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FLOR DE TOCOL - BCN

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HERMAN ECHEVERRÍA CAZOTTE.

FLOR DEL TOCO"

CON

F I S C O

SANTIAGO DE C H I L E IMPRENTA QUTENBERS

SERRANO 699

1927

OBJETO DE ESTE FOLLETO

El 24 de Septiembre de 1926 los señores Ministros que componían la Tercera Sala de la Corte de Apelaciones, re-cibieron un anónimo en el que se les decía, que era voz pú-blica que la Compañía Flor del Toco los había interesado a fin de obtener fallo a su favor, en el juicio que, al día si-guiente, figuraba en la tabla de esa Sala.

Los anónimos iban escritos a máquina y en papel tim-brado del Club de la Unión .

Fallada favorablemente la causa por la Iltma. Corte de Apelaciones y desechado por la Excma. Corte Suprema el re-curso de casación en la forma, la campaña insidiosa, inicia-da con el anónimo, se ha extendido en tal forma, que este juicio aparece con el comentario público en los caracteres de un escándalo sin precedentes.

Es fácil darse cuenta de quiénes son los autores conscien-tes de esta campaña difamadora.

No nos referimos al gran público, inocente propagandis-ta de la especie malévola que el interesado se encarga de trasmitirle, acompañándola de falsas protestas de indigna-do patriotismo, o de la risa dulzona e hipócrita que encubre a la envidia repugnante o al fraude temeroso de ser exhi bido a la condenación ciudadana.

El reconocimiento de los legítimos derechos de la Com-pañía Flor del Toco, descubrirla, prácticamente, a los que el señor Enrique Romaní señalara como los detentadores con-tumaces de las reservas fiscales que desaparecen.

Ellos son los autores conscientes de la campaña infa-mante.

El gran galeoto, el cómplice inconsciente.

Destruir la malla con que la maldad de unos pocos, y la ligereza de muchos pretende envolvernos, es el objeto de este folleto.

No es un estudio jurídico.

No es un informe en derecho.

Es la exposición escueta de las piezas primordiales de un proceso, con apénas sí, uno que otro comentario escrito en estilo llano, al alcance de quienes deseen imponerse honra-damente de los derechos que honradamente defendemos.

Que la verdad no necesita, para exhibirse, ni de las lar-gas disertaciones, ni de palabras científicas.

Hemos cuidado de reproducir integramente los docu-mentos básicos de la defensa, para confundir a los que nos señalan como falsificadores de títulos.

Nos alienta la esperanza que la lectura de este folleto servirá para hacer brillar en todo su explendor nuestros legí timos derechos y disipará las miasmas infectas en que pre tenden envolvernos quiénes viven sembrando infamias y co-sechando honores.

DON ZOILO FLORES

FLOR DEL TOCO CON FISCO

i

DON ZOILO FLORES

Un nombre honroso en la historia de Bolivia.

Nacido en Santa Cruz de la Sierra, abogado, cate-drático de derecho en la Universidad de Cochabamba, se instaló posteriormente en Cobija donde abrió su bufete.

Hombre de acción, no se contentó sólo con la mo-nótona labor profesional.

El desierto le, atrajo y fué su explorador. Descubrió personalmente, las riquezas salitrales del Toco, y soñó con establecer la industria con capitales bolivianos.

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Constituyó sus derechos sobre las pertenencias mate-ria de este juicio, requirió insistentemente del Gobierno de su Patr ia , la construcción de ferrocarriles que hicieran posible la explotación de esas riquezas; llamó en su ayuda ios capitalistas nacionales para que colaboraran en su em-presa. No fue oído. Por el contrario, un sino adverso, en-torpeció sus nobles propósitos, perseguidos con incansa-ble afán.

No abandonó Cobija, centro de sus actividades sali-treras, sino para remover los obstáculos que se oponían al proyecto que fué el norte de su vida, que, realizado, ase-guraría su independencia económica, la prosperidad de su respetable familia, y la grandeza de su Patr ia .

Así vá al altiplano para derrocarla t i ranía de Mel-garejo; o a Lima para representar a Bolivia durante la guerra de 1879.

Prisionero de Chile, confinado primero a Angol y después en Chillán, sus once meses de cautiverio le sirvieron para crearse relaciones con los hombres dirigen-tes de Chile. Y, desde aquel entonces, se afirmó en su áni-mo la convicción que éste país, respetuoso de las leyes y del derecho de propiedad, le reconocería tarde e tempra-no, lo que había adquirido con su esfuerzo de descubridor en las duras soledades del desierto.

Vuelto a su Patr ia , fundó el Par t ido Liberal, fué periodista valiente, sufrió persecuciones de los gobiernos tiránicos, conoció las horas del triunfo cuando, en 1898 venció su partido en los campos de batalla; renunció a la candidatura a la Presidencia de la República que sus conciudadanos le ofrecieran, contentándose sólo con una medalla de oro que la Nación colgara de su pecho en premio de sus servicios, con la siguiente inscripción:

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«Al defensor de las libertades públicas y de la sobe-ranía nacional.»

Una sola preocupación dominó su espíritu, así en las horas cruentas de la lucha, como en las jubilosas del triunfo: obtener el reconocimiento de sus derechos por parte del Gobierno de Chile. Renunció honores y preben-das para solo vivir preocupado de esta idea, cerca del país o en el país mismo, que tal obligación tenía para con él. Sin ver satisfecho sus anhelos, murió en Santiago de Chi-le, a los 75 años de edad, el 17 de Octubre de 1916.

Bolivia rindió respetuoso homenaje a su memoria recogió sus restos mortales, y, cariñosamente, los deposi-tó en la Paz, en el Mausoleo de los Bolivianos Célebres.

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II

SUS DERECHOS

En el deseo de que ésta exposición sea lo más clara posible, no nos referiremos a toda la documentación reu-nida en el expediente. Nos bastará insertar un sólo ins-trumento, que es la piedra angular, la base inconmovible sobre la que descansan los derechos que se reclaman. Este instrumento tiene eí privilegio especial de haber sido reconocido como auténtico por la Defensá, Fiscal, en declaración expresa.

Pa r a que se le comprenda exactamente, necesitamos una pequeña explicación.

El 14 de Diciembre de 1872, se constituyó por es-critura pública celebrada ante el notario de Cobija, don AndréH Cueto, una sociedad de cateo y explotación de mi-nas bajo la razón social de Pedro López Gama & Com-pañía, de la que formaron parte don Zoilo Flores, don José Videla y don Pedro López Gama. Los tres s ó c í o t s

se dividirían por partes iguales los derechos que se descubrieran y obtuvieran por pedimentos hechos a l'ás autoridades bolivianas.

El 14 de Junio de 1873, ante el mismo notario, los tres socios declaraban que el fallecimiento de cualquiera de ellos, daría lugar a la conclusión de hecho de la sociedad, pudiendo disponer en ese caso, cada socio, de la tercera parte de todos los derechos adquiridos durante su vigencia. ( fjs. 238 )

El 26 de Marzo de 1883 se sepultó en el Cementerio General de Valparaíso, el cadáver de don Pédro López Gama. (f js . 241)

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De estos antecedentes se desprende que .don'Zoilo Flores era dueño no sólo de las pertenencias salitreras que solicitó a su nombre, sino también de la tercera par te de las pertenencias solicitadas por la Sociedad Pedro López Gama & Cía.

Veamos, ahora, sin ningún comentario, el docu-mento que hemos l lamado básico, piedra angula r de la defensa. Dice así:

Certificado expedido de orden superior.—Señor Prefecto y Superintendente de Hac ienda y Minas.— Piden se mande dar por el notar io de Hacienda el certificado que indica con las circunstancias que menciona.— Otrosí Zoilo Flores, por mí y por la Sociedad Ped ro López Ga-ma & Compañía, como socio de ella; representándonos con todo respeto, a Ud. decimos: que con referencia a los expedientes que hemos organizado acumulados respecti-vamente a cada firma, en la notar ía de Hacienda, sobre adjudicación de estacas salitreras en el Toco; tenemos necesidad que el Notario del ramo certifiqué a continua-ción sobre los siguientes puntos:-l°.—que en conformidad al ar t . 8 del Reglamento del 31 de Diciembre de 1872, fueron pract icadas en cada denuncio nuestro, las diligen-cias de inspección por peritos, comprobándose la exis-tencia de los mantos calicheros de salitre que solicitamos sobre las p a m p a s del Río Loa. 2.°—Que con ese resultado y en conformidad con el artículo noveno, diecisiete y ven-tiocho del ci tado Reglamento, la Prefec tura nos adjudicó por diferentes autos a Pedro López Gama & Cia., como a Sociedad legalmente constituida, catorce estacas de mil seiscientos metros de base por igual lonjitud, con el nombre de «San Pedro»; y doce estacas de la misma extensión con los nombres de Loncomilla, Quillagua Sofía, Dolores, L a Unión, Porvenir , Ramada, Concilia-ción, Cármen, Alfredo, Juárez , Desierto, Indiana, Espe-ranza y Peregrina, sobre cada uno de los descubrimien-

tos hechos por Manuel Antonio Lama, José Walker, Zoilo Flores, Cocq Por t & Cía., José Videla y Calixto Valverde; y a Zoilo Flores, como a descubridor, seis estacas con el nombre de San José, seis con el de Dolo-res, seis con el de Juaréz, seis con el de Indio Muerto, y cuatro con el de Porvenir; habiéndose ordenado en ca-da auto, que, previa mensura y amojonamiento se nos confiera posesión de las estacas concedidas.—Por lo ex-puesto a UD. pedimos se sirva ordenar que el notario de Hacienda don Andrés Cueto, nos dé en su oficina de Cobija, en vista de los expedientes mencionados que corren a su cargo, uti certificado acerca de si son cier-tos y positivos los dos puntos articulados anteriormente, agregando a su informe la fecha de cada auto en que se nos adjudicaron las correspondientes estacas, el nom-bre de estas y en qué número, su ubicación, el número bajo la cual fué inscrita, la denuncia y la fecha de ésta. Será justicia. Otro sí; que a virtud de los antecedentes expues-tos, se nos confirió posesión de las estacas mencionadas con intervención del señor Prefecto de entonces, Doctor Emilio Fernández Costa; más habiéndose extraviado esos actuados en el Ministerio de Hacienda a donde los elevó con un informe general en mil ochocientos setenta y cuatro, es urgente la necesidad de acreditar la efectivi-dad de las adjudicaciones mencionadas.—Antofagasta, a tres de Julio de mil ochocientos setenta y seis—Zoilo Flo-res.—Pedro López Grama 7 Cía. Prefectura y Superinten-dencia de Hacienda y Minas del departamento Litoral.— Antofagasta, tres de Julio de mil ochocientos setenta y seis.—Vista al agente fiscal, debiendo actuar el notario de este puerto.—Fernández.—Aníe mí.—Belisario Cam-pusano, notario de segunda clase.—En la fecha notifiqué con el proveído anterior a los interesados—Doy fé. Zoilo Flores.—-Pedro López Gama y Cía.—Campusano.—Igual diligencia practiqué con el señor Agente Fiscal y firma.— Molina.—Campusano.—Señor prefecto—Responde.—No

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hay inconveniente para que el notario de Hacienda que funciona en Cobija, capital del Departamento, otorgue en vista de los antecedentes que se meritúan en el escrito anterior el certificado que en él solicitan los señores Zoilo Flores y Pedro López Gama y Compañía, con la calidad que dicho certificado conste en testimonio, pues-tos que estos obrados originales deben agregarse a los de su referencia, cual lo determina la ley del notariado, salvo

mejor parecer del señor prefecto.—Antofagasta, cinco de Julio de mil ochocientos setenta y seis.—Molina.— Prefectura y Superintendencia de Hacienda y Minas del departamento litoral—Antofagasta, a ocho de Julio de mil ochocientos setenta y seis.—Dése por el notario de Ha-cienda en Cobija el certificado que se solicita, en la ma-nera indicada por el señor Fiscal.—Ruperto Fernández, ante mí, Belisario Campusano.—Notario de segunda cla-se. En cuya conformidad y cumpliendo con lo ordenado en el auto que antecede, yo el notario de Hacienda y de primera clase del departamento, ciudadano Andrés Cueto, Certifico: que de los expedientes de adjudicación de estacas salitreras del Toco organizados por Pedro López Gama y Compañía y Zoilo Flores, mandados acu-mular los correspondientes a cada firma, en un sólo cuerpo, por autos de esta Prefectura, constan ser ciertos y positivos los dos puntos articulados en el escrito an-terior y que por autos expedidos en los referidos expe-dientes, se adjudicó a los mencionados Pedro López Ga-ma & Compañía y Zoilo Flores, las porciones o grupos de estacas salitreras, comprendiendo a cada estaca mil seiscientos metros de lati tud por otros tantos de longi-tud, habiéndose ordenado al propio tiempo en cada auto que se les dé posesión de las estacas previa mensura y amojonamiento, siendo los nombres de las concedidas a Pedro López Gama & Compañía las siguientes: San Pedro, de catorce estacas ubicadas al norte de la caleta Paquica, entre el cerro Urco y el Río Loa; denuncia ins-

c r i ta corno descubrimiento bajo el número setenta y nue-ve en diez y nueve de Marzo de mil ochocientos setenta y tres y e l a u t o de adjudicación y consiguiente orden de mensura, es de t re inta de Abril del propio año.—Lon-gomilla, doce estacas en el descubrimiento de Manuel Antonio Lama: denuncia inscrita bajo el número ciento treinta y dos, en veinte de Marzo de mil ochocientos setenta y tres, siendo el auto de adjudicación y consi-guiente orden de mensura deprimerò de Mayo de dicho año.—Quillagua, doce estacas en el descubrimiento de Manuel Antonio Lama; denuncia inscrita bajo el núme-ro ciento treinta y dos, de veinte de Marzo de mil ochocien-tos setenta y tres, siendo el auto de concesión y consiguien-te orden de mensura el primero de Mayo de dicho año.— Sofía, doce estacas en el descubrimiento de don José Walker, en representación de M. A. Lama: La denuncia fué inscrita bajo el número doscientos treinta y siete, en diez y siete de Abril de mil ochocientos setenta y tres, siendo el auto do adjudicación y orden de mensura de trece de Mayo siguiente. Dolores, doce estacas en el des-cubrimiento de don Zoilo Flores, inmediato a la cance-larla que solicitó Federico James. La denuncia fué ins-crita bajo el número doscientos cuarenta y siete, en die?; y siete de Abril del año citado, siendo el auto de adju-dicación y orden de mensura de veintiuno de Mayo si-guiente.—La Unión, doce estacas en el descubrimiento de los señores Cocq, Po r t y Compañía, como a ocho o nueve leguas de Tocopilla, hacia el norte, frente a Mamiña.—La denuncia fué inscrita bajo el número cuarenta y tres en Marzo de mil ochocientos setenta y tres., siendo el aiúo de concesión y orden de mensura de ocho de Abril del mes siguiente.—Porvenir, doce estacas en el descubri-miento de don Ramón Latrille, al este de las descubier-tas por don José Vid eia.—La denuncia fué inscrita bajo elniímero cuarenta y uno, en tres de Marzo de mil ocho-

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cientos setenta y tres, siendo de ocho de Abril siguien-te el auto de concesión y orden de mensura.—Ramada, doce estacas en. el descubrimiento de los señores Cocq, Por t & Compañía.—La denuncia fué inscrita bajo el nú-mero cuarenta y dos, el tres de Marzo de mil ochocien-tos setenta y tres, siendo de nueve de Abril siguiente la fecha del auto de concesión y orden de mensura.—Recon-ciliación, doce estacas en el descubrimiento de los seño-res Cocq, Por t & Compañía.—La denuncia fué inscrita bajo el número cuarenta y tres, siendo de nueve de Abril siguiente la fecha del auto de concesión y consiguiente orden de mensura.—Carmen, doce estacas en el descubri-miento de los señores Cocq, Por t & Compañía. Denuncia inscrita bajo el número cuarenta y cuatro, en tres de Marzo de mil ochocientos setenta y tres, siendo el au 'o de concesión y consiguiente orden de mensura de diez do Abril del propio año.—'Alfredo, doce estacas en el des-cubrimiento de los señores Cocq Por t & Compañía. De-nuncia inscrita bajo eí número cuarenta y cinco, en cua-tro de Marzo de mil ochocientos setenta y tres, siendo el auto de concesión y consiguiente orden de mensura de diez de Abril de dicho año.—Juárez, doce estacas en el descubrimiento de don Zoilo Flores, al naciente de Cu-lupito: denuncia inscrita bajo número cuarenta y seis, en cuatro de Marzo de mil ochocientos setenta y tres, siendo la orden de mensura, y posesión de diez de Abril del propio aña.—Desierto, Indiana y Esperanza, adjudicaciones de doce estacas cada una sobre cada una de las salitreras pedidas con ese nombre por don Calixto Val ver do en el Campo de Bellavista. La denuncia de ellas fué inscrita bajo el número ciento treinta y dos, en nueve de Ju-nio de mil ochocientos setenta y tres, siendo el auto <le concesión y orden de mensura de diez y siete de Julio dol propio año.—Peregrina, doce estacas descubiertas por don Zóilo Flores, hacia el poniente y frente del lugar llamado Soronal-, denuncia inscrita bajo o! número trein-

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'ra y siete eti tres de Febrero de mi! ochocientos setenta v tres, siendo el auto de concesión y consiguiente orden de mensura de siete de Marzo del propio año.—Los nombres de las concesiones a don Zoilo Flores son las siguientes: San José, seis estacas, como a descubridor al -este de la salitrera Peregr ina .—La denuncia fué inscrita por el descubrimiento ba jo el número ciento cuarenta y siete, en veinticuatro de Marzo del propio año. manda-da notar aquella por providencia de catorce de Junio siguiente, siendo el auto de adjudicación y orden de mensura de veintiocho de Julio de dicho año.—Dolores «eis estacas, como a descubridor, a pocas cuadras al po-niente de la salitrera Candelaria, pedida por don Fede-rico James, siendo el auto de adjudicación y consiguien-te orden de mensura de dieciocho de Julio de mil ocho-cientos setenta y tres.—La denuncia fué infcri ía por -descubrimiento bajo el tnmiero ciento cuarenta y seis-', ha,hiendo sido presentada el treinta de Maizo de dicho

•año y mandada anotar ta l circunstancia por proveído del señor Prefecto, de catorce de Jun io s iguiente—Juárez, seis estacas a tina y media legua al naciente do Cinupiiu por el camino que conduce al Toco, adjudicación hecha •como a descubridor por auto de catorce de Marzo de mil ochocientos seteuta y tres, ordenándose en él, la posesión previa, mensura.—La denuncia fué inscrita bajo el número treinta y siete en siete de Febrero del propio año.—Indio Muerto: seis estacas ubicadas como a sies le-guas del puerto de Tocopilla, en un punto conocido con eso nombre. El auto de adjudicación y orden de mensu-r a previa, es de veintiocho de Febrero de dicho año.— La denuncia del descubrimiento fué inscrita bajo el número veintisiete, en veintiocho de Enero del año cita-do.—Porvenir. cuatro estacas, ubicadas a dos o tres le-guas id este y sur este de lo.s descubrimientos de don •José Vicíela con «1 nombre de Porvenir, siendo el auto -de adjudicación de estas cuatro estacas, ele fecha vein-

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tinueve de Marzo de mil ochocientos setenta y tres v do tres del mismo, es la orden de inscripción del denun-cio que fué hecho bajo el número treinta y cinco.—Cobi-ja, veintidós de Julio de mil ochocientos setenta y seis.-— Andrés Cueto.—Notario de primeia clase.—Así consta y aparece de los expedientes a que acabo de hacer referen-

cia, a los que habiéndose agregado el certificado original dado en virtud del auto del señor Prefecto de ocho de los corriente s, he expedido en la fecha esta, copia auténtira,, en el Puer to de Cobija, a les veintidós días tlel mes de J u -lio de mil ochocientos setenta y seis años.—-Un sello que dice Andrés Cueto, notario de primera clase.—Cobija.—-(Cobija).—Andrés Cueto, Notario de Primera, Clase.—Es-crito en papel del sello sexto del departamento de Cobija, siendo mil ochocientos setenta y ocho y mil ochocientos setenta y nueve.—Señor Prefecto y Superintendente do Hacienda y Minas.—Piden se manden eleva,r esta soli-citud con sus antecedentes para que el Supremo Gobier-no acuerde las medidas que indican.—Otrosí Manuel Sambrana y Cesar Salmón, apoderado de Pedro López Gama & Compañía y Zoilo Flores, respectivamente, según constan de los obrados que cursan en esta Pre-fectura, con todo respeto presentándonos a, Ud. deci-mos: Desde que el arrendamiento de las salitreras do este litoral fué transferido por el señor Meiggs al Go-bierno del P e r ú ,se perdió la esperanza de hacer surgir-la industria salitrera del Toco, mediante un ferroca-rril a Tocopilla; porque siendo aquel Gobierno la enti-dad que ejerce el monopolio de la industiia salitrera de* Tarapacá, era, de suponer que sus agentes no permitie-sen ninguna implantación sobre las adquisiciones que-arrendaran al Gobierno de Bolivia; y, en efecto, sólo así han podido evitar la < ompetencia del salitre, ya. establecida con la elaboración del salitie Carmen Alto y Salar del Carmen por la «Compañía de Salitres y Ferrocarril de Autofagasta». Como el ferrocarril es el

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único medio con el que puede darse vida a la industr ia s - i l i t r e m , e s por demás aflictiva la situación de los em-i s a r i o s del TOCO, que no cuentan siquiera con el ca-mino carretero que debió t r aba ja r l e en beneficios de éstos, cual se convino con el señor Prefecto de entonces doctor don Emilio Fernández Costas, cuando este fun-cionario fué a legalizar las posesiones que nos fueron conferidas en esa r eg ión .—En su visita al Depar ta-meato ha palpado estas verdades el señor Ministro de Hacienda en comisión, Doctor don Eulogio Doria Medi-na, llegando al convencimiento de que «Pedro López Gama & Cía.» y «Zoilo Flores» a pesar do los capitales de que pudieron disponer, no podrían ade lan ta r ningvm trabajo en sus concesiones San Pedro, Longomilla, Qui-11 agua, Sofía, Dolores, L a Unión, Porvenir , Ramada., Carmen, Alfredo, Reconciliación, Juárez , Desierto, In-diana, Esperanza, Peregr ina , San José, Dolores, Juárez, indio Muerto y Porvenir , cuyos detalles se hallan des-critos en el certificado expedido por el Notar io de Hacienda del depar tamento en veintidós de Jul io de mil ochocientos setenta y seis, que no disfrutando de las ventajas de una línea férrea, como la Compañía de Sali-tres y Ferrocarril de An to fagas ta no puedo explotar sus calicheras y no explotándolas le es imposible evitar las incursiones en sus terrenos, de par te de los expresa-dos arrendatarios de las sali treras del depar tamento. He aquí por qué se hace indispensable que el "Supremo Gobierno proteja nues t ra industr ia del Toco con medi-das de previsión e interés nacional. Apoyados cu estas razones, suplicamos a Ud. tenga a bien elevar la presen-te solicitud, con sus antecedentes, a fin de que el Supre-mo Gobierno se sirva disponer (en vista de ello y do las actas de posesión que nos fué conferida en el Toco y las elevó al señor Prefecto doctor don Emilio Fernán-dez Costa): S'T sirva disponer decimos, lo s iguiente,— PRIMERO. Que por los Ingenieros del Estado y a costa.

o o

de los presentantes se practique la remensura de las salitreras mencionadas, levantándose un plano para cada grupo de concesiones que se encuentren comuni-cadas; Segundo: Que subsistiendo las razones que a este respecto fueron expuestas por la Prefectura en su in-forme al Supremo Gobierno, con fecha dos de Julio de mil ochocientos setenta y cuatro, los reclamantes quedan dispensados de poner trabajos en sus concesio-nes hasta que se construya el Ferrocarril al Toco. Ter-cero: Que entretanto continuarán pagando las paten-tes que corresponden por cada una de las estacas mencionadas, debiendo aplicarse a este objeto el cabido de la letra girada por la Caja Nacional, letra, que por haber sido protestada, se hizo cargo de ella la firma Pe-dro López Gama «fe Compañía, y hoy la acompañamos en testimonio.—Es justicia, etc.—Antofagasta, diecisiete de Noviembre de mil ochocientos setenta y ocho. Otrosír Nosotros Ricardo A. Berdeeio y Emilio S. Almarza, decla-ramos que la letra de cambio que se acompafni, valor de bolivianos once mil novecientos veintiséis sesenta y siete, girada por la Caja Nacional y con endoso al Banco Consolidado en Chile, se nos dió en comisión de cobranza por los apoderados de Pedro López Gama & Compañía y la devolvemos sin responsabilidad para nosotros. Fecha U t snpra. Antofagasta etc. (Firmado). Manuel Zambrano.—C. Salmón.—Emilio S. Almarza.— Ricardo A. Berdeeio.—(un sello de t in ta con las armas nacionales que dice: Prefectura del departamento de Cobija. — Bolivia. — Antofagasta, Diciembre primero de mil ochocientos setenta y ocho.—Agregúese a los antecedentes en referencia y elévense. (Firmado). Zapata. —Tin sello de t in ta con el escudo nacional que dicer Ministerio de Hacienda e Industria. Bolivia.—La Paz,, trece de Enero de mil ochocientos setenta y nueve.. Prefectura de Cobija, mandará practicar por cuenta de Pedro López Gama & Compañi:', y Zoilo Flores la re-

mensura de las estacas salitreras que estos mencionan, v sea dentro de los límites fijados en el certificado expe-dido por el Notario de Hacienda en veintidós de Jul io d<- mil ochocientos setenta y seis.—Con esa diligencia y el informe de dicha prefectura conforme a la c i r cu l a r l e veintiuno de Febrero de mil ochocientos setenta y t res a< erca del camino «1 Toco, de que hace mérito en su exposición al Gobierno, fecha dos de Jul io de mil ocho-cientos setenta y cuatro; se resolverá en consejo de Mi-nistros sobre el amparo de aquellas estacas. Pasen los obrados a la Caja Nacional para que liquide la letra protes tada que se »compaña teniendo la calidad de sim-ple t rámite esa liquidación. (Firmado) Eulojio D. Medina.

Es te documento corre de fojas 131 a 188 y siguien-tes del expediente.

A Fjs. 211, el Director del Tesoro por el Fisco, hace esta declaración que, textualmente, copiamos: Los únicos documentos cuya autenticidad puede darse por establecida es la de las copias de fjs. 131 a 138 porque ellos fueron presentados en la forma dispuesta por el artículo 434 N.° 1.° C. de P. C.

No es el momento de analizar estos documentos. Su ti ascendencia no escapa ni aún a los legos en mater ia do títulos salitreros. Permítame, solamente, establecer como la orden dada por til señor Ministro de Hac ienda do Bolivia don Eulojio D. Medina, fué puesta, en vía de cumplimiento por las autoridades subalternas. Los docu-mentos pert inentes dicen así:

Número trescientos ochenta y uno.—Folio quinien-tos cuarenta, y cinco.—Protocolo mil ochocientos setenta y nueve.—Vistos.— de conformidad con el artículo no-veno del Supremo Decreto Reglamentario de t re inta y uno de diciembre de mil ocho cientos setenta y dos. —Señálese los días del mes entrante , según el orden que le corresponda, pa ra remensurar y tomar posesión de las sali treras pertenecientes a la firma Pedro López Gama & Compañía y Zoilo Flores, en conformidad al Supremo

Decreto de trece de enero del corriente año, designando al Sub-Prefecto del Distrito, Coronel Manuel María Franco para administrarlas; nómbrese al ingeniero del Estado, General Raúl du Bijson, para que con el perito que designe el interesado, practique las diligencias que prescribe el citado Decreto Reglamentario; cítese a los interesados para la fijación de los carteles, por el notario de Hacienda.—Hágase saber y devuélvase.—Fernandez Costa.—Ante mi.—Andrés Cueto, No taño de Hacienda. —NOTIFICACIONES. —A las cuatro de la tarde del auto precedente, notifiqué con dicho auto al apoderado de Ló-pez Gama y Zoilo Flores.—'Justo Herrera.—Doy fé.— Cueto.—En seguida hice saber el mismo auto al General Raúl du Bijsou, quien aceptó el cargo en forma.—Doy fé. —Acto continuo, practiqué igual diligencia con don Ra-món L^maiti-^, perito designado por don Pedro López Gama y don Zoilo Flores, quien aceptó en forma.—Cue-to.—Inmediatamente hice saber el mismo auto al señor Sub-Prefecto.—Doy fé.—Cueto.—Certifico y doy fó q m he citado por carteles a los colindantes en conformidad al decreto reglamentario.—•Toco, Enero veintisiete de mil ochocientos setenta y nueve.

Se acompaña los recibos, que consta que dichos tes-timonios han sido acompañados al Ministerio de Relacio-nes Exteriores, por el interesado, Carlos Flores L. en juuio veinte y uno de mil novecientos trece".

En cotisecuenci i, la remensura ordenada por el se-ñor Ministro de Hacienda de Bolivia debía efectuarse en el mes de Febrero de 1879.

No olvidemos que el 14 de ése'mes y año las fuerzas chilenas ocupaban, militarmente, el litoral boliviano.

En cuanto al pago de la patente, a fjs, 240 de.l ex-pediente, se encuentra el siguiente documento: «Tesoro Nacional de Bolivia. El suscrito, Contador Glosador de Cuentas del Tesoro Nacional de Bolivia, certifica: ha-biéndose practicado una revisión del Archivo de esta

oficina, con el objeto de franquear el presente certifica do a solicitud del señor Luis Flores Lemaitre, se ha en contrado la siguiente part ida sentada ea el libro «To-tum» de la Caja Nacional, correspondiente a los años .1878 y 1879; folio 7(3 y 77. Zoilo Flores y Pedro López Gama y Compañía, 1879, enero 1.° Por acreedores, sal-ólo 1878, part . 110, Bolivianos 870,000. Enero 27. Por traspaso del importe de letra girada por la Dirección do la Caja Nacional a cargo del Banco Consolidado de Chi-le de Antofagasta por valor de bolivianos 1192(5,67, pro-testada en fecha 20 de octubre de .1877 por el referido Banco por falta de fondos, y cuyo líquido íntegro que-

d a como depósito de Zoilo Flores y Pedro López Gama y Compañía para el pago de las patentes devengadas y por devengarse hasta completar el. monto de ésta suma de las estacas salitreras del litoral, con las siguientes denominaciones: San Pedro, Longomilla, Quillagua, So-fía, Dolores, L a Unión, Porvenir, Ramadi , Reconcilia-ción, Cármen, Alfredo, Juárez, Desierto, Indiana, Pere-grina, San José y las descubridoras Dolores, Indio Muer-to, Juárez, San José, Honorata, Potosí, Desierto, Lagra-ña y Socorro».—1.75. Importa Bolivianos 11.92(3,67. Bo-livianos 881.926,(¡7.—-Es lo que tengo a bien certificar en obsequio a la verdad y en vista de los libros y documen-tos ea referencia. L a Paz, 29 de abril de 1925. Hay una. firma ilegible, contador glosador.» Con el certificado •que antecede, devuélvase al interesado previo reintegro de papel sellado y timbres correspondientes. Fecha ufc supra. C. Zalles, Director General del Tesoro Nacional. La Paz, :í0 de abril de 1.925.»

Esto documento es prueba irrecusable, que las per-tenencias que demandamos, estaban patentadas por el 'Gobierno de Bolivia.

111.

LA COMUNIDAD FLOR DEL TOCO

Por escritura extendida ante el notario de ¡Santiago-don Carlos R. Ábalos, en 24 de agosto de .1905 (fjs. 1)> don Zoilo Flores vendió a don Carlos Sánchez Alvara-dejo sus derechos y acciones sobre las salitreras indivi-dualizadas en el párrafo precedente, y, por escritura an -te el mismo notario, de 29 de noviembre de 1905 (fjs. 5) el señor Sánchez Alvaradejo las vendió a don Enrique Duval, quien constituyó por escritura de 30 de noviem-bre del mismo año, la comunidad Flor del Toco, cuyo objeto primordial era adquirir los expresados derechos..

Por esas escrituras se estipuló el precio, parte al contado y el resto cuando se obtuviere judicialmente el reconocimiento de los derechos del señor Flores. Una serie de negociaciones posteriores que sería inútil repro-ducir, ban modificado la forma de pago, recibiendo los vendedores señores Flores y Sánchez Alvaradejo o quie-nes sus derechos representan, acciones de la comunidad' en cancelación total del precio insoluto de venta. Hoy,, pues, la Comunidad es dueña única de todos los dere-chos que pertenecieron a don Zoilo Flores. Sus here-deros han obtenido acciones de la Comunidad y consti-tuyen, en conjunto, accionistas que figuran con una de las más altas cuotas.

— 29

IV.

EL JUICIO EN PRIMERA INSTANCIA

Ante el primer Juzgado Civil de Santiago, don En-rique Duval, (fjs. 27), por la Comunidad Flor del Toco, demandó la mensura de las pertenencias salitrales, ad-quiridas por don Zoilo Flores.

El Fisco 110 contestó la demanda y fué declarado rebelde, (fjs. 32).

Posterioniiente en un escrito de téngase presente, (fjs. 33), pidió el rechazo de la demanda, oponiendo cin-co defensas, que conviene desde un principio establecer-las, porque son las únicas que ha podido aducir en su defensa.

He aquí copia de ese escrito:

Sol ic i tud d e t o j a s 33.—Se t enga p resen te .—S. .T. L. El D i r e c t o r del

Tesoro , por el Fisco, palacio de la Moneda , en au tos con la C o m u n i d a d Flor del

Toco, sobre m e n s u r a de sal i t rera», a US. digo: que al reso l ve r el Juzgado so

se rv i r á t ene r p r e s e n t e las cons ide rac iones que paso a fo rmu la r , las cuales lie

varán al convenc imien to de US. la improcedenc ia de es ta d e m a n d a : I , Se pre-

s en t an como t í tulo y en cal idad de i n s t r u m e n t o s públ icos las copias de as ien tos

de los l ibros que se dicen l levados por las au to r idades bo l iv ianas pa ra la conce-

sión de subs tanc ias inorgánicas , pe ro que a p a r t e de que esos l ibros adolecen de

ta les i r regu la r idades que los hacen indignos de fé , el Fisco n i ega el hecho de

que r ea lmen te sean, como se p r e t e n d e , los que l levaban los f u n c i o n a r i o s de

Bolivia.—2, Esas copias 110 h a n sido d a d a s con los requis i tos legales, pues no

se ha o rdenado por el juez que se den ni se ha not i f icado a la p a r t e con t ra

quien se oponen, y por lo tan to , según el a r t . 331 del C. de P . 0 . no t ienen el

valor de i n s t r u m e n t o s públicos.—3, Aún suponiendo- co r rec ta s esas copias v

f ehac i en te s esos l ibros, los d e m a n d a n t e s sólo ac red i t a r í an el h e c h o del denun-

cio; pero 110 h abe r cons t i tu ido t í tu lo de p rop iedad ni adqu i r ido la poses ión de

!as sa l i t re ras pa ra lo cual e ra necesar io que h u b i e r a n l lenado ¡os d e m á s requi-

si tos prescr i tos por el r e g l a m e n t o Boliviano, has ta o b t e n e r el q u e les pus ie ra en ,

posesión de las pe r t enenc ia s p rev ia m e n s u r a , a m o j o n a m i e n t o y fo rmación (le

p lano . 4, Con todo y si se admi t i e r a en h ipó tes i s q u e tal d e r e c h o se h u b i e r a

adqui r ido él es tar ía caducado por h a b e r caido en despueb le las sa l i t re ras , des-

pueb le que hago va le r y a lego fo rma lmen te .—5, E n subs id io de lo a n t e r i o r ,

ex is te y opongo a f avo r del Fisco la p resc r ipc ión que se de r iva de h a b e r po-

seído con jus to t í tulo y b u e n a f é po r un t i empo m u y s u p e r i o r al necesar io p a r a

adqui r i r por es te medio, y de h a b e r los d e m a n d a n t e s o sus a n t e c e s o r e s d e j a d o

t r a s c u r r i r sin e j e rc i t a r s u s de rechos , en el evento d e q u e a lguno tuv ie ran , p o r

uu espacio t ambién m á s q u e b a s t a n t e pa ra que se ex t i ngu i e r an . P o r Tanto , a

US. supl ico q u e t en i endo p r e s e n t e lo e x p u e s t o y por deduc ida la p resc r ipc ión ,

se s i rva resolver abso lv iendo al Fisco d é l a d e m a n d a . H a y u n a firma i legible.

P rov idenc ia .—San t i ago once de s e p t i e m b r e de mi l novec ien tos seis .

Téngase p r e s e n t e . — P a s e n los a n t e c e d e n t e s en v is ta al s e ñ o r P r o m o t o r Fiscal-

de t u r n o en lo c r imina l .—R. A h u m a d a . — M . ,T. Lira .

Una observación de carácter procesal. Recordemos que el Fisco no contestó oportunamente la demanda, que fué declarado rebelde.

E n consecuencia, de estas cinco defensas, sólo debía ser materia de la discusión y del fallo, la de prescrip-ción, en corformidad a lo dispuesto en el art. 300 del ü. de P . C., cuyas disposiciones, en numerosa jurispru-dencia ha sido aplicada invariablemente en el sentido que «no pueden ser materia del fallo de la causa, tanto en primera y eu segunda instancia como en el recurso cíe casación en el fondo, las escepciones que no se hubie-ren deducido oportunamente en el escrito de contesta-ción».

Fuera de estas defensas, el Fisco al través del largo debate no ha opuesto ninguna otra de fondo.

E n cambio la prescripción de corto plazo estable-cida en la llamada ley procesal, ha sido su mejor caba-llo de batalla. En primera instancia la alegó por tres veces.

31 —

V.

La Sentencia

E n 7 de Junio de 1926, el señor J aez del Pr imer •Juzgado Civil de Santiago, don Bernardo Muñoz, hoy Ministro de la Corte de Apelaciones de Iquique, dictaba sentencia definitiva.

L a claridad de la exposición, la fuerza del racioci-nio, la nitidez de los fundamentos, sirven de pedestal indestructible a la conclusión final que acoge, en todas sus partes, la demanda de la Comunidad Flor del Toco.

Establecido en el considerando primero la cosa •materia del juicio y las excepciones opuestas por el Fis-co, asienta, en el segundo, el hecho no discutido pero esencial, de que el territorio de Antofagasta, donde -están ubicadas las salitreras en litigio, se hallaban some-tidas a la Soberanía Nacional de Bolivia en el año 1873, fecha en que los antecesores de la Comunidad, obtuvie-ron de las autoridades administrativas de ese país, con arreglo a las leyes vigentes, la concesión de las salitre-ras demandadas.

Tanto por el Tratado de Paz y Amistad celebrado •con Bolivia, como por lo que dispone para estos casos, los principios generales del Derecho de Gente, deben aplicarse en la absolución del presente juicio las leyes bolivianas en todo aquello que se ejecutó o debió ejecu-tarse con anterioridad a la vigencia del Tratado de 1904 y desde esta fecha, en adelante, las leyes de Chile. Ana-liza, ea consecuencia las disposiciones bolivianas vigen-tes, y los documentos acompañados por Ja Comunidad v entro estos, principalmente, el decreto del Ministro de

Hacienda de Bolivia de 13 de Enero de 1879 y el del Prefec to de Cobija ordenando su cumplimiento, pa ra llegar a la conclusión que los títulos en que se apoya la demanda son autént icos y que carecen en consecuencia, do base, las dos pr imeras escepciones de la Defensa Fis-cal: fa l ta de legalización y de autenticidad de los títulos.

E n el considerando noveno analiza la defensa opuesta por el Fisco de la fa l ta de algunos requisitos pa ra cumplir con el .Reglamento de 1872, y, dando por establecido el hecho, llega a la conclusión lógica, de que en todo caso el t í tulo sería condicional, pero no por é>o, dejaba de ser título.

E n el considerando diez se refiere a la teoría del despueble ipso-jure, para afirmar el principio de derecho de, qxie, entendiéndose por tal el abandono de una mina por incurrir su dueño en las situaciones especiales que la misma ley determina, se requiere una declaración de la autoridad, pues de otro modo, un minero podría per-der el dominio sobre Tina mina, por una supuesta situa-ción de hecho, sin que se le permit iera probar lo con-trario, o la fuerza mayor, o el caso fortuito, lo que ven-dría a contravenir , dos principios universales: que a na-die puede condenársele sin ser oído y que al impedido no le corre plazo.

Esclareciendo este mismo punto, demuestra que el Gobierno Boliviano no dió a las disposiciones referentes al despueble la interpretación que le dá el Fisco Chile-no. Así queda de manifiesto con el decreto que llamó a licitación pa ra el arrendamiento de las salitreras, y por el cual exceptuó expresamente a los adjudicatarios que hubieren cumplido con las prescripciones legales y lm-bieren pagado la patente . E n el contrato de arrenda-miento celebrado con don J u a n E. Meiggs, de 20 de Octubre de 1876, se estableció que en t raban todas las sali treras de propiedad del Gobierno y las que más ade-lante cayeran en despueble, siendo de cuenta del arren-

— 33 —

datario Meiggs todos los gastos de las diligencias legales que demandaren los denuncios y las tramitaciones con-ducentes a la declaración de despueble. Tal exigencia habría sido innecesaria según la opinión de la Defensa Fiscal si el despueble se producía de hecho, sin trámite alguno. Si el propio Gobierno de Bolivia impuso al arrendatario esa obligación, cabe suponer que entendía la ley en forma distinta, esto es, que el despueble debía ser declarado por la autoridad para que produjera sus efectos.

Insistiendo sobre este punto, el señor «luez llega a esta otra conclusión: el decreto del Ministro de Hacien-da de Bolivia, de 13 de Enero de 1879, y el del Prefecto de Cobi ja que mandaba cumplirlo para fines de Febrero de 1879, prueban que las salitreras reclamadas no habían caído en despueble hasta ese año.

Posteriormente, la ocupación bélica de osos terri-torios por parte de Chile, hizo que la remensura no pu-diera cumplirse y el Código de Minería de Bolivia, arfc. 87, previendo el caso, dispone que no corre el tiempo del despueble en caso de guerra o conmociones que tur-ben el asiento del mineral a diez leguas en contorno. Todavía, hay constancia que se le pagó al Gobierno de Bolivia 11,926 bolivianos en cancelación de patentes por las estacas salitreras que hoy se demandan.

En cuanto a la prescripción extraordinaria alegada por el Fisco, sostiene el señor Juez que ella no ha po-dido contarse sino desde el 20 de Octubre de 1904, fecha del tratado de Paz y Amistad entre Chile y Bo-livia, fecha en que se incorporaron al territorio nacional esos terrenos, y que el tiempo corrido durante la ocupa-ción desde 1879 a 1904 es un plazo muerto que no da ni quita derecho, ya que en ese mismo Tratado, Chile se obliga a reconecer los derechos privados que hubie-ran sido legalmente adquiridos en esos territorios.

p . - S

— 34 —

La prescripción especial de la ley salitrera merecen al señor Juez dos considerandos, ambos en perfecto acuerdo con el espíritu, con la letra y con la jurispru-dencia de la disposición legal que el Fisco alegara en su favor.

Los demandantes jamás abandonaron la prosecu-ción del juicio por más de tres meses, y la prescripción ha quedado interrumpida por las solicitudes periódica-mente presentadas. Tal plazo, no corre sino en los casos en que hay abandono de la parte, y nó en aquellos en que la prosecución del juicio depende de los funciona-rios encargados de administrar justicia o de intervenir en el juicio, por ejemplo, si el Juez tuviere el expediente por más de tres meses para dictar sentencia.

Tal es la síntesis de las consideraciones de hecho y de derecho que la sentencia contiene.

H e aquí su t ex to ín tegro :

Sant iago s ie te de J u n i o de mil novec ien tos vein t i sé is .—Vistos : Don

E n r i q u e Duval , c o r r e d o r de comercio, domici l iado en la calle de H u é r f a n o s

N ú m . 1492, por la C o m u n i d a d Flor del Toco, se p r e s e n t e a f j s . 27, d e m a n d a n d o

al Fisco r e p r e s e n t a d o por el Direc tor del Tesoro , domici l iado en el Palacio de

la Moneda y expone : Que don Zoilo Flores , abogado boliviano, r e s iden te en

Tacna y de paso en és ta , vendió a don Carlos Sánchez A lva rade jo , po r escri-

t u r a de ve in t i cua t ro de agos to de mil novec ien tos cinco, q u e co r re a f j s . 1 de

estos autos , a n t e el no t a r io de esta c iudad don Car los R. Abales, los de rechos

y acciones q u e le c o r r e s p o n d í a n sobre ochen ta y cua t ro y s e t e n t a y seis cénti-

m o s de es tacas sa l i t r e ra s ub icadas en la región del Toco, denominadas : «Des-

cubr idora I n d i o Muer to» reg i s t r ada en el l ibro I folio 13 vuel ta , p é d i m e n t o

n ú m e r o 27; «Descubr idora Juárez» reg i s t r ada en el l ibro I folio dieciocho, nú-

m e r o t re in ta y siete; «Descubr idora Dolores» r eg i s t r ada en el l ibro I, folio

s e sen t a y cuatro , N.° c iento cua ren ta y cinco; «Descubr idora San José» reg is t rada

en el l ibro I, folio 64 vuel ta , número 147; p e d i m e n t o de la «Descubr idora San

Pedro» de P e d r o López Gama, reg i s t rada a f j s . diez y b a j o el n ú m e r o t re in ta y

siete; y las es tacas p e r t e n e c i e n t e s a don Zoilo F lo res en la Sociedad P e d r o

López G a m a y C o m p a ñ í a y son las s iguientes : las que cons t an del e x p e d i e n t e

que se reg i s t ra a f o j a s t r e i n t a y s ie te vuelta y con el n ú m e r o c ien to t r e in t a y

u n o sobre la «Descubr idora Longomil la»; las que cons t an del p e d i m e n t o que se

reg i s t ra a fo j a s t r e in t a y ocho y con el n ú m e r o c iento t r e in t a y dos sobre la

— 35 —

«Descubr idora Quil lahua»; la que Be reg is t ra a fo j a s s e t en ta y con el n ú m e r o

doscientos t r e in t a y ocho s ó b r e l a «Descubr idora Sofía»; la que se r eg i s t r a a

fojas s e t en ta y t res , con el n ú m e r o dosc ien tos cua ren ta y s ie te , en la «Descu-

bridora Dolores»; las q u e cons tan del ped imen to que se r eg i s t r a a f o j a s nueve

vuelta y con el n ú m e r o t r e in t a i s ie te sob re la «Descubr idora Pe reg r ina» , todos

estos p e d i m e n t o s se e n c u e n t r a n en el l ibro segundo de conces iones inorgán icas

que hac ían las au to r idades bol iv ianas . La que se reg is t ra a fo jas t r ece vuel ta

n ú m e r o cua ren t a y seis del l ib ro I s ó b r e l a «Descubr idora Juá rez ; la q u e se

registra a fo j a s cua r en t a y seis vue l ta n ú m e r o ciento t r e in ta y dos del l ibro IV

sobre la «Descubr idora Desier to» y «Esperanza»; las que cons tan de l pedi-

mento que se regis t ra a fo j a s doce n ú m e r o cua ren t a del l ibro te rcero , sobre la

«Descubridora La Unión»; las q u e cons tan del ped imen to que se r e j i s t r a a f j s .

doce vuel ta n ú m e r o cua ren t a y u n o del l ibro tercero, sob re la «Descubr idora

Torvenir»; y la que cons ta a f o j a s doce vuel ta n ú m e r o cua ren t a y dos del l ibro

tercero en la «Descubr idora Ramada»; la que cons ta del p e d i m e n t o q u e se regis-

tra a fo jas t rece vuelta, n ú m e r o cua ren t a y t res , del l ibro t e rce ro sob re la

• Descubr idora Reconciliación»; las q u e cons tan del ped imen to que se r eg i s t r a

a fo jas t rece vuel ta , n ú m e r o c u a r e n t a y cua t ro del l ibro t e rce ro sobre la «Des-

cubr idora Cárineii»; las qite cons tan del p e d i m e n t o que se r eg i s t r a a fo j a s t rece

vuelta, n ú m e r o cua ren ta y cinco, del l ibro tercero sobre la «Descubr idora

Al f redo» .—Por esc r i tu ra de ve in t inueve d e n o v i e m b r e de mil novec ien tos

cinco co r r i en te a fo jas cinco a n t e el m i s m o notar io , se pe r fecc ionó la p r o m e s a

de venta que de los de r echos h ic ie ra el s eño r Sánchez Alva rade jo al sefior

Enr ique Duval por esc r i tu ra a n t e el mi smo no ta r io de Sant iago con fecha t r e s

de Octubre de mil novec ien tos cinco co r r i en te a fo jas dos .—Agrega, po r úl t imo,

que ia Comunidad d e m a n d a n t e , o sea la Compañ ía «Flor del Toco», o rganizada

con fecha t r e in ta de N o v i e m b r e de mil novec ien tos cinco, (f js . 14) adqu i r ió los

derechos y acciones q u e don E n r i q u e Duval compra ra al sefior Sánchez Alva-

radejo y p o s t e r i o r m e n t e ha adqu i r ido los de r echos de los h i jos de don Zoilo

Flores en los mismos de rechos y es tacas ya e n u m e r a d a s . Sos t i ene el deman-

dante que los t í tulos que a c o m p a ñ a ac red i t an p l enamen te sus de r echos con-

forme a las leyes, pero como la delegación Fiscal de Sal i t reras se h a negado a

mensu ra r los de rechos sa l i t re ros al n o r t e del grado veint i t rés , v iene en en tab la r

demanda a fin de que se declare p roceden te , la m e n s u r a de las p e r t e n e n c i a s

sal i t reras a que ge re f ie ren los t í tu los acompañados .—El Fisco no evacuó el

traslado de la demanda , y f u é dec la rado rebe lde según cons ta de la resolución

que consta que corre a f j s . t re in ta y dos .—El Di rec to r del Tesoro se p r e s e n t ó a

f js . t r e in ta y t r e s p id iendo se absuelva al Fisco de la d e m a n d a p o r las conside-

raciones q u e pasa a exponer : P r i m e r o . Al p r e s e n t a r s e al juic io y en calidad de

ins t rumen to público, copias de a s i en tos de l ibros que se dice l levados por las

autor idades bol ivianas para la conces ión de subs tanc ias inorgánicas , d ichos

libros adolecen de i r regular idades , dice el Di rec tor del Tesoro , y son ind ignos

de fé, pues n iega que h a y a n BÍdo l levados por func ionar ios bol ivianos;—

— 36 —

Segundo .—Las copias a c o m p a ñ a d a s al juicio, y que le s i rven de apoyo a su de-

m a n d a , no han sido dadas con los requis i tos legales, p u e s 110 se h a n dado con

o rden judicial ni se ha not if icado a la par te cont ra r ia con t ra quien se p resen tan ,

careciendo, en consecuenc ia del valor de i n s t r u m e n t o público, en conformidad

a lo d i spues to en el a r t ícu lo .'531 del Código de P r o c e d i m i e n t o Civil ;—Tercero.

Que aún cuando d ichas copias f u e r a n au tén t i cas y au tén t i cos los reg is t ros de

que f u e r o n sacados, los d e m a n d a n t e s ac red i ta r ían sólo el hecho del denuncio

pe ro nó la poses ión d e la sa l i t rera , para lo cual e ra necesar io l l enar los requi-

si tos exigidos po r los r e g l a m e n t o s bol ivianos has t a o b t e n e r la posesión, p rev ia

m e n s u r a , a m o j o n a m i e n t o y fo rmación del p lano, como t a m p o c o ac red i t a r í an

los d e m a n d a n t e s con los d o c u m e n t o s a c o m p a ñ a d o s el t í tu lo de p rop iedad que

p r e t e n d e n hace r va le r .—Cuar to .—Que supon iendo el caso de que esos de rechos

«hubiesen s ido adqui r idos» es tos h a n caducado por h a b e r caido las sa l i t re ras

en despueb le , de spueb l e q u e hace valer y alega fo rma lmen te .—Quin to .—Alega

a favor del Fisco la p resc r ipc ión por habe r pose ido de b u e n a i'é y con jus to

t í tulo, y sin i n t e r r u p c i ó n u n espacio de t i empo m u y s u p e r i o r al que neces i ta r ía

pa ra adqu i r i r d ichas sa l i t re ras por la prescr ipción, c o r r o b o r a n d o es te hecho la

fa l ta de poses ión de los ac tua les d e m a n d a n t e s o de sus an teceso res por un

t i empo m á s que suf ic iente t ambién pa ra que sus d e r e c h o s se extingan.-^-Con

f e c h a once do S e p t i e m b r e de 190<> se dió vista al s eño r P r o m o t o r Fiscal , según

cons ta de la resolución de fo jas t r e in ta y t res , sin se r evacuado es te t r á m i t e

po r el Minis ter io Públ ico .—Se recibió la causa a p r u e b a , r ind iéndose sólo

p r u e b a i n s t r u m e n t a l . — L a s p a r t e s a legaron de b ien p r o b a d o . — E n su contesta-

ción al a legato de b ien p robado , en un otrosí , alegó el Fisco la prescr ipc ión

es tablecida en el a r t í cu lo cuar to de la ley 1815 de s ie te de F e b r e r o de mil no-

vec ien tos seis, po r h a b e r s e a b a n d o n a d o la prosecución del juicio por m á s de

t res m e s e s . — R e s p o n d i e n d o el d e m a n d a n t e a fo j a s n o v e n t a y s ie te solicita se

n iegue lugar a la pet ic ión del Fisco, sos ten iendo que en n ingún caso se h a

abandonado por p a r t e de los d e m a n d a n t e s la prosecución del juicio, decre tán-

dose a fo j a s n o v e n t a y s ie te vuelta, nueva vista al s eño r P r o m o t o r Fiscal .—A

fo ja s 117, el d e m a n d a n t e , a legando defec tos de t r ami tac ión , que impor t a r í a la

nu l idad de todo lo obrado , solicitó volvieran los a n t e c e d e n t e s al es tado de

recibi rse la causa a p r u e b a ; en rebeldía del Fisco, a f o j a s 119, se dió lugar a

lo sol ici tado por el d e m a n d a n t e sólo en cuan to se d e j a b a n sin e fec to el auto

de p rueba de 24 de Oc tub re de 1906, escri to a fo j a s cua r en t a y t res , y se o rdenó

pasa r los a n t e c e d e n t e s al P r o m o t o r Fiscal, de acue rdo con lo p rescr i to en el

a r t ículo 924 del Código de P roced imien to Civ i l .—Respond iendo el Minis te r io

Públ ico , pidió se rec ib ie ra la causa a p rueba y así se dec re tó según resolución

de fo j a s 122, r i nd i éndose la que cons ta de au tos .—El d e m a n d a n t e alegó de bien

p robado .—El Fisco a fo j a s 175, opuso la prescr ipc ión es tab lec ida en el n ú m e r o

4.o de la ley 1815 de s ie te de F e b r e r o de 1906 y solicitó no cor r ie ra t é r m i n o al

Fisco pa ra a legar de b ien p r o b a d o mien t r a s no e s tuv ie ra e j ecu to r i ada la reso-

lución que recayera en es ta excepción .—El Juzgado por resolución de fo jas 184,

rese rvó para defini t iva el p r o n u n c i a m i e n t o de esta excepción, au to que causó

e jecu tor ia .—El d e m a n d a d o alegó de bien p robado a fo jas 211.—Se oyó al Mi-

n is te r io Públ ico sobre el f o n d o de la causa y se citó pa ra sen tenc ia a f o j a s 280.

—A fo ja s 247, el Fisco opone la m i s m a excepción de prescr ipción que an te r io r -

m e n t e había opues to , y los d e m a n d a n t e s , r e spond iendo a fo jas 251, p iden el

rechazo de ella, por cons ta r de autos , que el e x p e d i e n t e se encon t r aba en p o d e r

del s eño r P r o m o t o r Fiscal , pa ra evacuar su d ic támen sobre el f ondo de la causa ,

y po rque , d e s d e el m o m e n t o en que los au tos sal ieron del J u z g a d o con e s t e

ob je to , cesó la obligación que tenían de p r e s e n t a r los escr i tos pa ra i n t e r r u m p i r

la p rescr ipc ión .—El Juzgado a fo j a s 251 vuelta, r e se rvó para def ini t iva su reso-

lución.— Vistos y UuMÍderando:—Que se d e m a n d a la m e n s u r a de ochen ta y cua-

t ro y s e t e n t a y seis c é n t i m o s de es t acas sa l i t r e ras que p e r t e n e c e n a la Comu-

nidad Flor del Toco, según de ta l le y d o c u m e n t o s acompañados ; y el Fisco se

excepc iona negando valor legal a los t í tu los po r e m a n a r de au to r idades bolivia-

nas y p r e s e n t a r s e sin legal izar .—Afirma t ambién que los l ibros de d o n d e se

sacaron esas copias no los cree au tén t icos ; que de todas m a n e r a s la d e m a n d a

no t e n d r í a b a s e po rque los d e m a n d a n t e s y sus an t e se so re s n u n c a han t en ido

ni domin io ni posesión sobre esas s a l i t r e r a s s ino mera s espec ta t ivas ; q u e se

habr ía p roduc ido el despueb le c o n f o r m e a la legislación boliviana; y en el su-

pues to de que hub ie r an t en ido algún t í tu lo los d e m a n d a n t e s lo hab r í an p e r d i d o

al adqui r i r lo el Fisco Chi leno, por prescr ipc ión ex t r ao rd ina r i a .—En el cu r so

de la causa lia a legado todavía la p rescr ipc ión especial de la ley n ú m . 1815 de

s ie te de F e b r e r o de 1906; Que el t e r r i to r io de An to fagas t a , donde e s t á n ubica-

das las sa l i t r e ras ac tua lmen te en litigio, se ha l laba somet ido a la Soberan ía

Nacional de Bolivia en el año 1873, f echa en que los an t eceso re s del d e m a n -

dan te ob tuv ie ron de las a u t o r i d a d e s admin i s t r a t i va s de ese país, con a r reg lo a

las leyes allí v igentes , la concesión d e las sa l i t r e ra s ind icadas en la d e m a n d a ;

Que i nco rpo rado def in i t ivamente a la Repúbl ica de Chile el p red icho t e r r i to r io

de Antofagas ta con ar reglo al t r a t ado de Paz y Amis tad ce lebrado e n t r e Chi le

y Bolivia el 20 de Octubre de 1904, las 'Altas P a r t e s C o n t r a t a n t e s se obl igaron

por el ar t ículo dos de ese Pac to In te rnac iona l a reconocer los de r echos p r iva

dos de los nacionales o e x t r a n j e r o s q u e h u b i e r e n sido l ega lmente adqu i r idos

en los t e r r i to r ios que, a v i r tud del m i s m o t ra tado , quedaban ba jo la sobe ran ía

de u n o u o t ro país; Que t an to por es ta c i rcuns tanc ia como por lo que d i s p o n e n

los pr incip ios genera les del de r echo de g e n t e s pa ra casos como el de que a h o r a

se t ra ta , deben apl icarse en la solución de! p r e s a n t e juicio las L e y e s Bol ivianas

en todo aquel lo que se e jecu tó o debió e j e c u t a r s e ba jo la Soberan ía de Bolivia

con an t e r io r idad a la vigencia del T r a t a d o de Paz y Amis tad de 1904 y las leyes

de Chi le , de spués de esa f echa en ade lan te ; Que las conces iones de subs tanc ias

inorgánicas no meta l í fe ras , se regían en esa f echa 1873 por el R e g l a m e n t o de

31 de Dic iembre de 1872; y en lo que no es tuv ie ra ah í previs to , por el Código

de Miner ía de 1852; Que cons ta de las copias de fo jas 230 a 241 que cor respon-

den a d o c u m e n t o s públicos bol ivianos d e b i d a m e n t e legalizados, y q u e m e r e c e n

— 38 —

p lena fé, que don Zoilo F lo re s y P e d r o López G a m a y Compañía , an teceso res

de la Comunidad d e m a n d a n t e , denunc ia ron y ob tuv ie ron p o r ad jud icac ión las

es tacas sa l i t r e ras de la d e m a n d a en el año 1873, de a c u e r d o con el r eg l amen to

refer ido; y que se o r d e n ó dar les la posesión de esas ' e s t aca s prev ia la m e n s u r a

y amo jonamien to ; Q u e no se h a a c o m p a ñ a d o cons tanc ia c ie r ta de h a b e r s e pro-

cedida a la m e n s u r a y d e m á s t r á m i t e s finales p a r a cons t i t u i r la p rop i edad de

las es tacas sa l i t r e ras de los d e m a n d a n t e s . — P e r o cor re a f o j a s 235 u n a solici tud

dir igida al Gob ie rno de Bolivia en Nov iembre de 1878 por los an t iguos peticio-

nar ios en que p iden , la r e m e n s u r a de sus es tacas sa l i t re ras ; que se las re leve

de la obligación de a m p a r a r l o s po r el t r a b a j o h a s t a que se c o n s t r u y a el Fer ro-

carri l al Toco; y a c e p t a n c o n t i n u a r pagando las p a t e n t e s q u e co r r e spondan a

cada u n a de sus m e n c i o n a d a s es tacas .—A f o j a s 236, se vé la resolución del

Minis t ro de H a c i e n d a de f echa t r ece de E n e r o de 1879 q u e o r d e n a a la Prefec-

tu r a de Cobi ja m a n d a r p rac t i ca r por c u e n t a de López G a m a y Compañ ía y

Zoilo Flores , la r e m e n s u r a de las es tacas sa l i t re ras de é s tos d e n t r o de los lími-

tes fijados en el cer t i f icado e x p e d i d o por el Nota r io de H a c i e n d a el 22 de Ju l io

de 1876; y sobre la pe t ic ión de a m p a r o de las es tacas , dice se reso lve rá después

que se p rac t ique la r e m e n s u r a e i n f o r m e la P r e f e c t u r a c o n f o r m e a la c i rcular

de 21 de F e b r e r o de 1873 acerca del camino al Toco.—A fo ja s 234, aparece

copia de la resolución de la P r e f e c t u r a de Cobi ja que o r d e n a da r cumpl imien to

al Decre to S u p r e m o de 13 de E n e r o de 1879 indicado m á s a r r iba , la r e m e n s u r a

y toma de posesión de las sa l i t r e ras pe r t enec i en t e s a López G a m a y Compañía

y Zoilo F lo re s , s eña l ando p a r a esa dil igencia, los días finales del m e s e n t r a n t e

F e b r e r o de 1879, ya que ese decre to es de fines de E n e r o de 1879, como se

deduce del cer t i f icado de fijación de car te les para esa m i s m a diligencia y que

t i ene fecha 27 de E n e r o de 1879, a fo jas 234 vue l t a .—Que esas ac tuac iones

oficiales de las a u t o r i d a d e s bol ivianas, que o r d e n a b a n l lenar los ú l t imos t rámi-

tes exigidos por el r e g l a m e n t o de 1872 en las es tacas sa l i t r e ra s de López G a m a

y Cía. y Zoilo Flores , y los cert i f icados de fo j a s 231 q u e de ta l lan cada una de

las es tacas que les f u e r o n ad jud icadas en 1873, p r u e b a n que son c ier tas y

au tén t icos los t í tu los en que se apoya la d e m a n d a ; y las excepc iones sobre fal ta

de legalización de los t í tulos y de la au ten t ic idad de los l ibros ma t r i ce s no tie-

n e n así base ser ia; a p a r t e de que de todas m a n e r a s t endr í an valor legal sin

neces idad del t r á m i t e de las legalizaciones, impos ib les ya de l lenar , las copias

dadas por un no ta r io públ ico de An to fagas t a que se h izo cargo de los Reg i s t ros

de la P r e f e c t u r a de Cobi ja cuando Chile ocupó esos te r r i to r ios ; Que no se

puede sos t ene r q u e los an t eceso re s de ios d e m a n d a n t e s t en í an m e r a s especta-

t ivas sobre las es tacas sa l i t re ras que r ec l aman , po r al h e c h o de que fa l taban

a lgunos requis i tos p a r a cumpl i r con todos los t r á m i t e s del R e g l a m e n t o de 1872.

Del Código de Mine r í a y del Reg lamen to cons ta lo cont ra r io ; López G a m a y

Cía. y Zoilo F ' o r e s t en ían u n ve rdade ro t í tulo sobre las es tacas sa l i t re ras que

se les hab ían a d j u d i c a d o legalmente ; y el hecho de q u e p u d i e r a n pe rde r lo si

anuicuJr i en d e t e r m i n a d a s omisiones , no qui taba al t í tu lo su calidad de ta); a lo

— 39 —

m á s podr ía decirse q u e t endr í an u n t í tulo condic ional .—Que re spec to al des

pueble se h a d icho que se p roduc í a de hecho ; que la concesión volvía sin trá-

mi te a lguno a pode r del Soberano; y que solo en el caso de que un par t icu lar

p r e t e n d i e r a esa m i s m a concesión hab í a neces idad de r ecu r r i r a la jus t ic ia pa ra

que se dec larara el despueb le ; Que en concepto del J u e z de la Causa , el ar t . 82

del Código de J l i n a s de Bolivia, al def in i r la pa l ab ra despob lada d ic iendo que

c o r r e s p o n d e a t oda m i n a q u e h a y a s ido a b a n d o n a d a , no t i ene o t ro a lcance que

el que aparece de su t ex to y el a r t ícu lo 84, del mismo Código, al decir que las

m inas quedan despob ladas si se p r o d u c e n las s i tuaciones que indica, no hace

o t r a cosa que dar las reg las p a r a q u e p u e d a exigi rse la declaración de despue-

ble si el duetio de una Mina h a incur r ido en a lguna de esas s i tuac iones ; de o t ra

m a n e r a , resu l ta r ía que un m i n e r o podía pe rde r , por e jemplo , el domin io sob re

una mina por una s u p u e s t a s i tuación de hecho s in que se le p e r m i t i e r a p roba r

lo con t r a r io , o la fue rza m a y o r o el caso for tui to , con t rav in iendo as í dos prin-

cipios un iversa les q u e a nad ie p u e d e condená r se l e sin oirlo y q u e al imped ido

no le co r re plazo.—Que el Gob ie rno Boliviano, m i e n t r a s tuvo la Soberan ía

sob re los t e r r enos del Toco, no dió al Reg lamen to ni al Código de Miner ía la

i n t e rp re t ac ión q u e le dá el Fisco Chi leno en lo que se ref iere al despueb le .

P u d o ocurr i r , que m u c h a s m i n a s o sa l i t re ras del Toco cayeran en despueb le , o

sea, incur r i e ran en las omis iones que detal la el Reg l amen to y el Código de

Miner ía pa ra que el despueb le se h ic iera efectivo, por medio de u n a declaración

por lo m e n o s admin i s t r a t iva , p e r o no hab iéndose produc ido s iquiera esas ges-

t iones , n i m u c h o menos la declaración judicial con ci tación de los d u e ñ o s de la

m i n a o sa l i t re ra , no hay jus t ic ia pa ra sos t ene r que los d e m a n d a n t e s h a n per-

dido sus de rechos por causas que no es tán esclarecidas y sin oírseles; Que el

Decre to del Gobierno Boliviano, en que l lamaba a licitación p a r a que el ar ren-

d a m i e n t o de las sa l i t r e ras del l i toral , que no h u b i e r e n "sido ad jud icadas , excep-

tuaba a los ad jud ica ta r ios que h u b i e r e n cumpl ido las p resc r ipc iones legales

con la condición de pagar la respec t iva pa ten te ; y en el con t ra to de a r renda-

mien to ce lebrado con don J u a n í l Meiggs, el '20 de Octubre de 187tJ, Be de jó

especial cons tanc ia que e n t r a b a n todas las sa l i t re ras d e p rop iedad del Gobie rno

y las que más ade lan te caye ran en despueble , s i endo de cuen ta del sefíor

Meiggs todos los gas tos de las di l igencias y las t rami tac iones conducen t e s a la

declaración de despueb le .—Que el a r r e n d a t a r i o Meiggs, que iba a exp lo ta r las

sa l i t r e ras del Gobie rno Boliviano, no h a b r í a neces i tado, según la op in ión de la

D e f e n s a Fiscal, de t r á m i t e a lguno p a r a dec larar el despueb le si é s te se produ-

cía de hecho con relación al Soberano; y si el propio Gobie rno de Bolivia, le

puso u n a obligación al a r r enda t a r io , cabe s t rponer que allá se en t end í a la ley

de o t ra m a n e r a y q u e s iendo el despueb le un hecho, habr í a que r ecu r r i r a las

au to r idades en todo caso para que lo dec la ra ra y p r o d u j e r a sus efectos; Que,

p o r o t ra par te , es un h e c h o de la causa que las sa l i t re ras de los d e m a n d a n t e s

no hab ían sido dec la radas en despueb le ; y así se expl ica la solici tud de don

Zoilo F lo res y P e d r o López G a m a y Cía. e levada al Minis te r io de Hac i enda de

— 40 —

Bolivia en Noviembre de 1878, en que ped ían en t r e o t ra s cosas la r e m e n s u r a de BUS es tacas sal i t reras; y la resolución del Gob ie rno de Bolivia de 13 de E n e r o de 1879 en que o r d e n a b a prac t icar esa r e m e n s u r a a cos ta de los solici-tan tes ; y el Decre to del P r e f e c t o de Cobi ja qne m a n d a b a cumpl i r esa resolu-ción para fines de F e b r e r o de 1879, documen tos todos d e b i d a m e n t e legalizados que cor ren en copia, como s e h a dicho, de fo jas 234 a 236; Que esa r e m e n s u r a o r d e n a d a por el Gob ie rno Boliviano no pudo nunca cumpl i r se , a consecuencia de la ocupación bélica de esos t e r r i to r ios por Chile; y en esa omis ión no l ian t en ido culpa a lguna los d e m a n d a n t e s ni sus an tecesores ; y el Código de Mine-ría de Bolivia p revée el caso d ic iendo que no cor re el t i empo del despueb le en caso de gue r r a o conmoc iones que t u r b e n el as ien to del mine ra l a diez l eguas en contorno; Que vale la p e n a d e j a r constancia , de que con esa m i s m a sol ici tud Zoilo F lo re s y P e d r o López G a m a y Cía. en t r egaban al Gob ie rno once mil no-vec ien tos veint iséis bol iv ianos , pa ra a t e n d e r al pago de las p a t e n t e s de sus es tacas sal i t reras; y de que los t r á m i t e s de la r en i ensu ra y o t ros que fa l tan , no podían l lenarlos po r sí solo los i n t e re sados desde que neces i t aban reso luc iones admin i s t r a t ivas y concu r renc i a de peri tos, de d o n d e s e d e d u c e q u e la d e m o r a o a t raso en pract icar los , podía se r a j e n a a ellos, y en ese evento , no los per judi -caba.—Que la prescr ipc ión e x t r a o r d i n a r i a a legada por el F i sco , es improce-d e n t e y no podr ía e m p e z a r a con t a r se sino d e s d e el 20 de O c t u b r e de 1904, f echa del T r a t a d o de Paz y Amis t ad en t r e Chile y Bolivia, en q u e se incorpora-ron al te r r i tor io esos t e r r enos ; p o r q u e el Gobie rno de Chi le se obligó a recono-cer los de r echos p r ivados que hub ie r en sido lega lmente adqu i r idos a n t e s en esos t e r r i to r ios y la p r e s e n t e d e m a n d a es de J u n i o de 1906; Q u e p o r la m i s m a razón no han pe rd ido sus d e r e c h o s los d e m a n d a n t e s s o b r e las es tacas sa l i t re ras que d e m a n d a n , y el t i empo corr ido d u r a n t e la ocupación d e s d e 1879 a 1904, es u n plazo m u e r t o que no da ni qu i ta de rechos según se d e d u c e de la c láusula segunda de ese T ra t ado .—Que t ampoco se ha verif icado la p rescr ipc ión espe-cial de la ley de 1815 de 7 de F e b r e r o de 1906, porque los d e m a n d a n t e s , no han abandonado la p rosecuc ión del juicio por más de t r e s meses ; y no dic iendo o t ra cosa esa ley d e excepción , se i n t e r r u m p e la prescr ipc ión con el h e c h o de p r e s e n t a r cua lqu ie ra sol ic i tud, pues eso d e s t r u y e la p re sunc ión de a b a n d o n o de la causa; Que seis tes t igos de fo j a s 126 a 130, con tes tan a f i r m a t i v a m e n t e los p u n t o s de p rueba de fo j a s 122 y 123, q u e d a n d o de esa m a n e r a es tab lec idos ple-n a m e n t e todos los h e c h o s en que se f u n d a la d e m a n d a y q u e se con t i enen en esos in te r roga tor ios .—Que el i n f o r m e pericial de f o j a s 283, p roduc ido para es tab lecer la au ten t ic idad de los l ibros que l levaban las au to r idades de Cobi ja , no t ienen m a y o r impor tanc ia ; po rque la au ten t ic idad de los t í tu los de los de-m a n d a n t e s se ac red i tó por o t ros med ios como queda d icho m á s a r r iba .—Que el plazo de la prescr ipción especial de la ley 1815, no cor re , s egún las reglas gene-nera les , s ino en los casos en que se supone a b a n d o n o de la t rami tac ión de la causa por los d e m a n d a n t e s ; y no t end r í an ellos la culpa , por e jemplo , si termi-n a d a la t rami tac ión p e r m a n e c i e r a n los au tos pa ra sen tenc ia en p o d e r del Juez

— 41 —

por m á s de t res rneses .—Visto a d e m á s lo que d i sponen los ar t ículos , 2, 5, 8,

9, 12 y 39 del Reg l amen to Bol iv iano de 31 de Dic iembre de mil ochocien tos

s e t e n t a y dos; ar t ículos 82, 83, 87, 88, 104 y 328 del Código de Miner ía de

Bolivia de 1852; ar t ículo 4.° de la ley 1815, ar t ículos 700, 1698, 2492, 250«,

2507, 2510 del Código Civil, 167, 331, 374 y 925 del Código de Procedi-

mien to Civil, se dec la ra :—Pr imero . Que se desechan las excepc iones de pres-

cripción y las demás a legadas en el cu r so de la causa por el Fisco; y Segundo.—

Qne ha lugar a la d e m a n d a de f o j a s d iec is ie te .—Anótese y consú l tese ai no ge

ape lare .—B. Muñoz.—Valdés.

43 —

VI.

Segunda Instancia

C A S A C I Ó N E N L A F O R M A

La Defensa Fiscal fiel a la vieja política, que cons-tituye la desesperación de quien tiene la desgracia de litigar contra el Fisco, entabló no sólo apelación sino también recurso de casación en la forma, en contra de la sentencia del señor Juez del Primer Juzgado.

El fallo dado por la segunda Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago da idea exacta de sus funda-mentos y de la ninguna posibilidad de que fuera acogi-da. En efecto, el recurso fué rechazado por la unanimi-dad de los distinguidos magistrados que tomaron parte en el acuerdo.

La sentencia dice así:

Santiago t r e in t a de Ju l io de mil novec ien tos veint iséis . Vistos: E n el

juicio seguido a n t e el P r i m e r Juzgado Civil de es te D e p a r t a m e n t o por la Comu-

nidad Flor del Toco con el Fisco sobre procedencia de m e n s u r a s de sa l i t re ras ,

se dictó por el J u e z de la causa la sen tenc ia defini t iva de 7 de J u n i o ú l t imo,

cor r ien te a fo jas 290; que acogió la d e m a n d a y desechó las excepc iones de pres-

cripción alegada por ia pa r t e d e m a n d a d a . — C o n t r a es te fallo se d e d u j o por el

Fisco c o n j u n t a m e n t e los r ecu r sos de apelación y de casación en la f o r m a , y

fo rmal izándose es te ú l t imo se invocan las s iguientes causales: l . o — L a del

5 ° del ar t . 942 del Código de P roced imien to Civil en relación con el 193

3.° del mismo cuerpo de leyes, que se apoya en t r e s c i rcuns tanc ias , refe-

r e n t e s a la enunciación de las t r e s a legaciones de p resc r ipc ión h e c h a s po r el

Fisco, fs . 96, 175 y 247 r e spec t ivamen te , enunciación que en concep to del recu-

r r e n t e no se ha hecho con la debida clar idad y precis ión para q u e pueda apre-

ciarse d e b i d a m e n t e cada u n a de esas alegaciones, s ino en u n a f o r m a vaga y

que no l lena la ex igencia q u e la ley cont iene a es te respec to .—Se invoca ade-

m á s la misma causal r e f e r ida , pe ro en relación con el N.° 4.° del a r t . 193, la

que se hace consist i r ; a) en q u e las cons iderac iones con ten idas en la s en t enc i a

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cuya invalidación solicita sobre las p resc r ipc iones a legadas son vagas y gene ,

ra les , y 110 se ocupan c o n c r e t a m e n t e sobre dichas prescr ipc iones ; b) en que la

sen tenc ia r ecur r ida no analizó en abso lu to los d o c u m e n t o s a c o m p a ñ a d o s por la

p a r t e d e m a n d a n t e a f j s . 17 a 24, 34 a 39, 44 a 45, que es tablec ían el n ingún

de recho de la Comun idad d e m a n d a n t e ; y c) en que la s en t enc i a 110 analiza

d e b i d a m e n t e la p rueba t e s t imonia l p roduc ida en el juicio, s ino que se l imita a

exp re sa r , que seis tes t igos con te s t an a f i r m a t i v a m e n t e los p u n t o s de p r u e b a de

fs. 122 y 123, q u e d a n d o de esa m a n e r a p robados todos los hechos en que se

f u n d a la d e m a n d a y que se con t i enen eu esos in t e r roga to r ios .—En es ta f o rma

sos t i ene la p a r t e r ecu r r en t e , la sen tenc ia de que rec lama 110 con t i ene los fun-

d a m e n t o s de hecho y de d e r e c h o que le s i rven de f u n d a m e n t o . — S e t r a j e r o n

los au tos en relación para conocer de es te r ecurso .—Teniendo p re sen t e : Que

la causal de casación h e c h a valer en p r i m e r lugar y por t res veces , del K ° 5 °

del a r t . 942 del Código de P r o c e d i m i e n t o Civil, a v i r tud de no c o n t e n e r la sen-

tenc ia r ecur r ida el requis i to del n ú m e r o te rcero del a r t . 193 del m i s m o Código,

r e l a t i vamen te a las excepc iones de prescr ipc ión opues tas po r el F isco en sus

escr i tos de fs. 90, 175 y 247, carece de f u n d a m e n t o , po rque al e x p r e s a r d icha

sen tenc ia que el Fisco alegó en los escr i tos r e fe r idos la excepción de prescr ip-

ción es tablec ida en el ar t . 4.° de la ley 1815 de 7 de F e b r e r o de 190G, po r

h a b e r s e a b a n d o n a d o la prosecuc ión del juicio por m á s de t r e s meses , l lenó el

requis i to ya menc ionado hac i endo la enunciac ión b r eve de las excepc iones

a ludidas , sin que f u e r a n de r igor m a y o r e s detal les pa ra d e t e r m i n a r l a s con la

necesar ia exact i tud; Que por lo q u e r e spec t a a la m i s m a causal del N.° 5.° del

a r t . 942 del Código de P roced imien to Civil, que se hace valer en seguida , por

la omisión del requis i to del N.° 4.° del a r t . 193, en lo tocan te al fal lo de las t r e s

excepc iones de prescr ipción a legada por el Fisco, t ampoco p u e d e deci rse que

la sen tenc ia incur re en la omisión a p u n t a d a , pues sobre el pa r t i cu la r ex i s t en

los c o n s i d e r a n d o s 19 y 22, que cons ignan los f u n d a m e n t o s en v i r tud de los

cuales se rechazan las t r e s ind icadas excepciones; Que, as imismo, puede de-

c i rse que la sen tenc ia no anal iza toda la p r u e b a producida por las pa r t e s , o sea,

omi te las cons ide rac iones de h e c h o y de de r echo que le s i rven de base p o r 110 h a c e r el análisis , al e x a m i n a r la p r u e b a i n s t r u m e n t a l de la C o m u n i d a d deman-

dan te , de los d e t e r m i n a d o s d o c u m e n t o s a que se ref iere el r e c u r r e n t e , p u e s eso

solo signif icaría q u e no se h a b r í a aprec iado el valor de esos documen tos , pe ro

no que se hub ie ra dictado el fallo sin e x p o n e r las razones o f u n d a m e n t o s de

sus conclus iones , de modo que es t a m b i é n inacep tab le el r e cu r so por la causal

a legada en qu in to lugar basada en las mi smas disposic iones legales de la ante-

rior; y Que, la ú l t ima causal a legada , q u e f u n d a el r e c u r r e n t e en el m i s m o nú-

m e r o 5.° del a r t . 942, en relación con el n ú m e r o 4.° del a r t . 193 del Código de

P roced imien to Civil, y que hace consis t i r en la fa l ta de cons iderac iones de

h e c h o y de de recho , en la s en t enc i a r e l a t ivamen te a la p r u e b a tes t imonia l del

d e m a n d a n t e , por e s t imar q u e lo e x p u e s t o en el cons ide rando 4.° no i m p o r t a el

anál is is de d icha p r u e b a en las condic iones exigidas po r la ley, t a m p o c o p u e d e

— 45 —

ser acogida, po rque al decir la s en tenc ia en el cons ide rando r e fe r ido «Que seis

tes t igos, de fs. 126 a 130 con t e s t an a f i rma t ivamen te los p u n t o s de p r u e b a de

fs . 122 y 123 q u e d a n d o de es ta m a n e r a es tablecido p l e n a m e n t e todos los hechos

en que se f u n d a la d e m a n d a , y q u e se con t ienen en esos in te r roga tor ios» , hace

el anál is is de esa p r u e b a p o n d e r a n d o el valor que t i ene en su concep to .—Por

es tos f u n d a m e n t o s y visto, a d e m á s lo d i spues to en el a r t . 961 del Código de

P roced imien to Civil, se dec lara sin lugar el r ecurso de casación i n t e r p u e s t o en

el o t ros í del escr i to de fs. 297 p o r el P r e s i d e n t e del Conse jo de D e f e n s a Fiscal

en r ep resen tac ión del Fisco, c o n t r a la sen tenc ia def ini t iva de fs. 290, sin costas ,

por t r a t a r s e de un r ecu r so deduc ido por el Fisco, que es tá e x e n t o de ella.—

Redac t ada por el s e ñ o r Min is t ro Carva ja l Ar r ie ta .—Devuélvanse .—Fi l idor Ro-

dr íguez R.—D. Carvaja l Ar r i e t a .—Mar iano Fon tec i l l a .—Prove ído p o r la I l tma .

Cor te .—Claudio Drogue t t .

— 47 —

vn.

La expresión de agravios

El escrito en que se funda la apelación no contiene n ingún argumento nuevo de hecho o de derecho en favor de la tesis sostenida por el demandado a través del juicio.

L a frase que refunde, todo lo que en él se expresa, dice, textualmente: «El Fisco mant iene las excepciones opuestas a la demanda en el escrito de fs. 83, pues los documentos presentados, fuera de los de fjs. 131 a 138», (los que l i teralmente hemos trascri to en el acápi te I I de éste folleto) carecen de autent ic idad por las irredargüi-bles razones dadas en el escrito de fjs. 211, etc. etc,»

Es de notar que, en ésta ocasión como en todo el curso de la causa, la Defensa Fiscal calla y pasa por alto, sin a taque ni comentario alguno, el decreto del Ministro de Hacienda de Bolivia, que ordena la remen-sura de las pertenencias y el certificado de p a g o de las patentes, no obstante declarar que reconoce la autent i-cidad de ambos documentos. Fuera de ciertas conside-raciones generales sobre la prescripción de corto plazo, y sobre el despueble, el escrito que comentamos se con-creta a la prescripción de tres meses, sosteniendo que la Comunidad demandante , abandonó la prosecución del juicio una y otra vez, hecho falso como queda demos-trado con sólo una rápida revisión de los autos.

Contestados por nuestra par te los agravios, la causa quedó en estado de ser fallada por la I l tma. Corte de Apelaciones.

— 49 —

VIII.

La vista de la causa

Conviene recordar ciertos hechos que demuestran los desesperados esfuerzos de la Defensa Fiscal por re-tardar la resolución del juicio, en la imposibilidad ma-nifiesta de obtener una resolución favorable,

La relación de la causa quedó pendiente el día en que se inició y, como es costumbre, el señor Presidente comunicó a los abogados que continuaría el día de la semana próxima en que el Relator señor González Cam-pos, tuviera relación en ésa sala. En la semana siguien-te figuró nuevamente en tabla.

El señor abogado de la Defensa Fiscal suspendió la vista de la causa con certificado médico. A la semana siguiente el Fisco introduce un nuevo incidente. Basado en lo dispuesto en el art. 300 del Código de Procedi-miento Civil, alega nuevamente, la prescripción de corto tiempo, la prescripción procesal establecida en la ley salitrera, sosteniendo que se ha producido en segunda instancia, pero sin expresar ningún fundamento de hecho o de derecho en que apoyarla.

El objeto con que se promueve éste incidente salta a la vista, su falta de seriedad se comprueba con su absoluta carencia de fundamentos: se pretende incoar un nuevo expediente dilatorio. Jurídicamente, ese escri-to debió haberse proveído con un sencillo «no ha lugar» ya que, en conformidad al art. 300 del Código de Pro-cedimiento Civil, la excepción de prescripción no puede admitirse, en segunda instancia sino se alega ántes de la

p . ~ 4

— 50

vista de la causa. Pero se trataba del Pisco y a «a tout seigneur, tout honneur». La Corte dió traslado que fué contestado por nuestra parte, reclamando de la inopor-tunidad de la presentación. La defensa fiscal alegó que por el traslado proveído a la presentación en la que el Pisco había formulado la nueva excepción de prescrip-ción, la causa salía del estado de «relación pendiente» para volver a la de tramitación, y, ea consecuencia debía sortearse nuevamente. Rechazada esta absurda petición, la vista de la causa siguió su curso y la Corte expidió su sentencia, después de dos meses de un minu-cioso estudio de los antecedentes.

— r»i —

IX.

La sentencia de la Corte de Apelaciones

La sentencia de la Corte de Apelaciones fué con-firmatoria de la primera instancia.

Comienza rechazando, por unanimidad, la excepción de prescripción, deducida en segunda instancia por haberse opuesto fuera del plazo, y por carecer de exac-t i tud el hecho en que se funda.

En ciianto al fondo del asunto, la sentencia elimi-na, los considerandos 10, 1.1, 12 y 18 de la sentencia de primera, instancia y, en su lugar, se reproducen, cla-ramente sintetizadas, las disposiciones vigentes en Bo-livia, sobre despueble, para establecer como hecho de la causa, el que no aparece de autos y ni siquiera se ha •alegado por el Fisco, que se hubiere pedido la declara-ción de despueble de las estacas salitreras a que se re-fiere este juicio, y, por el contrario la circunstancia de que la Prefectura de Cobija señalara los últimos días del mes de Febrero de 1879 para practicar la remensura y toma de posesión de ésas salitreras, manifiesta que tal •despueble no ha existido.

En cuanto a la prescripción, se establece el hecho de que el Fisco no ha justificado haber ejercido sobre las salitreras de que se trata, acto alguno de dominio que lo autorice para invocar la posesión de ellas como medio d/> ganarlas por prescripción y que el propio Go-bierno de Chile en el Tra tado de Paz de 1904, aprobado por ley de la República, ha reconocido los derechos pri-vados legalmente adquiridos, reconocimiento que hace inadmisible dicha prescripción en cuanto a la época a n k ' o r a, la fecha do dicho Tratado.

X.

El voto en discordia.

El señor Ministro Hermosilla estuvo por revocar !a sentencia de primera instancia y no dar lugar a la •demanda.

Funda, su opinión en que los demandantes no han acreditado haber adquirido título de propiedad ni la posesión de las salitreras materia de este juicio, y en no -constar que las pertenencias de cuya mensura se t ra ta hayan sido trabajadas, por lo cual habrían caído en des-pueble por el ministerio de la ley; que la demanda no estaría comprobada, en cuan t i a lo quo rospecta a las pertenencias pedidas para la Sociedad López Gama & Compañía por no haberse acompañado el título en virtud del cual habrían sido trasferidas a la Comunidad demandante , y, finalmente porque el Gobierno do Boli-via, ¡3or decreto de 13 de Enero de 187(5, hizo caducar las concesiones de la salitrera del litoral que no habían sido adjudicadas, conservando sólo los derechos de los adjudicatarios qxie hubieren cumplido con las condicio-nes del Reglamento de 1872 y demás prescripciones contenidas en el Código de Minas fie Bolivia bajo la condición de pagar dentro do los plazos legales, la pa-tente respectiva.

Unas cuantas observaciones a esta opinión, que, a nuestro juicio, no refleja ni la verdad real, ni la verdad legal.

En la última de sus consideraciones, el señor Minis-tro cita, el Decreto de 13 de Enero de 1876, por el cual

el Gobierno de Bolivia hizo caducar las concesiones de las salitreras que no hubieren sido adjudicadas, le dá a este acto del Gobierno su debida y real importancia, y, no obstante, le niega todo valor, a otro acto análogo,, posterior, y t an solemne como aquel: a ése decreto re-pi'i ducido en el párrafo II, de 13 de Enero de 1879, y por el cual se ordena la remensura de las pertenencias. Ese documento no le merece al señor Ministro ninguna consideración especial. A ese documento lo hemos lla-mado nosotros básico, fundamental , porque siendo un acto emanado del soberano, aceptada por él la petición de remensura, y el pago de la patente, es, temerario, darle otra interpretación que la que le corresponde lógi-camente, esto es, que el Gobierno de Bolivia, reconoció explícitamente qixe las referidas pertenencias, habían sido adjudicadas; que el despueble no se había produci-do, y, sobre todo, que no habían quedado comprendidas, entre las que se habían considerado caducadas en virtud del decreto de 13 de Enero de 1876. Acoje, todavía, el señor Ministro la excepción de que la demanda no esta-ría probada en cuanto a las pertenencias pedidas por López Gama y Cía., porque siendo ésas pertenencias do la Sociedad, no se había acompañado el título en virtud del cual se hablan trasferido a la Comunidad. Esta defensa, inoportunamente opuesta por el Fisco, no tiene fundamento alguno legal; ya que a virtud de las escri-turas a que nos hemos referido en el párrafo II de este folleto, por la muerte de uno de los socios, cada uno quedaba dueño de la tercera parte de las estacas salitre-ras pertenecientes a la Sociedad y, a mayor abunda-miento, por lo dispiiesto en el art. 110 del Código de Minería de Chile: «Los socios pueden disponer, libre y eficazmente, del derecho que tienen en la Compañi a»*.

— 55

XI

LA SENTENCIA

He aquí copia íntegra de la sentencia de la Corte de Apelaciones:

Sant iago, 14 de Dic iembre de mil novec ien tos veint isé is .—Vistos : Pon"

d i e n t e en esta ins tanc ia la relación de la causa, la pa r t e del Fisco p r e s e n t ó la

sol ic i tud de fs . 360 vta . en la q u e se e x p r e s a que de spués de a legada la pres-

cr ipción de t r e s meses del escr i to de fs. 247, se ha vuel to a p roduc i r un aban-

dono del plei to por p a r t e de la C o m u n i d a d d e m a n d a n t e , como cons ta de au tos ,

p o r m á s del t iempo seña lado en el a r t . 4.° de la ley sa l i t re ra , po r lo (pie hab ía

vue l to a p roduc i r se la caducidad de los p r e t e n d i d o s de r echos de la Comun idad ,

caduc idad o prescr ipción q u e alega f o r m a l m e n t e . — R e s p o n d i e n d o a es ta solicitud,

¡i par te d e m a n d a n t e pide el rechazo de es ta excepción por h a b e r s ido opues t a

i n o p o r t u n a m e n t e , s in f u n d a m e n t o a lguno y sos ten iéndose un hecho inexac to .—

Se o r d e n ó t r a e r los au tos en relación sobre es te inc idente , c o n j u n t a m e n t e con

la causa pr inc ipa l .—Teniendo en consideración: Que si bien la ley p e r m i t a

a legar en cualquier e s t ado de la causa , e n t r e o t ra s excepciones , la de prescr ip-

ción, prescr ibe , no obs t an te , q u e no sean admi t idas en s e g u n d a ins tancia , si no

se a legan a n t e s de la vis ta de la causa; Que, po r lo tan to , no ha podido el Fisco,

en es te caso, a legar la excepción de prescr ipc ión que invoca en el escr i to de fs.

360, ya que cuando lo hizo, el 27 de Se t i embre del año en curso , se hab ía em-

pezado la vista de la causa , pues la relación de ella e s t aba pend ien t e , segón e |

cer t i f icado del Rela tor , de fs. 337 vta. desde el 25 del mi smo mes ; Que , por

o t r a pa r t e , al opone r se la r e f e r i d a excepción, no se d e t e r m i n a n e x p r e s a m e n

t e los hechos que le s i rven de f u n d a m e n t o , p u e s no se señala el t i empo du .

r a n t e el cual se hab r í a a b a n d o n a d o la prosecución del juicio, s iendo va-

ga la r e f e r enc i a que en d icho escr i to se hace a ese respecto, y carec iendo,

por lo demás , de exac t i tud el h e c h o mismo, po r apa rece r de au tos que no t-e h a

verif icado esa suspens ión .—y de con fo rmidad también con lo d i spues to en el

a r t . 500 del Código de P r o c e d i m i e n t o Civil, se declara sin lugar la excepción d e

prescr ipc ión a legada por el Fisco en el r e f e r ido escrito, co r r i en t e a fs . 360.—

E l i m i n a n d o los cons ide randos 10°, 11°, 12° y 18° de la s en tenc ia de p r i m e r a

ins tanc ia y t en iendo en su lugar p resen te :—1.°—Que el R e g l a m e n t o de 31 de

Dic iembre de 1872, exped ido por el Gob ie rno de Bolivia a v i r tud de la autori-

üación concedida por la ley de 19 de Oc tubre de 1871 y por el q u e se regían en

ese país la concesión y explo tac ión de las sus tanc ias inorgánicas no me ta l í f e ra s ,

es tab lec ía en su a r t . 12 que e n lo re la t ivo al d e s p u e b l e de e s t a c lase de m i n a s

se o b s e r v a r a n las d i spos ic iones del Código de Miner ía , s e g ú n las cua les el

d e s p u e b l e en n i n g ú n caso se p r o d u c í a ipso-facto, s ino m e d i a n t e dec larac ión

h e c h a por la a u t o r i d a d c o m p e t e n t e ; 2 .o—Que, en efecto , el a r t . 82 d e e se

Código d e t e r m i n a c u á n d o u n a mina debe e n t e n d e r s e despob lada ; el a r t . 83

es tab lece q u e la m ina de spob l ada a d q u i e r e su e s t a d o p r imi t ivo , y que , p o r lo

mi smo , es denunc iab le y p u e d e a d j u d i c a r s e a qu ien la pida, p r e v i a s las solem-

n i d a d e s que se r equ ie ran p o r e s t e Código; 3 .o—Que ta les s o l e m n i d a d e s e«tán

s e ñ a l a d a s en los a r t í cu los 328 y s igu ien te s del m i s m o c u e r p o d e l eyes y consis-

t en , en la p r e s e n t a c i ó n r e s p e c t i v a al P r e f e c t o o G o b e r n a d o r del q u e p r e t e n d e

p r o b a r el despueb le , en la c i tación a los co l indan tes p o r el Juez , a d m i t i d a q u e

f u e r a la denunc ia , la fijación de ca r t e l e s y l l a m a m i e n t o d e los o p o n e n t e s y, por

ú l t imo, en la declarac ión del d e s p u e b l e y c o n s i g u i e n t e m e n t e , en la ad jud i cac ión

a l d e n u n c i a n t e de la m ina despob lada , s i endo a ú n d e a d v e r t i r q u e en e s t e caso,

t r a t á n d o s e de sus t anc ia s n o m e t a l í f e r a s , el a r t . 12 del R e g l a m e n t o c i tado reco-

nocía al d e n u n c i a n t e c o n t r a el cual se d ic taba esa dec la rac ión , d e r e c h o a u n a

e s t aca de las que se ha l l a r an vacan te s sob re el m i s m o t e r r e n o ; 4 .o—Que n o

apa rece de au to s y ni s iqu ie ra se h a a legado por el F i sco que se h u b i e r a ped ido

la dec larac ión de d e s p u e b l e de las e s t acas sa l i t r e ra s a que se re f ie re e s t e juicio;

y, por el con t ra r io , la c i r cuns t anc i a de que la P r e f e c t u r a d e Cob i j a s e ñ a l a r a ,

c o m o se dice en el c o n s i d e r a n d o 7.o de la s en t enc i a ape lada , los ú l t i m o s d ías

<lel m e s de F e b r e r o de 1879 p a r a p rac t i ca r la r e m e n s u r a y t o m a de poses ión d e

e s a s sa l i t re ras , e s tá m a n i f e s t a n d o que tal de spueb l e no h a exis t ido; 5 .0—Que el

Fisco n o h a jus t i f i cado h a b e r e je rc ido , sobre las s a l i t r e r a s d e q u e se t r a t a , ac to

a lguno de domin io que lo au to r i ce p a r a invocar la poses ión d e el las, c o m o me-

dio de gana r l a s p o r p re sc r ipc ión , y n i s iquiera , al a legar es ta excepc ión , invoca

la e jecución d e a lguno d e t a les actos; 6 .0—Que, p o r lo d e m á s , el p r o p i o Go-

b i e r n o de Chile, en el T r a t a d o d e Paz y ami s t ad ce lebrado con Bol iv ia en 1904,

y a p r o b a d o p o r la ley de la Repúbl ica , h a reconoc ido los d e r e c h o s p r i v a d o s

l ega lmen te adqu i r idos en el t e r r i t o r io i nco rpo rado a la Nac ión m e d i a n t e imb T r a t a d o , r econoc imien to que hace inadmis ib le d icha p re sc r ipc ión en c u a n t o a

la época a n t e r i o r a la f e c h a d e d i cho T r a t a d o . Se conf i rma la r e f e r i d a s e n t e n c i a

du 7 d e J u n i o de 1926.

Acordada por u n a n i m i d a d , salvo en cuan to se con f i rma la s e n t e n c i a defi-

n i t iva de p r i m e r a ins tanc ia que da lugar a la d e m a n d a , en cuya p a r t e lo f u é

c o n t r a el voto del s eño r Min i s t r o Hermos i l l a , quien e s tuvo p o r r e v o c a r la ex-

p r e s a d a sen tenc ia en esa p a r t e y n e g a r lugar a la d e m a n d a , a v i r t u d de los

s igu i en t e s f u n d a m e n t o s : Que la ley bol iv iana de 19 de O c t u b r e de 1871 facu l tó

al P r e s i d e n t e de Bolivia p a r a r e g l a m e n t a r el m o d o y f o r m a d e a d j u d i c a r las

s u s t a n c i a s inorgán icas n o m e t a l í f e r a s y, en v i r t u d de e s t a au to r izac ión d ic tó el

R e g l a m e n t o de 31 de D i c i e m b r e de 1872, el cual p r e s c r i b e los r equ i s i t o s q u e

•deben l l ena r se pa ra cons t i t u i r d e r e c h o de p r o p i e d a d s o b r e y a c i m i e n t o s de

•snlitre; Que cua lqu ie ra que s e a el m é r i t o legal que p u d i e r a a t r i b u i r s e a las

•copias en que la d e m a n d a la a p o y a n los d e m a n d a n t e s , no lian ac red i t ado con

•ellas habe r adqui r ido t í tu los de p rop i edad ni la posesión de las sa l i t r e ra s a q u e

se ref ieren por no apa rece r del p roceso que se hayan prac t icado t odos los t rá-

mi t e s y l lenados todos los requ is i tos ex ig idos po r el R e g l a m e n t o ci tado, consis-

t e n t e s en la inscr ipción de la d e n u n c i a en el l ibro de la P re f ec tu ra , i n s p e c c i ó n

del t e r r e n o denunciado, ad jud icac ión , o rden de da r la poses ión , p rev ia m e n s u r a ,

a m o j o n a m i e n t o y fo rmac ión del p'lano, el cual debía a r c h i v a r s e en la e sc r iban ía

de minas; Que el Reg l amen to c i tado p resc r ibe que el ad jud i ca t a r i o está en la

obl igación de p o n e r t r a b a j o d e n t r o del t é r m i n o de seis m e s e s para la explota-

ción y labores ba jo p e n a de d e s p u e b l e y que n i n g u n a e m p r e s a de explo tac ión

de sus tanc ias inorgánicas se cons ide ra rá a m p a r a d a si no t i ene p o r lo m e n o s

cua t ro opera r ios t r a b a j a n d o c o n t i n u a m e n t e por cada cua t ro estacas; pe ro no

cons t a de los a n t e c e d e n t e s de la causa q u e las pe r t enenc i a s cuya m e n s u r a se

rec lama, hayan sido t r a b a j a d a s en f o r m a alguna; d e m a n e r a q u e a u n en la

h ipó tes i s de que se h u b i e r a cons t i tu ido p rop iedad sob re las p e r t e n e n c i a s de

q u e se t r a í a habr ía caducado por despueb le el de r echo de los d e n u n c i a n t e s ya

q u e las pe r t enenc i a s queda ron despob ladas po r min is te r io de la ley, po r fa l ta

d e t r a b a j o , den t ro del plazo indicado, a v i r tud de lo d i spues to en los a r t s . 82, 83,

84, 89, del Código de Minas de Bolivia, apl icables en es te caso, según los a r t s .

12 y 29 del Reg l amen to Boliviano aludido; Que el plazo de seis m e s e s pa ra

iniciar los t r aba jos de explotac ión y labores en u n a pe r t enenc i a sa l i t r e ra deben

c o n t a r s e desde la f echa del respec t ivo decre to de adjudicac ión , en a tenc ión h

•que en esa misma fecha comenzaban a co r r e r los 18 meses conced idos por el

Reg lamen to de 1872, a las ad jud ica t a r ios de es tacas de sa l i t re pa -a ac red i t a r el

ade lan to de las obras , y si los a d j u d i c a t a r i o s que ten ían p e r t e n e n c i a s m e n s u r a -

das e s t aban expues to s a p e r d e r s u s de r echos por fa l ta de t r a b a j o , no pod ían

ha l la rse en me jo r condición que és tos ni m a n t e n e r su d e r e c h o a m e n s u r a r in-

de f in idamen te sin e jerc i tar lo , aquel los cuyo t í tu lo de p rop iedad no alcanzó a

•constituirse por no habérse le dado posesión de las es tacas «previa m e n s u r ; ,

a m o j o n a m i e n t o y fo rmac ión del plano»; Que en la m i s m a h ipó tes i s an te r io r -

m e n t e contemplada , la d e m a n d a no es tar ía p robada en lo q u e r e spec t a a bis

pe r t enenc i a s pedidas po r la Sociedad López G a m a y Cía., po rque s i endo e sas

p e r t e n e n c i a s de la Sociedad h a deb ido acompaña r se , y no se ha a c o m p a ñ a d o ,

el t í tulo en vi r tud del cual h a b r í a n sido t r a n f e r i d a s a la Comun idad deman-

dan te ; Que a todo lo expues to debe ag rega r se que el Gob ie rno de Bolivia por

dec re to de 13 de E n e r o de 1876, hizo caducar las conces iones de las sa l i t r e ra s

del l i toral que no habían sido ad jud icadas , conse rvando ú n i c a m e n t e los dere-

c h o s de los ad jud ica t a r ios que h u b i e r e n cumpl ido con las condic iones del Re-

g lamen to de 1872 y demás p resc r ipc iones con ten idas en el Código de Minas de

Bolivia, ba jo la condición de pairar d e n t r o de los plazos legales la p a t e n t e res-

pec t iva .—Publ iques» en la Gaceta di- los Tr ibuna les y devué lvanse—Max . E .

Abalo».—Horacio I l ev ia .—J. Hermos i i l a .—Prove ído por la l i m a . Cor te .—Fa-

>bres.

XII

El recurso de casación en la forma

Naturalmente la Defensa Fiscal entabló el recurso de nulidad.

Su fundamento y rechazo constan de la sentencia, que, sin mayores comentarios, reproducimos a conti-nuación.

Sant iago diez de J u n i o de mil novec ien tos veint is ie te .—Vistos : Con t ra

la s en t enc i a p r o n u n c i a d a por u n a de la» Salas d é l a Cor te de Apelac iones de

Sant iago, de fecha ca torce de Dic iembre de mil novec ien tos veint iséis , co r r i en te

a fs. t r e sc i en ta s t r e in t a y cuat ro , q u e desechó la incidencia de p resc r ipc ión

a legada por el F isco en la s e g u n d a ins tanc ia de es te juicio, a fo j a s t r esc ien tas ,

ncsen ta , y que conf i rmó la s en tenc ia de p r imera ins tancia p r o n u n c i a d a por u n o

de los J u z g a d o s de Le t r a s de es te d e p a r t a m e n t o , y po r el cual se dió lugar a la

d e m a n d a deduc ida por la C o m u n i d a d F lo r del Toco con t ra el Fisco, sob re men

mira de las pe r t enenc i a s sa l i t r e ra s a que se ref ieren los t í tu los a c o m p a ñ a d o s

p o r la pa r t e d e m a n d a n t e , y desechó las excepc iones a legadas po r el Fisco, se

h a n deduc ido por es te los r ecu r sos de casación en la f o r m a y en el fondo y

fo rma l i zando el p r i m e r o en el escr i to de fo j a s t resc ien tas n o v e n t a y una , ex-

pone : q u e f u n d a dicho recurso en las s igu ien tes causales:

P R I M E R A . — L a novena del a r t ícu lo 1)42 del Código de P r o c e d i m i e n t o

Civil , en v i r tud de h a b e r s e fa l tado al t r á m i t e esencial ind icado en el artículo-

971 del mi smo Código, o sea, po r 110 h a b e r s e l i jado la causa en tab la

pa ra su vista en la f o rma es tab lec ida en el a r t ículo 170, previo so r teo o r d e n a d o

por el a r t ícu lo 5.° de la ley de d iec inueve de E n e r o de mil ochoc ien tos o c h e n t a

y nueve , modif ica tor ia de d ive r sas d i spos iones de la ley de Tr ibuna les .

Y se ha incur r ido en d icha causal porque , h a b i e n d o admi t i do a t r á m i t e

la p rescr ipc ión de t r e s m e s e s o p u e s t a por el Fisco en la s egunda ins tanc ia ,

conf i r i endo t ras lado a la pa r t e con t ra r i a , no p u d o el Tr ibuna l p rocede r a ve r la

causa sin que se volviera a p o n e r en tabla, p rev io el so r teo legal.

Que ¡a in t roducc ión de ese inc iden te por pa r t e del Fisco y nu t ramita-

ción por el Tr ibunal , de acue rdo con ¡tl-art. 300 del Código ci tado, p r o d u j o la

s i tuación con templada en los. incisos p r i m e r o y t e rce ro de e s t e ar t ículo, y la

causa salió del e s t ado - re lac ión pend ien te» , pues la p rescr ipc ión se alegó

c u a n d o la relación es t aba solo e m p e z a d a p a r a volver al de causa en trami-

tación.

— < > ( ) —

Kl Tr ibunal 110 podía volver a conocer de eila sin q u e p r e v i a m e n t e s e

pus ie ra en tab la c o n f o r m e a la ley; de spués de l lamar n u e v a m e n t e los au tos en

relación.

SEGUNDA.—La p r i m e r a del ar t ículo 942 citado, o sea po r h a b e r proce-

d ido el Tr ibuna l de Alzada ¡1 conocer de es te a sun to y a fal lar lo con mani f ies ta

incompe tenc ia en vi r tud de lo dicho en la causal an te r io r .

Agrega, que cHTribnnal incur r ió en esta causal po rque por h a b e r t rami-

tado la prescr ipción a legada por el Fisco en la s e g u n d a ins tanc ia , pe rd ió su

compe tenc i a para conocer del a sun to , la cual no podía r e c u p e r a r s ino previa

fijación de la causa en tabla en f o r m a legal.

TICRCEKA.—La quin ta del menc ionado ar t . 942 del Código de P roced i -

mien to Civil, por h a b e r s e omi t ido el requis i to 4 del a r t . 193 del m i s m o

Código.

Se incurr ió en es ta causal porque , a pesa r de que el Fisco p r e s e n t ó di-

versos i n s t r u m e n t o s públ icos d i r ig idos a apoyar y jus t i f icar las excepc iones de

fondo opues tas por él a la d e m a n d a , como la fa l ta de t í tulo de domin io de la

Comunidad por no h a b e r s e l l enado todos los t i á m i t e s seña lados por la legisla-

ción boliviana para la const i tuc ión de la p rop iedad sa l i t re ra r e spec to de las

pe r t enenc ia s cuya m e n s u r a se rec lama en es te juicio, y la de que, eu la h ipóte-

sis de h a b e r s e cons t i tu ido d icha p rop iedad , ella se habr ía pe rd ido por el des-

pueb le ipso- jure es tab lec ido en las leyes mine ras de Jíolivia a causa del aban-

dono quff de dichas p e r t e n e n c i a s hab ían h e c h o los a n t e c e s o r e s de la Comuni-

dad, el Tr ibuna l 110 anal izó d icha p r u e b a documenta l p r e s e n t a d a por el Fisco y

su fallo no cont iene, en consecuenc ia , las cons iderac iones de hecho y de dere-

cho que a su r e spec to debió con t ene r .

(¿ue si el ar t ículo 337 del e x p r e s a d o Código dice: que los i n s t r u m e n t o s

pod rán p r e s e n t a r s e en cua lqu ie r es tado del pleito; si, c o n f o r m e al a r t ículo 971

K ú m . 3. es t r á m i t e esencial la agregación cié los d o c u m e n t o s p r e s e n t a d o s por

las pa r tes en el t i e m p o hábil y la citación de la pa r t e con t r a la cual se presen-

tase, es inconcuso que los Tr ibuna le s de Alzada deben anal izar el mér i to de los

inst .rumetiros que a n t e ellos se p re sen t an y colocar en consecuenc ia , en los

fal los que dicten las cons ide rac iones de hecho y de de recho que de su anál is is

deduzcan sin que puedan ex imi r se de es te deber , so p r e t e x t o de cons ide ra r

•ment-abivente que tales i n s t r u m e n t o s son imper t inen tes ; pues si lo son en reali

dad, debe el .Tribunal deci r lo en los cons ide randos de su sen tenc ia .

Lo con t ra r io dice el r e c u r r e n t e , fue ra de in f r ing i r todas las reglas proce-

sales conducentes , l levaría a soluciones c o m p l e t a m e n t e a ib i t r a r i a s , e impor ta -

ría, en el hecho, la supres ión lisa y llana de los p recep tos légalos que autor izan

la p resen tac ión de los i n s t r u m e n t o s , en cualquier es tado del pleito y (pie esta-

blecen una causal de casación por su no agregación a los au tos < 011 citación de

la pa r t e cont ra r ia en s e g u n d a ins tancia .

Invoca además las d i spos ic iones de ¡os ar t icules 938. 939, 940 y 9<>0 del

'Código de P roced imien to Civil.

So tra jeron lo» auto« cu i elación. Cons ide rando con respec to a las d"M p r imera s causales : 1.°—Que cons ta

del cer t i f icado exped ido por el l í e l a to r don Ale j and ro González Campos , a t's 387 vta. que el día veint ic inco de S e p t i e m b r e de mil novec ien tos veint isé is , q u e d ó p e n d i e n t e la relación en es ta cansa para conocer del r ecu r so de ape la ción deduc ido por el Fisco con t r a la sen tenc ia de f echa s ie te de J u n i o de mil n o v e c i e n t o s veint iséis , escr i ta a fs . c iento noven ta , y apa rece de a u t o s que en e s t e enfado se p r e sen tó la p a r t e ape lante , a fo jas t r e sc ien tas sesen ta , a legando la excepc ión de caducidad o prescr ipc ión de los de rechos de la C o m u n i d a d de-m a n d a n t e y el Tr ibuna l de Alzada, acogiendo dicha p resen tac ión , la t r a m i t ó como inc iden te , conf i r iendo t r a s l ado de ella a la pa r t e ape lada , y p o r resolución de fo j a s t r e sc i en ta s s e s e n t a y u n o o r d e n ó t r a e r t ambién los au tos en re lación «obre d icha incidencia y (pie debía con t inua r la v is ta de la causa ya em-pezada;

2 / — Q u e de los a n t e c e d e n t e s se infiere, que el T r ibuna l de Alzada e n t r ó a conoce r del recurso deduc ido con t r a la sen tenc ia de p r i m e r a ins tanc ia po r habe r l e co r r e spond ido su conoc imien to en v i r tud de la d i s t r ibuc ión hecha con a r reg lo al p recep to del ar t ículo 170 del Código de P r o c e d i m i e n t o Civil, y si b ien , como ya se ha e x p r e s a d o en el cons ide rando an te r io r , p e n d i e n t e la v is ta de la causa , dió curso al i nc iden te de prescr ipc ión a legada por el Fisco, es la c i r cuns t anc i a no exigía que aquel la f u e r a n u e v a m e n t e f i j ada en la tabla ni e ra necesa r io que se d e c r e t a r a u n a n u e v a vista de la causa, po rque el inc iden te s e fo rmuló a n t e la Sala s e n t e n c i a d o r a que t e n í a que resolver lo c o n j u n t a m e n t e con la s e n t e n c i a defini t iva que debía p ronunc i a r en la cansa de la cual ya había e m p e z a d o a conocer; y, aún en el supues to , de que tales t r a m i t e s h u b i e r a n sido n e c e s a r i o s pa ra f i jar así la c o m p e t e n c i a del Tr ibuna l que debía conocer del lit igio l levado en apelación, la p a r t e ape lada y que p romov ió el i nc iden te de prescr ipc ión y que no se c o n f o r m ó con la resolución de fo j a s 3t i l , solo pidió su reposición, a la cual no se dió lugar; pero no dedu jo . los d e m á s r ecu r sos legales que, en es te caso, e r an p r o c e d e n t e s en a tención a la na tu ra l eza de la resolución rec lamada que mi r aba a la compe tenc ia del Tr ibunal de s e g u n d a ins tanc ia pa ra con t inua r conociendo del r ecu r so pend ien t e , cons in t i endo por es ta c i rcuns tan-cia en que la Sala que había in ic iado la revisión del fallo de p r i m e r a ins tancia p ronunc i a r a la sen tenc ia r ecur r ida ;

3.°—Que para que pueda se r admi t ido el r ecurso de casación en la f o rma es ind i spensab le que el que lo en tab la h a y a rec lamado de la fa l ta e j e r c i e n d o o p o r t u n a m e n t e y en todos s u s g rados los r ecu r sos legales;

Cons ide rando en cnan to a la t e rce ra causal; 1.'—-Que es ta causal se f u n d a en el hecho de no c o n t e n e r la s en tenc ia

r e c u r r i d a las cons iderac iones de hecho o de de recho que con relación a los d o c u m e n t o s p r e s e n t a d o s por el Fisco en apoyo d e s ú s p r e t enc iones deb ió hace r e x p r e s a m e n t e , ya sea acep tándo los o rechazándolos ;

2 . — Q u e con fo rme al p r ecep to del ar t ículo 193 del Código de Procedi-

— 02 - -

m i e n t o Civil, toda sen tenc ia def in i t iva debe con t ene r , e n t r e o t ros r equ i s i to s

las consideraciones de h e c h o o de d e r e c h o que s i rven de f u n d a m e n t o al fal lo,

de lo que se d e s p r e n d e q u e el Tr ibuna l s en tenc iador debe e x a m i n a r todos los

a n t e c e d e n t e s de la causa, fijar aquel los hechos que f u e r e n p e r t i n e n t e « y q u e

van a se rv i r de base a la reso luc ión que va a p ronunc i a r y e s tud ia r , i g u a l m e n t e

los d o c u m e n t o s que p r e s e n t a r e n las p a r t e s pa ra sacar de las q u e cons idero

litiles los datos q u e f u e r e n necesa r io s pa ra r e s o l v e r l a cues t ión deba t ida ;

3.°—Que la ley au tor iza a las p a r t e s pa ra p r e s e n t a r d o c u m e n t o s en cual

qu ie r es tado del p le i to y el T r ibuna l al m a n d a r agregar a los au tos los q u e

a c o m p a s a s e u n o de los l i t igantes , debe d a r conoc imiento de el los a la p a r t e

con tend ien te ; pe ro es ta c i rcuns tanc ia no obliga al Juez o Tr ibuna l a cons ide ra r

cada uno de ellos en la s e n t e n c i a def ini t iva para acep ta r los o rechazar los , s ino

que, como ya se ha e x p u e s t o solo d e b e t o m a r en cuen ta los que conduzcan a s u

juicio, a esclarecer la cues t ión q u e se deba t e y que h a n de s e r v i r de fnnda -

• m e n t ó del fallo;

4.°—Que la sen tenc ia r e c u r r i d a con t i ene las cons ide rac iones de h e c h o y

de de r echo que el Tr ibuna l h a e s t imado conducen te s pa ra r e so lve r el li t igio y

po r lo tan to , no adolece del vicio que el r e c u r r e n t e seña la como causal d e

casación.

Po r es tos f u n d a m e n t o s , d i spos ic iones legales c i tadas y a r t í cu lo 947 del

Código de P roced imien to Civil, se declara sin lugar el r ecurso de casación en la

f o r m a deduc ida con t ra la m e n c i o n a d a sen tenc ia de f echa catorce de Dic iembre

de mil novec ien tos veint iséis , c o i r i e n t e a fo j a s t r e sc ien tos t r e in t a y cua t ro .

Se p rev iene q u e el s e ñ o r Min i s t ro P a r a d a B e n a v e n t e no acep t a la pri-

m e r a p a r t e del cons ide rando segundo .

Pub l íquese .

Redacción del s eño r Min i s t ro de la Bar ra .

J . As torquiza .—J. G e r m á n Alzérreca.—Ag. P a r a d a Benaven te .—Bene -

dic to de la Bar ra .

P ronunc iada por los s e ñ o r e s Min i s t ros don J o s é As torquiza .—don J u s t o

G e r m á n Alzérreca .—don Agus t í n P a r a d a Benaven t e y don B e n e d i c t o d e

la Barra, todos t i tu la res de es ta Cor te Suprema.—Claudio Droguet t .—Se-

• cre ta i io.

XIII

El recurso de fondo

Solo pende de la resolución de la Exma. Corte Su-prema el recurso de fondo. Haremos un estudio sencillo íle las razones que obstan a su aceptación, y, para ma-yor claridad, empezaremos por reproducirlo íntegra-mente. Dice así:

COPIA

Escr i to de fs. 203 .—Formal iza el r ecu r so de casación en el f o n d o .

I . C.

El P r e s i d e n t e del Conse jo de D e f e n s a Fiscal , po r el Fisco en au tos con laTJomunidad Flor del Toco, sobre m e n s u r a de Sali t reras, a U. S. I., digo.

Que vengo a fo rmal i za r el r ecu r so de casación en el f o n d o anunc i ado en es ta causa y lo hago por la» d ive r sas causales que indico a cont inuación:

I

Al acep ta r US. I . los t í tu los que invocó la Comunidad , fo jas 17 a 24, f o j a s 34 a 39, 44 a 45, 13fi a 138 y fs. 230 a 240, ha in f r ing ido el art. HU del G. de P. C. y e s t a in f racc ión ha inf luido sus t anc i a lmen te en lo d ispos i t ivo del fallo, tal como lo p rev iene el a r t . 941; pues , sin la aceptac ión de esos do-c u m e n t o s , la d e m a n d a hab r í a q u e d a d o i m p r o b a d a y US. I . hab r í a deb ido recha-zar la in l imine, de acue rdo con lo que d i spone el a r t . 1698 del Código Civil, t a m b i é n i n f r i ng ido por US. I .

E n efecto, los p r i m e r o s d o c u m e n t o s son Copias de inscr ipc iones d e pre-t e n d i d a s denunc ia s bol ivianas, de cuya au ten t ic idad y exac t i tud nad ie p u e d e r e sponder ; pues h a n sido t o m a d o s de l ibros q u e l legaron al Minis te r io de Ha-c ienda y de ahí a la Secre ta r ía del Conse jo de Defensa Fiscal , sin que és te ni n i n g u n a o t ra pe r sona o corporac ión p u e d a n deci r que son los m i s m í s i m o s l ibros l levados por las au to r idades bol iv ianas co r r e spond ien t e s o que, s iéndolo, n o han su f r ido in te rpe lac iones u o t r a s m a n i o b r a s que los h a g a ind ignos d e í é e j e c u t a d a s a n t e s de l l f ga r ahí.

— f>4 —

Además , en la h ipó t e s i s de q u e tales l ibros sean los m i s m o s l levados pol-

las au to r idades bolivianas; nos e n c o n t r a r í a m o s en p resenc ia de i n s t r u m e n t o »

públ icos o torgados f u e r a de Chi le y, c o n f o r m e al a r t . 334 del C. de P. C., h a n

deb ido p r e s e n t a r s e d e b i d a m e n t e legalizados en cua lqu ie ra de las f o r m a s q u e

indica ese ar t ículo y, no es tándolo , ca recen de todo valor p roba to r io y, po r lo

t an to , no h a n podido ser a cep t ados ,por US. I. s in i n f r i ng i r las d i spos iones

c i tadas , en la m a n e r a y f o r m a dichas .

E n efecto , ¿En dónde cons ta el ca rác te r público y la v e r d a d de las firmas

de las p e r s o n a s q u e apa recen au to r i zando los or iginales de d o n d e se h a n toma-

do las copias de i's. 17 a 24, de fs. 44 y 45, de fs. 34 a 39. ¿Se h a n ac red i t ado

a m b a s c i rcuns tanc ias en a lguna de las f o r m a s t a x a t i v a m e n t e ind icadas en el

a r t . 334 del C. de P . C.? A b s o l u t a m e n t e ; de modo que nad ie sabe si las firmas

que apa recen en dichos or ig inales son o no de las p e r s o n a s que los au tor izan y

n o es tá acred i tado en n i n g u n a f o r m a el ca rác te r públ ico que se les a t r ibuye .

Lo m i s m o hay que deci r de los documentos de f s . Vil a 1HH y los de fs .

230 a 240, los cuales, en gran pa r t e , son repet ic ión de aquellos; pues , a u n q u e s e

t r a t a de copias de copias y, en todo caso, de documen tos , cer t i f icados o t rasla-

dos o to rgados f u e r a del país, no se h a acred i tado en n i n g u n a f o r m a el ca rác te r

públ ico ni la ve rdad de las firmas de las pe r sonas q u e apa recen au tor izándolos .

Solo cons ta el carác ter públ ico del Notar io bol iviano don Eulogio Molina, que-

a p a r e c e d a n d o copia de aque l las copias o cer t i f icados y de las p r e t e n d i d a s re-

soluciones del Min is t ro de H a c i e n d a de Bolivia y del P r e f e c t o de Cobi ja , pero

nadie ha comprobado el carácter público ni la verdad de las firmas de tales per-

sonas.

Y esta doc t r ina ha sido dec la rada por la Cor te S u p r e m a en los conside-

r a n d o s 9.o, 10, 11 y 12, de la s en t enc i a de casación en el f o n d o p ronunc i ada

por u n a n i m i d a d en el juicio de don Cris tóbal F. Zanell i con el Fisco, sobre rei-

vindicación, que el Fisco ha a c o m p a ñ a d o en un folleto y que rola en los au tos

I I

E n segundo lugar , al dec la ra r US. í . en el c o n s i d e r a n d o 21 del fallo de

p r i m e r a ins tancia , hecho suyo por US. I., que «seis tes t igos , de fs. 126 a 130,

con te s t an a f i rma t ivamen te los p u n t o s de p rueba de fs. 122 y 123, q u e d a n d o de

es ta m a n e r a es tablecidos todos los h e c h o s en que se f u n d a la d e m a n d a y q u e

se con t i enen en esos in te r roga to r ios» , h a in f r ing ido el a r t . 1708 del C. Civil,

q u e p rev iene que «no se admi t i r á p r u e b a de tes t igos respec to de u n a obligación

que h a y a debido cons ignar se por escri to», que es, p rec i samen te , el caso de

autos ; pues , con fo rme al a r t . 3.o del R e g l a m e n t o bol iv iano de 31 de Dic iembre ,

de 1872, las sus tanc ias como el sal i t re , solo pod ían ser d e n u n c i a d a s y adquiri-

das con ar reglo a sus disposic iones», o sea, de acuerdo con los a r t s . 5.0, 8.0, 9.o,

28, 30 y 31, hac iendo la d e n u n c i a por escr i to y l l enando todos los d e m á s trá-

mi tes señalados en esos ar t ículos , po r escri to, s in que f u e r a pos ib le otra p r u e b a

pa ra acredi ta r lo , po rque a el los se opon ían esos p r e c e p t o s y los d e m á s del Re-

— 65 --

glavnento, que indicaban especif ica y t a x a t i v a m e n t e los d iversos t r á m i t e s que

los d e n u n c i a n t e s de sa l i t re deb ían l lenar pava cons t i tu i r p rop iedad m i n e r a ,

todos los cuales debían cumpl i r s e po r escr i to como único m e d i o de dar los por

cumpl idos .—De acuerdo con los ar t ículos 22 y 23 del T ra t ado sobre e fec to re-

t roact ivo y ar t . 2.°, inciso final, del T ra t ado de Paz y Amis t ad , de 20 de Octu-

b r e de 1904, t ambién inf r ingido , US. I . deb ía apl icar a la decis ión de es te p u n t o

de la litis, las d isposic iones del m e n c i o n a d o Reg l amen to de 1872 y, n o hacién-

dolo, lia in f r ing ido todas esas d isposic iones , q u e p roh ib ían acep ta r la p r u e b a

de tes t igos pa ra es tab lecer los h e c h o s en q u e se f u n d a la demanda , como lo

d i jo e r r a d a m e n t e el cons ide rando 21 del fallo de 1.a ins tancia .

Y es ta declaración i n f r i n g e todavía el a r t . 167 del O. de P. Civil; pues ,

es con t ra r ia a lo que cons ta de la m i n u t a de fs. 122 y 123 y a las dec la rac iones

de los tes t igos r end ida s a su t enor , de fs. 126 a 130, ya que u n a y o t r a s t ra ta-

ban ún i camen te de es tab lecer q u e los d u e ñ o s de sa l i t re ras bol iv ianas no pu-

d ie ron m e n s u r a r l a s desde el 79 al 84, po r la guer ra , y d e s p u é s por las c i r cuns .

tancias que indican, hechos d i s t in tos de aquel los en que se f u n d a la d e m a n d a .

Y las in f racc iones invocadas en es te capí tulo del r ecu r so , han inf lu ido

también sus tanc ia lmen te en lo d ispos i t ivo del fallo, porque , ca rec iendo de efi-

cacia la p rueba documenta l de la Comunidad , la d e m a n d a de és ta quedaba

t o t a lmen te improbada y US. I . e s t aba obl igado a rechazar la , t en i endo presen-

te, repito, lo que d i spone el a r t . 1698 del C. Civil chileno, in f r ing ido en la ma-

ne ra dicha en el capí tulo an te r io r del recurso .

I I I

P e r o en la h ipótes i s de que los d o c u m e n t o s p r e sen t ados por la Comuni-

dad tuvieran valor probator io y de que fue ra admis ible la p rueba t e s t imon ia l

pa ra es tab lecer los hechos en que se f u n d a la d e m a n d a , US. I. h a b r í a vuel to a

in f l ing i r el a r t . 2 ° , inciso final, del T r a t a d o de Paz y Amis tad Chileno-bolivia-

no de 20 de Octubre de 1904, según el cual «serían reconocidos por las Altas

ParteH Con t r a t an t e s los de r echos pr ivados de los nacionales o e x t r a n j e r o s que

hub ie ren sido legalmente adqui r idos en los te r r i to r ios que, en v i r tud de es te

Tra tado, quedan ba jo la sobe ran í a de u n o u o t ro país», y habr ía , a d e m á s , in-

f r ingido el ar t . 2.°, inciso 5.° del Código de Minoría de Chile, que «reservó al

E s t a d o la explotación de los depós i tos de n i t r a to s que se e n c u e n t r e n en

t e r r enos del Es tados o de las Municipal idades , sobro los que por leyes anter io-

res no se hub ie re const i tu ido prop iedad mine ra de par t iculares ; pues son he-

chos do la causa, es tablecidos en los cons ide randos G.o, 7.0, 8.0, 9.o y 15 del

fallo de l . i instancia , acep tados por US. I., que «los an teceso res de la Comuni-

dad», en el me jo r de los casos, solo hab r í an ob ten ido decre to de ad jud icac ión

y o rden de poner los en posesión de las es tacas , p rev ia la m e n s u r a y el amojo-

namien to» , cons ide rando 6,o; «que no se ha acompañado cons tanc ia c ie r ta de

p . - 6

— 66 --

h a b e r s e p roced ido a la m e n s u r a y d e m á s t r á m i t e s finales pa ra cons t i tu i r la

p rop iedad de las es tacas sa l i t r e ra s de los d e m a n d a n t e s » , c o n s i d e r a n d o 7.0, q u e

con las ac tuac iones a que se ref ie re el cons ide rando 8.0, se c o m p r u e b a : «que

las au to r idades bol iv ianas o r d e n a r o n l lenar los ú l t imos t r á m i t e s ex ig idos po r

el Reg l amen to de 1872», t r á m i t e s q u e no se l lenaron, como se dice en el consi-

d e r a n d o 8.0; que, con esas m i s m a s ac tuac iones , cons ide rando 15, se c o m p r u e b a

que Zoilo F lo res y P e d r o López G a m a y Cía. «pidieron al Minis te r io de H a .

c ienda de Bolivia, en 1878, e n t r e o t ra s cosas, la remenBura de sus es tacas sali-

t r e ras , la cual f u é o r d e n a d a por el Gob ie rno de aquel país y p o r el P r e f e c t o de

Cobi ja , pe ro «que es ta r e m e n s u r a , cons ide rando 16, nunca pudo cumpl i r se a

consecuencia de la ocupación bélica de esos t e r r i to r ios por Chi le» , h e c h o s sus-

t anc ia lmen te reconocidos po r la p rop ia Comunidad en la m i n u t a de fs. 122 y

123, e spec ia lmente en el p u n t o l . o .

E n consecuencia , no se t r a t a , en es te caso, de d e r e c h o s l ega lmen te ad-

qui r idos y n u e s t r o país no t iene n i n g u n a obligación de reconocer los ; po r lo

cual , al dec la ra r US. I. lo cont ra r io , ha in f r ing ido el a r t . 2.0, inciso final, del

T r a t a d o de Paz y Amis tad , y el a r t . 2.o, inciso 5 .0, del Código de Miner ía vijen-

te en Chile, in f racc iones que han influido sus t anc i a lmen te en lo disposi t ivo del

fallo; pues si US. I. h u b i e r a apl icado c o r r e c t a m e n t e es tas disposiciones , tenien-

do p r e s e n t e el mér i to de los h e c h o s es tablecidos, habr í a dec la rado sin lugar la

d e m a n d a , de acue rdo con lo p reven ido en el a r t . 1698 del Código Civil chi leno,

n u e v a m e n t e in f r ing ido por US. I.; ya que la Comun idad no h a b r í a logrado

p roba r que era duefio de las pe r t enenc ia s cuya en t r ega r ec l ama y la obligación

corre la t iva del Fisco de en t regárse las .

Y no hab r í an sido l ega lmen te adqui r idas las es tacas po r no h a b e r cum-

plido los an tecesores de la C o m u n i d a d , vale deci r esta , con todos los t r á m i t e s

del Reg lamen to bol iviano de 1872 y, de cons iguien te , se f u n d a m e n t a r í a n las

in f racc iones del a r t . 2.o, inciso final, del Tra tado de Paz y Amis t ad , y del a r t .

2.0, inciso 5.0, del Código de Minas de Chile, porque el a r t . 3.0 de aquel Regla-

mento , d i jo e x p r e s a m e n t e , «que es tas sus tancias , (el sa l i t re inclusive), son sus-

cept ibles de cateo, m e d i a n t e licencia, y pueden ser denunc i adas y adquiridas

con a r reg lo a es tas disposiciones»; de donde resu l ta que si los par t i cu la res no

cumpl ían con es tas d isposic iones , no adqui r ían nada , po rque tal es lo que se

d e s p r e n d e del t enor l i teral de es te ar t ículo.

Lo an te r io r se c o m p r u e b a m á s todavía con el t e n o r l i teral de los a r t s .

5.0, 8.0, 9.o y 31 del p rop io Reg lamen to , que señalan los d i s t in tos t r á m i t e s que,

c o n c u r r e n t e m e n t e , deb ían cumpl i r los pa r t i cu la res pa ra l legar a cons t i tu i r pro-

p iedad mine ra sobre sa l i t res , s i endo de adver t i r que el a r t . 9.o decía que el

r e su l t ado de la inspección del t e r r e n o , «el P re fec to h a r á la adjudicación defini-

tiva al denunciante y mandará que se le dé posesión de la estaca o estacas que le

correspondan, previa mensura, amojonamiento y formación del plano, el cual debe

a rch ivarse en la escr ibanía de minas» , y que el a r t 31, por su pa r t e , d i jo que

«es obligación de todo ad jud ica ta r io de es tacas de sus tanc ias inorgán icas m a n

— 67 --

dar l evan ta r el respect ivo plano de sus pe r t enenc ia s al t i empo de la m e n s u r a y amo jonamien to , p a r a que, con los documentos relativos a la adjudicación, quede archivado en la Esc r iban ía de Minas» y que «este plano se rv i rá pa ra vent i la r los des l indes y cua lquiera cues t ión q u e se susc i ta re sobre l ími tes de sus per-tenencias» .

Luego, los par t i cu la res deb ían cumpl i r con todos los t r á m i t e s exigidos por el Reg lamento , desde la denunc ia h a s t a el a rchivo del p lano en la Escr iba-nía de Minas y solo en tonces q u e d a b a cons t i tu ida la p rop iedad y el m i n e r o en s i tuación de «venti lar los des l indes y cualquier cuest ión que se susc i t a re sobre l ímites de unas per tenenc ias» .

Y es sabido que solo el duefio puede vent i lar cues t iones sobre des l indes o l ímites dp u n a propiedad; pues es tas cues t iones l levan s i empre la convicción de ser duefio el que la f o rmu la o sos t iene , como se vó en todos los Códigos del inundo, o sea, son v e r d a d e r a s cues t iones de dominio .

Po r lo tanto , si ol par t icu lar no cumpl ía todos los t r á m i t e s de Reglamen-to, 110 adqui r ía la p rop iedad de las es tacas denunciadas , a n t e s de l evan ta r el p lano de sus pe r tenenc ias , al t i empo de la m e n s u r a y el a m o j o n a m i e n t o , «no podía vent i lar los des l indes y cua lquiera o t ra cuest ión que se susc i ta re sobre l imi tes (le u n a per tenenc ia» , o sea, no podía e j e rce r los más e l emen ta le s dere-chos del dominio, y es ta es la m e j o r demos t rac ión de que solo la prác t ica regu-lar de todos los t r ámi t e s r eg lamenta r ios daba la propiedad de las es tacas de-nunc iadas .

Y US. I. ha in f r ing ido , n a t u r a l m e n t e , todas estas d isposic iones del refe-r ido reg lamento , a la vez que el a r t . 2.° del S u p r e m o Decre to de Bolivia, de 13 de E n e r o de 1876, el cual decre to , m a n d a n d o en el ar t . 1.°, p o n e r en a r r enda -mien to «las sa l i t reras del l i toral», d i jo e x p r e s a m e n t e que «los ad jud ica t a r io s que hub i e sen cumpl ido con las condic iones del Decreto r eg lamen ta r io de 31 de Dic iembre de 1872 y las d e m á s p resc r ipc iones con ten idas en el Código de Mi-nas, conservarán el de recho de ellas, ba jo la precisa condición de pagar en los plazos legales la respec t iva pa ten te» , o sea, e s te Decre to Snpre ino declaró u n a vez más, conf i rmando del de 1872, que los ad jud ica ta r ios de sa l i t re ras debían cumpl i r con todos los t r ámi t e s de aquel r eg lamento para t e n e r y conse rva r la propiedad de sus pe r tenenc ias , con la precisa condición de pagar la respec t iva pa tente ; de modo que los t r ibuna les chi lenos no pueden dec la ra r lo con t ra r io , como lo ha hecho US. I. s in in f r ing i r el a ludido Decre to S u p r e m o Boliviano dicóado, como el de Diciembre de 1872, en ejercicio de la facul tad que h a b í a dado el Gobierno de Bolivia la ley de 19 de Oc tubre de 1871.

Lo an te r io r se cor robora t en i endo p re sen t e que el a r t . 30 del mencio. nado reg lamento decía que «el i m p u e s t o de pa ten te se abona rá a n u a l m e n t e desde el día de !a toma de posesión de las es tacas o sea de spués de la r.-.ensura, a m o j o n a m i e n t o y formación del plano a rch ivado en la esc r iban ía de Minas; pues ya h e m o s visto que el a r t . 31 establecía que dicho plano debía l evan ta r se >al t i empo de la m e n s u r a y a m o j o n a m i e n t o » .

— 68 --

US. I. ha i n f r ing ido t ambién es te a r t . 30 y todas es tas in f racc iones h a n

inf inido s u s t a n c i a l m e n t e en lo disposi t ive del fallo; pues si los an teceso res de

la Comunidad y es ta misma , por consiguiente , no cumpl i e ron con todos t rámi-

tes del r eg lamen to de 31 de Dic iembre de 1872, o sea no h a b í a n cons t i tu ido

prop iedad m i n e r a con a r reg lo a las leyes de Bolivia, no se t r a t a en tal caso de

de rechos lega lmentes adqu i r idos y US. I. debió declarar sin lugar la demanda»

ya que el a r t . 2 ° del T r a t a d o de Paz y Amis tad sólo se ref ir ió al r econoc imien to

de los de rechos l ega lmen te adqui r idos .

Debo t a m b i é n d e j a r t e s t imonio de que la doc t r ina sos ten ida en es te

capí tulo del r ecu r so ha s ido dec la rada por la Cor te S u p r e m a , en t r e o t ros casos,

en la Sentencias de casación en el fondo p ronunc iadas en el juicio l lamado de.

«La Lealtad», de 13 de Sep t i embre de 1910, en el de don P e d r o Ross y o t ros

con el Fisco, de 12 de S e p t i e m b r e del mi smo año, en el de don Sant iago J . Zanelli

con el Fisco, de 23 de Dic iembre de 1911 y en el de don Carlos V. Aramayo con

Fisco, de 30 de Dic iembre del mi smo año, sentencias todas que figuran en el

fol leto publ icado por el Conse jo de Defensa Fiscal con el t í tu lo de «Juicios

Sal i t reros sobre pe r t enenc i a s de origen boliviano», sen tenc ias p ronunc i adas por

la E x e m a . Cor te de Casación, que el Fisco h a acompañado a los au tos .

IV

Pero en la h ipó tes i s de la Comun idad hub ie ra logrado c o m p r o b a r que se

había const i tu ido l ega lmen te p rop iedad mine ra sob re las p e r t e n e n c i a s a que

se refiere la d e m a n d a , el fallo de US. T. habr í a in f r ing ido n u é v a m e n t e el art . 2.°

inciso final, del T ra t ado de Paz y Amis tad , el a r t . 2.° inciso 5.° del Código de

Minas de Chile y los ar t ículos 10, 19 y 38 del R e g l a m e n t o Boliviano de 31 de

Dic iembre de 1872, 82 y 83 del Código de Miner ía de Bolivia de 1852 el Supre-

mo Decre to Boliviano de 13 de E n e r o de 1876. ya citado; pues , como lo reco-

noce la comunidad en la m i n u t a de fs. 122 y 123, sus a n t e c e s o r e s no pudieron

m e n s u r a r las pe r t enenc i a s que se d e m a n d a n y no t omaron por consiguiente ,

posesión de ellas po rque lo impidió la gue r ra de 1879 y es ta m i s m a guer ra ,

como lo dicen en su a legato de bien probado , a fs. 167, les impid ió t r a b a j a r sus

pe r tenenc ias , lo mi smo que el decre to de 13 de E n e r o de 1876. que puso en

a r r e n d a m i e n t o las sa l i t re ras del li toral, y, por lo tan to , los de rechos de los

an tecesores de la Comunidad y, por ende , los de esta misma se habr ían pe rd ido

o caducado por despueble .

E n efecto, el a r t 10 del Reg lamen to decía que «el ad jud ica ta r io está en

la obligación deponer trabajo pa ra la explotación y laboreo, d e n t r o del t é rmino

de sies meses , bajo la pena de despueble».

El ar t . 19 por su par te , decía que «la ad judicac ión de es tacas para la

explotación de sus tanc ias inorgánicas , no i m p o r t a la ad jud icac ión en propiedad

de la superf ic ie del t e r r eno , s ino el u su f ruc to por todo el t i empo que dure ia

explotación, debiendo volver a la propiedad del Estado d e s p u é s de concluida, o

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cuando, según el Código de Miner ía , les h a y a prescrito el de r echo de adjudica-ción por desamparo o despueble; esta reivindicación t e n d r á lugar aún en el caso en que se hub iesen h e c h o las indemnizac iones de que habla el ar t ículo s iguiente , m a n i f e s t a n d o así lo impera t ivo de es ta sanción al aplicarla a ú n a los casos en que el mine ro , con fo rme al a r t . 20, h u b i e s e exprop iado los edificios, cult ivos o p lan tac iones ex i s t en tes en el t e r r e n o ad jud icado» , como lo dice t e s t u a l m e n t e este ar t ículo.

Y los ar t ículos 82 y 83 del Código de Minas de 1852 decían: «Despoblada se l lama una mina, ba r reno , sooavon o cualquier o t ro t r a b a j o q u e haya sido abandonado por c ier to t iempo, o que se h a y a t r aba j ado sin g u a r d a r las disposi-ciones de es te Código». Toda mina , socavon o cualquiera o t ros t r a b a j o s de los e x p r e s a d o s en el a r t ículo an te r io r , despoblada, adquiere su primitivo estado-, y por lo mismo es denunc iab le y puede a d j u d i c a r s e a quien la pida, p rev ia las forma-lidades que se r equ ie ren por es te Código».

Y, finalmente, el Sup remo Decre to Boliviano de 13 de E n e r o de 1876, declaró en el 3.° de sus cons ide randos , «que, pues t a s las sa l i t re ras del l i toral al alcance de los empresa r ios , su ad jud icac ión ha sido l imi tada a m u y pocas esta-cas, las que a su vez han sido abandonadas de hecho y han caído en despueble p o r fal ta de cumpl imiento en las f o r m a s legales» y el ar t ículo 2.° de es te mi smo decre to dijo: «Los a d j u d i c a t a r i o s q u e hub ie sen cumpl ido con las condiciones del decre to reg lamenta r io de 31 de Dic iembre de 1872, (en t re las cuales es taban las de los ar ts . 10 y 11, de p o n e r t r a b a j o en el t é rmino de seis meses , con tado desde la adjudicac ión , y la de m a n t e n e r cua t ro opera r ios t r a b a j a n d o cons tan te -men te por cada cua t ro estacas), y las demás presc r ipc iones con t en idas en el Código de Minas, conse rva ran el de r echo «le ellas, ba jo la prec isa condición de pagar en los plazos legales la respec t iva pa ten te .

Con arreglo, pues, a e s t a s c laras disposiciones, si un ad jud ica ta r io de sal i t reras no ponía t r a b a j o en el t é r m i n o de seis meses , con tados desde la adju-dicación, oerd ía todos sus de r echos por despueble , el cual, como se comprende , debía producir sus e fec tos ipso ju re ; po rque si los par t icu la res debían cumpl i r con todos los t r á m i t e s del r e g l a m e n t o de 1872 para l legar a cons t i tu i r su pro-piedad, debían t ambién cumpl i r con la obligación de pone r t r a b a j o en el t é r . mino legal para conservar la y, al no hacer la , caducaban sus de rechos an tes de tomar fo rma y perd ían su p rop iedad por despueble .

El ad jud ica ta r io q u e no pon ía t r aba jo en el plazo legal o que no lo ponía nunca , no podía e s t a r en m e j o r condición que aquellos que hab ían t r a b a j a d o sus minas y que sólo de spués las a b a n d o n a b a n .

Dent ro del s i s t ema m i n e r o bol iviano de aquel t iempo, en que las minas se amparaban por el t r a b a j o y e spec ia lmen te t r a t ándose de las sa l i t reras , res-pecto de las cuales d i jo el cons ide rando 4.° del decre to de 1876 «que toda pro-ducción es tá v inculada al e s fue rzo y al capital empleado , no a la inacción y al de recho especta t ivo de los e m p í e s a r i o s » , se c o m p r e n d e s in e s fue rzo que bí un minero no t r aba ja su mina , o sea. la a b a n d o n a b a de hecho, perdTa y debía per-

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d e r sus de rechos por despueble . Se c o m p r e n d e también que es ta pé rd ida de derechos , e s te despueb le deb ía p roduc i r se ipso j u r e , sin neces idad de declara-ción a lguna, y que la m ina despob lada debía vo lver , por el m in i s t e r io de la ley, a la p rop iedad del Es tado , el cual q u e d a b a , por cons iguiente , en si tuación de ad jud i ca r l a a cualquier ind iv iduo que la pidiere; pues de o t ro modo resu l ta r í a p r ác t i c amen te i lusoria es ta pé rd ida de de rechos , es te despueble legal, ya que los mine ros , en es ta h ipótes i s , b i en podían no p o n e r t r a b a j o j a m á s en sus m i n a s o a b a n d o n a r i nde f in idamen te aquel las en que lo h u b i e r e n pues to , sin sanción a lguna, como lo sos t iene la Comunidad .

Y tal solución ser ía a b s u r d a e i n ju s t a , f r u s t r a r í a el p ropós i to f u n d a m e n tal pe r segu ido por el E s t a d o al a d j u d i c a r y e n t r e g a r las m inas a los particula-res , cual era el de que és tos las t r a b a j a r a n en la f o r m a y con la regular idad exig idas por el Código y el R e g l a m e n t o .

Por ello f u é que el a r t . 83 del Código di jo que «toda m i m a despoblada ad-qu ie re su pr imi t ivo es tado y, por lo mi smo , es denunciab le y puede a d j u d i c a r s e a qu ien la pida», n i m á s ni m e n o s q u e cualquiera mina vi rgen o sin dnefio, cumpl iendo , na tu ra lmen te , el pe t ic ionar io con las fo rma l idades r eque r ida s para es tos casos por el Código. D e n t r o del s i s t ema boliviano, en la m i n a en que no se pon ía t r a b a j o o que era a b a n d o n a d a , recobraba , por es te solo hecho , su pri-mit ivo es tado y volvía, por el solo min i s t e r io de la lev, a la p lena p rop i edad del Es t ado , el cual la incorporaba n u e v a m e n t e a su dominio p leno sin m á s que la omis ión de! mine ro o el abandono ; p u e s si és te , como lo d i jo el a r t . 19 del Re-g lamen to de 1872, conse rvaba s i e m p r e la p rop iedad de la m ina a d j u d i c a d a y solo concedía el u s u f r u c t o po r todo el t i empo que du ra se la explotac ión, es ev iden te que, t e rminada és ta o a b a n d o n a d a la mina, se ex t inguía el u s u f r u c t o del m i n e r o por consolidación del u s u f r u c t o con la p ropiedad , como ocur re con todo usu f ruc to .

Vuelta , pues, la m ina a b a n d o n a d a a la propiedad del Es t ado , se compren-de t ambién que, en tal caso, el E s t a d o es t aba au tor izado p a r a opone r se mate-r i a lmen te a que el mine ro volviera a ocupar la m i n a a b a n d o n a d a por él, hacien-do uso. en es te caso, el E s t a d o de los mi smos de rechos que cualquier pro-pie tar io .

Del mismo modo He c o m p r e n d e t ambién que, despob lada u n a mina p o r no p o n e r s e t r aba jo en ella o por a b a n d o n o pos ter ior , no pud ie ra s e r a d j u d i c a d a sin que el pet ic ionar io jus t i f icara el hecho del despueble ; pues és te equivalía a los t r ámi t e s y ges t iones que los pa r t i cu la res debían pract icar p a r a ob tene r las m inas no ped idas an t e s por nad ie y no ad jud icadas ; pe ro es to no significa q u e la m ina abandonada no h u b i e r a vuel to a la propiedad del E s t a d o o que és te neces i t a ra hacer algún t r á m i t e con tal fin; pues la ley solo impon ía t r ámi t e al par t i cu la r que pedía para sí la mina a b a n d o n a d a y que había vuel to a la pro-p iedad del Es t ado por el a b a n d o n o hecho por el minero que las hab ía ob ten ido an tes .

— 71 --

Y q u e el d e s p u e b l e po r a b a n d o n o se p r o d u c í a ipso j u r e y q u e la m i n a

a b a n d o n a d a volvía, en consecuenc ia , al d o m i n i o p l eno del E s t a d o s in n e c e s i d a d

de q u e é s t e p r a c t i c a r a ges t ión a lguna , se c o m p r u e b a r e c o r d a n d o q u e la l eg i s la

c.ión e s p a ñ o l a , m a n t e n i d a p o r el a r t í c u l o ad ic iona l , inc i so l . o del Código boli-

v iano d e 1852, al d e j a r v i j e n t e s las O r d e n a n z a s de N u e v a E s p a ñ a , e n t o d o lo

que n o f u e r a n c o n t r a r i a s , a u t o r i z a b a al p r o p i o d u e ñ o d e la m i n a a b a n d o n a d a

para d e n u n c i a r l a y ped i r l a p a r a sí, « h a c i e n d o d e n u e v o r e g i s t r o d e ella y las

d e m á s d i l igenc ias c o n f o r m e a e s t a s O r d e n a n z a s » , tal c o m o t e x t u a l m e n t e lo de-

cían las O r d e n a n z a s del N u e v o C u a d e r n o , d i c t a d a s p o r F e l i p e I I en 1584 y

r e p r o d u c i d a s en la ley 4. a , t í t u lo 18, l ib ro 9.o d e la N o v í s i m a Recop i l ac ión . Y

e s to n o h a b r í a pod ido s u c e d e r si el m i n e r o q u e a b a n d o n a b a su m i n a h u b i e r a

c o n s e r v a d o a lgún d e r e c h o s o b r e ella, n o o b s t a n t e su d e s a m p a r o legal .

Y e s t a d o c t r i n a del d e s p u e b l e i p so j u r e h a s ido b r i l l a n t e m e n t e d e c l a r a d a

por la C o r t e S u p r e m a en n u m e r o s a s ocas iones , p n d i e n d o c i t a r n u e v a m e n t e

aquí , los d i f e r e n t e s "a l 'os q u e s e c o n t i e n e n r-n el fo l l e to s o b r e «Juic ios Sal i t re -

ros» ya c i tado , s i e n d o d e n o t a r , c o m o lo h a c e p r e s e n t e el E x c m o . T r i b u n a l , q u e

tal d o c t r i n a e r a e n s e ñ a d a p o r t odos los c o m e n t a r i s t a s e s p a ñ o l e s y c h i l e n o s q u e

se o c u p a r o n d e la m a t e r i a .

No t e r m i n a r é e s t e cap í tu lo del r e c u r s o sin m a n i f e s t a r q u e no se o p o n e

en a b s o l u t o a e s t a doc t r i na el a r t í c u l o 2.o, inc iso final, del T r a t a d o d e P a z y

A m i s t a d , c o ^ o se han a t r e v i d o a s o s t e n e r l o los p a r t i c u l a r e s i n t e r e s a d o s en

h a c e r r ev iv i r d e r e c h o s q u e n u n c a se p e r f e c c i o n a r o n o q u e c a d u c a r o n , p o r q u e

esa d i spos ic ión se l imi tó a dec i r q u e los c o n t r a t a n t e s r e c o n o c í a n loa d e r e c h o s

de los p a r t i c u l a r e s legalmente adquiridos. P o r lo t a n t o , q u e d a b a n f u e r a los de re -

c h o s q u e no h a b í a n s i do l e g a l m e n t e a d q u i r i d o s , e s dec i r , aque l lo s q u e n o h a

b ían a l canzado a t e n e r p l e n a e x i s t e n c i a j u r í d i c a o que , d e s p u é s d e a d q u i r i r l a

h a b í a n p r e s c r i t o o c a d u c a d o , y a con a r r e g l o a la ley bo l iv i ana o c o n f o r m e a la

ley ch i l ena , s e g ú n los casos .

Y t a m p o c o p u e d e s o s t e n e r s e q u e el d e s p u e b l e no se h a b r í a p r o d u c i d o

en e s t e caso, c o m o lo ha d i cho C o m u n i d a d , po r la g u e r r a d e 1879; p u e s , c o m o

lo d i j o el a r t í cu lo l .o del P a c t o d e T r e g u a d e 1884, «Las R e p ú b l i c a s de Ch i l e y

d e Bolivia. . . d e c l a r a r o n t e r m i n a d o el e s t a d o d e g u e r r a , al cual n o p o d r í a vol-

ve r se s in q u e u n a d e las p a r t e s c o n t r a t a n t e s no t i f i que a la o t r a , con an t i c ipa -

ción de u n año , a lo m e n o s , su v o l u n t a d d e r e n o v a r las hoo t i l i dades» .

P o r lo d e m á s , el a r t í cu lo 87 del Código d e M i n e r í a bo l iv iano d e 1852,

N ú m , 1.°, i n f r i n g i d a p o r U S . I . e n e s t a h ipó t e s i s , d e c l a r a b a q u e «no c o r r í a e l

t i e m p o de l d e s p u e b l e e n caso d e guerra, p e s t e , h a m b r e o c o n m o c i o n e s q u e

túrbenla quietud de l a s i e n t o m i n e r a l , a d i ez l e g u a s e n c o n t o r n o « . Y e s u n h e -

cho d e n o t o r i e d a d u n i v e r s a l q u e , o c u p a d o s p o r Chi le los t e r r i t o r i o s de l Toco , a l

c o m i e n z o d e la g u e r r a de l 79, h u b o e n ol ios p l e n a t r a n q u i l i d a d d e s d e e l p r i m e r

m o m e n t o y q u e t o d a s las a c t i v i d a d e s c o m e r c i a l e s c o b r a r o n n u e v a v i d a d e s d o la

o c u p a c i ó n ch i l ena .

P o r lo t a n t o , e l e s t a d o d e g u e r r a n o p u d o i n v o c a r s e n i a ú n t r a t á n d o s e

— 72 --

del t i e m p o an te r io r al pac to de t r e g u a por la razón dicha; do m o d o q u e e l des-

pueb le ipso j u r e se habr ía p roduc ido a n t e s de ésto y habr ía con t inuado .

Todas las in f racc iones anal izadas en es te capí tu lo de l recurso , han in-

f luido su s t anc i a lmen te e n lo d isposi t ivo del fallo, po rque , e n la h ipótes i s insi-

n u a d a al comienzo, los p r e t e n d i d o s derechos de la C o m u n i d a d habr ían caduca-

do por despuoble lega l y U S . I., en consecuencia , debió rechazar la d e m a n d a y

no haciéndolo, ha i n f r i ng ido las disposiciones c i tadas en e s t e capí tu lo .

V

E n la h ipótes i s t odav í a de q u e los t í t u los de la C o m u n i d a d f u e r a n au t én -

ticos, de q u e hub ie ra c o n s t i t u i d o prop iedad sobre las p e r t e n e n c i a s q u e deman-

da y de q u e sus de rechos no h u b i e r a n caducado por despueb lo legal , e l fallo do

US . I . habr ia i n f r i ng ido el a r t i cu lo 86 del Código de Mine r í a de Chile v igen te ,

y los a r t ícu los 2517, 2492, 2514 y 2515 del Código Civil, a l r echazar las excep-

ciones de prescr ipción adquis i t ivas y ex t iu t ivas opues tas por el Fisco; pues ,

como lo roconoco la p rop ia C o m u n i d a d y lo declara la sen tenc ia , Chile adqui -

rió los t e r r i to r ios en q u e e s t á n s i t uadas las pe r t enenc i a s q u e se r ec l aman por

ocupac ión bélica y ha pose ído desde en tonces , m i e n t r a s q u e los an tecesores de

la C o m u n i d a d y és ta j amás t o m a r o n posesión de el la y t a l s i tuac ión se ha man-

t e n i d o has ta ahora, pe r s igu iéndose , p rec i samente , con es te ple i to , la e n t r e g a do

esas pe r t enenc i a s a la Comun idad .

Y no vale deci r q u e el a r t í cu lo 2." del T ra t ado de Paz de 1904 se opone a es tas excepc iones y q u e el Fisco chi leno no ha t e n i d o poses ión por s imple

° c u p a n t e bélico o p o r q u e no ha p robado actos posesorios; 1." p o r q u e el Tra ta-

do de Paz no di jo la e n o r m i d a d que le a t r i b u y e n los d e m a n d a n t e s y US . I. do s u s p e n d e r , en el territorio a n e x a d o por Chile, las reg las re la t ivas a la prescr ip-

ción; y 2.°, po rque se o lv ida q u e la ocupac ión bél ica es u n m o d o or ig inar io do

adqui r i r el dominio y q u e la posesión q u e el E s t a d o adqu ie re con ella la ad-

qu ie re y la conse rva por ley, s in neces idad do o t ros ac tos ma te r i a l e s que la

s imple ocupac ión mi l i t a r de l t e r r i to r io .

Y es tas in f racc iones han inf lu ido también s u s t a n c i a l m e n t e en lo disposi-

t ivo del fallo, p o r q u e si e l Es t ado , en es ta hipótesis , adqui r ió por prescr ipción

ex t rao rd ina r i a de diez años la p rop iedad de las pe r t enenc i a s y si la Comunidad

o sus an tecesores pe rd i e ron sus p r e t e n d i d o s derechos por la p rescr ipc ión oxt in-

t iva de igua l plazo, c o n f o r m e al a r t í cu lo 2517 del Código Civil, US . I . debió

declarar sin l u g a r la d e m a n d a y, al no hacerlo h a i n f r ing ido todas las disposi-

c iones q u e se c i tan en es te capí tu lo .

V I

F i n a l m e n t e , en la h ipótes i s de q u e la Comun idad tuv io ra t í tu los autén-

t icos de que no h u b i e r a n caducado por despueble sus p r e t e n d i d o s derechos o

de que el Fisco no los h u b i e r a adqu i r ido por prescr ipc ión y de q u e no hubiera

— 73 --

presc r i to los d e r e c h o s d e la C o m u n i d a d , U S . I . h a b r í a i n f r i n g i d o e n t o d o caso

el a r t í c u l o 4.° d e la l e y 1815 d e 7 d e F e b r e r o d e 1906, sobre p r o p i e d a d sa l i t r e ra ;

pues , c o m o a p a r e c e d e a u t o s , la C o m u i d a d a b a n d o n ó la p r o s e c u c i ó n d e l ju ic io

d u r a n t e años , lo q u e o b l i g a b a a U S . I . a d e c l a r a r la p r e s c r i p c i ó n a l e g a d a p o r e l

F i sco e n d i f e r e n t e s ocas iones , c a d a vez q u e vo lv í a a p r o d u c i r s e e l a b a n d o n o

p r o l o n g a d o de l p le i to .

E n e f ec to , de sde e l 7 d e E n e r o d e 1907, f e c h a e n q u e se p r e s e n t ó y pro-

v e y ó el e sc r i to d e fs . 74, h a s t a e l 19 d e J u n i o d e 1917, e n q u o s e p r e s e n t ó el de

fs. 81, o sea , d u r a n t e m á s d e d i e z años , la C o m u n i d a d n o se p r e o c u p ó d e la

p ro secuc ión de l ju ic io , q u e n o a v a n z ó u n áp ice e n s u t r a m i t a c i ó n d u r a n t e e s t e

l a rgo pe r íodo ; p u e s la C o m u n i d a d se l imi tó , e n la g r a n m a y o r í a de los casos, a

p r e s e n t a r e sc r i tos p i d i e n d o se ce r t i f i c a r a la f e c h a de l ú l t i m o o a p r e s e n t a r o t r o s

pocos q u e n o t o n í a n p o r o b j e t o p r o s e g u i r , c o n t i n u a r la m a r c h a de l ju i c io ,

como lo r e q u i e r e el a r t i c u l o 4.° d e la ley , p a r a q u e n o se c o n s i d e r e n pres-

c r i tos los d e r e c h o s d e los d u e ñ o s d e p e r t e n e n c i a s q u e abandonaren la prose

citción d e los ju ic ios p o r m a s d e t r e s m e s e s , c o n t a d o s d e s d e la ú l t i m a pro-

v idenc ia , s e g ú n e l t e n o r l i t e r a l d e e s t a d i spos ic ión .

Y n o bas ta , c o m o se ha s o s t e n i d o y d e c l a r a d o a l g u n a vez , q u e los

p a r t i c u l a r e s m a n i f i e s t e n s u i n t e n c i ó n de no a b a n d o n a r el p l e i t o p r e s e n t a n d o

c u a l q u i e r escr i to , p o r i n ú t i l q u e sea , s ino q u e es m e n e s t e r q u e n o a b a n d o -

n e n la p r o s e c u c i ó n d e los ju ic ios , o sea, q u e les d e n c u r s o p r o g r e s i v o y

rogu la r ; p o r q u e eso s ign i f i ca « p r o s e g u i r los ju ic ios» .

E n e l caso a c t u a l , e s d e t o d a e v i d e n c i a q u e los n u m e r o s o s e s c r i t o s

p r e s e n t a d o s p o r la C o m u n i d a d p i d i e n d o se ce r t i f i ca ra la f e c h a d e l ú l t i m o ,

no h a n p o d i d o t e n e r j a m á s la v i r t u d de i n t e r r u m p i r la p r e s c r i p c i ó n o c a d u

c idad e spec i a l í s ima d e la l e y sa l i t r e ra ; p u e s e l los s e rv i r í an , a lo s u m o , p a r a

e s t ab l ece r e l p u n t o d e p a r t i d a , la f e c h a in ic ia l de l p lazo d e la p r e s c r i p c i ó n ,

es decir , p a r a jus t i f i ca r la , p e r o n o p a r a i n t e r r u m p i r l a . N o h a y d u d a d e q u e

el F i s c o p u d o so l ic i ta r t a l e s c e r t i f i c a d o s y d e q u e c o n t a l e s e s c r i t o s n o se

hab r í a i n t e r r u m p i d o la p r e s c r i p c i ó n , p o r lo t a n t o , t a m p o c o se h a i n t e r r u m -

p ido po r e l so lo h e c h o d e h a b e r l o s p r e s e n t a d o la C o m u n i d a d .

L o m i s m o o c u r r i ó d e s p u é s , d e s d e la p r o v i d e n c i a d e «v is ta a l P r o m o -

t o r F isca l« , de fs. 97 v ta , 18 d e J u n i o d e 1918, h a s t a e l 16 d e A b r i l d e

1923, e n q u e se p r e s e n t ó e l e s c r i t o d e fs . 117.—El e x p e d i e n t e vo lv ió a dor -

mir , y n o se c u m p l i ó el d e c r e t o d e v i s t a F isca l , l i m i t á n d o s e l a C o m u n i d a d ,

como e n e l caso an t e r i o r , a p e d i r q u e se ce r t i f i ca ra la f e c h a de l ú l t i m o es-

c r i to y u n o s pocos p a r a q u e se c u m p l i e r a el d e c r e t o de v i s t a ol P r o m o t o r

Fiscal .

E n e s t e caso, la p r e s c r i p c i ó n s e p r o d u j o i n e v i t a b l e m e n t e , p o r q u e du -

r a n t e m á s d e c inco a ñ o s n o se l l e n ó e l ú n i c o t r á m i t e p e n d i e n t e , la v i s t a

Fisca l , o sea , n o se p r o s i g u i ó e l j u i c i o e n la ú n i c a f o r m a q u e p r o c e d í a ,

m e d i a n t e e l env ío d e los a u t o s al P r o m o t o r F i sca l p a r a s u d i c t á m g n .

L o m i s m o h a y q u e dec i r , p o r ú l t i m o , r e s p e c t o al t e r c e r a b a n d o n o d e l

— 74 --

plei to , desde fs. 222 vta . , e n q u e el 3 de N o v i e m b r e de 1924, se dió por

evacuado el t ras lado de l a l ega to de b u e n a p rueba , has ta e l 13 de Abr i l de

1925, fs . 224 en q u e la C o m u n i d a d p id ió e hizo not i f icar al P r o m o t o r Fisca l

la devo luc ión de los au tos , m u c h o después de t r e s meses de la p rov idenc ia

de fs. 222 v ta .

Y no p u e d e deci rse de con t r a r io que es te caso es aná logo a aque l en

q u e los au tos se hal lan e n p o d e r de l juez para sen tenc ia ; p u e s no hay ta l

analogia , como q u e el a r t i cu lo 40 de l Código de P . Civil e s tab lece el apre-

mio de es tos func iona r io s p a r a la devo luc ión de los procesos y a la pa r t e

cor responde , n a t u r a l m e n t e , ped i r el apremio, y a q u e los t r i buna l e s no pue-

d e n proceder de oficio s ino e n los casos señalados e x p r e s a m e n t e por la ley,

de que no se t r a t a .

E s sabido, como lo ha dec larado el E x c m o . T r ibuna l , e n re i t e rados

fal los de casación, q u e es ta p resc r ipc ión o caduc idad se p r o d u c e por el solo

min i s t e r io de la l ey y q u e las p a r t e s no neces i tan , e n consecuenc ia , alogarla

s ino q u e los t r i b u n a l e s d e b e n reconocer la de oficio y no p u e d e n de jar de

hacerlo, so p e n a de i n f r i n g i r el m e n c i o n a d o ar t ícu lo 4.° de la ley.

F u n d a d o , además , e n lo q u e d i sponen los a r t í cu los 938, 939 y 959 del

Código de P . Civil, de jo fo rma l i zado el p r e s e n t e r ecu r so y,

A US . I . suplico: se s i rva conceder lo y o r d e n a r se e l e v e n los au tos

al E x c m o . Tr ibuna l , a fin de que , conociendo de él, p roceda a inval idar el

fa l lo de US . I . y r eemplaza r lo por o t ro que , r evocando e l de p r imera ins-

tancia , declare s in l u g a r la d e m a n d a y acep te las excepc iones del Fisco.—

Aure l io Va lenzue la Carva l lo .—Teodober to Alvares?.—Presentado hoy dos de

Marzo de 1927 —M. Fabres .

XIV

ANALISIS DE ESTE ESCRITO

Un atento estudio del recurso de fondo, nos llevará a la conclusión de que en él, se reproducen, bajo las modalidades especiales de la casación, las mismas de-fensas opuestas en el escrito de fjs. 33, presentado fuera de plazo, como un simple «téngase presente».

Así, las causales podemos sintetizarlas en la forma siguiente:

Primera.—Los títulos invocados por la Comunidad han sido presentados sin legalizar, y, al dar fé a lo que ellos expresan, se ha violado el art. 334 del C. de P. C. y el 1698 del C. C.

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Segunda.—La sentencia, al dar fé a la prueba de testigos rendida, ha admitido ésta prueba, para una obli-gación que ha debido consignarse por escrito. Hay, en consecuencia , violación del a r t . 1708 del C. C., del Re-glamento boliviano de 31 de Diciembre de 1872, de los artículos 22 y 23 do la ley de efecto retroactivo, del in-ciso final del Tratado de P a z con Bolivia. Esa prueba tes-timonial, se agrega, en conformidad a la minuta y a las declaraciones de los testigos, t ra taban únicamente de establecer que los dueños de salitreras bolivianas, no pudieron mensurarlas desde el 79 al 84 por la guerra y, después, por las circunstancias que indican, y, sin em-bargo, el considerando, fundado en esta prueba, declara establecidos todos los hechos en que se funda esta de-manda, declaración que infringe el art. 167 del C. de P . C. y el 1698 del 0. C.

Tercera.—De los propios considerandos de la senten-cia recurrida, se desprende que los antecesores de los demandantes no cumplieron con todos los requisitos exigidos por el Reglamento de 1872. Al dar lugar a la demanda, no obstante el reconocimiento de este hecho, se han violado, el art. 2.° inciso final, del Tra tado de P a z con Bolivia, el art. 2-° inciso 5.° del Código do Minería de Chile, y el art. 2.° del Decreto del Gobierno de Bo-livia de 13 de Enero de 1876.

Cuarta.—Los demandantes reconocen que los ante-cesores no pudieron tomar posesión de las pertenencias salitreras, ni menos pudieron trabajarlas. Luego se ha-bría producido el despueble, y, al no declararse en la sentencia, se han violado el art. 2.° inciso final del Tra-tado de Paz y Amistad, el ar t . 2.° inciso 5.° del Código de Minas de Chile; los arts. 10, 19 y 38 del Reglamento Boliviano de 31 de Diciembre de 1872; 82 y 83 del Có-digo de Minería de Bolivia de 1852, y el Decreto del Go-bierno de Bolivia de 13 de Enero de 1876.

Quinto.—Si como lo reconoce la Comunidad deman-

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dante, y lo declara la sentencia, Chile, adquirió los te-rritorios en que están situadas las pertenencias deman-dadas, por ocupación bélica y ha poseído desde enton-ces, al no aceptarse la excepción de prescripción adqui-sitiva y extintiva opuesta por el Fisco, se han violado el art. 86 del Código de Minería vigente en Chile y los artículos 2517, 2492, 2514 y 2515 del C. C.

Sexto.—Aparece de autos que la Comunidad aban-donó la prosecución del juicio durante años. No decla-rándolo así la sentencia, ha violado el art. 4 de la ley 1815 de 7 de Febrero de 1906.

Entraremos a estudiar uno por uno los fundamen tos de estas causales de casación y las razones lógales que impiden su aceptación.

XV.

Examinaremos una por una las diversas causales de casación en el orden en que han sido deducidas.

Primera causal.—El art. 334 del C. de P. C. dispone la legalización de los instrumentos públicos otorgados fuera de Chile. Los títulos presentados por la Compañía emanan de las autoridades bolivianas, luego han debido presentarse legalizados por las auteridades de aquel país, raciocina la defensa fiscal. No lo han sido, y, al darles mérito, se ha violado el art. 334 del C. de P . C.

El hecho en que se funda la causal es, en parte, falso.

Hay documentos que se han presentado debidamen-te legalizados, los de fjs. 136 a 138 y los de fjs. 230 a 240, y que en el curso del juicio fueron reconocidos co-mo auténticos por la defensa fiscal. Y es curioso que es-tos documentos legalizados y reconocidos, hacen men-ción detallada, con fecha, número y fjs., do las actas de denuncia y adjudicación de las diversas estucas salitre-ras demandadas.

Pues bien, la defensa fiscal, reconoce estos docu-mentos, pero niega la autent ic idad de las copias de de-n u n c i a y adjudicaciones, no obstante coincidir éstas matemáticamente, con las que figuran en los documen-tos legalizados y reconocidos.

H a y aquí, pues, el absurdo de aceptar la consecuen-cia y negar las premisas en que ésta se funda.

En verdad, las copias de denuncias y adjudicaciones no han sido legalizadas, ni podrían jamás serlo, puesto que los libros originales pasaron a poder del Gobierno de Chile, quién, por disposición suprema los guarda en el Consejo de Defensa Fiscal.

Se pretende, pues, aplicar para este caso extraor-dinario, una disposición dictada para la vida normal.

Se acompaña un documento emanado de las auto-ridades de Francia, justo es que lo presente legalizado en conformidad al ar t . 334 del C. de P . C.

Pero esta disposición es imposible aplicarla para documentos emanados de las aut oridades de un terri torio que ha pasado a poder de Chile. No sería justo exigir que quedando en poder del país anexante los archivos y registros de los actos judiciales y notariales fue ran los funcionarios del ant iguo gobierno territorial quienes au-torizaran o certificaran las copias que se dieran de aque-llos registros notariales.

Fal lar de otro modo sería olvidar los principios do Derecho Internacional que inspirado en los más esen-ciales principios de equidad preceptúan que, en los casos de anexión territorial, los actos notariales y judiciales ejecutados durante la soberanía anterior mant ienen toda su validez de modo que, entre los antiguos y los nuevos funcionarios no existe solución de continuidad alguna.

Segunda Causal. Se señala como infringido el art . 1708 del C. C. por cuanto se admitió prueba de tes-tigos respecto de una obligación que debió consignarse por escrito.

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Debemos l lamar la atención, en primer término, a que la sentencia sólo se refiere a la prueba testimonial en la forma siguiente: «que seis testigos de fjs. 126 a 130 contestan af i rmat ivamente los puntos de pruebas de fjs. 122 a 123, quedando de ésa manera establecido ple-namente todos los hechos en que se funda la demanda y que se contiene en esos interrogatorios».

E n consecuencia, de la letra y del espíri tu de esos considerandos, se desprende que por la prueba testimo-nial, la sentencia dá por comprobado los hechos que se contienen en los puntos de prueba de fjs. 122 a 123 y que son los siguientes:

Primero. Si la Comunidad Flor del Toco es o nó dueña de los derechos y acciones sobre las 84 estacas salitreras que se detal lan en la demanda.

Segundo. Si ésos estacamentos están o nó ubicados en la región del Toco.

Tercero. L a delegación fiscal se h a negado a men-surar dichos destacamentos.

Como se vé, éstos tres puntos en nada se refieren a los títulos de dominio que don Zoilo Flores tenía como descubridor sobre las pertenencias por él descubiertas, o como socio de Pedro López Gama y Cía.

Se refieren a otros hechos distintos que han podido ser mater ia de prueba testimonial y que se hallan en armonía con otras pruebas instrumentales. Mal, pues, se h a podido infringir las disposiciones que la Defensa Fis-cal señala, cuando los hechos se refieren a cuestiones distintas de las que esas disposiciones t ra tan .

Todavía, procesalmente, ésta causal debe recha-zarse de plano pues no fué objeto de petición expresa en segunda instancia, en el escrito de expresión de agravio.

Tercera Causal. Se sostiene que los antecesores de la Comunidad, no cumplieron con todos los trámites del Reglamento de 31 de Diciembre de 1872, o sea, no ha

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bían constituido propiedad minera con arreglo a las leyes de Bolivia. P o r tanto, no se t r a t a de derechos legalmente adquiridos, y debió declararse sin lugar la demanda, ya que el "art. 2 del Tra tado de P a z y Amis-tad sólo se refirió al reconocimiento de los derechos legalmente adquiridos.

Observaremos sobre ésta causal, que el art . 31 del Reglamento boliviano establecía lo siguiente: «El im-puesto de pa tente se abonará anualmente, desde el día de la toma de posesión de las estacas».

Se ha demostrado, con documentos legalizados y reconocidos por la Defensa Fiscal que don Zoilo Flores y López, Gama y Oía. cancelaron al Tesoro boliviano con su aceptación 11,926 bolivianos para a tender al pago de las patentes por las pertenencias que en este juicio se demandan.

Luego, es de toda evidencia que el ant iguo sobera-no de esos territorios, consideró a don Zoilo Flores y a López Gama y Cía. como poseedores de las pertenencias en litigio, o vale decir lo mismo, como que habían adqui-rido legít imamente sus derechos sobre ellas.

Los estacamentos de la Comunidad es taban res-guardados por el pago de la patente; estaban patenta-dos, lo que constituye testimonio irrefragable de que tenían a juicio del ant iguo soberano la calidad de esta-camentos fijos y en explotación; de que a juicio de él se encontraban en condición priveligiada, fuera del decreto de 1876 y del contrato Meiggs sobre licitación de las salitreras del Litoral .

Estudiando con detenimiento las disposiciones del Reglamento de 1872 se vé que todo el mecanismo de la constitución de la propiedad salitrera, desde el denun-cio, la adjudicación, la mensura, el amojoíjamiento y la planificación, quedaba verificado y terminado, con el pago de la patente sobre la propiedad constituida, lo que significaba la toma de posesión. El mismo sentido co-

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raún nos lo dice: las minas en Bolivia, como en Chile, pertencen al dominio inmanente del Estado; si nn par-ticular paga patente y el Fisco acepta expresamente en recibirla, es porque considera que la suma a que la pa-tente corresponde, grava terrenos que han salido de su dominio patr imonial pa ra entrar a per tenecer al domi-nio privado.

Dentro de la verdadera teoría del recurso de casa-ción de fondo y a vir tud de una regla que es de la esen-cia de dicho recurso, el Tribunal de Casación no puede roveer los hechos establecidos en la sentencia recurrida.

Es un hecho de la causa que estas pertenencias estaban patentadas; ese hecho no puede variarse ni mo-dificarse; t iene que ser aceptado en toda su integridad. L a Excma. Corte Suprema para poder acojer la causal en estudio, tendrí;i que declarar que una pertenoncia que ha cancelado su patente , sigue, no obstante, perte-neciendo al dominio del Fisco, y que no es válida ni produce efectos jurídicos, el solemne reconocimiento que éste, sin mediar error ni engaño, efectúa libre y so-beranamente , al aceptar el pago dé la contribución sobre territorios q\ie han pasado de su dominio, al dominio privado.

Cuarta Causal. Ella se refiere al despueble ipso jure, es decir, a la vuel ta a la propiedad del Es tado do las pertenencias mineras que no hayan sido t rabajadas , den-tro del término de seis meses de su adjudicación.

No entra en el propósito de éste t raba jo re fu ta r la teo-ría del despueble ipso jure que sus tentara la Excma. Corte Suprema para desconocer otros juicios salitreros semejantes, pero no iguales a éste.

Bástenos sólo demostrar, como las consideraciones que fundamenta ron ésas sentencias, se estrellarían, en el presente caso, con la realidad do hechos que las hacen, en absoluto, improcedentes.

Efect ivamente, la Excma. Corte Suprema declaró

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que eu la absolución de éstos juicios, debían aplicarse dos legislaciones: la del país anexado, o sea la de Boli-via, para todo aquéllo que se ejecutó o debió ejecutarse con anteiioridad al Tratado de Paz y Amistad de 21 de Marzo de 1905,-y la de Chile en lo relativo al cumpli-miento de las condiciones o cargos impuestos por la ley para la conservación y goce posterior de los derechos ad-quiridos bajo el imperio del antiguo soberado, y en lo con-cerniente también, a la cstinción de los mismos derechos.

En el considerando 25 de la sentencia dictada en el juicio llamado de «La Lealtad», la Excma. Co ' te Su-prema dijo «que el juicio de despueble no rije jamás con el Estado, ya que carecería de objeto que el dueño mismu de la mina la denunciara ante sí para que sus mandatarios o representantes se la otorgaran en premio de la denuncia. En el considerando 27 y contemplando las concesiones mineras bolivianas bajo el triple aspecto de los derechos y obligaciones del crmcedente, o sea del Estado, del concesionario y de los terceros denuncian-tes, sintetiza todo el sistema de la legislación minera de Bolivia, en cuanto se refiere al Estado, en las siguientes conclusiones:

A). Que éste es el único y exclusivo dueño de las minas propiamente dichas y de los depósitos o yaci-mientos de sustancias inorgánicas no metalíferas men-cionadas en el Reglamento de 31 de Diciembre de 1872;

B). Que, como tal dueño el Estado puede ejercer sobre las minas y demás depósitos de sustancias no me-talíferas todos los derechos y ejecutar todos los actos que corresponden al que tiene el dominio de 1a- cosa, conservándola, cediéndola, vendiéndola, arrendándola, o disponiendo de ella, en cualquiera otra forma, según sean las facultades que con arreglo a la ley ponga en ejercicio;

C). Que bajo el imperio de sus facultades concesi-

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vas, el Estado otorga mercedes de pertenencias mineras bajo condiciones resolutorias expresas, o sea aquella que define el art. 774 del Código Civil de Bolivia en los siguientes términos: «Condición resolutiva es la que, en cumpliéndose, produce la revocación de la obligación y vuelven las cosas al estado que tenían antes de conte-nerlas»;

D). Que el juicio de despueble no rige para con el Estado, quien puede recuperar su cosa, una vez termi-nada o caducada la concesión, bien obteniéndola direc-tamente, del minero que se allana a devolverla; bien tomándola por sí mismo cuando aquél la lia abandonado de hecho, o bien entablando las acciones civiles que procedan.

Llamamos la atención expresamente al párrafo marcado con la letra B y en el que so le reconoce al Estado-todos los derechos y ejecutar todos los actos que corresponden al que tiene el dominio de la cosa, conser-vándola, cediéndola, vendiéndola, arrendándola, o dis-poniendo de ella en cualquier otra forma. Y si ello es así, ¿estaría o nó facultado el Gobierno de Bolivia, para dictar, por intermedio del Ministerio de Hacienda, el decreto de 13 de Enero de 1879, que ordenaba la remen-sura de las pertenencias que hoy se demandan?

Y, adviértase que, el Reglamento de 1872 dictado en conformidad a la ley de 1871, encargaba al Ministe-rio de Hacienda, todo cuanto se refería al cumplimiento de ése Reglamento.

Todavía, en el curso del juicio la Defensa Fiscal no ha opuesto la excepción de que el Ministro de Hacienda de Bolivia, al dictar el decreto en estudio, lo hiciere sin las debidas facultades, por lo cual ésta cuestión ha que-dado fuera de toda discusión y no podría, por vez primera, presentarse a la dilucidación de la Exorna. Corte Suprema.

Quedaría por resolver si este despueble ipso jure ha

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podido producirse desde el año. 1879 has ta el año 1905, ese período que según la sabia expresión de la sentencia do primera instancia, es plazo muerto, que no da ni quita derechos, y para ello debemos recordar lo que ya estableció la Excma. Corte Suprema al decir que la ley boliviana debería aplicarse has ta 1905.

El art. 87 del Código de Minas de Bolivia dispone que no corre el t iempo del despueble en caso de guerra, peste, hambre o conmociones que turben la quietud del aliento mineral, a diez lenguas en contorno.

El estado de tregua, entre Chile y Bolivia queda, paos, comprendida en esta disposición.

P o r lo demás, el art . 2 del Tra tado de P a z y Amis-tad, al obligar a Chile al reconocimiento de los derechos privados de los nacionales o extranjeros que hubieren sido legalmente adquiridos en los territorios anexados, no puede interpretarse en otro sentido que el na tu ra l y obvio de que, en el período de tregua, esos derechos quedaron en suspenso.

Todavía confirma esta lógica interpretación la acti-1ud del Gobierno y de los legis'adores chilenos al dictar la ley 1815 de 7 do Febrero de 1906 que dá el plazo de cuatro meses para que las personas que se crean con dere-cho a pertenencias salitreras se presenten ante los juz-gados correspondientes a hacer valer sus derechos.

Dentro de ese plazo se hicieron valer los derechos de don Zoilo Flores y de Pedro López Gama y Cía.

Cumple, pues, reconocerlos en toda su integridad. Quinta Causal. L a excepción de prescripción estin-

tiva y adquisitiva, rechazada por la sentencia recurrida, sirve de fundamento a la Defensa Fiscal para indicar como infringidos los artículos pert inentes del Código Civil.

Es regla universal de legislación que, para que exis-ta prescripción, se requiere por quien alega justo t í tulo sobre la cosa cuya propiedad pretende haber adquirido;

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y la posesión regular que es su atributo complemen-tario.

La Defensa Fiscal alega como título la captura bélica.

Ese era el título con que Roma se apropiaba los territorios conquistados. En aquel entonces no se reco-nocía derecho alguno, y menos el de propiedad a los ene-migos, conforme al principio «adversus liortem seterna auctoritas est». Semejante ocupación está reducida hoy a la posesión temporal del territorio enemigo mientras dure la guerra, y la adquisición de él por el vencedor no se funda en esa ocupación, que no se considera título suficiente, sino en Ja cesión que se solicita y se obtenga en el Tratado de Paz, siquiera esta cesión sea forzosa en la práctica para el vencido.

Esta teoría significa un avance en la cultura huma-na sobre la que Roma sustentara en su política con-quistadora.

Los Tribunales de Chile no podrán desentenderse de ella y tendrán que declarar que no teniendo Chile justo título sobre el territorio de Antofagasta sino desde el Tratado de Paz y Amistad, el plazo do prescripción no puede contarse sino desde que ese Tratado entró en vigencia, o sea, desde 1905. Como la demanda se pre-sentó en 1906, la referida excepción carece de todo fun-damento legal, y al rechazarla, la sentencia se ajusta estrictamente no sólo a la ley chilena, sino a los princi-pios que rigen en todos los países civilizados de la tierra.

Sexta Causal. La sexta y última causal se hace con-sistir en la infracción del artículo 4 de la ley 1815 de 7 de Febrero de 1906 que ordena considerar proscriptos los derechos de los dueños de pertenencias que abando-naren la prosecución de los juicios por más de tres me-ses, contados desde la última providencia.

La Defensa Fiscal no niega que la Comunidad am-parara el juicio con la presentación periódica de escri-

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tos. Sostiene sí, que los escritos presentados, no tenían por objeto proseguir el juicio y que, por tal razón, deben considerarse insuficientes para interrumpir esta pres-cripción procesal, de corto plazo.

Basta para destruir este argumento, un sólo consi-derando de la sentencia dictada por la Excma. Corte Suprema en el juicio denominado Antonio Mancilla con el Fisco sobre mensura de salitreras.

«Que la segunda parte del avt. 4 de la ley de 7 de Febrero de 1906 preceptúa que prescribirán los dere-chos de los dueños de, pertenecías que abandonaren la prosecución del juicio por más de tres meses contados desde la última providencia,» e interpretando el Direc-tor del Tesoro el sentido gramatical de esta proposición, sostiene que no basta la presentación de simples escri-tos, de téngase presente, pues, la ley exige que los inte-resados demuestren con sus peticiones la inequívoca voluntad de dar curso progresivo a los autos; que, entre-tanto, en presencia del texto claro de la disposición antes trascrita, los jueces del fondo han estimado fun-dadamente que el verdadero significado de la palabra prosecución, empleada por el legislador en contra pro-posición a la idea de abandono, es sinónima de segui-miento o bien de continuar, que es la que en realidad sugieren las distintas solicitudes presentadas periódica-mente y en tiempo oportuno por las partes en el cua-derno de oposición a que este recurso so refiere.

Alega también el Fisco que en los casos que el expe-diente pasó en vista al Promotor Fiscal y en el que esle funcionario demoró por más de tres meses la evacuación de su dictámen, se habría producido la caducidad del juicio.

Otra sentencia de la Excma. Corte Suprema evita mayores comentarios sobro este particular. Es de fecha 18 de Agosto de 1926 y se dictó en la querella Roucker con Roel. Había opuesto el querellado la prescripción o

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caducidad de treinta días establecida por el art . del C. P . P . y acogida esta excepción por el Juez y por la Corte de Apelaciones dijo la Excma. Corte Suprema que aún suponiendo que hubiera transcurrido el plazo de treinta días hábiles, desde el 2 de Septiembre al 9 de Octubre de 1925, el atraso provendría de que el Promo-tor Fiscal, no expidió su dictámen oportunamente y, por consiguiente, no puede ¿mputai'se al querellante el hecho del retardo, ya que no tenía medios de compeler a dicho funcionario para el cumplimiento de su deber, por lo cual, revocó la resolución que había dado lugar al abandono de la acción.

XV

La Comunidad Flor del Toco y la

nueva política salitrera

Las breves razones con que, una a una, hemos re-futado las causales alegadas por el Fisco para obtener la nulidad de la sentencia que acojo la demanda, expli-can el convencimiento profundo que alienta el Directo-rio de la Compañía y cada uno do sus accionistas de que sus derechos serán reconocidos en definitiva.

No obstante en conocimiento de las ideas que infor-man la política salitrera del actual Gobierno, se ha creído en la posibilidad de un acuerdo entre el Fisco y la Compañía que, inspirado en esas ideas, venga a po-ner término extra-judicial a este largo litigio.

Con este objeto se elevó al Supremo Gobierno la. siguiente solicitud:

Señor Superintendente de Salitre y Yodo: Carlos Souper, Director Gerente de la Compañía

Salitrera «Flor del Toco», a US. respetuosamente ex-pongo;

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La Compañía que represento sigue un juicio con el Fisco sobre reconocimiento de sus derechos a un deter-minado número de estacas. Fallado a favor de la Com-pañía en todas las instancias, ese juicio está pendiente solo de la incidencia final, o sea la casación de fondo. El recurso no tiene a su favor ningún fundamento legal y sin duda ha sido instaurado por los defensores Fisca-les, para agotar todos los medios de defensa, a lo que están naturalmente obligados.

Pendiente esta situación, el señor Ministro de Ha-cienda, buscando patrióticamente solucionar el proble-ma salitrero al que está vinculado el bienestar econó-mico del país y hasta su tranquilidad social, ha enviado al Congreso un proyecto de ley que se discute en estos momentos.

Se consignan en él disposiciones que, con alto es* píritu de previsión y con percepción clara del problema, tienden a estimular la producción del salitre haciéndola posible y fácil, entre otros medios por la entrega de te-rrenos salitrales a particulares que las exploten en de-terminadas condiciones que se convengan.

Sin perjuicio de la tramitación judicial pendiente y mientras se aprueba por el Congreso la ley en referen-cia, la Compañía que represento se apresura en mani-festar a US. su deseo de cooperar leal mente a la políti-ca salitrera del Gobierno y de estudiar la conveniencia de acogerse a las disposiciones de la ley antedicha. Cree-mos que dontro de estas disposiciones tan sabias y pa-trióticamente consultadas por el Gobierno, puede y debe encontrarse el medio de que coincidan nuestros intereses con los del Estado. Esto permitida., una vez alcanzado, poner término al procedimiento judicial cuya lentitud irremediable se aviene poco con la conveniencia general de entrar, lo antes posible, a la explotación de riquezas hoy improductibles, y que extraídas mediante una labor

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activa, traerán bienestar a los particulares e incremento considerable a los recursos del Estado.

Por tanto, Ruego al señor Superintendente, quiera tener pre-

sentes las ideas expuestas, y anotarlas en primer térmi-no, para los fines de la prelación y demás a que haya lugar.

XVI.

TEMOR INFUNDADO

El gran público que no conoce con exactitud las cuestiones que se designan globalmente con el nombro do «títulos del Toco», se ha formado el concepto errado que si los Tribunales o el Fisco reconocieran la validez de los títulos de la Compañía »Flor del Toco», tendrían, fórzozamente que reconocer la existencia de todas las concesiones que en esta región hicieron las autoridades bolivianas.

Profundo error. Dentro de sus atribuciones soberanas el Gobierno

de Chile dictó la ley N.° 1815 de 7 de Febrero de 1906, por la que estableció plazos perentorios y fatales dentro de los cuales, los que se creían dueños de pertenencias salitreras, debían hacer valer sus derechos.

Dió así oportunidad para que los particulares que en conformidad a las leyes bolivianas hubieran adquiri-do en el territorio de Antofagasta derechos legítimos, los hicieran valer ante el país anexante comprometido por la cláusula 2.a del Tratado de Paz y Amistad, a res-petarlos en toda su integridad.

Los que no ocurrieron a este llamado o los que no prosiguieron en la demanda de sus derechos dentro de los plazos que la misma ley señalara, los han perdido irremisiblemente y no pueden beneficiarse con el éxito

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de quienes, cumpliendo excrupulosamente la ley, h a n cosechado el f ruto de sus legítimos esfuerzos.

Menos pueden reclamar quienes han visto defrau-dadas sus esperanzas con fallos desfavorables, que han producido cosa juzgada.

P o r lo demás, ninguno de los títulos presentados con anterir iodad t ienen como los de la Compañía «Flor del Toco», el antecedente ríe tener sus per tenencias pa-ten tadas y un decreto de re mensura emanado del poder ejecutivo de Bolivia y dictado días antes de la declara-ción de guerra de 1879.

E n cambio, el reconocimento de los derechos de la Compañía «Flor del Toco» daría al Gobierno de Chile la ocasión de cumplir integralmente el Tra tado de P a z con Bolivia.

No es razonablemente concebible que la cláusula por la cual se comprometió a reconocer los derechos de los particulares, no tuviere aplicación práct ica y lo es, y mucho, que .«i en la mayoría de los casos se desestima-ren los derechos que no oran perfectos a juicio de los Tri-bunales chilenos, hubiere por lo menos uno que obtuviese la consagración a que el Gobierno de Chile 30 obligara bajo la fé sagrada do un Pacto Internacional .