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Floreal Gorini - IADE · elTercerMundo:enEstadosUni-dos,lapotenciacapitalistalíderde esteproyectoglobalizador,el16% desupoblacióncarecedecober-tura médica, y ese porcentaje se

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  • INSTITUTOARGENTINOPARA ELDESARROLLOECONÓMICOPresidente:Salvador María Lozada

    Vicepresidente:Alfredo Eric Calcagno

    Secretario:Eliseo Giai

    Prosecretario:Salomón Fainstein

    Tesorero:José María Cardo

    Protesorero:Carlos Zaietz

    Vocales Titulares:Juan Carlos AmigoSergio CarpenterPedro EtchichuryDante FalcoAlfredo T. GarcíaHéctor A. GarcíaFelipe GiaiFlora LosadaEduardo MariWalter PengueAlberto RosenthalAlberto UrthiagueLucía VeraCarlos M. VilasGuillermo Vitelli

    Revisores de Cuentas titulares:Ana HawrylkowiczNorma Penas

    Dirección y administración:Hipólito Yrigoyen 1116 - 4º piso(C1086AAT) Buenos Aires, ArgentinaTeléfonos y fax: 4 381-7380/9337e-mail: [email protected]@iade.org.arhttp://www.iade.org.ar

    Nº 2071º de octubre15 de noviembre de 2004

    Editor responsable:Instituto Argentino para elDesarrollo Económico (IADE)

    Director:Juan Carlos Amigo

    Secretario de Redacción:Daniel Rascovschi

    Comité Editorial:PresidenteHoracio Giberti

    Enrique O. ArceoEduardo BasualdoAlfredo Eric CalcagnoDina FoguelmanMiguel Teubal

    Registro Nacional de laPropiedad Intelectual Nº 133452

    Los artículos pueden ser libremente re-producidos con sólo acreditar a Reali-dad Económica como fuente de origen,salvo indicación en contrario. La respon-sabilidad de los artículos firmados recaede manera exclusiva sobre sus autoresy su contenido no refleja, necesaria-mente, el criterio de la dirección.

    Pedido de suscripciónNacionalValor de la suscripción16 números/2 años $1208 números/1 año $75

    ExteriorPrecio del ejemplar (vía aérea) U$S18Suscripción anual (vía aérea) U$S130

    Impreso en Inverprenta S.A., SanAntonio 941 - Cdad. de Buenos Aires.

    Franqueo PagadoConcesión Nº 3806

    Correo

    Central

    Argentino

    (B)

    ISSN 0325-1926

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  • Homena j eVigencia del cooperativismoVigencia del cooperativismo

    Flor ea l Gor in i 8El 3 de octubre último falleció Floreal Gorini. En octubre de 2000 el destacado dirigente del movi-

    miento social había estado presente en la semana de conferencias y debates que organizó el IADE conmotivo del XXX aniversario de la aparición de su revista Realidad Económica.Como afectuoso homenaje a nuestro querido amigo reproducimos su disertación en aquellas jorna-

    das.

  • No es bueno estar ausente en el homenaje al autor de las dos Críticas, La paz perpetua y la Metafísica de la moral conmotivo de los 200 años de su muerte. La consideración de su filosofía jurídica y política alcanza a diversos ámbi-tos que no han podido escapar a sus enseñanzas: la teoría general del derecho, la teoría política, aun los derechosinternacional y constitucional, entre otros. Probablemente Kant fue el único, o a lo sumo uno de los muy pocos,pensadores del iluminismo, que se manifestó como un militante antiimperialista. No tienen, por eso, poca signifi-cación sus observaciones sobre el imperialismo y el colonialismo de fines del siglo XVIII. Esos males se proyec-tan hoy bajo la forma de inaceptables hegemonías globales. Y deciden guerras como las del Golfo Pérsico y la in-vasión ilegal a Irak, distantes pero distintamente enraizada en el diseño caprichoso del mapa de la región, trazadohacia el colapso del imperio otomano con obvios designios imperialistas, que la importancia ulterior del petróleopotenció inmensamente. Los efectos también se reconocen en la soberbia de las grandes potencias, sistemáticasvioladoras de los principios de no intervención y de autodeterminación de los Estados más débiles en la comuni-dad internacional.

    An ive r s a r i o

    El bicentenario de KantEl bicentenario de KantSalvador Mar ía Lozada

    18

    Po l í t i c a f i s c a l

    La cuestión fiscal bajo el régimenLa cuestión fiscal bajo el régimende convertibilidad (Argentina 1991-2001)de convertibilidad (Argentina 1991-2001)

    Jor g e Ale jandr o Gag ger o 24El trabajo aborda la evolución de la cuestión fiscal argentina durante la década de los ‘90, en el marco de la tra-

    yectoria política y económica del último cuarto de siglo. El análisis del período de vigencia del régimen de conver-tibilidad muestra la persistencia de un derrotero signado por la inequidad social, la impotencia estatal y un notable procesode disolución nacional, tres características centrales del rumbo histórico a partir de la ruptura de 1975/76. El procesode disolución nacional ha sido estimulado por la cadena evasión impositiva-corrupción/fuga de capitales/aumento de la deu-da, un eficaz y muy perverso sistema de bombeo de riquezas hacia el exterior que aún no ha podido ser desmon-tado. El foco del análisis del período de la convertibilidad está puesto sobre las raíces y las consecuencias del sos-tenido déficit fiscal consolidado verificado durante este período, que resultó inferior al de las décadas precedentes.A diferencia de las explicaciones predominantes y de la visión del FMI, que ponen la mira casi exclusivamente enla evolución de las variables fiscales, el trabajo centra sobre las propias características del régimen de convertibili-dad y en sus implicancias económicas la explicación de la dinámica de la crisis argentina de 1998-2002. Tambiéncuestiona varios mitos fiscales predominantes, destacándose que: i ) el gasto público argentino no ha sido alto (to-do lo contrario); ii ) no fue su aumento la razón principal de la caída de la convertibilidad; iii) no ha habido “vora-cidad fiscal” en la Argentina (la presión fiscal es aún baja y el sistema tributario muy regresivo); iv) la devaluacióny el default no son imputables al gobierno transitorio que emergió de la crisis (en diciembre de 2001 la situación yahabía estallado en las manos de los responsables de las políticas que definieron el carácter del derrumbe final: el expresidente De la Rúa y el ex ministro Cavallo).

  • Amér i c a l a t i n a

    Volatilidad financiera y vulnerabilidadVolatilidad financiera y vulnerabilidadCausas, costos y alternativas.Causas, costos y alternativas.El ejemplo argentinoEl ejemplo argentino

    Ju l i o Se var e s

    49La delimitación de las responsabilidades en la génesis de la trampa financiera es decisiva por razones

    teóricas y prácticas. En primer lugar, la experiencia latinoamericana cuestiona la teoría ortodoxa segúnla cual la liberalización financiera tiende a la distribución óptima de los recursos financieros y produc-tivos. La experiencia ha demostrado, por lo contrario, que el mercado financiero tiene una lógica de fun-cionamiento que provoca la volatilidad en los flujos de capitales y la vulnerabilidad financiera, econó-mica y social de los países periféricos. Esta realidad está siendo admitida, en mayor o menor medida,por economistas de la academia estadounidense vinculados con la ortodoxia y por funcionarios de losorganismos financieros. En segundo lugar, si se admite que las causas de las crisis financieras son ex-ternas e internas, el abordaje del problema debe considerar tanto programas de reforma de la arquitec-tura financiera internacional en busca de un sistema menos volátil y más adverso al riesgo, como refor-mas destinadas a desarmar o cuanto menos desalentar las lógicas económicas orientadas a la obtenciónde rentas y contrapuestas a las de la acumulación productiva.

    Deba t e sEntre el miedo y la inseguridad ciudadana:Entre el miedo y la inseguridad ciudadana:¿hay lugar para los derechos humanos?¿hay lugar para los derechos humanos?

    Mart ín Lozada

    62Se encuentra muy difundida en nuestro entorno la tendencia a asimilar, sin más, la inseguridad con el

    crimen. Es decir, con hechos violentos que afectan la vida o la integridad física o sexual de las perso-nas, así como sus bienes, todos ellos de naturaleza estrictamente policial y mediáticamente convocan-tes. La ausencia de seguridad puede ser enfocada, no obstante, de modo más amplio, como compren-siva de necesidades y aspiraciones que encuentran numerosos obstáculos en la vida cotidiana, tales co-mo el desempleo, las enfermedades, la falta de previsión, y también, por supuesto, el delito. Este últi-mo constituye una de las manifestaciones que adopta la inseguridad en nuestros días y no, en cambio,su exclusiva causa generadora. Verlo de otro modo, amén de un error epistemológico, ha contribuido agenerar una inflación punitiva que poco favor le ha hecho a la prevención efectiva del delito. La solu-ción a los problemas de la seguridad está muy lejos de ser alcanzada mediante la sola intervención delaparato policial y la manipulación arbitraria de las figuras penales y sus montos punitivos.

  • Análisis

    La crisis del modelo neoliberal en la Argentina IILa crisis del modelo neoliberal en la Argentina II(y los efectos de la internacionalización de los procesos(y los efectos de la internacionalización de los procesosproductivos en la semiperiferia y la periferia)productivos en la semiperiferia y la periferia)

    Enrique Ar ceo

    70Las circunstancias excepcionales que permitieron el desarrollo de un reducido grupo de paí-

    ses periféricos son irrepetibles, sobre todo en América latina. En ese marco, la suerte espera-ble para un país periférico normal es la que padece la mayoría de las naciones de este grupo.O peor si, como en el caso de la Argentina, es un ex integrante de la semiperiferia industria-lizada devenido país periférico primario.

    Sec t o r f o r e s t a l

    El sector forestal y forestoindustrial en los ‘90El sector forestal y forestoindustrial en los ‘90Incidencia de las inversiones externas directas en elIncidencia de las inversiones externas directas en elcomercio exteriorcomercio exterior

    Mart ín Aguer r e - Gerardo Denegr i90

    Se atribuye el crecimiento de las exportaciones forestales y el aumento de la tasa de foresta-ción anual, a la maduración de inversiones externas directas (IED) realizadas en los noventa.Este trabajo relativiza tal afirmación, mostrando que hubo en las IED un comportamiento di-

    ferencial de acuerdo con elsubsector que se analice; queuna alta proporción se destinóa la compra de activos existen-tes, y que algunas empresas decapital nacional mostraron uncomportamiento dinámico,que posibilitaron la aperturade nuevos mercados externos.

  • IADE

    En resumidas cuentasEn resumidas cuentas45 días de no t i c ia s 125

    Med io amb i en t e

    111En los últimos años se han intensificado los conflictos socioambientales generados

    a partir de la disposición final de los residuos sólidos urbanos de la ciudad de BuenosAires y los municipios del conurbano en los rellenos sanitarios ubicados en sus pro-ximidades y gestionados por CEAMSE, Coordinación Ecológica Area MetropolitanaSociedad del Estado (1978). Ante la evidencia de la crisis, distintos funcionarios y lasautoridades de CEAMSE han dispuesto el cierre de alguno de los rellenos y anuncia-do la construcción de otros nuevos en lugares alejados del interior de la provincia deBuenos Aires. Esto evidencia una apreciación de las causas del problema que reducelas respuestas a decisiones de localización. Al mismo tiempo, se da continuidad a unmodelo de gestión generado en la dictadura y basado sobre la construcción de un ne-gocio en gran escala cuya rentabilidad está asociada con el crecimiento de la produc-ción de residuos y a la explotación del Estado como cliente cautivo.

    Residuos: el negocio de barrer bajo laResiduos: el negocio de barrer bajo laalfombraalfombra

    Ana María Fer nández Equiza

  • IADEActividades 2004Actividades 2004 157

    Ga l e r a de co r r e c c i ón

    ¿Economistas o astrólogos?¿Economistas o astrólogos?La economía de los noventaLa economía de los noventaALFREDO ZAIAT

    Daniel Azpiazu yMartín Schorr 150

  • 8

    Vigencia delVigencia delcooperativismocooperativismo

    Homenaje

    Flor ea l Gor in i

    * Ver en la sección Resumidas cuentas “Floreal”, cálida semblanza escrita por EduardoAliverti en Página/12.

    El 3 de octubre último falleció Floreal Gorini*.En octubre de 2000 el destacado dirigente delmovimiento social había estado presente en lasemana de conferencias y debates que organi-zó el IADE con motivo del XXX aniversario de laaparición de su revista Realidad Económica.Como afectuoso homenaje a nuestro querido

    amigo reproducimos su disertación en aquellasjornadas.

  • 9Vigencia del cooperativismo

    Quiero agradecer en primer lu-gar a las autoridades del IADE porhaberme invitado a esta semanade debates con motivo del 30º ani-versario de Realidad Económica.

    Cuando a uno lo invitan a hablarsobre el tema de la vigencia de lacooperación, así como se podríahacer con la vigencia de cualquierotro tema, esa vigencia lleva im-plícita una duda, y creo que en elcaso del cooperativismo esa dudahoy tiene fundamento. El avanceextraordinario que el sistema capi-talista ha llevado a cabo en los úl-timos diez años se hizo a expen-sas, en gran medida, de un retro-ceso de las formas de economíasocial, especialmente con la caídadel llamado “socialismo real” enEuropa oriental, y en menor medi-da con la pérdida de la participa-ción en el producto económicomundial de las cooperativas, lasmutuales y diversas modalidadesasociativas de propiedad social.

    Otra forma de caída fue directa-mente el cierre y la quiebra demuchas de ellas, la disminuciónnotoria de su actividad económicay en otros casos la transformaciónde cooperativas en sociedadesanónimas, en algunos casos bur-lando la ley, como ocurrió en nue-stro país. El avance arrollador delcapitalismo se hizo a expensas dela economía social (propiedad delEstado, cooperativas, mutuales,etc.). En el caso de la coopera-ción, también hubo un retroceso

    en su genuina práctica, es deciraquella que se ajusta a los princi-pios y a los objetivos doctrinarios.La acción corruptora que está enla naturaleza del capitalismo y através de ella el papel hegemóni-co que hoy tiene el sistema capita-lista en la economía mundial y enlos medios de capacitación y edu-cación penetró también en no po-cas cooperativas, así como lo hizoen la propiedad pública.

    Hay muchos ejemplos dedesaparición o disminución noto-ria de sus actividades en nuestropaís, como “El Hogar Obrero”, unmodelo de acción cooperativa queen un proceso económico difícilno pudo evitar su caída, con granrepercusión para nuestro sistema.También lo fue el caso ya citadode las cooperativas agrarias, conuna gran cantidad de quiebras; laFederación Argentina de Coope-rativas Agrarias (FACA) entró enuna crisis total, y en otros casos,como en los bancos cooperativos,entró la corrupción, el negocio, laapropiación, no muy distintos delo que ocurrió con el proceso detransferencia del patrimonio delEstado a las empresas privadas.

    Es decir que actuaron sobre lascooperativas dos elementos im-portantes de este desarrollo capi-talista en nivel global: la presiónde su poder económico, de mane-jo de las comunicaciones, el poderdel Estado puesto al servicio delproyecto de desarrollo capitalista

  • 10 realidad económica 207

    y la corruptela que lleva como par-te de ese sistema también pene-traron en las sociedades coopera-tivas. Esto no fue sólo en nuestropaís: en Francia quebró la Fede-ración de Cooperativas de Consu-mo, que fue la primera en nivelmundial; hubo un intento de trans-formar a las cooperativas en so-ciedades anónimas en GranBretaña, con un proceso que llevóal debate en el Parlamento y quepuso en crisis a un sector del la-borismo inglés que estaba vincu-lado con el cooperativismo. Simi-lares problemas hubo en Alema-nia e incluso en el poderoso movi-miento de Canadá.

    No obstante todo eso, hoy vengoaquí para afirmar la total vigenciadel cooperativismo, no fundadosobre su crecimiento económico,en su mejor ejemplo operativo, si-no en la fuerza de sus principios ycomo una real alternativa a estecapitalismo que hoy hegemonizala economía mundial, en una eta-pa que se ha dado en llamar “glo-balización”. Sin embargo, este ca-pitalismo en poderosa expansiónes incapaz de dar respuesta a lasnecesidades de una sociedad quesea fraterna, armónica, justa, pa-cífica, solidaria, es decir una so-ciedad para todos los hombres,sin exclusiones, sin marginacio-nes ni discriminaciones.

    Esa hegemonía del capitalismoen lo político, en lo militar, en loeconómico y en lo que es másgrave aún, en el plano cultural,constituyeron presiones sentidas

    por los organismos de la econo-mía social y fueron causa de suretroceso y de su menor participa-ción. La mayor causa de retrocesoha sido una crisis cultural en nue-stro propio movimiento. La esen-cia de la cooperación fue desvir-tuada en la gran mayoría de lasentidades cooperativas: asimila-ron la forma de la explotación ca-pitalista. A través de la necesidadde los cambios tecnológicos, queno negamos, de la eficiencia, quees siempre necesaria en cualquierentidad, se desarrollaron burocra-cias tecnológicas que le restaronparticipación a los asociados. Lossocios de una cooperativa no sesentían propietarios, sino clientes;no eran partícipes, sino usuarios,en el mejor de los casos.

    Siempre debemos encontrar enlas derrotas y en los errores quepadecemos nuestras propias de-bilidades antes que la acción delenemigo. No quiero idealizar so-bre esto y negar que el poder tre-mendo del capitalismo es la causade los males de la sociedad ac-tual, pero para encontrar alternati-vas y sustitutos debemos buscarel desarrollo de nuestra propia for-taleza.

    Voy a dar algunos datos paraejemplificar mis afirmaciones deque el capitalismo ha fracasado,no en cuanto a la concentraciónde la capacidad económica en losmás poderosos, sino como mode-lo de sociedad humana. Les voy adar cifras que ustedes vienen le-yendo desde hace años en Reali-

  • 11Vigencia del cooperativismo

    dad Económica, en otras publica-ciones y aun en la prensa de to-dos los días: la Comisión de De-sarrollo Humano de las NacionesUnidas nos dice que el 20% másrico de la sociedad se lleva el 80%de los recursos que la sociedadhumana produce, y que el 20%más pobre obtiene el 0,5%. La re-lación entre el país más rico y elmás pobre en 1816, año de nues-tra independencia, era de 3 a 1;un país rico era tres veces más ri-co que un país pobre. Hoy esa re-lación es de 82 a 1, y si bien elmundo es globalmente más rico,en 70 países de nuestro planeta elingreso per cápita es menor quehace veinte años. Más de 3.000millones de personas, es decir lamitad de la humanidad, viven conmenos de dos dólares por día, entanto que las 200 personas más ri-cas del mundo ganan 500 dólarespor segundo, es decir 43 millonespor día.

    Esta es la sociedad de hoy, y es-tos datos los dan los organismosinternacionales que sostienen es-ta política: el Banco Interamerica-no de Desarrollo, el Banco Mun-dial, las Naciones Unidas. El pro-ducto global de estas 200 perso-nas más ricas del mundo es equi-valente a los ingresos del 41% dela población del mundo. Estas ci-fras son absurdas, incomprensi-bles y no resisten el menor deba-te de justificación: el 45% de loshogares latinoamericanos vivenen condiciones de pobreza, y el40% de las explotaciones agrope-cuarias del país son explotacio-

    nes pobres, que apenas subsis-ten.

    Los veinte países que forman elllamado Primer Mundo, cuya po-blación alcanza los 800 millonesde habitantes sobre casi 6.000 mi-llones, que es la población totaldel mundo, se llevan el 80% delos recursos del planeta. Si el par-que automotor que tienen estospaíses lo tuvieran todos los paí-ses, el mundo desaparece. El an-hídrido carbónico anularía la vidaen la sociedad humana.

    Pero la pobreza no está sólo enel Tercer Mundo: en Estados Uni-dos, la potencia capitalista líder deeste proyecto globalizador, el 16%de su población carece de cober-tura médica, y ese porcentaje seeleva al 40% en el estado de Te-xas, de donde es oriundo GeorgeBush, quien propone programasde reducción de asistencia socialpara la población de los EstadosUnidos. En ese país, 46 millonesde personas viven por debajo delos niveles de pobreza, es decirque no alcanzan los ingresos parasostener la canasta alimentaria.Esto sucede en el seno de la so-ciedad más opulenta del mundo;quiere decir que la contradicciónentre pobreza y riqueza no se dasolamente entre países ricos ypaíses pobres; se da tambiéndentro de la propia sociedad decada uno de estos países avanza-dos.

    En la Argentina, según el IN-DEC, el 19% de los hogares de laCapital Federal y el conurbano bo-

  • 12 realidad económica 207

    naerense vive bajo la línea de po-breza; no cubre sus necesidadesbásicas, y 800.000 personas es-tán en la indigencia; 13 millonesde argentinos no alcanzan a cubrirla canasta básica de alimentos, y4 millones de habitantes están enla indigencia. Sin embargo, el pre-supuesto de la Nación que ahoraestá a consideración del Congre-so prevé el pago de 11.246 millo-nes de dólares en concepto de pa-go de intereses de la deuda exter-na. Es el único rubro que sufre au-mento en el presupuesto nacional;todos los otros, como gastos enpersonal, seguridad, educación ysalud van a ser disminuidos. Lapolítica de ajuste no alcanza al pa-go de los intereses de la deuda.

    Un artículo de la Ley de Presu-puesto dice que el Poder Ejecuti-vo, en caso de una emergencianacional, puede destinar recursosde un rubro, resolución totalmentejustificable. Un terremoto no estáprevisto en una ley de presupues-to; si tuviéramos esa desgracia, elEjecutivo puede sacar fondos deotra partida para atender esaemergencia, pero ni aun en el ca-so de una emergencia nacional sepuede afectar el pago de intere-ses de la deuda externa. La deu-da externa de nuestro país selleva una parte sustancial de nue-stro producto bruto; en los paísesen desarrollo el Estado está envías de extinción y la soberanía yaes un concepto arcaico. Aumentala inseguridad social, la inseguri-dad pública; en el mundo hay en-frentamientos étnicos, raciales,

    religiosos. La corrupción es uncomponente cotidiano dentro delsistema; algunos quieren levantarla bandera de saneamiento sinatacar las causas. Tampoco elim-inan los productos que la corrup-ción genera, como la ley de refor-ma laboral. Se ataca la forma desu gestación, pero la ley en sí mis-ma es sacrosanta, y ninguno deestos señores que pregonan lamoralidad cuestiona el manejo delas gestiones del Estado.

    Hoy estamos en condiciones si-milares al mejor momento de larevolución industrial, cuando elportentoso aumento de la produc-ción y el crecimiento de la econo-mía crearon las mayores contra-dicciones de la historia humana,las mayores condiciones de ex-plotación, incluyendo a los niños,las jornadas agotadoras, las en-fermedades sociales, etc. En esemomento de auge de las contra-dicciones surge el cooperativismode nuestros días; el antecedenteestá en los principios formuladosen el siglo anterior, y estas son lascondiciones que hoy tenemos.Cuando les transmito mi creenciaen la viabilidad de la cooperacióncomo sistema apto para la socie-dad humana no me baso sobre losdatos económicos de nuestro de-sarrollo, sino en la fuerza de losprincipios, en las respuestas acer-tadas que da a las necesidadesde la humanidad, en los ejemplosbuenos que tenemos en todo elmundo de la acción cooperativa,que debemos rescatar como vi-gentes también en nuestro país.

  • 13Vigencia del cooperativismo

    ¿Qué nos enseña el capitalis-mo? Según Adam Smith, cadauno, al procurar el bienestar indivi-dual genera el bienestar común;eso es falso. Los cooperativistasdecimos que sólo a través del bie-nestar general podemos llegar alograr el bienestar individual. En lacomunidad de intereses no anula-mos al individuo, sino que le da-mos el espacio para su seguridady su bienestar. Del otro lado estánlos números a la vista: 200 perso-nas tienen más ingresos que el41% de la humanidad. No hay talderrame de abundancia, o comose decía, que con las sobras de lamesa de los ricos se iban a ali-mentar los pobres. La coopera-ción nos enseña que debemos ac-tuar solidariamente, pero no con-fundamos solidaridad con caridad;no se trata de ser benefactor delpobre, cuestión que no criticamos,porque si hay alguien tan genero-so como para dar de sí al que notiene, en buena hora. La solidari-dad es un acto recíproco entreiguales; si ustedes me piden unejemplo de lo que es la solidari-dad, es cerrar la puerta del ascen-sor. Yo llego a un edificio dondenunca he estado y donde tal veznunca regrese, y puedo ascenderporque alguien que lo usó antescerró la puerta, y esa cultura haceque yo la cierre para que puedausar el ascensor otro que vengadespués. No sabemos quién cerróantes la puerta ni a quién vamos abeneficiar si lo hacemos, pero elsistema del ascensor funciona enla medida en que el comporta-

    miento de los individuos es solida-rio. Solidaridad son los regímenesde salud y de previsión social enque el hombre joven y sano apor-ta de su salario para crear un fon-do con el que se beneficien losancianos y los enfermos de hoy,pero mañana ese joven va a seranciano, y para que él tenga laatención de su salud y su benefi-cio previsional va a haber otros jó-venes que aporten. Esos son losconceptos de la solidaridad. Loque hacemos para embellecernuestras ciudades en arte y encultura y lo que hemos recibidocomo herencia también es solida-ridad, porque no hemos creado loque tenemos de la nada; encon-tramos museos, bibliotecas, quefueron hechas por alguien. La so-lidaridad es lo natural al hombre;lo antinatural es el individualismo,la apropiación individual, la acu-mulación por sectores. La acumu-lación en la cooperación es colec-tiva, pertenece a todos. El trabajolo hacen todos y en la distribuciónde sus beneficios todos debenparticipar indefectiblemente.

    La cooperación es una de lasformas de gestión económica delsocialismo; está en sus orígenes,en su esencia, en su naturaleza.Quienes lo niegan practican otraclase de cooperación que no tienenada que ver con las ideas queexpusieron los pioneros, Fourrier,Owen y otros, y que en nuestropaís desarrollaron Juan B. Justo yotros que siguieron su trayectoria,de quienes los que estamos en elInstituto Movilizador de Fondos

  • 14 realidad económica 207

    Cooperativos y sus cooperativasasociadas nos sentimos herede-ros. La cooperación es socialis-mo, y es una de las formas degestión; tal vez alguna deforma-ción en el dogmatismo socialistacreyó ver la propiedad del Estadocomo única forma de coopera-ción. Todo aquello que es propie-dad social participativa, democrá-tica, es forma de socialismo. Sindemocracia no hay socialismo ysin socialismo no hay democracia;sin cooperación entre los hombresno podemos llevar adelante for-mas sociales que sean humanas,que hagan a los derechos de to-dos, a la igualdad, a la no discrimi-nación, a que no sufran inmensasmayorías.

    Competimos en el plano ideoló-gico, pero esa competencia tene-mos que hacerla ganando volun-tades. No se puede llevar adelan-te el más noble de los ideales,aunque sea del más grande de lospensadores, si ese pensamientono pasa a ser patrimonio de la so-ciedad. Voy a repetir una cita quedije en uno de los últimos actosdel Instituto: cuando el generalSan Martín estaba preparando suejército libertador en Chile, tuvodificultades, posibilidades deavance y retroceso. En un mo-mento el informe del general LasHeras decía: “General, tenemosque invadir ya porque las fuerzasrealistas están desquiciadas”. SanMartín le contestó: “Pero hay otroinforme: el pueblo chileno duda delos beneficios de la libertad, y nopodemos llevar la libertad a un

    pueblo si ese pueblo no siente pri-mero la necesidad de la libertad”.

    Si no instalamos en la sociedadhumana los valores de la solidari-dad, de la armonía, de la convi-vencia pacífica, de la seguridad,es imposible desarrollar la coope-ración y las ideas más nobles. Laacción destructiva del capitalismoestá en la cultura, en la banalidad,en el cholulismo, en la deforma-ción de las informaciones, en ge-nerar culturas egoístas. Hay filó-sofos actuales que sostienen queen el egoísmo está la base del de-sarrollo, porque si cada uno pien-sa para sí vamos a tener muchode lo que nuestro egoísmo nospermita desarrollar. Simultánea-mente se da el mercado y la com-petencia desigual; hasta en un de-porte brutal como el boxeo hay re-glas de equivalencia. No se hacepelear a un peso pesado con unpeso pluma, y ese 40% de pobre-za en los establecimientos agro-pecuarios de nuestro país, que notienen recursos ni para contratarun peón y que tienen que concha-barse ellos mismos y abandonarsu explotación cuando tendríanque estar produciendo para ellos,tienen que ir al mercado y pelearcontra los monopolios y las gran-des concentraciones. Además laslegislaciones atentan contra lacooperación; en el Congreso Na-cional, con la lamentable partici-pación de algunos que en su mo-mento se llamaron cooperadores,se aprobó la ley de participacióncon condiciones de privilegio deaportes capitalistas en las coope-

  • rativas agrarias. Si quieren haceralgo híbrido, que le pongan otronombre, pero que no bastardeenla cooperación.

    Los fondos de previsión, que de-ben ser genuinamente aportes delos trabajadores, no pueden serpuestos bajo la forma cooperativa;se los obliga a operar como orga-nizaciones capitalistas, socieda-des anónimas. En las comunica-ciones de nuestro país, la ley quela rige es de la época de la dicta-dura. ¿Cuántos gobiernos demo-cráticos han pasado ya? Sigue vi-gente la misma ley; el Congresonunca se animó a derogarla y san-cionar otra, más allá de las defor-maciones que tiene para favore-cer este tipo de concentración, laley de comunicaciones prohíbeque una empresa de comunica-ciones se organice bajo la formacooperativa. Para instalar un ban-co cooperativo en la Argentina seexige el mismo capital que a unbanco extranjero o a una sociedadanónima; se desconoce la natura-leza y se desconoce que la coope-ración es la unidad de los pocosque son muchos y que pueden ge-nerar poder a través de pequeñosaportes y de muchas voluntades.

    En consecuencia, amigos del IA-DE, nosotros afirmamos que elcapitalismo como propuesta parauna sociedad humana ha fracasa-do. La concentración económica,la distribución inequitativa, es unacondición necesaria para asegu-rar la tasa de ganancias y la ma-yor acumulación para la reproduc-

    ción ampliada. El capitalismo ofre-ce todos los días nuevos produc-tos y nuevas formas de mercado,liquidando formas productivas quetodavía pueden estar vigentes.Anula y destruye el esfuerzo hu-mano en la competencia devasta-dora. Se destruyen formas de pro-ducción en productos que no hansido consumidos por miles de mi-llones de personas. Se desarrollauna sociedad bipolar, con unaenorme concentración de riquezacon grandes beneficios y opulen-cia por un lado, y por el otro po-breza, discriminación y miseria.

    Ante esto, los cooperadores te-nemos la fuerza moral que nosdan los principios de equidad, dejusticia y de solidaridad. Tenemosque enfatizar en trasladar a la so-ciedad los valores de esas formasde vida. Hubo democracias en laantigüedad, como la griega, quetomaban como esclavos a sus pri-sioneros de guerra, y los EstadosUnidos proclaman su independen-cia y se definen como la primerademocracia del mundo sobre labase de la esclavitud de los ne-gros y la diferencia de los dere-chos de las mujeres, que no po-dían manejar su patrimonio ni te-nían derechos políticos, ni podíandisponer de sus hijos. Estamoshablando de cien años atrás.

    Cuando hablamos de democra-cia, tenemos que decir cuáles sonlos valores éticos sobre los que sesustenta esa democracia. No haydemocracia sin igualdad de dere-chos en todos los aspectos de la

    15Vigencia del cooperativismo

  • actividad humana, la económica,la política, la cultural, la social, laeducativa. Estos son los principiosde la cooperación. En esa fuerza,

    amigos y compañeros, radica lafuerza de la cooperación. Muchasgracias.

    16 realidad económica 207

    Floreal Gorini y Roberto Gómez, 26.10.2000

  • 18

    El bicentenario de KantEl bicentenario de KantAniversario

    Salvador Mar ía Lozada*

    * Presidente del IADE. Presidente honorario de la Asociación Internacional de DerechoConstitucional

    No es bueno estar ausente en el homenaje al autor de las dosCríticas, La paz perpetua y la Metafísica de la moral con motivode los 200 años de su muerte. La consideración de su filosofíajurídica y política alcanza a diversos ámbitos que no han podidoescapar a sus enseñanzas: la teoría general del derecho, la teo-ría política, aun los derechos internacional y constitucional, en-tre otros.Probablemente Kant fue el único, o a lo sumo uno de los muypocos, pensadores del iluminismo que se manifestó como unmilitante antiimperialista. No tienen, por eso, poca significaciónsus observaciones sobre el imperialismo y el colonialismo de fi-nes del siglo XVIII. Esos males se proyectan hoy bajo la forma deinaceptables hegemonias globales. Y deciden guerras como lasdel Golfo Pérsico y la invasión ilegal a Irak, distantes pero distin-tamente enraizada en el diseño caprichoso del mapa de la re-gión, trazado hacia el colapso del imperio otomano con obviosdesignios imperialistas, que la importancia ulterior del petróleopotenció inmensamente. Los efectos también se reconocen en lasoberbia de las grandes potencias, sistemáticas violadoras delos principios de no intervención y de autodeterminación de losEstados más débiles en la comunidad internacional.

  • 19Bicentenario de Kant

    "Beati pacifici, quoniam filii Deivocabuntur."

    Mt.V,9.

    No es bueno estar ausente en elhomenaje al autor de las dos Crí-ticas, La paz perpetua y la Metafí-sica de la moral con motivo de los200 años de su muerte. La consi-deración de su filosofía jurídica ypolítica alcanza a diversos ámbi-tos que no han podido escapar asus enseñanzas: la teoría generaldel derecho, la teoría política, aunlos derechos internacional y cons-titucional, entre otros. Alguna vezse me ha ocurrido que el centrogeográfico de ese homenaje, oca-sión para ahondar en la contribu-ción de Kant en el progreso de lacultura humana, debería estar enel Japón. Con un cierto orientalis-mo se lo podría poner bajo el títu-lo:"Los frutos de la razón prácticaen el huerto del derecho y la filo-sofía política".No tiene Kant, paraser celebrado, ciudad en su Pru-sia natal. Könnisberg no es yamás una ciudad alemana. Aun sunombre, Könnisberg,está ausentedel mapa de Europa. La rusa Kali-ningrado no tiene conexión con elcreador del "kategorischer impe-rativ". Lo cual, es claro, en nadadisminuye la extrema importanciade la presencia germánica en elhomenaje intelectual merecido ydebido. Explica, sin embargo, por

    qué Alemania no es necesaria-mente el lugar para esa celebra-ción bisecular. En cambio, parecelegítimo proponer al Japón quecuenta con una impresionante tra-dición de estudios germánicos,por lo menos desde la época Mei-ji1.

    Tiene ese país, sobre todo, unagran condición de pertinencia. Elopúsculo La paz perpetua resumeuno de los aspectos principales dela contribución kantiana al dere-cho y a la ciencia política. Tieneasí elocuente simbolismo que seaHiroshima, la ciudad internacionalde la paz, la sede de ese aconte-cimiento. Es una buena indicaciónde cuán lejos los humanos tien-den a llegar en el abandono de lapaz. Algo que Kant en cierta ma-nera previó. Tuvo una visión delapocalipsis nuclear que las bom-bas lanzada sobre Hiroshima yNagasaki han anticipado "...unaguerra de exterminio, donde elproceso de aniquilamiento gol-pearía a las dos partes al mismotiempo de igual modo, y realizaríala Paz Perpetua sólo en el cemen-terio de la raza humana".

    En la Asociacion Iinternacionalde Derecho Constitucional, queno debería sentirse ajena a estebicentenario, lo he propuesto.Nuestra disciplina resulta compro-metida desde que las ideas deKant incluyen a las constituciones

    1 Muestra de esa afinidad con los estudios y el pensamiento alemanes, por ejemplo, esel hecho de ser la influencia de Karl Jaspers en el Japón la más fuerte e importantedel mundo. Ya en vida del profesor de Heidelberg se fundó la Sociedad Jaspers de To-kio, y el japonés encabeza la serie de idiomas a los que las obras de este pensadorhan sido traducidas.

  • 20 realidad económica 207

    como piedras angulares de su es-tructura pacifista. Las normas fun-damentales eran, en ese enfoque,la expresión de la racionalidaddentro del Estado, un ancla a tra-vés de la cual cada Estadodebería permanecer retenido enesa racionalidad. Y el proceso ha-cia la paz universal debía ser uncamino de creciente racionalidaden la conducta externa de cadaEstado respecto de los otros igua-les. Y así, la paz y el derecho con-vergirian como humanización dela naturaleza humana. Si, confor-me con el concepto aristotélico, larazón aparece como diferenciaespecífica del hombre respectodel mundo animal, el incrementode la razón a través de la expan-sión de la racionalidad en la con-ducta externa de los Estados pro-duciría, sin duda, una perspectivadesde la cual los humanos se de-sarrollarían más efectivamentecomo humanos. De este modo,para decirlo con palabras de Kanten La metafísica de la moral (núm.61), "...el arreglo de sus diferen-cias por la manera civil del proce-so, y no por los medios bárbarosde la guerra, se puede realizar",para prevenir "verse uno mismo-...degradado como los animalesinferiores al nivel de los juegosmecánicos de la Naturaleza".

    El mundo está todavía tratandode aproximarse, penosamente co-mo se ve, a la paz perpetua. Noes esta la razón menor para que,a dos siglos, el fin de la vida deKant aparezca con tanta significa-ción en los años primeros del XXI.

    Después de las dos grandes gue-rras del siglo pasado , y sobre to-do del holocausto nuclear de Hi-roshima y Nagasaki, que Kant hu-biera calificado como "bellum in-ternecinum", el librito Zum EwigenFrieden sorprende con anticipa-ciones de los males de nuestrotiempo. Por ejemplo, la guerrafría, una paz en versión deteriora-da , y sus siniestras consecuen-cias: el enorme e insidioso apara-to de lo que con abuso y perversi-dad se suele llamar "inteligencia".Ella viene unida a la inmoralidadde espiar y llevar adelante activi-dades clandestinas en los otrosEstados, especialmente, claro es-tá, en los más débiles.

    Tambien se acollara con la irre-frenable tendencia al terrorismode Estado, no terrorismo al pormenor, sino terrorismo al por ma-yor, éste último llamado "represa-lia" y no terrorismo por el circomediático, como con justicia y co-raje ha establecido y denunciadoel notable Noam Chomsky. DecíaKant: "...esos actos infernales(asesinos, envenenadores, el usode la traición, el espionaje) ya vi-les en sí mismos, al ser puestosen circulación, no quedan confina-dos a la esfera de la guerra ... vi-cios tales, una vez estimulados,no está en la naturaleza de las co-sas que se los pueda detener yson llevados al estado de paz,donde su presencia es entera-mente destructiva del propósitodel Estado en cuestión". Algo sa-bemos de esto los argentinos delas útimas décadas.

  • 21Bicentenario de Kant

    Era evidente para él la intrínsecamaldad del armamentismo y el mi-litarismo: "... (los ejércitos perma-nentes) están siempre amenan-zando a los otros Estados con laguerra con el sólo aparecer enconstante preparación para elcombate. Ellos incitan a los variosEstados a superarse unos a losotros en el número de soldados ya sus miembros no se les puedefijar límite. Con las sumas dedica-das a ese propósito, la paz resultaaún más opresiva que una cortaguerra, y los ejércitos permanen-tes son en sí mismos las causasde guerras de agresión, ejecuta-das para liberarse de esa carga".

    Kant previó asimismo otro asun-to de nuestros días, la deuda ex-terna como consecuencia de lacarrera armamentista: "... Esta in-geniosa invención (el crédito) delos comerciantes del presente si-glo es, en otras palabras, un teso-ro para llevar adelante guerrasque pueden exceder el tesoro detodos los otros Estados juntos...Lafacilidad con que la guerra puedeser hecha, acoplada a la inclina-ción que parece estar implantadaen la naturaleza humana es ungran obstáculo en el camino de lapaz posible".

    Tal vez el aspecto de más rele-vancia, con todo, resida en la in-sistencia kantiana en el consenti-miento del afectado por la guerrapara combatir en ella: "Si, comodebe ser bajo esta constitución(republicana), cada uno de elloses requerido acerca de si habrá ono guerra, nada es más natural

    que sopesen el punto muy bien,antes de emprender tan mal nego-cio. Porque decretando la guerra,de necesidad están resolviendoatraer las miserias de la guerra asu país. Esto implica: deben lu-char ellos mismos; deben solven-tar con su propiedad el costo de laguerra; deben esforzarse en re-construir la devastación que dejaatrás la guerra; y finalmente, de-ben aceptar el peso de la deudaque amarga aun la paz misma, locual nunca podrán ponerlo en lacuenta de nuevas guerras siem-pre pendientes".

    Sobreestimaba, sin embargo, laeficacia del valor formal de la con-stitución republicana para evitarlas guerras. Ella consistía paraKant en la mera separación de lospoderes ejecutivo y legislativo. Nopudo prestar atención suficiente ahechos con los cuales hoy esta-mos familiarizados. Por un lado,que los legisladores que eventual-mente pueden resolver la guerrano son quienes las combaten nimueren en ellas. Por otro, que laclase política frecuentemente en-cuentra modos de excluirse de laguerra, como ha ocurrido en losEstados Unidos con el vicepresi-dente Quayle, y los presidentesClinton y Bush (h) en la de Viet-nam.

    En esto, precisamente, como enalgunos otros aspectos, las si-guientes generaciones debieron ydeben avanzar en el senderoabierto por Kant. Deben apoyarseno sólo en la constitución formal yen las normas sino en una imple-

  • 22 realidad económica 207

    mentación cultural y política másamplia de la idea básica según lacual nadie que no consienta laguerra debe combatirla o sufrirsus consecuencias. Esto implicaneutralizar las manipulaciones dela opinión pública por el circo me-diático, develar las operacionesde la propaganda belicista, dejaral descubierto las falacias de la"ingeniería del consentimiento",denunciar las presiones del esta-blecimiento militar-industrial y delos traficantes de armamentos,conjurar el pseudo patriotismo, lademagogia y el oportunismo políti-co con una cultura de la paz encuyo núcleo mismo esté el princi-pio de la solución pacífica de losconflictos internacionales. Tam-bién importa prevenir el uso de latécnica del hecho consumado, enel manejo de la cual las poblacio-nes de los Estados se encuentranafectados por guerras que no tu-vieron ni el tiempo ni la posibilidadde considerar con reflexión políti-ca, discusión y debate. Tales fue-ron los casos de conflictos tan di-ferentes como el de las Malvinas yla guerra de Vietnam.

    Probablemente Kant fue el úni-co, o a lo sumo uno de los muypocos, pensadores del iluminis-mo, que se manifestó como un mi-litante antiimperialista. No tienen,por eso, poca significación sus ob-servaciones sobre el imperialismoy el colonialismo de fines del sigloXVIII. Esos males se proyectanhoy bajo la forma de inaceptableshegemonias globales. Y decidenguerras como las del Golfo Pérsi-

    co y la invasión ilegal a Irak, dis-tantes pero distintamente enraiza-da en el diseño caprichoso delmapa de la región, trazado haciael colapso del imperio otomanocon obvios designios imperialis-tas, que la importancia ulterior delpetróleo potenció inmensamente.Los efectos también se reconocenen la prepotencia de las grandespotencias, sistemáticas violadorasde los principios de no interven-ción y de autodeterminación delos Estados más débiles en la co-munidad internacional. La conde-na de La paz perpetua conservaactualidad y congruencia: "Si unocompara esto (la humanidad apro-ximada a una constitución cosmo-polita) a la conducta inhospitalariade los estados civilizados, prima-riamente comerciales, de nuestrocontinente, uno se horriza por lainjusticia que cometen en sus visi-tas a los pueblos y países extra-ños, desde que el visitar aparececomo sinónimo del conquistar.América, los países negros, lasMolucas, el Cabo, etc., allí descu-bren lo que les parece pertene-ciente a nadie, porque los nativosson totalmente ignorados. En laIndia bajo el pretexto de estable-cer meros centros comerciales, in-trodujeron una soldadesca extran-jera y con ello unas extensas gue-rras, rebeliones, traiciones y la en-tera letanía de los males que sonel peso de la humanidad..."

    Para los pueblos del Tercer Mun-do, particularmente para las jóve-nes repúblicas del África, el pen-samiento de Kant tiene una mar-

  • 23Bicentenario de Kant

    cada significación.. Contestando alos escépticos de su tiempo queveían en la derivación demencialal terror de la Revolución francesauna prueba de la inmadurez de lasmasas para la libertad, como losescépticos de nuestros días ven lomismo en la reciente y terribleguerra genocida de Ruanda y elCongo, el filósofo decía: "Si unoacepta esa premisa, la libertadnunca será alcanzada; porqueuno no llega a la madurez para lalibertad sin haber ya adquirido és-ta última; uno debe ser libre paraaprender a hacer uso de sus pro-pios poderes libre y útilmente. Losprimeros intentos serán segura-mente brutales y conducirán a unestado de cosas más penoso ypeligroso que la condición ante-rior, bajo la dominación y con ellola protección de una autoridad ex-terior. Sin embargo, uno alcanzala razón sólo a través de la propiaexperiencia y uno debe ser librepara poder practicarla...Aceptar elprincipio según el cual la libertadno es merecida por aquellos bajonuestro control y de tener el dere-cho a rehusársela indefinidamen-te, es una violación de los dere-chos de Dios mismo, que ha crea-do al hombre para ser libre"2.

    Su fe en la libertad era confianzaen la capacidad de la persona hu-mana para superar su propia ne-gatividad. La celebración de su bi-centenario debe ser la ocasión pa-ra reafirmar esa confianza en elhombre y la libertad humana.También la rememoración deKant a 200 años de su muerte de-be ser la oportunidad para pensarde nuevo en la responsabilidad in-telectual y los deberes de la ra-zón, en la primera década del si-glo XXI, después de la GuerraFría y de la ilusión -sólo la ilusión,como bien se sabe- de un tiempoen el cual los ingentes recursoseconómicos de la guerra iban aser empleados para combatir elhambre, las desigualdades, la en-fermedad y el analfabetismo en elmundo.

    En agosto de 1997, el alcalde oprefecto de Hiroshima, TakashiHiraoka, produjo una Declaraciónpor la Paz en la que citaba la con-stitución de UNESCO: "Desdeque la guerra empieza en la men-te de los hombres, es en la mentede los hombres que las defensasde la paz deben ser construídas".De esto trata la razón práctica deKant aplicada al orbe jurídico y po-lítico, y de esto debe tratar el

    2 Citado por Noam Chomsky, "Language and Freedom", The Chomsky Reader, pág.144

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    Volatilidad financiera yVolatilidad financiera yvulnerabilidadvulnerabilidadCausas, costos y alternativas.Causas, costos y alternativas.El ejemplo argentino*El ejemplo argentino*

    América latina

    Ju l i o Se var e s**

    * Este artículo es parte de una ponencia presentada en la III Conferencia Internacionalde la Red de Estudios sobre el Desarrollo Celso Furtado. Río de Janeiro, 4 al 6 de ma-yo de 2004. El trabajo completo -y el conjunto de las ponencias a la III Conferencia-está en www.ie.ufrj.br

    ** Economista. Investigador del CENES, FCE-UBA. Profesor en la Maestría en HistoriaEconómica de la FCE-UBA y en la Licenciatura en Relaciones Internacionales de laFacultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro de la Provinciade Buenos Aires. Editorialista del diario Clarín, Buenos Aires.

    La delimitación de las responsabilidades en la génesis de la trampa financie-ra es decisiva por razones teóricas y prácticas. En primer lugar, la experiencialatinoamericana cuestiona la teoría ortodoxa según la cual la liberalización fi-nanciera tiende a la distribución óptima de los recursos financieros y produc-tivos. La experiencia ha demostrado, por lo contrario, que el mercado financie-ro tiene una lógica de funcionamiento que provoca la volatilidad en los flujosde capitales y la vulnerabilidad financiera, económica y social de los paísesperiféricos. Esta realidad está siendo admitida, en mayor o menor medida, poreconomistas de la academia estadounidense vinculados con la ortodoxia y porfuncionarios de los organismos financieros.En segundo lugar, si se admite que las causas de las crisis financieras son

    externas e internas, el abordaje del problema debe considerar tanto programasde reforma de la arquitectura financiera internacional en busca de un sistemamenos volátil y más adverso al riesgo, como reformas destinadas a desarmaro cuanto menos desalentar las lógicas económicas orientadas a la obtenciónde rentas y contrapuestas a las de la acumulación productiva.

  • Presentación

    Los países latinoamericanos vi-vieron muchas décadas en unatrampa comercial que los conde-naba a una escasez estructural dedivisas. Cuando el mercado finan-ciero puso a su disposición finan-ciamiento abundante, cayeron enuna trampa financiera. ¿A qué sedebió este tránsito desafortuna-do?

    La trampa comercial, que aún si-gue funcionando, se debe a la es-pecialización en la producción yexportación de productos cuyosprecios tienden a deteriorarse -ocuando menos a experimentarfuertes fluctuaciones- ante losprecios de los bienes que los paí-ses necesitan importar para cre-cer. Como consecuencia de estaestructura, los países latinoameri-canos experimentaron reiteradosestrangulamientos en su balanzade pagos que los obligaron a ajus-tes recesivos y/o a devaluacionesinflacionarias. Las restricciones fi-nancieras durante el período desustitución de importaciones afec-taron las posibilidades de desarro-llo latinoamericano. No obstantees notorio que, en ese momento,la región creció más que duranteel imperio de la trampa financiera:en las décadas de los cincuenta ysesenta, el crecimiento del PIB deAmérica latina fue superior al 5%promedio. En los setenta ese por-centaje se mantuvo, pero en losochenta cayó al 1% y en la déca-da de los noventa apenas superóel 3% promedio.

    La trampa financiera tiene diver-sos orígenes. Uno de ellos es ex-terno. En los años setenta, el mer-cado financiero internacional su-frió modificaciones que generaronuna importante oferta de créditodisponible para la periferia. Para-lelamente, los agentes financierosadoptaron conductas agresivaspara la colocación de los fondos,que no tuvieron en cuenta los ries-gos de insolvencia y permitieron elendeudamiento insustentable depaíses y empresas.

    Internamente, en varios paíseslatinoamericanos, los grupos do-minantes aprovecharon esa nue-va realidad para obtener rentas fi-nancieras, generando burbujas deconsumo o especulación basadassobre endeudamientos público oprivado, que terminaron en crisis.

    Por otra parte, los países queentraron en crisis fueron víctimasde políticas de “salvataje” de losorganismos financieros internacio-nales orientadas a preservar losintereses de los grupos endeuda-dos y de los prestamistas exter-nos a costa de las sociedades.

    La delimitación de las responsa-bilidades en la génesis de la tram-pa financiera es decisiva por razo-nes teóricas y prácticas. En primerlugar, la experiencia latinoameri-cana cuestiona la teoría ortodoxasegún la cual la liberalización fi-nanciera tiende a la distribuciónóptima de los recursos financierosy productivos. La experiencia hademostrado, por lo contrario, queel mercado financiero tiene una ló-gica de funcionamiento que pro-

    50 realidad económica 207

  • 51Volatilidad financiera y vulnerabilidad

    voca la volatilidad en los flujos decapitales y la vulnerabilidad finan-ciera, económica y social de lospaíses periféricos. Esta realidadestá siendo admitida, en mayor omenor medida, como se verá másadelante, por economistas de laacademia estadounidense vincu-lados con la ortodoxia y por fun-cionarios de los organismos finan-cieros.

    En segundo lugar, si se admiteque las causas de las crisis finan-cieras son externas e internas, elabordaje del problema debe con-siderar tanto programas de refor-ma de la arquitectura financierainternacional en busca de un sis-tema menos volátil y más adversoal riesgo, como reformas destina-das a desarmar o cuando menosdesalentar las lógicas económicasorientadas a la obtención de ren-tas y contrapuestas a las de laacumulación productiva.

    Causas de volatilidadfinanciera

    Para evaluar las causas de lavulnerabilidad y de las crisis, asícomo las respuestas que los paí-ses periféricos pueden dar a los

    desafíos de la globalización finan-ciera es necesario tener en cuen-ta qué fuerzas movilizan las co-rrientes de capital.

    La teoría ortodoxa convencionalsostiene, muy sintéticamente, quelas corrientes de capital obedecena las oportunidades de rentabili-dad, que los mercados libres con-tribuyen a la correcta distribuciónde los recursos financieros y acompensar la escasez de ahorroen las economías. También consi-dera que las crisis son, básica-mente, responsabilidad de los to-madores de crédito, públicos o pri-vados, que se endeudan por enci-ma de sus posibilidades de pago1.

    Este esquema no toma en cuen-ta que los cambios en las corrien-tes de fondos o en el costo de di-nero no se producen sólo porcambios o desequilibrios en laseconomías de los receptores sinotambién -y muchas veces princi-palmente- por los cambios en losmercados de los países centraleso por decisiones que los grandesagentes financieros toman, inde-pendientemente de las condicio-nes imperantes o las conductasde los tomadores de crédito. Esdecir que los capitales no se mue-

    1 Una expresión acabada de este punto de vista se encuentra en un informe del sema-nario liberal británico The Economist (1995): “El mercado global de capitales es sim-plemente un mecanismo para fijar precios al capital y destinarlo a sus usos más pro-ductivos (...). Para los trabajadores, compañías y ahorristas, la pérdida de poder delos gobiernos es un motivo de regocijo, no de temor: lo que se está perdiendo es elpoder de persistir en políticas dañinas y de practicar el engaño económico dejandodeslizar la inflación. Ciertamente, a medida que los mercados financieros globales es-tán más integrados, actuando como un único mercado en la apreciación del riesgo, lasrecompensas por seguir las buenas políticas serán mayores” (p. 4-5).

  • ven sólo por las condiciones de lademanda (pull) sino también porlas de la oferta (push). Por ejem-plo, el desencadenamiento de lacrisis de la deuda latinoamericanaen los ochenta se debió al bruscoe importante aumento en las tasasde interés en los Estados Unidos -que repercutió sobre el costo delos intereses de la deuda externaa tasa flotante- y la transformó demuy elevada en impagable.

    Eichengreen y Fishlow (1998) ci-tan trabajos de investigación se-gún los cuales los factores exter-nos explican cerca de la mitad delos flujos de fondos en bonos des-de los Estados Unidos hacia seispaíses latinoamericanos y algomenos en los flujos hacia Asia.

    En los primeros años noventa,sostienen los autores, algunospaíses como México y la Argenti-na recibían capitales por las con-diciones imperantes internamen-te. Pero el Perú y otros recibíaninversiones de portafolio a pesarde la situación crítica que atrave-saban.

    Una de las recomendacionesque surgen de la teoría conven-cional es que la apertura financie-ra facilita el acceso al financia-miento internacional y a compen-sar la escasez de ahorro interno.

    Sin embargo, numerosas evi-dencias indican que la apertura fi-nanciera puede convertirse enuna fuente de inestabilidad al fo-mentar el ingreso de capitales es-peculativos en momentos de augey facilitar su salida ante cambios

    reales en el mercado receptor, enlas percepciones de los agentesfinancieros o en algún punto delmercado internacional.

    Según Eichengreen y Mussa(1999) la liberalización puede pro-mover el acceso de fondos decentros off shore y a inversión ex-terna riesgosa. En tales condicio-nes los bancos y sus clientes seendeudan fácilmente en divisaspor lo cual una crisis de tipo decambio o una devaluación inespe-rada pueden minar la solvencia deunos y otros.

    Además, la liberalización de lacuenta corriente -que incrementala posibilidad de rápidos retiros decapitales- puede forzar a las auto-ridades nacionales a aumentar lastasas de interés para defenderuna divisa bajo ataque, lo cualpuede ser peligroso cuando el sis-tema bancario es ya frágil. Por lotanto, concluyen, la liberalizaciónfinanciera externa incrementa lasposibilidades de falta de confianzaen el sistema bancario y en el tipode cambio establecido y el riesgode crear un círculo vicioso des-tructivo.

    Según el citado trabajo de Ro-goff y otros (Prasad et al., 2003),“Es verdad que muchas econo-mías en desarrollo con un altogrado de integración financieraexperimentaron altas tasas decrecimiento. Es también verdadque, en teoría, hay muchos cana-les a través de los cuales la aper-tura financiera puede promover elcrecimiento. De todos modos, unexamen sistemático de la eviden-

    52 realidad económica 207

  • cia sugiere que es difícil estable-cer una relación causal robustaentre el grado de integración fi-nanciera y la performance de cre-cimiento del producto (...). Hay po-ca evidencia de que la integraciónfinanciera ayudó a los países endesarrollo a una mejor estabiliza-ción de fluctuaciones en el consu-mo o el crecimiento (...). De he-cho, nueva evidencia presentadaen este trabajo sugiere que bajosa moderados niveles de integra-ción financiera pueden haber he-cho a algunos países sujetos auna mayor volatilidad de consumoen relación con el producto. Por lotanto, si bien no hay pruebas enlos datos de que la globalizaciónfinanciera ha beneficiado el creci-miento, hay evidencia de que al-gunos países pueden haber expe-rimentado, como resultado, unamayor volatilidad en el consumo.(...). El ingreso promedio per cápi-ta del grupo de países en desarro-llo más abiertos financieramente,continúan los autores, crece a unatasa más favorable que aquellosdel grupo de economías menosabiertas financieramente. De to-dos modos, permanecen sin sercontestadas las preguntas de siesto refleja una relación causal yde si esa correlación es robusta.La literatura sobre este tema, vo-luminosa como es, no presenta uncuadro conclusivo. Unos pocostrabajos encuentran un efecto po-sitivo de la integración financieraen el crecimiento. No obstante, lamayoría no encuentra efecto o alo mejor, un efecto mixto. Por lo

    tanto, una lectura objetiva del vas-to esfuerzo de investigación reali-zado hasta ahora sugiere que nohay un fuerte, robusto y uniformeapoyo para el argumento teóricode que la globalización financieraper se conlleva una mayor tasa decrecimiento económico (...). Adi-cionalmente, algunos de los paí-ses con liberalización de la cuentacapital experimentaron colapsosde su crecimiento relacionadoscon costosas crisis bancarias ocambiarias” (Prasad et al., 2003:6,8 y 9).

    La integración financiera, sostie-nen los autores, no es una condi-ción necesaria: China e India al-canzaron altas tasas de creci-miento a pesar de tener una limi-tada y selectiva liberalización dela cuenta de capital. China se con-virtió en relativamente más abiertaa la inversión fija pero no a otrostipos de inversión. Mauricio yBotswana tuvieron, también, altastasas de crecimiento a pesar deque están relativamente cerradosa los flujos de capital. Por lo con-trario, Jordania y el Perú abrieronsus economías a los flujos de ca-pital y sus economías declinaron.

    Los autores encuentran, tam-bién, que en los años noventa (pe-ríodo de liberalización financiera)la volatilidad de las tasas de creci-miento en las economías emer-gentes se redujo, pero aumentó lavolatilidad en el consumo. Esto sehabría debido a que los países tu-vieron acceso procíclico al merca-do de capitales, es decir, que tu-

    53Volatilidad financiera y vulnerabilidad

  • vieron la oportunidad de financiaraumentos insustentables del con-sumo. La mayor volatilidad relati-va en el consumo se encuentra enlas etapas primeras de la aperturafinanciera mientras que en las eta-pas superiores la integración fi-nanciera parece favorecer la esta-bilidad macroeconómica. De to-dos modos, concluyen, esos be-neficios de la integración financie-ra habrían alcanzado principal-mente a los países industriales.

    El riesgo derivado de la aperturafinanciera es mayor cuando lossistemas financieros son mal re-gulados o funcionan con criteriosclientelísticos, como sucede enmuchos mercados periféricos.

    En este sentido, Eichengreen yMussa afirman: “La experienciaha demostrado que liberalizar lacuenta capital antes que el siste-ma financiero del propio país hayasido fortalecido puede contribuir aserios problemas económicos. Enparticular, la liberalización domés-tica y financiera aumenta el riesgode crisis si no está sostenida poruna robusta supervisión pruden-cial y regulación (y políticas ma-croeconómicas apropiadas). La li-beralización doméstica, al intensi-ficar la competencia en el sectorfinanciero, quita a los intermedia-rios el colchón de protección con-tra las consecuencias de prácticasde malos préstamos y mala admi-nistración”. Puede permitir a losbancos locales expandir activida-des riesgosas a tasas que exce-den su capacidad para manejar-

    las” (Eichengreen y Mus-sa,1999:5).

    “La liberalización externa, conti-núan, puede magnificar los efec-tos de políticas inadecuadas. Per-mitiendo la entrada de bancos ex-tranjeros, la liberalización externa,como su contraparte doméstica,puede estrechar los márgenes yquitar amortiguadores de los ban-cos contra pérdidas por présta-mos”.

    También el Banco Mundial(1998) enfatiza el peligro que im-plica la liberalización poco caute-losa de los sistemas financieros.Según el Banco, cuando se obser-va una actitud de excesiva ten-dencia al endeudamiento privadoy a la asunción de riesgos en uncontexto de abundantes entradasde capital y sistemas financierosprivados, es necesario adoptarplanteamientos amplios. En mu-chos casos ello obligará a aplicartipos de cambio más flexibles, unapolítica fiscal más estricta, una re-glamentación financiera másapropiada y rigurosa y, en casosnecesarios, restricciones a los flu-jos de capital. El objetivo de esasmedidas será reducir los ingentesingresos de capital y el repentinoauge del crédito interno que suelepreceder a las crisis financieras.

    Johannes Witteveen, ex directory luego asesor del FMI sostiene:“La creciente importancia de losflujos de capital privado a los paí-ses en desarrollo crea un serioriesgo de desórdenes en el proce-so de desarrollo. Esos flujos de

    54 realidad económica 207

  • capital, y especialmente las inver-siones de portafolio, pueden seraltamente volátiles. En un períodode expansión cuando las perspec-tivas parecen rosadas, los ingre-sos de capital pueden acelerarsemás allá de la capacidad de ab-sorción de algunos países. Puedeentonces ser tentador para los go-biernos y las firmas privadas to-mar prestado en los mercados decrédito internacional -en algunoscasos aun en corto plazo y en di-visas. De este modo, puede desa-rrollarse una seria situación de so-breinversión con un gran déficit enla cuenta corriente del balance depagos” (Witteveen, 1998:21).

    La responsabilidad de losorganismosinternacionales

    Autores provenientes de la orto-doxia o pertenecientes a ella en-cuentran que los organismos fi-nancieros tuvieron responsabili-dad en la generación de crisis,además de agravar el costo de lasalida de éstas.

    Las críticas más fuertes y sólidassobre este punto provienen quizáde Joseph Stiglitz, quien las havolcado en una multitud de artícu-los. En uno de ellos el Premio No-bel, profesor de Columbia Univer-sity sostiene que “las altas tasasde interés que el FMI recomendóen nombre de la estabilización,condujeron a quiebras masivas ydestrucción de capital. Antes quepromover economías establescon crecimiento más rápido y ta-

    sas de interés más bajas, lasprescripciones simplistas del FMIsobre la liberalización de los mer-cados de capitales y financierofrecuentemente resultaron en loopuesto: sectores financieros co-lapsados, costos de financiamien-to prohibitivamente altos, disloca-ción social extendida y turbulen-cias políticas. ¿Qué salió mal? Sesuponía que las políticas de ajus-te del FMI y el Banco Mundial,combinando liberalización comer-cial con política monetaria estric-ta, dirigirían los recursos desdelos usos menos productivos a losmás productivos. En la práctica,no obstante, cuando la políticamonetaria restrictiva es imple-mentada sin una suficiente aten-ción al desarrollo de institucionesfinancieras orientadas hacia laprovisión de crédito a pequeñas ymedianas empresas locales, escasi imposible crear nuevos em-pleos y empresas. En país traspaís, los trabajadores desplaza-dos fueron de trabajos de bajaproductividad a desempleo deproductividad cero (…). El enfo-que del FMI sobre el mundo endesarrollo está cortado de la mis-ma tela neoliberal que la del Ban-co Mundial, con poca atención so-bre si ellos realmente encajan enla situación de los países que tie-nen que ayudar. El resultado ine-vitable ha sido la inhabilidad delFMI para manejar crisis, la incom-prensión de las necesidades delas economías en transición y elfracaso en la promoción del desa-rrollo” (Stiglitz, 2001)

    55Volatilidad financiera y vulnerabilidad

  • Otro dictamen contundente -ymenos difundido- sobre las fallasde desempeño del FMI, el BancoMundial y el BID, en la prevencióny tratamiento de las crisis fue pro-ducido por la Comisión de Aseso-res sobre Instituciones Internacio-nales de la Cámara de Represen-tantes de los Estados Unidos, pu-blicado en 2000 (International Fi-nancial Institutions Advisory Co-misión, 2000). La Comisión fue di-rigida por Allan Meltzer, profesorde Carnegie Mellon, asesor depresidentes estadounidenses,bancos y organismos financierosinternacionales, por lo que recibióel nombre de Meltzer Commis-sion. Estuvo integrada por figurasde renombre y de también incues-tionable pertenencia ortodoxa co-mo Jeffrey Sach, Charles Calomi-ris y Fred Bergsten, entre otros.

    En relación con el FMI, el infor-me sostiene que éste no tuvo lacapacidad de evitar a tiempo pro-cesos que desembocarían en cri-sis y que, una vez producidas, re-comendó medidas que tendierona reducir los costos de los agentesfinancieros y a cargarlos sobre lasespaldas de las poblaciones. Unode los casos citados es el del planBrady, aplicado en México en1985 con la intervención del FMI yel gobierno estadounidense, elcual ayudó a salvar bancos dejan-do a la población con una cuentaestimada en el 20% del PIB.

    Los autores consideran que, de-bido a las medidas del FMI, los

    bancos han logrado no hacersecargo de los costos que deberíanestar asociados con el fracaso delos préstamos de alto riesgo. Alrespecto citan un comentario delexperto Barry Eichengreen2 quiensostiene que en sus intervencio-nes poscrisis el FMI no estimuló alos bancos a compartir los costosde la crisis y que éstos encontra-ron que podrían usar el organismo"como un club en su batalla conlos gobiernos".

    La actitud del Fondo tuvo conse-cuencias posteriores ya que, se-gún la Comisión, difundió en elmundo financiero la señal de quelos prestamistas serían rescata-dos en caso de una nueva crisis,lo cual estimuló una nueva rondade préstamos arriesgados. "LaComisión, especifica el informe,no aprueba la política del FMI enAmérica latina en los ochenta y enMéxico en 1995 o en muchosotros casos. Los préstamos delFMI a esos países protegieroninstituciones financieras extranje-ras, de los Estados Unidos y deotros países, y a algunos inverso-res a gran costo para los ciudada-nos de los países deudores".

    Los hombres de Meltzer esti-man, también, que el FMI tienemucho poder en los países subde-sarrollados y que a menudo minala soberanía y el proceso demo-crático. "El staff del FMI, sostie-nen, frecuentemente admite (conorgullo) que el poder ejecutivo delas naciones prestatarias gusta de

    56 realidad económica 207

    2 Tomado de su libro Hacia una nueva arquitectura financiera internacional.

  • usar las condiciones del FMI paraobtener concesiones de sus legis-laturas. Mientras ese mecanismopuede algunas veces alcanzar re-formas deseables, frecuentemen-te lo hace cambiando el balancede poder dentro de los países enun modo que distorsiona el siste-ma constitucionalmente estableci-do de pruebas y balances". Y con-tinúa: "Los gobiernos del G-7, par-ticularmente los Estados Unidos,utilizan el FMI como un vehículopara alcanzar fines políticos"

    La Comisión informa que, segúnlos expertos consultados por ellaen el curso de su investigación,las intervenciones del FMI (seanasistencia estructural de largo pla-zo o manejo de crisis de corto pla-zo) no han sido asociadas con cla-ros beneficios económicos en lospaíses supervisados. "Numerososestudios de los efectos de lospréstamos del FMI han fallado enencontrar un lazo significativo en-tre el involucramiento del FMI e in-crementos en la riqueza o el ingre-so".

    ¿Qué hacer?

    Las recomendaciones para lospaíses emergentes en su relacióncon la globalización financiera de-penden del diagnóstico del cual separta.

    Para los teóricos del mercado fi-nanciero perfecto la alternativa si-gue siendo la liberalización de lacuenta de capital pero con el des-monte de las instituciones que ge-neran azar moral y, por lo tanto,

    estimulan la colocación inadecua-da de fondos.

    Esta propuesta consiste, en defi-nitiva, en liberar las fuerzas ciegasde los movimientos de capital y elpoder de los agentes financieros

    Una corriente de inspiración ins-titucionalista confía en que unabuena regulación del mercado através de normas prudenciales,transparencia y respaldos de últi-ma instancia razonables, puede almenos reducir el grado de trauma-tismo del funcionamiento del sis-tema.

    En esta línea, la CEPAL (1998)consideró que, más allá de la si-tuación macroeconómica de cual-quier país asiático o latinoameri-cano que haya sido afectado poresta inestabilidad, ella refleja, an-te todo, un problema fundamentalde la economía global: la enormeasimetría que existe entre unmundo financiero internacionalcada vez más sofisticado y diná-mico y la ausencia de un marcoinstitucional apropiado para regu-larlo. Las graves imperfeccionesde los mercados financieros y larápida expansión de fondos de ca-rácter especulativo, que explicansu volatilidad, exigen el desarrollode regulaciones prudenciales yesquemas de supervisión adecua-dos, así como de "prestamistas deúltima instancia".

    Evidentemente, un sistema pru-dencial más eficiente y transpa-rente contribuiría a reducir el nivelde riesgo sistémico y la volatilidadde capitales. Pero la historia de laregulación financiera muestra,

    57Volatilidad financiera y vulnerabilidad

  • desde sus orígenes, que los capi-tales se resisten exitosamente alos avances regulacionistas degobiernos e instituciones interna-cionales3 y que la posibilidad deuna “domesticación” del mercadofinanciero es remota en momen-tos en que, precisamente, el capi-tal financiero hegemoniza la lógi-ca del funcionamiento del capita-lismo globalizado.

    Desde los países emergentes seha planteado y, en algunos casosejecutado, la alernativa del con-trol de capitales como una formade proteger las economías de lasfluctuaciones del mercado. En es-ta línea Eichengreen y Fishlow(1998) recomiendan controles decapital para moderar el influjo decapitales de corto plazo y, diri-giéndose a los defensores del li-bre mercado, sostienen que si serenuncia a los controles se nece-sita un FMI expandido y dispositi-vos para intervenir más ordenada-mente en las crisis de la deudacuando ocurren.

    La persistencia en la volatilidadde capitales planteó la discusiónsobre la utilidad de los controlesde capital de corto plazo, posibili-dad admitida incluso por el FMI ensituaciones muy particulares.

    La experiencia más observadaen este tema fue la regulación so-bre ingreso de capitales de cortoplazo que establecieron transito-

    riamente Chile y Colombia,

    Según Edwards (1999), el siste-ma chileno (exigencia de depósi-tos no remunerados para inverso-res de corto plazo) no contribuyó aaumentar el plazo medio de ladeuda pero tampoco tuvo efectosobre el tipo de cambio, y tuvouno reducido sobre la tasa de inte-rés. Pero sí habría contribuido areducir las fluctuaciones del mer-cado de valores. De todos modos,los controles no evitaron que Chi-le sufriera consecuencias exter-nas de la crisis de 1997 y, comoderivación de ella, fueron levanta-dos para estimular el ingreso decapitales. Eichengreen (1999),por su parte, encuentra que enChile los controles de capitalesfueron efectivos.

    Según Ffrench-Davis y Villar(2003), las regulaciones de Chiley Colombia fueron exitosas en re-ducir la proporción de ingresos decorto plazo en el total de los ingre-sos de capital. También permitie-ron a las autoridades monetariasaumentar los intereses sin crearcondiciones para una mayor apre-ciación de sus monedas. Estoconstituyó una política anticíclicaque contribuyó a mantener balan-ces macroeconómicos más sus-tentables.

    De todos modos, señalan los au-tores, las medidas no evitaron elrápido proceso de acumulación de

    58 realidad económica 207

    3 Sobre este punto es sumamente ilustrativo el análisis de Fred Block (1989) sobre laresistencia del capital financiero a la regulación durante la discusión del acuerdo deBretton Woods.

  • deuda externa y de deterioro delbalance de cuenta corriente du-rante la segunda mitad de los no-venta.

    Sin embargo, las medidas pre-ventivas demostraron ser insufi-cientes. Algunos autores encuen-tran que varios países sufrieroncrisis a pesar de disponer de sis-temas preventivos que deberíanhaberlas evitado.

    Refiriéndose al caso mexicanoVelazco y Cabezas (1998) afir-man que México aumentó los re-querimientos de capital para forta-lecer los bancos en los noventapero igual cayeron no por fallas enla regulación sino porque esosinstrumentos son poco útilescuando las condiciones existentesprovocan la salida de capitales.

    Eichengreen y Fishlow, porejemplo, encuentran sorprendenteque en los años previos a la crisisTailandia tomara todas las medi-das que los expertos recomiendana los países con grandes ingresosde capital: austeridad monetaria;equilibrio fiscal; esterilización me-diante la colocación de bonos; au-mento de los requerimientos dereservas para los depósitos enbaths de no residentes y para latoma de préstamos de corto plazopor parte de los bancos; los prés-tamos bancarios en moneda ex-tranjera a sectores no generado-res de divisas dejaron de ser con-siderados como parte del activode los bancos. “La experiencia deTailandia, concluyen, revela la di-ficultad que tienen países con pe-

    queñas economías cuando tratande diseñar políticas para manejargrandes ingresos de capital. Ajus-tar la política monetaria y fiscal fuepenoso en un período en el quelas economías estaban desacele-rándose. Por una variedad de ra-zones políticas bien conocidas, esmuy difícil hacer grandes reduc-ciones de gastos en un corto pe-ríodo. Y si las tasas de interésmás altas pueden bajar la deman-da doméstica y la inflación, ellassólo atraerán fondos externos adi-cionales. Las operaciones de es-terilización aumentan la carga fis-cal de los gobiernos, que compraactivos externos de bajo rendi-miento a cambio de sus emisionesde deuda doméstica de rendi-miento más alto. Incrementar losrequerimientos de reserva en losbancos aumenta los costos ban-carios (...). Adicionalmente, porsupuesto, Tailandia cometió doserrores críticos. Primero, se adhi-rió a la política de fijar su tipo decambio dentro de una banda másestrecha. La fijación estimuló losingresos de capital porque los in-versores externos no fueron ame-drentados por el riesgo cambiario.Tailandia, como México, revelaronla bien conocida tendencia de quelos funcionarios, una vez compro-metidos con un tipo de cambio fi-jo, consideran la devaluación co-mo una admisión de fracaso y seadhieren a la fijación por demasia-do tiempo” (Eichengreen y Fish-low,1998:58).

    Otro de los requisitos planteadospor organismos y numerosos au-

    59Volatilidad financiera y vulnerabilidad

  • tores para reducir el impacto de lavolatilidad de capitales es el forta-lecimiento del sistema financiero yde sus normas prudenciales.

    Las propuestas de control demovimientos de capital de cortoplazo como las comentadas con-centran su atención en la reacciónde las economías receptoras anteel ingreso o salida de capitales,pero no toman en cuenta que elorigen de la volatilidad se encuen-tra en las características del mer-cado financiero y que las econo-mías -inclusive las grandes, comomostró la vulnerabilidad británicaante el ataque especulativo a la li-bra esterlina en 1992- no puedenaislarse en forma efectiva de esosmovimientos salvo que rompan to-da vinculación con el mercadomediante controles de cambios.

    De allí que la única forma de quelos controles tengan alguna efecti-vidad deben aplicarse en escalaglobal, como producto de unaacuerdo internacional o, cuantomenos en escala regional, comopropone la asociación ATTAC(Asociación por un Tributo a lasTransacciones financieras espe-culativas para ayuda al Ciudada-no).

    El pecado original de lalógica rentística

    Las medidas instrumentales de

    orden prudencial o regulatoriopueden contribuir, indudablemen-te a reducir la volatilidad de los ca-pitales y la vulnerabilidad de laseconomías ante las fluctuacionesde los mercados internacionales.

    Pero eso no toca uno de los nú-cleos del problema: el desarrollode formas de organización econó-mica basadas sobre la obtenciónde renta financiera, no sólo porparte de los agentes financierossino por agentes de los sectoresreales que operan de acuerdo conlógicas financieras o que tienennegocios en ambos campos delas economías4.

    Estos sectores dan enorme im-portancia y hasta prioridad a la es-tabilidad por encima del creci-miento, a la liberalización de losmercados por encima de la pro-tección y al respeto de los contra-tos internacionales por encima delos intereses del mercado internoy de la sociedad que depende delmismo porque la acumulación derenta financiera está ligada fuerte-mente con la estabilidad de pre-cios y de contratos y la libertad demovimiento de capitales.

    Esto se revela en que en los paí-ses en los que los actores domi-nantes están menos volcados a lalógica financiera, cuentan con po-líticas más prudentes y heterodo-xas, en lo que se refiere a la rela-ción con el mercado financiero in-ternacional.

    60 realidad económica 207

    4 Sobre este tema señala Moguillansky (2002;12) “los lazos entre lo real y lo financierose han mezclado a tal punto que una crisis que comienza en el sector real rápidamen-te se propaga al financiero y viceversa, potenciando sus negativos efectos”.

  • La expansión y la fortaleza delos sectores vinculados con la ren-ta financiera explican la persisten-cia de debilidades en los marcosregulatorios internacionales y na-

    cionales y, en consecuencia, a pe-sar de las costosas consecuen-cias de la volatilidad de los capita-les.

    61Volatilidad financiera y vulnerabilidad

    BibliografíaCEPAL (1998) “Declaración sobre la crisis financiera internacional”, en Panora-

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    Eichengreen, Barry y Fishlow, Albert (1998), “Contending with capital flows:what is different about the 1990s?”, en Miles Kahler (editor), Capital Flowsand Financial Crisis, editor. Cornell University Press, New York.

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    Prasad, Eswar, Rogoff, Kenneth, Sang-Jin Wei and Kose, M. Ayhan (2003), “Ef-fects of Financial globalization on Developing Countries: Some empiricalEvidence”. March 17, 2003. www.imf.org

    Stiglitz, Joseph. The IMF´s Missed Opportunity. Project Syndicate, September2001. www-1.gsb.columbia.edu/faculty/jstiglitz/links.cfm

    Velasco, Andrés y Cabezas, Pablo (1998), “Alternative Responses to Capital In-flows: a Tale of Two Countries”; en Miles Kahler (editor), Capital Flows andFinancial Crisis; Cornell University Press, New York .

    Witteveen, Johannes (1998), “Economic Globalisation in a Broader, Long TermPerspective: Some Serious Concerns”, en Jan Joost Teunissen (editor), ThePolicy Challenges of Global Financial Integration; Fondad. The Hague.

    World Bank (1998), Global Economics Prospects 1998/99, Washington.

  • 62

    Entre el miedo y la inseguridadEntre el miedo y la inseguridadciudadana: ¿hay lugar paraciudadana: ¿hay lugar paralos derechos humanos?los derechos humanos?

    Debates

    Mart ín Lozada*

    * Abogado. Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA), Argentina. Doctorando enDerecho Penal. Universidad de Barcelona, España. Profesor de Derecho Internacio-nal Público en la Universidad Fasta - Bariloche -Argentina-.Miembro de la AsociaciónAmericana de Juristas (AAJ). Juez Penal de la ciudad de S. C. de Bariloche, Argenti-na.

    Se encuentra muy difundida en nuestro entorno la tendencia a asimi-lar, sin más, la inseguridad con el crimen. Es decir, con hechos violen-tos que afectan la vida o la integridad física o sexual de las personas,así como sus bienes, todos ellos de naturaleza estrictamente policialy mediáticamente convocantes. La ausencia de seguridad puede serenfocada, no obstante, de modo más amplio, como comprensiva denecesidades y aspiraciones que encuentran numerosos obstáculosen la vida cotidiana, tales como el desempleo, las enfermedades, lafalta de previsión, y también, por supuesto, el delito. Este último con-stituye una de las manifestaciones que adopta la inseguridad en nue-stros días y no, en cambio, su exclusiva causa generadora. Verlo deotro modo, amén de un error epistemológico, ha contribuido a gene-rar una inflación punitiva que poco favor le ha hecho a la prevenciónefectiva del delito.La solución a los problemas de la seguridad está muy lejos de ser al-

    canzada mediante la sola intervención del aparato policial y la mani-pulación arbitraria de las figuras penales y sus montos punitivos.

  • 63Entre el miedo y la inseguridad

    En el año 1986 el sociólogo Ul-rich Beck, profesor de la Universi-dad de Munich, publicó una obraemblemática titulada "La sociedadde riesgo: hacia una nueva mo-dernidad"1. La obra fue escrita a lasombra de las catástrofes deChernobil y Bhopal, indicadorespara Beck de un riesgo onmipre-sente e intrínseco a la actividadhumana en una etapa que combi-na el desarrollo tecnológico de úl-tima generación con las más va-riadas formas de indigencia y pre-cariedad social

    Transcurrieron algunos añosdesde entonces y aquel riesgo seha transformado en un intensomiedo que inunda las emocionescolectivas. La sociedad del miedoquedó inugurada con los bien re-cordados sucesos ocurridos el 11de septiembre de 2001, los quepretendieron brindar cierta legiti-midad a la imposición de un esta-do de excepción global. Un régi-men de facto planetario llamado aechar por tierra algunos de losprincipios más consustanciales alliberalismo político y a la legalidadque, desde la Ilustración en ade-lante, creció bajo su sombra.

    Así es que no hubo y no hay po-sibilidades de aplicar las Conven-ciones de Ginebra para los deteni-dos afganos en la base militar deGuantánamo. Así, en la Argenti-na, es que se produce un hito le-gislativo acaso sin precedente: laconcesión de plenos poderes a

    las víctimas, o mejor dicho, a unasola de ellas, para que legisle im-buida de su angustia y de toda sufrustración. No se trata de negar eldolor de quien, como Juan CarlosBlumberg, ha perdido a su hijo encircunstancias tan dramáticas.Pero de allí a conferirle plena po-testad para sancionar y modificarleyes en un ámbito tan sujeto acomplejidades técnicas, como re-sulta ser el inherente a la legisla-ción procesal-penal, hay una bre-cha muy grande, cuyo salto nopuede sino ser mirado con algúngrado de sospecha.

    Crimen e inseguridad

    Se encuentra muy difundida ennuestro entorno la tendencia aasimilar, sin más, la inseguridadcon el crimen. Es decir, con he-chos violentos que afectan la vidao la integridad física o sexual delas personas, así como sus bie-nes, todos ellos de naturaleza es-trictamente policial y mediática-mente convocantes.

    La ausencia de seguridad puedeser enfocada, no obstante, de mo-do más amplio, como comprensi-va de necesidades y aspiracionesque encuentran numerosos obstá-culos en la vida cotidiana, talescomo el desempleo, las enferme-dades, la falta de previsión, y tam-bién, por supuesto, el delito.

    Este último constituye una de lasmanifestaciones que adopta la in-

    1 La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad. Paidós Básica, Barcelona,1998.

  • 64 realidad económica 207

    seguridad en nuestros días y no,en cambio, su exclusiva causa ge-neradora. Verlo de otro modo,amén de un error epistemológico,ha contribuido a generar una infla-ción punitiva que poco favor le hahecho a la prevención efectiva deldelito.

    Para evitar este desvarío las Na-ciones Unidas viene desde 1994elaborando otros modelos en ma-teria de seguridad, que tienden aresaltar aspectos del fenómenoque lejos están de quedar circuns-criptos a su faz policial. Tal es elcaso del concepto "seguridad hu-mana"2, el cual propone desarro-llar un enfoque multidimensionalde la seguridad que abarque nosólo los aspectos policiales, sinotambién las coordenadas econó-micas, sociales, sanitarias y am-bientales.

    Tan sólo provistos de una con-cepción amplia y suficientementecomprensiva del dilema seguri-dad/ inseguridad es posible abor-dar el estudio de las causas delaumento del delito experimentadopor la sociedad argentina. Para locual, en función de su compleji-dad, será necesario recurrir a losrecursos técnicos y teóricos, perotambién a los hallazgos prácticos,de diversas disciplinas como re-

    sultan ser la economía, el desa-rrollo social, la estadística, la cri-minología, la cultura, la educa-ción, la ética y los valores.

    Especial trascendencia dentrode este esquema tiene el vertigi-noso deterioro de las condicionessociales experimentado durantelas últimas décadas. La caída delos pilares sociales del Estado, suretracción y su paulatina desapari-ción de áreas claves de la vida so-cial trajo aparejada, para ampliossectores de nuestra población, laimposibilidad de acceder a losservicios básicos de salud, educa-ción y vivienda.

    Este deterioro, sin e