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Nº 206 / diciembre 2016 ISSN 1657-0987 www.unperiodico.unal.edu.co [email protected] Bogotá, Colombia El dEspropósito dE intErvEnir árEas naturalEs protEgidas 7 pacífico colombiano, una rEgión por construir 8 coopEración intErnacional impulsaría manEjo dE la sEaflowEr 9 dos marEs quE nos quEdaron pEquEños 10 Exploración pEtrolEra En árEas marinas protEgidas Es un Ecocidio 11 Edición especial océanos Colombia también es mar foto: Comisión Colombiana del Océano

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Nº 206 / diciembre 2016ISSN 1657-0987

www.unperiodico.unal.edu.co [email protected]á, Colombia

El dEspropósito dE intErvEnir árEas naturalEs protEgidas

7 pacífico colombiano, una rEgión por construir

8 coopEración intErnacional impulsaría manEjo dE la sEaflowEr

9 dos marEs quE nos quEdaron pEquEños

10 Exploración pEtrolEra En árEas marinas protEgidas Es un Ecocidio

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diciembre 2016 | 2 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

Política & Sociedad

Entre la lucidez y la cegueraluis H. HErnándEz, profesor, Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de PazUniversidad Nacional de Colombia

El 25 de noviembre se firmó por segunda vez el Acuerdo Final de Paz, que sella el proceso iniciado con las Farc en septiembre de 2012. Sin embargo, el poco entusiasmo mostrado por los ciudadanos evidencia que la firma del documento va importando cada vez menos, lo cual prospecta el peor escenario para afrontar el posconflicto, urgido del entusiasmo colectivo.

Los indicadores de la apatía ciudadana ante la firma de la “ver-sión mejorada” del Acuerdo Final de Paz –acto realizado en el Teatro Colón– se pueden encontrar en los resultados del plebiscito realizado el pasado 2 de octubre, fecha que se consideraba trascendental pues la decisión popular transformaría la historia reciente del país. Sin embargo, más de 21 millones de colombianos no se preocuparon por votar, lo que representa una abstención del 62,6 %, la mayor en los últimos 22 años.

Los datos anteriores se corresponden con la atávica creencia de que el voto ciudadano tiene poco impacto en la dirección del país, y con los altos niveles de desafección hacia los partidos políticos y la falta de legitimidad tanto de las elecciones como de otras institucio-nes democráticas. Además, indican una frágil decisión: el Sí, con el 49,78 % de los votos, fue derrotado por el No, con el 50,21 %, con la irónica lógica de que la mayoría de quienes rechazaron la primera versión del Acuerdo viven en territorios ajenos al conflicto.

El plebiscito del pasado octubre resulta ser una caricatura del realizado el domingo 1 de diciembre de 1957. Este fue convocado por los autores intelectuales de la violencia bipartidista, quienes no contaron con aquellos que arriesgaron la vida en el fratricidio y que, desencantados con el acuerdo frentenacionalista, se abisagraron con la lucha guerrillera iniciada en los años sesenta, a cuyo final convocaba el plebiscito de 2016.

Pero, a diferencia del realizado en 2016, el de 1957 indicó un con-tundente Sí, con 4.169.294 votos, contra 206.654 en favor del No y 20.738 votos en blanco. Estas han sido las elecciones con la mayor participación en la historia de Colombia. Hace 59 años votaron quienes tenían cédula, y quienes no, también; además las mujeres lo hicieron por primera vez.

En ese momento, relata el escritor payanés Juan Esteban Constain, tampoco faltaron los contradictores como el Directorio Conservador de Antioquia; Gilberto Alzate Avendaño, entonces caudillo de la dere-cha colombiana; y un político rojista, José María Nieto, quien repartió un volante que decía: “Católicos: ¡Alerta! El plebiscito será un triunfo del comunismo, del protestantismo y de las logias liberales contra la

Iglesia”. Los comunistas, sin embargo, se abstuvieron, no votaron.

Pero lo que nos resulta patético de esa comparación es el hecho de que una vez negado el plebiscito de 2016, uribistas y santistas empezaran a negociar las nuevas condiciones de la paz al margen del actor en proceso de desmovilización, abogando el vocero más connotado del No por un acuerdo nacional, que rememora el realizado

en 1957 entre Alberto Lleras Camargo, del Partido Liberal, y Laureano Gómez Castro, del Partido Conservador, quienes definieron ejercer el poder de manera compartida bajo la figura de un régimen bipartidista.

El Acuerdo entre el Gobierno y las Farc buscó incorporar la mayor cantidad posible de propuestas que habían planteado los voceros

palabras clave: posconflicto, Acuerdo Final de Paz, Ley de Amnistía. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

del No; sin embargo tampoco logró satisfacerlos, porque en el fondo buscaban algo parecido a una capitulación de quienes consideran “narcoterroristas”. Además, la mayoría insiste en desconocer el con-flicto armado interno.

En ese sentido, el plebiscito de octubre –con el que se esperaba una ratificación épica– resultó ser un verdadero sainete, una razón de vergüenza para los espectadores internacionales, y de frustración para las generaciones venideras. Se trató de una farsa en la que libretistas y protagonistas no esperaban el giro que dio la trama.

El presidente Juan Manuel Santos jugó a la soberbia de someter a plebiscito una decisión que había podido resolver por vía de un acto presidencial, sin que le implicara mayores gastos ni un riesgo para su imagen pública venida a menos y su postulación al Premio Nobel de Paz, sin tener que hacer declaraciones altisonantes como que si no se aprobaba “era el fin de la negociación y la vuelta a la guerra”, y “sin dar papaya” a ex presidentes contradictores.

De hecho, mientras el ex presidente Pastrana tildó de “golpe de Es-tado” el proceso de paz, el ex presidente Uribe, quien negoció durante su gobierno la desmovilización de autodefen-sas y paramilitares, argumentó –entre otras cosas– que el proceso daba “impunidad” a los guerrilleros y “premiaba” al terrorismo.

ley de amnistía, requisito indispensable

Ahora se está tramitando la refrendación del nuevo Acuerdo Final de Paz a través del Congreso de la República –camino que se debió utilizar desde el principio para estos menesteres– y se espera que una vez superado el trámite sea el mis-mo Congreso el que inicie el proceso de implementación normativa, lo cual haría sin tener certeza sobre la posibilidad o no de acudir a la vía rápida conocida como fast track, debido a la falta de claridad de la Corte Constitucional. Para las Farc la Ley de Amnistía es un requisito indispensable para iniciar el proceso de ubicación de sus guerrilleros en las zonas veredales de transición hacia la reincorporación.

Por lo descrito, el país se debate entre la lucidez y la ceguera. Ya decía Albert Einstein que estaba más seguro de la finitud del universo que de la infinitud de la estupidez humana, y vaya que si nos observara ahora mismo no necesitaría mucho esfuerzo para demostrarse el es-tado de sonsera y desencanto que acusa nuestra inteligencia rectora. O como lo indicara Gabriel García Márquez, es como si nuevamente se quisiera condenar a nuestras estirpes a repetir y mantenerse en nuestros propios y vergonzosos conflictos.

Es innegable que por estos días nos acompaña un estado de desa-zón. No faltan las razones y los argumentos por parte de quienes lo han propiciado, dirigentes autorizados con la legitimidad del poder para decidir el destino de un país. En ese sentido cobra importancia el postulado según el cual “los pueblos tienen las dirigencias que se merecen”, pues si no fuera así, las cambiarían.

Esa situación refleja el problema actual del país, por tanto representa el reto para el ejercicio de nuestra inteligencia, ingenio e imaginación, como condición para salir de esta congoja incierta que dé al traste con los defensores y la muralla de una violencia centenaria incubada en nuestra historia y, lo peor, del desencanto en nuestros corazones.

Adenda: En este marco, muy seguramente, la negociación con el eln pasará sin pena ni gloria, si es que la hay.

“Para las Farc la Ley de Amnistía es un requisito indispensable

para iniciar el proceso de ubicación de sus guerrilleros en

las zonas veredales de transición hacia la reincorporación”.

“El plebiscito de octubre, con el que se esperaba una ratificación épica, resultó ser un verdadero sainete, una razón de vergüenza para los espectadores internacionales, y de frustración para las generaciones venideras”.

diciembre 2016 | 3 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

investigación & creación

30 días en la Universidad

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Director: Fredy Chaparro S.

coorDinación eDitorial: Blanca Nelly Mendivelso Rodríguez • coorDinación perioDística: Diana Manrique Horta

comité eDitorial: Astrid Ulloa, Jorge Echavarría Carvajal, Horacio Torres, Luis Carlos Colón, André-Noël Roth, Juan Álvaro Echeverri y Álvaro Zerda

corrección De estilo: Liliana Ortiz Fonseca • Diagramación: Ricardo González Angulo • impresión: ceet, Casa Editorial El Tiempo

Las opiniones expresadas por los autores y sus fuentes no comprometen los principios de la Universidad Nacional de Colombia ni las políticas de UN Periódico

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Premio Nacional al Mérito Científico 2015 acac

La U

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rsidad Nacional

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Bogotá. Las cepas Lactobacillus brevis y Lactobacillus plantarum combaten la listeriosis, infección contraída por el consumo de alimentos que la contienen, como leche o carne cruda.

Bogotá. Restos de mamíferos herbívoros y carnívoros de hace más de cinco millones de años fueron encontrados en Vélez (Santander) por científicos de la un y el Instituto Alexander von Humboldt.

Bogotá. Blocco es un horno de leña que, ayuda a reducir el porcentaje de material contaminante, por lo que resulta ideal para prevenir enfermedades respiratorias.

Medellín. El software GaStimulator identifica la formación de emulsiones que genera el uso de químicos en las intervenciones de pozos petroleros.

Medellín. Un prototipo estima los niveles de estrés a partir del análisis de señales electromiográficas superficiales emitidas por electrodos ubicados en el músculo trapecio.

Bogotá. La identificación del anticuerpo vcr01 permitió establecer que después de muchos años de haber adquirido el sida, algunas personas desarrollan anticuerpos con alto grado de neutralización del vih.

Bogotá. El uso de microorganismos llamados bacterias aerobias formadoras de endospora (Bafes) disminuyó en un 65,6 % el añublo bacterial de la panícula, enfermedad que afecta el arroz.

Bogotá. Policultivo de cachama y bocachico, alternativa nutricional para arhuacos.

Bogotá. Diseñan Aquaby, un cargador de bebés para piscinas y playa.

Medellín. Producen ají dulce para quienes no toleran el picante.

Bogotá. Identificar plagas y evaluar calidad del suelo, tareas de drones diseñados en la un.

Bogotá. Conservan alimentos con aceite esencial y resinas de nuez moscada, clavo y pimienta negra.

Bogotá. Los carotenoides de la pulpa de chontaduro prevendrían alzhéimer y otras enfermedades.

Manizales. Videojuego estimula concentración en niños con déficit de atención e hiperactividad.

Bogotá. Identifican nuevas bacterias relacionadas con la enfermedad de la banda negra.

Manizales. Prototipo de máquina portátil optimiza cortes en materiales industriales.

Bogotá. Control de bacteria Streptococcus agalactiae en tilapia, patente internacional.

Bogotá. Wave, herramienta desarrollada por estudiantes de Diseño Industrial, lava, limpia y seca frutas, verduras, tubérculos y hortalizas.

Bogotá. A pesar de su color oscuro, la miel del Vichada es rica en antioxidantes, antimicrobianos y minerales como hierro, zinc y calcio.

Bogotá. Los extractos alcohólicos de plantas de las familias Piperaceae y Euphorbiaceae podrán ser utilizados para crear medicamentos contra el párkinson y la esclerosis múltiple.

Medellín. Guácimo, carbonero y nacedero son las especies de árboles que se adaptan mejor a los cambios ambientales del Cerro El Volador de Medellín.

diciembre 2016 | 4 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

Economía& Organizaciones

“En muchos países la economía es subsidiada por el trabajo no remunerado de la mujer”álvaro zErda sarmiEnto, profesor, Facultad de Ciencias EconómicasUniversidad Nacional de Colombia

Cómo enfocar los problemas del desarrollo, el potencial de la economía del cuidado, de qué manera afrontar la discusión actual frente al futuro del trabajo y el papel de la mujer en el progreso de los países, fueron algunos aspectos abordados por la economista de origen indio Jayati Ghosh durante su visita a la Universidad Nacional de Colombia (un).

Su postura crítica frente a la ortodoxia econó-mica y los temas del desarrollo, además de los aportes de sus investigaciones sobre mujer y economía, han convertido a Jayati Ghosh, docente e investigadora del Centro de Estudios Económicos y Planificación de la Universidad Jawaharlal Nehru, en Nueva Delhi (India), en una de las economistas más destacadas del mundo.

Durante su visita a la un –donde participó como in-vitada de la Cátedra Currie, organizada por la Facultad de Ciencias Económicas– un Periódico conversó con esta integrante de la Comisión Nacional del Conocimiento, que asesora al primer ministro de la India, y ganadora en 2010 del “Premio de investigación sobre trabajo decente” de la Organización Internacional del Trabajo.

La profesora Ghosh considera que el pluralismo es uno de los factores esenciales para el desarrollo de las naciones. En ese sentido afirma que los países deben pensar en otros tipos de integración económica, que ofrezcan garantías de bienestar a sus ciudadanos, y que no solo beneficien el capital. Así mismo, la doctora de la Universidad de Cambridge se refirió al papel poco reconocido de la mujer en el desarrollo económico mundial, y al futuro del trabajo.

un Periódico (unp): ¿en qué consiste el “malestar de la globalización”?

Jayaty Ghosh (j.g.): en el último cuarto de siglo la in-tegración económica global ha significado un importante aumento del poder del capital en relación con el trabajo. Esto se ha expresado, por ejemplo, en que existen más entornos de inseguridad y menos capacidad para que las personas consigan empleos con buenos salarios, garantías laborales y acordes con su formación profe-sional. Además influye en los gobiernos para recortar en gasto público básico y bienestar social.

unp: ¿de qué manera la arquitectura internacional afecta a los países en desarrollo?

j.g.: la arquitectura institucional es parcialmente la del comercio. Por ejemplo, tanto la Organización Mundial del Comercio, como los acuerdos regionales, bilatera-les, etc., los exponen a flujos muy volátiles y crean una identidad cortoplacista por parte de los inversionistas. Todo ello reduce dramáticamente el espacio disponible para hacer políticas en los países en desarrollo.

unp: en este escenario, ¿qué estrategias pueden implementar los países menos desarrollados?

j.g.: la historia nos ha enseñado que ningún país desarrollado se industrializó sin crédito y sin una po-lítica industrial. El desarrollo de Gran Bretaña, Ale-mania, Japón y Estados Unidos se dio gracias a ello. Países como Corea del Sur, Malasia o China tuvieron un espacio político que les permitió realizar tareas que otros países en desarrollo no han podido ejecutar. Sin embargo algunos países como China están afrontando las consecuencias de la apertura de su sector financiero

al capital mundial y les está costando cambiar su estra-tegia hacia actividades con mayor valor agregado. Algo similar sucede en India, donde después de 30 años de políticas económicas neoliberales y crecimiento muy rápido del pib no hemos sido capaces de diversificarnos más. Por su parte, Latinoamérica tiene una industriali-zación prematura debido en parte a la combinación de economías más abiertas y a la incapacidad para aplicar estrategias utilizadas en otras latitudes.

unp: ¿y los tratados de libre comercio?j.g.: la mayoría de los cambios provocados por ellos

suceden en el marco regulatorio. La competencia se da en las fases de producción, por lo que todos los países productores de bienes compiten desesperadamente entre ellos. Tal situación provoca mayor concentración de valor y ganancia en el centro y menor en la periferia, pues los acuerdos otorgan mayor poder a la propiedad intelectual. Por ejemplo el iPhone, cuyo costo de pro-ducción en China es de menos de 10 dólares, se vende por 700 dólares; las ganancias van para Apple, no para los productores chinos. Por eso los tipos de integración económica no deben privilegiar el capital por encima de los trabajadores.

unp: sin embargo el modelo de desarrollo de muchos países de Latinoamérica está basado en el extracti-vismo...

j.g.: el boom de las materias primas básicas obliga a los países a buscar ventajas competitivas en el merca-do, y si tienen recursos minerales, pues eso es lo que exportan. En América Latina y África esta “apuesta” ha significado un estancamiento de sus economías. Ade-más, el extractivismo que se realiza está concentrado en regiones geográficas en las que habitan comunidades con poca “voz” política. En India, mucha de la extracción mineral se hace en áreas predominantemente tribales, es decir comunidades étnicas menos desarrolladas. Algo similar sucede en Ecuador y posiblemente en Colombia y Bolivia, en donde las regiones con importantes recursos mineros están habitadas por comunidades étnicas con poca participación y representación política.

Para la profesora Ghosh el capitalismo es como un pulpo que se aprovecha de cualquier forma de inequidad social.

palabras clave: globalización, mercado, acuerdos económicos, Jayaty Ghosh. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

foto: Nicolás Bojacá/Unimedios

unp: ¿qué papel tiene la mujer en todo este escenario? j.g.: lo que vale la pena saber, y generalmente no es

reconocido, es que la mayoría de las economías en los países en desarrollo es subsidiada por el trabajo no remu-nerado de la mujer en sus viviendas y comunidades. En mi país, la participación de la fuerza laboral de la mujer es tan solo del 24 %, una de las más bajas del mundo. Sin embargo si se cuenta el trabajo no remunerado, parte de la economía del cuidado, o sea la labor doméstica, la educación de los niños, el cuidado de los ancianos y otras actividades como cocinar, limpiar, ir al mercado, conseguir agua y leña, el 86 % de las mujeres lo realizan. ¡Trabajan más que los hombres!

unp: ¿cómo afrontar la discusión actual en torno al futuro del trabajo?

j.g.: existe preocupación por la incertidumbre que están generando los avances tecnológicos, situación que afectó primero a la industria y ahora al sector de servicios. Diría que debemos distinguir entre dos tipos de tecnología: una, a la que llamo productiva, que es precisamente la que desplaza el trabajo, pero que casi es comprensible porque la sociedad evoluciona gracias a la innovación. A la otra la llamo disruptiva, y por ella sí que debemos preocuparnos puesto que genera cambios en la organización y la producción. Por ejemplo, con Uber (transporte privado) o Airbnb (turismo), las personas ven grandes ventajas, como mayor oferta, ahorro o be-neficio económico. Sin embargo lo que está sucediendo realmente es que se está desplazando la relación entre el empleador y el trabajador con un supuesto discur-so de trabajo independiente que escapa de las leyes laborales. Son una muestra de cómo la tecnología está facilitando una reversión hacia prácticas que existieron en el siglo XIX, cuando la relación empleador-trabajador no estaba regulada.

unp: en estos nuevos escenarios, ¿qué futuro tiene la llamada economía del cuidado?

j.g.: lo bueno del cuidado es que no se pueden utilizar las nociones estándares de productividad: si tratas de maximizar el número de pacientes, reduces la calidad, por lo que si se quiere preservar la calidad se debe mantener una cantidad razonable de trabajadores. He realizado un ejercicio estadístico muy básico tomando como ejemplo a Suiza. Para ello tomé la cantidad de población atendida por trabajador de la salud, y la de niños y ancianos aten-didos por ellos; apliqué las proyecciones de población de las Naciones Unidas para 2030 y encontré que se nece-sitarían unos 630 millones de trabajadores del cuidado en el mundo. Esto haría de la economía del cuidado una importante fuente de empleo, eso sí, siempre y cuando esté regulada.

unp: como profesora de economía sabe que la co-rriente principal no toma en cuenta estos aspectos, ¿qué puede hacer la academia para afrontar los nuevos retos?

j.g.: como profesión la economía tiene mucho porqué responder. En los países del norte ha sido un agente especial del capital global. Las teorías económicas que intentaron advertir las crisis financieras recientes fue-ron ignoradas y suprimidas por el establishment. Pero en la actualidad los jóvenes de muchas universidades están reaccionando. En Europa se ha conformado un movimiento bastante activo, llamado “la economía del mundo real”. Tanto en India como en los estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia he visto un gran cuestionamiento hacia lo que está sucediendo en la actualidad.

unp: ¿hay esperanza?j.g.: ¡por supuesto que sí!

diciembre 2016 | 5 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

Presupuesto 2017, grandes restriccionesgErmán EnriquE nova caldas, profesor, Facultad de Ciencias Económicas Universidad Nacional de Colombia

Control de los paraísos fiscales, eliminación de las exenciones fiscales, vigilancia en el gasto público e incremento en acciones para combatir la corrupción, son los cambios de tipo estructural que urge realizar en el país para garantizar un mejor escenario fiscal.

palabras clave: presupuesto, corrupción, evasión fiscal. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Como consecuencia del complicado entorno ma-croeconómico internacional, el presupuesto 2017 está inmerso en un escenario de grandes restricciones fiscales. Dentro de los aspectos a destacar se encuentran la reducción de la dinámica del crecimiento de la eco-nomía China –que pasó de un promedio superior al 10 % en décadas anteriores, a un crecimiento del 6,7 % para el último lustro–; el incremento en la oferta de petróleo por los Estados Unidos, gracias a la tecnología de fracturación hidráulica (fracking), y el menor dinamismo económico de la Zona Euro. Esto ha reducido la demanda de materias primas, impactando sus precios de forma considerable.

En Colombia la variación del precio del petróleo, principal producto de las exportaciones, pasó de valores superiores a los 100 dólares el barril a menos de 45, lo que ha signifi-cado la pérdida de ingresos del Gobierno Nacional Central (gnc), para las vigencias fiscales 2013-2016, equivalente al 3,4 % del pib.

Es necesario tener en cuenta que el precio del petróleo que permite superar los costos de producción en Colom-bia es de 50 dólares/barril, razón por la cual el Gobierno proyectó que los ingresos del sector petrolero, al termi-nar el presente año, sean el -0,1 % del pib (unos 800.000 millones de pesos).

Este panorama no cambiará en 2017, ya que el precio proyectado es de 47,5 dólares/barril. Las cifras reflejan un claro contraste con lo presentado en 2013, cuando los ingresos del sector petrolero fueron de 23,8 billones de pesos (108,7 dólares el barril).

Infortunadamente se desaprovechó el buen momento del crecimiento extraordinario de los ingresos para gene-rar un ahorro, previendo las épocas de “vacas flacas”, y por el contrario se incurrió en lo que en materia fiscal se conoce como la Ley de Wagner, concepto que se refiere a la flexibilidad del gasto para crecer con incrementos en los ingresos, y a la inflexibilidad a reducirse frente a los menores ingresos. Con este manejo de las finanzas se terminó dando un criterio procíclico a la política fiscal, lo que ha impedido que, en situaciones de bajo crecimiento económico, el gasto público a través de la inversión sea un elemento que contribuya a estimular la economía.

escenario de ajuste

Según cálculos del Ministerio de Hacienda, el ajuste frente a la reducción de los recursos fiscales y el mayor pago del servicio de la deuda, como consecuencia de la devaluación, alcanza el 4,2 % del pib. Esto ha llevado a un mayor déficit fiscal –que se calcula llegará al 3,9 % del pib en 2016–, es decir un 1 % superior al año anterior; ajuste de gastos del gnc equivalentes al 1,8 % del pib, y generación de ingre-sos tanto por la reforma tributaria 2014 como por el plan antievasión, del orden del 1,4 % del pib.

En este mismo sentido, el Marco Fiscal de Mediano Plazo (mfmp), 2017-2027 contempla el reto de llevar la reducción del déficit fiscal del gnc de -3,9 % en 2016, a -1,0 % a partir de la vigencia fiscal 2022, para garantizar la sostenibilidad de las finanzas.

Cumplir con ese objetivo va a ser complicado, teniendo en cuenta que los supuestos macroeconómicos del mfmp que sustentan el proyecto de presupuesto son demasiado optimistas. Por ejemplo, se calcula un crecimiento de la

economía de 3,0 % para 2016, es decir casi un punto por-centual por encima de las proyecciones realizadas hasta el tercer trimestre del presente año.

recursos fiscales

Los ingresos fiscales para 2017 se calculan en 134 billones de pesos, conformados principalmente por los recursos tributarios (126,9 billones de pesos, es decir que el 56,6 % del presupuesto es financiado con impuestos) y los rendi-mientos y excedentes financieros (4,1 billones de pesos).

Con respecto al gasto, y según lo plantea MinHacienda, para la programación de los rubros de funcionamiento se han definido dos criterios de ajuste: la congelación de la nómina del sector público que se viene haciendo efectiva desde febrero de 2016 (aunque no se puede decir lo mismo con las denominadas nóminas paralelas), y la disminución del 5 % nominal de los gastos generales para 2017.

Para los rubros de inversión, se le da prioridad a los programas que se financian con recursos propios, le siguen en orden de importancia las vigencias futuras, las víctimas y los programas sociales.

Sin embargo, estos esfuerzos podrían resultar inútiles si se tiene en cuenta la rigidez del presupuesto, que en la práctica puede superar el 90 % del gasto, aspecto que se explica por los siguientes factores: 1) las normas constitu-cionales y las leyes preexistentes, como las transferencias cuyo monto asciende a 100,3 billones de pesos, especial-mente el Sistema General de Participaciones, que involucra los recursos destinados a los municipios para financiar la educación y la salud (36,5 billones), las pensiones (38,2 billones) y las regalías; 2) la nómina estatal (34,6 billones de pesos, 15,4 % del presupuesto), concentrada en los sectores encargados de proveer funciones de justicia, seguridad y orden público, con un régimen salarial que se debe ajustar de acuerdo con la inflación; y 3) el servicio de la deuda, intereses más amortizaciones, por 54,3 billones de pesos, una cuarta parte del presupuesto total.

Al observar el presupuesto por sectores, los más impor-tantes son: educación, con 33,5 billones de pesos (incre-mento del 6,3 % con respecto a 2016); defensa, 29,5 billones (2,8 %) y trabajo, 27,5 billones. A pesar de estar incluidos como prioritarios en el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, entre los sectores que menos recursos percibirán se

encuentran: deporte y recreación 0,3 billones (reducción del 17,1 % frente a 2016), cultura 0,3 billones (-11,1 %), y agropecuario 1,67 billones (-33,6 %).

cambios de fondo

Para garantizar un mejor escenario fiscal se deben imple-mentar medidas estructurales que garanticen la sosteni-bilidad de las finanzas públicas. En cuanto a los ingresos se debe trabajar en apoyar el pacto global que conduzca al control de los paraísos fiscales, recomendado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Según estimaciones de ese organismo, la evasión de capitales relacionados con el impuesto de renta e iva es cercana al 6,7 % del pib (una pérdida tributaria superior a 30.000 millones de dólares para 2013).

Además es necesario implementar acciones que lleven a eliminar las exenciones fiscales que deterioran la base gravable y ocasionan inequidad en el impuesto de renta.

En relación con los gastos, la apuesta debe ser por analizar la eficiencia del gasto, especialmente de los pro-gramas focalizados, como por ejemplo en el Sisbén, en el que existen graves fallas relacionadas con la definición de los beneficiarios. En consecuencia, no se han superado los obstáculos que han posicionado a Colombia como una sociedad desigual, pues, según el fmi, el coeficiente gini (0,538 en 2015) es el más alto de América Latina, junto con el de Guatemala; y el nivel de informalidad supera el 50 % de la actividad económica.

Por último, mientras no se ataque la corrupción no habrá recursos que alcancen. Se deben fortalecer los organismos de control para garantizarles independencia y autonomía. En este sentido, es necesario destacar que recientemente el Gobierno presentó una propuesta para reformar el control fiscal. Esta es una oportunidad para robustecer a la Contra-loría General de la República y darle la institucionalidad que permita generar resultados efectivos que garanticen el buen manejo de los recursos públicos.

Economía& Organizaciones

P R E S U P U E ST O D E G A ST O S 2 0 1 7

G A ST O S P E R S O N A L E S Y G E N E R A L E S

T R A N S F E R E N C I A S

O P E R A C I Ó N C O M E R C I A L

S E R V I C I O D E L A D E U D A

I N V E R S I Ó N

$ 3 4 , 6

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$ 5 4 , 3

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C i f r a s e n B i l l o n e s d e p e s o s

gráfico: Vanessa Tremain/Unimedios

C i f ras en b i l lones de pesos

diciembre 2016 | 6 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

palabras clave: presupuesto universidades, calidad educación. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Economía& Organizaciones

Presupuesto de universidades públicas sigue en caída libregErardo mEjía alfaro, profesor, Facultad de Ciencias EconómicasGerente Nacional Financiero y AdministrativoUniversidad Nacional de Colombia

Para superar las dificultades económicas de las instituciones de educación superior públicas, el Sistema Universitario Estatal (sue) le pidió al Gobierno y al Congreso apoyar la iniciativa de ajustar por una sola vez la base presupuestal en un 50 %, e incrementarla 4 puntos cada año por encima del ipc.

El desarrollo del sector educativo y la crisis de finales del siglo XX motivaron al Gobierno a reglamentar la educación en Colombia, tomando como base la expedición de la Constitución Política de 1991, que en su artículo 67 la establece como un derecho y un servicio público, con una función social que busca el acceso al conocimiento, la ciencia, la técnica y los demás bienes y valores de la cultura.

En atención a los fundamentos constitucionales se ex-pidió la Ley 30 de 1992 –mediante la cual se organiza el servicio público de la educación superior– que garantiza el principio de autonomía universitaria, estipulando su funcionamiento.

En el capítulo V de dicha normativa se establece el régimen financiero. Así, el artículo 86 estipula que los recursos económicos de las universidades nacionales, departamentales y municipales estén constituidos por aportes del Presupuesto General de la Nación, y que para el funcionamiento y la inversión provengan de los entes territoriales y de los recursos y las rentas propias de cada institución.

Además, los aportes que reciban cada año las universi-dades públicas, tanto del presupuesto nacional como de las entidades territoriales, deben significar siempre un incremento en pesos constantes con base en los presu-puestos vigentes a partir de 1993.

Así, el artículo 87 de la Ley 30 de 1992 señala que a partir de 1998 el Gobierno nacional incrementará sus aportes para las universidades públicas en un porcentaje no inferior al 30 % del incremento real del pib.

Si bien este artículo se formuló suponiendo un cre-cimiento en pesos constantes –en el que inicialmente las proyecciones se fijaban de acuerdo con el índice de precios al consumidor (ipc)–, esto se hizo sin dimensionar la transformación del sector, que llevó a las instituciones de educación superior a gestionar mayores recursos que soportaran sus gastos, los cuales han crecido por encima del ipc. Además, el artículo 86 determina un incremento de los aportes en pesos constantes, aunque en la práctica el presupuesto se fija solo con el incremento del ipc.

menos ingresos, más gastos

A principios del siglo XXI las demandas del mercado hicieron que las universidades públicas tuvieran que actualizarse debido a factores como el crecimiento de la población estudiantil; la cobertura; y la incorporación de tecnologías y de una planta docente más cualificada y remunerada con beneficios por producción intelectual. Además hubo un incremento de la actividad en investigación científica.

De igual manera hubo mayor exigencia en el aumento de la movilidad académica, más impulso a programas de bilingüismo para estudiantes y docentes, mayor inclu-sión de la población vulnerable, mejor infraestructura, laboratorios especializados y programas curriculares de pregrado y posgrado acreditados.

En 2009 las universidades públicas empezaron a mostrar la crisis financiera por la que atraviesan, manifestando la necesidad de ajustar el modelo de asignación de recursos establecido en la Ley 30 con el propósito de garantizar la sostenibilidad de las instituciones de educación superior.

Frente a esta iniciativa, el sue desarrolló un estudio que presentaba con cifras la situación real de las universidades

con presupuesto insuficiente, y en el que se identificaron, entre otros aspectos, que la planta académica y adminis-trativa estaba congelada –razón por la cual se incrementó el gasto tanto en vinculación de docentes ocasionales y de cátedra como en la prestación de servicios–, a lo que se sumaba el deterioro y la obsolescencia de la infraestructura para las demandas académicas.

Producto del trabajo del sue, en 2010 se obtuvieron recursos adicionales, supeditados al incremento de la cobertura regional. Después, el Gobierno nacional asignó recursos para fortalecer la base presupuestal, equivalentes a cerca del 4 % del presupuesto de las universidades.

Tales recursos permitieron un relativo equilibrio entre los ingresos y los gastos de 2011 a 2013, lo cual resolvió de manera temporal el problema estructural, que consiste en que los ingresos crecen al nivel del ipc mientras que los gastos son 4 puntos por encima de este.

El aumento de los gastos obedece principalmente a la aplicación del decreto 1279 de 2002 (régimen salarial y prestacional) y a los incrementos salariales que ha decre-tado el Gobierno por encima del ipc (ver gráfico).

Mediante la Ley 1607 de 2012 se realizó una reforma tri-butaria que creó el impuesto sobre la renta para la equidad (cree). Esta iniciativa establece que de los 0,6 puntos del 9 % asignado para financiar las universidades públicas y los créditos de beca del Icetex, el 0,4 sea destinado a soportar las necesidades presupuestales de las universidades, y el 0,2 restante se reserve para este Instituto.

Dichos recursos están encaminados a fomentar la edu-cación superior por medio de aportes de inversión para ampliar la cobertura; sin embargo, como no son recurrentes, no se pueden utilizar como aportes de funcionamiento para atender los gastos permanentes que generan los nuevos estudiantes.

En 2013 se emitió la Ley 1697, mediante la cual se creó la “Estampilla pro Universidad Nacional de Colombia y demás universidades estatales de Colombia”. Dicha contribución parafiscal se aprobó por un periodo de veinte años con una distribución de recursos destinados tanto a la construcción, adecuación y modernización de la infraestructura física y tecnológica de las universida-des, como al apoyo a la investigación y a los programas de bienestar.

Según la situación descrita, el presupuesto de las universidades públicas se compone de tres fuentes de financiación: los aportes de la Nación y de los entes territoriales, y los recursos propios generados por sus actividades misionales. Su apropiación se destina al

funcionamiento, la inversión, los servicios de la deuda y las pensiones.

El presupuesto de funcionamiento está constituido por los recursos provenientes de los artículos 86 y 87 de la Ley 30; la concurrencia de la Nación para atender el pasivo pensional (Ley 1371 de 2009), y la devolución del 10 % de las matrículas por concepto del descuento por votaciones electorales.

El presupuesto de inversión se genera por: los aportes de la Nación, artículo 86 de la Ley 30; los recursos de am-pliación en la cobertura en educación superior del fondo del Icetex; los aportes a la financiación de las universida-des públicas para el fomento de la educación superior; la Estampilla; los recursos del cree, y los provenientes de estampillas en los entes territoriales.

nuevo modelo de financiación

El crecimiento de la demanda y los nuevos requerimien-tos que ello implica ha generado problemas financieros. Las instituciones no cuentan con los recursos necesarios para su funcionamiento, ya que el modelo de financia-ción determinado por la Ley 30 se adecuaba al contexto de los años noventa, pero no previó el crecimiento en la demanda ni los mayores costos que tuvieron que asumir las universidades.

Según cifras del sue, de 2004 a 2014 los estudiantes de pregrado han incrementado en 53,75 % (entre 1993 y 2015 fue de 252 %), y los de posgrado en 130,95 %. Estos últimos han aumentado debido a la consolidación de la oferta en programas de maestría –que pasaron de 320 a 644– y de doctorado, que pasaron de 45 a 138.

Con el propósito de fortalecer la base presupuestal, el sue ha buscado el apoyo estatal a través de propuestas que garanticen mayores recursos para las universidades. En esta dirección, le ha solicitado al Gobierno y al Congreso respaldar una iniciativa mediante la cual se ajuste por una sola vez la base presupuestal en un 50 %, y se incremente cada año en 4 puntos por encima del ipc del año inme-diatamente anterior, de tal manera que se superen las dificultades actuales de las universidades y se garantice el cumplimiento de su misión hacia el futuro.

Diferenciaporcentual-promedio-

Fuente: Sistema Universitario Estatal (SUE). Documento “Sostenibilidad financiera universidades públicas”. Octubre de 2016.

12 %

7,95 % 7,61 %

10,72 %

6,77 %

7,77 %

4,66 %

3,66 %

6,39 %5,89 %

2,94 %

1,94 %

3,44 %

2,44 %

3,73 %

2012 2013 2014 2015 20160 %

Incremento salarial(decreto vigencia)

Incremento salarial(decreto 1279)

5 %

IPC

Gastos de personal - Impacto incremento salarial y Decreto 1279 de 2002

diciembre 2016 | 7 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

palabras clave: isla Gorgona, Reserva Thomas van der Hammen, áreas naturales protegidas. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

El despropósito de intervenir áreas naturales protegidasj. orlando rangEl-cH., profesor, Instituto de Ciencias Naturales, Facultad de CienciasUniversidad Nacional de Colombia

El 2016 será recordado por los intentos de modificar la situación actual de las áreas naturales de conservación y protección; si se logra este cometido, estas afectarán de manera considerable la biodiversidad y el entorno físico.

En abril del presente año, una de las iniciativas permitidas por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) –que afectaría áreas de singular importancia biofísica en la Serranía de la Macarena– fue neutralizada gracias a la movilización tanto de investigadores e instituciones vinculadas al sector ambiental, como de la sociedad en general. Además, en marzo la Alcaldía de Bogotá propuso re-alinderar la Reserva Forestal Regional del Norte de Bogotá D. C. “Thomas van der Hammen”, y hace unas pocas semanas se anunció la construcción de instalaciones para la Armada Nacional en la isla Gorgona.

Al respecto, es conveniente recordar que en 1984 las islas Gorgona y Gorgonilla fueron declaradas Parque Nacional Natural, durante la presidencia de Belisario Betancur. Además, gracias a la labor de grupos de investigación de las universidades de los Andes, del Valle y Nacional de Colombia, se posee una línea básica del conocimiento sobre la flora y la fauna continental y marina que conforman los ecosistemas de las islas.

El capital natural de Gorgona en la parte conti-nental (1.568 hectáreas) incluye 155 especies de aves, 35 de reptiles, 17 de mamíferos y siete de anfibios. Además existen 430 especies de plantas con flores (4 % endémicas), 74 de helechos y 89 de briofitos.

Así mismo, entre los 40 y los 300 m de altitud la vegetación natural de la zona está conformada por cinco grandes formaciones selváticas y boscosas. En la parte plana, muy transformada, se establece vegetación secundaria (que se produce naturalmente después de una modificación drástica) en diferentes fases de sucesión. La susceptibilidad de deterioro del territorio es del 85 % de su totalidad.

Desde el siglo XV la isla ha sufrido transforma-ciones en su biota y entorno físico, y su expresión

máxima se dio con el funcionamiento de una prisión de alta seguridad. Varios componentes relaciona-dos con la fauna de aves, de pequeños y medianos roedores, serpientes y lagartos fueron muy afecta-dos por la intromisión de especies domésticas que diezmaron las poblaciones.

De igual manera, la tala de especies maderables redujo las poblaciones naturales; la apertura de caminos hacia los aserríos y a las partes altas de la isla crearon condiciones ideales para remover en masa y aumentar el material transportado en la erosión que se depositó en las partes bajas de los arroyos, y que probablemente también afectaron la biodiversidad marina.

Han transcurrido 26 años desde que se hizo la “radiografía” del estado del territorio en sus compo-nentes físicos y los relacionados con flora y fauna. Los puntos críticos en Gorgona incluyen estas con-sideraciones: la recuperación de la biota, los ecosis-temas y el medio físico tiene muy poco tiempo, y la transformación de la parte plana fue drástica (más del 90 % del territorio). Por lo tanto, la construcción de zonas de habitación, la adecuación de caminos para el tránsito y la ampliación de los corredores antiguos para llevar suministros repercutirán en los procesos de recuperación y profundizarán la afectación de los ecosistemas.

viviendas y alo

En relación con la reserva Thomas van der Hammen, el equipo del alcalde Enrique Peñalosa aduce la falta de investigaciones que demuestren su importancia como área de protección. Vale la pena mencionar que para la declaratoria de área de protección se elaboraron investigaciones sobre vegetación, flo-ra y algunos grupos de fauna; suelos; estratigrafía (superposición de las capas de la tierra); contenido de agua, y relaciones de conectividad de los flujos hídricos.

Desde la década del sesenta se han producido más de 50 investigaciones sobre la reserva y sus zonas aledañas. Esta se ubica en la parte plana del antiguo lecho del lago de Bogotá, quizá una de las áreas con más estudios sobre su origen, evolución geológica y biológica en el ámbito regional e incluso mundial.

La condición distintiva de la reserva es que ella se constituye en un testigo (remanente a manera de corredor biológico) de la conectividad física y

ecológica entre los cerros Orientales (zona de mayor precipitación y por ende recarga de los acuíferos), la parte plana (lacustre) y el occidente (zona de menor precipitación), y de drenaje natural hacia el río Bogotá.

Si no se mantiene la integridad de la reserva no quedará registro alguno de esta conectividad, ya que prácticamente lo que aún queda del fondo lacustre del lago se llenaría de cemento y se profundizaría la fragmentación del bloque de hábitat original.

Desde la óptica de la academia –acostumbrada a los debates y las discusiones documentadas– es difícil de entender el desconocimiento del fundamental papel de la Van der Hammen. Las pretensiones del alcalde de Bogotá se resumen en la máxima: “frag-menta y extinguirás”.

Los corredores biológicos pasados y presentes, y los que se deben habilitar en el futuro en la Sabana de Bogotá, son garantía de la continuidad del ciclo hídrico y del intercambio de genes –crucial para la adaptabilidad de las especies– entre individuos de numerosas plantas y animales asociados.

Primero, los terrenos de la reserva eran vitales para desarrollar propuestas de vivienda que requerían alrededor de 18.000 hectáreas de suelo. Ahora se utilizarían para el trazado de vías tan importantes como la Avenida Longitudinal de Occidente (alo) y seguramente se seguirán esgrimiendo otras razones para desconocer su importancia, que representa apenas un 7 % del megaproyecto del alcalde Peñalosa.

leyes no frenan deforestación

¿Es posible que una entidad –o un grupo de personas en carrera contra el tiempo– rebata los resultados y los argumentos fruto de más de medio siglo de in-vestigaciones sobre la reserva y sus alrededores? En el caso de la reserva Van der Hammen es ineludible la recuperación asistida, para la cual se poseen el conocimiento y la experiencia requeridos.

Con respecto a Gorgona, la transformación por intervención del hombre fue muy severa, pero la de-claratoria de área protegida ha resultado beneficiosa, ya que los procesos de recuperación-restauración son más rápidos. En conservación es bastante claro que si cesa el efecto transformador y aún existen fuentes originales (relictos de vegetación con fauna asociada) desde las cuales iniciar la recolonización, es bastante seguro que se dé una recuperación del sistema biofísico.

Además de esta consideración de orden ecológico, cabe preguntarse ¿cuál sería entonces la filosofía o el alcance de las áreas protegidas? Si se permiten estos intentos, resulta muy fácil predecir que el efecto dominó se presentará con más regularidad, como ha sucedido, por ejemplo, con la Ley 2 de 1959 sobre protección del área forestal de Colombia. Entre 1959 y 2010 las continuas autorizaciones han permitido la deforestación de 40.000 hectáreas por año en territorios sobre los cuales se basó el alcance del área protegida.

Según estas consideraciones es conveniente abrir los espacios para una sana discusión que involucre la filosofía de las áreas protegidas y su futuro, además de las razones de las entidades proponentes de la intervención: en el caso de Gorgona, las de excep-cionalidad (seguridad nacional), y en el de Bogotá, las de los megaproyectos de un dignatario con un periodo definido de gestión.

Una nueva intervención del entorno físico de la isla Gorgona afectará la recuperación de los ecosistemas.

foto: archivo particular

Especial Océanos

diciembre 2016 | 8 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

Pacífico colombiano, una región por construirricardo mosquEra mEsa, ex rector y profesorUniversidad Nacional de Colombia

La disminución del conflicto armado permitirá dinamizar esta región azotada durante décadas por toda suerte de violencias provocadas por el tráfico de drogas, los cultivos ilícitos y la corrupción. Para ello se requiere de una apuesta permanente por políticas públicas enfocadas en reducir la brecha social y económica.

El 16 % de la reserva forestal de Colombia se encuentra en el Pacífico colombiano.

palabras clave: Pacífico colombiano, integración regional, biodiversidad, Alianza del Pacífico. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

El pasado 29 de noviembre arribó un megabarco asiático –con casi 300 metros de longitud y capacidad para 800 contenedores– al nuevo puerto Aguadul-ce de Buenaventura (Valle del Cauca). Su llegada evidencia no solo los avances en infraestructura, sino la importancia de la inversión extranjera en el Pacífico colombiano.

Las potencialidades del Pacífico están asociadas con su ubicación estratégica y con los medios promi-sorios para preparar y asumir los nuevos retos que impone el proceso de globalización internacional.

Está región, olvidada por muchas décadas del poder central, ha vivido toda suerte de violencias provocadas por el tráfico de drogas, los cultivos ilícitos y la corrupción, que la convirtieron –a dife-rencia de la costa Caribe– en la zona con los más altos índices de pobreza, desempleo y desigualdad. Datos del Dane indican que en 2015 el Chocó registró el 62,8 % de pobreza (seis veces más que Bogotá), seguido del Cauca (54,2 %) y La Guajira (53 %), don-de más de la mitad de la población no accede a la canasta básica de bienes y servicios.

Según el coeficiente de gini (1 es la peor situación) el mejor departamento es Cundinamarca, que en 2015 tenía 0,438, seguido del Atlántico con 0,440, mientras que los peores en desigualdad son el Chocó (0,598) y La Guajira (0,551). En cuanto al Índice de Competitividad, en 2015 el primer lugar lo ocupa-ron Bogotá (8,13 puntos), Antioquia (6,55) y Caldas (6,06), mientras que los últimos lugares fueron para La Guajira (2,97), Putumayo (2,58) y Chocó (2,36).

El caso del Pacífico colombiano es uno de los más severos en los que se le ha dado la espalda a una de

las regiones más ricas de Latinoamérica. Quizá tenga razón el profesor Álvaro Tirado cuando sostiene que “si queremos conquistar la gran cuenca del Pacífico, primero tenemos que descubrir el nuestro. Quedan más cerca Quibdó, Buenaventura o Tumaco que Hong Kong, Seúl o Tokio. ¿Cómo pretendemos integrarnos con el mundo cuando ignoramos lo que pasa con nuestros compatriotas?”.

No se trata de lo que está primero, sino de en-tender que mal se podría repetir la experiencia de convertir esta región solo en una vía de penetración y tránsito de las mercancías de los puertos al interior, sin integrarlo con el resto del país y del mundo.

rica y olvidada

Mientras las regiones Andina y Caribe crecen, el Pacífico es una región por construir. El departamen-to de Nariño tiene más relación con Ecuador que con Cauca y Valle del Cauca, en tanto que Chocó ni siquiera cuenta con una vía de acceso terrestre a su costa pacífica. Su aislamiento en pleno siglo XXI no se compensa con el papel que jugó antaño como enclave estratégico para las bonanzas mineras y madereras del país.

En los últimos años se han diseñado planes de desarrollo local que buscan la integración regional. Uno de ellos fue el “Protocolo de constitución de la región Pacífico de Colombia, tierra de paz, mar de prosperidad”, firmado por los gobernadores de Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño. La iniciativa, conocida como “Tierra de Paz, Mar de Prosperidad”, enfatiza en desarrollo integral y desarrollo rural, conectividad, energía, seguridad y servicios públicos.

De otra parte, el “Plan estratégico de la macro-cuenca del Pacífico 2013” –Chocó, Valle, Cauca y Nariño– reitera el proceso de integración regional liderado por las respectivas gobernaciones. El propó-sito del Plan es conectar el Pacífico colombiano con el asiático como nuevo polo de desarrollo por donde transitan más de la mitad de los bienes y mercancías del comercio internacional. El documento señala que esta zona del país cuenta con grandes riquezas biológicas, ambientales y culturales, y excelentes condiciones topográficas y climatológicas.

Otras fortalezas son sus recursos pesqueros de 450.000 toneladas al año, su alta pluviosidad –la más alta del planeta–, que la convierte en una de las mayores reservas mundiales de agua dulce, y su impresionante patrimonio en biodiversidad, la segunda después de Brasil, lo cual es un importante

atractivo para el turismo ecológico, que cada vez prolifera más en el mundo.

Sin embargo, el Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014, con enfoque regional en la integración del Pacifico, advertía que para apalancar el desarrollo regional –a través de la eliminación de las brechas sociales y buscando un equilibrio con respecto a otras zonas del país– se requiere promover un modelo económico alternativo que supere el pre-dominio en la extracción de recursos; superar la baja conectividad tecnológica y la baja integración inter e intrarregional que limita la competitividad territorial, e impulsar estrategias para generar em-pleo y reducir la pobreza.

A mediados del año pasado, la Dirección Nacional de Planeación anunció que el Pacífico colombiano contaría con su propio “Plan Marshall”, haciendo referencia al plan que permitió la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Para ello, el artículo 178 del Plan Nacional de De-sarrollo 2014-2018 creó un patrimonio autónomo de 3 billones de pesos para esta región del país, el cual se llamará “Fondo para el desarrollo del plan todos somos pazcífico”.

Según el Gobierno las metas son claras, y dichos recursos se destinarán a proyectos focalizados de infraestructura y desarrollo socioeconómico. Por ejemplo, la ampliación de la cobertura en acueducto y alcantarillado, electrificación y mayor conecti-vidad para mejorar los costos y la facilidad en el transporte. También para disminuir la mortalidad infantil del 24,79 % al 18,5 %, además de incrementar la tasa de cobertura en educación media, que se prevé pasará del 73,31 % al 86,64 %, el acceso a agua potable y a vivienda.

integración local y global

Lo anterior permitirá impulsar una política de in-tegración, primero con el país de manera que sir-va para aprovechar las ventajas de la Alianza del Pacífico y las nuevas dinámicas de la geopolítica global, donde se encuentran las economías más dinámicas del mundo.

China, país que lidera las inversiones asiáticas en América Latina, invirtió más de 150.000 millones de dólares el año pasado en la región. Así mismo, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Chile, Perú, Argentina y Venezuela se han convertido en su principal socio comercial, mientras que en México es el segundo después de Estados Unidos.

No cabe duda de que en la coyuntura global el Pacífico es el nuevo tablero en el gran juego del in-tercambio comercial. En este, plataformas como la Alianza del Pacífico –con el 36 % del pib de América Latina– podrían convertirse en jugadores de élite. Por eso Colombia necesita jugar de titular y no de suplente.

El pasado 24 de noviembre, durante el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Apec), en el que se presentó el “Nuevo marco de cooperación pragmática (1+3+6) 2015-2019”, el primer ministro japonés, Shinzō Abe, y el presidente de China, Xi Jinping, mostraron su apoyo a Colombia por haber alcanzado el Acuerdo Final de Paz con la guerrilla más antigua del mundo; sin embargo el nuestro es el único país no miembro de la Apec.

Especial Océanos

foto: archivo Unimedios

diciembre 2016 | 9 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

Cooperación internacional impulsaría manejo de la Seaflowersilvia mantilla, profesoraUniversidad Nacional de Colombia Sede Caribe

Tanto la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo, como la Reserva de la Biosfera Trifinio-Fraternidad entre Guatemala, Honduras y El Salvador, son ejemplos de que la cooperación es una alternativa para superar los conflictos generados por el litigio entre Colombia y Nicaragua. Las acciones que se adelanten deben contar con la participación del pueblo Raizal y de los pescadores que conviven en el territorio.

La zona en disputa en el mar Caribe colombo-nicaragüense está en la mira de las compañías extractivistas del petróleo y de otros recursos naturales.

palabras clave: cooperación, Reserva de la Biosfera Seaflower, pueblo Raizal. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Desde hace 15 años Nicaragua y Colombia se enfrentan en un litigio limítrofe por la posesión te-rritorial de los espacios que ambos países comparten en el mar Caribe. Sin embargo, este tiempo no ha sido suficiente para que los dos países adelanten de manera simultánea políticas de cooperación a partir de una mínima visión compartida de las áreas marítimas en disputa.

El constante secretismo de los gobiernos y su desinterés por las poblaciones que habitan los te-rritorios de frontera en el Caribe han impedido reconocer que todo lo dividido en la adjudicación indiscriminada de las enormes áreas marítimas en disputa pertenece a una delicada zona ambiental, humana y sociocultural que merece un tratamiento especial a pesar del litigio.

En 2000 la Unesco declaró al departamento del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina como Reserva de la Biosfera Seaflower, junto con la declaración de Área Marina Protegida de alrededor de 65.000 m2. En este espacio existe un entramado medioambiental vinculado a una gran cantidad de especies endémicas, manglares, arrecifes de coral y vegetación marina, entre otros, que son muy importantes no solo para la estabilidad ecológica de la región sino para la humanidad.

Dentro de su protección la reserva también incluye el componente humano, poblacional y sociocultural que depende de ella, pero Colombia ha desestima-do esta figura como mecanismo estratégico para la defensa de sus intereses territoriales y para la protección y el reconocimiento de las comunidades raizales que habitan el Archipiélago. Nicaragua por su parte ha hecho caso omiso de la reserva antes y después de las distintas demandas elevadas frente a su contrincante.

Ante estas condiciones, los pobladores de los territorios fronterizos han quedado a la deriva, pese a que son quienes en últimas han sufrido los efectos negativos del insistente propósito de los gobiernos en dividir lo que otrora fue una gran unidad sociocultural. Esta comunidad, reconocida como “nación creole” está asentada sobre la gran costa Caribe que hoy supera los límites de al menos cuatro países centroamericanos: Panamá, Costa Rica, Nicaragua y Honduras, y del país caribeño de Colombia.

En este caso es de resaltar el histórico vínculo fa-miliar, lingüístico y sociocultural entre los habitantes del Archipiélago y las comunidades colindantes de los municipios de Bluefields, Bilwi y las Corn Island,

ubicados en los márgenes de las comunidades autó-nomas de la costa Caribe nicaragüense.

Lo que sí es un hecho real es que después del fallo de la Corte Internacional de Justicia, dictado el 12 de noviembre de 2012 y que le adjudicó a Nicaragua unos 75.000 km2 de aguas territoriales (antes custodiadas por Colombia), esta Reserva de Biosfera quedó de facto dividida en dos, lo cual supone que, atendiendo a la normatividad internacional, tanto Colombia como Nicaragua deberían estar en la obligación de garantizar de manera compartida el manejo especial de estas aguas y sus recursos.

Los pobladores raizales y un conjunto de insti-tuciones interesadas en preservar la reserva vienen proponiendo el manejo conjunto de sus zonas a partir del régimen internacional soportado por la Unesco que está plasmado en la Estrategia de Sevilla de 1995 y su Marco estatutario, complementado por varias declaraciones y el Plan de Acción de Madrid. Esta misma estrategia incorpora recomendaciones para ámbitos transfronterizos a partir del “recono-cimiento oficial a nivel internacional de la voluntad política de cooperar en la conservación y el uso sostenible de las reservas a través de una gestión común de un ecosistema compartido”.

“desde abajo”

Varios casos de reservas de biosfera binacionales e incluso trinacionales podrían servir como ejemplos para que Colombia, Nicaragua, y, por qué no, los demás países que rodean la reserva, decidan avanzar en la cooperación como alternativa para ampliar su proyección geográfica y superar así los riesgos asociados con el conflicto y la indeterminación en esta frágil zona del mar Caribe.

Existen dos casos importantes: el de la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo entre el sur de España y el norte de Marruecos –en una región ecológica separada por el mar Mediterrá-neo– y que aun en medio de una disputa limítrofe por un maritorio indefinido y conflictos entre ambos estados, logró su adecuado funcionamiento e ins-titucionalización, y el de la Reserva de la Biosfera

Transfronteriza Trifinio-Fraternidad entre Guatemala, Honduras y El Salvador (zona de 7.241 km2), que resalta las particularidades del contexto centroamericano, también vinculado a una visión altamente soberanista de las fronteras.

Sin ir muy lejos del Caribe, Colombia y Jamaica a partir del tratado Sanín - Robertson de delimitación marítima de 1993, delimitaron un Area de Régimen Común, en el cual ambos paí-ses se comprometen a la protección y preservación del medio marino, la conservación de los recursos vivos y la investigación científica marina, entre otros. Esto supone que Colombia ya tie-ne una experiencia previa de comanejo en sus áreas marítimas del Caribe, que también podría ser punto de referencia para la protección de la reserva en común con Nicaragua.

Vale la pena resaltar que más allá de las posibilidades de un efectivo manejo compartido de la Seaflower, el desarrollo de estas acciones de cooperación se debe agenciar con la partici-pación del pueblo Raizal y de los pescadores que conviven en el territorio, realizan intercambios, conocen sus dinámicas y tienen una concepción ambiental en la apropiación de este.

La generación de mecanismos institucionales formales y no formales –construidos desde las poblaciones locales y que respondan a una afinidad sociocultural con sus pares fronterizos– se debe gestar en un ambiente favorable para lograr mecanismos de integración y cooperación “desde abajo”, en el que los estados sean acompañantes y garantes de dichos acuerdos, más que ejecutores ajenos a las formas particulares de administración del territorio.

Se sabe que en medio de un litigio los estados son reacios a cooperar, máxime cuando las zonas en disputa –como es el caso del mar Caribe colombo-nicaragüense– están en la mira de las compañías extractivistas del petróleo y de otros recursos naturales, pero es precisamente por la amenaza que este hecho representa para el adecuado funcionamiento ambiental de la reserva, que es hora de que negocien, atiendan el llamado de sus comunidades fronterizas y cumplan con su mandato obli-gatorio de proteger los entornos que, como la Reserva de la Biosfera Seaflower, se constituyen en reservorio ambiental para el desarrollo futuro y sostenible del Caribe y de la humanidad.

Especial Océanos

foto: Francisco Ramos

diciembre 2016 | 10 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

Dos mares que nos quedaron pequeñosjuan manuEl díaz m., profesor, Departamento de GeografíaUniversidad Nacional de Colombia

Malas prácticas de pesca, sobreexplotación de los recursos pesqueros y cambio en los usos del suelo, están influyendo en la transformación de los mares colombianos. Tal situación exige respuestas más contundentes y acciones más prácticas, resultado de la participación ciudadana y del consenso multisectorial.

Según cálculos recientes, 1.280 de los 3.208 km de línea de costa colombiana están en retroceso por erosión, en algunos tramos a razón de más de un metro por año.

palabras clave: servicios ecosistémicos, unidades ambientales costeras, zonas económicas exclusivas. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

El privilegio de Colombia de contar con amplios es-pacios marinos, oceánicos y costeros en el mar Caribe y en el océano Pacífico implica una enorme y creciente responsabilidad de garantizar las posibilidades de disfrutar de los múltiples servicios que prestan sus ecosistemas.

También es cada vez mayor el grado de compromiso que exigen al país los distintos tratados internacionales que propenden por salvaguardar los mares y océanos, bajo el entendido de que se trata de un único ecosistema global que no reconoce límites políticos ni fronteras convencionales.

Pese a su privilegio, históricamente Colombia ha sido una nación con poca vocación marítima. Durante más de 150 años sus gobernantes contemplaron los mares desde el altiplano como las últimas fronteras que albergaban toda suerte de riquezas para el futuro y que digerían impasibles todos los desechos que se les arrojaban, ignorando, a la vez, los procesos ecológicos y sociales que allí tenían lugar.

Fue hasta la década del setenta que el país se percató del potencial de sus dos mares para elevar las cifras de desarrollo. En ello influyó la III Conferencia de las Na-ciones Unidas sobre el Derecho del Mar (1973-1982); la creación de la Comisión Colombiana de Oceanografía; los primeros programas universitarios en ciencias del mar; la consolidación del Centro de Investigaciones Oceano-gráficas e Hidrográficas en Cartagena y del Instituto de Investigaciones Marinas en Santa Marta, y la conformación y expansión de la flota pesquera nacional.

Sin embargo, en ese tardío deslumbramiento han pasado inadvertidas las evidencias que mostraban que ese uni-verso que Colombia empezaba a descubrir experimentaba cambios más rápidos que los avances que hacía el país para conocerlo. Hoy, transcurridas apenas tres décadas desde ese despertar, abruma saber que la promesa de riquezas casi ilimitadas y de fuentes de bienestar para la humanidad parece esfumarse.

En la actualidad varias pesquerías de recursos mun-diales importantes han colapsado (su escasez hace que

la extracción no sea rentable), como la del bacalao en el Atlántico norte, el 31 % de las poblaciones de peces marinos están sobreexplotadas y el 58 % están siendo explotadas al límite. Algunos expertos prevén que, de seguir así, todos los recursos pesqueros que hoy constituyen la principal fuente de proteína animal para alrededor del 17 % de la población mundial se habrán agotado en menos de 40 años.

Cada año, cerca de 10 millones de toneladas de basura van a parar a los mares y océanos del mundo. En ciertas regiones del Pacífico y del Atlántico se ha concentrado tal cantidad de residuos que la superficie del mar, en cientos de kilómetros cuadrados, parece una gigantesca “sopa de plástico”.

Por si fuera poco, a diario se vierten a los océanos ingentes cantidades de líquidos con metales pesados, pesticidas y otros compuestos tóxicos que han convertido muchos estuarios y amplias extensiones de mar en cloacas y desiertos sin vida. A lo anterior se suma la llegada de especies exóticas a las aguas costeras de muchas regio-nes, manifestación inequívoca e implacable del cambio climático global.

La situación descrita no escapa a las tendencias globales, ni la forma en que Colombia ha aprovechado los servicios ecosistémicos de sus dos mares.

La última medición global del Índice de Salud de los Océanos, realizada en 2015, le otorgó a Colombia una calificación de 61 puntos sobre 100, muy por debajo de los 70 puntos del promedio global. Esta evalúa la impor-tancia y la eficiencia del manejo que le dan 221 países a 10 variables que, en conjunto, reflejan los beneficios potenciales mencionados de sus respectivas zonas eco-nómicas exclusivas (zee). Las mayores deficiencias de Colombia en esta medición correspondieron a la pesca, la maricultura y el turismo.

Mientras las dificultades para la estructura de soporte de los servicios ecosistémicos marinos crecen y los tratados internacionales se vuelven más exigentes, la respuesta del país es demasiado tímida.

respuesta multisectorial

En términos de gobernanza de los espacios marítimos, Colombia sigue aferrada a una estructura que le permite a cada sector económico, por separado, hacer sus planes de aprovechamiento y acceder al espacio y a los recursos.

Entretanto, al sector ambiental, en cabeza del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y de las corporacio-nes autónomas regionales (car) con jurisdicción costera, le cabe desde 2011 la descomunal tarea de procurar la sostenibilidad de unos bienes de uso público mediante la implementación de planes de ordenamiento y manejo de las unidades ambientales costeras (uac).

Ahora bien, tratándose de espacios de uso público, en los que confluyen diversos intereses sectoriales, el proceso de planificación de los usos debería ser participativo y consensuado con todos los sectores interesados y con las

comunidades asentadas en los territorios, bajo el lideraz-go de un ente estatal neutral, con amplia capacidad de convocatoria y suficiente legitimidad política.

Hasta ahora los juiciosos intentos de las car costeras –autoridades ambientales regionales que representan al menos musculoso de los ministerios–, a veces con ayuda técnica de la academia o de algunas ong, por acatar el mandato del Ministerio (decreto 1120 de 2013), en rela-ción con la formulación de los planes de ordenamiento y manejo integrado de las uac, se van quedando en meros ejercicios teóricos hasta que los demás sectores se invo-lucren en el proceso.

En efecto, basta con analizar los planes individuales de los sectores portuario, pesquero, defensa, hidrocarburos y turístico para percatarse de que en su mayoría no han dado espera a la formulación cabal de los mencionados planes de ordenamiento y hasta ignoran cualquier con-sideración de orden ambiental.

nueva gobernanza

Por otra parte, como signataria del Convenio sobre Diver-sidad Biológica, para 2020 Colombia debe cumplir la meta de establecer un sistema de áreas marinas protegidas que abarque al menos un 10 % de sus zee, meta acordada en 2010 en Nagoya (Japón).

Gracias a los grandes y recientes esfuerzos la meta no está muy lejos. Estos han consistido en la creación de los parques nacionales naturales de Bahía Málaga, Corales de Profundidad y Bahía Portete, y varios distritos regio-nales de manejo integrado costeros, incorporación de la Reserva de la Biosfera Seaflower del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y el Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

Sin embargo todavía se está lejos de lograr un ordena-miento de las actividades humanas en nuestros dos mares que minimice los conflictos, y de vislumbrar un manejo efectivo que garantice la sostenibilidad de los otrora promisorios recursos que todavía albergan.

La magnitud de las pretensiones sectoriales por explotar lo poco de mar que aún nos queda obliga a replantear el proceder del país con su “última frontera”, y de elaborar un nuevo esquema de gobernanza para esos dos mares que se nos han quedado pequeños. De lo contrario, las futuras generaciones de colombianos nos reprocharán por irresponsables.

Especial Océanos

foto: archivo Unimedios

diciembre 2016 | 11 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

Exploración petrolera en áreas marinas protegidas es un ecocidiocatalina toro pérEz, profesora, Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales Universidad Nacional de Colombia

Apenas el 0,3 % de los océanos ha sido objeto de conservación. Las nefastas consecuencias de derrames petroleros en el mar del Norte, el golfo de México, el mar Caspio y Brasil obligan a pensar en la necesidad de promover una moratoria que salvaguarde los mares de Colombia.

El Estado puede adquirir información sísmica en el área de la Reserva de Biosfera o cualquier otro lugar, sin licenciamiento ambiental y sin Consulta Previa.

palabras clave: derrames petroleros, Reserva de la Biosfera Seaflower, áreas marinas protegidas. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Hace un año, mientras en París se negociaba la 21a. Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (cop21) en medio de un enorme despliegue publicitario, una noticia pasó inadvertida: en el mar Caspio ardía otra plataforma marina petrolera, esta vez de la State Oil Company de Azerbaiyán, que dejaba un saldo de 29 trabajadores desaparecidos (probablemente muertos), y generaba el peligro de un nuevo derrame que afectaría profundamente el lago más extenso del mundo.

No era el primer accidente en la zona; en 2008 otra plataforma petrolera de la British Petroleum (bp), Central Azeri, había tenido una fuga de gas debida a fallas de revestimiento en los pozos, situación revelada a través de WikiLeaks.

De igual manera, seis años después del accidente en el Golfo de México, la bp –responsable del mayor derrame petrolero marino de la historia– continúa perforando en el suroeste asiático, tratando de re-construir, sin éxito, una reputación deteriorada por los enormes impactos ambientales y sociales relacionados, los cuales ahora quiere experimentar en el Caribe colombiano.

El de México fue el primer caso de ecocidio pre-sentado ante el Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza. Las denuncias sobre las nefastas consecuencias que este produjo se han unido a los accidentes ocurridos en el delta de Níger (Shell), en la Amazonia ecuatoriana (Chevron-Texaco), y en la zona costera de Alaska (Exxon Valdez).

La conferencia de París sirvió para enjuiciar y condenar de manera simbólica a estados, empresas y corporaciones financieras que afectan los bienes comunes planetarios, base de la supervivencia de nuestra especie hoy.

Los océanos son los fundamentos de nuestra casa común, y sin embargo apenas el 0,3 % de ellos ha sido objeto de conservación. Desde la Cumbre de Río (1992) hasta la de París se ha avanzado muy poco en política pública internacional. El mar se considera un “territorio baldío”, expuesto a los más grandes atropellos.

Desde hace varios años la bióloga Silvia Earl vie-ne denunciando el probable colapso de más del 50 % de los mares. La Misión Azul, liderada por ella, advierte acerca de la desaparición de más de la mitad de la barrera coralina australiana.

Esta denuncia debería alertar a los colombianos, pues el país tiene en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina la tercera barrera coralina más larga e ininterrumpida del mundo, parte de la Reserva de la Biosfera Seaflower y sujeta a posibles impactos asociados con la gran minería; las obras de infraestructura portuaria y canalera; las explo-taciones petroleras y gasíferas en mar y en tierra, y la expansión turística descontrolada.

avanzada extractivista

Colombia posee 2.900 km de costa en el Mar Caribe y 1.300 km en el océano Pacífico. En 2015, con el

anuncio de que “el futuro del petróleo está en el mar”, el Gobierno confirmó su avanzada extracti-vista en el mar Caribe, iniciada entre 2010 y 2012 y ampliada en 2014 a través de nuevas concesiones de exploración y explotación a empresas nacionales y multinacionales.

En consulta a la Asociación Nacional de Hidro-carburos (anh) sobre la posible exploración en la Reserva de la Biosfera Seaflower, esta manifestó “no estar realizando ningún contrato de explora-ción y explotación”, aunque sí aceptó las labores de adquisición de datos sísmicos 2D de 6.844 km, más 340 km adicionales en el Caribe colombiano, para obtener información científica que permitiera conocer las características geológicas del subsuelo y la historia evolutiva de la cuenca.

La sísmica 2D –para cuya adquisición se contrató a la empresa Western Geco– es una actividad que ha producido considerables impactos ambientales en sedimentos marinos, en la calidad del agua, en peces, aves y otro tipo de fauna marina como balle-nas, tortugas y delfines, entre otros, ampliamente estudiados y referenciados en diversos lugares del mundo.

Para el actual Gobierno pareciera que todo es sostenible. Primero fue la minería a cielo abierto, el fracking y ahora la exploración y explotación petrolera y de gas marinas, lo que permitirá, junto con una flexibilización de la normatividad, profun-dizar los conflictos socioambientales, y con ellos la criminalización de la protesta.

La anh solo otorga licencia ambiental a “las activi-dades de exploración sísmica en las áreas marinas del territorio nacional que se realicen en profundidades inferiores a 200 metros”. Es decir que el Gobierno puede adquirir información sísmica en el área de la Reserva de la Biosfera o de cualquier otro lugar con más de 1.500 m y 5.000 m de profundidad, sin licen-ciamiento ambiental, y, más todavía, sin Consulta Previa, ya que en su interpretación de “soberanía nacional” este es un “asunto de Estado”.

El mar no es un territorio que le garantice la sobrevivencia a las comunidades, y el territorio insular y marítimo del Archipiélago no le pertenece a la comunidad Raizal. En ese sentido se excluye también la relación del mar como parte del territorio ancestral, que los pobladores, pescadores tradicio-nales y capitanes de embarcaciones han reclamado.

Cabe señalar que la Autoridad Nacional de Licen-cias Ambientales (Anla) revocó el artículo quinto (2011) en el cual se obligaba a Petrobras a incluir a las comunidades de pescadores dentro del proceso de socialización e información relacionada con el área de interés para la perforación exploratoria del

Bloque Tayrona. Para el Gobierno no hay población afectada en sus océanos.

urge moratoria

¿Qué sucede en relación con los riesgos ambientales, económicos y sociales? El presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry, ha afirmado que con las pla-taformas marinas de extracción de hidrocarburos y gas habrá desarrollo para las poblaciones. Y aquí cabe cuestionarse a qué tipo de desarrollo se refiere.

En 2010, el derrame de petróleo de la plataforma de la bp en Estados Unidos afectó la costa de Luisiana, un estado con todas las características de una economía de enclave. Es el número 49 entre 50 estados con menor expectativa de vida, el segundo con mayor mortalidad infantil, el cuarto en criminalidad y el segundo más pobre del país.

En términos de la articulación de mano de obra a la economía, apenas del 2,5 % al 3 % de la población de Luisiana se ocupa en la industria petrolera, que aporta el 30,4 % del pib del estado.

Ahora veamos lo que sucede en La Guajira, donde desde hace dos décadas existe una de las minas de carbón más importantes del mundo, El Cerrejón, segunda mayor exportadora del mineral a los Es-tados Unidos, y mismo lugar donde han muerto de hambre y sed más de 5.000 niños indígenas wayuu y 37.000 sufren desnutrición, y en donde acaba de encontrarse un pozo con más de 250 millones de barriles de reservas de petróleo en la plataforma marina Pozo Orca-1.

Con el hallazgo del pozo Kronos-1 –a más de 3.720 metros de profundidad, en el Bloque Tayrona– se confirma el potencial de hidrocarburos en esta cuenca Caribe colombiana.

En un país sin investigación científica marina suficiente, se quiere seguir experimentando lo que la comunidad científica en otras latitudes rechazó. El debate es político, de derechos de la naturaleza y, en este caso, de los océanos, fuente de vida del planeta.

En dicho debate debe primar el principio de pre-caución y el derecho de los colombianos –sobre todo de los pobladores ribereños, las comunidades de pescadores y originarias– a decir No. Es el momento de una moratoria de las exploraciones y explotacio-nes petroleras y de gas en los mares de Colombia.

Especial Océanos

foto: archivo Unimedios

diciembre 2016 | 12 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

Colombia también es marLos países que han alcanzado un desarrollo marítimo importante han ejecutado políticas públicas para la integración efectiva de los espacios oceánicos al territorio nacional, a la vez que promueven la relación cultural entre mar y Nación. Cabe preguntarse si Colombia puede responder mejor a esos desafíos, teniendo en cuenta que el 45 % de su territoriose encuentra en los espacios marítimos del Caribe y el Pacífico*.

La Unesco declaró este territorio como Reserva de Biosfera

Seaflower en 2002, pues además de estar rodeado de una

variedad sin igual de especies botánicas, alberga más de 407 especies de peces, y otro tanto

de corales, anémonas, medusas,esponjas, moluscos, crustáceos y reptiles.

Gracias a la biodiversidad,los corales resultan ecosistemas

vitales para las zonascosteras del Caribe, y también

conforman una barrera natural (la tercera más grande

del mundo despuésde Australia y Belice)

que hace frente a las agrestes olas,

erosiones y huracanes.

La economía del Archipiélagose basa principalmente

en el turismo; por ejemplo,actividades como el buceo

generan recursos importantes.

Así mismo, en el Caribecolombiano sobresalenlas islas Tierra Bomba,

Rosario y Barú, que bordeanla bahía de Cartagena,y las de San Bernardo,

Fuerte y Tortuguilla.

El Pacífico colombiano aporta el 90 % de pesquería del país.

La isla Gorgona tiene los bancoscoralinos más grandes del Pacífico colombianoy es la única selva húmeda tropical en la costa.Funcionó como prisión desde 1960 hasta 1984.Después fue declarada Parque Nacional Naturalpor el Gobierno colombiano y Patrimoniode la Humanidad por la Unesco.

La isla Malpelo, escenario del espectáculoque ofrecen las ballenas jorobadas

entre junio y noviembre, recibió en 1995 el título de Santuario

de Fauna y Flora por el Gobierno colombiano.

En 2002 la isla Malpelo fue reconocidapor la Organización Marítima Internacionalcomo Zona Marina Especialmente Sensible,y en 2006 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Por la ubicación de Malpelo (al oeste deBuenaventura), Colombia extiende susfronteras más allá del már territorial, lo quele permitiría acceder a derechos económicossobre la Antártica, de acuerdo con la teoríade la "defrontación".

En enero de 1989 Colombia se hizomiembro adherente del Tratado Antárticode Washington, adoptado en 1959, que establece las normas internacionalespara regular el Sistema Antártico (SA).En 1990, mediante decreto, el Estadocolombiano creó la Comisión Nacional de Asuntos Antárticos, como órgano asesor del Gobierno.

La Comisión Colombiana del Océanoy el Comité Técnico Nacional de Asuntos Antárticos han elaboradola Agenda Científica Antártica de Colombia que se desarrollará durante veinte años.

El extremo norte de lapenínsula Antártica se ubica a 940 km del ConoSur de Sudamérica (Chile),la distancia más corta en relación con las demás costasde los otros continentes. Un trozo de hielo antártico,

conocido como “gruñón” por el ruido que emite al pasar

a estado líquido, fue entregado al Departamento de Geociencias

de la UN por la Comisión Colombiana del Océano.

Esta importante pieza para la investigación científica

fue colectada durante la expedición de investigadores

colombianos en la Antártica.

La riqueza en petróleo, oro, cobalto,níquel y otros minerales aún desconocidos,así como la importante diversidad biológicarepresentada en especies vegetales como algas,mamíferos como ballenas, bacteriasy microorganismos, permitirían aplicacionesen la industria y la medicina.Un enorme potencial para la investigacióncientífica en países como Colombia.

Por la posición geográficade Colombia, su clima estáregulado desde el mar Caribe, la cuenca del Pacíficoy el Amazonas, dentro de lainteracción que distribuye el calor y la humedad en todo el planeta.

Debido al calentamiento global, desde 1960 se han registrado 83 eventos cálidos extremos

en las costas del Caribe colombiano y 136 en la

cuenca del Pacífico. Esto ha influido en el

blanqueamiento de los corales y la disminución

de especies en el océano.

En el centro y sur de la costa Pacífica y en La Guajira, en el mar Caribe,

están las aguas marinasmás frías del país.

Esto favorece una mayor producción de peces,

plantas y otras especies.

Miles de organismos que habitan los marescolombianos son fuente de sustancias químicascon potencial farmacológico e industrial;antibióticos, antivirales, antitumorales, aditivos para cosméticos, entre otros. Todo un potencial estudiado por químicos, químicos farmacéuticos, biólogos, microbiólogos y genetistas moleculares de la UN.

Al estudiar las afinacionestradicionales para entender cómose relacionan las propiedades físicasdel sonido producido por dicho instrumentocon la transmisión de emociones,investigadores de la UN hallaron que existen diferencias por regiones, por constructor e incluso entre aquellasfabricadas en el mismo taller.

Sobre el oleaje se tejen los mitos y las leyendas de los pueblos, como Yemayá, diosa del mar, protectora de navegantes, barcos y pescadores, deidad yoruba trasladada desde Nigeria por el movimiento de esclavos al continente americano, principalmente al Caribe y Brasil, sincretizada después en Stella Maris; o las leyendas de la Madre de Agua y el Riviel, en el Pacífico colombiano.

La Convención para la Proteccióndel Patrimonio Cultural

Subacuático, adoptada en 2001en París (de la cual no forma parteColombia), establece la obligación

de preservar este patrimonio(prioritariamente in situ) y prohíbe

su explotación comercial.

El galeón San José, nave insignia de la Corona española, es considerado uno de los naufragios más valiosos

del planeta. Se hundió en 1708 cerca de la isla Barú, hoy mar territorial de Colombia.

Por eso, en 2015, cuando el Gobierno nacional anunció su hallazgo y rescate, España reclamó

sus derechos, mientras otros paíseshan anunciado hacer lo propio.

Riqueza insular

El Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, considerado el departamento más grande de la Repúblicade Colombia, es una muestra de la gran riqueza insular.A este pertenecen las majestuosas islas cayo de Alburquerque,East Southeast, Roncador, Serrana, Quitasueño, Bajo Nuevo, Serranilla, Alicia y demás islas, islotes, cayos morros, bancos y arrecifes del departamento archipiélago de Colombia.

El exuberantePacífico

En el mar Pacífico,sorprende la belleza de las islas Malpelo, Gorgona y Gorgonilla

y las islas continentales Cascajal, El Gallo, Tumaco,

La Viciosa y El Morro.

Antártica, continente blancoLa Antártica, uno de los seiscontinentes del planeta, es espacio internacionalizado en el Polo Sur. Además de poseerla mayor parte de la actualcriósfera (hielo) terrestre, es el lugar más seco del planeta.

La cienciadel marEn olas, mareas, corrientesy gradientes térmicos y salinos de la bahíade Buenaventura, en el Pacífico, de la isla Fuerte y San Andrés, en el Caribe,existe un gran potencialpara producir energía.

La cultura y el marEn medio de esteros y manglaresresuena en el Pacífico colombianola marimba de chonta, instrumentotradicional que se afina con las voces de las cantaoras y guarda en su construcción los secretos de los ríos y de los ritmos que se vuelven todo un legado.

PatrimoniosumergidoSegún la Unesco, un millón de embarcaciones yacen en los fondos oceánicos, más de mil en aguascolombianas.

Foto: Brigitte Gavio

Foto: El Tiempo

Foto: D

iego Mojic

a

Foto: Diego Mojica

Foto: Comisión Colombiana del Océano

Foto: archivo particular

Foto: Catalina Torres

*Algunos datos fueron suministrados por la Comisión Colombiana del Océano.Mayor informaciónhttp://unradio.unal.edu.co/nc/detalle/cat/festivos-un-radio-bogota.htmlhttp://unradio.unal.edu.co/nc/detalle/cat/un-analisis/article/colombia-en-la-geopolitica-del-caribe.html

diciembre 2016 | 13 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

Colombia también es marLos países que han alcanzado un desarrollo marítimo importante han ejecutado políticas públicas para la integración efectiva de los espacios oceánicos al territorio nacional, a la vez que promueven la relación cultural entre mar y Nación. Cabe preguntarse si Colombia puede responder mejor a esos desafíos, teniendo en cuenta que el 45 % de su territoriose encuentra en los espacios marítimos del Caribe y el Pacífico*.

La Unesco declaró este territorio como Reserva de Biosfera

Seaflower en 2002, pues además de estar rodeado de una

variedad sin igual de especies botánicas, alberga más de 407 especies de peces, y otro tanto

de corales, anémonas, medusas,esponjas, moluscos, crustáceos y reptiles.

Gracias a la biodiversidad,los corales resultan ecosistemas

vitales para las zonascosteras del Caribe, y también

conforman una barrera natural (la tercera más grande

del mundo despuésde Australia y Belice)

que hace frente a las agrestes olas,

erosiones y huracanes.

La economía del Archipiélagose basa principalmente

en el turismo; por ejemplo,actividades como el buceo

generan recursos importantes.

Así mismo, en el Caribecolombiano sobresalenlas islas Tierra Bomba,

Rosario y Barú, que bordeanla bahía de Cartagena,y las de San Bernardo,

Fuerte y Tortuguilla.

El Pacífico colombiano aporta el 90 % de pesquería del país.

La isla Gorgona tiene los bancoscoralinos más grandes del Pacífico colombianoy es la única selva húmeda tropical en la costa.Funcionó como prisión desde 1960 hasta 1984.Después fue declarada Parque Nacional Naturalpor el Gobierno colombiano y Patrimoniode la Humanidad por la Unesco.

La isla Malpelo, escenario del espectáculoque ofrecen las ballenas jorobadas

entre junio y noviembre, recibió en 1995 el título de Santuario

de Fauna y Flora por el Gobierno colombiano.

En 2002 la isla Malpelo fue reconocidapor la Organización Marítima Internacionalcomo Zona Marina Especialmente Sensible,y en 2006 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Por la ubicación de Malpelo (al oeste deBuenaventura), Colombia extiende susfronteras más allá del már territorial, lo quele permitiría acceder a derechos económicossobre la Antártica, de acuerdo con la teoríade la "defrontación".

En enero de 1989 Colombia se hizomiembro adherente del Tratado Antárticode Washington, adoptado en 1959, que establece las normas internacionalespara regular el Sistema Antártico (SA).En 1990, mediante decreto, el Estadocolombiano creó la Comisión Nacional de Asuntos Antárticos, como órgano asesor del Gobierno.

La Comisión Colombiana del Océanoy el Comité Técnico Nacional de Asuntos Antárticos han elaboradola Agenda Científica Antártica de Colombia que se desarrollará durante veinte años.

El extremo norte de lapenínsula Antártica se ubica a 940 km del ConoSur de Sudamérica (Chile),la distancia más corta en relación con las demás costasde los otros continentes. Un trozo de hielo antártico,

conocido como “gruñón” por el ruido que emite al pasar

a estado líquido, fue entregado al Departamento de Geociencias

de la UN por la Comisión Colombiana del Océano.

Esta importante pieza para la investigación científica

fue colectada durante la expedición de investigadores

colombianos en la Antártica.

La riqueza en petróleo, oro, cobalto,níquel y otros minerales aún desconocidos,así como la importante diversidad biológicarepresentada en especies vegetales como algas,mamíferos como ballenas, bacteriasy microorganismos, permitirían aplicacionesen la industria y la medicina.Un enorme potencial para la investigacióncientífica en países como Colombia.

Por la posición geográficade Colombia, su clima estáregulado desde el mar Caribe, la cuenca del Pacíficoy el Amazonas, dentro de lainteracción que distribuye el calor y la humedad en todo el planeta.

Debido al calentamiento global, desde 1960 se han registrado 83 eventos cálidos extremos

en las costas del Caribe colombiano y 136 en la

cuenca del Pacífico. Esto ha influido en el

blanqueamiento de los corales y la disminución

de especies en el océano.

En el centro y sur de la costa Pacífica y en La Guajira, en el mar Caribe,

están las aguas marinasmás frías del país.

Esto favorece una mayor producción de peces,

plantas y otras especies.

Miles de organismos que habitan los marescolombianos son fuente de sustancias químicascon potencial farmacológico e industrial;antibióticos, antivirales, antitumorales, aditivos para cosméticos, entre otros. Todo un potencial estudiado por químicos, químicos farmacéuticos, biólogos, microbiólogos y genetistas moleculares de la UN.

Al estudiar las afinacionestradicionales para entender cómose relacionan las propiedades físicasdel sonido producido por dicho instrumentocon la transmisión de emociones,investigadores de la UN hallaron que existen diferencias por regiones, por constructor e incluso entre aquellasfabricadas en el mismo taller.

Sobre el oleaje se tejen los mitos y las leyendas de los pueblos, como Yemayá, diosa del mar, protectora de navegantes, barcos y pescadores, deidad yoruba trasladada desde Nigeria por el movimiento de esclavos al continente americano, principalmente al Caribe y Brasil, sincretizada después en Stella Maris; o las leyendas de la Madre de Agua y el Riviel, en el Pacífico colombiano.

La Convención para la Proteccióndel Patrimonio Cultural

Subacuático, adoptada en 2001en París (de la cual no forma parteColombia), establece la obligación

de preservar este patrimonio(prioritariamente in situ) y prohíbe

su explotación comercial.

El galeón San José, nave insignia de la Corona española, es considerado uno de los naufragios más valiosos

del planeta. Se hundió en 1708 cerca de la isla Barú, hoy mar territorial de Colombia.

Por eso, en 2015, cuando el Gobierno nacional anunció su hallazgo y rescate, España reclamó

sus derechos, mientras otros paíseshan anunciado hacer lo propio.

Riqueza insular

El Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, considerado el departamento más grande de la Repúblicade Colombia, es una muestra de la gran riqueza insular.A este pertenecen las majestuosas islas cayo de Alburquerque,East Southeast, Roncador, Serrana, Quitasueño, Bajo Nuevo, Serranilla, Alicia y demás islas, islotes, cayos morros, bancos y arrecifes del departamento archipiélago de Colombia.

El exuberantePacífico

En el mar Pacífico,sorprende la belleza de las islas Malpelo, Gorgona y Gorgonilla

y las islas continentales Cascajal, El Gallo, Tumaco,

La Viciosa y El Morro.

Antártica, continente blancoLa Antártica, uno de los seiscontinentes del planeta, es espacio internacionalizado en el Polo Sur. Además de poseerla mayor parte de la actualcriósfera (hielo) terrestre, es el lugar más seco del planeta.

La cienciadel marEn olas, mareas, corrientesy gradientes térmicos y salinos de la bahíade Buenaventura, en el Pacífico, de la isla Fuerte y San Andrés, en el Caribe,existe un gran potencialpara producir energía.

La cultura y el marEn medio de esteros y manglaresresuena en el Pacífico colombianola marimba de chonta, instrumentotradicional que se afina con las voces de las cantaoras y guarda en su construcción los secretos de los ríos y de los ritmos que se vuelven todo un legado.

PatrimoniosumergidoSegún la Unesco, un millón de embarcaciones yacen en los fondos oceánicos, más de mil en aguascolombianas.

Foto: Brigitte Gavio

Foto: El Tiempo

Foto: D

iego Mojic

a

Foto: Diego Mojica

Foto: Comisión Colombiana del Océano

Foto: archivo particular

Foto: Catalina Torres

*Algunos datos fueron suministrados por la Comisión Colombiana del Océano.Mayor informaciónhttp://unradio.unal.edu.co/nc/detalle/cat/festivos-un-radio-bogota.htmlhttp://unradio.unal.edu.co/nc/detalle/cat/un-analisis/article/colombia-en-la-geopolitica-del-caribe.html

diciembre 2016 | 14 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

Sistema de salud en Bogotá afronta crisis de legitimidadEquipo pEriodístico, Unimedios

El modelo del alcalde Enrique Peñalosa se concentra en la gestión de los servicios y le apunta a un gobierno corporativo para superar la crisis acumulada, por lo que insiste en que el sistema de salud sea un modelo de mercado y negocio.

Debates UN fue convocado por Unimedios y el Doctorado Interfacultades en Salud Pública de la un, con el apoyo del diario El Espectador.

palabras clave: salud en Bogotá. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

El actual gobierno del alcalde Enrique Peña-losa quiere centrarse en los servicios de atención, superar la congestión de urgencias con centros de atención prioritaria y generar una forma de organi-zación que agilice la relación entre las eps y las ips y, en particular, entre el régimen subsidiado y la red pública. Sin embargo, hasta la fecha no se percibe un mejoramiento en los aspectos que aborda el sistema propuesto por su administración.

Frente a la preocupación que generan las even-tuales consecuencias de las decisiones tomadas por la Alcaldía, la Unidad de Medios de Comunicación (Unimedios) y el Doctorado Interfacultades en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia (un), con el apoyo del diario El Espectador, organizaron Debates un, “Modelo de salud de Peñalosa: ¿una salida a la crisis?”, realizado el pasado 9 de noviembre.

Uno de los expertos invitados fue el profesor Mario Hernández, coordinador del Doctorado en Salud Pública, quien afirmó que el gobierno del al-calde Enrique Peñalosa asume la crisis del sistema de salud en Colombia como un problema de ineficiencia de lo público, de desconfianza entre los agentes y de poca participación de capitales y actores privados más eficientes en el manejo del sector, al estilo de las grandes corporaciones.

Por ello, el docente señaló que la administración actual estructuró una reforma basada en la fusión de los 22 hospitales públicos para convertirlos en cuatro; el soporte de la billonaria dimensión contrac-tual del Distrito Capital con un actor de naturaleza mixta (público-privada); la incorporación de actores privados en la Dirección del nuevo Instituto de Biotecnología, y la intención de mantener el mismo esquema para un eventual instituto de urgencias en la ciudad.

De esta manera, dijo, la ruta en ejecución –según quienes cuestionan el modelo– es la de la priva-tización real de toda la prestación de salud en la ciudad, con los antecedentes poco halagadores del comportamiento de los privados de este sector en Bogotá y en el país, en calidad, oportunidad, costos y solvencia financiera en el marco de la crisis del sistema general de seguridad social.

Al parecer, “la sobrevivencia de las eps y los prestadores está ligada a nuevas inyecciones de recursos públicos y seguramente a nuevas formas de selección adversa, aumento de barreras de acceso y negación de servicios bajo el ropaje de la gestión del riesgo”, dijo el profesor Hernández.

En su opinión, el planteamiento crítico del pro-blema del sistema de salud colombiano tiene que ver con la profundización de un modelo que entrega la garantía de un derecho fundamental, como el de la salud, a la lógica y a los actores del mercado, quienes con los recursos públicos han estructurado un negocio de grandes proporciones y altos niveles de corrupción e ineficiencia que, trasladado a Bogotá con la nueva reforma, encuentra un escenario real de crecimiento y expansión, aumentando el riesgo de que la salud pública de la ciudad se deteriore.

En este marco, advierte, se debilita la posibilidad de que sea el Estado el que dirija efectivamente la

gestión y la institucionalidad pública, y se disminuye efectivamente la participación democrática en las decisiones sobre la salud en la ciudad.

concentrar recursos

Desde el punto de vista programático, Luis Gonzalo Morales, secretario Distrital de Salud, mencionó durante su intervención que la actual administra-ción aboga por un modelo centrado en la gestión del riesgo individual, a cargo casi exclusivamente de las eps. Este asume que la gestión del riesgo colectivo puede hacerse desde el ente territorial con progra-mas focalizados, bajo el entendido de que la salud es una responsabilidad principal de las personas, y que las obligaciones del sistema tienen que ver con la “gestión integral del riesgo”.

En este marco la actual Administración cerró las estrategias de “Territorios saludables”, que cubrían a 800.000 familias de los estratos 1, 2 y 3; se cancelaron los 17 Centros de Atención a Drogodependientes (Camad) y los servicios amigables con la salud sexual reproductiva; se disminuyó la cobertura en vigilan-cia en salud pública y sanitaria, y prácticamente se eliminó el componente extramural de la vacunación, entre otros, con el argumento de “excesiva contra-tación y gasto público”.

Por otra parte ha iniciado el proceso de recon-versión de algunos de los antiguos centros de salud (Camis) en Centros de Atención Prioritaria de Salud (Caps) sin valor agregado en materia de infraestruc-tura y dotación, y con reducción de horarios.

Si bien en los Caps se busca fortalecer la atención especializada con el objetivo de hacer más resolutivos los servicios de primer nivel y contribuir a descon-gestionar las urgencias, la cobertura es insuficiente y la ausencia de una estrategia extramural de atención primaria le resta alcance a este eje de intervención que se ha propuesto llegue a 40 en la ciudad.

“Los recursos se deben concentrar en un solo lugar en vez de repartirlos en una gran cantidad de instituciones y dividirlos, además, entre urgencias, asistencia ambulatoria, hospitalización y unidades especializadas”, agregó el funcionario, quien señaló que todavía no ha pasado mucho tiempo para hacer balances del nuevo modelo.

Sin embargo fue evidente la preocupación por parte de los participantes sobre cuatro aspectos: 1) el deterioro de los indicadores de salud pública, evidenciados por ejemplo en la elevación casi al triple en la mortalidad por infección respiratoria aguda en menores de cinco años; el aumento en

la mortalidad infantil en menores de un año, y la mortalidad perinatal con respecto al periodo ante-rior; 2) la creciente inconformidad por parte de la comunidad por el cierre de servicios y la persisten-cia de la congestión en los servicios de urgencias; 3) la disminución de coberturas de servicios de salud pública relacionadas con la supresión de más del 60 % del personal; y 4) la tendencia a no construir sobre lo construido.

un modelo que nació muerto

La concejala de Bogotá Gloria Stella Díaz también participó en el debate resaltando que esta reforma privilegia la mercantilización de la salud, y en lugar de defender los derechos de los ciudadanos benefi-cia a los comerciantes y le apunta a la privatización de la salud.

Agregó que el modelo de salud “nació muerto”, puesto que no se tuvo en cuenta la opinión de la comunidad y no se contó con los estudios técnicos que exige la ley, caso que se encuentra en proceso de demanda.

“La reforma se limitó a ser administrativa; concen-tra la toma de decisiones y la capacidad contractual de la red pública distrital de servicios de salud. Re-sultó peor el remedio que la enfermedad, la gente tiene que hacer largas filas esperando que le den una cita o una autorización”, agregó la concejala Díaz.

En el debate, moderado por Saúl Franco, docente de la un, también participó Luis Jorge Hernández, docente de la Universidad de los Andes, quien agregó que el régimen contributivo aumentó del 74,9 % al 76,6 %. Además, dijo que la situación de mortalidad por desnutrición no solo se da en La Guajira, sino que “en lo que va del año también se han reportado cuatro muertes en localidades de Bogotá, dos en Ciudad Bolívar, una en Tunjuelito y una en Rafael Uribe Uribe”.

En síntesis, la “gobernanza”, operada como una forma de asegurar un modelo corporativo dominado por lo privado para manejar la salud en Bogotá, no prefigura garantías para satisfacer el derecho a la salud ni el derecho a la participación. Así las cosas quedan muchas dudas sobre si el nuevo modelo es una salida a la crisis, o si es el camino a una de mayor escala en Bogotá.

Salud

foto: Nicolás Bojacá/Unimedios

diciembre 2016 | 15 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

salud

Frecuencias de las mucopolisacaridosis en Cundinamarca y Boyacá

En un estudio realizado por el Instituto de Genética Humana de Pontificia Universidad Javeriana y el Instituto de Nutrición, Genética y Metabolismo de la Universidad El Bosque se encontró que en Cundinamarca y Boyacá la frecuencia de todos los tipos de mucopolisacaridosis fue de 1,98 casos por 100.000 nacidos vivos. La mayor frecuencia fue para la de tipo IV, con 0,68 casos por 100.000 nacidos vivos, mientras que la III fue la menor, con 0,17 casos.

Salud

Endogamia incrementó casos de Sanfilippo en vereda boyacensevanEssa cardona, Unimedios Bogotá

En visitas realizadas a la zona rural de Tunja se encontraron 12 personas con esta rara enfermedad. La endogamia es uno de los principales factores de herencia y la causa de una nueva mutación genética, descrita por primera vez en el mundo.

En una vereda cercana al municipio de Tunja (Boyacá) y a solo 136 kilómetros de Bogotá, varios grupos familiares que se asentaron en la zona desde hace 200 años han venido presentando una dinámica poblacional endogámica generando un incremento en la prevalencia de enfermedades genéticas en sus integrantes.

El síndrome de Sanfilippo, también llamado muco-polisacaridosis tipo III, afecta a los niños de maneras diferentes. Los bebés generalmente no muestran se-ñales de la enfermedad, pero los síntomas empiezan a aparecer desde los dos años; primero se percibe un trastorno específico del lenguaje expresivo, luego hay presencia de hiperactividad que produce alteraciones de la conducta y del sueño, y finalmente inicia una regresión neurológica en la que los menores padecen demencia, quedan postrados y fallecen.

En la población mundial, este síndrome afecta a 0,5 personas por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, según la investigación realizada por el Grupo de Ge-nética Clínica de la Maestría de Genética Humana, del Instituto de Genética de la Universidad Nacional de Colombia (un), en esta vereda de Tunja se reportaron 12 casos en una población de 1.500 habitantes.

En las personas con esta enfermedad genética hay un defecto de una de las enzimas que el cuerpo necesita para descomponer la cadena de mucopolisacaridos. Cuando el organismo carece de esta enzima pierde la capacidad de degradar un glucosaminoglicano (heparan sulfato), que puede llegar a ser tóxico para el sistema nervioso central y causar neurodegeneración en este tipo de pacientes.

Hasta ahora se han descrito cuatro tipos del síndrome de Sanfilippo. El grupo de investigación de la Maestría en Genética Humana de la un trabajó con la tipo III y el subtipo C, que se caracteriza por la alteración particular del gen hgsnat que afecta la degradación de glicosami-noglicano (biomoléculas presentes fundamentalmente en el tejido epitelial y óseo).

Según explica el profesor Harvy Mauricio Velasco, del Instituto de Genética de la un (igun), en la primera etapa los niños presentan un periodo de desarrollo motor cercano al normal, pero con retrasos tempranos en la adquisición del lenguaje.

La segunda fase se caracteriza por la presencia de actitudes impulsivas y autoagresión que lleva a un deterioro progresivo, y en los primeros cinco años pueden derivar en un comportamiento autista.

Entre los seis y hasta los 10 años los niños tien-den a ensimismarse reforzando la alteración de su comportamiento con altos niveles de inatención. Luego de esta edad empieza la fase involutiva, en la que pierden contacto con el medio e inician cua-

palabras clave: síndrome Sanfilippo, Tunja, endogamia, mutación. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

dros de demencia. Después presentan dificultades para movilizarse y sus habilida-des motoras fina y gruesa decaen. Las crisis convulsi-vas se vuelven frecuentes y tienen disfagias (dificultad para comer, sensación de incomodidad para tragar).

“Es una enfermedad de-vastadora, muy difícil de manejar y en este momento no existen tratamientos far-macológicos, terapéuticos o quirúrgicos para reducir los síntomas o modificar la historia natural”, explica el docente Velasco.

mutación genética

En el desarrollo de una de las actividades de extensión y trabajo con la comunidad que realizan los investigadores del Grupo en compañía de la neuropediatra Yasmin Sánchez y metabólogos, encontraron una paciente afectada que vivía en Tunja. Al hacerle un seguimiento a su árbol genealógico en-contraron que no se trataba de un grupo pequeño de individuos, sino de un probable agrupamiento genético.

Para el caso de Colombia no existen datos sobre la frecuencia real del síndrome de Sanfilippo tipo C, aunque un estudio realizado en 2012 encontró que la incidencia era de 0,17 por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, los resultados de la investigación realizada por la un muestran que en esta región dicha frecuencia puede llegar a ser de 1 en 200 habitantes.

Sumado a lo anterior, después de hacer los abordajes clínicos se encontró que el gen hgsnat presentaba una mutación nunca antes descrita en la literatura. “Observa-mos que había un cambio de tipo homocigoto, es decir que las dos partes de la información genética (una heredada por el padre y otra por la madre) mostraron la misma alteración. Es probable que sea una mutación propia de esa vereda y de sus individuos”, aclara el docente.

Actualmente el Grupo de Genética Clínica lleva a cabo una investigación para identificar el origen y la dinámica de la mutación que presentó la población estudiada. Por ahora se sabe que la endogamia incrementó el número de portadores de la enfermedad.

Para el síndrome de Sanfilippo el estado de portador es del 0,64 % en la población general, pero en la vereda este asciende es del 35 %, es decir 70 veces más de lo reportado para una enfermedad como esta, lo que eleva de manera importante la probabilidad de adquirirla. De hecho, es posible que el grupo de personas afectadas en la vereda sea el más grande del mundo en haberla desarrollado. En el momento, los afectados tienen en-tre tres y 16 años. La última paciente que falleció por la enfermedad solo alcanzaba los 19 años.

severa en colombianos

Para el estudio, un grupo de médicos, genetistas y pe-diatras visitaron la vereda, tomaron información clínica

y aplicaron test bioquímicos para saber a qué tipo de mucopolisacaridosis pertenecía el padecimiento, y luego realizaron estudios moleculares con el fin de identificar la mutación del gen.

Los investigadores también compararon los datos de los pacientes colombianos con reportes de personas afectadas en otras partes del mundo como España y Holanda. Los análisis muestran que la enfermedad se comporta de una manera más severa en los pacientes de Colombia.

“En los otros países la mortalidad se da después de la tercera década de la vida, mientras que las personas de la vereda están muriendo antes de alcanzar la segunda década. Y no se debe a que no reciban cuidados o no tengan unas condiciones de salud óptimas, porque lo cierto es que tienen una muy buena red de apoyo y han sido atendidos adecuadamente”, puntualiza el investi-gador Velasco.

Por la consanguinidad es probable que existan ge-nes modificadores que potencializan los efectos de la enfermedad en los pacientes. Por ejemplo, mueren más jóvenes, convulsionan con mayor frecuencia, quedan postrados más rápido y tienen cuadros de demencia a edades más tempranas.

Para avanzar en la investigación, la un está haciendo un trabajo conjunto con la Universidad Federal de Pará (Brasil) que permita definir el efecto fundador del sín-drome y la edad de aparición de la mutación en nuestra población. Adicional a esto, se espera crear una prueba de concepto para determinar si es posible emplear un medicamento que se usa en otras enfermedades para tratar este tipo de mucopolisacaridosis.

ilustración: Vanessa Tremain/Unimedios

diciembre 2016 | 16 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

medioambiente

Cambios en bosques de Panamá

Investigadores de la Universidad de California analizaron la composición de especies de árboles en los últimos 25 años del bosque. Para ello, escogieron 50 hectáreas en isla Barro Colorado (Panamá) y encontraron que las variaciones son el “legado” de la sequía o el reflejo de la mayor aridez debida al cambio climático de largo plazo.

palabras clave: Amazonia, cambio climático, Amacayacu, sequía. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Medioambiente

Bosques amazónicos se adaptan a la sequíaKilly alEjandra gutiérrEz guzmán, Unimedios Medellín

Un primer censo de árboles del Parque Nacional Natural Amacayacu, ubicado a media hora de Leticia, capital del Amazonas, revela las transformaciones que viene sufriendo el recurso forestal de la zona y su capacidad de resiliencia ante los fenómenos extremos de sequía.

Los eventos recurrentes de sequía, como los oca-sionados en 2005 por el fenómeno de El Niño y en 2010 por el calentamiento anómalo de las aguas superficiales del Atlántico norte, han influido de forma directa en la mortalidad arbórea de los bosques amazónicos.

Precisamente, la de 2005 fue la sequía más intensa del último siglo e hizo que la selva dejara de ser el sumidero del carbono producido por emisiones de la deforestación, de combustibles fósiles y la degradación de los bosques, e invirtió los papeles: el bosque amazónico se mostró tan sensible que liberó el equivalente a 5.000 millones de toneladas adicionales de carbono a la atmósfera.

Una investigación adelantada por la Universidad Nacional de Colombia (un) Sede Medellín y el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi) constató que esos dos fenómenos climáticos han hecho que las especies arbóreas reaccionen o se adapten a la sequía dependiendo de si se encuentran ubicadas en valles o colinas (microhá-bitats). El trabajo contó con el acompañamiento técnico del Centro de Ciencias Forestales del Trópico y el apoyo de la Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales de Colombia.

Para observar el fenómeno, entre 2007 y 2014 los in-vestigadores monitorearon alrededor de 125.000 árboles y 1.200 especies en una parcela permanente del Parque Nacional Natural Amacayacu, ubicado a 70 kilómetros río arriba de Leticia.

Allí, los equipos de trabajo analizaron la mortalidad, el crecimiento, la distribución, el área basal (medida para

establecer la masa forestal) y la diversidad (riqueza y abun-dancia), y además adelantaron mediciones de la capacidad de captura y almacenamiento de carbono.

Tales acciones les permitieron concluir que las especies arbóreas que habitan las partes bajas de la parcela (valles), donde generalmente se concentra una mayor humedad, han resultado más sensibles a los eventos de sequía, ya que la mortalidad registrada aumentó a valores de aproximadamen-te 5.5 %, cuando bajo condiciones climáticas normales (sin sequía) la tasa de mortalidad es de aproximadamente 1.7 %.

“Por el contrario, en las partes altas de las colinas pe-queñas, las especies han mostrado ser menos sensibles a la falta de agua y más tolerantes a los eventos de fuertes sequías, ya que la tasa de mortalidad sólo aumento aproxi-madamente un 0.05% con relación a los valores promedio arriba reportados en ausencia de sequías intensas como la aquí reportada”, afirma el profesor Álvaro Duque del Departamento de Ciencias Forestales de la Facultad de Ciencias Agrarias de la un Sede Medellín.

cambios en valles y colinas

En relación con el contenido de carbono, los resultados pre-liminares muestran que el bosque se recuperó rápidamente de la mortalidad causada por la sequía de hace seis años.

Según el profesor Duque, hubo un cambio anual en la biomasa aérea del bosque, la cual se asocia con la cantidad de carbono almacenado allí. Esta fue de 0,35 %, es decir que hubo una ganancia promedio de 1,63 toneladas por hectárea al año.

En términos porcentuales, en las colinas la ganancia anual de biomasa fue de 0,63 %, mientras que en los valles fue de -0,05 %. O sea, la mayor proporción de carbono acumulado en el bosque –que se estima como la mitad de la biomasa– se dio gracias al crecimiento de árboles con mayor densidad de madera que habitan las colinas o las zonas más altas de la parcela. En el global, los valores de densidad de madera promedio en toda la parcela pasaron de 0.58 a 0.59 gr/cm-3, lo cual evidencio diferencias estadís-ticamente significativas. Por el contrario, la mayor pérdida de carbono se asoció con la alta mortalidad de especies con baja densidad de madera presentes en los valles.

Estos datos muestran cambios en las características del bosque. “Probablemente está pasando a tener más

especies resistentes a la falta de agua, como respuesta ante las recurrentes sequías”, expone Daniel Zuleta, ingeniero forestal y estudiante del Doctorado en Ecología de la un.

“Aunque el macroclima es el mismo, ya que por lo menos a escala del Parque no cambia, vemos una respuesta diferen-cial de las especies entre valles y colinas, lo que representa una partición de hábitat en términos del funcionamiento de los bosques mucho más reducida espacialmente de lo que plantean la mayoría de modelos basados en escalas de ecosistema o paisaje”, añade el profesor Duque.

Otro cambio detectado lo señala Andrés Alberto Ba-rona, investigador asociado del Sinchi, quien afirma que los árboles que mueren con mayor facilidad son los más pequeños (de hasta tres metros de altura), además lo hacen debido a la falta de buenas condiciones de luz, mientras que los de menor mortalidad son los mejor establecidos y más desarrollados.

Los investigadores coinciden en señalar que una de las consecuencias de las fuertes variaciones climáticas en el bosque es que este pierda el equilibrio dinámico que siempre ha tenido. Esto significa que se pueda empezar a tener un sistema en el que las pérdidas de biomasa por mortalidad, excedan la capacidad de almacenamiento actual de biomasa que tienen estos bosques.

Por eso, el docente Duque menciona la importancia de entender el desempeño del bosque y la coexistencia de especies en estas condiciones. De hecho, para comprender mejor los mecanismos biológicos que mantienen su pro-ductividad –por ser uno de los bosques más diversos del mundo–, en una próxima fase del proyecto los esfuerzos del grupo de investigación se dirigirán en ese sentido. Para ello, centrarán su atención en identificar las especies más afectadas por el cambio climático en el Parque Nacional Natural Amacayacu.

Las drásticas variaciones climáticas están influyendo en la mortalidad arbórea de los bosques amazónicos

Se monitorearon alrededor de 125.000 árboles en una parcela permanente ubicada en el Parque Nacional Natural Amacayacu.

foto: archivo Unimediosfoto: Sebastián Ramírez

diciembre 2016 | 17 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

ciencia & tecnología

Yuca descontamina aguas con cianuroInvestigadores de la Universidad Icesi, de Cali, pusieron la biotecnología a disposición del sector minero y ambiental, a través del uso de bacterias de yuca que ayudan a eliminar el cianuro que contienen las aguas residuales. El método consiste en utilizar los microorganismos que aparecen durante el proceso de fermentación del almidón del tubérculo, los cuales degradan el cianuro de forma natural al término de 10 días.

Limpian residuos del cianuro que deja minería de oroirina juliao rossi, Unimedios Manizales

Las aguas residuales con presencia de esta peligrosa sustancia se podrían tratar integrando métodos convencionales con procesos avanzados de oxidación para transformar el cianuro en sustancias que no perjudican la salud humana ni el medioambiente.

En medicina se utiliza en los rayos láser, en el estudio del material genético de las células y en los termómetros de precisión. Los satélites climatológicos lo utilizan como aislante térmico y los airbags de los automóviles lo tienen en los sen-sores electrónicos de los dispositivos de seguridad. El oro es uno de los metales protagonistas de la cotidianidad de los seres humanos. Sin embargo, paradójicamente, su extracción requiere un agre-sivo proceso industrial que a lo largo de los años ha dejado serias consecuencias para la humanidad.

Dos de las formas tradicionales de obtener el oro implican el uso de mercurio o de cianuro, sustancias altamente contaminantes y potencialmente letales. Precisamente la Organización Mundial de la Salud considera que el mercurio produce cáncer y altera la información genética de los seres vivos.

“La obtención del metal precioso se realiza a través de procesos físicos y químicos, pero cerca del 90 % se hace mediante el proceso de cianuración”, sostiene Bayron Ramos García, ingeniero químico y candidato a magíster en Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (un) Sede Manizales.

El oro suele alojarse en la corteza terrestre en macizos montañosos, ya sea en forma de vetas o de manera dispersa en las montañas. Su extracción implica un proceso que en ciertos casos incluye romper grandes rocas hasta triturarlas. Estas se muelen y someten a una etapa inicial de extracción del oro por procesos físicos, y luego se llevan a tanques o piscinas en los que se les agrega cianuro de sodio para obtener la mayor cantidad posible del oro contenido en ellas.

El ingeniero químico señala que en el país este método produce vertimientos con alto contenido de cianuro que en algunas empresas no se tratan de manera óptima, o simplemente no se tratan.

En Colombia uno de los factores que está influ-yendo en el incremento del uso del cianuro para extraer oro es la prohibición del uso de mercurio aprobada en la Ley 1658 de 2013. La medida empe-zará a regir en siete años para el sector industrial y en dos años para el minero.

“Cuando se aprobó esta normativa el país ocu-paba el primer lugar en América Latina y el tercero en el mundo en el uso de mercurio”, destaca la profesora Izabela Dobrosz-Gómez, del Grupo de Investigación en Procesos Reactivos Intensificados con Separación y Materiales Avanzados (Prisma) de la un Sede Manizales.

La docente menciona que esta situación obliga a la industria minera a buscar alternativas sosteni-

bles y eficientes para reducir y eliminar el cianuro de sus vertimientos. Por eso, investigadores del grupo Prisma avanzan en el diseño de un método que combina tratamientos convencionales y elec-troquímicos, además del uso de la radiación ultra-violeta, que permitiría tratar las aguas residuales contaminadas por cianuro.

limpia altas concentraciones

Para la investigación se implementaron métodos de análisis que miden la concentración de cianuro, además de otros parámetros relacionados con la calidad del agua, como por ejemplo la demanda química de oxígeno y de carbono orgánico total. En el laboratorio también se desarrolló el montaje de un sistema de reacción a escala, usado en primera instancia con muestras sintéticas de cianuro, y luego se probó con aguas residuales industriales.

Guillermo Gaviria López, candidato a magíster en Ingeniería Química, explica que para el trabajo se visitaron empresas de la región dedicadas a la extracción de oro con cianuro, donde se tomaron muestras de las aguas residuales que producen.

Después de la medición en el laboratorio se detectaron concentraciones de unos 2.000 miligra-mos de cianuro por litro (mg/l), una carga bastante alta si se tiene en cuenta que la legislación actual (resolución 631 de 2015) fija el máximo de tales concentraciones en un miligramo por litro en aguas residuales mineras.

Para extraer el oro, metal no soluble en el agua, se necesitan aproximadamente 350 mg/l de cianuro, aunque este valor puede variar dependiendo del

contenido de oro en el mineral original. “Se trata de un proceso muy lento cuya eficiencia de extracción oscila entre el 50 % y el 75 %. Por esa razón es nece-sario usar el cianuro en exceso”, señala el profesor Miguel Ángel Gómez, del grupo Prisma.

Los resultados obtenidos con el tratamiento desarrollado mostraron que se alcanza el 99 % de oxidación de cianuro en soluciones acuosas con concentraciones iniciales menores o iguales a 2.000 mg/l. Así mismo, la demanda química de oxígeno y de carbono orgánico total disminuyen entre el 72 % y el 95 %.

“Lo que se busca es que este tratamiento sea capaz de mineralizar el cianuro: transformarlo en nitrógeno y en dióxido de carbono, sustancias que se encuentran comúnmente en los ecosistemas y no generan efectos negativos sobre estos”, manifiesta la profesora Dobrosz-Gómez.

Los resultados obtenidos hasta el momento supo-nen un importante avance en la búsqueda de alter-nativas que permitan recuperar aguas contaminadas con cianuro. Sin embargo, la implementación del proceso diseñado por la un Sede Manizales requiere del interés de la industria, la academia, el Gobierno y, por supuesto, las comunidades afectadas, por realizar una minería responsable.

palabras clave: cianuro, minería de oro, contaminación. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

gráfico: Heimy Shayuri Garnica Jara/Unimedios

Ciencia& Tecnología

diciembre 2016 | 18 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

Campus modernos para ciudades en construcciónmaría luzdary ayala v., Unimedios, Bogotá

Desde la Ciudad Universitaria de Bogotá, hasta sus sedes de frontera, pasando por las del área andina, los campus de la Universidad Nacional de Colombia (un) imponen un sello de modernidad en el que prima el verde, y su infraestructura es un punto de referencia en su relación con las ciudades.

La UN irrumpió en la Bogotá de los años cua-renta del siglo pasado sin alterar su paisaje urbano, pues el perímetro de la ciudad llegaba apenas hasta la carrera 24. En las 121 hectáreas adquiridas en predios de la antigua Hacienda El Salitre, la Ciudad Universitaria empezó a asomarse ante los pobladores como un jardín inmenso, con un carácter similar al del Parque Nacional o al complejo hospitalario de La Hortúa.

Sin proponérselo, el campus de la Universidad –que empezó a gestarse durante el gobierno de Alfonso López Pumarejo– marcó un referente de crecimiento para Bogotá en los años sesenta. Si bien la avenida 26 desembocaba justamente en la entrada principal del claustro, y la calle 45 llegaba hasta la entrada de la carrera 30, hoy está inmerso en el corazón de la capital.

Los arquitectos mexicanos Luis Prieto Souza y Miguel Parra, en calidad de consultores del Minis-terio de Obras, hicieron un primer proyecto con espacios para cada facultad, un trazado vial que conectaba con la ciudad, y otra infraestructura alre-

dedor de las edificaciones planeadas que le generara recursos a la Institución, en lo que denominaron la “corona de renta”.

Después llegaron los alemanes Leopoldo Rother, arquitecto, y Fritz Karsen, pedagogo, quienes ima-ginaron la Ciudad Universitaria en la que se inspiró el arquitecto Carlos Raúl Villanueva para diseñar la de Caracas, declarada Patrimonio de la Humanidad.

Apropiados del campus, los nuevos asesores trazaron dos versiones de un plano basado en un esquema vial ovalado en el que prevalecían los jardines y espacios naturales. Inicialmente se dise-ñaron 12 edificios que terminaron siendo 14, con una distribución espacial en la que todas las facultades, hasta ese momento dispersas en distintos puntos de la capital, compartieran un mismo espacio.

Así se llegó al plano oficial, publicado en 1937 por la Revista de Indias. De este se avanzó a todo el trazado de la Universidad, en 1941, con las fa-cultades de Matemáticas e Ingeniería; Medicina y Ciencias Naturales; y Derecho y Ciencias Políticas. El nuevo complejo también incluía viviendas para algunos docentes, que luego se adaptaron para los departamentos de Filosofía, Contaduría e Idiomas.

Pensando en concentrar en un solo edificio los laboratorios comunes para las diferentes carreras, el arquitecto Rother diseñó el Instituto de Química, que aunque estaba asociado con la investigación sobre exploración y explotación petrolera, podía ser aprovechado por estudiantes de carreras que requerían prácticas en química.

Luego, los nuevos edificios empezaron a surgir por iniciativa del rector de turno o de algún decano emprendedor. El primer edificio de Enfermería, por ejemplo, fue donado en parte por el Servicio Intera-mericano de Salud Pública a mediados de los años cincuenta. Después sería adecuado como residencias femeninas universitarias hasta convertirse en el edificio Manuel Ancízar, el cual alberga el Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, el Departamento de Geociencias y el Instituto de Biotecnología.

Desde finales de los cuarenta se pudo ver una actitud más ecléctica en las soluciones para los edificios que se siguieron incorporando al campus; la ciudad blanca de la primera ola de edificacio-nes se mezcla entonces con nuevos acabados en ladrillo, concreto y piedra, y los sobrios edificios simétricos se entremezclan con bóvedas en las

cubiertas, plantas asimétricas y espacios interiores más complejos.

Durante la rectoría del profesor José Félix Pati-ño, a finales de los años sesenta, la Universidad da un salto académico y en infraestructura gracias a un crédito del bid. De esta manera se gesta la construcción de edificaciones básicas como la Biblioteca Central, el Auditorio León de Greiff, la Cafetería Central y demás espacios de actividad extracurricular; también de la Facultad de Ciencias Agrarias o del Departamento de Farmacia. Además, los recursos sirven para am-pliar la oferta de aulas de facultades como Ciencias Humanas e Ingeniería, y los museos de Arte y de Ciencias Naturales.

Para estas obras ya se vinculan egresados y do-centes de la Institución. Precisamente el profesor Hernán Herrera, arquitecto egresado de la un, es el encargado de diseñar el edificio de Arquitectura, que sirvió de modelo para las demás edificaciones proyectadas en el campus, según recuerda el profesor Rodrigo Cortés, ex director del Museo Leopoldo Rother, y editor y coautor de Ciudad aparte, un catá-logo que recoge los primeros 70 años de la Ciudad Universitaria de Bogotá.

Este modelo, que se puede apreciar en diferentes facultades, incluye un hall de entrada muy alto, con un vacío equivalente a cuatro pisos, como un amplio punto de encuentro del cual se desprende

El edificio 401 de la Facultad de Ingeniería, rebautizado como “Julio Garavito Armero”, es ejemplo de modernización que respeta la estructura original.

En la Sede Medellín, el arte y la arquitectura del profesor Pedro Nel Gómez se destacan en las edificaciones. Construcción inicial de la Sede Tumaco, cuyo plan arquitectónico está en proyecto.

fotos: Nicolás Bojacá/Unimedios

foto: Pilar Suescún

diciembre 2016 | 19 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

una serie de ramales en la que se ubican aulas, laboratorios y oficinas.

dramatismo espacial

Desde Rother hasta los nuevos diseñadores de la Ciudad Universitaria se advierte otra manera de organizar los espacios. Ya no se piensa tanto en el exterior ni, en particular, en el que se conforma entre una edificación y otra. Se percibe una tendencia que el profesor Cortés denomina “dramatismo espacial”

para impresionar con las nuevas formas y fa-chadas de las edifica-ciones, influencia muy marcada de la llamada arquitectura orgánica norteamericana y fin-landesa.

En la primera déca-da del presente siglo renace la preocupa-ción por implementar un plan general con el de manejo y regulari-zación exigidos por el Plan de Ordenamiento de la ciudad en 2000, el cual estableció un mar-co normativo para las nuevas edificaciones, además de su relación con un espacio público que se quiere recupe-

rar. Se conforman entonces iniciativas como el Edificio de Ciencia y Tecnología y el de Enfermería, además de proyectos como el Aula de Ciencias, de Posgrados de Derecho y Ciencias Económicas, y la nueva sede de la Facultad de Artes.

Más adelante la Dirección de Infraestructura planteó el Plan Maestro, en que se establecieron dos criterios: modificar el plan de regularización y manejo del territorio, y tener en cuenta de manera más contundente el carácter patrimonial dado a 17 edificaciones del campus, lo cual implica consultas previas al Ministerio de Cultura antes de emprender cualquier proyecto que las pueda modificar o alterar.

arquitectura tropical

La proyección de la Universidad la lleva a ampliar su presencia en el territorio nacional, ante lo cual se desarrolla el programa de Sedes de Frontera, que da vía libre a las instalaciones en Leticia, Arauca, San Andrés y Tumaco, durante la rectoría del profesor Guillermo Páramo.

El profesor y arquitecto Santiago Moreno, encar-gado del programa de Arquitectura Tropical de la un, recuerda que en 1987 la Institución ya contaba con la Estación Científica de Leticia, creada durante la administración del rector Marco Palacio.

“El programa se creó como una respuesta al hecho de que el 60 % del territorio colombiano corresponde al trópico húmedo”, comenta el profesor Moreno, quien en calidad de director fue encargado del diseño de las sedes de Amazonia y Caribe.

En la Sede Amazonia, por ejemplo, se optó por cubiertas inclinadas, tomando como referencia las malocas indígenas, con amplios espacios interiores y ventilación natural; además se utilizó la madera de la región, como palo de sangre para las columnas y astillas de achapo para las cubiertas.

La distribución espacial se organizó a partir de módulos de distintos tamaños alrededor de un es-pacio central. En 1998 la obra fue seleccionada por la XVI Bienal de Arquitectura Colombiana.

La segunda etapa, también seleccionada en la XXI Bienal de Arquitectura, en 2008, cambia el modelo de ocupación: “se opta por un planeamiento racionalista de bloques y espacios rectangulares con cubierta plana”, explica el profesor Moreno.

En cuanto a la Sede Caribe, el programa de Arqui-tectura Tropical toma como base el anteproyecto del arquitecto Pedro Juan Jaramillo y lo adecúa a las condiciones del lote, ubicado en San Luis. Este sigue la arquitectura isleña, desde la disposición de espacios hasta los colores blanco, azul y rojo de las fachadas, tradicionalmente los mismos con que se pintaban las embarcaciones.

Dada la escasez de agua dulce en la isla, desde un comienzo se trazó un modelo que aprovecha al

máximo el agua lluvia mediante sistemas colecto-res y de tratamiento de aguas residuales para su reutilización.

En el Jardín Botánico, uno de los espacios más emblemáticos, las aulas cuentan con un innovador sistema de uso de la energía solar a través de colec-tores de inyección directa que trabajan de manera alterna con la red eléctrica local.

La Sede Orinoquia, que nació apoyada por las autoridades locales en 1997, corrió por cuenta del Centro Hábitat de la un, bajo la dirección de Álvaro Neira y la colaboración de Armando Duque. Esta construcción –ubicada a 9 km de Arauca sobre la vía que conduce al municipio de Tame, en predios de la hacienda El Cairo– respetó la vegetación nativa. Se adecuaron las instalaciones existentes para oficinas y vivienda temporal, en tanto que el galpón se usó para campos deportivos. Actualmente cuenta con el Plan Maestro de Planta Física para conformar un campus adecuado a su proyección en la zona.

naturaleza enmarcada

En la Sede Medellín, entre tanto, el sello particular lo imprime la naturaleza y la presencia de uno de los más importantes cerros tutelares de la ciudad: El Volador, según lo advierte el profesor Aurelio Arango Sierra, experto en Patrimonio.

En esta Sede sobresalen dos de los edificios principales de la Facultad de Minas, diseñados por el arquitecto Pedro Nel Gómez y considerados Patrimonio Nacional desde 1994. Estos albergan valiosos murales y esculturas del ingeniero, arqui-tecto y artista egresado de la Institución.

Durante los años sesenta se reunieron los dife-rentes programas para adecuar las edificaciones importantes ya existentes en la que fuera la Escuela de Agricultura Tropical. Al final de la pasada déca-da, y siguiendo un plan trabajado por la Oficina de Planeación, se construyeron los bloques 14 y 21, se proyectó el de la Facultad de Arquitectura (bloque 24) y se planeó el bloque 43.

Los docentes de la Facultad protestaron porque no fueron tenidos en cuenta para estas iniciativas y presentaron un nuevo planteamiento para la Facultad de Arquitectura. El proyecto quedó en manos del arquitecto y docente Laureano Forero.

Así, la Facultad empezó a liderar la construcción de los edificios del campus, bien como realizadora de los proyectos, como proponente en otros, o como jurado de los concursos convocados.

infraestructura de vanguardia

La modernización y la actualización de infraes-tructura tecnológica forman parte de los proyectos desarrollados en la Sede Manizales.

Según la arquitecta Claudia Rueda, directora de Ordenamiento y Desarrollo Físico, la Sede ha recuperado espacios inicialmente concebidos para otras funciones. Al respecto cita el caso del Campus La Nubia, donde hasta 1996 funcionaron los talleres del Distrito 5 de Carreteras del Ministerio de Obras Públicas, y El Cable, donde funcionó la Antigua Estación del Cable Aéreo de Manizales, declarado Bien de Interés Cultural.

Uno de los aportes más valiosos lo constituye la proyección institucional que le imprime la arquitec-tura contemporánea, lo cual genera confianza para consolidar nuevos convenios nacionales e interna-cionales, “con una infraestructura de vanguardia,

palabras clave: arquitectura, modernidad, campus, sesquicentenario. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

flexible y dinámica a los cambios y transformaciones que impone la academia”, afirma la docente.

el legado agrario en palmira

En esta sede andina de la un, el edificio de la Facultad de Ciencias Agrarias recoge la historia de este campus desde 1944, cuando el arquitecto Rother lo diseñó. En 1953 el Consejo de la Facultad de Agronomía le dio el nombre de “Ciro Molina Garcés”, reconocido promotor agropecuario.

En 1946 el edificio se volvió una realidad para la Facultad de Agronomía. Tres años más tarde su imponente estructura se asentó sobre terrenos otor-gados a la Escuela Superior de Agricultura Tropical (Esat) en Palmira.

La ampliación y renovación de la un continúa por medio del desarrollo de nuevos proyectos en todas sus sedes, tal es el caso del futuro edificio de Posgrados de Derecho y Economía, encargado al reconocido arquitecto norteamericano Steven Holl.

El edificio 401 de la Facultad de Ingeniería, rebautizado como “Julio Garavito Armero”, es ejemplo de modernización que respeta la estructura original.

En la Sede Palmira, el Edificio Ciro Molina Garcés es parte del legado arquitectónico de Leopoldo Rother.

Para la Sede Caribe, en San Andrés, el programa de Arquitectura Tropical se inspiró en los modelos tradicionales de las viviendas isleñas.

La distribución espacial de los alojamientos de la Sede Amazonia se organizó a partir de módulos elaborados con madera de la región.

foto: Catalina Torres/Unimedios

fotos: archivo Unimedios

foto: cortesía Rodrigo Orrantia

diciembre 2016 | 20 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

palabras clave: espectro radioeléctrico, emisoras am y fm, efecto corona. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Ciencia& Tecnología

La radio también produce energíajuan carlos millán guzmán, Unimedios Bogotá

La captura y el almacenamiento de la energía presente tanto en las frecuencias radiales am y fm como en la televisión digital terrestre (tdt) permitiría recargar baterías de baja potencia.

¿Qué pensaría si le dijeran que mientras escucha su emisora preferida, o ve sus programas favoritos de televisión puede cargar la batería de su reloj o de un marcapasos?

No es ciencia ficción, a través de cinco electrodos corona (varillas de cobre con una pequeña aguja metálica en su parte superior), ingenieros de la Uni-versidad Nacional de Colombia (un) capturaron la energía que producen tanto la señal de tdt como el espectro radioeléctrico de las emisoras de amplitud modulada (am) y frecuencia modulada (fm).

Aunque hasta el momento solo se han realizado pruebas en el Laboratorio de Ensayos Eléctricos (Labe) de la Facultad de Ingeniería de la un, ya se pudo cargar una batería de ión de litio de 3,7 vol-tios y capacidad de entre 50 y 20 miliamperios por hora (mAh), utilizada en sistemas electrónicos de bajo consumo, como por ejemplo en las baterías de sensores remotos de variables ambientales, me-morias de almacenamiento de mp3, baterías de reloj y marcapasos.

El resultado ha sido posible gracias al trabajo realizado por el profesor Francisco Román y el in-geniero David Ariza, quienes en 2012 lideraron una investigación apoyada por la un Sede Bogotá y Col-ciencias, que permitió crear un sistema de captura y almacenamiento de energía proveniente de las nubes de tormenta.

“Estas nubes tienen la capacidad de almacenar cantidades importantes de carga eléctrica y generan campos con dicha propiedad física durante su ac-tividad. Tales acumulaciones hacen que exista una diferencia de potencial entre la nube y la superficie terrestre (gradiente), fenómeno que permite generar corrientes eléctricas denominadas corona, principio en el cual se basan las investigaciones que hemos adelantado”, afirma el ingeniero Román, director del Grupo de Investigación en Compatibilidad Elec-tromagnética de la un (emc-unc), pionero en este tipo de estudios.

El experto destaca que en un día con tormentas se pueden generar 25 veces más kilovatios que en un día sin ellas. Sin embargo, cuanto más alto se puedan ubicar dichas agujas –por ejemplo en techos de edificios– mejores serán los resultados que se logren. Por eso los electrodos corona instalados en el edificio donde funciona el Labe superan los 20 metros de altura.

nubes con poder eléctrico

Debido a que las nubes de tormenta tienen la propie-dad de almacenar grandes cantidades de carga, que genera campos eléctricos ambientales constantes, los electrodos corona permiten amplificar el campo eléctrico y su magnitud. De esta manera se inicia una serie de descargas eléctricas entre el gas ionizado (aire) y la punta del electrodo. Tal fenómeno es co-nocido como efecto corona, y gracias a él es posible capturar, de forma circular, la corriente energética proveniente de las nubes y almacenarla, en este caso en una batería.

Uno de los hallazgos del trabajo adelantado por el profesor Román y el magíster Ariza es que los electrodos corona –al funcionar como antenas de banda ancha que se comportan como un sistema

Energía de las nubes, proyecto único en Latinoamérica

En 2011, ingenieros del grupo de investigación emc-unc –integrado por los profesores Francisco Román, Camilo Cortés y José Félix Vega–, dedicado al estudio de campos electromagnéticos y sus aplicaciones, probó el poder de las nubes de tormenta para cargar equipos electrónicos.

Para atrapar la energía, los ingenieros dispusieron en el Laboratorio de Compatibilidad Electromagnética un arreglo de electrodos flotantes (ef) tipo corona que conduce ener-gía. Este amplifica miles de veces, alrededor de su punta, el campo eléctrico de trasfondo hasta iniciar una serie de descargas con el gas ionizado presente en la atmósfera.

“En el caso de Bogotá, por ejemplo, una tormenta normal llega a generar hasta 15 microamperios por electrodo, lo suficiente para recargar una batería de calculadora”, explica David Fernando Ariza González, magíster en Ingeniería Eléctrica.

El experimento logró capturar y almacenar energía probada en la recarga de baterías de celulares y videocámaras, entre otros aparatos electrónicos de potencia.

El grupo emc-unc es pionero en este tipo de estudios. De hecho en la actualidad no hay referencia alguna de un sistema captador de la energía de las nubes de tormenta que utilice electrodos para almacenar energía mediante corrientes corona.

El proyecto permite avanzar en el análisis y la caracteri-zación de los principios físicos de este fenómeno natural para convertir su electricidad en una fuente de energía alternativa que complemente los sistemas tradicionales. Su beneficio se podría extender a sectores del país en los que no hay redes eléctricas.

de almacenamiento independiente de las condiciones climáticas– no solo capturan la energía proveniente de este tipo de nubes, sino que además atrapan la del espectro radioeléctrico.

“Supongamos que en un día lluvioso quiero al-macenar agua en un recipiente de boca pequeña; aunque podría recoger algo del líquido, su cantidad aumentaría considerablemente si utilizo un embu-do”, ejemplifica Carlos Andrés Rivera, aspirante a magíster en Ingeniería Eléctrica e integrante del Labe.

A través de unos diodos de radiofrecuencia y un circuito regulador de carga, la energía se transforma en señal continua –popularmente conocida como dc–, de tal manera que se pueda emplear en la carga de baterías.

“Una de las ventajas de este tipo de fuente de energía no convencional es que es mucho más cons-tante que la que se puede obtener de una nube de tormenta, fenómeno que se registra en circunstancias especiales mientras que aquella que se obtiene del espectro electromagnético tiene un carácter cons-tante, en la medida en que las estaciones de radio suelen transmitir las 24 horas del día”, precisa el ingeniero Rivera.

Probada en aplicaciones experimentales como una fuente auxiliar en procesos de hidrólisis de bajo costo, en cuatro días la innovación tecnológica ha permitido realizar procesos de carga de baterías no comerciales de pequeña capacidad, mientras que baterías comerciales requerirían de un tiempo estimado en tres semanas.

fotoilustración: Lina Margarita Otálora Melo/Unimedios

diciembre 2016 | 21 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

ciencia & tecnología

La mariposa de la “paz”Una nueva especie, descubierta entre Chiribiquete y la Alta Amazonia, una zona marcada por el conflicto armado colombiano, fue nombrada Magneuptychia pax. En latín la palabra pax significa paz. La investigación estuvo a cargo de un equipo de seis científicos de cuatro países, quienes señalan que el estudio de las mariposas entrega elementos fundamentales para el análisis a profundidad de los ecosistemas.

Ciencia& Tecnología

Nuevos reportes de mariposas para la Orinoquiajuan francisco molina moncada, Unimedios Bogotá

Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (un) Sede Orinoquia identificaron y ampliaron la distribución geográfica de cuatro especies de mariposas de la familia Papilionidae que no se habían registrado antes en esta región.

La biodiversidad de la Orinoquia no se ha es-tudiado a fondo por varias razones, una de ellas el conflicto armado; otra, la deficiencia de las vías de acceso a sitios de estudio; un tercer motivo la ausen-cia de instituciones que hagan presencia permanente en la región, y además que “ha sido subestimada porque impera el ecosistema de llanura”, afirma el profesor Néstor Pérez Buitrago de la Universidad Nacional de Colombia (un) Sede Orinoquia.

Dichas razones no han frenado el interés de la Institución por profundizar en el estudio de la riqueza biológica de la zona. Una prueba de ello es la Colección Entomológica de la Orino-quia, que cuenta con 3.300 especímenes, de los cuales 1.536 pertenecen al orden Lepidoptera (mariposas y polillas). De estos especímenes, 56 ejemplares son de la familia Papilionidae, de las cuales cuatro no se habían registrado en la región.

El Ph. D. en Biología destaca que este es el resul-tado del trabajo conjunto realizado con el biólogo Juan Carlos Agudelo, curador de la Colección. Ambos expertos estudiaron 56 ejemplares de mariposas de la familia Papilionidae y encontraron que pertenecen a tres géneros, siete especies y siete subespecies, y así hallaron los nuevos reportes para la región.

“Las siete especies identificadas corresponden al 11,5 % de las 61 reportadas de esa familia en Colombia y al 29,2 % de las 24 registradas en la Orinoquia”, amplían los investigadores, quienes destacan que se trata del primer reporte de la familia Papilionidae en Arauca, lo cual representa un importante aporte al conocimiento de la biodiversidad del país.

La Papilionidae es una familia cuyos integran-tes son de gran tamaño y tienen colores vistosos que contrastan matices negros con tonos blancos o amarillos; además la mayoría tiene colas en el ala posterior –por lo que se les conoce como “colas de golondrina”– y habitan en todos los continentes, especialmente en zonas tropicales.

buscando mariposas

La recolección de los ejemplares se realizó entre 2010 y 2013 mediante muestreos esporádicos en los munici-pios araucanos de Arauquita, Saravena, Tame, Arauca y Fortul, y en Paz de Ariporo, Casanare y Toledo, Norte de Santander.

La zona de estudio presenta ecosistemas de bosque de galería o cañadas, bosque secundario y sabana inundable en un rango de altura de entre 120 y 494 metros sobre el nivel del mar. Además, la temperatura media anual es de 30 oC y la humedad

es del 80 % en época lluviosa (de abril a noviembre) y del 65 % en temporada seca.

Los investigadores explican que las mariposas fueron recolectadas con una red entomológica. Luego se depositaron en sobres de papel milano –ideales para el almacenamiento de insectos– y después se registraron aspectos como localidad (coordenadas), altitud, fecha, hora, nombre del colector, descripción del hábitat y comentarios adjuntos.

Por último los ejemplares se trasladaron a las instalaciones de la un Sede Orinoquia, donde, a través de la comparación con diferentes fuentes bibliográficas, fueron analizadas e identificadas.

un estudio minucioso

El proceso de identificación de una nueva especie de mariposa se caracteriza por su alto nivel de exactitud, por eso se requieren equipos especializados que permitan atender el más mínimo detalle.

El biólogo Agudelo señala que uno de los prin-cipales factores diferenciales entre las especies es el color, característica que se analiza en el dorso y en el revés de las alas del animal. Los científicos observan sus patrones, las formas que estas tienen y las figuras de coloración que se forman en las alas.

Pero definir el sexo de una mariposa es todavía más complicado. Los expertos analizan detallada-mente el último segmento del abdomen, donde se encuentran los órganos genitales. Otros factores para diferenciarlas, señala el profesor Pérez, los

arroja el análisis de las venas de las alas y el del aparato bucal.

De los ejemplares analizados el que más se repite es el Battus polydamas

polydamas, con 15 especímenes, le sigue el Parides eurimedes arriphus, con 12 y el P. eurimedes mycale con 10.

Las subespecies P. eurime-des arriphus, H. thoas nealces, H. homothoas y P. eurimedes my-cale son las que se registraron en la Orinoquia por primera vez. “Aunque se intuía que algu-

nas Papilionidae habitaban la re-gión, lo que hicimos fue darnos a la

tarea de buscarlas, documentarlas y sistematizarlas”, señala el profesor Agu-

delo, quien agrega que los resultados de este trabajo se socializaron en el artículo

científico “Notas acerca de la distribución de Papilionidae (Lepidoptera: papilionoidea) en el norte de la Orinoquia colombiana”, publi-cado en 2015 en el Boletín Científico del Centro de Museos de la Universidad de Caldas.

De las 3.019 especies de mariposas que existen en el país, 61 pertenecen a la familia Papilionidae, lo cual corresponde al 47 % de las registradas en

el neotrópico y al 12 % de los papiliónidos del mundo. Tales valores de diversidad solo son comparables con los de Brasil y México.

una región por explorar

La región de la Orinoquia comprende los depar-tamentos de Guainía, Guaviare, Arauca, Casa-nare, Meta y Vichada, los cuales representan el 20,2 % del territorio nacional. No obstante, su biodi-versidad es una de las menos documentadas del país si se le compara con la región Andina o la Amazonia. Además, cuenta con muy pocas áreas protegidas.

Los investigadores señalan que los ecosistemas de la Orinoquia se encuentran seriamente amenazados por la deforestación intensiva para la implementación de monocultivos de palma de aceite y arroz, la ganadería y la minería, además de la extracción de hidrocarburos con proyectos como el de Caño Limón y Chiprón.

Por ahora las investigaciones para documen-tar mejor la biodiversidad de la región siguen su rumbo. De hecho, motivados por los resultados de su trabajo con las mariposas, los profesores de la un Sede Orinoquia se preparan para indagar en la riqueza de hormigas y escarabajos de la región.

palabras clave: mariposas, biodiversidad, Orinoquia, Papilionidae. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Heraclides thoas neacles (arriba), una de las subespecies del estudio, cuya distribución geográfica se expandió hasta la Orinoquia.Parrides eurimedes arriphus (abajo) forma parte de la investigación y de la Colección Entomológica de la Sede Orinoquia.

fotos: cortesía investigadores

diciembre 2016 | 22 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

ciudad & territorio

Fragilidad de los centros históricos en España

El artículo de Emilio Martínez “Centros históricos en perspectiva. Observaciones sociológicas al análisis y la planificación territorial”, publicado en el número 14 de la Revista Catalana de Sociología (2001), trata sobre la fragilidad de los centros históricos españoles debido a los aprovechamientos turísticos, de ocio, y a los intereses inmobiliarios.

Turismo y proyectos inmobiliarios amenazan centros históricosKilly alEjandra gutiérrEz guzmán, Unimedios Medellín

El incremento en el costo de la tierra y la expulsión de sus habitantes por la presión inmobiliaria (gentrificación) ponen en riesgo el valor patrimonial de los centros históricos del país. De los 44 declarados como tal por el Ministerio de Cultura, 12 formaron parte de un estudio adelantado por arquitectos de la Universidad Nacional de Colombia (un) Sede Medellín.

Centro histórico de Barichara, en Santander.

palabras clave: centros históricos, patrimonio arquitectónico, urbanismo, gentrificación. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Grandes casas coloniales pintadas en tonos vivos, con aleros, zaguanes y balcones, ubicadas en estrechas calles de barrios antiguos de varias ciudades de Colombia, han sido testigo durante años de algunos de los sucesos más importantes de la historia nacional.

Tan relevante ha sido su presencia como protagonis-tas y espectadoras de la evolución y el desarrollo de las ciudades, que MinCultura declaró “Patrimonio Urbano” a 44 centros históricos del país.

En Bogotá, el barrio La Candelaria –al oriente de la ciudad– concentra la mayor parte del patrimonio arqui-tectónico, además de los atractivos de interés histórico y cultural. A pesar de que este guardián de la memoria urbana de la capital del país ha tenido prelación con respecto al cuidado patrimonial colombiano, su buena suerte no es la misma que están corriendo los centros históricos de otras ciudades y municipios nacionales.

Un estudio cualitativo realizado por miembros del Grupo de Investigación en Patrimonio, de la Facultad de Arquitectura de la un Sede Medellín, analizó las principales amenazas que afrontan 12 centros históri-cos, entre ellos los de Jericó, Santa Fe de Antioquia y Rionegro, en Antioquia; el de Barichara, en Santander, y el de Salamina, en Caldas.

Después de conversar con pobladores, vigías del patri-monio y líderes culturales de los municipios y confrontar los planos con modelos de la realidad observada para verificar su situación, se concluyó que tales espacios se encuentran asediados por el turismo incontrolado y por las construcciones inmobiliarias. Los investigadores dicen que para contextualizar la investigación era fundamental conocer cómo es el lugar y cómo se habla de él –por ejemplo en la literatura o en las noticias–, además de hacer varios recorridos a los centros históricos para evaluar sus riesgos e impactos.

Según el profesor Álvaro Hernán Acosta, de la Escuela de Arquitectura, “el precio de la tierra ha comenzado a ser mayor que el de los inmuebles, por lo que se están dando casos en que se demuelen edificaciones de valor histórico y cultural para hacer edificios de apartamentos u oficinas”.

Con respecto al turismo excesivo, detectaron que en algunos centros históricos, como los de Salento y el barrio Getsemaní (uno de los más tradicionales de Cartagena), se está produciendo un fenómeno conocido como gen-trificación, por el cual los habitantes de ciertas zonas son expulsados cuando estos van a ser objeto de transforma-ciones urbanas o inmobiliarias.

Un ejemplo claro de ello es Santa Fe de Antioquia. Según Gilda Wolf, de la Escuela de Construcción de la Facultad

de Arquitectura, “las inmobiliarias usan como excusa las construcciones vinculadas con hechos históricos de Colombia, como la Colonia, para darles valor agregado a otros usos”.

Como consecuencia, lamenta el profesor Acosta, la vida tradicional de esos espacios desaparece paulatinamente hasta convertirse en una especie de escenografía histórica pensada y centrada solo para satisfacer el consumo.

un plan insuficiente

El Plan Especial de Manejo y Protección surgió en 2009 (decreto 763) como instrumento de planeación para el cuidado, el manejo y la protección de los bienes de inte-rés cultural. Sin embargo, no se ha logrado su adecuada implementación, por falta de socialización.

Alberto Escovar, director de Patrimonio de MinCultura, asegura que “en sus inicios el Plan pecó por ser una norma desarrollada por profesionales que quizás no tenían tanta experiencia en el trabajo comunitario que requiere una herramienta como esta”.

Al respecto, el profesor Acosta comentó que algunas personas consultadas como parte del estudio manifiestan que el hecho de que su casa sea declarada patrimonio se convierte más en algo negativo, como una “desgracia”, pues “pese a que una ventaja es la exención de impuestos, esta es una ayuda muy pequeña en relación con las exigencias de mantenimiento”.

La profesora Wolf complementa que las declaratorias de bienes de interés cultural proporcionan una deducción en el impuesto predial de entre el 20 % y el 100 %.

políticas tardías

Aunque el Plan Especial de Manejo y Protección es el ins-trumento más reciente, la normativa sobre patrimonio en Colombia empezó en 1918, cuando respondía a la conexión de los edificios con la gesta de Independencia.

En los años cincuenta apareció la idea de los monumen-tos, y en 1959 (Ley 163) empezó la declaratoria de patrimo-nios de poblaciones del país, con los sectores antiguos de Tunja (Boyacá), Cartagena y Mompox (Bolívar), Santa Fe de Antioquia (Antioquia) y Cartago (Valle). También está

el decreto 264 de 1963 que hace referencia a sectores de Bogotá y Pamplona (Norte de Santander).

En el libro Rehabilitación integral en áreas o sitios históricos latinoamericanos –editado por Hernán Crespo Toral y María Alexandra Silva– se menciona que fue solo a partir de 1990 cuando los centros históricos se convirtieron en objeto de una política específica en Colombia, con la publica-ción de la obra Política cultural para los centros históricos y el patrimonio inmueble, con la que Colcultura (antiguo Instituto Colombiano de Cultura) adoptó fundamentos conceptua-les, políticos y programáticos para la conservación de los centros históricos.

Para la profesora Wolf, la adopción de estas políticas “se dio tarde y con una visión parcializada sobre lo patrimonial y la valoración social”.

resignificar los centros históricos

La educación patrimonial es un camino para potenciar la importancia de los centros históricos, “pero no se debe hacer en torno a valores asociados con el progreso y el concreto, sino en construir la percepción de nuestras tra-diciones con otra mirada de identidad, porque al referirse a ella solo se piensa en bailes tradicionales”.

La profesora Wolf propone que además se considere la visión de patrimonios culturales, los cuales involucran bienes materiales, manifestaciones inmateriales y repre-sentaciones de la cultura. Esto porque pareciera que con el Plan Especial de Manejo y Protección simplemente se buscara “tomar una foto y hacer que no se cambie; no con-sidera la división entre patrimonio tangible e intangible”.

De igual manera, los docentes sugieren que los planes de ordenamiento territorial tengan potencial para la protec-ción patrimonial, puesto que establecen normas para usos de los terrenos y controlan las densidades poblacionales.

Ciudad & Territorio

foto: Sebastián González Tovar

diciembre 2016 | 23 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

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En profundidad Reseñas

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Desarrollo y turismosostenible en el Caribe varios autores

Colección Escuela de Pensamiento un.

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Instituto de Estudios Caribeños, Sede Caribe –

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El turismo es una de las industrias más dinámicas y competitivas del mundo. Los destinos exitosos serán aquellos que ofrezcan mayor valor agregado a un viajero cada vez más informado por las nuevas tecnologías, y que al mismo tiempo constituyan el patrimonio cultural y natural como uno de los aspectos de mayor preponderancia. Este libro ofrece a los actores locales, políticos e institucionales, alternativas para construir políticas públicas que contribuyan a mejorar las condiciones de la población y a enfrentar los desafíos económicos, sociales y medioambientales.

Intervenciones filosóficas en mediodel conflicto: debates sobre la construcción de paz en Colombia hoyuniversidad de los andes

– universidad nacional de colombia Compiladores: Anders Fjeld, Carlos Manrique,

Diego Paredes y Laura Quintana

Las negociaciones de paz en La Habana dinamizaron los escenarios de reflexión sobre los problemas de Colombia y pluralizaron las voces que han intervenido en estos. La etapa más retadora sucede tras el Acuerdo: la construcción colectiva de un país más democrático, equitativo y potenciador de las diferencias entre unos y otros, que enriquecen la pluralidad. Este texto participa de una multiplicación de los debates en torno a los retos, preguntas e implicaciones de un proceso de construcción de paz en Colombia, desde una mirada singular de la filosofía. En ese sentido, propicia la discusión entre distintas perspectivas y propuestas de análisis crítico y conceptual en medio de un momento incierto para país.

Forma y política de lo urbano.La ciudad como idea, espacioy representacióninstituto de estudios urbanos,

sede bogotá – editorial crítica

Editor: Francisco Colom González

Este libro aborda el estudio de la ciudad concebida simultáneamente como un espacio de representación política y como un elemento esencial del nomos urbano en el mundo hispánico. Se trata de un viaje literario a través de ensayos referidos al ámbito mediterráneo e iberoamericano que permite la exploración morfopolítica de la ciudad, esto es, tanto el reconocimiento de los nexos entre las normas, las imágenes y las formas de lo urbano, como la identificación de los nuevos núcleos urbanos como comunidades humanas, espacios para la interacción social y entorno material construido por sus moradores a lo largo de generaciones.

Ocupación humana.Diversos contextos, diversas miradas facultad de medicina, sede bogotá –

editorial universidad nacional

de colombia

Editora: Claudia Rojas

Las reflexiones alrededor de la ocupación humana como proceso sociocultural y político, y las maneras como se construyen y transforman los sujetos y colectivos cuando participan en ocupaciones, han cobrado mayor fuerza en la práctica académica y profesional. La obra más reciente del Grupo Ocupación y Realización Humana de la Universidad Nacional de Colombia integra variadas producciones que dan cuenta de más de 10 años de actividades. El libro se trata, entonces, tanto de una introducción para aquellos que apenas se están formando en esta disciplina, como de una actualización profunda y beligerante para expertos en Terapia Ocupacional y Ocupación Humana.

Aproximaciones al mercado de tierras en Colombiainstituto de estudios urbanos,

sede bogotá – editorial crítica Autores: Edna Cristina Bonilla Sebá

y Jorge Iván González Borrero

Competencia bajo equilibrio parcial. Volumen 1 facultad de ciencias

económicas, sede bogotá Autor: Sergio Monsalve

Economía del Caribe colombiano y construcción de nación (1770-1930)instituto de estudios caribeños,

sede caribe – editorial

universidad nacional

de colombia

Editor: Raúl Román Romero

De protestas, violencias y otras fiebres tropicales: aportes para una historia sociopolítica de la salud pública en Colombia, 1974-2004 facultad de medicina, sede bogotá

Autora: Zulma Consuelo Urrego Mendoza

La epidemia de fiebre amarilla que afrontaron en 2002 los territorios del Catatumbo nortesantandereano, y que en 2004 se expandió hacia la Sierra Nevada de Santa Marta, generó protestas desde distintos sectores sociales y cuestionamientos a la Ley 100 de 1993 que ha regido el sector salud del país en medio de grandes controversias. Esta no fue la primera vez en la historia reciente de Colombia que se presentó una epidemia de características similares. La última –ocurrida en la misma región entre 1978 y 1979– puso en tela de juicio el modelo de salud vigente en aquella época. En el territorio nacional se han registrado brotes y epidemias de otras enfermedades transmitidas por vectores (etv) que han dado lugar a correlatos de protesta y crítica al sistema de salud de cada momento histórico.La investigación documentada en este libro amplía el panorama sobre las interacciones entre política y salud pública en Colombia. Para ello, analiza las relaciones entre política contendiente, tendencias en las políticas públicas y procesos diagnósticos relacionados con etv nacionales.Este trabajo fue posible gracias al apoyo del Grupo Violencia y Salud, creado en 2005, y al Doctorado en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia, el cual se ofrece desde 2004 como respuesta a las necesidades en salud pública de Colombia y Latinoamérica.

diciembre 2016 | 24 Periódico – N.º 206 – Universidad Nacional de Colombia

Artes& Culturas

El Cementerio Central está más vivo que nuncajuan francisco molina moncada, Unimedios Bogotá

El mapeo, reconocimiento y redescubrimiento de la zona y sus habitantes, así como del llamado Eje de la Memoria, derivó en una guía que permite aproximarse a este espacio bogotano que, a pesar del deterioro y la inseguridad, mantiene una intensa interacción con la ciudad de los vivos.

Leo Kopp siempre está dispuesto a escuchar. Su tumba, llena de flores y ofrendas, está algo sucia por la parafina de las velas que encienden sus fervientes visitantes en el Cementerio Central de Bogotá. Una señora se acerca a la estatua del fundador de Bavaria, le susurra al oído, y al despedirse le acaricia la cabeza. Antes de irse aprovecha para decirle a un par de jóvenes que deambulan por ahí que el empresario alemán –fallecido hace 89 años– concede empleo a quien se lo pide.

A pocos metros, otra tumba convertida en santuario es la de Julio Garavito, quien a pesar de sus aportes a la ciencia nacional es reconocido sobre todo porque su rostro aparece en el billete de 20.000 pesos. Mientras un visitante le reza otro toca la lápida y se pasa las manos por el pecho para llenarse de buena energía.

Más adelante una mujer conversa con el busto de José Raquel Mercado, adornado con flores blancas. Líder sindical en vida, ahora es una figura apreciada por la comunidad afrocolombiana de Bogotá que acude a su sepulcro para pedir protección y abundancia de alimentos.

Pero además de ser un punto de encuentro de los muer-tos, el Cementerio Central –declarado Monumento Nacional en 1984– también lo es de los vivos. Por ejemplo, todos los lunes, Día de las Ánimas, se reúnen en el camposanto integrantes de la comunidad lgbti para recordar a los compañeros que ya no están.

El Cementerio creó a sus propios “santos” y con ellos instauró una serie de prácticas populares que cautivaron a investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (un), del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, la Fundación Escuela Taller de Bogotá, y a integrantes de Vividero Colectivo, entre otras instituciones culturales.

Esas miradas han servido para desarrollar proyectos interdisciplinares como el performance “Canciones para vivos y muertos” –presentado en el Festival Iberoamericano de

palabras clave: Cementerio Central, cartografía de la memoria, Eje de la Memoria. Consúltelas en www.unperiodico.unal.edu.co

Teatro en 2014– y el recién publicado libro Historias de vida en la ciudad de los muertos.

En dichas iniciativas no solo se relatan las historias compiladas por el equipo de trabajo, sino que también se les da voz a las personas que, de una u otra forma, están relacionadas con el Cementerio, como familiares de víctimas, vigilantes, vendedores de flores, cantantes, marmoleros y talladores de piedra (canteros).

El Departamento de Historia de la un abordó el tema hace seis años a partir del curso “Uso público de la historia”, a cargo del profesor Paolo Vignolo, quien señala que este adoptó el enfoque de la investigación-acción participativa del sociólogo Orlando Fals Borda con el objetivo “de hacer que las personas que tienen una relación laboral o afectiva con este territorio, trabajen con nosotros”.

“Pensamos en una investigación colaborativa y parti-cipativa que a través de las nuevas herramientas de las humanidades digitales pudiera fortalecer el proceso por el cual esta Universidad es reconocida”, complementa el historiador.

tradición histórica

En los grandes monumentos del Cementerio Central descansan personajes que han tenido un papel prota-gónico en la política nacional, como Francisco de Paula Santander, Rafael Uribe Uribe, Alfonso López Pumarejo,

Laureano Gómez, Gustavo Rojas Pinilla y Alfonso López Michelsen, entre otros. También están los sepulcros de Manuel Cepeda y Jaime Pardo Leal –integrantes de la Unión Patriótica– y la tumba de Carlos Pizarro Leongó-mez, líder del m-19.

Los investigadores señalan que la necrópolis representa a la ciudad colombiana, en menor escala, pues allí se percibe claramente una distribución por estratos socioeconómicos. En los márgenes de este espacio, construido en forma de elipsis, están los nn, mausoleos de sindicatos de loteros, despresadores de carne, pensionados ferroviarios, además de suicidas a los que la iglesia les negó su entierro. La galería central, por su parte, se destinó desde 1840, tras el sepelio de Santander, a los jefes de Estado.

“Las contradicciones están una junto a la otra y de cierta forma muestran cómo, en la ciudad de los vivos, los ciudadanos se niegan a convivir todos juntos independien-temente de sus ideas”, menciona la historiadora Alejandra Gaviria Serna, coordinadora del Área de Acciones Artísticas y Culturales del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación.

Ante ese escenario, los distintos sectores académicos, sociales y culturales llaman la atención sobre la importan-cia histórica, cultural y arquitectónica del Cementerio y del proyecto urbano Eje de la Paz y la Memoria de la Calle 26, cuyo nombre original es Avenida Jorge Eliécer Gaitán.

cartografías de la memoria

Como un aporte en ese sentido, el Departamento de His-toria de la un, la Fundación Escuela Taller y el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación diseñaron tres “Cartografías de la Memoria” basadas en el Cementerio Central.

La primera resalta la riqueza histórica y cultural del camposanto; la segunda las prácticas populares, como los “lunes de las ánimas” sin dejar atrás a los protagonistas que le dan vida al lugar; y la tercera cuenta el papel de la calle 26 como eje de la memoria. En esta convergen, entre otros, la un, el busto de Jorge Eliécer Gaitán, el Parque de la Reconciliación, el Centro de Memoria, Paz y Reconcilia-ción, los Columbarios y el Cementerio Central.

Sin embargo, el lugar presenta varios problemas, como por ejemplo atracos, enfrentamientos entre pandillas, sepulcros en mal estado, desvalijados y profanados. Otro hallazgo de este mapeo fue evidenciar que los oficios tra-dicionales como la floristería, la marmolería o la cantería se están perdiendo y ya no garantizan estabilidad laboral, entre otras razones porque cada vez se reciben menos entierros.

“Antes, tenía entre ocho y 10 negocios a la semana. Ahora, solo dos o tres”, señala Olga Cortés desde su taller de marmolería. Entre tanto, el marmolero Guillermo Cruz afirma que hace un tiempo las ventas al mes podían alcanzar los dos millones de pesos y que ahora hay meses en los que no se gana nada. Por otro lado, Janeth, una vendedora de flores del lugar, comenta que ahora hay días en los que “no se venden ni 2.000 pesos”.

El proyecto del Cementerio Central –que integró varias disciplinas, varios colectivos y a las personas que forman parte de la vida del lugar– no se detiene. En el mediano plazo, el objetivo es, en palabras del profesor Vignolo, “armar una cartografía digital, basada en un archivo afec-tivo alimentado por la contribución voluntaria de todo el que tenga algo que ver con este espacio, para permitir otro manejo con guías, rutas y posibilidades de acceso”.

Mientras tanto, adentro continúa el peregrinaje a las tumbas de Kopp, Garavito y Pizarro. Una guardia de segu-ridad le advierte a dos turistas que no tomen fotos y que tengan cuidado con su celular. Afuera se ofrecen claveles, astromelias, rosas, clavelinas y girasoles. Adentro y afuera de la ciudad de los muertos hay vida.

foto: cortesía Paolo Vignolo

fotos: Nicolás Bojacá/Unimedios