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1 FILIPENSES Introducción PABLO, FILIPOS Y LA IGLESIA EN ESA CIUDAD La ciudad de Filipos a la que Pablo fue en el curso de su trabajo misionero era un lugar significativo desde varios puntos de vista. No solo era un ciudad importante en la provincia romana de Macedonia, sino que disponía de la particular posición de ser una colonia romana (Hech. 16:12). Esto significaba que era considerada como un pequeño trozo de la misma Roma en el lugar. La lengua común era el latín; la ley romana controlaba la administración local y el régimen de impuestos, y muchos aspectos de la vida pública eran como en Roma misma, y muchos de los oficiales tenían el mismo título que en Roma. La conocida historia de Filipos, sin embargo, ha recorrido un largo camino. Antes del 360 a. de J.C.a. de J.C. Antes de Jesucristo se ubicó en el lugar un pequeño poblado traciano. La ciudad misma fue fundada por quien le diera su nombre: Filipo de Macedonia, el padre de Alejandro el Grande, considerándola un lugar estratégico desde el punto de vista geográfico. Filipos cayó en manos de los romanos en 168 a. de J.C.a. de J.C. Antes de Jesucristo después de la batalla de Pidna. En 42 a. de J.C.a. de J.C. Antes de Jesucristo Antonio, después que él y Octaviano derrotaran a Bruto y Casio, ubicó allí a algunos veteranos de guerra desbandados, dando a Filipos su rango de colonia romana. Entonces en 30 a. de J.C.a. de J.C. Antes de Jesucristo, cuando Octaviano derrotó a Antonio y Cleopatra en la batalla de Actium, envió más “colonos” desde Italia a Filipos con el objeto de ubicar en un lugar más cercano al suelo patrio a sus propios veteranos de guerra. El alto concepto de los privilegios del ciudadano romano en Filipos se manifiesta en Hech. 16:20, 21, 3539 y probablemente se refleja en la misma carta en 1:27 y 3:20. La predicación del evangelio en Filipos representa para nosotros lo que probablemente fue el primer trabajo apostólico de evangelización en Europa. Para el Apóstol habría significado trabajar en un centro estratégico de una provincia romana que no había oído anteriormente el evangelio. De acuerdo con los registros de Hech. 16:9, 10, Pablo fue allí (junto a Silas y Timoteo) en respuesta a la visión en sueños en la que vio que “un hombre de Macedonia estaba de pie rogándole y diciendo: ’¡Pasa a Macedonia y ayúdanos!’ ” Tal como la historia de Hech. 16 continúa, leemos que en Filipos Pablo no encontró una sinagoga, pero un sábado descubrió un “lugar de oración” a la orilla del río, donde un pequeño grupo de mujeres estaba reunido. Una de esas muj eres, Lidia, “era vendedora de púrpura de la ciudad de Tiatira”, parece haber sido la primera convertida y que abrió su hogar a Pablo. Obsérvese algo del trasfondo pagano en Filipos cuando leemos de una “joven esclava que tenía espíritu de adivinación” y que “producía gran ganancia a sus amos, adivinando”. Pablo y Silas fueron condenados a prisión debido al enojo de sus amos cuando le fue echado el espíritu de adivinación y vieron que “se les había esfumado su esperanza de ganancia”. El pretexto para condenar a Pablo y Silas fue que ellos, como judíos, estaban arrastrando a la ciudad al escándalo y enseñando costumbres, las cuales según sus piadosos acusadores “no nos es lícito recibir ni practicar”.

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FILIPENSES

Introducción

PABLO, FILIPOS Y LA IGLESIA EN ESA CIUDAD

La ciudad de Filipos a la que Pablo fue en el curso de su trabajo misionero era un lugar significativo desde varios puntos de vista. No solo era un ciudad importante en la provincia romana de Macedonia, sino que disponía de la particular posición de ser una colonia romana (Hech. 16:12). Esto significaba que era considerada como un pequeño trozo de la misma Roma en el lugar. La lengua común era el latín; la ley romana controlaba la administración local y el régimen de impuestos, y muchos aspectos de la vida pública eran como en Roma misma, y muchos de los oficiales tenían el mismo título que en Roma.

La conocida historia de Filipos, sin embargo, ha recorrido un largo camino. Antes del 360 a. de J.C.a. de J.C. Antes de Jesucristo se ubicó en el lugar un pequeño poblado traciano. La ciudad misma fue fundada por quien le diera su nombre: Filipo de Macedonia, el padre de Alejandro el Grande, considerándola un lugar estratégico desde el punto de vista geográfico. Filipos cayó en manos de los romanos en 168 a. de J.C.a. de J.C. Antes de Jesucristo después de la batalla de Pidna. En 42 a. de J.C.a. de J.C. Antes de Jesucristo Antonio, después que él y Octaviano derrotaran a Bruto y Casio, ubicó allí a algunos veteranos de guerra desbandados, dando a Filipos su rango de colonia romana. Entonces en 30 a. de J.C.a. de J.C. Antes de Jesucristo, cuando Octaviano derrotó a Antonio y Cleopatra en la batalla de Actium, envió más “colonos” desde Italia a Filipos con el objeto de ubicar en un lugar más cercano al suelo patrio a sus propios veteranos de guerra. El alto concepto de los privilegios del ciudadano romano en Filipos se manifiesta en Hech. 16:20, 21, 35–39 y probablemente se refleja en la misma carta en 1:27 y 3:20.

La predicación del evangelio en Filipos representa para nosotros lo que probablemente fue el primer trabajo apostólico de evangelización en Europa. Para el Apóstol habría significado trabajar en un centro estratégico de una provincia romana que no había oído anteriormente el evangelio. De acuerdo con los registros de Hech. 16:9, 10, Pablo fue allí (junto a Silas y Timoteo) en respuesta a la visión en sueños en la que vio que “un hombre de Macedonia estaba de pie rogándole y diciendo: ’¡Pasa a Macedonia y ayúdanos!’ ” Tal como la historia de Hech. 16 continúa, leemos que en Filipos Pablo no encontró una sinagoga, pero un sábado descubrió un “lugar de oración” a la orilla del río, donde un pequeño grupo de mujeres estaba reunido. Una de esas mujeres, Lidia, “era vendedora de púrpura de la ciudad de Tiatira”, parece haber sido la primera convertida y que abrió su hogar a Pablo.

Obsérvese algo del trasfondo pagano en Filipos cuando leemos de una “joven esclava que tenía espíritu de adivinación” y que “producía gran ganancia a sus amos, adivinando”. Pablo y Silas fueron condenados a prisión debido al enojo de sus amos cuando le fue echado el espíritu de adivinación y vieron que “se les había esfumado su esperanza de ganancia”. El pretexto para condenar a Pablo y Silas fue que ellos, como judíos, estaban arrastrando a la ciudad al escándalo y enseñando costumbres, las cuales según sus piadosos acusadores “no nos es lícito recibir ni practicar”.

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El compañerismo en el evangelio, la persecución y el trasfondo mayormente gentil de los cristianos filipenses (cualidades éstas destacadas en la epístola) están también registradas en Hech. 16 acerca de la primera visita de Pablo a los filipenses.

Aunque no disponemos de muchos detalles, es claro que a partir de la primera visita de Pablo a Filipos, pudo dejar establecido a un grupo ferviente de cristianos. En el tercer viaje misionero de Pablo que aparece en Hech., leemos que pasó algo de tiempo en Macedonia (Hech. 20:1), y que muy probablemente habría incluido una visita a Filipos. Luego de un tiempo en Grecia volvió a Macedonia, y en Hech. 20:6 se nos cuenta específicamente que Pablo se embarcó desde Filipos para retornar a Jerusalén.

EL TIEMPO Y EL LUGAR EN QUE FUE ESCRITA LA CARTA

Se demuestra claramente al leer que Pablo escribió esta carta desde la prisión. La carta a los Fil., junto con la de Film., Col. y Ef., han sido llamadas “cartas de la prisión”. En 2 Cor. 11:23 Pablo habla de haber estado frecuentemente en prisión. Por lo dicho en Hech. sabemos que hubo de soportar períodos de encarcelamiento en Cesarea y en Roma, y sobre la base de Hech. 20:18, 19; 1 Cor. 4:9–13; 15:31, 32; 2 Cor. 1:8–10; 4:8–12; 6:4–10; 11:23–27, podemos pensar que pudo estar preso también en Efeso. Se han presentado diversos argumentos para definir en cuál de estos lugares, Cesarea, Efeso o Roma, estaba la cárcel desde la cual Pablo escribió la carta.

Los argumentos más importantes a favor de Cesarea como el lugar desde donde fue escrita la carta son:

1. Hech. 23:25 se refiere al encarcelamiento en Cesarea siendo en el pretorio de Herodes, y la carta menciona el hecho de que sus “prisiones por la causa de Cristo” se han hecho evidentes en todo el pretorio como a “todos los demás” (1:13).

2. Los dos años de prisión en Cesarea (Hech. 24:27) le habrían dado tiempo para una comunicación entre el lugar en que estaba prisionero y Filipos, lo cual está implicado en la carta (ver abajo).

3. En Fil. 1:7 Pablo menciona una defensa que él había hecho, pero estaba todavía en prisión. El caso fue cierto en Cesarea donde él hizo una defensa de sí mismo ante Félix y luego continuó confinado durante los siguientes dos años.

4. En esta carta Pablo no hace mención de la colecta para los pobres en Judea lo cual fue muy importante en las primeras etapas de su trabajo. Cuando Pablo estaba en Cesarea ese donativo ya había sido entregado en Jerusalén, y así en la carta Pablo podía escribir de los “dones” sin aludir a esta colecta.

Hay algo de fuerza en estos argumentos. Sin embargo, en contra de ellos debe decirse que en Cesarea Pablo no enfrentaba una posibilidad inmediata de ejecución, sino camino a Roma cuando se presentaría al tribunal delante del emperador debido a la apelación que hiciera al César (Hech. 25:11). Las alternativas de muerte y liberación acerca de las cuales Pablo escribe específicamente en 1:20–24, y de la esperanza de ir a visitar Filipos (ver 2:24), no eran realmente las que tenía durante su prisión en Cesarea.

Si aceptamos la probabilidad de un encarcelamiento en Efeso, podríamos reconocer la firmeza de los siguientes argumentos en relación con ese lugar como el origen de Fil.:

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1. La carta indica al menos cuatro viajes entre Filipos y el lugar donde Pablo estaba encarcelado: En el primero, Pablo toma conocimiento de la situación cuando Epafrodito viene desde Filipos; un mensaje llegó a Filipos informando acerca de la enfermedad de Epafrodito, y subsecuentemente se recibieron noticias de los filipenses interesándose por él (2:25–30). El viaje de Filipos a Efeso habría tomado de siete a diez días, lo que no representaría mucha dificultad para que esos viajeros hubieran hecho esos viajes.

2. Hech. 19:22 nos relata que Timoteo fue enviado desde Efeso a Macedonia y esto coincidiría con Fil. 2:19–22.

3. De los pasajes mencionados arriba indicando el encarcelamiento de Efeso podríamos ver que Pablo enfrentó realmente la pena de muerte (cf.cf. Confer (lat.), compare 1:20–23). Sin embargo, es cuestionable si Pablo habría en frentado un prolongado encarcelamiento en Efeso, un encarcelamiento con el tiempo necesario para que tales situaciones se desarrollaran como se describe en 1:12–18.

4. Cuando Pablo estaba en Efeso realmente consideró y hasta concretó su esperanza de llegar a Macedonia y Grecia. Por otro lado, uno se pregunta si Pablo podría haber escrito 2:24 desde Roma cuando parece que al mismo tiempo sus ojos miraban hacia el oeste y no esperaba regresar al este otra vez (ver Hech. 20:25 y Rom. 15:18, 19).

5. Existirían grandes similitudes entre esta carta y las primeras cartas de Pablo, más que con las últimas. En particular con la cuestión de los judaizantes, como los encontramos en Gál. y Rom., tema éste que mantuvo siempre la atención del Apóstol.

6. En pasajes como 1:30 y 4:15, 16 se ve una predicación del evangelio en Filipos mucho más reciente que los 11 o 12 años que hubieran sido necesarios si Pablo hubiera escrito desde Roma.

Si la carta fue escrita desde Efeso, la fecha de su confección podría haber sido entre 54–55 d. de J.C.d. de J.C. Después de Jesucristo Si fue escrita desde Cesarea, podría haber sido entre 57–59. Al tiempo en que parecería haber sólidas razones para señalar a Efeso en vez de Cesarea como origen de la carta, se mantienen fuertes argumentos a favor de la perspectiva tradicional de que la carta fue escrita desde Roma:

1. En Roma, mientras esperaba ser juzgado ante el emperador, Pablo tenía dos posibilidades frente a él: ser declarado inocente y ser liberado o ser condenado a muerte. Pablo habla de estas dos alternativas en 1:19–26.

2. Aunque el trayecto entre Roma y Filipos podría haber tomado más tiempo que entre Roma y Efeso, no hubieran necesitado más que siete u ocho semanas para cada uno.

3. Aun cuando Pablo pensó en ir a Roma, tenía en mente ir más al oeste, a España (Rom. 15:23–28), hay evidencia para sugerir que mientras el Apóstol estaba en Roma, sus pensamientos se volvieron hacia las tierras del este donde él ya había trabajado, y donde las iglesias que había fundado estaban necesitando su ayuda.

4. Si bien hay similitudes entre Fil. y las primeras cartas de Pablo, hay también evidentes diferencias, y aun en el tiempo de las cartas a Tim. y Tito la iglesia todavía estaba amenazada por el legalismo de los judaizantes.

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5. Aunque puedan darse explicaciones acerca del “pretorio” (1:13) y de la “casa del César” (4:22) en relación con Efeso (o aun Cesarea), ambas expresiones bien podrían ser naturalmente usadas para referirse a Roma.

6. La ausencia de alguna mención en Fil. de la colecta para los creyentes de Jerusalén ha sido referida antes como un argumento para ubicar en Cesarea el origen de la carta en vez de Efeso. Es también un fuerte argumento para pensar en Roma, si Cesarea se excluye como lugar de escritura. En 2 Cor. 8:1–5 y 9:1–4 vemos el involucramiento de los cristianos macedonios en todo el proyecto, y así el silencio en relación con ello sugeriría que fue una cosa del pasado.

Si ubicamos el origen de la carta en Roma, como lo hace la mayoría, deberíamos fecharla alrededor de 62 d. de J.C.d. de J.C. Después de Jesucristo, hacia el fin del período carcelario de Pablo del cual nos habla Hech. 28. Para nuestra comprensión de la carta, sin embargo, la ubicación es menos importante que la apreciación del hecho de que fue una carta escrita dentro de una experiencia de encarcelamiento.

LOS PROPOSITOS DE LA CARTA

Cuando leemos la carta a los Fil., podemos señalar que hubo un número de razones que motivaron el escrito paulino:

1. Pablo quería agradecer la ofrenda que sus amigos de Filipos le habían enviado (4:10, 14–18).

2. Quería hacerles conocer de su propia situación, y especialmente darles la seguridad de que su encarcelamiento no implicaba un retroceso del evangelio (1:12–26). Además, quería decirles de su plan de enviarles a Timoteo con otras noticias (2:19–24), aunque tenía la esperanza de que sería liberado e ir él mismo.

3. Pablo necesitaba explicar por qué enviaba de regreso a Epafrodito, cuando los filipenses habían tenido la intención de que permaneciera junto a Pablo ayudándolo de cualquier manera que necesitase (2:25–30).

4. Había llegado a conocimiento del Apóstol el partidismo y potencial desunión de la iglesia de Filipos, y quería instarlos a vivir, actuar y testimoniar en la unidad del Espíritu (1:27; 2:1–11; 4:2, 3).

5. Pablo se había dado cuenta del peligro que corrían los filipenses de ser influenciados en dirección al legalismo judaico, por lo que quiso dejar completamente claro que ello sería una contradicción básica con el evangelio (3:1–11).

6. A la vez, estaba consciente del peligro de una idea errónea acerca de alcanzar la perfección (3:12–16), y de las presiones del materialismo sobre los cristianos en Filipos (3:18–21).

7. Su escrito fue también una oportunidad de animar a los cristianos a soportar el sufrimiento con valentía, a vivir en una sola mente y confiar sus vidas a su Señor en todas las cosas y bajo toda circunstancia (1:27–30; 2:12–18; 3:17–21; 4:4–9).

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TEOLOGIA Y TEMAS DE LA CARTA

Gran parte de la epístola trata de cuestiones prácticas de la vida cristiana más que de las creencias cristianas como tales. Como en todas las cartas paulinas, sin embargo, lo que él dice como instrucción acerca del discipulado está relacionado con las cosas que están al centro de la fe cristiana, tales como la centralidad de la cruz (3:18), la obra del Espíritu (1:19) y la esperanza cristiana (1:6, 10; 3:20). Existen secciones de la carta, sin embargo, donde se hacen declaraciones firmes y contundentes acerca de la persona de Cristo y acerca del camino de salvación en Cristo. En 2:5–11 se declaran sin ambigüedades los hechos de la naturaleza divina de Jesús así como su plena humanidad. Pablo señala que después de que Cristo se inclinara hacia nuestra humanidad, y yendo hasta la muerte de cruz, “Dios lo exaltó hasta lo sumo” y usa terminología del ATAT Antiguo Testamento que se refiere a que toda rodilla se doblará delante de Dios y toda lengua le reconocerá (Isa. 45:23).

En 3:4–10 cuando Pablo compara sus ambiciones precristianas con la vida que encontró en Cristo, deja en claro que la “justicia” (considerado justo por Dios) no es posible por actos propios de obediencia a la ley o fidelidad a observancias exteriores. La justicia es solamente posible a través de Cristo, una justicia que es enteramente un don y gra cia de Dios, y puesta a nuestra disposición por el sufrimiento, muerte y resurrección de Cristo.

Respecto al vivir cristiano hay ciertas notas dominantes en la carta:

1. Gozo. El sustantivo “gozo” o el verbo “regocijar” son usados 16 veces en la carta. Pablo habla del gozo en la oración (1:4), gozo en los frutos de su trabajo (4:1) y gozo en el sufrimiento, aun al en frentar la muerte (2:17). Pablo se regocija donde hay unidad y compañerismo (2:2), encuentra gozo en la ayuda de sus amigos (4:10), y tiene gozo al saber que otros están predicando a Cristo. Anima a sus lectores a regocijarse en su fe, en su relación con el Señor (1:25; 3:1; 4:4) y en la acogida y recibimiento dados a hermanos en Cristo (2:28, 29).

2. Compañerismo y unidad. Pablo escribe agradecido por el compañerismo de los filipenses manifestado desde el principio (1:5), participando con él de la gracia de Dios y posibilitando la defensa y confirmación del evangelio (1:7). Es un compañerismo en términos de “dar y recibir” que Pablo conoció de los filipenses (4:15). Los anima a mantenerse “firmes en un mismo espíritu, combatiendo juntos y unánimes por la fe del evangelio” (1:27). La alegría del Apóstol sería completa si ellos tuvieran “ … el mismo amor, unánimes, pensando en una misma cosa” (2:2). Pablo quería asegurarse de que la iglesia de Filipos no estuviera contemporizando con el egoísmo, orgullo o partidismo (2:1–4). Donde hubiera desacuerdo entre creyentes, era necesario ayudar a fin de que la unidad, el compañerismo y tes timonio del cuerpo no fuesen malogrados (4:2, 3).

3. Expectativa espiritual de Pablo. Ninguna otra carta muestra esto más vívidamente. Contemplamos lo completo del compromiso de Pablo con Cristo Jesús, y su único deseo de conocerlo y ser conocido por él. Esto es mostrado más claramente en 3:7–14, y es allí donde ubicamos la esperanza de Pablo también expresada en 1:20 de que él nunca sería avergonzado, sino que con valentía estaba seguro de que Cristo sería “exaltado en (su) cuer po, ya sea por la vida o por la muerte”. En 4:11, 13 puede hablar de su contentamiento en cualquier circunstancia, en privaciones y dificultades, con tal de que Cristo lo fortaleciera para sobre llevarlas y que Cristo fuera glorificado por esas experiencias.

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COMO SE ESCRIBIO LA CARTA

Aquellos que examinan los documentos del NTNT Nuevo Testamento más de cerca realizan consultas que pertenecen a la crítica literaria y al criticismo histórico: ¿Es esta la obra genuina de alguien cuyo nombre lleva? ¿Fue escrita como una carta tal como parece ser? En el caso de Fil. estas consultas son más bien académicas. No hay dudas serias en cuanto a la autoría pau lina, excepto para un muy pequeño grupo de estudiosos. Hay tres preguntas que, sin embargo, merecen una breve consideración:

1. ¿Puede 2:6–11 haber sido un himno cristiano primitivo tomado y anotado por el Apóstol y hecho propio en su carta? Estos versículos, con la humillación y exaltación de Cristo como su tema, son rítmicos en forma y los estudiosos los han arreglado en seis grupos de tres líneas cada uno. Encontramos pasajes altamente poéticos en otras cartas de Pablo (como 1 Cor. 13), pero tales versos se leen más como una cita, profundamente relevante a los propósitos de la sección, pero no compuesta originalmente para ella. Tenemos otros ejemplos de him nos o fragmentos de un credo usados en cartas del NTNT Nuevo Testamento (p. ej.p. ej. Por ejemplo Ef. 4:4–6; 5:14; 1 Tim. 1:17; 3:16; 6:15, 16; 2 Tim. 2:11–13). Esto parece ser un ejemplo similar de tales citas, pero más extenso. Encontramos aquí palabras no usadas por Pablo y algunas de ellas no aparecen en todo el NTNT Nuevo Testamento. Si el himno fue compuesto por otro que no era el Apóstol mismo, ello podría inferirse de la manera diferente a la paulina en que es relatada la encarnación y obra de Cristo. Por otro lado, no podríamos excluir la alternativa de que Pablo mismo fuese el autor. Ciertamente deberíamos ver 2:6–11 como un himno de alabanza a Cristo, quizá de Pablo, o de algún otro, pero si fue así, tomado por el Apóstol y hecho suyo propio y apropiado para el contexto de su carta.

2. En medio de 3:1 hay un corte repentino en la temática que algunos han sugerido que se entiende mejor como la indicación de una carta completamente diferente que ha sido insertada en la que he mos estudiado hasta este punto. Sin ninguna duda hay un corte en el argumento, pero hay otros ejemplos de este tipo de cosas en las cartas de Pablo. Si esto fuese parte de otra carta más temprana, es difícil ver dónde termina la interpolación. Una explicación más probable parece ser que si viniesen noticias frescas de Filipos, o que la mente del Apóstol fuese dirigida a este problema siempre presente, él vio la necesidad de advertir de nuevo a sus lectores de la amenaza de los que pusieron la ley en lugar de la gracia como medio de ser aceptados por Dios. Habiendo hecho esto, se dirigió hacia las cosas finales que quería decirles a los filipenses.

3. Algunos se han preguntado si 4:10–20 podría pertenecer a una carta anterior sobre la base de que Pablo difícilmente hubiera esperado mucho para reconocer los dones traídos desde Filipos por Epafro dito, y en cualquier caso se podría haber esperado que exprese su gratitud hacia el principio de la carta. Hay alguna fuerza en este argumento, aunque en su contra podemos decir que pudo haber un reco nocimiento en una carta anterior de la cual no tenemos copia, y aquí Pablo simplemente reiteraría su gratitud. Deberíamos ser conscientes también de la sensibilidad involucrada en la forma en la que Pablo debería expresar su aprecio, y al mismo tiempo enfatizar el hecho de que él no dependía de sus dones (ver notas de 4:10–20). A raíz de esta sensibilidad podríamos entender por qué Pablo dejó este asunto delicado al final de su carta. Las probabilidades parecerían, por lo tanto, contrariar las teorías acerca del escrito a los Fil.

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Tenemos en Fil., tal como R. P. Martin dijo, “una ventana al carácter pastoral y personal de Pablo” y también “un estudio de caso de una de las comunidades cristianas primitivas con quien Pablo compartió relaciones afectuosas y duraderas” (R. P. Martin, Philippians, NCB *Oliphants, 1976+, p. ix).

Mientras Rom. ha cautivado la mente de las personas a lo largo de los siglos, posibilitándoles ver la maravilla del evangelio de salvación en Cristo, Fil. ha traído inspiración y valor a la hora de enfrentar privaciones y persecución a causa del evangelio, y así ha producido un impacto incalculable sobre las vidas de hombres y mujeres.

BOSQUEJO DEL CONTENIDO

1:1-11 Introducción

1:1, 2 Saludos

1:3-7 Acción de gracias y confianza

1:8-11 Oración

1:12-26 Las circunstancias de Pablo

1:12-14 Los resultados del encarcelamiento de Pablo

1:15-18 Diferentes razones para predicar a Cristo

1:19-26 Exaltación de Cristo por su vida o por su muerte

1:27—2:18 Instrucciones acerca de la vida cristiana y el discipulado

1:27-30 El llamado a vivir una vida digna del evangelio

2:1-4 Llamamiento a la unidad mediante la humildad personal

2:5-11 El ejemplo de Cristo

2:12-18 El cuidado práctico de la salvación

2:19-30 Planes futuros

2:19-24 Recomendación de Timoteo

2:25-30 Explicaciones referentes a Epafrodito

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3:1-21 Expectativas espirituales de Pablo

3:1-3 Advertencias contra los de la circuncisión

3:4-7 Objetivos en la vida anterior de Pablo

3:8-14 Renuncia a lo antiguo; nuevas expectativas de Pablo

3:15-17 Un ejemplo para ser imitado

3:18-21 Llamado a una ciudadanía celestial

4:1-23 Instrucciones, agradecimientos y saludos

4:1-3 Apelación a mantenerse unidos

4:4-7 Llamado al gozo y a la vida de oración

4:8, 9 Mantened lo verdadero y lo honorable

4:10-20 La actitud de Pablo en relación con la ayuda de los filipenses

4:21-23 Saludos finales.

Comentario

1:1-11 INTRODUCCION

El modelo de escrito epistolar usado en los tiempos del NTNT Nuevo Testamento colocaba los nombres de los autores y destinatarios al principio del mismo, luego había un saludo seguido usualmente por un agradecimiento y una oración (ver el artículo “Leyendo las epístolas”). Esto se hacía a menudo muy convencionalmente, pero Pablo va más allá de lo convencional al pensar en la vida de ellos en Cristo. Luego, el agradecimiento y oración surgen del corazón del Apóstol, alabanza por la obra de Dios en la vida de su pueblo, y oración por aquellas bendiciones de las cuales los creyentes en ese entonces y ahora tienen profunda necesidad.

1:1-2 Saludos

1 Esta es realmente una carta de Pablo y desde el v. 3 se usa la primera persona del singular, pero el Apóstol generosamente liga el nombre de Timoteo al propio (tal como en 2 Cor., Col., 1 y 2 Tes. y Film.). Timoteo había estado con Pablo cuando predicó el evangelio por primera vez en Filipos, y continuó teniendo una estrecha relación con los filipenses (ver 2:19–23). Ambos son siervos de Cristo Jesús: la

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palabra significa lit.lit. Literalmente “esclavos” tal como se consideran a sí mismos por pertenecer en cuerpo, mente y espíritu a Cristo y querer estar sujetos a él en todas las cosas. Los destinatarios son llamados santos, con lo cual se refiere a aquellos puestos aparte por Dios y llamados a vivir en santidad (cf.cf. Confer (lat.), compare Rom. 1:7), y cuya vida estaba en Cristo Jesús. Esta frase o sus equivalentes aparecen muchas veces en esta carta, indicando que Cristo es el mismo entorno de la vida cristiana. Los creyentes viven y se mueven dentro de la órbita de su voluntad, de su gracia, de su presencia. Encontramos la vida unida por la fe a él, y no podemos vivir como deberíamos aparte de él (cf.cf. Confer (lat.), compare Juan 15:1–11). Pablo subraya el hecho de que está escribiendo a todos los cristianos en Filipos, y este énfasis repetido (ver 1:4, 7, 8, 25; 2:17, 26; 4:21) sugiere que existía el peligro de las facciones entre ellos (cf.cf. Confer (lat.), compare 2:1–4). Pablo menciona en particular a sus obispos y diáconos, quizá porque estaban en peligro de ser despreciados (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Tes. 5:12, 13), o quizá porque ellos habían organizado la ofrenda destinada a Pablo (4:14–18). Obispos y “ancianos” eran nombres usados algunas veces en el NTNT Nuevo Testamento para referirse a las mismas personas (ver Hech. 20:17, 28 y Tito 1:5–7); su papel de anciano indicaba un lugar particular en la comunidad, la supervisión su responsabilidad. No se habla a menudo de los diáconos (ver 1 Tim. 3:8, 12, 13), aunque el término diakonos en el gr. es usado para referirse a un “ministro” o “sirviente”. Posiblemente la tarea del diaŒcono haya sido definida según Hech. 6:2, donde los siete fue ron elegidos para “servir” (gr. diakonein) en la forma que lo hacían los que vendrían después.

2 El saludo es, como en muchas otras cartas (p. ej.p. ej. Por ejemplo Rom. 1:7; 1 Cor. 1:3) una combinación de los saludos tradicionales griego y hebreo, pero con un profundo significado cristiano. Gracia es un favor inmerecido que nos reconcilia con Dios a través de Cristo (Ef. 2:4–9), suple todas nuestras necesidades (2 Cor. 12:9) y nos da el privilegio del servicio (Ef. 3:8). Paz en la Biblia es mucho más que la ausencia de conflicto. Es el completo bienestar que implica reconciliación con Dios y con nuestros semejantes (Ef. 2:14–18) y la bendición de la paz interior (4:7). Como la gracia, la paz proviene de Dios nuestro Padre a través del Señor Jesucristo.

1:3-7 Acción de gracias y confianza

3, 4 Pablo une alabanza y oración, tal como insta a otros a hacerlo (cf.cf. Confer (lat.), compare 4:6). Incluye a todos los creyentes filipenses y siente gozo al orar por ellos.

5 Su gran alegría fue a causa de su participación en el evangelio desde el mismo momento en que les fuera predicado, cuando Lidia abrió su casa a Pablo y sus compañeros (Hech. 16:14, 15). El término participación es el comúnmente usado en el NTNT Nuevo Testamento para referirse a compañerismo, pero no entendido solamente como una confortable experiencia de creyentes que se gozan unos con otros. Es el compañerismo en la tarea de hacer conocer el evangelio a otros (cf.cf. Confer (lat.), compare Mar. 8:35), tal como también está expresado en el dar cristiano (4:10, 14–18 y 2 Cor. 8:4, 9:13). Debe ser la característica de todos nosotros que hemos llegado a conocer las buenas nuevas de Cristo que estemos involucrados como socios con los que están haciéndolas conocer a otros.

6 Pablo se declara convencido en sus oraciones, con una confianza no basada en las habilidades de los filipenses o aun en sus logros pasados, sino en el poder y amor de Dios, y porque se puede confiar en que Dios llevará hasta la perfección lo que él comenzó. Cuando vemos que Dios ha comenzado una buena obra

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en la vida de la gente, podemos estar seguros de que su propósito es continuarla; ésta es nuestra confianza cada vez que elevamos una oración por nuestros hermanos en Cristo. Nótese cómo aquí también (como a menudo en sus cartas) Pablo vio su vida y su obra a la luz del venidero día de Cristo. El día exacto es desconocido para noso tros, pero lo que debe interesar a nosotros y a toda la gente es cómo aparecerá nuestra obra cuando veamos al Señor cara a cara. El interés constante de Pablo era que tanto él como sus hermanos en Cristo puedan ser presentados delante de Dios maduros e irreprensibles en ese día (cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Cor. 1:14; 5:9, 10; Ef. 5:27; Col. 1:28).

7 Lo dicho en el v. 5 acerca del compañerismo en el evangelio se amplía un poco más aquí en términos de compartir la gracia de Dios en servicio del evangelio, compañerismo con Pablo en cadenas por el evangelio, e involucrados en la defensa y confirmación del evangelio. La tarea de defensa implica la obligación de todos los cristianos de estar preparados para “responder a todo el que os pida razón de la esperanza que hay en vosotros” (1 Ped. 3:15), y también para ayudar a la gente a estar más segura acerca de la verdad y poder del evangelio (cf.cf. Confer (lat.), compare Luc. 1:4; 1 Cor. 1:6).

1:8-11 Oración

Podemos obtener mucho provecho al examinar las oraciones de Pablo (cf.cf. Confer (lat.), compare Ef. 1:17–23; 3:14–21; Col. 1:9–12). De las cosas por las cuales pedía, los cre yentes filipenses (y no menos nosotros) aprendían cuáles eran los mejores dones que podían pedir para sí mismos. Aquí, los dones son amor, discernimiento, pureza de vida y justicia.

8 Para recalcar el gran énfasis sobre la verdad de sus palabras, Pablo dice Dios me es testigo (cf.cf. Confer (lat.), compare Rom. 1:9; 2 Cor. 1:23; 1 Tes. 2:5) y no habla de su propio amor sino del profundo amor de Cristo en él.

9 Los filipenses conocieron el amor de Dios por ellos y en ellos, pero Pablo ora para que ese amor abunde aun más y más (cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Cor. 9:8; 1 Tes. 3:12). El amor, sin embargo, necesita ser más que ciego entu siasmo. Necesita ser guiado por el conocimiento y … discernimiento (cf.cf. Confer (lat.), compare Col. 1:9), o “el don del verdadero discernimiento”, una sensibilidad hacia la verdad de Dios, hacia las necesidades de los demás y una clara comprensión de la situación personal.

10 La comprensión que se necesita es tal que puedan aprobar lo mejor o, dicho de otro modo, que puedan “analizar las cosas en que difieren”. En cualquier caso, un profundo juicio es lo que importa, y una verdadera sabiduría no es sólo una cuestión meramente mental, sino que tiene sus consecuencias en la vida y el carácter. El ideal y el objetivo de nuestro vivir cristiano no debería ser menos que ser sinceros e irreprensibles (cf.cf. Confer (lat.), compare 2:15), y otra vez, en vista está el día de Cristo. El primero de los dos adjetivos sugiere “sinceridad” o “carácter transparente”, mientras que el segundo puede significar “no ser de tropiezo” (cf.cf. Confer (lat.), compare Hech. 24:16) o “no causar ofensa” (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Cor. 10:32), o quizá ambos.

11 El propósito de la vida cristiana es el ser fructífero no solamente en actividad, sino en carácter (cf.cf. Confer (lat.), compare Gál. 5:22, 23), y este versículo nos recuerda que el medio para lograr esto es el mismo Señor Jesu cristo viviente, y que la meta no es otra que la gloria y alabanza de Dios (cf.cf. Confer (lat.), compare Ef. 1:6, 12, 14).

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1:12-26 LAS CIRCUNSTANCIAS DE PABLO

Pablo supo del interés de los filipenses por él, y por ello les envió noticias suyas. Pudo contarles cómo sus prisiones habían redundado en un avance del evangelio, cómo en ese lugar de prisión Cristo estaba siendo proclamado (si bien con una variedad de motivos), y cómo consideraba las posibles alternativas su confinamiento, liberación y posterior ser vicio o muerte. Con referencia al pasado, al presente y a las posibilidades del futuro, Pablo pudo decir me alegro.

1:12-14 Los resultados del encarcelamiento de Pablo

12, 13 Detrás de las palabras las cosas que me han sucedido yace todo lo que significó ser confinado para alguien que había estado libre para recorrer a lo largo y a lo ancho predicando el evangelio y, como probablemente fue el caso, encadenado día y noche a los soldados romanos. No se concentra so bre sus propios sufrimientos, sino que se regocija en el progreso del evangelio. La palabra “pretorio”, traducida a veces como “palacio de la guardia” o “palacio”, fue originalmente una tienda o carpa del pretor en el campo de batalla romano. Lue go vino a ser usada para designar la residencia de un gobernador en un centro provincial (como en Jerusalén, Mat. 27:27). (Es factible que hubiera un pretorio en Efeso y en Cesarea [Hech. 23:35], y así esta carta podría haber sido escrita desde cualquiera de tales ciudades.) Podemos imaginar a los soldados que custodiaban a Pablo regresando a contar a otros que su preso estaba en prisiones por la causa de Cristo, y sin duda siendo movido por el espíritu con que soportaba su confinamiento.

14 El ejemplo de Pablo también inspiró a sus compañeros para atreverse mucho más a hablar la palabra sin temor.

1:15-18 Diferentes razones para predicar a Cristo

15-17 Después de todo lo que pudo decir a modo de agradecimiento sobre los avances del evangelio a través de sus prisiones, es triste que Pablo tuviera que señalar que había algunos que predicaban a Cristo por envidia y contienda, por ambición egoísta, aun con el deseo de hacer las cosas más difíciles para sus prisiones. No conocemos las circunstancias. Es claro que Pablo no desafía el contenido de la predicación, sino su motivación. Quizá se trataba de líderes de la iglesia en el lugar del encarcelamiento de Pablo antes de llegar él, y ahora estaban celosos de su reputación por causa de sus la bores apostólicas, y estaban decididos a superarlo y muy dispuestos a causarle angustia.

18 Pablo se propuso no sentirse provocado o permitir que el asunto se transformara en una lucha de personalidades; todo lo que le interesaba era que Cristo es anunciado.

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1:19-26 Exaltación de Cristo por su vida o por su muerte

19 Pablo enfrentó la prisión, la pena de muerte y aun la animosidad y provocación de sus compañeros cristianos. Con todo, confiaba en que las cosas se tornarían para bien (cf.cf. Confer (lat.), compare Rom. 8:28). Humanamente hablando Pablo confió en las oraciones de sus amigos y, en respuesta a ellas, la infaltable ayuda del Espíritu Santo. La palabra gr. traducida apoyo indica tanto una provisión generosa como una fuerza subyacente. La seguridad de liberación es como la que se describe en 2 Tim. 4:18: “El Señor me librará de toda obra mala y me preservará para su reino celestial.” Job 13:16 (y su contexto) pare ce estar en la mente de Pablo. “Pablo no confiaba en la absolución de un tribunal terrenal. Como Job, él está seguro de su vindicación cuando su caso se presente en la corte celestial de apelación” (G. B. Caird, Paul´s Letters from Prision OUP, 1976).

20 La palabra traducida como anhelo y esperanza significa “esforzándose hacia adelante con la cabeza extendida” y su prefijo preposicional implica dejar de lado todo otro interés. Pablo tiene una suprema ambición: Que Cristo pueda ser exaltado en su cuerpo, viviendo o muriendo; que Cristo pueda ser visto más claramente por otros en toda su plenitud.

21–23 Pablo puede regocijarse en cualquiera de las dos alternativas que pesan sobre él. Sin embargo, se siente presionado por ambas partes como si dos fuerzas equivalentes externas lo estuvieran presionando (G. F. Hawthorne, Phillipians [Word Books, 1983]). Continuar viviendo en este mundo es un constante gozarse en Cristo mismo y más labor fructífera en el servicio de su Maestro. El mo rir es pura ganancia en vista de que para el creyente no hay nada entre la muerte y la realización inmediata de estar en la presencia de Cristo. No hay necesariamente una contradicción entre el pensar de la muerte como un “dormir” (como en 1 Tes. 4:13–15) y como una partida para estar con Cristo. Sólo nuestra limitación al pensar en términos de espacio y tiempo hace imposible que comprendamos lo que hay más allá de las puertas de la muerte. La palabra gr. para partir es utilizada en su forma verbal para describir el levar anclas de un barco o la tarea de replegar las carpas de un campamento, y su forma sustantivada aparece en 2 Tim. 4:6.

24–26 Pablo contempla las alternativas y, aunque no dice que conoce cuál le otorgará Dios, comienza a sentir que está siendo llamado a permanecer en el mundo para un servicio futuro. Para Pablo era más ventajoso ir con el Señor, pero para otros sería más provechoso (y aun más necesario) que continuara en esta vida. Desarrollo, crecimiento en la fe y un gozo desbordante es lo que buscó para otros (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Tim. 4:15), así como él mismo determinó seguir adelante en su gran llamado (cf.cf. Confer (lat.), compare 3:12–14). Finalmente, Pablo habla aquí de desear aumentar vuestro orgullo en Cristo Jesús. Para todos nosotros como creyentes, nuestro mayor gozo, orgullo y jactancia deben estar en Cristo Jesús (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Cor. 1:31).

1:27-2:18 INSTRUCCIONES ACERCA DE LA VIDA CRISTIANA Y EL DISCIPULADO

Pablo ha hablado acerca de sus propias circunstancias. Ahora tiene cosas importantes que decir referentes a los filipenses. Ellos están llamados a sufrir y deben contarlo como un privilegio y así soportarlo con valor. En sus pruebas y en todo aspecto de la vida diaria, deben mantenerse unidos. El orgullo impide la unidad y el compañerismo, y el único remedio contra el egoísmo o partidismo es contem plar larga y frecuentemente a Cristo mismo hasta que su forma de pensar y actuar sea la suya. El es su ejemplo y su Salvador, pero su

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salvación debe obrarse en vidas obedientes, vidas que brillarán como luces en el mundo y que serán el gozo del Apóstol en el día de Cristo.

1:27-30 El llamado a vivir una vida digna del evangelio

27 Pablo puede regresar a Filipos o no. Lo que importa, él enfatiza, es que ellos vivan con una conducta … digna del evangelio de Cristo. En todo tiempo, y no menos hoy, el gran problema para el avance del evangelio ha sido la inconsecuencia de los mismos cristianos. El evangelio tiene su gran influencia cuando la vida de los creyentes habla favorablemente de él, y lo vivimos con una especial responsabilidad. De la palabra gr. traducida conducta como ciudadanos se deriva nuestra palabra “política”, y la misma a menudo conlleva la idea del cumplimiento de los deberes de todo ciuda dano. En Filipos, como hemos señalado, la ciudadanía romana era apreciada, pero los filipenses tenían la responsabilidad de vivir individual y colectivamente como ciudadanos del cielo (cf.cf. Confer (lat.), compare 3:20). Pablo a menudo habla de la necesidad de mantenerse firme frente a la oposición y la dificultad (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Cor. 16:13; Gál. 5:1; Ef. 6:11–14; 1 Tes. 3:8; 2 Tes. 2:15).

28 Confiar en el poder de Dios es la manera de evitar ser intimidados por aquellos que se oponen. La palabra usada aquí se ha utilizado para referirse a los caballos asustados; “nunca estar asustado por … ” (según Moffatt). Su falta de temor, sin embargo, mostrará a sus enemigos que los cristianos no son fortalecidos por un valor humano meramente, y así, oponérseles es luchar contra Dios mismo (cf.cf. Confer (lat.), compare Hech. 5:39) y, por lo tanto, encaminarse hacia la destrucción (cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Tes. 1:4–8). Quizá al escribir Pablo recordó la voz de Dios en su propia conciencia que le indicaba esto mismo cuando perseguía a los cristianos (Hech. 26:10–14). Al mismo tiempo, la presencia evidente de Dios entre ellos les asegura que le pertenecen y son bendecidos con su salvación.

29 Detrás de las palabras se os ha concedido está el pensamiento de un regalo de la gracia, como es para los cristianos el privilegio de creer, pero también (por esa extraña contradicción con los modelos del mundo) el sufrir por Cristo (ver Mat. 5:11, 12; Hech. 5:41).

30 De la palabra gr. traducida combatiendo en el v. 27 se deriva “atleta”; y aquí de la palabra traducida conflicto se deriva “agonía” (cf.cf. Confer (lat.), compare Rom. 15:30; Col. 1:29; 2:1; 1 Tes. 2:2). El llamado a los fili penses y a nosotros es a aceptar las fatigas y conflictos que marcaron la vida del Apóstol.

2:1-4 Llamamiento a la unidad mediante la humildad personal

Estos versículos nos dejan la más fuerte apelación posible para la unidad cristiana, la clase de llamamientos que muchos cristianos parecen no esforzarse en tomar seriamente hoy día. En el v. 1 Pablo da cuatro razones para tal unidad; en el v. 2 cuatro formas para describirla; en el v. 3 dos negativas para evitar y dos positivas para seguir; y en el v. 4 una negativa y una positiva.

1 La palabra traducida aliento puede significar “consuelo” o “llamamiento” y así podría entenderse en el sentido de que el consuelo encontrado en Cris to debe ser compartido con otros, o que tenemos su

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apelación a la unidad (p. ej.p. ej. Por ejemplo Juan 15:1–11; 17:20–23). Si conocemos la bendición de su amor, deberíamos mostrarlo a otros sin reservas ni discriminación (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Jn. 4:7–12). La próxima frase puede significar comunión en el Espíritu o comunión que el Espíritu nos da; cualquiera de estos dos es también un fundamento fuerte para vivir en unidad. Entonces, si conocemos en Cristo el afecto profundo y la compasión, tales deberían marcar todas nuestras relaciones con los demás.

2 No hay mucha diferencia entre las cuatro frases aquí, pero notemos que dos de ellas se refieren a la mente o al pensamiento y este es un énfasis que se encuentra en otros lugares en Fil. El Apóstol supo bien que el pensamiento y las actitudes son la base del habla y la acción y así dirigen todo el curso de la vida de las personas (cf.cf. Confer (lat.), compare 2:5; 3:15; 4:8). Debe sub rayarse este concepto en una era que enfatiza sentimientos y experiencia. En Rom. 12:2 Pablo habla de la transformación de la vida a través de la “renovación de vuestro entendimiento” o mente.

3 Rivalidad (la palabra usada también en 1:17 puede significar “espíritu partidario”) y vanagloria son inevitablemente enemigos del compañerismo e impedimientos a la unidad. Hay formas realistas de vencerlos. Una de ellas es por la práctica de la humildad (cf.cf. Confer (lat.), compare Ef. 4:1–3), considerando a los demás como superiores a vosotros mismos, lo que significa considerar las potencialidades y talentos de los demás y nuestra propia debilidad, fracasos y limitaciones (cf.cf. Confer (lat.), compare Rom. 12:10).

4 También es conveniente cultivar el hábito de pensar y hablar de los intereses de los demás en vez de aburrir a otros por hablar constantemente de los intereses propios (cf.cf. Confer (lat.), compare Rom. 15:2, 3; 1 Cor. 10:24, 33; Gál. 6:2).

Como cristianos solemos justificar o racionalizar nuestras divisiones. Cranfield hace este prudente comentario respecto de la clase de unidad por la que Pablo estaba preocupado y la manera de proseguirla: “Tal unidad vendrá solamente cuando los cristianos sean humildes y lo suficientemente valientes como para estar aferrados a la unidad ya dada en Cristo, y tomar esto más seriamente que la importancia que se dan a sí mismos … y hacer de aquellas diferencias profundas de doctrina, originadas en nuestra comprensión imperfecta del evangelio y a las que defendemos con bravura, no una excusa para apartarnos unos a otros, sino un incentivo para una búsqueda más seria del compañerismo que nos ayude a oír y obedecer la voz de Cristo” (C. E. B. Cranfield, The First Epistle of Peter *SCM, 1950+, pp. 75, 76).

2:5-11 El ejemplo de Cristo

La mejor forma en la que Pablo alienta a los filipenses a vivir en humildad, y así tener verdadero compañerismo y unidad, es el recordarles el ejemplo de Cristo. Como habla de la humillación que Jesús aceptó y luego su exaltación como Señor de todo, quizás usando un himno cristiano primitivo (ver Introducción), tenemos una declaración de fe muy importante de la iglesia primitiva en relación con la verdadera humanidad y deidad de Cristo. Para comprenderla necesitamos prestar atención a las palabras específicas que son utilizadas en ella.

5 Haya en vosotros esta manera de pensar puede significar actitud personal o aquella que se expresa en las relaciones. “Tengan ustedes la misma manera de pensar que tuvo Cristo Jesús” (DHHDHH Dios Habla Hoy).

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6 Se usan aquí palabras muy fuertes. El participio existiendo viene de un verbo gr. más fuerte que el verbo “ser”; y éste es seguido por un sustantivo que se puede traducir “en idéntica naturaleza”. Jesús era verdaderamente Dios antes de llegar a ser una persona humana. Luego, sin dejar de ser Dios, estuvo dispuesto a dejar de lado la gloria de ser igual con Dios. No lo consideró como algo a qué aferrarse (ver nota más adelante sobre el significado preciso aquí). Hay quizá un contraste intencional con Adán en Gén. 3, como la tentación a la que cedió que fue la de pretender egoístamente apoderarse de lo que pensó que lo haría “como Dios”.

7, 8 Así, se despojó a sí mismo. Lit. significa “se vació a sí mismo”, no de su deidad, sino de su gloria, o “hizo a un lado lo que le era propio” (DHHDHH Dios Habla Hoy). Luego, cuando dice haciéndose semejante a los hom bres; y hallándose en condición de hombre no significa meramente similitud sin la realidad de nuestra naturaleza humana. El fue verdaderamente hombre, como Pablo dice en Rom. 8:3 y Gál. 4:4, aunque la expresión “deja lugar para pensar que la semejanza humana no es toda la historia” (F. W. Beare, The Epistle to the Philippians [A. y C. Black, 1959]). Se inclinó aun más bajo haciéndose obediente hasta la muerte. Vivió una vida de total obediencia (ver Rom. 5:19; Heb. 5:8, 9; 10:5–14), “por obediencia fue a la cruz” (DHHDHH Dios Habla Hoy). La muerte, incluso, fue muerte de cruz, una muerte en que sufrió un dolor inimaginable y una vergüenza total, una maldición a los ojos de los judíos en razón de lo que la ley decía en Deut. 21:23 (ver Gál. 3:13). Lo que la crucifixión significó para los romanos está expresado en las palabras de Cicerón: “Lejano esté el mismo nombre de la cruz, no solamente del cuerpo, sino aun de la mente, los ojos y los oídos de los ciudadanos romanos.”

9–11 Como consecuencia de esta humillación y sacrificio de sí mismo, le fue dado a Jesús por el Padre el nombre que es sobre todo nombre. Esto no significa un nombre específico o un título como tal, aunque “Jesús es el Señor” es la confesión cristiana más correcta y propia (cf.cf. Confer (lat.), compare Rom. 10:9; 1 Cor. 12:3). Significa que Dios lo exaltó hasta lo sumo, al máximo honor, y esto es más significativo (especialmente cuando alguno diría que el Cristo del NTNT Nuevo Testamento es menor que Dios) para comprender que en los vv. 10, 11 las palabras que están utilizadas en Isa. 45:23 acerca de Dios son utilizadas refiriéndose a Jesús, para expresar su honor, gobierno y autoridad por sobre toda la creación (cf.cf. Confer (lat.), compare Ef. 1:20–22; 4:8–10; Apoc. 5:13). Finalmente, sin embargo, necesitamos notar que esto es para gloria de Dios Padre, p. ej.p. ej. Por ejemplo la gloria dada a Cristo no es en forma alguna independiente de la del Padre (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Cor. 15:28). Todas estas tremendas declaraciones, debemos recordar, tienen en su contexto el propósito más práctico en relación con los filipenses, es decir, para persuadirles a dejar de lado la desunión, discordia y ambición personal.

Nota. Hay varias maneras de entender las palabras del v. 6 (no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse). Existen dos alternativas principales: O ser igual a Dios significa lo mismo que existiendo en forma de Dios, o bien puede entenderse en términos de la gloria y el honor de una posición al lado de Dios Padre, el título para señorear sobre el universo. Jesús no pensó aferrarse a ello; sería suyo de hecho, por designación del Padre, pero después de una cuna y una tumba terrenales y la resurrección, y a causa de su obediencia a lo dispuesto por el Padre: un camino de humillación y exaltación. Ahora, si ser igual a Dios se entiende como esencialmente que existiendo en forma de Dios, indicando que la naturaleza divina era inalienablemente suya, entonces podemos comprender al Apóstol cuando dice que “no se aferró a aquellas prerrogativas de igualdad con Dios” (Phillips); no tuvo que agarrarse de ellas: no era asunto de aferrarse a ellas, o no era algo de la cual aprovecharse. Quizá la última sea la más probable, tanto por el significado de las palabras gr. utilizadas, y porque se encaja en la enseñanza del párrafo entero. La forma señalada por el Padre era dar, no tomar, sacrificio y humillación sin tomar ventaja de su posición superior. Esta es la forma en que Jesús anduvo, y la manera en la que somos llamados a seguirle.

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2:12-18 El cuidado práctico de la salvación

12 El ejemplo de Cristo no es solo de humildad, sino también de obediencia (v. 8). A tal obediencia son llamados los filipenses, sea que Pablo esté con ellos o no (cf.cf. Confer (lat.), compare 1:27). Ocupaos aquí tiene el sentido de procurar cumplimiento, no de ocuparse para la salvación. Jamás podríamos hacerlo. La palabra salvación (rescate) significa que no podemos salvarnos a nosotros mismos (cf.cf. Confer (lat.), compare Juan 15:4, 5; 1 Cor. 15:10; Ef. 2:5, 8), pero sí podemos y debemos vivir vidas que muestren el poder salvífico de Dios del que nos hemos apropiado.

13 Tenemos nuestra parte en esto, pero lo que lo hace posible es el obrar de Dios en nosotros (la palabra gr. utilizada aquí y a menudo por Pablo para re ferirse al poder de Dios, es de la cual deriva la palabra “energía”). Dios nos da tanto el deseo como la fuerza para hacer lo que le agrada a él.

14 Más aun, no es sólo lo que se hace lo que cuenta, sino el espíritu con el que lo realizamos; “háganlo todo sin murmuraciones ni discusiones” (DHHDHH Dios Habla Hoy). Esto tiene una constante aplicación a la vida y al servicio cristianos.

15 Las más altas normas se deben establecer si los cristianos han de vivir su fe en una sociedad que es moralmente torcida y espiritualmente perversa. Esta descripción se toma de Deut. 32:5, pero es trágicamente apta para gran parte de la sociedad occidental de hoy. Cada expresión de la vida cristiana es digna de ponderarse. Irreprensibles significa estar por arriba de toda crítica. Sencillos significa completamente sanos en carácter y en unidad mental. Los creyentes se describen como hijos de Dios, no solamente en privilegios (Juan 1:12), sino en responsabilidades para vivir en el mun do como aquellos que pertenecen a Dios y muestran las semejanzas familiares. La expresión sin mancha, era utilizada en los requerimientos para el sacrificio de animales en el ATAT Antiguo Testamento. También se utilizó de Dios mismo en un sentido moral y espiritual (Heb. 9:14; 1 Ped. 1:19) y esta es la norma del cristiano. Como luminares (lit.lit. Literalmente “portadores de luz”) indica que Cristo es la luz (Juan 1:8, 9; 8:12) y nosotros tenemos que reflejarla a los demás.

16 La palabra utilizada aquí, reteniendo, puede significar “aferrarse a”, u “ofrecerla a”. Debemos aferrarnos a la palabra pero, por sobre todo, ofrecerla como palabra de vida para un mundo que perece (Juan 3:16; 6:68; Hech. 5:20; 2 Cor. 2:15, 16). Pablo considera su vida como corriendo una carrera y como trabajando hasta el agotamiento, pero con su vista espiritual fija en el Señor y teniendo su aprobación.

17, 18 El pensamiento de la muerte como posible desenlace de su prisión vuelve a la mente del Apóstol otra vez. Su muerte sería una ofrenda a Dios, pero solo como una libación derramada sobre un sacrificio mucho más significativo: la fe de los filipenses, la calidad de su vida y el servicio producido por la fe (para la primera de estas ofrendas, cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Tim. 4:6 y para la segunda, Rom. 12:1). Pablo ha llegado al punto de regocijarse en cual quier circunstancia, sea ésta de vida o sea de muerte, y anhela que sus amigos en Filipos tomen la misma actitud.

2:19-30 PLANES FUTUROS

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Pablo vuelve aquí a hablar de sus dos colaboradores y compañeros, Timoteo y Epafrodito, de sus planes para ellos y de su esperanza de que le sea po sible regresar a Filipos. Al hacerlo, habla de estos dos hombres en términos profundamente afectivos y da un brillante testimonio de su dedicación y servicio desinteresado.

2:19-24 Recomendación de Timoteo

Hemos visto que Timoteo estaba con Pablo cuando escribió esta carta (1:1) y que había compartido el tiempo de la primera predicación del evangelio en Filipos (Hech. 16:1–11). La mayoría de las cartas de Pablo lo mencionan a menudo en razón de que el Apóstol mismo le delegaba responsabilidades especiales.

19 Con tacto, Pablo manifiesta que su primer deseo con respecto a la misión de Timoteo era que fuese alentado por las noticias de los creyentes en Filipos. Sin duda, Pablo tenía en vista también un ministerio que Timoteo pudiera desempeñar allí, y a tal efecto lo recomienda en alto grado. Nótese cómo Pablo dice espero en el Señor Jesús y cómo es ta frase, o su equivalente “en Cristo”, se usa frecuentemente. Trató de someter todas sus esperanzas y planes para el futuro al Señor a quien se hallaba unido (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Cor. 16:7; Stg. 4:13–15).

20, 21 Pablo dice que no tenía a nadie más como Timoteo, que tuviera tanto ánimo y sinceridad por ellos, y con tristeza agrega que cuando pensaba en otros alrededor de él a quienes podría enviar, todos buscan sus intereses personales, no lo que es de Jesucristo. 2 Tim. 4:9–13 refleja una situación similar. Es siempre un desafío para nosotros considerar si tenemos un “interés genuino” por los demás, o si queremos que la gente sirva a nuestros propios intereses.

22 Lo que Timoteo valía había sido probado en Filipos y el Apóstol mismo más que nadie lo sabía, ya que como hijo a padre ha servido (lit.lit. Literalmente “se ha esclavizado”, cf.cf. Confer (lat.), compare 1:1) por el avance del evangelio.

23, 24 Pablo deseaba noticias de Filipos a través de Timoteo. Timoteo también estaba para llevar noticias de Pablo a los filipenses, y así era necesario que él se quedara hasta que el resultado del juicio a Pablo fuera conocido, sea éste de liberación o de muerte (cf.cf. Confer (lat.), compare 1:23, 24). Pablo parece tener una renovada esperanza de que sería liberado, y así le sería posible ir pronto a veros.

2:25-30 Explicaciones referentes a Epafrodito

25 No tenemos conocimiento de Epafrodito excepto lo que se dice en este párrafo y en 4:18, donde Pablo reconoce la ofrenda recibida de los filipenses por medio de él. Era, así, su mensajero (se usa la palabra apostolos pero en un sentido diferente al de apóstol de Cristo con una tarea fundacional, cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Cor. 8:23), pero fue enviado también con la intención de que permaneciera con Pablo y cuidara de sus necesidades. Nótese el compañerismo que se implica en las palabras hermano, colaborador y compañero de milicia. Muchos creyentes son respe tables trabajadores y soldados de la causa de Cristo, pero no todos trabajan bien con sus compañeros.

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26–28 Algo había sucedido que hizo que Pablo enviara a Epafrodito a Filipos en vez de mantenerlo consigo. Epafrodito había estado gravemente en fermo, pero por la misericordia de Dios (tal como Pablo consideró lo acontecido) se recuperó. El informe de la gravedad de la enfermedad de Epafrodito había llegado a los filipenses y la noticia de la ansiedad de sus amigos de Filipos había llegado de vuelta. Esto le causó angustia al mismo Epafrodito cuyo corazón comenzó a añorar a los suyos en Filipos (angustiado es una palabra muy fuerte en el gr., usada en el NTNT Nuevo Testamento sólo aquí y para describir el sentir de nuestro Señor en el Getsemaní en Mat. 26:37 y Mar. 14:33). Así que Pablo consideró que lo mejor para Epafrodito era regresar a su ciudad.

29, 30 Pablo, sin embargo, fue sensible a la situación. Estaba la posibilidad de que los filipenses no comprendieran la razón del regreso de su mensajero. Así les pide que reciban a Epafrodito con una calurosa bienvenida cristiana, no sólo como uno de sus compañeros que regresa del extranjero, sino como alguien altamente calificado por su fidelidad y el alto costo del servicio encomendado. No sabemos de qué manera Epafrodito estuvo cercano a la muerte, arriesgando su vida. Pudo haber sido simplemente el estar identificado con Pablo como prisionero. Pudo haber sido el que “cayera gra vemente enfermo en camino, casi matándose por completar su misión, estando demasiado enfermo para viajar” (Caird, Paul’s Letters from Prision). La palabra arriesgando es lit.lit. Literalmente “jugándose”, y aquí puede haber un juego de palabras intencional con el nombre de Epafrodito (tal como lo hizo con Onésimo en Film. 11). Afrodita era la diosa gr. de los juegos de azar, y un apostador, teniendo la esperanza de ganar, podría llamarle a ella epafrodita (Hawthorne, Philippians). Este hombre “se jugó” la vida al servir a Pablo, pero fue un riesgo a correr por causa de Dios, y él ganó.

3:1-21 EXPECTATIVAS ESPIRITUALES DE PABLO

Parece que Pablo estaba por cerrar su carta cuando usa el término que puede traducirse “finalmente”. Pero, por alguna razón (ver la Introducción), siente que debe dar una advertencia con relación a aquellos que querían que todos los gentiles convertidos llegasen a ser judíos. Esto lo lleva a declarar su confianza sólo en Cristo Jesús para ser acepto ante Dios, y a referirse a sus más grandes ambiciones para su vida espiritual y para la de los filipenses.

3:1-3 Advertencias contra los de la circuncisión

Para comprender a lo que Pablo se refiere aquí y en los siguientes versículos, necesitamos remontarnos a los primeros años de la iglesia. Los primeros creyentes en Jesús eran judíos, y como judíos leales consideraban la ley de vital importancia, enfatizando el pacto que Israel tenía con Dios, signo del cual era la circuncisión. Estos primeros creyentes fueron enviados con una misión mundial (Hech. 1:8), pero les resultaba particularmente difícil allegarse a los no judíos (ver Hech. 10) y pasó mucho tiempo antes de que se iniciara una verdadera misión entre los gentiles (ver Hech. 11:20). Pablo, como apóstol a los gentiles, creía que si los no judíos se volvían al Señor en arrepentimiento y fe serían aceptados como miembros del pueblo de Dios, sin la necesidad de convertirse al judaísmo y que los hombres fuesen circuncidados. Sin embargo, había judíos cristianos que en Antioquía (Hech. 15:1) y en Galacia insistían en que los cristianos gentiles deberían convertirse al judaísmo. Así que se convocó al concilio de Jerusalén, de Hech. 15, para

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tratar el mismo asunto del que Pablo escribió en su carta a los Gál. Años más tarde este asunto seguía siendo un problema, y así Pablo escribió a los filipenses porque para vosotros es más seguro.

1, 2 Pablo estaba tan indignado contra aquellos que presionaban para que los gentiles llegasen a ser judíos que los llamó perros, el nombre que los judíos daban a los gentiles. Esta gente, sin embargo, merecía dicho nombre más que cualquier gentil por la forma en que ellos “merodeaban” por las congregaciones cristianas buscando ganar a los creyentes gentiles al judaísmo (Beare, Phillipians). De allí que los creyentes necesitaban la advertencia ¡guardaos … ! Eran malos obreros, desviando a la gente de la verdad y de la libertad (Mat. 23:15; 2 Cor. 11:13; Gál. 1:7–9). Porque la circuncisión no tenía valor espiritual, ellos eran meramente los que mutilan el cuerpo.

3 Cuando el valor espiritual de la circuncisión se ha perdido, la práctica de la misma se convierte sólo en un rito externo, una cuestión de confiar en la carne. Nosotros somos la circuncisión, dice Pablo. Algunos piensan que pudo haber estado hablando sólo de judíos cristianos; la evidencia es que Pablo y los escritores del NTNT Nuevo Testamento generalmente asumen todos los títulos y privilegios del pueblo de Dios de los días del ATAT Antiguo Testamento y los aplican a los cristianos, sean judíos o gentiles (p. ej.p. ej. Por ejemplo Ef. 2:11–22; 1 Ped. 2:4–10).

3:4-7 Objetivos en la vida anterior de Pablo

4 Pablo sostiene que podía tener la misma confianza en la carne como la que tenían algunos que pretendían convertir a los cristianos en judíos. El podía enumerar una por una las cosas que él primeramente, como judío devoto, pensaba que le daban crédito para con Dios.

5, 6 Enumera siete cosas que consideraba como ganancia en la vida profundamente religiosa que había vivido antes de encontrarse con Jesús. (i) Fue circuncidado al octavo día después de su nacimiento como lo requería la ley (Gén. 17:12). (ii) Nacido del linaje israelita, un miembro del pueblo de Dios. (iii) Podía nombrar su tribu (Benjamín), a la que pertenecía el primer rey de Israel y la que había permanecido fiel cuando las otras no lo fueron. (iv) No era solamente un verdadero judío, sino un hebreo, es decir, alguien que hablaba arameo (cf.cf. Confer (lat.), compare Hech. 6:1; 22:2; 2 Cor. 11:22), hijo de padres hebreos, no como muchos que habían perdido el uso de su lengua nativa. (v) Estricto en la observancia de la ley, Pablo era un fariseo devoto (Hech. 23:6; 26:5; cf.cf. Confer (lat.), compare Gál. 1:14). (vi) Su celo religioso quedó evidenciado en que persiguió a los cristianos (Hech. 8:3; 9:1). (vii) Podía decir que en cuanto a lo concerniente a las demandas externas de la ley, la ley mosaica por la que había tratado de vivir, era irreprensible. Esto, sin embargo, era una cuestión de justicia de la ley, de tratar de ser justo ante Dios sobre la base de la obediencia a la ley.

7 Ahora Pablo consideraba todas aquellas ganancias como una gran pérdida. “Pero todo esto, que antes valía mucho para mí, ahora, a causa de Cristo, lo tengo por algo sin valor” (DHHDHH Dios Habla Hoy). Había llegado a considerarlas como una base de confianza falsa y aun un obstáculo. Prosigue describiendo el camino infinitamente mejor que había encontrado.

3:8-14 Renuncia a lo antiguo; nuevas expectativas de Pablo

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En razón de su encuentro con el Cristo resucitado en el camino a Damasco (Hech. 9), y también a causa de que finalmente se dio cuenta de que no es taba tampoco guardando la ley (Rom. 7), es que Pablo fue llevado a una “revaluación radical de valores” (Hawthorne, Phillipians).

8 Porque había encontrado el camino de aceptación con Dios en Cristo, Pablo consideró todas aquellas cosas sobre las cuales él había descansado antes como pérdida. Decidió que “a nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor” (DHHDHH Dios Habla Hoy). No sólo lo contaba todo como pérdida, sino que podía decir que a causa de Cristo lo he perdido todo: su lugar en el judaísmo, entre los fariseos, probablemente hasta su propia casa. Aun así no se afligió, las consideraba “inútil basura comparadas con el poder ganar a Cristo” (Phillips).

9 Ahora, su deseo es ser aceptado sobre la base de la justicia que es un don de Dios, ofrecida sobre la simple condición de creer (cf.cf. Confer (lat.), compare Rom. 3:21–4:25; Gál. 2:15–3:29; Ef. 2:4–9), dejando de lado la llamada justicia lograda por obras propias sobre la cual había descansado antes.

10 Más aun, quiere vivir en el conocimiento de Cristo (para considerar lo que significa el bautismo cristiano, ver Rom. 6:1–4), es decir, ser identificado con el Cristo crucificado y resucitado. Esto significa el conocer el poder de su resurrección en una experiencia diaria (cf.cf. Confer (lat.), compare Rom. 8:10, 11; 2 Cor. 4:10, 11; Ef. 1:19, 20) y participar en sus padecimientos, muriendo a una vida egocéntrica que para nosotros es natural, y estar dispuesto a encarar la dificultad y padecimiento que el evangelio de salvación pueda acarrear (cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Cor. 4:7–12; Gál. 6:17; Col. 1:24, 25). Estas dos realidades deben siempre pertenecer juntas en toda vida cristiana genuina.

11 A la luz de su nueva y gran ambición y sus anhelos, Pablo dice: De alguna manera, me encontraré en la resurrección de los muertos. Estas palabras suenan algo extrañas en vista de lo que hemos leído. ¿Acaso el logro de la resurrección no depende sólo de la fe? ¿Tendría el Apóstol dudas acerca de su salvación final? Nunca se sintió inseguro en cuanto a que era un hijo de Dios, aceptado por él (Rom. 8:15–17; Gál. 4:6, 7), sin embargo, nunca fue complaciente o presuntuoso. La fe debe perseverar hasta el fin (Mar. 13:13; Heb. 3:14). Deberíamos leer las palabras de Pablo aquí como una expresión no de duda, sino de humildad.

12, 13 Parece que había en Filipos aquellos que pensaban que habían alcanzado ya el ideal cristiano de la perfección, que ya habían “llegado”. Pablo reconoció el llamado a los cristianos de aspirar a los niveles más altos (cf.cf. Confer (lat.), compare 2:15; Ef. 4:13–16), como Jesús mismo dijo: “Sed perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mat. 5:48), pero nunca pretendió haber alcanzado tal perfección. En cambio, él prosigue y la palabra que usa significa lit.lit. Literalmente “perseguir”, la palabra que utilizó para describir la misma persecución con la que antes afligió a la iglesia (v. Php ). Pretendía … ver si alcanzo aquello … , ese gran propósito por el que Cristo lo alcanzó a él cuando iba camino a Damasco algunos años atrás. Existen diversas formas en las que el cristiano debería recordar los hechos de Dios en el pasado, pero Pablo sabía que no debía con centrarse en el pasado; sus fracasos y pecados habían sido perdonados, y sus logros en el servicio de Cristo no han de llevarlo a dormirse en sus laureles. En cambio, quería ser hallado extendiéndome a lo que está por adelante, y para expresar esto usa otra palabra muy fuerte, aplicable en un contexto atlético o en una carrera de carruajes; cada fibra de su ser se aplicaba al ideal y propósito de su vida cristiana.

14 Hay un premio a alcanzar, aunque no estamos seguros si Pablo consideraba el premio como Cristo mismo (cf.cf. Confer (lat.), compare v. 8), el llamado de Dios a una vida superior, o una “corona de vida”

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(Stg. 1:12; cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Cor. 9:25), el regalo de la gracia de Dios a aquellos que perseveran fielmente en su llamamiento hasta el final.

3:15-17 Un ejemplo para ser imitado

15 Madurez o perfección (es esencialmente la misma palabra en el gr. original) tiene que ver con la manera de pensar en la forma con la que Pablo ha estado hablando. El confía en que si los filipenses piensan de manera diferente, el Espíritu de Dios les revelará la verdadera senda y ellos deberán estar abiertos a ello.

16 Lo vital es vivir en base a la verdad que ya hemos reconocido y aceptado. Lo que se traduce aquí como sigamos fieles no tiene un sentido meramente individual ya que implica un mantenerse en línea junto a otros. “Al elegir Pablo este verbo subraya otra vez la importancia de la armonía y la cooperación mutua a pesar de cualquier divergencia de opinión que pueda existir” (Hawthorne, Phillipians).

17 Aquí, como en otros lugares de sus cartas (p. ej.p. ej. Por ejemplo 1 Cor. 4:16; 11:1; 1 Tes. 1:6; 2:10; 2 Tes. 3:7, 9), Pablo habla de su propio ejemplo como uno que se debe seguir. Esto podría parecer presuntuoso, pero necesitamos comprender que antes de haber un NTNT Nuevo Testamento para uso de los cristianos, era vital que hubiese modelos dignos de seguir. Era tan necesario para Pablo vivir la clase de vida cristiana digna de ser imitada por otros como el predicar un evan gelio puro en el cual creer. J. B. Phillips parafrasea este versículo: “ … Dejen que sea mi ejemplo la norma por la cual puedan verse quienes son los verdaderos cristianos entre aquellos que están con ustedes … ” Nuestra situación no es exactamente igual hoy en día, puesto que el NTNT Nuevo Testamento es la guía básica para el andar cristiano, pero todavía es el caso (como Pablo lo indica en 2 Cor. 3:1–3) que el cre yente es llamado a ser como una “carta” de Cristo, “conocida y leída por todos”, incluyendo a muchos que no se volverían a las Escrituras.

3:18-21 Llamado a una ciudadanía celestial

Desde el pensamiento de sus propias grandes ambiciones inflamadas por el amor de Cristo, y desde el pensamiento de aquellos con un concepto equivocado de la perfección, Pablo se vuelve a pensar en otros dentro de la comunidad de la iglesia cristiana cuyas vidas sólo puede contemplar con pena y dolor.

18, 19 En dos formas la cruz es el verdadero centro del cristianismo. Es central porque creemos que a través de la muerte de Cristo sobre ella somos perdonados y aceptados por Dios y así tenemos la vida eterna. La cruz también es central para nuestra comprensión del discipulado. Jesús nos llama a cargar nuestra cruz y seguirle (Mar. 8:34; Luc. 9:23), y Pablo sabía que debía “participar en sus pa decimientos, para ser semejante a él en su muerte” (v. 10). Parece claro que fue en esta segunda manera que esta gente de quien Pablo escribe eran enemigos de la cruz de Cristo. En vez de aceptar la senda de la autonegación en el discipulado, habían hecho de sus propios apetitos físicos su dios, se jactaban en lo que en realidad era vergonzoso, y ponían sus mentes en lo terrenal. Esto quiere decir que en lugar de encontrar en la cruz tanto su salvación como su estilo de vida, estaban en un camino que podría conducir sólo a la destrucción.

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20 El pensamiento de aquellos cuyas vidas están dominadas por el deseo de las cosas terrenales lleva al Apóstol a decir que los verdaderos cristianos saben que su vida y su ciudadanía están ahora en los cielos con Cristo (cf.cf. Confer (lat.), compare Ef. 1:3; 2:6; Col. 3:1–4). Los filipenses podrían estar orgullosos de su ciudadanía en una colonia romana (ver la Introducción), tal como todos tenemos una ciudadanía terrenal que tiene sus privilegios y obligaciones. Pero tanto ellos como nosotros hemos de valorar encima de todo el regalo de una vida y una ciudadanía celestiales, y vivimos en la esperanza de nuestra herencia venidera que recibiremos por completo en el futuro. Así, esperamos ardientemente la reaparición en los cielos de nuestro Salvador, el Señor Jesucristo.

21 La venida de Cristo significará la transformación de nuestro cuerpo de humillación para que tenga la misma forma de su cuerpo de gloria (cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Cor. 4:16–5:4; 1 Jn. 3:2) por el poder de Dios a cuyo obrar no puede haber últimamente limitación ni impedimento. El cuerpo que tenemos no es despreciable, pero es un signo de nuestra condición “humillada” (la misma palabra se usa en el cántico de María en Luc. 1:48). Ahora nuestros cuerpos están sujetos al dolor, sufrimiento y debilidad; pero luego serán levantados inmortales e imperecederos (ver 1 Cor. 15:35–54).

4:1-23 INSTRUCCIONES, AGRADECIMIENTOS Y SALUDOS

Los versículos finales de la carta incluyen exhortaciones, mensajes personales y el reconocimiento de las ofrendas de los filipenses. Su recuerdo grato de esas ofrendas lleva a Pablo a hablar de su dependencia del Señor y de las bendiciones espirituales que resultan de ofrendar generosamente. Continúa di ciendo que ha aprendido a vivir en contentamiento, con poco o con mucho, fortalecido y sustentado en todo por el Señor quien seguramente suplirá plenamente todas sus necesidades.

4:1-3 Apelación a mantenerse unidos

La expresión así que con la que comienza este versículo indica que la exhortación de Pablo está basada sobre lo que ha dicho anteriormente: el peligro de aquellos que quieren que los cristianos se conviertan al judaísmo y su desilusión con los que viven conforme a los deseos de la carne.

1 Las palabras usadas por Pablo aquí muestran la profundidad de sus sentimientos mientras escribía a sus amigos filipenses. Dos veces en el versículo usa la palabra amados. Pablo se goza en ellos, los considera como una corona sobre su cabeza (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Tes. 2:19), los ama y los añora (cf.cf. Confer (lat.), compare 1:8). Más que cualquier otra cosa, los alienta a estar firmes en el Señor (ver 1:27), como soldados determinados a no retroceder cualesquiera sean las fuerzas en su contra.

2, 3 Habiendo tratado en términos generales de las divisiones y el espíritu partidista en la iglesia (2:1–5), Pablo sentía que ahora debe tratar específicamente una disputa que estaba comprometiendo seriamente sus vidas. No sabemos nada más acerca de Evodia y Síntique, pero Pablo se refiere a ellas en términos muy cálidos, como hermanas que lucharon junto conmigo en el evangelio, mujeres que habían tenido de veras un ministerio. Sin embargo, él tuvo que suplicarles: que se pongan de acuerdo en el Señor, y pedir a uno de sus colegas fieles (sin nombre, a menos que leyéramos fiel compañero como nombre propio, del gr. Syzgus, sé•cigo, ver la nota de la RVARVA Reina-Valera Actualizada) que las ayudara a reconciliarse una con la

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otra. Cuando Pablo critica, busca también afirmar y encomendar. Menciona a Clemente específicamente, pero reconoce a todos sus consiervos, y lo más grande que pueda decir de ellos es que sus nombres están escritos en el libro de la vida. En relación con este “libro de la vida”, cf.cf. Confer (lat.), compare Exo. 32:32; Sal. 69:28; Dan. 12:1 y Apoc. 21:27, y recuerda las palabras del Señor Jesús cuando enseñó a sus discípulos a no regocijarse en los logros en su servicio, sino en la gracia de Dios que posibilitó que sus nombres estén “escritos en los cielos” (Luc. 10:20).

4:4-7 Llamado al gozo y a la vida de oración

Otra vez el tema del gozo sobresale en esta carta cuando el Apóstol dice a sus lectores: ¡Regocijaos … siempre!, y agrega en el Señor repitiendo la frase aun otra vez: “Estad firmes en el Señor … ” (1) “que se pongan de acuerdo en el Señor” (2), y ahora: ¡Regocijaos en el Señor … ! El total del vivir cristiano es un asunto de esa relación con el Señor Jesús viviente, en la atmósfera de su presencia y su gracia que lo hace todo posible.

5 Hay una calidad de vida que debe ser conocida por todos en cada expresión de la vida y las relaciones interpersonales del cristiano. El término traducido amabilidad por la RVARVA Reina-Valera Actualizada, admite otras traducciones: “bondad” (DHHDHH Dios Habla Hoy); “mesura” (BJBJ Biblia de Jerusalén); “gentileza” y “cortesía” en otras versiones. De estas diversas traducciones podemos obtener la idea subyacente. La cercanía al Señor que motiva esta cali dad espiritual podría significar su cercanía al creyente en todo tiempo, la cercanía de su regreso, o ambas cosas.

6 La ansiedad no tiene lugar en la vida de los cristianos ya que en todo puede haber oración, la oración en sus varias formas y modos: petición, ruego, pero por sobre todo acción de gracias. Esto es porque debemos siempre alabanza a Dios, y porque la fe es vivificada cuando recordamos en acción de gracias lo que Dios ha hecho por nosotros en el pasado. Hay un eco aquí de la enseñanza de Jesús (Mat. 6:25–34; 7:7–11). Primera Ped. 5:7 dice algo semejante: “Echad sobre él toda vuestra ansiedad, porque él tiene cuidado de vosotros”, y como J. A. Bengel (New Testament Word Studies, Vol. 2 [Kregel Pub., 1978] p. 447) señala apropiadamente: “Ansiedad y oración son más opuestos entre sí que el fuego y el agua.”

7 Cuando la oración reemplaza a la preocupación sobreviene la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, y esa paz actúa como un centinela que resguarda la mente y las emociones del cristiano de ser abrumadas por un repentino arrebato de miedo, ansiedad o tentación. Esta realidad deberían comprobarla los cristianos diariamente.

4:8, 9 Mantened lo verdadero y lo honorable

Algunas veces se ha dicho que las cualidades del carácter mencionado aquí no son definitivamente cristianas, sino las que han sido honradas en muchas cul turas y sociedades. Esto puede ser cierto, pero el cristiano tiene una obligación especial de evidenciarlas y tiene el poder del Espíritu para hacerlo.

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8 Ocho palabras se usan para las cosas que deben llenar los pensamientos en la vida del cristiano. En la medida en que las “tomen en cuenta” (el significado de la palabra pensad) definirán actitudes y dirigirán las palabras y las acciones. Se trata de todo lo que es verdadero y honesto, digno y honorable, correcto y justo, puro y santo, amable y bello, de buen nombre y digno de ser oído. La palabra traducida virtud, dentro de la ética clásica gr., era la que mejor definía lo excelente, y finalmente lo que era digno de alabanza y recomendación.

9 Esto haced. En otras palabras, viviendo por lo que ellos conocen y han reconocido resultará en una clase de vida que Pablo había procurado modelar para los filipenses (ver 3:17). No solamente encontrarían la paz de Dios, sino también su presencia perdurable (cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Cor. 13:11; 2 Tes. 3:16).

4:10-20 La actitud de Pablo en relación con la ayuda de los filipenses

En este párrafo el Apóstol siente la necesidad de hacer dos cosas: expresar su aprecio por las ofrendas enviadas de Filipos y, al mismo tiempo, y con mucho tacto, enfatizar el principio de la dependencia espiritual en el Señor antes que la ayuda huma na. Lo hace con una delicadeza tan exquisita que este pasaje ha sido considerado “una de las joyas de la literatura” (Beare, Phillippians).

10 Pablo se regocija en la ayuda financiera recibida. Estas ofrendas representan el renovado florecimiento de su ministerio anterior a favor de Pa blo. Por mucho tiempo a los filipenses les había faltado la oportunidad de mostrar su interés por él.

11–13 Las ofrendas de los filipenses lo habían alegrado y animado, pero Pablo no estaba dependiendo de ellas ni, al escribir esto, estaba solicitando más ayuda. Podría decir honestamente que había aprendido el secreto del contentamiento con las circunstancias externas, si tenía poco o mucho. Sabía que su Señor no faltaría en darle todo lo que fuera necesario y fortalecerlo para enfrentar cualquier situación. Pablo utiliza dos palabras, al referirse a esta situación, que tenían uso religioso y filosófico importante en aquellos días. La palabra traducida contentarme (del gr. autarkeŒs) significa “suficiente en sí mismo”. Era considerado por los estoicos como una alta virtud el poder desprenderse de las circunstancias externas y el tener recursos en uno mismo para enfrentar cualquier situación. Pablo aplica la palabra en el sentido de ser independiente de las circunstancias, pero sus recursos eran totalmente suficientes, como él dijo, en Cristo que me fortalece, el viviente Señor Jesús. La otra palabra traducida … he aprendido el secreto, se utilizaba en los cultos de misterio para la iniciación en un secreto. El secreto del vivir de Pablo era uno abierto, disponible para todo aquel que caminaría en la senda de Cristo. Era el secreto del conten tamiento, puesto que el conocer a Cristo y ser llamado para servirle, constitutían las “inescrutables riquezas” (Ef. 3:8). Hasta qué punto conozcamos el secreto del contentamiento y a qué grado estemos comprobando la suficiencia de Cristo para todas las demandas de nuestras vidas son siempre cuestiones desafiantes para nosotros como cristianos.

14–16 A pesar de lo que dice sobre este principio espiritual básico de dependencia en Dios, Pablo quiere afirmar que apreciaba la bondad de los filipenses; ésta lo sostuvo en sus tribulaciones. El habla de aquel tiempo del comienzo del evangelio, palabras que se han comprendido en una variedad de formas. Por ejemplo la DHHDHH Dios Habla Hoy tiene: “Al comenzar a anunciar el mensaje de salvación.” Pablo había salido de Macedonia, la provincia en la cual Fi lipos estaba situada, e ido a Tesalónica (Hech. 17:1). Mientras

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estaba allí, los creyentes filipenses le enviaron ayuda una y otra vez. Es de notar también cómo habla de la relación de socios que existía entre ellos, un compartir en cuanto a dar y recibir. El compañerismo real es un proceso de doble vía.

17, 18 El dar cristiano también trae bendición a aquellos que dan. El dar de los filipenses, Pablo dice, se puede acreditar en vuestra cuenta. Al decir esto, utiliza una metáfora de las transacciones comer ciales. Era una cuestion de pago total. Podemos estar seguros de que Pablo, al utilizar tal lenguaje, habría repudiado el más mínimo pensamien to que implicara ganar o merecer algo de Dios. Todas las cosas recibidas son un don de la gracia de Dios. Todo lo que hacemos para el Señor o para otros, se hace por amor y gratitud. Lo que se hace a favor de otros es aceptado como hecho para el Señor (Mat. 25:40), y se puede describir como un sacrificio aceptable y agradable a Dios, fragante como incienso (cf.cf. Confer (lat.), compare Exo. 29:18, Eze. 20:41; Juan 12:3; 2 Cor. 2:16).

19 El Señor no es deudor de nadie. La medida del dar de Dios es infinitamente más grande que la de cualquier dar humano. La promesa de Dios es suplir todo lo que él ve que necesitamos, y no solamente fuera de, sino conforme a [en la medida de] sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

20 La adoración y la gloria es debida a nuestro Dios y Padre ahora y por los siglos de los siglos (lit.lit. Literalmente “por los tiempos de los tiempos”), por toda la eternidad.

4:21-23 Saludos finales

21, 22 Pablo comenzó su carta de acuerdo con una costumbre de la época, pero mejorada por el hecho de darse cuenta de lo que eran los escritores y lectores por causa de su llamamiento cristiano, y la finaliza de la misma manera. Dice de nuevo que sus lectores son santos (ver 1:1). Están en Cristo Jesús, y por ello son verdaderamente hermanos y hermanas. Así que los saludos fueron enviados, e incluidos entre los que los enviaron estaban los que pertenecen a la casa del César. Precisar quiénes serían estas personas depende de alguna manera del lugar donde la carta fue escrita (ver la Introducción en relación con el tiempo y el lugar en que fue escrita). Sin embargo, si el lugar era Roma o no, la probabilidad es que no eran realmente miembros de la familia del César, sino “personas empleadas en el establecimiento doméstico y admi nistrativo del emperador” (Beare). Aun así, es significativo que había en este tiempo cristianos fieles en el servicio imperial.

23 La carta cierra como comenzó, con la oración, la cual abarca todas las otras peticiones, por la gracia de nuestro Señor Jesucristo presente, morando en los creyentes, siempre vivificando el espíritu humano.

Francis Foulkes e-Sword

Comentario Bíblico Siglo XXI

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