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PARQUE REGIONALPICOS DE EUROPA
PATRIMONIOCULTURAL
LA ARQUITECTURA TRADICIONAL
El rasgo más destacado de la arquitectura popular es la primacía de lapiedra y de la madera. La primera se utiliza en forma de mampuestos
en el aparejo de los muros, en tanto que la madera adopta formasartísticas en los balaustres de los corredores, a la vez que puede cons-
tituir por sí misma el elemento básico en el caso de los hórreos. Lascubiertas de cuelmos de centeno han sido sustituidas por las de teja.
Las casas aparecen formandouna unidad básica integrada por
la vivienda y otras construccionesanejas, destinadas a pajares y
cuadras. Asociados a ella seencuentran también los hórreos,quizás el elemento más conocido
de la arquitectura popular de estazona de la montaña, destinados aalmacenar granos y otros produc-
tos agrícolas. Son pequeños, deplanta rectangular, realizados enmadera, y sostenidos sobre cua-tro pies también de madera o de
piedra, ligeramente troncocóni-cos, denominados pegollos. La
cubierta es de teja, con vertientea dos o a cuatro aguas. Los con-juntos más nutridos se conservan
en los municipios de Prioro,Valdeón y Sajambre. En este últi-
mo aparece además algún ejemplo aislado de panera —sostenida porun mayor número de apoyos— por influencia asturiana.
Otras construcciones de interés son los molinos y batanes. Se trataigualmente de edificios de pequeñas dimensiones y de planta rectan-
gular. La propiedad por lo general solía estar dividida entre variosvecinos, que compartían la molienda por riguroso turno. En su mayo-
ría son molinos rastreros —que funcionaban sólo en determinadasépocas de año, según el caudal— y de una sola muela.
Recientemente se ha reconstruido el molino de Vegacerneja.
Los batanes o pisones son unos mecanismos de fundamento hidráu-lico, que se alojaban en edificios de arquitectura similar a los molinos.Contaban con gruesos mazos de madera movidos por un eje horizon-tal, destinados a golpear y desengrasar los tejidos una vez confeccio-nados en el telar, con el fin de darles apresto. En la actualidad única-
mente se conserva en pie el de Espejos de la Reina.
La vivienda propiamente dicha cons-ta de dos plantas. La pieza funda-mental es la cocina, con el hogar for-mado por losas de piedra en torno alcual se dispone el escaño. Aquí sesitúa también el horno para cocer elpan, que suele estar situado en unade las esquinas. En la planta superiorse encuentran los dormitorios, abier-tos a la fachada, en la que sobresaleel corredor de madera, generalmenteresguardado por prolongaciones delos muros de ambos costados.
Al lado de estas modes-tas construcciones tradi-cionales sobresalen igual-mente otros edificios sin-gulares, como las casassolariegas o la excepcio-nal escuela de prime-ras letras de Soto deSajambre, fundada en1906 por un vecino ybenefactor del pueblo, D.Felix de Martino, quien ladotó además de intere-santísimo material peda-gógico, muy por delantede su tiempo.
La madera y la piedra son los protagonistasde un patrimonio arquitectónico del que
todavía nos quedan buenas muestras disper-sas por el espacio protegido. El hombre supoadaptar estos materiales que proporcionabael medio a los usos tradicionales, a un climaduro y a un relieve accidentado, caracteri-
zando así una tipología constructiva especial.Desde hace pocas décadas, los nuevos
materiales y la posibilidad de trasportarlossin excesivo esfuerzo al último rincón de
estas montañas ha transformado el paisajeurbano de forma notable.
Iglesia parroquial de Prioro
Corredor en Tejerina
Casa tradicional. Pío
Torreón de los TovarBoca de HuérganoCasa con corredor en Vegacerneja
Portada románica reinstaladaen el cementerio actual de
Siero de la Reina
Detalle del capitel
Material didáctico de la escuela de Soto de Sajambre
Hórreo de Maraña
Interior del batán deEspejos de la Reina
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Tolva del molino Tarandín,en Boca de Huérgano
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PATRIMONIO HISTÓRICO
El Sector Occidental del Parque tiene en Puebla de Lillo su principalpunto de referencia, donde se levanta el torreón señorial construido en laprimera mitad del s. XV por Diego Fernández de Quiñones. La poblacióncuenta además con un bello conjunto de casas solariegas blasonadas,iglesia del s. XVI, y en las afueras la ermita de la Virgen de las Nieves,barroca del s. XVIII. Orones posee una iglesia situada fuera del cascourbano, bajo la advocación de Santa Eugenia, que presenta una cabece-ra plana románica, y un buen retablo barroco.
En el Sector Oriental del Parque, el rasgo característico de la zona es supatrimonio monumental rescatado. En Riaño se levanta la iglesia de LaPuerta, que alberga unas singulares pinturas murales de principios delgótico y un via crucis barroco del s. XVIII, que se le superpone. En lamisma localidad se encuentra también la iglesia de San Martín, originariade Pedrosa del Rey, de los s. XVI y XVII, con una réplica de la portada ro-mánica del s. XII que actualmente se puede contemplar en el cementeriode Siero. Es igualmente notoria la iglesia de Nuestra Señora deQuintanilla, patrona de Riaño, obra del s. XVIII, que se alza donde el va-lle de Carande desemboca en el embalse.
Vegacerneja posee una iglesia detraza románica bastante remodela-da, con la espadaña separada delresto del edifico, aunque lo másllamativo son las pinturas muralesdel s. XVI. Burón es un pueblo re-construido en gran medida. Sobre-sale el Palacio de los Gómez Caso,renacentista, a imitación de las ca-sonas asturianas, en tanto que elde los Allende, levantado a princi-pios del s. XX, permanece desmon-tado a la espera de su ubicacióndefinitiva. En Acebedo la torre-campanario de la iglesia se super-pone a una fortificación medievalrodeada por un foso anular.
Torreón
Iglesia de La Puerta. Pinturas del ábside
Iglesia de nuestra Señora de Quintanilla
Palacio de los Gómez Caso
Túmulo de Vegabaño
Iglesia de Santa Eugenia
Nuestra Señora de Santa María, conocidatambién como la catedral de la montaña
Iglesia de Santa Águeda.Frescos y espadaña
Portada románica
Lois es Conjunto Histórico Artísti-co que conserva un nutrido con-junto de casas blasonadas, desta-cando el palacio de los ÁlvarezReyero, levantado en 1795, y lacasa llamada del Obispo. Pero so-bresale ante todo su iglesia de es-tilo neoclásico, consagrada en1764 y construida en piedra demármol rojo veteada de la zona.
Desde Las Salas se puede iniciarun recorrido por el denominadoCamino Real, a lo largo de aproxi-madamente 10 km hasta Valdoré.Se trata de una supuesta calzadaromana de tipo secundario que re-montaba el curso del Esla por sumargen izquierda. Se documentaya en el año 958.
Oseja, cabecera del valle de Sajambre,tiene una notable iglesia neoclásicaconstruida en 1855, así como una des-tacada muestra de arquitectura civil ensu ayuntamiento, del s. XIX. DesdeSoto se puede emprender la ruta haciaVegabaño, donde se localizan varios tú-mulos vinculados con el fenómeno me-galítico, desarrollado desde finales delIV hasta el II milenio a. C. Otra ruta al-ternativa es la Senda del Arcediano, re-parada y abierta en parte en el s. XVIIpor el arcediano de Villaviciosa, naturalde Oseja, para unir los viejos caminosreales que ascendían por las márgenesdel Esla y el Sella.
En el valle de Valdeón destacan Sotode Valdeón con la iglesia de SanPedro del s. XVI por su bóveda de cru-cería y el retablo renacentista, y la er-mita dedicada a la Virgen Blanca, ytambién Posada, con una iglesia de loss. XVI y XVII, dedicada a Santa Eulalia.
En Boca de Huérgano se levantaba el Castillo de los Tovar, posi-blemente de finales del s. XIV, reducido hoy a un maltrecho torreóncuadrado. Este pueblo posee también un hermoso puente sobre elrío Yuso (s. XVIII), realizado en sillería, con una elevación central tí-pica de los puentes medievales. Este territorio, conocido comoTierra de la Reina, conserva tres exponentes de la arquitectura ro-mánica: además de la sencilla portada de la iglesia de Siero de laReina, hay que añadir la portada del cementerio de esta localidad,y la singular portada apuntada de la iglesia de Besande, estas dosúltimas con evidentes paralelismos en la técnica y el estilo.
Prioro cuenta con una iglesia del s. XVIII, barroca, y la ermita delSanto Cristo, también barroca aunque remozada, que ostenta sobrela puerta el escudo de los Prado, de Renedo de Valdetúejar, con unleón rampante. En Tejerina puede visitarse la ermita de la Virgende Retejerina, obra atribuida al s. XIV, con reformas posteriores.
Necrópolis de El Barrejo
Iglesia de La Asunción
En Cordiñanes, a pocos metros del cauce del río Cares en sumargen derecha, se conserva el yacimiento arqueológico de ElBarrejo, una necrópolis plenomedieval con tumbas de lajas ybloques de caliza, descubierta en 1995. Algo más abajo está laermita de la Virgen de Corona, patrona del valle de Valdeón,donde la leyenda refiere que fue coronado rey don Pelayo.
Ermita de laVirgen deRetejerina
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PARQUE REGIONALPICOS DE EUROPA
VEGETACIÓN
Los bosquesLos bosques conforman uno de los conjuntos de ecosistemas másricos, diversos y especializados del planeta. En el Parque Regional
están representados por distintas formaciones perfectamente adapta-das tanto a la dura climatología reinante, como a las exigencias parti-culares, tanto orográficas, como edáficas y geológicas, que aparecen
condicionando de forma local a las asociaciones vegetales.
Los hayedos se extienden por todo el parque, ocupando preferente-mente las laderas de umbría, sobre suelos profundos y frescos. Sonbosques de escasa luminosidad interior, debido a la frondosidad del
dosel de copas, que no permite la existencia de un sotobosque verda-dero, aunque si aparecen con relativa frecuencia otras especies comoel acebo, el tejo, o el arándano. En muchas zonas, sin embargo, justo
antes de la salida de la hoja, se producen floraciones espectacularesde plantas bulbosas, como el jacinto estrellado, que pasan totalmente
desapercibidas el resto del año.
Los robledales albares hanquedado relegados a las laderasde solana, sobre suelos sueltosy profundos, constituidos nor-
malmente sobre areniscas ycuarcitas. Suelen estar acompa-ñados de un rico y diverso soto-bosque, que incluye entre otros,
serbales, mostajos, acebos,piornos y manzanos silvestres,
además de un amplio elenco deplantas herbáceas. También
aparecen frecuentemente en loshayedos, de forma aislada,
grandes ejemplares de roble,como testigos de su amplia dis-
tribución pasada.
Las solanas sobre roquedos cali-zos, son ocupadas por encina-res de porte arbustivo que con
su frugalidad son capaces desobrevivir en estas duras condi-
ciones de escasez de suelo ysequía edáfica. Y aún más austeros son los sabinares albares, que
mantienen sus mejores representaciones en las laderas calizas del surdel Parque. En estas zonas, aquellas vaguadas sureñas con mejor
suelo están ocupadas por quejigos, lo que proporciona en otoño unospaisajes de increíble diversidad cromática.
De los pinares que afinales de la última gla-
ciación dominaban el pai-saje del Parque ha resis-tido tan solo uno de pino
albar, que mantieneincluso una especie
exclusiva de estos bos-que boreales: el
Equisetum sylvaticum.Estos pinares, de una
gran rusticidad, se hanextendido a otras zonas
del Parque medianteforestaciones a lo largodel último siglo, sobre
laderas degradadas de brezal.
Los matorralesEl tipo de formación más abundante en el parque son los matorrales y
en particular los brezales (Erica australis), a los que ha ayudadoenormemente en su expansión la cultura ganadera tradicional que conla quema recurrente de laderas para pastos, ha conducido a situacio-
nes edáficas de gran pobreza por la erosión subsiguiente. Sobre laspendientes calizas, en vez del brezo aparece la aulaga (Genista hispa-
nica), pinchuda, de porte almohadillado, que realiza una importantelabor de protección del escaso suelo de estos roquedos.
En los claros y lindes del bosque aparecen piornales de gran talla(Genista florida), junto a otros matorrales propios de la linde del bos-que y que forman parte del que aparece en los setos y divisorias de
fincas del fondo de valle, como endrinos, majuelos, boneteros, pudios,avellanos, cerezos de racimo, zarzamoras y groselleros, entre otros.
Por encima de los bosques, el matorral de ladera se caracteriza porespecies de menor talla como brecinas y arándanos que tapizandensamente las laderas, constituyendo estos últimos un recurso tró-fico de primera importancia. En las zonas de menor pendiente apa-recen piornales (Genista obtusirramea) y a mas altitud escobona-les serranos (Cytissus oromediterraneus). En las zonas de unamayor influencia atlántica, y sobre suelos desarrollados aparecen lostojares, que tienen su más extensa y casi única representación enlas inmediaciones del Puerto de Tarna.
En las zonas más altas aparecen matorrales claros, con portes queapenas sobresalen del suelo, formados básicamente por enebrosrastreros y sabinas enanas como especies más representativas.
Prados y pastizalesEstos dos tipos de formaciones vegetales, que son creadas y mante-nidas por el ganado doméstico, han sustentado durante siglos la eco-nomía tradicional ganadera de la zona.
Los prados se sitúan en el fondo de valle, estando formados porespecies herbáceas de porte alto y con una moderada resistencia alpastoreo, presentando un pico de producción marcado en primavera,que se destina preferentemente a la siega, y otro menor en otoñoque habitualmente se pasta. De esta forma los excedentes almacena-dos tradicionalmente como heno permiten el mantenimiento delganado propio estabulado durante los largos inviernos de la montañaleonesa. En la primavera, antes de que comience el desarrollo enaltura del pasto, éste se viste de color, siendo llamativa la espectacu-lar floración de los capilotes o narcisos de los prados.
Los pastizales, formados por herbáceas de talla media a baja, e ido-neidad para su explotación pastoril, presentan un ciclo de produccióndependiente de la altitud a la que se sitúan, permitiendo una explota-ción escalonada temporalmente. Son características especies muy vis-tosas como numerosas orquídeas, que ofrecen en primavera singula-res mezclas de colores.
Los pastizales de altura, constituyen un recurso abundante y muyestratégico por presentar su momento de máxima producción enpleno verano, cuando el resto de los pastos se han agostado ya. Asílos conocidos como «puertos pirenaicos» eran los reservados tradicio-nalmente para los rebaños trashumantes de merinas.
Vegetación de riberaLas inmediaciones de los cursos de agua presentan unas condicionesde humedad permanente que permite el desarrollo de una vegetaciónespecializada, que tiene una gran importancia en el control de la ero-sión y en la supervivencia de la fauna piscícola.
En las zonas bajas delParque existe un cortejoarbóreo formado básica-mente por chopos delpaís, fresnos y saucesblancos. Según subimosen altitud va apareciendoel chopo temblón, y final-mente las saucedasarbustivas integradaspor varias especies entrelas que sobresale el Salixcantabrica, endémico deesta cordillera.
Lejos de lo que podríamos esperar en unterritorio tan agreste e inaccesible como esel Parque Regional de Picos de Europa, lavegetación ha sido modificada de forma
intensa por la explotación humana del terri-torio a lo largo de la historia. La ganadería,
con el fuego como principal aliado, ha sido laactividad que ha relegado las masas bosco-sas a empinadas laderas y ha transformado
en verdes prados el fondo de los valles.Hayedo del Pando
Matorral y pastos de altura en Anciles
Hojas de roble albar
Prados en fondo de valle. Polvoredo
Sauceda a orillas del río Dueñas
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Bosques, pastizales y brezales. Pandetrave
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Pinar de Lillo
Hábitats prioritarios de la Directiva Europea
El Parque Regional está reconocido como «Lugar de Interés Comunitario»(LIC), debido entre otras razones al buen estado de conservación de una
serie de hábitats naturales que se consideran prioritarios, y cuya conservaciónsupone una especial responsabilidad.
Las turberas son formaciones vegetales sobre terrenos que permanecenencharcados todo el año, y se caracterizan por la acumulación progresiva devegetación que crea «suelos almohadillados». Con un menor nivel de enchar-camiento aparecen los brezales húmedos atlánticos de Erica ciliaris y Ericatetralix, que también tienen una importante representación en el Parque.
Los sabinares son bosques abiertos de sabina alba que sobreviven en loscantiles calizos de la zona meridional del Parque.
La Drosera sp. es unaplanta frecuente en
estas turberas
Sabinar de Crémenes
Gamón
Serbal de cazadores o capudre
Pudio, escuernacabras
Ramita de tejocon sus frutos
Vegetación de ribera en el río Grande
Tojares y brezales enel Puerto de Tarna
En la mayoría de los ríos de esta comarca la formación de ribera esmínima dada la fuerza erosiva del agua torrencial y del poco sustra-to fértil en las orillas, característica de los tramos altos de los ríos
Prado de siega enSoto de Sajambre
Fresno de hoja grande
Salguera negral
Rama de haya con hayucos
Brecina
Hojas de álamo temblón
Valle de Guspiada
Roble rebollocon amentos
Robledal adehesado en SajambreEl acebo ofrece ali-mento y refugio a lafauna en invierno
Roble albar
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Hayedo de Pinzón
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PARQUE REGIONALPICOS DE EUROPA
FAUNA
La alta montaña
La crudeza del invierno cantábrico y una primavera fugaz dan paso aun verano seco y caluroso; unas severas condiciones que motivan laausencia casi total de árboles, pero permiten el desarrollo de pastos
que alimentan en verano a los rebaños trashumantes.
Entre las peñas y praderas se mantienen enebros y algunas manchasde brezos y piornos, donde habitan las especies más significativas delas zonas altas del Parque, como la liebre de piornal y la perdiz par-
dilla. Otras pequeñas aves como bisbita alpino, acentor alpino, trepa-rriscos, roquero rojo, chovas piquirroja y piquigualda, etc. acompa-
ñan con sus vuelos y reclamos insistentes la vasta extensión de rocay pastizal que define estas latitudes.
Los fondos de valle. Las vegas
Quizá la fauna más frecuente de estas zonas sea el ganado domésti-co, principalmente vacas y yeguas, aunque hay más animales que
comparten con ellos las numerosas vegas del parque. Corzos y cier-vos son los más madrugadores, bajando a comer al amanecer en lospastos, y volviendo a sus sesteaderos con las primeras luces. El jaba-lí, de hábitos más nocturnos, se ha ganado la enemistad de ganade-
ros y agricultores que ven como hoza en pastizales y sembrados.
La ornitofauna es abundante y variada, pues son muchas las peque-ñas aves que habitan en los setos cercanos a las praderas. Las más
características son escribanos, lavanderas, mirlos, pinzones, pardillos,golondrinas, vencejos, y algunos de mayor tamaño como cornejas ochovas. La presencia de abundantes roedores y pajarillos en campo
abierto, convierten a estas zonas en inmejorables cazaderos para lospredadores habituales: ratonero, milanos, cernícalo común, tejones,
gato montés y zorro, que campean por los fondos de valle.
Los pueblos
La mayoría de los pueblos mantienen aún una estructura tradicional,con las casas de piedra y teja árabe rodeados de pequeños huertos,
abrevaderos para ganado, viejos pajares y algunas fincas dedicadas alpasto. Todo ello propicia la existencia de una fauna muy relacionada
con este entorno rural, que convi-ve estrechamente con sus habi-tantes humanos. Se trata de lasespecies generalistas, entre las
que destaca el gorrión, estornino,golondrina común, avión común,colirrojo tizón, urraca y cigüeña
blanca. Otras utilizan viejas cons-trucciones, como las lechuzas, los
tritones palmeados —que viven enlos abrevaderos— o las ranas y
sapos que se aprovechan de laspresas de riego de las huertas.
Zonas de matorral
La intensa actividad humana en la montaña cantábrica ha contribuidoa crear zonas de matorral —brezales y piornales—, como consecuen-cia del abandono de pastizales y cultivos. Entre la maraña de brezos ypiornos, habita una rica comunidad de fauna y algunos pajarillos:acentor común, curruca rabilarga, escribano hortelano, encuentranentre sus ramas un lugar idóneo para sus nidos e innumerables insec-tos como alimento.
Oso y jabalí aprovechan el matorral para sestear junto con ciervo,perdiz roja y parda, de manera que tal variedad de presas motiva lapresencia habitual de lobo y zorro. Estas áreas se convierten ade-más en un buen refugio de invierno para la mayoría de estas espe-cies, acogiendo también a zorzales alirrojos y charlos, que prove-nientes de otras latitudes más frías hibernan en estos parajes.
Los bosques
La variedad de bosques queencontramos dentro del par-que aporta mayor diversidadde fauna, entre la que seencuentran dos de las especiesmás emblemáticas de la cordi-llera, el urogallo cantábrico yel oso pardo, cuya superviven-cia depende de la conservaciónde estas masas forestales.
Asociados a los árboles encontraremos ardillas, lirones y pequeñas avescomo carboneros, agateadores, herrerillos, trepadores y pájaros carpin-teros —pito real, pito negro, pico picapinos y pico mediano—. En elsuelo, ratones, ratillas, topillos y musarañas consumen semillas e insec-tos, convirtiéndose a su vez en alimento para el azor, cárabo, búhochico o la marta, frecuentes en hayedos y robledales cantábricos.
Con la llegada de las nieves, la actividad animal se ralentiza. Con todo,encontraremos huellas de martas, zorros y liebres sobre el manto blan-co, o veremos petirrojos, pinzones, camachuelos, carboneros, agatea-dores y trepadores en frenética actividad buscando alimento.
Ríos, arroyos y riberas
La trucha común es la reina indiscutible de estas corrientes, acompa-ñada en determinados tramos por bogas, escallos, bermejuelas,gobios y colmillejas. Los cursos de agua constituyen también hábitattípico de algunos mamíferos como el desmán ibérico y la nutria.
Asociada a los ríos y sus bosques de galería existen una gran diversi-dad de aves y así encontramos fácilmente garza real, ánade real,mirlo acuático, andarríos chico, lavandera cascadeña, ruiseñor bastar-do, etc. Ciertas especies de aves acuáticasaprovechan los embalses como el somurmujolavanco, zampullín chico, cerceta común yánade real, a los que se incorporan invernan-tes como el porrón común y moñudo, gaviotareidora y cormorán grande.
El Parque Regional está formado por unmosaico diverso que propicia el asentamien-to de gran variedad de fauna que aprovechalos recursos que éste ofrece. Los animales
utilizan a lo largo del año diferentes ecosiste-mas buscando pareja, alimento o refugio,incluso cuando el intenso frío y las nieves
cubren buena parte del territorio.
Escribanohortelano
Huella de lobo
Apolo
La lagartija de turberavive cerca de arroyos,
zonas encharcas ybosques húmedos
Tejón
Collalba gris, frecuenteen zonas abiertas
Corzo y cuerna tras el desmogue
Pico mediano
Rana bermeja
Desmán ibérico
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urogallo cantábrico
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ciervo rojo
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lagartija serrana
perdiz pardillamarta
oso pardo
murciélago orejudo dorado
gorrión alpino
alcaudón común
alimoche
chova piquigualda
rosalía
pito negro