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68 Enrique Inti García Sánchez Kenneth F.Greene ENCUESTAS DE OPINIÓN PÚBLICA EN LAS CAMPAÑAS ELECTORALES A LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA 2012 Nota Introductoria SERIE COMENTARIOS A LAS SENTENCIAS DEL TRIBUNAL ELECTORAL

Forros Libro Tribunal - portales.te.gob.mxportales.te.gob.mx/publicaciones/sites/default/files//archivos... · 2008 del Mejor Libro en Estudios de Democratización por la Asociación

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    Doctor en Ciencias Polticas por la Universidad de California en Berkeley, 2002 y Profesor Asociado, Departamento de Gobierno de la Universidad de Texas en Austin desde 2010.

    Es autor del libro Why Dominant Parties Lose: Mexicos Democratization in Comparative Perspective (Cambridge University Press, 2007) que gan el Premio 2008 del Mejor Libro en Estudios de Democratizacin por la Asociacin Americana de Ciencias Polticas.

    Actualmente, es Investigador Principal del Estudio Panel Mxico 2012 que es una serie de encuestas de opinin pblica dedicada a estudiar los efectos de las campaas para la presidencia en el comportamiento electoral.

    En este nmero de la serie Comentarios a las Sentencias del

    Tribunal Electoral Kenneth F. Greene analiza el uso de encuestas

    de opinin y su supuesta influencia sobre los electores y las

    distintas fuerzas polticas. Aqu, afirma que en democracias

    multipartidistas en ciernes el uso de encuestas electorales puede

    ayudar a tomar decisiones estratgicas; sin embargo, apunta que

    su uso excesivo puede erosionar la confianza de la poblacin,

    principalmente cuando sus resultados no tienen relacin con la

    realidad. Aunque el anlisis se centra en la eleccin presidencial

    de 2012, el autor tambin ejemplifica el uso de encuestas en las

    campaas electorales de 2000 y 2006.

    CONSULTA:http://portal.te.gob.mx/publicaciones

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    Otros ttulos de la serie

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    68

    Enrique Inti Garca Snchez

    Kenneth F.Greene

    ENCUESTAS DE OPININ PBLICAEN LAS CAMPAASELECTORALES A LA PRESIDENCIA DE LA REPBLICA 2012

    Nota Introductoria

    SERIE COMENTARIOSA LAS SENTENCIASDEL TRIBUNAL ELECTORAL

    SERIE COMENTARIOSA LAS SENTENCIASDEL TRIBUNAL ELECTORAL

    Kenneth F. Greene

    66. Intervencin de servidores pblicos y uso de recursos pblicos en procesos electorales

    Ral Carranc y Rivas

    65. Eleccin presidencial de 2012: anlisis de su impugnacin

    Sal Lpez Noriega

    64. Justicia de la eleccin presidencial mexicana en 2012

    Gustavo Lpez Montiel

    63. Suspensin de derechos polticos por causa penal

    Daniel Tacher Contreras

    62. Libertad de expresin y adquisicin de tiempos en radio y televisin

    Guillermo Antonio Tenorio Cueto

    61. Cmo sancionar el rebase de topes de gastos de campaa? Un ejemplo de lo que no funciona

    Ana Laura Magaloni Kerpel y Karla Prudencio Ruiz

    68 Encuestas de Opinin

  • ENCUESTAS DE OPININ PBLICA EN LAS CAMPAAS ELECTORALES A LA

    PRESIDENCIA DE LA REPBLICA 2012

    COMENTARIOS A LA SENTENCIASUP-JIN-359/2012

    Kenneth F. Greene

    NOTA INTRODUCTORIA A CARGO DEEnrique Inti Garca Snchez

    68 SERIE COMENTARIOSA LAS SENTENCIASDEL TRIBUNAL ELECTORAL

  • 342.77 G662e

    SERIE COMENTARIOS A LAS SENTENCIAS DEL TRIBUNAL ELECTORAL

    Primera edicin 2015.

    D.R. Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federacin.

    Carlota Armero nm. 5000, colonia CTM Culhuacn,

    C.P. 04480, delegacin Coyoacn, Mxico, D.F.

    Telfonos 5728-2300 y 5728-2400.

    Coordinacin y edicin: Centro de Capacitacin Judicial Electoral.

    Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva de los autores.

    ISBN 978-607-708-324-5

    Impreso en Mxico.

    Greene, Kenneth F.

    Encuestas de opinin pblica en las campaas electorales a la Presidencia de la Repblica 2012 / Kenneth F. Greene ; nota introductoria a cargo de Enrique Inti Garca Snchez. Mxico : Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federacin, 2015.

    78 p.; 22 cm + 1 cd-rom. (Serie Comentarios a las Sentencias del Tribunal Electoral; 68).

    Comentarios a la sentencia: SUP-JIN-359/2012

    ISBN 978-607-708-324-5

    1. Encuestas Electorales Mxico 2012. 2. Encuestas Electorales Regulacin. 3. Sondeos de opinin Regulacin. 4. Opinin Pblica. 5. Elecciones Presidenciales Causales de Nulidad. 6. Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federacin Sentencias. I. Garca Snchez, Inti, introductor. II. Serie.

  • Sala Superior

    Magistrado Constancio Carrasco Daza

    Presidente

    Magistrada Mara del Carmen Alanis Figueroa

    Magistrado Flavio Galvn Rivera

    Magistrado Manuel Gonzlez Oropeza

    Magistrado Salvador O. Nava Gomar

    Magistrado Pedro Esteban Penagos Lpez

    Comit Acadmico y Editorial

    Magistrado Constancio Carrasco Daza

    Magistrado Flavio Galvn Rivera

    Magistrado Manuel Gonzlez Oropeza

    Magistrado Salvador O. Nava Gomar

    Dr. lvaro Arreola Ayala

    Dr. Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot

    Dr. Pedro Salazar Ugarte

    Dra. Elisa Speckman Guerra

    Secretarios Tcnicos

    Dr. Carlos Bez Silva

    Lic. Ricardo Barraza Gmez

    DIR

    EC

    TO

    RIO

  • CONTENIDO

    Presentacin 9

    Nota introductoria 13

    Encuestas de opinin pblica en lascampaas electorales a la Presidenciade la Repblica 2012 23

    SENTENCIA

    SUP-JIN-359/2012 Incluida en CD

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    PRESENTACIN

    Como parte del anlisis que se ha dedicado en nmeros anterio-res de la serie Comentarios a las Sentencias del Tribunal Electo-ral al juicio de inconformidad SUP-JIN-359/2012, promovido por la coalicin Movimiento Progresista, toca el turno al rubro Uso indebido de encuestas como propaganda electoral.

    Este estudio brinda una propuesta analtica acerca de las en-cuestas de opinin y su supuesta infl uencia sobre los electores y las distintas fuerzas polticas.

    En l, el doctor Kenneth F. Greene afi rma que en democra-cias multipartidistas en ciernes, el uso de encuestas electorales puede reforzar la democracia y ayudar a tomar decisiones estra-tgicas, por lo que, s repercute en los resultados de la eleccin. Sin embargo, su uso excesivo puede erosionar la confi anza de la poblacin, principalmente cuando sus resultados no tienen relacin con la realidad.

    Aunque el anlisis se centra en la eleccin presidencial de 2012, el autor tambin ejemplifi ca con el uso que de ellas se hizo en las campaas electorales de 2000 y 2006.

    En el caso de 2012, Andrs Manuel Lpez Obrador entonces candidato por la coalicin Movimiento Progresista adujo que las estimaciones de las encuestas eran incorrectas; que hubo una su-puesta manipulacin de la verdad; que su prdida de fuerza elec-toral benefi ci a Enrique Pea Nieto candidato a la presidencia por la coalicin Compromiso por Mxico; que sus votantes deci-dieron no asistir a las urnas debido a los resultados publicados, y objet la infl uencia que pudo tener la exposicin de dichos resul-tados en medios de comunicacin como Televisa o Milenio TV.

    De esta manera, el estudio del rubro sobre uso de encues-tas electorales de la sentencia SUP-JIN-359/2012, emitida por

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    a las Sentencias

    del Tribunal

    Electoral la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federacin (TEPJF) se encuentra seccionado con base en los argumentos que el candidato expuso en su demanda.

    En la primera seccin se hace un recuento de las encuestas realizadas entre el 23 y 27 de junio por parte de DEFOE, Con Estadstica, Demotecnia, Grupo Reforma, ARCOP, Mercaei, Ipsos, el Observatorio Universitario Electoral, El Financiero, GEA-ISA, Buenda&Laredo, Mitofsky, BGC-Ulises, Parametra y Covarru-bias; de las cuales se mencionan las ltimas siete en el juicio de inconformidad.

    El autor seala que si bien en los nueve das restantes a la jornada electoral el candidato de Movimiento Progresista pudo haber cerrado la brecha de preferencia con Enrique Pea Nieto, eso resulta poco viable. Y, en este sentido, da al lector distintos razonamientos sobre porqu Lpez Obrador no pudo haberse benefi ciado de una oleada tarda de votantes.

    En el segundo apartado evala la supuesta manipulacin de los instrumentos demoscpicos y su infl uencia a nivel meditico. Es decir, el autor ofrece, en principio, la distincin entre error y sesgo para, posteriormente, detallar las diversas faltas en las cuales pudieron incurrir las casas encuestadoras y que produje-ron una diferencia entre los resultados publicados y el resultado de la jornada electoral.

    La tercera seccin est dedicada a los posibles efectos de las encuestas, la persuasin y participacin electoral, a la luz del anlisis no slo de la dinmica propagandstica en el proce-so electoral 2011-2012, sino tambin con una evaluacin de lo ocurrido en la eleccin presidencial de 2006 entre Felipe Calde-rn Hinojosa y Lpez Obrador.

    En esta materia, el autor asegura que resulta imposible aislar la informacin y los hechos correspondientes a las encuestas electorales, por tanto, utiliza el Panel de Estudio, Mxico 2012 para examinar y contraponer las preferencias de los votantes con los resultados de la jornada.

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    Comentarios

    a las Sentencias

    del Tribunal

    ElectoralAsimismo, presenta dos interpretaciones sobre las causas de la brecha porcentual entre Lpez Obrador y Enrique Pea Nieto. La primera obedece a la incapacidad del primer candidato por captar los votos de los ciudadanos de centro y la segunda arguye que la publicacin de las encuestas, as como su cober-tura meditica s infl uy en la toma de decisin de los electores.

    Cabe sealar que en ambas posturas el doctor Greene pro-porciona al lector una apropiada lectura a nivel cuantitativo y cualitativo, lo cual le auxilia para fi jar su propia postura. Por ejemplo, retoma los resultados del Panel de Estudio, Mxico 2012 sobre las estimaciones de la proporcin de votantes de cada candidato que asisti a las urnas y precisa tambin en el supuesto de Lpez Obrador sobre la infl uencia en el resultado de la eleccin de ver el contenido de Televisa o Milenio TV.

    Por ltimo, el autor mantiene que pese a que la demanda del candidato de la coalicin Movimiento Progresista no surti los efectos que l deseaba, es decir, la nulidad de la eleccin; s enfatiz la necesidad de regular este tipo de instrumentos para dar mayor certeza a los procesos electorales y confi anza a los ciudadanos; parmetros que se retom aron en la reciente refor-ma poltico-electoral.

    Tribunal Electoraldel Poder Judicial de la Federacin

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    NOTA INTRODUCTORIA

    SUP-JIN-359/2012 en materia de encuestas electorales

    Lic. Enrique Inti Garca Snchez*

    El concepto de encuestas electorales

    Las encuestas electorales resultan relevantes dado su incremen-to en los procesos electorales, por ejemplo, en 2012 se publica-ron cuatro mil cuatrocientas treinta y tres encuestas electorales, de las cuales tres mil doscientas cincuenta (73%) corresponden al periodo de campaa, y se recibieron trescientos veinte estu-dios (320). Ello supuso un incremento de 144% respecto al pro-ceso electoral de 2006 y un 503.8% en relacin con el proceso electoral de 2009, pero tambin por ser un factor relevante en la impugnacin de elecciones.

    El trmino encuesta se defi ne como el mtodo de investiga-cin sociolgica que suele conllevar la entrega de cuestionarios a las poblaciones con objeto de estudio para que los rellene y un anlisis estadstico de sus respuestas para detectar pautas y regularidades (Giddens 2006, 908).

    En materia de encuestas electorales, uno de los estudios pioneros fue el libro The People s Choice. How the Voter Makes Up His Mind in a Presidential Campaign, publicado en 1944 por Paul Lazarsfeld, que investigaba la intencin de voto de los re-sidentes del condado de Erie, en Ohio, Estados Unidos, durante la campaa para las elecciones presidenciales de 1940, en el

    * Asesor del Centro de Capacitacin Judicial Electoral.

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    Comentarios

    a las Sentencias

    del Tribunal

    Electoral que se demostr que los lderes de opinin tienden a conformar las opiniones de los que les rodean (Giddens 2006, 105).1

    En la actualidad, las encuestas pueden ser consideradas como parte de la guerra electoral, pues en muchos casos, las ideas creativas (de una campaa) surgen de un brief con base en la oferta que el elector, de acuerdo con lo que las encuestas refl ejan, espera recibir (Ibinarriaga 2012, 27).

    Estas defi niciones de encuesta, son acordes con los hechos del proceso electoral federal 2012, pues por primera vez, Mxi-co observ, ya no ejercicios aislados sino seguimientos sistem-ticos a la evolucin de los humores pblicos durante el proceso electoral, lo cual obliga a realizar estudios tanto terico como prcticos en los propios ejercicios estadsticos como en las re-soluciones de las instituciones jurisdiccionales, incluso en estos periodos de reformas constitucionales y legales, la considera-cin de la efi cacia y pertinencia del marco normativo vigente.

    Por lo anterior, se comparte la idea de que, la importancia de las encuestas electorales en el juego poltico no slo radica en su valor como instrumento de medicin, sino en la capaci-dad para utilizarlas en la creacin de opinin o argumentacin a favor de uno u otro candidato (Zebada en Favela 2013, 185).

    El derecho y las encuestas electorales

    A nivel constitucional, el Artculo 41, apartado D, sealaba que el Instituto Federal Electoral (IFE) tendra a su cargo en forma integral y directa, adems de las que le determine la ley, las actividades relativas a la regulacin de la observacin electoral y de las encuestas o sondeos de opinin con fi nes electorales, entre otras.

    1 Favela y Mandujano (2013, 187): No est comprobado que el ciudadano cam-bie su eleccin de voto por ver o escuchar los resultados de una encuesta, sin embargo, stos pueden ser la materia prima para el debate del individuo con su grupo de referencia, as como cualquier exposicin pblica de sus opiniones.

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    Comentarios

    a las Sentencias

    del Tribunal

    ElectoralEsta regulacin constitucional se public el jueves 22 de agosto de 1996, que result una reforma electoral positiva, pues se introdujeron ajustes marginales al uso de las encuestas (electorales), sin embargo, es hasta la reforma legal de 2008 cuando se dot de mayor precisin y certeza a las disposiciones aplicables (Favela 2013, 186).

    Por lo que hace a las normas secundarias, cabe sealar que los legisladores han retomado los estudios sociolgicos, en-cuadrando las encuestas electorales dentro del mbito de las campaas electorales, regulando en el artculo 237 del hoy de-rogado Cdigo Federal de Instituciones y Procedimientos Elec-torales (COFIPE), los siguientes aspectos:

    5. Quien solicite u ordene la publicacin de cual-quier encuesta o sondeo de opinin sobre asuntos electorales, que se realice desde el inicio del proce-so electoral hasta el cierre ofi cial de las casillas el da de la eleccin, deber entregar copia del estu-dio completo al secretario ejecutivo del Instituto, si la encuesta o sondeo se difunde por cualquier medio. En todo caso, la difusin de los resultados de cualquier encuesta o sondeo de opinin estar sujeta a lo dispuesto en el prrafo siguiente.

    6. Durante los tres das previos a la eleccin y has-ta la hora del cierre oficial de las casillas que se encuentren en las zonas de husos horarios ms oc-cidentales del territorio nacional, queda prohibido publicar o difundir por cualquier medio, los re-sultados de encuestas o sondeos de opinin que tengan por objeto dar a conocer las pref erencias electorales de los ciudadanos, quedando sujetos quienes lo hicieren, a las penas aplicables a aquellos que incurran en alguno de los tipos previstos y san-cionados en el artculo 403 del Cdigo Penal Federal.

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    Comentarios

    a las Sentencias

    del Tribunal

    Electoral 7. Las personas fsicas o morales que pretendan llevar a cabo encuestas por muestreo para dar a conocer las preferencias electorales de los ciudada-nos o las tendencias de las votaciones, adoptarn los criterios generales de carcter cientfico, que para tal efecto emita el Consejo General, previa consulta con los profesionales del ramo o las organizaciones en que se agrupen.

    Por lo que se observa una vinculacin entre encuestadores, especialistas y autoridades, todos en materia electoral.

    Acorde con dicha normatividad, se contaba con los criterios ge-nerales de carcter cientfi co que deben adoptar las personas fsi-cas o morales que pretendan llevar a cabo encuestas por muestreo para dar a conocer las preferencias electorales de los ciudadanos o las tendencias de la votacin, emitidos por el IFE, para el diseo y publicacin de encuestas, as como determinadas condiciones para su publicacin, quedando vinculadas la tcnica y la ciencia en el diseo, desarrollo y publicacin de las encuestas electorales, aspectos relevantes en la imparticin de justicia.2

    La eleccin federal de 2012 y las encuestas electorales

    En las elecciones presidenciales de 2012 en Mxico, se senta-ron los siguientes precedentes jurisdiccionales en materia de encuestas3 electorales:

    2 Ver SUP-JRC-63/2009: la encuesta se basa en el mtodo inductivo, es decir, a partir de un nmero sufi ciente de datos se busca obtener conclusiones a nivel general.

    3 En el glosario del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federacin se defi -ne a la encuesta como una tcnica de investigacin social que permite conocer las opiniones y actitudes de una colectividad por medio de un cuestionario que se aplica a un reducido grupo de sus integrantes al que se denomina muestra. Conjunto de preguntas tipifi cadas dirigidas a una muestra representativa, para averiguar estados de opinin o diversas cuestiones de hecho.

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    Comentarios

    a las Sentencias

    del Tribunal

    ElectoralCuadro 1. Medios de impugnacin en materia de encuestas electorales.

    Asunto Sentencia

    Asunto General (AG)

    1. SUP-AG-174/2012

    2. SUP-AG-153/2012

    3. SUP-AG-142/2012

    Expediente de la Eleccin Presidencial (EEP)

    4. SUP-EEP-0001/2012

    Juicio de Inconformidad (JIN)5. SUP-JIN-366/2012

    6. SUP-JIN-359/2012

    Recurso de Apelacin (RAP)

    7. SUP-RAP-459/2012

    8. SUP-RAP-450/2012

    9. SUP-RAP-429/2012

    10. SUP-RAP-414/2012

    11. SUP-RAP-413/2012

    12. SUP-RAP-248/2012

    13. SUP-RAP-206/2012

    14. SUP-RAP-200/2012

    15. SUP-RAP-118/201

    Fuente: Elaboracin propia.

    Por su propia naturaleza y relevancia el SUP-JIN-359/2012, tambin conocido como juicio madre, es el expediente que se analiza en este trabajo, intentando buscar criterios sobre el di-seo, desarrollo y el impacto en los resultados de la publicacin de las encuestas electorales, que permitan tener un panorama general de la resolucin.

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    Comentarios

    a las Sentencias

    del Tribunal

    Electoral Caso SUP-JIN-359/2012 y las encuestas electorales

    El Movimiento Progresista integrado por los Partidos de la Revo-lucin Democrtica (PRD), del Trabajo (PT) y Movimiento Ciuda-dano (PMC), presentaron el SUP-JIN-359/2012, en el que mani-festaban como cuarto agravio que

    algunas empresas de comunicacin dieron un uso po-ltico indebido a los ejercicios de demoscopia, aprove-chndose del hecho de que en la ley no se encuentra debidamente regulado el uso de encuestas de opinin durante las campaas polticas, lo que gener falta de transparencia sobre quienes las contrataron y qu inte-reses persiguieron, y confi gur una forma de induccin del voto que vulner el derecho a la informacin del electorado y los principios constitucionales de objetivi-dad, equidad y certeza. (SUP-JIN-359/2012, 351).

    En trminos generales se cuestion la cientifi cidad de las en-cuestas, por los siguientes hechos:

    1. Las tendencias no fueron acordes con los resultados.2. Las encuestas se simularon como propaganda elec-

    toral, y3. Las aportaciones de empresas mercantiles y adqui-

    siciones de tiempo.

    Planteamientos, que a consideracin de la coalicin Movi-miento Progresista, se derivaban de las siguientes encuestas publicadas, que habran tenido una difusin en ms de 90% de la poblacin:

    1. Milenio y GEA/ISA: Pronosticaban una ventaja diaria de Enrique Pea Nieto de 18.4% respecto de Andrs

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    Comentarios

    a las Sentencias

    del Tribunal

    ElectoralManuel Lpez Obrador, lo cual infl uy en la formacin de opinin pblica refl ejada en comentarios editoria-les y columnas periodsticas de lderes de opinin.

    2. El Universal y Mendoza y Blanco.3. Exclsior y BCG.4. Televisa y CNIRT-Mitofsky.5. Parametra y Asociados.

    La coalicin respald su agravio en pruebas documentales tales como informes del IFE, notas periodsticas, estudios de las casas encuestadoras, impresin de pginas de internet de ca-sas encuestadoras; pruebas tcnicas como videos de entrevis-tas a representantes de casas encuestadoras, videos de promo-cionales de encuestas, etctera.

    Por su parte, en el informe circunstanciado de la autoridad se-alada como responsable, el Consejo General del IFE, seal que:

    1. No existe un monopolio en materia de demoscopia.2. La actora manifest su conformidad con las mis-

    mas (encuestas) y slo en un caso present una queja, misma que fue subsanada y no impugnada.

    3. En el supuesto de que las encuestas efectivamente hu-biesen producido el efecto sugerido por la actora, no podra cuantifi carse de manera cierta el nmero de ciu-dadanos que fueron infl uenciados por sus resultados.

    4. No se advertan pruebas idneas para acreditar que las encuestas fueron contratadas por Enrique Pea Nieto o la coalicin que lo postul, ni circuns-tancias de modo, tiempo y lugar.

    Por su parte, del anlisis que realiz la Sala Superior de los hechos acreditados, se pueden sealar los siguientes criterios respecto de las encuestas electorales, que deben ser tomados en cuenta para la interposicin de las demandas:

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    Comentarios

    a las Sentencias

    del Tribunal

    Electoral 1. Se deben sealar cada una de las encuestas, as como los argumentos especfi cos que se conside-ren sesgan dichos mtodos de investigacin socio-lgica, por ejemplo, errores mustrales, defi ciencia del cuestionario, etctera.

    2. Se debe sealar que las casas encuestadoras in-cumplieron con los lineamientos y criterios cientfi -cos y metodolgicos estipulados por el IFE.

    3. Se deben identifi car con el autor o fuente cada una de las pruebas que se ofrecen, as como precisar circunstancias, hechos o actos que sean sustento de las afi rmaciones.

    4. El no cumplimiento de los criterios cientfi cos en las encuestas debe ser generalizado y no constituir he-chos aislados, para vulnerar el principio de certeza.

    5. Se deben adminicular las pruebas (periodsticas) con otros elementos que confi rmen el error sealado o por lo menos con alguno de sus argumentos.

    6. Se debe analizar la variacin entre el resultado de las encuestas y el de la eleccin, pero adems, se debe estudiar la ubicacin del lugar que obtuvieron las candidaturas en ambos momentos.

    7. Se pueden analizar las pruebas a travs del uso de las reglas de la lgica, la sana critica y de la experiencia.

    8. Se debe realizar un escrutinio ms intenso en el cum-plimiento de los lineamientos y normas aplicables a las encuestas, por parte de las autoridades electora-les administrativas y jurisdiccionales, cuando se reali-cen ejercicios diarios o con frecuencia inusuales.

    9. Los errores editoriales slo impactan en el presti-gio profesional y en la credibilidad del medio, siem-pre y cuando se hayan respetado la veracidad de las encuestas.

  • 21

    Comentarios

    a las Sentencias

    del Tribunal

    Electoral10. La no inclusin de la informacin requerida para la publicacin de resultados no constituye, por s mis-ma, una forma de manipulacin de stos o un ses-go informativo, que suponga la afectacin de los principios de equidad en la contienda electoral o de libertad del sufragio. En cada caso se debe analizar la posible confi guracin de infracciones.

    Por todo ello, se concluye que el SUP-JIN-359/2012 anali-z cuestiones relevantes del diseo, desarrollo y resultados de las encuestas electorales, que en ese orden estn ligadas para que tengan un impacto fuerte en los procesos electorales, sin embargo, dicho agravio planteado por la Coalicin Movimiento Progresista fue considerado como infundado.

    Fuentes consultadas

    Carbone, Carlos. 2007. La evidencia cientfi ca. Rosario. Universal.

    Favela Herrera, Adriana y Mandujano Rubio, Sal. 2013.Derecho electoral. Visin prctica. Mxico: Limusa.

    Giddens, Anthony. 2006. Sociologa. 5 Edicin. Madrid: Editorial Alianza.

    Ibinarriaga, Jos Adolfo y Trad Hasbun, Roberto. 2012. El arte de la guerra electoral. Mxico: Grijalbo.

    Sentencia SUP-JIN-359/2012. Actor: Coalicin Movimiento Progresista. Autoridad responsable: Consejo Ge-neral del Instituto Federal Electoral y Otra. Disponi-ble en: http://portal.te.gob.mx/colecciones/senten-cias/html/SUP/2012/JIN/SUP-JIN-00359-2012.htm (Consultada el 28/08/2013).

    Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federacin: www.te.gob.mx

  • 23

    ENCUESTAS DE OPININ PBLICA EN LAS CAMPAAS

    ELECTORALES A LA PRESIDENCIA DE LA REPBLICA 20121

    Kenneth F. Greene

    EXPEDIENTESUP-JIN-359/2012

    Sumario: I. Introduccin; II. Las encues-tas electorales en las elecciones de 2012 en Mxico; III. Es posible que s hubiera manipulacin de la verdad?; IV. Conclusin; V. Fuentes consultadas.

    I. Introduccin

    En las democracias, las encuestas de opinin pblica relativas a temas polticos pueden ejercer una importante infl uencia en los electores y otros actores polticos. Uno de los propsitos principales de la difusin masiva de los resultados obte-nidos de los sondeos preelectorales es informar a los actores polticos sobre la fuerza de los distintos candidatos. Tal

    1 Traducido del ingls por Karolina M. Gilas (TEP-JF). El autor tambin da las gracias a Cecilia Ada Hernndez Cruz (TEPJF) y a varios en-cuestadores en Mxico por sus comentarios, que fueron muy tiles para realizar este anlisis. Por supuesto, el autor es el nico responsable del contenido del ensayo, incluyendo los errores que pudiera contener.

    SE

    RIE

    Comentarios a las Sentencias

    del Tribunal Electoral

  • 24

    Comentarios

    a las Sentencias

    del Tribunal

    Electoral informacin puede servir a los electores para decidir ejercer el derecho al sufragio y por cul candidato votar. Adems, a los donadores fi nancieros potenciales y activistas les puede ser til para decidir hasta qu grado apoyar a sus candidatos preferi-dos, mientras que para los estrategas es una herramienta que permite elegir una estrategia de campaa, en funcin de ser un favorito o perdedor esperado.

    La informacin sobre la fuerza relativa de los candidatos durante la campaa electoral puede ser til especialmente en las democracias jvenes que tienen un sistema multipartidista. Cuando estn compitiendo tres o ms candidatos, los electo-res y otros actores polticos tienen incentivos para abandonar a los candidatos menos fuertes, desviando su voto a favor de un candidato que le gusta menos, pero que tiene mayores posibili-dades de derrotar al candidato lder (Duverger 1954, Cox 1997). En las democracias consolidadas es normal que ese factor ten-ga una menor infl uencia, ya que los electores tienen una afi -nidad partidista ms fuerte. Por lo general, en las democracias multipartidistas jvenes, la afi nidad con un partido es menos fuerte, por lo tanto, una informacin nueva, sea procedente de una encuesta o de otra fuente, podra modifi car una proporcin ms grande del voto (Greene 2011, Baker et al. 2008, Lawson y McCann 2005). Adems, en el caso de los polticos y electores que no confan en las autoridades electorales, las encuestas que coincidan con los resultados de la eleccin pueden alentar a los perdedores a aceptar los resultados, mientras que aquellas que no coincidan pueden incendiar unas protestas disruptivas.

    Las encuestas precisas, por lo tanto, pueden reforzar a la de-mocracia, ya que ayudan a los actores a tomar decisiones estra-tgicas en cuanto a qu candidato apoyar, y sobre si se puede confi ar que el proceso es democrtico o no. La ponderacin de sondeos imprecisos puede tener efectos contrarios, mermando la confi anza y animando a los simpatizantes a que abandonen a los candidatos viables. En el caso extremo, los resultados de un

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    Electoralsondeo pueden hasta ser tiles para manufacturar una victoria para los candidatos que parecen ser los favoritos.

    La informacin procedente de las encuestas puede ser tan poderosa que en algunos casos puede formar parte de la cam-paa misma. Por ejemplo, en la campaa presidencial de 2000, Vicente Fox del PAN (Partido Accin Nacional), intentando con-solidar el voto contra el PRI (Partido Revolucionario Institucio-nal), contrata un desplegado de una pgina completa en los peridicos que mostraba que l llevaba la ventaja sobre Cuauh-tmoc Crdenas Solorzano, candidato del Partido de la Revolu-cin Democrtica (PRD).2

    Despus de las elecciones presidenciales de 2012, Andrs Manuel Lpez Obrador sostuvo que la votacin a su favor fue disminuida como efecto de la difusin que se dio a las encues-tas electorales imprecisas. Esa afi rmacin la sostuvo con cin-co argumentos especfi cos que se explorarn en este trabajo:

    1) Muchas encuestas arrojaron estimaciones inexactas de la fuerza relativa de los candidatos.

    2) Dichas inexactitudes son producto de una intencional manipulacin de la verdad.

    3) Los resultados del sondeo persuadieron a algunos elec-tores para que votaran por Pea Nieto, cuando no hubie-ran votado por l en otras circunstancias.

    4) Las encuestas provocaron que algunos simpatizantes de Lpez Obrador se quedaran en casa el da de la elec-cin, aunque hubieran ido a votar si no fuera por ello.

    5) Los efectos de persuasin y abstencin que se dieron, impactaron en mayor medida a los que vean noticias por televisin en los canales de Televisa o Milenio TV.

    2 Muchos electores simpatizantes de Crdenas lo abandonaron estratgicamente a favor de Fox al conocer el resultado de tales anuncios electorales o por otras razones (Greene 2007).

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    Electoral El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federacin ar-gument en su decisin que ninguno de los hechos que afi rma la parte actora, ni sus conclusiones, estn sustentados con ele-mentos probatorios idneos y sufi cientes, por lo que constituyen meras apreciaciones subjetivas. Adems, especifi c que

    en su concepto, la actora parte de la premisa falsa de que todos los ciudadanos son infl uenciables por los resulta-dos de las encuestas y no son capaces de hacer valora-ciones objetivas, adems de que no existen elementos que permitan establecer de manera objetiva, o al menos en cierto grado, que la intencin del voto de los electores se afecta de manera preponderante por la difusin de los resultados de encuestas (SUP-JIN-359/2012).

    Este trabajo utiliza la informacin disponible para evaluar las afi rmaciones de Lpez Obrador y la sentencia del TEPJF (SUP-JIN-359/2012). En l se argumenta que los datos existentes no son sufi cientes para determinar con certeza si los sondeos fueron o no incorrectos, intencionalmente manipulados, y que infl uenciaron la decisin del electorado. Sin embargo, sostiene tambin que tanto los resultados errneos de las encuestas, como su infl uencia, fueron plausibles y que pudieron haber cos-tado a Lpez Obrador algunos votos. En vez de generar con-clusiones duras y precipitadas, este trabajo plantea cuestiones importantes sobre encuestas que, creo, ameritan una atencin continua por parte de los acadmicos, legisladores y otros acto-res polticos en Mxico.

    En la primera seccin del trabajo se revisarn los resultados de las encuestas y evaluar si Lpez Obrador hubiera podido tener razn con su argumento relativo a un error sistemtico. En la segunda seccin se investigar si hubo una manipulacin intencional por parte de los encuestadores en cuanto a los resul-tados de las encuestas. En la tercera seccin se examinarn los

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    Electoralposibles efectos de las encuestas, enfocndose en las cuestio-nes de persuasin y participacin. Finalmente, en la conclusin, se analizarn algunas cuestiones relativas a las encuestas que ameritan un debate permanente entre los actores interesados en Mxico.

    II. Las encuestas electorales en las elecciones de 2012 en Mxico

    Lpez Obrador argument que las encuestas produjeron una in-formacin distorsionada sobre la fuerza relativa de los candidatos durante la campaa electoral. Para evaluar esta queja tendramos que comparar los resultados de las encuestas con el apoyo real recibido por cada candidato. Por supuesto, la justifi cacin misma para hacer encuestas es identifi car el apoyo real, ante la au-sencia de un criterio ms preciso. Por lo tanto, y como lo seal el Tribunal, es imposible saber si los resultados que arrojaron las encuestas fueron incorrectos. En esta seccin se aborda-rn las dos mejores estrategias para evaluar la exactitud de las encuestas.

    Aunque las encuestas no son pronsticos, podemos llegar a la conclusin que cualquier diferencia entre los resultados electorales (o sea, el nivel real del apoyo a los candidatos) y los arrojados por la ltima serie de encuestas, cuyos resultados fueron difundidos unos cinco a nueve das antes de la eleccin, tiene que haber sido producto de estimaciones incorrectas de las encuestas, o bien de una oleada de apoyo de ltima hora para Lpez Obrador.

    Los resultados de quince encuestas nacionales que se di-fundieron entre el 23 y 27 de junio, que fue el ltimo da para hacerlo legalmente. Como se muestra en la Grfi ca 1, las es-timaciones en puntos de la ventaja entre la intencin de voto a favor de Pea Nieto y Lpez Obrador varan bastante. En el

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    del Tribunal

    Electoral extremo superior se muestra que El Financiero tena a Pea Nieto adelante de Lpez Obrador por 20.1 puntos porcentuales. En el extremo inferior se muestra que el Observatorio Universi-tario Electoral estimaba 6.1 puntos de ventaja. nicamente las encuestas marcadas con asterisco fueron incluidas en la de-manda de Lpez Obrador, pero se opt por incluir todas las en-cuestas disponibles para el pblico durante este periodo, como lo hizo el Tribunal (2012, 50-51). Todas las encuestas seala-ban a Pea Nieto como candidato favorito, a Lpez Obrador en el segundo lugar, a Vzquez Mota en el tercero y a Quadri de la Torre en el cuarto, con mucha distancia de los punteros. En promedio, las encuestas sealaban a Pea Nieto en el pri-mer lugar con una ventaja promedio de 13.27 puntos arriba de Lpez Obrador, muy diferente a los resultados ofi ciales que fue-ron de 6.62%.

    Grfica 1. Diferencias entre 1o y 2o lugar (puntos estimados y mrgenes de error), encuestas pblicas, 24-27 de junio de 2012

    Nota: Datos del TEPJF (2012, 50-1).

    Las encuestas no slo marcaron la delantera de Pea Nieto, lo hicieron con un margen de confi anza de 95%, muy pequeo respecto de la distancia entre los dos candidatos principales;

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    Electoralesos intervalos se muestran en la Grfi ca 1 con las lneas ver-ticales.3 Los datos sealan una importante ventaja a favor de Pea Nieto en los das en que fueron levantadas las encuestas.

    Es posible que los sondeos fueran acertados y que Lpez Obrador gan bastantes votos en los ltimos 5 a 9 das antes de la eleccin del primero de julio. Sin embargo, mi impresin es que los votos de ltima hora no pueden explicar la diferencia entre los resultados de las encuestas y los de la eleccin. Las tendencias a largo plazo (Grfi ca 2) indican que Lpez Obrador estaba acercndose hacia Pea Nieto a partir de mediados de abril y, suponiendo que aquellas encuestas fueron correctas, entonces quedan an tres factores que hacen poco probable un aumento tan considerable de votos a favor de Lpez Obrador en los pocos das antes de la eleccin. Primero, uno de los argu-mentos de Lpez Obrador es que la delantera aparentemente insuperable en los sondeos deton una tendencia fuerte a favor del abanderado del PRI (efecto bandwagon) y desalent sus propios simpatizantes de votar. Sin embargo, si se hubiera pre-sentado ese efecto, no se hubiera presentado el auge de ltima hora de Lpez Obrador (vase la tercera seccin de este trabajo para el anlisis de ese efecto).

    Segundo, Lpez Obrador aleg tambin que Pea Nieto gan simpatizantes a travs de la compra de votos. La informa-cin del Estudio de Panel Mxico 2012 (Greene et al. 2012) y las entrevistas realizadas por el autor demuestran que muchos intentos de comprar votos se dieron poco tiempo antes de a la jornada electoral. Si esos intentos se hubieran traducido en apo-yo a favor de Pea Nieto, hubieran debilitado un auge de ltima hora a favor de Lpez Obrador.

    3 El margen de error de 95% de confi anza en la diferencia entre dos proporciones es

    de . En estas encuestas, el margen de error para la diferencia

    entre Pea Nieto y Lpez Obrador nunca fue mayor que el +/- 1.7 puntos porcen-tuales. Ntese que eso no es lo mismo que el margen de error en la encuesta entera (Scott y George 1983, Franklin 2007).

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    ElectoralFigura 2. Diferencias entre 1o y 2o lugar y el resultado electoral, 2006 y 2012

    Tercero, si realmente hubo un incremento, Lpez Obrador tuvo que haber ganado votos de otros candidatos o haber ob-tenido la gran mayora de apoyo de los electores indecisos. La ltima serie de encuestas revela que un promedio de 16.5% de encuestados fue indeciso (incluyendo a los que no contestaron, los que emitieron un voto invlido y aquellos que dijeron que no iban a votar). Al encuestar a ese grupo, Buenda y Laredo en-contraron que ste tena una opinin ms positiva sobre Pea Nieto y el PRI que sobre otros candidatos y partidos.4 Por lo tan-to, no es muy probable que los electores que estaban indecisos en la ltima semana antes de la jornada electoral se hubieran unido a Lpez Obrador.

    Ms informacin respecto a los electores indecisos presenta el Estudio de Panel Mxico 2012 (Greene et al. 2012) que entre-vist a los mismos electores a fi nales de abril y despus de la

    4 Encuesta levantada entre 22 y 24 de junio de 2012. Disponible en http://www.ine.mx/documentos/proceso_2011-2012/EncuestasConteosRapidos/informe-en-cuestadoras.html. Estos resultados no coinciden con lo sealado por Vctor Her-nndez sobre los encuestados que no respondieron, mismo que se seal en la impugnacin de Lpez Obrador: Si se distribuyera este ltimo [los que no res-pondieren en la encuesta] en forma proporcional a las tendencias de cada candi-dato, apareca de nuevo un escenario de empate tcnico entre AMLO y EPN.

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    Electoraljornada electoral otra vez. Aunque el estudio midi los efectos de toda la campaa, no slo de la ltima semana, los datos presentados en la Tabla 1 son sugerentes y demuestran que el 19.4% del electorado fue indeciso en abril, pero que Pea Nieto gan mayor porcin de estos electores (7.3%) que Lpez Obra-dor (6.2%). El estudio de panel revela tambin que, durante las campaas, Lpez Obrador captur 2% del electorado de otros candidatos (AMLO gan 9.6% de votantes de otros candidatos, sin embargo, perdi a su favor 7.6% de sus simpatizantes). Es-tos votos hubieran podido fl uir hacia Lpez Obrador debido a los efectos de las campaas mismas (una posibilidad que se detalla ms adelante), sin embargo, la dinmica que se muestra en la Grfi ca 2 sugiere que es ms probable que Lpez Obrador haya ganado a estos simpatizantes desde mediados de abril hasta principios de junio que en la fase fi nal de las campaas, cuan-do las encuestas transversales mostraron que el incremento de apoyo a su favor se detuvo.

    Tabla 1. Cambios en las preferencias del voto durante las campaas

    electorales generales de Mxico de 2012

    Intencin del voto en abril

    Preferencia del voto en julio

    Vzquez Mota

    (PAN)

    Pea Nieto

    (PRI)

    Lpez Obrador

    (PRD)

    Vzquez Mota (PAN) 12.2 7.5 3.1

    Pea Nieto (PRI) 4.7 19.4 5.7

    Lpez Obrador (PRD) 3.0 4.6 17.5

    Quadri de la Torre (Panal) 1.0 1.1 0.7

    Indecisos 5.9 7.3 6.2

    Total 26.8 39.9 33.3

    Nota: Los datos son del Estudio de Panel Mxico 2012 y refi eren a los porcentajes del electorado. Vase la seccin en Efectos de las encuestas para un anlisis sobre cmo se generaron estos porcentajes. No se cont con sufi cientes simpatizantes de Quadri de la Torre para proporcionar estimaciones signifi cativas, por lo que se eliminaron. Entre los votantes indecisos estn incluidos quienes no respondieron en abril a la pregunta sobre su intencin de voto, pero reportaron haber votado en julio.

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    Electoral An ms pruebas sobre los electores indecisos se obtienen de una encuesta de salida (exit poll) conducida por BGC-Ulises.5 Segn sus datos, 28.8% de los electores informaron que haban decidido por quin votar en algn momento durante el ltimo mes antes de la jornada electoral. La mayora de electores dentro de este grupo (10.6% del total) dijo que vot por Pea Nieto, mien-tras que 9.3% por Lpez Obrador y 7.3% por Vzquez Mota. Una minora restante eligi a Quadri.

    Las evidencias disponibles indican que Lpez Obrador no se benefi ci de un aumento a ltima hora que pudiera explicar la brecha entre los resultados arrojados por las encuestas reali-zadas en los ltimos cinco a nueve das anteriores a la jornada electoral y el resultado de la eleccin misma.

    Si la diferencia entre las encuestas y el resultado de la elec-cin no fue resultado de un aumento de ltima hora a favor de Lpez Obrador, es porque algunas encuestas subestimaron el verdadero apoyo de Lpez Obrador. La Grfi ca 1 muestra que los resultados de las encuestas varan bastante, y que algunos coincidan ms con los resultados de la eleccin que otros. Si slo tomamos en cuenta las 15 encuestas que se difundieron en los cinco a nueve das anteriores a la jornada, entonces cinco de ellas (OUE, Ipsos, Mercaei, y Arcop) capturaron la diferencia en el resultado de la votacin entre Pea Nieto y Lpez Obrador dentro de su margen de error. Tres encuestas (Reforma, Demo-tecnia, Covarrubias) tenan lmites menores, que estaban dentro de 2.75 puntos porcentuales de diferencia. Las ocho encuestas restantes llegaron mucho ms lejos, sealando que la ventaja de Pea Nieto fue ms del doble de la diferencia resultante de la eleccin. Como ya seal, la falta de criterio para estimar el apoyo verdadero a cada candidato signifi ca que no tiene sen-tido comparar los resultados de la eleccin con las encuestas realizadas a principios de la campaa electoral y, por lo tanto,

    5 http://www.ine.mx/documentos/proceso_2011-2012/EncuestasConteosRapi-dos/encuesta-salidayconteos.html

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    Electoralno puedo hacer comentarios sobre las encuestas en general en esta seccin. Como tambin seal previamente, tomando en cuenta slo la serie fi nal de las encuestas, la desviacin es-tndar para la diferencia sealada entre Pea Nieto y Lpez Obrador fue de 4.74 puntos porcentuales. El grado tan alto de diferencias entre las distintas encuestas signifi ca una falta de confi abilidad en sus resultados. Pero esos niveles de discre-pancias son inusuales?

    La historia proporciona solamente una gua aproximada, aun-que seala que las encuestas del 2012 fueron ligeramente dife-rentes a las anteriores experiencias de sondeos.6 En la Grfi ca 2 se demuestra que la diferencia entre los resultados de encuestas al fi nal de la campaa y los resultados de la eleccin en 2012 fue ms grande que en el 2006. En la eleccin anterior Felipe Caldern Hinojosa tuvo una ventaja de 0.6 puntos porcentuales sobre Lpez Obrador en los resultados ofi ciales, mientras que las encuestas difundidas entre el 14 y 23 de junio mostraron a Lpez Obrador con una ventaja de 2.33 puntos porcentuales. Por lo tan-to, la ventaja promedio sealada por las encuestas fue menor en 2006 que en 2012. Las encuestas de 2012 lograron indicar el or-den de candidatos de manera correcta, mientras que la mayora de las encuestas de 2006 no lo lograron, pero en las elecciones tan cerradas como las de 2006 el problema de orden de candida-tos se volvi secundario. Desafortunadamente, estamos limitados a slo dos momentos histricos de datos porque no hay sufi cien-tes encuestas preelectorales disponibles para las elecciones in-termedias de 2003 y 2009 para que se pueda hacer una compara-cin til. Estaramos en un terreno mucho ms fi rme si tuviramos una historia ms larga de encuestas de fi nales de campaa y po-dramos observar la tpica diferencia entre sus resultados y las preferencias electorales a tan slo una o dos semanas despus.

    6 Aparentemente, algunas empresas de sondeo argumentaron que sus resulta-dos fueron anormales, incluso Jorge Buenda y Ulises Beltrn (http://www.ne-xos.com.mx/?p=14914). Otras empresas no estuvieron de acuerdo con ello.

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    Electoral Donde la historia ayuda poco, la teora proporciona otro me-dio para abordar el asunto. Tcnicamente, las encuestas no son pronsticos respecto del resultado, sino nicamente describen qu decisin tomara el electorado si la eleccin se llevara a cabo a la hora de la entrevista. No predicen qu sera de ellas en un mo-mento futuro, despus de la campaa, discusiones y refl exiones que la acompaan.7 Los resultados de encuestas preelectorales usualmente son variables hasta en las democracias consolidadas (Gelman y King 1993), donde debera haber ms estabilidad en las intenciones de voto debido a que la afi nidad con los partidos es ms fuerte que en las democracias jvenes, como es la de Mxico (Greene 2011). Por esta razn, la ciencia poltica ha desarrollado modelos para el pronstico que utilizan variables tales como el es-tado de la economa y la aprobacin presidencial, observables para correlacionarlas con los resultados de las elecciones en diferen-tes momentos (Lewis-Beck y Rice 1992, Campbell y Lewis-Beck 2008). Los modelos de pronstico slo de vez en cuando incluyen a las encuestas y, en caso de hacerlo, stas se utilizan para medir las desviaciones en las tendencias histricas respecto de los resul-tados electorales. La historia tan corta de elecciones presidencia-les completamente libres y justas en Mxico no nos permite crear un modelo de pronstico. Sin embargo, una investigacin reciente indica que la separacin tradicional entre los pronsticos y los re-sultados de encuestas modernas no es tan marcada. En Wlezien y Erickson (2002) y Erickson y Wlezien (2012) se demuestra que las encuestas pre-electorales en las elecciones presidenciales en Es-tados Unidos entre 1944 y 2000 se volvieron cada vez ms exac-tas, especialmente las realizadas en das previos a la jornada y con

    7 El Tribunal reprodujo una excelente cita de Glvez Muoz en la que sostiene que la simple confrontacin aritmtica de los resultados de las encuestas elec-torales con los resultados de las elecciones efectivamente producidos no es, frente a lo que algunos consideran, un buen mtodo de control de la objetividad de las encuestas electorales, dado que los sondeos electorales no son una prediccin o anticipacin de los resultados de la consulta electoral, sino una simple fotografa o instantnea de las intenciones de voto de la poblacin en un momento determinado (2000, 107-8).

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    Electoraluna varianza menor. Sus observaciones tienen sentido, porque los electores tienden a defi nir sus preferencias en cuanto al voto en los das y semanas cercanos a la eleccin (Zaller 1992). Por lo tanto, a pesar de que las encuestas no son pronsticos, podramos tam-bin esperar que, con el tiempo, los resultados de las encuestas en Mxico se acerquen a los resultados de la eleccin.

    La Grfi ca 2 muestra que la diferencia promedio sealada por las encuestas entre Pea Nieto y Lpez Obrador se redujo entre mediados de abril y principios de junio, pero se estabiliz en las tres ltimas semanas antes de la eleccin. Al emplear un algoritmo para estimar y controlar el house effect (el trmino para el efecto que tiene la utilizacin de las metodologas preferidas de las casas encuestadoras sobre sus resultados, que no tiene que ver con par-cialidad), Diego Valle demuestra que las encuestas durante las tres ltimas semanas se hicieron menos predictivas en cuanto al re-sultado de la eleccin, grfi ca que se reproducir en el apndice.8

    La Grfi ca 2 muestra que las encuestas realizadas antes de las elecciones presidenciales del 2006 tambin se hicieron un poco menos predictivas en las ltimas tres semanas, lo que sig-nifi ca que la experiencia de 2012 no es nica. Pero el cambio en 2012 es ms marcado y llev a una diferencia ms grande entre los resultados de las encuestas y el resultado de la eleccin.

    En suma, hay pocas razones para creer que las ltimas en-cuestas fueron correctas y que Lpez Obrador cerraba la brecha entre l y Pea Nieto. Ello implica que algunas de las ltimas en-cuestas fueron inexactas. Sus resultados fueron diferentes de lo que se esperara con base en la teora reciente sobre el sondeo, ya que tambin fueron un poco diferentes a los de la eleccin de 2006.9 Sin embargo, debera advertir que no podemos saber con

    8 http://blog.diegovalle.net/2012/06/fi nal-poll-of-polls.html9 De acuerdo con la queja de Lpez Obrador, Milenio que colabor con GEA-ISA

    admiti que hubo errores en sus resultados. (Milenio acepta error por infl ar a Pea; Nos equivocamos en las encuestas: comunicadores; hay crisis en las encuestas: conductores de Televisa (Pruebas 36 y 78, pginas 598 y 620, vase tambin Prueba 24, Video 13, minuto 7:13 GEA/ISA).

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    del Tribunal

    Electoral certeza si, y hasta qu grado, las encuestas fueron inexactas, porque no tenemos una medicin vlida del apoyo verdadero de cada candidato en el momento en que se hicieron los sondeos. Adems, la falta de un criterio para estimar el apoyo verdadero durante el trascurso de las campaas signifi ca que no podemos determinar la exactitud de las 67 encuestas nacionales que se dieron a conocer entre el 6 de enero y 22 de junio de 2012.

    III. Es posible que s hubiera manipulacin de la verdad?

    Lpez Obrador no slo argument que las encuestas preelec-torales fueron inexactas, sino que la informacin que arrojaron fue una manipulacin de la verdad. El Tribunal seal en su sentencia que la coalicin actora no precisa algn otro aspecto que permita a este rgano jurisdiccional advertir la existencia de algn error muestral o algn sesgo en la metodologa de las encuestas (como podra ser un mal diseo de la muestra o un defi ciente cuestiona-rio) limitndose a destacar la diferencia entre sus resultados y el de la eleccin, lo que supondra, en su concepto, la existencia de una manipulacin, dado que el resultado de las encuestas sera superior al margen de error previsto cientfi camente.

    Me parece que la afi rmacin de Lpez Obrador se refi ere no a que los encuestadores cometieron errores, sino a que actua-ron con parcialidad, seleccionando sus tcnicas y supuestos, o maquillando los resultados a favor de Pea Nieto, cuando en rea-lidad ms electores apoyaron a Lpez Obrador. En esta seccin voy a tratar las diferentes fuentes de error y parcialidad en las encuestas de opinin pblica y utilizar la informacin disponible para investigar cul de los problemas pudo haber contribuido a la posible inexactitud en cualquiera de estas encuestas preelec-torales. Lo que no puedo evaluar es si hubo incoherencia entre el informe que dieron los encuestadores a los medios de comunica-

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    del Tribunal

    Electoralcin y los resultados actuales de las encuestas, ni qu era lo que los medios de comunicacin difundieron ante la opinin pblica.

    El sondeo es un proceso complejo y tedioso que implica mu-chos pasos y decisiones de parte de un gran nmero colabora-dores, donde cualquiera de ellos puede causar problemas que afecten los resultados fi nales. Como se muestra a detalle en la Tabla 2, las tres fuentes principales que causan errores en las encuestas, si estos ocurren, derivan de un error en medicin de las opiniones y preferencias de los encuestados, del diseo de la muestra para la seleccin de los ciudadanos que sern entrevis-tados, y de la interpretacin de los resultados en bruto, con base en los que se generan las estimaciones sobre la fuerza electoral de cada candidato. Otras fuentes de error derivan de la parciali-dad de los encuestadores, porque estos saben, o se supone que saben, de su existencia y sus efectos. Muchas fuentes de posi-bles errores estn en la zona gris entre el yerro y la parcialidad.

    Tabla 2. Las fuentes principales de las inexactitudes potenciales en las

    encuestas pblicas

    Asunto

    Error(Encuestador

    probablemente no est enterado)

    Error o parcialidad(Encuestador puede o no estar enterado)

    Parcialidad(Encuestador

    probablemente est enterado)

    Medidas

    Respuestas inexactas de los respondientes

    Negativa a contestar la pregunta por

    quin votara sin saber su razn

    Datos fi ngidos en la entrevista

    Tcnicas de entrevista defi cientes

    El orden de preguntas

    Preguntas que empujan

    encuestas con empujn

    Muestreo

    Cambio de opinin durante el trabajo en

    el campo

    Reemplazo de PSU Difi cultad al localizar

    simpatizantes de algunos candidatos

    Alta tasa de negativa a la entrevista sin conocer la razn

    Muestra demasiado pequea

    Muestra no representativa

    Interpretacin

    Probables fi ltros de electores

    Ponderacin posterior al muestreo

    Reporte fi nal es diferente a los datos

    en bruto

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    a las Sentencias

    del Tribunal

    Electoral Las empresas encuestadoras tienen la obligacin de enviar sus cuestionarios, datos, informes y aspectos bsicos de sus metodo-logas al Instituto Nacional Electoral. Muchas empresas entrega-ron todos o algunos de los elementos solicitados,10 revis esta informacin para las 31 encuestas preelectorales que se condu-jeron en junio; por cuestiones de tiempo no pude revisar todas las 82 encuestas preelectorales, por lo que mis comentarios slo se referirn a las encuestas realizadas en junio.

    Con base en la informacin que tengo a mi disposicin puedo descartar que hubiese parcialidad en cuanto a la inclusin de preguntas sugestivas, que a veces llaman encuestas de empu-jn. Tampoco advert problemas que pudieran producir muestras no representativas. Por ejemplo, todos los sondeos implemen-taron muestras de probabilidad para seleccionar las unidades primarias de muestreo o PSU (por ejemplo, el rea geogrfi ca localidades tpicas donde los encuestadores administran un grupo de diferentes cuestionarios). Adems, se contact a quie-nes iban a ser entrevistados en sus hogares, en vez de hablarles por telfono o entrevistarlos en la calle. Tambin los tamaos de la muestra son tcnicamente sufi cientes para producir mrgenes de error razonables.11

    No pude encontrar sufi ciente informacin para determinar dos factores que, en caso de presentarse, pudieron implicar par-cialidad. Primero, los encuestadores pueden generar muestras no representativas que favorezcan a un candidato, sea a tra-vs de sobre-muestreo de bastiones o de grupos demogrfi cos que se conocen por su apoyo a un candidato en particular. Por ejemplo, en la eleccin de 2012, los ciudadanos que viven en el norte y centro-oeste, las mujeres menores de 30 aos de edad, y aqullas con un nivel bsico de educacin, votaron por Pea

    10 La informacin se encuentra en: http://www.ine.mx/documentos/proceso_2011-2012/EncuestasConteosRapidos/informe-encuestadoras.html.

    11 La encuesta de seguimiento GEA-ISA emplea un diseo diferente al de la en-cuesta estndar de secciones transversales, por lo que su nmero de encues-tados resulta menor para cada seccin transversal.

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    a las Sentencias

    del Tribunal

    ElectoralNieto en una proporcin mayor que otros grupos (Moreno 2012). El sobre-muestreo de estos grupos en relacin a su proporcin dentro de la poblacin podra producir un sobre-estimado de voto para Pea Nieto. No pude examinar las caractersticas de todas las muestras, porque no todas las empresas publicaron sus datos, y los que lo hicieron, presentaron la informacin en formato de texto o pdf. Para analizar los datos tendra que incluir cada parte de informacin de nuevo en un programa informti-co, con lo que se presentaran muchos errores tipogrfi cos que afectaran el anlisis.

    De cualquier modo, los encuestadores estn muy conscien-tes de esos asuntos bsicos de las muestras y tratan de mini-mizar los problemas potenciales en una de tres maneras. Pue-den seleccionar las unidades bsicas de muestreo no slo en relacin con las caractersticas de la poblacin en general, sino tambin tomando en cuenta las dinmicas del partidismo local, por ejemplo, qu partidos tienen la gubernatura estatal o capita-lina. Pueden usar el muestreo por cuota y basar sus cuotas en la historia de voto de grupos particulares, acorde a los sealado por sondeos previos y encuestas de salida. Si ambas tecnologas de pre-entrevista no arrojan lo que el encuestador considere una muestra representativa, puede emplear ponderaciones posterio-res al muestreo para ajustar las caractersticas demogrfi cas a la lista nominal o al perfi l agregado de los que crean pueden ser electores. La informacin sobre el uso de estas tecnologas y procedimientos no est disponible al pblico, por lo que no pue-do saber qu encuestadores los emplearon.

    Elaborar muestras y emplear ponderaciones posteriores al muestreo implica ciencia, experiencia y atencin a detalle. Las aparentemente pequeas decisiones pueden, a veces, llevar a cambios importantes en los resultados fi nales. Blumenthal (2012) cuenta una historia fascinante sobre la razn por la cual la En-cuestadora Gallup en Estados Unidos por rutina encontr menos apoyo para el Presidente Obama que otras encuestas realizadas

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    Electoral con la misma poblacin en el periodo previo a la eleccin de 2012. Se emplearon muestras muy grandes para la encuesta y, a pesar de que las encuestas en Estados Unidos casi siempre se realizan por telfono, Gallup implement el uso de las lneas telefnicas fi jas y mviles al seleccionar a quienes iban a entre-vistar. Muchas veces se da el caso, y ello tambin se sabe muy bien, que las muestras estndar no incluyen sufi cientes minoras raciales para coincidir con el perfi l de la poblacin, por lo que se necesitan las ponderaciones de pos-muestras para alinear las caractersticas de la muestra con la poblacin general. Resulta que, al calcular las ponderaciones, Gallup dej fuera el muy pe-queo porcentaje de hogares estadounidenses que no tienen un telfono fi jo ni un celular (cerca de 3.2%). Sin embargo, en este grupo se incluyen ms minoras, y las minoras apoyan despro-porcionadamente al presidente Obama. A consecuencia, Gallup registr por rutina uno de tres puntos porcentuales menos que otras encuestas, y esa diferencia era importante en el contexto de las elecciones presidenciales de 2012. La mayora de los ana-listas llamaran el efecto que el uso de las tecnologas y proce-dimientos empleados por Gallup un house effect, aunque ese error pudiera deberse a razones ocultas o ciertas preferencias hacia una tcnica en particular. Sin embargo, el ltimo factor es algo que un observador externo no puede comprobar.

    En segundo lugar, no puedo determinar las diferencias entre los datos en bruto que arrojaron las encuestas y los reportes fi -nales de cada encuestadora. Solamente algunas empresas no anunciaron sus datos en bruto. Para los que lo hicieron, es lgico pensar que los datos y reportes s coinciden, aunque no pude analizarlos por mis propios medios.

    Con una gran probabilidad podemos excluir algunas otras fuentes potenciales de error. Los encuestadores podran haber inventado los datos o conducido entrevistas demasiado rpido y con poca articulacin; sin embargo, no hay razn para creer que problemas como stos causaran una participacin subestimada

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    Electoralde votos nicamente a favor de Lpez Obrador. Adems, las en-cuestas se realizaron durante periodos traslapados, por lo tanto, el cambio de opinin entre cada entrevista probablemente no se debe a las posibles inexactitudes. Si la complejidad de la boleta que emplearon todos los encuestadores quienes publicaron los modelos de boleta utilizados en el sitio web del IFE, caus con-fusin entre los entrevistados, sta probablemente hubiera arro-jado una preferencia sobreestimada a favor de Lpez Obrador. La boleta utilizada refl ej la boleta real en cuanto a que inclua a cada partido separado, incluso si exista una coalicin. En con-secuencia, el nombre de Lpez Obrador apareci tres veces, de Pea Nieto dos veces y de Vzquez Mota y Quadri de la Torre una vez. Por lo tanto, si los entrevistados estaban confundidos (o si emitieron su voto al azar), probablemente hubieran marcado el nombre de Lpez Obrador en la boleta.

    Tambin con gran probabilidad podemos excluir el error de medicin derivado de que los entrevistados no contestan la pre-gunta por quin votaran o de que dijeran que planeaban vo-tar por Pea Nieto cuando en verdad su intencin era votar por Lpez Obrador o Vzquez Mota. Si los que apoyaron a cual-quiera de los candidatos perdedores no respondieron cuando se les pregunt por quin votaran, el apoyo para Pea Nieto aparecera infl ado. A pesar de todo, las pruebas disponibles no apoyan esta hiptesis. Mencion anteriormente que los datos de Buenda y Laredo muestran que los que contestaron su en-cuesta, aunque no contestaran la pregunta por quin votaran, en promedio evaluaron a Pea Nieto superior que a Lpez Obra-dor. Adems, revis la correlacin entre la tasa de negativas a contestar la pregunta por quin votaran y la intencin de voto para cada candidato (as como la diferencia estimada entre los dos candidatos favoritos) en los 26 sondeos preelectorales con-ducidos durante el mes de julio de 2012 que reportaron los datos relevantes. Cuando aumentan las negativas a contestar en las encuestas, Lpez Obrador sube, mientras que el apoyo para

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    Electoral Pea Nieto baja y Vzquez Mota se mantiene igual. Estos resul-tados no apoyan a la hiptesis de Lpez Obrador. Sin embargo, las correlaciones no son estadsticamente signifi cantes, debido al pequeo nmero de casos. As que, se puede concluir que la tasa de negativas a contestar no tuvo ningn efecto sobre la ventaja estimada entre los candidatos en los dos primeros luga-res, o que contribuyera que se sobre-estime la participacin de votos a favor de Lpez Obrador.

    Del mismo modo, si los simpatizantes de Lpez Obrador y/o Vzquez Mota planearon votar por su candidato preferido, pero contestaron que pensaban votar por Pea Nieto, el eventual apoyo estimado para el ganador hubiera sido sobreestimado. Si ocurri este fenmeno y los simpatizantes de los candida-tos perdedores hubieran manifestado su apoyo real en las en-cuestas poselectorales, entonces pudiramos verlos regresar a casa con su candidato preferido. En la siguiente seccin voy a desarrollar un modelo para revisar este proceso. Por ahora voy a anticipar estos resultados y sealar que solamente 5.7% del electorado regres a casa con sus candidatos preferidos en 2012. sta es prcticamente la misma proporcin que en las elecciones presidenciales anteriores (vase Greene 2015). Adicionalmente, la diferencia entre los simpatizantes de Lpez Obrador y Pea Nieto que regresaron a casa fue apenas 0.2% del electorado. Una tasa an ms baja de simpatizantes regres a casa con Vzquez Mota. Por lo tanto, las pruebas sugieren que la negativa a contestar de los simpatizantes de Lpez Obra-dor no pudo ser la causa de las inexactitudes en las encuestas.

    Las dems fuentes de posibles inexactitudes se encuentran en la zona gris entre el error y la parcialidad. Tampoco advert algo preocupante en los cuestionarios publicados en cuanto al orden de preguntas, aunque este asunto tiene que ver ms con el arte que con la ciencia. No pude evaluar los efectos potencia-les de reemplazar las unidades bsicas de muestreo seleccio-nadas por otras. Las preocupaciones por la seguridad durante

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    Electorallas campaas del 2012 pudieron haber obligado a los encuesta-dores reemplazar las unidades seleccionadas en determinados estados por otras, pero la informacin sobre si lo hicieron, cun-tas unidades fueron afectadas y a partir de qu criterios se se-leccionaron las reemplazas, no ha sido publicada. No obstante, mi percepcin es que cualquier impacto hubiera subestimado el apoyo para Lpez Obrador. Se supone que las unidades de reemplazo se seleccionan para ser demogrfi camente similares a las unidades originales. Si no lo fueran, entonces la sustitucin no podra haber incrementado los nmeros de apoyo para Lpez Obrador porque, aparte de Michoacn y Guerrero, las reas que probablemente preocuparan a los encuestadores estn en el norte, donde se sabe que Lpez Obrador es menos fuerte.

    Sin embargo, encuentro una razn de la posible inexactitud de algunas encuestas relacionada con el muestreo. Probable-mente era difcil contactar a los simpatizantes de Lpez Obra-dor en casa. Se les hubiera podido excluir de las muestras sin querer, porque no estaban en casa cuando los enumeradores hicieron sus rondas, aunque las empresas de encuestas nor-malmente procuran conducir una parte de sus entrevistas en las tardes y fi nes de semana. Tambin es posible que se rehusaran a contestar (ntese que este asunto difi ere del que cuenta con negativas a contestar la pregunta por quin votaran). De todas las encuestas nacionales realizadas en junio, 26 reportaron una tasa de rechazo aplicando la frmula recomendada por la Asociacin Mundial de los Investigadores de la Opinin Publica (WAPOR). Esta tasa tuvo un rango desde 16% hasta 65%.12 Para este anlisis us la proporcin efectiva de preferencias que report cada encuestador y no las respuestas en bruto. Cuando sube la tasa negativa de participar, el apoyo a favor de Lpez Obrador cae y los nmeros de Pea Nieto y Vzquez

    12 Exclu las encuestas de seguimiento GEA-ISA porque en mi percepcin el re-porte de la tasa de rehso de 5-6% (dependiendo de la semana) no emplea el clculo estndar WAPOR.

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    Electoral Mota suben. El nmero bajo de casos signifi ca que estas corre-laciones no son estadsticamente signifi cativas. Por lo tanto, se puede concluir que la tasa de rechazo no tuvo ningn efecto, o no caus medicin subestimada de apoyo a favor de Lpez Obrador. Si lo ltimo es cierto, no tengo herramientas a mi deposicin para investigar las causas; sin embargo, se puede considerar que los simpatizantes del candidato de la izquierda confi aban menos en las personas desconocidas que llevaban gafetes y documentos y hacan preguntas personales. En la medida que ocurri este problema, fue un posible error. El hecho de no tomar ese fen-meno en cuenta podra signifi car su parcialidad, si los encues-tadores saban que los simpatizantes de Lpez Obrador mos-traban una clara tendencia a no contestar los cuestionarios. No hay evidencia para comprobarlo, pero ese escenario sera una va increblemente retorcida y astuta para manipular la verdad.

    En suma, parece muy poco probable que los encuestadores manipularan la verdad. Hay ciertas pruebas (en la ltima sec-cin de este artculo) de que algunas encuestas han tenido cier-tas inexactitudes, por lo que nos quedamos intrigados. Los pro-blemas con el muestreo pudieron haber contribuido a los errores en algunas encuestas, pero ello est muy lejos de encontrar una prueba de manipulacin.

    Afectaron las encuestas la decisin del elector?

    Lpez Obrador argument que las encuestas generaron un importante efecto de victoria electoral (bandwagon) a favor de Pea Nieto, que desanim a aquellos electores que todava fa-vorecan su propia candidatura para que no fueran a votar. En particular, reclam que el resultado de las encuestas persuadi a los electores para que apoyaran a Pea Nieto porque teji la invencibilidad de un candidato e hizo bajar el resultado en-tre los simpatizantes de Lpez Obrador como parte de una estrategia deliberada para propagar la cultura de la anomia.

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    ElectoralTambin especifi c que los electores que vieron ms noticias en los canales de Televisa y Milenio TV fueron ms propensos a sufrir alguno de estos efectos.

    Para apoyar a los argumentos de Lpez Obrador, Damin es-cribe que Los efectos perniciosos de las encuestas combinan con una condicin de precariedad en la que vive un porcentaje importante de la sociedad mexicana, hacindola presa de in-fl uencias perversas en distintos niveles de ser (2012, 5).

    En su sentencia (SUP-JIN-359/2012), el Tribunal argument que

    la coalicin actora es omisa en sealar el efecto cuanti-tativo y cualitativo que las encuestas produjeron en los votantes. En su concepto, la actora parte de la premisa falsa de que todos los ciudadanos son infl uenciables por los resultados de las encuestas y no son capaces de hacer valoraciones objetivas, adems de que no existen elementos que permitan establecer de manera objetiva, o al menos en cierto grado, que la intencin del voto de los electores se afecta de manera preponderan-te por la difusin de los resultados de encuestas.

    Esta seccin utiliza los datos disponibles para evaluar el deba-te sobre la presunta persuasin y los efectos sobre la participacin electoral. Debo sealar dos importantes limitaciones desde el comienzo de este anlisis. En primer lugar, en este apartado no me voy a ocupar de la exactitud de las encuestas, ya que los electores pueden ser afectados por informacin exacta igual que por inexacta.

    En segundo lugar, no puedo aislar los efectos de las encuestas y analizarlos por s solos. En su lugar, puedo examinar los efectos de las campaas en general. Hay lgica en afi rmar que, en cierto modo, las encuestas afectaron las campaas. El Tribunal report un total de 4 433 encuestas, reproducciones y noticias durante la campaa, y por lo menos algunos actores importantes argumen-

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    Electoral tan que las encuestas recibieron mucha atencin. Por ejemplo, Francisco Abundis, director de la empresa de sondeos Parame-tra, coment que Los medios hicieron de nuestras mediciones un espectculo meditico.13 Aun as, las campaas son ms amplias que las encuestas mismas e incluyen toda la propagan-da pagada, los medios parciales, discursos de campaa, deba-tes y las dems actividades de todos los partidos que pudieron haber incluido la compra de votos. Al evaluar el impacto de las campaas en su totalidad en cuanto a persuasin y resultados, el anlisis se inclina a favor del argumento de Lpez Obrador.

    En mi lectura, el argumento de Lpez Obrador es sobre la difusin de informacin extrada de las encuestas a travs de los medios de comunicacin masivos. Por eso, es un reclamo de que la informacin polticamente relevante, que se distribuye a los electores durante las campaas polticas, puede infl uir en sus decisiones sobre el sentido del voto y su decisin acerca de participar en la votacin. La literatura acadmica soporta fuerte-mente la idea de que las campaas pueden infl uir en los electo-res. Las investigaciones anteriores sobre campaas en los Es-tados Unidos sealan que las campaas tiene efectos mnimos sobre los electores (Berelson, Lazarsfeld, y McPhee 1954, 16), las investigaciones recientes demuestran que las campaas pueden ejercer un importante impacto. En promedio, las campa-as presidenciales entre 1940 y 1996 generaron un margen de cambio de 3.4 puntos porcentuales (vase Bartels 1992, Finkel 1993, Holbrook 1994, Kaufman et al. 2008, Markus 1988, Shaw 1999, 2006, Vavreck 2009). Un cambio como ste puede ser de-cisivo en la competencia entre dos partidos y Campbell (2000) demuestra que las campaas pudieron haber determinado el ganador hasta en 5 de 16 elecciones en aquel periodo. Otros estudios muestran que los elementos especfi cos de campaa, incluso la propaganda televisiva, propaganda por radio, correo

    13 http://www.adnpolitico.com/encuestas/2012/07/06/copeteo-error-o-vuel-co-los-encuestadores-se-defi enden

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    Electoraldirecto, llamadas telefnicas, campaas de casa en casa, deba-tes, convenciones de nominacin y las apariciones pblicas de los candidatos pueden modifi car los votos (Kaufmann, Petrocik, y Shaw 2008, 167-8; Vavreck 2009).

    Por lo tanto, las campaas pueden ejercer una infl uencia no-table en las democracias consolidadas, incluso donde la ma-yora de los electores tiene afi nidades partidistas fuertes y los presupuestos para la propaganda relativamente iguales de los distintos competidores signifi can que los electores normalmente estn expuestos a mensajes desconcertantes (Iyengar y Simon 2000, 151; Shaw 2006, Zaller 1992, 1996, Campbell et al. 1960). En las democracias jvenes, las campaas pueden tener efec-tos bastante mayores. Donde la competencia partidista comple-tamente abierta es reciente, la identifi cacin con los partidos es normalmente baja (Barnes et al. 1985, 700-1 sobre Espaa, Converse 1969, Mainwaring 2001, 191; McCann y Lawson 2003 sobre Mxico, Miller y Niemi 2002, 177 sobre Europa del Este, White, Rose, y McAllister 1996 sobre Rusia), y la cantidad de informacin polticamente relevante de la que disponen los vo-tantes es generalmente ms baja (Almond y Verba 1963, 57-9; Gronlund y Milner 2006). En consecuencia, muchos electores tienen poca resistencia a los mensajes persuasivos de campa-a, incluso cuando sus intereses sociales objetivos deberan inclinarlos a votar por una opcin partidista en particular.14 Esta vulnerabilidad puede llevar a cambios sustanciales en el apoyo para candidatos cuando los electores estn expuestos a un fl ujo desbalanceado de informacin partidista.

    Las campaas que tienen las caractersticas de un fl ujo ms o menos igual de informacin partidista entre los competidores

    14 El Tribunal argument en su decisin que la atencin selectiva del elector a la infor-macin que conforme a sus preferencias pre-existentes puede despuntar lo efecto de la nueva informacin, segn la cita de Canel (1999). Aunque la selectividad disminuye la recepcin para los partidistas fuertes, ya que opera de manera dbil o nada entre los partidistas dbiles e independientes (Zaller 1992, Greene 2011). ltimos dominan el electorado de Mxico.

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    Electoral principales normalmente crean efectos tpicamente compensato-rios, pero un fl ujo desequilibrado de informacin puede generar persuasin a favor del candidato que domina en los medios de co-municacin (Zaller 1992). En otros trabajos (2011) he mostrado que los electores en las elecciones generales de 2006 en Mxico tuvie-ron niveles muy bajos de afi nidad partidista, lo que en la prctica benefi ci a Felipe Caldern, quien llevaba la ventaja de propagan-da masiva sobre Lpez Obrador. En este contexto, las campaas causaron que el 28.8% del electorado votara por un candidato que fue inconsistente con el candidato que hubiera apoyado si vota-ra de manera consistente con sus preferencias al principio de las campaas; la mayora de estos electores votaron por Caldern. Sera una sobreestimacin concluir que la victoria de Caldern se deba a las dinmicas de las campaas. Sin embargo, tambin he mostrado (2012) que si no hubiera habido campaas y los electo-res hubieran votado por el candidato asociado con sus preferen-cias de precampaa, Lpez Obrador hubiera ganado fcilmente.

    En las elecciones de 2012, la campaa de Pea Nieto se be-nefi ci por disponer de ms tiempo y espacios en los medios de comunicacin masivos que Lpez Obrador. En la reforma de la ley electoral de 2007 se instituy una frmula para la distribucin de los espacios promocionales en los medios de comunicacin masivos. El buen desempeo del PRI en las elecciones de 2009, junto con la decisin del PRD de formar una coalicin de una manera particular, que disminuy su acceso a los medios de comunicacin masivos, signifi c que la coalicin liderada por el PRI ocupara casi la mitad del tiempo aire, dejando al PAN y la coalicin de la izquierda encabezada por el PRD que compar-tiera la otra mitad. Por lo tanto, pudiramos considerar que si las campaas lograron persuadir a los electores, eso le hubiera dado la ventaja a Pea Nieto.

    La investigacin acadmica reciente est de acuerdo que las campaas pueden afectar de manera signifi cativa el com-portamiento de los electores a nivel particular. La literatura est

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    Electoralmenos clara referente al impacto especfi co de las encuestas. Cuando los electores conocen los resultados de las encuestas, es un lmite importante a su potencial efecto pues dicha infor-macin puede alentar a los electores que apoyen al que lleva la delantera (Nadeau et al. 1993, McCallister y Studlar 1991, y Mutz 1988). Sin embargo, otra obra sobre el mismo tema es ms escptica. Lang y Lang (1984) sealan que, al escuchar la opinin mayoritaria, algunos electores reaccionan contra el supuesto lder, por haber tenido una experiencia algo pareci-da a un efecto perdedor. En un trabajo reciente, Rothschild y Malhotra (2013), quienes condujeron uno de los estudios ms cuidadosos en la materia, al emplear mtodos experimentales para examinar el impacto de la informacin sobre el apoyo a las polticas pblicas particulares en los Estados Unidos, mostraron que la informacin obtenida de una encuesta que indica un apo-yo ms alto para una poltica en particular lleva a mayor apoyo para esa poltica, pero, de manera crucial para nuestros prop-sitos, tambin mostraron que: 1) el aumento del apoyo se debe a los efectos de desmovilizacin sobre los oponentes, y 2) la infor-macin que indica una probabilidad ms alta de que se apruebe la poltica no incrementa el apoyo para ella. Estos estudios, por tanto, plantean dudas sobre la idea de que las encuestas que re-portaban una probabilidad ms alta de victoria para Pea Nieto pudieran infl uir el comportamiento electoral y que si lo hicieran, el efecto se notara en un resultado de desmovilizacin de los simpatizantes de Lpez Obrador.

    Desafortunadamente, los datos disponibles no me permiten aislar los efectos potenciales de la informacin obtenida por las encuestas sobre el comportamiento del elector en la eleccin presidencial de 2012 en Mxico. El hacerlo requiere datos di-seados para ese propsito que es necesario obtener antes de que empiecen las campaas y, despus, conseguirlos en peque-os intervalos a lo largo de las mismas. Lo que tenemos es la informacin del Estudio de Panel Mxico 2012 sobre cmo los

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    Electoral electores cambiaron sus preferencias despus de las campaas. Por lo tanto, podemos deducir qu hubiera pasado si los electo-res no estuvieran expuestos a las campaas en su totalidad. Po-demos tambin verifi car si el reclamo de Lpez Obrador que la exposicin a Televisa y Milenio TV se asocia con un apoyo ms alto para Pea Nieto que ser expuesto a TV Azteca, aunque un examen como ste no es decisivo para su causa, por las razones que voy a explicar a continuacin.15

    El Estudio de Panel Mxico 2012 entrevist una muestra re-presentativa a nivel nacional de electores elegibles a fi nales de abril, y despus intent entrevistar de nuevo a estos mismos individuos poco despus del da de la eleccin.16 La primera ola se program para caer cerca del inicio de las campaas para la presidencia, para que las encuestas tuvieran resultados lo ms exacto posible en la medicin de las actitudes y preferencias de los electores en las precampaas. Adems, justo el 7.5% de to-das las encuestas realizadas durante la campaa en las mismas fechas en las que se realiz la primera ola del estudio de panel (TEPJF 2012, 97-8).

    Las encuestas de Panel son adaptadas de forma nica para evaluar las opiniones y preferencias de los electores durante las campaas electorales, sin embargo, la difi cultad de contactar

    15 La base para esta demanda es el argumento de que Televisa y Milenio TV di-fundieran informacin de encuestas que favorecieran a Pea Nieto ms que la de Televisin Azteca y otras cadenas televisivas. Para un debate sobre el recla-mo ms amplio por lo que Televisa haba favorecido ms a Pea, vase www.theguardian.com/world/2012/jun/26/mexican-meda-scandal-televisa-pri-nieto y www.theguardian.com/gnm-press-offi ce/interactive/press-releases-gnm-state-ment-february-2013.

    16 Las encuestas se llevaron a cabo bajo la direccin de los profesores Kenneth Gree-ne (University of Texas en Austin), Jorge Domnguez (Harvard University), Chappell Lawson (Massachusetts Institute of Technology), y Alejandro Moreno (Instituto Tec-nolgico Autnomo de Mxico and Reforma). Se fi nanci a travs de la Secretara de Gobernacin, el Centro de Estudios de Opinin Pblica del H. Congreso de la Unin, del Instituto Tecnolgico Autnomo de Mxico, Harvard University, y la Universidad de Texas en Austin. Las encuestas se llevaron a cabo por Data OPM e incluyeron muestras nacionales en ola 1 con 70 unidades de muestreo primario, seleccionadas con la probabilidad proporcional en cuanto a su tamao. Ms informacin en el caso Domnguez et al. (2015). Los datos estn disponibles (de manera gratuita) en http://web.mit.edu/clawson/www/polisci/research/mexico06/.

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    Electoralde nuevo a los entrevistados de la primera ola con fi nes de rea-lizar entrevistas subsecuentes signifi ca que el estudio padece de sesgo de desercin. Adems, hay evidencias de que hubo difi cultades a la hora de contactar a los simpatizantes de Lpez Obrador, incluso en la primera ola (vase seccin 2 de esta po-nencia para una discusin en general del tema de muestreo). Preguntamos a los entrevistados si votaron en la elecciones pre-sidenciales del 2006 y, si lo hicieron, por quin. El 36% dijo que vot por Felipe Caldern, 23% por Roberto Madrazo y apenas 21% por Lpez Obrador. El resto no pudo recordarlo o se rehus a contestar. Estas repuestas sub-representaron de manera dra-mtica el apoyo para Lpez Obrador en 2006. Es posible que al-gunos de los entrevistados s haban votado por Lpez Obrador, pero no contestaron de forma precisa. Tambin es posible que nuestra muestra excluyera, sin querer, a los simpatizantes de Lpez Obrador. Este tipo de error en el muestreo puede haber atormentado a otros encuestados y ser responsable para las su-puestas inexactitudes en las encuestas discutidas anteriormen-te. Finalmente, nuestra encuesta poselectoral sobreestima el voto a favor de Pea Nieto, lo que posiblemente se deba al efec-to postelectoral de victoria electoral rotunda, que se da cuando los electores dicen que apoyaron al ganador. Para enmendar estos problemas, se aplic las ponderaciones de pos-muestreo para empatar las caractersticas demogrfi cas de los encues-tados de la ola posterior a la jornada con las de la poblacin que s vot y para corregir el sesgo de desercin. Finalmente, emple una forma de medir la preferencia del votante a travs de termmetro de actitudes del elector hacia los candidatos pre-sidenciales (para detalles, vase Greene 2015). Estos ajustes mejoran notablemente la medicin agregada de las preferencias electorales, como queda demostrado en la Tabla 1.

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    Electoral Apoyar al lder? La campaa en relacin a persuasin durante la eleccin de 2012

    Podran haber persuadido las campaas en su totalidad (incluyendo la difusin de los resultados de las encuestas) a los electores para que votaran por Pea Nieto, de acuerdo con el argumento de Lpez Obrador?

    En primer lugar, la Tabla 1 muestra un gran porcentaje de electores que votaron por un candidato diferente al que era su favorito al inicio de las campaas, 50.9% (clculo que incluye a los electores no decididos al inicio). En este movimiento consi-derable de las preferencias de los electores, Pea Nieto atrap 10.2% del electorado, Lpez Obrador 8.2% y Vzquez Mota 4%. Aunque esta comparacin simple puede parecer una prueba a favor de la hiptesis de Lpez Obrador y no de Pea Nieto, comprobar su argumento de persuasin requiere un matiz ms acentuado.

    La literatura especializada sobre el tema del comportamiento de votantes en los Estados Unidos muestra que la gran mayora de cambios en preferencias durante las campaas se deben a que los electores coquetean con apoyar a un candidato en par-ticular, pero despus, el da de la eleccin, regresan a casa con el candidato asociado con sus preferencias de precampa-a (por ejemplo, su candidato natural) (Gelman y King 1993, Lenz 2009). Cada candidato natural del elector es uno que es asociado con su identidad partidista, disposicin ideolgica, preferencias de las polticas pblicas y el perfi l demogrfi co. Por ejemplo, Vzquez Mota sera la candidata natural para una persona mayor y afl uente, ideolgicamente conservadora de El Bajo y que atiende la iglesia con regularidad, tiene un negocio, aprueba el desempeo del gobierno de Caldern y se identifi ca con el PAN. Lpez Obrador sera el candidato natural para un estudiante que reside en la Ciudad de Mxico, es escptico en

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    Electoralcuanto a la cobertura en los medios de comunicacin masivos relativa a temas polticos y se identifi ca con el PRD y como una persona de izquierda.

    Si gran parte de los movimientos durante la campaa, mos-trados en la Tabla 1, se debieron a que los votantes regresaban a casa con sus candidatos naturales, entonces las campaas hubieran tenido una infl uencia mnima en las decisiones de los electores. Si, en cambio, los electores naturales de Lpez Obra-dor o Vzquez Mota estaban inducidos a votar por Pea Nieto despus de haber sido expuestos a las campaas, entonces nos encontramos en tierra ms fi rme para pensar que las campaas tienen un importante impacto en el resultado de la eleccin.

    Para predecir el candidato natural de cada elector, constru un modelo estadstico de decisiones de los votantes, que incluye las actitudes y preferencias del elector al inicio de las campaas y los cambios en estas preferencias y actitudes durante la campa-a, llamados puntaje de cambio. El puntaje de cambio asla los efectos de las campaas y, al remover sus efectos, se nos per-mite identifi car al candidato natural de cada elector. El modelo se encuentra en el apndice e incluye las variables estndar que se emplean de forma tpica para estudiar la determinacin del voto en Mxico y otros pases: la identifi cacin partidista, las evalua-ciones retrospectivas de la administracin saliente, las preferen-cias en las polticas de economa, los ratings de la competencia de cada candidato y las evaluaciones de las oportunidades que tiene el candidato perdedor.17 Incluyo esta ltima variable, porque

    17 Resultado con base en Logit multinomial. Vase Dow y Endersby (2004) para una justifi cacin de este modelo al pronosticar la determinacin del voto. Las evaluacio-nes retrospectivas son un ndice aditivo que combina la aprobacin presidencial y las medidas econmicas y sociolgicas del bienestar econmico. Las preferencias de las polticas de economa es un ndice aditivo que combina las preferencias sobre privatizar a PEMEX y aumentar los impuestos para fi nanciar los programas anti po-breza. El puntaje de la competencia del candidato es ndice aditivo que combina la habilidad de manejar la economa, abordar el tema corrupcin, reforzar la seguridad pblica y reducir la pobreza. La poltica de guerra anti-droga es un ndice aditivo que combina el uso del Ejrcito para combatir los crteles de droga, negociacin con los trafi cantes y legalizacin de las drogas.