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16 UNIVERSIDAD DE MEXICO
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Pero 10 mús valioso es ella misma, sujuvenil espontaneidad, su autenticidad absoluta, su lejanía ele toda afectación.
1 n día escribid el libro que puede,merece y debe consumar. Una obra enque ella y sus mejores cualidades esténpresentes y sean advertidas en su plenavalía. Muchas son las sorpresas que nosreserva, sin duda, este duendecillo rubio,de nariz respingada, perpetua sonrisa yoído abierto al múltiple rumor de la vida.
pequeña. El cabello rubio. Laazul, clara y viva. Su voz juegapalabras, las anima, las trenza endiáfano, casi infantil.
Pero es una muchacha formal -en elmejor de los sentidos- y d.esempeña sulabor como un verdadero oficio .que requiere constancia y devoción, Todo eldía se la oye recorrer sin ~esar las teClas de su máquina de escribir; únicamente la abandona para salí'r ;i la calle,a ver gente, a estudiarla, a buscar material para su trabajo.
En el periodismo mexicano, brilla sugracia y se destaca su gran talento. En Elena Poniatowska nació en París. Secada una de sus entrevistas se transparen- educó en Estados Unidos ... y es máste esa, tan personal, agilidad suya; esa meXlcana que nuestros más intensossensibilidad fresca y ese fácil, registro Ilativos.del lenguaje coloquial. A veces sus in- ':t' (. -¿ Te casarás con un mexicano, EJequisisiones son francas diabluras. ¡~ .en na? Ella adopta una expresión enigmática,buena hora que lo sean! Nada sacnÍlca y me habla del frío que ha hecho durantedespués de todo, sin la eventual vanidad las últimas semanas.) Habita en una casadel entrevistado. Si el resultado de la in.mensa, repleta de muebles antiguos,charla es una cari,catura, la culpa será p~rros, X retratos de familia, y a la quesiempre del otro .interlocutor, que tal fruto siempre parece haber entrado volandopropicia coleidacles o pretensiones poi' la ventana, como la Tinker-bell delinoportunas." *' ce'" Peter Pan. Frente a la reja de entrada,
A fines de 1'954 publicó un libro: Lillls un diminuto coche colorado aguarda a suKiklls. Un volumen delgadoe indefinible, dueña.que ya: denunciaba gentilmente su voca- Elenita me guía al cuarto en dondeción literaria. Después, se na asomado al redacta sus cuartilla's. Una selva de volúteatro. al cuento, al poema; actualmente menes empastados y sin empastar, recorprepara una novela. (."no sé si la tenni- tes de periódicos, cuadernos; con unanaré", me dice). mesa en un rincón, una lámpara y un par
SILENCIOS DEPONIATOWSKA
LOSELENA
Por Martín PALMA
dista de pacotilla y es difícil ser periodista a secas.
-¿ Qué cambios operaría usted en laactual situación mexicana, si se le dieracarta blanca?
-Un cambio radical en la política económica para hacer más justo y más útilal pueblo y a la nación el reparto del ingreso nacional. Es el único camino haciauna prosperidad verdadera y el único medio para hacer de México una nación verdaderamente moderna. con un nivel devida también moderno para la mayoríade los mexicanos.
-¿ Cuáles son a juicio de usted. la principal virtud y el principal defecto del periodismo mexicano?
-El principal defecto ya está señaladoen la ¡'espuesta a la tercera pregunta: losfalsos periodistas metidos a directores oempresarios de periódicos. La principalvirtud es la presencia en el periodismo dereporteros j{¡venes, inteligentes y honrados.
Pepe toma un pequeñísimo trago de su"chaparrita". Como escritor, José Alva·'rada es de primera. j Cuántos libros hubiera podido realizar! Pero él prefiereentregar sus energías al periodismo. Esuu periodista nato, y no se concibe fuera de una redacción. Allí se instala díatras día, se pone sus anteojos, toma notasde muchos papeles rarísimos. ya escribir.Eso sí. cuando estil escribiendo, pocascosas logran distraerlo.
Hugo Laton'e Cabal, su compañero deperiódico. se dedica a tomarle el pelo:"Ya ves. Pepe. el incomprensivo de JoséLuis Martínez no te quiso incluir en suAntologia del ensayo. Esto 110 se puedequedar así: tienes que retarlo a duelo".José AJ.va rada nomás menea la cabeza yresponde con su vozarrón de cantante deópera retirado: "¡ Este colombiano!"
Abel Quezada lo pinta a cada rato ensus "monos". - "l\ilira nomás, a ese Abe!-protesta Pepe- ya me volvió a sacaren' sus cartones como ingeniero agrónomo". Y al día siguiente, Abel lo pinta denuevo en otro cartón, diciendo algunabarbaridad o haciendo las veces de manifestante iracundo. "Quién te manda sertan fotogénico", comenta Rugo Latorrecon su elegante acento sudamericano, impulsando hacia adelante uno de sus cincuenta y seis finísimos bastones (los bastones, los paraguas y las maracas bientempladas son las grandes pasiones deRugo).
Race poco Pepe estuvo enfermo. Losamigos no cabían en su casa: porque)~
tienen mucho afecto ... y porque allí preparan una espléndida carne machacada(Pepe es de Monterrey), servida con auténtico mezcal del N arte, que no se puededesprecia r.
PARECE salida de alguna mitología.Acaso de la mitología irlandesa.pródiga en duendes, hadas, sirenas,
espíritus del agua y de los bosques, yotras delicadas, traviesas apariciones. Es
UNIVERSIDAD :bE MEXico
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Dibujo de Elena r:oniat?wsk~. Este dibujo representa seguramente el cielo que se refLejaen el agna; en medIO esta la tverra. Hay un signo similar en el Iking. Es un dibujo éósmico
(interpretación de Juan Soriano)
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FRANCESfrancés únicamente la obra dc los artistasnacidos en Francia (aunque ésta bastaríapara justificar nuestro propósito), sinola de todos aquellos que hayan dado aluz su producción aproximadamente desde1860, cualquiera que sea su nacionalidad,ya que es París quien tiene la gloria, como en otras épocas Atenas, Roma o Bizancio, de haber sabido atraer a numerosos genios o talentos artísticos extranjeros y de esa manera haber visto naceren su suelo la mayoría de las obras maestras contemporáneas.
¿Derrota? Eso nunca. Después de mucho cavilar, me v:ene una idea salvadora.Violando su afanosa concentración en la·máquina, tomo una hoja en blanco, garatea allí: Si no te parezco indiscreto, Elenita, confíame tu Principal ambición. y lapongo encima de la Olivetti. j Eureka, hetriunfado! La señorita Poniatowska condesciende a leer mi mens:. je. Inclusivealarga un brazo, y con un lapicero doradoempieza a hacer dibujitos abstractos en lahoja. i Cuánto quisiera sér psicólogo paradescifrarlos! Son unos puntitos sobre unaraya, otros puntitos abajo ele la raya, y unrectángulo caprichoso que encierra todolo anterior. Por fin, murmurando: "¡ quéchispas !", escribe con una letra esbelta.firme y legible: "Hacer lo que me guste,con la conciencia tranquila y sin perjudicar a los demás."
Me despido de Elena. Tiene demasiadotrabajo, cierto aire de fatiga, y quiereacostarse temprano. Al salir, me obsequiauna nueva sonrisa, ahora ya de frente, )'que llena todo su rostro: "Te dije que nipor nada del mundo iba va a contestartus preguntas tan horrihlc~. Ya no vayasa insistir, por favor." Una criada le gritadesde adentro: "Señorita Elena, ya estásu sopa en la mesa". Alrededor de diezperros, de diferentes tamaños, colores ymaneras de ladrar, me acompañan a través del jardín, hasta la puerta.-
Gauguin. Autorretrato
hO:11brc y una mujer, para que cada unoteng-a su virtud Glfacterística? A mí mcgusta que la gcnte, sin distinción, se intereSe en todo y en todos. Y ya te conozco,luevo querrás saber cuál es el m:. yor defccto posible en los seres humanos, yquién sabe qué; pues me adelanto y tecontesto que eso ... que eso sí no sé.",Respuesta digna de Sócrates que me haceperder el empuje v me impone el si1cnciode la derrota. Tal', tac, taco ..
EN LAS
COLECCIONESNORTEA~lERICAN.AS
EL
Por Cuy HABASQUE
L A PRIMERA impresión que tiene unextranjero cuando visita coleccionesy museos norteamericanos, sobre
todo si 10 hace de ·manera un tanto sistemática, es la de una increíble, una prodigiosa riqueza. No existe época, civilización, escuela o artista que no esté representado, y la verdadera fiebre que sesiente al catalogar todos estos tesoros, sólotiene comparación con la de un aficionadoculto, .pero que no hubiera salido nuncade su provil}cia, y descubriera de prontoen los museos, gracias a un viaje imprevisto, las obras maestras que no conocíahasta entonces más que por reproducciones. Desde este punto de vista, un viajea los Estados Unidos es para un hombredel siglo xx un poco lo que debía ser elhacerlo a Italia en el XVIII. Sobre todosi se trata de un francés. Porque, enefecto, el arte francés, desde el Impresionismo a nuestros días, es uno de losperíodos más completa y perfectamenterepresentados en los museos norteamericanos. No sólo hay un acertado panorama de todas las escuelas, tendencias ypersonalidades más relevantes de estosúltimos cien años, sino además, muchasde las más importantes y significativasrepresentaciones de cada una de ellas.Por supuesto no entendemos por arte
de sillas. Pronto nos encontramos en medio de un agradable y bilateral parloteo.Y ...
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* *Es una tentación normal la de impro
\ 1sar con la entrevistadora una entrevista. Alguna se le ha hecho; y a ella nole gustó. En esta ocasión, se niega conenergía: "Yo no he escrito libros ni nada.j No, qué barbaridad! La gente dirá queno tengo por qué andar haciéndolas devedetfe". No valen súplicas, ni :ugumcntos. Elenita repite su rotunda negativa,ahuyenta mi terquedad con un "espérate,L;pérate", y sc pone a pasar cn limpiotlnos apuntes sobre José Ah/arado, a quicnacaba de some~er a cierto complicado interrogatorio. Tal', tac, tac, tal', tic, tac,tac, tic, tic... Durante larguísimos momentos, éste es todo el ruido que Se oycen su cuarto de trabajo.
Levanta sus ojos de la Olivetti portátil,1.. ~ mira, y luego vuelve a ocuparse de sutarea. Frunciendo la pequeña nariz, murlllura entre dos párrafos: "A ver, ¿ quépodría yo decir?" Le respondo que la marde cosas; que en realidad, sus comentarios suelen ser más interesantes que lasdeclaraciones obtenidas por ella; que susnumerosos lectores desearían saber lasideas privadas y profesionales de tan célebre fig-ura del periodismo. "Pero si déjame que te platique; yo entré al periodismo de chiripa, de puritita casualidad",replica ella. "Iba yo a irme a Francia, yno quise emprenderla así como así. Discurrí aprender antes un oficio, cualquier.tontería qúe me hiciera sentirme alguien;entonces me dijeron que hiciera cosaspara un periódico; luego, un señor muyimportante y muy amable se dejó entrevistar por mí; y ya ves, me quedé." Elenita sonrié, de perfil, casi dirigiendo susonrisa a la ventana. Y reanuda el tac, tac,tac, tac, tac, taco La interrumpo para preguntarle qué opina de sí misma. Se alarma. Esconde su cara entre unos papeles,v exclama: "¡ Ay, pero qué horror de pre<Tunta!" Bien, cambiaremos de conversa~ión. Para trallquilizarla, le propongo,como quien noouiere la cosa, en plan deadivinanza, que me diga cual es la, mayorvirtud posibl.e en el hombre,. y cual en lamujer. Me parec~ (IU~ una cuest,ión así dcobjetiva. de rutl11ana, calmara sus escrúpulo~. ¡ Oh I~mentable eq~ivocacióntCot'nienza a regéJ.narme como SI fuera una<Tatita experimentada il1struyendo a ungato recién nacido: "¿ Qué diferencia tantremenda te figuras que haya entre Ull