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Factores psicosociales y procesos resilientes de personas víctimas de desastres
naturales o antrópicos, aproximaciones a un estudio de caso.1
Lina Marcela Calvo Ocampo2
Mg. Juan Sebastián Sánchez Vásquez3
Resumen: El presente artículo investigativo tiene como objetivo principal describir los factores
psicosociales relacionados con los procesos resilientes en personas adultas que han sido
víctimas de algún desastre. Para lo anterior se llevó a cabo un estudio de caso con dos
madres jefes de hogar y sus respectivas familias. El instrumento de recolección de datos fue
la entrevista semiestructurada y se analizaron las mismas por medio de una matriz de
análisis la cual incluía los factores psicosociales de interés (género, variables familiares,
laborales y escolares, redes de apoyo, rol, habilidades sociales, habitabilidad, apertura hacia
el otro y religión) y las visiones de procesos resilientes. Se encontró que los factores
psicosociales que más se reconocen como influyentes fueron los familiares, redes de apoyo
y la religión. Del mismo modo se ratifica la visión de resiliencia vista como un proceso
dinámico que varía según una combinación de factores personales y psicosociales.
Palabras Clave: Afrontamiento resiliente, factores psicosociales, desastres naturales y
antrópicos, intervención psicosocial en la emergencia y el desastre.
Abstrac:
The main objective of this research article is to describe the psychosocial factors related to
resilient processes in adults who have been victims of a disaster. For the above, a case study
was carried out with two heads of households and their respective families. The data
collection instrument was the semi-structured interview and they were analyzed through a
matrix of analysis which included the psychosocial factors of interest (gender, family, work
and school variables, support networks, role, social skills, habitability). , openness towards
the other and religion) and the visions of resilient processes. It was found that the
psychosocial factors that are most recognized as influential were family members, support
networks and religion. In the same way, the vision of resilience seen as a dynamic process
that varies according to a combination of personal and psychosocial factors is ratified.
Keywords: Resilient Coping, psychosocial factors, natural and anthropic disasters,
psychosocial intervention in the emergency and disaster.
1 Trabajo de Grado para optar al título de Psicóloga, este artículo es producto del trabajo investigativo denominado “Práctica Investigativa
III”. Los derechos patrimoniales de este producto corresponden al programa de Psicología de la UCP, los derechos morales a sus autores.
2 Estudiante de noveno semestre del Programa de Psicología, Facultad de Ciencias Humanas, Sociales y de la Educación de la Universidad Católica de Pereira, la correspondencia asociada al presente artículo será recibido a través del correo electrónico:
3 Psicólogo Universidad Católica de Pereira, y Magíster en Estética y Creación Universidad Tecnológica de Pereira, docente Universidad Católica de Pereira y de la Universidad Tecnológica de Pereira, la correspondencia asociada al presente artículo será recibida a través del
correo electrónico: [email protected]
2
En los últimos años el concepto de resiliencia ha sido fundamental para ahondar en
el proceso vivenciado por las personas que han sido afectadas por algún desastre natural o
socio natural; de este modo se ha convertido en uno de los conceptos más frecuentes para la
gestión del riesgo de desastres, debido a que centra su interés en la necesidad de promover
acciones para fortalecer los procesos de resiliencia comunitaria, como una forma de mitigar
y reducir los impactos de los desastres a nivel psicológico y comunitario (Kafle, 2012;
Murphy, Anderson, Bowles y Cox, 2014 y Ostadtaghizadeh, Ardalan, Paton, Jabbari y
Khankeh, 2015).
Si bien el concepto de resiliencia es utilizado popularmente, en la actualidad se
considera que este sigue siendo un constructo ambigüo debido a que el término se utiliza
para enunciar cierta capacidad actualizante por medio de la cual los sujetos, grupos y
comunidades hacen frente a situaciones adversas. No obstante, en la mayoría de los casos
es poco común observar de manera clara en la literatura científica elementos que ayuden a
operacionalizar conductas asociadas a niveles significativos de resiliencia. (Pinto, 2014;
Ostadtaghizadeh et al, 2015 y García del Castillo, García del Castillo-López, López-
Sánchez y Dias, 2016).
Una de las principales discusiones para abordar el estudio de la resiliencia, es la
clasificación que se le puede dar a la misma en relación con su origen. Varios de los
estudios revisados plantean la discusión de si la resiliencia es una característica innata a
cada persona o si por el contrario, es una capacidad que se puede desarrollar, (Bonanno,
2004; Vera Poseck, Carbelo Baquero y Vecina Jiménez, 2006; Salamanca, 2009; Bonanno
et al., 2010; Naranjo Álvarez, 2010; Uriarte Arciniega, 2010; Uriarte Arciniega, 2013;
García, Mateu, Flores y Gil, 2013; González-Muzzio, 2013; Amar, Utria, Abello, Martínez
y Crespo, 2014 y Lapuente, 2016). De este modo, los autores exponen diversas definiciones
3
de la resiliencia que se pueden agrupar por lo menos en tres categorías: resiliencia como
estabilidad, como recuperación y como transformación.
Definición Concepto Resiliencia Autores
Estabilidad Una resistencia, o capacidad de permanecer íntegro
frente al golpe o de soportar una situación difícil,
de ser capaz de vivir y desarrollarse con
normalidad en un entorno de riesgo que impone
cierta capacidad de daños materiales y se considera
fuente de estrés constante. (Arciniegas, 2013, p.9)
Bonanno, 2004
Vera Poseck, Carbelo
Baquero y Vecina Jiménez,
2006
Bonanno, Brewin, Kaniasty y
Greca, 2010
Uriarte Arciniega, 2010
Recuperación Capacidad de las personas de volver al estado
original de funcionabilidad una vez experimentada
una situación adversa, que genere una alteración
notable o daño, además de recuperar su vida
productiva.
Salamanca, 2009
Naranjo Álvarez, 2010
González-Muzzio, 2013
Uriarte Arciniega, 2013
Transformación Capacidad de resistir, proteger su integridad y salir
fortalecidas, siendo transformadas de manera
positiva por la experiencia.
Uriarte Arciniega, 2013
García y Domínguez, 2013
Fuente: Elaboración propia, 2019.
En este sentido, para la presente investigación la resiliencia es entendida como: La
capacidad que tienen los seres humanos para hacer frente a situaciones traumáticas
devenidas por vivencia de desastres naturales y antrópicos, superarlas o incluso ser
transformados por éstas. Es la convergencia de factores personales y psicosociales que
permiten al ser humano desarrollar procesos adaptativos de sus funciones físicas y
psicológicas en situaciones críticas. No es una característica absoluta, es la resultante de un
proceso dinámico que varía según las circunstancias, la naturaleza del trauma, el contexto y
la etapa de la vida. (Valero, Renedo y Beltrán, 2007; García y Domínguez, 2013; Barrios-
Buitrago y Gutiérrez-Campos, 2017.)
Las diferentes emergencias y desastres ocurridos en el contexto universal han
generado altas pérdidas tanto de bienes materiales como de vidas humanas.4 De esta
manera se ha evidenciado que además de una recuperación estructural, existen necesidades
4 Sea por causas naturales o producidos por el hombre de manera no intencional (antrópicas).
4
relacionadas directamente con las personas, familias y comunidades afectadas que no se
logran subsanar a partir de apoyos monetarios y asistencias humanitarias; dado que estas
calamidades pueden traer consigo secuelas, traumas, pérdidas simbólicas e incluso
discapacidad psicosocial que limitan un normal desempeño dentro de su contexto social.
Por lo tanto, se hace imperante considerar elementos biológicos, psicológicos y sociales
que contribuyan a que las personas, familias y comunidades lleven un proceso basado en la
resiliencia. (UNGRD 2016)
Colombia es un territorio que presenta unas condiciones geográficas variadas a lo
largo de su territorio, evidenciándose una alta posibilidad de eventos naturales y antrópicos.
Esto se puede apreciar tomando en cuenta algunas de las principales características
naturales que posee; las costas de los océanos Pacífico y Atlántico, las tres cordilleras que
se desprenden de los Ándes, las zonas desérticas y xerofíticas del norte del país, y las
llanuras del occidente colombiano. En estas diversas zonas naturales es posible encontrar
eventos asociados a tsunamis, vendavales, sequías, avenidas torrenciales, inundaciones,
tempestades y terremotos, entre otros.
Eventos Afectados Participación
Inundación 7,325,931 71.65%
Tempestad (lluvias, vendaval, tormenta)
1,305,956 12.77%
Sequias 601,721 5.89%
Deslizamiento 593,845 5.81%
Avenida torrencial (alud, aluvión)
216,816 2.12%
Sismo 85,656 0.84%
Incendio 46,594 0.46%
Colapso estructural 27,159 0.27%
Incendio forestal 15,121 0.15%
Actividad volcánica 5,309 0.05%
Total 10,224,108 100.00%
Fuente: Elaboración propia (2019)
Fuente: Basada en Sistema de Inventario de Desastres. DesInventar
(2019)
72%
13%
6%6%2%1%
Inundación
Tempestad
(lluvias, vendaval,
tormenta) Sequias
Deslizamiento
Avenida torrencial
(alud, aluvión)
Sismo
Incendio
5
En la tabla y el gráfico anteriores se pueden observar los principales eventos
identificados por la base de datos del inventario de desastres para LatinoAmérica
(DesInventar) en un espectro temporal de 10 años (2008-2018), en donde a partir de las
inundaciones se identificaron un total aproximado de 7.325.931 afectados, seguido por las
tempestades con un total de 1.305.956 afectados, sequías, deslizamientos, avenidas
torrenciales, sismos e incendios con 601.721, 593.845, 216.816, 85.656, 46.594 afectados;
respectivamente.
En suma, Colombia ha tenido aproximadamente 10.224.108 afectados en los
últimos 10 años por eventos naturales o antrópicos, siendo las inundaciones y las
tempestades los factores que más han provocado víctimas, con participaciones del 71.6% y
12.7% del total de afectados; por su parte los incendios forestales y las actividades
volcánicas son los incidentes menos frecuentes, con porcentajes del 0.15% y 0.05%,
respectivamente.
Cabe anotar que algunos eventos no han sido considerados, debido a que sus
afectaciones han sido mínimas. Adicionalmente, existe un margen de error en los datos
debido a que algunos eventos presentaban afectaciones que no habían podido ser
contabilizadas, por lo cual no pudieron sumarse al total de afectados.
Complementariamente Pereira, capital del departamento de Risaralda ubicada entre
el Valle del río Cauca y la vertiente occidental de la cordillera central de los Ándes
colombianos, presenta una geografía montañosa, factor que sumado a su clima y a sus
precipitaciones promedio (2.300 mm) favorece la posibilidad de ocurrencia de eventos
asociados a deslizamientos, tempestades, inundaciones y sismos.
6
Eventos Afectados Participación
Tempestad (lluvias,
vendaval, tormenta) 17.371 57%
Inundación 6.891 22%
Deslizamiento 2.716 9%
Incendio 2.513 8%
Colapso estructural 1.137 4%
Total 30.628 100%
Fuente: Dirección de Gestión del riesgo DIGER Pereira
(2019).
Fuente: Elaboración propia (2019)
En la tabla y gráfica anterior se muestran los principales eventos para la ciudad de
Pereira en un espectro temporal de 10 años (2008-2018), obtenidos de la base de datos de la
Dirección de Gestión del Riesgo de Pereira (antes Dirección Operativa de Prevención y
Atención de Desastres – Dopad). Se encuentra que las tempestades tienen un total
aproximado de 17.371 afectados, siendo el factor más importante con una participación del
57% del total de afectados, seguido por las inundaciones con 6.891 afectados, los
deslizamientos con 2.716 afectados, los incendios con 2.513 afectados y finalmente los
colapsos estructurales con 1.137 afectados. Por lo tanto, se deduce que Pereira ha tenido
aproximadamente 30.628 afectados en los últimos años por eventos naturales o antrópicos,
siendo las tempestades y la inundación las que mayor cantidad de afectados han dejado a la
ciudad (con casi el 80 por ciento del total de afectados). Los incendios y colapso estructural
son los eventos menos frecuentes.
Cabe resaltar que para dar coherencia a los datos suministrados tanto en
DesInventar, como los datos de Diger, se agruparon eventos similares o relacionados, en
categorías que los integraran y ayudaran a su correlación.
5…2…
9…
8… 4… Tempestad (lluvias,
vendaval, tormenta)
Inundación
Deslizamiento
Incendio
Colapso estructural
7
Continuando con el concepto de resiliencia se pudo evidenciar, a partir de los
diferentes enfoques teóricos estudiados, una tendencia a comprender la resiliencia desde la
vulnerabilidad y los problemas que enfrenta diferentes poblaciones, dejando así en un
segundo plano el hecho de descubrir capacidades y factores psicosociales que logren
desarrollar y potenciar la resiliencia.
En este sentido, se encontró una divergencia entre dos nociones del concepto en
donde la primera expone a la resiliencia como la capacidad intrínseca de algunas personas
de permanecer estables y competentes ante una situación nociva, ligándose de cierto modo
a un componente genético e individualidad. Por el contrario, la segunda establece la
existencia de un conjunto de diferentes factores psicosociales que permiten desarrollar la
capacidad de sobreponerse y recuperarse después de una situación de emergencia.
Por lo anterior se plantea, la importancia de reconocer la necesidad de que los
profesionales de entidades que se encargan de atender la emergencia, así como de las
comunidades expuestas y afectadas puedan promover y desarrollar una posición resiliente
ante la emergencia sucedida. Para esto es necesario conocer mediante qué estrategias se
podría potenciar la capacidad de resiliencia en los afectados. En razón de lo expuesto, se
consideró que la pregunta más pertinente para orientar esta investigación y lograr dar
respuesta a los interrogantes planteados es: ¿Qué factores psicosociales están relacionados
con los procesos resilientes de personas adultas víctimas de desastres naturales o
antrópicos en la ciudad de Pereira?
Para la construcción de la definición de resiliencia, y la formulación del problema
de investigación, se desarrolló una revisión de antecedentes investigativos por medio de la
técnica de revisión y análisis documental, a partir de la cual se realizó la lectura y
clasificación de los antecedentes, además de la recolección de información pertinente para
8
definir las categorías de análisis de la investigación por medio de la utilización de la ficha
de revisión documental.
La selección de los antecedentes investigativos se realizó por medio de la
identificación de una o más categorías relacionadas con el proyecto de investigación,
definidas de la siguiente manera: concepciones de la resiliencia, factores psicosociales,
además de personas víctimas de emergencias y desastres. Lo anterior se llevó a cabo
durante los cuatro primeros meses de desarrollo del proyecto y se revisaron un total de 35
artículos de investigación, de los cuales 23 fueron internacionales, 11 nacionales y 1 local.
En su totalidad todos los artículos investigativos fueron publicados en revistas y bases de
datos indexadas consultadas mediante acceso virtual.
En relación con los antecedentes investigativos estudiados para la construcción de la
metodología, se encontró que los métodos utilizados para la recolección y el análisis de la
información en su mayoría pertenecen a una concepción mixta de la metodología de
investigación, en donde predominaron el uso de técnicas e instrumentos de origen
cualitativo (Amar Amar, Kotliarenko y Abello Llanos, 2003; Castañeda Cuellar & Guevara
Benjumea, 2005; Salamanca, 2009; González-Muzzio, 2013; Romero, 2014; Barrios
Buitrago y Gutiérrez Campos, 2017); mientras que en una cantidad menor se pudieron
apreciar investigaciones basadas fundamentalmente en métodos de origen cualitativo
(Londoño et al. 2010; Palomar Lever y Gómez Valdez, 2010; Ramos Valle, 2017 y Amar et
al. 2014).
En relación con las tendencias investigativas relacionadas con el estudio y análisis
de la resiliencia, se encontraron en las investigaciones diferentes categorías de análisis que
se repetían en los artículos, estas fueron: ámbito salugénico, el medio ambiente construido,
el desarrollo local visto desde las dimensiones social, político, ambiental, económico,
9
cultural y espiritual, también la importancia de las relaciones sociales y grupos
comunitarios, y finalmente el grado de vulnerabilidad a la que puedan estar expuestas las
personas. (Amar Amar, Kotliarenko y Abello Llanos, 2003; Castañeda Cuellar y Guevara
Benjumea, 2005; Salamanca, 2009; Londoño et al. 2010; Uriarte Arciniega, 2010;
Bonanno, Brewin, Kaniasty y Greca, 2010; González-Muzzio, 2013; Uriarte Arciniega,
2013; Razeto Pavez, 2013; García-Vesga y Domínguez-de la Ossa, 2013; Amar et al.
2014; Murphy, Anderson, Bowles y Cox, 2014; Ostadtaghizadeh et al, 2015; García del
Castillo, García del Castillo-López, López-Sánchez y Dias, 2016; Barrios Buitrago y
Gutiérrez Campos, 2017; Ramos Valle, 2017; De la Ossa, Perez y Prado, 2018 y De la
Ossa, 2018.)
Por medio de la revisión de antecedentes se identificaron ocho investigaciones que
recurrieron al uso de pruebas psicométricas para evaluar el constructo (Londoño et al.
2010; Palomar Lever y Gómez Valdez, 2010; Murphy, Anderson, Bowles y Cox, 2014;
Ramos Valle, 2017; Barrios Buitrago y Gutiérrez Campos, 2017; De la Ossa, Perez y
Prado, 2018 y De la Ossa, 2018). En ese sentido, y teniendo en cuenta que la medición del
constructo en términos metodológicos es una alternativa válida, se pudieron rastrear la
existencia de las siguientes pruebas psicométricas, sin que fueran utilizadas en el proceso
de recolección de información:
Instrumento Características
Escala de resiliencia de Wagnild y Young
(ER) – 1993
Escala de origen estadounidense, tipo Likert (25 ítems, puntuación 1 a 7), su aplicación se puede
desarrollar de manera individual y colectiva, en una duración promedio de 25-30 min y es válida
en aplicaciones tanto para adultos como para jóvenes.
Cuenta con versiones adaptadas al contexto Latinoaméricano en Perú, Novella (2002) y
Argentina, Rodríguez, Pereyra Gil, Jofré, De Bortoli & Labiano (2009).
Factores evaluados: ecuanimidad, sentirse bien solo, confianza en sí mismo y perseverancia.
10
Inventario de estrategias de afrontamiento
Coping modificada (EEC-M) de
Londoño, N. H., Henao López, G. C., Puerta, I. C., Posada, S. A., & Aguirre-
Acevedo, D. C. - 2006
La adaptación Colombiana fue construida con 98 ítems, con opciones de respuesta tipo Likert,
en un rango de frecuencia de 1 a 6 desde Nunca hasta Siempre. Se construyeron 14 escalas, cada
una evaluada a partir de siete enunciados.
Factores evaluados: A través del análisis factorial, la Escala de Estrategias de Coping
Modificada, EEC-M, fue reagrupada en 12 factores: solución de problemas, apoyo social, espera, religión, evitación emocional, búsqueda de apoyo profesional, reacción agresiva, evitación
cognitiva, expresión de la dificultad de afrontamiento, reevaluación positiva, negación y
autonomía. Las estrategias que desaparecieron en su estructura fueron: conformismo, control emocional, evitación comportamental, expresión emocional abierta y refrenar afrontamiento.
De acuerdo con la reagrupación de los ítems, aparecieron estrategias que originalmente no
contaban con la misma denominación: solución de problemas, expresión de la dificultad de afrontamiento, negación, autonomía.
Escala sobre competencia parental
percibida (ECPP-P) de Vera Vásquez, C. et al – 2014
En su versión validada en Perú el instrumento es una escala tipo Likert compuesta por 22 ítems,
y cada una con 4 opciones de respuesta. Las competencias parentales se definen como un conjunto de capacidades prácticas que tienen los padres para cuidar, proteger y educar a sus hijos,
asegurándoles un desarrollo suficientemente sano y bajo patrones aprobados por la sociedad; esto
permite a los padres afrontar su rol de modo flexible y adaptativo.
Factores evaluados: implicación escolar, dedicación personal, ocio compartido, orientación y
asunción del rol de ser padre o madre
Inventario sobre factores personales de resiliencia de Salgado - 2005
Es una escala tipo Likert construida con muestra peruana, está compuesta por 48 ítems de respuestas cerrada.
Factores evaluados: autoestima, empatía, autonomía, humor, creatividad.
Escala de Factores Personales de Resiliencia (FPR-1) en mujeres víctimas
del desplazamiento forzado en Colombia
de Amar, J. J., Utria, L. M., Abello, R., Martínez, M. B. & Crespo, F. A. - 2014
La escala FPR-1 evalúa la resiliencia en mujeres desplazadas por la violencia en Colombia. La línea teórica de partida fue el modelo analítico comprensivo de la resiliencia, planteado por
Amar, Kotliarenco y Abello, (2004). Está compuesta por una escala tipo Likert, con tres
opciones de respuesta: desacuerdo (1), ni de acuerdo ni en desacuerdo (2) y de acuerdo (3).
Factores evaluados: los factores de la resiliencia se definieron operacionalmente a partir de las siguientes categorías:
- Autovaloración: percepción positiva o negativa que se tiene de sí mismo.
- Autorregulación: manera como se aceptan las responsabilidades y las normas. - Competencias: estimación de las capacidades para interactuar con los demás y con el mundo.
- Habilidades sociales: actitudes en el plano interpersonal.
Cuestionario de evaluación del eje IV del DSM-IV-TR
Factores evaluados: Problemas grupo primario de apoyo, Problemas del ambiente social, Problemas de enseñanza, Problemas laborales, Problemas de vivienda, Problemas económicos,
Problemas de acceso a los servicios de asistencia sanitaria, Problemas con interacción con el
sistema legal o con el crimen, Otros problemas psicosociales y ambientales (desastres y no servicios sociales).
Índice de resiliencia rural (RRI) Escala tipo Likert (51 dimensiones). Dimensiones evaluadas: tejido social, recursos comunitarios y gestión de desastres.
The Connor-Davidson Resilience Scale (CD-RISC)
Escala tipo Likert (25 ítems, 5 opciones de respuesta). Dimensiones evaluadas: competencia personal, confianza en sí mismo, relaciones seguras y
aceptación del cambio, control e influencia espiritual.
The Resilience Scale for Adults (RSA) Escala tipo Likert (43 ítems, 5 opciones de respuesta). Dimensiones evaluadas: Competencia personal, competencia social, coherencia familiar, apoyo
social y estructura personal.
Test de Grotberg Cuestionario de evaluación de factores de adversidad.
Evalúa la capacidad resiliente intrapsiquica (yo soy, yo tengo, yo puedo, yo estoy).
Fuente: Elaboración propia (2019).
Con relación al diseño metodológico de orientación cualitativa, las técnicas e
instrumentos de recolección y análisis de información más utilizados, fueron: entrevistas
guiadas, entrevista semiestructurada, revisión exhaustiva de prensa y literatura, historias de
vida, observación participante y trabajo de grupos a través de análisis interpretativo crítico.
11
(Amar, Kotliarenko y Abello Llanos, 2003; Bonanno, 2004; Castañeda Cuellar y Guevara
Benjumea, 2005; Salamanca, 2009; Bonanno, Brewin, Kaniasty y Greca, 2010; Kafle,
2012; Uriarte Arciniega, 2013; García, Mateu, Flores y Gil, 2013; García-Vesga y
Domínguez-de la Ossa, 2013; Pinto-Cortez, 2014; Romero, 2014; Zhong et al. 2014;
Macías, 2015; García del Castillo, García del Castillo-López, López-Sánchez y Dias, 2016
y Lapuente, 2016.)
Finalmente, se hallaron cinco investigaciones que realizan estudios de caso con
diferentes poblaciones, que tenían como objetivo corroborar la existencia de factores
políticos asociados a la resiliencia y encontrar relaciones con otros conceptos. (Castañeda
Cuellar y Guevara Benjumea, 2005; Kafle, S. K. (2012). González-Muzzio, 2013;
Salamanca, 2009 y Murphy et al. 201 4.)
A partir de la revisión conceptual e investigativa, se definió el horizonte del
proyecto fijándose como objetivo el estudio de algunos factores psicosociales relacionados
con los procesos resilientes en personas adultas que han sido víctimas de algún desastre
natural o antrópico en la ciudad de Pereira.
Hasta el momento no se hallaron investigaciones en Colombia que aporten
conocimiento específico acerca de los factores psicosociales que se relacionen con la
resiliencia en contextos de riesgo, algunos manuales dirigidos a la atención de desastres
establecen que la capacidad de resiliencia debe ser el eje principal de toda intervención, sin
embargo, distan de identificar los factores que contribuyen a una mayor resiliencia. Cabe
aclarar que los manuales mencionados se basan en investigaciones de otros países, en su
mayoría desarrollados; cuyas características geográficas, sociales y demográficas difieren al
contexto local.
12
Colombia se ha enfrentado no solo a desastres naturales, sino que ha enfrentado
situaciones que han llevado a las personas a perderlo todo, como por ejemplo los afectados
y víctimas por el conflicto armado, pero también las afectaciones de personas con bajos
recursos que por cuestiones antrópicas enfrentan desastres que implican pérdida total y
producen cantidad de dificultades a las personas perjudicadas.
Como se definió anteriormente, en los últimos diez años Colombia presentó un total
de 10.224.108 afectados por diversos desastres, de cuales 30.628 pertenecen a la ciudad de
Pereira. Si bien, se cuenta con medidas preventivas y de mitigación, en algunos casos, es
imposible preparase totalmente para ellos y mucho menos lograr predecirlos. Con este
panorama es necesario abordar y desarrollar la perspectiva de resiliencia desde un ámbito
psicosocial para que después de sucesos como estos, las personas y su contexto puedan
sobreponerse y potenciar factores beneficiosos antes de los mismos.
Uriarte Arciniega (2013), afirma que una vida difícil, precaria y conflictiva, no
necesariamente tiene que conducir hacia la desadaptación y los trastornos psicológicos,
pero para esto es necesario desarrollar la capacidad de resiliencia de las personas. Para
poder desarrollar esta capacidad, primero hay que saber qué factores ayudan, para luego
desde diferentes ámbitos potenciar estos factores y producir así cambios.
El presente proyecto es novedoso debido a que como se constata, gran parte de las
investigaciones redundan en la definición y se orientan al ámbito político. Por lo que se
pretendió realizar un trabajo investigativo que brinde conocimiento alrededor de factores
que ayuden en diferentes ámbitos profesionales utilizando el estudio de caso como un
método que permite apreciar la subjetividad, pero también ahondar en factores enlazados
entre otros casos.
13
Tradicionalmente la resiliencia ha sido abordada en la psicología desde un enfoque
clínico, en donde su presencia o ausencia depende de la capacidad psicológica de las
personas y de múltiples procesos mentales que se presentan en situaciones nocivas y de
riesgo. Si bien en la revisión documental se encontraron investigaciones que relacionan la
resiliencia con un ámbito psicosocial, no se encontró mayor relación con la temática de
desastres. Con el presente trabajo se aspira contribuir desde un campo disciplinar diferente
al clínico, retomando un enfoque psicosocial en donde la resiliencia se muestre como un
fenómeno multifactorial y exponga nuevos horizontes para la construcción de la teoría.
Las diferentes investigaciones destacaban la resiliencia como fundamental dado su
gran visión de futuro, además de ayudar a explorar cómo los seres humanos pueden hacerle
frente a la incertidumbre y los cambios por venir. Si desde una psicología comunitaria se
pretende empoderar a las comunidades para que todas las personas asuman sus propios
procesos de una manera responsable y propositiva, el que se desarrollen características
resilientes les darán puntos extra para enfrentarse a las situaciones que se les presente.
En ese sentido, el objetivo general de la investigación fue: Describir los factores
psicosociales relacionados con los procesos resilientes en personas adultas que han sido
víctimas de algún desastre natural o antrópico en la ciudad de Pereira. Simultáneamente, el
objetivo general se estructuró a partir de los siguientes objetivos específicos: I. Identificar la
relación entre los factores psicosociales y las personas adultas víctimas de desastres naturales
o antrópicos, II. Describir en términos de factores protectores y de riesgo, la relación entre
los factores psicosociales con los procesos resilientes de personas adultas víctimas de
desastres naturales o antrópicos, y III. Contrastar los factores psicosociales hallados en la
teoría y los factores psicosociales relevantes para las personas adultas víctimas de desastres
naturales o antrópicos.
14
Referente Conceptual
Se define como desastre al evento súbito, desbordante, inducido por la acción humana
o por la naturaleza propiamente; en la que su ocurrencia perturba la unidad biopsicosocial,
cultural y espiritual que son las personas. (Naranjo Alvares, 2010, p. 273) La Gestión del
Riesgo de Desastres en Colombia se encuentra regida por la Ley 1523 de 2012 mediante la
cual se adopta la Política Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres y se establece el
Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, las cuales son las encargadas de
actuar en los diferentes niveles territoriales y velar por el adecuado desarrollo de los
procesos de gestión del riesgo que permitan contribuir a la seguridad de los habitantes ante
posibles desastres.
Sainz, 2017, afirma que en situaciones de emergencia no basta con abordar aspectos
de salud física y de pérdidas materiales sino que es imperante atender la aflicción y
consecuencias psicosociales del evento en cuestión. Así pues la intervención inmediata
debe centrarse igualmente en dificultades de orden social que nacen en el momento de la
emergencia, todo esto con la intención de romper con el modelo medicalizado y
psicologizado individualmente en problemáticas de alto contenido social. Se habla entonces
de integrar el componente psicosocial a la gestión del riesgo.
Intervención psicosocial en contextos de emergencia y desastres.
El término psicosocial en contextos de riesgo, “es usado para significar la dinámica y
la gama de problemas y manifestaciones psicológicas y sociales que aparecen en
situaciones de desastres y referido básicamente a lo no patológico”. (Sainz, 2017, p. 19).
Por su parte Santini 2017 plantea diferentes tareas para promover desde una intervención
psicosocial; a grandes rasgos estas son algunas de ellas: identificación de vulnerabilidad
psicosocial (determinantes, debilidades y fortalezas de la comunidad), conformación de
15
redes intersectoriales e interinstitucionales, capacidad de significación a partir de
participación socio-comunitaria, formación sectorial y comunitaria respecto al riesgo al que
están expuestos y construcción local y regional de mapas de riesgo.
Todas estas tareas hacen parte de la prevención psicosocial en emergencias y
desastres, la cual logra contribuir con estrategias que aporten a la preparación,
fortalecimiento y disposición de recursos, y de esta forma, las personas y comunidades
hagan frente a las problemáticas previamente identificada por ellos mismos y las redes
interinstitucionales encargadas de la gestión del riesgo. Debido a los grandes contrastes
entre los procesos de las personas sin preparación previa y con preparación previa, la
prevención brinda la información requerida que les permita cuidarse y actuar
organizadamente.
Si bien estas medidas preventivas logran aportar herramientas a la hora de una
emergencia, se debe proveer de igual forma el impacto al que las personas se enfrentan en
situaciones de esta índole, por esto los conocimientos alrededor de intervención en crisis se
hacen necesarios puesto que tienen en cuenta los aspectos sociales, familiares y
comunitarios que van ligados a cada proceso. (Rossi, 2017)
Slaikeu, 1999, citado en, Rossi, 2017, define la intervención como el “proceso de
ayuda dirigido a auxiliar a una persona o familia a sobrevivir un suceso traumático, de
modo que la probabilidad de efectos debilitantes (estigmas emocionales, daño físico) se
minimiza y la probabilidad de crecimiento (nuevas habilidades, perspectivas y opciones en
la vida) se maximiza.” Del mismo modo propone una serie de pasos que facilitan los
Primeros Auxilios Psicológicos: realización del contacto psicológico, examen de las
dimensiones del problema, análisis de las posibles soluciones, ejecución de la acción
concreta y seguimiento.
16
La noción de resiliencia desde las Ciencias Sociales
En la actualidad, el concepto de resiliencia ha llamado la atención de todos los
campos profesionales. Tanto las ciencias naturales como las ciencias sociales consideran la
resiliencia como una noción importante en sus áreas de estudio, lo que ha hecho que buscar
información de ésta en un área específica sea complejo. La resiliencia empezó a ser
utilizada desde los años 80 en el campo de las ciencias sociales, siendo concebida de
diferentes maneras; como habilidad, adaptabilidad, capacidad, competencia, resistencia,
recuperación, entre otros. (García & Domínguez, 2013).
La resiliencia ha sido entendida en general como “la capacidad psicológica de las
personas, para sobreponerse a episodios de dolor emocional o grandes contratiempos”,
(Naranjo Álvarez, 2010, p.3) y, desde un ámbito académico, ha sido entendida como “el
resultado de múltiples procesos mentales que contrarrestan las situaciones nocivas."
(Naranjo Álvarez, 2010, p.3).
A pesar de la popularidad que ha adquirido el concepto y el gran interés que ha
recibido por todo un campo interdisciplinar, no ha surgido una definición unificada para
este término. Se sugirió que la mejor definición era la que utilizaba en el 2009 La
Estrategia Internacional de las Naciones Unidas para la Reducción de los Desastres
(UNISDR) la cual afirma que la resiliencia es “la capacidad de un sistema, comunidad o
sociedad expuesta a peligros para resistir, absorber, adaptarse y recuperarse de los
efectos de un peligro de manera oportuna y eficiente” (Ostadtaghizadeh, Ardalan, Paton,
Jabbari & Khankeh, 2015).
La dicotomía en la apreciación de la resiliencia
La primera discusión que se plantea en diversas investigaciones es si la resiliencia
es una característica innata de algunas personas o por el contrario se puede desarrollar.
17
Bonanno, 2004, Vera Poseck, Carbelo Baquero, & Vecina Jiménez, 2006 y Bonanno,
Brewin, Kaniasty & Greca, 2010, describen a una persona resiliente como la que logra
mantener un equilibrio y una estabilidad ante un suceso traumático sin que este afecte en
ningún periodo sus niveles de funcionalidad y la contrastan con la persona que se recupera
de forma natural tras un periodo de no funcionalidad.
Defienden así que la perspectiva de que solo ciertas personas excepcionales son
individuos realmente resilientes ya que no necesitan un tiempo para la recuperación, sino
que conservan sus niveles de funcionalidad en todo momento, no concuerda con numerosos
datos que demuestran que la resiliencia es un fenómeno común entre personas y
comunidades que se enfrentan a experiencias adversas y que surge de funciones y procesos
adaptativos normales del ser humano, lo que implica que las personas que no han sido
resilientes pueden adquirir la capacidad para serlo. (Vera Poseck, Carbelo Baquero, &
Vecina Jiménez, 2006 y Naranjo Álvares, 2010).
En consecuencia se puede discutir sobre cómo una persona puede posicionarse de
manera diferente según su contexto inmediato y el rol que ésta cumpla en el medio social
en el cual se desarrolla la afectación, bien sea familia, escuela, barrio, iglesia, etc. Se
muestra probable entonces que ciertas personas desarrollen procesos resilientes en medios
donde su rol cuenta con un papel protagónico e importante en su proyecto de vida, de esta
forma reponerse al desastre y actuar para sopesar sus daños se convertiría en la única
manera de continuar adelante y tratar de proteger su contexto.
Otro autor que está en contra de la idea de que la capacidad de resiliencia sólo se da
en algunas personas es Arciniega (2013), pues afirma que la resiliencia no está solo en un
grupo de personas excepcionales, sino que por el contrario se encuentra en las personas
normales y en las variables naturales del entorno inmediato. Es decir, este autor cree que es
18
una cualidad humana universal que se puede encontrar en todo tipo de situaciones difíciles
y contextos desfavorecidos, como lo son guerras, desastres, explotaciones, abusos, etc… y
que sirve para hacerles frente y salir fortalecido e incluso transformado de la experiencia.
Las visiones de resiliencia
Arciniegas, 2013, expone diversas definiciones de la resiliencia que se pueden
agrupar en tres categoría, Resiliencia como estabilidad, como recuperación y como
transformación.
La primera entiende la resiliencia como:
[…], capacidad de permanecer íntegro frente al golpe o de soportar una situación difícil, de
ser capaz de vivir y desarrollarse con normalidad en un entorno de riesgo que genera daños
materiales y estrés. También se entiende como resiliencia la capacidad de asimilar /absorber
daños de cierta magnitud y a pesar de ello permanecer competente. (Arciniegas, 2013, p. 9)
Encontramos que esta definición es coherente con las que utilizan Bonanno, 2004, Vera
Poseck, Carbelo Baquero, & Vecina Jiménez, 2006; Bonanno, Brewin, Kaniasty y Greca,
2010 y Uriarte Arciniega, 2010, quienes también resaltan la función estabilizadora de la
resiliencia.
La resiliencia, como recuperación, se refiere a la capacidad de las personas de
volver al estado original una vez experimentada una situación adversa, que genere una
alteración notable o daño, además de recuperar su vida productiva. En esta definición se
involucra el factor temporal para la superación de las dificultades. Resulta relevante aclarar
que de acuerdo al criterio, si una persona se recupera con mayor rapidez se considera que
posee mayor capacidad de resiliencia; de tal modo que, para hablar de resiliencia se debe
partir que todas las personas albergan en su interior elementos conllevan a su desarrollo, y
a la normalidad, y retornar al equilibrio cuando el estado ha sido alterado; características
19
que son compartidas por Salamanca 2009; Naranjo Álvarez 2010; González-Muzzio, 2013
y Arciniegas, 2013.
Por último, la resiliencia como transformación, involucra dimensiones más
complejas, donde las personas sean capaces de resistir, proteger su integridad y salir
fortalecidas, siendo transformadas de manera positiva por la experiencia. Se habla entonces
de procesos de regeneración, reconversión, reorganización personal y en su caso, social.
Esta propuesta enfatiza en las capacidades de las personas para la adaptación a los cambios,
la capacidad de aprender, la creatividad, la orientación hacia el futuro, las fortalezas y
oportunidades, más que los peligros y las debilidades. (Arciniegas, 2013).
En el presente trabajo se considera la resiliencia como la capacidad que tienen todos
los seres humanos para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas o incluso ser
transformado por ellas (García & Domínguez, 2013), para mayor precisión Manciaux et al.
2001 citado en Valero, Renedo & Beltrán, 2007, p.79 la definen como:
La capacidad para mantener un funcionamiento adaptativo de las funciones físicas y
psicológicas en situaciones críticas, nunca es una característica absoluta ni se adquiere de
una vez para siempre. Es la resultante de un proceso dinámico y evolutivo que varía según
las circunstancias, la naturaleza del trauma, el contexto y la etapa de la vida.
Otra dimensión relevante a la hora de hablar de resiliencia es la adaptación positiva,
la cual permite identificar si se ha dado un proceso resiliente. Se dice entonces que se ha
dado una adaptación positiva cuando se alcanzan expectativas sociales asociadas a una
etapa de desarrollo, o cuando no se evidencia signos de desajuste por parte de las personas
afectadas (Melillo & Suárez, 2001). Según lo anterior es necesario resaltar que las
expectativas sociales o desarrollo normal sin desajuste, dependen de las características de
20
cada cultura, es decir la resiliencia se puede observar en diferentes áreas o conductas del
desarrollo humano (Melillo & Suárez 2001).
La resiliencia desde una perspectiva psicosocial
Si bien se ha abordado el concepto de resiliencia desde las ciencias sociales y se ha
dado la discusión de las ambigüedades del mismo, para el presente proyecto es pertinente
hacer una acotación a la apreciación que diferentes autores le dan al concepto de resiliencia
desde la perspectiva psicosocial.
Así entonces, Suárez (1996) citado por Barrios-Buitrago & Gutiérrez-Campos
(2017), definen la resiliencia como “la combinación de factores que permiten a un ser
humano afrontar y superar los problemas y adversidades de la vida, es decir, le permite
contender con el estrés de la vida cotidiana y con las situaciones difíciles…” (p.19). Esta
definición aporta una interpretación que amplía la visión de resiliencia, de esta forma el
concepto no solo se entiende como una característica de la personalidad, sino que además
se muestra como un fenómeno multifactorial donde intervienen factores personales,
cognitivos, emocionales y psicosociales. (Barrios-Buitrago & Gutiérrez-Campos, 2017,
p.19).
En este orden de ideas los factores psicosociales, entendidos como la interacción de
características del sujeto y del medio ambiente, son fundamentales en los procesos
resilientes, ya que el resultado de esta interacción, más la fuerza con la que se presentan;
pueden llegar a generar efectos negativos que conllevan a estrés en la integridad
biopsicosocial del individuo o por el contrario, tengan un efecto protector. (Barrios-
Buitrago & Gutiérrez-Campos, 2017, p.21).
Así pues dado este carácter multifactorial de la resiliencia se deben tener en cuenta
otras variables que tienen directa relación (Palomar y Gómez 2010), tales como el género,
21
el estado civil, variables escolares y laborales además de las variables familiares que
influyen en la persona como fuente de apoyo, promueven la autoestima y las habilidades
sociales.
Oriol-Bosch, (2012 citado por Barrios-Buitrago & Gutiérrez-Campos, 2017) afirma
que los mecanismos que facilitan enfrentar con éxito las dificultades y adversidades se
basan en “buscar el apoyo social, hacer uso del humor, controlar las emociones, aprender
reflexivamente y apoyarse en las creencias morales para conseguir automotivarse” (p. 18)
Aranjo Gaviria, Cardona Giraldo & Alviar, 2003 afirman que “el proceso de la resiliencia
no es estático, es dinámico y flexible, cambiante a través del tiempo y de acuerdo a las
circunstancias”.
Dicho lo anterior se hace necesario aclarar que si bien, se está adoptando el concepto
de resiliencia como una capacidad, es importante hacer la aclaración que no es un atributo
personal que se encuentre incorporado en ciertas personas excepcionales sino que es un
proceso que varía en función de una interacción dinámica entre múltiples factores de riesgo
y protectores. (Melillo & Suárez 2001). Dichos factores serían los factores internos y
externos, siendo los primeros recursos propios del individuo, como estima, seguridad,
confianza de sí mismo, facilidad para comunicarse, empatía, optimismo, entre otros, y los
segundos, las relaciones sociales, como apoyo social5 desde dentro y fuera de la familia.
(Aranjo Gaviria, Cardona Giraldo, & Alviar, 2003).
Estos factores traen consigo consecuencias como el grado de exposición al riesgo de
desastre, condicionan la resiliencia de los hogares y comunidades y, por tanto, dan lugar a
repercusiones sociales, políticas y económicas, a corto y largo plazo. (Santini, 2017).
5 De carácter económico, familiar, institucional, recreativo, laboral, etc.
22
Los atributos de los factores psicosociales
Por su parte, los factores se entienden como una pieza o elemento condicionante que
contribuye a lograr un resultado, y lo psicosocial como el actuar del ser humano en relación
con el medio ambiente en el cual interactúa. Los factores psicosociales que se abordan en la
presente investigación son género, estado civil, nivel de escolaridad, variables familiares y
laborales, redes de apoyo, rol, habilidades sociales, habitabilidad, apertura hacia el otro y
religión:
- GÉNERO: Hace alusión a todo factor protector o de riesgo referente a la identidad
sexual de las personas, la distinción que se hace entre Femenino y Masculino. Los
factores de riesgo o protección se asocian diferencialmente al género, en función del
contexto social y cultural en el que se desarrollan. (Palomar y Gómez 2010).
Factor protector: referentes al núcleo familiar- complementariedad de los roles
masculinos y femeninos que desarrollan una dinámica de cooperación y trabajo en equipo
frente al cuidado del grupo familiar durante y después del desastre natural o antrópico.
Factor de riesgo: referente a conductas estereotípicas masculinas y femeninas- en
diferentes culturas no es adecuado que los hombres expresen problemas o sentimientos ya
que esto está asociado a debilidad, esta restricción social conlleva a la limitación de apoyo
social disponible para los hombres. (Palomar y Gómez 2010). En este aspecto, el caso de
las mujeres se da de forma opuesta, es decir, se presenta como factor protector, dado que
estas suelen expresarse con facilidad sin que esto esté asociado directamente a ninguna
característica negativa (González-Arratia, 2016); no obstante, la cultura patriarcal puede
llegar a dificultar el posicionamiento de las mujeres en posiciones de liderazgo, protección
y toma de decisiones al interior de la estructura familiar presentándose claramente como
factor de riesgo.
23
- VARIABLES ESCOLARES: hace alusión a todo factor de protección o de riesgo
referente al nivel de escolaridad desarrollado por la persona y por ende aptitudes y
capacidades desarrolladas en la misma.
Factor protector: Escolaridad adecuada: la vida escolar, la naturaleza de la escuela
como organización social y las acciones de los profesores en el salón de clase (estructura,
preparación y planificación de las clases, énfasis en exámenes y tareas, un sistema flexible
y el uso de incentivos y recompensas) influyen desde la niñez a desarrollar competencias
que les permitan enfrentar diferentes situaciones adversas (Palomar y Gómez 2010).
Ciertamente la escuela entrena en la toma de decisiones y resolución de problemas que
hacen parte del repertorio de aptitudes necesarias para analizar las situaciones y llegar a una
solución adecuada.
- VARIABLES LABORALES: hace alusión a todo factor de protección o de riesgo
referente al trabajo o fuente de sustento económico familiar.
Factor protector: trabajo estable y/o formal: las personas que cuentan con un trabajo
estable y unos recursos económicos suficientes para cubrir los gastos básicos del hogar,
encuentran más respaldo y tranquilidad al enfrentar una situación de desastre; de la misma
manera que el acceso adecuado a servicios de salud y demás prestaciones sociales.
Factor de riesgo: el desempleo o el trabajo informal, la amenaza de pérdida de empleo,
el trabajo estresante, las condiciones laborales difíciles, la insatisfacción laboral, el cambio
de trabajo, los conflictos con el jefe o los compañeros de trabajo, son problemas laborales
que alteran el estado de ánimo y obstaculizan procesos resilientes. (Londoño et al. 2010,
Vaquero Tió, 2013).
- VARIABLES FAMILIARES: hace alusión a todo factor de protección o de riesgo
referente a la familia y todo lo relacionado con ella.
24
Factor protector lazos familiares activos: los factores familiares protectores incluyen
la cohesión familiar, una comunicación abierta, la calidez familiar y la ausencia de
psicopatología parental y de discordia familiar. Estos se desarrollan como la fuente más
importante de apoyo y cuidado para las personas, generan estímulos, habilidades y
autoestima necesarios para sobreponerse a la adversidad. (Seccombe, 2000; Palomar y
Gómez 2010 y Amar et al. 2014).
Las responsabilidades adicionales que tienen las personas casadas o que conviven con
una pareja estable, las hacen más fuertes, más flexibles y menos propensas a ser afectadas
por los cambios o sucesos inesperados. (Palomar y Gómez 2010). No obstante, en familias
uniparentales, en donde el rol de responsabilidad recae sobre una mujer-madre, puede
llegar a detonar el desarrollo de una capacidad resiliente frente a la afectación de los hijos y
demás integrantes de una familia, sobre la cual se asume la responsabilidad emocional o
económica.
REDES DE APOYO: hace alusión a todo factor de protección o de riesgo referente al
conjunto de personas o instituciones que brinden algún tipo de contención y soporte a las
personas.
Factor protector: redes de apoyo activas: referente a los vínculos existentes entre un
individuo y un conjunto definido de personas, con las cuales es factible el intercambio de
comunicación, solidaridad y confianza que facilitan en sí mismas la recuperación necesaria
en situaciones de adversidad. El soporte social es un mitigador de los efectos negativos del
estrés (Palomar y Gómez 2010); así mismo estar informado de las labores y tener
participación activa en las instituciones cercanas, ofrece un panorama más amplio para
posibles soluciones.
25
- ROL: hace alusión a todo factor de protección o de riesgo referente a la función o el
papel que desempeña una persona en un lugar o una situación determinada.
Factor protector: papel protagónico en el medio social: las personas que cargan con la
mayor responsabilidad ya sea de sus familiar, trabajos o comunidades suelen desempeñarse
con liderazgo, recuperándose en situaciones adversas de una manera más eficiente pues de
esto depende en muchas ocasiones la recuperación, la estabilidad y la funcionalidad del
medio.
- HABILIDADES SOCIALES: hace alusión a todo factor de protección o de riesgo
referente a la capacidad o habilidad de una persona para interactuar exitosamente con
su ambiente.
Factor protector: buena capacidad comunicativa: la comunicación como el pilar de
todo relación en sociedad es fundamental; Desarrollar buenas habilidades sociales, de una
manera íntegra se relaciona con la salud, el ajuste emocional y el bienestar de los
individuos en todo tipo de situaciones. (Palomar y Gómez 2010). La empatía por otro lado
implica la posibilidad del sujeto para ponerse en el lugar del otro y reevaluar el daño que ha
sufrido, ayudando de alguna forma a la percepción que se tiene de su propia experiencia,
replanteándose y posicionándose de manera diferente en su proceso de recuperación. (Amar
et al. 2014).
- HABITABILIDAD: hace alusión a todo factor de protección o de riesgo referente el
estado del lugar que se habita y todo lo relacionado con él.
Factor protector: habitabilidad post-desastre: visto desde el estado de la vivienda y
si esta les genera condiciones de seguridad suficientes asociadas a la poca posibilidad de
ver vulnerada su vivienda frente a un desastre similar. Factor de riesgo: no obstante,
cuando las condiciones de habitabilidad precaria persisten, puede verse como un factor de
26
riesgo, predisponiendo a las personas de que pueden verse afectados nuevamente por un
evento de desastre similar.
Adicionalmente la falta de hogar, de vivienda adecuada, el vecindario insalubre, los
conflictos de vecinos o propietarios, son condiciones de necesidades básicas, y al no
tenerlas resueltas en edad adulta se vive como una pérdida de ideales y puede afectar el
estado de ánimo y obstaculizar procesos resilientes. (Londoño et al. 2010, Vaquero Tió,
2013).
- APERTURA HACIA EL OTRO (Altruismo): hace alusión a todo factor de protección
o de riesgo referente a la tendencia al cuidado y ayuda hacia los demás.
Factor protector: contar con redes sociales informales, pares, personas cercanas o
amigos con quienes participar de actividades y además poseer la capacidad de mantener
buenas relaciones y tener la posibilidad de ayudar y brindar alguna clase de apoyo,
impulsan y desarrollan un deseo en las personas de sobreponerse y mejorar sus condiciones
en situaciones de emergencia. (Amar et al. 2014).
- RELIGIÓN: hace alusión a todo factor de protección o de riesgo referente a las
creencias religiosas, rituales o prácticas culturales que brindan a una persona mayores
posibilidades o mayores amenazas frente al afrontamiento de la situación. Esa filosofía
de vida hace que las personas logren dar sentido, explicaciones y se posiciones de
ciertas formas ante los eventos.
Factor protector: creencias religiosas como amortiguador de crisis: las creencias
religiosas que logran que las personas se refugien en algo que los respalda, que les da
esperanza y tranquilidad además de permitirles resignificar lo sucedido y los ayude a estar
mejor preparados para afrontar las situaciones venideras.
27
Factor de riesgo: cuando sus creencias religiosas no acogen de buena forma los hechos
sucedidos y llegan a producir reproches y culpas en las personas afectadas por llegar a
realizar algo que no es aprobado por su religión.
Método
De acuerdo con el enfoque teórico de la investigación y teniendo en cuenta las
particularidades de los objetivos, se llevó a cabo una investigación de tipo descriptivo con
un diseño no experimental, a su vez se utilizó el enfoque cualitativo y se hace uso del
estudio de caso como método investigativo. A continuación se mencionan aspectos más
detallados del desarrollo metodológico.
a) Tipo de estudio: siendo los objetivos de la investigación identificar y describir
posibles factores facilitadores de procesos resilientes, se implementó un estudio de tipo
descriptivo. Grajales, (2000), menciona que la investigación descriptiva busca hacer
una fiel representación del fenómeno a estudiar a partir de sus características, razón por
la cual es necesario especificar las propiedades importantes de comunidades, personas
o grupos; este tipo de estudio, facilita registrar y narrar cada una de las dimensiones de
análisis y los factores encontrados en el proceso con la mayor precisión posible.
b) Diseño: como se indicó anteriormente el diseño de la investigación fue de tipo no
experimental; por medio de observación y entrevistas se logró recolectar información
sobre el tema de interés, partiendo de una posición de espectador.
- Tratamiento de la información: el enfoque de la investigación fue cualitativo teniendo
en cuenta el tipo de investigación, el método, las técnicas y al trato que se le dio a la
información recolectada. Gómez, Flores & Jiménez, (1999), exponen que este enfoque
permite estudiar la realidad en su entorno natural, permitiendo interpretar los
28
fenómenos según los significados que tienen para las personas implicadas, del mismo
modo se puede hacer uso de diversas herramientas para la recolección de datos como
lo son entrevistas, experiencias personales, historias de vida, observaciones, imágenes,
entre otras que logren contar la rutina, las situaciones problema y los significados en la
vida de las personas.
c) Sujetos participantes de investigación y criterios de inclusión: el estudio de caso se
realizó con dos (2) madres jefes de hogar y sus respectivas familias, ambas con una
tipología familiar extensa compuesta, que vivieron un incendio estructural en el barrio
Esperanza Galicia de la ciudad de Pereira el 4 de abril del año 2017 teniendo como
consecuencias la pérdida total de la vivienda y enseres. Todos los sujetos participantes
fueron hombres y mujeres mayores de edad de varios niveles de escolaridad, cuyas
edades oscilan entre los 18 y 46 años.
d) Técnicas e instrumentos: esta investigación se realizó como un estudio de caso,
definida como “examen intenso de una faceta, una cuestión o quizás los
acontecimientos que tienen lugar en un marco geográfico a lo largo del tiempo”,
(Gómez, Flores & Jiménez, 1999), en la presente aplicación se implementa el diseño
múltiple para dos casos únicos.
El instrumento utilizado para la recolección de información fue la entrevista
semiestructurada, la cual contempló en un primer momento 14 preguntas contextuales
acerca de la vida del entrevistado, tales como nombre, edad, género, oficio,
escolaridad, estado civil, conformación familiar, tipología familiar y evento (cuándo,
dónde, quiénes, por qué y pérdidas). En un segundo momento la entrevista permitió
ahondar sobre los factores psicosociales y preguntas más profundas que hicieron
referencia al desastre y sus consecuencias. Esta entrevista estaba compuesta por 29
29
preguntas que orientaron la relación de los factores psicosociales con los procesos
resilientes. Las entrevistas tuvieron una duración promedio de 50 minutos y se
realizaron el 23 y 24 de abril del año 2019.
Se utilizaron herramientas como la observación directa y dos formatos diferentes para
registrar los datos obtenidos, los participantes inicialmente firmaron los respectivos
consentimientos informados y después de su autorización se grabaron y transcribieron
las entrevistas. Finalmente para el tratamiento de los datos se utilizó una matriz de
análisis de información en Excel.
e) Las dimensiones de análisis: las dimensiones con las cuales se direccionó el análisis de
la información fueron la resiliencia, los factores psicosociales (género, nivel de
escolaridad, variables familiares y laborales, redes de apoyo, rol, habilidades sociales,
habitabilidad, apertura hacia el otro y religión), la adaptación positiva, vulnerabilidad,
factores externos, factores internos y para indagar sobre ellas se utilizó la entrevista las
cuales facilitaron la identificación de las categorías de análisis en el discurso brindado
por los participantes.
f) Procedimiento: para cumplir con los objetivos planteados se realizaron los siguientes
pasos:
- Selección y contacto con las 2 personas y sus familias para participar en el proceso.
- Elaboración del contenido de los guiones y orden de la entrevista semi-estructurada.
- Encuentro e inicio de las entrevistas con las 2 personas.
- Recolección de la información a partir de los guiones de entrevista.
- Sistematización de la información suministrada mediante las entrevistas, formatos y
grabaciones en la matriz de análisis.
30
- Análisis de información sobre los factores psicosociales encontrados y posibles
relaciones con la resiliencia.
g) Aspectos éticos y consentimiento informado: el Código Deontológico y Bioético del
Psicólogo de acuerdo con la ley 1090 de 2006, sirve como regla de conducta profesional en
el ejercicio de la psicología en cualquier modalidad y aunque este solo es aplicable para los
profesionales y no tiene información que contemple la formación de los estudiantes, hace la
aclaración que estos deben estar acompañados por un docente en todos sus procesos en
donde interaccionen con otras personas con fines académicos.
Por lo anterior se hizo necesario en este tipo de investigación además del
consentimiento informado, comunicar a las personas participantes sobre el
acompañamiento de un profesional en las diversas fases de formulación y ejecución del
proyecto de investigación. El formato de consentimiento informado se tomó del Tribunal
Nacional Deontológico y Bioético de Psicología, al cual se le hicieron las modificaciones
necesarias para informar a los participantes sobre los intereses de la investigación.
Resultados
La presente investigación tuvo como objetivo describir los factores psicosociales
relacionados con los procesos resilientes de personas afectadas por desastres, para lo cual
se llevaron a cabo entrevistas semiestructuradas a dos familias afectadas por un incendio
estructural en el barrio Esperanza Galicia de la ciudad de Pereira.
Para el proceso de análisis de los datos, se les otorgó un seudónimo a cada uno de
los participantes y se elaboró una matriz de análisis donde se pretenden relacionar los
factores psicosociales (si los participantes los reconocen como relevantes en los procesos)
con las visiones del concepto de resiliencia.
31
En términos generales las entrevistas permitieron identificar los factores
psicosociales asociados a la resiliencia en personas afectadas por desastres, muchos de ellos
coincidentes con las construcciones teóricas desarrolladas sobre el concepto. Entre los
elementos coincidentes se destaca la visión de resiliencia como una característica
desarrollada ya que las personas resaltan, que si bien, en la actualidad se encuentran en
buenas condiciones y pueden decir tener un proceso resiliente, en un inicio tuvieron un
periodo de desajuste, siendo en algunos las primeras horas y en otros días de asimilación
del desastre.
Mediante la identificación de elementos discursivos y narrativos se logró analizar de
qué forma los factores influían en los procesos resilientes de personas afectadas por
desastres y si estos tuvieron un carácter protector o de riesgo en cada escenario vivido. La
información plasmada a continuación corresponde a las respuestas obtenidas por las
participantes, donde se obtuvo información de cada uno de los factores psicosociales
propuestos inicialmente:
- Género: en un inició los participantes no reconocieron el género como factor
influyente en el proceso. “Si, eso es lo mismo, creo, porque uno que ya le pasó eso, tanto
hombre como mujer es uno bregando como a ver qué hace y cómo se las arregla." (Doña P,
comunicación personal 23 de abril, 2019). Sin embargo al continuar indagando, algunos de
los participantes resaltan que las mujeres son mucho más emocionales que los hombres, por
lo cual se dejan llevar mucho más por las emociones durante y después del evento, esto
evitándoles actuar y recuperarse. Por otro lado piensan que el hombre logra actuar más
rápido y se preocupa de muchas más cosas como por ejemplo el dinero.
Al realizar una comparación con los postulados teóricos que se tenía del factor
género, se hayan discordancias pues según los participantes, la emocionalidad de las
32
mujeres se ve como factor de riesgo para sobreponerse más rápido al suceso. Los
participantes hombres no aceptan haber sentido ningún tipo de restricción emocional en el
momento por lo que no creen que el género se convierta en un factor de riesgo para ellos.
- Variables Escolares: todos los participantes reconocieron la importancia del factor
de escolaridad y su carácter protector. Relatan que en el colegio aprendieron a leer y
escribir, además de hábitos de orden y de planificación, que les fue de mucha utilidad
después de la emergencia para recibir ayudas y ellos mismos planificar como recuperarse.
Una de las participantes ejemplifica: " sí porque mire el viejito de enseguida no sabía leer
ni escribir, y él nos decía “vengan, ustedes me dicen que dice aquí por favor”… Raúl todo
lo apunta, entonces el viejito pasaba y decía “tan bueno usted que todo lo apunta, que
bueno uno saber leer y escribir para tener cosas así”... entonces el viejito venía y le decía
que le leyera las facturas, le decía, “hágame la cuenta de cuántas son 12 varillas, cuánto
valen”, él venía a que le hiciera el favor, o sea que si uno haya estudiado si es una gran
ventaja” (Doña P, comunicación personal 23 de abril, 2019). También dicen que el no saber
lo básico se convierte en un factor de riesgo dado que muchas personas se aprovechan de
su condición.
- Variables Laborales: los participantes concuerdan que las condiciones laborales
favorables tienen un carácter protector y son de mucha importancia para la recuperación
después del desastre. El contar con prestaciones y apoyo por parte de los jefes fue
fundamental en algunos de ellos para sobreponerse, incluso el regresar pronto a sus labores
los impulso a actuar, al contrario, los integrantes que estaban a disgusto con sus trabajos,
después de la emergencia abandonaron sus puestos de trabajo, aumentando los
pensamientos negativos y mostrando las condiciones laborales desfavorables como factor
de riesgo. Adicionalmente se encontró que en el ambiente laboral se adquieren contactos
33
que se convierten en redes de apoyo y conocimientos que son de utilidad en el momento de
actuar después del evento.
- Variables Familiares: los lazos familiares activos se muestran como uno de los
factores psicosociales de protección más importantes, dado que la mayoría de los
participantes atribuyen la posibilidad de recuperarse a sus familiares que les tendieron la
mano después de la emergencia. Aseguran que gracias a los cuidados y la tranquilidad que
les daba contar con su familia se repusieron más rápido, también la repartición de tareas
dentro de la familia ayudo a quitarse peso de encima pues hay más confianza con la familia
que con personas con las cuales no se tiene ningún lazo cercano.
- Redes de apoyo: las redes de apoyo son el factor más influyente en los procesos, por
una parte concuerda con la teoría en donde se muestra como un factor protector pues todas
las personas manifiestan que gracias a la ayuda y apoyo de diferentes entidades, como las
iglesias a las que asistían, vecinos, compañeros de trabajo, alcaldía, colegios, amigos,
integrantes de la comunidad entre otros; lograron hacerle frente a la situación y reducir el
estrés en los días siguientes del suceso. Por otro lado manifestaron que también puede
tornarse factor de riesgo pues en diferentes ocasiones personas que se hacían ver como
apoyo se aprovechaban de su condición de vulnerabilidad para mentirles y obtener algún
beneficio.
- Rol: con respecto al rol se evidenció que si bien las personas no lo enunciaban
libremente como factor influyente, en sus narrativas se apreciaba que las personas que
tenían un rol protagónico se vieron forzadas a reponerse más rápido; es así como una de las
participantes que tenía un hogar infantil en su casa, se vio forzada por la comunidad para
buscar un nuevo lugar para el hogar y abrir cuanto antes la guardería. Por otro lado el rol de
madre también toma un gran valor, dado que tienen que darles fuerza a sus hijos para
34
seguir adelante; del mismo modo, estas personas que cuentan con el rol como factor
protector cumplieron un papel movilizador en sus familias y cercanos.
- Habilidades Sociales: se encontró información coherente con la teoría, siendo así un
factor protector dado que las personas que tenían mejores tratos y comunicación con
vecinos encontraron más fácil qué hacer durante y después del incendio. Sumado a esto
después del incidente las personas que tenían cualidades sociales positivas lograron
adaptarse de mejor manera a sus nuevas viviendas y construir y mantener relaciones de
amistad.
Otro de los hallazgos es que la empatía les sirvió mucho a los participantes pues al
poder ponerse en el lugar de los demás afectados hacia que se replantearan sobre qué tan
malo había sido el suceso para ellos y lograr ver más posibilidades que obstáculos.
- Habitabilidad: en concordancia con la teoría se encontró que la habitabilidad cuenta
con un valor protector cuando: a) se logra conseguir vivienda en las horas siguientes al
desastre, b) cuando las condiciones de la vivienda eran buenas y no se encontraba en
condición de riesgo y, c) cuando podían tener la tranquilidad de poder pagarla y no ser
desalojado en los meses siguientes. Se encontró que las personas jóvenes que se afectaron
lograron adaptarse mucho más rápido a la nueva vivienda mientras que las personas
mayores les costó mucho más la adaptación, convirtiéndose la nueva vivienda en un factor
de riesgo para sus procesos.
- Apertura hacia el otro (altruismo): se muestra como un factor protector debido a que
en el momento de la emergencia los afectados sintieron la necesidad de ayudar a sus
parejas, padres, hijos, mascotas y vecinos, relatando como su proceso de recuperación se
basó en la tranquilidad de que todos los integrantes de su familia y entorno estaban a salvo
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y no sucedió nada peor. Manifiestan que se sentían bien con ellos mismos por como
actuaron durante y después del desastre.
- Religión: en las narrativas la religión se mostró como el factor protector que logró
darle sentido a lo sucedido, encontrando relatos de milagros y agradecimiento. La mayoría
les atribuyeron a sus creencias el poder haber superado el desastre, llegando a perdonar a
los responsables del suceso y recibiendo tranquilidad y resignación desde sus respectivas
religiones.
En la matriz de análisis además de identificar los factores psicosociales y su carácter
protector o de riesgo también se hizo un análisis en relación a las diferentes visiones de
resiliencia y si estas eran compatibles con la definición de resiliencia adoptada por este
proyecto. Es así como según las narrativas todos los factores lograron ubicarse en la
resiliencia desde la recuperación dado que todos los participantes manifiestan que si bien
tuvieron un periodo de inestabilidad y desajuste cada uno de los factores psicosociales
ayudo a hacerle frente a la situación superándola y recuperándose en todos los ámbitos.
Factores como los laborales, familiares, redes de apoyo, religión y habilidades
sociales adicionalmente se posicionan en una visión de transformación pues cada una de
ellas después del desastre se vio transformada de diferentes formas. Es así como las
relaciones familiares, laborales y con los vecinos mejoraron después de lo sucedido. La
religión y las redes de apoyo lograron cambiar los pensamientos que las personas tenían
con respecto al evento y asimilarlo como algo no tan negativo.
Discusión
A partir de los resultados encontrados en la investigación se ratifica que para los
participantes del proceso, los factores psicosociales protectores han representado un papel
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imprescindible al momento de elevar su capacidad de resiliencia, pues afirman que sin la
contribución de algunos de estos factores la superación del evento catastrófico hubiese sido
mucho más complejo. Desde otra perspectiva de análisis, una persona con niveles altos de
resiliencia podría encontrar en algunos factores psicosociales de riesgo, la alteración de su
capacidad de resiliencia, denotando la influencia positiva o negativa que pueden presentar
los factores psicosociales en las personas, tal como evidencia Barrios-Buitrago y Gutiérrez-
Campos (2017). En concordancia con lo expresado por Aranjo Gaviria, Cardona Giraldo y
Alviar (2003), si bien existen factores internos que definen los niveles de resiliencia de una
persona, también existen factores externos que condicionan los procesos resilientes.
Tomando en cuenta las visiones de resiliencia que se plantean desde los diferentes
postulados teóricos, se encontró en los resultados de las entrevistas, que la visión de
resiliencia como estabilidad que plantean autores como Bonanno, 2004, Vera Poseck,
Carbelo Baquero y Vecina Jiménez, 2006 y Bonanno, Brewin, Kaniasty y Greca, 2010, no
se presenta, esto debido a que las personas de alguna manera se vieron desestabilizadas al
momento del suceso y la recuperación no se dio hasta días después del evento.
Adicionalmente, fue recurrente encontrar la visión de resiliencia como recuperación
planteada por autores como Salamanca, 2009, Naranjo Álvarez, 2010, González-Muzzio,
2013 y Uriarte Arciniega, 2013, al poder encontrar las personas en diferentes factores
psicosociales, el apoyo para aumentar la capacidad resiliente y reponerse de los sucesos
ocurridos, logrando estabilizar su funcionalidad en la dinámica social y volviendo a la
cotidianidad de sus vidas.
No obstante, también logró encontrarse visiones de resiliencia como
transformación, antes expuesta por autores como Uriarte Arciniega, 2013 y García y
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Domínguez, 2013, mejorando así, en algunos casos, las relaciones que las personas
afectadas tenían con el entorno social y mejorando los lazos familiares.
Otro punto importante de resaltar es que si bien las personas no reconocen
claramente el papel fundamental de algunos de los factores psicosociales como el género, el
rol, y la educación, sus discursos muestran que sí llevan procesos influidos directamente
por estos, lo que permite cuestionarse, ¿por qué ciertos factores psicosociales aparecen de
manera más explícita en las narrativas que otros?
Conclusiones y Recomendaciones
La presente investigación ha logrado cumplir con los objetivos planteados
anteriormente, al lograr describir los factores psicosociales asociados a los procesos
resilientes en personas afectadas por desastres. Con base en las entrevistas se logró
identificar de qué manera cada uno de los factores psicosociales propuestos influyó en los
procesos de resiliencia, reconociendo en las personas participantes que cada uno de los
factores cumplió un papel importante en su proceso, resaltando como los factores más
influyentes, los factores familiares, redes de apoyo y la religión.
Algunos factores como el género, la educación y el rol fueron difíciles de indagar;
en muchas ocasiones las personas no los reconocían como factores importantes aunque sus
narrativas sí les otorgaban un gran valor, lo cual se puede entender a partir de ideologías
adquiridas que les impiden posicionarse críticamente sobre ellos; es así como la necesidad
de educarse, las limitaciones y posibilidades del género y la función que cumple cada uno
en su entorno pasa a un último plano. Adicionalmente se evidenció que la edad puede
influir en la adaptación a los cambios drásticos que se pueden dar en este tipo de eventos, y
del mismo modo manifestarse como factor protector o de riesgo.
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Acorde a lo que proponen Barrios-Buitrago & Gutiérrez-Campos, 2017, la
resiliencia es un proceso estrictamente dinámico en donde el factor psicosocial sea de
riesgo o no, aporta de una manera implícita al desarrollo de los procesos resilientes. La
resiliencia en personas afectadas por desastres se muestra como un fenómeno adaptativo
que todas las personas pueden tener a diferentes tiempos, recuperándose y en algunos casos
transformando sus pensamientos y creencias; este fenómeno tiene un carácter multifactorial
en donde esta diversidad de factores aporta posibilidades a cada una de las personas y logra
que se posicionen de manera diferente frente al suceso.
Para finalizas se recomienda continuar con estudios de la resiliencia en un ámbito
psicosocial o comunitario para aumentar los hallazgos en el tema y contribuir a la
diversidad de antecedentes en la temática. Adicionalmente se resalta la necesidad de
diseñar estrategias de prevención en el caso de comunidades que convivan con el riesgo,
trabajando específicamente factores psicosociales como el género, rol, escolarización y
habilidades sociales dado que fue donde se evidenció dificultades preexistentes al desastre
y problemas de reconocimiento por parte de los participantes.
Sin embargo, sería interesante plantear una investigación que ahonde sobre la
concepción y desarrollo de factores psicosociales en niños que conviven en contextos de
riesgo; Esto para contrastar si varía el aprendizaje previo que se tiene sobre la definición de
dichos factores.
Finalmente, hay que mencionar que es necesario elaborar programas de intervención
para promover y potenciar la resiliencia de los individuos y los factores psicosociales que la
facilitan. Para ello sería necesario saber ¿Qué programas podrían promoverse para
potencial los procesos resilientes de personas que vivan en entornos de riesgo?
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