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MARTIN FLEITAS Experiencias amargas. Sobre las preferencias adaptativas y la subversión de la personalidad OCTUBRE 2013

Experiencias Amargas-Martin Fleitas

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Algunas características de las preferencias adaptativas han atrapado la atención de cientistas sociales y filósofos durante las últimas décadas. Según Jon Elster debemos entender por preferencias adaptativas modificaciones inconscientes de preferencias de los individuos una vez que el entorno restringe sus posibilidades de satisfacer deseos. Esto desafía la eficacia de las políticas sociales en la medida en que los sectores menos favorecidos de la sociedad pueden no hacer uso de sus beneficios al creerlos inconducentes. A diferencia del abordaje clásico de las preferencias adaptativas, que limita su análisis a los entornos materiales restrictivos, aquí se reconstruirán los rasgos básicos de su discusión con el objetivo de defender la siguiente tesis: las preferencias adaptativas se ven precedidas por una predisposición subjetiva conformada a través de formas de menosprecio, que parcializan en el individuo el desarrollo saludable de una autoridad sobre sus contenidos internos.

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  • MARTIN FLEITAS

    Experiencias amargas. Sobre las preferencias adaptativas y la subversin de la personalidad

    Separata de la revista SISTEMA - Nmero 232 - Octubre 2013(Pginas 75-92)

    Depsito legal: M. 37.032 - 1972 (Sep.)Fuencarral, 127, 1. - 28010 Madrid - Telfono 91 448 73 19

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    Experiencias amargas. Sobre las preferencias adaptativas y la subversin de la personalidad1

    Sour experiences. On the adaptative preferences and the personalitys subversion

    Martn Fleitas(Universidad de la Repblica, Montevideo)[email protected]

    ResumenAlgunas caractersticas de las preferencias adaptativas han llamado la atencin de cientistas socia-les y filsofos durante las ltimas dcadas. Segn Jon Elster, debemos entender por preferencias adaptativas modificaciones inconscientes de preferencias de los individuos una vez que el entorno restringe sus posibilidades de satisfacer deseos. Esto desafa la eficacia de las polticas sociales en la medida en que los sectores menos favorecidos de la sociedad pueden no hacer uso de sus beneficios al creerlos inconducentes. A diferencia del abordaje clsico de las preferencias adaptativas, que limita su anlisis a los entornos materiales restrictivos, aqu se reconstruirn los rasgos bsicos de su discusin con el objetivo de defender la siguiente tesis: las preferencias adaptativas se ven precedidas por una predisposicin subjetiva conformada a travs de formas de menosprecio, que parcializan en el individuo el desarrollo saludable de una autoridad sobre sus contenidos internos. Palabras clave: preferencias adaptativas, formas de menosprecio, autoridad sobre los contenidos internos propios.

    AbstRActSome features of adaptative preferences have attracted the attention of social scientists and phi-losophers over the last decades. According to Jon Elster, we must understand the adaptative pre-ferences as individuals unconscious modifications of preferences once the environment restricts their possibilities of satisfying needs. This questions the effectiveness of social policies in that the least favoured sectors of society may not make us of their potential benefits because they may consider them pointless. Unlike the traditional approach to adaptative preferences, which limits its analysis to the restrictive material environment, here the basic features of its discussion will be reformulated with the aim to defend the following thesis: the adaptative preferences are preceded by a subjective predisposition built through ways of disrespect, which partialize the healthy deve-lopment of an authority over the individuals own internal elements. Key words: adaptative preferences, experiences of disrespect, authority over own internal elements.

    Las preferencias adaptativas, o uvas amargas, abrigan caractersticas patolgicas que han llamado la atencin de filsofos, economistas y cientistas sociales durante las l-timas dcadas. Segn Jon Elster, las uvas amargas deben ser entendidas como modifica-

    1 Este artculo se ha elaborado en el marco del proyecto de investigacin Personalidad daa-da y preferencias adaptativas, financiado por CSIC de la Universidad de la Repblica de Uru-guay, 2010-2012. La presente redaccin est en deuda con los muy tiles comentarios de Leonar-do Goday.

    Recibido: 04/09/2012Aceptado: 24/06/2013

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    ciones inconscientes de preferencias en los individuos que se generan en contextos que restringen las posibilidades de satisfacer voliciones. La idea se apoya en que si un sujeto se encuentra en una situacin con nulas posibilidades de satisfaccin de deseos, este po-dr mitigar la frustracin experimentada a travs de un mecanismo psquico voluntario y consciente denominado planificacin del carcter o bien por medio de uno causal e incons-ciente, denominado preferencia adaptativa. Esta distincin entre mecanismos conscien-tes e inconscientes de modificacin de preferencias penetra no slo en el corazn de las reflexiones filosficas sobre la justicia, sino tambin en la base de los diseos de polticas sociales, puesto que asumir la existencia de un conjunto de preferencias dadas en los in-dividuos excluye la posibilidad de que a las decisiones de stos les preceda un proceso inconsciente de formacin de preferencias capaz de condicionar sus concepciones de vida buena. Como consecuencia de esta omisin tanto las teoras de justicia como los diseos de polticas sociales presentan dificultades a la hora de dar cuenta de por qu, en contextos de reducida posibilidad de satisfaccin de voliciones, los individuos tienden a no hacer uso de los servicios sociales de empleo, educacin formal y salud.

    Este fenmeno de subversin de la racionalidad ha suscitado una intensa discusin a nivel filosfico y de las ciencias sociales en torno a la naturaleza de la eleccin racional hu-mana. En la generalidad de los estudios ser proclives a actuar conforme a uvas amargas refiere a que los individuos estn insertos en contextos materiales altamente conducentes a la emergencia de tal mecanismo, dejando de lado la cuestin de si existen factores bio-grficos subyacentes que lo favorezcan o no. Sin embargo, estos factores extramateriales cobran relevancia si observamos que dos individuos insertos en un mismo contexto des-favorable para la satisfaccin de voliciones pueden reaccionar de muy diferente forma: mientras, por un lado, observamos individuos que enfrentados a contextos desfavorables actan conforme a preferencias adaptativas, otros, por su lado, reaccionan adecuando sus voliciones a las posibilidades de satisfaccin mediante una planificacin del carcter, como lo sugieren los estudios sobre resiliencia. Esto cuestiona la exhaustividad explicativa de las investigaciones realizadas hasta el momento, dado que en su generalidad atribuyen las causas de las uvas amargas a los contextos materiales con nulas posibilidades de satisfac-cin de deseos.

    Por otro lado, los estudios acerca de la resiliencia nos informan sobre la existencia de factores culturales y, en especial, emocionales, que son capaces de proteger la integridad racional de los agentes insertos en contextos desfavorables, lo cual nos impele a considerarlos con mayor dedicacin. Dada esta necesidad, se argumentar en este trabajo que una clave explicativa prometedora para la ampliacin del estudio de las uvas amargas la constituye el factor de las relaciones de reconocimiento recproco y su rol en la constitucin de la identi-dad. La introduccin de las relaciones de reconocimiento recproco podra no slo fortalecer el estudio de las uvas amargas, sino tambin aportar a su conceptualizacin, en este caso defendiendo la tesis de que toda preferencia adaptativa es deudora de un deficitario desa-rrollo de la identidad en trminos de reconocimiento mutuo. En base a la intuicin de que un individuo con dbil autoconfianza es altamente vulnerable a la subversin racional de sus decisiones, se recurrir a Axel Honneth para sostener la existencia de un continuo entre experiencias de vergenza o humillacin social denominadas formas de menosprecio y una predisposicin a actuar conforme a preferencias adaptativas. De este modo la argumentacin exige, en primer lugar, tener presente los rasgos generales de la discusin que han suscita-do las uvas amargas, realzando aquellos estudios psicolgicos que detallan su naturaleza subversiva o patolgica de la racionalidad (I). En segundo lugar, se recogern los aportes ms significativos que Gustavo Pereira y su grupo de investigacin han introducido en la

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    discusin de las preferencias adaptativas, tomando nota de sus diferentes propuestas para disminuir la incidencia de las preferencias adaptativas en las decisiones de los individuos. En este punto ser de vital importancia reconstruir con precisin la forma en que Pereira intro-duce la teora del reconocimiento de Axel Honneth para el abordaje de las uvas amargas (II). Comprender adecuadamente los aportes de Pereira es de suma utilidad para luego defender la tesis de que las formas de menosprecio de Honneth preceden al surgimiento de las prefe-rencias adaptativas. Introduciendo el concepto de autoridad sobre s mismo se mostrar que las formas de menosprecio, y en especial las del cuidado, parcializan el desarrollo de una autoridad sobre los propios deseos, preferencias y fines, cediendo el paso a la conformacin de una predisposicin subjetiva a actuar conforme a uvas amargas (III). En virtud de la mag-nitud de las consecuencias de la argumentacin se presentarn consideraciones finales acerca de los desafos que abrigan las formas de menosprecio y las uvas amargas para la justicia y el diseo de polticas sociales (IV).

    I

    Para presentar las notas distintivas de las preferencias adaptativas resulta imprescindi-ble introducir, en primer lugar, el concepto de disonancia cognitiva, originario de la psico-loga social de Leon Festinger2.

    De acuerdo con las investigaciones de Festinger, si se parte del supuesto de que la psiquis de todo individuo busca lograr y mantener una coherencia interna de sus creencias y actitudes, deber entenderse como disonancia cognitiva a toda inconsistencia interna que contradiga aquella coherencia. De este modo las disonancias cognitivas generan en el individuo una incomodidad psicolgica que le empujar a emprender un esfuerzo por reducirlas, esto es, evitando aquellas situaciones capaces de ofrecer informaciones que alimenten y mantengan la disonancia.

    Festinger nos propone entender la disonancia y consonancia como dos tipos de rela-ciones existentes entre al menos dos elementos cognitivos, lo que incluye creencias y acti-tudes que refieran a la realidad, a la propia autocomprensin de la persona, a su conducta y a su entorno. Puesto que el individuo conoce el mundo a travs de su propia experiencia y la de los otros, la disonancia se entiende como la oposicin de al menos dos creencias entre s que pretenden referir al mismo mundo, ya sean lgicamente contradictorias o porque las normas del grupo que rodea al individuo determinen que los elementos cognitivos en cues-tin no son compatibles. En este caso, como muy bien ilustra Pereira, resultan disonantes la creencia de que la educacin es imprescindible para obtener mayores oportunidades de acceso al mundo laboral y el hecho de que adquirirla implique una prdida de tiempo que podra destinarse a trabajar3.

    La condicin social del ser humano, que lo envuelve en redes de interaccin con otros, le imposibilita seleccionar la informacin recibida, lo cual sugiere que la frecuencia del sur-gimiento de disonancias cognitivas es proporcional a la intensidad vital del individuo. Sin embargo, Festinger agrega que a las emergencias de disonancias cognitivas se les opone al mismo tiempo una fuerza de igual intensidad manifiesta en el interior de la psiquis, con la finalidad de eliminar la frustracin engendrada por aquella disonancia. Ya sea modifican-

    2 Cfr. Leon Festinger, Teora de la disonancia cognitiva, Instituto de Estudios Polticos, Madrid, 1975.

    3 Gustavo Pereira, Preferencias adaptativas: un desafo para el diseo de polticas sociales, Isegora, n. 36, enero-junio 2007, pg. 145.

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    do las propias conductas para que se adecuen a la nueva informacin o logrando refutar la nueva informacin a partir de una bsqueda de informacin que inmunice momen-tneamente las creencias en crisis, la psiquis del individuo se esfuerza por restablecer de forma constante la coherencia interna. En consecuencia, la caracterizacin subjetivo-psicolgica que nos ofrece Festinger describe el restablecimiento de la coherencia interna entre creencias y voliciones como el nico modo de disolver las disonancias cognitivas.

    Naturalmente, en los contextos de pobreza endmica o de violencia de gnero las justifi-caciones que los afectados ofrecen conforme a la situacin vital pueden ser entendidas como modificaciones de elementos cognoscitivos que buscan mantener la coherencia interna de sus creencias sobre el mundo, mitigando as aquella incomodidad psicolgica generada por la disonancia cognitiva. Tanto la incorporacin de la creencia sobre la inutilidad de las ins-tancias formales de enseanza o de la bsqueda de empleo por parte de individuos insertos en contextos de pobreza extrema como la tendencia a abonar razones en favor de una jus-tificacin de la violencia de gnero por parte de las vctimas constituyen casos significativos que podran ilustrar esfuerzos psicolgicos que tienen por objeto el restablecimiento de la coherencia interna del agente a travs de una justificacin de la situacin vigente.

    Uno de los factores relevantes que pueden tanto favorecer como resistir la reproduccin de contextos regresivos lo constituyen los sistemas de valoracin inherentes a las culturas locales. Los sistemas axiolgicos locales ofician como reservorios de informacin que el in-dividuo percibe constantemente. En este contexto, el grado de autoridad y significacin que el individuo le atribuye al grupo que le rodea determinar en qu medida la informacin ofrecida es suficiente como para generar disonancias cognitivas o mitigarlas. Pinsese en el caso de entornos que favorecen la reproduccin de la marginalidad, dentro de los cuales ser disonante la simple actitud de aspirar a una modificacin significativa de la situacin vigente.

    En su conjunto, las premisas psicolgicas que nos ofrecen las investigaciones de Fes-tinger presentan un incalculable valor a la hora de abordar el trasfondo dinmico de las decisiones humanas. Pero un caso notable de esta dinmica interna es el de las preferen-cias adaptativas. Segn Jon Elster, este tipo de preferencias se produce una vez que las personas ajustan sus deseos a las posibilidades de satisfacerlos de forma no consciente4. Siguiendo a Festinger, Elster sostiene que todo individuo imposibilitado de satisfacer sus deseos experimenta un malestar, producto del conflicto cognitivo que mantienen las in-formaciones provenientes de las voliciones y el mundo. Pero en el caso de las preferencias adaptativas, el proceso de restablecimiento de la coherencia interna es inconsciente, dada una pulsin que, orientada por el principio de evitar el displacer, las genera como conse-cuencia de la reduccin de frustracin. Este fenmeno es conocido como uvas amargas, aludiendo a la fbula de la zorra y las uvas de La Fontaine. Segn el relato, la zorra desea comer las uvas que le resultan inaccesibles. Tras renovados y frustrados intentos por al-canzarlas, la zorra renuncia a su empresa bajo la creencia de que las uvas no valen la pena, puesto que deben ser amargas. Elster nos sugiere que el relato ayuda a ilustrar cmo en ocasiones las personas son capaces de reducir la frustracin que genera desear algo inacce-sible a travs del desarrollo de preferencias que degradan el valor de lo deseado.

    Aun as, las preferencias adaptativas no constituyen el nico mecanismo psicolgico por el cual se ajustan las voliciones a las posibilidades de satisfaccin. El otro mecanismo de reduccin de la frustracin que es preciso introducir es el de la planificacin del carcter. Como contracara de las preferencias adaptativas, la planificacin del carcter constituye

    4 Jon Elster, Uvas Amargas. Sobre la subversin de la racionalidad, Pennsula, Barcelona, 1988, pg. 42.

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    un recurso psicolgico intencional que reduce la frustracin al restablecer la coherencia entre las voliciones y las posibilidades de forma consciente. Para poder distinguir las pre-ferencias adaptativas de la planificacin del carcter es importante tener presente que la adaptacin puede ser entendida tanto causal como intencionalmente. Mientras en el caso de las preferencias adaptativas el proceso de formacin de preferencias es causal y no consciente, en la planificacin del carcter es intencional y de carcter consciente. Imag-nese el caso de un joven que, proveniente de un pas subdesarrollado, manifiesta un deseo vocacional por ser astronauta. Dadas las mltiples limitaciones de acceso a la educacin adecuada para emprender tal proyecto vocacional, una reaccin altamente probable en el joven es la de desarrollar un proceso inconsciente de generacin de preferencias que degrade el valor de lo deseado y le oriente a desechar la opcin realzando una alternativa.

    Sin embargo, otra reaccin posible es la de ajustar sus voliciones a las posibilidades dispo-nibles en trminos de planificacin del carcter. En este caso el joven no perdera la volicin y tolerara la frustracin por medio de canalizaciones de satisfaccin secundarias o de menor intensidad, ya sea suscribindose a revistas especializadas sobre la temtica, viendo docu-mentales, accediendo a informes de la propia NASA, visitas guiadas, etc. Ntese que, en el primer caso, el individuo reduce ptimamente la frustracin degradando inconscientemente el valor de lo deseado, mientras en el segundo, la frustracin es mitigada ms no diluida por completo, puesto que lo tolerable de la misma es lo que mantiene al individuo deseando el objeto. En conclusin, mientras la planificacin del carcter manifiesta un esfuerzo psquico del individuo que busca ajustar conscientemente sus deseos a las posibilidades de satisfac-cin, las preferencias adaptativas constituyen ajustes que se realizan a espaldas del sujeto5.

    En virtud de lo anterior, las creencias que degradan vas de superacin de la condicin vigente se convierten en nuestro centro de atencin, puesto que lo notable de este tipo de generacin inconsciente de preferencias recae en su capacidad de condicionar la estructu-racin del plan de vida del individuo. Las uvas amargas muestran un pronunciado poder condicionante sobre los proyectos vitales de los peor situados de la sociedad, quienes ge-neralmente desprecian la posibilidad de que sus hijos ingresen a la educacin formal con la creencia de que ello sera inconducente en la medida en que obliga a sus hijos a abandonar tareas domsticas ms tiles6. De este modo, las preferencias adaptativas son capaces de eliminar ptimamente la frustracin, coadyuvando a que las personas puedan contentarse a s mismas con lo poco que logren obtener7. Esto se debe a que la eleccin de los indivi-duos se apoya sobre un arco de opciones limitado en conjuntos que no pueden ser articu-lados a voluntad, lo cual orienta las decisiones de los individuos hacia los extremos de las opciones posibles, aunque estos no sean requeridos por la situacin. De este modo, con el objetivo de evitar futuras disonancias cognitivas, el condicionamiento sobre el plan de vida del agente se fosiliza, al sedimentar un historial psicolgico-racional de sus decisiones que le predispone a desechar las vas de superacin eventualmente ofrecidas8.

    Al favorecer una parlisis en los afectados, las uvas amargas amenazan con socavar la eficacia de la implementacin de las polticas sociales. Puesto que la coherencia interna de los conjuntos de creencias alcanzada inconscientemente tiende a despreciar las vas

    5 G. Pereira, Preferencias adaptativas: un desafo para el diseo de polticas sociales, pgs. 148-149.

    6 Gustavo Pereira, Condenados a la desigualdad extrema? Un programa de justicia distributiva para conjurar un futuro de Morlocks y Eloi, CEVLT, Mxico, 2007, pg. 87.

    7 J. Elster, Uvas Amargas, pg. 167.8 Paul Veyne, Le pain et le cirque, Seuil, Pars, 1976, pgs. 706 y ss.

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    de superacin de la situacin, inhibiendo el acceso a los diferentes servicios sociales de salud, empleo y educacin formal, las preferencias adaptativas se presentan como un duro desafo para el diseo de intervenciones sociales. Es en este contexto en el que se realza la importancia del estudio de las uvas amargas, resultando imprescindible introducir investi-gaciones que han sido capaces de ofrecer programas de superacin de las mismas. Recoger en este punto las contribuciones que Gustavo Pereira y su grupo de investigacin han realizado a la discusin sobre las preferencias adaptativas resulta un paso ineludible que favorece la ampliacin y complejizacin del estudio de este particular fenmeno social.

    II

    En un esfuerzo de largo aliento, Gustavo Pereira ha realizado calificadas contribu-ciones en materia de teora de la justicia, temtica que ha concentrado sus publicaciones durante ms de diez aos. En este contexto, el abordaje de las preferencias adaptativas le ha sido de mucha ayuda para el diseo de un programa de justicia que pueda apropiarse de una variedad de aportes realizados por diferentes filsofos y, a su vez, aspirar a superar sus alcances en lo que actualmente denomina teora crtica de la justicia9. La introduccin del estudio de las uvas amargas en sus investigaciones le ha allanado el camino para criticar duramente las idealizaciones antropolgicas subyacentes a las teoras de justicia utilitaris-tas, bienestaristas e incluso rawlsianas, puesto que ninguno de estos programas admite la posibilidad de que la conformacin de preferencias ocurra a espaldas del agente10. Entre los tericos de la justicia es ampliamente compartida la conviccin acerca de que el sujeto elabora su plan de vida autnomamente. Sin embargo, esta posicin presenta dificultades a la hora de dar cuenta de las uvas amargas. El caso del reciclador de basura que decide no hacer uso de los servicios sociales, en base a la creencia de que estos son inconducentes, violenta nuestras intuiciones ms bsicas acerca de lo que entendemos por autonoma.

    Con el objetivo de afrontar y superar esta problemtica, que sugiere debilidades en las teoras de justicia, Pereira ha dedicado especial atencin a las uvas amargas. Si bien los recursos tericos del autor han sufrido algunas variaciones, su estrategia central tiene como punto de inflexin una concepcin ontogentica de la autonoma, manifiesta en el ejercicio de aquellas capacidades mnimas requeridas para la elaboracin de un plan de vida autnomo. En este sentido, se distingue un estadio de autonoma potencial, en el cual se sitan los individuos proclives a actuar conforme a uvas amargas, y otro estadio de auto-noma plena, en el cual el individuo desarrolla las capacidades suficientes que le permiten elaborar un plan vital autnomo a travs de la planificacin del carcter. Este mnimo ejercicio de las capacidades se concibe como el desarrollo de los diferentes usos de la ra-cionalidad prctica, entendidas como distintos momentos de expresin del desarrollo de la autonoma, y el logro de aquellas capacidades mnimas delimitadas por Martha Nussbaum a partir del enfoque de las capacidades de Amartya Sen11. El supuesto del sujeto autno-

    9 Gustavo Pereira, Las Voces de la Igualdad. Bases para una teora crtica de la justicia, Proteus, Montevideo-Cnoves y Samals, 2010; Gustavo Pereira, Elements of a Critical Theory of Justice, Palgrave Macmillan, Nueva York, 2013.

    10 G. Pereira, Condenados a la desigualdad extrema?, pgs. 83-88. 11 Gustavo Pereira, Autonoma, preferencias adaptativas y polticas pblicas, Sistema, n.

    178, enero 2004, pgs. 76-81; G. Pereira, Preferencias adaptativas: un desafo para el diseo de polticas sociales, pgs. 149-153; G. Pereira, A. Vigorito, A. Fascioli, A. Reyes, H. Modzelewski, V. Burstin, Preferencias adaptativas. Entre deseos, frustracin y logros, Fin de Siglo, Montevideo,

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    mo de reconocimiento recproco presenta el elemento explicativo y normativo ltimo de una teora de la justicia que se estructura sobre una doble base informacional, de bienes y capacidades, realzando as una naturaleza intersubjetiva y universalista del sujeto dentro de la cual se comprenden los procesos de conformacin de preferencias como susceptibles de modificacin voluntaria e involuntaria.

    En base a este soporte normativo focalizado en la nocin de autonoma, Pereira ha ofrecido diferentes caminos por los que se podran revertir las preferencias adaptativas. Tal vez el primer intento lo constituye el diseo de guas contrafcticas capaces de orientar el diseo de polticas sociales en funcin de lo que el individuo habra hipotticamente decidido si ejerciese mnimamente un estadio de autonoma plena12. En este contexto, Pereira introduce las facetas de agencia y bienestar que Sen distingue en los individuos para dar cuenta de un aspecto bien interesante de la superacin de uvas amargas. Si, por un lado, entendemos agencia como una faceta racional mediante la cual el agente es ca-paz de sacrificar su propio bienestar por la obtencin de algo que es considerado valioso, y luego concebimos bien-estar como una faceta racional cuyas orientaciones prcticas buscan el bienestar propio13, la estrategia contrafctica debe tener en mxima considera-cin el hecho de que el fortalecimiento de la faceta de agencia del individuo restablece una disonancia cognitiva, que puede frustrar el pasaje de un estadio de la autonoma a otro. En consecuencia, Pereira insiste en la prioridad de compensar el bien-estar durante el proceso, atenuando as la frustracin reanimada con la disonancia14.

    Recientemente, Pereira ha ensayado una estrategia de transformacin de preferencias global, que incluye tanto las guas contrafcticas como las narraciones15, y en especial las capacidades colectivas presentes en los contextos de interaccin, denominados por el autor bienes sociales irreductibles16. Sin embargo, una de las ampliaciones conceptuales ms interesantes que ha realizado Pereira en congruencia con las propuestas anteriores es aquella que introduce la teora del reconocimiento de Axel Honneth. Como muy bien advierte Pereira, las preferencias adaptativas constituyen un fenmeno de subversin de

    2010, pgs. 21-33; G. Pereira, Las Voces de la Igualdad, pgs. 154-169. Respecto de los diferentes usos de la racionalidad prctica vase, G. Pereira, Condenados a la desigualdad extrema?, pgs. 45-48, y su original conceptualizacin en Jrgen Habermas, Aclaraciones a la tica del discurso, Trotta, Madrid, 2000, pgs. 111-115. En la actualidad Pereira ha introducido una divisin de los usos de la racionalidad ms amplia, a partir de la que presenta Rainer Forst en su Contexts of Justice, Universidad de California Press, Berkeley, 2002, pgs. 256 y ss. Aun as, esta ampliacin no influye en lo sustancial del abordaje de las preferencias adaptativas: G. Pereira, Las Voces de la Igualdad, pgs. 118-125. Vase la lista de capacidades de Martha Nussbaum en su Women and Human Development. The Capabilities Approach, Cambridge University Press, Cambridge, 2000.

    12 G. Pereira, Autonoma, preferencias adaptativas y polticas pblicas, pgs. 79 y ss.; tam-bin G. Pereira, Condenados a la desigualdad extrema?, pgs. 217-229.

    13 Cfr. Amartya Sen, Rational Fools: A Critique of the Behavioural Foundations of Economic Theory, en Amartya Sen, Nueva economa del bienestar. Escritos seleccionados, Universitat de Valncia, Valencia, 1995 (1 edicin inglesa 1977), pgs. 90 y ss.

    14 G. Pereira, Preferencias adaptativas: un desafo para el diseo de polticas sociales, pgs. 153-157; vase tambin G. Pereira y A. Vigorito et al., Preferencias adaptativas, pgs. 34-39.

    15 Gustavo Pereira y Helena Modzelewski, tica, literatura y educacin ciudadana para un mundo global, Isegora, n. 34, enero-junio 2006, pgs. 111-128; G. Pereira, Las Voces de la Igualdad, pgs. 200-207.

    16 Pereira recoge este trmino de Charles Taylor: G. Pereira, Condenados a la desigualdad ex-trema?, pgs. 188-194; G. Pereira, Preferencias adaptativas: un desafo para el diseo de polticas sociales, pgs. 157-159; G. Pereira y A. Vigorito et al., Preferencias adaptativas, pgs. 39-41.

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    la racionalidad, acompaado por un debilitamiento en la autocomprensin del individuo: La vergenza (dice Pereira) puede entenderse como el menoscabo del sentimiento del propio valor, ya que el sujeto, al vivir el rechazo de su accin, se experimenta como alguien de menor valor social de lo que previamente haba supuesto17. El filsofo uruguayo co-necta la disonancia cognitiva con un dficit en la autocomprensin del individuo, concep-tualizada por Axel Honneth como forma de menosprecio. Lo que Pereira sugiere es que las uvas amargas pueden ser entendidas como un mecanismo de eliminacin de la frustracin, experimentada en las diferentes formas de menosprecio descritas por Honneth. Ahora bien, para comprender con precisin los alcances y las limitaciones de esta tesis de Pereira, resulta imprescindible presentar los rasgos bsicos de la propuesta de Honneth.

    En La lucha por el reconocimiento, Axel Honneth reinterpreta los tempranos escri-tos de Hegel con el objetivo de actualizar la tesis de que la autorrealizacin humana se encuentra estrechamente ligada a una condicin necesaria pero no suficiente: la consti-tucin de la identidad en trminos de reconocimiento recproco. Tanto Honneth como Charles Taylor han avanzado en la actualizacin del reconocimiento recproco como clave explicativa de las sociedades modernas, lo cual ha significado una gran contribucin para la discusin filosfica, sociolgica y poltica. Sin embargo, en Honneth, el giro hacia el reconocimiento ha tenido como objetivo principal la renovacin de las bases de la Teora crtica de la sociedad, defendiendo durante ms de veinte aos la necesidad de atender las caractersticas de la constitucin de la personalidad y sus repercusiones en los niveles con-temporneos de autorrealizacin. En virtud de ello, Honneth ha destinado gran parte de sus investigaciones a la tarea de actualizar la tesis hegeliana sobre el reconocimiento mutuo mediante fuentes empricas, como las que ofrecen G. H. Mead y Donald Winnicott. Como resultado, Honneth ha logrado delimitar tres esferas de interaccin que toda identidad de la poca postradicional atraviesa en trminos de reconocimiento mutuo, a saber, la del cuidado o amor, la jurdica y la del xito o solidaridad18. En cada una de estas instancias los individuos despliegan una siempre arriesgada negociacin de su propia identidad con la al-teridad, no solo alcanzando diferentes representaciones de s mismo a travs de los dems como un complejo juego de espejos, sino logrando tambin cierto tipo de autoafirmacin emocional como los de la autoconfianza en la esfera del cuidado, el autorrespeto en la es-fera jurdica y la autoestima en la esfera de la solidaridad. Mientras la autoconfianza indica en el individuo el logro infantil de una autoafirmacin emocional, manifiesta en los niveles de seguridad que le permiten perseguir aquello que se considere valioso, el autorrespeto refiere a una autocomprensin kantiana que implica el apercibirse como sujeto moral por-tador de dignidad: igual portador de derechos y deberes que los dems compaeros de interaccin19. Finalmente, la autoestima imprime en el individuo una autocomprensin de aquello que lo hace diferente y especial, en tanto sus capacidades son reconocidas por los dems como relativamente valiosas para el logro del objetivo de la comunidad20.

    17 G. Pereira, Preferencias adaptativas: un desafo para el diseo de polticas sociales, pg. 163.18 Axel Honneth, La lucha por el reconocimiento: por una gramtica de los conflictos sociales,

    Crtica, Barcelona, 1997, cap. V.19 Actualmente Honneth trabaja en distinguir hacia el interior de esta esfera un tipo de recono-

    cimiento moral y otro legal: Gustavo Pereira, Reconocimiento y criterios normativos. Entrevista a Axel Honneth, Andamios, vol. 7, n 13, mayo-agosto, 2010, pgs. 327 y ss. Vase tambin Axel Honneth, Das Recht Der Freheit. Grudnrie einer demokratischen Sittlichkeit, Shurkamp, Verlag, Berln, 2011.

    20 A. Honneth, La lucha por el reconocimiento, pgs. 148-159.

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    El potencial explicativo de los estadios de reconocimiento recproco tambin le permi-te a Honneth conceptualizar las fuentes motivacionales de la lucha por el reconocimiento. Este aspecto que Hegel omite es explorado por Honneth a travs de su propuesta de ver en las experiencias de vergenza social o humillacin los cuales favorecen la parcializa-cin de la autoconfianza, la prdida de autorrespeto y el dficit de autoestima, formas de menosprecio que socavan aquellos rasgos asumidos por el individuo como constitutivos de su identidad21. Atribuir a las formas de menosprecio los reservorios motivacionales de la lucha por el reconocimiento constituye el corolario de la defensa de una nueva Teora crtica de la sociedad, cuyo foco de anlisis sean las condiciones mnimas para alcanzar una vida buena: el desarrollo de una autoconfianza manifiesta en cierto grado de seguridad en s mismo, el logro de un autorespeto expresado en la apercepcin de igual portador de derechos y obligaciones que los dems y, finalmente, la constitucin de un sentimiento de autoestima patente en la conciencia de la singularidad del propio valor.

    Tener presente los rasgos bsicos de la teora del reconocimiento de Honneth nos per-mite comprender con precisin la intencin con la que Pereira recoge lo atinente al papel que podran desempear las fuentes motivacionales en la superacin de uvas amargas. De acuerdo a su razonamiento, una vez que se introduzca nueva informacin en el contexto de interaccin del individuo sea a travs de narraciones o grupos sociales, la disonancia cognitiva previa a la preferencia adaptativa se reanimar en trminos de vergenza social, lo que movilizar en el individuo un esfuerzo por subsanarla mediante una lucha por el re-conocimiento22. En este punto, Pereira est convencido acerca de que sin fuentes motiva-cionales en el agente la disonancia cognitiva reanimada ser difcil de superar. No obstante, si bien la intuicin de Pereira conecta con relativo acierto el trasfondo de la racionalidad subvertida con las formas de menosprecio, yerra respecto de la naturaleza de la conexin, dado que las formas de menosprecio abrigan mayor alcance y prioridad que el atribuido por Pereira. Esta observacin crtica obligar a exponer otras caractersticas de la teora de Axel Honneth, con el objetivo de sealar las limitaciones de la expansin conceptual realizada por el filsofo uruguayo, as como tambin las bases para su reformulacin y superacin.

    III

    Honneth sostiene que las formas de menosprecio abrigan dos posibles reacciones del agente: por un lado, podra emprender una lucha por el reconocimiento, o por el contrario podra volverse aptico. En este segundo caso, Pereira nos llama la atencin sobre una pa-rlisis del afectado, que podra llevarlo a fosilizar una indiferencia frente a oportunidades ofrecidas por los servicios sociales. En consecuencia, el filsofo uruguayo entiende que si las uvas amargas constituyen un caso de inhibicin de las fuentes motivacionales del reco-nocimiento que eterniza la forma de menosprecio, tambin deben desencadenar lesiones en la autopercepcin del agente. En virtud de ello, Pereira finalmente sugiere que es preci-so intervenir la autopercepcin del agente a travs de narraciones o informacin disonante proveniente de un grupo referente, con el objetivo de modificar preferencias y reanimar en el afectado las fuentes motivacionales suficientes como para superar la patologa.

    Es en este punto que el anlisis de Pereira opta por mantener su nfasis en la fuerza ambiental que envuelve al sujeto sobre los factores biogrficos que eventualmente pudie-

    21 Ibd., cap. VI.22 G. Pereira, Preferencias adaptativas: un desafo para el diseo de polticas sociales, pg. 165.

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    sen estar coadyuvando. En otras palabras, la conexin entre preferencias adaptativas y formas de menosprecio mantiene, en el argumento de Pereira, su apuesta en la fuerza de las consecuencias que las primeras pueden desencadenar sobre las segundas y no, por el contrario, en la fuerza de las consecuencias que podran tener las formas de menosprecio sobre las uvas amargas. De este modo, el foco de anlisis para explicar al surgimiento de las preferencias adaptativas sigue situndose en los contextos materiales: ingresos y bienes.

    Sin embargo, las investigaciones sobre la resiliencia sugieren la existencia de factores emocionales capaces de influir diferencialmente en las aspiraciones de los individuos. Tan-to la existencia de un cuidado incondicional como la de un referente digno de ser emulado constituyen factores capaces de dar cuenta de por qu dos individuos insertos en un mis-mo contexto regresivo pueden reaccionar de forma distinta: uno conforme a uvas amargas y otro en trminos de planificacin del carcter23. Si las investigaciones sobre resiliencia mantienen asidero en este punto, la conexin trazada por Pereira entre uvas amargas y formas de menosprecio debe revisarse, puesto que podramos considerar la posibilidad de que el dao inherente a las formas de menosprecio ceda el paso a la conformacin de una predisposicin subjetiva a actuar conforme a uvas amargas, o por el contrario, que un agente cuya identidad haya sido lograda saludablemente presente menor vulnerabilidad a la patologa. A partir de estas intuiciones, en este trabajo se defender la tesis de que las preferencias adaptativas se encuentran precedidas por formas de menosprecio, especial-mente localizadas en la esfera del cuidado. Las formas de menosprecio no slo lesionan el desarrollo de una identidad saludable, sino tambin la conformacin de una autoridad sobre s mismo. En este contexto, la parcializacin de la autoridad sobre los propios de-seos, fines y preferencias se presentar como la antesala del surgimiento de uvas amargas, constituyendo lo que posteriormente el agente podra asumir como una predisposicin a actuar conforme a ellas. La argumentacin de esta tesis constar de dos momentos: en pri-mer lugar se delimitar la magnitud del dao inherente a las formas distorsionadas de re-conocimiento en la esfera del cuidado. Aqu el objetivo ser mostrar cmo el socavamiento de la autoconfianza inherente a las vivencias de maltrato fsico da lugar, en el agente, a la conformacin de cierta predisposicin aptica frente al mundo. En este punto tambin habr oportunidad de presentar hallazgos empricos que favorecen esta argumentacin(a). En segundo lugar, se avanzar en la conceptualizacin de esta predisposicin aptica in-troduciendo el concepto de autoridad sobre s mismo. En este momento argumental se mostrar que las formas de menosprecio, y en especial las del cuidado, lesionan la con-formacin de una autoridad sobre los propios contenidos internos, cediendo el paso al surgimiento de uvas amargas (b).

    a) Entendiendo mecanismo como una explicacin que, a diferencia de las leyes, no busca determinar causalmente un fenmeno a partir de un acontecimiento, sino ms bien

    23 Stefan Vanistendael, Resiliencia: capitalizar las fuerzas del individuo, Secretariado Nacional para la Familia, Oficina Internacional Catlica para la Infancia (BICE), Buenos Aires, 1996; A. Melilla, N. Elbio, D. Rodrguez, Resiliencia y Subjetividad. Los ciclos de la vida, Paids, Buenos Aires, 2004; S. Carro, Los aspectos psicolgicos de la resiliencia. El papel de la escuela, en VI Jornadas de Psicologa Universitaria La Psicologa en la realidad actual, Psicolibros, Montevideo, 2003, pgs. 45-48. Si bien Pereira menciona los casos de resiliencia no considera la posibilidad de que las formas de menosprecio precedan al surgimiento de preferencias adaptativas: G. Pereira, Autonoma, preferencias adaptativas y polticas pblicas, pg. 84.

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    mostrar cmo el acontecimiento favorece la emergencia del fenmeno estudiado24, se pre-tende defender aqu que las formas de menosprecio favorecen en los individuos la cons-titucin de una predisposicin a actuar conforme a uvas amargas. Esta conexin que se pretende defender mantiene su fuerza argumental en la delimitacin del dao inherente a las formas distorsionadas de reconocimiento, ubicadas en la esfera del cuidado, esto es, el dao en la autoconfianza.

    A partir de las investigaciones sobre psicologa infantil, podemos recoger la tesis de que tanto la ausencia de un cuidado incondicional como las experiencias humillantes de maltrato fsico producen en el individuo la sensacin de total vulnerabilidad, puesto que el cuerpo es vivenciado como expuesto y a completa disposicin del otro. Las investiga-ciones de Donald Winnicot y Erik Erikson llevan a Honneth a identificar estas experien-cias, especialmente emergentes en la esfera del cuidado, como formas distorsionadas de reconocimiento que desencadenan lesiones en la autoconfianza, capaces de parcializar la identidad del individuo25. La magnitud del dao inherente a las formas de menosprecio emergentes en la esfera del cuidado implica tener presente que el agente corre el peligro de perder aquella autoafirmacin bsica que le permite estar seguro de s mismo y lo motiva a perseguir aquello que considere valioso. Esto propende a suponer que el individuo po-dra ser llevado a reaccionar con cierta resignacin y apata a la vivencia de las vicisitudes del azar, que eventualmente conspiren contra su proyecto vital, puesto que la ausencia de una mnima seguridad en s mismo inhibira la posibilidad de emprender un intento de transformacin del transcurso de las circunstancias. De este modo, el socavamiento de la autoconfianza parece favorecer una vivencia reificada del propio cuerpo, del entorno y de la conducta de los compaeros de interaccin, que coadyuva a la conformacin de una representacin del mundo que realza su supuesta indelebilidad. Dentro de este contexto es razonable pensar que, en la medida en que un constante esfuerzo por mitigar la frustracin experimentada al desear objetos inaccesibles sustituya el intento de modificar el entorno, las experiencias de menosprecio en la esfera del cuidado pueden dar lugar a la constitucin de una predisposicin a actuar conforme a uvas amargas26.

    Si las consideraciones anteriores son adecuadas, es legtimo postular la posibilidad de que las formas de menosprecio a temprana y mediana edad desempeen un rol ms importante en el surgimiento de las preferencias adaptativas que el atribuido por Pereira.

    24 J. Elster, Uvas Amargas, pg. 167; Jon Elster, Tuercas y Tornillos, Gedisa, Barcelona, 2003, cap. 1.25 A. Honneth, La lucha por el reconocimiento, pgs. 117-132, y cap. VI. Vase tambin Donald

    Winnicott, Realidad y Juego, Gedisa, Barcelona, cap. 1, 3 y 9; Erik H. Erikson, Parte Tres: el desarrollo del yo, en su Infancia y Sociedad, Paids, Buenos Aires, 1983, pgs. 171-247.

    26 Estoy de acuerdo con la observacin crtica de Jean-Philippe Deranty acerca de que la pro-puesta del reconocimiento recproco de Honneth adolece de una consideracin adecuada del peso que las estructuras sociales pueden tener en la interaccin social. En virtud de ello pienso que en este punto de la argumentacin podramos recoger un concepto ms amplio y con mayores consecuencias como el de prdida de seguridad ontolgica de Anthony Giddens. Este concep-to no slo hace referencia a la prdida de confianza en s mismo, sino en especial a una prdida de seguridad sobre las regularidades del mundo, dentro de lo cual las instituciones y las rutinas adquieren mayor consideracin: Anthony Giddens, La constitucin de la sociedad. Bases para la teora de la estructuracin, Amorrortu, Buenos Aires, 2006, pgs. 86-94. La observacin crtica de Deranty puede encontrarse en Jean-Philippe Deranty, Repressed Materiality: Retrieving the Ma-terialism in Axel Honneths Theory of Recognition, en J-P. Deranty, D. Petherbridge, J. Rundell, R. Sinnerbrink (eds.), Recognition, Work, Politics. New directions in French Critical Theory, Brill, Boston-Leiden, 2007, pgs. 137-163.

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    La ausencia de un cuidado incondicional y el maltrato fsico favorecen la prdida de au-toconfianza suficiente como para obliterar en el agente la consciencia de su participacin en el mundo, lo que conducira a su psiquis a esforzarse por ajustar involuntariamente sus preferencias y voliciones de acuerdo a las opciones disponibles en el entorno. Sin embargo, esta argumentacin no slo cuenta con las investigaciones sobre psicologa infantil, sino que tambin abriga hallazgos propios, logrados a travs de relevamientos empricos que han tenido por objetivo robustecer la evidencia sobre esta conexin entre formas de me-nosprecio y uvas amargas27.

    El estudio de esta conexin entre las tempranas formas de menosprecio y las preferen-cias adaptativas ha exigido el diseo de metodologas an no utilizadas para el caso, puesto que las investigaciones del grupo Etica, justicia y economa que orientan Pereira y Vigo-rito han dejado de lado las metodologas cualitativas y con ellas la dimensin del desarrollo de la personalidad. El grupo ha realizado exhaustivas investigaciones desde el 2004 hasta la fecha, explicitando su inters por la observacin y anlisis de los entornos materiales de la poblacin. De este modo, sus investigaciones se focalizan en los ingresos con el objetivo de establecer comparaciones interpersonales y realizar un diagnstico, siempre provisorio, acerca de por qu algunos sectores menos favorecidos de la sociedad uruguaya no hacen uso de los servicios pblicos ofrecidos28.

    Concentrados en encontrar posibles causas de la ineficacia de las polticas sociales, el grupo ha realizado no slo un andamiaje terico en torno a las preferencias adaptativas, sino tambin dos amplios relevamientos empricos que intentan registrar cambios en la mismas unidades poblacionales. En base a la hiptesis de que las uvas amargas socavan las polticas sociales, los relevamientos tuvieron por objetivo la identificacin de casos suscep-tibles de ser clasificados como preferencias adaptativas. En virtud de ello, el relevamiento fue diseado en torno a dos variables: los niveles de ingresos del individuo y los niveles de conformidad que el individuo manifiesta con ellos. Como resultado se construyeron cua-tro perfiles: altos ingresos/alta conformidad, altos ingresos/baja conformidad, bajos ingresos/alta conformidad proclives a actuar conforme a las uvas amargas, y finalmente bajos ingresos/baja conformidad. Una vez que ambos relevamientos identificaron casos de bajos ingresos/alta conformidad, el grupo se ha concentrado en la elaboracin de criterios que pudiesen orientar el diseo de polticas sociales capaces de afrontar la pro-blemtica.

    En este contexto, la afirmacin de que las formas de menosprecio preceden al surgi-miento de uvas amargas exigi el diseo de metodologas cualitativas que pudiesen com-plementar el abordaje cuantitativo del grupo. A partir del universo de la poblacin encues-

    27 Este relevamiento cualitativo fue realizado durante el 2010 y el 2012, de forma simultnea al tercer relevamiento cuantitativo del grupo Etica, justicia y economa sobre la misma poblacin.

    28 Las publicaciones ms representativas que este grupo ha elaborado sobre las uvas amargas y su presencia en la sociedad uruguaya pueden encontrarse en Gustavo Pereira y Adela Cortina (eds.), Pobreza y Libertad. Erradicar la pobreza desde el enfoque de las capacidades de Amartya Sen, Madrid, Tecnos, 2009, y ms especialmente en G. Pereira y A. Vigorito et al., Preferencias adaptativas. Vase ms informacin de las investigaciones del grupo en: . En este punto Pereira insina que las preferencias adaptativas deberan ser abordadas desde una doble perspectiva de la autonoma que no solo se concentrara en los ingresos o medios para llevar adelante un plan de vida, sino tambin en las capacidades y contex-tos de reconocimiento que favorecen y hacen posible la adecuada utilizacin de los medios. Sin embargo, hasta el momento los relevamientos del grupo slo se han focalizado en los ingresos: G. Pereira, Preferencias adaptativas: un desafo para el diseo de polticas sociales, pg. 164.

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    tada por el grupo, la poblacin de este relevamiento cualitativo se conform a travs de la seleccin azarosa de cinco casos pertenecientes a cada perfil, obteniendo como resultado una poblacin de veinte individuos. Las metodologas diseadas para llevar adelante el relevamiento fueron dos: entrevistas abiertas y cuestionarios annimos. Mientras las entre-vistas abiertas buscaban delinear la concepcin del bien y el plan vital del individuo, los cuestionarios annimos tuvieron como objetivo relevar informacin personal, ya ntima, de difcil y delicado acceso. Los cuestionarios tuvieron por objetivo el relevamiento de recuerdos de violencia familiar, discriminacin, experiencias de vergenza social y humi-llacin, en suma, evidencia de experiencias de menosprecio a temprana y mediana edad. El anonimato de los cuestionarios constituy la clave del xito de la informacin recogida: se pudo constatar recuerdos de experiencias de menosprecio en los cinco casos de la po-blacin bajos ingresos/alta conformidad, un caso en el perfil altos ingresos/alta con-formidad, dos casos en el perfil altos ingresos/baja conformidad y un caso en el perfil bajo ingresos/baja conformidad. Un anlisis ms detallado de las entrevistas realizadas a la poblacin proclive a actuar conforme a uvas amargas, iluminadas todas ellas por una previa revisin de los cuestionarios, revela la presencia de discursos justificativos de la si-tuacin vital vigente que generalmente introducen algn aspecto religioso, indicando una elevada conformidad y apata respecto de las fortuitas circunstancias biogrficas vividas.

    Por otro lado, el relevamiento revela mayores niveles de ejercicio de la autonoma en el resto de la poblacin entrevistada. A diferencia de la poblacin bajos ingresos/alta conformidad, el resto de los entrevistados muestra un nivel variable de consciencia de sus deseos y proyectos de vida, incluyendo aquellos deseos que no son plausibles de ser satisfechos.

    De esta forma, el relevamiento cualitativo que pretende ser representativo de la pobla-cin encuestada por el grupo arroja resultados dignos de ser tenidos en consideracin. En la totalidad de la poblacin proclive a actuar conforme a uvas amargas se encuentran indivi-duos que recuerdan con relativa claridad experiencias infantiles de maltrato fsico, humilla-cin o discriminacin. Por su lado, en el resto de los perfiles slo se constataron cuatro casos en los que se recogen recuerdos de experiencias del mismo tipo, realzando la afirmacin complementaria de nuestra tesis, esto es, la de concebir a aquel individuo cuya identidad no presente mayores lesiones como menos vulnerable a las uvas amargas. En virtud de ello, se puede afirmar que la conexin entre formas de menosprecio y uvas amargas es ms que ra-zonable29. Sin embargo, hemos de avanzar en la conceptualizacin de esta conexin, puesto que an debemos determinar con precisin qu es aquel elemento de la personalidad que se debilita durante la formas de menosprecio, facilitando el surgimiento de las uvas amargas.

    b) Continuando con el hilado argumental, hemos ahora de abocarnos a la tarea de cristalizar la conexin entre las formas de menosprecio y las uvas amargas a travs de la identificacin de aquello que cede el paso a estas ltimas. Se ha argumentado que la pr-dida de autoconfianza parece favorecer en el agente una predisposicin a actuar conforme a uvas amargas. Sin embargo, esta argumentacin no precisa por qu se da esta conexin entre prdida de autoconfianza y predisposicin a actuar conforme a uvas amargas. Hasta

    29 Para una presentacin ms completa de los resultados del relevamiento cualitativo vase Martn Fleitas, Personalidad daada y preferencias adaptativas. Una expansin de la raciona-lidad desde el enfoque del reconocimiento de Axel Honneth, en A. Bavaresco, G. Pereira, M. Gross Villanova, Justiia, Democracia e Poltica, EdiPUCRS-Giona-Tendenz, Porto Alegre, 2012, pgs. 221-233.

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    el momento, nada se ha dicho acerca de cmo es posible que una parcializacin emocional devenga en una parcializacin cognitiva.

    De acuerdo con las investigaciones de Pereira, las preferencias adaptativas constituyen un dficit de la autonoma del sujeto, manifiesto en la parcializacin del ejercicio de la racionalidad prctica. En virtud de que las uvas amargas debilitan la faceta de agencia del individuo, Pereira sugiere que las polticas sociales deberan tener como prioridad asegurar un igual desarrollo de capacidades para el ejercicio pleno de la autonoma. Las capacidades requeridas para el ejercicio de la planificacin del carcter se identifican con el logro de los diferentes usos de la racionalidad prctica, los cuales posibilitan la realizacin de reflexiones profundas. En palabras de Pereira:

    () el telos de la autonoma deber incluir no solamente medios que permitan llevar adelante una amplia gama de planes, sino tambin un de-sarrollo de capacidades () el desarrollo de capacidades debera asegurar la posibilidad de reflexin profunda por parte de los afectados, ya que so-lamente esta autocomprensin hermenutica de la vida de los sujetos es la que permite una evaluacin crtica de los proyectos vitales30.

    En base a las contribuciones realizadas por Frankfurt, Taylor y Korsgaard en torno a la conceptualizacin de la autonoma, Pereira sostiene que lo distintivo de un agente autnomo consiste en la posibilidad de realizar evaluaciones profundas en contextos prc-ticos de vida buena, morales, jurdicos y polticos. La reflexin y autorreflexin profundas le permiten al agente formar metapreferencias, o deseos de segundo orden, capaces de modificar deseos de primer orden, como lo ilustra el caso de aquel individuo que desea no desear fumar. En este contexto, Pereira muestra que las preferencias adaptativas constitu-yen modificaciones inconscientes de creencias de primer orden que coadyuvan a la atrofia de las capacidades reflexivas necesarias para la formacin de metapreferencias, lo cual condiciona seriamente el plan de vida buena del agente.

    Sin embargo, existen posturas disonantes sobre este punto. Homologar el dficit cog-nitivo inherente a las preferencias adaptativas con la hipoteca de las capacidades reflexi-vas que constituyen la autonoma de un agente responde a la continuacin de un largo debate acerca del origen de la autoridad normativa que un agente mantiene frente a sus decisiones. Las diferentes posiciones dentro de esta discusin, mantenida entre otros por Frankfurt y Taylor, comparten el supuesto de que la reflexin profunda, o fuerte, pare-ce dotar al agente de un mayor nivel de autoridad tica sobre sus emociones, decisiones y fines31. Sin embargo, Benson y Mackenzie sostienen que las capacidades reflexivas no

    30 G. Pereira, Condenados a la desigualdad extrema?, pgs. 230-231. Posteriormente, Pereira ha expandido esta tesis al sostener que las patologas sociales en general parcializan la autonoma a travs de la debilitacin de las capacidades reflexivas: G. Pereira, Las Voces de la Igualdad, pgs. 113 y ss. G. Pereira, Elements of a Critical Theory of Justice, apartado II.2.1; Gustavo Pereira, Au-tonoma, intersubjetividad y consumo, Sistema, n. 210, 2009, pgs. 53-70. Esta tesis converge con la que presenta Christopher F. Zurn en Social pathologies as second-order disorders, en Danielle Petherbridge (ed.), Axel Honneth: Critical Essays, Brill, Leiden-Boston, 2011, pgs. 345-370.

    31 Harry Frankfurt, La importancia de lo que nos preocupa, Katz, Buenos Aires, 2006, pgs. 26-27; Charles Taylor, What is human agency, en Michel Theodore, The Self. Psychological and Philosophical Issues, Basil Blackwell, Oxford, 1977, pgs. 103-135, pgs. 104-105. Vase tambin Gerald Dworkin, The nature of autonomy, en su The Theory and Practice of Autonomy, Cam-bridge, Cambridge University Press, 1988.

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    constituyen un indicador adecuado para atribuir autonoma a un agente, puesto que stas pueden manifestarse sin mayores dificultades en contextos de opresin social. Desde su perspectiva, el problema no radica en la reflexin, sino en la formacin de preferencias de primer y segundo orden, las cuales podran distorsionarse a todo nivel en la medida en que mantengan como horizonte semntico irrenunciable el de la opresin vivenciada32. Segn Mackenzie, en estos casos la autonoma del agente no es parcializada a travs de la atrofia de capacidades cognitivas y reflexivas, sino ms bien a travs de la prdida de autoridad sobre los propios contenidos internos.

    La autoridad sobre los contenidos internos puede entenderse como una implicacin del agente con sus emociones, impulsos internos, decisiones y disposiciones, vivenciada en forma de identificacin y preocupacin. De esta manera, el agente adquiere una responsabilidad relativa frente a s mismo, que le permite dar cuenta de aquellos conte-nidos internos e incluso distanciarse de ellos para incluirlos como razones para decidir y actuar33. A la luz de lo anterior, es razonable compartir aquella postura de Pereira que atribuye restricciones reflexivas inherentes al concepto de preferencia adaptativa, en la medida en que se introduzca como su precondicin, la parcializacin de la autoridad del agente sobre sus contenidos internos. En consecuencia, el socavamiento de la autoridad sobre s mismo podra encarnar aquella predisposicin a actuar conforme a uvas amargas que se ha intentado conceptualizar.

    Sugerir la idea de que las preferencias adaptativas requieren de una previa hipoteca de la autoridad del agente sobre s mismo obliga a detener nuestra atencin en la pregunta acerca del origen de tal autoridad. En este punto, es muy provechoso recoger los aportes realizados en torno a la autonoma relacional. Segn Mackenzie, podemos identificar el proceso de formacin de la autoridad sobre s mismo con el paulatino logro de las auto-rrelaciones prcticas del yo descritas por Honneth: la autoconfianza, el autorrespeto y la autoestima34. Con acierto, Mackenzie se detiene en la autoconfianza y autoestima para re-conocer dos tipos de autocomprensiones del sujeto que le permiten evaluar y comprender sus cambios internos. La posibilidad de comprender los potenciales orgenes y sentidos de los contenidos internos favorece en el agente una vivencia consciente y relativamente responsable de s, dando como resultado la conformacin de una autoridad moral que finalmente da lugar al sentimiento de autorrespeto.

    La tesis de Mackenzie nos obliga a tener presente que, para Honneth, el individuo tiene, en toda interaccin, la oportunidad de elaborar representaciones de s mismo en base a las ofrecidas por sus compaeros. Esta dinmica cognitiva del reconocimiento in-dica que el individuo slo podr desarrollar algn tipo de autoafirmacin emocional si y

    32 Paul Benson, Autonomy and oppressive socialization, Social Theory and Practice, vol. 17, n. 3, 1991, pgs. 385-408; Catriona Mackenzie, Relational autonomy, normative authority and perfectionism, Journal of Social Philosophy, vol. 39, n. 4, 2008, pgs. 512-533.

    33 Vanse conceptualizaciones semejantes en Harry Frankfurt, La libertad de voluntad y el concepto de persona e Identificacin e incondicionalidad, en su La importancia de lo que nos preocupa; John Christman, Relational Autonomy, Liberal Individualism, and the Social Consti-tution of Selves, Philosophical Studies: An International Journal for Philosophy in the Analytic-Tradition, vol. 117, n. 1-2, Selected Papers from the American Philosophical Association, Pacific Division, 2003 Meeting, 2004, pgs. 143-164; Axel Honneth, Reification: A New Look at an Old Idea (The Berkeley Tanner Lectures), Martin Jay (ed.),with commentaries by Judith Butler, Ray-mond Geuss and Jonathan Lear, Oxford University Press, Oxford, 2008, cap. II y III, pgs. 28-40, pgs. 40-52.

    34 C. Mackenzie, Relational autonomy, normative authority and perfectionism, pgs. 525 y ss.

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    slo si logra elaborar una representacin positiva de s. De este modo, Honneth propone entender cada interaccin de una persona con sus compaeros como una negociacin conflictiva acerca de las caractersticas personales que luego sern asumidas como propias por el agente.

    Sin embargo, la elaboracin definitiva de las representaciones de s mismo se gesta en el corazn de un dilogo interno del agente. La interiorizacin que realiza el agente de estas interacciones conflictivas conforman un dilogo interior, que Honneth inicial-mente reconstruye a travs de las investigaciones de Winnicott y las nociones de I y me elaboradas por G. H. Mead35. Posteriormente, Honneth, al considerar que Mead entiende el reconocimiento como una toma de perspectiva mutua que nada dice acerca de cules son las formas adecuadas de relacionamiento para que un individuo alcance una autocomprensin saludable, ha revisado sus supuestos de teora del sujeto36. Poco ms de diez aos despus de La lucha por el reconocimiento, Honneth profundiz y explor las investigaciones de Winnicott y Hans Leowald con el objetivo de dar cuenta de un apetito pulsional originario, que empuja al individuo hacia el reconocimiento, esto es, hacia la progresiva delimitacin y diferenciacin del entorno37. Segn este ampliado marco psico-lgico, el desarrollo de la personalidad y el encuentro consigo mismo en cada uno de los estadios de reconocimiento se encuentran movilizados por un apetito pulsional empeado en trascender cada nivel de socializacin alcanzado38. En virtud de que el dilogo interno slo es concebible a travs de instancias psquicas (ello-yo-supery o I-me) surgidas de coagulaciones organizacionales de las pulsiones que buscan adaptarse al entorno, la apro-piacin e identificacin del individuo con sus propios estados internos deben entenderse como procesos reflexivos de encuentros comunicativos consigo mismo, que mantiene el individuo en su interioridad.

    La tesis de Mackenzie, que conecta la conformacin de la autoridad sobre los propios deseos, preferencias y fines con el logro de las autorrelaciones prcticas del yo, encuentra su corolario en la dinmica interna del sujeto. Slo es posible concebir el logro de una autoridad sobre los contenidos internos una vez que el conflictivo equilibrio del dilogo interno se mantiene en estrecha relacin con los saludables niveles de reconocimiento obtenidos por el agente. Por su lado, las formas de menosprecio parcializan el dilogo in-terno, deviniendo en dificultades para el logro de las autorrelaciones prcticas saludables, las cuales, en consecuencia, socavan la conformacin de la autoridad sobre s mismo. Des-de este punto de vista, las formas de menosprecio que lesionan en el agente su autoridad sobre s mismo lo vuelven vulnerable a las uvas amargas en la medida en que se dificulta su posibilidad de dar cuenta de sus orgenes y condicionamientos durante la elaboracin del plan de vida buena.

    35 George Herbert Mead, Mind, Self and Society, The University Chicago Press, Chicago, 1972, pgs. 170 y ss.; A. Honneth, La lucha por el reconocimiento, pgs. 90-113, y pgs. 128-132; Axel Hon-neth, Decentered Autonomy: the subject after de fall, en su The fragmented world of the social. Essay in social and political philosophy, State University of New York, Nueva York, 1995, pgs. 261-271.

    36 Axel Honneth, Grounding recognition: a rejoinder to critical questions, Inquiry, vol. 45, n. 4, 2002, pgs. 503-504.

    37 Cfr. Axel Honneth, La teora de la relacin de objeto y la identidad posmoderna. Sobre el presunto envejecimiento del psicoanlisis, en su Crtica del agravio moral, FCEA, Buenos Aires, 2009, pgs. 333-361; Axel Honneth, The Work of Negativity. A Psychoanalytical Revision of the Theory of Recognition, en J-P Deranty, D. Petherbridge, J. Rundell, R. Sinnerbrink (eds.), Recognition, Work, Politics. New directions in French Critical Theory, pgs. 127-136.

    38 A. Honneth, La teora de la relacin de objeto y la identidad posmoderna, pgs. 345-346.

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    IV

    La tesis que se ha defendido en el presente trabajo tiene por objetivo mostrar que las preferencias adaptativas constituyen un problema social y tico de gran alcance. Se ha in-tentado explorar la posibilidad de que las formas de menosprecio precedan al surgimiento de las uvas amargas a travs del menoscabo de aquella autoridad que un sujeto autnomo mantiene sobre sus contenidos internos. Una vez delimitada conceptualmente la hipoteca de la autoridad sobre s que generan las formas de menosprecio, la defensa de la existen-cia de predisposiciones subjetivas a actuar conforme a uvas amargas mantiene algo ms que su razonabilidad. En este contexto, las evidencias del relevamiento confluyen con nuestra tesis en la medida en que revelan la presencia de experiencias de menosprecio en la totalidad de la poblacin proclive a actuar conforme a uvas amargas, al mismo tiempo que muestran su leve presencia en el resto de la poblacin. De esta manera, tambin se mantiene la solvencia de aquella afirmacin que atribuye menor vulnerabilidad a las uvas amargas a aquel agente autnomo portador de autoridad sobre s, en oposicin a aquel que no ha alcanzado tal autoridad.

    Ciertamente, la conexin que aqu se defiende entre formas de menosprecio y prefe-rencias adaptativas tiene consecuencias importantes que repercuten en lo que debemos entender por justicia. Al tiempo que las uvas amargas amenazan con desacreditar las in-tuiciones que orientaron la discusin sobre la eleccin racional, ofrecen grandes desafos para la reflexin filosfica y sociolgica en el mbito de la justicia, y particularmente en el de la delimitacin de los criterios adecuados para el diseo de polticas sociales. En contraposicin con este protagonismo que las uvas amargas han adquirido en los debates sobre la justicia, se debe explicitar que una de las consecuencias de la argumentacin aqu presentada recae en concebir las uvas amargas como un problema social que, en primer lu-gar, constituye un duro escollo para la autorrealizacin, deviniendo luego en un problema para el diseo de polticas sociales. Sin embargo, esta observacin no tiene por objetivo trascender el mbito de la justicia sino ms bien precisarlo.

    Tradicionalmente, la justicia se ha entendido como una virtud especial de las institu-ciones, algo a lo cual Honneth no se adhiere completamente. La matriz hegeliana de sus reflexiones lo muestra convencido acerca de que no puede hablarse de justicia si, luego de una reforma de la estructura bsica de la sociedad, persisten distorsiones o limitaciones para la autorrealizacin humana39. A pesar de que estas crticas de Honneth evidencian una importante omisin de dcadas de debate sobre la base informacional40, su propuesta de comprender la justicia como una sub-esfera de lo saludable es digna de ser atendida con mayor detenimiento. Las consecuencias del trabajo aqu realizado nos sugieren explorar con mayor atencin este punto.

    39 Cfr. Joel Anderson y Axel Honneth, Autonomy, vulnerability, recognition and justice, en John Christman Joel Anderson (Eds.), Autonomy and the challenges to liberalism, CUP, Cambrid-ge, 2005, pgs. 127-149. Sobre la concepcin de justicia de Honneth vase tambin su debate con Nancy Fraser: Axel Honneth y Nancy Fraser, Redistribucin o reconocimiento? Un debate poltico-filosfico, Morata, Madrid, 2006. Sobre la inspiracin hegeliana que orient la concepcin de justicia de Honneth, vase Axel Honneth, Suffering from indeterminacy. An attempt at a reac-tualization of Hegels Philosophy of Right. Spinoza Lectures, Assen, Van Gorcum, 2000.

    40 Los debates mantenidos entre Rawls y Sen estn principalmente orientados por la delimita-cin de un espacio adecuado que permita realizar la comparacin interpersonal entre los mejor y peor situados en la sociedad: Ana Fascioli, Justicia social en clave de justicia y reconocimiento, Aret, Revista de Filosofa, vol. 13, n. 1, 2011, pgs. 59-60.

  • martin fleitas

    232/2013

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    La misma inquietud es compartida por las recientes exploraciones de Pereira. Con el objetivo de transcender los lmites institucionales y explorar la posibilidad de garantizar la igualdad de oportunidades de alcanzar una vida buena, Pereira ha emprendido la tarea de formular los rasgos bsicos de una teora crtica de la justicia. Este desafo responde a la conviccin de que una sociedad justa slo podr cimentarse sobre una base social consti-tuida por relaciones de reconocimiento recproco, tanto libres de distorsiones comunicati-vas como de obstaculizaciones, para el logro de una identidad saludable. En consecuencia, la idea de que las preferencias adaptativas, al igual que la reificacin, la alienacin y el consumismo, configuran un arco de patologas sociales que lesionan las oportunidades de alcanzar una vida buena convierte estas preferencias adaptativas en actuales desafos para la reflexin filosfica y social, tanto en el mbito de las teoras de justicia como en el del diseo de polticas sociales.

  • MARTIN FLEITAS

    Experiencias amargas. Sobre las preferencias adaptativas y la subversin de la personalidad

    Separata de la revista SISTEMA - Nmero 232 - Octubre 2013(Pginas 75-92)

    Depsito legal: M. 37.032 - 1972 (Sep.)Fuencarral, 127, 1. - 28010 Madrid - Telfono 91 448 73 19

    OCTUBRE 2013