 30 millones de dólares en san-ciones fueron congelados por estos procesos judiciales, entre 2010 y noviembre de 2014.

2)Durante años, las empresas mine-ras fueron sancionadas con mul-tas que en la práctica se aplicaban como una tarifa plana porque no se incrementaban a pesar del ni-vel de gravedad y de excesos de los parámetros legalmente permitidos

para los efluentes que salen de las operaciones mineras y discurren en suelos, lagunas y ríos de los que dependen miles de pobladores.

3)Volcan, la minera más reincidente por infracciones ambientales, lo-gró que se archive la multa más alta que iba a recibir desde que OEFA asumió la fiscalización ambiental en 2010. Más de 700 mil dólares quedaron en el olvidó en medio de conflictos de intereses y pérdida de documentos.

4)La aplicación de la ley 30230 permi-tió que 49 empresas mineras deja-ran de pagar entre 7 y cerca de 11 millones de dólares en multas por infracciones ambientales consu-madas incluso cuatro años atrás. La norma funcionó como una am-nistía ambiental.

5)Las principales empresas de hidro-carburos y electricidad se benefi-ciaron con el archivamiento de más de mil informes de supervisión ambiental durante los últimos tres

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gobiernos pese a las evidencias de graves daños ambientales. Varias de estas compañías estaban invo-lucradas en casos de corrupción y tienen vínculos con altas esferas del poder político.

6)El Estudio de Impacto Ambiental del proyecto minero Tía María fue aprobado a pesar de sus omisiones y deficiencias técnicas. Con la ayu-da de ingenieros ambientales, Con-voca logró determinar estas irre-gularidades luego de la revisión de los 35 tomos del expediente.

7)El Instrumento de Gestión Ambien-tal Correctivo (IGAC) para el com-plejo metalúrgico de La Oroya fue aprobado en medio de inconsisten-cias y sin priorizar la protección de la salud de los pobladores de esta ciudad considerada una de las más contaminadas del mundo. Recién en 2030 se exigirá que la empre-sa que opere la planta, respete los estándares vigentes de calidad de aire. Uno de los ingenieros contra-tados por el Ministerio de Energía y Minas que aprobó este instrumen-to ambiental trabajó antes para la empresa Doe Run, que elaboró el IGAC y que se declaró en quiebra para incumplir sus obligaciones

ambientales.

8)La Corporación Financiera Inter-nacional (IFC), brazo financiero del Grupo Banco Mundial, otorgó créditos por más de 2 mil millones de dólares durante las últimas dos décadas a más de 40 empresas que operan en el Perú. La empresa que más dinero recibió fue Perú LNG con 300 millones de dólares. Esta compañía del sector energía ha de-mostrado un mal comportamiento ambiental al igual que otras com-pañías financiadas por la IFC.

9)Perú LNG administra la planta de licuefacción de gas natural Pampa Melchorita que viene de Camisea y se benefició con la prescripción de informes de supervisión am-biental que fueron elaborados por Osinergmin, organismo que no in-vestigó las evidencias de impacto ambiental detectadas y que en es-tos días dependía de la Presidencia del Consejo de Ministros que tenía como premier a Pedro Pablo Kuz-cynski. El exministro, hoy candida-to presidencial, fue asesor de Hunt Oil, que opera Perú LNG a través de una subsidiaria.

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