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  • 7/26/2019 Exilio Mexicano

    1/12

    Notas para

    estudiar el asilo

    diplomtico

    meXlcano

    en

    Argentina,

    1974-1982

    Silvia Dutrnit Bielous

    Profeso ra invitada de b Maes

    trl

    en Partidos Polticos dd Ce ntro

    de

    Estudios Avanzados.

    ESTUDI

    OS

    N 1

    Enero-Dlciembre

    2000

    Centro

    de

    Estudios Avanzados

    de

    la

    Univers

    idad Naciona

    de C

    rdoba

    S

    bre los procesos de gestacin de las

    ltimas dictaduras

    en

    el

    Co no Sur

    se

    ha escrito de l1unera abundante des

    de distintas disciplinas . No

    es

    menos

    cierro que, en

    b

    med ida

    que

    los reg

    m

    enes di

    c

    t.ltorialcs fuero n d

    es

    apareciendo, all de su

    resolucin en cada caso

    ,

    muchos historiadores y

    (ienrisras sociales 3 vuelro sobre aqullos. Y

    dio

    por variadas razones en t re las cuales no deja

    de estar

    la

    fuerza de

    la

    expl icacin del presente,

    de lo que se vive da a da

    y

    del futuro a con

    s

    truir. Como lo Jfirm

    el

    historiador francs, Jean

    Chesneaux: La memoria colectiva,

    la

    apelacin

    a

    la hi

    storia) actan en ltima instancia respecto

    al futuro. 1

    El

    prop

    sitO

    de

    este artculo

    es

    delinear

    arra

    enfoque para conocer efectOs y consecuencias de

    la dictadura argentina iniciada en 1976 y tam

    bin de su crtico prembulo comprendido

    en la

    gestin gubernamental de

    e

    l Pern. Se trata

    de un

    plUlto

    especfico que

    es la

    conjuncin en

    tre

    el

    derecho de asilo)

    la

    decisin ue algunos

    perst:guidos polticos de buscar refugio en una

    embajada y la disposicin de un estado de

    poner

    en prctica el as ilo diplomtico. Para estO se re

    construyen fragmentos de la experiencia diplo

    mtica mexicana en Argentina durante aquel

    periodo, con algunos momentos centrales del iti

    nerario

    que

    hizo posible

    otorgar

    pr

    oteccin

    y

    en

    donde

    aparecen con los

    nudos

    gordianos

    que el

    propio caso nacional present . La presentacin

    se hace en tres apa rtados. En el primero se

    cl as

    i

    fican distintas Jin1ension

    es

    del derecho de asilo

    y de su pucSt3. en prcticJ, apoyada en documen

    tOS

    diplo mticos

    y

    tes

    tn

    onios,

    y

    se presentan

    las caractersti

    cas

    en W J perspectiva comparati -

    El artculo es

    proouao

    de una

    in

    vestigacin so

    bre las cxpcrienci ;ls

    de

    asilo dip lomt ico mexicano en el

    Cono

    Sur.

    I Jean Chesnca ux, Hacemos

    t bl

    rasa del pasado ?A

    propsit iJ

    de la

    histori } ins

    historiadores

    4 ed .) \1xico)

    Siglo XX I Editores, 1981 p. 25.

    4

  • 7/26/2019 Exilio Mexicano

    2/12

    Silvia Durrnit Bielous

    va de las experiencias de asilo mexicano en el

    ono

    Sur. En el seg

    undo

    se recrean

    circunstancias de ese asilo diplom

    t

    ico en

    el

    caso argentino, basado en

    la

    remembran-

    za de sus protagonistas. En el tercero, y ltimo, se avanza sobre algunas conclusiones

    referidas a los alcan

    ces

    problemas en

    la

    regulaci

    n

    del derecho de asilo.

    1. Distintas dimens iones del derecho de asilo y de su puesta en prctica y carac-

    tersticas en perspectiva comparativa de las experiencias de asilo mexicano en el

    ono

    Sur.

    De

    manera frecuente en Amrica Latina miles de individuos se

    han

    transformado

    en perseguidos polticos

    por el

    slo hecho de tener y defender ideas y creencias dife-

    rentes a

    la

    de los regmenes imperantes en sus respectivos pases. En esas circunstan-

    cias han

    requerido con urgencia un refugio. Ese requerin1iento conduce a la bsqueda

    del asilo.

    La hisroria poltica, jurdica diplomtica de la regin exhibe desde

    el

    siglo pasa-

    do

    distintos

    mamemo

    s de discusi

    n

    y reglamemacin sobre

    la

    regulaci

    n

    del asilo. La

    finalidad es obvia: la proteccin a los individuos que son afectados directamente por

    los regmenes autoritarios

    y

    dictatoriales de sus pases.

    3

    La

    regulacin busca proteger

    a

    los

    perseguidos polticos

    yal

    mismo tiempo estipular los der

    ec

    hos y

    las

    obligaciones

    de los

    es

    tados que conceden el asilo los que deben reconocerlo para facilitar

    la

    salida

    de quienes obtienen la calificacin de asilados.

    4

    La firma ratificacin de los convenios especificos ha representado la volwHad de

    los gobiernos por generar patiticas de estado que lvalen

    tal

    legislacin, no obstante}

    su regulacin an necesita revisar aspectos que generaran

    rula

    contradiccin entre

    la

    filosofa del derecho

    su

    aplicacin.

    La disposicin de poner en prctica

    la

    polti

    ca

    de asilo diplomtico hace posible

    distinguir) al menos, cuatro niveles interacruantes. Ellos son: 1 el derecho de asilo

    como parte de

    la

    legislacin de

    un

    estado toda vez que ese estado

    es

    signatario de la

    convencin interamericana,

    n) la

    percepcin de l crisis de un estado} y por tanto de

    la

    posible existencia de perseguidos politicos) de los representantes diplomticos acredi-

    tados en ese lugar, m) el inters coyullrnral de los estados asilame y territorial en

    la

    2 El refugio es un lugar inviolable

    para

    todo perseguido poltico. Y el asilo designa el hecho de

    dar refugio a un extranjero expues to en su pas por razones de

    raza

    o id

    eo

    lgicas. Vase Edmund

    Jan

    Osmacryk. Enci

    clopedia Mundial de

    Relaciones

    Internacionales

    y Naciones

    Unidas.

    Espaa. FCE.

    1976,

    p

    102.

    La historia de esta regu lacin ha sido asentada en la documentacin de la OEA. natados y

    Convenciones Interammcanas. Washington. D.C. y de man era especfica para el caso mexicano en

    Senado de la Repblica.

    Tratados Ratific

    os

    Convenws

    Ejecutil10s

    Celebrados por

    MxiC ), Mxico,

    D.E

    4 Las Convenciones de Caracas

    de

    1954 (sobre asilo diplomtico y asilo territorial ) avanzaron

    en trminos de derechos y obligaciones

    de

    las partes in volucradas .

    42

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    Notas

    para estudiar e asilo diplomtico mexicano en Argentina, 1974-1982.

    ~ .

    coyuntura especfica tanto para conceder

    as

    ilo como para brindar la documentacin

    necesaria

    y

    IV e

    estilo perso nal del embajador n

    otro

    diplomtico responsable

    de

    la

    sede de cmo poner en prctica la poltica de asilo

    Qu se quiere seialar con

    10

    anterior?

    1

    Que

    resulta esencial para

    t l

    estado en tanto

    la

    posibilidad de considerar

    la

    aplicacin del derecho de asilo, haberse constituido como signatario de las convencio

    nes interamericanas calificadas para el renta y en su caso, haberlas ratificado y tenerlo

    tambin aceptado en su propia legislacin.

    Por ejemplo Mxico ha nonnado internamente el derecho interamericano de asi-

    10.

    6

    No

    se debe olvidar que Mxico ha ratificado las tres convenciones interamericanas

    y

    que

    la

    prctica

    de

    asilo

    es

    Ufl

    precepto

    de su

    poltica exterior.

    Una

    rpida revisin de

    siglo XX muestra momentos distintivos del asilo

    pr

    op orcionado por Mxico, como

    fueron

    e

    de Le n Trotsky, en los aos treinta.', pasando por

    e

    de importante y

    significativo contingente de republicanos espaoles

    y

    de sus familias', en

    la

    misma

    dcada, continuando con los centroamericanos y caribeos (cubanos, haitianos y do

    minicanos) hasta e de considerable grupo de conosureos de los aos

    setenta

    ll Que es importante

    la

    apreciacin, o

    la

    percepcin

    que,

    sobre de

    la

    crisis poltica

    y

    su

    desenlace, transmiten los diplomticos acreditados en los pases en conflicto a

    su

    Cancillera. Ello no s lo advierte de las condiciones de la poltica interna sino que

    sensibiliza ante la simacin

    de

    posibles violaciones a los derechos

    hwnanos.

    Por ejem

    plo, en el caso argentino,

    la

    fuente diplomtica contiene respecto,

    al

    retorno esperado

    de Pern y

    al poder

    recuperado a destiempo, un documento que seala 10 siguiente.

    Este mantenimiento de la jerarqua justicialista pudo inquietar durante algn tiempo

    a varios sectores del no peronismo', temerosos de un retorno a los tiempos de la 'dictadu

    ra\ aunque parece que ta l prevencin hubiese cambiado en las ltimas semanas, cuando la

    5 Estado asilan te es el que otorga la proteccin

    y

    estado territorial es el que persigue a las

    personas.

    6Este derecho se establece a partir

    e

    la

    Constitucin Poltica en su artculo 15 y en la Ley

    General de Poblacin y su Reglamento.

    Es

    as que la

    ...

    Ley General de Poblacin (1947) y

    su

    Ley

    Reglamentaria, definen al asilado poltico como aquel ex t

    ra

    njero que para proteger su libertad o su

    vida, de persecuciones polticas en su pas de origen, es autorizado a residir en teritorio nacional

    por

    el

    tiempo que la Secretara de Gobernacin juzgue conveniente atendiendo a las circunstancias

    que en cada caso concurran; si el asilado poltico se ausenta del pas perder todo derecho a regre

    sa r, cancelndose definitivamente su documentacin migratoria, salvo que haya salido con permiso

    expreso de la Secretara (artculo 50, fra

    cc

    in IV de la Ley y artculo 72 del Reglamento

    e

    la Ley

    General de Poblacin)>>. Tomado de Gmez Robledo, op cit., p. 262.

    7Arc

    hi

    vo Histrico Diplomtico de Relaciones Exteriores Mexicanas (ARDREM), Legajo

    En

    cuadernado 2258.

    8AHDREM LE 1120; LE 1121;

    u1 ,diente

    31-10

    -3

    .

    9A manera de ejemp lo, entre la larga lista de asi lados por el estado mexicano, figuran Luis

    Buiiuel, Jos Gaos, Nico

    ls Guilln) Pablo Neruda, Vctor Haya de

    la

    Torre, Luis Cardoza y Ara

    gn, Rigoberta Mench, Horten

    cia Bu

    ssi de Allende yHctor Cmpora. Confrntese Cecilia Imaz,

    op cit. p 47.

    43

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    Silvia Dutrnit Bielous

    escalada

    de

    Galimberti y Juan Manuel Abal Medilla

    o

    fue detenida por el propio Pern,

    desbaratando un intento

    de

    radicalizacin del pcronis

    mo.

    Las conclusiones) frente a ese

    episodio, hacen ver que

    las

    garantas contra la ultraizquicrda radican, no en Cmpora, sino

    en

    el

    mismo Pern. De esta manera,

    el

    jefe del movimiento ha logrado ser

    ob

    j

    eto

    de mira

    4

    das de esperanza desde

    la

    derecha del plano polcico argentino. 10

    Otro

    de los

    tanto

    s informes a la Cancillera dejan conocer las noticias y considera

    ciones

    que

    se hacan

    en

    los meses

    que

    antecedieron al golpe

    de

    estado.

    El

    embajador

    mexicano da cuenta, al fUlalizar el

    ao

    1975 de la dificultad para

    obtener

    informacin

    confiable sobre

    la situacin politica.

    No obstante

    )

    tuvo

    conocllniento

    de

    una subleva

    cin militar

    que

    busc derrocar al gobierno y

    que

    ste respondi as:

    design al Brigadi

    er

    Orlando Agosti

    par

    a substituir al Brigadier Famario ... El Ejrcito

    y

    la

    Armada se mant ienen fieles

    al

    Gobierno ... Los

    insurrcL tos

    preconizan

    la

    ruprura del

    orden constitucional , la toma del poder por las tres armas -reservndose la jefatura del

    Estado al Comandante General del Ejrcito- y la instauracin de un nuevo orden de fefun

    dacin, con sentido nacional y cristiano .

    El

    jefe del Ejrcito, General Videla,

    al

    parecer

    reflejando tambin

    la

    opinin de

    los

    jefes de

    la

    Armada

    y la

    Aviacin ,

    in

    form ayer que

    consideraba grave la crisis

    y

    cue se ... reclamar a las instituciones responsables

    y

    en

    nom-

    bre de

    los

    supremos intereses de

    la

    Repblica, que acten rpidamente en funcin de las

    so

    lu

    ciones profundas y patriticas que

    la

    simacin ex ige .. I

    Yen el

    informe inmediato l go lpe militar, la valoracin de la

    coyuntu

    ra se comu-

    nica

    de

    esta forma:

    La toma del poder por las fuerzas armadas

    la

    madrugada del 24 de

    marLO

    de 1976 no

    fue una sorpresa casi para nadie. Lo asombroso quizs estuvo en que no hubiera ocurrido

    antes y en que

    el

    gobierno de la seora Pern hubiera logrado mantenerse por ta nto tiempo

    en

    el

    poder ...

    A

    manera de conclusiones, Seor Secretario, a continuacin gloso

    los

    princi

    pales puntos de esta carta, que pretende reflejar mi opinin personal sobre

    la

    situacin

    acrual de Argentina: a)

    El

    gobierno de

    la

    Junta Militar presidido por el Genera l Videla

    es

    una dictadura

    de

    derech

    a.

    Hasta

    la

    fecha ha actuado con moderacin en

    la

    represin. No

    debe descartarse, sin embargo,

    la

    posibilidad de que, con el pretexto de acabar con

    la

    ola de

    violencia que ha aumentado ltimamente tanto de

    la

    derecha como de la izquierda,

    el

    gobierno militar endurezca su posicin frente a quienes podra considerar como sus oposi

    tores, que

    se

    reclutaran principalmente en

    las fila

    s de

    la

    izquierda polti

    ca y

    en

    el

    sindicalis

    mo, pero tambin entre militantes ms moderados del centro-izquierda y del centro. b) El

    nuevo gobierno ejerce control absoluto de

    la

    situacin

    y

    1 seguir ejerciendo por un tiem

    po indeterminado y probablemente largo.

    La

    vuelta a una vida constitucional no se avizora

    en

    el

    futuro previsible. c)

    El

    sistema econmico establecido es del

    m

    s puro Iiberalismo.

    12

    lO

    AHDR

    E1>t, Exp. 111-3214-2 .

    orreogr m

    de Embamex Argentina a

    SRE.

    Buenos Aires,

    26

    de

    junio de 1973.

    II AHDREM Exp. 111-32 80-9. Telex de Embamex a SRE. Buenos Aires, 20 de diciembre de

    1975.

    12

    AHDRE. -1, Exp. AEMARG, Leg. 91. Exp. 9. nforme de Embamex Argentina a SRE. Buenos

    Aires, 5 de abril de 1976.

    44

  • 7/26/2019 Exilio Mexicano

    5/12

    Notas

    para estudiar el asilo diplomtico mexicano en Argentina, 1974-1982.

    m) Que la disposicin de

    W l

    estado a otorgar asilo en un

    momento

    determinado

    puede

    deberse

    no

    slo a

    la

    conviccin

    de

    la

    necesidad

    de proteger dar

    refugio a

    perseguidos polticos sino tambin a intereses que trascienden la regulacin

    sobre

    el

    derecho de asilo que tienen ms que ver con imponderables de poltica interna, o

    tambin,

    de

    poltica internacional. Respecto a ello es elocuente l testimonio

    de

    quien

    fuera embajador mexicano en Argentina en 1976, Roque Gonzlez Salazar.

    Yo

    no podra decirle muy concretame

    nt

    e cua

    les

    fueron

    las

    ..

    las

    causas,

    l

    origen de esta

    poltica pero s en l caso concreto

    de

    Argentina,

    de

    mi misin ah. Cuando l presidente

    Echeverra me llam, para m cra un hecho inusitado

    porque

    generalmente las instruccio

    nes las reciba a travs del canciller, a travs del ministro, pero me llam a mi puesto en

    la

    Unin Sovitica pues para decirme que haba pensado en algn cambio.

    Tal

    vez era en

    realidad porque necesitaba ese puesto para oua persona pero, en todo caso, tuvo esa genti

    leza, esa amabilidad y me lo present de una manera muy digamos, elegante, dicindome

    que necesitaba

    la

    experiencia que yo tena, en un puesto muy importante

    COmo

    era

    Argentina ...

    Yo

    dije de inmediato que aceptaba ese cambio y ese reto y l me dio instrucci

    o-

    nes muy concretas con relacin

    al

    asi l

    o.

    Tambin para m fue una cuestin inusitada, ex

    cepcional, yo no .. nunca recib antes, ni d.espus tampoco, en los otros cargos como emba-

    jador, instrucciones muy concretas a ese respecto ni a ningn otro respec to, de los presiden

    tes

    si no era a travs del canciller. l me dijo: se aproximan momentOS difciles quiz para

    la Argentina, queremos que usted recuerde que la poltica nuestra, la poltica de Mxico ha

    sido siempre de puertas abiertas y de generosidad, queremos que

    la

    seora de Pern,

    la

    seora presidente que haba tomado

    ya

    posesi6n, usted la convenza que queremos

    qu

    venga a una reunin importante sobre la mujer , que era, no recuerdo exactamente qu

    acontecimiento, pero que l tena un inters especial en que dla, como la nica mujer

    presidente

    n

    Amrica Latina, estuviera presente...

    .

    Pero yo creo que sobre todo, lo que mueve o lo que mova

    al

    menos en ese caso al

    presidente Echeverra,

    al

    darme esas instrucciones era, sobre todo, l prestigio que daba a

    Mxico l practicar una poltica de ese tipo, de puertas abienas } de generosidad para

    los

    intelectua

    les

    ...

    tal vez, yeso no quisiera entrar a analizarlo porque pues no s los detalles,

    tambin por los acontecimiemos del sesenta y ocho aqu en Mxico en los que l presidente

    Echcverra haba tenido ... cuando era solo ministro de Gobernacin, alguna participacin,

    haba

    ral

    vez una, un dejo de, de culpa, digamos que querra tal

    v z

    envanecer, poner

    fuera de toda duda que ( ..) esre es un pas abieno, limpio, democrtico, eso

    es

    lo que

    creo. 13

    Al

    mismo tiempo

    es

    necesario tener en cuenta que desde

    el otro

    polo del binomio)

    l del estado territorial) se

    imponen

    intereses, distintas estrategias

    que

    determinan

    suertes diversas tanto para los asilados como para las relaciones entre los estados rnvo

    lucrados. Por ejemplo en Chile qued andado en la representacin diplomtica, un

    grupo de asilados durante meses esperando los salvoconduClos para parti r hacia Mxico.

    Finalmente

    una

    negociacin comercial permiti

    la

    resolucin

    de

    esos casos

    la

    ruptu

    ra

    de

    relaciones fue el corolario entre Mxico Chile. En Argentina

    se

    destacan dos

    \3 Entrevista realizada al Embajador Roque Gonzlez Salazar, por Silvia Dutrnir, en Mxico,

    D.F., mayo-julio de 1998 .

    45

  • 7/26/2019 Exilio Mexicano

    6/12

    Silvia Durrnit Bielous

    aspectos sobre este

    pWHO.

    Uno tiene que ver con los perseguidos polticos que pidie-

    ron asilo antes del

    24

    de marzo de 1976. Aqu

    el

    problema era

    que el

    gobierno cons-

    titucional de Isabel Pern

    no

    acept:.lbJ

    que

    cxistierJll perseguidos polticos)

    por

    tan-

    to, con excepcin de algWl0S casos,

    no

    se facilit

    la

    documentacin. Pero r::unbin

    siendo la persecucin dentro de

    una

    gestin de gobierno cOllstimcional

    ,

    se imponen

    dificultades

    al

    tratar de probJr la

    respo l1 sab ilic.iJd

    estatal en

    el

    peligro que corre

    l l

    vidJ

    de una persona. El otro aspecto a destaca r es

    la

    jcrarquiz.\Cin de los 3s ibdos

    el

    trminos politicos y

    la

    decisin de , 31menos, cJ.5tigarlos mcdi:1ntc la negacin de 1 1

    documentacin

    .

    Esto

    sucedi de manera ext r

    ema

    en

    la

    embaj:.lda

    mcxic::lIlJ.

    en Al gen -

    tilla en donde debieron permanecer por aos tres asilados, convirtiendo la r

    cs

    idencia

    en un W

    l

    espacio de libertad en condiciones de encierro.

    En realidad hay un, un proccdim ienro de costumbre

    y

    de estilo en las canci lleras

    que consiste en los casos difciles llamar desde

    la

    Cancillera

    al

    Embajador p:lra consult.ls ..

    Es

    un expediente al 1ue se recurre con alguna frecuencia cuando

    ha

    y problemas serios entre

    los p:lses. En este caso

    fui llamado p.\r:l consult:ls, que en re:l lidad, pues, esas consul

    t:l,s

    podan haberse desahogado en unas horas, porque no era tampoco mucho lo que IliIba

    evolucionado, ni m u ~ o lo que haba lUe informar que no hubicra ya informado yo por

    escrito. Pero estando aqu, en Mxico, la Cancillera decidi retenerme, s

    in

    que volviera yo

    a mi sede.

    Un

    poco con

    la

    idea, segn crco,

    aunque

    no nunca se dijo as oriCialmelHe, de

    presionar. Tambin para mostrar quiz.. un poco lo del disgusto nuestro de que no cumplie-

    ra

    el gobierno militar argemino con una prc

    ri

    c.l

    imernacional de derecho de asilo, era una

    manera de mostrar tambin que pues , bueno, pues

    el gob i

    erno

    de Mxico poda ir un poco

    ms lejos en estos trmites si

    los

    normales no daban resultados exitosos para lograr

    es

    te

    propsito dd salvoconducto. Y as estuve no recue rdo cundo, pero fueron varios meses

    siempre en con tacto obviamente con mi Canci

    ll

    er a en [Buenos

    Aires)>>.14

    1\ )

    Que la forma y decisin personal de aplicar

    el

    asilo diplomtico juega Wl rol

    s

    llSt :Ul

    rivo en reducir

    la

    dista ncia entre la filosofa del derecho de asilo y

    la

    prctica del

    mismo. Sin embargo, en este punto queda mucho por explorar en los casos concrctos

    porque hay demasiadas lagunas en la documentacin

    como

    para conocer

    rc.llmcnrc)

    por ejemplo, cuntas so licirudes se recibieron) no fueron conced id

    as.

    Empero, se

    debe scabr que para proteger a los perseguidos polticos en el C1SO de Chile) fllc

    decisi\ a la presencia del embajador Gonzalo Marrllcz

    Corb31.1,

    durante I.\s primcrJs

    semanas posteriores al golpe de estado

    y

    p.lra el caso de Uruguay, lo fue tambin 1 \

    del embajador Vicente MWliz Arroyo, en un lapso de tiempo de ms de un :lo. La

    informacin diplomtica generada en ArgeIlti.na so bre el

    por

    qu no hubo tUl nmero

    importante de solicitudes de asilo,) menos an otorgados} est asentada en los frag-

    memos que se transcriben de un info rme del embajador m

    ex

    icano.

    46

    El que haya habido pocos as ilados

    se

    ha deb ido principa lmente, segn creo, a las

    razones siguientes: a) inmediatamente despus del golpe militar [ ... ] todas l

    as

    embajild.ls,

    y

    en cspecial las que tradicionalmente conceden asilo, fueron sitiadas por

    las

    fuerzas armadas,

    14

    In

    d

  • 7/26/2019 Exilio Mexicano

    7/12

    Notas para estudiar el asilo diplomtico mexicano en Argentina 1974-1982.

    para controlar rigurosamente a

    la

    gente que entraba y saJa de las mismas, y

    el sitio

    fu

    mantenido por

    varios das;

    b) durante ese lapso fueron detenidas por

    las fuerzas armadas la

    mayor pane de

    la

    s

    personas con

    posibilidad de asilarse que

    eran

    perseguidas [ ... ) e muchas

    embajadas latinoamericanas

    y

    desde

    luego

    las de otros continentes tenan instrucc iones

    de no conceder asilo; d muchos posibles perseguidos pol ticos escaparon antes, cuahdo el

    golpe

    era

    inminente, o poco despus a refugiarse a otros pases, internndose como turistas

    aparentes o ilegalmente.

    En nuestra embajada

    se

    han presentado muchos casos de solicitud

    es

    de asilo, los cuales

    se

    han estudiado con el debido cuidado y en su mayora

    se

    han contestado negativamente.

    Se trata sobre

    todo

    de personas que han sido cesadas de sus puestos dentro de la Adminis-

    tracin Pblica O en empresas que por su funcin o estatura han sido intervenidas por el

    gobierno militar uni versidades , institutos , sindicaros, empresas de servicios pblicos , etc.).

    En

    muchos

    de

    estos casos resulta

    obvio

    que

    la

    causa del cese ha

    sido

    exclusivamente

    la

    de

    la

    filiacin poltica del cesado. Se trata a veces de casos muy claros de personas hostilizadas

    por ostentar ideas polticas distintas a las del gobierno en el poder, o por considerarlos

    enemigos en potencia. Pero en general, no han podido aportar los solicitantes otros indio

    cios que lleven a

    suponer que

    la hostilizacin en su contra va a continuar hasta poner en

    peligro su libertad o

    su

    vida, y

    mucho

    menos

    que

    dicho peligro sea inminente. Por lo tanto,

    con todo y

    lo conmovedores

    y lamentables que resultan muchos de esos casos, se ha

    tenido

    que negar por no reunir todos los requisitos

    que se

    requieren para conceder asilo.l s

    Ahorl

    bien, una caracterizacin rpida

    de

    las experiencias

    de

    asilo mexicano

    en

    el

    Cono Sur permite con mayor claridad ubicar y dimensionar

    lo

    sucedido en Argenti

    na. De forma que se rompe con una acostumbrada generalizacin en la sinlilitud de

    los

    rasgos sobresalientes de los golpes de estado de los aos 70 los consecuentes

    regmenes dictatoriales

    que

    se aftrmaron.

    Es

    suma) se procura con esta argumentacin

    y

    estoS

    datos abrir paso y ofrecer algunas claves a

    las

    distinciones entre fenmenos

    aparentemente similares.

    Una primera distincin se da en el nivel de cuando aparece

    la

    necesidad y

    la

    disposicin de obtener proteccin diplomtica. En Chile y Argentina los golpes de

    estado de 1973 y 1976 respectivamente provocaron una demanda de refugio por

    parte de los perseguidos polticos. En Argentina sin embargo

    el

    requerimiento fue

    anterior

    al

    golpe de estado desde 1974 varias personas buscaron proteccin diplom

    tica. Un ejemplo de ello

    es el

    de Rodolfo y Delia Puiggros. En cambio en Uruguay

    las solicitudes comenzaron habiendo transcurrido dos aos del golpe de estado. on

    lo anterior se podra decir que en el caso de Argentina

    la

    urgencia de refugio y

    la

    demanda comenz durante el gobierno de Mara Estela Martinez de Pern en la

    gestin de un gobierno constitucionalmente electo y se prolong hasta avanzado el

    ao 1976.

    Una segunda distincin est en

    el

    nmero de asilados. En Chile Uruguay

    el

    asilo

    fue masivo destac el caso chileno como el ms nwneroso. Los nmeros exceden el

    millar para los chilenos y unas cuantas centenas para los uruguayos. En cambio en

    5 nforme Reglamentario Archivo de la Embajada de Mxico en Argentina (AE -tARG).

    Leg.

    91.

    Exp.

    6.

    EMB.'V

  • 7/26/2019 Exilio Mexicano

    8/12

    Silvia Dutrnit Bielous

    Argentina fue con1parativa mente escaso no

    mucho ms de

    me io centenar

    de

    perso-

    nas, y sobre

    todo

    si se considera que

    26

    de

    las

    que obtuvieron la proteccin diplom-

    tica eran integrantes de una sola familia,

    la

    de Vaca Narvaja.

    Una

    tercera distincin corresponde a

    la

    permanencia de los asilados dentro de

    las

    representaciones diplomticas. O dicho de otra forma,

    al

    tiempo que transcurri entre

    la

    comunicacin

    al

    estado territorial de la calificacin como asilado de

    rul

    persona y

    l

    otorgamiento del salvoconducto, o de algn

    otro

    tipo de

    dorumento

    que permitie

    ra al asilado salir al exterior.

    En

    Chile y Uruguay los casos extremos de permanencia

    dentro de

    las

    instalaciones diplomticas estuvieron entre 9 meses

    y un

    ano respectiva-

    mente. La mayora e los asilados vivieron semanas y

    no

    ms de dos o tres meses. En

    el

    caso argentino, lo que destac fue la permanencia en

    la

    embajada mexicana

    de

    tres

    asilados por varios aos entre casi 3 aos y 6 aos.

    Otras distinciones podran hacerse en el plano de

    las

    cotidianidades

    en

    siruacin

    de encierro colectivo o casi individual, que caracteriz a los distintos lugares de refn

    gio diplomtico. Entindase

    por

    esto ltimo

    la

    residencia del embajador, la cancillera

    O

    el consulado

    notro

    lngar reconocido para ofrecer asilo. Tambin hay diferencias en

    trminos de conformacin gubernamental, partidaria, social y culrural de los asilados.

    Empero, para el argumento que se desarrolla en este artculo se jerarquizan

    las

    prime

    ras

    cuatro distinciones.

    2)

    Algunas

    circunstancias

    de

    la experiencia

    de

    asilo

    diplomtico

    mexicano

    en

    Argentina

    Tomada la decisin de asilarse

    por

    iniciativa propia o

    por

    haber sido persuadido en

    tal sentido comienzan las peripecias para

    su

    concrecin.

    Es por

    dems obvio que si se

    trata

    de

    perseguidos polticos en situacin de urgencia, en tanto el peligro que estn

    corriendo sus vidas, el trmite de solicitar asilo

    no

    es sencillo. Para ello hay

    que

    llegar

    hasta

    las

    instalaciones de

    las

    representaciones diplomticas y sortear

    la

    vigilancia mili

    tar y policial que trataba

    de

    impedir qne los perseguidos concretaran

    su

    asilo.

    El cmo llegar y el

    cmo

    entrar fueron entonces

    un

    dilema para la mayora de los

    asilados. Se trat de un nuevo desafo entre las fuerzas represivas de los gobiernos

    dictatoriales y los perseguidos. Verdaderos operativos solitarios

    O

    colectivos debieron

    defmirse para cada ingreso. Sin embargo, no todos los casos estn comprendidos en lo

    anterior

    En

    Argentina, especialmente,

    hubo

    experiencias distintas. Algunas

    de

    extrema

    desesperacin generadas a partir de la necesidad dada

    por

    advertir la urgencia del

    asilo. Por qu? Porque el itinerario requera de pasos rigurosos

    de

    solicitar, esperar,

    entrar y salir de l representacin diplomtica significaban aumentar los riesgos de

    perder la libertad cuando no la vida. En este sentido, los siguientes fragmentos de los

    testimonios de Gonzalo y Agustn

    Vaca

    Narvaja ilustran acerca de las historias vividas.

    8

  • 7/26/2019 Exilio Mexicano

    9/12

    Notas para estudiar el asilo diplomtico mexicano en Argentina, 1974-1982.

    que marc el quiebre fue el secuestro de mi padre, hicimos rodas las investigacio

    nes tratamos de indagar a travs de sus relaciones a ver dnde, si, si haba forma de, de

    ubicarlo

    y

    fue como que

    se

    lo trag

    la

    t ierra

    e

    ll

    O?

    Y

    bueno, posteriormente estuvimos

    despus unos das en Crdoba haciendo algunas gestiones, en Buenos Aires con Frondizi

    para

    ve

    r

    si l

    poda influenciar, digamos, sobre

    mi

    padre, sobre cmo vea

    l la

    situacin.

    Un

    poco en

    las

    charlas con

    l

    nos aconsej que nos furamos del pas

    el

    grupo familia r

    porque si no 1105 iban a 'bo]etcar' a todos, como

    se

    deca en ese entonces. Enronces, eeh,

    d igamos en trminos de un grupo fami liar grande como somos nosotros,

    es

    decir, una

    familia de doce hijos, mi hermano mayor estaba preso, ceh, por defender presos polticos

    justamente,

    l

    era, era abogado, digo era porcue despus lo, lo

    fusi

    laron en

    la

    crcel. En

    tonces decidimos, casi toda la familia, tomar

    la

    resolucin de irnos del

    pas.1

    6

    Nosotros entramos tres horas antes del

    go

    lpe del 10 de marzo [24], y

    no

    entramos a

    l embajada sino que entrbamos a la canci llera, porque d (ema de ese momentO era que si

    entramos a

    la

    embajada probablememe no nos, dejaran entrar, pues tenamos noticias

    de

    que [ .. ] digamos, el golpe estaba ah en, en ciernes y adems de que probablemente l

    as

    mismas embajadas estuvieran

    ya

    medias acordonadas

    n01

    impidiendo por ah una estam

    pida masiva de mucha gente.

    El

    trmite nuestrO comienza [... ]

    e

    esto, ms que todo se

    acuerdan ms mis hermanos mayores. En esa poca [ . .] yo tengo recuerdos bastante sub

    jetivos en funcin

    e

    que [ ... ] no era yo

    e los

    que organizaban nada porque mi cosa era

    ms quedarme que irme, con lo cu

    al

    estaba ms custodiado por mi familia que, que libre. Y

    salimos de

    ac

    [Crdoba] eeh, nos asilamos el 24, tres horas antes del golpe In01[ ...] y

    salimos, unos salieron en avin otros salieron en mnibus, otros salieron en tren para no

    despertar demasiadas sospechas de salir todos juntos en un solo medio de transporte [ .. ]

    nos ubicamos en distintas casas, algunas de familiares, otras de amigos.

    El sistema que tenan en ese momento

    mis

    hermanos mayores era ver gente

    qu

    e eran

    diputados, senadores, gente de

    la VeRI

    este, co

    mo

    por ejemplo [ ...

    1

    stuvieron con Fron

    dizi, estuvieron con Alfons{n,

    es

    tuvieron con varios { ..

    ]Y

    alguien ms,

    qu

    e

    no

    me acuerdo

    quin era,

    cue

    coment que no furamos directamente a

    la

    embajada porque

    no

    nos iban a

    [ ..1 bamos a ser aceptados y que entrramos a la cancillera que tambin era territorio

    mexi

    ca

    no, que entrramos en distintos grupos, cada uno hacindose, desconocindose del

    otro.

    o

    raro era que, por ah, mis sobrinos (re)

    s

    conocan, no

    se

    miraban ,

    el

    chiquito

    tena un ao, de un ao a siete aos tenan m

    s

    o menos (no? Y cuando entraron todos , ah

    s planteamos que estbamos, que nos declaramos asilados.

    Claro,

    s

    arm un despelote brbaro en la en la embajada, el que estaba ah, que no

    era el em bajador, no s si era uno de los asesores de la cancillera, nos dijo que no, dijimos

    que no nos movamos de ah, que nos sacaran en todo caso [ .. ] nos dijeron que vayamos

    por

    lo

    s cana

    les

    normales [ ..

    1

    espus creo que

    ll

    eg

    el

    canciller, despus e

    todo el

    quilom

    bo, no nos dejaban

    ni

    ir

    al

    bao, este [ ... ] por

    lo

    cual uno de

    mis

    hermanos dijo: 'Bueno,

    perfecto hacemos todo eso ac era un piso alfombrado (viste? as que [ . .] (ren) inmedia

    tamente nos

    ll

    evaron

    al

    (ren),

    al

    bao en grupos pero con mucho miedo,

    mu

    cho terror y la

    verd:ld que no, no, nadie entenda demasiado que es lo que estaba p:lsando, ni lo que iba a

    suceder mucho menos.

    t { ... ] entonces, ah estuvimos varias horas,

    se

    dio el golpe, ah noms, inmediatamente

    despus de [ .. ]

    el

    golpe,

    ya

    aparecieron

    es

    te [ ... ] militares y policas rodeando la,

    la

    canci

    llera, lo cual gener mucha

    ms

    incertidumbre [ .. ]

    en

    ese momento creo [ ..

    Jque

    apare

    ce el

    embajador y [ ... ]

    l

    nos da

    el)

    digamos,

    el

    asilo poltico y

    el

    tema era, cmo

    sa

    limos de

    16 Entrevista a Agustn Vaca Narvaja, por Csar Tcach, en Crdoba, e1S de junio de 1997.

    49

  • 7/26/2019 Exilio Mexicano

    10/12

    Silvia

    Dutrnit

    Bielous

    ah para

    la

    embajada. Entonces, bueno, de ah salimos en varios coches [ .. ] cada coche con

    un funcionario de

    la

    embajada mexicana, eeh coches oficiales de

    la

    embajada. Eso tam-

    bin fue una [ .. ] porque no sabas en ese

    momento

    dnde podas llegar a ir

    no?

    porque

    tambin fue una, digamos, una suerte [ .. ] absoluta, te dira. Nos trasladan a la embajada

    despus de varias horas de estar ah, nos hacen de comer, nos dieron unos sandwiches [ .]

    ten en cuenta que fuimos los primeros asilados de trnsito entre l

    gobierno

    de Isabel l

    de Videla,

    de

    la dictadura,17

    En todo caso existi siempre un punto nodal en la disposicin a facilitar una pro-

    teccin que est ntimamente vinculado con la sensibilidad, la valoracin, la percep-

    cin de las circunstancias que se estaban viviendo por parte de los funcionarios diplo-

    mticos. Sin duda,

    un

    conjw1to de imponderables pudieron ayudar o entorpecer l

    ingreso a las respectivas embajadas y la acrerlitacin misma. Es tambin legalmente

    justificable que el asilo es

    una

    prerrogativa del pas que lo concede, atenindose a la

    regulacin establecida para l mismo,

    por tanto no

    debe ni puede ser una imposi-

    cin de persona alguna.

    De

    modo que se debe insistir en que sobre estas experiencias

    de aplicacin del derecho de asilo hay

    mucho

    que examinar y reflexionar. Otros

    son

    recuerdos de lo vivido por Hctor Cmpora (h).

    Para esto vi, o pas mejor dicho, por alguna sede diplomtica, para ver en qu situa-

    cin estaba, y estaban con una enorme custodia, con una gran custodia,

    lo

    cual hara muy

    dificultoso entrar a una de esas sedes diplomticas. Entonces esperamos unos das, y cuan-

    do vi

    que

    la

    custodia haba disminuido, nos pusimos en contacto con un amigo para que

    hablara con

    e

    embajador de Mxico y

    le

    solicitara asilo para mi padre y para m. [El amigo

    era

    e

    periodista brasileo, Flavio Tavares, corresponsal entonces de Exclsior, a quien su

    padre, siendo embajador, haba conocido en Mxico].

    Lo

    concedieron [el asilo] inmediata-

    mente, y creo que fue al da siguiente, de esto no estoy seguro, pero fue un 13 de abril de

    1976, que nos dijeron que iba a estar abierta, nos mandaron a decir que iba a estar abierto

    l portn de la

    residencia de embajador,

    de la

    calle Arcos, desde

    las

    16 a 16.30 o

    17

    a

    17.30, esto

    no

    lo tengo muy presente ahora. Y as fue, fuimos en coche, mi padre y yo en

    un

    coche, yo manejando, mi padre simulando como que lea un diario.

    Uno

    de los motivos

    principales

    de

    desechar todas

    las

    otras alternativas, era

    e

    enorme grado de exposicin p-

    blica en que se encontraba mi padre

  • 7/26/2019 Exilio Mexicano

    11/12

    Notas pata estudiar el asilo diplomtico mexicano en Argentina, 1974 1982.

    Fin de abril [de 1976]. y [ ] entonces decid buscar alguna forma de asilo. Mario

    Cmpora, sobrino del expresidente me sugiri que fuera a la Embajada de Mxico, yo

    tambin haba pensado en

    la

    Emb

    ajada de Mxico

    y

    entre Mario Cmpo

    ra

    y

    Nilda Garr,

    entonces mi mujer, organizaron el, l ingreso, con Roque Gonzlez Salazar, entonces l

    embajador de Mxico. Y[ ... ] a la embajada Jlegu[ ... eludiendo diversas [ .. ] pinzas y ade

    ms con Nilda Garr

    y

    con mi hermano Pablo, mi hermano menor [ .. ] me flanquearon el

    paso, ingres

    y

    ah hice

    la

    formalidad de asuntura de asilo frente al [ .. ] no estaba el emba-

    jador en ese momento sino el ministro Roberto

    De

    Negri [ ...

    J

    bueno,

    y

    ah me qued seis

    aos

    y

    fraccin.19

    3. Elementos para unas

    primeras

    conclusiones sobre alcances y problemas

    en

    la

    regulacin del derecho

    de

    asilo.

    Un

    elemento, para

    el

    cual

    10

    sucedido en Argentina es sobresaliente, hace referen

    cia a que aparece ntidamente marcado

    el

    tema de la diferenciacin entre la legislacin,

    la

    resolucin

    y

    la aplicacin de la poltica de asilo. Partiendo del caso concreto mexica

    no, y de lo propio del estado asilante, que hist

    r

    icamente manifiesta Wla disposicin

    de poner en prctica la poltica de asilo, parece advertirse que prima pata su resolu

    cin la valoracin de

    la

    coyuntura que realiza el diplomtico in situ El testimonio del

    Embajador y los documentos diplomticos son elocuentes en este sentido yen el que,

    para otorgar asilo, median intereses de poltica interna e internacional. Sin embargo,

    las

    caractersticas concretas de la aplicacin del asilo exhiben un involucramiento y

    lIDa decisin que corresponde

    por

    sobre todo al mbito personal del embajador o el

    diplomtico que tiene la ms alta responsabilidad en la representacin mexicana. Son

    exponemes claros de ello, los embajadores mexicanos en Uruguay y Chile que en

    algunos casos resolvieron salir personalmente a buscar perseguidos polticos .

    En l

    caso argentino, como lo anota Gonzlez Salazar, U na prctica que yo observaba y

    que yo segu observando despus tan1bin, en casos de asilo, era pues s, pedir a todos

    los que solicitaban asilo, incluyendo al presidente Cmpora, que si llegaban a la Em

    bajada [ ... ] que slo en ese caso, yo no poda movilizarme ni ninguno de mis colabo

    radores para buscar o traer hasta la Embajada a quien solicitara asilo,

    les

    conceda

    el

    asilo.20

    Una segunda conclusin tiene que ver con el estado territorial y los candados que

    presenta, al menos a dos niveles. Retomando el testin1onio del Embajador Roque

    Gonzlez Salazar en que seala que:

    Bueno, cuando ocurri

    l

    golpe

    de

    estado, haba en

    la

    Embajada solamente dos, que

    llamamos huspedes porque no les haban considerado la categora, l gobierno de la seo

    ra

    Pern, no cons ideraba

    la

    categora

    de

    asilado porque los funcionarios afirmaban que

    no

    19 Entrevista a Juan Manuel Abal Medilla, por Silvia Durrnit

    y

    Guadalupe Rodrguez de Ita ,

    en Mxico, D.F., Crdoba,

    el

    12 de marzo de 1997.

    20 Entrevista a Roque Gonzlez Salazar, op

    cit

    51

  • 7/26/2019 Exilio Mexicano

    12/12

    Silvia

    mrnit

    Bielous

    eran perseguidos polticos del gobierno. ProbabJcmentc no lo fueran, pero haba un grupo

    paramilitar importante de derecha,

    la

    Triple A que actuaba un poco con

    la

    connivencia de

    algunos crcul

    os

    gubernamentales

    y

    tambin seguramente con el apoyo

    y

    la proteccin, o

    en todo caso, o casi la complicidad qui

    z

    de

    est S

    crculos y tena a su cargo pues

    la

    tarea un

    poco de amenazar, de hostilizar, de presionar ) en ocasiones, de ejecutar o accionar a los

    enemigos que consideraban enemigos ms nmables del go i mo 21

    Se

    puede afirmar que

    W1

    de los niveles alude a

    la

    distincin de los gobiernos en

    turno. Cuando

    se

    trara de gobiernos constitucionales ejemplo de

    cIJo es

    l de

    la

    presidenta Mara Estela Martnez de Pern)

    y

    la comwcacin de

    la

    decisin de asilar,

    es

    difcil comprobar la persecucin gubernamental adems de que la

    siulacin

    vuelve

    spera

    Wla

    relacin entre

    estados aparentemente cordial. Diferente

    es

    el

    hecho cuando

    el

    gobierno

    es

    Wl gobierno de facto. l

    otro

    nivel atiende a

    la

    dilacin del compromi-

    so en

    el

    otorgan1iento de los salvoconductos como tambin se desprende del testimo-

    nio del Embajador y de

    la

    afirmacin parca, pero contundente, de Juan Manuel Abal

    Medina de que entr a

    la

    residencia diplomtica

    y allJ

    pas seis aos.

    Una tercera conclusin vincula

    la

    necesidad del refugio a

    la

    condicin de que l

    perseguido poltico

    se

    debate entre

    la

    libertad y

    la

    prisin, entre

    la

    vida y

    la

    muerte. Y

    ello lo registra

    la

    historia no slo

    el

    caso de los

    Vaca

    Nal\I aja) tambin en otros casos

    en Argentina, y ni que hablar en Chile, en donde perseguidos politicos que procura-

    ron

    el

    asilo fueron asesinados en

    la

    puerta de la sede diplomtica, mientras en Uru-

    guayen

    ciramstancias similares fueron desaparecidos. La remembranza y

    la

    recrea-

    cin estas experiencias de asilo manifiesta la tensin existente entre la ftlasofa, que es

    la

    esencia del derecho de asilo,

    y

    la reglamentacin que lo hace posible

    al

    convertir

    la

    obtencin de asilo en un nuevo desafo por sobreviv

    ir.

    \ Ibid

    52