Feixas y Miro-Capitulo I

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  • 8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo I

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    2

    "PROXIMAClONES A L PSICOTER PI

    Mientras qLle

    estas dos

    primeras

    aproximaciones (la inicial y la

    histórica) conciben la psicoterapia como proceso genérico, mas allá

    de las

    particularidades

    o la concepción que de ésta tienen los

    distintos

    modelos, en la aproximación teórica se explicitan tales modelos,

    Hemos

    agrupado

    la gran

    diversidad

    de visiones acerca de la psicote

    rapia

    en cinco modelos:

    el

    psicodinámico,

    el

    humanístico-existencial,

    el conductual, el cognitivo y el sistémico. En cada

    uno de

    esros

    aparrados, se presenta la psicoterapia

    desde

    la perspectiva particular

    del

    modelo que

    la propone.

    En la aproximación metodológica abordamo s la problemática de

    la investigación en psicoterapia. Si ya hemos

    enfatizado

    la compleji

    dad

    de la psicoterapia como proceso, su estudio empírico la incre

    menta exponencialmente. Por ello dedicamos un aparrado a describir

    las estrategias utilizadas para su estudio,

    y otro para

    exponer los

    resultados más relevantes. Las particularidades del estudio cualitati

    vo del proceso terapéutico las hemos

    considerado

    en un tercer aparta

    do,

    y

    en

    un

    cuarto hemos abordado

    la relevancia clínica de la investi

    gación

    psicorerapéurica,

    Para

    concluir estas

    aproximaciones

    a la psicoterapia

    hemos opta

    do por plantear el rero de la integración

    que

    nos formula este panora

    ma tan rico pero tan marcadamente diverso. El movimiento pata la

    integración aglutina en estos momentos los esfuerzos de psicotera

    peutas e investigadores de todas las orientaciones en pro de un avan

    ce del conocimiento. Se trata de aunar los esfuerzos y la experiencia

    acumulada desde los distintos

    enfoques para

    articular

    una

    compren

    sión más amplia del proceso psicorerapéurico en detrimento de la

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    15

    PROXI.IAClONES A LA PSICOTERAPIA

    contribuciones al .írca,

    preguntas

    como las siguientes:

    (Cónlü define

    la

    psicoterapia ~ u á l e s  

    son

    sus

    objetivos?

    ,Cuáles

    son las premisas

    básicas y los supuestos subyacentes de su enfoque para facilirar el

    cambio?

    iCwiles son los beneficios y los límires de su

    enfoque

    El

    resultado de este proyecto es un libro heterogéneo y dispar cuya

    lectura

    anima

    a

    aplicar

    a la

    psicoterapia

    ~ c t u l  

    aquello

    que

    ya decía

    Aristóteles

    del

    ser: la psicoterapia sera una, pero hoy por

    hoy

    se dice

    de muchas maneras,

    La cuesrión reside en que exisre una pluralidad de enfoques

    psicorerapéuricos,

    y, en

    c ~ l s o n a n c i a   con

    ello, se da también una

    amplia g,una

    de definiciones

    de psicoterapia (Wolberg, 1977,

    llega

    hasta

    36).

    En la

    actualidad.Ta

    cifra podría ser

    sin

    duda

    más elevada.

    Muchas de estas definiciones están vinculadas a la conceptualización

    que hace

    del proceso

    y los objetiv os terapéuticos un modelo

    dererrni-

    nado.

    Así,

    unas

    se

    basan

    en

    la

    resolución de la

    dinarnica

    inconsciente,

    otras en el

    cambio

    de

    conductas observables,

    etc.

    Hemos

    selecciona-

    do en la

    tabla

    1 algunas

    definiciones

    que pretenden ser más fotmales

    o

    absrracras

    e incluir la

    actividad

    psicoterapéutica

    generada

    desde

    distintos modelos.

    Tabla l. Un

    selcccion ele definiciones generales de psicoterapia

    Psicoterapia e; el uso de cualquier técnica en el rrararnienro de rrasrornos

    mentales

    o inadapraciones... El

    rérrnino

    no

    implica

    la

    gravedad del desorden,

    la

    duración

    o

    intensidad

    del

    rraramienro

    o la orienración teórica del rerapeura.

    Pero el término se reserva para el rracamicnro llevado a cabo por un profesio-

    unl: psicólogo clínico, psiquiatra o rrabajador social psiquiátrico Diccionario

    de términos

    psi ologi os

    y psicoanaltticos de English y English, 1958).

    Dado que

    rodas las formas de influencia

    personal pueden

    afectar el

    sentido de bienestar de una persona, la definición de psicoterapia debe ser,

    ncccsariameure, algo arbirraria.

    Consideraremos como

    psicoterapia sólo aque

    llos tipos de influencia caracrerizudos por:

    l. Una persona

    que

    cuca, capacitada y socialmente autorizada, cuyos

    poderes curativos son

    aceptados por el que sufre y por su

    grupo

    social o

    por una parte irnportanre de él.

    2. Una persona que sufre que busca alivio en la persona que cura.

    3. Una serie de conraccos circunscritos, más o menos estructurados,

    cnrre la

    persona que

    sufre y la que cura,

    por

    medio de los cuales el que

    cuta, a

    menudo

    con la ayuda de un

    grupo,

    intenta producir cienos

    I

    LA APROXIMACIÚN INICIAL

    cambios en el estado emocional, las actitudes y la conducta del que

    sufre. Todos los implicados creen que esros cambios le ayudarán. Aun

    que

    pueden utilizarse accesorios físicos y químicos, la influencia curati

    va se ejerce principalmente por medio de palabras, actos y rituales en los

    que el que sufre. el que cura yel grupo si existe- participan conjunta

    mente (Frank, 1961).

    Psicoterapia: término genérico para cualquier tipo de tratamiento basado

    principalmente

    en la comunicación verbal o

    no

    verbal con el paciente, especí-

    ficamen

    te

    distinto

    de los tratamientos

    elecrrofisicos,

    farmacológicos o

    quirúr

    gicos (Asociación Psiquiátrica Americana, 1969).

    Psicoterapia describe cualquier aplicación intencionada de técnicas psico-

    lógicas por parre

    de

    un profesional clínico con el fin de llevar a

    cabo

    los

    cambios de personalidad o conducta deseados (Korchin,

    1(76).

    Psicoterapia es el tratamiento, por medios psicológicos, problemas de

    naturaleza emocional,

    en el

    que

    una

    persona

    entrenada establece

    deliberada

    mente

    una

    relación profesional con el

    paciente

    con el

    objeto

    Ide

    1)

    suprimir,

    modificar o paliar los síntomas existentes; 2 intervenir en las pautas distor-

    sionadas

    de

    conducta

    y

    3)

    promover

    el crecimiento

    y

    desarrollF positivos de la

    personalidad (Wolberg, 1977).

    ,

    La psicoterapia es un pro ceso inrerpersonal destinado a p ~ o m o v e r   el cam

    bio de sentimientos, cogniciones, acritudes y conductas, qu han resultado

    problemáticas

    para el individuo

    que busca

    ayuda de un profe

    lional

    entrenado

    (Srrupp,

    1978) .

    I

    Psicoterapia. rraramienro de dificultades emocionales y   personalidad

    con medios psicológicos Diccionario Enciclopédico de PJico'fg'a de Harré y

    Lamb, 1 (83 ) . ;

    :

    La psicoterapia es un

    método

    científicamente fundamentado de trata

    miento   un paciente, una pareja, una familía o un g r u p ~ y destinado a

    detectar

    conflictos inconscientes o experiencias fallidas y

    problemas,

    con el fin

    de ayudarla o los pacientes.a alcanzar un conocimienro

    profurido

    de su estado

    y mejorar I

    SU

    relación Con

    la

    realidad Diccionario de Psiquiatrta, Batregay et

    al.,

    1984;.

    La

    ps,coterapia

    es un proceso orientado al cambio que

    ocurre

    en el con-

    texto de ura relación profesional, empádca, poderosa y

    contractual.

    Su razón

    de ser se cenrra explícita o i mplfciramente en la personalidad de los clientes, la

    técnica

    d la psicor erapia o ambas cosas. Afecta a un cambio duradero en

    múltiples

    aspectos de las

    v'idas

    de los dientes. El proceso es 'idiosincrásico y

    está derer inado por las posiciones preconcebidas de los pacienres y terapeu

    tas (Zeig Munion, 1990).

    La ps corerapia es

    una

    relación especial culturalmenre relativa entre un

    profesionl' de la asistencia y un individuo o grupo de clientes. Funcionando

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    17

    PROXWACIONES A LA PSICOTER •l..PLA

    desde una plaraforma teórica

    que incluye supuestos básicos sobre la

    naturale

    za humana y

    el

    proceso de desarrollo psicológico,

    el

    psicorerapcura trabaja

    Con el

    ctienrc

    pan¡ crear

    una

    alianza segura, estable y cariñosa en la cual y

    desde la cual el cliente

    puede

    explorar -r-a menudo por

    medio

    de rituales

    estandarizudos-r formas pasadas, presentes y posibles de cxperimenrarsc a sí

    mismo,

    al

    mundo y

    sus relaciones

    d i n á m i ~ a s   JMahoney, 1991).

    ... se entendcni por

    pJú:ole1 pÚ¡

    rodo

    rratamienro

    de

    naturaleza

    psicológi

    ca que, a partir de manifestaciones psíquicas o físicas de sufrimiento humano,

    promueve

    el logro de cambios o modificaciones, en el comportamiento, la

    adapracion

    al

    enromo,

    la salud física, y psíquica,

      inrcgtidad

    de la

    identidad

    psicológica

    y el

    bienestar bio-psico-social de las personas y grupos rales

    como

    la pareja o la familia.

    Comprende

    las actuaciones

    tn

    todos los niveles de edad

    de las personas, desde los niño:s y niñas mas peqyei los hasta las personas de

    edad mas avanzada. El término psicoterapia no I1resupone

    una

    orientación o

    enfoque

    cienrífico definido, siendo considerado

    ~ e n o m i n q r i v o

    de un

    amplio

    dominio ciennfico-profcsional especializado, que] se especifica en diversas y

    peculiares orientaciones

    teóricas,

    practicas

    y

    aplicadas

    fEAP-Pederación

    Es

    pañola de Asociaciones de Psicorempeuras. 199 j .

    Sin entrar en un análisis

    minucioso,

    la mayoría de estas definicio

    nes

    concuerdan

    en identificar a la psicoterapia como

    un

    tratamiento

    ejercido por un profesional aurorizado

    que

    utiliza medios psicológi

    cos

    para

    ayudar a resolver

    problemas humanos,

    en el contexto de

    una relación profesional.

    Algunas

    definiciones resaltan el valor del

    proceso interpersonal

    enrre

    cliente y terapeuta corno característico de

    la psicoterapia.

    Otras

    destacan fines específicos en

    términos de

    la

    modificación

    de

    la personalidad del diente, o de sus pautas de com

    portamiento, siendo en ello la de la FEAP bastante

    exhaustiva.

    No

    obstante,

    en la

    actualidad,

    más

    que una

    definición del cam

     i

    ,

    po, los

    'psicorerapeuras

    se plantean la necesidad de

    construir

    una

    il

    merapcrspectiva de la personalidad y la intervención,

    que

    abarque

    {

    todo lo

    que

    hemos aprendido hasta ahora y

    que promueva

    el creci

     j

    miento y el desarrollo

    del

    área Zeig y Munion, 1990). La construc

    I'

    ción

    de

    esta metaperspectiva constituye lo

    que

    en este texto hemos

    .

    :1'

    ;

    denominado el reto de la integración, sobre el

    que

    volveremos en el

    .

    capítulo final. Peto

    antes

    de entrar en los problemas

    implicados

    en la

    .

    i

    construcción de

    semejante

    metaperspectiva, hay

    que

    COnocer los

    f

    j

    .

    i 1,

    principales elementos de la psicoterapia.

    ,

    ,

    LA APROXIMAClON INICIAL

    1.2. El

    cliente

    En

    un

    sentido operativo, el

    diente

    o paciente' en psicoterapia es

    la persona

    que acude

    a los servicios psicoterapéuricos.

    Aunque

    resul

    ta

    arriesgado

    hablar de un modo genérico del

    usuario

    de los servicios

    psicotcrapéuricos

    dada

    su

    diversidad, con propósitos

    ilustrativos, se

    puede

    afirmar que

    lo

    que todas

    las personas

    que acuden

    a psicotera

    pia tienen en común es

    que

    experimentan algún tipo de dificultad,

    malestar o

    trastorno,

    que es lo suficienternenre imporranre en sus

    vidas

    como para

    provocar

    un

    cleseo consciente de cambio. Por lo

    general, antes de acudir a un psicorerapeura, los individuos

    han

    intentado solucionar sus

    dificultades recurriendo

    a otras fuentes,

    ta

    les como

    amigos,

    médicos, sacerdotes, etc. Habitualmente, los

    dien

    tes

    expresan

    conflictos con

    otras

    personas y

    síntomas,

    tales como

    ansiedad,

    desesperanza, incomunicación con su cornpañero z'a, con

    ducta de evitación, insomnio, ideas obsesivas, amnesia, sentimientos

    de hostilidad, jaquecas, pérdida de apetito, falta de lconcentración,

    etc.

    Resulta

    común que

    estos

    sentimientos

    se expresen

    como

    algo

    «extraño a sí mismos», desconocido y

    que

    no puedeh controlar; en

    consecuencia, es frecuente que los dientes acudan aJla

    terapia

    Con

    expectativas poco 'realistas, es decir, buscando

    que

    el tfrapeura les dé

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    19

    i

    8

    APROXIMAGONCS

    A

    LA

    FSICOTERAPtA

    Resum iendo , e cliente o usuario de los servicios psicorerapéuri

    cos, desde e

    punto

    de visra prácrico, es cualquier persona que siente

    la necesidad de realizar cambios en su forma de relacionarse consigo

    mismo y con e mundo; cambios

    que

    no puede realizar por sí mismo,

    ni recurriendo a las fuentes narurales de

    ayuda

    existentes en la

    comu

    nidad,

    y

    que

    requieren la

    ayuda

    de

    una

    persona especialmente

    prepa

    rada.

    Si nos siruamos en la pie de la persona que riene dificulrades y se

    esrá cuesrionando acudir a la consulra de un psicorerapeura, vemos

    que se halla en

    una

    posición

    muy

    parricular. Por un lado, riene que

    poder admirir que ella no puede resolver latsiruación por sí sola, lo

    cual

    supone

    e reconocimiento de un cierro frkcaso personal (o,

    por

    lo

    menos, un sentimiento de cierra incapacidad). Pero, por orro lado, va

    a ingresar en un proceso, el

    psicorerapéurico,

    en e

    que

    lo

    que

    interesa

    es incremenrar e sentimiento de competencia personal. Así pues, en

    e

    mismo momento

    en

    que

    e cliente

    pide ayuda

    se coloca en la

    posición opuesra

    que

    se quiere conseguir con la psicorerapia. Esra

    siruación, aunque puede no afecrar a algunas personas que ven el

    hecho de pedir ayuda como

    una

    forma aceprable de resolver su

    problema, para arras puede resulrar muy invalidante, hasra e punro

    de no acudir a psicorerapia en un intento de preservar in extremis su

    auroimagen.

    .r

    Orro

    e emenro a tener en cuenta respecro al rol de cliente es la

    ansiedad que puede desperrar el hecho de iniciar una psicorerapia.

    :¡"

    jll;,

    Esra ansiedad

    puede

    relacionarse con la falra de referenres

    que

    exis

    .

     

    ,.,

    ren en nuesrra culrura sobre lo que es una psicoterapia. Por ejemplo,

    .

     

    ,i

    los esquemas (o scripts

    para

    urilizar un rérmino de la psicología

    ,l li

    1ttl,

    cogniriva) acerca de lo que sucede en la consulra de un médico son

    : ~ H ~  

    mucho

    más conocidos

    que

    rodas los

    que

    se referieren a lo

    que

    sucede

    en la consulra de un psicorerapeura. Más aún, los indicadores culru

    rales disponibles a rravés de cine o la lirerarura (o la experiencia de

    un

    amigo

    son anecdóricos y, con frecuencia, despierran expecrarivas

    poco realisras.

    Teniendo en cuen ta e complejo proceso

    por

    e cual

    una

    persona

    llega a converrirse en c1ienre de psicorerapia, hay varios enfoques

    rerapéuricos

    que

    incorporan en su proceder un análisis de la

    deman

    da

    (Carli,

    1987 .

    Ésre incluye ranro e proceso de decidirse a

    pedir

    ayuda como las expecrarivas iniciales y los procedimienros para ade-

    L APROXIMACIÓN INICIAL

    cuar estas expecrarivas a la consrrucción de una relación rerapéurica

    eficaz.'

    Hasra e

    momento

    hemos hablado del cliente como la persona

    que

    sufre un

    problema

    o dificulrad y

    que

    acude en

    demanda

    de

    ayuda. Sin embargo, exisren muchos casos en los que la persona que

    solicira la psicot erapia no es la

    que

    sufre e síntoma, y orros en los

    que

    no se acude a psicorerapia por decisión e iniciariva propia sino por

    indicación o

    mandara

    de orros. Esros casos abarcan un

    amplio

    espec

    rro, desde niños, menores de edad o incapacirados hasra la psicorera

    pia en conrexros judiciales, pasanclo

    por

    las insriruciones cerradas de

    salud mental. Por ello parece conveniente disringuir entre

    deman-

    dante aquel

    que

    derermina

    que

    es necesaria la intervención de un

    profesional de la psicorerapia, y paciente identificado (PI), el porra

    dar

    del síntoma o problema.

    Cuando demandante

    y PI no coinciden,

    la psicorerapia resulta

    mucho

    más compleja, de manera

    que

    se hace

    casi inevirable un análisis más complero del sistema o triángulo que

    se crea entre

    demandante, PI

    y rerapeura. En muchos de esros casos,

    el

    demandante

    es un

    miembro

    de la familia del

    PI  

    lo

    que

    el

    modelo sisrémico (véase

    3.5 propondría

    el rrabajo

    IDn

    el sisrema

    familiar, para poder encarar direcram ente las posibles ~ i s r o r s i o n s   e

    interferencias

    que

    aparecerían en un trabajo esrrictarnenre individual.

    Corno se desprende de lo que acabamos de decir, Ila figura del

    cliente no: se refiere únicamente a un individuo concreto sino que

    puede

    incluir rambién a una pareja,

    una

    familia, un

    grupo

    o

    una

    ?

    H

    I

    di

    .

    I

    lA

     .

    . y

    autores

    que l s t l ~ g u n  

    eotce. p,SlCoterapla

    y c r e C l m ~ e ~ r ~ ~ e r s o n a

    un-

    que

    escnciald eme

    se

    rrara

    de

    la: rrusma

    actividad, al hacer esra

    disrin On

    se reserva el

    término «psicorerapia» para aquellos casos en los

    que

    la

    demanda

    in, luye la exisren

    da de

    algún

    problema

    o dificultad específica. El crecimiento personal se ha propues-

    to,

    p r i n c i p a ~ m e m e

    por parre de autores provenientes del mode16 humanístico-

    existencial (véase

    3.2 .

    Con este rérmino se ha intentado f o m e n t a ~   una visión no

    patológica dfl cliente, que riende a ser visco

    como

    un ser

    que

    posee: en sí mismo la

    capacidad para desarrollar sus potenci alidades. Resu lta difícil trazar una frontera

    precisa entre psicoterapia y crecimienro personal. Con frecuencia, una demanda de

    crecimiento

    ersonal escon de

    dificultades

    adaprarivas y problemas ps icológicos

    rela

    rivamenre

    g ves. Otras veces, una vez

    terminada

    una

    psicoterapia

    cenrrada

    en un

    problema c ncreto, la persona desea seguir

    aumentando

    su autoconocimiento

    y

    realiza una eman da de crecimiento personal. En cualquier caso, la deman da de

    crecimiento .ersonal

    enrraña el

    peligro de mantener la relación terapéutica más allá

    de lo

    necesar

    o. Hay que recordar que el objerivo en psicorerapia nunca es

    perperuar

    la relación

    ~ ~ r a p é u t i c a ,  

    sino ayudar al cliente a que pueda caminar sin

    muletas,

    y

    encuenrre lo

    I

    apoyos inrerpersonales necesarios en su

    ambienre natural.

  • 8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo I

    5/8

    27

    ,

    _u

    APROXH.. ¡i\UONES A

    1.1\

    P ~ I O T I : R A P I A

    1

    era

    en la aplicación de las técnicas ha

    podido

    aislarse como

    una

    variable del rcrapeuta

    que ha

    mostrado

    tener

    una

    relación positiva

    con variables de éxito terapéutico (Beurler, Crago y Atizmcndi.

    1986 . y el nivel de competencia no depende

    tanto

    de las cualidades

    personales del psicorcrapeura, como de su formación y practica en el

    InaoCJO

    de las técnicas

    psicoterapéuricas.

    Hasta el

    i.iornenro nos hemos referido

    al terapeuta en un

    sentido

    unipersonal; sin emba rgo para ser estrictos nos

    deberíamos

    referir al

    sistema

    ter péutico

    COI

    no entidad que puede incluir más elementos

    que l terapeuta. Por ejemplo much s psicoterapias especialmente

    de grupo o familiares,

    contemplan el

    rol   O-terapeuta. Se trata de

    una figura que

    trabaja

    de

    forma

    coordinada con el

    rerapcura

    , pu

    diendo ser su relación muy

    variada: desde

    un trabajo

    paritario

    en el

    que

    los

    dos

    se sitúan al mismo nivel

    (hablarfarnos entonces de dos

    co-rerapeuras

    rmís que

    de rerapeura

    y

    co-rerapeura) hasta distintos

    grados de colaboración en los que el

    ce-terapeuta

    adopta un papel

    mas

    secundario (torna notas se centra en tareas I ás específicas

    y

    limitadas, erc.).

    Esto nos

    lleva

    a plantear un

    concepto

    más amplio, el de equipo

    terapéutico, que incluye

    una mayor

    gama

    de posibilidades. Esre equi

    po

    se caracteriza por

    compartir parte de

    la

    responsabilidad retapéuri

    ca bien asesorando al terapeuta a partir de sus comentari os acerca

    del

    estado del

    caso (en lo

    que

    comúnmente se conoce COmo sesiones

    clínicas),

    bien observando

    el proceso

    directarnenre

    (a rravés de un

    vídeo

    o espejo unidireccional) y eventualmente

    participando

    de

    modo

    simultaneo

    en dicho proceso (mediante

    consultas con

    el rera-

    peura

    durante la sesión o incluso con mensajes dirigidos directamente

    al cliente). Aunque han sido principalmente los terapeutas sistémicos

    los

    que

    han

    desarrollado

    estas

    modalidades,

    éstas consriruyen

    aporta

    ciones de un

    valor considerable

    para la psicoterapia en general.

    La figura del

    supervisor

    cuenta con much

    mtís

    tradición. Pero

    quizá, para decirlo con

    más propiedad,

    tendrfarnos

    que referirnos al

    conrcxro

    de supervisión

    puesto que

    se

    realiza

    también en grupo. La

    supervisión del trabajo rerapéurico es

    un

    ingrediente necesario no

    sólo para los terapeutas principiantes sino que resulta un recurso

    importante a jo largo de la rrayecroria de un psicorerapeura. Consiste

    en una consulta de un caso a un terapeuta considerado

    más

    experto

    sea por su m yor experiencia prestigio o

    simplemente

    por la distan-

    cia en la que se sitúa al no estar irnplicado directamente en el caso.

    LA

    APROXIMACIÓN INICIAL

    Generalmenre se distingue

    entre

    supervision directa, en la que el

    supervisor observa desde

    un monitor o espejo unid ireccional el

    traba

    jo

    del

    terapeuta, y

    supervisión

    indirecra,

    opción

    mucho

    más

    frecuen-

    re en la

    que

    la consulta de supervisión se realiza con posterioridad y

    parte

    del relaro del terapeura.

    En

    resumen,

    la caracrerfsrica

    más relevante del papel

    de

    terapeu

    m es que intenta ayudar al paciente. Como

    veremos

    en

    4.3, dispone

    mos

    de algunos datos acerca de las caracreusricas

    del rerapeura

    efi-

    caz. Sin

    embargo,

    no existe

    hoy por

    hoy

    un consenso

    c1aramenre

    establecido sobre qué

    es lo que el

    rerapeura tiene

    que hacer para

    resulrar útil, una pregunta quizás ingenua pero que, en realidad,

    encierra la

    complejidad

    de

    nuestra empresa.

    En un sentido general,

    independienrernenre

    de su orientación, es obvio que el

    terapeuta

    tiene

    que (a) formular alguna hipóresis acerca del problema del

    clienre

    y

    (b) tomar

    decisiones acerca de qué

    hay

    que hacer primero y

    qué

    hay

    que

    hacer después.

    Y

    tanto para

    (a) como

    para

    (b), el

    J!

    rerapeura necesita funcionar a partir de algún modelo¡ rerapéurico.

    Esras cuestiones,

    por tanto,

    las

    trataremos

    en el

    marco

    de los

    modelos

    rerapéuricos. A continuación, abordamos el concepto

    le

    la relación

    ,

    terapéurica y su encuadre. I

    1,

    I

    I

    1

    ,

    1.4. La relación terapéutica

    !

    f

    I i

    La relación entre rerapeura y cliente es uno de los

    elementos

    ,

    ,

    disrinrivos' esenciales de

    roda

    psicoterapia. Aunque existen muchos

    L,

    tipos de relación

    que pueden resultar

    de ayuda, como u1a

    charla con

    f

     

    L

    un amigo

    un

    familiar,

    erc., el

    tipo

    de relación que se crea

    entre

     

    r

    rerapeura

    r

    cliente es

    distinto.

    De

    hecho,

    para

    que

    la

    [relación

    sea

    verdaderaTenre terapéutica, debe ser diferente

    de

    otras relaciones en

    : ~

    la vida dellclienre. La diferenc ia esencial reside en que se trata de una

      ¡ I ~

    w ,

    relación profesional: el

    terapeuta

    se interesa genuinamente por el

    cliente, pd10 no forma

    parte

    de sus relaciones

    interpersonales

    coridia-

    nas.

    De su

    carácrer

    profesional

    se desprenden

    arras

    caractensricas de

    la relación

    ~ e r p é u t i c

    tales como su asimetría su carácter retribut i-

    vo y su en¡'uadre.

    La rela ión terapéutica es

    asimétrica,

    porque se inicia a

    partir

    de

    la demand del cliente y se centra en sus necesidades. Además, al

    rerapeura s le

    retribuye

    por su trabajo. Este aspecto es importante,

  • 8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo I

    6/8

    29

    PROX\l\lAC\I)NES A LA PS COTERM lA

      H

    porque

    el

    ccntp.uniento en la persona del cliente no debe suponer

    uoa

    actitud

    abnegada,

    sacrificada

    y

    altruista por parte del

    terapeuta.

    Ésta

    podría generar en el cliente un sentimiento de deuda contrario a la

    salud mental que espera obtener con la psicoterapia. Por ello es

    necesario y saludable

    que

    el cliente compense al terapeuta

    por

    su

    .icdicación,

    bien sea

    mediante

    los

    honorarios

    que

    el

    profesional

    esta-

    blezca de acuerdo con los baremos vigenees en el contexro profesio-

    nal, bien sea mediante el sistema contributivo que sostienen los

    servicios públicos.

    Asimismo, al ser una relación profesional, la relación terapéutica

    n.quictc una

    csrruccuración

    específica. Trddicionaltnente, se ha utili-

    zado la noción de

    encu dre

    terapéutico para hacer referencia al con-

    Junto de reglas fijadas

    por

    el

    terapeuta

    paJa hacer viable la psicotera-

    pia. Estas incluyen los honorarios (en I el

    contexto

    privado), la

    duración y frecuencia de las sesiones, el lugar donde se realizan, las

    vacaciones, así COlTIO ci..talquier otro detalle que afecte al desarrollo de

    la psicoterapia. Al margen de arras consideraciones. la relación tera-

    péutica resulta

    mas útil cuando se establece con un encuadre preciso

    que

    contribuya a alejar la confusión de roles.

    También

    conviene

    indicar que

    existe un consenso generalizado en reconleodar

    que

    tera-

    peuta y cliente no mantengan ningún orro tipo de relación, ya sea

    comercial, profesional o personal, fuera de las sesiones rerapéuticas.

    Así, a menudo resulta desaconsejable que el

    terapeuta

    acepte

    como

    cliente a un farniliar , un

    amigo

    o un conocido, con quien mantiene

    una

    relación previa.

    Independientenlente del encuadre externo), desde el

    modelo

    psicoanalítico se

    habla

    de

    encuadre interno,

    o de la actitud del analis-

    ta. lo

    que

    nos llevaría a describir cuáles son las acritudes

    que

    este

    modelo

    considera nccesarias para una adecuada relación terapéutica,

    como pueden

    ser

    actitudes

    neutrales y de reserva

    que

    faciliten el

    proceso

    irunstercncial

    véase

    3.1 .

    Pero en

    este

    punto

    hay

    que

    desta-

    car que los diferentes

    modelos

    terapéuticos

    sugieren

    visiones particu-

    lares de lo que debe ser la relación terapéutica, lo que

    na

    es de

    extrañar siendo éste un

    punto

    tan central ranto

    reórica como clmica-

    mente.

    Así,

    por

    ejemplo,

    veremos que desde

    el

    modelo humanístico-

    existencial se destaca la

    calidez

    personal nlcdiantc las actitudes de

    empatÍa, consideración positiva y autenticidad del terapeuta véase

    3.2);

    desde el

    modelo

    ronductual, aunque se enfatiza menos esta

    cuesriórl, se propone al terapeura

    como

    alojero de

    modelamiento

    y

    I

    i

    ¡

     

    I

    \

    1

    ,::

    ;,h

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      :.,,',

    D

     

    ,.

    ,.

    ....

    :.¡:

    :;,'

    LA APROXIMACIÓN INICIAL

    reforzador de las conductas apropiadas; desde el modelo cognitivo se

    propone una

    relación de guía orientador (véase 3.4); y el modelo

    sistémico sugiere que el terapeuta se sitúe en una posición de equidis-

    tancia con relación a las posturas de los distintos miembros de la

    familia (u otros implicados en el

    problema)

    (véase 3.5).

    Como pue-

    de verse, la relación

    terapéutica

    es

    un tema

    de crucial imporrancia

    teórica en psicoterapia, desde sus múltiples perspectivas.

    Pero rruis allá de las

    particularidades propuesras por cada

    mode-

    lo, Bordin 1979) ha sugerido que la noción de li nz

    terapéutica

    originada en el seno del

    modelo

    psicoanalítico, resulta en la actuali-

    dad ampliamente

    generalizable a los

    otros

    modelos. En efecto, este

    autor defiende que el desarrollo de una adecuada alianza terapéutica

    es un factor de cambio esencial en todas las formas de' psicoterapia,

    aunque su naturaleza particular varíe según la modalidad de terapia.

    Un

    primer componente

    de esta alianza es el umculo establecido entre

    cliente y

    terapeuta,

    La

    calidad

    de este vínculo determina el tono

    emocional de la vivencia que el diente tiene del terapeuta, que

    influye en su colaboración en

    l

    proceso terapéutico. Pqr ejemplo. es

    muy distinto que el

    cliente sienta

    que

    el

    terapeuta

    d alguien con

    quien puede compartir

    todos sus problemas,

    que

    le apoya y

    que

    le va

    ayudar, a

    que

    sienta

    que

    es alguien

    que

    está juzgando su

    conduc-

    fa. ' I

    Un

    segundo componente

    es

    el

    grado de acuerdo en los objetivos

    de la teraf ia. Se rrara de si cliente y

    terapeuta

    orientan

    J sus

    esfuerzos

    en la mis a dirección. Al veces, el cliente presenta un sinrorna y esta

    más

    inrer ,sado en resolverlo

    que

    en entender sus

    orígenqs

    y causas. Si

    la meta del terapeuta

    es un análisis

    profundo del problema

    y sus

    orígenes, probablemente:la alianza terapéutica no seralrnuy buena.

    Igualmente,

    si el cliente esrá

    más preocupado por

    entender

    con

    pro-

    fundidad fu problema que por su resolución inrnediara.Íy el terapeu-

    ta insiste

    n

    modificar úhicarnenre el síntoma, la alianza no estará

    muy

    bien¡ establecida.

    Finaltenre, el tercer componente. propuesto

    por

    Bordin

    1979),

    es el acuer o en las tareas de la te rapia, es decir, en el acuerdo acerca de

    los medio que son adecuados para conseguir los objetivos propuestos.

    Ciertarnen¡te, si cliente y

    terapeuta

    concuerdan en

    que

    la finalidad de la

    terapia es resolver

    una

    depresión, pero el

    terapeuta

    cree

    que

    la forma

    de

    h e r l ~ l e s  

    explorando sus emociones

    yel

    cliente espera prescripcio-

    nes

    ditectls,

    la alianza terapéutica na será

    muy

    positiva.

  • 8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo I

    7/8

    11

    10 APROXIMACIONES A L

    PSICOTER PI

    La visión af:tual de esta cuestión es que los tres aspectos víncu lo

    acuerdo en losobjerivos

    y

    en las rareas no son independientes sino

    que se influyen rnuruamenre. Si

    el

    terapeuta concuerda con el cliente

    acerca de los fines

    de

    la

    psicoterapia

    y con los

    medios

    de alcanzados,

    es

    mucho más

    probable que sienta que, el terapeuta puede serie de

    ayuda

    y le

    comprende.

    ada su

    enorme importancia,

    los estudios

    empíricos

    en psicote-

    rapia han intentado

    investigar

    la relación terapéutica. Las preguntas

    esenciales han girado aquí en torno a saber cuáles son las condiciones

    esenciales paca promover

    una

    relación verdaderamente terapéutica y

    cuál es la

    importancia de

    la relación

    rerapéurica

    en el proceso

    de

    cambio (véase capítulo 4)l Por ahora, para resalrat la importancia de

    que la relación terapéurica sea positiva y respetuosa mencionaremos

    la conclusión de una conocida revisión

    de]

    estudios

    del proceso tera

    péutico

    en relación

    con

    los

    resultados de

    la

    terapia, de

    Orlinsky y

    Howard (1986), en la que indican que

    los

    estudios

    hechos

    hasta ahora

    sugieren

    que

    la

    cualidad

    positiva

    del vínculo

    relacional,

    ejemplificado

    en las

    conductas

    inrerperso-

    nales recíprocas de los parricipanres, está más claramente relacio-

    nado

    con la

    mejora del paciente que

    cualquiera

    de

    las técnicas

    de

    rrararnienro paniculares usadas por los terapeutas.

    Aunque

    no deja de resultar arriesgado presentar esta conclusión

    sm

    matizar su alcance sirve para ilustrar el carácter esencial de la

    relación rerapéurira en la práctica.

    1.5.

    El

    proceso

    terapéut ico

    Cuando

    hablamos

    de proceso terapéutico

    en

    sentido amplio,

    hacemos

    referencia

    al

    conjunto

    de

    procesos

    psicosociales

    que tienen

    lugar desde el inicio al fin de la psicoterapia. La

    concepción

    del

    proceso terapéutico

    depende,

    en gran

    medida,

    del modelo psicore

    rapéutico que

    se adopte.

    No obstante, existen algunos plantea-

    mientos que abarcan el

    proceso psicorerapéurico

    en general, es de-

    cir,

    independientemente

    de un

    modelo

    terapéutico especifico. Se

    trata

    de concepciones

    muy abstractas y generales de las fases

    del

    proceso rcrapéurico.

    l.

    (

    f

    ,

     

    '''

    jl. ¡

    :i ,.

    ¡

    l.

    .

    ¡ji

    :

    L APROXIMACION INICIAL

    Ya Rogers O 942) había propuesto un modelo general del pro-

    ceso

    terapéutico

    que constaba

    de

    tres etapas básicas: catarsis, insig Jt

    y acción. Carkhuff tomó este' mismo modelo como punto

    de

    partida,

    peto

    enfatizando

    el papel de la tercera fase más de lo que hizo

    Rogers,

    y

    sometiéndolo

    a investigación

    empírica

    (véase p.ej.,

    Cark-

    huff.

    1969; Truax

    y

    Carkhuff, 1967). Según

    esta

    propuesta

    el clien

    te sigue las siguientes fases en el proceso rerapéurico:

    a)

    exploración

    de la situación;

    b) comprensión de, la

    situación

    en relación COn los objetivos; y

    e) actuación para conseguir los objetivos.

    Carkhuff

    (969)

    apunta

    que

    la

    terapia

    centrada en el cliente

    tiene su foco de aplicación en la primera fase, el psicoanálisis

    en

    la

    segunda y la

    modificación de cond

    ucra en la tercera.

    Esta

    propuesta

    es

    interesante

    en la medida en que

    puede

    tomarse

    como un anrecedenre.de la problemática introducida por los intentos

    de integración de las psicoterapias. Pero resulta difícil pe?sar que un

    mismo

    terapeuta pueda pasar

    de

    un enfoque

    centrado  

    la persona

    a uno

    psicoanalítico.ty

    de ahí a la

    terapia

    de conducta.¡

    En la actualidad, existen varios modelos secuenciales del proceso

    terapéutico

    y a modo de ilustración

    expondremos el

    [modelo

    de

    Egan

    (1986),

    que resulta especialmente

    útil a la hora

    de

    ~ r j r  

    con

    problemas ajuste, de falta de

    habilidades

    o con casos eh los que el

    objetivo

    terapéutico

    puede opetacionalizarse c1aramente

    El

    modrlo de

    Egan

    (1986) constituye uno

    de los

    ma

    uales siste

    matizados r ás

    utilizados

    los EE. UU.

    para

    formar p, ofesionales

    de la asistencia psicológica;. Entre los aciertos del modelo figuran el

    recoger los

    daros

    más

    sobresalientes

    de

    la investigación

    psicorerapeu-

    tira,

    así

    to las

    aportaciones de

    la teoría de la influencia social

    (Srrong y

    lairbon,

    1982)y el esquema

    seguido

    en el esrudio de las

    habilidades de

    solución

    de problemas

    (D Zurilla

    y

    Goldfried,

    1971). El

    odelo

    concibe la

    ayuda

    psicológica

    como un

    proceso

    secuencial tres etapas cada una de l s cuales consta a su vez de

    tres pasos. lEn una representación esquemática. el modelo queda

    recogido e11a tabla 4.

    1

    . I

    I

  • 8/15/2019 Feixas y Miro-Capitulo I

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    APROXli\lAClONES

    A LA PSICOTERAPIA

    Tabla 4.

    Modelo de Eg m de las fases del

    jJnKeso IO apé1ltico

    (adaptado de

    Egan, 1 )86)

    Pase 1: i d e l l i t l C l ~ · i ó n   Yclarificación

    ue

    las situaciones problemáticas Yde

    las

    oportunidades

    no'

    utilizadas

    Primer paso l-A: ayudar a los clientes a contar su hisroria

    Sl'gundo paso l-B: cenrramicnro: la

    búsqueda

    de nivelación

    Tercer paso }-C: puntos ciegos y nuevas perspectivas

    esrablcc'unicnto de meras, y desarrollo y elección de escenarios

    Fase

    11:

    preferidos I

    Paso

    Il -

    A: ronscrucción de

    un ~ u e v o  

    escenario

    Paso I1-B: ev\lluación de las metas ele

    un

    nuevo escenario

    Paso Ir-e: elección y c o m p r o m ~ s o  

    Fase III: acción, avance hacia el: escenario preferido

    Paso III-A: descubrir

    estrategias

    de acción

    Paso 11I-B: elección de estrategias

    y

    desarrollo de un

    plan

    de ac

    ción

    Paso III-e:

    implantación

    de planes y logro de ruecas

    A partir de esta secuenciación de! proceso psicoterapéutico, Egan

    describe las

    habilidades

    que e!

    terapeuta debe

    utilizar en

    cada

    fase así

    como

    las

    habilidades

    que deben ser

    entrenadas

    en los clientes.

    Por

    ejemplo,

    en la

    primera

    fase, el rerapeura tiene

    que responder

    al

    c1ienre de

    modo que

    facilite la exploración de su problema. U na vez

    explorado el

    problema, el cliente

    debe comprender sus

    implicaciones

    hasta

    conseguir

    una

    valoración

    adecuada

    de su situación.

    Cuando

    esto se consigue, se

    pasa

    a planificar la acción, Esre

    esquema

    simple

    esrá pensado para compaginat dos estilos rerapéuricos, el directivo y

    el

    no direcrivo. El

    segundo,

    en general, resulta más útil en las fases

    explorarorias del problema, en las que

    el

    objetivo es revelar aquello

    que esrá oculto, para lo cual la habilidad empática del retape uta

    resulta apropiada. Sin embargo, a medida que e! proceso terapéutico

    avanza, el rerapeura necesita recurrir a habilidades de un nivel supe

    rior

    para

    facilitar la comprensión del problema en

    todas

    sus 'dimen

    siones

    y para

    planificar la acción. '

    El rerapeuta totalmente directivo iniciaría la rerapia en la Fase

    111. En cambio, el rerapeuta totalmenre no directivo terminaría la

    --_._-------

     

    LA

    APROXIMACiÓN INICIAL

    .B

    terapia al final de la Fase 1

    Q

    a comienzos de la Fase 11.

    Egan

    cree

    que

    ninguno

    de los dos aprovechan al máximo las posibilidades, de la

    psicoterapia. El

    terapeuta

    exclusivamente no directivo olvida los pro

    blemas suscitados por la acción y las dificultades del cliente a la hora

    de conocerse a sí

    mismo.

    El

    terapeuta

    totalmente directivo, aunque

    se

    preocupa

    de

    organizar

    la acción, olvida

    que, frecuentemente,

    ésta

    sólo es posible cuando se ha visto

    Sil

    necesidad y se han comprendido

    todas sus implicaciones,

    Por

    tanto, puede resultar

    adecuado adoptar

    una

    estrategia que comience por una actuación poco directiva enca

    minada a

    rransrnirir unas actitudes

    ptofundas de respeto y compren

    sión y, una vez establecidas las bases de

    una

    relación rerapéurica

    implicada, proceder

    a

    una

    acción

    cada

    vez más directiva.

    Pero

    esta estrategia no debe seguirse de

    una manera

    rígida. El

    modelo, que

    Egan propone

    no es

    un

    fin en sí

    mismo,

    sino

    una

    orientación

    que

    puede ayudar sobre todo

    a los

    terapeutas poco expe

    rirnenrados. La realidad es

    mucho más compleja

    y

    variada de

    lo

    que

    los

    esquemas

    conceptuales

    intentan

    reflejar, En el caso

    de

    la

    terapia,

    no todos los clientes aceptan el

    mismo

    tratamiento, ni

    problemas

    son unitarios, Por ejemplo, no siempre el conocimiento ebe antece

    der a la acción, Hay casos en los que el conocimiento se deriva de la

    acción: un .esrudianre que Se siente rech azado porque n tiene amis

    tades puede estar

    más dispuesto

    a

    explorar

    esta idea

    t

    sí mismo

    después d1 salir en compañía

    de

    otros a resultas de una indicación

    terapéuticí' En este caso,

    el

    conocimiento

    de

    sí mismo

    calnbia

    dialéc

    ticamenre

    Fon la acción, , I

    .

    Por o t ~ a   parte,

    la orga,nización

    de

    las

    etapas puede

    sifrir

    modifi

    ',caciones. P¡or

    ejemplo, cuando

    el

    clienre está

    planificando

    su acción

    ;:(Fase II)

    ~ u e d e   descubrir nuevos problemas que

    a n t ~ s   no

    había

    "'"r

    ,1:

    1

    i

    IV:

    ~ i I

    ,

    sospechadq. En este caso" el

    terapeuta deberá

    repetir el proceso de

    I

      ,

    ~ < e x p l o r a c i n c o m p r e n s i ó r ¡ r e s ? l u c i ó o »  con relación a

    I

    este

    nuevo

    problema,

    Iy esto

    puede

    repetirse muchas veces,

    , rampi 'O hay que

    seguir

    rígidamenre los

    marcos,

    temporales

    , , :señalados

    or

    las

    distintas

    etapas. Las

    primeras etapas

    se

    subordinan

    e,; al, fin

    com artamental

    y, por

    tanto,

    no deben

    prolongarse

    indefini

    iF:

    darnenre. más, puede haber

    ocasiones

    (por ejemplo, problemas

    "'.:",

    comporta

    e n t l e s   muy específicos) en las que la exploración y corn

    f,:':, prensión

    r

    quieren poca

    atención.

    ¡ 1, La es. ? c i f i c a ~ i ó n   del contrato t e r ~ p é u t i c o   es un aspect? esencial

    [,, e proces rerapeurico, que se siruana en la fase de arencron, pero a

    jI

    • ,1

    :.\'