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Ficha de lectura Texto n°1 Caterina Salazar Maturana Título:‘¿Por qué triunfó la escuela? O la modernidad dijo: “Esto es educación” y la escuela respondió “Yo me ocupo”’ Autor: Pablo Pineau Análisis y desarrollo: La escuela, hasta nuestros días, se posicionó como una institución poderosa y reguladora que permite el desarrollo del hombre como un ser humano pleno, formadora de ciudadanos y seres sociales. Sin embargo, contrario a lo que se intenta hacer creer, esta institución no se desarrolló de manera evolutiva y natural, sino que varios factores de poder, de imposición cultural, de dominio ideológico de clases dominantes la llevaron a ocupar el lugar que ostenta hasta el día de hoy. El siglo XIX fue decisivo en la expansión de la escuela como modelo de educación, ya que ésta se instala como una forma privilegiada, por no decir única, de formación. El texto de Pineau plantea como hipótesis que la escuela triunfó como modelo hegemónico porque se hizo cargo de la definición moderna de educación. Creo que esto es apropiado, porque la escuela efectivamente adquirió distintas prácticas de diversas fuentes, hasta consolidarse como la institución dominante y poderosa que es. Entre esas prácticas, una de las

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Ficha de lectura Texto n°1

Caterina Salazar Maturana

Título:‘¿Por qué triunfó la escuela? O la modernidad dijo: “Esto es educación” y la

escuela respondió “Yo me ocupo”’

Autor: Pablo Pineau

Análisis y desarrollo:

La escuela, hasta nuestros días, se posicionó como una institución

poderosa y reguladora que permite el desarrollo del hombre como un ser humano

pleno, formadora de ciudadanos y seres sociales. Sin embargo, contrario a lo que

se intenta hacer creer, esta institución no se desarrolló de manera evolutiva y

natural, sino que varios factores de poder, de imposición cultural, de dominio

ideológico de clases dominantes la llevaron a ocupar el lugar que ostenta hasta el

día de hoy. El siglo XIX fue decisivo en la expansión de la escuela como modelo

de educación, ya que ésta se instala como una forma privilegiada, por no decir

única, de formación. El texto de Pineau plantea como hipótesis que la escuela

triunfó como modelo hegemónico porque se hizo cargo de la definición moderna

de educación. Creo que esto es apropiado, porque la escuela efectivamente

adquirió distintas prácticas de diversas fuentes, hasta consolidarse como la

institución dominante y poderosa que es. Entre esas prácticas, una de las que más

me llaman la atención es cómo, convenientemente, heredó una tradición

monástica en que la escuela se auto otorga el lugar de templo del saber, en que

éste se conserva, se transmite y que funciona bajo sus propias reglas. Claramente

la modernidad, en su proyecto, expande este saber conservado, pero como

manera de dominación y no de emancipación. Convierte la educación en algo

segregador, es decir, mientras no estés educado, eres inferior, porque te

asemejas a un niño que no sabe nada. Se establece también la adultez como

estado máximo de iluminación, conocimiento y desarrollo, y que cuya tarea es

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instruir y enseñar a las generaciones nuevas que se presentan como inmadura,

maleables, como los sujetos pedagógicos por definición.

Entonces, la escuela con sus agregados liberales, positivistas y

cientificistas, pasó de tener una labor educadora que buscaba la iluminación y el

desarrollo del ser humano (concepto kantiano), a una formación que garantiza

derechos y deberes, pero que deriva en un estado docente, por lo tanto, legislable.

Además, para formar parte del sistema, y acceder a estos derechos y deberes, se

debe obligatoriamente participar de la escuela. No existen alternativas. De manera

que cualquier forma de educación que se salga de este molde es sancionada con

la exclusión del sujeto, por no corresponder a la universalidad y uniformidad de la

escuela. Es importante mencionar que la escuela sentó sus bases también en un

positivismo cientificista, en que todo lo que no fuera comprobable, medible, o que

generara resultados esperables quedaba marginado. Cabe destacar también que,

según estos parámetros positivistas, el alumno bien adaptado era el que cumplía

con los requisitos impuestos por la escuela y el sistema escolar, y en el caso de no

adaptarse, se hacía alusión a un defecto biológico, enfermedad, o en el peor de

los casos, de raza. En estos planteamientos de base no existe respeto por la

diversidad ni por el contexto, ni por saberes que queden fuera de lo mecánico y de

la experiencia. En lo personal, creo que sería un error seguir considerando este

modelo como algo “natural”, y que es tarea de todos evidenciar estos fallos que sin

duda han gastado este modelo hasta el día de hoy.

Sin duda, el modelo escolar heredado del siglo XIX ya no es efectivo ni

completamente apropiado para el s. XXI. Por lo tanto, es importante que estas

prácticas sean analizadas bajo el contexto real que se viven, y no aceptarlas como

algo natural, propio de la evolución humana. Además, se podría hacer un rescate

de ciertos elementos que si tengan efectividad, pero pensándolas desde un lugar

reflexivo, analítico, con un propósito liberador más que una repetición mecánica de

modelos que alguna vez tuvieron sentido.