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mati-alvarez
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ACER BUERGERIANUM (Arce tridente)
Características: Se trata de un árbol pequeño cuyo nombre japonés es "kaede" y sus hojas se asemejan
a los pies del sapo. Tiene un follaje de color verde brillante, las hojas varían de 3 a 8 cm. de largo y de 4 a
8 cm. de ancho con tres lóbulos más o menos dentados.
Origen: Muy común en toda Europa, de tamaño medio y con hojas opuestas con forma de corazón y
divididas en 5 lóbulos con forma de palma. El tamaño de la hoja oscila entre 3 ya 8 cm.
Obtención: Los arces pueden obtenerse a partir de semillas, esquejes, injertos, acodos o plantones. En
cada caso deben tenerse en cuenta las siguientes características:
Semilla: Las semillas no deben plantarse a una profundidad superior al doble de su diámetro.
Esqueje: No es recomendable, las raíces que se obtienen así, no son fuertes y el árbol acaba por morir.
Injerto: En Japón, el injerto suele realizarse en enero o febrero y con el pie, tallo o púa en periodo de
descanso invernal así se consigue una planta base de donde partir para su posterior cultivo en forma de
bonsái.
Acodo: Tal vez sea éste el método más práctico para obtener en poco tiempo un buen bonsái
Plantón: Debe elegirse un ejemplar de 20 a 30 centímetros de altura, con una amplia estructura de
ramas y, a ser posible, con una rama baja en el tercio inferior.
Temperatura y luz: Normalmente los arces se encuentran en regiones templadas, es recomendable
evitar el sol de mediodía. Los arces se suelen cultivar como bonsái de exterior pero necesitan protección
contra el viento, ya que los brotes de las hojas se secan rápidamente, estropeando así su aspecto.
Trasplantado: Es aconsejable realizar el trasplante cada dos años, aunque para los árboles muy jóvenes
es preferible hacerlo anualmente. El trasplante se suele realizar en primavera, cuando las yemas
engordan, pero antes de la aparición de las hojas.
Sustrato: A los arces les gusta una mezcla de tierra porosa, pero con capacidad para retener suficiente
humedad. La mezcla no debe encharcarse nunca ya que las raíces podrían pudrirse, por lo tanto es muy
recomendable que la primera capa de drenaje sea de gravilla o de arena gruesa de río. Una mezcla
correcta podría ser la compuesta por una parte de arena de río, una parte de turba, y dos partes de
tierra para plantas de exterior.
Poda y pinzado: Una vez formada la copa, en un periodo aproximado de cinco años, cada cuatro o cinco
años será necesario podar el árbol enérgicamente para mantener su tamaño y su forma. Los arces se
pinzan continuamente durante todo su periodo de crecimiento.
Alambrado: En general es preferible esperar al invierno para que, al carecer el árbol de hojas, su pueda
alambrar cómodamente y llegar así a todas sus partes.
Riego: Como la mayoría de los bonsáis, los arces requieren una cantidad exacta de agua: ni excesiva ni
insuficiente. Hay regar cuando la superficie de la tierra esté seca.
Vaporización: Como la mayoría de los bonsáis, le arce agradece una vaporización que ayude a mantener
un ambiente húmedo.
Abono: Un buen abono puede ser aquel que esté compuesto de nitrógeno con bajos niveles de fosfatos
y potasio, puede adquirirse como abono líquido para ser diluido en pequeñas concentraciones. Siempre
a la mitad de lo que recomiende el fabricante. El tamaño de las hojas del árbol puede controlarse
ajustando la cantidad de abono suministrado. ……………………………………………………