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J. L. Bourne Exilio 1

Exilio Diario de una invasión zombie - J. L. Bourne

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J. L. BOURNE

EXILIODIARIODE UNA

INVASIÓN

ZOMBIE

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ARGUMENTO

Enlaprimeraparte, unaepidemiadesconocidaarrasabaelplanetay unmarine desde elsótanode su casaconvertidoenbúnker, escribíaundiarioenelquenos relatabasuluchacontralosmuertosvivientes.

Ahora, las hordas de zombies están por todas partes. HaninvadidoEstados Unidos y nohay lugardonde refugiarse. Elprotagonista y su vecino, John, han escapado a una basenuclear donde encuentran a una pequeña colonia humana.Juntos, intentarán mantenerse vivos. Sin embargo, lasmunicionescomienzanaescasearyelriesgodequeloszombiesataquenescadavezmayor.

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NOTADEL AUTOR

El primer volumen de Diario de una invasión zombie nos adentraba en lo másprofundode lamente de unoficialdelejércitoy superviviente, que, alllegaralAñoNuevo, tomabaladecisióndeescribirundiario. Semanteníafirmeensupropósitoynos narraba la destrucción de la humanidad día a día. Así, contemplábamos latransiciónentre lavidaque vosotros y yomismovivimos y laperspectivade tenerquelucharcontraabrumadorashordasdemuertosvivientesporlasupervivencia. Lovimossangrar, lovimoscometererrores, lovimosevolucionar.

Enelprimervolumende Diario de una invasión zombie, elprotagonistay suvecinoJohnsobrevivíananumerosas pruebas y tribulaciones, y finalmente escapabananteladecisióndelgobiernode destruirlaciudad de SanAntonio, Texas, mediante unholocaustonuclear. Terminabanocultos enunabase estratégicade lanzamientodemisiles atómicos yaabandonada, alaque sus antiguos ocupantes habían llamado«Hotel23». Después de su llegadacaptanunadébilseñalde radio: unafamiliadesupervivientes se harefugiadoenunabuhardilla. Incontables muertos vivientes lesaguardanenelpisode abajo. Unhombre llamadoWilliam, suesposaJanety lahijade ambos, Laura, son los únicos que han sobrevivido en la localidad. Tras unmilagrosorescate, lafamiliaaúnafuerzasconelprotagonistadenuestrahistoriaparaseguirconvida. Peropuede que conesonobaste enunmundoque yaestámuerto,unhorriblelugarqueyahasufridoelApocalipsis, y enelquelasimple infeccióndeunaherida, pornohablarde los millones de muertos vivientes, podríamatarlos yañadirlosalmonumentalcensodecadáveresandantes.

Esasituaciónprovocaquealgunaspersonasdenlopeordesí...Sin previo aviso, una cuadrilla de malhechores en busca de víctimas lanza un

asalto inmisericorde contra los supervivientes refugiados en elHotel23. Quierenmatarlos paraquedarse conlabase y conlos abundantes suministros que se hallanen su interior. Al final de la primera novela fracasaban en su empeño, pero lossupervivientes tienenmiedodequevuelvanenunnúmeromuchomayor... esosi losincontablesmillonesdeimplacablesmuertosvivientesnoacabanantesconellos.

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Esta novela empieza donde terminó la anterior. El narrador y unos pocossupervivientes que no perecieron en un inimaginable cataclismo mundial siguenrefugiados enelHotel23. Acompáñalos ensu viaje alApocalipsis y piensaporuninstantequecualquieradeellospodríassertú.

Unavezmás, bienvenido, ycierrabienlapuerta...

J. L. Bourne

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LAS SECUELAS

23 de Mayo

0:57h.

Empecéaencontrarmemejoralvigésimoprimerdía. Elataquedelos saqueadoresme habíadejadoexhausto. Me levanté de lacama, bebí cuatrolitros de agua(eneltranscurso de unas pocas horas) e hice algunos estiramientos. Le pregunté aJohncuáleralasituaciónenelexterior. Comonome dijoprácticamente nada, subí conélalasalade controlparaverloconmis propios ojos. Lanoche anterior, Johnhabíasalidocomounabalaalas tinieblas exteriores, habíaretiradoelsacoque cubríaunade las cámaras y habíavueltoaentraratodaprisa. Habíamuertos vivientes porlosalrededoresynoqueríapasarmuchotiempoentreellos.

Poreláreadonde lavallasufriódaños merodeaunnúmeromayor. Soncomoelagua: fluyenhaciaelpuntodemenorresistencia. Mis dolorosas quemaduras seestáncurando, pero, alfiny alcabo, noerantangraves. Unas pocas ampollas enlacarayenotras zonas. ¿Qué habríapasadosi esagente nose hubieramovidoporelcampoenuncamióncisternacargadode combustible? Probablemente, laventajanuméricasehabríaimpuestoy nos habríanmatadoatodos; y nosólonos habríansuperadoennúmerolos muertos vivientes, sinotambiénquienes nos queríanvermuertos. Losinsurgentes me inspiraban casi tanto temor como las criaturas. Por lo menos enteoría, erancapaces de derrotarnos enelterreno de laestrategia. Bastabaconqueunieran sus mentes y acordasen una manera de expulsarnos del complejo. Nosabemos cuántos tangos nos quedan; de todas maneras, estoy seguro de que sonmuchosmásquenosotros.

Por la cámara número tres vi los cuerpos calcinados de hombres que dabanvueltasentornoalosrestosdelcamióndieselydesuremolque...

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Hombresalosqueyomismohabíamatado.

Esamismanochesalimos y los abatimos. Paraevitarfogonazos, mepuselas gafasdevisiónnocturnaymeacerquéaellos porlaespalda, ocultoenlas tinieblas. Puseelarmaendisparoúnicoy les pegué untiroconelcañónmuy cercadelcráneo. Cadavezqueapretabaelgatillo, reaccionabanycaminabanaciegasendirecciónalsonido.Aúnoían, aunqueamuchos deellos yanoles quedasenadaremotamenteparecidoaunas orejas. Repetí lamismaoperaciónendiecisiete ocasiones hastaque acabé contodos ellos. Nos dimos cuentade que tres de los vehículos nohabíansufridodañosimportantes enlaexplosióndelaotranoche. SetratabadeunLandRover, unJeep yun modelo reciente de Ford Bronco, a unos noventa metros del área de hierbaquemada. John y yo nos acercamos con precaución. Alexaminarlos de cerca, nospercatamos de que los neumáticos delanteros delJeep habíanreventadoy elcristaldelasventanillasestabaagrietadoycombadohaciadentro.

ElLandRovery elFordseencontrabanacincuentametros dedistanciadeallí. Alacercarme alLand Rover, vi que se hallabaenmuy buenestadoy que sus antiguosdueños nose habíanquedadodentro. Excelente. Johny yollegamos alapuerta, laabrimosyexaminamosmásdecercaelinterior. Olíaapino, seguramenteporelárbolque le cubríaelretrovisor. Entramos y comprobamos que las puertas cerraranbien.Encontrélallavepuestaenelcontactoylagiré. Elmotorarrancó. Meimaginoqueenunmundocomoéste yotambiénhabríadejadolas llaves dentrodelcoche. Le echéunaojeadaalafinaetiquetade plástico de lallave. Decía: Land Roverde Nelm,Texas.

Me imaginé que los forajidos se habríanapropiadodelvehículodespués de quetodose fueraalgarete. Teníatres cuartos deldepósitollenos y elcuentakilómetrosindicaba4827kilómetros. Inclusolasventanillasestabanbien. Arranquéelvehículoyregresamos atodavelocidad hastalavalladelcomplejo. Cuandollegamos hastalascámaras que los bandidos habíancubierto, salimos y nos turnamos paraquitarlossacosmientraselotrovigilaba.

Elagujero en lavallaeracasi tan grande como elLand Rover. Como no teníaganas de pasarme la noche ocupado en repararlo, recurrí a mi destreza para elaparcamientoenparaleloy empleé elvehículoparacaparelagujero, afinde quenuestrosamigosdesangrefríanopudieranentrar.

Johnsalióporlapuertadelcopiloto. Yocambié de asientoy salí tambiénporlapuertadelcopiloto. Eché elseguro, lacerré de golpe, y me guardé las llaves enelbolsillo. Loque decíaantes noibaenserio. Yo, apesarde todo, nopiensodejarlasllavesdentrodelcoche.

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12:48h.

He despertadohace unparde horas después de otranoche de dolore insomnio.Las ampollas que tengo por el cuerpo empiezan a reventar y me duelenconsiderablemente. Tengovarías alrededorde los ojos, porque eltraje de Nomex nome protegíaesazona. Elchichón que me habíasalido en laparte posteriorde lacabezaempiezaareducirsey últimamenteestoy más doloridoque justodespués delincidenteconelcamióncisterna. Esunabuenaseñal. Mi cuerposeestárecuperando.

Yanopierdoeltiempoconintentos deconectarmeaInternet. Nosirveparanada.Las páginas web que visitaba para estar al corriente de los acontecimientos handejadode funcionar, y esas páginas estabanalojadas enbases militares distribuidaspor todo el territorio de Estados Unidos. Internet no funciona. Probablementepodemos darporseguroque, auncuandoquedase alguienque pudieraconectarse aInternet, tampoconos serviríaparanada. Handisparadoalacolumnavertebralyparece que todos los informáticos hansalidoacomerparanovolverenuncentenardeaños.

ElLandRoverllevaGPS. He salidoaverqué talfuncionaba, y parece que elGPSconsólocontactacontres satélites deposicionamiento. Nosédurantecuántotiemposeguiránenórbitasincontarconelapoyode laestaciónde controlentierra, y lomismopuedodecirde los pajaritos que utilizamos parasacarfotos. Vamos atodavelocidad hacialaEdad de Piedra. Me esfuerzoporcontenermis propios impulsosdeautodestrucción. Nomerefieroacortarmelas venas ni nadaporelestilo, sinoquepiensoque loúnicoque me ocurre es que sientolanecesidadde corrermás riesgos,porque estoy hartode estasituación... perolos demás estánigualque yo, y poresosigoaquí. SalgoconJohnparatratardereparardiscretamentelavalla.

24 de Mayo

23:44h.

John y yo hemos reparado la valla con chatarra y piezas de maquinaria quequedaronentre los escombros después delataque de los forajidos. Tambiénhemostraído el Ford Bronco. Llevaba cuatro latas de gasolina llenas hasta arriba en elmaletero. He llenadoeldepósitodelLand Roverconunade las latas, porsi enelfuturotuviéramos que utilizarlo. Nosé cómohasidoposible, peromientras sucedía

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todoestome habíaolvidadode laavioneta. Me he acordadocuandoJohnavanzabaconelBronco. Johnyyohemos idohastalos árboles paraversi lehabíanhechoalgo,osi algunabalaperdidalahabíadañado. Estabaigualque cuandoladejé. Elfollajeconelque habíaescondidolaavionetaestabasecoy amarillento, y yanolacubríadeltodo. Johnyyohemos hechoacopiodemás ramas paracamuflarlamejory luegolahemosdejadodondeestaba.

Los muertos vivientes de la zona se han dispersado. Los saqueadores habíanneutralizadoamuchos de ellos mientras los llevabande unladoaotroentornoalcomplejo. Las cámaras tan sólo nos muestran a unos pocos rezagados frente a lapuertablindadade laentradaprincipal. Elzumbado que cargacon unarocaaúnarrastralos pies porallí; llevayaunmes eneselugar. Dagolpes contralapuertadelrefugioy marchaalritmodesupropiotambor. Elsilodemisiles vacíoestáhechoundesastre; Johny yonovamos aocuparnos siquieradeél. Nosécuáles elmotivoporelque esas criaturas se levantany echanaandardespués de muertas, y noquierometerme allí y correrelriesgode cortarme conunhuesode mandíbulainfectado. Situvieseuncamióndecemento, llenaríaelputoagujeroynovolveríaapensarenél.

28 de Mayo

18:51h.

Seguimos convida, peronuestrasituaciónse parece muchoalade los pacientesde unaunidad de vigilanciaintensivacomo las que habíaantes de que empezaratodoesto. Vivíanentiempoprestado, condenados amorir. Estamos igualque ellos.Algún díalas estadísticas me darán alcance. Sólo cabe preguntarse cuándo van ahacerlo.

Meiríamuybienhacermeconotrocamióncisterna(estavezsinhacerloexplotar),porque así tendríamos combustible parafuturas expediciones que tuviéramos querealizar. Loaparcaríaaunadistanciaseguradelcomplejo, porque he aprendidodelerror que cometieron los bandidos. Merecería la pena correr elriesgo con taldedisponerde reservas abundantes de gasolina. Nosé muy biencuántapuede llegaratransportarunode esos camiones cisterna, perosí sé que nos bastaríaunosóloparaproveerdecombustibleanuestrosdosvehículosduranteunperíodoprolongado. Notendríaque costamos muchoencontraruno, porque seguroque habrávarios enlaautopistainterestatalquesehallaaunospocoskilómetrosmásalnorte.

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21:05h.

Más lenguaje codificado enlaradio. Estavez cambiande frecuenciacadaminuto,deacuerdoconloquemeimaginoquedebedeserunprotocolo. Unbuensistemadeseguridadparalascomunicaciones.

31 de Mayo

1:18h.

Nologrodormir. HoyhecharladoduranteunashorasconTara. Mesientocomosimi vida ya no tuviera ningún sentido, y no soy el único. Muchos de nosotrosañoramos llevarunavidanormal, añoramos los tiempos enlos que nos aburríamosporque teníamos que ir altrabajo y fichar. Por lo menos, antes de que todo estoocurriera, ejercíaunaprofesiónyteníaobjetivosenlavida. Ahorami únicopropósitoes seguirconvida. Hoy los adultos nos hemos reunidoenlasalade estar, hemosbebidorony nos lohemos pasadobien. Laeuforiaprovocadaporelalcoholcasi mehahechoolvidarnuestrasituación. Necesitabaundesahogoasí. Desdequellegamosaquí, hemos subsistido gradas alas raciones de comidaenvasadaque habíaen elcomplejo. Me gustarte seguirunadietamás variada, perohacerlacomprase vuelvecadadíamáspeligroso.

Durante unahoray mediahemos celebradoelDíade los Caídos. Ayersalí conTaraabuscarunas pocas flores silvestres deTexas, amododerecuerdoportodos losque hemos perdido. Yo, personalmente, nocreoque existanflores suficientes enelmundoentero. Sientoundolorinenarrable cuandome imaginoami madre y amipadrecaminandoporloscerrosdenuestracomarcaigualqueesascriaturas. Sientolatentaciónde volveracasa, buscarlos y darles reposoeterno, comotendríaque hacerunbuenhijo.

Hay que darle clases aLaura. Janme pidióque le enseñase historiadelmundo,porque esa materia me gustaba mucho en mi anterior vida de oficial. Laura memiraba con los ojos como platos mientras le explicaba los orígenes de EstadosUnidos, elviaje delhombre alaLunay cosas porelestilo. Ellanohaconocidounmundo sin teléfonos inteligentes, televisión de alta definición o Internet, y esdemasiadojovenparahabervistoseries como«Los Fraguel». Nosé loque daríaporvolveralasalade estarde mi casa, aprincipios de los ochenta, unsábadoporlamañana, y cantar de nuevo Vamos a jugar, los problemas déjalos. Me siento algo

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culpable pornoteneranadie de suedad, ningúnniñoque le tire de las coletas enlaescuela.

Tengoque irme adormir, porque Johny yohemos decididosalirmañanaconlaavioneta. Buscaremos combustible y daremos una vuelta de reconocimiento.Conservolos mapas delviajealaisladeMatagordayenellos constanlos aeropuertode estazona. Además, tambiénquerríaencontrarunamallasintéticade camuflajeparaescondermejorlaavioneta.

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HOBBY

1 de Junio

1:40h.

John, William y yodespegamos ayeraprimerahorarumboaloeste. Anduvimosconsigilohastalaavionetaantesdequeelsolsalieraporaleste. Laempujamoshastaelpradoque habíade servirnos paraeldespegue. Divisamos alolejos aunos pocosrezagados que iban porahí arrastrando los pies. No tardamos en despegar. En elúltimomomentohablemostomadoladecisióndellevaraWill, quehabíainsistidoenvenir. Logramos establecer unavíade comunicación con elMotel23 mediante laradio VHP de la Cessna. SI las chicas tenían problemas, podríamos mantener lacomunicación. Nuestroobjetivoerallegaraunaeropuertode ciertaenvergaduraenlas afueras de un gran centro urbano. Lanoche anterior, antes de obligarme amímismoadormir, habíaelegidoelaeropuertoWilllam P. Hobby Se encontrabaalsurdeHouston, fueradelcastourbano.

Elvuelonofue largo. Sobrevolamos unbuennúmerode poblaciones pequeñas,todas ellas conlas mismas manchitas enmovimiento: los muertos andantes que sehabíanadueñadodelas calles. Notardamos ni cuarentaycincominutos endivisarelaeropuerto Hobby. Me pareció que no correríamos ningún peligro por volar másbajo. Queríaasegurarme de que no hubieraseres humanos vivos que trataran dedispararme desde las pistas de hormigón. Mientras nos acercábamos a la extensaáreaocupadaporlas pistas y elaparcamientode los taxis, descubrí otrosímbolodemuerte.

Sobre el asfalto había un Boeing 737 con serias abolladuras en el fuselaje,producto, sinduda, de unaterrizaje forzoso. Eraelúnicoavióngrande entodoelaeropuerto. Habíaotros más pequeños (jets privados y avionetas dehélice, igualquelaCessna), peroaquélhabíasidoelúltimode los grandes aviones de pasajeros enpasarporelHobby. Antes de aterrizar, dimos otravueltaparaestarseguros de nollevarnosningunasorpresa. Diviséuncamióncisternaalolejos, alladodeunodeloshangares. Elhangaren cuestión eramás grande que los demás, y probablemente

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estabadestinadoaavionesBoeingcomoelquehabíaquedadoaveriadoparasiempresobrelapista.

Llevados porlacuriosidad, nos decidimos aaterrizarcercadelavióngrande, porsi encontrábamos dentroalgode valor. Unade las ventajas conlas que contábamosera que se hallaba en lugar abierto, separado de los edificios que nos habríanconvertidoenblancofácilparacualquiera, paracualquiercriaturaque pretendieseatacarnos a traición. William se quedaría fuera y montaría guardia junto a laavioneta, mientras nosotros buscábamos lamanerade entrarenelavión. Todas lasventanas del737 teníanlapersianabajada. Tampocoimportabamucho, porque sehallabanacincometros dealtura. Las salidas deemergenciaquehabíasobrelas alasestabancerradas y nopudimos abrirlas, porque las abolladuras delfuselaje debíande haberlas clavadoaúnconmás fuerzaensu lugar. Sólopodíamos contarconlaescotillade emergenciadelcopiloto, enelcostadode estribordelrevestimientodecristaldelacabina.

Miré hacialoalto, haciaelcostadoderechode lacabina, atres metros de altura, yvi cómopodríamos entrarenelavión. Empuñé ungarfioque Willy yohabíamosmontadoconunacuerdayconchatarradelaquehabíaquedadotraslaexplosióndelcamióncisterna, y loempleé paratreparhastaarriba. Entonces Johnapoyóambospies sobre mis hombros parallegarhastalasalidade emergenciay abrirelcierreherméticodeésta.

Estuveapuntodedejarlocaercuandotuvolatorpezadepermitirquelapiezadecristal que había quedado suelta cayera dentro. Insulté a John cuando al fin fuiconscientedeloquehabíahecho. Gruñí bajosupeso, porqueaúnestabadepiesobremis hombros, y le pregunté si se oíaalgunareacciónalestrépitoque habíaarmado.Me respondióque no, perotambiénme dijoque elolorque veníade dentroeramásque horrible y que lapuertainteriorde lacabinaestabacerrada. Johnse agarróalostubos de Pitotque sobresalíandelrevestimientode aluminiodelavióny se bajódemishombros. Entoncestomamosunadecisión.

Yoyahabíatenidobastante. Nopensabameterelcuerpoporlaestrechasalidadeemergencia tan sólo para correr el riesgo de que me arrancaran el culo de unmordiscomientras tratabade recobrarelequilibrioenelinteriorde lacabina. Aquelavióneraunatumbayloibaaseguirsiendo. Aduraspenasllegabaaimaginarmeloshorrores que debían de aguardarnos en su interior. Pasajeros con elcinturón deseguridad abrochado, que enese mismomomentoretorceríanelcuerpoenunvanointentoporliberarse. Azafatas muertas queiríandeunextremoaotrodelpasillo, sinabandonarsupuestodetrabajoni siquieraenlaotravida.

Regresamos a la avioneta y seguimos discutiendo qué procedimientoemplearíamos parallevarnos elcombustible y otros pertrechos que nos parecierannecesarios. Nuestro objetivo era elhangar. Yo dudaba que pudiéramos mover el

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camióncisternahastanuestraavioneta, así que nos subimos todos de nuevoenella,laarranquéylahicerodarportierrahastaelhangardondesehallabaelcombustible.Cuantomás nos acercábamos, más conscientes éramos delaimportanciadedisponerde información fidedignasobre lo que ocurríaen tierra. Vimos movimiento en elaeropuertodesde las ventanillas de laavioneta. Todos estabanmuertos. Nopensémás enellos alverelhorrorque emergíade las puertas abiertas delhangaralquenosaproximábamos.

Detuvelaavionetay, sinapagarelmotor, saltéafuera, rifleenmano. Johntambiénsalióalinstante. Willlesiguió, y corrióhastallegarami lado. Ibaaadelantarse, perolodetuveconelbrazo, igualquemi madresolíaponermeelbrazodelantedelpechocuandoelcoche se disponíaafrenarenseco. Estabatanatentoalas criaturas quefaltópocoparaquechocaraconlahéliceenfuncionamientodenuestraavioneta.

Retrocedimos y empezamos a matarlos. Debía de tener unos veinte a la vista.Distinguí tambiénsombras enmovimientoque danzabanbajolapanzadelcamióncisterna. Elestruendodelmotoreratanfuertequetuvequeforzarlavozparaquelosdemás meoyeran: les gritéquematasenalos queseacercabanalahéliceparaquelaavionetanosufrieraningúndaño. Necesitábamos combustible y, almismotiempo,habíaque mantenerelmotoren marchamientras nos rodearaelpeligro. Eraunasituación sin salida. Empecé adisparary ellos dos me imitaron. Acabé con cinco,peroelnúmeroseis se negabaacaer. Le pegué dos tiros enlacabeza, perosiguióavanzandohaciamí. Desistí de dispararle alacabezay tiré contralas dos piernasparaderribarlo.

Mientras Johny Willacababanconlos demás, maté alos muertos vivientes queaúnestabandetrás delcamióncisterna. Yanoquedabaninguno. Fui aexaminarelcamióncisterna. Golpeé eldepósitoconlaculatadelrifle. Sonóalleno, perohabíaalgoextraño. ¿Cómoeraposiblequeuncamióncisternadelos quesuelenemplearseparallenarpequeños aviones de hélice estuvieraaparcado frente alhangarde losBoeing? Se me ocurrió que quizá yo no fuese el primer piloto que visitaba elaeropuerto desde que elmundo enloqueció. Me pregunté si alguien habríausadorecientementeelcamióncisterna, osi talvezmedejaballevarporunexcesivorecelo.

Trepéalacabinadelconductory miréadentroantes deabrirlapuerta. Nada. Lasllaves estaban puestas y elvehículo parecía hallarse en perfectas condiciones. Elmotorarrancóalprimerintento. O alguiense habíaencargadodelmantenimientodelvehículo, oyohabíatenidomuchasuerte conlabatería. Pulsé los interruptoresde bombeo y volví a salir. Antes de detener los motores de la avioneta, eché unvistazo por todo el perímetro, para asegurarme de que no se produjera ningúnataque porsorpresa. Mientras lahélice perdíavelocidad y elestruendo delmotordisminuía, me llegóalos oídos, y captótodami atención, elenervante tintineodeunas joyas que golpeabanlos cristales de laTerminal, unos ciento ochentametrosmás allá. Casi parecíaque los muertos vivientes protestaranporque nos llevábamos

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elcombustible. Nos veíandesdedentroy golpeabanlos cristales amododeprotesta.Relojes, anillos y brazaletes sonabancomogotas de lluviasobre elvidriotemplado,inclusoatantadistancia.

Abrí las tomas de llenado y volví alcamión. Alabrirlacajade controles parapulsar el interruptor, un folio amarillento, plegado, se cayó al suelo y se alejó,arrastrado por elviento. Corrí tras ély lo atrapé con la bota. Lo desplegué paraleerlo:

Familia Davis, aeródromo del lago Charles, Luisiana, 14/5.

Erade unafamilia... supervivientes. Habían tenido labrillante ideade dejarlanotaenlacajade controles delinyectorde combustible. Davis habíademostradosucapacidad intelectualcon un gesto tan sencillo. No se le habíaocurrido pintarsunombre y ubicación sobre la pista: lo había dejado en un sitio donde otro pilotopudiera encontrarlo. El combustible de avión no tiene ninguna utilidad en unautomóvil, y uncamióncisternaque transportacombustible paraaviones tampoco.Meguardélanotaenelbolsillo. Alregresaralaavioneta, medi cuentadequeJohnyWillestabancrispados. Sinquitarleselojodeencima, llenéhastaarribalosdepósitos.ParecíaquelapieldeWillpalideciesealaesperademispalabras.

Habíallegadoelmomentodeentrarenelhangar.Nosé porqué teníantantomiedo. Las puertas delhangarestabanabiertas de par

enpar, y cualquiercriaturaquequisiesevenirapornosotros tendríaquedejarsever.Después de tantotiroteo, estabacasi segurode que noencontraríamos más criaturascomoésasdentrodelhangar. Ynomeequivocaba.

En el momento en que los tres pasábamos por el umbral, estuve a punto demearme encima. Algosalióvolandode laoscuridad y casi me golpeaenlacabeza.Parece que unafamiliade golondrinas se habíaconstruidoelnidode veranojustoencimade laentraday lamadre noqueríaque me acercase alos polluelos. Oí susgorjeos enloalto. Mepreguntéacuántos muertos vivientes habríaarrancadolos ojosdurante las últimas semanas. Me aparté del nido y me concentré en buscarsuministros. Elhangarteníanumerosas claraboyas de plexiglás eneltecho. Eraunbonito díasoleado. Eloloramuerte flotabaen elaire, pero elde putrefacción sehabíamarchadoconlos muertos vivientes cuandosalierondelhangarparacaeramanos de nuestrapequeñapartida. Notardamos muchoenencontrarlapuertaqueconducíaalasaladesuministros.

Abrí lentamente lapuerta, conunpalolargoque se solíaemplearenlalimpiezade las ventanas de los aviones. Loúnicoque olimos fue lanaftalina. Enaquellasalanohabíanada. Aunque me hubieraacostumbradoalolorde los muertos vivientes,

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me percataba también de su ausencia. La sala de suministros casi habría podidoconsiderarse un pequeño almacén. Los estantes estaban llenos de piezas de aviónsobrantes y de equipamiento. Era elhangar de suministros y mantenimiento delBoeing. Peroyonobuscabapiezas de motorde avión. Loque buscabaeranradios yotroequipamientode supervivencia. Entonces encontré algoque teníaque llevarmeporfuerza. Habíahileras deaparatos conaspectodemaletínnegroenlos queseleíalaetiqueta«Inmarsat». Habíamos tropezadoconteléfonos portátiles porsatéliteparaaviones. Noteníani ideadesi aúnfuncionarían. Contodo, enelextremoderechodelestante habíacuatro que conservaban elenvoltorio de plástico. Cargamos con loscuatro y los llevamos hasta la puerta. Seguimos con la ronda por la sala desuministros y encontramos numerosas radios portátiles para emitir señales desocorro, lanchas hinchables y otros artilugios porelestilo. Cogimos los teléfonos porsatéliteylasradiosportátilesdemantenimientoVHF, ynoslargamos.

Habíamos llenado el depósito, teníamos cuatro teléfonos por satélite nuevos,radios portátiles VHF, y tambiénhabíamos hechounsorprendente descubrimiento:una familia había partido pocas semanas antes hacia un aeródromo de Luisiana.Habíallegadoelmomentode marcharse. Encuantohubimos cargadolaavioneta,iniciamos elviaje de regreso. Estavezvolé porencimade los 2000 metros hastaquecasi nos hallamos sobre elHotel23. Noqueríacorrerelriesgode que alguiennosdisparara. Cuandonos acercábamos alcomplejo, llaméporradioaJany aTara, y lesdije: «Navy One ha alcanzado su objetivo y está a punto de aterrizar.» Me habíaapetecidoemplearlafórmulaconque solíananunciarse las aeronaves de laArmadaque transportabanalpresidente de Estados Unidos, peronadie lopilló. Apuestoaque Davis sí lohabríapillado. Aterrizamos y ocultamos de nuevolaavioneta. Entréen elcomplejo sin dejar de pensar en la familia Davis y me pregunté si habríanlogradollegaralaeródromoencuestión.

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LATORRE DECHARLES

4 de Junio

22:21h.

Durante estos últimos tres días he discutidocontodoelgruposi tengoque tratarde encontraralafamiliaDavis enellagoCharles. He estudiadolos mapas y noestámuy lejos. Pero, porsupuesto, si finalmente voy ensu busca, calcularé ladistanciaexactayelcombustiblenecesarioparaelviaje. Losotrosparecencreerquelosriesgossuperan con mucho a los beneficios que obtendríamos por encontrarlos. John semantiene neutral en la discusión, pero Jan, Tara y Will se obcecan en que unaexpedicióncomoésapodríatransformarsefácilmenteenmisiónsuicida.

Logramos cargarlos teléfonos porsatélite, pero, pordesgracia, comoyahabíamosprevisto, nohay nadieaquienpodamos llamar. Sinembargo, notenemos problemasparaconseguirlíneaconotros teléfonos. Nohemos tardadomuchoencomprendercómo funcionan. Lo único que no sé es quién nos va a mandar la factura delconsumo. Sé que esos teléfonos pertenecen a las líneas aéreas, y también que noqueda nadie que pueda mandarnos una factura por el empleo del satélite; mepreocupaque puedaexistirunsistemaautomatizadode desconexiónque se activeencuantohayamosconsumidociertonúmerodeminutos.

Me preguntoqué es loque estaránhaciendoahoramismoenellagoCharles. Mepreguntosi se les ocurrióque alguienpudieraencontrarlanota. Sientolanecesidadde ponerme encontactoconellos, aunque tengamos que lanzarunode los teléfonosporsatélite desde laavionetaconunparacaídas improvisado. Yahabríasidoalgo.Habríamos podido comunicarnos con ellos, conseguir más información, ideasnuevas.

8 de Junio

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2:26h.

Partiré estamañana. Johny los demás se quedaránaquí porsi tengoque traeraalguien de vuelta. No quiero obligar a la avioneta a cargar con demasiado peso.Espero que se hayan quedado cerca del aeródromo del lago Charles. Ahora, alcontemplar esta hoja de papel amarillo que tiene casi un mes, me pregunto siseguiránconvidaosi sehabránencontradositiados, comoesedíaloestuvimos Johny yo enlatorre. Hafaltado poco paraque William me rogase que le dejaravenirconmigo, pero, como he dicho antes, es posible que regrese con supervivientes.Comonotengoni idea, nopuedocorrerelriesgode cargardemasiadoelavión. Mevoyallevardos teléfonos porsatéliteconlacargacompletayelarmamentohabitual:una pistola con cincuenta cartuchos de nueve milímetros y un fusilcon algunoscientos de balas. Tambiénllevaré comiday aguaparados días enelcompartimientode aviónica. Se me había ocurrido que podía escribir unas frases ingeniosas ycreativas enestediario, porsi sonlas últimas queescribo. Comonosoy ingeniosonicreativo, tomaréprestadas unas grandes palabras deunhombrequeestámuerto(deverdad) desdehacemuchotiempo:

«Hasta el fin forcejearé contigo; desde el corazón del infierno te acuchillaré;por odio te escupiré mi último aliento», Melville / Ahab.

MevoyalPequod.

22:01h.

Doscientos setentakilómetros, ésaes ladistanciahastaellagoCharles. Nohasidoun vuelo directo porque he sobrevolado una vez más elaeropuerto Hobby paracomprobar que el camión cisterna aún estuviese disponible, por si lo necesitodurante el viaje de vuelta. Si supero los novecientos kilómetros, la avioneta seprecipitaráalvacío.

Alpasarsobre Hobby aseiscientos metros de altitud, he vistoelcamióncisternatal como lo habíamos dejado. También he visto que una de las ventanas de laterminalsehabíahechoañicosyqueunbuennúmerodemuertosvivientesentrabaysalíaporesanuevaabertura, porlaqueseaccedíaauntejado, aunos seis metros dealturasobrelacallederodaje.

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Nohe vistoaningunode ellos cercadelcamióncisterna. De todas maneras, sémuy bien que las caídas no les dan miedo, y que se arrojarán desde eltejado sipiensanqueconellovanacomer. Satisfechoconloquehabíavisto, medirigí hadaélnordeste, haciaellago Charles. En elmomento de terminarelascenso, ados milmetros de altitud, elsolbrillabaenloaltoy su luz me dabaenlos ojos. Alcabodetreintaminutos he vistoenlalejaníaloque quedabade laciudadde Beaumont. Mehe decididoavolarbajoy buscarposibles supervivientes. Segúnlos mapas, eraunaciudaddetamañomedio.

Elfuegoyelhumosearremolinabanentornoalosedificiosmásaltos, así comoensuinterior. Parecíangigantescas cerillas de alturas variadas, cadaunaconsupropiotipode fuegoy humo. Habríapodidoahorrarme elviaje si elsistemade fotografíaporsatélite delcomplejofuncionarabien. Hace dos semanas perdimos elLouisianaPass (cobertura por satélite). Me hubiera gustado mucho poder teclear lascoordenadas dellagoCharles y encontrarlarespuestaamis preguntas sintenerquesalir.

Esazonanoteníaelectricidad. Todos los faros rojos anticolisióninstalados enlasgrandes antenas de radio estabanapagados, y ello hacontribuido aque mi vuelofueramás entretenido. Hevoladoapocaaltura, apocavelocidad, y heobservadolascalles y edificios deBeaumontquenoestabanincendiados. Heforzadolavistatantocomohe podido, peronohe halladosupervivientes. Los únicos que ves de paseoenestebonitodíadeveranosonellos... losquenosondelosnuestros.

Después de hacertres pasadas sobre loque me parecíaque eraelcentrourbano,me he convencidode que nohabíasupervivientes. Porlomenos, nohabíaningunoque tuviera ningún medio para hacer notar su presencia. Elaeródromo dellagoCharles se hallabaaunos ochentakilómetros aleste de Beaumont. Si manteníalavelocidad, llegaría en veintiocho minutos. Esa espera se me ha hecho larga. Laposibilidadde encontrarme conotros supervivientes me provocabaciertaaprensión.No tenía ni idea de lo que podía esperar. La nota que llevo en el bolsillo diceclaramente: «FamiliaDavis», peronosabíasi ese talDavis seríaamigooenemigo.¡Qué diablos! Lanotadatabadelcatorce delmes pasadoy noteníagarantías de quesiguieranenpie, o, porlomenos, vivosyenpie.

No he tardado en divisar elperfilde bota dellago, que se veía cada vez másgrandefrentealmorrodelaavioneta. Ajuzgarporelmapa, sehallabaalsur, y algomás aloeste que mi puntode destino. Teníaque encontrarlos. A los demás les iríamuy bienpodercontarconotropilotosi sucedieraalgo. Almenos, teneraDavis connosotros seríacomounaespecie de pólizade seguros. Elsolaúnbrillabaenloalto.Faltabapocoparalas dos cuandohellegadoalazonadelaeródromo. Hetenidoquepasarmeunratomirandoporlaventanaparaencontrarloentreelcaos y elhumodelas áreas urbanas. Heapuntadohaciaabajoconelmorro, hedisminuidolavelocidad

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hastalos setentanudos y he iniciadoeldescenso. He vistonumerosas figuras cercadelapista.

Desde laavioneta, parecíaque hubieranumerosos supervivientes. A pesarde ladistancia, he distinguido su ropade colores brillantes, muy distintade lasuciayraídaque suelenllevarlos muertos vivientes. Inclusoparecíaque trabajaran, porquemehaparecidoveraalguienqueacarreabaconos deseñales... esos conos quellevanunfaroincorporadoyseempleanparaguiaralosavioneshastasuestacionamiento.

Nosé qué me hallevadoaverloque deseaba, peroprontome he dadocuentadeque mis ojos me habían engañado. Los muertos vivientes habían tomado elaeródromo. Unbuentrechode vallas se habíavenidoabajoensuperímetroorientaly los muertos vivientes habían entrado en tropel. He enderezado el morro y hetratadode acercarme alatorre, porsi lafamiliaDavis estabasitiadaensu interior.Nada. Nada, exceptoellos. Estabanportodas partes, inclusodentrode latorre. Alacercarmealiniciodelapista, hedivisadounaavioneta. Las puertas estabanabiertasyasualrededorhabíaungrannúmerodecadáveres porelsuelo. Erantantos quenohe podidocontarlos. Habíavarios entornoalas hélices, comosi éstas los hubiesendespedazado. Tambiénhevistonumerosos miembros amputados, sobretodobrazos,entornoalaproadelaavioneta.

Mis sospechas se hanvistoconfirmadas cuandoestabaapuntode regresar. Enelmismomomentoenelquehabíadecididoqueeraelmomentodemarcharseyvolveralcomplejo, les hevisto. Hevistoados personas quemehacíanseñas frenéticamentedesde unapasarelaque circundabalatorre de aguamás grande delaeródromo. Unchavaly unamujeragitaban los brazos parapedirme que les salvaralavida. Hehechootrapasaday he mecidolas alas paradarles aentenderque los habíavisto.Teníanunsacode dormiry varias cajas sobre latorre. Noparecíamuy creíble quehubieransobrevividodespués de pasarse quiénsabe cuántotiempoalaintemperie,atrapados ahí arriba. Volabademasiado rápido paraverlos bien, pero lo bastantelentocomoparasaberqueestabanvivos.

Latorre de aguase encontrabafueradelaeródromo, alotro lado de unavallametálicarota. Las masas de muertos vivientes que arañabansus pilares me habríanpuestoantes sobrelapistadenoserporqueestabarodeadodeárboles yarbustos. Alpasarporencimahe vistoalos muertos vivientes que se esforzabansintreguaportreparporlatorre.

No podía aterrizar en el aeródromo. Al haberse roto la valla, las docenas demuertos vivientes quesehabíanreunidoentornoalos supervivientes entraríanenlapistay me derrotaríansimplemente porsu superioridad ennúmero. Elmotorde laavionetalos habríaatraído. Unadificultadaúnmás grandeseríadespegarsinchocarcontra ninguno de ellos. Los efectos habrían sido catastróficos. He pensado unamanerade decirles que pensabavolveraporellos, perolaposibilidad de tenerque

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enfrentarme alos muertos vivientes me habíadisparadolaadrenalinay nose meocurríanada.

He remontado el vuelo y me he alejado del aeródromo en busca de un sitioapropiadoparaaterrizar. He voladohaciaeleste, atanpocaalturacomome hasidoposible, en busca de un punto de aterrizaje que no estuviera a más de quincekilómetros. De acuerdo con los mapas y con lo que veía desde la cabina, habíallegadoalaalturade laAutopistainterestatal10. Elcarrilendireccióneste se veíalleno de coches. Sin embargo, el que iba en la dirección contraria estabarelativamente vacío. He tenido en cuentaen todo momento lavelocidad alaquevolabay ladistanciarecorridaparacalculareltiempoque me llevaríavolverapiehastalatorredeagua.

Sin dejar de hacer cálculos mentales, be descubierto una nueva odiseapostapocalípticaentierra. UnbuentrechodelaI-10habíadesaparecidojuntoconunpasoadesniveladyacente. Habíaunvehículomilitarde colorverde aparcadocercade un cráterabierto porunaexplosión, así como numerosos carteles de «Peligro»alrededor. Me imagino que o bien habían volado deliberadamente la autopistadespuésdequeempezaralaepidemia, obienelpuentesehabíahundidoylaerosióncrónica había destruido el trecho de autopista. He iniciado un aterrizaje deemergenciaenlaInterestatal. Recordabahaberviajadoporaquellamismaautopistados años antes, cuandomehabíanpasadoainstrucciónmilitar, y ahoramedisponíaaaterrizarenellaconunaavioneta.

Nohe encontradoningúnobstáculo. Aunque habíadivisadoescombros alolejos,el avión se detendría antes de chocar con ellos. He descendido, pero no sincomplicaciones. He empezadoaactivarlos frenos paraaminorarlavelocidad sobrelaautopista. Uno, dos, tres, cuatrode ellos hansalidode entre las hierbas altas de lamedianaajardinadaque separabalos dos carriles. Notantos comome habíatemido.Altirarde los frenos conmás fuerza, he sentidounasacudidaenlos pedales, y laavionetahagiradobruscamente aladerecha. Habíaperdidounode los frenos. Nome haquedado otraposibilidad que emplearelalerón opuesto paraenderezarlaavionetaeimpedirquevolcarahastaquelaresistenciadelaireladetuviese.

Entonces, losescombrosalosqueantesnohabíadadoningunaimportancialahanadquiridodepronto. Heactivadoelfrenoqueaúnfuncionaba, mientras movíaunayotravezelalerónopuestoparamantenerelequilibriodelaavioneta, y cadavezquelohacíahe besadolahierbaque crecíaaladerechade laautopista. He conseguidodetenerme amuy pocadistanciade los escombros. Si llegoachocar, probablementehabríamuerto. Elrevoltijodeescombros quemehabíacortadoelpasonoerasinoelcráter producido por otra explosión. A su lado había un camión militar de colorverdeyunpasoadesnivelquesehabíavenidoabajo. Nomehaparecidocreíblequedos pasos a desnivel se derrumbaran al mismo tiempo por pura coincidencia.Probablemente eranobrade equipos de demoliciónprofesional. A duras penas me

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quedaba un trecho de autopista suficiente para darle la vuelta a la avioneta ydespegarde nuevo. Si es que regresabaaella. He apagadoelmotor, sinperderdevista en ningún momento a los pocos que venían hacia mí mientras llenaba lamochilaparalaexpedición.

Me he asomado al asiento trasero de la avioneta y he cogido el rifle y loscargadores. He metido los cargadores extra en la mochila y he puesto los demásobjetos de primeranecesidad enlos bolsillos más accesibles. Las armas de cintoyaestaban listas en su lugar. También he guardado en lamochilacuatro botellas deagua y dos raciones de comida preparada. No tenía ni idea de cuánto tiempollevabansobrelatorre, ni decuántohacíaquenopodíanbeberagua.

He cerrado lapuertade laavionetay me he vuelto, sobresaltado porelrostroputrefactoy amenazante de unade las criaturas. Lahe golpeadoenlasienconlaculatadelrifle y le he pateadoconfuerzalarodillaparaque se cayeraalsuelo. Nomerecía la pena gastar una bala sólo en ella ni anunciar mi presencia con elestruendodeundisparo. Mientrasmealejabadelaavioneta, nohavueltoamoverse.He abandonadolaInterestataly me he adentradoenlos bosques. Seguiríaunarutaparalelaaladelacarretera, asalvodesumiradasiempreatenta. Mientras caminaba,los he vistode maneraintermitente entre los árboles. Parecíanconfusos. Sabíanquecerca de allí había algo que les interesaba, pero no sabían muy bien cómo sacarprovechode ello. Hacíacalory humedad, peronome he detenido; mi almanoteníaelección. Finalmente he llegado al sitio donde habían tenido lugar las primerasdemoliciones. Alpasarporprimeravez, nohabíavistoalsoldadomuerto, porquesehallabaalotroladodelcamión. Nome hasidonadadifícilimaginarloque le habíaocurrido. Laespaldade lachaquetase le habíaquedadoatrapadaenlapuertadelladodelconductory nole permitíamoverse. Llevabalacremalleracerradasobre elpecho y un casco de kevlarsujeto almentón porunacorrea. Habíaperdido unosbuenos pedazos de carne y músculoenlos hombros y elcuello. Eraevidente que altratarde salirdelcamión, lachaquetase le habíaquedadoatrapadaenlapuerta, yasí se habíaproducidolacatástrofe. Creoque elganadordelpremioDarwinde estemesyaestádecidido.

No tenía ningún sentido permitir que me viera, porque se habría puesto aaporrear elcamión y habría atraído a otras criaturas. Tenía que dejarlo talcomoestaba. Unavocecitamedecíaquepusierafinasusufrimiento, porqueerauncolegamilitar. Me he acercadoalenorme camiónporelladodelcopilotoy he echadounaojeadaalinterior. SobreelasientohabíaunapistolaM-9. Poreselado, elcristaldelaventanillaestabasubidohastaarribay lapuerta, cerrada. Yosólollevabaunrifle yunapistolay noseríamalaideaque los supervivientes tuvieranunarmadurante laoperaciónde rescate. He cambiadode opinióny he decididomataralsoldadoparaconseguirlapistola. He bajadodelestribodelcamióny he caminadohastalapartede atrás. Eraun camión de transporte con plataformade carga, cubiertacon una

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lona. He mirado enlaplataformade carga. No he visto nadaque me pudieraserútil... tan sólo unas cajas de madera llenas de Dios sabrá qué. Probablementeexplosivos. Nosoyexpertoenlamateria.

He cogidounbuencascote de autopistay lohe arrojadosobre elasfalto, cercadelos pies de lacriatura, paraque mirase haciaotroladomientras me aproximabaaella. Hafuncionado. Meheacercadoenseguidaylehemetidoelmorrodelarmapordebajodelcasco, paraqueelkevlarqueleprotegíalacabezanomedieraproblemas.Le he disparado un solo cartucho. La criatura se ha quedado inerme y no se hamovidomientras yoabríalapuerta. Leheregistradolos bolsillos. Nadadevalor. HeagarradolaM-9ymehemarchadodeallí.

No he tenido mucho tiempo parapensarcómo los sacaríade latorre de agua.Teníamos que ponernos en marcha antes del ocaso. No podría neutralizar a lascriaturas. Yocontabaconlaventajaque me dabanmi cerebroy mis armas de fuego,pero, de todos modos, erandemasiados. Teníaque pensarenotrométodo. Parecíaquenotuvieraotraposibilidadquecorrerhaciaellosyempezaragritar, oadisparar,paraque se apartasende latorre de agua(salvé de unomodoparecidoalafamiliaGrisham). Pero esto último también era demasiado peligroso, porque no podíallevármelos encoche. Otravez lafaltade planes. Habíaidohastaallí conlaúnicaideade aterrizarcercadellagoCharles, contactarconlos supervivientes y, talvez,transportarloshastaelHotel23. Nohabíaplaneadootroridículointentoderescate.

Latorredeaguaestabaalavista. Hedivisadoaunodeellos sobrelapasarela. Hetratadodehacerlesseñasconambosbrazos, peronomehanrespondido. Heestadoapuntodudarde mí mismo. Me he preguntadosi habríaidohastaallí tansóloparasalvarados cadáveres. Peroentonces mis esfuerzos se hanconfirmado. He divisadoa una pequeña figura de sexo masculino que orinaba desde la baranda sobre loscadáveres que se encontraban abajo. Aunque la maleza me impedía ver loscadáveres, he sabidoenseguidaqué eraloque hacíaelmuchacho. Apuntabacontodasumaliciaalascabezasdelosmuertos.

Me he permitidounarisitay luegohe vueltoaloque estaba. Latorre de aguaseencontrabaatansólodiezmetros delavalladelaeródromo. Enloaltodelavallanohabíapúas y notendráningúnproblemaparapasarporencima. He idoatodaprisahastauntrechodondelas criaturas nopudieranvermey, conprecisión, hepasadoalotro lado. Entonces he corrido hacia elhangar. He visto una hilera de cochecitoseléctricos portaequipajes enchufados aunos cargadores que se encontraban detrásdelhangar. Meheacercadolentamenteaellos. Nosabíacuántotiempohabíapasadodesde que aquellazonase habíaquedadosinsuministroeléctrico, así que tampocoestabasegurodequeaúnfuncionaran. Hedesenchufadounoyloheempujadohastaelcostado delhangarparaverlo bien. Habíaatraído aun cadávercurioso que seencontrabaalotroladodelavalla. Debíadehabermevistodarelsalto.

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Los cochecitos no se activaban con llave. Me imagino que no empleaban llavesparaimpedirque se cayeranaccidentalmente enlapistay provocarandaños enlosmotores delos aviones. Hepulsadoelinterruptor, mehesentadoenelvehículoy hepisadoelacelerador. Elmotoreléctricohadadounasacudida, peroelcochecitonoseha movido. He probado con otro cochecito. Había varios y estaban todos ellosalineados detrás deledificio. Lohe conseguidoconelterceroque he probado. Se haoídoelmurmullodelmotor, y entonces elcochecitose hapuestoenmarchay haavanzadohaciaeltrechode vallaque se habíarotocercade latorre de agua. Me hedetenidoenelcentrodelapistayhebajadoalsuelosinapagarelmotor. Heapoyadoelrifleenelhombroy heempezadoadispararhacialabasedelatorre, paramataratodos los que pudieraantes de que todos los ojos de los muertos vivientes en unradiodetreskilómetrossevolvieranhaciamí.

He seguidodisparandohastaque todos ellos se hancongregadoenelagujerodelavalla, conlos brazos extendidos y deseosos de atraparme. He aguardado aqueestuvieranacincuentametros dedistanciaantes deregresaralcochecitoy alejarmeatodavelocidad. Así, los muertos vivientes se hanalejado de latorre. He reducidovelocidad mientras seguíaadelante porlapistay he cargado elarma. Aunque noestoymuyseguro, creoquedebíandeseguirmeentredoscientosytrescientos.

Habíallegado alfinalde lapista. Me he bajado delvehículo y he empezado adispararles. Se encontrabanaunos trescientos metros. Teníatiempo. He empezadopormataralos queyaseencontrabandentrodelperímetrodelaeropuertoy estabancercade mí. Luegohe disparadoselectivamente alamuchedumbre, empezandoporlos que estabanmás lejos. Así, cuandoregresaraalatorre de agua, tardaríanmás endarmealcance.

Debíande encontrase aunos cienmetros de mi. Habíanatraídoatantas moscasque me entrabanganas de vomitar. Los gemidos de los cadáveres nome impedíanoírelzumbidocolectivode las moscas. Aunque deberíadecirque lopeorde todoeransus caras resecas y putrefactas. Sus labios se habíancontraídoenunaperpetuasonrisaysus manos huesudas ibanpordelanteenunintentodecapturaralgo. Eraelmomentode ponerse enmarcha. He saltadode nuevoalcochecitoy he trazadouncírculoentornoalamasade muertos vivientes, y he pisadoelaceleradorhastaqueeltalónhatocadoelsuelo. Porcuestiones de seguridad, elvehículonopodíairmuyrápido. Comomucho, aquince oveinte kilómetros porhora. Alacercarme alacorrede agua, les he gritadoque estuvieranapunto. Nosé si me hanoídoono. Elgruesode las criaturas debíade estaraunos ochocientos metros de mí. Aúnhabíatiempo,peroigualmentetendríaqueencargarmedelosdiezodocequesehabíanquedadoalpie de la torre de agua. La batería del cochecito empezaba a dar señales deagotamiento.

Habíallegadoalagujeroabiertoenlavalla. Elfollaje nome permitíaverbieny,porello, noteníamanerade saberconexactitud qué habríaalotrolado. He abierto

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fuegocontraloquemehaparecidoqueeraunacabeza. Heabandonadoesatácticaymeheadentradoconprecauciónenlamalezaquerodeabalatorre. Losquesehabíanquedadoallí debíande estarsordos porque se hallabanenunestadoavanzadodedescomposición. Eraposible que ni siquierahubiesen oído eldisparo. Muchos daellos teníanunsoloojo, y algunos ninguno. Serianunblancofácil. Alcabode pocotiempo, labase de latorre haquedado libre de todo peligro. Les he gritado alossupervivientesquebajaranencuantofueraposible.

Heoídounavozautoritariademujerquegritaba:—Danny, hanloqueirdiceelseñor.Yelmudadloleharespondidoconvoznerviosa:—Si, abuela.Elchicohabajadoprimero. Debíadetenerunos doceaños, conelcabellocastaño,

los ojos de colormarrónoscuro, y lapielclara. Luegohabajadolamujer. Yodiríaque tenía cincuenta largos, incluso sesenta y pocos. Tenia el cabello pelirrojo yondulado, y un ligero sobrepeso. Ambos estaban ya en elsuelo con sus escasaspertenencias y me mirabanalaesperade que les resolvierasus dudas. Después dehabervistoatantas criaturas juntas, se me agotabalaconfianzaenmi mismo, igualque se agotabalabateríadelcochecitode golf. He empleadotodas las habilidadesteatrales que aún me quedaban (las que empleaba para interpretar a AbrahamLincolnenelparvulario) yhefingidoestarsegurodemi mismo. Leshedichoquemesiguieran. Antes de ponernos en marchahe sacado unabridade lamochilay hevueltoalcochecitoportaequipajes.

Estaban más cerca, a unos quinientos cincuenta metros y se aproximaban conrapidez. Me he subido alcochecito y he arrancado marcha atrás. Se ha oído unafuerteseñalacústicadeaviso. Hesujetadoelpedalconlabridaparaqueelcochecitonose detuviese hastaque chocaraconalgoose quedarasinbatería, He saltadoatierra y he dado volteretas por el suelo para evitar hacerme daño, mientras elcochecitoseguíaenmarchaconsus estridentes señales deaviso, endirecciónhacialamasade muertos vivientes. Hemos vueltoalaavionetaporelmismocaminoporelque yohabíaidoantes, conespecialcuidadode que nonos descubrieranmientrascaminábamos torpemente por las espesuras paralelas a la I-10. He oído fuertesgemidos que venían de más atrás, que se nos acercaban desde elaeropuerto. Elvientonos veníade cara. Nocabe ningunadudade que puedenlocalizarnos porelolor, aunque reconozco que en ningún momento me he detenido a examinar aningunodeelloslobastantecercacomoparaversi respiransiquiera.

Mientrascaminábamosporelbosquehacialazonadondesehallabalaavioneta, lehe dadoalamujerlaM-9 que habíarobadoantes delcamiónmilitar. Me hadichoque se llamaDeany que elniñoerasu nieto, Danny. Les he estrechadolamanoa

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ambos y hesacadolanotaescritaamanosobrepapelamarilloquehabíaencontradoenelcamióncisternadelaeropuertoHobby.

Lamujerhamiradolanota. Se hadetenidounmomentoy sus ojos enrojecidos sehanpuestoallorar, yhanmiradoalosmíos. Hatendidolosbrazosymehaabrazadosindejardellorar. AlinstantehepensadoqueelseñorDavis debíadehabersidounamigoíntimo, ounfamiliarde lamujer, y que lanotahabíahechoaflorarrecuerdosdolorososyrecientesdesumuerte.

—Sé que lo está pasando usted mal, pero no podemos detenernos. A nuestroalrededorhay muchas criaturas como ésas. Ese cochecito de golf no los engañarádurantemuchotiempo—lehedicho.

Me hainsistidoenque necesitaríaunminuto, odos, paravolverensí. ¿Qué ibaadecirle? Si mi madre llegaadescubrirque le habíafaltadoelrespetoaunapersonamayorqueyo, mehabríaarreadoenelculo.

LehepreguntadoalamujerquéhabíaocurridoconelseñorDavisysufamilia.Meharespondido:—LafamiliaDavis somos Dannyyyo. Yomismadejéesanotaelmes pasadoenel

aeropuertoregionaldeHobby, antesdevolarhastaaquí.Perplejoy espoleadoporellevísimoaguijonazodelsexismoenlomás recóndito

demi mente, lehepreguntadoquiénhabíapilotadoelavión.Mehasonreídoy. porunmomento, mehaparecidomás joven, ymehadicho:—Yo. Soy pilototitulada, o, porlomenos, lofui enlos tiempos enque eltítulode

pilotovalíaparaalgo.He tratadode disimularlacarade gilipollas que se me habíapuesto, he echado

una mirada en derredor por si descubra algún peligro y he reanudado laconversaciónconlamujerllamadaDean. Danny estabasentado enelsuelo, asuspies, y su pequeña cabeza también se volvía de un lado para otro en busca depeligros.

Alhablar con la mujer, me sentía en paz, como si fuera la última abuela delmundoyyoquisieseescucharsushistorias.

Peronoeraelmomento.Mi principal motivo para detenerme había sido darles un respiro emocional

después de loque acababade sucederías enlatorre de agua. Aunque lamujerfueramás que capaz de cuidarde sí misma, nodejabade serunamujermayor, y me hellevado laimpresión de que necesitabaunabreve pausa. Lamujer llamadaDeanmostraba síntomas evidentes de malnutrición. Tenia la piel fláccida en brazos ypiernas, testimonio delamor que sentía por su nieto. Danny tampoco tenía muy

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buena, pinta, peroeraevidentequelaabuelalehabíacedidotodalacomidaparaquepudierasobrevivir.

Con sentimiento de culpa y algo de tristeza en la voz, les he propuesto quesiguiéramos adelante y llegáramos antes alaavioneta. Si nos veíamos obligados avolarde noche, seriamuy difícilencontrarelcamióncisternaenHobby. Mientrascaminábamos, he querido distraer a Dean de los acontecimientos deldía y le hepreguntadoporquéaprendióavolar. Lamujerteníaganas decontármelo. Meloibaexplicando en susurros y yo miraba entre los árboles que intermitentemente medejabanverlaAutopistaInterestatal. Devezencuando, mientras nos dirigíamos alaavioneta, loshevisto.

Mientras caminaba, me haexplicadoenvoz bajaque se habíajubiladoyacomopiloto, que había trabajado en la Brigada de Bomberos de Nueva Orleans, y queañorabaelvolary elayudarapersonas necesitadas. Tambiénme hadichosuedad:que se había retirado hacía diez años, al llegar a los cincuenta y cinco. Me haparecidoincreíblequeesamujerhubierapodidosobrevivirdurantetantotiempoy, ala vez, mantener con vida al muchacho. Me he quedado pasmado y he sentidoverdaderorespetoporsuafándesupervivencia.

Habíaunas pocas criaturas enlaAutopistaInterestatalquese interponíanentrelaavionetay nosotros. Atantadistancia, los gemidos delos muertos erancasi unmeroproductode nuestraimaginación. Le he contadoaDeanque habíaperdidoelfrenodelaruedaizquierdaalaterrizary quetenialaesperanzadenotenerquesuspendereldespegue, porque unbonitocamiónmilitar, grande y verde, nos aguardabaenlaautopistauntrechomás allá. Nohaparecidoque le preocuparay tampocome hapreguntadode dónde procedíanmis habilidades enelpilotaje. Simplemente parecíacontentadeestarviva. Alllegaralaavioneta, heabiertolapuertaycasi sinpensarlo,le he cubiertolos ojos aDanny paraque noviese elcadáverque habíamatadopocoantes alladodelaeroplano. Pero¿qué más daba? Elchicodebíade haberse meadosobreunnúmerodemuertosvivientesmayordelqueyohubieravistojamás.

Tras inspeccionarlaavionetay los cinturones deseguridad, hemos empezadoconla rutina de despegue. Dean y yo mismo nos hemos puesto los auriculares decomunicación interna, y ellame haayudado con las rutinas, porque llevamás dedoscientas horas devueloconesemodelo, muchas más delas quellevoyo. Elmotorsehaencendidosinproblema. Hemos arrancadoy laavionetahaempezadoarodar.No teníaningún sentido probarlos frenos. Eláreaestabadespejada; he aceleradohastalos cincuentanudos. Unúnicocadáverse acercabaalasfaltode laInterestataltras salirdelamedianaajardinadaqueseparabalos dos carriles delaI-10. Noestabasegurodesi loconseguiría.

Entonces he notado que alguienagarrabalas palancas de mando y tirabahaciaatrás. HeoídolavozdeDeanporelsistemadecomunicacióninterna, quemedecía:

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«Loconseguiremos.» Nopodíacreérmelo. Laascensiónhasidomás empinadaqueaquellaotravez enlaque Johny yotuvimos que despegarde unapistade tierraantes de que las nucleares borraranSanAntoniodelmapa. Nohansidolos motoreslos que me han estrujado contra el asiento. Ha sido la gravedad. Habíamosdespegado unos trescientos metros antes de lo que debíamos parano estrellarnoscontraelcadáver. No me haquedado más remedio que hacer acopio de coraje yreconocerqueDeaneramejorqueyoconlaavioneta.

Encuantohemos dejadoatrás elcamión, elcráteryelpasoadesnivelquesehabíavenido abajo, hemos divisado de nuevo elaeródromo. Por pura curiosidad le hepedidoaDeanque sobrevolaralas pistas. Mientras las sobrevolábamos, los he vistoapiñados entornoalcocheritoeléctrico, alotroextremodelas instalaciones. Sehabíaestrellado contra la valla y me imagino que aún debía de emitir señales sonoras,porque los cadáveres estabanmuy interesados enély tratabande hacerlopedazos.Quizáporelolor, quizáporelsonido, talvezporambascosas.

Dean me hapreguntado adonde nos dirigíamos. Le he pedido que nos llevarahastasucamióncisterna. Lohahecho.

Como sentíacuriosidad porsabercómo habían llegado alo alto de latorre deagua, he aprovechado que nos hallábamos a salvo en elaire y le he hecho unascuantas preguntas. HabíanaterrizadoenellagoCharles lanochedel14demayo. Noha entrado en detalles, pero sus manos, que aún sujetaban los controles, hanempezado a temblar cuando me ha contado que tuvo que dejar la avioneta enmarchay correrconDanny hastalatorre paraevitarque los devorasen. Tuvieronque subirálatorre de aguacontodoloque pudieronllevarenunúnicoviaje. Le hepreguntadoporqué nohuyeronenelavión. Hacontestadoami preguntaconotrapregunta, porque me hadicho: ¿Es que aldespegar no te has fijado en todos loscadáveres que estabantumbados entornoalaavioneta, cercade lahélice?» Me hedadocuentadequenolegustabahablardeeseasunto.

Mehaexplicadoqueutilizólamantaparaconseguiraguaparalos dos. Enelsextodía, uno después de que se les acabara la que llevaban, había trepado desde lapasarelahastalomás altode latorre. Habíaconseguidoabrirelconductoporelquese tomaban muestras delagua potable para hacer pruebas. Había logrado meterhastaquince centímetros de mantabajo elagua. Dean y Danny habían vivido de«agua de manta recién exprimida de Luisiana» durante casi un mes mientrasescuchaban los inacabables gemidos de los muertos. Mientras me lo contaba, havueltoallorar.

Alaalturade Hobby se nos acababayaelcombustible. Quizáhabríamos podidollegarhastaelHotel23 conloque nos quedaba, perohe pensadoque nomerecíalapenacorrerelriesgo. Yosabíaqueelcamióncisternaaúnfuncionaba, yaquelohabíaempleado hada poco, y estaba seguro de que contenía una gran cantidad de

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combustible. Cuando elsoldescendía hacia poniente, hemos sobrevolado Hobbyparaecharunaojeada. Habíamuertos vivientes eneltejadoadyacente alaventanadestrozadade laterminal, y también he visto aunos pocos en elsudo, alpie deledificio. Algunos habíanquedadodetalmaneraquenopodíanlevantarse. Quémalaputaeslacinética.

Heaterrizadolaavionetaylaheacocadopeligrosamentealcamióncisterna. LehedichoaDeanque se quedaradentro. Nole hagustadolaideay haqueridoayudar,perohe vistoensus ojos que lamujersabíaque yoteníarazón. Después de pasarseunmes enloaltode lacisterna, víctimadelhambre, delcalory delfrío, noestabaalciento por ciento. Es por eso por lo que durante todo elvuelo he mantenido lasmanos cercade los mandos, pormuchas horas de vueloque hayaacumuladoDean.Esprobablequepilotemejorqueyo, peroestabamuyfatigada.

De acuerdoconmi procedimientoestándarparasituaciones comoésa, he dejadoelmotorenmarchay me he acercadoalcamióncisterna. Nohe tardadodemasiadoenllenarlos depósitos y he conducidolaavionetahastalapistaparadespegardenuevo. Unavez enlalíneade salida, me he dadocuentade que llevabacasi diezhoras sin contactar con el Hotel 23, y que los auriculares tampoco estabansintonizados conlaradioVHF. Deany yohabíamos idohablandode caminohaciaHobbyy, detodos modos, estábamos fueradelalcancedelHotel23, porloquehabíadesconectadoelVHFantes dedespegarenlaInterestatalparaevitarlaestática. Deanha empleado los mandos del copiloto para despegar, igual que en el despegueanteriorlos habíaempleadoparaesquivarelcadáver. Hemantenidolas manos sobremispropiosmandosporsi teníaqueayudarla.

Mientras despegábamos y sintonizabalas radios paracontactarconelHotel23, hevistoporelrabillodelojouncadáverqueseasomabaporlaventanadelacabinadepilotajedelBoeingenelqueJohn, Willyyomismohabíamostratadodeentrarvariassemanas antes. Habíaquedado atrapado porlacinturay he visto que agitabalosbrazos enunfútilintentopordejarse caersobre elhormigón. Todalaactividad quehabíatenidolugarrecientementeenelaeropuertodebíadehaberpuestonerviosos alos muertos vivientes encerrados enaquelgigantescosarcófagodevarios millones dedólares.

Hehabladoalmicrófono:—H23, Navy One alhabla, cambio.Se haoídolavozde John. Estabafrenético. Me harespondidode acuerdoconlos

procedimientos estándarenlas comunicaciones porradioparanorevelarnombres niubicaciones.

—Navy One, H23 alhabla. Hace horas que tratamos de contactarcontigo. EnestemomentoelH23noesseguro.

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Le he preguntadoqué sucedía. Alinstante he tenidomiedode que nos atacase denuevoelúnicoenemigoaúnmáspeligrosoquelosmuertos.

Me harespondidodiciéndome que habíatenidolugarunaconcentraciónrecientede muertos vivientes eneláreade aterrizaje y enelentornode lavallaposterior, yque aterrizarallí seríapeligroso, porque debíade haberun centenaren elmismolugaren elque trataríade posarme. Le he preguntado si teníaalgunamaneradedespejarlo, porque regresaba con «un alma más otras dos a bordo». Me harespondidoquedentrodeveinteminutos estaríademasiadooscurocomoparapoderhacernada. Lehedadolarazón. Seríaunsuicidioirallí denocheytratardeecharlos,y, encualquiercaso, noteníanningunagarantíade conseguirlo. Y que bastaríaconque la avioneta golpeara a una de esas criaturas a ochenta nudos para provocardaños enlaestructuray enelmotordelaparato, y unamuerte rápidaatodos susocupantes. Teníamosqueencontrarenseguidaunsitiodondepasarlanoche.

Por razones obvias, no podíamos contar con elaeródromo dellago Eagle. Nopodíaexponermeacorrerriesgos y aterrizarconlaavionetaenterrenodesconocido.Tendría que encontrar otro aeródromo. He empezado a buscar candidatos en elmapa. He descubierto uno muy pequeño, llamado Stoval, a unos veintidóskilómetrosalsuroestedelH23. Tendríaquebastarnos. Elsolsehabríapuestocuandollegáramos, por lo que deberíamos intentar otro aterrizaje con gafas de visiónnocturna.

En esta ocasión no pensaba apagar los motores, porque no tendríamos dónderefugiarnos si lacosanos salíamal. Habríaque correrelriesgoconelestruendodelos motores. Comonosabíade qué manerareaccionaríaDean, le he pedidoaDannyque buscase enmi mochilay sacaralacajaverde de plásticoreforzado. Lohahecho.Deanllevabalos mandos. He empezado aexplicarle aellalo que tendríamos quehacery le he dichoque notemamos otraopción. Le he ordenadoque apagase lasluces de colisión exteriores y se preparase para pasarme el control en cuantoestuviese demasiadooscuroparavernadaentierra. Le he indicadoelaeródromoalquenosdirigíamos. Haalteradolevementeelrumboynoshemosdirigidohaciaallí.

He sacadolas gafas de lacajay me las he puesto. Queríaque mis ojos tuvierantodoeltiemponecesarioparaacostumbrarse, simplemente parairmás seguro. Herebajadotantosu intensidad que parecíaque las gafas fueranunavendaenvez deun instrumento paraver de noche. Estabayamuy oscuro. Almismo tiempo queajustabalos intensificadores de las galas, le he pedido aDean que me pasaraloscontroles. El paisaje ha cobrado vida en el color verde que me resultaba ya tanfamiliar.

He empezadoabuscarelaeródromo, peronoestabaallí. He seguidobuscandoybuscando, siempre conelmapaenlamano. He tardadoveinte minutos endarmecuenta de que lo habíamos sobrevolado ya varias veces. El aeródromo estaba

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abandonadoy noteníatorre de control. Los hierbajos habíaninvadidolapistahastaelpunto de que casi podríamos cortarlos con la hélice cuando aterrizáramos. Detodos modos, nomeeraimposibledistinguirelhormigóny los contornos delapista.Nohabíanadaenlazona, salvounúnicohangar. Me he acercadoparaversi teníaalgunapuertaabierta. Mehaparecidoqueestabacerrado. Heviradoconlaavionetapara el aterrizaje. Al haberme acostumbrado al problema de percepción deprofundidad que padecíaconlas gafas, estavez he aterrizadomejor. He dejadolaavionetaen posición paraeldespegue de mañana, he apagado elmotory me hequedadoenvela.

Ahoramismo duermen. Hemos aterrizado hacialas 21.00 horas. He contactadocon John y le he informado de nuestras coordenadas. Me ha dicho que mañanasaldráconWillenelLandRoverparaacabarconellos y que nome preocupe. Se hareído y me hadicho que me acordase de encenderlaradio porlamañana, y queestaría pendiente de la suya durante toda la noche. Le he preguntado cómo seencontrabaTara. Johnme hadichoque estabasentadaasuladoy que decíaque meechademenos.

9 de Junio

2:18h.

Veomovimientoenlalejanía, enelperímetroexteriordelaeródromo. Noestoysegurode loque es. Las puertas de lacabinaestáncerradas y tengosueño, peromeniegoadormirme. Deanestádespierta. Noledigoloqueveo.

3:54h.

Elmovimientoque habíadivisadoenlalejaníaresultaserunafamiliade ciervos.He vistoenseguidaque erancriaturas vivas porelreflejoque las gafas de visiónnocturna me mostraban en sus ojos. Los muertos vivientes no comparten estareconfortantecaracterística.

6:22h.

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Hasalidoelsoly tenemos laradioencendida. HehabladoconJohny mehadichoque dentro de una hora, como mucho, habrán despejado la pista. No se aprecianingún movimiento en estazonay lafamiliade ciervos se hamarchado. Dean yDannysehancomidobuenapartedelacomidaquetraje. Noselovoyareprochar.

7:40h.

Han llamado; John me dice que yapodemos ir. Despegaremos dentro de pocorato.

11 de Junio

9:40h.

Llegamos al Hotel 23 por la mañana del día 9 sin ningún incidente. Jan semantuvo en contacto con nosotros mediante las radios VHF y nos comunicó laposiciónde Johny Willmientras estábamos enelaire y ellos alejabanalos muertosvivientes de nuestrapistade aterrizaje. Antes de descenderhaciaelH23, le dije aDeanquenoesperaragrancosadenuestrorefugioyqueíbamos asertansólonueve(Annabelle incluida). Danny viajaba en elasiento de atrás y se había puesto unosauriculares. Erandemasiadograndes paraély mehizograciaqueseleresbalarandelos oídos mientras nos preguntaba: «¿Quiénes Annabelle?» Le he dichoaDanny queteníamos unacachorrillaenelHotel23, quesellamabaAnnabelle yqueleencantabanlos niños. Danny se hapuestoallorarde alegríaalpensarque porfinpodríaestarconunanimalitosimpáticoynotendríaquever«gentefea», comoéllosllamaba.

No le dije nada sobre Laura para que se llevara una sorpresa. A duras penaspuedoimaginarme laalegríaque se llevóalveraunaniñade su edad, conlaquepodríajugar, aunque fuese unaniña. A pesarde que sólome ocurraunavez cadavarios años, sentí eldestello de un recuerdo, elolor familiar de un baúlviejo demaderade cedrorepletode objetos que evocabantiempos pasados... Aúnrecuerdocómoeralavidaalosdoceaños.

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PETRÓLEO

14 de Junio

22:47h.

Hoy hemos tenidounareunión. Hemos asistidolos nueve, aunque Laura, Dannyy Annabelle no han prestado atención. Se han quedado jugando en silencio en unrincón mientras hablábamos. El aspecto de Dean ha mejorado mucho. Le heexplicadotodoloque nos ocurriórecientemente enelHotel23 conlos bandidos y lehehechounresumendequiénessomoslosqueestamosaquí ycómonosconocimos.

Ellatambiénnos hacontadounas cuantas historias sobre loque tuvoque hacerpara sobrevivir durante los meses que pasaron hasta que quedó atrapada en la«Torre de Charles». Nos ha dicho que estaba con el pequeño Danny en NuevaOrleans y que habíaoídoelavisode que ibanatirarunabombasobre laciudad, yque trataron de llegar en su avioneta al área segura más cercana. Pero no loconsiguieron. Habían pasado varios meses de aeropuerto en aeropuerto, sacandocomida, aguay combustible de donde pudieron, hastaque finalmente se agotósusuerte.

Deanhaasumidoelcargode abuelaoficial, yaque cuidade los niños y nos daconsejos. Llegóhastaelpuntodeveniravermeayerenprivadoparadecirmequesehabíadado cuentade que Taraestáenamoradade mí. Yo yalo sabíadesde hacetiempo, peroheestadodemasiadopreocupadopornuestramerasupervivenciacomoparahaceralgo alrespecto. Me preguntó paraqué queríasobrevivirsi no teníaanadieaquienamar, ni quemeamaraamí. Nolecontesté. Noestabadehumorparaemotividades. Aúnnos encontramos enmediode graves problemas y nocreoquemequedetiempoparaamoresyromances.

Le pregunté si se habíaencontradoconotros supervivientes mientras viajabandeaeropuerto en aeropuerto. Me contó otro horrible relato en el que ella y Dannytrataron de rescatar a dos supervivientes que les habían hecho señas desde unaeropuerto. Centenares de muertos vivientes avanzaban hacia los dossupervivientes, peroéstos noalcanzabanaverlos, porque se interponíaunacolina.

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Dean había sobrevolado el área donde se hallaban los muertos vivientes en unintentoporadvertirles delpeligro. Peroyaerademasiadotarde. Enelmomentoenque los supervivientes se percataron de lo que ocurría, los muertos vivientes seencontrabanyaenloaltodelacolina. Engulleronalosvivoscomounamarabunta.

Deanse habíasentidoculpable porelincidente y se habíapreguntadoamenudosi los supervivientes habíansalidoalas pistas tansóloparahacerles señas aellay aDanny. Enunintentoporconsolarla, le dije que lomás probable eraque hubiesenestadoallí detodosmodosyqueellanohabíahechootracosaquesobrevolarlazonaen ese preciso momento. Lo más probable es que se expusieran a salir a campoabiertotansóloparahacerlesseñas, pero¿paraquétorturarlaconesepensamiento?

Últimamente practico ejercicio con satisfactoria regularidad. La presencia demuertos vivientes ha descendido notablemente en los alrededores del complejodesde que tuvolugarelataque de los forajidos. He instaladounabarraparahacerflexiones de brazos en lasalade control. Lahe hecho con chatarray he utilizadobramanteparasujetarlaalasvigasdeltecho.

Johnhaestadotodoeltiempopendiente de las radios y nohadetectadoni rastrode transmisiones cifradas, ni de nada. Alparecer, Deancree que aquí estaremos asalvosiempre y cuandovigilemos nuestroentorno. Lahe informadode que existemás de unamanerade entrary salirdelcomplejo. Unode estos días lallevaré devisitaguiadaportodoelHotel23. Noes novataenelmanejode armas de fuegoytengolasensaciónde que, llegadoelmomento, sabráactuar. Es unamujercurtida,producto de un sistema de educación anticuado. Perdió a su marido por causasnaturales años antes de que los muertos vivientes empezaranacaminar. Conocíalamuerte. Loquenoconocíaeranlosmuertosandantes.

17 de Junio

21:06h.

Nos hemos quedadosinGPS. Estoy segurode que los satélites siguenahí, peroahora que las estaciones terrestres no los recalibran a intervalos regulares ya notransmiten bien, y no logro captar sus señales con el receptor. El sistema denavegacióninternoDVD/GPSdelLandRoveryanonos sirveparanada. AlnotenerGPS, vi muyclaralanecesidaddeprobarlosteléfonosporsatélite. Funcionaronbien.Johny yosalimos alasuperficie conellos y fui yoquienprobé primeroamarcarenelmíoelnúmeroimpresojuntoalcódigodebarras delaparatoquesosteníaJohn. Lallamadallegóasudestino, y entonces fue Johnquienllamóalteléfonoque yotenía

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en las manos. Aunque sean un excelente medio de comunicación, no podemosfiarnos de ellos. Lomismopuede decirse de cualquiersistemade comunicaciónquedependadecomplejosmecanismosgestionadosporuntercero. Estosdíasduermoenlasaladecontrolambiental, porqueleshecedidomi habitaciónaDeanyDanny.

Aquí hace más fríoque enmi antiguocuarto. Podríahaberelegidoentre muchasotras salas, pero es que me gusta estar cerca de los demás. Hay incluso uncompartimento bastante grande con taquillas y plegatines. Probablemente estabandestinados a supervivientes civiles que pudieran llegar a este sitio durante unaguerranuclear, odespués deésta. Ojalátuvieraunametaútilypositivaquealcanzarenmi vida, apartedeseguirconvida.

Hoyhesacadomi carteradeentremisefectospersonalesyheechadounaojeadaami carnetde las Fuerzas Armadas. Elhombre de lafotografíano se parece amí.Desdeluegoqueahí estámi cara, ymi nombre, ymi númerodelaSeguridadSocial...pero... esos ojos... erandistintos. Los ojos de lafotonoteníanlamismamiradaquelos delhombre que ahoracontemploenelespejo. Lavoy aconservar. Laguardarécomo recuerdo de lo que fui en otro tiempo; un engranaje de un mecanismo másgrande que yo. Hanpasadoseis meses desde eldíaenque vi porprimeravezaunode ellos caraacara. Todavíame producenlos mismos escalofríos. Estoy segurodequesiemprevaaserasí.

20 de Junio

23:09h.

Ahora mismo llueve con mucha intensidad. El mal tiempo nos está dandoproblemas importantes con el circuito cerrado de televisión. Provoca estática ypérdidade estabilidad de laimagen. Los muertos vivientes de estazonaestánmuydispersos, peroaúnlos veoalaluz de los relámpagos. Las radios nonos handadoningunaalegría. Ahí fueranohay nadie, o, porlomenos, nohay nadie anuestroalcance. Parapasarelratomientras duralatormenta, heojeadoeldiariodelhombreque montabaguardia. Los acontecimientos recientes enelHotel23 me habíanhechoolvidarlo.

La noche anterior había ido a mi antigua habitación para recoger mis últimosefectos personales y entonces loencontré. Deanhabíapuestomis cosas enlacajadecartón y me dijo que habíasido muy amable alcederles mi habitación aellay aDanny. Medijoquehabíaencontradomi diariopersonal, peroque, porsupuesto, nolohabíaabierto. Le expliqué que noeramíoy que habíapertenecidoaunapersona

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que enotrotiempoestuvoapostadaallí. Le dije que loguardabaparaesapersona.Deanlocomprendióymeloentregó. Sepreguntabasi habíametidolapata.

Laobsequié conunasonrisatranquilizadoramientras le tomabaeldiariode lasmanos, lo metía en la caja y me marchaba a mi nuevo alojamiento en la sala decontrolambiental. HeesperadoaestanocheparavolveraabrireldiariopersonaldelcapitánBaker. Lapáginadel10deeneroteníalapuntadobladaymeheacordadodequeyalahabíaleído. Hepasadolapáginayheempezadoporel11deenero.

11 de enero

Como ya me esperaba, tal como pone en los mensajes recibidos recientemente,no nos dejarán marcharnos, durante algún tiempo. Estas instalaciones serían másque adecuadas para residir en ellas durante un período prolongado, pero la vida enel subsuelo pasa factura a la mente. A diferencia de mí, está casado, y no sédurante cuánto tiempo se mantendrá cuerdo si la orden de permanecer en elsubsuelo sigue en pie. Se pasa el día soñando despierto y le escribe cartas a sumujer, cartas que ni siquiera podrá enviar hasta que el Alto Mando nos autorice asalir a la superficie.

He recibido informes oficiales acerca de la situación en Asia. Su grado deconfidencialidad es más alto que el de este diario y no puedo poner nada aquí.

Sé que aquí abajo no correremos peligro, ocurra lo que ocurra, y eso es loimportante para el sistema estratégico de disuasión de Estados Unidos.

Apartedeestas líneas, nohabíanadamás enlapágina, salvounbosquejoamanodeunmisilquesurcalosairesporencimadeloquepareceserEstadosUnidos.

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23 de Junio

21:50h.

Tengoundolordecabezaespantoso. Porlogeneralmeobligoabeberlasuficienteaguaparano deshidratarme, pero hoy no he pensado en ello. Tengo unajaquecaproducidaporladeshidratacióny, pormuchaaguaquebeba, estonomejora. Tendréqueesperaraquesemepase. Porlamañanadeldía21, John, Willy yosalimos parahacer una ronda de exploración. En lugar de ir en dirección a los crucifijos, nosencaminamos aloeste, hacialapequeñaciudad de Hallettsville. Nonos llevamos elLand Rover, porque queríamos movernos en silencio y evitarque nos detectaran.Nadaobstaparaquetodavíapuedahaberbandidosenestazona.

Anduvimos porlos campos y porplantíos abandonados. Hadaseis meses que nohabíanadie vivoparacultivarlos, y porellononos sorprendiósuestado. Habíamossaltadolaenésimacercaparaentrarenunagranjaabandonadacuandodescubrimoslos símbolos de la codicia y el poder de Estados Unidos. Allí, inmóviles, seencontraban una gran refinería y el esquelético armatoste de las gigantescasunidades de bombeo. La hierba había crecido a su alrededor y era evidente quellevabanvariosmesessinfuncionar.

Me imagino que laúnicaventajade estamasacre es que ahoradisponemos dereservas de petróleo para varios miles de años. La mala noticia es que no quedanadie con vida que domine elarte de retinar elpetróleo y, por ello, las reservastienen la misma utilidad que un colisionador de ladrones. John y yo venimoscomentandodesdehacetiempolanecesidaddedisponerdemanuales técnicos sobretodas las materias, desde la agricultura hasta la medicina, pasando por otrasdisciplinas comoelrefinamientodelpetróleo. Lainformaciónque necesitamos debede encontrarse dispersaporunnúmeroincalculable de bibliotecas abandonadas alolargo y ancho de Estados Unidos. Sin embargo, podríamos perder la vida en elintentodeencontrarlaytransportarlahastaelHotel23.

Al pasar junto a una segunda unidad de bombeo, hice un nuevo y macabrodescubrimiento. Me imagino que las bombas siguieron funcionando durante untiempo después de enero, cuando el mundo se acabó. Parece que uno de esoscabrones cayóaplastadobajoelbrazopendularde labombay su abdomenquedóatrapadoenlamaquinaria. Noestoy segurode que si aunasí revivió. Nole prestéatencióny pasé de largo. Estabaclaroque las aves habíanhechosu trabajoconlaputrefactamonstruosidad.

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Mientras pasábamos, William tuvo que obligarse a sí mismo a no mirar a lacriatura. Seguimos adelante sindetectarsignos de vida. Nuestratácticaconsistíaenevitaraladversario, porquenodisponíamos desilenciadores ni dearmas silenciosas.Abriríamos fuegotansólosi noteníamos otramanerade salvarlavida. Esquivamosatres muertos vivientes porelcampoantes de volveracasa. Se movíanbien, pero,aunasí, erandemasiadolentos comoparadarnos alcance. Nos seguirían, perodudoque pudieran saltar las diversas vallas que se interponían entre elcomplejo y laexplotaciónpetrolífera. Johnyyocomentamosdenuevolanecesidaddereunirlibrosde referencia, por lo que vamos a planear y ejecutar la operación durante lospróximosdías.

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SIEMPRE FIELES

26 de Junio

18:53h.

Durante unode los turnos ordinarios de vigilanciade lazonade aparcamiento,hemos detectadoquealgosemovíaenlacarretera. Teníatodalapintadetratarsedeunblindadoligerode ochoruedas paramisiones de reconocimientocomolos queempleaelCuerpodeMarines. Habíatansólouno. Semovíaagranvelocidad, yvistodesde elcomplejo, avanzaba hacia elnordeste. Ojalá hubiera grabado la imagen,porque entonces habría podido ampliarla y ver mejor al conductor. Mi únicaconclusiónes que debíade tratarse de unamisiónde reconocimientoy que éloellahabíaidohastaallí tansóloparaobservary luegoregresareinformardelasituaciónalapersonaque estuvieraalmando. Puede serque me equivocaray que fuese unaunidadde renegados delejércitoque merodeabaarmaenristre porelcampoconsuvehículo de blindado ligero LAV. No sé mucho sobre esos vehículos delejércitoestadounidense y tan sólo habíavisto uno en unaocasión. Son anfibios y puedenaguantarduranteunbuenratolosdisparosdearmasligeras.

Quizásetrataradeunodelos últimos restos delCuerpodeMarines enestazona.Quiénsabe si todavíaseránleales alacausa. Si yolofuese, noestaríaescribiendoesto.

Pocas horas después delavistamientodelLAV, Deany yohemos salidoconlosniños ajugar. Le he contadomi plande irconJohnhastalas afueras de unaciudadenbuscade manuales técnicos que nos puedanserútiles. Creoque laideale gusta.De todos modos, me hadichoque yaestabaalcorriente de mi plan. Tarase lohabíacontadodespués dehablarconJohn. Alparecer, Taracreíaqueeraunalocura. Nolehabía hablado de lo que sentía por mí, pero parece capaz de comentar cualquierasuntoconDean. Elcasoes que Deanme haadvertidoque Tarapodríaalterarse sime expongoasalirdelcomplejoporalgotantrivialcomounos libros. Después dehabervisto hoy mismo ese vehículo militar, no estoy seguro de lo que tengo que

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hacer. Sí sé que necesitamos manuales médicos específicos, porque tenemos dosniños y unaancianaenelcomplejo. Nosoy médico. Lomás parecidoque tenemos aunmédicoesJan.

29 de Junio

19:13h.

Anoche empezótodo. Alprincipiotansólohabíamos captadounbatiburrillodesonidos conlaradio, pero anoche se intensificaron. Oí unafrenéticavoz humana,ahogada por los disparos de armas automáticas. Sólo era posible distinguir unospocosretazosdesonidoentreelbarullodefondo. Alcaerlanoche, sehizoelsilencio.Mientras John montabaguardia, esamismanoche, volvieron aempezar. Eran las23.00 horas. Lafrecuenciay laintensidaddelos disparos habíandescendidohastaelpuntode hacerme pensarenunas palomitas después de apagarse elfuego, cuandoempezaronaestallardemaneracadavezmás espaciada. LavozseidentificócomoelcaboRamírez delBatallón1.°, Marines 23.° Se habíaestropeadoelvehículodondeviajabaconsuunidadyhabíanquedadoatrapados. Dijoqueestabaconotros seis. Seles había averiado el motor y habían quedado varados en un mar de muertosvivientes. Se oían alaridos de fondo, pero no sé si alguien estaba herido, osimplemente había enloquecido. Seguramente esos marines eran los mismos quehabíamosvistopasarayerfrentealcomplejo.

Llegado ese punto, Johnme convocó alasalade controly tomé ladecisióndeiniciarcomunicaciones conlos marines. Abrí elmicrófonoy dije convoz serenaypausada:

—A la unidad de marines que nos pedía socorro... transmítannos su latitud ylongitud. Cambio.

Alcabodeunossegundosdeestática, recibimosrespuesta:—A interlocutor no identificado, necesitamos asistencia y rescate. Por favor,

repitansutransmisión... cambio.Les repetí cuatroveces lapreguntahastaque, porfin, eloperadorde radionos

revelólalatitudylongituddondeseencontraban:—A interlocutor, creemos que nuestraposición es N29-52, O097-02. Sus señales

son débiles y casi incomprensibles, dos sobre cinco. No nos quedan cartuchos yhemos cerrado la portezuela del vehículo. Nuestra situación es desesperada.Ayúdennos, porfavor.

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Noteníaotraopción. Nopodíapermitirque los marines muriesen. Esas cosas nopodrían entrar en el LAV, pero los marines tampoco podrían salir. Marqué suposición sobre elmapa y John, William y yo preparamos a toda prisa la salida.Partimos en cuanto nos fue posible, durante la noche, para que la oscuridad nosocultara. Me llevé una de las radios manuales HF de onda corta, elM-16 con ellanzagranadas M-203, mi Glocky las gafas de visiónnocturna. Señalé sobre elmapaellugaradonde nos dirigíamos y William propusoque nos lleváramos unode loscontadores Geiger. Estuvedeacuerdo. Antes desalir, lepedí aJohnquemeayudaraa cortar los galones de la casaca. No podía arriesgarme a que esos hombresdescubrieranque soy... que habíasidomilitar. Tambiénnos llevamos varias fundasdecojínporsi teníamosquetraerlosdevuelta.

Si había logrado aterrizar de noche con las gafas de visión nocturna, no cabíaningunadudade que tambiénpodríaconducirunLand Roverconellas. Elúnicoproblema era que tenía que conducir por carreteras asfaltadas para evitar queencallase. Aunque eraunvehículotodoterreno, si encallaba, su diseño, adiferenciadelde elLAV, nosoportaríalos golpes de centenares de puños muertos y muñonessanguinolentos.

Salimos porlapuertahacialas 00.30 horas y nos dirigimos alnoroeste, haciaelpunto de encuentro. Alsalir delcomplejo, me arranqué elvelcro con la banderaestadounidensequehabíallevadoeneluniformedesdequetodoestoempezó. Comohe dichoantes, nopodíacorrerelriesgode que me descubrieseny me obligaranavolver alservicio activo por una causa fútil, o, aún peor, que me metieran en elcalabozo. Eldíaenque decidí abandonarmi unidad y sobrevivirme condené amímismo. Creoque soy elúnicoque sigue convida. Nohabíaningunaposibilidad dederrotaralenemigo. Noquedabamás remedioqueescondersey aguardaralacecho.De acuerdo con los mapas, nos esperaban cincuenta kilómetros de viaje por unterritoriopeligroso.

Ajuzgarporlainformaciónquemehabíanproporcionado, debíandeencontrarseaunosdocekilómetrosalestedeLaGrange, Texas. Tambiénenestaocasión, elmapanos indicóquesetratabadeunaciudadmuy pequeña. Los marines sehallabanaunkilómetroy picoalsuroeste delríoColorado. Técnicamente, estabaninmersos enlasprofundidades de la zona irradiada. No me había acercado tanto a un área deresiduos radiactivos desdeelrescatedelos Grisham. Esacircunstanciameprovocabaciertaaprensión, porque recordabalas retransmisiones delcongresistade Luisianaque oí el pasado mes de marzo. Íbamos a entrar en la boca del lobo. Lasretransmisiones desdeLuisianacesarony amenudomehabíapreguntadoquédebióde ocurrir. ¿Cabíalaposibilidad de que laexpediciónorganizadaporelcongresistanohubieratenidootroefectoqueatraerhaciasus posiciones aunalegióndemuertosvivientes irradiados?

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Llegamos hastalaI-10 sindificultades. Porsupuestoque laInterestatalerazonade guerray las hierbas altas habíancrecidosincontrolentre ambos carriles. Nadaobstabaparaquehubieraunejércitodemuertos vivientes ocultoentrelavegetación.Todas esas circunstancias me daban la sensación de hallarme en un escenariosurrealistaymehacíantomarconcienciadelarapidezconlaquetodosedeterioraenausenciade intervenciónhumana. Alllegaralaccesoporelque habíamos de entrarenla71 Norte, nos encontramos conlos restos de cuatrocoches que habíanchocadoentre sí. Nos bloqueabanelcamino, porque llenabantodo elespacio que quedabalibre entre unmurode hormigónde granalturaque cerrabaelaccesoporunladoyunarocaquelocerrabaporelotro. Tendríamos queapartarunodelos coches conlaayudadelLand Rover. Hacíaunparde semanas habíamos sacadolas bombillas delas luces decolayfrenado. Si noteníamos bombillas, los faros noseencenderían, pormucho que apretara el freno. También habíamos sacado las bombillas de losintermitentesporsi alguienpulsabaaccidentalmenteelbotón.

Por supuesto que... siempre hay que contar con la posibilidad de un errorhumano. Johny William bajarondelvehículoparasujetarconlacadenaunode loscochesdestrozados. Vi conlasgafasdevisiónnocturnaqueWilliam mehacíaseñalesparaque dieramarchaatrás. Las imágenes verdes de resolucióngranulosano mepermitíanverlo que habíasobre larampamás alláde Johny William. Tiré haciaatrás... y, alinstante, las luces de los retrovisores centraly lateral, filtradas porlasgafas, se transformaron en un fulgor insoportable. Con toda la atención quehabíamos prestado a los detalles, no habíamos pensado en las bombillas que seenciendenaldarmarchaatrás. Laluzrefulgiócomounfénix. Me arranqué las gafasde lacabezay miré de nuevohacialos retrovisores. Habíaalgoque se movíadetrásdemisamigos.

Retrocedí ami posiciónoriginal, dejé elvehículoenpuntomuertoy eché elfrenode mano. Llamé a John y a William para que soltasen la cadena y volvieran alvehículo. Yoeraelúnicoque podíaverenlaoscuridady porello, lomás apropiadoseríaquefueseyoquienseenfrentasealascriaturasqueseacercaríandespuésdevernuestras luces. Mientras manoseabalas gafas de visiónnocturnaenunintentoporvolver a encenderlas, oí como John y William soltaban la cadena. Oí sus pasosapresuradosyunsonidomáslejano.

Bajé delvehículoy entrecerré lapuertasinque quedaraelcerrojoechado. Di unpaso adelante, con la esperanza de que las gafas de visión nocturna captaran elfamiliar destello de esos ojos animales vivos. Alotro lado de uno de los cochesdestrozados se hallabaelcadáverde loque debíade habersidounalbañil. Todavíallevabaelmartilloenelcinturónde herramientas. Elrestode utensilios debíandehaberse caído alsuelo. Elestado de putrefacciónno eraavanzado. No me veía, ytampocoeracapazde abrirse pasoentre lachatarra, así que se quedódonde estaba,tratandodelocalizarme.

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Elantiguo albañilno llevaba elcabello largo. Apenas si tenía barba. Existe lacreenciapopularde que, después de morir, elcabelloy las uñas siguencreciendo,peronoescierto. Despuésdelamuertenohaynadaquecrezca...

Apartedelhambredelosmuertosvivientes.Nopuedoestarseguro, pero, ajuzgarporelcinturónde herramientas, elcabello

cortoy loqueparecíaunafeitadoreciente, aquelhombredebíadehabersidounodelosprimerosenmorirhacíaseismeses.

Aparte de un grueso pedazo de carne que le faltaba en el hombro, se habíaconservadomuy bien. Cuandome acerqué averlo, me di cuentade que habíapielypelo adheridos a la punta del martillo. Probablemente había empleado laherramienta que le colgaba delcinturón para matar a la criatura que lo mordió.Como el muerto viviente estaba quieto y no constituía una amenaza inmediata,regresé alvehículoy agarré elGeiger. Habíaleídoatentamente las instrucciones, yaque mi nuevahabitacióneralasalade controlambientaly equipamientodelHotel23. Lo habíaleído todo sobre las restricciones de lamáscaraantigás MCU-2P, asícomolas limitaciones delmaterialde proteccióncontraarmas químicas, biológicas yradiológicas. Había llegado a pasar una noche entera estudiando el empleo delcontadorGeiger.

Activé elGeigery acerqué elauricularaloído. En cuanto hubo pasado tiemposuficiente paraque se calentara, loempleé conJohn. ElGeigerindicabaunnivelderadiactividadnormal. Elcliqueode laestáticanoseguíaningunapauta. Cuandomeacerqué alos restos de los coches, laestáticasubióde intensidad. Estabasegurodeque los vehículos, después de tantotiempoenlazona, habríanabsorbidoradiación.De todas maneras, no supondrían ningún peligro, a menos que nos pasáramosmuchotiemposentadosensuinterior.

Tendí elbrazo sobre elcapó destrozado de uno de los coches para acercar elcontador Geiger alcadáver y obtener lecturas de sus niveles de radiación. Oí unsonido como de módem analógico. El cadáver superaba con mucho los nivelestolerables deradiactividad. Miréelmedidory vi queindicaba400R. Estabaclaroqueno me conveníanadaque me dieraun abrazo. Elcadáverdebió de olerlamanotendidasobre elcapó, porque se echó acaminar violentamente contraelcoche ychocócontraélunay otravez. A diferenciade los cadáveres que habíavistohastaentonces, avanzabaconmovimientos espasmódicos, sindirecciónfija. Se moviódeladohaciaelcoche y entonces le vi los pies. Apenas si quedabanadade sus botas;debíadehabercaminadoconellas durantevarios meses sinhacerni unasolapausa.Se habíaquedadosinsuelas y sus pies mutilados eranvisibles bajounas pocas tirasdecueroycordonesqueaúnsesosteníanenlostobillos.

Eraevidentequeelcadáversehabíaalterado, quizápormi presencia. Semovíadeunladoaotrocomounodeesos robots dejuguete. Searrojabacontralachatarrapor

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unladoy luegose volvíay lointentabadesde otroángulo. Si seguíahaciéndolosincesar, llegaríaunmomentoenelquelograríapasarporentrelos restos delos coches.Yonopodíaacercarme alacriatura, porque estabaimpregnadade radiación. Recogílacadenasinperderdevistaalcadáverrobot. Sujetélacadenaalejedelvehículoquepensabamover. RegreséensilencioalLandRoverymesentéalvolante. AviséaJohny aWillque afuerateníamos auno«calentito». Mi planconsistíaensacarelcoche,soltarlacadenay seguiradelante sinacercarnos alcadáver. Arranqué elvehículoyavancé muy lentamente. Sentí que lacadenase tensabay sufrí lasacudidacuandohubollegadoaltope. Le di más gas y noté que elcoche se movía. Esperé ahaberrecorridounoscincuentametrosparasaliryllevaratérminomi plan.

Encuantosalí delLandRover, escudriñé ellugardonde habíaestadoelcoche. Lacriaturase acercaba. Tratabade correr, peroeraobvioque su faltade coordinaciónnose lopermitía. Se cayó, se levantóde nuevoy volvióaacercarse. Lacriaturanosabíaadónde iba, pero, poruncaprichodelazar, caminabaenlínearectahaciaelLand Rover. Recogí de inmediato la cadena, abrí la portezuela trasera y la metíadentrosinmirar. Oí lapalabrotaquesoltóWilliam cuandolacadenadeveintekilosselecayóencimadelospies. Mientrasentrabaenelvehículoycerrabalaspuertas, oíque elcadáverse estrellabacontralas ventanas traseras. Pisé elaceleradorhastaelfondoy di lavuelta, y pasamos atodavelocidad porelespacioque habíaquedadoabiertoentre lachatarra. Vi porelretrovisorque elcadávertratabade perseguirnosconunaespeciedetrotedesmañado, guiándoseporelsonidodelvehículo.

Novoy aengañarme amí mismo. Porunbrevísimoinstante pensé encancelarlamisión y volver a casa. ¿Qué podíamos hacer nosotros tres contra un ejército decadáveres contaminados? Ya estábamos más cerca. Willtrató de contactar con laradio. Abrió elmicrófono y llamó. No oímos nada, pero aquellaradio no eratanpotente comoladelHotel23. Talvez aúnvivieran. Después de imaginarme enquésituaciónseencontrarían, mequitédelacabezatodaideadeabortarlamisión.

Tansólounos minutos después de que Willhubiese probadoporprimeravez laradio, recobramos laconexión. Unavez más, elcabose identificóasí mismoy asuunidad. Frenéelvehículoy lequitélaradiodelas manos aWill. Lepreguntéalcabosi podíanactualizarsus coordenadas y si llevabanarmas pequeñas dentrodelLAV.Me respondió que aún se encontraban en la posición anterior, que estaban todosarmadosytransportabanmuniciónparaarmasligeras. Peroquenoteníanmaneradedispararafueradelvehículosinabrirlaescotillasuperior. Tambiénme comentóquenoles quedabamuniciónparalaametralladoray que porese motivohabíantenidoque cerrar la escotilla. Le pregunté cuántos muertos vivientes se hallaban en suposición. Después de unapausa(diolaimpresiónde que noqueríadecírmelo) meinformódequeeramarineynosabíacontarhastaunnúmerotanalto. Lepregunté:

—¿Mehablausteddecientos, cabo?

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—Sí, señor—merespondió.Tanto John como William profirieron maldiciones en voz altay negaron con la

cabeza, llenos de aprensiónporloque pudierasuceder. Habíallegadoelmomentodeenfrentarsealarealidad.

Nos bastó con tres kilómetros de I-10. Salimos en dirección norte por la 71 ymarchamos a toda velocidad hacia los marines. La única táctica a la que podíarecurrireralamismaque habíaempleado parasalvaralos Grisham y que habíavistollevaracaboporlos forajidos. Teníaque tratarde guiarlos comoaunrebañolejos del vehículo averiado. Dejé la radio encendida y traté de charlar sobrenimiedades paradistraerlos de su entorno inmediato. Elcabo me informó de quehabían abandonado la carretera y se habían dirigido alrío porque elnúmero demuertos que deambulaban por aquélla los había abrumado. Su vehículo se habíaaveriado cerca del agua. Habían tratado de atravesar el río para escapar de losmuertos vivientes, porque elLAV eraunvehículoanfibio. Entonces los localicé, nogracias a las señales luminosas delcabo, sino a los insoportables gemidos de losmuertos.

Les dije que trataríade apartar de ellos alamasade muertos vivientes con elestruendo del vehículo y la bocina. Fijamos un punto de reunión: les dije a losmarines que salierandelLAV y corrieranhastaelmismolugarpordonde habíansalidodelaautopista71. Estuvierondeacuerdo. Tras recitarmentalmenteunabreveoración, les pregunté aJohny aWillsi estabanpreparados. Noles di tiempopararesponder, sinoquepiséelaceleradory corrimos hacialamasademuertos vivientesqueteníanacorraladosalosmarines.

Elsuelo estaba sembrado de cadáveres, víctimas de la ametralladora delLAV.Debíade encontrarme aunos cien metros de lamasacuando bajé elcristalde laventanayabrí fuego. JohnyWillmeiríanproveyendodemuniciones.

El supresor de destello contribuía a que las gafas de visión nocturna fuerannecesarias, pero casi me salía más a cuenta quitármelas y verles a la luz de losfogonazos, porquelosdisparoserancontinuados.

Debí de matar a unos veinte hasta el momento en que me vi obligado adesplazarme aunos cienmetros de distancia. Willme pasóuncargadornuevoy yosaquéelviejo, selodi aJohny puseelnuevoenelreceptor. Los muertos avanzabanconrapidez, porque elfogonazodelarmay elestrépitohabíancaptadosuatención.Igual que el albañil no muerto que habíamos esquivado antes, muchos de esoscadáveres se nos acercabanconmovimientos espasmódicos y erráticos. Lamaneracomose movíanrecordabaenalgoaungrupode policías enbuscade cadáveres.Irónicamente, eranloscuerposmuertoslosquemebuscabanamí.

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Unavezmás les disparé y me alejé unpocomás. Johny Willseguíanrecargando.Después de mover por cuarta vez el vehículo y dispararles de nuevo, divisémovimientoenloaltodelLAV. Estuveunosmomentossindispararparaquelosojosse me acostumbraran. Los marines aprovecharonlaoportunidad paraescapar. Deacuerdoconmi plan, anduvieronenformaciónhastaelpuntode recogida. Vacié elsextocargadorcontralaturbayluegolepaséelarma, yamuycaliente, aWill. Toquéla bocina para que los muertos se alejaran un poco más de los marines, y luegoescapamos endireccióncontrariaatodavelocidadpararecogerlos. Los seis marinesse habían dispuesto en formación defensiva y apuntaban con sus armas a laoscuridad. Vestíanuniforme, conchalecosantibalasycascosdekevlar.

Bajéelcristaldelaventanay les mandéentrar. Porcortesía, cerrélos ojos y activélaluz cenitalparaque nos vieran. Entraronde unsaltoenelLand Rover. Tres deellos tuvieronque meterse enelmaletero, peroestoy segurode que noles importó.NosmarchamosatodavelocidadhastalaI-10yluegoregresamosalHotel. Todoslosmarinesquellevábamosenelvehículonosdieronlasgraciasdecorazónporhaberlessalvadolavida.

Mientras regresábamos, lepedí aJohnquelos examinaraconelGeigerparaversiestaban bien. El indicador reveló que se desprendía de ellos cierta cantidad deradiaciónambientalde laque se habíanimpregnadoporlacercaníade lamasademuertos, peroerainsignificante. Nohabíamaneradesabercuántahabríanabsorbidosin ponerles dosímetros. Tan sólo podíamos medir la que se desprendía de sucuerpo.

Alllegaralpuntodondehabíamos tenidoqueapartarlos restos delcoche, detuveelvehículo. Mevolví yles preguntéquiénsehallabaalmando. Elcabomerespondióquetodoslosdemásestabanasucargo.

Le comenté que teníaunrangomuy bajoparahallarse acargode unamisióndereconocimientoenterritorioenemigo. Surespuestafueirónica:

—Puesyaverácuandosepaquiénesnuestrooficialdemásaltorango.Unodelos demás lediouncodazoparahacerlocallar. Medi cuentadequeerael

momentooportunoparaexplicarleslasnormas.—Puedollevarosaunlugarseguroconagua, comidaysitioparadormir, perosoy

yoquienestablece las reglas. Noestaréis presos y podréis marcharos encuantoosapetezca.

Vi porelretrovisorque elcaboasentíaconlacabezaparaindicarme que estabadispuestoaescuchar.

Ledije:

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—Tendréis que entregarnos todas las armas de fuegoy aceptarque os cubramoslos ojos hastaque nos encontremos dentrode nuestrorefugioy hayamos aclaradoestasituación.

Elmarineordenódemalaganaalos demás queobedecieran. Johnles confiscólasarmas y las guardó enlaparte delanteradelvehículo, donde estábamos nosotros.William los registróparaasegurarse de que nose guardaranpistolas. Le dije que lesdejaralos puñales. Les pusimos fundas de cojín en lacabezaalos seis marines yaceleramos. Mientras pasábamos porentrelos coches destrozados novimos ni rastrodelcadáverradiactivodelalbañil.

Notardamos muchotiempoenregresaralHotel23. Alacercarnos alcomplejo, losinfrarrojos de las cámaras brillaronennuestradirección. Las chicas nos observaban.Aparcamos elvehículoy llevamos alos marines alotroladode lavalla, y bajamosporlas escaleras hastalaextensaáreadehabitáculos. Les dijequepodíansacarselasfundas de lacabeza. Les quitamos los cargadores de las armas y les devolvimos losM-16 conelcerrojoinmovilizado. Les aseguré que les entregaríamos los cargadoresencuantodecidieranmarcharse. Yaeratarde y les enseñé dónde se encontrabanlosplegatines y las mantas extra. Les informé de que se encontraban a salvo, en unbunker subterráneo, que esa noche iban a dormir bien y que discutiríamos lasituaciónencuantosedespertaran.

Hoy, aprimerahorade lamañana, elcabose hapresentadoenmi puertaconlaintenciónde hablar. Nohaqueridodecirme dónde se encuentrasu unidad, perosíme ha explicado que no quedan muchos supervivientes. Le he dicho que podíaemplearnuestras radios paracontactarcon su oficial. Sin embargo, no dejaré quesepandónde se encuentraeste complejo. Le he propuestoque se quedenotrodíaypiensen lo que quieren hacer, y que coman y beban bien antes de decidirse amarcharse. No sé cómo se llaman los demás marines, salvo porlos apellidos quellevanbordados enlos galones deluniforme. Ahoramismojueganacartas eneláreade habitáculos. He oídoque unode ellos comentabaloconfortable que es este lugarencomparaciónconsubase. Me preguntocuántos militares seguiránconvida. Unapartedemí querríacontarlesquiénsoy.

1 de Julio

22:24h.

ElcaboRamírezy los otros cincomarines se hanmarchadoestamañana. Anocheme senté con ellos y charlamos durante unas horas. Son todos jóvenes. Se llaman

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Ramírez, Williams, Bourbonnais, Collins, Akers y Mull. No me he aprendido susnombres de pilaporque no me haparecido que fueran aservirme paranada. Alpreguntarles porsu comandante y su base, nome hanqueridoresponder. Ramírezme haobjetadoque nosotros tampocoqueremos que ellos conozcanlaubicacióndenuestrabase. Hetenidoquedarlelarazón.

Le he preguntado a Ramírez por elgobierno, por si había sobrevivido algunaforma de administración. Me ha respondido que las últimas órdenesgubernamentales les habíanllegadoaprincipios defebrero. Ramíreznopensabaquehubierasobrevividoningúnórganode gobiernocivil. Habíaoídorumores de que elrefugiosubterráneodelpresidente se habíainfectadodesde dentro. Esoexplicaríaelúltimomensajedelaprimeradamadespuésdelamuertedelpresidente.

Le he preguntadocómoes posible que unaunidadtangrande comolasuyahayasobrevividotantotiemposobre tierra. Elcabome hasonreídoconpresuncióny mehadicho:

—Somosmarines, sabemosapañárnoslas.Se lo había preguntado con la intención de que me dijera con qué efectivos

contaban. Se hadadocuenta. Es joven, perointeligente. Estamañana, hacialas 10.30horas, los marines, Johny yohemos partidocondos vehículos. Les hemos puestolasfundas de cojínenlacabezay los hemos guiadohastaelLand Rover. Johnnos haseguidoconelBronco. Hemos conducidoencírculos y hemos hechotodoloposiblepordespistarlos. Estoy casi segurode que songente honrada, peronotenemos niideadecómoserásucomandante.

Nohemos tardadomuchoenllegaralpuntodonde habíamos convenidoque losdejaríamos, unpuntodesde donde sabríanregresarasu base. Alllegar, les hemossacadolas fundas de cojínde lacabezay les hemos devueltolos cargadores. Johnhabía dejado el Bronco en marcha. Nos hemos despedido y entonces ellos hanmontadoenelBronco.

Unodelosmarinesmás jóveneshabajadoelcristaldelaventanillaymehadicho:—Leagradecemossuhospitalidad, señor.Porelénfasis conque hapronunciadolapalabraseñor me he dadocuentade que

sabíaalgo. Aunquetalvezhayansidomi paranoiay mi sentimientodeculpabilidad.Los demás hanseguido elejemplo deljovenmarine y juraríaque Ramírez me hahecho un saludo de visera antes de pisar el acelerador y alejarse por las tierrasbaldíasdondemoranlosmuertosvivientes.

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LUZDEKLIEG

5 de Julio

22:19h.

HemosestadomuyatareadosenelHotel23. Undíadespuésdequelosmarinessemarcharan, empezamosacaptarretransmisionesenUHF. Luego, alamañanadeldíasiguiente, avistamos un convoy de LAV y Humvee que se alejaban en la mismadirecciónque habíaseguidopocos días antes elvehículode Ramírez, antes de quetuviéramosquerescatarlos.

No sé cómo tengo que interpretarlo. Talvez trataran de recuperar elvehículoaveriado, porque es muy valioso y, en la situación actual, prácticamenteirreemplazable. Más de unavez se me habíaocurridoque podríamos irabuscarlo.Habíaabandonado laideaporque ese vehículo debe de pesar, literalmente, variastoneladas, y habríasidoimposible irhastaallí conelLand Rover, sujetarloconlacadenay arrastrarloenprimerahastaelcomplejo. Los marines sí podríanhacerlo. Ala vista del convoy militar, estaba claro que disponían de un buen número devehículosdegranpotenciaqueseencargaríandeello.

Las radios todavíacaptanretransmisiones, peronosonde voz. Suenanigualqueun viejo módem analógico tratando de conectarse. Estoy casi convencido de queenvíanmensajesencriptados. Yotambiénloharía, si pudiera.

6 de Julio

10:11h.

Vemos pasar una y otra vez al convoy de antes frente al complejo, como siinspeccionaraestazona. Esperoque los marines lograranllegarasu base. Estoque

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vemos nos permitellegarados conclusiones. Obuscanasus marines, onos buscananosotros.

7 de Julio

20:38h.

Acabode recibirunmensaje radiadodelejército. Tratande ponerse encontactoconlos civiles delcomplejosubterráneoque rescataronalos marines. Ahora, porlomenos, estamos seguros de que lograron regresar. Dicen que su oficialalmandosolicitaunaentrevistaconelhombre vestidoconelmonode trabajoverde. Noleshemos contestado, yapuestoaquedebenderetransmitircadapocos kilómetros paraversi captamos suseñal. Desconfíode las intenciones de los marines, acausade lasevasivas (porotraparte, comprensibles) conlas que me respondieroncuandotratéde sonsacarles información. Enrealidad, nosé conqué podemos encontrarnos, peroestoy segurode que, tarde otemprano, se les ocurriráecharunvistazoeneláreacercadaporlavallametálicaantelacualhanpasadotantasveces... elHotel23.

11 de Julio

21:21h.

Elejércitoaúnseencuentraporestazona. Ajuzgarporlainformaciónquehemosentresacadodelas conversaciones porradioquemantienenenlíneas noencriptadas,parece que hanmontadouncampamentocercade aquí que les servirácomobasepara buscamos. Han grabado un mensaje y lo retransmiten en la mayoría defrecuencias, incluidalade petición de auxilio. Hace un parde días nos reunimostodos yllegamos alaconclusióndequelomejorseráhacerunesfuerzoparaimpedirque los militares nos encuentren. Nolotendríanmuy difícilparadescubrirnuestroparadero, y estoy segurode que entonces acabaríanporentrarenelcomplejocontácticas análogas alas queemplearonlos forajidos civiles. Simplemente, abriríanunaentradaconexplosivosdeelevadapotencia(envezdeinstrumentosdecorte).

Los muertos vivientes se están reuniendo una vez más frente a la puerta deentrada, en un número creciente. Hace unasemanatan sólo debían de serdiez oquince. Ahoralos hay adocenas entomoalas pesadas puertas de aceroporlas quese accede alcomplejo. Hace yaunos días que, alllegarlanoche, apagamos lavisión

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nocturnaporinfrarrojos parareducirlas probabilidades de que los marines detectenlos rayos con sus propios dispositivos. Eso nos haobligado a tener controladalaactividaddecualquierservivoconlossensorestermales. Así fuecomodetectamosalpequeñogrupode marines que anoche pasóa350 metros delcomplejo. Se acercancadavezmás, pero, porelmotivoque sea, aúnnose hanfijadoenlacercametálica,ni enelsiloabiertoque revelalapresenciadelHotel23. Algome dice que podríanestaralcorrientedeloquehay aquí, y quequizáhayanvenidoaexplorarlazonaenbuscadepuntosdébiles.

Durante lanoche, Johnsuele estaratento tansólo aunos pocos canales de altafrecuencia. Vacambiandode unoaotroaleatoriamente, porsi de estamaneralogracaptar una retransmisión que en circunstancias normales le pasaría inadvertida.Anoche descubrióuna. Habíamuchas interferencias, peroJohnjuraque oyódecir:«BasedelaFuerzaAéreaAndrews». AndrewsseencuentramuycercadelDistritodeColumbia. Yocreíaque elDistritode Columbiahabíadesaparecidobajolas bombasatómicas, igualqueNuevaYork.

Nosécuántotiempoaguantaremoshastaqueelejércitonosdescubra. Meimaginoque podríallegarunmomentoenelque se rindieran, perome parece improbable.Otra cuestión que me preocupa es que sus mensajes no mencionan en ningúnmomentoelnombre y elrangode su oficialalmando. Quizáprefieraconservarelanonimato, igualqueyo.

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ASEDIO

14 de Julio

19:40h.

Los marines supervivientes que se encontrabanenestazonanos handescubierto.Quince vehículos militares han aparcado cerca de aquí y se han oído de nuevodisparos contralos muertos vivientes enlas cercanías delHotel23. Nohanhechoningúnintentode sabotearnos las cámaras y poresohemos podidoobservarlos endetalle. Seis de los quince vehículos son LAV. También llevan algunos Hummermilitareseinclusountodoterrenodecuatroruedas. Entrelosquincenohecontadoeltodoterreno ni la moto, igualmente todoterreno, de color verde oliva. A primeravista, todos ellos llevanelcamuflajedigitalestándarpropiodelos marines, deloquesededucequeaúndebedeexistirciertoordenenlaunidad. Laradiorepiteelmismomensajesincesar. Nologrocontarlos, porquelos muertos seencuentranentreellos ytratandeconvergir.

Esas criaturas alas que se enfrentanlos marines que estánfueranosoncomolasque tuve que esquivardurante lapasadamisiónde rescate. Lopresiento: si tuvieraque enfrentarme aunejércitode muertos irradiados, me derrotaríanobienconsumovilidad algo superior a la de los demás de su especie, o bien con su cargaradiactiva. Encambio, elpequeñonúmeroque estáahí fueranosupondráningúnproblemaparaquientengaqueacabarconellos.

Podríamos escapar (por la salida alternativa) y abandonar el Hotel 23 parasiempre, y nollegaríamos asabersi esos militares deahí fueraestándenuestrolado.Tambiénpodríamos quedarnos y luchar, otalvez tratarde comunicamos conellos.Tenemos las radios apagadas y no pensamos encenderlas si no es absolutamentenecesario.

Eneste momentonotratande entrary tampocohacengestos alas cámaras. Elsolsevaaponerdentrodeunas dos horas y tengolaimpresióndequesi quierenentrarporlafuerza, loharánenlatotaloscuridaddelanoche.

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Hay algoqueestáclaro... unacosaes derrotaraunos bandidos idiotas conuntirode lasuerte, perohacerfrente aunparde docenas de marines norteamericanos bienpertrechadosesotramuydistinta.

17 de Julio

22:36h.

Enunprimermomento, las negociaciones fueroncorteses. Luegoempezaronlasamenazas, y éstas, asu vez, culminaronenviolencia. Empezaronconmensajes porradio dirigidos a«los delbúnker». Luego plantaronlos explosivos. Los colocaron,peronolos hicieronestallar. Queríanentrarsinque les opusiéramos resistencia. Alverquelos marines introducíanunacargaexplosivatras otraenelsilo, nomequedóotroremedioquetratardehablarlesporradio.

Encendí el micrófono y les dije (transcribo la conversación con la máximafidelidadposible):

—Alos hombres que tratande apoderarse porlafuerzade estas instalaciones, lesdecimos, porfavor, que cesenensus acciones hostiles si noquierenque nos veamosobligadosacontraatacar.

Yohabíapensadoquelesoiríareírseporlaradio, peroeranprofesionales.—Aquí nohay nadie que quieraviolencia, tansóloqueremos hacernos cargodel

complejo. Es propiedad delgobiernoestadounidense y tenemos derechoareclamartales propiedades, de acuerdo con las leyes federales vigentes y las órdenes delEjecutivo. Tansóloles exigimos que nos permitanaccederaellas. Nadie vaasufrirningúndaño.

Entonces fui yoquienquise reírme de ellos porlaradio. Estábamos empatados.Eraimprescindible que hablaraenpersonaconelcomandante de launidad. Se losolicitéymerespondieronconexcusasyevasivas.

—Eloficialalmandoseencuentraensubaseynoestápresente.Pedí quelapersonaquemehablabaseidentificase. Élsenegó.Lepregunté:—¿Cuáles laverdaderaautoridad enlaque se fundamentanparareclamareste

complejo?—LaautoridaddeljefedeOperacionesNavales—merespondió.

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—¿NoserefierealcomandantedelCuerpodeMarines?En un primer momento se hizo un silencio, y luego la voz metálica habló de

nuevo, ymedijo:—Elcomandantesehallaenparaderodesconocido. Entendemos queseencuentra

consus colegas delEstadoMayorenunlugarseguro, y tambiénconelrestode loslíderesdelanación... todosmuertos.

—Así pues, ¿ahoraustedesseencuentranbajocontroloperativonaval?—Somos elCuerpode Marines, Departamentode laArmada. —Enese momento

sí quehubounarisaaudible.Nome parecióque tuvierayaningúnsentidoocultarque habíamos sidonosotros

quieneshabíamossalvadoaRamírezyasushombres.Seguramente los marines ya sabían que habíamos sido nosotros, y por eso le

pregunté:—¿CómoestánRamírezylosotroshombresquesalvamosdelLAVaveriado?—Estánbien, y ahoramismounode ellos se encuentraconnosotros. Ramírez ha

regresadoalcampamentobaseysirveenladefensadelperímetro, perohayalgoquehabríaqueridoentregarlecaraacara.

Contodalaseveridadquefui capazdetransmitirporlaradio, legritéalmicro:—¡Póngameahoramismoconunoficialcomisionado, marine!—Nopuedo.—¿Porquéno?—Porquenotenemosninguno... esto, quierodecirquenotenemosningunoaquí.Elmarinesehabíadelatado. Empecéapreguntarmequiénseríalapersonaquede

verdad comandabaaesos hombres. Seguimos conlas provocaciones hastaque, porfin, convencí almarine que hablabaporradioparaque me pusieraconelsuboficialde más altorangoque estuvieraconellos. Elsargentode armas Handley se pusoalhabla.

Elsargentomegritó:—Hagan el favor de escucharme: necesitamos ese complejo como puesto de

mando avanzado, porque aún quedan esperanzas. En estos momentos se estántrazandoplanes paraque loque quedadelejércitoestadounidense acabe conesascriaturasyrecupereelpaís.

Le pregunté si se habíancomunicadomuy amenudoconeljefe de OperacionesNavales.

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—Establecemos comunicación regular con su portaaviones por radio de altafrecuencia, aunque con muchas interferencias. Todavía salen a volar desde elportaaviones, aunque con una autonomía muy limitada, y efectúan acciones dereconocimiento aéreo sobre elcontinente a fin de recopilar información sobre laspersonas quepuedanseguirconvidaentierra. ¡Quédiablos!, enunpardeocasionesnoshanarrojadoarmascuandonosencontrábamosmuyapurados.

Lepregunté:—Entonces, ¿tengoque entenderque buenaparte de laArmadasobrevivióala

plaga?Merespondió:—Enunprimermomento, ungrannúmerodebarcos setransformaronenataúdes

flotantes. De los diez portaaviones que estabanenservicioactivoaliniciode todoesto, hubotansólocuatroque nosufrieronlainfecciónni se llenaronde muertos.Quizátambiénle interese saberque unsubmarinobalísticollevasiete meses bajoelagua. Vivendehuevos enpolvo, frutay carneseca. Es elúltimolugardondetodavíasemantieneelciclodevidanormal... ahí dentroaúnes posiblemorirseynovolversealevantar.

Lepreguntéalsargentodearmasquéhabíaqueridodecir.Merespondió:—Eraunsubmarinoconcapacidadnuclearqueseencontrababajoelaguacuando

todo esto empezó, y por eso no le ha afectado eso que hace que los muertos selevanten. Nos informaronporradio, enunafrecuenciamuy baja, de que sufrieronuna muerte natural en el mes de febrero y el cadáver no resucitó. Al cabo deveinticuatro horas de observación, su médico puso el cadáver en la nevera y loinmovilizóconredes. Elcadávernose hamovidoenningúnmomento. Es evidenteque tarde otempranose les acabarálacomiday tendránque saliralasuperficie,pero, porahora, sonlos únicos humanos noafectados de los que tengamos noticia.Ningúnotrode los submarinos estratégicos ni de ataque rápidose encontróenunlugarque le permitiese evitarlas radiaciones. A mí me parece que todos nosotrosdebemos de llevaresaplagadormidadentrodelcuerpo... alaesperadeldíaenquenuestrocorazóndejedelatir. Estamosbienjodidos.

Luegosehizoungélidosilencio, interrumpidotansóloporelestruendoocasionaldeloscartuchos5.56quedisparabancontralascriaturas.

—Mire, noquerríamos tenerqueabrirunboqueteensulocalytomarloporasalto.¿No podríamos llegar a un acuerdo pacífico? Hay civiles que viven en nuestrocomplejoyestánfelicesdevivirallí.

Yolecontesté:

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—A nosotros no nos hará feliz vivir allí, sargento, no somos ganado. Hemossobrevividopornuestracuentadesde elprincipio, desde muchoantes de encontrarestesido.

—Me tiene ustedimpresionado. Peroesonoimpide que elcomplejodonde vivensehallebajojurisdicciónmilitar.

—Sargento, no me ha dado usted ninguna prueba de que no sean ustedes ungrupodedesertoressinsancióngubernamental.

—Fueronlas decisiones y las vacilaciones delgobiernolas que nos metieronenestamierdaynosllevaroncasi hastaelpuntodeextinción.

—Sí, sargento, nole diré que se equivoque deltodo. Perofuimos nosotros los queencontramos estesitioy noqueremos vivirbajounpuñodehierro, aunqueesepuñoseaeldelejércitoestadounidense.

Me respondióconun«pues muy bien», y lacomunicaciónse interrumpió. Todoestoocurríalanoche del16. Dos horas después de que cesaranlas comunicacionesporradio, hicieronestallarlaprimerade las cargas que teníanenelsilo. Noprodujoningún efecto, salvo una grieta apenas perceptible en los veinte centímetros degrosorde laventanade cristalinstaladaenlapuertade entrada. Luegose produjootraexplosión, y luegootra. Lacámaraque retransmitíaimágenes desde elsiloyahabíasufridodañosyseaveriódefinitivamenteconestaúltimadetonación, ydejódeenviarimágenes. Lasexplosionesnoconseguíansuobjetivo.

Al pensar en ello, me pregunté si los bandidos civiles habrían tenido algunaoportunidad de entrarconsus herramientas cortantes antes de que los matara. Laaleaciónyelhormigónconfibradevidrioconlos quesehabíaconstruidoelHotel23eran muy fuertes. Me imagino que tienen que serlo para resistir una explosiónnuclear. Sentí muy levemente elaguijonazodelremordimientoalpensarque talveznohubiese sidonecesariomataralos bandidos civiles. Talvez hubierandesistidoporsí mismos aldarsecuentadequenolograbannadaconsus herramientas. Talvezasí nohabríatenidoqueverandarsus cadáveres abrasados. Larazónmedicequeselotuvieronmerecido...

Medolierontodaslassinapsis.Elsonido de otra explosión me apartó de estos pensamientos. Sentí un ligero

cambiodepresión. Estecambiomehizoapretarmelanariz, cerrarlabocay expulsaraire para aligerar la presión sobre los oídos. La explosión no causó daños en laestructura del complejo, pero sí había provocado vibraciones en la aleación,suficientes para producir un cambio repentino en la presión interior. Jan y Taraestabanmuy preocupadas ante laposibilidadde que las capturaseny las enviaranaun campamento militar. Temían que las emplearan como cobayas en sus

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experimentos. Yo no iba a permitirlo. Las explosiones no las tranquilizaron enabsoluto.

Lauralloraba, y Annabelle aullabademiedoy escondíaelraboentrelas patas cadavezqueseproducíaunanuevaexplosión. Alcabodetreintaminutos, lasexplosionescesaron. Seguramente se les habían terminado los explosivos. Laradio crepitó denuevo.

—¿Habéis tenidosuficiente? ¿Porqué noabrís las puertas y salís ensonde paz?Noosharemosningúndaño.

Le pregunté alsargento de armas si le importabaque no abriéramos lapuertahasta el amanecer, porque queríamos tener tiempo para recoger nuestraspertenencias. Selotragó.

Reuní alos adultos y empezamos adiscutircuáles eranlas cartas que podíamosjugarenesasituación. Noteníamosmuchasopciones. Cabíalaposibilidaddehuirdenuevo y buscar otraposición defendible, pero no encontraríamos ningunaque sepudiese comparar con el Hotel 23. Habríamos tardado años en construir unaedificaciónigualderesistenteysegura.

Jan propuso que nos marcháramos con la avioneta. Les dije que la Cessna nopodríallevarnos atodos, y aúnmenos cargarconelequipamiento, y que esaopciónquedabadescartada. Además, elestadode laavionetanoeraóptimo; habíaperdidoelfrenode unlado. Eramedianoche y teníamos seis horas parapensarenalgo. Mevolví haciaJohn, que siempre se sacabaideas de lamanga. Me dijoque noteníamosunasalidaplausible.

Yo no estabaseguro de que elenemigo tuvieranoticiade laexistenciade unasalida alternativa, pero vimos vehículos aparcados en esa zona, cerca de la valla.Probablementelahabíanlocalizado. Lapuertafrontaleraunaopcióndecente, peroalotroladohabíaungrupocreciente de muertos vivientes que golpeabalos batientes.Laotraopcióneraconfiarenlos marines. Si respetabanlapalabradada, nos dejaríanmarchardespuésdetomarposesióndelcomplejo.

Yonoteníanadade ganas de escaparde nuevo, enestaocasiónconunamujermayor, dos críos y unperro. Habríamos muertobajolas garras y las fauces de esascriaturas antes de que terminaraelmes. Nosabíaqué hacer. Me quedé yosoloenlahabitación donde solíadormir y pasé revistaa todas las posibles soluciones paranuestrasituación. Si tuvieraalgúnmododeejercerpresiónsobreelenemigo...

Aúnnome habíallevadotodas las cosas que teníaenlahabitaciónque le habíacedido a Dean. En un rincón de la sala había una caja pequeña con efectospersonales, alaesperadeldíaenelquemecansarademirarla. Tuvelasensacióndeque ese díanoibaallegar. Contemplé lacajadurante unos pocos minutos y pensécómo íbamos a poder transportar nuestro equipamiento por campo abierto y

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sobrevivir. Me acerqué alacajay pasé revistaasu contenido. Dos uniformes devuelo extra, unos guantes, un piernógrafo parapilotar, unapistolaGlock 17, trespequeñas fotografías familiares, seis cajas de munición de nueve milímetros y eladhesivode identificaciónde velcroenelque, porsupuesto, estabanbordados minombre, rango y escuadrón. No me lo había puesto desde el derrumbe de lacivilización. ¿Paraquémehabríaservido?Finalmente, saquélacarteradelacaja...

Miré dentro de la cartera y encontré un buen número de carnets. Había sidomiembrode laAsociaciónNacionaldelRifle cuandoaúnexistía. Ynohabíapasadotanto tiempo. Parecíaque tuvieraelcarnetde todas las cadenas de videotecas delpaís. ¿Meperdonaríanlas últimas cuotas si algúndíallegabanareconstituirse?Estoyseguro de que el servidor en el que quedaban registradas mis deudas ya estarátotalmente oxidado eldía en que se restablezca elsuministro eléctrico. Si es quealgúndíallegaarestaurarse.

Entonces sucedióalgoque locambiótodo. Elmes pasadome habíaevocadoamímismoconnostalgiaalcontemplarmi credencialdelejército. Faltabandos años paraque caducara. Me quedé allí, mirándola, y pasé elpulgarunay otravez sobre elmicrochip insertado en elanverso. Mis datos se encontraban en ese chip y en elcódigode barras de laderecha. Allí tambiénestabami foto. Unaversiónrapadaeingenua de mí mismo que en ningún momento habría pensado que los muertospudiesenrevivir.

Si esos hombres eranmarines estadounidenses y se ateníanalCódigode JusticiaMilitar, estabanobligados aponerse amis órdenes, porque enningúnmomentoheperdido elrango de oficialcomisionado. Si quedabaalguien que aún respetaralajerarquíamilitar, seríanlos marines. Enlas escasas ocasiones enque habíatratadoconellos alolargodemi carrera, siempresehabíancuadradocuandoles hablaba. Elpropio sargento de armas me había dicho que no contaban con ningún oficialcomisionadoyqueelmilitarderangomáselevadoquehabíaallí eraél.

Mehabíamentidoynolosabía.Porlomenosenteoría, elmilitarderangomáselevadoahoraerayo.

Me quedé de espaldas alapuerta, conlos ojos perdidos enelcarnetque sosteníaconlas manos, y entonces Deanme loquitóporsorpresay lomiró. Examinóconatenciónelcarnetmilitaryentoncesmemiróamí.

—Separecemuchoausted, marinero—medijo.Yoledevolví lasonrisa, yledije:—Sí, esqueéseerayo.

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Merespondió:—¡Ysigues siendotú! ¡Loquepasaes quehas perdidoelportemilitar, y, además,

teharíafaltaunbuencortedepelo!Por unos instantes pensé que talvez tuviese razón. Aunque hubiera cometido

malos actos desde elpasadoenero, quedabanunidades militares enactivoy yoeraoficial del ejército. Habían destruido mi unidad y probablemente no habíasupervivientes. Estabasegurode ello; habíasobrevoladomi antiguabase y lahabíavistoconmis propios ojos. Habíantomadolabase y luegolahabíandestruidoconexplosivos nucleares. Findelapartida. Porloqueyosabía, debíadeserelúnicoquequedabaconvida.

Reuní algrupoy les expliqué loque pensabahacer. Alprincipio, todos ellos sequedaron boquiabiertos, pero luego estuvieron de acuerdo en que era la únicamaneradesalvarlasituación.

Eranlas 5.00 horas de lamañanacuandome he despertadoy he encendidolasluces. Hecogidoelnecesery meheenfrascadoenlalaboriosatareadedespertardeltodo. Alasarpormi antiguahabitación, lapuertase haabiertoy Deanhasalidodelcentrodecontrolconunastijeras.

—Nopuedopermitirquesalgassincortarteelpelo.Meheechadoareíryheprocuradoquelatoallanosemecayeradelantedeella.—Supongoqueno, Dean.lamujerle habíacortadoelcabelloaDanny cadavez que lonecesitaba, y me ha

aseguradoque elniñonose habíaquejadonunca. Durante estos últimos meses elcabellome hacrecidoy yanose adecuaalas ordenanzas militares. Me locorté haráunos tres meses, pero desde entonces no me lo habíavuelto acortary lo llevababastantelargo. Noerapropiodemí descuidarelcabellodeesamanera. Es ciertoqueladestruccióndelmundocivilizadopodíaserunabuenaexcusaparanocortarse elpelo, pero Dean no estaba de acuerdo. Cualmaestro barbero, ha logrado que micabezavolvieraaregirseporlasregulacionesnoescritasqueafectanalosoficialesdeaviación(sólounpoquitomáslargoqueeldelosreclutas).

Aliraducharme, me he afeitadolabarbaincipiente y me he miradoenelespejo.Estabapresentable paraloque ibaahacer. Noteníaningúnuniforme, ni espadadeoficial, perome las apañaría. Envueltoenlatoalla, he regresadoami habitación. Alllegaralapuertahe encontradolas botas, perfectamente lustradas, y unanotaconletradeniñoquedecía: «Espero que te guste. Yo le limpiaba las botas a mi padre. Danny».

Debíade haberentrado y se las habríallevado mientras dormía. Suelo dejarlapuerta abierta para enterarme de si ocurre algo en elpasillo. O estoy perdiendofacultades, o es que es un niño muy silencioso. Me he acordado de cuando vi a

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Danny orinándosesobrelos muertos vivientes desdeloaltodelatorredeagua. Quéimagenmásdivertida.

Me he puesto un uniforme de vuelo limpio, con los galones en elhombro y lainsigniaenelpecho. He sacadolagorramilitardelbolsillode los pantalones, dondehabíapasadoseis meses, y me lahe puestoenlacabeza. He salidode lahabitaciónenuniforme, dispuestoaencararme conlos marines. Eranlas 5.50 horas y he vistoporlas cámaras que estabaapuntode salirelsol, y que porellolas nubes delestebrillabanconunaominosacoloraciónanaranjada.

Heencendidolaradio.—Sargento, ¿estáustedahí?Cambio.Al cabo de una breve pausa, una voz fatigada, insegura y turbada me ha

respondido:—Sí, estoyaquí, yllevotodalamalditanocheaquí.—Muybien. Entonces, ordeneasus hombres queseapartendelaentradadelsilo.

Voyasubir.—Leesperaremosaquí arriba. Corto.Armado únicamente con una pistola que llevaba en el cinturón, he ido a la

escotilladelsilo. Johny Willme cubríanconsus armas. Hemos tenidoque sertresparahacergirarlarueday abrirlaescotilla, porque elcalory las explosiones habíanprovocadoquelaaleaciónsedilataray secontrajera. Nadamás abrirselaescotilla, laluz nos hainundadodesde loaltoy se hanlevantadoremolinos de polvo. JohnyWillse hanplantadoalinstante juntoalaescotilla. Hacíatiempoque noveíatandecercaelinteriordelsilo. Habíarestos calcinados de huesoy ropaportodoelfondo.Unmontóndedientes desparramados porelsuelo. Debíadehaberunbuennúmerode criaturas cuando los forajidos se pusieron aquemarlas. Las paredes se habíanennegrecidoporculpadetodos los explosivos quehabíanhechodetonardurantelasúltimasveinticuatrohoras.

Los hombres que estaban en lo alto no me veían, porque me había quedadodemasiadocercadelmamparodelfondo. Confríaresolución, he salidoalaluzy hetrepadohastaarribaporlaescalerilla. Estabacubiertadecenizas. Elgritode«¡Hostiaputa!» me hadadoaentenderque me habíanavistado. He subidohastaarriba. Unsargento de armas delCuerpo de Marines me hadado su mano enguantadaparaayudarme apasarporencimaelreborde de lapuertadelsilo. Unavez allí le hemiradoalos ojos. Sehacuadradoy mehahechounvigorososaludomilitar. Selohedevueltoconlamismaactitud, y entonces élhabajadolamano. Me haguiadoalinstantehastasutienda. Nosacompañabaunpuñadodesargentosdepersonal.

—Señor, noteníani ideadeque...

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—Note apure, sargento. Usted nosabíaque yofueraunoficial, y nohe queridodecírselohastaquellegaraelmomento.

Entonces sehainiciadounasesióndepreguntas yrespuestas, ylehecontadotodami historiadesde elprimerdía. Nole he explicadoque mi comandante segundomeordenó que me personara en elrefugio. Sí le he dicho que probablemente soy elúltimosuperviviente de mi unidad y que me habíapreocupadode sobreviviry desalvaraotros siempre que podía. Entonces haordenadoalos sargentos de personalquesalierandelatienda.

Sehaacercadoamí y, conunsusurromuytenueynervioso, mehadicho:—Señor, hacemeses quenoveoaunoficialcomisionado. Atodos los nuestros los

mandaronhacemeses aunaubicaciónsecretaydesdeentonces nolos hemos vistonise han comunicado con nosotros. Podríamos decir que nos han abandonado a lamuerte. Les he dichoalos hombres que nuestrooficialalmandoestabavivoy queme transmitíaórdenes personalmente amí mediante unalíneasegurade radio. Enrealidad, noles hementido, porquesí herecibidoórdenes delalmiranteGoettleman,delanaveinsigniaGeorge Washington. Empiezanadudardemis palabras. Tengoquemanteneraltasumoral. ¿Cómovanaluchar, cómovanatrabajarenequiposi sabenquelos oficiales comisionados desuunidadlos abandonaronalamuerte, y quemuyprobablementehanmuertoellosmismos?

Nos hemos quedadolos dos ensilencio. He pensadoenlas consecuencias de loquemedecía. Mis reflexiones se interrumpíandevezencuandoporelestruendodelosdisparos, porqueloshombresmanteníanadistanciaalosmuertosvivientes.

—¿Quéesloquetratadedecirme, sargento?—Lo que le digo es que es usted elprimeroficialcomisionado que he visto en

mucho tiempo y que lo necesitamos, aunque sólo sea como líder formal. No meimportaquesumandosearealono: necesitoquecumplaconesepapelantes dequesesepalaverdadynosexploteatodosenlacara.

—Si me loplanteaasí, sargento, mi centrode mandovaaestareneste sitio, enelHotel23. Tendráque quedarse usted aquí y mandarde vueltaalamayoríade sushombres juntoconelsargentodepersonalenquienmásconfíe.

Haestado de acuerdo. Le he dicho que me dirigiríaalos hombres mientras élpensabaquiénseibaaquedaryquiénno.

He pasadounamediahoramontadosobre unacajade municiones y he vistolascarasdelos jóvenespatriotasquemirabanyescuchaban.

—Soy el oficial al mando de esta base y necesito a un puñado de hombrescompetentes.

Mehanrespondidoconunaplausoentusiasta.

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—Hará unos seis meses y medio sucedió algo que volvió nuestro mundo delrevés. Nohaynadiequesepaloqueocurriórealmente, perotampocoimporta.

Creo que eldiscurso no me estabaquedando muy bien, pero los hombres hanexpresadolocontrarioconsussilbidosyaplausos.

—¡Enmi opinión, podríamosquedarnossincartuchos, peronosenosacabaránlospalos! Aunqueestonosllevemuchotiempo, nonosvamosarendir. Vamosasalvaratodalagentequepodamosytomaremoslaofensivacontraesas cosas.

»Quiero que no olvidéis en ningún momento que pertenecéis al ejércitoestadounidense. Noquieroque nadie digaenningúnmomentoque Estados Unidosyanoexiste. Esoseríaunsinsentido. Puede serque nuestraConstituciónaúnestéallí, enelDistritode Columbia, y tambiénes posible que se hayaquemado, peronopor eso ha muerto como esas criaturas que están ahí fuera. La respaldaremos ydefenderemoshastaelfinal.

Mehanrespondidoconvítores y aplausos, y muchos hombres sehancongregadoentornoalsargentode Armas y se hanpresentadovoluntarios paraquedarse enelHotel23. Eraunamañanade veranoy elsolse habíaelevadosobre los árboles. Misencillo discurso había terminado y habían recobrado visiblemente la moral. Elcomplejorebosabaentusiasmo.

Elsargentomehadicho:—Otracosa, señor. Ramírezmehapedidoqueledieraesto.Mehaentregadounpuñalembutidoenunafundadealtaresistencia. Enlafunda

habíaun bolsillo muy pequeño que conteníaunapiedraparaafilar. He sacado elpuñaldelafunday mehedadocuentadequeeraunarmademuy altacalidad, conmangonegrodeMicarta. Lahojaparecíadeaceroinoxidabley llevabalainscripción«FabricadoporRandall, Orlando, FL» impresacercadelaempuñadura. Mehereídoalpensarparamis adentros: «Ahorayanose hacenpuñales comoéste.» Pues claro,joder, porqueahorayanosehacenada.

Unavez todo hasido dicho y hecho, tres LAV y un camión entoldado paraeltransporte de suministros se hanquedadoaquí conveintidós hombres, entre los quesecontabaelsargentodearmas. Aúnestábamos enelexteriorcuandoelsargentodepersonaly su convoy se han puesto en marchahaciaelcampamento base, con lanoticiade que habíanencontradoaunoficialcomisionadodispuestoacolaborarenlacausa. Hanbajadoalcomplejodos radios militares concódigos cifrados medianteKYK-13(pequeñas unidades dealmacenamientocriptográfico) y las haninstaladoenelcentrodecontrol. Losmarinessehanpreparadounoscatres.

Nos hemos pasadolamayorpartedelatardevolviendoatransformarelHotel23enuncentrodeoperacionesmilitaresenactivo.

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C41

18 de Julio

16:05h.

Hemos iniciado comunicaciones con el navío George Washington. El jefe deOperaciones Navales en funciones no se hallaba en el portaaviones, porque seencuentra en un navío de menor tamaño, donde se ha reunido con uno de loscomodorosparatrazarplanes. Estoysegurodequehabránovedadesenlospróximosdías. Mehandichoqueconelpróximoenvíodesuministros vanamandaraalguienareprogramarelchip de latarjetade acceso común implantado en mi credencialmilitar; aunque en circunstancias normales serviría para acceder a ordenadores yredesdeusoreservadoapersonalmilitar, nosémuybiendequémeserviráahora, niquésentidopuedetenerenestemomento.

22 de Julio

17:20h.

HedestapadolacajadePandora. Yatengotantas responsabilidades quenoséquéhacerconellas. Los veintidós nuevos marines se hanencargadode lamilitarizacióndelperímetro y de montarguardias. Ahoratengo un operadorde radio atiempocompletoquedisponedeunalíneadirectaconlaunidaddeataquedelportaaviones.Entre los muchos mensajes que intercambiamos, han sido frecuentes los informessobrelasituaciónactualenelGolfoyenlacostaEste. Recibimos inclusovaloracionesdiarias deamenazas, enlas quesenos avisadelapresenciadegrandes contingentesde muertos vivientes enciertas áreas. Me teníaintrigadosabercómoeraposible quealportaaviones le llegaracomidaparalatripulaciónde más de tres milesqueletosque transporta. Unode los jóvenes marines me haexplicadoque llevabanabordo

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unidades de asalto de la Armada, y que habían enviado a dichas unidades conlanchas Zodiacparaqueinvestigaranlos posibles centros deaprovisionamientodelacostae identificaran los más apropiados paraque los helicópteros se desplazaranhastaellosysellevaranlacomida.

Hoy me he pasadounas horas escuchandolas radios de las unidades de combatey he seguidolas comunicaciones de los aviones de laArmaday las Fuerzas Aéreas,enconcretolas retransmisiones de unaviónde reconocimientoU-2 que sobrevolabalacostaEste. Me intrigabasabercómoeraposible que hicieranvolarelDragón Ladydadasugrannecesidaddemantenimientoydegrandesaeródromos.

Segúnparece, elejércitoestadounidense nohatenidomuchasuerte y, de acuerdoconuninformequerecibimos anteayer, debedehaberperdidoel70 porcientodelainfanteríaenelcontinente. Simplemente nohabíaespacioparaellos enlos barcos.Los marineros y marines gozaban de prioridad y, así, abandonaron a las otrasunidades delejércitoestadounidense paraque se defendieranporsí solas entierrafirme. Les avisaron del ataque nuclear con anticipación, pero muchos de elloscayeron ante los muertos vivientes radiactivos que aparecieron en las zonasirradiadasdespuésdelosataques.

Unaparte de las comunicaciones de voz que he estadosiguiendome handadoaentenderque aúnoperansobre elterrenovarios equipos de búsquedaque tratandeencontrarmilitares supervivientes. Unadelas comunicaciones, enconcreto, proveníade unaviónde reconocimientoque sobrevolabalas islas Vírgenes enbuscade unconvoy de tanques desaparecido. Parece serque elconvoy desapareciócuandounpasoadesnivelse hundióbajoelpesode unode los tanques que ibanencabeza. Elarmazóndelpasoelevadohabíasidoobjetode unareparacióndeficiente y se vinoabajo, y se llevó consigo a cuatro de los tanques. Millares de muertos vivientes«calientes» perseguíanalconvoy, y tardarontansólodos horas endaralcance alosqueseguíanconvida. Tres delos tanques habíanquedadoaveriados alcaerdelpasoelevado y sus ocupantes murieron dentro de sus tumbas de metal, mientras unnúmeroincontable de cadáveres golpeabaelpesadoblindaje y se retorcíasobre latorreta y las llantas como gusanos sobre un cadáver de animalatropellado en lacarretera.

Los tanques restantes se dispersaronalos cuatrovientos y se les perdióelrastro.Sedesconocesuparadero.

Elpersonalque viajabaenlaparte de atrás delaviónnos comentóporradioqueeraposible que los ocupantes de los tanques yase hubieranexpuestoaaltos nivelesde radiactividad simplemente por el mero número de muertos vivientes. Lossensores delavión indicaban que la horda emitía niveles de radiactividad letalessobre lasuperficie. Tras observarlasituación, laaeronave haregresado alabase,despuésdeinformarquevolabancasi sincombustible.

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Hay algoqueestáclaro: dentrodemuy poco, elnúmerodenuevos inquilinos nosobligaráabuscaruncamióncisternaque nos permitallenarlos depósitos de aguadelHotel23 hastasumáximacapacidad. Hoy mismohe golpeadoeldepósitoconelrifle y he comprobado que el agua no llegaba ni siquiera a un octavo de sucapacidad. Hemos tenido que racionarlay distribuirnumerosos recipientes porelárea del complejo para recoger agua de lluvia que nos sirva para cubrir estaimperiosanecesidad.

Hoy mismo, untécnicoque havenidoporaire se hapresentadoenelcentrodemando para reprogramarme la credencial. La tarjeta lleva un chip. Eltécnico hainsertadomi tarjetaenunlector/grabadoraconectadoaunordenadorportátily mehaindicadoque introdujeraunacontraseñade porlomenos seis cifras. He pensadoenunnúmeroque sé que novoy aolvidarjamás y lohe introducidoenelterminal.El técnico me ha informado de que si empleo la tarjeta y la contraseña en losterminales informáticos delcentrode control, voy ateneramis órdenes todos lossistemas relevantes delcomplejo. Me haavisado de que soy laúnicapersonaquetendrálaclave de accesohastaque se me releve delmando. Le he preguntadoquéimportanciateníaesoy meharespondidoquenolosabía, peroquelas instruccionesque le habíandadoensu cuartelgeneraleranproporcionarle esaclave de accesoaloficialde más altorangoque hubieraenelcomplejo. Tansólose podríaampliaraotra persona si yo empleara mi tarjeta en el centro de control para autorizar latransferencia de poderes a otro oficial designado por una autoridad superior. Siperdieralatarjetaoelnúmerode lacontraseña, ofuerandestruidos, se necesitaríannoventadías paraprogramarotra, porque elsistematiene unperíodode seguridadparaimpedirtransferenciasdepoderesnoautorizadas.

Eltécnicomehadichocondesenfadoalsalirporlapuerta:—Lástima que no tengan nada en elsilo. Esa autorización le habría permitido

lanzarbombasnucleares. Aunque, si leinteresaparaalgomi opinión, yonoloharía.

26 de Julio

14:22h.

Noestoy segurodequeapostarhombres deguardiaahí fueraseaunabuenaidea.Disparan cincuenta cartuchos por cada período de veinticuatro horas y tengo laimpresiónde que estopodríaconvertirse enunciclode derroche y riesgos. Anocheles ordené que entraran para ver si, al desaparecer ellos, también se reducía laactividad de los muertos vivientes enelárea. Parece que así lacosafuncionamejor.

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Estamañanahabíadiez alotroladode lavalla. Mataradiez es mejorque dispararcontra cincuenta. Los hombres emplean bayonetas para acabar con los muertosvivientes de lavalla, y luego los arrastran hastalalíneade arbolado, acincuentametros de distancia, contodoterrenos y mallas que anudanentornoalpechode loscadáveres parano correrningúnpeligro de que elcuerpo inanimado les roce poraccidente.

Elcontacto con elportaaviones ha sido esporádico, porque nuestra unidad detierraes unainsignificantemotadepolvoencomparacióncontodos los problemas alos que tiene que hacerfrente elejército. Parece serque Andrews y elDistrito deColumbia(de acuerdoconlos mensajes que circulan) noresultaronafectados, y enestos momentos hay un equipo de exploradores sobre elterreno para valorar lasfuerzas que habríaque emplearenlareconquistadelDistritode Columbia. Otradelas opciones que se barajanes lade trasladarlacapitalhaciaeloeste, peroapenas sise sabe nadasobre lasituaciónenesaregióndelpaís. Lacomunicaciónconelrestodemarinesesconstanteyregular. Elsuboficialalmandocontactaunavezporhora.

Lehedejadoclaroalsargentodearmas quenoseríamalaideaqueelrestodesushombres, así comolos civiles, se instalaranmás cercade nuestraposición. Hoy hetratadodeconectarmedenuevoaInternet, peronada. Seríaunmedioexcelenteparacomunicarnos alargas distancias conotros países y unidades, puestoqueelenemigomás importantenosabeleerni emplearordenadores.

Las reservas de agua disminuyen peligrosamente y ahora mismo se reúne yorganizaunequipoparaquesalgamañanaporlamañana. Yoiréconellos.

30 de Julio

19:34h.

Nuestrapequeñaunidadpartióenbuscadeaguaeldía27 porlamañana. JohnsequedóenelHotel23. Lohabíamos nombradolídercivilprovisional, encargadodehacer respetar laley. Prometió que tendríabuen cuidado de nuestros muchachosmientras nosotros buscábamos H2O. Nuestrocaminonos llevóhaciaelnorte, porlosconfines de lazonairradiada. Salimos contres LAVy trece hombres. Elobjetivoerasimple: nos dirigiríamos a la Interestatal en busca de un camión cisterna, o decualquiertipo de vehículo que pudiese conteneragua. Los depósitos delHotel23estabancasi vacíos e íbamos anecesitar37000 litros de aguaparavolverallenarlos.Hace unos días me informaronde laubicaciónde labase marine original. Nuestroviaje nos llevó a sesenta y cinco kilómetros de dicha ubicación. Sesenta y cinco

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kilómetros de ida y sesenta y cinco de vuelta son ciento treinta, por lo que nopodíamospermitirnosellujodehacerlesunavisita.

Alcabode unahorade apartarescombros y esquivarlachatarrade las colisionesmúltiples, nuestroconvoy de LAV logróllegaraloque quedabade laInterestatal100. Ladiversiónhabíaterminadoantes deempezar. Nomegustatenerquetrabajarconestatemperaturacomode unmillarde soles. Vi aungrupode ellos que dabanvueltas entornoalos restos de los coches. Se hallabanaunos trescientos cincuentametros denosotros, ysi poníaenmarchalaimaginaciónymeconcentraba, eracapazdecreermeduranteunos minutos quenoestabanmuertos. Alcabodepoco, elvientoarrastraríahastaellos nuestroolor(pero¿seríancapaces de oler?), e iniciaríanunalenta, aunquedecidida, marchahacialosvivos.

Parecíaque conesose mantuvieraunequilibrio. Aveces piensoenlos vivos y enlos muertos comosi fuerancromosomas, sóloque los muertos sonlos cromosomasdominantes. Noimportalomuchoque unose esfuerce: alfinalsiempre nacenniñosconlos ojos marrones. Sondominantes porelmeropesodelnúmero. Porlomenosenestostiemposparecequelacosafuncioneasí.

Dean tenía muchas ganas de venir con nosotros. Probablemente habría sabidocuidarde sí misma, peroenseguidase me ocurrióotratareaimportante paraella,paranotenerquedecirlequenoerabuenaideaquenos acompañara. Seguroque, enestos momentos, Taray yosomos lacomidillade todos. Supongoque me imaginabaqué ibaapasar. Peroesoes otrahistoria. Quizáalgúndíaescribaalgoalrespecto.Jan, Will, JohnyTaraestánenseñandoalos marines delHotel23todos los elementosbásicos paraapañárselas enlas instalaciones, así comolas salidas de emergenciaporsi sucedieralopeor.

Pensaba en Tara mientras nos acercábamos a la Interestatal. Yo estaba a unoscientoochentametros cuandohe vistounvehículorodeado. Me hahechopensarenella. Eldíaque laencontré enelmuelle, pensé que estabamuerta. Nos acercamosmás y vi el coche con más detalle. Alcancé a distinguir que la ventana estabaagrietada por el lado que quedaba visible desde nuestro convoy. Los muertosvivientes trataban de meterlos brazos en elinterior, y elcristalamedio bajarlesimpedíaintroducirlosmásalládelcodo.

Uno de los LAV trató de llamarles la atención y alejarlos delcoche para quepudiésemos mirar dentro. Por supuesto, funcionó. El equipo de medición deradiactividad que llevábamos abordoindicóque casi nohabíaradiaciónenelárea.Quedabaradiactividad residual, y se quedaríaallí durante varios cientos de años sinosellevabaacabounaoperacióndedescontaminación. Yaestábamosmáscercadelcoche. Los hombres nos cubrieron a mí y a dos marines mientras bajábamos denuestrovehículoynosacercábamos.

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Me llevé unagranalegríaaldescubriraunamadre pájaray asus pajarillos quepiabanenunnidofueradetodopeligroenelasientotraserodelcoche. Estabasegurodequelas criaturas seloponíansumamentedifícilalamadreparasalirdelcocheenbuscade comida, pero parecíaque se las apañababien. Se me ocurrió que podíasubirunpoquitoloacristales de las ventanas paraponérseloaúnmás difícilalascriaturas, pero, congrandecepción, descubrí queelmecanismoeraeléctricoy quelabatería llevaba tiempo descargada. Según parecía, tendría que abandonarlos enmanosdelaselecciónantinatural.

Contactamos por radio con el LAV que se encargaba de alejar a los muertosvivientes para que nos fuera al encuentro a un kilómetro y medio al este de laposición original. La carretera estaba abarrotada de muertos vivientes, pero elconducir esos vehículos tan sólidos me transmitía una extraña sensación deseguridad. Teníamos armas y municiones en abundancia, porque habría sidopeligrosonollevarlos. Buscamos endirecciónalesteporlaInterestatalhastaquenosacercamos peligrosamente a las afueras de Houston. Houston no había sufridoningún impacto en la ofensiva de varios meses atrás y debía de haber un grannúmerode muertos vivientes ensu áreacentral. Habíamos encontradonumerososcamiones de dieciocho ruedas, con remolques de combustible que seguramenteestabanrepletos degasolina. Quélástimaquenopudiéramos bebercombustible. Mehizopensarencómoeraelmundorealantes dequetodoestoocurriera, cuandounabotellade aguaeramucho más caraque su equivalente engasolina. Encualquiercaso, descubrimosuncamiónquetransportabaaguaencantidad, ymesentí comounlerdopornohaberlopensadoantes.

Nosé cómonose nos habíaocurridoirenbuscadelparque de bomberos de unaciudadpequeñaenvezdejugarnos elpellejoenlaInterestatal. Nolodijeenvozaltadelante de loa hombrea, pero habría sido mucho más seguro hacer eso. Frente anosotros había un camión de bomberos (sucio) en el que se leía: «Brigada dePrevencióndeIncendios deSanFelipe.»Eragrande, peronoelmás grandequehayavistoenmi vida. Tratamos deponerloenmarcha, peronohubosuerte. Tuvimos quehacergrandes esfuerzos paradarle lavueltay engancharloaunode los LAV. Creoquelafatigameenvejecióvariosaños.

¡¡¡Continuará próximamente!!!.

El camión de bomberos era una tumba. En su interior había dos bomberosmuertos, queestabanmuertos deverdady nosemovían. Aúnnomehabíaacercadolosuficiente comoparasaberqué eraloque habíanhechoparaquitarse lavidayevitarlareanimación, pero dabalaimpresiónde que lo habíanconseguido. EnlaInterestatal había muchos, pero no pertenecían a la variedad ultramortífera de

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muertosvivientesquehabríamosencontradomásaloeste, cercadelazonairradiada.Laúnicaotraopción, aparte de remolcarelvehículo, eracargarle labateríaconelequipoque transportábamos abordode los LAV. Primerotendríamos que eliminardiscretamente los peligros inmediatos que nos acechaban en esa zona. Desde elasientoqueocupabaacargodelaametralladoradelLAVnúmerodos, contétreintayochomuertos vivientes. Me comuniqué porradioconelsargentode armas, que medijoquehabíacontadotreintaynueve.

Cuando salimos del Hotel 23, los marines empuñaban fusiles M-4 y M-16normales, iguales en todo a los que habíamos conseguido meses antes alabrir elarsenaldelHotel. Yosabíaqueesaunidadnoestabaformadaensutotalidadporsusmiembrosoriginales.

Durante los primeros días después de su llegada, elsargentode armas me habíaexplicadoque se componíade supervivientes de varias unidades de marines que sehabíanguiadounos aotros mediante señales de radioy habíanidoapararaTexas.Porsupuestoque notodos ellos se habíanunidode ese modoalaunidad militar,porque ésta, al salir en busca de suministros, había encontrado también a otrossupervivientes. Enmuchoscasos, dichossupervivienteseranmilitares, oexmilitares.Esoexplicabalas armas que los marines delLAVnúmerounosacabandelvehículo.Cuatromarines alos que recordabahabervistoconinsignias de submarinistaodeparacaidistaenelpechosacaronH&KMP5consilenciador. Ojaláhubieratenidounarmacomoésadurantelosprimerosmesesdespuésdelfindelmundo.

Mantuve elpuñoenaltoparaindicarles que nodispararan, y almismotiempocontactéporradioconelsargentodearmas. Lepreguntéporelnúmerodearmasconsilenciadorde las que disponíalaunidad. Me dijoque los marines habíansaqueadounbuennúmerode arsenales durante sus misiones de reconocimientoy se habíanllevadotantas armas consilenciadorcomoles habíasidoposible, probablemente afindeprepararseparaunaguerradeguerrillasenlaqueseríanecesarioelsigilo.

Me comuniqué porradioconelLAV númerouno(punto) y les di permisoparaquedispararanconsilenciadoralos muertos vivientes quecircundabanelcamióndebomberos. Aúnnohabíafinalizadolaretransmisióncuandooí elsiniestrorumordelas metralletas consilenciadores. Los muertos vivientes cayeron, unotras otro. Losmarines fallaronenmuchas ocasiones. Durante eltiroteo, elsargentode armas meleyóelpensamientoy me informóde que aquellas armas de nueve milímetros consilenciadornotenían, ni de lejos, laprecisiónde unM-16, peroque eranrealmentesilenciosasynollamaríanlaatencióndeindeseables.

Elsonido recordabamucho alque se hace cuando se presionarápidamente, ensucesión, la palanca de carga de un M-16 normal. Un chasquido apenas audible.Pasaron cuatro minutos hastaque eláreaque circundabaelcamión de bomberosquedódespejada. Aparcamos los LAValrededordelcamióny salimos todos afuera.

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Los marines habíandesmontadoy vueltoamontarlos silenciadores, porque (segúnellos) si disparabandemasiadas veces seguidas los ibanaaveriar. Ochohombres sedesplegaron en perímetro defensivo en los espacios que quedaban libres entre losLAV. Me acerqué alcamiónde bomberos y traté de abrirlapuerta. Estabacerrada.Comode costumbre, las marcas de pus de los brazos muertos estabanpresentes enambas portezuelas, lo que daba a entender que los bomberos muertos que seencontraban dentro habían resistido en el camión ya inutilizado, hasta que, alparecer, sehabíanquitadolavida.

Empuñé una voluminosa palanca (que había sacado de una de las maletas deherramientas delvehículo) y cinta americana, y logré romper elcristalsin hacerruido. Así podríaabrirlapuertadelconductordesde dentro. Metí lamanoporlaventanillay entonces unode los bomberos me laagarróporlamuñeca. Intenté contodas mis fuerzas volverasacarla. Esacosaestabaapuntode morderme lamuñecacuandounmarineabriófuegoehizotrizas lacabezadelacriatura. Ambos habíamospensadoque los bomberos estabanmuertos. Elruidodebíade haberdespertadoalacriaturadeunaespeciedehibernaciónparamuertosvivientes.

Elbomberoque ibaenelasientodelcopilotoestabamuertode verdad, porque lamayorparte deltroncoy lacabezahabíandesaparecido. Probablemente se estabanpudriendo enlagargantay elestómago de laotracriatura. Tras abrirlapuertayarrastrar hastaelsuelo elmonstruo que ibaen elasiento delconductor, le di ungolpealpasajeroconelcañóndelfusil. Nosemovió. Todavíasujetabaconfuerzaunhachamanchadadesangre.

La ventaja de contar con una unidad de militares capaces y de habilidadesvariadas sehizoevidenteenelmismomomentoenquemedi cuentadequenosabíanadasobre motores de vehículos grandes. Unode los mecánicos de los marines sepusoatrabajar. Abrióelmotory estudiólas posibilidades derepararlo. Diagnóstico:bajode aceite, bateríamuertay nadade combustible. Elcombustible noeraningúnproblema. Llenamos parte deldepósitoconcombustible de reservade los LAV. Elaceite tendríaque esperar, porque ni elmecániconi yomismopodíamos sabercuálera el que le correspondía si no nos tomábamos nuestro tiempo para leernos elmanual. Pero eso no sería posible, porque oí que los guardias del perímetrodisparaban contra un puñado de muertos vivientes que habían ido hasta allí,atraídosporelbarullodelaejecucióndelbombero.

Finalmentetuvimosquecargarlabatería. Elmarinenoestabasegurodesuestado,porque llevaba seis meses expuesta a los elementos sin que nadie la revisara.Tratamos de cargarla. Empezóunaguerrade nervios. Nos llevaríatreintaminutoscargar la batería lo suficiente para que elmotor volviese a funcionar. Entretanto,todos los demás, salvo el mecánico que trabajaba en el camión de bomberos,tendríamos quecumplirfunciones defensivas. Elmecánicotambiéndeberíaprepararlas cadenas pararemolcarelcamión, porsi labateríanose cargaba. Se sucedióun

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disparotras otro. Las reservas de muertos vivientes eranprácticamente inacabables.Laciudadsehallabaenelhorizontey elhumosubíahaciaelcieloprocedentedelosincendiosquenadiesehabíapreocupadodeextinguir. Mepreguntéacuáldeellossehabría dirigido elcamión de bomberos. Probablemente a uno que llevaba muchotiempoapagado. Otrodisparo... yotro...

Se acercaban... cadavez enmás cantidad... enfilas cadavez más cerradas... cadavez más veloces. Tansólonos quedabanotros diez minutos... elmurmulloeracadavezmás fuerte. Gemidos alvientoysonidos intermitentes demetalquesufríagolpesorebotabaporelsueloenlalejanía, y criaturas que tropezabanconlachatarra. Mevolví poruninstante y vi que elmecánicoenganchabalas cadenas enelbajovientredelcamión. NollegóasujetarelotroextremoenelLAV. Porelmomentoenrollólascadenas enlos ganchos soldados alparachoques delanterodelcamión. Entonces oyóque elmotorcrepitabay se poníaenmarcha. Habíafuncionado. Elmotorarrancóyañadióunanuevay ruidosavariable alproblema. Me volví hacíaatrás y vi elhumoque salíaporeltubode escape; elcolosorijodespertaba, despertabaaunmundomuydistintodelquehabíaconocido.

Elmecánicosonreía. Le lancé unamiradade aprobacióny mandé amis hombresregresaralos vehículos. Salí corriendohaciaelLAVnúmerodos y porelcaminoleshicegestosalosmarines. Cuandosubí alvehículo, grité: ¡Tontoelúltimo!.

Noestabasegurode que elmotordelcamiónde bomberos fuese hable. Contactépor radio con elmecánico para que elcamión adoptase la tercera posición en elconvoy, Primero el blindado número uno, después el número dos (yo iba en elnúmerodos), después elcamióndebomberos, y finalmenteelblindadonúmerotres.Yonoqueríaque elcamiónse averiase y que otropobre desgraciadomurieraentucabina. Sabíaque elcamióndebíade estarbieny que loúnicoque le habíaocurridoeraque se habíaquedadosincombustible enlaInterestatal. Los pobres bomberos sehabríanvistorodeados y nohabíantenidoningunaposibilidad de escapar. Todolodemássonespeculaciones.

Nos pusimos enmarchahaciaelH23. Porelcamino, elsargentode armas y yomarcamos en los mapas las posiciones de los numerosos camiones cisterna quetransportaban combustible. Con eltiempo, vamos a necesitar mucho combustiblediesel, Iremos otrodíaaporél. Nocreoque elconsumode energíase hayavistoafectado porelsúbito crecimiento de población. Los generadores funcionaban tansólounas pocas horas aldíaparacargarlas baterías delailuminación, laventilación,la provisión de agua y el escaso consumo de la cocina. Hemos sobrevivido conraciones decomidapreparaday otras conservas limitadas desdeelprincipiodetodoesto y ahoraempiezan apasarse, pero estoy convencido de que estos marines lashabíanconsumidodurante períodos aúnmás largos enlas condiciones «normales»detiemposdepaz.

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Llegamos almismopuntoporelque habíamos accedidoalainterestatal. Eralahoradelcrepúsculo, y lapuestade soleraelcatalizadorparaque sucediese algomalo. Y sucedió algo malo. El camión de bomberos se nos murió. Envié a loshombres de mí LAV paraque sujetaranlacadenaanuestros ganchos. Elvehículoteníafuerzas desobra. Estoy segurodequeunodelos marines más jóvenes debíadeconocerse todos los tornillos y las tuercas de lamáquina, peroyosólosabíaunasolacosa... erapotente.

La gruesa cadena de acero nos daba tirones y sacudidas cada vez que perdíatensióny teníaque volveraponerenmarchaelpesodelgigantescovehículo. Me dicuentade que nuestroLAV tirabaconfuerzas renovadas y de que se activabaunmecanismo autónomo de transmisión que reforzó laruedaque lo necesitaba. Losmuertos vivientes senos acercaronentropel. Nohabíatenidotiempodecontarhastacinco cuando oí que nuestro vehículo chocabacontrauno de ellos con un sonoroplop.

Almirarporelgruesocristaldelaventanablindada, vi querebotabanenelLAV.Algunos de ellos ibanapararseis osiete metros más allá, hastalas zanjas cubiertasdevegetaciónaladoyladodelacarretera. Nos hallábamos tansóloamediahoradelH23cuandocontactéporradioconelmecánicoy lepedí quecomprobaseelniveldecarga delcamión. Elmecánico no pudo decírmelo, porque el indicador se habíaquedado sin corriente. Yo teníalaesperanzade que quedaraaguasuficiente paramantenemos con vida hasta que hubiéramos podido reparar elcamión y salir enbusca de otra fuente de aprovisionamiento. Estaba seguro de que las reservas deaguadelcomplejoseacabaríanencualquiermomento, si nosehabíanacabadoya.

Gracias al sistema de visión nocturna del LAV, divisé las cámaras del H23.Estabanenplenofuncionamiento. Logramos llegaracasaconelcamiónaremolque.Elcamiónde bomberos teníaunacapacidad de 19000 litros y teníauncuartode sudepósitolleno. Tendríaquebastarnos hastaqueencontráramos otrareservadeagua.Entre el equipo médico que teníamos en el H23 y el que nos habían traído losmarines, juntaríamos yodo suficiente para purificar el agua. En algún momentotendríamos que echarabajo las puertas de unas cuantas residencias suburbanas yhaceracopiodelejía.

Recibimos incesantes mensajes del cuartel general. La mayoría tan sólo nosmantieneninformados, perononos llamanalaacción. Yomismotuve que mandarun informe sobre la situación en Austin, Texas. Los jefazos del portaavionesnecesitabanlos datos paraactualizarsus importantísimos informes. Nosé porqué,perometemoquedentrodepoconos mandaránaunazonairradiada, tambiénparaqueles informemos sobrela«situación». Creoque, cuandomellegueelmomentodepasarporesepuente, semehundirábajolospies.

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GUARDACOSTAS

8 de Agosto.

13:50h.

Estaba en el Hotel 23. Atrapado. Los marines muertos de fuera golpeaban lapuertade lasalade controlambiental. Abrí lamirillade acero y lavi... EraTara,ensangrentada, muerta, hambrienta. Johnestabadetrás de ella, arañandolapuerta.Norecordabacómohabíapodidollegarhastaallí; tansólosabíaqueestabaallí. Esosrostros familiares estabanrodeados porlos delos marines. Muchos deellos teníanelcuerpocubiertodefatales orificios debala. Mi operadorderadiotambiénestabaallí.Aún llevabalos cascos en lacabeza... y entonces... habló. ¡Eldifunto operadorderadiohabló! Dijo: «Señor... despierte... tengounmensajeimportanteparausted.»

Noestoy segurode lanaturalezadelmensaje que llegóanoche mientras dormía.Medespertéaloírqueeloperadorderadiollamabaalapuerta. Elmensajemedecíaque teníamos que desplazarnos a la costa para auxiliar a un barco de medianaenvergadura de la Guardia Costera que se había averiado. No corrían peligroinmediatoy habíanancladofrente alacostade Texas, atansólo130 kilómetros portierradellugardonde debíade estarvarado elBahama Mama. Después de leerelmensajeycomentarloconelsargentodearmas, llegamosalaconclusióndequeseríapreferiblesalirdurantelanoche.

Me desperté y le conté aTaraloque habíavistoenmi sueño. Eramás que unaamigay me sentíacomosi pudieracontarle cualquiercosa. TambiénDeanerafirmecomounaroca. Su sabiduríame ayudóahacerfrente alos demonios que duranteesosdíasmedesgarrabanamenudoelalma.

Tuve unasensaciónsimilaralade regresardespués de unas largas vacaciones yencontrarse con eltrabajo acumulado. Mientras escribo esto, eltercero almandotrazalarutaque seguiremos portierraparairalencuentrodelbarcoguardacostasque sigue inmóvil en el agua. En cualquier otra situación habríamos partido deinmediato, perocomoloshombresqueseencontrabanenlaembarcaciónestánmáso

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menos asalvo, nos tomamos untiempoparatrazarplanes y reunirprovisiones, afindequeelviajeseamenospeligroso.

Me gustaríaque estaexpediciónnosobrepasaralas cuarentay ochohoras. Aúnquedanmuchas cosas porhacerhastaque culmine lafusiónde los dos grupos. ElHotel 23 no tiene capacidad suficiente para tantos, pero algo me dice que, conequipamiento pesado y algunas divisorias de cemento que encontraríamos en laInterestatal, sería posible construir una pared en torno a la valla metálica.Tardaremosmesesenreunirtodoelmaterialnecesario, perotalvezmerezcalapena.

Cambiode tema: hoy mismo, Danny se hahechodañocuandojugabafueraconLaura. PerseguíanaAnnabelle, y entonces Danny hametidoelpieenunhoyoy sehatorcido eltobillo. Últimamente les dejamos salirmás amenudo, pero los marinessiguenórdenes estrictas de cuidarde su seguridad dondequieraque se encuentren.He cargadotodomi equipoenelLAV númerodos. Lohe bautizadocontodomiafecto(y contodosecreto) comoAguanbabuluba. Yomismonosé porqué, peroesenombrelequedabien.

Hoy hace mucho calor y vamos a llevar provisiones extra de agua paramantenernos hidratados y convida. Séquenuestras reservas deaguanosontodoloabundantes que debieran, y tampoco las de combustible. Ese es un problemaquetendremos que resolver, aparte de nuestras obligaciones oficiales. Enciertamanera,me alegrode que elHotel23 noseamás que unagotitadentrodelcubode aguadenuestros mandos estratégicos. Me voy allevaralos mismos marines que laotravez.Norecuerdoque ningunode ellos lajodieraenlaúltimamisión, así que noveolanecesidad de repararloque noestáaveriado, y todavíamenos enunamisióntanprecipitada. Puede que forme ungrupodistintoparalasiguiente, si es que hay unasiguiente.

11 de Agosto

22:28h.

Partimos delHotel23 sinpercances. Fuerahabíamuchahumedad y, alabrirlacompuertaporlaquesaldríamosdelcomplejo, tuvimoslasensacióndeentrarenunasauna. Losvehículosyaestabanconeldepósitolleno, apuntoparapartir.

Las carreteras necesitaban un exhaustivo mantenimiento delque nadie se ibaaencargarjamás. Elhormigónestaballenodegrietas y nohabíavistovías públicas entanmalestadodesdequeserví enAsia.

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Seguimos haciaelesteporlalíneadelacostahastaqueencontramos loquehabíasido unacarreteraprincipal. Ahoraparece más bienuncampo cubierto de cochesparadesguace, todosellosalineadosconelmorrohaciaeleste. Noseparecíaennadaaloque yohabíavisto. Sus restos herrumbrosos eranloúnicoque aúnindicabaladirecciónquehabíaseguidolacarretera.

Seguimos adelanteguiándonos porlos restos delos coches, porlamismarutaquehabíaseguidolacarretera, perosinacercamos muchoaellos, paraevitarproblemas.Los muertos vivientes noeraninteligentes, y noteníamos noticiadequeenesazonahubiese radiación, pero las onduladas colinas de Texas podían ocultárnoslosfácilmentecuandoatravesáramoslasdepresionesdelcamino.

Otraideaque me remordíapordentroeraque lasituaciónhabíacambiadoporcompleto. Antiguamente habíatansólounpuñadode animales que pudiesenmatardeunmordisco, como, porejemplo, algunas especies deserpiente. Ahoraelpéndulodel equilibrio que oscila entre criaturas mortíferas y humanos vulnerables se hadecantado hacia el cataclismo. Con las víboras, al menos, existía siempre laposibilidad de sobrevivir. Según me cuentan los marines, no existe un antídotocontraestas criaturas que se hanadueñadodelmundoentero. Elsargentode armasdice haberlos vistoacientos: hombres fuertes que sucumbierontreintay seis horasdespués de que los mordiesenoarañaran. Existeninclusocasos documentados devíctimas que se infectaron porque les contaminaron accidentalmente una heridaabiertaconsaliva.

Quedaalgoque me obsesiona. ¿De dónde sacansuenergía? Parece que, despuésde muertos, dispongan de reservas inagotables de energía. Albergo la secretaesperanzade que alguien, quizáunequipode expertos, esté estudiandolos puntosfuertes y debilidades de esas criaturas, que debende superarnos porvarios millonesenEstados Unidos y enmiles de millones alolargoy anchodelplaneta. Éstos eranlos pensamientos quemerevoloteabanporlacabezadurantelamisiónderescatedelReliance, que se habíaquedadoinerme sobre las aguas. Debíamos de encontrarnos aunos pocos kilómetros de nuestrodestinocuandolas gafas de visiónnocturnamerevelaronaunprimergrupo.

Expuse consumocuidadolos protocolos paraelempleode violenciaporlos queibaaguiarse nuestraunidad. Sabían que tenían que emplear lafuerzacontralosmuertos vivientes tan sólo cuando fuera absolutamente necesario. Los ruidososmotores delos LAVhacíanquelos muertos vivientes girasenviolentamentesobresueje y avanzaran hacia nosotros cuando pasábamos. Estaban como programados ysabíanquecualquierruidofuerteindicabalapresenciadealimento.

Les miré conodiodesde latorretade artilleríay luegoclavé los ojos enlanoche.Las gafas eranbuenas, peronoofrecíanunavisiónilimitada. Noeracomoladelojo

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desnudo a la luz del día. Era como llevar una gigantesca linterna verde que seencendíadenocheeiluminabatansólohastaunalcancedeunossetecientosmetros.

Erasiempre lo mismo, un cadáver tras otro, y merodeaban por lazonadondehabían muerto. Viajar con vehículos de ocho ruedas tenía sus ventajas. Nosmovíamos sonproblemas fuerade lacarreterahastaque llegábamos aunpuente ounpasoadesnivel. Acercarse aunade esas construcciones significabaque, obienteníamos quequitardeenmediolachatarraqueobturabalas arterias delacarretera,obiendescenderhastaeltechofluvial, Aveces elpasoadesnivelnose encontrabasobreunrío, sinosobreunasalida, ounacarreteramás pequeña, Estofueloquenosencontramosdecaminoalencuentrodelbarco.

MI LAV número uno nos llamó por radio cuando tan sólo nos faltaban unosdoscientos metros para tener que tomar una decisión. Sabían que no podíandetenerte. Seguimosadelantemientraslavozcrepitabaporlaradio:

—Señor, nosacercamosaunpasoadesnivel, lacarreteraestácongestionada, ¿Quéquierequehagamos?

—¿Quéclasedevehículosnoscierranelpaso?—lepregunté.—Veounpardecamionesdedieciochoruedas, señor—merespondió.Notuveotraopciónqueordenarles quebajaranporunapendientequedescendía

hasta una carretera perpendicular. Les dije que bajaran en diagonaly que no sedetuviesenbajoningúnconcepto. Porpocoque me gustaralaidea, esas máquinasaún estaban muy necesitadas de mantenimiento básico (mantenimiento civilprofesional) ysabíamos queenmás deunaocasiónhablanempezadoachisporrotearysehabíanmuertoalfrenarconbrusquedad.

Mientras el LAV número uno desaparecía cincuenta metros más adelante ydescendíaalabismo, laseñalde radiose volviómás estridente, y luegotansóloseoyóestática.

Abrí elmicrófonoysolicitérespuesta.ElLAVnúmerounomerespondió.—Señor, es posible que prefieratomarelpasoadesnivel. Hemos encontradoun

autobúsescolarrepletodecosasdeésasysonmuchas.Le di las gracias por la advertencia y pedí al sargento de armas que me

mantuvieseinformado. Estábamoscasi enloaltodelaloma, casi podíamosverlos.Laradiocrepitódenuevo.

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—Señor, elcontadorGeigercaptaunaseñal...Tuve un minuto de confusión. Estábamos lejos de las áreas irradiadas, todavía

más lejos que enelHotel23. ¿Cómoeraposible que los contadores Geigercaptasenlecturasdesdeallí?

Cuando el morro del LAV número dos (el mío) rebasó la loma y empezó adescenderporelbarrancoparallegarhastalacarretera, vi elautobús escolar. Enunprimermomentonoobservénadaespecial, hastaqueleechéunasegundamirada.

Elautobús estabapreparadoparaelcombate. Teníalas ventanas protegidas contela metálica soldada almarco y un quitanieves instalado en la parte frontal. Elcontador Geiger se disparó en el mismo momento en el que nos acercamos algigantesco autobús amarillo. El autobús emitía una gran cantidad de radiación,Estabarepletodemuertos vivientes. Undetalletodavíamás turbador: habíacasi unadocenadecadáveressobreeltechodelautobús, muertosdeltodo.

Nopodíaimaginarme ni de lejos loque habríaocurrido. Elautobús desprendíaunaradiactividadalta, perolos muertos vivientes que lorodeabannoalcanzabannidelejos elmismonivel. ElcontadorGeigerindicabaqueelautobús emitíaniveles deradiaciónque podíanresultarmortales encasode exposiciónprolongada. Algunosde sus ocupantes parecíantenerheridas muy traumáticas, perolamayoríase veíanindemnes. Alpasarnuestros vehículos, seagitaron. Loúltimoquevi delautobús fuelapenúltimaventanadelcostadoderecho. Unchicojovencolgabade laventanaporlapiernaderecha. Delaizquierdayasóloquedabaelhueso. Teníalacaracubiertadequemadurasylesiones. Noparecíani muertoni nomuerto.

Sin interrumpir el contacto por radio, pasamos de largo y esquivamos a losmuertos vivientes mientras ascendíamos de nuevoporlapendiente pararetomarelcaminohaciaeleste. Nosabíaexactamente porqué, perolavisióndelautobús mehabíaafectado. Se me ocurrió que talvez estuvierarepleto de supervivientes quehabíantratadode alcanzarunáreamás segura. Estabaclaroque procedíande unazonairradiadayquesabíanquequedarseinmóvilsepagabaconlavida.

Me pregunté cómohabríansalidolos que se hallabaneneltechodelautobús. Nohabíavisto ningún arma. Tuvieron que pasarvarías horas paraque me pusieraapensar en otra cosa. Seguimos adelante en horas nocturnas, y remolcamos,esquivamos, evitamos. Nonos detuvimos hastaencontraruncamióncisternallenode combustible que se encontrabaaunadistanciasegurade todos los embudos quesehabíanformadoconlachatarraylosatascosdetráfico.

Comononos quedabatiempoparaexaminarelvehículo, ni parabuscarlamanerade arrancarlode nuevo, unode los hombres sujetóunacadenaenvueltaentelaalaválvuladelcombustible y laabrióde untirón. Eldieselempezóaderramarse porelsuelo. Todos nosotros sabíamos que eldieselnose inflamaconfacilidad y que no

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representaríaunaverdaderaamenaza, siemprequelomanejáramos coninteligencia.Empleamos unode los cuchillos K-Barparacortarunade las mangueras de gomaqueseencontrabanaunladodelacisternay lasujetamos alaválvularotaconcintaamericana. Noquedóbonito, ni impermeable, perocumpliósufunción. Llenamos decombustible tantolos depósitos de los vehículos así comolas latas que llevábamos.Unode los mecánicos examinóelcombustible y dijoque todavíaestababien, peroque, si nosetrataba, dejaríadeestarloalcabodemásomenosunaño.

Cegamos laválvularotacontelaque cortamos de los asientos delvehículo, unvasograndedetreslitrosymedio, yuntrozodecuerda.

Rezumabaunpoco, perotardaríasiglos envaciarse. Marcamos suposiciónenlosmapas comounaopciónpararepostarsi lonecesitábamos enelcaminodevuelta. Laposibilidad de repostarhizo que me sintiese unpoquito mejor, pero eldeplorablemantenimientodelos vehículos, unidoaladudosacalidaddelcombustible, echabaaperdertodopensamientopositivo.

Alamanecerllegamos aRichwood, Texas. Elposte que indicabaelnombre y lapoblaciónhabíaquedadoparcialmente ilegible porculpade ungrafitto. Se olíalasalen el aire. No estábamos muy lejos del Golfo. Durante toda la noche habíamostratadode contactarporradioconelguardacostas, peronolohabíamos conseguido.Los hombres estaban fatigados y era peligroso desplazarse de día. Nosencontrábamos enunáreaindustrialy notardamos muchoenencontrarunafabricaprotegidaporunavalla, dondepudimosescondernosydormir.

LafábricasellamabaPLP, y ajuzgarporelequipamientoquehabíaenelexteriordeledificioprincipal, trabajabancontuberías industriales. Unode los marines tomóun hachaque llevábamos sujetacon correas alexteriordelLAV número tres y laempleópararomperlacadenaquemanteníacerradalapuertadelavalla. Entramos,cerramos lapuertay volvimos asujetarlacadenaconcintaaislante y ganchos detiendadecampaña. AparcamoslosLAVenlapartedeatrásyorganizamosturnosdevigilancia, así comounperímetrodefensivoque improvisamos conlos montones detuberíasabandonadasalairelibre.

Ese díadormimos muy poco, porlos golpes incesantes que se oíandentrode lafábrica. Los trabajadores nomuertos sabíanque estábamos fueray tambiénqueríansalir. Paracuandonos despertamos y apartamos los pesados montones de tuberías,yateníamos públicoalotroladodelavalla. Noeranmuchos, perosí suficientes. Unoyaes demasiado. Otropensamientocasual... ¿acuántos humanos podríainfectarunode ellos si las víctimas se pusieranenfilaindiay se dejaranmorderporlacriatura?¿Aunnúmeroilimitado?¿Acincuenta?

Mandamos acuatro hombres adistraeranuestro público de muertos vivientesmientras los demás abríamos las puertas y salíamos de lafábrica. Elsolestababajo.Habíanpasadotrecehoras desdequehabíamos hechoelalto. Necesitaríamos tiempo

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extra para poder dormir todos. Nos habríamos ahorrado cuatro horas si todosnosotros hubiésemos dormido almismo tiempo, pero eso habría sido demasiadopeligroso. Abandonamos enseguidalazonay nos pusimos encaminohacialacosta.Hacíamuchoquenohabíavistoelmar. Elolorfamiliarmetrajorecuerdos, igualqueelolordelacoloniaantiguaquehabíaencontradoenelfondodelbotiquín.

Una vez más, tratamos de establecer comunicaciones con elguardacostas. Lasradios de altafrecuenciaalcanzabansindificultad elHotel23 si las sintonizábamosbien, ysus señales habríantenidoquellegaralbarcoconmayorfacilidadtodavía. Loúnicoque se me ocurríaeraque talvez laseñalrebotara. Es unfenómenoque losoperadores deradioconocenbien. Si unoestádemasiadocercaodemasiadolejos delreceptorde latransmisión, laseñalpuede rebotarsobre las antenas de éste. Elcieloestabanublado, yesoavecescontribuyeaempeorarelproblema.

Nos comunicamos conJohny conlos demás habitantes originales delHotel. Leshablé del autobús de la escuela, del camión de combustible y de la fábrica. LepreguntéaJohnsi Taraestabaenlasalay merespondióqueno. Entonces ledijequele dijese aellaque no se preocupara, y que no le hablase delautobús escolar. Elmotivoprincipaldemi llamadaeraobtenerlaposiciónexactadelbarco. Johnmedijoque ordenaría al operador de radio que mandara un mensaje y que volvería allamarmeenmenosdeunahora.

Alacercarnos almar, divisamos sucolorverde. Contemplamos lagranextensiónverdosadelGolfo. Habíaechadomuchodemenos supaletadecolores. Ajuzgarporlas reacciones de los hombres, ellos tambiénhabíanechadode menos lavisióndeesas aguas sinfin. Alacercarnos alamarina, Johncontactódenuevoporradioy noscomunicólarespuestadelportaaviones. Los servicios de inteligenciade éste habíanrecibidolaúltimaactualizaciónde datos Link-11 cadatreintaminutos. Elbarcoseencontrabaa28-50.0N095-16.4O. De acuerdoconnuestros mapas, debíade hallarseasietekilómetrosdelacosta.

Estábamos losuficientemente cercade lamarinaparaobservarlaendetalle. Allísóloquedabanpequeñasembarcacionesdevela. EselugarmerecordabalascostasdeSeadrift. ¿Y por qué no? No estábamos lejos de allí. Me pregunté si las cebollasencurtidasseguiríanenlacubiertadelMama. Tampocoestabalejosdeallí.

Íbamos anecesitaralgúntiempoparaplanearlamisiónderescateanfibio, así quedejamos nuestroconvoy de tres vehículos enelaparcamientode lamarinade FairWinds. Me comuniqué unavez más porradio con John y le pedí que enviaraunmensaje alcuartelgeneralparasolicitarles actualizaciones porsi elbarco se habíadesplazadomás deunkilómetro. Medijoquetuvieracuidadoyquenos veríamos enunpardedías.

Ante lafaltade comunicaciónentre nuestroconvoy y elguardacostas, tuve queplantearme si de verdadíbamos arescatarpersonas, otansólopecios. Elchasquido

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de un rifle interrumpió esos pensamientos. Maldije por lo bajines y me preguntéquiénseríaelquesehabíasaltadolosprotocolos. Abrí elmicrófonoypreguntéquiénhabíadisparadoy porqué. Me respondióelmás veteranodelvehículonúmerotres.Medijoquemevolvierahacialasseisymiraseloqueseacercaba.

Obedecí y vi aunos cincuentaque surgíande unáreaurbanaaunos quinientosmetros de nuestraposición. Mejorcincuentaque cincomil, así que nome preocupédemasiado. Elsargentode armas nohabíadisparadoalos muertos vivientes que sehallabanaquinientos metros denosotros; ¡disparabaalos quelegolpeabanlapuertade atrás! Nosé porqué, perodelgrupode cuatrocadáveres que estabandetrás delLAV tres de ellos me resultaron familiares. No lograba reconocerlos. He visto amillares de criaturas como ésas desde que empezaronacaminary probablementetodoseapuraparanoia.

Indiquéalos hombres quepreparasenlos vehículos paraelviajeanfibio. Los LAVde los marines podían transformarse en pequeñas embarcaciones. Eran grandes,pesados y lentos, pero aun así navegaban. Llevan dos hélices en la cola que lespermitenavanzaradieznudos. Disparamoscontralosqueestabanennuestrazonaycontralos queaparecieronentreelaguay nosotros. Teníamos elcaminodespejadoynuestros vehículos estaban a punto, así que nos arrojamos al golfo de México.Hordasdemuertosvivientesnosperseguían.

Elaguaque me salpicólacaraestabatemplada. Cuandoempezóafiltrarse enelcompartimiento, miré alsargentode armas coninquietud. Me sonrióy me dijoquenomepreocupara, quesi noentraseaguaseríaél quiense inquietaría. Confiéenélymeasomédenuevoalexteriorparaverloqueocurríaenlacosta. Les dijealos otrosLAVquenavegaranalralentí yformaranunahileraaunoscienmetrosdelacosta. Elaguaacumuladaenelinteriordelvehículollegabaalos cincocentímetros, peronoparecíaquefuésemosahundirnos.

Salí afueraylesvi congregarseenlaorillacomohormigas. Fueentoncescuandolaradio emitió otro bip y nos llegó otro mensaje de voz. Se oían los sonidos yafamiliares de las voces encriptadas aldesencriptarse. Suenacomounmódem de losantiguoshastaqueporfinlavozsevuelvereconocible. Johnvolvíaallamarnosynosdecía que le habían informado de la posición actual del barco. Aun cuandohubiéramos solicitadoactualizaciones tansóloparaelcasodequesehubieramovidomás decuatrocientos metros, los delcuartelgeneralhabíanpensadoquetambiénnosseríade utilidad que nos informarande que elguardacostas nose habíamovidolomás mínimo. Tuve que darles la razón. La embarcación no había experimentadodesplazamientos significativos desde la última vez en que la antena de su mástilhabíaretransmitidounaactualizaciónautomática.

Los gemidos de los muertos se hacían oír en la distancia y se colaban por elmicrófono. Oí lavoz de Taray me di cuentade que los delcomplejo tratabande

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arrebatarseelmicrófonoelunoalotro. Taramehablóymepreguntósi todoibabien.Yole expliqué nuestrasituacióny le informé de que nocorríamos ningúnpeligroinmediato. Le pedí que volvieraapasarle elmicrófonoaJohn, locualhizode malagana. Le dije a John que estábamos a punto de salir a mar abierto en busca delguardacostas. Lasbrumasveníanhacianosotros. Laluzdelaluna, así comoelfríodelanoche, hacíanquenuestromiedofueseaúnmayor.

Dejamos a la manada de muertos vivientes en la costa y nos dirigimos a lascoordenadas que nos habíadadoelgrupode combate delportaaviones. A medidaquenosalejábamos, losgemidosdejarondeoírseynosolvidamosdelenemigo. Tratédenopensarenlos muertos vivientes quenos acecharíanenelfondodelmar, oqueflotaríansinrumbobajolasuperficie. Les deseélopeor, porqueésos eranlos quemedabanmásmiedo.

ElequipoópticodelLAVeramuchomejorquelas gafas devisiónnocturna, y porello volví ameterme dentro y desplegué los sensores. Aún divisabalacosta. Losmuertos vivientes seguíanallí. Seguíancongregándose comohormigas. Orienté denuevoelinstrumentohacialadirecciónenlaquesemovíaelvehículo. Teníalos pieshúmedos por elagua salada que se había filtrado o había rociado elinterior delcompartimiento.

Debíamos de encontrarnos aunkilómetroy mediode lacosta, y alcancé adivisarun objeto brillante y pequeño en elhorizonte. Casi parecía una vela. Cuando losinstrumentos nos informaronde que yahabíamos recorridotres kilómetros, laradioseactivódenuevoconuninformedeposición. Johndecíaqueelbarcoguardacostasseguía estacionario desde la última actualización. A mí me estaba bien. Cuandomenostiempotuviéramosquepasarbuscándoloenelagua, mejor.

Agarré unalinternaestroboscópicade unode los kits de supervivenciay lasujetéa la red de caiga que llevábamos en el techo del vehículo. Hasta que llegara elmomentode subirabordo, noescatimaríaesfuerzos porconseguirque alguiennosinformase de que latripulaciónseguíaconvida. Aúnnohabíavistolasiluetadelbarco. Debíamos de encontramos a cinco kilómetros de la costa. Entonces estuvoclaroelorigendeaquellaluzqueparecíadeunavela. Eralallamadeunaplataformapetrolíferaque se encontrabamaradentro. Elguardacostas estabajunto aella. Alparecer, habíanechadoamarras enlacolumnade apoyosureste. Desde tanlejos, noseapreciabanseñalesdevida.

Cuandonos acercamos alaplataforma, alcancé aoír, alolejos, voces humanas.Parecía que gritaran. Yo estaba casi seguro de que la luz estroboscópica se veríadesde lacubiertade laembarcación, porque éstaquedabamás altaque nosotros. Alacercarme más, empecé a darme cuenta de que las voces no provenían de laembarcación, sino de la plataforma. Escuché y volví adentro para emplear losinstrumentos ópticos del LAV. Distinguí la silueta verde de unos hombres que

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agitaban los brazos en lo alto de laplataforma. Estibamos lo bastante cercacomoparaentenderloquedecían. Nosdecíanquenosubiéramosalbarco.

Estabainvadido.Me pregunté cómo era posible que un fallo mecánico en una embarcación de

combate hubieradesencadenadoque éstafuese víctimade laplaga. Elsargentodearmas y yo fuimos los primeros en agarrarnos a la escalerilla de la plataformapetrolífera. Mientras subía, logré vervarias figuras sobre elbarco. Elcaminohastaarribaeralargo, aúnmás largoque laescalerilladelsilode misiles delHotel23. Alllegaralúltimoescalón, unode los miembros de latripulaciónme ayudóallegarhastaarriba. Conté unos treintahombres sobre laplataforma. Aparentemente todosellosgozabandebuenasalud.

Preguntéquiénestabaalmandoyunodeellosmerespondió:—EltenientedegradojúniorBarnes, señor.Pregunté si podíahablarconél, perome contaronque se habíaencerradoenuno

delos camarotes delbarcoyquenopodíasalir. Mequedéconlasensacióndequeyaesperabanlasiguiente pregunta. Cuandoquise sabercómodiablos eraposible quelos mierdas esos de carne putrefacta se hubieran adueñado de una embarcaciónmilitar, meloexplicaroncontododetalle.

Elhombre que hablabaconmigoeraunsuboficial. Eraunode los técnicos de lossistemas de informaciónde lanave. Gestionabasus sistemas y redes automatizadas.Parecíaquedominabaeltema. Elsuboficialmeexplicóquehabíanencalladocercadelaplataforma. No disponían de los mapas actualizados que normalmente habríantenidoque llevarabordoy nosabíanloprofundas que eranlas aguas enesazona.Nohabíasidonadagrave, perolahélice habíasufridodaños mientras tratabandesalirdelbancode arena. Noeraimposible ponerenmarchalaembarcación, peroelmotory eleje habríansufridodemasiadatensión, porque lahélice nofuncionabaalcientoporcientodesueficiencia.

Elmejormomentopararecuperarlaembarcaciónseríade noche. Sabíamuy bienque, enlaoscuridad, esascosasnovenmuchomejorqueunapersonavivanormal.

Aunque elsuboficialme hubieraexplicadocómoestuvieronapuntode morirenelagua, quedabaporesclarecercómolos muertos vivientes habíanpodidollegaralbarcoennúmerosuficiente paraobligaralatripulaciónaabandonarlo. Le ordenéque me locontara. Alprincipiovaciló, perole conté quiénsoy, y conqué autoridadactúo.

Primerobajólacabeza, paraquelaviseralecubrieselosojos, yluegodijo:—Nos llegaron órdenes desde arribaparaque capturásemos especímenes y los

transportáramosalportaavionesparaestudiarlos.

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Qué locura... ¿no? ¿Enserioque las personas que estabanalmandoqueríantenercosas de ésas a bordo de la nave comandante, por muy importante que fuera lainvestigación? Mantenerlos encerrados en un guardacostas habría sido otra cosa,pero, ¿enunnavíomilitarnorteamericanoconfuncionesdemando?

Sé muy bien que el portaaviones transportaba un equipo médico completo yequipamientoadecuadoparalainvestigación, peroesainvestigaciónpodíahacerseenotraparte, encualquierotraparte, lejos de los líderes militares. Nos estibamosquedandosinpersonalmilitardeservicio, o, porlomenos, ésoseranmiscálculos.

—¿PorquéenelgolfodeMéxico?—Porqueelaltomandolosqueríairradiados—merespondió.Estuve apuntode arrearle unsopapoporhaberaccedidoacumplirunaorden

como ésa, pero me contuve, y entonces me explicó que habían enviado muchasembarcaciones pequeñas con unidades de captura a las zonas irradiadas, dondehabíaciudades destruidas, paraencontrarespecímenes quepudieranestudiar. Enmifuerointernoles di larazónensus intenciones, peronoenlos medios conlos quepensaban almacenar esas cosas. ¿Por qué las querían de áreas diferentes? Elsuboficialnosuporesponderme y aposté aque los únicos que losabríandebíandeserlosdelportaaviones. Lepreguntócuántoscuerpos irradiadossehallabanabordo;medijoquehabíansacadocincodelazonaradiactivadeNuevaOrleans.

Lepreguntécómoeraposiblequetansólocincodeesascriaturashubiesenpodidoapoderarsedelaembarcación. Volviólos ojos hacialanocheyaguardóunminutoensilencio, sinsaberquédecirme. Lechasqueélos dedos delantedelacaraparasacarlodeaquellaespeciedetrance. Entonces empezóacontarmeloqueyoyahabíatemidoysospechado.

—Esos de ahí nosoncomolos demás, señor. Nose pudrencomolos otros, sonmás fuertes, más rápidos, y hay quien dice que también más inteligentes. No loentiendo. La radiación les hace algo, los conserva. Los médicos delportaavionespiensanque laradiaciónfuncionade algúnmodocomocatalizador: les preservalasfunciones motoras y les hace crecerde nuevolas células muertas. Porextrañoqueparezca, las células regeneradas siguenmuertas. Los médicos noloentienden, ni loentiende nadie. Aunque no lo reconocerán jamás, pienso que se equivocaron alarrojarlasbombasnucleares.

»Las criaturas de esa embarcación lograron librarse de las correas que lossujetaban y mataron alos tres hombres que estaban de guardia. Esos hombres setransformaronyloúnicoquepudimoshacerfuecerrarelpuenteyamarrarelbarcoaestaplataformaantesdequenosdevoraran.

De acuerdoconlos cálculos delsuboficial, debíade haberunos quince muertosvivientesenlaembarcación.

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Supuse que había llegado la hora de actuar. Le dije alsuboficialque lo sentíamuchoy que los especímenes delguardacostas nollegaríanalportaaviones. Íbamosamatarlosatodos.

Perdimos aunmarineenelasalto. Entotal, necesitamos cuarentay cincominutospara adueñarnos delbarco. Estaba oscuro y habría sido un suicidio que nuestraunidadenteraloabordase. Me llevé alsargentode armas y auncurtidosargentodepersonal, que se empeñóenir. Hace pocome haninformadode que suesposaviveenelcampamentobaseoriginaldelos marines. Puedodecirquepeleóconbravurayque, probablemente, nossalvótantoalsargentodearmascomoamí.

Abordamos laembarcaciónconsumacautela: saltamos sobrelos cables deamarrehastalacubierta. Elsargentode Personal«Mac» eraelúnicode los tres que llevabaunarmaconsilenciador. Les habíamos dejadolas otras alrestodelgrupoporsi lasnecesitabanparadefenderse.

Yo no estaba familiarizado con elmanejo delarma y preferí que la llevase elmarine. Habríaestadoencantadoconquefuéramos más detres, pero, pordesgracia,tan sólo teníamos tres pares de gafas de visión nocturna. Mac acabó con las doscriaturas que estabanencubierta. Esos dos habíanformadoparte de latripulaciónoriginal. Los amontonamos enelcastillode proay procedimos aapoderarnos de laembarcación. Gracias alsistema de comunicación interna 21MC delguardacostaspudimos hablarconlos seis supervivientes encerrados enlacocina. Porlos altavocesseoíaelrumordefondodelos muertos vivientes, quegolpeabansinmisericordialapersianade acero con laque podíaaislarse laparte de lacocinadonde se habíanparapetado.

Ese obstáculoeraloúnicoque impedíaque los cocineros y eloficialenjefe de lanavemuriesendevorados.

Nos contaronquesehabíancargadoaunodelos muertos vivientes irradiados conunextintory unhachadelequipocontraincendios. Unode los hombres que habíanabatido a la criatura era presa de vómitos y estaba débil, probablemente comoconsecuenciade laexposición. Los marineros se habíanpuestotrajes antirradiaciónal entrar en Nueva Orleans para capturar a los especímenes, que sin dudaarrastraban una fuerte carga radiactiva y eran muy peligrosos para quien se lesacercara. Elteniente me habíadichoque los otros dos estabanfuerade lacocinaygolpeabanlas paredes interiores de laembarcación. Le parecíaque granparte de lostripulantes nomuertos delguardacostas se hallabanalotroladode lapersianadeacero, peronoestabasegurode que fuesentodos. Nos metimos porelcorredorybajamos porlaempinadaescalerilla. Lacocinaestabaenelcentrodelaembarcación,pordebajodelniveldelas aguas. Cuandoestibamos apuntodellegarabajo, Macmesusurróque ibaacargarse unade las luces delpasilloparaseguirensituaciónde

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ventaja. Le pegóuntiroy elcambioenlaatmósferaprovocóque unade aquellascosassalieraaespacioabierto, enfrentedesuarma.

Mac laderribó con dos disparos. Elprimero dio en elhombro izquierdo de lacriatura, pero no logró nada, aparte de salpicar con sangre putrefacta y negra lapared que estabadetrás. Elsegundodisparohizoblancoenlanariz, y me imaginoqueésesí quedebiódetocarlelosuficientecerebro, porquedejódemoverse.

Loarrastramos aunrincóndelpasilloy, porseguridad, le sujetamos los brazos ylas piernas conunas esposas de plástico. Seguimos avanzandosigilosamente enlaoscuridad. Todos los sonidos era truenos y todas las luces LED nos parecíanrelámpagos. La embarcación tenía el olor familiar a naftalina con un regusto demuerte. Llegamosaunacompuerta. Eraunagranpuertadeaceroqueimpedíaqueelaguainundaseloscompartimentosadyacentesencasodeataqueoemergencia. Teníaempotradouncristalgrueso, circular, nomás anchoque unalatade café, que hacíalas veces demirilla. Miréporallí y vi quelas luces deemergenciadelaembarcaciónestaban encendidas. Un fulgor rojo y espectraliluminaba la pequeña saldelotrolado. Tiré da la palanca de la compuerta con todo el sigilo que me fue posible,centímetroacentímetro. Todosnosotrosdimosunrespingocuandocrujióporlafaltade mantenimiento. Sostuve la palanca en su sitio y volví a mirar por el cristal.Observé que algose movíaenelotrocompartimiento. Se oyóungolpe estruendoso,porque unacriaturamuy fuerte habíagolpeado lacompuerta. Estuvo apunto decederalapresión, peroporfortuna, aúnnohabíamovidolapalancalosuficientecomoparaquequedaraabierta.

Lacriaturaque se encontrabaalotroladonos impedíaverlaluzroja. Oprimíalacara contra elgrueso cristaly lo golpeaba con la cabeza en un fútil intento poratraparnos. Todas las fibras de mi cuerpo me decían que me marchase y que noabrieralagruesacompuertade acero. Aúnestibamos atiempode volverpordondehabíamos venidoy sobrevivir. Allí abajohabíahombres y sabíaque cadahoraquepasasencercade criaturas irradiadas seríaunahoramenos que les quedase de vida.Ledijealsargentoqueyoabriríaelcerrojoy élledaríauntirónauncablequehabíaatadoalapuertaparaabrirla.

Como yo no tenía ningún sentido guardar silencio, forcé la palanca sinpreocuparme porsi hacíaruido. En cuanto elcerrojo estuvo abierto, Mactiró delcable. La puerta se abrió y la criatura entró. Por suerte para nosotros, no estabaacostumbradoalavidadelbarco: tropezóconelmarcodelacompuertay secayódebruces. Contandoconque lacriaturatardaríaenlevantarse, preparé elarmaparaeldisparode precisión. Lacosanosaliócomoyoesperaba. Lacriaturase incorporóenseguida. Era uno de los muertos que se habían preservado en la zona de NuevaOrleans. Cabeceóhacíamí ylas gafas mechisporrotearoncomosi fueranuncanaldetelevisiónmalsintonizado. Loúltimoque vi fue su garrahuesudase me acercaba,

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peroentonces unaluzintensame cegóy oí eldisparoconsilenciadordelH&KdeMac.

Sentí que elaire se agitabaami alrededory oí unpesadogolpe. Algose habíaestrellado contra la superficie de acero del suelo. Me saqué las gafas de visiónnocturna. Cuando mis ojos se hubieron acostumbrado alaluz brillante, vi que lalinternaSurefiredeMaciluminabaelcompartimento. Macy yosacamos dos mochosdeuncuboqueestabaporallí, empujamos alacriaturahastaunrincóny lepusimosencima todos loa objetos pesados que teníamos a nuestro alcance, para dejarlaincapacitadaigualquelaotraquehabíamos eliminado... unavezmás, «porsi acaso».No le pudimos poner las esposas de plástico porque la radiactividad alcanzaba,probablemente, ungradoletal. Alamáximavelocidad que nos fue posible, salimosde aquellasalay dejamos atrás tambiénlasiguiente. Lomás probable eraque todoslos sitios porlos que hubierapasado lacriaturafueseninseguros. Sé que me dejéllevarporlaimaginación(igualquecuandoaalguienlepicalacabezaporquelehanhabladodepiojos), perocasi sentí elcalordelaradiaciónenlacarayelcuello.

Elcompartimento siguiente estaba despejado. Una última puerta de acero nosseparabadeláreade lacocina. Nos enfrentábamos aunparde problemas. Primero,las gafas de visiónnocturnase poníanborrosas poralgunaespecie de interferenciaelectromagnéticaoradiológica, y, segundo, se habíaabiertounleve resquicioenlapesadapuertadeacero. Las únicas barreras quedeverdadnos separabandelgruesode los muertos vivientes de lacocinaeranunpasillolargoy oscuro, y unapuertadeaceroamedioabrir. A través delresquiciovi sus sombras alotrolado. Lapuertadebíadeestaraunosdiezmetrosdenosotros.

Loúnicoquepodíamos hacererairrumpirenelcompartimentoymatarlos atiros.Ni tácticas especiales, ni métodos ingeniosos para hacerles frente. A mí no megustabaesamanerade actuary deseabaencontrarunmétodomejor. Nos acercamosalapuerta. Ordené alsargentoy aMacque se detuvierany comprobamos elestadodenuestras armas. Nollevábamos elseguropuestoytampocoteníamos restriccionesde ningún tipo. Contábamos con ochentay siete cartuchos apunto paradisparar.Seríanmássi eranecesariorecargar, perotodosnosotrossabíamosque, si sedabaesasituación, íbamosamorirdetodosmodos.

Pasamos revistaanuestras ropas y tratamos de cubrirtodalapielque nos fueraposible. Me figurabaque encontraríamos porlomenos diez, y comomínimounodeellos seríadeltipo especial. Esacompuertase abríahaciafuera, haciaellos. Di laseñaly elsargento de armas laabrió de unapatada. Chocó contralapared y sequedóallí. Dentrodelasalahabíaoncecadáveresnomuertos. Todosellosgolpeabanlapersianade metaly nonotaronnuestrapresenciahastaque les lancé undisparopreventivo. Maté atres antes de que los demás se dierancuenta. Esperabaque unodeellos fueselacriaturadeNuevaOrleans. Empezamos adispararenráfagas detrescartuchos. Miembros, mandíbulas, hombros y dientes salían volando en todas las

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direcciones. Tuve buen cuidado de no disparar a la persiana por si uno de losmarineros estabaalotrolado. Yasóloerantres cuandooí ungritoporencimade mihombroderecho. EraMac. Elrostrole sangrabay unade las criaturas estabade piedetrásdeélytratabademorderle.

Volví a mirar... era la misma criatura contra la que habíamos disparado doscompartimentos más atrás. Laque nohabíamos tocado, perohabíamos tratadodeincapacitar. Nohabíamuerto. Le vacié enlacabezatodoloque me quedabaenelcargador. Sedesplomó. Lamayorpartedelacabezahabíadesaparecido. Los últimosque quedabanenpie estuvieronapuntode hacerse conmigo, peroelsargentoacabóconellosmientrasyoatendíaaMac.

Lamordeduranoeragrave. Enrealidad, ni siquierase lahabíahechoenlacara,sinoenlaoreja. Lacriaturale habíacortadounaparte de laorejade unmordisco.Mac tenía la respiración pesada y sufría lo que yo llamaría un shock. Le pedí alsargentode armas que cuidarade élmientras yoibaaporlos supervivientes queestabanenlacocina. Noquedabatiempoparadarvueltas porahí. Laembarcaciónno eraseguray habríaque descontaminarlaantes de que volvieraautilizarse. Diunos golpes enlapersianade metaly pregunté si quedabaalguienconvida. Oí unaserie de clics metálicos y la puerta que estaba allado de la persiana se abrió, yempezaronasalir... convida. Unodeellos teníamuy malapinta. EraelquesehabíaenfrentadoamanosdesnudasconunadelascriaturasdeNuevaOrleans.

Eloficialalmandoestabapresente y le informé de lasituación. Ellosabíay ledisgustabatenerque reconocerlo, peronole quedabaotraopciónque abandonarelbarcoy aguantarenlaplataformahastaque elportaaviones que hacíalas veces decuartelgeneralles mandaseayuda. Abandonamos deinmediatolaembarcación. Macy elmarineroenfermofueronlaprioridad. Macpodíadarse pormuerto. Elotronohabía sufrido ninguna mordedura y tan sólo necesitaba tratamiento dedescontaminación. Yonosabíasi llegaríaatiempode salvarse. Almarcharnos, medetuve enunode los baños delguardacostas y arranqué eldispensadorde jabóndela pared. También me llevé un rollo de papel higiénico. Finalmente, salimos acubierta. Aúnestabaoscuro. Sóloeranlas tres de lamadrugada. Macy elmarinerono estaban en condiciones de trepar hasta la plataforma donde aguardaban losdemássupervivientes. Improvisamosunascorreasdesujeciónylossubimosunotrasotro. Aunque noconocíademasiadoaese marine, mi tristezanose aligeróporeso.Entantoque oficialalmandode su unidad, tendríalaobligaciónde desplazarmehasta el campamento donde vivía su mujer y darle la triste noticia. No podríaentregarle labandera, peromis obligaciones paraconMacnocambiabanennada,porqueMaces, ysiempreserá, unmarinedeEstadosUnidos.

Dos horas después de regresaralaplataforma, elsargentole pegóuntiroenlacabezaaMac. Lainfecciónlohabíamatadoylefaltabapocoparatransformarse.

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Lamisiónterminóaldíasiguiente, cuandocontactamos porradioconlaunidadde combate delportaaviones. Envié unmensaje alcentrode mandopormediodeloperadorderadiodelHotel23yles informédelasituación, así comodelaubicaciónde los supervivientes. Tratamos de descontaminaralsuboficialTompostconaguasaladadelGolfo, jabónytoallas. Dejamosallí aloshombres, contodanuestracomiday nuestra agua, y abandonamos la plataforma petrolífera en cuanto estuvimosseguros de que se acercabaunaexpedición de rescate. También entregamos alosmarineros unaradioenbuenas condiciones porsi los otros nose presentaban. Loúnicoque nos llevamos fueronunas pocas latas de diésely unaseñalenlos mapasque nos indicaba dónde podíamos repostar. El viaje de regreso duró dos días.Envolvimos elcuerpo de Macenunalonay lo sujetamos sobre eltecho delLAVnúmerodos. Habíatomadomedidas paraestarsegurode que nose levantaría, perosu mujernose merecíaque arrojásemos elcadáveralGolfo. Se merecíaunentierrodecente.

19 de Agosto

23:50h.

Anteayermedesplacéhastaelcampamentobasedelosmarines. Ésteesunodelosmuchos motivos porlos quepreferiríanosereloficialdemás altorangopresenteennuestras instalaciones. Partí concuatrohombres, entre los que se hallabaelsargentode armas, y unLAV. Corrijo: erancincohombres. Llevamos aMacenunataúd demaderade pino, cubiertoconlabanderaestadounidense. Nonos fue fácilencontrarunabandera, porque paraconseguirlanecesité cuarentacartuchos y diez años devida que perdí de puro terror. Era lo mínimo que podía hacer. Tara preguntó sipodíairconmigoparaconsolaralaviuda. Yo, porsupuesto, le dije que noeraunabuenaidea. Además, lamuerte y eldesastre sontanhabituales eneste mundo... LaseñoraMacnoeralaúnicaquehabíaperdidoaunfamiliar, perodetodos modos medabalástima. LasrelacionesquehabíansobrevividoalApocalipsiseranmuypocas.

Nodispongode ningúnuniforme formal, y latiendade uniformes más cercanacerró. Yo sabía muy bien que, en realidad, no importaba. Elmomento en elqueentregué alaviudalabanderaraíday estampadaporunsololadofue solemne. Nosabía qué esperar. Nunca había tenido el honor de hacer algo semejante. En laspelículas, la viuda siempre abraza al tío que le entrega la bandera y amboscompartenunmomentode tristeza. Todoloque me llevé fue unamiradafríay lasensación de que me odiaba. ¿Y quién soy yo para reprochárselo? Si de alguna

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manerale serví comovíade escape parasus emociones, me doy porsatisfecho. Sémuybienquemesientomalporloqueocurrió. Eraunhombrebueno.

Descansa en paz, sargento de Personal Mac.

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ÉXODO

21 de Agosto

20:57h.

RTTUZYUW RUHPNQR0234 TTPT DELDU

ZNY TTTT

1734Z 88 AQ06

DE: COMAND. INST. MISILES

A: NAVÍO GEORQE WASHINGTON //CNO//

INICIO TEXTO

SECRETN//002028U

ASUNTO: //INFORME DE SITUACIÓN EMBARCACIÓN MODELORELIANCE

COMENT://DE ACUERDO CON DIRECTRICES DE COMANDANCIAEMITIDAS POR DESTINATARIO, SE ENVIÓ UNIDAD AL RESCATE DEEMBARCACIÓN MODELO RELIANCE EN COORD. PRE-DET.EMBARCACIÓN SE ENCONTRÓ INVADIDA POR MUERTOS VIVIENTES,TRES IRRADIADOS. TODOS LOS MUERTOS VIVIENTES DESTRUIDOS,EMBARCACIÓN HUNDIDA, SE CONTACTÓ CON AUTORIDAD DERESCATE. SE RECOMIENDA QUE LOS MUERTOS RADIACTIVOS NOSEAN RETENIDOS EN EMBARCACIÓN NAVAL DEBIDO A LA INADEC.DE LAS INSTALACIONES. ESTA UNIDAD NO RECOMIENDA QUE LOSMUERTOS RAD. SE ALOJEN EN NAVE INSIGNIA. POR FAVORCONFIRMEN RECEPCIÓN DE MENSAJE Y DEN INDICACIONES.

FINAL TEXTO

INFORME ACTUACIÓN

#N0834

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22 de Agosto

E1 cuartelgeneralno harespondido ami reciente comunicado. He enviado unmensaje porradioafinde prepararelotrocampamentoparalaevacuación. Hemostenido que hacerlo después de que los muertos vivientes se hayan estadocongregando en la zona a lo largo de treinta y seis horas. Tardarán dos días endesplazarse hastaaquí con las mujeres y los niños. Aquí, en elHotel23, estamosenfrascados en la búsqueda de suministros para ampliar la zona segura a fin dealojaralos nuevos huéspedes. Notenemos manerademeterlos atodos dentrodelasinstalaciones, yaque nose construyeronparatantos inquilinos. Elotrocampamentoha perdido a ocho personas desde que ordené que una parte delcontingente seestablecieraaquí. Nopuedoevitarpensarque es posible que existaanimadversiónentre ellos. Segúnparece, lasemanapasadaautorizaronaunode los civiles de sexomasculinoasaliracazarvenados, y regresósinpresas, y conunmordiscodeunadelas criaturas. El hombre ocultó el mordisco por miedo de que lo pusieran encuarentena, o le dieran muerte sin más. Tres días más tarde, mientras dormía, setransformóy les quitólavidaaotros dos civiles... tres si contamos alachiquillaqueejecutaron porque había sido víctima de un mordisco y había enfermado. No lepegaronuntirocomoaunanimal. Leadministraronunasobredosis demorfinay, encuantosu corazónse hubodetenido, le abrieronunpequeñoorificioenlacabeza,cercadelaorejaizquierda, paraconjurartodopeligrodequeselevantara.

Cuandosucedencosas deesetipo, mecuestadormir. Séqueduranteestos últimosmeses millones de personas hansufridomuertes muchopeores, perosiempre dueleque la enfermedad se lleve a un crío. Ni siquiera estoy seguro de que sea unaenfermedad. Loshayquepiensanquesí.

Mientras leíalos mensajes que salencodos los días porlaarcaicaimpresoradematrizdepuntos, hevistounoqueestabaesperando. Ayer, elsubmarinoestratégicoque se habíasumergidoantes de que empezase laplagase vioobligadoaemerger.Eraelúltimorefugiodondesehabíapodidomorirdeverdad.

Elúltimolugarentodoelplanetadonde se sabíaque los seres humanos podíanmorirenpaz... hastaqueemergióalasuperficie.

Elhombre que había muerto por causas naturales y que habían metido en lacámarafrigoríficaselevantóalcabodetansólodos horas deexposición. Porfortuna,lo tenían amarrado dentro de un contenedor repleto de carne de vaca de malacalidad. Elcocinero delsubmarino se dio cuentaaliralacámarafrigoríficaparasacarlas últimas raciones que quedaban. Estuvoapuntode sufriruninfartocuando

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pasójuntoalcadáverysediocuentadequelacabezadeésteleseguíaconlamiradayquelecastañeteabanlosdientes.

Elsubmarino tiene intención de seguir algrupo de combate hastaque consigasuficiente comida para quedarse bajo elagua durante un período de tiempo quepuedaresultarútil. Ahorasumisiónyanoconsisteenbombardeargrandes ciudadesextranjeras, sinoenpatrullarporlacostay acabarconlapirateríaenaltamar. Losmensajes semanales que nos informande lasituacióndicenque lamayoríade lasembarcaciones nucleares notendránque repostarhastaque hayanpasadomás deveinteaños. Ydespués, yaseverá. Nocreoquevuelvaahaberpersonas cualificadaspararecargarlos, ni aunquepasaraunsigloentero.

Mañana enviaré todos los LAV para que salgan al encuentro de los demássupervivientes amediocaminoy los escoltenhastaaquí. Luegovamos anecesitarlacolaboraciónde todos los hombres, mujeres y niños paraampliareláreasegura. Notendremos otra opción que emprender peligrosas expediciones a las carreterasinterestatales de nuestroentornoparahacernos conbarreras de hormigónque nossirvanparafortificarmejorelcomplejo.

Taray yohemos pasadotiempojuntos comonuncaantes desde que regresé delGolfo. A Dean la consideran la maestra oficialdelcomplejo. Es verdad que sólotenemos dos niños, perodentrodepocohabrámás. AAnnabelle lepermitimos asistiralas clases, conlacondicióndequenoladreni interrumpalas explicaciones. Anocheasistí aunade las clases. Laurayase sabe bastante bienlas tablas de multiplicar.Danny lollevaunpocomejor, porsu edad. Laniñaaúnvaporlatablade siete yDannyempiezaconlasdivisionesylasfracciones.

Jan aún ejerce de enfermeray nos ayudamucho cuando vuelven hombres congolpes, arañazos y moretones, últimamente John y yo no pasamos mucho tiempojuntos. Recuerdoque alprincipiotansóloloteníaaél. Creoque nole voy aolvidarjamás. Aveces, cuandosueñodespierto, creoveraJohnensutejado, consus termos,y con su gran cintade gomaparapracticaryoga. Tan sólo alcanzo averlo con laimaginación, enblancoynegro, comosi todohubieseocurridohacevariossiglos.

Me pregunto cuálserá la respuesta delportaaviones cuando sepan que hemostenidoquedestruiralascriaturasparasalvaralrestodelatripulación.

5 de Septiembre

20:36h.

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El60 porciento. Esaes lacifrade los que hansobrevividoenelotropuestodemarines y que ahoraestánaquí. Muchos de ellos sonciviles. Traerlos hasidounabatalla constante. El área cercada por la valla metálica está abarrotada desupervivientes y de riendas improvisadas. Se harebasadoconmucholacapacidaddelHotel23 y nopodemos llevarlos asu interior. Después de su llegada, hace yadiez días, hicimos un recuento minucioso. En total tenemos 113 personas. Losmarines enviados arecibiramedio camino alos habitantes delotro campamentohallaronunaoposiciónextrema. Elconvoy se desplazabaconlentitud paranodejaratrás alos civiles que veníanapie. Muchos de ellos ibanenbicicletas porloque sedebíamantenerelritmode los vehículos que ibanalfrente y enlaretaguardiadelconvoy. Se decidió que las mujeres y los niños tendrían preferencia a la hora deusarlas. Elgruesode las bajas se produjoporataques perpendiculares alalíneadeformación.

Los muertos vivientes iban saliendo de entre la densa maleza y acabaron conmuchos hombres, tan sólo con arañazos y mordiscos. Muchos de ellos siguieronadelante y velaronporlaseguridad delconvoy, aunque los mordiscos les hubierancondenadoamuerte. Hubootros que, alverse así, se limitaronaesconderse enlamalezay suicidarse. Elconvoy estabafaltode municiónparacuandollegóalHotel23. A lo largo del camino hubo constantes tiroteos, porque tenían que hacerretroceder la oleada de manos frías que trataba de agarrarles. Elconvoy intentóatraeralos muertos vivientes paraalejarlos delHotel23, y luegoretrocedióy entróen elcomplejo. Dio laimpresión de que latácticafuncionaba, pero he notado unincremento constante en su actividad desde que llegaron los nuevos. Me he vistoobligadoaenviarpelotones devigilantes alacercametálicaparaquelos maten. Si sereúnenennúmerosuficiente, podríanreventarlavalla. Ésaes larazónprincipalporlaque he organizadounequipoque se encargaráde las misiones enlaInterestatal.Esa inacabable hilera de barreras de hormigón podría ser la clave de nuestrasupervivencia, por lo menos durante un tiempo. Necesitábamos los cientos debarreras dehormigónquehabíaallí paraquenuestras fronteras quedasenprotegidasylosnuevossupervivientesestuvieranasalvoensuinterior.

Lo más difícil sería conseguir el equipamiento necesario para transportar lasbarreras. íbamos anecesitarcamiones conplataformay montacargas. Los hombresdelcomplejo con experiencia en elmanejo de montacargas son pocos. Logramoshacernos concuatromontacargas alimentados conpropano. Los encontramos enunparquedeleñadores cercanoalaInterestatal. Tambiénhemos encontradoyreparadodos camiones conplataformaparatransportarlas barreras. Tansólohallegadounparde lotes de barreras desde que empezólaoperación. Hacemos progresos lentos,pero constantes. Calculo que la cerca podría aguantar la presión de hasta cincohileras de muertos vivientes. Si se reúne unnúmeromayor, sumeropesoderribarála valla, y entonces la muerte de nuestros nuevos ciudadanos podría darse por

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segura. He dejadoparalas mujeres y los niños lasaladonde habíadormidohastaahora. Las únicas mujeres alas que he permitidoquedarse enlasuperficie sonlasque se hanpresentadovoluntarias. Tarahainsistidoenquedarse conmigo. Amí meparecebien, porquenopuedopermitirqueelrestodemujeres voluntarias sequedenaquí ydiscriminarla.

Lasemanapasadatransmití unapeticiónformalparaquemeenviaranalcomplejoun helicóptero con su piloto, equipado con armas antipersona. Me ayudará aprotegerelperímetro de un flujo excesivo de muertos vivientes. He exagerado lanecesidad de que se atendieraalapetición. Necesitábamos algún vehículo aéreo,paranuestraseguridadyparapoderefectuarreconocimientos porlazona. Nopuedeser una avioneta, porque nos daría más problemas de los necesarios dadas susnecesidades encuantoamantenimientoy aque requiere milquinientos metros depistadedespegue. Veremosloquesucede.

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LIBÉLULA

7 de Septiembre

18:37h.

Esta mañana he recibido un mensaje que me decía que se había autorizado elenvíode unvehículoaéreoconrotor, unpilotoy unempleadode mantenimientoalHotel23. Elmensaje noespecificabade qué modelose trataría, perosí decíaque elaparato va a llegar mañana por la mañana. Esa máquina no sólo reforzará lasdefensas de nuestro perímetro, sino que tambiénnos facilitarálatareade salirenbuscadelos suministros más básicos. Segúnlaautonomíaquetenga, mi intenciónesvolarhaciaelnorteparaexplorarciudades noirradiadas. Voy acolgarhojas grandesdepapelenlas áreas comunes, tantoenelexteriorcomobajotierra, paraquetodoelmundoapunteloquepuedanecesitar.

Así, porejemplo, piensoquenos haránfaltamedicamentos, gafas y talvezciertosproductos femeninos. Tengo muchas ganas de volveravolar. Hace siglos que novueloy es probable que laCessnaque dejamos aparcadaalfinaldeldescampadoyanoestéencondiciones paravolar. Séqueunodelos frenos nofuncionabieny queelmotorprecisaríadeunarevisiónafondoqueprobablementenosehagajamás.

Cuandopiensoencómovamos aemplearelhelicóptero, tengolaimpresióndehabervendidolapieldelosoantesdematarlo. ¡Ni siquierahallegadotodavía!

Hoy, Johny yohemos disputadounaentretenidapartidade ajedrezenlasaladecontrol. AhoraDeantiene asucargounarespetable clase de jovencitos y jovencitas.Si incluimos alos dos de antes, yacuentaconcatorce estudiantes. Hay niños nuevosquenolegustanaAnnabelle. Deantendráquedistribuirlos enhoras distintas, porquemehedadocuentadequealgunas desus clases sondemasiadoelementales paralosniños más mayores. Hoy me he dejado caerporallí y he oído músicade Mozartflotandoenelaire.

Losniñosescuchabanconatención. ¿Quiénselohubieraimaginado?Haceunaño,laciase enterahabríaestado rezongando. A pesarde todos los horrores que estos

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niños hanpresenciado, labellezade lamúsicalos hace sonreír. He pensado enlaúltima vez que escuché música de Mozart... pero no me he entretenido muchotiempoenello.

Tenemos que aprovechar elespacio protegido delsubsuelo y, por eso, Jan haplantadoenelexteriorunatiendaquelesirvecomocentromédico. Sólopermitimosque se queden abajo, en elseguro santuario de acero, los que están enfermos deverdad, oheridos. Noes unmalsistema. Últimamente, tansólohatenidoque tratarcortes depocaimportanciay quemaduras. Heordenadoqueseme informedetodaslas heridas que tengaque atenderlamédicoresidente. He asignadoalos habitantesoriginales lamisiónde escribirunmanualde normas paraelHotel23. Porsupuestoque seguiremos el Código de Justicia Militar, pero, de todas maneras, siento lanecesidad de que este complejoposealeyes propias que sus habitantes tenganquecumplir. La necesidad de normas de la que adolecemos en este momento pareceabsurda. Casi me siento como si estuviera reconstruyendo un gobierno en elcomplejo. Porsupuestoquetodas las regulaciones queseestablezcany se imponganseajustaránestrictamentealaConstituciónestadounidense.

8 de Septiembre

18:00h.

Hoy nos ha llegado un helicóptero MH-60R Seahawk, junto con el personalasignado. Elpilotoalmandoes Thomas Baham, uncapitánde fragatade laArmadayaretirado. Su encargadode mantenimiento, unsuboficialenactivode laArmada,es elresponsable de que elaparatoesté encondiciones de volarhastaque les seaposibleenviarnosmáspiezasypersonal.

Loprimeroque he hechohasidopreguntarporelestadode lamáquina, porquetengo intención de llevar a cabo expediciones de reconocimiento durante laspróximas semanas. El capitán de fragata (jubilado) Baham ha venido comovoluntario. Harenunciadopordecisiónpropiaasu trabajomuchomenos peligrosocon elgrupo de combate delportaaviones para trasladarse alsureste de Texas ytrabajarconnosotros enelHotel23. Aunquesetratedeunhombremayorquerondalos sesentaaños aúnconservaelfuegoy laresoluciónenlos ojos. Enmi interiorhedeseadoque ojalasiguieraenactivo, porque entonces, porley, se convertiríaeneloficialalmando delHotel23. ElSeahawk es un helicóptero tirando agrande. Elsuboficialmehadichoquegozadeunaautonomíadeseiscientos kilómetros. Enrutahacia el complejo, habían sobrevolado numerosos aeródromos militares

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abandonados enlos que sospechabanque podíahaberalmenos ciertas reservas deJP-5, uncombustibledeempleohabitualenlaaviaciónmilitar.

Ese tipode combustible tiene sus ventajas, porque nose degradaconlamismarapidez que la gasolina convencional. Si lo encontráramos dentro de un camióncisterna, aún podríamos aprovecharlo. Después de que llegara el helicóptero, heescrito un mensaje para el cuartel general. Aunque les he dado las gracias porenviárnoslo, también les he solicitado más piezas de recambio y personal demantenimiento. MañanamismoquerríasalirconBaham y conelingenierode vueloparaexplorarlosalrededoresytratardeconseguirinformaciónútil.

11 de Septiembre

23:54h.

Hoysecumpleotroaniversariodeundíaquepenséqueseríaelpeordetodos. Meimaginoque sonestos momentos los que me hacendesearque volvieranesos días,cuandoelmundonoteníani ideade loque eraelterror. Elvolumende muertosvivientes enlas áreas circundantes crecesincesar. Llegados aestepunto, creoquenoquedaningunaposibilidad de que hayasupervivientes enningunade las ciudadesde ciertaimportancia. Porsupuestoque nolos habráenlas que sufrieronataquesnucleares. Mi razonamiento es simple. Parece que los muertos vivientes sedespliegan desde las áreas más pobladas paraunirse en agrupaciones masivas enmovimiento. Estoy segurode que enlas ciudades intactas habráconcentraciones demuertos vivientes, pero lo más probable es que llevenunparde meses sinpodercomer. Puede que eso los haya obligado a abandonar sus zonas de origen parabuscarpresas. Tambiénes posible que estateoríaseatotalmente errónea. Baham meha informado de que elhelicóptero está preparado para realizar expediciones dereconocimiento. Hemos discutido las zonas que serían buenas candidatas paranuestras misiones de exploración. Hemos eliminado todas las que sufrieronbombardeos y nos hemos decidido a volar en dirección norte-nordeste. NuestrodestinovaaserTexarkana. Esaes eláreamás seguraparaexplorar, y evitarasuveza los muertos vivientes y las ciudades irradiadas. De acuerdo con los mapas, lapoblacióndeTexarkananoeragrande, y laciudadmás cercanaquesufrióunataquenuclearfueDallas, Texas. Seinterpondríaunadistanciadedoscientoskilómetrosquepodemosconsiderarsegura.

Por desgracia, la distancia que tendremos que recorrer es tan grande que seráobligadorepostar. Texarkanaseencuentraa440kilómetrosdeaquí.

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15 de Septiembre

22:19h.

Elhelicóptero nos hafuncionado bien en lamisión de exploración de hoy. Nohemos completado ellargo viaje hacia elnorte hasta Texarkana; sin embargo, síhemos descubierto un lugar adecuado para llenar los depósitos del helicóptero.Hemos voladohaciaelnorte hastaShreveport, Luisiana. Nos hemos guiadotansólomediante el Sistema de Navegación Inercial (SNI). El SNI es un ingenio denavegación giroscópico que no precisa de información exterior. Siempre queintroduzcas en el SNI la latitud y la longitud adecuadas antes de despegar, temantendráorientadomediante giróscopos durante latotalidad delvuelo. Comolossatélites delGPS dejaronde funcionarhace tiempo, nos habríasidocasi imposibleencontrarlabase de las Fuerzas Aéreas de Barksdale enShreveport. Se nos habríaterminadoelcombustiblemuchoantesdellegaranuestrodestino. Enelmomentodesobrevolarlabase, tansólonosquedabacombustibleparacuarentaycincominutos.

La cerca había sufrido daños en algunos tramos, pero todavía aguantaba. Losmuertos vivientes se habíanconcentradoentropelalnorte delperímetro. Cuandonos hemos acercadoalazonade aterrizaje, he vistonumerosos bombarderos B-52perfectamente alineados frente alos hangares. Aúnse veíancochecitos cargados debombas debajode algunode los aviones. Noestoy seguro, perome haparecidoquelas bombas que estaban alpie de los aviones no eran convencionales. Los pilotosnunca tuvieron la oportunidad de despegar y llevar a cabo sus misiones debombardeo. En nuestrasituación actual, esos aviones no nos servirían paranada.Consumiríandemasiadocombustibleynecesitaríandemasiadomantenimientocomopara resultamos útiles en nuestros intentos por sobrevivir. Me imagino que situviéramos un piloto cualificado, o suicida, que pudiese salir con elbombardero,podríamos eliminarlacargaextray volaraterritorios de ultramar, pero seríaunviaje solode ida, porque seguroque elaparatoexigiríamantenimientoprofesionaldespués de unvuelotanlargo. Alcontemplarsu decadencia, he sentidoelaguijóndelpatriotismo. Me he preguntadosi algunode ellos habríasobrevoladoelHanoiHilton, dandoasí almenos ciertatranquilidadasus huéspedes. Sobrevolábamos unaspectoolvidadodeladiplomaciaestadounidense. Los B-52yanoeranmás queunapiezademuseoquesedeteriorabapocoapoco.

Hemos contadoveintisiete cadáveres dentrodelperímetrodelaeródromo. Habíados camiones cisterna, uno marcado como JP-5 y elotro como JP-8, ambos en lamedianaentrelapistadedespegueylapistaderodaje. Afindeahorrarcombustible,

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habíamos salidoconunatripulaciónmínima: enelhelicópterosóloíbamos elpiloto,elingenierode vuelo, elsargentode armas y yo. Elsargentoy yohemos tenidoquecubriralingenierodevuelomientrasllenabalosdepósitosdelhelicóptero. Nonoshaquedadomás remedioque mantenerelaparatoenmarchamientras realizábamos laoperación. No se tratadelprocedimiento habitual, pero no podíamos permitirnoscorrerningúnriesgo. Mientras llenábamos los depósitos delhelicóptero, se nos haacercadounadocenademuertosvivientes, atraídosporelsonidodelrotor.

Eseruidoeraextremadamentefuerte, y elsargentoy yohemos tenidoquefiarnosúnicamente de nuestros ojos paradetectarlos y eliminarlos. Me he plantadoalladode lapopa, aunadistanciaseguradelrotorde cola, y elsargentode armas se haquedado cerca del morro. El estruendo de los motores y los rotores apenas sipermitíaque se oyeran nuestros disparos. Yo llevabaelcasco puesto con elvisorbajado. El casco me ha servido para varias cosas distintas, tanto a bordo delhelicóptero como en tierra. Me hapermitido protegerme los oídos de los dañinosdecibelios que se oíanenlas proximidades y me haescudadolos ojos contratodotipode impactos. Me habastadoconelarmaparaneutralizaralamayoríade losmuertos vivientes con disparos simples. Ninguno de ellos se movíacon lamismarapidez que sus colegas irradiados. Elsargentose valíade MP5 SD. Yodetestoesaarmaporsuprecisióny porsufaltade poderde paraday perforación, peronos hasido útil por silenciosa. La única otra ventaja que tiene es la posibilidad deintercambiarmuniciónconlapistolaM-9delsargento.

Alterminarconelúltimodelos muertos vivientes queveníanhaciaelhelicópteropormi parte, meheacercadoaproaparaayudarconelnúmerocadavezmayorquese acercabaporallí. Mi armateníamayoralcance; lohe aprovechadoparadestruiralos muertos vivientes que se encontraban a unos cien metros de nosotros y seaproximabananuestraposición. Elingenierohalevantadoelpulgarparaindicarnosque había llenado por completo los depósitos delhelicóptero. Me he preguntadocómohabríalogradoarrancarelcamióncisterna, y luegohedescubiertoquelehabíapuestounestárterportátil. Se habíaencontradootras veces enlamismasituaciónyhabíavenidopreparado.

Encuantoelingenierohaestadoasalvodentrodelhelicóptero, he conectadounavez más elcasco conelsistemade comunicaciones delaparato y he informado alpilotodequeelsargentodearmas yyoíbamos adarunavueltaporlazonaenbuscade material utilizable e información. Le he pedido que mantuviese el motor enmarchahastaque regresáramos. Elpilotohaabiertoelmicrófonoy me hadichoqueelingenierodevueloy élmismopodríancontrolarlasituaciónmientras nosotros noestuviéramos, y que si noregresábamos enunahora, despegaríany daríanvueltassobreelaeródromohastaquelesquedaraelcombustiblejustopararegresar.

Hecerradolaportezuelaymehedespedidoconlamanomientraselsargentoyyocorríamos hacía uno de los edificios grandes que se encontraban más cerca de

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nuestraposición. Nohemos vistoningúnletreroenlafachada. Eraunode tantos ytansosos edificios gubernamentales, sindetalles que pudierandarnos ningunapistasobresufunción. Nos hemos acercadoaledificioconplenaconscienciadequeentrarenélseríaunsuicidio. Susocupanteshabíanarrancadolaspersianasdecasi todaslasventanas y quedabanalavista. Algunas de las ventanas estabanagrietadas porlosgolpes que habían recibido durante los últimos meses. Los muertos vivientes deledificioerandemasiadonumerososcomoparacontarlos.

Como el estruendo no iba a cambiar las cosas, he preparado el arma y hedisparadocontraunodeellosqueseencontrabaenelpisodearriba. Estabadetrásdelaventanay lahabíaestadogolpeandoconambos puños hastaque mi disparohaatravesadoelcristal. Heerradoeltiro, yelmuertovivientehamiradoelagujerodelaventanaconlamismacuriosidadconlaque ungatohabríacontempladoembobadoun puntero láser. Me he reído de lasituación, y entonces elsargento y yo hemosiniciadoelcaminode vueltahaciaelhelicóptero. Cuandonos dábamos lavuelta, hevisto y oído que el ingeniero de vuelo disparaba contra un grupo de muertosvivientes conunaametralladoramontadaenelcostadodelaparato. Excelente paraenemigoscercanos.

Elviaje de vueltahatranscurrido sin incidentes, pero amí yame bastabaconpasarciertotiempoenelaire. Inclusoheestadoduranteunratoacargodelapalancaenelasientodelcopiloto. Nome bastaráconesoparavolverme semicompetente enelmanejodelaparato, porque es lomás difícilque hayapilotadoenmi vida. Cadavez que trataba de manejar a la bestia quedaba como un idiota. Alfinal, Bahamsiempreteníaquesustituirme.

25 de Septiembre

19:00h.

Haocurrido porfin. No pienso degradarlaexperienciaponiéndolaporescrito.Anoche fue una buena noche, y ahora me siento más humano. Una parte de míquerríapensarque laquise desde elmismodíaenque laencontré dentrodelcocheaveriado, rodeadade criaturas. Aunque eltiempo que pasó en ese coche no tuvonadadeglamuroso, inclusoentonceserabonita.

29 de Septiembre

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22:39h.

Se ha decidido la hora. Mañana por la mañana partiré una vez más en elhelicópteroconelsargentode armas, elingenieroy elcapitánde fragata(jubilado)Baham endirecciónaShreveport. Hemos decididoexplorareláreaque circundalabase de las Fuerzas Aéreas de Barksdale, porque allí habíareservas abundantes decombustibleparahelicóptero. Estaveznopartiremos endirecciónaTexarkana. Johnharogadoque le permitiéramos venir, porque se muere porpasarunparde díasfueradelcomplejo. Le he aseguradoque paramí es imprescindible que se quede enelcentrodemandoy cuidetambiéndelaorganizaciónbásicadelos civiles. Aunqueno sea militar, los hombres le respetan y aprecian por su conocimiento de lossistemasdelabase. Despuésdecenar, hainsistidoenquetengoqueaprendermeunaserie de palabras clave para que pueda transmitirle mi localización en abiertomedianteasociacionesdeletrasynúmeros.

Annabelle se lo pasabien con los nuevos niños que han llegado alcomplejo. Elsargento de armas y yo dejaremos el mando militar en manos de uno de lossargentos depersonaldemayorrangoy elmandocivilacargodeJohn. Existenunasnormas que dictaminan quién es elque ejerce la autoridad en elcomplejo y losmilitares sabenmuy bienque, de acuerdoconlaConstitución, sutrabajoconsiste enprotegeralos civiles, y noenpisotearlos, pormuchoque seanlos militares quienestienenlasarmas.

Otroequipodehombrestrabajaenelnuevoperímetro. Loscamionesvanyvienenadiarioconnuevas barreras dehormigónprocedentes delaI-10. Hemos sufridocerobajas desde el inicio oficial de la operación. Han establecido un sistema para laformación del convoy de vehículos y han encontrado un camino que reduce almínimo la atracción de muertos vivientes hacia elHotel23. La mayoría de estoshombres pasaronporlomenos unatemporadaenIraqoenAfganistán, peroellosmismos son los primeros en admitir que, en las circunstancias actuales, lasoperaciones de controlsonmuchomás peligrosas que durante laguerra. Elsargentoaúninsiste enlaH&K, y yoinsistoenemplearmaterialamericano. Viajaremos conpocopesoparaahorrarcombustibleynosllevaremosprovisionesparatresdías.

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ÍCARO

30 de Septiembre

Horaylugar: Desconocido

La situación, mala... sobrevivir veinticuatro no es probable1 no parece factible.Tengoque escribirloque ocurre. Elviaje fue segúnloplaneadohastaque pierdoyrecobrolaconsc. Cabezahinchada, hemorragiaenoídos. Manosensangrentadas.

30 de Septiembre

Tengoque explicaralgoporsi nosalgovivode ésta. Escribiré más cuandoestémejor... Importante.

Sobrevolábamos. Shreveport y decidí ir más lejos en dirección norte, porqueteníamos combustible y contábamos con un punto de aprovisionamiento. Yo nomirabalos instrumentos, porquequienpilotabaeraBaham. Seencendióunaluzenelcuadrode alarmas. Eralaalarmaque avisabade lapresenciade virutas enelmotor.Baham laactualizóparaasegurarsedequenosehubieraencendidoporunfalloenelcuadro. Seencendióunavezmás. Indicabaquesehabíandetectadovirutas demetalen el depósito de aceite del helicóptero. El procedimiento normal habría sidoaterrizarde inmediato, peroningunode nosotras queríaposarse enaquelterritorioabiertamentehostil.

No pasó mucho tiempo antes de que elrotor perdiese fuerza y elhelicópterodescendieraalsuelosinotrofrenoque laautorrotación. Elaltímetrogirabacomosibajáramos muy rápido. Elsargentode armas y elsuboficialestabansentados elunoalladodelotroenlapartedeatrás delhelicópteroy llevabanelcinturónabrochado.

1 En el libro original las palabras en cursiva aparecen tachadas. (N del digitalizador)

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Yollevabapuestoelmíoenelasientode copiloto. Loúltimoque recuerdofue unestruendoque reventabalos tímpanos y elsonidodelmetalque se hacíapedazos, yelaguay elpolvoque salíandisparados hacialoalto, envolvíanelhelicópteroy mellegabanalacara.

No sé cuánto tiempo pasé inconsciente. Me puse a soñar... estaba en un sitioagradable. EstabaconTara, peronoenelcomplejo. Habíaretrocedidoeneltiempo,hasta el mundo de los vivos. La escena parecía muy real. Entonces sentí unaspalmadas enelhombro... y luegome tiraronde lamanga. Alguienme arrancabademi estadode serenidad. Me palpé lacabeza. Sentí undolorintensoenlasien. Cadavezqueelcorazónmelatía, sentíaquelasangremeatravesabaelcerebrocomopúasdedolor. Veíaborroso. Volvíaaestardentrodelhelicóptero, fuerayademi fantasía.

Aúnveíaborroso... mevolví hacialaizquierda, haciaelasientodelpiloto. Alcancéaverque Baham me miraba, me sacudíaelhombroconlamanoderecha, me decíaalgo. ¿Porqué me dabatirones? Me volví haciaatrás y vi alsargentode armas y alingenieroque tendíanlas manos haciamí, comosi tratarande ayudarme. Eracomosi los vieseatravés deunapiscinallenadeagua. Eldolormetraspasódenuevoy semedespejólavista.

Me volví haciaBaham. Elmiedome recorrióelcuerpocuandole miré elpecho.Untrozodeunadelas palas delrotordelhelicópterolesobresalíadelpecho. Noibaamorir... yahabíamuerto. Sus palmadas, golpecitos y loque me habíanparecidopalabrasnoeranintentosdedespertarme, sinodematarme. Elcinturóndeseguridadloreteníay poresonopodíaagarrarme. Me quedé allí, aturdidoporunos instantes,y luegome volví paramiraralsargentode armas y alingenierode vuelo. Yoeralaúnicapersonaquequedabaconvidaenelhelicóptero. Mellevélamanoalafrenteysentí unpinchazo. Uncascotederotormehabíaatravesadoelcascodevueloysemehabíaquedado clavado en lacabeza. No sabríadecirsi se me habíaclavado muyhondo. Sólosabíaqueaúnestabavivoyqueternafuncionescognitivas.

Tratédeagarrarelriflepararemataralrestodelatripulaciónysalirsinpeligrodeaquellatumba. Cuandoquise levantarloy apoyarloenelhombro, me di cuentadequeelcañónsehabíadobladohastacasi noventagrados yhabíaquedadotrabadoenloscontrolesdevueloquesehallabanamispies. Gritéunapalabrotayarrojéelarmaalsuelo, ymiréporelhelicóptero, porsi encontrabaalgoquemesirviera. ElMP5delsargentodearmasestabaenelsuelo, detrásdemi asiento.

Saqué mi navajay lautilicé paracortarunacorreaconlaque hice unlazoparaacercar elarma lo suficiente y poder agarrarla con la mano. La cargué y apuntéprimeroaBaham. Sus dientes amenazadores y su pielfláciday viejase veíanaúnpeor por culpa de su estado actualde salud. Ya no me conocía; ni tampoco loshombresqueibandetrás. Elsargentodearmas ibaaserelúltimo.

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EmpuñéelarmayBaham empezóadarlegolpecitosconlamanoenelsilenciador,comosi de algunamanerafuese consciente de loque le ibaasuceder. Acabé conél.Alcabodeunsegundolepeguéuntiroenlacabezaalingeniero. Sus brazos pasaronde adoptarlaposturade Frankenstein alamás absolutainmovilidad, como si enningún momento hubieran regresado de la muerte. Dije algunas palabras enmemoriadetodos ellos yluegolepresentémis últimos respetos alsargentodearmasconundisparoenlafrente. Me consolé pensandoque élhabríahecholomismopormí. Miré porlaventanay llegué alaconclusiónde que debíamos de llevar, porlomenos, unparde horas allí, porque elsolhabíallegado asu cenit. Estábamos enmediode unaespecie de charcaque cubríahastalacintura. Unleve remordimientome apuñalóelcorazóncuandome di cuentade que Baham debíade haberpensadoque tendríamos más posibilidades de sobrevivirsi nos posábamos allí. Y yo se lohabíapagadoconunaintoxicacióndeacciónrápidaporplomo.

Habíasidounabuenaelecciónparaelaterrizaje de emergencia, porque lapuertade baborse habíadesencajadoy habíamos quedadolibres parasalir. Lacuriosidadhabíaatraídoanumerosos muertos vivientes alaorilladelacharca, pero, nosesabeporqué, elagualos repelía. Echéunaatentamiradaen360grados y medi cuentadeque enuntrechode orillanohabíaninguno. Agarré mi equipoy todoloque pudecargar. Al acercarme a la puerta para escapar de aquel montón de chatarra, mearranqué labanderaestampadaenveleroque llevabaenelhombroizquierdoy ladepositéenlamanomuertadelsargentodearmas.

Salí alapuerta. Albajardelhelicóptero, me hundí enelaguahastalacintura. Mesería difícil moverme con agilidad hasta el terreno abierto por el que había deescapar. Fue casi como si nadarahastalaorillade lacharca. Logré llegaratierrafirmeymeechéacorrer. Pocomás tardeperdí elconocimiento, yhedespertadoharáunas cuatro horas. Estoy sentado en lacabinadelencargado de megafoníade uncampo de fútbolamericano, en un instituto de enseñanza secundaria, en elladodonde jugaban elequipo local... creo. Se ha puesto elsol, y estoy hambriento ydeshidratado. Hace una hora he tenido que practicar una pequeña operaciónquirúrgicaenmi propiocuerpo: me he extraídolaesquirlade metalde lafrente conlos alicates puntiagudos de lanavajamultiusos. He utilizadoelespejode mi kitdepinturas de camuflaje parahacerme unasutura. Laesquirlase me habíaclavadoenlacabezaaunos cuatromilímetros de profundidad, sobre lasienizquierda. Enestosmomentos nosé si laheridapodríamatarme. Nohe podidotraermuchacomidaniagua, pero voy aconsumirlas contodalaparsimoniaque me seaposible afindeprolongarmi supervivencia. Estopodríaserelfin. Ahoramismooigopasos sobrelasgradas.

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1 de Octubre

Hora: Desconocida

Pocoapocolovoy recordando. Recuerdovagamente que me enfrenté atres deellos. Debieronde verme cuandosubíaporlas gradas y me siguieron. Aldespertar,estabatumbadodeespaldas, sobreuncharcodesangreycristales rotos, enmediodela cabina de prensa. Altratar de levantar la cabeza y comprobar elestado de lapuerta, me fijé en los cristales inastillables. Por la pinta que tenían, parece quedisparé através delcristalparamataralas cosas, perofallé, porque los agujeros debala estaban acompañados por otros agujeros más grandes. Los bordes de losagujeros más grandes quehabíanquedadoenelcristalreteníantrizas depiely ropa,y esoqueríadecirquehabíantratadodemeterlas manos dentro. Tambiénhabíaunalíneaendiagonalde agujeros de balaque empezabanenelpicaporte y descendíanhacialaizquierdahastallegaralmarcode lapuerta. Examiné elarmay llegué alaconclusióndequedebíadehaberdisparadoentrequinceyveintecartuchos.

Me obligué amí mismoaponerme enpie y logré llegarhastalapuerta. Miré através delcristalrotoy vi cuatrocadáveres tendidos sobre las gradas. Alolejos, viotrosdos, alotroladodelameta, queandabanencírculoenbuscadeunapresa. Aúnnolorecuerdobien, perocreoquedisparéporlomenos aunodeellos aquemarropaatravésdelcristalylomatéenelacto.

2 de Octubre

Aprox: 16:00h.

He despertado estamañanaaloírelaullido de un perro. Quizáfueraun lobo,pero, comoapenas si quedanseres humanos vivos enAméricadelNorte, estáclaroque todos los perros domésticos se habránasilvestrado. Tengocuriosidad porsabersi reconoceríanenmí aunhombre vivo, osi me atacaríannadamás verme, comosifueraun muerto viviente. Me he dado cuentade que los perros los detestan. Merecuerdaaldesprecioquealgunos perros parecíansentirporlos uniformes. Annabellemuestradesagradoante esas criaturas, y las cerdas dellomose le erizantanprontocomohuelequeunodeellos seleacerca. Tengosangreresecaportodalacaray aúnhabitoenestenidodecuervosobreuncampodefútboldemasiadogrande. Loúnicoqueaúnevidenciaquefueuncampodejuegosonlas metas y las hileras degradas aamboslados.

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Estoymagulladoymaltrecho. Puedequeelaccidentemecausaradañosgraves. Lazonade los riñones todavíame duele muchoy me resultadifícilsostenerme enpiedurante mucho tiempo. Dentro de las mochilas que saqué del helicóptero llevocartuchos denuevemilímetros, cincoraciones decomidapreparadaparacomeryunrollode cintaaislante aplastado. Me he animadounpocoalcomprobarque tuve laprevisiónde llevarme lamochila, y dentrode éstalanavajamultiusos, nueve litrosdeaguaylasgafasdevisiónnocturna, juntoconotrosenseresdesupervivencia.

Tratarédemantenermeconuncuartodelitrodeaguadiario. Si norealizoningúnsobreesfuerzo, creoque tendré suficiente aguapararecuperarme y poderme poneren marcha. También conservo todo el equipamiento que en el momento deestrellarnos llevaba enfundado en el reverso del chaleco, bajo el cinturón deseguridad(pistola, cuchillodesupervivencia, bengalasybrújula). Lospuntosquemehe hechoenlacabezasonmuy incómodos. Ojalánohubieratenidoque hacerme lasuturaconhilodecoser. Unabotelladevodka, odecualquierotrabebidafuerte, mevendría muy bien ahora. Tengo una miniradio de supervivencia PRC-90 y la heempleado paratratarde comunicarme con elHotel23 porlas frecuencias 282.8 y243.0. Nolohe conseguido. Oestoy fuerade sualcance, olaradionofuncionabien.Johnsabíalarutaquepensábamos seguir, pero, aunqueenviasenatodos los marinescontodos sus vehículos y armas, nolograríanllegarhastami posición. Los muertosvivientes que encontraríanporelcaminosondemasiados. Llegados aeste punto, nocreoquelogreregresar.

3 de Octubre

Aprox: 19:00h.

Hallegadolahorade empezaratrazarunplan. Tansólome quedanunos sietelitros de agua, y parece que elnúmerode muertos vivientes que se encuentraenelterrenodejuego, yensusalrededores, escadavezmayor. Eldolormeimpidepensarcon claridad. Me digo a mí mismo, sin cesar, que tengo que preocuparme de lascuestiones más básicas. Necesito comida, aguay cobijo. Aunque en estos tiemposquecorren, nomebastaráconeso.

Eneste mismomomento, desde mi posiciónelevada, veoaseis de esas criaturas.Noparecequesedencuentademi presencia, y ningunodeellos hatratadodesubirporlas gradas. Dado elalcance y laprecisión delMP-5, no me atrevo adispararcontraellos, y todavíamenos si tengoque guiarme porlaimagenverde y granulosaqueveoconlasgafas.

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Eldolorde cabezame vaaenloquecer. He pensadoenunparde ocasiones quepodría salir de la cabina, bajar al campo y apuñalarlos a todos por la espalda.Entonces eldolorsemecalma, vuelvoalarealidady medoy cuentadequeeseplanes unamierda. Cadavezque orinome salenpequeñas cantidades de sangre. Me hedadocuentahoy, almearme sinquererencimade las manos. Debí de fastidiarme elriñóncuandoelhelicópteroautorrotóhastaelsuelo.

En primer lugar, tengo que averiguar dónde me encuentro. En cuanto lo sepa,tengoque pensaradónde podríairparaconseguirunequipamientomejory tratarde comunicarme con elHotel23. En este momento yase habrán figurado que elhelicópterose estrelló. Voy adescansary arecobrarme, y luegome beberé dos litrosde agua. He llegadoalaconclusiónde que si nome marchode aquí, acabaré pormorirme. Denochehacefrío, sobretodoparaalguienquetansólollevados capas deropa y tiene una puerta con ventilación no deseada. Maldito sea por habermeacostumbradotantoaestarrodeadodegente.

Se me ha roto elreloj. Aún marca la fecha, pero las manecillas han dejado demoverse. Me imaginoque podríamataraunade esas criaturas y quitarle unreloj.Tengoque estaraltantode lahoraexactaparacontrolarlasaliday lapuestade sol.Hanpasadounos nueve meses desde que se fabricólaúltimabateríade reloj. Estoyseguro de que aguantanmucho tiempo, porlo que me vendríabienconseguirunreloj digital con temporizador y cronómetro mientras aún pueda utilizarlo. Quélástimaque, enmi situaciónpresente, tengaquepensarenunamierdacomaesa.

4 de Octubre

Aprox: 2:00h.

Hacialamedianoche, otrade las criaturas halogradosubirporlas gradas. Me hepuestolas gafas de visiónnocturna, conprecauciónparanoquedarme deslumbradoconlaluz verde. Durante cincominutos, he contempladoelcadáver, que estabaenpie, enfrente de lapuerta, enloaltode las gradas... y entonces las pilas de las gafashanempezadoafallar. Nollevabamis pilas AAenlamochila, y poresohe tenidoquequedarmeinmóvil, aterrorizado, mientras lacriaturametíalamanoporelcristalrotoytanteabapordentro.

Todos y cadauno de los trozos de cristalque se caíanalsuelo me hansonadocomountrueno. Hafaltadopocoparaque encendiese lalinterna, perohe logradocontenerelimpulso, porquesabíaque, si lohacía, vendríanmás. Meheacordadodeunaescenaenunapelículadedinosaurios enlaquelachicanoes capazdeapagarla

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linternaparaimpedirque ladevore untiranosaurio. Laúnicadiferenciaconsiste enquelachicaasustadaerayoyquenoteníacorajeparaencenderlalinterna.

Erami especielaqueseextinguía.

Alcabode unos treintaminutos de torturamental, lacosaharesbaladoy se hacaído de espaldas por los escalones, y no ha vuelto a subir. He pensado que elestrépitodesucaídaatraeríaaotras, pero, porahora, nohaocurridoasí. Lapróximavezquesalgadecomprastendríaqueiraporpilas. PorahoratengounapequeñaluzLED de colorrojo sujetaalacremallerade mi uniforme de vuelo. No parece queescribirestobajolaluzrojaafecteami visiónnocturna, ylaluzrojanolos atrae. EsteLED tiene tanpocapotenciaque las criaturas nohanreaccionadodesde que estoyaquí escribiendoesto.

Aprox: 6:00h.

Elsolse asomatras los árboles. Elfulgorde lamañanailuminatodalazonay mepermite veralos muertos vivientes dandovueltas porahí abajo, donde tendríaquehallarse lafranjaque marcalas 50 yardas. Las mangas de viento de las metas seagitanamerced de labrisamatutina. Nohe logradoquedarme dormidohastahacetres horas, y de todos modos me hadespertadocadavez que oíaunruido, todas ycadaunade las dilataciones y contracciones de los asientos de plásticobajoelsolmatutino.

Estacabinade prensaempiezaaolermuy mal. Elcubode laesquinase llenaconrapidezy elolorcomienzaajoderme. He notadoque yanome sale sangre alorinar.Aúntengomagulladalazonade los riñones, peronocomohace dos días. Echodemenos mi hogar. ¿Se hallababajoelsolabrasadorde SanAntonio? ¿EnArkansas?¿En elHotel23? Ahoratodas esas ideas se me vuelven confusas. Tan sólo quierovolver a mi hogar... a un lugar alegre, a un lugar donde no haya muerte nidestrucción. Ojalátengafelicessueños, porquenoconozcootramaneradeescapardeesto.

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LLAMANALAPUERTA

5 de Octubre

Demadrugada

Casi no me quedaagua. Quizámedio litro. Alcaerse elhelicóptero, volábamoshaciaelnorte desde Shreveport. Noconozcoconexactitud mi ubicación, pero, traspensarlo con calma, he decidido avanzar hacia el sudoeste en la direcciónaproximada en la que debe de hallarse el Hotel 23. Necesito agua limpia paralavarme laheridade lacabeza. Laheridaabiertarezumapus y tengoque apretarlacadapocas horas paraaliviarlapresión. Además, sientomuchoescozorentornoalaherida. Por lo menos, está claro que mi cuerpo combate la infección. Encircunstancias normales me movería de noche, pero la escasez de agua me haobligado aadentrarme de nuevo en elmundo de los muertos. Ahí abajo debe dehaberunadocenadecriaturasyséquemevanaver, oquemeoiráncuandosalgadelacabinadeprensa, porquenovoyaintentarbajarporlapareddelestadio. Elriesgoderompermeunapiernaseríademasiadogrande.

He estadopensandounpocosobre estode escribirtodoloque me ocurre. Creoque tendríaque dejarde escribirdurante untiempo, porque yavoy aestarbastanteocupado con más esfuerzos por regresar y, en esta situación, escribir podría sernocivo(mortal) parami salud. Deboconfesarque hace tiempoque tratode dejarlo,peronolohe conseguido. Escribosiempre que puedoy esome hace sentirmejor.Aunque únicamente lo haga de manera esporádica, y en ocasiones tan sólo parareflejarmi propioaburrimiento, ponertodaestamierdasobre elpapelme ayudaapreservarlacordura.

Mientras escriboestas líneas, tratode recordartodas las contraseñas bancadas ydecorreoelectrónicoquehabíatenidoenotrotiempo. ¡Habíatenidounacuentaenlacooperativadecréditodurantemásdediezaños, siempreconlamismacontraseña, ynologrorecordarla! He tenidoque concentrarme muchopararecordarlacontraseña

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delcorreoelectrónico, lamismaque utilicé adiariodurante muchos años hastaquenosahogamosenestamierda.

Contraseña: 4601 9691 4609 2

Cseña correo electrónico: n@S@1radi@tor

Lohe metidotodoenlamochila, he cargadoelMP5 y, porrapidezy comodidad,he guardadoenlaparte de arribatodoloque me puede resultarmás necesario. Heempleadoelrolloaplastadode cintaaislante parasujetarlanavajade supervivenciaconsu fundasobre latiraizquierdade lamochila, conlaempuñadurahaciaabajo.Así podré empuñarlofácilmente si me veoenlanecesidadde lucharcaraacaraconunade esas cosas. Creoque he descansadolosuficiente comoparallegaraalgunaparte, y talvez, consuerte, podré seguiradelante durante unrato. Dentrode unahoramemarcho.

Aúltimahoradelatarde

Hoy he salidoalcampode fútbolaluchar. He abandonadolacabinade prensatrasbebermelaúltimagotadeagua. Llevabalamochilarepletaypegadaalcuerpo, yheacabadoporsentirunligerodolorenlaespalda. Elprimerconcursantede«Eltirojusto» eraunhombre jovenconunazapatillade deporte enunpie y unacamisetaverde de Seven-Up hecha una puta mierda. Me ha visto salir de la cabina y enseguidahaempezadoasubirporlas escaleras sindejarde tambalearse. Yoaúnnome sentía muy seguro en el manejo del arma, así que le he dejado acercarse, yentonces he tiradodelgatilloy elcráneose le hasalidode susitiocomolatapaderade unalatade galletas. Se hacaídode espaldas y elhuesode lapiernase le harotocon un chasquido aún más fuerte que elde labalaque haacabado con él. Otrostestigosdeloocurridohanvenidoapormí.

Unavez más, he tenidoque hacerfrente al10 porcientocontalento, aunque notuvierannadaque verconel10 porcientodelque hablabaelactivistaW. E. B. DuBois alreferirse alaposibilidad de que un10 porcientode los estadounidenses decoloralcanzarapuestos de liderazgo. Enmis viajes y apuros recientes he notadoqueaproximadamente una de cada diez criaturas es más lista o más rápida que suscompatriotas, oambas cosas alavez. Lahe descubiertoenseguida. Teníaelcuerpomuy erguidoy caminabaconvigorhaciamí, mientras los otros noparabande dar

2 En el libro original las palabras en cursiva aparecen tachadas. (N del digitalizador)

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traspiés. No le he dado cuartely le he disparado en elcuello y la cabeza. Se hadesplomadoconlamismafacilidadque los demás, peroes probable que procediesede unazonairradiada. Noestabatanirradiadacomolahorrendacriaturadelbarcode los guardacostas, pero yo conocía los extraños efectos que la radiactividadproducíaenellos. Podíanenfrentarse aotronivelconlos seres humanos vivos... porejemplo: conmigo.

Nohe acabadocontodos los que estabanenelcampo. Tansólohe matadoalossuficientes paraquelaamenazanosuperaraunnivelmanejable. Mehabíapropuestomataratodos los quefuesenecesario, avanzarhastaunextremodelcampo, rodearlohastaelotro extremo y marcharme. He matado acuatro sin perderde vistaalosotros ocho. He tratadode verles bienlas muñecas, porque estabadispuestoahacerdos pasadas si alasegundapodíaquitarle elreloj aalgunode ellos. Nohe logradoverlobieny, adecirverdad, teníamiedodequedarmemuchotiempoenelcampo.

He hecho una pasada y he abandonado elárea, y me he dirigido alsudoesteguiándome porlabrújula, hastaque he llegadoaunposte que decía: «OilCity-16km.» Meencontrabaenunaintersecciónentreunacarreteraruraly unaautopistadedos carriles. Habíaido hastaallí siguiendo lacarreterarural, siempre aunos diezmetros de distancia de ésta, para evitar que me viesen. Mis experiencias en estemundo me dicen que los enemigos más peligrosos no son los muertos. Desde miposiciónventajosaenlaencrucijadahe vistoque enlaautopista, endirecciónsur,quedaba una antigua barricada, y en dirección norte se apilaban unos cuarentacoches que habíancolisionadoentre sí. Unarroyuelobrotabade untubode desagüecercanoalacarretera. Hellegadoalaconclusióndeque, almenosporelmomento, lanecesidaddeaguaeramás acuciantequeladenodejarsever, y poresohe idohaciaelsitiodondeseoíarezumarelagua.

Al acercarme al tubo, que era grueso como un barril, habría jurado que veíamovimientocercade lalejanabarricada. Me he quedadoquietodurante unminutoentero paraasegurarme. Pero, fueralo que fuese, no havuelto amoverse. Me heagachado y he bebido agua hasta que un ruido me ha llamado la atención. Helevantadolacabezacontantabrusquedadquemelahegolpeadocontraeltuboyporunos momentos he vistolas estrellas. Lahe sacudidoparareanimarme y he vueltoaescuchar. He distinguidoelrítmicoestruendode unmotor. Noeramuy distintodelsonido de un cortacésped. He tratado de mirar en la dirección por la queaparentemente se acercaba, peronolohe visto, pormuchoque forzaralavista. Elsonido hadesaparecido con lamismarapidez con laque habíaaparecido. Me hesentado, yduranteunratohepensadoenloquepodíaser. ¿Unamoto?No. Nomelohabíaparecidoenabsoluto. Eraunsonidofamiliar.

He bebidohastanopodermás, he llenadoelrecipiente de aguaque llevabaenlamochilay he seguidoadelante, siempre aunos diezmetros de lacarretera. He vistotodo tipo de cosas que sería preferible no ver. Había cadáveres putrefactos

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esparcidos sobre labarricaday asu alrededor. Habíacartuchos usados portodaspartes, comosi unejércitohubiese tratadode exterminaraunahordaenterapocosmeses antes. Había hombres muertos, de pie sobre la carretera, aturdidos, comohibernados. Erade imaginarque nohabíanadaque los motivase. Me imaginoqueserásumanerade conservarlaenergía. He vistoalolejos unajauríade perros queatravesabaun campo. Me hallabaasotavento, porlo que estoy seguro de que nohabíandetectadomi presencia. Encualquiercaso, nose detectabanindicios de vidahumana.

El sol descendía hacia el horizonte, y había llegado el momento de encontrarcobijo para pasar la noche, porque así podría calmarme y poner orden en mispensamientos. Debía de hallarme a cuatro o cinco kilómetros de la interseccióncuando he descubierto unacasaalo lejos, detrás de unahilerade árboles. Me heacercado con mucha cautela, sin dejar de mirar en todas las direcciones, yvolviéndome en muchas más ocasiones de las que habrían sido necesarias. Todoestabamuy tranquilo, perolos acontecimientos deldíaaúnme teníanalterado. Elriñón se me habíallenado de aguay teníaque mear. Me he acordado de cuandojugabaalescondite en mi infancia: siempre me entraban las ganas de mear en elmomentomenos oportuno. Eraunacasaviejadedos pisos, delos años cincuentadelsiglopasado. Parecíaquelapinturasedesconcharadelantedemisojos.

Lahe contemplado durante largo rato. Me he fijado en un modelo reciente deChevy, destruido porelfuego, aparcado apocos metros aun lado de lacasa. Sedistinguíanorificios de balaenelcapóy enlacarrocería. Las ventanas delpisodeabajoestabancerradas contablones de maderay habíaresiduos humanos de hacíayatiempoenelsuelo, alpie de las ventanas. He escuchadoy miradohastaque lallegada del crepúsculo me ha obligado a tomar una decisión. La casa parecíaabandonada. He dado la vuelca en busca de lugares por donde entrar. Tambiénhabíatablones clavados sobre lapuertadelanteray latrasera. Mi únicaposibilidadde entrarconsistíaentreparhastaeltejadoy meterme porunade las ventanas dearriba, quenoestabanbloqueadas.

Hehechoacopiodetodoelvalorqueteníay hetrepadoconmi cuerpomaltrechoporunade las columnas delporche, hastallegaraltejadode éste, desde elque sepodíaaccederaunade las ventanas superiores. Nolohabríalogradosi enmi épocaen los marines no hubiese hecho flexiones de bíceps a diario. Una vez arriba headmiradoelpaisaje y he escuchadotodoloque se oíaporlos alrededores. Alotrolado de laventanaestabaoscuro, tanoscuro que no he tenido ningunas ganas deentrar. Laventanase abríaverticalmente, haciaatrás, y dejabaunresquiciode unosquince centímetros porelque elaire entrabay agitabaladelgadacortinablanca. Lacortinase movíaconlabrisa, oquizáfuese mi aliento. He dejadopasarloque mehanparecidovarias horas deespera. Noqueríaentrar. Lehedadovueltas asi podríadormirfuera, perohedescartadoenseguidaesaposibilidad, pormiedoacaermedel

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porche e irapararamanos de los muertos vivientes. Laluz delsolse filtrabaenlaatmósferahastateñirse de untonorojizoy se despedíade mi almaporelhorizonteoccidental. Heagarradolamochilayhesacadolalinterna.

He acercado lamano alaventanay he sentido como unadescargaeléctricaaltocarla. Hetratadodeabrirlaconunamano, perollevabatantotiemposinquenadielamanipulase que noqueríaceder. Valiéndome de ambos brazos y tambiénde laspiernas, he logrado levantarla lo suficiente como para asomarme. He abierto lacortinay heenrolladounapuntaentornoalalinterna. Lahabitaciónparecíatodolonormalquepuedeparecerunahabitaciónenunacasaabandonada. Lapuertaestabacerraday lacamaestabahecha, perohabíaexcrementos de ave y hojas secas porelsuelo.

He asomadotodavíamás lacabezaparaasegurarme de que nohubiese ningúnpeligro. Me he quedado tranquilo y por eso me he metido dentro. Mi primerpensamientose hadirigidoalapuerta, y apreguntarme si estaríacerradaconllave.Hecaminadolentamentehastaella. Elentarimadodelsuelohacrujidobajomi peso.Después de haberhechotantos ruidos, me he detenidoy he escuchadoporsi se oíaalgúnsonidoenelpasillo, oenlaescalera. Nohe oídonada. He idohastalapuertadeldormitorioy he examinadoelpomo... estabacerradapordentro. Entonces, ensilencio, heexaminadoelarmario, hemiradobajolacamayhebuscadoportodoslosrincones donde pudiera esconderse elhombre delsaco. He encontrado una velausadayunacajadecerillasmediollenaenelarmarioropero.

Me he planteado encender la vela para no consumir inútilmente la pila de lalinterna. Después de pensarlo un rato, he echado la cortina tras las ventanas deldormitorio y, sigilosamente, he colgado sobre éstas algunas mantas extra que hesacadodelarmarioempotrado. He encendidolavelay me he calentadolas manosconsullama. Los ojos se me hanacostumbradopocoapocoalaluzde lavelay heempezadoa... noadormirme, perosí algoparecido.

Noestabasegurodecuántotiempollevabadormido, peroelsonidodeltruenomeha despertado con un sobresalto. He mirado la vela y he visto que no se habíaconsumido mucho. Me he acercado a la ventana y he apartado la sábana paracontemplarelcampo. Alcaerunrayohe divisadounasiluetahumanaenlalejanía.Noteníani ideade lacondiciónni de las intenciones de lacriatura. He miradosincesaralvado... alaesperadequelosrelámpagosalumbraranlanoche. Finalmente, lasiluetasehaalejadoyhetenidoquepreguntarmesi deverdadhabíallegadoaverla.

Todavíalluevey mehedecididoaecharmeenlacama. Noseoyeningúnruidoalotroladode lapuerta, peroestanoche dormiré conmi arma, y probablemente harélomismodurantetodaslasnochesquemequedanporvivir.

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6 de Octubre

Estamañanahe despertadosinnovedad, aparte delrumordelvientoque se oyeafuera. Teníahambre. Me quedantres raciones de comidapreparadaque rescaté delhelicóptero. He idocomiendobocados. Piensoque hoy puede serunbuendíaparametermemás comidaenelorganismo. Yanomedueletantolacabeza. Lasuturameescuece, perotratodenotocármela. Cuandomiroporlaventana, alalejanía, noveoni rastrode los muertos vivientes. Afueratenemos maltiempoy parece que vayaaestallarunanuevatormenta.

Habíaempezadoahacerestiramientos y aprepararme parapasareldíacuandomeheacordadodeloqueenesemomentoeralomás importantedemi vida: elpisode abajo de lacasa. Porprimeravez en mucho tiempo, me habíaperdido en mispensamientos. Habíaolvidadodónde estaba. Parecíacomosi llevaradías enaquellahabitación, perohabíasidounaúnicanoche. Mi mente le decíaami subconscienteque lacasaerasegura, que eralamía. Porsupuesto, noeraésalarealidad. Talvezhubieraunadocenadeellos allí abajo, dormidos entrance, sinpercibirmi presencia.Parece que entrenenunextrañoestadode hibernacióncuandonotienencomidaniestímulos amano. He pensado que unafamiliaenterapodríaestaraturdidaenelpisode abajo, alaesperadelprimersignode vidaparaponerse enmodocazador-asesino.

Hehechounesfuerzopornoponermeaexplorarlacasasinhabermemetidoantesunbizcochoenelestómago. Después de comer, he bebidounpoquitode aguay heempezadoabuscarexcusas paranobajarporlaescaleraaecharunaojeada. Sabíaque tenía que hacerlo, porque en la casa encontraría recursos que podríanmantenerme convida. Hastaque elsolnohaemergidode entre las nubes y se haelevadoenelcielo, nomehedecididoairalpisodeabajo.

He revisadoelarmay he sujetadoelLED enelsilenciadordelMP5 conlacintaamericana que llevaba en la mochila. He tirado la corredera de la Glock mediocentímetro para atrás para asegurarme de que estuviese cargada. He alargado lamano izquierda para abrir la puerta con cuidado de que no quedara expuestaningunaparte de mi cuerpo. Estabaencallada, seguramente pornohaberse abiertodurante varios meses. He tratado de forzarlay hacedido con un sonoro clic. Hepuesto lamano en lapuertay lahe mantenido cerradamientras escuchaba. Si elruidolosatraía, lacerraríadenuevoyescaparíaporelotrolado.

Heaguardadoporlomenos durantecincominutos, y mehaparecidooírdetodo,desdemuertos vivientes hastauncortacésped, pasandoporunasirenadeniebla. Heseparadolamanode lapuertay he tiradodelpicaporte. Probablemente he sidoel

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primero en hacerlo durante mucho tiempo. Mientras tiraba del picaporte, hepreparadolamanoderechaparamataratodoloqueseinterpusieraenmi camino. Elsilenciadorconlacintaaislante es laprimeraparte de mí que se haasomadoporlapuerta. ElreflejoazuldelLEDhaalumbradoelpasilloalasomarseelarma.

Me he preguntado si de verdad habíarevisado elcargador, o si tansólo me lohabíaimaginado. Tras ahuyentaresos pensamientos, he dadounpasoadelante. Mehe vueltohacialapuertadeldormitorio, lamismaporlaque acababade salir. Teníamanchas antiguas de sangre, como si alguna criatura la hubiese golpeado hastaperdertodointerés. Esascriaturassabenloquehacen.

Me he dado la vuelta y he notado algo extraño. Había manchas blancas en lapared, en elmismo sitio donde debía de haber habido cuadros. Era como si losdueños delacasahubiesenqueridollevarsetos cuadros. Amí semeocurrencientosde cosas más importantes para llevarse. Había moscas muertas por elsuelo, tanabundantes comoelpropiopolvo. Elpasillode arribaestabacubiertoporcapas deambos materiales, y no se distinguían huellas que pudiesen revelar actividadreciente. Si había alguna criatura dentro de la casa, viva o muerta, no se habíamolestado en subir hasta allí. Entonces he descubierto por qué. Cuando estaba apuntodedarelpasohastaelprimerescalón, mehedetenidoy hemiradoamis pies.Habíatansólodos escalones, y luegonada. Alguiense habíacargadolaescalera. Enelpisode abajoestabanlos cadáveres de seis muertos vivientes, todos ellos conuntiroenlacabeza. Aquelloempezabaatenersentido. Elpropietariode lacasadebíade haber destruido la escalera y se había parapetado en el piso de arriba.Probablemente habíadisparado contralos monstruos y se habíamarchado por laventanadeldormitorio. Esaes mi mejorhipótesis. Esonoexplicabalas manchas desangre enlapuertaporlaque habíasalido, ni lamaneraenque las criaturas habíanlogradoentrarenlacasa, pero, porotraparte, tampocohabíaexploradotodoelpisodearriba.

Me he alejado de laescaleray he caminado conpasos lentos hastados puertascerradas queseencontrabanalotroextremodelpasillo. Elsuelocrujíabajomis pies,pero no he hecho caso delruido. No me parecía que hubiese nadie. La primerapuertaque he encontradoeralade unbaño. Si hubierasidoposible encenderlaluz,habríatenidoelmismoaspectoque cualquierotrobañode antes de que los muertosresucitaran. Todo estaba en su sitio, las toallas polvorientas colgaban de susrespectivos toalleros y unapastillade jabónaguardabaenlapequeñarepisaalladode labañera. Lahe cogidoy me lahe guardadoenelbolsillode los pantalones. Heidohastalatazadelvátery he miradoentodas direcciones. Nohe vistonadafuerade loordinario, salvounpequeñoy extrañoazulejosobre lacisternaque mostraba,precisamente, unatazade váterjuntoaltexto: «Si eres torpecitoy ensucias cuandohacespis, sébuenecitoylímpialoenunplis.»

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Yomismonosé porqué, perome hahechograciay me he reídoentre dientesdurante unbuenparde minutos. Antes de salirdelbaño, he miradobajolapicadellavabo y he visco un recipiente de plástico en el que había todo tipo demedicamentos. Me he quedadountubode antibióticos triples y unrollode papelhigiénico, yhepasadoalapuertanúmerodos.

Heabiertolapuertaconelarmaapunto. Dentroestabamuy oscuro, porqueunaspesadas cortinas cubrían las ventanas. He ido enfocando todos los rincones de lahabitaciónconmi luz y lahe encontradomuy desarreglada. Elcolchónde lacamaestaba girado, y he visto ropa sucia y basura esparcida por todo elsuelo. Habíapequeñas deposiciones derataportodas partes, las cuales seañadíanalolora«libroviejo» de la habitación. Antes de entrar en cada una de las habitaciones le dabarienda suelta a mi fantasía, casi a la espera de hallar una imagen terrorífica ydemencial. Desde luegoque me he alegradode notoparme conelcadáverde unaviejacolgadodeunalámparaenunintentofallidodemorircondecencia... unaviejaque se balanceara con el cuello enrojecido y mascullara con voz de bruja: «¡Sébuenecitoylímpialoenunplis!»Hoyno, graciasaDios.

Aúnnohabíavistoelpisode abajo, peronome gustabalaideade descolgarmehastaallí tansóloparaque unogroavispadome arrancarauntrozode culoconlosdientes. Nosési algunodeellos seráavispado, peroles hevistohacercosas cadavezmás extrañas desde que empezaronalevantarse. Piensoque eso, porsí solo, yaesraro.

Después de pensarlo con calma, me he decidido atomarelpequeño espejo demano que había visto en el baño y a emplear la cinta aislante para sujetarlo alextremode unpalode escobaque he sacadode unaalacenadelpisode arriba. Asípodríaver mejor lo que habíaabajo sin arriesgar elpellejo. Me he pasado veinteminutos en lo alto de la escalera destruida, enfocando el espejo en todas lasdirecciones, hastaque he llegadoalaconclusiónde que podíabajarsinpeligro. Loúnico que se salía de lo ordinario eran los cadáveres tendidos en elsuelo y unapuertaabiertaporlaqueparecíaquesepudieraaccederaunaespeciedesótano.

Estabatan paranoico con laposibilidad de caer entre los cadáveres que me heatadolapiernaalasólidabarandadelpisode arriba. Habríasidohorrible quedarsedebruces sobreunmontóndecadáveres mientras otros salíanporlapuertaabiertaynotenerningúnmedioparasubirarriba. Me he hechounaimprovisadaescalerillaconlas mismas sábanas sucias conlas que me habíaatadolapierna. He descendidoconrapidez, más asustadoque enmi primerdíade escuela, y he idode inmediatohastalapuertaabierta.

Al acercarme a la puerta, he comprobado que, efectivamente, allí había unaescalera que descendía a un oscuro abismo. Aunque me hubiesen dicho queconducíahastaunalijodeM-16y comidaparaunaño, nohabríabajado. Después de

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todoloquemehabíapasado, nopodía. Hecerradolapuertay, contodoelsigiloqueme hasidoposible, lahe bloqueadoconunsofá. Encuantohe estadosegurode quelapuertadelsótanonoseabriría, heempezadoainspeccionarmetódicamenteelpisode abajo enbuscade amenazas. Armario tras armario, esquinatras rincón, me heaseguradodequeningunadeesascosasestuvieraallí abajo, conmigo. Hemiradoportodas partes, paracerciorarme de que ni siquierauntorsoseccionadome acecharabajounadelasmesas, ni enladuchadelpisodeabaja

Satisfechode que nohubieraningúnpeligroenlacasa, me he puestoabuscarlascosas que necesitaba. He abiertolos armarios de lacocinay he encontradocerillasresistentes alaguaytres paquetes depilas AA. Podríaempleardenuevolas gafas devisiónnocturna. Alproseguirconmás investigaciones, he encontradounacajaviejacondosgrandestrampaspararatasensuinterior. Mehellevadolastrampas, porqueme ha parecido que serían lo bastante grandes como para capturar a un conejopequeño, o a una ardilla, en cuanto se me acabaran las provisiones. En realidad,habríatenidoqueempezaracazarparanoconsumircontantarapidezlas conservasquellevo, ypuedequelohagaencuantomesientaunpocomásfuerte.

Enunarmariodelpisode abajohe encontradounamochilade excursionistadecolornegroy gris conlas palabras «Arc'teryx Bora95» bordadas enletras doradas.Eraclaramente superiorencalidad y más cómodaque laque yollevaba, y parecíaquepudieradoblarlaencapacidad. Heregresadoalhuecodeladestrozadaescalera,concuidadode notocarlos cadáveres delsuelo. He lanzadolamochilaalpisodearribayluegoheproseguidoconmi investigación.

He recorrido el piso de abajo y he examinado las ventanas bloqueadas contablones de maderay lapuertaigualmente reforzada. Apoyadocontralapared, alladodeunadelas ventanas quequedabanalaizquierdadelapuerta, heencontradounpalodefregonaconunpunzónparahieloensuextremo. Elpunzónestabaatadoconingenio. Elcordelquelososteníaensulugarteníanudos complejos queseguíanunpatróny lo sujetabanconmuchafuerza. Lapuntade aquellaespecie de lanzacasera estaba sucia de sangre marrón y seca. No habría servido para cazar a unanimal, perosí habríasidoposibleemplearlaparapincharaunadeesas criaturas enelojo, oenlas partes blandas de sucráneoputrefacto, y así acabarconellasintenerquedispararni unsolotiroy ahorrarmuniciones. Hetomadolaimprovisadaarmaylahe colocadosobre larepisade lacocina. Alregresaralasalagrande pordondehabíabajado, heoídoquealgocrujía. Mehequedadoinmóvily loheoídodenuevo.Mi mayormiedoeraque procediese delsótano. He idoalapuertaprincipalparamirarafuerayversi podríaescaparporallí.

Alacercarelojoalamirilla, elperfildeunhombremuertosehaproyectadoenmipupila. He pasadouninstante de terror, enelque tansólolohe mirado, incapazdeapartarlacara. Su rostroesqueléticose encontrabaapocos centímetros delmío, alotro lado de la puerta. Sentía el apremio de dispararle por la mirilla, pero,

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probablemente, habríaerradoeltiro, y elruidode lamaderaalastillarse nohabríahechomás que complicarlas cosas. Nopodíaapartarlamiradade aquellamierda.Teníalacarapodrida, los ojos lechosos, abultados, y los labios habíandesaparecido.Parecía que me mirara fijamente a través de la puerta. No se ha movido ni unmilímetromientras yoloobservaba. Lacriaturadebíade medirmás de dos metros.Me he puesto de puntillas y he tratado de verdesde arribacuáleraelobjeto quesosteníacon su mano putrefacta. No he llegado aver bien de qué se trataba. Heaguardadotras lapuerta, dejandodemirarletansóloparaparpadear, paraquenosemesecaranlosojos. Nosemovía.

Nomequedabanmuchasopciones...Podíavolverahurtadillas alpisode arriba(trepandoporlas sábanas) y dejarlo

correr, omataralacriaturaenesemismomomento. Mehedecantadoporhacerotrarondaporlacasaantes de regresaralpisode arriba, porsi encontrabasuministrosque pudieran serme útiles. Sigiloso como un gato, he regresado a la cocina paramirar en elarmario. Altraspasar elumbralde la cocina he provocado un ligerocrujido en elentarimado. Me he detenido unos minutos y he escuchado... crec...crec... elsonidoproveníadelotroladode lapuertade entrada. He optadopornoprestaratenciónalaamenaza. Me he imaginadoque lacriaturadebíade moverlacabezaviolentamente de unladoparaotro, porque nosabíasi eraellamismaquienhabíahecho elruido, o si éste eraobrade algún delicioso bocado que se hallabadentrodelacasa...

Enlos estantes delarmarioheencontradoseis latas dechilesincarne, dos latas deestofado de ternera con verduras y otros alimentos en estado de descomposiciónavanzada. Heguardadolaslatasenlamochilayhebuscadodebajodelfregaderoporsi encontraba algo útil. Debajo del fregadero había una trampa vieja para ratas,idénticaalas dos que me habíallevadoantes. Los restos delesqueletoy lacolayaresecade unarataque habíacaídoenlatrampahacíamuchotiemposeguíanallí.Satisfechoconloquehabíaencontrado, heagarradoelpalodefregonaconelpunzóny he regresado a la improvisada escalerilla, siempre en pugna con elantinaturalimpulsodeecharotraojeadaporlamirilla.

Heempleadoelmáximocuidadoparasubirlamochilahastaelpisodearribaconelpalo de mocho. Así podría trepar después con mayor comodidad. La mochilaestabademasiado llenay pesabademasiado, y porello he tenido problemas parasostenerla. Se ha caído una lata de chile y se ha estrellado contra elsuelo, y haarmadounestrépitocomparablealdeldisparodeuncañón. Meheestremecido, perode todos modos he empujadolamochilahastaarribay lahe dejadojuntoalaotramochilamás grande, que seguíavacía. Cuandome agachabapararecogerlalatadecomida, se haoídoungolpe muy fuerte enlapuertade entrada. Lacosadebíadehabergolpeadolapuertaconalgo, porque elruidoparecíamás fuerte y potente queelque se podríahacerconunamanodesnuda. He guardadolalataenunode los

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bolsillos delchalecoy hafaltadopocoparaque subierahastaelpisode arribade unsolosalto.

Unavezallí mehetumbadoenelsuelo, conlamochilaamododealmohaday losojos fijos eneltecho, porque elmonstruoyase encargabade matareltiempoabasedeporrazos enlapuerta. Golpeabasincesar... heoídoquelapuertaseastillabay mehe decididoaemplearelespejoparavigilarla. Cadavezque lacriaturalagolpeaba,yopegabaunboteysentíaunescalofrío, yelespejotemblabaasuvezenmis manos.Undiminutorayode luzpenetrabaporunagujerode lapuerta, amediometroporencimadelpomo. Unobjetoromonohabríapodidoabrirunafisuracomoésa. Lapuerta estaba reforzada con tablones por tres sitios distintos y yo recordaba quetambiénloestabaporfuera.

He vuelto aentrareneldormitorio delque me habíaadueñado antes y me heencerradoalahoraenlaque elsoldescendíahaciaelhorizonte. Faltabapocoparaque oscureciera. He sacadolanavajamultiusos y he abiertounalatade chile, y hesacado la cuchara de uno de los paquetes de plástico marrón de las raciones decomidapreparada. He empezadoacontarlos golpes que se oíanabajomientras seponíaelsol. He tardadotrescientos cincuentay tres golpes endarbuenacuentadelchile.

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CARRERANOCTURNA

6 de Octubre

Aúltimahoradelatarde

Por lo que se oye abajo, creo que lacriaturaestáapunto de entrar. Haráunamediahorahe oídoque unode los tablones caíaalsuelo. Naturalmente, yoyanosécuánto dura media hora. Por temor de que atraiga a otros de su especie, me hedecidido aaprovecharlaoscuridad de lanoche paraescaparde este sitio. Me hepasado la hora del crepúsculo metiendo las cosas en la nueva mochila que heencontradoenelpisode abajo. Lohe redistribuidotodoparaque los objetos másnecesarios queden arriba, o en uno de los compartimientos que se cierran concremallera. Comoaúnme sobrabamuchoespacio, me llevotambiénunamantadelanaverdequehesacadodelarmario.

Heexaminadolaspilasqueheencontradoabajo. Caducandentrodeseisaños. Lashe puestoenlas gafas de visiónnocturnay las he encendido. Laluz verde que hailuminadoelvisory se hareflejadoenlapalmade mi manome hadadoaentenderque funcionan bien. No tiene ningún sentido que las emplee para ver mientrascuente con lavela. También he probado laminiradio. No he captado nada, salvoestática. En un momento dado he creído oír voces, pero mi propio cerebro meengañaba. He retransmitido aciegas unmensaje enelque explicabami situación,peronohepodidodardetalles exactos dellugardondemeencuentro. Quizácuandohayaavanzadounpocomás haciaelsuremplearé los códigos que Johninsistióenhacerme memorizar. Los puntos de sutura me escuecen de nuevo y por eso hetratadodeaplicarles antibiótico. Esperoquemeayudeacombatircualquierinfecciónquepuedahaber. Dentrodeunosdíasmequitarélospuntos.

Hallegadolahoradeapagarlavela.

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7 de Octubre

Aprimerahoradelamadrugada

Nosémuybienporquéesascosassoncomoson, ni porquésondistintas...Másagresivasypersistentes.Anoche salí de lacasaporlamismaventanaporlaque habíaentrado. Me hice la

cama, más que nada porque así me sentía mejor, pero también para posponer elinevitablemomentodepartir. Encuantoacabéconlacama, encendí laluzymepuselas gafas de visión nocturna. Al ajustármelas, mis temores se hicieron realidad,porquevi queelestruendoquelacriaturaarmabaenelpisodeabajohabíaatraídoauna docena de muertos vivientes a nuestra zona. Ésos eran los que podía contardesdeunasolaventana. Estiméquedebíadehaberunostreintaalrededordelacasa.

Mientras salíaaltejadodelporche, escuché elruidoque hacíanalcaminarporlashierbas altas y tropezarconlas ramas, ensus intentos porlocalizarelruido enlaoscuridad. Los viejos hábitos nunca mueren, y yo sabía que me quedabanveintinueve cartuchos de municiónencadaunode los cargadores, aunque, conelarmaque llevaba, tampocome ibanaservirparanada. Me acerqué concautelaalaleroy miré haciaabajo. Allí abajohabíados. Me asomé y les disparé, y fallé eltiroenlacabezade uno. Elque sí derribé se cayósobre elotroy conellome diounasegundaoportunidad. Disparé alnúmero dos y bajé porelcostado de lacasatalcomohabíasubidoantes. Me marché porlarutamás seguray porelcaminomaté aotros tres. Cadavezque apretabaelgatillo, eláreacircundante se iluminabaconunfulgorverde. Lasgafasdevisiónnocturnaamplificabanelcentelleodelsilenciador.

La fatiga no me permitía echarme a correr. Caminaba a paso ligero y losesquivaba. Alacercarmealacarreteramevolví hacialacasa. Parecíaqueunadeesascosas casi corrierahaciamí. Porunmomento, creí de verdadque esacriaturapodíavermeenlapenumbra. Mismiedossecalmaroncuandolacriaturasevolvióhaciaunlado y se detuvo. Según parecía, olisqueabaelaire y movíalacabezalentamentehaciaunoy otroladoenunintentoporlocalizarme. Sosteníaenlamanounobjetoque nopude distinguir. Elestómagome dijoque eralamismaalaque antes habíavistoporlamirilla.

Me alejé de ellay regresé alacarretera. Noteníani ideade adónde iba. Recorrívarios kilómetros en dirección hacia el sur por una vieja carretera pavimentada,atento ano meterelpie en las grietas parano partirme elpescuezo. Los cartelesindicabanquefaltabapocoparallegaraOilCity. Inclusoeraposiblequelacarreterame llevase hasta Shreveport, una ciudad en la que no me atrevería a entrar.Necesitabaun sitio parapasar lanoche. No dejé de caminar hastaque divisé un

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fulgoren elhorizonte que anunciabalasalidadelsol. Más adelante, en lamismacarretera, hevistounautobúsescolar.

Creoque debíande serlas 4.30 horas. Estabaateridode fríoy necesitaba, porlomenos, unpardehoras desueñoantes dehacerfrentealnuevodía. Meheacercadohasta el autobús, siempre pendiente de lo que pudiera haber alrededor. El áreaparecíaestardespejada, peroalbergabaunmontóndeincógnitas. Unos pocos cochesy camiones, muy deteriorados, se amontonaban a un lado de la carretera, en elcaminoque llevabahastaelautobús. Cercade los vehículos habíavarios esqueletosputrefactos. Losmuertosylasavessehabíancomidotodasucarne.

Alacercarme alautobús, he visto, congranalegría, que lapuertaestabaabierta, yme he dichoque, porlomenos, dentronohabríacriaturas lobastante inteligentescomoparaencontrarlasalida. Me he aproximadoconmuchaprecauciónalapartefrontal, he trepadoalparachoques y me he encaramadoporelcapó. Unavez enelcapó, he miradoporelparabrisas y he vistolas hileras de asientos. Estabanvacías.He trepadohastaeltechodelautobús parapoderecharunamiradaen360 grados ami alrededor. Nosemovíanada, salvounpardeconejitosenlacuneta.

Hepensadoenpegarlesuntiro, peroestabademasiadooscurocomoparacorrerelriesgo, inclusoconunsonidotanleve. Hesacadolamantadelanadelamochilayhedejadoestaúltimasobre eltecho. He vueltoabajarporelcapóy he entradoporlapuertadelautobús. Primerohe arrojadolamantasobre elasientodelconductor, yluegome he arrodilladoy he apuntadobajolos asientos conelsubfusil. Nohe vistonada, salvounaviejabolsadepapelparaelalmuerzo. Entonces hecogidolapalancamanualyhecerradolapuertadelautobús, tansuavementecomomehasidoposible,esforzándomealmáximopornohacerruido. Pordesgracia, noes laprimeravezqueduermoenunautobús.

Hedejadolamochilasobreeltechoporqueallí nocorrerápeligro, y si tuviesequehuiratodavelocidad, podríasalirporcualquierade las ventanas y recobrarla. Encambio, si dejase lamochiladentro, talveznopasaríaporlaventana, y si se dieraelcasodequetuviesequehuir, meveríaobligadoaabandonartodas mis provisiones ysuministros. He cortadotiras de vinilode unode los asientos delautobús y las heentrelazadoparadarformaaunatoscaatadura. Lahe empleadoparainmovilizarlapalanca de la puerta y asegurarme de que nadie pueda entrar sin provocarestruendo. Ahoramevoyadormir, si esqueaestoselepuedellamardormir.

Porlamañana

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Debe de faltar poco paralamediamañanay yo estoy en elcuarto asiento delcostadoderechodelautobús. He dormidolas cuatrohoras que necesitaba, o, porlomenos, meloparece. Lamochilaaúnestáeneltechodelautobús. Entornoamí nosemueve nada, y lomás probable es que suba, cojalas cosas y me marche tanprontocomoestésegurodequenocorroningúnpeligro. Cuantomás piensoenelHotel23,más importanteveoregresarallí, conmi familia. Aunquenomequitodelacabezalaideade que mis padres puedanestarvivos, sé que lo más probable es que hayanmuerto. Mi hogarnoes ningúnbúnker, y elhogarde mis padres, aligualque todoslos demás hogares que se edificaron en Estados Unidos en los últimos cincuentaaños, no se construyó para resistir un asedio. Me pregunto cuánta gente habríapodidosobrevivirsi durantelosúltimostiemposlashubieranhecho«comoantes».

PorlatardeTodavíaesdía7

Hoy porlamañana, cuandome disponíaarecogerlamochilaque habíadejadosobre elautobús, me he encontradocaraacaraconunahorrible sorpresa. Elcabróndelacasahabíalogradoseguirme. Yomehabíaencaramadoalcapóyestabaapuntode subir cuando he oído el entrechoque de acero contra acero. El ruido me hasobresaltado tanto que he estado apunto de caerme de espaldas. Me he arrojadocontraelparabrisas y lohe agrietado. Alvolverlacabeza, he sabidoalinstante queeralacriatura, lamismaapariciónquemehabíamiradofijamenteporlamirilladelacasa antigua. ¿Cómo era posible que una criatura tan estúpida hubiese logradoseguirme? Unapreguntaaúnmejor: ¿Cómoeraposible que aquellacriaturasupieseblandirunhacha?

He subido hasta el techo del autobús y he visto, estupefacto, cómo actuaba.Trataba de trepar para perseguirme. No iba a cometer elmismo error que antes.Había que acabar con ese integrante del10 por ciento de muertos vivientes contalento. Hedesplazadoelindicadorderecámaracargadaylehereventadoelrostroala criatura, la cual se ha desplomado al instante. Esa cosa había armado muchoestrépito antes de que la matara, y eso significaba que había llegado la hora demarcharse.

Antes de irme he registradoalacriaturaporsi encontrabaalgode valor, y mirapor dónde, llevaba en la muñeca un reloj digital de plástico G-Shock, muyestropeado por fuera. Le he quitado elreloj y le he echado una ojeada antes demeterloenlamochilajuntoconelhacha. Enlapantallaseleía: 7-10y12.23.

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He seguido caminando en dirección sudoeste, dejando atrás una escena dedecadenciatras otra. ¿Cuántotiempohapasadodesde que vi alprimero? Caminabay me imaginaba lo que sería poder volver a hablar con alguien. La sensación desoledadse adueñabade mí. De entre todas las experiencias vividas enmi luchaporlasupervivencia, ése habíasidoelsentimientomás importante. Cadacuallosentiráde maneradistinta, pero, paramí, elsentimiento que valigado alasoledad es elmiedo.

Meheesforzadounay otravezpornopensarenlos muertos vivientes, peronolohe conseguido. Sin necesidad de dormirme, he padecido una pesadilla en la quellegabaauncampoabierto. Teníaque atravesarloparallegaraunazonaarbolada.Comoenunaescenasacadadeunapelículabélica, cuandoestabaapuntodellegaralamitad delcampo, un ejército de muertos irradiados aparecíaen lo alto de unacolina. De inmediato, se echabanacorrerhaciamí. Antes de que pudieraverles lapodredumbre de los ojos, he logrado despertar de la pesadilla y he seguidocaminando. Noseoíaningúnruido. Tansólolalevecariciadelvientoenelrostromehahechosaberquehabíaregresadoaestarealidad.

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LAGOCADDO

8 de Octubre

Ayeranduve hastallegaraunlago. Enlos carteles que guiabanhastaallí se leía:«LagoCaddo: Embarcaderoapocadist.» Hadatiempoque alguiense habíacargadode un escopetazo elresto de lapalabra«distancia». Debían de serlas 14.00 horascuando llegué allago, así que ya era hora de empezar con los preparativos parapasarlanocheasalvo. Meacerquéconsumaprecauciónalembarcadero. Penséenlaisla de Matagorda y en cómo terminó aquella situación. Muchas de lasembarcaciones aún se encontraban en el muelle; unas pocas se habían hundido,habían arrancado trozos de embarcadero y los habían arrastrado consigo bajo elagua. Dos veleros detamañonotableseguíanamarrados allí. Aúnflotaban, perounode ellos no parecía utilizable, porque su propietario había dejado las velas sobrecubierta, donde habíanaguantadomeses de vientoy maltiempo. Habíaotrovelero,de seis metros de eslora, que debíade tenerlas velas guardadas y probablementepodríanavegar. Alcancé averunanclaapoyadaenlabarandillade proa, sujetaaunacadenaconmanivela.

Me encontrabaatan sólo unos treintametros de esaembarcación, lo suficientecomo para observar los alrededores. Con toda la comida y el agua que llevabaencima, podíarobarelvelero, adentrarmeenellagoydormirtranquilodeverdad.

Mi objetivo eraavanzarhaciaelsudoeste, en unadirección que me acercase alHotel23. Si laformadellagomefavorecía, podríarecorrermuchoterrenoprotegidoporlas aguas. Me aproximé unpocomás alvelerosindetectarpeligroalguno. Perocomonoqueríacorrerningúnriesgo, nodejé enningúnmomentode mirarentodasdirecciones mientras me acercaba. Elcabrónasquerosodelhachame habíamarcadountantoyenesos mismos momentos habríapodidoestarmuerto, omoribundo, si lasuerte no me hubiese acompañado mientras trepaba por el capó del autobúsamarillo.

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Enunmomentode nerviosismoquise volveracargarlarecámaradelarma, y uncartucho de nueve milímetros se cayó al suelo. Lo recogí y me lo guardé en elbolsillo. Estabacadavezmáscercadelvelero...

¿Seguroquehabíacartuchoenlarecámara?Melopreguntédenuevo. Reprimí elmiedoy laansiedad, y seguí caminando. Me

encontrabaenterrenoabierto, alavistade quienpasaraporallí, ode loque pasarapor allí. Estaba en el velero. Se veía abandonado, con los cables de nilón sobrecubierta, empapados de rocío y sucios de excrementos de ave. Las cortinas delcamaroteestabanechadasynopodíaversuinterior.

Eché unanuevaojeadaami alrededory salté alapasarelade estribor. Me volvíhacialapopay vi huellas de pies ensangrentados que se alejabanenesadirección.Anduve yotambiénhastalapopa, sindejarde apuntarconelpeligrosoextremodelarmahaciatodos los rincones que me parecíansospechosos. Las huellas terminabanenlapopaydebíandetenersuprolongaciónbajoelagua.

Mi siguiente tarea consistió en asegurarme de que no me aguardara ningunasorpresaenelcamarote. Encendí laluz que llevabaenelarmay abrí lapuertadegolpe. Noolíaanada. Seguí adelante, hastalas entrañas delvelero, concuidadodeno golpearme lacabezacon las lámparas que colgaban deltecho. No habíanada,salvo el olor a viejo ya familiar. Examiné las velas, el ancla y el cordaje paraasegurarmedequeestuvieranencondicionesparalatravesíadelCaddo.

Las velas estaban algo mohosas, pero en condiciones para navegar. Lo másprobable eraque elmotornovolviese afuncionarjamás y yonoestabasegurodequemerecieselapenaintentarlo. Enrealidad, dabaigual, porqueestabadesmontado.Lo que de verdad importabaeranlas velas, elanclay eltimón. Fui amirarenladespensa: no habíanada, salvo cecinapodrida, dos botellas de aguaturbiay unapastillade jabón. Dentrodeunarmariopequeñoencontréunalanchadesalvamentohinchable mediante C02. Enuncestode mallasujetoalapareddelarmarioencontréunos prismáticos SteinerMarine. Me resultaránmuy prácticos cuandodesembarqueytengaqueseguirtanteandoelterrenodecaminohaciaelsur.

Trasecharotraojeadaporlaportillaparaasegurarmedequenoseacercabanadie,empecé a instalar las velas para adentrarme en el lago y así poder descansar yrelajarme. Aparte de la cumbre del monte Everest y de la Estación EspacialInternacional(pobres gilipollas), ése es eldescansomenos peligrosoalque se puedeaspirarennuestros tiempos. Hapasadobastante tiempodesde que aprendí apilotarveleros, peroaúnmeacuerdodehacergirarlabotavaraydeizaryarriarlasvelas. Elvientosoplabaami favor, y ése erami segundogolpe de suerte encuarentay ochohoras. Seguroquedespuésvendránmás.

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Arreé unapatadaenelmuelle desde laproade laembarcacióne inicié elviaje endirección sur-sudoeste. Iba a salir de la pequeña cala y me adentraría en ellagopropiamente dicho. Las velas capturaron elligero viento y me empujaron aunosveloces tres nudos haciami destino. Fueronmomentos de júbilo. Me obligué anopensarenmi situaciónactualymeimaginéquenavegabadevueltaacasaporellagoBeaver, como en los viejos tiempos, antes de que sucediera todo esto. Pensé encuandovolvíaacasadurante los días de permisoparavisitarami familia, y enlosplatosdealubiasquecocinabami abuela.

Nose veíani rastrode muertos vivientes entierra, perome habíaalejadode laorillahastaunadistanciarazonable. Tuve buencuidadode nodesviarme haciaunodelos costados delpequeñocanalporelquesesalíaallago. Alacercarmealasalidade lacala, inmovilicé eltimóny subí paraarriarlas velas. Queríaestarlobastantelejos de tierracomoparasentirme seguro, pero, almismotiempo, lobastante cercacomoparairnadandohastalaorillasi leocurríaalgoami pequeñorefugioflotante.

Elsoldescendíahaciaelhorizonte mientras elvelero navegabaporlazonadeseguridad que yomismohabíaelegido. Eché elanclay calculé que ellagodebíadetener unos veinte metros de profundidad. Saqué elequipo de la mochila y tendítodas las prendas húmedas paraque se secaran. Busqué unavez más todoloquepudiesehaberenelvelero, especialmenteenelbañoyenlacocina. Noencontrénadaqueaúnfueracomestible, perosí uncuboparafregary unaviejapanillaquealguienhabíalimpiadohacíamuchotiempo, antes de llevarlaalvelero. Enelbañoencontréunmontónde revistas. Me llevé unas cuantas paraemplearlas comopapelhigiénicocuandosemeterminaraeldeverdad.

Me quedaba más o menos una hora de luz solar, así que agarré elcubo de lafregonay losumergí enellagoparasacaragua. Luegome hice conunapastilladejabóny laparrilla, y las empleé paralavartodoloque llevabasucio. Nose podíacompararconunalavadoraBalay, peromejoresoque nada. Laropainteriory loscalcetines empezabanaolermalde verdady teníalapielirritadaenlos sobacos y laentrepierna. Aproveché lo que quedabade luz deldíaparalavary secarlaropa.Utilicé uncable de nilónque habíaencontradoenlapopa, dentrode unbaúl, paraimprovisaruntendedero. Loaté alabarandaparaevitarque elvientose lollevarapordelante.

Enelmomentoenqueelsoldesaparecíatras los árboles, meencerrébajocubiertaenmi nuevasuite, envueltotansóloenlamantaverdedelanaquemehabíallevadode laviejacasade campo, conlaesperanzade notenerque ponerme adispararencueros. Por primera vez en mucho tiempo pensé que podía echarme a dormirbajandolaguardia, yesofueloquehice.

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9 de Octubre

He dormidohastalas 8.30 horas. Unvientoligerodeleste habíahechovirarlaproaensumismadirección. Lapielmeescocíaentomoalaimprovisadasutura. Mehedadocuentadequeyaerahoradequitarmelos puntos. Heutilizadoelespejodelbañodelveleroy lamismaagujaque habíaempleadoparaponérmelos y me los hequitadounotras otro. Cuandoyallevabacincominutos conellome he detenido, yhe pensado que sería buena idea hervir agua para lavarme esa zona cada pocossegundos, peroluegohe cambiadode opinión, porque me he dadocuentade queseríapeligrosoencenderunahogueraenunveleroqueseencuentraenmediodeunlago con todo el equipo desperdigado por cubierta. Me he imaginado un farollameante que atraía a los muertos y a todas las cuadrillas de forajidos que seencontraranatreintakilómetros alaredonda. Alcabode unos diez minutos habíaacabado. Mehelavadolaheridatodolobienquehepodido, y laheuntadoconunapequeñacantidaddeantibióticotriplecaducado.

A mediodíalaropase me habíasecado, y he vistoque se formabannubes enelhorizonte occidental. Parecía que pudiese llover. He guardado la ropa seca en elcamarote, la he plegado todo lo bien que he sabido y la he vuelto a meter en lamochila, en el orden en el que me ha parecido que podía necesitarla. Antes devestirme paraeldía, he vueltoasumergirelcubodentrodellagoy he probadounanuevavariedad de lavadoconesponja, enelque he empleadounode los calcetineslimpios amodode estropajo. Nohasidolomismoque unaduchacaliente, perosímejorquesentirsesucio. Mehabíasecadoyaconlamantadelanayhabíaempezadoavestirme cuandoles he oídoenlalejanía. Elvientoarrastrabasus gritos hastamirefugio y una vez más me ha hecho recordar que esto no era un picnic, ni unaexcursiónporlapistadelos Apalaches. Eraunjuegoenelquemehabíaapostadolavida.

Nosabríadeciraquédistanciaestaban, perotampocoimportaba. Heobservadolaorilladellagoconmis nuevos prismáticos. Habíaalgoque se movíaporlaribera, alnoroestedemi propiaposición. Desdetanlejos habríapodidotratarsedeunvenado.Cuandoempezabaallover, he idobajocubiertay he empezadoarevisarunay otravez todo mi equipamiento. Cercadelfregadero habíaaceite de motor, así que hetratado de aprovecharlo: he aceitado las piezas clave de mis armas. Las armas defuegome habíansidoútiles durante los últimos días y he pensadoque nome haríaningúndañoaceitarlas.

Mientras secaba la metralleta, he oído una vez más un leve murmullo. Me hahechopensarenelqueoí haceunos días mientras mebebíaelaguaquebrotabadelatubería. Parecíaque procediese de un motor. Habíaluz suficiente paraquedarmedentro delvelero y reflexionar, y trazarun plan. Sabíaque elHotel23 teníaque

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hallarsealsur/sudoestedemi posición. DeacuerdoconunaESTNPI (EstimaciónSinTener Ni Puta Idea) de mi posición, debía de hallarse a unos trescientos veintekilómetros de mí. Mi orientacióngeneralrespectodelpoloreal, nomagnético, debíade serentre 220 y 230 grados. Si se encontrabaaunos trescientos veinte kilómetrosde distancia y tenía que hacer la mayor parte del camino a pie, a unos quincekilómetros pordía, podríallegarasus inmediaciones enaproximadamente unmes.Si alguienllegaaleeresto, que sepaque éste es/erami plan. Voy aseguirunarutaporunavíageneraldesdeellagoCaddoendirecciónaNada, Texas, hastaquelleguealcomplejo. Mi prioridad es encontrarunagasolineray buscarenellaunmapadecarreteras, ytalvezprobarlosvehículosabandonadosqueencuentreporelcamino.

Unaveztengaelmapa, voy atrazarunarutamás precisay esquivaré los pueblosy ciudades, envez de meterme aciegas ensus afueras. Cazaré paracomplementarlas conservas que llevo, y siempre que pueda, trataré de viajarde noche. Porloquerespecta a los suministros, mis prioridades son las siguientes: agua, comida,medicamentos, pilas y munición. Con qué facilidad cambian las prioridades. Alprincipio, lomásprioritariohabríansidolasmuniciones.

16:23h.

Eneste lago, los sonidos funcionande unamanerarara. Es comosi unaextrañaantenaparabólicaatrajese los sonidos de los muertos almástildelvelero. Oigosusgemidos y carraspeos. Son terribles. Mientras lo pensaba, he sacado la radio desupervivencia y he tratado de contactar... sin ningún resultado. Una vez más, hecogido los prismáticos y escrutado en la lejanía. Los veo por toda la costa. Seapelotonancercadelaguacualgaviotas. Tomonotade todocambiode tendenciaensusmovimientosporlaorilla.

Tarde o temprano, pero más bien temprano, voy a tener que bajar a tierra yreanudar mi viaje hacia el sur. No es que me entusiasme la idea de recorrertrescientos kilómetros apie porunterritorioinfestadode muertos, contreintakilosde peso a la espalda. Cada cierto tiempo pienso en todo lo que está pasando, ytodavíame estremece hastalomás profundode mi ADNque puedaocurrireso. Latasade suicidios debe de haberse disparadodurante estos últimos meses entre lossupervivientes, porquenopasaundíaenelquenosientalatentacióndeponerfindeunavezportodas atodoesto. Yanohay días marcados enrojoenelcalendario. Nohay días enlos que puedadescansary bajarlaguardia. Inclusoeneste velerosueñoquedealgúnmodologransubirabordoy semellevan. Creoqueestanochemevoyacomerunalatade chile, y comotengotodoelequipoenlugarseguro, me voy a

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herviraguadellagoparalacena. Loúnicoquepuedohaceressentarmeaquí ygozardelapuestadesol, ytratardeignorarlostemiblesbramidosqueseoyenalolejos.

10 de Octubre

6:30h.

Me siento bien descansado, y lo suficientemente recuperado como paraemprender elcamino hacia elsudoeste. Mi intención es comprobar tres veces elestado de todo elequipo e izarvelas paradirigirme alacosta. Este lago desiertoaumentalasensaciónde soledad. Recuerdoque haráunparde años me hospedé enunalbergue de Brisbane, Australia. Comonoqueríaque me robasennada, elegí unahabitaciónindividualy me quedé allí durante tres días, enlos que tuve que superarlaresacade los dos anteriores. De algún modo, desde ladistancia, ese tiempo desoledad enBrisbane me hace pensarenlamaneracomome sientoahora. Quizáseaporqueviajosoloylasúnicasdoscosasquemeimportansonlamochilaylasarmas.

22:00h.

Después de entretenerme durante más omenos unahoraconlas velas, he levadoelancla y he navegado con mucha lentitud hacia elsudoeste. Sé que esas cosaspuedenverlavela, peronosabíasi alverlamoverse sobre ellagoquerríanseguirla.Mi plan consistía en varar elvelero para ganar tiempo. No podría permitirme eltiemponecesarioparaamarrarloconvenientementey dejarlobienatado. Así, elviajeseríatansólode ida, porque, unavez elvelerohubiese varado, seríanecesariaotraembarcación amotorparavolverasacarlo allago. He observado lacostacon losprismáticos en busca de indicios y advertencias de que los muertos hubieranreaccionadoami presencia.

Había atado una cuerda con nudos a la proa para que me resultara fácildesembarcar cuando llegase el momento. Al mismo tiempo que hacía girar elvelamen, he colocadomis tres cargadores de nueve milímetros paraelMP5 enunlugar donde pudiera alcanzarlos fácilmente, y he instalado el cuarto con susveintinueve cartuchos enelarma. Nopodíacometerningúnerror... estonoeralaplayade Normandíaenlos años cuarenta, sinolaplayadellagoCaddo, donde el

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númerode monstruos talvez superaraalde soldados alemanes y teníaque serunsolohombrequienleshicierafrente.

Habríapreferidoqueelveleroavaluaseaunavelocidadinferioralos cinconudos.Queríaacercarmeconprecaución. Alcabodedos horas detanteos ababoryestribor,he logrado una buena perspectiva de la cabeza de playa que iba a atacar. En unprimerrecuento, he divisadounadocenade muertos vivientes enlaorilla, consumiradas gélidas vueltas hacia mi centro de gravedad. Gracias a las técnicas decompartimentalizaciónque habíaaprendidoenelejército, he realizadounmediocreintento de expulsar de mi materia gris elpensamiento de que pudieran hacermepedazos.

Comosabíaque laembarcaciónteníauncaladode porlomenos dos metros, heanticipadounimpactodeunanotableviolenciacuandolas velas empujasenveleroyquillacontralas rocas de laribera. Alacercarme atierra, he desmontadolabotavaray me he echado de espaldas, con los pies apoyados en la baranda de delante.Mientras estaba tumbado sobre la cubierta, he tratado de expulsar de mispensamientos laimagenmentalde los muertos vivientes, afuerzade miraralmástilyalasnubesqueestabanenloalto. Entoncessehaproducidoelimpacto...

Elvelero haescorado con violenciaababormientras laproase volvíahacialaderecha, y he oído como todo lo que estaba abajo, en los estantes, se caíaestrepitosamentealsuelo.

Después de recobrar el equilibrio, he cargado con mi pesada mochila y hepreparadoelsubfusil. Calculabaque debíade haberunos veinte que se acercabanami posición, y que podíanllegaraservarios miles si no actuabaconrapidez. Heapuntadolomejorque he podidoconelMP5 de cañóncortoy he abatidoacincoparatenertiempode bajaralaorillaporlacuerdade nudos. Yasólome quedabandiecinueve cartuchos enelcargador, porque, aunadistanciade unos veinte metros,elsubfusilno me permitíamás que un 50 porciento de aciertos en los tiros alacabeza. He llegadoalextremode lacuerday he puestolos pies enelagua, siempreconscientedequellevabalaGlockcargadayapuntocomorefuerzo. Hebuscadoconatenciónunespacioabiertoentreelgrupodemás omenos diezqueseguíanenpie, yunavez más, he arremetido como unaagujaque atraviesaun tejido y he pasadocorriendoentreellosatodalavelocidadquemehasidoposible.

Esos diezse transformaríanenciensi nolos dejabaatrás, así que me he echadoacorrerporlaorilla, alavistade todos, tan rápido como he podido, paraque mesiguieran. Habíarecorridoaproximadamente unkilómetroy mediocuandome haresultadoimposibleseguircorriendoconlamochilaacuestas. Hegirado90grados ala derecha, me he adentrado entre los árboles para que mis perseguidores meperdierande vistay entonces he seguidoavanzandoconelsistema«caminaveintepasos y luegocorre otros veinte» durante unahora. Habíalogradodejaratrás alos

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muertos ymehallabarelativamenteseguroenlas llanuras abiertas deloqueyocreíaque eraTexas. Mi planes elsiguiente: mientras nodispongade unmapafiable deestazona, caminaré haciaeloeste, hastaque encuentre unacarreterade dos carrilesendirecciónnorte-sur, y entonces laseguiré haciaelsurhastallegaralaInterestatalquevadeesteaoestehastallegaraDallas. PorsupuestoquenoiréaDallas... novoyairjamás. Simplemente me guiaré porelsistemade carreteras interestatales pararegresaralHotel23, siempremedianteelsistemadenavegaciónparalela.

Mientras caminabahaciaeloesteconelsolalaespalda, heempezadoasentirquerecobrabaenergías, adespechodelas dolorosas magulladuras quesufríaenlos pies.¡Quénohabríadadoporllevaralgodemolesquinaenlamochila! Talvezmesirviesela cinta aislante. A última hora de la tarde he encontrado una carretera de doscarriles desiertay meheacercadocongrancautelaporeleste. Habíaconsumidomisreservas deaguahastaquedarmealamitaddelsistemadehidrataciónCamelBakdela mochila, y por eso me ha parecido que lo mejor sería detenerme en elprimerarroyuelo para volver a llenarlo. He tenido que recorrer más de un kilómetro ymedioenparaleloalacarreterahastadivisar, enelladopordondeyocaminaba, unaconduccióndeaceroparadrenajedeaguasquesehundíabajotierra.

Los prismáticos Steinerse habíanganadoelderechoapesarme enlamochila, tansóloporhaberme ayudadoaencontraragua. Me he acercadoalatuberíadesde elnoroeste, con la máxima precaución, y entonces he descubierto media docena devacas muertas... o, más bien, lo que quedaba de ellas. Prácticamente todos loscadáveres de vacateníanlas patas arrancadas y desperdigadas porelcampo, locualqueríadecirqueprobablementelashabíanmatadolosmuertos. Tampocohabríasidoimpensable que lo hubiesen hecho perros salvajes, o coyotes, de no ser por uncadáverhumanoque llevabamuchotiempomuerto, conunamarcade pezuñaenlafrente y untrozode pielde vacacubiertode peloblancoentre los dientes. Labestiadebióde derribaraunode ellos y acercóalpisarlo. Qué más daba. Probablementelos muertos se habían arrojado sobre las vacas cual pirañas del Amazonas. Casipodía recrear la escena con la imaginación y visualizar lo que debía de habersucedidodurantelosprimerosmeses.

He abandonadoelcampoabiertoendirecciónalsuministrode aguay he oídoelgoteoque descendíaporlatuberíade drenaje hastaelsubsuelode lacarretera. Laconduccióndebíade tenereldiámetrode unbidónde doscientos cincuentalitros.Había sacado eltubo de mi sistema de hidratación y estaba llenando eldepósitocuando, de pronto, he oídoalgoque se arrastrabadentrode latubería. Almiraralaoscuridad, he distinguidounaformahumanaque me haparecidoque pertenecíaaunade esas cosas. Alencenderlalinterna, he descubierto elcuerpo parcialmentedescompuesto de una criatura que había quedado atrapada entre los materialesacumuladosenelsistemadedrenajeyeraincapazdesalir.

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Lacabezase le habíaquedadoatrapadade talmaneraque nopodíaverme. Contodo, sí había advertido mi presencia. He vaciado el agua descontaminada quellevabay he secadoelcontenedorde plásticode mi sistemade hidratacióntodolobien que he podido con unos calzoncillos limpios que llevaba. He dejado que elpobre diablose pudriese dentrode su tumbacilíndricade aceroy he reanudadoelcamino, nuevamente en buscade agua. Como habíatenido que desprenderme detodalaquemequedaba, estabatodavíamássedientoqueantes. Heseguidoandandohaciaelsurenparaleloalade lacarreterade dos carriles. Gracias alos prismáticos,he descubiertoque se tratabade laAutopista59. Me he tomadounos minutos paraescribirtodoestoenmi diario. Entodomomentoheestadoatento, porsi veíaunodeesoscartelesverdesqueindicanloskilómetrosquefaltanparalasiguienteciudad.

Enese momento, elsolempezabaaponerse, así que he decidido, apesarde mised, quelomejorseríaencontrarunlugarseguroparaguarecermedurantelanoche.Habíacasas cercadelacarretera, peronotendríatiempoparaforzarlapuertadeunadeellas, entraryexplorarlaantesdequesepusieraelsol. Nohedejadodecaminar, yhe observado el entorno con los prismáticos hasta que he descubierto un sitioadecuadoparadormir: untejadode accesorelativamente fácil. Me he detenidoencampoabiertoy he examinadolamochila, porque noqueríacruzarlacarreterasinhaberme aseguradoantes de que todoestabaensu sitio. He colocadolamantadelanaenloaltodelamochilaparapodersacarlafácilmenteymuniciónextradenuevemilímetros en elcompartimiento con cremallera de la tapa. Luego he sacado loscargadores delMP5 y de laGlockparaasegurarme de que todoestuvieraenorden:quince más unaen laGlock, y veintinueve más unaen elMP5. Con las armas apunto, elMP5 endisparosimple y elcontenidode lamochilaredistribuido, me heechadoacorrerhacialacasaelegida, unedificiode dos pisos enlas afueras de unapequeñazonaresidencial.

Elsoldescendíaenelhorizonte, y conéllatemperatura, cuandohe llegadoalacercaque separabaelcampode lacarretera. He arrojadolamochilasobre las trestiras dealambredeespinoy luegohetrepadoyomismoporlacercaconcuidadodenocortarme. Tras recogerlamochila, heoteadolacarreteraenambas direcciones. Sedivisabamovimientode muertos vivientes enlalejanía. He cruzadolacarreteraapasolento, concautela, ocultándome tras unviejocoche que llevabamuchotiempoabandonado. Al llegar al otro lado de la carretera, me he arrodillado y heaprovechado la luz cada vez más tenue para escrutar en la lejanía con losprismáticos. Me haparecidoque elterrenoestabarelativamente despejado, así quemehepuestoacorrerdenuevo, estavezhastalacasa. Lahabíaelegidoporque, a350metros dedistancia, habíaalcanzadoadivisarunaescalerademano. Estabaapoyadaenlabarandadelporchedeentrada.

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He conseguidollegarhastalacasay he colocadolaescalerade manoparatreparhastaeltejadoy pasarallí lanoche. Antes de subirle he echadounaojeadaalacasay he vistoque alguienhabíaastilladolapuertadesde fuera, y que habíaorificios debalaenlaparte frontaly enlos pilares de maderadelporche. Otroescenariodondetuvolugarunúltimoconatode resistenciaque terminómal. Todoelperímetrode lacasaestabacubiertode loque yollamomarcas de sangre, lugares que los muertosvivienteshabíanaporreadodurantevariosdíasenunvanointentoporentrar.

Alguien habíaclavado tablones tras las ventanas delpiso de abajo, amodo deimprovisadabarrera, perocasi todosestabanarrancados, ylasventanasestabanrotasporlos golpes que les habíanpropinadodesde fuera. Apesarde que pasarlanocheen elinterior de la casa habría sido una pésima elección, pernoctar en su tejadoparecíaunaopciónbastante aceptable. Me he dadoporsatisfechoconaceptarque eledificioestabacondenadoy que nomerecíalapenainvestigarensuinterior. Así, hesubidoprecavidamenteporlaescalerademanohastaloaltodelporche. Unavezallí,he recogidolaescalerade manoy lahe colocadosobre elporche parasubirhastaeltejado. Nohe queridocorrerelriesgode que unade esas cosas irrumpieraporlaventana delprimer piso y me atacase mientras dormía. Una vez en eltejado, hevueltoarecogerlaescalerademano.

Así he llegadoaunaposiciónbastante ventajosa, y laluz aúnerasuficiente paraprepararlaacampada. He desplegadolamantay he atadolamochilaaunade laschimeneas deltejado. Después me he atadoelbrazoalamochilaconlacorreade lacintura, paraestarsegurode que nome pondríaarodarporeltejadoensueños nime caeríaalvacío. Podíaemplearunaparte de mi equipocomoalmohada. Ahoraqueestoycompletamentevestido, conunagruesamantadelana, pasarlanocheaquíarribanoserátanincómodo. Buenasnoches.

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CADENADE PRESOS

11 de Octubre

12:32h.

Me he despertado estamañanasintiendo lalluviafríaenlacara. He mirado elreloj, que marcabalas 5.20 horas, y elmolestocastañeteode dientes me haindicadoque me habíabajadolatemperaturacorporal. Estabamuertode sedy he tenidoquepugnarconelfríoparallegarhastalamochilay sacarunenvase vacíode comidapreparada que terminé hace días. Tras envolverme en la manta de lana paraprotegermedelfríoysujetarmeelpieconlatiradelamochila, meheasomadoporelaleroy he colgadoelpaquete vacíoenelborde, pordonde elaguabajabaaraudaleshacialacornisadelaplantabaja.

Unavezlleno, me he bebidoelaguaconsaboratejahastanoquedarni unagota,y entonces he vuelto a colgar elenvase para que se llenara de nuevo. En pugnaconstanteconelfríoqueamenazabaconhacermecaerdeltejado, hevueltoarecogeraguaparallenarelsistemadehidratación. Unavezmás, lohemetidotododentrodelamochila(salvolamantade lana) y he sacadoeltuboparabeberdelsistemadehidrataciónparaque colgase porfuera, y he pensadoque habíallegadolahoradereanudar el camino. No he visto a ningún muerto viviente desde el tejado. Heempuñadomi navajay he abiertouncorte enelcentrode lamantade lana, parapodermeterlacabezay emplearlaasí comoponcho. Erade lanay estabamojada, y,porlotanto, noteníaningúnsentidoque lallevase enlamochila. Lalanatiene laventajadequeretieneelcalorinclusocuandoestáhúmeda.

Luego he tratado de colocar laescalerade mano paraempezar a bajar. Me haresbaladode entre los dedos y hagolpeadoestrepitosamente elporche consu otroextremo. La he puesto donde quería, me he cargado la mochila a cuestas y heiniciado eldescenso. Parecíaque arreciase lalluviamientras bajaba. Encuanto hellegadoalporche, heestadoapuntodesaltaralvacíodepuromiedo, porqueunade

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las criaturas teníaelrostropegadoalaventanadelpisode arriba, enrespuestaalruidoquehabíahechoalcolocarlaescalera.

Lahe visto, y ellame havistoamí. Me he apresuradoaapoyarlaescaleraenelsuelo paracompletar eldescenso. Lacosagolpeabalaventanaen un intento porromperlay venirapormí. A juzgarporelruidoque hacía, noparecíaque tuvierafuerzas suficientes paradestrozarla. Noquieropensarporqué, perolas visiones yrecuerdos que albergaba mi cerebro cuando he llegado alsuelo no evocaban uncadáveradulto... eraeldeunniño.

Hedejadolaescalerademanoapoyadaenlacasay mehemarchadoendirecciónalacarreteraporlaque habíallegadohastaallí. Lalluviame hacíasentirfataly mimayor deseo era encender una hoguera y tender la ropa para que se secara. Hepensadoenlas calefacciones centrales y los aires acondicionados, y me he acordadode logrande que eranuestradependenciade lacorriente eléctricaparasobrevivircomo sociedad. Apostaríaaque millares de ancianos murieron durante elúltimoveranotansóloporelcalor. Hacíatiempoque nohabíaprobadolaradio, y poresome he decidido a intentarlo y a retransmitir la señalde desastre preprogramada.Después de emitirlatres veces sinhallarrespuesta, he puestolaradioenmododeretransmisiónautomáticaconlaintenciónde dejarlaasí durante unos minutos. Aúnllovíamientras yocaminabaenparaleloalacarretera. Recordabaque eldíaanteriorhabíavistoquesetratabadelaAutopista59yquesedirigíahaciaelsur.

A medidaque lalluviaperdíaintensidad, he oído elfamiliarmurmullo de unmotor lejano. He oído ruidos semejantes en más de una ocasión desde que elhelicópteroseestrellaraavarios kilómetros ylagos deaquí. Unapartedemí pensabaque se debíaalaheridaen lacabezay alainfección que habíapadecido. Me hefrotado la zona donde unos días antes había llevado los puntos. El dolor y lasensibilidad prácticamente habían desaparecido. He recorrido en paralelo a lacarretera un trecho que me ha parecido de varios kilómetros. La temperatura haempezado a subir hacia las 8.00 horas, y la lluvia se ha transformado en tenuellovizna. Laneblinaeradensa, y habíabancos de niebla, debidos sobre todo alacombinaciónde lahumedad conelcalordelsolnaciente. Mis pies se hundíanenelfango, porque me manteníaaciertadistanciade laaparentemente vacíaAutopista59.

Alcabo de unos pocos centenares de metros he tenido que girar 90 grados yregresaralaautopista, porquemehedadocuentadequeelfangonoteníanadaquever con la lluvia. Estaba caminando por lo que parecían aguas pantanosas. Lacarreterase elevabasobre elsuelo, y enunmomentoenelque elvientohaapartadolabruma, he alcanzadoaverque untrechode ésta, unos cuatrocientos metros másallá, atravesabaelpantanosobre pilares de pocaaltura. Parecíaque siguieraigualhastaperderse enlalejanía. Yonoteníaganas de enfermar, y sabíaque las bacteriasdelpantano, olahipotermiaque sufriríaalllevarunratocaminandoconlafrialdad

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delfangohastalacintura, memataríanigualqueunadeesas cosas. Sesumabanamimiedovarias heridas que me habíahechoenelaccidente, así comomientras huíadelas criaturas. Desde luego que habían cicatrizado, pero unas pocas horas deinmersiónenelaguadelpantanoablandaríanlascostras.

Comonome quedabaningunaotraelección, he tenidoque seguiradelante porlacarreteray me he adentradoenlas brumas y neblinas que flotabansobre elpantanoeneltrechoqueseprolongabahaciaelsur. Lavisibilidaderaescasaytansóloveíaloque habíaacienmetros de distanciacomomáximo, y enocasiones, cuandose abríaunhuecoenlaniebla, divisabaimágenesalolejos. Despuésdecaminarduranteunosveinteminutos, nohevistorastrodetierrafirmeni aderechani aizquierda. Unavezmis... elsonidode unmotorenlalejanía, otalvez enloalto. Noestabasegurodedónde venía. Un ruido metálico que se ha oído en la propia carretera, algo másadelante, me hasacadode mi ensimismamiento. Parecíacomosi alguienarrastraracadenas sobre el hormigón. He tratado de escuchar y diferenciar los sonidos decadenasyelrumormecánico, peronoloheconseguido.

Ambos sonidos se hanvueltoirrelevantes cuandohe oídoque unade esas cosastropezabaconunviejoparachoques oxidadoquehabíaenelpuente. Sehaoídoenelmismo trecho de carretera por elque acababa de pasar. Me he acercado y le hepegadountiroenlanucaconelsubfusil. Allevantarlos ojos y mirarhacialalejaníaenlamismadirecciónporlaquehabíavenido, helogradodistinguirnuevas siluetasborrosas en la niebla. Al parecer, varios muertos vivientes se acercaban a miposición. Aúnfaltabaunparde minutos paraque llegasen. Me he dadolavueltayheseguidoadelante, endirecciónhacialossonidosmetálicos, aunpasomásvivo.

He dejadoatrás alos muertos vivientes que me perseguíany he vueltoaavanzaralritmode diezpasos de carrera, diezpasos de marcha. Entonces, he oídode nuevoelsonido metálico sobre elhormigón. He frenado, porque sabía que los muertosvivientes que me veníanpordetrás tardaríanunos diezminutos enllegar. Hastaesemomento, habíadejadoatrás ciertonúmerode coches abandonados, peroningunode ellos estabaocupado, y todos teníanmarcas de sangre, comolas de lacasaenlaque habíadormidolanoche anterior. He seguidoadelante. Elsonidodelmetaleracadavezmásfuerteymeponíahistérico.

Eracasi como si elsonido mecánico se debilitaraparapermitirque elmetálicocrecieraenintensidad, enunjuegocruelparahacerme perdereljuicio. Lafaltadevisibilidad hacíaque latorturafuese todavíamayor. Aparentemente, elruidoveníade unos pocos cientos de metros más allá, perocomolacarreterase sosteníasobrecolumnasyteníabarrerasaamboslados, podíaserquevinierademuchomáslejos.

Me he esforzadopornopensarenlas criaturas que me perseguían, porimposibleque me resultara, y he seguido adelante, bizqueando, como si eso tuviera queayudarme a ver en la niebla. En este momento el ruido era muy fuerte, y más

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adelante se oíanruidos que delatabanlapresenciade muertos vivientes. Teníaquedecidirme: ovolversobre mis pasos y acabarconlos que veníanpordetrás, oseguiradelante y encararme con los ruidosos muertos vivientes que se encontraban alfrente. Laotraopciónconsistíaensaltaralgélidopantanoconlaesperanzadequelaotraorillaestuviese cerca, y de que tampocohubieramuertos vivientes enlas aguasque viniesenarecibirme mientras yocaminabahaciatierrafirme. Comomi objetivono erairalnorte y tampoco teníaningún interés en que me arrancaran elculo amordiscos, me ha parecido que lo más apropiado sería seguir adelante por laAutopista59endirecciónalsur, alencuentrodelossonidosmetálicos.

Labrumaeratodavíadensa, peromi vistaalcanzabalosuficientementelejoscomoparasaberenqué me habíametido. Ajuzgarporelritmoconelque habíarecorridoelúltimotrecho, he calculadoque los muertos vivientes estaríanentre cincoy sieteminutos más atrás. Alseguir avanzando he visto apor lo menos treintamuertosvivientes vestidos conmonos detrabajodecolornaranjabrillante. Enlas espaldas delos monos llevabanimpresas letras reflectantes que decían: PENITENCIARÍA DELCONDADO. La mayoría de las criaturas llevaban grilletes en las piernas yarrastrabancadenas.

Estabanencadenados engrupos de entre tres y cincopresos. Segúnse veía, tansólounos pocos habíanquedadoinmovilizados. Unodeellos estabaencadenadoaloque parecíaunapiernahumanade carnes resecas. Caminabade un lado aotro yarrastrabalapiernatras de sí. Las criaturas nome veían, y he aprovechadolos cincominutos que faltabanparaque llegasenlos demás parapensarencómoesquivarlas.Tansólose veíaaunos treinta. Mientras se me ocurríanideas ingeniosas, comoirsaltandosobre los coches opasaratodavelocidadjuntoalos presos, unode los queveníanpordetrás haemergidodelanieblaamis espaldas. Lehedisparadoalacara,porque he llegadoalaconclusiónde que detenerse apensarseríalamuerte, y heseguidoadelante.

Alacercarmealas cadenas depresos, heoptadoporirporlaizquierdaparatratarde pasarentre ellos. A laderechaeranmás los que podíanmoverse. Mi tácticahasidosencilla: dispararalos monstruos que se hallabanenlos extremos de lacadena,de talmodoque los demás quedaranatrapados porelpesoliteralmente muerto. Entotal, he tenidoque dispararacincocriaturas paralograrmis objetivos. He agotadouncargadorentero.

No sé si hasido por lafaltade visibilidad, o por saber que estabarodeado, oporque habíapresos no muertos muy corpulentos vestidos con monos naranjas ycargados de cadenas que veníanhaciamí, pero elcaso es que me he puesto muynervioso. Estabaapuntodeenloquecer, y mefaltabapocoparaponermearezar, oadispararcomoundemente. He tenidoque guardarme unode los cargadores vacíosenelbolsillodelpantalóny sacarotromientras caminabaporentre elgruesode losencadenados.

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Aunque tres de las cadenas humanas de cinco miembros teman movilidadreducida, no han dejado de perseguirme, y al mismo tiempo los grupos noentorpecidos les hansacadoventajay hanvenidotras de mí. Elsonidode cadenasque se arrastrabanporlaAutopista59 me teníacagadode miedo, aunque nodejarade correr. No eran laúnicaamenaza. Mientras escapabade las cadenas humanasdebo de haber dejado atrás a otros cincuenta muertos vivientes. Había más quenunca en el momento en que he tenido que reanudar el ritmo de diez pasoscorriendo, diezcaminando. Unpocomásadelantelanieblaempezabaadispersarse...

Nome he detenido. Alvolverme haciami nuevaáreade visibilidad, he vistoquecasi cien de ellos me perseguían, a menos de cuatrocientos metros de distancia.Habíaempezadoelefectoboladenieveentrelos muertos vivientes. Entretodos ellosarmabansuficientebarullocomoparaempezarunareacciónencadena... cadaunadelas jauríasdelobosllamabaconsusaullidosalasiguiente.

Almismotiempoque elruidometálicoy elde muertos vivientes se acercabanamí, he escuchado unavez más elzumbido. No podríamantener eternamente eseritmo, ynomehacíailusiones dequefuerafácildejaratrás auncentenardemuertosvivientes enunsolodía. Alllegaralfinaldeltrechoelevadode laAutopista59, hemiradohaciaatrásyhevistoamuchomásdeuncentenar.

Le he echado una ojeada al reloj; marcaba las 9.50 horas. Llevaba horas depersecución. Entonces, alalzarlavista, mehedadocuentadequesehabíaproducidounagigantescaexplosiónentre lamasade muertos vivientes, y porpuroinstintomehe tapado los oídos y me he echado alsuelo. En elmomento en que mi culo seestrellabacontraelhormigón, elestruendome hagolpeadocomounpuñetazoenelpechoy he rodadoporelsuelo. Me he puestoenpie y me he dadocuentade que laexplosiónhabíacausadodaños sustanciales enelgrupoquemeperseguía. Nomehepreguntadoporlacausade laconflagración, ni porqué coñome habíaencontradoconunacadenadepresos, sinoqueloheaceptadoy mehelargadodeallí tanrápidocomohe podido. He hechounaltoparacomerbajoelcapólevantadode unviejocoche que me haprotegidode lalluvia, y ahoratengolaintenciónde reanudarmicamino hacia elsur, de nuevo en paralelo a la carretera, con la esperanza de novolver a encontrarme con pantanos, explosiones fortuitas ni cadenas de muertosvivientes.

21:48h.

Estanocheheencontradorefugioenunantiguocampoderefinerías, integrado, deunextremoaotro, porrecintos cuadrangulares protegidos porvallas metálicas. Las

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bombas de petróleo dejaron de funcionar hace mucho tiempo. Han quedadocubiertas en su mayoría por hierbajos, y los pájaros han anidado sobre ellas. Elacceso de lapequeñaáreavalladaestabacerrado con unacadenareforzaday uncerrojo, así que he tenidoque trepar. Tras lanzarlamochilaalotroladode lacerca,he arrojadolamantade lanasobre untrechode vallaque me haparecidoque nosehundiríasi trepabaporél.

Aunque no estuviera rematado por púas, he puesto la manta, mitad porcostumbreymitadporprevención, paraprotegermedelosbordesafilados. Nopodíapermitirme elriesgo de contraerunainfección... no teníaamano ningún hospitaldonde pudiera vacunarme contra el tétanos. Una vez dentro, he realizado unainspecciónlentay minuciosade lacerca, enbuscade agujeros porlos que pudierancolarse perros salvajes y muertos vivientes. Me he quedado satisfecho: no habíaninguno. Entonces, heelegidounadelas bombas delarefineríaparapasarlanoche.Hoy hadejadode lloverhacialas 15.00 horas, locualme hapermitidollegarmássecoalpuntodeacampada.

Comollevabaropahúmeda, lahe tendidosobre los tubos metálicos horizontalesde larefinería. Afuerahacíafríoacausade lalluviareciente, peronotantocomoahora. He estadopensandoentodoloque me hasucedidohoy, y enlamisteriosaexplosiónque hatenidolugar. Tambiénhe pensadoenlas cadenas de presos y enque me parece que las habíandeclaradoilegales años antes de que sucedieratodoesto. Meimaginoquecuandolasociedadfracasay notienes policías suficientes paravigilar a los presos, encadenarlos tiene su justificación. Putos desgraciados. Nopuedoni llegaraimaginarme elhorrorque sufrieron. Unode ellos se infectay losdemás tienenque defenderse de él, oaúnpeor, cuatroestáninfectados y quedaunoquetienequedefenderse. Noesextrañoquealfinaltodosellossetransformaran.

Mehepreguntadosi elniñotransformadoenmuertovivientedelacasaaúndebede golpearlaventanadelpisode arribaenunintentoporatraparme, comosi aúnestuviera a su alcance. Por muy horripilante que fuera elrecuerdo de los presosencadenados y delniño... laexplosión... ¿es posible que alguienplantaraenelpasoelevadounacargaexplosivaconectadaaunsensordepeso?

Nosabíaquépensar. Alahoradelcrepúsculo, herecorridoeláreaenteraenbuscade algoque me pudieraserútil, perotansólohe encontradounviejodestornilladorabandonadomarcaPhillips, amedioenterrarenelsuelocontaminadoque teníaamis pies. He plantadolas grandes trampas pararatas juntoalacercaparanotenerqueconsumirlas provisiones. Enloquequedabadedíahetenidotiempoparahacerinventario de municiones y he contado doscientos diez cartuchos de nuevemilímetros. Laluchaconlascadenasdepresosmehacostadotreintadeloscartuchosquellevaba.

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He recorrido una vez más el perímetro, con cuidado de evitar las trampas,mientras elsoldesaparecíaporelhorizonte. A lolejos, enlaAutopista59, se veíamovimiento. Probablementeeranlos restos delahordaquemehabíaperseguidoporlacarreteraelevadasobreelpantano. Enestelugarmesientorelativamenteseguroyno creo que ninguno de ellos me encuentre. Con todo, voy a dormir con un ojoabierto, eldedoenelgatilloy laseguridad entre orejay oreja. Antes de acostarme,mepondrélasgafasdevisiónnocturnaydormiréconellas. Así, si hayqueinvestigaralgo, notendré que buscarlas atientas, y podré activarlas encualquiermomentodelanocheenquelasnecesite.

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BOTAS

12 de Octubre

8:00h.

Horas antes dequelalluvia, unavezmás, meacabaradespertando, heentradoenunestadode ensoñación. Hacíacadavez más fríoy sentíalos huesos gélidos, algoque no había experimentado desde que salí de la escuela de supervivencia deRangeley, Maine. Me havenidoalacabezaelrecuerdodelcampode concentraciónparacautivosdeguerraylainoculacióndeestrés.

Elfrío tambiénme hahecho pensarenRudyard Kipling. Cuando estabaenmipequeña celda, me recitaban una y otra vez, y otra, y otra, y otra mis, elpoema«Botas», deKipling. Elnarrador, consufuerteacentoruso, repetíaunayotravez: «Apie, apie, apie, apie, ¡chapoteandosobre África! Botas, botas, botas, botas, ¡arribayabajootravez!»

Después de escucharelpoemadurante horas y horas, llegué amemorizarlocontododetalle. Es comosi todavíaoyeralavoz ásperadelrusoque lorecitabaunayotravezeninfinitarepeticiónentrelas sesiones deentrenamiento. Mehedespertadobajolalluviafríarecitándome«botas»amí mismounayotravez.

He llenadoelcontenedorde hidrataciónconelaguaque resbalabaporlabombade petróleo, me lahe bebido, y luegolohe vueltoallenar. He repetidolaoperaciónhastaque yanohe podidobebersinque me viniesenganas de vomitar. Alcabodepocorato, me he acercadoalatrampaparavercómoestaba, y tambiénparaorinar.Latrampaestabavacía, y esosignificabaque tendríaque comerme algunade misvaliosas conservas. Cuando empezaba a amainar, me he resuelto a encender unapequeñahogueraparacalentarunalatade chile que habíallevado en lamochiladurantemuchoskilómetros.

He empuñadoelhachaparahacerme conleñadelotroladode lavallay lahetroceadohastadejarlaauntamañomanejable. Luegohecavadounhoyoenelsuelo,adistanciasegurade labombade petróleo, y he encendidounfuegoconlamadera

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más secaquetenía. Nocreoqueencenderunfuegovayaasernuncadifícil, gracias atodoelmaterialque lagente hadejadoabandonadoportodas partes. He empleadolanavajamultiusos paraabrirvarios agujeros enlapartedearribadelalatadechiley poder colgarla sobre la hoguera y calentarla. Mientras elchile se calentaba, heobservado los alrededores con los prismáticos. No se veía movimiento en lacarretera, ni porlosotrostresladosdelacerca.

He sacadolaradiode supervivenciaparatratarde contactarconquienpudiera.Desde que nos estrellamos, me he esforzadoalmáximoparaque nose quedarasinbatería. Cuandomedisponíaaseleccionar282.8eneldial, mehedadocuentadequeeldíaanteriorlahabíadejado programadasinquererparaque emitiese señales aintervalos regulares. Labateríase habíadescargadoy noteníarecambio. He sacadolabatería. Teníatodoelaspectode serde untipoespecíficoparaese aparatoy nocreoque seaposible reemplazarla. He copiadoelvoltaje de saliday elmodeloeneldiarioy he arrojadolabateríaalotroladode lacercaparanotenerque llevartantopeso en lamochila. Todo elque hayatenido que recorrerlargas distancias con lamochilaacuestas sabe muy bienque hay que encontrarunajustificaciónparacadaunodesusgramos.

Voyaquedarmeconlaradioporsi enelfuturoconsigoconectarlaaunafuentedealimentación eléctrica. Ahora no tengo medios para hacerle llegar a nadie misllamadasdesocorro.

Tras haberme venidoalacabezalaescuelade supervivenciaporlamañana, heempezadoapensarenlas posibilidades desobrevivirenelfuturo. Estáclaroqueaúnperduran restos del sistema de gobierno estadounidense. Portaaviones, tal vezconvoyes de tanques con refugiados, aeródromos militares lejanos, y elHotel23.Tiene que haber alguien que me ayude a regresar. Las comunicaciones con elportaaviones se interrumpieronantes de que nos estrelláramos conelhelicóptero. Sijuntamos ese dato con ladisparatadaideade estudiaralos muertos irradiados ysubirlos abordodelbuque insignia, unopodríaplantearse laposibilidad de que elportaavionesestétambiéninvadido.

Lomás probablees quelos satélites yanosirvanparanaday denvueltas fueradesu órbita. Sé que los satélites GPS handejadode funcionar. Nohe vistoaunasolapersonavivadesde que nos estrellamos, aunque hayarecorridounbuennúmerodekilómetros. Si laregiónqueheatravesadoes representativadeloquevaaserelrestodelviaje, lopasarémuymal. Aunquetansólohubierasobrevividoununoporcientode lapoblación, tendríaque haberme encontrado aalguien. Hoy voy adejarunaseñalqueindicaráladirecciónquepiensoseguir.

Voy amarcarunaflechagrande enelsuelo, hechaconrocas, oconloque tengaamano, para que cualquier superviviente que sobrevuele la zona sepa en quédirección he ido. Elúnico problema es que los aviadores que descubran la señal

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podríanpensarque yaes antigua. Seacomofuere, voy aempleartodos los mediosposiblesparalograrquemerescatendeestazonadeguerra.

Nologroquitarme de lacabezalaexplosiónque destrozólacarreteraelevada. Ensu momento laatribuí alabuenasuerte, pero cuanto más lo pienso, más me doycuenta de que es improbable que unos explosivos que se encontraban allí porcasualidadexplotaranenunmomentotanoportuno. Esaespeciedezumbidoquenomeabandonatambiénseoyódespuésdelaexplosión.

Hevistoalgunos venados porestazona. Noes probablequelogrenescapardelosmuertos durante muchotiempo. Voy acazarunoparaque las conservas nose meterminenmientras voy decaminohaciaelsur, haciaelHotel23. Hadejadodellover,peroaúnestánublado. Me he puestoelponchoque me hice conlamantade lanaparanoenfriarmeyseguirécaminandohaciaelsurporla59.

Tendríaque encontrarvarias cosas antes de alejarme demasiadoendirecciónalsur. Necesitaríaunmapadecarreteras paranoperderme. Tambiénmevendríanbienunas pastillas de yodo, oalgúnotromedioparapurificarelagua. Ahoramismonotengoni ideade si estacarreterame llevaráhastaunaciudad de tamañomedio, ohastaunaintersecciónconlaInterestatal. He tenidoque redistribuirelcontenidodelamochilaparaquelos prismáticos mequedaranamano. Dentrodeunahora, más omenos, me pondré enmarcha. Antes voy asacarle brilloalarmaconelaceite y eltrapoviejoquemellevédelvelero. Parecequehayanpasadosiglosdesdeentonces.

¡Los soldados no se licencian en plena guerra! R. K.

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LOS CAZADORES

12 de Octubre

21:00h.

Estamañaname he puesto en marchacon elequipo redistribuido dentro de lamochilaylastirasdeéstaajustadaspararecorrerunlargocaminohaciaelsur. Mehedado cuenta de que la ropa me viene más ancha que hace tan sólo un par desemanas. Tengo hambre en todo momento, y sé que es porque camino sin cesar.Gracias aDios que estaregiónde Estados Unidos es relativamente llana. Si hubiesetenido que cruzar las Montañas Rocosas con tan pocas provisiones, creo que mehabría muerto. Al cabo de una hora de avanzar lentamente hacia el sur, hedescubiertounantílopeconlosprismáticos, aunoscienmetrosdemí.

Elhambre me haposeído. He apoyadounarodillaenelsueloy, ensilencio, hedejadolamochilaalladode untocónque después me resultarafácilencontrar. Mehe acercadosigilosamente alantílope, sinapartarme de los árboles paraevitarqueme viera. Habría sido casi imposible matarlo a cien metros de distancia con elsubfusilde nueve milímetros; teníaque acercarme hastaunos veinte metros paraestarsegurodeacertar. Elantílopenomehavistoacercarme. Hevueltoaobservadoconlosprismáticosaunoscienmetrosparaestarsegurodequefueseunapresasana.He tratado de verificar que no hubiese sufrido ninguna herida a manos de lascriaturas. Nohehalladomarcas demordiscos ensucuerpoyseleveíarelativamentesano. Lafirmezade sus músculos se hadaevidente ensus movimientos. Noparecíani demasiadoflaconi demasiadoviejo. Nohepodidocontarlelas puntas delas astasporque elfollaje me impedíaverlas bien. Me he vueltoparaasegurarme de que nome acecharaningúnnomuertoy de que lamochilaaúnestuvieraalladodelviejotocón. Me había acercado un poco más, hasta unos treinta metros de distancia,cuando elantílope halevantado las orejas, porque habíanotado que sucedíaalgoextraño. Talvez porque habíacaptadoelolorde unhumanovivo, otalvez porqueyonocaminabacontantosigilocomomehabíapropuesto.

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He levantadoelarmay he apuntadoalantílope. He tanteadoelsubfusilconelpulgar para estar seguro de que estuviera en disparo simple, porque no me haparecido necesario malgastar munición en un único blanco. Había llegado elmomento. Hepresentidoque, si noactuaba, elanimalseasustaríayhuiría.

Hedisparadodos cartuchos y heheridoalapresaenelcuelloylanuca. Elanimalse hacaídode costado, luegose halevantadode nuevoy se haechadoacorrer. Heidotras sus huellas, mientras maldecía, mitadporlobajines y mitadenvozalta, porloestúpidoque habíasidoaldejarme llevarporlacodiciay lafaltade prudencia.Detesto matar animales, a menos que me resulte totalmente imprescindible paraalimentarme, y me encontraba en la situación de que tal vez hubiese herido demuerte a aquella bestia sin motivo alguno, porque existía la posibilidad de quelograraescapar. He seguidolapistade sangre durante unratoque me haparecidounahora, y entodomomentohe tratadode evaluarladistanciaque me separabadelamochilaydelacarreteraparanoperderme.

El rastro de sangre descendía hasta un pequeño valle y desaparecía tras unaelevacióndelterreno. He bajadocorriendoy he rodeadodichaelevación, pensandoúnicamente en los gruñidos de mi estómago, y he emergido de la maleza paraencontrarmedecaraconunadocenademuertosvivientesquedevorabanami presa.Estabanderodillas entornoalantílopeyarañabanymordíanlapieldelanimal. Unode ellos habíaarrancadolapielentornoalorificiode bala. Alverque lodevoraban,me han asaltado los remordimientos y la ira. Los ojos de la pobre bestia estabanabiertos, yalmirarporentreloscadáveresquelorodeaban, hetenidolasensacióndequeelanimalmeestabamirando, yquepensaba: «¿Paraestomehasmatado?»

Estabatansóloatres metros delas criaturas. Mehedecididoacaminarhaciaatrásparaabandonar elpequeño valle. Unade las criaturas se havuelto haciamí consangre y carne de antílope resbalándole porsu mandíbulaputrefacta. Entonces hatendidolos brazos paraagarrarme. Hagemido, y otros dos hanlevantadolos ojos yhan hecho lo mismo. Me he echado a correr siguiendo el rastro de sangre endirecciónalamochila. Hepuestocadavezmayordistanciaentrelos muertos quemeperseguíany yo. Alcorrer, he vistoungatodomésticoflacoenextremoque saltabadeunárbolcercanoalantílopeysemarchabaatodaprisaporelcampo.

Alveraesas cosas, me he acordado unavez más de lo cercaque estabade lamuerte. Habíallegadoapensarque, después de encontrarme tantas veces conellas,nome afectaríaverlas. Cadaunade ellas es unPicassodelterrorque me recuerdaque seguiré enguerrahastaque todos los muertos vivientes se pudranenelpolvodelquetodosnosotrosvenimos.

He corridosincesary sindejarde miraratrás cadacincosegundos, y he dichopalabrotas entre dientes sobre loestúpidoque habíasidoaltratarde dispararle alanimaldesdetanlejos conelarmaquellevaba. Enelmomentoenqueyaalcanzabaa

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vereltocóndondehabíadejadolamochila, heoídodenuevoelzumbido. Hemiradoentodas las direcciones y me he concentradoparatratarde localizarsu origen. Elcieloestabademasiadonubladocomoparavernadaporencimade las copas de losárboles. Enunsolemne estadode concentración, he empezadoaoírramitas que separtíanenárboles lejanos. Los cazadores deantílopes perseguíanaunapresadeotrotipo. Heagarradolamochilayhereajustadosus correas. Dabagracias porestarvivo,pero me sentía profundamente culpable por haber sentenciado a otro ser vivo adesaparecerenlapanzadeesas putas aberraciones. Eracomosi hubiesemarcadoungolenmi propiaportería. Elantílope habíavenidoalatierraparaque lodevorasenotras criaturas vivas que estuvierannecesitadas de alimento, y nomonstruos comoésos.

Hecruzadolacarreterayhereanudadoelcaminoporelotroladoparaevitaralascriaturas. Este ladonoquedabatancubiertocomoenelotro, porque veníaaseruncampo despejado de varios kilómetros de extensión, en el que se encontrabanraquíticas arboledas cadapocos cientos demetros. Hedecididoquevolveríaacruzarlacarreteraencuantotuvieselaoportunidaddehacerlosinpeligro.

Durante elrestodeldíahe avanzadolentamente haciaelsur, evitandopensarenlacomidaque llevabaenlamochila, porque teníaque conservarla. Halloviznadodurante lamayorparte deldíay, engeneral, hasidounasco, perosospechoque entiempos comoéstos undíasoleadotambiénseríaunasco. Eneldíade hoy habíallegado a oír tres veces el zumbido, en momentos diversos, y he llegado a laconclusiónde que me conveníaacordarme de las horas deldíaenlas que lohabíaoído, ydeladuracióndelsonido.

Almirarelreloj parasabercuántotiempode luzsolarme quedaba, he empezadoaformularmi estrategiaparaencontrarunazonadonde pudieradormirsinpeligro.Hacia las 15.00 he divisado el perfil de una población en la lejanía. He visto lanecesidad de buscar carteles en la carretera que me indicasen dónde estaba. Hellegado a la conclusión de que, si elcartelindicaba una población superior a lostreinta milhabitantes, no trataría de acercarme. Necesitaba comida, un mapa decarreteras y talvez municiones, pero no alprecio de tener que enfrentarme conmediomillónde cosas de ésas. Aunque cualquierade ellos podríaacabarconmigoporsí solo, sus mordiscos son, enproporciónexponencial, más fáciles de esquivarsise hace frente aunapoblaciónmás pequeña. Aunque estonoseaunacienciaexacta,mesientomejorcuandotrazounplanpreviamente.

Faltaban un par de horas para que anocheciese. Me estaba poniendo un poconervioso. No pensabadormiren elsuelo ni en broma. Si antes delcrepúsculo noencontrabaunsitioparaguarecerme, tendríaqueseguirenpiedurantetodalanochey caminar sin detenerme. En un primer momento, después de estrellarnos, habíapensadoque caminaríatansólode noche, perohabíacambiadode opinión, porquelas gafas de visiónnocturnase habíanquedadosinpilas, y nome gustabalaideade

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dormirdurante eldía, enlas horas enlas que esas cosas puedenver. Sé que novenenlaoscuridad, porquesehizoevidentelaotranoche, cuandobajédelpisosuperiordelacasadecampo. Respondieronalsonido, peronomevieron.

A medida que pasaba el tiempo, disminuían las posibilidades, y por eso hebuscadoporlacarreteraunsitiodonde podercolgarelarmaautomática. Noteníamuchas opciones. He encontrado una autocaravana Winnebago, pero la hedescartado, porque nopodríaescaparde ellasi larodeaban. Más adelante he vistoun furgón volcado de UPS. También en este caso, he pensado que erademasiadopequeñoparaservirme, porque lopodríanrodearconfacilidad. Losiguiente que heencontradohasidounsemicamióngrande conunlargoremolque paraeltransportedepienso.

He sacado los prismáticos y he buscado indicios de muerte porelcamión. Lasventanasdelacabinateníanloscristalessubidos. Elcamiónerademasiadoaltocomoparaque las criaturas se encaramasenalcapó, y detrás de los asientos habíaespacioparadormir. Llevabalainscripción«Camiones Boaz S. A.» pintadasobre lapuertadel conductor. Dos de los neumáticos que quedaban de mi lado se habíandeshinchado. Porello, lacabinahabíaquedadounpocoinclinada. Me haparecidoque lo mejor sería no entrar todavía y echar una ojeada a mi alrededor paraasegurarme de que no hubiese peligro. He escuchado y observado durante mediahorahastaqueporfinhedejadolamochilaenelsueloy meheacercadoalacabina.Enelmismomomentoenquehepuestoelpiesobreelasfalto, hepodidocontrolarlacarreteraenambasdirecciones.

Lejos, alnorte, había una ambulancia abandonada, y alsur, un cartelde colorverde que me ha parecido que debía de indicar los kilómetros hasta la siguienteciudad. Heidocorriendoasubirmealestriboconlaintencióndeentrarenlacabina.Lapuertadelconductorestabacerrada, perolaotrano. Nohabíaningúnindiciodepeligrodentrode lacabina. He saltadoalsuelo, he corridohastaelotrolado, y heabiertolapuerta. Elviejocamiónapestabaaenvases decomidarápidaamontonadosbajoelasiento, y elcuadrode instrumentos, deterioradoporelcalordelsol, me hadadoaentenderquehacíamuchotiempoquenadieentrabaallí.

Altreparasu interior, he echado unaojeadaalespacio paradormirque habíadetrás delos asientos. Lacamanoestabahecha, peromeserviríaigualmente. Dentrodelcamióntodoparecíanormal, apartedelos envases decomidarápidaestropeadossobre el cuadro de instrumentos. He bajado del camión, satisfecho de que fueseseguro, y he ido arecuperarlamochila. Enelmomento de regresaralcamiónyaestabademasiadooscurocomoparatratarde leerelrótuloque se encontrabamásadelante, y porellohe pensadoque lomejorseríaque me preparase parapasarlanoche. He dejadolamochilasobre elasientodelconductory he echadolas cortinasde lacabinaparaque nose me pudieralocalizarfácilmente. Unavez cerradas laspuertas, he miradoportodalacabinaenbuscade algode valor. He encontradoun

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mechero desechable y una lata de salchichas de Viena, así como una bonitaestilográficay unrotulador. He devoradolas salchichas. Inspeccionaré elrestodelvehículomañanaporlamañana, cuandohayasalidoelsol. Así nogastaré labateríade la linterna. Las puertas están cerradas y sospecho que no se podrán bajar lasventanillas.

13 de Octubre

8:22h.

Anoche dormí bien, aunque, mientras me dormía, oí algofuera. Estabaexhausto.Se me ocurrió que lo mejor sería tratar de permanecer inmóvil y en silencio, yentonces caí enunsueñoprofundoy nohe despertadohastalas 6.30. Laluzdelsolatravesaba las cortinas. Sin apartarlas, me he puesto las botas y me he atado loscordones, y me he echadoaguaporlacara. He pasadoalasientodelconductory hemiradoafueraporentrelas cortinas. Mehaparecidoveralgoquesemovíaalolejos,en elsur. He agarrado los prismáticos y he tratado de verlo bien. Era un únicocadáverque deambulabaenladistancia, entre los coches abandonados. Nohe vistoindicios de ningunaamenazamás inmediata. He abiertosólounpocolas cortinasparaqueentraramásluzyheempezadounregistroexhaustivodelacabina.

No he encontrado nada en la guantera, salvo una tarjeta de una compañía deseguros quehabíaexpiradoseis meses antes YunafotodeunhombreconsufamiliaqueestabanfrenteaElÁlamo. MehanvenidoalacabezaSanAntonioylacatástrofefinal en El Álamo. Arrojaron una bomba nuclear sobre esa zona y ahora es undesierto poblado por muertos vivientes radiactivos. No regresaría allí ni que mepusieranunmillarde cañoneras AC-130 enlacabeza. Enelreversode lafotoestabaescritaunafechade diciembre delañopasado. He contempladolafotoy he sentidoeldeseoderegresaraesos tiempos. Daríamuchas cosas porvolveratenerundíadevidanormalcomolos deantes dequetodoestoempezara. Detrás delafamiliahabíaotras personas que se reíany vivíansu vida. Noteníanni ideade loque le ibaasucederalmundotreintadías después de que elfotógrafoturistaabriese elobjetivodelacámara.

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PAQUETE AÉREO

13 de Octubre

15:33h.

Tengo tantainformaciónporescribiry procesarque no sé pordónde empezar.Estamañana, después deabandonarelcamión, mehepuestoencaminohaciaelsur,y he leídoelrótuloque descubrí ayer. Nohe tenidoque acercarme mucho, porquelos prismáticos, unavez más, me han permitido ahorrartiempo y energías. En elrótulodecía: «Marshall, 9,5 km.» Noeralaprimeravez que oíahablarde Marshall,Texas, y he pensadoque si habíaoídohablarde ella, es que erademasiadograndecomoparairallí enbuscadesuministros. Cuandomedisponíaaemprendermi rutahabitual, paralelaalacarretera, he oído unavez más elzumbido. Elcielo estabadespejado, por lo que he sacado de inmediato los prismáticos y me he puesto abuscarporlas alturas. Nada. He reanudadoelcaminoendirecciónsureste, cadavezmás lejos delacarretera, afinderodearMarshally notenerquepasarporsucentro.Esa maniobra añadiría varios kilómetros a mi viaje. Cuando llevabaaproximadamente unahorade camino, haempezadoelruidomás fuerte que hayaoídodespuésdeaquellaexplosión.

He escuchadoalolejos elinconfundible ruidode los señuelos sonoros. Recuerdosu timbre característico, porque los utilizaron alinicio de laplagade los muertosvivientes paraatraeralas criaturas hacialas cargas nucleares. Me he imaginadoenseguidalopeor, y mehepreguntado: ¿Estoyapuntodetransformarmeenunallamaenlaoscuridad?

Es obvioquenoes esoloquehasucedido, porque, si no, noloescribiríaahora. Elruidonoeraensordecedor, porque su origense encontrabademasiadolejos de mí.Parecíaque procedieradeleste, de unpuntomuy lejano. Noera, enabsoluto, tanpotente como elseñuelo que oí cuando arrojaronlas bombas nucleares, y poresopiensoquedebíadeencontrarsemuchomáslejosqueelprimero.

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Nerviosoy confuso, he seguidocaminandoendirecciónsureste sinaminorarlamarcha, hasta que he oído el inconfundible sonido de motores de avión que seaproximaban. Almirarhaciaeleste, he vistounaviónque se me acercabaenvuelomuy bajo. He sacado alinstante ellanzabengalas, pero antes de que hayapodidocargarlo, elaviónhaviradohaciaarribayhadesaparecidoenlas alturas. Heestadoapuntode llorar, y luegoapuntode morirbajounvoluminosopalé que descendíaatierra, alextremodeungranparacaídasverde. Hatocadotierraaunosseismetrosdemí, ylaviolenciadelimpactohahechoquemesaltasengrumosdetierrayhierbaalacara. El paracaídas ha quedado horizontal y he corrido a sujetado antes de quearrastraseporelsueloloquefueralamierdaesa. Hedesenganchadoelparacaídas, loheplegadodecualquiermaneray lehepuestounarocagrandeencima. Lacargadelpalé estabaenvueltaencapas muy gruesas de plásticoy debíade medirunmetroveinte, porunmetroveinte, porunmetro.

He sacadoelcuchilloRandally he empezadoacortarelenvoltoriode plástico.Alguien habíaescrito «Org. Gub. Equipamiento 2b con rociador de pinturasobrealgunas de sus capas». Después de retirarlo en su totalidad, he abierto losmosquetones y he sacadolaredque manteníalos objetos ensusitio. He encontradovarias cajas de plástico duro marca Pelican, de tamaños diversos, sobre un palétambiénde plástico. Encimade las otras habíaunacajade coloramarillobrillantemarcadatansóloconelnúmero01. He echadounaojeadaportodoelperímetro, heagarrado la caja y he abierto sus cierres. Allevantar la tapa, lo primero que heencontradohasidounteléfonomóvil. He vistoenseguidaque noeraunteléfononormal, aunque tansólofuese porlavoluminosaantenaque llevabaplegadaaunlado. Lapalabraqueseleíasobreelteléfonoera«Iridio». Hesacadoelteléfonodesucajay he pulsadoelbotóndelmenú. Elteléfonose haactivado, me haindicadoquela batería estaba llena y se ha abierto una ventana que decía «Conectando». Hedejadoelteléfonoaunladoyheinspeccionadoconmásdetallelacajaamarilla. Enlatapade lacajahabíaundiagramaenelque se indicabanlas rutas orbitales de lossatélites deIridiosobreestaregión, fechadas enestemes, estandoel80porcientodelos satélites fuerade servicio. De acuerdoconeldiagrama, tansólodispondríadedoshorasdiariasdecoberturaporsatélite.

Dichoespaciode tiempoabarcabade las 12.00 alas 14.00 horas, cadadía, conunmargen de error de más o menos diecisiete minutos según las condicionesatmosféricas. Unasteriscoremitíaaunanotaque indicabaque sudisponibilidad sedesplazaría dos minutos y doce segundos a la derecha por año transcurrido, deacuerdoconlaconfiguraciónactualde los satélites. Lagomaespumaenlaque habíaestadoalojadoelteléfonoconteníatambiénunpequeñocargadorsolar. Cuandomedisponía a abrir la caja siguiente para examinar sus contenidos, ha sonado elteléfono...

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La estupefacción me ha paralizado durante un par de segundos, hasta que hepulsado elbotón verde y he respondido con un «hola», y entonces un pitido demódem se ha transformado en una conexión sólida. He oído una voz lenta ymecánicaenelauricular. «Éstaes unagrabaciónde RemotoSeis. Porfavor, leaeltextoqueestáapuntodeaparecerenlapantalla.»

Obedeciendolas instrucciones, heleídoeltextodelapantalla.

Quedan seis minutos de cobertura por satélite. Oficial al mando notificó porradio la desaparición de helicóptero FM del silo de lanzamiento Nada hace docedías. Desde entonces esta estación ha empleado capacidades aún existentes decaptación de Imagen desde el délo, y aviones no tripulados Global Hawk y Reaperpara localización. Búsqueda abortada hasta que se detectó señal de socorro porradio. La señal siguió en activo durante tiempo suficiente para precisar suposición para cobertura activa por avión no tripulado. Remoto Seis es una*ininteligible* Instal *ininteligible* misión como centro de mando y punto decontrol para *Ininteligible*...gob *ininteligible*. El mantenimiento *ininteligible*operaciones aéreas para dicha misión *ininteligible* mayor parte de aeronavesatmosféricas.

Gracias a los sesenta *ininteligible* satélites de Iridio en órbita *ininteligible*recursos y capacidad computacional para mantener las rutas orbitales y losalgoritmos de compresión de datos para una cobertura de dos horas diarias.

Quedan tres minutos de cobertura por satélite. Amplia disponibilidad desistemas de soparte *ininteligible* para aviones no tripulados Reaper. con lo quetenemos recursos para cobertura activa desde el aire durante doce horas/día. Losaviones no tripulados de Remoto Seis están equipados con dos bombas de 225 kgguiadas por láser *ininteligible* carga diaria, con sensor electro-óptico/infrarrajoscompleto. En la entrega por C-I30 hallara dispositivo de control de bombasguiadas por láser del Reaper. así corno dispositivo de señales de bajo consumo. Elequipamiento lleva sus propias instrucciones. Sólo puede designar objetivos*ininteligible* durante el periodo de tiempo de operación del Reaper. enubicación próxima al Reaper. y marcar el objetivo por medio de láser*ininteligible* diez segundos. Todo marcaje de menos de diez segundosconllevará no lanzamiento. Instale dispositivo de señales de bajo consumo en elexterior de la ropa para garantizar seguimiento. Los aviones no bajarán de los tresmil metros *ininteligible* evitar detección auditiva por muertos vivientes.

Queda un minuto de cobertura por satélite.

Utilice el teclado del teléfono para responde a la[s] siguiente[s] pregunta[s]:

¿Oye un tono agudo?

Herespondidoquesí.Lapantalladelteléfonoporsatélite se haquedadoenblanco. Elseñuelosonoro

que se oíaenladistanciase hadebilitadohastavolverse aduras penas audible. En

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ese momento he tenido laimpresiónde que elseñuelo sonoro se oíaportodo mialrededor... peroqueapenaseraaudible.

Lapantalladetextomehapreguntadodenuevo:

¿Oye un sonido agudo de *estática*?

Sí.Elsonidohadejadodeoírse, ylapantallasiguientemehapreguntado:

¿Oye un sonido muy agudo?

Herespondidoqueno.

Por favor, repita el texto.

No.Elsiguientetextohaaparecidodeinmediatoenlapantalla:

La eliminación por sonido variable del Proyecto Huracán se ha activado en tresdimensiones. Todas las vari *ininteligible* infectadas se alejarán del ojo delhuracán. Le quedan vein *ininteligible* horas de batería de eliminación variable.Degradación de la cobertura por satélite Iridio inmin

Alparecer, elmismodispositivoque se habíautilizadoparaatraeralos muertosvivientes alholocaustonuclearseestabaempleandoparacrearunazonasegura, porelsencilloprocedimientode hacerque los muertos vivientes laabandonaran. Teniaelnombre, muy apropiado, de ProyectoHuracán, indudablemente porlacalmaquereinaenelojodelhuracán, encomparaciónconlas turbulencias quelocircundan. Lavoz que habíasonadoenelteléfonoantes de recibireltextoparecíasintética, peroera imposible que la operación entera estuviese automatizada. John debió deinformarde ladesaparicióndelhelicópterotanprontocomose diocuentade quetardábamosdemasiadoenregresar.

Hace muchos meses, las radios del Hotel 23 interceptaron retransmisiones decierta persona que decía ser un congresista delEstado de Luisiana. Aparte de laterrible informaciónque nos diosobre los efectos de laradiactividadenlos muertos

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vivientes, dijo disponer de un sistema de comunicación por teletipo de altafrecuencia, conunabase gubernamentalequipadaconprototipos de vehículoaéreonotripuladoyunampliosurtidodeexplosivos.

Había numerosas cajas dentro del paquete que tenía que contabilizar einspeccionarantesdequesepusieraelsol.

Laprimeraerapequeñay teníaelsímbolodellásergrabadoenlatapa. Heabiertoelcierre y he encontradoensu interiorunaparatorectangularde colornegroconplataformas demontajeestándarconrielPicatinny enelfondo. Conelaparatoveníaunahojadeinstrucciones impresaenpapelplastificadoyunacajadebaterías delitioCR123. Las instruccionesveníanadecirlomismoqueeltextoquehabíaaparecidoenla pantalla del teléfono. También he encontrado dentro de la caja una pequeñacarpetacondocumentos, entre los que habíaunmapahíbridoporsatélite de Texas,conextrañas marcas numeradas que indicabanvarios lugares. He tardadomenos deunsegundoenprobarlacompatibilidad delaparatoláserconelMP5, peronohetenidoéxito.

También llevaba una pequeña llave Alien para ajustar el rayo láser, pero lasinstrucciones decíanque elaparatoestabaprecalibradoparafuncionarconprecisiónaunmetroy mediosi se montabasobre elrielT6. Aunque tratarade ajustarlo, tansólodispondríade unos cincosegundos parahacerloantes de que ladetonacióndeunabombade 225 kilogramos guiadaporláserhicierasus destrozos. Tambiénheencontradosujetoenlatapaunpequeñodispositivode plásticoparalaproyeccióndeseñalesdesocorro, juntoconlas instruccionesparacolocármelo. Separecíamuchoalpequeñoreflectorde señales de avalanchaque llevabaenlachaquetade esquí yque, en caso de accidente, habría ayudado alpersonalde rescate a encontrarme.Estabaescritoquelabateríadeldispositivodeseñales paraelReaperhabíadedurarseis meses, y quesuobjetivoerapermitirqueelReapermeescoltara, e impidiesemiautodestrucción. Novayaaserque elláserse dispare accidentalmente haciami piecuandocamineacampotravésyselecaigaunabombaencima.

En eldorso de las instrucciones había una breve enumeración de capacidadesbásicas y limitaciones delReaper. Eltextodelsatélite me habíainformadode quetendría doce horas diarias de cobertura que coincidirían con las de luz solar. Lacoberturano coincidíacon laautonomíaque se le atribuíaalReaper. Porello, hepensadoque RemotoSeis debe de encontrarse amuchos kilómetros de distancia. Deacuerdoconlas instrucciones, mi Reaper. tendríaque acompañarme desde elcielohastalas18.00horasdeestatardeynuevamentealas6.00horasdelamañana.

Enlacajasiguiente he encontradounrifle de asaltoM-4 conmirade puntorojoyunaluz Surefire LED, así comoquinientos cartuchos de municiónde calibre.223 ycincocargadores. HabíaunamonturaparaeldesignadorláserenelcostadodelarmaopuestoalaluzLED. EnlamismagomaespumadelriflehabíaunaGlock19con250

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cartuchos de nueve milímetros y tres cargadores, así comounaccesorioyainstalado(silenciador). Enlamismacajahabíados granadas defragmentación. Habíamaterialsuficiente como para que tuviese que plantearme qué me llevaría y qué iba aabandonar.

Enlasiguientecajahabíatodaunaseriedealimentos deshidratados, envasados alvacío. Habíaveinte paquetes de comida, cadaunocontres platos de tipos variados.Junto con lacomidahabíaunabotellade plástico y un centenarde pastillas parapurificarelagua.

He dispuestolas nuevas provisiones porelsuelo, y, alladode éstas, las nuevasarmas. Faltaban dos cajas. Lasiguiente que abrí conteníaunapequeñabotelladelíquido para tratamiento de gasolina en la que se leía «experimental», coninstrucciones explícitas enlaparte de atrás que decían: «Uncuarto de botellaporcuarentalitros. Esperarunahoraantes de iniciarlacombustióninterna. Unadosisexcesiva podría provocar que el líquido combustible se volviera inestable ypeligroso.» Lacajatambiénconteníaunsifónmanuallosuficientementeligerocomoparapensarenllevárselo. Los materiales de aquellacajaparecíandestinados todosellos apermitirme que encontraray sacararendimientode unmediode transportealternativo.

Laúltimacajaconteníaunabolsade compresión, y, dentro de ésta, unsaco dedormirestilomomia, sinmarca, conundiseñodecamuflajemuyextraño. Eradigital,perosinángulos rectos. Labolsaerade marcaGore-Tex y llevabaunaetiquetaconnúmeroNSNenlaque se indicabaque elsacode dormireraimpermeable y aislabadelfrío hasta los 0ºC. Tenía cierres a presión en vez de cremallera. Llevaba unapistoleracosidaenelexterior, alaalturadelacadera, elmismolugardondesellevanormalmente la pistola. El saco de dormir estaba diseñado para despertarse derepenteyempezaraluchar.

Tras echarunanuevaojeadaami alrededorparaasegurarme de que nohubiesemuertos vivientes, he dejadolamochilay he procedidoasacartodoloque llevabadentro y colocarlo en el suelo. Había llegado el momento de jerarquizar elequipamiento, desde los artículos indispensables hastalos que simplemente estaríabienllevar. Cuandoelsoldesaparecíatras elhorizonte, heprogramadolaalarmadelrelojparaqueseactivasealcabodedoshoras.

YanoteníamuchosentidoconservarelMP5, porque podíallevarme elM-4 y laGlock como refuerzo. No puedo abandonar el MP5 hasta que haya probadoadecuadamente elM-4, perotampocopuedocargarkilómetros y kilómetros conlosdos subfusiles mientras camino campo a través, porque transporto muchoequipamiento. Sí me quedaespacioparaconservarlaantiguaG-17, perolaopciónmás lógicaes quelapistolaquelleveconmigosealaG-19, porquees más pequeñay

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tiene visión nocturnay silenciadordesmontable. Además, los cargadores de la17tambiénpuedenirenla19. Esunaventajaadicional.

Estáclaroque me voy allevarelsacode dormirtipomomia, y que sustituiráalapesadamantade lanaalaque habíatransformadoenponcho: le habíaabiertounagujeroenelcentroy melaponíaalestiloPanchoVilla. Quinientos cartuchos de.223van a pesar mucho. Creo que mañana voy a disparar unos cuantos mientras elprocedimiento de eliminación del Proyecto Huracán esté todavía activo. Voy adispararporlamañana, antes de marcharme, paraestarseguro. Me habíallevado210 cartuchos de nueve milímetros del helicóptero. Si los sumamos a los 250cartuchos delparacaídas, voy acontarcon460 cartuchos de nueve milímetros paralaspistolas.

Cuandoamanezca, voy adisparartambiénunos cuantos cartuchos conla19 paraasegurarme de que funcione bien, aunque también me voy a llevar la 17 comorefuerzo, porque la relación entre elcoste de cargar con ella en la mochila y losbeneficios que puede reportarme es positiva. Las granadas tambiénseránde valor,igualquelaspastillasparapurificaraguaylosalimentossecos. Dentrodepocovoyanecesitarcalcetines nuevos, y utilizaré los antiguos parallevardentrolas granadas,porque así me aseguraré de que laanillanose salgade sitioporaccidente mientrascaminohaciaelsur.

16:10h.Seacercaelcrepúsculo

Lista de Tareas

*= Equipamiento nuevo

Armas

MP5 9mm (4 carg)3

G-17 (12 carg)

210 cart 9 mm. (combinar con nueva munición)

* M-4.223 (5 carg) con designador láser, luz LED y mira.

* 500 cart. de.223

* G-19 9 mm (460 total)

3 En el libro original las palabras en cursiva aparecen tachadas. (N del digitalizador)

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* 2 granadas de fragmentación.

Equipo de Supervivencia

Mochila

Cuchillo de combate

Gafas de visión nocturna con pilas de recambio

Depósito de agua (3 litros)

Bengalas/Brújula

Manta verde la lana4

Prismáticos

Radio PRC-90-2 (Inutil)5

Cerillas resistentes al agua

1 mechero BIC

2 trampas grandes para ratas

3 paquetes de AA (para las gafas e visión nocturna)

1 tubo de antibiótico triple

1 rollo de cinta aislante

Hacha pequeña

* Teléfono por satélite con cargador de baterías solares

* Mapa topográfico de Texas

* 100 pastillas para purificar agua

* Saco de dormir tipo momia

* Tratamiento de combustible experimental (botellín)

* * ¡Mucha atención a la advertencia sobre el tratamiento!**

* Sifón de gasolina pequeño

Provisiones

2 raciones de comida preparada

3 latas de chile *pesadas, comer primero

2 latas de estofado vegetariano *pesadas, comer primero

3 litros de agua

* 20 paquetes con tres platos de alimento deshidratado cada uno

4 En el libro original las palabras en cursiva aparecen tachadas. (N del digitalizador)5 En el libro original las palabras en cursiva aparecen tachadas. (N del digitalizador)

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He llegadoalaconclusiónde que serámejorabandonarlaradioPRC-90, porquenotengobaterías adecuadas y pesa. Lamantade lanay, provisionalmente, elMP5tambiénestánenlalistade cosas que voy adejar. Mi planconsiste enguardarelarmay su cargadorenunlugarseguroy marcarloenmi nuevomapa. He vueltoameterlas cosas dentrodelamochila. Lomás pesadodetodoes lamunición, queporsí solaañade varios kilos alamochila. AlprescindirdelMP5, lamantade lanay laradioseproduceunaligeramientomodesto, peroperceptible.

Hay unaviviendanomuy lejos de mi posición, y, ahoraque tengolamochilaapunto, me acercaré paraecharle unaojeaday versi seráhabitable paraestapróximanoche. Las únicas cosas que voy aabandonarsonlamantade lana, laprácticamenteinútilradioPRC-90y lamitaddelparacaídas. Hecortadounapartedelos cordajes ydelatelaporsi puedoemplearlosparaguarecerme. Cadadíaesmásdifícilencontrarcordajedecategoríamilitar.

Mi planes probarelM-4 y hacerunaúltimarondaconelyaprobado, aunquemediocre, MP5antes deesconderloyreducirloapocomás queunacrípticamarcaenunmapadeltesoro.

21:45h.

Elsolestabaapuntodecompletarsurecorridocuandohecargadoconlamochilaymehealejadodelpalé. Senotabaquelamochilaeramás pesada, yelsubfusilextraque llevaba no hacía otra cosa que acentuar el peso. He caminado en direcciónsuroeste, hacialaviviendaquehabíadescubiertopocoantes conlos prismáticos. Eraunacasade dos pisos conlas ventanas intactas. Noestabancerradas contablones,pero sí a demasiada distancia del suelo como para que alguien, o alguna cosa,treparahastaellas confacilidad. Elrepechode las ventanas me quedabaalaalturade lacabeza. Las cortinas estabanabiertas enalgunas de las ventanas y echadas enotras. Todoseveíamuy típicoeinofensivo. Herecorridolos 360grados entornoalacasa, enbuscade indicios de luchaode marcas de sangre que dierantestimoniodeunasaltopreviodelosmuertosvivientes.

Nohabíaningúncoche enelaparcamiento. Lahierbaestabaalta, porsupuesto, ylo único que parecía haber estorbado su crecimiento eran unos senderitos queparecían obra de conejos. Me he acercado al porche de entrada y he dejado lamochilaenelsuelo. HeapoyadoelM-4contralaparedy mehecercioradodequeelMP5 estuviesecargadoantes detantearlamosquiteradelapuerta. Estabacerrada, yporesohesacadoelcuchilloy hehechouncorteparameterlamanoy abrirladesde

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dentro. Enelmomentoenelque tirabadelpomo, algose hamovidotras laventanamás cercana a la puerta. He sacado la mano bruscamente, me la he arañado alsacarla, yentonceshecorridofueradelporche, esforzándomepornogritar...

Eratansólounacortinaquesehabíaagitadoconelviento, nadamás.Me he quedadosentadoenelporche, concentrado, tratandode escucharalgoque

me obligaraapasarlanoche sobre eltejado, y nodentrode lacasa, donde se estaríamás calentito. Enelmomentodeintentarloporsegundavez, elsoldifundíaelfulgoranaranjadodelinminente crepúsculo. Yoantes nosabiaque tendríaque sacarcorajede lo más hondo cadavez que hicieraesto, cadavez que necesitaraun sitio paradormir, oreorganizarme, opensar.

Me he acercado a la fina mosquitera y he vuelto a meter la mano por dentro.Habíaque abrirlaprimerabarreraque me impedíalaentrada. He tenidoque hacerfuerza. Mehacaídoalgodepolvoy tierrasobrelacabezaenelmomentoenelquelamosquiterahacedidoy lapuertaprincipalhaquedadoaldescubierto. He agarradoelpomodelatón, sintiendosufríometalenlamano. Hedejadolamanoallí duranteunlargoratomientras mepreguntabahaciadóndetendríaquehacerlagirar. Unañoanteslohabríasabido, porsupuesto, perolosgestossencillos, civilizadosyfamiliaresse me vuelvenmás extraños conelpasodeltiempo. Lohe hechogirarlentamentehacialaderecha, y entonces, aldarleunempujónconlabota, lapuertasehaabierto.Lasalaestabaabandonadadesde hacíamucho tiempo. No habíani rastro de quenadie hubiese estado allí desde hacía varios meses. Parecía que las personas quehabíanvividoenlacasasehubiesenmarchadoantes delaepidemia/plaga/langostaocomosetengaquellamar.

He hechounarondaporelpisode abajoy he abiertotodas las cortinas que veía,paraquenoquedaraningunaposibilidaddequeunacriaturadiabólicaseescondieseenlas sombras. Unavezmehecercioradodequeenelpisodeabajonohabíaningúnpeligro, hesubidoaldearriba, porunaescaleraquemehaparecidolaquemáscrujíade todoelplanetaTierra. Teníarazón. Unavezhe estadoarriba, he tenidoclaroqueen la casa no había peligro alguno, porque tampoco se había producido ningunareacción alruido que había hecho alsubir. No me importaba. Han estado tantasveces apuntode matarme porsubestimarlas capacidades destructivas de bajonivelde esas criaturas... Nervioso, he inspeccionado el piso de arriba con la mismameticulosidady elmismomiedoquehacemeses quellevodentrodemí. Alpasardehabitaciónenhabitación, mi cerebrose hundíaenlaoscuridad, y enfantasías sobreloque ibaahacersi estanoche me infecto. Loprimeroenque habíapensadoerasuicidarme, yponerfinatodoconunabalaenelcerebro. Quizátendríaquedejarunmensaje desolador, peroingenioso, comoelmozode tiendaese alque maté. Parecequehayanpasadovariosaños. ¿Cuántotiempohace?

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He reprimido mis pensamientos morbosos y he pasado de habitación enhabitación, examinando los armarios empotrados. He mirado también bajo loslavabosdemanosdeloscuartosdebaño, paraestarseguro.

¿Ysi unodeellosseescondíabajolacama?¿Ysi eraunniñopequeño?Teníaque ponerme freno. ¿Habíamiradodebajode todas las camas? Estoes un

síndrome obsesivo-compulsivo, ¿verdad que sí? He recorrido de nuevo elpiso dearribay luego, unavez más, elde abajo, antes de meterlamochilaadentroy cerrartodas las puertas y ventanas de lacasa. He encontradocuatrovelas decorativas, deformas distintas, distribuidas porsitios diversos enlasalade estary enelcomedor.Las he llevadoarribaconlamochilay he elegidoloque me haparecidoque eraeldormitorioprincipalcomobase de operaciones de sueño. Nohabíasábanas sobre lacama, ni niñitosmuertosdebajodeella.

He encendidolas dos velas decorativas más grandes y las he colocadosobre unacómodavacíajunto alacabecerade lacama. He dejado lamochilaallado de laventanaporlaque tendríaque escaparsi durante lanoche me sucede algo malo.Tambiénhe cerradolapuertadeldormitorioconpestilloy he apoyadootracómodacontraellaparaganartiempo. Heinspeccionadolaventanaparaestarsegurodequese abriríaenunmomentode necesidad. Habíallegadoelmomentoenque estabalobastante oscuro como para emplear las gafas de visión nocturna en una rápidaobservación de 180 grados desde la ventana, en busca de cualquier indicio de lapresenciademuertosvivientes. Peronohabíaninguno.

Me he quedadoinmóvilenlaoscuridad, oyendolos crujidos de lacasaazotadapor el viento nocturno, y he empezado a pensar con mayor detalle en losacontecimientosdehoy, perotansólohelogradoquemi confusiónfueseaúnmayor.

¿Cómo era posible que el avión de carga C-120 no hubiese aterrizado en unaeródromocercano, oenundescampado, pararecogerme?

¿QuiénessonRemotoSeis?Envezdecontarovejitas, mehepuestoacontarpreguntas sinrespuestahastaque

he caído en un sueño profundo, acompañado únicamente por la luz vacilante deunasvelasafortunadas...

Unas velas que, contratodo pronóstico, se empleabanparaaquello paralo quehabíansidoconcebidas.

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EL HILOENLAAGUJA

14 de Octubre

8:00h.

Estapasadanoche he dormidomuy bien, sininterrupciones. He soñadoconlosfaros sonoros, otalvezfueseelviento, quesefiltrabahastaelextremodeoírloconelsubconsciente. Mientras elsolse elevabaporeleste, he tenidomuchotiempoparainspeccionarelrestodelos papeles quememandaronjuntoconelequipamiento, asícomopracticareltiroconelM-4 y laG19. Entre los papeles he encontradounmapadeoperacionesdeeliminaciónporsonidodelProyectoHuracán. LastresunidadessehallabanenShreveport(Luisiana), Longyiew(Texas) y Texarkana(Texas/Arkansas),y ajuzgarporelmensaje que me habíantransmitidovíateléfonoporsatélite, ibanaactuarendiversas intensidades.

Enestos momentos meencuentroaunos pocos kilómetros alnortedeMarshall, loque significaque tendré que irporunpunto medio entre Longview y Shreveportparatransitarporelterritoriomenos peligroso. Elmodelodeeliminaciónporsonidoque figuraenelmapaindicaáreas de actuación, concírculos rojos que marcanlaszonas objetivoenlas que hay peligro. Tambiénestámarcadoenverde uncorredorseguroquedelimitaunárearecomendadaparaviajarhaciaelsurporentrelas áreasde peligro. Los círculos que indican las zonas donde actúan los dispositivos deeliminación no son redondos del todo, quizá porque el terreno y otros factoreslimitan ladifusión delsonido. Es evidente que este mapase hizo con ordenador.Tambiénsoninteresantes las áreas marcadas ennaranjaentornoaDallas y NuevaOrleans, conelsímbolointernacionalde laradiactividad. Dichas áreas comprendenunradioconsiderableentornoalas ciudades ysealarganhaciaelestecomoelrastrode unalágrima. Parece que en naranjase muestran los límites de laprecipitaciónradiactivaconlosvientos implicados.

La zona de eliminación por sonido de Texarkana es, como mínimo, un 30 porcientomayorque las otras dos, porrazones que desconozco. Elcaminode evasión

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recomendadomellevaríaporelsurestedeMarshall, atravesaríalaAutopista80 y seprolongaríaotros treintay pocokilómetros haciaelsurporelsureste. Eláreamásseguramarcadaenverde terminaunos veinticincokilómetros aleste de Carthage.No sé lo que sucederá cuando se agoten las baterías de los emisores de señalessonoras de las tres ciudades. Laúltimavez que se desplegaron esos ingenios, lasbombas nucleares los hicieronañicos, y se llevaronconsigoamuchos de los vivosjuntoconlos muertos. Lomás probable es que, cuandose les agotenlas baterías, losmuertos se dispersende nuevoenbuscade comida. Conestamochilaalaespaldavoy arecorrer, comomucho, veinticincokilómetros aldía. Las interferencias mehanimpedido leerensu totalidad elmensaje que me hanenviado porelteléfono porsatélite, peroentiendoquedentrodeunas docehoras mevoy aquedarsincoberturasónica.

Entre los papeles también he encontrado una estimación de infecciones ydefunciones en América del Norte. Se calcula que el índice de infecciones y/odefunciones haalcanzado, aproximadamente, un99 porciento. Elúltimocensoquerecuerdo contabilizó más de trescientos millones de seres humanos en EstadosUnidos. Si recurrimos alas matemáticas más básicas paraestimarlos efectivos delenemigo, creoquelos muertos vivientes mesuperanenmás dedoscientos noventaysiete millones. Y no cabe ninguna duda de que ese número crece a diario. Losmuertos vivientes pueden permitirse errores, pueden permitirse caer desde unbarranco, o que les parta un rayo, o que les disparen al pecho. Los vivos nocompartenese lujo. Cualquiererrorde los vivos tiene comoconsecuenciaque nosacerquemos alcientoporcientode infectados. Mis cálculos notienenencuentaalosincontables muertos vivientes a los que he exterminado, ni a los millones que sedesintegraronalinstantebajolasexplosionesnuclearesdeprincipiosdeesteaño.

Ungranmapatopográficoplegadode Texas orientalse encontrabatambiénentrelos papeles. Ese mapaestáhechode materialimpermeable y contiene ilustracionesde plantas comestibles abundantes enlaregión, así comoexplicaciones sobre variastécnicas pararecogeragua. ElGPS yano funciona. Este mapa, en paralelo con elplano de carreteras que pienso sacar de algún lado, me ayudaría a encontrar elcaminohastaelsur, hastami hogar.

Después de examinar los papeles una vez más, he salido a inspeccionar elperímetroy aprobarmis nuevas armas. Nohabíanadieenelárea, así queheabiertoelM-4, lohe cargado, y he iniciadounabreve y torturadaprueba. He empleadolamira y me he dado cuenta en seguida de que permitía apuntar de manera muyintuitiva. Cierto es que no ibaausarlaparaclavar clavos, pero tendríasuficienteprecisiónpararealizarundisparoalacabeza. He apuntadoapiedras deltamañodeunapelotade golfacuarentametros de distanciay nohe tenidodificultad algunapara reducirlas a polvo. Tras disparar cuarenta cartuchos con esa arma, la hedesmontado para examinar sus componentes, luego la he vuelto a montar y he

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disparado otros 10 cartuchos para cerciorarme de que todo funcionasecorrectamente. Alterminar, sólomequedaban450cartuchosde.223, conloquesemehabíaaligeradounpocolamochila.

Antes de examinar el designador láser, me he asegurado de enganchar eldispositivodeseñalessobrelahombreraizquierdadelachaqueta. Luegoheactivadoeldesignadory he pulsadoelconmutadorporelladodelprotectorde manos. Enelmismomomentodeapretarlo, heoídountonocuyafrecuenciasehaincrementadoamedidaque sosteníaelbotón. Lohe soltadode prontodespués de contarhastatres.Queríaestarsegurode que elaparatofuncionara, peronoqueríaque me lanzaranunabombacercade mi posición. SatisfechoconelM-4, he cambiadoalaGlocky hedisparadotreintacartuchos sindificultadalguna. He disparadolos últimos diezconelsilenciador, parajuzgarenqué medidaafectabaalaprecisióndelarma. No hevisto motivo alguno de preocupación, salvo el tiempo necesario para instalar elsilenciador. Noveonadaclaroque, aestas alturas, estépreparadoparainstalarloconrapidez, y voy atenerque practicar. Las estrías sondelgadas y hay que colocarbienelsilenciadordesdeelprimermomentoparaquequedebienajustado.

He encontradobolsas de plásticode lacomprabajoelfregaderode lacocina. MehedespedidodelMP5yloheenvueltoenbolsas deplásticojuntoconlos cargadoresvacíos, y le he aplicadounacapade aceite de máquinaconelviejotrapoque mellevé. Heregistradoelfrigoríficodelacocina, perohaceyatiempoqueselollevarontodo. Ni siquieraolíamal, ni habíaquedadoningúnrestode comidaensu interior.He sacadolos estantes de laneveray los he guardadoenlaalacena. He metidoelarmadentrodelanevera, conelcañónhaciaarriba, y luegohemarcadoelsitioenelmapa y he escrito una nota que decía, sin más: «Kilroy estuvo aquí.6 Mirad en elfrigorífico».

6 Durante la segunda guerra mundial se hizo popular entre los soldados del ejército de los Estados Unidos elgrafito «Kilroy was here» («Kilroy estuvo aquí») acompañado por un dibujo como el que se ve en esta página.Hoy en día aún hay personas que lo dibujan en paredes, etc., y suele asociarse, aunque no en exclusiva, alambiente militar

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He dejado la nota sobre la mesa de la cocina, debajo de una vela que habíautilizadolanocheanterior.

Alredistribuirelequipamiento que llevabaen lamochila, me he acordado delteléfono por satélite Iridio, y entonces se me ha ocurrido encenderlo y probarlo,aunque sabía que no estaba dentro de las horas en las que había cobertura. Heaguardado unos cinco minutos mientras trataba de encontrar una conexión porsatélite. Nolohe conseguido. He programadoeldespertadordelreloj paraque meindicaselahora. Quieroestarsegurodequemeacordarédetenerelteléfonoapunto,conelcielodespejado, treintaminutos antes de que empiece elperíodoenque esposiblelacomunicación.

Piensomarcharme dentrode unos minutos y emprenderelsenderodelhuracánentre Longviewy Shreveport, peronoantes de vaciardos latas de comidaparaquelamochilanome pese tanto. Unalatade chile y otrade estofadome daránenergíasparalaatrozcaminataquemeespera.

13:00h.

Tardaré en acostumbrarme al peso de la mochila. Calculo que debo de haberrecorridodiezodoce kilómetros desde estamañana, aunamediade dos kilómetrosy medio porhora. He consumido lamitad delagua, porque así elpeso se me vadesplazandode los hombros alestómago. Nohe vistonadaque se movieradesdeque me he alejadodellugardonde se posóelparacaídas. Ni siquieraunpájaro. Elviento es ligero y variable, y eso tiene como consecuencia que el hecho de noencontrar nada me resulte todavía más turbador. Sé que los emisores de señalessonoras hanagotadosuenergía, oles faltapocoparaagotarla, y quiénsabequéclasede efectos vaatenereso. De vez encuandome asustoy levantoelarmacontraunblanco fantasmaque alfinalresultaque no es nada. Elúltimo nadahasido unacamisa que alguien dejó en el tendedero de un patio trasero abandonado hacetiempo. Enesemomentoestabasegurodequeeraunodeellos.

Chernobil... recuerdo una explicación interesante que leí antes de todo esto.Recuerdo que leí unartículo sobre Chernobilenelque salíaunaexploradoraquecontabalotranquiloy terroríficoque le habíaparecido. Habíapersonas que habíanllegadoacontratarviajes organizados alaciudad paraverloconsus propios ojos.Muchos de ellos abandonaronelviaje antes de que terminaraporque nosoportabanlacalma. Ahoralamayorpartedelcontinenteestámuertoyseguiráasí.

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¡Lossoldadosnoselicencianenplenaguerra!Hace unahorame he detenidoparaaguardarlos mensajes delIridio, peronohe

recibido ningún texto. He intentado llamar Remoto Seis buscado las llamadasrecibidas y utilizandolafunciónde rellamada, perome hasalidolaseñalde líneaocupada. Ahora mismo estoy sentado sobre un antiguo coche blindado, en unacuneta. Hay uncadáverenelasientodelconductor. Noquedacasi nada, salvoloshuesos y un uniforme... debió de matarse en los primeros momentos. Echo unamiradade360gradosdesdeaquí, peronoveonada.

Me encuentromalporculpade las dos latas que me he comidoestamañanayquerríahaberencontradounlugarseguroparaescondermeduranteloquequedadedíay lanoche entera. Piensomoverme durante otras dos horas antes de buscarunescondrijo. Nopuede serque duermadentrode unvehículo, comoelcadáverqueestádebajode mí. Las marcas de sangre delvehículoexplicanloque le sucedió. Lomás probable es que ese pobre gilipollas se pasaravarios días, y talvez semanasrodeadohastaque se rindióy se suicidó. He dobladoelmapaparaque quede alavistalazonadondemeencuentro. Elmapanoes deimpresiónreciente, y porellonoofreceinformacióntotalmentefidedigna, peroesmejorquenada.

Nubes de tormentase asomanporeloeste, y lomás probable es que termine lanoche empapado si duermo bajo las estrellas. Me parece que me he resfriado yesperoquenoseanadamásqueeso.

21:34h.

Alguienmesigue. Estatarde, después dequeabandonasemi áreadedescanso, hasonadoelteléfonoporsatélite. Debíandeserlas13.55horas, ycasi pierdolallamada.Llevabaelteléfonometidoenlapartesuperiordelamochilay laantenaseasomabaporelcostadoderecho. Enelmomentoenque lamochilahaestadoenelsueloy hedesatado las correas, elteléfono yahabíasonado tres veces. He pulsado elbotónverdeyheescuchadoelfamiliarsonidodesecuenciacióndigital, porquelos datos detextodelsatélitesetransmitíandeformacomprimida.

...INFORME DE SITUACIÓN a continuación:

Proyecto Huracán: un éxito. Ruta de evasión aceptablemente segura al suroestecon densidad de muertos vivientes escasa.

Reaper.— permanece en Sistema de Gestión de Vuelo con dos bombas guiadaspor láser listas para su utilización.

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Peligros: varón armado, no identificado, en camino desde el norte. Treintamuertos vivientes, dos de ellos irradiados, localizados en un radio de dieciséiskilómetros desde la situación actual mediante los sensores del Reaper...

Elteléfonohaperdidolasincronizacióninmediatamente después de estaúltimapalabra, yentonces hesacadoenseguidalos prismáticos yheiniciadolaobservacióndelárea que quedaba a mis espaldas, en dirección alnorte. No he visto ningúnindiciode unhombre noidentificadoque me siguiera. Elteléfononome hadejadoningunaposibilidadde hacerles preguntas, ni de enviarles comunicaciones de texto.Hay algoque nofuncionaenmi relaciónconlaunidadque se hallaalotroextremodelalíneadetelefónica. Puedeserquelareddesatélitestengaalgúnproblemayquepor eso tan sólo permitalaconexión remota, o algo así. Pero tiene que haber unenlace de transmisiónde datos enelReaperque me sobrevuelay unáreade controldesde donde lopilotany hacenunseguimientoporlos monitores. «Treintamuertosvivientes, dos de ellos irradiados.» Esosólopuede significarunacosa: Dallas, Texas.He visto lo que pueden hacerlos muertos vivientes de ese tipo y voy aredoblaresfuerzos paraevitarelcontactoconesas cosas ahoraqueséqueenmi zonahay doscriaturasradiactivas.

Ahoramismollueve y me he refugiadoenlacabinade untractorabandonadoenuncampomuy extenso, rodeadoporunacercaparaganadovacunoyaestropeada.Eleje posteriorde labestiase haenredadoconvarios metros de alambre de espino,porque pasóporencimade lacerca. Otrareliquiade hace unos meses. De vez encuando, albizquear, creoveralgo. Seríasuficienteparaquemeasustara, abandonasedeinmediatomi refugioymeadentraraenlanochedeTexas.

Mi mente me engaña sin cesar, me hace creer que veo muertos refulgentes eirradiados alolejos, y que éstos se muevenconrapidez. Aquí dentrohace fríoy hemetidolas piernas dentrodelsacode dormirestilomomia. Parece que me vabien.Este tractores unJohnDeere de colorverde. Comoelcolorque veoporlas gafaselectrónicas cadapocos minutos, cuandolaparanoiase adueñade mí y tengoqueecharunvistazo.

Me preguntosi elhombre que talvez me sigasentiráelmismomiedo. Mañanareanudaré elcaminohaciaelsurporeláreaprovisionalmente segura, de regresoami hogar.

15 de Octubre

8:00h.

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Me he despertadoconelsolque asomabaporelhorizonte dándome enlacara, ylehedadovueltasunavezmásalmensajequemetransmitieronmediantelallamadatelefónicadeayer. Hoy mevoy apasareldíavolviendolavistahaciaatrás altiempoque caminohaciaelsuroeste, listoparacorrersi hace falta. Si lasituaciónde laqueme ha informado el teléfono por satélite resultara cierta, podría ser que meenfrentaraadificultades enunfuturocercano. Elsacodedormirtipomomiaquemelanzaron me serviráparaenvolver lamochilacivily camuflarme mejor aojos decualquierpersonaque me siga. Ese hombre se desplazaapie. Lomás prácticoparaescapardelindividuoque me sigue seríaencontraruncoche y ponerloenmarchacon elcargadorsolar, eltratamiento de combustible y elsifón de mano. Elúnicoinconvenientees quesi quisieraemplearelcargadorenunabateríadecoche, tendríaque pasarme undíaenteroparaintentararrancarlounavez, pornohablarde quedespués tendríaque arrancarelvehículoconlos cables. Tendríaque encontraruncoche con las llaves puestas, y entonces, probablemente, el antiguo propietariotambiénestaríadentro.

9:00h.

Hecavadounagujeroenunatierradecultivoquehaquedadocubiertadehierba.Hetenidoqueutilizarelextremodeunademis voluminosas trampas pararatas. Hejuntadoramitas y he logradohacerunfuegosemilibre de humoconunatécnicaquelo dispersa mediante hojas y maleza. Hoy he calentado una lata de chile y heconsumido una cuarta parte de mis reservas de agua. Sé muy bien que no meconviene anclarescaso de provisiones, pero cadavez que vuelvo los ojos hacialamochilasiento eldeseo de comerme todalacomidaenlataday luego las racionespreparadahastaquetansólomequedenlos alimentos deshidratados. Ellímitedemiansiaporsoltarlastre acabaenlas municiones. Voy aconservarlas almáximo, porsitengoque defenderme de los peligros que me rodean, oque voy aencontrarme másadelante. A laluz de los recientes acontecimientos, es probable que no hayasidobuenaideaencenderunahoguera, pero, antes de ponerme enmarcha, necesitabaelrefuerzomoraldeunplatocaliente.

16 de Octubre

21:43h.

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Esto se llama evasión. Para evitar a los muertos vivientes hay que seguir unafórmulapreestablecida. Nohacerse notar, nohacerruidoy planearcontiempolaspróximas acciones. Estas normas nosonválidas cuandose huye de unperseguidorhumano. Los esfuerzos por no hacerse notar ni hacer ruido le dan tiempo alperseguidorparaseguirte lapista, y atraparte, en elcaso de que sigaunas regiasdistintas. Un delicado equilibrio entre ambas metodologías es lo único que haimpedidoquecayeraenlalíneadevisióndemi inmediatoperseguidor. Hacemásdetreintahoras quenorecibollamadas deRemotoSeis. Ahoraséquelameraexistenciadelacoberturaporsatélitenoimplicaquelaorganizaciónvayaaemplearla. Aunquenoveaami perseguidor, tengolasensacióndequealguienmeobserva, y nosési sedebe alaparanoia, osi de verdad notolos ojos de undesconocidoque me observadesde lejos. Notengoanadie conquienturnarme paramontarguardiadurante lashoras de oscuridad. He tratadode permanecerdespiertodurante lalarganoche quehe pasadodurmiendoenelpisode arribadelgranerode unagranja, donde habíacrecido yalahierba. Cadavez que lamaderacrujía, o se oíaelaleteo de un avenocturna, me incorporaba, inspeccionando ami alrededoratravés delresplandorverdedelas gafas y mirandoelpuntorojoquerefulgíaenlamiracuandotratabadeencontrarunblancoque noestabaallí. Nohabíaconocidoelmiedohastaeldíademañana. Lodigoasí porque sé que ayerconocí elmiedo, pero, cadadíaque pasa, elmiedocobraunsignificadonuevoydemayorpeso. Enelejércitoteníaunamigoquesiguióuncaminodiferenteenelservicio. Lafrase«Elúnicodíafácilfueayer»noerasu divisapersonal, peroamenudolarepetía, y enlos tiempos que correnestámásvigentequenunca.

Tengo la espalda magullada y me noto fatigado. Después de la torturadaexperienciadelaotranocheenelgranero, hedespertadoy hevistoaunodeellos enelcampo, conlacaravueltahacialaventanadelpisodearribadondemeencontrabayo. He sacado los prismáticos y he visto que me miraba y avanzabaespasmódicamente hacia elgranero. Esa cosa era una de las criaturas originales.Llevabamuchotiempomuertay su esqueletose dejabaentreverenmuchos puntosdesucuerpo.

Nohe queridoque llegaraaunsitiodonde pudiese hacerruidoy atraeraotros,así quehesacadolapistolay hemontadoelsilenciadorparaterminarconlacriaturaenuninstante y sinhacerruido. Me he alegradoalverque, aparentemente, estabasola. Tanprontocomome he cercioradode nohaberajustadomalelsilenciador, hecargado la recámara y he empezado a disparar. He necesitado dos disparos paraabatiralacriatura. Elprimerdisparo le hadado en elcuello y elsegundo, en elpuente de lanariz. Lacriaturase hadesplomado, y lahe observado, lejos de todopeligro, desde laventanadelpiso de arriba, paratratarde versi llevaríaalgo devalor. No teníanada, salvo un cinturón de cuero que le sosteníaunos pantalones

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podridos, y mehaparecidoquelepodíadejartodoloquellevaseenlos bolsillos. Enelpisode arribadelgranero, mientras me comíalaúltimalatade chile, estavezsincalentar, me he dadocuentade que me quedabatansólounaúltimalatade comida(estofado). Piensoquepodríaesperarunpardenochesantesdeabrirla.

Lacomidaenlatadayatienemuchotiempo, y nomegustafría, peroelcomérmelamehadadounaexcusaparaescuchartodos los sonidos demis alrededores antes debajarporlaescalerademano. Noqueríaquepareciesequeúnicamentelohacíaparaconservarlacordura. Me he sentadoy he comido, y aunque fingieraindiferencia, hebuscadosonidos que me obligaranaquedarme más tiempoenelpisode arribadelgranero.

Me he puesto en marcha esta mañana, a sabiendas de que la protección delProyecto Huracán se terminaba, porque empezaba a ver criaturas en lugarescercanos. Esome hapuestode malhumor, perohe empezadoaandary he obligadoami mente aentretenerse conelbuenrecuerdodelchile caliente que habíacomidohacíapoco. Creoquesaborearunabuenacomidaes loúnicoquepuedoesperar, y loúnicoquedeverdadmemotivaparavolveracasa. Recuerdotodas esas veces enlasque nos desplegamos eneldesierto. Recuerdolaguerray lomuchoque añorabamihogar, y que siempre encontrabaalgoque me hacíaseguiradelante. Elrecuerdodesalirdeacampadaconlafamilia, odecomprarmeelriflenuevoconeldinerolibredeimpuestos que me habíanpagadoporlaúltimamisión, oconlaideade que algúndíaibaatenerunfindesemanalibresi poníatodomi empeñoenelloy cumplíaconmi deber.

Ahoratansólopuedopensarencomidacaliente. Esoesloquememotivaeneldíadehoy. Mañanaquizáseráelpoderlamentarmedequeelhelicópteroconelquemeestrellé no cumplía los requisitos mínimos de mantenimiento y se lo habíancompradoalproveedorque les haciaelpreciomás ajustadoy nohabíaunmecánicotituladoconvidaenvarios cientos, probablemente varios miles de kilómetros alaredonda. Laluzdealarmaporvirutasenelmotor. Habíatenidoquesobrevivirenunterritoriocasi inhabitable porque unavirutade metalque se habíaintroducidoenelmotorhabíaprovocadounfallofatalenlacapacidaddelaparatoparamantenerseenelaire. Todoaterrizajees unbuenaterrizajesi sales andandoconvidadelaparato. Elproblemaesquepuedessalirandandosinvida.

Estanochemeheguarecidoenunagasolineraabandonada, unadeesas tipooasisque dejaronde funcionarmuchoantes de lacatástrofe. Ni rastrode vida, perosí losrestos de ratas que se habíanacumuladoallí alolargode los meses, o quizáalolargo de los años. No habían dejado nada. Parecía que estuviese allí desde hacíavarias décadas y, probablemente, habíasidounnegociorentable enotros tiempos.Las bombas dabanlecturas analógicas y nohabíacámaras de seguridadeneltejado.Dentrodelestablecimiento, debajodelviejomostradorde madera, he encontradolo

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que debió de ser un viejo estante para escopetas, de los tiempos en que eso eraperfectamenteaceptable.

Igualquehoyendía.He encontrado un viejo juego de cadenas paranieve que me han servido para

cerrartodas las posibles entradas. Frenaríanaunasaltante humanoy detendríanaunoodos muertos. Meheinstaladoenunazonadesdedondepuedoverbienlas dospuertas deacceso. Alotroladodelas pesadas puertas tengoquincemetros devisióndespejadahastaque empiezanlos árboles. Más alládelagrietadoasfalto, las hierbasestánmuy altas, peronoimpidenlavisibilidad. Elvientoaúllay oigounaantiguapiezade estañoque tintineaeneltope delmedidorde gasolina. Cadavezhace másfrío, ycreoqueesteinviernovaasertodounreto, si esquellegoconvida.

17 de Octubre

8:00h.

He dormido mal. Me he despertado varias veces por culpa de unos sueñosperturbadores. He soñado cientos de cosas distintas, peto tan sólo recuerdo dos.Parecequelas quequeríarecordardeverdadsemehayanescurridoentrelos dedos.Estabaenloaltodeunacolinaycontemplabaamillones demuertos vivientes. Habíavarias ametralladoras de veinte milímetros a cargo de lo que parecían militaresnorteamericanos, convarios tipos distintos de uniformes. Me he vistoamí mismocomo si fueraotrapersonay me he mirado alos ojos mientras dabalaorden dedisparar. Los muertos vivientes aún se encontraban a más de un kilómetro dedistancia, perolos cañones deveintemilímetros disparabancontantarapidezquesehaformadouncharcoalos pies delos monstruos desintegrados. HevistocañonerasAC-130 que volaban bajo y liquidaban amillares con sus armas. Viejos F-4 y A-4volabanbajoy arrojabannapalm, conloque diezmabanalenemigo, peroéste, detodos modos, seguíaavanzando. Hepasadoaotrosueño, estavezenelHotel23, conTara. Se encontrabaenlasalade controlambientaly llorabaalcontemplarunacajaconmis pertenencias. Mientras las lagrimas le resbalabanporlas mejillas, le he oídodecir: «¿Dóndeestáeso?», yentoncesheabandonadoelsubconscienteyheregresadoalarealidad de lasituación. He hechotodoloposible pornopensarenelladesdequenosestrellamos. Noharíanadamásquecomplicarmi situación.

Aldespertar, me he acordadode que tansólome quedabaunalatade estofadoconverduras, y enciertosentidoestábienque seaasí, porque eraloúltimoque mequedabade provisiones pesadas, aparte de las dos raciones de comidapreparada

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que yahe abierto, de las que he tiradoelcartónparaque nome pesarantanto. Hevueltoaencenderlavelaparacalentarlalatadeestofado. Estamañananomesentíabien, y noteníaclarosi se debíaahaberdormidomal, oalprincipiode uncatarroque hacíaque me sintiese débily que me dolieratodo. Me he bebidolamitadde lasreservas deaguayheterminadolalatadecomida, yluegohepreparadodenuevolamochilaparalaspenasdeldíadehoy.

12:00h.

Hoy he aprovechado eltiempo, por mucho que mi cuerpo parezca debilitarse.Ahoramismoestaríaencantadode beberme unterciode litrode zumode naranja,porque esosiempre me ayudabaenunmundoque aúnnoestabatanjodido. Estamañana, alcabode dos horas de caminata, he observadoundestellode luz amisespaldas, en la dirección por donde había venido. Tan sólo un reflejo sutil. Hemiradoconlos prismáticos, peronohe vistonada. Elvientoeracadavezmás frío, yalolejos, enunradiode unos trescientos metros, nose divisabaindicioalgunodemovimiento, salvoeltemblordelfollaje. Porsi hubieseunallamada, heenchufadoelteléfono alcargadorsolarque cuelgade lamochila, almismo tiempo que caminohacialaparte de abajo delmapa. He aceptado que no van acontactarconmigo adiario.

Durante las últimas dos horas he localizado pequeños grupos dispersos demuertos vivientes y los heobservadoenlos diversos campos y áreas ami alrededor.Noparece que se dencuentade mi cercanía. Sigoadelante y modificomi rutacadavezqueesnecesarioparamantenermeadistanciaseguradelenemigo. Si meacercoamenos de cien metros advertirán mi presencia, aunque esadistanciapuede variardebidoalvientoy asu nivelde descomposición. Llevolapistolay elsilenciadorapunto, sujetos en la mochila, por si tuviera que neutralizar a uno de ellos. Si esverdadquealguienmesigue, orastreamishuellas, nopuedopermitirmeelriesgodehacerningúnruido.

16:00h.

Hoy nohanllamado. Presientoque mi paranoiame hahechoperdereltiempo,porque me vuelvo unay otravez por si encuentro algún indicio de mi presuntoperseguidor. No he visto anadie. Tengo lasensación de que me vigilan, pero no

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sabríadecirsi esasensaciónprovienedelaadvertenciaprevia, osi deverdadsetratade unsextosentido. ¡Qué diablos!, podríanserambas cosas alavez. Estanoche mehe refugiadoenunaviejatabernacercanaalacarretera. Me he escondidotemprano,porque presientoque este virus que he pilladome vaadejarmuy débil. Notengoganas de comer, perome obligoabeberme loque me quedade agua. Oigotruenosen elhorizonte y siento en elaire laproximidad de lalluvia. En los estantes haynumerosas botellas dealcoholquenadierobó. HetomadounabotellapolvorientadeMaker's, lahe abiertoy me lahe bebidoamorro. Escocia, perome harefrescadolagargantay me hahechosentirmás calorque elde verdad siento. Me he sentadoenunode los reservados de estaviejatabernaalaantiguaque llevóporúniconombre«RiverCity —Licores y comidas». Los hay que prefierenreservados cuandosalenacomer. Creoqueyomismosoyunhombrereservado.

Sé que todas estas botellas de alcohol pueden servir desde el punto de vistamédicoparadesinfeccióny sedación. Ojalátuvierasitioenlamochilaparallevarmemás de mediolitrode whisky. Elvientopegacadavezconmás fuerzay lalluvianoseharáesperarunavezhayaterminadoestafrase.

18 de Octubre

9:00h.

Anoche, gracias alas fuertes lluvias, llené entres ocasiones eldepósitode agua.He registradolos cajones deldespachode laencargaday he descubiertounbotellínde vitaminas prenatales. He leídolaetiquetaparaestarsegurode que nome haráncrecerlos pechos, y luegoles he quitadoeltapóny me he tomadounadosis doble.Estabanapuntodecaducar, y, probablemente, esoimplicaráquesuefectoseadébil.Enmi situaciónactualnecesitovitaminaC. Notengoapetito, perome obligoamímismoaintroduciraguaenelorganismo(unos dos litros y mediodesde lanochepasada). Parecíaque cadaquince minutos tuvieraque saliramearalapuertade lataberna, siempreconelrifleenunamanoy lapistolaenelotro. CreoqueestarábienquepaseotranocheenlatabernadeRiverCityparaversi así recuperofuerzas.

15:00h.

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Estaba afuera, fatigado y tembloroso, a la espera de una llamada que no hallegaba. Estaba con la espalda apoyada en un viejo vehículo abandonado, en lacunetadelacarreteraquesealejadelataberna, cuandohevistoaunadeesas cosas.Ellatambiénmehavistoamí y sehaacercadoatodavelocidadarrastrandolos pies.Nohetenidotiempoparasacarlapistolaconsilenciador. Heapuntadoalacosaconelrifle, lehepuestoelpuntorojoenlafrentey heapretadoelgatillo. Yyaestá. Perohabíaarmadomuchoestruendoy puedodarporseguroque ahoravendránmás. Elperíodo de conexión porsatélite haempezado y haterminado, y he regresado ensilencio a la taberna para reflexionar acerca de todo ello. Notaba que me estabasubiendolafiebrepormomentos. Alregresaralataberna, mehedadocuentadequeenlapartedeatráshabíauncontenedordepropanoenformadegigantescaaspirina.Talvez eneste lugarcontaraconlonecesarioparacocinary tal. Enlamochilasólomequedabanlosalimentosdeshidratadosylasracioneslistasparacomer.

22:00h.

Elsistemadepropanodelatabernafunciona. Hellenadounapequeñasarténconaguade lluviay he cocinado en ellaunaparte de los alimentos deshidratados, yluegome he obligadoamí mismoaengullirlos. Sabíanbien, aunque elcuerpomedijese que noteníahambre. Afueraestabaoscuro, y porellohe pensadoque podíapracticar con la mira delM-4 y las gafas de visión nocturna. He apuntado a unprimerobjetivoconelpuntorojoy me hadadolaimpresiónde que tambiénpodríahacerlo conlas gafas. Estaríabienparaunenfrentamiento de pocamonta, pero elfogonazome delataríaalprimerdisparo, talvez alsegundo, segúnladistanciaalaque se hallaraelobservador. Porlo menos, tendré laposibilidad de emplearlo denochesi es necesario. Mientras empleabalamiraconlas gafas devisiónnocturna, hevisto movimiento desde laventana. Afueraestabamuy oscuro, porlo que estabasegurodequelas criaturas nopodríanverme. Hesostenidoelarmaenristre, conlosojos enelpuntorojo, paraestarsegurode neutralizarcualquieramenaza. Entonceslos he visto... debían de ser diez, o quince. Caminaban por la carretera,aparentementesinrumbo. Hecontenidoelalientoy los heobservado, y mehedichoamí mismoporlomenos treintaveces que noeraelmomentode inspeccionarelmecanismode acciónde mi arma. Si me encontrabanallí, talveznosobreviviera. Elcatarro me había debilitado, y serían ellos quienes llevaran ventaja en unenfrentamientonocturnoenunespaciotanpequeño. Demasiadas maneras de morirallí durante lanoche. Mejornohacerse notarni hacerruido, y pordesgracia, mejormantenersedespierto.

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19 de Octubre

6:45h.

Estamañanaparece que vayamos atenerundíadespejado. Las criaturas se hanmarchadodeestazonahacialas 2.00horas. Nomeheobligadoamí mismoadormirhastalas 3.00horas. Ahoramehepuestoenmarchadespués detres horas desueñoyme sientocomosi tuvieraunaresaca. Beboaguasincesar, e inclusohe encontradoviejos paquetes de café sin abrir. No es lo mejor que puedo tomar en mi estadoactual, peroestamañanavoy anecesitarlacafeína. Nopiensoquedarme aquí unanoche más. Si nome marchohoy mismo, puede que nollegue amarcharme nunca.Nohay dos sintres, ni quince sincien. Trataré de recorrerquince kilómetros enundía.

12:00h.

Descanso sobre la elevación estratégica de una loma. Las rocas me cubren laespalda. He descubiertoalgohorrible. Unkilómetromás abajo, enelvalle, hay unedificioquepareceunviejomolinoparamolergrano. Nolehabríaprestadoatenciónsi nofuese porelhumoque sale de loque parece unaviviendacercanaalmolino.Hay otroedificioque parece unestablo, otalvez uncentrode confinamiento. Mehabía instalado aquí sin otro escondrijo que el saco de dormir. Mis cosas estánseguras enlamochilaimpermeable, escondidabajo unas ramas, y observo eláreaconmuchaatenciónmientrasdecidoloquevoyahacer.

Hay varias personas quedanvueltas porahí, talvezguardias quehacenlaronda.Voyatenerqueobservarsusmovimientosytomarnotadelaspautasquesiguen.

Guardia 1 (hombre con ballesta): Ha abandonado el edificio a intervalosirregularesentrelas10.30y11.30horas.

Guardia2 (mujergorda): Hapatrulladoporelmolinocadaquince minutos entrelas10.30y11.30horas.

Guardia3 (AK-47): Haestadode guardiaaunos cuarentay cincometros de losedificios, parecealerta. Estáinstaladoenunacasetadevigilancia.

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13:00h.

Situación: Alobservar con detenimiento durante un tiempo, he visto que unapartidaarmadaconactitudes hostiles retiene preso, comomínimo, auncivil. Hanmodificado el molino para emplear energía humana. Tienen criaturas que hacengirarelmolino. Noestoysegurodesi elmolinosirveparamolergranooparaextraeragua. Las criaturas estánsujetas almolinoconarneses. Nollevanbridas enlaboca,perosí les hanpuestounaespecie de anteojeras comolas de los caballos. Lamujergordasalecadaquinceminutosylosestimulaparaqueanden.

13:30h.

He observadoque uncamiónmilitarparatranspone de tropas, conlaplataformadescubierta, se acercaalcomplejocontansólodos individuos enlaparte de atrás yunconductor. Parece que formenparte delpersonalde este complejo. He vistoconlos prismáticos quelamujergordaabríalabocaparachillarcuandolos hombres handescargadoloqueparecíauncadáver(muertodeverdad).

14:00h.

Estáclaroque hoy novoy arecorrerlos quince kilómetros. Voy arecurriralasarmas deladiplomacia, y más específicamenteaunabombaguiadaporláserde225kilogramos. Se me haocurridoalverque atabanaunapersonavivaalmolinoparaanimaralos muertos vivientes aseguiravanzando. Elpalo y lazanahoria. Voy abuscarunsitioparapasarlanoche oculto, luegoobservaré surutinaalolargode lamañanay, finalmente, emprenderéunataquepreventivo. Parececomosi tratarandemantener equilibrado el número de vivos y de muertos en la rueda. Los tienenatados tancercadelos muertos quemehaparecidoverqueunodelos monstruos letocabalaespaldacon sus dedos huesudos aunapersonavivaque se encontrabadelante, mientrasambosgirabanenperpetuocírculo.

Unapartedemí querríalanzarles labombaahoramismo, perosi noencuentrounsitioparapasarlanoche, me voy aponertodavíamás enfermo, otambiénpodríasucumbiraunataque de los muertos vivientes mientras me encuentroenelsacodedormir, enloaltode estaloma. Voy aempezarporcargarme conelrifle alque se

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encuentra en la caseta de vigilancia. Por lo que veo, es el único que podríarepresentar algún peligro a esta distancia, y no merecería la pena malgastar esabombaporunasolapersona. Encuantohayaacabadoconelguardia, marcaréconelláserlaestructuraque considerohostily trataré de nocausardaños colaterales enlaruedadonde se encuentranlos posibles aliados juntoconlos muertos vivientes. Porahorasólo es unplan. Enalgúnmomento deldíahe visto undestello enlalomaopuesta, pero, aunque he miradoconlos prismáticos, nohe sidocapazde descubrirnadaquesemoviera.

Otro aspecto de estacuestión, macabro, pero que me viene bien, es que voy aprobarlaeficaciadelReaperquevuelasobremí conunobjetivoqueverdaderamentesemereceunabombaguiadaporláser. Si todosalebien, mevoy acargaralos malossintenerqueacercarmeamenos decuatrocientos metros deledificio. Ahorallueveyme sientomal, y llenosincesareldepósitode aguay me labebo, hastaelpuntodequemevienenarcadas. Nomequedaotraopción, porquelomás probablees queenun radio de 150 kilómetros no encuentre jeringas esterilizadas ni suero fisiológicoque no estén vigilados por un millar de muertos vivientes. Hoy no he recibidollamadaalguna, pero he tratado de cargarelteléfono porsatélite con elcargadorsolar, yentodomomentohevigiladoelcomplejo.

20:00h.

Tras dejar una parte de mis cosas en el escondrijo cercano al molino, heencontradounsitioparapasarlanoche: uncocheabandonado, conlapuertaabierta,que quedósobre unacolina. EraunEscarabajoVolkswagende los ochenta. Loheelegidoporque se encontrabaenunacarreterasecundaria, enloaltode unacolina.Me he metidodentroy he buscadolas llaves... noestaban. He soltadoelfrenodeemergenciay sehamovidoalinstante. Sólohepermitidoquerecorrieraalgomás demediometroantes devolveraecharleelfreno. Dentrodeestevehículovoyadormirsinpeligro, y si durante lanoche me atacaranlos muertos vivientes, podríaquitarleelfrenoyrodarcolinaabajo. Si elcochenofueseunEscarabajo, trataríadehacerleunpuente. Está construido en una década en la que era fácil, pero no sé dónde seencuentransus piezas esenciales, porque tiene motortrasero. Laúltimavez que lohice fue conuncoche de Detroit. Ojalátuviese ahoraaquelBuick Regal. Estanochevoyadormirconunamanosobrelapalancadelfreno.

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20 de Octubre

8:00h.

Esta mañana me he levantado temprano para planear elataque y analizar lospapeles delReaper. Heexaminadodos veces eldispositivodeseñales, ytambiéndosveces el período de cobertura del Reaper. Si la cobertura lo permitiese, habríaatacado de noche. He dormido relativamente bien, sin interrupciones inesperadas,aparte de lafaunalocal. Unviejobúhome hatenidodespiertodurante unrato. Quénodaríayoporvolarahoramismocomoesebúhoviejoysabio.

Cambio de planes: si le disparo al hombre de la caseta y luego el Reaper nofunciona como me habían dicho, soy hombre muerto. Ojalá pudiera recordar elángulo de tiro de un cartucho de 5.56 a cuatrocientos metros desde un cañón dedieciséispulgadas instaladoenunM-4.

ElReaperyatendríaqueestaraquí, oporlomenos faltapoco. Heprobadoellásery he oído los tonos. Las baterías están bien. La mira también funciona bien... laampliación x1 no me vaaservirparanada, así que tendré que acercarme aunoscuatrocientos metros paraincrementarlaposibilidad de darle alguardia. Como aestadistanciasuAK-47 noserámás precisoque mi arma, voy acorrerelriesgo. Heencontradounviejocoche familiarChevrolet(puntos extraporelrevestimientodemadera) nomuy lejos delEscarabajo. Después de echarunaojeadaami alrededor,he levantadoelcapóparaverqué talestabalamáquina. Teníaalgunas grietas, peroenconjuntoparecíaque pudiese funcionar. Las llaves noestabanpuestas, peroconese coche sí podríahacerunpuente. Si empleabalamismatécnicaque varios mesesantes, nomeseríadifícilponerenmarchaelviejocaballodebatallayrecorrertodoelcaminohastaelMundode Wally. Me habíallevadoelteléfonoy elcargador, perohabíadejadoellíquidoparatratamientode combustible enmi áreade observación,justodebajode laloma. Tendríaque encontrarcables. He empleadoelcuchilloparadesconectarlabatería, y luegolahesacadodelcochey lahellevadoaunclaro, lejosde todotráficopedestre. He desplegadoelcargadorparaque laexposiciónde suscélulas alaluz solarfuese lamáximaposible. Enlas instrucciones decíanque paracargarelteléfonohabíaque exponerunaúnicacélula. Peroahorase tratabade unabateríagrande. Elcargadorde energíasolarno teníamarcay eso me haparecidoextraño.

He cubierto labateríacon unade las bolsas de plástico que me he llevado delcoche familiar para que tan sólo elcargador desplegado quedara expuesto a loselementos, y alcielo matutino parcialmente nublado. Dentro de unos minutos mepondré en marchapararealizar un nuevo reconocimiento, y si es necesario, parareducireldolor.

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FRANCOTIRADOR

12:00h.

Las edificaciones enemigas sehanvenidoabajoyelfuegolas devora. Hellegadoaeste sitio porlamañana, alas 8.50 horas, y me he preparado paralaincursión amenos de quinientos metros delobjetivo. Contabanconelmismopersonalque ayer.He visto que lamujergordale hacíaun tajo en laespaldaauno de los esclavosvivientes atados alarueda, probablementeparaestimularalacriaturaqueibadetrásyhacerquedenvueltasmásrápido. Habíaunasolapersonavivaenlarueda. Parecíaunhombre de medianaedad. Teníarasguños enlaespalda. Se los habíahechoconlas uñas lacriaturaqueibadetrás deél. Nohedudadoqueelhombreestabaapuntode morir por culpa de la infección. He observado detenidamente la rueda paraconfirmarqueeralaúnicacriaturavivaentrelasquecaminaban.

A las 9.30 horas aproximadamente he marcado con elláser un punto en tierraentre larueday los alojamientos de las personas que mandabanenese sitio. Alcabodeunos seis segundos, eldesignadorhaempezadoaemitiruntonoregular. Noloheapartadodelobjetivohastaquelabombaguiadaporláserhallegadoalsuelo...

Me había arrojado de cuerpo a tierra, pero la explosión me ha desgreñadoigualmente elcabelloy me hatapadolos oídos. Los edificios handejadode existirylaruedahasaltadoporlos aires comounfrisbee comomínimotreintametros másalláde donde habíaestadoantes. Elhombre infectadohamuerto, porsupuesto. Laexplosiónhaderribadolacasetadeguardiacomosi fueraunretretedelos antiguos,y elguardia ha quedado aturdido y confuso. Alfin se ha puesto en pie y se haechadoacorreryadispararentodasdirecciones.

Tras desperdiciar cinco cartuchos, lo he abatido por fin. Ya llevo aquí treintaminutos alaesperade que algose mueva. Seguramente lomejorseráesperaraquelos vivos mueran desangrados. Voy a dar una vuelta por esta zona en busca desupervivientes y me aseguraré de que los muertos se quedenmuertos. Conciertasprisas, porque la explosión ha sido muy ruidosa y difícilmente puede pasarinadvertida, independientementedelestatuscardíacodecadacual.

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13:50h.

Alacercarme alúnico edificio que no había quedado destruido ni gravementedañado, hevistocadáveres enllamas quetodavíacaminaban. HeapoyadoelM-4 enel hombro y he aguardado a que estuviesen a cuarenta metros de mí antes deabatirlos. En total, he matado a siete. Me he acercado aledificio y he abierto lapuerta. Laestructuraapenashabíasufridodañosysehabíainclinadoligeramente. Alabrirlapuerta, me havenidoalacaraunanube de moscas que enseguidase hadispersado. Elteléfonoharecibidounallamadaenelmismomomentoenquequincemonstruos salíanporlapuerta. Me he marchadoporelmismocaminoporelquehabíavenido. Las criaturas me seguíanlos pasos. He agarradoelM-4 conlamanoderechayelteléfonoconlaizquierda...

He disparado lo mejor que he podido, en un intento por luchar y, al mismotiempo, leerlapantalla. Meimaginoqueestodebedeserlaversiónapocalípticadeirconduciendolanzadoporlaautopistaconelmóvilenlaorejay tomandouncafé almismotiempoqueteafeitas.

Todoloque he llegadoaleerhasido: «INFORME DE SITUACIÓN: Serhumanode sexo masculino, no identificado, se acerca a su posición. Armado. Evaluaciónefectuada por el Reaper tras el lanzamiento de la bomba guiada por láser: laexploracióntérmicaidentificatansóloados bípedos enlazona. ElProyectoHuracánEx...»

Elrestoerailegible.Mehepasadounbuenratodebaileconlos monstruos y hetenidoquecambiarel

cargadorycorrerencírculocomounidiotaparamantenerlos aunadistanciasegura.Es entonces cuandohaocurrido: he puestoelpuntorojosobre lafrente de unadeesas criaturas y su cabeza ha estallado antes de que apretase el gatillo. Acontinuaciónheoídoundisparo. Hevistoquelacriaturasecaíadebruces sindarmecuentadelaqueveníadetrás. Lateníacasi lobastantecercacomoparaquemedieseunmordiscoenlagarganta. Hevistoporelrabillodelojoquesucabezaexplotabayvarias astillas de huesopodridome hangolpeadoenelhombromientras, unavezmis, elsonidodeldisparose oíaconretraso. Tansóloquedabauno, y poresoheaguardado y me he mantenido a distancia, altiempo que buscaba un lugar paracubrirme.

Me he escondidodetrás de unfardode henoenmohecidoy he vistoexplotarotracabeza, yluegootra. Elinformemehallegadomenos deunsegundodespués dequela cabeza sufriera el impacto. No ha quedado totalmente destruida, pero sí ha

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perdido un buen trozo. He sacado los prismáticos y he explorado toda el áreacircundante. Nada. Ni rastro del tirador. Me he arrastrado hasta que no lo heaguantadomás, y entonces he echadoacorrertanrápidocomohe podidohastalamochilaquehabíadejadoescondidaenlaloma.

Congransorpresapormi parte, nomehapegadoningúntiroenlanucamientrassubía. Elolor a humo y a cecinamalaflotabaen elaire y me producíaaún másnáuseas delas quehabíasentidoalestarmaloconelcatarro. Mehesentadosobrelalomay he observadoelvalle y las áreas circundantes. Alcabode unos cuarentaycincominutos, hedescubiertoundestello. Aduras penas podíadistinguirelperfildeuntorso, porlomenos aunos quinientos metros de distancia, alotroextremodelvalle. Esapersonasosteníaunpequeñoespejo, ouncristaldealgúntipo. Entonces sehaechadoaandary he vistoque llevabacamuflaje auténticoenlas piernas y quesosteníalaparte de arribadeluniforme conlamanoque noempuñabaelrifle. Cadaciertotiempomehacíaunaseñal, luegoenfocabahaciamí conlosprismáticosyhacíaunanuevaseñalparadarmeaentenderquemehabíavisto.

Alcabode unos pocos minutos de estaguisa, he llegadoalaconclusiónde que sielhombre hubiese queridomatarme lohabríahechoya. He escondidolamochilayhebajadoalvalletansóloconelM-4ylapistola. Cuandonos separabanpocomenosde doscientos metros, hemos prescindido de los prismáticos y hemos ido aencontrarnos. Yaadistanciade tiro conpistola, nos hemos detenido y nos hemosaprestado por si había que luchar. Élvestía un ghillie de arpillera y tenía la pieloscura, y cabellonegroy barba. Elhombre hadejadoelarmay elespejode señalesenelsuelo, asus pies, y haretrocedidounos pocos pasos. Yollevabalapistolaenlaparte trasera de los pantalones, y por ello me ha parecido que tampoco correríaningúnpeligrosi dejabaelM-4enelsueloyretrocedíatambién.

MehagritadoconfuerteacentodelPróximoOrienteymehadicho:—MellamoSaien; noquierohacerteningúndaño. Hacedíasquetesigo.MehefijadoenqueelarmaquellevabaeraunrifledefrancotiradortipoAR.Lehepreguntadoporquémeseguía.—TratodellegaraSanAntonioytúvasenlamismadirección.He informadoaSaiende que nopensabavisitarSanAntonio, almenos durante

unospocossiglos. Hafruncidoelceño, perolohaentendido, ymehacontestado:—¿Estásseguro?Le he dichoque sí loestabay que habíaescapadode esamismaciudadenenero,

antes de que lanzaranlabombaatómica. Entonces, pararazonarme su plan, me haexplicado que habla oído que algunas de las ciudades que estaban en la lista nohabíansidodestruidas. Hetenidoquedecidecontodafranquezaquevi laexplosión

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desdelatorredecontroldelaeropuertoenelquemehabíarefugiado, aunadistanciaseguradelaciudad.

—¿Hasvistoalosespeciales?¿Losquesemuevenmásrápido?—He visto a uno, como mínimo. A bordo de una embarcación en elgolfo de

México. Sonmortíferosyesnecesarioevitarlos.—Estoy de acuerdo contigo, amigo mío. Desde mi apartamento, a unos ciento

cincuenta kilómetros al sur de Chicago, les vi hacer cosas que no me habríanparecidoposibles. Luego, cuandome marchabade Chicagoporlacarretera, les viabrircoches que noteníanlapuertacerrada, e inclusoecharse acorrer... aunque nodistancias largas, ni durante mucho tiempo. Salieron de Chicago, de eso estoyseguro. Vi laexplosióndesde mi ventanaelpasadoenero. Dos semanas más tardellegaronalsur. Medejaroncomounhelado... ¿esaexpresiónescorrecta?

Lerespondí conunamediasonrisayledijequeprobablementesí.—Vi aesas cosas irde puertaenpuerta, o, porlomenos, esoeraloque parecía.

Unadeellas llegóallamaraltimbredelapuertay lediolavueltaalpomo. Durantelos días enlos que llegaronfueroncayendopájaros muertos delcielo. Los muertoseran animales estúpidos, de eso no cabe duda, pero les quedaba cierta memoria.¿Sabesporqué?

Lerespondí conunapalabra.Radiactividad.—Oí lomismoenlaretransmisiónporlafrecuenciaAMdealguiendeCanadáque

trabajabaenunatorre de repetición. Observé aunode ellos que se pasóunmes depie frente aunapuertasin moverse. Estabaallí, de pie, sin moverse apenas, casicomosi durmiera... hastaque aunmapache se le ocurriósubirse alporche. Lacosasearrojósobreelanimalylodevoró, sindejarnada.

Le he preguntado qué buscaba en San Antonio y me ha respondido que teníamuchos hermanos allí. He vistoque echabalamanoparaatrás y tocabaunamantaque llevabaatadaalaespalda. Se hadadocuentade que le mirabay haretiradolamano. Encuantoheclavadolosojosenél, surespuestahasido:

—Alá ha abandonado este lugar. Han pasado muchos días desde la caída delhombre, yyohecuestionadomispropiascreenciasyLeheperdido. YanocreoenÉl.

Me he llevadolaimpresiónde que Saienerasinceroy noqueríahacerme ningúndaño, porlomenoshoy. Habíamosllegadoaotroniveldesurrealismo: hablarconunserhumanoquenoerayo.

Lehepreguntado:—¿Llevasmásequipaje?

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—Pues claro que sí. Lo he escondido, igualque tú has escondido eltuyo en lacolinade ahí atrás. Mira, te he seguidoy te he observadoantes de que encontraseseste repugnante lugar... noentiendocómolohas hechoparaplantarlos explosivosenlosedificios. Nohevistoqueteacercarasaellos. ¿Has idodenoche?

—Hepuestolosexplosivosestamañanaaprimerahora.Noeradeltodomentira. Laconfianzasetienequeganar, y nopuededarsenunca

porsupuesta.Me habíallegadoamí elturnode hacerpreguntas capciosas, y le he pedidoque

medijesedóndehabíaaprendidoareventarcabezasacasi milmetrosdedistancia.—EnAfganistán.—Tienesulógica. ¿Ycómoesquehasvenidohastaaquí?—Luchéporlalibertad, o, porlomenos, esopensaba. HabíavenidoaIllinois para

auxiliar a mis hermanos. Antes de que pudiera hacerla, los muertos iniciaron sudanza.

Nohequeridointerrogarlomás, porquehabríasidoinevitablequehabláramos delorigendelaexplosión, odecualquiertipodedetallesqueafectaranaRemotoSeis.

Le he propuestoque buscáramos entre las ruinas porsi encontrábamos algoquenos fueraútil, y haestadode acuerdo. Hemos idohastaeledificiodonde Saienmehabía salvado el pellejo de esas criaturas. Muchas de ellas estaban colgadas deganchos decarney les faltabaalgúnmiembro. Enelcentrodelahabitaciónhabíaunrecipiente grande para cocinar (como el caldero de una bruja). Aquello era unamierdaelevadaalaquintapotencia: alparecer, esagentesecomíaalos muertos. Lascriaturas nos hanmiradoy les hancrujidolas mandíbulas. Entodoeledificionohevistonadaque pudiéramos aprovechar, y poresoSaieny yole hemos pegadofuegoynoshemos idoarecogernuestrascosas.

Le he preguntado si tenía cable eléctrico, porque lo necesitaba para conseguirtransporte. Me harespondido, confuso, que notenía, peroque estabasegurode queencontraríamos enlos coches abandonados. Teniarazón, perohabíaalgoenlaideade meterlacabezabajouncapóque me dabaunmiedode muerte. Me acordé delmonstruoconelhachaqueestuvoapuntodepartirmeporlamitad. Hemosrecogidonuestras cosas y hemos ido en buscadelcargadorsolar. Alircon Saien se habíareforzado la necesidad de diligencia. Parecía que se detuviera cada diez pasos,escuchara, y escudriñaraenlalejaníaconlamiratelescópica. Probablementeporesosigue con vida. Me he fijado en que Saien llevaun M-16 de tamaño extra. Le hepreguntadode dónde lohasacado. Almismotiempoque me loentregabaparaquepudiese examinarlo, me hadicho que se lo llevó de unatorre de vigilanciade laAgenciaFederalparalaGestióndeEmergencias quedescubrióalsurdeChicago. Alverlomás de cerca, he notadoque elrifle teníaun.308 enlarecámaray cañónBull

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Barrel. Era un SR-25. Llevaba una pequeña mira holográfica incorporada. Me hadicho que elcristalno le servía de mucho a distancias muy inferiores a los cienmetros. Lamiraholográficaservíaparalos enfrentamientos cercanos. Elarmaeramuchomáspesadaquemi M-4. LatierraquepisábamosestabamuylejosdeChicagoy soy incapazde imaginarmecómopuedehaberhechounviajetanlargo. Porloqueamí respecta, debende haberestadoapuntode matarme enunas diez ocasionesdesde que me estrellé conelhelicóptero, atansólounos cientocincuentakilómetrosdeaquí.

Hemos caminadoconeloídoatento, de regresoalazonadonde elChevroletsepudría desde hacía varios meses. He disfrutado al caminar a paso ligero sin lamochila, y cuandoregresábamos, he sufridoporelpesoque llevabade nuevoamisespaldas. Saienyyonos hemos repartidorápidamentelas tareas. Hadesconectadolabatería mientras yo iba en busca de cables. Ahí ha empezado el problema. Nopodíamos verterelliquidoparaeltratamientode lagasolinasinsabersi eldepósitoestaba lleno. Si no lo estaba, sería un derroche de líquido. Habría que volver aconectarle labateríaparaque laelectricidad llegaraalcuadro de instrumentos, yluegomirarlos indicadores paravercuántocombustiblehabíaeneldepósitoafindeecharlelacantidadadecuadademezcla. Demasiadamatemáticaelemental.

He abandonado labase de operaciones en elmismo momento en elque SaienarrastrabalabateríadenuevohastaelChevrolet. Yollevabalanavajaylapistolaconsilenciador. MehedirigidoalEscarabajoparaabrirlelas entrañas ypoderempezarelcamino hacia elsur. Las explosiones y los disparos me habían inquietado. Desdeenero, nohe vistoenningúnmomentoque las criaturas nose vieranatraídas porelsonido. Siempre existía la misma relación entre causa y efecto. Al acercarme alEscarabajo, hevistoaunodeellos enlacarreteraquemirabaenotradirección, haciaunlugarsituadomás alládelcoche. Eraundíanubladoy parecíaque estuvieraapuntodelloviznar. Malditoclimaquenosminalamoral.

Lacriaturaestabaallí, enelcentrodelacarretera, y mirabaendireccióncontraria.Enelmomentoenque he llegadoalEscarabajo, se haoídounpoderosotrueno. Lacriatura se ha agitado y ha mirado a su alrededor, como si buscase alautor delsonido. Monstruoidiota.

He levantadoelcapóparabuscarlos cables delmotor. He aprovechadoeltruenoparadisimularmientras cortabacables suficientes parahacerunpuenteenelestárterdelcoche familiar. Creoque cadacincosegundos me volvíaparaversi lacriaturaaún no se había percatado de mi presencia. Me he encaminado a la carreteraprincipaldonde se hallabanSaieny elChevrolet. Tras arrancarunúltimocable delEscarabajo y guardármelo en elbolsillo, he empuñado la pistola y he ido a pasorápidoainterceptaralacriatura. Yoestabaenunacarreteralateralque salíade lacarreteraprincipal. EntoncesheoídoqueSaiengritaba:

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—¡Tienesquedarteprisa, amigomío!Lacriaturase halanzadoaltrote endirecciónaSaien. He tenidoque correrpara

darle alcance. Se movíamás rápidoque ningúnotromuertoviviente que hayavisto.No se podía decir que hiciera un sprint, pero era lo bastante rápido como paradejarme como un helado, como habría dicho Saien. Es entonces cuando hedescubiertolodifícilque es correry apuntarbienconunapistola. Lacriaturase hamantenidoenunaespecie de seudocarreraconlas piernas rígidas, hastaque le hedisparado un cartucho con silenciadorque se le haclavado en elhombro y lahaderribado. Meheaprovechadodelasituaciónyhecorridohastaellaconlaintencióndedispararlealacabeza. Apesardelhombrodestrozado, lacosasehabíapuestoenpiecualquarterbackcaídoenelcampodejuego. Hagruñidoyhaempezadoacorrercon las piernas rígidas hacia mí. He apuntado con el arma y he vaciado trescartuchosensucabezaantesdequesecayeraalsuelo, retorciéndose.

He corridohaciaSaien, y enelmomentode llegarhastaélhabíaperdidode talmodoelresuelloque he empezadoaverlucecitas. Haseñaladoalacarreteraconeldedo y me ha pasado su rifle. Era muy pesado y me ha inspirado todavía másrespetoporlaconstitucióndeSaien. Estáclaroqueesehijodeputatienequesermuyduro para cargar con esa cosa a lo largo de 1300 kilómetros. He instalado elhipertrofiadoARde308ensubípodesobreelcapódelChevroletyheobservadoporlamirahastaunkilómetroymediomásallá. Desdedetrásdelaretículahealcanzadoaverbatallones de criaturas de ésas que avanzabanhacianosotros porlacarretera.Lamiraeralo bastante potente como parainformarme de que no tardaríamos entenermuchacompañía. LehepreguntadoaSaienaquédistanciaestarían.

—Aunos dos milmetros —me harespondido. Así, comomucho, dispondríamosdetreintaocuarentaminutos. Saienparecíanervioso, así quenomehaparecidoquetuviera ningún sentido decirle que uno de los muertos irradiados había estado apuntode abalanzarse sobre ély pegarle unmordiscoenelculocincominutos antes.A pesarde todo, sabíaque elReaperque aúnvolabaporelcielotransportabaunabombaguiadaporláserde 225 kilogramos. He pensadoque enese grupohabíaporlomenoscincuentacriaturas. LehepreguntadoaSaienquéopinaba.

Semehareídoalacaraymehadicho:—No, ésosquevesvenirdebendesercomomínimouncentenarde infieles...Mientrasyotrabajabaconrapidez, leheexplicadoaSaienloqueibahaciendo:—... hayqueconectarloscablesdeigniciónalcabledebobina... yeldebobinaa...Saienmehainterrumpido:—Sí, sí, amigomío, esoyalosé... elextremopositivoalpolopositivodelabatería.

Tenemosqueirmásrápido.

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Saiendudabaentre ayudarme conelpuente y entretenerse enestimarelnúmerode infieles quesenosacercaban.

—Milochocientosmetros.—Recibido.Le he dichoaSaienque fuese corriendopormi mochilay sacaraellíquidopara

tratamientodegasolinaqueestabaenelbolsillolateral. Elcuadrodeinstrumentos sehabíaencendidoy he vistoelindicadorde combustible. Me he apresuradoaapagarlos faros y la calefacción para ahorrar electricidad. He sacado el manual deinstrucciones yhellegadoalaconclusióndequeelcochedebíadetenertreintalitrosde gasolinaeneldepósito. He calculadoenelmínimotiempoposible que ellíquidoque habríaque echaren eldepósito seríaalgo menos que unacuartaparte de labotella. Lagasolinallevabacomo mínimo nueve meses en eldepósito y debíadetener un año. Como no me ha parecido que pudiera estar muy deteriorada, heechadotansólounaoctavapartedellíquidodelabotellaeneldepósito. Lohehechocon sumarapidez y he agitado elvehículo de un lado paraotro, afin de que ellíquidosemezclaralomásequitativamenteposibleconlagasolina.

Mientras yoleía«hay que esperarunahoraantes de iniciarlacombustión» enlaetiquetadelabotella, Saienmehapegadoungrito:

—Milquinientosmetros.Nonos quedabani unahora. Saiennomeharespondidocuandolehepreguntado

cómopintabalacosa. Hanegadoconlacabezay nohadespegadoelojode lamira.Yo los veía ya con el ojo desnudo. Había lloviznado y ellos seguían pateandoescombros enlalejanía. Ajuzgarporeltiempoque habíantardadolas criaturas enrecorrer trescientos metros, he calculado que contaríamos con treinta minutos detiempoútilantes de que laprimeraoleadanos diese alcance. Me he apresuradoavolveraconectarlospanelessolaresalabateríayloshedispuestosobrelacapotadelChevrolet. Podíaserquetreintaminutos nonos valieranparamucho, peromejoresoquenada.

HeencontradoelsolenoidedelestártermientrasSaiengritaba:—Mildoscientosmetros.Todo estabaapunto, y todo dependíade que labateríaestuviese cargaday el

tratamiento de lagasolinafuncionara. He recogido frenéticamente mis cosas paraestarapuntode huirsi elvehículonoarrancaba. Todoestabaensu sitio, salvolospaneles solares de lacapota. Si elvehículonoarrancaba, emplearíalos minutos quenos quedabanparacargarconlamochilay largarme loantes posible de esazona.Saien podría hacer bien poco con su rifle de francotirador. Con un cargador dediecinuevecartuchos y uncañóndeveinticuatropulgadas, el.308nolograríadetener

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loquesenos veníaencima. NohabíapiezadeartilleríainferiorauncañónGAUquepudierasalvarnos.

He empezadoarecogerlas cosas de Saienparacargarlas enlaparte de atrás delvehículo, donde pudiéramos agarrarlas confacilidad, y entonces me hadichoque ledejarasumochilaalospiesyqueélmismoseencargaríadeella.

—Milmetros.Las criaturas noestabanamás de unkilómetrode distanciay caminabanhacia

nosotros porlacarretera. Hesentidounaextrañaenergíaenelairey hecreídooírlosaplastar escombros y avanzar como una división de tanquistas vivientes,obsesionados condestrozarlotodo. He abiertolamochila, he sacadolos prismáticosy me los he colgadoalcuello. He limpiadoconlacamisetaelsudory laporqueríaque se habían adherido a sus lentes, y he contemplado la quinta dimensión delinfiernoatravésdeellos.

Las criaturas avanzaban con relativa celeridad y se movían en zigzag por lacarretera, comosi quisieranrecorrerlaenteraenbuscade algo. Estáclaroque noeraése elmotivo, pero, de todos modos, las criaturas se movíanconalgunaintención.Me he dejado los prismáticos colgados del cuello, he desconectado los panelessolares y he vueltoaconectarelcuadrode instrumentos. Entonces he terminadolaconexiónentre elestártery laelectricidad, y elcoche hadadounparde sacudidas,peronohaarrancado.

Tansólohabíanpasadoveintipocos minutos desdequelehabíaechadoeladitivo.He desconectado la electricidad y he vuelto a conectar los paneles solares pararecuperar, porlomenos, unapartedeloquehabíaperdidoenelintentodearranque.

—Setecientoscincuentametros.Hablaba con voz más fuerte, y se notaba más nervioso que la última vez. He

empuñado los prismáticos y he echado otra mirada. Parecía que las criaturas sehallaranenestados diversos de descomposición, peronotanavanzadacomohabríasidode esperar. Se veíanrelativamente recientes, nocomoalgoque llevase nueve odiezmeses muerto. Comoaesosesumabaquesemovíanconmayorrapidezquelosmuertos vivientes que habíaencontradoantes, he llegadoalaconclusiónde que elexplorador(porasí decirlo) radiactivoqueyohabíaneutralizadoantes habíasidotansóloelprimero. Unríodemortíferosmuertosvivientesveníahacianosotros.

He examinadoy vueltoaexaminarelM-4 entres ocasiones y he probadolos bipsdeldispositivoláserenelmomentoenelqueSaienmegritaba:

—Quinientosmetros.Yalos oía. Sus gemidos lastimeros y sus aberrantes sonidos se oíancadavez con

mayorfuerza. Nopodíadejardemirarles. Hevistoporlos lentes queexaminabanun

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coche abandonadoporsi encontrabanalgode comiday luegopasabanalsiguiente.Elcoche que se encontrabauntrechode carreteramás alláhasufridosacudidas deunextremoaotrocuandoelejércitohapasadode largotropezandoconél. Saiensehaagachadoparaabrirsu mochilay haempezadoasacaralgoque llevabadentro.Nohe tenidotiempoparapreguntarme qué seríaloque queríahacer, perosí sabíaqueSaiennopodríaconteneralosmuertosvivientesconsuarma.

Entonceshaempezadoadisparar.Lehegritadoylehepreguntadoquécoñohacía.—Mecargoalosmásrápidos.Le he dichoque dejase de dispararde unaputavez, yaque noconseguiríamás

que confirmarles que nos encontrábamos allí. Piensoque erayoquienteníarazón,porqueelsonidoquenos llegabaalos oídos hacambiadodetonodespués dequesehayanacalladolosecosdesuúltimodisparo.

—¡Trescientoscincuentametros!He sacudido el vehículo varias veces seguidas con el hombro, porque me ha

parecidoque así ellíquidoparatratamientode gasolinaactuaríaconmayorrapidezeneldepósito. Las criaturas estabanlobastante cercacomoparadispararles conelrifle. Me he decidido a recurrir alReaper. Era nuestra única esperanza de ganartiempo mientras el liquido de tratamiento hacía su efecto. He empleado losprismáticos paracalcularladistancia, y afinde confrontarmis estimaciones conlasdeSaien, heenfocadoalas criaturas. Alverlas através delcristal, mehedadocuentade que la estimación de Saien acerca del número de criaturas que venían hacianosotroseramásajustadaalarealidadquelamía.

Heactivadoelláser... Biip... biip... biip...... untonoconstante. Lalloviznay elsudorme resbalabanporlafrente y se me

metíanenelojo, y meprovocabanescozormientras meesforzabaporapuntarconelláseracincuentametrospordetrásdelamasafrontaldecriaturas.

Por un instante, me ha parecido ver elproyectilque descendía siguiendo unatrayectoriabalísticahastalamasade criaturas. Laexplosiónhasacudidolatierraadoscientos metros dedistanciadelcoche, y lamayorpartedelas criaturas hancaídoatierra.

LehegritadoaSaienqueseloexplicaríamás tarde, y élhaasentidoy havueltoaagacharse sobre la mochila. No ha dejado de observar por la mira del rifle defrancotirador, mientras yo, unavezmás, intentabaarrancarelcoche. Heobservadoalamultitud y he calculado que porlo menos cincuentade las criaturas volvían aponerse en pie y avanzaban una vez más hacia nosotros. He repetido el

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procedimientopararealizarelpuente y lohe revisadotodoparaasegurarme de quetodosloscablesyextremosestuvieranconectados.

—¡Cientocincuentametros! ¡Rápido!Saiensehabíapuestomuy nerviosoy mehatransmitidosuviolentaemoción. Las

manos me hancomenzadoatemblarmientras examinabalos cables y conectabalacorriente alcuadrode instrumentos. Saienhaarrojadosurifle alasientode atrás, hametidolasmanosenlamochilayhasacadounMP5consilenciador.

EntoncesmehadichoconsuacentodelPróximoOriente:—¡Arrancaelcoche, Kilroy!He conectadolacorriente alcuadrode instrumentos y he arrancadode nuevoel

coche, empleandoprobablemente enellohastalaúltimapizcade corriente eléctricaque quedabaenlabatería. Elcoche hapegadounasacudida, dos, y, alatercera, elmotorhaarrancado. Elsonidomás melodiosoque hayaoídoenmi vida. He pisadohastaelfondo elpedalparaponeren marchaelmotor, con laideade que así seaceleraríalacargadelabatería. Hesaltadodelcoche, hecogidolos paneles solares yloshearrojadoalosasientosdeatrás, encimadelascosasdeSaien.

Encuantome he acomodadoenelasientodelconductor, Saienhaabiertofuegocontralos muertos vivientes queseacercaban. Yoyateníalapistolasobrelas rodillasconcargadores extraapunto. Hepuestolamarchaatrás, heempezadoaretrocederylehedichoaSaienquelodejarayqueentrasedentrodelcoche.

Haactuadocomosi nome oyera, porque disparabasincesarcontralos muertosvivientes. Liquidabasiempre almás rápido, perosóloparaque otrotambiénrápidoocuparasu lugar. Las criaturas estabanyamuy cerca. Nos ibanaarrollarenpocossegundos si Saien no subía alcoche. Le he gritado con todas mis fuerzas. Le heamenazadoconabandonarlesi nodejabaloqueestabahaciendo.

Finalmente hasalidode suensimismamiento, hadisparadounúltimocartuchoaun muerto viviente de los veloces que se hallaba a menos de quince metros denuestrococheyhasaltadoalautomóvilenmarcha. Heaceleradoconlosojospuestosen el retrovisor y he dejado atrás a las criaturas. Casi alelado, le he hecho uncomentarioaSaiensobrelavelocidadquepodíanalcanzaresascriaturas.

Meharespondidocondureza:—Esonoesrapidez, amigomío.Nomehahechomáscomentarios, yadecirverdad, yotampocoqueríaoírlos.Hegiradoconelcoche, hepuestolamarchaadelantey hepisadoelpedalhastael

fondoparaescaparde lamultitud que avanzaba. Elsolestababajoy teníamos queencontrarunsitioparaaparcarelvehículo. Mientras íbamos enelcoche, Saienmehacontado que vio al C-130 arrojar el paracaídas, y que me observó mientras

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manipulaba el equipamiento y entraba en la casa abandonada donde habíareorganizadomis cosas. Llevabatiemposiguiéndome lapista. Saiennome hadichonada concreto sobre su supervivencia, y tampoco sobre el tiempo que pasó enAfganistán. Ellanzamientode bombas desde elaviónnotripuladoReaperque yomismohabíaactivadoconellásernohasalidoenlaconversación, peroparece unhombre lobastante inteligente comoparaque nose le escape algode esamagnitud.He miradosincesarlos indicadores delmotory elcombustible paraestarsegurodequeesteviejococheaguantarádurantesuviajehaciaelsur.

Parecíaquecadadiezoquincekilómetros tuviéramos quedetenernos frenteaunabarricadaque bloqueabalacarretera. En algunos casos no nos haresultado nadadifícilrodearlos montones dechatarra, mientras queenotros hanestadoapuntodedetenernuestro avance. Habríamos necesitado un camión con montacargas, o conunabuenacadenaderemolqueparasacarlos obstáculos delacarretera. Laterceraycuarta barricadas que hemos hallado en nuestra búsqueda de refugio eranclaramentedeliberadas: unabarreracontrasalteadoresyforajidosquemurieronhacetiempo. Los vehículos estabancubiertos de agujeros de balade grancalibre, y enelladode los defensores habíanquedadosus esqueletos. Dos rifles AK-47 oxidados sepudrían en elsuelo. Teníamos que detener elvehículo de todos modos a fin deestudiar elprocedimiento que seguiríamos pararodear lachatarra, por lo que hebajadodelcoche y he recogidoelAKaprovechable (elotroestabacasi destruido). Elúnicodañoquehabíasufridoelarmaeraunagujerodebalaquelehabíaatravesadolamaderade laculata, y laherrumbre que habíarecubiertotodos los componentesde metal. Comonolograbaabrirelobturador, lohe golpeadocontralos restos deunode los coches. Después de unparde intentos, elobturadorse haabiertoy uncartucho hacaído delarma. He ido porlos restos de unamoto, he destrozado elindicadorde aceite que llevabaenuncostadodelmotory le he dadolavueltaalamáquinaparaque elaceite se vertiera. He tomadoaceite conlapalmade lamanoylohederramadogenerosamentesobrelas junturasdelobturadordelAK-47.

He sacadoelcargadory lohe abiertoy cerradodiezveces. He vueltoacolocarelcartucho enelcargadory he guardado elarmaenelasiento trasero delcoche. Elcargadorestaballeno. He sacado elcargadordelAK irrecuperable y lo he dejadotambiénenelasientodeatrás. Voyacargarpesoextra, porqueahorayanotengoquellevarloalas espaldas. Alcerrarlapuertade atrás, Saienhavueltodelmontóndechatarray me hadichoque podríamos rodearlosinproblemas. Cuandohe vueltoaentrarenelvehículo, unaparte de mí pensabaque elsolse acercabaalhorizonte yque mi Reaperestabavado y debíaregresarasu base. Mientras avanzábamos enlínea curva por la carretera, no hemos dejado de esquivar escenarios de últimasbatallas. Enalgunos de los coches se veíanlos restos de los muertos vivientes queaúnse movíandentrode sus ataúdes transparentes, aunque abrasados porelsolyputrefactos.

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De camino por elborde de la carretera, hemos llegado a un concesionario decoches nuevos. Los coches aúnestabanalineados juntoalacarretera. Antes dequeelmundosefuesealamierda, los aparcamientos teníansiempreunaimagenuniforme,con los vehículos alineados en hileras perfectas. Los aparcamientos transmitíansiempreunasensacióndeordeny limpieza. Ahoravolvamos alpresente: muchos delos coches tienen los neumáticos deshinchados y las hileras que en otro tiempoestuvieron perfectamente alineadas hacen pensar ahora en una desordenadaacumulaciónde automóviles enundesguace. Elgranizoy elrestode los elementosse han cobrado su tributo. Faltaba media hora para que oscureciese. Saien y yohemos hecholos preparativos paraaparcarenlasaladondeseexponíanlos coches ala venta, para dormir con relativa seguridad y, al mismo tiempo, para tener laposibilidad de huir del edificio con pocos riesgos si nos encontrábamos con unenjambre comoelde antes enlacarretera. Conelhachay lacintaaislante de Saienhemos logradoabrirlapuertacorrederaque llevabaalasalade exhibición. Hemosmontado las rampas e inspeccionado la sala en busca de peligros. Saien haempuñado el MP5 que abandoné previamente y hemos ido de habitación enhabitaciónporlos despachos de venta. Nohemos encontradoni rastrode unasolapersonaentodoelconcesionario. Hemos bloqueadolas puertas traseras contrastospropios de unaoficina(cajas viejas repletas de papely cosas porelestilo) paraquenadapudieseentrarmientrasdormíamos.

Lapuertadeatrás teníaunatrancaparaevitarqueentraranindeseables durantelanoche. Antes de ponerlaensusitio, he abiertolapuertaparaverloque habíadetrásdelasaladeexhibición. Meheencontradoconeláreademantenimiento, pero, alnocontarconlaluzdeldía, nopodíamos salirainspeccionarla. He cerradolapuertayhe colocadolatrancaensu sitio. Se habríanecesitadounariete paraderribarla. Hedadomarchaatrás conelcoche hastalasalade exhibicióny he cerradolas puertascorrederas de cristal. Saien y yo íbamos a quedar aislados del resto del mundodurante lanoche. Antes de retirarnos adormir, me cercioraré de que elcargadorsolar esté conectado alteléfono, para anticiparme a la salida delsoly alposiblecontactodemañana.

Hesacadounadelas cuerdas delparacaídas y lehesujetadovarios cargadores deM-4 concintaaislante, parapoderllevármelos confacilidadsi llegaunmomentoenelque tengoque correry abrirme pasoatiros. Mañana, Saieny yovisitaremos elaparcamiento y nos llevaremos las materias primas que necesitamos paraponerapuntoelcoche. Heencontradomapas decarreteras apilados enunrincón. Debíanderegalárselos alos compradores de coches nuevos. Sondelañopasado, peroalgomedice que no deben de haberse construido muchas carreteras nuevas desde quesalierondeimprenta.

Eneltiempolibre que he pasadoenelconcesionariohe estudiadovarios de losmapas que me lanzaron en paracaídas. Están cubiertos de cuadrícula militar. El

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mapase imprimióconunlásery se notabalapresenciade unoscurolenguaje paramáquinas. Habíaunaleyendaenlaparte de atrás y le he dadolavueltaunay otravez. Entonces se me haactivadounmecanismoy se me haencendidounabombillaenelcerebro.

El área donde me lanzaron los suministros estaba marcada con una S,probablementede"suministros". LaletraSestabaatravesadaporunalíneadiagonal,que probablemente quería decir que ellanzamiento ya había tenido lugar. HabíaotrospuntosenelmapaconunaSqueparecíaseguirunarutalógicaendirecciónsurhastaelHotel23 (enunáreade 32 kilómetros aunoy otroladode unalínearecta).No se había trazado ninguna diagonal sobre éstos, por lo que probablementeindicabanlanzamientos queíbamos aencontrarmás adelante. Habíaáreas marcadasconelsímbolode laradiactividad. Dallas eraunade las áreas marcadas, igualquevarias otras que se hallabanennuestrocamino, y que probablemente desprendíanradiaciónsuficiente paraactivarlos sensores nacionales. Enteoría, podíatratarse decualquiercuerpo grande y denso, como unagrúao un camión de bomberos, quehubiese acumuladoradiaciónsuficiente comoparaconservarlay liberarcantidadesresiduales. Tambiénpodíatratarse de ungrupogrande de esas cosas, comolos quehemos vistohoy, aunque dudoque unmaparelativamente actualizado(entiemporeal) mefueramuyútilparalocalizaraunamasacomoésa.

Preocupaciones varias: cargarelteléfono, volverahacerelpuente enelcoche, elaparcamiento, reorganizar el equipaje y entregarle sesenta cartuchos de nuevemilímetrosaSaien.

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PRECIORECOMENDADOPOREL FABRICANTE

21 de Octubre

12:00h

Cuando mis ojos se han acostumbrado a la luz que se reflejaba sobre elpolvorientosuelodelasaladeexposición, hevistoaSaientumbadosobresumochilaconruedas, rifle enmano, atentoaloque sucedíaentornoalconcesionario. Habríasido un absurdo tratar de disparar a través del grueso cristal, así que me heimaginadoque tansóloqueríaasegurarse de que nosucediese nadararo. Elhombreseguía vivo, a pesar de haber recorrido cientos de kilómetros por un desiertoapocalíptico hasta llegar a donde está hoy. No estoy cualificado para juzgar susmétodosy, aunqueloestuviera, elcansanciomeloimpediría.

Me he aclaradolagargantaparallamarle laatención. Hatardadounos segundos,peroentonceshavueltolacabezaparahablarmeensusurros, ymehadicho:

—¿Quéquieres, Kilroy?No tema ganas de explicarle que no me llamo Kilroy, ni tampoco me apetecía

impartirle unaclase sobre lahistoriade Estados Unidos y de ese personaje, que lehabríaaprovechadotantocomounasesiónsobrelahistoriadelosmayas.

—Saien, tenemos que registrarelaparcamiento y conseguircables parahacerleotropuentealChevroletyproseguirconelviaje—ledije.

Saienmehamiradocomosi fueseidiotaymehacontestado:—¿Porqué nocargamos labateríay tratamos lagasolinade unode los vehículos

nuevosaparcadosaquí?Aunquemehacostadosobreponermealavergüenza, hetenidoquereconocerque

su propuesta tenía mucha más lógica que pasarse un día entero para hacerle elpuenteauncochefamiliarantiguo. Seríamuchomás fiablearrancarelvehículodelamaneraprescrita, y si eranuevo, reduciríamos elriesgo de unaposible averíaentierradenadie.

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Apesardetodo, tendríamos quecargarigualmentelabateríadelvehículoquenoslleváramos del concesionario. En el aparcamiento había un buen número devehículoshíbridos, perolamayoríaeranpequeños.

—Otrapregunta, Kilroy: ¿Porqué escribes ese libro? ¿Porqué es tanimportantecomoparaquemetas lanarizentresus paginas cadavezquenos detenemos? Tevasamorirescribiendoahí, ¿sabes?

Noestabasegurodecómoresponderle. Lehedicho, sinmás:—Estomeayuda.Creoquehaentendidoloquequeríadecir.Saien y yo hemos analizado el tema de los vehículos y hemos llegado a la

conclusiónde que unhíbridoreduciríaalamitadelconsumode gasolina, peroque,porotraparte, seríapreferible untodoterrenoconcadenay capacidad de remolqueparasortearlos coches y obstáculos varios que nos bloquearíanelcaminohastaquehubiésemos llegadoanuestrameta. Durante laconversación, me he dadocuentadeque loque me habíaparecidounamantaenrolladay sujetaalamochilade Saienteníaadornos muy vistosos. Parecíaunaalfombraoriental. NoconocíaaSaien, asíque mi primerasuposiciónhasidoque eramusulmány que llevabalaesterapararezar. Desdequedejamosdeluchar, pareceturbadoyveoelconflictoensusojos.

Le he propuesto que eligiéramos un vehículo para empezar con elproceso decargay tratamientodelcombustible, y se hamostradode acuerdo. Hemos decididoque, antes de marcharnos, registraríamos el aparcamiento y el área demantenimiento delconcesionario por si descubríamos alguna amenaza alacecho.SaienhapuestouncargadornuevoenelMP5, y yotambiénestabaapuntocuandohaabiertolapuerta. Allí nohabíanada, salvoelapocalípticosilencioquetodavíametorturalos nervios. Eláreaposteriordelconcesionarioestabaresguardadaporunavallametálica. Saieny yohemos recorridoelperímetroy nohemos vistonadaenelexterior del área de mantenimiento, salvo el cadáver de un perro que no habíalogradoescaparconvidadeláreavallada. Porelmotivoquesea, mehacausadounapena que hacía mucho tiempo que no sentía. Me he imaginado alpobre animalsediento, incapaz de comerni de beber, y muriéndose allí, tumbadoenelsuelo, enabsolutodesconsuelo.

Absortoenestospensamientos, nohevistoalacriaturaqueseacercabaporelotroladodelavalla. Elsonidochirriantequehaemitidoalvernos mehahechoregresaralarealidade, instintivamente, he levantadoelarmay le he apuntadoalafrente conelpuntorojo. Porsupuestoque lacriaturanohareaccionadode ningúnmodo, sinoque haavanzadohastalavalla, lahagolpeadoy haretrocedido. He bajadoelarma,lahedejadoenbandoleray lehedichoaSaienqueliquidasealacriaturaconelMP5paraevitarelestruendodelM-4. Pero, actoseguido, le he dichoque nolohiciese

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porque yoqueríapracticarconlaGlock. Le he puestoelsilenciadory he disparadodos balas alpechoy unaalacabezade lacriatura, alestiloMozambique. Noteníaningunarazónespecialparaemplearlos dos primeros cartuchos; simplementemehaparecidoque me conveníapracticar. Unode los cartuchos que he apuntadoalpechode lacriaturahacausadodaños enlavalla, pero, de todos modos, hatenidofuerzasuficienteparahundírseleentrelascostillas.

He dejado elrifle en bandolera y he dado una vuelta por elperímetro con lapistolaenalto. Nohabíamás criaturas enlas inmediaciones. Heobservadoelcampocircundante alconcesionario conlos prismáticos. He visto ados criaturas, pero sealejabandemi posición. Si estamos atentos alos sonidos, nodeberíapasarnos nada...amenosquetopemosconotramultitud.

La puerta por la que se accedía a la administración del aparcamiento estabacerradaconllave. Saienyyohemos miradoporlaventanayhemos esperadounratoparaestarseguros de que nohubiese movimientoenelinterior. Me he pasadotantoratoconlacarapegadaalaventanaqueelcristalsehaempañado, y nohatenidoyaningúnsentidoquedarse allí. Si habíaalgo, nose movía, oestabamuertode verdad.Saien ha tomado de la mochila un pequeño estuche de cuero, rectangular, concremallera, yhasacadodeésteunaganzúayunallavedetensión. Mehadichoentredientes —porque sostenía con ellos una ganzúa de otro tipo— que lo cubriesemientras trabajaba. Alcabo de unos segundos ha abierto la puerta y ha vuelto aguardarlos instrumentos. Hemos entradoconlas armas apunto. Hellamadoenvozbaja para preguntar si había alguien dentro. Sabía muy bien que no íbamos aencontraraningunacriaturaviva, perosi habíaenelinterioralgúnmuertocapazdeandar, reaccionaríaami voz, yconellodelataríasupropiaubicación.

Loúnicoquehemos encontradoenlahabitaciónhasidopolvo, mohoy uncorchoen la pared. En elcorcho había notas escritas a mano y mensajes de la primerasemanade enero. Unade las notas escritas amanodeclaraba«Hallegadoelfin» yotra, «Hallegadolahoradelarrepentimiento». Habíapáginas de Internetimpresasconlos titulares de cuandoelmundoempezóadesmoronarse. Ibandesde: «¿Quérepercusióntendránlos muertos enlaeconomía?» hasta«Si quedaalguien, que lolea.»

Este últimoartículoprocedíade laedicióndigitaldelWallStreetJournal. Me haparecidointeresanteyloadjuntoaquí:

Si queda alguien, que lo lea

Saludos a todo el mundo. Me llamo... ah, y qué importa cómo me llame...trabajo en el Wall Street Journal. No soy columnista, ni escritor, ni periodista deningún tipo. Soy el jefe de sistemas del Wall Street Journal. Nuestros generadoresfuncionan al 37 por ciento de su capacidad y tengo la sensación de que si no

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publico ahora esta historia, no se va a publicar jamás. En los inicios de laepidemia nos quedamos sin suministro eléctrico en Nueva York. La red es tanmala que ya era una maravilla que funcionase antes de que sucediera todo esto.Pero ahora quería escribir sobre otra cosa.

¿Cómo es que todavía estoy aquí? Magnífica pregunta. La compañía me hadicho que, en este edificio, la situación estaba bajo control y que me iban aconceder un ascenso por haber cuidado de los servidores y haberme ocupado delos problemas de red durante la crisis. Se encargarían de mi familia, y la compañíahabía mandado agentes de seguridad armados a mi casa para socorrerles. En elmomento en que me he dado cuenta de que ya no había nadie que tuviera elcontrol de todo esto, era demasiado tarde para marcharse.

No tengo ninguna duda de que mi familia ha muerto, igual que el resto de laciudad. Estoy a salvo en el cuarto de servidores y puedo deciros, con todasinceridad, que estoy muy contento de que contáramos con gruesas puertas deacero para proteger los servidores, porque si no fuesen de acero grueso, yaestarían destruidas. Lentamente, me voy volviendo loco por los metódicos (esosería discutible) e implacables golpes. Ayer se me terminó el agua y he tenido queapagar uno de los servidores refrigerados por agua para beberme la de sus tubosde refrigeración. Contienen exactamente 5,6 litros de H20 en circuito cerrado.Tenía mal sabor, pero me ha mantenido con vida. En estos momentos estoypensando una manera de evaporar mi propia orina con el calefactor a fin deobtener agua potable. Con la ayuda de un teleobjetivo y una cámara digital queconseguí antes de encerrarme en este sitio, escruto por la ventana las calles de"Nueva" Zoo York.

Hace una semana que no veo a una sola criatura viva. Lo último que vi allíabajo fue un agente de policía en plena fuga. Le saqué una foto con la cámara, amodo de recuerdo de la última criatura viva en las calles de Nueva York.

De acuerdo con el cable de noticias intercontinentales que he recibido ahoramismo, la información que llega desde Europa nos da a entender que en esecontinente se encuentran todavía peor que en Estados Unidos, si es que eso esposible. Lo mismo sucede con el Reino Unido. Parece que la decisión quetomaron hace varias décadas de desarmar a sus ciudadanos no resultó ser acertadaal surgir este problema. Por supuesto que no pretendía escribir un artículotendencioso, ni adoptar posturas políticas, pero es que ahora mismo me encantaríatener un rifle en las manos. Si algunos de los que me leéis estáis a salvo y tenéislas armas a punto, os envidio. No creo que logre escapar de esta torre de marfil.Tendría que atravesar docenas de pisos para llegar a la calle, y ¿para qué? Encuanto llegase a la calle tendría que echarme a correr, pero ¿hacia adónde?

¿Acaso los gurús informativos del gobierno se han encargado de dar lasnoticias? Sí, qué diablos, sí lo han hecho. Soy testimonio ocular. En fecha tantemprana como el 3 de enero ya nos habían ordenado que no informáramos de losanómalos sucesos que tenían lugar en otros continentes, ni de la situación enExtremo Oriente. Tuvimos nuestro propio «hombre de negro», que se presentó enel edificio y supervisó todas las noticias que publicábamos con su rotulador negromarcha Sharpie, y que se saltó la Primera Enmienda como si fuese una regla delScrabble.

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De eso ya hace tiempo, y las familias de a pie ya se habían dado cuenta de quese avecinaba un desastre. No es imposible censurar las noticias, pero, en cambio,sí lo es censurar Internet. Las webs de vídeos y las redes sociales andaban llenasde filmaciones realizadas con teléfono móvil y fotos en las que se plasmaba larealidad. He archivado todas las que he podido en el servidor NYT2, que seencuentra fuera de aquí, en nuestro grupo de servidores espejo de Wichita,Kansas. Ese servidor es muy sólido y conservará los datos mucho después de quelas luces se apaguen en el Medio Oeste. No he podido olvidar algunas de esasfotos. Recuerdo que en Estados Unidos había quejas por el precio del petróleoantes de que todo esto ocurriera. He visto una foto subida desde un teléfono móvilen la que aparecía un cartel de tres dólares el litro. Una semana después corríanrumores de que estaba a punto de subir hasta los veinticinco dólares el litro. Unamujer que había quedado atrapada en el furgón de una unidad móvil de noticias enChicago dejó grabados sus últimos días en Internet mediante su teléfono móvil.Estaba rodeada, acorralada, y le habían destrozado una de las ventanas del furgón,y tres de esas cosas estaban al otro lado de la ventana y trataban de entrar. Seestaban comiendo al conductor mientras la reportera lloraba y decía sus últimaspalabras, y se disponía a abrir la puerta trasera y a saltar entre la multitud, en unintento por escapar.

Soy el último que queda con vida en esta planta. No puedo bajar a la calle niescapar. Os deseo buena suerte a todos los que sigáis con vida. Si alguno devosotros lo lee y se encuentra en la misma zona, por favor, que pase a visitarme yponga fin a esto.

Aún con vida,

G. R, Administrador de Sistemas

Wall Street Journal-Departamento de Informática

Saienyyohemosregistradolasoficinasdeláreademantenimientohastaelúltimorincón, y luego hemos pasado a las instalaciones de mantenimiento propiamentedichas. Después de registrarlas y llevarnos unos pocos artículos ligeros quepodríamos emplearmás adelante, hemos buscadolacajade llaves delconcesionarioparaarrancarnuestropróximocoche. Tras valorarlos pros y los contras de variosvehículos, Saien y yo nos hemos decidido por una camioneta diésel de cabinaextendida. Parecía nueva y tenía pinta de funcionar bien, salvo por elneumáticoanteriorderecho, que estabaalgo deshinchado. Eraevidente que elcompresordelgaraje noibaafuncionarsinelectricidad, así que tendríamos que encontrarunodeesos compresores ligeros para coches baratos en algún momento de nuestrorecorrido, o emplear un gato mecánico y llenar el neumático con un fuelle debicicleta.

Por sorprendente que parezca, no había ningún cable de arranque en lasinstalaciones, y aunque lohubiese habido, arrancarotrocoche concables nos habría

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resultado demasiado costoso en cuanto a decibelios. Saien ha montado guardiamientras yo sacaba la batería del Ford y la conectaba a los cargadores. HabríaqueridoaprovecharlagasolinadelChevrolet, perononos ibaaservirdenadaenunmotordiesel. Podríamospasarnosaquí undíaenteromientraslabateríasecargabajoelsol. He puestoelcargadorsolarsobre lacamionetay lohe desniveladoconunoscalzoncillos sucios paraorientarlohaciaelsur. Alcabode unperíodode cargasininterrupciones, la batería tendría que funcionar. Ojalá tuviese los medios y lahabilidad para instalar alguna mierda delante del parabrisas al estilo Mad Max,porque así Saieny yotendríamos unaccesorioque nos duraríatodoelviaje y desdeel que podríamos disparar sin tener que correr riesgos. He analizado todos loselementos delvehículoque me hanparecidorelevantes. Elaceite parecíaestarbien,alnivelcorrecto, y me hadadolaimpresiónde que lallave que habíamos sacadodela caja arrancaría el automóvil sin problema alguno. La rueda de repuesto quellevábamos enlaparte de abajoestabaenterae hinchada. He consultadounay otravez elreloj. Noqueríaperderme posibles mensajes durante elperíodode conexiónporsatélite. Comoempleábamos elcargadorsolarenlabateríade lacamioneta, hetenido que mantener apagado el móvil hasta que ha empezado el período deconexión.

HayalgoraroentodaestahistoriadeRemotoSeis. Nohaynadaquemeencaje. Elextrañoliquidoparatratamientode gasolina, elsistemade señales paraelReaperyese extraordinariocargadorsolarque cargalas baterías aunavelocidad imposibleparalospanelessolarescomercialesqueteníainstaladosenmi casa.

Elpreciorecomendadoporelfabricante paralacamionetaerade 44.995 dólares.Enlamismaetiquetadecíaque elconsumoencarreteraseríade quince litros porcadacienkilómetros. Elmanualde instrucciones decíaque eldepósitopodíatenercapacidad paracienlitros diesel. Conmis matemáticas mentales, he calculadoqueconundepósitosobrepasaríamos los seiscientos kilómetros. ElHotel23 estáaalgomás detrescientos kilómetros. Así pues, podríallegaracasallenandounasolavezeldepósito.

Meheestudiadoelmanual, sobretodoenloqueatañealcambiodeneumáticos. Aveces los fabricantes daninstrucciones absurdas paradesengancharelneumáticoderepuesto y cosas así. Como era de esperar, se requería que el propietario de lacamionetamontaraunaespecie de dispositivo paraextraerelneumático desde laparte de atrás delvehículo. No me ha parecido que ese método tuviese ningunautilidad y sabíaque podíadarnos problemas si nos veíamos enlatesiturade tenerque hacer una parada en boxes estilo NASCAR en plena carretera. Por ello, hesoltadoelneumáticode repuestoy lohe metidoenlaplataformatrasera, porque esmuy espaciosa. Tambiénme he tomadomi tiempoparainspeccionarlos puntos enlos queseinstalaríanlos gatos. Heencontradounacadenaderemolqueenelgarajeytambiénlahecargadoenlaplataforma, porquenos ayudaráadespejarlas montañas

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decoches apilados. Tambiénhedescubiertounalatadecaférepletadebujías viejas yle he pedidoaSaienque extraigatodalacerámicaque puedade las bujías y que seesfuerce porque las piezas seanlomás grandes posible. Puede que más adelante laspiezasdecerámicanossirvanparaforzaralgunapuerta.

DerepentesemehaencendidounabombillayhedesconectadolabateríacargadadelChevrolety lahellevadohastalacamioneta. Las dos baterías noerandelmismomodelo, pero se me haocurrido que de todos modos podríamos intentarlo. Saienutilizaba unas pinzas de presión para aplastar la cerámica de las viejas bujíasmientras yohadami experimentode ciencias. Antes de dedicarme plenamente amiintento, hedadootravueltaporelperímetroparaasegurarmedequenocorriéramoselpeligroinmediatode que nos asaltaraunahorda. De nuevoenlacamioneta, heinstaladolabateríadelChevroletenlugarde laotra. He conectadolos cables de labateríacomohe podidoy me he sentadoalvolante paraverloque pasaba. He dadoalcontactoparaque se encendiese elcuadrode instrumentos y pudieravercuántocombustible llevábamos. He tenido la grandísima alegría de encontrarme con eldepósitocasi lleno. Eldiéselnoes tanrefinadocomolagasolinay poresotiene unperíodode vidamás largo, y me he decididoatratarde arrancarlacamionetasintratarelcombustible.

LehedichoaSaienloquepensabahacer, paraqueasí discutiéramos los pros yloscontras de arrancarelvehículoy arriesgamos allamarlaatención. Debíande serlasoncecuandohemos cargadolaplataformadelvehículoy hemos tratadodearrancar.Hemos pensadoque si elruidonoatraíaalos muertos vivientes, nos quedaríamosun rato más para aseguramos de que habíamos empaquetado bien todo lo quellevábamosyquetodolodemásestabaenorden.

He giradolallave enelcontactoy elmotorhaemitidoruidos durante unos cincosegundos antes dearrancar. Entonces semehaocurridootrasoluciónparalabatería.Mehepuestolos guantes yhevueltoaconectarlabateríareciénsalidadefábricaalacamioneta mientras el motor de ésta funcionaba con el fin de cargarla con elalternador, y noconlos paneles solares. Elalternadordelvehículocargaríalabateríamuertamuchoantesquelaluzsolar, porbuenoquefuesenlospaneles.

Después de volver a colocar en su sitio la batería de la camioneta y bajarsilenciosamente elcapó, he hechootrarondaporelperímetro. Nohe vistoactividadpor ninguno de los terrenos que circundaban el concesionario. Al consultar losmapas, hehechounaestimacióndeunos trescientos setentakilómetros deviajehastallegaralH23. Si empleábamos elaparato adecuado, podíamos contactarcon ellosantes de llegar. Johnestaríaatentoalafrecuenciaque se empleaparaemitirseñalesdesocorroenaviación, yéseseríaelcanalporelquepodríamos contactarconelH23loantes posible. ElproblemaseríaencontrarunaradioVHFquetodavíaestuvieraencondiciones paralaretransmisión. Labateríaibaatardarentre treintay cuarentaycincominutos enalcanzarunnivelde cargaaceptable, porloque he pensadoque

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podíamos esperarunahoraenteraparaestarmás seguros. He abiertolapuertay heaspiradoeloloracoche nuevo, que aúnnohabíadesaparecidodespués de tantosmeses de abandono. He encendidolacalefaccióny he gozadodelcalorartificialquesentía en la mano. Cuánto tiempo hacía que no sentía nada parecido. Como lollevábamos todo en la parte de atrás, podríamos dormir dentro de la camioneta,siemprequeencontrásemos lugares apropiados paraocultarnos durantelanoche. Enotracamionetahemos encontrado unacolchay lahemos trasladado a lanuestra.Hemos pensado que nos iríabien paraque elequipaje no se mojaray no se noscolaranpolizones nomuertos. Losiguiente hasidoretirarlas luces de colay todoslos reflectores delacamioneta. Las únicas luces quemeinteresabaconservareranlasfrontales, porsi las necesitaba. Los muertos vivientes noeranelúnicoenemigo. Hecubierto con cinta americana todas las áreas expuestas a fin de evitar posiblescortocircuitos. Lacamionetanovolveríaaquedardeltodobiensi noseencargabaderepararla un soldador profesional, pero tendría que bastarnos para el viaje. HeencendidolaradioyhepasadorevistaatodaslasfrecuenciasAMyFM.

Nada.Nadaquerecordaralaexistenciadeloqueenotrotiempofueunabarrotadocanal

deinformación.Saienyyohemos consultadolos mapas yhemos planeadonuestropróximotrecho

en dirección al suroeste. No nos encontramos lejos de Carthage, tal vez a unosveinticincokilómetros. Creoqueserámejorquenonosacerquemosmás. Tendríamosque seguiradelante porlaAutopista79 y luegogirarhaciaelsurparainterceptarla59. Enlamedidade loposible viajaremos porcarreteras rurales y entraremos enlasprincipales tan sólo cuando sea estrictamente necesario. Los trescientos setentakilómetrosqueheestimadoantes ibanenlínearecta. Alexaminarlareddecarreterasimpresa sobre el mapa, me he dado cuenta de que habrá que añadir tiempo ydistanciaaese cálculoinicial. Tambiénhay que tenerencuentaque nopodremosalcanzar las velocidades de hace un año, porque iremos encontrando chatarra yobstáculos de todo tipo. Hará un par de años, mi primo James se estrelló con lacamionetacontraunantílopey elvehículoquedódestrozado. Yesoqueelanimalnodebíade pesarmás de setentakilos. Unchoque contrauncadáverde noventakilospodríasernuestrofin. Los cadáveres notratande apartarse. Soncomolas polillasquevuelanhaciaelseñueloluminosodeunmatainsectos eléctrico. Noles importaloquepuedainterponerseentrelaluzyellas, simplementesesientenatraídas.

Entretodos los gráficos quemehabíanmandadoconelparacaídas habíaunahojade plástico transparente con dos manchas oblongas de color naranja, una terceratambién de color anaranjado y asimétrica, y el símbolo de radiactividad en elextremo inferiorderecho. Entonces me he dado cuentade paraqué servía. Lo hecolocado sobre elmapa de la región y me ha indicado las áreas radiactivas quecircundaban Dallas, San Antonio y Nueva Orleans. En las áreas de Dallas y San

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Antoniose indicabandaños enabundancia, peroenlas deNuevaOrleans habíaunazonadiezmadaquecubríaelsurestedeLuisiana, elsurdeMississippi, unapartedelsurde Alabamay lapuntade Florida. Cuandollevabaunbuenratoboquiabierto,Saienmehapreguntadoquémesucedía. Lehedichoqueteníaamigos entodas esaszonas y quemehabíaquedadoaleladoaltenerenmis manos lapruebadequetodosellos debíande habermuerto. Me hadichoque lolamentaba, haquitadoelplásticodeencimadelmapaymehaexhortadoaseguirtrazandoplanes. Yoconfiabaenque,si colaborábamos, podíamosllegarenundíaalasafuerasdeCarthage.

Mientras discutíamos elplan, me he dadocuentade que Saienmirabade soslayomi rifle. Yosabíamuy bienque Saienqueríaque le explicase cómohabíaprovocadolaexplosióndeldíaenquenos conocimos, así comolaquesehabíaabatidosobrelosmuertos vivientes que avanzaban hacia nosotros mientras arrancábamos elChevrolet. Alfinalme he rendidoy le he explicadounaversióncensuradade loquesabía. Le he dichoque ellanzamientoenparacaídas se habíahechoporordendelgobiernoy que previamente habíaestadoencontactoconloque quedabade dichogobierno. Le he explicado que un avión no tripulado Reaper sobrevolabanuestrazona, vigilandotodos nuestros movimientos, atentoalos objetivos que le marcaramediante rayo láser con el aparato que llevaba montado en el rifle. No me haparecidoquetuviesequehablarledelpequeñoaparatodeseñales ni delaseguridadquemeproporcionaba.

Le he enseñadoelteléfonode Iridioy le he dichoque tansóloeraútilentre las12.00 y 14.00 horas acausadeldeterioroenlaórbitadelsatélite. Me hapreguntadoconquiénme permitíacomunicarme, y le he explicadoque nohacíamás que recibirmensajes de voz sintéticaacompañados porun informe de situación en formadetexto, y que aparte de esosabíalomismoque él. Le he dichoque me dirigíaaunlugarenlavecindaddeNada, Texas, y quesi queríaayudarmeallegarhastaallí, sucolaboraciónseríabienvenida. DadoqueSanAntonio, sudestinooriginal, habíasidodestruido, he interpretadosusilenciocomoquenoteníaningúnotrositioadondeir.Comoestamos afinales de octubre, nos hemos puestode acuerdoenencenderunahogueraenelpatiodeláreademantenimientoparacalentarnos. Elfríodeoctubresedeja sentir, y la noche pasada había estado muy incómodo mientras trataba dedormirmispocashorasdesueño.

Antes de que sucedieratodoestosolíadisfrutarde más ochohoras de descansopor noche. Ahora tengo suerte si logro dormir cinco. Duermo el mínimoindispensable, porque lameraideade pasarme dormidolapocavidaque me quedamehacesentirmal. Heencendidoelteléfonoporsatéliteyaguardounallamada.

21:00h.

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A las 13.50 horas hallegadounmensaje que me mandabadesplazarme hastaelsiguiente puntode avituallamientomarcadoenelmapa, alsuroeste de mi posiciónactual, y me indicabaque ellanzamientotendríalugarmañanaalas 15.00 horas. Enelmensaje no se hablabade Saien ni de nadamás. He desplegado elmapay hemarcadoconuncírculolaS que marcaellugar. De acuerdoconelmapaque teníaentre manos, esazonaestabacercade unpequeñoaeródromo. Se encontrabaalestedeCarthage, cercadelaAutopista79. Hemos hechopreparativos paramarcharnos aprimerahorade lamañana, paratenermás posibilidades de encontrarelpuntoderecogida. Noestoysegurodecómovoyalocalizarla, ni decómovoyallegaralpuntoindicadoconunmapaque ofrece tanpocos detalles sobre elárea/las coordenadasdondevaatenerlugarellanzamiento.

Hace unas pocas horas, Saien y yo habíamos llegado a la conclusión de queteníamos que encenderunafogataparaguarecernos delfríode los últimos días deoctubre. Al empezar el ocaso, he buscado leña al otro lado de la cerca. Hemosamontonadolaleñay Saienhaarrancadounapáginade unlibroque llevabaenlamochila. Mehefijadoeneltítulo: Hitos enelcamino. Lacubiertaerasencilla, y dabalaimpresiónde que noeralaprimerapáginaque arrancabadellibroparaencenderuna hoguera. Parecía que le faltaran la mitad de las páginas originales. Hemoscocinado buenaparte de los alimentos pesados que aún llevábamos y nos hemosllenadoelestómagoporadelantadoparaellargodíaquenosesperamañana.

—Yavuelvesaescribirentulibro.—Porlomenosnolearrancolashojas.—Buenasnoches, Kilroy.—Igualmente, Saien... peromejorqueduermasconunojoabierto, muchacho.—Conlosdos, amigomío.

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BUGGY

22 de Octubre

9:00h.

Estamos enlacarreteradesdelas 7.00horas yesquivamos sincesarlos restos delatragedia. Hemos tenido que bajar de la camioneta media docena de veces paraapartarcoches quenos cerrabanelpaso. Enlamitaddeesas ocasiones hemos tenidoquemataramuertos vivientes. Loquemás mehaimpactadohasidouncadáverquetodavíaestabaamarradoalacamillaenelcompartimientode unaambulanciasinque yome dieracuenta. Aunque nopodíahacernos ningúndaño, me hadadounbuen susto cuando he tratado de enganchar la cadena a la parte de atrás de laambulanciay lamalditacosahalevantadoeltorsoenplanDráculay hatratadodeagarrarme conlabocaabierta. Yonoteníani ideade que estuviese allí dentro. Erahorripilante, por supuesto, y tenía todo el cuerpo podrido, y será una entre lascientos de imágenes horribles que se me quedarángrabadas enlamente hastaeldíaenquememuera.

He empuñadolapistola, le he abiertounagujeroenlacabezay he cerradolaspuertas de laambulanciaantes de que su espaldagolpearade nuevolacamilla. Aloíreldisparoconsilenciador, Saienhavenidocorriendoy me hapreguntadoquéhabíasucedido. Le he dichoque nose preocupara, y que teníaque alegrarse de nohabersidoélelencargadodeengancharlacadenaenesamontañadecoches.

Hemos hechounapausaencampoabierto, enloaltodeunacolina. Saienvigilabamientras yo calculaba dónde nos debíamos de encontrar y la distancia a la queestábamos delaeródromo. LaAutopista79 es larutamás corta, peroprobablementellegaremos antes por una carretera rural, por el mero volumen de coches quequedaronabandonados enlas vías principales. Almismotiempoquesintonizabalosdiversos canales AMy FMparaversi captábamos algodesde elterrenoelevado, helimpiadolomejorquehepodidoelAK-47utilizable. Hedesmontadoelarmay lehequitado laherrumbre con aceite y papelde lijaque me habíallevado deláreade

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mantenimiento delconcesionario. Tengo que decir que a veces parece que sujetealambre de espino. He sacadoelcuchilloy he alisadolas astillas que quedaronenelagujerodebaladelaculata, yloheraspadolomejorquehepodido. Comoelagujeroestaba en un lugar donde no molestaba mucho y elarma no tema bandolera, heagarradountramodecuerdadeparacaídasyheimprovisadouna, yheatadounodesus cabos precisamente enelagujerode laculata. Elarmaestabalistaparaentrarenacción, con aproximadamente cuarenta y cinco cartuchos divididos entre doscargadores. Hevueltoauntarconaceitetodasusuperficiey lahedejadoenlapartedeatrásdelacamioneta, conuncartuchoenlarecámarayelseguropuesto.

He escrutadoeláreaconlos prismáticos y nohe descubiertoningunaamenazainmediataen ningunadirección. Elsolde lamañanabrillabaen elcielo, pero nopodíaconelfríootoñal. Porelmotivoque fuese, sentíamuchomás fríoque enlosmeses de octubre delpasado. Unavez hayamos recogido elsiguiente paquete desuministros aleste de Carthage, las áreas con elevadadensidad de población queencontraremos después son Nacogdoches, Lufkin y, finalmente, Houston. Aunqueviajáramos enelhelicóptero, Baham noseatrevíaasobrevolarHouston. Es laciudadmás cercana que no sufrió tratamiento nuclear, y en la que podría habersupervivientes humanos, aparte de posibles millones de muertos vivientes. Nocabeningunadudaqueyaestaríamuerto, onomuerto, si nos hubiéramos estrelladoenlaciudaddeHouston.

19:00h.

Estoy en la azotea del edificio de administración del aeródromo, al lado delextremo sur de lapistade despegue y aterrizaje, con Saien. Mis pensamientos seremontanacuandoestuve conJohnenlatorre, hace yavarios meses, peroenesteaeródromonohay torre. Laentregaseharealizadodeacuerdoconelplan, hoy alas15.00 horas, conunacomplicación. Elaviónhaperdidoelcontroly se haestrelladoenelextremonorte de lapista, aaproximadamente unkilómetrode aquí. Despuésde que lacargasalieraporlacompuerta, hadadolaimpresiónde que elaviónnolograbaestabilizarsucentrodegravedadysehaabalanzadodemorrohacialapista.

He visto que el morro se enderezaba en el último momento, pero ha sidodemasiadotarde parasalirdelatolladero. Elaviónhachocadocontraelsueloy haderrapadosobre lapistahastaque unade las alas se hapartidoy elcombustible haempezado a derramarse. Entonces se ha bamboleado, la otra ala ha golpeado elhormigónyelaparatohaempezadoagirarsobresí mismo. Enelmomentoenquese

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ha quedado inmóvil, había perdido las puntas de ambas alas y los dos motoreshabíansalidodisparadosaunostrescientosmetrosendirecciónhacianosotros.

Saien y yo hemos ignorado la carga que había tocado tierra cerca de dondeestábamos y hemos corridohacialos restos delavión. Mehallamadolaatenciónqueelaeroplanonohayaquedadoenvueltoenllamas, yenesemomentohepensadoqueelpilotodebíade seruncabrónconsuerte. Esoes loque pensabahastaque me heencontradoenfrente delavión. Noteníaventanas. Parecíaunpuercoespín, porqueestabaerizadode antenas, peronoteníaningunaventana. Lacompuertapordondehabíasoltadolacargaaúnestabaabierta. Le he pedidoaSaienque me levantaraenvolandas para poder mirar adentro. Después de meterme en la zona de carga yaventarloshumosquesedesprendíandelcombustible(suolornosemarcharádemiropahastaquehayanpasadotresdías), hetratadodellegaralacabinadelpiloto. Porelcamino me he dado cuentade que elbaño estándardelC-130 (con cortina) noestabadondeteníaqueestar, yesoeraotroindiciodeloquesucedíaconelavión.

Habíallegadoalcentrodelfuselaje. Eradifícilcaminarporladensahumaredayporque elaviónestabaladeado, y eracomomoverse porunaatracciónde feria. Nohabíaunapuertaque llevaraalacabina, tansólounacortinaverde oliva. Alapartarlacortina, me he sentidocomosi estuviese apuntode conoceralMagode Oz, pero,enrealidad, cansólomeheencontradoconloquehabíasospechadoalcontemplarelexteriordelavión: nohabíapiloto.

Elaviónnoconsumíaoxígeno. EraunC-130modificadoparafuncionarsinpiloto,nomuy distintodelReaperque enese mismomomentoorbitabasobre mi cabeza.Los mandos aún estaban ahí, pero no tenía asientos, ni ventanas con vistas alexterior. Había un rock de ordenadores con una conexión de fibra óptica queenlazaba con la aviónica. No he encontrado ninguna marca de fábrica en elequipamiento del avión. No había indicador de la presión de cabina entre losinstrumentos, ni tampoco he visto tanques auxiliares de oxígeno. Parecía quehubiesenretiradotodos los elementos innecesarios paraque pudiese operarduranteelmáximo tiempo posible sin tripulación. Si consideramos que elavión debía dequemarunos milochocientos kilogramos porhoraamáximorendimiento, llegamosa la conclusión de que si llevaba el depósito lleno, habría podido venir desdecualquierparte de Estados Unidos. Enelexteriornohabíaidentificaciónde unidadni númerode colatipoBUNO/ BORT. Estabapintadoconundiseñode camuflajeurbanodecolorazulmarinoyparecíaqueelmantenimientofuesebueno.

He vuelto con Saien paraque me diese su opinión sobre elaparato y sobre lasituaciónenlaque nos encontrábamos. Ambos nos hemos acercadounavez más ainspeccionarlacabina. Saienme haconfirmadoque éltampocohabíaleídonuncanadasobre ordenadores conectados alaaviónicapormediode fibraóptica, ni habíaoídohablarde ello. Lahumaredaempezabaaafectarme y me hacíaolvidarunavezmás las causas y los efectos. En elinteriordelavión estabamuy oscuro, tan sólo

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había unas luces rojas, que probablemente se empleaban para que el equipo demantenimientopudieseentraraprepararsuinformedespuésdecadaaterrizaje.

He tomado unas redes que habían quedado en la zona de carga y las hetransformado en escalerilla para poder bajar de la compuerta medio cerrada sintorcerme un tobillo ni hacerme ninguna lesión aún peor. Mientras bajaba por laescalerilla, elairefrescodelatardemehasopladodecaraymi cerebrohaempezadoarecobrarsedeloshumosdelavión.

HecontempladoconrelativoaturdimientocómoSaienbajabatambién.Alpensarenelchoque, he comprendidoque elestrépitohabíasidonotable, así

que nocabíaningunadudade que tendríamos compañíacuandocayeralanoche.Noshemosmontadoenlacamionetaynoshemoslanzadoa160porhoraporlapistade rodaje, sinencontrarobstáculos en1200 metros. Mientras regresábamos allugardondesehabíaposadoelparacaídas, hemos vueltoahablardelaviónnotripuladoyde las implicaciones delsiniestro. Hemos llegadoalsitiodonde se habíaposadolacargayhemosvistoenseguidadospalés: unopequeñoyotrogrande.

Encimadelgrande habíaunvehículoenvueltoenplástico. Laúnicamarcaque seleíaenelpaqueteeranlas letras DARPA(siglas inglesas deAgenciadeInvestigaciónde Proyectos Avanzados de Defensa) grabadas sobre las piezas de metal. Saieny yohemos sacado las navajas, hemos empezado a cortar el envoltorio de plástico yhemoshechoacopiodecuerdasdeparacaídas, redesyotrosmaterialesempleadosenellanzamientodelacarga.

Elvehículoeraunbuggy paracircularsobrelaarenadeldesierto, conunapesadajaula antivuelcos y una gruesa pantalla de metal soldada sobre los asientos depasajero/conductor. Atrás, sobre elmotor, habíaunsitioparaviajarde pie, unpostesoldadoalajaula, provistodecorreas paraimpedirqueelviajerosecayese. Tambiénhabía lo que parecían ser dos soportes de ametralladora. El vehículo podíatransportarhastatres personas, conpocooningúnequipo. Llevabaundepósitotipo«barrilde cerveza» sobre elmotory pesadas ruedas de todoterreno. He subido alvehículoy hearrancadosinproblemaalguno. Luegolohellevadodetrás deledificiodeadministracióndelaeródromo, cercadelaescalerademanoporlaquesubíamosalaazotea, yheregresadoparaexaminarelpaquetemás pequeño. Cuandohellegado,Saine cortabayalas envolturas de plástico, casi sinaliento. Nome haparecidoquenos quedaramuchotiempohastaque los muertos vivientes empezasenallegar. Elsiniestro había armado un estrépito mucho más fuerte que el disparo de unaescopeta, incluso para quien lo oyera a un par de kilómetros de distancia, y losmotoresquehabíansaltadolejosdelavióntodavíacrepitabanycrujíanalolejos.

Enelpalé más pequeñohabíados grandes cajas Pelicannegras que tansólosepodíanllevarentredos hombres, así comootracajagrandeypesadaenlaqueestabaescrito: «Cartuchos AutoG.» Habíatambiénunacajamás pequeña. Enlas grandes

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estabaescritoconestarcido: «AutoGatlingA» y «AutoGatlingB», respectivamente.Hemos cargadolas cajas enlaplataformade lacamionetay luegohemos vueltoadonde estabaelbuggy paratrazarplanes paralanoche. Conlaayudade Saienhesubidohastaeltecholacajamarcadacomo«AutoGatlingA», yhemosdejadolaBenlaparte traserade lacamioneta. Envez de aparcarlacamionetacercadelbuggy, lahemos dejado a un centenar de metros detrás del edificio, por si los muertosvivientes asaltabanlazonadondeseencontrabalaescalerademano. Así, si teníamosque escapar del techo, podríamos tomar dos direcciones distintas. La caja máspequeñacontenía, de acuerdoconlas instrucciones que se encontrabandentro, uncontadorGeigerdelargasdistancias, quepermitíaefectuarmedicionesdesdelejos.

Elbuggy estáaparcadoalpie de laescalerade mano, visible desde lacarretera,perolacamioneta(donde se encuentracasi todonuestroequipo) haquedadomásdisimulada. Después de subirlomás esencialaltecho(comida, agua, recursos paraguarecernos, armas), hemos abiertolacajaPelicanparaversi merecíalapenacargarconsupesoy tomarnos molestias porella. Ensuinteriorhemos encontradounarmaque nohabíavistoenmi vida. Parecíaque RemotoSeis estuviese dispuestoahacergrandes esfuerzos paraproporcionarme todoloque necesitase paraseguirconvida.ElarmaeraunaametralladoraGatling enminiatura, consonidoamortiguado, quedisparabaristras de cartuchos de pequeñocalibre. Las instrucciones que nos habíanenviadoconelarmaeranparecidas alas delláserdelReaper: explicabansumanejo,peronadamás.

La unidad llevaba un radar de baja probabilidad de interceptación que secomplementaba con un sensor de imágenes térmicas que servia para disuadir ydeteneralos muertos vivientes. Eraunamáquinapensadaparadurarmuchotiempoy eldiagramaindicabavarías opciones deempleo. Las instrucciones insistíanenquelaametralladoranollevabasilenciador, sinotansólosonidoamortiguado(nosémuybiencuálesladiferencia).

Laprimeraopciónconsistíasimplementeenabrirlacajay orientaríadelamaneraindicada por las flechas, y entonces pulsar el interruptor; al estilo de una minaantipersonadireccionalClaymore. Todoloquesemovierapordebajodelos 32°Cseconsideraríahostily se neutralizaríade inmediatoalritmode cuatromilcartuchosporminuto, enráfagas de cienpormilisegundo. Elradardelsistemaempleabauntransmisor con consumo energético muy bajo (menos de medio vatio) y seconsiderabaefectivoparalocalizaralavíctimaaunadistanciamáximadedoscientosmetros.

Elsegundométodode empleocomportabalainstalacióndelaparatoenelbuggy.Las instrucciones decíanquehabíaqueretirarlas tuercas y sacarlaunidaddelacaja(radar, ordenadordedireccióndedisparo, bateríayarmaestabanensambladosaunaúnicabarrade aceroque se podíamontarenelbuggy). Eltercermodode empleoimplicaba la utilización de las triples monturas de ensamblaje magnético y por

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ventosaque se encontrabanenlas cajas. Lafiguranúmerounodelmanualmostrabaunesquemade las unidades montadas entándem enloaltodelremolque de unacamioneta, apuntandoendirecciones opuestas, y enlafiguranúmerodos aparecíanlas unidades instaladas enfrente de un edificio, sobre las monturas, que en estaocasiónseempleabancomotrípodes.

Las especificaciones indicaban que, después de cadarecarga, elarmateniaunahorade capacidad paraempleocontinuadocomoarmade tiro, y doce horas enelcasode que tansólose emplearanelradary elescánertérmico. A continuación, elmanualenumerabaimprecisaslimitacionesdelsistema.

Se decía que el sistema tenía dificultades para disparar contra agua enmovimiento, ramasdeárbolagitadasporelvientoyavesenplenovuelo. Estoúltimose debía a la incapacidad delsensor térmico para captar las estructuras delcalorcorporalde las aves, debidoasutamañoy alas limitaciones enelángulodelradar.Después de ese apartado había una advertencia que desaconsejaba elempleo delsistemaconunatemperaturaambiente superiora34 °C. Eldocumentonoexplicabaelmotivo. Comoelsolestabaapuntode ponerse, Saienhabajadoporlaescalerademano(yole cubría) abuscarmuniciones paraelarma, paraque estamismanochepodamos ver qué talfunciona la primera opción. Si este aparato utiliza un radaraparejadoconunsensortérmicoparalocalizarasus blancos, podremos emplearloperfectamentedenoche. Unaúltimaysiniestraadvertenciadestacabasobreelpapel:

¡CUIDADO! El sistema Gatling automatizado es un prototipo y no debeemplearse como primera opción para la defensa personal.

Después de leer el manual y de volverlo a meter dentro de su caja (lasinstrucciones de cargaestabanimpresas y adheridas alatapa), Saienharegresadoconmuniciones que habíasacadode lacajamás grande y hemos cargadoelarma.Hemos apuntadoenladirecciónpordonde eramás probable que se acercaranlosmuertosvivientes: lacarretera.

Heactivadoelaparatoconelinterruptory heescuchadoelzumbidoconelqueelarmacalibrabaelentorno. Elradardebajaprobabilidaddeinterceptaciónhaemitidounsonidosemejante alclicde unacámara, probablemente porque estabatrazandoun mapade distancias y elevaciones en 3D, y entonces elsistemase haquedadoinactivo. Elúnicoindicadorde actividaderaunapálidaluzLEDde colorverde querefulgíaenlaparteposteriordelarma.

Elsolse acercabaalhorizonte y habíallegadolahorade encenderunpequeñofuegoenunalatade café y calentaraguaparalos alimentos deshidratados. SaienhaarrancadootrapáginadeHitos enelcaminoy lehaprendidofuegodentrodelalata

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de café. Me he puestolas gafas de visiónnocturnay me he idoalotroextremodeltecho para asomarme a la carretera. He visto movimientos en la lejanía. Elmovimientose notabaenlos límites deláreaque mis gafas llegabanaabarcar, peroexistía. Los infrarrojos me hanreveladotambiénlapresenciade unpequeñofuego,probablemente enelmismositioadonde habíaidoapararunode los motores delavión después del siniestro. No era visible sin las gafas de visión nocturna y,probablemente, afectabatansóloalinteriordelmotor. Le he susurradoaSaienqueorientase elarmaunos pocos grados hacialaizquierdaparacubrirmejorlazonadonde me parecía que se encontraban las amenazas. El radar se ha recalibradoinmediatamentedespués dequeSaiendejarademoverelsistemay haverificadolosgiroscopios. He vuelto a mirar en la dirección en la que me había parecidovislumbrarlaamenaza, peronohevistonada.

Saienmehaservidoaguaenlacazadelacantimploray mehepreparadolacena,sentadoalamaneraindia, conlasgafasdevisiónnocturnalevantadashastalafrente.

Saienmehapreguntadodenuevo:—¿De qué te sirve ir escribiendo? ¿En qué te ayuda? Disculpa que vuelva a

preguntártelo.—Noimporta, Saien. Nome molestaque me lopreguntes. Es muchomejorque

hablarsolo.Enrealidad, nosabíaqué decirle, ni cómoresponderle asu pregunta, así que he

empezadoporelprincipioylehecontadotodoacercademi situaciónventajosaydecómoempezótodo. Le he dichoque me decidí allevarunregistrode loque ocurríaen mi vidaporque teníalasensación de que pasabamuy rápido, aunque todavíafuese relativamente jovenencuantoaedad. Laúltimavez que hablé conmi abuelafue durante las vacaciones delañopasado. Erayamuy viejay me encantabahablarconellay escucharsus historias. Me dijoque cuantomás mayorse hace uno, másrápidopasaeltiempo, así quehayquehacertodoloposibleparaquevayamáslento.

—Eltiempoquepasamosaquí esfinito, muchacho—medijo.Se hacíamayory yo, paramis adentros, pensabaque talvez fuese laúltimavez

que la veía. Terminamos la conversación con los recuerdos que yo tenía de mibisabuela, su madre. Le dije alaabuelaque recordabaque labisabuelaaúnestabamuy lúcida pasados los ochenta años, y me contaba que había atravesado lasmontañas entre Fort Smith y Fayetteville en un carromato, y que recordaba lostiempos enque los hombres entrabanenlas ciudades acaballoy llevabanlapistolaalcinto. Murió elverano después de contarme cómo había sido Arkansas en losviejostiemposdelafrontera.

Me haparecidoque Saienloentendíayamejor. Hacomprendidoque mi abuelaqueríaque me tomase lavidaconmás calma, paraque fueraconsciente de lapropia

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viday delvivir. Creoque ponerloporescritoes elúnicovínculoque aúnconservoconloque fui y conloque ellafue Saienme hacontadoque echabade menos sobretodoasu hermana. Laúltimavez que se habíacomunicadoconellafue porcorreoelectrónico, antes de que sucediera todo esto. Vivía en Pakistán con su marido yestaba embarazada. Saien iba a ser tío. Me ha sonreído al decirlo, y yo me heguardado mis pensamientos macabros y derrotistas, porque quiero que Saienconserve unrecuerdocálidode sufamilia. Después de lacena, Saiense haquedadodormido, yesperoqueestéconsusseresqueridosensueños.

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APAGAMOS LAS LUCES

23 de Octubre

5:00h.

Eltechoestácubiertodecasquillos debala. Anocheestabatanexhaustoquepenséqueelsonidodelas ráfagas eraunsueño. Saienmehaquitadodelacabezalas gafasde visiónnocturnay entonces me he despertadoconelsonidode las ametralladorasmini-Gatlingquedisparabansincesary conlos casquillos calientes quemedabanenlacaray enelcuello. Saiensehapuestolas gafas y sehaquedadoahí, escrutandolapenumbra. Debíande serlas tres de lamañana. Alcabode unos cincominutos deráfagas aintervalos irregulares, elradarharecalibradolos giroscopios delarmay elsistemahaquedadode nuevoensilencio. Le he pedidoaSaienque me pasaralasgafas parapoder ver alas víctimas delcombate. En primer lugar he echado unaojeada por eltecho y he visto centenares de casquillos (una minucia entre todosnuestros suministros) esparcidos por el suelo. Al acercarme al borde, he visto adocenas de criaturas en tierra. Una de ellas aún se retorcía, pero parecía que semoviera sin propósito ni lógica alguna. Aparentemente, la ametralladora B se haagitadoenrespuestaalmovimientoirregularque detectabaenelsuelo, así que hesacadolapistolay he tratadode pegarle untiroalacriaturaconelsilenciador, paraahorrarles esfuerzos inútiles alos giroscopios delarma. Hetenidoquedispararletresveces paraneutralizarladeltodo. Elgrupode muertos vivientes erapequeño, peronuestroscentinelashabíanacabadomuyrápidoconellos.

Parece que sí que vale la pena cargar con estos aparatos. Saien y yo hemosintentadodormirnos de nuevodurante las últimas horas de lamadrugada, y luegohemos pensado que nos convendría discutir la logística de nuestro nuevoequipamiento. Lehedichoqueamí meparecíamás inteligentequeelbuggyfueseencabeza, seguido por la camioneta. Los dos hemos opinado que sería buena ideainstalarunade las Gatlingautomatizadas sobre elbuggy, hastaque he pensadoenlas limitaciones operativas delarma. ¿Y si resulta que hago girar elarma y éstadetectalacamionetade Saien? Comolacamionetase mueve, elradary los sensores

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térmicos laidentificaríancomoposible blanco. Porotraparte, si nos desplazamos enconvoy, tampoco podríamos desplegar las Gatling sin detener los vehículos. Nopodemos arriesgarnos aque nos pillen en ese momento. También tendremos quecargarles las baterías con unos cables de arranque conectados alalternador de lacamioneta, obienconlos paneles solares. Después de hablarlo, hemos acordadoqueyoconduciríaelbuggy e iríaunos cuatrocientos metros más adelantequeSaienparadescubrirpotenciales cuellos de botellaenlacarretera. SaienllevaríaelMP5 y elAKcargados y apuntoporsi yome veíaacorraladoosufríaunaavería. Estos días hacemuchofríoporlamañana, así que nome quedabaotroremedioque taparme biensiqueríacircularporlacarreteraenunvehículoque fundamentalmente consistíaenunajaulade aceroconcuatroruedas. Esperaremos aque salgaelsolpararecogerelequipo, porqueasí veremossi aestasarmasseleshaescapadoalgunapresa, antesdequepuedanlevantarseydevolvernoselfavor.

27 de Octubre

6:30h.

Llevamos yavarios días enlacarreteradesde que nos hicimos conelbuggy y lasarmas automatizadas. Nohe recibidomás mensajes porteléfonovíasatélite. Hemosavanzado con mucha lentitud a causa de los escombros y del típico barullo decadáveres nomuertos que merodeanporlacarretera. Cadavezque unode nosotrosdos sededicaaapartarchatarra, elotrotienequeponertodasuatenciónencubrirlazona. Durante estos últimos días nos hemos salvadoconfrecuenciaelunoalotrodesus ataques. Hace unos días (¿ofue ayer?) encontramos ungigantescocamiónconsemirremolque que se habíaquedado trabado en lacarretera. Elremolque estabacubierto de agujeros de bala de gran calibre y marcas de metralla. Me picó lacuriosidad. Tras establecerun perímetro móvilen círculo en torno alcamión, nosacercamos aéste. Lo examinamos desde todos los ángulos posibles y, alverlo decerca, nos dimos cuenta de que era un camión de pienso. Elpienso que llevabadentrosehabíaestropeadohacíatiempoporlafiltracióndeaguadelluviay elcalor.Saienmecubriómientras meencaramabaenelescriboy mirabadentrodelacabina.Estabaabandonada. Novimos nadaque pudiese parecemos peligroso, ni habíaunáreaparadormirque pudieraescondersorpresas. Elcamiónestabapensadoparaeltransporte a distancias cortas. Elpropietario debía de haber vivido a unos pocoscientos de kilómetros del sitio donde lo había abandonado. Podía ser que aqueljornaleroque habíacontribuidoaldinosaurioque eralaeconomíaestadounidenseaúnresistieraenalgúnlugar, conlaespaldapegadaaunapuertaatrancada.

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Dentro encontré una emisora de radio. Lo que me llamó la atención fue queparecíaunainstalaciónimprovisada, conlos cables colgandodebajodelcuadrodeinstrumentos y entornoalapalancade cambios. Seguí elcable de laantenahastaelexteriorde lacabinay me di cuentade que laantenatampocoestabainstaladademanera muy sólida. Regresé a la plataforma de la camioneta para buscar la latadonde guardábamos los trozos de cerámicade las bujías, paraversi podíaentrarenlacabinayllevarmelaradio.

Cuandomeacercabaalcamión, Saienmesilbóyseñalóamis espaldas. Unadelascriaturas se me acercabametódicamente, conlos ojos puestos ennosotros comolosde unleónque acechaasupresa. Teníalas manos ligeramente dobladas y caminabamedioagazapado, avanzandoconprecaución. Saquélapistolay lacriaturapasóalaofensiva, avanzandoconmayorrapidez. Apretélentamenteelgatilloy mecarguésumejilladerecha. Nodejóde acercarse, y tuve que retrocederhastaque topé conunminifurgón. Seguí disparándole cartuchos hastaque lacriaturase desplomóapocoscentímetros demis botas. Todavíaseretorcióduranteunos segundos yloúltimoquequedabadesumaldadseescurriódesumiserablecuerpo.

Nome preocupé más porloocurridoy me acerqué alcamión. Agarré unpuñadode cerámicade bujías y lolancé lentamente contralaventanadelconductor, que serompió sin hacer apenas ruido. Casi todo elruido que se oyó fue eltintineo decristales sobreelestriboy eldepósito. Elinteriordelcamiónolíaaviejo. Dentrodelacabinasearremolinabanenelairemohoy partículas detejidodescoloridoporelsol,que debían de llevar meses así. Recogí todos los trozos de cerámica que pudeencontrary me puse atrabajarenlaemisorade radioconlanavajamultiusos. MeasegurédequeSaienmeprotegiesemientras trabajaba, porquesi nodejabalapuertaabierta, no me quedaba espacio para meterme bajo el cuadro de instrumentos yquitarlos cables. Tardé unos quince minutos, porque queríaevitartododañoenlaradiooenlos propios cables. Alsacarlaradio, medi cuentadequehabíaotradebajodelasiento, conlos cables originales enrollados alrededor. Lomás probablees quelaemisora de radio originaldelcamión se averiara y que elconductor tuviese quecomprarotraylainstalaseduranteunaparadaenlacarretera.

Saqué laradiodelcamióny lacoloqué enelasientotraserode nuestracamionetajunto con su antena. Entonces agarré los prismáticos, regresé al camión y meencaraméaloaltodelremolque. Miréentodas las direcciones y mediolaimpresiónde que había más muertos vivientes que en los días anteriores. Puse a Saien alcorriente de la situación a gritos e intercambiamos posiciones. Saien estuvo deacuerdo enque parecíaque hubiese más muertos vivientes enlazona. Me cubriómientras tratabade instalarlaemisorade radioennuestracamioneta. Recopilandopiezas de los vehículos colindantes, logré instalar la radio mejor de lo que habíaestado en el camión. Para terminar, examiné el depósito y vi que contenía unacantidadde combustible suficiente comoparallenarelnuestrohastaeltope. Saieny

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yo nos pusimos a trabajar en ello mientras vigilábamos los alrededores por si seacercabaalgúnpeligro. Después de extraereldiesel, probamos laradio. Elreceptorfuncionaba, peronos quedamos sinsabersi nuestratransmisióneraeficaz, porqueenviamosnuestromensajeaciegasynorecibimosningunarespuesta.

Puselaradioenelcanal18, paraqueSaienpudieraoírtodaslastransmisionesqueencontráramos mientras viajábamos en convoy. Ese mismo día llegamos a unapequeñapoblación, unade esas que aparecenenlas pinturas de NormanRockwell.Aunque no encontramos ningún homenaje vivo a la cultura americana mientrasavanzábamos porlacalleMayor, sí sesentíalatensiónenelaire, y notéquealgonosobservaba desde las ventanas. Algo que era maligno. Seguí adelante sin dejar demiraralas ventanas de los primeros pisos. Comolaepidemiahabíaempezadoeninvierno, lasventanasestabancerradas. Todasmenosuna, ladeunprimerpisosobreunafloristería. Detuveelbuggy, saltéalsueloy leindiquéporgestos aSaienquemecubriese mientras yo controlabaeláreainmediata. Unabrisaligeraapartó lafinacortina de la ventana abierta. Alcontemplar con más atención elentorno, me dicuentade que los coches teníanaspectode habersoportadounafuriosatormentadegranizo. Las superficies horizontales estaban cubiertas de gruesas muescas y lasventanas habíanquedadotodas agrietadas comoporgolpes muyfuertes. Alprocesareldato, nome pareciólógico, así que seguí mirandoy noté que las fachadas de losedificios estaban todas dañadas, como si alguien hubiera arrastrado una gruesacadenadeanclacontrasuscostados.

Lalocalidad habíasidoinvadida. Parecíaque lagranmasaque habíatomadolascalles de lapequeñapoblaciónse habíamarchadohadatiempoy se habíanllevadoconsigoalos morbosos lugareños enmediodelbarulloy laconfusión. Calculé quehabíanpasadoporallí amillares. Habíansidotantos que, de hecho, habíantenidoque subirse porlos coches y pasarrozando las fachadas de las casas paraabrirsepaso.

Como tenía en el pensamiento a los muertos vivientes irradiados, me hemantenidoadistanciade todotipode objetos metálicos de ciertadensidad afindeevitar exposiciones innecesarias. Parecía que alotro extremo de la calle principalhubiese una improvisada montaña de coches de tamaño medio apilados. Losorprendente eraque los coches se habían empujado de talmodo que apuntabanhaciafuera, endireccióncontrariaadonde me encontrabayo. Conindependenciadelo numerosaque fueralamasa, habíaavanzado en lamismadirección en laqueíbamos Saien y yo. Mi única esperanza era que aquello hubiera sucedido hacíameses. Saieny yoestuvimos de acuerdoenque noteníaningúnsentidoentrarenlahabitación del primer piso que se encontraba sobre la floristería muerta. Nospusimos enmarchahacialaantiguamontañade coches y vimos restos de cadáveresconlamitaddeltorsometidaenlosdesagüesdelavíapública, ylamitadfuera... ala

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esperadequesucuerposepudrieralosuficienteparameterseenteroeneldesagüeydesaparecerparasiempre.

28 de Octubre

21:00h.

Hemos podidoguarecernos enunaviejacentraleléctricaaloestedeNacogdoches,Texas. Mis mapas indican que Nacogdoches había sido una zona modestamentepoblada. Lacentralestabarodeadatotalmente porunacercametálica, salvoporlaspuertas delanteray trasera. Endichos lugares habíapuertas correderas que habíanimpedido laentradaalos vehículos sin autorización. Se veían más nuevas que elrestodelaestructurayprobablementeeranfrutodelas medidas deseguridadqueseaplicarondespuésdel11deseptiembre. SaienyyononoshabíamosencontradoenlanecesidaddedesplegarlasametralladorasGatlingautomatizadasdesdelanochequepasamos eneltejadodelaeródromo. Desde entonces, habíamos dormidodurante lamayorparte de las noches sobre vagones de tren, siempre conunvehículoaparcadocercade nuestraposicióny elotrounos cientos de metros más allá, porlamismaruta, para que nos sirviese como refuerzo si había que huir. Es así como hemosencontradolacentraleléctrica. Habíaempezadoalloverenelmomentoenquesehadisparadolaalarmade mi reloj, que me avisabade que faltabandos horas paraelcrepúsculo. Cuando ya desesperábamos de encontrar un tren que nos protegiesedurante lanoche, hemos descubiertoaAnaconda. Saieny yonos hemos mantenidocuerdos afuerzade idearjuegos estúpidos comoponerles nombre de serpiente alostrenes, segúnelcolory elnúmerodevagones. Las últimas noches les habíatocadoelturno alavíboraratoneray alaculebra. Tambiéncompetíamos porencontrarunmayor número de nombres de estados en las matrículas de los vehículosabandonados. Alacercarnos aAnaconda, hemos vistoqueerauntrenmuy largo. Lamayoríadelos vagones tolvadecolorverdeestabanrepletos demontones decarbónenunahileraqueparecíaprolongarsevarioskilómetros.

Hemos conducidoenparaleloalas vías, contandolos vagones. Latierraque sehallababajo los vagones se habíaquedado negraporlos meses de lluvias que sehabíanfiltradoporelcarbóny habíanllegadoalsuelo. Haciaelfinalde lahilera,hemos visto la gigantesca montaña de carbón y las carcasas oxidadas de lasexcavadoras que se habíanempleadoparatransportarelnegromineral. Unade las

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excavadoras estaba volcada, y el resto, aparcadas en hilera. Hemos contado 115vagones, más lalocomotora. Cuandonos hemos acercadoalapuertafrontal, bajabaniebla. HeentradoconelbuggyySaienmehaseguidoconlacamioneta. Hebajadoatierray he cerradolapuertaanuestras espaldas, y le he echadoelganchoparaquenosepudieraabrir. Saiensehabíapuestoahacerloqueyameimaginaba. HabajadolaGatling, y lahemos instaladoenelpuntodeentrada. Hemos tardadotres minutosen instalarla. Hemos aparcado elbuggy en un sitio desde donde habríasido fácilescapar, yentoncesSaienyyohemos idoconlacamionetahastalapartetraseradelacentralparaplantarlasegundaGatling. Llovíay hacíaundíade perros, así que yome alegrabade que los prototipos localicen asus blancos con radares y sensorestérmicos, porqueenrealidadelmaltiemponomepermitíaverhastamuylejos.

Mientras elsoldescendíatras las nubes negras, he pensadolomismoque suelopensar desde hace un buen número de noches. El Reaper que nos sobrevolabaregresaríaenseguidaasu base juntoconmis dos bombas de 225 kilos guiadas porláser. Nohemos tardadomuchoenencontrarunahabitaciónseguracondos salidas.Notendríamos tiempodemarchamos antes dequecayeralanoche, así queteníamosque sacarelmáximoprovechode aquelsitio. Las Gatlingnohabíanpiadoy yameestababienasí.

29 de Octubre

12:00h.

Saienmehadespertadoestamañanasinunbuenmotivo. Tansóloparairamear.Aunquemehayamolestadoeso, lociertoes quehemos acordadoqueningunodelosdos vaya a ningún sitio que quede fuera del alcance visual del otro. Le heacompañado de malaganahastafueraen lafríamañanade octubre. Elsolhabíasalidoy me he dadocuentade que amí tambiénme correspondíaseguirlallamadadelanaturaleza. Saienlohahechoendirecciónalapuertafrontal, y yoendireccióncontraría, conloque he ayudadoaacabarde llenaruncharcode las últimas lluvias.Almiraralolejos, haciaelcañón, mehedadocuentadequesehabíavueltohacialaizquierda. Cuandolodejé ayerporlanoche, estabacalibrado, y apuntabaenlínearecta hacia elcamino de acceso. He dejado la pistola y he tomado elrifle, y hecaminadohacialapuerta. Tras caminartansólounos segundos, heoídolos pasos deSaienamis espaldas. Cuandome he acercadolosuficiente, me he fijadoenque elviento arrastrabacasquillos en torno alabase delarma. Tan sólo unos pocos. Almiraralacarretera, he vistodos aves muertas. He corridohaciaellas y he vistoqueeranpatos. Hasidoentonces cuandome he dadocuentade que me habíametidoen

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eláreadetirodelaGatlingy lehegritadoaSaienquelaapagara. Heagarradoalosdos patos porelcuelloy los hemos cocinadoenseguida. Noíbamos adesperdiciaresamagníficaoportunidaddecomercarnefresca.

Los he decapitado con el cuchillo mientras Saien iba a sacar carbón de lagigantescamontañanegra. Alcabode cuarentay cincominutos de preparación, oalgoasí, estabanlistosparasercocinados. Hemosencendidounahogueraconcarbóny leña, y hemos preparadounalmuerzode carne de pato. Después de comernos losanimales casi enteros, hemos efectuadounreconocimientode laplantaeléctrica, enbusca de cualquier cosa que pudiéramos aprovechar. Elestómago lleno me dabasueño, peronome quedabaningunaotraopción. Noqueríaque lacarne se echaraaperder. Altratarde efectuarde maneramás metódicaelreconocimientode lazona,hemos encontrado las escaleras que llevabanhastalasalade controlprincipaldelprimer piso. En lo alto de las escaleras había un cadáver. Llevaba tanto tiempomuertoqueparecíaunatalegademarinerorepletadehuesos. Estabaoscuroy mehevistoobligadoaencenderlaluz de mi armay aemplearelmorroparaapartarlosrestos delcuerpo. Aduras penas helogradoverlas letras bordadas sobreelmonodetrabajo, peroelhombre se llamabaBilly habíasidoencargadode calderas. Alsubirpor las escaleras, cubierto por Saien, he visto marcas de sangre sobre la pesadapuerta de acero. La puerta estaba cerrada. Saien me ha pedido que le cubriesemientrassacabaeljuegodeganzúas. Sehaquejadoentredientesdequelaganzúaderastrillado no le serviríaen un cerrojo como aquél. Tendríaque abrirlo perno porperno. Alcabodediezminutos hatenidolapuertaabiertayhaplantadoelpiefrenteaellaporsi dentrohabíaalgoquequisierasalir. Hegolpeadolapuertayluegomeheasomado con el rifle. No se ha producido ninguna reacción. Saien ha abierto lapuerta y el fulgor de nuestras luces se ha abierto un camino entre el polvosuspendidoenelaire y hapenetradoenlas tinieblas de lasalade controlendesuso.Habíaunaparedconventanas que ofrecíanunavisiónde conjuntodeláreadelpisode abajodonde se hallabanlos generadores. Estabatanoscuroque sólohe vistolascubiertas redondeadas de los propios generadores. Parecíangrandes balas metálicasde henoalineadas enuncampo. Encuantohe enfocadomi luz haciaelabismo, hedetectado movimiento. Había criaturas en el área de generadores. Númerodesconocido. Todoslosqueheobservadovestíanmonosdetrabajo.

Alencontrarnos enunpisosuperior, estábamos relativamenteasalvo. Unagruesacapade polvocubríalos ordenadores e interruptores, y los diversos mecanismos delasala. Uncuadernode registrogrande, de cubiertas verdes, se encontrabasobre elescritorio principalen elcentro de lasala, junto con un cenicero, unalámparademesay un bolígrafo. He abierto elcuaderno. Empezabacon lafechade enero de1985. Al cabo de unas pocas semanas, la última entrada de 1985 decía:«Abandonamos cuaderno de registro debido alainstalación de nuevo sistemaderegistroinformático. Firmado: TerryOwens, directordelacentraleléctrica.»

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Habían dejado de utilizar el cuaderno de registro en 1985 después de haberempleadounpardedocenasdepáginas. Laentradasiguientedecía:

Cuaderno de registro de nuevo en activo, a petición de Bill. Fin del mundo.Sistemas informáticos no fiables. Bill.

15 de enero: Nos queda carbón para sesenta días y un tren que viene hacia lafábrica.

16 de enero: El tren para transporte de carbón ha llegado. El encargado noestaba a bordo. Freno echado.

17 de enero: Hemos perdido al cincuenta por ciento del personal. El Ministeriode Energía ha autorizado el cierre de instalaciones infestadas. Pronto recibiremosla lista.

18 de enero: Lista de desactivaciones recibida.

20 de enero: Nos hemos quedado al 50% del consumo previo.

21 de enero: Nos queda una sola conductora de excavadoras. Sin ella nopodríamos cargar los cámaras de combustión ni generar electricidad. Hemoscontratado a un escolta que sale con ella y dispara contra los criaturas que tratande trepar a la excavadora.

31 de enero: El gobierno ha anunciado un plan de destrucción de ciudades, losciudades coinciden con la lista del 18 de enero remitida por el Ministerio deEnergía.

1 de febrero: Seguimos aquí.

5 de febrero: Tenemos mucho carbón, pero apenas podemos emplearlo ennada.

5 de febrero: Nos queda una sola cámara de combustión y generamos energíatan sólo para estas instalaciones.

20 de febrero: Están en la puerta. Entran por el conducto de ventilación queestá debajo deL panel de control. Vamos a cerrar la fábrica. Sólo queda uno.

Apagamos los luces

Bill

30 de Octubre

7:00h.

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Las armas automatizadas no handejado de funcionarentodalanoche. Hemosoído ruidos extraños en la oscuridad y sólo pueden significar que los muertosvivientes rondanporaquí cerca, enfrente de lafábrica. Ahoraque hasalidoelsolhemostomadotodolonecesarioysalimosaexplorarelárea.

9:00h.

Las armas automatizadas se hanvistodesbordadas. Porlamirade Saienhemosvistoque se les haagotadolamunicióny que docenas de cuerpos yacenentornoaellas. Algunas delas criaturas todavíasedebaten. LaGatlinghadañadosus cerebroslosuficiente comoparadejarlos inútiles, peronototalmente neutralizados. Hemosdecidido esconder latecnologíaparaque no nos laroben saqueadores con malasintenciones. Nosmarcharemosprontodeestacentral.

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EL PUENTE SINRETORNO

9 de Noviembre

10:43h.

Alcabode las incontables horas e incontables tribulaciones que sufrimos despuésde salirde lacentraltérmica, Saieny yotuvimos que enfrentarnos aunúltimogranobstáculo en elúltimo trecho que recorrimos hastallegaralHotel23. Después deexaminarmeticulosamente los mapas, nos dimos cuentade que tansólo teníamosdosopciones:

1.— Podíamos ir hacia el norte y tal vez encontrar un punto por el que nosfuese posible atravesar el río que se interponía en nuestro camino.

2.— Podíamos cruzar por el puente de Livingstone.

Lomás probableeraqueelpuentequeaparecíaenlos mapas tuvierados carriles,igualquelacarreteradelaqueformabaparte.

Si íbamos alnortey tratábamos derodearellago, podíaserqueacabáramos cercade unaciudadmás grande. Elúnicoinconveniente de lasegundaopcióneraque noteníamosni ideadelestadoenelqueseencontraríaelpuente. Trasdiscutirlosprosylos contras, llegamos alaconclusiónde que irporelpuente seríalomás razonable.Ayerporlamañananos pusimos encaminoendirecciónsuroesteconlaintencióndellegaralpuente. Yoibaencabezaconelbuggy y Saienme seguíade cercaconlacamioneta. Elpaisajeeratanmonótonoquenomereceni descripción... lachatarradelos coches abandonados, todoterrenos amontonados, ocasionales vehículos de losservicios de emergenciay, porsupuesto, los muertos. Enmuchas ocasiones me hesorprendido a mí mismo ignorándolos, como si llevara unos de esos carosauricularesqueteaíslandelsonido. Unhábitopeligroso.

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Cuandoelsolllegabaasu cenit, he hechoseñas desde elbuggy paraindicarle aSaienqueeraelmomentodedetenernos. Heelegidounsitiojuntoauntren. Hastaelmomento, ese sistemade protecciónnonos habíafallado, y porelloSaieny yoloempleábamos siempre que nos eraposible. Paraentrarencalor, nos acomodamos alsol sobre un vagón de carga en el que se leía: «Ferrocarriles del Norte.» Estabadecoradoporfueraconunbuennúmerode graffiti anteriores alacatástrofe. Ensumayoríase tratabade símbolos de bandas y de crípticas pintadas de vagabundos.Habíaterminadode inspeccionarunodelos costados delvagóneibaaempezarconelotrocuandoSaienme pegóungritoparaque subiese. Altreparporlaescalerillaque conducía al techo, me encontré a Saien tendido en el suelo, con el cuerpoapoyado sobre su mochilade ruedas, mirando haciaeleste. Me acerqué aély lepreguntéquésucedía.

Saiendesplegóelbípode, apoyólaculatadelrifleenlachaquetaymedijo:—Mira.Arrimé elojo alpotente cristalamplificadorjaponés y descubrí elmotivo de la

preocupacióndeSaien. Diviséunagrannubedepolvoenelhorizonte. Si nohubieseempleadolamiradelrifledeSaien, habríacabidolaposibilidaddeconfundirlanubede polvo con un nubarrón de tormenta lejano. Alparecer, asistíamos en primeralíneaalavancedeunenjambredemuertos vivientes. Noteníamos porquévernos enlamismasituaciónque eldíaenque conocí aSaien. Lamerapresenciade aquellamasaaunos quincekilómetros dedistancianosignificabaquevinierandirectamentehacianuestraposición. Unahipótesis prudente podíaser que marchaban haciaelsuroesteenlamismadireccióngenéricaquenosotrosyque, cuandollegasenalrío, semarcharíanporlaorillaenuno u otro sentido. Podíaserque elrío los canalizarahacia el camino que queríamos seguir nosotros, pero también que se marchasentodos ellos ríoarriba. Nos pasamos elrestode nuestroabreviadoágape enintentosde determinarenqué direccióny aqué velocidadse desplazabalamasa, peronoloconseguimos.

¡¡Después!!

Nos dimos prisaporllegarloantes posible alpuente. Nos detuvimos pocoantesen un otero y reconocimos el terreno. Un tanque Abrams herrumbroso estabacruzadoenlacarreterajustoenfrentedelpuente. Aúnnoselehabíacaídolapintura,perolas marcas de óxidocubríanlas gruesas piezas de aceroblindado. ElcontadorGeigernos revelóque eltanque emitíadosis moderadas de radiación. Aunque nomatabaalinstante, tampocomeapeteceríapasarvarias noches dentro. Habíamarcas

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de sangre por toda su superficie y los vehículos civiles que se hallaban en susalrededores habíansufridograves daños, muy parecidos aloque habíamos vistoenlaviejacalleMayordelalocalidadpordondehabíamospasadopocosdíasantes.

Antes de bajarde lacolinaalpuente, observamos conatenciónlanube de polvo.Lanubecrecíavisiblementey elvientonos traíasonidos muy leves quemeturbaronhastaelpuntodequetuvequehacerunesfuerzoconscientepormantenerelcontrolsobre mí mismo. Bajé porlacolinay me quedé desmoralizado poreltamaño delpuente. Era tan largo que los vehículos que se hallaban alotro extremo parecíansimplesmanchitas.

Alacercarnos alacarcasaoxidadadelAbrams, me di cuentade que habíaunresquicio abierto en la compuerta. Me encaramé a lo alto del tanque y abrí lacompuerta de una patada. Las lecturas Geiger eran constantes. Al alumbrar elinterior, provoqué que un pájaro saliese volando, y me dio un susto de muerte.Dentrodeltanquenohabíanadie.

Nuestros vehículos nopodríanpasaralotroladodeltanque si nolomovíamos.No teníasentido tratar de remolcarlo. Pesabavarias veces más que lacamioneta.Encontramos manuales de instrucciones en un pequeño armario de suministroscercano a los controles. Seguí las instrucciones y, al cabo de tres intentos, logréactivar la turbina. El tanque aún funcionaba, pero el combustible debía de estarcontaminado, porque no logré que laturbinaalcanzase latemperaturaóptimadefuncionamientoindicadaenelmanual. Enconsecuencia, todos los movimientos delvehículoeranlentos ytorpes. Los controles deltanqueerancomounos manillares debicicletacon indicador luminoso de puertaabierta, alarmageneral, atenuación depanel, reinicializacióne indicadorluminosode advertenciageneral. JustodebajodelmanillarhabíaunapalanquitaconlasposicionesR, N, elyL.

Después de unbreve calentamiento, puse lapalancaenely apreté elacelerador,con lo que el tanque avanzó entre sacudidas. El olor a combustión impregnó elinteriordeltanque y todoloque habíaenél. Alfin, lodetuve y salí corriendoparaayudaraSaienaconducirlosvehículoshastaelpuente.

Unavezqueelbuggyy lacamionetayaestuvieronasalvoenelpuente, regreséaltanqueparadejarloenelmismositioqueantes. Alacercarme, medi cuentadequelapalabratrollestabapintadaconspray enuncostadode latorreta. Volví ametermedentro y traté de devolverlo a su posición original. Después de destrozar lasbarandas delpuentey estarapuntodecaermealagua, merendí, y meresignéaqueno quedara perfecto. A un lado deltanque había quedado un espacio abierto losuficientemente ancho como para que pudiera pasar una motocicleta. Antes deabandonar el tanque, encendí la radio y me puse los auriculares. Todas lasfrecuencias que sintonicé conlaradiomilitarrecibíanestática, comosi se tratase deuna interferencia deliberada. Oía la energía de la radiofrecuencia, pero nadie

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transmitíanada. Enviéunmensajedesocorroen282.8MHzy243.0MHzalHotel23,enelque les informabade mi situacióny posición. Aunque alguienretransmitieseinterferencias enesazona, éstas noteníanqueafectarporfuerzaalH23. Paraquelasinterferencias sean efectivas, tienen que emitirse directamente alinterferido, y esosignificabaquenuestrasretransmisionessí podíanllegarhastaotroreceptor.

Repetí la transmisión tres veces antes de cerrar la turbina de combustible yregresaralos vehículos. Lanube de polvoaúnflotabaenelhorizonte. Pensé eneltanque y en lo inútilque sería, porque elconsumo desmesurado de combustible,unidoasu pesoaplastante, seríanunincordio. Dudé que elpuente pudieraresistirsu peso. Estábamos amediocaminodelpuente cuandotuvimos elprimercontactovisualconelenjambre. Elsonidoresonabacomograndes tubas que reverberaranenmi pecho.

Por un golpe de suerte que tuvimos, quedaron a la vista cuando aún seencontrabanamis detres kilómetros ríoarriba. EnlaisladeMatagorda, eneltiempoque pasé en los muelles, observé que las criaturas se detenían frente al agua ydudaban en entrar. Sé que cuando lleguen a la orilla, la seguirán hasta queencuentren un punto por donde cruzar. Saien y yo nos dedicamos a apartar losbloqueos delpuente y colocamos lachatarradonde pudimos, aladerechao alaizquierda. Eracomounode esos rompecabezas antiguos enelque tratabas de ponerquince piezas deslizantes en orden cronológico con un solo espacio vado parareordenarlosnúmeros.

Cuandohabíamos recorridotres cuartas partes delpuente, las criaturas llegaronala orilla. Los gemidos y lamentos fueron como una puñalada en el cerebro yestuvieronapuntode hacerme caeralsuelo. Los habíaamillares. Luegodescubrí,pormediode unmensaje de textoque me llegóalteléfonoporsatélite, que habíamás de quinientos milmuertos vivientes y que formabanparte delEnjambre T-5.1,deacuerdoconlaterminologíaempleadaenuncrípticomensajedeRemotoSeis.

En elmismo momento en que lacabezade lalargay terrible víborallegó alaorilla, vi unaesteladeaguas blancas, y los gemidos defrustracióny odioprimarioseintensificaron. Saien y yo seguimos trabajando, con cuidado de no hacer muchoruido. Averiélabocinadelacamionetaconlanavajamultiusos, paraasegurarmedeno activarla por accidente durante nuestra operación de limpieza, como habíasucedidoenalgunaotraocasión.

Uncoche blindado, conlos cuatroneumáticos deshinchados y muy deteriorados,nos dio muchos problemas a causa de su peso. Nos ocupamos de ese problemadurante casi treinta minutos, mientras la legión de los muertos vivientes se ibacongregandoenlaorilla. Se estabanacercandotantoque empezábamos adistinguirindividuos concretos desde nuestraposición. Mientras enganchábamos unacadenade remolque al viejo Ford que estaba al lado del coche blindado, oí un sonido

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estridente que yame resultabafamiliar, e instintivamente empuñé elM-4 que mecolgabasobre elpecho. Eché unaojeadaalaventanade plástico transparente delcargadordepolímeroyasí mecerciorédequetodoestuvieraapunto.

Observé el área que circundaba los vehículos y oí los gemidos fuertes ysuperpuestosdelosmuertosvivientes. Algunosdeellossonabanagorgoteo. Mesubíalabarandadelpuenteymiréalotrolado. Vi adocenas decriaturas quesedebatíanygimoteabanenlas aguas gélidas yprofundas. Elaguahabíaentradoenabundanciaensus pulmones muertos y hacíaquelos sonidos fuerantodavíamás espantosos. Almirarríoarriba, vi las aguas abarrotadas de criaturas que se habíanseparadode lahordayflotabanríoabajo, pasandopordebajodelpuentedondemeencontraba.

Unpuñadodelascriaturasqueibanaladeriva, alamerceddelacorrientedelrío,me vieronenloalto. Alpasarpordebajodelpuente, levantabanalcielosus manosgarrudas. Apesardetodosnuestrosesfuerzos, nologramosdesalojarelFord, porqueelcocheblindadolecerrabaelpasoenelotrocarril. Alhaberdesplazadoloscochesanuestras espaldas, teníamos uncaminoabiertoparavolveratrás, perolos muertosvivientes erandemasiados comoparaconsiderarsemejante opción. Lasuperioridadnuméricay las dimensiones delenjambre, apocomás de tres kilómetros ríoarriba,crecíanendirecciónhacianosotros, y nocabíaningunadudade que notardaríanendetectarnos si nonos aprestábamos. Yotomé unadecisióny le ordené aSaienquealinearanuestros vehículos frente alos coches que habíamos desplazadoaunlado,para que quedara abierta una ruta de colisión contra el coche blindado. Si nolográbamos pasarnuestros vehículos alotroladodelpuente, los muertos vivientesnosperseguiríansinfatigarseyacabaríanpordarnosalcance.

ArmadotansóloconelM-4y concargadores extra, corrí hastaelotroextremodelpuente. Entréeneltanquedeunsalto, sinmolestarmeencerrarlacompuerta, ypuseafuncionarlagigantescaturbina. Todas las señales de advertenciase encendieroncomounárboldenavidad: «Turbinaabajatemperatura. Compuertaabierta.»Apretéel acelerador y giré los mandos para salir del puente, y choqué contra la vallametálica. Elchirridodelmetalfue ensordecedor, inclusomás que laalgarabíade losmuertosvivientes.

Elruido provocó una respuesta audible por parte de las criaturas que estabanabajoy tuvequeforzarmeamí mismoanoperderuntiempovaliosocontemplandolareacciónfísicade lahorda. Di lasuerte porechaday avancé coneltanque porelpuente, apretandorepetidamente los aceleradores paraganarimpulso. Elvehículoalcanzó los cincuenta kilómetros por hora y entonces elpuente retembló bajo losneumáticos. Golpeéunodelos coches cuandopasabaatodavelocidadporelladodeSaienyseguí adelanteenrutadecolisióncontraelautomóvilblindado.

Desaceleré hasta los dieciséis kilómetros por hora para evitar daños excesivos.Pensé enlas leyes de lafísicay enlamasadiferencialentre elpequeñopisapapeles

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que eraelcoche blindadoy elgigantescotanque. Cualdos hermanos de picnicalborde de la piscina, la máquina bélica no tuvo problemas para empujar elcochesobrelabarandayarrojarloalrío.

Hicetodoloposibleporperdervelocidad, perolasturbinasnecesitabanuntiempoparaponerseenreposoy noerantanmanejables comolas deuncocheouncamión.Loque yotomé porfrenos nohicieronotracosaque empeorarelproblema, porquedesviaroneltanqueenunánguloquenomeinteresaba.

Eltanqueseprecipitótambiénalvacío.Eltiempose ralentizóhastaavanzarapasode caracolcuandoelladrillode acero

enelquemeencontrabaaplastólabaranday semeciócomounbalancín. Cuandoseprecipitóencaídalibre alasuperficie de las aguas, que se hallabantres metros másabajo, tratédesaltarporlacompuerta. Estabaamediosalircuandoelaguafríaentróeneltanqueymeretuvoallí, mearrastrándomeallóbregoabismoverdedelrío.

Cuandosehubollenadoporcompletoysemepasóelimpactoinmediatodelaguafría, nadé hasta la superficie, guiándome por las burbujas. Podía distinguir loscuerpos en el agua, con sus piernas moviéndose como si trataran de caminarmientras flotabanríoabajo. Elrifle me golpeólaespalday lacabezamientras dababrazadashastalasuperficie. Alsacarlacabezaalairelibre, meenjuguéelaguadelosojos, sostuveelrifleporencimadelasuperficieydisparéalos muertos vivientes quemerodeaban. Despuésdemataratres, medi cuentadequeelríomearrastrabahaciadebajodelpuente. Le grité aSaienque sacaralos vehículos delpuente mientras yonadaba hasta la orilla, dando patadas y rozándome con los cadáveres a los queacababadedisparar.

Alllegar alaorilla, vi que lahordase acercabaalpuente. Estabaclaro que elestrépito deltanque, los disparos y elruido de lacamionetahabíancontribuido aenloquecerlos. Saienhabíaaparcadolacamionetay fue aporelbuggy parallevarlotambiénhastalaotraorilla. Noquedabatiempo. Le llamé conunfuerte silbido, yentonces le indiqué que lo dejara correr y que me cubriese a mí. La pérdida delbuggyenelcampodebatallapodíaconsiderarseaceptable.

Me oculté en la orilla, tras un árbol caído, y desde allí contemplé el puente.Seleccioné congrancuidadounpuntoentre las columnas de apoyosobre las que sehallabanlos muertos vivientes y las marquéconelláser. Obliguéami propiocuerpoadejarde temblarporelaguafríay sostuve elpuntoentre los pilares delpuentemientras la frecuencia sonora se incrementaba hasta volverse estable. Cuatrosegundos más tarde, unabombade 225 kilogramos sacudióelpuente y hundióparasiempreunodesus trechos. Estabaabsortoenlacontemplacióndelsiniestrocuandome sorprendió un cadáver que golpeaba las rocas, tres metros por detrás de mí,mediosegundoantes de oíreldisparode Saien. Saienme hizoseñas conlamanoymeindicóquemereunieraconélenlaorilla.

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Subí apaso ligero porlaorillaen dirección alacamioneta. Elrío parecíaestarrepletodecadáveres. Vi porlos prismáticos anumerosos corredores defondoquesehabían quedado en la otra orilla, muchos de ellos con graves quemaduras en elcuerpodebidasalaradiactividad, verificadasconelcontadorGeiger.

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EL ENCUENTRO

15 de Noviembre

7:30h.

Hoy he contactadoporprimeravez conelHotel23 desde hace cuarentay cincodías. Hapasadounasemanadesde que dejamos atrás elpuente y ahoramismonosencontramos alnoroeste de Houston, Texas. Anoche nos dimos cuenta de que laestáticayanoeratanfuerte y empezamos aestaratentos alaemisorade radio. Lanoche pasada, Saien y yo encontramos el edificio de una compañía telefónicarodeadoporunavallametálicade granaltura. Tras abrirelcandado(conunabarraparadesmontarneumáticos), hemos pasadolanoche eneláreavalladay dormidodentrode lacamioneta, atentos alaestática, cadavez más débil. Haciala1.00 de lamadrugadahemos oídolaseñalde contacto, peroningunavoz. Hemos respondidoalinstante conunaseñalde socorro. Durante unahoraentera, no hemos recibidoningunaseñalinteligible, perohemosretransmitidosincesar.

A las 2.15 horas, la señalha sido reemplazada por: «... alhabla Gator Dos enmisióndebúsquedayrescateenSunnySide, Texas, cambio"...».

Le he respondidoconelcódigoLibélulay me hasaludadoelcaboRamírez, delCuerpodeMarinesdeEstadosUnidos.

—Cuántome alegrode oírsu voz, señor. Captamos su señalpidiendosocorroeldía 9 y partimos al día siguiente en dirección a las coordenadas que usted nostransmitió. Hemos avanzadoconlentitud, porquenos hemos encontradocongruposmuy grandes de las cosas esas y había chatarra por toda la carretera. ¿En quéposiciónseencuentra?

Después de darle mi posiciónaRamírez, me hacomunicadoinstrucciones de nomoverme mientras élplaneabaunarutaparavenirenmi buscaconunconvoy dedos vehículos. Le he pedido que me informase por radio sobre lasituación en elHotel23. Elcabome harespondidoque noseríamuy buenaideainformarme porradioyquehabíansucedidocosasquepreferíacontarmeenpersona.

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Después de unratoenelque laradiohaestadoensilencio, elcaboRamírez havueltoahablarnosporlaemisora:

—Es horadequesaldemi deudaparaconusted, señor. Ahoratengoquesacardeapuros aunoficial, igualque hacíaantes de que elmundose fueraalamierda. Elpuntode encuentroque le recomiendoes SanFelipe, que noestámuy lejos de suposición. Le propongoque nos encontremos enelextremonorte de ladudad, alaentrada del puente 1458. Allí hay un campo a trescientos metros al sureste delpuente. Lapoblaciónes pequeñay lapresenciade posibles enemigos deberíade sermínima.

He consultadolos mapas y he comunicadoporradio, sinbromear, que estabadeacuerdoenqueésefueranuestropuntodeencuentro.

12:00h.

NoshemosencontradoconelcaboRamírezalas10.00horas. Despuésdeunbrevetiroteo con lo que debía de ser una docena de esas cosas, hemos establecido unperímetrodeseguridaddereducidas dimensiones yhemos reportadobrevementeenun espacio seguro garantizado por elLAV. Mientras laametralladoraquedabaalcuidadodelartillero, Ramírezme hahabladode las cosas raras que ocurrenencasa.Hasacadodelvehículoblindadounpequeñoclasificadorconinformes porescritoyunas pocas fotografías. HereconocidolaletradeJohn. Ramírezmehaexplicadoquehaceunas pocas semanas unaviónempezóasobrevolardemanerahabitualelHotel23. Lohe identificadoenseguidacomounaviónnotripuladoGlobalHawk. Enlafoto se leíaque lahabíantomado conunacámaradigitalportátilprovistade unalentede180-200milímetros, yhedistinguidoaduraspenasqueelaparatollevabaunobjeto montado bajo el fuselaje. La imagen no era lo bastante nítida como paraidentificarenqué consistíalacarga, y norecuerdoque elGlobalHawk lleve armasdeserie.

Hemos proseguido con la información general y he presentado a Saien a losmarines, y les hecontadoquemehabíasalvadolavidaenmás deunaocasióndesdeque nos conocimos. Los marines han tenido unaactitud muy amistosacon Saien,peroaélseleveíanervioso, pormotivos queahoranotengotiempoparainvestigar.Tambiénheadvertidoalos marines dequecirculabaunamasademuertos vivientescomoningunode ellos habíavistojamás, aunos cientotreintakilómetros alnorestededondenosencontrábamos. Habíamosdestruidounaseccióndelpuentey, siempreque nos había sido posible, habíamos montado barricadas de vehículos en lascarreteras por donde pasábamos. Estas medidas los retrasarían, pero no los

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detendrían. Les he hablado del C-130 que nos arrojaba paquetes, y del inusualequipamientoque me habíaproporcionadounaorganizaciónque tansóloconocíaporelcrípticonombredeRemotoSeis.

Alsaberlo, todoelmundose hapuestoenmarcha, y hemos decididoque, antesquenada, bloquearíamos elpuente1458concoches abandonados. Hemos remolcadocuatro coches con el LAV y los hemos aplastado entre sí. La barrera resultantefrenaría a cualquier masa de muertos vivientes que se acercara y pondría mayordistancia entre ellos y nosotros. Ese puente estaba demasiado cerca delHotel23comoparadestruirlo, porque enelfuturopodríatenervalorlogístico. He vistounavalla publicitaria a unos pocos cientos de metros de nosotros, le he pasado losprismáticos aSaieny le he pedidoque se encaramaraalavallay observase elárea.Unodelosmarineshaidoconélparacubrirle.

He pedido a todo elmundo que se alejaran delpuente unos pocos cientos demetros haciaelsur. Después de volver, Saienme hadichoque habíadivisadounanube de polvoenelhorizonte septentrional. Hemos llegadoalaconclusiónde quetanto podía tratarse de la masa de muertos vivientes como de un fenómenoatmosférico. De acuerdo con el mapa del LAV, nos hallábamos a unos quincekilómetros delaeródromodellagoEagle. Casualmente, tambiénestábamos cercadela Interestatal 10. Antes del crepúsculo, trataremos de cruzar la I-10 y nosdesplazaremos unos pocos kilómetros más hacia el sur, para tener una zona deseguridadquenosseparedelaInterestatal.

21:00h.

Hanpasadosiete meses desde laúltimavez que anduve apie porestazonadellago Eagle. No ha cambiado mucho. La luna iluminaba la carretera, y los cochesabandonados, y latorre delaeropuerto, y tambiéncosas más temibles que morabanenlaoscuridad. Hoy mismo, cuandohemos vistoalolejos elpasoadesniveldelaI-10, hemos acelerado, siempre enzigzagparaesquivarlos restos de coches. ElLAVibamás adelante, a95porhora, yhemos logradonoquedarnos atrás. Alpasaratodamarchabajoelpasoadesnivel, heoídoquealgochocabacontralacamionetaymehevueltoparamirar. Unade esas criaturas se habíacaídodelpasoelevado, se habíaestrelladocontralacolade lacamionetay habíarodadohastalacuneta. Nome hedetenido, y otras criaturas hancaídotambiéndelpasoadesnivel. Algunos se hanpuestoenpie, yotrosno.

Encuantohemos dejadoatrás laI-10, todose havueltounpocomás fácil. Hemoscirculadoporlaprovincial3013 hastalos alrededores dellagoEagle, muy cercadel

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aeródromo. Tras consultarlas notas que teníasobre esazona, nos hemos decididoaentrarenconvoy enelaeródromo, establecerunperímetrodeseguridadparaunparde horas y planearelrestodelbreve viaje de regresoacasa. Alllegaralaeródromo,hemos hechounreconocimientoenelhangary hevistolos manchones negros aquehabían quedado reducidos los restos de las criaturas a las que maté hace variosmeses. Todavía estaban en el rincón bajo la lona azul. El calor veraniego habíamaltratado de verdad a los cadáveres. A la luz de la linterna he visto las balasrevestidas de cobre que yomismodisparé, sobre elmazacote putrefactoenelque sehabíanconvertido.

Mi propio diario me ha recordado que tengo que estar atento a los enemigoshumanos que puedanencontrarse porestazona. Recuerdo las grandes cruces quedescubrí hace meses, en el curso de mi último viaje a esta zona, con criaturascrucificadas. Iluminados porlaluz filtradaenrojodelM-4, planeamos lavueltaacasa.

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ENCASA

16 de Noviembre

4:30h.

Hemos viajado hasta el Hotel 23 desde el lago Eagle, ocultándonos en laoscuridad. Ahoraquelabarreradehormigónquecierraelperímetroestáterminada,este lugar tiene un aspecto totalmente distinto. Los civiles y militares han sabidotrabajarjuntos y se han llevado barreras de hormigón de lacarreteraen cantidadsuficiente paraerigir unaformidable muralla. Creo que ni siquieraeltanque quemandéalfondodelríopodríaderribarestemurosinquedartrabado. Proseguiréconmi historiaencuantohayahabladoconJohn, ysobretodoconTara.

17 de Noviembre

5:00h

Mis pautas de sueño se han alterado por culpa de las transformaciones en mientorno. Tara duerme a mi lado. Me avergüenzo de haberla expulsado de mispensamientos durante todoeste largoperíodoque haduradoeste exilioprovocadoporunfallomecánico. Hay veces enque, alempezarunamisión, y mientras éstanollega a su término, sentimos la necesidad de desvincularnos de nuestros seresqueridos, paranosentirtantodolor.

Conlasanotacionesdemi diarioenlamano, hepasadoeldíaenterodescansando,prehidratándomee informandoaJohn, alos marines, aTaray atodoelquequisieraoírme. Saien escuchaba en silencio, y me atrevería a decir que su propósito eraabsorberlainformaciónqueyoles daba. Johnnohabíaestadoociosoenmi ausenciay había entrado en diversas redes de la estructura militar. También me ha

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confirmadoloque los marines me insinuaroncuandonos encontramos enelpuntode reunión. Aunque Ramírez me lo hubiese contado en versión resumida, me haquedadomuy claroque alguieninterferíaenmi receptor. Johnme hadichoque sírecibíamis transmisiones, y que de hecho recibió con muchanitidez mi señaldesocorrodel11deoctubre, así comoladel9denoviembre.

Aúnestoyconelsíndromedefatigadecombateynotengopalabrasparaexpresarcuántome he alegradode verlos atodos ellos. Laurame hapreguntadoqué talmehanidolas vacaciones, y yolehedichoquemuy bieny lehedadolas gracias porsuinterés. Me ha preguntado si le traía algún recuerdo y le he respondido que nohabíansidovacaciones porocio, sinounviaje de trabajo. Lauraentiende loque meocurrió... lohe vistoensus ojos. Sus padres hicieronunabuenaobraalocultarle laverdad, peronoles funcionó. Danny sehapresentado, mehadadoconelpuñoenelbrazoy me hadicho: «¡Me alegrode verte!» Y entonces me haabrazado. InclusolapequeñaAnnabelle me haladradoy se halamidoelmorroparadarme aentenderque me había echado de menos, o por lo menos que se había percatado de miregreso. Deanhatratadode hacerme comerdesde elprimermomentoenelque mehavisto y me hadicho que habíaperdido unos cuantos kilos. Supongo que tienerazón. Elhombrequehevistoenelespejorecordabaaunoesos tíos quesalíanenlosreality shows de televisión después de un par de semanas de supervivencia enterritoriodeshabitado. Multiplicadlopordiez y os imaginaréis lapintaque tenía...conojosdelocoycubiertodepelohirsuto.

11:00h.

Después de ducharme y afeitarme (laprimeravezque me lavode verdadenmásdeunmes), mehesentidomuchomejor. Teníaunhorriblesarpullidoenlacinturaylas piernas portodas las veces que he dormido sin quitarme laropa. Creo que laúltimavezque lalavé fue enese velero, hace varios milenios. Tarame hadichoqueteníaque hablarconmigohoy mismo, cuandohubiéramos terminadoelintercambiodeinformaciónconJohn. Algoibamal. Algoquenohabíanotadohastaestamañana.Dean me ha visitado hacia las 6.30 horas y me ha obligado a dejarme cortar elcabello. Cuando haterminado, me he visto bastante presentable. Laúnicapruebaevidente de mis tribulaciones eranlos cortes menores, cicatrices, moretones, pérdidade pesoy unaleve cojera, consecuenciade unseverodolorenlas espinillas que mehaquedadotraselviaje.

Esta mañana he estado con John, Saien y los marines de más alto rango. Hepasadounay otravez las páginas deldiarioy he repasadoincidentes clave que me

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acontecierondurantemi ausencia. Conelgradodeexactitudquemehasidoposible,les heexplicadodóndesehabíaestrelladoelhelicóptero, así comolarutaqueSaienyyohabíamosseguidohastaelHotel23.

Entonces nos hemos puestoadiscutirlacuestióndeRemotoSeis. Les heenseñadotodoelmaterialque habíaobtenidodesde que contacté condichaorganización, asícomo toda la documentación que lo acompañaba y que había conservado. Losmateriales que les he enseñado han sido: los mapas del este de Texas dondefigurabanlas ubicaciones de las entregas de equipamientoy otrasimbología, elM-4consus complementos, los manuales de las Gatling automatizadas, elteléfonoporsatélite de Iridio, ellíquido experimentalparatratamiento de combustible y otrascosas varias. Hemos pasado la mañana entera en deliberaciones acerca de esosmateriales, los documentos y las notas que tomé de todas mis comunicaciones conRemotoSeisvíateléfonoporsatélite.

Una de las ideas que se nos han ocurrido es que Remoto Seis podría ser unaespeciedegobiernosecundario, establecidopreviamenteporsi elgobiernoprincipaldejabadefuncionar. Tambiénsalióenlaconversacióneltérmino«QuintaColumna»,porque alavistade los datos podíaserpertinente. Johnhaabiertoelordenadorenuna de las pantallas planas del Centro de Información ConfidencialCompartimentadaenelque nos encontrábamos. Haabiertounsistemade archivosenredenelquehabíalogradocolarsepocoantes, elcualdabareferencias deungrannúmero de instalaciones gubernamentales en un mapa que indicaba «estatusVERDE». Entre las muchas instalaciones activas alas que hacíareferencia, laúnicaubicaciónque he reconocidohasidounvibrante puntoverde cercanoaLas Vegas,Nevada.

Alcabodeunahoradereunión, cuandoestabaconcentradoenlaconversación, henotadounamanoque me tocabaelhombropordetrás. Me he levantadode unsaltoy me he golpeado elpecho en un intento pordesenfundarlapistola. Pero en esemomentonollevabaelchalecoconlafunda.

EraTara. Mi manoabiertatemblabasincontroly nohe encontradolamaneradeexplicarloque experimentaba. Mi mente aúnestabaahí fuera, enelvacío. Perdida.Nohabríapodidosostenerunapistolaconlamano, aunquehubiesequerido. Tarahatraídocafé paraelgrupoentero. Me he disculpadoy le he explicadoque aúnestoymuy tensoportodoeltiempoque he pasadoenterrenoabierto. Haasentido, porsupuesto, ymehadichoquelocomprendía, mehadadounbesoenlamejillaysehamarchado.

Heresumidobrevementelosprincipalespuntosdelareuniónyheidotrasella. Lehedadoalcanceenelpasilloyentonces, alinstante, mehaabrazado.

—Pensabadeverdadquenoibasavolverjamás.

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—Yotambiénlocreía. Hubomomentosenlosque...—Nome hables de eso. Disfrutemos deltiempoque tenemos ahora. Deltiempo

quenoshasidoconcedido.—Creoquetienesrazón. Intentémoslo.Enesemomento, Johnhadobladolaesquinaconuncomentariodeltipo«todavía

quedaun asunto porhablar», y Tarase hareído y le hadicho aJohn que podíatomarmeprestado, peroqueteníaquedevolvermedeunasolapieza.

Johnsehareídotambiénylehacontestadoqueharíaloposible.Johnhadescubiertounprogramaenred, alojadoenelsistemade imágenes que

había descubierto previamente. Aunque muchos de los satélites artificiales ya nofuncionen y probablemente hayan reentrado en la atmósfera, una parte de lossatélites multifuncióntodavíaestánenactivo. Alparecer, los sensores de radiacióntodavía se pueden emplear, y la retransmisión por satélite indicaba las zonasirradiadas en el mapa de Estados Unidos. Ese sistema nos revelaría por fin lalocalización de lamayoría, si no de todas las áreas radiactivas, así como indiciosintermitentes de lalocalizaciónde enjambres de muertos vivientes enelcasode queestuvieranirradiados, odequeprocediesendeáreas irradiadas.

Durantelasúltimassemanas, Johnhabíatrabajadoenlacatalogacióndeáreasyenelseguimientode los desplazamientos de todaárearadiactivaque pareciese móvil.Imprimíatodos los datos sobre papelporsi se dabaelcasode que fallaraelsistema,igualque tantos otros habíanfallado. Elsistemase llama«Desierto». Probablementese lopusouncínicoprogramadordelComandoEstratégicode Estados Unidos, delComandoNorte odelDepartamentode Seguridad Interiorantes de que sucedieratodoesto. Debiódediseñarlocomosistemaparalavaloracióndecatástrofes. Johnhahechonotarqueelsistemanohabíafuncionadoduranteunpardedías.

Todos nosotros estábamos preocupados porelReaperque probablemente estabaenórbitasobre elcomplejo. He explicadoque nopodíamos hacernadaalrespectomientras no tuviéramos capacidad ofensiva contra objetivos voladores, y que elReapernohabíaactuadonuncacontraSaienni contramí. Amí me quedabanpocasdudas de que elaparatoteníaunsistemade transmisiónde datos conectadoconuncentrode mandoy que este últimorecibíavídeos delHotel23 entiemporeal. Johnhacomentadoqueelportaaviones habíasufridounaccidentequehabíatenidocomoresultadolapérdidade radiocomunicaciónporsatélite, y que eraporesoporloqueperdimos todocontactoconellos haceunpardemeses duranteunbreveperíododetiempo. Elinforme de situaciónse enviópormediode unared seguramediante lared de áreaampliaque yaenlazabapreviamente nuestras dos unidades através laredde satélites Inmarsat. Habíamos adquiridounos pocos teléfonos de ese tipohace

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mucho tiempo, en una misión de búsqueda de materiales, y creamos una red decomunicacionesconelportaavionesporsi elsistemaprincipalnosfallaba.

Elinforme de situaciónindicabaque elmotivoparalapérdidade contactoera:«Sistemade comunicaciones porsatélite dañado aconsecuenciadelfracaso de lasmedidas de contenciónde muertos vivientes irradiados.» He soltadounapalabrotatanfuertequetodoelmundohapegadounsalto.

Hehechounapreguntaretóricaalgrupoentero:—¿Noleshabíamosadvertidoyaaesos idiotasquenolohicieran?Le he preguntadoaJohncuándose habíarecibidoelúltimoinforme de situación

delportaaviones. Me harespondido que habíasido incapaz de lograr unabuenaconexiónporInmarsatdesde mi regreso. Cuandolohadicho, hasidocomosi todosnosotros hubiéramos tenidolamismaideay se nos hubieraencendidounamismalucecitaenelcerebro.

Las interferencias me seguían, y me habíanseguidodesde que RemotoSeis melocalizó. El complejo entero parecía haberse desconectado del mundo exterior ycarecíatantodesistemasdeavisotempranocomodeaccesoaredes.

18 de Noviembre

5:00h.

Ayer recibimos una transmisión mediante el teléfono por satélite. Desde quellegué, he tenidounguardiaapostadoenelexteriorconelteléfonodesde las 12.00hastalas 14.00 horas, porsi se producíaunintentode contactar. Eralamismavozmecánicaque ordenabaalreceptor que mirase lapantallade texto. Eltexto dabainstrucciones paraconectarse alared mediante mi tarjetade accesocomúne iniciarunlanzamientode acuerdoconlaDirectriz Ejecutiva51, unadirectriz secretaqueestablecía los procedimientos a seguir para el mantenimiento de una estructuragubernamentalencasode catástrofe. Se proveíancoordenadas paraellanzamiento,así comolaubicaciónfísicadelcontrolauxiliardelHotel23. Johny yolohablamosdespués de que se perdiera la conexión telefónica y dedicamos elresto deldía ainvestigaryanalizarlainformación.

Hacialas 19.00 horas realizamos un asombroso descubrimiento. Originalmente,John, Willy yohabíamos pensadoque elHotel23 conteníaunúnicomisilbalísticointercontinental nuclear. Tras seguir las instrucciones e iniciar las subrutinas,descubrimos que habíaotros dos misiles nucleares encondiciones, alojados enunos

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silos situados a novecientos metros al oeste del complejo, a la espera de que seiniciaraelprocesode lanzamiento. Alparecer, laúnicamanerade lanzarlas cabezasnucleares consistíaenintroducirelcódigoadecuadomientras mi tarjetade accesocomún se hallaba en la ranura del lector. La tarjeta lleva un pequeño chipincorporadoconuncódigoencriptadoque actúacomollave delsistema. Recuerdoquerecodificaronmi tarjetahacevarios meses, duranteunodelos envíos dematerialprocedentes delportaaviones. Se nos habíandadolos códigos de lanzamientoy lascoordenadasvíaIridio, así que, enteoría, eraposiblelanzarlascabezasnucleares.

Alinstante, Johnsituólas coordenadas sobre unmapa. Indicabanunlugarque seencontrabaaseis kilómetros de laposiciónhaciadonde, de acuerdoconelúltimoinforme, se dirigía el portaaviones insignia. Operaban en una zona del golfo deMéxico, aloeste de Florida, y llevaban acabo operaciones de abastecimiento. Porrazones que desconocíamos, Remoto Seis parecía querer destruir la unidad decombate delportaaviones. Durante lasesiónde transmisiónde texto, nomanifestémi negativaacumplirlaorden, y lapantallame siguiódandoinstrucciones, hastaqueporfinapareciólasiguientepregunta:

—¿Haniniciadoellanzamiento?El texto apareció cuatro veces hasta que finalmente corté la comunicación.

Entonces fuimos en buscadelcontrolauxiliar. Los marines se nos adelantaron alencontrarlapuertadelsegundocentrodecontrol.

Parecíalaentradadeunviejosótano. Eldensofollajey unas redes decamuflajelaocultaban. La puerta era de acero y se necesitaría un soplete para abrirla. No viningunanecesidaddequedarmeallí mientraslosmarinesloocupaban, ylesconfiélatareade comprobarque ningunode los antiguos residentes delHotel23 se hallaradentro.

18 de Noviembre

19:00

Eltextoserepitióayer, yseharepetidohoy, ordenandoqueiniciemoslasecuenciade lanzamiento. La única diferencia consistía en que las coordenadas se habíanmodificado porun pardeldocenas de kilómetros. Seguían los movimientos de laflota del portaaviones. Le he pedido al oficial de comunicaciones que envíe unmensaje aciegas alportaaviones porsi así logramos advertirles. Repetiráelmensajeunavezporhorahastanuevaorden.

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Launidad que habíamos enviadoalcontrolauxiliarhalogradoabrirlapuertayha descubierto que tan sólo se trataba de una copia exacta delcentro de controlprincipaldelHotel23, conzonas dealojamientoy todo. Elúnicoproblemaes quenohay ningúntúnelsubterráneoque comunique los dos centros de control. Sí que senoshainformadodequeenelcontrolauxiliarexisteunpasadizodesalidasemejanteal del control principal. Aún no se sabe dónde emerge el pasadizo del controlauxiliar, ni enqué posiciónse encuentrarespectoaldelcontrolprincipal. Se me hainformadode laexistenciade unos pocos elementos de interés enelcontrolauxiliarquemeconvendríaver, y tambiéndequenoalbergabaningúnpeligroparaposiblesvisitantes.

Janme haencontradoenelpasilloy me hapreguntadocómome iba. Le he dichoque me encontrababieny que teníaque hablarle sobre lasituaciónde los cuidadosmédicos enelHotel23. Nos hemos sentadounratoy hemos habladodelpersonalmilitarnuevo(paramí) enelHotel23 conelqueellatrabajaba, y hedescubiertoqueestaban muy bien entrenados y habían participado en un montón de combatesdurantelosúltimosmeses. Losmédicosdelejércitolehabíanenseñadoalgunascosasyella, asuvez, leshabíaenseñadootras.

Habíanllevadoacaboconéxitoalgunas expediciones ahospitales aislados de lazona(tanto médicos como veterinarios) enbuscade suministros. Me haexplicadounaexpediciónenconcretoquelos llevóaunhospitalparaanimales domésticos quese encuentraapocos kilómetros de aquí. Como eralamédico residente, se habíapresentadovoluntariaparaparticiparenlas expediciones médicas delconvoy, paraayudaraidentificarelmaterialaprovechable. Jany WillentraronenlaclínicaGarrasAlegrespocosminutosdespuésdequelosmarinesladespejaran. Willhabíainsistidoen ir con ella, como habría hecho cualquier marido. Encontraron hedor de carnepodrida, quehabíapuestoenmáximaalertaalosmiembrosdelaexpedición. Habíanentrado con los fusiles ametralladores con silenciadorpegados alhombro, con laslinternas acienlúmenes. Unode los miembros de laexpediciónibadelante de Janyde Will, y otrodetrás, enformaciónde pinza. Así es comose hace. Entraronenlasperreras y, congranhorror, encontraronjaulas llenas de perros que llevabanmuchotiempomuertos.

A algunas personas les sientamuy malcuando encuentran indicios de que unanimalhasufrido. Amí mepasalomismo. Aloírsuhistoria, semehanretorcidolasentrañas, igualque aellase le hanretorcidolas suyas mientras me lacontaba. Susojos se hantensadocomoparamiraraespacios infinitos mientras me hablabade lasjaulas con cadáveres de perro putrefactos, y los dientes rotos, y las zarpasensangrentadas, porque los perros habíanempleadosus últimas fuerzas enunvanointento de escapar a mordiscos y arañazos de las jaulas de metal. La perrera noestaballena, tansóloal40 porciento. Las fichas que se encontrabanenlos costadosdelascajas, ycaídasenelsudo, contabantodaslamismahistoria. Eldueñoestabade

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vacaciones y regresaríaeldíatal. Todas las fechas erande enero. Amedidaque ellame los describía, creía ver a los animales muertos en sus jaulas entre eternosgimoteosdedolorquetraspasabanlaspuertasderejametálica.

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HURACÁN

Nosatacaron.Afueraestámuy oscuro. Enviamos a ciegas un mensaje por radio algrupo de

combate para advertirles de las instrucciones que nos había dado elteléfono porsatélite. No teníamos manera de saber si el portaaviones lo habría recibido. Lasinterferencias prosiguieron durante toda la mañana. El Hotel 23 había padecidointerferenciasdesdemi regreso, einclusoantes.

Lamañanaque nos arrojaronelartefacto, perdimos adocenas de personas. ¿Lavenganza por no haber efectuado el lanzamiento? Lo más probable es que noshubiesenatacado igualmente aunque lo hubiéramos efectuado. ¿De qué les habríaservidomantenernosconvida?Aquí nohaynadaquetengasentido.

Los observadores queestabanenelexterior, yquesequedaronsordos, escribieronsobre una pizarra blanca lo que habían visto. Un sonido sibilante, cada vez másagudo, fue loúltimoque oyeronhastaque elemisorde señales de Huracán, comounajabalina, se estrellócontraelsueloy abrióencanalaunode los civiles desde elhombrohastalacadera.

Eldispositivo empezó de inmediato a emitir su mortífera señal, un sonido deintensidadtaninimaginable que causósorderainmediataatodos los que estabanenlasuperficieenelmomentoenelqueseestrelló.

La máquina recordaba en algo a un gigantesco aguijón de abeja. Como unaimagen ampliada de un aguijón que inyecta veneno en elbrazo, en la tierra. Eldispositivose habíaclavadomuy hondoenelsuelo, ligeramente inclinadohaciaunlado, ysusonidoerademasiadopotentecomoparadescribirloconpalabras.

Oíamos claramenteelestruendoy sentimos las vibraciones através delas gruesasplanchas de acero y hormigón, desde las entrañas delHotel23. Johnhizo que lascámaras de vigilanciadisponibles girasenhaciaeldispositivo, mientras que elrestode las que se hallabanenelperímetroseguíanoteandoelhorizonte visible. Eratansólo una cuestión de segundos, tal vez de minutos, que el sonido alcanzara lospelillos que se habíanendurecidoeneloídointernode los muertos vivientes que se

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hallabanacientos de kilómetros, y que laatenciónde todos ellos se volvierahacianosotros.

Ellos localizaríanelcomplejo, cualflotade furgones de laComisiónFederaldeComunicaciones encargadade lapersecuciónde las emisoras de radiopiratas. Johnretransmitió a ciegas un mensaje de emergencia en el que solicitaba auxilio einformababrevementedeloocurrido.

Todos los hombres y mujeres que ocupabanposiciones de liderazgose reunierony discutieronalternativas. Nose permitióanadie que salieraalasuperficie sinunbuenmotivoyproteccióndobleenlos oídos. Aunconlaprotección, aquelsonidoerapeorqueponersealladodelos bafles duranteunconciertoderock. Alverlos vídeosde vigilancia, me di cuentade que elsonidoremovíalatierray abríasurcos enella.Laintensaenergíasónicadesplazabalos vehículos civiles más ligeros aparcados ensucercanía, de unamaneraparecidaacomounteléfonomóvilse desplazaalvibrarsobreunamesa. Eldispositivodebíadehabersehincadocomomínimoaseis metrosdeprofundidadalcaeratierra.

Todos los intentos dedestruirelmecanismodeemisióndesonidoconcluyeronenfracaso. Parecíaconstruidocongruesas placas de acerocementado, u otraaleación.Los dispositivos internos que se hallabanalextremode lajabalinaestabansellados.Un marine que ya estaba sordo se presentó voluntario para tratar de destruirlo:treparíahastalaparte de arribaconunamochilade herramientas y unagranada.Cuandointentótreparporelaparato, noloconsiguió. Elartefactovibrabacontalresonancia que toda piel descubierta que lo tocara caía a tiras al instante.Malgastamos disparos automáticos enunintentoporperforarsuparte de arriba. LogolpeamosdemanerasistemáticaconlosLAV.

Nohubonadaquefuncionara.YoestabaenunodelosLAV. Laseñalsonoraaduraspenasquedabaamortiguada

porsugruesoblindaje. Elsonidoeratanintensoqueparecíaquetedejarasinaliento.Establecimos un perímetro con las espaldas vueltas hacia la maquina, porqueestábamos alaesperade que los muertos vivientes apareciesenenelhorizonte. Alprincipio no se vio ningún indicio de ello. Vi por el grueso cristal del vehículoblindadoque otroobjetose clavabaenelsuelounos cientoochentametros más allá.Faltópocoparaquecayerasobreunodelos otros LAV. Pocodespués delimpacto, oíenloaltoelinconfundible sonidode vehículos supersónicos y entreví eldestellodelas alas de unF/A-18 SuperHornet. Después de laexplosión, cuandoempezaronaapagarse los fuegos, reconocí los restos del aparato: era un avión no tripuladoReaper, probablemente elmismoque me habíaacompañadodurante tantotiempodespuésdelaccidente, yquemehabíaseguidocuandoregresabaalHotel23.

La luz de la radio se encendió de inmediato dentro del vehículo. Indicaba larecepciónde unaseñalválida. Me puse los auriculares y oí unavozque me hablaba

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conclaridady concisión, y que me advertíarepetidamente de que varios aviones decombate A-10 Thunderbolt volaban hacia nuestra posición desde el aeropuertoScholes Internationalde Galveston. Los llamados «Hawg» apuntabanalemisordeseñales sonoras concañones detreintamilímetros ypedíanatodos los aliados quesepusieranalestedelobjetivoparaevitarenlamedidadeloposibleelfratricidio.

Tiempoquepaséarriba: veintiúnminutos.Encuantoelcontroladorde los Hawgfinalizólatransmisión, oí unadébilseñaly

una voz que se identificaba a sí misma como el jefe de operaciones aéreas delportaaviones. Ordenabaque unadivisiónde F-18 arrojarabombas de hierronegrosobrenuestraposiciónparacomplementarlosataquesmuchomásprecisosdelcañónWarthog de treintamilímetros. Como, alparecer, las interferencias habían cesadotras ladestruccióndelReaper, sintonicé uncanalde radiodiscretoy les expliqué aJohny alos demás loquehabíaoído, y les dijequeíbamos amarcharnos todos unospocos centenares de metros más aleste. Elcentrode mandosintonizóconlaradiomientras nosotros arrancábamos los vehículos y nos marchábamos haciaeleste. Nosquedamos en un cerro desde elque se veía todo elcomplejo. Había docenas demuertos vivientes atraídos yaporlaseñalsonora. Venían porlaparte frontaldelcomplejoysecongregabanentornoalasgrandespuertasdeacero.

Vimos desde nuestra atalaya cómo un pandemónium de hierro llovía sobre latotalidaddelcomplejo, porqueunadivisióndeF-18arrojababombas dehierrosobrelos grupos de muertos vivientes. Unode los F-18 empleósupropiaestructuracomoarmade ataque, porque hizounvuelorasante avelocidad supersónicacercade losterrenos donde habíamuertos vivientes paracortarlos porlamitad oincapacitarlosconelimpacto. Las explosiones sacudieronconviolencianuestros vehículos, y Johnnos dijoporradioque lailuminacióndelsubsueloempezabaadestellar. Alcabodediez minutos de bombardeo, oí la palabra en clave winchester por la radio, quequería decir que los aviones de combate se habían quedado sin suministros yregresabanasuorigen. Elemisordeseñales sonoras habíasobrevividoalbombardeosinsufrirningúndaño. Elmalditoartefactoseguíaindicandonuestraposiciónparaquetodos los muertos vivientes quesehallabanamuchos kilómetros alaredondaseenteraran. Porsupuestoqueelvuelosupersónicodelosavionesdecombatetampoconoshabíaayudadomucho.

Los LAV permanecieronenformaciónaleste delartefacto, hastaque aparecióelprimerodelosHawg, quehizounaprimerapasadaantesdeatacaraldispositivoconcartuchos de mezclade tungsteno y uranio endurecido de treintamilímetros. Mequedé boquiabiertoconlos A-10. Me maravillabade que pudiesenvolaravelocidadtanlenta.

Los cañones Vulcanempezaronagruñirconfuerzaytuvieronunefectoqueyonohabíaesperado...

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Los Hawgcortaronlajabalinaemisorade señales sónicas comosi fuerade papel.Se hizoañicos alinstante, salvoporunos decímetros de aleaciónde metalque aúnsobresalíande latierra. Elsúbitosilenciole chocóami sistematodavíamás que losataques aéreos. Abrí lacompuerta, me saqué los auriculares y contemplé elrestodelataque desde loaltodelLAV. Vi que Saienhacíalomismoaunas pocas docenas demetros ami derecha. Teníaelrifleapoyadoenlatorretay vi queescrutabalalejaníaendirecciónhacialoque se estabatransformandoenunagrannube de polvoenelhorizonte.

Volví ametermeenelLAV, meajustéelsistemaópticodelvehículosobreelrostroy observé elhorizonte. Los cúmulos de polvoparecíanidénticos alanube que habíarodeadoalahordaconlaque Saieny yonos habíamos encontradoantes. Nohabríamaneradedetenerlos. Ni siquieraconunmillardeA-10cargadoshastalostopes. Mecomuniqué inmediatamente porradio conJohny conlos demás parapreparardeinmediatolaevacuacióndelas instalaciones.

Habríaque evacuaracentenares de personas. Elportaaviones se dirigíaatodaprisahacialacostaparanotenerquederrocharcombustibledehelicóptero. Tansólolas mujeres, los niños y los heridos serían evacuados por medio de varioshelicópterosdesdeelcomplejohastalanave. SeordenóalosHawgqueinterceptaranalahordademuertos vivientes apocos kilómetros dedistanciay volaransobreellosparaintentarfrenarlos, oencaminarlos enotradirección. Nosabemos si estatácticafuncionará, porque tan sólo contamos con tres aviones con combustible suficienteparaintentarlamaniobradedistracción. Heoídoporlaradioqueunodelos pilotosde los A-10 decíaque habíatenidoque pasaracontrolde vuelomanualy que sussistemas hidráulicos habían sufrido un fallo catastrófico. Se ha declarado enemergenciay pocos segundos más tarde le he visto pasarporencimade nuestrascabezas, enunintentoporllegaralabase. Esperoqueloconsiga.

Estoysentadoenlapartedeatrás deunacamionetadedos toneladas ymedia, alaespera de que lleguen los demás helicópteros del portaaviones para llevarse elmaterialvaliosoque aúntenemos aquí, antes de que nos pongamos enmarchaportierra. Elplanactualconsiste enirenconvoy endirecciónsureste hastaelgolfodeMéxico y luego tomar una pequeña embarcación y salir alencuentro delGeorgeWashington. Transportamos varios maletines repletos de información que seanalizaráabordodelportaaviones. Johnhasacadocopias detodoloquehabíaenlacomputadoracentraldelH23 antes de que soldáramos las puertas, apagáramos lasluces y nos largáramos. Lainformaciónestabamarcadaparasuestudioinmediatoylahemosenviadoconelprimerhelicópterodisponible.

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EL PORTAAVIONES

23 de Noviembre

8:00h. PortavionesGeorgeWashington

Elportaaviones nose hallaenbuenestado. Se apreciaportodas partes elcolorrojo de laherrumbre, mucho más que elgris oscuro de unanave de guerrabienconservada. No es posible llevar a cabo las tareas de mantenimiento sin riesgos,porque todos los puertos deben de estar invadidos por las criaturas. Eldesplazamiento en convoy hasta elportaaviones se ha cobrado su precio. Hemosperdidoadocenas de hombres buenos. Nos hanatacadoportodas partes mientrasdespejábamos los inacabables bloqueos enlas carreteras queseerigieronhacetiempoy los montones de chatarra. La mayoría de las bajas tuvieron lugar mientrasesperábamos alaembarcaciónligeraquehabíadellevarnos hastaelportaaviones. ElGeorgeWashingtones muy grandey nopodíaacercarsedemasiadoalaorilla. Tuvoque echarelanclaaciertadistanciay mandarembarcaciones ligeras arecogernos, arazóndedosembarcacionesporviaje.

La operación se demoró una hora por culpa de la mar agitada. Tuvimos quedefendernos de centenares de muertos vivientes de espaldas al Golfo. Fueronmuchos los supervivientes que se arrojaron al agua, porque prefirieron el aguahelada antes que morir devorados. Formamos islas de LAV unidos por cadenasdentro del agua. Desde la seguridad de su posición, ayudaban con lasametralladoras. Hicimos cuantopudimos hastaque llegaronlas embarcaciones. Lomás probable es que los muertos conlos que luchamos fueranunaavanzadilladelEnjambre T-5.1. Lainformaciónque previamente nos transmitió Remoto Seis hacepensarquehanetiquetadodeacuerdoconalgúnmétodoalos enjambres querondanporEstados Unidos, yparecequequierandarles nombreyseguirlos desdeunaciertadistancia. Los Hawg se turnaron en sus salidas para, en lamedidade lo posible,frenarelavance de lahorda, porelprocedimientode mataraun0,001 porcientodeellos encadaataque. Talveznos salvaranlavida, porque nos dieronesos preciosossegundos extra que necesitábamos para subir a las embarcaciones. Los pilotos

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informaron de que la columna de muertos vivientes se alarga kilómetros ykilómetros.

Luchamos incesantemente, hastaagotarlamunicióntantode las armas pequeñascomo de las ametralladoras. Oímos elpotente sonido de los motores diéselde lasembarcaciones enelmismomomentoenque los muertos vivientes sobrepasabanlabarrerainvisible que habíamos puestoaunos treintay cincometros de distancia(encuantolatraspasaban, los matábamos). Enelmismomomentoenqueellos estabanapunto de invadir nuestra posición e iban a chocar con nuestra primera línea dedefensa, llegaronlos pequeños navíos. Embarcamos alinstante. Algunos, mientraslos abordaban, tuvieronque pelearcuerpoacuerpoconlos muertos vivientes, conbayonetas y armas de fuegodescargadas. Le arrojé mi cuchilloRandallaunode losmarines justo a tiempo para que lo desenvainara y decapitase brutalmente a doscriaturas desnudas y casi esqueléticas quetratabandearrancarlelas carnes. Megritólas gracias detodocorazón, selimpióelcuchilloconlos pantalones y melodevolvióaltiempoqueembarcaba.

Navegamos asalvohastaelportaaviones. Tansólonos deteníamos brevementecadapocos cientos de metros parasacardelaguaahombres que aúnestabanvivos,peroenestadodeshock. Algunos sehabíantransformadoya, y tratabandecapturaranuestropersonalderescate, mientrasésteintentabasalvaralosqueaúnpodía.

El mismo día en el que llegamos, un equipo médico en el que se mezclabancirujanos militares y médicos voluntarios deAmeriCorps nos examinódeinmediato.Aunquenofuesenmilitares, estabanmuycontentosdeencontrarseallí, ynoentierrafirme. Mientras nos remendaban, nos dijeronque enalgunas zonas delcontinente laesperanza de vida venía a ser, como mucho, de una hora. Otro marinero delportaaviones me dijo que, de vez en cuando, tenían que efectuar peligrosasincursiones acientos dekilómetros enelinterior, hastalugares comolos arsenales deRedstoney PineBluff, paraproveersedemuniciones y piezas derepuestodelas quenopodíanprescindir.

ATaray amí nos pusieronenunmismocamarote enelnivel03. Estuve más quecontentode verlay me enteré de que habíallegadoalportaaviones sinproblemas.Me dio los números de camarote, así como de cubierta y cuaderna de todos losantiguos huéspedes delHotel23, y me hice elpropósitode visitaratodoelmundoen cuanto tuviese tiempo. Todo eltiempo que no he pasado escribiendo informessobre los sucesos de este últimoañolohe pasadoconella. Últimamente estámuchomás emotiva. Es delomás normal, dadalatensiónquetodos nosotros hemos tenidoquesoportar.

La añoré de veras durante mi ausencia, y por fin llegó elmomento en elqueambos nos sentimos lo suficientemente seguros como para bajar las barreras

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mentales y tenerconversaciones de verdad sobre loque me ocurriócuandoestabaahí fuera.

Novoyaolvidarjamássuspalabras:—Nopuedocreermequeestés aquí... conmigo. Teheechadotantodemenos... Tú

mehasdevueltoloqueellosmequitaron.Cuandolaconversaciónsevolvíamás profunda, unmensajerollamóalapuertay

mepidióquelesiguiera.Mis sesiones conelCentrode InteligenciadelPortaaviones me llevaronundíay

medio. Estabarevisandodocumentos conJohny Saiencuandocomparecióeloficialalmando de Inteligencia. Se presentó como Joe, de la CIA. Llevaba uno de esoschalecos de fotógrafocolorverde olivaque parece que esténpidiendoundisparo,unacamisetagris y pantalones de trabajoconbotas paracombate eneldesierto. Apartirde loque llevabaanotadoeneldiario, le expliqué todos los detalles que meparecíansignificativos. MedijoqueeljefedeOperaciones Navales ibaaconvocarmemuy pronto en su despacho, porque quería conocerme y obtener información deprimeramanosobrelasituaciónenelcontinente, así comohablarmedeunapróximamisiónen1aquepodríacolaborarcomoasesor.

Joe sacóde inmediatoacolacióntodoloque tuvieraque verconRemotoSeis. Lehabló de la tecnología que había visto... todo, desde eldesignador láser que aúnconservaba, hastaelemisorde señales que habíallevadoenlaropa, e inclusoelC-130notripulado. Alhablarledelas cajas conectadas porfibraópticaalaaviónicadelC-130, tuve que decirle que mi impresión era que aquella inusualtecnología ibavarios años pordelante de los productos que eranhabituales enelmercado enelmomentoenque los muertos empezaronaresucitar, Joe tomónotas detalladas y mehizopreguntas muy precisas acercade latecnología. Parecíamuchomás interesadoen las comunicaciones y en la tecnología empleadas por Remoto Seis que en lasituacióncreadaporlosmuertosvivientesentierrafirme.

Otro tema de interés fue elestado en elque habíamos dejado elHotel23. Leexpliqué que nos habíamos llevadotodalainformacióndisponible y que habíamossoldado las puertas de acceso para que nadie ni nada pudiese entrar. Volvió lacabeza y ordenó a un miembro del Centro de Inteligencia del Portaaviones que«tuviera un ojo puesto» en el Hotel 23, por si alguien trataba de acceder a sussistemas. Me dijo que, al menos por un tiempo, no estaría mal que alguien sededicaseaello.

Le hablé de unalistade complejos alaque Johnhabíatenidoaccesomediante lossistemas informáticos delHotel23. Le dije que labase de datos constabade, porlomenos, doceubicaciones, y quelaúnicaquehabíareconocidoeraladellagoGroom,enNevada. LepreguntéaJoesi esaubicaciónteníaalgunaimportancia, y cuálerael

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motivodequeaúnestuvieraenfuncionamientoy aparecieseencolorverde. Medijoque nolosabía, perome quedé conlaimpresiónde que me engañaba. UnallamadatelefónicaleinterrumpiómientraslehablabadelatecnologíadelProyectoHuracán.

Después de asentir varias veces y decir «Sí, señor», cortó la llamada y dijo,simplemente:

—Acompáñeme.Dejé elinforme encuyaredacciónhabíaempleadolos dos últimos días y seguí a

Joehastaeldespachodelalmirante. Después degolpearmelos dedos delos pies contreslindaresyestarapuntodegolpearmelacabezaconuntubodecalefacciónabajapresiónque rezumabalíquido, llegamos anuestrodestino. Dos marines montabanguardiafrentealapuertadelcamarotey seapartaronaladoy ladoencuantovieronaJoe. Llamamos unasolavez alapuertay unavoz ásperanos respondióconunmero «Pasen». Alentrar en la cabina, vi alalmirante sentado en su escritorio decaoba. EncimadeéstehabíaunabotelladeChivas contres vasos. Mecuadréamediometro del escritorio. No reconocí al almirante. Me presenté y declaré que mepresentabaareportartalcomosemehabíaordenado.

Seechóareírymedijo:—Siéntese, hombre. Hace tan sólo un año yo no eramás que capitán de rango

superior. Digamos que me he ganado las estrellas... cómo podría decirlo... en elcampodebatalla.

Me senté y elalmirante llenólos tres vasos, y nos sirviódos de ellos aJoe y amí.SepresentócomoalmiranteGoettleman.

Entonces nos contóloque habíahechodurante elúltimoaño. Nos hablóde suflotilla y de la guerra que había tenido lugar en el litoral durante las primerassemanas enlas que se levantaronlos muertos. Después de que las armas nuclearestácticas destruyesen varías ciudades, se ordenó a sus barcos que realizaranoperaciones de limpieza. Tenían que atraer a los muertos hacia la costa, en lasinmediaciones de centros de poblaciónimportantes, y acribillarlos durante horas yhoras paratratarde reducirsunúmero. Enocasiones, sus destructores y cruceros sepasabanvarios días inmóviles y las sirenas bramabande maneraintermitente paraatraeralos muertos, afinde lograrelefectodeseado. Habíavistoconsus propiosojos a artilleros a cargo de ametralladoras de.50 que arrojaban por la borda loscañones alrojovivode sus armas parareemplazarlos de inmediatoporpiezas derecambioconprotecciónCosmolinequesehabíanidollevandodediversos arsenalesmilitares dispersos porEstados Unidos. Entonces sus ojos miraronsolemnemente alalejanía... noamí, sinoatravésdemí.

—ElserviciodeInteligenciaestimaquemi grupohatenidounaeficaciademenosdelunoporciento. Debimos de cargarnos porlomenos amediomillón. Losé muy

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bien, porque gastamos más de un millón de cartuchos. Pero alfinalse vio que laguerradellitoralnohabíasidomásútilquelacampañanuclear.

Acontinuaciónmepreguntópormi historia.Tras mi explicación formalde las experiencias que había vivido a lo largo del

último año, hizo una larga pausa, se tomó un largo trago de whisky y volvió allenarse elvaso hasta tres dedos. Entonces me subió elego, aldecirme que muypocos hombres habríansidocapaces desalvaratantas personas y sobrevivirdurantetantotiempoenelcontinente. Se pusoenpie, abrióelmueble bary loseparóde lapared. Detrás delmueble bar habíaun escondrijo con unacajafuerte. Hizo girarvariasveceslaruedadelacajafuerteenambasdireccionesyacontinuaciónsacóunagruesacarpetay ladejósobre lamesa. Mientras laabría, me informóde que habíareunidounequipoespecialparaunaoperaciónmuy importante, sancionadaanivelnacional.

—ElVirginia, unsubmarinonuclearde ataque rápido, navegaactualmente desdelas aguas delaBajaCaliforniaendirecciónaladesembocaduradelcanaldelPanamáenelPacífico. Porsupuestoqueelcanalestáabandonadoynosepuedetransitarconnormalidad, pero, de todas maneras, seráelpasomás fácilentre estaembarcaciónyelVirginiaqueseencuentraalotrolado. Lodiréenpocas palabras: vamos amandarunequipode incursiónaChina. Informes dignos de todaconfianzanos indicanqueelorigendelaanomalíaseencuentraenunlaboratoriodeinvestigaciónmilitarenlasafueras de Beijing. Nuestros científicos piensan que talvez sea posible hallar unremedio para esa enfermedad, o, por lo menos, una vacuna, en el caso de quepodamos localizarysecuestraralpacienteoriginal, ohallemos informacióndetalladasobrelacorrespondienteinvestigación.

»Usted y los civiles asu cargosobrevivierondurante casi unañoentierrafirme.Los muchachos del DEVGRU, como sabrá la organización antiterrorista de laArmada, y lafuerzade operaciones especiales DeltaForcé que iráneneste equipoque estoy formando no tendrán una experiencia comparable a la suya, y lo másprobablees quetampocoquierantenerla. Pordesgracia, ladensidaddepoblacióndemuertos vivientes de Chinaes varias veces superioralaestadounidense, y más dedos tercios de esapoblaciónmerodeaporlacostaoriental. Tengoque decirque enChinanoemplearoningenios nucleares enlamismamedidaparaneutralizaralosmuertos. Por fortuna, Beijing no fue destruida. Taiwan no tuvo tanta suerte. Loscomunistaslaborrarondelmapayseráinhabitabledurantemuchotiempo.

»Elplanconsisteenqueelportaaviones sedesplacehastaelcanaldelPanamáporlacostadelAtlántico, hastaelpuntodondeelistmoes más estrecho, y quelaunidadexpedicionariavuele desde allí hastaelVirginia, que laesperaríaconlas escotillasabiertas. Esesubmarinoes relativamentenuevoyestáencondiciones muchomejores

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que este barco. Le quedancomomínimoquince años hastaque hayaque recargarreactoresy, porelmomento, transportacomidasuficienteparaseismeses.

Entoncesempecéacomprenderadóndequeríallegarelalmirante.—Queremos que elVirginiallegue alBohai en tres semanas. Hemos localizado

pistas de aterrizaje, donde probablemente se hallaránhelicópteros militares chinostodavíautilizables, entres aeródromos distintos cercade Beijing. ComoelVirginianoestásujetoalrequerimientotácticode navegarpordebajode laprofundidad deperiscopio, mantendremos contacto incesante mientras viaja desde los EstadosUnidos continentales hastaPearlHarbor, Hawaii y, finalmente, elBohai. Tras llegaralBohai, elVirginia navegará río arriba hasta Beijing, hasta los aeródromos quehemos identificado. Unavezseencuentrecercadelos aeródromos, latripulacióndelVirginia lanzará aviones no tripulados Sean Eagle para efectuar un vuelo dereconocimiento sobre ellos e identificará el mejor lugar para la reparación ydesplieguedehelicópteros.

»Querríaque viajase ustedaChinaenelVirginiacomoasesortécnicodelequipoexpedicionario.

Guardé silencio después de que elalmirante me hubiese formulado su petición(estoes: orden) y luegolerecordéelhechoevidentedequenotengoformaciónenlarealizaciónde operaciones especiales. Soy oficialde laArmada, nounpateapuertas,ni uncomando. Notengoexperienciaenesetipodeoperaciones.

Merespondióseveramente. Nomedijonadamásque:—Me haninformadoacercade su experienciay capacidades, y he decididoque

viaje usted aChinaconelVirginiay colabore enestaoperación. Sé loque hizoenTexas. Llevamos un seguimiento de todas las comunicaciones militares durante elprocesoque culminóenestasituaciónanómala. Sunombre aparecíaenellos. Decíanquehabíausted... ¿desaparecido?

Unaarrugadeseriedadaparecióenlafrentedelalmirante, yentoncesmedijo:—No le haré ningún reproche por ello. En ese momento no teníamos ninguna

esperanzade triunfar, peroahoraquizásí. Habráespacioparaunasegundapersonatanto en el helicóptero como en el submarino, por si quisiera usted hacerseacompañarporalguienenquienconfíe. Lodejoensus manos. Partirádentrodetresdías. Esoestodo, comandante.

Tansóloconseguí musitar:—Sí... sí, almirante.Ycontinuaciónmedespedí ymemarché.Alsalirdelcamaroteaturdidoy confuso, nomedi cuentadequeJoemefelicitaba

por mi promoción: me había saltado dos rangos para ascender a comandante.

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También me entregó las correspondientes insignias y me deseó que tuviera mássuerte que elhombre que habíallevadolas hojas de roble antes que yo. Me las metíen el bolsillo, sin ninguna intención de ponérmelas jamás, y me marché a micamarote.

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SEGUIMIENTO CRÍTICO/1+274/

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Hay que tener en cuarta que esto no es un Informe de inteligencia completo.Numerosas Interceptaciones en las comunicaciones procedentes de la RepúblicaPopular de China [RPCJ han revelado el probable origen de la anomalía.

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Hace un año. VORTEX recibió comunicaciones que revelaban que la RPChabía hecho un descubrimiento de gran interés tecnológico en los antiguos hielosdel glaciar de Mlngyong en la provincia de Yunnan. Un objeto de forma ovoide[ver anexo 01: imágenes captadas desde lo alto de AURORA) del tamaño de unautobús de pasajeros grande fue descubierto por la población local y ésta informóa las autoridades locales. Lenguaje predictivo de toma de conciencia precognitivapresente en la web china parece confirmar dicha Interceptación.

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En un primer momento, los chinos, por procedimientos radiométricos.atribuyeran a la aleación del objeto una datación superior a los seis mil millonesde años [imposible por razones geológicas]. A continuación calibraron susinstrumentos para analizar el verdadero ritmo de descomposición de la aleación.Después de calibrar los instrumentos, descubrieron que el objeto llevabaaproximadamente veinte mil años en el hielo.

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El vehículo [parque eso resultó ser] había sufrido daños en su superficieexterior. El análisis de imágenes reveló un agujero de dos metros en su partesuperior, el cual había permitido la penetración de los elementos durante elperíodo que pasó sumergido en el glaciar. La inmensa presión del hielo delglaciar, al contraerse y expandirse de manera repetida, y el largo período detiempo que había transcurrido desde que se estrelló hasta que lo recuperaran, fueun factor directo que probablemente deformó la superficie exterior a lo largo delos siglos. Al cabo de unas semanas de cuidadosa excavación, los chinos llegarana la cabina del vehículo [ver anexo 02—. fotografía realizada por espías en lasuperficie]. Esta agencia no conoce los motivos por los que los chinos excavaranen dirección a la cabina y no en dirección a los probables sistemas de propulsiónavanzada del vehículo. En la cabina, los excavadores descubrieran algo que en las

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transcripciones aparece tan sólo como una criatura a la que los chinos asignaron elnombre en código CHANG.

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Cuando lo descubrieron. CHANG estaba sujeto en la cabina por un delgadoexoesqueleto de tecnología desconocida, que, de acuerdo con los investigadoreschinos, podría tener fundones análogas a una escafandra de astronautaconvencional [REF 243B2]. CHANG aún se movía, y pareció reaccionar a lapresencia de los excavadores moviendo la cabeza de un lado a otro dentro delcasco del exoesqueleto. CHANG estaba hundido en hielo hasta el pecho. En unprimer momento, los científicos y el personal de seguridad sintieron una granturbación ante el movimiento de la criatura, y se les dio órdenes de mantenerlasujeta por todos los medios necesarios. También les dieron instrucciones para queno retiraran el casco que cubría el cráneo de CHANG.

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ANOTACIÓN TÁCTICA: Algunos de los investigadores fueron ejecutadoscuando los agentes de ciberdefensa de la Comisión Militar Central descubrieronque habían instalado claves de encriptación PGP en sus ordenadores personales yque se comunicaban con personas desconocidas [para la RPC] fuera de la RPC [seexplica en la correspondencia de la agenda implicada].

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De acuerdo con las resonancias magnéticas iniciales a las que hemos tenidoacceso, la criatura es bípeda y su masa y apariencia recuerdan a grandes rasgos alas de un adolescente humano.

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Tras sujetar a CHAN6 y sacarlo del vehículo [que en esos momentos aúnestaba atrapado en el hielo). Los chinos iniciaron la extracción de lo que quedabadel vehículo. Descubrieron numerosos artefactos, algunos de ellos destruidos porel paso del tiempo y la inmensa presión del glaciar, y otras relativamente bienconservados. Lo más notable de todo fueran los sistemas de propulsión avanzadosque recuperaron los chinos y que llevaran a las mismas instalaciones deinvestigación en las que estudiaban a CHANG (probablemente en Beijing]. En unprimer momento. los chinos tuvieron un gran interés en reproducir los sistemas delevitación magnética avanzada, propulsión y amortiguación inercial, así como elexótico generador de energía del vehículo. El vehículo parecía poseer lo que losinvestigadores de la RPC interpretaron como un módulo de contracción espacialque, en apariencia, le permitía al vehículo distorsionar o contraer el espacio quetenía enfrente hasta un área de 20 metros [informe de un único espía]. Tambiénrecuperaran numerosas armas energéticas manuales. Por medio de un microscopioelectrónico de transmisión, con capacidad de resolución de medio ángstrom, loschinos examinaron también el interior de los artefactos. Buena parte delfuncionamiento interno de los artefactos más pequeños parecía indicar lapresencia de circuitos de tecnología avanzada de orden subnanoatómico. Pero, alfracasar en los intentos de reproducir la tecnología, la RPC decidió concentrartodas sus investigaciones en CHAN6.

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Tenían encerrado a CHANG en una zona de aislamiento de peligras biológicos[probablemente en Beijing]. La criatura [sexo desconocido) se hallaba bajovigilancia y observación constantes, pero parecía demostrar poca inteligencia y norealizó ningún intento de comunicarse con los científicos y oficiales del ejércitoque se encargaban de interrogarle y estudiarle. Al cabo de varias deliberaciones,la autoridad presidencial china decidió que se extrajese a CHANG del hielo y sele observara.

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Las últimas comunicaciones interceptadas contenían una llamada de socorrodesde las instalaciones donde tenían preso a CHANG [en el momento de mandareste informe se ha confirmado que se halla en Beijing. RPC]. Hemos perdidocontacto con todos los espías que teníamos en dichas instalaciones.

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Datos de visión remota disponibles mediante canales de informacióncompartimentados.

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Hipótesis: Esta agencia aventura que CHANG se infectó con la enfermedad deMingyong durante el recorrido entre su sistema estelar y la Tierra. A juzgar porlas fotos que se tomaran en el glaciar y que hemos podido adquirir, parece que elvehículo se encontraba bajo el hielo en un ángulo anormal, lo que hace pensar quese estrelló al aterrizar en posición invertida. Las marcas del impacto en lasuperficie contienen bordes fundidos y deformes, lo que podría Indicar unaexplosión de gran potencia, tal vez por un arma energética.

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Información también valiosa: Se estima que, debido al desarrollo cronológicode la anomalía y a la extrema complejidad de los circuitos subnanoatómicos, loschinos no fueron capaces de reproducir los sistemas de propulsión, ni dedesarrollar siquiera una teoría acerca de su funcionamiento. Beijing fue la primeraciudad invadida por las criaturas, con lo que se detuvieron la Investigación y eldesarrollo de sistemas avanzados. Base Principal y Utah B4-026 coinciden condicha valoración.

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EQUIPO EXPEDICIONARIO «RELOJ DE ARENA» a la espera deproporcionar información operativa para la incursión en Beijing.

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DESCLASIFICAR EN: INSPECCIÓN MANUAL

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Título original: Day by Day Armagedelon: Beyond ExilePrimera edición: mayo de 2011

© J. L. Boume, 2010© por la traducción, Joan Josep Mussarra, 2011

Fotografías de cubierta: ©ShutterstockDiseño de cubierta: Aurora Gómez.

Departamento de Diseño, División Editorial del Grupo PlanetaPublicado mediante acuerdo con Gallery Books,

una división de Simón & Schuster, Inc.© Scyla Editores, S. A., 2011

ISBN: 978-84-480-4031-4Depósito legal: B. 13.994-2011