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F E R N A N D O M A R T Í N J U E Z

H O M O I N D I C A D O R E S

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H O M O I N D I C A D O R E S

DR© 2015Universidad Nacional Autónoma de MéxicoCiudad Universitaria, Delegación Coyoacán,C.P. 04510, México, D.F.

ISBN: 978-607-02-7626-2

Impreso y hecho en México

Dr. Enrique Luis Graue Wiechers. RECTOR DE LA UNAMArq. Marcos Mazari Hiriart. DIRECTOR DE LA FACULTAD DE ARQUITECTURAMDI Enrique Ricalde Gamboa. COORDINADOR GENERAL DEL CIDID.I. Laura Sánchez. COORDINADORA ACADÉMICA DEL CIDIBlanca Espinosa Espinosa. COORDINADORA DE EXTENSIÓN Y DIFUSIÓN DEL CIDI

CENTRO DE INVESTIGACIONES DE DISEÑO INDUSTRIAL

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E M P A Q U E V E R D E , V I D A G R I S

N E P A N T L A

A L G U N O S C O N C E P T O S Y H E R R A M I E N T A S R E L A C I O N A D O S C O N E C O I N D I C A D O R E S

H I S T O R I A D E V I D A D E L O B J E T O

H O M O I N D I C A D O R E S

H U E L L A H O M O L Ó G I C A / H O M O I N D I C A D O R D E L T I E M P O H U M A N O

H O M O I N D I C A D O R E S D E E X P L O T A C I Ó N Y D E C A L I D A D D E V I D A

A L G U N A S C O N C L U S I O N E S

D E S E O Y N E C E S I D A D

E L O B J E T O O S E R V I C I O E N S U E T A P A D E V I D A C O M O P R O D U C T O V I R T U A L

R E F E R E N C I A S B I B L I O G R Á F I C A S

Í N D I C E

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Agradezco a los compañeros a lumnos que part ic iparon,

con sus dudas y afr imaciones, en e l Tal ler de Serv ic io Socia l ,

en e l curso Homoindicadores y en e l Laborator io de Diseño,

Medio ambiente y Sociedad que imparto en la

Univers idad Nacional Autónoma de México,

gracias a e l los son posibles las ideas que aquí descr ibo.

La infograf ía y edic ión son de Jorge Luis López Barrera.

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E M P A Q U E V E R D E , V I D A G R I S

“¿Lo quiere en bolsa ecológica o de plástico?”, mepregunta el empleado de la caja. Miro al trabajadoreventual, un niño, y veo la bolsa (decorada con or-namentos verdes) que me ofrece; pienso que lasubsistencia del muchacho que mete en ella miscompras (la mitad, por cierto, en empaques apenasdegradables) no es para nada ecológica; su sueldocomo empleado y sus condiciones de trabajo noson sustentables: no le alcanza para hoy, y menospara mañana. .

Los trabajadores reciben un salario de miseria, ynosotros pagamos más del doble de lo que deberíavaler cada cosa. Nos han cobrado desde laspatentes —que no son nuestras— hasta la innece-saria publicidad impresa en plásticos y cartonesque cubren toda la tienda, el aire acondicionado, la

luz artificial intensa, un sobrecargo por uso de la tar-jeta de crédito —aunque no la usemos—, el serviciode vigilancia —que cuida que no robemos nada—y la bolsa “ecológica” misma. .

Las corporaciones, y muchas empresas públicas yprivadas a su servicio, aprovechando la tragediaque ellas mismas propiciaron durante décadas, nosofrecen ahora soluciones “verdes”, energía “limpia”,ecología y sustentabilidad a la medida del mercado,es decir, de su provecho. Aplicando remedios par-ciales a la problemática ambiental, dejan de lado lassoluciones apremiantes que no les reportan be-neficios. Décadas de denuncias, advertencias cien-tíficas y reglamentaciones tardías son maquilladasa su conveniencia. Aprovechándose de la crisisclimática —natural y enfatizada—, a efecto de con-

vertirla (vaya cinismo y desvergüenza) en lucro, im-ponen a los gobiernos políticas de Estado estraté-gicas para sus intereses y ganancias. .

Hoy, algunas corporaciones y prominentes perso-najes, se hacen conversos ambientalistas y pro-mueven fundaciones para la “protección” del medionatural y “la vida silvestre”. Se encargan de explicar asu manera el problema; nos distraen y asustan. Noshacen culpables del consumismo y del desperdicio,y nos dejan la responsabilidad de lidiar con el pro-blema mientras nos venden lo de moda: tecnologíasy métodos de análisis para producir ciudades y arquitectura, diseños y servicios “verdes”… para unavida gris. .

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La evolución progresiva de una economía haciamejores niveles de vida se llama1 desarrollo.2

Cuando le añadimos a su propósito los términossostenido, perdurable o sustentable3, estamos in-dicando la manera de hacerlo. .

Nuestro futuro común fue el título original del do-cumento, publicado en 1982, conocido como “In-forme Brundtland”4. Resultado de al menos tresdécadas de advertencias de especialistas respectode las crisis sociales y medioambientales que seavecinaban, popularizó el concepto de desarrollosustentable (sostenible, perdurable) como aquelque satisface las necesidades del presente sincomprometer las necesidades del futuro: ¿tenerpara hoy y tener para mañana en una economía queevolucione siempre hacia mejores niveles de vida?.El Informe Brundtland proporcionaba “[…] una visión crítica del modelo de desarrollo adoptado por los

países industrializados e imitado por las nacionesen desarrollo […] Ya no se trata de que los pobressigan el camino de los ricos”. Reconocía que ladegradación ambiental es consecuencia tanto de lapobreza como de la industrialización, y que ambos,países ricos y pobres, debían buscar un caminonuevo. Destacaba “la incompatibilidad entre losmodelos de producción y consumo vigentes y la ca-pacidad de soporte de los ecosistemas”: no debe-mos seguir agotando los recursos naturales yhumanos si queremos tener suficiente para hoy y

suficiente para mañana. .

El Informe Brundtland, sin embargo, no fue más queun paliativo al nuevo rumbo de la economía mundial:el neoliberalismo. Su propuesta de sustentabilidadconfiaba aún en el modelo del crecimiento perma-nente y la fe en el Estado benefactor y regente de laeconomía y la política; era la descripción de un“mundo ideal”, impracticable en el neoliberalismo(Ecología radical, 2011).

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N E P A N T L A

Andar caminando sobre nepantla es muy difícil

Son necesarias pulcra voluntad, digna rabia

Y saberse cómplices… 1

1 Mónica Inzúa, comunicación personal, 2011.2 Según el Diccionario de la lengua española,

Real Academia Española (22ª ed., 2001).3 Para una discusión sobre los conceptos sostenible ysustentable véanse: <www.mdp.edu.ar/index.php?key=2926> y<www.analitica.com/bitblio/amarquez/sostenible.asp>.4 Elaborado por la Comisión Mundial para el Medio Ambi-ente y el Desarrollo de la ONU, presidida en ese entonces por GroBrundtland, primera ministra de Noruega.

subordina a lo económico y, en otras ocasiones, lo políticose funde en lo económico y ambos se hacen indistinguibles.

En todo este embrollo aparece un hermano menor que en lapráctica queda siempre relegado. Nos referimos a lo técnicoque queda subordinado a lo político y entendiblemente a suviabilidad económica. [Aunque] el tema no queda ahí, sucedeque a veces lo técnico intencionalmente se pone al serviciode lo político o de lo económico o queda relegado por su re-beldía al status quo. Pero lo técnico también tiene sus cosaspues en ocasiones se resiste a convivir con su hermanopolítico: el conocimiento local. .

En todo este conflicto de poderes y de asimetrías reales,queda preguntarnos si el planteamiento de desarrollosostenible es aséptico o es desarrollo sostenible conrelación a un modelo civilizatorio. De lo que sabemos, vemosy sentimos, el modelo civilizatorio actual no ha logrado el de-sarrollo sostenible. El boyante crecimiento económico demuchos países (aunque actualmente fuertemente golpeado)se ha realizado en detrimento del sistema atmosférico y elcambio climático es un indicador tangible [de] que no hahabido tal desarrollo sostenible (Arce, 2009: ver página weben bibliografía). .

Aunque en teoría bajo el concepto de desarrollo sos-tenible se da un peso específico equitativo a cada dimen-sión, en la práctica priman los componentes económicosy políticos. Es más, se diría que la lógica es asegurarprimero lo económico para que todo lo demás se justi-fique. […] A veces nos queda la sensación que lo político se

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Luego del Informe Brundtland vendrían la De-claración de Río (Conferencia de las Naciones Unidassobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, Río deJaneiro, junio de 1992)5 y el Programa o Agenda 21.6

También la Carta de la Tierra (1992-2000)7 y la De-claración sobre la ciencia y el uso del saber científico(Conferencia Mundial sobre la Ciencia para el sigloXXI, Budapest, Hungría, 26 de junio a 1 de julio de1999).8 Y junto a ellas muchas otras propuestasnacidas de organismos regionales y partidos, de gru-pos contestatarios del discurso oficial, como la De-claración de Anchorage, emanada de la CumbreMundial de los Pueblos Indígenas sobre el CambioClimático (abril de 2009)9 o la Declaración Ecoso-cialista de Belem (Conferencia Ecosocialista de Parísde 2007), que entre otras cosas señalaba: “Elmovimiento ecosocialista tiene como objetivo de-tener y revertir el desastroso proceso de calen-tamiento global en particular y el ecocidio capitalistaen general, y construir una alternativa radical a lapráctica y el sistema capitalista”.10 Criticando tanto“la ecología de mercado, como el socialismo produc-tivista, que ignoraban el equilibrio de la tierra y suslímites”, la Declaración Ecosocialista redefinía la rutay el objetivo del socialismo dentro de un marcoecológico y democrático. .

Entre las reflexiones que el nuevo interés de socia-listas y movimientos libertarios generó por lostemas de la ecología, hay dos muy importantes. Laprimera es que no podemos culpar sólo a la natu-raleza de los desastres y las catástrofes “naturales”,entre ellos el cambio climático. La naturaleza actúay podemos predecir sus efectos; las catástrofessobrevienen cuando nos ponemos irresponsable-mente en su camino. La segunda reflexión es queel tema del cambio climático se ha convertido enuna coartada de los capitalistas para evadir culpas,como diría Manuel Toharia (2009): :

La Organización de las Naciones Unidas para la Edu-cación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y otras ins-tancias de la Organización de las Naciones Unidas(ONU) han convocado, reunido y, en declaraciones(generalmente desconocidas por la mayoría), com-prometido a casi todas las naciones (incluidas usualmente las más desposeídas) en la tarea de

terminar con la depredación de naturaleza y cul-turas. Existen además cientos de grupos y redes al-ternativas,11 empresas y agrupaciones de serviciosque llevan adelante programas de información alusuario de sus emisiones contaminantes, la energíainvertida y otros datos relacionados con algunos desus productos y servicios. Algunos han entendidola advertencia y ven hacia el futuro, rediseñando susmodos de pensar el problema y ofreciendo solu-ciones sensatas: nuevos tipos de productos y ser-vicio, otras maneras de aprovechar los recursos,otras formas de considerar al usuario. Pero no faltanlos que a la verdad suman el oportunismo yaprovechan la crisis para vendernos solucionesparciales, remiendos, ilusiones, programas políticosy nuevos desengaños.12 Es asombrosa la cantidadde acuerdos internacionales y locales sobre la saludmental y física, económica y social de la humanidad;respecto de la protección del medio ambiente y elmanejo de sus recursos. Se ha dicho todo lo nece-sario; falta hacer lo necesario. .

Desde el diagnóstico temprano —por los visiona-rios que nos advirtieron— hasta el tratamiento delenfermo —que pareciera terminal (por los excesossin marcha atrás)—, escuchamos lo mismo: se nospasó la mano en la explotación del ser humano y delos recursos (que se van haciendo escasos), así

Creo que es muy cómodo para los poderes políticos yeconómicos atribuir a una causa externa errores propiosdel capitalismo y de la política económica de los países.Ésta es la gran coartada del dinero, de la economía, delas grandes corporaciones y de los políticos para decir:“no hemos sido nosotros, es el mal diablo que ha venidoa hacernos daño”. Por otro lado, los científicos están en-cantados: les dan dinero para investigar, que es lo queellos quieren hacer. .

5 Véase: <www.un.org/spanish/esa/sustdev/agenda21/riodeclaration.htm>.6 Véase: <www.un.org/spanish/esa/sustdev/agenda21/agenda21toc.htm>.7 Véase: <www.cartadaterrabrasil.org/esp/text.html>.8 Véase: <www.unesco.org/science/wcs/esp/declaracion_s.htm>.9 Véase: <www.semarnat.gob.mx/apoyossubsidios/programasparalospueblosindigenas/documents/anchorage.pdf>.10 Véase: <www.nodo50.org/codoacodo/abril2009/belem.htm>.

11 Un par de ejemplos (hoy día entre muchos otros)son el Banco Grameen, entre las bancas alternativas o banca ética,como se la conoce, y el grupo Ashoka, una “red global de […]personas con visión, talento y creatividad que resuelven losproblemas sociales o ambientales más apremiantes de laactualidad, de la manera más innovadora […]”.Véanse, respectivamente: <www.grameenarg. org.ar/home.asp>y<http://mexico.ashoka.org/>.

12 Algunos de sus militantes —es inevitable señalar— eran“marxistas” refugiados del fin de la guerra fría, de la caída del “socialismoreal” en la Unión Soviética, del desengaño por un modelo eco-nómico ypolítico que distaba de lo que Marx propusiera. Muchos de ellos, incluso,arribaron a las filas de los medioambientalistas con una visión ligera yconfusa de la izquierda (cosa que la derecha aprovechó): centrando suatención en la vida silvestre y el cambio climático, olvidaron lo social, lo político, lo humano.

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como en las necesidades, que hicimos muchas. Y esque los diseños (nuestras prótesis) son seductores;las técnicas y las tecnologías, apasionantes; el des-cubrimiento, lo nuevo y lo diferente, irresistibles. Todoalimenta nuestra casi ilimitada capacidad de construirmetáforas, hacer distinciones, cuestionarnos lo di-verso, hacer probable lo imposible, creer y soñar comola especie privilegiada en la que todos somos poetas,coleccionistas, científicos, magos, creativos ycreyentes, gracias al pensamiento agrandado por lapalabra y a un imaginario acrecentado por la concien-cia, pero en la que también —y por todo ello— somosoportunistas y subordinables. .

Nos enseñaron de niños lo bien que se vivía en las na-ciones llamadas “ricas”. Llenaron nuestro imaginariocon miles de imágenes que nos mostraban la evolu-ción progresiva de su economía hacia mejores nivelesde vida. Queríamos ser como ellos, alcanzarlos desdenuestro “piso inferior del desarrollo”. Nos pidieron pa-ciencia y prometieron bienestar para todos. El modelode crecimiento permanente, perpetuo, nos llenó deideales, esperanzas y espera. Pensábamos que bien-estar era esa ostentación, esos magníficos escenar-ios para los servicios, esa vida feliz que rebosaba;creímos que el desarrollo provenía de su lengua y sucultura, de sus universidades, y deseamos hidroeléc-tricas, plantas nucleares y aerogeneradores; grandescorporaciones y bolsas de valores; campos cultivadose invernaderos ocupando todo el paisaje; una casa enpropiedad, crédito y endeudamiento; supermercadosllenos de mercancías y tiendas departamentales delujo; rascacielos, carreteras y automóviles, y mil di-seños por consumir.

Anhelando los productos se nos pasó preguntar porqué ellos poseían y administraban el saber, la tec-nología y riqueza que miles de humanos, de distin-tas naciones, habían producido durante siglos.¿Acaso trabajaban más que nosotros, o eran másinteligentes y creativos? ¿Cómo lograron que losimitáramos? Anhelando los diseños y servicios senos pasó preguntar por los procesos para llegar aellos (explotación, saqueo, propaganda, guerras,etc.) y las consecuencias de producirlos (contami-nación, consumismo compulsivo, dependencia… yun gran miedo a quedarse sin ellos). .

También nos enseñaron a confiar en los políticos yla policía; nos dijeron que en los bancos cuidabande nuestro dinero, y que en la guerra nosotroséramos del bando de los buenos. .

Estamos entre dos mundos —nepantla,13 se diría enlengua náhuatl—: entre un modo de vida en el queaún creemos, y vivimos con satisfacciones y culpas,y otro modo de vida distinto, en el que queremoscreer y suponemos será mejor, a pesar de laspenurias en la transición. .

¿Qué nos queda por hacer? ¿Adaptarnos? Los sereshumanos nos amoldamos rápidamente; hemosaprendido a sortear los rigores del medio ambientefísico, tanto como los que proceden del social. Perolo hemos hecho cuando tenemos margen de de-cisión y movimiento: territorios desocupados, recur-

sos y tecnologías a la mano, confianza en nosotros ynuestros líderes, etcétera. Con nada de esto conta-mos hoy día la mayoría de la gente. ¿Podemos re-ducir los excesos? No mientras queramos disponerde todo en todo momento. ¿Podríamos vivir demanera frugal? Como especie, sí; como sociedadde consumo, difícilmente. Los modelos económi-cos y políticos que probamos en los siglos re-cientes ya han fracasado. ¿Quién tiene que haceralgo? ¿Los gobiernos, las empresas, yo? Tarea debeser de los Estados coordinar los cambios de para-digmas (económicos, políticos, sociales) inscritos enlos acuerdos internacionales; domesticar al sistemafinanciero14 y las corporaciones que hoy los subordi-nan, y disolverse luego en modelos de autoorgani-zación locales y redes globales15. .

¿Qué podemos hacer para entonces y mientrastanto? Para el porvenir, la esperanza, y entretanto, el

13 La expresión fue utilizada por los indígenas, tras la co-lonización española, para expresar ese estado de estupor de ha-llarse entre las viejas y las nuevas creencias. “Estamos en el medio…ni ustedes nos entienden ni nosotros a ustedes.”

14 Especialmente a los Rothschild, Rockefeller, Morgan,Warburg, Lazard, etc., y los grupos e instituciones que les hacencomparsa: el Grupo Bilderberg, el Instituto Tavistok, el Council onForeign Relations, la CIA, la Reserva Federal, el Fondo MonetarioInternacional, el Banco Mundial, etcétera.15 En un correo a sus contactos (con fecha 1/6/2011),Yves Zimmermann nos decía:[…] En Islandia, el pueblo ha hecho dimitir a un gobierno […] se na-cionalizaron los principales bancos; se decidió no pagar la deudaque estos han creado con Gran Bretaña y Holanda a causa de sumala política financiera, y se acaba de crear una asamblea popularpara reescribir su constitución. Y todo ello de forma pacífica. Todauna revolución contra el poder que nos ha conducido hasta la cri-sis actual. […] Dimisión de todo un gobierno en bloque, nacionalización de labanca, referéndum para que el pueblo decida sobre las decisioneseconómicas trascendentales, encarcelación de responsables dela crisis y reescritura de la constitución por los ciudadanos.

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activismo: una línea de acción en la vida pública, y de reflexión en la privada, que nos conduzcan acomprender, explicar y denunciar las causas, paraasí, con otros, controlar los efectos y proponermejores opciones para el planeta y la humanidad.Tampoco hay que olvidar que el activismo sensato(el libertario) se ejerce en grupo, con sensibilidad,paciencia y alegría (dosis fuertes de inteligencia,dignidad y buen humor). .

Estamos entre el “ya no” y el “todavía no” (estamosnepantla). Los problemas persistirán si no dete-nemos el ritmo y las modalidades de nuestrosmodos actuales de producción y de consumo; si nomodificamos nuestras maneras de entender elproblema. El significado del concepto sustentabili-dad debe ser comprendido en sus dimensionestanto económica como antropológica. La sus-tentabilidad ha de ser producto de una éticabasada en los derechos humanos16 y la compren-sión del daño a la naturaleza. De nada sirve decirse“ecologista” y defensor de la “madre tierra” si no seconsideran los problemas económicos y políticos,psicológicos, antropológicos y sociales implica-dos; las causas y los causantes de las desgraciasy desequilibrios. .

16 Véase: <www.cartadaterrabrasil.org/esp/text.html>.

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E C O L O G Í ACIENCIA QUE ESTUDIA LA RELACIÓN

ENTRE LOS GRUPOS HUMANOSY SU AMBIENTE, TANTO FÍSICO

COMO SOCIAL.

I M P A C T O Y C A R G AAMBIENTAL

EFECTOS INMEDIATOS Y A LARGOPLAZO QUE UNA DETERMINADAACCIÓN PRODUCE SOBRE EL

MEDIO AMBIENTE.

H U E L L AE C O L Ó G I C A“QUÉ TANTA NATURALEZA

REQUIERE NUESTROESTILO DE VIDA”

E C O I N D I C A D O R E SCIFRAS QUE VALORAN EL IMPACTO AMBIENTAL

RESULTANTES DE UN PROCESO DETRANSFORMACIÓN Y CONSUMO DE UN

RECURSO, SU DISTRIBUCIÓN COMO MATERIAPRIMA O PRODUCTO, SU USO Y SU DESECHO.

ECO:OIKOS,”CASA”

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Día a día se realizan nuevas investigaciones y se de-sarrollan algoritmos para intentar reflejar la comple-jidad de las interrelaciones entre factores climáticosy humanos. Para cada producto o conjunto de ellos,en cada etapa de la producción, el consumo y eluso, se evalúan materiales, energía, desechos, etc.,mediante un grupo de herramientas que conoce-mos con el nombre genérico de ecoindicadores.Las bases de datos de estos ecoindicadores seactualizan continuamente; también se creannuevos programas para aplicarlos al diseño.

El propósito de este ensayo no es profundizar en eltema de los ecoindicadores, del que otros textospueden dar mejor cuenta.17 Describiré aquí sola-mente algunos conceptos centrales de los quehacemos uso cuando nos referimos al tema.

Ecología es la ciencia que estudia las relacionesde los seres vivos entre sí y con su entorno, y estambién —para la sociología— la ciencia que es-tudia la relación entre los grupos humanos y suambiente, tanto físico como social. La palabraprocede del griego antiguo: oikos, “casa”, y logos,“conocimiento”. “El oikos era el centro a cuyo

alrededor estaba organizada la vida,18 a partir delcual no sólo se satisfacían las necesidades materi-ales, incluyendo la seguridad, sino también las nor-mas y los valores éticos, los deberes, obligacionesy responsabilidades, las relaciones sociales y lasrelaciones con los dioses” (Gallego, 2003:18)..La huella ecológica representa la cantidad de terri-torio ecológicamente productivo (tierras, cultivos,pastos, bosques, ecosistemas acuáticos, etc.)necesario para albergar y producir los recursosconsumidos —directa o indirectamente— por unapersona o un grupo, por un producto o una activi-dad y por una población dada con un modo de vidaespecífico, así como para asimilar los residuos de ellos derivados. Es, en pocas palabras, un indicador

de qué tanta naturaleza requiere nuestro estilo devida. Expresada en hectáreas globales (hag) —“unidades estandarizadas que toman en cuentalas diferencias en productividad biológica de los di-versos ecosistemas”—,19 la huella ecológica (porcategoría de consumo y por tipo de bioma) es unaherramienta que nos ayuda a reflexionar sobre losexcesos y el impacto de los modos de produccióny nuestros patrones de consumo, resultado—como veremos más adelante— de las necesi-dades percibidas, los deseos y los imaginarios di-versos que, en conjunto, nos dictan una forma devida.

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A L G U N O S C O N C E P T O S Y H E R R A M I E N T A S R E L A C I O N A D O S C O N E C O I N D I C A D O R E S

17 El propósito en este libro es describir lo que llamo ho-moindicadores y la historia de vida del objeto; comprender qué sony cómo se aplican al diseñar.

18 Consúltese: La huella ecológica, Centro para laEconomía Sustentable, en: <www.myfootprint.org/es>. Las calcu-ladoras de la huella ecológica, como ésta, muestran cuántas hec-táreas se requieren para mantener el ritmo de vida de una persona,y cuántos planetas Tierra se necesitarían si todos los habitantesvivieran al mismo ritmo de consumo y desperdicio que los ciu-dadanos medios de países como Estados Unidos. La huellaecológica de esta nación supera por mucho las capacidades delplaneta, lo cual es posible solamente gracias a las carencias y lahuella ecológica menor de las naciones más empobrecidas.Véanse también: <www.slideshare.net/pablitisclark/huella-ecoló-gica-2907418> y <www.ladyverd.com/articulo/258/la_huella_eco-logica_como_estrategia_empresarial.htm>.

19 Véase:<www.myfootprint.org/es/about_the_quiz/what_it_measures//>.

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El impacto y la carga ambiental son los efectos inmediatos y a largo plazo que una determinada ac-ción produce sobre el medio ambiente. Igual queocurre con el concepto de cambio climático,20 aludena la responsabilidad humana.

Los ecoindicadores son cifras que valoran el impacto yla carga ambiental resultantes de un proceso de trans-formación y consumo de un recurso, su distribucióncomo materia prima o producto, su uso y desecho.

Existen muchas herramientas, programas electróni-cos, bases de datos, aplicaciones y guías de trabajorelacionadas directamente con los ecoindicadores. Acontinuación menciono algunos:

- Ecoindicador 99 (y su antecedente, el 95). Aplicadodesde hace más de una década en trabajos académi-cos y diseños profesionales, utiliza unidades que seexpresan en “puntos/unidad funcional”. La “unidadfuncional” se refiere a un kilogramo, un litro o unapieza del material para el que se ha generado elecoindicador. Por ejemplo, la producción de cobretiene un ecoindicador de 1.4 pt/kg. Esto significa queproducir un kilo de cobre origina un impacto ambien-tal de 1.4 puntos.21

- Mapas de fuentes (Sourcemaps). Representan grá-ficamente las rutas o flujos de los insumos, consumode energía y cadenas de abasto que la producción yla obtención de un bien entrañan.22

- Matrices de análisis MET (materiales, energía, pro-ductos tóxicos). Muestran en forma de matriz los im-pactos ambientales por consumo de materiales,consumo de energía y emisiones tóxicas asociadosa cada una de las etapas de vida del producto.

- MIPS (Material Input per Service Unit) [insumos ma-teriales por unidad de servicio]. Cuantifica el con-sumo de materiales y energía para la obtención de unbien, dividido por la unidad de servicio prestado. Losinsumos materiales y de energía se agrupan en cincocategorías: materiales abióticos, materiales bióticos,alteración del suelo, agua y aire.

- Evaluación de cambio de diseño (ECD). Herra-mienta que analiza la generación de residuos tóxicosasociados a las distintas etapas de vida de un objeto.

- Valoración de la estrategia ambiental (VAE) / Ruedade LiDS (Lifetime Design Strategies). Sitúa en un dia-grama (tipo “tela de araña”) las estrategias de mejorade diseño comparando el impacto ambiental de dosproductos (generalmente un objeto actual contra unnuevo diseño).

Otras herramientas comunes en la indagación delimpacto potencial de un producto, un proceso o unaactividad en el medio ambiente son el análisis delciclo de vida (ACV) y su complemento, el análisis delinventario. Por medio de ellas se cuantifican y exa-minan, a efecto de identificar problemas y opciones,

el uso de recursos (“insumos”: energía, materias pri-mas, agua y las emisiones ambientales descargas alaire, agua y suelo) asociados con un producto, pro-ceso o actividad que se está evaluando.

Biodegradable se refiere al material que puede descomponerse en nutrientes y biomasa, por la ac-ción de microorganismos y en presencia de oxígeno,en condiciones que normalmente se dan en la natu-raleza.

Degradable es aquel material al que se han añadidoaditivos que aceleran su desintegración física por laluz ultravioleta (fotodegradable) o por la oxidación(oxodegradable). El material se fragmenta en partícu-las diminutas que no se ven, pero que en realidadpermanecerán durante largo tiempo en el entorno,antes de que pueden ser asimiladas por la naturaleza.

Reciclables son aquellos materiales o productosque, una vez desechados, nos permiten, por mediode un proceso mecánico o fisicoquímico, obtener denuevo materia prima para fabricar los mismos u otrosproductos. Con el reciclaje, se contribuye a solventarla escasez de la materia prima y, generalmente, sereintroduce en la circulación un objeto nuevo.

Al reciclar, lamentablemente, no se regresa a la natu-raleza la materia extraída. En efecto, se reaprovechalo que desechamos, pero el desperdicio regresa a lacirculación como parte de otro producto comercial.Reciclar es el empate (uno a uno) con un nuevo ob-jeto a la muerte de otro. Así, utilizando como negociola “reencarnación” de la materia, se ponen en circu-lación nuevos objetos, en lugar de cuestionar su exis-tencia. Los problemas de la sobrepoblación deobjetos y su número creciente, del consumismo de-

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20 La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre elCambio Climático usa el término para referirse sólo al cambio porcausas humanas (artículo 1, párrafo 2):

21 Un punto (pt) es la centésima parte de la carga ambien-tal anual de un ciudadano medio europeo. No olvidemos que setrata de un valor relativo que proviene de poblaciones con condi-ciones tecnológicas y sociales peculiares, y con una particularforma de vida.

Por “cambio climático” se entiende un cambio de climaatribuido directa o indirectamente a la actividad humanaque altera la composición de la atmósfera mundial y quese suma a la variabilidad natural del clima observada du-rante periodos de tiempo comparables. También se lellama: cambio climático antropogénico.

22 Consúltese: <www.sourcemap.com>.

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saforado y el agotamiento de los recursos naturales,del aumento y dispersión de la basura (lo que sedesecha) y el desperdicio (lo que no se aprovecha)de ninguna manera se resuelven con el reciclaje, queparece solamente reciclar los mismos abusos(Álvarez, 2010a, b, c).23

Reutilizables son aquellos objetos y materiales quehabiendo sido desechados, pueden ser modificadospara obtener de ellos otros servicios, o sin modificarpueden ser aprovechados para otros usos, o elmismo, por otro usuario. Un objeto es reutilizable sialgunos de sus componentes son restaurados o sicon sus partes se produce otra cosa.

Cuando investigamos la huella ecológica de un pro-ducto o de un servicio y aplicamos los ecoindica-dores para identificar su impacto y cargaambientales, pronto se descubre cómo se entrelazanmultitud de variables que no son las mismas, ni tienenlos mismos valores, en todas las regiones geográfi-cas ni en todas las culturas. No existe una línea di-

recta para obtener resultados confiables, menos uni-versales. Es necesario un trabajo arduo y cuidadosoque atienda los múltiples factores locales aplicables,pues estamos midiendo acciones y decisiones, de-seos y necesidades de seres diversos que ocupangeografías e historias distintas. Las creencias y for-mas de vida; los hábitos y costumbres; las condi-ciones económicas y sociales, psicológicas y medioambientales, geográficas, históricas y políticas, secombinan con cuestiones como de dónde provienenla energía y la materia prima utilizadas, cómo y desdedónde han sido distribuidas; a dónde irán los dese-chos y si hay capacidad para procesarlos, etcétera.Multitud de elementos influyen en qué tanto más efi-ciente será un producto o un servicio, y con que fa-cilidad o dificultad será reciclado o reutilizado.24 Sontantas las variables y los valores reunidos, que aveces no resulta claro qué rediseño ofrece más ven-tajas ni tampoco cuáles serán sus efectos a medianoplazo; qué energía, material, objeto o tecnologíagarantiza mejoras; qué cambios en nuestros hábitospermitirán contaminar menos; qué estamos ha-ciendo bien y qué mal. Así, nos encontramos ennepantla.

Hoy, en medio de las crisis generalizadas (medio am-bientales, económicas, políticas, sociales), las pro-puestas más sensatas son reducir el número deobjetos, hacerlos más públicos (compartidos) ymenos privados, alargar su vida y calidad (contra la

obsolescencia programada), aprovecharlos de mejormanera y reutilizarlos. Por cierto, quienes están mejorpreparados para reutilizar (aprovechando compo-nentes e incluso reciclando los materiales) son losmismos fabricantes de las cosas. Alquilando, que novendiendo el producto, éste regresaría a sus manospara ser rearmado y mejorado en diseño. Si el fabri-cante fuera el dueño del objeto, se encargaría de sumantenimiento y de su recolección como desecho.

Hace siglo y medio incorporamos la “estética” a losproductos que salían de las fábricas (con sus nuevosprocesos de manufactura y tecnologías automati-zadas): nació el diseño industrial contemporáneo ysus secuelas en nuestros modos de consumo y aspi-raciones. El objeto tenía que ser útil y viable su pro-ducción, pero también tenía que ser bello. Pocodespués aprendimos a utilizar la ergonomía, labiónica, la estrategia de negocios y muchas nuevasasignaturas que son parte de la formación de nues-tros profesionales del diseño. El objeto tenía que serútil y bello; también seguro, agradable y oportuno.Hoy, a pesar de lo arduo y las tareas que implica,incorporamos la ecología al diseño, la consideraciónal medioambiente y todo lo humano. El objeto tieneque ser útil, bello, amable y necesario, agradable y se-guro, y también un diseño que valore su impacto ycarga ambiental, sin dejar de valorar su impacto ycarga sobre los seres humanos.

23 Cito un fragmento tomado también de Clemente Álvarez (2010a): El concepto “de la cuna a la cuna”, planteado por Michael Braungarty William McDonough (autores del libro Cradle to Cradle), postulaque los productos sean concebidos desde el principio para que alllegar al final de su ciclo de vida se pueda reincorporar una y otravez al comienzo del proceso. La realidad es que esto no ocurre conmuchos de los productos generados por una planta de reciclado,lo que a veces supone un verdadero problema para encontrar unasalida a algunos materiales reciclados, en especial, en momentosde crisis económica como el actual. Por cierto que, según Braun-gart y McDonough, el fabricar una alfombra o un tapiz a partir debotellas de refrescos, por ejemplo, es sólo “infrarreciclar” (down-cycling), pues entienden que lo único que se logra es posponer sueliminación o su llegada a un vertedero.

24 No es lo mismo reciclar en México que en Alemania;tampoco cómo se reutiliza en un país pobre que en uno rico. Lahistoria al final de la vida de un objeto no es la misma en todaspartes. Véanse los muchos estudios ilustrativos que ClementeÁlvarez ha presentado en el “Ecolaboratorio” (blog ambiental) deldiario El País.

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B IODEGRADABLESE REFIERE AL MATERIAL QUEPUEDE DESCOMPONERSE EN

NUTRIENTES Y BIOMASA

DEGRADABLEES AQUEL MATERIAL AL QUE

SE HAN AÑADIDO ADITIVOS QUEACELERAN SU DESINTEGRACIÓN FÍSICAPOR MEDIO DE LA LUZ ULTRAVIOLETA

(FOTODEGRADABLE) O LAOXIDACIÓN (OXODEGRADABLE)

REC ICLABLEAQUELLOS MATERIALES OPRODUCTOS QUE, UNA VEZ

DESECHADOS, NOS PERMITEN,POR MEDIO DE UN PROCESO,

OBTENER DE NUEVOMATERIA PRIMA

REUT I L I ZABLESON AQUELLOS OBJETOS

Y MATERIALES QUE HABIENDOSIDO DESECHADOS, PUEDEN SER

MODIFICADOS O NO PARASER APROVECHADOS POR ELMISMO U OTRO USUARIO PARAEL MISMO O DISTINTO USO

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Las siguientes son etapas y acontecimientos co-munes en la historia de vida de cualquier objeto2

(algunos productos y servicios no necesariamentelas viven todas; otros viven algunas más.)

COMO PRODUCTO VIRTUAL:

- Proyecto y diseño.- Dibujo, representación, modelo o prototipo.- Agente para la especulación y promesa para elmercado.- Patente, producto registrado, derecho de autor,etcétera.- Créditos y financiamiento para la producción o elconsumo.- Impuestos, permisos, estafas e “imprevistos”.

EN LA PRODUCCIÓN:

- Obtención de la materia prima (minería, extracción,agroindustria, recursos forestales, marinos…).

- Procesos de transformación de la materia prima(fundición, refinerías, aserraderos, plantas proce-sadoras y empacadoras…).- Producción de componentes (fábricas, talleres,laboratorios…).- Fabricación del objeto, ensamblado y otros pro-cesos de producción finales.

EN LOS PROCESOS DE CIRCULACIÓN DE LAS

MATERIAS PRIMAS Y DEL PRODUCTO

FABRICADO:

- Distribución en cada etapa previa y posterior(transportación aérea, terrestre, marítima… y servi-cios complementarios).- Empaques, envases y embalajes (en todas las eta-pas).- Envolturas para la venta, bolsas, etcétera.

EN EL CONSUMO:

- La oferta.- Publicidad y propaganda.- Exhibición y escaparate.- Proceso de intercambio o venta.

EN EL USO Y EL DESECHO:

- Mitos, personales y colectivos, en torno al objeto - Rituales de apropiación; la inauguración, el es-treno, etcétera.

- Manuales e instrucciones, aprendizaje y desarro- llo de destrezas.

- Funciones del objeto y usos que le damos.- Como objeto guardado (sin utilidad).- Escondido o perdido.- Descompuesto (obsolescencia programada).- Robado.- Garantías y servicios.- En reparación.- Mantenimiento o actualización.- Alquilado.- Compartido, prestado.- Como antigüedad.

(objeto de nostalgias y patrimonio).- Viejo o muy usado (destartalado).- Reutilizado.- Inútil (descartado, basura, desperdicio).- Reciclado como material para la construcción de

uno nuevo (la “reencarnación” o rematerialización del objeto).

La historia de vida del objeto es una guía en el pro-ceso de diseñar. Ayuda a proyectar (prever, consi-derar y proponer estrategias) en cada una de lasetapas y acontecimientos probables en la vida deun objeto. Nos invita a comprender los vínculosentre diversos momentos de la existencia real y vir-tual de las cosas, y nuestras interacciones con ellas;

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H I S T O R I A D E V I D A D E L O B J E T O 25

25 Una presentación diferente y complementaria de estecapítulo puede leerse en la sección tercera de mi libro Contribu-

ciones para una antropología del diseño (Martín, 2002).26 Las etapas son periodos (fases, lapsos) que incluyendiversos sucesos, hechos, casos, eventos, accidentes, circunstan-cias, situaciones, episodios, etc. (sinónimos todos de la palabraacontecimientos). Por objeto me refiero tanto a la ciudad como auna edificación cualquiera, a un sofá, como a una herramienta, unservicio, la indumentaria o el paisaje, o el más sencillo grafismo.

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a comprender las variables que se entrelazan en undiseño desde su creación hasta su olvido.

La historia de vida de un objeto (o de un servicio) esun mapa de acontecimientos en el proceso de vidade las cosas; una guía que nos invita a reconocer losaspectos sociales y antropológicos, así como el usoque hacemos de la energía y los recursos naturales.

La protección de la naturaleza y los derechos hu-manos deben formar parte de cada etapa y acontec-imiento en la historia de vida del objeto;27 amboselementos deben ser el sustento para mejorar lo imprescindible, y finalmente prescindir de lo que impideun buen diseño.

Algunos acontecimientos en la historia de vida pare-cen propios de la “naturaleza” del objeto, indispens-ables para que éste exista. Otros son producto deciertos modelos económicos, sociales y políticosque hemos adoptado. No podemos prescindir deproyectar y diseñar, o de la representación y los mod-elos, de extraer materia y energía del medio ambi-ente, o de utilizar y desechar las cosas, pero sípodemos prescindir de patentes, créditos y especu-lación; de tantas envolturas y propaganda; de la pér-dida por robo o la obsolescencia programada,etcétera.

El agio (práctica sustancial de la banca y los sistemasfinancieros), la estafa o los impuestos, el abuso y laexplotación del trabajo humano (principios sustan-ciales del modelo económico dominante) no sonpropios de la “naturaleza” del objeto, de la existenciade las cosas y los servicios; se trata de eventos y cir-cunstancias a las que nos han acostumbrado: pro-cesos y episodios en la vida de las cosas que noshan hecho creer inevitables. ¿De qué podemosprescindir? ¿Qué otras opciones tenemos?

La historia de vida de un objeto (o de un servicio) nosayuda a diseñar de otra manera. Aparte de reconocerel uso que hacemos de energía y recursos, nos per-mite considerar los aspectos sociales y antropológi-cos; los asuntos concernientes a la explotación dela fuerza de trabajo y el tiempo humano, la calidad devida y el bienestar; las sutiles u ostentosas modali-dades con que se abusa por medio del costo de lascosas.

16

27 Al efecto puede ayudarnos la antropoética: una éticaque concierne a todo lo humano en armonía con todo lo no hu-mano en la naturaleza.

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5

EN EL USOY EL DESECHO

1PROYECTOY DISEÑO

HISTORIA DE VIDADEL OBJETO

2EN LA

PRODUCCIÓN

3EN LOS PROCESOS DECIRCULACIÓN DE LAS

MATERIAS PRIMAS Y DELPRODUCTO FABRICADO

4EN EL

CONSUMO

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Llamo homoindicadores a los medios de evaluaciónque nos permiten reconocer el abuso y la ex-plotación del ser humano en las diversas etapas dela historia de vida de los objetos. El propósito deconocer y tomar en cuenta los homoindicadores esdesarrollar contrapropuestas, diseños y solucionesque proporcionen bienestar y respeto a la dignidadhumana y toda forma de vida.28

Tres son los homoindicadores principales:

— los que nos indican el porcentaje quecorresponde a cada una de las etapas de vida en elcosto final de un producto;— el que refleja el tiempo humano invertidoen un objeto o un servicio, y— aquellos que nos muestran la explotaciónde la fuerza de trabajo y la calidad de vida dequienes intervinieron en su producción.

Homoindicadores de porcentaje

¿Qué porcentaje del costo de un producto o de unservicio corresponde a su creación, cuánto a sufabricación, cuánto a la publicidad y la comercial-ización? Al adquirir un diseño, ¿qué porcentaje de suprecio pagamos por las patentes o el registro de lasmarcas (que pertenecen al empresario aunquenosotros las financiamos)? ¿Qué tanto aumentan elprecio de un objeto los intereses que le cobraron alempresario en créditos para la producción; o por losimpuestos, las multas y los sobornos que paga, yque luego carga al precio final del producto o delservicio? ¿Cuánto pagamos por la propaganda quenos cobran para convencernos de comprar lascosas?... ¿Y cuánto más tendremos que pagar luegopor el uso, el mantenimiento y el desecho (del quepor cierto nos hacen responsables)?

Antes de adquirir un producto (¡incluso sinadquirirlo!) pagamos para que el empresario puedaofrecernos sus servicios y obtenga su lucro. ¿Cuáles el gasto social por la externalización (como la lla-man los economistas)?; es decir: ¿cuánto pagamospor las carreteras, la urbanización, los servicios decomunicación, las guerras, los basureros, etc., quelas corporaciones necesitan para vender sus pro-ductos y servicios? ¿Cuánto nos cuestan el miedoy el estrés, las enfermedades físicas y mentales queprovocan?

El costo de cada etapa en la historia de vida de unobjeto —y en consecuencia el porcentaje corres-pondiente que pagamos en el precio final— es muyalto, pues desmesuradas son las ganancias y mu-chos los intermediarios y abusos: protección dederechos y monopolios; créditos bancarios cos-tosos; impuestos estatales incoherentes, multas ycorrupción; maquila dispersa por el mundo y trans-portación ineficiente; publicidad innecesaria; irres-ponsabilidad e indiferencia del productor por lacalidad, etcétera.

Un ejemplo:29

18

H O M O I N D I C A D O R E S

1 Concebí inicialmente el término homoindicadores y sudefinición —enriquecida en los últimos años— en el año 2008 parala página web del Taller de Servicio Social: Desafíos del diseño enlas próximas décadas, del Centro de Investigaciones de DiseñoIndustrial, en la Facultad de Arquitectura de la Universidad NacionalAutónoma de México. Los participantes en el taller contribuyeroncon su esfuerzo a generar muchas de las ideas que aquí expongo.De nuevo mi agradecimiento para todos ellos.

29 El testimonio (obtenido en septiembre de 2011, en laCiudad de México) es de un colega que pidió omitir su nombre.

“Tengo una fábrica de muebles que yo mismodiseño.[…] Quiero producir mil sillas y ganar por cada unaquinientos pesos. Producir cada silla me cuesta $1,000.00 entregastos directos e indirectos (materia prima, pro-cesos de producción y ensamblado, empaques,la renta del taller y las oficinas, los servicios y elmantenimiento, etcétera). Así que si quieroquinientos pesos por silla tendré que venderla en1,500.00 pesos.”

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… Por una simple silla. ¿Y cuánto pagamos de máspor un simple café en alguna cafetería de moda? ¿Porun vuelo aéreo? ¿Por un vivienda o un celular? No esextraño que la tercera parte del precio que pagamospor un refresco sea por los gastos en su publicidad;o que por un automóvil paguemos casi tres cuartaspartes en impuestos y ganancias para el distribuidor.Si me lo venden en cien… producirlo seguro costó (¡yya con jugosas ganancias!) solamente veinticinco.

Para obtener los homoindicadores de porcentajeasociados a un objeto o servicio hay que conocerqué porcentaje estamos pagando por concepto de:

- el proyecto y su diseño;- el costo de patentes y derechos de autor;- los gastos derivados de la obtención decréditos y financiamientos para la producción o elconsumo;- los gastos que proceden del pago de im-puestos y, con frecuencia, de la estafa por autori-dades abusivas;- las ganancias obtenidas (lucro) a partir de laexplotación y el deterioro en la calidad de vida del serhumano y la naturaleza (desde la extracción de lasmaterias primas hasta la fabricación del objeto);- las ganancias que se derivan de la distribu-ción, el transporte y la comercialización de compo-nentes y productos terminados;- los costos de la publicidad y la propaganda;- y los gastos adicionales durante el uso yposteriormente el desecho del objeto.30

Los homoindicadores de porcentaje revelan datosque nos invitan a proyectar de manera diferente; porejemplo: con el uso de tecnologías y códigos abier-tos; con diseño participativo; en cooperativas de pro-ducción o de consumo; en propiedad y usocolectivos; con comercio justo y otras formas deintercambio y trueque; en redes de informaciónautónomas; con empresarios responsables social-mente...

El primer propósito de los homoindicadores esdarnos información, hacernos conscientes de lo quese oculta detrás del elevado precio de las cosas acosta del abuso de seres humanos y la naturaleza. Elsegundo propósito, el más importante, es encontrarotras soluciones.

19

30 Para una lista detallada véase el capítulo anterior,“Historia de vida del objeto”.

“[…] El medio millón de pesos que me planteoganar por las mil sillas incluye mi trabajo comodiseñador, preparar planos, hacer modelos ypruebas, gerencia y administración, etcétera.Aunque te parezca mucho dinero, es poco si locomparas con las ganancias y los precios que elmercado nos permite en este tipo de sillas. Hayempresas internacionales que las hacen simi-lares y a las que producir sus sillas les cuesta lacuarta parte, ¡aunque las venden al mismo precioque las mías! […] Mi diseño incorpora muchas mejoras con re-specto a materiales reciclables y una estéticaoriginal y moderna; por eso decidí protegerlocon un par de patentes; una en México, por laque pagué 10,000.00 pesos, y otra en NuevaYork que me costó 8,000.00 dólares. Estos gas-tos (redondeados) se los cargo al precio de lasilla, que ahora valdrá 1,600.00 pesos.[…] Pedí al banco un crédito por un millón de

pesos que calculo pagar en un año. El banco mecobrará intereses por $200,000.00, que tambiénsumaré al precio de la silla… Ésta costará ahora1,800.00 pesos.[…] En México los impuestos son diversos, y

pueden ser muy altos; estos repercuten en losprecios finales entre un 15 y 20 por ciento omás… Pero aún son peores las multas y “mordi-das”: autoridades corruptas me piden dinero porpermisos e inspecciones, facilitar trámites y per-mitir a los empleados trabajar; al fin de cuentas,por extorsión o por el fisco, tengo que vendercada silla en por lo menos 2,400.00 pesos.[…] Súmale ahora los gastos de publicidad, y elprecio de la silla es ya de 2,600.00 pesos. […] Sinembargo, los que realmente se llevan más dineroson el distribuidor y el vendedor. La silla le va acostar al usuario por lo menos 6,000.00 pesos”

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H O M O I N D I C A D O R E S

LO QUE PENSAMOSQUE PAGAMOS

QUÉ PO RC EN TA J E E S TAMOS PAGANDO PO R CONCE P TO D E :

EL PROYECTOY SU DISEÑO

PATENTES YDERECHOSDE AUTOR

COSTOS DEPUBLICIDAD

Y PROPAGANDA

GASTOSADICIONALES

DURANTE EL USO

GASTOSADICIONALESDURANTE ELDESECHO

PAGO DEIMPUESTOS E“IMPREVISTOS”

GASTOS DERIVADOSDE LA OBTENCIÓNDE CRÉDITOS Y

FINANCIAMIENTOS

GANANCIAS DERIVADASDE LA DISTRIBUCIÓN,EL TRANSPORTE Y

LA COMERCIALIZACIÓN

LUCRO A PARTIRDE LA EXPLOTACIÓNDE LA CALIDAD DE

VIDA DEL SERHUMANO Y LANATURALEZA

LO QUE ENREAL IDADPAGAMOS

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¿Cuántas horas-hombre son necesarias para queexista un bien de consumo? ¿Cuánto tiempo hu-mano se invierte en cada etapa de vida de un pro-ducto o de un servicio?

Si conocemos el número de horas invertidas encada etapa de vida del objeto, obtenemos el homo-indicador del tiempo humano para ese producto oservicio. Así como la huella ecológica se refiere a lamarca que deja el paso del hombre en la Tierra(consumo y desperdicio), la huella homológica serefiere al tiempo humano necesario para generarla.

La huella homológica corresponde, pues, a lashoras-hombre invertidas para que podamos utilizarun objeto o un servicio.31 Siguiendo el ejemplo bienconocido: ¿cuántas horas-hombre son necesariaspara mantener el ritmo de consumo actual de unciudadano medio de Estados Unidos o de la Uniónde Emiratos Árabes? ¿Cuánto tiempo humano serequeriría para que todos los habitantes del planetaviviéramos de esa manera?

¿Cuál es, por ejemplo, la huella homológica que pro-duce una silla como la diseñada por nuestro colega

mexicano?32 ¿Cuántas horas-hombre fueron nece-sarias para que yo pueda adquirir y utilizar una sillacomo esa? Según un cálculo conservador, el ho-moindicador del tiempo humano para dicha sillason 870 horas. Cerca de novecientas horas de tra-bajo humano son necesarias para que yo dispongade dicha silla: horas-hombre en su diseño, en la ex-tracción de la materia prima (madera, minerales ycombustibles), trámites, transformación de los re-cursos, fabricación, transporte, etcétera. ¡Más demil horas!… considerando el tiempo para obtener eldinero y las largas horas deseándola.33

Hay un número pequeño de naciones, y en ellas unnúmero limitado de habitantes, que viven en ciertabonanza gracias al extraordinario número de horasde las que dan cuenta las poblaciones sobreex-plotadas del mundo. La huella homológica de nues-tra especie es descomunal, y todo ello a costa dela calidad de vida de la humanidad misma.

Las huellas homológica y ecológica sirven paraubicar críticamente las dimensiones físicas y tem-porales de nuestras interacciones; son un modo demedir las repercusiones de nuestros modos deconsumir, producir y diseñar.34

Si bien las huellas ecológica y homológica son irre-mediablemente necesarias, lo cierto es que soncorregibles los excesos y el abuso, los malos usosy costumbres, los negocios y el lucro.

21

H U E L L A H O M O L Ó G I C A / H O M O I N D I C A D O R D E L T I E M P O H U M A N O

31 En rigor, en el cálculo de la huella tendríamos que in-cluir también el tiempo de otros seres vivos que para nuestroprovecho explotamos.

32 Véase su testimonio en el apartado precedente.33 ¿Pagué entonces diez pesos por cada hora-hombre(suponiendo que la silla llegue a costar $10,000.00)? ¡No!, no fueasí; realmente pagué mucho menos de mil pesos por los cientosde horas de leñadores y carpinteros, de obreros y empleadas, deburócratas y choferes, estibadores y vendedoras… y más de$9,000.00 por unas cuantas horas de quienes realmente se lle-varon las ganancias.

34 Recuérdese que la ecología estudia las relaciones delos seres vivos entre sí y con su entorno; es decir: intenta com-prender lo humano en la complejidad de sus propias relaciones yvínculos con la naturaleza.

El tiempo es oro...

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El tiempo humano invertido en cualquier etapa devida de un objeto depende de la tecnología utilizaday el grado de tecnificación alcanzado. Con menostecnificación se requiere usualmente un mayornúmero de horas-hombre para realizar un proceso.Pero esto no significa que en un proceso más tec-nificado —que reduce el tiempo humano nece-sario— la explotación de la mano de obra sea menor,pues la explotación depende del salario retribuidopor el tiempo de trabajo (el trabajador nunca percibeel valor real de lo que produce) y de lo que con esesalario se pueda obtener. En igualdad de condicionestecnológicas, salarios menores se traducen enmayor lucro para el dueño de los procesos de tec-nificación y menor bienestar para el obrero.

El producto oculta las relaciones de trabajo bajo lascuales fue producido, señalaba Marx en sus estudiossobre el fetiche de la mercancía. Precios bajos, queparecieran traer beneficios al consumidor, suelen en-cubrir a los beneficiarios reales: los empresarios quelucran con la explotación de la mano de obra barata,siempre abundante y disponible.

Para obtener un homoindicador de la explotación deltrabajo humano, podemos utilizar alguno de los algo-ritmos desarrollados al efecto por los economistas. Elmás sencillo tal vez sea el salario proporcional: salariorecibido por el tiempo humano necesario en realizar unproceso (durante cierta etapa de vida de un objeto ode un servicio). Como se verá más adelante, cuantomás bajo es el salario proporcional, mayor es la ex-plotación.

Utilicemos como ejemplo una silla ensamblada porun solo obrero. ¿Cuál sería el homoindicador de ex-plotación en tres empresas nacionales que ofrecenproductos similares con diferentes niveles de tecnifi-cación: una artesanal, otra semiindustrial, y la tercerauna corporación altamente tecnificada? Supon-gamos que en las tres se paga el mismo salario, 4dólares diarios, por una jornada de 8 horas. Los re-sultados son aproximadamente los siguientes:

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H O M O I N D I C A D O R E S D E E X P L O T A C I Ó N Y D E C A L I D A D D E V I D A

T I E M P O H U M A N O N E C E S A R I OP A R A P R O D U C I R U N A S I L L A

( E N H O R A S )E M P R E S A T I P O

A R T E S A N A L

S E M I I N D U S T R I A L

C O R P O R A C I Ó N

8

4

2

H O M O I N D I C A D O R E S

S A L A R I O P R O P O R C I O N A LP O R S I L L A

( E N D Ó L A R E S )

4

2

1

El tiempo es oro…

¡Bastante oro!, pero ¿para quién?

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El homoindicador menor corresponde a la corpo-ración. Los empleados de este tipo de industria sonlos mayormente explotados; las ganancias de laempresa son muy altas.35 Aunque al final de la jor-nada los trabajadores de las tres empresas recibenel mismo salario mínimo (4 dólares), cada uno pro-dujo un número diferente de productos (una silla enla empresa artesanal, 2 en la semiindustrial y 4 en lacorporación). Producir más sillas en el mismotiempo es beneficioso para la empresa, pero deninguna manera se refleja en un salario mayor.36

Los productos de la empresa artesanal y la semiin-dustrial, que son más caros, sirven además para el-evar los precios promedio a favor de un mayor lucropara las corporaciones internacionales.37

Para obtener un homoindicador de calidad de vidapodemos, por ejemplo, comparar el poder adquisi-tivo con la satisfacción de las “necesidades”. Esdecir, cuánto puedo comprar con mi salario, ycuáles son mis necesidades reales y percibidas.

Aquí hay dos situaciones que nos obligan a sercautelosos con los resultados: primero, el poderadquisitivo depende de mecanismos económicoscorruptos (el sistema de mercado y el sistema mon-etario) que siempre mantendrán insuficientes lossalarios y procurarán hacer mayores los consumos—menos recursos, más necesidades creadas—;segundo, resulta imposible definir con precisiónqué es calidad de vida para unos y otros, y qué esuna “necesidad” para unos, pero no lo es para otros.

La calidad de vida es un asunto tanto cultural comobiológico; tanto de cualidades diversas que mudande una a otra comunidad, como de la cantidad decosas que proporcionan nuestra peculiar idea debienestar. En cada agrupación humana, cada untiempo, los conceptos “calidad de vida” y “bienes-tar” varían; también varía el “nivel de vida”, que es unindicador económico del poder para darse calidadde vida.

La calidad de vida es algo dinámico, impreciso, queno suele ser igual entre generaciones ni entre losindividuos de una misma comunidad. El bienestares un asunto de orden cultural, comunitario e indi-vidual. Aunque resulta obvio que existen mínimosde bienestar, es atrevido normalizar valores en tér-minos de calidad de vida. El bienestar contempla,además de satisfactores físicos (tangibles, como la

salud y el alimento), muchos asuntos intangiblesllenos de sutilezas e interacciones complejas comola libertad, la paz, el placer, la creatividad, la belleza,la salud mental… vivir nuestra diversidad plena, pla-centera y felizmente. Siendo estos asuntos deorden simbólico (polívoco y situacional), solamentelos podremos medir o juzgar por empatía.

Aunque impreciso, el homoindicador de calidad devida es una invitación a indagar y reconocer la com-plejidad de lo humano; diseñar para seres diversos:para la gente, no para usuarios y consumidoresestandarizados, económica o mentalmente.38

23

35 Recordemos que el trabajador en una empresa arte-sanal, o aquel que pertenece a una empresa semiindustrial, estámenos expuesto a la explotación exhaustiva propia de las corpo-raciones. Esta explotación es posible gracias al nivel de tecnifi-cación: el tipo de tecnología que se utiliza (el grado de eficienciaproductiva de esta tecnología), la división del trabajo y el nivel deespecialidad, así como las facilidades de acceso a la materia primao los componentes, y otras ventajas en la producción como crédi-tos, impuestos, permisos, etcétera.36 Esto es lo que se conoce como plusvalía: el valor queel trabajo crea por encima del valor de la fuerza de trabajo (salario)y del que se apropia gratuitamente el empresario.37 Producir en México una silla (con tecnología interme-dia) cuesta más que producir esa misma silla en Dinamarca ymucho más que fabricarla en China. Con menor tecnología, la sillamexicana requiere más tiempo de producción y es la menos com-petitiva. La silla danesa y la china pueden ser producto de la mismaalta tecnología (su fabricación requiere el mismo tiempo); sin em-bargo, la explotación de la mano de obra en China permite colocarsillas en el mercado a mejor precio, a expensas —por supuesto—del bienestar y la calidad de vida de los obreros de este país.

38 Véanse los enlaces siguientes sobre medición de lapobreza; en ellos se describen la dificultad, complejidad, manipu-lación y veleidades en torno al tema:<www.jornada.unam.mx/2009/09/04/index.php?section=opin-ion&article=030o1eco>,<www.jornada.unam.mx/2009/12/11/index.php?section=polit-ica&article=008n1pol> y<www.jornada.unam.mx/2009/12/12/index.php?section=econo-mia&article=018n1eco>.

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No basta con hacer propuestas para alguna etapa sinconsiderar a las otras; tampoco es válido proponeruna mejor solución para una etapa y creer que conello el objeto mejora automáticamente en todos susaspectos: como diseñadores debemos intervenircon mejores propuestas en todo el proceso, en todala historia de vida del objeto o el servicio.

Es una práctica común, sin embargo, aislar o desvin-cular etapas de vida. Se piensa que para obtener un“ecodiseño”, un “diseño verde”, “sustentable” o “res-petuoso del medio ambiente”, basta con resolver losproblemas de una etapa (o algunos acontecimientos)utilizando materiales y procesos con un “mejor”ecoindicador, ahorrando energía, suprimiendo al-gunos de los tantos tóxicos, o desperdiciando unpoco menos. El análisis que se aplica no cura la en-fermedad, sino solamente malestares aislados. Cadaobjeto o servicio es tratado como un problema ais-lado, sin sus interrelaciones complejas con diversoscontextos. Esto es como resolver —siguiendo unaanalogía conocida— algunos padecimientos y mani-festaciones de una enfermedad. El paciente se llenade soluciones parciales a un mal que reside en otra

25

A L G U N A S C O N C L U S I O N E S

39 Utilizo aquí algunos fragmentos (ligeramente editados)provenientes del capítulo “Historia de vida del objeto” del libro (Martín, 2002).

“[…] El vínculo con un objeto es siempre contex-tual: las características de este contexto —tem-porales y espaciales— matizan nuestras rela-ciones con los diseños; esto es obvio, tantocomo que los vínculos con un objeto son dife-rentes según la actividad y los paradigmas queejerzamos con él: no es igual un mismo automóvilpara el consumidor que para el distribuidor; parala obrera o el productor que para un anticuario;para una agente de seguros que para una usuariadel vehículo. Un juguete, un rebozo, una herra-mienta, una computadora o una plaza pública…nunca serán lo mismo para el niño, la mujer joven,el enfermo o la anciana. En el encuentro de lasbiografías de un ser humano con la historia devida de un utensilio convergen circunstancias tandiversas que resulta imposible sostener que deestos encuentros se derivan evocaciones y mani-pulaciones “universales”, idénticas. Siemprehabrá énfasis distintos u omisiones en su utilidady sentido.

Por estos énfasis contextuales y singulariza-ciones, en cada etapa de su vida, el objeto escomprendido y tratado de maneras diferentes. Unobjeto en la esfera de la circulación, por ejemplo,no es el artefacto útil para lo que fue diseñado; el

objeto durante esta etapa es un “bulto” quepuede ser pesado, voluminoso, frágil, delicado;implicar una custodia especial (por ser muyvalioso), o ser simplemente “algo” protegido den-tro de una envoltura. Sin embargo, si está en uso,perdido, en mantenimiento o ya es inservible, elmismo objeto se convierte en un diseño cuyautilidad es altamente valorada.

[…] En cada etapa de vida del objeto, sus arqueti-pos (los diseños previos y antecedentes tec-nológicos) y sus metáforas (sentidos, significa-dos, emociones de las que nos provee) son enfa-tizados de manera distinta. En algunas etapasparecen no tener mayor importancia (pasandesapercibidos); en otras alcanzan relevancia,son puestos en primer plano, caracterizan a laetapa y el objeto adquiere significado por ellos.

[…] Reglas peculiares y azar, ciclos de retroali-mentación y bifurcaciones ocurren durante todaslas etapas de vida del objeto y caracterizan latransición de unas a otras. Lo sutilmente distintoo lo notablemente nuevo nos permiten ver al ob-jeto como algo que va cambiando de sentidoetapa a etapa.”39

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parte (o en el conjunto de ellas): un remedio para elcólico, otro para el dolor de cabeza, otro más paraese dolor muscular; un medicamento para lahipertensión, otro para la fatiga, uno más para la de-presión… Remedios parciales para padecimientosque son producto, tal vez, del estrés en la calidad devida y el bienestar social.

Algunas etapas y acontecimientos de la historia devida de un objeto o servicio definen y son definidaspor sus relaciones con otros objetos. No debemosolvidar que un diseño necesita otros diseños; quecada objeto y servicio conviven con muchos otrosintercambiando significados y utilidades. El resul-tado de la complejidad que nace de estas interac-ciones puede ser previsto. Para ello se requieren lapaciencia necesaria, la investigación, y asumir queésta es parte de nuestras tareas y responsabilidadcomo diseñadores.

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El deseo y la necesidad (propios y ajenos) están pre-sentes durante toda la Historia de vida de un objeto.Cuando diseñamos, guían nuestra interpretación depara quién diseñamos; y cuando usamos las cosas,nos dictan qué hacer y qué pensar por medio deellas. Ambos, deseos y necesidades, van variandoen cada etapa y acontecimiento en la vida de lascosas; a veces se combinan, otras se someten, ymuchas más suplantan a otros deseos y necesi-dades.

El deseo y la necesidad son complementarios: hacefalta el primero para que la segunda aparezca… luegola necesidad nos provee, a su vez, de nuevos antojos,anhelos, esperanzas y afectos (rizos y retroali-mentación; de lo posible a lo probable; de la idea a loshechos, de la idea a las cosas, y de éstas a las ideas).El deseo es intangible; es, como la intui-ción, un pen-samiento emocionado. La necesidad, en cambio, seconvierte en una acción o elemento tangible; un algoque hace físicamente real al deseo. El deseo habitaen la idea, la necesidad en el cuerpo. La necesidad daconcreción del deseo por medio de un objeto: algo oalguien a quien objetivamos (damos forma).

El deseo, según lo define la Real Academia Es-pañola de la Lengua, es “movimiento afectivo haciaalgo que se apetece”. Hacer apetecible un objeto,dirigir hacia él los afectos, es un propósito del di-seño. Afecto, del latín affectus, es el participio pa-sivo de afficêre, “poner en cierto estado”, derivadode facâre, “hacer”.41 El afecto pone en cierto estadolas pasiones del ánimo; nos causa emociones y nosmueve a hacer —con todos sus sinónimos: a crear,realizar, representar, construir, fabricar, ejecutar,etc.— un gesto, una narración, un uso, una acción,un objeto, que harán tangible al deseo.

Los afectos nos conducen a escoger el propósitoprimero de una cosa (y con él los que serán lospropósitos secundarios). Sobre el propósitoprimero se construirá el discurso y el imaginario quesostendrán las creencias, la fe y el deseo en tornoa ese objeto, mientras que los propósitos secunda-rios serán rémoras necesarias, prótesis adheridaspara mejorar o aprovechar aquel “buen deseo”.

El propósito primero (la razón de ser esa prótesis, yno otra) con el tiempo se transforma por la influen-

cia de otras prótesis y metáforas que se le adhieren.Tras la aparente inocencia, o la buena voluntad, delpropósito original suelen cobijarse nuevos afectosy hábitos, necesidades y deseos, que en lugar demejorar nuestra existencia la complican y deterio-ran. Por ejemplo, ese objeto enorme y complejísimoque llamamos la ciudad, nació con el propósito dereunir lo diverso: una prótesis que hiciera posible elafecto por el encuentro y la permanencia prove-chosa, en vecindad, de culturas y comunidades di-versas, con sus propias fiestas, saberes y creencias,pero ahora visibles y tal vez compartidas. Sería laciudad un diseño (la polis y la política) para la con-vivencia de grupos numerosos reunidos en favor deun proyecto común de subsistencia que ofreciera atodos mayores beneficios, mejor calidad de vida.

Con el tiempo —poco a poco en nuestrascabezas— sumamos a su propósito original losafectos por temas como el acopio, el temor a la es-casez, la expansión de territorios, la defensa, elorden en la propiedad, el patriarcado, la seguridad,las reglas y el control político; la hicimos lugar deresidencia y ejercicio del poder sobre los territorioscomerciales conquistados (con la guerra y las mer-cancías); una compleja prótesis para ejercer domi-nios más allá de sus límites, descuidando lo queocurría más acá de ellos.

D E S E O Y N E C E S I D A D 40

Los objetos son prótesis: buenas para usar, aunque a veces no sean un buen diseño;

y son metáforas: buenas para pensar, aunque a veces sean una mala idea.

40 En el capítulo “Necesidad, deseo, habilidades y des-

trezas” del libro Contribuciones para una antropología del diseño(Martín, 2002), pueden consultarse otras argumentaciones que en-riquecen el tema.

41 Tomado del Breve diccionario etimológico de la lenguacastellana (3a ed.), de Joan Corominas, Editorial Gredos, Madrid,1973.

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Cuando los deseos multiplican las necesidades —quea su vez modifican y crean otros afectos y nuevasprótesis para nuestras metáforas—, los propósitosoriginales del objeto se disuelven, o bien se mantienencomo una esperanza conveniente para otros afectos.Así, con el propósito de reunir lo diverso fundamos lasciudades, mismas en las que seguimos creyendo,porque no tenemos nada equivalente en qué creer.Pensamos que son una buena prótesis y una buenametáfora, aunque las hayamos modificado profunda-mente con afectos que parecían secundarios y termi-naron secuestrando el propósito original. Hoy día, elmiedo y el control son los afectos que construyencientos de nuevas prótesis, o modifican a otras, comola ciudad.

Otro ejemplo es el teléfono móvil (que un día ocupará,como su antecesor el teléfono fijo, un lugar entre losobjetos de la memoria, el desván y los museos). El telé-fono celular (o satelital) se convirtió en una nuevanecesidad para hacer posible un antiguo deseo: “co-municarnos a la distancia”. Éste fue el propósito ori-

ginal. Sin embargo, se trata de un artefacto que no so-lamente satisface el afecto por hacer llegar lejos nues-tras voces, sino que también pone en juego muchosotros anhelos, antojos y acciones que le hemosadherido.42

El propósito original evolucionó por influencia de la tec-nología —nuevos materiales, procesos revolucionarios,transformación de la energía—, que impulsó innova-ciones en el área de pauta principal del objeto (la con-figuración formal que hace posible el propósitoprimero).43 A la vez, en cada propósito secundario(áreas de pautas secundarias) hubo rediseños e inno-vaciones. Pero la sociedad cambió también: el consu-mismo, la desconfianza o el autismo modernos, porejemplo, aprovecharon los atributos del objeto y leincorporaron afectos extraños que hacen del teléfonouna buena prótesis para esconderse, abusar y crearnuevas dependencias. Cargamos con una prótesispara comunicarnos a la distancia, pero la utilizamoscomo un medio para ocultarnos; todo lo contrario algesto y los propósitos originales: la voz amplificada, elgrito que buscaba aproximarnos.

Los objetos y servicios son productos culturales, ycomo tales son relativos, situacionales. La dimensióntemporal de su importancia y trascendencia está en lamedida que una comunidad los juzgue (“buenos parapensar”) y los utilice (“buenos para usar”). La cualidadhistórica de una tecnología radica en la relaciónherramienta-organismo; en el desarrollo peculiar, poruna comunidad, de habilidades y destrezas que hacen

del objeto y la tecnología soluciones satisfactorias deldeseo. Habilidades —de orden cognoscitivo (lo quepensamos)— y destrezas —de orden psicomotor (loque con el cuerpo hacemos)— determinan las carac-terísticas de la relación he-rramienta-organismo; delvínculo físico y mental entre un ser vivo y un diseño.

Si queremos conocer deseos y necesidades de un ndividuo o de una comunidad, debemos observarcuáles son sus habilidades y destrezas; sus modos depercibir la realidad; su imaginario, creencias y cosmo-visiones; los escenarios y coreografías que ocupa; losparadigmas que ejerce y sus diversas identidades; susgestos, su fe y su ciencia.

¿Cuánto tiempo, energía, espacio y materiales inverti-mos en los deseos (metáforas) y las necesidades(prótesis) que emergen en cada etapa de vida de undiseño? ¿Cuánto mide su huella ecológica? (aunque losdeseos parecen ocupar una parcela pequeña en nues-tras cabezas, convertidos en necesidades y concreta-dos en objetos o servicios ocupan miles de metroscuadrados) ¿Cuánto mide la huella homológica de lanecesidad y el deseo por un objeto? (El tiempo inver-tido en los afectos y las cosas suele ocupar cientos dehoras acumuladas de muchos seres vivos.) ¿Qué por-centaje pagamos por la necesidad y el deseo en el pre-cio final de un objeto? ¿Cuánto nos cuestan, en cadaetapa, los afectos y las cosas con las que los satisface-mos? Tal vez porque valoramos en poco el trabajo hu-mano, y hasta ahora ha sido relativamente fácil el abusode la naturaleza, no advertimos el valor de las horaspara producir algo, y nos parecen despreciables lasconsideraciones hacia el medio ambiente. Lo contrarioharía de un diseño un mejor diseño.

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43 Véase una explicación detallada de las áreas de pautasde un objeto, en el libro Contribuciones para una antropología deldiseño (Martín, 2002: 84-108).

42 Nacido como una prótesis para hacer posible la comu-nicación a la distancia, el teléfono móvil, sin embargo, no satisfe-cho con su personalidad definida (tal como le ocurrió a otrosobjetos), se hizo esquizofrénico. A su linaje construido desde elgrito y la voz amplificada por bocinas, hasta el teléfono por cable yluego inalámbrico (con sus virtudes digitales y portátiles), sesumaron otras tecnologías (cámara fotográfica, reproductor demúsica, máquina de grabar, de escribir, de cálculo y almace-namiento de datos, etc.) que si bien permiten aprovechar los bene-ficios de varias prótesis (digitalizadas) en una sola, crean tambiénnuevos hábitos en torno a los usos y el sentido de la comuni-cación. Las personalidades múltiples de objetos diferentes, deafectos y deseos a veces contrarios, se conjugan en el celular yhan transformado nuestras percepciones del significado de lacomunicación, a larga y corta distancias.

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Los seres humanos deseamos las cosas, y los ob-jetos necesitan otros objetos. Se trata de una com-pleja red de retroalimentaciones, autorregulación ybifurcaciones que los diseñadores podemos prevere intervenir.

¿Habrá un límite para nuestros deseos y necesi-dades? En realidad, más que un límite es precisootro modo de pensar y hacer las cosas.

La Carta de la Tierra,44 el Programa 21,45 las pro-puestas sobre sustentabilidad, derechos humanos,protección de la naturaleza y la biodiversidad, lasluchas de resistencia cotidianas y a largo plazo, lasopciones comunitarias de autoorganización, las ex-periencias como las de los pueblos zapatistas enMéxico, y muchos otros pensamientos y accionescontestatarios en el mundo, son un referente parapensar las cosas de otra manera… para hacer lascosas de otro modo.

44 Véase: <www.cartadaterrabrasil.org/esp/text.html>.45 Véase:<www.un.org/spanish/esa/sustdev/agenda21/agenda21toc.htm>.

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Es sabido que los chimpancés eligen una ruta máscompleja que la necesaria para ir a buscar comida;lo hacen para que los demás no se den cuenta delo que están haciendo. “Estrategias como ésta re-quieren de cierta inteligencia: los animales debentener la capacidad de imaginar qué es lo que el otroestá viendo o pensando” (BBC, 2012). Dice unateoría que la inteligencia humana evolucionó a partirde nuestra habilidad para engañar a otros… ¿Porjuego, por egoísmo o por altruismo?47

En las etapas del primer bloque de su historia devida, como producto virtual, el objeto o el serviciotienen la virtud de producir efectos sin ser aúnreales: están en la idea, el lenguaje, un discurso, laimagen, el dibujo o el modelo; en papeles o trámites,un contrato o una deuda; en la cabeza de la gente ysus especulaciones. Son todavía una esperanzaque cree posible lo deseado, y hace cada vez másprobable su existencia.

Proyecto y diseño

La historia de vida de un objeto o un servicio, sueleiniciarse con el proyecto y el diseño, procesos queson complementarios pero diferentes, como severá más adelante, y que en realidad siguen pre-sentes en etapas posteriores. Desde el inicio hastael fin de la vida de un objeto o un servicio, elproyecto y el diseño son adaptados continuamente,si bien ya no por el diseñador o por el fabricante, sípor quien lo utiliza.

Proyectar y el diseñar son tal vez la manifestaciónmás clara de lo humano: lo más representativo (ytangible) de nuestras capacidades y recursos comoespecie y como entes que pertenecen a cierta cul-tura; la expresión de nuestros afectos y diversidad,de lo que creemos posible y lo que podemos real-mente alcanzar. Proyectando y diseñando estable-cemos vínculos y relaciones con los otros, con elmundo. Cada objeto construido (o solamenteproyectado) es una representación de nuestrosparadigmas e imaginarios, de lo que creemos ser onegamos.

El proyecto es un atisbo del mundo, una teoría, unaidea que parece posible y verosímil. Depende de losparadigmas en la cabeza del que crea y la comu-nidad para la que trabaja, de sus estados de ánimofrente al deseo, de creencias y afectos que susimaginarios juzgan realizables. El diseño, por suparte, es un gran catálogo de recursos para hacerreal al proyecto, para realizarlo: un índice de op-ciones derivadas de los materiales, las tecnologías,los medios de producción de los que dispone unacomunidad; de los estilos formales y las modas; dela antropometría, los hábitos y las pautas de orga-nización —temporal y espacial— concretas de unacomunidad. Depende del talento del creativo, desus habilidades y saberes, de los recursos materia-les y técnicos con los que cuenta.Mientras el

30

46 Otras peculiaridades y comentarios sobre las difer-entes etapas de la historia de vida de un objeto, o de un servicio,pueden consultarse en la parte tercera del libro Contribucionespara una antropología del diseño (Martín, 2002). De allí extraigo al-gunos párrafos importantes que aquí edito, con otros comentariosañadidos. . 47 Véase al propósito el documental “The Trap: What Happened to Our Dream of Freedom”, Adam Curtis, BBC, marzo de 2007: <http://video.google.com/videoplay?docid=7821420150917834375 >.

E L O B J E T O O S E R V I C I O E N S U E T A P A D E V I D A C O M O P R O D U C T O V I R T U A L 46

Este capítulo es solamente un ejemplo de cómo reflexionar sobre los homoindicadores de cada acontecimiento en la Historia de vida de un objeto.

Utilizo como ejemplo el primer evento importante en la vida de un diseño: nacer de una idea, de un propósito que quiere configurar un producto posible.

En la escuela debería haber una materia que nos en-señara cómo relacionarnos,cómo comprender lo que la gente necesita, y paraeso hay que aprender a escuchar.En diseño industrial nos enseñan a buscar formasoriginales, pero la riqueza más grande es hacer un mundo quepertenezca a la gente,que las personas sientan suyo… porque eso es lo queda felicidad.Ver y comprender los pequeños universos que hayen cada individuo y grupo social,[…] aprender a “convivir ” en armonía con ellos, enten-diendo y aceptando las diferencias[… para así, juntos, acercar] la posibilidad de tener unavida digna, una vida buena.48

48 Óscar Hagerman, comunicación personal, 2010.

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proyecto genera propósitos dentro de lo posible, eldiseño calcula y da concierto a dichos propósitosen los límites de lo probable. El proyecto es lo posi-ble; el diseño, lo probable. El diseño es fórmula, re-ceta, reglas, límites —más o menos definidos—,preceptos y normas: es el cómo se hace, en tantoque proyectar es el cómo se piensa un problema yla solución.

Ahora bien, en la mayoría de los casos, el dominiopolítico y sus regulaciones económicas definenquiénes somos y cómo es el mundo, qué y cómotenemos que proyectar y diseñar; ponen límites ydeterminan, por medio de sus intereses y preferen-cias, la tecnología disponible y, con ella, los proyec-tos posibles y diseños probables.

El proyecto es el lugar donde habita el problema: elterritorio de sus interrelaciones y vínculos comple-jos con nosotros y las cosas. Por eso el proyectorequiere del pensamiento complejo y transdisci-plina, mientras que al diseño le bastan el pen-samiento simple, el sentido común, la doctrina y losparadigmas aceptados.

El pensamiento complejo proviene del pensamientosimple y ordenado, pero ocurre solamente cuandose reinterpreta el mundo desde diversos niveles derealidad y con mayores grados de libertad, mismos que la transdisciplina provee, gracias a las diversas

visiones simples que reúne.49 El pensamiento com-plejo (que es un mapa en el proceso creativo)50 y latransdisciplina (que da la palabra a otros saberes)proponen, entre otras tareas, aprender a escuchara la gente y a las disciplinas que nos ayuden a com-prender la dimensión de los problemas de diseño.51

Algunos homoindicadores

El homoindicador de porcentaje del proyecto y eldiseño varía entre ocho por ciento (y menos)52

hasta treinta por ciento (y un poco más). La fluc-tuación entre estos extremos responde a doscreencias generalizadas. La primera es que la obrade un “autor” —encumbrado por razón de su talentoo de su fama, sus contactos e influencias, o por sucolor de piel o nacionalidad— es siempre extraordi-

naria (Martín, 2004), de manera que se tiene el dere-cho a cobrar mucho dinero por el prestigio queposeerla significa para quien la paga.53 Se trata delos mitos del inventor “heroico”, del artista “genial”, delcreativo “original” (que la publicidad convierte en espectáculos), haciendo comparsa con la propiedadprivada, el prestigio social y la especulación finan-ciera a través del arte y la tecnología, que pareciendoser proveedores de bienestar y placeres se con-vierten en el sustento de negocios y ganancias máxi-mas. La segunda creencia (verdadera paradoja a laluz de la primera) consiste en creer que un proyecto(una casa, una silla o un cartel) no pueden valermucho, pues no se necesitan “más que unos cuan-tos trazos” para formularlos. La simplicidad de su pre-sentación oculta la complejidad del proceso, y deaquí la soli-citud tan común de “hazme solamente unboceto, un dibujito”. Se piensa que una idea valemucho menos que un objeto y que la opinión deldiseñador es producto de la improvisación o la copiade diseños vistos por ahí.

El tiempo necesario para componer y expresar unaidea es apenas un fragmento del largo proceso paraobtenerla. El homoindicador del tiempo humano (lahuella homológica) en esta etapa de vida del objetoes la suma del tiempo invertido por cientos de sereshumanos en la creación de saberes y experienciasreunidas y ordenadas a lo largo de la historia, más loslargos procesos de aprendizaje personal y actua-lización en el “estado del arte”.54 Las habilidades ydestrezas requeridas para realizar un buen diseñoson producto de miles de horas de especialización,estudio, ejercicio y reflexión. Solemos concen-trarnos en las cosas que están, no en cómo llegarona estar. El por qué de un diseño y los procesos para

51 Lo contrario al pensamiento complejo y la transdisci-plina ocurre cuando el esfuerzo científico, el de la ingeniería y eldiseño, se consagra a generar valor a partir de la relación costo-beneficio medida por el lucro (menos gastos y más ganancias).Muchos objetos y servicios útiles, innovadores y bellísimos,buenos proyectos y diseños, son cautivos del lucro. El trabajo delos diseñadores está atrapado en la corriente de los mercados, laespeculación y las ganancias.52 En ocasiones, incluso, no se cobra. Las ganancias seobtienen de otras etapas de vida del objeto, como en la produc-ción, por ejemplo, a través de un porcentaje en el costo de los ma-teriales de obra en la arquitectura, o a través de un porcentaje enlas ganancias del fabricante o el distribuidor.53 Por ejemplo, los honorarios del arquitecto SantiagoCalatrava ascendieron a más de 94 millones de euros por partici-par en el proyecto de la Ciudad de las Artes y las Ciencias en Va-lencia, España, cuyo costo total ascendió a cerca de 1,103millones de euros, según nota publicada en El País, el 3 de mayode 2012: <http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/05/03/valencia/1336059787_227756.html>. Un “modesto” 10% es el homoindi-cador de porcentaje correspondiente al proyecto y el diseño eneste caso; pero ¿no fue acaso un exceso que la Generalitat Valen-ciana pagara semejante suma a costa, por supuesto, del erario?

49 Para una explicación extensa de estos temas, consúl-tense, en la parte segunda del libro Contribuciones para unaantropología del diseño (Martín, 2002), los capítulos dedicados amorfogénesis, campos de vinculación (y sus anexos), pensamientocomplejo y transdisciplina.50 El mapa, no el territorio con su inescrutable detalley posibilidades.

54 Conocer el nivel más alto de desarrollo conseguidosobre cualquier aparato, técnica o teoría.

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crearlas nos parecen oscuros, o bien, nos son indife-rentes. El homoindicador de explotación (y sus con-secuencias en el homoindicador de calidad de vida)varía tanto como el de porcentaje. Entre la ex-plotación absoluta (no se cobra) y la máxima ganan-cia posible como “profesional independiente”, estánlos ingresos que dicta la contratación como asalaria-do en un despacho o corporación, y que varíansegún aranceles (definidos por la oferta y la de-manda), experiencia, edad y aspecto: todos ellostemas que segregan y discriminan.

¿Quién decide qué se diseña, y cómo?… A los profe-sionales del diseño (arquitectónico, industrial, textil,gráfico, urbano, del paisaje, etc.) nos preparan para laobediencia y la fe, o al menos para hacer pocas pre-guntas sobre las razones de ser de un objeto. En lapráctica escolar, confiamos (tenemos fe) en que eltema que nos plantean como ejercicio ha sido bienseleccionado —por sus ventajas didácticas y por serrealmente un diseño necesario—; nos hacen pensarque alguien se ha encargado de investigar, con pro-fundidad, las causas y los efectos de la existencia deese objeto, que justifica plenamente su existenciaporque la gente eso quiere. Luego, cuando el empre-sario o el cliente nos piden un diseño, pensamostambién que alguien ya se ha encargado de investi-gar y reflexionar sobre las causas y los efectos de laexistencia de ese objeto, que justifica plenamente suexistencia, porque la gente eso quiere.

Debemos aprender en nuestras escuelas a plantearopciones a la existencia misma del problema; a resis-tir la tentación de producir un objeto por producirlo,por utilizar una nueva técnica, por configurar formasbellas y seductoras. Aprender que el verdadero de-safío del diseño es preguntar por qué, no solamentecómo.

Es importante escuchar a la gente (darle y darnosdignidad); también ayudarla a preguntarse por qué sudeseo y de dónde la necesidad; aprender a trabajaren equipo, en colaboración, en grupo;55 incorporarotras percepciones de la realidad, nuevos paradig-mas y eutopías.56

Cierro este capítulo con una reflexión que provienede la sabiduría ancestral de los pueblos del centro deMéxico. Los sabios nahuas, conocidos con el nom-bre de tlamatinime, enseñaban esto respecto al dise-ño y al proceso creativo (Martín, 2006: 43-53,fragmentos):

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55 Desde la escuela misma, donde nos enseñan a sepa-rarnos, competir, aislarnos, sufrir miedos y obedecer.56 Eutopía (del griego ε, bien, y τόπος, lugar) significa “unbuen lugar”.

[…] los tlamatinime se ocuparon de enseñar queno habría que ir por el mundo “despreciando losrostros ajenos”, ni los de aquellos que formanparte de nuestra cultura, ni los de quienespertenecen a otras comunidades con otros cuer-pos, con otras mentalidades y afectos.

Los tlamatinime enseñaban que el artista, elmaestro, el y la diseñadora, han de plantearse unreto: el de prever el uso y el pensamiento que delos objetos haremos. Ellos enseñaban a “tomarrostro y humanizar el querer”; hacer a los hombres“cuerdos, cuidadosos”, es decir: capaces de cel-ebrar la vida y la diversidad, “seguir el caminorecto”, respetar la naturaleza que da sustento,comprender la consecuencia de nuestros actos,prevenir los efectos de lo que hoy pareciéndonosun beneficio puede ser mañana un tormento.

“El verdadero artista [decían] es capaz, se adiestra,es hábil”, es decir: se ocupa de desarrollar sus de-strezas (sus manos y su mirada) y sus habilidades(su saber y el uso sabio de él); conoce bien las téc-nicas tradicionales, y actualiza su conocimientocon [las tecnologías recientes y avanzadas],aprendiendo su uso y comprendiendo sus límites;es una mujer, o un hombre, culta y bien informada,experto e ingenioso.

El diseñador ha de ser “abundante, múltiple, inqui-eto”…Pues él reflexiona los problemas (problema-tiza), busca opciones y hace pruebas; trabajacualquier tema relativo a su campo, por simple ohumilde que parezca; sabe investigar entre los ex-pertos y otras visiones lo que concierne al prob-lema del que se ocupa (modalidades de lo quehoy conocemos como transdisciplina).

“Dialoga con su corazón [decían los tlamatinime],encuentra las cosas con su mente”… Es dueño desu imaginación y sus emociones (les suelta larienda, y sabe acotarlas); y aunque el espíritu quelo impulsa nace de la mentalidad que compartecon su gente, es consciente y juicioso de lo quehabrá de conservarse y lo que puede ser inno-vado. El verdadero diseñador, dialogando con susintuiciones y el misterio, va más allá de lo visible ylo aprobado.

“Obra con deleite, hace las cosas con calma, contiento”… Ejerce la paciencia como recurso y es-pacio para la reflexión; se da el tiempo para hacera cabalidad las cosas; disfruta de su vocación y laconvierte, más allá de una obligación, un empleoo una teoría, en un modo de ser que abarca todoslos aspectos de su vida.

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Por ello, buscando “humanizar el querer de lagente”, [el diseñador] comprende que lo primeropor conocer son los deseos, las fantasías y losmodos de vida de quienes solicitan sus obras,sus construcciones, sus diseños —aunque estaspredilecciones parezcan imitadas o contradicto-rias, pobres o caprichosas, y no coincidan con lassuyas propias—; sin embargo, no lo hará paraganar la aprobación de sus propuestas, por fin-gimiento o adulación, sino porque sabe que com-prender para quién se diseña es la puerta deentrada a lo diverso y lo entrañablemente hu-mano, al lugar del diálogo y las opciones, al espa-cio donde se prueban las oportunidades y dondelas cosas realmente se transforman. Su trabajono es sustentar la ignorancia de los otros o lapropia; su tarea es dar estatura y dignidad a losdeseos de la gente.

Los nahuas —y como ellos otras culturas, an-tiguas y contemporáneas— sabían que para “hu-manizar el querer de la gente” había que “dar unrostro a las cosas”. Pero un rostro, una persona-lidad, que refleje cordura y previsión; la belleza delcuerpo, de la mente y los rostros de la comu-nidad. Un diseño que conviva en paz con las otrascosas; que sea placer y contento. Construido conlo que no comprometa, ni arrebate, el futuro a lanaturaleza y lo humano. Un rostro diseñado conpaciencia, con serenidad; con el tiempo nece-sario para reflexionar sobre las opciones yconsecuencias. Dar un rostro y un corazón a lascosas; una personalidad que sea, con su variabi-lidad y mudanza, espejo donde reconocerse ymirar con orgullo los semblantes de lo diverso, delo no estandarizado. Con rasgos que muestren launidad y celebren lo múltiple; no el rostro inexpre-

sivo, aquí o allá, de seres, ciudades, edificaciones,objetos y grafismos, todos iguales. Dar a los dise-ños un rostro y un corazón que no provoquentodo lo malo que los humanos podemos llegar aser. Que permitan fluir a lo impreciso, lo ambiguo,lo inacabado y asimétrico, que son un modo deproducir y hablar respecto a la belleza; que comoella sean transgresores, capaces de ir más allá delas descripciones precisas, las verdades inmuta-bles, los acuerdos imperecederos.

Estamos en una metamorfosis importante (otramás) en el proceso de humanización: en una tran-sición que plantea probar otros modelos parahacer economía y política; otras maneras decomprender la convivencia entre la naturaleza yel pensamiento humano; otras formas de enten-der la tecnología, el progreso y el bienestar.

Estamos entre el “ya no…” y el “todavía no” (esta-mos nepantla).

¡Esto es ya una gran ventaja!

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R E F E R E N C I A S B I B L I O G R Á F I C A S

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H O M O I N D I C A D O R E S

Editado por el Centro de Investigaciones de Diseño Industrial. UNAMSe terminó de imprimir en enero de 2016 en los Talleres de Impreso, Monrovia 1101 bis, Col. Portales, México, D.F. 03300.Se tiraron 300 ejemplares en papel bond de 120 gr. y couché mate 250 gr. para interiores y forros respectivamente.Se utilizaron en la composición las siguientes fuentes:Aktiv Grotesk y Suisse Jumex Regular.Impreso en offset.

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