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FE MÁS QUE PERFECCIÓN: APRENDIENDO DE LA VIDA DE …

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FE MÁS QUE PERFECCIÓN: APRENDIENDO DE LA VIDA DE ABRAHAM E ISAAC

Copyright © 2021 por Love God Greatly Ministry – Ama a Dios Grandemente

Se garantiza el permiso para imprimir y reproducir este documento con el propósito de completar el estudio bíblico de Fe más que Perfección: Aprendiendo de la vida de Abraham e Isaac. Por favor, no alterar este documento en forma alguna. Todos los derechos reservados.

Publicado en Dallas por Love God Greatly.

Bibliografía:

Hamilton, Victor P. Handbook on the Pentateuch, Second Edition. Grand Rapids, Michigan: Baker Academic, 2005.

Ross, Allen P. Creation and Blessing: A Guide to the Study and Exposition of the Book of Genesis. Grand Rapids, Michigan: Baker Book House, 1998.

RV2020 © Sociedad Bíblica of Spain Used with permission

C U A N D O L A S M U J E R E S

E S T A N E Q U I P A D A S C O N

E L C O N O C I M I E N T O

D E L A V E R D A D D E L A

P A L A B R A D E D I O S , E L

M U N D O C A M B I A , C O N

U N A M U J E R A L A V E Z .

C O N T E N I D O

BIENVENIDA

AMA A DIOS GRANDEMENTE

NUESTRA MISIÓN

MÉTODO DE ESTUDIO

TESTIMONIO

ALCANCE GLOBAL

CONOCE ESTAS VERDADES

INTRODUCCIÓN

PL AN DE LECTURA

OBJETIVOS

SEMANA 1

SEMANA 2

SEMANA 3

SEMANA 4

SEMANA 5

SEMANA 6

ACOMPÁÑANOS

PARA TÍ

003

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165

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HEMOS ORADO POR TI ; NO ES UNA COINCIDENCIA QUE ESTÉS PARTICIPANDO EN ESTE ESTUDIO.

SabesSabes??

3

Estamos muy contentas de que hayas decidido acompañarnos en este estudio bíblico. Antes

que nada, tienes que saber que hemos orado por ti. No es una coincidencia que estés participando en este estudio.

Nuestra oración por ti es sencilla: que estés más y más cerca del Señor a medida que profundizas en Su Palabra cada día. Cada día, antes de leer los pasajes asignados, ora y pídele a Dios que te ayude a comprenderlos. Invítale a hablarte a través de Su Palabra. Y después, escucha. Es Su trabajo hablarte y el tuyo escuchar y obedecer.

Toma tiempo para leer los versículos una y otra vez. Se nos dice en Proverbios que, si buscamos, hallaremos: “Si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios” (Proverbios 2:4-5)

Todas nosotras en Ama a Dios Grandemente no podemos esperar a que comiences y esperamos verte en la línea de llegada. Resiste, persevera, sigue adelante y no te rindas. Termina bien lo que estás comenzando hoy.

Estaremos contigo a cada paso del camino, animándote y orando por ti. Estamos en esto juntas. Veamos lo que Él tiene para cada una de nosotras en este estudio. Acompáñanos mientas aprendemos a amar a Dios grandemente con nuestras vidas.

¡ B I E N V E N I D A A M I G A !

4

A M A A D I O S G R A N D E M E N T E

Ama a Dios Grandemente existe para inspirar, animar y equipar a las mujeres alrededor del mundo a hacer de la Palabra de Dios una prioridad en sus

vidas.

INSPIRAR a las mujeres a hacer de la Palabra de Dios una prioridad en sus vidas a través de nuestros recursos de estudio bíblico.

ANIMAR a las mujeres en su caminar diario con Dios a través de comunidad en línea y personal.

EQUIPAR a las mujeres a crecer en su fe, para que puedan alcanzar a otras para Cristo de manera efectiva.

Comenzamos con un sencillo plan de lectura, pero no termina ahí. Algunas se reúnen en hogares e iglesias de manera presencial mientras otras se conectan en línea con mujeres alrededor del mundo. Sea cual sea el método, unimos fuerzas con el propósito de amar a Dios Grandemente con nuestras vidas.

En Ama a Dios Grandemente encontrarás mujeres reales y auténticas. Mujeres que son imperfectas pero perdonadas. Mujeres que quieren menos de ellas mismas y mucho más de Jesús. Mujeres que anhelan conocer a Dios a través de Su Palabra porque sabemos que la Verdad transforma y nos hace libres. Mujeres que son mejores juntas, saturadas en la Palabra de Dios y en comunidad unas con otras

ADG está comprometido con proveer materiales de estudio bíblico de calidad y cree que las finanzas no deberían interponerse para que una mujer pueda participar de nuestros estudios. Es por eso que todos los estudios en todas sus traducciones puedes descargarse de manera gratuita desde AmaaDiosGrandemente.com para todas aquellas que no pueden permitirse comprarlos. Nuestras guías devocionales pueden comprar en Amazon (en ingles por ahora). Busca “Love God Greatly” para ver las guías disponibles.

Ama a Dios Grandemente es una organización sin ánimo de lucro 501 (C) (3). Los fondos provienen de donaciones y beneficios de nuestros estudios bíblicos y libros a la venta. El 100% de las ganancias regresan directamente al ministerio para sostener económicamente a Ama a Dios Grandemente y ayudarnos a inspirar, animar y equipar mujeres alrededor del mundo con la Palabra de Dios.

Brazo a brazo, mano a mano, hagamos esto juntas.

ENCONTRARÁS MUJERES IMPERFECTAS, PER O PERDONADAS

5

L A N E C E S I D A D

Billones de mujeres alrededor de mundo no tienen acceso a la Palabra de Dios en su idioma natal. Algunas de las que lo tienen, no encuentran estudios Bíblicos para mujeres diseñados y escritos especialmente para ellas.

L A M I S I Ó N

En Ama a Dios Grandemente, preparamos estudios Bíblicos en más de 30+ idiomas. Equipamos misioneros, ministerios, iglesias locales, y mujeres con la Palabra de Dios de una manera sin precedente, cuando permitimos que las guías sean descargadas de manera gratuita desde nuestros sitios internacionales.

Al estudiar la Biblia en su propio idioma con comunidades de ideas afines, las mujeres son capacitadas y equipadas con la Palabra de Dios.

Creemos que cuando las mujeres leen y aplican la Palabra de Dios a sus vidas y aceptan el amor inmutable de Dios, el mundo será un lugar mejor. Sabemos que una mujer en la Palabra de Dios puede cambiar una familia, una comunidad, una nación …una mujer a la vez.

Ú N E T E A N O S O T R A S

Non gustaría mucho que nos acompañaras en esta misión de proveer a las mujeres alrededor del mundo el acceso a la Palabra de Dios y a materiales de calidad para sus estudios Bíblicos. Si tienes alguna pregunta o para mayor información, puedes visitarnos en línea o enviar un mensaje. Nos encantaría saber de ti.

[email protected]

LOVEGODGREATLY.COM

AMAADIOSGRANDEMENTE .GU I SETTE@ GM AI L .COM

AMAADIOSGRANDEMENTE .CO M

N U E S T R A M I S I Ó N

6

E O A OM é t o d o d e E s t u d i o B í b l i c o

En Ama a Dios Grandemente, creemos que la Palabra de Dios es viva y eficaz. Creemos que las palabras que encontramos en las Escrituras son poderosas,

efectivas y muy relevantes para la época y la cultura en la que vivimos. Sabemos que la Biblia fue escrita para el pueblo y para situaciones específicas de determinado tiempo. Creemos que, para interpretar la Biblia de manera correcta, debemos entender el contexto y la cultura de la época en que fueron escritos los originales.

Al estudiar la Biblia, usamos el método EOAO. Este acrónimo significa Escritura, Observación, Aplicación y Oración. Una cosa es leer las Escrituras solamente, pero cuando interactuamos con ella, de una manera intencional y tomando tiempo para reflexionar, la verdad salta a nuestra vista. El método EOAO nos permite profundizar en las Escrituras y ver mucho más de lo que se puede obtener con una simple lectura. Nos permite ser no solo oidoras, sino también hacedoras de la Palabra (Santiago 1:22).

En esta guía devocional, encontrarás lectura diaria y versos para llevar a cabo tu devocional. Leeremos una porción diaria de versículos y aplicaremos el método EOAO a algunos de ellos. Creemos que al usar este método podremos obtener un mayor entendimiento de las Escrituras, lo que nos permitirá aplicarla a nuestra vida de manera práctica.

Los ingredientes más importantes del método EOAO es la interacción que tendrás con la Palabra de Dios y la aplicación de ella a tu vida. Tómate un tiempo para estudiarla con cuidado, descubriendo la verdad del carácter de Dios y Su corazón para Su pueblo.

NUNCA ES PERDER EL TIEMPO CUANDO LO DISPONES PARA LEER LA PALABRA DE DIOS.

ELLA ES VIVA, PODEROSA Y EFECTIVA; TE HABLA DIRECTAMENTE POR MEDIO DE ELLA

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Apocalipsis 12 : 1 0

Entonces oí una gran voz en el cielo , que decía :

«Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro

Dios y la autoridad de Su Cristo[a[, porque el acusador de

nuestros hermanos , el que los acusa delante de nuestro Dios día

y noche , ha sido arrojado .

2 Tesalonicenses 3 :3

Pero fiel es el Señor , que os afirmará y guardará del mal.

Gran voz, poderoso , conocedor

Somos acusadas día y noche – es una batalla constante

El Señor ayudará , establecerá y me protegerá.

El está siempre.

Él es constante , un guardián en mi vida , protector

E O A OM é t o d o d e E s t u d i o B í b l i c o

E E S P O R E S C R I T U R A S .

Escribe los versículos por lo menos una vez.

Lentamente copia el pasaje del texto, enfocándote en lo que estas escribiendo.

Si lo escribes más de una vez, siempre será más gratificante.

O E S P O R O B S E R VA C I Ó N .

Toma un tiempo para observar el pasaje.

¿Qué puedes observar en los versículos que estás leyendo?

¿Cuál es la audiencia a la que se está intentando llegar?

¿A quién le habla el escritor? ¿Cuáles son los factores culturales de la época?

¿Qué factores culturales son importantes? ¿Hay palabras que se repiten? ¿Qué tipo de géneros literarios son usados?

8

Recuerdo que la fuerza de Dios es más poderosa que cualquier

otra cosa .

Memorizar estos versículos y repetirlos todos los días esta

semana.

Pedirle a Dios que fortalezca mi fe en Él.

Confiar en que Dios me librará del mal.

Orar por mis hermanos y hermanas en Cristo .

Amado Dios ,

Gracias por ser constante , fiel y amoroso conmigo y con mi

vida. Ayúdame a aumentar mi confianza y fe en ti todos los

días y en los momentos difíciles .

Ayúdame a saber que siempre estás ahí , a mi lado ,

guardándome y protegiéndome. Recuérdame el sufrimiento de

los demás y ayúdame a animarlos en su crecimiento .

Te pido todas estas cosas en el nombre de Jesús.

Amén.

A E S P O R

A P L I C A C I Ó N .

Después de observar con cuidado lo que está sucediendo en el pasaje,

determina el mensaje principal y observa la

verdad del mismo.

¿Cómo puedes aplicar esa verdad a tu vida?

¿Qué acción es necesaria en tu vida después de

leer esa verdad?

O E S P O R O R A C I Ó N .

Ora la Palabra de Dios.

Pasa un tiempo agradeciéndole

Si Él te ha revelado algo durante ese tiempo de oración, considéralo con mayor atención.

Confiesa algún pecado que te haya sido revelado en ese tiempo.

Y recuerda que Él te ama muchísimo.

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I D I O M A D E S T A C A D O

T E S T I M O N I OL G G R a m a S e t s u a n a

El divorcio me cambió. Yo era una mujer muy joven que estaba

ardiendo por Dios y lista para matar gigantes por el reino. Entonces mi vida cambió y vestí la vergüenza resultante como una prenda. Mira, yo soy una niña africana. A nosotras nos enseñan a ser fuertes y resistentes. A nosotras nos enseñan que todo lo soportas y cuando las cosas no funcionan, siempre hay algo que puedes hacer.

Yo sentí los ojos silenciosos del fracaso y la condena. Sentí que le había fallado a Dios, a mi familia, a una lluvia de testigos, y a mi misma. Seguramente, ahora no tengo más lugar en el reino. Me pregunté, ¿cómo podría recuperar mi confianza después de una experiencia tan transformadora? Yo no pude soportar mirar hacia arriba de nuevo, así que me retiré sintiéndome avergonzada.

Luego leí la historia de Abraham y Sara. Dios les prometió un hijo. En lugar de confiar en Dios, aquel que les dio la promesa, ellos siguieron su propio camino. Incluso en sus fracasos, Dios eligió cumplir su promesa a Abraham. Su pecado y fracaso no lo definieron. Más bien, Dios lo consideró justo debido a su inmensa fe.

Si no me salvé la primera vez, ¿por qué pensé que podría sostenerme yo misma

en el camino de una experiencia tan transformadora? Mi experiencia me hizo recordar de la cruz y sobre la cruz, colgaron a un hombre quien redefinió quien soy yo. Cargué con mi vergüenza, llevé mi vergüenza a la cruz y la dejé allí. Lentamente me arrastré hasta los pies de aquel que nunca me desterró en primer lugar de Su presencia.

Después de unos años, sigue siendo un gran privilegio amar y ser amada por Dios. Realmente me esfuerzo por extender ese amor a muchas otras hermanas y espero que mi pequeña contribución a la familia de Ama a Dios Grandemente continúe difundiendo Su amor por todas partes del mundo. Todos los días yo busco ser lo que Dios tiene para mí en Su llamado: Boitumelo, una hermana/mujer Sudafricana que vive por amar a Dios y a amar a las personas.

¿Conoces a alguien que pueda usar nuestros estudios bíblicos de Ama a Dios Grandemente en el idioma de Setswana? Si es así, asegúrate de contarles todos los increíbles recursos del estudio bíblico que ofrecemos para ayudar a equiparlas con la Palabra de Dios.

Boitumelo

LLEVÉ MI VERGÜENZA A LA CRUZ Y LA DEJÉ ALLÍ.

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I D I O M A D E S T A C A D O

A L C A N C E G L O B A LL G G R a m a S e t s u a n a

¿ C O N O C E S A A L G U I E N Q U E P U E D A U T I L I Z A R N U E S T R O S E S T U D I O S B Í B L I C O S D E A M A A D I O S

G R A N D E M E N T E E N E L I D I O M A S E T S U A N O ?

¡Si es así, asegúrate de compartir con ellos sobre estos recursos increíbles de estudio Bíblico que les ofrecemos para que sean equipados con la Palabra de Dios!

PA R A C O N E C TA R T E C O N E S TA R A M A :

[email protected]

¿ C Ó M O P U E D E S O R A R P O R E S TA R A M A?

Para que el avivamiento se extienda por toda la nación de Botswana 

Para que alguien nos ayude con nuestro espacio en las redes sociales. 

Para que podemos seguir construyendo una comunidad LGG en Botswana.

¿ Q U I E R E S AY U D A R ?

[email protected]

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DIOS TE AMA

La Palabra de Dios dice “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

NUESTRO PECADO NOS SEPARA DE DIOS

Todos somos pecadores por naturaleza y elección y a causa de esto estamos separadas de Dios, que es Santo. La Palabra de Dios dice “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).

JESÚS MURIÓ PARA QUE TÚ PUEDAS VIVIR

La consecuencia del pecado es muerte, pero tu historia no debe terminar ahí. El regalo de la salvación está disponible para cada una de nosotras porque Jesús tomó la culpa por nuestros pecados cuando murió en la cruz.

La Palabra de Dios dice: “Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23); “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).

¡ JESÚS VIVE!

La muerte no lo pudo retener y tres días después de que Su cuerpo fuera colocado en la tumba, resucitó de nuevo, derrotando al pecado para siempre. Él vive en el cielo y está preparando un lugar en la eternidad para todos los que creen en Él.

La Palabra de Dios dice “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:2-3)

C O N O C E E S T A S V E R D A D E S

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SÍ , PUEDES SABER QUE ERES PERDONADA

Aceptar a Jesús como Salvador no se trata de lo que tú puedes hacer, sino de tener fe en lo que Jesús ya ha hecho. Implica reconocer que eres pecador, creer que Jesús murió por tus pecados y pedir perdón al poner tu confianza en la obra de Cristo a tu favor.

La Palabra de Dios dice, “que, si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:9-10).

ACEPTA A JESÚS COMO TU ÚNICO SALVADOR

De manera práctica, ¿cómo se hace? Con un corazón sincero, puedes hacer una sencilla oración como esta:

Jesús,Sé que soy pecador. No quiero vivir otro día sin aceptar el amor y el perdón que Tú tienes para mí. Pido Tu perdón. Creo que moriste por mis pecados y te levantaste de la muerte. Rindo todo lo que soy y te pido que seas el Señor de mi vida. Ayúdame a volverme de mi pecado y seguirte a Ti. Enséñame lo que significa caminar en libertad y vivir bajo Tu gracia y ayúdame a crecer en Tus caminos a medida que Te busco más y más.Amén.

CONÉCTATE Y CRECE

Si acabas de hacer esta oración (o alguna parecida con tus propias palabras) puedes escribirnos a [email protected]

Nos encantaría ayudarte a comenzar en este emocionante viaje como hija de Dios.

ComencemosF E M Á S Q U E P E R F E C C I Ó N

Aprendiendo de la vida de Abraham e Isaac

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Después de describir los eventos de la creación y los comienzos de la civilización, el libro de Génesis pasa a narrar acerca de un hombre

llamado Abram. Más tarde, con el nombre de Abraham, este hombre fue elegido por Dios para ser el patriarca de una familia a través de la cual Dios bendeciría al mundo entero. Dios escogió a Abraham para ser el antecesor del Mesías, Jesucristo, a quien Dios enviaría al mundo para salvarlo del pecado y de la muerte.

Abraham fue llamado justo ante Dios debido a su fe. Dios le hizo a Abraham una gran promesa y Abraham creyó que Dios la cumpliría. Prometió darles a Abraham y a sus descendientes tierra propia, y prometió hacer de Abraham una bendición para todas las familias de la tierra. Después de la muerte de Abraham, su hijo Isaac se convirtió en el heredero de la promesa. Dios estableció el mismo pacto con Isaac, continuando con el cumplimiento de Su promesa hasta la próxima generación.

La mayoría de los eruditos están de acuerdo en que el Génesis fue escrito por Moisés durante el tiempo que los israelitas vagaron por el desierto de Zin, alrededor del 1440 a.C. Los capítulos 12 al 28 de Génesis relatan los orígenes de la nación israelita, describiendo a sus antepasados, Abraham, Isaac y Jacob. Moisés escribió el registro de sus vidas para la generación de israelitas que se preparaba para vivir en la tierra que Dios prometió darles. Mientras se preparaban para entrar en la Tierra Prometida de Canaán,

LAS PALABRAS DEL GÉNESIS LES RECORDARON QUIÉN ERA SU DIOS Y CÓMO ERA CAMINAR CON ÉL EN FE.

En medio de ejemplos de la fe e incredulidad de Abraham y su familia, Dios continuamente confirmó y afirmó Su pacto y promesa con él. Abraham no era perfecto. Tuvo muchos momentos en los que sus acciones no se alineaban con su fe en la promesa de Dios. Sin embargo, Dios justificó a Abraham mucho antes de que requiriera de él cualquier cosa que no fuera fe. Podemos aprender a amar a Dios grandemente cuando estudiamos Su carácter de cumplimiento de promesas. Veremos lo que significa caminar en fe, incluso cuando fallamos. Y veremos la compasión y la bondad de Dios al ofrecer misericordia, justicia y fidelidad a su pueblo.

Introduccion´

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P L A N D E L E C T U R A

S E M A N A 1

Ȩ L u n e s Lectura: Génesis 11:27–12:9EOAO: Génesis 12:1–3

Ȩ M a r t e sLectura: Génesis 12:10–20; Filipenses 4:19EOAO: Filipenses 4:19

Ȩ M i é r c o l e s Lectura: Génesis 13EOAO: Génesis 13:15–16

Ȩ Ju e v e sLectura: Génesis 14; Hebreos 7EOAO: Hebreos 7:25

Ȩ V i e r n e s Lectura: Génesis 15; Romanos 4:1–5, 20–25EOAO: Génesis 15:6

S E M A N A 2

Ȩ L u n e sLectura: Génesis 16:1–6; Proverbios 3:5, 16:9EOAO: Proverbios 3:5

Ȩ M a r t e sLectura: Génesis 16:7–15EOAO: Génesis 16:13

Ȩ M i é r c o l e sLectura: Génesis 17; Romanos 4:9–12;Gálatas 6:12–16EOAO: Gálatas 6:14–15

Ȩ Ju e v e sLectura: Génesis 18:1–15EOAO: Génesis 18:14

Ȩ V i e r n e sLectura: Génesis 18:16–33; Salmos 1EOAO: Salmos 1:5–6

Marcalo en la lista

16

S E M A N A 3

Ȩ L u n e sLectura: Génesis 19:1–14; Jueces 19:11–30; Romanos 1:16–32EOAO: Romanos 1:16–17

Ȩ M a r t e sLectura: Génesis 19:15–38; Lucas 17:22–35EOAO: Lucas 17:32–33

Ȩ M i é r c o l e sLectura: Génesis 20; Proverbios 14:1EOAO: Proverbios 14:1

Ȩ Ju e v e sLectura: Génesis 21:1–7; Job 8:20–21EOAO: Génesis 21:1

Ȩ V i e r n e sLectura: Génesis 21:8–21; Gálatas 3:23–29, 4:21–31EOAO: Gálatas 3:23–24

S E M A N A 4

Ȩ L u n e sLectura: Génesis 21:22–34; Romanos 12:9–21 EOAO: Romanos 12:18

Ȩ M a r t e sLectura: Génesis 22:1–19; Hebreos 11:17–19EOAO: Génesis 22:14

Ȩ M i é r c o l e sLectura: Génesis 22:20–24; Hebreos 11:8–12EOAO: Hebreos 11:8–10

Ȩ Ju e v e sLectura: Génesis 23; Hebreos 11:13–16EOAO: Hebreos 11:13

Ȩ V i e r n e sLectura: Génesis 24:1–60EOAO: Génesis 24:7–8

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S E M A N A 5

Ȩ L u n e sLectura: Génesis 24:61–67; Hebreos 11:1, 6EOAO: Hebreos 11:1, 6

Ȩ M a r t e sLectura: Génesis 25:1–11; Hebreos 6:13–20EOAO: Hebreos 6:17–18

Ȩ M i é r c o l e sLectura: Génesis 25:12–18; Josué 21:45EOAO: Josué 21:45

Ȩ Ju e v e sLectura: Génesis 25:19–26; Salmos 113EOAO: Génesis 25:21

Ȩ V i e r n e sLectura: Génesis 25:27–34; 1 Juan 2:15–17EOAO: 1 Juan 2:15–17

S E M A N A 6

Ȩ L u n e sLectura: Génesis 26:1–11EOAO: Génesis 26:3–4

Ȩ M a r t e sLectura: Génesis 26:12–33EOAO: Génesis 26:24

Ȩ M i é r c o l e sLectura: Génesis 26:34–27:29; Romanos 9:6–18EOAO: Romanos 9:14–15

Ȩ Ju e v e sLectura: Génesis 27:30–46; Hebreos 11:20EOAO: Hebreos 11:20

Ȩ V i e r n e sLectura: Génesis 28:1–9EOAO: Genesis 28:3–4

18

T U S O B J E T I V O S

Es impor tante que de termine s t re s ob je t ivo s en lo s que de s ea s enfocar te cada día a l rea l iza s tu devoc ional y pro fundizas en la Palabra de Dio s . A segúrate de rev i sar e s to s en e l t ranscur so de la s s emanas de

e s tudio para que t e apoyen y t e ayuden a mantener te enfocada. ¡Seguro que s i puede s hacerlo. !

U N O

D O S

T R E S

19

S E M A N A 1

“Y Abram creyó en el Señor, y Él se lo reconoció por justicia.”Genesis 15:6´

20

O R A

D E S A F Í O D E L A S E M A N A

Escr ibe tu orac ión y tu s agradec imiento s de la s emana.

Enumera tantas promesas de Dios como puedas. Pon especial atención al contexto de la promesa. Haz una lista de las promesas de Dios, a quiénes fueron hechas y si Dios cumplió o no estas promesas.

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L E C T U R AS e m a n a 1 • L u n e s

G é n e s i s 1 1 : 2 7 – 1 2 : 9

27 Estas son las generaciones de Taré: Taré fue padre de Abram, de Nacor y de Harán. Harán fue padre de Lot. 28 Harán murió en presencia de su padre Taré en la tierra de su nacimiento, en Ur de los caldeos. 29 Abram y Nacor tomaron para sí mujeres. El nombre de la mujer de Abram era Sarai, y el nombre de la mujer de Nacor, Milca, hija de Harán, padre de Milca y de Isca. 30 Pero Sarai era estéril; no tenía hijo. 31 Y Taré tomó a Abram su hijo, a su nieto Lot, hijo de Harán, y a Sarai su nuera, mujer de su hijo Abram. Salieron juntos de Ur de los caldeos, en dirección a la tierra de Canaán. Llegaron hasta Harán, y se establecieron allí. 32 Los días de Taré fueron 205 años. Y murió Taré en Harán. 1 Y el SEÑOR dijo a Abram: «Vete de tu tierra, De entre tus parientes Y de la casa de tu padre, A la tierra que Yo te mostraré. 2 Haré de ti una nación grande, Y te bendeciré, Engrandeceré tu nombre, Y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendigan, Y al que te maldiga, maldeciré. En ti serán benditas todas las familias de la tierra». 4 Entonces Abram se fue tal como el SEÑOR le había dicho, y Lot se fue con él. Abram tenía 75 años cuando salió de Harán. 5 Abram tomó a Sarai su mujer y a Lot su sobrino, y todas las posesiones que ellos habían acumulado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a la tierra de Canaán; y a la tierra de Canaán llegaron. 6 Abram atravesó el país hasta el lugar de Siquem, hasta la encina de More. Los cananeos habitaban entonces en esa tierra. 7 El SEÑOR se apareció a Abram y le dijo: «A tu descendencia daré esta tierra». Entonces Abram edificó allí un altar al SEÑOR que se le había aparecido. 8 De allí se trasladó hacia el monte al oriente de Betel, y plantó su tienda, teniendo a Betel al occidente y Hai al oriente. Edificó allí un altar al SEÑOR, e invocó el nombre del SEÑOR. 9 Y Abram siguió su camino, continuando hacia el Neguev.

22

E O A OS e m a n a 1 • L u n e s

E O A O / E S C R I T U R A S / e s c r ibe lo s ver s í cu lo s de l devoc ional

O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Génes i s 12:1–3

23

A P L I C A C I Ó N / Escr ibe por lo menos 1 - 2 ap l i cac ione s

O R A C I Ó N / Escr ibe una orac ión sobre lo que has aprendido y lo que Dios t e ha reve lado.

24

D E V O C I O N A LS e m a n a 1 • L u n e s

D E V O C I O N A L :

Génes i s 12:1–3

“Y e l SEÑOR di jo a Abram: «Vete de tu t i e rra , De entre tu s par iente s Y de la ca sa de tu padre , A la t i e rra que Yo t e mos t raré . Haré de t i una nac ión grande , Y t e bendec i ré , Engrandeceré tu nombre , Y s e rá s bendic ión. Bendec i ré a lo s que t e bendigan, Y a l que t e maldiga , maldec i ré . En t i s e rán bendi ta s todas la s fami l ia s de la t i e rra» .”

E N E L T E X T O

El libro del Génesis nos proporciona un relato de la creación de la tierra y el plan de Dios para la redención. Los primeros once capítulos del Génesis describen la creación, la caída de la humanidad en pecado y los comienzos de la civilización. Cuando el pecado entró en el mundo (Génesis 3) trajo muchas consecuencias: separación de Dios, destierro del jardín, varias maldiciones, relaciones rotas y muerte.

Tan pronto como Dios explicó los resultados del pecado al hombre y a la mujer en el jardín, prometió traer la redención. Dios prometió redimir al mundo del pecado enviando un libertador, uno que destruiría al enemigo y la maldición del pecado de una vez por todas. El libro del Génesis da origen a esa historia de nuestra redención.

La redención vino por medio de un hombre, Jesucristo. Él es el Mesías prometido, el Único que Dios dijo que redimiría al mundo del pecado. Dios usó una familia para traer a Su Hijo, Jesús, al mundo para ofrecer redención. Esa familia comenzó con un hombre llamado Abram, un hombre a quien Dios llamó a dejar su hogar, su familia y otros dioses para seguir al Único Dios verdadero. Abram no fue un gran hombre. No había hecho nada digno de ser elegido por Dios. Pero aún así, Dios eligió a Abram para que fuera aquel a través de quien Él traería a Su redentor elegido.

Al comenzar nuestro estudio de la vida de los Patriarcas, veremos la provisión de Dios, la promesa de Dios y la protección de Dios sobre Abram, su familia y sus descendientes. Veremos la gran fe y confianza de Abram en Dios, así como las formas en que trató de hacer sus propios planes a lo largo del camino. A pesar de los fracasos de Abram, Dios lo eligió para bendecir a todas las familias de la tierra. Aunque Abram no sabía los detalles de lo que Dios haría o cómo lo haría, continuamente caminó hacia adelante con fe.

O R A C I Ó N

Señor Dios, gracias por proveerme la redención a través de Jesucristo, el descendiente de Abram prometido. Solo Tú puedes tomar mi vida y convertirme en una bendición para los demás. Ayúdame a ver en qué me estás pidiendo que dé un paso de fe hoy y a lo largo de mi estudio de Abram. Amén.

25

G é n e s i s 1 2 : 1 0 – 2 0

10 Pero hubo hambre en el país, y Abram descendió a Egipto para pasar allí un tiempo, porque el hambre era severa en aquella tierra. 11 Cuando se estaba acercando a Egipto, Abram dijo a Sarai su mujer: «Mira, sé que eres una mujer de hermoso parecer; 12 y sucederá que cuando te vean los egipcios, dirán: “Esta es su mujer”; y me matarán, pero a ti te dejarán vivir. 13 Di, por favor, que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y para que yo viva gracias a ti». 14 Cuando Abram entró en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era muy hermosa. 15 La vieron los oficiales de Faraón y la alabaron delante de él. Entonces la mujer fue llevada a la casa de Faraón. 16 Y este trató bien a Abram por causa de ella. Le dio ovejas, vacas, asnos, siervos, siervas, asnas y camellos. 17 Pero el SEÑOR hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas por causa de Sarai, mujer de Abram. 18 Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: «¿Qué es esto que me has hecho? ¿Por qué no me avisaste que era tu mujer? 19 ¿Por qué dijiste: “Es mi hermana”, de manera que la tomé por mujer? Ahora pues, aquí está tu mujer, tómala y vete». 20 Faraón dio órdenes a sus hombres acerca de Abram; y ellos lo despidieron con su mujer y con todo lo que le pertenecía.

F i l i p e n s e s 4 : 1 9

19 Y mi Dios proveerá a todas sus necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

L E C T U R AS e m a n a 1 • M a r t e s

26

E O A O / E S C R I T U R A S / e s c r ibe lo s ver s í cu lo s de l devoc ional

O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Fi l ipense s 4 :19

E O A OS e m a n a 1 • M a r t e s

27

A P L I C A C I Ó N / Escr ibe por lo menos 1 - 2 ap l i cac ione s

O R A C I Ó N / Escr ibe una orac ión sobre lo que has aprendido y lo que Dios t e ha reve lado.

28

D E V O C I O N A L

Fi l ipense s 4 :19

“Y mi Dios proveerá a todas su s nece s idade s , conforme a su s r iquezas en g lor ia en Cri s to Je sú s .”

E N E L T E X T O

Dios le hizo una promesa a Abram. Prometió convertir a Abram en una gran nación, engrandecer su nombre, bendecirlo y bendecir a todas las familias de la tierra a través de él. Dios le dio a Abram un mandato relacionado con la promesa: le dijo que fuera a la tierra que le mostraría. Dios llevó a Abram a la tierra de Canaán, mostrándole la tierra que un día daría a sus descendientes. Abram creyó a Dios y obedeció.

Pero luego hubo una hambruna. La tierra que Dios prometió dar a Abram y a su descendencia dejó de producir. Abram tomó a su esposa, Sarai, y se fue a Egipto porque el hambre era mucho. Dejó la tierra que Dios le dio para ir a una tierra extraña en busca de provisión. En lugar de confiar en la provisión de Dios, Abram siguió sus propios instintos y se trasladó a un lugar donde había comida.

Sarai era hermosa. Abram temía que Faraón fuera a matarlo para tomar a su esposa para sí. En lugar de confiar en Dios, Abram desarrolló un plan que puso en peligro a Sarai. Abram recibió muchos regalos de Faraón, pero puso en peligro la promesa de un heredero a través de Sarai.

Muy temprano en la narración de la vida de Abram aprendemos que él no es el héroe de su propia historia. Dios lo es. Dios es quien eligió a Abram para llevar a buen término la redención del mundo. Dios es quien escogió la tierra en la que Abram y su descendencia vivirían. E incluso en la incredulidad y los errores de Abram, Dios es quien protegió Su promesa. Solo Dios es el héroe, que protege la promesa que hizo a Abram y a Sarai. Cuando fracasaron sus intentos de salvarse y protegerse, Dios intervino para proteger a Su pueblo elegido.

No importa la hambruna o el peligro en el que nos encontremos, nuestro Dios es siempre el que salva. Es el héroe de todas las historias, incluida la nuestra. Él provee, protege y restaura. Podemos confiar en Él en la incertidumbre y en el fracaso. Él solo suplirá todo lo que necesitamos.

O R A C I Ó N

Dios Padre, solo Tú eres el héroe. Perdóname por mi incredulidad, por las veces que trato de tomar el asunto en mis propias manos. Dame paciencia mientras confío en Ti. Dame fe para confiar en Ti incluso cuando las cosas parezcan desmoronarse. Sé que me proveerás y me protegerás. Amén.

D E V O C I O N A LS e m a n a 1 • M a r t e s

29

G é n e s i s 1 3

1 Abram subió desde Egipto al Neguev, él y su mujer con todo lo que poseía; y con él iba Lot. 2 Abram era muy rico en ganado, en plata y en oro. 3 Y anduvo en sus jornadas desde el Neguev hasta Betel, al lugar donde su tienda había estado al principio, entre Betel y Hai, 4 al lugar del altar que antes había hecho allí. Allí Abram invocó el nombre del SEÑOR. 5 También Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, vacas y tiendas. 6 Pero la tierra no podía sostenerlos para que habitaran juntos, porque sus posesiones eran tantas que ya no podían habitar juntos. 7 Hubo, pues, problema entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot. Los cananeos y los ferezeos habitaban entonces en aquella tierra. 8 Así que Abram dijo a Lot: «Te ruego que no haya problema entre nosotros, ni entre mis pastores y tus pastores, porque somos hermanos. 9 ¿No está toda la tierra delante de ti? Te ruego que te separes de mí. Si vas a la izquierda, yo iré a la derecha; y si a la derecha, yo iré a la izquierda». 10 Y alzó Lot los ojos y vio todo el valle del Jordán, el cual estaba bien regado por todas partes (esto fue antes de que el SEÑOR destruyera a Sodoma y Gomorra) como el huerto del SEÑOR, como la tierra de Egipto rumbo a Zoar. 11 Lot escogió para sí todo el valle del Jordán, y viajó Lot hacia el oriente. Así se separaron el uno del otro. 12 Abram se estableció en la tierra de Canaán, en tanto que Lot se estableció en las ciudades del valle, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. 13 Pero los hombres de Sodoma eran malos y pecadores en gran manera contra el SEÑOR. 14 Y el SEÑOR dijo a Abram después que Lot se había separado de él: «Alza ahora los ojos y mira desde el lugar donde estás hacia el norte, el sur, el oriente y el occidente, 15 pues toda la tierra que ves te la daré a ti y a tu descendencia para siempre. 16 Haré tu descendencia como el polvo de la tierra; de manera que si alguien puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia podrá contarse. 17 Levántate, recorre la tierra a lo largo y a lo ancho de ella, porque a ti te la daré». 18 Entonces Abram levantó su tienda, y fue y habitó en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y allí edificó un altar al SEÑOR.

L E C T U R AS e m a n a 1 • M i é r c o l e s

30

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O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Génes i s 13:15–16

E O A OS e m a n a 1 • M i é r c o l e s

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32

D E V O C I O N A L

Génes i s 13:15–16

“pues toda la t i e rra que ve s t e la daré a t i y a tu de s cendencia para s i empre . Haré tu de s cendencia como e l po lvo de la t i e rra ; de manera que s i a lguien puede contar e l po lvo de la t i e rra , también tu de s cendencia podrá contar s e .”

E N E L T E X T O

Después del viaje de Abram a Egipto, regresó a la tierra de Canaán, la tierra que Dios prometió darle, con muchas posesiones. Abram adquirió ovejas, vacas, asnos, camellos y sirvientes mientras estaba en Egipto, y sus rebaños y manadas se hicieron grandes. Tan grandes, de hecho, que el área quedaba chica, incapaz de sostener tanto los rebaños como las manadas de Abram y los de su sobrino Lot. Génesis 13 ofrece la primera mención del sobrino de Abram viajando con él. Aunque Dios había prometido darle a Abram esta tierra, los cananeos y ferezeos todavía vivían en la tierra. Simplemente, todavía no había suficiente espacio para apoyar a los hogares de Abram y Lot.

La promesa nunca estuvo en peligro. Abram confiaba en que Dios le daría la tierra. Caminó por fe, mientras que Lot, en cambio, caminó por vista, eligiendo la tierra que parecía más fértil y próspera.

Si bien Abram no era perfecto, su vida todavía nos ofrece ejemplos de gran fe. Dios le dio a Abram una promesa increíble: tierra, descendientes y bendición universal, y aunque pudo haber tenido momentos de duda, Abram aún mostró una gran fe. La narración de la vida de Abram está llena de momentos de gran fe y momentos de intentar cumplir la promesa de Dios con sus propias acciones. Abram confió en la promesa de Dios. Creía que Dios le daría la tierra, y avanzó con fe, creyendo que Dios era quien dijo que era y que haría lo que dijo que haría.

O R A C I Ó N

Dios, Tú guardas la promesa. Prometiste darle a Abram la tierra y cumpliste Tu promesa. Tú también cumples las promesas que me has hecho. Ayúdame a caminar hacia adelante con gran fe, actuando con generosidad, creyendo que siempre me darás exactamente lo que necesito. Amén.

D E V O C I O N A LS e m a n a 1 • M i é r c o l e s

33

G é n e s i s 1 4

1 Aconteció en los días de Amrafel, rey de Sinar, de Arioc, rey de Elasar, de Quedorlaomer, rey de Elam, y de Tidal, rey de Goyim, 2 que estos hicieron guerra a Bera, rey de Sodoma, y a Birsa, rey de Gomorra, a Sinab, rey de Adma, a Semeber, rey de Zeboim, y al rey de Bela, es decir, Zoar. 3 Estos últimos se reunieron como aliados en el valle de Sidim, es decir, el Mar Salado. 4 Doce años habían servido a Quedorlaomer, pero en el año trece se rebelaron. 5 En el año catorce, Quedorlaomer y los reyes que estaban con él, vinieron y derrotaron a los refaítas en Astarot Karnaim, a los zuzitas en Ham, a los emitas en Save Quiriataim, 6 y a los horeos en el monte de Seir hasta El Parán, que está junto al desierto. 7 Entonces volvieron a En Mispat, es decir, Cades, y conquistaron todo el territorio de los amalecitas, y también a los amorreos que habitaban en Hazezon Tamar. 8 Entonces el rey de Sodoma, con el rey de Gomorra, el rey de Adma, el rey de Zeboim y el rey de Bela, es decir, Zoar, salieron y les presentaron batalla en el valle de Sidim: 9 es decir, a Quedorlaomer, rey de Elam, a Tidal, rey de Goyim, a Amrafel, rey de Sinar, y a Arioc, rey de Elasar; cuatro reyes contra cinco. 10 El valle de Sidim estaba lleno de pozos de asfalto, y el rey de Sodoma y el de Gomorra al huir cayeron allí. Y los demás huyeron a los montes. 11 Entonces tomaron todos los bienes de Sodoma y Gomorra con todas sus provisiones, y se fueron. 12 Se llevaron también a Lot, sobrino de Abram, con todas sus posesiones, pues él habitaba en Sodoma, y se fueron. 13 Uno de los que escaparon vino y se lo hizo saber a Abram el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, y estos eran aliados de Abram. 14 Al oír Abram que su sobrino había sido llevado cautivo, movilizó a sus hombres adiestrados nacidos en su casa, 318 en total, y salió en su persecución hasta Dan. 15 Por la noche, él, con sus siervos, organizó sus fuerzas contra ellos, y los derrotó y los persiguió hasta Hoba, que está al norte de Damasco. 16 Y recobró todos sus bienes, también a su sobrino Lot con sus posesiones, y también a las mujeres y a la demás gente. 17 A su regreso después de derrotar a Quedorlaomer y a los reyes que estaban con él, salió a su encuentro el rey de Sodoma en el valle de Save, es decir, el valle del Rey. 18 Y Melquisedec, rey de Salem, sacó pan y vino; él era sacerdote del Dios Altísimo. 19 Él lo bendijo, diciendo: «Bendito sea Abram del Dios Altísimo, Creador del cielo y de la tierra; 20 Y bendito sea el Dios Altísimo Que entregó a tus enemigos en tu mano». Y Abram le dio el diezmo de todo. 21 El rey de Sodoma dijo a Abram: «Dame las personas y toma para ti los bienes». 22 Y Abram dijo al rey de Sodoma: «He jurado al SEÑOR, Dios Altísimo, creador del cielo y de la tierra, 23 que no tomaré ni un hilo ni una correa de zapato, ni ninguna cosa suya, para que no diga: “Yo enriquecí a Abram”. 24 Nada tomaré, excepto lo que los jóvenes han comido y la parte de los hombres que fueron conmigo: Aner, Escol y Mamre. Ellos tomarán su parte».

L E C T U R AS e m a n a 1 • J u e v e s

34

H e b r e o s 7

1 Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que se encontró con Abraham cuando este regresaba de la matanza de los reyes, y lo bendijo, 2 y Abraham le entregó el diezmo de todos los despojos. El nombre Melquisedec significa primeramente rey de justicia, y luego también rey de Salem, esto es, rey de paz. 3 Sin tener padre, ni madre, y sin genealogía, no teniendo principio de días ni fin de vida, siendo hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote a perpetuidad. 4 Consideren, pues, la grandeza de este Melquisedec a quien Abraham, el patriarca, dio el diezmo de lo mejor del botín. 5 Y en verdad los hijos de Leví que reciben el oficio de sacerdote, tienen mandamiento en la ley de recoger el diezmo del pueblo, es decir, de sus hermanos, aunque estos son descendientes de Abraham. 6 Pero aquel cuya genealogía no viene de ellos, recibió el diezmo de Abraham y bendijo al que tenía las promesas. 7 Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. 8 Aquí, ciertamente hombres mortales reciben el diezmo, pero allí, los recibe uno de quien se da testimonio de que vive. 9 Y, por decirlo así, por medio de Abraham también Leví, que recibía diezmos, pagaba diezmos, 10 porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro. 11 Ahora bien, si la perfección era por medio del sacerdocio levítico, (pues sobre esa base recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad había de que se levantara otro sacerdote según el orden de Melquisedec, y no designado según el orden de Aarón? 12 Porque cuando se cambia el sacerdocio, necesariamente ocurre también un cambio de la ley. 13 Pues aquel de quien se dicen estas cosas, pertenece a otra tribu, de la cual nadie ha servido en el altar. 14 Porque es evidente que nuestro Señor descendió de Judá, una tribu de la cual Moisés no dijo nada tocante a sacerdotes. 15 Y esto es aún más evidente, si a semejanza de Melquisedec se levanta otro sacerdote, 16 que ha llegado a serlo, no sobre la base de una ley de requisitos físicos, sino según el poder de una vida indestructible. 17 Pues de Cristo se da testimonio: «Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melquisedec». 18 Porque ciertamente, queda anulado el mandamiento anterior por ser débil e inútil 19 (pues la ley nada hizo perfecto), y se introduce una mejor esperanza, mediante la cual nos acercamos a Dios. 20 Y por cuanto no fue sin juramento, 21 pues en verdad ellos llegaron a ser sacerdotes sin juramento, pero Él, por un juramento del que le dijo: «El SEÑOR ha jurado Y no cambiará: “Tú eres sacerdote para siempre”». 22 Por eso, Jesús ha venido a ser fiador de un mejor pacto. 23 Los sacerdotes anteriores eran más numerosos porque la muerte les impedía continuar, 24 pero Jesús conserva Su sacerdocio inmutable puesto que permanece para siempre. 25 Por lo cual Él también es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de Él se acercan a Dios, puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos. 26 Porque convenía que tuviéramos tal Sumo Sacerdote: santo, inocente, inmaculado, apartado de los pecadores, y exaltado más allá de los cielos, 27 que no necesita, como aquellos sumos sacerdotes, ofrecer sacrificios diariamente, primero por sus propios pecados y después por los pecados del pueblo. Porque esto Jesús lo hizo una vez para siempre, cuando Él mismo se ofreció. 28 Porque la ley designa como sumos sacerdotes a hombres débiles, pero la palabra del juramento, que vino después de la ley, designa al Hijo, hecho perfecto para siempre.

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E O A O / E S C R I T U R A S / e s c r ibe lo s ver s í cu lo s de l devoc ional

O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Hebreo s 7 :25

E O A OS e m a n a 1 • J u e v e s

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D E V O C I O N A L

Hebreo s 7 :25

“Por lo cual Él también e s podero so para sa lvar para s i empre a lo s que por medio de Él s e acercan a Dios , pue s to que v ive perpe tuamente para interceder por e l lo s .”

E N E L T E X T O

A medida que la historia de Abram continúa desarrollándose, ya vemos cómo Dios está con él. La fe de Abram en la promesa continuó creciendo y el autor de Génesis continuamente nos muestra, como lectoras, cómo Dios fue fiel para cumplir Su promesa.

Lot escogió habitar cerca de la ciudad de Sodoma, y ya vemos el peligro y el desastre que vendrán sobre él como resultado de su elección. Cuando Lot y su familia fueron tomados cautivos por los cuatro reyes, Abram fue llamado para que los ayudara. Dios prometió hacer de Abram una gran nación, y a medida que crecían sus posesiones y su poder, era evidente que Dios le estaba dando la victoria.

Abram fue a la batalla y expulsó a sus enemigos de la tierra. Recuperó todo lo que se había perdido y rescató a los cautivos. Las acciones de Abram mostraron el poder del Dios que estaba con él, un Dios que destruye a sus enemigos y libera a los cautivos.

La primera vez que se mencionan los sacerdotes en las Escrituras es en Génesis 14, con el relato de Melquisedec, rey de Salem. Cuando Abram conoció a Melquisedec, inmediatamente lo reconoció como sacerdote del Dios Altísimo. Abram dio el diezmo de todo lo que tenía a Melquisedec, devolviéndole a Dios. Abram mostró su continua fe en la promesa de bendición de Dios, al negarse a quitarle nada al rey de Sodoma. A diferencia de la forma en que tomó los regalos y las posesiones del faraón en Egipto, Abram rechazó los regalos del rey de Sodoma, confiando en que Dios lo proveería y lo bendeciría.

Jesús, como Melquisedec, es el Sumo Sacerdote designado por Dios, no por su linaje. Él puede presentarse ante Dios por nosotras y limpiarnos de nuestro pecado porque Él no tuvo pecado. Él es nuestro Sumo Sacerdote, presentándose siempre por nosotras ante Dios. Solo Él puede salvarnos íntegramente. Podemos depositar completamente nuestra fe en Él, confiadas de que prometa lo que prometa, Él lo cumplirá. Solo Él puede salvar por completo, interceder, destruir nuestros enemigos, y dar libertad a los cautivos.

O R A C I Ó N

Señor Jesús, Tú eres el Sumo Sacerdote para siempre. Tú me haces libre, Tú te presentas delante de Dios en mi lugar, y me libras del enemigo. Ayúdame a continuar teniendo una gran fe en Ti, creyendo que cumplirás lo que prometes. Amén.

D E V O C I O N A LS e m a n a 1 • J u e v e s

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G é n e s i s 1 5

1 Después de estas cosas la palabra del SEÑOR vino a Abram en visión, diciendo: «No temas, Abram, Yo soy un escudo para ti; Tu recompensa será muy grande». 2 Y Abram dijo: «Oh SEÑOR Dios, ¿qué me darás, puesto que yo estoy sin hijos, y el heredero de mi casa es Eliezer de Damasco?». 3 Dijo además Abram: «No me has dado descendencia, y uno nacido en mi casa es mi heredero». 4 Pero la palabra del SEÑOR vino a él, diciendo: «Tu heredero no será este, sino uno que saldrá de tus entrañas, él será tu heredero». 5 El SEÑOR lo llevó fuera, y le dijo: «Ahora mira al cielo y cuenta las estrellas, si te es posible contarlas». Y añadió: «Así será tu descendencia». 6 Y Abram creyó en el SEÑOR, y Él se lo reconoció por justicia. 7 Y le dijo: «Yo soy el SEÑOR que te saqué de Ur de los caldeos, para darte esta tierra para que la poseas». 8 Entonces Abram le preguntó: «Oh SEÑOR Dios, ¿cómo puedo saber que la poseeré?». 9 El SEÑOR le respondió: «Tráeme una novilla de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón». 10 Abram le trajo todos estos, los partió por la mitad, y puso cada mitad enfrente de la otra; pero no partió las aves. 11 Y las aves de rapiña descendían sobre los animales sacrificados, pero Abram las ahuyentaba. 12 A la puesta del sol un profundo sueño cayó sobre Abram. El terror de una gran oscuridad cayó sobre él. 13 Y Dios dijo a Abram: «Ten por cierto que tus descendientes serán extranjeros en una tierra que no es suya, donde serán esclavizados y oprimidos durante 400 años. 14 Pero Yo también juzgaré a la nación a la cual servirán, y después saldrán de allí con grandes riquezas. 15 Tú irás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. 16 »En la cuarta generación ellos regresarán acá, porque hasta entonces no habrá llegado a su colmo la iniquidad de los amorreos». 17 Y sucedió que cuando el sol ya se había puesto, hubo densas tinieblas, y apareció un horno humeante y una antorcha de fuego que pasó por entre las mitades de los animales. 18 En aquel día el SEÑOR hizo un pacto con Abram, diciendo: «A tu descendencia he dado esta tierra, Desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates: 19 la tierra de los quenitas, los cenezeos, los cadmoneos, 20 los hititas, los ferezeos, los refaítas, 21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos».

R o m a n o s 4 : 1 – 5

1 ¿Qué diremos, entonces, que halló Abraham, nuestro padre según la carne? 2 Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué jactarse, pero no para con Dios. 3 Porque ¿qué dice la Escritura? «Y creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia». 4 Ahora bien, al que trabaja, el salario no se le cuenta como favor, sino como deuda; 5 pero al que no trabaja, pero cree en Aquel que justifica al impío, su fe se le cuenta por justicia.

R o m a n o s 4 : 2 0 – 2 5

20 Sin embargo, respecto a la promesa de Dios, Abraham no titubeó con incredulidad, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, 21 estando plenamente convencido de que lo que Dios había prometido, poderoso era también para cumplirlo. 22 Por lo cual también su fe le fue contada por justicia. 23 Y no solo por él fue escrito que le fue contada, 24 sino también por nosotros, a quienes será contada, como los que creen en Aquel que levantó de los muertos a Jesús nuestro SEÑOR, 25 que fue entregado por causa de nuestras transgresiones y resucitado para nuestra justificación.

L E C T U R AS e m a n a 1 • V i e r n e s

39

E O A O / E S C R I T U R A S / e s c r ibe lo s ver s í cu lo s de l devoc ional

O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Génes i s 15:6

E O A OS e m a n a 1 • V i e r n e s

40

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D E V O C I O N A LS e m a n a 1 • V i e r n e s

D E V O C I O N A L

Génes i s 15:6

“Y Abram creyó en e l SEÑOR, y Él s e lo reconoc ió por ju s t i c ia .”

E N E L T E X T O

Aunque las acciones de Abram no siempre demostraron una fe inquebrantable, está claro que él creía que Dios cumpliría Su promesa. Abram le preguntó a Dios cómo cumpliría Sus grandes promesas, promesas que parecían imposibles debido a la edad de Abram. Dios tranquilizó a Abram en su duda, recordándole quién es Él. Abram creyó a Dios, y Dios consideró la creencia de Abram como justicia.

La justicia que Abram recibió a través de su fe significó que fue justificado ante Dios. No significa que Abram no pecó ni cometió errores, sino que Dios había hecho a Abram justo, algo que solo Dios puede hacer. Dios justificó a Abram delante de Él, no tomando más en cuenta los pecados de Abram en Su contra. Abram fue justificado por la justicia que Dios le atribuyó.

Pablo describió en detalle la justicia de Abram por la fe en Romanos 4. Las obras de Abram no le otorgaron justicia, solo lo hizo su fe. Como Abram, somos salvas solo por fe. Nuestras obras no nos salvan, es nuestra fe en Cristo que nos salva.

La Biblia menciona los pecados, los defectos y la incredulidad de cada persona, excepto de uno: Jesucristo. Solo Él vivió una vida sin pecado, y solo Él es Aquel a quien se le puede atribuir la justicia basada en Sus obras. Se nos concede la justicia de Cristo, acreditada con Su justicia cuando ponemos nuestra fe en Él.

En el caso de Abram, estaba convencido de que Dios podía hacer lo que prometió: darle un heredero, darle la tierra y convertirlo en una bendición. Para nosotras, poner nuestra fe en Cristo significa que creemos que Dios hará lo que dijo que haría. Significa que estamos convencidas de que la vida perfecta y el sacrificio de Jesús en la cruz es suficiente para que se nos acredite como justas ante Dios. Recibimos la justicia de Cristo cuando ponemos nuestra fe en él.

Dios busca nuestra fe de la misma manera que buscaba la fe de Abram. Él no quiere ni necesita nuestra perfección o nuestras grandes obras para Él. Es nuestra fe lo que nos hace justas.

O R A C I Ó N

Señor Dios, pongo mi fe en Ti. Creo que la fe en Jesucristo es la única manera de ser contadas como justas ante Ti. Pongo mi fe en Jesús, creyendo que me acreditarás con Su justicia. Amén.

42

R E F L E X I O N AS e m a n a 1

1. ¿Cómo iban a ser bendecidas todas las familias de la tierra por medio de Abram? ¿Se ha cumplido esta promesa?

2. ¿Creyó Abram que Dios satisfaría todas sus necesidades? ¿Te resulta difícil creer que Dios satisfará todas tus necesidades? ¿Por qué o por qué no?

3. ¿De qué maneras has tratado de alcanzar las promesas de Dios con tus propias fuerzas? ¿De qué manera has actuado con fe y creído que Dios satisfará tus necesidades?

4. ¿Hay promesas de Dios que te resulten particularmente difíciles de creer? ¿Cuáles son? ¿Por qué tienes problemas para creer que Dios cumplirá esas promesas?

5. ¿Has puesto tu fe en Cristo? ¿Crees que Dios te ha acreditado Su justicia? ¿Por qué o por qué no?

43

S E M A N A 2

“Agar llamó el nombre del Señor que le había hablado: Tú eres un Dios que ve; porque dijo: Estoy todavía con vida después de ver a Dios?.”Genesis 16:13

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´

44

O R A

D E S A F Í O D E L A S E M A N A

Escr ibe tu orac ión y tu s agradec imiento s de la s emana.

Esta semana, registra los aspectos del carácter de Dios que se revelan en las lecturas. ¿Hay rasgos de carácter nuevos o desconocidos de Dios que te gustaría comprender mejor? Pídele que aumente tu comprensión de Su carácter. Estudia un poco más esta semana sobre un aspecto del carácter de Dios que te resulte nuevo o que no te resulte familiar.

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L E C T U R AS e m a n a 2 • L u n e s

G é n e s i s 1 6 : 1 – 6

Sarai, mujer de Abram, no le había dado a luz hijo alguno. Pero ella tenía una sierva egipcia que se llamaba Agar. 2 Entonces Sarai dijo a Abram: «Mira, el SEÑOR me ha impedido tener hijos. Llégate, te ruego, a mi sierva; quizá por medio de ella yo tenga hijos». Y Abram escuchó la voz de Sarai. 3 Después de diez años de habitar Abram en la tierra de Canaán, Sarai, mujer de Abram, tomó a su sierva Agar la egipcia, y se la dio a su marido Abram por mujer. 4 Y Abram se llegó a Agar, y ella concibió. Cuando ella vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora. 5 Entonces Sarai dijo a Abram: «Recaiga sobre ti mi agravio. Yo entregué a mi sierva en tus brazos. Pero cuando ella vio que había concebido, me miró con desprecio. Juzgue el Señor entre tú y yo». 6 Pero Abram dijo a Sarai: «Mira, tu sierva está bajo tu poder; haz con ella lo que mejor te parezca». Y Sarai trató muy mal a Agar y ella huyó de su presencia.

P r o v e r b i o s 3 : 5

Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propio entendimiento.

P r o v e r b i o s 1 6 : 9

La mente del hombre planea su camino, Pero el SEÑOR dirige sus pasos.

46

E O A OS e m a n a 2 • L u n e s

E O A O / E S C R I T U R A S / e s c r ibe lo s ver s í cu lo s de l devoc ional

O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Proverbio s 3 :5

47

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O R A C I Ó N / Escr ibe una orac ión sobre lo que has aprendido y lo que Dios t e ha reve lado.

48

D E V O C I O N A LS e m a n a 2 • L u n e s

D E V O C I O N A L

Proverbio s 3 :5

“Conf ía en e l SEÑOR con todo tu corazón, Y no t e apoye s en tu propio entendimiento.”

E N E L T E X T O

En Génesis 12, Dios le hace una promesa a Abram. Prometió darle a Abram mucha descendencia, una tierra propia, y hacer de él una bendición para las naciones. Como leemos en Génesis 16, han pasado años y Abram aún no ha visto cumplida ninguna de las promesas de Dios. Sin embargo, Dios continuó confirmando Su promesa a Abram, haciendo un pacto con Abram y solidificando la promesa, pero Abram todavía estaba esperando.

La primera vez que la promesa corrió peligro fue cuando hubo hambruna. La tierra era estéril, incapaz de producir alimentos, incapaz de mantener a Abram y su campamento, y mucho menos a los descendientes que serían demasiado numerosos para contarlos. Abram fue a Egipto y regresó con muchas posesiones, incluidas sirvientas. Es muy probable que Agar fuera una de ellas.

Como la tierra en esa hambruna, Sarai también era estéril. Ella no podía tener hijos. ¿Cómo podría Dios cumplir Su promesa de darle a Abram muchos descendientes si su esposa no solo era estéril, sino que había pasado la edad de tener hijos? Una vez más, Abram dudó. Una vez más, la esterilidad parecía superar lo que Dios podía cumplir. Y una vez más, Abram se dirigió a Egipto en busca de refugio.

Al elegir tener un hijo con Agar, Abram tomó el asunto en sus propias manos. Sabía lo que Dios había prometido, pero no creía que Dios pudiera cumplir Su promesa sin su intervención. Abram recibió muchas cosas maravillosas cuando salió de Egipto, pero una de ellas lo llevó a una mayor incredulidad. La bendición de un hijo a través de Agar también fue algo maravilloso, pero no fue lo que Dios había prometido. Si bien es posible salvarnos de situaciones desesperadas (como el hambre o la falta de hijos), a veces las cosas maravillosas no son lo que Dios tiene preparado para nosotras. Y lo que Dios hace siempre es mejor.

Mientras avanzamos en el resto de la historia de Abram, veremos cómo su falta de fe en estas situaciones causó tensión y conflictos en su familia. Pero también veremos cómo el Dios de la promesa no permite que nada se interponga en el camino de Su voluntad, ni siquiera nuestros aparentemente heroicos intentos de salvarnos a nosotros mismos.

O R A C I Ó N

Dios Padre, solo Tú cumples Tus promesas. Me arrepiento de mis constantes intentos de ayudarte a cumplir Tu voluntad. ¡Ayuda a mi incredulidad! ¡Ayúdame a confiar en Ti y a no apoyarme en mi propia prudencia. Solo Tú sabes lo que es mejor para mí. Hoy elijo confiar en Ti. Amén.

49

G é n e s i s 1 6 : 7 – 1 5

7 El ángel del SEÑOR la encontró junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente en el camino de Shur, 8 y le dijo: «Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde has venido y a dónde vas?». Ella le respondió: «Huyo de la presencia de mi señora Sarai». 9 «Vuelve a tu señora y sométete a su autoridad», le dijo el ángel del SEÑOR. 10 El ángel del SEÑOR añadió: «Multiplicaré de tal manera tu descendencia que no se podrá contar por su multitud». 11 El ángel del SEÑOR le dijo además: «Has concebido Y darás a luz un hijo; Y le llamarás Ismael, Porque el SEÑOR ha oído tu aflicción. 12 Él será hombre indómito como asno montés; Su mano será contra todos, Y la mano de todos contra él, Y habitará separado de todos sus hermanos». 13 Agar llamó el nombre del SEÑOR que le había hablado: «Tú eres un Dios que ve»; porque dijo: «¿Estoy todavía con vida después de ver a Dios?». 14 Por eso se llamó a aquel pozo Beer Lajai Roi, el cual está entre Cades y Bered. 15 Agar le dio un hijo a Abram, y Abram le puso el nombre de Ismael al hijo que Agar le había dado.

L E C T U R AS e m a n a 2 • M a r t e s

50

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O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Génes i s 16:13

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51

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52

D E V O C I O N A L

Géne s i s 16:13

“Agar l lamó e l nombre de l SEÑOR que l e había hablado: «Tú ere s un Dios que ve» ; porque di jo : « ¿Es toy todavía con v ida de spué s de ver a Dio s ?» .”

E N E L T E X T O

Cuando Abram y Sarai no pudieron ver otra manera de que se cumplieran las promesas de Dios, usaron a Agar como un medio para que Abram tuviera un hijo. Cuando Agar quedó embarazada, Sarai la despreció y la trató con dureza.

Agar estaba en gran aprieto y necesitaba mucha ayuda y esperanza. Así que huyó y Dios la encontró en el desierto. Cuando Agar escapó del maltrato, Dios la vio. Agar creía que Dios era quien dijo que era y que haría lo que dijo que haría. La fe de Agar en su momento de desesperación fue el tipo de fe que Dios desea de Su pueblo.

Agar mostró su fe en la forma en que le habló a Dios. Agar llamó a Dios El Roi, que significa “Tú eres el Dios que me ve”. Creía que Dios la veía y seguiría viéndola en cualquier circunstancia, sin importar cuál fuera. Agar es la primera persona registrada en las Escrituras que le pone un nombre a Dios. Ese nombre comunicaba su esperanza y confianza en el carácter y la provisión de Dios para ella, una extranjera. El cuidado y la provisión de Dios para Agar en el desierto muestra Su cuidado y amor por el extranjero, un tema que veremos que continúa apareciendo en Génesis.

Dios hizo a Abram una gran promesa, y la promesa vendría a través de Sarai. Ella sería la madre del heredero prometido. Aquí, cuando Dios se encontró con Agar en el desierto, Dios también le hizo a Agar una promesa: ser otra portadora de la simiente de Abram. Dios prometió multiplicar los descendientes de Agar y cuidarla en medio de una circunstancia difícil.

Agar es un particular ejemplo de fe, especialmente en la misma historia que Abram y Sarai. Mientras Sarai buscaba hacer las cosas con sus propias fuerzas, Agar clamó a Dios. Se nos recuerda que Dios ve nuestra angustia y nuestra aflicción y Él responde a nuestros clamores. Si bien Sarai y Abram, en este caso, no fueron buenos ejemplos de clamar a Dios en angustia, Agar, una extranjera y sierva, nos da un ejemplo de cómo exponer nuestras necesidades al Señor con un corazón expectante.

O R A C I Ó N

Tú eres el Dios que me ve. Creo que Tú cuidarás de mí en mi angustia. Señor, hoy dejo mis preocupaciones delante de Ti. Clamo a Ti, como lo hizo Agar en el desierto, y te pido que suplas mis necesidades como solo Tú puedes hacerlo. Confío en Ti en medio de mi situación. Amén.

D E V O C I O N A LS e m a n a 2 • M a r t e s

53

G é n e s i s 1 7

Cuando Abram tenía 99 años, el SEÑOR se le apareció, y le dijo: «Yo soy el Dios Todopoderoso; Anda delante de Mí, y sé perfecto. 2 Yo estableceré Mi pacto contigo, Y te multiplicaré en gran manera». 3 Entonces Abram se postró sobre su rostro y Dios habló con él: 4 «En cuanto a Mí, ahora Mi pacto es contigo, Y serás padre de multitud de naciones. 5 Y no serás llamado más Abram; Sino que tu nombre será Abraham; Porque Yo te haré padre de multitud de naciones. 6 Te haré fecundo en gran manera, y de ti haré naciones, y de ti saldrán reyes. 7 »Estableceré Mi pacto contigo y con tu descendencia después de ti, por todas sus generaciones, por pacto eterno, de ser Dios tuyo y de toda tu descendencia después de ti. 8 Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra de tus peregrinaciones, toda la tierra de Canaán como posesión perpetua. Y Yo seré su Dios». 9 Dijo además Dios a Abraham: «Tú, pues, guardarás Mi pacto, tú y tu descendencia después de ti, por sus generaciones. 10 Este es Mi pacto con ustedes y tu descendencia después de ti y que ustedes guardarán: Todo varón de entre ustedes será circuncidado. 11 Serán circuncidados en la carne de su prepucio, y esto será la señal de Mi pacto con ustedes. 12 »A la edad de ocho días será circuncidado entre ustedes todo varón por sus generaciones; asimismo el siervo nacido en tu casa, o que sea comprado con dinero a cualquier extranjero, que no sea de tu descendencia. 13 Ciertamente ha de ser circuncidado el siervo nacido en tu casa o el comprado con tu dinero. Así estará Mi pacto en la carne de ustedes como pacto perpetuo. 14 Pero el varón incircunciso, que no es circuncidado en la carne de su prepucio, esa persona será cortada de entre su pueblo. Ha quebrantado Mi pacto». 15 Entonces Dios dijo a Abraham: «A Sarai, tu mujer, no la llamará Sarai, sino que Sara será su nombre. 16 La bendeciré, y de cierto te daré un hijo por medio de ella. La bendeciré y será madre de naciones. Reyes de pueblos vendrán de ella». 17 Entonces Abraham se postró sobre su rostro y se rió, y dijo en su corazón: «¿A un hombre de 100 años le nacerá un hijo? ¿Y Sara, que tiene 90 años, concebirá?». 18 Y Abraham dijo a Dios: «¡Ojalá que Ismael viva delante de Ti!». 19 Pero Dios respondió: «No, sino que Sara, tu mujer, te dará un hijo, y le pondrás el nombre de Isaac; y estableceré Mi pacto con él, pacto perpetuo para su descendencia después de él. 20 En cuanto a Ismael, te he oído. Yo lo bendeciré y lo haré fecundo y lo multiplicaré en gran manera. Él será el padre de doce príncipes y haré de él una gran nación. 21 Pero Mi pacto lo estableceré con Isaac, el hijo que Sara te dará por este tiempo el año que viene». 22 Cuando terminó de hablar con él, Dios ascendió dejando a Abraham. 23 Entonces Abraham tomó a su hijo Ismael y a todos los siervos nacidos en su casa y a todos los que habían sido comprados con su dinero, a todo varón de entre las personas de la casa de Abraham, y aquel mismo día les circuncidó la carne de su prepucio, tal como Dios le había dicho. 24 Abraham tenía 99 años cuando fue circuncidado, 25 y su hijo Ismael tenía trece años cuando fue circuncidado. 26 En el mismo día fueron circuncidados Abraham y su hijo Ismael. 27 También fueron circuncidados con él todos los varones de su casa, que habían nacido en la casa o que habían sido comprados a extranjeros.

L E C T U R AS e m a n a 2 • M i é r c o l e s

54

R o m a n o s 4 : 9 – 1 2

9 ¿Es, pues, esta bendición solo para los circuncisos, o también para los incircuncisos? Porque decimos: «A ABRAHAM, LA FE LE FUE CONTADA POR JUSTICIA». 10 Entonces, ¿cómo le fue contada? ¿Siendo circunciso o incircunciso? No siendo circunciso, sino siendo incircunciso. 11 Abraham recibió la señal de la circuncisión como sello de la justicia de la fe que tenía mientras aún era incircunciso, para que fuera padre de todos los que creen sin ser circuncidados, a fin de que la justicia también se les tome en cuenta a ellos. 12 También Abraham es padre de la circuncisión para aquellos que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen en los pasos de la fe que tenía nuestro padre Abraham cuando era incircunciso.

G á l a t a s 6 : 1 2 – 1 6

12 Los que desean agradar en la carne tratan de obligarlos a que se circunciden, simplemente para no ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo. 13 Porque ni aun los mismos que son circuncidados guardan la ley, pero ellos desean hacerlos circuncidar para gloriarse en la carne de ustedes. 14 Pero jamás acontezca que yo me gloríe, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo. 15 Porque ni la circuncisión es nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación. 16 Y a los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea sobre ellos y sobre el Israel de Dios.

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O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Gálata s 6 :14–15

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57

D E V O C I O N A L

Gálata s 6 :14–15

“Pero jamás acontezca que yo me g lor í e , s ino en la c ruz de nue s t ro Señor Je sucr i s to, por e l cual e l mundo ha s ido cruc i f i cado para mí y yo para e l mundo. 15 Porque ni la c i rcunci s ión e s nada, ni la inc i rcunci s ión, s ino una nueva creac ión.”

E N E L T E X T O

La naturaleza de un pacto es que ambas partes deben mantener ciertos estándares o cumplir con ciertas obligaciones. Es posible que no siempre los llamemos pactos hoy, pero nos comprometemos con obligaciones contractuales todo el tiempo. Un pacto de matrimonio significa que tanto el esposo como la esposa se amarán, honrarán y permanecerán fieles el uno al otro. Un contrato entre un propietario y un inquilino significa que el inquilino no arruinará la residencia y, si lo hace, habrá sanciones económicas.

Los pactos con Dios son diferentes. Cuando Dios hace un pacto, muestra más sobre Su carácter y Su capacidad para cumplir Sus promesas que sobre aquellos con quienes hace el pacto.

El pacto abrahámico se consolidó cuando Dios le hizo una promesa a Abram. Más de una década después, Dios cambió el nombre de Abram a Abraham y le impuso una condición. Cambiar el nombre de Abram significó un cambio de su circunstancia: Dios le daría un hijo a través de Sarai dentro de un año. Sus nuevos nombres, Abraham y Sara, eran recordatorios del compromiso y la promesa renovados de Dios. El nuevo requisito del pacto, la circuncisión, no salvó a Abraham: su fe lo hizo. La circuncisión fue la señal que Dios le dio a Abraham, a su casa y a todos los que lo conocieran, de que había sido apartado por Dios. La circuncisión significaba que Abraham y su familia participaban voluntariamente en el pacto de Dios.

De la misma manera que la circuncisión no salvó a Abraham ni lo consideró justo, nuestras acciones hoy no nos salvan. Abraham fue contado justo antes de que hiciera algo para ganarse su justicia. Abraham no podía jactarse de sus acciones porque Dios había elegido salvarlo solo por Su gracia. Ninguna otra cosa fuera de la fe nos salva. No hay nada que podamos hacer para ganar nuestra salvación. Dios ha consolidado un pacto con nosotras a través de Su Hijo, basado únicamente en Su justicia. Somos contadas justas por Jesús. Es un regalo totalmente gratuito de Dios que recibimos solo a través de la fe en Jesucristo.

O R A C I Ó N

Señor Jesús, gracias por salvarme. Cuando estoy abrumada por el legalismo, recuérdame que no puedo jactarme de nada más que de Ti; Solo Tú puedes salvar. Gracias por hacerme continuamente una nueva creación por Tu gracia. Amén.

D E V O C I O N A LS e m a n a 2 • M i é r c o l e s

58

G é n e s i s 1 8 : 1 – 1 5

Y el SEÑOR se le apareció a Abraham en el encinar de Mamre, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda en el calor del día. 2 Cuando Abraham alzó los ojos y miró, había tres hombres parados frente a él. Al verlos corrió de la puerta de la tienda a recibirlos, y se postró en tierra, 3 y dijo: «Señor mío, si ahora he hallado gracia ante sus ojos, le ruego que no pase de largo junto a su siervo. 4 Que se traiga ahora un poco de agua y lávense ustedes los pies, y reposen bajo el árbol. 5 Yo traeré un pedazo de pan para que se alimenten y después sigan adelante, puesto que han visitado a su siervo». «Haz así como has dicho», dijeron ellos. 6 Entonces Abraham fue de prisa a la tienda donde estaba Sara, y dijo: «Apresúrate a preparar 40 litros de flor de harina, amásala y haz tortas de pan». 7 Corrió también Abraham a la vacada y tomó un becerro tierno y de los mejores, y se lo dio al criado, que se apresuró a prepararlo. 8 Tomó también cuajada, leche y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos. Mientras comían, Abraham se quedó de pie junto a ellos bajo el árbol. 9 Entonces ellos le dijeron: «¿Dónde está Sara tu mujer?». «Allí en la tienda», les respondió. 10 Y uno de ellos dijo: «Ciertamente volveré a ti por este tiempo el año próximo, y Sara tu mujer tendrá un hijo». Y Sara estaba escuchando a la puerta de la tienda que estaba detrás de él. 11 Abraham y Sara eran ancianos, entrados en años. Y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres. 12 Sara se rió para sus adentros, diciendo: «¿Tendré placer después de haber envejecido, siendo también viejo mi señor?». 13 Y el SEÑOR dijo a Abraham: «¿Por qué se rió Sara, diciendo: “¿Concebiré en verdad siendo yo tan vieja?”. 14 ¿Hay algo demasiado difícil para el SEÑOR? Volveré a ti al tiempo señalado, por este tiempo el año próximo, y Sara tendrá un hijo». 15 Pero Sara lo negó, porque tuvo miedo, diciendo: «No me reí». «No es así, sino que te has reído», le dijo el SEÑOR.

L E C T U R AS e m a n a 2 • J u e v e s

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O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Génes i s 18:14

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60

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61

D E V O C I O N A L :

Géne s i s 18:14

“¿Hay a lgo demas iado di f í c i l para e l SEÑOR? Volveré a t i a l t i empo s eñalado, por e s t e t i empo e l año próximo, y Sara t endrá un hi jo» .”

E N E L T E X T O

Aunque parece peculiar para el escritor de Génesis incluir tales detalles sobre Abraham preparando una comida para sus tres visitantes, este evento inicia una discusión que es paralela a la historia del pueblo de Dios a lo largo de su historia. Veremos cuán estrechamente está ligada la hospitalidad al pacto de Dios, y cómo el estado moral del pueblo de Dios (y otras naciones) se muestra a través de su trato al extranjero y al foráneo.

Cuando los visitantes llegaron a la tienda de Abraham, él inmediatamente comenzó a hacer los preparativos para una comida, y además una comida muy elaborada. Los visitantes se revelan como divinos. Existe incertidumbre sobre si se trataba de una triple manifestación de Dios o de Dios y dos ángeles. Independientemente de eso, Dios visitó a Abraham y disfrutó de una comida con él.

A lo largo de las Escrituras, el compartir una comida es signo de compañerismo y, a menudo, formas de confirmar un pacto. Jesús compartió Su última comida con Sus discípulos, confirmando el nuevo pacto que introduciría con Su muerte y resurrección. Continuamos compartiendo esta comida de alianza hoy cuando participamos de la comunión en la Santa Cena. Cuando Abraham compartió esta comida con Dios, significó una cercanía en su relación. El pacto que Dios hizo con Abraham se confirmó nuevamente a través de esta comida compartida.

Este evento ocurrió poco después de que Dios confirmó el pacto con Abraham en Génesis 17. En ambos casos, Dios prometió que Sara, la esposa estéril y posmenopáusica de Abraham, tendría un hijo. Cuando Sara se rió de la confirmación del Señor de la promesa, Dios le recordó Quién estaba haciendo la promesa. Solo Él es capaz de hacer lo imposible.

La palabra hebrea que a menudo se traduce como imposible en Génesis 18:14 también significa maravilloso, extraordinario o asombroso. Si Dios pudo hacer esta cosa maravillosa, extraordinaria e imposible por Abraham y Sara, ¿qué no estará dispuesto a hacer por ti? Él sigue siendo el Dios que obra milagros. Todavía hace lo imposible, incluso cuando nos reímos. Nada es demasiado extraordinario para que el Señor lo haga en tu vida. ¿Estás dispuesta a creerle?

O R A C I Ó N

Señor Dios, sé que nada es imposible para Ti. Puedes hacer cosas maravillosas, extraordinarias y asombrosas en mi vida. Te alabo por la forma en que ya hiciste lo imposible por mí. Dios, continúa aumentando mi fe mientras creo en Ti, incluso en lo imposible. Porque nada es imposible, nada es demasiado maravilloso para Ti. Amén.

D E V O C I O N A LS e m a n a 2 • J u e v e s

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G é n e s i s 1 8 : 1 6 – 3

16 Entonces los hombres se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma. Abraham iba con ellos para despedirlos. 17 Pero el SEÑOR dijo: «¿Ocultaré a Abraham lo que voy a hacer? 18 Porque ciertamente Abraham llegará a ser una nación grande y poderosa, y en él serán benditas todas las naciones de la tierra. 19 Y Yo lo he escogido para que mande a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del SEÑOR, haciendo justicia y juicio, para que el Señor cumpla en Abraham todo lo que Él ha dicho acerca de él». 20 Después el SEÑOR dijo: «El clamor de Sodoma y Gomorra ciertamente es grande, y su pecado es sumamente grave. 21 Descenderé ahora y veré si han hecho en todo conforme a su clamor, el cual ha llegado hasta Mí. Y si no, lo sabré». 22 Entonces los hombres se apartaron de allí y fueron hacia Sodoma, mientras Abraham estaba todavía de pie delante del SEÑOR. 23 Y Abraham se acercó al Señor y dijo: «¿En verdad destruirás al justo junto con el impío? 24 Tal vez haya cincuenta justos dentro de la ciudad. ¿En verdad la destruirás y no perdonarás el lugar por amor a los cincuenta justos que hay en ella? 25 Lejos de Ti hacer tal cosa: matar al justo con el impío, de modo que el justo y el impío sean tratados de la misma manera. ¡Lejos de Ti! El Juez de toda la tierra, ¿no hará justicia?». 26 Entonces el SEÑOR le respondió: «Si hallo en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo el lugar por consideración a ellos». 27 Y Abraham respondió: «Ahora que me he atrevido a hablar al Señor, yo que soy polvo y ceniza. 28 Tal vez falten cinco para los cincuenta justos. ¿Destruirás por los cinco a toda la ciudad?». Y el SEÑOR respondió: «No la destruiré si hallo allí cuarenta y cinco». 29 Abraham le habló de nuevo: «Tal vez se hallen allí cuarenta». Y Él respondió: «No lo haré, por consideración a los cuarenta». 30 Entonces Abraham dijo: «No se enoje ahora el Señor, y hablaré. Tal vez se hallen allí treinta». «No lo haré si hallo allí treinta», respondió el SEÑOR. 31 Y Abraham dijo: «Ahora me he atrevido a hablar al Señor. Tal vez se hallen allí veinte». Y Él respondió: «No la destruiré por consideración a los veinte». 32 Entonces Abraham dijo: «No se enoje ahora el Señor, y hablaré solo esta vez. Tal vez se hallen allí diez». «No la destruiré por consideración a los diez», respondió el SEÑOR. 33 Tan pronto como acabó de hablar con Abraham, el Señor se fue, y Abraham volvió a su lugar.

S a l m o s 1

¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, Ni se detiene en el camino de los pecadores, Ni se sienta en la silla de los escarnecedores, 2 Sino que en la ley del SEÑOR está su deleite, Y en Su ley medita de día y de noche! 3 Será como árbol plantado junto a corrientes de agua, Que da su fruto a su tiempo Y su hoja no se marchita; En todo lo que hace, prospera. 4 No así los impíos, Que son como paja que se lleva el viento. 5 Por tanto, no se sostendrán los impíos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos. 6 Porque el SEÑOR conoce el camino de los justos, Pero el camino de los impíos perecerá.

L E C T U R AS e m a n a 2 • V i e r n e s

63

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O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Salmos 1 :5–6

E O A OS e m a n a 2 • V i e r n e s

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D E V O C I O N A LS e m a n a 2 • V i e r n e s

D E V O C I O N A L

Sa lmos 1 :5–6

“Por tanto, no s e so s t endrán lo s impío s en e l ju ic io, Ni lo s pecadore s en la congregac ión de lo s ju s to s . Porque e l SEÑOR conoce e l camino de lo s ju s to s , Pero e l camino de lo s impío s perecerá .”

E N E L T E X T O

Abraham sabía que Dios era justo y que todas las acciones de Dios reflejaban Su carácter. Dios fue justificado en su deseo de destruir a los malvados que vivían en Sodoma. Su maldad se había vuelto tan grande que Dios no tuvo otra opción que borrarlos de la faz de la tierra (ver la respuesta similar de Dios a la maldad en Génesis 6:1–8). Sin embargo, si hubiera personas justas en Sodoma, Dios no habría sido justificado para destruir toda la ciudad, destruyendo a los justos junto con los malvados.

Abraham sabía que Dios no haría algo que fuera en contra de Su carácter. Abraham le pidió a Dios varias veces, suplicando por los justos en Sodoma. No solo Lot, el sobrino de Abraham, vivía en Sodoma, sino que Abraham también conocía a muchas personas allí. Abraham había rescatado a estos hombres, mujeres y niños de sus enemigos (véase Génesis 14). Por supuesto, Abraham quería creer que al menos algunas de estas personas eran justas y dignas de salvación.

Aunque Dios se había propuesto destruir la ciudad de Sodoma, escuchó la súplica de Abraham. Dios cambió de opinión y prometió destruir la ciudad solo si había menos de diez personas justas. Dios estaba dispuesto a perdonar a los malvados de la ciudad por el bien de unos pocos justos. Su justicia se muestra en Su disposición a perdonar a los justos, aunque solo era posible perdonar a los justos permitiendo que los inicuos continuaran en su iniquidad.

Si bien nunca entenderemos completamente las decisiones de Dios, la intercesión de Abraham por el pueblo de Sodoma revela mucho sobre el carácter de Dios. Dios fue paciente no solo con Abraham, sino también con el pueblo de Sodoma. Cuando nos preguntamos si Dios escucha o no nuestros clamores por justicia, a veces lo que vemos como inacción por parte de Dios puede ser en realidad Su mano salvadora. Su justicia nunca se aplica mal.

O R A C I Ó N

Dios Padre, creo que eres justo. Aunque no siempre comprendo Tus acciones, creo que siempre son justas. No puedes actuar de forma injusta. Ayúdame a ver Tu preocupación por los justos, aunque parezca que has dejado prosperar a los malvados. Amén.

66

R E F L E X I O N AS e m a n a 2

1. ¿En qué áreas de tu vida tiendes a apoyarte en tu propio entendimiento o en tu propio método de salvación? ¿Crees que Dios puede darte lo que necesitas? ¿Crees que el Señor tiene un buen plan para tu vida en esta área?

2. ¿Qué significó para Agar saber que Dios la vio? ¿Crees que Dios también te ve? ¿Por qué o por qué no?

3. ¿Te resulta difícil creer que eres salva solo por la fe? ¿De qué maneras tratas de ganarte la salvación por las obras?

4. ¿Qué cosa imposible esperas que Dios haga por ti? ¿Cómo puedes confiar en Él incluso cuando parece que no está trabajando?

5. ¿Te resulta difícil confiar en la justicia de Dios? ¿A qué aspectos del carácter de Dios puedes aferrarte cuando luchas por comprender el trato de Dios hacia los inicuos o los justos?

67

S E M A N A 3

“Entonces el Señor prestó atención a Sara como había dicho, e hizo el Señor por Sara como había prometido.”Genesis 21:1´

68

O R A

D E S A F Í O D E L A S E M A N A

Escr ibe tu orac ión y tu s agradec imiento s de la s emana.

¿Qué significa vivir por fe? ¿Vives por fe todos los días? Esta semana, pídele a Dios que te revele áreas de tu vida en las que no confías plenamente en Él. ¿Cómo puedes entregarle estas cosas?

69

L E C T U R AS e m a n a 3 • L u n e s

G é n e s i s 1 9 : 1 – 1 4

Los dos ángeles llegaron a Sodoma al caer la tarde, cuando Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Al verlos, Lot se levantó para recibirlos y se postró rostro en tierra, 2 y les dijo: «Señores míos, les ruego que entren en la casa de su siervo y pasen en ella la noche y laven sus pies. Entonces se levantarán temprano y continuarán su camino». «No», dijeron ellos, «sino que pasaremos la noche en la plaza». 3 Él, sin embargo, les rogó con insistencia, y ellos fueron con él y entraron en su casa. Lot les preparó un banquete y coció pan sin levadura, y comieron. 4 Aún no se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los hombres de Sodoma, rodearon la casa, tanto jóvenes como viejos, todo el pueblo sin excepción. 5 Y llamaron a Lot, y le dijeron: «¿Dónde están los hombres que vinieron a ti esta noche? Sácalos para que los conozcamos». 6 Entonces Lot salió a ellos a la entrada, y cerró la puerta tras sí, 7 «Hermanos míos, les ruego que no obren perversamente», les dijo Lot. 8 «Miren, tengo dos hijas que no han conocido varón. Permítanme sacarlas a ustedes y hagan con ellas como mejor les parezca. Pero no hagan nada a estos hombres, pues se han amparado bajo mi techo». 9 «¡Hazte a un lado!», dijeron ellos. Y dijeron además: «Este ha venido como extranjero, y ya está actuando como juez; ahora te trataremos a ti peor que a ellos». Se lanzaron contra Lot y estaban a punto de romper la puerta, 10 pero los dos hombres extendieron la mano y metieron a Lot en la casa con ellos, y cerraron la puerta. 11 Y a los hombres que estaban a la entrada de la casa los hirieron con ceguera desde el menor hasta el mayor, de manera que se cansaban tratando de hallar la entrada. 12 Entonces los dos hombres dijeron a Lot: «¿A quién más tienes aquí? A tus yernos, a tus hijos, a tus hijas y quienquiera que tengas en la ciudad, sácalos de este lugar. 13 Porque vamos a destruir este lugar, pues su clamor ha llegado a ser tan grande delante del SEÑOR, que el SEÑOR nos ha enviado a destruirlo». 14 Lot salió y habló a sus yernos que iban a casarse con sus hijas, y dijo: «Levántense, salgan de este lugar porque el SEÑOR destruirá la ciudad». Pero a sus yernos les pareció que bromeaba.

J u e c e s 1 9 : 1 1 – 3 0

11 Cuando estaban cerca de Jebús, el día casi había declinado. Y el criado dijo a su señor: «Te ruego que vengas, nos desviemos, y entremos en esta ciudad de los jebuseos y pasemos la noche en ella». 12 Pero su señor le dijo: «No nos desviaremos para entrar en la ciudad de extranjeros que no son de los israelitas, sino que iremos hasta Guibeá». 13 Y dijo a su criado: «Ven, acerquémonos a uno de estos lugares; y pasaremos la noche en Guibeá o en Ramá». 14 Así que pasaron de largo y siguieron su camino, y el sol se puso sobre ellos cerca de Guibeá que pertenece a Benjamín. 15 Y se desviaron allí para entrar y alojarse en Guibeá. Cuando entraron, se sentaron en la plaza de la ciudad porque nadie los llevó a su casa para pasar la noche. 16 Entonces, un anciano venía de su trabajo del campo al anochecer. Y el hombre era de la región montañosa de Efraín y se alojaba en Guibeá, pero los hombres del lugar eran benjamitas. 17 Y alzó sus ojos y vio al viajero en la plaza de la ciudad. Y el anciano dijo: «¿A dónde vas y de dónde vienes?». 18 Y él le dijo: «Estamos pasando de Belén de Judá a la parte más remota de la región montañosa de Efraín, pues soy de allí. Fui hasta Belén de Judá, y ahora voy a mi casa, pero no hay quien me reciba en su casa.

70

19 Sin embargo, tenemos paja y forraje para nuestros asnos, y también pan y vino para mí, para tu sierva y para el joven que está con tu siervo; no nos falta nada». 20 «Paz sea contigo», dijo el anciano. «Permíteme suplir todas tus necesidades. Pero no pases la noche en la plaza». 21 Y lo llevó a su casa y dio forraje a los asnos. Ellos se lavaron los pies, comieron y bebieron. 22 Mientras ellos se alegraban, los hombres de la ciudad, hombres perversos, rodearon la casa; y golpeando la puerta, hablaron al dueño de la casa, al anciano, diciendo: «Saca al hombre que entró en tu casa para que tengamos relaciones con él». 23 Entonces el hombre, el dueño de la casa, salió a ellos y les dijo: «No, hermanos míos, no se porten tan vilmente. Puesto que este hombre ha entrado en mi casa, no cometan esta terrible ofensa. 24 Aquí está mi hija virgen y la concubina de él. Permítanme que las saque para que abusen de ellas y hagan con ellas lo que quieran, pero no cometan semejante ofensa contra este hombre». 25 Pero los hombres no quisieron escucharle, así que el levita tomó a su concubina y la trajo a ellos. Y ellos la ultrajaron y abusaron de ella toda la noche hasta la mañana; entonces la dejaron libre al amanecer. 26 Cuando amanecía, la mujer vino y cayó a la entrada de la casa del hombre donde estaba su señor hasta que se hizo de día. 27 Al levantarse su señor por la mañana, abrió las puertas de la casa y salió para seguir su camino, y vio que su concubina estaba tendida a la entrada de la casa, con sus manos en el umbral. 28 Y él le dijo: «Levántate y vámonos». Pero ella no respondió. Entonces la recogió, y colocándola sobre el asno, el hombre se levantó y se fue a su casa. 29 Cuando entró en su casa tomó un cuchillo, y tomando a su concubina, la cortó en doce pedazos, miembro por miembro, y la envió por todo el territorio de Israel. 30 Y todos los que lo veían, decían: «Nada como esto jamás ha sucedido ni se ha visto desde el día en que los israelitas subieron de la tierra de Egipto hasta el día de hoy. Considérenlo, tomen consejo y hablen».

R o m a n o s 1 : 1 6 – 3 2

16 Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree, del judío primeramente y también del griego. 17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ. 18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que con injusticia restringen la verdad. 19 Pero lo que se conoce acerca de Dios es evidente dentro de ellos, pues Dios se lo hizo evidente. 20 Porque desde la creación del mundo, Sus atributos invisibles, Su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que ellos no tienen excusa. 21 Pues aunque conocían a Dios, no lo honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. 22 Profesando ser sabios, se volvieron necios, 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. 24 Por lo cual Dios los entregó a la impureza en la lujuria de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos. 25 Porque ellos cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador, quien es bendito por los siglos. Amén. 26 Por esta razón Dios los entregó a pasiones degradantes; porque sus mujeres cambiaron la función natural por la que es contra la naturaleza. 27 De la misma manera también los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres

71

con hombres, y recibiendo en sí mismos el castigo correspondiente a su extravío. 28 Y así como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para que hicieran las cosas que no convienen. 29 Están llenos de toda injusticia, maldad, avaricia y malicia, llenos de envidia, homicidios, pleitos, engaños, y malignidad. Son chismosos, 30 detractores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de lo malo, desobedientes a los padres, 31 sin entendimiento, indignos de confianza, sin amor, despiadados. 32 Ellos, aunque conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practican.

72

E O A OS e m a n a 3 • L u n e s

E O A O / E S C R I T U R A S / e s c r ibe lo s ver s í cu lo s de l devoc ional

O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Romanos 1 :16–17

73

A P L I C A C I Ó N / Escr ibe por lo menos 1 - 2 ap l i cac ione s

O R A C I Ó N / Escr ibe una orac ión sobre lo que has aprendido y lo que Dios t e ha reve lado.

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D E V O C I O N A LS e m a n a 3 • L u n e s

D E V O C I O N A L

Romanos 1 :16–17

“Porque no me avergüenzo de l evange l io, pue s e s e l poder de Dio s para la sa lvac ión de todo e l que cree , de l judío pr imeramente y también de l gr i ego. Porque en e l evange l io la ju s t i c ia de Dio s s e reve la por f e y para f e , como e s tá e s c r i to : MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ.”

E N E L T E X T O

La narrativa de los eventos en Sodoma es a menudo inquietante de leer y aleccionadora. Los dos ángeles visitaron la ciudad para ver si la maldad de la gente era tan severa como habían oído. La falta de hospitalidad y el trato severo hacia el extranjero por parte de la gente de Sodoma era una indicación de su estado moral. Su deseo e intentos de abusar de los visitantes de Lot muestra el alcance de su depravación.

Mientras que la maldad de Sodoma está destinada a asustarnos como lectoras, la maldad del pueblo de Benjamín en Jueces 19 es aún más espantosa. Los hombres de Gabaa, una ciudad de Benjamín, una tribu de Israel, habían alcanzado el mismo estado moralmente depravado que los hombres de Sodoma. La maldad de los cananeos fue incluso superada cuando los hombres de Gabaa agredieron brutalmente a una joven y la dieron por muerta.

El propósito de la narración de Sodoma era mostrarle al pueblo de Dios cómo la depravación y el pecado nunca estaban lejos. Génesis fue escrito para la generación de israelitas que entraron en la Tierra Prometida. Esta historia se conservó para recordarles lo que no deben hacer, para advertirles que no se comporten como los cananeos a su alrededor. Sin embargo, solo unas pocas generaciones después, el pueblo de Dios repitió la misma maldad.

Estas narrativas nos ofrecen hoy una advertencia. Cuando caminamos en los mandamientos de Dios, no solo en aquellos que consideramos convenientes o ventajosos seguir, tenemos comunión con Él. Cuando somos influenciadas por el mundo que nos rodea y comenzamos a caminar en los caminos de los que no conocen a Dios, repetimos los mismos males.

El evangelio de Jesucristo ofrece perdón y misericordia por nuestro pecado. Jesús tomó nuestro castigo, ofreciéndose a Sí mismo para que pudiéramos conocer a Dios. Pero el evangelio no está completo sin la resurrección de Cristo, vida que se nos da en Él como Sus hijas. Debemos caminar en Sus caminos, obedientes a Sus mandamientos. Vivir una vida sin avergonzarnos del evangelio también significa vivir una vida sin avergonzarnos de seguir los mandamientos de Cristo, no importa el costo.

O R A C I Ó N

Señor Jesús, Tú eres el único camino a Dios. Creo que moriste por mis pecados y me has dado libertad. Tu sacrificio es suficiente. Quiero vivir una vida sin avergonzarme del evangelio. Ayúdame a ver cómo puedo aferrarme a las cosas del mundo y ayúdame a encontrar en Ti la forma de liberarme de esas cosas. Amén.

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G é n e s i s 1 9 : 1 5 – 3 8

15 Al amanecer, los ángeles apremiaban a Lot, diciendo: «Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que están aquí, para que no sean destruidos en el castigo de la ciudad». 16 Pero él titubeaba. Entonces los dos hombres los tomaron de la mano, a él, y a su mujer y a sus dos hijas, porque la compasión del SEÑOR estaba sobre él. Los sacaron y los pusieron fuera de la ciudad.17 Cuando los habían llevado fuera, uno le dijo: «Huye por tu vida. No mires detrás de ti y no te detengas en ninguna parte del valle. Escapa al monte, no sea que perezcas». 18 «No, por favor, señores míos», les dijo Lot. 19 «Ahora tu siervo ha hallado gracia ante tus ojos, y has engrandecido tu misericordia la cual me has mostrado salvándome la vida. Pero no puedo escapar al monte, no sea que el desastre me alcance, y muera. 20 Mira, esta ciudad está bastante cerca para huir a ella, y es pequeña. Te ruego que me dejes huir allá (¿acaso no es pequeña?) para salvar mi vida». 21 Y él le respondió: «Bien, te concedo también esta petición de no destruir la ciudad de que has hablado. 22 Date prisa, escapa allá, porque nada puedo hacer hasta que llegues allí». Por eso el nombre que se le puso a la ciudad fue Zoar[g]. 23 El sol había salido sobre la tierra cuando Lot llegó a Zoar. 24 Entonces el SEÑOR hizo llover azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra, de parte del SEÑOR desde los cielos. 25 Él destruyó aquellas ciudades y todo el valle y todos los habitantes de las ciudades y todo lo que crecía en la tierra. 26 Pero la mujer de Lot, que iba tras él, miró hacia atrás y se convirtió en una columna de sal. 27 Abraham se levantó muy de mañana, y fue al sitio donde había estado delante del SEÑOR. 28 Dirigió la vista hacia Sodoma y Gomorra y hacia toda la tierra del valle y miró; y el humo ascendía de la tierra como el humo de un horno. 29 Pero cuando Dios destruyó las ciudades del valle, se acordó de Abraham e hizo salir a Lot de en medio de la destrucción, cuando destruyó las ciudades donde había habitado Lot. 30 Lot subió de Zoar y habitó en los montes, y sus dos hijas con él, pues tenía miedo de quedarse en Zoar. Y habitó en una cueva, él y sus dos hijas. 31 Entonces la mayor dijo a la menor: «Nuestro padre es viejo y no hay ningún hombre en el país que se llegue a nosotras según la costumbre de toda la tierra. 32 Ven, hagamos que beba vino nuestro padre, y acostémonos con él para preservar nuestra familia por medio de nuestro padre». 33 Aquella noche hicieron que su padre bebiera vino, y la mayor entró y se acostó con su padre, y él no supo cuando ella se acostó ni cuando se levantó. 34 Al día siguiente la mayor dijo a la menor: «Mira, anoche yo me acosté con mi padre. Hagamos que beba vino esta noche también, y entonces entra tú y acuéstate con él, para preservar nuestra familia por medio de nuestro padre». 35 De manera que también aquella noche hicieron que su padre bebiera vino, y la menor se levantó y se acostó con él, y él no supo cuando ella se acostó ni cuando se levantó. 36 Así las dos hijas de Lot concibieron de su padre. 37 Y la mayor dio a luz un hijo, y lo llamó Moab. Él es el padre de los moabitas hasta hoy. 38 En cuanto a la menor, también ella dio a luz un hijo, y lo llamó Ben-Ammi. Él es el padre de los amonitas hasta hoy.

L E C T U R AS e m a n a 3 • M a r t e s

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L u c a s 1 7 : 2 2 – 3 5

22 Y a los discípulos les dijo: «Vendrán días cuando ustedes ansiarán ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo verán. 23 Y les dirán: “¡Miren allí! ¡Miren aquí!”. No vayan, ni corran tras ellos. 24 Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en Su día. 25 Pero primero es necesario que Él padezca mucho y sea rechazado por esta generación. 26 »Tal como ocurrió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del Hombre. 27 Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. 28 »Fue lo mismo que ocurrió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían; 29 pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los destruyó a todos. 30 »Lo mismo acontecerá el día en que el Hijo del Hombre sea revelado. 31 En ese día, el que esté en la azotea y tenga sus bienes en casa, no descienda a llevárselos; y de igual modo, el que esté en el campo no vuelva atrás. 32 Acuérdense de la mujer de Lot. 33 Todo el que procure preservar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la conservará. 34 Les digo que en aquella noche dos estarán en una cama; uno será tomado y el otro será dejado. 35 Dos mujeres estarán moliendo en el mismo lugar; una será tomada y la otra será dejada.

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E O A O / E S C R I T U R A S / e s c r ibe lo s ver s í cu lo s de l devoc ional

O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Lucas 17:32–33

E O A OS e m a n a 3 • M a r t e s

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A P L I C A C I Ó N / Escr ibe por lo menos 1 - 2 ap l i cac ione s

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79

D E V O C I O N A L :

Lucas 17:32–33

“Acuérdense de la mujer de Lot . Todo e l que procure pre s er var su v ida, la perderá ; y todo e l que la p ierda, la conser vará .”

E N E L T E X T O

Lot y su familia se salvaron de la iniquidad de Sodoma. Aunque Lot había elegido vivir en Sodoma porque creía que la tierra sería fértil, salió perdiendo. Al final, la maldad de Sodoma se quedó con Lot y su familia. Incluso después de la destrucción, la mentalidad de Sodoma perduró.

Cuando Lot, su esposa e hijas huyeron de la ciudad, Lot suplicó al Señor que le diera otra ciudad para vivir. Lot quería que Dios le diera algo que compensara su pérdida, algo que compensara el haber dejado su hogar y su vida tan abruptamente. Aunque Lot le suplicó al Señor que salvara a Zoar, tenía demasiado miedo de vivir allí después de experimentar la maldad de Sodoma. Sin embargo, la maldad de Sodoma resurgió en la cueva con solo Lot y sus hijas.

La esposa de Lot se volvió y miró las ciudades de la llanura mientras estaban siendo destruidas. No se trataba de una mirada de pasada ni de curiosidad. La esposa de Lot miró con nostalgia a Sodoma. Anhelaba la vida de la que había sido rescatada. Ella había sido salvada, pero anhelaba la vida que la conducía a su destrucción. Sus acciones mostraron falta de respeto y descontento con las acciones milagrosas de Dios para salvarla.

Jesús les recordó a Sus seguidores la historia de la esposa de Lot cuando describió el fin de la era. No debemos anhelar aquello de lo que hemos sido salvadas. Cuando estemos dispuestas a perder nuestro consuelo, nuestros amigos, nuestra familia, nuestro estado y nuestras posesiones para Cristo, encontraremos más vida de la que podríamos haber imaginado.

Incluso en esta historia se nos recuerda la bondad de Dios. Mientras Abraham observaba cómo se avanzaba la destrucción, vio la bondad de Dios en medio de Su juicio. Dios prometió no destruir a los justos junto con los malvados, y salvó a Lot por amor a Abraham. Aunque Su destrucción fue vasta y completa, la misericordia de Dios aún se desbordó. Al seguir a Cristo, debemos estar dispuestas a dejar atrás los placeres del mundo para encontrar una vida completa y plena en Él.

O R A C I Ó N

Dios, eres amable. Tú eres justo. Gracias por mostrarme cómo estos atributos pueden coexistir. Ayúdame a confiar en Ti cuando no entienda Tus acciones. Dame valor para pasar de una vida de comodidad a una vida que te honre. Ayúdame a no volverme atrás y a no anhelar nada más que a Ti. Amén.

D E V O C I O N A LS e m a n a 3 • M a r t e s

80

G é n e s i s 2 0

Abraham salió de donde estaba hacia la tierra del Neguev, y se estableció entre Cades y Shur. Entonces estuvo por un tiempo en Gerar. 2 Abraham decía de Sara su mujer: «Es mi hermana». Entonces Abimelec, rey de Gerar, envió y tomó a Sara. 3 Pero Dios vino a Abimelec en un sueño de noche, y le dijo: «Tú eres hombre muerto por razón de la mujer que has tomado, pues está casada». 4 Pero Abimelec no se había acercado a ella, y dijo: «Señor, ¿destruirás a una nación aunque sea inocente? 5 ¿No me dijo él mismo: “Es mi hermana”? Y ella también dijo: “Es mi hermano”. En la integridad de mi corazón y con manos inocentes yo he hecho esto». Entonces Dios le dijo en el sueño: «Sí, Yo sé que en la integridad de tu corazón has hecho esto. Y además, Yo te guardé de pecar contra mí, por eso no te dejé que la tocaras. 7 Ahora pues, devuelve la mujer al marido, porque él es profeta y orará por ti, y vivirás. Pero si no la devuelves, sabe que de cierto morirás, tú y todos los tuyos». Abimelec se levantó muy de mañana, llamó a todos sus siervos y relató todas estas cosas a oídos de ellos; y los hombres se atemorizaron en gran manera. 9 Entonces Abimelec llamó a Abraham, y le dijo: «¿Qué nos has hecho? ¿Y en qué he pecado contra ti, para que hayas traído sobre mí y sobre mi reino un pecado tan grande? Me has hecho cosas que no se deben hacer». 10 Abimelec añadió a Abraham: «¿Qué has hallado para que hayas hecho esto?». 11 Y Abraham respondió: «Porque me dije: Sin duda no hay temor de Dios en este lugar, y me matarán por causa de mi mujer. 12 Además, en realidad es mi hermana, hija de mi padre, pero no hija de mi madre. Ella vino a ser mi mujer. 13 Cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije a ella: “Este es el favor que me harás: a cualquier lugar que vayamos, dirás de mí: ‘Es mi hermano’”». 14 Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, siervos y siervas, y se los dio a Abraham, y le devolvió a Sara su mujer. 15 Y le dijo Abimelec: «Mi tierra está delante de ti. Habita donde quieras». 16 A Sara le dijo: «Mira, he dado a tu hermano 1,000 monedas de plata. Esta es tu vindicación delante de todos los que están contigo, y ante todos quedas vindicada». 17 Abraham oró a Dios, y Dios sanó a Abimelec, a su mujer y a sus siervas, y tuvieron hijos. 18 Porque el SEÑOR había cerrado completamente toda matriz en la casa de Abimelec por causa de Sara, mujer de Abraham.

P r o v e r b i o s 1 4 : 1

La mujer sabia edifica su casa, Pero la necia la derriba con sus manos.

L E C T U R AS e m a n a 3 • M i é r c o l e s

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O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Proverbio s 14:1

E O A OS e m a n a 3 • M i é r c o l e s

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83

D E V O C I O N A L :

Proverbio s 14:1

“La mujer sabia edi f i ca su ca sa , Pero la nec ia la derr iba con su s manos .”

E N E L T E X T O

A medida que el texto vuelve a enfocarse en Abraham, lo encontramos en una situación familiar. Abraham nuevamente despistó y engañó a un rey acerca de su relación con Sara para preservar su propia vida. Y nuevamente, Dios intervino y así preservó la promesa que le hizo a Abraham.

Aunque es frustrante ver a Abraham cometer el mismo error por segunda vez, poniendo nuevamente en peligro la vida de Sara, su matrimonio y el cumplimiento de la promesa, a menudo nos encontramos repitiendo los mismos errores también. A pesar de que había visto a Dios venir milagrosamente para rescatar a Sara, salvar su vida y darles abundantes recursos, Abraham actuó por miedo. Su miedo lo llevó a un comportamiento necio, comportamiento que mostraba una falta de fe en Dios. Abraham, de nuevo, dudó de la protección que el Señor le brindaba y arriesgó la promesa.

Pero Abraham no es el héroe de esta historia: Dios lo es. Una vez más, Dios intervino. Salvó a Sara, advirtió a Abimelec y restauró a Abraham. Mostró cómo solo Él tiene poder sobre la vida y la muerte. Hizo que todas las mujeres de la casa de Abimelec sufrieran infertilidad y luego las sanó (esto indica que Sara probablemente estuvo en la corte de Abimelec durante varios meses, tiempo suficiente para reconocer que nadie había podido concebir desde su llegada).

Dios mostró Su poder y control sobre la creación de la vida a una pareja a la que se le había prometido un hijo. Si Dios pudo evitar que otros concibieran, tal vez podría hacer lo que prometió y permitir que Sara concibiera. Si bien Dios no reprendió a Abraham por sus acciones en esta historia, vemos cómo su falta de fe puso en peligro la promesa. Cuando nuestra fe está solo en Dios, no en nuestra propia capacidad para salvarnos y protegernos, encontramos vida y libertad. Dios continuó interviniendo en la historia de Abraham y continúa interviniendo en la nuestra, incluso cuando nuestra fe flaquea.

O R A C I Ó N

Señor Dios, quiero tener una gran fe. Ayúdame a caminar en sabiduría, recurriendo a Ti para lo que necesito. Anhelo construir mi vida y mi fe, no destruirlas con mis propias acciones. Te alabo por seguir salvándome una y otra vez, incluso cuando fallo. Amén.

D E V O C I O N A LS e m a n a 3 • M i é r c o l e s

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G é n e s i s 2 1 : 1 – 7

Entonces el SEÑOR prestó atención a Sara como había dicho, e hizo el SEÑOR por Sara como había prometido. 2 Sara concibió y dio a luz un hijo a Abraham en su vejez, en el tiempo señalado que Dios le había dicho. 3 Abraham le puso el nombre de Isaac al hijo que le nació, que le dio Sara. A los ocho días Abraham circuncidó a su hijo Isaac, como Dios le había mandado. 5 Abraham tenía 100 años cuando le nació su hijo Isaac. 6 Sara dijo: «Dios me ha hecho reír; cualquiera que lo oiga se reirá conmigo». 7 Y añadió: «¿Quién le hubiera dicho a Abraham que Sara amamantaría hijos? Pues bien, le he dado un hijo en su vejez».

J o b 8 : 2 0 – 2 1

20 Dios no rechaza al íntegro, Ni sostiene a los malhechores. 21 Aún Él ha de llenar de risa tu boca, Y tus labios de gritos de júbilo.

L E C T U R AS e m a n a 3 • J u e v e s

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O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Génes i s 21:1

E O A OS e m a n a 3 • J u e v e s

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D E V O C I O N A L :

Géne s i s 21:1

“Entonce s e l SEÑOR pre s tó a tenc ión a Sara como había dicho, e h izo e l SEÑOR por Sara como había promet ido.”

E N E L T E X T O

¡Qué gozo debió haber sentido Sara cuando se dio cuenta de lo que estaba sucediendo! Ella había esperado y esperado. Ella había tratado de formar una familia a través de su criada. Le habían prometido un hijo y se rió de lo absurdo de la idea. Sin embargo, allí estaba ella, viendo a Dios cumplir su promesa.

Si bien desde el comienzo de la historia de Abraham la promesa de descendencia y tierra parece ser específica para Abraham, este versículo nos recuerda cómo Sara tuvo una parte igual en la promesa como esposa de Abraham. Dios también le hizo promesas. Prometió darle un hijo, incluso en su vejez. Incluso en su incredulidad e intentos de construir una familia a través de Agar, Dios cumplió Su promesa. Su promesa se cumplió para Sara en Su tiempo perfecto.

El cumplimiento de esta promesa trajo gran gozo. Su uso de la palabra risa es un juego con el nombre Isaac. Sara se rió de incredulidad cuando Dios le dijo que tendría un hijo. Ahora, ella se reía de alegría por el cumplimiento de la promesa.

Tanto Abraham como Sara responden al nacimiento de Isaac, al cumplimiento de la promesa, con risas y alabanzas. Abraham también responde en obediencia a Dios, cumpliendo con su responsabilidad del pacto. Dios prometió que le daría a Abraham un hijo a través de Sara, y Abraham cumplió el pacto al circuncidar a Isaac. Si bien todavía habría desafíos por delante, el nacimiento de Isaac restauró la fe de Abraham y Sara, recordándoles el poder y la bondad de Dios. Es un Dios que cumple Sus promesas.

O R A C I Ó N

Señor Dios, Tú cumples Tus promesas. Te alabo por la forma en que cumpliste la promesa que le hiciste a Sara y la forma en que cumples lo que me prometiste a mí. Sé que ninguna de Tus promesas ha fallado jamás. Confío en Ti mientras continúas trabajando en mi vida. Eres el gran cumplidor de promesas. Amén.

D E V O C I O N A LS e m a n a 3 • J u e v e s

88

G é n e s i s 2 1 : 8 – 2 1

8 El niño creció y fue destetado, y Abraham hizo un gran banquete el día que Isaac fue destetado. 9 Pero Sara vio al hijo que Agar la egipcia le había dado a Abraham burlándose de su hijo Isaac. 10 Por eso le dijo a Abraham: «Echa fuera a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de ser heredero junto con mi hijo Isaac».11 El asunto angustió a Abraham en gran manera por tratarse de su hijo. 12 Pero Dios dijo a Abraham: «No te angusties por el muchacho ni por tu sierva. Presta atención a todo lo que Sara te diga, porque por Isaac será llamada tu descendencia. 13 También del hijo de la sierva haré una nación, por ser tu descendiente». 14 Se levantó, pues, Abraham muy de mañana, tomó pan y un odre de agua y los dio a Agar poniéndoselos sobre el hombro, y le dio el muchacho y la despidió. Y ella se fue y anduvo errante por el desierto de Beerseba. 15 Cuando el agua del odre se acabó, ella dejó al muchacho debajo de uno de los arbustos. 16 Entonces ella fue y se sentó enfrente, como a un tiro de arco de distancia, porque dijo: «Que no vea yo morir al niño». Y se sentó enfrente y alzó su voz y lloró. 17 Dios oyó la voz del muchacho que lloraba; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: «¿Qué tienes, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. 18 Levántate, alza al muchacho y sostenlo con tu mano, porque Yo haré de él una gran nación». 19 Entonces Dios abrió los ojos de ella, y vio un pozo de agua. Fue y llenó el odre de agua y dio de beber al muchacho. 20 Dios estaba con el muchacho, que creció y habitó en el desierto y se hizo arquero. 21 Y habitó en el desierto de Parán, y su madre tomó para él una mujer de la tierra de Egipto.

G á l a t a s 3 : 2 3 – 2 9

23 Antes de venir la fe, estábamos encerrados bajo la ley, confinados para la fe que había de ser revelada. 24 De manera que la ley ha venido a ser nuestro guía para conducirnos a Cristo, a fin de que seamos justificados por la fe. 25 Pero ahora que ha venido la fe, ya no estamos bajo el guía. 26 Pues todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús. 27 Porque todos los que fueron bautizados en Cristo, de Cristo se han revestido. 28 No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer, porque todos son uno en Cristo Jesús. 29 Y si ustedes son de Cristo, entonces son descendencia de Abraham, herederos según la promesa.

G á l a t a s 4 : 2 1 – 3 1

21 Díganme, los que desean estar bajo la ley, ¿no oyen a la ley? 22 Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos, uno de la sierva y otro de la libre. 23 Pero el hijo de la sierva nació según la carne, y el hijo de la libre por medio de la promesa. 24 Esto contiene una alegoría, pues estas mujeres son dos pactos. Uno procede del monte Sinaí que engendra hijos para ser esclavo]; este es Agar. 25 Ahora bien, Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, porque ella está en esclavitud con sus hijos. 26 Pero la Jerusalén de arriba es libre; esta es nuestra madre. 27 Porque escrito está: «REGOCÍJATE, OH ESTÉRIL, LA QUE NO CONCIBES; PRORRUMPE Y CLAMA, TÚ QUE NO TIENES DOLORES DE PARTO, PORQUE MÁS SON LOS HIJOS DE LA DESOLADA, QUE DE LA QUE TIENE MARIDO». 28 Y ustedes, hermanos, como Isaac, son hijos de la promesa. 29 Pero así como entonces el que nació según la carne persiguió al que nació según el Espíritu, así también sucede ahora. 30 Pero, ¿qué dice la Escritura? «ECHA FUERA A LA SIERVA Y A SU HIJO, PUES EL HIJO DE LA SIERVA NO SERÁ HEREDERO CON EL HIJO DE LA LIBRE». 31 Así que, hermanos, no somos hijos de la sierva, sino de la libre.

L E C T U R AS e m a n a 3 • V i e r n e s

89

E O A O / E S C R I T U R A S / e s c r ibe lo s ver s í cu lo s de l devoc ional

O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Gálata s 3 :23–24

E O A OS e m a n a 3 • V i e r n e s

90

A P L I C A C I Ó N / Escr ibe por lo menos 1 - 2 ap l i cac ione s

O R A C I Ó N / Escr ibe una orac ión sobre lo que has aprendido y lo que Dios t e ha reve lado.

91

D E V O C I O N A LS e m a n a 3 • V i e r n e s

D E V O C I O N A L :

Gálata s 3 :23–24

“Ante s de venir la f e , e s tábamos encerrados bajo la l ey, conf inados para la f e que había de s e r reve lada. De manera que la l ey ha venido a s e r nue s t ro guía para conducirnos a Cri s to, a f in de que s eamos ju s t i f i cados por la f e .”

E N E L T E X T O

Sarah temía que Ismael de alguna manera le quitara la bendición prometida a su hijo. Su incredulidad la volvió contra Agar e Ismael, lo que obligó a Abraham a despedirlos. Aunque Abraham se entristeció, sus acciones muestran su fe continua en la promesa de Dios. Dios le prometió a Abraham que haría de Ismael una gran nación. Si bien Isaac sería el verdadero heredero del pacto, Dios aún hizo la promesa de bendecir a Ismael. Al despedir a Ismael y Agar con sólo comida y agua, Abraham mostró fe. Abraham podría haber despedido a Ismael con hasta la mitad de sus manadas, rebaños y siervos, pero en cambio, confió en que Dios los proveería. En lugar de confiar en sus propios medios, confió en Dios.

Dios también cumplió Su promesa a Agar. La encontró en el desierto una vez más, salvándola a ella y a su hijo. Dios mostró Su gran compasión por Agar y por todos aquellos que han sido echados, abandonados y abusados. Él es el Dios que ve.

Después del nacimiento de Isaac, la presencia de Agar e Ismael en el campamento fue una continua amenaza para la promesa. Aunque nunca estuvo en peligro porque estaba bajo el control de Dios, una vez que Isaac naciera, la promesa se cumpliría plenamente a través de él. Dios eliminó todo lo que fuera una amenaza para la bendición que vendría a través de Isaac.

Jesucristo es la bendición prometida, la forma en que todas las naciones del mundo fueron bendecidas por medio de Abraham. Antes de Cristo, el pueblo de Dios estaba bajo la ley y debía caminar sin mancha ante Él. Debido a Cristo, el antiguo orden ha sido eliminado. Ya no estamos bajo la ley. La promesa ha venido por medio de Cristo, no por la ley. Somos coherederos de la promesa por medio de Cristo. A medida que eliminamos cualquier cosa de nuestras vidas que pueda obstaculizar la promesa (pecado, legalismo, etc.), crecemos en nuestra relación con Cristo. Pablo nos recuerda en Gálatas que cuando nos atamos a la ley, estamos negando el cumplimiento de la promesa a través de Cristo. Él es el único heredero, y solo Él nos da la libertad. Ahora, en Cristo, somos justos por la fe, no por la ley.

O R A C I Ó N

Señor Jesús, solo Tú salvas. Admito que trato de alcanzar mi propia salvación a través de mis obras, pero creo que mi salvación es solo a través de la fe. Ayúdame a desechar cualquier cosa que me impida caminar en fe y creer en Tu promesa de vida eterna contigo. Amén.

92

R E F L E X I O N AS e m a n a 3

1. ¿Cómo puedes vivir sin avergonzarte del evangelio? ¿Cómo el vivir de esta manera anima a los demás?

2. ¿Hay algún pecado en tu vida al que sigues regresando? ¿Cómo puedes encontrar libertad en Cristo hoy para apartarte de las cosas que traen destrucción?

3. ¿Hay formas en que actúas como la mujer sabia y construyes tu casa? ¿Hay formas en que actúas neciamente, confiando en ti misma en lugar de en Dios, causándote dolor o destrucción? ¿Cómo puedes caminar hacia adelante con fe hoy?

4. ¿De qué maneras has visto esta semana a Dios cumplir algunas de Sus promesas sobre ti? ¿Qué promesas estás esperando todavía que Él cumpla?

5. ¿Cómo caminamos en obediencia a Dios y libres de la ley al mismo tiempo? ¿Es posible hacer esto?

93

S E M A N A 4

“Y Abraham ll amó aquel lugar con el nombre de El Señor Proveerá, como se dice hasta hoy: En el monte del Señor se proveerá.”Genesis 22:14´

94

O R A

D E S A F Í O D E L A S E M A N A

Escr ibe tu orac ión y tu s agradec imiento s de la s emana.

Esta semana, mientras lees el resto de la historia de Abraham, reflexiona sobre los triunfos y los traspiés en su propio camino de fe. ¿En qué épocas o circunstancias demostró gran fe y obediencia? ¿Ha habido temporadas en las que has luchado con tu fe? Pídele a Dios que te ayude a recordar y reflexionar sobre tu vida de fe y que te dé sabiduría sobre cómo Él quiere que sigas adelante.

95

L E C T U R AS e m a n a 4 • L u n e s

G é n e s i s 2 1 : 2 2 – 3 4

22 Aconteció por aquel tiempo que Abimelec, con Ficol, jefe de su ejército, habló a Abraham: «Dios está contigo en todo lo que haces. 23 Ahora pues, júrame aquí por Dios que no obrarás falsamente conmigo, ni con mi descendencia, ni con mi posteridad, sino que conforme a la bondad que te he mostrado, así me mostrarás a mí y a la tierra en la cual has residido». 24 «Yo lo juro», le dijo Abraham. 25 Pero Abraham se quejó a Abimelec a causa de un pozo de agua del cual los siervos de Abimelec se habían apoderado. 26 Y Abimelec dijo: «No sé quién haya hecho esto, ni tú me lo habías hecho saber, ni yo lo había oído hasta hoy». 27 Abraham tomó ovejas y vacas y se los dio a Abimelec, y los dos hicieron un pacto. 28 Entonces Abraham puso aparte siete corderas del rebaño. 29 Abimelec dijo a Abraham: «¿Qué significan estas siete corderas que has puesto aparte?». 30 Y Abraham respondió: «Tomarás estas siete corderas de mi mano para que esto me sirva de testimonio de que yo cavé este pozo». 31 Por lo cual llamó aquel lugar Beerseba, porque allí juraron los dos. 32 Hicieron, pues, un pacto en Beerseba. Se levantó Abimelec con Ficol, jefe de su ejército, y regresaron a la tierra de los filisteos. 33 Abraham plantó un tamarisco en Beerseba, y allí invocó el nombre del Señor, el Dios eterno. 34 Y peregrinó Abraham en la tierra de los filisteos por muchos días.

R o m a n o s 1 2 : 9 – 2 1

9 El amor sea sin hipocresía; aborreciendo lo malo, aplicándose a lo bueno. 10 Sean afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra, dándose preferencia unos a otros. 11 No sean perezosos en lo que requiere diligencia. Sean fervientes en espíritu, sirviendo al Señor, 12 gozándose en la esperanza, perseverando en el sufrimiento, dedicados a la oración, 13 contribuyendo para las necesidades de los santos, practicando la hospitalidad. 14 Bendigan a los que los persiguen. Bendigan, y no maldigan. 15 Gócense con los que se gozan y lloren con los que lloran. 16 Tengan el mismo sentir unos con otros. No sean altivos en su pensar, sino condescendiendo con los humildes. No sean sabios en su propia opinión. 17 Nunca paguen a nadie mal por mal. Respeten lo bueno delante de todos los hombres. 18 Si es posible, en cuanto de ustedes dependa, estén en paz con todos los hombres. 19 Amados, nunca tomen venganza ustedes mismos, sino den lugar a la ira de Dios, porque escrito está: «MÍA ES LA VENGANZA, YO PAGARÉ», dice el Señor. 20 «PERO SI TU ENEMIGO TIENE HAMBRE, DALE DE COMER; Y SI TIENE SED, DALE DE BEBER, PORQUE HACIENDO ESTO, CARBONES ENCENDIDOS AMONTONARÁS SOBRE SU CABEZA». 21 No seas vencido por el mal, sino vence el mal con el bien.

96

E O A OS e m a n a 4 • L u n e s

E O A O / E S C R I T U R A S / e s c r ibe lo s ver s í cu lo s de l devoc ional

O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Romanos 12:18

97

A P L I C A C I Ó N / Escr ibe por lo menos 1 - 2 ap l i cac ione s

O R A C I Ó N / Escr ibe una orac ión sobre lo que has aprendido y lo que Dios t e ha reve lado.

98

D E V O C I O N A LS e m a n a 4 • L u n e s

D E V O C I O N A L :

Romanos 12:18

“Si e s po s ib l e , en cuanto de u s t ede s dependa, e s t én en paz con todos lo s hombre s .”

E N E L T E X T O

Génesis 21 continúa la descripción de las maneras en las que Dios eliminó las amenazas potenciales a la promesa. El segundo aspecto de esa promesa era que los descendientes de Abraham recibirían la tierra de Canaán y habitarían allí. Sin embargo, en ese momento, Abraham no podía reclamar legalmente la tierra.

Abimelec reconoció dos cosas sobre Abraham: que Dios estaba con él y que Abraham no siempre era confiable. Abraham y Abimelec llegaron a un acuerdo pacifico sobre el pozo de agua, confirmando que Abraham podría permanecer en esa tierra. Al plantar el árbol allí Abraham estableció un recordatorio permanente de la promesa de Dios, para él mismo y para sus descendientes: Dios les daría la tierra prometida. Abraham se quedó allí y el árbol era ese recordatorio de su fe y de la seguridad de la promesa.

Con el acuerdo, Dios eliminó otra amenaza a la promesa. Aunque Isaac todavía era un niño y a pesar de que Abraham no tenía derecho a reclamar la tierra que se le había prometido, Abraham podía ver que Dios cumpliría Su promesa y eliminaría cualquier amenaza. Dios estaba continuamente con él, prometiendo provisión y protección..

El aspecto final de la promesa fue que Abraham (y sus descendientes) serían una bendición para las naciones. La inclusión de esta historia en el libro de Génesis recordó a esa generación de israelitas que entraron en la Tierra Prometida cómo debían comportarse con las demás naciones. La resolución pacífica de los desacuerdos era el objetivo. Abimelec sabía que Abraham le pertenecía a Dios, y al resolver de manera pacífica el conflicto, Abraham fue de bendición para su vecino. Lo mismo era cierto para Israel: cuando los vecinos la reconocían como nación escogida por Dios, podía ser de bendición para esos vecinos.

Nosotras también somos de bendición para los demás cuando reconocemos y entendemos que le pertenecemos a Cristo. Cuando buscamos vivir en obediencia a Cristo, somos una bendición para los demás. En la medida en la que nos esforzamos por tener relaciones pacíficas, mostramos el amor de Cristo, la bendición más importante y el cumplimiento de la promesa de Dios hacia Abraham.

O R A C I Ó N

Señor Jesús, deseo ser de bendición a aquellos que están a mi alrededor. Muéstrame cómo puedo vivir en paz con mis vecinos, amigos y familia. Permíteme bendecir a los demás con la verdad y la esperanza de la salvación que Tú me has dado. Amén.

99

G é n e s i s 2 2 : 1 – 1 9

Aconteció que después de estas cosas, Dios probó a Abraham, y le dijo: «¡Abraham!». Y él respondió: «Aquí estoy». 2 Y Dios dijo: «Toma ahora a tu hijo, tu único, a quien amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que Yo te diré». 3 Abraham se levantó muy de mañana, aparejó su asno y tomó con él a dos de sus criados y a su hijo Isaac. También partió leña para el holocausto, y se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho. 4 Al tercer día alzó Abraham los ojos y vio el lugar de lejos. 5 Entonces Abraham dijo a sus criados: «Quédense aquí con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a ustedes». 6 Tomó Abraham la leña del holocausto y la puso sobre Isaac su hijo, y tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Y los dos iban juntos. 7 Isaac habló a su padre Abraham: «Padre mío». Y él respondió: «Aquí estoy, hijo mío». «Aquí están el fuego y la leña», dijo Isaac, «pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?». 8 Y Abraham respondió: «Dios proveerá para Sí el cordero para el holocausto, hijo mío». Y los dos iban juntos. 9 Llegaron al lugar que Dios le había dicho y Abraham edificó allí el altar, arregló la leña, ató a su hijo Isaac y lo puso en el altar sobre la leña. 10 Entonces Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo. 11 Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y dijo: «¡Abraham, Abraham!». Y él respondió: «Aquí estoy». 12 Y el ángel dijo: «No extiendas tu mano contra el muchacho, ni le hagas nada. Porque ahora sé que temes a Dios, ya que no me has rehusado tu hijo, tu único». 13 Entonces Abraham alzó los ojos y miró, y vio un carnero detrás de él trabado por los cuernos en un matorral. Abraham fue, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. 14 Y Abraham llamó aquel lugar con el nombre de El SEÑOR Proveerá, como se dice hasta hoy: «En el monte del SEÑOR se proveerá». 15 El ángel del SEÑOR llamó a Abraham por segunda vez desde el cielo, 16 y le dijo: «Por Mí mismo he jurado», declara el SEÑOR, «que por cuanto has hecho esto y no me has rehusado tu hijo, tu único, 17 de cierto te bendeciré grandemente, y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos. 18 En tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque tú has obedecido Mi voz». 19 Entonces Abraham volvió a sus criados, y se levantaron y fueron juntos a Beerseba. Y habitó Abraham en Beerseba.

H e b r e o s 1 1 : 1 7 – 1 9

17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía a su único hijo. 18 Fue a él a quien se le dijo: «EN ISAAC TE SERÁ LLAMADA DESCENDENCIA». 19 Él consideró que Dios era poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde también, en sentido figurado, lo volvió a recibir.

L E C T U R AS e m a n a 4 • M a r t e s

100

E O A O / E S C R I T U R A S / e s c r ibe lo s ver s í cu lo s de l devoc ional

O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Génes i s 22:14

E O A OS e m a n a 4 • M a r t e s

101

A P L I C A C I Ó N / Escr ibe por lo menos 1 - 2 ap l i cac ione s

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102

D E V O C I O N A L :

Géne s i s 22:14

“Y Abraham l lamó aque l lugar con e l nombre de El SEÑOR Proveerá , como s e d ice has ta hoy : «En e l monte de l SEÑOR se proveerá» .”

E N E L T E X T O

Llegamos al apogeo de la narrativa abrahámica en Génesis 22. Dios le presentó a Abraham una prueba, no para ver si su fe sobrevivía a la adversidad y la prueba, sino para ver si Abraham obedecía un mandato directo que contradecía la promesa de Dios.

Isaac era el descendiente de Abraham escogido por Dios, aquel por el cual Dios haría una gran nación, cuyos descendientes heredarían la tierra y a través del cual todas las naciones de la tierra serían bendecidas. La tensión y el significado del mandato de Dios para que Abraham le sacrificara a Isaac aumentaba con cada frase de la instrucción de Dios: “... tu hijo, tu único hijo, Isaac el hijo que amas..”

Abraham obedeció sin dudarlo. Hizo los preparativos y siguió el mandato de Dios. La obediencia de Abraham a Dios, aunque él creía que ofrecería a Isaac como sacrificio, mostró la profundidad de su fe. Abraham vio la provisión de Dios y llamó al monte “El Señor se proveerá”. Su fe en la provisión de Dios le permitió tener la fe que necesitaba para sacrificar a Isaac. Obedeció el mandato de Dios porque realmente creía en la provisión de Dios, y Dios ciertamente la proveyó.

Al reflexionar sobre la obediencia de Abraham, no podemos evitar preguntarnos qué tan dispuestas estamos a obedecer. Cuando Dios nos pide que lo sigamos, a menudo requiere lo que nos es más querido. ¿Estamos dispuestas a darle esas cosas y creer que Él las proveerá? Dios vio la necesidad de Abraham y le proporcionó un carnero. Él también ve nuestra necesidad, pero eso no significa que siempre nos devolverá lo que nos ha pedido que le demos. El sacrificio está en el corazón de la verdadera adoración y en la obediencia. Dios le pidió a Abraham que le diera algo que Él le había dado, algo que era la voluntad de Dios que Abraham tuviera. Cuando Dios nos pide lo mismo, al igual que Abraham, tengamos fe en Su capacidad para proveer y obedezcamos sin vacilar.

O R A C I Ó N

Señor Dios, anhelo ser obediente, sin importar lo que me pidas. Dame fe como la de Abraham, creyendo que Tú proveerás. Dame fe para confiar en tus mandamientos, incluso cuando requieran un gran sacrificio. Amén

D E V O C I O N A LS e m a n a 4 • M a r t e s

103

G é n e s i s 2 2 : 2 0 – 2 4

20 Después de estas cosas, le dieron noticia a Abraham, diciendo: «Milca también le ha dado hijos a tu hermano Nacor: 21 Uz su primogénito, Buz su hermano, y Kemuel, padre de Aram, 22 Quesed, Hazo, Pildas, Jidlaf y Betuel». 23 Y Betuel fue el padre de Rebeca. Estos ocho hijos dio a luz Milca a Nacor, hermano de Abraham. 24 También su concubina, de nombre Reúma, dio a luz a Teba, a Gaham, a Tahas y a Maaca.

H e b r e o s 1 1 : 8 – 1 2

8 Por la fe Abraham, al ser llamado, obedeció, saliendo para un lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber adónde iba. 9 Por la fe habitó como extranjero en la tierra de la promesa como en tierra extraña, viviendo en tiendas como Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa, 10 porque esperaba la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. 11 También por la fe Sara misma recibió fuerza para concebir, aun pasada ya la edad propicia, pues consideró fiel a Aquel que lo había prometido. 12 Por lo cual también nació de uno, y este casi muerto con respecto a esto, una descendencia COMO LAS ESTRELLAS DEL CIELO EN NÚMERO, E INNUMERABLE COMO LA ARENA QUE ESTÁ A LA ORILLA DEL MAR.

L E C T U R AS e m a n a 4 • M i é r c o l e s

104

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O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Hebreo s 11:8–10

E O A OS e m a n a 4 • M i é r c o l e s

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106

D E V O C I O N A L :

Hebreo s 11:8–10

“Por la f e Abraham, a l s e r l lamado, obedec ió, sa l i endo para un lugar que había de rec ib ir como herenc ia ; y sa l ió s in saber adónde iba . Por la f e habi tó como extranjero en la t i e rra de la promesa como en t i e rra ex traña, v iv iendo en t i endas como Isaac y Jacob, coheredero s de la mi sma promesa , porque e speraba la c iudad que t i ene c imiento s , cuyo arqui tec to y cons t ruc tor e s Dio s .”

E N E L T E X T O

Los versículos finales de Génesis 22 comienzan una sección de transición en la narración a medida que el enfoque cambia de la vida y la fe de Abraham a su hijo Isaac. En esta breve genealogía se nos recuerda a los descendientes de Nacor de la audiencia original del libro. Génesis fue escrito por Moisés para la generación de israelitas que entrarían en la Tierra Prometida. Después de ser liberados de la esclavitud en Egipto y vagar durante cuarenta años en el desierto debido a la desobediencia, los israelitas finalmente estaban listos para tomar posesión de la tierra que Dios prometió dar a su antepasado Abraham.

Este interludio hace una transición de Abraham a Isaac, ya que incluye una nota de la procedencia de Rebeca, la esposa de Isaac. Ella era de la familia del hermano de Abraham, Nacor, mostrando cómo el legado de la familia de Abraham continuaría con su hijo Isaac. Con el crecimiento de la familia de Nacor, Dios había provisto los medios para que la promesa continuara a través de Isaac una vez que Abraham y Sara se hubieran ido.

El autor de Hebreos ofrece un resumen de la vida y la fe de Abraham. El capítulo 11 nos muestra los aspectos más destacados de la fe de Abraham en la promesa de Dios. Aunque tanto tuvo triunfos como tropiezos, Abraham siempre estaba esperando el cumplimiento de la promesa de Dios. Si bien algunos de sus errores fueron intentos de preservar la promesa, Dios siempre intervino como el héroe de la historia.

Su legado de fe era lo que Abraham le podía dejar a Isaac, su amado hijo, el heredero de la promesa. De la misma manera que se requirió que Abraham tuviera fe en que Dios haría lo que había prometido, también se requería que Isaac ejercitará una gran fe. Aunque Isaac enfrentó un conjunto de circunstancias diferentes a las de Abraham, veremos cómo él también ejerció tanto una gran fe como confianza en sus propios recursos. Independientemente de sus errores, tanto Abraham como Isaac creían que recibirían la promesa porque tenían fe en el Cumplidor de la Promesa.

O R A C I Ó N :

Padre, sé que ves cada detalle de mi vida. Perdóname por las veces que mi fe no está puesta únicamente en Ti. Sé que estás construyendo un futuro bueno para mí. Gracias por mostrarme ejemplos de fe, no de perfección. Amén.

D E V O C I O N A LS e m a n a 4 • M i é r c o l e s

107

G é n e s i s 2 3

Sara vivió 127 años. Estos fueron los años de la vida de Sara. 2 Sara murió en Quiriat Arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán. Abraham fue a hacer duelo por Sara y a llorar por ella. 3 Después Abraham dejó a su difunta, y habló a los hijos de Het: 4 «Yo soy extranjero y peregrino entre ustedes; denme en propiedad una sepultura entre ustedes, para que pueda sepultar a mi difunta y separarla de delante de mí». 5 Los hijos de Het le respondieron a Abraham: 6 «Escúchenos, señor nuestro: usted es un príncipe poderoso entre nosotros. Sepulte a su difunta en el mejor de nuestros sepulcros, pues ninguno de nosotros le negará su sepulcro para que sepulte a su difunta». 7 Abraham se levantó e hizo una reverencia al pueblo de aquella tierra, los hijos de Het, 8 y habló con ellos: «Si es su voluntad que yo sepulte aquí a mi difunta separándola de delante de mí, escúchenme e intercedan por mí con Efrón, hijo de Zohar, 9 para que me dé la cueva de Macpela que le pertenece, que está al extremo de su campo. Que en presencia de ustedes me la dé por un precio justo en posesión para una sepultura». 10 Efrón estaba sentado entre los hijos de Het. Y Efrón, el hitita, respondió a Abraham a oídos de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de su ciudad: 11 «No, señor mío, escúcheme. Le doy el campo y le doy la cueva que está en él. A la vista de los hijos de mi pueblo se lo doy. Sepulte a su difunta». 12 Entonces Abraham se inclinó delante del pueblo de aquella tierra, 13 y a oídos del pueblo de aquella tierra le habló a Efrón: «Le ruego que me oiga. Le daré el precio del campo. Acéptelo de mí, para que pueda sepultar allí a mi difunta». 14 Efrón respondió a Abraham: 15 «Señor mío, escúcheme: una tierra que vale 400 siclos (4.56 kilos) de plata, ¿qué es eso entre usted y yo? Sepulte, pues, a su difunta». 16 Abraham escuchó a Efrón. Y Abraham pesó la plata que este había mencionado a oídos de los hijos de Het: 400 siclos de plata, medida comercial. 17 Así el campo de Efrón que está en Macpela, frente a Mamre, el campo y la cueva que hay en él, y todos los árboles en el campo dentro de sus confines, fueron cedidos 18 a Abraham en propiedad a la vista de los hijos de Het, delante de todos los que entraban por la puerta de su ciudad. 19 Después de esto, Abraham sepultó a Sara su mujer en la cueva del campo de Macpela frente a Mamre, es decir, Hebrón, en la tierra de Canaán. 20 El campo y la cueva que hay en él fueron cedidos a Abraham en posesión para una sepultura por los hijos de Het.

H e b r e o s 1 1 : 1 3 – 1 6

Todos estos murieron en fe, sin haber recibido las promesas, pero habiéndolas visto desde lejos y aceptado con gusto, confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. 14 Porque los que dicen tales cosas, claramente dan a entender que buscan una patria propia. 15 Y si en verdad hubieran estado pensando en aquella patria de donde salieron, habrían tenido oportunidad de volver. 16 Pero en realidad, anhelan una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo cual, Dios no se avergüenza de ser llamado Dios de ellos, pues les ha preparado una ciudad.

L E C T U R AS e m a n a 4 • J u e v e s

108

E O A O / E S C R I T U R A S / e s c r ibe lo s ver s í cu lo s de l devoc ional

O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Hebreo s 11:13

E O A OS e m a n a 4 • J u e v e s

109

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110

D E V O C I O N A L :

Hebreo s 11:13

“ Todos e s to s murieron en f e , s in haber rec ib ido la s promesa s , pero habiéndola s v i s to de sde l e jo s y aceptado con gus to, confe sando que eran extranjero s y peregr inos sobre la t i e rra .”

E N E L T E X T O

La muerte de Sara, como se registra en Génesis 23, sirvió como un recordatorio para la audiencia (y para nosotras) de que las promesas de Dios a menudo se extienden más allá de nuestras vidas. Los lectores originales de Génesis entendieron que aunque Sara (y más tarde Abraham) murieron, Dios todavía estaba trabajando para cumplir Sus promesas porque ellos eran el cumplimiento de la promesa de Dios. Se estaban preparando para entrar en la tierra de Canaán; la tierra que Dios les había prometido sería de ellos.

Desde la perspectiva de Abraham, la muerte de Sara fue un indicativo de que la promesa de Dios tendría que cumplirse a través de sus descendientes. La promesa de convertirse en una gran nación, de heredar la tierra y convertirse en una bendición para todas las naciones no se cumpliría en la vida de Abraham o Sara, aunque ellos podían verla venir. Abraham reconoció su necesidad de prepararse para el futuro, de preparar a Isaac y a sus hijos para que pudieran ver cumplida la promesa durante su vida.

Abraham actuó con fe. Seguía siendo un extranjero en la tierra, sin derecho a nada, ni siquiera a un pequeño campo. Tradicionalmente, Abraham habría regresado a Paddan Aram, donde vivía su familia, y enterrado allí a su esposa. En cambio, compró un campo y un terreno de Efrón el hitita para el entierro. Al enterrar a Sara allí, Abraham hizo de Canaán su hogar permanente. Este sería el lugar al que sus descendientes regresarían para enterrar a sus muertos. Esta sería la tierra donde vivírian sus descendientes.

Sara murió con fe, reconociendo que Dios podía obrar más allá de su vida y cumplir Sus promesas a sus descendientes. Abraham también actuó con fe, creyendo que incluso si no veía la promesa de Dios plenamente realizada durante su vida, Dios seguiría cumpliendo Su pacto. Las promesas de Dios no están limitadas por nuestras habilidades, nuestro nivel de fe o nuestra vida. Él cumplirá Sus promesas en Su tiempo perfecto, sin importar la duración de nuestras vidas o la duración de nuestra paciencia.

O R A C I Ó N

Dios, Tu comprensión del tiempo es mucho más vasta y completa que la mía. Lucho por entender Tu tiempo. Dame la voluntad de esperarte, sin importar las circunstancias. Dame fe para creer que puedes y cumplirás Tus promesas en Tu tiempo perfecto. Amén.

D E V O C I O N A LS e m a n a 4 • J u e v e s

111

G é n e s i s 2 4 : 1 – 6 0

Abraham era viejo, entrado en años; y el SEÑOR había bendecido a Abraham en todo. 2 Y Abraham dijo a su siervo, el más viejo de su casa, que era mayordomo de todo lo que poseía: «Te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo, 3 y te haré jurar por el SEÑOR, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás mujer para mi hijo de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito, 4 sino que irás a mi tierra y a mis parientes, y tomarás mujer para mi hijo Isaac». 5 Y el siervo le dijo: «Tal vez la mujer no quiera seguirme a esta tierra. ¿Debo volver y llevar a su hijo a la tierra de donde usted vino?». 6 «De ningún modo debes llevar allá a mi hijo», le respondió Abraham. 7 «El SEÑOR, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra donde nací, y que me habló y me juró, diciendo: “A tu descendencia daré esta tierra”, Él mandará Su ángel delante de ti, y tomarás de allí mujer para mi hijo. 8 Si la mujer no quiere seguirte, quedarás libre de este mi juramento. Solo que no lleves allá a mi hijo». 9 El siervo puso la mano debajo del muslo de Abraham su señor, y le juró sobre este asunto. 10 Entonces el siervo tomó diez camellos de entre los camellos de su señor, y partió con toda clase de bienes de su señor en su mano; se levantó y fue a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor. 11 El siervo hizo que se arrodillaran los camellos fuera de la ciudad, junto al pozo de agua, al atardecer, a la hora en que las mujeres salen por agua, 12 y dijo: «Oh SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, te ruego que me des éxito hoy, y que tengas misericordia de mi señor Abraham. 13 Yo estoy de pie aquí junto a la fuente de agua, y las hijas de los hombres de la ciudad salen para sacar agua. 14 Que sea la joven a quien yo diga: “Por favor, baje su cántaro para que yo beba”, y que responda: “Beba, y también daré de beber a sus camellos”, la que Tú has designado para Tu siervo Isaac. Por ello sabré que has mostrado misericordia a mi señor». 15 Y sucedió que antes de haber terminado de hablar, Rebeca, hija de Betuel, hijo de Milca, mujer de Nacor, hermano de Abraham, salió con el cántaro sobre su hombro. 16 La joven era muy hermosa, virgen, ningún hombre la había conocido. Bajó ella a la fuente, llenó su cántaro y subió. 17 Entonces el siervo corrió a su encuentro, y le dijo: «Le ruego que me dé a beber un poco de agua de su cántaro». 18 «Beba, señor mío», le dijo ella. Y enseguida bajó el cántaro a su mano, y le dio de beber. 19 Cuando había terminado de darle de beber, dijo: «Sacaré también para sus camellos hasta que hayan terminado de beber». 20 Rápidamente vació el cántaro en el abrevadero, y corrió otra vez a la fuente para sacar agua, y sacó para todos sus camellos. 21 Entretanto el hombre la observaba en silencio, para saber si el SEÑOR había dado éxito o no a su viaje. 22 Cuando los camellos habían terminado de beber, el hombre tomó un anillo de oro que pesaba medio siclo (5.7 gramos), y dos brazaletes que pesaban diez siclos (114 gramos) de oro. 23 Y le preguntó: «¿De quién es hija? Dígame, le ruego, ¿hay en la casa de su padre lugar para hospedarnos?». 24 Ella le respondió: «Soy hija de Betuel, el hijo que Milca dio a Nacor». 25 También le dijo: «Tenemos suficiente paja y forraje, y lugar para hospedarse». 26 Entonces el hombre se postró y adoró al Señor, 27 y dijo: «Bendito sea el SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, que no ha dejado de mostrar Su misericordia y Su fidelidad hacia mi señor. El SEÑOR me ha guiado en el camino a la casa de los hermanos de mi señor». 28 La joven corrió y contó estas cosas a los de la casa de su madre. 29 Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán, y Labán salió corriendo hacia el hombre a la fuente. 30 Cuando Labán vio el anillo y los brazaletes en las manos de su hermana, y oyó las palabras de su hermana Rebeca,

L E C T U R AS e m a n a 4 • V i e r n e s

112

que le contó: «Esto es lo que el hombre me dijo», Labán fue al hombre, que estaba con los camellos junto a la fuente, 31 y le dijo: «Entra, bendito del SEÑOR. ¿Por qué estás afuera? Yo he preparado la casa y un lugar para los camellos». 32 Entonces el hombre entró en la casa, y Labán descargó los camellos y les dio paja y forraje, y trajo agua para que se lavaran los pies, él y los hombres que estaban con él. 33 Pero cuando la comida fue puesta delante de él para que comiera, dijo: «No comeré hasta que haya dicho el propósito de mi viaje». «Habla», le dijo Labán. 34 «Soy siervo de Abraham», comenzó a decir. 35 «Y el SEÑOR ha bendecido en gran manera a mi señor, que se ha enriquecido. Le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos. 36 Sara, la mujer de mi señor, le dio un hijo a mi señor en su vejez; y mi señor le ha dado a él todo lo que posee. 37 »Mi señor me hizo jurar: “No tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos, en cuya tierra habito, 38 sino que irás a la casa de mi padre y a mis parientes, y tomarás mujer para mi hijo”. 39 Yo dije a mi señor: “Tal vez la mujer no quiera seguirme”. 40 Y él me respondió: “El SEÑOR, delante de quien he andado, enviará Su ángel contigo para dar éxito a tu viaje, y tomarás mujer para mi hijo de entre mis parientes y de la casa de mi padre. 41 Entonces cuando llegues a mis parientes quedarás libre de mi juramento; y si ellos no te la dan, también quedarás libre de mi juramento”. 42 »Hoy llegué a la fuente, y dije: “Oh Señor, Dios de mi señor Abraham, si ahora quieres, Tú puedes dar éxito a mi viaje en el cual ando. 43 Yo estoy parado aquí junto a la fuente de agua. Que la doncella que salga a sacar agua, y a quien yo diga: ‘Le ruego que me dé a beber un poco de agua de su cántaro’, 44 y ella me diga, ‘Beba, y también sacaré para sus camellos’, que sea ella la mujer que el SEÑOR ha designado para el hijo de mi señor”. 45 »Antes de que yo hubiera terminado de hablar en mi corazón, Rebeca salió con su cántaro al hombro, y bajó a la fuente y sacó agua, y yo le dije: “Le ruego que me dé de beber”. 46 Y ella enseguida bajó el cántaro de su hombro, y dijo: “Beba, y daré de beber también a sus camellos”; de modo que bebí, y ella dio de beber también a los camellos. 47 »Entonces le pregunté: “¿De quién es hija?”. Y ella contestó: “Soy hija de Betuel, hijo de Nacor, que le dio a luz Milca”; y puse el anillo en su nariz, y los brazaletes en sus manos. 48 Y me postré y adoré al SEÑOR, y bendije al SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, que me había guiado por camino verdadero para tomar la hija del pariente de mi señor para su hijo. 49 Ahora pues, si han de mostrar bondad y sinceridad con mi señor, díganmelo; y si no, díganmelo también, para que vaya yo a la mano derecha o a la izquierda». 50 Labán y Betuel respondieron: «Del SEÑOR ha salido esto. No podemos decir que está mal ni que está bien. 51 Mira, Rebeca está delante de ti, tómala y vete, y que sea ella la mujer del hijo de tu señor, como el SEÑOR ha dicho». 52 Cuando el siervo de Abraham escuchó sus palabras, se postró en tierra delante del SEÑOR. 53 Entonces el siervo sacó objetos de plata, objetos de oro y vestidos, y se los dio a Rebeca. También dio cosas preciosas a su hermano y a su madre. 54 Después él y los hombres que estaban con él comieron y bebieron y pasaron allí la noche. Cuando se levantaron por la mañana, el siervo dijo: «Envíenme a mi señor». 55 Pero el hermano y la madre de Rebeca dijeron: «Permite que la joven se quede con nosotros unos días, quizá diez; después se irá». 56 «No me detengan», les dijo el siervo, «puesto que el SEÑOR ha dado éxito a mi viaje; envíenme para que vaya a mi señor». 57 «Llamaremos a la joven», respondieron ellos, «y le preguntaremos cuáles son sus deseos». 58 Entonces llamaron a Rebeca y le dijeron: «¿Te irás con este hombre?». «Iré», dijo ella. 59 Enviaron, pues, a su hermana Rebeca y a su nodriza con el siervo de Abraham y sus hombres. 60 Bendijeron a Rebeca y le dijeron: «Que tú, hermana nuestra, Te conviertas en millares de miríadas, Y posean tus descendientes La puerta de los que los aborrecen».

113

E O A O / E S C R I T U R A S / e s c r ibe lo s ver s í cu lo s de l devoc ional

O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Génes i s 24:7–8

E O A OS e m a n a 4 • V i e r n e s

114

A P L I C A C I Ó N / Escr ibe por lo menos 1 - 2 ap l i cac ione s

O R A C I Ó N / Escr ibe una orac ión sobre lo que has aprendido y lo que Dios t e ha reve lado.

115

D E V O C I O N A LS e m a n a 4 • V i e r n e s

D E V O C I O N A L :

Géne s i s 24:7–8

«El SEÑOR, Dios de lo s c i e lo s , que me tomó de la ca sa de mi padre y de la t i e rra donde nac í , y que me habló y me juró, d i c i endo: “A tu de s cendencia daré e s ta t i e rra” , Él mandará Su ánge l de lante de t i , y tomarás de a l l í mujer para mi hi jo. Si la mujer no quiere s eguir t e , quedarás l ibre de e s t e mi juramento. So lo que no l l eve s a l lá a mi hi jo» .

E N E L T E X T O

A medida que la narración del Génesis continúa la transición de la vida y la fe de Abraham a la vida y la fe de Isaac, la fe de Abraham en la promesa de Dios se reafirma aún más. Al comprar un terreno para el entierro de Sara y su familia, Abraham confirmó su fe en la promesa de Dios de darles la tierra a sus descendientes. Cuando Abraham envió a su sirviente a Padán Aram para encontrar una esposa para Isaac, vemos su fe una vez más.

Abraham necesitaba encontrar una esposa para Isaac a fin de que se cumpliera la promesa. Dios no podía convertir a Isaac en una gran nación si seguía siendo soltero (Isaac tenía unos cuarenta años cuando se casó). Abraham necesitaba encontrar una esposa para Isaac entre su propia gente, por lo que envió a su sirviente a Padán Aram. Vemos la fe de Abraham en su insistencia en que no fuera llevado Isaac a la casa de su esposa, sino que ella debía ser traída a Isaac. Estaba convencido de que Dios no solo podría traerle una esposa a Isaac, sino que Dios podría traerle una esposa a Isaac en su nuevo hogar ancestral, en la tierra de Canaán, para que sus descendientes pudieran habitar la tierra que Dios prometió darles.

Cuando el siervo se puso en camino, le pidió a Dios que mostrara Su fidelidad al pacto, su hesed, a Abraham. La palabra hebrea hesed se traduce a menudo como “amor fiel”, pero tiene un significado más profundo que la palabra “amor”. El hesed de Dios está ligado a Su pacto. El siervo le pidió a Dios que mostrara Su fidelidad al pacto con Abraham. El siervo estaba tan convencido de la promesa que Dios le hizo a Abraham y su familia como lo estaba Abraham. Sabía que Dios sería fiel a Su promesa y pacto con Abraham porque lo había visto suceder muchas veces. Aquí, cuando se le asignó la tarea de encontrar una esposa para continuar la promesa de Dios, confió en que Dios actuaría en Su pacto de fidelidad con Su siervo Abraham.

O R A C I Ó N

Señor, Tú eres siempre fiel. Gracias por mostrarme Tu fidelidad a Tus promesas y Tu pacto a través de la historia de Abraham. Ayúdame a tener fe como Abraham y su siervo, creyendo que siempre actuarás de acuerdo con Tu pacto, pase lo que pase. Amén.

116

R E F L E X I O N AS e m a n a 4

1. ¿Qué puedes hacer hoy para promover la paz en tus relaciones? ¿Cómo puedes ser una bendición para quienes te rodean al buscar vivir en paz?

2. ¿Cómo respondes cuando Dios te pide que obedezcas Sus mandamientos? ¿Hay algo que Dios te esté pidiendo que entregues a Él hoy? ¡Pídele fe para obedecer!

3. Registra algunos de los grandes triunfos de la fe y los traspiés de la fe de Abraham. ¿Cómo te dan ánimo en tu propio camino de fe?

4. ¿Qué estás esperando que Dios haga por ti? ¿Cómo puedes ejercer fe en Sus promesas incluso si no lo ves obrar?

5. ¿Cómo has visto la fidelidad y la bondad amorosa de Dios en tu vida? ¿De qué manera te ha abrumado Dios con Su bondad de la forma en que abruma al siervo de Abraham?

117

S E M A N A 5

“Isaac oró al Señor en favor de su mujer, porque ella era estéril; y el Señor lo escuchó, y Rebeca su mujer concibió.”Genesis 25:21´

118

O R A

D E S A F Í O D E L A S E M A N A

Escr ibe tu orac ión y tu s agradec imiento s de la s emana.

¿Por qué la fe es tan importante para Dios? ¿Qué significa estar segura de lo que esperamos y convencida de lo que no vemos? Dedica tiempo esta semana a reflexionar sobre la fe de Abraham, Sara, Isaac y Rebeca. ¿Qué puedes aprender de la fe de ellos?

119

L E C T U R AS e m a n a 5 • L u n e s

G é n e s i s 2 4 : 6 1 – 6 7

61 Rebeca se levantó con sus doncellas y, montadas en los camellos, siguieron al hombre. El siervo, pues, tomó a Rebeca y se fue. 62 Isaac había venido a Beer Lajai Roi, pues habitaba en la tierra del Neguev. 63 Y por la tarde Isaac salió al campo a meditar. Alzó los ojos y vio que venían unos camellos. 64 Rebeca alzó los ojos, y cuando vio a Isaac, bajó del camello, 65 y dijo al siervo: «¿Quién es ese hombre que camina por el campo a nuestro encuentro?». «Es mi señor», le respondió el siervo. Y ella tomó el velo y se cubrió. 66 El siervo contó a Isaac todo lo que había hecho. 67 Entonces Isaac la trajo a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca y ella fue su mujer, y la amó. Así se consoló Isaac después de la muerte de su madre.

H e b r e o s 1 1 : 1

Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

H e b r e o s 1 1 : 6

Y sin fe es imposible agradar a Dios. Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que Él existe, y que recompensa a los que lo buscan.

120

E O A OS e m a n a 5 • L u n e s

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O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Hebreo s 11:1, 6

121

A P L I C A C I Ó N / Escr ibe por lo menos 1 - 2 ap l i cac ione s

O R A C I Ó N / Escr ibe una orac ión sobre lo que has aprendido y lo que Dios t e ha reve lado.

122

D E V O C I O N A LS e m a n a 5 • L u n e s

D E V O C I O N A L :

Hebreo s 11:1,6

“Ahora bien, la f e e s la c er t eza de lo que s e e spera , la convicc ión de lo que no s e ve .”

“Y s in f e e s impos ib l e agradar a Dio s . Porque e s nece sar io que e l que s e acerca a Dio s c rea que Él ex i s t e , y que recompensa a lo s que lo buscan.”

E N E L T E X T O

Rebeca no tenía idea de que su vida cambiaría ese día. Fue al pozo de las afueras de la ciudad a sacar agua, como lo había hecho muchas veces. Lo que ella no sabía es que ese día, su viaje al pozo era una cita divina, una que cambiaría drásticamente su vida.

Rebeca fue fiel en lo que Dios le había dado. Recogió agua para su hogar, sirviendo fielmente a su familia. Rebeca estaba dispuesta a ayudar a otros, extranjeros y forasteros, incluido el sirviente de Abraham. Incluso sacó agua para sus camellos. Lo que Rebeca no supo cuando le ofreció a un extraño un simple acto de bondad fue que sus acciones eran una respuesta a la oración de este hombre. El siervo de Abraham oró específicamente para que Dios le diera una esposa al hijo de Abraham, Issac, y para que Dios identificara a esta mujer por la forma en que ella servía. Rebeca fue la respuesta a una oración y el continuo cumplimiento de la promesa de Dios a la familia de Abraham.

Mientras el criado de Abraham explicaba el propósito de su viaje, Rebeca reconoció la providencia de Dios. Estaba dispuesta a dejar a su familia, su tierra natal y todo lo que conocía para casarse con un hombre que nunca había visto porque creía en la fidelidad de Dios. Rebeca reconoció cómo Dios estaba obrando para llevar a cabo Sus propósitos, y estaba segura de que ella era parte de Su plan divino.

La voluntad de Rebeca de seguir a Dios muestra una fe increíble. Su vida cambió de repente, pero creía que Dios tenía un plan para ella. Sus acciones muestran una gran fe en la providencia de Dios. El ejemplo de Rebeca nos anima a ser fieles en lo que Dios nos ha dado para hacer. Su fe nos demuestra que sin importar donde estemos, Dios podría interrumpir nuestros planes con Sus propósitos divinos. Seamos como Rebeca y estemos dispuestas a seguirlo a dondequiera que nos lleve.

O R A C I Ó N

Señor, estoy segura de que estás obrando en mi vida. Incluso cuando no puedo ver lo que estás haciendo. Yo creo firmemente que tienes un plan para mi y para mi familia. Aumenta mi fe mientras espero en Ti. Yo creo que eres capaz de cumplir Tus promesas. Amén.

123

G é n e s i s 2 5 : 1 – 1 1

Abraham volvió a tomar mujer, y su nombre era Cetura. 2 Ella le dio hijos: Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa. 3 Jocsán fue el padre de Seba y de Dedán. Los hijos de Dedán fueron Asurim, Letusim y Leumim. 4 Los hijos de Madián fueron Efa, Efer, Hanoc, Abida y Elda. Todos estos fueron los hijos de Cetura. 5 Abraham dio a Isaac todo lo que poseía. 6 A los hijos de sus concubinas Abraham les dio regalos, viviendo aún él, y los envió lejos de su hijo Isaac hacia el este, a la tierra del oriente. 7 Estos fueron los años de la vida de Abraham: 175 años. 8 Abraham murió en buena vejez, anciano y lleno de días, y fue reunido a su pueblo. 9 Sus hijos Isaac e Ismael lo sepultaron en la cueva de Macpela, en el campo de Efrón, hijo de Zohar, el hitita, que está frente a Mamre, 10 el campo que Abraham compró a los hijos de Het. Allí fue sepultado Abraham con Sara su mujer. 11 Después de la muerte de Abraham, Dios bendijo a su hijo Isaac. Y habitó Isaac junto a Beer Lajai Roi.

H e b r e o s 6 : 1 3 – 2 0

13 Pues cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por uno mayor, juró por Él mismo, 14 diciendo: «CIERTAMENTE TE BENDECIRÉ Y CIERTAMENTE TE MULTIPLICARÉ». 15 Y así, habiendo esperado con paciencia, Abraham obtuvo la promesa. 16 Porque los hombres juran por uno mayor que ellos mismos, y para ellos un juramento dado como confirmación es el fin de toda discusión. 17 Por lo cual Dios, deseando mostrar más plenamente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de Su propósito, interpuso un juramento, 18 a fin de que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, los que hemos buscado refugio seamos grandemente animados para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. 19 Tenemos como ancla del alma, una esperanza segura y firme, y que penetra hasta detrás del velo, 20 adonde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho, según el orden de Melquisedec, Sumo Sacerdote para siempre.

L E C T U R AS e m a n a 5 • M a r t e s

124

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O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Hebreo s 6 :17–18

E O A OS e m a n a 5 • M a r t e s

125

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126

D E V O C I O N A L :

Hebreo s 6 :17-18

“Por lo cual Dio s , de s eando mos t rar más p l enamente a lo s heredero s de la promesa la inmutabi l idad de Su propós i to, interpuso un juramento, a f in de que por do s co sa s inmutable s , en la s cuale s e s impos ib l e que Dios mienta , lo s que hemos buscado re fugio s eamos grandemente animados para a s i rnos de la e speranza pue s ta de lante de noso tro s .”

E N E L T E X T O

Dios ciertamente cumplió Sus promesas a Abraham y la vida de Abraham está marcada por una fe increíble. Aunque no era perfecto, Abraham creyó en Dios una y otra vez. Abraham fue contado como justo ante Dios por su fe.

Genesis 25 y 26 no están en orden cronológico; la narración de la muerte de Abraham se incluye primero para ofrecer un cierre a su capítulo como garante de la promesa. Abraham vivió durante 175 años, lo que significa que vivió otros quince años después del nacimiento de Jacob y Easú. Abraham vio cómo se cumplían las promesas de Dios. Dios no solo lo hizo padre de muchas naciones y tribus a través de sus otros siete hijos, sino que Abraham también conocía a los descendientes de Issac.

Al final de su vida, Abraham todavía actuó con fe. Aunque dio regalos a sus seis hijos menores y a Ismael, Abraham dejó todo lo que tenía a Isaac a través de quien Dios continúa bendiciendo a las naciones de la tierra y cuyos descendientes heredan la tierra. La promesa de Dios es inmutable, pase lo que pase. Dios demostró la naturaleza inmutable de Su plan y propósito no solo a Abraham, sino también a Issac y Jacob.

Abraham aseguró que las promesas de Dios se cumplieron en las siguientes generaciones. Si bien es posible que no veamos la plenitud del plan y los propósitos de Dios durante nuestra vida, es importante que enseñemos e instruyamos a las generaciones más jóvenes a caminar con Dios para que Sus promesas y propósitos puedan continuar eternamente. Su propósito es inmutable y podemos encontrar aliento en su naturaleza inmutable. Nosotras, como Abraham, tenemos la responsabilidad no solo de seguir a Dios durante nuestra vida, sino también de preparar a las generaciones futuras para creer en Dios y seguirlo siempre.

O R A C I Ó N

Dios, Tú eres inmutable. Es imposible que mientas. Cuando haces una promesa, sin duda la cumples. Creo que Tus promesas son inmutables y confiables. Ayúdame a formar y animar a los que vienen después de mí a seguirte con todo el corazón. Amén.

D E V O C I O N A LS e m a n a 5 • M a r t e s

127

G é n e s i s 2 5 : 1 2 – 1 8

12 Estas son las generaciones de Ismael, hijo de Abraham, el que Agar la egipcia, sierva de Sara, le dio a Abraham. 13 Estos son los nombres de los hijos de Ismael, nombrados por el orden de su nacimiento: el primogénito de Ismael, Nebaiot, después, Cedar, Adbeel, Mibsam, 14 Misma, Duma, Massa, 15 Hadar, Tema, Jetur, Nafis y Cedema. 16 Estos fueron los hijos de Ismael, y estos sus nombres, por sus aldeas y por sus campamentos: doce príncipes según sus tribus. 17 Estos fueron los años de la vida de Ismael: 137 años. Murió, y fue reunido a su pueblo. 18 Sus descendientes habitaron desde Havila hasta Shur, que está enfrente de Egipto, según se va hacia Asiria. Se establecieron allí frente a todos sus parientes.

J o s u é 2 1 : 4 5

No faltó ni una palabra de las buenas promesas que el SEÑOR había hecho a la casa de Israel. Todas se cumplieron.

L E C T U R AS e m a n a 5 • M i é r c o l e s

128

E O A O / E S C R I T U R A S / e s c r ibe lo s ver s í cu lo s de l devoc ional

O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Jo sué 21:45

E O A OS e m a n a 5 • M i é r c o l e s

129

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130

D E V O C I O N A L :

Jo sué 21:45

“No fa l tó ni una palabra de la s buenas promesa s que e l SEÑOR había hecho a la ca sa de Is rae l . Todas s e cumpl ieron.”

E N E L T E X T O

Dios le hizo varias promesas a Abraham. Prometió convertir a Abraham en una gran nación. Prometió que muchas naciones vendrían de Abraham. Prometió darles tierra propia a los descendientes de Abraham. Prometió bendecir a todas las naciones del mundo a través de Abraham. Y prometió bendecir al primogénito de Abraham, Ismael, aunque Ismael no era el heredero prometido.

La narración de Génesis 12-50 sigue las líneas familiares de Abraham, Isaac, y Jacob. La línea familiar de Ismael se incluye en esta sección para mostrar a los lectores cómo Dios cumplió Su promesa a Abraham, aunque no recibe la misma cobertura que la línea familiar de Issac. Ismael no era el hijo de la promesa, pero Dios le hizo promesas a él y a su padre, que fueron promesas que Dios cumplió. El autor del libro de Génesis incluye el relato de la familia de Ismael para recordar a los lectores la promesa de Dios de mantener el carácter en todas las circunstancias. Esta sección también concluye la transición del enfoque narrativo en Abraham a un enfoque en Isaac.

Varios cientos de años más tarde, después de que los israelitas fueron liberados de la esclavitud en Egipto y se establecieron en la Tierra Prometida, aprendemos que Dios nuevamente cumplió todas Sus promesas; todas fueron realizadas. Nuestro Dios sigue siendo el mismo hoy. Hace promesas y las cumple. Podemos confiar en Su carácter más allá de nuestras circunstancias, más allá de nuestros propios fracasos y errores, porque Él cumple Sus promesas. Ninguna de las promesas de Dios quedan sin cumplir.

Cuando creemos que Dios cumplirá sus promesas, podemos encontrar paz en su debido tiempo. Puede que no nos haya dado las mismas promesas específicas que cumplió con Abraham e Ismael o con la nación de Israel, pero sí nos ha dado promesas. Él promete estar con nosotras y nunca abandonarnos. Dios promete satisfacer nuestras necesidades. Él promete darnos sabiduría cuando la solicitamos. El promete salvación y una relación estrecha con Él para todos los que depositan su fe en Jesucristo.

O R A C I Ó N

Señor mi Dios, solo Tú eres el Cumplidor de la Promesa. Cada Promesa que haces se cumple en Tu tiempo perfecto. Hoy yo me aferro a Tus promesas y a Tu carácter de cumplimiento de promesas. Supera mi incredulidad y ayúdame a confiar en Tu tiempo perfecto. Amén.

D E V O C I O N A LS e m a n a 5 • M i é r c o l e s

131

G é n e s i s 2 5 : 1 9 – 2 6

19 Estas son las generaciones de Isaac, hijo de Abraham: Abraham fue el padre de Isaac. 20 Tenía Isaac 40 años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel, el arameo de Padán Aram, hermana de Labán el arameo. 21 Isaac oró al SEÑOR en favor de su mujer, porque ella era estéril; y el SEÑOR lo escuchó, y Rebeca su mujer concibió. 22 Los hijos luchaban dentro de ella y ella dijo: «Si esto es así, ¿para qué vivo yo?». Y fue a consultar al SEÑOR. 23 Y el SEÑOR le dijo: «Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos se dividirán desde tus entrañas; Un pueblo será más fuerte que el otro, Y el mayor servirá al menor». 24 Cuando se cumplieron los días de dar a luz, había mellizos en su seno. 25 El primero salió rojizo, todo cubierto de vello, y lo llamaron Esaú. 26 Y después salió su hermano, con su mano asida al talón de Esaú, y lo llamaron Jacob. Isaac tenía 60 años cuando Rebeca dio a luz a los mellizos.

S a l m o s 1 1 3

¡Aleluya! Alaben, siervos del SEÑOR, Alaben el nombre del SEÑOR. 2 Bendito sea el nombre del SEÑOR Desde ahora y para siempre. 3 Desde el nacimiento del sol hasta su ocaso, Alabado sea el nombre del SEÑOR. 4 Excelso sobre todas las naciones es el SEÑOR; Su gloria está sobre los cielos. 5 ¿Quién es como el SEÑOR nuestro Dios, Que está sentado en las alturas, 6 Que se humilla para mirar Lo que hay en el cielo y en la tierra? 7 Él levanta al pobre del polvo, Y al necesitado saca del muladar, 8 Para sentarlos con príncipes, Con los príncipes de Su pueblo. 9 Hace habitar en casa a la mujer estéril, Gozosa de ser madre de hijos. ¡Aleluya!

L E C T U R AS e m a n a 5 • J u e v e s

132

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Génes i s 25:21

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133

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134

D E V O C I O N A L :

Géne s i s 25:21

“Isaac oró a l SEÑOR en favor de su mujer, porque e l la e ra e s t é r i l ; y e l SEÑOR lo e s cuchó, y Rebeca su mujer conc ibió.”

E N E L T E X T O

La narración de Issac, el heredero de la promesa comienza de la misma manera que la de Abraham. Al igual que su madre, la esposa de Isaac era estéril. Durante veinte años espero tener un hijo para Isaac, quien continuará cumpliendo la bendición de la promesa de Dios. Todavía necesitaban la intervención divina de Dios para cumplir la promesa.

Aunque la situación era muy familiar, la respuesta de Isaac fue diferente a la de sus padres. En lugar de intentar cumplir la promesa mediante su propia intervención, Isaac buscó al Señor. Isaac oró por Rebeca y Dios respondió a su oración. La fe de Isaac en la promesa condujo a la respuesta de Dios. Aunque no sabemos exactamente cuánto tiempo Isaac oró por su esposa (hasta podría ser por veinte años), sí sabemos que Dios respondió.

Cuando Rebeca quedó embarazada, ella estaba demasiado angustiada y dolorida por la lucha entre sus dos hijos dentro de su vientre. La palabra hebrea describe una lucha violenta y extraordinaria y no el movimiento típico de gemelos en el útero. Igual que Isaac, Rebeca buscó al Señor y Él le respondió.

La provisión sobrenatural de Dios desborda en esta historia. Dios sanó un vientre esteril y consoló a Rebeca en su dolor. Isaac y Rebeca buscaron al Señor en oración en lugar de confiar en sus propios medios para resolver el problema. Su fe los llevó a Aquel que podía satisfacer sus necesidades y cumplir Sus promesas.

Si bien todos los patriarcas de las historias narrativas utilizan sus propios medios para resolver un problema o conflicto en un momento u otro, el centro de las historias no era un fracaso sino su fe depositada en Dios. En su gran angustia, Isaac y Rebeca se entregaron en oración al Señor. Ellos creían que solo Él podría responder a sus oraciones. Dios es nuevamente el héroe, porque sin Su intervención divina, la promesa no se hubiese cumplido. Dios intervino para cumplir Sus propios propósitos para el mundo a través de Isaac y Rebeca. Cuando nosotras persistimos en la fe, creyendo que Él está obrando (incluso en veinte años de esterilidad), podemos encontrar esperanza y paz.

O R A C I Ó N

Señor mi Dios, creo que Tú respondes a mis oraciones. Señor, no sé cuánto tiempo pasará hasta que me respondas. En mi espera, ayúdame a creer que estás trabajando. Yo confio en Ti incluso cuando no puedo verte en movimiento. Concédeme la fe de Isaac y Rebeca para volver a Ti incluso en medio de mi dolor. Amén.

D E V O C I O N A LS e m a n a 5 • J u e v e s

135

G é n e s i s 2 5 : 2 7 – 3 4

27 Los niños crecieron, y Esaú llegó a ser diestro cazador, hombre del campo. Pero Jacob era hombre pacífico, que habitaba en tiendas. 28 Isaac amaba a Esaú porque le gustaba lo que cazaba, pero Rebeca amaba a Jacob. 29 Un día, cuando Jacob había preparado un potaje, Esaú vino agotado del campo. 30 Entonces Esaú dijo a Jacob: «Te ruego que me des a comer un poco de ese guisado rojo, pues estoy agotado». Por eso lo llamaron Edom. 31 «Véndeme primero tu primogenitura», le contestó Jacob. 32 «Mira, yo estoy a punto de morir», le dijo Esaú; «¿de qué me sirve, pues, la primogenitura?». 33 «Júramelo primero», replicó Jacob. Esaú se lo juró, y vendió su primogenitura a Jacob. 34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y guisado de lentejas. Él comió y bebió, se levantó y se fue. Así despreció Esaú la primogenitura.

1 J u a n 2 : 1 5 – 1 7

15 No amen al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos, y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17 El mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

L E C T U R AS e m a n a 5 • V i e r n e s

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1 Juan 2:15–17

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137

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D E V O C I O N A LS e m a n a 5 • V i e r n e s

D E V O C I O N A L :

1 Juan 2:15-17

“No amen a l mundo ni la s co sa s que e s tán en e l mundo. Si a lguien ama a l mundo, e l amor de l Padre no e s tá en é l . Porque todo lo que hay en e l mundo, la pas ión de la carne , la pas ión de lo s o jo s , y la arrogancia de la v ida, no proviene de l Padre , s ino de l mundo. El mundo pasa , y también su s pas ione s , pero e l que hace la vo luntad de Dio s permanece para s i empre .”

E N E L T E X T O

En el intercambio entre Jacob y Esaú sobre la primogenitura, no encontramos una resolución duradera entre los hermanos y ninguna aprobación divina para ninguna de sus acciones. Sin embargo, la inclusión de la historia establece varias líneas argumentales importantes: el contraste entre Jacob y Esaú, el conflicto entre los hermanos y los comienzos del cumplimiento de la promesa de Dios de que el mayor sirva al menor.

Esaú es descrito como una persona profana que despreciaba las cosas de Dios y buscaba una vida de libertad mundana. Jacob deseaba tan desesperadamente las cosas de Dios que recurre a cualquier medio para adquirirlas. Esaú era salvaje mientras que Jacob era tranquilo. Esaú era material, Jacob era más espiritual. Esaú fue amado por Isaac y Jacob por Rebeca. Mientras Jacob buscaba adquirir las bendiciones de Dios, Esaú buscaba satisfacer sus deseos carnales. Ambos eran hábiles cazadores, Esaú con la caza y Jacob con la astucia.

Ni las acciones de Jacob ni las de Esaú en esta historia fueron ejemplares. Esaú permitió que sus deseos carnales y de satisfacer su hambre física, tomara la máxima importancia, incluso sobre las cosas sagradas de Dios. Vivió para satisfacer su carne y actuó por impulso, lo que le hizo despreciar su derecho de nacimiento. Aunque está claro que Jacob manipuló y controló a su hermano para obtener lo que quería, el texto no hace juicios morales sobre las acciones de Jacob como lo hace con las de Esaú. Dios utilizó este evento para llevar a cabo sus propósitos de elevar a Jacob a la supremacía sobre su hermano, como lo había prometido.

Como seguidoras de Cristo, estamos llamadas a vivir de manera diferente al mundo. No podemos vivir como lo hizo Esaú, buscando satisfacer nuestros deseos de la carne. En cambio, podemos buscar las cosas de Dios. Sin embargo, al honrar las cosas espirituales, como lo hizo Jacob, no estamos exentos del pecado. Aún debemos actuar de manera que traiga honor y gloria a Dios, sin importar nuestro costo personal. El mundo pasa pero cuando hacemos la voluntad de Dios, encontramos la vida eterna.

O R A C I Ó N

Señor mi Dios, ya no quiero desear las cosas del mundo. Muéstrame las cosas de mi vida que pertenecen al mundo. Ayúdame a eliminar las cosas de mi vida que están atadas al mundo para que pueda honrarte plenamente y vivir una vida sirviendo solo para Ti. Amén.

139

R E F L E X I O N AS e m a n a 5

1. ¿Alguna vez ha interrumpido Dios tu vida o tus planes de la manera en que lo hizo con Rebeca? ¿Cómo respondiste? ¿Cómo te gustaría responder si Dios interrumpe tus planes hoy?

2. ¿Cómo estás preparando a la próxima generación para que continúe en la fe? ¿Qué puedes hacer para dejar un legado de fe y obediencia para los que vendrán después de ti?

3. ¿Cómo te reconcilias con el aspecto del carácter de Dios que guarda y cumple Sus promesas cuando pareciera que Él no está cumpliendo las promesas que te ha hecho? ¿Cómo puedes estar convencida de que Él cumplirá Sus promesas con fidelidad?

4. ¿Qué haces cuando parece que Dios no responde a tus oraciones? ¿Cómo puedes seguir buscándolo y confiar en Él hoy, incluso si no lo ves obrando?

5. ¿Amas las cosas del mundo? ¿Qué puedes hacer para no amar al mundo o evitar el impulso de satisfacer los deseos de la carne?

140

S E M A N A 6

“El Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fecundo y te multiplique, para que llegues a ser multitud de pueblos. Que también te dé la bendición de Abraham, a ti y a tu descendencia contigo, para que tomes posesión de la tierra de tus peregrinaciones, la que Dios dio a Abraham.”Genesis 28:3-4´

141

O R A

D E S A F Í O D E L A S E M A N A

Escr ibe tu orac ión y tu s agradec imiento s de la s emana.

Haz una lista de las formas en que Dios te ha bendecido. Asegúrate de enumerar las bendiciones espirituales, así como las materiales, físicas y relacionales. Su fidelidad en el pasado es un modelo y una promesa de Su fidelidad en el futuro. Recuerda Su fidelidad hoy y asegúrate de mirar esta lista cuando sientas que es difícil confiar en Él.

142

L E C T U R AS e m a n a 6 • L u n e s

G é n e s i s 2 6 : 1 – 1 1

Y hubo hambre en la tierra, además del hambre anterior que había ocurrido durante los días de Abraham. Entonces Isaac se fue a Gerar, donde vivía Abimelec, rey de los filisteos. 2 El SEÑOR se le apareció a Isaac y le dijo: «No desciendas a Egipto. Quédate en la tierra que Yo te diré. 3 Reside en esta tierra y Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré contigo el juramento que juré a tu padre Abraham. 4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras. En tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, 5 porque Abraham me obedeció, y guardó Mi ordenanza, Mis mandamientos, Mis estatutos y Mis leyes». 6 Habitó, pues, Isaac en Gerar. 7 Cuando los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer, Isaac dijo: «Es mi hermana»; porque tenía temor de decir: «Es mi mujer». Porque pensaba: «no sea que los hombres del lugar me maten por causa de Rebeca, pues es de hermosa apariencia». 8 Y sucedió que después de haber estado ellos allí largo tiempo, Abimelec, rey de los filisteos, miró por una ventana y vio a Isaac acariciando a Rebeca su mujer. 9 Entonces Abimelec llamó a Isaac, y le dijo: «Ciertamente ella es tu mujer. ¿Por qué, pues, dijiste: “Es mi hermana”?». «Porque me dije: “No sea que yo muera por causa de ella”», respondió Isaac. 10 Y Abimelec dijo: «¿Qué es esto que nos has hecho? Porque alguien del pueblo fácilmente pudiera haberse acostado con tu mujer, y hubieras traído culpa sobre nosotros». 11 Abimelec ordenó a todo el pueblo: «El que toque a este hombre o a su mujer, de cierto morirá».

143

E O A OS e m a n a 6 • L u n e s

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O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Génes i s 26:3–4

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145

D E V O C I O N A LS e m a n a 6 • L u n e s

D E V O C I O N A L :

Géne s i s 26:3–4

“Res ide en e s ta t i e rra y Yo e s taré cont igo y t e bendec i ré , porque a t i y a tu de s cendencia daré todas e s ta s t i e rra s , y conf i rmaré cont igo e l juramento que juré a tu padre Abraham. Mult ip l i caré tu de s cendencia como la s e s t re l la s de l c i e lo, y daré a tu de s cendencia todas e s ta s t i e rra s . En tu s imiente s e rán bendec idas todas la s nac ione s de la t i e rra”

E N E L T E X T O

Si sientes que ya has leído esta historia, tienes razón. Génesis 26:1–11 es paralelo a las historias de Génesis 12:10–20 y 20:1–18. En estos relatos similares, el fiador de la promesa enfrentó obstáculos que pusieron a prueba su fe y amenazaron la promesa.

Primero, hay otra hambruna en la tierra. Isaac, de camino a Egipto, fue a Abimelec en Gerar. En contraste con las acciones de Abraham, Isaac no fue hasta Egipto. En cambio, permaneció en la tierra porque Dios le ordenó que se quedara allí. Actuando con fe, Isaac se quedó. En el acto de fe de Isaac, Dios reafirmó la promesa. Todas las cosas que Dios había prometido hacer por Abraham, también prometió hacer por Isaac. Isaac tendría numerosos descendientes que habitarían la tierra y todas las naciones de la tierra serían bendecidas a través de sus descendientes. Dios cumpliría Su promesa gracias a la fe de Abraham. Abraham iba a ser el ejemplo de fe para Isaac, para sus hijos y para nosotras. Dios elogió a Abraham por su fe y prometió continuar bendiciendo a sus descendientes a través de Isaac.

En el segundo escenario familiar, Isaac le dijo a Abimelec que Rebeca era su hermana y no su esposa. En lugar de seguir actuando con fe, Isaac actuó con miedo. Aunque Dios acababa de confirmar que la promesa y la bendición vendrían a través de Isaac, Isaac actuó por miedo y le mintió a Abimelec acerca de Rebeca. Sin embargo, aunque falló de la misma manera que su padre, Dios preservó a Isaac, su familia y la promesa. Dios vuelve a ser el héroe.

Una vez más, Dios intervino. Dios permitió que Abimelec viera a Isaac y Rebeca juntos, preservando la promesa. Si bien la fe de Isaac enfrentó con valentía el peligro de la hambruna, su miedo se burló de la fidelidad de él y de su padre en sus mentiras. Cuando nos enfrentemos a la elección entre intervenir y confiar en que Dios proveerá, preservará, abrirá un camino, que actuemos con fe, no con miedo. Mientras que el miedo se burla de la soberanía de Dios, la fe proclama con valentía el poder del Dios a quien servimos.

O R A C I Ó N

Señor Dios, gracias por el ejemplo de la fe de Abraham. Gracias por no solo brindar ejemplos de gran fe, sino también ejemplos de personas que actuaron con miedo. Le mostraste misericordia y bondad a Isaac en su fracaso, y sé que tienes misericordia de mí cuando cedo al miedo. Ayúdame a tener fe en Ti hoy. Amén.

146

G é n e s i s 2 6 : 1 2 – 3 3

12 Isaac sembró en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno. Y el SEÑOR lo bendijo. 13 Isaac se enriqueció, y siguió engrandeciéndose hasta que llegó a ser muy poderoso, 14 porque tenía rebaños de ovejas, vacas y mucha servidumbre, y los filisteos le tenían envidia. 15 Todos los pozos que los siervos de su padre habían cavado en los días de su padre Abraham, los filisteos los cegaron llenándolos de tierra. 16 Entonces Abimelec dijo a Isaac: «Vete de aquí, porque tú eres mucho más poderoso que nosotros». 17 Isaac se fue de allí, acampó en el valle de Gerar y se estableció allí. 18 Isaac volvió a cavar los pozos de agua que habían sido cavado en los días de su padre Abraham, porque los filisteos los habían cegado después de la muerte de Abraham, y les puso los mismos nombres que su padre les había puesto. 19 Cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle encontraron allí un pozo de aguas vivas. 20 Entonces riñeron los pastores de Gerar con los pastores de Isaac, diciendo: «El agua es nuestra». Por eso él llamó al pozo Esek, porque habían reñido con él. 21 Cavaron otro pozo, y también riñeron por él; por eso lo llamó Sitna. 22 Y se trasladó de allí y cavó otro pozo, y no riñeron por él; por eso lo llamó Rehobot, porque dijo: «Al fin el SEÑOR ha hecho lugar para nosotros, y prosperaremos en la tierra». 23 De allí Isaac subió a Beerseba. 24 El SEÑOR se le apareció aquella misma noche y le dijo: «Yo soy el Dios de tu padre Abraham; No temas, porque Yo estoy contigo. Y te bendeciré y multiplicaré tu descendencia, Por amor de Mi siervo Abraham». 25 Y allí Isaac construyó un altar e invocó el nombre del SEÑOR y plantó allí su tienda; y allí abrieron los siervos de Isaac un pozo. 26 Entonces Abimelec vino a él desde Gerar, con su consejero Ahuzat y con Ficol, jefe de su ejército. 27 Y les dijo Isaac: «¿Por qué han venido a mí, ustedes que me odian y me han echado de entre ustedes?». 28 Y ellos respondieron: «Vemos claramente que el SEÑOR ha estado contigo, así es que dijimos: “Haya ahora un juramento entre nosotros, entre tú y nosotros, y hagamos un pacto contigo, 29 de que no nos harás ningún mal, así como nosotros no te hemos tocado y solo te hemos hecho bien, y te hemos despedido en paz. Tú eres ahora el bendito del SEÑOR”». 30 Entonces él les preparó un banquete, y comieron y bebieron. 31 Muy de mañana se levantaron y se hicieron mutuo juramento. Entonces Isaac los despidió y ellos se fueron de su lado en paz. 32 Aquel mismo día los siervos de Isaac llegaron y le informaron acerca del pozo que habían cavado, y le dijeron: «Hemos hallado agua». 33 Y lo llamó Seba. Por eso el nombre de la ciudad es Beerseba hasta hoy.

L E C T U R AS e m a n a 6 • M a r t e s

147

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Génes i s 26:24

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149

D E V O C I O N A L :

Géne s i s 26:24

El SEÑOR se l e aparec ió aque l la mi sma noche y l e d i jo : «Yo soy e l Dio s de tu padre Abraham; No temas , porque Yo e s toy cont igo. Y t e bendec i ré y mul t ip l i caré tu de s cendencia , Por amor de Mi siervo Abraham».

E N E L T E X T O

El Señor seguramente estaba con Isaac. Como había estado con Abraham y lo había bendecido, Dios continuó estando con Isaac y lo bendijo. El autor de Génesis deja en claro a su audiencia que Dios había bendecido abundantemente a Isaac más de lo que él podría haber logrado por sí mismo. Los que rodeaban a Isaac sabían que Dios estaba con él. La notoriedad de Isaac creció significativamente a medida que aumentaba su riqueza, y su reputación era tal que los filisteos se pusieron celosos.

Cuando Isaac necesitó encontrar nuevos pozos en el desierto para resolver las disputas con los filisteos, Dios proveyó continuamente. Una y otra vez los sirvientes de Isaac encontraron agua, no porque supieran dónde buscar, sino porque Dios estaba con ellos. La intervención de Dios estuvo de acuerdo con Su pacto, de bendecir continuamente y convertir a Isaac en una gran nación. Cuando Isaac persistió en la fe, sus enemigos reconocieron que Dios estaba detrás de su gran éxito.

Los filisteos y otras naciones circundantes tuvieron que reconocer el éxito de Isaac y la bendición del Señor. Isaac pudo vivir en paz con las naciones vecinas gracias a su fe. Creía que Dios lo proveería, así que siempre que había una disputa, seguía adelante. Sabía que Dios quería que viviera en paz con sus vecinos y confiaba en que Dios le proporcionaría una manera de hacerlo. Aunque sus vecinos intentaron arruinar su éxito, él mantuvo la confianza en la provisión de Dios y continuó viviendo pacíficamente entre ellos.

Cuando vivimos en paz con nuestros vecinos, amigos y familiares, proclamamos la fidelidad de Dios. Paz no significa ausencia de conflicto. Significa que cuando surge un conflicto, podemos confiar en que Dios satisfará nuestras necesidades, así como las necesidades de nuestro prójimo. Cuando ofrecemos perdón y gracia, confiando en que Dios es nuestro defensor, somos un testimonio al mundo de Su bondad y amor.

O R A C I Ó N

Dios, Tú provees paz. No tengo nada que temer porque sé que Tú eres el Dios que me defiende y ofrece paz. Ayúdame a vivir en paz con quienes me rodean para que pueda ser un testimonio de Tu bondad y amor. Amén.

D E V O C I O N A LS e m a n a 6 • M a r t e s

150

G é n e s i s 2 6 : 3 4 – 2 7 : 2 9

34 Cuando Esaú tenía 40 años, se casó con Judit, hija de Beeri, el hitita, y con Basemat, hija de Elón, el hitita; 35 y ellas hicieron la vida insoportable para Isaac y Rebeca. 27 Y aconteció que siendo ya viejo Isaac, y sus ojos demasiado débiles para ver, llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: «Hijo mío». «Aquí estoy», le respondió Esaú. 2 Y dijo Isaac: «Mira, yo soy viejo y no sé el día de mi muerte. 3 Ahora pues, te ruego, toma tu equipo, tu aljaba y tu arco, sal al campo y tráeme caza. 4 Prepárame un buen guisado como a mí me gusta, y tráemelo para que yo coma, y que mi alma te bendiga antes que yo muera». 5 Rebeca estaba escuchando cuando Isaac hablaba a su hijo Esaú. Y cuando Esaú fue al campo a cazar una pieza para traer a casa, 6 Rebeca dijo a su hijo Jacob: «Mira, oí a tu padre que hablaba con tu hermano Esaú, diciéndole: 7 “Tráeme caza y prepárame un buen guisado para que coma y te bendiga en presencia del SEÑOR antes de mi muerte”. 8 Ahora pues, hijo mío, obedéceme en lo que te mando. 9 Ve ahora al rebaño y tráeme de allí dos de los mejores cabritos de las cabras, y yo prepararé con ellos un buen guisado para tu padre como a él le gusta. 10 »Entonces se lo llevarás a tu padre, que comerá, para que te bendiga antes de su muerte». 11 Pero Jacob dijo a su madre Rebeca: «Esaú mi hermano es hombre velludo y yo soy lampiño. 12 Quizá mi padre me toque, y entonces seré para él un engañador y traeré sobre mí una maldición y no una bendición». 13 Pero su madre le respondió: «Caiga sobre mí tu maldición, hijo mío. Solamente obedéceme. Ve y tráemelos». 14 Jacob fue, tomó los cabritos y los trajo a su madre, y su madre hizo un buen guisado, como a su padre le gustaba. 15 Entonces Rebeca tomó las mejores vestiduras de Esaú, su hijo mayor, que ella tenía en la casa, y vistió a Jacob, su hijo menor. 16 Le puso las pieles de los cabritos sobre las manos y sobre la parte lampiña del cuello, 17 y puso el guisado que había hecho y el pan en manos de su hijo Jacob. 18 Entonces Jacob fue a su padre, y le dijo: «Padre mío». «Aquí estoy. ¿Quién eres, hijo mío?», preguntó Isaac. 19 Jacob contestó a su padre: «Soy Esaú tu primogénito. He hecho lo que me dijiste. Levántate, te ruego. Siéntate y come de mi caza para que me bendigas». 20 Pero Isaac dijo a su hijo: «¿Cómo es que la has encontrado tan pronto, hijo mío?». «Porque el SEÑOR tu Dios hizo que así me sucediera», respondió Jacob. 21 Isaac entonces dijo a Jacob: «Te ruego que te acerques para tocarte, hijo mío, a ver si en verdad eres o no mi hijo Esaú». 22 Jacob se acercó a Isaac su padre, y él lo tocó y dijo: «La voz es la voz de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú». 23 No lo reconoció porque sus manos eran velludas como las de su hermano Esaú, y lo bendijo. 24 Y le preguntó: «¿Eres en verdad mi hijo Esaú?». «Yo soy», respondió Jacob. 25 Entonces dijo: «Sírveme, y comeré de la caza de mi hijo para que yo te bendiga». Y le sirvió, y comió; le trajo también vino, y bebió. 26 Y su padre Isaac le dijo: «Te ruego que te acerques y me beses, hijo mío». 27 Jacob se acercó y lo besó; y al notar el olor de sus vestidos, Isaac lo bendijo, diciendo: «Ciertamente el olor de mi hijo Es como el aroma de un campo que el Señor ha bendecido. 28 Dios te dé, pues, del rocío del cielo, Y de la riqueza de la tierra, Y abundancia de grano y de vino nuevo. 29 Sírvante pueblos, Y póstrense ante ti naciones; Sé señor de tus hermanos, E inclínense ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldigan, Y benditos los que te bendigan».

L E C T U R AS e m a n a 6 • M i é r c o l e s

151

R o m a n o s 9 : 6 – 1 8

6 Pero no es que la palabra de Dios haya fallado. Porque no todos los descendientes de Israel son Israel; 7 ni son todos hijos por ser descendientes de Abraham, sino que «POR ISAAC SERÁ LLAMADA TU DESCENDENCIA». 8 Esto es, no son los hijos de la carne los que son hijos de Dios, sino que los hijos de la promesa son considerados como descendientes. 9 Porque la palabra de promesa es esta: «POR ESTE TIEMPO VOLVERÉ, Y SARA TENDRÁ UN HIJO». 10 Y no solo esto, sino que también Rebeca concibió mellizos de uno, nuestro padre Isaac. 11 Porque cuando aún los mellizos no habían nacido, y no habían hecho nada, ni bueno ni malo, para que el propósito de Dios conforme a Su elección permaneciera, no por las obras, sino por Aquel que llama, 12 se le dijo a Rebeca: «EL MAYOR SERVIRÁ AL MENOR». 13 Tal como está escrito: «A JACOB AMÉ, PERO A ESAÚ ABORRECÍ». 14 ¿Qué diremos entonces? ¿Qué hay injusticia en Dios? ¡De ningún modo! 15 Porque Él dice a Moisés: «TENDRÉ MISERICORDIA DEL QUE YO TENGA MISERICORDIA, Y TENDRÉ COMPASIÓN DEL QUE YO TENGA COMPASIÓN». 16 Así que no depende del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. 17 Porque la Escritura dice a Faraón: «PARA ESTO MISMO TE HE LEVANTADO, PARA DEMOSTRAR MI PODER EN TI, Y PARA QUE MI NOMBRE SEA PROCLAMADO POR TODA LA TIERRA». 18 Así que Dios tiene misericordia, del que quiere y al que quiere endurece.

152

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O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Romanos 9 :14–15

E O A OS e m a n a 6 • M i é r c o l e s

153

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154

D E V O C I O N A L :

Romanos 9 :14–15

¿Qué diremos entonce s ? ¿Que hay in jus t i c ia en Dios ? ¡De ningún modo ! Porque Él d ice a Moi sé s : «TENDRÉ MISERICORDIA DEL QUE YO TENGA MISERICORDIA, Y TENDRÉ COMPASIÓN DEL QUE YO TENGA COMPASIÓN».

E N E L T E X T O

A pesar de las promesas o mandamientos de Dios, a menudo creamos situaciones mediante el engaño y la manipulación que destruyen nuestras relaciones. Las acciones de la familia de Isaac nos ofrecen una advertencia: Independientemente de lo que pensamos que merecemos, siempre es mejor confiar en la provisión de Dios antes que en la nuestra.

En la búsqueda de la bendición, la familia de Isaac se fragmentó. Isaac sabía que Jacob, su hijo menor, sería quien heredaría la bendición. Cuando Rebeca estaba embarazada, Dios eligió a Jacob, no a Esaú, para que fuera el que cumpliera la promesa de Dios a Abraham. Pero Isaac amaba a Esaú, hizo caso omiso de la proclamación de Dios y planeó bendecir a Esaú. Esaú estuvo de acuerdo y buscó recibir la bendición de Isaac a pesar de vender su primogenitura a Jacob. Al mismo tiempo, Rebeca y Jacob buscaron obtener la bendición para Jacob mediante el engaño. En lugar de confrontar la confusión con amor o fe, Rebeca y Jacob procedieron a engañar a Isaac para obtener la bendición.

Dios fue claro en Su decisión de bendecir a Jacob. Romanos 9 explica cómo Dios eligió intencionalmente bendecir a Jacob y no a Esaú, el primogénito de Isaac. En lugar de creer en la promesa de Dios de que gobernaría a su hermano, Jacob confió en sus propios medios. Engañó a su padre y a su hermano y efectivamente rompió las relaciones familiares.

De hecho, Dios tenía un plan para bendecir a Jacob que no incluía un fracaso moral. Sin embargo, incluso en su fracaso, Dios bendijo a Jacob. Dios le permitió a Jacob obtener la bendición de esta manera, eligiendo mostrar misericordia y compasión a Jacob. Dios está obrando en todos los aspectos de nuestra vida, incluso a través de nuestro pecado y fracaso. Incluso si no confiamos en Él, Él puede (y de hecho lo hace) cumplir Sus propósitos, pero creamos angustia y dolor cuando seguimos nuestro propio camino. Que podamos dar un paso adelante con fe, confiando en que cuando Dios hace una promesa, ya tiene un plan para cumplirla, sin importar cómo se vean nuestras circunstancias.

O R A C I Ó N

Señor Dios, aumenta mi fe y mi paciencia. Creo que cuando haces una promesa, ya la has cumplido. No hay injusticia contigo, y siempre abres un camino para mostrar misericordia. Creo que tienes un plan, incluso en mi dolor. Amén.

D E V O C I O N A LS e m a n a 6 • M i é r c o l e s

155

G é n e s i s 2 7 : 3 0 – 4 6

30 Pero tan pronto como Isaac había terminado de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de la presencia de su padre Isaac, su hermano Esaú llegó de su cacería. 31 También él hizo un buen guisado y lo trajo a su padre, y dijo a su padre: «Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que tú me bendigas». 32 Y su padre Isaac le dijo: «¿Quién eres?». «Soy tu hijo, tu primogénito, Esaú», le respondió. 33 Isaac tembló con un estremecimiento muy grande, y dijo: «¿Quién fue entonces el que trajo caza, antes de que tú vinieras, y me la trajo y yo comí de todo, y lo bendije? Sí, y bendito será». 34 Al oír Esaú las palabras de su padre, clamó con un grande y amargo clamor, y dijo a su padre: «¡Bendíceme, bendíceme también a mí, padre mío!». 35 Pero Isaac respondió: «Tu hermano vino con engaño y se ha llevado tu bendición». 36 Y Esaú dijo: «Con razón se llama Jacob, pues me ha suplantado estas dos veces. Primero me quitó mi primogenitura y ahora me ha quitado mi bendición». Y añadió: «¿No has reservado una bendición para mí?». 37 «Mira», le respondió Isaac, «yo lo he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus parientes; y con grano y vino nuevo lo he sustentado. En cuanto a ti ¿qué haré, pues, hijo mío?». 38 Y Esaú dijo a su padre: «¿No tienes más que una bendición, padre mío? Bendíceme, bendíceme también a mí, padre mío». Y Esaú alzó su voz y lloró. 39 Entonces su padre Isaac le dijo: «Lejos de la fertilidad de la tierra será tu morada, Y lejos del rocío que baja del cielo. 40 Por tu espada vivirás, Y a tu hermano servirás; Mas acontecerá que cuando te impacientes, Arrancarás su yugo de tu cuello». 41 Esaú, pues, guardó rencor a Jacob a causa de la bendición con que su padre lo había bendecido; y Esaú se dijo: «Los días de luto por mi padre están cerca; entonces mataré a mi hermano Jacob». 42 Cuando las palabras de Esaú, su hijo mayor, le fueron comunicadas a Rebeca, envió a llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo: «Mira, en cuanto a ti, tu hermano Esaú se consuela con la idea de matarte. 43 Ahora pues, hijo mío, obedece mi voz: levántate y huye a Harán, a casa de mi hermano Labán. 44 Quédate con él algunos días hasta que se calme el furor de tu hermano; 45 hasta que la ira de tu hermano contra ti se calme, y olvide lo que le hiciste. Entonces enviaré y te traeré de allá. ¿Por qué he de sufrir la pérdida de ustedes dos en un mismo día?». 46 Entonces Rebeca dijo a Isaac: «Estoy cansada de vivir a causa de las hijas de Het. Si Jacob toma mujer de las hijas de Het, como estas, de las hijas de esta tierra, ¿para qué me servirá la vida?».

H e b r e o s 1 1 : 2 0

20 Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, aun respecto a cosas futuras.

L E C T U R AS e m a n a 6 • J u e v e s

156

E O A O / E S C R I T U R A S / e s c r ibe lo s ver s í cu lo s de l devoc ional

O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Hebreo s 11:20

E O A OS e m a n a 6 • J u e v e s

157

A P L I C A C I Ó N / Escr ibe por lo menos 1 - 2 ap l i cac ione s

O R A C I Ó N / Escr ibe una orac ión sobre lo que has aprendido y lo que Dios t e ha reve lado.

158

D E V O C I O N A L :

Hebreo s 11:20

“Por la f e Isaac bendi jo a Jacob y a Esaú, aun re spec to a co sa s futuras .”

E N E L T E X T O

El relato del engaño de Isaac por Jacob es una historia difícil de leer en medio de relatos de gran fe. Cada miembro de la familia jugó un papel en el conflicto, uno que finalmente resultó en separación, lucha e ira. Jacob se iría para salvar su vida de las amenazas de Esaú y nunca volvería a ver a su madre.

Sin embargo, incluso en este relato decepcionante, todavía vemos la promesa de Dios. Una vez más, Dios no le falla a su pueblo, aunque ellos le fallaron. Una vez más, Dios es el héroe, que viene en ayuda y rescate de aquellos que ha elegido salvar.

Dios prometió que Jacob sería el que heredaría la bendición. Isaac todavía tenía fe en la promesa de Dios, incluso después del engaño. Isaac bendijo a Jacob, creyendo que era Esaú. Isaac tenía fe en que Dios cumpliría Sus promesas a sus descendientes. Isaac nuevamente mostró fe cuando bendijo a Esaú, aunque la bendición de Esaú consolidó la bendición para Jacob. Y, como veremos todavía, Isaac nuevamente bendijo a Jacob a sabiendas, enviándolo a buscar una esposa y continuar cumpliendo la promesa de Dios a Abraham.

Aunque fallaremos, Dios todavía puede usarnos. Él puede usar nuestro pasado, sin importar cuán roto esté, para atraer a otros hacia Él. Él puede usar nuestros conflictos para convertirse en una bendición y traer paz a las relaciones rotas. Él puede redimir y restaurar cualquier falla, sin importar cuán grave parezca. Está en el negocio de la restauración. Él es especialista en usar a personas quebrantadas para traer luz a las tinieblas. Los fracasos de incluso los héroes de la fe se registran para que podamos ver el verdadero carácter de Dios. Él redime, restaura y reconstruye incluso los corazones, relaciones, comunidades y naciones más destrozados. Podemos confiar en Él. Podemos tener fe incluso cuando fallamos.

O R A C I Ó N

Dios Padre, creo que eres el Dios que restaura. Redime incluso las circunstancias más rotas. Señor, me arrepiento de mi pecado y de no confiar en Ti. Ayúdame y guíame en Tu verdad, y restáurame cuando caiga. Amén.

D E V O C I O N A LS e m a n a 6 • J u e v e s

159

G é n e s i s 2 8 : 1 – 9

Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le ordenó: «No tomarás mujer de entre las hijas de Canaán. 2 Levántate, ve a Padán Aram, a casa de Betuel, padre de tu madre; y toma de allí mujer de entre las hijas de Labán, hermano de tu madre. 3 El Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fecundo y te multiplique, para que llegues a ser multitud de pueblos. 4 Que también te dé la bendición de Abraham, a ti y a tu descendencia contigo, para que tomes posesión de la tierra de tus peregrinaciones, la que Dios dio a Abraham». 5 Entonces Isaac despidió a Jacob, y este fue a Padán Aram, a casa de Labán, hijo de Betuel el arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y Esaú. 6 Esaú vio que Isaac había bendecido a Jacob y lo había enviado a Padán Aram para tomar allí mujer para sí, y que cuando lo bendijo, le dio órdenes, diciendo: «No tomarás para ti mujer de entre las hijas de Canaán». 7 También supo que Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padán Aram. 8 Vio, pues, Esaú que las hijas de Canaán no eran del agrado de su padre Isaac; 9 y Esaú fue a Ismael, y tomó por mujer, además de las mujeres que ya tenía, a Mahalat, hija de Ismael, hijo de Abraham, hermana de Nebaiot.

L E C T U R AS e m a n a 6 • V i e r n e s

160

E O A O / E S C R I T U R A S / e s c r ibe lo s ver s í cu lo s de l devoc ional

O B S E R V A C I Ó N / e s c r ibe 3 - 4 obser vac ione s

Genes i s 28:3–4

E O A OS e m a n a 6 • V i e r n e s

161

A P L I C A C I Ó N / Escr ibe por lo menos 1 - 2 ap l i cac ione s

O R A C I Ó N / Escr ibe una orac ión sobre lo que has aprendido y lo que Dios t e ha reve lado.

162

D E V O C I O N A LS e m a n a 6 • V i e r n e s

D E V O C I O N A L :

Génes i s 28:3–4

El Dio s Todopodero so t e bendiga , t e haga f e cundo y t e mul t ip l ique , para que l l egue s a s e r mul t i tud de pueblo s . Que también t e dé la bendic ión de Abraham, a t i y a tu de s cendencia cont igo, para que tomes po se s ión de la t i e rra de tu s peregr inac ione s , la que Dios d io a Abraham».

E N E L T E X T O

Al acercarnos al final del estudio de la vida de Abraham e Isaac, podemos encontrar algo de esperanza. A medida que la historia transiciona de Isaac a Jacob, todavía podemos ver el cumplimiento de la promesa del pacto de Dios. Cuando Isaac envió a Jacob a Padán Aram para encontrar una esposa, le recordó las promesas que Dios le hizo a Abraham. Jacob sería el que heredaría estas promesas. Dios haría de Jacob una gran nación, le daría la tierra y permitiría que sus descendientes fueran una bendición para las naciones. La promesa de Dios no se había visto frustrada por unas pocas malas decisiones. Su promesa de pacto a la familia de Abraham continuaría.

Al estudiar estas narrativas, hemos visto grandes ejemplos de fe. Abraham estaba dispuesto a sacrificar a su hijo en obediencia a los mandamientos de Dios, sabiendo que Isaac era el heredero de la promesa. Creía que Dios aún cumpliría Su promesa, independientemente de lo que Dios le pidiera que hiciera. Sara, incluso en su esterilidad, vio el cumplimiento de la promesa de Dios de darle un hijo. Isaac oró por su esposa en su esterilidad, creyendo que Dios no rompería su promesa a Abraham. Y Rebeca, sin saber a dónde iba, dejó su hogar con fe en que Dios tenía planes más grandes para su vida.

Aunque siempre hubo amenazas a la promesa, Dios fue y sigue siendo el héroe de la historia. Fue fiel a Abraham y fiel a Isaac. Continuaría siendo fiel a Jacob y sus descendientes en el futuro, cumpliendo Su pacto con Abraham.

Dios nunca buscó la perfección de Su pueblo. Quería que Abraham e Isaac avanzaran con fe. Quiere lo mismo de nosotras. No nuestra perfección, sino nuestra fe. Cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo, somos consideradas justas ante Dios. Se nos concede la salvación con un acto de fe. Y todos los días, al poner nuestra fe en Dios, creyendo que Él tiene el control de nuestras circunstancias, encontramos paz en Su presencia.

O R A C I Ó N

Señor Dios, anhelo caminar en fe contigo, todos y cada uno de los días. Creo que suplirás mis necesidades. Creo que siempre estás conmigo, sin importar mis circunstancias. Y creo que cumples Tus promesas. Gracias por nunca dejarme y por nunca esperar la perfección, solo mi fe. Amén.

163

R E F L E X I O N AS e m a n a 6

1. Enumera algunas similitudes entre la vida de Abraham y la de Isaac. ¿Cómo demostraron ambos fe? ¿Cuándo actuaron con miedo en lugar de actuar con fe?

2. En tus relaciones, ¿actúas por fe o por miedo? ¿Buscas la paz, creyendo que Dios será tu defensor si surge un conflicto? ¿Por qué o por qué no?

3. ¿Es Dios justo en Sus acciones? ¿Debería tener misericordia de todos? ¿Por qué o por qué no?

4. ¿Cómo te ha redimido, restaurado o reconstruido Dios del pecado en tu vida? ¿Crees que Él puede redimirte, restaurarte y reconstruirte si fallas en el futuro? ¿Cómo puedes practicar la fe en Su capacidad de restaurarte hoy?

5. ¿Cómo te pide Dios que des un paso de fe hoy? ¿Qué te pide que confíes en Él? ¿Estás dispuesta a entregárselo?

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