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,/ CUANDO LA FLECHA ESTA EN EL ARCO, TIENE QUE PARTIR' 1 . Cuando hable aqui de "sfntesis de 1a fatalldad" debe entenderse sin- tests en la acepclon que se aplico en su dla al designer la operacion empfriea llamada "slntesis de la urea", Hasta entonces, al pa ecer. se habra supuesto -y qulza hasta negado dogmaticamente por algu- nos 0 , en cambro. simplemente dudado 0temido por los mas pru- dent s- que l as sustancias quimi- cas llamadas "organicas", por en- contrarse solo en seres vivos, si bien eran susceptibles al andlisis- esto es. a su descomposicion en eomponentes simples-. no 10 eran. en cambio a la operacion inverse. a la Ilamada sintesis -esto es. a su recornposlclon a partir de esos mismos cornponent es individua- dos y reconocidos mediante el anallsis-. La experiencia hasta en- tonees a1eanzada hacfa temer que si bien Dios 0 L a Naturaleza habi- an concedido a los hombres el doble poder de haeer y deshaeer en el lnerte mundo de las mate- rias inor ganr cas 0mineraies. por el contra rio pareeian haberse re- servado para sf solos el sumo p n - vilegio de construir las sustancias de la vida. Al hombre del labora- torte Ie era ciertamente dado des- eomponer estas sustancias en sus ingredientes minerales. pera Ie era negado reconstituirlas. La sin- tesis de la urea. primera recompo- sicion artificial de una sustancia organica. fue la senal de que el la- boratorio habra logrado rabar a Dios 0 a La Naturaleza tambien este ultimo poder. Poder que. te- nido hasta entonees por divino. a muchos asusto ver puesto ahora 2 RAFAEL SANCHEZ FERLOSIO en las manos de los hombres, y de modo notorio a Mary Shelley. que. con su obra "EI doctor Fran- kenstein 0el Prometeo moderno. no solo expreso su susto sino que. de paso. invento un genero literario destinado a a lc an z ar ulte- r io rmen te el mayor pr edi came nt o: la cten cia-fl ccion . 2 . Vulgarmente s olemos llamar "fata- lidad" a la categaria de aquello que pretendid ame nte sobreviene at margen y a de sp echo de toda intervencion de voluntad humana. T al contraposiclon a la voluntad del hombre queda express en el hecho de que Ia fatalidad sea re- putada por algunos -y no importa en que grado d e p er so ni fi cac lon 0 alegorta- como "voluntad del cielo". 10 que . consig uiente rne nte . les lleva a escudrifiar su signo en las estrellas. Iustarnente por tan enfatizada inmunidad frente a cualquier posible intervencion hu- mana, 1 0 mas que han pretendido nunea los astrologos es que. me- diante el analisis de esta 0aquella configura cion astrologica dada. 0 sea, a traves de la descornposi- cion en relaciones simples -y de un valor ya prefilado- de una com- binaclon astral compleja. puede llegar a leerse la signlficacion pre- monitoria de ta l co nj unto astrolo- gico determinado y conocer el de sti ne fa tal qu e pr efi gu ra. La que iamas han pretendido lo astrolo- • Conferencla letda en a 5" S em an a d e e ti cc + y f il os o fi a p o li tt ca e n e l I ns ti tu t o d e f i· lo sofia del CSIC. e l 25 de marla de 1 988 . gos es que la fatalidad -para ellos. como vengo diciendo. cognosci- ble mediante el analisis de la com- posicion estelar en que se anun- cia- p ued a ta rnb ien f ab ri ca rs e a voluntad, sea. por sintesis. 1 0 que irnplicarta un poder equiva- lente a la facultad de distribuir y disponer sobre la superfieie ne- griazul del firmamento. como quien hace crueecitas de tiza en la pi zarra total mente vacra. aquf un planeta. allf otro en coniuncion con el. alia un tercero- en oposi- cion con el segundo. y asf sucesi- vamente hasta eompletar la confi- guraclon astral correspondiente a tal 0 cual destine elegido a su al- bedrio y con arreglo a l os d es eos del diente. A ningun astrologo se Ie ha pasado nunca por las mien- tes pretension tan contraria a la In- dole misma de 1 0 que tiene por obieto propio de su ciencia: la fa- talidad. La nocion de esta se ha definido siempre justamente par c ont ra pos ic io n a l al be dr fo. 10 que. del modo mas directo. irnpllca la negacion de cualquier posibi idad de construccion sintetica. vinien- do asr a oeupar la fatalidad. en esa especie de ciencia del aconte- cer de la que la astrologfa preten- de formar parte. un lugar homolo- go al que hasta la sfntesis de la urea hablan ocupado las sustan- etas organicas en la ciencia de la naturaleza. 3 . L a frase que he puesto por titulo de estes papeles, "Cuando la fle- cha esta en el arco. tiene que par- tir', no es solo un enuneiado del tema .. sino el tema mismo. Es un CLAVES

Ferlosio Cuando la flecha está en el arco, tiene que partir

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8/7/2019 Ferlosio Cuando la flecha está en el arco, tiene que partir

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,/

C U A N D O L A F L E C H A E S T A

E N E L A R C O , T I E N E Q U EP A R T I R '

1 .Cuando hable aqui de "sfntesis de

1a fatalldad" debe entenderse sin-

tests en la acepclon que se aplico

en su dla al designer la operacion

empfriea llamada "slntesis de la

urea", Hasta entonces, al parecer.

se habra supuesto -y qulza hasta

negado dogmaticamente por algu-

nos 0, en cambro. simplemente

dudado 0temido por los mas pru-

dentes- que las sustancias quimi-

cas llamadas "organicas", por en-

contrarse solo en seres vivos, si

bien eran susceptibles al andlisis-

esto es. a su descomposicion en

eomponentes simples-. no 10 eran.

en cambio a la operacion inverse.

a la Ilamada sintesis -esto es. a su

recornposlclon a partir de esos

mismos cornponentes individua-

dos y reconocidos mediante el

anallsis-. La experiencia hasta en-

tonees a1eanzada hacfa temer que

si bien Dios 0 La Naturaleza habi-

an concedido a los hombres el

doble poder de haeer y deshaeer

en el lnerte mundo de las mate-

rias inorganrcas 0mineraies. por

el contra rio pareeian haberse re-servado para sf solos el sumo p n-vilegio de construir las sustancias

de la vida. Al hombre del labora-

torte Ie era ciertamente dado des-

eomponer estas sustancias en sus

ingredientes minerales. pera Ie

era negado reconstituirlas. La sin-

tesis de la urea. primera recompo-

sicion artificial de una sustancia

organica. fue la senal de que el la-

boratorio habra logrado rabar a

Dios 0 a La Naturaleza tambien

este ultimo poder. Poder que. te-

nido hasta entonees por divino. amuchos asusto ver puesto ahora

2

R A F A E L S A N C H E Z F E R L O S IO

en las manos de los hombres, y

de modo notorio a Mary Shelley.

que. con su obra "EI doctor Fran-

kenstein 0el Prometeo moderno.

no solo expreso su susto sino

que. de paso. invento un genero

literario destinado a a lc an z ar u lte -riormente el mayor predicamento:

la ctencia-flccion.

2 .Vulgarmente solemos llamar "fata-

lidad" a la categaria de aquello

que pretendidamente sobrevieneat margen y a despecho de toda

intervencion de voluntad humana.

Tal contraposiclon a la voluntad

del hombre queda express en el

hecho de que Ia fatalidad sea re-

putada por algunos -y no importa

en que grado de personificaclon 0

alegorta- como "voluntad del

cielo". 10 que. consiguienternente.

les lleva a escudrifiar su signo en

las estrellas. Iustarnente por tan

enfatizada inmunidad frente a

cualquier posible intervencion hu-

mana, 10 mas que han pretendido

nunea los astrologos es que. me-

diante el analisis de esta 0aquellaconfigura cion astrologica dada. 0

sea, a traves de la descornposi-

cion en relaciones simples -y de

un valor ya prefilado- de una com-

binaclon astral compleja. puede

llegar a leerse la signlficacion pre-

monitoria de ta l conjunto astrolo-

gico determinado y conocer el

destine fatal que prefigura. La que

iamas han pretendido los astrolo-

• Conferencla letda en la 5" Semana de

e ti cc+ y f il os o fi a p o li tt ca en el Instituto de fi·

losofia del CSIC.e l 25 de marla de 1988.

gos es que la fatalidad -para ellos.

como vengo diciendo. cognosci-

ble mediante el analisis de la com-

posicion estelar en que se anun-

cia- pueda tarnbien fabricarse a

voluntad, 0 sea. por sintesis. 10

que irnplicarta un poder equiva-

lente a la facultad de distribuir y

disponer sobre la superfieie ne-

griazul del firmamento. como

quien hace crueecitas de tiza en la

pizarra total mente vacra. aquf un

planeta. allf otro en coniuncion

con el. alia un tercero- en oposi-

cion con el segundo. y asf sucesi-

vamente hasta eompletar la confi-

guraclon astral correspondiente a

tal 0 cual destine elegido a su al-

bedrio y con arreglo a los deseosdel diente. A ningun astrologo se

Ie ha pasado nunca por las mien-

tes pretension tan contraria a la In-

dole misma de 10 que tiene por

obieto propio de su ciencia: la fa-

talidad. La nocion de esta se ha

definido siempre justamente par

contraposicion al albedrfo. 10 que.

del modo mas directo. irnpllca la

negacion de cualquier posibilidad

de construccion sintetica. vinien-

do asr a oeupar la fatalidad. enesa especie de ciencia del aconte-

cer de la que la astrologfa preten-

de formar parte. un lugar homolo-

go al que hasta la sfntesis de la

urea hablan ocupado las sustan-

etas organicas en la ciencia de la

naturaleza.

3 .La frase que he puesto por titulo

de estes papeles, "Cuando la fle-

cha esta en el arco. tiene que par-

tir', no es solo un enuneiado deltema .. sino el tema mismo. Es un

CLAVES

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refran chino que lIeg6 a mi cone-

cirniento hace bastantes afios por

una recopilaci6n paremiol6gica

barata que compte en un quiosco

de peri6dicos. Al punto, por arbi-

trio. par ley 0 par azar de reso-

naneias. se me antolo como unareplica de la maxima latina "S i uis

pacem para bellum" (cuya nece-

dad. por cierto. no ha tenido em-pacho en consagrar hasta unamarca de pistolas: las tristemente

famosas Parabellum), contrapo-

niendo a tan univoca tosquedad

la sabia circunspecci6n de quien

acierta a decir y ensenar mucho

mas precisarnente aconsejando

menos. Ya el paso arras que com-porta pasar, frente a la maxima la-

tina. de la segunda persona a la

tercera y del imperativo al indica-

tivo. renuncia a la forma expresa

del conseio. ya que 1 0 propio de

este es dictar directamente la con-

ducta util para un designio dado.

Pero veremos como entre las di-reeciones de sentido del refran

del arco queda implfeitamente en-

vuelto no s610 un consejo. sino

hasta un imperative.

4 .Pero suprima facies, su presenta-

cion explfcita. es una descripcion

de la condicion que afecta a las

cosas nombradas en el trance

expuesto; en efecto. "tener que

partir" es lacondicion que afecta a

la flecha "cuando esta en eJarco",

La direeci6n descriptiva es la di-

recci6n de senti do formalmente

explfcita. di recta, del refran, Dire

par adelantado que las otras dos

direcciones de sentido. esta vez

implicitas e indirectas, que rnl ana-

Iisis va a considerar son la norma-tiva y la admonitoria. La descrip-

ci6n nos dice que el arquero que

tiende el area transfiere a este y

aeumula en ella fuerza de sus bra-

zos.Tensadoe! arco. la fuerza que

dara impulso a [aflecha hadejado

de estar en los brazos del arquero

y esta ya en el arco mismo. La

fuerza se ha separado del cuerpo

del sujeto y se ha obietivado en su

lnstrurnento. No importa ahara la

peculiar naturaleza de las protesis

y los instrumentos ni segun que

supuestos puede ser legitimo ailegitimo inc1uirlosen el sujeto hu-

CLAVES

mano a excluirlos de el. que en

principia ambas cosas pueden ser

plausibles. Mas, si 1afuerza de los

brazos del arquero ha sido trans-

mitida al arco tenso y ha pasado.en verdad, a ser fuerza del arco.

ya no podemos negarle algtln sen-

tide valido a quien ose decir que

tarnbien la voluntad que ha regido

el movimiento de los brazos quehan tensado el area ha pasado a

ser. en la forma que fuere. volun -

tad del arco. Una voluntad que se

revuelve, urgiendo y aprerniando,

contra el propio sujeto que 1aha

emancipado y generado. que nopor estar sujeta es menos vol un-

tad, como no por estar sometida

aI freno y a la brida del jinete deja-

ra de serlo la del caballo anstosode correr. Voluntad que el arquero

ha de sentir tal vez a traves de la

pluma de la f1echaque cosquillea

los dedos con los que todavia la

retiene. cual si les susur rase : "De-

[adrne ya partir". As! pues. ya la

mera descripcion. que se limita a

afirmar ese apremiante "tiene quepartir", nos hace parar mientes en

el heche de que el arquero que

tiende el arco bien podria ser con-

cebido, en cuanto tal sujeto, no

s610 como fuerza que embarga

fuerza. sino tarnbien como volun-

tad que delega voluntad y libertad

que enajena libertad.

3

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GUANDO LA FLECHA ESTA EN EL ARGO

5 .A t mismo trance de fuerza ernbar-

gada. voluntad delegada y liber-

tad enajenada rernlte. aun mas di-

rectamente. el refran castellano.

no menos descriptive. que rezacomo sigue: "Puestos a renir, el

cuchillo es el que rnanda'. La dife-

rencia ret6ricamente relevante.

frente a la impasibilidad del re fran

chino. esta en el erudo cheque de

[untar un predicado tan humane

como "rnandar" con un sujeto ina-

nimado como "el cuchillo". Pero

de ningun modo creo que el refra-

nero quiera aquf divertirse a nues-

tra costa inventando truculencias

para amedrentamos: si la figura

del cuchillo que manda hace vio-lencia -corno, por definicion. toda

metafora- a los usos reconocidos

como proplos y eongruentes del

acervo es para dar expresion a

una experiencia que violenta en

medida semejante los supuestos y

las expectatlvas en cuya constan-

cia queremos y creemos poder

descuidadamente confiar. La que

tan agresivamente resulta puesto

en entredicho par la experiencia

que el refran sefiala no es, obvia-

mente, sino la confiada presun-

cion de que el sujeto humano es -aI menos en los termlnos y dentra

de los ltrnites que la cotidianidad

reputa suficientes-, como suele

decirse, "duefio de sf mlsmo.

"dueno de sus actos". El refran re-

mite. pues, a la larga experiencia

de los casas en que los hombres

se han vista de pronto frente a

una tragedia que nadie prevefa ni

deseaba y que. una vez sobreve-

nida, se les impone can los ras-

gos propios de cualquier fatali-

dad, pero que elias sienten dife-

rente de las fatalidades que l1egan

c1aramentedesde fuera. como los

rayos que les caen del cielo. La

tragedia del refran es una fatali-

dad que ellos han vista originarse

en sus propias voluntades. que

han tenido a han cretdo tener

entre sus manes. pero en la que

las arrnas. puestas por gestoras

de su asunto y su querella. al

arrebatarles, como sacandoselo

de entre los dedos. el dominio de

los hechos, se han arrogado el

poder de decidir par ell as el tra-gico final.

4

6 .Yahe dicho que entiendo par "fa-

talidad sintetica" esta clase de "fa-

tal tdades" en las que. por haber

intervenido de uno u otro modo la

subjetividad hurnana. el caracterfatal aparece a posteriori comoproducido de artificio. Par muy en

entredicho que podamos poner la

presuncion cotidiana de que el

hombre es. como suele decirse.

..duefio de sf rnismo". por mucho

que los supuestos tacitarnente vi-

gentes en tome a l a lb ed rio rn ere z-

can toda la desconfianza y el des-

credito que pueda acarrearles su

concomitancia can una tradici6n

puesta al servicio de las necesida-

des de legitimaci6n de las institu-ciones de justicia - un a lb edr io . partanto, que, supeditado a la fun-

cion de sustentar la plausible apa-

riencia de un castigo ajustado a la

medida del culpable. en realidad

permite inventar culpables capa-

ces de ajustarse a la medida del

castigo-, par grande. en fin. que,

sabre esta cuestion del albedrio.

haya podido hacerse. al cabo de

tantas y tantas desazones. el al-

cance de nuestras vacilaciones y

rese rvas . me cuesta, sin embargo.

imaginar a alguien realmente dis-puesto a entregar el ultimo bas-

tion de resistencia frente a un de-

terminismo tan desesperado que

haga tabula rasa de cualquier di-

ferencia capaz de hallar mas moti-

va de queja a de protesta ante fa-

talidades en que el suieto huma-

no ha jugado algun papel. que

ante Jasque. como el terremoto

de Lisboa de 1750, hicteron. en

carnbio. sentir contraria al buen

sentido una actitud distlnta de laresignacion,

7 .EI refran del cuchillo nos previene

contra la particular capacidad de

las armas para erigirse en fautoras

de las fatalidades que llama aquf

"sinteticas". pero de paso nos

!leva de la mana a la reflexion ge-

neral sabre como los instrumen-

tos no s610potencian y especiali-

zan las acciones de los hombres,

sino que tambien pueden desviar-

las de sus propios designios. abien condieionarlas y hasta conn-

gurarlas de muy diversas formas.

Yendome ahora a otro extrema

muy remota de esta misma rela-

cion general entre los hombres y

sus instrumentos. me importa se-

nalar c6mo la historia misma de

las invendones parece que recha-zana una representaci6n unidirec-donal. en la que el instrurnento in-

ventado se limitase a servir pasi-

varnente a la estrieta intencion de

su inventor. sino que mas bien

abundan los datos que hacen

rnucho mas verosfmilla imagen de

un movimiento de vaiven, en la

que el instrurnento -natural mente.

en muy diverso grade segon que

mstrumento- revela, puesto al usa.

virtualidades imprevistas que ex-

ceden las funciones asignadas parel inventor, reactuando sobre este.

como si solicitase su inventiva con

la sugerencia de una nueva aplica-

cion. Por 1 0 dernas , nada tiene de

nuevo esta manera de represen-

tarse la historia de las invenciones

-quiero decir como un proceso de

tnteraccton entre el inventor y 10

inventado-, sino que es la mas co-

rnunmente aceptada. La que ya

no es tan cornun es la considera-

cion complernentaria de que el re-

flejo del instrumento sobre la in-

ventiva del usuario no tiene porque ser siempre unfvocamente

alumbrador de posibilidades nue-

vas, sino que a menudo puede

estar aeompafiado por un efectocondicionante en sentido restrlcti-

va. Por ilustrarlo'con el que es tra-

dicionalmente usado como arque-

tipo de todos los inventos. el

torno de alfarero. nadie duda del

impulse enorme con que su inven-

ci6n pudo reactivar la inventiva de

los alfareros. pero basta can repa-

rar en el muestrario que la historia

mundial de la ceramics nos puede

presenter para advertir en que ex-

trema medida la'ceramica de revo-

lucian hecha posible par el torno

privilegi6 las formas de seccion

circular, unicas accesibles al em-

pleo del torno. La absoluta impo-

sibilidad de averiguar el significa-

do y el valor que esto haya podi-

do tener para la historia de la ce-

rarnica nos impide tambien saber

hasta que punta el eiernplo es va-

lida como tal ejernplo. pero me

basta can que se 1 0 de par buenoen cuanto simple llustracion del

CLAVES

8/7/2019 Ferlosio Cuando la flecha está en el arco, tiene que partir

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modo en que estimo que los in"

ventos no tienen siernpre par que

abrir un abanico incondicionado

de posibilidades. sino que tam-bien pueden sercornprometedo-

res para el inventor. en el sentido

de comportar un condlcionamlen-

to restrictivo .. Y ahora ya puede

verse como este rodeo par la his"

toria de los inventos ha sido urdi-

do ad hoc: se trataba de prospec-

tar la posibilidad de apJicar el re -

fran del cuchillo a la historta

misma de las armas y correlative-

mente a la de los antagonisrnos

humanos. Ese cuchillo que de

pronto manda. en la rifra lnterin-dividual y tabemaria del refran. y

suplanta a los hombres en el do-

minio de los hechos, hasta ilevar-

los a una fatalidad que nadie pre-

vela nl deseaba. queda propues-

to aqul por paradigma de todas

las armas. panoplias y arsenaJes

que los hombres han inventado.

fabricado y ernpleado como ins-

trumentos de sus antagonismos.

8 .La hip6tesis sena: par 1 0 tanto. la

de que la relacion tanto sincroruca

como diacronka entre las armas y

los antagonisrnos a los que sirven

de instrumento puede considerar-

se sometida a un proceso de inte-

raccion analogo al que he supues-

to entre los fines iniciales del arte-

sana y el reflejo de sus propios in"

ventos. Pero aceptar que los anta-

gonisrnos humanos puedan verse

condicionados 0 alterados por la

interferencia de repercusiones

emitidas desde las armas en sf

mismas es nada menos que reco-

nccer la poslbllldad de un ingre-

diente exogeno y. por tanto. gra-

tuito respecto de cualquier rnoti-

vacion posible del antagonisrno.

1 0 que pondria inmediatamente

en entredicho la presuncion de

una iniclativa totalmente engen-

drada y configurada en el sene

del sujeto. Pero Homero ya dijo:

"E l hierro por sf solo atrae al horn-

bre". Ya habra podido advertirse

claramente cual es la teoria mas

direetamente afectada por tal su -

posicion: la que hallo su expre-

sian mas celebre. mas inequfvoca

y a la vez mas pedestre en el pan-fleto -integrado. par cierto. en el

CLAVES

corpus escriturario canonico de la

ortodoxia t ra d ic io nal ma r xi s ta - in-

titulado "Antiduhring", debido.

como es notorio. a la pluma deEngels. Pero la facil hazana de de-

sacreditar un texto tan vulnerable

no puede hacerse pasar por la

confutaclon definitiva de una tea-

rla que padrfa h al la r d ef en se en

una argurnentacion mucho mas in"

teligente y mas circunstanciada. Si

recurro. por tanto. al "Antiduh-

ring' es porque me permite sefia-

lar el punto de lncldencia en que

la aceptacion de un factor de gra-

tuidad como ingrediente del anta-gonismo pone en cuestion la con-

cepcion general -e n modo alguno

exclusiva de Engels" que da por

descontada la racionalidad sub le -

tiva de la guerra. ya que va a ser

echando a renlr directamente al

"Ant iduhr ing" con la "Teor la de la

dase ociosa", de Thomste in Ve"

bIen como voy a intentar que el

publico yea sal tar las chispas que

denuncian eJ conflicto.

9 .Engels necesitaba que la guerra y

las relaciones de dominacion no

contuviesen factores de irraciona-

lidad total mente irreductibles al

cuadra general de una teoria fun-

dada en el supuesto de una rado-nalidad economica que no podia

permitir cosa aJguna de que ella

fuese incapaz de dar explicacio-

nes. y 1 0 que torpemente preten-dio en el •Antiduhring" fue 1 0 que

ya muchos h ab ta n h ech e antes y

aOn otros m uchos habrlan de

hacer despues: racionalizar la gue-

rra y la dorrunacion. pero en el

sentido psicoanalftico. 0sea. frau"

dulento. de la palabra "racionali-

zar". En nombre del autor, pi do

disculpas por 10 burdo de la

prosa. pero ahora no tengo mas

remedio que citar del "Antiduh-

ring". en donde dice asf: "EI eiern-

plo pueril inventado expresarnen-

te PO I el senor Duhring para pro-

bar que la violencia es el factor

'historlcamente fundamental' de"

muestra en realidad que la violen-

cia no es mas que e l medio y que

el fin es. en cambio. el proveeho

econornico. Y del mismo modo

que el fin es 'mas fundamental"que los medios utiJizados para 1 0 - II

8/7/2019 Ferlosio Cuando la flecha está en el arco, tiene que partir

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CUANDO LA FLECHA ESTA EN EL ARCO

grarlo. en la historia esmas funda-

mental el aspecto econornico de

las relaciones que et politico

(h asta a cu i Engels), Pero el esqui-

nado Veblen no acerto aver por

parte algona un mundo tan sensa-

to como el que, sin mirar. por

pura exigencia teorica. dio POI' su-

puesto el autor del "Antiduhring",

La motrvacion emulative y la fun-

cion ostentatoria que Veblen sena-

io en la adquisicion y la posesion

de la riqueza rernitian a algo in-

trtnsecarnente generadoen eJpro-

pia eiercicio del antagonismo: el

trofeo. La historia de la riqueza se

manifesto en gran medida como

la historia del trofeo. No hace ob-[ecion a esto el heche de que Ve-

blen se centre en el luio. puesdonde quiera que se haya rebasa-

do la economia de consumo y seh aya e st ab le ci do ia de mereado ~

con 1 0 que podemos remontarnos

hasta los sumerlos-. el Iuio no

puede considerarse. en modo al-

guno. como "el chocolate del

lora', esto es, un item marginal

en el resto de Ia economIa. y aun

su influencia ha podido ser la do-minante, pues sin necesidad de

que, en cifras absolutas, tuviese

un valor preponderante en el total

de los trances. el pequefio paque-te de acetones que el control de la

purpura representaba fue decisive

en la economfa del Mediterraneo

y permitio a los fenicios cinco si-

glos de hegemonfa mercantil, Fue.

pues. fundamentalmente el papel

de "cornadrona" de las sucesivas

prefieces de la racionalidad eco-

nomica que habra sido asignado ala violencia en el mundo bien ere-

ado de Engels y de Marx el que

se via puesto en entredicho por la

irreductible y autoctona gratuidadque el trofeo presentaba en reIa-

cion con semejante cuadro. Pues

el caracter de trofeo. que !a verti-

ginosa rotacion de la violencia

habia dejado escapar por la tan-

gente. sustrayendolo a cualquierposible intento de reconduccion

al contexte de la racionalidad eco-

norntca. es. sin embargo, una con-

notacion prehistor icarnente impli-

cada en la concepcion misma del

valor y una dimension fundamen-

tal de su actuacion y su vigencia.

Asf. el puro ejercicio del antago-nisrno engendra y da a luz un

6

valor enterarnente nuevo: el valor

de trofeo. Este valor no 10 tiene

por st ninguna cosa inerte. por

preciosa que sea. sino que le es

conferido unicamente por Ia haza-

fia predatoria que llevo a su ad-

quisicion y dela que es tehacientetestimonio. La violencia en sf

misma se revela de pronto creado-

ra de valor: l a p ar te ra de Marx re -

sulto ser parturienta. la cornadro-

na se nos hizo madre.

1 0 .No es sino repetir un topico que

goza hoy de la mayor circulacion

decir que nada pudo nunca otre-

cerles a los hombres la menor ga-

rantfa de inrnunidad frente al usode instrumentos; inmunidad. que

significaria poder servirse de elias

como protests que potencian y es -

pecializan al cuerpo en una u otra

actividad, pero a salvo del riesgo

de que. como tales medics, reac-

nien sobre los fines, desviandolos

de la intencion originaria y recons-

tituyendolos a su propia rnedida.Y la posibilidad de semejante ga-

rantfa parece revelarse tanto mas

remota respecto de las armas. en

cuanto instrumentos que confie-

ren al cuerpo el que es senti docomo el mayor de todos los pode-

res: el poder de vida 0 muerte.Asf. las armas. como protests del

cuerpo,' inducen y suscitan el sen-

tlrniento y Ia concepcion instru-

mental del cuerpo rnisrno. La es-

p ad a co mu nica y extien de su in s-

trumentalidad a la mana que la

empufia y al brazo que la esgrime:el hombre entero acaba por ser

remodelado par las armas y con-

vertido en organa del antagonis-

mo. Pera una talespecializacionestainevitablemente abocada a la

hipertrofia: ya apenas puede decir-

seque haya hombres que s e s ir van

de las armas, sino tan solo arrnas

que usan a lo s hombres. Th.lOrga·

no hipertrofiado demanda gratui-

tamente su e je rc ido y da lugar a 18

autcestimulacion inrnotivada del

antagorusmo. E l antagonismo se

r nu estra , a sl. c ap az d e c on stitu irse

en un contenido plene y autosufi-ciente, y la victoria lIega a emanci-

parse como fin en sf rnismo. El tro-

feo es la cred en cial d e gratutdaden que cobra expresion la redun-

dante autocornplacencia del suieto

en tanto que organa del antagonis-

mo. El culto al cuerpo. en el que

los Helenos. y de modo especial

los Espartanos. se pradigaron

hasta el mas repugnante extrema

de abyeccion. guarda, probable-mente, la mas estrecha conniven-

cia con el descomedido predomi-nio que, en la autoconcepclon del

hombre, alcanzo el caracter de or -

gana del antagonismo. La entera

ciudadanfa espartana era, casi ex-

clusivamente. matri z. ca maday

niche ecol6gico de la falange ho-

plita. T h J desarrollo va configuran-

do. en tomo suyo, un mundo a su

medida: relaciones de extraordina-

ria proyeccion historica -figuras de

poder. de dominacion. de frontera.de terri tori ali dad. en amplia vane-

dad de concreciones- pueden no

haber surgido, en un principia.

mas que como algo analogo a las

rayas que van apareciendo sobre

las canchas de tal 0 cual deporte,

conforme se perfecciona el siste-

ma de reglasque 10 configura.

1 1 .lnvirtiendo el senti do de la rela-

cion que acabo de insinuat puede

apelarse a la mera existencia deldeporte competitivo como un dato

diffcilrnente contestable en cuanto

muestra fehaciente de la capaci-

dad, ya indicada mas arriba, del

mero antagonismo para convertir-

se en un contenido plene y auto-

suficiente, dotando a la victoria deigual capacidad para erigirse. a suvez, en un fi n en sfmismo. Antago-nismo y vlctoria son bienes deconsume que gozan de la deman-

da mas acrisolada en el mercado

humane universal. Parapoder ex-plicitar hasta que punta el alcance

dela cuestion no es baladf. nada

mejor que citar las palabras can

que. en su ExCUTSO sobre Hegel y

ba]o el epfgrafe inquietantemente

interrogativo "~Es contingente elan tagorusrno?" , de su .Dial ecticanegative", nos 10 plantea Theodor

W . Adorno (version castellana de

JoseMarfa Ripaida. Taurus Edicio-

nes, Madrid, 1984) :

"No son supertluas las especula-

clones sobre si el antagonismo

originario de la sociedad humanaes un pedazo de historia natural

CLAVES

8/7/2019 Ferlosio Cuando la flecha está en el arco, tiene que partir

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prolongadaque hemos heredado

segun el principio homo berninilupus, 0 si ha sido producido.

zesei; 0 tarnbien. si, en caso de

ser un producto, surgio de las ne-cesidades de la supervivencia de

la especie 0, par el contrarlo.

cuasi-contlngentemente, a partir

de arcaicos actos arbitrarios con

que rue asumido el poder. Cierta-mente en este ultimo caso Ia

construccion del Espiritu universal

se desrnoronaria, Lo universal his-

toricamente, la logtca de las cosas

que se condensa en la necesidad

de la tendencia de coniunto. se

basaria en alga casual y externo a

ella, no se habrtaoriginado nece-

como inrnanente a ella: e l p ro ce s o

economico produce segun eso las

relaciones pollticas de domina-

ci6n y las derriba hasta llegar a la

liberacion coactiva de la imposi-cion de la economla . Sin embar-go, la intransigencia de Ia doctri-

na, sabre todo en Engels, era a su

vez precisamente politica".

A tenor de 1 0 cual, considero abo-

cada a la impotencia cualquier po-

JemoJogfaque no tome ya como

punta de partida, aun entre signos

de interrogacion si 1 0 prefiere. Ia

cuestion de la contingencia del

antagonismo. Huele que apesta ya

toda la flora de las explicaciones

sobre la necesidad. la racionali-

RAFAEL SANCHEZ FERLOSIO

f1echa que esta en el area tense

tiene en sf misma fuerza y vol un -tad mortal, ello no es sin detri-

mento de tu propio aJbedrio y vo-

luntad: ya no seras enteramentetV el que la dispare, sino que ella

pondra en la decision Ia parte devoluntad que Ie has cedido".

Mientras este sentido adrnonitorio

se dirige todavla al sujeto que

quiere seguir siendo. como sueIe

decirse, "duefio de sf rnismo" yle

advierte como, por la objetivaci6n

que entrana el arco tenso. deja deserlo en mayor 0menor grado, elsentido normativo atane a circuns-

tancias, en que, par la naturaleza

de las casas, el hombre ha de-

sariamente. No solo Hegel. sino

tambien Marx y Engels -segura-

mente en nada tan idealistascomo en la relaci6n con la totali-

dad- habrtan rechazado cualquier

sospecha de fatalidad respecto de

Ia historia, por mas que la inten-

cion de cambiar el mundo no

pueda sacudirsela: en ella habrian

visto no un ataque mortal al siste-

ma dorninante. sino al suyo pro-

pio. ( ...) De la divinizacion de la

historia era de 10 que se trataba

incluso en los hegelianos ateos

Marx y Engels. El primado de la

econornia tiene que fundamentar

can rigor hist6rico el final feliz

CLAVES

dad, la justicia 0 iniusticia de la

guerra: un run run cada vez mas

parecido a un gimoteo de pedir

perd6n. Y asi, aunque no fuera

mas que por aquello de excusatio

non petita..., la reflexion tendra

que proyectarse del modo mas

provocattvamenteindistinto. cual

si de una rnisma cosa se tratara.

sobre la guerra y el deporte,

1 2 .Del mismo sentido descriptivo del

refran de la flecha se desprende.

de la forma mas llana, su inten-

ci6n adrnonitoria: "Mna. que si la

puesto toda pretension de seguir

siendo arbitro de cada una de susacciones. a circunstancias. en que

el hombre ha entregado. por asldecirlo, su voluntad al destino y

se ha resuelto a ser c6mplice de

la fatalidad.

1 3 .La intencion nonnativa del refran

se refiere al supuesto de la hostil i-

dad 0 la guerra ya aceptada, deci-

dida 0 entablada; el "tiene que

partir" ignora ahara todo hiato de

discontinuidad entre el arco y el

arquero. los aproxima hasta fun-

7

8/7/2019 Ferlosio Cuando la flecha está en el arco, tiene que partir

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CUANDO LA FLECHA ESTA EN EL ARCO

dirlos. y es un imperativo dirigido

al sujeto convertido en guerrero y

en tanto que guerrero: este no

puede ya montar el arco en vano,

porque ha renunciado a su subje-

tividad y la ha ernpenado en la

conseeuci6n de Ia victoria. Ahorala objetividad del area se h a a pro -

piado del arquero mismo y no

puede haber lapso entre tensar el

area y disparar. porque el arquero

es el arco y el arco es el arquero.

La guerra es e l dominio del Yo.

que ya no es el sujeto en cuandol ibertad, sino el sujeto en euanto

identidad. A la accion de tensar el

arco tiene que seguir la decisionde dispararlo, porque esta es la

secuencia en que el Yo cumple su

ley de mantenerse identico a simismo. Si tras haber tensado el

arco. el guerrero. en lugar de dis-

parar, aflojase de nuevo la ten-

sion. haciendo retroceder el areo

a su repose, habria heche suce-

derse dos acetones de intenci6n

inversa. siendo la segunda de

elias contradlccion de la primers.

a sea una sucesion de acciones

que cornportarta la mas flagrante

negacion de la identidad del Yoconsigo mismo. Naturalmente.

esta intencion normativa dirigida

al guerrero no deja de remitir denuevo al senti do descriptivo del

refran. pues al encarecer como

condicion inexorable del guerrero

el imperativo de permanecer en-

cadenado a su propia identidad,

pone vfvidamente ante los oios lainmunidad de la guerra frente a

cualquier lntervencion de vol un-

tad 0 libertad h um an a, su c ara cte rde acontecer sustrafdo a toda sub-ietlvtdad. 0sea. plenarnente obie-

tivado como fatalidad. Y hay que

notar hasta que punta los dias a

las horas que preceden inmediata-mente al trance de trabar una ba-

talla son. en la tradici6n, el mo-menta mas caracteristico de la

atencion a cualquier serial prerno-

nitoria y de la intervenci6n de au-

gures y adivinos. es decir; de los

que tienen justamente a la fatali-

dad par objeto de suciencia.

1 4 .Pero si en la tragedia del refran

castellano. el "cuchillo que

rnanda" salta de pronto banado

8

en sangre ante los oios. como la

mas inesperada y fatal aparicionello no excluye que haya habido

infinidad de casos en que los tau-

tores hayan tenido la mas clara

conciencia del acto por el que de-

sencadenaban el proceso de la fa-

talidad y del momenta exacto en

que 1 0 hacfanirreversible. Nada

mas expresivo de una tal clase de

conciencia que la Frase..Alea iacta

est": que la leyenda de Cesar Ie

atribuye haber dicho al pasar el

Rubicon. Con esa Frasedemostra-

ba saber en que preciso instante

su libertad de acdon cedia irrever-siblemente el puesto a los desig-

nios de la fatalidad. y hasta que

punta quedaba echado al tablero.

de forma irrecuperable. el dado

del destino. Perosi esto era. efec-

tivamente, asl. ello se debe al

hecho de que a Cesar ni siquiera

se Ie pasara por las mientes la

idea de poner en cuesti6n la com-

ponente subjetiva de la slntesis de

la fatalidad (0 sea. precisarnente

aquella componente par la que talo cual fatalidad recibe. frente a

otras..el caracter de sintetica): lainamovilidad absoluta del prtnci-

pie>de identidad consigo mismo.como la propia ley del ser del Yo.

Si remotamente Ie hubiese sido

posible imaginar, en cambro.

como una facultad existente en el

como sujeto, la opci6n de rescin-

dir. en cualquier momenta dado,

el compromiso de identidad del

Yo consigo mismo. se le habrfa

mostrado -a traves de tal desen-

mascaramiento de Jacomponente

subjetiva- como no natural. sino

como sintetica la fatalidad can la

que se enfrentaba. Pero al estar ladicha

componente subjetivaobje-

tivada en el, ya en cuanto convic-

cion. ya en cuanto voluntad. no Ie

era dado distinguirse a sf mismo.

de entre las concurrentes fuerzasde la naturaleza y la fortuna. en el

seno de la fatalidad que desenca-

denaba. La fatal irreversibilidadque se expresaba en el ••Alea

iacta est- nos lleva, en conclusion.

a preguntarnos como ha Ilegadoel Yo,0sea, el sujeto humano en

manto identidad -por contraposi-

ci6n al sujeto en cuanto l ibertad- a

objetivarse de modo tan imponen-temente constrictive como para

esconderse a Ia conciencia -0. a la

postre, al sujeto en cuanto liber-

tad- hasta el extrema de no ser ya

reconocido como tal componente

subjetiva de la fatalidad. quedan-

do equiparado y confundido con

cualquier fuerza de la naturaleza.

1 5 .EI pragma de la arnenaza. como

antiqulsima formula de relacion

hostil interhumana, es quiza el pa-radigma en que mas nftidamente

quedan dibuiados los resortes deacclon y de reaccion capaces de

producir la sintesis de la fatalidad.

Me refiero, naturalmente. al prag-

rna entero, y con su doble alterna-

tiva y conclusion: no a la amena-

za. segGnsuele entenderse. como

el solo acto inicial de proferirla.

En este simple y estereotipado

drama entran en juego dos partes

antagonicas y tres turnos de ac-

cion en que se alternan: de mane-

ra que la primera parte tendra

CLAVES

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para sf dos de esos tres tumos -el

primero y el tercero-, y la segunda

tendra para sf s6lo el segundo.Pero todo esto es obvio. EI arne-

nazador profiere la amenaza. que

es un anunclo de hostilizacion

condic ionado: si el amenazado se

doblega a cump!ir la condlcion

impuesta por el otro para desistir

de la hostilizacion. el amenazador

corresponde a su vez, conforme a

1 0 anunciado, can el desistimien-

to. S610 el conocimiento del so-

brehumano e irrenunciable com-

promiso de la identidad del Yo

consigo mismo constituye la pre-

sunci6n que hace posible el prag-

ma de la arnenaza. La indefectibi-

lidad del nexo entre la amenaza

proferida y su eventual curnpli-

miento eiecutivo se constituye en

criterio y credencial del Yo y en

instrumento de su autoafirmac'on.

Perc 1 0 que mas de rn uestra la in-

dole de necesidad y no libertad

del principia de la identidad del

Yo consigo mismo es la conocida

proyecclon sobre el amenazado

que no se doblega de la respon-sabilldad del cumplimiento de la

amenaza par el amenazador: esteparece sentir como tan necesaria.

tan inexorable su propia acci6nde cumplir 1 0 amenazado. que la

hace ajena a su propia responsa-

bilidad y la remite a la del arnena-

zado. como sile dijese: " T O . eres

el responsable ante la Hlstoria.

porque tenias en tu m ano la facul-

tad de cumplir mis condiciones. y

no curnpliendolas me has obliga-

do a hacer ejecutiva mi arnenaza'.

EI amenazador rechaza hacerse

responsable de su propia accion.

proyectando la responsabilidad

sabre el amenazado. porque una

vez proferida la a rn e na za . s us te n -tandose esta sobrela imponente

fuerza de la identidad del Yo con-

sigo rnlsmo. el ya se tiene por tan

poco libre ante cualquier accion

que ta l identidad pueda exigirle.

por tan irresponsable con respec-

to a ella. como si de una fuerza de

la naturaleza se tratara. Pero 1 0que ya toea el colma del absurdo

es que el amenazado mismo se

muestre comprensivo con el arne-

nazador. reconooendole la inde-

fectibilidad del nexo de amenaza

que 10obliga y asumiendo la res-ponsabilidad del cumplimiento de

CLAVES

la amenaza que sobre el proyecta

el propio elecutor, aviniendose aponer a cargo de su conciencia la

acclon violenta que sobre sf

mismo ha tenido que sufrir. Elamenazado. heche ya victima de

la violencia que ha dado curnpll-

miento a la amenaza. acepta asu-

r r u r la responsabilidad que el pro-

pia ejecutor de la violencia pro-

yecta sobre el. acepta hacerse res-

ponsabJe de una accion ajena per-petraea contra el. porque recono-ce que -segun la ley de hierro delYo de identidad-, una vez proferi-

da la amenaza. ya solo su res-

puesta. la del amenazado -estoes. ceder 0resistir-, es libre. pues-

to que el amenazador ha encade-

nado su propia identidad a la in-

defectibilidad del nexo de arne-

naza. Esta tan extraordinaria cir-

cunstancia de que la victims

misma lIegue a legitirnar, can su

consentimiento en hacerse res-

ponsable. la propia ley que ciega-

mente abate su sana sobre e L yen que una ceguera voluntaria in-

flige tan solo otra mas ciega vo-

luntad. pone escandalosamente

de relieve hasta que punto el Yo

de identidad confuta cualquier

confianza sobre el albedrfo. El Yode identidad, en cuanto organa

animico del antagorusmo. sale

porgarante de la indefectibilidad

del nexo de amenaza: perc. a la

vez. la indefectibilidad del nexo

de arnenaza se constituye en ere-

dencial del Yo de identidad y en

instrumento de su autoafirmacion.

1 6 ,Considerar la suposlcion de que

alguien no curnpla la amenaza

como alga casi tan impensablecomo que una piedra se detengaen el aire en mitad de su caida y

no llegue hasta el suelo. 0 sea.

conceder a la fatalidad sintetica -y

a la constriccion de la identidad

del Yo. que. como componente

subietiva, la sustenta- un estatuto

de necesidad equiparable al de la

ley gravitatoria. pretende ser alga

mas que una amarga e hiperbolica

ironia sobre la presuncion de ll-

bertad del ser humane, Ha habi-

do..probablemente. mas casos de

amenazas que no se hayan cum-plido que de piedras que havan

RAFAEL SANCHEZ FERLOSIO

9

8/7/2019 Ferlosio Cuando la flecha está en el arco, tiene que partir

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GUANDO LA FLEGHA E S T A EN EL ARGO

dejado de caer. pero eso no es

obiecion bastante, a mi entender.

contra la legitimidad de tratar la

configuracion antropol6gica del

Yo -que no es 1 0 mismo que decir

"del hombre>, yen cuanto funda-

mento de la slntesis de la fatali-dad. con algo asf como can pinzas

de biolcgo y una mirada formal-

mente ann a la del naturalista.

'Ianto menos recomendable es. en

determinados cases. la confianzacuanto mas familiar nos sea el ob-

jeto. LY que hay mas familiar que

la soberbia? Nos 10 es hasta tal

punto, que el celebre ortegajo:

·Yo soy yo y mi circunstancia' de-

berra sin mas ser corregido y re-

novado can la formula: "Yo somas

un servidor y su soberbia", pues atanto como eso -quiero decir a

tanto como para quedar explicita-

da en su definicion- "ega el grado

en el que la soberbia. como pa-sion e impulse de la identidad, se

ha hecho un solo cuerpo con el

sujeto humane. El imponentepoder de la presion que el Yo -y

de modo particular si es colecti-

vo-. como el hipertrofiado 6rgano

animico del antagonismo. puede

Ilegar a ejercer sobre el sujeto hu -

mana, en la tupida red de relacio-

nes y trances antag6nicos -queaquella misma hipertrofia rnultipli-

ca-, es algo que rebasa par com-

pleto los alcances de la psi cologia ,

o sea, cualquier forma de inter-

pretacion y examen bajo el su-puesto de "deformaclones' indivi-

dual mente reductibles y localize-

bles. Sefialar como una deforrni-

dad 0 como un sindrorne patolo-

gieo un rasgo constitutivo del mo-

delo mismo a partir del eual la

eiencia ha conformado sus ideas

de salud y enfermedad es incurrir

en un equfvoco analogo al del

cuento del patito feo.

1 7 .EI Yo -siernpre en la referida carac-

terizacton como el sujeto humane

en cuanto identidad- ha podido

surgir filogeneticarnente como el

organo anfmieo del antagonismo;

0, mas expllcitamente. el organo

destinado a la funei6n de concen-

trar y de regir las fuerzas puestas

en juego en toda suerte de situa-

clones antag6nicas. De ahf que se

to

haga un solo cuerpo con el instru-

mento y que conciba como instru-

mento el cuerpo mismo. Como

quieta que la venganza y su furor

(terna, por 10 dernas . carac te rts t ico

de la Iiteratura del destino y la fa-

talidad). aunque modernamentenos suela ser representada -por

eiernplo, en el decimon6nico tea-

tro de tesis contra el duelo- en re -

Iacion can la pasi6n personal de la

soberbia. que es el afecto y el irn-

pulso de la ley de identidad del Yo

consigo mismo. tiene, sin embar-

go. origen. en cuanto debet no en

una relacion del individuo aislado

respeeto de si mlsmo. sino del in-

dividuo en cuanto miembro de un

linaje como un deber hacia el lina-

je entero (yen sociedades acefa-las, en las que los vinculos de san-

gre eiercian una funci6n de cohe-

si6n y pertenencia analoga a la

que mas tarde elercena la ordena-

cion [erarquica). uno se siente ten-

tado a preguntarse si 10 imperioso

de la ley del Yo, 0 sea. el implaca-

ble imperativo de ser identico a sf

mismo. que hoy suele manifestar-

se como una autoconstriccion del

lndividuo aislado, no sera la reli-

quia 0 el estigma de 10 que no

rue. en principio. sino l a cons t ri c-

ci6n difusa del linaie sobre cadauno de sus miembros; Jo que, al

fin, equivale a preguntarse si el Yo

mismo. como sujeto en cuanto

identidad (y n6tese que al examl-

nar la identidad, incluso lndivt-

dual, es bien diffci1 y suele resultar

artificioso soslayar el camino que

acaba remltiendola de un modo u

otro a la pertenencia). no ha de

heber side una instituci6n colecti-

va antes que individual. tal como

se ha corroborado que 10 era una

de sus manifestaciones: la vengan-

za. La identidad del yo. a la que,

como en la ley de honor, el sujeto

ha de sacrificar su propia Vida,

sena testigo de esa pertenencia al

linaje. La venganza era eJ deber

de restauracion autoafirmativa de

un linaje. 0, segun mi supuesto.

de un "Yo colectivo". puesto en

cuestion por cualquier agravio re-

cibido. (Que la constricdon del Yo

colectivo del linaje sobre cada

uno de sus miembros, en eJ deber

de la venganza, haya podido con-

vertirse en autoconstricci6n inter-

na del individuo aislado. generan-

-do el que hoy nos aparece como

Yo individual. no sena un fenorne-

no mas extrafio que el de que el

Yo, como organa animico del an -

tagonisrno, haya podido hipertro-

fiarse mas alia: de la medida ajus-

tad a a los antagonismos digamos"motivados' y haya dado lugar al

quid pro quo de suscitar antago-nisrnos gratuitos, como situacio-

nes funcionalmente Idoneas para

descargar el excedente ocioso de

su potencial; conforme a 10 ya

dicho mas arrlba.) Como quiera

que sea, el mencionado caracter

autoafirmativo, 0 sea, de reaflrrna-

cion de la identidad del Yo consi-

go rnismo. que conserv6 la ven-

ganza incluso en su ulterior forma

individual hizo que la renuncia ala venganza, como renuncia a la

autoafirmaci6n. fuese sentida

como autonegacion, De ahi, que

quien osase proponer la renuncia

a la venganza tenia que saber que

proponia a los hombres nada

menos que la autonegaci6n del

Yo, y quien de hecho se atrevio a

predicar esa renuncia, 0 sea, el

perdon, no usa, en efecto. otra

formula menos categorica que

"Niegate a ti rmsrno". Estas pala-

bras de Jesus de Nazaret han sido

casi siempre oidas como una invi-tacion a la abstinencia y a la auto-

rrepresion -y aun aplicadas por los

administradores oftciales del men-

saie de Jesus a la represion de

otros afectos , enteramente aienos

a la unica pasi6n propia del Yo,

como suieto en cuanto identidad.

o sea, la soberbia- .. cuando. por el

contrario. justamente al quebran-

tar las cadenas de la identidad

consigo mismb. que hacian al

hombre fatal mente escJavo de un

destine. venian a abrir de par en

par las puertas al sujeto humano

en cuanto Iibertad.

1 8 .La autoconstricci6n moral que

Kant llarnaba voz de la conciencia

y Freuddesign6 como superego

ha sido reconocida como asun-

cion y apropiacion de la constric-

cion social por parte del individuo

en el proceso de su crianza y edu-

cacion. EI parentesco entre el lla-

mado superego y la soberbiapuede estar en que mientras los

CLAVES Cl

8/7/2019 Ferlosio Cuando la flecha está en el arco, tiene que partir

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mandatos del prirnero se refieren

al interior social. como c6digo de

conducta para' con los propios.los mandatos de la segunda sur-

gieron como referenda al exte-rior. al extrario. y de ah f que sea

un sentimiento antagonlco, pues-

to que el Yo colectivo de una co-

munidad de peitenencia esta ne-gativa y antag6nicamente defini-do respecto de otro aieno, S610la

pertenencia conferta a los Indivi-

duos. como una marca carisrnati-

ca. la identidad, sin la cual no ad-

quirfan en toda supJenitud la con-

dicion humana de persona. Al pa-

trorurnico y eJgentilicio. como de-terminaciones de pertenencia

segun el ius sanguinis, tal vezvino a afiadirse el toponimico

solo cuando el lugar. la ciudad,

cobr6 alguna vigencia en cuanto

componente del estatuto de per-

sona (y digo "alguna vigencia".

porque. por cuanto se me alcan-

za, eI eiernplo de un ius loci total-

mente suficiente can independen-

cia del ius sanguinis para conferir

al individuo la ciudadania. esto

CLAYES

es. la condicion plena de persona,

es solo un caso extreme, tal como

se da en la formaci6n de la bur-

guesia medieval. amen de que el

propio ius loci se ha mostradobien capaz de generar una nueva

pertenencia, que incluso se busca

o inventa rakes 0 identidades en

todo afines a las del ius sangui-

nis). Sea de ello 10que fuere. en

la comunidad de pertenencia la

funclon del antagonismo se con-

centraba en el Yode identidad. La

soberbia era el musculo anfmico

del Yo de identidad. y en ella

tenia la comunidad la garantfa deque el guerrero afrontarta la rnuer-

te ftsica antes que sufrir la muerte

civil de ser excluldo de la comuni-

dad de pertenencia. EI estado

puro de tal clase de comunidades

puede estar representado par

aquellas en las que la moral de

honor bastaba como unlca cons-

tricci6n que sujetase al individuo.

es decir aqueJlas sociedades de

que habla Iouvenel en las que.

segun cita de Hannah Arendt

("'Sabre la violencia". apendice

R AF AE L S AN CH EZ F ER LO SIO

Xl). el Cmicocastigo para el delin-

cuente era la proscripcion. 0 seala separaci6n de Japertenencia, y

par tanto la perdida de la identi-

dad y de la propia condicion depersona. Por muchas aventuras y

desventuras que. desde est a

prehlstorta, hayan podido sufrir la

sociedad y el individuo. se dina

que. en 1asoberbia -corno en el

superego-, el Yo indivldualizedo

conserva 1ahuella de esta acuna-

ci6n originaria par el Yo colectrvo,

como 10 muestra el heche de que

carezca de un signo moral univo-

co. Pues. en efecto. la soberbia

que, emancipado el individuo.puede hoy revolverse antag6nica-

mente contra los propios. tan soloraramente es en tales casas apro-

bada como dignidad a sentido del

honor. rnientras que en las moder-

nas. artificiosas y abstractas re-

constituciones del Yo colectivo,

como es el caso actual de la na-

cion. es encomiasticamente enca-

recida como patriotismo. De

modo. pues, que la ultima forma

de aparicion de la soberbia -lfcita.

II

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GUANDOLA FIEGHA ESTA EN ELARGO

por ser colectiva- es 10 que puede

distinguirse. con ldenticos rasgos.

en el nacionalismo y en el auge

extraordinarto de los llamados de-

portes de masas. cuyo desarrollo

se ha caracterizado tambien como

"narcisismo colectivo".

1 9 .Del heche de que por la pertenen-

cia se adquirlese la tdentidad. queconferta al individuo. en toda su

plerutud, la condicicn de persona.

se deriva probablemente el que la

transacci6n iundtca que se repre-

sentaba -fuese 0 no par ficcion-

como subyacente a1estatuto de la

esdavitud fuese la de la conrnuta-

ci6n de una muerte de hombre

por una supervivencia de animal.

Ouien elegia la muerte conserva-

ba su entera condicion de perso-

na. con su identidad y su perte-

nencia. A ello responde la que se-

guramente es la mas primitiva

forma del suicidio: el suicidio de

honor: el clasico suicidio del gene-

ral romano derrotado. y asf

mismo. en el busbido, el c6digo

de honor del samurai. ,1 0 que este

llamaba "el honroso camino de sa-lida", esta es. el jara-klr i. En la co-

lonizacion espanola de America.el hecho de que de los indios de

las encomiendas que. de la forma

que fuere. perdfan a su encornen-

dero espanol se diiese que queda-

ban "uacos", 0 sea. vacantes (si-

tuaci6n en Ia cual quedaban a dis-

posicion de otro encomendera

que los rec1amasepara s1).no sig-

nifica otra cosa sino que los indiosen general habian perdido la mera

capacidad de constituir pertenen-

cias que confiriesen a sus mlern-

bros la identidad vinculada a la

condicion de persona. La disolu-cion de las unidades dernograficas

por los repartos de la encornienda

primuiua, a de trabajos forzados.

que en algunas partes. como en

Venezuela. sobrevivi6 junto a la

encomienda cldsica (segun la ter-

minologfa de Silvio Zavala). mate-

rializaba. incluso. tal capitidlsmi-

nucion. La institucton de la enco-

rnienda se instaura. casi autornati-

camente. ya al comienzo de la do-

minacicn espanola. de modo que

el efecto de esta sobre los indios

fue la transformaci6n de su habi-

1 2

tat en territorio y de los habitantes

en poblaci6n. Por "poblacion ' y

"territorto" entiendo el resultado

de la accion abstractiva de la do-

rninacion sobre los habitantes y el

habitat. La poblaci6n es la abs-

tracci6n de los habitantes, defini-dos par vtnculos de pertenencia y

de asentamiento. en puro censo

total fungible y desplazable. Nadie

expreso mejor esta abstraccion

que Napoleon en el campo de ba-

talla de Eylau. cubierto. pese a su

Victoria. de cadaveres de france-

ses: "Iodo esto 10 remedia una

noche de Parls'. donde los france-

ses son concebidos como meras

unidades censitarias de la pobla-

cion. En cuanto a la terrttorialize-

cion del habitat. ya se puede en-

tender que es la correlativa des-

concreci6n del pais descriptive-

mente caracterizado par cualida-

des ffsicas y biologicas que son

sustituidas por factores de control

par la dominacion, como son la

determinacion de encruciiadas es-

trategicas. por las que se rige

ahara la red de caminos y la pred-

sa determinacion de fronteras y el

ajedrezado lnterno en unidades

de adrrunistracton y guamici6n mi-

Iitar. En America. el desnivel que

habla entre el grado de individua-ltzacion burguesa de los espana-

les y el grado en que. especial-

mente los talncs. permanecfan

configurados ba]o una forma muy

estable y vivaz de sociedad de

pertenencia debio de agigantar la

desventaja. La disolucion del habi-

tat y la dispersion de las pertenen-

cias fueron. en las Antillas. casi

instantaneas, de modo que la for-

zada individualizaclon impuesta

par las encorniendas debio de re-

sultar para los tainos una pesadilla

incomprensible. EI mensaje "Nie-gate a ti rnismo", que trafan los

misioneros. rara vez ha podido serun sarcasmomas sangriento,

2 0 .La soberbia.. Ia fuerza f6sil del V A

colectivo nace. de la pertenenciay querria volver a ella, Los actua-

les intentos de reconstruccion de

la identidad y. par 10 tanto. de la

pertenencia comportan -por muy

comprensibles que aparezcan en

cuanto movimientos defensivos

frente a la mala universalidad de

un mundo que. como el de hoy.

ofrece. en efecto. mucho de que

defenderse- un c ar ac te r d e s ca rr ia -

do. imposible y regresivo. par la

inoportunidad historica de inten-

tar prosperar: 1o. despues de laindividualizaclon del Yo a. como

dicen los filosofos, de la constitu-

cion del individuo emancipado: y

2". en media de l a a noni rn a multi-

tud metropolitan a, que no es sino

la disolucion de todos los vinculos

en la fungibilidad y la equidlstan-

cia unlversal, La pertenencia, que

quiere restablecerse como funda-mento organico de identidad bajo

el principle "Los buenos son los

nuestros' es tan malignamente re-

gresiva porque arrasa con su en-yosamiento 10 Cinko habitable que

ha dejado la temtoriallzaoon uni-

versal: un concepto de Ia bondad

desvinculado de toda relatividad

de pertenencia.

(EI Cristianismo debi6 de desple-

garse en una situaci6n parecida a

la nuestra: la producida par la te-

rritoriallzacton. la dispersion y la

desnaturalizactcn iniciadas por el

imperio macedonia y coronadas

por el romano: gracias a elias

pudo llegar a concebirse una etica

como la cristiana. comun y. sobretodo. indistintamente vigente para

todos los humanos. Si bien. el

exito del "Nlegate a ti rnisrno" po-

dna tambien atribuirse maliclosa-

mente al heche de que convertia

en principia etico y en vfa de sal-

vacion 10 que ya la universal terri-

torializaclon. desnaturalizaci6n y

fungrbtllzaoon rnacedonico-rorna-

na habfan perpetrado contra los

hombres de todas las maneras. V

del heche' de haber edificado

sobre tan mal solar pod nan venir

tarnbienlos gennenes de mala unl-versalidad que. ya desde Nfcea 0

desde antes. corrompieron al Cris-

tianismo. 'Iarnbien podria ser inte-

resante buscar aver si en eJcos-

mopo!itismo surgido de la domina-

cion macedoruco-rornana nacieron

igualmente movimientos de regre-

slon hacia la pertenencia, GLosze-

lotes. tal vez? Hay. ciertamente.

mucho de que defenderse en este

mundo de hoy. pero 10 ultimo que

uno querria tener que orr como

defensa esiese grito. que ya no

puede ser masque consigna de re-

CLAVES

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gresion a la barbarie: "Los buenos

son los nuestros")

2 1 .La afirmaci6n de Engels. en el

Antidubring, de que "la introduc-cion de Ia polvora y las armas de

fuego no rue en modo alguno un

acto de violencia. sino un progre-

so industrial Y. par 10 tanto, eco-

nornlco" es un ejemplo ideal de

[alsedad par uniuocidad; ya el

mero esquema "no fue A . sino B"

se p re sta a ella. por c ua nto p re su -

pone ya determinada la relaci6n

logico-conceptual entre A y B.

Pero tal falsedad se ha ida multi-

plicando conforme se ha agiJizado

la posibiJidad de los rearmes, in-

crementando su funcion de gesto.

acentuando la movilidad de su

CLAVES

____.-....--~j..-;

valor comparative. acrecentando

extraordinariamente su peso di-

plomatico: rnlentras par su costa-

do tecnologico. ha alterado y

hasta descabalado las condicio-

nes de obsolescencia de las

armas. en la medida en que todorearme apareja hoy a lg un s in ve rt -

cion superadora y. en consecuen-

cia, innovaclon comparative. La

obsolescencia individual. a sea, el

desgaste de cada cacharro singu-

lar pierde irnportancia en benefi-

cia de la obsolescencia especifica.

La experiencia de otros campos

econornicos no es aplicable a la

industria de armamentos. La ace-

leracion de l a ob so le sc e n ci a deli-

beradamente promovida per las

productores. tal como en el clasi-

co campo de la vestimenta,

donde las arbitrarias mutaciones

RAFAEL SANCHEZ FERLOSIO

de la moda sirven de acelerador

de una obsolescencia que sena

mucho mas lenta 5i se supeditase

al desgaste material de las pren-

das singulares, no es apIicable a laindustria de armarnento: aqui no

tienen cabida, en principio, los ca-

prichos. aunque una cierta golosi-

nerta infantil de los militares ante

los nuevas juguetes tecnologicosda tarnbien que pensar. Pero.

valga 1 0 que valiere este factor. laaceleraci6n de la obsolescencia

en el armamento consiste. delirios

al margen, fundamental mente en

perfeccionarnlentos tecnologicos

efectrvos. dada la enorme prepon-

derancia alcanzada par la obso-

Iescencia especffica sobre la indi-vidual. Una innovaclon en tal 0

cual artilugio lograda por una in-

dustria armamentfstica extranjera

puede poner fuera de combate.

sin disparar un tiro, el 60 % de la

escuadra de un pars. La obsoles-

cencia de las armas propias

puede caerle a un parsen la cabe-

za como una repentina catastrofedesencadenada desde Ia imagina-

cion de un ingeniero de un pals

remoto. EI fabricante de arrna-mentas tampoco se alegra 0 se

entristece al unisono con su pro-pia pars; a veces 1 0 que es una ca-

tastrofe para el pais puede ser .

una autentica fortuna para el fa -

bricante, que ve abrirse ante sus

ojos Ia ocasi6n de un contrato

multimillonario para renovar ese

60% de la escuadra. obsolescido

de un goIpe por la invencion ex-

tranjera de un nueva misil. A

veces. inversarnente, otro rnisil, en

estado de puro prototipo, hace

volar de un sopio de encima de la

mesa del magnate industrial otro

contrato multlmlllonarlo, La pre-venci6n. la propia necesidad de

prevision. que exige la antelaci6n

can que ha y que poner en marcha

los proyectos. se muestra como elfactor mas activo para la s intes is

de la fatalidad. Y en este punta.como en ningun otro. encaja la

restriccion complementaria. sena-

lada respecto de la histone de las

invenciones. como condiciona-

miento negativo, can eI ejemp!o

de como la lnvencion del tome,

privilegiando inmensamente la ce-

ramica de revoluclon. puede

haber supuesto el mas grave detri-

!3

8/7/2019 Ferlosio Cuando la flecha está en el arco, tiene que partir

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CUANDO LA FLECHA ESTil. EN EL ARGO

mento para otras formas de cera-mica posibles. EI "tiene que par-

tir" seria bajo este aspecto, la vo-

luntad delegada y la libertad ena-

[enada referentes a la obletivaclon

de 1afuerza del sujeto por el ern-

bargo de fuerzas que ha constitul-do el arsenal: perc hay que consi -

derar el efecto retroactive tanto

del arsenal existente como del

proyectado a comenzado. en

cuanto voluntad delegada y liber-

tad enajenada. conforme a 10 yadicho mas arriba en relacion can

la cerarnica. perc aqui no solo

hacia el futuro, sino ta rn bie n h ac ia

el pasado. 0 sea. hacia hoy

mismo, que es pasado en relacion

can el dia en que se hayan curnpli-

do los proyectos. La actual indus-tria de armamentos deja al desnu-

do toda la falsedad y la indigencia

conceptual de la citada afirmaci6n

de Engels.

2 2 .Veamos ahora, par fin. el ejernplo

mas conspicuo de empecinarnien-

to consciente y voluntario en la

sintesis de la fatalidad. ejemplo alque Ie vendrfa como de rnolde

aquella expresion orteguiano-fa-

langista de "voluntad de destine".Se trata de un texto del New York

Times reproducido par el ABC del

20 de diciernbre de 1985. del que

entresaco 10 siguiente: "La idea

que ahora prevalece es que cada

vez sera mas dificil dar marcha

arras. incluso a pesar de que las

autoridades norteamericanas y

los legisladores son conscientesde que existe una enorme confu-

sion en tome a cuales son los

propositos y las consecuencias de

la lniciatlva de Defensa Estrategi-

ca tal y como ahara se conoce (...)Altos cargos Norteamericanos

creen que eI programa n o ba al-

cartzado aun el punta de no re-torno (subrayado mro). Dicen que

estan esperando la ocasion paraconseguir que _elpresidente auto-

rice las meaidas que comprome-tan aun mas elproyecto (subraya-do rnfo) antes de que abandone

el cargo en 1989. de forma que su

sucesor quede mas 0 rnenos obli-

gada a seguir adelante can 181."

(hasta aquf el New York Times).

Supongo que e l "punto de no re-

14

torno" que se desea alcanzar es-

tara determinado POf el volumen

del capital invertido en el proyec-to. en el sentido de que a partir

de una determinada citra la re -

nunda al proyecto no pueda ser

economicarnente reabsorbida. almenos can un grado todavla so-

portable de perdidas a no ganan-

cias. sin conllevar una mayor 0

rnenor catastrofe economica.

Mientras el interes del capital in-

versor noeste comprometido con

el proyecto IDE hasta ese "punta

de no retorno" en que cualquier

desistirniento comporte una arne-

naza sustancial de ruina, las dis-

tintas ideas. teorfas. obsesiones,

doctrinas. caprichos. u opiniones

pollticas0

geoestrategicas sabreel asunto tendran todavfa alguna

fuerza en el porvenir del proyec-

to. Es decir. mientras el ilusorio 0

real fin objetivo del proyecta ID E

en cuanto tal pueda tenet; de un

modo u otro. apasionada a desa-pasionadarnente, etcetera. la ulti-

ma palabra. el porvenir del pro-

yecto en cuestlon no esta asegu-

rado. Cuanda. como propugnan

los mas puras principios del libe-

ralismo econornico. no sea ya el

interes publico y objetivo del pro-

ducto final (Iade fe n s a e s tr at e gi ca )10 que, como beneficio colectivo

de la entera sociedad. tenga la

primacfa en las consideraciones

decisorias. sino eI in te re s p riv ad o

de los inversores rnaxirnizadores

comprometidos con el proyecto,

entonces este estara plenamenteasegurado Asi. cualquiera que

fuese el origen de la lniciativa de

Defensa Estrategtca (la paranoica

obsesi6n de un sector de opinion

polftica, la busqueda de un au-

menta en el sentimiento narcisista

del propio poder, una preocupa-

ci6n mas 0menos delirante par Ia

defense nacional, 1adeformacionfuncionalista de los expertos en

tecnologfa armarnentista 0 en ge-

oestrategia, que les hace buscar

ludicarnente complacencies aie~

nas a cualquier ponderaci6n de

verosimilitud), una vez que reba-

sado ese "punto de no retorno",

su rnotivacion quedase desplaza-

da de modo dominante al interes

particular. can arreglo a las ext-

gencias del mercado. habrfa que-

dado definitivamente excluido

cualquier cambia de opcion. Si es

un determinado partido. una ide-

ologla. una doctrina. una interpre-

tacion de la situacion del mundo.

etcetera. 10 que defiende la con-

veniencia de la IDE. el deseo de

lIegar 8 1 "punta de no retorno" se

apoya en una denodada voluntad

de hacer prevalecer esa doctrina

sobre sus contradictores y se vale

del expediente oblerivador de l le-

gar a comprometer 8 1 mercado y

al capital hasta que estes mismosse yean forzados -cualquiera que

sea su opinion sobre JaIDE. que

mas bien suele no ser ninguna- a

excluir, por economicamente ca-

tastrofica, cualquier otra opcion.

Cuando e l mercado y el capital

esten tan cornprornetidos por las

inversiones avanzadas y las ex-

pectativas concebidas. que cual -

quier otra opcion se haya vuelto

ruinosa .. toda discusi6n sobre la

necesidad. la conveniencia. la

oportunidad de la defensaestra-tegica habra quedado excluida

del discurso por contemplar alter-

nativas que se han vuelto econo-

micamente inaccesibles, Llegar a

ese "punta de no retorno'. que

apareja perder la libertad de op-

ci6n. viene a ser un modo de

hacer triunfar par fuerza la propiaopinion, al hacer inviables las res-

tantes: es un modo de tenet

razon par elirninacion de las con-

diciones de posibilidad para cual-

quiet opcion de los contradicto-

res. y, en fin, de producir una ro-

tunda fatalidad slntetica,

2 3 .De las dos direcciones en que,

aparte de la admonitoria, que es

cornprensiva. puede moverse el

analisis del refran de la f lecha, lanormative nos !leva. como hernos

vista. a la petrificacion del suietoen el compromiso consigo mismo

del Yo de identidad. tal como ha

podido conternplarse sobre todo

en el pragma de la amenaza. y la

descriptiva es la que estoy desa-rrollando a ho ra . S eg un esta direc-

cion descriptive, eJsujeto objetiva

su intenclon, a I transferir su fuerza

muscular a la tension del arco y

acumularla en este, pero esta ob-

iettvacion puede retroceder a1

acto de emputiar el arco. al de 11e-

CLAVES

8/7/2019 Ferlosio Cuando la flecha está en el arco, tiene que partir

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varia. poseerlo y hasta fabricarlo.

de tal suerte que ya los arsenales

de armas son intencion humana

objetivada; Y 1 0 son hasta el punta

de que las buenas intenciones in -

temacionales de apaciguamiento,o. como suele decirse. "disten-

sion" (Y . por cierto, en interesante

coincidencia can la imagen del

arco). necesitan cumplirse en la

destruccion material de los arse-

na tes . demostrando con ello

hasta que punto estes son depo-srtarios reales de intenclones hu-

rnanas. Y si la destruccicn de las

arrnases un acto de paz. su cons-

truccion y aun la invencion que

hoy general mente la acomparia

son virtualmente. en contra de la

afirrnaclon de Engels. aetas de

guerra. Tambien. por supuesto.

sirnultanearnente. hechos econo-

rrucos. sobre todo considerados

a la luz de la diabolica arnbiva-

lencia de 10 que Eisenhower

llarno "el complejo rnilitar-indus-

trial". Y , a este respecto. convie-

ne subrayar la maligna divergen-

cia connivente al heche de que el

futuro proyecto IDE busque deli-

beradamente convertirse. ya

desde el estado de mero proyec-

to, en subjetividad humana o bie -tivada y. por 10 tanto. en fatal ldad

sintetica, precisamente a traves

del mercado, 0 sea. a traves de

intereses y fines en principio aje-

nos a su propio, intrinseco. fin. al

tratar de comprometer. taJcomo

ya he descrito. el interes particu-lar de los magnates industriales

en un grade de inversiones anti-

cipadas suficiente para que cual-

quier posible suspension del pro-

yecto apareje una catastrofe eco-

nomic a de tales' proporciones

que toda la nacion se yea obliga-da a aeeptar y hasta apoyar la

continuaclon. Asi, el empefio en

la objetlvacion. al movilizar como

instrumento objetivador intere-

ses y fines ajenos a los especffi-

cos del proyecto. pone. mediante

una deliberada falta de transpa-

rencia entre el designio y su ins-

trumento. fuera de juego cuales-

quiera consideraciones sobre el

contenido propio del proyecto.

La espontanea presion del inte-

res particular. que el llberalisrnotradiciorial consideraba la invo-

luntaria pero a la vez mas certera

CLAVES

promotora del beneficio publico,

es solicitada y puesta en juego

aqui para destruir las simples

condiciones de posibilidad de

cualquier otra opcion que no sea

la ya decidida de antemano, porsoberano arbitrio del poder.

como la mas beneficiosa para el

interes publico de la entera 50-

eiedad.

2 4 .Visto, pues. hasta aqul. adondehemos ido y adonde todavia po-

drtarnos lr a dar, a traves de las

arnplificaciones institucionales y

hasta estatales por la que vengo

Ilamando direccion objetiva de

sentido del refran de la flecha,

esbozare tan siquiera una v is lum-

bre de 10 que pareee asomar par

la que lIamo. a su vez; direccion

de sentido subjetiva. si, paralela-

mente. refiriesernos cosas como

la amenaza a la venganza. can suterrible lema "Identldad obliga",

no ya a suietos personales -uni-

cos sujetos vivos y verdaderos-sino a sujetos que, en principio.

tan s610 10 serlan. 0 deberian

ser lo. en e l sentido gramatical de

la palabra. como. por ejemplo. elEstado, Lo primero que eJ cam-

bio me suscita es la impresion de

que 1 0 que el arquero individual

enaiena y objetiva en el arco y la

fle ch a, a un sin deiar de ser gene-

tica y flsonomicamente relaciona-

ble. es. sin embargo. no solo

cuantitativa sino tambien cualita-

tivamente incomparable can 1 0

que -aun dando por buena la de-

sacreditada figura de un contra-

to- el conjunto de subjetividades

vivas y verdaderas de una colec-

tividad humana enajena y objeti-va en el arco tenso de un Estado.Conv iene, sin embargo. intercalar

en este punto la advertencia de

que, por mucho que, desde cier-

to punta de vista. el Yo del Esta-

do sea, en cuanto sujeto. una fie-

cion gramatical , un idolo del tea-

tro. tan s6lo la miopfa de un no-

minalismo obstinadarnente inge-

nuo puede desderiar la realidad

autonorna operante de esa per-

sonalidad subjetiva meramente

atribuida. y -corno si tal atribu-cion pudiese ser inmune a inde-

seables consecuencias- volver a

R AF AE L S ANCHEZ F ER LO SIO

15

8/7/2019 Ferlosio Cuando la flecha está en el arco, tiene que partir

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CUANDO LA FLECHA ESTA EN ELARCO,

remitirla sin residua a los sujetos

humanos en quienes pretendida-

mente se encarna. Para tal clase

de norninalistas. el Estado tan

solo tomarfa atribuciones grama-

ticales de sujeto como abstrac-

cion de los sujetos humanos que.segun ellos .. realmente 10 encar-

nan. cuando. por e l c on tr ar io .mas bien seria suieto iustamente

en cuanto plasmacion aut6noma

virtualmente resultante de lavampi resca -des-encarnacidn de

esos mismos suietos en quienes

se pretende encarnada. La subie-tividad del Estado. lejos de rerni-

tir a nada que 10 encarne en cada

sujeto singular. denota, a pesar

suyo, 1 0 que lncluso en las entra-

rias de esos sujetos esta desen-

carnado. EI gran Yo del Estado

vive. como un vampire. de 1 0 1 de-

sencamacion de los sujetos enlos que se pretende legitimamen-

te subrogado. Dicho esto. consi-

derese ahora que, si parece bas-tante verosimil que. pongamos

1 6

por case. la indefectibilidad con

que el Yo del Estado necesita

hacer caer el peso de su aparato

de [usticia sobre la cerviz del de-

Iincuente tenga por tundarnentoun principia analogo al del Yo in-dividual' la identidad. por el con-

trario. mientras can respecto O I l

Yo individual todavfa podia caber

la duda sabre la suficiencia de la

psicologfa y no disonaban pala-

braspsicologicas.

como "sober-bia", en cambia. can respecto al

Yo del Estado resultaria totalmen-te risible tan solo conieturar laeventual aplkabilidad de la psi-

cologta a manifestaciones como

la necesidad de indefectibilidad

de su justicia.

2 5 .La indefectibilidad de 1 0 1 [usticla

estatal reside en esa actuacion

constante que Ilamamos "vigen-

cia" y que consiste en estar ymantenerse operando aun fuera

de ocasion y al margen de cual-

quier positiva solicltacion par el

agravio. Su indefectibilidad nada

tiene que ver can la ven ganza de

parte. a la que ha desencarnado.a la que ha desposefdo. y en

quien se hOIsubrogado, sino quees la indefectibilidad de alga es-

tatuido en forma de curnplimien-

to perrnanente: algo que. como

la turbina del molino. no deja de

estar girando noche y dia, haya a

no haya grana que rnoler, Y, a

este respecto. me viene a la me-

moria cierto pasaje que mi inolvi-

dable y rnalogrado amigo don Ja-

cinto Batalla y Valbellido deja es-

crito en e l original inacabado de

su libroinedito. "Estarnpas meii-

canas". y que dice as]: "En la feriade Queretaro. en 1938. tuve oca-sion de ver un insolito automata

de barraca: una figura alga mayor

que el natural. en t al la po li cr or na-

da. que tenia vendados ambos

oios, queriendo indudablemente

representar a la lusticia. y la es-

pada ernpufi ada can las dos

manos: algun resorte oculto.

euyo eje se dejaba entrever en

las axilas, alga manchadas de lu-

brificante negro y oleoso. le

hacfa bajar los brazos de modo

que la espada fuese a dar sobreel taluelo que tenia delante, para

luego volver a Ievantarse pesada-mente y repetir el golpe, todo

ello a intervalos regulates. Este

automata debra de estar. par en-

tonees. incomplete, porque. logi-

carnente. uno se habrfa esperado

hallar otro rnuneco. igualmente

autornatico.' que representase alreo. can e l Cuello apoyado en e l

tajuelo y que par resortespro-

pios separase la cabeza del tron-

coa cada tajo de1 0 1

espada. paravolverlos a juntar en espera del

siguiente: pero a esta perdida del

personate que sin duda habracompletado en un principio el

coruunto del juguete supllan

ahora. en cierta manera. los chi-

quillos que. cuando el dueiio de

Ia barraca no miraba. jugaban aponer un brazo. y a lguno incluso

el cuello, encima del taiuelo.

como desaftandose aver quien

aguantaba mas antes de que la

espada 10 alcanzase. aunque. al

ser esta de' madera. por muy re -pintada de purpurina irnitacion-

ClAVES

8/7/2019 Ferlosio Cuando la flecha está en el arco, tiene que partir

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acero que estuviese. tampoco

podria haberles heche dernasia-

do daiio ". A sernejanza de este

automata de feria que no escape

a la mirada siempre atenta delrnalogrado Don Jacinto, la inde-

tectibil idad de la justicia parece

consistir en un automatismo quehace cae r sob re el ta] uelo el

golpe de la espada con interva-

los mrntrnos y siernpre identicos

e independientemente de que

halle 0 no u n cu ello de reo ba]o

su fila, La ceguera de los ojos

vendados can que la traditional

alegoria la representa es rnucho

mas que la ceguera ante laparticularidad decada reo; es la

ceguera de la antictpaciort, paraIacual no hay ya nada nuevo: nin-

guna nueva pasion de vengador

ante cada nuevo agravlo. sino I a

anticipada desencarnacion de

todas las pasiones vengadoras en

una unica. virtual venganza ya

curnplida en vacio y para siempre

.y par tanto, sin trauma ni pasien-

par la sola instauracron de un

aparato de [usticia, que. anterior

acualquler posible agravio. se li-

mita a repetir la ejecucicn de

aquella u n ic a s en te nc ia ya falla-

da, y en la que el ejecutado essiempre el mismo reo; el que apa-

rece mentado una vez sola y de

una vez par todas en el codigo.

2 6 .La justitia codificada del Yo esta-

tal. 0 sea. el derecho. anticipa la

relation entre delito y castigo (in-

cluso puede decirse que el deli to

esel agravio retrospectivamente

considerado desde el juicio 0

desde la sentencia), y en esta re-

laci6n anticipada tiene que consi-derarlos como s imul tanearnente

dados. reduciendo Ia sucesion al

orden meramente logtco. Esta

justitia es desencarnacion de la

venganza. entre otras cosas, par

hacer caso omiso del orden tem-

poral. y con es te . de los sule tosanirnados. Pues, si bien puede

decirse que el nexo de necesidadque unla la venganza con el agra-

via cornportaba t arnbien un

orden logico, este orden logico

mismo e s ta ba inme rs o y canfun-

dido en el orden temporal en elque se fundaba y del que no

CLAVES

podia ser desglosado, pues a1

tener la relaci6n de 13 v engan za

can el agravio el caracter de re -accion, tal relacion permanecfa

inmanente al orden temporal.pues obviamente el proplo con-

cepto de reaccion ni tan siquiera

pude ser pensado al margen del

orden temporal, Casi como ilus-

tracion escolar de ello, puede de-

cirse que la necesidad de que

toda reaccion suceda a una pro-

vocacion solo quiere decir que

ese es el orden logico en que, a

causa de su inmanencia al orden

temporal, habran de sucederse,

pero no quiere, evidentemente.

decir que a toda provocacion su-

ceda necesariamente una reac-cion, La no necesidad de que

aquf goza el segundo de los ter-

minos es el privllegio caracteristi-

co del orden temporal que llama-

mos contingencia. Peroa! consl-

derar tan solo el orden iogico de

la relacion -donde ambos correla-

tos, delito y castigo, han .de con-siderarse como simultaneamente

dados-. el derecho desencarna a

la venganza, de la que se preten-

de sucesor, despojandola del ca-racter de reacdon, EI derecho no

es provocado por el delito. no re-acciona frente a el , sencillamente

aetna. al tener permanenternente

en iuego la relation logica prees-

tablecida, EI derecho no tiene

tampoco la inexorabilidad activa

y pasional de la venganza, sin o la

inexorabilidad inerte y ciegade

un organismo inanimado. como

la del automata de feria que via

en Queretaro el !lorado Don Ja-

cinto; aunque a primera vista pa-

rezca 10 contrario, a su actuacion

no escapa nunca ningun reo,

pues el que alguno se sustraigade heche al cumpltmlento ejecu-

tivo, ello no es sino una contin-

gencia relegada aI campo de la

facticidad. que. para el punto de

vista del derecho. no es. a su vez

mas que una servidumbre de

orden tecnico .. respecto de Ia

cual no ha lugar a hacer cuestion

de que el derecho rnismo pueda

haber fallado. como 1 0 prueba el

que este no precise la presencia

del reo, ni tan siquiera su deter-

minacion. para llevar a cabo sus

propias actuaciones. Par el con-trario. que el autor de un agravio

R AF AE L sA NCHE Z F ER LO SIO

acreedor a la venganza acabasehurtandose de heche a la perse-cucion del vengador suponla un

fallo de la venganza rnisrna. un

verdadero incumplimiento. porcuanto la venganza era inrnanen-

te al orden temporal y solo podia

cumplirse en su facticidad, La in-

manencia al orden temporal. can

la consiguiente necesidad de en-

carnaci6n en la subjetividad. su-

peditaba el nexo de necesidad

entre el agravio y Ja venganza a

las contingencias de la facticidad;

contingencias entre las cuales no

esta dicho que no puedan incluir-

se la compasi6n sobrevenida y elperdon El derecho ha codificado

como relaciones logicas las co-rrespondencias entre delitos y

castigos, por cuanto la mmanen-

cia al orden temporal de la reac-

cion. como trance intermedi aria.

abria una grieta por la que las

contingencias podrian interferir

el cumplimiento. En el derecho,

el 'gran Yo del Estado querrla de-liberadarnente haber elaborado

uri sistema de fatalidad sabre las

cabezas de los reos: un organapreventivo contra Ia dellncuencia,

pero no para impedir el delito

antes de que se cumpla sinopara tener al reo. aun antes de

delinquir, fljado a su destine. EI

derecho, amasado can el produc-

to de la desencarnacion y expro-

piacion de todos los lmpulsos

vengativos ..compensa a los des-

pojados garantizando la fatalidad

para los reos. Por eso el pueblo

que acude a las elecuciones pu-blicas no aplaude porque en la

fatalidad que el derecho culmina

sabre la cerviz del reo sienta

cumplido su propio poder. sino

porque siente vengada su im po-tencia. Si la venganza de parte

tenia que produclr activamente,en cada caso, la slntesis de la fa-

talidad, el derecho esya fatalidadsintetizada en el automatlsmo an-

ticipado de sus prescripclones,

Madrid. febrero de 1987 y enero

de 1988 0

Rafael Sanchez Ferloslo. Escrltor,

Auror de Industria: y cmd(jrlZCIsde AI-

[anbui, Mientras no cambieri los dioses

nada cambiarii, Testimonio de Yarfoz.

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