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Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA F
R.7933/2015 -Sala“F”-Expte.:”A., J. A. y ot. c/ P. M. S.A.
s/ ejecución hipotecaria” (J.93)
Buenos Aires, de octubre de 2015
Y VISTOS: CONSIDERANDO:
Estos autos para resolver el recurso de apelación
interpuesto por la parte demandada contra el pronunciamiento de fs.
84/88, en el cual el Sr. Juez “a quo” rechazó las excepciones
interpuestas y el planteo de inconstitucionalidad de las
comunicaciones “A” 5318 “A” 5330 “A” 5339 del Banco Central de
la República Argentina RG 3210/2011 y, en consecuencia, mandó a
llevar adelante la ejecución hasta hacerse íntegro pago al acreedor del
capital adeudado. Presenta el memorial a fs. 95/99, cuyo traslado fue
contestado a fs. 101/106. El señor Fiscal de Cámara dictaminó a
fs.110/112.
De acuerdo con lo normado por el artículo 265 del
Código Procesal, la expresión de agravios debe contener una “crítica
concreta y razonada de las partes del fallo que el apelante considere
equivocadas”.
Lo concreto se refiere a decir cuál es el agravio, en tanto
que lo razonado se dirige a la exposición de porqué se configura el
agravio. Esto último consiste en precisar, punto por punto, los
pretendidos errores, omisiones y demás deficiencias que se atribuyen
al fallo, especificando con exactitud los fundamentos de esas
objeciones. Es decir, deben refutarse las conclusiones de hecho y de
derecho que vertebran la decisión del a-quo, a través de la exposición
de las circunstancias jurídicas por las cuales se tacha de erróneo el
pronunciamiento (conf.: Morello-Sosa-Berizonce, “Códigos
Procesales…”, t. III, pág. 351 y sus citas).
No puede considerarse agravio, en los términos exigidos
por la norma citada, el mero desacuerdo con lo resuelto por no haber
seguido el juez el desarrollo argumental oportunamente planteado por
el recurrente en la anterior instancia.
Y eso es precisamente lo que sucede en la especie. La
parte apelante sólo expone su disconformidad con la resolución
recurrida y reitera los mismos argumentos que fueron motivo del
planteo defensivo originario, sin rebatir punto por punto los
eventuales errores del juzgador.
Pero aun soslayando el incumplimiento de la aludida
carga procesal, ha de señalarse que el rechazo de la revocatoria se
encuentra plenamente justificado. En efecto, el recurrente no discute
ni rebate que el deudor efectuó dos pagos en moneda extranjera con
posterioridad a las restricciones bancarias y la alternativa u opción
establecida en la cláusula sexta del mutuo hipotecario no dejan
margen de dudas de que pudo haber cumplido con la obligación
asumida y así no lo hizo.
Por otra parte, se desprende que en la cláusula primera
del mutuo hipotecario se dio en préstamo a la ejecutada la cantidad de
U$S 750.000 que debía devolverse de acuerdo a lo estipulado en la
cláusula quinta. Además, establecieron que los pagos debían
efectuarse en dicha moneda o bien de conformidad con la modalidad o
alternativa acordada en la cláusula sexta del mutuo.
De tal forma, el crédito se encuentra individualizado,
contiene una cantidad líquida y exigible de dinero, sin que se advierta
que el título posea vicios extrínsecos. De esta manera se cumple el
requisito de la especialidad y, en consecuencia, el título es
formalmente inobjetable.
Por otro lado, cabe señalar que la novación no se
presume, debiendo esa defensa estar debidamente documentada. En la
especie, como bien lo señala el magistrado de grado, lo estipulado en
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la cláusula sexta del contrato es una alternativa para el supuesto de
que no pueda adquirirse la moneda pactada – dólares estadounidenses
– que no deja de ser un ejercicio de la facultad que goza el acreedor, y
sin que implique una novación, transformación o nacimiento de una
nueva obligación.
En este orden de ideas, tampoco resulta procedente la
insistencia en que se habría configurado un supuesto de imprevisión,
puesto que las partes convinieron que si como en el caso se produciría
alguna imposibilidad de efectuar el pago en dólares estadounidenses,
la deudora debía entregar los importes adeudados mediante la entrega
a la parte acreedora de la cantidad de pesos que fuese necesaria para
adquirir en la Bolsa de Buenos Aires o en el Mercado Abierto
Electrónico S.A. una cantidad de bonos externos de la República
Argentina, de cualquier serie y valor o ante la falta, insuficiencia, o
ausencia de Bónex, cualquier otro título público pagadero en dólares
estadounidenses y demás alternativas acordadas en la cláusula sexta
del mutuo hipotecario.
Asimismo cabe reseñar que las normas legales relativas a
los contratos son supletorias de la voluntad de las partes a menos que
de su modo de expresión, de su contenido o su contexto resulte de
carácter indisponible (art. 962). El art. 7 del Código Civil y Comercial
dispuso que cuando la norma es supletoria no se aplica a los contratos
en curso de ejecución, debiéndose aplicar por tanto la normativa
supletoria vigente al momento de la celebración del contrato (Conf.
Tobías, José W. en “Código Civil y Comercial Comentado. Tratado
Exegético.” dirigido por Alterini, Jorge H. pag. 48/49).
El art. 765 del Código Civil y Comercial no resulta ser de
orden público, y por no resultar una norma imperativa no habría
inconvenientes en que las partes en uso de la autonomía de la
voluntad (arts. 958 y 962 del código citado) pacten -como dice el art.
766 del mismo ordenamiento-, que el deudor debe entregar la cantidad
correspondiente en la especie designada (Ossola, Federico Alejandro
en Lorenzetti, Ricardo Luis, “Código Civil y Comercial de la Nación
Comentado”, T. V, pág. 126, Rubinzal-Culzoni Editores Santa Fe
2015).
En estos términos al no ser imperativa la norma, debe
regirse por lo pactado por los contratantes de conformidad al principio
de la voluntad de las partes tal como fuera estipulado en la cláusula
sexta del mutuo hipotecario precedentemente transcripta (CNCiv. Sala
F, agosto 24 2015 “J. F., R. y otros c/L. E. S.A. y otros s/Ejecución
hipotecaria “ Expte.N° 15503/2014).
Por otra parte, no debe perderse de vista que el deudor no
ofreció cumplir con lo dispuesto por la cláusula sexta ni depositó lo
que consideró pertinente.
Como se ve, las partes han previsto expresamente que
frente a la imposibilidad en la adquisición de dólares el deudor podría
liberarse de la obligación mediante otras alternativas, lo cual justifica
el rechazo de las señaladas defensas tal como acertadamente lo
decidiera el anterior magistrado.
Por último, y en relación al rechazo de la
inconstitucionalidad deducida, aun cuando reitera los mismos
argumentos esgrimidos en el escrito de contestación de fs.64/70, ha de
señalarse que la descalificación constitucional de una norma se
caracteriza como un acto de suma gravedad y ultima ratio del orden
jurídico (conf.: C.S.J.N., Fallos, 302:457, entre muchos otros).
En el caso, tal como lo señala el señor juez de primera
instancia y el Fiscal en su dictamen, las alternativas de pago ya
reseñadas impiden que se configure el requisito de agravio concreto
exigido para la procedencia del planteo de inconstitucionalidad de las
normativas referidas por el apelante.
Por estas razones y por las restantes esgrimidas por el
señor Fiscal de Cámara a las que cabe remitirse en honor a la
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brevedad, es que se impone el rechazo de la inconstitucionalidad
deducida por la apelante y, en consecuencia, habrá de confirmarse este
aspecto del pronunciamiento apelado.
Por lo demás, y en relación a la alegada imposibilidad de
obtener moneda extranjera en virtud de las disposiciones dictadas por
el poder público, cabe señalar, como ya lo ha sostenido esta Sala en
similares precedentes, que existen otras operaciones de tipo
cambiarias y bursátiles que habilitan a los particulares, a través de la
adquisición de determinados bonos, que canjeados posibilitan la
adquisición de los dólares necesarios para cancelar la obligación
asumida (Conf. Sala “F”, marzo 11/2015, “B. S., S. y otros c/L., R.D.
s/ejecución hipotecaria” expte. N° 99.228/2013; id. noviembre
10/2014, “D., C.A. y otro c/P., P.A.” expte. N° 91.384/2008; en el
mismo sentido CNCiv, Sala “J”, agosto 15/2013, “S. W. S.A. c/F., M.
y otro s/ejecución hipotecaria”, expte.N° 112.176/2008), como se
expresó precedentemente.
En relación al pedido de sanciones formulado por el
ejecutante a fs.101/106, el tribunal juzga que en el caso no se
configuran los recaudos de procedencia del instituto en cuestión,
puesto que aun cuando podrían existir otras causas de similares
características y en las que el ejecutado sería la misma persona – tal
como expresa la actora en su memorial– lo cierto es que las
excepciones esgrimidas en cada proceso en particular hacen al
ejercicio del derecho de defensa en juicio amparado por la
Constitución Nacional.
La aplicación de sanciones, o multas, es una cuestión
exclusivamente facultativa para el órgano jurisdiccional, pues estará
dada por la apreciación que en la oportunidad procesal
correspondiente, los jueces hagan de la actuación de las partes
(CNCiv. Sala "G", R. 24.259 del 9-9-86; R. 30.380 del 29-5-87).
Por lo expuesto, habrá de desestimarse el pedido de
sanciones.
Por todo lo expresado, SE RESUELVE: Confirmar el
pronunciamiento de fs. 84/88, con costas de Alzada a cargo del
apelante (arts. 68 y 69 del Cód. Proc.). Regístrese, notifíquese y,
oportunamente, devuélvase.
17 Eduardo A. Zannoni
18 Fernando Posse Saguier
16 José Luis Galmarini