Felipe Pardo y Aliaga. Poesías y escritos en prosa. París, 1869

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    1/572

    I

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    2/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    3/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    4/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    5/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    6/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    7/572

    POESASY

    ESCRITOS EN PROSA.

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    8/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    9/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    10/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    11/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    12/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    13/572

    30148P O E S A S

    E S C R I T O S E N P R O S AD E

    1:1DON FELIPE PARDOM I E M B R O C O R R E S P O N D I E N T E D E I. A R E A L A C A D E M I A E S P A O L A , Y H O N O R A R I O D E L A F A C U L T A D D E H U M A N I D A D E S

    D E L A U N IV E R S I D A D D E C H I L E .

    P A R SI M P R E N T A D E L O S C A M I N O S D E H I E R R O

    A . C H A I X E T C i eC A L L E B E R G R E , 2 0 , C E R C A D E L B O U L E Y A R D M ON T M A RT t t E

    1 8 6 9

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    14/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    15/572

    D E D I C A T O R I A .

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    16/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    17/572

    D E D I C A T O R I A .

    A M I H I J A F R A N C I S C A .

    Dudar , Paca, no puedo que penetrasQue con razn mi l ibro te consagro;Porque si sale al mundo de las letras,

    Tuyo ha sido el milagro.

    Desdeosa de goces mugerilesT , con ardor de varonil inglesa,Te embarcas, en la flor de tus abriles,

    En la mas ardua empresa :

    De enmaraado bosque en la espesura,Lanzaste audaz caza de mis versos,Cual las hojas de otoo -la ventura,

    Por treinta aos dispersos :Dispersos y o lvidados; pues me emplumen,Si pens alguna vez, ni por asomo,Con los fugaces frutos de mi numen

    Dar al pblico un tomo :Bal no queda, armario , ni repisa ,Escr i tor io , a lacena, ni escondri jo .Que escapar pueda, en la feroz pesquisa,

    A tu tesn prolijo.

    Qu hacer , s i de uno que otro raro amigo ,Que queda, a l decl inar de la existencia ,Me insta salir'de mi repuesto abrigo

    La amable impertinencia"?

    Qu hacer, si esas instancias v tiranosEl padre mas feliz de los mortalesLigarse con fervor, de tus hermanos

    Los afectos filiales ?

    Q u h a c e r ? . . . c e d p a r a n o a r m a r c a m o r r a :Las manos me lav como Pi lato :C o n s e n t e n se r a u t o r . . . . D io s m e s o co r r a !

    Y t pagaste el pato.

    T , . . . ,que en la edad r isuea de la vida,Gozaste en dar alivio mi dolencia,A mi debilidad sosten y egida,

    P a s t o m i i n te l ig e n c i a . . . .P a c a , natura e bella, -perch' -variaBrazo , escribir , leer, unturas, bernias,L a z a r i l l o , e n f e r m e r a , s e c r e t a r i a . . . .

    H i j a ! que tres prebendas IT euin i la rebusca te arrojaste,De polvo y telaraas te cubriste ,Como un gaan en el traj n sudaste;

    Pero por fin venciste.

    Semanas y semanas tic trabajo^Y el fruto de tu afn recibi el sello,Y lo reuniste todo en un legajo.

    A y m i s e r o ! q u e s e l l o ?

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    18/572

    V I H D E D I C A T O R I A

    Chusma de indesci frables borradores , que artista ratn orn la orilla,Y en que variadas, caprichosas flores,

    Dibuj la poli lla.En forma y en tamao di ferentes ,Dentro de libros viejos escondidos,De rimeros de cartas, de expedientes,

    Y de autos fenecidos.Piensas que ya acabaste? No por cierto :La compaginacin nos falta ahoraQue con igual pericia lleve cabo

    La recopi ladora.La aguja , y al tal ler . Otra vez suda, .Hi lvana desparcidos pensamientos ,Interpreta , adivina, aclara , anuda

    Dis locados fragmentos;

    Y prosiga el tropel de maravillas,Hasta tornar , por mgica victoria ,En stiras , comedias , y letr i l las ,

    La horrible pepitoria. Q u p a s m o ! . . . l a t o r n a s t e . . . . y t a l p u n t oHbi l l leg tu pertinacia ardiente ,

    Que hiciste facilsimo el trasuntoA cualquier escribiente.

    Hay mas (en recordarlo me recreo) :La antorcha iba encenderse de tu bodaMas las fest ivas pompas de Himeneo

    No te absorbieron toda;Que las nupciales galas no quisisteRetocar con maestras pinceladas ,Sino despus que en mis escritos diste

    L a s l t i m a s p l u m a d a s .

    Tuyos por tanto son : ciego, y tullido,Y del dolor atado la cadena, C m o e m p r e n d e r hubiera yo podido

    T a n m p r o b a f a e n a ?

    Cmo, s i sano, y ag, y con ojos ,Mi paciencia mi l veces agotada,Hubiera dado al traste en mis enojos

    La empresa endemoniada ?

    Penetren todos , pues , cual t penetrasQue con razn mi l ibro te consagro;Porque s i sale al mundo de las letras ,

    T u y o e s , P a c a , e l m i l a g r o .

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    19/572

    1P R L O G O .

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    20/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    21/572

    P R L O G O .

    Al ciarse luz reunidas en esta coleccin las obras de D. Felipe Pardo, es indispensable acompaarlas de algunos datos biogrficos histricos sobre el autor ysobre las circunstancias sociales y polticas del pas en que esas obras han sidoproducidas. Ms que frutos de una carrera literaria seguida en la tranquilidad y en-el retiro, nacidas la mayor parte de ellas en medio del oleage tempestuoso de lasluchas civiles, estn expuestas esas obras no ser bien comprendidas y quizs an ser mal apreciadas, si n por los lectores nacionales, por todos aquellos lectoresextraos nuestra historia contempornea, al espritu actual y las peculiarescondiciones de nuestras sociedades.

    Las sociedades americanas ocupadas exclusivamente del laborioso trabajo de suforma cin, ofrecen hoy el espectculo de un vasto terreno desigual y accidentado dondeyacen en confuso mon tn todos los materiales que han de servir la co nstruccin deun edificio magestuoso.

    La reunin armnica de esos materiales, la construccin d ese edificio, su organizacin poltica, en una p alabra , he all la gra n tarea que absorbe todas las fuerzas delos pueblos americanos; y como el ingenio humano obedece una tendencia anloga las necesidades de los tiempos, es de presumirse que mientras el edificio socialamericano no est bastante adelantado para necesitar los adornos de las artes, ni lospueblos estarn suficientemente preparados para acogerlas, ni los ingenios encontrarnestmulo para su cultivo.

    Por eso no tiene Amrica una literatura formada y propia, habiendo posedo yposeyendo talentos vigorosos y originales. Falta los ingenios americanos la quietudindispensable para el estudio, y la tranquilidad necesaria al desarrollo de trabajos de

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    22/572

    P R O L O G O

    largo aliento; fltales la atmsfera favorable en qu desarrollarse; fltales el pblicoque premie, siquiera con aplausos, el fruto de sus veladas; y no solamente carecennuestros ingenios de esas condiciones esenciales y cuya ausencia es causa bastante explicar el poco fruto que dan en nuestro suelo las artes liberales, sino queenvueltos en el torbellino del movim iento poltico que atrae y consume toda inteligencia que descue lla, se ven involunta riamen te separados del culto de su pred ilecciny arrastrados por la vorgine poltica.

    INi es de estraar la presencia de este fenmen o en Am rica en donde an esttodo por formarse desde la raza hasta las Instituciones y en don de, por consiguiente,las facultades deben ser absorbidas en prop orcin la m agn itud de la obra : esefenmeno lo encontramos en todas las edades y en todas las naciones en las pocasde sus crisis polticas. La atmsfera cargada de las tempestades que quizs fecundalas artes y las letras no les permite sin em barg o pro ducir su fruto sino cuand oapaciguad o el furor de los elementos se presenta en el horizonte el arco de la pa z.

    Por eso Grecia no vio formada su literatura hasta el siglo de Pericles, ni Ro masino en el de Augusto, como solo al disiparse las tinieblas de la Edad Media vio elReyna do de Len X aparecer la aurora del R enacim iento, como solo despus de lasguerras religiosas y de la lucha del feudalismo y del poder real esper nacer conLuis X IV la literatura france sa, como la castellana misma aguard para presentarsecon sus nuevas y robustas formas que el trabajo de ocho siglos diese un cuerpo la Nacin espaola.- D . F . Pardo no ha sido una excepcin la ley fatal que actualmente pesa sobre losingenios americanos. Dotado por la naturaleza de facultades poderosas y originales y porsu educacin de un gusto literario esquisito, bebido en las fuentes clsicas antiguas ymodernas, animado por una verdadera pasin por el cultivo de las letras y colocadopor las circunstancias en un terreno virgen y completamente adecuado la originalidadde su talento, las bellas letras americanas hubieran podido esperar de l mucho, silas necesidades de su poca no lo hubieran obligado sacrificar de preferencia alDios de la poltica. Tuvo que someterse la ley comn: mas por fortuna, encontren la ductibilidad de su talento medios de servir un tiempo dos am os exijentesy por lo general exclusivos; y acometi la empresa atrevida de emplear en la luchapoltica de todos los dias las armas temibles de la poesa satrica ligera y deconsagrar sus recursos literarios la reforma de las costumbres de su pas y al triunfode las opiniones que ha defendido.

    Tal es ei carcter y la tendencia de la mayo r parte de sus escrito s; y como esecarcter y esa tendencia no han sido resultado de un plan caprichoso y premeditado,sino fruto espontaneo v natura] del terreno que lo ha fecu nda do, la sociedad peruana

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    23/572

    P R L O G O X I I I

    ha prestado las obras de D . F. Pardo una a cogida entusiasta, que quizs no escomprendida por quien , como ella, no halle interpretados en esas obras sus sentimentos,sus necesidades, sus recuerdos y hasta sus pasiones.

    Aunque afiliado en uno de los bandos polticos que vienen luchando en Amricadesde la poca de nuestra indepe ndencia, D . F . Pardo es en sus escritos literariosintrprete fiel de la poca y d l a sociedad en que ha vivido ; por eso esa sociedad lo haescuchado con gusto (apesar de haberse encontrado censurada, veces con amarguraen esos escritos,) como la Italia de la Edad. Media escuch el Infierno de Dante, en quese encontraba retratada, como escuch el siglo de Luis .XIV los personages deMoliere poniendo en relieve el ridculo de la corte altiva y frivola del gran Rey , comoel siglo X IX en fin lia escuchado Bran ger, el poeta escptico, indiferente y analtico,ligero en apariencia, aunque profundo de pensamiento, fruto genuino de la filosofadel siglo XVIII y representante verdadero del espritu del presente.

    Aparte de las formas literarias, que son solo el ropage que los cubre, iodos estosingenios deben el favor de que han gozado haberse constituido en intrpretes de iasideas, de los sentimientos, y hasta de las preocupaciones de su poca, haber pensado, haber sentido, haberse apasionado como sus contemporneos y haberles ofrecidopor consiguiente en sus obras el espejo en que cada miem bro de la sociedad haencontrado reproducidas sus propias creencias.

    Sin que pretendamos establecer entre estas grandes constelaciones del firmamentoliterario y D . F . Pardo un parangn impertinente, juzgam os, como antes hemos dicho,que ha merecido la buena acogida que sus conte mp orn eos, le han dispensado, haberinterpretado tambin las tendencias de su poca; pues si le Roy iVYvetol debia ser lacancin de un pueblo agobiado por veinte aos de guerras y matanzas, la Conslilucionpoltica, el Per, la Epstola Delio son la espresion fiel de una sociedad que ansiaconstituirse pero no sabe cmo ; y que retarda su organizacin definitiva con las conv ulsiones producidas por el anhelo mismo de una constitucin ideal, que todos deseanvagamente, y que nadie sabe formular en trminos precisos.

    Hem os dicho antes que la tendencia y el carcter especial de las obras de D . F .Pardo no h an sido fruto de un plan pre conce bido, sino la resultante natural de lasfuerzas en jueg o en la sociedad en que ha vivido y que han dado movimiento susoriginales facultades. Por otra parte su nacim iento, su educa cin, los mundos diversosen que germin su talento y en que vino producirse el fruto, han influido tambin, vno po co, en el gnero y tendencia de sus escritos.

    D. Felipe Pardo y Aliaga naci en Lim a el 11 de junio de 1800 y fu hijo deD. Manuel Pardo, Regente de la Audiencia del Cuzco y mas tarde en Espaa Ministro delos Consejos Supremos de Guerra y Hacienda y del Tribunal Supremo de Justicia, y de

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    24/572

    X I V P R O L O G O

    Doa Mariana Aliaga, segunda hija de los Marqueses de la Fuente Her mo sa. Recibi desu padre, magistrado de intachable pureza y de carcter, aunque bondadoso, inflexible,las primeras nociones del deber que pocas veces se aprenden tarde y que rara vezse olvida n, cuando el consejo y el ejemplo de la familia las inocula desde tempranoen el corazn del nio.

    Las primeras escenas que presenciaron sus ojos y que impresionaron fuertemente sualma fueron las de la prolonga da y tormentosa lucha de la independencia de estecontinente : de ocho aos apenas acompa su padre al calabozo que fu arrojadopor ngulo y Pomacahua y casi presenci la salida al patbulo levantado por larevolucin de ese mism o hom bre que ofreca su cabeza al verdu go, a l propio tiempoque elevaba su voz al Soberano representando con franqueza y rectitud notables sobrelos verdaderos orgenes de la revolucin americana y de la imposibilidad de contenerlapor el simple empleo de la fuerza. (1) El Regen te Pardo escap al patbulo po r laintervencin del Obispo y del clero del Cuzco; y el ao de 1821 cuando la Jura de laIndependencia del Per anunci Espaa la prxima prdida de su ltimo baluarte enAm rica, abandon el Per y se traslad con su familia la Pennsula.

    Tuvo D. F. Pardo la buena suerte de ver confiada en ella la direccin de su juventud D . Alberto Lista y de recibir de tan ilustre maestro la educacin literaria y cientficaque ha dado Espaa hom bres em inentes en'todas las carreras, Molins, Espro nceda ,Vega, Ochoa, Pezuela, Concha, Gonzales Nandin y tantos otros, alumnos como l, delclebre colegio de S. Mateo y miem bros, la clausura de este cole gio, de la A cadem iadel Mirt o, organizada por Lista p ara com pletar con la prctica de la literatura por losjvenes alumnos la instruccin recibida por los nios en los cursos de S. Mate o. I ). F .Pardo fu elejido Secretario de esa Sociedad que presidia el maestro m ism o; y bien distantesdeban hallarse, por cierto, asi l como sus imberbes compa eros, de que cuarenta aos mastarde despus de una larga serie de vicisitudes que haban de constituir la vida de cada unode ellos, se veran todos reunidos otra vez en un recinto mas augusto, ocupando los sillonesde la Academia Espaola.

    Poco tiempo frecuent Pardo, sin embargo, la sociedad de sus mas tarde ilustrescompaeros. Su corazn de veinte aos bebia en los recuerdos de la niez el am or supas, que , joven como l, y como l lleno de esperanzas, se abria la vida , convidando cada hombre con la realizacin de sus sueos dorados entre las nieblas del porv eni r; yabandon por los terrenos volcnicos de Amrica sus relaciones, su familia y la arenatranquila de las luchas de la Sociedad del Mirto.

    Diez aos despus escribia Lista su disc pulo , recordan do aquella poca feliz, u nos(1) Mem oria secreta presentada al Rey de Espaa, D on Fernan do V II , por D. M. Pardo , Regente de la Audienc ia del

    C uzc o.

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    25/572

    P R O L O G O X V

    bellsimos cuartetos que van insertos a l fin de este dis cur so; y como si el anciano respetable quisiera guiar con su consejo por los caminos escabrosos del mundo polticoal discpulo querid o, quien habia conducido de la mano por los senderos floridosde la literatura, le enviaba desde el viejo mundo estas palabras que recordaran Ri oja , si no recordaran antes al autor de la Vida humana :

    No temas, mi Felipe, los furoresDel vulgo vi l , a lborotado y leve ,Si roto el freno, en trgicos horrores,La comn patr ia sepultar se atreve.Ni su ignorante aplauso te envanezca,Cuando mimosa la falaz fortuna,Fcil tus deseos aparezcaY te eleve hasta el cerco de la lunaQue el varn justo y grave, e l c iudadanoVeraz, que t iene la virtud por guia ,No al dogal se amedrenta del t i rano,Ni al aura popular su pecho fia.

    D . F. Pardo volvi pisar las playas de su patria en los primeros meses de1828, cuando en medio del jbilo por la reciente independencia, la batalla delPrtete y la revolucin del Jeneral Gamarra vinieron a brir ese luctuoso perodode infortunios, que el destino tenia deparado la Repblica naciente. El habiaparticipado del entusiasmo general que precedi esos acontecim ientos infaustosy sus primeras producciones poticas en el Per, fueron alusivas esas circunstancias y recitadas en el Teatro, profetizando la victoria y la dicha, bella esperanza que solo debia ser el preludio de mas amargos desenga os.

    D . F . Pardo consagr los primeros aos de su residencia en el Pe r, com pletar sus estudios forenses, que se consideraban .en ese tiempo como la basenecesaria de la carrera poltic a, pero la vez que prepa raba su incor pora cin alilustre Colegio de Ab oga dos , se iniciaba la vida pblica en la sociedad de D .Jos M aria de Pando y de D. Andrs M artnez, Ministros de Estad o y alma delGobierno de aquella poca, cuyo recuerdo ha conservado D. F. Pardo, siemprevivo, con la gratitud que mereca la afectuosa estimacin que les debi, y con elrespeto profundo que eran acreedores esos dos grandes caracteres.

    Comenzaban dibujarse, por,entonces, en la escena poltica esos dos partidos quela constitucin de las naciones modernas ha creado y que motivos menos elevados y

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    26/572

    X V I P R L O G O

    al parecer mas inmediatos, como los de pasiones y conveniencias personales ymuch as veces an accidentes- fortuitos, van agrupando y organizando para el desempeo del papel de cada un o; partidos que si en la nueva o rganizacin poltica delas naciones europeas h an podido denominarse propiamente de la accin y de laconservacin resistencia, no admiten los mismos calificativos en Am r ica , endonde, derrumb ado el edificio colo nial, no h abia nada que conservar si no era lareligin y el idioma y en donde todo partido que no fuese partido de accin, notenia razn de existencia.

    Otros eran, en ese entonces, los caracteres distintivos de los partidos llamados repartirse las dos grandes palancas que p roduce n la marcha prog resiva , perosegura , de las sociedades mode rnas : no era la resistencia la cons erva cin, elespritu verdadero de ninguno; ambos tendan la accin que exiga la reformadel Estado : la disidencia estaba en los med ios por que debiera alcanzarse la apetecida regenera cin; y mientras un partido pretendia lograrla , p oniendo en m anosde los colonos de la vspera, el uso de todos los derechos de un ciudadano dela g ran Rep blica , el opuesto se empeaba en conseguirla por medio del ejercicio de la autoridad consular que habia reorganizado la Fra ncia en seis m eses ; yambos han visto pronto derrumbados los edificios que han querido levantar, porque ambos faltaba la base sobre que pretendieran edificar : aquellos la delciudadano instruido, justo, independiente, fundamento de la Repblica; estosla de un cerebro Napolenico, condicin indispensable para el ejercicio del poderabsoluto en el mundo moderno; y como ni el uno ni el otro podan encontraren la m asa ignorante de la pob lacin, ni en las clases elevadas indolentes por laeducacin, y desmedradas por la gue rra, los elementos de una fuerza prop ia, unoy otro se echaron porfa en los brazos de la soldadesca y bu scaron la fuerzaque les faltaba en la espada de caudillos, mas atentos por lo comn, al triunfode su am bicin , que al de los principios de sus compaeros del mo me nto.Por esto hemos visto repetidas veces en Amrica los caudillos revolucionarioscambiando de opiniones polticas con el cambio de las circunstancias; y como elempleo de medios inmorales es un plano inclinado en el camino de la desmo ralizacin, hemos visto los partidos polticos mismos cambiar de lenguage y deban dera , hasta ser difcil distinguirlos con claridad en mu chas de nuestras crisispolticas.

    El partido que tenda la reforma por el principio de autoridad, y que, aunqueimpropiamente, ha sido llamado el partido conservador en el Per, tuvo su cunaen la tertulia de Pan do . Don Jos Maria de Pan do , D . Andrs Martnez, D . Manuel I. deVivan co, D. Pedro Antonio de Latorre, D. J . J . de Olm edo , D . J . J . de Mora,D . Manuel Urq uijo, D. Jos A . Rodulfo y varios otros forma ron, en esa tertulia, el

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    27/572

    P R L O G O X V I I

    primer nc leo. D. F. Pardo atrado ese crculo por relaciones de fam ilia, por lasideas europeas que en l dominaban y por el comercio literario, que all alternabacon las discusiones pol ticas, no tard *en profesar sobre la aplicacin de las cienciassociales al Per , teoras que se hallaban en conformidad con los principios que sueducacin escolar y domstica le haban inoculado, y que se conformaban tambin con losque por ese tiempo dominaban ya en el viejo m und o, alarmado por la amenaza de unareaccin demaggica; 1). F. Pardo ha profesado esos principios con la constancia deuna conviccin profunda; y en medio del variado tornasol que suele caracterizar los polticos de todos los pases, es digna de notarse la completa conformidad queexiste entre las ideas del joven redactor del Conciliador del ao 1830, y las vertidasen 1862 por el autor de la Constitucin poltica.

    Comenz su carrera pblica en 1830 en la Secretaria de la Legacin del Peren Bolivia; y antes de cumplir los 26 aos sirvi bajo las rdenes de D. A.Martnez la Oficiala Mayor del Ministerio de Hacienda. El desempeo de esos destinos,la redaccin de dos peridicos polticos el Mercurio peruano y el Conciliador y laprctica de la carrera forense, llenaron alternativamente el tiempo trascurrido hastael ao de 1835, no sin que el culto favorito de las letras amenizase el rido desempeode esas ocupaciones.

    Escribi en la poca que nos vamos refiriendo varias com posiciones de las quepodemos llamar de su primer gnero, pues en ellas se nota fresco todava el sello delrigorismo clsico, que fu el fundamento y el molde, por decirlo asi, de su educacinliteraria. La Oda D. J. J . de Olmedo, la Elejia la muerte de Joaquina, la Cantata la entrada del ao y las Stiras Salvagio y al Carnaval de Lima corresponden este per od o. Ellas revelan ms al discpulo de Lista y Herm osilla, que al poeta peruano ,ms el estudio de los grandes maestros, que el de las escenas originales del mundoam erica no; y no parecen sino frutos tardos del rbol trasplantado.

    Poco tardaron sin embargo en producirse los de la nueva savia. Sus comedias Frutosde la educacin, y D. Leocadio, crtica ambas de las costumbres de la poca, lo colocaronde golpe, en el terreno de la literatura americana. La aparicin de la primera, causun verdadero tumulto: aplaudida con frenes en su primera representacin, desat, enla segu nda, contra su autor, las iras *de un falso na cionalism o, es decir, que fuaplaudida por la primera impresin del sentimiento popular, y rechazada por el erradoraciocinio de las preocupaciones, prueba inequvoca de que el golpe esas preocupacioneshabia sido vigoroso y certero.

    Los Frutos de la educacin contienen un cuadro fiel de las costumbres de aquellapoca; y por exageradas que parezcan algunas de sus escenas los que solo conocenla sociedad peruana de 1865, se puede descubrir hoy mismo, que es ms de forma

    3

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    28/572

    x v n i P R L O G O

    que de esencia, el cambio qu ha operado en nuestra sociedad la frecuencia derelaciones con las naciones extranjeras. Si la franqueza algo grotesca del banquete delos' Frutos ha sido reemplazada por la compostura, no desprovista de afectacin delos usos mod ernos, el carcter de D . Feliciano ha perdido bien po co en el trascursode ste tercio de siglo ; y el tipo de la mug er de Lim a representado por D a Juanas encuentra tan vivo bajo el miriaque de . 1862 , com o bajo la saya y el mantode 1829.

    Los serios peligros que corri el autor la representacin d esta comedia, lpersuadieron de que aunque habia mucho que criticar en el estado de nuestras costumbres,era necesario dejar al tiempo el preparar, con la educa cin , las masas para recibircon algn poco mas de calma los consejos ce la crtic a; y su tercera comedia Unahurfana en Chorrillos, del mismo gnero aunque obra mas acabada que los Frutos dela educacin, qued sim plemente en borradores h asta el mo men to de la presentepublicacin.

    Tampoco le hubieran permitido los vaivenes de la poltica seguir produciendo parael teatro, aunque el estado social del Per hubiera hecho menos ingrata la tarea. Losaos trascurridos de 1832 1835 fueron tristemente fecundos en revueltas y la excitacinocasionada por ellas no era por cierto un estmulo para el arte dramtico. A sa pocacorresponden muchas de las poesas ligeras que contiene esta colecci n. Figuran entre ellasla Corrida de Toros, cuadro de costumbres tan fiel hoy, como entonces, una felizimitaci n de Branger en la letrilla k Mi levita y la letrilla el Ministro, nica de laspolticas escritas en esos aos que los escrpulos del autor ha permitido figurar en estapublicacin.

    El triunfo del Jeneral Salaverry en 1835 abri para Pardo un largo perodo de trabajo,de proscripcin y de infortunio, aunque iniciado con una posicin tanto mas elevaday honorfica, cuanto mas desusado era en ese tiempo ver jvenes de 29 aosdesempeando altas funciones. El'Jeneral Salaverry confi Pardo, pesar del sordomurmullo de una oposicin imprevisora y malvola, la segunda misin Cerca de laCorte de Espaa que se acredit por las recien emancipadas colonias; y solo treintaaos despus han podido apreciarse en su justo valor > todos los m ales que se hubieranevitad o, si el pensam iento de ese hom bre superior se hub iera realizado; Pero nuestronial espritu, el espritu de la discordia, lo tenia dispuesto de otro modo. De pasoan Pardo en Ch ile, cerca de cuyo Gobierno debia realizar otros encargos, Una facciiien el Per habia solicitado el auxilio de las armas bolivianas para derrocar el Gobiernodel Jeneral Salaverry; y un cadalso en que el Jeneral Salaverry y ocho de sus jvenescompaeros espiaron sus esfuerzos por la Independencia del Per, fu la ltima escenade ese drama luctuoso.

    Estrechamente ligado Pardo Salaverry por los dobles vnculos de la amistad y la

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    29/572

    P R L O G O X I X

    poltica y fuertemente excitado su amor patrio contra la faccin que habia puesto elpoder supremo del Per en manos de un jefe estrao, se propuso luchar , desde sudestierro, contra el aparente coloso que se levantaba en Amrica; y comenz enChile una verdadera cruzada a que consagr todas sus armas, y en que no omitiesfuerzo ni sacrificio.

    Gobernaba Chile la sazn b ajo el m odesto ttulo de Ministro del Interior D. DiegoPortales, cuyo nombre no agregamos expresamente epteto ning uno , porque todocalificativo es vano para quien sabe lo que ha sido; y seria necesario un libro enteropara dar conocer, quien lo igno re, al que fu el padre del orden y de la pro speridad de Chile. El carcter oficial de que fu investido Pardo Chile fu origen deuna sincera estimacin entre ambos funcionarios, que, cuando Pardo pas la vidaprivada por consecuencia de la caida del Gob ierno que representaba, se troc en unaamistad estrecha; y como causas pequeas suelen influir poderosamente en la suertede las naciones, esa amistad contribuy no poco la ruina de la Confederacin Per-Boliviana.

    Est tan enlazada la historia de D. F. Pardo en aquella poca con la de la Intervencin chilena en los negocios del Per, que se conoce en Amrica con el nombrede Ex pedicin Restauradora, que escribir detalladamente la primera, seria dar cuentaminuciosa de las causas, de los hechos y dlos resultados de aquella intervencin.De los muchos Peruanos que tuvieron en otros perodos de ella, parte muy prominen te,toc Pardo sin disputa, el primer papel en el trabajo primordial con que fu necesariopersuadir al gobierno chilena .'que interviniese en los asuntos de la nueva Confederacin, interesar al pueblo de Chile en la empresa aconsejada su Gobierno, y unavez obtenidos ambos resultados, preparar la opinin del Per que se trataba deextraviar por el poder confederal que viese en la intervencin de las armas chilenasla restauracin de su perdida.independencia.

    No omiti esfuerzo D. F. Pardo por lograr los resultados que se propona, ni pudoobtenerlos ms satisfactorios. Su amistad con Portales le proporcion la muy estrechaque lo lig con una gran parte de los hombres eminentes de Chile, encargados,entonces, de la direccin de sus destinos; y esas relaciones fueron el rgano dediscusin continua, que gan en breve la causa del Per, las opiniones particularesde aquellos funcionarios, opiniones que de hecho constituan la del Gobierno mismoque ellos formaban.

    Ms laboriosa y ms difcil tarea era dar la opinin de los pueblos de Chile y elPer un curso favorable los designios de los emigrados peruanos; y esa tarea fuconfiada la pluma de D. F. Pardo. El peridico El Intrprete, fundado susexpensas en Santiago y redactado por l solo, fu la palanca con que se puso en

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    30/572

    X X P R L O G O

    movimiento esa gran masa de fuerza irresistible en este siglo, ya se ejerza en elsentido del bien, ya en el del mal y que se llama opinin pblica.

    Recibida en su nacimiento con frialdad una publicacin exclusivamente dedicada discutir une cuestin extranjera, fu apoderndose, poco poc o, de sus lectores, yganando sus miras todos los crculos de Ch ile ; verdad es que pocas veces se ha puestoal servicio de una causa ms vigoroso empeo ni ms paciente consta ncia, ni recursosperiodsticos ms varia dos . Las consideraciones de una poltica elevad a, los preceptos delhonor n aciona l, los consejos de la conveniencia, alternaban en las columnas delIntrprete con los tiros] de la burla en letrillas polticas, que si la vigilancia delGobierno no permitan reimprimir en los peridicos de Lima, se repetan de memoria enJos crculos de Lima y de Santiago. Todas las armas fueron empleadas por Pardo en laempresa acometida, todas, excepto las vedadas contra el honor y la moral; y es unaobservacin que d conocer una faz de su carcter, la de que en medio de las pasionessobre-excitadas por la luch a, su plum a que se cebaba sin piedad en el ridculo de susenemigos polticos, se detuvo siempre en el dintel de la vida privada, lo que h a debidoalguna vez el poder estrechar despus de la lucha la mano de esos mismos enemigos.

    Solo dos composiciones de esa poca figuran en esta coleccin : la Escuadra bolivianay el Reformador y el Eco. Apesar de ser el ridculo y no la stira hiriente el tema detodas ellas, no ha consentido el autor ni en dar cabida aqu, ni an en conservar en suarchivo, ninguna de las otras.

    No se hicieron esperar los frutos de sus trabajos entusiastas. Las ideas emitidas por elIntrprete haban conquistado su lugar en la mente del Gobierno y del pueblo deChile : Pardo mismo habia sido llamado por Portales trabajar en el Ministerio enpreparar la expedicin militar, que en el mes de julio de 1837 sali de los puertos deChile, pesar de toda clase de contratiempos, entre los que figuraba, como el msimportante y doloroso, el infame asesinato cometido en la persona de Portales. D. F.Pardo acompa la expedicin y fu encargado en Arequipa por el Jeneral La Fuente ,proclamado Jefe Supremo del Per, del Ministerio general.Los Tratados de Paucarpata celebrados por el Jeneral Santa Cruz con el Jeneral en .lelede las fuerzas chilenas, vinieron defraudar las esperanzas de los autores de la expedicin,haciendo nulo el resultado de los esfuerzos y de los sacrificios de los emigradosperuanos y del Gobierno de Ch ile ; y en cumplimiento de las estipulaciones ele eseTrata do, se reembarcaron en Quilca la s fuerzas ch ilenas qu regresaron pacficamente los puertos que las haban visto salir en son de guerra, pocos meses antes.

    Pero si el mal xito de esta expedicin habia asegurado momentneamente el poder delJeneral Santa Cruz, hab ia herido tambin en lo mas hondo el amor propio del G obierno yde la Nacin chilena. Los Tratados de Paucarpata fueron desaprobados tan pronto como

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    31/572

    P R L O G O x x i

    conocidos en Santiago y organizada, sin dem ora, una segunda expedicin. Pardo represent,en ella , un papel menos principal que en la anterior, ya porque el impulso la empresa,que era la parte de ella que se le habia cometido, estaba dado, ya porque el mal xito dela primera expedicin habia hecho en la segunda, ms importantes los consejos de losmilitares, ya tambin porque el espritu de Portales no era el que dominaba en esta, ylas miras elevadas de ese hombre eran el gran elemento con que contaba Pardo parainiciar la regeneracin de su pa s, ya , en in, porque la retirada de Areq uipa 'ha ciarepresentar esta vez, quizs involuntaria, pero indudablemente, al honor militar chilenoun papel mucho ms importante que en la anterior entre las causas de la intervencin.

    Pardo acom pa, no obstante, sus compatriotas colaborado res, como l , enla obra de la emancipacin; pero los acontecimientos no tardaron en probarleque no se separaba esta vez lo bastante en la mente de los jefes chile nos , lacausa del Jene ral Santa Cruz, de la causa del Per .

    Desembarcada la expedicin en el puerto de Ancn, cinco leguas de Lima,se supo all que un partido nacion al, cuya cabeza se hallaba el Jeneral Orbegos o,habia desconocido la autoridad del Prote ctor ; y Pard o, animado solo por el puropatriotismo que lo habia guiado en toda su cruzada, juzg , como era naturaljuzg ar, que el papel del ejrcito chileno no era otro que el de aliado de esepartido que habia comenzado realizar en Lima el fin primordial de la expedicinrestauradora. Los jefes de las fuerzas, aconsejados por algunos peruanos que quizno distinguan con claridad los intereses de su pas de sus particulares interesespolticos, decidieron ahogar con la superioridad de las tropas chilenas la ma nifestacin extempornea de Lima : tan cierto es que el empleo de las armas extran jeras, siempre de man ejo difcil , es un recurso peligroso aun usado por los hom bresmas puros y con las intenciones mas santas. D . F. Pardo y con l ocho de losemigrad os peruanos declararon solemnem ente al Jeneral del ejrcito chileno que ellosno haban ido combatir la bandera del Pe r, y se retir al lugar de sudestierro, devorar en la amargura del desengao el fruto de sus trabajos decinco aos.

    Rara vez permiten las pasiones del momento comprender, y mucho menosapreciar una conducta aconsejada por los dictados abstractos del patriotismo del hon or. Sea que no quepan los sentimientos elevados en el corazn de lamayora de la humanidad, hiptesis desconsoladora, sea que un sentimiento dedesconfianza que la naturaleza, tal vez la experiencia, deposita en el alma delhombre, lo desvie de atribuir mviles honrosos la conducta de sus semejantes que una mezcla quiz de malevolencia amor propio lo incline instintivamente amenguar las causas ya que no puede rebajar los hechos, es lo cierto que lasociedad, cada vez que se v sorprendida p or acciones puras de patriotism o, de

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    32/572

    X X I I P R L O G O

    honor, de desprendimiento, les busca ansiosa causas secretas que acepta porinverosmiles que sean, antes que convenir en explicar esas acciones por 1 aintervencin de los sentimientos nobles que las han mo tivad o; y si estefenmeno de sicologa se agrega la circunstancia de que esas acciones elevadasno favorezcan sino seres abstractos y pe rjudiquen prcticamen te los intereses deotros hom bres, se comprender fcilmente la posicin anmala en que quedaronlos disidentes de la campaa restauradora.

    Mirados de reojo por sus antiguos compaeros que veian en su conducta, por lomen os, la reprob acin tcita de la prop ia, tuvieron que arrostrar los ataques noencubiertos de las tropas y del pueblo chileno, cuyo juicio los deberes Chile eranpreferentes los deberes al Per, sin que fuese posible explicarles que no eran Pardo ysus compaeros quienes haban faltado sus obligaciones hacia Ch ile en los compromisoscontraidos entre Peruanos y Chilenos para la empresa de la Restauracin. El mismopartido nacional de Lima, con cuyos caudillos no ligaban Pardo vnculos ningunos,aunque acoji con entusiasmo la noticia de su separacin, no se daba cuenta cabal deesa prescindencia en uno de los principales autores de la intervencin; y para queningun o de los bandos interesados en la contienda estimase en su justo valor la conductanoble de esos hombres, el Jeneral Santa Cruz mismo, que, sea dicho en honor, suyo,trataba de h acer olvidar las primeras escenas de su m and o, procurando ganar a su causalos hombres prominentes del Per, cualquiera que fuese su color poltico, crey que eraocasin de reiterar cerca de Pardo ofrecimientos anteriores de un puesto eminente enel Gobierno de la Confedera cin; com o si su separacin de una causa, en que hab iatrabajado sin descanso y su separacin en vsperas del triunfo y su separacin sin masmotivo que el de que el ejrcito chileno habia juzgado necesario para llegar al fin elpasar sobre la bandera del P er , no fuese una pru eba de las raices profundas que ha banechado los principios del honor nacional en el corazn de D. F. Pardo y una respuestaanticipada las proposiciones hoy quizs obligantes pero entonces injuriosas delGobierno de la Confederacin.

    Seis meses despus de estos acontecimientos el Ejrcito Restaurador, vencedor primeroen Guia de las tropas Peruanas, habia derrocado en Yungay el poder del Jeneral SantaCruz : un Gobierno nacional habia sido organizado en Lama la sombra de esasarmas; y D. F. Pardo que al saber estas noticias abandon Chile con toda su familiadespus de una proscripcin de cuatro aos encontr, su arribo al Callao por todarecompensa la orden de su destierro dictada por el nuevo Gob ierno : caso nad a extra o ,porque los partidos polticos no reconocen sino los servicios hechos sus propiosintereses, y los servicios prestados desinteresada y noblemente la nacin solo recibensu premio cuando el trascurso de los aos ha permitido la opinin limpiar el recuerdode esos servicios de las malas yerbas de la pasin y ofrecer en la estimacin generalel fallo de la justicia.

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    33/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    34/572

    X X I V P R L O G O

    cuyos ttulos eran la elevada inte ligenc ia, que es la palanca necesaria para el uso deesa autoridad, y el corazn recto que es su freno. La acogida instantnea, entusiastay unnime con que la nacin favoreci el grito de Arequipa manifestarn siempreque ella- particip tam bin de la f ardiente y del jbilo con que cant Pa rdo en sucomposicin la Lmpara el advenimiento al poder del joven jefe que era la personificacinde sus convicciones y de sus esperanzas.

    De corta duracin deban ser tambin esas ilusiones. Por hbiles y expertos quesean los artfices, mal se puede con manos humanas modelar en la materia ardientede nuestras sociedades en com bu sti n: una nueva erupcin del vo lcan revolucionariohizo desaparecer el Gobierno Directorial, como haban desaparecido todos los que leprecedieron, como las lavas del Vesuvio barren peridicamente las habitaciones risueasque la porfa del hombre vuelve levantar al dia siguiente de cada nueva erupcin.

    Pardo desempe en el Gobierno Directorial el Ministerio de Relaciones Exteriores.Enteramente consagrado las tareas de su nuevo cargo, solo aparecen de esa pocajen esta coleccin, dos documentos diplomticos, los nicos salidos de un Ministeriorevolucionario que por la elevacin de miras y la riqueza de doctrina que contienen,pueden leerse con algn inters, despojados del inters de actua lidad. E llos son :Una exposicin al Cuerpo Diplom tico sobre la expulsin del Ministro Residente deBolivia en el Per y un oficio la Corte Suprema de Justicia estableciendo reglasconforme al derecho de gentes sobre la inmun idad civil de los Ministros extran jeros.

    A la cada del Gobierno Directorial sigui para Pardo un nuevo destierro, agravadopor el despojo de su Magistratura en el Tribunal S uperior. Pens Pa rdo , esta vez, muyseriamente abando nar su patria y establecerse en C hile en dond e la frecuencia de suspersecuciones le haba proporcionado relaciones afectuosas y estimables entre las quecontaba la de D. A . Be llo, cuya sociedad reconoce Pardo deber mucho de su caudalliterario; dio principio en Valparaso su propsito, con el ejercicio de su professionforense b ajo auspicios h alage os que e l favor de que siempre goz en la" sociedad deChile hacia mas halageos todava.

    A la vez el gobierno del Jeneral Castilla levantado sobre los escombros del edificiodirectorial, buscaba en la concordia un remedio la actividad revolucionaria y en elempleo de los hom bres de todos los pa rtidos, una base mas an cha para su establecim iento; y pesar de los firmes propsitos de Pard o, lo comprom eti desempearla Legacin del Per en Chile con el carcter de Ministro Plenipotenciario, en poca enque la expedicin europea organizada por el Jeneral Flores contra los pases baadospor el mar Pacfico, hacia mas delicadas importantes que de ordinario, las funcionesdel Representante del Per en Santiago.

    Ao y medio despus, pas Pardo ocupar el Ministerio de Relaciones Exteriores delGobierno del Jeneral C astilla en momentos en que ese Gobierno combatido por todos los

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    35/572

    P R L O G O

    elementos revolucionarios combinados, amenazaba desplomarse. No fu la ltima de lascausas que conjuraron esa tempestad la firmeza y la abnegacin del Ministro queaconsej y comparti con el Presidente de la Repblica la poltica vigorosa que salv alGobierno del borde del abismo, y le permiti cumplir los primeros seis aos de paz nointerrumpida, desde la proclamacin de su independencia. La Memoria de 1849, insertaen esta coleccin, es un documento poltico de muy alto inters, no solo por que despusde reprimidos los conspiradores vino aq uietar, por mucho tiempo , los nimos alterados por la pasada tormenta, sino tambin por las profundas consideraciones quecontiene sobre nuestro estado social y los consejos saludables y . previsores queencierra. La Mem oria de 1 849, dirigida un Congreso y un pblico que simpatizabanmas con el espritu revolucionario que con el Gobierno, es una defensa atrevida delos principios polticos del Ministro y una prueba de la rectitud y de la independenciade su carcter.

    El Presidente, el Congreso y el pblico supieron apreciar el servicio hecho; y cuandosus padecimientos, que el tiempo y el trabajo recrudecan dia dia, lo obligaron abandonar el Ministerio de Relaciones Exteriores y la vida activa de la poltica, unavotacin casi unnim e del Cong reso lo restituy la Magistratura de que hab ia sidodespojado, y lo elev la dignidad de Vice-Presidente del Consejo de Es tad o; y laamistad del Presidente y la estimacin de sus conciudadanos acompaaron su retiro lavida privada.

    Desde esa poca D . F. Pardo no ha desempeado destino activo algu no , aunque fureelegido cuatro aos despus Consejero de Estado. Incapacitado de moverse y agoviadopor padecimientos crueles, busc en Europa el alivio de sus enfermedades, sin encontrarmas que un desengao que hacindose mas terrible por la prdida de la vista, hubierasido mas difcil de sobrellevar que los mism os sufrim ientos, si la Providen cia no h ubierapuesto en sus creencias religiosas un manantial de consuelo.

    Hijo suyo el que escribe esta memoria biogrfica, no es autoridad competentepara dar conocer en su carrera pblica y en su vida privada como funcionariopoltico, como Juez, como amigo y padre de familia, un hombre como D. FelipePardo, (pie en sus relaciones con sus hijos rene ios vnculos naturales los de laamistad mas ntima y cordial : pero si sus hijos son incompetentes para el caso,pueden hablar mas alto y mas imparcialmente que ellos, las constantes muestras deconsideracin y de respeto con que la Providencia ha querido que lo consuelen ensus padecimientos sus mas distinguidos com patriotas, lo mas escojido de la sociedadde Chile en donde ha residido en diferentes pocas, ya como Representante do supatria, ya como emigrado, y un sin nmero de personas notables de Amrica y deEuropa que han tenido ocasin de tratarlo.

    i

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    36/572

    X X V I P R L O G O

    Las dos composiciones que insertamos al fin, ademas de la de 1). Alberto Lista,dirigidas 1). F. Pardo por sus jvenes amigos i) . J . V . Camaclio y I) . J . A . Mrquezrevelan los sentimientos que inspiraba su carcter en la aurora y en el ocaso de suvida.Era muy natural que en las peculiares circunstancias en que sus enfermedadeshaban colocado Pa rdo , experimentasen sus producciones una m odificacin anlog a la que su carcter ha debido sufrir; y asi ha sucedido : quien lea sus ltimascomposiciones, que por un fenmeno raro son tambin las mas acabadas y las masvigorosa s, notar por s solo que la amargu ra y la tristeza ma l disfrazadas por lagracia de la expresin, van pregonando que esas composiciones han sido escritas ene! perodo del d eseng ao . Nuestros males -sociales, mu chos de los errores p olticoshoy en voga y ei contraste de ilusiones y teoras halageas con los tristes frutos(pie su prctica ha dado son el tpico de ellas, tpico bien natural en quien harecorrido nuestra historia rpida pero fecunda en enseanza, desde la poca en quecada partido presentaba en sus doctrinas la panacea de nuestros m al es , hasta lostiempos en que palpamos la realizacin aterradora, y empieza abandonarnos laesperanza.

    Desviados por la acritud de la censura n o han faltado numerosos Aristarcos queconfundiendo los errores que sacrificaban con la patria mism a, han llamado D .F. Pardo auli-palriola hijo desnaturalizado. Ningun a acusacin mas infundada : eilector menos profundo encontrar, sin trabajo, el mas puro amor su pas en el fondomismo de la irona y de la bmla con que el autor trata de ridiculizar las costumbresque afean la sociedad peruana los falsos principios (pie, su ju ici o, la destrozan.Nuestro' poeta y amigo i). J . \\ Camaclio lia formulado esta m isma opinin con suingnito donaire cuando ha dicho .en la composicin que hemos m encionado dirigida Pardo quien apellida el Miiton de la Sonrisa aludiendo sin duda ms que su genio, su desgracia.

    T no Horas, mas tu risaYa diciendo Ui quebranto,Que asoman golas de lian loAi travs de tu sonrisa.

    Cada in genio d sus frutos, como sus llores cada plan ta. La stira es el de lo sunos, como ia oda el de los otros y aunque aquellos escojan por sus vctimas loserrores perniciosos, y estos ensaizen los grandes hechos las grandes cualidades delos pueblos, la sociedad y las letras son deudoras ambos de su gratitud, aunqueios primeros suelen llevar la ventaja de que tambin les es deudora la moral.

    D . i\ P ardo lia censurado las costumbres los errores polticos que su ju icioeran dignos de .censura, pero pocas veces se ha encontrado la naturaleza am ericanapintada con mas vigor, ni entusiasmo que en la composicin El Per, y esa misma

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    37/572

    P R L O G O X X V! I

    composicin nos d una prueba del lugar preferente que el amor patrio ocupa ensu corazn, cuando del medio de la descripcin de nuestras riquezas abandonadasapostrofa la incleferencia y la apata en los siguientes verso s, que parecen unarespuesta anticipada sus detractores.

    A h ! cien hombres de noble sentimientoBastan de la Divina ProvidenciaLas miras l lenar . No mas que ciento .Donde estn? Los sumerge la indolenciaEn torpe sueo? Y ceden sin alientoEl campo la atrevida turbulencia? D. F. Pardo ha censurado la socieda d, errores de su tiemp o, pero jams se h a

    presentado la mnger americana ante su pluma, sin que su carcter le haya airancadodescripciones en tusiastas, en que brillan aun sobre el engaste de las costumbresaejas de los vicios de la educacin, esas cualidades de inteligencia y de coraznque hacen de ellas las primeras ma dres, las primeras esposas y las hijas mas afectuosasdel universo; y el desgraciado poeta ha tenido ocasin en su atormentada vejez derecibir de su esposa y de sus hijas la prueba del acierto de sus juicios crticos. Yqu hay ms digno de cantarse en Amrica que la naturaleza y 3a muger en quienesparece por la profusin de sus dotes que la Providencia hubiese encerrado la esperanzade nuestro porvenir?

    La Constitucin poltica leida en Madrid, en el crculo literario del Marqus de Molins,por Ve ga , por Pezuela, por Bretn y dems amigos de juventud de Par do , fu ocasinde su nombramiento de Miembro correspondiente de la Academia Espaola. No sehagan Vds. ilusin, le han oido decir sus amigos, al recibir ese ttulo tan inesperadocomo h onroso : yo no estoy la altura de la Academ ia E spaola : solo un espritu decmnaraderie ha podido hacerme entrar en ella.

    Hemos concluido nuestra tarea, instruyendo al lector de estos escritos de la trabajaday angustiosa vida del auto r. Una inteligencia eleva da, un corazn re cto, un carcter firmey una existencia martirizada por los padecimientos fsicos, sacudida y arrastrada por elvendabal de la revolucin, tal es su eplogo; como si la Providencia que ha queridoguiarla siempre por el sendero del deber que Lista trazaba su joven discpulo en 3aaurora de su carrera, se hubiera propuesto tambin cerrarla con los dos ltimos versosde la composicin del maestro de los (pie ha dicho muchas veces Pardo : esos son misverdaderos pergaminos :

    El valor y virlud de t se aprendaY la fortuna de olro mas felice. M . P A R D O .

    Lima, !) de ngoslo de 18f>.".

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    38/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    39/572

    A DON F E L I P E P AR DO.

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    40/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    41/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    42/572

    L E Y E N D OU N T O M O D E P O E S A S D E D . F E L I P E P A R D O Y A L I A G A .

    iMilton llor la salida

    De los padres del Edn,Que se quisieron tan bienQue al amor dieron la vida.

    En la triste oscuridadQue rodeaba su existenciaSu robusta inteligenciaVolaba la eternidad.

    T no lloras, mas tu risaV diciendo tu quebranto ,Y asoman gotas de llantoAl travs de tu sonrisa.

    Dando al pueblo sabio avisoRindote lloras, es cierto,Al ver trocado en desiertoEl peruano paraso.

    Y de la triste anarquaQue domina el patrio sueloDescorre contigo el veloLa mscara de Talia .

    Oye al proteta que avisaEl pueblo , y r indose v; A y ! m a a n a l l o ra r , Ol Milton de la sonrisa !

    Que agostamos en retooLa flor de mil primaverasPara llorar muy de verasLas hojas secas de otoo.

    I IMas quien me lanza le mia

    En estos serios asuntosA mi , que no calzo puntosCon tanta filosofa?

    Mas llano es decirte leCuando tus versos le ,Lo mucho que me re ,Y lo mucho que l lor .

    Que aquel sabroso aticismo,Y aquella facilidad,Y aquel decir la verdadSin necio culteranismo;

    Y aquel esti lo gallardoY esa custica expresin,Con un algo de BretnY con un mucho de Pardo,

    Ya no es cosa que se usa,Que en el dia al escribirNos sacan relucirCon cr inolina la musa.

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    43/572

    Y -en hinchados clausulnosEl poeta nos encajaVelis nolis la alza y bajaDe sus propias impresiones.

    Y es cosa ruin y villanaLlamar sin estro divinoAl pan pan y al vino vinoAsi la pata la l lana.

    Pero la razn tal vezMuy pronto se pueda dar;Es mucho cuento imitarDe Pardo la senci l lez .

    Y en otro estremo tocarPuede algn escr i trculo,Que por darla de sencilloTropiece con lo vulgar .

    Porque solo es dado al genioHallar siempre la verdadCon esa facilidadDe que habla Inarco Celenio .

    111

    J a u j a , Junio d e,1. V . C A M A C H I

    Tu inspiracin peregrinaQue no corrije contemplo,Porque contra el mal ejemploEs inti l la doctr ina.

    intil es que en tu EspejoReflejen males proli josPues dicen padres hijosLa fbula del cangrejo .

    Pero si no has de lograrlo,Y si no hemos de ser buenos,Te queda, poeta , a l menos ,El alto honor de intentarlo.

    Un pobre oscuro coplistaQue en este val le vejeta ,Te admira como poetaY te envidia como artista.

    Rinde admiracin al est o .Que es sol de tu oscuridad.Con la debida humildadDe discpulo maestro .

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    44/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    45/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    46/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    47/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    48/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    49/572

    P O E S A S V A R I A S .

    A L S E O R DO N J . J . D E O L M E D O .O D A .

    Cortante espada, que en feroz contiendaAbati vencedoraCabezas enemigas ,

    Y fu con sus reflejos tan tremendaCual la lumbre del rayo destructora :Yazga en quietud eterna sumerj ida;

    En negro orin el tiempoEnvolver su brillo deslumbrante

    Y su filo tajante ;H a s t a q u c a r c o m i d a ,Al impulso mas leve

    Verse en sucio polvo convertida.Al alazn brioso

    Que no temi erizadas bayonetasDe fuertes batal lones;

    Que por entre los fuegos discurra,Con vistosos arqueosLas manos levantando,

    Como pudiera en fiestas y torneos;Que gi l , veloz , impvido y fogoso ,Densas f i las rompa,Y hollaba con sus plantas ,

    Mil cuerpos de guerreros espirando; .Mralo en aquel prado,

    Desgreada la cr in, caido el cuel lo ,

    Por su ingra to jinete ya o lvidado. ~Su casco ayer el encrespado riscoY la spera montaa hera fuerte ,Y hoy pisa trabajoso, blanda tierra.

    F l a c o , d b i l , y m u s t i o ,Prximo ser despojo de la muerte ,

    Perdi su ardor natoP a r a l a c r u d a g u e r r a ,

    Y en la carrera el arrogante brio.Atleta corpulentoEn medio el ancho circo ,

    Sus colosales miembros ostentabaY su esbelta apostura;Y no bien entregabaCon soberbio ardimiento

    Y arrogante y gentil desenvolturaEl brazo la pelea;

    Cuando miraba al mpetu violento / sus pies abatidoAl mas f iero contrario ,

    En polvo , en sangre, y en sudor teido .Pero ah! ya el eco grato de la gloriaSu espr i tu apocado no enardece;No busca ya el laurel de la victoria;El ceo de un contraro lo estremece;

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    50/572

    P O E S A S V A R I A S

    la sangrienta lid el cuerpo niegaY al ocio muelle y femenil se entrega.

    Descuidado de t , raudo caminas igual destino , Olmedo.

    El fuego inspirador del sacro Apolo ,Que arrebata la mente las divinasMansiones del Olimpo, arde en tu alma.

    T conseguiste soloEntre los vates del Per la palma;

    Ya la suerte llorandoDe aquel precioso nio

    Que abri sus ojos la luz del dia,An atada la patr iaAl yugo de la negra t irana

    Ya celebrando en inflamado tonoEl venturoso instante

    En que, vencido el pabelln del trono,La patria ensea flame triunfante.

    Pero ay ! qu e sumerj idoEn ocio y en s i lencio ,No los labios desplegas ,Ni de tu acorde lira

    El eco resonante al a ire entregas ,Indcil tu albedrio

    Al elevado numen que te inspira .

    Tiempo ser, si su favor desdeas,Que irritado ese numen , niegue fri

    Su inspiracin al canto ,Y en heladas cenizas convertidaEl ascua engendradora de esa l lama

    Que el corazn te inf lama,No elevarse atrevidaTu voz sonora vuelvaEn sublimes canciones;Que verde musgo envuelva

    Las cuerdas de tu c tara , y no alcancesDe tu intil pulsar otra armona

    Que mal l igados sones .

    Y vers impasible que se acercaEse nesto da ,

    As tus compatriotas dolorosoComo t vergonzoso,

    En que perdido el sacro privi legio ,Que regiones mas altas te sublima,Entre el profano vulgo te confundas ? Tal vez, tu blando corazn heridoPor el punzante arpn dlos pesares ,

    No puede complacidoDarse dulces cantares ?

    Tal vez ausente de tu cara esposaY del nico fruto ,

    Que el cielo tus amores reservara,Ligada noche y diaA tan t iernos objetos ,Huye al poder del Dios tu fantasa?

    Ah ! no : b ien sabes , . inspirado vate ,Que cual suele apacible ventolina

    Disipar densa niebla ,Tal la inf luencia divina,

    De las musas , a l a lma pesarosaConsuela t ierna amigaCon habla car iosa,

    Y la amargura del dolor mitiga . Falta acaso tu l i ra , asunto dig no?

    No puedes dar leccionesDe paz y de grandeza este hemisfer io ,Elevados ejemplos presentado

    De otras libres naciones? No vs hondo venero de bellezaEn tre los fastos del antiguo im perio ? Maldecir en tremendas armonasNo te es dado, los crmenes atrocesDe los aciagos dias

    En que monstruos ferocesDeshonrando de Espaa el poder regioCon vil codicia y negro fanatismoCometieron el torpe sacr i legio ,De hacer correr la sangre dlos IncasMezclada con el agua de ! bautismo ?O bien; por qu las mieles desti lando

    De anjel ical dalzura,Que el Dios de la bondad puso en tu pecho,

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    51/572

    P O E S A S V A R I A S

    Por qu no ensalzas con acento blandoDe nuestros r icos campos la hermosura,

    Y en recompensa dignaDel afecto que de ellas merecieras,Por qu el gentil donaire y la ternuraNo celebras , cantor , de las hermosas

    Que habitan estas playas ,Y de las que se aduermen voluptuosas

    En las vastas praderas

    Con que d ufano tu pomposo GuayasOrla siemp re florida sus riberas ?Tan culpable inaccin destierra, vate: Al mgico poder de tu armonia ,Haz que mi pecho ufano se dilate :Canta : y el padre del Per, bondoso

    Al canto sonoroso ,Desde su solio diamantino ria :Canta; y mi numen inexperto guia .

    Lima, 1829.

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    52/572

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    53/572

    P O E S A S V A R I A S 7

    P a r t o , m i a m o r ! . . t u i m a g e nIdolatrada y bel la ,Llevo conmigo : en el laMil besos sellar :

    Y tu adorado nombreE n m e d i o m i s t o r m e n t o s ,Mezclado con lamentos ,Al aura entregare.

    T , b l a n d o a m o r , t u s a l a sAl cf iro confia:Lleva la amada miaMi postrimer adis.

    Y dile que en la ausenciaQue f iera nos divide,La sacra f no olvide Jurada por los dos.

    Gibraltar, 1827.

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    54/572

    8 P O E S A S V A R I A S

    LA COLUMNA DE VENDOMA.T U A D U C C I N D E V I C T O R H I T . O .

    O D A .

    V e n g a d o r m o n u m e n t o ! Indeleble trofeo que audaz lanzasTu gloria en espiral al firmamento,Desde la base inmoble en que te af ianzas! nicos restos hoy, nico indicio

    Que no fuera bastanteEl hado, sepultar del edificio

    Soberbio del Gigante! Despojos del Im perio lastime rosY de ncl i tos guerreros ,Cuyos nombres la fama voladoraLleva desde el ocaso hasta la aurora!Yo te amo; el extranjero con asombroTe mira, y con pavor , Tr iunfal escombro!Yo te amo, y esos hroes cincelados

    En t por la victoria;Y esos que custodindote agrupados

    Y e s , fantasmas de gloria !Al ver en tus relieves numerosos,'Grabados los guerreros animosos

    Que el mundo contrastaron,Y quienes el Danubio , e l P , y el RenoEn sus sangrientas ondas arrastraron.De orgullo el corazn se siente lleno. Oh de grandeza esplndido tesoro! Gigantesco ad alid , qu e te levantasHollando tu conquista con tus plantas!

    O h C o l u m n a ! Y o a d o r oEsos hermosos timbres que la fama

    Erige almas guerreras ,Tus lor igas , tus cascos , tus banderas .El gran Enrique, e l protector celoso

    De la patr ia ventura,Que eternizara en bronce la escultura;Y t Emblema preciosoDel i lustre valor de nuestros Cides!Juntos salvad, ministros de concordia ,k la nacin de la civil discordia,Sal iendo, uno de amor , otro de ira .S ignos eternamente duraderosDe nuestra dicha y honra, tutelares ,Enrique de las arcas populares ,T, de los arsenales extranjeros .

    Cuando la noche al desplegar su velo,"Alza la clara luna y presta al mundoEl esplendor del -estrellado cielo,Oh! Cuntas veces con dolor profundo tus pies complacme reverente

    En recorrer tu historiaCon inf lamada mente,Participar creyendo de tu glor ia ,Cual t mido aldeano

    En el r ico fest n de un soberano! O h ! Cun tas veces ver enrojecido O h C o l u m n a ! e n l a f r a g u a ,Tu enemigo metal me ha parecido!

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    55/572

    P O E S A S V A R I A S

    Y cuntas reanimand o tus guerrerosEl galope escuch de sus br idones ,Y el choque aterrador de sus aceros,Y el fiero batallar de tus legiones!Nunca los extranjerosA t sus ojos sin terror alzaron,

    Ni tu sombra buscaron,Ni con su marcha osaron altanerosTu base conmover, que cuando fieraLos condujo la suerte esta ribera,Nunca en ocioso alarde desplegaban

    Con alt iva arroganciaSus huestes, ante el bronce d mirabanEsculpidas las glor ias de la Francia .Mas qu! Con sordo ruidoS u e n a n t u s a r m a d u r a s ? A h ! Y o c r e oVer tus batallones esforzados,Del bronce trasportndose la tierraS i : y esos hroes rayos de la guerra,

    Ardorosos los veo,Retroceder del celestial camino,Y con noble entusiasmo dar al viento

    Los nombres de Dalmacia ,De Reggio , de Trevisa y de Trenlo .Y veo que tus gui las fur iosasDespertando del sueo en que vacian,

    Persiguen animosask esa guila bifronte cuyos ojos,

    la sombra avezados ,Se cierran su vista

    Cual del sol los rayos abrasados.M a s q u ! E n v i d i a d e R o m a , b ro n c e a u g u s t o !Se encienden tus legiones en coraje?

    Con vergonzoso ultrajeQuin atrevise injusto

    A despertar tus sombras inmortales?Quin) esas victoriosasgui las imperiales

    Que dormir tanto tiempo mir ociosasCon el rayo en sus garras apagado?. . . .

    Ah! . . . . lo s: e l extranjero ya ha o lvidadoQue la Francia grabara en su memoria ,Esas pginas que l con mano osada

    Rasgar quiere en la historiaQue con sangre escribiera nuestra espada..

    Cede al torpe deseoDe que sus golpes hagan

    Centellar tan magnifico trofeo?S , que ignora el cuitado

    Que ese bronce de rayos fabricadoDonde las glorias de la patria sellas,Relmpagos despide, no centel las .Fi ja en Napolen su torpe saa?Acaso de esos t imbres s ingulares ,Fruto de tanta y tan gloriosa hazaa,

    Disputar , su impudenciaPrete nde , . nuestros viejos militares

    La sacrosanta herencia?Dbiles son sus manos infantiles,Para tal carga: e l reino de Alejandro

    Y las armas de Aqui les ,Solo se distribuyen los hroes.

    Empero no: el Austr aco est contento ,Si esos preclaros nombres

    Solo su mengua dicen los hombres .El de su vencimientoNuestros ttulos forma,Y feudales seores

    Temiendo mas que i lustres vencedores ,Que pasmo fueron de apartadas zonas,Coronar nos permite nuestros hroesSi solo de laurel son las coronas. ( 4 )D i , bronce. Alguna vez quiz altanero

    Por solo una victoria,Clavar sus ojos pudo

    En tu esplendente lumbre expiatoria?De donde, pues , de donde,De qu hechos inmortales

    (1) Esta composicin fu escrita por Vctor Hugo con motivo de la cuestin agitada en 182(1 y 2" entre el Austria y laFranc ia, sobre la pretensin de la prim era, de que se aboliesen los ttulos de nobleza que instituan feudos en Alema nia.El Austria nicamente consenta en reconocer los ttulos que solo importaban el recuerdo de alguna victoria.

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    56/572

    JO P O E S A S V A R I A S

    Aud acia tal dentro del pecho esconde ? Pensar impunementeTocar esos aales?

    Cmo lee esas pginas triunfalesQue d esenvue lves eri el ter pu ro ?Escri to tan oscuro ,Tal vez su mente t mida h entienda. . . .

    Mas entenderlo aprenda,Al pi de las Pirmides , en Vi,En el viejo Kremlin, en )a morada

    Del Escorial sombro;Y la turba brillante y coronadaExplquelo , de prncipes que un dia ,

    De una t ienda empolvada,El imperial vestbulo .cubra.

    Qu piensa en su jactanciaEl extranjero que provoca Francia?Que alcanzar su voluntad proterva

    Humillar nuestra frente ,Cuando ayer fu la Europa nuestra s ierva?El destino , es verdad, nos fu inclemente;Mas apesar de su feroz embate,Marchar an podemos al combate;Que tal vez en la paz en que ha dormido,La garra del len ha renacido .

    En donde los derechos adquirieronDe arran car la corona nuestras gloras ?

    Los Borbones quis ieron,Hidalgos , adoptar nuestras victorias :De hostilidad ruin te defendieron,Y el celo que en pro tuya los empea, Permite que hoy tus guilas reposenBajo la sombra de la blanca ensea.

    Qu! Elctr ico volcan conmueve el 'globo?Y t iembla, nas al l del ocano,El suelo americano?Y r u j e n l a s T u r q i a s ?

    Y torna Grecia sus antiguos dias?Y en vano el reino portugus se agitaPor sacudir el yugo c!o Inglaterra?

    E n tanto ah ! fri espectador se irritaEl franco, de no ser el pueblo solo,Que haga su voz estrenlecer la tierra.

    En vano oh extranjeros!En su apacible cunaOciosa paz nos mece,

    nuestro instinto blico importuna : los gritos guerreros,Nuestro entusiasmo crece:Manejan nuestras manos ,

    Por nuestro mal al ocio condenadas,Liras en vez de espadas;

    Mas si del seno de la paz salimos,Tan bien como cantamos, combatimos .

    Mirad, mirad que la nacin glor iosaPasmo del s iglo y arbi tra del mundo,

    No en sueo tan profundoAdormida reposa

    Que un ultraje ensordezca.Tal vez su justa furiaLos partidos quebrantan:Mas oyendo una injuria ,

    Unidos los Franceses se levantanY n a d a l o s a r r e d r a :

    Las armas se revisten del guerrero;Y la Ven dea aguzar su acero ,

    De Waterloo en la piedra. Proscribs nuestros nom bres inm ortales?Queris que entre vosotros levantemos

    M o n u m e n t o s m a r c i a l e s ;Y los nombres dejando, que pregonaLa fama que los hroes galardona,Otros en vuestro suelo mendiguemos?. . . .

    En vuestro bronce impresosNo estn, para vivir eternamente?

    Romper el extranjero los blasonesQ u e i l u s t r a n l a F r a n c i a ? . . . .

    Y con martillo vil nuestros escudosPretender abollar en su arrogancia?N o , que para castigar ultraje tanto,

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    57/572

    P O E S A S V A R I A S ilDueos sois oh Fr anc eses !De la paz y la guerra,Como el Romano clebre

    Que conmoviendo su placer la tierra,Las l levaba en los pl iegues de su manto .Paso los arenales africanos

    Cdiz os d, s i os placeY al Asia , e l moscovita:

    vuestra vista , Ingleses y GermanosH u y e n e n m u c h e d u m b r e p a v o r o s a :S i vuestras trompas bl icas retumban,

    L a s t o r r e s s e d e r r u m b a n ;Y en sus marchas tr iunfales ,

    Saben vuestras banderas el caminoDe las mas apartadas capitales.

    Si con vuestro destinoLos suyos pesan las dems naciones

    Destronadas se r inden: es la glqr iaA vuestros hechos , pobre en galardones:Si en el Oriente el flgido lucero

    De la Francia aparece, su brillo todo astro se oscurece:Y si os movis, os sigue el mundo entero.

    Que os t ienda lazos Austr ia:Su soberbia corona

    Ya hollaron dos gigantes soberanos :La historia que pregonaDel tiempo los arcanos.Sobre la doble frente

    Del buitre audaz provocador de Galia,Doble baldn revela;

    Que all estamp el gran Cario su sandalia,Napolen su espuela .

    Y a no tenis esa gu ila que el sueloTeniblar hizo su vuelo :

    Empero , s i otro es ya vuestro estandarte ,Vigi lante custodia de los Galos

    El ave cara MarteDando al aire su voz despertadora,

    La t iniebla profunda,Trocar sbito puede, que os circunda,

    De Auster l i tz en. la aurora.

    Y puedo yo cal(ar? Yo qup embriagadoMi nombre en ptro tiempo

    Escuch al grito h

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    58/572

    J 2 P O E S A S V A R I A S

    A LA VIR G E N DE A TO C H A .V E N E R A D A E N L A C A P I L L A D E L A C A S A D E E X P S I T O S .

    Nace, y destino inclementeAl nio en el mundo deja ,Sin padre que lo proteja,S in madre que lo sustente .

    Del desvalido inocente,Al cielo l lega el c lamor ,Y le alivia en su dolorY enjuga su amargo l lantoY le cubre con su manto ,La Madre del Redentor .

    Hurfanos , s i os abandonaLa impiedad de los mortales,En los coros celestialesTenis br i l lante corona.

    Si en la tierra os aprisionaPasajera t irana ,Gloria y perenne alegraJunto al solio del EternoOs guarda con celo tiernoLa Inmaculada Mara .

    Qu importa que ardiente anh elo ,De u n a m a d r e m u n d a n a l ,No os d en vuestro acerbo malAmparo, a l ivio y consuelo ?

    Qu impo rta, si desde el cieloC a l m a v u e s t r a s a m a r g u r a s ,Y os br inda con las dulzurasDe amor , en dichas fecundo,La que al Salvador del mundoLlev en sus entraas puras?

    Inocentes , e levadVuestra oracin candorosa,A la virgen que amorosaAcoje vuestra horfandad.

    R o g a d p o r t o d o s , r o g a d ;Y que lleve al pecadorDe vuestro ruego el fervor,A la mansin donde bri l laLa pureza s in manci l laDe la Madre del Seor .

    Lima, 1856.

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    59/572

    P O E S A S V A R I A S 13

    A S A L V A G I O .S T I R A ( l ) .

    T que las cumbres de Helicn hermosas ,Anhelas por subir , Salvagio mi ,Y te pierdes en selvas espinosas;

    Rumia para seguir con doble br o ,El penoso trabajo que emprendiste ,Las amigables letras que te envi.

    S in duda que al pr incipio no supiste ,Sin estudiar, el modo de ser sabio, innumerables l ibros adquir iste .

    N o p r e s u m a s , a m i g o , q u e t e a g r a v i o :Todos lo ha n hecho as ; pero el modernoSistema, al punto te dir mi labio .

    Antes de todo, mand ars un cuernoA cuantos preceptistas malandrinesVomitaron las fur ias del Averno:

    Tambin ser forzoso que destinesPara los muladares y fogonesLos Terencios , Molieres , Moratines ,

    Los Rojas , los Moretos , Calderones ,Los Lpez, los Riojas , los Herreras ,Los Melendez, Quintanas y Leones;

    Ponte luego escribir lo que t quieras :Tal vez hacerte vate celebradoEn la elevada lrica prefieras.

    No formes plan, y ensarta de contadoDos estrofas, y cinco y veinte y ciento;Y en esti lo pedestre y arrastrado,

    En ronca voz y destemplado acento,S in magestad, s in raptos , ni armonia ,Necias figuras brotars sin cuento.

    Dices que no , Salvagio"? La maniaE n q u e ha s dado hace tiempo de gracioso,Tal vez te lleva al templo d e Talia ?

    Tampoco? El continente magestosoDe Melpomene acaso te convidaSu pu al sacro man ejar furioso ?

    (1) Recien llegados de Eur opa , en 1828, escribimos en el Mercurio yeruano, mi amigo D. Jos Antolin Rudolo y yo,varios juicios sobre las representaciones dramticas; juicios que levantaron, dentro y fuera de bastidores, una espantosa polvareda ; y que nos suscitaron rudos ataques en numerosos artculos publicados en el Telgrafo de Urna, que tomaronardorosamente la defensa de las piezas censuradas, y que no se contentaron con impugnarlos, sino que llegaron hasta desconocer nuestros ttulos de propiedad, & nuestros modestos ensayos, declarndonos p lagiarios de u n escritor d e E spa a,Cag igal , tan desconocido para nosotros, como sin dud a debia serlo para los que jam s pudieron citar de l, mas que elnombre. Un artculo que vo escrib, juzgando la Raquel tragedia muy conocida de Huerta, llev su colmo la indignacinde los abogados del Teatro, que, con mas ardor y menos cordura que nu nca , declamaron contra el atrevido censor deuna obra que ellos consideraban perfecta. He aqu lo q ue motiv la stira Salv agi o, cu yas alusiones no podran entenderse,sin la presente explica cin . Los pensam ientos q ue form an el proyecto de circular qu e figura en la stira, estn extractadosde los artculos del Telgrafo; y copiadas textualmente de ellos, las palabras y frases escritas en toda la stira en letrabastardilla.

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    60/572

    14 P O E S A S V A R I A S

    Haz que el prncipe diga su queridaQue sus ojuelos y melena blonda,Le tienen dado al diablo con su vida;

    Que se ponga madama muy oronda,Y, entre lamentos de dolor profundo,Otros tantos requiebros le responda.

    Acaba el pr imer acto . En el segundoEmpezar el monarca resfr iarse ,Y con su fri, estremecerse el mundo.

    Vuelva poco despus enamorarse,Y estar en el principio del tercero,Con un palmo de lengua por casarse.

    Suena el pito otra vez : un pueblo enteroSe enciende en rebelin contra la dama,Y la amenaza con la muerte, fiero.

    Que har el galn entonces quien l lama,Ya en tremendo motn la plebe airada,Ya el devorante amor en que se inf lama?

    Proteger , f ino , su Raquel amada?Ap acigua r la mult i tud fur iosa ?No : es muy sesudo el rey ; y abandonada

    Deja al peligro su israelita hermosa :Deja gritar la feroz gavilla,Y en el fuerte conflicto hace otra cosa,

    Mucho mas natural y mas sencilla ;i rse cazar . . . La turba de pedantes , Que atroz disparaten ! furiosa chilla.

    E h ! djala que c hi l l e : no te espantes ,E s licencia potica... q u e g r i t e ,Y que ronquen los otros circunstantes.

    Llamando su pichn, se desgaiteLa judia y perezca asesinada,Por otro que jugaba al escondite .

    Grues tambin y no respondes nada?Si quieres del Parnaso ir la cima,Di cual es el camino que te agrada?

    A h ! ya lo s: no gustas de la r ima;Y con chistosos dilogos pretendesEmbarrar el Telgrafo de Lima.

    Bravo , Salva gio! d igo que lo entiendes ,Y que de tu instruccin, y tu talento ,Es trabajo digns imo el que emprendes .

    Hora te gusta! saltas de contento!Pues para que hoy empieces tus labores ,Te dir dos palabras al intento.

    No te afanes , amigo , ni acalores ,Diversos caracteres inventando,Ni con varios matices los colores.

    Tres cuatro personas : Don Femando,Don Teodoro, Don Cosme, Canovita,De un mismo modo ofrecers hablando.

    Bueno ser tambin que se repitLa misma idea tres y cuatro veces ,Hasta que tengas una resma escr i ta ,

    Y s i tal vez al pblico adormeces;S i le haces apurar en tus renglonesLa copa del fastidio hasta las heces ;

    Si una porcin de sandios criticones,Contra t alzando la envidiosa frente,Trucidan sin piedad tus producciones ;

    Preprate en la lid entrar valiente,Y ci tando Rabies y Bracmanes ,Les pasars la circular s iguiente:

    Muchachos ! ignorantes ! charla tanes!Que de hacer plagios sois capaces solo,Y jalndoos ( i ) los cuel los , muy galanes .

    (]) Jalar. Corrupcin del verbo halar, que se usa por el vulgo como sinnimo de tirar.

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    61/572

    P O E S A S V A R I A S 13

    Las tertulias correr. Del sacro ApoloQueris el templo prqfanar osados,Y oiros celebrar de polo polo?

    Que fuera d e vosotros, de sdichado s,S i no hubiera en el mundo Cagigales ,Ni tuvierais volantes bien cortados? (1)

    Deslumhrad las gentes mazorrales .Mas no l leguis presumir que rabio ,Al mirar vuestras crticas bestiales.

    Yo rabiar , majaderos , cuando el labioDe todo el orbe me concede justo,La opinin de hbil, erudito y sabio!

    Hablis? me voy s in el menor disgustoDel auditorio una tertulia u n r a t o ,Y me pongo reir con. mucho gusto :

    O comienzo alentar Don Torcuato Para que quiera en poticos sermones Provocaros un duelo literato .

    H az por este tenor composicionesEn un lenguaje tan correcto y puro ,Lleno de tan urbanas expresiones .

    Escribe asi , Salvagio , y yo te juroQue de aqu un mes , s i imprimes destajo ,No ser ya tu nombre tan oscuro.

    Alabar S implicio tu trabajo ,Y dir que llegaste la eminenciak que no llegan muchos de ac abajo ;

    Que eres de los ingenios la excelencia,Y que es mucho consuelo ver lo que haces ,Estando tu Colegio en la indigencia.

    Oh ! nu nca , nu nca , ni l ni sus secuacesCon impiedad intentarn herirte ,En stiras groseras y mordaces :

    Muy al contrario : lejos de decirteQue eres un ignorante mozalvete ,Querr el laurel o l mpico ceirte ,Como l se puso el doctoral bonete.

    L ima, 1 8 2 8 .

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    62/572

    16 P O E S A S V A R I A S

    A R O S A .C O N M O T I VO D E U N A D E C L A R A C I N A M O R O S A , Q U E P O R B U R L A , H I Z O A N . E N U N A A N A C R E N T I C A .

    Rosa, del Dios vendado,Sintiendo los ardores ? Rosa, jurando amores ? Rosa, jurando f ? Rosa, su afecto expresaEn metro suave y bel lo ,Rendido ya su cuel lo , un cierto no s qu ?

    Como la vestiduraDe impenetrable acero ,Con que el feroz guerreroCubra el corazn,All cuando empeabaCruzados y soldanesEn blicos afanesE l m u r o d e S i o n ,

    Tal presentar te h visto. los dardos punzantesDe un enjambre de amantes ,I m p e n e t r a b l e a r n s ;Y libre enseorearteBlanco de mil deseos,Hollando los trofeosRendidos tus pies.

    De donde, pues , e l fuegoEn que noy se enciende tu alma ? Qu ! ya la antigua calmaTornse en frenes ? Los que de tantos noesSintieron los agravios,Ya escuchan de tus labios ,Un espontneo s ?

    Un s que vencer te haceEl vir j inal decoro ,Y del castalio coroTe eleva la mansin ?Un s que estro divino,Y aliento audaz te inspiraPara pulsar la liraDel dulce Anacren ?

    Y quien es el objetoDel ciego desvario? Quin del tenaz desvio,El tr iunfo consigui ? Ser quizs un retratoDe Adonis fabuloso ,Que con su rosto hermosoTu pecho cautiv?

    Ser, di , por venturaAlgn cisne canoroEse bel lo tesoro ,Que te hace tan feliz ? Es suyo el duro pechoQue te inf lama de amores ,Y ante cuyos rigoresDoblegas la cerviz ?

    Es de algn venturosoQue su precoz talentoCon el bello ornamentoDel saber ilustr ? Qu con ingenio y arteEntr en la selva oscura ;Y la senda segura,De tu amor encontr ?

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    63/572

    P O E S A S V A R I A S 17

    Y m u d a p e r m a n e c e s mis p r e g u n t a s , R o s a ?Y risa bulliciosaSolo te s inspirar ?B i e n , la r es pues t a evi t a :M a s mi r a z n la a l ca nz a :T u s b i t a m u d a n z a ,Y o la sabr explicar.

    S que de tus h a l a g o s ,Ment i do es el o b jet o :I g no r o si en secretoA r di endo vi vi r s ;S i en el fo ndo del p e c h oP o r cr udo da r do h er i do ,A l g n pr eci o s o ni doD e a m o r o cul t a r s .

    E m p e r o el que hoy tu m et r oE n c a n t a d o r e x p l i c a ,N o el labio lo pub l i caC o m o intrprete fiel.Tu i ng eni o es q ui en lo finje,G o z ndo s e ch a ncer o ,Cual colibr l igeroE n p l c i d o v e r g e l .

    Las sonorosas frasesQue expr es a n tus a r do r es ,El Dios de los a m o r esN o es q u i e n te las d i c t .F u S t i r o fes t i vo ,Que pa r a tus pl a cer es ,Del hijo de C i t er esL a s fo r m a s a do pt .

    Y ese q u i e n tu tesoroL l a m a s , y tus del i ci a s ,B i en as lo acariciasC o n ca r i o s o a f n,C ua l ni nfa que, b ur l a ndoLa turba de a m a d o r e s ,R es er va sus favoresP a r a el faldero can.

    Ay ! g u a r t e , g u a r t e , i n c a u t a ,Q u e , ent r e fes t i vo jueg o ,S u fo r m i da b l e fueg o ,T e h a g a el rapaz sentir !E s e r a pa z que Ma r t eL e n en lides fiero,S a b e en m a ns o co r der oA s t ut o co nver t i r .

    G ua r t e que el sacro ApoloS u c t a r a le c e d a ,Y fcil le c o n c e d a ,S u a s p e c t o r e m e d a r !C u a n d o el n u m e n e n t o n c e sE n t se h a l l e i nfl a m a do ,Sentirs arrastradoTu corazn a m a r .

    L a s que hoy por uno fueronC h a ncer a s fa l s eda des ,A m a r g a s r ea l i da desS e r n por o t r o , al fin ;Y amores sern soloL o s que tu c a n t o i m p u l s e n ,C u a n d o la l ira pulsenL o s dedo s de j a z m n .

    Ah ! R o s a ! presto l legueE l ventiiKOso i ns t a nt eE n que un feliz amanteTe l o g r e ca ut i va r !Y en que, ya fatigadaDe estriles victorias,D e a m o r las dul ces g l o r i a sE m p i e z e s g u s t a r .

    E l i nt er s no creasQ u e m u e v e el labio mi,P u e s ni tu a m o r a ns i o ,Ni t em o tu d e s d n :Que vi vo co m pl a ci doAl lado de mi bella :L a a do r o y m i r o en ellaMi s g l o r a s y mi b i e n .

    L i m a , 1831.

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    64/572

    18 P O E S A S V A R I A S

    LA ENTRADA DEL AO.C A N T A T A .

    A L A S H E R M O S A S D E L I M A .

    Mi r a d a l l de E ur o p a en l a s r eg i o nes ,C ua n s a udo s e o s t ent a el viejo E ne r oD e es ca r ch a y s eca r a m a co r o na do ,

    Por fieros aquilones,E n s u ca r r o de nub es a r r a s t r a do .

    G u a nl o en s u s ender o ,L a s h o r a s de l a no ch e t eneb r o s a s ;Y a l r ech i na r h o r r endo de s us r ueda s ,R es po nden t em pes t a des h o r r o r o s a s .

    Mi ent r a en l a dul ce L i m aG a l n h er m o s o l o - co nduce n l eda s ,L a s j u g u e t o n a s N y a d e s d e l R i m a .L a s a co m pa a el cfir o s u a v e;

    Y ya de l a m a s b el l aE n el neva do s eno se a do r m ece;

    Ya en s us pur pr eo s l a b i o s ,Os a do el b es o s el l a ;Ya travieso le agitaE l ca b el l o co po s o ,Que contraste vistoso los ojos ofrece,

    C o n l o s b l a nco s ja z m i nes q ue l o a do r na n.

    Cie el ao nacienteD e f l o r i da s g ui r na l da s s u a nch a fr ent e;

    Y la tersa frescuraY el rosado color de su mejil la,De los frutos retratan la hermosuraC o n q ue P o m o na en nues t r o s h uer t o s b r i l l a .

    H i j a s d e L i m a h e r n i o s a s !A g o z a r o s co nvi daL a a ur o r a de l a vi da ,Que ent r e cel a jes fl g i do sE m p i e z a a m a n e c e r .La estacin suspiradaVed l l eg a r pl a cent er a s ,Que pi nt a l i s o njer a s ,A v u e s t r a m e n t e , i m g e n e sD e a m o r y de pl a cer .

    A m a d, g o z a d l o s r pi do s i ns t a nt es ,E n q u e o s s o n r e j u v e n t u d d i c h o s a . . . .Ma s a y! t r a s es t e E ner o q ue o s h a l a g a ,Ot r o E ner o vendr , y o t r o s E ner o s :D e l a t a r da vejez l a nub e a ci a g aC ub r i r l a s m eji l l a s r o z a g a nt es ;Y cua l s uel en r el m pa g o s vel o cesQue a t r a vi es a n l a a t m s fer a des h o r aY ent r e l a neg r a o s cur i da d s e pi er den,H ech i z o s pa s a r n, a m o r y g o ces .

    Y h a b r el o l vi doD e s epul t a rL o s dul ces r a s g o sD e l a b e l d a d ;Que da r a l h o m b r eGrato solazS a b e y l a s a l m a sA va s a l l a r ?

  • 7/30/2019 Felipe Pardo y Aliaga. Poesas y escritos en prosa. Pars, 1869.

    65/572

    P O E S A S V A R I A S 19

    A y ! s i vo s l o q uer i s , vue s t r a b el l ez aE t e r n a m e n t e g u a r d a r l a f a m a .No de un a m o r vul g a r l a db i l l l a m aOs arda el corazn. No la riquezaOs ca ut i ve de a va r o m er ca da nt e,Que encuent r a m a s del ei t e en q ue s u na o

    Vent ur o s a r et o r neA l s eg ur o C a l l a o ,

    Que en l a t i er na s o nr i s a de s u a m a nt e.

    Ta m po co o s ena m o r enB r i l l a nt es a r m a dur a s y pena ch o s ,Que solamente la beldad se abate

    E l a l m a del g uer r er o ,H a s t a q ue s uene l a h o r a del co m b a t e;Y en tanto que l entre las armas fiero

    B us ca m uer t e g l o r i o s a ,E n l g r i m a s a c e r b a s

    Se inunda el rostro de su triste esposa.

    l m u e r e : e r g u i d a a s o m a ,E nt r e l a dens a ni eb l a de l o s t i em po s ,S u f r e n t e l a u r e a d a ;A dm i r a l o s fut ur o s ; m i ent r a s el l aCede al rigor de su infeliz estrella,Y per ece a fl i g i da i g no r a da .

    A m a d l o s p o e t a s ;Y la posteridad vuestros encantosQue encendi er o n a m o r co r r es po ndi do ,Mi r a r , vencedo r es del o l vi do ,Eternizados en sonoros cantosPor el vate feliz que os mereciera.Y l a s h er m o s a s q ue del P l eja no

    H a b i t a