FALSOS MITOS

Las grasas animales son malas

y las vegetales buenas.

FALSO. No hay grasas buenas o malas, lo importante es la

calidad y la cantidad en la que las tomemos, ya sean de origen

vegetal o animal.

FALSOS MITOS I

No todas las grasas animales/vegetales son

iguales, para saber la calidad de estas, es

importante conocer su composición y en base

a ello priorizar el consumo de una u otra.

Aunque las grasas animales suelen contener más AGS que las

vegetales, no siempre es así…

De la misma manera, las de origen vegetal suelen contener

más AGI que las grasas animales. No obstante, existen grasas

vegetales con alto contenido en AGS.

FALSOS MITOS I

Ex: Pescado azul (rico en AGP)

Ex: Manteca de cacao/palma (rica en AGS)

Las personas que tienen el colesterol alto

NO pueden tomar huevos.

FALSO. Para disminuir el colesterol en sangre no es tan importante

restringir alimentos ricos en colesterol, como el huevo, si no que

el aporte de grasas totales y la calidad de estas sean adecuadas.

A pesar de que el huevo es un alimento con un alto contenido en colesterol…

…contiene otros componentes que lo hacen saludable:

Predominan los AGI sobre los AGS.

Alto contenido en proteínas de alto

valor biológico, vitaminas, minerales, etc.

FALSOS MITOS II

FALSOS MITOS III

Los alimentos “Light” adelgazan.

FALSO. No hay alimentos que adelgacen o engorden, es la suma de

todos los alimentos consumidos al cabo del día lo que implica un

mayor o menor aporte energético.

El término ligth se aplica cuando el contenido calórico de un alimento

es inferior al 30% respecto el producto original. Por tanto, aunque

sea menos calórico, no quiere decir que tenga pocas calorías

ni que éste ayude a bajar peso.

Adelgazar o engordar dependerá de si el aporte energético

es inferior o superior a las necesidades energéticas.

FALSOS MITOS IV

Las margarinas son perjudiciales para la

salud por su alto contenido en AG trans

FALSO. Actualmente la mayoría de margarinas de mesa españolas

contienen <1% AG trans en su composición, lo que supone un bajo

porcentaje respecto al aporte al total de la energía.

Esto es posible gracias al desarrollo

de técnicas alternativas a la

hidrogenación parcial.