Fantasmas Del Nacionalismo Romántico en La Folklorística

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    FANTASMAS DEL NACIONALISMO ROMANTICO EN LA FOLKLORISTICA

    ROGER D. ABRAHAMS

    Journal of American Folklora 1993:106 (419) pg.3-37.

    A finales del siglo 18 e inicios del 19, bajo el influjo del Nacionalismo Romntico, el

    folklore emergi. Tanto la comprensin pblica del folklore como los modos en que esestudiado por los folkloristas continan siendo afectados por la naturaleza de su

    emergencia. La identificacin de! folklore con el tenritorio, y con su paisaje fundado

    simblicamente , emergi en la tempran^=Europa moderna como argumento para el

    desarrollo del reino por derecho divino. En tanto campo inventado por los anticuarios, el

    emplazamiento social de estos virtuosos es investigado y las polticas culturales de la

    temprana Europa Moderna es resucitado para sostener movimientos nacionalistas y

    vinculado al presente a travs del espectro de guerras de formacin nacional. El

    argumento focaliza en cmo e! pensamiento de los folkloristas ha alentado movimientos

    nacionalistas, y en cmo los folkloristas podran comenzar a., pensar acerca de una

    nueva poltica de la cultura, basada en perspectivas pluralistas en vez de nacionalistas.

    El estudio del Folklore fue fomiulado por estudiosos anticuarios, quienes, en su

    ma

    yor parte provenan de la case media baja. Estos hombres de conocimiento vieron en el

    estudio de las antigedades ia posibilidad de obtener progresos polticos y sociales por

    medio de la identificacin de los escasos remanentes de culturas del pasado, y

    llamando la atencin acerca de su extrao status como remanente dislocado que

    llevaba consigo un cierto misterio y poder. Los modos en que el pasado se manifiesta en

    el presente proveyeron a estos virtuosos con su materia, de algn modo, ellos asimismo

    creyeron como inherentes a estos remanentes, el genio del campo y su pasado.

    En el estudio de estos remanentes de prcticas antiguas, ios anticuarios

    reconocieron la probabilidad de agregar a conocimiento humano an mientras ellos

    recibieron esta novedad de sus antecesores, miembros de la aristocracia quienes

    estaban buscando maneras condescendientes. Estos anticuarios reunan poetas,

    pintores, dramaturgos, y otros artfices que aguardaban por el apoyo del rey o la corte.

    Ellos estuvieron involucrados , en otras palabras, en el negocio dei despliegue pblico en

    el momento histrico en que la nocin de pblico como la conocemos en actualidad

    estaba comenzando {Habermas, 1989).

    El concepto de folk fue no solo la invencin de estos anticuarios. Mas bien, ellos

    tomaron susmotivaciones de la concepcin acerca de los campesinos de los

    aristcratas, que ellos desplegaron en los entretenimientos cortesanos, en mascaradas y

    en otras ciases de obras teatrales, y en competencias deportivas de ndole rural, como

    tambin en las pintura y poesia de moda a travs de Europa desde finales del siglo 16

    hasta el siglo 17, Este fue un perodo en el que la aristocracia, no la poblacin agrcola,

    estaba buscando establecer la idea de nacionalidad mediante la sacrazacin de la

    tierra como territorio nacional.

    Que una lucha de clases estaba involucrada se toma evidente cuando nos

    anoticiamos que el patrn de vida de la burguesa rural circundante y la casa solariega

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    fue desarrollado durante este perodo de la Europa Moderna temprana. Estos

    asentamientos rurales crecieron dentro de una poltica oficial que sac a la tierra de la

    produccin agrcola activa y la tom en parques, pasturas, y nuevos bosques, as se

    dislocaba a mucha de la poblacin campesina del paisaje rural. Hay manifiestas ironas

    involucradas en este proceso de sentimentaiizacin de un modo de vida que slo

    despus que, aquellos quienes una vez la practicaban haban sido expulsados de la

    tierra.

    Mas tarde, bajo los regmenes de la burguesa, la casa solariega y la retirada rural

    mantuvieron su validez en la imaginacin de los nuevos comerciantes ricos, como lo

    hiceron algunas de las manifestaciones de las conductas y prcticas de los campesinos.

    Ahora, sin embargo, los campesino fueron renombrados folk y se les dio un lugar

    diferente en ia economa simblica mediante la cual El estado se constitua. Bajo los

    regmenes aristocrticos, los campesinos fueron nostlgicamente representados como

    gentiles-durosdehabla- pastores o robustos labradores, y sus hablas y canciones fueron

    consideradas corporizaciones de sabidura nativa. Bajo el dominio de la burguesa

    ellos fueron considerados corporizaciones de prcticas y sentimientos populares,

    proveedores de sentido comn , e incluso portadores del carcter local y nacional.

    El status de estos trabajadores de la agricultura dejados en el campo fue

    determinado por sus percibidas diferencias de la gente cosmopolita. Ambospueblo(folk) y

    saber (lore) se tomaron tiles para aquellos quienes vieron aumentar el valor cultural

    de la tien-a (Weiner 1985).A1 mantener ia marginalidad de los campesinos, los

    Romnticos no slo aumentaron la consideracin del folk como gente anticuada

    viviendo en un modo de organizacin social temprano sino que ellos tambin incluyeron

    bajo ia misma denominacin genera! otros grupos de desheredados forneos. Como el

    romanticismo particip en la sentimentaiizacin de folk. estos forneos carentes de

    poder (el poeta celta, el bailarn o cantor gitano, y en Amrica el viejo esclavo separado

    de su familia) fueron empleados como personajes sustitutos para el poeta antiautoritario.

    As como la idea que el folk era gente campesina simple y conservadora fue

    transformada para incluir gente sin poder en el moderno estado-nacin, tales como

    vagabundos, trabajadores itinerantes, incluso disidentes polticos es una historia todava

    a ser contada (1) .De ningn modo quiero denigrar nuestra materia sino relativizaria. Emplazndola

    en su contexto histrico podemos ser capaces de reconocer mas completamente que

    hemos sido involucrados por un muy largo tiempo en una poltica de la cultura. Esta

    poltica ha descansado en la necesidad de afirmar que hay algo natural acerca de la

    comunidad humana y sus ataduras a cuerpos particulares de la tierra. Fuera de esta

    perspectiva agraria esencialista, un patriotismo basado en la tierra emergi durante elsiglo 19 que ahora h? sido resucitado tanto como nuevas naciones intentan introducirse

    en las conchas de las viejas polticas. Estas entidades polticas no son en modo alguno

    naturales, no hay relacin orgnica entre la tien-a y aquellos quienes hablan un lenguaje

    comn y transportan un cuerpo de tradicin comn.

    Esto no es impugnar las aspiraciones nacionales de las poblaciones que

    histricamente se han asociado con ciertas reas geogrficas y que han experimentadola supervicin y el control de los buscadores de imperios. Poblaciones desplazadas con

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    frecuencia se conciben a si mismas como viviendo en el exilio, y ellos artificiosamente

    despliegan sus tradiciones como un medio de mantener su sentido de autorespeto y

    valor. Los folkloristas han hecho su mejor trabajo en la identificacin de tales grupos

    ayudndolos en el logro de algn sentido de equidad cultural mediante la identificacin

    de los estilos e intrpretes que representan aquella cultura, y trasmitiendo estos valiosos

    hallazgos a una audiencia siempre en aumento por sus mensajes estilizados. El ro de

    los expertos en la representacin cultural, sin embargo, se complica y es potencialmente

    patrocinado; nosotros debemos constantemente estar en guardia frente a actos de

    condescendencia en los que se incurra en forma inconsciente.

    Pero hay otro riesgo involucrado y an ms profundo si nosotros nos tornamos

    en abogados de la cultura. Una vez que la redistribucin de poder se ha impuesto, como

    ha pasado en la mayor parte del Oeste en la actualidad, los argumentos para la

    identidad nacional pueden fcilmente ser pervertidos por aquellos que buscan revertir

    las desigualdades histricas a travs del uso de la fuerza. Los intentos de revertir las

    dislocaciones histricas pueden a condudr a luchas por la autorealizacin que resucita

    argumentos desarrollados durante el perodo formativo temprano de los estados nacin.

    En estas luchas , nosotros atestiguamos la revitalizacin de la nocin de patria que

    mantiene una confrontacin viis a vis con los regmenes conquistadores que buscan

    : nm0ter a varios grupos a la marginalizacin o a la expulsin.

    Los estado-nacin continuarn intentando mistificar sus regmenes y su sentido

    de patria. Si nosotros juzgam os estos esfuerzos polticos justos o no, sus argumentos

    para tener derecho a la tierra no son por si mismos o por fuera de ellos reales,

    verdaderos o naturales. Ellos son slo tiles, ficciones poderosas. Estos argumentos

    fueron originalmente construidos por los lderes de la burguesa para reunir la gente y

    sacaria fuera del yugo del los regmenes aristocrticos, monrquicos o imperiales

    previos. La historia reciente de buena parte de Europa Oriental evidencia que el

    nacionalismo de unos pueblos pueden ser transformado en el medio por el cual otros

    pueblos pueden ser privados de sus derechos. Este proceso puede resultar en el total

    desplazamiento y an en el asesinato del grupo al que se le deniega status nacional. Mi

    objetivo es mitigar a los folkloristas del bochorno de ser los guardianes de la sagrada

    verdad de la Madre Naturaleza o la patria. El material que los folkloristas han estudiado

    es un logro humano.El emerge desde las respuestas vernculas creativas de los seres

    humanos en sus ocasiones mayormente gregarias. Es un modo de responder a fuerzas

    que de otro modo nos hara una raza de espectadores, nicamente.

    Una causalidad vemcula y an una bellaquera se coloca en el centro de la

    materia -ello involucra la negociacin de un pueblo con otro por tirantes prcticas del

    pasado como un medio de conducirse en el presente. La cultura folk se pone encontraste en godo nivel con la construccin de la cultura oficial , an en aquellas

    situaciones en las que las polticas ideolgicas reinantes se dicen que derivan del das

    volk,o del hombre comn. El vigor vernculo se anuncia a s mismo desde fuera y desde

    adentro siempre que parodia, satiriza, o carnavaliza motivos penetra dentro de la

    produccin cultural. Aqu me refiero no slo a los modos en que el humor poltico y

    social ha penetrado en el mantenimiento del espritu mientras los movimientos deresistencia toman sus caminos bajo regmenes represivos., sino tambin con la

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    vemaculidad implcita en el modo conservacionista que busca resistir el consumismo y

    privilegia el reciclaje , la remodelacin , renovacin, reparacin , restauracin y

    humanizacin de los objetos producidos masivamente y de ambientes.

    Estoy lejos de inquir slo el estudio del folklore en trminos del carcter

    contingente de la "comunidad folk y el saber en si mismo. Aquellos que vienen de

    aquella cohorte interdisciplinaria referida como la crtica cultural han incitado a todas

    las diciplinas humansticas hacia la idea de que nosotros hemos estado involucrados en

    la invendn de un pasado. Algunos folkloristas todava han prestados sus voces a estas

    reflexiones. De hecho, yo he cometido imprudencias por el hecho de que por algn

    tiempo un nmero de aquellos entrenados en nuestra disciplina haban estado

    involucrados con la introduccin de las preocupaciones reflexivas e historicistas en los

    modos en que nosotros llevamos a cabo nuestro estudio, trabajo que recibir un mayor

    tratamiento en mis argumentos.

    Mas que esto, un conjunto de precondiciones para una mayor reflexin ha sido

    creado por aquellos folkloristas quienes han estudiado la actuacin para la que no hay

    folk- esto es, no comunidad operadonal inmediata-, slo una reunin de fugitivos

    quienes se encuentran a si mismos arrastrados a travs de circunstancias comunes y

    quienes comparten una pasin por una experiencia, un estilo, un conjunto de objetos.

    Cul de estos relatos formulaicos qu cuentaniosviajeros unos a otros en el avin , en

    un tren o en un mnibus? Cul de las historias sobrenaturales" dichas en tom o de un

    campamento o en fiesta de pijamas que tambin se encuentra en una noticia de un

    peridico y en un show de televisin y an emerge desde el turbio pantano de la

    verbosidad de la red de una computadora? O el saber de la oficina, compartido a travs

    de la Xerox o la transmisin de fax, que es evidencia de objetivos compartidos para

    reirse entre gente que puede trabajar junta pero que difcilmente se conoce una a

    otra?(2).

    En un convincente inventario de las formas y procesos de la invendn cultural

    emergente de los mundos vernculos hecho posible en ao recientes por desarrollos

    talescomo la mquina Xerox y la pantalla de la com putadora -fluyen ciclos de bromas y

    relatos de leyendas de creendas- John Dorst argumenta que nosotros estamos forzados

    a reconocer la existencia de un proceso de vemacularidad que es tambin semejante a

    las preocupaciones que los folkloristas descartan. Todava estas formas socavan las

    misma nocin de la formacin y el mantenimiento de la comunidad que ha sido nuestro

    stock en el negocio. Quizs fomrias como los ciclos de bromas...son sntomas de la

    colonizadn de la produccin verncula por la sutiles agencias del avance del

    consumidor de cultura, que depende crecientemente de la fragmentacin del mercado

    en segmentos cada vez ms diversificados y localizados (Dorst 1990:188).Por elcontrario a nuestra comprensin de cultura del pasado tecnolgicamente conducida , que

    consideran a los gigantes medios como monolticos y vulgarizadores., esta nueva

    comprensin del proceso vernacular parece insistir tanto sobre una irnica sensibilidad

    como sobre formas de resistencia .que prosperan sobre la proliferacin de culturas

    localizadas ms bien que sobre la consolidacin de tales culturas en una masa

    homognea (Dorst, 1990:188).

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    El cuestionamiento de los modos que hemos pensado acerca de nuestro campo,

    Dorst ve en la vernaculidad un desafo no slo para las fonnas privilegiadas que los

    folkloristas han estudiado en el pasado, sino tambin para los modos que hemos

    perseguido en nuestras discusiones. El se maravilla, entonces, si nosotros no estamos

    en el momento histrico que marca , no el fin de la cultura folklrica o el modo vernculo

    de produccin, pero el fin de esta prctica discursiva que sostiene la distincin entre lo

    vernculo , lo folk, lo marginal...por otro lado, y lo oficial, io masiva, por el otro (Dorst,

    1990:188-189).

    Dorst nos alerta sobre la necesidad de hacer va ler en el nivel de la discusin

    terica lo que los folkloristas ya han estado haciendo en la prctica. Como regla general,

    ios folkloristas han estado atentos a la presencia de prcticas culturales altematiivas en

    medios forneos. Lo que nosotros podemos describir mejor como formas vernaculares

    revela una continuidad de sentido de lo inadecuado del mismo folklore como un trmino

    que acompaa el proceso creativo. Dorst subraya otro problema en el mundo

    contemporneo, que es, que la vemacularidad emerge entre quienes no estn

    necesariamente en copresencia en las interaccioaes en curso. Nosotros ahora

    reconocemos que las nuevas tecnologas de archivo, recuperacin, envo y

    reproduccin de mensajes mantiene la vemacularidad en muchas dimensiones- en

    verdad, ciertos rasgos de la sensibilidad irnica y formas resistentes a la autoridad son

    intensificadas en estos ambientes sin rostros.

    Quizs este movimiento revelar que la disciplina ha cambiado su foco desde la

    produccin de expresiones culturales de la familia y la comunidad a tradiciones

    desarrolladas en pblico y en grupos voluntarios en juego. Como en el pasado, la

    asociacin voluntaria que mayomnente nos interesa son aquellas representaciones de

    ellos mismo como opuesta a la impersonalidad de la cultura moderna.

    Mayormente, ninguna de estas fonnas mediadas han tomado sus lugares en el

    centro de la Folkioristica. En verdad, mucho del trabajo en el campo est an basado en

    e! trabajo de campo etnogrfico, indicando que la mayora de los folkloristas contina en

    el descubrimiento de pequeas comunidades en las que la tradicin contina dictando

    como la vida es mejor vivida. No ms somos capaces de pretender que estas

    comunidades estn incontaminadas por las fuerzas de la modernidad y, especialmente,

    las formas culturales mediadas. De ninguna manera, nosotros hemos estado inclinados a

    buscar gente que contine con la prctica de ciertas artes y oficios al modo antiguo, y

    an ms, folks que continen celebrando juntos de tal manera que ellos fueran capaces

    de decir que, al menos en una ocasin cada ao, todos aquellos que celebran son

    sujetos al poder del mismo mundo imaginado como un todo a travs de las festividades.

    Habiendo mantenido esta misin antimodema, podemos habernos pennitido

    historiar capturados en un modo extrao. A causa de, los recientes eventos han dado a

    la antigua manera de la prctica del folklore una renovacin significante, tanto los

    imperios del los siglos 19 y 20 se han desmoronado y los viejos nadonamalism o han

    sido reafirmados. Con la emergencia de estas nuevas naciones, un llamado para salir a

    la reafirmacin y la afirmacin de nuevo de las viejas tradiciones. Asi, el trabajo de los

    folkloristas, pasado y presente, ser llamado a jugar.

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    Los folkloristas americanos parecen algo ms preparados para estos cambios

    geopoticos que nuestros colegas en otras naciones porque circunstancias e

    inclinaciones han causado que muchos en nuestra profesin entraran en la arena del

    discurso pblico. (Barn y Spitzer 1992; Feintuch 1988; Hufford 1993).Con la creacin

    del manejo del folklore pblico local, estatal y nacional , folkloristas profesionaimente

    entrenados se han visto involucrados , para mejor o peor, en la creacin y

    administracin de programas que llevan las tradiciones locales a la luz en un esfuerzo

    por crear un medio en el que la igualdad cultural se despliegue en festivales y

    exhibiciones museolgicas y se da reconocimiento en los medios cuando confieren

    hermandad heredada a los portadores de ia gran tradicin de muchos americanos.

    Significativamente, ia programacin pblica del folklore ha conducido a rehuir la

    representaciones de la tradicin oficial del estado. Reflejando el pluralismo de las

    polticas Occidentales , nuestras polticas culturales han sido explcitamente dirigidas

    contra el respaldo del estado o los grupos folklricos coreografiados y disfrazados.

    Hemos vinculado nuestras nociones de vitalidad cultural a los ideales de pluralismo

    cultural , afirmando que cuanto ms una nacin protege y mantienj sus tradiciones

    locales ms saludable permanecer.

    Ambos los movimientos nacionalistas y los argumentos culturalmente pluralistas

    autoconcientemente horadan la evidencia de la diferencia cultural de grupos vivientes

    en proximidad unos con oros. Ahora que la autonoma poltica ha sido alcanzada

    inevitablemente habr una discusin crtica sostenida a travs del mundo sobre la

    relacin entre integridad cultura! -an la pureza tnica- y nacionalidad. Las ideologas del

    nacionalismo y pluralismo entran en conflicto , con frecuencia con desastrosos

    resultados , en lugares donde hay poblaciones indgenas que no son dominates (por ej.

    armenios tnicos que viven en Azerbajan. o Tamiles en Sri Lanka). Si nosotros

    descuidamos tales asuntos polticos en la discusin de la tradicin, autnticamente

    ponemos ingenuidad poltica al servicio de tiranos y de otros buscadores de poder.

    LEYENDAS EN LA FUNDACION DE LA DISCIPLINA.

    La narrativa del nacimiento de la folklorstica se edifica sobre ciertas leyendas del

    origen nacional. Nosotros mayormente con frecuencia Invocamos una historia que

    focaliza en el momento histrico cuando ios trminos bsicos por los que e! estudio ha

    sido llevado a cabo fueron desarrollados, y en aquellos individuos quienes designaron

    los materiales que seran incluidos dentro de los dominios semnticos de estos tnninos.

    Aunque algunos apuntan al trabajo de Herder como inciador de esta discusin (Dick

    1990; Dundes 1977), muchos folkloristas de lengua inglesa (Dorson 1968;89; Herkowits

    1946) descansan sobre la historia alternativa de la que William Thoms, como el hroecultural, "rjenomin y defini el campo con la invencin de la palabra inglesa folk-lore,(3)

    as pasan rpidamente a las formas latinas y afrancesada por la que tales remanentes

    previamente haban sido referenciados.

    Al acuar ej tmnino, Thomas emiti un nuevo llamado a recolectar, organizar y

    publicar las maneras, costumbres, observancias, supersticiones, baladas, proverbios

    de los viejos tiempos... de las Islas Britnicas . (Thoms, 1846:862) Thoms sugiri uncambio terminolgico de antigedades populares" al inglesar el proyecto dndole un

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    matiz particularmente nacionalista britnico en un esfuerzo de alinear a sus

    compatriotas con otras literaturas nacionales l haba descubierto en su compendio de

    antigedades de ios baladas y leyendas de las otras polticas europeas (Dorson, 1968

    75-79) Thoms reunin folk y lore "buenos tnminos anglosajones de una manera

    tpicamente anglosajona para crear un trmino compuesto folklore el cual entonces

    divulgaba el mensaje de que aspectos del carcter nacional britnico podan ser

    revelados desplegando este nuevo trmino en la discusin de temas antiguos y gestos

    arcaicos.

    Tantos retornos de la leyenda de la formacin nacional no slo deban ser

    resucitada una vieja cultura sino que las formas interpuestas deban ser arrancadas

    junto con los poderes extranjeros que conquistaron la tierra y pusieron su cultura en el

    lugar de las antiguas tradiciones. Este movimiento para purificar se complementa y

    cornplica por la necesidad de construir una figura que corponza el pasado en toda su

    gloria, una figura representativa de alguna manera dejada atrs en el paisaje a pesar de

    fuerzas histricas ms recientes. Tal figura epitomiza el triste sentimiento que emerge

    de la nocin de tierras y herencias perdidas intrnsecas al acto de desplazamiento.

    Consecuentemente, encontramos nostalgia en el centro de! sistema de representacin

    que emerge de los proyectos de expansin nacionalista. Tal como numerososas figuras

    indias americanas fueron incorporadas como nobles ancestros en el panten americano

    muy poco despus de que haban sido removidos del paisaje de! oriente americano

    antes de la Revolucin, ninguna figura podra acarrear con ms fuerza el mensaje de la

    grandeza y elocuencia ahora sometida en la construccin de la nacin britnica que el

    antiguo cantor de alabanza y escndalo, el bardo.

    An antes de que el trmino fuera inventado, los anticuarios sostenan que cada

    dominio que clama por el status del estado-nacin tiene su propio cuerpo de tradicin

    que registra y representa la historia y la sabidura acumulada de el pueblo". Las

    evidencias del pasado estn inscriptas en el presente en monumentos y piras en el

    paisaje, y en las escasos restos de las antiguas creencias, prcticas y actuaciones como

    fueron registradas en el pueblo antiguo- o an mejor como fueron descubiertas a partir

    de fuentes manuscritas como tomadas de la boca de la gente antigua en las

    generaciones previas.

    Aquellos que viven en el presente han dado un sentido de que mucho se ha

    perdido en este viaje a la modernidad an cuando errores vulgares son localizados y

    descartados. Alineado con el lenguaje , la tienfa y la idea de nacin, el folklore ha sido

    ms fuertemente teorizado por Herder y los Grimms.(5) Debido a que los folkloristas

    americanos han usado desde hace mucho tiempo el folklore para referirse a un grupo

    que ha desarrollado tradiciones debido a su percibido aislamiento o a sus prcticas eintereses especiales hemos tendido a olvidar las fonnas en que el trmino emergi en un

    ambiente poltico en el cual la gente especficamente burguesa vio la forma de afirmar

    su poder poltico de cara a la dominacin internacional y cosmopolita. Como Robert J.

    Smith dice; explorando el desan-ollo romntico del concepto de das volkalemn:

    Un folk es un pueblo que ha desarrollado su propio lengu aje su s propios mitos ...su p ropia cultura a

    travs de siglos y milenios . Un folk fue una entidad org anizada diferente que existi en el t iem po c om o

    tambin en el espacio, y por lo tanto no puede ser definida excepto en referencia a sus comienzos, su

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    pasado, su historia, las lneas de transfo rm acin que con ectan el presente con el pasado (Smith 1990.5:ver

    Simpson 1921)

    El movimiento de Thoms - o el de Herder en este tema- fue a lo largo de estas

    mismas lneas expansivas nacionalistas. Frente a los elite y a la alianza internacional

    que designaron los restos recogidos de las actuaciones y prcticas del pasado

    tradicional como antigedades populares un trmino vernacu lar nacional deba serahora sustituido. El sentido del folkness podra extenderse a todos aquellos que

    compartieran lo vernculo, y por extensin, a la tierra en la cual lo vernculo haba

    florecido. Que estas escasas evidencias de tradicin fueran ms rpidamente recogidas

    de los remanentes de los campesinos se acomodaba bien a la posicin social

    garantizada a los agricultores bajo la creciente expansin burguesa. La valorizacin de

    los objetos tradicionales opera esencialmente en contrapunto con el proceso deindustrializacin y modernizacin. Al igualar tradiciones con ruinas en el paisaje la

    cultura oficial podra argumentar en favor de la sacralidad del reino tanto como el reino

    mismo se estaba expandiendo hacia afuera y sometido al desarrollo industrial en casa.

    La agenda nacionalista europea convocaba para el mantenimiento de los

    mensajes sociales contenidos dentro de la estructura de clases que daban a los

    campesinos un lugar social extrao como xticos e indgenas marginales. De la mismaforma que con las aiinas y manuscritos sus vidas servan como un palimpsesto a travs

    del cual el pasado an poda ser oscuramente observado y quizs an recuperado.

    Debido a su status como figuras nativas representando los tempranos modos de vida de

    los pueblos indgenas stos habitantes del campo cubrieron el rol de nativos-exticos.

    El cosmopolitalismo cortesano fue valorizando altamente las formas del campo,

    tal como el modernismo producira anti modernismo. Gente agraria simple poda ser

    imaginada como naturales nativos en contraste, primero con las lites aristocrticas de

    los tempranos estados-naciones, y luego con los mercaderes, comerciantes y burcratas

    de las modernas naciones. En tanto que la gente representando la corte o el sector

    comercial emergente de la vida ciudadana podra continuar imaginando el retomo al

    campo y la adopdn de sus formas de vida, ellos podan pasar por alto los rasgos

    negativos de ia estratificacin social y el enclaustramientos de la industrializacin y el

    imperialismo. Y bajo condiciones que llamaron de revitalizacin de las costumbres

    estaran disponibles para proveer una perspectiva desde la cual reconocer y expurgar la

    contaminacin de la sobrecivilizacin.

    Cuando la burguesa lleg al poder en el siglo 18 se encontraron atrados por las

    formas en retirada de la corte y de la vida urbana que ya haba sido inventada por la

    aristocracia. Los residentes agrarios fueron centrales para esta visin de la buena vida

    (Weiner 1985) As, el folklore y su sabidura fueron enlistadas en la causa de la

    constnjccin de la nacin y el hecho de que el folk y su lore fueran el resultado de

    construcciones sociales y culturales elitistas fue dejado de lado.

    Sin sacar conclusiones polticas, Alan Dundes puntualiza que definir el folk en

    trminos de diferencia provoca que estos grupos aparezcan como "dependientes para

    su existencia en una relacin simblica con las elites quienes los designaron a ellos

    como folk-.

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    El folk fue com prend ido co mo un grupo de gente que con stitua el estrato m s b ajo...(ellos) fueron

    contrastado s por un lado con la "c ivi l izacin" ...pero por otro lado , el folk /fue / tamb in c ontrastado con los

    denom inados salvajes o sociedad prim itiva.../que era/n con siderado an m s bajos en la escala de la

    evolucin, (Dundes 1997:18).

    Igualizados con las ruinas del paisaje, ciertas formas del folklore devinieron en

    centrales para una comprensin de cmo el reino podra ser investido con el espritu

    local. La historiadora de la literatura Anne Janowitz anota cmo las ruinas en el paisaje

    operan en el mundo de la mitopotica de la poesa romntica inglesa en una manera

    que trae luz a la presente discusin: como los textos poticos parecen moverse ms

    all de preservar la imagen de la nacin" a la distancia tanto tas ruinas vienen a

    simbolizar la decadencia del reino, la tematizacin as como la prdida sustanciallza la

    nsUica antigedad de la ruptura de la nacin. Ella continua;" Como la historia deviene en

    mito, como las ruinas devienen en naturaleza, as el origen poltico de la nacin emerge, como si inmemorialmente, con el suelo mismo" (Janowitz 1990; 62-63). Como las

    ruinas, y la poesa acerca de ellas, el folklore entra en el proceso de sacralizar el reino

    an cuando estos monumentos al pasado parecen desmoronarse o son consumidos por

    el fuego.

    Entonces, se agregan al decir nanrativo de! nacimiento de la folklorstica , muchas

    versiones de la historia salvado de! fuego , relato que se ha tornado stock delintercambio del folklorista, de descubrir, un intrprete, una celebracin o un manuscrito

    justo cuando estaba por ser destmido. Este fenmeno llamado la onceava hora de la

    etnografa por Barbara Kirshenblatt-Gimbiett, (6) ha probado ser una fonna

    enormemente durable de mantener la vitalidad de nuestra empresa.

    Este estilo de pensar es producto del Alto Romanticismo que ha an-ojado luz

    sobre nuestros estudios del folklore desde finales del siglo 18 cuando el Obispo Thomas

    Percy lanz su carrera de anticuario por medio de la publicacin de su Reliquias de la

    Antigua Poesa Inglesa {1765).Un predicador ambicioso y enormemente enrgico en la

    iglesia de Inglaterra, Percy pennite conocer que en 1753 encontr una manuscrito

    que registraba antiguas baladas en el hogar de Humprey Pitt in Stafordshire. V

    yaciendo sucio sobre el piso...estaba siendo usado por las doncellas para prender el

    fuego explic en 1769, despus de la publicacin de la primera edicin de las Reliquias

    (Friedman 1961 ;187).

    La historia de salvado del fuego lleva un mensaje de que el pasado est en

    constante retroceso , y con ello, el centro de nuestros valores morales mismos. Nuestras

    vidas profesionales estn entonces dedicadas a curar esta divisin entre el pasado y

    presente mediante el reconocimiento que hay de valo r en el pasado que se est

    perdiendo. Esta empresa puede ser llevada a cabo mediante la recuperacin de

    fragmentos que han manejado para hacer su camino hacia el presente, por la que los

    fragmentos mismos portan sus propias marcas de autenticidad, una que es transferible

    a ios decubridores debera l o ella ser capaz de decodificar sus mensajes. El acto de

    desciframiento de las inscripciones del pasado descubiertas viene a residir en antiguas

    actuaciones de la Piedra Rosetta.uno de los mas tempranos textos recuperados.(8)

    Percy estableci este patrn con relacin a las baladas descuibriendo su

    descubrimiento, y sirviendo como su revisor e intrprete. Nosotros ya no sostenemos

    que l sea la voz autorizada del folk, pero esto no es debido a los argumentos contra su

  • 7/21/2019 Fantasmas Del Nacionalismo Romntico en La Folklorstica

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    mtodo de edicin y revisin , sino ms bien debido a que el descubrimiento de sus

    baladas fue , de hecho aun siendo interpretadas, y que un procedimiento autnticamente

    exacto podra ser derivado de los portadores de la tradicin mismos.(9)

    Esto no fue ampliamente conocido en el tiempo de Percy, sin embargo, ni Francis

    James Child se dio cuenta de ello un siglo ms tarde. El mayor crtico de Percy , el

    querellante Joseph Ritson, fue capaz de tomar prestado la notor iedad de Percy paraatacar su veracidad. Porque ha habido un nmero de notorias falsificaciones

    perpetradas en el nombre del descubrimiento de las antiguas fuentes clticas (Steward

    1991), en la ausencia de pruebas en contrario, Ritson fue capaz de argir que Percy

    fue laxo en su mtodo de presentacin de anticuario. Ritson contradijo los reclamos de

    Percy de que l era una autoridad hablando del pasado. Ritson argument que las

    canciones , primero de todo, deban ser registradas en su forma primera de hallazgo, y

    entonces no deba ser mediada por el poeta, especialmente por la intervencin literaria

    (Bronson 1938; Friedman 1961:218-220 Hustvedt 1916: 189-191, Ritson 1783, 1869

    (1794).Ritson disput el derecho de Percy a usar las escasas evidencias del pasado en

    algn modo directo: esto es. en presentan" el manuscrito en su forma completa tanto

    como fuera posible sin revisar las palabras del transcriptor, as mantenerte tan prximo

    como fuera posible ai del canto r del quien haba registrado el canto.

    Ritson invoc un alto principio de la representacin folklrica-el poder del espritu

    que lo origina como el modo de juzgar la autenticidad en los textos- y este principio

    desarrollado privilegiaba el texto como fue registrado directamente de los portadores

    de la tradicin mismos. (10).Por medio de este movimiento, Ritson podra ser juzgado por

    haber marcado una victoria a pesar del hecho de que Percy nunca reconoci sus

    falencias editoriales.(H) Desde la perspectiva de las formaciones legendarias , una

    versin alternativa de la onceava hora del relato fue desarrollada. El relato madur con

    ia ayuda de los soportes de la moderna tecnologa. Cuando los textos son registrados a

    partir de un cantor ^adicional, la mortalidad misma se toma en el enemigo de la tradicin

    ; canciones y relatos en la actuacin nicamente viven en sus actuaciones, y son

    asimismo siempre sujeto a una prxima muerte as como los mismos informantes

    mueren, pero por los esfuerzos de los folkloristas, se registra el aliento moribundo.

    La formacin de la leyenda aceptada acerca de los orgenes del saber

    encuentra una hoguera que nunca se apaga tranquilamente , un incendio que

    constantemente consume el pasado. En esta versin antimodernista, las fuerz;as de

    contagio toman una forma que los mantendr por los siguientes dos siglos: alfabetismo

    que contamina, especialmente como es animado por la tecnologa impresa y los hbitos

    de pensamiento y la emergente memoria de la intercesin de la invencin de los poetas

    y periodistas (12). La imprenta amplifica la voz del individuo en tal forma que la voz

    popular no puede ser oda, excepto por aquellos hroes quienes son capa es de

    socavar la empresa mediante el registro de la sabidura del pasado, as usando la

    imprenta para socavar su propio empeo.(13) Mediante la imposicin al pasado putativo

    de totalidad y arraigo de los valores comunitarios asociados as fuertemente con la

    cultura oral remendando con las palabras de los portadores de la tradicin acarrean la

    marca de Can. Lo afligente son aquellos frivolos con la Madre Naturaleza como se

    revela a si misma a travs del dictado del das volk.

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    Focalizando la tecnologa de la imprenta, a lo largo con los hbitos de la mente

    que van con ella, los libros vienen a representar todos los soportes mediadores que

    demanda la moderna tecnologa , La imprenta hace al alfabetismo muchos mas

    universal y penetrante , y as la introduccin de la imprenta es usada como un medio de

    imposicin de un lmite cultural entre lo oral y el mundo de lo manuscitos y la

    tipografa" (Ong 1967, 1982).Si uno suscribe a esta teora del big bang de! desarrollo

    cultural (Yo n o ) , la imprenta altera los modos en que ciertas palabras actuadas pueden

    ser hechas objetivas y con eso mercantilizadas. Pero cuentos folklricos, baladas y otras

    formas emblemticas de la produccin folk logran expandir su distribucin en

    manuscritos, hojas sueltas, e impresiones de libros econmicos impresos como tambin

    confinados en libros formales. Para un nmero de comentadores acerca de la balada,

    desde Percy y Ritson hasta ios tiempos recientes,los embellecedores poticos son los

    contaminadores de la tradicin mayormente son temidos , figuras literarias de alto

    oficio quienes intervienen entre el folk y el informe de! saber.(14) Estas voces literarias

    podran hoy ser denominadas vin js culturales, organismos parsitos que agotan el vigor

    tambin como los valores de los denominados mundos que hemos perdido.

    Aunque a nosotros ya no nos atrae ms este romanticismo legendario en cmo

    la fonma bsica sobre la tradicin y autenticidad son establecidas, una historia

    igualmente romntica ha tomado su tugar acerca de cmo los folkloristas ha colectado

    directamente de los intrpretes portadores de la tradicin. Mediante el registro y

    transcripcin de los palabras actuales de un informante, nosotros afinnamos que

    hacemos una conexin vital con una fuente espiritualmene pura. .Justamente, este

    toque del cuerno de la leyenda deviene en folklore desde las artes populares actuadas.

    El relato se hace evidencia escrita por ejemplo, para la actuacin la actuacin del jug lar

    en rol cmico de negro. Dan Rice, el inventor de "Jum Jim Crow'' deca que lo haba

    aprendido de un esclavo en particular y que lo representaba exactamente como lo haba

    visto ( Abrahams 1992b; 139-142) ,Muchos hbitos de pensamiento aunque adheridos a

    la idea del folklore mantienen conexiones con esta historia en tanto que continuemos

    investigando y registrando las evidencias del pasado en el presente, adherimos a esta

    lnea de pensamiento y mantenemos la mstica del saber.

    GENERO Y POLITICA ROMANTICA

    Aunque los folkloristas americanos han modificado significativamente la

    perspectiva romntica hacia el folklore y lo vemculo, hay ciertos modelos de

    pensamiento y argumentacin que hemos mantenido como las definiciones del folk y su

    lore y e! folklore mismo han sufrido alteraciones. Es tiempo de dirigimos a las cuestiones

    criticas que emergen cuando nosotros agregamos la historia a nuestras teorizaciones.Debemos reconocer que toda fonnacin de canon y an toda categorizacin gnerica y

    sistematizacin, son producciones culturales.

    Como tai, los gneros adquieren importancia porque portan ciertos mensajes

    culturales que concuerdan con una ideologa que debemos revelar, discutir y

    comprender. Junto con Susan Steward debemos preguntamos por qu gneros tales

    como proverbios, fbula, baladas, cuentos maravillosos, han ocupado un lugar tanimportante en el discurso sobre la tradicin en los siglos 18 y 19. Estas formas se nos

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    revelan como materias...para reproduccin como... antiguas en el momento en que es

    necesaria una clausura ideolgica (Stewardt 1981:83). Ellas consiguen su poder retrico

    y atrsr','vo a travs de su habilidad de aparentar tocar el pasado an cuando se

    encuentran con necesiaades pe."suasivas y an didcticas en el presente. Ellas son

    voces singulares o monoigicas que sirven asi para subordinar a otras voces y

    sublimando a travs de su apelacin a la tradicin la ocasin para dominar" (Steward

    1981:83), Las voces de estas formas, especialmente la fbula y parbola abiertamente

    didctica, habla a travs de pronombres que parecen emerger de todos y de ninguno.

    Steward contina; "como todos, (estas voces sostienen) sobre la situacin con el peso

    de la tradicin y la autoridad tradicional; como ninguno (ellos eluden) las limitaciones y

    contingencias de la biografa y del contexto histrico(1991:83).

    La operacin de un cierto estilo de idealizacin y materializacin que fue

    caracterstica de las perspectivas evolucionistas clsicas nos dio gneros que parecieron

    simples y bsicos. La eifachen formen que fueron asidas sobre las caractersticas de las

    tradiciones expresivas de las culturas orales aparentemente todas fueran reconocidas

    como forma de invencin literaria antes de que fueran marcadas como preliterarias por

    los primeros folkloristas. Como Steward hall que el cuento maravilloso era una forma de

    la cual ella denomin gnero anticuado y desgraciado otros tambin han observado

    ai gnero no tanto como una categoria operativa folklrica dentro de alguna comunidad

    'sino como una convencin literaria compuesta ya trabajada en forma literaria antes de

    su apropiacin como un gnero de la narrativa oral. (Anthony 1981:13-62; Ben-Amos

    1989a ,1989b; 1992:17). Y Helge Gemt ha mostrado como la leyenda la cual emerge

    como un trmino de arte en el trabajo de los Grimms es un contratrmino al cuento

    maravilloso y es as una ficcin ms de los folkloristas que del folk (Gemt, 1988.)

    Discutiendo esto y cuestiones relacionadas en un importante ensayo reciente Dan

    Ben -Amos ha demostrado que los esfuerzos para mantener la viabilidad de distinciones

    globales basados en el arreglo tripartito de la narrativa tradicional - cuento, leyenda y

    mito- emergi bajo condiciones especficas de la historia occidental; fueron idealizadas y

    sistematizadas bajo la influencia de la filosofa social de Max Weber (Ben- Amos 1992).

    C W von Sydow se anticip a Ben- Amos en algunas dimensiones criticando las

    tendencias idealizadoras de los estudios histrico geogrficos o distribucionales. Von

    Sydow desarroll la nocin de oikotipos por el cual i parece haber significado modelos

    genricos y trminos para formas expresivas emergentes de los genios de localidades

    especficas ( von Sydow 1948:44-48) ver tambin Cochrane 1987 y Holbek 1983:57).

    Dice von Sydow; para ambar a resultados definitivos en las investigaciones uno debe

    estar familiarizado con las categoras de la tradicin en prosa, sus condiciones vitales y

    sus leyes (von Sydow 1948:86). Debido a que los trminos para las formas folk

    emergieron de la crtica nacionalista romntica as como tambin a partir de la influencia

    de los Grimms, es especialmente importante para revelar cuan completamente la

    academia enfatiza sobre estas formas emergentes desde la estmctura de sentimientos

    de los occidentales durante el perodo del nacionalismo romntico.

    Canciones e historias tradicionales, proverbios adivinanzas y otros de gneros

    registrados operaron en la fomnacin de la cultura nacional. Estn epitomizados, comolas ruinas en el paisaje, como historia vaciada, experimentada en trminos tanto de

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    descubrimiento de continuidad de la tradicin como de continua prdida de sus

    portadores. Uno de los significados simblicos del cerramiento del paisaje, controlndolo

    figurativamente as como literariamente, bajo el impulso nacionalista lo ha hecho

    incorporar rasgos indgenas un ahora pasado vaciado, incluyendo los bardos celtas , los

    antiguos cantores de alabanza y escarnio.

    Como Anne Janowitz nos informa sobre los antigcuarios en general; Por el usoreal del trmino bardo...la corte de anticuarios estaba dejando claro sus alianzas

    histricas, porque el trmino bardo es celta y hasta el siglo 17 haba sido usado como

    una palabra extranjera asociada con lo vernculo de Escocia, Irlanda y Gales

    (1990:66). El trmino no perdi la marca de este lugar de origen. Referencias al bardo"

    continan como recordatorios de las figuras derivada de una cultura distinta y

    geograficamenrte discreta.Janowitz contina : "La domesticacin del trmino (bardo) debe ser com prendid a entonces a !a

    luz de las Actas de la Unin d e 1707 y 1801 en la cual la em ergenc ia polt ica de las fronteras en tre Inglaterra

    y Escocia e Inglaterra e Irlanda, demandaron la incorporacin de un nacionalismo potencialmente disruptivo,

    culturas en un a englob ante cult ura b ritnica . Janow itz 1990:66

    Extendindose sobre el bardo, tambin puso en prctica muchos de los

    sentimientos que los ingleses tradicionalmente albergaban acerca de las formas de

    iabar de los celta su elocuencia su verbosidad y su vigor confrontacional y pretencioso.

    De hecho, el mayor argumento entre los anticuarios durante este perodo tiene

    que ver con si ios bardos o trovadores fueron responsables de las composiciorss como

    tambin de la diseminacin de estas historias - canciones como las baladas nacionales.

    Este argumento sostenido por virtualmente cada editor de una coleccin de baladas

    desde Percy, Ritson, Scott pasando por Frands Barton Gummere y Louise Round, girsobre si las canciones fueron inventadas por cantores ambulantes al estilo francs

    quienes como los bardos tenan un lugar privilegiado en la corte o si el rol del trovador ha

    degenerado a un traficante de baladas para el tiempo en que las baladas fueron

    inventadas. (16)

    Esta cuestin sostenida sobre temas de clase y de etnicidad parece clara hoy en

    da. Los anticuarios como dijimos, eran de la pequea clase comerciante luchadora oms baja an. Ellos eran sensitivos a la posibilidad del avance profesional tratando de

    conectar su trabajo con la casa real o aristocrtica explcitamente , por medio de

    permitirse dedicar su trabajo a un patrn especfico. El xito de Percy en discutir su

    trabajo en el obispado puede haber impulsado los esfuerzos de potenciales editores de

    baladas y otros anticuarios.

    Debemos leer la redenominacin de la disciplina de Thoms como parte de una

    aseveracin general de la importancia de los estudios anticuarios en desarrollar un

    sentido de nacin durante el perodo de rpida expansin. El Folklore, ha sido

    redenominado, destinado al servicio de la unin britnica y por extensin de la corona

    imperial. Igual que los anticuarios exitosos del siglo 18, desde Henry Boome a Thomas

    Percy, Thoms us sus estudios como un medio de encontrar progreso persona!. Como

    un aspirante a servidor civil y vocingleramente us su trabajo de folklore como una

    manera no slo de incrementar el conocimiento humano, sino tambin de crecimiento de

    su propio nombre y de su empresa. (Dorson 1968:75-90 Levine 1986:49) 17.

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    Colectando, colecciones y taxonomas.

    El marco de referencia de ios anticuarios entonces contribuye a establecer la

    relacin entre objetes y memorias, implicando que, en recolectar estas evidencias de

    culturas pasadas, revelamos el orden que ellas representan y el valor que parecen

    encamar. Pero al recolectar y organizar este material, toda la cultura es reificada, y el

    estudio de las tradiciones pasa a formar parte de la historia natura!, sujeta al mismo tipo

    de organizacin y clasificacin que las entidades geolgicas y biolgicas la taxonoma se

    transforma en central a la empresa, y es el estudio de la variacin en el tiempo y en el

    espacio.

    Esta lnea de pensamiento enlaza la creacin de los estados- nacin modernos

    de ese tiempo y las ideas del llusminismo pero las condiciones para el uso del folklore

    para tal propsito estaba ya operando desde mucho antes. En la temprana Europa

    Moderna el argumento emergi como un soporte para la racionalizar el poder de

    monarcas divinamente inspirados quienes se las han ingeniado para convencer a sus

    sbditos el caracter sagrado de su soberana y de la tienra sobre la cual gobernaban,

    sostena el poder natural" de la tierra, io vernculo y las tradiciones de una tierra en

    particular y en lenguas particulares.

    Al mantener una estrategia de recoleccin y una tcnica de archivo para clasificar

    y archivar materiales expresivos vemos el pasado como una acumulacin de unidades

    limitadas de comportamiento que podemos estructurar y analizar como si tuvieran rasgos

    objetivos. Hay un nmero de maneras para reificar cosiumbres y tradiciones: hacerias

    parte de un calendario oficial, incluye creencias y prcticas en mapear un reino, o

    elicitarias como parte de una exploracin de la poblacin, tai como los censos. Ahora

    en un reino en Europa, luego en otro, las exploraciones fueron llevabadas a cabo como

    una forma de descubrir el rango de tradiciones que caracterizaban al area.

    En 1575 y en 1578 los cronistas de Felipe II enviaron lo que fue quizs el ms

    temprano cuestionario impreso a cada ciudad y \fllla en Nueva Castilla. El cuestionario

    exploratorio buscaba informacin sobre recursos locales, incluyendo una anotacin

    sobre santos locales sus leyendas y altares, historias asociadas con io local etc

    (Christian 1982) (18). Felipe as provey el modelo usado por otros monarcas que

    deseaban desarrollar poderes basados en el derecho divino. Sera poco sorprendente si

    furamos capaces de construir una historia de la coleccin de datos de esta especie que

    flua de las fuentes castellanas. Una suigestin tal emerge de una monografa sobre la

    figura de Ole Worm por Henrick Hens (1972). Ole Womri un notable virtuoso estudioso

    andariego sirvi en la corte de Felipe 11 para el rey dans Christian II y fue el que

    desarroll el cuestionario que Felipe us en 1575. Hens ha sostenido que la exploracin

    provey la matriz a partir de la cual emergi el importante e jemplar de protocolo bajo el

    nombre del monarca sueco Gustavo Adolfo en 1630 (Hens 1972:11-15) En ese tiempo

    Gustavo Adolfo estableci un Consejo sobre Antigedades "para buscar y recolectar

    toda clase de reliquias antiguas y objetos para glorificar la patria (Ben-Amos 1989: ix)

    para este fin nombr un equipo de estudiosos como anticuartios e historiadores del

    reino (Ben Amos 1989b ix).

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    Estos monarcas estaban extiendo sus dominios mientras consolidaban y

    sacralizaban sus propios reinos .Claramente, estos tempranos reyes modernos estaban

    usando el soporte de ambas autoridades organizadas, haciendo posible por el desarrollo

    de una estructura burocrtica gubernamental, la tecnologa de la imprenta y sus tcnicas

    auxiliares de informes y organizacin de la informacin (Einsenstein 1979). La historia de

    los usos de tal organizacin a travs de la real proclamacin de Inglaterra se centra

    menos en tales censos y ms en la exploracin de formas locales que se hadan a lo

    largo de! ao que la Iglesia de Inglaterra pudiera usar para hacer un calendario que

    estimulara las festividades locales. El objetivo real en llevar esto adelante era

    hegemnico en el sentido ms directo; estas festividades provean ocasiones en la cual

    el despliegue de diferencias poda ser el centro de los procedimientos para que los

    seores locales tuvieran una ocasin y un medio para celebrar a su real majestad.En Inglaterra como en Espaa y en Suecia, la consolidacin del reino fue

    exitosaa cuando el espacio rural se hizo ms familiar y ai mismo tiempo se lo hizo

    parecer sagrado.Tal perspectiva infiltrada en las obras de Shakespeare y parece

    implcita en la poltica de la monarqua desde los variados esfuerzos de Enrique VIII y

    Thomas Cramer para consolidar el poder del estado y su iglesia. La consolidacin del

    reino a travs del uso de ingls vernculo se transfonn en un acto poltico lleno deironas. Consideremos que los Tudor eran galeses y que los Estuardos eran escoceses y

    que ninguno de ellos hablaba el dialecto al que se le haba dado sancin ofcial con la

    traduccin de la Sagrada Escritura.

    La sacralizacin del reino mediante el uso de lo vernculo fue facilitado por las

    polticas oficiales de los monarcas Tudor-Estuardo a travs de entretenimientos locales

    tales como alev/akes (festivales de bebidas) , fogatas, procesiones ceremoniales obeating the bounds de la parroquia (Cressy, 1990.) esto se transfonn en tema de

    importancia poltica durante el reino de James 1quien hizo estos temas explcitos en su

    Declaracin de deportes de 1617. El desarrollo de una poltica de vemacularidad

    difcilmente puede ser puesto en duda, dado que l sancion la traduccin de la biblia

    ' ije an lleva su nombre; que incluy eventos tradicionales como parte de esta poltica

    que solo recientemente ha comenzado a investigarse (Marcus 1986;Underdown 1985:44-

    72). Est an por ser descripto cmo James y sus consejeros estaban profundamente

    involucrados en desarrollar el calendario de la iglesia para hacer un lugar para las

    celebraciones locales. Sin embargo, es claro que esta poltica oficial suya seguida por

    Carlos I era para mantener el orden a travs del despliegue de la jerarqua en las

    localidades pastoriles sometidas y hacer esto a travs de poner en marcha las

    festividades en las cuales la gente de todos los rangos se reunan en la celebracin.

    Una vez recolectados y habindoseles dado valor real estos registros de

    prcticas tradicionales podran lograr una vida propia en la imprenta, en las manos de

    estudiosos al servicio del monarca. En estas compilaciones enciclopdicas como

    Antiu ita tes vulgares de Henry Boume de 1725 surqi e ^ (^^oc^pacin oficial aunque

    tiempo despus de la Restauracin temprana en el siglo 18. Las prcticas campesinas

    se hicieron parte de banco de datos cientficos ilustrando la extensin del Libro de la

    Naturaleza; esto es, estos trozos y piezas del pasado se transformaron en sujetos de

    organizacin en formato tipogrfico y fueron estudiados de la misma manera que otros

  • 7/21/2019 Fantasmas Del Nacionalismo Romntico en La Folklorstica

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    componentes de la historia natural. De esta forma, la tradicin devino mistificada como

    una parte de un pasado constantemente en retroceso; parece estar limitada y ser

    palpable como un objeto cuando es arreglada en trminos taxonmicos o estudiad?, a

    travs de mapeos o ndices geogrficos o histricos.

    Las exploraciones, por supuesto, son bastantes diferentes en panorama y poder

    desde los gabinetes de curiosidades, fragmentos naturales y culturales encontrados en

    la campaa o trados de regreso de lugares forneos por emisarios de comercio y del

    imperio, An Ole Worm fue conocido a travs de Europa por su wunderkammer,

    virtuosidad, despus de todo, prosperaba ms como emisario del monarca (19) Eran

    llamados para usar su virtud en descubrir diversas piezas de conocimiento, usando sus

    repositorios como despliegues de poder por medio de los prncipes de las ciudades

    estados y las naciones epitomizadas se hacen poderosos. Estos gabinetes demaravillas, y las colecciones que yacen detrs de ellos, dramatizaban el poder del

    recolector, un poder exhibido de muchas otras maneras (Mullaney 1968:63).

    Por su verdadero carcter las colecciones llaman la atencin al extraamiento y

    an los ms ordinarios objetos, especialmente cuando son puestos en un

    wunderkammer,o algn otro ambiente similar. La coleccin sirve como un punto de

    pasaje entre el aqu y el ahora y lo distante, si el ltimo pertenece al pasado o a lugaresextranjeros. En el proceso, la coleccin quita las particularidades del objeto recolectado,

    arrncandolo tanto de su historia como de su contexto cultural como Susan Steward

    dice:La coleccin no desplaza ta atencin hacia el pasado; ms bien el pasado est al

    servicio de la coleccin, puesto que el souvenir otorga autenticidad al pasado y el

    pasado otorga autenticidad a la coleccin (1984:131) Luego ella glosa esto, apuntando

    los efectos a largo plazo del mismo acto de recolectar: la coleccin reemplaza origencon clasificacin de este modo haciendo tempora lidad un fenm eno espacial y material

    (1984:153).

    Sin embargo, cuando la investigacin emerge de exploracin del reino los

    materiales se marcan de una manera diferente , como un mapa o alguna otro formato

    grfico. De esta forma, el poder potencial de la coleccin viene a ilustrar el espritu o el

    lugar dentro del reino nacional. La coleccin entera debe ser observada como parte del

    patrimonio, compuesta de materiales salvadaos del fuego y usable como una manera de

    reconstmir constantemente un pasado para la nacin y sus locales. Esto imbuye al

    folklore con las emociones circunvalando la nostalgia . el sentido de prdida que ocurre

    en las intersecciones entre el pasado y el presente.

    Esta perspectiva Romntica contiene una teora de produccin cultural que

    continuamente deroga el presente en la bsuqeda de un pasado autntico. Esta

    aproximacin ha asistido a la disciplina desde que nuestros objetivos primarios han sido

    iescubrir el genio local en el lore, o mapear el camino de la diseminacin de tems u

    objetos a travs del tiempo y del espacio. Pero tales prcticas profesionales nos dicen

    poco acerca de la produccin de cultura. Ni responden a ninguna necesidad de descubrir

    esos rasgos de lore que llevan el sello de la autenticidad. Para detenminar estas

    caracteristicas es ms til observar y registrar los modos en los cuales estos items entran

    en la produccin de cultura dentro de ambientes especficos.

  • 7/21/2019 Fantasmas Del Nacionalismo Romntico en La Folklorstica

    17/29

    Irnicamente en lugar de alentar et mantenimiento de la tradicin en el lugar el

    argumento que sostiene la mayor autenticidad del registro de la palabra hablada

    privilegia el texto limitado, palpable y registrado. Observamos un texto como autntico en

    la prctica slo por la evidencia de que ha sdio registrado de una fuente oral.

    La tcnica de autentificacin de textos yace inexorablemente en !a formacin

    cannica de los cuentos de Grimm y la baladas de Svend Grundtvig y Francis James

    Child , quienes capturaron el cuerpo ms significativo de un gnero especfico. Esto

    especialmente en ei caso de Child quien prefigur las tcnicas- editoriales modernas

    cuando puso su inmensa erudicin al hacer publicar Baladas P opu ia re r Inglesas y

    escocesas {Child: 1882.98) .El compendio de Child manipula efectivamente slo, como

    si los folkloristas hubiense encontrado que la balada estaba realmente muerta en la

    actuacin entre la gente iletrada.

    Aun estudiamos el folklore primariamente como fragmentos de registros de habla

    y actuaciones, items que emergen totalmente formados en ei pasado que encontraron su

    camino hasta las prcticas presentes . Materiales menos antiguos se han convertido en

    atractivos para los folkloristas en tanto manifiestan propiedades caractersticas de la

    tradicin oral transmitidos a travs del tiempo y del espacio, aunque las dimensiones de

    tiempo y espacio no son tan grandes ni tan profundas. Tales fragmentos tienen unatractivo para ellos, un aura ( para usar el trmino de Walter Benjamn )(1969) para este

    fenmeno efmero que los hace aparecer poderosamente autnticos quizs por su

    caracter . Esto es, los valoramos precisamente porque ellos parecen y desaparecen

    delante de nuestros propios ojos. Como fuegos artificiales y velas y otros implementos

    festivos las prcticas tradicionales parecen consumirse a si mismas, an mientras

    contribuyen al sentido de que el pasado es recapturado en el evento presente . Elfolklore porta un reconocimiento del pasado en el presente. En la medida en que lo

    folkloristco es hstorizado su dimensin del saber que indica su uso en el pasado

    seguramente proveer la clave para futuros anlisis.

    Estas ficciones asignan poderes especiales a aspectos de la memoria. Los

    folkloristas han suscripto desde hace mucho a la idea de que cierto genio mnemnico es

    convocado en la actuacin y trasmisin de fragmentos del pasado, un genio que de

    alguna manera declina -o deviene en un talento menor- con la aparicin del alfabetismo,

    hemos peleado una virtuosa accin defensiva, para sen/ir al mantenimiento en el

    presente de modos de hacer y pensar del pasado meintras ahecemos a estos antiguos

    modos algo ms tiles, porque precisamente estn vinculados con la antigedad o a

    aquel tiempo resistente a la destruccin, cuando la gente se tena ms autoconfianza y

    quizs era an ms clida una con otra.

    Eli folklore y las versiones reircionadas a la comunidad.

    Hasta ahora me he centrado en items y objetos dislocados en tiempo y espacio,

    como tambin ios valores puestos en sus colecciones y anlisis. Pero estos fragmentos

    han portado mensajes implcitos de un estilo de vida comunitaria en la cual los items en

    si mismos registran esos valores cuando el pueblo experimenta su ausencia. Los

    regmenes nacionalistas estiman al folklore debido a la forma de vida comunitaria que

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    18/29

    presumiblemente fue responsable de su produccin original. Esta visin del folk necesita

    ser sometida tambin a una consideracin reflexiva.

    Mientras que serva comnmente a los deseos expansionistas de la aristocracia

    o de regmenes burgueses y cosmopolitas, en el nacionalismo descansa sobre la nocin

    de comunidad como las bases de la identidad nacional. La confusa nocin concomitante

    de ciudadana vincula la habilidad para construir yo pblico y hacer una identificacinemocional de, por lo menos, esta dimensin pblica del yo con el estado. Como dice

    Bennedict Anderson el estado es "imaginado como comunidad, porque, dejanron de lado

    la actual inequdad y explotacin que puede prevalecer en cada una , ia nacin es

    siempre concebida como una camaraderia profunda horizontal (Anderson, 1983:16) La

    marca de esta camaradera es la voluntad el deseo sde trabajar, pelear y an morir para

    mantener ia integridad de la comunidad y sus valores tai como estn escritos en trminos

    nacionales. En esta lnea de pensamiento es autoevidente que parece haber un

    prstamo de la tenminologa de una banda guerrera.

    En la teora evolucionista del desarrollo de la civilizacin, la banda guerrera es

    asociada con brbaros, difcilmente lo que uno podra identificar cuando imagina una

    comunidad folk. Aun uno de las ms inexploradas dimensiones de la invencin del

    folklore yace en cmo los nacionalistas continuamente regresan a ideas de formacin

    social que ellos creen que existieron antes del advenimiento de la civilizacin del

    cosmopolitismo y el desarrollo de la sofisticacin tecnolgica bajo las condiciones del

    temprano capitalismo. Tal como ios gneros del saber fueron a menudo artefactos de

    una anticuada nocin del pasado" as tambin fueron constnjidas las comunidades folk

    a partir del sueo burgus y expansionista de la buena vida.

    La disciplina del Folklore emerge en parte de esta perspectiva esencialmente

    retrgrada o antimodema. Jackson Lears describe este sentimiento de sobredvilizacin

    el cual en el siglo 19 se desan-oll bajo "un signo de una amplia insatisfaccin

    transatlntica con la cultura moderna (Lears 1981:4) Not que vacilantes, medio

    conscientes, europeos y americanos comenzaron a reconocer que el triunfo de la cultura

    moderna no haba producido gran autonoma como se sostena sino que por el contrario

    haba resaltado un sentido creciente de impotencia moral y esterilidad espirituai-un

    sentimiento de que la vida se ha convertido no slo en sobre civilizada sino curiosamente

    irreal- (Leras 1981:4-5).

    Al componer una sociedad que parte de la vida moderna, la tctica retrica

    standard de los antimodemistas fue ubicar en su centro pueblos a quienes representaron

    en trminos de las ms benignas dimensiones en el proceso de estereotipacin

    proyectando una clase de sociedad simple, y temprana en el terreno y aquellos que

    podan ser identificados como indgenas. Aquellos delimitados como representantes de

    estas altemativas fueron sometidos a ser tipificados, sino como nobles salvajes por lo

    menos como amables pastores o labradores todos de alguna manera viviendo en

    armona con las estaciones permaneciendo cerca de la tien"a.

    Tanto,el Folklore como la Antropologa emergieron a fines del siglo 19 de alguna

    parte de este deseo de contener el exceso de modemidad. Al construir una nocin de

    tradicin de las ideas del sentido comn del pasado los dos campos comparten un

    sentido de frustracin al cual Franz Boas llam "la opresora autosuficiencia de la cultura

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    moderna (boas 1907:63) y en el corriente sentimiento que muchas dimensiones

    valiosas de la experiencia humana han sido prdidas frente a la emergencia del

    cosmopilitismo T a l declaracin ideolgica est lejos de morir en estos campos

    hermanos.

    Aunque el proceso civilizatorio les apareci a muchos ser parte y terreno del

    progreso humano, a muchos otros los vi culos de la comunidad y los valores de laescala humana pareceran estar bajo ataque tanto como las naciones estados

    expandan su indinacin poltica y econmica sobre buena parte de! resto del mundo.

    La atraccin de folkoristas y antroplogos por unidades culturales menos desarrollada y

    de menor escala con frecuencia deriva de una perspctiva que privilegia pequeas

    cxmunidades y la sutiliza de su sistema sociocultural, los cientficos sociales creyeron

    que estos grupos se haban desarrollado en aislamiento.

    Explorando estos desarrollos, Richard Bauman dice; folklore, en sus orgenes,

    fue parte de un amplio esfuerzo intelectual por conocer la vida social y la

    transfonmacin social dentro de un unificada estructura de referencia" (Bauman

    1989; 177).Este esfuerzo incluy la clasificacin de grupos, desde los ms pequeos a

    las sociedades ms amplias . ambas formas de vida rural y urbana , ambas formas

    verncula y cultivada (Bauman 1989:178).Una vez hecha , la distincin entre

    Gemienschaft y gesseischaft, como el contraste entre culturas folk y urbana, alcanzar

    un estilo de vida propio, estableciendo un conjunto contrastivo de rasgos en los que

    continan manifestndose ellos mismos en la teorizacin folkloristica. En tanto

    argumento acerca del rango de posible sociedades y como un modo de persuadir

    ante los fracasos de la modernidad., tal categorizacin distribuye algunos mensajes

    efectivos. Pero las costumbres tanto de pastores o grangeros no corresponden a estas

    ficciones. La marginalizacin social que emerge a partir de la tipicacin no solo conduce

    a un esencialismo simplista leyendo la cultura de estos otros, los exticos nativos ,

    pero estos tambin continen dentro de si el meollo del racismo que creci de las

    pervertidas variaciones del Nacionalismo Romntico que han suscripto muchas

    versiones de genocidio del siglo 20.

    En un intento de rodear las imprecisas ideas de la comunidad, los folkloristas de

    persuacin sodolingstica han seguido a Dell Hymes y otros etngrafos de la

    comunicacin en redefinir el tnmino simplemente al referirio al pueblo que emerge a

    partir de la expriencia en comn . Aunque los folkloris tas han cambiado el paradigma

    por medio del que operaban a partir de uno que ve la cultura y al folklore alineado con

    la historia natural a uno que destaca la sistematicidad del sistema expresivo como el

    resultado de un emergente cultural, nuestra terminologa no se ha alterado

    mayormente.

    Los deslizxamientos semnyticos se asientan en el habla tarto pblica como

    profesional que circunda la actuacin de la trad idin, y nuestros pensamientos se

    desplazan a lo largo de ellos.

    Tanto como nosotros imaginemos que el folklore reside en pequeos grupos

    especialmente aquellos orgnicamente conectados a la tierra en comunidades

    pequeas y autocontenidas, continuaremos romantizando la empresa del Folklore. Los

    folkloristas cientficos operarn como si la tarea primaria fuera la de registrar el desarrollo

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    natural de los repertorios culturales y cmo emergen naturalmente de las experiencias

    histrica compartida por el grupo.

    Tal perspectiva presume que el carcter esttico tanto de la tradicin y su

    actuacin es autoevidente, lo que tambin implica un pensamiento estereotipado , que

    puede inadvertidamente jugar en las manos de pensadores racistas. Pwero lo ms

    importante de este punto de vista devaluado del sentido comn, simplemente porque lanocin de lo folk porta un buen trato de parafemalia de esta interpretacin romntica.

    La discusin del saber como tradiciones inventadas y el folk como comunidad

    imaginada de ninguna manera sovaca el poder de estas ficciones sostenidas por

    nosotros.

    Los folkloristas estn bien posicionados para comentar la produccin de

    tradiciones inventadas y comunidades imaginadas por las que identidades nacional,regional y local son fomiadas y el paisaje sacralizado , transfonmado en patria. Estas

    "comunidades nacionales que no encontramos en cualquier da se de comunidad local,

    son como benedict Anderson explica imaginada porque los miembros no se conocen

    uno con otro, tiene pocos modos de encontrarse uno con otro an cuando en la mente

    de cada uno vive la imagen de su comunin (1983:18). En su sntesis de pensamiento

    nacionalista Anderson seala que todas las comunidades ms amplias que la aldea

    primordial de contacto cara a cara (y quizs aun stas) son imaginadas.Las

    comunidades debenm ser distiunguidas no por su falsedad/genuinidad , sino por el

    estilo en que ellas son imaginadas (Anderson; 1983:18).

    El analisis de Anderson es penetrante y til para comprender nuestra historia

    disciplinaria. Todos los cambios profundos de la conciencia, por su propia naturaleza,

    traen con ellos amnesias caractersticas , el argumento fuera de tai olvido, en

    circunstancias histricas especficas, surgen narrativas.Anderson pone de manifiesto el

    desarrollo de ia historia de vida como un soporte para cubrir esta amnesia, construida de

    fragmentos de la infancia como algo mantenido en forma material, fotografa, informes,

    certificados de nacimiento, orts y tiesto del pasado con registros s imultneamente... una

    cierta aparente continuidad y nfasis en su prdida de parte de la memoriaEI finaliza el

    pensamiento Fuera de este enajenamiento deviene una concepcin de la

    personalidad, identidad que debido a ello puede no ser recordada, debe ser narrada

    (Anderson 1983:204).

    Pero qu cul es la importancia de estar cerca del problema de estas

    comunidades

    imaginadas? 'Tanto para conlas personas modernas, como

    paraconlasnacionesAnderson responde."Lconciencia de estar empapadoen un tiempo

    serialsecular.con todas sus implicaciones decontinuidad, an con elolvido de la

    experiencvia de esta continuidad...engendra la necesidadde unanarrativa dea

    identidad.Y estos relatos de la vida nacional de los modernos estados naciones (

    como opuestos a, dice, Roma o Ingiaten-a) comunmente no cambia demasiado los

    relatos de los hroes fundadores sino en los relatos de servicio,sacrificio y muerte de

    aquellos que murieron por la causa en el momento de ruptura, revuelta y revolucin

    (Anderson 1983:204-205).

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    As hay dos narrativas de identidad entretejidas, la persona! y la socialpara usar

    la distincin de trminos realizada por Maurice Halbwachs. En su temprano estudio

    Halbwachs que parecer ser sometido a la recuperacin por parte de losfolkloristasy otros

    cientficos sociales, focaliza en lamemoria social y colectiva. El insiste en la conexin

    entre estas dos clases de relatos, aquelos que emergen a partir de la memoria

    autobiogrfica y ios que surgen de la memoria histrica ,La primera", el sostiene, harauso de la ltima, dado que nuestra historia pertenece, despus de todo, ala historia

    general. Naturalmente, la memoria histrica cubrira un extensin de tiempo mayor. Sin

    embargo, representara El pasado slo de un modo esquemtico y condensado

    {Halbwachs 1980:53),

    A las dos nociones de formacin de identidad de Halbwachs y Anderson , los

    folkloristas americanos han ofrecido una tercera; identidad bajo rolica, tnica oidentidad diferencialpara usar El trmino de Bauman para El fenmeno (Bauman 1972,

    Bauman y Abnahams 1981). Esta perspectiva llama la atencin acerca de la existencia

    de una pluralidad de identidades posibles, subrayando la nocin de que algunos roles

    son opuestos, es decir, en contraste con aquellos iocaizados por la sociedad

    dominante. Reconocer la posibilidad de ia formacin de tal role facilita la comprensin de

    otra clase de nacionalismo cultural, la clase que emerge cuando grupos minoritarios o

    tnicos buscan afinmar sus diferencias frente a las fuerzas de homogeneizacin como

    estas fuerzas sirve para la subordinacin poltica.

    La folklorista Carol Silverman ha construido una interpretacin seria de cmo el

    folklore ha entrado en la formacin de nacionalidades especficas en Europa Oriental.

    EI significado de la historia desde ia perspectiva de las naciones , elia nos dice, es una

    combinacin de interpretaciones individuales y colectivas que no es equivalente a la

    verdad objetiva pero de muchas maneras ms interesante" (Silverman 1989; 149).Y bajo

    condiciones de poltica servicial , esta negociacin es de lo ms importante para el

    mantenimiento de la alternativa de identidades nacionales y locales que enfrentan un

    internacionalismo ideolgicamente inspirado.

    En relacin al folklore en ia prosecucin de esta empresa nacionalista nos

    involucra en una reflexin de la asuncin y prcticas del campo. La historia de la

    disciplina , vinculada como est a esta compleja constmccin cultural, contina

    afectando el modo en que definimos nuestros trminos y conceptos bsicos. As, la

    historia codificada en las palabras claves del discurso , determina muchos de los

    modos en que pensamos y argumentamos.

    Los folkloristas hemos expandido el rango de situaciones y materiales que

    estudiamos. Pero los trminos claves que usamos en la prosecucin de nuestro anlisis

    naniene su nostlgica conexin con el pasado en que la agricultura era proveedora de

    los principales medios de subsistencia. La idea de comunidades granjeras mantiene su

    asidero en la imaginacin burguesa.

    En la noche, especialmente durante los largos tiempos de mediados del invierno y

    del verano cuando las tareas son quizs no prioritarias de las energas de la comunidad,

    la gente anciana recuerda historias y canciones aprendidas cuando ellos eran jvenes

    .Sentados alrededor del fuego invernal o en el porche o alrededor del campamento a

    mediados del verano, las memorias de la gente rural parecen ser llamadas al finalizar la

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    hora , la presencia de gente de muchas generaciones , y memorias del pasado en tales

    tiempos cuando la gente anciana era impulsada a contar sus historias y cantar sus

    cantos. Esta visin de situaciones de actuacin anima algunos de los infc.mes de

    folklore ms conspicuos , desde ios Grimm a los ms recientes etudios de Glassie;

    Falassi; Mathias y Raspa, y Finnegan para citar unos pocos (Faiassi 1980; Finnegan

    1967; Glassie 1982, Mathias and Raspa 1985), al tiempo que ha atrado aquelloshistoriadores que han penetrado en el folklore con alguna profundidad.

    Lo que no es argumentar que todo los folkloristas continan ubicando el lugar de

    la produccin del folklore en tales espacios de intimidad. Mas bien la disciplina est

    habitada por los fantasmas de las prcticas pasadas manifiestas en el vocabulario que

    empleamos y en los sitios que elegimos para ilustrar lo que hacemos , en nuestra

    enseanza y en el desarrollo de nuestra investigacin. Al compilar trabajos de estaclase, mantenemos la impresin que el folklore es mejor conocido en el centro de

    operaciones del hogar o en algn lugar comnmente caracterizado por la conversacin

    buena y amistosa. En tanto que la disciplina est habitada por el fantasma de las

    prcticas pasadas manifiesta en el vocabulario que empleo y los sitios que elegimos

    para ilustrado que nosotros hacemos, en nuestra enseanza y en el desarrollo de

    nuestra investigacin. Hasta aqu es como es compuesta la idea de colectividad

    (folkness) por nuestros sueos de comunidad, la preservacin de estas nociones ha sido

    importante para mantener nuestro sentido de lo bueno.

    Pero el sueo comunitario manifiesta en s mismo modos ms particulares en los

    recientes desanollos de la folklorstica. A causa, de la folkloristica centrada en la

    actuacin inspirada en la Sociolingstica, nuestras normas de interaccin parecen

    proceder del mismo lugar, la amistosa discusin mejor llevada a cabo junto al fuego. Tal

    es la matriz de la que las definiciones de folklore como conducta artstica en pequeos

    gmpos parecen emanar. Desde estas perspectivas el folklore sobrevive en las relaciones

    cara a cara que emergen dentro de pequeos grupos (o comunidades) , tanto amigos

    como familiares se entretienen e instnjyen unos a otros, para elevar la conducta hacia la

    esttica de la narracin. (21) Hemos dejado esta perspectiva sin ex am inar, reificndola

    por medio de los gneros tradicionales nosotros asumimos como los ms

    representativos de la tradicin oral en general. Idealmente, mantenemos , estas son las

    formas que emergen en estas escenas del hogar - cuentos maravillosos, mitos, baladas,

    proverbios, fbulas, parbolas, adivinanzas, supersticiones y ms recientemente, las

    narrativas de expriencia personal.

    Hemos, tambin, reificado la imagen del folk amistoso y su saber con ideas

    simplificadas de la transmisin que hemos empleado, implcita o explcitamente, en el

    anlisis distribucional de tems especficos de la actuacin. En esta visin de cmo

    opera la tradicin, el folklore es actuado y transmitido de un individuo a otro. Los

    cambios en los textos ocurren, entonces, cuando la recepcin del mensaje o la memoria

    individual fracasa de algn modo, un relato o cancin es incorrectamente oda o mal

    recordada y su sentido tiene que ser restaurado. Las interacciones cara a cara se

    toman oportunidades para que un individuo actu para otros, con otros individuos

    aprenda la cancin o el relato, y el intento de reproducirio cuidadosamente.

    Seguramente, las adaptaciones ocun'en en tales entretenimientos de hacer relatos o

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    canciones, proverbios o adivinanzas, apropiados para sus audiencias , y quizs inclusive

    ocurran variaciones estables locales.

    Mientras que los folkoristas centrados en el evento y la actuacin han intentado

    reorientar los modos de describir la praxis tradicional interculturalmente, estos cambios

    han alterado poco el relato general de cmo los Items del folklore son transmitidos. En

    verdad, esta rama de la folklorstica puede justamente ser criticada por su focalizacinen la produccin de actuaciones tradicionales que nosotros hemos emplazado en el

    mechero trasero que han sido nuestros asuntos claves; el proceso de transmisin y

    difusin.

    Sin embargo, a travs de una preocupacin sobre pensada que mantiene al

    folklore en lnea con otras empresas etnogrficas que buscan comprender las reglas

    de interaccin en la vida cotidiana, nos retiramos de la tarea de comprender donde elfolklore y otras formas de juego imitativo intersecta.

    Como ios estudios etnogrfico se tomaron ms afinados , gracias a los soportes

    de registros que permiten al observador registrar lo ms completamente los relatos de la

    conducta corriente y la actuacin, datos de rango acrecentado y profundizado

    encuentran su camino en los informes monogrficos. Entre aquellos involucrados en este

    engrosamlento dei registro etnogrfico, hay una creciente conciencia que los folkloristas

    centrados en el evento de la actuacin han trabajado hacia una posicin terica por la

    que es posible relatar ms plenamente la riqueza de estos intercambios simblicos.

    Un folklorista que trata con descripciones de expresiones situadas con poca

    atencin a las manifestaciones de poder local, mucho menos al desarrollo de una

    conciencia del sentido nacional . Seguramente, tales preocupaciones del poder son

    manifiestas en el trabajo de los folkloristas involucrados con grupos que se definen

    asimismo contrastivamente con los Euroamericanos, especialmente Afroamericanos y

    Mexicoamericanos. El ms notable aqu es el trabajo de Amrico Paredes. Empleando

    tanto textos de informes como escenas observadas etnogrficamente, sus colegas y

    seguidores han deletreado los modos en los que las identidades culturales pueden ser

    logradas por un grupo marginalizado frente a la cultura mayoritaria (23) Estos estudios

    sugieren que la comprensin del despliegue de las relaciones de poder dentro de

    contextos de folklore actuado pueden ser tiles medios de alcanzar en la formacin de

    la identidad dentro de tales comunidades. Este rango de estudios privilegia el saber de

    confrontacin de los relatos actuados, y las canciones que justamente focalizan en tales

    confrontaciones entre gnjpos.

    En un sentido verdaderamente real , tal saber es justamente constitutivo de las

    identidades tnicas. La etnicidad se logra en el relato de historias o el canto de estas

    canciones . Pero esto no hace a la identidad o a esta comunidad de intenrs menos

    imaginada. Como Richard Handier y Jocelyn Linnekin sealan en un artculo que

    esbozan el logro de la identidad nacional y tnica en dos situaciones contemporneas

    en Hawaii y Quebec: la tradicin no puede ser definida en trminos ilimitados, de

    donaciones o esencias. Ms bien, la tradicin se refiere a un proceso interpretativo en

    el que la idea est bajo constante reinvencin o reinterpretacin , y la evidencia suele

    aducir que tales identidades cambian tambin (Handier y Linnekin 1984:273; cf

    Hobsbawn y Ranger 1983).

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    Un nmero de folkloristas, mayonmente preocupados con ios usos del saber en

    ios movimientos nacionales en Europa, han identificado y analizado las maneras en que

    los partidos polticos (ya sea en el poder o explcitamente denegado) han utilizado el

    folklore en escenarios pblicos y con medios de amplificacin y registros para afirmar

    identidades nacionales. Hay alguna duda acerca de que estos usos han entrado en los

    recientes desarrollos de polticas en el bloque Oriental y auxilian a numerosos gaipos en

    el mantenimiento de su status nacional?

    Dada ta tendencia entre los folkloristas alemanes a considerar la cuestin de la

    naturaleza poltica del folklore como el modo de fondear en el mismo el cmulo de temor

    del uso Nacional Socialista de las tradiciones germnicas , esta perspetiva es ahora

    familiar en la discusin del folklore europeo (Ben-Amos 1990; Bendix 1988; Dettmer

    1992).Pero como Silverman puntualiza en el cdigo de su ensayo, el mensaje slo ha

    comenzado a ser registrado en los Estados Unidos, como desarrollamos un aparato

    critico por tratar con cuestiones de Intervenciones culturales auspiciadas por el gobierno.

    Ella finaliza con una nota de salutacin:

    Nosotros no tratamo s ac j con c uest iones de hecho sino con form aciones ideolgicas, (a tarea, en

    otras palabras, es localizar la autenticid ad com o concepto nativo e inves tigar c mo y por qu es uti l izado

    por las eiites y len con tra por las no elites. El proceso de definir la auten ticid ad necesita ser explorado no

    slo en le pasado, don de la dist ancia y la doc um entacin ayud a en la identif icacin de motivos y fuerzas,

    sino tambin en sociedades contemporneas, donde los anlisis etnogrficos e intertextual ofrecen

    perspectivas sobre las con struccio nes simb licas" (Silverman 1989; 158).

    Las implicaciones de programas cada vez ms reflewvos debidos a los esfuerzos

    auspiciados por los gobiernos -local, nacional e internacional son patentes.

    Relacionar el folklore a panoramas ms amplios y formaciones sociales mayores

    de modo que tome en consideracin a los movimientos nacionales an de una manera

    crtica debe ser por lo tanto nuestra prxima tarea. Hemos sido asistido en esta tarea

    por el critico cultura'I Ajuna Appadurai quien ha creado un modelo para el estudio de

    actividades expresivas mediadas en paralelo con su posicionamento en un panorama

    (Appadurai, 1990). Y en una visin general ms reciente de un gnjpo de ensayos que

    exploran algunas de las ricas tradiciones orales del Asia del sur Appadurai se esfuerza

    en descubrir como las tradiciones locales socialmente construidas entran en el universo

    ms amplio de las formaciones culturales (1991). Al encontrar estos ensayos y otrosestudios folklricos ricamente contextualizados dice: ambos el saber recogido ....y el

    grpo que lo produce y disfn jta. son realidades mucho ms complejas que lo que esos

    trminos nos han permitido imaginar" La limitacin terminolgica del sistema del discurso

    de la folkloristica contina proveyendo una especie de resistencia para l, como la

    homogeneidad artificia! implicada por el trmino folklore enmascara muchas

    diversidades sociales; de clase, de gnero de regin, de habilidades, de gusto ytemperamento. Lo que es ms, la idea del "grupo...crea una ilusin no slo de

    homogeneidad sincrnica sino tambin de fijeza histrica y geogrfica" (Appadurai, 1991;

    468-469).

    La desconfianza de Appadurai de nuestros trminos claves emerge de la

    imprecisin semntica una incomidad compartida con muchos folkloristas. Esta