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DIGITAL Semanario de las Iglesias de Granada y Guadix 20 de marzo de 2016 1138-1139 AÑO XXIV VÍA CRUCIS DE LA MISERICORDIA CAPILLA REAL DE GRANADA SEMANA DE PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN

Fiesta 1138-1139

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Revista diocesana Fiesta digital. Semanario de actualidad de las Iglesias de Granada y de Guadix.

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DIGITAL

S e m a n a r i o d e l a s I g l e s i a s d e G r a n a d a y G u a d i x

20 de marzo de 2016Nº 1138-1139 • AÑO XXIV

Vía CruCis de la MiseriCordia

Capilla real de Granada

seMana de pasión, Muerte y resurreCCión

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El pasado día 12 el Papa Francisco concedió la tercera audiencia con motivo del Jubileo de la Misericordia, siguiendo las meditacio-nes sobre el tema “misericordia y servicio”. En ella señaló cómo san Pedro se opuso a la idea de lavar los pies y, en cambio, Jesús con este gesto nos enseña a ser servidores. Más aún: siervos, como Él ha sido siervo para nosotros. Porque “el amor es el servicio concreto que nos damos los unos a los otros”.

Nos estamos acercando a la fiesta de Pascua, mis-terio central de nuestra fe. El evangelio de Juan narra que antes de morir y resucitar por nosotros Jesús cumplió un gesto que quedó esculpido en la memoria de los discípulos: ¡el lavado de los pies! Un gesto sorpresivo y que los trastornó, al punto que Pedro no quería aceptarlo. (…)

(…) Jesús le indica a sus discípulos el servicio como el camino que es necesario recorrer para vivir la fe en Él y dar testimonio de su amor. El mismo Jesús ha aplicado a sí la imagen del ‘Siervo de Dios’ uti-lizada por el profeta Isaías, ¡Él que es el Señor, se vuelve siervo!

Lavando los pies a los apóstoles, Jesús quiso revelar la manera de actuar de Dios hacia nosotros, y dar el ejemplo de su “mandamiento nuevo, de amar-nos los unos a los otros como Él nos ha amado”, o sea dando la vida por nosotros. (…) El amor, por

lo tanto, es el servicio concreto que nos damos los unos a los otros. El amor no son palabras, sonobras y servicio; un servicio humilde, hecho en el silencio y escondido, como Jesús mismo ha dicho: “No sepa tu izquierda lo que hace tu derecha”.

Esto comporta poner a disposición los dones que el Espíritu Santo nos ha dado, para que la comunidad pueda crecer. Además se expresa en el compartir los bienes materiales, para que nadie tenga necesi-dad. Esto de compartir y de dedicarse a quien está en necesidad es un estilo de vida que Dios sugiere también a muchos no cristianos, como un camino de auténtica humanidad. (…) no nos olvidemos que lavando los pies a los discípulos y pidiéndoles que hagan lo mismo, Jesús nos ha invitado tam-bién a confesarnos mutuamente nuestras faltas y a rezar los unos por los otros, para saber perdonar-nos de corazón. (…)

Perdonémonos mutuamente de nuestros errores y recemos mutuamente por nuestras culpas y así en de algún modo nos lavaremos los pies mutuamen-te. El amor, la caridad y el servicio, ayudar a los otros, servir a los otros. Hay tanta gente que pasa la vida así, sirviendo a los otros. (…)

(…) queridos hermanos y hermanas, ser misericor-diosos como el Padre significa seguir a Jesús en el camino del servicio. Gracias.

El amor, servicio concreto los unos por los otros Misericordia y servicio

vozdelPapa

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Mis queridos hermanos, vamos a adorar en silencio, en estos días. A adorar en silencio ese amor del que decía el mismo Jesús: “El Señor me ayuda -lo dice el profeta Isaías en el canto del siervo, que preanuncia la Pasión del Señor-, por eso, no sentía los ultrajes. Por eso, endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado”. Y no quedaste defrau-dado. Y no quedamos defraudados nosotros cuando nos acogemos a la vida que ha brotado de tu costado abierto, Señor; a la vida que ha brotado de tu Pasión y de tu Resurrección; a la luz que ilumina todo en nues-tras vidas y nos abre a la esperanza de la vida eterna.

Abrid vuestros corazones, mis queridos hermanos. Que de verdad que esto no es una cosa ni sentimen-tal, ni tierna como cuando celebramos la Navidad. No. Estamos celebrando que en este mundo nuestro -que cuando abrimos un telediario, Dios mío, se nos pone el vello de punta o se nos abren las carnes porque no sabemos lo que nos vamos a encontrar-, en este mun-do que tiene tantos motivos para el cinismo, para el escepticismo, para la desesperanza, ha brillado la luz de tu amor, y la esperanza es posible. Y la alegría es posible. Y la comunión y el amor son posibles.

No sólo son posibles: la victoria del amor, de la es-peranza, de la misericordia y de la vida están garan-tizados gracias a tu Pasión, a tu muerte y a tu Resu-rrección. Cómo no vamos a recordarlo. No sólo año tras año. En cada Eucaristía recordamos este misterio, entero. Y en cada Eucaristía Tú nos das tu Vida, para que podamos vivir sostenidos por ella y podamos de-cir también nosotros -que también pasaremos mo-mentos de soledad, y de angustia y de miedo- con la misma verdad que Tú: “El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes”.

La muerte, el mal, el pecado, la miseria humana, por muy poderosas que sean, están derrotados, no son la última palabra ni en nuestra vida, ni en la Historia hu-mana. La última palabra, Señor, es tu amor. Un amor que lo llena todo, lo traspasa todo y lo transfigura todo.

+ Javier MartínezArzobispo de Granada

Domingo de Ramos, 29 de marzo de 2015S.I Catedral

La luz de tu amor, Señor, brillay la esperanza es posible

Editorial

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Sumario

SumarioDirectora:Paqui Pallarés García

Redacción:Rosa Die AlcoleaPedro Flores Medina

Colaboradores: Antonio Gómez Casas (Guadix)José Antonio Vinuesa GarcíaIgnacio Fernández González

Edita: ARZOBISPADO DE GRANADAPlaza Alonso Cano, s/n18001 GRANADA tel.: 958 215 675 e-mail: [email protected]ño y maquetación:Secretariado de Medios de Comunicación de la Archidiócesis de Granada

Facebook:Archidiócesis Granada

Twiter:@Archigranada

02. Voz del Papa“El amor, servicio concreto los unos por los otros”

Misericordia y servicio

03. Editorial La cruz de tu amor, Señor, birlla y la esperanza es posible

05. Mirada

• Pasión, Muerte y Resurrección del Señors

• Bienaventurados

•Canonización de Madre Teresa de Calcuta

• El matrimonio y las relaciones humanas

• Recomendación de libros para la Semana Santa y Pascua

•Agenda

09. Textos Pasión y muerte de Cristo por nosotros Vía Crucis

11. A fondoTú me mueves, Señor, tu amor me mueveVía Crucis de la misericordia

18. Cultura Ante el dolor, en busca de sentido Flannery O´Connor o el sufrimiento y la pluma (II)

La Capilla Real recupera su esplendor Patrimonio de la Iglesia de Granada

24. Testimonio Caridad y misericordia por encima de todo Hermana Kurien

26. Signo y Gracia La unidad del Misterio Pascual Triduo

29. Luz de la Palabra Domingo de Ramos Domingo de Resurrección

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En Semana Santa, las iglesias y templos de la Iglesia Universal acoge las celebraciones litúrgicas de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.

En nuestra Archidiócesis también, y en concreto en la S.A.I Catedral estas celebraciones estarán presididas por nuestro Arzobispo, Mons. Javier Martínez. La celebración de los Oficios de la Cena del Señor, el Jueves Santo, es a las 19 horas, y en la Pasión del Señor, el Viernes Santo, a las 17 horas, este año además presidido por el Cristo de la Misericordia, con motivo del Año Santo Jubilar. La Solemne Vigilia Pascual es a las 23:30 horas y el Domingo de Resurrección a las 12 horas, con la participación de los Facundillos de Granada.

Las celebraciones litúrgicas comienzan el Domingo de Ramos a las 12:30 horas, con la bendición y procesión de las palmas, y posterior Eucaristía. Entre estas celebraciones, también esta la Misa Crismal, en la que se consagran el santo crisma y se bendice los santos óleos, que se utilizan para los sacramentos del bautizo, la confirmación, la ordenación sacerdotal y la unción de enfermos.

Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Celebraciones

litúrgicas en la Catedral

Mirada

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MiradaBienaventurados

Bienaventurados los que tienen Limpio el corazón,Porque en ellosLa luz de Dios amaneció. Bienaventurados quienesEscuchan su voz interiorPorque ella limpia y da amor.

Bienaventurados aquellos,Que conocen la ternura de Dios,Porque al llamar a su puertaLe han abierto el corazón.

Bienaventurados,Los que descubren MisericordiaEn la luz, en las montañas,En el sol.

Bienaventurados los que han santificadoSu séptimo día,Y en el octavo.. verán a Jesús y a María.

Paula A. Carmona

Estampa-Inmaculada-16:Texto Estampa 5/2/16 12:37 Págin

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junio; y José Gabriel del Rosario Brochero, conoci-do como el Cura Brochero, sacerdote de la diócesis de Córdoba, Argentina, y José Sánchez del Río, joven mártir mexicano, el 16 de octubre.

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La fundadora de la Congregación de los Misione-ros y de las Misioneras de la Caridad será santa en una ceremonia que celebrará el Papa Francis-co en Roma.

El Papa Francisco comunicó la próxima canonización de la Beata Madre Teresa de Calcuta, fundadora de las Hermanas de la Caridad, que tendrá lugar en Roma el 4 de septiembre.

Junto a ella, el Santo Padre ha comunicado también las fechas de canonización de otros cuatro santos de la Iglesia Universal: Estanislao de Jesús y María (Jan Papczynski) sacerdote, fundador de la Orden de Clérigos Marianos de la Inmaculada Virgen María, y María Isabel Hesselblad, virgen, fundadora de la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida, el 5 de

Canonización de Madre Teresa de Calcuta el 4 de septiembre

Este año, la novedad del curso, que ha ido creciendo a lo largo de estos años, es que va a tener, además, una parte en español, según informó Marcelo López, Director del Instituto de Filosofía Edith Stein y coordi-nador del curso.

El objetivo “es estudiar las relaciones humanas, y como paradigma de las relaciones humanas, el matri-monio, con un curso paralelo en inglés con profeso-rado internacional y en español también, con profe-sorado internacional, pero de habla hispana”, indicó.El objetivo es formar una comunidad entre los profe-sores y alumnos en un lugar en donde se genere una convivencia y una conversación entre nosotros y se puede mantener una relación estrecha y directa con todos los profesores a lo largo del día.

Marcelo López señaló que la experiencia que han te-nido en años anteriores ha sido extraordinaria y que los alumnos han venido a Granada a realizar también otras actividades que se llevan a cabo a lo largo del año.

Para inscribirse en el Curso de Verano Internacional u obtener más información, se puede enviar un co-rreo electrónico a [email protected] o llamar al número de teléfono 958-160-978, así como visitar la página web www.institutoifes.es.

Curso de Verano Internacional Más allá de la fe secular, organizado en la Archidiócesis de Gra-nada en colaboración con el Centro para el Pen-samiento de Juan Pablo II, con sede en Varsovia.

Por tercer año consecutivo, Granada acogerá el Cur-so de Verano Internacional Más allá de la fe secular, organizado por el Instituto de Filosofía Edith Stein, el Centro Internacional para el Estudio del Oriente Cris-tiano (ICSCO), ambos de la Archidiócesis, y el Centro para el Pensamiento de Juan Pablo II, con sede en Varsovia.

El título del curso internacional para este año es El matrimonio. Las relaciones humanas en el siglo XXI y se celebrará del 29 de mayo al 4 de junio en nuestra Diócesis. Están invitados a participar en este curso va-rios profesores de distintos países y quince alumnos internacionales.

El matrimonio y las relaciones humanas

Mirada

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Recomendación de libros para la Semana Santa y Pascua

Entre ellos, destaca el libro del Papa El nombre de Dios es misericordia y la Colección Perlas, li-bros con extractos de textos de autores y pen-sadores cristianos editado por Nuevo Inicio y el Arzobispado de Granada.

EL NOMBRE DE DIOS ES MISERICORDIA(Editorial Planeta Testimonio)

Con palabras sencillas y directas, el Papa Francisco se dirige a cada hombre y mujer del planeta entablando un diálogo íntimo y personal. En el centro, se halla el tema que más le interesa –la misericordia–, des-de siempre eje fundamental de su testimonio y ahora de su pontificado. En cada página vibra el deseo de llegar a todas aquellas almas –dentro y fuera de la Iglesia– que buscan darle un sentido a la vida, un ca-mino de paz y de reconciliación, una cura a las heridas físicas y espirituales.

COLECCIÓN PERLAS(Editorial Nuevo Inicio de Granada)

La pecadora perdonada. De la homilía sobre Nuestro Señor de San Efrén el Sirio. Traducido del original siríaco por Mons. Javier Martí-nez, Arzobispo de Granada, se trata de una homilía escrita en una prosa poética muy elaborada. Trata de Jesucristo y de su obra, que es conducirnos del reino de la muerte al Reino de los Cielos.

¡Aquí hay perdón para ti! y al alcance de tu mano…Texto tomado del Catecismo de la Iglesia Católica, en el que explica en qué consiste el Sacramento de la Penitencia y la Reconciliación.

Salmos de la misericordiaSalmos escogidos con para el Año Jubilar de la Mise-ricordia. Se ofrecen desde la conciencia de que todos los seres humanos estamos necesitados de misericor-dia y tienen una urgencia especial de “volver a experi-mentar y aprender que Dios es ‘rico en misericordia’”.

PASOS DE MISERICORDIA (Editorial San Pablo)

Vía Crucis para el Año Jubilar de la misericordia, ela-borado por Mª del Carmen Figueroa, monja agusti-na del Monasterio de Santa María de Gracia de Huel-va. En un mismo libro se aúnan a coro y en singular armonía las catorce estaciones del Vía crucis y las ca-torce obras de misericordia. Esta unión es posible por-que el camino de la cruz de Cristo nos trazó el camino de la misericordia, en palabras de la autora: “Fuiste escribiendo con la pluma de la cruz la letra del himno más hermoso, el de la misericordia y la compasión”.

La unción de los pies del Señor. MMarko Ivan Rupnik.

• Viernes Santo. El Santísimo Cristo de la Misericordia presidirá, con motivo del Año de la Misericordia, la cele-bración de la Pasión y Muerte del Señor, el Viernes Santo, en la Catedral, a las 17 horas. La Sagrada Imagen de la Cofradía del Silencio llegará al templo catedralicio el jue-ves por la noche en su estación de penitencia, tras la cual no regresará a su sede canónica, sino que permanecerá en la Catedral.

• Real Federación. Guía de Horarios e Itinerarios de Se-mana Santa de la Real Federación de Hermandades y Co-fradías de Semana Santa de Granada, disponible en www.hermandadesdegranada.com.

• Familia. El Obispo de Bilbao, D. Mario Iceta, estará en Granada para hablar sobre las Conclusiones sinodales ante los desafíos contemporáneos de la familia, invitado por el Seminario de Estudios J.H Newman de la UGR. La confe-rencia tendrá lugar el 31 de marzo a las 19 horas en la E.T.S de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, en el campus de Fuentenueva. Entrada gratuita.

• Vía Crucis. La parroquia de Atarfe vuelve a represen-tar el Vía Crucis Viviente, tras hacerlo en Granada y Nívar. Los fieles de la parroquia llevarán a las calles de Atarfe las representaciones de la Pasión y Muerte del Señor, desde la ermita de Santa Ana, a las 18 horas, y concluirá a las puertas del cementerio.

• Perpetuo Socorro. Las Últimas Siete Palabras de Cristo en la cruz, celebración de música, imagen y poesía en el santuario Perpetuo Socorro, con el Coro Divino Maestro, el día 17, a las 20:30 horas, con el lema La Pasión que no termina.

• Pascua. Concierto de Pascua en la Catedral el día 2 a las 20 horas, dentro del Ciclo de Música y Tiempo Litúrgico, organizado por el templo catedralicio y el CC. Nuevo Ini-cio. El concierto estará a cargo de la salmista y organista de la Catedral, Verónika Gosch y Concepción Fernán-dez Vivas, respectivamente.

AGENDA

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El ejercicio del vía crucis implica “hacer memoria de la Pasión y muerte del Hijo de Dios por cada uno de nosotros”, una llamada a la conversión y la unión de Cristo, por la Encarnación, a cada persona. Nos lo cuenta nuestro Arzobispo, de quien recuperamos sus palabras pronunciadas en el Vía Crucis Oficial de la Real Federación de Hermandades y Cofradías de Semana Santa, ce-lebrado en la Catedral y que presidió este año la Imagen de Nuestra Señora de las Angustias Coronada de Santa María de la Alhambra.

El ejercicio del vía crucis, tan apropiado en la Cuares-ma, y como preparación, forma preciosa de prepara-ción, a la vivencia de la Semana Santa, implica tres cosas. La primera, hacer memoria de la Pasión y de la muerte del Hijo de Dios por cada uno de nosotros y por todos los hombres.

Pasión y muerte de Cristopor cada uno de nosotros

Textos

Vía Crucis

Hacemos memoria de la Pasión acompañados por esta preciosa Imagen de María Santísima de las An-gustias de la Alhambra, que es como un compendio de toda la celebración de la Pasión. Recordamos, ha-cemos memoria, que Cristo, el Hijo de Dios, ha en-tregado su vida a la muerte, libremente y por amor a nosotros, a nuestra pobreza, a nuestra pequeñez, a nuestras miserias, pero esas miserias no le han a Él hecho acobardarse de entregarse por nosotros. Y no sólo en el momento de la Pasión, sino en la vida. En la vida Él nos acompaña todos los días, nos ama todos los días, nos ofrece su amor todos los días y no-sotros hoy simbólicamente Le acompañamos de una manera sencilla, expresando nuestra gratitud por ese amor suyo, que nos es ofrecido, que nos es entregado todos los días.

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Textos

El segundo aspecto del vía crucis es siempre que ese amor tiene dentro de sí una llamada a la conversión, a buscar el sosiego, la paz del corazón, la paz de nues-tras vidas, la paz de nuestra comunidad humana en el amor que nunca nos rechaza. Eso es la llamada a la conversión: volvernos a Cristo. Él es la esperanza del mundo. Él es la esperanza de salvación para todos los hombres. Él es la posibilidad de una convivencia humana, plenamente humana, purificada, lavada en su sangre, perdonada. Él es la posibilidad del comien-zo de una verdadera vida nueva, como gracia, como don, como regalo de un amor que ensancha nuestros corazones y que los hace renacer a la capacidad de amar, de perdonar.

Y el tercer aspecto es que la Pasión de Cristo, puesto que Cristo se ha unido -como decía san Juan Pablo II, y ha dicho siempre la Tradición de la Iglesia, aunque lo hayamos olvidado un poco-, por la encarnación, en cierto modo, a todo hombre y a toda mujer. Y no-sotros, cuando hoy vemos el sufrimiento del mundo, cuando vemos la confusión, cuando vemos tanto do-lor, tantas heridas provocadas por tantas causas dis-tintas, cuando vemos a los hombres y a las mujeres rotos por el desamor, por el egoísmo, por concebir la felicidad de la vida donde no está… cuando nosotros percibimos todo eso, no sólo percibimos a un ser hu-mano llamado a desaparecer un día con la muerte;

percibimos que la Pasión de Cristo continúa. Y para nosotros, una invitación en el amor concreto, en el afecto concreto a las personas, a sus sufrimientos, a sus heridas, en el abrazo concreto a la humidad do-liente, que somos todos, de una manera o de otra, en ese abrazo concreto se manifiesta, se hace visible que somos seguidores del Señor, porque es Cristo quien sufre en el hermano que sufre; es Cristo quien sigue viviendo su Pasión en cada hombre y en cada mujer que sufre.

Ojalá quienes nos decimos cristianos seamos capaces de acercarnos concretamente a ese dolor y de amarlo con nuestra pobreza pero como un reflejo del amor con el que Dios nos ama a todos, sin excepción nin-guna.

Vamos a vivir estos momentos del Vía Crucis con es-tos sentimientos y con esta conciencia, para que sea para nosotros un paso más en nuestro acercamiento a Dios y en nuestro acercamiento a los hombres, que son siempre el mismo acercamiento.

+ Javier MartínezArzobispo de Granada

S.A.I Catedral de Granada19 de febrero de 2016

“En la vida Él nos acompaña todos los días, nos ama todos los días, nos ofrece su amor todos los días”

“La llamada a la conversión: volvernos a Cristo. Él es la esperanza del mundo”

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Tú me mueves Señor,tu amor me mueve Vía Crucis de la misericordia

En el Año de la Misericordia y a través de breves historia vinculadas a las obras de misericordia corporal y espiritual, recorremos las estaciones de Pasión, muerte y Resurrección del Señor y se nos sugiere cómo practicar estas obras de miseri-cordia, de la mano del sacerdote Francisco Javier Leoz Ventura, Delegado Episcopal de Religiosi-dad Popular y sacerdote diocesano de Pamplona y Tudela.

OBRAS DE MISERICORDIA CORPORALES

I Estación. Jesús entregado a muerte Visitar a los enfermos

En una clínica se encontraba ingresado un enfermo al cual nadie visitaba excepto un sacerdote. Un día, ante la tristeza del paciente, el religioso le dijo: mira siempre a esta silla vacía. Piensa que, cuando yo me voy, Cristo está sentado junto a ti, escuchándo-te, mirándote, cuidándote y animándote. Y piensa también, que cuando duermes, Él vela tus sueños. A los pocos días cuando el sacerdote regresó de nue-vo para verlo le informaron que había fallecido. Al preguntar cómo había sido, las enfermeras le con-testaron: murió por la noche pero, cuando lo descu-brimos por la mañana, nos llamó mucho la atención que estaba sonriendo y fuertemente abrazado a la silla.

Cuántas veces, sin saberlo, podemos ocupar muchos espacios vacíos. Espacios que nadie llena y que Cris-to reclama. Tengamos un recuerdo especial por los enfermos.

Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.

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II Estación. El Señor con la cruz a cuestasDar de comer al hambriento

En una localidad existía un crucificado que levantaba mucha devoción. Eran constantes las peregrinaciones hasta ese lugar pero, no menos cierto era que también había mucha pobreza y miseria en algunos barrios.

Como todas las tardes, un piadoso cofrade pero a la vez bastante tacaño se acercó hasta el crucificado con intención de adorarlo, besarlo y echar su limosna. Cuál fue su sorpresa cuando al acercarse e ir a besarlo sólo se encontró con un papel que rezaba: “Estoy ahí afuera”.

Dar de comer al hambriento denota la grandeza y la sinceridad de la fe. Amar a Dios y no amar a los demás es tener una fe incompleta. Recemos por los hambrientos y necesitados.

Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.III Estación. Jesús cae por primera vezDar de beber al sediento

Dar un vaso de agua resulta fácil pero regalar el “vaso de nuestra persona” a veces resulta costoso y sobre todo sacrificado.

Golpeaba y llamaba a hora y a deshora una anciana en la puerta de su vecino. El resto de los habitantes se quedaban un tanto extrañados por la insistente y cons-tancia de sus visitas. Uno de ellos se acercó hasta la longeva persona y le preguntó: ¿Tiene usted necesidad de algo? ¡No! –respondió la anciana- Y ¿entonces por qué llama tantas veces y tantos días a la puerta de al lado? Llamo –continúo la anciana- porque tengo sed de cariño, sed de compañía, sed de atención, sed de amor, sed de sentirme querida. Todo eso, y mucho más, me lo dan aquellos que viven dentro.

El agua no solamente se sirve en vaso, también con el corazón y desde las palmas abiertas de nuestras manos. Rezamos por los sedientos de tantas cosas. Seamos no-sotros vaso.

Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.Cristo cae bajo la cruz. J. Bosch.

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IV Estación. Jesús se encuentra con su MadreDar posada al peregrino Un constructor sentía con gran pena la jubilación de uno de sus mejores y más humildes obreros. Antes de retirarse le dijo: construye una última casa pero hazlo con detalle, sobre todo confortable y cómoda. El obrero, agradecido por la encomienda, dispuso el mejor solar, la madera del mejor nogal, el suelo con el mejor material y los muebles de la superior cali-dad. Por si fuera poco, además, la orientó hacia el Este para que por la mañana saludase el sol y rodea-da de un inmenso jardín.

Cuál fue su sorpresa cuando, al finalizar la obra, el patrón le llamó y le dijo: aquí tienes las llaves. Es el premio a tu virtud.

El peregrino no es aquel que camina hacia un lugar determinado. Peregrino es el que busca y no en-cuentra y, también, el que de repente se encuentra con un premio inmerecido: la generosidad que viene de Dios. Como María siempre fue hogar, que tam-bién lo seamos para los demás.

Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.

V Estación. El Señor ayudado por un cirineoVestir al desnudo

A Teresa de Calcuta, cuando se encontraba curando las llagas de enfermos severos o recogiendo por las calles de Calcuta a pobres de solemnidad le dijeron: “Yo no haría eso por todo el oro del mundo”. Ella, al punto, contestó: “Yo tampoco lo haría; sólo viendo a Dios en la desnudez de estas criaturas veo la belleza de todos ellos más allá del estupor que me producen sus llagas”.

Cuando colocamos a Dios en el centro de todas nues-tras acciones somos capaces de llevar a cabo los más altos y nobles ideales. Cuando, por el contrario lo de-jamos de lado, una pequeña cordillera nos parece una cumbre imposible de escalar. Con el cirineo seamos sen-sibles a vestir dignamente al desnudo de su fama, de su vestido o de su dignidad.

Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.

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VI Estación. La Verónica enjuga el rostro de JesúsVisitar a los presos

Disertaba un gran predicador sobre la necesidad de hacerse presente en el mundo de los presos. Un feligrés, acomodado y sin excesiva sensibilidad social, le espetó: es imposible llevar a cabo esa obra de misericordia. No hay cárceles a nuestro alcance. Todas quedan muy lejos.

El sacerdote, sonriéndose, siguió el sermón: presos de la tristeza (depresión), enclaustrados en la seducción (bebida y la droga), asfixiados por la amoralidad (no distinguen el bien del mal), aprisionados en la angustia (falta de medios económicos y humanos), dominados por las ideologías (los que defienden su verdad y no la verdad). ¿Sigo? –contestó el predicador- Ya veis, hermanos, que hay muchos presos a nuestro alrededor. El mundo, aunque nos parezca lo contrario, es una inmensa cárcel. Lo peor es que creemos ser totalmente libres. Hay muchos presos, y muy cerca de nosotros, a los que visitar. Como la Verónica también podemos aliviar la esclavitud de los “cristos” encerrados en sí mismos.

Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.

VII Estación. Jesús cae en tierra por segunda vezEnterrar muertos

“No esperes a enterrar a la gente para decirle lo mucho que les querías”. El camposanto, entre otras cosas, es el lugar de las semillas de eternidad; de aquella siembra que en forma de padre, madre, hijo, esposo, sacerdote, religioso, vecino o anónimo depositamos para que Dios, cuando quiera, les haga volver a la vida.

Hay algunas plazas en España, y también en otras ciudades del mundo, en las que se elevan monumentos a mascotas o animales de compañía. En una de ellas, dedicada a un perro reza así al pie de su escultura: a la mejor y más fiel compañía.

Qué triste es que, mientras alzamos monumentos a las mas-cotas, vayamos desparramando como si nada fueran las ceni-zas de nuestros seres queridos. ¿Acaso no nos damos cuenta que, al hacerlo, no dejamos un lugar reservado para su me-moria? ¿Enterrar a los muertos? ¡Por supuesto! Como Cristo fue depositado en una gruta no estrenada todavía. Nuestros difuntos no pueden caer en el suelo del olvido.

Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.

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OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES

VIII Estación. Jesús habla a las Hijas de JerusalénEnseñar al que no sabe

En un pueblo ejercía un profesor que tenía el carisma de entretenerse con los alumnos menos aventajados. Un buen día, un grupo de padres, protestó ante los superio-res con la excusa de que, el citado profesor, no era dili-gente con el resto de estudiantes. Alertado el inspector de zona por la denuncia se acercó hasta el aula del pedagogo y, situándose detrás de la puerta, escuchó las siguientes

frases: hoy comenzamos de nuevo esta lección sobre la naturaleza; como siempre, al final de esta clase, os queda-réis Juan, María y Alberto para aclarar dudas. Y así fue; al finalizar el horario –el profesor- dilataba una hora más su enseñanza con los que más apoyo necesitaban. Saliendo al exterior dijo a los padres: el profesor es justo con sus hijos pero, con los que está ahora, es caritativo.

Jesús nos habla, como a las mujeres de Jerusalén, para que lamentemos las cosas que merecen la pena y empren-damos el camino de dar luz a los que no la tienen.

Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.

IX Estación. Jesús cae en tierra por tercera vezDar consejo al que lo necesita

Se acercó un discípulo a su maestro espiritual y le preguntó: ¿Qué tengo qué hacer para ser feliz? El maestro, pensándoselo dos veces, le agarró por el hombro y le susurró al oído: haz lo contrario de lo que te hace desgraciado. El discípulo apartándose con desagrado le contestó: eso no puede ser. No podría vivir sin ello. Entonces, el maestro espiritual le añadió: has venido a pedirme consejo o a rea-firmarte en tu insatisfacción. Si quiere escuchar lo que te agrada sigue el mismo camino, pero si sigues mi consejo deberás de elegir otro para salir de tu preocupación y de la confusión en la que se debate tu vida. Aconsejar como Dios manda, a veces, nos trae com-plicaciones, persecuciones, incomprensiones o inclu-so soledades. El consejo ha de iluminar aunque a veces cause dolor o desconcierto y a veces muchos tropiezos con quien más queremos.

Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.

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X Estación. Jesús despojado de sus vestidurasCorregir al que se equivoca

Equivocarse es de humanos y a veces reírse de los errores de los demás es de los que son inhumanos. Sólo Dios no comete error y sólo Dios es infalible.

Se equivocó tremendamente Judas (vendió al mejor amigo y se ahorcó); no menos grave fue el equívoco de traición de Pedro (lloró amargamente). A los dos, Jesús, corrigió y advirtió: “Lo que tengas que hacer, hazlo cuanto antes” o “antes de que el gallo cante me habrás negado tres veces”.

Los dos quedaron al descubierto pero ninguno de los dos movió un ápice de su intencionalidad. Uno lo hizo con premeditación y, al otro, le pudo la situa-ción o la presión del momento. ¿Cómo corregimos? ¿Con amor o con odio? ¿Para hacer el bien o para dejar al descubierto? ¿Con soberbia o con humil-dad? Es bueno corregir pero sin despojar a nadie.

Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.

XI Estación. Jesús clavado en la cruzPerdonar al que nos ofende

“Si no perdonas a tu hermano, Dios no te perdonará a ti”. Vivían en un pueblo dos hermanos separados emocionalmente por una heren-cia mal repartida. El mayor beneficiario vivía absorbido en su posición y engreído en su superior situación económica. En cambio, el peque-ño, no era feliz porque aún teniendo lo suficiente para vivir le faltaba un gran capital: la amistad de su hermano.

Cuando llegó Jueves Santo, los dos hermanos coincidieron en el ofi-cio religioso y, sin dudarlo, el menor se acercó al mayor diciéndole: no puedo acercarme al altar si no sello contigo la paz. El mayor, con lágrimas en los ojos, le contestó: ayer me confesé y, al escuchar “Dios te ha perdonado haz tú lo mismo” fui al banco de ahorros y puse a tu nombre la parte de más que la herencia me dejó. Los dos hermanos fundidos en un gran abrazo celebraron el mandamiento del amor.

Perdonar es cuestión de un primer pequeño paso y, a veces, cuánto cuesta darlo. No nos quedemos clavados en la cruz del rencor.

Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.

XII Estación. Jesús muere en la cruzConsolar al triste

Había llegado un misionero a una parroquia para preparar la Pascua. Después de la primera alocución, preguntó a los asistentes: ¿Qué es lo más fácil para un cristiano, dar una li-mosna o hacer sonreír al que está sumergido en la tristeza? La mayoría de los feligreses, levantando la mano, dijeron: hacer sonreír al triste.

El misionero les contrarió advirtiéndoles: consolar al triste no es entretenerle, sino preguntar por las causas de su amargura; animar a una persona no es darle palmadas en la espalda, sino acompañarle en su decaimiento; alegrar a un abatido no es decirle “ya pasará todo”, sino saber descender con él hasta el pozo de sus sufrimientos.

Después de estas palabras, el predicador, preguntó de nuevo: ¿Qué es más fácil; dar limosna o hacer sonreír a un triste? Todos, apesadumbrados, bajaron las manos. Alegrar a los de-más, consolarles, es saber, conocer y asumir las razones de su pesimismo o dolores. Consolar no solamente es alegrar sino, como Jesús lo hizo, es compartir la misma vida e incluso morir.

Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.

aFondo

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XIII Estación. Jesús bajado de la cruzSufrir con paciencia los defectos del prójimo

Quejarse constantemente por los defectos del her-mano no edifica, sino que destruye. ¿De qué nos sirve la queja amarga? Sólo va en nuestro perjuicio, y en el de aquellos que nos rodean.

Un carpintero tenía dos operarios, Juan y Pedro. Uno era habilidoso para todo pero el segundo era más torpe para colocar la ebanistería en las casas. El due-ño de la carpintería, al hacer las cuentas cada mes, veía con sorpresa que lejos de perder ganaba dinero. Un día, el segundo obrero se le acercó a su amo y le dijo: tengo que decirle algo importante.

El dueño, pensando que se trataba de un lamento sobre la torpeza de su compañero, le escuchó. Cuál fue su asombro cuando le dijo: no tome ninguna re-presalia con Juan. Cuando vamos a las viviendas es un desastre y, tal como hace las cosas, son objeto de

mi sonrisa y del colmo de mi paciencia. Pero quiero que sepa una cosa: cuando estamos en el taller, es excepcional y único manejando la sierra, el martillo o el barnizado de toda la carpintería.

El dueño, conmovido por la paciencia y la compren-sión de Pedro, decidió subirles el sueldo a los dos. Cada uno, en lo suyo, eran buenos. Y cada uno, en algún momento, tenían sus defectos que eran asu-midos y recompensados por el otro.

Nuestra humanidad ingrata fue comprendida y pa-cientemente clavada en la cruz. Si Jesús hubiera es-tado pendiente de los fallos de sus discípulos, no se hubiera atrevido siquiera ni a subir a la barca y mu-cho menos a dejarse clavar en la cruz.

Jesús bajó de la cruz para que nosotros descendamos también a las realidades sufrientes de los demás.

Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.

XIV. Estación. Jesús es puesto en el sepulcroRezar por los vivos y difuntos

Si hay alguien que necesita de nuestra oraciones (no sólo de nuestros recuerdos) son precisamente nuestros seres queridos fallecidos y también los que viven junto a nosotros.

Cuando llegaban las fiestas patronales de un pequeño pueblo situado en la montaña, un joven que vivía en la plaza desapare-cía todos los días durante las tardes. Sus padres y sus amigos se preguntaban el por qué de esas ausencias repentinas y tan pro-longadas. Un día, en medio de las fiestas, decidieron seguirle. El asombro fue enorme cuando sus pasos les hizo detenerse en el cementerio. Al sorprenderlo le preguntaron: ¿Qué haces aquí? El joven respondió: me parece injusto que mientras nosotros estamos disfrutando de las fiestas, otros estén aquí sin poder gozar de la fiesta del cielo porque tal vez han sido olvidados o porque, simplemente, ya no tienen quien les rece. Por eso, porque nosotros estamos en fiesta rezamos los unos por los otros, aquí tal vez alguno no goza de la fiesta del cielo. Quiero darles el último empujón acompañándoles con mi oración lejos del ruido. Además, ellos luego me enseñan a sentirme más feliz y a poner cada cosa en su justo sitio.

Ser cristiano, entre otras cosas, es acordarnos de los que ya no existen físicamente pero que espiritualmente necesitan nuestro apoyo. Jesús, desde el sepulcro, nos da vida para todos.

Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.

ORACIÓN FINAL

No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte clavado en una cruz y escarnecido, muéveme ver tu cuerpo tan herido, muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, que aunque no hubiera cielo, yo te amara, y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera, pues aunque lo que espero no esperara,lo mismo que te quiero te quisiera.

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El método planteado por O’Connor en sus obras lo define la propia autora bajo el título de “rea-lismo de distancias”: un realismo que recurre a deformar las apariencias para mostrar una ver-dad que de otra forma quedaría, las más de las veces, oculta.

O’Connor utiliza como personajes claves a seres gro-tescos -corporal o espiritualmente-, y los enfrenta a una situación de necesidad en la que se ven desvali-dos; en esas circunstancias se les ofrece la alternativa de la gracia y sus caracteres muestran que la persona, en el uso de su libertad, acepta o rechaza esa gracia.

Esto mismo, O’Connor lo hace vida, la enfermedad la lleva a salir de su “comodidad” para emprender una búsqueda de sentido ante su nueva realidad, y en la soledad del dolor se encontró acompañada por Cris-to. Aunque apunta la insuficiencia de una explicación meramente intelectual ante el sufrimiento y, especial-mente, el de los inocentes, muestra que todavía es más incomprensible -desde nuestros parámetros- el hecho de que un Dios todopoderoso y omnipoten-te decida hacerse hombre y morir para redimir a los hombres.

Ante el dolor,en busca de sentido Flannery O’Connor o

el sufrimiento y la pluma (y II)

Cultura

Cristo de San Juan de la Cruz. Salvador Dalí.

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Cultura

O’Connor parece seguir un proceso de búsqueda, del que participan también los personajes de su obra, que, con los necesarios matices para cada caso, po-dríamos esquematizar así:

a) Se parte de una situación inicial en la que el hom-bre se cree un ser perfecto.

b) En algún momento de su vida esta situación inicial se altera, por un sufrimiento físico, psíquico o espiri-tual cuya procedencia puede ser variada: la naturale-za, la sociedad, uno mismo, el destino.

c) Surgen así distintas actitudes ante el sufrimiento, actitudes de lo más dispares: -provocarlo, negarlo, huirlo, rendirse, resistirse, dominarlo o transformarlo hasta “vencer el mal con el bien”-.

d) Tales actitudes no dependen tanto de las circuns-tancias previas del sujeto como del uso de su libertad interior para abrirse o no a la gracia que Dios le tien-de. Una libertad que el mismo Dios deja intacta para que el hombre pueda llegar a amar su realidad última, la vocación que Dios piensa para cada una de sus cria-turas y que sólo desde un acto extremo de libertad orientada al amor puede llegar a abrazar.

e) Una vez aceptada la gracia, el camino sigue siendo doloroso -porque el sufrimiento no desaparece y por-que a la vez puede el hombre sufrir angustia al no ver-se digno de Dios-, pero se llevará a cabo con un guía al lado: Dios ofrece todos los medios que cada uno necesite para llegar hasta su culmen en la creación.

f) El hombre vaciado ya de la corrupción de su natu-raleza, se abandona confiado en Dios, se deja hacer y se llena de ese amor misericordioso. A veces, es cons-

ciente de la propia transformación; otras, simplemen-te clama por el hecho de sentirse abandonado, pero confía en Dios. Esta revelación puede manifestarse tan sólo un instante, pero es tan determinante que debe servirle como guía para toda su vida.

g) Este camino particular de cada uno servirá al resto de hombres y con ello O’connor apunta al misterio de la comunión de los santos.

h) La creación culminará con la resurrección gloriosa de todos los que aceptaron vivir en clave de amor.

La propuesta de sentido para el sufrimiento que la autora hace la podríamos esquematizar así:

1) Flannery O’Connor entiende que el hombre perdió la inocencia con la caída y sólo la puede recuperar mediante la redención que trajo la muerte de Cristo y la lenta participación del hombre en ella.

2) Descubrió en la enfermedad una elevada forma de instrucción, madurez y plenitud: en la soledad que la acompañó, Flannery se encontró con Dios.

3) Se dio cuenta de que Dios la rescató de sí misma en el dolor de la enfermedad y en su sufrimiento espiri-tual, pero para ello debió abrirse primeramente a Él.

4) También comprendió que el dejarse hacer por Dios supone un cambio y, como tal, sigue siendo doloroso. Por eso dirá que la apertura a la gracia cuesta.

5) Para ella todo lo anterior pasa por Jesucristo, con-sidera que la fuerza para su sufrimiento es Cristo y que el hombre lo encuentra cuando se olvida de sus propios sufrimientos para preocuparse por los de los demás.

Tentación de Adán y Eva en el Paraíso y la expulsión. Miguel Ángel.

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Desde la experiencia de su propio sufrimiento, Flan-nery fue capaz de aceptar el plan divino en un ejerci-cio pleno de libertad, aproximándose a aquello para lo que fue creada. Con el paso de los años, reconocerá que la enfermedad fue una extraña bendición que le sirvió para alejarse de toda vanagloria humana, de la soberbia, del orgullo, tan ligados a una vida de éxito profesional como era la suya. La enfermedad le sirvió, pues, para que se centrara en la vida y descubriera una vocación por encima de la de escribir, la vocación a la vida eterna. Flannery ofrece una respuesta ante la cuestión en consonancia con su fe, tras experimentar que en Cristo encontró el consuelo y sentido que su vida necesitaba.

O’Connor tiene también claro que en la parte com-prensible de la fe, nuestra razón no se violenta; en la parte que nos es incomprensible, hay que dar el salto más allá de la razón (pero no en contra de ella) y abandonarse a Dios.

Es verdad que ante el sufrimiento de alguien concre-to, muchas veces no sirven las palabras y hasta las mismas preguntas parecen herir y profanar ese do-lor. Pero también es cierto que no podemos dejar de cuestionarnos la razón de nuestro ser y su sentido, sobre todo cuando constatamos algo que contradice tan radicalmente nuestras más íntimas tendencias.

Por eso, quizás el dolor más intenso es aquel que no encuentra ninguna respuesta a aquellas preguntas; un dolor así puede llegar a destruir a la persona. Pero de pronto puede suceder algo que cambia las cosas: de modo extraño e inesperado Dios muestra su Presencia y el hombre, como Flanney O’Connor la acepta, no porque “responda” y “clarifique” sus interrogantes -pues desde el torbellino del dolor lo único que se es-cucha es una catarata de preguntas sobrehumanas-, sino porque al hacerle entrar de lleno en el misterio, abraza su corazón y lo envuelve y lo llena con su paz. O’Connor, llegó a descubrir un sentido del sufrimien-to paradójicamente luminoso: aprendió que “ningún mal es totalmente malo”, que en medio de su horror hay una “gracia más oscura”, una “gracia que corta para sanar”, y por eso nos enseña a afrontar los sufri-mientos que nos toquen y a vivirlos como ella los vi-vió: “el mal no es meramente un problema a resolver, sino un misterio que soportar”.

Susana Miró

Publicado en www.elsentidobuscaalhombre.com

Cultura

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La Capilla Realrecupera su esplendor Patrimonio de la

Iglesia de Granada

Cultura

Finaliza un trabajo de diez años para recuperar el patrimonio referido a los exteriores del tem-plo que alberga la tumba de los Reyes Católicos y un museo.

El Capellán Mayor, D. Manuel Reyes, y el arquitecto del proyecto, Pedro Salmerón, han presentado en la mañana del jueves día 17 el final de los trabajos que durante la última década se han llevado a cabo en los exteriores de la Capilla Real, en la que se encuentran las tumbas de los Reyes Católicos y un museo. Las obras, con la retirada de los últimos andamios, con-cluyeron el miércoles día 17, víspera de su presenta-ción a los medios de comunicación.

El trabajo de recuperación se ha centrado en los ex-teriores, desde las cubiertas, tanto del templo como de la sacristía, así como en las cresterías, los pináculos

y en los espacios que hay entre los contrafuertes. En la obra desarrollada también se ha intervenido para garantizar que no haya humedades en el museo, se ha repasado el tejado y se ha pintado la casa de los capellanes. Asimismo, se han eliminado los naranjos, ya que se han descubierto restos arqueológicos de la Granada Medieval.

El trabajo de recuperación de exteriores ha quedado completado, salvo en el caso de la iluminación, as-pecto que en esta obra se ha dejado preparado para que sea acometido en un plazo de semanas o meses, dependiendo de Fundación Sevillana Endesa, encar-gada de dicha tarea. Precisamente, en la obra de es-tos últimos diez años, la iluminación es la única parte que va a contar con intervención ajena al Cabildo de la Capilla Real.

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En lo referido a los aspectos técnicos, el arquitecto Pedro Salmerón explicó que la mayor dificultad en es-tos diez años de trabajo ha sido la recuperación de las cresterías y pináculos, “muy costoso en tiempo y dinero, teniendo en cuenta que los pináculos, aunque es un elemento decorativo, tienen un valor estructu-ral”. Asimismo, los pináculos y cresterías son las que más sufren las inclemencias del tiempo, especialmen-te en una ciudad como Granada, cuyas temperaturas en el mismo día pueden oscilar desde las frías a las calurosas.

Respecto a la piedra, Salmerón subrayó el trabajo de-sarrollado de limpieza de la piedra, que ha permitido “recuperar sus valores y sus matices”, incluido en el caso de los grafitis que sobre dicha piedra existen y que se han respetado, siguiendo también la legisla-ción sobre patrimonio cultural. Otro de los trabajos desarrollados ha sido la intervención en las cubiertas del museo de la Capilla Real, que daba problemas por la el trabajo que se realizó en los años cuarenta, defi-citarios debido a la falta de materiales.

Con este trabajo de diez años de recuperación del exterior, el arquitecto explicó que la Capilla Real se in-tegra “mucho mejor en el entorno monumental” y su conservación “repercute de forma incuestionable en el entorno de la ciudad”. “Nuestra intención ha sido que el exterior de la Capilla Real acompañe a los valo-res que tiene el interior, y los valores proceden, en mi opinión, de una visión importante, en cuanto a lo que era el manejo del patrimonio”, explicó el arquitecto, en referencia al cuidado y atención que los Reyes Ca-tólicos aplicaban al patrimonio y cultura de la época.

COSTE

La recuperación de los exteriores de la Capilla Real ha tenido un coste de 2.150.000 euros, sufragados íntegramente por la propia Capilla Real con cargo a las entradas por turismo. De ese montante total de más de dos millones de euros en estos diez años, se calcula que 460.00 euros se han aportado en forma de impuestos, bien por permisos de obras, de ocupa-ción de la vía pública, de tasas municipales o de IVA. Asimismo, el Capellán Mayor subrayó el trabajo que se ha generado en estos diez años con los obreros y restauradores que han participado en el proyecto, lo que ha conllevado una inversión notable, dada “las miles de jornadas de trabajo” realizadas.

En números, se han restaurado unos 225 metros li-neales de cresterías, 1.700 metros cuadrados en pa-ramentos y 300 metros cuadrados de la cubierta de la sacristía, que está sobre el museo. Esto significa que en diez años y la inversión de más de dos millones de euros ha permitido que “mucha gente que está alrededor del patrimonio pueda vivir”, explicó el ar-quitecto Pedro Salmerón.

La Capilla Real es uno de los lugares del patrimonio cultural de la Iglesia de Granada muy visitados por los turistas, aunque por debajo de las visitas que se realizan a otros conjuntos monumentales de la ciu-dad como la Alhambra, de las que se habla de dos millones y medio de visitas al año. Según informó D. Manuel Reyes, la Capilla Real recibió el año pasado 385.000 visitas. No obstante, “la Capilla Real no se queja de falta de visitantes”.

Cultura

Ver galería de fotos de la presentación

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Asimismo, la Capilla Real cuenta con un patrimonio de cuadros que se ceden a exposiciones en todo el mundo. Actualmente, Oración en el Huerto de los Olivos, obra pictórica de Sandro Boticelli, está par-ticipando hasta principios del mes de abril en una ex-posición en Tokio (Japón), dedicada a la obra de este artista italiano y a la de Philippo Lippi.

AGRADECIMIENTOS

El Capellán Mayor agradeció a todas las personas que han participado en el proyecto, desde obreros, restau-radores, empresas fundamentales que han trabajado en esta obra y al arquitecto, así como a “mis com-pañeros de Cabildo”, quienes, con responsabilidades parroquiales han dedicado también esfuerzo y tiempo en este trabajo de recuperación del patrimonio de la Iglesia de Granada. También ha recordado a quienes en estos diez años comenzaron en este proyecto y no han podido continuar porque se encuentran en-fermos.

Asimismo, D. Manuel Reyes quiso “transmitir la satis-facción que tenemos y alegría de una obra completa-da, y transmitir esa satisfacción a la sociedad granadi-na, tanto a la de la Iglesia como a la de la sociedad en general, porque el monumento es verdaderamente significativo para la ciudad”.

TREINTA AÑOS DE OBRAS EN LA CAPILLA REAL

La obra desarrollada para recuperar el exterior es de diez años, pero durante las dos décadas anteriores también se estuvieron llevando a cabo trabajos de restauración y recuperación en el interior. Estas obras iniciales comenzaron en 1986 y se prolongaron hasta 2005. Son obras que se dedicaron a la lonja, el mu-seo, los paramentos interiores y el patrimonio mobi-liario, como los retablos, la verja interior, los sepulcros de los Reyes Católicos y multitud de obras de arte. Estas obras de restauración giraron en torno a dos fechas emblemáticas para la Capilla Real. Por un lado, en el año 1992, con motivo del V Centenario del des-cubrimiento del Nuevo Mundo en 1492, y por otro en el año 2004, V centenario del fallecimiento de la Reina, la Sierva de Dios Isabel la Católica.

Ahora, la conclusión del trabajo de recuperación de los exteriores del templo que acoge el panteón real coincide con el V centenario del fallecimiento del Rey Fernando el Católico, efeméride que la Capilla Real conmemora con diversas actividades que llevará a cabo este año, así como la propia ciudad de Granada con un programa de actos.

La Capilla Real tiene previsto presentar públicamente los trabajos técnicos con proyecciones y fotografías de cómo ha ido evolucionando la obra, en el salón de actos del Edificio de la Curia Metropolitana, previsi-blemente el 8 o 15 de abril.

Paqui Pallarés

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Hermana Kurien, una vidainspirada en la Madre Teresa

Caridad y misericordiapor encima de todo

Testimonio

Discapacitados mentales, enfermos de sida, an-cianas y niños abandonados en las calles, todos tienen abiertas las puertas de los hogares que la hermana Lucy Kurien ha abierto en la India. A través de su organización -llamada Maher (la casa de la madre)- la hermana Kurien ayuda a mujeres y niños indigentes sin importar casta o religión.

Se centran en las calles, sobre todo en los casos más desesperados como son las mujeres enfermas mentales o los que sufren de sida, así lo explica esta hermana, religiosa de las Hermanas de la Cruz de Chavanod. Actualmente, Maher cuenta con 38 ho-gares de corta o larga estancia en los estados indios de Jharkhand, Kerala y Maharashtra. Acogen en to-tal 860 niños de la calle y más de 320 mujeres sin recursos.

Las casas de corta estancia se destinan a víctimas de violencia doméstica, de violación y a madres solteras, mientras que los demás hogares albergan a niños, pacientes de sida y mujeres ancianas o con proble-mas mentales. La religiosa contaba que recogen a niños de las calles que están mendigando o pobres con un único progenitor. “Les ayudamos a estudiar y a algunos les va muy bien”.

El camino de la hermana Kurien para dedicar su vida a las necesidades de estas mujeres y niños comenzó hace 19 años, después de vivir un hecho impactante. “Una mujer que temía por su vida, amenazada por su marido, vino pidiendo un refugio que no pude darle porque yo estaba en un convento y, aquella misma noche, él la quemó viva. Esto me impactó”, contaba la hermana Kurien.

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TestimonioDesde entonces quiso estar entre las mujeres con desdichas parecidas y ayudarlas, aunque “mis con-gregación se dedicaba sólo a la enseñanza y a la en-fermería”. Logró un permiso especial de su madre provincial para salir del convento y ayudar a estos necesitados, pero “no fue fácil”. La congregación le pidió que firmara un documento que manifestase haber comprendido que pertenecía a su congrega-ción y que la misma no asumiría ninguna responsa-bilidad en los proyectos que emprendiese.

“Quería vivir exactamente como Jesús hubiera vivi-do”, contaba. En 1997, la monja comenzó Maher en el distrito de Pune, en el estado de Maharashtra, al oeste de la India. Esto fue posible gracias a do-naciones de laicos, especialmente de un músico de Austria. Pero, al principio, encontró resistencia entre las personas del lugar. La gente pensaba que venía a lograr conversiones. “Me escupían e incluso ataca-ron mis casa, pero yo seguí trabajando”, explicaba la religiosa. Incluso gente de Iglesia pensó que se había vuelto loca.

La próxima canonización el 4 de septiembre de la Madre Teresa de Calcuta ha sido todo un respaldo para esta religiosa. “Desde que era joven”, decía la hermana Kurien, “siempre me conmovió la labor de la Madre Teresa y quería hacer algo parecido. Siem-pre sentí esa llamada”. Los hogares de la hermana son, por ello, un refugio de unidad interreligiosa, puesto que ella promueve que cada uno conozca las enseñanzas de su religión. “Tenemos los libros sa-grados de todas las religiones, sea la Biblia, el Corán o los Geeta. Creo en el respeto de todas las religio-nes que adoran un poder divino”.

En reconocimiento a sus servicios, el presidente de la India, Pranab Mukherjee, otorgaba a la herma-na, este 8 de marzo, el reconocimiento Nari Shakti. El Shakti es el “poder femenino” en la India, que es siempre creativo y compasivo, como el de esta hermana.

OMPRESS-India

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SignoyGracia

Al presentar la liturgia de estos días queremos reavivar la conciencia de los fieles acerca de la unidad de la historia de la salvación, y más con-cretamente la unidad del Misterio Pascual. Los primeros cristianos no perdían la visión de con-junto cuando celebraban las intervenciones de Dios en la historia para salvar a los hombres, sino que siempre tenían presente el conjunto de la historia de la salvación. A partir del s. IV comenzó la tendencia a celebrar cada aconteci-miento importante de la historia de la salvación en un día distinto, y a vivirlo perdiendo, en par-te, la visión de conjunto.

“El Triduo pascual de la Pasión y Resurrección del Se-ñor comienza con la Misa vespertina de la Cena del Señor (en la tarde del Jueves Santo), tiene su centro en la Vigilia Pascua (la noche santa de la Resurrección del Señor), y acaba con la Vísperas del domingo de Resurrección” (NUALC, 19).

En este párrafo se nos indica con claridad los días que comprende el Triduo Pascual y la marcha ascendente en que se sitúa la Iglesia hasta llegar a la Vigilia Pas-cual, punto culminante del Triduo, y también de todo el año litúrgico.

El Triduo ya se vivía en tiempos de San Agustín que lo designa como “Triduo de Cristo crucificado, sepul-tado y resucitado”.

Los tres días del Triduo Pascual son el Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección; actual-mente, se le antepone como pórtico la Misa en la Cena del Señor en la tarde del Jueves Santo. La Vigilia Pascual es el punto culminante del Triduo y con ella comienza el Domingo de Resurrección, y, por tanto, no pertenece al Sábado Santo.

El Triduo Pascual es el punto culminante de todo el año litúrgico, porque en él celebramos la cumbre más alta de la historia de nuestra salvación: el Misterio Pascual de Cristo muerto y resucitado como Salvador de todos los hombres.

La unidad delMisterio Pascual Triduo de Cristo

Crucificado, sepultado y resucitado

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En estos días la Iglesia no se limita a recordar con piedad y devoción los hechos de la Pasión, Muerte, Sepultura y Resurrección de Cristo, sino que el acon-tecimiento salvador “se hace presente y se realiza” en la vida de la Iglesia que lo celebra; es decir, la salva-ción conseguida por Cristo llega a hacerse presente y actual para cada cristiano y para cada comunidad de cristianos de todos los tiempos y lugares; de tal manera que a todos alcanza directamente, mediante las celebraciones litúrgicas, la gracia que nos viene de Cristo Redentor.

En esta celebración del Misterio de la Pascua, es decir, del “tránsito del Señor de este mundo al Padre” (Jn 13, 1), por medio de los signos litúrgicos y sacramen-tales, la Iglesia se une en íntima comunión con Cristo su Esposo.

El Misterio Pascual es un Misterio Nupcial: Cristo, mu-riendo y resucitando como Salvador de la humanidad, se ha constituido también en Esposo de la Iglesia, que nace, como Eva en el paraíso, del costado de Jesu-cristo, el nuevo Adán, “dormido” en el sueño de su Muerte en cruz. Entre los muchos simbolismos reco-nocidos a la sangre y al agua que han brotado del costado de Cristo traspasado por la lanza (Jn 19, 34), se encuentra el de la Iglesia, y así lo recoge la Consti-tución de Liturgia del Concilio Vaticano II: “…del cos-tado de Cristo dormido en la cruz nació el sacramento admirable de la Iglesia entera” (SC 5).

JUEVES SANTO

Con la Misa vespertina de la Cena del Señor comienza el Triduo Pascual. Esta Misa es un pórtico o introduc-ción a todo el Triduo en su conjunto. Aunque en esta celebración se pone el acento en la Institución de la Eucaristía, del Orden sacerdotal y en el mandamiento del amor fraterno, estos aspectos hay que percibirlos en función del Misterio Pascual, que se continuará celebrando en los días sucesivos. La Eucaristía es el sacramento con que la Iglesia celebra la “nueva Pas-cua”; es decir, el Memorial de la Muerte y Resurrec-ción del Señor.

Es muy significativo que la Iglesia proponga como pri-mera lectura de la Misa (Ex 12, 1-8.11-14) para co-menzar todo el Triduo Pascual: Cristo es, en efecto, el nuevo Cordero pascual, inmolado por nosotros en la Cruz, cuya sangre trae la salvación al nuevo Pueblo de Dios. La celebración de la nueva Pascua es para la Iglesia un “Memorial” que hace presente y actualiza para la Iglesia de todos los tiempos el misterio de la Pascua del Señor con toda su eficacia salvadora.Viernes Santo: primer día del Triduo Pascual

La acción litúrgica del Viernes Santo completa la Vigi-lia Pascual, en cuanto que es principalmente una con-templación de Jesucristo en su sacrificio pascual; en este sentido es la celebración más próxima en su con-tenido al espíritu de la misma Vigilia pascual, como “noche de vela para el Señor”. En la acción litúrgica del Viernes Santo está muy claro que el centro es la Pasión de Cristo contemplada en perspectiva pascual de Pasión-Muerte-Resurrección.

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En las oraciones y lecturas de este día se presenta la Pasión de Cristo como un momento o aspecto de su glorificación: Cristo, mediante su Pasión y Muerte, instituye la Pascua cristiana, venciendo al pecado y a la muerte. Por eso, la celebración del Viernes Santo es también celebración de todo el misterio pascual, aunque destacando el momento de Pasión y Muerte del Señor, cuyo triunfo comienza ya en esos momen-tos dolorosos.

Un ejemplo muy significativo de esta proclamación de la Pasión de Cristo en perspectiva pascual es una antífona que el Misal propone para cantar o recitar en el momento de la adoración de la cruz: “Tu Cruz adoramos, Señor, y tu santa Resurrección alabamos y glorificamos; por el madero ha venido la alegría al mundo entero.”

SáBADO SANTO

Durante el Sábado Santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor meditando su Pasión y Muerte, su descenso a los infiernos, y esperando en la oración y el ayuno su Resurrección.

En este día la preparación espiritual para la Vigilia ha de ser la actividad principal. La Iglesia recomienda con insistencia la celebración del Oficio de Lectura y Lau-des, con participación del pueblo, o una celebración de la Palabra o un ejercicio piadoso que corresponda al misterio de este día.

VIGILIA PASCUAL

La Vigilia Pascual es la celebración principal de todo el año litúrgico, y el acto más importante en que los cristianos pueden participar.

Es una noche de vela en honor del Señor, que ha ac-tuado y continúa actuando a favor nuestro, es la ma-dre de todas las vigilias, es la celebración más antigua que conoce la Iglesia, después de la Eucaristía domi-nical, es la noche en que el nuevo Pueblo de Dios, la Iglesia, celebra el mayor acontecimiento de su historia de salvación: que Cristo, nuevo Cordero pascual, ha sido inmolado como Redentor de todos los hombres, y que Dios Padre lo ha resucitado y lo ha constituido Señor y Mesías (Hch 2, 32-36).

Todo el esfuerzo pastoral del año, y más especialmen-te de la Cuaresma, debe tener como punto de refe-rencia la participación más plena, consciente y activa posible de todos los cristianos en esta Vigilia.

En la Vigilia Pascual, al menos en su forma actual, ha influido mucho la idea del tránsito o paso del cristiano a nueva vida en comunión con Cristo, que se realiza y se expresa por los sacramentos del Bautismo, Confir-mación y Eucaristía; no se pierde de vista a Cristo en su Muerte y Resurrección, pero se destaca mucho lo que esa Muerte y Resurrección ha significado para la humanidad y para la Iglesia.

Ningún cristiano debería faltar, a no ser por un legí-timo impedimento, a la celebración de la Vigilia Pas-cual.

Celebremos con gozo estos días como un único acon-tecimiento salvador.

¡Feliz Pascua!

José Antonio Vinuesa GarcíaDelegado episcopal de Liturgia (Granada)

SignoyGracia

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luzdelaPalabra

Lucas 22, 14-23, 56

Dicho esto, caminaba delante de ellos, subiendo ha-cia Jerusalén.

Al acercarse a Betfagé y Betania, junto al monte lla-mado de los Olivos, mandó a dos discípulos, dicién-doles: “Id a la aldea de enfrente; al entrar en ella, encontraréis un pollino atado, que nadie ha montado nunca. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta: `¿Por qué lo desatáis?´, le diréis así: `El Señor lo nece-sita´”.

Fueron, pues, los enviados y lo encontraron como les había dicho. Mientras desataban el pollino, los due-ños les dijeron: “¿Por qué desatáis el pollino?”. Ellos

dijeron: “El Señor lo necesita”. Se lo llevaron a Je-sús y, después de poner sus mantos sobre el pollino, ayudaron a Jesús a montar sobre él. Mientras él iba avanzando, extendían sus mantos por el camino. Y, cuando se acercaba ya a la bajada del monte de los Olivos, la multitud de los discípulos, llenos de alegría, comenzaron a alabar a Dios a grandes voces por to-dos los milagros que habían visto, diciendo: “¡Bendito el rey que viene en nombre del Señor! Paz en el cielo y gloria en las alturas”. Algunos fariseos de entre la gente le dijeron:

“Maestro, reprende a tus discípulos”. Y respondien-do, dijo: “Os digo que, si estos callan, gritarán las piedras”.

“Bendito el rey que viene en nombre del Señor” Domingo de Ramos

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Con la celebración del Domingo de Ramos comenza-mos la Semana Santa, la gran semana cristiana. Se-mana en la que vamos a acompañar al Señor en los últimos días de su vida. Semana de la pasión, muerte y resurrección del Señor.

Comenzamos esta Semana Santa con la entrada de Jesús en Jerusalén, aclamado por la multitud como Mesías. Jesús entra en Jerusalén no como los anti-guos soldados, que entraban triunfantes, con tesoros y prisioneros, sino que el Señor entra en la ciudad no haciendo una demostración de fuerza, sino mostran-do que cabalga a lomos de la humildad y la sencillez. Sus armas son el amor y el corazón.

Hoy proclamamos la Pasión del Señor. Pero la pa-sión de Cristo no ha terminado. Cristo sigue hoy su-friendo en el hombre, con el que Jesús se ha querido identificar.

Hoy Cristo sigue sufriendo la pasión, cuando no sabe-mos acompañar a nuestros hermanos que sufren, que sienten angustia y se sienten solos, como hicieron los discípulos del Señor en el huerto de Getsemaní.

Hoy Cristo sigue sufriendo la pasión, cuando vende-mos nuestra vida por 30 monedas de plata; cuando nuestro deseo de enriquecernos nos lleva a hacer ne-gocios no tan honrados, cuando, incluso, compramos por dinero un poco de placer.

Hoy Cristo sigue sufriendo la pasión, cuando los hom-bres buscan en la violencia la solución a los proble-mas, como aquellos que detuvieron a Jesús con es-padas y palos.

Hoy Cristo sigue sufriendo la pasión, cuando acusa-mos injustamente a los hombres con críticas y desca-lificaciones injustas, como lo hicieron con Jesús aque-llos líderes religiosos de Jerusalén y los falsos testigos.

Hoy Cristo sigue sufriendo la pasión, cuando lo ne-gamos a Él, por vergüenza y cobardía como lo hizo Pedro; cuando no confesamos con valentía y sinceri-dad nuestra fe.

Hoy Cristo sigue sufriendo la pasión, cuando nos lavamos las manos como Pilato; cuando no vivimos comprometidos con nuestra fe y vivimos una fe sin in-volucrarnos mucho o nada en las tareas de la Iglesia.

Hoy Cristo sigue sufriendo la pasión, cuando nos dejamos llevar por las modas en ideas y costumbres, como hicieron los habitantes de Jerusalén.

Hoy, en una palabra, Cristo sigue sufriendo su pasión, en todo aquel que sufre: enfermos, pobres, ancianos en soledad, marginados de la sociedad, etc. Y ojalá no nos burlemos de ellos como lo hicieron los solda-dos de Jesús clavado en la cruz.

La Pasión y Muerte del Señor no fue sólo un hecho histórico, y no fueron sólo los judíos los que tortu-raron al Señor. La Pasión no se ha acabado porque donde haya un ser humano sufriendo, ahí hay pasión y todos nosotros debemos sentirnos responsables.

D. Ignacio Fernández GonzálezSacerdote Diócesis de Granada

Comentario al Evangelio

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Hechos de las Apóstoles 10, 34a. 37-43Salmo 117Colosenses 3, 1-4

Juan 20, 1-9

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”. Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

“Vio y creyó”Domingo de Resurrección

La Resurreción del Señor, Capilla Sixtina. Miguel Ángel.

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Hoy la Iglesia entera se llena de alegría por la solemni-dad de la resurrección del Señor. ¡Cristo ha resucita-do! Hoy es el gran día, el día gozoso y solemne de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos.

Con la fiesta de la Resurrección de Cristo culmina el Triduo Pascual. Pero la resurrección de Jesús no es el final de todo lo que hemos estado celebrando en es-tos días de semana santa, sino que es el principio de una vida nueva.

En el Evangelio de hoy, hemos escuchado una carrera entre dos apóstoles: Pedro, que al recibir la noticia de que el sepulcro estaba vacío, ha ido corriendo a buscar al resucitado, y Juan que también corrió con Pedro. Llegaron al sepulcro, vieron y creyeron.

Busquemos también nosotros a Cristo resucitado. Hagamos de nuestra vida una carrera apasionada, para buscar dónde está el Señor. Y al Señor lo vamos a encontrar en su Palabra, en los Sacramentos, en la Iglesia, en los pobres. Busquemos al resucitado. No nos quedemos indiferentes ante esta Buena Noticia, como si Cristo resucitado estuviera escondido. Cris-to resucitado es para nosotros, es para darnos vida. Y la vida cristiana comienza con el encuentro con la persona del Señor, con el encuentro con su mensaje, con el encuentro de nuestra vida con la vida de Cris-to. Busquemos, pues, siempre a Cristo resucitado, con ilusión, con muchas ganas.

Pero hay que hacer en nuestra vida otra carrera, que también la hicieron los apóstoles. Es la carrera de ir

a buscar a los demás, para darles esta Buena Noticia: “Es verdad, Cristo ha resucitado”. Como cristianos hay que comunicar esta noticia a nuestra familia, ami-gos y compañeros y lo haremos viviendo con coheren-cia y con alegría nuestra fe.

Se tiene que notar que somos discípulos del resucita-do, porque como el Señor, estamos dispuesto a dar la mano a quien nos necesite. Porque iluminados por el Señor, estamos llamados también nosotros a po-ner luz donde hay oscuridad, a poner alegría donde hay tristeza, a poner consuelo donde hay enfermedad y desgracia; a encontrarnos con la persona que está sola, para acompañarla.

Como creyentes en Cristo resucitado, estamos lla-mados a poner vida donde tantos ponen muerte. La pasión por la vida, tiene que ser algo importante en la persona que cree en la resurrección y esta pasión debe impulsarnos a hacernos presentes donde se pro-duce muerte, para luchar con todas nuestras fuerza contra los ataques a la vida.

Hoy, pues, domingo de resurrección, domingo de la vida, preguntémonos: ¿Sabemos defender la vida?

Cristo resucitado nos da vida, trabajemos también no-sotros por dar vida y no muerte a nuestro mundo tan necesitado de esa Vida de Dios nuestro Padre.

D. Ignacio Fernández GonzálezSacerdote Diócesis de Granada

Comentario al Evangelio

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Simón nunca había visto una mirada tan fuerte y tan dulce,tan dominadora y tan tierna.

Henry Perroy

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