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FACULTA O&ICAS ESGUELA DE DE DIWCCI~N DE SE WGIMEN 'DICO DE LA EmLOTACION DIE LAS MINAS EN WNEZmLA Tesis Presentada por el Abogad41 VENmCIO PULGAR F. Parír optar al Título de Doctor en Derecho. Tutora: Dra. Luisa Blanco Pérez

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FACULTA O&ICAS ESGUELA DE DE

DIWCCI~N DE SE

WGIMEN 'DICO DE LA EmLOTACION DIE LAS MINAS EN WNEZmLA

Tesis Presentada por el Abogad41 VENmCIO PULGAR F. Parír optar al Título de Doctor en Derecho.

Tutora: Dra. Luisa Blanco Pérez

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LOS YACIMIENTOS MINERALES, CC)NSTITUj EN LIN RECURSO NATURAL DE GRAN SIGRIII=IC:ACIOPI PAFZA EL DESARROLLO ECONÓMICO DE LOS PUE:BLOS;

SI SE EXPLOTAN RIiCIONAL MENTE EN PERFECTA ARMON~A CON L4 f\IATUR 4LE:IA.

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A JesUs de Nazareno. imi guía permanente en todos mis actos.

A mi familia, que compartió a mi lado los momentos de intensa preocupación e interks por la investigación. Muy especialmente a mi esposa por su apoyo moral e incondicional.

A mi cunado Vicerite Pacheco, y a los amigos Licenciados N e r i ~ Méndez y Glenda Mejías, que colaboraron en la prosecución y finalización de este proyecto.

A la Dra. Luisa Blarico Pkrez, por sus sabias orientaciones en el desarrollo de la presente tesis.

o..

111

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RESUMEN

PIJLGAR FERRER, VENANGIO. R4gimerg JiprBdieo de la hpls$ac:08n d e la@ Miinas en Venezuela. Tesis Doctoral. Escuela de Derecho. Direcciíln de Sminario. Facbil@d de Ciencias Bslitiws y Jurídiasais. ba hlniversijed del Zukia. Marawibo, Vmezuela 2000. "a 253

Este es un estudio analitico del rbgimen Juridico minero venezolano, para ctl cual S? utiliz6 el tipo de investigación descriptiva documental, csrl base en la a3mparacibn y an8lisis de los arliculadss del Decr&o No 295 con Rango y f:ue~oa de Ley de Minas de 4.999, con la Ley de Minas de 1.945, derogada, con apoyo [le d w s leyes, reglamentos, ordenanzas y cuerps legales nacionales, del hrasia de la minerlai y de otras Areas de i n b r b a la irav~tigación. esta se inicia ccln bina rccgsefias a e r m de la evolucibn del Derecho Minero en Venezuela, iiiduyeiido ,su siistema dominial, para l u q o ewplimr los 8 principios que Is furidamentiin. $%e desglom la ctsnwsibn mmo figura fundamwtal para gozar de derechos minerc~c, por últim, se muestran las incidencias de la nueva Constitución Bolivariziraa de Venezuela en la legislación minera. La nueva Ley introduw rasvisirnos y newsarim instituciones c o m el Resguado Nacional Minero, el uso de la llnidad Tribuitaria en materia de impuestos mineros, la rdu&ón de lar; %rami&ciones conwsionarias y la modalidad de las mancomunidades miineras y bi rqulat:iów de Iíi pequeira minerla. Con todo esto se afirm que tambir5n evalucio~qó positivamnte el Regimen Jurídica de la Explstaeibn de Minas, conw~roOaBwtlosc la sokrania de la Repúblia sobre todas sus riquezas minerales y el c:ontrol en las aldividades directas, ssncexas y auxiliares a ellas. Y la rpias irnl;)oirtante da las c:onclusisnes obtenidas es le nueva visión de la expiotaiciC8n de minas en el Hbimn Juridico Venezolano, considerando otros facteires c o m la preservacibw e!col&ica, md io ambiente y el crwimient~ y desarrollo económico simstenkible de II%i Nación.

13alabras elaves: LEY, MINER/A, CONCESO~N, WPLOTACIÓN

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WNAZeJCIO. JuridicaO Regime sf E x ~ ~ l c ~ l b a ~ n in Venezuelan Mines. Doctorate thesis. Law School. Seminar"% Addres:;. Faciilw of Political Sciences and Juridicails. University of Zulia. Maracaibo, Veilezuela 2000. P. 253

Tlíis ia an analitieal study of Veneruelan Juridical miaing regime, in this stucy waa used the investígation systern of descriptive and documentation, with basis in the conkontation of adiclea No 295 vvith rank and Law force of Mines in 1 .!999, w~tli the Mines Law of 1.945, derogate; in supps-t to the others laws, rules, rc~guiatioris ar~d nalionails body of Laws, of area of mining and others interest areas oF invstiglation. Tihis was establiah vvith one inspection about the evo9iation of Mlining WEght Bn Venezuela, including its dominial aystern to ewlain the eight priiziples w tR kis sisppo~. The breakdown of the concession as undefined figure to erijoy of m inings rilghts. At last the incidencea of the new Bolivarian Constitution of \!ene+ue a was sl~owed to the rnining legislation. The new law introduces the new~!sl elemc!nts to the National Prolection of Mines and he use of the tributary unity in rniriing ta~es as a malter, the reduction of the procedures and the modalities of the ~niniiig acsociation. Fsr aII this reason it's possible to say that the Juridiail Regime also evolutioned positivenest in favor of the mines and its explotation, a~nfirming the slovereignw of the Wepublic over al1 minerals riches and the contri-l of aetivities connected and auxiliaries of them. And the most irnportaint of the co~nclution~, is the new vision of de mines explotation by the Jairidical Regim of Venezuela as decisive factor in the ecological preservation and the increase oP Ihe economical developrnent of a sustenan~ Mation.

Ciode Words: baw, Mining , Conmssion, Exploitation.

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~NDICE GENERAL

Página @lo

Resumen ............................................................................................. índice de Abreviaturas ........................................................................ Introducción ........................................................................................

Capítulo I Antecedentes Históricos del Régimn Juridico Minero Venezolano .........................................................................................

Capítulo II Principios Fundamentales de la nueva Ley de Minas .............................................................................................. de 1.999

2.1. Principio de la Propidad ............................................................. 2.2. Principio de la Utilidad Pijblica .....................................................

....................................................... 2.3. Principio de la Temporalidad 2.4. Principio de la Edensión .............................................................

................................................ 2.5. Principio de la Impreccriptibilidaid 2.6. Principio de la Reversibilidad ....................................................... 2.7. Principio de la Indivisibilidad ........................................................ 2.8. Principio del Desarrollo Sostenible ..............................................

Capítulo III Modalidades para el Ejercicio de las Adividandes Mineras .............................................................................................. , 11.1 . Exploracidn y Explotación directa por el Ejecutivo Nacional ....... 3.2. Concesión de EwloraciQn y Subsiguiente Explotacibn ............... 3.3. Autorización de explotación para el ejercicio de la Pequehe

............................................................................................... IMineria 3.4. Mancomunidades Mineras ........................................................... 3.5. Minería Artesanal .........................................................................

a capítulo IV La Autoridad Minera. Las personas y La Propiedad Minera .................................................................................................

.................................................... 4.1. Autoridad en Materia de Minas 4.2. La Ley y las Pesonas Naturales ................................................. 4.3. lncapacidades para el ejercicio de Derechos Mineros ................

4.3.1. Personas Naturales Incapaas .............................................. 4.3.2. Pesomas Juridicas Incapams ................... .. .................-m....

4.3.2.1. Gobiernos o Estados E~ranjeros ................................... 4.3.2.2. Compañías o Sociedades Earanjeras No Domiciliadas

en Venezuela ..................................................................................... 4.4. Sanciones .................................................................................... 4.5. Las CompaAías Mineras . Su Naturaleza Jurídica ..................... .. 4.6. La Beswntralizaci6n de las Pidras No Preciosas y Sustancias No Methlicais ....................................................................................... 4.7. La Explotación por el Buei"io del Suelo ........................................ 4.8. Normas para la Explotación en Terrenos Baldíos .......................

.................................................. 4.9. El Caso de la Minería Adesanal

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Pagina No

Capitulo V La Concesión Minera ....................................................... ............................................................ 5.1 . Aspectos Fundamentales

....................................... 5.1 . 1. Concepto ........................................ 5.1 .2 . Naturaleza Jurídica de la Concesión Minera ......................... 5.1.3. Caraderisticas que asume la Concesión en la nueva Ley

............................................................................................. de Minas , . ................................................................. 5.1.3.1 . Sinalagmatico

5.1.3.2. Solemne .......................................................................... .......................................................................... 5.1.3.3. Aleatorio

5.1.3.4. Oneroso .......................................................................... ......................................................................... 5.1.3.5. Adhesión

..... 5.2. Normas para el Otorgamiento de las diferentes Modalidades 5.2.1. Tramitación de las Concesiones de Exploración y

Subsiguiente Explotación (art . 40414243-44 y 45 de la Ley de ...................................................................................... lLBinas 1.999).

5.2.2 Tramitación para las Concesiones en Zonas Libres y ......................................................................... Fbeservas Nacionales

5.2.3. Tramitación para las Mancomunidades Mineras ................... 5.2.4. Conversión de Contratos . Caso Especial de las

Concesiones otorgadas por la Corporación Venezolana de (Suayana (C.V.G.) ............................................................................... 5.3. Derechos de los Concesionarios . Clasificación ........................... ,

........................................ 5.3.1. Derechos Principales u Originarios . . ......................................................................... a . La Explotacion b . La Prórroga .............................................................................. c . La Renuncia ............................................................................. d . La Maptación . Caso Especial .................................................

5.3.2. Derechos Secundarios o Complementarios .......................... a . Exoneración de Impuestos de Importación ............................... b . Enajenación o Traspaso ........................................ , ................. c . Hipoteca .................................................................................. d . Arrendamiento ......................................................................... e . Constitución de Sewidurnbre ................................................... f . Expropiación y Ocupación Temporal ........................................

................................................ 5.4. Obligación de los Concesionarios 5.4.1. Obligaciones Principales ......................................................

5.4.1 . 1. Obligación de Explotar ..................................................... 5.4.1.2. Obligación de Pagar Impuestos .....................................

................................................ 5.4.1.2.1. Clases de Impuestos 1 Impuesto Superficial ........................................................ 2O Impuesto de Explotación .................................................

............................................... 3' Impuestos Instrumentales ...................................................... 4O impuestos Especiales

5.4.1.2.2. Naturaleza Jurídica de los Impuestos Mineros ........ 5.4.1.2.3. Sanciones por incumplimiento de Pago de

Impuestos ............................................................................................

vii

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..................................................... Ei.4.2. Obligacisnes %cundsarriaa 5.4.2.1. Obligaciones de carBcler Té?cnico ................................... 5.4.2.2. Obligaciones de cargder Patronal .................................

.................................................... 5.4.2.3. Obligación de Informar eSanciones por no prsentar Info ......................................

5.5. Eanción de las Cow~aiones ...................................................... .................................................... 5.5.4. Por -iración del Termino

5.5.2. Por Renuncia ......................................................................... 5.5.3. Por Gaducidaid ....................... .... ............................................

............................................ !3.5.4. Otra Figura Juridicae: La Nulidad

Capitulo VI Prswdimientos para Adquirir Derechos Mineros: La ................................................................................. PttqueFIa Minería

..... Cinpitulo VII Las Actividades Conexas o Auxiliares de la Minería . . ................................................................................... 7.4. Rqulacion 9.2. Utilidad Pfiblisa ........................................................................... 9.3. Reerva de Adividades ............................................................. 7.4. Caraeter de Semicica Públim ........................................................

C'epitulo VI11 Nuevas Instituciones Minaras .....................................V. 8.1 . Resguardo Nacional Minero ........................................................ 8.2. lnsatuto Nacional de Geolqiai Minera ......................................... 8.3. Apliación de estasa Insaituciones en Lati-ioaMrica ....................

Capítulo IX Incidencia de la Constitucidn Bolivariana de Venezuela ein la nueva Ley de Minas .................................................................

........................................................................................... Apkndiws m6ndice 1: Ley de Pidras No Preciosas y Sustandas No

Metaailicas del Estado Zulia .................................................................. &&ndice II: Decreto con Rango y Fuerza de Ley de Minas ........... m n d i w III: Ley Qrgánim para le Protemión del Niño y del

Fhdolescente (Capítulo III ""Derecho a la Protewi6n en Materia de ............................................................................................. Tra bajon)

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Figlura 1 : PirdrrWde Inve~ida del Wmbita Espacial de la C~nmsibn Mil-era ............................................................................... Figura 2: Efstas de la Curvatura de la Tierra en la Medición de

.............................................................................................. Terrenos

Gráfiw 1 : Prowdimiento para Obtener Concesiones de Wlsracibn ................................................................. y Subsiguiente Explotación

.... Grafito 2: Zonas; Libres -.- Reservas Nacionai1es.A. . 46 y 47 DLM Grhfico 3: Prodimiento para le Obtención de Conesión por parte da Masnwmunidades Mineras ............................................................. Grhfico 4: Promdimiento de Autsdzacibn de la PqueEIa Minería .....

Tz~bia A . Impuesta SupePficiaI m Ora -- Diamante ............................... -$la B: Impuesto Supepficial .-- Otros Minerales ...............................

C~~adro 1 Anailisis Comparado del Régimn TRbutario- Impuestos ....................................................................................... Siapeficiales

Cuadro 2: Bbligaci~nes Secundarias de los Csnmsionarios ...... ReglamnQ Ley de Minas- Norms Sobre Tecnieas de Trabajo.

Ciuadro 3: Obligaciones Secundarias de los Conwsionarios .... Rtwlsmato Ley de Minas - Nomas sobre Amidentes Laborales

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.............................................................. CV'G Corporación Venezolanei d e Gbea yana

DLM .............................................................. De~eto csn Rango y Fuerza de Le)' De Minas de 4 -999

.............................................................. G.0. Gamta Oficial

LWi '1.945 ...................................................... Ley de Minas de 1.945

L8PNA .................................................... Ley QqAnim Para Ia Pr{3t(?66iÓn del Nino y del Adaleswnte

R1.M .............................................................. Reglamnlo Ley de Min,ac de 4 .!M5

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La explotación orientada al aprovechamiento económico cle las rsina?;

coinslituye materia de trascendental impedancia dentro del contexto econórrlico ;/

social de las naciones, por lo que se hace necesario regular las activieade:;

mineras adecuaindo las mismas a un rbgimen legal cónsono con las realicade!;

nacionales.

En el ármbito legal venezolano, el régimen jurídico de las min2s 94%

encuentra regulado primordialmente de manera propia y especial en la novisima i /

vigente Ley de Minas del año 4.999, instrumento jurídico que derclgd la Ley de

Minas de 4.945, cuyas normas y principios regularon por más de rnedio sicjlo e1

ejezrcicio de las actividades mineras en nuestro país, destaceindose dentro (le, SIJ

con te~o la implemenbción del ~s tema regalista como régimen para ia explo%acidt?

de las minas, la adopción de figuras tradicionales en nuestra legis8anczibn mliners

como la del denuncio primero, el descubridor, el libre aprovet:hámienio dls

minerales, y el derecho de exploración libre y exclusiva, amén de ctorisagrar unta

vía para pasar de un sistema regalista, que es el que adopta la Ley a un sistema

dc~minial.

Durante el tiempo de vigencia de la Ley de Minas de 4.94fi1 sur~iiersn

ciicunstancias como la situacibn sobrevenida con la implementación y vigencia del

Decreto Ley IVO 2.039 de fecha 15 de febrero de '1.97'7, widiarote! el cija1 631

Ejecutivo nacional en el uso de las atribuciones que le confería esta Ley se

reservó la exploración y la explotación en todo el territorio nacional de todc~s les

mlinerales existentes en el país, que no hubiesen sido reservados co1-1 cinterioridari.

Como consecuencia de esta reserva se pasa de un sistema regali:$tci, que corrto

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rkgirnen imperaba, a un sistema dominial, sin derogar o msdilic4ar la Ley.

quedando sin efecto la figura del denuncio minero, la del descubi.idor, el libre

aprovechamiento y el derecho de exploración libre y exclusiva y, poir ende, la:)

normas que regulaiban estas figuras. has normas de la Ley que no colidieseii cara

el citado Decreta consewaron su vigencia.

Be igual mnerai ocurrieron una serie de hechos que dieron ccrms resultado

en las mayorías de las veces la desaplicación de la Ley ante ac:tividad~s dit?

car6cter piíblico o privado realizados al margen de la Ley, tal mm ocuirrió con Iats

encomiendas, asignaciones y delegwiones realizadas a la B",srpsraciQis

V~!nezolanai de hSuayana (C.V.G.), para el desarroIIo, exploración y ~~xplotaciOn de

oro y diamante en la región de Guayana.

Estas circunstancias y hechos hicieron evidente la n sidad de ad3cuar

la!; actividades mineras e un régimn legal cónsono con la realiidad nacional.

Orientados por esta newsidad, y teniendo Gomo lineamientos generzales, según se

establece en la exposición de motivos, ordenar el rbgiwiew jurídico de las lninas

mediante reglas claras y modernas que garanticen la preservación clel embicrnte y

sc? pueda atender al desarrollo minero integral, armonizando las activi(dades

mineras con el resto de nuestra economía, se dicta el Decreto con Rean~go y 6 uena

de Ley de Minas, que desde el afio 'l.999 constituye el instrumento juridico c ue ce

manera primordial regula la explotación de las minas en ntiestro país,

dsrogándose con ella la Ley de Minas del año 1.945.

Indudablemente que el planteamiento de esh realidad propic:ia el esfudio y

análisis del r6gimn jurídico de e>cgalotacibn de las minas bajo al crisol de Iá

normativa contenida en este cuerpo de Ley.

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De elli el interbs de seleccionar este tópico como tema cle esta tesis

doctoral, confiados en realizar un trabajo novedoso orientado ei aportap las

coiiocirnientoa original y vital que sirvan como aporte al campo del saber jurídico.

El propósito de esta tesis es exponer un análisis del raimen j~eridico al cual

esí:An sometidas las minas para su explotación en nuestro pals, a Ici vez le la

regulación que realiza la novisima Ley de Minas. Para ello se realizará un estudio

de la normativa que regula la explotación de las minas, interp~rethndoias y

evialuhndolas en lo que respecta al contenido y orientacibn, entre otn~s asp~ tss .

La investigaci6n se realiza bajo la modalidad desciptiva docum?atal,

bikjliogrCBfiw, delimitando e0 estudio del rbgimn jurídico da la explotaci(5n minera ;w

la Ley de Minas vigente.

Ei estudio consta de nueve capítulos. En el capitula primero se desanollai~

los antecedentes hict6ricos de nuestro regimen minero, de donde se extrae c ue 1i3

nueva Iegislaeión minera tiene como base !a declaratoria emresi3 de que lar

minas son propiedad de la Repúblicai, acatando el principio blivariano procla~waido

en 1.829, eompoptándose el Estado mmo un verdadero propietario y adoptinndc,

en consecuencia, el Sistema Dominial.

En el segundo capítulo se denota IU ratificación que realiza la Ley de klinaa$+,

de los grandes principios del Derecho Minero, como lo son el dsm~inio p11a48ic0

sobre las minas, la temporalidad de las concesiones y el earáictc2r de utilidad

pública de los yacimientos minerales, sin dejar de tomar en cuenta el Bessrrollo

Stsstentable en conmrdancia con el ambiente y la ordenacibn del tei-ri9:orio.

Dentro del tercer capít~ilo se introducen las modalidades bajo lais cuales ale

puede ejercer la minería, siendo la mas novedow la marimrnunidad minera y la

regulación de la wquePia minería, mrnplement6ndose esto con los a i p a ~ ~ s del

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cuarto mpitulo acerca de las capacidades e incapacidades para el ejr5rc:icio d r los

dei'mhos mineros, tanto para pewsnas naturales c o m jurídims.

El elemnto fundamental del wpituls quinto es la concesi6n wiinera y SLI

~rmawencia c o m figura juridia para adquirir derechos mineros. Se iSlesarrellairi

sus caracteristicas y tramitación, y los derechos y obligaciones que aidquieren 10:;

wi~~s ionar ios e n su relación contractual esn el Estado, adeds, las; causalcts dct

e>d:inción de las wnmsiones mineras y sus efectos en los sujeto$; tle derecho

intlervinisntes. Siguiendo en el sedo capitulo, donde se desarrollar el ~irc~mdiririienlc)

para la adquisición de derechos mineros en los casos de la pequelia mineria.

En el capítulo s6ptim se explica la aparición en la nueva Leyr de Min;is (jt?

la novisima rqulación de las adividades csnexas o auxiliams de la minería.

Una de las rnAa novedosas Instituciones mineras, es el Resguartio Nac:iorieil

Minero, el cual tendra como funci6n el cuidado de la soberanía h3rritor'oal y de

toc%as las riquezas minerales de la nación. Sus obje~vos y funcil~namiento ss

eíricuentran en el capitulo octavo. Y en el noveno y idltimo capitulo si? trscribé?n las

inc:idencias de la Constitución Bolivariana en la nueva Ley de Minas, e~iiorgAridslro,

en consecuencia, rango constitucional.

Las limitaciones mas resaltanies para el desarrollo de la investigaeón Io

ccrnstituyó la carencia de bibliografia en virtud de la reciente vigencia &?S

instretmnto jurídico delimitado para el estudio.

Por último, se presentaron conclusiones obtenidas a lo largo de ;a

investigación y se ofr-n recomndacisnes para ser consideratloe. Así rice

er~contramos con varias mnclusiones de tipo general, dos de ellas: cue al

legislador hizo uso de una mirada integracionista para nsrrnar la explotacuba

minera, estimando en su justo valor a lar naturaleza, a la ciencia y a la fecnc~ l~ i r~ ,

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c

definiendo como su mhs profunda finalidad el bienestar social; y el polder afirmar

que la entrada en vigencia de la Ley de Minas en septiernbre de 1,9!39, fue L i r

grande atino de parte de la legislatura venezolana.

Y con la contrapade de lo supra-escrito se formularon las recomendaciones,

siendo la de myor inriportancia el llamado al ente legislativo nacional ri dinarnimal*

la (aprobación do los reglamentos que complementan el eficaz fi~ncion~arnien.:~ de?

la nueva Ley, pues, esa armónica corqiunción de todas las herrarnielpitas legales,

reglamentarias, y otros t e ~ o s de obligatorio cumplimiento, eslo qucs {)eneré rá Izi

evolución del WAgimen Jurídico Minero Venezolano hasta nivele~c superiores

dentro del estado de derecho.

A lo largo de todas las consideraciones que hemos realiz:atSo, se hair

extraído los elementos de interks para analizarlos entre ambas Iqisl:mcionec, tanto

de la derwada como de la adual Ley de Minas; cuya finalidad ha sido siempre?

dic%ác%iea, tratando de que el resultado tuviere una aplicación pr$dica en $ 8 1

aspecto educativo, aprovechando la experiencia que se tiene de miis de 10 aAod

como domnk en la catedra de Derecho Minero y Energético en I;a IJniversidad

del Zulia. Esperando de esta forma que este modesto aprte, contribuyéi a Ia

formación profesional de los estudiantes, a quienes va dirigido funda mentalmient~!,

conocida la escasez de materpal biblliográfico. De igual forma, a todos aqiiellos

interesados en profundizar y comprender el complejo mundo de la minería entre

los particulares y el Estado. De cumplirse estas aspiraciones, será slulestra rnayejr

saitisfacción.

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Antecedentes Hist6ricos de Régimen Jurídico Minero Venezo

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CAP~TULO I

ANTECEDENTES HISTQRBCOS DEL

WÉGBMEN JUR~D~CO MINERO VENE%OLANQ

Abordado como herencia trasmitida por la Madre Patria, el regimeni

adoptado por nuestra legislación de minas ha sido Regalista desde sus orígenes,

así vemos que las primeras disposiciones legales que sobre minas rig ó si?

Araiérica fue la Real Cédula, dictada por Carlos V, el 9 de Diciembr~l de 1.526, e-7

la cual se declaraba como propiedad de la Corona las minas que se hallaban en

la!; tierras descubiertas, imponiendo a los descubridores la obligacióii de pariicipar

sus descubrimientos para tener derecho a la explotación. Esta Cédula cotifirswa

que en América jamás se consideraron las minas al dominio de la superficie. ' Las dispcssiciones que mayor trascendencia tienen para nuestro estud o son

las contenidas en las ORDENAN=% DE MINER~A DE NUEVA ESPAO~A, dictadas

por el Rey Carlos III, el 22 de Mayo de 1.783, según las cuales tc~das las minas

pertenecían a su Corona, no únicamente las metáilicas que hubieran csn su 3eirr0,

sino en todo el territorio comprendido con el nombre de Virreinaito de queva

Espana (México). Sin embargo, estas Ordenanzas fueron ext~rn(liéndcse en

P,rnéricai y, por Real Resolución de9 27 de Abril de 1.784, se declairaron v i~~en t i~s

para la Intendencia de Venezuela.

Es de observar el Título VI artículos 1" y 2" de estas Clrcienanzas de

lAinería, que establece:

"las minas son propias de mi Real Corona ... sin separadas de mi Reiil Patrimonio, las concedo a mis Vasallos, en propiedad y poses16ri, de tial manera que puedan venderlas, permutadas, arrendarlas, donadas, dejarlas en testamento par herencia o de cualquier otra manera enajenar el derecho que en ellas les pertenezca en los mismos términos que lo poseaii ..."'.

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e

Es decir, la libre disposición eom cualquier otro bien desde el yciurato de vistci

del Derecho Civil, pero condicionado por la contribución al Fisco. Gonstituyeri

pules, coma dice Godofredo González, Las Ordenanzas de Nueva EspaAa, la!;

primeras disposiciones legales que en materia de Minas ha tenido riulestro país'.

Se observa su importancia al estar vigente en casi toda su plenitud hasta e l año

1 .f354, con algunas variantes en 1 -829 y 1.832.

En consecuencia, se observa que desde las Ordenanzas de Minetia da

Nileva Españai, se inicia en la legislación venezolana el Sistema Regailista, segisn

el cual las minas son propiedad del Estado, siendo este eY fundameiito doctr inaris

que por primera vez imperó en Venezuela.

Be acuerdo con este Sistema, las minas son propiedad originariai del Estadis.

quien está obligado a otorgarlas en concesión para su explotai:iOn al ,~rirner

d~snunciante, es decir, se constituye una concesión de derecho, pues la in(lus.lria

rrrinera es ejercida por los particulares, que obtienen las concesioniss mec8i;tnte ei

Denuncio, formalidad que tiende a favorecer a los descubridorérs, pbes 13s

presunción jurídica que su descubridor sea el primer denunciante dtr Ba mina. su

primer ocupante, salvo prueba en contrario. Estos fundamentos dodrinariss

fueron recogidos en la recién derogada Ley de Minas de '1 -944, puesta en vigerir:ie

en 1.945.

El 24 de Octubre de 1.829, por Decreto de El Libertador SiWn Bolívar, dade

en Quito, las minas pasaron a ser propiedad de la Repidblia. De (rstai maiiera seb

c~stableció en la Gran Colombia el Sistema Regalista imperante en Espaía. Lo

in$s importante de este Decreto es lo que se dispone en su artículo lo: "Cclnfarrnt!

13 las leyes, las minas de cualquier clase, corresponden a la FZepublicna, c;ilyc>

gobierno las concede en propiedad y posesión a los ciudadanos qire la pidan, bajo

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las condiciones exprewdas en las leyes y ordenanzas de minas, y c13n las d~?rn&:;

que contiene este de~reto."~

Concluye el Decreto de El bibeflador, con su articula 38, estat~leciendc~ que

mientras se forman unas Ordenanzas propias para las minas y mineros de

Colombia, se obsentará provisionalmente las Ordenanzas de Minerí~t de hueva

EspaAa, exceptuando todo lo que se trate del Tribunal de Mineria y J~iecei;

Diputados de Minas. Estableciendo que los cuatro (4) primeros 'títi~los de !a's

Ordenanzas de Nueva España, no tendrían aplieaación dentro de la W1epúlalil:ai de

Ve?nezuela. He aquí la importancia de? ese Decreto de El Libe~ador.

Mora bien, con el COdigs de Minas de 1.854, se establece é!I primer paa3

en la legislación minera venezolana aut6&ona, propia s independiente.

A diferencia del citado Decreto de El Libertador y de las pasteRores

resoluciones del Congreso, el mncionado Código no se refiere a ley eriteric~r

alguna, sino que inicia una nueva era, Is que sin duda habriai de? iener Iionda

repercusión en las leyes subsiguientes. De alli lo novedoso, porque sin dueleas fue

uri paso de avance en el Derecho Minero Venezolano, ya que inicia una etapa

legislativa.

Posteriormnte se producen mdificaciones, dado los ewores t?n que ir curse,

cc~mo a manera de ejemplo: en cuanto a la propiedad de las minas que nada dice

eil realidad, lapsus que % I J ~ subsanado en el Reglamento del 04. cle Encira s!e

1 855, dictado por el Presidente de la República para ese entonoes, el Ganaral

José Gregorio Monagas, atribuyendo la propiedad de las minas al Estoido.

Vemos que desde el Decreto de El Libertador (1.829) hasta liai Const tuekín

Federal de 1.8M, Ba propiedad y administración de las minas se cowsidc!raban

asignadas a la República. A partir de esa Constitución, ambas heron asign adas a

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1 O

los Estados de la Unión al reconocerles la libre administración de sus prod~ctos

naturales.

Lo relacionado con la propiedad de las minas se mantuvo como zitribuiclas a

los Estados expresa o teicitamente, a este respecto conviene destami- lo sigui 2nte,

la Gonstitución de 4.881 estatuyó a los Estados la obligación de ceder al Ejecutivo

Federal la administración de las minas con el fin de que fueran regidas por u11

sistema de explotación uniforme; y la recien derogada Constitución de 4.961, que

asignaba integramnte al Poder Nacional lo relativo al régimn y adwrinistraci Sn de

la!; minas (ad.-l36, Ord. lo), sin aparecer el señalamiento expreso sobre a quién

pertenecen, en propiedad, los yacimientos minerales.

Esto ha sido interpretado de manera diferente. Para algunos, tal ornisión

debe ser interpretada en el sentido de que pertenecen a la República; y para otro~s,

que pertenecen a los Estados, con vista a la tradición csnstitucional en cuiinto a

181s competencias de cada Estado (art. 17, Ord. 3O). De estar ajustada a derecho

la opinión según la cual la propiedad es de los Estados, se trataría en todo caso

de un derecho de propiedad virtual, por la imposibilidad legal para los Estados sde

ejercer ninguno de los atributos de la propiedad, como son: el uso, goce o

dlisposición.

Habría que interpretar que las leyes que han establecido este &gimen,

~etribuyen al Ejecutivo Nacional directamente a travks de entes pJblicads

riacionales, la administración y regimen de 10s yacimientos mineros, en tal sentidcl

se ha de interpretar que implícitamente le atribuyen la propiedad a la Rer~úblisa,

de acuerdo con la distribución vertical del poder.

Se observa que a partir de las Ordenanzas de Minería de Nueva Espaila

vigente en Venezuela en 1.784, pasando por el Decreto de El bibei-tador de -l.8:29

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l!

en nuestro primer Código de Minas de 1.854 asi como en otros instrumentos

jlarídicos que regularon la explotación de las minas como el Códigjo de 1.904,

1.9105, 1.909, y las leyes de 1.936 y en la recién derogada Ley de Miria:; de 1.945,

tuvo aplicación en nuestra actividad minera el Sistema Regalista, poi' cuanto el

Estada era el propietario de las minas, tanto nset&licaa, como las rio rnethl cac,

que si bien era cierto se daban mnifestaciones del Sistema Dominial; en Is que

Ila~mriamos resewas parciales, el Sistema Regalistai era la norma grsneral, era el

r6gimen aplicable; sin embargo, con excepción se aplicaban loa otiro!~ Sistctwwaa

como el de Oc~~pacrión, Res lrlullius y el de Accesión.

El Sistema Dominial se aplicaba para cieflos minerales de gran irnpofianeia

en v i ~ u d de la facultad que otorgaba el A-L. 11 de la LM 1.945, rc~cienteniente

derogada, que establecia textualmente:

El Ejecutivo Federal podrá resemar, mediante Decreto que se pub1ic;ai.á en lo Gaceta Oficial de los Estados Unidos de Venezuela, la exploi.ac:ión 1 explotación de todas las sustancias a que se r e f i e ~ el articulo 2 O o de algunas de ellas, en todo el territorio nacional o en la zona o zonas que sea determinardn en el respectivo Decreto. No podran hacerse denuncios de lazm sustancias que hayan sido o fueren objeto de !e reserva en los territorios c:

TE!SBW2ltt zonas que ella comprenda. El otorgamiento de concesiones de tale., podrá hamrse con ameglo a lo dispuesto en el Libro Termra de esta

De igual manera, para el a s o de los miinerales, establecido en los arblcu8es

4 y 8 de la derogada bM 1.945, en lo referente a los yacimiei7b)s de ~iraic,,

oisquerita, kelio y la piedra de construcción, que se éxplotabai~ ,a trav5s de

a~ntratos espmiales que mlebraba el Ejecutivo Federal cuyo prlapóaito fue :SI

folrnento de la ewlotación de esas materias.

Sobre la base de las consideraciones anteriores, por máa de 50 anos

e:stuvo vigente esa Ley de Minas, sancionada el 15 de Julio de 1.914 y puklicaicta

ein Gamta Oficial No q21 Edraordinaario el 18 de Enero de 1.945; y c;orno :ie dijo

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i i

aiaterisrmnte, Venezuela se acogió al Sistema Regalista como base de SL

Derecho Minero, aunque utilizaba también los otros sistemas conocidos corio e4

Sistema de Ocupación, Res Nulliua (en mayor o menor grado).

Y por via de excepción, usaba el Sistema de Accesión pzgutado e!n el

ast?'culo 7, porque concretamente se indicaba en el art. 33 de la b.M 1.945: "El

primero que denuncie un yacimiento con las formalidades prescritas en !a pre:;ente

Ley, tiene derecho a obtener el título correspondiente si se trata de los rsliinera les si

que se refiere el artículo 20"~. Y este ultimo preceptuaba que "Con ha excepclona:;

establecidas en este mismo título, pueden ser objeto de denuncio, c m la isrnaa

lecjal, todos los minerales comprendidos en las disposiciones de esta ley. ir7

En este orden de ideas, el legislador de ese entonces no fue r~!stridi\ra, sin43

que dejó abierta una via, una ventana para pasar del Sistema Regali:;tzni al Si5'tema

Dominial, es decir, la facultad o discrecionalidad del Ejecutivo Nacioiaal de otorgar

o 170 concesiones mineras. Como en efecto así se establecib haciendo uso d s es3

facultad que le otorgaba el artículo 4 4 de la LM 1,945, cambiando dt? esa 'orr~a

toda Pa fundamentación y orientación de la legislación minera venezcjiana.

Por el alcance absoluto del Decreto 2.039 del 15 de Febrero de 1.977

(Gaceta Oficial N" 31 .195), se declara Zona Resewada a todo el territor:cs

néicional, no como en otras ocasiones que en virtud de esa facultad c;ue le canferia

e! pre-aludido art. 11 LM 1.945, que en vista a la eArasrdinaria riqueza del n- inerd

de hierro descubierta en la región de Guayana, el blinicterio ele Miiiac e

Hidrocarburos, declaró Zona Resewada el c-iadriláitero ferrífers rie San sicir>,

según Decreto No 97 del O6 de Julio 1 959, de la misma manera declarb $ora

Resewada la extraordinaria riqueza de mineral de níquel descuibics~a et? Saai

Sebastian del Est%ado Aragua Decreto No 21 7 de fecha 05-82-1.960. Y por Id 3creto

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1 i

1.045 del 19 de julio de 1.972, el Presidente de la República, tleclaró Zona

Resewada todo el territorio nacional para exploración y explotación dlel Carbon.

No obstante, como se aprecia de inmediato, la reserva recayó sobre uriw

sustancia determinada (hierro, niquel o carbón) y en zonas también e?specíhcas,

con excepción del carbón que sí abarcó todo el territorio nacional.

Por el contrario, el pre-aludido Decreto 2.039, por su alcance abscrluto

comprendía todas las sustancias denunciables y en todo el territcirici naci~nal

convirtiéndose así el país en una gran Zona Reservada para la t?xploración 1"

explotación de minerales en general, cuyos linderos coincidían con lo: del

territorio nacional, poniéndose fin entre nosotros al denominado Sistema Regialista

en lo que respecta a los yacimientos rnetailicos y a las piedrzis preciosas

Imwrando consecuencialmente, desde la mencionada fecha, un régimra

exclusivamente Dominial, caracterizado por las concesiones cuyo otorgamiento

no es obligatorio por parte del Estado venezolano y las cuales estabari reguladas

en los artículos 174 y siguientes de la LM 1.945.

Durante la vigencia de esta misma Ley, surgieron una serie dle hechos y

situaciones en las que hubo la necesidad de legislar eíi materia dé! minería a

través de decretos y resoluciones (entre otras), lo cual originó luna serie cae

di:;posiciones dispersas, muy heterogéneas, produciéndose un caos legislativo esi

materia de minería.

Así vemos que, como consecuencia del Decreto 2.039, que fueron normas

de? carácter sustantivas, se legisló en base a resoluciones al respecto, surgierid~ la

R~~solución No 148 del O6 de Abril de 1.978, derogada por la Resolucióin No 5:?8 del

23 de Diciembre de 1.986, y $$%a a su vez fue sustituida por las resoluciones lal0

1 '1 5 y IVO 116 de fecha 20 y 21 de Marzo de 1.990. Todas ellas fueron norras de

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1.-

carhcter adjetivas en donde se establecía entre otras cosas, las dispo!sic;iones garei

el otorgamiento de concesiones mineras, y donde se eliminaban las normas para

el otorgamiento de permisos de prospección y contratos mi~eros. Estcj

irn~sosibilitaba establemr un verdadero control sobre explotaciones inineras en e l

pais y sobre todo en la parte Sur de Venezuela, que es un vasto territorio para Iáa

explotací4n de oro y diamante.

El impacto ambiental que las explotaciones mineras prodi~cian gr?nerb

en~frentamientos entre los diferentes órganos administrativos del Estado, cable

destacar, entre otros, el Ministerio del Ambiente, la Corporación Venezoleria de

Guayana y el Ministerio de Energía y Minas, que trajo como resultado, la mayoría

de las veces, la desaplicación de la Ley de Minas ante actividade!~ de caiacter

piiblico o privado, que en muchas ocasiones fueron realizadas al margen de ia

misma, tal como ocurrió con las encomiendas, asignaciones y delegac:ione?s

hechas a la Corporación Venezolana de Guayana, para el desarrollo, exploaciCn

y explotación de oro y diamantes en la región de Guayana, originando corltraitos

de dudosa legalidad.

Estos enfrentamientos comenzaron cuando el Ejecutivo Nacional dicten el

Dlecreto lVO 3.281 de fecha 22 de Diciembre de 1.993, en Gaceta Oficial No 35.366,

en donde se dispuso que el MEM delegue a la Corporación I~enezolana tle

Ciuayana el ejercicio del derecho a la exploración, desarrollo y ~xpio&ción tlle

nlinerales de oro y diamante, de aluvión y de veta en todo el territorio de la ftwir5n

CGuayana. Esto fue una violación flagrante a la Ley de Minas vigjei-ite para ese

~!ntonms, por cuanto a la Corporación Venezolana de Guayanls (CVG; se le

otorgó el manejo de las concesiones mineras en el Estado Bolivar, c:reándase en

tansecuencia una gran confusibn entre los inversionistas y el Estatil~.

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Dada la situación reinante en esa zona, el mencionado Decreto 3.281 fue

derogado conforme a lo dispuesto en el Decreto 1.384 del 26 de Febrero de *1.99[i

publicado en Gaceta Oficial No 36.000 de fecha 15 de Julio de 1.996, y eii

consecuencia se procedió a hacer una revisión de los contratos otorgados b ~ j o el

Dc?creto 3.281. (Esta materia fue explanada en el Título V).

La situación sobrevenida con el Decreto 2.039, trajo como

consecuencias que:

- Desaparece el régimen del Denuncio y el Sistema Regalista para el otorgariienlo

de concesiones mineras en el pak, por cuanto se implanto el Sistemia Domir ial de

olorgamiento facultativo por parte del Ejecutivo Nacional.

- Desapareció el Libre Aprovechamiento (teóricamente, porque en la pract ca rio

ocurrió así). Hasta ese momento, únicamente no podía hacerse en Zonas

Reserwadas, según lo pautaba el artículo 200 de LM 1.945, pero a raíz d s este

Clecreto se pauta a m o Zona Reservada a todo el territorio I\lac:ional. Es (;de

advertir lo contemplado en el Título VI de la Ley de Minas de 1.945,

específicamenite en lo concerniente a la modalidad de explotación por bar-ancas

(lzuadrado de diez metros de laido), en la cual el minero hace suyo los mirierales

cjue pueda arrancar a mano o por métodos primitivos, según lo 1rstablrixAa el

éirtículo 47 ejusdem.

En este sentido destaca el Dr. Duque Sánchez, considera y llama "vc!stigios

del Sistema de ~cupación"~ dentro del sistema Res Nullius. En la práctica, pesar

(le la prohibición expresa de la Ley, existe este tipo de explotaciones ilega es, 1101-

cuanto la vasta extensión del territorio impide supervisiones o ccmtroles

específicos a este tipo de explotaciones.

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- Ciesaparece el otorgamiento de permisos de exploración exclusiva (ar%. 1 1 3 Lbi

1 .cr45) porque ello sólo podra versar sobre minas denunciables y, a parl.ir del ' 1 5 dc:

Febrero de 1.977, esta categoría de yacimiento no puede ser objeto de ncevo!;

denuncios.

-Desaparece la diferencia entre concesiones en cuanto a duración1 y exterrsid~,

toinando en consideraci6n la forma de presentación de los minerales o del ti130 d e

yacimiento, artículos 36, 37, y 4.1 de la LM 1.945.

- Deja de tener efecto el principio conocido como "Unidad de la Coi-teesiónn, q u e

regía únicamente en las concesiones originadas por denuncio, segúri el cual, el

título de la concesión que se originaba por denuncio daba derecho! a explotar

todos los minerales denunciables que se encontraran en ella, con el único

requisito de participar al MEM la nueva explotación emprendida en el (:asa d 3 qule

ocurriera.

Se exceptuaban las concesiones de aluvión en los cuales Iss

concesionarios debían cumplir las prescripciones de la Ley para tener derecho e

explotar los yacimientos de veta o manto, de minerales de las sustéincias

denunciables que se encuentren en su concesión y en cansecuencia, su derecho

era preferente al de cualquier otro denunciante, pero solamente lo potlía hacer en

lcas lapsos previstos en la Ley, todo esto pautado en los art. 21 y 2:2 trjusdern.

Establecidas las implicaciones legales del Decreto 2.039, de:sdle la fezha sn

que fue dictado sólo era posible otorgar nuevas concesiones con ;arreglo c l Libro

Tercero de la derogada Ley de Minas, en Zonas Wesewadas, con excepcibn

hecha de otras concesiones que versan sobre las sustancias estiablecidai; en el

zar%. 7 ejusdem, y cuyo régimen no fue modificado por el menci~snado decreto,

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especificamente en lo que se refiere a las piedras de construcción y ornato que ns

segan preciosas.

Por todas estas circunstancias referidas se hacia evidente la rie1eesida;d de

adecuar las actividades mineras a un regimen legal cbnsono con las realidadesl

nacionales del país en materia de minería.

De allí, que el Presidente de la WepUblica, en ejercicio de la atriloución que kr

coisfería el ordinal 8O del aflículo 190 de la Constitución de 1.964 y de conforniidad

c~1r-i lo dispuesto en el apliculo -lo numeral 4, literal k y nunneral 1, literal b de la

Ley Brgánim que Autoriza al Presidente de la Repliblica para Didiar Metiidas

Extraordinarias en Materia Emnómica y Financiera requeridas por el intereli~

Púiblico, publicada en la Gamta Oficial No 36.686 de fecha 26 de Abril de 1.996,

emite [las medidas necssarias en Consejo de Ministros sobre el regímsn jurídi :o de

las minas, did6ndose en consecuencia el Decreto No 295 con Rango y Fuerza da

be~y de Minas, según Gaceta Oficial E&raordinaria No 5.382 de fecha 28 da

Septiembre de 1.999; el cual contempla los principios generales que regirán a

partir de ese momento todo lo con~ernriente en materia de mineria.

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Principios Fundamenta a nueva Ley de Minas 1.9.39

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Realizadas las consideraciones atinentes a los antemdentes hi!;tóricos del

r6igimn jurídico minero venezolano, a los fines de confomar la relacióri biásica del

mismo con el actual, se hace oportuno estudiar loa principios Bsdsiixs sobre 10s

cuales descansa la Iegisiación minera.

Al hablar de los principios fundamntalas de la legislacibn miriera no 3s de

extrañar que tales principios se encuentren en otras institucioina:s juridicas

ccnocidas; sin eilibarw, los principios que trataremos, tierien piersorialidad propia

porque son asimilados en forma tal que desempeñan funciones específims en t9i

caimpo minero. A pesar de ser tomados de otros campm del I3erecIi0, al

acloptarlos, lo han hecho de tal forma, que le han revestido geculiaridaelei,

qi!edando c o m figuras jurídicas fundamentales. De allí que al hacer el estudio y

las consideraciones de los principios en el hmbito de la minería, hay que prescindir

generalmnte de Ia función que le hayan dado en otros campos del Dc?recho, para

esbblemr, corno veremos mhs adelante, que son muy especifica:; dentro de

mineria y su ailmnm dentro de este caimpo.

Por tanto, tales principios revisten vital imporlancia dentro de la Begislacitsn

m~inera venezolana, que en conjunto y con sus propias características cons%ituiy~?n

lal base fundamntal donde repwa nuestro h r e c h Minero, los cinales verenlos

srsguidamente.

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2."9. PWINCIPIIO DE LA PROPIEDAD

La base de la Nueva Legislación Minera está constituida por la1 declaratoria

expresa de que las minas son propiedad de la Repúblim. En los zante&ehntes

Ristóricsc esta declaración aparew ccpnsagrada en nuestro ordenamiento jurídlicm

a padir del Decreto de El biberlador en 1.829, adelanundose en niuchisimas~

años a las nuevas teorias y sistemas sobre la nacionalización de lais minas. Sin

embargo, nuestro primer 66digo de Minas de 1.854 no mntenia Unia declanicibn

expresa sobre a quién pedenecia la propiedad de las minas, omisidn subsi3adri

mdiante decreto dictado por el Presidente General Jose Grwoi.io Monzigas,

declaración que suplió el silencio acerca de Ia propiedad.

Posteriormente su-dieron Iss C6digos de 1.885, 1 .887, 1 ..8391, 1.893, ' .904

y 1i3 Ley de Minas de 1.905, los Códigos de 1.989 y 1.91 O y finalmente la Ley &gs!

Mitias del 15 de Julio de 1.94, publimda en Gaw& Oficial E~raorclinaria N' 12'1

del 18 de Enero de 1 .W5, en donde tamoco se establecía claramente sotrre Iza

propidad de las minas. Para completar el estudio, consideramiss pedirientr?

analizar brevemnle la evolución histórim de la propiedad de las minas a %;r.av&s

de algunas mnatituciones que han regido la Wepúblicaa de Venezuelal.

La Constitución de 1 .$M, csntenia pues, dedairacibn de la prorpiedad a favor

de cada uno de los Estados, al dejarle a ellos la libre administraci6n dc! su:$

prt3dudos naturales. La Constitución de 1.881 se mantuvo a m o la asrterior, pero3

le agregó que se obligaba a -da uno de los Estados a ceder al Gobierno de la

Fe!deración la administración de las minas para que kiesen regidas p a r un si$,teme

de explotación uniforme, debido al caos legislativo que se había daido ev ,asta

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2 1

materia; tal es la opinión del reconmido mgistrado venezolano, Dr. Jos6 RonAn

Duque S&nchez9.

Las Constituciones siguientes como la de 1.891, l.9Q1, 1 .QQ4, 't -909, 11.9228,

1.925, 1.947, 1.953 y 1.961, no tienen una ddaración e>cprema iiccsra ce la

propiedad de las minas, pero eonform a su espíritu, 6stas pefleneciilin al Estado,

aunque la administración de las mismas era cometencia del Poder Nacional; es

m&s, la Constitucibn de 1.961, recientemnte derogada, en su ar8. 17 ord. 3O, (dabai

a los Estados la administración de sus bienes, sin decir "propios" y si11 la sanlsdl%daiei

mi9 respecto a las minas. Es en el articulo 136 ord. 10°, ejusdem, que se

resiervaba a la competencia del Poder Nacional el rkgimn y adminisi:ración de las

minas e hidrocarburos. No hay pues una mferencia directa ni indirec:ta en ciianlo

a La propiedad de las minas.

Se advie~e entonms, que la declamciQn de la propiedad dé? las rnir~aa

t~av6s de nuestras constituciones se formuló de diferentes maneras. Así se tiene

que la única declaración mtegórica fue la del Decreto de U bibehadsr Slimóii

Bolívar de 1.829, de igual manera, la nueva Ley de Minas de "1.999 se asalge ;a

este principio, en donde se expresa te&ualmente en su artículo 2° que: "Las ininas

o yaamientos minerales de cualquier clase existentes en el terri'toisio nac:ionzal

E5 . . ."'O. (Su brayado de la investigación).

En consecuencia, el Estado se m sta frente a la riqueza mine!ra coim un

v~krdadero pr~pietario y no como un simple administrador d e ella, pc~r tanto rjuede

e>cplotarla por si mismo en un régimn de concurrencia con terazros midiaiafe

concssiones, o puede resewarse exclusivamnte la explotacibn sin que en r ingfin

momento se desprenda de la propiedad de las minas, adoptando e irnglemer tando

d e manera ewresa en la vigente Ley de Minas &&, en el cual

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2::

csrnprende solamnte dos (2) modalidades: la explotacibn directa por el Ejecutivc)

Nacional y la s~lotaeibn por los ps~iculares niediainte el otsrgcimienla de?

coirimsión de evloración y subsiguiente exploaaicibn, =be agrqar le abiaorirí3icidri

de evlotaci6n para el e@rcicio de la pqucr" minería. La implermnladCsn d~ esta3

sisitema Dominial, esla ewresado en los a ~ i w l o s 7 y 23 de la vigente Lcty de

Minas, al ~ q u f a r las mdaiidedes para el ejercicio de las acwidades rnineras y lis

ln!stituci6n de la Resewa.

Por obra pase, Ba propidad de las minas tiene su fundamnto en la riueva

C(snstitución de la República Bolivariana de Venezuela, mando elrpiasa ~sra su

artiwls 12 "Los yacimientos mineros y de hidrocarburos, cualquiei.a que sra su

naturaleza, existentes en el terrifori~ nacional , $a@ el lecho del mar t~erritsrial, en

la zona eeondmim exclusiva y en la plataforma continental, peute

R - , son bienes del do mi ni^ piáblico y, por Panla, iiialienablss t?

in.iprscriptibk8. . . ."" (Subrayado y negrib de la iwvestiga~iOn).

El orden de ideas expuesb nos wrmite afirmar que: a- La deelaiación

expresa sobre la propiedad de las minas, no asparew ~ ~ n ~ i g g r a d a sn :a

rtseientemnte derwada hM 1.945. b- En la Constitueibn d e 4.96"Ptsimpow existe

una declaración @presa s&re la propiedad de las minas y en su exposición c!e

wiotivos nada se dice al respects. c- La nueva Ley de Minas y la GonstituciOn

Elolivariana de Venezuela, recientemnte peiesh en vigencia, Ilenaie =te vacío

Irqal en cuanto a la propiedad de Ias minas e implementan en b r m úsica e

ii?equivo@a la DOMINBALI~CIÓN de todos los wiinerales exisknles en el bepritorio

riacional, sasumiends la total eliminación del Sistema RqalisLa en ruea4ra

legislación mine", cuya eliminaGQn primra ya Rabia s u d i d o con el Ceere>to

61.039, del "s de Febrero de 1.979.

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Por ser las minas riqueza eminentemnte productiva, no se puede

desconocer que en torno a esta materia hay un elemento de gran imc)oitawcia que

le da vida y colorido: el factor ecsnómico, el cual respalda el principio de utilidad

púlslica o social en su aduación frente a los demás factores que pu(sdan da se y

tener vida en el SImbito jurídico de la Legislación de Minas. Otro elemiewto

sigmifimtivo es el factor fisa1, que obliga e impulsa al Estado a declaiar de utilidatl

púlblim la industria minera.

De allí que estos dos fadores: el econbmico y el fiaal, sean inherente:; a la

eqplotación minera, y el Estado a fin de realizar sus más altw fncis. decléira la

actividad minera de utilidad piiblica para el logro del desarrollo y bieriestar de toda

la colectividad, dada la potencialidad escanbipiia que representa la adididaci

minera para cualquier país y especialmente para Venezuela, vali~5ndose le la

ínsnenm riqueza minera que pose.

En nuestro Derecho Minero este principio tiene su punto de ~~artida desde

la!: Ordenanzas de Minería de Nueva EapaAa, que aunque expresanwnte no lo

mancionaba, lo aplicaba. Nuestro primr CQdigo Qmpoco lo csnsa$lraba, pero lo

ayatimba, dado el Sistema Regalista según el cual todo Is referentt? a las minas

pr?fienecíam al Estado.

Las legislaciones de 1.893, 4.904 y 1.909, consagraron el principio de u:ilidad

piiblia, despareciendo en leyes posteriores. Luego se volvió a ac.ogger, dada su

impedancia econQmica y fiscal. Así, vemos que la Ley de Mii~ss de 4.945

consagra el principio de utilidad pbibliea o social de la industria minera en su

a~t icbl l~ lo donde dice te>Rualmnte: "Todo lo concerniente a las rniiias, crialjeros,

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24

depósitos s yacimientos minerales situados en Venezuela se declari3 de util dad

pública y se regirá por las disposiciones de esta Ley, salva lo que fuer~r objet~ de

Leyes especiales, relativas a determinadas sustcin~isas."'~

Obsewamos que la Ley de Minas derwada era mucho mas explícita qiie el

nuevo Decreto de Ley de Minas de 1.999, el cual estatuye en forma generaliradel

el principio de utilidad pública, expresndo únicaimnte en su ar':ículo 3' "SE!

delclara de utilidad pública la materia regida por esh Ley."'3. El contcsnido de la

transcrita disposición I qe l nos permite analizar brevemnte que la dedarapeion dtr

utilidad públia en materia de minería son normas de suprema efieae:iai diic.ad;a~s;

pclr el Estado a fin de poder realizar sus más altos fines, que son SUS, lineami3ntos

fundamentales en su aplicación para el beneficio de una caaledvidaid en general.

De acuerdo a !o expuesto, se mantiene en la nueva Ley de Minas E:!

principio de utilidad pública, hasta el punto de otorgarle al concesionario c e ~ o s

at.ribulos de poder, tales wmo la expropiación, ocupación temporal y ixnstifueióri

da sewidumbres, expresados te~ualmente en los artlculos 11 y 12 del Decreto

con Rango y Fuerza de Ley de Minas de 1.999.

La razón de este principio desansa en que las minas constituyen un bien (He

irateres público y por tanto de utilidad piiblica, que rspresc?ntan fsctores

económicos y f im les fundamntalec a la comunidad en general.

Los mismos atributos de poder expresados anteriormnte, Iss pr~~v ib el

legislador en la Ley de Minas de 1.945 en los artículos 18, 1:21, 122, y 112s

ciirt[culos 62 y siguientes en materia de servidumbres rninmas, c:oii una mayor

zamplihd de esos derechos; mientras que el Decreto de Ley de Miníaa de 1.999, an

(31 articulo 11 envuelve todas esas figuras jurldicas al establewr: "El beneficiano

de derechos mineros para ejerer las actividades reguladas por ss1::a Ley pscxh-8

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:2 5

scilicitar la constitución de servidumbres, ocupación temporal y la expropiacitjn de

Estas fawltades conmdidas por la Ley al contratista o conwsionario, 1 ienen

consecuencias prhctias a los Wnes del ejercicio de la actividacl minerit. Sin

Cabe advePtir que la declaratoria legal de utilidad pUbliw no cempofliii derechos adquifldos para los contratistas cuyos contratos o conasiones S? oto~aron bajo la vigencia de la Ley en que la &clar%toria estaba tiecha. [a(? Pnewra que, si una ley posterior deroga la declaratoda como útil a lía humanidad, deja de serlo, pues tal declaratoria, por su índole, solo zatnbuye 2 I público a quien ea útil deteminada msa o actividad y si el indi\riduo o l í a

empresa enargada de dicha advidaid se benefician de la dedaratoria, q u ~ hace m8s cómodo el ejercicio de sus funciones, ello es s61o por acci(lsinte y de manera transitofla. Las msas y las adividades son útiles aI pÚMico, solo a 4.1 benefician y a610 con vista de sus necesidades tiene lugar la decla~itona.'~

De acuerdo a IQ expuesto, el Estado estable= normas que declaran cde

uitilidaid pisblica ciertos bienes eon el fin de satisheer las nemsidades be uraa

ccsmunidad en general. En efedo, este principio opera en nuestro DerwRo FWiners

al imponeme primero el Sistema Rqalista, como se dijo anteriormerite, y hoy en

dc~ma definitiva el Sistema Dominial, los cuales atribuyen la propiedad origiibariá y

e:~clusiva al Estado por mandato constitucional y legal.

Es preciso destamr las razones que ha tenido en cuenta el Iisgisladsr pala

Icr declaración del principio de utilidad pfiblim a las actividadg?~ mii~eras,

atendiendo a las orientaciones siguientes: a- Que la riqueza mineral debe estar

slervicio de la comuriidad en general, y; b- Que los pa~iculares nca obstaculicen

tales adiwidades, ya que irla en detrimnto de la prodasaión minem, por c:uanrto

privarían máis sus intereses particulares que los intereses de una c:oinunidiad; de

allí, que jamás psdr6 dársele !a propiedad de las minas a los parti~suleire:~, sino

únic-imnte el derecho a la explotación.

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Es un principio en virtud del cual se establece una limitación eri el tie mpc.,

prcswista en nuestra legislaci6n, tanto en la derogada Ley de Minas dirl 45 corm eici

el Decreto Ley de Wlinss de 1.999.

Se kindamenta este principio de temporalidad de las csinwsiorres mineras

eri el hecho que de otorgarse en foma indefinida el derecho para expldar las

minas se crearía a favor del beneficiario un mnopoHo surnamrite pperjbididwl;

piara evitar tales situaciones, se recurrió a un limite temporal, 0rridencia8, cie

rrianera tal que el conwsionario puda ejecutar sus actividadesl, y el EEstado

e@rmr su función de control y fiscailización en las explotaciones wiineras,

obligando al conwsionario a ejerer las aidividades inherentes a iza minería c~n

ffsrma M s expedita, en virtud del tiempo ccsnmdido, utilizando la:; Iécniecia m&s

alpropiadas y consecuencialmnte, la industria minera redundara en niejores

kasneficiss econQrnicos y un crecimiento favorable a los intermes del Estado.

La recien derogada Constitución de 1.961, en su articulo 136 numeral 70,

asn donde se referia a la mteria propia de eornpetencia del PQdier Nacional,

señalaba clairatnaente que el Ejecutivo Nacional no podía otorgar mncesionea

inineras por tiempo indefinido. En una interpredcibn a mnkarjo wnsli de la

norma, inferimos que las conesiones debían otorgarse por témiino defirririo

determinado, preshblecido. Y en la nueva Constitucibn de lla Repúblic~i

Bolivariana de Vewruelai, aeieulo 156 numraI 16, se repite la tmporal~dad dcr

las concesiones mineras al esbbleer que: "El Ejwutivo Nslcioi*ial nct potdr;á

otorgar conet~~siones mineras por tiempo indefinido ..."le. Por tanto, es un ~rincrpics

de derecho público el consagrarlo la Constitucibn Nacional. Por otra pairtrs, es uia

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principio netamnte legal, en el sentido de que no hay ninguna raz&n natura que

lo iwtponga en foma imperativa y por la cual deba rwirse el 1~:gislador mrs

re!specto a este principio.

En la Ley de Minas 4 .M5, a tenor de lo dispuesto en Bss a-ticulos 4% y 43,

se adopta el principio de temporalidad al establecer que las mnwsisnfts de ueb r;,

misinlo, originadas por denuncio, se adjudicaban por 50 anos, y las ole aluvi6n por

25 aiios, phidimdo el conmsiowario renovar la conmsián una sola bleic y e011 una

d~lración igual a le csnwsibn primaria. &imisms, se adopta edte prlneipis en las

artículos 8 y 188, al establemi- una duracibn de 20 y 40 anos, real~eetivawente,

En los pfimros tiempos de nuestra legislacián minera, las C O ~ W S ¡ Q Y ~ @ ~ ~ eran

dorgadas a perpetuidad, as1 lo establecla el C6digo de Minas de? 'I .$S; y por

Decreto Ejeebi%ivo del "8 de M a ~ o 1.883, la duracibn de las csncesic~nes se isdujo

a 99 anos c o m m8xim y a m o mínimo 50 aflss, apareciendo por primera vez el

principio de tempralidad.

principio de temporalidad, la cual se repite en la vigente Ley de Miweis de " .999,

e17 su a~iculo 9, preceptuainds que: "Los derecha% mineros son tc~niporalt?~, se

ejercen denko de los limites geqrdfiess y mnfs rm a los t6rminos de esta Ley y

dlemgs disposieisnes Iwales ap8imbles."". Y en su articulo 25:

Las concesiones que otorgue el Ejecutivo Naeionail eonfosme a ~:sta Ley serán dnicamente de explomción y subsiguiente explotacibn, su dirmcibn n3 exwderh de veinte (20) aiPlos, contados a partir de la fecha de publimción cBc1 Ceptificad~ de expldaeión en la Gamta aicial de Ia RepUblia de Lkfisauelii, pudiendo prorrogase su duraeibn por periodos sucedvos no mayores de dkz (10) años ,... . 18

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23

Es preciso destacar que en lo que respecta a la pqueñci rnineríii, !a

autorización para la explotación de oro y diamnte no axmderh de "1 01fios

según lo estable= el art. 64 DLM.

En consideración wíi la Ley de Minas derqada (aPh. á88), la mna?sibri

minera era otorgada por 40 años, en la nueva Ley de Minas de 1.999 e!; por

msnes tiempo, es decir, por 20 anos; presueniendo que el nuevo paifl~ciilar a cluiers

se le otorgue una concesión, debe acelerar el proceso de explotaciói~ utilizando

m5todos y tecnolsgia de punta para obtener el Mximo beneficio, que! en iiltinciaa

inistaacia, es un beneficio tanto para el concesionario como para el Izstado. 1% tal

s~~ntido, este principio de temporalidad sería para nosotros el máximo lFundar3enta

dcr obligatoriedad y de aplicación.

En loa principios mineros tarwbien encontramm que el derecho para el

ejlercicio de las actividades mineras se debe ejercer dentro de Iímite?s g e s g r ~ f i ~ s

dleterminados, Iss cuales se encuentran expresados en el artículo i!6 de la llueva

Ley de Minas, al establemr el &Mito espacial sobre el cual se ejeroe le con(as10n

saiinera. Este ámbito es un volumen piramidal cuyos véfliws y linderos esGn

orientados de acuerdo al sistema de proyección Universal Transvi2wal ME rcator

(UTM), que permite proyectar una parte de la aupeficie esfkrica de le Tierra

sobre una superficie plana. También se puede utilizar otro sislé!rr~a de mayor

aivance tecnológica, siempre que sea aprobado por el Ministerio de Energía y

AAinas.

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Gráficamente resulta una pirámide invertida, cuya profundidad se extic?nde

en planos verticales indefinidos.

Figura No 1 Pirámide Invertida del

Ámbito Espacial de la Concesión Minera r -- 1

,a; ."

I Fuente: Venancio Pulgar F.

En cuanto a la extensión horizontal de la concesión,

... sera de forma rectangular y estará determinada por puntos fijos y línea; rectas sobre la superficie terrestre, cuya unidad de medida superfic:ial sera l a hectárea (ha.). La extensión vertical estará definida por la proyecvibn de SJ

extensión horizontal hacia el centro de la tierra e ilimitada en prof~intilidad."

El espacio terrestre en el cual se ejercerá la actividad [minera, estará

conformada por lotes, divididos en unidades parcelarias, y sus dirriensiolies se

indicarán en el parcelamiento minero que elabore el Ministerio de Energía y

IMinas. Estas unidades parcelarias variarán entre un mínimo que corresporide, en

todo caso segiin la Ley, a cuatrocientos noventa y tres hectáreas (493 ha.) y üri

máximo de quinientas trece hectáreas (51 3 ha.).

Es de observar que lo que se establece en la nueva Ley de Minas e!;

novedoso, y permite darle una medida real a los lotes de acuerdl3 ;3i la c~irvatur;a

de la Tierra y sobre la base de las más avanzadas técnicas lile medizion eii

materia de minas, para evitar los márgenes de error que se cometía?

anteriormente con la Ley derogada (art. 480) según la cual las parcelas ligue

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eligiera el conwsionaria, wa podían cubrir mas de la mitad del lote, rii rsxcedt?r de

500 has. ceda una. Esa md ida antes indicada, era muy dificil pderla estab ecer

wn ex~ctitud, por la cliwatura que presenta le Tierra; de allí, el legis ador

previendo estos márgenes de error, establecib idas mínimas; mdx mas,

eritre 493 y 51 3 hectáreas cada lote.

Figura No 2 Efectos de la survatitairaii de la Eierrai en la medición de terrenos

Donde: Supe~icie Plana A - B = 3cms. Supeficie Curva A - C = 5ms . La superficie "A - C" es mayar, por la cu~vatura de la f ¡erra (U'íNI).

1 Fuente: Venancio Pulgar F. --

En cuanto a la e~ensíón, la nueva Ley (art.28) esaaible~ que:

Los lotes se confomarárn por 12 unidades parelarias y por lo taritci tendrgin una extensibn máxima de 6.1 56 has. cada uno. No se podráin otorgar lotes en concesión a un colo titular sabm mas de 24 unidades para41arias o el equivalente a 2 lotes. El mnwsionario tendrá derteck~ de seleccionar haga un rn8xiimo de scris unidades parmlatias de manera contigua para la explotacidn minera, formando un bloque único; quedando las restantes corno esewas nacionales, las cuales podrgn ser otorgadas en concesión en fase de explotación conforme al procedimiento previsto en al artículo 47' de esta Ley.*'

Si tomamos cama base un lote de doce (12) unidades parwllariac, de "93

hectareas mda una:

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6.1 56 has.

Entonces, El lote de 12 unid. parc. x 513 has. c/u - 6.1% has. De este total. el concesionario solaimnte pude e er seis uniclades

parmlairias, de mnera contigua fomando un $[que único, es decir, la mitsld del Bote = 6 unid. parc. x 513 has. du - 3.078 has. O bien, las 6 unid. parc. % 413 has. d u = 2.47Mha. Resultando:

* 9 Mitad de bote Reservas Nacionales (3.078 has.) (3.078 has.)

Sin embargo, termina explicando el pardgrak único del art. 608 de la nuejra

Ley de Minas que el Presidente de la Wepublicai pdr& autorizar carimsiories tle

lotes con una suipeficie mayor, en casos especiales y cuando a!;i convenga al

in%er6!% de la nación, es decir, se deja a la discrecionaalidad del Pieer;idente? de la

Fieplrblic~i, el otorgamiento de lotes mayores, siempre y cuando así convenga al

interks nacional.

Este principio reconocido por nuestra begislaci6n Minera, e13 virtud del cual

las minas no pueden en riingún momento adquirirse por prescri&)ción; déido que

nuestra legislación desde sus inicias se acsg i~ siempre al Sistmm Rega ista y/ls

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Si8stema Dominial, loa cuales atribuyen la propieda originada y e?xcluaiva al

Estado. En la Ley de Minas 1.945, tenia un alwnm aibaslMo, pues 1;s- minas se

consideraban patrimonio del Esido, exwpto en las wsoc ~swpresasmnte

sefialados en Ia Ley, wme eran las piedras de constwwi6w y ornato, que podlsn

áticlquirirse por prescripción cuando se enesntranran en terreno de propiedad

púsrP'icu9ar (ad. 7, BM 1.945).

En todo cm0 g d6a 18 prescdpción de manera indirecita, porcue :a

pssesión adquisitiva o aaseicapión genera para eeP nuevo cluefio dsn?dios sebre 90

terreno, los cuales implic-rn la explotación de los mteriales de moosLrumitn que

a3 encontraran en el temeno objeto de prescripción adquisitiva.

A pesar de no existir sw la derwada Ley de Minas una norm13 expresa que

la mncione y lo reglamnte, el principio era a q i d o por el legislador ttn 9eis

siguientes aspectos:

- lbos yacimientos minerales siempre han sido patrimonio del E:sf.ads, ! ~ o r ia

aplicación del Sistem Reglalista y10 Dominial, lo que irnide en forinci absoluta 81

darse s admitirse la prescripción en materia minera.

- Para poder explotar un yacimiento mineral, cualquiera fuese su forrna c%e

presentación, tenla que realizarse bajo la figuw de la mnmsión, en la fcirme y

c80ndicionm establehdas en la propia Ley de Minas (derogacia). Es decir,

c3torgada por el Estado; en consecuencia, sin eonmsión no odia existir

~~xploheiQn y por lo tanto, no p d i a dar= la puescripci6n sobre los yaciniiewtss

rnlneros cuyo pmpietaho era el Estado.

- Todos 10s yacimientos minerales otoqaidos para Iss expl&cion, rev i~~ew o

rebrnan al Estado, cualquiera que sea la causa: por ewiracibn del t&rmirio, por

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cac$ucidad o por renuncia, figuras estas consagradas en los articulo:; 55, 60 y 61

de la Ley de Minas 1.945.

- Fbr ser matewa de orden público, que es indiscutible a la luz de la legíslsici6ri

miinera, ya que los convenios de Ios partieulare no podían reliaja~e n sei-

burlados, ni por el propio Estado venezolano o por los particul;ares, pcrqw

estarían viciados de nulidad absoluta.

Pambi6n nuestro Código Civil examina este principio en ci~anto a Iéi

premcripciQn, que en materia de minería es de imposible aplicaeíói.i, cuanr o se

dispone en el articulo 1.953 que: "para adquirir por prescripeiótí se necesika

gcisesión Iegítimaim.*' Y vemos que en materia de minas el c~nrs:aiona~o rio

ejerce sobre las minas una posesión legitima, en virtud de que el mismio no posee

en nombre propio, sino en nombre del Estado que es el propietario de las miinas,

pcar lo tanto la posesión que detenta es una posesión preeairia. Por Qtra paite, e4

articulo 1.959 ejuadern dispone: "Las prescripción no tiene efecto respedo cle las

ussas que no están en el comercio."22 Este es el a s o de las minas que astan

sometidas a un régimen especial, que las susbae de la comrcializaci6w por pa&e

dtr los parlicularec, toda vez que son bienes del dominio público.

Según lo demuestra nuestra legislación minera es necírsali'iol obteiier la

ccsnmsión de un yacimiento minero, como parte fundamental para la existencia de

uln derecho minero en manos de padiculares. Esta condición s im qua non se ha

wrantenido a lo largo d e nuetras diversas leyes de minas, por cuaritc, el pri rlcipio

e s d e origen remoto, se perPila desde la legislación mlonial é?spaAols, que

rtaafirmaba fa propiedad de la Corona sobre las minas, bhBaleciendo el princiois de

la irnprescrip$ibilidaP61 de las minas.

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Sobre la base de las consideraciones anteriormnte desarrolladas se

ob!;erva que a pesar de no existir una disposición expresa sobre el pi-incipio tle le

iml>rescriptibilidaidd de los yacimientos minerales en forma taxativa, el mncioi lado

principio se aplicaba.

Esta situación fue corregida en la nueva Ley de Minas de 1 .'499, a travbs

del artículo 2 O . Y la nueva C~nstitucibn de la RepiJblica Bolivariana tPe Veneiuela

le da al principio de la imprescriptibilidad rango constitucional, al expre!sarlo en su

articulo Izo, par considerar que todos los yacimientos mineros y de hidrocar wros

existentes en el territorio nacional son del dominio público.

En lo que respeda a la Iqislación comparada, el principio ds

irriprescriptibilidacd lo encontramos de una u otra forrna en las I~~gisiarcisnces o

c6aligios de minas latinoamrimnas, porque c%i$ewx>s que la evoliución d e este

principio es de origen muy antiguo, por ejemplo en las Ordenanzas de Minería de

Fdueva EspaAa, se proclamo en forma terminante la propidad de las minas por

parte de la Corona Espaifiola, abareaindo asi las minas que aijin 170 haibisin sido

iregistuadas. Así, encontrams el mncionado principio en la Legiclac;ibn Pcrraar~a,

Ia cual se basa en la propiedad de las minas que pedenecen al Estado Peruano.

En el Cdigcs de Minas de Chile, no obra la prescripcíón, por ser del lomrnils

del Estado. En cuanto a la Lqislación ColoMiana, le otorga a la!; rninas

propiedad del Estada no eeljudicables, el caraaer de la impreccrig~tibi1id;lat; a su

vez, las minas adjudicadas tambidn pedenecen al Estado, por carlarito antes de si

adjudicación, las minas son de naturaleza de uso público, por tanta no o ~ r a la

prescripción. En M&xics, -te principio es de rango constitucional (Constii ución tie

Wlexico, art. 27), mrrespctdndi&ndole a la Nación el dominio directo de Idos las

minerales, de manara inalienable e impre~criptible.~~

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Con respedo a la Rqública Argentina, consagraba la prescriptibrlidad cie las

minas para aquella persona que ha venido ocupando, poblando y e~cpllotandls una

mina que no haya sido registrada, por un tiempo de trescientos cincuerita días, si~n

interrupción ni mntradicciiín. "Sin embargo, hoy en dia en el artícailo 352 cle su

COdigo de Minería, agregado por Ley No 22.259, arb. 1 punto 37, se isstableclb que

la prescripción no opera contra el Estado propietario originario de la mina."24

Igual tendencia la encontramos en la Legislación Francesa de 1.9'91, c~ando

se msmtan las minas de la propiedad padicular, poni$ndo9ais a dispctsición de esa

Nación. En 1.810 ratifieain el principio que hemos venido aludiendo, al crear la

figura de la wncesiQn por pafie del Estado, como requisito para la e~llotacion de

los yacimientos minerales.

2.6 PRINCIPIO DE LA WWERSIBILlDAD

Es un principio en vidud del cual, todos los yacimientos minerales otorgadcss

pa~ra su evlotación a los gapticulares, revierten a1 Estado quien es :;u propic!tario

originario, cualquiera que sea la =usa de extincibn del derecho, bien sea por

expiracidn del t6min0, por renuncia, por mducidad o por nulidad.

Para la derwada Ley de Minas de 4.945, este principio tenía el filndaments

para su aplisaición en la @ons%itución Na~onal al establewr la temporalidad aara

el otorgamiento de la concesión, y en la consagraci6n del priiiclipio d3 la

temporalidad minera, considerhndose también corno elemnto geni3r;sdor ce la

reuersibilidad la renuncia que hiciera el conwsionéirio sobre el yacimiento mirieral

conmdido, la cual estaba contemplada en la derqada Ley de k'lirias en los

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a~íeulos 59 y 60. Este iíltimo establecía como consecuenciar del anterior, el cese

del irnpusto minero, desde el dla en que era presentada la renuncia.

Hecha efectiva la renuncia, la mnmsión revertía al Estardo (;a-%. 61 %M

1 .945), libre de todo gravamen, con i d a s sus maquinarias y inzrterialt!~ s

incluyendo las obras y mejoras que se le hubieran realizado. lgualrncsnte operaba

la reversibilidad, cuando la concesión se extinguiera por aducidad.

C o m se p u d e apreciar, en nuestra IegislaciQn minera la pmesión de lasi

minas siemipre vuelve a manos del Estado venezolano, por la tei'rninacib;~ del

lapso fijado o por las musales contemlaidac en la misma Ley de mariera directa

Ahora bien, en el Decreto Ley de Minas de 4.999 permanece !si principio de

la; revewiaiilidáid, ssw base en los fundamntss acggidoa por la Ley cls Minas de

1,945. En tal sentido, se mantiene y se (aeidemiona la figura de I;a reversióii,

cuando en el articulo 10.2 ss eaQbiew:

Las tierna, obras permanentes, incluyendo las inslalaeiones, acmsotios y equipos que formen parte integral de ellas, así como cualesquiera oiros biene S

muebles o inmuebles, tangibles e intangibles, adquiridos con de!stiiío a Izis actividades mineras, deben ser mantenidas y consemdas por el íespedia o titular en mmprsbadas mndiciones de buen funcionamiento, según Iris adelantos y ptin~pios tbenicos aplicable, durante todo el témino cie duracicin de los derechos minerm y de su posible prdrmga, y pasarán en pkria propiedad a la Wepúbliw, libre de graváimenes y cargas, sin inderrinizacion alguna, e lo exbincidn de dichos derechos, cualquierrs sea la c;susa de Ia misma.n2'

Al preeisr el contenido de la wsrm y coitejarla con las disi~o~sicion~s que

,sobre la reversión mnsagraba Ia derogada Ley de Minas de í .945,842 nos (~erarite,

inferir que la regulación es mucho más amplia y completa que en lci anntetior L..ey

de Minas en cuanto a la reversibilidaid, lo cual elaramente deja ver la intenriión del

legislador de que, no sólo regresen las concesiones junto cxn los dsrisaifs

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instrumentos y demas haberes, sino que lo hagan en wdeetci estaelc) de

furicionsamie&o, crehndose -si un beneficio e ~ r a para Iai neci6n ven~!zolasia.

Tambien encontramos en el Decreto Ley de Minas, las di-s eoausalec d e

rmrersión, estipuladas en sus arliculss 97, 98, 99 y 100, en lo re7ferente ii las

w~usales de caducidad o por renuncia, de las cuales nos sceiparems

adelante ya que son materia d e titules apartes.

Con el Sistema Dminial imperante en la actualidad por mantlats legiiil de

nuestro Decreto de Ley da Minas, no hay duda alguna sobre la reversiQn d i lsrá

yacimientos dad= en wncesiów, sin indemnización alguna por partir iiel Es:ado,

psrf-wionaindose en mnsauencia el principio de la aeversibi9idad. Y 0 4 m S(? dije)

en puntos anteriores, por aquello del principio de la temporalidad de rangcl

constitudonal, el Ejewtivo Nacional no poda& otorgar concesiones mimra!; por

tiempo indefinido, porque se irata en todo aso, de recursos naturales propi dacd

de la nación.

Se debe considerar fa naturaleza de los yacimientos minerales par;;%

col-nprender le razón de ser del principio de la indivisibi8idad1 por el cud sts

ccinsideran las minas mm una unidad indivisiWe, en virtud de q u e 10:s

yaicimientos no son uniformes en su fomacibn natural, lo que orienta a que 10:s

minerales no se distribuyan armbniamnte o en fo rm regular en bdci el es(ws-ir

o maeizs de la veta o manto. El mjor aprovechamiento de una rniina se ha05

c~papndo todo el yacimiento es objeto de un solo dominio, y no cuailclo $s%e estrl

di widids entre varios.

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La división material de un yacimiento en partes iguales es imposible, ya que

no resultaría ni exacta ni mucho menos quitativa; adeds , así lo irnpore la

na1:uraleza. No se podría dividir en varias partes un yacimiento niirieral en la

búisqueda de un beneficio econ6wiiss, que a la postre no se lograrían por cuanto

los futuros conmsionarios no se motivarían en la explotacibn de tina peqiiena

fracción del yacimiento.

Este principio de la indivisibilidad se conwgraba en la Ley cie Minas de

1.945, cuando en su artículo 15 establecía:

Los traspasos parciales no suptiráin efedo respeto al Ejecutivo Federa,l; pero quedan a salvo de esta disposicidn los traspasos que vesen acerca del derecho pro indiviso de los cotitulares, cuyos ~sionaRos resy~oiide~n sotidariamente del pago de la totalidad de los impuestos y del cumplin-iiento de las demáis obligaieisnes que apareja la cenmsión. En virtud del traispaso, el cesionario asumirá todos los derechos y obligaciones del mdentci, y sera solidariamente responsable esn Bste de los impuestos que se adeuclaran por causa de la concesión hasta la fecha del traspaso."2e

En el caso de los traspasos, se verifican dos clases de indivisibilialad:

a- S g ú n se trate de traspasar parcialmente la wncesión, ejemplo: fi0(3 Rectiireas

de una conmsi6n; no puede traspasarse era forma parcial 200 has. de ella. Se di%

en este caso una indivisibilidad material irvig~uesta por la naturaleza.

b- Cuando se trate de traspasar parcialmnte los derechos que tenga? los

conmsionaríos sobre una concesión, se activa la indivisibilidad subjét?ti\~a o legal.

Para ejemplificar la indivisibilidad subktíva: tres (3) personas ,4-B-C de una

mrnunidad hereditaria, solicitan al Ministerio de Energia y Minas una concesidn

"X", el Ministerio otorga a esa comunidad hereditaria la mnmsión a nombre de Ei,

B, y C. Cada uno de ellos posee una termra paE@ de los d@rt?chos d e esa

cc;nmsidn, y cualquiera de ellos puede vender su terwra paPae, lo ~qu'e no 1)uede

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veisder es la mitad de esa tercera pade que les corresponde, porque no se acepta

m~iltiplicidad de sujetos que aparezcan eams mnwsionariss de una ianmsiCn.

Es decir, si hay tres perssnas A-ES-C, no existe problema que "A", venda toda

su paee a "D" y, que en lo sucesivo aiparemccan B-C-B, lo que si esta prohibirlo es

qule "a" venda una p a ~ e de sus derechos a "D" y aparezcan despiies arte el

Ejtocutivo: A-B-C-D- con un miembro más en Ba comunidad hereditcidria, dáindose

en consecuencia multiplicidad de personas y eso no lo permite la Ley.

Esta prohibición de los traspasos parciales, nos condue news:itriarnente ;a

la impoflancia del principio de la indivisibilidad de las minas o de la eonlwsióri, que

pri4cisa uno de los caracteres más especiales de las minas, a la vez que nlarczi

una excepción M s notable a la ley civil, porque sabemos que la misióri prodiictiva

que tienen las minas, concretamente el subsuelo, justifica la existencia de la ~loble

prcapiedad: una civil para suelos, sujeta a la divisibilidad de la pmg~iedad, jr otra

para el subsuelo, afectada en toda su e~ensión y profundidzidt por las

dispmiciones del Derecho Minero, en el cual se encuentran iina serie de

afl:iculados sobre la materia, que en nada tiene que ver con las nc~rrnas

seiwficiarias.

Pues es I@ico y naliural que los principios que gobiernan la1 propldad

aupeficial, cuya divisibilidad racional es la m t a deseada, no puedairi en n wgrlar

rnc2mnto aplicarse a la otra propiedad de naturaleza distinta (subsiielo) y q i e ha

de, regirse por principios opuestos como lo es el principio de la indivisibilidad; 6sta

es norma que a todo trance rmlama el subsuelo para poder llevar su r~isión

productiva.

Los principios de la t6cni-a exigen una efiensibn rcensidera%~le de t~rrens

pcira Ia explotacibn. Asi lo amritan las instalaciones propias de bles adiwidade:;.

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Ig~ialmente puede decirse que no se conmderia una hede inversión ante la

prcsmriedad de una mina. Fraccionar a dividir una mina en forma irimnsallta 'y

m17tra los dictámenes de la naturaleza es llevada al fracaso, de mnera tal que al

Iegjislador le asigna al mneesionario una eAensiQn suficiente, a fin d e o f r e ~ r le uri

caimps cómodo para una aítil y durable explotación, que permita obkensr

nbmicos, que es el fin de Ia explotación minera.

Con relación a1 principio de la indivisibilidad, traemos corno re?ferent:ia Is

que se wbbleeió al respecta esa la Memria y Cuenta del Ministerio de Misias 0:

Hiciromrburos de t W 0 , en donde se asent6:

La Ley de Minas estable- la indivisibilidad de la conmsi6n, y como no hace distinciones, debe entendeme que se trata de una indivisibilidad fanto en el aspedo mateflal de la mnwsion, es decir, que no surtiri efecbos frente a laa NaciQn el fraccionamiento del 4rea concedida, como en el aspedo su$4jt?tivo, o sea que na puede hacerse v4lidamente frente al Estado una divisióri entre varias pemonas, por la sola voluntad de hstsas, de IQS derecho's que la concesión mnfiere. No obstante, por la naturaleza de las cosas y por el funcionamiento wneral del ordenamiento jurídico, se pmsentgn c>atjoS de división subjetiva de IQS derechos nacidos de le concesibn, creantiose una situaciQn de comunidad o cotitularidad de la mina ... la Ley esl;sbiee la ex~pción de que los de~chss proindivisos de los cotitulares pueden ser d i d o s v3lidamente frente a la Nación, debiéndose entender que se trata de una cesión total de tales derechos, por cuanto hay una prohibicibn general de traspasos parciales. El frascionamiento de dichos derechos llevaría a uno muHiplicacibn de los cotiiulares, resultando distinto a lo perse~uitlo por la bey."

Los razsneamientos expuestos indican que la dispocici~n paidada 'en el cr!rt. 15

del la derogada Ley de Minas para su interpretación en cuanto a la indivisibilidad

de! la conwcibn fue sbjeto de análisis por pade de la Consailtoriia Jurídica del

Ministerio de Minas e Hidrocarburas, quien asentd claramente la indivísibilid ad ale

la consesión tanto material corno le subHtiwa lqa i . Apreciándose eri E:I t M o legsil

pre-aludido que no aparece la figura conceptual "indivisibilidad", aurique sí se dan

toldos sus efectos de acuerdo con la norm. Siguiendo en este csrdei? tle ideíis, en

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el adual Decreto de Ley de Minas de 1.999 el mncionaids principio sí esta

Todo acto juridico que tenga por objeto la conwsiQn o que cfe algún modo la afecte, respetad la de la misma. Los tr'nspasos parciales no surti&n efecto ~spects al Ejecutiva Nacional, pero qi~edan a salvo de esta disposición los traspasos que versen acerca de las derechos proindivisos de b s cofitulares, cuyo wsionaflo responder& solidaríamente del pago de la totalidad de IQS impuestos y del cwnplimiento de los del-ec:kos y obligaciones que apareja la c a n ~ s i 6 n . ~ ~ (Subrayado y negrita de la ínvestigaci6n).

En el supuesto en que se grewntara una situación mnflictiva CID^ respecto ;a

Isci derechos proindivisos de los cotitulares de una concesión, presumirno$; que

aplicairían los mismos ciiteriss dados por la Consultoriai Jurídim de! Ministerio de

Eriergía y Minas, por cuanto el aludido articulo 31 de Ia nueva L.ey, pssse ~ r l

mismo espíritu y propósito que Bs establecido en el artículo 15 de la Ley de 1 Winas

derogada.

Al finalizar este segmento de la investigacián y atendiendo a la legisleciórs

comparada, pdemos anotar que en la rnayoriai de las leyes de minas que E~~paña

diis$ó para su dominio de ultramr, mantenía, aunque sin anunciarlo c:léiramerite, el

principia de la indivisibilidad como algo natural en las adiwidades* mineras; sin

ernbairgo, el concepto de la indivislbillidad aparew claramnte enunciado c!n las

celnoeidas Ordenanzas de Minería de Nueva Espana, las cuales se! aplimr.3~ en

Vtrnezuela y siguieron apli&ndose en viPtud del Decrete del Libedaclsi' de 1.329.

También se encuentra este principia en la Legislación Minera de Argentina

de? 1.980, en su aTiiculo M, que dicta claramnte lo siguiente: "Es prohibida la

división material de las minas, tanto con relacián a sus dueños, como con res pedo

a terceros. Ni loa dueños ni termrss pueden explotar en une región erna parte1 de le

misma, independientemente de Ia ewlotación general.n29 Y el imemiowads

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principio tambien lo enmntrams mnaagrado en el GMigo de Minc?ria de Chile

(iart. 74), en $irnilares términos. Como vemos, el principio de inlalhiisibiliclad se

consagra en algunas de las legislaciones mineras latinoamericanas, por cuziwto es

un principio natural.

2i.8. PRi#CiP!O DEL DESARROLLO SOSTENIBLE

Se establece por pr imra vez en la legíslacibri minera v\sísmzolana el

principio del desarrollo sostenible, el cual implica e1 ejercicio de la aidividad minera

ern conmrdancia con aspedos ambientales, de ordenación demi %erritoi.io, de

erslabilidad econ6wiip-i y de responsabilidad social, mnjugado con pr inci~l i~s de

En conswuencia, el a~ ieu la 5 O del Decreto Ley de Minas esbeblem qrie:

Las actividades mineras reguladas por esta Ley se llevarán a cabo cientifica y racionalmente, procurando siempre la óptima recupsmdbn o e&i-aczión del recurso minero, con aneglo al principio del desemllo sostsnible, la consewacidn del ambiente y la sWnación del lenitario. Los t i tula~s (le demchos mineros ademds de Ia obmwaincia de esta Ley, sdáw obligados a. l. Ejecutar todas Ias operaciones a las cuales se refisi- esta ley, con sujecion a los pdncipios y pf4cticas cientifieas aplimble a -da caso. 2. Tomar todas las providencias necesaíias para impedir el despenlkio de 10s Mnerales. 3. Cumplk todas las disposiciones que te sean aplimbles, establecidas en Iiis leyes, decretos, resoluciones y ordenanzas, sin pe juicio de losi demchos mineros que ostentan; y 4. Pmpo~ionar a Iss funcionarios del Minasterío de Ene-ia y Minas t,sdas las facilaades que sus empleados puedan necesitar para e0 mejor deserripeAo (le sus funciones. 30

Le mmpete al Minist@rio de Energia y Minas, wmo óqano del Qjrcutnvel

adividaidea mineras que le senale la Ley (art. 6, DLM); una de la sefiail~des es,

que las laibmes de minería se deben llevar a wbo cientlfica y rsirciona mnte

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pirivando siempre la bptima recuperación o efiracción del recurso rniiiero a fin de

alsainzar un desarrollo susteWable, es decir, busmr alternativas de solució para

rcive~ir el deterioro del patrimnia eco16gim nacional y lograr una mejor caiitlad tie

viida para la población.

La Ley de Minas vigente moderniza su aiaiculado en atencióri a la deinesnria

de conse~aci6n y desarrollo del país; incorporando a su vez la prtsccitjn

ambiental y la calidad de vida e impulsando, al mismo tiempo, el desarroltcs de la

n~inería responsable. De allí que este Decreto-Ley est6 en sinta~ki m n la Ley

Clrgáinica del Ambiente y la Ley Orgánica para la Ordenación del Tlarritorio, t@>$as

legales csntentivos de los principios rectores de la mnservacióri, dekjnsa y

mejoramiento del ambiente, con especia! énfasis en la Ordenación I'eirritorial corno

ii~stmmnto prswilegiado de la política públim de protmción ambkntal.

Es mneater llamar la atención del araicter de leyes ohrgainic#3s que

tiene mmo finalidad sewir de marco legal, dentro del cual quedarían sonietidos

todos los textos legales dirigidos a la regulacisn de uso, afeetac:ión o

~iprowechamiento de los recursos naturales renovables o no.

Por tanto, la Ley Forestal de Suelos y Aguas, la Ley de PI-oteccióri de la

F-auna Silvestre, la Ley de Pesca, la Ley Penal del Ambiente, la L.e!! de A m s y

E:xplosivos, entre otras, junto con el Decreto de Ley de Minas vigente, soti leyes

ordinarias que estgn sometidas a la Ley Brgainim del Ambiwite y a la L.e)

(Irghnia para Ordenación del Territorio, cuya funciQn es normar las acthridadec

tiumanas wineuladas a un recui-o natural que, por lo demhs, podría resiiltair de

:alta peligrosidad ambienbl; como los materiales radioactivos, que si no SE toki-sari

las medidas nemsa~as, pdrian generar daños irreversibles, taantl- en el rispectcl

Isumano como en el ambiente.

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Es importante precisar que el articulo 2 O de la Ley Orgainica del Ambiente,

de?clara de utilidad piiblica la conservación, defensa y mejoramiento del amkienta3;

e igual declaratoria se obsewa en la Ley Forestal de Suelos y Mua:;, así corno en

otras de trasmndenciai econbmica, c o m las vinculadas a la temática petrolera,

Por su p a ~ e la Ley OrgAnica para Ia Ordenación del Territorio, defina: &cica

eis el adículo 2, del siguiente tenor:

... se entiende por ordenación del territorio, la regulación y promoc:ián de Ian IocalizaciQn de les asentamientos humanos, de las adividrides ecoi~ómicas # sociales de la población, as[ como el desarrollo físico espacial, a firl de logrsr una armonia entre el mayor bienestar de la población, la optimizalcibn de Ili explotación y uso de los recusas naturales y la protección y va1sri:aación del ambiente mmo objetivos fundamentales del desarrollo integra^.^'

Se aprecia en todo su contenido el principio del Desarrollo Sissteniblh, de la

Nacigin, sobre todo en aquellas actividades susceptibles de dañar crl ambiente en

fc~rma no reparable.

Resulta positivo que el Decreto de Ley de Minas (art. 59), establezca como

nrquisito, lai necesaiaa canstituciQn de una fianza, para garantizar la rc~paración (le

los daños ambientales derivados de los trabajos de explotación. Tal ccirno lo

establece el art. 60 al preceptuar:

Bicha fianza debe estar librada por bancos s empresas de si,g uros CB reconocida solvencia, por un monto equivalente al cinco por ciento (5%) de Ic S

ingresos estimados de las ventas anuales. La Fianza sera r~!novada y aclualizada cada ano. El Ministerio de Energía y Minas ordenar6 161 ejecucitn de la Fianza en caso de paralización de las actividades por más de seis (6) meses sin musa juatifi~ada."~~

Sin embargo, no se crea un fondo especial que administre esas recrirsoa y

aisqbire que su empleo se destine a la recupwación de los bienes ambia?ntales

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Dada la importancia del principio del Desarrollo Sostenible, Ia nueva

Canstitución de la República Boliveriana de Venezuela, le da rango ~:on%tituc isnal

al pre~ptuarlo en sus ahículos 127, 128 y 129 al proteger el ambiente en

beneficio de las generaciones presente y futuras. "Toda persona 'tiene de ?echo

individual y colectivamnte a disfrutar de una vida y de un ambiente seguro, sano

y ecslógisaamente? equilibrado. El Estado protqerh el ambiente, la diveisidad

biológica, genkbia, los proasos ecológim y los parques nacioniiles.. ."33, entre

O1bTOC.

Incluye además, que el Estado garantizar& un ambiente libis t l s

contaminación para su población, y ejmtará una politia integral (c&~~lógica,

geogrdñm, poblacional, social, cultural, emnomim) de ordenación del ter ritsrio,

siguiendo la premisa del Desarrollo Sustentable.

La actual Constitución (art. 129) establece adernds que "todas las actik idadec

r;umptibles de generar danos a los ecosistemas deben ser acampanadas da

c3studios sobre impacto ambiental y socio cultural"34. Tal como lo prev6 auestrzi

Ley de Minas vigente (airl. 15).

Para %¿al fin, la misma Ley crea una CornisiQn Permanente, iritegrada por los

Ministerios de: Energía y Minas, Ambiente y de los Recursos Nat\irales, Finanzas

y Debnsa. El fi4ncionamiento de la ComisiBn sera regulada por Iíms dispo~~icicpnes

regllamntariais, que estdn aún en discusión.

Sin embargo, previendo esta ausencia reglamntaria, el artlr;u/o 36 c!juadern,

establece claramnte que "'el Ministerio de Energía y Minas, en tmordinacióvi ecwi

el Ministerio del Ambiente y de los Wecurcos Naturales, ejermrh la prevenciblq clt?

la contaminación del ambiente derivada de las actividades niiner~ic"~~.

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Corno se dijo anteriormente, el principio del ksarrsllo Scistenikle ~ts

bíastante nov&oso en el derecho Anero, y no es otro, que lograr el desarrollo can

la aplimción del concepto amplio de conservación del ambiei?t(s en p e ~ e a a

ai'monia entre a w a s actividades, a 'Fin de evitar males peores que serin

in~posibles de subsanar.

Cuando inclarsiona en este estudio, tanto en mteria de miinsría mn.m

de hidrocarburos y sus derivados, tenemos nemsairiamente que tocsir los

piroblemas ecológicos para comprender sus causas y sus efedoa, por esc en !a

nlueva legislación minera se previeron estos aspectos tan importéintes para asi

rrbinimizar los dafios que causa la actividad minera, evitando en conc;m;uencia, qaie

se sigan aventurando al azar minero, grandes mansas de ilqales venezoléinos y

los garimpeiros brasilefios, quienes explotan loa minerales sin tomímr en cuc!nta el

daAo emlógico y ambiental que causan a nuetro emcistema.

Debemos remnowr que la faena minera es una de las ac$i\~idades m í

depredadoras del md io ambiente. Con la actual Ley de Minas se reformula toda

Iga materia referida a las tecni-s de explstación, de alli la Pmpodancia de darle

rtrlevancia a este aspedo bndamntal para lograr un desarrollo so:;tewible.

La explotaición minera ea newsaria por los beneficios econ6micos que la

niisma genera, sin embargo, ante el deterioro ambiental rnuchas vews

irreversible, que ha sukido la natumleza, hoy el hombre a traw6s dt? la ciencia y ¡a

ttrcnolsgía ha conwguids la fórmula de explotación y recuperación del suela y

flora, para permitir un equilibrio con la naturaleza, que es lo que se b i a w a travgs

del principio del desarrollo swtenible, el cual nos aviva lana esperianra razanatjle

Fiara compatibilizar la exploración y explotación minera can las tbcniws mas

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adecuadas de recuperación, iwulsando al mismo t iewo la minería responsable,

para Ilwrar en un Futuro no muy lejano un desarrollo autosostenido.

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idades para e ejer4:icio ctividad Minera

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MOBAhiDADES P A M EL EJERCICIO BE M ACTIVIDAD NilONEM

Antes de entrar a analizar las alidades para el ejercicio tle la adividad

rrriwera, es necesario indicar la impoPtaneia de la existencia de riuitevas figuras

j ~ ~ r í d i ~ a s distintas de la traidicbnal coneción, así la Ley de Minas de '1.999 iimplía

las posibilidades de ejercicio de la actividad minera y es uria maneLra de

promoverla, de organizarla y de encontrar beneficios al país.

De acuerdo a lo ewguesto, el Decreto de Ley de Minas estable=!:

A~ículo "O: La exploraci8n, explotación y aprovechamiento ale? íecursc~c mineros solo godrg hacerse mediante las siguientes modalidades:

a.- Directamente por el Ejecutivo Nacional; b.- Goncgsi~nes de exploración y subsiguhnte axplotación; c.- Autotizaciones de Explotación para el ejercicio de la

BequeAa Minería; d.- Mancomunidades Mineras; y, e.- Minería Artesanal.

ANcuk 8O: En la aplicaci6n de dichas modalidades, el Ejecutivo Naciorlal tendrá en menta la ubicacion de los yacimientos, su importanda estmtégi:a y económica, su incidencia ambiental y social, las invemiones pequeridos, así como cualquier otro elemento relevante para el desamllo científico y tecnológicc9 de la actividad minera o que se mnsidere de interés naciona o i-giona~.~~

Este tipo de modalidad de expioraión y explotsacibn cie las recursos

minerales existentes en el territorio nacional esitá pautado en el eirtículci 23 del

Decreto Ley de Minas, y es del tenor:

El Ejecutivo Nacional, cuando así mnvenga al inter6s público potlrh rewiwam mediante Decreto, deteminadas sustancias minerales y Areas que las contengan, para explotarlas sólo diredamente por Órgano ,le1

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MinisteRo de Energía y Minas, o mediante entes de la exclusiva ~)rofpiedac de la ~ e p ú ~ i c a . ~ '

Con respecto a esta modalidad, el Ejecutivo Nacional ya venía haciendo

uso de la facultad de reservarse para la exploracibn y e>spl~tación determinadas

siustancias minerales por vía del Decreto Ley, segián lo establecía lzi Ley de Minas

de 1 .W5, especificamente en su articulo 11. En efecto, a traves del Decreto Ley

dictado para tal fin se realizaron algunas resewais parciales. P Q ~ ejt?rr~plo, e7 vista

d e la exlraordinaria riqueza del mineral de hierro, el Ministerio cc)n fecha 06 de

Julio de 1.959 decreta zona resernada el Guadrilatero Ferrlfero de San Iaidrs en la

r1,agión de Gucayaina; de Ia misma manera el 05 de Febrero de 1.980, se c wret6

zona reservada la riqueza del mineral de níquel, en San Sebastiáin del Zstands

/iragua; y el carbón csn fecha 19 de Julio de 1.972, que abarcQ todo el te rritéprio

riacional.

El paríigrafo segundo del articulo 2, ejusdem, preceptuaba que la

trmlotación psdia ejercerla diredamente el Ejecutivo Federal; pero al di~t~arse e1

Ikcrelto 2.039 de fecha 15 de Febrero de 1.977, las resemas insteiuradas para la

t2xploración y sxplotación de minerales toma un alwnce abtjoluto, pues

cmmprendia todas las sustancias en todo el territorio nacional. Por lo qiie esta

r-iodalidad para el ejercicio de la actividad minera por parte del Esktido venezolano

140 es nueva. Se estable= también en el articulo 27 del Decreto dis Ley de Minas.

Cuando en el aimbito de una concesión, el Ejecutivo Nacionaii sstuvie:;a dispuesto a efectuar adividades mineras sobre minerales no otorgados ri!n dicha concesión, podd hacerlo directamente o mediante las modalidad^!^ previstas en los literales a y b del articulo 7 de esta Ley ... 38

De la worm transcrita se deduw que a fin de efeauar acti\~idades nineras

sobre minerales no otorgados, el yg~blIiw~ Nacional tisane la potezitad d e

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3 1

e:cplotarlos por órganos del Ministerio de Energía y Minas, o mdiar~ter entesl de la

exclusiva propiedad de la WepYblica, u otorgarlos en conmsiQn a particulares pasa

lai exploración y subsiguiente explotación.

En consecuencia, se adopta con esta mdalidad el Sistema Domiriial en

Venezuela para tdas las sustancias minerales que se encuentran en el te-ritorío

nacional, eliminándose el Sistema Regalista, no por vía de Decreto, srno mediante

nsgulación legal especial.

Según el aFticulo 25 del Decreto de Ley de Minas, el régimsi? de csnwsibn

por parte del Ejecutivo Nacional, sera "únicamente de exploraci6n y subsi!lsiiente

~~xp lo ta~ ión~ '~~ , con una duración determinada de veinte (20) años a partir de (8

f~ublicaci6n en Gawta Oficial del Certificado de Explotación. Y a ciiferencia de la

Ley de Minas anterior, no ha- la distincidn en cuanto a la presentac Qn del

rnineral (veta, mnto o aluvión).

Con la predente Ley de Minas (q.945), y c o m consr9cuenci~ de IEI

instauración del Sictema B~minial en Venezuela a partir del afio 1.997, la$;

cxnmsiones miraems sólo podían otorgarse de forma facultativa confor r~ a lo

i3signado en el Libro Tercero de =a misma Ley, en el cual se eb;tablecían divert5a:s

imdalidades para su adquisición, agrupadas así:

a. Concesiones para la exploración y subsiguiente explotación. 7 84. Concesiones que se otorgan para explotar dirwbmente.

c. Concesiones que se otorgan para explotar en reservas nacioriaies_]

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d. SuperPicies Libres. 1 e. Sobrantes.

Segundo Grupo

t Reducción de ~oncesiones. J

Esus modalidades estaban sujetas a diversos prosedimientos, de a<:uerdo

a cómo se originaban, y concedían al concesionario el derecho de e>cplotar todos

las minerales comprendidos dentro de los limites de la conmsión, Ién cua tenla

duracibn de cuarenta (40) años, contados a partir de la paiblicsaei6n del Cert Bimtls

en la (Saswta Oficial.

La aidual Ley de Minas, considera un solo procedimiento parzi la adquisidón

de derechos mineros por los pa~iculares, con Da única finalidad, como íemss

sehalado, de axgloraci6n y 9ubslguiente explobci6n, cuyo hmlsits espacral

ser& en un volumen piramidal cuyo vertice es el centra de la tierra y su límite

eaerior la supergicie, en un plano horizontal medido por hedhrear; y de forma

n2dawgular, constituído por lotes confomados por doce unidades piarixlarias cuya

saaperfície tendrh c o m mínimo entre 493 y 513 hectáreas. El cones onario

bsncdrh el derecho de seleccisnar hasta un miiximo de seis unidades parelarias de

nqanera mntigua, quedando las reshntes como resemas nacionales, las cuales

plsdráin ser otorgadas en fase de evlotación.

La duración de Ia concesión no exceder6 de veinte (20) aAos, contados a

riartir de su publisaición en la G.O., y a diferencia de la lt3y anteliar, el

c,oncesionario sólo podrai explotar los minerales expresamente concxdidos.

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5 3

Se estable- la obligación de informar al M i n i ~ t e ~ i ~ de Energía y Min 3s, el

hallazgo de nuevos minerales, ya sea para reaewa del Ejecutivo o para mlebrar

ec~nvenioa sobre SU a provechamients.

La infomción incluida en el Titulo de Conwcibn y Subsigi~iente

E~plotacibn es la siguiente: "duracibn del periodo de @*loración y d,e explotscibn;

ubieatción, e~ensibn y alinderamiento del área conwdida; ventajas especiales

cc%nvenidas y toda otra circunstancia que defina, ds maneréi precisas, las

condiciones de la conmsiQw

En cuainb a las Zonas Libres (originadas par da eic$inciiiri. renaiicia 0

caducidad de las concesiones ), asi corno las Resewas Nacional@:: (aquell-s que

rro sean selec~ionadas en el prawso de exploración y sirbasiguienl:e explsleelón),

SE? prew4 un pracedimiento ewdito, en el articulo 47 de Ia Ley de Minas \¡gente.

que tomQ como referencia a 1a Ley de Minas anterior.

La PeqsieAa Mineria es una nueva Figura juridica para el ejercicio del (lerechla

de expiatacibn de deterrnindss mimrafea, distinta a le tradicional coiimsiór~.

Para tener una minerla de muor esala, c o m es la que nos ~cupa, la prcdue~ibn

minera estar6 irnmntradai especificzimnte en la egleteción de oro y dia~nanle.

Esta modalidad senstituye Lin rbgimn más flexible que el de? la mniesi617,

su tramite adminislrativs es mgis breve y permite explotar un pquefio espacio galés

no exwderb de 10 he&&reas y con una duración M x i m de 1 O aAm, imdiantts

autorización dada por e! MEM. Y, de esta autorizaicibn se deR\ra un de-whs tdts

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e:rcplotación a título premsio, que no confiere derechos reale!;, ijnicamente

e~ecutable por los venezolanos en un nidmero no mayor dc? treinté (30)

trabajadores individualmente considerados, ya que se trata de p~lucsña m neria,

seglin afiícuilos 64-67 de la nueva Ley de Minas. Con respecto a la pequeña

miineria la función que cumple el Estado es de caraicter tuitivo.

El Ministerio de Energía y Minas fijar6 las no s para la e~ploéicióa bajo

esta modalidad, considerando %as inversiones iniciales newsarias, la!: cantiidades

de mineral para la e&racción, los beneficios y growsamiento del mineral y flemas

condiciones que se establewráan en el espeetivo rqlamnto. (arZ. 65 y 66, IILM).

Por ser un derecho minero a titulo premris, se dorga intuitu personzie, sin

conferir derechos reales inmuebles y por lo que no podra ser enajeriado, grzivado,

arrendado, traspasado ni cedido; salvo su asporte al fondo social coni~tituido Cara la

formción de mancomunidades mineras. Sin embargo, deben c~implir con las

disgsaiciones ambientales y con lo dispidesto por esta Ley en materia tribi~taria.

La autorización para el ejercicio de la PequeRa Mineria, podra ser rsrvscada por el

MEM en caso de incumplimiento de sus objetivos por pade de las persanas a

quienes se les dorgó. (ad. 67, DLM).

En consecuencia, la Pequefia Minería sólo wdral ejerá'~rse hijo ia

modalidad de autorización de e~lstación, otorgada por el WlEM y publiada en

Gawts O$icial, indi&ndose el nombre del titular del derecho, tipo dtr SYWnera a ser

e>rplotado, tiempo de vigencia, extensión y ub i~c ihn del área y cualtquier otro dalo

que permita una mejor identificación de la autorización dada. (Ad. BE!-69 BBRil).

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El establecimiento de otra nueva modalidad de explotación minr?ra a traids de

mancomunidades, tiene como finalidad pemitir y facilitar a los peqiiefios m nercitc

las operaciones técniws newsarias, y en consecuencia, mjorar el reridimie 7to eje

las actividades mineras, cuyas normas buseain proeger a estos pqi~enos m neros

oiientados al mejoramiento de sus ~rganisaci~nes a fin de hamrlos mias eficientes

eis sus actividades de explotación.

En este orden de ideas, las Mancomunidades Mineras cons;tituyen iins de

IOS aspectos wntrales establecidos en el nuevo regimen juríctieo minero,

rriodalidad esta que s61o estaba r e w ~ a d a para los Municipios, de ixuerelo con la

Ley Orgánica del Rhgimen Municipal en su ad. 76 ordinal 9 O ; y con rango

constitucional en el art. 28 de la derogada Constitución de 1.961.

Es una mdalidad novísima en las adividades mineras venezolanas, es uiia

figura que proviene de la Ley de Minas de España, y mnocidos los resimltallss sn

ese país, al implementarla en Venezuela, podría obtenerse un mejor

aprovecharriiento de los recursos mineros: facilitarica las opracionec t6cni~;as de

los yacimientos, mjoraría el rendimiento de las explotaciones y se prlateger ian los

rlecuasos naturales y el ambiente.

Esta nideva modalidad de las Manmmunidades Mineras, fue acogidía en el

[lecreto de Ley de Minas en su articulo 7 inc is~ "dn y los artículos 7.1, 78, 19, 80,

Ei l , ejusdem. Estos últimos se desao-ollan en loa: parrafos siguientes.

En cuanto a las disposiciones Iqales que regulan esta materia, las rnisivac

se orientan al mjoramiento y organización de las adividades mine-as presentes 6

futuras en Venezuela, lo cual tendrh repercusign social ea las áreas dra?de! se

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desarrollen, permitiendo a los titulares de una mancomunidad la p~osibilidzd de

obtener una conmsión en fase de explotación.

Desde el punto de viste econdmico, vernos otra ventaja qide tiene ssts

nueve modalidad minera, por cuanto ella es el resultdo de una s~nm!ntracil5n de

aeRividades ea una localidad o zona del territorio wadoaal, rt!ducienco en

consecuencia los mstos, aunque -da empresa sea pecguefiai. Tal conentiación

genera la posibilidad de tener costos d.; bajos por ser\ric:ias car'exoa,

infraestrueturas y tiende a generar provmdores rn%Ps eficientes, por tener un

oi~jetiva común. Allí es donde surgen las tendencias a la formciór de complejos

industriales.

Esta Figura jurldica de las Mancomunidades, tiene rango ecrnstitrac:ional,

plasmada en la Cafia Fundamntal de la RepUblicai Bolivariana de veraezuela, qiie

la acoge en su artículo "/O al prwptuar:

Los Municipios podrán asocis~e en Mancsmunidades a acordar entre si ( 1 con los demAc entes púbiiws territoriales, la ceación de mcadalidade; asociativas intergubemárnenta1es pera fines de interbs paiblico relativo a lii materia de su competencia. Por Ley se deteminasáin las nomas concernientes a la agrupación de dos o máis Municipios en distrito^."^'

bn t ro del derecho minero venezolano es hoy una realidad can mudia 18795

~impiitud que la establecida en el artículo 470 al que hacemos 1-eí-renaa, que

giisignai esta figura jimrídia únimmnk para !os Municipios. Sin embargo por la

Ley de Minas (art. 9") se determin6 también para el Brea de las actii1idadesr

inineras, con disposiciones e~csciailísimas y enuneizsintdlo ;i !a$;

!MANCOMINIDADES MINEWS como la agrupacibn voluntaria de pequefioz;

imineros en diversas zonas de un mismo yacimiento o de varios de estos, situado!;

de forma tal, que permiten la utilización conjunta de todo o parte da los 33~1eio:3

wwesarios para su w jo r aprove~amiento en el ejercicio de la aelividad n- inera.,

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5 "'

La mnstitucíón de las Mancomunidades Mineras representan una bUsq ~ & a

de soluciones desde el punto de vista tbcnico y financiero para los ht~iros

conesi~narios, por cuanto las altas erogaciones en adquisicidn de rnaquinai ¡as e

implemntss útiles en la actividad minera, así como el pago del rece:uiss hia nano

ealilficado para la prosecución de sus mtas, hacen necesario distribiiir la carJa de

ccssbs entre varios frentes a fin de que la actividad minera a desari.ollas seír m&s

eficiente y de menor costo. (Ver prmdimiento explanado en el Capitulo V).

Se introduce tambihn, en la legislación minera nacional como nasdalitlad de

evlotación la M~NER~A ARTESANAL, Ia cual pueden ejercerla pei,aonas

naturales de nacionalidad venezolana, y se caracteriza por el trabsajo persc nal an

una mina en la explotación de oro y diamante, realizado mediante equipos

rnanualea y sencillos, usando promimientos rudimentarios, di&ado del :irtículo

(12 del Decreto-Ley.

Este tipo de explotación se contemplaba en la Ley de Mirias anteior, eri

izuanto al libre aprovechamiento de l e s minerales & aluvión en cualquier clase de

(~riaderos o yacimientos, en terrenos baldioa o en los cauces de los I ~ O S del

dominio público y que no fueran objeto de conmsión; eran de libns

agrovechafiento, siempre que se hiciera por lavado de batea ii otros

prsedimientos primitivos.

Igualmente podían usar= wnalones ( t am y sluie), pero el Ejecutivo

Nacional estaba facultado por Ley a suspender el empleo de tales eznet~nea

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5 S,

cuando lo mnsiderara conveniente en resguardo del interes público. (,9rt. 44, LWf

1.945).

Sin embargo, en la nueva legislación minera se regula esta actividad, le

vernos expresado en Iss a~ículos 82, 83, W y 85 del Decreto de Ley de Minas.

En tal wntids, el Estado prestará asesoramiento t6enico; y mrnpetcg id Ejec utivt%

Mciciowat especifimr las áreas donde se puede ejercer la minería eirtesanal. $35

inr:luye la normativa sobre el aeartamiento de todo lo reiacionad~ con el bierectar

an*ieiital y Ia sujecib-i al pago de impuestos.

[Se mnformidad esw lo asentado anteriormente se nos prnitc? inferir que la

regulación que el legislador estable- para esta modalidad de explotacit ia, se

orienta a la implementación de disposiciones con ar8aer socií3l y a I a vez

reguladoras para una adividad esencialmnte informal.

En resumen, EI Ejwulivo Nacional, al reglamentar estas cinco rnadati laides

e17 la nueva Ley, busca protqer todos Ios recursos mineros en el te~ritorio

nlacional y su aprovechamiento racional a los fines del desarrollo in1:egraI del pais.

C.on esQs nuevas mdalidades se eslanblewn, en csnsecaiencia, politicas msfs

fle>cibles para que el sector privado padicipe adivamente en la exploración y

explohción minera.

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La Autoridad Minera, as Personais a Propiedad Minera

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GAP~TUCO 188

LA AUTORIDAD MINEW, LAS PERSONAS Y U PRBPIEDAC, BiBNERA

Toda persona capaz jurídimmente es hábil en derecho y, en c:onsecbiczncia,

c ~ ~ p a z de obtener derechos mineros para realizar las actividades se?flaladas en la

Ley de Minas, como lo son las relacisnes que crea el carácter de c:oncesicnarics.

Alsora bien, esa capacidad estd regulada por el Código Civil, y la Ley de Minas

s0lo ha introducido prohibiciones, que no menoseaiban su capacidacl de tales, sino

ein cuanto revisten una función pública, destinada a proteger y preaidiir el goce de

los derechos y hacer cumplir los deberes que dicha Ley acuerda e impone. De tal

rriainera, el derecho minero no invade un campo ajeno, sino que sillo tia

iriitroducido prohibiciones a fin de evitar influencias y manejos dolosos por parte tle

161s funcionarios encargados de otorgar conmsiones mineras.

Estas mismas prohibiciones tansbibn eshban expresadas en Ia Ley de

klinas derogada, con variantes y modificaciones importantes en el nuevo Decreto

de Ley de Minas, los cuales se detallan mfas adelante, así como alg urios as3ectos

que fueron dejados incólumes, es decir, con el mismo texto de la Ley anterior.

4 AUTORIDAD EN MATERIA DE MINAS

En atención a lo prewptuado en el artículo 6 O del Decreto Ley de Minas,

cuando establece que:

El Ministerio de Energía y Minas, es el órgano del ejecutiva ftaacioniil competente a todos los efectos de esta Ley y le corresponde la planificaciósi, control, fiscalización, defensa y eonserwación de los recursos ffiineros así corno el r6gimen de inversión extranjera en el sector y ejecutar o hacer ejecutar las actividades mineras que establece la Ley.42

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6 l

El contenido de Ia transcrita disposición, nos permite afirmar que esta

conripetencia asignada al MEM es novísima, cuando se señala la existc!ncia de una

autcsridad minera cerntral encargada de otorgar derechos, y la obligac:it,n de 14ste

ente! ministerial de la aplicación de la Ley, eorrespondi6ndole en todo a s a a la

Dirección General de Mina, según lo establece el ad.25 del Reglamerito Orgánico

del MEM en concordancia con el ad.49 del Decreto con Fuerza de Ley Brgdnica

de la Administración Central.

4.2. LA LEY Y LA8 PERSONAS NATLIMLES

De conformidad con el nuevo Decreto de Ley de Minas en su adícbrl~ 17

expresa: "Toda persona natural o jurídica, nacional o e>ctranjera habil en d e ~ ~ c h o

y clomiciliado en el país, podrá obtener los derechos mineros parca r*ealirnair las

actividades señaladas en esta ley, salvo las excepciones en ella establecid;i~."~"

Taii disposición en poco cambia Is que ordenaba el artículo 29 de la tderogad;i Ley

de Minas; aún así, lee Ley nueva hace algunos cairnbios de forrnís y de fondo,

tocla vez que la regulación contenida en la Ley anterior se refiere al dérrecho par22

obtener conmsiones, mientras que en la Ley vigente se refiere a todas las dermas

de obtener derechos mineros: eonmsión, autorización, salvo las excepc ones

establecidas en la misma Ley.

En atención a lo que estable= el legislador, las personas o corripailias que

intewengan en las actividades mineras, necesariamente deben ser Padbiltrs en

derecho, siendo el único requisito fundamental e ineludible que exige la Le/. Sin

ennba-o, esta caracteristica no se refiere a la simple capacidad de c3jercicio del

derecho común, ya que hay disposicianes especiales en nuestra legisación

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minera (las cuales enunciaremos mas adelante en el presente títiilo), que, sori

lirrlitativas de lo establecido en el Derecho Civil. Porque para el Derecho Minero

no basta ser mayor de edad y estar en pleno goce de sus derechos civ les y

políticos para obtener concesiones mineras. La Ley minera designa inciapaciciades

o prohibiciones que van más allái de las incapacidades del derecho común.

De tal manera que ser hábil en derecho, según nuestra legislación rriinera,

significa: hábil en derecho de conformidad con la propia Ley de Minas, rnás la

capacidad establecida en el Derecho Civil. Como puede apreciars,3, las

capacidades de tipo general y las excepciones las consagra expresamente 'a Ley.

41.3. INCAPAGIDADES PAM EL E,IERCIGIO DE DERECHOS MINEROS

A continuación se explican los tres casos en los cuales la Ley atribuye:

incapacidades a alguna persona, ya sea natural o jurídica, para la obtent;ión de

derechos niineros y su legal actividad.

4.3.1. PERSONAS NAWWLES INCAPACES

Analizadas las facultades para adquirir concesiones rnii*leras e11 forma

general, según el articulo 47 del Decreto de Ley de Minas; veinos conio en 4211

artículo 20 ejusdem, establece las limitaciones a las personas nati~rales:

No podrán aspirar a obtener los derechos mineros a que se refiere el artíc:ulo 17 de esta Ley, ni por sí ni por interpuestas personas, salvo por herencia o legado, los miembros del Poder Público Nacional, Estadal o Muiiicipal, qiie a continuación se mencionan:

1.- EI Presidente de la República, los Ministros y Vlce-Minisiros, miembros del Congreso de la República, los miembros de la Corte Supuma de Justicia [hoy Tribunal Supremo de Justicia], los Diputados de las Asambleas Legislativas, Alcaldes, Concejales, el Procurador General ee la República, el Fiscal General y el Contralor General de la P,epública los Gobernadores de Estado, el Gobernador del Distrito Federal, los miembros del Consejo de la Judicatura, los funcionarios del Ministerio de Energía y Minas y del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales. 2O.- Los Presidentes o Directores de Institutos Autónomos y de Ernpresas del ~ s t a d o . ~ ~

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03

De acuerdo a la transcrita disposición se nos permite alirrnar que SIJ

ccintenido es de tipo enunciativo, ya que en su Parágrafo Primero deja abic!ita la

pcssibilidad al Ejecutivo Nacional de incorporar por vía reglamentaria ciialquic!r otro

funcionario, considerando la jerarquía y la responsabilidad de su cargo. No'amos

que la disposición no es restrictiva, sino por el contrario, de gran iwriplitud en el

sentido de la potestad dada al Ejecutivo Nacional, situación que no era tomada en

cuenta en la Ley de Minas derogada, la cual restringía toda pocilbilidiid de

inlrorporar funcionarios dada su investidura.

De esa enumeración de las personas en el desempeño de sus func ones,

se advierten prohibiciones absolutas, en el sentido que los funcionarios antes

descritos no pueden obtener concesiones miineras en todo el terriiorio nacional,

tanto para funcionarios Nacionales, Estadales o Municipales.

El Segundo Parágrafo del mencionado artículo 20 ejusdein, tiene gran

significación y alcance en cuanto a la ampliación de las prohibiciones que "aiectan

tarribién al cónyuge, concubina o concubinario y a los parientes deritro del cuarto

grado de consanguinidad y segundo de afinidad de los funcionarios indicado^."*^

Analizando el porque!! de estas prohibiciones, veremos ;3 mane-a de

ejemplo, algunos de ellos: a- Diputados y Senadores, su fin es evitar que en igl

mtsmento de dictar leyes coiicernientes a la minería, lo hagan pensando más en

SLIS intereses particulares que en los supremos intereses de la Nacián. b- =oder

Ejecutivo, por cuanto es este poder el encargado de otorgar concesiones mineras

a través del Ministerio de Energía y Minas, que en todo caso podría utilizéir ese

poder discrecional en beneficio personal y sus allegados. c- Poder Jiid~cial, sDn los

tribunales de la República los que van a dilucidar las contravenciones que piiedan

surgir con motivo de los derechos mineros otorgados, competencia con rango

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64

constitucional y legal según lo preceptúa el artículo 151 de la Constitución

Bolivariana de Venezuela en concordancia con el artículo 33 del Decreto de Ley

dcr Minas.

En cuanto a las personas naturales a las que se contrae el artículo 20 del

Decreto Ley, existe excepción en el sentido que estas personas o funcionarios

pueden obtener derechos mineros, cuando son obtenidos por her~incia o legado,

de modo que &sta es una excepción a la prohibición general. En í?cte sen:id~ se

tiene que respetar la voluntad del "de cujus"; sin embargo los heredaros o

I~scgabrios estdn en la potestad de aceptar o no la herencia o leclado, po-que al

áscepttai'lo debe asumir tambien las obligaciones que las mismas pueclan generar.

Ademais, el Nuevo Decreto de Ley de Minas fija disposicionc!~ npuy

novedosas, por ejemplo, su artículo 21: "Las personas afeiztadas (jor lais

incapacidades a que se refiere esta Ley, no podrhn adquirir derechos mineros

mientras no haya transcurrido un lapso no menor de cinco (5) afios, e'esde l a

cesación del impedirnents que las originó"46. Esta disposición es niuy irn~ortanle

porque viene a llenar un vacio legal que existía en la Ley de Minas derogíida, q ~ s

solamente establecía las prohibiciones mientras duraba en el ejercicic de siis

funciones, y sabemos que a un exfuncioneario de alta jerarquía siempre le quedga1.s

sus influencias y mas aún si el partido político al que pertenece el exfurcionarict,

est6 en el poder.

Se presume que tal disposición, que alarga las prohibicioric~s a las

funcionarios, fue un clamor de quienes conocen sobres las actividades niineras, y

tomando el ejemplo de la Legislación Argentina del aAo 1.980, e:itableció el N u ~ ! i r ~

Decreto de Ley de Minas, limitaciones mucho más fuedes, a fin de evitala el trtifico

de influencias en estos casos.

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4.3.2. PERSONAS JUR~DICAS INCAPACES

Antes de entrar al anslisis de las personas que jurídicamente se encul?ntrz~n

in~mpacitadas para obtener concesiones mineras en todo el territorio riacioni3il y en

fcsrma definitiva, sobre todo cuando se trata de empresas e)dranjeras que

dependan de un gobierno extranjero y en lo referente a las compaiíias y

sociedades no don?iciliadas en Venezuela, es newsario destacar ejue las niismas

deben tener un representante legal domiciliado en el país.

Con respecto a esta clase de personas jurídicas, el Becrsto de -ey de

Minas consagra la siguiente disposición en su artículo 22:

Los Gobiernos earanjeros no podrán ser titulares de derechos miner~s dentro del territorio nacional. Cuando se trate de entes que dependar de dickx gobiernos o de empresas en las cuales ellos tengan una paPticipacibn ial, que gor capital o estaltutos, les confiera el control de la empresa, para el otorgamiento del derecho minero, requenrain la aprobación previa del Congreso de la Rep~blica.~~

Esta prohibición no es terminante, por cuanto el citado articulo deja abie&i

'la posibilidad de permitir la intromisión de Gobiernos o Estados extrrinjero:; dentro

de nuestra industria minera. Es decir, se da una contradicción er la mnl:ionada

disposiciQn legal vigente y que se desarrolla en p6rrafos sucesivos de este

capítulo; situación que sí era terminante en forma expresa en el ;arlículo 29 de l a

derogada Ley de Minas de 1.945.

Estas prohibiciones obedemn a cuestiones de soberanía nacional,

seguridad y defensa, por cuanto resultatia inconveniente y Rasi:a peligr3so que!

paises o gobiernos extranjeros tengan directamente intereses et;onóm cos tan

impoflantes como los que se mueven dentro de la industria rriinera. l- aciewclci

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6tl

riotar que en este arlículo legal se pone de manifiesto una situación del alta riesgo

éil permitir que personas jurídicas que dependen de gobiern(as efinnjeros

obtengan derechos mineros mediante la aprobación del Congré:s~, lo c:ual se1

rsresenta contradictorio, poniendo en tela de juicio la sobranía nsicional a l ceder

clerechos de tal magnitud ante gobiernos e~ranjeros.

Quizás al establecerse controversia por situaciones corno Ici planleada y

previendo estas contingencias, se podría invocar lo pautado en el artículo 33 del

Llecreto Ley de Minas que expresa:

En todo título minero se considera implícito la condición de que Ilas dudas s controversias de cualquier naturaleza que puedan suscitarse cori niotivo tle la concesión y que puedan ser resueltas amigablemente por aml~as pades, incluido el Ahitraje, seráin decididas por los tribunales com1)etente de República de Venezuela, de eonfomidad con sus leyes, sin que por ningiin motivo ni causa puedan dar origen a reclamaciones edranjera~.~~

De modo que, de suscitarse contravención con resg~edo a estasi

prohibiciones, creemos que los tribunales de la nación deberán decidir a fílvor de!

la Repaiblica porque se considera que las incapacidades a este tipo de personasl

jurídicas son absolutas. Por lo tanto, la razón de estas incapacidridec que ruos

ocupan, de personas jurídicas de Gobiernos o Estados Extranjeros, es la de

:;alvaguardar la propia industria minera, así como la integridad del 'lerrit~rio

AUn cuando el Congreso o el ahora llamado de acuerdc) t.on la nueva

(2onstitución, Asamblea Nacional, aprobara derechos minero!; a Erripresa:;

EEaranjeras que dependan de un Gobierno Efiranjero, según la nueva Ley de!

idlinas en su arllculo 22, cualquier venezolano en pleno derecho puede inkocési. la

Fdulidad de esa concesión otorgada, por inconstitucional, ante el Tiibunal Sugei'ioi-

cle Justicia, por considerar que se estan violando el artículo 13 de la Constituclóri

t3olivariana de \denezuela que establece entre otros cosas: que el territ~rio nc)

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podrái ser jamás cedido, traspasado, arrendado, ni en forma alguna enajentirls, ni

aún temporal o parcialmente, a Estados Extranjeros u otros sujetos de derecho

iriternacional. Y también el artículo 12 de la Constitución, sobre Icis bieries aje

dominio público, ya citado anteriormente.

4.3.2.2. CBMPARIAS O SOCIEDADES EXTMNJEMS N 8

BOMBCILIADAS EN VENEZUELA

Sobre este tema, nuestro cuerpo legislativo minero, eri el artículo 19

expresa: "Las compañías extranjeras para dedicarse a las actividacles a ,que se

refiere el artículo anterior, deberán llenar los requisitos que para c!llas exige el

C:ódigo de Comercio y demáis disposiciones aplicables; y tendrán uri represc!ntasite

legal, venezolano o extranjero, domiciliado en el país."49 Del contenido de la norma

qiJe antecede, se evidencia que la nueva Ley de Minas poco legisló en lo refereeste

a las empresas no domiciliadas en el país pero que poseen derechos mirieroc y,

efectivamente los ejercen, sino que remite sus exigencias legales, a lo est puladcl

en nuestro Código de Comercio.

En este orden de ideas, el Código de Comercio establece en los ari. 3514 y

2355, que:

Art. 354- Las sociedades constituidas en país extranjero, que tengan en la República el objeto principal de su explotación, comercio o iiidustria, se reputarán sociedades nacionales. Las sociedades que constituidas tambi $n en país extranjero, sólo tuvieren en la República sucursales o explotaciones que no constituyan su objeto principal, conservan su nacionalidiad, pero se les considerará domiciliadas en Venezuela.

Unas y otras sociedades, si son en nombre colectivo o eri comandita simple, deben cumplir con los mismos requisitos establecidos para las sociedades nacionales; y si son sociedades por acciones, registrarán en el Registro de Comercio del lugar donde está la agencia o explotación. y publicarán en un periódico de la localidad ...

Art. 355- Las sociedades a que se refiere el artículo anterior tendrán en Venezuela un representante, el cual se considerará investido de pleras

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facunaas excepto la da enajenar la empresa o la concesión, si est,a f 8 6 ~ k ~ l no se le hubiei- dado expresamenten5'.

Las eoeiedades e-tranjeras que no tengan en Venezuela sidcursales ni

e:mlstación guden, sin embargo, hawr negocios en el país y cornparecsr en

juicio ante los Tribunales de la Repúblim, como demandantgzs s ecanio

demndadas, qudando subtas a las disposibsnes sobre no domiciliada:;. (A&

a", CQdigo Civil).

Tdos 10s que eontra%n en nombre de compaAlas an::tituidas en el

e!%tranjero y no registradas debidamente en Venezuela quetdan sujtjtas a

responsabilidad personal y solidaria por tdas las obligaciones ccsntraida!; en el

pala . (As%. 357 CQdigo Civil)

Lo antes emuesta permite predsar que lo mas resalhnte een (sste tema, es

que las ewresas e~raqeraa, con domicilio hera del territorio nacioaal, se

cmnsiderarhn nacionales, cuando se eswruebe que su adivi~lad econdmicgi

i~Rwi0vdlial sea la e~cgiloracibn y/o emlotación minera en nuestros y:acimientoo; y se

consirlerargin domiciliadas en Venezuela, cuando la adividad minera la prac~qi~eii

en orden emnómies secundario. Teniendo que cumplir mn todcls los deberes 'y

derechm que pauta nuestro ordenamiento jurídiw para ese tipo de enipreras;.

Esto se S U W ~ B , para poder c ~ ~ 1 i r m n e1 aPt. 17 de la Ley de Minas vigente que

asigna la facultad de negociar mncesiones mineras a personas j~irídims, siempre

y cuando estbn domiciliadas en el pais.

TambiBn es valido ewresair que la nueve Ley de Mincis no esdie,tnIO

especifisamnte y m n letra propia, lo wnmrniente a las empresaas rio d m iciliadz~i

en la nacibei pero que gaoswn dershas mineros y ebctivamnte los ejenan, "~PIO

que remite sus exigencias legales e la estipulado en nuestro CMigo de ClamiPci~.

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Todas las peBonas, naturales y juridicais, afectadas por la inagacidad s

yarohibiciones, que realicen ados contrarios a lo dispuesto por la Le!, sstáin ;ujetos

21 sanciones csmo en ekcto lo expresa el adículo 96 del Decreto d e Ley de Minas:

"Podo acto realisedo en contravención de lo dispuesto en los artículos; 20,2 1, y 22,

c;er& nulo de pleno derecho. En caso de traspaso a un Eslacio efiranjere

produeirzi, ademBs, la wducidad del dere~ho"~'.

Las mismas sanciones se establecían en la Ley de Minas dc?rogaca perel

tan %a diferencia que establecia claramente que si el vicio here de origen piducia

Ia nulidad del título respeaivo, o si el hecho fuere posterior a su otorgzmi@ntcl

opera la caducidad. Estas mismas fallas legales se repiten en el Nuevo [lecretci

($e Ley de Minas, por cuanto creemos que la sola nulidad de I i i ~ mnc~?sione:;

inineras no es wncion suficiente para la violación o la mntraivencii5n a Ia Ley. Eri

la1 sentido, la disposición legal debió ser m8s severa, ya que su a~ntravención wi

en contra del patrimonio público; y deben establemsse, en un fuhirc, próximo, las

inodificaciones prtinentes para que las mncionadas contravenc, o i i a c=anlle!~eri

!anciones penales y civiles, como lo establecen otras legislaciones, entre estas, Isi

legislacidn minera Chilena de 1.982.

Para el ejercicio de las actiwdades mineras, es neewrio la invei sión dtr

grandes capitales, además de los conocimientos técnicos que exige el deserrrsllo

)de esa actividad, lo que prhdicamnte imposibilib a una persona natural o fí~icisi

para dedicarse a estas labores, por eso la newsidad de que las compsñias (3

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sociedades sean las que determimn eP establecimiento de industritas hneras, de

aili le impodaneia de las mrnpafiias o sociedades mineras.

Es mnsster I lamr la atención de que tanto la derogada Ley de Mii~as de

1.945, como el actual Decreto de Ley de Minas de i .999, no orienta su rqiilaeión

al logro del desarrollo y formación de las companíac fineras. No accirre lo ni ism

en otras legiiclaeion~, wrn la Colombiana, Chdena o Argentina, elnire otnis, que

cledimn un título espmial a la formación, organización, funcicswamicanto y

c!isolución de dichas csmpafiías, sspar8ndolas del r6gimn establecido 3n sus

respedivoc Cbdigoc de Comercio.

Vemos que tanto la Ley de Minas derogada conw en el nuevo Becrtsto Lejt

tle Minas solo dedican dos (2) artículos a reg~ilar este contenido, y ea así que el

"Las compañías e, sociedades que se fermn par8 I é i

43qloración o explotaciQn de minas, se constituiran con arreglo ,al Cgitligo d e

Comrcio y tendr8n mr&der de civiles. ...'152;e~ decir, que en la fonnaciár8 de lati

compafiías impera Fundamntalmnte el CBdigo de Comercio y SLIS disp~s~icio~~e!;

sobre materia de compaiAías.

Es de obsewar que en la derogada Ley y en la vigente no se csntc~mpla Id

normativa que regula la makria propia y especial lo mnwrniente las winpafiias

o ewresas que tengan corno objeto 81 ejercicio de ac~vildades rninsras,

definiendo lo que debe entenderse por compañía minera y los nqaiiaitos para su

hrmacibn.

El segundo aspecto del aeículo al que hamms referencia, is día

6"rácter de sociedades civiles, que sobre =te punto tendremos I;a oport-luriidad clér

analizar más adelante.

Continuando el texto del artículo 18, expresa además que:

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Las esmpañias o sociedades legalmente constituidas en el país que tenga i por objeto el desamllo de cualquier astividad mlacionada con esta Le),, deberain hamr la mrreg~powdiente participación al Ministerio de Er ie~ ía + Minas, dentro de los treinta (30) días siguientes a la feeira de si1 mnstituei$n, con expresibn del domicilio y del nombre del representant4s legal. Ademls acompaAarán a la padicipación, wpia certHi~da de!l documento de constitucidn y &ros instrumentos pertinentes. Milentras las compaAlas o sociedades no cumplan con los antetioms requisitos no se le 3 dar& c u ~ o a las solicitudes que pmsenten ante el mencionsido ~ s s p a & o . ~ '

Como vems la normativa no interviene para nada en la formación y

achación de este tipo de companias, y solo impone como ~bDieg8forí0 18

padicipaci6n de su mn&ituciQn, SU domicilio y del representante lega$.

Esto se cs~lemntaa en cuanto a la actuación de las cornpafiias que se

dedican a la e~lotacidw de yacimientos minerale, wn el Reglamento de Ila Ley

de Minas de 1.945, por cuanto el mismo no fue derqado y en consireuencizi sigue

vigente, en el cual se establemn disposiciones que deben tornarse en ~:ueri.ta

sobre e"Inej0 mmrGIaI de las conwsionss, vemos por ejemplef en su e PPIcL~Io

1 .i 9 que establece que:

T d o concesionario y toda empresa o compañia minera debe comunicar c: l Ministerio de Energía y Minas los lugares en que funcionen sus -1iricipale:s oficinas de administracibn a donde puedan dingíi-eles Iws mmunica~oms o notificadones a que hubiem lugar. Cuando tuvieren o nombraren apoderados en la Capital de Repúblim par;# ~eeibirlas, mrnunimrhn tambi&n esta circunstancia y remitirán coysiii cedifiada del eoprespondiente instrumnto. En uno y otro saco indimr&i~ direcciones pmcisas y cuidadn de comuni-arr al dicho Minisleris todo mmbio ukedor al re~pecls."~

De igual manera el a ~ i a i l o 720 del Reglamento, estal~law qlie las

aclonwsiones deben trabajarse en mnforMdaid con los principios ecáwbmiieos, irde

suede que la explobción minera se efectúe &cientemnte, caln el mayor

rt$wdimiento y hasta la total e>Arisimi6n del mineral, si fuere posible.

Con respedo a la naturaleza juridica de las mmpaPilas. rninerzs, liss

redactores del nuevo Decreto de Ley de Minas, mntienen igual que en la 1-ey de

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7;:

Minas derogada, el car8cter de sociedades civiles, sin tornar en cuenta que iatl

aclividades mineras son eminentemente económicas porque las misma lo que harl

busmdo y buscan son fines de lucro como cualquier otro compailía me reantil

cuya utilización es posible dado el caracter exepcional de la disposición legal eri

:;u articulo 18 DLM. Esto tambien se ve eqresado en el articulo 200 del Códigcl

tSe Comrcio, en su primer apaide establ que: las Sociedades Asi6nims!s y lasl

de Responsabilidad %imitad=, tendrgn siempre el carActer rnerccanf:il, cualquiar~t

(que sea su objeto, pero la mism disposición legal admite dos e:%oepciores: {asI

(mmpañías anónimas s sociedades anónimas y las de responsabilidad lirrritada~~

que se dediquen a la ewlotación agricola y pecuada y a la expiotílicmón de minas

c:onsewarhn el aréncter civil.

En consecuencia, estas ssciedades y muy especialmnte la:; mineras, a ras,

que hacemos referencia, son sociedades civiles con forma de mercartil, por-

t;uanto están sometidas a las di~posiciones del Código de Gom?rcjo en td~ ICI

referente a su constitución, o cualquier otra norma que le sean aplicable, sin que

pierda su mr%ider de Civil, no aplicandosele la alidad de comerciante, se c4bjetcb

6% dedic-irse únicamnte a la exploración y explotaciQn del yacimiento nii-eral

otorgado en conwsibn.

Creemos que las razones y argumentos que privaron en el legisladx par21

otorgade el carátder de civil a las compaAías minmas obedwn a las sig ~ienfes;

CZiUS88:

- Como un estímulo a todas aquellas personas, naitusales o jui-idic-is, que se

tlediquen a la exploración y explotacibn de nuestros recui'sos mi~eraler;

generadores de riqueza y desarrollo económico y social en el pai!;, sin terisr que!

f;ometerse a las disposiciones rigurosas que establece el Cbdigo de Gc~mrcie~

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7:

para todas aquellas sociedades merantiles (Comerciantes), por ejernplo, la

publicidad, los Libros de contabilidad, el gago del Impuesto Sobre la Ren%gr (IISR).

~ifc., que no se les exige a las Sociedades Civiles.

- Tampoco tienen el beneficio del atraso y mucho menos declarai.sct en q ~iebra.

CPuiz6s la razón que tuvo el legislador, es que en materia ele yaeiniientss

nciinersles de cualquier naturaleza, que se encmntren en el territorio nacional,

pedenemn al Estado Venezolano y, todo yacimiento mineral dadc~ en concesión

r~svierts al Estado cualquiera que sea la causa, bien sea por e~rpiraeic5n del

tGrmins, por renuncia, caducidad, entre otras. Revieriten al Estixds por aquel

principio de la WEVERSIBIBIDAD que se estable- expresamente en la nuera Ley

de Minas:

Las tierras, obras wrmanentes, incluyendo las instalaciones, a ~ : ~ o r i o s :I

equipos que formen parte integral de ellas así como cualesquiera otro!; bienes muebles o inmuebles, tangibles e intangibles, adquiridos con destino a las actividades mineras, deben ser mantenidos y consewados por e l respedlvo titular en comprokdas condiciones de buen funcioiiambnto, segriin los adelantos y pdneipios t6cnims aplicables, durante todo el t6rmino de duración de los derechos mineros y sus posibles prbmoga, pasarán eri plena propidad a la Repiáblica libre de gmvámems y eargaes, siri indemnización alguna, a la extíncién de dichos derechos cualquier:a que seél la causa de la misma.5"

Conviene destacar en primer t6rmino la competencia del Poder Nacional

para establecer el r& imn y administración de las minas s hidromrt~uiros se~jijn !.o

e$;tablecib el artículo 136, ord. 10 de la ConstituciOn de Venezuela de 1.961, y en

cansecuencia esa misma Consliitucibn a la que hacemos referencia en su aitículo

1217 hizo cierto la desccentralizacidn de esta cowetencia a fin do promjer ia

dascentralizacibn administrativa a los Estados, que se configuran con la vigente

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Ley BrgBnicai de Decwntrali-ación, Delimitaaicíán y Transferencia dri (zompetencia

del Poder Pajblics del aAo 1 #989, y entró en vjgencia en Enero de 1 9i30; dotade :$e

transfiere a Isc Estados el Régimn, Administraci8n y Explotación de las piedras

de construcción y de adorno y de cualquier otra especie que no sean preciosas

según lo preaptuado en articulo 11, orol. 2O, ParBgrafo onico, al esta'3Ismi:

"Hasta tanto los Estado asuman esta competencia por Ley Especial didada aor las

rlespectivas hambleas Legislativas. se mantendrái vigente el nigimn srrtral

~jxistente en la a~tualidad".~~

Igualmnte es pe-tinente hawr notar que antes de la puesta en vigeiicia de

la Ley antes seAalada, el r4gimen existente para e1 otorgamiento (le conc~,siones

sobre das piedras de mnstrucciiln y ornato que no sean preciosas corresporidia er

todo caso otorgarlas al Poder Nacional a trav$s del MEM, con la filgura juríljim d e

(rontratos especiales según los artículo TO, El0, 9i0, 10° de la deroga ibey dé1 Minas

(de 4.945.

Cuando se legisla sobre la materia en el ano de 1.989, se peeaeiran rlos

:supuestos una vez sancionada la Ley Qrgáinia arriba señalada, y puc$sta eri

l~igencia en "1.990. En un primer lugar los Estados que haeierido uso de esto

mandato legal ya han legislado sobre la materia, se regirán por su Ley Regional

como se da el msa del Estado Zulia. Y en segundo lugar, aquellas Estatios qucs

aún no han legislado sobre la materia en particular, se seguiráin aplicando las

disposiciones de los articulo 7°,80,90 y IbdO de la derogada Ley de Minas de 1.945,

y por mndato expreso del artículo '128 del Decreto de Ley de ItRinas de 4.999,

csntinuaráin rigikndoce por las mencionadas disposiciones hasta tanto los ,stados

asuman la c~mpetencigi sobre la materia.

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4b.7. U B P L ~ T A C I ~ H POR EL DUERO DEL WELO

Be acuerdo can el aPCicuIo 128 de la nueva Ley de Minas que eslablece

Los minerales a los cuales se refieren los artículos '7O y $O de la Ley de Minrrs derogada, continuaráin rigiéndose par las diaposieisnes de las artíc:bilos 7 O , E l 0 ,

QO, 10° de dicha Ley, hasta tanto los Estados asuman la csmpestencira qiie sobre tales minerales les otorga la Ley OrgBniea de Desccentrcilizsción, Delimitación y Transferencia de Competencia del Poder ~ublieo."~'

Los minerales que se enumran en el artículo " P d e la derogada Ley de

Idinas de 9.945 y que por mandato del antic~ilo arriba citado est&n vigente. son ios

:;iguientes: las piedras de construcción y de adornos o de cualquicrr dra espeie,

que no sean preciosas, el mArnnol, pbfids, caolín, mgnesita, arena, 1)izarra

éarcilla, aliza, yew puzolana, turba, las sustancias terrosas y el guano. (:uawdo

se hallan en terrenos de propiedad gahcular, pe~enemn al propi(atario del suelo

(SisiZema de AccesiBn), quien p4réi expiotarlas sin formlidaclez; ecpt?ciales

quedando sujetas a la vigilancia de la autoridad en cuanto a policía y segur dad de!

las labores.

Sin embarga, por mandato de la Ley Orghnica de Desceritralización,

I3elimitación y Transferencia de Competencia del Pde r Pilblico, en :su artízkil~ 1 'i

cardinal 2O, en cuanto a la transferencia a los Estados de competeni:ias res(!pvada:;

;sil Poder Nacional; el Estado Zulia, con base a esas facultades y a través de la

14sawlea Legislativa, legislb sobre esta matería, decretando la L,ey de f"~ed~%s;

ino Bmcissasa y Wuabwciaa Minemles no MeGlicas. (A$ltaiidiw 1). Eri

c~onsecuencia, para la explotación de este tipo de minerales que sr? ~~ncuer tren eri

!:erreno paiaicular, en las región zuliaina, se regiran por la mnc:ionada Ley dc?

IPiedras no Preciosas y Sustancias Minerales no Metálicas% del Estad<) Zialia,

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porque para la eqlotcación de las mismas deben ajucta~e a las disposicics~ies de

esta Ley Regional segun lo establecido en su Título II, apítuls 1.

4.8. NQRWS P A M M "PLOTACD~N EN "TERRENO-ALDIOS

Segijn el a~lculo 8 de la derogdaa Ley de Minas, que se refiergt a las

sustancias establecidas en el aPtEculo 7 ejusdem, para la explo1:aeión esas

swbncias en terrenos baldíos, Ios derechos son otorgados por el Ej:cutivo

Nacional, solamnte en aquellos Estados que aún no hayan l q aIads sobre la

rnateria en cuanto a las piedras de construmión y adornos que no sean pre!Ciosas

y demas sustancíais no mtSrlims.

En cuanta a los reqisisitos exigidos por la Ley, para estos csntrhitos se

estable= que:

1 O. La eArtensión de tales mnesionss, no podrá otorgarse pgrr t-mhs dr? 5.000

P~ectáireas, salvo en aquellos eassos en que a petición de parte interiesada y at juicie

del EMutiva Nacional, precisen ser myores.

En cuanto al Estado Zulia, Ia Ley sobre la materia casbblecc~ asn su iia-tícaslc

20, que dichas csnwsiones no pdrhn otorgarse sobre ex8ensiones mayores del

I

2'. En lo csnmrniente a la duiaeiópi, el plazo de dichas cona3siseies no ser6,

mayor de veinte (20) años, contados a padir de la fecha de ~~ublicac bn de

rnntrato en Ba Gaeta Oficial de la RepUblím Bolivariana da Ve~.r~%e~ela

publicación que se efeduarh dentro del m s siguiente a la fecha en que fuere

firmado el mntrato. A juicio del Ejecu8ivo Nacional, y cuando 188 r~mxsidajárs -sí

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Its requieran, podrá prorrogarse el plazo de la concesión, por un lapso que 170

ex-deráa de veinte (20) años.

En el Estado Zulia se estable=, según artículo 21 de su Ley de Piedras so

Preciosas y Sustancias Minerales no MeGlims, un plazo tarribien de vein:e (28)

aAos, contados a partir de la fecha de publicaci6n del contmto respective en la

Gaceta CMcial del Estado Zulia, publiclción que se efectuar6 dentro trBe los treinta

(30) días continuos a la fecha de la fima del contrato. De igual forma se estable=

que, cuando las necesidades de la industria asl lo requieran, el plana de la

mnmsión podrái prorrogarse, por una sola vez, por un lapso que ém ningúii mso

excctsderá de veinte ((20) años.

3'. En este tipo de contrato se fijará un lapso no mayor de do!; (2) afios para

que el contratista d6 corriienso a los trabajos de explotaci6n so peia de

c-iducidad del mntrato, salvo caso fsduito o de fuerza mayoi debidamente

camprobado.

En la Región Zuliana, en el respedivo contrato se establece un laglso no

srlayor de seis (6) meses, para que el concesionario de comienzo a los triabajos

preparatorios para la exploracibn y otro no mayor de dos (2) años para c ue se

iriicie efectivamente la explotación, bajo caducidad automdtim dtzla mncesión,

qiuedando siempre a salvo el caso fortuito y la fuerza mayor debidamente

ccsmgrobada (articula 22 Ley de Piedras no Preciosas del Estado Z~iiia).

En cuanto a los ocupantes de temenos baldíos con fundaciories agrícolas o

pscuarias, que llenen las condiciones requeridas por la Ley de Tierras Baldías y

Ejidos para la adjjudíación gmatsiitai del derecho de preferencia para obterier les

concesiones sobre piedras de mnstrucción y de adornos que no s5aw preciosas,

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m n exmpción de las que veEsn sobre la explotación de cantera!; de mát.rnsl y

pbfids, el eaolin y la mgneaita, no tienen el derecho de preferencia, pero se les

indemniarA en toda caso por los perjuicios que se les cauce. (Artículo 9 [.ay de

Minas de 1.945, que sigue vigente para aquellos Estados que na han leolislado

cobre la materia).

4O. En cuanto a la oposición, en el aeiculo 10 de la derogadii Ley de Minas

de l.945, se estable* que podrán oponerse:

a- Los que aleguen un derecho de propiedad particular aot)ré! Im lé9rrenQs

respedo a los cuales se solicita la mwcssión.

b- Los ocupantes de terrenos Baldíos, que pueden hacer \ieasler el dereehe

de preferencia y,

c- Quienes ya tengan legalmnte otorgada sobre los terrenos de? que sé!

I:rate, una concesión de la misma especie.

La oposición se hace por ante el Ministerio de Energía y ILliaas, d~ntro dc?

(quince (15) días que sigan a la fecha de la última publicación que ordena el

artículo 8 ejusdem.

Si la oposición proviene de lo establecido en el apade c, es decía de las

personas que ya tengan legelmnte otorgada sobre los terrenos de que :;e trat~!,

una concesión de la misma especie, lo decidirá el Ministerio de IZnergíe y Minas

previo esdarecimiento del caso, por ser éste un procdimiento Administrativo.

Pero cuando la oposición proviene de las wusales est~iblecidla~~ en les

incisos a y b, es decir los que aleguen un derecho de propiedad pziflrcinlar I espcrcici

a Im cual= se solicita la conwsión y, los ocupantes de terrenos baltlíss LE.

puedan hamr valer sus derechos de preferencia, en estos casos el Mini:;terio CIEB

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Energía y Minas los remitirá a los "Pibunales de Primra Instancia de sus

respectivas jurisdicciones.

En cuanto a la oposición, prevista en la Ley de Piedras rio Preciosas y

Sustancias Minerales no Metálicas del Estado Zulia en sus aiP%iculos 31, %!, 23 y

34, se establece:

-Podráin oponerse al otorgamiento de concesiones, durante el proatso de

pre-licitaciQn o a la declaratoria de libre aprovechamiento, dentrcj de lo:; c ie~to

ochenta (180) días mntlnuos, contados a partir de la fecha de la últimia publimeión

de la declaratoria:

1. Las personas naturales o jurídicas, de derecho públise o de

derecho privado, que aleguen derechos de propiedad sobre el cuelo o terreno

objeto de la wnwsión o de la declaratoria de libre aprovechamientc~;

2. Las personas naturales o juridicas que ya tengari Iqaimente

otorgada una csonwsión de la misma especie sobre el terreno de qiae se trae.

La oposici6n a la que nos rekrimos anteriormnte (art. 3'1 (%jjuadem), se

efeduarh por ante la Secretarla csmpetente del Ejecutivo del Estiido f uiligi o por

ante la correspoMiente Almldia, sqún el caso. Estos entes gúbl cc~s resolver8n

los casos de oposición, median& el prowdimiento contenido en la Ley Estridal de

Procedimientos Administrativos o en su defgctol la Ley 8rgáinil:a de

F%owdirriientos Adminístrativos.

La actual Ley de Minas simplifica la tramitación a este rspec:tcb, es dcscir, en

c;uants al ejercicio de la explotación de la miinería afiesanal. Sin embarg~, el

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lqislador dejb elaro que este tipo de adividades "serdn atendidas par el Estéido y

prestar& asesoramiento t6cnico para SU e v ~ l ~ ~ i ó n ' ' ~ ~

Pudibndose interpretar como autorizaciones, que en todo caso, %a el

Ejeeaitivs Nacional a trav6s del Ministerio de Energía y Minas, por warits, coino se

di*js anteriomente, no existe una disposición I q a l expresa en Io referido al

prmdimisnto para la obtención de algidn permiso para la exploa,ción de oro y

diamante en mnor escala.

Lo que si podems notar de gran importancia y, en mnweadertcia, e3 algo

novedoso, es que las adívidades mineras bajo la alidaid a~esanal, sola mente

pueden ser ejercidas por *monas naturales de nacionalidad venezolana segLin lo

define el artículo 82 del Decreto-Ley. En mnsecuencia, podernos notar, qiee son

los LJaicos requisitos para tal fin.

Y un segundo aspecto que revela la Ley de Minas, es lo mnernientr a las

áreas donde se pu&e ejerer la minería a~esanal, las cueles serárn ~eñi i ldas,

bajo deweto dictado por el Ejecutivo Nacional.

Ademds, la minería adesanal debe ser realizada con estric:to amtamienta

cie la normtiva ambiental. Asimismo, tales adividades estan sujetas al pago de,

los impuestos previsto en esta Ley, que le sean aplic-nbles. (art. 84. y 8% DL.M).

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La Concesión Mincjra

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CAPITULO V

LA CQNCESIÓN MINEM

Una vez que se han estudiado los entes participantes de toda rc!lación

jurídica minera: las personas, la propiedad y la autoridad minera, procedemos a

desarrollar la temática de la concesión como figura para poder ejercer los

derechos de exploración y explotación de yacimientos minerales.

5.1. ASPECWQ" FUNDAMENTALES

5.4 -1. CONCEPTO

Para el estudio de lo que debe entenderse por conc:esión rriinera,

tendríamos que remitirnos someramente a lo que se establece sobrs la figiisa de la

concesión en el Derecho Administrativo, por pertenecer esa instituciósí a ese

campo, y que la legislación minera la ha adoptado haciendo uso frecuente de ella

~stableciendo como requisito fundamental para el ejercicio de la actividad minera

por entes mismos del Estado o por los particulares.

Ahora bien, hablar de concesiones en el Derecho Positi\ro Veneoola170

envuelve los más diversos actos del Poder Público. Algunos autores, corncb

/4ntonio Planchart la definen diciendo:

Es el acto por el cual el Estado otorga a un particular el derecho de gestiiln de determinado servicio público o la explotación de determinada riqueza drl patrimonio del Estado, obligándose el concesionario a verificar Iia gestión o la explotación por su cuenta y riesgo, sometido a las condiciones impuestas por el Estado, a cambio de las ganancias resultantes de la prestación del servicio o de la exp~otación.~~

Dentro del concepto, verificamos dos aspectos esenciales en el tratiimiento

del tema, como son la gestión de servicio público y el de explotaciijn de la riqueza

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riatural pefieneciente al patrimonio público, siendo este aíltim el que rio:; interesa

clestaear dentro del campo de la actividad minera.

Haciendo una extracción de la conceptualización gel~eral d e le

conmsi6n poelriarnos decir que la concesión minera es el derecho otorgado por el

Estado a un concesionario de apropiarse de las minerales earaídos mdiariie la

contraprestación que paga al atado a través de tarifas impositivas durariie el

Yiernpo por el cual fue otorgada la concesión.

La concesidn minera es entonces, el derecho referido a la tixploración y

explotación de las sustancias minerales a que se contrae el Decreto de L.ey de

Minas y dernhs disposiciones legales aplicables. Es un eowwpto de natur-aleza

administrativa, de donde se deriva su nahiraleza jurídica, en el seiitido tle su

vigencia, por cuanto su definicidn corresponde al Derecho Administrativo y.2 $u9

inucialrnente la minerla s61s fue un aspecto dentro del campo del Derecho

Mministrativo aplicado a las minas, pero en la mdida en que dlstais iuercin

incremntáindose y tomando importancia, el Derecho Administrzativo se sintió

iricapaz para resolver problemas de la industria minera.

Veams lo que estable= el artículo 24 del Decreto Ley de Mirias:

La concesión minera es un acto del Ejecutiv~ Nacional, mediante e! cual :,e otorgan derechos e imponen obligaciones a IQS particulare~s para el aprovechamiento de los recursos minerales existentes en el territorio nacioriiil. La conwsión minera confiere a su titular el derecho exclusivo a la c?xploracion y explotaci6n de las sustancias minerales sto~adas que se encuer tren derrtro del ámbito espacial mnced id~ .~

Lo importante de esta disposición es que aunque ncj se establecí?

expresamente el carácter contractual, una vez otorgada una coria:ai6n, &sta no

puede ser modificada ni administrativamnte por el Ejecutivo Nacional, rii

legalmente por lo que hoy mnoeemoa corno Asamblea Nacional. La ecncesión

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minera s61o comprende subsuelo, separado de la propiedad parlicular, segiin et

articulo 11 0 del Decreto de Ley de Minas, que preve:

A los efectos de esta Ley, la corteza terrestre se considera dividida en dos partes: el suelo, que comprende la simple superficie y la caipa que alcanzci hacia abajo hasta donde llegue el trabajo del superficiario en actividades ajenas a la minería, y el subsuelo que se extiende indefinidarrente eri profundidad desde donde el suelo termina. Las actividades mineras realizadas en subsuelo no generan compensación para el superficiaiio, salvo que afecten al suelo u otros bienes6'

Apreciamos que las minas son bienes separados de la propiedad ciikil, al

corssiderarm que estan dentro de la tesis de la propiedad originaria del Estado. De

no oci-irrir tal distinción entre el suelo y el subsuelo, evidentemnte sureirían

csr~flidos entre ambas propiedades, la ultima, es de propiedad originaria de3

Estado. Esta distinción entre las dos propiedades también era azogida (?n la

derogada Ley de Minas de 11.945.

Al incursic%nar en Io que es el contenido tanto de la Nueva Constitiición

Bolivariana corno del Decreto Ley de Minas, promde significar qiie en ainbos

inatrumntos jurídicos se contemplan normas rectoras que dan al Estatdo las

atribuciones para el manejo de las actividades que genera la expllatación de la

industria minera y petrolera, estableciéndose en la mayoría de los casos c:onscs

requisito fundamental para el ejercicio de tales actividades en el campo ile la

minería, una formalidad denominada cencesiQn.

Con respecto a la naturaleza jurídica de la concesión mineni tmmo figura

propia para obtener el derecho de explotar los minerales, exisen vas.ias opin ones

de tratadistas al respecto, las cuales se encuentran divididas en dos gr~ndes

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grupos: a- Los que afirman que la concesión tiene una "naturaleza CI-ntracti~ial " y

b- Los que niegan decididamente el caracter contra-tual a I é i csncesibn,

refiriéndose a su naturaleza netamente administrativa, ccansideráindola corna un

acto administrativo.

Es necesario analizar aunque sea someramnte estas dos po:;ic:ioner; a fin

de encontrar la verdadera naturaleza de las conmsiones mineras.

lo. Los que consideran a la concesibn minera como un Acto P,drninisl.rativcr

Unilateral. Es decir, que el concesionario tiene que aceptar y recibir la conc&!sión

en las condiciones y términos fijados por el Estado. El particular concxssionario no

goza del derecho de disentir esas condiciones y t6rrninos, es decir, ioma

Integramente la concesión o renuncia a la misma. Aián más, segiin estos autores,

que por ser la concesión un acto de soberanía, bien puede el Estad0 modificar los

terminos o condiciones de cualquier mnmsión que haya otorgiado y basta

revacarla, sin que el concesionario pueda exigir ninguna indemnizéición por los

danos y perjuicios causados.

De ser contestes con esta posición en la que se considera la wncesiór

minera como un Ado Administrativo Unilateral por parte del Estado, sir asume que

la industria minera ser& ejercida únicamnte por el Estado, crehndosé~ un

verdadero monopolio, porque ning iin paiaicular se dedi~rSp a esas actividades.

Sabemos que la industria minera es muy exigente, necesita de graiides

inversiones de capitales y nemsita de mucho tiempo para producir benef cios

ecolnómicos, y en estas condiciones podría ocurrir que despues de inucho gasto

de tiempo y dinero, el Estado decida revocarle la concesión, creaindose una

inseguridad jurídica para el conesionario.

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eO. Los que consideran la concesión como dos actos Unilaterales. Por una arte

se da un primer acto unilateral de voluntad por parte del Estado, cuarido fija los

términos y condiciones para el otorgamiento de la concesión en virtud tic su

potestad solemne y; un segundo acto unilateral de voluntad, es por parte del

particular cuando acepta la concesión. Sin embargo, ambos actos de voluntad

esten regidos por derechos diferentes: el acto de voluntad por parte del Estad 3, es

un acto administrativo, regido por el Derecho Público; y el acto de voluntatl por

parte del particular es un acto regido por el Derecho Privado.

Esta posición resulta convencional y artificial, por cuanto es contrario a

derecho, dividir a la concesión minera en dos actos de voluntades diferentes,

regidos por Derechos diferentes, ya que en realidad la concesión minera tts un

acto único e indi~is ible.~~

do Los que consideran la concesión minera como un contrato de Derecho

Privado. Quienes defienden esta posición, alegan que la concesión niinera es la

resultante del acuerdo de voluntades entre el Estado y el particular y este acirerdo

de voluntades, es la base de la moderna teoría contractualista dentro del De -echo

Privado.

Esta teoría falla cuando algunos tratadistas consideran a la coric:esiídn

minera como un contrato de arrendamiento, otros afirman que la coria?sión rninera

es un mandato, y otros consideran la concesión como un contrato sui-generis. Sin

embargo, nunca el Derecho Privado podrá regular una relación jurídica como la

que surge de la concesión minera, donde con frecuencia el Estado delega en iwin

particular el ejercicio de ciertos atributos de poder como son: la ocupacibn

temporal y la expropiación, figuras jurídicas que corresponden únicamenti? a los

organismos públicos, por ser instituciones de Derecho Público y esto no la puede

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3:

explicar nunca el Derecho Privado, porque para el Estado todos los4 partici~iares

están en el mismo plano de igualdad.

Ahora bien, estos atributos de poder los consagra expresamerite el art culo

11 del Decreto de Ley de Minas, al establecer que "el beneficiario da dere1:hos

mineros para ejercer las actividades reguladas por esta Ley, podr3 solicitiir la

constitución de servidumbres, la ocupación temporal y la expropiación de bien 2 ~ " ' ~

a fin de poder lograr la prosecución de sus objetivos como son la er.plotacib7 de

los recursos minerales.

4'. Por último, los que consideran a la concesión minera como un contrato de

Derecho Administrativo. Quienes sostienen esta corriente, establt~cen que la

noción de contrato no es privativo o exclusivo del Derecho Privado. Esta e!; una

noción que corresponde a los principio generales del Derecho y cuya

manifestación se presenta tanto en el Derecho Privado como en el Dei'~!cho

Público y, en éste último, el contrato no es solamente posible entre perc ,cjnas

jurídicas de Derecho Público, como el Estado, las Provincias y los Mi~nicipios. La

voluntad del particular también se contrapone a la del Estado, en el Cramps del

Derecho Público, para la perfección del contrato. En este caso el individuo no 1?st5

corrio súbdito frente al Estado, sino como persona natural con capacidad jurClica

para adquirir derechos y obligaciones.

Consideramos, en consecuencia, que la naturaleza jurídica de la

concesiones mineras es un contrato de Derecho Público, suscrito entre el Estiido,

obrando como persona jurídica, y unas personas o individuos, oblPando como

oersonas con capacidad jurídica, y esa relación contractual está regida por norinas

je Derecho Público porque así lo exige la naturaleza, objeto y firies dc! la

concx?siÓn minera.

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Autores venezolanos como Godofredo GonzBlez, Tulio Monssl\le Ca!;adc

entre otros, est8n de acuerdo con esta última corriente contradualiska, srientiidos

tal vez por ei criterio del legislador, siendo imposible considerar a a concesian

minera bajo otra naturaleza, mAxim cuando en la nueva Ley de IVlinas f a 91 su

arti@ulo 24 establece: "La concesión minera es el ado del Ejecutivo Nacional,

rpietliante el cidal se otorgan derechos e imponen obligaciones a los padiculnres

pare el aprovechamiento de los recursos minerales existentes en el ters-i :ario

n ~ d o n a l " . ~

Al respecto, en la actual legislación minera, la figura jurídica "contrato" la

encontrarnos en el articulo '128 en su último apafie; en el artículo 132 ordinales

"a,bl,en C U ~ B ~ O se refiere a los titulares de contratos, a la ubicación de las parcelas

objé?to del contrato y a la conversión de los contratos, resgseclivamrrt~!. De i juel

forma la encontramos en el artículo 135 ejusdern al referirse a las conversione3 de

contratos en áreas de Resewai Forestal. En la Ley de Minas derogada de '1 945

también se refería a contratos en sus artlculos 26 y 204, al regulé~r las psrtes

contratantes o contratistas de los derechos mineros.

Adernds, para justificar la posición al respecto de la naturaleza jurídica ce la

concesión minera como un contrato Administrativo de Derecho Públii;o, se alude

que la misma se encuentra investida de Utilidad Pública según el artis;ulo del

Decreto Ley de Minas.

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5.1.3. CAMCTER~S~ICA"BUE ASUME LA C Q N C E ~ ~ N EN LA IJLIOIVi4

LEY DE MINAS

De acuerdo al análisis que hemos realizado en el punto anterioi, al

considerar la naturaleza jurídica de la concesión minera como un contrato de

Derecho Público, veamos, en consecuencia, sus caraderísticas a la luz de la

nueva Ley de Minas.

5.1.3.1. SINAUGM~PBCB

Es un contrato Sinalagmhtico, esto quiere decir que es bilateral, recurric!wdo

al adual Decreto Ley de Minas, el cual establece una serie de norma:; iinperai ¡vas

- atributivas: cuando el Estado otorga la concesión a un particular, se obli!~a a

porier al beneficiario de los derechos mineros en condiciones de que piieda

proceder a la eplotación de la riqueza mineral, por ejemplo: la prolec;ción legal; Q

concedi$ndole una serie de derechos y facilidades a objeto de podei- cumplir con

sus objetivos, por ejemplo: constitución de sewidurribres, ocupación i:emp~rtnl y la

expropiación de bienes (art. 11 y 24 del DLM).

De igual manera, el concesionario tiene derecho al uso y aprovechamients

racional de las aguas del dominio público y privado en sus actiwidcides mineras

(art.14 DLM); asimismo, tiene derecho a la exoneración de impiiestos cobre

maquinarias y equipos pera la prosecución de sus adividades. El concesiontaiio, e

su vez, ha de cumplir con requisitos y dar cumplimiento a diversas obligad snes

para que su concesión tenga vigencia, por ejemplo: los plazos que :;enala Ir Ley

para dar comienzo a los trabajos de explotación (art. 81 DLM: un lapso de sieile ('9)

anos). Así como los pagos de los impuestos consagrados en la Ley (iads. !3 1-97

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DLM), y la obligacidn de informar, segiín la misma Ley de Minas a Izi cual hemos

venido haciendo referencia.

Por Liltimo, el sometimiento a la fiscalización por pade de las autoridiiides

del Ministerio de Energia y Minas, artículo 88 del Decreto Ley de Min~is. Son pues

verdaderas obligaciones, que en caso de incumplimiento podría origii~ar, sctrgún

sea el caso, el cese de la concesión otorgada.

De todas las disposiciones señaladas en cuanto a derechos y obiigacicines,

no puede dudarse de que se trata de un contrato bilateral.

5.1.3.2. SOLEMNE

Esto significa que se requiere de ciertas formalidades y solttminidadl?s a

cunlplir tanto el Estado como el particular para que tenga efectos jurídiccs la

c:oncesión. La solicitud debe ser escrita por pade del interesado en olstener una

concesión minera; debe p~iblicarse en uno de los diarios de mayor c rculacib~ en

el país, publicarse en la Gawta Oficial la resolución del Estado en cuanto a la

expedición del título, entre otros actos (arts. 40 -411 -42 -45 de la nueva Le i de

Minas). De tal modo que resalta a la vista las solemnidades que hay qiie cuniplir,

so $sna de no tener efectoa jurídicos las concesiones mineras otorgatias.

Ea decir, depende del azar, es casual porque las concesiones se otorg m a

riesgo del solicitante. Las explotaciones de las riquezas minerales estan somelidas

en alto grado al azar, pues en ocasiones, aún existiendo mucha posib~ lidad de una

explotación fructífera, la operación en vez de producir ventaj~as, gsrc~tlum

desventajas y pérdida de tiempo y capital. Por eso es que el Estado no garsiiitiza

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la existencia del mineral cuando en el artículo 34 del Decreto Ley de BAinas

pree~ptúa que "se presume hasta prueba en contrario, la existencia del mine-al y

que éste es industrial y económicamente explotable; pero con el otorgamientc~ del

titulo no se hace responsable la República de la verdad de tales hechos. Así

mismo la República no responde por saneamiento legal."

Esta misma presunción de la existencia del mineral, también estaba

expresado en la Ley de Minas derogada, en su artículo 34, existier~do para ese

entonces el régimen del denuncio, que dejó de tener vigencia en nuestro país con

la implantación definitiva del sistema dominial a partir del año 1.977.

Sin embargo, actualmente con los adelantos de la ciencia y d e la

tecnología, esa presunción de la existencia o no del mineral, tiende a desapaiecer

o por lo menos perdería su importancia como característica válida en los contlatos

de concesiones mineras.

Son contratos a título oneroso, porque ambas partes persiguen fines de

lucro. Vemos como el Estado y el concesionario están circunscritos ers torncl a la

explotación del yacimiento mineral. El Estado al otorgar en concesióii una riqueza

mineral tiene como fin obtener beneficios económicos que se desprenden (le su

exlalotación. Y a su ven, el particular concesionario obtiene beneficios econ6rnicos

a través de la explotación y venta de esos minerales. Por tanto, el fin último c e las

concesiones mineras, es la obtencidn de beneficios económicos para ianbas

partes.

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La concesión minera es un contrato de adhesión en lo referente a las

cl&usulas exorbitantes porque las mismas son fijadas o establecidas por el E,:taclo,

quedando la otra parte en la posibilidad de aceptarlo tal como se le propone o de

rechazarlo total o parcialmente; por ejemplo, las características de estos contratos

scen:

- En primer lugar, es una oferta que tieiie carácter general, permanente, dirilgids a

toldo el mundo. En el caso de las concesiones mineras están regidas por una ley

para el otorgamiento de concesiones mineras, y las ofertas no vari diricg das a

nadie en particular, sino a cualquiera que tenga interés en solicitar y obtenSr una

concesión y esa oferta es permanente y de manera indefinida, hasta qiie sean

cambiadas por una ley o por una resolución Ministerial.

- En segundo lugar, la oferta emana del Estado quien posee un mor~opslio s sbre la

propiedad minera por ser el propietario originario de las minas.

- En tercer lugar, las ofertas 'tienen como objeto la prestación de un sen~icic

público, pero con utilidad pública, como el caso de la concesión mineirii, cuya

finalidad es proporcionar beneficios económicos para una comunidacl.

-. Y una última característica de las concesiones mineras, es que son un irsontrato

de Derecho Público, por lo tanto, están sometidas a las dispssiciores legall3s a la:;

cuales tienen que regirse tanto el Estado como el particular concesionario y ciliya

finalidad es la de satisfacer necesidades de una comunidad, siii lalvidar que é!I

Derecho Minero pertenece al campo de Derecho Público y la figura jurídica más

importante dentro de esta rama es precisamente la concesión.

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Para nuestro Derecho, esta figura jurídica tiene sus orígei~es desde la

$poca colonial, institución que la vemos expresada en el senticio que, para

explotar un yacimiento mineral tiene que darse el acto de la conc(~sión, (4 ne se

repite en todas las legislaciones latinoamricanas como requisito previo [>ara Ea

explohción de un yacimiento mineral.

5.9 NNORWWAM EL 8TOWGAMBENP8 BE U S DBEERENTES

MODALIDADES

"2.1. V M M ~ T A C % ~ N DE LAS CONCESIONES BE EXPLOMCIQBN V

SUBaIGLIIENTE EXPLQWAC~~H (aF8ícules 40, 41, 42, 43, U y 48 LA?^ de

Minas, 1.999)

lo. Quien aspire a obtener una concesión de exploración y subsig ~iente

explotación dirigir2 al Ministerio de Energía y Minas una solicitud que conter ga:

a- Identificación del solicitante, domicilio, nacionalidad, estado civil, cs ráeter

con que actúa. Si éste fuere una compañia, su nombre o razón sociiil, su domicilio

y el lugar de su csnstitucibn; y si bsta hubiere sido en el edranjero, deberá llenar

todas las formalidades establecidas en el Código de Comercio.

b- Indicación de la clase de mineral, superficie aproximda y loa; lindeios ael

Brea solicítadéa, ubicación geogrQifica acompañada del croquis del 6irea solil:itada,

debidamente firmada por un ingeniero de Minas, Geodesta, Agrimersor o

cualquier otro proksional legalmente autorizado para ello; la denorimiinacióri que le

d6 el solicitante, ventaijas especiales que ofrezcan a la República setgún el r rtículo

3% del Decreto Ley de Minas, entre estas están: suministro de tecnología de punta,

infraestructura vial, dotación social, entrenamiento y capacitaeióq, formación y

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Y4

especialización geológia minero; (estas últimas deben presentarse por se[);irado

en un sobre cerrado, el cual será abierto en el mmento de lar toma s!e decisi 5n de

la solicitud por un comit6 integrado por el Ministro, el Consultor Jurídiec y el

Director de Minas), y demhs datos exigidos por la Ley.

c- Indicaicibn de la declaración de si el terreno es baldío, ejido a de

propiedad particular y sus colindantes, y en el último caso, expresar el nombre del

propietario.

d- Debe comprobar, a satisfacción del Ministerio de Energi,a y Miriáis, su

capacidad tecnica, económica o financiera.

e- Y cualquier otra información que establezcan los reglameiitos o sc~licite

el Ministerio de Energía y Minas, conforme a los procedimies.itos establecid 3s en

la Ley Qrgáinica de Procedimientos Adrriiriistrativos y demhs leyes de la mat~!ria.

2''. Presentada la solicitud de concesión minera con los reeaudoa pertinailtes y

obtenida la ocupación del territorio a trawks del organismo competente, el IVEILI fa

admitir& o rechazará, notificando al interesado dentro de los cuarenta (4C) días

continuos siguientes a la fecha de la presentación*, pudiendo ser prorrogadc dicl~o

lapso por un periodo no mayor de diez (40) días habiles, a juicio del MEM. De rio

haber la notificación, la solicitud quedara de pleno derecho rechazada; sin

perjuicio de la responsabilidad del funcionario que omitió bi olvidó la ncat8ficac:ión.

Admitida una sslicituid de concesión, no se admitir& otra para el mismo

mineral y en el mismo lote, salvo que la anterior hubiere sido negada.

3'. Admitida la solicitud, dentro de los veinte (20) días contínuos siguientes se

dispondrá su publicación en la G.Q. de la República Bolivariana de Venélzueiia.

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Dentro del mismo lapso, el interesado publicar& la solicitud en diarios de

reconocida circulación a nivel nacional y local (donde se encuentre la (sgnszsi6n

soilicitada o en su defedo, el lugar más cercano a ella), todo para los firiís de

oposici6n.

Podrán oponerse al otorgamiento de la concesión minera qiiienes tengan

una concesión otorgada en la misma $real o pudieran ser invadidos parcialraente

er! dicha &ea, y cualquier otro titular de un derecho minero que pueda resultar

afectado en razón del 6rea y del mineral solicitado.

4'. De haber oposiciQn, 6sta deber& ejercerse ante el Ministerio de Energía y

Minas, dentro de treinta (30) días contínuos a partir de la última publicaciijn. El

Ministerio notificará al solicitante dentro de los cinco (5) días si!luientes a su

recepción y Bste podrá contradecirla dentro de los quince (15) día:s mntíriiios al

vencimiento del lapso para la oposición. El Ministerio, a fin de evacuar pr~ebas,

abrirá un lapso de treinta (38) días contínuss siguientes al vencimirnto del lapso

ariterior.

5". A partir del lapso probatorio anterior y contados quince (15) día!; contíniros, MI

Ministerio promderá e decidir sobre la oposición. Este lapso podrá prori.c~garse

por una sola vez y hasta por quinee (15) dlas continuos, wntados a pastir del

vencimiento del lapso probatorio original, salvo casos especiales (le experticia y

que los expedos soliciten ampliación del lapso cancedido para la ~~vacuac~ón de

pruebas (le decisión sobre la oposición agotara la vía administrativa).

De ser declarada la oposición sin lugar, o de no haber ninguna, el Mir isterio

- ------ * De conformidad con el art.42 de la Ley Organica de Procedimientos Adrniriistrativ~s, que establece los días habiles, salvo disposición en contrario, la nueva Ley de Mina!i instaura los dias continuos a fin de pder lograr mayor celeridad en al otorgamiento de los derechos minero:;.

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dentro de los veinte (20) días continuos siguientes al vencimiento del lapso de

oposición o de la decisión que la declare sin lugar, otorgará la conce:;ión, si isc2 han

cumplido con los requisitos de Ley, y expedirá el Titulo de Explorac:iCin mecliante

resolución que se pi.iblicará en la G.O. de la República Bolivariana (le Veneituela.

Ésta deberá ser protocolizada por el concesionario ante la Oficina S~ibalteria de

Registro de la Circunscripción de ubicación de la concesión, dentrc, de los veinte

(20) días contíiriuos siguientes a su pl~biicación.

De esto se desprende que el período exploratorio tendrá una di~raci6ii de 3

anos, de acuerdo con la naturaleza del mineral, de los minerales exti-aidos diirante

la exploración que no se utilicen para satisfacer las necesidades cie las mismas,

podrán ser vendidos con autorización previa del MEWl (articulo 49 -. 57 DLMi.

7". En caso de no ser otorgada la concesión, el Ejecutivo Nacional lo hará saber

mediante resolución que se comunicará al interesado. (Gráfico No 1).

En consideración con la Ley de Minas derogada de 1.945, en cuanto al

procedimiento establecido a partir del art. 175 en adelante, se ot>sewa que Iss

lapsos se computan por días hábiles de allí que es importante seiialar qiic en la

actual Ley de Iainas se hacen más expeditivos para la obtención de una concesión

minera es decir días contínuos, pero en cuanto al procedimiento sigue, en su

esencia, manteniendo el mismo orden.

En este mismo orden de ideas, el procedimiento de I,a subsi!juiente

explotación, obtei'iido el título de las concesiones para su vxplotación, el

c:oncesionario acreditará ante el MEM copia certificada de las fianza:; ambi8rntalecB

cuyo fin es garantizar la reparación de los daños ambientales que ouedari

originarse con motivo de la explotación (artículo 59 DLM).

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8~'9z 'UV 'AI 'de3 '111 olnlll

nP 'SH ELP aP iu Jauaj ela3~ed el p~pod ou

A ep!pac~uoc~ eaJe lap pej!ui el ap sew ~apa~xa p~pd ON

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Eri cuanto al monto de la fianza es del 5% de los ingresos estimados de las vertas

anuales, librada en todo caso por bancos o empresas de seguros de reconocidia solveist:ia,

debic!ndose renovarse y actualizarse cada año. El NlElVl podrá ordenar la ejecución tle la

fianza antes indicada, cuando se paralicen por más de seis (8) meses las ac:tivida'les

mineras sin causa que lo justificara (artículo 60 DLM).

E ~ I cluanto a las parcelas objeto de derechos mineros a las que hacernos

referencias, deben ponerse en explotación en un lapso mátximo de siete (7) añlx contados

a partir de la publicación en Gaceta Oficial del respectivo certificado. En estr orderi, los

trabísjos de explotación no podrán ser paralizados por un lapso no mayor de un (4) año,

excepto en ilos casos fortuitos o de fuerza mayor de las cuales se debe inforlnar al EtIEM

(artii~ulo 64 DLM).

En atención a lo que establece el legislador en el articulo 62 del BLM, en dontle se

establece que en caso de encontrarse minerales diferentes a los establecidos eri el Ti1 idlo,

debe comunicarlo al MEM quien decidirá al respecto; en todo caso, el concesionario lo que

tiene para estas situaciones es un derecho de preferencia indicándonos que en la actual

Ley de Minas desaparece en consecuencia la Unidad de la Concesión.

Con la antigua Ley de Minas, para responder a la exigencias de los Ministerio j de

Energía y Minas, Ambiente, y Defensa, representaba un largo tiempo que pc9día deri-orar

hasta cinco o seis años para poder obtener una concesión minera. La nueva Ley de Minas

contempla la creación de una oficina o departamento conocido como Taquilla tínica

(art 45 ejusdem), que funcionará en el Ministerio de Energía y Minas, cuya fiinci6 i es

reducir a 90 días la tramitación para la obtención de una concesión minera, que es lo que

se ~rspcrra cuando sea establecida, porque aun está en proceso. Con la reduccióri del

tiempo, disminuirá también el niímero de pasos a seguir (que anteriormente eran muc hoc)

para poder obtener una concesión para exploración y explotación de un determitiado

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mineral. La Taquilla Única se encargará de recabar toda la información del sc!cl:or mirero

venezolisno y, a su vez, de suministrarla rápida y eficientemente a todo i-tversionista

interesaldo en el sector minero. Es decir, se concentra en ella la tramitación y entregéi de

todos 10:s permisos que se requieren para la explotación de cualquier mineral, sea cual sea

el organismo público encargado de expedirlo.

Cualquier inversionista interesado en colocar sus capitales en el sector mirlero

wenr!zoliino, deberá presentarse en la Taqi.iilla Única, a solicitar informacil5n sobn? el

mineral que está interesado en explotar; por ejemplo, si es carbón, el perscbnal de esta

ofici~na deberá estar en capacidad de informarle en qué zona se encuentra, ademáis de

suminisfrarle mapas y planos, areas disponibles y las restricciones existentes eri cuanto a

ese mineral. Esta información debe ser geológicamente viable y técnicamente? elabonida.

Be rnan tener el inter6s, el inversionista deberá regresar nuevamente a la Taquilla Única y

forrializar la solicitud para obtener la concesión, entregando todo los recaudos exigitlos,

como son su capacidad económica e idoneidad técnica, los estudios de fiactibilidades

ecoriómica, ambiental y técnica del proyecto, entre otros.

E 3 Ia mencionada taquilla, se tramitarán los permisos ambientales necesarios, los

que serán tal ves, los más importantes para obtener la concesión a fiii de peder

desarrollar el proyecto minero que se aspira.

Cle allí que la nueva legislación minera, establece una modalidad de coricesión liara

la exple~ración y subsiguiente explotación para un deterrriinado mineral. Sinbemos que

para emprender las primeras actividades, se realiza la ocupación del territorio y el eatl~dio

del impacto ambiental.

Finalimente, se reciben el pago de las tasas impositivas para la exploria:iÓn

(impuesto superficial) y, los impuestos de explotación, eritre otras actividades;. Be zsta

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mariera la Taquilla ljnica abarcará funciones de los Ministerios de: Mina!;, Ambiwnte,

Hacienda, y Defensa.

La regulación sobre el funcionamiento y las atribuciones de la Taquilla Úr~ica.

seriin especificados por vía Reglamentaria; para tal fin, adualmente trabaja una coniisión

integracla por funcionarios de los cuatro ministerios intervinientes (Minas,, Ambi~snte,

Defisnsii, Hacienda), con el objeto de lograr su funcionamiento pleno. klastai al-ora,

Venezuela era el único país de AmE?rica Latina, que no tenía Taquilla Única", ya que

país;es C O ~ O : Ecuador, Chile, Argentina, Colombia, Bolivia, entre otros, de!sde ha(%? ya

veri13s afios poseen sistemas parecidos, como el que se establece en la nileva LE?!! de

Minas.

fzi.S.P!. TMMITACI~N P A M LAS CONCESIONES EN ZONAS LIBRES Y

REQ)EW VAS NACIONALES

$:e entiende por Zonas Librea, atendiendo al art. 46 del DLM, a las c:oiicesioaes

e~i i~guidas, renunciadas, caducas, o aquellas que sean anuladas por senlericia di? la

Corte ,%;uprema de Justicia, hoy denominado Tribunal Supremo de Justicia. Y las

Weserv~rs Nacionales son los espacios o parcelas no seleccionadas por el cc ncesiori ario

para la axplsraición minera (ar-t. 28 DLM).

Estas; concesiones podr-6 otorgarlas el Ejecutivo Nacional en forma total o gsar~ia!,

tomiando en cuenta o no, los linderos de la concesión primitiva.

Las llamadas Zonas Libres y las Resemas Nacionales, se otorgarán únizaments por

un procedimiento sencillo, aegijn lo establecido en la nueva Ley de Minas, en su art. 4'7, el

cual coisstituye una verdadera licitación pública, de acuerdo al proedimic:nlo q u ' ~ ~ se

prerlenta a continuación:

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1 3. El Ministerio de Energla y Minas, mdiante resolución hecha píiblica en G;ai:eta

Oficial cle la República Bolivariana de Venezuela, indicara las zonas libres y las Esevais

nac~~onales sobre las cuales se podrhn formular solicitudes a fin de obtener c:oiices¡o~es;

así COPIO las condiciones de las mismas, las cuales deben mantener la igualdacl de

oportunidades entre los concurrentes y el lapso en el cual deberán presentarse ciic:has

solicitu(dles.

:!O. 1.0s que aspiren a obtener una concesión en las Breas indicadas+, dirigil-cin ai

Miriisterio de Energía y Minas sus solicitudes.

:Y. El Ejecutivo Nacional podrs estipular con el solicitante o interesado, ventajas

ecpeciiiles según lo pautado en el artículo 35 de la nueva Ley de Minas.

.a0. Dentro del lapso fijado para presentar las solicitudes, podrán forrnular

opcasiciones todas aquellas personas que se consideren afectados en su:s der~tckos

minercls, dicha oposición se tramitara conforme al procedimiento previsto en el artíc~ lo 242

y siguiente de esta Ley.

5'. 'Vencido el lapso que se hubiere fijado para oír las solicitudes sir, que se haya

foimulwdo oposición o si la misma hubiese sido declarada sin lugar, el Ministerio da

Eriergia y Minas adjudicará la buena pro a la solicitud que a su juicio hallare rn6s favorable

para los intereses de la República, lo cual comunicara al solicitante favoreci(30. Dentro de

lo!; quince (15) días siguientes a la fecha de publicación de la adjudicación, el Ministerio de

Er~ergia y Minas expedirá al solicitante favorecido el titulo de exploración o el certificado

de explotación, según las circunstancias de la concesión de donde pro!/enga Ares

solicitadsa.

En lo que se refiere a las reservas nacionales, el servicio t6cnico liará trazar por

di~plic:ado, a costa del solicitante, los planos de las parelas correspoiidientes cuya

superfscie no podrá exceder el limite fijado en el artículo 28 de esta Ley. (Gi gfico No 2) .

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O . -

u mi- &

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1 O?

Es menester llamar la atención cobre las diferencias existentes entre 13s dos

tiramitaciones anteriormnte desarrolladas en lo referente a las c:sncesíca7es de

exploración y subsigidiente explotación. E% procedimiento para Iia obtenc:ión de

esos derechos rriineros, es necesario cumplir con una serie de requisit~s, los

cuales ham que en su prowso debe cumplirse una serie de pasos cuya cliiraci6-r

~suede ser estimada en 90 días o m8s, para poder obtener una concesión de

~?xploración y explotación de un determinado mineral. Mientr8s que para la

tramitaciói? de csncesionec en Zonas Libres y en Reservas l\lacic>nales, pueden

otorgarse esos derechos mineros en forma total o parcial, tornando en cuenta o no

Itas linderos de la concesión primitiva, su tramitación es un proc-rdiniiento expedito,

idina vez que el MEM mediante Resolución ofertara las Zona:; 1-ibres y "a%

Wesewas Nacionales a trav6s de una licitación púbiiw, y en consecuencia

cumplen los interesados cinco pasos de los estipulados en el articulo 47 DL M.

En este orden de ideas, al analizar el articulo 25 BLM cuandl- c?stip~ils: "que

las conmsiones que otorga el Ejecutivo Nacional serain idriimmente de exploración

y subsiguiente explotaciónn6'. Corresponde plantearse en consc?cuencis cómo

queda el contenido de la norma que esbblem en el ordinal 5 O infine del a-líi:ulo 47

de la misma Ley de Minas a la que hemos venido haciendo referenzia en eiianto a

la adjudicación de la buena pro, que a su juicio hallare m8s favorable piara los

intereses de Ba República, a traves de un Título que otorga el derec:ho de

exploración o el Certificado de explotación.

Como puede obsewarse, de acuerdo con los razonaimieritoc expuestos

ir~dica que no solamente existen concesiones únicamente de exploración y

explotación, taawibi6n el Qecutivo Nacional otorga concesiones eri ;bnas Libres

para la exploración o para la explotación.

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5.2.3. TMMITACIÓN P A M LAS MANCOMUNIDADES MINElWS

1'. Los titulares de autorizaciones de explotación, interesados en Izi

formación de una mancomunidad minera, harán la solicitud ante el Minisierio dé?

Energía y Minas, acornpañSsndola del proyecto minero que justifique las ventajas

que se deriven de la formación de la mancomunidad, expresando las condiciones

tecnicas, económicas y la repercusión social de la misma; del proyecto del

eonvenio de los interesados; del acta constitutiva que regule la forma so=ietaria

adoptada y de los planos del área a desarrollar.

La mancomunidad se subrogarái en los derechos mineros de los inte!~ran%es

cie la misma. (art. 78 DLM).

2'. El Ministerio de Energía y Minas tiene un lapso de sesenta (60) dias,

contínuos a partir del recibimiento de la solicitud, para dictar la resolucijn que

apruebe o niegue la formación de la mancomunidad minera. En caso) de ser

aprobada, se publicará en la Gaceta Oficial de la República Bslivari;ina de

\/enezuela y los interesados deberán ci.implir los demás requisitos egales,

riecesarios para la constitución de la forma societaria adoptada. En caso de ses.

rregada, deberá ser debidamente razonada y el Ministerio de Eiiergía y Minas

deberá notificarlo a los solicitantes.

3'. Constituida la mancomunidad minera, y presentada al Ministerio de

Energía y Minas la solicitud de concesión sobre las áreas objeto de autoriz~ cionec

de explotación, el Ministerio seguirá el procedimiento para el otorgamientl3 de la

nnisma en fase de explotación, si se han cumplido los requisitos previsto:; en el

Titulo III, Capítulo IV, Sección Segunda de esta Ley, en cu(3nto le fueren

aiplicables. (arts. 59 y 60, DLM).

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i 05

La actividad minera, bajo la forma de mancomunidades, está sujeta al pago

de los impuesto previsto en Ia presente Ley. (artículos 78, 79, 80, 81 de La nueva

Ley de Minas). (Gráfico No 3)

5.2.4. COMVERAI~N DE GQMTMTOS. CASO ESPECIAL DE LAS

GQMCESIONES OTORGADAS POR LA CBRPOMCI~N VENEZOLANA DE

GUAYANA (C.V.G.)

En lo referente a los contratos suscritos por la Corporación Venezolana de

Guayana (C.V.G.) antes de la entrada en vigencia de la Ley de Mirlas de 11.999, eii

los cuales se hizo ocupación del territorio otorgado por los org~inism~s

corripetentes, esta misma Ley, en el artículo 132 dispone que clichos c:ontratos

podrárn ser convertidos en concesiones o en autorizaciones de explotaciór para el

ejercicio de la pequeña minería, según sea el caso.

Estos contratos mineros surgieron por disposición del Decreto 3.281 de

fecha 22 de Diciembre de 1.993, mediante el cual se dispuso que el Minititeris de

Energía y Minas delegara en la Corporación Venezolana de Guayana ei sjercicici

del derecho de exploración, desarrollo y explotación de mint?rales 'de oro )r

diamantes de aluvión y veta en el territorio de la Región de Ciuayana Ccn el

mencionado mandato legal, se otorgaron numerosos contratos miiseros en la zona,

creándose incertidumbre jurídica entre los inwersionistas, por cuanto a si~i;

obligaciones con el Estado de acuerdo con la Ley de Minas de 1.945 vigente paria

ese entonces, también se le agregaban las derivadas de los mer~:ionad~~c

contratos.

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Graifico No 3 PROCEDIIRIIIENTO B A W LA 0BTEW"ION DE CONCESION

POR PARTE DE MANCOMUNIDADES MIINEMS

Sigue el procedimiento El MEM publica en para otorgamiento de concesibn

SI Gaceta Oficial

Interesados realizan en lapso de 60 dlas solicitud ante el MEM continuos dictará la

resolución donde niega 6 aprueba la formaci6n

I

El MEM debe justificar v Notificar a ios Y Solicitantes I

Cumplidos los requisitos previstas en el titulo III

capltulo IV secci6n I I artlculo 59-60

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107

En consecuencia, el Decreto 3.281 fue derogado según Decreto R1' 1.384

de fecha 26 de Febrero de 1.996 y publicado en la Gaceta Oficial cle la República

de Venezuela No 36.000 del 15 de Julio de '1.996. Dada la tlerogatoria. se

procedió a hacer una revisión de los contratos que fueron otorgzidos. Alora la

riueva Ley de Minas subsana esas irregularidades conforme al PW(~(;EDIMIENTGI

siguiente:

lo. Los titulares de estos contratos, deberán solicitar al Ministei-io de Er ergía )r

IMinas, dentro de los tres (3) meses siguientes a la entrada en vigericia de Iii nueva

lbey de Minas, su conversión en concesiones o en autorizaciones de expli~taeión,

según sea el caso. Los elementos que deben ammpafiar a la solicitud so 1:

La ubicación de las parcelas, su delimitación en U.T.M. y sus plancwl

s La extensión del área

e LOS planes de exploración y explotación

Los documentos que acrediten su idoneidad técnica 14 su capacidad1

económica

El estado de ejecución de los contratos

s Otros requisitos exigidos por el Ministerio

2'. E1 Ministerio de Energía y Minas cuenta con 30 días contíriuos después de

la solicitud de conversión, para publicarla en la Gaceta Oficial.

Los interesados deberán hacer la publicación en un diario de ri~~onoeid~a

circulación nacional, y en otro de la localidad, a los fines de la oposición que

pudiera surgir. Bicha oposición deberd ejercerse dentro de los quince ('15) días

siguientes a la última de las publicaciones, ante el Ministerio de Energía y Miníli:~,

quien tendrh 60 días para decidir la incidencia o no de la oposición. Estz, decisibni

agota la vía administrativa.

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1011

3O. Declarada sin lugar la oposición, el Ministerio de Energía y Wlii~as publicarh la

resolución de la conversión de los contratos en la Gaceta Oficial (le la Repúblicéi

Bolivariana de Venezuela. En los 30 días contínuos después de esta publicacibn,

expedirá el título de exploración o el certificado de explotación aegijiri

corresponda, sólo sobre el mineral y en la forma de presentacibn a la que se

refería el contrato original.

También señalará los lapsos pendientes y el monto de los irnpuesios que

deberán pagar y seguir satisfaciendo en virtud de la conversiór, incluyt:nds I é i

diferencia generada entre los impuestos pagados con anterioridad y los causados

por la conversión, durante el periodo que transcurra desde la pu~sta en vigencia

(le Ia Ley hasta la publicación de la resolución de conversión.

do. Los contratos suscritos por Das Corporaciones Regionales de Desarrollo cori

anterioridad a la entrada en vigencia de la nueva Ley de Minas, tanil~ién sc?

someterán a las estipulaciones legales arriba descritas.

Con respecto a los contratos que fueron otorgados por la Corp~raeióri

Venezolana de Guayana con arreglo al Decreto 3.281 al que hicimos re"jc!rencia,

en los actuales momentos (Mayo del 2.QQQ), se debe estar tramitéindo la solicitud

(le conversión de dichos contratos en concesiones o autorizacioni?~ segúri sea el

caso, para las evaluaciones correspondientes por parte del Miriisteria de E:riergia ! I

[Minas.

Finalmente, toda conversión que se vaya realizando a solicitud de parte, el

beneficiario de los derechos mineros, queda s~!jeto a todas las oblig;scione!;

establecida en la nueva Ley de Minas.

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Tanto en la Ley de Minas de 1.945 como en la actual Le1 de Miricrs de

1.999, las actividades mineras se encuentran expresamente protc3gidas. 1-a Ley

f~rotege los bienes de la nación y también al concesionario, a quien le da amplias

facilidades con el propósito de incentivarlo, conociendo el ayiravechamiento

ca,conómics que el Estado y el pasticular concesionario pueden haeer dz tabes

acftividades industriales. La minería es altamente productiva, pero a su vez

genera riewos por la inmensa inversión de caipitales y de tiempo que se requiere

para poner en producción un yacimiento mineral.

Examinando la nueva Ley de Minas, vemos que en ella se eskrblee:eci

expresamente los diferentes derechos que se le reconocen a c~uienes ejerce11

actividades mineras. Para fines raetodol&icos, podemos ulasifici~iios en

Derechos Principales u Originarios y Derechos Secundarios o @oinplemsr~tarios.

Los derechos principales del concesionario, se refieren al íilcanm íitribtsldo~

a la concesibn, y de éstos se derivan los derechos sec~ndario:~, ~ a r r c i

consecuencia inmdíata de todo derecho o principal del pasiiciilzar concexionaril~.

Veamos entonces:

1 a- Explotación b- prorroga

Derechos Brimei pales c- Renuncia

u Originarios [ d- Adaptación (Caso esl~ecial)

a- Exoneración de impusstos b- Enajenación o Traspíiss c- Hipoteca

Derechos Secundarios d- Arrendamiento e- Constituci6n de Sewidumbrí?

o Complementarios f- Ocupación Temporal y i Expropiación

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"3.4. DERECHOS PRINCIPALES 19 ORIGINARIOS

a- M EXPLOTAC~~N. Los articulas 24 y 29 del Decreto Ley da Minas

concibe a la concesión minera como el acto del Ejecutivo Naciorial mdiiante el

cual se otorgan demchss e imponen obligaciones ai los particulares, para el

aprovechamiento de los recursos minerales existentes en el territor ¡o nacío ial.

La conmsibn minera confiere a su titular el dere~ho e>r:clusivl~ a la

exploracibn y explotación de las sustancias minerales otorg~adas, que seb

encuentren dentro del ámbito ewaciat mnsedido, no pemitiendo ~~xplctai'

minerales diferentes al de su Título y debe notificar al MEM (que sera quien

dispondrá lo conarniente, en todo caso el concesionario tiene derwho prE ferente

a la explotación, quedando sin efecto en la nueva Ley de Mínas E!I principio de la

Unidad de la Concesión (artículo 62 DLM). Este es un derecho real Inrnueble

como tal, el concesionario puede arrendarlo, sub-arrendarlo traspasarlo 13

mlebrar sub-contrataciones para la ewlotación, iante permiscs otorgac o por el

Ministerio de Ewergia y Minas; siempre que el titular demuestpe efsctivam~~nte que

la negociaciQn se hard exclusivamnte para el eficiente desarrollcl del prc)?~ec%s de

explotación previamente aprobado por el Ministerio y dentro de los lapsal

establecidos y autorizados.

Sin embargo, este derecho de explotacion en la nueva 1.ey de W'Oinas S,EI

encuentra restringido, limitado, por cuanto el conmsionario no tkme Ia libefiad c le

disponer de la concesión conforme a los principios generales del Derecho, ya gtic?

para poder traspasar, arrendar etc., newsita de Ia autoriziac#on previa del

Ministerio de Energía y Minas. Mientras que, en consideración a lo estab ecido (si7

la Ley de Minas derogada, en su articulo 14, daba al ~oncesil~nario d~ranits

lapso en que fuere otorgada la concesión, un verdadero derecho, oudien{lo

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1 1 1

ciisponer de la misma conforme a los principios generales del Derecho, celvo las

exmpciones que se establecían en esa misma Ley.

b- LA PW~RWOGA. El derecho a prorroga está contemplado en el íirti~ulo

25 de la nueva Ley de Minas, el cual podemos enunciarlo como el cierecho que se

le acuerda el concesionario para obtener una prolongación por pg!riodos

sumsivos no mayores de diez (110) anos si así lo solicita el cc~ncesi~narlo.

Sabemos que las mnwsiones que otorga el Ejecutivo Nacional confomie a la

riueve Ley serán Yni~mente de exploración y subsiguiente explotacic>ii y su

duración no exceder& de veinte (20) ailos, contados a partir cle la fec:ha de

publimción del Ceaificado en la Gaceta Oficial de la RepUblica Bolivariiina de

Venezuela.

La prórroga está somtida a los siguientes requisitos:

4'. Bebe solicitarse por pade del concesionario dentro de los tres (Ii) aWoa

anteriores al vencimiento del periodo inicial y en todo mso dentro de este ~~erlodc~

c?l limite maiximo para solicitarla es antes de los seis (6) mse-s anteri~res al

vencimiento del periodo inicial. El Ministerio de Energia y Minas; clecidir% en el

rnismo lapso de los seis (6) meses; de no haber notificación por parte del

Ministerio, se entender& otorgada la prórroga. El Ministerio de Enor~jia y klinas 121

otorgar6 si lo considera pertinente; la prórroga nunca puede exeeder del l ~ e r i ~ d c ~

original que se otorgó.

2'. Estar solvente con la Repiáblica, es decir que no deba n ngUn irripuestc~

rninero dentro del período de tres (3) aFlos senalado en el articulo 25 ejusdem.

Consideramos que la Ley de Minas derogada era mucho míis comp eta, ya

que establecía en el articulo 43, en su ParhgraFo dnim, que en el caso de que las;

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112

reservas de la concesión requirieran un plazo menor para su explotación total, el

Ministerio de Fomento, a petición del concesionario, y previo infomse del S~!wlcis

T6enl-o competente, acordaba la prórroga que en ningún caso era inferior a la

a un quinta parte del período por el cual se otorgó la concesión, y se paga b

impuesto proporcional a la prórroga.

En este orden de ideas la Ley de Minas de 1.945 en el mismo arlí1:ulo 43

establecía que las concesiones adquiridas bajo el régimen del (lenuncio tenían

derecho a la renovación del Título por una sola vez y por un térrnii~o igual al de Iáa

concesión primitiva, pero si era necesario un tiempo menor, el Ministerio (1 2 Minas

e Hidrocarburos acordaba la prórroga; sin embargo, la actual Ley (le Minas elimina

el derecho de renovación, que solo procedía cuando imperaba en Venezuela e?l

sistema regaiista, pero el mismo dejó de tener efecto cuando el Ejiscutivo EJacion;nl

haciendo uso de las facultades que le otorgaba el artículo 11 de la Ley ce Minas

derogada, el 15 de Febrero de 1.977 con el Decreto 2.039, implei~enta e!rP

Venezuela el Sistema Dominial y en consecuencia desaparece el régimen del

denuncio.

La actual Ley de IVlinas no deja lugar a dudas que adopta E:I sisten~a

dominial, es decir la explotación directa por parte del Estado o la ex~loteciijn

mediante concesiones facultativas a los particulares, quedando elini nado r n

forma definitiva el sistema regalista por imperio de la Ley de Mináas vigerile.

En esta circunstancia tambien es aplicable el Reglamesto de 13 Ley de

Minas de 4 944, que no fue derogado en el Decreto de Ley de Minas vigente. Esite

Reglamento, en el artículo 31, Parágrafo Primero, explica lo rela1.ivu al irilorme cliie

debe rendir el Serwicio Técnico corripetente y al establecimiento del tiempo que se

precise para finalizar la explotación desde el punto de vista técnico y ea)nómict3.

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113

En lo que concierne al impuesto a pagar por el concesionaric~ que so icib la

prórroga, es apropiado lo establecido en el artículo 90 de la nueva 1-ey de Minas

en su Parágrafo Cuarto, al consagrar expresameiite que al concesionari~ se le

aplicará la última escala del impuesto Superficial, desde el inicio de la prórroga

hasta su culminación. El impuesto a pagar por el titular de derechos iniineros,

raando se trate de oro o diamantes será de 0,34 Unidades Tributéirias; pero si se?

trata de otros minerales se pagaran 0,18 Unidades Tributarias. Cc~mo se

evidencia, en la nueva Ley de Minas los iwipuestos, y especialmní:e los iml~uesto!:

superficiales, fueron establecidos con base en Unidades Tributari~is, para 15liminar

el efecto de incremento sostenido en el gmbito de precios (infiaició~).

El legislador en materia de minas, consideró prudente adecuar I:i nueva

legislación minera con las disposiciones que rigen en materia tr bi~taria, y coms

resultado, el impuesto que anteriormente se recaudaba con base en cantidades de

dinero fijo, ahora se calcula en unidades tributarias.

Un claro ejemplo lo representa el mismo impuesto superfici:il, que :;t?gian ICE,

artículos 84 y 85 de la Ley de Minas derogada, se cancelabzi la cail-idad de

bolívares 0,50 y 1,00 respectivamente, en forma anual y por h~?ctáreas

concedidas. Sin embargo, este impuesto antes aludido, f ~ ~ e rnodi'icado Ir

actualizado para ese entonces, por la Resolución N" 11 5 de fecha 20 ae Mer;:o

1.990, que entre otras establecía como impuesto superficial la RibPa "A" clue eniri

de bolívares 1 0, 30, 50.. . dependiendo del número de hectáireas y de los año!:

para los cuales fue otorgada la concesión. Como podemos observar erail

cantidades de dinero fijas, como se dijo anteriormnte.

Entonces, sal adoptarse la Unidad TrPibutaria en la nueva Ley de Miiias, parla

el cálculo del pago de los irripuestos respectivos, se ha asumido la concepcitjn

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114

dominante en materia tributaria dentro del orden normativci venezslans,

circunscribi&nds>se su áirea de accidn en el aspedo fundamental de las sanciones,

srn que ello implique que no puedan estimarse en esa mdidai otras situa5snes

fhctims o situaciones de hecho. Ésta ha sido una decisión muy saibia de ruestro

legislador, por cuanto constituye un gran avance en materia tan irripisrtaint;cl como

es la legislacidn minera y, como se dijo anterio nts, le asegui-a al kiada, Ia

posibilidad de obtener mayores beneficios económicos por el pago de tos

impuestos mineros, tanto por Pos impuestos supeficiales coiric~ poir el de-

explotacibn, habida cuenta de que le corresponde al Poder Ejecuti~o fijar a :u libre

arbitrio, el monto de las Unidades Tributarias, de acuerdo a la infs:aciBsn.

c- LA RENUNCIA. Es un derecho consagrado tanto en Izi Ley dle Minarr

derogada, específicamente en su articulo 59, que establecía: Todo coreaz!;ionaric~

puede en cualquier tiempo, renunciar su concesión mediante e:;cr.ito dirigido al

Ministro de Energía y Minas. Este escrito debería contener una relación ¿'l~!talladzi,

de las obras y demas mejoras permanentes que hubiere en 12, c;oneeaión, aizii

como maquinarias y equipos, enseres y materiales que se eric:uentren

abandonados dentro del perímetro de la concesión.

Estos m ism derechos tambien se establecían en el articislo "194 é~jusdern,

es decir, por la renuncia expresa que haga el conesionario y ésta podía hawrs;e

en cualquier tiempo. Sin embargo, la renuncia no libraba al conee!;icrnaricj (le pegar

los impuesto ya vencidos que adeudare al fisco para el momento qiie se 1 icieee.

A1 precisar el contenido del artículo 100 de la nueva Ley dc: Minaisi,

obsewamos que el legislador consagra en forma expresa estos derecho; cuancilo

estable-:

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Los derechos mineros se extinguen por renuncia que haga el titulsir mediante escrito autbntico, consignado ante el Ministerio de Energía y Minas. Una vez recibido el mencionado escrito de renuncia se har& constar en resolución que se publimrá en la Gaeeta Oficial de la Flepública Bolivariana de Venezuela. 68

De igual forma que la Ley de Minas derogada, en la actual Ley de Minas

tamobien se establece en su articulo 102 que:

Las tierras, obras pemanentes, incluyendo las instalaciones, accesorios y equipos que formen parte integral de ellas, así como cualesquiera otro:; bienes muebles o inmuebles, tangibles e intangibles, adquiridos destirio a Ias actividades mineras, deben ser mantenidos y conservadcs por € 1 respectivo titular en comprobadas condiciones de buen funcionamiento, según los adelantos técnicos aplicables, durante todo el término dc? duraci0ii de los derechos mineros y de su posible prbrroga, y pasarán en pleriii propiedad de la RepYblica, libre de gravámenes y cargas, sin indeinnizaciáii alguna, a la extinción de dichos derechos, cualquiera que sea la arusa de I;r misma.6g

Al detenernos en el contendido de la n o r m transcrita oobseivams que 123

nueva Ley de Minas agregó algo novedoso, no establecid{) en lii Ley

redenteanente derogada, y es la obligación que se impone al conwsioinario e l e que

las maquinarias, equipos, instalaciones, entre otros, adquiridos para las

actividades mineras deben ser mantenidos en perfecto estado de f ~ncionarniento

durante el tiempo que dure la concesión, esto para evitar que al final o a la

extinción de los derechos mineros otorgados, el Estado reciba iiistalacicnes y

equipos insewibles, es decir, chatarras porque ya no sirven o no funciori;in por

falta de mantenimiento, como ocurría anteriormente. También se preve que en

caso de que el titular de derechos mineros pretenda utilizar bienes de terwras,

para evadir responsabilidades, en todo caso nemsita la autorimaci611 previéi y por

escrito dada por el Ministerio de Energía y Minas. (art. 105 DLM)

Los efectos de la RENUNCIA son : a- Cesación del pago de irnpi~estos

mineros. b- La concesión renunciada vuelve autom&tiamente a miino del ffstado

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dlt

venezolano. c- Pasan al Estado, libre de todo gravamen, todas Icis maqiiinarias,

eqi.iipos e instalaciones utilizadas en las actividades mineras.

d- LA ADABTAGIÓN. Caso Especial. Esta es una figura típica del ~tlrrecha

minero, de allí que los concesionarios que hubieren obtenido sus ccnc:esioii~as bajo

el imperio de leyes derqadas pueden someterlas a las disposicii~nes dtr la Ley

vigente. SegCn este supuesto pueden el Estado y el conmsi~niario cnterior

acordar el sometirriiento de la concesión a las nuevas disposiciories lega es, tal

acuerdo y su ejecución es lo que en el derecho minero recibe el nom-re de

adaptación, aunque tenemos que reconocer que su naturaleza es contradicz oria.

Del resultado de nuestro análisis fundamentado sobre la adaptación se

arriba a la siguiente conclusión: la figura típica a la que hacerno!; r-ferercia tal

como se contempla en la vigente Ley de Minas de 1.999 en el su~uesto

configurado en al artículo 129, atinente a las conwsiones vigentes, rio con

un derecho del concesionario.

Las base para sustentar esta posición son las siguientes:

11'. Corno resultado del análisis de la noma señalada (art. 129) se infiere qiie:

-La adaptacián , constituye una obligacidn -;ira el

mnmsionario. El legislador estable- que: "Las concesiones vigelates otoi gadas

con anterioridad a Ia entrada en vigor de esta Ley, quedarAn si~jeta, a sus

d jsposiciones en los siguientes t6rminos.. y se explimn ~!stos thi-mi nos

abomndo entre otros el pago de los impuestos previstos en la Ley y la aplizaeión

de las disposiciones de la Ley vencidos los lapsos de un a" ontados a péirtir de

la fecha de publicación de esta Ley en Gaceta Oficial.

Las expresiones expuestas en especial al utilizar el t&rmino "q~iedaráin" nos

induce a considerar que la naturaleza que el legislador del aAs 1.99!3 le otorga a la

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117

adaptación en el supuesto seaalado, no es de ser un derecho potestat vo del

concesionario, discrecional, en el ejercicio por él mismo, sino una obligzic:iÓn ya

que la misma se dispone entre sus efectos independientr?rriente de la

manifestacióii o no de voluntad del mismo, surge como condición nc?c~saria

impuesta por el Estado.

La orientación que el legislador le otorga a la norma que reglamenta a esta

figura de sus características de derecho del cual puede hacerse uso a \roluntad

por el particular interesado y la convierte en instrumento obligatorio en mziiios del

Estado.

Corresponde plantearse, en consecuencia, con base a las ariferiores

consideraciones, el que no existe reconocimiento tácito de derechos adcuiridoa

por el concesionario en virtud de la naturaleza contractual de las coneasioii~?s, que

deben respetarse por la Ley vigente sancionada con postrrnoridac a la

configuración de los derechos y obligaciones establecidos en el co~itrato.

El legislador desconoce la efectividad de los actos jurídicos c:elebrad 3s baja

el imperio de /a Ley de Minas de 1.945. A nuestro criterio, este hecho tiene sil

fundamento en intereses propios del Estado como lo es el de unifclrniar y cometer

a un mismo rkgimen las obligaciones y derechos derivados de coi9tratos ce igual

riaturaleza. Con ello se logra, por un lado unificar el régimen irripositiqlo y el

régimen jurídico en general que surge para los concesionarios, !r por otro lado,

establecer la igualdad ante la Ley pero este fundamento hace que se desctanomcari

derechos adquiridos.

Diferentes tratamientos otorga el legislador a esta figura en la Ley c/c Minas

de 1.945, que sí gerrriite ubicairla dentro de los derechos del concesionario.

En efecto, el artículo 204 de la citada Ley, establece:

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Los concesionarios o contratistas que hayan obtenido sus concesiones c contrato bajo el imperio de Leyes de Minas o de otras leyes, t enen el derecho de adaptarse a la presente, para la cual bastara que dirijan Izi participación del caso al Ministerio de Minas e Hidrocarburos, quien harii constar tal circunstancia por resolución que se publicará en la Gace:a Oficial de los Estados Unidos de ~enezuela."

A1 detenernos en el contenido de esta norma, obsewamos que el legisladar

reconoce la adaptación como un derecho de potestativo ejercicio por parte del

cancesionario, ello se induce de la expresión "tienen el derecho" y iia mismz surte

sus efectos cuando el mismo manifiesta su voluntad de hacer uso dis tal derc:che.

Del resultado de este anáilisis emrge la convicción de que la adaptal:ión se

debe considerar a la luz de la vigente legislación como una obligac;ijn del

concesionario y no como un derecho fundamentando su ubicación

Otro de los derechos que estaba contemplado en la derogada Ley clé! Minas

en SUS artículos 42, -165, y 166 era el M, en el sentido

que el concesionario podía reducir la extensión de la conesión, ciiya finalidad era

pagar menos impuesto superficial. Sin embargo, este derecho rio esth

contemplado en la nueva Ley, que entre otras cosas podría haberse esbablecido

que el aspirante a reducir su concesión, las cuales fueron oforgadas bajo 131

régimen de la derogada Ley de Minas, automáticamente quedalla sometido a la

vigente Ley de Minas, como se establecía en la Ley anterior.

Este derecho de reducción beneficiaba en gran parte al c:oncesionario, y;ai

que al percatarse de que la concesión que le había sido otorgadsi por determinado

tiempo y número de hectáreas, había de ser poco rentable por el escaso minería1

existente, con respecto a los impuestos supe~ciales, impuest13s de ~?>:plotaci t m

entre otros, tenía la posibilidad de solicitar ante el Ministerio de Energki y Wlinas,

reducir el número de hectáreas de la concesión que se le halaía otor-{lado cidya

finalidad era pagar menos impuestos. Sin embargo, esto iba en detrimento clel

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1 15'

Estado venezolano en cuanto a los impuestos recibidos, afectando el! pres~puestsl

previamnte establecido y calculado. Ahora bien, con la elimiisación cie @ste

derecho de Reducción en la nueva Ley de Minas lo que se busc(3 12s ectIablecei-

una verdadera igualdad o equilibrio entre el Estado y el consesionzirió.

5.a.2 DERECHOS SECUNDARIOS Q COMPLEMENTARIOS

a- EXONEMCI~N DE IMPUESTOS DE IMPQRMACI~N. EHste der-f!cko se?

rAnsagra en los artículos 92 y 93 del Decreto Ley de Minas, en lo!; rnisrnc)

t6rminos pero con algunas variantes, en consideración con Ia df?rogadéi Ley de

[Minas de 1.945, que en sus artículos 96, 97, y 99, enumeraba en forma piecisa I r

detallada los bienes sobre los que podía el concesionario solicitar 121 dereclio de Iw

EXBNEMCIÓN de los impuestos respectivos, entre estos se indic:aiban: niotores,

maquinarias, instrumentos, utensilios, accesorios, repuestos, produdos qiiimicss,

lubricantes y demás elementos newcarios para el trabajo de las minas; tle igual

forma se indicaban los materiales, mdiciwas e instrumentos nec~sarios para Iin

instalación, conservación y funcionamiento de un Hospital; así como lo!;

explosivos, materiales ea general tanto móviles como fijos, para el e~tablec~imiewtt~

de vías de comunicación (carreteras, ferrocarriles y tranvías) paríi ol des;;irralio y

laboreo de las minas.

En cambio la nueva Ley de Minas (arl. 92), generaliza que materiales y

equipos gozan del derecho de exoneración del pago de losi imputri;to~ d e

importación, estableciendo Gnicamente que:

El Ejecutivo Nacional podra exonerar total o parcialmente a los beneficiari3s de loa derechos mineros, del pago de los impuestos de impo&ición sotre aquellos elementos y útiles de diversa naturaleza (sir1 detallar), indispensables para la actividad minera en sus distintas fases. IZI beneficio de exoneración de los impuestos de importación que se autori.za por es te

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artículo, no ser6 aplicable cuando a juicio del Ejecutivo Nacional, los elementos a que él se refiere, se produzcan o se fabriquen en el pais, c!n condiciones que hagan innecesaria la irnportaeibn, sin perjuicio de que se advierta en la exoneracibn la conveniencia de la promoción de empresiis para la fabncacibn de tales elementos en el país, a lo cual podr& áiiujetarsc! el otorgamiento de futuras ex~neraciones.'~

El adículo 93 establece que con respecto a las maquiriarias y dernhs

efectos obtenidos haciendo uso del derecho de exoneración del pago de IQ:;

impuestos de i v o ~ a c i ó n , son exclusivamente para el uso del Sirezi atorgatla, y eri

consecuencia no podráin, sin permiso del Ejecutivo Nacional, enajené rse eri

iiinguna forma, ni emplearse, sino en las áreas para las cuales se hayari

impodado; asi como tampoco podrán sacarse del país sin la autoiizasióri

respe-tiva. Pero, cuando el Ejecutivo autoriza la venta de esbw matemiales

cdernás equipos óa terceros, ser& con la condición de que el comppador pague lo:;

impuestos de importación que se hubieren exonerados.

En cuento a lo relativo a los explosivos, el articulo 94 de la Ley cltr Minazs

vigente ordena: quedan sujetos a cumplir con las formalidades es!ab8ecid~is en Iét

Ley de Armas y Explosivos.

Para obtener el derecho de exoneración de impuestos, el aspirante deber;!

c:umplir con la siguiente PWMITACIÓN:

lo. Una solicitud documntada acompañada por la lista de las mqiiinarias,

equipos, enseres, medicinas, productos quimicos y explosivos que se -)retende

importar, con la debida especificación comercial, aranwlaria, y la eqjresi6r de :es

idnidades y peso así corno la concesión donde se le dará uso.

Si el Ministerio de Energía y Minas no diera ninguna objeción al respedo,

autorizar& la importación, pero si considera que no proede la aiitorizacil5n para

todo s para pade de aquella, la negará en el primer caso y la acordará en Iza

segunda parte. En todo caso notificará al Ministerio de Hacienda y al soliciianta.

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121

2O. Todo lo relacionado con explosivos, es indispensable que el int'eresade

kiaya obtenido previamente el permiso para la introducción de dichas sus:ancias,

de conformidad con el articulo 24 del Reglamento de la Ley de /4-mas l r

Explosivos que establece:

... Quien aspire a obtener autorización para intr~dusir y ciser sustancias explosivas, con excepción de las pólvoras negras para cacerki y pirotecnia y de la blanca o densas para uso exclusivo de la cauxia, dirigir6 una solicitud al Ministerio de la Defensa, en la cual exprese: El iiombre y el apellido del solicitante, su domicilio, el que haya de hacer uso detl explosb~o, la caintidad , procedencia y destino de éste y el puerto por donde va ser importado. Dicha solicitud debe ir acompañada, conforme a lo dispuesto por el articl;alo 14 de la Ley sobre Armas y Explosivos, del Informe favorable del Ministerio a quien competa darlo, por razón del objeto a que $13 (jeCfine e1 explosivo.73

Una vez, arribado al puerto de su destino todos los artículos, el initsresado

llenara los requisitos previstos al respecto, según lo pautado en la Ley dír Aduana

y sus Weglamntos. El Ministerio de Energía y Minas verifica su cc~nfomidad y por

resolución acordara la exoneración haciendo la padicipación al Minia terio dé!

Hacienda y al interesado para los fines consiguientes del caso. De lo corii sario,

d s i r si existen irregularidades, ordenar& subsanarlas a fin de poder emitir la

exoneración.

De todo esto se desprende la obligación de los impc1fiadoré!5; de lo::

artículos destinado a las actividades mineras, a informar al Ministerio de Einergia~ ?y

Minas sobre la utilización de los artículos con derecho e la exoncrración, cerhn crin

consecuencia para uso exclusivo de la concesión para la cual fue scs81icitado tsl

beneficio, no pueden mdsrse ni traspasarse sin la autorizt9ición previe clel

Ministerio de Energía y Minas.

b- ENAJENAC~~N O TMSPASB. Dentro de los derechos que ss deRvsn

de la concesión durante el lapso de vigencia de la misma tenemos la es3 ajenaciblni

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1 2 2

o t.raspaso consagrado en primer lugar en el artículo 29 de la nueva Ley de Rlinas,

cuando establece:

El concesionario podrá enajenar su derecho, gravado, arrendéirlo, sub- arrendarlo, traspasarlo o ceder sobre el mismo sub-contrataciones para la explotación, mediante permiso previo otorgado por el Ministerio de Energía 1 Minas, siernpre y cuando demuestre efectivamente que la negociación CUYE

autorización se solicita, se hará exclusivamente para el eficiente tlesarrollcl del proyecto de explotación, previamente aprobado por este Ministerio dentro de los lapsos autorizados para la operación del mismo.74

Corresponde plantearse en consecuencia que el contenido de Ba norrla, del

articulado al que hacemos referencia, el derecho que este confiere no es pleno

sino por el contrario condicionado por la Ley cuando se estabieee "mgtdiante

permiso previo otorgado por el MEM", con lo que desvirtúa la esencia que tiene

todo derecho real inmueble. Esta situación no se presentaba con la regulacióri

que de estos derechos hacia la Ley de Minas de 1.945.

De igual manera se establece en el parágrafo Segundo de Ia nor nai que

todos los traspasos deben ser protocolizados por ante la oficina Subalterna ale

Registro de la circunscripción en donde esté ubicada la concesión. Ninguna de las

negociaciones previstas en esta Ley, se podrán efectuar si el cont:esionar o no ha

realizado las actividades previas y las inversiones requeridas para la presc?ntación

del programa de desarrollo y explotación, el cual deberá consignarse trc? nta (30)

días antes de iniciar la explotación. Creemos que el lt!gisladoi girevid)

negociaciones fraudulentas en contra del Estado por parte del concesio~ario que

realice estas negociaciones para su beneficio personal, por tanto se! le exigt?

previamente, la realización de las actividades previas y las inversiones n~,cesarii2s

para la explotación del yacimiento minero concedido.

De acuerdo con el artículo 30 ejusdem, el NlEM tiene un lapso de cuarerita

y cinco (45) días continuos, contados a partir de la recepción de la solic tud, para

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123

decidir sobre los permisos a los que se refiere el aludido artículo 29 de la nueva

a C01970 L.ey de Minas. La falta de decisión en el lapso indicado se entenderA

negado, quedandole al interesado todos los recursos previstos (le conformidad

con la Ley Qrgáinica de Procedimientos Administrativos.

Por su parte el artículo 31 del Decreto Ley de Minas que dispone:

Podo acto jurídico que tenga por objeto la concesión o de algún modo la afecte, respetara la indivisibilidad de la misma. Los traspasos parciales no surtirán efectos respecto del Ejecutivo Nacional, pero quedan éi salvo de esta disposición los traspasos que versen acerca del Derecho pro-indiviso de los cotitulares, cuyo cesionario responder& solidariamente del pago de la totalidad de los impuestos y del cumplimiento de las demás obligac:iones que apareja la concesión.75

Este principio ya fue desarrollado y analizado en el Titulo II.

La disposición a que hacemos referencia, también se encuertra consagrada

en los mismos térriinos en el articulo 15 de la derogada Ley de Minas, con la

diferencia que la mencionada disposición legal era mucho ~wAs minpletai,

fundamentada en la declaración que hacía en cuanto a las excepciones egaiec

sobre los traspasos, así como la notificación al Ministerio de Eriei-gía Minas,

tanto por el cedente como por el adquiriente de la concesión.

Analizado este derecho del concesionario con base en los hndairnentss

legales y sus consecuencias, obsewamos que en la derogada Ley de Minas

bastaba un solo artículo para resolver situaciones como las planteadas, 6::; decir

se expresaban todas las posibles situaciones de hecho, mientras que en la nueva

L.ey de Minas presenta tres disposiciones legales para regular las niisrnas

situaciones de hecho.

c- HIPQTKA. El ejercicio de este derecho por parte del c:oncesionaric~

emerge por el caracter de un derecho real inmueble que le atribuye el lecisladoi

en la nueva Ley de Minas en el artículo 29, al establecer que ei concesionaric

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1 S4

. La orientación que posee esti? clerecko es el

n~ismo de la cesiQn o traspaso, tipificado tambien en el mncionadc artículo, por lo

que la normativa que se aplica para esta operacibn es la establecicla en el ~26digo

Civil, especificamnte en el artículo 1.879: "La hipoteca no tiene eftsdo si ti11 se ha

registrado con arreglo a lo dispuesto en el Titulo XXll de este 1-ibro, ni puede

subsistir sino sobre los bienes especialmente designados, y por una ci~ntidac

deteminada de dinero"76. De tal manera que habría que llclnar tocas lasl

fomalidades exigidas para estos casos en el Registro, como si ss traiiara dé!

cualquier clase de hipoteca establecida en el derecho común.

El reconocimiento expresado en la vigente Ley de Minas, al decir "podrzi

gravarl lo", es un derecho del concesionario corno una consecuencia inmec iata de

la nemsidad de recursos emnbmiess en la industria minera, de tal maric:ra que

para lograr el concesionario el cr6dito necesario, tiene que recurrir a la hipoteca,

de allí que la existencia de este derecho está plenamnte justi f i~~da, par3 evitar

que por falta de recursos económicos se paralimn las actividad^?^ miner~i , quis

fria en detfimnto emnórnico para el concesionario y para el Es&ido al rio recibir

los impuestos respectivos por concepto de explotación, entre otros ;a specdo::

propios de la actividad minera.

Ahora bien, para estos fines el concesionario necesita previairente ~ o l

permiso por p a ~ e del MEM, porque recordemos que están en juego los ir tereses

del Estado, por ende de la comunidad.

Ante esta realidad, el concesionario tiene que demostrar qLie efectiiramente

la negociación en la cual se grava la concesión, se hará exclusil~ament~e para el

eficiente desarrollo del proyecto m i sm de explotación. Sab(5mos cpie esos

gravhmenes no afesitan para nada al Estado venezolano, porque el mencionado

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1.15

derecho de hipotecar no es derecho irrestricto, ya que la nación tieriie primal:ía en

el cobro de impuestos y de crbditos o acreencias sobre los demás i i ~ r ~ d ~ r ~ ? ~ , de

allí que el Fisco Nacional no sufre mengua en sus intereses en el ca3o de

constit~iirse hipotem sobre una determinada icsncesión.

d- ARRENDAMBEN"FO. Figura jurídica que la encontramos c:onsagrada en

la nueva Ley de Minas en su articulo 29, al regir el derecho que tiene el

concesionario de poder arrendar y sub-arrendar. Y tarribién se corisagrabé en la

derogada Ley de Minas en su articulo 106. En ambas disposicione:; legales se es

necesario la autorización previa por parte del Ministerio de Energía y lb'íinas;.

Lo novedoso que nos trae la nueva Ley de Minas es la obligación de

informar al MEM que seráin destinadas con el mismo y eficiente desarro lo del

proyecto de explotación el cual fue previamnte aprobado por el Miriisterio para su

ejecución. Por otra parle, también la Ley prevé en el Parágraio Primero del

aludido articulo 29, que en caso de arrendamiento de una coiicssiónl cuyiss

titulares sean Corporaiciones Regionales de Desarrollo (ejemplo, CBRPO;ZblL1A),

están exentas de pago de impuestos, los arrendatarios tendrán la obligación de

pagar los impuestos establecidos en esta Ley; salvo que el arrendainiento :S 2 lleve

a cabo con otros entes de carhcter pYblico, también exentos del p;aigo de

impuestos. Estas exoneraciones no estaban expresadas en la vieja Ley de Wlinas,

y vienen a llenar un vacío legal existente en cuanto a estos organisinos pub ims.

Con respedo al derecho de arrendamiento existen dentro de la riatesia

opiniones encontradas; entre estas tenernos los planteamientos hechos por el Dr.

No ha dejado de suscitar dudas y controversias la naturaleza e!;pecial ij1?1 amndemiento de minas. Como amrtadamente obsewa el comentahsta argentiro Dr. Enrique Rodriguez "el just utendi ef fniendin, el derecho de usar la cossi y

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aprovechar sus emolumentos, puede sin duda hacerse efectivo en la locación de 'as minas; pero su conservación no puede verificarse, "salva rerum siibtantia" es imposible. Lo que el locatario, lo mismo que el propietaflo, pueden aprovei:liar como frutos son los minerales que se amancan del seno de lar tiei~a, y es:os minerales no se renuevan ni reproducen. Esta característica ~)eculiar de arrendamiento de minas ha hecho que algunos sostengan, entre los cuales no se cuenta el Dr. Rodriguez, que respecto a las minas no existe arrendarnieito propiamente dicho, siendo una venta de muebles lo que se entiende coino taLn

La opinión de otro autor, Julio Wuiz Bougeois, se dirige hacia la idea que las

minas no dan frutos sino productos, estos se van consumiendo a9n el usc que de

ellos haría el arrendatario, de modo que ser6 imposible aplieair el priricipio cwericiéil

de este tipo de contrato: "salva rerum subtantia" de la cosas.

Respetams los criterios antes planteados en cuanto a la procedc!ncia de

la figura jurídica de los contratos de arrendamientos en materia cle minas, pero a

nuestro criterio, no hay que dudar en base a los razonamientos sí$juiente:

4'. Por razones hlstórims, el arrendarriiento ha sido un cowtratfa que en

todo momnto se ha aplicado en materia de minas, el recodar las Ordenanzas de

Minería de Nueva Espalia que consagraban en su Capítulo V, carticulc 2: "Sin1

separar las minas de mi real patrimonio, las concedo a mis vasallos en propiedad

y posesión de tal manera que puedan venderla, permutarla, arren(larlas.. ."78

2 O . En lo atinente a nuestra legislación minera es esta uria figura jurídica1

reconocida y acogida por el legislador de minas, para ser apliwda a Iais

concesiones mineras, (a-%. DLM, y art.406 LWI 4.945 derogada).

3'. Las legislaciones rnineras latinoemeriwnas entre ellas lar; de Argentinia,

Peru, Bolivia, de forma expresa en sus disposiciones tal como la hace nuesti.ei

legislación, el contrato de "arrendamiento" en mteria de minerales.

4'. Por ultimo, en materia de contrato, la voluntad de las pzides es tlecisiv;3,

y el contrato de arrendamiento no puede escapar a esta norma, aijn tratátr dose da

minas, ya que no hay disposición legal en contrario.

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127

5". La mina desde el punto de vista jurídico es un bien inlmileble Dor su

naturaleza y, en cuanto a los minerales, es decir el producto extraído del !$(?no de

la Tierra, son evidentemente bienes muebles. En cuanto al contr-iito de

arrendamiento, no se refiere en este caso a los minerales, sino a I;a mina, 1 1 corno

sabemos el derecho derivado de la concesión es un derecho real inniueble,

susceptible de ser arrendado.

e- CBNSVITUCIÓN DE SERVIDUMBRE. Al analizar el contenidict de 161

riorma que en la vigente Ley de Minas (articulo Id), regula el estifblecimictnto de

sewidumbre, obsewamos que viene a poner fin a los largos litigios 11

confrontaciones que se ocasionaban con la antigua legislación minera.

Estas confrontaciones sucedían entre un concesionario y un piirticular

propietario de las tierras o parcelas en donde procedía la exploraciljn y exp otacióil

de un yacimiento mineral, originándose una oposición que impedía el corriilsnmci de

las actividades propias de la minería, esta oposicibn inclusive podla durar largos

años en su ejecución, representado grandes pérdidas para e con~e:~ionario,

porque tenia que cumplir con el pago de los impuestc~s superficiales

correspondientes. Y no sólo generaba pérdidas para el concesionaiio, sinol

también para la Nación, que dejaba de percibir los ingresos procedentes de la1

explotación, y en cuanto a la comunidad beneficiada con las posibles vewtajeis

especiales ofrecidas, impedían tales realizaciones.

Pues bien, la nueva Ley de Minas pone fin a estos obstáculos que rio

permitían el inicio inmediato de las actividades mineras, cuancio exprtssa en el

nombrado articulo 4 4 :

... Cuando las servidumbres hayan de constituirse sobre terrena de propiedad privada, el beneficiario de derechos mineros podrá celebrar ;on los propietarios los contratos necesarios. De no lograrse el avi:niirnientc, el

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beneficiario de los derechos mineros podrá ocurrir a un tribunal de Prinit?ra Instancia en lo Civil, con jurisdicción en la localidad, a fin de solicitéir la

. El solicitante indicará con precisión las áreas y bienes que se afectarán y los trabajos ZI realizarje. (Subrayado de la in~estigación)'~

Esto es lo novedoso que hemos venido señalando al rcsspectc), ya que

cuando es admitida la solicitud, el Juez, el rriismo día, ordenar.3 la citación d ~ l l

afectado para que comparezca al tercer día siguiente al de la citaciór, de nal

lograrse la citación, se ordenará publicarla en un cartel de un diario ( le mayor

circulación nacional, emplazándolo a comparecer al tercer día de dtsspacho

después de la publicación.

En esa oportunidad se procedera a la designación de tres (3) expertos: uno

designado por el solicitante, el segundo por el afectado y el tercero por el Juez, ai

fin de que dictaminen sobre los posibles daños y el monto de la indemnizé cióri. Si

no compareciere el afectado o se negare a nombrar el experto, el tribunal lo Isar.3

por 61. Los expertos deberán estar presentes en el acto para !;u aceptación y

juramentación. En caso de no estar, el tribunal designar8 a quienes los swtituyarl.

Los expertos deberhn consignar un informe en un lapso de tres :3) días

~mntínuos al de su designación. Entregados los informes correspondie~tes, el

solicitante deberá depositar en el tribunal el monto de la indemnizaición est mada

en el mismo acto el Juez autorizará el comienzo de los trabajos. Si el afectado

acepta la indemnización, el tribunal dictara la decisión para consiituir Izi

Servidumbre en los términos de la solicitud. En caso contrario, se c,ontinu 3rá eori

los trámites del juicio ordinario.

Como podemos notar el procedimiento para constituir la:; servid ~mbre:;

mineras necesarias es muy sencillo y se realiza en muy breve tiernpo, evita eri

consecuencia los damos y perjuicios que podrían causarse por la paraliz;i8;ión dé!

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las actividades mineras habida cuenta de los pérdidas económiccis tanto para el

articular concesionario como para el Estado venezolano.

Hay que agregar lo estipulado en el artículo 12 de la Ley de Minas vigente

con respecto a las sewidumbres de diversas especies de las actividad minet-8, la!:

cuales se constit~~iiran sólo en la medida indispensable por el c~bjeto a que S{?

destinen.

Ahora bien, el beneficiario de derechos mineros podr& utilizar los lerrenos

baldíos en las condiciones y mediante las comgenaaciones qiie pacte csn ($1

Ejecutivo Nacional, el cual según las circunstancias puede e>corierarlc de las

mismas. S n embargo, cuando en los terrenos baldíos existan m!jx'as de

particulares, la indemnización que corresponda la pagará en todo caco 121

beneficiario de los derechos mineras (art. 13 DLM).

De igual forma, tal como lo estable= el artículo 14 ejucdem, el

cancesionario tiene derecho al uso y aprovechamiento racional de las aguar; del

dominio público para el ejercicio de sus actividades mirieñas, sujeto sil

cumplimiento de las disposiciones ambienlíales que rigen la materia. Asi rnismo, el

beneficiario de los derechos mineros, tiene el derecho a la ~:xpropiai:ióri o al

establecimiento de sewidbimbres para el aprovechamiento y uso de las ziguas tlel

dominio privado en su actividad minera.

F EXPWOPWC~Q~~~ Y OCUPAC!~N TEMPQML. Estos dos derechos

otorgados al csoncesionario en la nueva Ley de Minas, en el último parte del

artículo 11, dispone que "pam todo lo referente a la Bcupacióri Pernl>oraB y Ia

Expropiación, se aplicaran las disposiciones pertinentes de la legislac;ión soore

expropiaciOn por musa de utilidad pública o

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Esta Ley de Expropiación por causa de Utilidad Publica o Social, <iene su

fundamnto constitucional. Así, nuestra actual Constitución Boliviariana c?!;tablece

en el artículo 115, que podrB ser declarada la expropiación de cualquier [:laice de

bienes, mediante sentencia firme y el pago oportuno de una justa indemr ización.

Corno se evidencia, este precepto constitucional es el que le da vililidez y

efectividad a la Ley de Expropiación.

Luego, la actual Ley de Minas nos remite a la mencionadci Ley , y en esta

encontramos que en su articulo 3" establece los requisitos para efecft Jarse la1

expropiación, y con:

1O. La Disposición formal que declare el bien de utilidind púb l ia Ccri

respecto a este primer requisito exigido por la Ley, podemos decir que la actual

Ley de Minas en su artículo 3' declara de Utilidad Pública las actiilidades I\lsiisieras,

de tal forma que se tiene abierto el camino a todos los lugares doiide se e~condriri

los minerales para e~raerlos y ponerlos en función de la Utilidad pijblica~ 4 Social;

es decir, no nemsita pronunciamiento alguno para declararlos de Utilidatl Pública.

2O. Declaración de que SU ejecución exige indispensablem:nte que se ceda

o enajene el todo O parte de la propiedad.

3'. Justiprecio de lo que haya de mderse o enqenarse.

4'. Pago del precio que representa la indemni~ación.~'

Acotando que antes de proderse a la expropiación se gc~slars ti11 arreglo

amigable con los propietarios.

A este respecto la Ley de Minas derogada era mucho r ~ s ía~rplia, ail

establecer claramente en su artículo 18 ejuadem, las causales piara proc:'?der a Iisi

expropiación en caso de que no haya avenimiento con ei propie:ario, se

establecían los siguientes supuestos: a- Para la apertura o ensaqche dc? galeriaia,

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pedoraciones de pozos, depósitos de escombros y demas obras de expl~c~tación

i.1- Para la construcción de edificios de habitación, almawnaje, tallt?res, eat anques;

y otros semejantes. c- Para el establecimiento de oficinas y sus depenclc!ncias .

d- Pera el transporte de la materia explotada. e- Para la extrgaccióri de lo:;

smteriales cuyo empleo fuere necesario en la transformación de! los mirierales,

objeto de un conesiów.

Mientrss que el Nuevo Decreto Ley de Minas se limita a remitirnos en caso

(de prsmder la expropiación a la Ley de Expropiacibn por musa de Utilidad PúbBiw

o Social, credndose en consecuencia un vacío legal, al no estal~lewr e 7 fot"rn:%

expresa las causales para prowder a la expropiacibn.

En cuanto a la Ocupación Temporal, esta es una figura jurídica

conseeuencia inmediata de la amplitud de la Ley de Expropiacióri, cuyos efecto:;

son mas restringidos, pero es un medio efectivo para la rea1ia:acióri de las

adividades mineras, muy especialmnte en su etapa inicial. Es decir, se priva ;a

los particulares de sus derechos y algunos de sus bienes pero por breve tiempo.

Esta institución de ocupación temporal, esth csntemplada en el articulo 47'

de la Ley de Expropiación a la que hemos venido haciendo referencia, eii la cual

se dispone que se podrá ejecutar la ocupación en los casos siguit?ntes:

1'. Con el objeto de hacer estudios o practicar operaciones facul~itivais sle

corta duración, que tengan por objeto rewger dalos para la formal-bn del aioyecto

o para el replanteo de la obra.

2'. Para el establecimiento de estaciones y mmiinos provisiionalea;, talleres,

almamnes, o depósitos de materiales también provisionales, y á:ualquiera otra

mas que requiera la obra para su construcción o reparación.

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1 :i2

La ocupación durará tan sólo el tiempo estrictamente indispeilsable, con un

máximo de seis (6) meses, aunque puede ser prorrogado por igual térmrrso, y por

una sola vez, por causa debidamente justificada.

Para proceder a la ocupación temporal se requiere una orderi esct-i ta por el1

Gobernador del Estado en donde se ejecuta la obra. Esta autorización se

protocolizará en la correspondiente Oficina de Registro. El que ocupa1

temporalmente la propiedad ajena indemnizara al propietario de los ~lañss y

perjuicios que se le puedan causar, con un justo pago regulado establecido por

expertos, escuchando previamente al propietario. (art. 48 y 50 ejulsdem).

Hemos indicado las principales normas legales que rigen la iristituc:ión de a

Ocupación Temporal, ya que la actual Ley de Minas nos remite necesariamente ci

esta Ley de Expropiación por Causa de Utilidad Pública o Social, para podw

proceder a la ocupación temporal; mientras que en la derogada 1-ey de iilinas ce

1.945, se establecía claramente las normas que regulaban estia situac:ión, muy

específicamente en sus artículos 120, 122 y 125.

En otro orden de ideas, el derecho a la ocupación temporal en niateria cle

minería, procede indistintamente en los terrenos de propiedad particular, t~aldíos o

ejidos.

Pero tenemos que tomar en cuenta que el derecho de solicitar la oc:upacic~ri

temporal en la actual Ley de Minas vigente, como en la derogada Ley I J ~ Minas,

IIO es un derecho irrestricto que pueda actuar en cualquier sitio. Porq de en el

Decreto Ley de Minas se establece en su artículo 16, una posicióri clara al

respecto: queda prohibido realizar actividades mineras en poblaciones y

cementerios. El desarrollo de actividades mineras a menos de cien (100) metro!;

de vías férreas, caminos, canales, aeródromos, puentes u oras seniejantes,

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13:i

requerirá el otorgamiento del permiso correspondiente por parte de la a~ toridacl

competente en casa caso, la cual deberá cumplir con las formalidades exigidas eri

los reglamentos respectivos.

Tales prohibiciones se establecían en forma mAs amplia en la dero~~ida Ley

de Minas, y dedicaba a este respecto cuatro (4) artículos ("125, 126, 1617, *12€;,

ejusdem), para detallar los sitios en donde no se podían realizar actividades

mineras. Algunos son: terrenos cubiertos con edificios o construcciones, Ic S patios

o jardines de las casas.

5.4. OBLIGACIONES DE LOS CONCESIONARIOS

Analizaremos en el presente título las obligaciones para quienes E I Estaclo

les otorga derechos mineros, a la luz de la nueva Ley de Minas, y cliie en !;u

carácter de una contraprestación, deben ser cumplidas por parte (%el contr?sionaiica

so pena de extinción de los derechos otorgados. A tal efecto, se establece imn

conjunto de obligaciones, y éstas se suelen dividir en dos gi-upos principales

atendiendo a la mayor o menor intensidad que pesan sobre el conc:c!sioriario,

dAndose en un primer momento obligaciones principales y para irn segur do grupo

obligaciones secundarias. Veamos:

Obligaciones de Expldar %.$l. OBLIGACIONES PRINCIPALES

Obligaciones de pagar impiii ~s tos

A1 respecto veamos el articulo 61 de la nueva Ley de Miiias el c ~ a l asienta

que: Las parselas objeto de derechos mineros deben ponerse eit explotación (317

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un lapso máixirno de siete (7) años, contados a partir de la fecha de plubli~ic:i6n en

la Gaceta Oficial de la República Bolivarianai de Venezuela.

Corno podemos obsewar, en la vigente Ley de Minas se eskablem irn sdlo

tiempo o limite de siete anos, este lapso único que fija Ba Ley ptara que se dé

comienzo a la explotación del yacimiento dado en concesión, obedec:éb a las'

derechos mineros que hoy se otorgan al concesionario.

El lqislador no toma en cuenta el tipo del mineral a explotéir, bien sean de!

veta, de mantos, o de aluvión; de tal modo que el inicio de su explota1:ión se

otorga ahora con tiernpo suficiente para que el concesionario guetla acoritliciona~~

la zona a explotar e inicie las actividades mineras correspondientes, porque al

Estado le interesa fundamentalmente que la concesión dada, inicie !a explrstaciori

del yacimiento en el lapso indicado, de tal manera que no haya p~iralizacii~n de Iin

explotaciQn una vez iniciada.

Además, el mismo articulo que hemos venido desarrollasiclo indica que Iia

explotación de una concesión no podrá ser paralizada sino por c a ~ s a juaf:i.iceada

por un lapso no mayor de un (1) ario, excepto en los asos fortuitos o clc! fuerza

mayor que deberhn ser comunicaidas al Ministerio de Energia y Minas, quiéií

decidirá al respecto. Para el lapso de la paralización de las actividades ríineras,,

la Ley prevé que el titular de los derechos mineros debe coi~tinuar ;iqueilac

actividades y trabajos newsarioa para la preservación de las rniriais cláidas en

concesión, de tal forma que no puede abandonarse a su suerte ni cra forma

absoluta el yacimiento.

Ahora bien, la nueva Ley también es clara y precisa al ~rstablecx!r era su

artículo 58 ejusdem:

Una concesión está en explotación cuando se estuviere extraycando de las minas las sustancias que la integran o haciéndose lo necesario para ~eilo,

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con áinirno inequívoco de aprovechamiento económico de la niisma y czn proporción a la naturaleza de las sustancias y la magnitud del yal~irnients. Parhgrafo Onico: Cuando un concesionaAo tuviere un grupo de ~c~ncesion~ s, todas ellas se considerairaln en explotación, cuando desde tina misnia instalación, se estuviere e'erciendo la actividad minera conforme a lo establecido en este artículo. $2

También podemos apreciar el siguiente aspecto: no es nemsariamewtc:

preciso que en un primer momento se esten extrayendo loa minerales o su5 tancica!;

de la conmsi6n, para considerar que la misma se encuentra en explotaci6ii; bast;sa

que se estén haciendo los trabajos necesarios para tal fin, aunclue no se haya

extraído mineral alguno, porque sabemos q i~e esta depende dlr la naturaleza

misma del mineral, y mal podría el legislador imponer le condición que piira que

una mncesi6n est6 en explotación se exigiera la extracción del rriineral eii forma

inmediata.

Sabemos tambikn, que existen yacimientos minerales que p ara ski

producción es necesario tiempo y capital, es decir, confsrm a los principias

económicos; de suerte que la explotación minera se debe realizar eficientsmnt~!

para lograr un mayor rendimiento, y en lo en posible, la extracción lotal del mineral

que es el fin último que debe estar presente en todo concesionario, y esto este1

condicionado al volumen de la riqueza y su forma de presentación. En tal sentido

el fin perseguido no puede estar sometido a una mdidai mínima i r iinifornie para1

todas las concesiones, habrá que tomarse en cuenta el volumeri (de la iiqueza

susceptible de ser ewlotada.

La mejor doctrina explica que para que se configure la explotaciáw

requerida y establecida por la Ley, tiene que ser una explotación coi1 ársirne

iisequívocs de aprovechamiento econ6mics actual o futuro, desproviisto, un

consecuencia, de la labor de investigación de la sustancia a el yaciiniento dado en

concesión.

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134

En esta línea, las minas tienen un especial inter6s colectivo que se der:va

de su explotación para producir riqueza y otros elementos @apaE!s de siaiisfaeei.

rnúltiplea newsidades humanas; y es que en el interior de la tierra Ios rniiierales

carecen de utilidad, los mismos son útiles en la medida en que son exlrlaidos y

puestos a circular. De esto se desprende el interes social en que ~ ~ e a n expl0tado:i

con las mejores técriicars y en forma racional, y no que las minas vrielwan 611 Esfado

despues de haber sido otorgadas a los particulares, por no estar debidamentir

explotadas o en consecuencia dejadas abandonadas.

Las concesiones se otorgan pues, para que en el con~soriario ~~xista 1,"

obligación de explotar el yacimiento, con la finalidad de que desprtz?da las

sustancias o los minerales y los ponga en mvimiento o en circiilaición en forma

de bienes con la sola limitación del inlergs público, y no con ánimo de usar (31

yacimiento de intermdiacion o esperar mejores ventajas con fines especulativos

La concesión no es un privilegio que otorga el Estado para un solo tleneficic,

particular del concesionario, es en beneficio de toda una cole~tividadi, por scrir

estos bienes sociales y de allí la obligación del csnwsisnaris cie explolarlaa e r i

forma técnica y econówiicamnte conveniente.

Por la importancia de la eplotación del yacimiento dado en concesión, el

legislador, previó el incumplimiento de esta obligación, dste!rrninéllntlo

SANCIONES. La nueva Ley da Minas paub en el artículo 98, qiie son causas de

Caducidad de las concesiones:

Ordinal 3" Cuando no se inicie la explotación dentro del lapso previsto en el

artículo 61 de esta Ley. (Se establecen 7 afioa).

Ordinal 4" La garaliaaciOn de la EXPLOTACIÓN por un lapso establecido en (21

artículo 61 69s esta Ley. (Un ano).

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Otro asunto que se establece legalmente es la desaparicióii ciefinitiwa del

principio conocido como la UNIDAD DE M CONCESIÓN, que! ya SE? había

considerado en la vieja Ley de Minas de 1.945 (art. 21 y 22, "réginnlim del

denuncio"), y que se subsanó posteriormente con el decreto 2.039 del 15 de

Febrero de 1.977, en las implicaciones jurídicas del mismo, que ya fueron

analizadas en títulos anteriores.

En la nueva Ley de Minas indica en su artículo 62:

Cuando durante la explotación el titular del derecho rniri~ro encontrare minerales diferentes al de su título, estará obligado a cnrnunicarlo de inmediato al Ministerio de Energía y Minas, organismo que poclrá disporier su explotación conforme a lo establecido en los literales a y b del artíc:i~lo 7" de esta Ley, teniendo el concesionario derecho preferente a la explotaaón en caso de que la misma no sea ejercida directamente por (el Ejec~it vo Nacional.

ParSgraba ~ B P ~ G O : En el caso de que tal ejercicio de la e):plotacióri le correspondiere al concesionario en virtud de haber ejercido el derecho de preferente, para tal fin bastará que este celebre con\lenio con el Ministe:r-io de Energía y Minas para la explotación c~rrespondiente.'~

Con relación a la Ley de Minas de 1.945, existen diferencias riotables, cavia

por ejemplo en su artículo 24 ejusdem se establecían diferent~s tierripos pai-~i

comenzar a realizar la explotación dependiendo del tipo de mineral, si la c;c~ncesii,ri

otorgada era de veta o de manto se le concedían cinco (5) años para conienzar Iisi

explotación, pero si era de aluvión, tres (3) años. Mientras que en la actu 31 Ley ( le

Minas se da un tiempo íinico de siete (7) años para comenzar la explat#ación, no

existiendo diferenciación alguna independientemente de la presenkiciisn del

mineral.

Comenzada la explotación, la derogada Ley establecia que no pofllai

suspenderse la explotación por más de dos (2) años consecu.tivos si 'ratare cle

veta o de manto, y de un (1) año si es de aluvión, calvo caso cle fuisiza mayor

comprobada. En la vigente Ley de Minas se establece que una vez cornenzadia la

explotación, no podrá ser paralizada por un lapso mayor de uri (1) año; cclrnca

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13s

vemos en este sentido, un único lapso para suspender la explctación una vea:

iniciada, creemos que el legislador previó esta situación diindoles tiernpc~

suficiente (7 años), para que una vez iniciada la explotación la niisma no sea

paralizada alegando factores de tiempo y que hoy por hoy no se justifican.

5..4."8.2. OBLBGACIÓN DE PAGAR IMPUE-TOS

La nueva Ley de Minas pauta políticas flexibles para que E!I sector privado

participe activamente en la exploración y explotación minera. Por una parte, el

Estado se preocupa porque en la concesión otorgada se dé la explotacitj~i, no es

menos cierto, que existe el deseo de obtener los mayores y mejores beneficios

económicos posibles originados por la explotación del yacimiento, con la linalidad

de satisfacer las necesidades de una comunidad en general, qiie es el objetivo

último perseguido por el Estado. Y por la otra parte, la renlabilidac que 161

actividad proporciona a los particulares que poseen derechos mirieros.

Sobre este aspecto podemos destacar que en la vigente Ley de FAinas se

tomó en consideración la estructura de costos de las erripresas mineras

operadoras y los rnáprgenes de ganancias en función a la invrrsión rc2alizada.

Entre los incentivos está la elimi-iaci6n de los impuestos de coxploraei6n y !;e

estableció el impuesto superficial progresivo en el tiempo y en función del número

de hectárreas de la concesión, a fin de propiciar e impulsar la explori3:ión y Ila

explotación. Una vez iniciada la explotación, se permite que se rjeduzcii hasta la

concurrencia, el impuesto superficial .

Asimismo se faculta al Ministerio de Energía y Minas para rtducir el

impuesto de explotación hasta uno por ciento (l%), para propiciar la rc!iitabilidad

de las actividades mineras. No obstante, el despacho oficial podi-ái restituirlo hasta

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135'

su cuota original del tres por ciento (3%), cuando la situación f;nancieirii de Ig

empresa lo permita. Quiere decir esto, que con la Nueva Ley de Rlinas se

establecen nuevas políticas mineras, que con incentivos se busa3a reactivar Izi

actividad minera.

También se puede evidenciar en la nueva Ley, que loa irripuestos fuerori

calculados y establecidos en UNIDADES TRlBUTARIAS, a fin de eliminar e l efedo

del incremento sostenido en el ámbito de precio, llamado irrflacióri. Si oien e!;

cierto que el impuesta que anteriormente se recaudaba por estos ccrnmptos eii Iia

derogada Ley de Minas era insuficiente, hubo la necesidad de implementario y

adecuar10 a las nuevas realidades económicas y financieras de1 píais.

Entonms, se dictó la Resolución No 145 del 2Qde marzo de 1.990, I. en uno

de sus aFticulados (art. 9), los impuestos fueron aumentados p r o sobre la base de

cantidades dinerarias fijas, cayendo en el mismo error que sucetlíra en le Ley de

Minas de 4.945.

Esta situación actualmnte ha sido siibsanada, cobrando los impuestos poi'

Unidades Tributarias, lo cual se adapta como dijimos anteriormrife, a 'a

concapción dominante en materia tributaria dentro del crden 113rsneti~~s)

venezolano. Sin duda alguna, representa algo muy novedoso en rnateria ti'ibu%aria,

la inclusión en la nueva Ley de Minas, que para el cálculo de los inipuestos

respectivos sea sobre la base de Unidades Tributarias, asegurfandole al Eistado la

posibilidad de obtener mCss beneficios económicos por parté! de quienes !;e

dedican a las actividades mineras.

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A continuacibn presentamos las disposiciones legales scbre el pago de

impuestos expresadas en la normativa legal minera vigente:

lo. Impuesto Supemcial

En el artículo 90, Ordinal 1" que estable- que los impuestos superficiales

son aquellos que se pagan atendiendo a 1% mayor o mnor 5xtensiSn de la

supeficie, el cual se =usará a partir del cuarto año de otorgamiranfo del derecho

respectivo.

En cuanto a su forma de pago, la Ley determina que deber6 pacjíirse por

trimestres vencidos dentro de los cinco (5) días siguientes al venc:imientci de cada

trimestre, previa liquidación hecha de oficio por la oficina liq~~iidadot-a

correspondiente del Ministerio de Energía y Minas y, dichos pagos leberán

realizarse en las Oficinas Rewptoras de Fondos Nacionales.

A los efectos del pago de este impuesto, los beneficiarios de derechca

mineros, sobre los minerales de oro y diamante, se preve una tabla signaca con la

letra ''A", y su aplicación será acumulativa sobre la extensi611 total tlel Areal

otorgada. (ver tabla A).

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TABM "A" Impuesto Superficial - Oro - Diamante

Fuente: Decreto con Rango y Fuerza de Ley de Minas

Con respecto a los otros minerales en General, los pagos se regiriin por la

Tabla "B" , a continuación:

TABW "B" IMPUESTO SUPERFICIAL

OTROS MINERALES

En ambos casos, en las tablas "A" y "B", los montos establ~cidos se

calculan sobre la base de UNIDADES TRIBUTARIAS vigente sara el año fiscal,

que repetimos, la nueva Ley de Minas se adoptó a Ia concepcióii donilnante en

materia tributaria dentro del orden normativo venezolano.

Haciendo una comparación con los impuestos que se pagaban 3or ecl.c~s

conceptos segián la derogada Ley de Minas (arlt. 84 y 85), tenemos que por tsic8

r-- ha.1U.T.

-- - -- - - Af l0

Fuente: Decreto con Rango y Fueiza de Ley de Minas

4-6

0,14

7-9

0,16

10-1 2

0,18

17-28

1 0,20

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i 42

concesiones de aluvión se pagaba un impuesto superficial de Bs. 01,50 anuales

por hectáreas; y, los de manto o veta Bs. 1 ,O0 anual por hecthreias. A rn 3do de

ejemplo, si la extensión de las concesiones de veta, era de 500 hectáraas, el

impuesto anual a pagar era de 500 bolívares; e igual suma se pagaba si al mscl

se tratara de 1.000 hectáreas de aluvión, porque si bien la extension es de dable

el impuesto que se pagaba era la mitad del correspondiente al marito.

Aún así, para la época en que fue promulgada esa Ley, los impuestos eri

referencia llenaban las expectativas económicas del Estado, pero cori el tria isccrrir

del tiempo los mismos eran insuficientes, por no corresponderse con la:; nueva!;

realidades económicas del pais, obligando al Ejecutivo Nacional (2 establecer lo!;

ajustes impositivos necesarios a través de resoluciones, hasta oficiallizarse lo

estatuido en la Ley de Minas de 1.999 (Ver Cuadro No 1).

2O. Impuesto de ExploQlción

Este impuesto procede cuando el concesionario estíi extra-ay ando c?I

mineral de acuerdo con lo determinado en el artículo 90, ordirial %O cle la Ley

vigente. En este caso, el cálculo del impuesto se hará confi3rrm al minen31

extraído y es como sigue;

a- Oro, Plata, Platino y sus metales asociados: el 3% del wtlar coniercial eri

Caracas del mineral refinado.

b- Diamante y otras piedras preciosas: el 4% del vallar comercial eri

Caracas.

c- El 3% calculado sobre su valor comercial en la niina, para otro!;

niinerales, el cual incluye los costos en que se incurra hasta el morriento é!n que el

mineral exltraído, triturado o no, sea depositado en el vehíc:ulo qkif! ha ( le

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1~14

transgoptarlo fuera de los limites del área otorgada o a una planta de bttiieficis 01

refinación.

Con respecto al pago del impuesto de explotación al que l-acerncls,

referencia, se pagaran dentro de 10s primrss quin= (15) dlas a~nllínuos del m!si

siguiente al de la extraccidn que Is mum y podrh ser recabatlo, w spcián de1

Ejecutivo Nacional, bien sea en dinero o en especie. La tramiikación laira Ic~a

efedoc de este pago, se describe a csntinuaci6n:

@ Presntaci6n de una dedaracibn por =da árrea otorgadía Ir por cada tipca

de mineral mon6micgpmenile apr~vechable en la explotación, indicarido:

4 El volumn del mineral efiraído durante el m s de brabajc~ a que sic?

contraiga dicha declaración

4 ha riqueza md ia del mineral

4 El precio de venta

4 El monto del impuesto que le ccarrecponda pagar.

d En el =SO de oro deber8 indicairse además, el ni1 ners tle

toneladas del minera! explohdo, o el náimro de gramos de oro edraiQ3. En sl

a s o del diamante: el númro de quilates m6tricos.

@ Prrrsentaei6n de las gulas de circulacibn del mineral, autorizcitilo por gil

Ministerio de Energía y Minas.

s Las declaraciones a las que hawmoc referencia deben realisarse en las

Oficinas Liquidadoras Regionales correspondientes del Ministerio de E:wergia y

Minas.

Este mismo Ministerio verificará Iza veracidad o exaditud de la irifomacibn

suministrada por el beneficiario de dwechos mineros, antes de promdei- 3 rehalirrar

la liquidación respediwa, sin perjuicio de que dichas declaracisriea puedan s e r

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14 5

revisadas posteriormente de acuerdo con las disposiciones del Código OrgB~iico

'Tributario.

Otro elemento destacable en este análisis es la disposicit~ri novisima que

trae el Decreto Ley de Minas en su articulo 94, al preceptuar que cuando el

beneficiario de derechos mineros comercialice con productos semi-elakorado:;,

refinados o beneficiados, derivados del mineral explotado, el precio de referencia

para calcular su valor comercial en la mina será establecido por el Ministerio de

Energía y Minas, mdiante un estudio de mercado, tomando en cuenta llai siquezai

media del mineral y su precio promedio de venta en el mercado comprador, a Icls

fines del pago del impuesto de explotación correspondiente.

El objetivo de este articulado es incentivar al concesionario a rnarii~facturlir

o refinar el mineral en el país; es decir, dade un valor agrel~ado al minerúil,

originándose mayores fuente de trabajos en la zona y aumentando los 11 .?neficicw

económicos tanto del concesionario como del Estado, que es ~ $ 1 fin úI1:i no de La

explotación de una riqueza mineral.

Por via de EXGEPCIQN, esta Ley de Minas norma en su artículo 431, que

los minerales de Bauxita, Carbón, Hierro y Roca Fosfatica, continuarán p~igasíclo el

impuesto de explotación previsto en sus respectivos títulos, hasta tanta ssts

condiciones económicas permitan aumentarlos hasta el limite establecido en el

artículo 98 ejusdem.

Si todas estas especificaciones irnpositivas las comparamos con 631 (areepto

de la derogada Ley de Minas, en su artículo 87, observamos un mismo arden,

pero con variantes significativas en cuanto a los impuestos a pagar, de~~endierido

del tipo del mineral e~raído. Y eran c o m siguen:

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a- El 1 % del valor comercial en Caracas, del metal refinado, cuando se trate

de oro, plata, platino y demás metales asociados a este último.

b- El 3% del valor comercial en Caracas cuando se trate de diziinante y

demás piealras preciosas.

c- Para otros minerales, el impuesto era del 1% sobre el balor en a mina,

teniendo en cuenta la riqueza de aquellos, el precio y las clzicific-cicnes del

mercado comprador, para la cual los productores hacían las correspoiidientec

declaraciones especificadas.

El porcentaje de impuestos indicado en el literal "c", es el ~mpuesi:c~ que se

paga hoy en día por la extracción de bauxita, carbón, hierro, y roca fosfátic:a, dado

lo deprimido del mercado.

Mucho después, estos impuestos fueron ajustados según el valor c~omerci;~l~

de esos minerales, por resolución No 115, a la que hemos \enido kaciendcl

referencia, en la cual se establecía que el impuesto de explotacilán a pagarse de

acuerdo al tipo de mineral, pautado en el articulo 9 ordinal 3" de la resoli~ción eri

referencia y son como siguen:

a- El 3% del valor comrcial en Caracas, del metal refinado, cnuandc se trat:~!

de Qro, Plata, y Platino y demás minerales asociados a este últiml,.

b- El 4% del valor comercial en Caracas, cuando se trate de diamnte y

demais piedras preciosas.

c- El 8% del valor en la mina para los otros minerales, tor~ando eria cuenixi

los aspectos senalados en la norma 3a del artículo 87 de I:i Ley (32 Minas

derogada, y ya descritos anteriormente.

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147

Como se aprecia, este Ultim impuesto de explotacibn e:;.lnblecics en ctl

litera "c", fue aumntado mnsiderablemwte en un cines por c:ienta (E3%) can

respecto a lo establecido en el adiculo 87 de Pai derogada Ley de bllinas.

Si hacemos un awdlisis comparativo entre los impuestos de explstzic:i6n que

se pagaban anteriormente (Resolucibn No 15) y los indiccados en la nuecizi Ley de

Minas, creems que el Iqislador c o m inmntivo rdujo lo:; impua :tos de

explotación y muy especialmente para los minerales era general, corno e l arbbri,

el hierro, entre otros. Fueron r&ucidos a un 3% sobre el valor 1:omrc11éi1 de Isc

minerales en las minas, es decir una rducción sustanciosa de ain cinciictnta por

ciento (50%) en comparación al año 1990, que se establecia para estos rnineralee

un seis por ciento (6%). El 3% que hoy está establwido, incluqqe los c:ost~s ei-i

que se incurran hasta el msmnto en que el mineral e&raido, tr8urado cs no, sea

depositado en el vehículo que lo haya de transportar fuera de la limites {del

otogeda.

Lo novedoso que nos trae el Decreto Ley de Minas, en mtd%ria tdbu haries, ea'

que el impuesto al que hawmos rekrencia, estái sujeto a anriddifi~~~aciorne!~,

considerando la reesión emnbmim que de alguna fo afecta a %as c?inpresss

minems; estimulands a los que poseen derechos mineros, ya qiie de acuerdo a

las condiciones económias que puedan deprimir las actividades mineras, r?ii

Qecutivo Nacional puede acordar una reducción hasta el nivel de l //o del iinpuesllel

de e~lotacibn, en espera de la rsuperaei6n del sector minero, y restituirlo Iiliegc~,

hasta sus niveles del tres por ciento (3%), esto con el fin dle grol~iciarr la1

rentabilidad de las explotaciones mineras.

Asimismo vemos que el lqislador en la nueva Ley de Wlinais eliinine Ice%

iwuestos de eqloraciów, por cuanto los m i c m no se justifimn de acuctrdo ccrl

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las nuevas políticas mineras, muy especialmnte en las concczsiones que se

otorgan de Ewiora~i6n y Subsiguiente Ewlstacibn.

Estos incentivos fismles propician, en form satisfadoiia, la a dividad

minera por la rentabilidad que esta representa.

Son aquellos impuestas que el mnmsionaries paga por conc=c?pto de

estampillas y papel sellado para la expedicibn del título corfesporndient~ , de (4s

copias wr$ificadas y de las aduaciones del Registra, Públim, tales (amo la1

protcscolización de Registro de título.

Los i m p u e s t o ~ n s t ~ ~ n t a l e a los vems reflejados, en priimr luger, en el1

a~iculo 29 de la vigente Ley de Minas ea todo aquello que %e refif?~'e 8 ICE,

traspasw e kipstew de los derechas mineros, obligando a que tall~!a actc~é;

jurídicos deban ser presentados para su protocoliraeión en la Oficina de Segistracb

en donde se encuentra ubicada la wnesión.

De igual forma estos impuestm los vems rerFle~ads e3 el a13 culo 4.5

e~usdem al establewr que: el mnmsionario deber6 protosslizas a Wesctl ~cibn e?rn

que se expide el Título, ante la Oficina Subalterna de RegistiVcl de lía

Circunscripcibn de Ubicación de Ba conmsión, dentro de Ios veinte (20) días

cantlnboos siguientes a su publicación. Esta misma obligación se manifieits en sl

artículo 56 eusdem, en donde se emresa, que el edidimdci cis e~q~lotacic~i~

cleberd cumplir can Iss requisitm de protocolización por ante la Cllicinai de

Registro Subalterno en donde se encuentre ubicado el yacirnlento objeto do

explotación, dentro de loa treinta (30) días siguientes a su publicacitin en li.8

Gawta mcial de la Repúblicai Bslivariana de Venezuela.

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Tambibn los impuestos por conwpto de planos de la mna?si0n, perro C O ~ M I

el mismo no esta expmsads en la nueva Ley de Minas, este vacícl lcrgal nos aemitc:

a las disposiciones rqlamentarias que estable= para estos rut~ros la aersgacla

Ley de Minas en su ar-aiculo 48 del Reglamnts al que hammo!; referercia, q ~ i á :

desarrolla estos aspectos de la siguiente form: cuando haya12 que c%tcpediré1é!

copias edificadas del plano de una concesión, sea de oficio o a :;oilicitucl de paC:~i

interesada, la Direccidn de Minas csmunicaráa por escrito a la Dirección be?

Administsacibn, msl el fin de que esta liquide la planilla de Ias dere~=l%os que!

corresponda al caso.

Esta disposicibss es aplicaible por cuanto la mncionada norma no mlinde

con la vigente Ley de Minas, y k a s i tanto no se Reglamente la nueva Ley de

Minas nos regirems, en mnsecuenda, por el R-laimnto de la clerogaclci Ley de

Minas ya que el mismo no fue derogado por la adual Ley de Minar;.

Entre estos impuestos podemos mencionar los que el concesionario ofrsar

a trev6s de ventajas especiales. La Ley de Minas mnmide la gotestaitJ

expresamente al Ejecutivo Nacional para estipular con los postulzirites de

derechos mineros, ventqas especiales para la Nación en makria de imp~estas (3

por cualquier otro aspedo, en Is que se refiere a conwsiones minctnas.

Adsm6s de las ventajas especiales que est6 dispues:~ a psctar el

interesado, las cuales deben hacerlas cgnstar en la mrrespondieni:e sslicitiad. "or

cansiguiente, el ar$iculo 35 de la Ley de Minas vigente expresa cl~iramenit~! a este

respecto lo siguiente: El Ministerio de Energía y Minas podr6 estig~bilar uent@a$;

sap~eciales para la Repúblicas en los siguientes asg&os: suministro de fetz~ologíri

a favor del pais, abastecimiento interno, provisión de infraestrbidarra, cj3taciori

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social, obligación de entrenamiento, entre otros, como tambiérr pactar mejon?!~

impuestos de explotación.

El artículo 40, literal "b9', de la Ley a la que hacemos referencia, e:q)lica q ~ i c r

el interesado podrh ofrecer ventajas especiales a la RepWblia de Venezuela, Iéas

cuales representan beneficios económicos para la nación.

También encontrarnos impuestos especiales en lo referente a los c anitratc~s

especiales sobre la Explotación de Piedras de Construcción y Ornatoc que ric)

sean preciosas que se encuentre en terrenos baldíos, según los estipulado en el

artíci~lo 8 de la derogada Ley de Minas, que continúa rigiéndose en esta materrci

por mandato expreso del propia Ley de Minas vigente en su agliculo 128, hasta1

tanto los Estados asuman la competencia sobre tales minerales. A este rcrspsto,

el mismo artículo ordena que los contratos otorgados conforme lo est;salece ($1

artículo de la Ley de Minas que se deroga, pagaran los impuestos previstos en

esta Ley, a partir de los seis (6) mses de su entrada en vigencia.

A este respecto, tanto el Estado Zulia (como el Estado Falcón entre otros

Estados) ya legisló sobre la materia. En lo que se refiere a las pic31ras de

construcción y ornato que no sean preciosas, establece los respetlivos irn~uectoc

especiales.

5.4.1.2.2. NATUMLEU JUW/DICA DE LOS IMPBIES"D"i3 MIMEF:OS

Hemos tratado las cuatro clases de impuestos mineros, y se sbsewrii que lisl

finalidad inmediata de su existencia es el valor económico que repi'esentan para e l

Estado; en este sentido, creernos peFfedamenlte legítimo que el Est~alo si?

beneficie de la riqueza que se encuentra en su territorio y en consecuencia,

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1 5

obtener de ella el mejor rendimiento que le sea posible, med ante lai:, cargas

impositivas que se le asignan a quienes gozan de los derechos mineros.

Los impuestos mineros de clase superficial y de ~xplotaci~jn, LE?

representan cargas que tienen que pagar los particulares mncae!;ionaric~s a fawc~r

del Estado, con motivo de la explotación minera, creemos que caristituy~~ri

verdaderos impuestos. Por otra parte, al hablar de los irnputrstos n? neros gf

clasificarlos como lo hemos hecho, no podemos dudar en plaiitearnos que SIC!

tratan de verdaderos impuestos, porque la misma Ley de Minas nos habla ea esí:~:

sentido de Impuestos, en consecuencia no nos detenernos en considaiar si tal

denominación (impuesto) es o no técnicamnte correcto, sino que así lo ~vctablecx?

la nueva Ley de Minas.

Sin embargo, existen dos corrientes de pensamiento cantradict:c~rios: E!TI

primer lugar, aquellos que admiten que la tributación minera es un impi~~rsto cclri

todas las características y consecuencias. Y en segundo lugar, lo!; que ricb

admiten como correcta la denominación de impuesto, y que la riaturalesa de tal

tributación se encuentra en la contríbución contractual que debe el conc&sionario

al Estado, por el hecho del otorgamiento de la concesión.

De ese enhlisis se desprende que estamos conform cov el critczio de la

primera corriente, que admite que la tributación minera es un IMPUES'TO y ETI

consecuencia, no-materia contractual en el sentido de ligar al Poder Púla ico a rio

poder alterarlo, ya que lo en relativo a impuesto, tanto el Estado como el ~articuliw

contratan necesariamente a titulo aleatorio, por que el Estado no garáintiza Isr

existencia o no del mineral, así lo establece el articulo 34 de la nueva Ley cle

Minas. Se da la presunción hasta prueba en contrario, de la existc:ncia dirl mineral

y que Aste es industrial y económicamente explotable; pero con el otorc amienbo

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1 :G!

del titulo, la Republia- no se han- i-sponsable d e la existencia o riio del mineral

De igual forma, Ia Repijblica no responde en todo caso por mneamiento It!gal.

Esta posibilidad la encontramos reflejada en el adículo 12s de la aic.tual Ley

de Minas en donde se estable- que: Las esnmsiormes vigentes otorgadas ccln

anterioridad a la entrada en vigor de esta Ley, quedarán sujetas a s~ is

dispcssieiones en Ios siguientes t6minss: literal "b" , Pagardn los impuestos en eiiIsi

previsto, luego de vencido el termino de un (1) aAo, a wntar dc?sde la feche cie

publicaieión de ~ é p Ley en Gaeeta Oficial de RepUblisa~ Bolivariaria de Ve sezuel;a.

De igual form en el artículo 90 en su ParAgrafo Primero, en dsnde SE?

esbblece que el Ejecutivo Nacional gssdrh también acodar la reduc:ibiii del

Impuesto de ExplotaciQn previsto en el literal "en , al nivel del uno por cierito (10/e8),

por cuanto las mndiciones del mrcado así lo ameriten .

Creemos pedinente, en consecuencia, dejar asentado qiie la N~ituralei:ii

Jvirídim de estas contribuciones constituye un IMPUESTO por mindato ti( 5 le bet/.

La nueva Ley de Minas determina sanciones por la falta de pago de lo!r

impuestos mimroc en la Forma siguiente: Sancidn de Caducidad (a8t. 9l3 nun~eral

5') por la falta de pago durante un (1) ano de cualquiera delos imp~ieato!; o multúas

exigibles conform a wta Ley. En este caso, mientras no se hubiere qdfidead~ 1í3

resoluci6n wrrespondiente, el Ministerio de Energía y Minas puede a peticíbn tle

parte, awptar el pago de los impuestos adeudados y de sus int~!re!ses, y declarar

eAinguidai la musa1 de caducidad.

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l 53

La causal de mducidad también es aplicable en aquellas autoiizacioiies de

explotación que otorgue el Minickrio de Energía y Minas, aspecii'icamntl? en Ic

concerniente a los impuestos a que se refiere el a~íeulo 99 ejusdem, en 30s

mismos t6rminos.

Las disposiciones legales arriba referidas, son las mismas que expresaba el

t"rtíwSo 55 numeral 1 O de la derwada Ley de Minas de 1 .W5, ya que tal norm.E;iv;a

no ainbió en nada su espíritu y propásito de aquel entonces.

Lo novdoso que en este sentido nos trae la nueva Ley de Min<as, es lo

pautado en el argículo 1 12: El concesionarirs que omitiere presentai~~ rspoflur amentlr

las declaraciones de impuestos exigidos por esta Ley, sera sancionado txBn multa

de CINCUENTA (50) UNIDADES TRIBUTARIAS. Igual mnción aé!rA aplicíible a la

ínfraccibn de cualquiera otra de las disposici~nes de esta Ley.

De esto se desprende que ahora existen mjores y mayores con.troles poi.

parte de Ejeeutivs Nacional en lograr que cada uno de los que !,oseen cierechos

mineros, paguen sus impuestos oportunaimnte y eviten saricionec mayorfa!:

estable= la nueva Ley de Minas.

Sin ePaa$argo, contra les resolución que el Ministerio de Eneigia y Mi 7as dice43

declarando la sanción de caducidad, se podraia ejercer los reckirsos a clue saya

lugar conform a la Ley Brganim de P irnientos Administrati wcts.

Sm4.2. 6BLlGAGSONES SCUNDAROAS

Son sbligaciowcas que supgea para ser cumplidas por el mnwe,ilsnario e!ni

ocasibn de la puesta en marcha de la exploración o explotación luego de kabclrle

sido otorgada una mnwsi6n; y son secundarias porque e,s&1'8 cortf?xa8 a la

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actividad de la minería y no generadas diredamnte por la canlzesibn; (4staa se!

clasifican en:

( - De carácter Técnico

Obligaciones Secundarias - De carácter Patronal - De informar

La nueva Ley de Minas es parw en ci~anto a les obligaciones de car&cb!r

secundai.io, que debe cumplir el concesionario. En este sentido existe iin viiicls

legal, sobre todo en el aspecto técnico que ne-sairiamnte hall que recumr ai

Rqlamwto de Ea derogada Ley de Minas.

La antigua Ley era suficientemnte amplia y muy co-ei~~leta scblbre esfe

aspecto, explicando en su ai-liculo 94 las normas cwrespondientes en diez (1 0)

ítem, estableci6ndme en f o rm pormnorimada cada una de las opera[:¡ anes de

explotación, beneficios y transporte de 10s minerales asi almo la prhdica

científieai de minería, aplicable en cada caso en par%icular.

La Ley de Minas vigente regula estas actividades complem~zntarias sobre la

tíase de lo establecido en el artículo 5 O en el cual se pauta quet Iíss actividades

mineras se deben llevar a cabo cientifia y racionaloriente procurando siempre la

óptima recuperacibn O extrawibn del recurso minero; para tal efr?&o loal tfiailares

mineros estáin obligados a:

'1'. Ejecutar todas Ias spraciones a las cuales se re%ier(s esta Ley, con

's~ijecibn a los principios y prádims cientlfic-is aplimble a cada caso.

2'. Tornar t d a s las providencias necesarias para imwdir e l desw!rdicio de

los minerales.

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155

3O. Cumplir todas las disposiciones que les sean aplicables establec idas ei?

las leyes, decretos, resoluciones y ordenanzas, sin perjuicio de Iss tli?rechss

mineros que ostentan.

4O. Proporcionar a los funcionarios del Ministerio de Energía y Wliiai3i S, todas

las facilidades que puedan necesitar para el mejor desempeño de sus funciones.

Como se p u d e notar, la nueva Ley de Minas dedieai en este sentido,

únicamente cuatro (4) ítems, mientras que la Ley que se deroga los desé rirollaba

en diez (10) items mucho más completos y detallados de cada unz de las

adividades mineras a las que deben avocarse los concesionarios

Recurriendo en consecuencia, al Reglamento de la tilerwaciíi Ley dé!

Minas verems c6me se manifiestan esas obligaciones:

5.4.2.1. Obligaciones de Car&ster '86eni-o

Que por su extensión nos limitaremos a esquematizar lo estipulado en el

Título V del citado Reglamento, siempre y cuando no colinden con las norma!;

establecidas en la nueva Ley. (Ver Cuadro 2 y 3).

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CUADRO 2 OBLIGACIONES S DE LOS ESION AJHOS

N O M A S IGAS DE AJO TÍTULO v - CAPITULO P

m G L M E N T O DE LEY DE MmAS

Disposiciones SeeciQin Generales B sirnerai

t a- Sobre aparatos mecánicos en los pozos (Art. 64 RLM) b- Sobre medios de transporte intemo(Art. 65,66 RLM)

Circulación G Sobre información acerca de medidas de seguridad , Seccii n (Art. 67 RLM) : Segunda en las minas d- Sobre permanencia de los mecánicos (Art. 68 RLM) e- Sobre tráfico de personas (Art. 71-73 RLM) f- Sobre galerías (Art. 74 RLM) l

-

Be las Máquinas y cables a- Sobre máquinas para explotación (Art. 75 RLM) Secciá n

19 , b- Sobre revisión de cables (Art. 76 RLM) 'Tercera

Ventilación de las minas

Obras de sostenimiento

a- Sobre galerías subterráneas (Art. 78 RLM) b- Sobre emanaciones grisutuosas (Art. 79 RLM) G Sobre pozos y galerías de acceso (Art. 80 RLM) d- Sobre plano de ventilación (Art. 81-82 RLM) e- Sobre evasión de gases grisutuosos (Art.84 RLWI) f- Sobre Minas de carbón (Art. 85 RLM) g- Sobre accidentes en ventilación (Art. 87 RLWI)

Seccii ln Cuarki

a- Sobre sostenimiento del terreno (Art. 89 RLM) l

b- Sobre aglomeración de puntales (Art. 91 RLM) SecciOri G Sobre sustitución de pilares (Art. 92 RLM) , Quinta d- Sobre cuerpo de vigilancia (Arl. 63 RLM)

1

a- Instrucciones (Art. 94 RLM) I

De 10s b- Uso (Art. 96-97 RLM) S o Cuenta (Art. 90-100 RLM) ; Sxxión

explosivos ' d- Depósito (Art. 101 RLM) I Tercera

1

1 e- Manejo (Art. 98 RLM) I

1 f- Sobre los barrenos (Art. 95 RLM) ,

iluminación a- Sobre iluminación pobre (Art. 114 RLM) b- Sobre uso de lámparas (Art. 11 7 RLM) 1 Sec:c;ión

o Sobre iluminación contínua (Art. 115 WLM) m Tercera d- Sobre lámpara dosificar gastos (Art. 116 RLM) ;

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CUADRO 3 OBLIGACIONES SECUND AS DE LOS CONCESHOB AMOS

NOWWMSOBRE ACCIDENTES UBOWLES

Bisposicisnes Especiales

Obligaciones de carácter Patronal

'a- Accidentales (art. 125 - 11 26)

*Aviso al Inspector (art. 127) e Peritaje (arl. 128) *Caso de accidente (art. 1 M)

b- Para prevenir *Aviso del accidente (art. 129 - 130) accidentes @Trabajos de salvamento (ait. 132)

6 Interferencia en salvarnc?nto (arP. ' 351 - - . - -- - . .-

- - - - . - ..

a- porcentaje de trabajadores venezolanos (art. 2-7 LOf) b- Suministro de vivienda al trabajador (¿irt. 241 LCU') c- Puesto de primeros auxilios, médico y farmacia árt. 242 - 2 U LOT) d- Trabajo de los menores (art. 247 LOT y Ait. 96 al 4 16 LOPNA) e- Pago de indemnizaciones (art. 560 LOT)

Obligación ... ...... . .... . ~. ...... ~ . -. -. .

de i I Art. 37, Decreto Ley de Minas, Año 1.999 Informar .

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En cuanto a estas obligaciones de caráicter patronal, en Iéi nuevsi Ley dc:

[Minas existe un silencio o un vcaelo legal al respecto, por lo que ~sewsalriaimerstt?

tensms que au~liarnos en el Reglamnto de la Ley de Minas derogada, a $1 com>

en las numerosas disposiciones y providencias establecidas en a Ley [Srghnicia

del Trabaja de tal manera de darle protescibn al trab4edor.

El Capítulo I I I Seecibn Primra del RegPamenlo de la d l w ~ a d a Ley de

Minas en sus afiíeulos 125 y 126, establew las normas a seguir en los s sperctas

amidentales en cuento a Iss reglamntos internos que del~en po$eer lasl

empresas, asimismo de c Q m prevenir accidentes, mntemplado en los ; ~ P ~ ~ C U B O S

del 127 al 135 ejusdem, entre algunos de ellos: por indicios de peligro aifiszrr a izi

idas a tomar en caso de accidentes, los trabajos de sahr;imwto ir

las intedereneiac en las labores de salvamento.

AdeMs la Ley OrgBnim del Trabajo fija los siguientes supuestas clice debarss

cumplir quienes se dedican a las actividades mineras:

a- En toda empresa, por lo mnos el noventa por cierrta (90'HI) de 19s

trabajadores deben ser venezolanos (Arl. 27 L.0.T.).

b- Se prohíbe~ de manera absoluta el trabajo, en las emliiesas de

expllotaicisnes y establecimientos industriales, comerciales y noiweros, de niilos

menores de 14 arios; asimismo se prohibe er~~~leiár a 10s mnorea de i U arños e!n

los trabajos de minas, fundición, etc. (APt. 247 y 249 L.O.T.).

e- En las evlotaciones mineras en general, el patrona est6 osligadcj zi

construir mwamentos para proveer de habitación higienieai a los trabrijadsres y

SBJ familia. (A& 241 L.0.f .)

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119

d- Se obliga a sostener un puesto de primros auxilios suficiei i;emente

provisto y mntener Lin MMiw y un Farmcéutiw por cada cuatlrocien8as

trabajadores, o por fracción mayor de doscientos. ( A ~ . 242 L.O.T.)

No obstante que la Ley OrgAnim del Trabajo contevla la pcsibilidae de q u e

los menores trabajen dentro de cierta escala antes de la myoridad que se

a Iss 18 anos, la Ley Orgdnica para la PrstecciGsn del Ni133 y del

Adoleswnte (LOQNA) didamina que estos son slqjetos de derecho!; y de

obligaciones, y en mnwcuenciei, la inter iación que hacía su sepresentanb?

legal pareciera que resultare reducida o bajada en su intensidacl. Es (que 10:s

m-sores son responsables, hoy no se p u d e hablar de menores y la razón es que

los niAos y los adslesmntes tienen [a responsabilidad propia que emeisgsn su:;

actess, tal wmo IQ prevk la Ley a la que hawmos referencia.

Así encontramos que la LQPNA en sus primeros afiiculade~s habla de Bsc;

derechos y deberes del nifio y del adoleswnte, establmi&ndo= que soii slilgoz;

aquérllss que comprenda su edad entre cero "O" a 42 afios, y son adolé!si~vlltes,

entre 12 y 18 años. Tomndo c o m e i e ~ a la premisa anterior, asidniirnos que lael

normas establecidas en la Ley Brgainieai del Trabajo deben ajustarse a bina Ley

especial que es la Ley Orgálnim de Protección del NiAo y del Adolescente.

&Por que se d e b n adecuar?. Por una razón fundamntal: si bien E!:, cierto

que la L.O.T. tiene un cardder especial y se debe apliwr can preferencia a

cualqidier otra ley, wgcn el orden jurídico piramidal que nos indica que (3i;tái por

encima de las ley= normles; no es mnos cierto que la Ley Clrg&niia de

Protección del NiAo y del Adolescente, tambikn es una ley orgijinisai, !f al ser

organica ya estaría wuipada de las mismas jerarquias que la Ley Orgdi~ m del

Trabajo.

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163

Entonces, por ser la Ley de Protección del Niño y del Adolescente una le1/

especial, se aplicará con preferencia a pesar que también la Lcoy Orglaiiica del

Trabajo es una ley especial que regula el trabajo c o m protección de c:arác%er

social. Pero Ia LOPM regula con especialidad t d a s las relac:ioli%es I~iborales

existentes entre el niño y el adolescen%e, y su patrón.

En consecuencia, es de preferente aplicación el articulado conknitlo en le

6ltima Ley niencionada, específicamente lo pautado en su Capitulo 'Tercero,

referente a los derechos a la protección en materia de trabajo, cu!ros artíc los vani

desde el 94 hasta el 11 5, donde se establece la competencia judicial espa1:ial parsi

el caso en que se presente un conflicto de carácter laboral, cualcluiera q i e sea vl

patrón incluyendo a las empresas petroleras o las empresas mineras.

Se da una protección especial, en el sentido de que son los tribiiiiales tic?

protección al niAo los que deben conocer de esos conflictos; bien sea er materia

laboral o bien cuando se trate de las actividades desarrolladzis en nxiteria aje

minas con aigisn nino o adolescente, en virtud de que se le haya celel~rado iin

contrato beneficiario o cualquiera otra figura jurídica desde el p ~ n t o de vista civil,

que pudiera suscitarse en el mundo del derecho minero y ce hidroc:arburc~a;

siempre la competencia le corresponderA al tribunal especial que ha sido creado

con motivo de la vigencia de la Ley Orgánica de Proteccióri del Pliño y clel

Adolescente. De todas formas habría que examinar cada un3 de Iris normas

estatuidas en esta Ley, para poder determinar qué incidencia tiene desclt! el purilo

de vista minero.

También tenemos que alegar la tematica del trabajo rural, ya que Icrs trabalos

en las minas en su mayoría son rurales. En este sentido veamos los que nos dice

el articulo í 12 LOPNA:

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El trabajo rural realizado por adolescentes con anuencia del patrón, 14:s otorga el carácter de trabajadores rurales, inclusive si éste se resiliza junto a su familia, independientemente de la denominación que se le atribuya. 1-(w adolescentes trabajadores rurales tienen derecho a percibir el salínr,io mínimo fijado de conformidad con la Ley y que, en ningúri caso, ;u remuneración sea inferior al que reciba un trabajador mayor de 7 8 años por la misma

Este es el principio de igualdad de trabajo e igualdad de salario. Luego,

cabría preguntarse: gEI trabajo en las minas es propiamente u7 trabalo rural''.

¿Hasta qué punto el hecho de estar ubicada la mina en un medio rural Ii.sria que

ese trabajo fuera rural?.

La inquietud deviene de la posible nominación de la minería amto ti11 trab.js

industrial. Pero nuestro parecer es que se debe acoger como un trabajo n ral pues

se realiza en las ireas fuera de las ciudades. Entonces se crea I é i duda, y

estaríamos .frente a una situación que tendrán que decidir los 'tribunalf?:;

competentes, en este -so, los tribunales de protección del niño y del adolescente,

los cuales imaginamos que se deberán apartar de la jurisprudenc:ia laboritl que ($17

este momento existe, dada la especialidad de esta Ley.

Para mejor comprensión de lo ach planteado se recomienda ver los

articulados de la LOPNA, Capitulo 111, en lo referente a los "Derecaos a la

Protección en materia de Trabajo" que van desde el artículo 94 al 116 nclmsive.

(Ver Apéndice III).

Con respecto a lo establecido en el artículo 241 de la L.Cl.T'. acerva de 'os

campamentos mineros y vivienda, habría que ajustarlo a lo que: establece la I.ey

Orgánica de Protección del Niño y del Adolescente, cuando en la fiimilia del

trabajador minero existan niños. En este caso, habría que aplicar prefeiu!ntementc?

su Título II sobre los Derechos, Garantías y Deberes (BCIPNA), donde se

desdibujaw los derechos y garantías del niño y del adolescente, en consecuenc;ia,

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162

esas familias donde cohabiten niAos, tienen el derecho que en 10:; t;amgamento~~

puedan Bner aceeso al sistema educativo, es decir a planteles arseorlar~.

Be igual krma, tienen derecho a un nivel de vida adecuado segun lo

contempla el aflieulo 30 LOPNA, por tanto el patrbsi de esos, c=mpamnto!;

rninergis debe garant iz8~el~ con el fin de lograr un desarrollo inte!gral, doliiindslo!;

de programs de asistencia en cuanto a: una alimwtaeióa nutri~ira y balanmad;a

en mlidad y cantidad suficiente, vestidos apropiados al clima, que proteja I a saiuc,

vivienda digna, segura e higienisas, con a a los sewicios públiaas esenciaiel.

En reaumn, esos campamentos mineros y sus patronos, deben n?:;petar y

cumplir IQ estatuido en el aludido en t d s el Capítulo II, desde el art. 10 al1 33 de le

LBPNA.

Este deber lo pauta el afiieulo 37 de la vigente Ley de Mirias en donde se!

expesa la obligación que tiene todo m n ~ i o n a r i o que pose derecho!; minsrr~a

de Informar mensualmnte, al Ministerio de Energía y Minas, acerté, de Iass

adividades cumplidas en los períodos rspectivos, sin perjuicio iie cualquier otea

inforrmcidn que le exija el Ministerio en cualquier momnitl~. Los informt?:;

indiados se sujebhn a lo estableeldo en Iss reglamnt~c de est,fta ley.

Notamos que la norma a la que hammss referencia es rnuy escz~etar, sin

debllar qué es lo que debe inbrmr el mnwsionaio dejandole estos i3:specto E ~ I

futuro Reglamenta que se dick para tal fin.

Sin embargo, en este sentido Ia derogada Ley de Minas en su aitículo 94

ordinales 6 O y 7'O expresaba en fama muy precim la informac;ibn q ~ e debía

eonsigna~a:

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163

lo. Presentar al Ministerio de Energía y Minas, dentro de los arimaro::

quince días de mda m c , un info detallado, por triplic~do, 5;c~bre Izas

actividades de la empresa en el mes anterior.

2O. Presenhr a! Ministerio de Energia y Minas, dentro del ims de c!nefo de

=da afio, un Informe General, por triplicado, relativo a las al;tividadés de lai

empresa en el aAo anterior. En tal info se daráln inc$e&?diblenwf!nte lea

siguientes datos:

a- Coiamsiones vigentes que tenga el conmsionaris, con e?wre"idll de los

títulos por los cuales se le hayan otorgado o si las hubiere ad[quirido ce otros

~conwsiónarios.

b- Pro~dirnientss t6cnicos e industriales empleados para la e~raccién

beneficio de los minerale.

c- Obras ejjecutsadac en los campos mineros en el trascur:;s del ziiío, cori

sus correspondientes planas.

d- Cantidad de mineral explotado por concesión en el tran!;cuigo del ano.

can espeeifiea~ciones del &¡lisado y beneficiado por la empresa, del idendida en el

pais y del expMado, asl como tarnibibn el tonelaje y el tenor de las reservas

probadas.

e- Cantidades pagadas por Musa de impuestos en el transc~irso del iiiio.

f Accidentes ocurridos en el transcurss del año, mn todos siis deEBIlt?s.

g- Estado y marcha de los hospitales que, segiin la Ley del Trabaija, esthsi

obligados a mantener, con expresidn del nidmrs de enfemss aterididos cl ~ranle

el ailo, de las snfemdades ocurridas y de todo cuanto pueda ituslrar aa2 .cai de

las condiciones de salubridad de la mgiQn.

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16 1

h- Lista de empleados y obreros, con especifi~ción de los días de! trabaja,

w!arios devengados, edad, mxo, estado y nacionalidad y de lo!; que nic, =pan

leer y escribir.

Con todos estos detalles de información que se exigían en la der~gl i id~ Ley

tale Minas, M s cualquier otro detalle que se le pedia al csnwsionario, el h4inisterio

de Energía y Minas llevaban rnaiyor. y mjores mntroles de ida un,- de la!:

actividades que se desarrollaban en toda canesión minera obrgad-i.

Estams segurw de que deben de tomarse en cuenta 1901- $ui(:'~es le!;

wrrecponda reglamnbr en este sentido, por cuanto la actual Ley de Fdiwas no

desarrolla los principios que orientan al canmsionario a. informr. Be alli Pii

newsidad de tomar mmo referencia lo indicado en el adlculo 94 ordineles 6' y '7'

(de la derogada Ley de Minas, que si csntiene $os principios csspeclfitos que:

desarrolla esa obligación. Dejando siempre as salvo las resoluciorsec, circ;i ijares o

cualquier otro tipo de regulación que venga de pade del Ejecutivo PQaeisnal, habida

~:uenta de las facultades discrecionales esn los cuales @san dotados los orgariots

del Poder Paíblico cuando se trate de bienes del dominio público, cmm e!$ el caso

de las minas.

En pubiimciórs reciente del ddirio Panorama de fecha 23-5-2O000, la 1'' ~amaTi3

'Venezolana de la Industria Minera (Cavimn) expuso su preoc~pacióri porqut?

desde ha= 8 meses entró en vigencia la nueva Ley de Minas sin que %1i3nspi lo!;

momentos se disponga de un Reglamnto que norme las accianlrs de lía misma,

conocida la impohncia de esta industria para la emnomía waclon,al.

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La nueva Ley de Minas estatuye en el art 11 0 que: "'E retarda u orin s i ó ~ eií

la presentación de los INFORMES a que esta obligado el cc~ncesionaria de

conformidad con esta Ley y sus Reglamentos, se sancionarán con rrt ltas di?

veinte (20) unidades tributarias en el caso de retardo, y de sesenla (60) uiiiidade!;

tributarias en sil caso de omisión."

Esto es otro de los aspectos novedoso que nos trae la Nueva Ley de Minas,

en adaptar las sanciones con las nuevas realidades económicas del país y estar

acorde con los indices inflacionarios que operan en el país, aspecto:; esto!;

importantes que no se tomaron en cuenta en la derogada ley de Minas erl donde?

se establecían en estos casos cantidades dinerarias fijas, como por eje wplo lo

pautado en el artículo 95 que imponía multas cincuenta a doscientos t~olívare:;

cuando el concesionario no presentaba en los primeros quince días de cada me:;

el informe detallado, y de cien a quinientos bolívares para los otros cascl:. Esta:;

multas se multiplicaban en caso de reincidencia; como podemos vas- estas

cantidades dinerarias hoy resultan irrisorias.

Por otra parte querernos agregar las sanciones que se e~~tableceri en el

artículo 109, en cuanto a la explotación ilegal de minerales se sancionaián cori

multas de hasta DOSCIENTAS (200) UNIDADES TRIBUTARIAS, según la

gravedad del caso pero si el perjuicio para el Fisco ~exc~diei-E! de!

CUATROCIENTAS (400) UNIDADES TRIBUTARIAS, se sancioriará cciri multa

igual al quíntuplo del perjuicio efectivo o probable. Esta es una clisposici~jn muy

novedosa que se consagra en la Nueva Ley de Minas que va poner 1ii1 a las

explotaciones minera ilegales aún cuando se encuentra abolido el :;istemci

e-tractivo del Libre aprovechamiento que han abusado mucho de ellos extrianjeros

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nacionalizados que explotan mediante el derogado procedimiento, asimismo que

por mucho tiempo han llenado centimetrajes en la prensa nac:ional, con los

llamados "garimpeiros" o en otra palabra buscadores de oro. Para esto!; caso Iia

nueva Ley prevee además en el artículo 11 3 lo siguiente: Los bil3nies m~ebles s

inmuebles, maquinarias, equipos, instrumentos y demás objeto que se errplearei-i

en forma directa para la explotación, almacenamiento, tenencia, tic!neficic~,

transporte, circulación y comercio de las sustancias minerales en contrauvanción 31

las disposiciones de esta Ley y sus reglamentos, serán decomisado; al igual que

dichas sustancias y sus productos derivados; sin perjuicio de la aplicacic~n de la

multa prevista en el artículo 109 al que hacemos referencia.

Las sanciones anteriores se aplicaran sin perjuicio de las acciones civiles,

penales, fiscales o administrativas que la infracción origine, (%e las rnedidac

policiales que deben tomarse para impedir la infracción o para restiti~ir la situación

legal infringida y de las sanciones establecidas en otras leyes de la república,

como podemos ver estos es una novedad ya que en este sentido en la derogada

Ley de Minas existía un vacío legal. Todas las sanciones serán impuc?stas pcr

resolución del Ministerio de Energía y Minas así lo prevee el artícxilo 1' 5 de la

nueva Ley de Minas.

Del resultado del análisis de las obligaciones, remitimo:s al lei::or a lo

establecido en la letra (d) del punto 5.3.1 ., donde se trató sobre la Adaptz~c:ión que

se debe considerar de acuerdo con la nueva Ley de Minas, como una obligación

del concesionario de adaptar la concesión otorgada bajo el régimen dé? una ley

anterior y acogerse a lo pautado en las disposiciones de la vigerite Ley de R4inais

en su artículo "127.

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%.6 EXTINCI~N BE M S CONCESIONES

La extinci6n de los derechos mineros es una mnsecuencia I@icri de !a

t~mporailidad de las wncesiones, una vez vencido el termino poi- el cual fueron

otorgados. Sin embargo, esta no es Ia única foma de eaincíón de Iss d e *aiRos

mineros, se pude renunciar a ellos o también por un acta v io l~nf i~ por plairte del

Estada en la aplicaciQn de sanciones por mducidad dado el incurnp:8imíentc~ de las

obligaciones contraídas por el concesionario. Y por último, poi- cva~uiséiles de

nulidad, por ser contraria a las nomativas vigentes. Verems a c:ontiriiiaei6n

cada uno de los os de e>ptingui-se las concesiones.

5.5.1. POR BP!MC~~N DEL TERMINO

En el afiiculo 97 de la nueva Ley de Minas se establese que: "Los dé?rechos

mineros se exltinguen por el vencimiento del tkmino por el cual fuei-on otoi-giadsa,

sin necesidad de pronunciamiento alguno"85. Quiere decir que no .tiay nec~!sided

de une dwlamtoria especial del Ejecutivo Nacional a traw&s del Ministesi-is de

Energía y Minas. A este respecb el articulo 101 ejusdem, nos indica cue la

extinción de los derechas mineros no libera al titular de las obligaciones aii:;adss

para el momnts de la eHiaicibn.

55." POR REMUNCa

Se csnsidera esto como un acto de voluntad por p a ~ e del coriesioiiario,

para poner fin a la eonwsión minera. No ~ l v i d e m s que la exglatiación ariimerz,

como factor prdudivo industrial que es, esta sometida a las condicic~nes exiigidas

por la eeonomis, @S decir, a producir beneficios emnómicos; en tal sntitli~, no

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1 63

puede el Estado constreñir al conmsionario a realizar una explotacihii que kt

groduza pérdidas; estas son las razones por las que el legislador [ e da :ei

potestad al conwsionairio de renunciar a la csncesión en ciaalquier tiempo,

mnsiderando el conesionario Ja situacidn econdrnica de Bai emprcrsa.

La renuncia es pues un derecho del concesionario; más el ejsjtsrciciia de este

derecho no pude ser mtivo de perjuicio para el Estads. El articulo Ig lO d e l a

nueva Ley de Minas estatuye ese derecho al evresar: que los de!r~ichsc mineros

se ednguan por renuncia que haga el @tular mnwsionario, nediantts eseritt,

autbntico, c~wsignado ante el Ministerio de E n e ~ i a y Minas. Una vez recibido el

mncisnado esenlo de renuncia, se karh constar en resolución que! se paiblicarti

en la Gaseta Oficial de la Repúblim Bolivariana de Venezuela. Be igual f(~i-rna, eri

el pardgrafo único del adiculo al que hammss referencia, se e!;tableet$ que ei

titular de varias eoneesisnes pude renunciar a algunas de ellas y t:onsesvar 3aa

Por otra p a ~ e , la renuncia se mnsidera pefieceionada, desde el día 3n que

hubiera sido presentada la paiaicipación correspondiente, y sus @Pedo principal es

el de disolver para el futuro el vínculo contradual, siendo exigiblt? por pefie del

Estado, las obligaciones wndientecrs w ú n lo expresado en el air%íciilo 101

ejusdem.

5.6-3. POR CADUClDAD

Esta f o rm de esctinción de las conecrciones, se manifiestii por LIPI ado

vialenlo por paifle del Esido que es la eonsemncia juridica del 117curnplir~iento

de una oblicgacidn por parte del conmsionano. Para estos casos el EIstado g?:it& en

s u pedecto derecho de disolver el vinculo wntractual., sancionando :(sí 18

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263

conducta irresponsable del conwsíonznrio al incumplir los mandatos t?::preso:;

establecidss en la Ley.

Se dida en estos casos, la declaratoria de mduicidacl de f~clos lofl

derechos mnmdidos, de slli que esta constituye un a r m poderosa que os^ el

Estado e fin de garantizar el cumplimiento de todas y cada unaas de !as

olbligaeiones del mnmsionaiio. Estas musales las vems reflejada en el iidículo

98 de la nideva Ley de Minas, a mber:

-lo. Cuando no se efedúe la exploración dentro del lapso prevista en el

arlículo 49 de esta Ley, (3 aAss para comenzar la exploraeiári).

zO. Cuando no presente !os planos dentro del lapso estÉiblecido en a1

aPlículo 50 o durante la prórroga que se kubiere otorgado conforme a esta I,t?y.

3'. Cuando no se inicie la ewlotación dentro del lapso previstt~ 884 i3 tículo

6-l de esta Ley (7 años).

4O. Por la paralización de Ia explotación dentro del l%ir,so rnsi)Ior al

eshbleddo en el adiculo 61 d e esta Ley ( hasta 1 año).

5.- Por la falta de pago durante un (1) aiio de cualesquiera de 10s impustos

o multas exigibles conforme a esta Ley. Aunque, mientras no se hubiere dicr1:éidio la

resolución correspondiente, el Ministerio de Energía y Minas puede, a peticicin de

pade, awptar el pago de los impuestos adeudados y de sus interesiw, y dec:larar

eainguida la musa1 de caducidad.

6'. Cuando no se entregue el estudio de factibilidad t@cnico financic?ro y

ambiental en el lapso previsto, mnform a las norms aplimblea.

7 O . El incumplimiento de cualesquiera de las ventajas especiales ofr~!c:idaa

por el solicitante a la Repijiblis-.

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170

8 O . Incurrir en mais de tres (3) ocasiones, en un periodo de seis (131 meses,

en infracciones legales que hayan originado la aplicación de las s:iwcione~;

pecuniarias máximas establecidas en esta Ley.

SI0. Cualquier otra causal expresamente prevista en (31 título aiesercl

respectivo.

Tambibn en el artículo 99 de la misma Ley se contemplan las ca~i:ialec de

~daiicidad en las autorizaciones para la explotación de minerales:

lo. La paralización de la explotación por más de un (1) ano airi causa

justificada.

2 O . La falta de pago durante un (1) año de cualesquiera de los inil~uesto:;

que le sean aplicables o multas exigibles conforme a esta Ley. En este caso,

mientras no se hubiere dictado la resolución correspondiente, tt l Miwistsrio de!

Energía y Minas, puede a petición de par-te, awptar el pago de* Iss imi~~siesto~~

adeudados y de sus intereses, y declarar eHinguida la causal de c¿iducidaa.

3'. incurrir en mas de tres (3) ocasiones, en un período de :seis (6) ineses,

en infracciones legales que hayan originado la aplicación de las sanciones

pecuniarias mdximas establecidas en esta Ley.

4'. Cuaiquier otra causal expresamente prevista en la aiatorizaac~i6n de

explotación respectiva.

Además, la nueva Ley realiz6 cambios sustanciales en mat~iiiai de

caducidad, estableciendo más y mejores controles por parte de Estado hacia

aquellos concesionarios que el Ejecutivo les haya otorgado derechas rniiatwos y

que, por ser bienes de orden público, deben ser puestos en explotacióii en el

tiempo previsto por la Ley.

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Con la antigua Ley de Minas, que nos sirvió durante más de cinco ~d$cacias,

y por no existir normas adaptadas a las nuevas realidades de las actividades

mineras, se daban hechos notorios de abandono, utilizando siibterfugii~s parla

burlar la responsabilidad asumida frente al Estado y frente a una colectiviclad que

iba en detrimento por la paralización de tales actividades. Y s~~mdíai q l e paria

estas irregulares solamente se establecían tres (3) causales de cadilcidad (art. 55

y 56 ejusdem). Como notamos, había ausencia de normativas que reg~iilaran .!

obligaran al concesionario a cumplir con cada una de las obligaciones corilraidas

Esa sitiiiación fue subsanada en la nueva Ley de Minas, recogiendo eii

nueve ítems, y en forma más precisa, las causales de caducidad pare concxsios.ie!;

por una parte; y por la otra parte, la referida a las autorizaciones de explotación,

estableciéndose para estos casos cuatro (4) causales de caducidad.

El artículo 106 DLM declara:

Los reglamentos de esta Ley establecerán las formalidades cona?mientea a la recepción de los bienes a que se refiere el artículo 102; I;is correspondientes a las operaciones de cierre de la mina, una vez extinguiclo el derecho minero respectivo; y las relativas al cumplimierito de 121s obligaciones que los titulares de derechos mineros tienen en r4azón de la intewención de las áreas otorgadas para el ejercicio de las activiclzid mine~a.~"

A este respecto, aún estamos en espera de que el Ejecutivo Nacional dicte el

respectivo reglamento a fin de llenar en vacío legal existente sobie la mzileria eri

cuestión.

De los Juicios sobre la validez o nulidad de los títulos mineros, conc~cerii el

Tribuiial Supremo de Justicia según lo establecido en el artículo 107 de la Nueva

Ley de Minas.

Por último, el artículo 108 DLM, nos indica que la extincióri de deix!chos y

las caducidades se declararán por resolución del Ministerio de Energía y hA nas, la

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1:'i

cual deber% ser publicada en la Gamta Oficial de la Repúblicrxi Bcalivciiiaina de

Venezuela. Contra esa resolución se pondrhn los recursos a qrm R Z I ) ~ ~ lugar

conforme a la Ley OrgAnica de Procedimientos Administrativos.

En -so de que los recursos sean ejercidos en e% l s p ~ o legal y se c @elaren

con lugar restifuiyendo los derechos exlinguidos o =ducados, la resolución que

contenga la desisidrn, hmbien deberá ser publimda en las Gaic~jta mcicil de lía

Repúblim Bslivariana de Venezuela.

Cremos conveniente hamr referencia a otras figuras establecidlas ei71 la

Ley de Minas entre les cuales benems las expresadas en el artíc~ila 96 er donde?

se nos di%: que todo acto realizado en contravención de los artíebilos 20,;'1, y 22

de la Nueva Ley de Minas; son nulos de pleno derecho. Y en el ca:ro de traspasos

a un Estado Mranjero se producir6 la nulidad. Para mayor informiacióri a este

respecta, remito el lector al Titulo IV de este t e ~ o , donde se áil6::asr~Ila

ampiiamente esta situación.

Por otra pade, enmeitramos la extinción de los contratos mle$raid~$~ por el

Ejecutivo Nacional para la explotación de piedras no preciosas, reglarnerit 3da en

estas m w s por el adículo 8 de la derogada Ley de Minas, el cual pernBnw

vigente por mandato expreso del adículo 128 DLM, hasta tanlo los I,stadoa

asuman la competencia que sobre &las minerales les otorga la Ley Orgáirlica de

Descen&alieacOBn, Delimitaeibn y Transferencia de Competenc:iai del Psaer

Prdblim.

Con exwpción de los Estados que ya han legislado sobre la materia,

como Zulia y Faldn, para todm los demais asos $3 ex%inción de las mnas;isnes

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ea por aducida$ de los contratos de piedras no preciosas, eagri~;i6ndoscs das (2)

ai imles de caducidad para extinguir estos coFsfratos: a- Transcurrido el lirpso dr3

dos (2) años, sin haberse iniciado los trabajos de explotaci6n, so ~ 3 n a de

mdueidad del contrato, qudando siempre a s l v o el caso fortimito y la f~ha9r~ii

mayor debidamenk mmprobado. b- La falta de pago de los impuestos, pos cuatro

frimstres consecutivos, prduciendose en consecuencia la md~cidad de pleno

derecho.

En cuanto a lo referente a la cesión de un derecho minero, altgún Icb

expresado en sl ar%lculo 104 ejusdem, conlleva la de todos los bienlas indicb~dos eri

el articulo 102 del DLM. Pasa tambikn m n los derechos mdidos, sin scbliri:i6a de

continuidad, las obligaciones asumidas por el cedente de csnhrinidad c:on esta

Ley, por el lapso que reste de la duraci6n del derecho minero de c)ue se Ir?&e. En

c-so de incumplimiento o infracción por parle del poseedor de derechos rniiieros a

las disposiciones establecidas en la nueva Ley sobre todo en el caso cl de nos

seupa, el Ministerio de Energía y Minas pdra ordenar ademds, la suspensidn

temporal o dehniva de todos y cada uno de los trabajos que :;e realicen, de

acuerdo a la gravedad del incumplimiento de algunas de Iaia sbligaciswes

contraídas.

n o d s estas mnmsiones e~inguidas a las que hemos vesnido hasiendo

referencia coma por ejemplo: expiración d e témino (eaing uidsi), rew ir iciada,

ceiducadas o aquellas que sean anidladais por sentencia del Triburial Supfrrior de

Justicia, serdn consideradas nonas libres y el Ejecutivo Nadanal pldr8 otcjigadas

total 8 pa~ ia lmnte kniendo s no en cuenta los linderos de las concczsisnes

gtimitivaa. (Ver normas para su otorgamiento en el punto 5.2).